Revista Campo Grupal N 69
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A o 7m N M CO
O RI
Entrevistas en el manicomio
Marcelo Percia
El cigarrillo en el divn
Susana Reznik
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Director Romn Mazzilli Secretario de redaccin Walter Vargas Redaccin: Luis Gruss, Daniel Seghezzo, Denise Najmanovich, Patricia Mercado Publicidad Mara Eugenia Conde Colaboran en esta edicin Marcelo Percia, Ana del Cueto, Juana Droeven, Elida Romano, Susana Reznik, Silvina Waisman, Rasia Friedler, Raquel Bozzolo, Gustavo Collini Sartor, Adriana Piterbarg, Ines Moreno, Martha Y. Fernandez, Diego Skiar, Rosa Gremes, Marcelo Miceli, Enrique Guinsberg, Patricia Garrote. Ilustraciones: Fotografas de Marilyn Monroe
n las jornadas y congresos profesionales suele hablarse de la violencia de los otros: de los hombres, de los estudiantes, de los adolescentes, nunca de nuestra violencia como profesionales, de la violencia que nosotros ejercemos. Considero que en la actualidad se hace imprescindible subsanar este olvido, inaugurar un mbito de reflexin, de intercambio, y de produccin de sentido en relacin con la violencia del saber, los modos en que ste se efecta y cmo prevenirnos de nosotros mismos. Para hacerlo voy a abordar slo cuatro cuestiones que considero fundamentales:
1) La violencia del absoluto: Esta violencia se relaciona directamente con los modelos esencialistas que suponen que la violencia es algo absolutamente y totalmente definido. Ya se considere desde un esencialismo psquico, biolgico, o social, siempre se trata a la violencia como un objeto (no en vano se utiliza un sustantivo) y se la piensa como propiedad o caracterstica de un sujeto de la violencia que puede ser un hombre, una especie, un grupo. Adems, es muy comn encontrar que los que profesan un esencialismo psicolgico creen que los nicos esencialistas son los bilogos; a su vez, los socilogos acusan de esencialismo a los psiclogos. Y as, de acusacin en acusacin. Podra ser gracioso, si no fuera que es tan peligroso para la convivencia. De hecho, cuando el tono es de acusacin, es muy probable que estemos tratando con creencias esencialistas. Podemos utilizar este rasgo como un detector de violencias encubiertas y al acecho. 2) La violencia de las generalizaciones Esta es una violencia estructural de aquellos que ven el mundo a la luz de un solo marco terico, ideolgico o religioso, al que confunden con el mundo. Las generalizaciones como los hombres siempre son ms violentos que las mujeres, las personas de tal clase, grupo, raza son naturalmente violentas, tan extendidas en muchos discursos nos presentan un mundo sin relieve, en blanco y negro. Este tipo de actitud generalizadora presenta aristas ms peligrosas an cuando concebimos categoras rgidas, absolutamente excluyentes, sin matices, sin estructura interna, sin diversidad. Es muy comn, encontrar textos cuyo ttulo informa que se tratar el tema de la violencia domstica y ya en la segunda hoja, se han deslizado -para nunca ms volver- de la temtica inicial a la de la violencia contra la mujer, como si sta fuera la nica forma de violencia que se ejerce en los hogares. 3) La violencia del a priori: Esta es una de las formas ms extendidas de la violencia de los profesionales que combaten la violencia. Es la que est implcita en cualquier sabelotodo que, amparado en una teora, modelo, o dispositivo encuentra nicamente lo que ya previamente ha puesto como condicin. Desde esta mirada slo son visibles las entidades y procesos que la teora ha descripto, slo puede preguntarse aquello que est predefinido en la grilla de intervencin. Esta posicin, o mejor an, esta esttica-tica relacional, es responsable de la incapacidad de ligarse con la situacin particular en la que se est trabajando y con la singularidad de cada contexto. Desde los apriori (que no slo significa antes sino tambin independientemente de la experiencia) hacen que cada encuentro con el mundo sea un ca15 Jornadas de la Vivencia a la Elaboracin
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lencia que ejercemos cuando exigimos que todos hablen (y piensen) como nosotros. Para entender qu se est diciendo en cada caso es preciso atender al contexto especfico en relacin al cual y desde el que se est pensando. Los escenarios que yo quisiera compartir ahora con ustedes, son muy diferentes a las obras en blanco y negro que hemos comentado. Lo que hemos denominado como el abordaje de la complejidad, implica un modo diferente de pensar el conocimiento y las prcticas profesionales. Desde esta perspectiva, yo dira que la simplicidad es un modo de conocimiento centrado en lo ya sabido. Y que, desde lo ya sabido, obtura el pensar. Todo lo que ocurre tiene que ser mirado a travs del filtro instituido previamente, sea lo que fuera. En los abordajes desde la complejidad, en cambio, el conocimiento o lo ya sabido es una condicin para el pensar, pero no determina el producto del pensamiento. Es un punto de partida inevitable y valioso, imprescindible para pensar pero no suficiente, ni privilegiado, puesto que pensar es cambiar de ideas. En relacin al tema de la violencia hay un aspecto muy importante que quisiera destacar y es que en casi todos los modelos, programas, proyectos que tienen que ver con la prevencin de la violencia, los profesionales suelen ubicarse como totalmente ajenos a las situaciones violentas. Se supone que el que est previniendo la violencia es alguna clase de sabio ecunime (nuestra moderna versin del santo), que sabe perfectamente qu es la violencia -puesto que l se va a ocupar de prevenirla-, y que puede diagnosticarla, evitarla y/o curarla. Con Elina Dabas presidenta de FUNDARED- trabajamos en un proyecto junto a un equipo de la Universidad Catlica de Santiago de Chile que fue transformdose a lo largo del tiempo. En un principio el equipo chileno vena desarrollando un programa para la prevencin de la violencia en las escuelas. A travs de las conversaciones, cursos, seminarios y encuentros fuimos cambiando el eje de la prevencin de la violencia hacia el de la promocin de la convivencia, y hacia el final del proyecto estbamos ya trabajando la nocin de cogestin de la convivencia. El trabajo culmin con la realizacin de un gran Encuentro de Promocin de la Cultura del Buen Trato. Nuestra actitud y modalidad de trabajo, as como el espritu que compartimos con los participantes del encuentro estuvo sesgada por la idea de que cualquier intervencin en relacin a problemas de violencia puede ser abordada con ms dignidad y eficacia si los profesionales reconocen y aceptan su implicacin y son capaces de abandonar las categoras dicotmicas que llevan a intervenciones basadas en la culpa y el castigo, para construir modos de abordaje basados en la responsabilidad comn en la convivencia. Para ello hay que asumir que parte de la violencia institucional que hoy vivimos incluye muchas veces la violencia de los agentes de prevencin. Llevar adelante una prctica implicada y responsable exige que seamos capaces de reconocer simultneamente la paridad y la diversidad. Este es un gran desafo para todos los profesionales, especialmente los que tienen ttulo universitario o que ejercen cargos directivos, pues estn acostumbrados a disfrutar de una posicin jerrquicamente superior. Esa asimetra, cuando se considera como un absoluto, es ya de por s violencia estructural y, para colmo, invisibilizada. En toda institucin piramidal la arquitectura fsica y organizativa- resulta violenta. Hasta el lenguaje es violento en su gramtica de exclusiones, algo que pasa desapercibido si slo prestamos atencin al tono o al carcter polticamente correcto del discurso.
de la problemtica de la prevencin de la violencia y ampliamos nuestra mirada, nuestra inteligencia y sensibilidad, podremos ver que lo que est en cuestin son las formas de convivencia, y no slo entre humanos sino con la naturaleza a la que pertenecemos. Pretender que existe alguna clase de situacin que es completamente y absolutamente no violenta, ni agresiva, ni tensa, en cualquier campo vital no slo resulta ingenuo sino ms bien absurdo. Estos ideales absolutos constituyen lo que he denominado la trampa platnica. En comparacin con estos arquetipos perfectos todo es fallido, degradado, impuro, menoscabado. Cualquier situacin real de la vida, comparada con ese ideal, ser un pequeo infierno, porque ninguna podr nunca aspirar a igualar el paraso. Y, adems, tenemos que estar contentos, porque tampoco se trata del verdadero infierno que estar siempre acechndonos. Si partimos de una concepcin infernal de la violencia y orientamos nuestras prcticas hacia situaciones pretendidamente idlicas nuestros xitos sern escasos y adems deslucidos. Estaremos siempre en falta pues nuestro objetivo es por definicin inalcanzable. En cambio, si somos capaces de pensar la violencia de otro modo, sabiendo que ningn ideal es frtil ni real, tendremos la oportunidad de pensar la convivencialidad en las situaciones vitales en las que nos encontramos y no como desviaciones lamentables de una naturaleza torcida. Se inicia as una bsqueda sin trmino que exige en cada situacin distinguir entre tensin productiva, agresin y violencia. Muchos autores han avanzado en ese camino, y disponemos de tiles herramientas para pensaren tanto no las transformemos en fetiches para idolatrar, en modelos nicos portadores de verdades absolutas, y seamos capaces de utilizarlos como instrumentos para configurar pensamiento en cada encuentro. Quisiera advertir que no se trata de una cuestin de palabras, hay quienes usan violencia para dar a entender lo mismo que otros hacen con agresin, esto depende de cada corriente, cada autor e incluso cada traductor. Es preciso, tener en cuenta aqu tambin la vio-
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La violencia no es algo que se pueda predicar del ser sino que es algo que se efecta en el espacio relacional y nuestra existencia en los vnculos siempre se da desde la paridad en la pertenencia y simultneamente la diferencia en la modalidad. Paridad no es horizontalidad ni tampoco simetra. Pertenecemos en paridad a la relacin, nadie tiene un estatus privilegiado absoluto, total o eterno. An cuando se manifiesten importantes asimetras actuales o locales, pues la paridad no significa igualdad. Cada persona habita el espacio relacional de modos diferente, pero en tanto lo habita tiene derecho a ser reconocido como un legtimo otro. Esta distincin es fundamental porque muchos de los que trabajan en las temticas relacionadas con la violencia, iniciaron un camino interesante al reconocer la paridad: los modelos sistmicos particularmente. Sin embargo, en la mayora de los abordajes olvidaron o qued en un punto ciego- el aspecto asimetrico de toda relacin. Otros, por el contrario, slo son capaces de ver las diferencias pero nunca la paridad. Las feministas, por ejemplo, suelen tener el buen gusto o el buen tino de denunciar las asimetras, pero acostumbran dejar de lado la paridad. Desde un abordaje de la complejidad, que implica no slo una concepcin sino tambin una tica y una esttica, es posible afirmar al mismo tiempo la asimetra y la paridad, pues partimos de un enfoque multidimensional. De este modo evitamos caer en una concepcin extremista que concibe a las personas como vctimas o victimarios absolutos. Nadie es esencialmente ni lo uno ni lo otro. Todos podemos ocupar en distintos momentos de nuestra vida una u otra posicin en cada relacin. No es nada extrao que un marido que acostumbra a ejercer violencia sobre su mujer y sus hijos resulte ser un subordinado sumiso, un amigo plcido y un hijo bondadoso. Ms an, en otros momentos puede tambin ser un marido apacible, un amigo furioso o un hijo brutal. Lo mismo, por supuesto, es vlido para las mujeres. Esas descripciones terribles en las que las mujeres golpeadas o abusadas aparecen como mosquitas muertas pueden corresponder a algunas situaciones, incluso a muchas, pero esa vctima total es tambin una figura ideologizada, o teorizada, que muchas veces no corresponde en absoluto a la persona que est sufriendo la posicin de vctima en una relacin violenta. Por el contrario, muchas mujeres de las caratuladas como fuertes e incluso como flicas han padecido maltratos. Estas generalizaciones adems de ser otro modo de la violencia, tienden a poner a esa mujer todava en un lugar peor del que est en la relacin violenta, porque ponen la condicin de vctima en su ser. Si abandonamos los ideales de pureza absoluta, y con ellos las esperanzas vanas que stos crean, as como los miedos que producen, podemos generar modos de convivencia responsable en los que podamos modular las tensiones sin caer en las etiquetas, la patologizacin o la judicialicacin de las prcticas sociales. Es necesario producir y cultivar una gramtica que no est centrada en el verbo Ser que convierte todo acto en un destino, y toda caracterstica local en atributo total, de tal modo que un hombre ES un maltratador y una mujer ES una vctima. La forma del discurso de los abordajes de la complejidad, que no son mero formalismo, nos lleva a decir-sentir-pensar que en una relacin en un momento dado alguien acta como victimario y otro como vctima. Cada dominio de experiencia es a su vez mltiple, facetado. Es necesario ver cada situacin
Presidente: Lic. Jorge Cantis Vice-presidente: Lic. Mabel N. Belaguy
desde las distintas perspectivas y en el contexto especfico de la vida de los protagonistas. Entonces, la construccin social de la violencia como fenmeno multidimensional nos lleva a darnos cuenta de que tenemos que estar alertas para no caer en la violencia de la generalizacin y as poder pensar en cada situacin para pensar cmo una familia, un grupo, o un colectivo particular construye la situacin como violenta, o no. Muchas veces nosotros para no pecar de excesivamente universalistas plateamos que algo es propio de nuestra cultura. Pero, cul es nuestra cultura?. Cuando hago esta pregunta, suelen contestarme con una mueca condescendiente: La cultura occidental. Una respuesta que puede ser correcta en cierto sentido, pero su generalidad la hace completamente inadecuada para el que estamos considerando. En relacin a lo que se considera o no, violento, suele ser muy diferente la apreciacin de una familia de paraguayos que la de los argentinos o franceses. Los porteos poco tienen en comn con los mapuches, los jvenes de la Villa 31 raramente comparten cdigos y sensibilidades con los de La Horqueta, y los miembros de la iglesia evanglica tienen una concepcin y una vivencia muy diferente de la violencia de la que tienen los budistas. En nuestra experiencia de trabajo de Fundared y el grupo chileno encontramos que al cambiar el estilo de intervencin y pasar de la la prevencin de la violencia a la promocin de la cultura del buen trato no slo se transformaban las prcticas, las actitudes y las percepciones de los participantes tanto profesionales como beneficiarios del proyecto- sino que aparecan otros actores que hasta ese momento estaban completamente invisibilizados: los no-docentes, los vecinos y otros miembros de la comunidad educativa y su contexto que no figuran en los organigramas clsicos. En los inicios de proyecto cuando se hablaba de la prevencin de la violencia escolar sobre todo se destacaba la que protagonizaban los alumnos (esta modo de concebir la cuestin es probablemente el ms extendido). Al transformar el estilo de abordaje y pasar de la prevencin de la violencia a la gestin de la convivencia es hizo evidente la necesidad de incluir a todos los actores sociales que participan de la comunidad educativa. Tampoco era posible decir a-priori qu era buen trato, sino que era algo que iba surgiendo en funcin de las interacciones locales, a veces sin poder ser explicitado pero claramente vivido y sentido por los participantes. Lo que es buen trato en Argentina puede ser un trato espantoso en Japn, o lo que se acepta entre adolescentes resulta chocante para los adultos. Lo que es buen trato dentro de un colectivo protestante puede ser mal trato en un colectivo judo. Es en cada situacin que ir crendose y expandindose la posibilidad de gestar y sostener un espacio de convivencia estimulante, productivo, capaz de aceptar la diversidad y navegar los conflictos. El problema es que muchas veces los profesionales caemos en lo que he denominado captura definicional. Esta es una de las formas de la violencia del saber desde la cual se dictamina desde afuera qu es la violencia, sin pensar la situacin especfica que se est tratando sino hacindola objeto de conocimiento. Es decir, codificndola, cuadriculndola segn el marco terico y las casillas del proyecto surgido de las usinas acadmicas o burocrtica (o mixtas). La esttica-tica del abordaje de la complejidad para trabajar con los problemas de violencia queda maravillosamente expresada en una frase de Gilles Deleuze: No hay mtodo, no hay receta, slo una larga preparacin
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orra el siglo XVII y un filsofo maldito, mil veces maldito se pregunta sobre el sentido de los actos sin sentido de los hombres. De ah en ms esta cuestin que tiene que ver con la historia de las mentalidades, el imaginario social, las representaciones sociales, las significaciones simblico-imaginarias, la produccin de subjetividad preocup por igual a distintos campos del conocimiento. La filosofa, la sociologa, el psicoanlisis, la economa poltica. Cmo lo colectivo producen iguales y distinto tipo de subjetividades. No hay sociedad sin imagen de pensamiento que devenga de una mquina abstracta controlando los agenciamientos de deseo y de enunciacin. Esta mquina abstracta no se confunde con el Estado, su papel es organizar los enunciados dominantes y el orden establecido, las lenguas y los saberes, las acciones y los sentimientos adecuados a dichos rdenes. Tienen relaciones de interdependencia con el estado. Es as como se crea y se produce la subjetividad capitalista que corresponde en este momento al Capitalismo Mundial Integrado. Que es diferente a la subjetividad de la modernidad y a la subjetividad producida durante el feudalismo. Nos ilusionamos pensando que aquello que denominamos lo social, el estado, la poltica, la moneda, los modos de produccin estn por fuera del individuo. En realidad son constitutivos de nuestra produccin subjetiva. No estamos designando a una suma de subjetividades individuales sino a un modo de ser producida, en donde intervienen desde los complejos procesos de identificacin que ocurren en el seno de las relaciones familiares, hasta lo econmico, lo social, lo histrico, los medios de comunicacin de masas, el momento particu-
lar. Esta subjetividad as entendida es en realidad fabricada, modelada, consumida y producida, En cada paso que damos. En cada paso que nos hacen dar. En este sentido el individuo es el resultado en realidad de una produccin de masa. En este sentido es serializado. Es as como la subjetividad circula en lo social asumida y vivida por los individuos en sus existencias particulares. Las personas en sus vidas particulares ponen en juego sus procesos subjetivos ya sea repitiendo el molde que reciben, ya sea desde una relacin creativa apropindose singularmente de los componentes subjetivos. La subjetividad no se sita en lo individual, circula en lo social, histrico, medios de comunicacin de masa, modos de produccin, en la familia. Abarca s lo individual, lo colectivo y las instituciones. No es un recipiente, es creativa y expresiva. No est conformada por elementos exteriores. Sino que estos elementos son constitutivos de la propia subjetividad. La producen. En la persona existen mltiples subjetividades. Segn como organice en ese momento su conexin con los otros y consigo mismo aparecer una u otra. Segn su rgimen de afectacin. En este sentido es punto de cruce, interseccin, empalme, bifurcacin de heterogneas subjetividades. Podemos hablar as de una subjetividad colectiva, serializada que opera en el sujeto ciegamente, en el mismo momento que los procesos singulares que creativamente organizan otras ideas, otros sentimientos, otras acciones. Dice Flix Guattari: La consideracin de estas dimensiones maqunicas nos mueve a insistir en nuestra tentativa de redefinicin sobre la heterogeneidad de los componentes que agencian la produccin de subjetividad. Encontramos as 1. componentes semiolgicos significantes manifestados a travs de la familia, la educacin, el ambiente, la religin, el arte, el deporte....2. elementos fabricados por la industria de los medios de comunicacin, del cine, etc. y 3. dimensiones semiolgicas a-significantes que ponen en juego mquinas informacionales de signos, funcionando paralelamente o con independencia del hecho de que producen y vehiculizan significaciones y denotaciones, y escapando, pues, a las axiomticas propiamente lingsticas. Las corrientes estructuralistas no die-
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El orden
Con la avidez por organizar su propia realidad, el crtico Daniel Balonica reley la obra del escritor chileno Federico Raes en una secuencia estrictamente cronolgica. Logr en dos semanas lo que a Raes le llev toda una vida, pero esto suele ser as y no por eso hay que quitarle mritos: ni a Raes ni a Balonica, sin acento a pesar de la regla, porque es apellido. Balonica pretendi comprender una evolucin creativa como se entiende una escalera: peldao a peldao. Debera haberse rendido ante el movimiento huracanado que se divierte con crculos y anula el principio y el fin de las cosas. En su empezar, Raes provoc a la adormilada Santiago con un librito que supera apenas el centenar de pginas: una autobiografa dionisiaca a lo Henry Miller, incluidos los coitos en el bidet. Y desapareci con una saga sobre coreanos inmigrantes, cuando Corea remita a guerra y no a supermercados. Fue Los siete coreanitos la ltima novela publicada por Raes y, sin embargo, la primera en ser escrita, desmintiendo que debe comenzarse delgado y terminar generoso, desoyendo las corrientes progresistas que nuestro crtico adoptaba. Daniel Balonica fue padre antes de contraer matrimonio, y se enamor quince aos despus de haberlo hecho. Enterr a su nico hijo antes que a sus dos padres. Se enfebreci con la literatura, con sus autores, cnones y conventillos, cuando los dems profesores pensaban jubilarse para ir de turs. En su hoy clsico ensayo intenta ligar las inspiraciones de Raes con su biografa, como si autor y obra marcharan indivisibles. As mirado, sin falla asoci Hambre en el bodegn con el perodo lavacopero del escritor. Cuando en verdad Raes escribi los descarnados cuentos en el jardn de esa morada tan seorial de Valparaso, durante su convivencia con Josefina Alzaga Bullrich,. Es atendible la ilusin de Balonica por darle sentido matemtico a lo que no sabe ser explicado de otro modo. Pero esa dislocacin entre su vida y la del autor, en lugar de apaciguarlo, multiplic la idea de injusticia que como bomba portaba bajo la piel. Tiki taka, contando sus horas, le haca el reloj. Coincidi el fin del artculo con la expropiacin de su casa de siempre: una deuda con el Estado apareci bajo una baldosa para embarrarlo hasta el cuello. Algo semejante ocurri a Raes al malograr sus ahorros con apuestas insolubles. Se hubiese apaciguado Balonica al saber compartida su desgracia? De esa poca, y quiz el nico parangn con la vida real, surgi la stira estructuralista Veinte monedas y ningn black jack, acomodando al escritor chileno en el pedestal de los clsicos. Cualquiera sea el nombre del suicidio, desconocemos si Balonica lo hubiera evitado al saber cmo Raes escribi sus libros: en completa indisciplina, sin que una cosa justificara otra, sin que nada tuviera que ver con nada.
ron a ste rgimen semitico a-significante su autonoma ni su especificidad, aunque autores como Julia Kristeva o Jacques Derrida hayan arrojado cierta luz sobre la relativa autonoma de este tipo de conceptos. Subjetividad parcial, prepersonal, polifnica, colectiva y maqunica. Una cura analtica, un anlisis institucional, una intervencin en grupos nos confronta con multiplicidades. Todo est ah. No es externo al sujeto: coordinador/grupo- analista/analizado, analista institucional/Asamblea Socioanaltica, No est por fuera. No irrumpe. Esta ah. Estos pensamientos masificados, verticales, eclesisticos no estn por fuera del sujeto. Existen en los pequeos detalles cotidianos. En lo nimio, en lo banal, en las pequeeces. En cmo miramos., en cmo amamos, qu deseamos ser. Ya no son los otros. Somos nosotros. Solo poniendo en cuestin tales ideas, pensamientos y acciones nos comenzaremos a despegar de las significaciones dominantes. Construiremos as nuestro territorio, singular, colectivo, nico. Pensar, vivir, conocer y desear de otra manera. Imaginemos un plano para recorrer los movimientos infinitos, las diferentes intensidades. Velocidad, elasticidad, fluidez, volumen detenciones. Trataremos de armar un medio indivisible en dnde los conceptos se repartan ocupando un espacio sin describir. El plano es lo que garantiza el contacto de los conceptos. Plano de organizacin /de trascendencia. Plano de inmanencia/de consistencia. Nuestra prctica clnica deber orientarse a pensar e intervenir sobre la produccin subjetiva. Las transformaciones posibles proceden de las mutaciones de subjetividad que puedan producirse a escala molecular. Una singularidad, una ruptura de sentidos, un corte, una fragmentacin, el desprendimiento de un contenido semitico, pueden originar focos mutantes de subjetivacion. El anlisis pensado como invencin continua que evita la masificacin del camino recorrido, creando otra geografa. Pensar singularidades atendiendo a las fugas que escapan a sus determinaciones. Traicionando. Siempre traicionando. Para esta concepcin de la clnica, el tiempo cesa de ser slo padecido, rememorado, es actuado, orientado, objeto de mutaciones cualitativas. El tiempo no es el tiempo del reloj, ni es el tiempo real. Es tiempo hoy Es tiempo bloque, congelado a veces en otros aos con otras sensaciones. Y algo, un olor, una caricia, una ausencia, hacen volver ese tiempo pretrito, lleno de sensaciones primarias, de infancia perdida, de rememoracin de encuentros o desencuentros, de peleas, pasiones y descensos. Es hoy, lo siento hoy, me afecto hoy. Se hace presente en el hoy y es actual. Es tan intensa la sensacin que es presente y ese instante pasado/presente nos trae la misma soledad...la misma angustia...la misma ternura...el mismo desasosiego... Como si fuera presente... Atravesar el pasado, convocarlo, de la memoria pasada es actual. Psicodrama/Grupo. Se recomponen as los universos de subjetivacin a travs de universos parciales mltiples. Es posible ir creando molarmente focos mutantes de subjetivacin. Que nos permita transitar hacia ser otros. Otros singulares. No importa la lnea dura de entrada, lo importante es encontrar las mltiples salidas singulares. Evitar poniendo en cuestin ideas y sensaciones en nosotros y en nuestros alumnos, los invariantes que nos muestran el camino de entrada y la ruta de salida. Camino conocido, recorrido, masificado. Plagado de luga-
res comunes, de pensamientos ya pensados, aplicacin de teoras sin pensar en el sujeto individual, singular que olvidan la orfebrera mnima en la que nos enfrenta todo anlisis Habr que recorrerlo al slo efecto de singularizarlo en mltiples objetos parciales nicos, singulares. Dice Virilio que todo lo que disminuye nuestra potencia de obrar, pensar y actuar administra y organiza nuestros pequeos terrores cotidianos. Todos somos esclavos. De la lgica de la ganancia, del control social, de la idea de representacin. De lo que pensamos que est bien. De tolerar que hay ciudadanos de segunda pensando que somos de primera o que somos de segunda. Todos somos de segunda. Una mano tendida. Una mano alzada. Un puo cerrado. La silueta de una mano vaca. Enuncian la heterognea bsqueda de un pensar y vivir de otra manera. Una informacin que no circula, una mano que escondo, una palabra que callo o hago callar, lo que no comparto, la compresin de las diferencias, un lugar que no doy o que no me doy. Plano, pliegue, surco, grieta. Armar otra geografa. Construir la singularidad en plano de inmanencia, todos los das. En cada acto, en cada momento, en m y en otros. En nuestra prctica clnica, en nuestra teora. La verdadera pelea y diferencia est en el terreno de las ideas y de los actos singulares y colectivos. Singular no alude a lo individual. Sino al abandono en los actos y su correlato en el terreno de las ideas o viceversa, de los mitos capturantes del capitalismo. Una multitud camina hacia la plaza. Las cabezas forman un manto casi compacto. Rubias, morenas, pelirrojas, con chispitas, blancas. Con gorras, descubiertas, con pauelos. La multitud, vista as al ras de sus cabezas, adquiere distintas formas, desniveles, all y ac un surco, una grieta. Por all un espacio vaco, abismal. Organismos acoplados. Los sonidos, las palabras, el costado sonoro del vocablo, su aspecto musical, su tono, sus aspectos de conexin verbal, emocional, volitiva, la mirada, los gestos, las mmicas, los olores. Sonidos significantes que comportan elementos motores de significacin. Diferentes e iguales cuerpos. Gordos, flacos, redondos. Rostros grandes, pequeos en forma de corazn, en forma de pera, puntiagudos, chatos. Negros, blancos, rojos. Iguales. Diferentes. Amontonados. Inconsciente de flujos y mquinas abstractas. Una concepcin tica de nuestra prctica consiste en develar todos los mitos capturantes del capitalismo que expropian a las personas, a sus afectos, pasiones y ambigedades normalizando sus cuerpos y sus mentes equiparando sus modos de percepcin y de deseo Tanto las maquinas sociales como las mquinas tecnolgicas de informacin y comunicacin operan en el corazn de la subjetividad humana, no slo en el seno de su memoria y su inteligencia sino tambin en su sensibilidad, sus afectos y sus fantasmas. Nuestra interrogacin no es simplemente de orden especulativo sino que se nos plantea en nuestra prctica cotidiana interpelando nuestras teoras Nada cae por su propio peso. Son nuevas modalidades creativas. Inciertas.
(Fragmento de la introduccin a Diagramas de Psicodrama y Grupos, compilado por la autora de la nota y editado por Ediciones Madres de Plaza de Mayo)
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Teatro Playback
Un encuentro intercultural
nios que miran todo por primera vez. Experimentamos cierta timidez y curiosidad al mismo tiempo. Los de all hablaban pausadamente para facilitar la comunicacin, las de ac intentbamos balbucear lo menos posible. Todas aquellas esperanzas puestas en torno a la pasin que nos reuna por rescatar, honrar y recrear los testimonios vivos hicieron que, de pronto, nuestras palabras y gestos parecieran encajar unos en otras, como muecas rusas. Se dio una corriente espontnea de afecto. Al da siguiente tuvimos nuestro primer ensayo- de cierta forma, el Playback Theatre es siempre un ensayo en el cual no hay tiempo para pulir las escenas, los personajes o la msica. El grupo nos pareci muy clido y hospitalario. Una corriente de energa fluy del crculo que formamos y empezamos a compartir pequeos fragmentos de los mundos que traamos, nuestras historias mnimas. Lentamente se gener un clima de recuerdos, emociones y sorpresas visuales con un mnimo de elementos: nuestras voces y gestos, algunas telas coloridas y escasos instrumentos musicales. Creamos formas, msicas y escenas que pronto se evaporaban quedando nosotros prontos para iniciar otras. As fuimos tejiendo una historia corporal-musical con nuestras voces y cuerpos. Ese cruce de planos, relatos y culturas fue ya de por s un acto de amistad y tena la textura del encantamiento. De ese primer ensayo fluy una confianza que nos permiti aprender unos de otros, atrapar las historias de los dems y quedrnoslas por un momento para devolverlas en seguida con nuevos resplandores. La memoria se entrega con generosidad a quien se dispone a escucharla. Cada uno sesgaba su accin alrededor de la de los dems, en una suerte de grupalidad que ayuda a superar las limitaciones individuales y a transitar por los agujeros del sinsentido. Nuestros pequeos lentes sensibles se articularon sin enjuiciar. Compartimos nuestra precaria y efmera condicin de actores espontneos reflejndonos unos en otros. Si haba alguna verdad a ser buscada era una verdad alcanzada colectivamente, ms all de la falsa dicotoma nosotros y ellos. Por el contrario, indagamos en nuestras diferencias y las incluimos en la creacin y fue fascinante ver las diversas formas de practicar Teatro Playback. La inmersin cultural ampli nuestras perspectivas sobre el Teatro Playback, permitindonos una visin menos etnocntrica. Al mismo tiempo, reafirmamos los valores de este movimiento, que constituye una microcultura en s mismo. Nos enfrentbamos a un desafo enorme, alternbamos entre el temor y la confianza, entre la alegre expectativa y el esfuerzo que entra-
Rasia Friedler, Silvina Waisman silvinawaisman@gmail.com Qu obtienes cuando juntas dos actores de Playback de Amrica Latina ms cuatro actores de Playback de Estados Unidos los mezclas durante 12 intensas horas de ensayo y luego los pones en el escenario, temblorosos y excitados, para actuar, en ingls y en espaol, historias de activistas populares de todas partes del mundo? Una receta para el crecimiento, desafo, compaerismo y diversin!
ra el encuentro que esperbamos desde haca meses, desde que recibimos la invitacin de Christopher, director de la True Story Playback Company y de John Harvey, director de la red Grantmakers Without Borders. La propuesta era actuar en dos funciones de Playback Theatre, una en el marco de un encuentro de donantes que apoyan el sur global y activistas provenientes de diversos lugares del mundo y otra en una conferencia organizada por la Youth Philantropy Worldwide. El hecho de vivir esa experiencia grupal, or las historias de gente de Colombia, Guatemala, Nicaragua, India, Africa, Hawai, Estados Unidos, etc. y meternos bajo su piel para transformarlas en escenas fue mucho ms de lo que imaginamos. En nuestro primer contacto nos miramos deslizando las pupilas de un lado a otro, escudrindonos los rostros. El sol lanzaba reflejos tornasolados sobre nuestros cuerpos. Nos abrazamos y sonremos al decir los nombres. An ramos las de aqu (Amrica del Sur), y los de all (Amrica del Norte). Tenamos los ojos abiertos de par en par, como
MASACRE DE CROMAON
El lugar de la Psicologa Social en el abordaje multidisciplinario.
A cargo de la Dra. Silvia Moguilesky, Mdica esp. en Psiquiatra y Psicoanalista Lic. E. Jorge Rodriguez, Socilogo
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a estar a atentos a las necesidades de una situacin indita. El encanto de escuchar una historia, de devolverla desde nuestra subjetividad, recrearla desde nuestros cuerpos, nuestros movimientos, nuestras voces Todo esto que siempre hacemos acompaados del sonido de nuestra propia msica y las voces de nuestra propia lengua cmo sera tras el tamiz de otro idioma? Nuestros gestos sudamericanos... podran trasmitir lo que sentamos a aquellos que trajeran otra impronta? Y para nuestro grupo, esa nueva y momentnea compaa multicultural que conformbamos juntos: cmo saltar del ntimo espacio de un encuentro de teatro espontneo o de teatro playback a la multitud de un evento multicultural de ms de doscientas personas con micrfonos, traduccin simultnea para gente de la audiencia, en una enorme sala alfombrada de paredes vidriadas de un inmenso hotel? La espontaneidad con la que flua nuestro trabajo juntos, no nos terminaba de aligerar la ansiedad frente al desafo que representaba ese momento, el de nuestra funcin, que dara en su invitacin a compartir, el marco de cierre del encuentro. Y finalmente todo momento llega, y hay que devolver a ese grupo ms extenso todo lo que habamos ido forjando entre nosotros. Hay que crear las condiciones para que se exprese la magia. De eso se trata todo. Y a poco que los narradores iban animndose a compartir sus historias y nosotros a devolvrselas hechas escenas, danzas, obras nuevas sentamos que ms all de las palabras, nos iban hermanando los sentires. Sentimientos que estaban hechos de msica, de canciones, de palabras en ingls o en espaol, no importaba, todas eran expresiones que iban siendo captadas en un significado que trascenda la traduccin literal. Y la inmensa sala alfombrada se transform de a poco en un pequeo rincn donde confluimos, desde distintos rincones del mundo, personas de distintas lenguas, distintos colores de piel, distintas costumbres La magia es posible cuando podemos confiar en el grupo con el que estamos trabajando, metafricamente permitirnos abandonarnos por momentos los unos en los brazos de los otros, sabiendo que ms all de las palabras, nos sostiene la firme red que vamos construyendo en este prestarnos los unos a los otros nuestras historias, esas historias tiernas, dolorosas, felices, exultantes, siempre fecundas, que todos tenemos para contar. Fueron slo cuatro das, pero valieron por un largo aprendizaje. Ojal que este tipo de experiencia intercultural se repita en muchos lugares del mundo. Contando la historia... Por Anne Slepian Esta experiencia nica fue organizada por Christopher Mogil, del Teatro de la Verdadera Historia de Boston, Massachusetts. Christopher conoca desde hace varios aos al Director de Filntropos Sin
Fronteras y convenci a su director a que se arriesgara a traer el Playback a su conferencia anual. La conferencia inspiradora, llevada a cabo en Miami a fines de Octubre, reuni cerca de 100 activistas comunitarios de todo el Sur Global y a unas 100 organizaciones filantrpicas de orientacin progresista, orientadas al cambio social. El encuentro tuvo como finalidad generar y afinar estrategias para el fortalecimiento comunitario. Nuestra actuacin de Playback fue el evento final de la conferencia. Dado que uno de los temas claves de la Conferencia fue explorar cmo construir alianzas a travs de las diferencias culturales y de poder, Christopher y el director de la organizacin no gubernamental consideraron que la exhibicin sera ms eficaz si la compaa estuviera conformada por gente de distintos pases, en la cual se diera una integracin a travs de las diferencias. Por sugerencia de Susan Metz de Nueva York, l contact a las experimentadas y bilinges Playbackers Rasia Friedler de Uruguay y Silvina Waisman de Argentina. Para su satisfaccin, ambas aceptaron esta aventura. Ensayamos juntos en sesiones de ms de 3 o 4 horas, durante dos das y medio. El tiempo que pasamos juntos fue dulce y extenuante, ya que todos nos esforzamos para escucharnos, superar las diferencias de lenguaje, compartir el poder y prepararnos de manera eficiente para una actuacin tan importante. Al da siguiente, los seis actuamos nuevamente para unos 60 adolescentes provenientes de Miami, muchos americanos del Caribe, como parte de una conferencia de un da organizada por la Filantropa Mundial para la Juventud. sta fue una experiencia intercultural tan desafiante o ms que la de la noche anterior. Aunque alborotadamente y sin estar familiarizada con la manera que el Playback permite expresar los sentimientos, la gente joven nos cont historias muy intensas y muchos de ellos se lanzaron y unieron a nosotros para actuarlas. Los seis sentimos tristeza de tener que partir luego de esa experiencia tan memorable e intensa que vivimos juntos. Prometimos reencontrarnos en el prximo encuentro del IPTN (Red Internacional de Teatro Playback), a desarrollarse en Sao Paulo en 2007, o tal vez an antes de esta fecha! Para un completo relato de nuestra experiencia y actuacin, con secciones escritas por cada actor, ver Interplay: http://www.playbacknet.org/interplay/news/jam.html La Compaa Intercultural de Teatro Playback para la Conferencia de Filntropos sin Fronteras que se llev a cabo en Miami, Estados Unidos, en octubre de 2004 estuvo formada por: Rasia Friedler, fundadora y directora de SaludArte (Fundacin para la Promocin de Salud a travs del Arte y el Humor, integrada por la Compaa de Danza Espontnea SaludArte y la Compaa de Teatro Espontneo Entre el Entre, entre otros grupos), de Montevideo, Uruguay. Silvina Waisman, fundadora y directora de Interactteres, Compaa de Tteres y Teatro Espontneo, de Buenos Aires, Argentina. Anne Slepian, John Lapham, Maria Pinheiro, y el director artstico Christopher Mogil son miembros del Teatro Historia Verdadera de Boston, Massachussets, Estados Unidos.
Escuela de Psicosofa
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Una mirada a la problemtica individual y social del ser humano
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Nn/Elcincuentaycuatro
Entrevistas en el manicomio
Marcelo Percia mpercia@uba.psi.ar
ice que es del cincuenta y cuatro, lleg sin documentos, no recuerda su nombre. Asegura que es un traidor. Lleva aos internado en el hospital. Siente algo especial por los treinta y seis meses que van desde mil novecientos setenta y dos hasta mil novecientos setenta y cinco, entre sus 18 y 21 aos. Explica que a fines del 74 la cosa estaba perdida. Dice que, desde entonces, tiene muchos muertos, que incluso l mismo est muerto. Explica que la muerte ya no cabe en ninguna parte. Tiene puesto un saco de marinero con solapas anchas que le llega ms abajo de la cintura, lleva prendida una cinta negra. Aclara que es un hombre de un solo traje. Cada tanto se siente mujer. Rechaza los interrogatorios. Acepta las entrevistas cuando parecen conversaciones distendidas. Casi no responde preguntas sobre su familia. Muchas veces intent cortarse la palma de la mano con un cuchillo. Su padre era comerciante, su to trabajaba en un teatro. Parece tener una memoria prodigiosa. Relata detalles de una obra que se estren hace cuarenta aos. Habla horas de esa historia: imita voces como si estuviera en escena o comenta, haciendo un aparte, marcaciones del autor. Menciona rituales que pertenecen a la tradicin juda. Cuenta de un pintor que se llama Otto Dix. En sus pesadillas est en un puente: no puede pasar del otro lado ni retroceder. Se despierta sobresaltado: todos lo das, antes de que den las siete, dice que quiere estar con los ojos abiertos a la hora de la traicin. En los bolsillos del saco guarda una carta, el recorte de un diario, una foto que nunca muestra, el programa de un cine, el boceto de una historieta. Conoci a la mujer de su vida, en aquellos meses, cuando trabajaba en una librera. Ella era veinte aos mayor, le dijo que se pareca a un escritor que haba sido hijastro de Rilke. La muchacha lo alent a estudiar psicologa. Volvi a ver a la mujer en una pelcula. Cada tanto, interrumpe lo que est diciendo para murmurar cosas que no escuchamos. Al volver, explica que est conspirando, que la nica defensa que tiene es conspirar. Explica que no vive all por eleccin. Insiste en que no es un desertor sino un traidor. El manicomio no es un refugio para escapar del mundo. Permanece internado porque no tiene a dnde ir. No existe palomar al que pueda regresar con su mensaje. Espera, algn da, desaparecer en el fuego. Afirma que conoci, en el hospital, a dos tipos que llegaron en esos meses extraordinarios desde otra galaxia. Son investigadores de una civilizacin avanzada, nos estudian. Cuando transmiten sus informes siente un zumbido en la cabeza. En mucho tiempo tuvo una sola visita. Un compaero del colegio, de quien no supo en treinta aos, lleg un da para traerle la imagen de un identikit que se le parece. Amenaza con quemar el pabelln. Aclara que, de todos modos, en el 2019 no habrn psiquitricos. 1 1. No sabe cmo se llama. Pregunta si tenemos fuego. No fumamos. No, no es para fumar. Muestra que no lleva cigarrillos. Sus bolsillos estn llenos de papeles. Quiere quemar el pabelln. Cuenta que en el ao 356, antes de la era cristiana, un griego desconocido incendia el templo de Artemisa para conquistar la fama. Hacerse inmortal! Para castigarlo, las autoridades prohiben pronunciar el nombre del vanidoso. Aplican la pena de muerte a los desobedientes. El nombre de Erstrato, sin embargo, llega hasta nuestros das; nadie sabe, en cambio, quin construy el edificio consagrado a la diosa, considerado una de las maravillas del mundo. Explica que, cuando pueda recordar su nombre, incendiar el hospital.
se muestra en Buenos Aires con el nombre de Rey por inconveniencia. En aquellos meses, ve tres veces la pelcula. No entiende por qu pierde tiempo con una historia tonta. Es octubre de 1918, la guerra casi acaba, un pequeo pueblo del norte de Francia espera su liberacin. Mientras los aliados avanzan, el ejrcito alemn comienza la retirada. Antes, planean hacer estallar el pueblo a media noche, justo cuando la avanzada de un regimiento de escoceses se asiente en el lugar. Un miembro de la resistencia enva un mensaje para prevenir a los aliados. Lo descubren, lo asesinan; pero la advertencia llega a destino. El coronel escocs solicita que un voluntario se adelante hasta el pueblo para desactivar el polvorn. La misin recae sobre un joven ornitlogo encargado de comunicaciones que habla francs. Mientras tanto, en el pueblo, circula el rumor de que los ocupantes se retiran dejando una trampa mortal. La pequea ciudad explotar en cualquier momento. En pocas horas el fuego acabar con todo. La poblacin huye. Cuando el voluntario especialista en toda clase de aves llega al pueblo, llevando una jaula con dos palomas mensajeras, encuentra un escenario desierto. Los habitantes del lugar se han marchado: animales de circo andan sueltos. La ltima patrulla alemana, en retirada, lo sorprende. Corre, busca un lugar en el que esconderse. Entra en un Asilo para Locos. Cambia su uniforme por la ropa que usan los internados. Los alemanes ingresan en una sala de dementes, los interrogan. El que construye un castillo de naipes se presenta como el Duque de Trboles. Entonces, el voluntario entendido en pjaros hace lo mismo: se anuncia como Rey de Corazones. De inmediato todos vivan al Rey. Estalla una algaraba contenida. En ese mundo loco, los alemanes desisten de buscar a un enemigo, se retiran. Abandonados en ese sitio que est por arder, sin entender nada, las
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2. Los das que fueron en aquellos meses son, para l, todo. En su visin, un cronista escribe el Eclesiasts, uno de los cinco rollos de la biblia, Kohelet en hebreo. Lo siente derramndose sobre los papiros, tres siglos antes de esta era. Alcanza a leer una frase recin anotada en el libro sagrado: no hay nada nuevo... nada tan nuevo que alguien no lo haya soado antes. No puede dejar de pensar en esa revelacin. Todo lo que vivimos, todo lo que habremos de vivir, incluso aquello de lo que estamos privados, todo, ya ha sido soado. Entonces, su vida no es su vida, sino el estallido ocasional de un sueo desprendido del tiempo. Le gustara creer en la maravillosa mentira del cronista: un universo enteramente soado afectado por intervalos de olvido. Sospecha que esa idea disimula lo que tampoco l quiere saber: que no hay nada, que no hay sueos, que no hay soantes, que no hay lo nuevo; que vive insomne en un presente muerto, sin antes, sin despus. Me explica que, para l, esos meses extraordinarios, son una pequea ilusin de eternidad. 3. Aclara que no es un voluntario ni tiene alas. Tampoco se interesa por la ornitologa. Dice que es un naipe fuera de juego. Una baraja que, quiz, tuvo valor en esos treinta y seis meses extraordinarios. Cuenta que el francs Philippe de Broca estrena en 1966 Le Roi de Coeur, que
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Entrevistas en el manicomio
mujeres y los hombres insanos salen del manicomio. Con alegra y naturalidad ocupan el pueblo abandonado. Simulan los personajes ausentes requeridos en esa pequea ciudad solitaria. Mudan uniformes: mujeres con bellos vestidos, hombres con hermosas galeras; un caballero celebra un encuentro con una dama; una provocativa mujer llama a sus clientes desde una ventana; un mdico hace su primera receta; otro, vestido de aviador, se pasea por una calle; un polica cruza la plaza en bicicleta; el general se instala en el circo; los nobles van en un coche tirado por un camello; el obispo tiene una Catedral del siglo XII para l solo. El voluntario conocedor del vuelo y el canto de las aves enva una paloma con un mensaje que no llegar nunca. Dice: Pueblo equivocado. Gente rara. Un oso suelto, dos leones. Ocurren las cosas que ocurren. El ornitlogo elige morir junto a los delirantes antes que regresar a un mundo que vive en guerra. Pero descubre, cuando todo est por estallar, cmo detonar el polvorn. Se salvan de ser consumidos por el fuego en ese momento. La gente del pueblo regresa. Cuando las locas y los locos advierten que todo continua, vuelven al manicomio. Entre una vida de muerte y la nada, eligen la nada tras los muros. En la ltima escena el ornitlogo voluntario deserta. Arroja su fusil, se desprende el uniforme de soldado. Aguarda desnudo, con dos palomas en una jaula, en la puerta del psiquitrico. El hombre de los pjaros se llamaba Plumpick. Nos explica que una historia, as, no tiene sentido. Piensa que tal vez l sea el rey del fuego: el da que recuerde su nombre incendiar el hospital. 4. Hace unos aos los llevan al Museo de Bellas Artes. La psicloga tiene que pagar el micro de su bolsillo. Reconoce la ciudad. Recuerda que la mujer de su vida viva cerca de Plaza Francia. Tuvo miedo de visitar su casa. Explica que Otto Dix pinta para atemperar la desilusin de lo visible. Todo retrato es una deformacin. Dix va del dibujo exacto del modelo hasta la provocacin de su ausencia a travs de veladuras. 5. Su padre lo denuncia en mayo de 1976. Es el socio tres mil cuatrocientos cinco del Hogar Policial. Cuenta que su hijo anda en algo. Habla con los uniformados como un vendedor que discute el precio de una toalla. Dice que su padre lo entrega con la picarda del negociante que calcula obtener una ventaja. Cuenta que Dios hace llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Abraham observa, desde lejos, ascender el humo de ese horno. Los sodomitas son condenados a desaparecer de la tierra. Descarriados por las riquezas. Crueles con los esclavos. Sanguinarios con los extraos. Brutales con los pjaros. Responsables de orgas, promiscuidad, incesto. En das de fiesta, mujeres y hombres, se divierten y gozan, sin temer a Dios. Lot es hospitalario. Es el nico, en toda Sodoma, que ofrece acogida a los ngeles que enva Dios bajo la forma de dos extranjeros. Es premiado, junto con su esposa y sus dos hijas, por su generosidad. Me llama la atencin sobre un detalle de la historia. Un episodio anterior a la destruccin. Cuando Dios le comunica el exterminio de Sodoma, Abraham quiere saber si aniquilar tanto a justos como a malvados. Si vivieran all cincuenta justos no perdonaras a esa ciudad? Si, acaso, encontrara all cincuenta justos, perdonara, por ellos, a todos los dems. Y si de cincuenta justos faltaran cinco, destruiras, por slo cinco, a todo un pueblo? An faltando cinco, perdonara a todos los dems. Y si faltarn diez, destruiras, por slo cinco ms, a toda una comunidad? Todava los perdonara. Y si faltarn otros cinco? Y otros cinco? Y cinco ms? Cuando la negociacin termina, Dios accede a no castigar a Sodoma si, por lo menos, encuentra a diez justos. Dice que su padre tambin comerciaba. Tena un negocio de telas. 6. Tiene el recuerdo de esa tarde de lluvia. Es el ltimo viernes de septiembre de 1958. Siempre amanece con esa tristeza, esa cifra claudicante. Esa vez, l y su madre, parados en el refugio de un puente, en medio de la lluvia, desisten de llegar hasta San Martn. Desde entonces, el miedo se presenta, para l, como la imposibilidad de cruzar una frontera. 7. Un hermano de su padre trabaja en un teatro sobre la calle Boulogne Sur Mer. Ese da ayuda en la limpieza de la sala. Tiene diez aos. Al comenzar la obra se queda dormido. Relata que Rquiem para un viernes a la noche de Germn Rozenmacher se estrena en el teatro IFT el 21 de mayo de 1964. Es la historia de-
sesperada de una familia, de una ciudad, de una poca. Dnde est tu hijo, Leie?. Una noche de otoo de los sesenta. Un departamento en Lavalle y Pueyrredn. Sobre las paredes retratos ovalados de viejos judos rusos. Sus gorros, sus barbas, sus mujeres posando, pequeas, de pie, a un costado. El mantel tendido sobre la mesa. Los cubiertos puestos. El lugar del padre. La copa de plata para la bendicin del vino. Un candelabro de tres brazos con velas encendidas. Una tela de seda bordada con una estrella de David cubre el pan. Sholem canta en una sinagoga de la calle Cangallo: Y cantando se pelea con Dios todos los viernes a la noche. Est viejo. Su voz no es la de antes. La comisin directiva del templo no lo quiere. Siente una amargura ms intensa que sus enojos, su desprecio, su orgullo (un sofocado amor, una ternura que apenas puede manifestarse). No todos saben darse un lugar en este mundo. Sus pequeos ojos de juez hacen que uno se sienta culpable. Permanece con los dientes apretados. Necesita hablar con alguien. Un pequeo gorro de tela negra cubre su cabeza. No durmi en toda la noche. So que estaba muerto. El to Max es un soltern que vive en la casa de su hermano. Un actor que tuvo su talento: Todo l es un esfuerzo sobrehumano de no envejecer, de no quedarse solo.... Presenta la obra as: Vengo a decir kadish. A qu no saben qu quiere decir kadish? Qu van a saber! Es un rquiem, una oracin para los difuntos. Un kadish por los Abramson. Por mi familia. Es lo nico que me queda y yo los quiero mucho y no puedo hacer nada por ellos. Sholem dice que su hijo es el enemigo de la casa. Un alma ajena que bebi de su propia sangre. Un fracasado que escribe versos. Vos no escuchaste lo que yo tuve que escuchar cuando le pregunt si andaba con una chica! Y despus cuando le pregunt si la chica era juda!, tenas que haber estado aqu para escuchar cmo, con qu insolencia me contesto: no y qu hay con eso!Te das cuenta?. El muchacho va contra la corriente. Es un antisemita! (Camina) Es ms que eso. Para m es un traidor. Es un hijo que traicion a su padre. La madre suea que la casa se le cae encima. No sabe qu hacer. Finge ordenar los escombros como si fueran los muebles de siempre. Se siente quebrada. El hijo de la vecina se recibi de farmacutico, se cas con una chica farmacutica igual que l, se fue a Norteamrica, va a volver rico. Satisfacciones que una tiene! Apague ese cigarrillo, goy! Ya estamos en viernes a la noche! No se puede fumar. Lo nico que falta... Que entre Sholem y lo encuentre fumando. David es el nico hijo de los Abramson. Cumpli veintisis aos. Trabaja en una sastrera. Tiene mil pginas escritas. Sus amigos son artistas, filsofos, muchachas locas, todos goim. Vino a decir algo. Tom una decisin. Rebosa de tensin. Trata de tranquilizarse. No puede mantenerse sereno. Respira hondo, siente miedo, bronca, no aguanta ms. Lleva una carga terrible. El respeto que siente por su padre hace que, por momentos, se repliegue. Duda de lo que est por decir. Se excusa: Estuve ah, con Mara. Me est esperando en el caf. Se desgarra. Pelea dentro suyo. Decide callar. Pero, indignado, al final, se desborda, se lanza sin poder contenerse, habla. A los gritos. Se arrepiente. Se esfuerza por volver a un tono ms bajo. Se da cuenta de que es intil hablar. Con cautela, pero decidido continua: Vine a decirte que me voy de esta casa. Parece humillado, vencido. Dice que Rozenmacher seala que David prefiere no entrar en combate. Recuerda que el texto dice: quiz no porque no quiera sino porque no puede fintear con su padre ni con nadie. Sholem le ruega, le ordena, lo envuelve. Le pide por favor que se quede con toda la ternura de que es capaz. La misma voz de tenor que el padre. David no responde. Me explica que la diferencia duele, desgarra, corta races. La diferencia es soledad. La diferencia es deseo. Continua: Acaso yo tengo la culpa, hijo, si las cosas son como son? Yo slo s que nadie nos quiere y que el mundo andaba mal antes de que yo llegara y nos golpearon mucho y nos ofendieron todava ms. Y vos no sos quin para arreglar las cosas!. Tambin el abuelo era cantor en Capule. Un punto en medio de Rusia. En nuestro pueblito de Capule, la nieve cuelga como lgrimas de las ramas secas. Cuenta el talmud que el viernes por la tarde un rabino envuelto con su talit llama a recibir el shabat. Cuando se pone el sol, todos salen de sus casas con ropas de fiesta. Algunos cantan y bailan. Otros pronuncian oraciones de bienvenida. El viernes a la noche es para que toda la familia est junta. No queda nada de todo eso. Tenamos como cinco calles, dos baos pblicos, trescientos habitantes y una sinagoga tan vieja como el mundo.... Los alemanes quemaron todo. Qu les molestaba Capule? Pero el chico naci aqu. Pero si naci aqu
por accidente! S, Sholem. Pero el caso es que naci aqu y este es su pas. El padre expulsa al hijo. El Kadish Iatom se dice por alguien que est en duelo o en el aniversario del fallecimiento de un ser querido. Kadish se traduce en forma literal como significacin. Sholem concluye: Se me ha muerto un hijo. Hoy se me ha muerto. Dnde hay un libro de oracin? (Pausa) Ya no tengo ms un hijo que se llamaba David. Y voy a guardar luto siete das. Era mi nico hijo. (Se quiebra) Y ahora no tengo a nadie. 8. Recuerda con precisin algo que lee el da de la visita al Museo. Repite lo que Otto Dix escribe en su diario de 1915, en el frente: Piojos, ratas, alambrados, chinches, granadas, bombas, cuevas, cadveres, sangre, aguardiente, ratones, gatos, gases, caones, suciedad, balas, morteros, fuego, acero, eso es la guerra. Una obra del diablo!. 9. Vuelve a la historia del viernes a la noche. Explica que una promesa necesita tanto tiempo como, dicen, se necesita para hacer una psicosis: tres generaciones. El hospital es Capule. El mundo es un sitio inhabitable. Dice que es un traidor, como David. Que los traidores no tienen nombre. 10. Pregunta si leemos historietas. Explica que desde el comienzo, Corto Malts, el personaje de Hugo Pratt, se asegura la buena suerte. Se da cuenta, siendo chico, que le falta la lnea de la fortuna en la mano. Toma la navaja de afeitar de su padre. Se hace una a gusto. 11. Tiene estudios secundarios. Explica que los inocentes tambin traicionan. En el sesenta y nueve cursa segundo ao. Esa maana de otoo, se rumorea, algunos muchachos no entran a clase. Reconoce que l no se dio cuenta de nada. Llegan al aula el vicerrector y el jefe de preceptores con un joven a quin acaban de expulsar de la escuela. El chico quiere decir algo. Despedirse? Lleva una cinta negra en la solapa, saco azul, corbata gris, cami-
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Slo vale la pena hacer lo que el mundo considera imposible. Oscar Wilde
el mismo chiste para pelearlo. Un hombre pregunta por el socialismo. Le explican que si un capitalista tiene una fbrica slo para l, los socialistas la comparten entre todos los que trabajan. El hombre se entusiasma, pide ms informacin. Le explican que si un terrateniente tiene campos improductivos, los socialistas reparten las tierras entre quienes las cultivan. El hombre muy interesado, pide ms detalles. Le explican que si un especulador tiene millones de dlares guardados, los socialistas invierten ese dinero en beneficio de todos. El hombre cautivado, quiere saber ms. Le explican que si cientos de casas estn en manos de una sola persona, los socialistas procuran que esas viviendas se ofrezcan a quienes no tienen techo. El hombre no cabe en su entusiasmo. (Ahora, avisa, viene el golpe bajo de Gonzlez). Por ltimo, le explican que si l tiene dos trajes, los socialistas le sacan uno para entregrselo a un desvestido. El hombre responde que, entonces, no le interesa el socialismo (explica Gonzlez, con una sonrisa) porque, justamente, tiene dos trajes. 14. Dice que agua aire fuego son sus nombres. Saca la pgina de un diario del bolsillo de su saco. Lleg envolviendo algo que trajeron al pabelln. Lee sobre la muerte de Pierre Klossowski, en Pars. Recuerda que cuando trabajaba en la librera, hace casi treinta aos, conoce a la mujer que lee con furor Nietzsche y el crculo vicioso. Es psicoanalista y lo llama mi estudiante. Tiene algo inquietante. Una vez le explica que Klossowski piensa que toda la vida se reduce a un solo momento: la escena de un cuerpo que se entrega a la mirada de otro. Un da lo invita a tomar un caf. El le dice que no puede salir en horas de trabajo. Como si no lo hubiera escuchado, ella le contesta que muchas personas viven extenuadas en su identidad. Que ella prefiere inspirarse en el agua, en el aire, en el fuego. 15. Tiene una foto, de un compaero de escuela, que no muestra. Dice que su amigo tiene el privilegio de la juventud. Una juventud de muerte. El privilegio de estar siempre por aparecer tal como era. Sus ojos hermosos todava esperan. Un porvenir instantneo. 16. La historia, todava lo emociona. Dice que en esos treinta y seis meses pasaron cosas maravillosas. Tiene un recuerdo vago (confuso e inexacto) de algo que escuch. Asegura que no es un invento. Sabe que es verdad por el zumbido que, a veces, siente en su cabeza. En aquellos das, se anunciaba un cambio inexorable. Otra vida inminente. Un tiempo de amor, juego, alegra. Una sociedad de pasiones descontroladas. Una fiesta, no ajena al dolor, en la que deseo y erotismo seran potencias de un cuerpo diferente. Ese momento estaba por llegar. Un salto increble para alcanzar otra sociedad, otras culturas, otras relaciones de trabajo. El desarrollo de las ciencias y las tecnologas, por fin, podra resolver sufrimientos que lastimaban al mundo desde siempre. La marcha del progreso, si se hacan las cosas bien, conduca a una vida mejor. El desarrollo de las fuerzas productivas llevaba a un cambio de las relaciones de produccin. As haba acontecido en la breve historia humana y as habra de ocurrir. La sociedad esclavista dio lugar a la sociedad feudal, la sociedad feudal a la sociedad burguesa, el capitalismo burgus (tarde o temprano) conducira al socialismo, y el socialismo, en su etapa superior, alcanzara la forma perfecta del comunismo planetario. La vida avanzaba desde el futuro hasta el presente. Era el anuncio de un sueo: sera posible la felicidad en esta tierra. As las cosas, muchos se preparaban para ese encuentro con el porvenir. Tenan su prensa. Mensajes semanales que fijaban posicin sobre cada cosa que ocurra en el mundo. Apoyaban actos progresistas, festejaban anuncios libertarios, condenaban y denunciaban hechos de crueldad. Recuerda que era hermoso apoyar el progreso. Y hermoso, tambin, oponerse a todo acto miserable. Insiste que en esos treinta y seis meses pasaron cosas maravillosas. Asegura que lo que cuenta no es un invento. El zumbido que cada tanto siente en su cabeza es una prueba irrefutable. Circulaban en la prensa burguesa noticias sobre la presencia de objetos voladores no identificados sobre los cielos de la provincia de Crdoba. El periodismo oficialista, como siempre, utiliz la informacin para distraer al pueblo de los verdaderos problemas que azotaban su vida diaria. Aprovecharon para confundir su imaginacin con historias de criaturas peligrosas que preparaban una cruenta invasin. Un enemigo de afuera para disimular la monstruosidad de adentro. Dice que un grupo exuberante decidi fijar posicin sobre ese hecho. Disputar los significados que atravesaban el espacio a-
reo del mundo. Razonaron: si son exploradores de otros planetas o galaxias es evidente que se trata de una civilizacin ms avanzada que la nuestra. Una civilizacin avanzada quiere decir de mayor desarrollo cientfico y, por lo tanto, social. Si esa civilizacin puede llegar desde los confines del universo hasta nuestro primitivo planeta es porque han alcanzado el ideal del comunismo social. Nunca vio el titular de ese diario. Aunque recuerda con precisin la tipografa con letras rojas que deca: Todo nuestro apoyo a los compaeros extraterrestres! 17. La mujer que es veinte aos mayor sabe de memoria dilogos enteros de Hiroshima mon amour. Una pelcula de Alain Resnais con guin de Marguerite Duras. En esos meses extraordinarios, ella lo visita en la librera.. Una vez le dice con los labios pegados en su odo: No has visto nada de Hiroshima. Nada. La mujer de su vida piensa que El amor es la ilusin de no poder olvidar nunca. La ltima vez que la ve ella tiene los hombros desnudos. Le hubiera gustada besarla. La mujer veinte aos mayor se despide diciendo: Como t, yo tambin he tratado de luchar con todas mis fuerzas contra el olvido. Como t, he olvidado. Como t, he deseado tener una inconsolable memoria, una memoria de sombras y de piedra. He luchado por mi cuenta, con todas mis fuerzas cada da, contra el horror de no poder comprender del todo el significado del recordar. Como t, he olvidado.... 18. Cuando le pregunto por su nombre, responde que tuvo el suyo en aquellos meses, pero que, desde entonces, hizo un juramento de silencio. No quiere volver a ser un delator. 19. Dice que l es el hombre que viajaba en ese tren. Saca la Carta a Vicki escrita en 1976. Rodolfo Walsh relata el momento preciso en que por radio se entera de la muerte de su hija Mara Victoria. Lee: La noticia de tu muerte me lleg hoy a las tres de la tarde. Estbamos en una reunin cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuch tu nombre mal pronunciado y tard un segundo en asimilarlo. Cuenta cmo Walsh relata el gesto mecnico de hacer la cruz sobre su cuerpo (desde la frente hasta el pecho, desde un hombro hacia el otro, con los dedos ndice y pulgar de su mano derecha). Explica que es imposible, en el lmite del dolor, contar el dolor. Lee lo que dice Walsh: Estoy aturdido. Muchas veces lo tema. Pensaba que era excesiva suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados. S tuve miedo por vos, como vos tuviste miedo por m, aunque no lo decamos. Ahora el miedo es afliccin (...) No podr despedirte, vos sabs por qu. Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ah te guardo, te acuno, te celebro y quiz te envidio, querida ma. Explica que Walsh habla de partirse en pedazos de olvido. Cerrar los ojos, perderse en un desierto. Lee: Anoche tuve una pesadilla torrencial en la que haba una columna de fuego, poderosa, pero contenida en sus lmites que brotaba de alguna profundidad. Piensa que slo el fuego podra acabar con un dolor as. Tampoco l puede dormir, dice que la noche no pasa nunca. Lee lo que escribe Walsh en el final de la carta: Hoy en el tren un hombre deca Sufro mucho, quisiera acostarme a dormir y
sa blanca. Lavalle dice que mataron a un compaero en la ciudad de Crdoba. Fusaro explica que el alumno que acaba de hablar no pisar ms el colegio. Cuando se van, continua la clase. Como si nada. 12. Los traidores delatan al amanecer. Cuando tiene 17 aos trabaja en una estacin de servicio. A principios de noviembre no hace fro en la provincia de Crdoba. Su turno termina a las ocho de la maana. Admite que, a veces, se llama Carlos Enrique Olmedo. Recuerda que el nmero 22 de la revista militancia del 8 de noviembre de 1973 tiene en la tapa su foto. Olmedo muere el tres de noviembre de 1971, junto a otros tres compaeros. Algunos das antes, tropas del ejrcito al mando del general Alcides Lpez Aufranc ocupan el complejo industrial de la empresa Fiat en Crdoba. Rodean las plantas de Materfer y Concord. Retiran la personera a la organizacin sindical de Sitrac-Sitram. Despiden 246 trabajadores que son delegados y activistas polticos. Entonces, un grupo de militantes planea secuestrar a un funcionario de la Fiat. Proyecta exigir, a cambio de su libertad, la devolucin de la personara sindical a la organizacin gremial, la reincorporacin de los compaeros despedidos y el cese de la ocupacin militar. La traicin no obra por accidente. Dice que se necesitan, tambin, tres generaciones para hacer un traidor. El ejecutivo de la empresa, esa vez, se retrasa. No llega, como se supona, a la hora prevista, al lugar en el que lo esperan. Los muchachos tienen algunos aos ms que l. Son amables. Es raro que esperen tan temprano. Avisa, por telfono a la polica. Unos tipos sospechosos esperan algo, son cuatro, les dice. Cuando llegan los uniformados, a las 7 de la maana del 3 de noviembre de 1971, l est en un lugar seguro. Algunos recuerdan los hechos como el combate de Ferreyra o Mataderos o la lucha de la Fiat. Afirma que ese da se hizo traidor. 13. En los aos del colegio se sienta con Ricardo Gonzlez.. A Ricardo las camisas con corbata le aprietan el cuello. Entre ellos, dice, hay amor y respeto. Ricardo, sin embargo, siempre cuenta
I Foro Latinoamericano de
Teatro Espontneo
En el marco del Festival Internacional de Teatro Mercosur Crdoba
Un espacio de encuentro e intercambio de experiencias entre actores, msicos, iluminadores y directores de teatro espontaneo de todo el continente.
Pasaje Reartes 66. Crdoba . Argentina 54-351-4227164 secretara Lunes a Viernes de 16 a 20 hs. el-pasaje@arnet.com.ar www.teatroespontaneo.com.ar
Dejemos esclarecer por el tiempo las dudas. La fortuna conduce al puerto muchas barcas sin piloto. William Shakespeare
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CINE/FILIA
Patricia Garrote paggarrote@yahoo.com.ar
Melinda y Melinda
Melinda y Melinda es la no tan nueva pelcula de Allen.Ya estren Match Point en Cannes y acaba de comenzar con el casting del ltimo film . Pero sta es la pelcula nuestra de cada ao, la que ansiosamente se aguarda desde marzo. La espera termin, ya est entre nosotros. Amn. La plegaria para Woody Allen nunca est de ms, la admiracin se mantiene intacta. Pero una produccin como esta, que ha sembrado tanta expectativa, se desmorona ante los ojos de cualquier fantico del comediante neoyorquino. Es la marca registrada. Lo obvio en Allen, todo el viejo y conocido discurso que narra en el mismo caracterstico caf, esos personajes de siempre filosofando a la manera de los aos 70. No es fcil hacer cine, confes alguna vez el director detrs de sus lentes mientras se diriga al plat no del todo convencido de su momento de inspiracin. No siempre se puede ser brillante. El guin parece una clase de filosofa combinada con algo de sarcasmo tan caracterstico en l, entonces Por qu esta vez qued incompleta, hasta rozando el absurdo? El largometraje transmite una idea clara: la vida no es tan tajantemente trgica, como tampoco absolutamente feliz. Parece copiado del autntico lema del yin y yan: lo cmico de la tragedia y lo trgico de la comedia. El montaje es de lo mejor. No debe ser nada fcil fundir una historia con otra hasta convencer al pblico de que es una sola, una continuidad. Hasta hace parecer al personaje del guionista comediante, como el ms pesimista de la historia. Una contradiccin lgica y necesaria. El modo de relatar las historias, que en definitiva es una, es formidable. En esa rea el espectador est cmodo, refuerza su vnculo de idolatra con el director, comparte su concepcin de ver las cosas y de contarlas. La clave es saber descifrar ese momento y reconocer la capacidad de Allen de contarte un argumento. Sin embargo, si Woody tiene muy incorporado a Bergman, y ms an, a los hermanos Marx. En qu falla? Aqu no est en discusin la condicin de comediante del neoyorquino, el ltimo hallazgo fue ese director ciego de La mirada de los otros. El ltimo hallazgo, propiamente dicho, de Woody. La idea de Melinda y Melinda es excelente. Trae a la memoria la pintura que hizo de la protagonista de Hanna y sus hermanas. Se poda ver una hermosa e inteligente mujer abnegada por su familia; o una bruja controladora donde los dems no se atrevan ni a hacerle sombra. Todos sabemos que la vida es segn el color del cristal con que se mira. Con Melinda y Melinda el espectador se siente como un nio en un parque de diversiones, pero cuando abren las puertas, se desilusiona como si hubiera una sola calesita perdida en un terreno baldo. Quizs como espectadora ,sea muy exigente con los que ms quiero. Disfruto a Allen aunque a sta altura del partido me suene a clich. Ser fantico no slo es ser capaz de perdonarlo, sino que se lo seguir religiosamente , ao a ao, como Dios manda. De todas maneras, el magnfico Woody siempre tiene un salto de calidad, un valor agregado. En esa tpica mesa de caf, con las mismas caras de siempre; se comenta que la vida se desvanece tan as como un chasquido de dedos, ilustrativo final, impactante y a la vez ...predecible.
despertarme dentro de un ao. Hablaba por l pero tambin por m. Me dice que todava viaja en ese tren. Al principio quiso dormir, despus morir. Con el tiempo, olvid su nombre. 20. Le pregunto si alguna vez pens que los que lucharon en aquellos meses extraordinarios fueron derrotados. Responde que l no se cuenta entre los vencidos sino entre los traidores. Nos quedamos en silencio. Me pregunto si la figura del traidor no es un abrigo de omnipotencia que se pone para aliviar el desamparo de la derrota. Me mira como si adivinara lo que estoy pensando. Concluye: No soportara ese desgarro. 21. Otra vez la psicloga que paga los micros de su bolsillo los lleva al cine. Fueron siete del pabelln. Cuenta que el tipo no sabe nada de esa mujer. Ella llama a su puerta los mircoles por la tarde. Apenas comentan cosas sin importancia. Cuando l la abraza, ella lo toma de la cintura. Lo nico que importa es que se desean. No hablan. No usan colchn. No necesitan una cama. Lo hacen en el suelo, con furia. Hendidura secreta del mundo. Una desnudez desesperada. Apasionados, hacen el amor. Lee del programa que Patrice Chreau es el director de Intimidad. Explica que la pelcula combina una adaptacin de cuentos de Hanif Kureishi. Haban quedado que l ira a la casa de la mujer de su vida, tambin, un mircoles. Ese da no lleg nunca. 22. Parece tener una memoria prodigiosa. Aunque pienso que no se trata de memoria o de imposibilidad de olvidar. Esos meses extraordinarios son, para l, presencia viva de algo irresuelto. Le pregunto qu pas antes de esos meses o qu pas despus. Me dice que antes todava no exista o que se preparaba para existir en esos nicos meses; y que no hubo despus en su vida. Qu cosa!, piensa, soy un muerto que espera morir. Le pregunto cmo puede estar muerto, si, ahora, est hablando conmigo. Responde que est muerto, pero que no puede desaparecer. 23. Por el padre de una conocida consigue en el setenta y siete una entrevista de trabajo. Lo recibe un empresario con influencias. El hombre no anda con vueltas. Al rato de escucharlo, le dice que rene dos de las tres condiciones que lo excluyen del puesto: judo y estudiante de psicologa. Pregunta, por curiosidad, cul es la que le falta. El tipo completa mientras lo despide: Ser mujer. 24. Lo visita un amigo. No sabe cmo supo de l. La enfermera dice que una vez le pidi ayuda para enviar una carta. Cuando nos encontramos dice que no hace falta volver a sacar los ojos de las muecas para ver que hay detrs. En sus sueos su rostro se descompone. Si lo despiertan antes de tiempo, puede ocurrir que amanezca con la boca o la nariz de otro. Dice que su amigo es Dix. Fueron a la misma escuela. El otro, ahora, se llama Leandro Berra, es escultor, vive en Pars. Para evocar el rostro de un compaero de veintids aos desaparecido en 1976, tuvo la idea de trabajar con un programa de identikit que utiliza
la gendarmera francesa. Explica que su amigo le dijo: Intervengo la lgica policial que persigue la identidad del ausente. Presento el identikit como testimonio de una restitucin que fracasa. Recupero un rostro que no es el rostro. Una imagen que no es su foto. Un dibujo que no es un dibujo. Una extraeza de partes. Una coleccin de rasgos de todos los ausentes. Un armado de piezas posibles. La evocacin mquina. Un procedimiento de un rostro extrao. La imagen genrica de una fisonoma escapada. Cuando nos despedimos, me muestra su identikit. 25. Piensa participar de un concurso que se organiza en el Hospital. Escribe una historieta que se llama Clark Kent. El hombre es slo Clark Kent. No es la identidad secreta de otro. No viene de un planeta lejano. Lleg a la tierra en el ao cincuenta y cuatro, como cualquiera. De su nacimiento no hay ancdotas. Su padre para salvarlo, una vez, lo denunci al enemigo. Su estructura fsica es comn. No posee fortaleza especial. No es capaz de proezas. No da saltos de doscientos metros sobre edificios de veinte pisos. No levanta pesos increbles. No corre ms rpido que una locomotora. No vuela como un aeroplano. Tampoco defiende a los oprimidos. Ni es un tipo que ayude a los dbiles. No pertenece a una clase especial en nada. No est dotado de una inteligencia superior. No tiene gran corazn. Tiene miedo del fuego. Custodia una carta sin destinatario. Nunca estuvo con la mujer de su vida. Eso es todo. 26. Pregunta si imagino cmo ser la tierra en el ao 2019. Piensa vivir para ver ese momento. Dice que, para entonces, ya no habrn psiquitricos. Tendr sesenta y cuatro aos. Recuerda que vio Blade Runner cuando cumpli los veintiocho. Una pelcula de Ridley Scott que imagina la ciudad de Los ngeles en una oscuridad permanente. Envuelta por una sombra que no le viene de la noche sino de un largo da en un mundo sin sol. Basura, chatarra, desechos, gases txicos, restos de tecnologa despreciable, miles de pginas intiles, y una lluvia pegajosa que parece el sudor cido de un dios abandonado. Algunos, pocos, se protegen con barbijos; otros, deformes y mutilados, andan como animales. Vuelve a decir que un mundo as no necesita de psiquitricos. Ni de escritores. Explica que Dencker, un polica que parece sacado de la novela negra americana, es un cazador de replicantes. Androides superiores, en fuerza y agilidad, a los hombres. Tan inteligentes como los ingenieros genetistas que los crearon. Perfectos en su belleza. Recuerda que una de esas hermosas criaturas, al final, cuando se da cuenta que habr de morir, se vuelve casi humana. Recita de memoria sus ltimas palabras: Yo he visto cosas que vosotros no creerais. He visto atacar naves en llamas ms all de Orin. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhuser. Todos esos momentos se perdern en el tiempo como lgrimas en la lluvia. Es hora de morir. Nota
1- El informe que presento resulta de una serie de encuentros realizados entre diciembre de 2003 y septiembre de 2004, en un hospital cercano a la ciudad de Lujn, en la Provincia de Buenos. En muchas de estas entrevistas, estuve acompaado por Alejandro Kaufman.
Bibliografa
AA.VV. (1996). Blade Runner. Tusquets Editores. Barcelona, 1996. Casullo, Nicols (2004). Pensar entre pocas. Grupo Editorial Norma. Buenos Aires, 2004. Deleuze, Gilles (1969). Klossowski o los cuerpos-lenguaje. En Lgica del sentido. Editorial Paids. Barcelona, 1989. Duras, Margueritte (1958). Dilogos de Hiroshima mon amour. Ediciones Lorraine. Buenos Aires, 1966. Gonzlez, Horacio (2004). Filosofa de la conspiracin. Ediciones Colihue. Buenos Aires, 2004. Graves, Robert y Patai, Raphael (1963). Los mitos hebreos. Editorial Losada. Buenos Aires, 1969. Pratt, Hugo (1967). Corto Malts. La balada del Mar Salado. Biblioteca Clarn de la Historieta. Buenos Aires, 2003. Revista militancia, peronista para la liberacin. Ao 1. Nmero 22. Buenos Aires, 8 de noviembre de 1973. Rozenmacher, Germn (1964). Rquiem para un viernes a la noche. Ediciones Tala. Buenos Aires, 1973. Walsh, Rodolfo (1976). Carta a Vicki. En Rodolfo Walsh, vivo. Compilacin de Roberto Baschetti. Ediciones de la Flor. Buenos Aires, 1994.
Psicodrama Transpersonal
Taller vivencial: 2 de julio.
"Emergencias Espirituales"
Curso: Agosto, das martes.
Pensar la vida
La filosofa al servicio de lo cotidiano
Vivimos atrapados por creencias, convenciones y valores que oprimen nuestra experiencia. El pensar filosfico, usado como herramienta en lo concreto, nos permite alivianar esas supuestas verdades y afirmar nuestra libertad. Conversaciones individuales y grupales
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La pregunta nos pregunta en este desvo que nos desva de ella y de nosotros. Maurice Blanchot
a palabra Juego designa variadas actividades y situaciones que tienen a su vez un estatus cultural diferente. La ruleta, la escondida o el tenis tienen en comn el juego aunque apelen a conductas humanas diferentes. Se denomina juego a distintas actividades: estn jugando a las cartas, est jugando a la mam, estn jugando un partido de voley, estn jugando en la compu. El juego abarca una gama amplia de conceptos, ideas y acciones. Desde su origen y hasta la actualidad se trata de buscar definiciones y clasificaciones para encuadrarlo dentro de los paradigmas de la ciencia academicista. Todo intento de circunscribir el juego a una nica verdad excluye otras aproximaciones y por tanto se vuelve reduccionista. El juego es mucho ms que la clasificacin piagetiana de juegos de ejercicio, simblicos y de reglas. El juego es mucho ms que la clasificacin de Roger Caillois: juegos de competencia (Agon), suerte (Alea), simulacro (Mimicry) y vrtigo (Ilinx) o la de Buhler y Chateu: juegos funcionales, ficcin y de imitacin. El juego est presente en el desarrollo filo y ontogentico, constituyndose como un valor productor de cultura. El hecho de ser el Homo Ludens anterior al Homo Sapiens nos plantea la relevancia del Juego en el desarrollo humano, as como en la construccin de la cultura. El por qu resulta tan dificultoso una definicin de juego, as como clasificar los juegos a partir del tipo de conducta que la persona expresa, denota la complejidad a la que alude. Por otra parte la sntesis el Juego es vida tampoco resuelve la problemtica de su encuadre dado que es tan amplia que se vuelve vaca de contenido para quienes no han tenido la experiencia de incluir la actitud ldica a su vida cotidiana. La vida es juego, es un axioma al cual adhiero en su profundidad, sin embargo expresa tanto que no dice nada. Cmo discriminar qu es juego de lo que no lo es implica una ardua tarea. No toda actividad humana es juego y cualquiera puede serlo. La antinomia juego versus no juego no se resuelve con categoras y clasificaciones. El juego es inherente al hombre, forma parte de la persona y quizs un camino para su abordaje se encuentra en comprender cunto juego existe en cada conducta. Los psiclogos dan cuenta de una parte del juego cuando aportan aspectos de la personalidad de los jugadores (etapas evolutivas, caractersticas generales y patolgicas), la motivacin. Desde este campo queda una enorme deuda con relacin al papel del juego y la salud en las diferentes etapas, esencialmente la adolescencia, adultez tercera y cuarta edad. Los socilogos establecen la influencia del juego en virtud del tiempo libre y el ocio, funciones y disfunciones sociales y todas las posibles variantes intervinientes. Los antroplogos e historiadores ilustran descripciones vinculantes entre el juego y la cultura a travs del tiempo y en diferentes lugares. Todos estos abordajes constituyen puntos de vista de un objeto de estudio ms extensivo y profundo denominado juego. Cualquier intento de sinonimizar el juego con un campo, un mbito, abordaje o teora es un reduccionismo que no aporta para la comprensin de este fenmeno. La creacin de algo nuevo no se realiza con el intelecto sino con el instinto de juego que acta por necesidad interna. La mente creativa juega con el objeto que ama. Carl Jung El Juego domina todas las facetas de nuestras vidas. Dice Stephen Nachmanovitch (Free Play, Planeta 19XX) El artista plstico juega con el color y el espacio. Los msicos juegan con el sonido y el silencio. Eros juega con los amantes. Dios juega con el Universo. Los nios juegan con todo lo que cae en sus manos. El juego no es pasatiempo o entretenimiento. El juego no es la actividad en s, sino el espritu con que se aborda esa actividad. Por ello sealamos que cualquier actividad puede transformarse en
juego y ninguna puede llegar a serlo. El vamos a jugar de los nios es una imitacin a hacer y ser, a explorar, a la incertidumbre. Es una invitacin a transformar la actitud aunque se permanezca en el mismo espacio o con los mismos elementos y ropaje. El juego es una actitud que impregna, que colorea, que invade la actividad pero que se encuentra dentro del jugador y no afuera. De all su misterio. El juego es tan complejo como la subjetividad que juega. Todo intento de clasificacin se realiza en el exterior del juego: lo que el jugador hace. Sin embargo, el juego es mucho ms que la accin de jugar. El juego es algo emprico. Todas las definiciones son insuficientes para explicarlo. El juego no se ensea con teora exclusivamente. Me asombra la incoherencia de quienes hablan del juego, pero estn muy alejados de l. Me perturban aquellos que pretenden hacer jugar a otros exclusivamente leyendo juegos de un libro o bien solicitando recetas en un curso. Quien no ha vivido y no vive el juego como jugador no puede ser facilitador del juego de los otros. La etimologa de la palabra Juego nos introduce en sus races profundamente arraigadas a la vida de las personas y las comunidades, as como denota la diversidad de conductas incluidas dentro de su universo. Huizinga, en el captulo 2 de su obra (Homo Ludens, editorial XX, 19XX) expresa lo dificultoso que se torna la construccin del concepto juego a partir de las palabras en los diferentes idiomas europeos modernos. Para los griegos es imposible separar la competicin como funcin cultural de la triple unin entre juego, fiesta y accin sacra. El caso griego no es el nico, el snscrito posee no menos de cuatro diferentes races en uso para expresar el juego: en el substantivo lila se expresa el como si: lo aparente, la imitacin. En chino la palabra wan encierra entretenerse, alborotar, palpar, olfatear, disfrutar de la luna. La palabra no incluye los juegos de habilidad o competicin. En griego, en el antiguo hind y en chino el concepto de juego se encuentra diferenciado de la competicin. En latn hay una sola palabra que lo abarca todo: ludus, ludere. Abarca el juego infantil, el recreo, la competicin, la representacin litrgica, la teatral y los juegos de azar. Tanto en los idiomas romnticos como en los germnicos la palabra juego se extiende sobre diferentes grupos conceptuales del mover o del obrar y quizs esta tendencia ha llevado a circunscribir el juego como accin. En el idioma germnico el juego se vincula con la lucha en general: el juego es lucha y la lucha un juego. En el hebreo el juego es rer, ocuparse en broma de algo y tambin danza. Dice Huizinga: Otro punto importante es que propendemos constantemente a debilitar la idea de jugar convirtindola en un concepto que seala determinada actividad pero que no conserva del jugar en sentido estricto ms que una de las propiedades inherentes al juego. Expresiones como la economa nos juega una mala pasada, el jefe juega en contra, El concepto aqu se disuelve por s mismo. Por un lado se desnaturaliza, progresivamente pierde su esencia y por el otro se homogeniza en un todo, todo puede ser un juego, la vida es un juego planteando la vaciedad del concepto. Es un hecho en cualquier idioma que el valor conceptual de una palabra se codetermina por aquella que expresa lo contrario. He aqu que frente al juego han aparecido como oposicin lo serio. Dice Huizinga (ob.cit., pg. 73) La elaboracin de una designacin para lo serio indica que el complejo concepto Juego, como categora general independiente ha llegado a ser consciente ... El contenido significativo de juego, por el contrario, ni se define, ni se agota por el de no serio pues el juego es algo peculiar y el concepto juego de un orden ms alto que el de no serio. Hemos recibido el legado del debilitamiento, disolucin, vaciedad del concepto, pues lo serio podr excluir el juego de su mbito pero el juego necesariamente incluye en s lo serio.
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A Campo Grupal en su sptimo aniversario,confiando en que sern muchos ms, y pese a no poder ir a la fiesta que harn para celebrarlo porque no me envian el pasaje...
...y como pequeo homenaje a Romn darle el gusto de algo con color mexicano, que es lo que tanto quiere, luego de tres columnas seguidas dedicadas a un aspecto poltico central para este pas, el intento de desafuero al candidato que encabeza las encuestas para las elecciones presidenciales del 2006. Frente a todo lo que se est elaborando en torno a la globalizacin, y ante la observacin de que, sin negarla, se mantienen muchas formas de vida clsicas de todos los pueblos, surge el trmino glocalizacin como representativo del vnculo entre ambas realidades. Y, sin duda alguna, Mxico es un magnfico ejemplo de ello: ubicado junto al pas ms poderoso del mundo, hacia el cual emigran millones de personas en busca de trabajo o de mejora econmica, y receptor de todo tipo de mercancas y formas de vida del mismo, hoy es una nacin donde se conjuga lo que llega con lo tradicional e incluso prehispnico. Algo as como una mexicanizacin que da un tono local a lo foraneo globalizado, sin olvidar lo mucho propio que se mantiene sin ceder a lo ltimo. Respecto a lo ltimo puede verse, en general, el amplio predominio del consumo de comida mexicana -la tercera en riqueza del mundo, luego de la china y la francesa-, pero tambin como toda la de otras culturas es inmediatamente mexicanizada al agregarle ingredientes locales, sobre todo chiles picantes que no todos toleran. As las pizzas italianas o las hamburguesas norteamericanas, en realidad todo casi sin excepcin, asumen las caractersticas locales ya desde el inicio o por incorporacin automtica de los consumidores. Hasta en los ya muchos restaurantes argentinos nunca faltan la salsas picantes, sin las cuales muchos dicen que la comida no sabe a nada... Claro, no siempre ni en todos lados: pero si esto ocurre con casi todo y no slo con alimentos, el dominio local es prioritario en las pequeas poblaciones y un tanto menor en las enormes ciudades, pero a veces poco. En este sentido es observable cmo el peso absolutamente dominante de una televisin con contenidos estadounidenses que llega a todos lados, ha producido la lgica y conocida hibridizacin de conductas, consumos, modas, etc. pero sin anular lo antiguo nacional pero vigente desde hace siglos. Aunque es indudable que el lenguaje cotidiano est cada vez ms lleno de trminos que provienen ya se sabe de donde, y todo indica que es algo que se incrementar a niveles difciles de imaginar. Mxico es producto del mestizaje de sus culturas prehispnicas con la espaola, y logr mantener la propia en un importante grado. Hasta qu punto lo lograr otra vez ante las tendencias mundiales y el peso del vecino del norte, es una pregunta muy difcil de responder.
Universidad Autnoma MetropolitanaXochimilco. Mxico.
xico DF. Un hotel cntrico. Escenario del 5 Ibero de Psicodrama. Salas, pasillos, encuentros, reencuentros, saludos, escenas en dos idiomas, participantes de diversos pases. Una sala, una mesa, ms de 30 tteres acostados, esperando. Unos 25 participantes se acercan, levantan los tteres, juegan con ellos y eligen uno. Luego, esos 25 personajes se presentan. Hay de todo: una gitana, el diablo, la muerte, una bruja, una pareja de chinos y muchos otros. Cada personaje dice quien es y muestra algunas de sus caractersticas. Entre ellos, hay tres nias: dos de 8 aos y una de 10. Pido que los personajes se elijan por afinidades y en grupo armen escenas. Se forman cuatro grupos. En uno de ellos, se juntan las tres nias. Luego de un rato de febril trabajo, de idas y vueltas, de pasajes de un grupo a otro, finalmente estn todos listos y comienza el fluir de las escenas. En primer termino se presenta el grupo de las nias que nos ofrecen algo muy fresco y muy tierno: una ronda brasilea con recitados sucesivos de las tres participantes. Fueron muy aplaudidas. Luego se presenta una princesa, hija de Ramses... Est en la ventana de palacio y pasa un joven muy seductor. La princesa queda prendada y suspira. El joven se aleja mostrando sus dos caras y haciendo gala de ellas. Se dirige a su casa y cuenta a su madre lo sucedido y esta le ordena que enamore a la princesa, se case con ella para luego matarla y quedarse ellos con todas las riquezas del reino. A su vez, la princesa cuenta a una amiga lo sucedido, quien se queda muy preocupada porque no se sabe quien es el joven y lleva a la princesa a consultar a una gitana. Esta tira las cartas y lee: traicin y muerte. La amiga va a enfrentar al joven y a su madre y, al no poder neutralizarlos sola, busca la ayuda del ejercito (los integrantes de los otros grupos) y as logran detener al joven y su malvada madre. La escena siguiente es el Hotel Tropical. Su dueo es el diablo, quien est muy preocupado porque hay pocos cuartos ocupados en su hotel. El resto del personal (la bruja, la gitana, la muerte, etc.) deciden hacer publicidad, lo que intentan con los integrantes de los otros grupos. Logran convencer a todos y el hotel se llena, con gran satisfaccin del diablo. La ltima escena es una reunin de la ONU donde estn presentes representantes de varios pases latinoamericanos, de China y EEUU. El argumento previsto era que China se aliaba con los pases pobres y enfrentaban a EEUU, logrando vencer. Cuando la escena se pone en marcha, EEUU llama a China quien se acerca. EEUU llama al diablo y los tres se enfrentan a los pases latinoamericanos, derrotndolos. Los que representaban a estos pases salen del como s e increpan al representante de China por haberlos traicionado. Transcurridas las escenas, nos sentamos en ronda para hablar de lo sucedido. La primera en hablar es una de las tres nias y dice que se sintieron excluidas y dejadas de lado. Comenta que en todo momento estuvieron solas. Que nadie se acerc a ellas para compartir su trabajo ni fueron invitadas por otros grupos. Ante este reclamo, intervengo para decir que, quiz, esto es lo que est pasando hoy con los nios: les damos todo: computadoras, juguetes, profesores, excelentes escuelas, pero les decimos que jueguen y no molesten, porque nosotros tenemos que ocuparnos de otras cosas. Cabe sealar que estos
personajes se haban presentado como nias con computadora, televisor, juguetes, etc., y no como chicos carenciados. El siguiente comentario fue que las historias se haban planeado con final feliz pero haban resultado como en la vida real. Los pases pobres pierden frente a los ricos, en el mayor foro internacional hay traiciones, las propuestas del diablo seducen a todos aunque todos saban de quien venan, aparece la venalidad y la traicin tambin entre particulares y no slo a nivel de poltica internacional. Y los chicos no tienen lugar. As continu el intercambio de opiniones compartidas, se habl de cuestiones tericas con relacin a la tcnica y cerramos porque no quedaba ms tiempo. Transcurrido ms de un mes de finalizado el Ibero y sentada ante mi computadora, intento reflexionar sobre lo producido en ese taller. En primer termino, algo que me preocupa mucho y es el lugar de los chicos en el mundo de hoy y de maana. El ao pasado, uno de mis nietos cursaba primer grado. Su cuaderno estaba lleno de sobresalientes y felicitados. Sin embargo, un da la maestra llama a la mam para informarle que su hijo no hace nada por superarse. Motivo: el cuaderno est algo desprolijo y no est haciendo esfuerzos para estar en condiciones de... escribir con tinta! Mi asombro no tuvo lmites. De que estaba hablando esa maestra? Del mismo chico que, unos das antes, me haba dicho: Abuela, cambi el mouse! Tena razn. El mouse andaba mal. Hasta hace poco, el desajuste de los chicos y la educacin formal empezaba en el secundario. Ahora, empieza en el primer grado de la primaria. Me pregunto si alguien est investigando la nueva lgica que manejan los chicos en la era de la computadora. Si alguien, en los niveles de dirigentes, est tratando de hacer algo para que los chicos del siglo XXI dejen de ser educados como en el siglo XIX. Y al mismo tiempo me pregunto lo que pasa con los chicos que, en el siglo XXI, no se han enterado del siglo en que viven porque es ms urgente la pobreza, el hambre, la injusticia. Desde uno y otro costado, los chicos no tienen espacio. No los entendemos, no los interrogamos, no les preguntamos que es lo que necesitan. Les damos lo que suponemos que necesitan, les decimos lo que creemos que debemos decirles y ellos siguen, hasta donde pueden, su camino solos. Y despus nos preguntamos que hacer con la delincuencia juvenil, que poco a poco se transforma en delincuencia infantil. Cuando no hay lugar dentro de un espacio, no queda otra alternativa que quedarse por fuera. Y aqu se cuelan las otras escenas: los poderosos siempre ganan sin importar quien tenga la razn, es posible faltar a la palabra empeada y traicionar con tal de obtener el favor de los poderosos, todos responden al marketing del hotel del diablo, seducidos por la publicidad aun sabiendo quien est detrs. Y la madre malvada quiz representante de los mayores, autores y sostenedores de un mundo corrupto y malvado- que instan a los hijos los jvenes- a usar la peor de sus dos caras posibles, la cara corrupta, venal, traidora. Se salva la amistad, a travs de esa amiga preocupada que ayuda y el ejercito, ms parecido a un ejercito popular o mejor, a un simple grupo de ciudadanos que decide hacer algo para parar la venalidad y la traicin. Apenas esto. Producido por un grupo de latinoamericanos y un par de representantes de la pennsula ibrica a partir de un puado de tteres y la simple consigna de agruparse y armar alguna escena. Slo esto. Y nada menos que esto.
Felicitaciones!
ACTIVIDADES 2005
CURSOS DE FORMACIN EN PSICODRAMA Y COORDINACIN GRUPAL. TERAPIA GRUPAL PSICODRAMTICA. CURSO INTENSIVO DE PSICODRAMA Y COORDINACIN GRUPAL de agosto a diciembre
Entrevistas explicativas y de admisin sin cargo
Informes:
Encuentros
Ayuda y acompaamiento para padres y colegios que quieran informarse sobre la prevencin de adicciones desde el nacimiento hasta la pubertad del nio.
4777-4827 tanaluchetti@yahoo.com.ar
Campo Grupal / 14
Para una larga vida, comer como un gato, beber como un perro. Proverbio alemn
Araa
Diego Skliar diegosk@ciudad.com.ar
Un ventilador de techo tira viento desprolijo sobre la cama desecha. El sahumerio dej de ser en el estante. La ceniza y la mancha de vino en la alfombra se unen para pensar algn final. Los das no mueren de pie como en las leyendas. Fallecen acostados, con los ojos abiertos. Piden agua y con el ltimo suspiro acarician la mano de la noche, que deja caer una lgrima sobre el difunto. Pens que alguna vez ocurrira algo y me equivoqu. Es como terminar un mal libro. El placer reside en acaricar una planta, secar lgrimas de otros o restaurar una silla. Tuve fiebre desde marzo hasta agosto. Busqu el antdoto en las palabras y me intoxiqu. Una gangrena fulminante y roja, como el calamar que v de chico en la playa, empez a atacarme en el sueo hasta que me sorprendi despierto. No supe atacar la enfermedad a tiempo: es complicado vencer lo que est adentro del cuerpo y debajo de la piel. Uno puede aplastar un mosquito o inclusive disparar a un len o un soldado, pero cmo balear a la araa que camina por nuestras vsceras y teje su tela entre las venas? Creo que mi corazn cay en la trampa. El sonido rasposo que nadie escucha es la araa salivando a la presa. En la boca, el sabor de la manzana rallada que comen los enfermos. Por primera vez siento que tengo sangre. Asoma una idea que se parece a una revelacin que ya no podr compartir. El ventilador me causa la breve felicidad que dan todos los materiales. Me distraje en los placeres vagos y olvid buscar en el mundo la forma que se me presenta cuando cierro los ojos. Ahora hay una araa paciente haciendo en m su mejor obra.
uando se habla de la Sociedad Argentina de Psicodrama y an ms en celebracin de sus veinticinco aos de vida es imprescindible revisar la historia de los grupos y de los comienzos del Psicodrama en la Argentina, su evolucin, sus precursores y el macro contexto donde comenz a dar sus primeros pasos. Para ello invitamos al lector interesado a consultar nuestra pgina web.1. A la primera generacin de psicodramatistas psicoanalticos, entre los que tambin habr de incluirse a Mauricio Abadi en la primera poca, pues particip en psicodramas pblicos y grupos de psicodrama psicoanalitico, le sigue una segunda generacin que hace su formacin, ya fuera de la Asociacin, con Martnez Bouquet, Moccio y Pavlovsky. A partir de all, fueron estructurndose diferentes metodologas en la formacin de psicodramatistas, definidas stas segn los desarrollos de los distintos docentes. Los que ms desarrollaron la formacin en todos estos aos son Carlos Martnez Bouquet, Leonardo Satne, Olga Albizuri de Garca, Fidel Moccio, Hernn Kesselman, Eduardo Pavlovsky, Luis Frydlewsky, Bernardo Kononovich y Roberto Losso. En la otra vertiente moreniana, Dalmiro Bustos, Carlos Menegazzo y Mnica Zuretti son docentes desde hace muchos aos. Cabe destacar que Dalmiro Bustos integra psicoanlisis y psicodrama aunque su apego moreniano resulta ms riguroso. Tambin Carlos Menegazzo integra la teora moreniana-junguiana siendo tcnicamente moreniano. De los profesionales que hicieron su formacin en Beacon Hill, cabe mencionar a los referidos Pavlovsky, Glasserman y Rojas Bermdez en 1963 y posteriormente, a Zuretti y Bustos.
Un hecho a privilegiar fue la creacin del Grupo Experimental Psicodramtico Latinoamericano fundado por Martnez Bouquet, Moccio y Pavlovsky en el ao 1965 y disuelto hacia fines de 1975. Durante ese lapso fue un grupo lder y lleg a prohijar importantes publicaciones y tareas institucionales. En el ao 1971, el Grupo Experimental Psicodramtico Latinoamericano ley en el 6 Congreso Internacional de Psicodrama y Sociodrama, realizado en Amsterdam un Manifiesto que reflejaba su postura ideolgica y tica sobre el empleo de las tcnicas psicodramticas y una reflexin acerca del poder teraputico 2. Posteriormente, con la represin poltica en nuestro pas, en primera instancia con el avance de la ultraderecha peronista (aos 1974-75) que atac entre otras instituciones, a la Universidad; y luego, con la instauracin de la terrible dictadura militar (aos 1976-1983), muchos logros institucionales desaparecieron. As, no slo el Psicodrama emigr de la Universidad sino tambin todos nosotros. No debemos olvidar la prohibicin de agruparse que rega en esos aos, motivo por el cual los psicoterapeutas de grupo y psicodramatistas sufrieron -especialmente- la represin dentro del campo de la psicologa . Tomando en consideracin nuestra particular geografa latinoamericana, sujeta al neocolonialismo cultural pero con una idiosincrasia muy peculiar, y en atencin a que los profesionales que nos volcamos al psicodrama somos, de alguna manera, marginales del Psicoanlisis oficial, podemos decir hoy que el psicodrama argentino tiene sus caractersticas propias: se puede hablar de una escuela argentina. (Otro tanto sucede con la psicoterapia grupal en general). Todo lo nuevo genera resistencias, sobre todo cuando la novedad consiste en cuestionar rigideces, democratizar la relacin teraputica, insertar en las instituciones espacios de enunciacin para la remocin y renovacin de estructuras arcaicas.
Forum de Sociopsicodrama
Integrantes de la Red de Centros de Psicodrama y Sociodrama Zerka T. Moreno
Recursos corporales en la coordinacin de grupos. Creacin de clmas sonoros con objetivos especficos. Tcnicas bioenergticas, centros de energa, plstica. Nora Cherajovsky
Arte y Core Energetics (Pierrakos) Tel/Fax (5411) 4771-0196 Cel. 15-4430-3557 www.noracher.com.ar
"La Insercin del Acompaamiento Teraputico en las Redes de Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires"
6 de Agosto de 2005 Centro Cultural Islas Malvinas Calle 19 entre 50 y 51 La Plata
Convoca: AATRA Delegacin La Plata Inf. e inscrip. (0221) 155-699600/ 453-0876 jornadasprovinciales_at@yahoo.com.ar
Clnica Psicoanaltica
De los sntomas a la direccin de la cura Posicin del analsta en la entrada en anlisis
Lunes de 9 a 10,30 hs. - $ 10 por reunin
Campo Grupal / 15
Si nos referimos al psicodrama, no puede dejarse de ligarlo a la psicoterapia de grupo, razn por la cual hemos de remontarnos al ao 1947. En ese ao, Enrique Pichn Riviere, pionero de la Psicologa Social y de los Grupos en la Argentina, comienza a trabajar en grupos en el Hospicio de las Mercedes, lo hace con adolescentes. Este reformador y renovador busca una socializacin del Psicoanlisis. Es un opositor a lo reaccionario del Psicoanlisis oficial, se preocupa por la poblacin y trata de brindarle una mejor atencin. El destino que padeci el Psicodrama fue difcil. Agudizadas las crticas en su contra por el hecho que al incluir la escena, el cuerpo y el movimiento, fue acusado de actuacin (en el sentido de acting-out) y sus tcnicos, de psicpatas peligrosos. Podemos ver, retrospectivamente, que la inclusin de la escena dramatizada en los grupos hasta entonces slo verbales, revolucion la psicoterapia vigente en nuestro pas. Inaugur una nueva modalidad de anlisis, ms comprometida, en la que palabra, drama y movimiento armonizaban. Entre los aos 1976 y 1983, este perodo guarda estricta correspondencia con el de la dictadura militar; es una etapa que en nuestro pas se caracteriz por el terrorismo de Estado, la muerte, el miedo y las desapariciones. Hubo un repliegue forzoso. Nos dejaron cesantes en hospitales, universidades, Centros de Salud Mental e instituciones educativas. Los profesionales de la Salud Mental y la educacin que permanecieron en las instituciones oficiales, o bien eran indiferentes, inofensivos, o pese a no acordar con la ideologa, callaron para poder quedar en las mismas, haciendo su trabajo lo mejor posible. Hubo una minora que colabor con la tortura y la represin. Los servicios hospitalarios y las ctedras fueron devastados, desmantelados y muchos colegas desaparecidos, apresados, cesanteados y exiliados. An as y con una merma considerable de la creatividad, slo posible en libertad, y con mucho temor, hubo profesionales que continuaron trabajando en grupos, en psicodrama y escribiendo sus desarrollos, obviamente autocensurando referencias al contexto socio-poltico. Se sigui, pues, desde espacios privados formando psicodramatistas y coordinadores de grupo, reflexionando sobre temticas especficas y defendiendo un espacio para pensar. En 1980 se crea la Sociedad Argentina de Psicodrama, institucin sin fines de lucro, donde sus autoridades son elegidas democrticamente cada dos aos y cuyo objetivo es nuclear a los psicodramatistas de todas las tendencias, intercambiar, desarrollar, profundizar y extender conocimientos y aplicaciones del Psicodrama. Esta institucin nace como alternativa, como necesidad de recuperar lo perdido, como intento de gestar algo nuevo. En 1982, sufrimos la Guerra de Malvinas; una aventura militar amparada en un reclamo justo del pueblo argentino e hizo vctimas una vez ms, a los adolescentes y a sus familias, a la sociedad toda, pero tambin precipit la cada de la dictadura. En esa ocasin, se trabaj psicodramticamente con los psicoterapeutas que deban asistir a los ex-combatientes y a los familiares. Y en la comunidad, con la dramatizacin de los diferentes aspectos del drama social. Con el Gobierno Constitucional y la transicin democrtica, los psicodramatistas volvimos a las instituciones estatales, a las universidades y pudimos comenzar a elaborar el drama social sufrido. Con libertad de agruparnos y sin censura previa explcita se pudo conceptualizar sobre el contexto socio-poltico. Se retomaron espacios y se abrieron otros nuevos. En 1987 queda inaugurada la Escuela de Psicodrama de la SAP, di-
rigida a profesionales y estudiantes avanzados de estudios terciarios y universitarios de reas de Salud y Educacin. Tarea que se lleva a cabo respondiendo al espritu fundacional pluralista de nuestra Sociedad con respecto a formar, profundizar y difundir el Psicodrama. Son muchos los aos que nuestros docentes han dedicado su tiempo y esfuerzo ad-honorem, para formar psicodramatistas en diferentes reas, actualmente tambin realiza supervisiones. Tambin merecen reconocimiento nuestros egresados, muchos de ellos los vemos trabajar con ahnco y creatividad con psicodrama en diversas reas. Las mltiples participaciones en seminarios de Psicodrama en hospitales pblicos, intervenciones en colegios de enseanza media, trabajos en la comunidad nos deja siempre un saldo de aprendizaje y satisfaccin. Como no podra ser de otra manera, la SAP queda entramada y atravesada por los acontecimientos poltico-sociales de nuestro pas. Nuestro grupo societario no mira en estado contemplativo los acontecimientos sociales sino que se pronuncian en contra de todo estado de represin, impunidad e inequidad social. Convocamos estos temas en talleres, trabajos escritos, Congresos y jornadas como temas de investigacin, esclarecimiento, elaboracin y accin utilizando nuestra herramienta: el Psicodrama. La realidad social y su devenir nunca nos fueron indiferentes. Algunos ejemplos de ello fueron, durante Malvinas, el trabajo realizado por O. Albizuri de Garca en el equipo de voluntarios de la Asociacin de Psiclogos y el de Dalmiro Bustos que organiz y trabaj en La Plata con 109 padres de soldados. Otro ejemplo es la labor ardua y sostenida desde hace seis aos, que llevamos integrando el Foro de Instituciones de Salud Mental para lograr la aprobacin y reglamentacin de la Ley de Salud Mental. Las ltimas Jornadas de Psicodrama: Escenas de una Sociedad Desentramada. Efectos en la subjetividad, realizadas el ao pasado, fueron organizadas en el mismo sentido. El armado de un grupo de asistencia en crisis y urgencias en ocasin de lo ocurrido en Croman es otra clara muestra del compromiso social de nuestra Institucin, a riesgo de olvidar de mencionar acciones y personas que en otros momentos no dudaron en comprometerse. La insercin del Psicodrama en diversos mbitos va siendo cada vez ms relevante: no slo en las Universidades, UBA, Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, sino tambin en las calles y plazas de Buenos Aires y otras ciudades del pas por ejemplo, en octubre y diciembre de 2002, Escenas de los pueblos , un evento motivado por la experiencia de San Pablo de 2001 y apoyado simultneamente por otras ciudades del mundo.1 Aqu viene muy bien mencionar una frase recogida del libro Creatividad, de nuestro queridsimo Fidel Moccio: ...El hombre es, en la medida que concreta su proyecto y su obra. Debe reunir lo disperso de s mismo y hacerse uno en la relacin con su campo de trabajo. El acto creador hace a su vez a la identidad y a la singularidad de cada ser. Por todo ello nos alegramos de haber llegado hasta aqu. Con encuentros y desencuentros, con alegras y sufrimientos, con logros y fracasos, con muchas cosas por hacer y rehacer, las palabras de Moreno nos alientan: ...La nica manera en que los pasados percibidos y los futuros percibidos existen es en el aqu (en este lugar) y el ahora (en este momento). El aqu y el ahora pueden haber existido en numerosos pasados y pueden estar alentados en numerosos futuros. El nico opuesto autntico al aqu y al ahora es el concepto de la nada total, del no aqu y el no ahora, el no pasado y el no futuro, el no-yo y el not, es decir, el no vivir. Estamos felices por poder celebrar nuestros primeros 25 aos de existencia institucional! Todo nuestro reconocimiento a quienes fueron nuestros maestros.
Notas
(1) Pgina web: wwwpsicodramasap.com Extractado de Historia del desarrollo y de las prcticas del psicodrama en la Argentina, autores: Lic. Olga Albizuri de Garca y Dr. Bernardo Kononovich, artculo publicado en la `Revista Argentina de Psicodrama y Tcnicas Grupales de la Sociedad Argentina de Psicodrama (Revista N_ 3, mayo de 1988). (2) El texto completo del Manifiesto figura en Psicodrama, cundo y por qu dramatizar de Martnez Bouquet, Moccio y Pavlovsky; E. Proteo, Bs. As. (1971).
VINCULOS CREATIVOS
Nios, adolescentes y adultos
Dr. Gerardo Smolar
Member of the International Institute for Bioenergetic Analysis
gerardo@biocreatividad.com.ar www.biocreatividad.com.ar
Campo Grupal / 16
Quien "no encaja en el mundo" , est siempre cerca de encontrarse a s mismo. Herman Hesse
CARTA ABIERTA
Querido Romn: En un aniversario de Campo Grupal donde me hubiera gustado escribir algo ms alegre, debo aprovechar la oportunidad de difundir una situacin suscitada en la Facultad de Psicologa de la UBA, por lo que sintetizo como puedo la carta que envi a la comunidad psi y la comunidad universitaria. Quienes la quieran leer y difundir pueden pedirla a mi mail: rbozzolo@fibertel.com.ar Raquel Bozzolo esta situacin constituye un caso ms de decisiones pretendidamente legales, pero claramente ilegtimas, en el uso de las funciones de poder institucional. Los hechos: 1)El jurado del concurso por el cargo de Profesor Adjunto con dedicacin exclusiva en la ctedra de Teora y Tcnica de Grupos decide por unanimidad un orden de mritos que motiva la propuesta para ser designada. 2)no se presenta ninguna impugnacin ante el dictamen del jurado 3) se designa al profesor Franco en el cargo, a pesar de ocupar el cuarto y ltimo lugar del orden de mritos. Los argumentos esgrimidos por el Consejo se basan en lo que considero una incorrecta, torpe y/o intencionada interpretacin de un artculo que establece que en ciertas circunstancias el Consejo Directivo podr proponer otro orden de mritos, designando a quien renueva, circunstancias que en esta ocasin no se han producido. La impugnacin que realizo se basa en primer lugar en la total ignorancia que dicha resolucin manifiesta del dictamen de un jurado externo, en funcin de sostener a un profesor que viene desempendose en la casa, al basar la propuesta de su renovacin nicamente en la estabilidad en su cargo y en la aprobacin sistemtica de los informes de investigacin presentados ante este mismo Consejo Directivo. El dictamen:En la evaluacin comparativa, dice el jurado del profesor Franco: Entrevista:Realiza una exposicin desordenada y, a pesar de las preguntas del jurado, no se evidencia discriminacin entre los ejes principales y las ideas accesorias. Clase: An llegando a la mitad del tiempo asignado para su exposicin, no logra entrar en el tema. No aborda en ningn momento el concepto de avatar ni otros esenciales para la comprensin de la temtica. Incluye el tratamiento de conceptos que en este sentido son secundarios. Se observa falta de actualizacin en sus referencias bibliogrficas: Los recursos didcticos utilizados no contribuyen a enriquecer la exposicin. Dice de mi presentacin: Entrevista:destaca la importancia de la integracin terico prctica y de la capacitacin permanente de los integrantes de la ctedra. Piensa las tareas de investigacin y extensin como la posibilidad de integrar y producir dispositivos y enunciados que se necesiten en la cursada. Clase: enmarca su tema explicitando la perspectiva elegida. Define claramente cada concepto. La exposicin es gil, manteniendo el inters y conectando cada idea, evidenciando sus aptitudes para el cargo. El fallo es contundente y no deja dudas de la disparidad de mritos. Agravantes: El profesor Franco est en edad jubilatoria desde el ao pasado por lo que la propuesta de designacin parece portar alguna otra motivacin, difcil de entrever Interrogantes: Es posible que la universidad pase por alto la trabajosa tarea de un jurado, sin argumentos vlidos, sin razn alguna que impugne su tarea? Para qu se concursa un cargo, si se termina proponiendo la reposicin casi automtica de su anterior ocupante, sin importar su desempeo ante evaluadores externos? Es posible que se trate de slo efectuar una fachada democrtica de la seleccin de los claustros, que luego se deniega en las resoluciones del Consejo Directivo? Concluyendo: He recurrido a los recursos instituidos en la universidad, realizando una impugnacin ante el Consejo Superior de la UBA. Me interesa adems difundir lo que ocurri, con la conviccin de que si se permite que la seleccin de los docentes se realice de esta forma, ser imposible construir una universidad democrtica en el sentido de favorecer la renovacin de cargos en una justa y transparente competencia de mritos. Estos fueron los fundamentos de la organizacin de concursos acadmicos, que hoy sufren no slo el desprestigio, propio de la falta de transparencia, sino tambin el vaciamiento de su sentido, ante resoluciones como la que hoy me impide ingresar a la docencia de la Facultad de Psicologa de la UBA, a pesar de reunir mritos suficientes para ello.
Juana Droeven, lida Romano jdroeven@ciudad.com.ar El sentido se construye en nosotros con lo que nos precede y lo que nos sigue, con la historia y con los sueos, con el origen y con la descendencia. Boris Cyrulnik
os pasados 13 y 14 de mayo tuvo lugar el Encuentro Internacional sobre Resiliencia, que cont con la presencia de Boris Cyrulnik como conferencista central en dilogo con profesionales de distintas disciplinas y pertenencias de nuestro pas. La actividad fue organizada por la Fundacin para la Investigacin Clnica Familiar, dirigida por Juana Droeven, en conjunto con la Asociacin Parisina para la investigacin y trabajo con familias presidida por lida Romano. En la apertura la Lic. Romano present al invitado especial planteando: La influencia de su obra, tan vasta y compleja, es un camino que nos gua y nos permite transitar da a da. Entrar en sus ideas es como entrar en un laberinto donde un corredor nos lleva a otro, a una bifurcacin a otra puerta, y lo importante no es encontrar la salida sino recorrerlo. Boris Cyrulnik es etlogo (la etologa es un mtodo de observacin del comportamiento animal que l ha adaptado al comportamiento humano), neuropsiquiatra (practic la neurologa durante casi 20 aos en el hospital de Toulon-La seyne -Francia-) y psicoanalista. Es, tambin, director de enseanza de la clnica del apego en la universidad de Toulon y cre el Observatorio Internacional de la Resiliencia en Pars. Este observatorio brinda a equipos de diferentes partes del mundo la posibilidad de compartir sus investigaciones sobre la antropologa de la resiliencia. Sus aportes a la investigacin de la
PNL
(Programacin NeuroLingstica) Construccin de Objetivos
Fundacin Tehuelche
E Mail info@fundaciontehuelche.com.ar Pgina Web www.fundaciontehuelche.com.ar Tel. en Buenos Aires 4865-7124 Tel. en Patagonia 02965-15-503239
EL BANCADERO
MUTUAL DE ASISTENCIA PSICOLOGICA
Asistencia Teraputica Grupal Pareja y Familia Stress y la manifestacin psicosomtica Orientacin Psicojurdica Grupo de Autoestima en Desocupacin (gratuito)
Informes: Carlos Gardel 3185 2 E Capital Tel/Fax: 4862-0944 4865-0923
Horario de atencin L. a V. de 10 a 20hs. y S. de 10 a 18 hs. www.geocities.com/elbanca
Esperar sentido comn en la gente es una prueba de no tener sentido comn. Eugene O'Neill
Campo Grupal / 17
TALLER DE PRACTICAS COMUNITARIAS EN JUEGO y RECREACIN en TRABAJO BARRIAL Sbados de 14.30 a 17.30 hs. Duracin sbados de abril-mayo (alguno de junio). Coordinan: Grupo Los del Marco, Casa Abasto, La Vereda, Revista El Abasto, casona cultural Humahuaca y... Dibujo y pintura Prof: Roberto Trejo Sabados 16 a 19 hs Con la magia del viejo atelier de la pintora Marcia Schwartz.... Teatro - Andrs Chan Escuela de experimentacin creativa Principiantes: Martes 20,30 Hs. Sbados 18,00 Hs. Intermedios: Jueves 20,30 Hs. Avanzados: Viernes 20,00Hs. Seminario de escritura dramtica (para los que desean escribir teatro) A cargo de Natalia Pizzuto Taller gratuito CON CUERPO Y ALMA MARTES 18.45 HS A 20.15 HS TALLER DE TRABAJO CORPORAL EXPRESIVO Lic. Maria del Carmen Aransaez TANGO: Clases (20.00hs) todos los martes. Prof. Cristina Fontana. CORO: Coral del mundo y Armonia Bs.As. - Lunes 20.30 o mircoles 21hs. Coordinados por Esteban Roldn. PERMISO PARA GOZAR LA VIDA, a mi manera: Los mircoles a las 19.15hs. desde el programa de salud mental del hospital Pirovano. Coordina Silvia Dover.
de las imgenes o de las palabras que el sujeto se vuelve capaz de reelaborar el sentido que haba quedado impregnado en su memoria. El nacimiento de la palabra provoca la derrota de las cosas que se haban impuesto en nuestra memoria: tan pronto como nos volvemos capaces de fabricar elementos simblicos, nuestro mundo ntimo adquiere la capacidad de sustituir las cosas por pensamientos. Cmo una representacin puede modificar un sentimiento? Para ilustrar hasta qu punto habitamos este nuevo mundo, quiero compartir la siguiente fbula que le he atribuido a Charles Pguy. En un peregrinaje que l hace a la catedral de Chartres ve a un hombre que est rompiendo una piedra. Este hombre hace muecas, se siente mal fsicamente, est muy desgraciado, muy infeliz, est sucio. Pguy se acerca a l y le dice: Seor, qu hace usted?. Y el que est rompiendo la piedra le dice: No ve? Yo hago un trabajo idiota, que no tiene sentido, me duele la espalda, me pagan mal, estoy sucio. Pguy se voltea y ve a un segundo hombre que tambin est rompiendo piedras, con el torso desnudo. Entonces, se acerca a l y le pregunta: Seor, qu hace usted?. Y el que est rompiendo las piedras le contesta: Mire, yo encontr una profesin, que est ms o menos bien paga, trabajo al aire libre.... Bueno, muchas gracias. Sigue caminando y ve a una tercera persona que est rompiendo piedras, que est respirando felicidad, con total plenitud. Se acerca a esta persona y le dice: Dgame, seor, qu hace usted?. Y el que est rompiendo piedras le dice: Pero no ve? Yo estoy construyendo una catedral!. Con sto quiero ilustrar cmo el hecho de tener un proyecto, una representacin de imgenes en la cabeza, modifica completamente las emociones. Haciendo el mismo trabajo, los tres hombres hacan exactamente el mismo trabajo, en la misma exacta situacin: uno sufra, el segundo lo aceptaba, y el tercero estaba dichoso. La diferencia es que el tercero tena un proyecto, un sueo loco en su cabeza, el sueo de la catedral, tena una catedral en su cabeza. Ahora bien, esta catedral se puede construir a condicin de tener memoria y a condicin de darle sentido y poder compartir este sentimiento, para hacer un sueo loco, un proyecto loco. Digo loco en el sentido optimista del trmino. La locura, la hermosa locura. La memoria y el proyecto modifican emocionalmente la manera en la que se siente el mundo. En la gente de edad hay menos plasticidad. La resiliencia neuronal, existe todava pero atenuada. Los neurlogos presentes en la sala saben que despus de un accidente cerebral, una persona de edad puede todava recuperarse. Sin embargo esta resiliencia neuronal no tiene la vivacidad que tiene en los nios. En contrapeso, la identidad y el sentido son ms fuertes que nunca. Hay una estructura afectiva que es cada vez ms fuerte. Por lo tanto, podemos afirmar que hay una posibilidad de resiliencia que existe todava en las personas de edad pero no tiene la misma forma que en los bebs o en los adolescentes. En el grupo de investigacin que yo dirijo, en el centro de Marsella, nosotros proponemos ahora hablar de interaccin tarda, para distinguirla de la interaccin temprana, y para destacar el hecho de que a ninguna edad podemos ser si estamos solos. Slo podemos ser si estamos con otros. Como bien dijo Rimbaud: jugar o vivir es vivir con otro. Este verso es perfecto para la descripcin de la resiliencia:
El Yo recibe la impresin o la huella de otro, Yo acto y creo una intersubjetividad junto con los otros. Lo hago con mis palabras, por supuesto, pero tambin con mis gestos, con mis posturas, e incluso a veces a escondidas de m mismo, por el simple hecho de que estoy con alguien. Que alguien est cerca mo me modifica, incluso antes de la palabra, y, por supuesto, esto tambin modifica al otro. En las personas de edad se da el sndrome de deslizamiento seco, personas no necesariamente enfermas (ni orgnicamente ni psquicamente) que tienen la tentacin de dejarse ir sin angustias. No es un deseo de muerte, es un deseo de paz. Creo que hay que diferenciar entre poder reaccionar y resiliencia. El poder reaccionar est en sincrona con aquello a lo que reacciono, por ejemplo, recibo un golpe y reacciono, tengo que resistir es e golpe. La resiliencia, en cambio, es en el aprs-coup, est en la representacin del golpe: El trauma no es el traumatismo. Ahora bien, puede haber resiliencias tardas. Es decir, personas que fueron heridas en la infancia y no hicieron un trabajo de resiliencia durante toda su vida. Esas personas quedaron como desgraciadas, prisioneras del pasado, sintindose desgraciadas (los flashes de la memoria traumtica les sobrevienen continuamente, tienen pesadillas, etc.): no pueden salir de esa situacin, no pueden llevarla al pasado. Esa es, en efecto, la definicin del sndrome psicotraumtico. Las personas dicen es como si acabara de pasar, y hace treinta aos que eso les pas!, pero yo sufro como si acabara de pasarme. Y por qu les pasa eso a esas personas? Porque se las dej solas, porque adquirieron un factor de vulnerabilidad durante las interacciones precoces, algo se implement mal en ellas, porque no se las rode, no se las capacit para hacer un trabajo de representacin que les hubiera permitido metamorfosear esa vulnerabilidad. En la tercera edad tenemos, casos clnicos que nos permiten sugerir que una resiliencia todava es posible, aun cuando toda la vida del paciente haya sido dolorosa por causa del sndrome psicotraumtico. Qued en el cerebro como una memoria procedimental enterrada por las superestructuras de la vida de todos los das (la casa, los chicos, el trabajo), lo que llev a pensar que todo estaba solucionado. Sin embargo, luego reaparece en la vejez. Para pensar estos casos propongo distinguir las reminiscencias y el efecto palimpsesto. Los monjes, en la poca en que se escriba sobre pergamino, para escribir un segundo texto, dado lo costosa que era la piel de cabra (el pergamino), lavaban una piel que ya haba sido escrita y escriban all el texto nuevo, despus, lavaban la piel, y escriban un tercer texto, etc. Algunos siglos ms tarde se observ que si se ilumina con una lmpara lateralmente sobre estas pieles de cabra, se puede ver reaparecer la primera escritura, que qued ms impregnada en el cuero de la cabra, como el primer idioma est impregnado ms profundamente en el cerebro humano. Esto es el palimpsesto. Cuando no hay un trabajo de palabra, ni de escritura, ni de compromiso, ni afectivo, ni ninguno de los factores de resiliencia que he citado antes, el efecto palimpsesto es posible. La escritura es un factor de resiliencia muy eficaz, en mi opinin. Estoy haciendo, entonces, un trabajo de moldeado cerebral y de moldeado emocional a partir de una representacin verbal de palabra escrita, que es diferente de la palabra hablada. La palabra hablada implica una interaccin, mientras que la escrita es una suerte de sumergirse imaginariamente, de buscar la quimera de la autobiografa. Cuando empleo la expresin quimera autobiogrfica no quiero decir que mentimos en la autobiografa sino que buscamos pedazos de verdad a partir de los cuales recomponemos algo que no existe forzosamente pero que tiene una funcin importante en nosotros. Esta representacin de imgenes y palabras que nos permite la narrativa despierta emociones que se pueden trabajar mediante la escritura, la creatividad, la subjetivacin.
CENTRO DE BIOCREATIVIDAD
Desarrollo personal y profesional
Formacin en BIOCREATIVIDAD
Proceso energtico de creacin y cambio
AREAS DE APLICACION Salud - Educacin - Expresin artstica - Deportes - Empresas
Casona Cultural
Humahuaca 3508 Abasto / Capital 4862/5369
casonahumahuaca@yahoo.com.ar www.casonahumahuaca.com.ar
Informes y Presentacin de Trabajos En Buenos Aires y resto del Pas Tel: 011- 48657124 En Patagonia: En Comodoro Rivadavia y zona de influencia. Telef. 0297 - 4440466 de 18 a 20 horas. En Trelew dirigirse a Urquiza 458, en horario de 18 a 21 horas. Telef. 02965 - 15-685937 info@fundaciontehuelche.com.ar www.fundaciontehuelche.com.ar
Cursos breves
Luis Viale 89 (1414) Capital Tel: 4855-2772 E-mail: gerardo@biocreatividad.com.ar Website: www.biocreatividad.com.ar
Campo Grupal / 18
El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio. Rabindranath Tagore.
AGENDA
La adolescencia y las patologias de la perentoriedad: Violencias y Adicciones
Inicio lunes 1 de agosto hasta lunes 31 de octubre- Encuentros semanales de 21 a 22 y 30 hs (duracin prevista 11 clases) Docentes: Dr. Jos Sahovaler y Equipo Area de Adolescencia Socios $ 40 por mes - No Socios $ 60 por mes Inscripcin previa en Avda. Rivadavia 2431 Entrada 2, Piso 4 Dto. 9 (Pasaje Colombo) - Tel: 4953-5789 asappia@intramed.net www.asappia.com.ar
CARTAS
Prevencin en adicciones
Grupos de formacin: Ayuda y acompaamiento sobre la prevencin de adicciones desde el nacimiento hasta la pubertad del nio. Dirigido a: profesionales de la salud - padres - docentes - colegios Counselor Susana Luchetti 4777-4827 tanaluchetti@yahoo.com.ar Taller de Proceso de bsqueda y seleccin de personal - Taller de estimulacin de la memoria para la tercera edad. Informes e Inscripciones: Giribone 911 Capital Te: 4552-3484 tiana_cultural@yahoo.com.ar Secretara: de 17 a 20 hs.
Curso de Psiconeuroinmunologia
Destinado a Psicologas/os y terapeutas de distintas orientaciones A cargo de la Dra Maria R. Quartino Comienzo: julio Informes: 4522-1371 4522-1371
Constelaciones familiares
El enfoque transgeneracional nos muestra el camino desde el conflicto a la solucin E.M.D.R tratamiento del dao psquico y/o estrs post-traumtico TVP (terapia de vidas pasadas) regresin de memoria para la teraputica de padecimientos psquicos y fsicos. Lics. Leticia R. Cohen y Jorge Franco -psiclogos- (011) 4983-2341 leticoh27@fibertel.com.ar www.modosdesanarse.com.ar
Orientacin Psicojurdica
A cargo P.S. Luis Flematti y Dr. Sergio Zaldumbide Informes: El Bancadero Tel: 4865-0944 e-mail: elbancadero@hotmail.com
Teatro
En La Escalera, se inici la temporada de teatro los viernes y sbados a las 20.30 horas. Reserva de entradas: lunes a viernes de 16 a 20 horas: 4774-6533
Experienciagrupal
- Tcnicas de accin grupales para profesionales de todos los campos: Cul? Porqu? Cmo? y Cundo aplicarlas. - Cmo disear un taller?: marco terico y diseo de la estructura paso a paso. - Diosas justo en la mitad de la vida... Por que todas somos diosa!!: para transcurrir ese tiempo de cambio logrando que el potencial propio pueda mas que los sentimientos de prdida. - A mi juego me llamaron... Pido gancho: para detenerse un momento y recuperar el nio interior. - La creatividad y el juego como vitamina diaria: poder encontrar otra ptica sobre una misma realidad y modificar vivencias. Para un mejor vivir: "Lo que mata es la ansiedad" Informes: 4523-4128/154528-8182 experienciagrupal@yahoo.com.ar www.experienciagrupal.com.ar
El Dibujo: desde el infante hasta el adulto: Teorizacin y Prctica con material clnico
Viernes 5, 12, 19 y 26 de agosto de 14 a 15, 15 hs Docentes: Lic. Beatriz Benditto y Lic. Stella Maris Scalise Dirigido a: Psiclogos, Psicopedagogos y estudiantes avanzados de dichas carreras Aranceles: Socios $ 20.- No Socios: $ 40 Inscripcin previa en Avda. Rivadavia 2431 Entrada 2, Piso 4 Dto. 9 (Pasaje Colombo) - Tel: 4953-5789 asappia@intramed.net www.asappia.com.ar
Actividades en A.L.E.F.
La Asociacin Latinoamericana de Estudios Freudianos informa las prximas actividades a desarrollarse durante el mes de Junio: -Jueves 2 de Junio 20.00 hs clase abierta EL GOCE en la CLNICA PSICOANALITICA Coordina: ISIDORO VEGH. Entrada libre, inscripcin previa. -Sbado 4 de Junio de 10 a 13 hs taller ELEMENTOS de la TOPOLOGA para PSICOANALISTAS Coordina: ALFREDO EIDELSZTEIN. Vacantes limitadas. Informes e inscripcin al 4833-3395. E-mail clinica@fibertel.com.ar. Website www.alefsaludmental.com.ar
Grupo Nmade
Seminario-Taller. DELEUZE. Filosofia, Clinicas, Esteticas, Pedagogias. 9 clases y 3 talleres autonomos. De setiembre a noviembre, los sabados de 16,30 a 18,30. Coordinadores: Annabel Lee Teles, Daniel Ferioli y Daniel Tarnovsky. Informacion a los mails: annabelteles@gmail.com danielferioli01@hotmail.com y dtarnovs@yahoo.com.ar
Acabo de llegar de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, Repblica Argentina. Hace casi dos aos que trabajo peridicamente en Pico Truncado, provincia de Santa Cruz, Repblica Argentina, donde dicto un seminario de Psicodrama para 30 profesionales del lugar. En realidad desde el da 27 de mayo estoy postergando este viaje debido a un profundo conflicto social al que ac en Buenos Aires, Repblica Argentina se desconoce, ignora o en el mejor de los casos se minimiza. El sur tambin existe...existe? y me resulta increiblemente ilgico que estemos tan informados sobre los camioneros varados por el temporal de nieve y que no sepamos casi nada -o nada- de estos otros temporales sociales que tambin nos dejan varados. Para colmo de males este ltimo temporal social no tiene nada de "temporal" ya que lleva ms de 60 das. Las rutas estn cortadas y eso incluye tambin a los caminos alternativos, es decir que es practicamente imposible poder moverse de una ciudad a otra, primero fue en Pico Truncado, tercer ciudad en importancia en la provincia de Santa Cruz, de donde es oriundo el gobernador Acevedo, despus de 62 das se levant ese piquete y ahora comenz otro en Caleta Olivia, la ciudad con mayor cantidad de habitantes, despus de Ro Gallegos. Santa Cruz, la provincia de nuestro actual presidente, est cortada, es imposible transitarla, pero no son slo las rutas las que estn cortadas, tambin parece cortada la capacidad resolutiva de quienes pueden hacer algo, y sobre todo est cortada la informacin para que no trascienda un hecho que no es nada menor y nada intrascendente. Una lucha social de tanta envergadura se est llevando a cabo en el sur, en un terrtorio que dicen -decimos- es parte de la Repblica Argentina, y lo llamativo es que a los medios slo llegan -si llegan- pequeos comentarios voladores. Los reclamos se siguen extendiendo en la Patagonia, despertado en sus habitantes diferentes posturas, tanto las adhesiones incondicionales como las crticas ms despiadadas, pero nadie est fuera de est realidad hace mucho ms que dos meses. Mientras que ac en la Capital Federal, Repblica Argentina, nos movemos por otros carriles, en Santa Cruz se extienden las semillas de lo que supo ser la Patagonia Rebelde, y aunque no escuchemos los gritos, esos cortes profundizan otros cortes ms arcaicos, marcando cuntos gritos silenciados, cuantos cortes abiertos, cuantos pases hay en la Repblica Argentina. Adriana Piterbarg
Teatro Orfeo
Actuacin - Danza Clsica y Jazz - Groovy Jazz - Contemporanea Entrenamiento corporal - Canto - Tango - Yoga 4786-6569 orfeoteatro@fullzero.com.ar
4702-4847 15-4417-0049
Campo Grupal / 19
No siento el menor deseo de jugar en un mundo en el que todos hacen trampa. Franois Mauriac.
ESCRITURA AUTOMATICA
Luis Gruss lgruss@ciudad.com.ar
Pacientes y teraputas
Berln
La lluvia le dice al viento una cancin secreta. Un nio llora y la madre cuelga en el patio restos de amores sin usar. Las piedras caen una sobre otra y el eco repite la invitacin ms esperada: ahora se puede se puede se puede. Las sbanas gotean como si oyesen msica. El tiempo no ayuda pero sirve de barco. Los suicidas de alma eligen el otoo y la noche y el domingo a las seis. La bruma duerme en lo alto de la catedral. Y en Berln ya es tarde para todo. Los pasajeros se asoman a las ventanillas del tren. Una mujer viaja con la idea de bajar en la estacin Baviera. Aunque nunca estuvo ah le parece buen sitio para convertirse en humo de chimeneas invernales. Mientras tanto las radios, los tomates, la furia contenida. La pasajera mira el mundo a travs de un vidrio rojo. Hay dos rboles raramente entrelazados. La nieve cubre sus copas. Un pjaro consigue por fin alzar vuelo y lo hace a la manera de los cuervos. Pensar en la muerte es un alivio. La lluvia ha dejado de llover y el viento se ha volado. Los cuerpos se aquietan. Los hoteles de Bremen esconden furtivas eyaculaciones. En la estacin resuena una campana seca. La pasajera busca una carta en el bolso y no la encuentra. Tal vez exista para todos una posibilidad. El pronstico anuncia ms nieve, ms tristeza, ms piedras cayendo una sobre otra. Hubo un llamado y palabras de raro aliento. La dama de Babiera le confiesa a un desconocido (un alemn taciturno y peligroso) que necesitara decir algo. Pero no quiere ser mal interpretada. Deseara igualmente hablar con alguien de una culpa que arrastra largamente. Ella tambin recuerda. Tambin se ha enamorado. Tambin dej de amar. Ahora peina su cuello frente al espejo del bao. Orina luego y de inmediato se pone de pie hasta recuperar la dignidad. Se oye un silbato extremadamente agudo. Y hasta el aire se conmueve con el llamado. Ahora se puede? Los trenes de la noche simulan orugas desesperadas. Se mueven velozmente sobre profundas huellas. En los vagones cabecean marineros mientras los rboles viajan hacia atrs. Las mujeres tantean sus senos para saber si an siguen ah. En el pasillo hay olor a sexo gastado. Pasa el guarda. Grita un perro. El maquinista bebe directamente de la botella y el sol brilla en otra parte. El calor de todas las estrellas no alcanzara para consolar a los abandonados: todava falta para llegar. Y llegar (hay que decirlo) es cambiar una estacin por otra. Alguien lee un diario viejo en el coche comedor. El caf est fro y el plato de loza tiembla con la vibracin del mundo. Los trenes han perdido el sentido original. El guarda anuncia Baviera. La pasajera busca otra vez la carta, el pie, el aro mexicano. Por todas partes hay soldados dispuestos a matarse y a matar. Una flor de campo en las rodillas, sin embargo, se obstina en perfumar los humores de la desgracia. El hielo muerde. La luz incendia el bosque. Y en Berln ya es tarde para todo.
El cigarrillo en el divn
Susana Reznik airelibre@uolsinectis.com.ar
os argentinos, campeones mundiales en varias disciplinas, tambin lo somos en tabaquismo. La Argentina lidera un ranking de pases donde ms se fuma en lugares pblicos y no existe sancin para el incumplimiento de las normas que restringen el consumo de tabaco en bares y restaurantes. Se est acercando, por iniciativa del Ministerio de Salud, un duro proyecto del Gobierno: la Ley Antitabaco. Cuando esta ley se promulgue, se impedir fumar en lugares pblicos cerrados. Entre estos lugares ocupa un lugar muy importante la iniciativa de Hospitales Libres de Humo. Esto significa que se est comenzando a hablar cada vez ms, acerca de un tema tab: el tabaquismo. Tema sumamente amplio, que podra ser abordado desde diversas perspectivas: individual, social, familiar, laboral, econmica y de salud. Me interesa, en este momento, analizar que papel nos toca a psicoterapeutas, coordinadores de grupo, agentes de salud... etc, en relacin a nuestros pacientes. Doce aos ininterrumpidos ayudando a fumadores a dejar de hacerlo me sugieren decenas de relatos de situaciones que ocurren, en la intimidad de los consultorios de los terapeutas que podran ser calificados , por lo menos de INADECUADAS. En general, ellos al igual que otros agentes de salud, incluidos mdicos de todas las especialidades, se ocupan muy poco del tema, an cuando el paciente lo traiga como un problema. P: debera dejar el cigarrillo... me siento mal, se me est yendo de las manos. Frente a esta clara demanda, es una excepcin, lamentablemente, el abordaje adecuado. En cambio pueden aparecer respuestas como estas: a) bueno, no te exijas tanto en este momento (inducindolo a pensar que ser una exigencia, y no un alivio, intentar resolverlo) b) si dejs, espero que no te transformes en un fundamentalista (prejuicio muy habitual, sobre todo en nuestro ambiente) c) el/la psi responde: yo en sesin voy a seguir fumando (sic). Lamentablemente este es un relato que se oye con cierta frecuencia y que se traduce como: no solo no te ayudo, sino que te boicoteo Es evidente que el terapeuta est tratando de evitar atravesar un tema, que es conflictivo para s mismo sin lograr la tan ansiada disociacin operativa. Qu ocurre? El terapeuta fuma (las estadsticas hablan de un porcentaje mayor de tabaquismo en los trabajadores de la salud en comparacin con la poblacin en general). Si mirsemos otros conflictos
desde este mismo ngulo qu ocurrira si el terapeuta fuese divorciado?, debera tener dificultades para atender pacientes con conflictos de pareja? No, el terapeuta fumador en general se inhabilita l mismo para encarar estos temas. El tambin cree que debera dejar de fumar, pero ... (ah viene la lista de explicaciones resistenciales): -No es el mejor momento -No tengo tiempo -Voy a perder equilibrio -Problemas econmicos, etc La realidad es que, al igual que su paciente, teme sufrir, teme fracasar. Al igual que su paciente, tambin desconoce (o niega) que se trata de una enfermedad. Que para resolverla necesita ayuda y que intentar hacerlo solo, es una conducta tan omnipotente como continuar fumando con la creencia que a m no me va a tocar. La mayora de los fumadores adultos (ms de 30 aos) desean dejar el cigarrillo, pero no pueden solos (La OMS aclara que es el 80 %). Una sucesin de intentos frustrados. O de haberlo logrado un tiempo y luego reincidir, los hace creer que son casos perdidos. En muchos casos de pacientes con una indicacin precisa de dejar el cigarrillo; por razones puntuales de salud, el no lograrlo los hunde en una depresin, que generalmente no se manifiesta en forma clara. Una vez logrado el objetivo de dejar de fumar, junto con la mejora de su estado psicofsico, los pacientes confiesan haber tenido estos sentimientos: -Culpa por no poder o intentar hacerlo. -Mala imagen frente a sus hijos y nietos. -Desvalorizacin por no poder controlar este aspecto de su vida. -Actitudes de aislamiento, para no someterse a la situacin de discriminacin. Todo esto nos muestra que cuando se evitan estos temas en sesin; se estn escondiendo bajo la alfombra una cantidad de conflictos que necesariamente empobrecern el proceso teraputico. Donde nos ponemos, de qu nos disfrazamos, si un paciente nos pide ayuda? Algunas cosas que tenemos que saber El tabaquismo es una enfermedad: la adiccin a la nicotina. La nicotina es una droga dura (mayor poder adictivo que la herona). -Todas las personas, independientemente del estado de su salud, edad o condicin pueden dejar de fumar y se van a beneficiar por eso. Solo necesita contar con una ayuda profesional adecuada. -Para ello, si su mdico su psicoterapeuta, no se sienten en condiciones de drsela, deberan ayudarlo a conseguirla. -Si durante el proceso de dejar, el paciente se encuentra ms ansioso, irritable o intolerante, todos estos sntomas son normales y transitorios. El terapeuta puede ayudarlo a sobrellevarlos, si no se alarma por esto. -Debe saber tambin que la abstinencia fisiolgica es corta (en mi experiencia menos de dos semanas). -Y, sobre todo, puede orientar al paciente a ver esto no como una prdida, sino como un logro. Este logro puede transformarse en fuente de placer, autoafirmacin y un mejoramiento fsico y psquico incuestionables (para ambos). La intencin del individuo, junto a la ayuda recibida se interrelacionan para el logro de este objetivo que transforma, en gran medida, la vida. Una vez concretado el objetivo (el paciente dej el cigarrillo), desaparecen los aspectos fisiolgicos de la abstinencia y comienzan a aparecer los beneficios de dejar de fumar. Recin aqu comienza la etapa de la recuperacin de la adiccin. No nos corresponde a nosotros el acompaarlos, contenerlos, reafirmarlos y recordarles, cuando estn a punto de aflojar, que esto es lo que concientemente decidieron? No sabemos hacerlo? Si!!! Sabemos. Si pudimos acompaar a un paciente en la decisin de cortar un vnculo. Si lo ayudamos en la eleccin de carrera, o trabajo. Si lo felicitamos cuando decidi irse a vivir solo (incluso le bajamos los honorarios). Tambin tuvimos que acompaarlos y confortarlos frente a distintas prdidas, involuntarias, que le depar la vida. Y que se reactivarn transitoriamente con esta prdida ganancia voluntaria. Podemos orientarlos a recuperar su identidad, enmascarada por esta (y otras) conductas adictivas. Y aunque las personas se desconozcan al principio, ah estn, si se miran atentamente al espejo, ms lindos, ms saludables y sobre todo mas libres.
su 7mo aniversario, reconociendo su importante aporte al campo y las prcticas grupales, sosteniendo un espacio de reflexin, aprendizaje y libertad.
Nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos. Pero luchamos con alegria. Porque nos sabemos vencedores en el corto o largo plazo. Arturo Jauretche
Carlos Martnez Director Fernanda Pepe, Angel Furfero, Nstor Malegarie, Vanesa Amenna, Myriam Karlik, Oscar Bonisconti Equipo
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