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Raúl Sohr - Policía y Prensa

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Polica y prensa: una relacin simbitica.

Ral Sohr Biss

Director del Instituto de Estudios Estratgicos y Seguridad Internacional. (IDEESI) ideesi@ulare.cl Santiago-Chile

Contenidos:

1 Medios comunicacin y poder poltico. 2 La policializacin de la agenda noticiosa 3 Polica y fijacin de agenda. 4 El papel fiscalizador de la prensa y la polica.

El gobierno es orden. El periodismo es desorden. La vida imita al periodismo (1 ) , seal en una oportunidad con agudeza un periodista norteamericano. Si se reemplaza gobierno por polica todo permanece igual pues, a fin de cuentas, la polica no es mas que un brazo del gobierno. La prensa difiere del poder poltico por su naturaleza. Mientras el poder de Estado busca la coherencia, la prensa en su conjunto es difusa y contradictoria. De una u otra forma, la prensa es un espejo , aunque imperfecto y sesgado, de la sociedad. El asunto de fondo es que los Estados aspiran a controlar los escenarios en que intervienen. Los medios de comunicacin independientes, por su parte, se concentran en el desorden , es decir, prestan especial atencin a los diversos conflictos del poder y del conjunto de la sociedad. Es una ley de oro que los espacios de la prensa dependen de las pugnas y de las fuerza de quienes la protagonizan. En las aguas revueltas de los conflictos de poder la prensa recoge su mejor pesca noticiosa. Pero, atencin, las redes informativas no se lanzan al azar, sino que desde ngulos determinados segn la lnea editorial de los medios. Cada uno est bajo la influencia de sus propietarios o los sectores con los cuales se identifican. Las relaciones entre el poder poltico y el poder de la prensa poseen el carcter de una lucha constante en la que el primero busca dominar al segundo. Es una verdad de dos caras: una muestra cmo el Estado ha circunscrito a la prensa a lo largo de la historia; la otra cara revela que la prensa es el campo donde se libran muchas de las batallas que ataen y se originan en el seno del propio Estado. Walter Mears, director ejecutivo de la agencia Associated Press (AP), resumi la oposicin bsica entre el periodismo y el gobierno: "Es asunto de ellos conservar secretos. Nuestro trabajo es descubrirlos" ( 2 ). Si alguien esconde algo, algo teme, y all hay una noticia que el periodismo debe desentraar. Lord Northcliffe, propietario del Times de Londres, propuso hace ms de un siglo una definicin algo cnica de la noticia: "Aquello que alguien, en alguna parte, quiere suprimir. Todo el resto es publicidad". ( 3 ) La verdad es que los medios y los periodistas no son unos cruzados comprometidos en la bsqueda de una verdad oculta en las enrevesadas

telaraas del poder. La prensa, que dista de ser neutral, es un medio que puede ser utilizado por quienes sepan cmo hacerlo.

En Estados Unidos se realiz un estudio entre funcionarios de gobierno: un 42% admiti que a veces filtraba informacin a los medios de comunicacin. En cuanto a las motivaciones que sealaron los burcratas para hacer tal cosa, un 73% declar que hablaban con los periodistas para llamar la atencin sobre un tema que consideraban importante. Un 32% dijo que lo haca para hacerse or por otros sectores del gobierno. Y un 19% indic que sus infidencias pretendan socava a un rival. (4 ) El equilibrio entre la autoridad y las libertades pblicas depende de muchos factores. Cada sociedad tiene su historia, su idiosincrasia y su cultura. El periodismo ms pujante y dinmico se encuentra en los pases en que los individuos gozan de la mayor libertad. En Amrica Latina, la libertad de prensa ha tenido una existencia espordica y frgil. Ello ha impedido la gestacin y afianzamiento de una cultura de periodismo independiente e investigativo. El grueso de la regin ha vivido bajo dictaduras militares en un perodo u otro. En varias oportunidades, masas criticas de periodistas han sido silenciadas, dispersadas o encarceladas. Y aun bajo gobiernos civiles, como en Mxico y otros casos, las presiones del poder en forma de subsidios, avisaje o abastecimiento de papel han creado una prensa sumisa.

La sociedad civil latinoamericana -el conjunto de las instituciones no estatales, donde se sita la prensa- posee escasa fortaleza. Los medios que se enfrentan al poder tienen una vida ardua y corren el riesgo de desaparecer. El choque con los intereses establecidos arroja un resultado en vctimas humanas: cientos de periodistas asesinados por ejercer su profesin.

La concentracin de la riqueza y la estrechez numrica e idelgica de las elites obstruyen e pluralismo. En muchos pases se practica la discriminacin en el avisaje, que es el principal sustento econmico de los medios de comunicacin. En el caso de la prensa, no es el mercado el asignador automtico de los recursos: la identidad poltica de los avisadores con el medio desempea un papel importante. En todo el mundo, sin embargo, la prensa se estructura en torno al poder y ms precisamente la prensa es parte de las estructuras de poder y como tal refleja sus ambigedades y debates. La propiedad privada de los medios de comunicacin, asegura en la mayora de los casos, un estrecha relacin con intereses establecidos. De tal forma que
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no cabe hablar de la prensa un cuarto poder. Es ms preciso describirla como la piel del poder. Pero con sus caractersticas propias puesto que en los medios de comunicacin confluye una industria muy condicionada por los avances tecnolgicos, un negocio que depende de la venta de su producto y por sobre todo del avisaje (llamado tambin el quinto poder pues regula al cuarto), un medio de informacin y entretencin, un servicio y un instrumento de influencia poltica. La policializacin de la agenda. El carcter multifactico de la prensa responde desde diversos ngulos a la crnica policial. La noticia es el imn del periodismo, la motivacin bsica que mueve a los medios de comunicacin. La noticia es la materia prima que nutre a los diarios, las radios y la televisin. Todos los medios compiten por la primicia noticiosa y ninguno desea ser "golpeado". La lucha por ser el primero y el mejor es decisiva entre los periodistas. La cadena del xito del periodismo parte con la noticia, que asegura la circulacin. Una buen tiraje o rating atrae publicidad. Y ambos elementos aseguran la viabilidad de los medios. La prensa prospera sobre esta frmula. La noticia policial tiene grandes virtudes mediticas. I. Cumple con el primer requisito que es el sentido de urgencia e inmediatez. Es posible, en muchos casos, transmitir desde el lugar donde ocurrieron los hechos. Incluso en algunos casos es posible hacerlo en tiempo real. As se comparte la incertidumbre y la emocin de lo inesperado. tres fresca. prxima II. La noticia policial relata hechos prximos. Son hechos de la propia ciudad e incluso del mismo barrio que pueden ocurrir a cualquiera. Tienen una alta dosis de inters humano uno de los ingredientes ms importante para el xito noticioso. Al respecto y contrastando la noticia internacional contra un crimen local Gaye Tuchman escriba El titular del Daily News anuncia hoy en maysculas Mujer de pelo castao apualada a muerte. Debajo en maysculas y minsculas: Seis mil muertos en terremoto iran. Me pregunt que color de pelo tenan( 5 ) . III. Muchas noticias policiales suelen tener un alto grado espectacularidad. La forma inusual en que fue cometido un crimen o algunos detalles morbosos . IV. Las noticias policiales son sencillas y directas. Todos pueden entenderlas. V .Efecto acumulativo. Mientras mas se cubre un tema ms fcil es volver a informar. Como los temas policiales se han instalado en los medios ya tienen un espacio
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asegurado. Eso permite el seguimiento de lo que se llama historias en curso. Esto permite reportear tanto el comportamiento de la polica como de determinadas bandas. VI. La existencia de un espacio preasignado a la cobertura policial permite la especializacin de periodistas que desarrollan lenguajes y estilos narrativos originales. En rigor existe una cooperacin entre la cobertura de polica y tribunales.

En todo caso la polica es una fuente inagotable de malas noticias y en las palabras de Marshal McLuhan las noticias verdaderas son las malas noticias: noticias malas sobre alguien o malas noticias para alguien (6). Segn Goethe el pecado escribe historias. La bondad es silenciosa. La prensa roja aquella que cubre los hechos de sangre ejerce una atraccin indiscutible sobre las audiencias. La muerte y la truculencia cubren pginas de diarios y muchos minutos de radio y TV. La descripcin detallada de un crimen es seguida con fascinacin. Los titulares sobre asesinatos son efectivos para captar la atencin y cuanto ms srdido el crimen, mayor es la atraccin. La seccin policial en la mayora de los medios latinoamericanos solo es superada por la seccin de deportes. En muchos pases latinoamericanos las informaciones policiales, los crmenes, la violencia intra-familiar y el narcotrfico cobran un auge creciente. Es el debate eterno del huevo y la gallina: en que medida el volumen de las informaciones de la crnica roja educan al pblico a seguir el tema o bien es el inters de las audiencias la que impulsan a los medios a satisfacer dicho apetito. La evidencia emprica se inclina por la ltima opcin. En el caso de Chile, en que alrededor de 80 por ciento de la poblacin obtiene el grueso de sus informaciones a travs de la televisin, las mediciones de audiencias realizadas en tiempos reales a travs de muestras representativas, sealan una activa bsqueda de los televidentes tras la crnica roja. El pblico escoge en forma instantnea y permanente mediante el zapping . Da tras da se constata el magnetismo hipnotizante que ejercen las crnicas policiales. De lo anterior se concluye que la motivacin primaria de los medios de comunicacin a dar lata cobertura a la crnica roja es comercial. En economas de mercado los puntos de rating o los nmeros de circulacin son determinantes para el avisaje que mantiene a los medios. A grandes rasgos los peridicos obtienen un tercio de su ingreso a travs de la venta de diarios y dos tercios mediante la propaganda. En el caso de radios y la televisin el cien por ciento proviene de la publicidad. Polica y fijacin de agenda.
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La agenda o pauta noticiosa responde en primer lugar a la condicin industrial/ comercial de la prensa. El primer deber de un capitn es mantener su buque a flote. Ese es el inters primario de los propietarios de los medios. Y los capitanes de la prensa (los propietarios) estn en la cpula de la pirmide que nombra a los directores que su vez designan a los editores que dirigen a los periodistas. Existen diversos grados de autonoma pero al final del da los medios son estructuras altamente jerarquizadas. En otras palabras se cumple la voluntad de sus dueos o en quien ellos delegan el poder. Dada la historia de sobresaltos polticos y de represin que durante largos perodos ha dominado a buena parte de Amrica Latina los medios de prensa pertenecen mayoritariamente a sectores conservadores. El caso de Chile es bastante extremo pues ms de 80 por ciento de la prensa escrita pertenece a un duopolio donde priman convicciones de derecha o extrema derecha. En las radios y la televisin se aprecia mayor diversidad pero la mayora de los canales responde a una conduccin conservadora. El tema de la delincuencia y la crnica roja tiene profundas connotaciones polticas. No es un tema neutro si se quiere como el deporte. El miedo y la inseguridad causadas por las actividades criminales tienen un profundo efecto desestabilizador sobre las sociedades. Libertad o seguridad, esa es la disyuntiva planteada a menudo en la lucha contra el mundo delictual. Es, hasta cierto punto, una falsa opcin pues no hay libertad efectiva sin seguridad. Es posible tener seguridad sin libertad pero lo contrario, libertad en ausencia de seguridad, no es posible. El pavor es un sentimiento con un formidable poder paralizante. All donde hay miedo la libertad suele ser canjeada por la seguridad. La respuesta al miedo en la ciudadana se expresa en la intolerancia, la agresividad social que exige penas drsticas contra el transgresor, la exclusin de aquellos identificados con la amenaza, aunque no estn relacionados con ella, la aceptacin de violaciones a los derechos humanos y el cierre de filas tras la autoridad. En la manipulacin del comportamiento humano las tcnicas de administracin han estudiado dos impulsos vitales de los asalariados: el miedo y la ambicin, que en ingls es fear and greed (llamado el factor F&G). El miedo a perder el empleo y la ambicin de ascender con las consiguientes recompensas y libertades que ello entraa. El miedo, en todo caso, suele ser ms fuerte. Esto es algo que los gobernantes saben bien y, por lo tanto, prefieren errar limitando las libertades antes que someter a sus compatriotas a la inseguridad. Por algo Nicols Maquiavelo aconsejaba al Prncipe que ms vale ser temido que querido y era muy claro sobre el factor F&G al comentar las caractersticas de los humanos: Huyen del peligro y estn vidos de ganancias.

En trminos genricos en todas las latitudes los temas de orden y ley suelen ser el fuerte de los sectores conservadores. Este campo acusa a la permisividad como una de las causas del aumento de la delincuencia. Se estima que la mano dura, incluida la pena de muerte, contribuyen a aminorar las tasas de criminalidad. Un ejemplo clsico es la norma norteamericana de tres condenas serias que conllevan una pena perpetua. Las corrientes liberales suelen favorecer las redistribucin de ingreso y las reformas. El anlisis liberal pone el nfasis en las reformas antes que en la represin. Este enfoque entiende la delincuencia como un sntoma y no como la enfermedad. Por lo tanto junto con atacar a las transgresores apunta a lo que se consideran las causas que impelen a comportamientos criminales. Estas dos corrientes con sus matices estn presentes en todas las sociedades. Y en poltica se ha dicho, con razn, que quien fija la agenda del debate ya tiene una parte importante del debate ganado. Es evidente que temas de orden y ley favorecern a los elementos conservadores en tanto que una reforma que ample las posibilidades educacionales de los sectores de menores ingresos favorecer a los liberales. Los medios de comunicacin son claves en la fijacin de la agenda. Y dada su mayoritaria proximidad a las posturas conservadoras se inclinan a postular los temas que les resultan afines. La seguridad ciudadana figura alto en la lista. De hecho incluso en el plano personal una de las transgresiones ms temidas por los estratos mas acaudalados es, precisamente, resultar vctimas de la delincuencia. No en vano se ha dicho que uno de los impactos de la brecha econmica es que mientras algunos no comen otros no duermen. Chile es un caso de estudio interesante puesto que tiene bajas tasas de criminalidad y, sin embargo, est a la cabeza de la liga de pases latinoamericanos con el mayor nmero de personas encarceladas proporcionalmente a su poblacin. Pese a que todas las estadsticas muestran que los riesgos, en vastos sectores de la poblacin, de sufrir alguna agresin delincuencial son bajos, en relacin a estndares regionales, existe una percepcin que sita la inseguridad como uno de los dos temas que ms preocupan a los chilenos ( el otro es el empleo). Indiscutiblemente los medios de comunicacin han jugado un papel protagnico en crear la percepcin de inseguridad ciudadana. Las pautas informativas de todos los medios estn volcadas a la crnica roja que bajo todo concepto es desmedida en relacin a su importancia objetiva. Pero eso es lo que las audiencias piden. Y a la respuesta espontnea del pblico se suma el inters poltico de la elite conservadora en fijar, a travs de los medios, aquello que conviene a su agenda poltica.
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El papel fiscalizador de la prensa y la polica. La prensa en muchos pases latinoamericanos siente poca vocacin y tiene pocas condiciones para ejercer un papel vigilante. No fiscaliza al gobierno, menos an al empresariado y tampoco lo hace con la polica. Cuando estalla un escndalo suele acompaarlo sin ir ms lejos. Salvo que exista inters por parte de algn protagonista de las propias estructuras de poder, sea del mundo poltico o empresarial, en llevar el asunto adelante. En Amrica Latina hay pocos medios genuinamente independientes. La naturaleza comercial de la mayora de la prensa desincentiva el periodismo investigativo. Es difcil encontrar auspiciadores para programas o investigaciones que pueden daar la imagen corporativa. Ninguna empresa quiere ver sus productos asociados a la toxicidad o la contaminacin provocada aunque sea por una compaa rival. Prima la actitud de no sacarse la suerte entre gitanos. Nadie quiere tirar la primera piedra. Los estrechos vnculos entre los medios masivos y las elites de poder llevan al rpido sofocamiento de toda cobertura considerada hostil. La polica es considerada por la prensa como una rica cantera noticiosa. De all que los medios tienen gran inters en mantener con ella las mejores relaciones posibles. Los mandos policiales tienen un gran poder dando o negando accesos a los corresponsales. De hecho los periodistas que cubren el frente policial suelen desarrollar estrechos vnculos con la institucin. Ello al punto que algunas policas entregan premios a aquellos corresponsales que el mando estima se han desempeado mejor. Esto es, claro, no desde el punto de vista de la profundidad de sus investigaciones sino que en la promocin de una buena imagen institucional. Es evidente que un medio que revele la incompetencia policial ver rpidamente obstaculizado sus accesos. La polica, como todas las instituciones uniformadas de la regin, tiene una alta conciencia de sus intereses corporativos y una buena memoria institucional. Ello redunda en que es ms fcil para la polica manipular a los medios que viceversa. Dicho de otra forma es ms probable que la polica obtenga la remocin de un reportero incomodo que a travs de una denuncia se remueva a un polica. Es posible demostrar el mal desempeo de algn agente pero en tanto institucin las policas estn a salvo de los ojos inquisidores del periodismo. Un mando policial tiene muchas instancias a las cuales apelar desde un editor hasta el propietario del medio. La experiencia muestra que en algn nivel encontrar una audiencia comprensiva. Son muy pocos los editores o propietarios que por el bien de la verdad estn dispuestos a daar seriamente sus relaciones con la polica.

En sntesis: Existe un convivencia simbitica entre la gran mayora de los medios de comunicacin latinoamericanos y sus respectivas policas. Los ltimos nutren a la prensa con la materia prima que requiere. A cambio los medios, por norma, se abstienen de indagar sobre los mtodos y procedimientos policiales. En consecuencia la prensa no juega un papel relevante en la responsabilizacin policial.

NOTAS: (1) James Deakin, citado Stephen Bates, If no news, send rumors, New York, Henry Holt & Co, 1991). (2) Stephen Bates, If no news, send rumors Id, anterior (3) Id. (4) Id. (5) Gaye Tuchman, La produccin de la noticia, Ediciones Gillli, Ciudad de Mxico 1983) (6) Marshall McLuhan, Understanding the media, Routlledge, London, 1994.

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