Educación Popular
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EDUCACIN POPULAR, COMUNIDAD Y DESARROLLO SUSTENTABLE XXXI Congreso Internacional Lima, Per, 29 de Octubre al 1 de Noviembre, 2000 TRABAJO CON LA COMUNIDAD Y CIUDADANIA Francisco Muguiro Ibarra, s.j. Diacona para la Justicia y la Paz Piura - Per Tratndose de Fe y Alegra, me gustara empezar por un texto bblico conocidsimo por todos y que nos puede servir, como uno entre tantos, para fundamentar nuestro trabajo de compromiso en las comunidades en las cuales tenemos nuestra obra educativa. Y dijo Dios: hagamos al hombre a imagen nuestra, segn nuestra semejanza... Y los bendijo Dios y les dijo: Sean fecundos y multiplquense, y llenen la tierra y somtanla; dominen los peces.... (Gen. 1.26) No me voy a detener en la dignidad de toda persona que como imagen de Dios se merece, sino en el mandato de dominar y someter la naturaleza. Casi siempre hemos entendido este mandato, inscrito en toda persona, como el de dominar la naturaleza fsica de las cosas y, por medio de ese dominio, ir desarrollndonos. As que, en la medida en que hemos ido dominando los mares, los cielos y todas las cosas, acercbamos y embellecamos nuestros mundos, y hacamos ms acogedora esta casa csmica que Dios nos entreg, estbamos cumpliendo con ese mandato. Esta interpretacin est explcita en el texto. Me quiero referir, ms bien, a que, siendo los hombres y mujeres destinados a un mismo fin y teniendo todos los bienes un fin universal, siendo todos por naturaleza sociables, dependientes unos de otros y necesitados de vivir en sociedad, est implcito que tendramos que ir encontrando las formas de vida para que estos fines se cumplieran. Esto es, la organizacin, las reglas de juego humanas, que hicieran posible nuestra convivencia social y el reparto equitativo de los bienes. Sabemos que ciertas ideologas parten del hecho de que la riqueza de las personas o de los pases es como dada por Dios: Dios nos ha hecho ricos, tenemos que ser buenos ricos. A otros los ha hecho pobres, y tienen que ser buenos pobres. Sin embargo, sabemos que el reparto que nos hacemos de los bienes no puede ser querido por Dios, y que es producto de las defectuosas estructuras polticas, sociales y econmicas que nos hemos ido dando los hombres a lo largo de la historia. El mejorar esas estructuras de convivencia, el hacer posible que los bienes de este mundo lleguen a todos, que los sistemas de intercambio Norte-Sur sean ms justos, es problema de construccin humana. El que nos demos normas y leyes, que vayan haciendo que nuestra convivencia sea ms humana y por tanto ms cercana a lo que Dios quiere de nosotros, est implcito en el mandato de Dios a nuestros primeros padres. La pobreza, la injusticia, la exclusin en la que vivimos, fruto de las estructuras injustas, son sealadas por Medelln como manifestaciones del pecado de la humanidad. Por tanto, la
construccin, desde la fe, de estructuras ms justas, ms humanas, sera fruto de ese movimiento de humanizacin al que todos estamos llamados como hijos de un solo Padre. Si algo hay inscrito en la naturaleza de las personas es que somos sociables, es decir, que necesitamos de los dems, que necesitamos de la sociedad, y que esa sociedad necesita normas construidas por los mismos humanos. Desde que nacemos, nos encontramos envueltos en personas con relaciones, con costumbres, con lenguajes, envueltos hasta en cosas que son producto de la sociedad. Necesitamos las cosas de la naturaleza y disfrutamos con ellas; pero es en la sociedad donde nos encontramos como personas, como humanos. En el bosque o entre las olas podemos sentirnos a veces (por un cierto tiempo, a gusto), pero en la sociedad nos sentimos, a fin de cuentas, nosotros mismos. De la naturaleza, somos biolgicamente productos; pero, de la sociedad, somos humanamente productos, productores y adems cmplices1 Esta frase debera estar escrita en todas las aulas de los colegios, porque a veces los alumnos y alumnas salen aprendiendo muchas cosas de ellas, y esas materias aprendidas cuentan con evaluaciones, para ver cul ha sido su rendimiento; pero no s si sabemos si aprendieron algo de lo que significa vivir en sociedad, si aprendieron a ir construyendo sociedad. Producir sociedad es lo que har posible que nuestra convivencia sea ms humana y que los bienes sean repartidos ms equitativamente. Como sabemos, producir sociedad no es una asignatura que se da los martes de 10 a 10.45; es una actitud ante la vida y ante los dems, que hay que despertar en todas las asignaturas y en la vida del colegio en su conjunto. I. NUESTRA REALIDAD No quisiera insistir en este tema, ya que los colegios de Fe y Alegra se encuentran envueltos por las realidades concretas de nuestros pueblos latinoamericanos, pero s sealarles algunos datos de un reciente estudio del Banco Mundial. El informe dice que el 56% de la poblacin mundial es pobre, que 1.200 millones de personas viven con menos de un dlar por da, y que 2.800 millones lo hacen con menos de dos dlares diarios. Que en la ltima dcada (a la que nos hemos lanzado con los ajustes econmicos, esperanzados de que el sinceramiento de la economa iba a rebasar el vaso y eso caera sobre los ms pobres) ha aumentado el nmero de pobres, y que una de las regiones donde creci la pobreza es Amrica Latina, donde cerca de la mitad de la poblacin es pobre. Lo que pasa a nivel de la economa se puede afirmar de la poltica: crisis de la representatividad de los partidos, democracias dbiles... Esta situacin es la que el Papa denuncia diciendo: Que cada vez los pases ricos son ms ricos a costa de pases pobres cada vez ms pobres. Ahora, todos sabemos que la pobreza no consiste solamente en pasar hambre y no tener un trabajo remunerado. El mismo Banco Mundial ha realizado un estudio llamado Las Voces de la Pobreza, que es el fruto de 40.000 entrevistas hechas en 50 pases pobres, tratando de recoger lo que sienten los que padecen la pobreza. Ellos dicen que ser pobres es no tener acceso a los bienes del desarrollo, estar excluidos de los servicios fundamentales de agua, luz, salud, etc. Ser pobre es ser sujeto de muchas violencias, especialmente de violencias fruto de prcticas institucionalizadas contra su propio reconocimiento como personas, de sus valores, de sus creencias y hasta de sus propias vidas. Los pobres ponen de manifiesto las consecuencias que la pobreza est trayendo para s mismos en cuanto individuos, en cuanto familias y como tejido social. La pobreza extrema est quebrando la consistencia humana de muchas personas, est destruyendo los hogares y
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desintegrando comunidades de convivencia... Ms adelante seala que la pobreza tiene que ver con la falta de voz y poder de los pobres en la sociedad... y que es mayor en donde las organizaciones de base son dbiles y a la inversa. En los marcos societales, en donde intervienen las organizaciones de base de los propios pobres, se obtienen soluciones reales, acordes con los problemas, hay ms eficiencia, y la corrupcin que caracteriza la actuacin de otras instituciones es ms ajena a estos procesos de autogestin popular. Por ltimo seala: Los pobres perciben que en ese proceso de recuperar su voz y el poder, aumentando su participacin y fortaleciendo sus organizaciones, pueden preservar su cultura, su identidad y su misma figura humana, amenazada por la carencia, la humillacin y el maltrato.2 Esta cita insiste no tanto en los aspectos materiales de la pobreza, sino en los aspectos humanos y, por tanto, societales, fruto de nuestra ciudadana, importantes para el proyecto educativo. Hoy da, se padece una fuerte desarticulacin social, debida a las migraciones del campo a la ciudad, a la desestructuracin de la familia, y a los fuertes y rpidos cambios a los que estamos sometidos todos. La educacin, en un aspecto amplio, es la institucin que tiende a socializar valores y establecer entre los individuos vnculos sociales. Para Jacques Delors, la finalidad principal de la educacin es el pleno desarrollo del ser humano en su dimensin social3, y esto supone el mayor reto que tiene hoy la educacin, en un mundo donde la socializacin est sometida a la desorganizacin y a la desarticulacin del vnculo social. II. CIUDADANIA 1. Su pertinencia Lo primero que nos tendramos que preguntar es por qu hoy estn en el centro de discusin los temas relacionados con ciudadana y sociedad civil. Creo que una primera respuesta es el momento de cambio que estamos viviendo. La globalizacin, el mercado, como principal referente para solucionar todos los problemas econmicos e incluso polticos, esto es, la sustitucin casi total de la poltica por la economa, los cambios producidos en los Estados de Bienestar, la crisis de los partidos y de la representatividad de stos, hacen que el tema de la ciudadana entre en debate. En la dcada de los 70, cuando hacamos referencia a la historia de nuestros pases, nuestro punto de inters no era la ciudadana, sino ms bien los movimientos sociales, los actores sociales, en cuanto a su cercana o no del poder, y ste relacionado con el poder en el Estado. No hay ms que recordar nuestros anlisis de coyuntura de los aos 70, en donde jugaban un papel preponderante los grupos de poder y cmo se movan en el marco del Estado. Hemos pasado de discursos antisistema, que ponan nfasis en la necesidad de cambio-de-orden, a discursos donde lo que interesa es el reforzamiento de la institucionalidad, la universalizacin de las reglas de juego democrticas, la extensin de las formas de participacin ciudadana 4 Las relaciones entre la sociedad y el Estado han cambiado demasiado y en poco tiempo, y
Jos Virtuoso s.j. Fortalecer la voz y el poder de las organizaciones populares en nuestras democracias. Encuentro de Jesuitas en Sto. Domingo. Julio 2000. 3 La Educacin encierra un tesoro. Comisin Internacional de la Educacin para el Siglo XXI. UNESCO. 4 Sandro Venturo. El individuo es el soberano (no el Estado). Educacin y ciudadana: propuestas y experiencias. Tarea.
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entonces se han tenido que replantear dichas relaciones, porque, adems, estos cambios no han venido solos, sino acompaados de una ideologa neoliberal, que ha vuelto a identificar, casi exclusivamente, ciudadana con propiedad o con mercado, y donde se propugna un Estado reducido al mximo. Es normal que, si se cambian los trminos de referencia, se cambien los puntos de inters. Pero esta ideologa, que se intenta reproducir dos siglos despus, viene tambin acompaada de los cambios y de las conquistas que se han producido en estos dos siglos. Ahora, ni el ms liberal puede sacar de su programa algunos derechos sociales que se consiguieron gracias a las teoras comunitaristas o comunistas, y uno de los aspectos fundamentales en el que no se puede retroceder es en el campo de la democracia y los DD HH, sobre los que hay consenso total, por lo menos en el Occidente. Lo que se globaliza e integra son los mercados, es cierto, pero tambin los valores de la democracia, del estado de derecho y de los Derechos Humanos5 La crisis de los partidos y las nuevas condiciones hacen mucho ms difcil la participacin ciudadana, y muchos autores consideran que estos cambios de la globalizacin juegan en contra del ejercicio de la ciudadana, pero a la vez la replantean de nueva forma. Por otro lado, empieza a drsele importancia al papel de lo subjetivo y, dentro de este campo, a la tica y a los valores, que estn directamente relacionados con los significados de ciudadana. En mi poca se daba por supuesto que ser bueno polticamente le daba a uno licencia para desentenderse de la moral de cada da; ahora parece aceptado que con intentar portarse ticamente en lo privado ya se hace bastante y no hay por qu preocuparse de los los pblicos, es decir, polticos. 6 En tiempos de cambios y de crisis de interpretaciones totalizantes, nuevos paradigmas empiezan a emerger, que vienen a sustituir a los antiguos. La ciudadana empieza a cumplir este papel. Para Eduardo Cceres, permitira recomenzar el anlisis por lo ms elemental. Y tambin postular consensos para la accin poltica, dado su carcter general, comn a diversas propuestas... puede entenderse como el intento de formular una utopa inclusiva.7 Y, para Rolando Ames, el plantear temas de ciudadana y sociedad civil cobra significacin trascendente porque lleva la atencin hacia aquellas grietas ms en los cimientos, que han hecho a la vida pblica y al Estado generalmente tan lejanos a la gente.. 8 2. Aproximaciones al trmino Ciudadana El concepto de ciudadana nace con el Estado-nacin moderno; es como su contraparte. En las monarquas, donde el poder se heredaba, su contraparte eran los siervos o sbditos; la contraparte del Estado moderno son los ciudadanos de donde emana su poder. Entonces ciudadana hace referencia, por un lado, a poder; por otro, a derechos ante ese poder y a obligaciones. Ciudadana est asociada en lo fundamental a igualdad de todas las personas, que ya no se distinguen ni por procedencia hereditaria ni por pertenencia religiosa o racial. Y todo esto implica pertenencia a una comunidad poltica donde existen instituciones que me garantizan los derechos y espacios pblicos donde puedo desarrollarlos.
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Carlos Boloa, El Comercio, Febrero de 1994, citado por Eduardo Cceres en Educacin y Ciudadana. Propuestas de Desarrollo. Preal-Foro Educativo-USAID 6 Fernando Savater. Op. cit. 7 Eduardo Cceres. Op. cit. 8 En Cuestin de Estado, Ao 3, N 14, 1995.
Pero todo esto, que en la definicin conceptual se ve tan claro, en la vida no lo es tanto, porque las realidades son distintas, y no es lo mismo ser ciudadano peruano que serlo francs o norteamericano, e, incluso en el Per, no es lo mismo ser ciudadano en Lima que en las comunidades andinas de Ayacucho. Sin embargo, en esa definicin podran encontrarse los elementos fundamentales, que son: libertad, igualdad de derechos y obligaciones, pertenencia a una comunidad e instituciones del Estado que defiendan los derechos y den posibilidades de ejercerlos. La ciudadana est muy asociada al ejercicio de derechos; pero stos se han ido consiguiendo poco a poco, y en unos lugares antes que en otros. Se empezaron consiguiendo los derechos con carcter cvico, como los que son necesarios para desarrollar la libertad individual, entre los que se incluyen los de libertad de expresin, de creencias, de pensamiento. Para los liberales, era importante el derecho de propiedad y el derecho a la justicia, necesario para la defensa de la propiedad. Se pas despus a los derechos polticos, ya que, si se perteneca a una comunidad, habra que tener derecho a participar en el ejercicio del poder de la misma. Y, por ltimo, los de carcter social, como el derecho a la salud, la educacin y a un mnimo de bienestar. Sin embargo, y por lo menos en el Per, por un lado, se afirma que, a lo largo de su historia republicana, se han ido consiguiendo derechos, ya sea porque el Estado los conceda, ya sea por conquista de los movimientos sociales, y que en este sentido se ha ganado en muchos aspectos que conforman la ciudadana; y, por otro, en las circunstancias actuales, se afirma tambin, y muy frecuentemente, que la conciencia de ciudadana es dbil, que existe anomia social, etc. Esto nos hace pensar que lo que queremos expresar cuando decimos o analizamos el trmino ciudadana no es algo inmediato y sencillo, sino que, al tenerse que definir por relaciones, que en el momento tienen los individuos entre s y con el Estado, su diagnstico acerca de ciudadana se hace complejo. La ciudadana no se puede explicar sin procesos de individuacin, donde las relaciones jerrquicas dejan de hacernos uno ms en la comunidad; pero, adems, el proceso nos va haciendo personas, esto es, con determinados roles ante la sociedad, y que nos confieren identidad y solidaridades, que hace unos aos estaban determinados por el mundo del trabajo. Vicente Santuc afirma que el proceso de ciudadana nos va diciendo s persona, afrmate como tal. Por eso, para Eduardo Cceres, la ciudadana es la relacin por excelencia del hombre moderno de cara a la cosa pblica, que exige a la vez autonoma, el valerse por uno mismo. Ser ciudadano es una forma de entenderse, una clave semntica, que convive con otras en este conglomerado de sociedades y tiempos que es el Per de hoy. 9 El mismo concepto de ciudadana expresa un punto de partida de un proceso en el que se pasa de ser sbdito a ciudadano. Norberto Bobbio lo llama el pasaje de la prioridad de los deberes de los sbditos a la prioridad de los derechos de los ciudadanos. Por este mismo carcter de proceso y de diferenciacin entre pases, no existe una historia nica de la ciudadana en el mundo moderno. Su emergencia y desarrollo no siguen un nico patrn ni asumen la misma forma. Ni el punto de partida, ni el proceso, ni los resultados son idnticos. 10 En casi todos los pases de Amrica Latina, se fundaron las repblicas como copia de las europeas o norteamericanas, sin haber pasado por los procesos de modernizacin econmica, social y poltica que haban sufrido las que fueron nuestros modelos. Las modernas instituciones que se formaron convivieron con las casi idnticas estructuras de la colonia. El
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Eduardo Cceres, Op. cit. Sinesio Lpez. La ciudadana en el Per: un proceso inacabado. En Cuestin de Estado, Ao 3, N 14, 1995.
historiador Carlos Fuentes, en su libro El Espejo Enterrado, citando a San Martn en la conquista del Per, dice: el Libertador aboli el tributo indgena y el trabajo forzado en las minas y las haciendas. Pero la oligarqua peruana... aleg que la libertad provocara desercin en las minas y las haciendas, y el fin de tenencia colonial de la tierra. Bolvar, tratando de alcanzar la igualdad jurdica all donde haba desigualdad racial, propona un ejecutivo fuerte, pero advierte contra una aristocracia de rango, de empleos y de riqueza que, aunque hablan de libertad y de garantas, es para ellos solos para los que las quieren y no para el pueblo... quieren la igualdad para elevarse... pero no para nivelarse ellos con los individuos de las clases inferiores (citado por Carlos Fuentes, Op. cit.). Esta superposicin de instituciones democrticas sobre una sociedad con caractersticas coloniales es lo que Flores Galindo llama una repblica sin ciudadanos. Toda nuestra historia republicana viene a ser como la historia de avances y retrocesos de nuestra ciudadana. A los procesos democratizadores venidos de los gobiernos se les llama ciudadana desde arriba y a los que se consideran conquista del pueblo se les denomina ciudadana desde abajo. Sinesio Lpez trata de dividir nuestra historia ciudadana en cinco perodos Ciudadanos al servicio de los seores, hasta los aos 20. Sus caractersticas principales eran: libertad civil, seguridad individual e igualdad ante la ley; pero, para ser considerado ciudadano, se requera tener propiedad o ejercer algn tipo de actividad econmica. Estaban excluidos los obreros, campesinos y domsticos. Nominalmente, estaban reconocidos los derechos; pero la prctica cotidiana los negaba. Ciudadana tutelada hasta los 50. Sus caractersticas son: el Estado protege la raza indgena y reconoce su cultura y su organizacin comunal, pero la excluye al exigir, para poder votar, condicin de contribuyente y alfabetos. La ciudadana populista, sea como movimientos o como gobiernos (Belaunde y Velasco). Sus caractersticas: se enfrentaron a la exclusin oligrquica, organizaron a importantes sectores de las clases medias y populares y presionaron sobre el Estado para la consecucin de beneficios econmicos y sociales. La ciudadana desde abajo. Se caracteriza por lo que se ha llamado El desborde popular (40 ltimos aos) de amplios sectores excluidos, que se integran a la vida institucional del pas, con creciente subjetividad, y emergen como informales con cierta autonoma y con pretensiones hegemnicas. Por ltimo El ciudadano mnimo (desde los 90). Es el resultado de las polticas neoliberales y de la reduccin del Estado y, por tanto, del recorte de derechos econmicos y sociales, con afirmacin de los derechos polticos y civiles. Se quiere hacer de la mayora ciudadanos mnimos.11 Los fechas en algunos casos se cruzan, por ejemplo en la ciudadana desde abajo, que incluye los ltimos cuarenta aos.
Me figuro que en los dems pases de nuestra Amrica Latina los procesos han sido poco ms o menos los mismos, porque contamos casi con una misma historia republicana, aunque se encuentren diferencias marcadas segn los pases hayan tenido mayor o menor nmero de culturas autctonas, que han sido las ms difciles de integrar en los procesos de modernizacin, padeciendo en muchos casos exclusin racial y cultural.
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Cuestin de Estado....
III. LA EDUCACION CIUDADANA 1. En la comunidad Una de las caractersticas de las obras de Fe y Alegra, cuando se empieza una obra educativa (y que me figuro que estarn puestas como normas metodolgicas a cumplir), es que nace con el barrio o cuando ste est empezando a instalarse. No viene de fuera. As que Fe y Alegra se inserta en la historia de ese barrio, no solamente en la historia de la obra educativa, sino en su lucha como comunidad humana, primero por el reconocimiento, posteriormente por el agua, la luz, el desage etc. De tal manera que Fe y Alegra se va haciendo con el barrio, va consiguiendo los derechos necesarios para comenzar a sentirse un poco ciudadanos de este mundo. Empiezan por el camino bueno para un trabajo en ciudadana, unindose a la construccin de la sociedad civil, necesaria para conseguir satisfacer sus necesidades ms comunes. Ese espacio y esos actores son con los que hay que empezar a trabajar la educacin ciudadana. No hay que esperar a que est parada la primera aula de esteras, y a tener a los primeros alumnos o padres de familia. La construccin del barrio es un espacio privilegiado. Primero, porque atacamos, junto con los dems, las necesidades ms bsicas, que son sentidas como derechos; segundo, porque esto nos pone en contacto con la organizacin popular (sociedad civil), la de ellos y con los actores sociales que surgieron; tercero, porque al interior de la organizacin es donde nos podemos dar cuenta, juntos, de los fallos y potencialidades que tiene, y podemos dar pautas para su correccin (formacin de dirigentes). Por ltimo, este trabajo no suele terminar nunca, porque a los 25 aos de fundado todava estaremos excluidos de muchos servicios necesarios y, lo que es importante tambin, esa comunidad seguir organizando fiestas de aniversario, atender los problemas ms resaltantes, intentar controlar a sus autoridades, etc. Es decir, estarn en la construccin de sociedad, en el espacio de producir sociedad y de preparar, y animar el ambiente de una prctica a la que ser necesario hacer referencia con los alumnos. Se trata de reinventar la democracia, que por la crisis es tan ajena a las personas comunes. En esa construccin, se tratar de hacer consciente la pluralidad de las personas que se comprometen, tratando de que no exista la exclusin, especialmente de gnero, la tolerancia, etc. Fe y Alegra tiene dos entradas educativas en las comunidades donde trabaja: la educativa formal y la de fe. Las dos de gran importancia, porque adems son sentidas por la poblacin. Se parte de dos espacios distintos, pero complementarios. En los trabajos con la comunidad, existen los surgidos desde la labor educativa y que tienen que ver con aspectos del desarrollo de la comunidad, y los que vienen de la misma dinmica del barrio. Los dos los tendramos que asumir desde dentro. La comunidad educativa no tiene que ser algo ajeno al barrio, a la comunidad, pero aprovechando las posibilidades que nos da el ser de fuera. No tenemos que negar ni nuestras visiones, en algunos casos ms amplias, ni nuestras relaciones que como iglesia tenemos en otros sectores de la sociedad. Sin embargo, habra que tener cuidado con algunos peligros en los que se podra caer, como el de los protagonismos o el de la sustitucin de los liderazgos, si es que los asumimos nosotros en vez de dejar que surjan de la comunidad. La eficacia del corto plazo puede contradecir la del largo plazo, si es que, por hacer las cosas ms rpidamente, las hacemos nosotros. Aunque nos cueste, en esas circunstancias, hay que tener bien firme que es mejor producir sociedad, que construir un aula ms rpidamente por importante que esto sea.
2. En la escuela La educacin ciudadana en los colegios de Fe y Alegra, que por ideario estn ubicados en las zonas urbano marginales de las ciudades o en el campo, tienen un handicap negativo muy fuerte, pero que no es mayor que el que tienen los colegios del Estado. La dificultad est en que la educacin ciudadana es casi incompatible con la situacin de pobreza y exclusin en que viven los barrios marginales. Como ven, la dificultad no es poca; pero, dado que es tan generalizada, como decamos al principio, lo nico que se nos est exigiendo es que hagamos el doble de esfuerzo consciente para conseguirlo. Es como querer sembrar en terrenos salitrosos y poco consistentes. Se haca y se sigue haciendo, pero con el doble de esfuerzo, porque somos conscientes de que intentamos promover ciudadana donde hay ciudadanos mnimos o de segunda, y porque sabemos que habra que eliminar los extremos ms graves de pobreza y discriminacin, para que se empezaran a dar las condiciones. Por eso, en nuestros contextos, la ciudadana se vive ms como una aspiracin, como algo externo a los alumnos y alumnas que tenemos delante. Como dice Edwin Gonzlez, en las ltimas dcadas, nuevas formas de exclusin estn planteando con ms fuerza una utopa de inclusin, como requisito para la viabilidad del pas12 3. Aspectos metodolgicos Frente a este reto, qu hacemos? Creo que todos estamos de acuerdo en que tenemos que desechar el mtodo de ensear conceptos abstractos de derechos y obligaciones que tienen los individuos frente a la sociedad. No podemos concebir la ciudadana como pertenencia a una sociedad poltica, y por tanto la educacin ciudadana como el conocimiento de las reglas y requisitos que debemos cumplir para convivir en dicha sociedad. Qu significara ensear as a nios y nias cuyos padres no tienen trabajo y ellos, a lo mejor, trabajan seis horas para llevar a su casa cuatro soles? La propuesta de educacin ciudadana tendr validez en la medida en que vaya unida, metodolgicamente, con los intereses de los que se educan. Se tendran que ensear las normas y reglas como algo vivencial. Ya que la conciencia de derechos y obligaciones es un proceso, requerira de un enfoque constructivista, que recoge las experiencias y vivencias de los alumnos y alumnas para, sobre ellas, ir construyendo lo que significara esos derechos y obligaciones en su vida. Habra que unirlas a las aspiraciones que tienen como educandos, en vez de imponerlas memorsticamente como cosas a aprender y que caen desde fuera. Este proceso en el aprendizaje debe partir de la afirmacin de la persona, y de su subjetividad, si se sienten o no parte de una comunidad educativa, social, familiar; si sienten algn sentido de igualdad. El constructivismo est en el centro de la reforma educativa de muchos pases; habra que aplicar su filosofa a la educacin ciudadana. Partiendo de la definicin de ciudadano como el de una persona que se siente igual a los dems, lo que quiere decir que se tratan como iguales y que en las funciones que cumple se le considera en igualdad de condiciones que las otras, tendramos que analizar en cuntos espacios familiares, escolares o en la vida pblica los hacemos sentir, a los nios y nias como iguales. Ms bien, frente a la igualdad, lo que les ofrecemos es una descalificacin continua en la familia, en la escuela y en los espacios pblicos. No quiero decir con esto que al nio se le haga sentir igual a los padres; pero tiene que tener espacios en los que desarrolle su igualdad
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Edwin Gonzlez. Repensando el concepto de educacin ciudadana. Educacin y ciudadana: propuestas y experiencias. Tarea-USAID.
y no se le descalifique. En la escuela tiene ms posibilidades, si es que los profesores hacen sentir esta igualdad en el trato, en la dedicacin, en el cumplimiento de las reglas, etc. Pero ciudadano es tambin el que se siente parte de una comunidad, de un colectivo, que siente como propio y a la vez de los dems. Ese sentido de pertenencia que tiene sobre ese espacio o colectivo, le confiere la caracterstica de algo propio, y por tanto que le importa, que le involucra en su funcionar, que no le es ajeno. Pero los nios y nias sienten pocas cosas como propias y menos en los ambientes de la barriadas. Como dice Luis Guerrero, ...los nios y adolescentes aprenden desde muy temprano que viven en espacios prestados. El espacio familiar les es ajeno... El espacio escolar es ms prestado todava, porque all ni siquiera hay lugar para la ambigedad. Todo est estructurado. Todo est dispuesto. Ellos slo tienen que insertarse y adaptarse, les guste o no. 13 Por ltimo es inherente al ciudadano tener el poder de participar en aquel espacio o comunidad que siente como propio, ser escuchado y escuchar a los dems. Tenemos que reconocer que a los nios y nias y aun a los adolescentes se les deja poco espacio para participar y donde sus opiniones sean escuchadas con atencin. En los colegios todo est decidido y en sus casas tambin. Sin embargo, en la educacin actual, hay pistas que van sealando hitos sobre cmo hacer a los alumnos ms sujetos de su proceso educativo. Adems de lo que se ha dicho sobre la aplicacin de la teora constructivista de la educacin, de ir despertando capacidades y formas de aprender a resolver los problemas ms que formulas aprendidas de memoria, tenemos que hacer mucho hincapi en la autoestima de los alumnos, ya que las dificultades que van a tener van a exigir de ellos mucha seguridad. Tendramos que saber usar los peridicos, los programas de T.V., para analizar con los educandos las formas de exclusin y criticarlas. Animar en todas las acciones educativas la capacidad de crtica y de iniciativa, desterrar las formas de sumisin e integracin pasiva, etc. Para todo esto, el educador (o educadora) tiene que ser el primero que tenga iniciativa, creatividad y que vaya descubriendo estmulos y mecanismos de participacin. Frente al problema de la pobreza y exclusin que padecen la mayora de los alumnos y alumnas que se educan en nuestros colegios, la educacin les debe permitir acopiar cosas tiles para la vida en vez de conocimientos y ms conocimientos, que secan nuestra memoria y nuestro inters. Tenemos que desarrollar habilidades que les sean tiles para resolver los problemas del maana, y encarar los retos con creatividad y con imaginacin. Es mejor crear y aplicar conocimientos que repetirlos; producir nuevas tecnologas y no slo manejar las existentes... para insertarse en los mercados con calidad y con voluntad de xito. 4. En el centro educativo En este replanteo de la educacin, el colegio y las clases deben ser para los muchachos algo atractivo, donde se encuentren como personas, donde noten su crecimiento personal, donde perciban que sus cualidades se desarrollan, donde la lgica de los castigos-recompensas debe ser sustituida por pactos, que exijan compromisos y promesas, donde se incluya el respeto a la reglas aceptadas y discutidas por todos. No es tan difcil hacer que los alumnos y alumnas vayan sintiendo, primero el aula y luego el colegio, propio. Pero, para que lo sientan as, tiene que ampliarse la participacin, que sientan
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Luis Guerrero. Qu significa educar para hacer ciudadanos? Educacin y Ciudadana: propuestas y experiencias. Tarea- USAID)
que algo ms que la pelota de ftbol en los descansos est en sus manos. Para la educacin ciudadana es malo no tener claras ni aceptadas las reglas; pero casi peor es vivir en un ambiente en el que las reglas de juego no se cumplen y no pasa nada, o que solo las cumplen los tontos, porque los vivos se las saltan y casi se les premia. Si las reglas se han discutido y asumido conjuntamente, es ms fcil que su control sea exigido por ellos mismos, porque han expresado la conformidad con las normas y las han hecho as porque les encuentran sentido. La educacin ciudadana, como ya dijimos, no se ensea solamente en el aula, y menos en la asignatura de educacin cvica; se debe poner el inters desde que se entra por la puerta del colegio; es una actitud de respeto y confianza que despertamos entre los personas, que queremos vivir de una cierta manera; pero adems va unida en el mismo proceso de superacin de las malas condiciones de vida en el barrio: La construccin colectiva de estas condiciones bsicas, debe ser simultanea al aprendizaje14 Quiero terminar con una frase de Luis Guerrero: Naturalmente, para hacer de los centros educativos lugares con estas caractersticas, los maestros y maestras necesitamos aprender y desaprender muchas cosas. No hay escapatoria. No hay opcin, no hay cmo defender nuestra vieja forma de ensear. Esa ya es historia. Cambiar radicalmente eso es virtualmente una condicin ineludible de nuestra vigencia profesional. Necesitamos para eso aprender sobre todo habilidades para generar en los alumnos deseos de aprender y procesos genuinos de aprendizaje; pero tambin para poder conducirlos y gestionarlos con xito. 15 Hasta hace unos aos, la labor educativa exiga preparar a los alumnos. Me parece que por esta vez a los que nos toca prepararnos es a nosotros, los directores y profesores de los centros educativos.
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