Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Los Albores de La Historia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 77

Los Albores de la Historia

Lineamientos para un estudio histrico de los fundamentos de Prehistoria y Arqueologa

Diego E. Rivero, Gustavo M. Rivolta, Julin Salazar, Valeria L. Franco Salvi y M. Andrea Recalde

Ctedra de Prehistoria y Arqueologa Escuela de Historia Facultad de Filosofa y Humanidades Universidad Nacional de Crdoba

Indice

Introduccin Captulo I- Introduccin a la Arqueologa. Captulo II- La Arqueologa Argentina. Captulo III- Los Orgenes. Captulo IV- El Mundo de Los Cazadores. Captulo V- Los Cazadores del Cono Sur. Captulo VI- El trnsito a la produccin de alimentos y el mundo aldeano. Captulo VII- El Formativo en la regin andina del NOA. Captulo VIII- La Complejidad social y el origen del Estado. Captulo IX- Sociedades Complejas en el NOA I: Aguada y el Perodo de Integracin Regional. Captulo X- Sociedades Complejas en el NOA II: El Periodo de Desarrollos Regionales. Captulo XI- Sociedades Complejas en el NOA III: El dominio El dominio Inka
del Noroeste Argentino.

1 3 11 17 25 33 39 45 49

57

63

69

Anexo: Cmo rendir un examen?

73

Introduccin
Este pequeo libro debe interpretarse como una herramienta, un instrumento, que se les ofrece a los estudiantes del Profesorado y la Licenciatura de Historia para que puedan enfrentarse al estudio de los contenidos de la asignatura Prehistoria y Arqueologa. No es un manual, un apunte o un resumen, del cual se pueda estudiar, es una gua para estudiar la bibliografa obligatoria que se detalla en el programa de estudios. Las experiencias que ha tenido el equipo de la ctedra en los ltimos aos han permitido identicar una serie de dicultades entre el alumnado. Entre ellas observamos problemas de lecto-comprensin y escritura, en la lectura crtica, reexiva y jerarquizada de la bibliografa, sobre todo de textos extensos y complejos, en la incorporacin y el manejo reexivo de trminos y conceptos propios de la disciplina, en la comprensin de la relevancia de problemticas arqueolgicas en la formacin histrica y en la interpretacin de consignas en distintas instancias (prcticas, terico-prcticas, evaluaciones parciales y nales), lo que repercute en fracasos repetidos y en una preocupante desercin. Adems de ese grupo de problemas, se observa una falencia en la escasez de bibliografa actualizada (y en espaol) apropiada para el nivel y las problemticas analizadas en el contexto de nuestra carrera. Es por ello que planicamos la realizacin de esta pequea obra, en formato digital y de acceso libre, que slo trata de encausar el estudio de la materia. Otra alternativa habra sido reemplazar la bibliografa original por chas de ctedra que resumieran y presentaran los temas abordados de manera sinttica, lineal y uniforme, pero ello habra sido en perjuicio de la bsqueda de espritu crtico en la formacin histrica y de la lectura de distintos planteos de manera directa de los investigadores que los formularon. El objetivo principal de esta obra es fomentar la lectura reexiva de la bibliografa obligatoria del programa de estudios, ordenando y sistematizando un contexto que los trabajos especializados obvian, pero que es necesario para la comprensin profunda de las problemticas analizadas. Complementariamente se pretende: 1) Jerarquizar problemticas y contenidos destacados dentro de cada tema analizado. 2) Familiarizar a los alumnos con las consignas y actividades que debern resolver para aprobar la materia. 3) Introducir a los estudiantes en formas narrativas novedosas como son los trabajos cientcos especializados. 4) Brindar una serie de conocimientos actualizados o no incluidos dentro de los trabajos analizados en la bibliografa del programa. 5) Acercar los fundamentos de cmo se construye el conocimiento cientco en Arqueologa. 6) Contextualizar a la arqueologa dentro de las disciplinas sociales y de la historia. Cmo usar este libro? Los Albores de la Historia se divide en once captulos, que corresponden a una unidad terica o prctica del programa de estudios vigente (Anexo 1). En cada uno de ellos se ha incluido una contextualizacin general de la problemtica central en cuestin y un desarrollo de las distintas perspectivas que han tratado de incluirlas en su modelo explicativo, haciendo hincapi en contextualizar los trabajos que los estudiantes tienen que analizar en la materia. En este espacio se incluyen cuadros conceptuales, mapas histricos y esquemas cronolgicos que tienen por n brindar herramientas para incorporar conocimientos complejos sobre procesos que los alumnos no logran identicar de manera satisfactoria. El contenido de estos bloques debe ser ledo lenta y atentamente antes de encarar el estudio de la unidad terica o prctica de la materia que corresponda. Despus de analizar profundamente la bibliografa obligatoria para cada temtica se debe recurrir a la segunda parte de cada captulo donde, mediante cuadros, se detallan los puntos que deben quedar claros y ejemplos de preguntas que pueden ser formuladas en las distintas instancias de evaluacin. En esta instancia las dudas, confusiones o preguntas que surjan deben ser anotadas para formularlas a los docentes de la ctedra. Se recomienda aclarar todos los interrogantes antes de rendir prcticos, parciales o nales. Finalmente incluimos dos Anexos: I) Programa de estudios vigente; II) Cmo rendir un examen? Estos dos anexos tambin deben ser cuidadosamente ledos para estudiar y rendir la materia.

Captulo I. Introduccin a la Arqueologa Este primer captulo tiene como objetivo central dar algunos fundamentos de la disciplina arqueolgica, es decir denir su objeto de estudio, las problemticas que trabaja, los mtodos que utiliza, los datos que construye y las diversas maneras en que los interpreta. Se intenta reconocer el modo en que la arqueologa se ha ido transformando a travs del tiempo para problematizar cmo se entiende y se practica en la actualidad. Finalmente se analiza de qu modos esta disciplina excede lo que se ha conocido como prehistoria, para abarcar prcticas correspondientes tanto a momentos histricos como a la actualidad.
Qu es la arqueologa? Para explicar lo que es una disciplina cientca se debe denir cul es su objeto de estudio, las fuentes o datos utilizados, las metodologas aplicadas y los modos en los cuales se contrastan hiptesis. Como deja claro Binford (1988) la arqueologa no consiste en el descubrimiento azaroso de yacimientos espectaculares u objetos valiosos. Lo que estudia la arqueologa son prcticas sociales a travs de su materialidad. En este sentido podemos ver una primera gran delimitacin del campo de esta disciplina, como ciencia social preocupada por el estudio del hombre, sus prcticas y las circunstancias de las mismas. Dentro de esta gran rea del conocimiento, la arqueologa se caracteriza por abordar este objeto a partir del estudio de sus restos materiales. En su versin clsica, la arqueologa (etimolgicamente, conocimiento -logos- sobre los inicios -ark-) estudiaba prcticas humanas en el pasado. Al igual que el resto de las ciencias sociales modernas naci en un marco de mltiples contradicciones (polticas, sociales y econmicas) a las que se enfrentaba el occidente durante el siglo XIX que haban sido denidas por la industrializacin de los pases centrales, la consolidacin del capitalismo y la consecuente aparicin del proletariado, el surgimiento de nuevas conguraciones polticas europeas, sobre todo los estados nacionales, y el establecimiento de nuevas relaciones con las colonias no occidentales dentro de lo que se conoci como imperialismo. Ante las preguntas que se generaban a partir de estas contradicciones, se generaron una serie de disciplinas, cada una ocupada de cierto aspecto de las mismas. Si trazramos un cuadro de doble entrada para explicar la divisin clsica de las ciencias sociales, deberamos establecer como dimensiones fundamentales cmo se distancian en espacio y tiempo desde el presente (Siglo XIX) y occidente los fenmenos que se pretenden analizar. De esta manera surgen 4 cuadrantes: el que se ubica en la porcin superior izquierda dene a los fenmenos ms prximos en el tiempo y en el espacio, delimitando el objeto de la sociologa (es decir, estudia los problemas sociales que se observaban en la actualidad en los pases centrales); en la misma distancia espacial, pero con mayor profundidad temporal se encuentra la historia (que en el siglo XIX se entiende grosso modo como el estudio de la formacin de las naciones europeas); en la columna derecha observamos dos cuadrantes distanciados en el espacio del occidente, encontrndose en el superior los fenmenos de la actualidad de espacios lejanos al occidente, deniendo el objeto de la antropologa (entendida en ese entonces como el estudio de la diversidad cultural observada en los diversos connes de las colonias); en el cuadrante inferior se denen los fenmenos del pasado de los pueblos no occidentales que constituyen el campo de la arqueologa.

Figura 1. Divisin clsica de las ciencias sociales. De esta manera queda claro que, en su versin clsica, la arqueologa ha estado preponderantemente vinculada al estudio del pasado y, sobre todo, del pasado de los pueblos no occidentales. Tambin se ha vinculado con la Prehistoria, la cual implica dos ideas distintas, aunque relacionadas. Por un lado, comprende una divisin arbitraria del devenir de la humanidad, tomando como criterio el manejo de la escritura. Por otro, consiste en el estudio de este perodo. Sin embargo el trmino ha sido criticado, ya que implicara que los pueblos grafos, muchsimos grupos humanos alrededor del mundo, habran permanecido fuera de la historia hasta que los occidentales llegaran para civilizarlos y empujarlos hacia la vida verdaderamente histrica. En Amrica, y especialmente en nuestro pas, la arqueologa ha estado abocada, aunque no exclusivamente, al estudio de los pueblos que vivieron antes de la llegada de los espaoles, a mediados del siglo XVI. El estudio de la historia de estos grupos ha

Los Albores de la Historia

permitido desde hace ya varias dcadas, sino ms de un siglo, empezar a levantar el teln que los cubra, un teln que sus conquistadores, tanto los que envi el imperio espaol como el estado nacional, tejieron con muchas ideas que los denostaron, como la de idolatra, salvajismo, atraso, y tantas otras ms, que an penden sobre los indgenas de nuestro pas y de todo el continente. Cada vez que un arquelogo se ha acercado al campo, visitado un museo particular o construido uno acadmico, cada vez que se recorre una regin desconocida, se activa un cucharn en una estructura antigua o en un alero serrano, esas ideas peyorativas sobre los pueblos originarios quedan ms alejadas de la realidad, y cercanas a un discurso de legitimacin de proyectos violentamente alienantes bajo los lemas de la espada y la cruz primero y en el orden y el progreso despus. Sin embargo la disciplina arqueolgica tambin investiga el pasado en sociedades que manejaron la escritura, lo cual conocemos como arqueologa histrica. La misma tiene por objetivo estudiar, a partir de vestigios materiales, procesos que conocemos a travs de fuentes documentales, ampliando y enriqueciendo estas visiones. Tambin tiene la posibilidad de acercarse a grupos que no accedan a la produccin de documentos, y que quedaron sin voz, pero s generaron vestigios materiales, que brindan acceso a sus modos y condiciones de vida. Esto es muy claro por ejemplo en los estudios sobre los grupos de esclavos negros en contextos coloniales de Amrica, a los cuales la historia slo da un acceso indirecto y mediado por las clases dominantes que los sometan a esa forma de vida (Orser 2000). En las ltimas dcadas la arqueologa tambin ha expandido ampliamente sus fronteras hacia momentos y lugares insospechados: desde el anlisis de contextos arqueolgicos generados en la historia reciente, por ejemplo los centros de detencin clandestinos (Nobile 2006), hasta el estudio de patrones de consumo de ciudades actuales, a travs de la basura (Rathje y Murphy 2001). En conclusin, la arqueologa no debe ser reducida al estudio del pasado ya que en la actualidad es el estudio de prcticas humanas, asociadas a cualquier espacio y tiempo, a travs de los vestigios materiales que ellas generan, con metodologas particulares, las cuales se adaptan a fuentes o datos especcos, es decir las fuentes materiales. El registro arqueolgico Toda prctica humana genera algn tipo de registro material, al igual que las circunstancias en las que se desarrollan tales prcticas. La arqueologa se sirve de todos ellos para contrastar las hiptesis

con las que pretende resolver sus problemas de investigacin. La resolucin de tales cuestiones est separada por una gran brecha, la que separa a las prcticas que son dinmicas, del registro que es esttico (Binford 1988, Jonson 2001). Tal como lo dejara claro Binford (1988) el registro arqueolgico es un fenmeno del presente. El mismo est formado por las evidencias generadas por la actividad del hombre, por ejemplo, una casa pozo indgena, y todas las modicaciones generadas despus de su incorporacin al contexto arqueolgico, de origen humano y natural. Por ejemplo, las numerosas reocupaciones sufridas por dicha estructura, y las alteraciones producidas en ella por la actividad de la lluvia, el viento, los insectos, etc., lo que conocemos como procesos postdepositacionales. La interpretacin del registro arqueolgico Como fenmeno esttico y del presente, el registro arqueolgico no puede hablar por s mismo de los fenmenos dinmicos del pasado. Su interpretacin est basada en las inferencias que puedan realizarse a partir de l. Por ejemplo, un conjunto de instrumentos y desechos lticos encontrados en un campamento no dicen por s mismos muchas cosas. El arquelogo debe desarrollar ciertas herramientas que le permitan interpretar qu tipos de prcticas dieron origen a ese conjunto. Una opcin podra ser recurrir a la empata, es decir imaginar, aplicando nuestro sentido comn, qu acciones o circunstancias llevaran a las condiciones halladas en el registro. De hecho esta era la va ms comn de interpretacin utilizada hasta mediados de siglo XX y se enfrentaba a dos problemas: el sentido comn de un cientco de la modernidad no poda dar cuenta de la variabilidad de las prcticas humanas en una gran cantidad de contextos culturales a lo largo del mundo, llevando muchas veces a extrapolar prcticas y valores de la actualidad al pasado remoto1 y, por otro, la validez de las hiptesis arqueolgicas residan en la autoridad de quien las formulaba, pero no en un sistema independiente de contrastacin. A partir de la dcada de 1960, fue una preocupacin de la nueva arqueologa desarrollar herramientas que ayudaran a los arquelogos a generar hiptesis contrastables acerca del registro. La herramienta principal fue la utilizacin de analogas
1 En el captulo que Binford dedica al anlisis del modo de vida de los primeros homnidos (Terico Prctico 1) se puede observar cmo es que Dart interpret el registro arqueolgico de las cuevas de Sudfrica utilizando su sentido comn y cmo estas hiptesis fueron descartadas aplicando distintos conocimientos generados por la observacin de fenmenos actuales.

Captulo I. Introduccin a la Arqueologa

actualsticas las cuales se basan en la premisa de que la formacin del registro se dio en el pasado de formas anlogas a las cuales se da en el presente. Es decir, una actividad de la actualidad y una equivalente del pasado forman registros equivalentes. De esta manera, observando la dinmica del presente (las prcticas humanas) y los fenmenos estticos que sta generaba, se podan construir hiptesis contrastables sobre los fenmenos dinmicos del pasado que se pretendan conocer. Las dos herramientas principales para construir este tipo de analogas fueron la etnoarqueologa y la arqueologa experimental. La etnoarqueologa analiza las prcticas de grupos no occidentales o tradicionales que viven en la actualidad observando particularmente el patrn que ellas generan en el registro arqueolgico y proponer hiptesis sobre el comportamiento en el pasado a partir del registro arqueolgico observado. Volviendo al caso del conjunto ltico, la observacin de las prcticas de grupos que an utilizan esa tecnologa y el estudio de los desechos que generan puede ayudar a generar hiptesis acerca de qu comportamientos dieron origen al conjunto arqueolgico bajo estudio. La arqueologa experimental busca recrear con mtodos disponibles en el pasado la confeccin de instrumentos o realizacin de tareas para observar cul habra sido el resultado arqueolgico de la misma. De esta manera se podra intentar replicar los instrumentos lticos que vemos en nuestro registro, utilizarlos, ver qu huellas de desgaste se generan, analizar los desechos y generar un cuerpo de hiptesis analgicas. Los cambios en la disciplina arqueolgica La arqueologa, como todas las ciencias, no ha sido siempre igual. Ha ido cambiando a travs del tiempo a medida que se fueron modicando las ideas sobre la sociedad y el desarrollo humano, las concepciones del pasado, las metodologas y tcnicas disponibles y las preguntas que son relevantes desde el presente. Podemos decir que la arqueologa2, practicada de manera sistemtica, se consolida a mediados del siglo XIX de la mano de la antropologa evolucionista, con personalidades como Lubbock. Ese momento, donde el occidente se senta triunfante por el desarrollo econmico en un marco medianamente pacco (al
2 En este captulo al hablar de Arqueologa hacemos referencia a la prctica de esta disciplina en el mbito de los pases centrales (Europa occidental y Estados Unidos de Amrica, donde se han sentado las tendencias principales aplicadas en el resto del mundo occidental). En el prximo captulo se hace referencia a la prctica arqueolgica en Argentina.

menos en el mbito de los pases centrales), fue un efectivo caldo de cultivo para las ideas evolucionistas que consideraban que la historia humana tena una trayectoria universal, marcada por el progreso (estas trayectorias se plasmaron en la obra de L.H. Morgan, La sociedad primitiva, retomada por F. Engels en su clsico El origen de la Familia, la Propiedad y el Estado, donde se sistematiz el sistema de los tres estadios en la evolucin de la humanidad: Salvajismo, Barbarie y Civilizacin). A nes de siglo XIX y principios del siglo XX, las expectativas de progreso se encontraron frente a las terribles consecuencias del capitalismo industrial, el nacionalismo y el colonialismo que explotaron en la primera guerra mundial, generndose una ruptura paradigmtica con el evolucionismo decimonnico, que sustituy la pretensin teleolgica de una historia humana universal por una visin particularista y relativista que tena poca conanza en la creatividad del comportamiento humano (uno de los antroplogos que plate esto fue F. Boas). A partir de ese momento se consideraba que la importancia del estudio arqueolgico radicaba en la construccin de historias particulares de distintas reas culturales, consolidando lo que se conoce como arqueologa cultural (Gamble 2002), arqueologa tradicional o arqueologa histrico-cultural. El objetivo principal de esta corriente era poner las cosas en orden cronolgica y geogrcamente. En un rea cultural se denan distintos contextos arqueolgicos (asociacin recurrente de artefactos), que se consideraban correspondientes a pueblos o etnas, a los cuales se les daba una determinada adscripcin cronolgica. Ordenando en el tiempo los distintos contextos arqueolgicos denidos, se poda conocer la secuencia cultural para un rea determinada. La explicacin del cambio, ancada en el escepticismo sobre la creatividad humana, recurri de manera predominante al difusionismo, es decir el mecanismo por el cual un rasgo cultural es trasladado de un rea cultural a otra. Esta prctica gener el desarrollo y renamiento de distintas metodologas, destinadas especialmente a la construccin de cronologas relativas, como la seriacin y la estratigrafa. Tambin incorpor en el conocimiento arqueolgico, construyendo la estructura general de los esquemas cronolgicos, a casi todas las reas del mundo. Sus problemas principales fueron mantener a la idea de contexto cultural como una suma mecnica de objetos, sobredimensionar a la difusin como la explicacin suciente para la gran mayora de los cambios ocurridos en la historia (en detrimento del desarrollo independiente y otros mecanismos

Los Albores de la Historia

por los cuales se pueden expandir las ideas o los conocimientos a travs del espacio), mantenerse de manera predominante en el campo descriptivo sin elevarse hacia el explicativo y no desarrollar sistemas independientes de contrastar hiptesis, priorizando la autoridad del investigador que las formulaba. Hacia 1950, la arqueologa tradicional no era ya satisfactoria para las pretensiones de la gran cantidad de jvenes que se haban incorporado en la academia. Tampoco el particularismo histrico, ni una ciencia relativista, se adecuaba a los tiempos de postguerra, en los cuales EEUU se consolid como una nueva potencia hegemnica con pretensiones de imperio universal. En este contexto la arqueologa tuvo pretensiones de convertirse en una verdadera ciencia (considerando que el modelo para lograrlo eran las ciencias naturales). Adoptando el positivismo como modelo epistemolgico, el objetivo de la arqueologa ya no era generar conocimientos particularistas sobre el desarrollo cultural de una regin, sino explicar estas trayectorias aplicando leyes generales del comportamiento. Una de las mayores guras de esta corriente, conocida como Nueva Arqueologa, o arqueologa procesual, fue Lewis Binford. Distancindose de la historia, la arqueologa abraz a la antropologa. Willey y Phillips sostenan que La arqueologa americana es antropologa o no es nada (1958:2). Ya no interesaba tanto dar cuenta de una secuencia de culturas sino detenerse en el funcionamiento de cada una de ellas, sobre todo en los aspectos que podan ser sometidos a explicaciones bajo leyes universales. Estos aspectos fueron preferentemente la adaptacin al medio y las estrategias econmicas en detrimento del estudio de las estructuras polticas o religiosas. Sin lugar a dudas, el objetivo central de la nueva arqueologa fue construir una serie de herramientas que permitieran proponer y contrastar hiptesis de manera independiente de la autoridad de quienes las proponan. Como sostiene Binford (1988), se recurri al estudio del presente para conocer el pasado, desarrollando fuertemente la etnoarqueologa y la arqueologa experimental. Tambin se desarroll fuertemente el estudio de distintos aspectos naturales que afectaban tanto a la vida del hombre como las caractersticas del registro aqueolgico. En la explicacin del funcionamiento de la sociedad la nueva arqueologa adopt la teora general de sistemas. Esta mirada caracterizaba a las sociedades del pasado como sistemas formados por partes (o subsistemas) orgnicamente integrados, que se hallaban en equilibrio (homeostasis) y que se modicaban slo cuando esta situacin era puesta en

riesgo por algn factor de stress externo al sistema. Para explicar los cambios de las sociedades a travs del tiempo frecuentemente abrev en un modelo universal que retomaba las ideas evolucionistas decimonnicas conocido como neoevolucionismo, el cual analizamos en el Captulo VIII. La visin sistmica de la sociedad y el cambio, la reduccin de las prcticas sociales de agentes al funcionamiento y adaptacin del sistema al medio, el rechazo de la historia, la idea de la cultura como mecanismo de adaptacin extrasomtica, el uso excesivo del mtodo hipottico deductivo y de la explicacin en detrimento de la interpretacin, llevaron a una serie de crticas a lo largo de las dcadas de 1970 y 1980 donde la arqueologa comenz a distanciarse de ser una disciplina dominada por una corriente hegemnica o paradigmtica. Surgieron una multiplicidad de arqueologas de las cuales entre otras pueden destacarse las arqueologas post-procesuales o interpretativas, la arqueologa feminista, la arqueologa marxista y la arqueologa darwiniana. Segn Shanks y Hodder (1995) las arqueologas interpretativas incluyen una gran cantidad de heterogneas miradas sobre la prctica arqueolgica que pusieron en el centro la idea de que la interpretacin de lo social se relaciona menos con la explicacin causal que con la comprensin. En este sentido, se distancian de la ciencia positivista aproximndose a una disciplina humanstica donde el sujeto que interpreta, el contexto en el cual lo hace y las consecuencias sociales del conocimiento son reconocidas y puestas en crtica. Al distanciarse de la antropologa como la ciencia madre, la arqueologa busca sus fuentes en aportes de la sociologa, la historia y la losofa. Dejando de lado el estudio de los mecanismos adaptativos del sistema la arqueologa postprocesual pretende ver a los agentes sociales actuando en ellos, como se insertan en las estructuras y la manipulan. En este sentido, la cultura material deja de verse como un mecanismo pasivo de adaptacin para ser un conjunto de aspectos materiales con signicado propio que tiene un papel activo en la construccin de relaciones sociales y que puede ser manipulado por los agentes que la producen. En el mismo sentido las arqueologas feministas abogaron por dos grandes problemticas, una que haca al modo en que se distribua el poder por categora de gnero en la academia, revisando de manera crtica el papel al que se haban relegado a las mujeres en la produccin del conocimiento arqueolgico (frecuentemente lugares de segundo nivel, siendo mayormente tcnicas que aportaban

Captulo I. Introduccin a la Arqueologa

datos para ser interpretados por los hombres, que eran quienes podan construir verdadera teora). La otra, que se consideraba asociada a la anterior, era el papel al que se haba relegado a las mujeres en el relato sobre procesos del pasado, lo que estaba cargado de armaciones apriorsticas sobre lo que es ser mujer y ser hombre y los roles de los gneros en una gran cantidad de sociedades. Uno de los aportes fundamentales de esta rama fue dar por tierra con la consideracin esencialista de que el gnero es algo biolgicamente determinado ms que socialmente construido. Otro de los lineamientos que pretendi dar una alternativa al procesualismo, aunque retomando algunos de sus aportes, fue la arqueologa neodarwinista o ecologa evolutiva, la cual fue en busca de modelos hacia el campo de las ciencias biolgicas, ms que a las sociales. Uno de los grandes problemas que trat de explicar fue la transmisin cultural, entendiendo que la cultura material es un fenotipo de la especie humana y que al igual que otros aspectos fenotpicos est sometido a la seleccin natural. De esta manera se considera que se pueden dar explicaciones satisfactorias sobre por qu a travs del tiempo la seleccin natural favorece la supervivencia de ciertos objetos y no la de otros. Como se puede apreciar, la arqueologa, al igual que cualquier otra disciplina cientca, no es esttica y, en efecto, ha cambiado desde sus inicios de acuerdo a distintos factores, entre otros: paradigmas cientcos vigentes, problemticas consideradas vlidas, datos disponibles, tcnicas de anlisis implementadas, renovaciones generacionales de los investigadores y contexto histrico de produccin del conocimiento. La arqueologa tampoco es homognea dentro de cada momento, lo que puede evidenciarse en las numerosas discusiones y debates que han protagonizado los arquelogos en torno a una gran diversidad de temticas. Estas dos caractersticas, dinmica histrica y heterogeneidad interna, hacen que en arqueologa sea difcil hablar de verdades o conclusiones cerradas de las problemticas abordadas. Por ello es que las grandes discusiones que se presentan en este libro (y en la materia), deben ser estudiadas intentando comprender la diversidad de opiniones de los autores, sus hiptesis, los argumentos a favor o en contra de cada una, y no allanar estos debates en un discurso lineal. Cmo se investiga en arqueologa? Como toda disciplina cientca, la arqueologa no es una bsqueda acumulativa de datos, por los datos mismos. La investigacin arqueolgica es un

largo proceso que se inicia a partir de problemticas, es decir preguntas o interrogantes que se formulan acerca de las prcticas humanas. Esas preguntas no surgen de la nada. Siempre estn formuladas dentro de un sistema de ideas o armaciones que pretenden explicar los fenmenos que son objeto de estudio, es decir la teora. En este cuerpo terico tambin descansa la formulacin de la hiptesis, que es una respuesta inicial para el interrogante a resolver. Esa hiptesis se desglosar mediante una serie de herramientas que permitirn recolectar, construir y analizar los datos necesarios para contrastarla. Esas herramientas pueden englobarse en lo que conocemos como metodologa. Una vez construidos los datos, estos deben ser analizados e interpretados, respondiendo a las preguntas formuladas al principio. Estas respuestas, resultado de la investigacin, tampoco constituyen el cierre denitivo de las mismas ya que por un lado ayudarn a contrastar las hiptesis, comprobndolas o refutndolas. Tambin permitir ampliar los interrogantes o generar otros nuevos. Finalmente, abrir la posibilidad de reformular la teora, si no en su totalidad, al menos en alguno de sus presupuestos. Los vestigios materiales de prcticas del pasado se encuentran potencialmente en todos lados y no constituyen por s mismos datos arqueolgicos. Los datos deben ser construidos por el investigador a partir de la aplicacin de diversas tcnicas y considerando los materiales relevantes para resolver los interrogantes que se persiguen. De esta manera, cuando se acota espacial y temporalmente un problema de investigacin, se delimita una espacio sobre el cual deberemos detectar los vestigios arqueolgicos correspondientes al momento y temtica analizados, mediante prospecciones. Una vez detectados los sitios, deben realizarse registros precisos de los mismos, en los cuales se determina la ubicacin de concentraciones de artefactos, estructuras, arte rupestre y topografa, los cuales son una fuente invalorable para nuestras futuras interpretaciones. Recin cuando el arquelogo tiene un buen conocimiento de su rea de estudio y sobre todo de la diversidad de los vestigios que en ella se presentan podr seleccionar los contextos a ser excavados. Sin embargo, la excavacin es el ltimo recurso al que se debe recurrir, y si puede ser evadida, mucho mejor. Esto es as porque la excavacin implica destruccin. Al excavar un sitio arqueolgico se destruye informacin que nunca podr ser recuperada. Es por ello que esta tarea se debe dar despus de un

Los Albores de la Historia

intenso trabajo de investigacin y con las tcnicas que permitan registrar de la mejor manera posible toda la informacin que sea posible. Los datos que produce una excavacin exceden ampliamente a los artefactos (aquellos objetos que son el resultado de la transformacin activa del hombre). Las excavaciones arrojan evidencias tan ricas como ellos, constituidas por los ecofactos (aquellos elementos que no han sido transformados por el hombre pero brindan informacin sobre sus prcticas como huesos de animales, restos vegetales, sedimentos, etc.). Sin embargo, lo ms importante que se encuentra en una excavacin son las relaciones entre todos los objetos materiales recuperados, es decir el contexto arqueolgico. De esta manera queda claro que las tcnicas arqueolgicas son altamente complejas y no se reducen a hacer pozos buscando piezas valiosas: es un trabajo sistemtico que implica tiempo, esfuerzo, experiencia y sobre todo conocimiento, por lo cual es totalmente contraproducente que individuos no capacitados lo lleven adelante. El paso del tiempo y su medicin Cmo construyen los arquelogos sus cronologas? No siempre es esencial conocer con exactitud cuntos aos hace que tuvo lugar un acontecimiento o un periodo concreto. El concepto de que algo es ms antiguo (o ms reciente) en relacin a otra cosa, constituye la base de la datacin relativa, y es ciertamente til para analizar los cambios en el tiempo de las prcticas humanas. Uno de los mtodos relativos ms importantes es la estratigrafa, que consiste en la asignacin de momentos anteriores y posteriores a travs de la depositacin de estratos superpuestos. El principio consiste en que los niveles inferiores se depositan primero y, por lo tanto, antes que los superiores. De esta forma una sucesin de estratos proporcionara una secuencia cronolgica relativa, desde los ms antiguos (abajo), a los ms modernos (arriba). Glosario

Sin embargo en los ltimos tiempos, se ha generado la posibilidad de establecer la edad exacta o absoluta en aos de las distintas partes de la secuencia, a travs de los mtodos de datacin absoluta. Son numerosos los mtodos que pueden otorgarnos fechas en aos (v.g. la dendrocronologa , a travs de los anillos de crecimiento de los rboles; la datacin por termoluminiscencia, preferentemente para fechar cermicas; la datacin mediante potasio-argn; algunos mtodos calibrados, como la hidratacin de la obsidiana o la datacin arqueomagntica, etc). Sistemas de medicin del paso del tiempo Cualquiera sea el mtodo de datacin, se necesita establecer una medida de tiempo para reconstruir una cronologa. La mayor parte de los sistemas humanos de medicin se calculan en aos. Aquellos tambin necesitan ciertos jalones para contabilizar el paso de dichos ciclos, los cuales pueden establecerse en eventos histricos especiales. En el mundo cristiano se usa como tal, el nacimiento de Cristo, supuestamente acaecido en el ao 1 a.C. (no existe el ao 0), contndose los aos hacia adelante, despus de Cristo (d.C., en ingls se usa AD, por las iniciales latinas de Anno Domini) y hacia atrs, antes de Cristo (a.C., en ingls se usa BC, por las iniciales de Before Christ). Para los musulmanes el momento jado es la fecha de la salida del profeta Mahoma de la Meca, la Hgira (en el ao 622 d.C. del calendario cristiano). El inicio del calendario maya equivale al ao 3114 a.C. del calendario cristiano. En cambio, para el pueblo judo, las fechas estaran dadas en aos a contar desde la creacin (3761 a.C.). Los cientcos que obtienen fechas por mtodos radiactivos y que quieren un sistema universal, han optado por contar los aos desde el presente (AP, en ingls BP por las siglas correspondientes a Before Present). Pero dado que tambin necesitan un punto de partida estable, cuando usan AP quieren decir antes de 1950 el ao aproximado en que Libby descubri el primer mtodo del radiocarbono.

Behaviorstico (Adj. Castellanizacin del trmino ingls behavioristic): Perteneciente o relativo al comportamiento. Extrasomtico: externo al cuerpo. Cuando hablamos de adaptacin extrasomtica hablamos de mecanismos de adaptacin que estn por fuera del cuerpo. Por ejemplo, las condiciones climticas fras pueden convertirse en un mecanismo de seleccin natural que produzca que los miembros de una especie que mejor se reproduzcan sean los que tienen pieles ms gruesas. A lo largo de muchas generaciones esto puede traducirse en que la especie haya mutado hacia una versin con pieles gruesas. La adaptacin extrasomtica implica que los individuos de una especie utilicen pieles (externas a su cuerpo) para cubrirse del fro. Particularismo: perspectiva que, en oposicin al evolucionismo, sostiene que cada pueblo posee una historia propia, comprensible slo en sus trminos y diferente a las trayectorias de otros, la cual no puede ser reducida a ningn modelo universal.

Bibliografa (Obligatoria para estudiar)


Binford, L. R. 1988 En Busca del Pasado. Crtica, Barcelona. Captulo 1. Gamble, C. 2002. Arqueologa Bsica. Ariel Prehistoria. Madrid. Captulo 2.

Captulo I. Introduccin a la Arqueologa

Nobile, J. 2009. La antropologa forense en el debate contemporneo. Revista de la Escuela de Antropologa Vol. XV: 11-20. Rosario, Argentina. Orser, Charles. 2000 Introduccin a la Arqueologa Histrica. Asociacin de Amigos del Instituto Nacional de Antropologa y Pensamiento Latinoamericano, Buenos Aires. pp. 9-66. Politis, G. 2005 Arqueologa de carne y hueso. Ciencia Hoy 15(89):44-50. Renfrew, C. y P. Bahn 1998 Arqueologa: Teoras, Mtodos y Prcticas. Ed. Akal, Madrid. Captulos 3 y 4. Rivolta, G. 2010 Identidad, memoria y narrativa en la comunidad indgena de Amaicha del Valle (Valle de Yocavil, Pcia. De Tucumn, Rep. Argentina). En: Nastri, J. y Menezes Ferreira (Eds.) Historias de Arqueologa Sudamericana pags. 211227. Editorial Azara, Buenos Aires.

Bibliografa (ampliatoria)
Jonson, M. 2001 Teora Arqueolgica. Una introduccin. Ariel. Rathje, W y C. Murphy. 2001 Rubbish!: The Archaeology of Garbage. University of Arizona Press. Shanks, M. y I. Hodder 1995. Processual, Post-processual and Interpretive Archaeologies. En Interpreting Archaeology. Finding Meanings in the past. Ed. Por I. Hodder, Shanks, Alexandri, Buchli, Carman, Last y Lucas. 3-29. Routledge. London. Trigger, B. 1992 Historia del pensamiento arqueolgico. Editorial Crtica. Willey, G. y P. Phillips 2001 [1958] Method and Theory in American Archaeology. University of Alabama Press. Alabama.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad I? Arqueologa como ciencia. Tratado por L. Binford (1988). La arqueologa ms all del pasado. Arqueologa histrica y de la actualidad. Tratado por C. Orser (2000), J. Nobile (2009) y G. Rivolta (2010). La arqueologa a travs del tiempo. Tratado por C. Gamble (2002). El diseo de investigacin arqueolgica. Tratado por Renfrew y Bahn 1996. La arqueologa en la prctica. Tratado por Renfrew y Bahn 1996. La datacin. Mtodos relativos y absolutos. Tratado por Renfrew y Bahn 1996. Interpretacin del Registro Arqueolgico. Analogas etnoarqueolgicas experimentales. Tratado por L. Binford (1988) y por G. Politis (1994). Preguntas de Examen a) Qu es la arqueologa? Explica qu propone Binford sobre la prctica del arquelogo y la importancia del registro material. b) Qu es la arqueologa? Dene su objeto de estudio destacando los aportes de la Arqueologa Histrica y del Pasado Reciente. c) Cules son las diferencias fundamentales entre la Arqueologa Cultural, la Arqueologa Procesual y las Aqueologas Interpretativas? d) Qu es el registro arqueolgico? Qu herramientas han desarrollado los arquelogos para su interpretacin? Explica, poniendo ejemplos, para qu sirve la etnoarqueologa. e) Por qu sostiene Binford que analizar el presente sirve al pasado? Explicitarlo deniendo qu se entiende por etnoarqueologa y arqueologa experimental. e) Describe paso a paso como sera una investigacin arqueolgica deniendo cada uno de ellos segn la bibliografa. f) Cmo se construyen las cronologas en arqueologa? Dene las dos grandes clases de metodologas de datacin y explica un ejemplo de cada una de ellas. g) En una investigacin se recupera una punta de echa hecha de hueso, en la misma capa que un fogn y varios fragmentos de cermica. Enumera los mtodos de datacin que emplearas para establecer su cronologa, justicando por qu los usaras. y

11

Captulo II. La Arqueologa Argentina a travs del Tiempo Este captulo tiene como objetivo principal dar cuenta de las distintas modalidades en las cuales se ha desarrollado la arqueologa argentina desde inicios del siglo XX hasta la actualidad. En este sentido resulta clave evaluar crticamente en qu contexto se fueron formando distintas narrativas sobre el pasado prehispnico sobre todo las que han permeado ms fuertemente en el campo de los conocimientos instruidos en los sistemas de educacin primaria y media. Complementariamente se pretende que se incorporen en trminos generales las trayectorias histricas de los pueblos indgenas del Noroeste argentino previas a la Conquista espaola.
Como se aclar en el captulo anterior, la arqueologa, al igual que cualquier otra disciplina cientca, no es esttica dado que se transforma a travs del tiempo y, con ella, los discursos sobre el pasado indgena. De la misma manera, la arqueologa argentina, desde su conformacin a inicios del siglo XX, se ha transformado por la inuencia de distintos aspectos, como las tendencias cientcas de los grandes centros de produccin del conocimiento (especialmente Estados Unidos y, en menor medida, Europa occidental), el desarrollo propio del campo acadmico local y el contexto histrico particular de nuestro pas. Los naturalistas decimonnicos La arqueologa naci en la Argentina a nes del siglo XIX de la mano de naturalistas y sabios acionados, en algunos casos inuenciados por el evolucionismo reinante en la poca. Uno de los ms destacados fue Florentino Ameghino quien en su importante obra La antigedad del Hombre en el Plata traz el primer esquema evolutivo del hombre cuyo origen, segn consideraba, se hallaba en las pampas argentinas. Si bien a inicios del siglo XX esta teora respecto a la antigedad del hombre en la regin fue rebatida por Ales Hrdlicka, basado en lo que consider una errada interpretacin de la cronologa de ciertos estratos y la procedencia dudosa de restos seos, algunas ideas de Ameghino fueron bastante acertadas. Fundamentalmente l haba propuesto una gran antigedad de la presencia del hombre en el continente americano y, a partir de algunas excavaciones estratigrcas, como la realizada en el Observatorio de la ciudad de Crdoba, pudo establecer la existencia de una secuencia marcada por dos momentos en el desarrollo histrico de los pobladores de nuestro actual territorio. El ms antiguo estaba caracterizado por la presencia de puntas de proyectil y la ausencia de cermica, mientras que el ms reciente era un momento donde predominaba la alfarera. La cada de la hiptesis del autoctonismo del hombre americano de Ameghino llev a que la totalidad de su obra fuera cuestionada y hasta negada. No obstante, la profundidad temporal en el proceso histrico precolombino pas a ser una idea discutida en el mbito acadmico, fundamentalmente para los grupos del Noroeste Argentino. Por un lado Ambrosei y Uhle, aplicando tcnicas estratigrcas y secuencias estilsticas, pudieron reconocer distintos momentos en el pasado prehispnico (Nastri 2010). Uhle propuso una secuencia cultural aplicando la periodicacin que l mismo haba realizado para el Per, segn la cual el proceso del noroeste presentaba una considerable profundidad temporal. Ambrosei por su parte supuso que una cultura anterior a la Calchaqu era la responsable de la presencia de los menhires del valle de Taf, postura en la que prevaleci una visin de corta duracin del proceso histrico. En contraposicin, Eric Boman propona una historia menos profunda y ms uniforme, dado que consideraba que todas las culturas de la regin noroeste y centro del pas eran apenas posteriores al siglo XI. En este contexto cronolgico se formularon reas culturales constituidas por la acumulacin y dispersin de rasgos anlogos, cuyas identidades eran determinadas en base a los relatos de los conquistadores registrados en las crnicas y en los documentos hispnicos. Los materiales que all se documentaban eran asignados al mismo grupo tnico, como los diaguitas. Todos los procesos que se haban dado en cada rea a travs de miles de aos, eran aplanados en un corto perodo, y todos los vestigios materiales de los mismos eran englobados y homogeneizados como costumbres de ese pueblo. En este marco, la arqueologa prcticamente aportaba las ilustraciones o, en el mejor de los casos, la conrmacin de distintos rasgos que se encontraban en las fuentes etnohistricas. En nuestra provincia, por ejemplo, la arqueologa se convirti en una disciplina absolutamente dependiente de las categoras tnicas denidas a partir del anlisis de los documentos

12

Los Albores de la Historia

generados por la conquista, es decir los sanavirones y comechingones 1 (Bixio y Berberin 2006). As, se dio origen a entidades construidas a priori que redujeron el papel de la arqueologa a respaldarlas buscando su correlato en la cultura material. Paralelamente, primaba en los trabajos un sesgo culturalista de las comunidades prehispnicas que consideraba que la cultura material permita evaluar el nivel de desarrollo alcanzado por un pueblo. En este sentido, es posible identicar en algunos manuscritos, preferentemente hasta mediados del siglo XX, apreciaciones como grupos culturalmente muy bajos o por debajo del nivel civilizado que posicionaba a regiones, culturas o etnas (categoras que, como vimos, eran consideradas sinnimos) en un escaln inferior respecto a otras (por ejemplo los comechingones eran inferiores o marginales a los centros de desarrollo identicados en el Noroeste Argentino)2.
1 Hasta el momento no hay informacin en los documentos que se reera al uso del trmino comechingn como autodenominacin por parte de los grupos indgenas que ocuparon la regin. Como plantea Bixio (1998) slo se registra como un etnnimo que da cuenta de una entidad tnica colectiva y unicada por el espaol anterior a la fundacin de Crdoba (1576). En otros documentos se le torga un sentido de lugar en donde (1998: 213), para hacer referencia la categora de provincia. Con posterioridad a la fundacin de la ciudad el trmino slo se menciona en fragmentos puntuales de dos documentos bajo las categoras de espacio geogrco o identidad. 2 Esta postura se condice con la poltica estatal que vea indios incivilizados y desiertos entre los grupos que ocupaban aquellas tierras aptas para el desarrollo y expan-

En concreto, esta manera de investigar redujo la variabilidad espacial y temporal de las manifestaciones culturales del pasado, y fue la que tuvo mayor difusin a travs de los materiales educativos, como los manuales de estudio. Extraamente, si bien tal posicin se abandon en la arqueologa cientca hace unos 60 aos, la misma se sigui impartiendo en todos los mbitos de la educacin general hasta la actualidad y es la que est en la base del clsico mapa de reas culturales indgenas donde la historia de los pueblos americanos de nuestro pas es aplanada en una sola imagen geogrca y casi el nico conocimiento que se pretende obtener de los mismos es Dnde estaban los? A lo largo del dictado de la materia intentaremos brindar las herramientas necesarias para comprender estos mltiples procesos con la complejidad y riqueza que los mismos implicaron. La arqueologa Normativa En momentos de posguerra, a mediados de siglo XX, cuando muchos de los capitales culturales y cientcos que se haban orientado otrora a nes blicos, se orientaron al desarrollo del conocimiento, se produjo una inexin en la historia de la arqueologa mundial. Como consecuencia de esto, en nuestro pas y de la mano de Alberto Rex Gonzlez, se iniciaron estudios sistemticos en diversos espacios y regiones a partir de los cuales se construiran las lneas fundamentales del relato sobre
sin de la civilizacin y el progreso, visin etnocentrista que justic el exterminio y la expropiacin a los grupos originarios.

Mapa de las Areas culturales indgenas del Norte de Argentina, que muestra un espacio sin profundidad temporal, sin historia. Tomado de hp://www.rumbojujuy.com.ar

Captulo II. La Arqueologa Argentina a travs del tiempo.

13

el pasado prehispnico que en gran parte seguimos manteniendo hasta hoy (Olivera 1994). La idea de la profundidad temporal de la historia indgena fue revalorizada y actualizada mediante la importancia que adquirieron los trabajos de campo y junto a la aplicacin de tcnicas modernas como la excavacin, la estratigrca, la seriacin tipolgica y, posteriormente, las dataciones radiocarbnicas. Este cambio, buscaba establecer distintos momentos del pasado humano a partir de la identicacin de conjuntos de materiales recurrentes, los contextos culturales, que correspondan a pueblos. La ordenacin cronolgica rigurosa de estos contextos permita formular secuencias histricas para distintas regiones de nuestro pas. De esta manera, donde anteriormente se vea slo a los Comechingones, este enfoque permiti denir la primera secuencia cronolgica constituida por tres grandes componentes con caractersticas materiales diferentes (Gonzlez 1955). As, se pudo reconocer la existencia de distintos pueblos que haban habitado las Sierras Centrales: los cazadores que utilizaban puntas lanceoladas o Ayampitn, con ms seis mil aos de antigedad, seguidos por los cazadores de puntas triangulares u Ongamira, y nalmente las sociedades agroalfareras. Para el noroeste argentino Rex Gonzlez plante la secuencia cultural a partir de estudios intensivos en el Valle de Hualfn (Catamarca) y la seriacin de las colecciones procedentes de este mismo lugar que haban formado Weiser y Volters para Muiz Barreto en los aos 20. La arqueologa argentina era entonces concebida desde una perspectiva normativa y culturalista como la disciplina que se ocupaba del estudio y reconstruccin de las culturas del pasado en base a la recuperacin y anlisis de sus contextos arqueolgicos. Estos contextos podan ser ordenados en secuencias y los cambios constituan indicadores de fases culturales, entendidas en trminos de cambios evolutivos. En este marco se destaca la visin difusionista que caracteriz a toda esta etapa de la arqueologa cientca en nuestro pas. Considerando que este aspecto ha sido acabadamente discutido en el captulo anterior, se har nfasis en un elemento implcito en l: la aceptacin de una totalidad como agente principal de los procesos de cambio. Esa totalidad era la cultura. Cada cultura tena maneras determinadas de vivir, de realizar sus artefactos y de organizarse socialmente. Hacia adentro, el grupo cultural aparece como un colectivo monoltico, que cambia en bloque. Asimismo, esta visin de totalidad de la cultura consideraba que toda transformacin era el resultado de agentes externos a la sociedad (por ejemplo las migraciones de pueblos). Este es un elemento que ha impedido seguir la trayectoria de agencias alternativas, de actores sociales llevando

adelante prcticas en otras escalas, desde distintas posiciones (signadas por gnero, identidad, acceso a capitales, etc.) en distintos campos. Este modelo comenz a ser objeto de severas crticas pues, en la utilizacin de las culturas como compartimentos estancos y sumas mecnicas de rasgos, dejaba sin explicar el cmo y el por qu del cambio. Los objetos materiales (casi exclusivamente las vasas de cermica halladas en diferentes contextos del Noroeste Argentino) eran interpretados como entidades donde se impriman normas culturales maneras de hacer que anidan en la mente de quienes ejecutan esos artefactos y que se integran dentro de normas que denen a un grupo cultural y lo diferencian de otro. De esta manera, los objetos cargaban pasivamente reglas subyacentes en la mente de los individuos de una colectividad. Neoevolucionismo, entre el materialismo histrico y el materialismo sistmico A mediados de la dcada de 1970, comenzaron a plantearse modelos explicativos ancados en dos propuestas materialistas enfrentadas, la del materialismo histrico (Nez Regueiro 1974) y la del materialismo sistmico (Rano 1977), que adoptaron para explicar el cambio el modelo neoevolucionista. Aunque la primera fue sensiblemente afectada por las contingencias polticas establecidas por el gobierno de facto (con vigencia en el poder entre 1976 y 1983), en la dcada de los 80 las dos prosiguieron. En el contexto de los fuertes conictos sociales que se estaban dando en toda Amrica Latina, los arquelogos de distintos pases como Mxico, Per, Chile y Argentina, comenzaron a pensar en una prctica arqueolgica comprometida con las contradicciones del presente. Sobre todo comenzaron a pensar en cmo se haban construido las desigualdades sociales en distintos contextos, cmo haba surgido la lucha de clases y de qu manera la misma haba sido enfrentada mediante la aparicin de aparatos polticos represivos. Ante estos interrogantes la utilizacin de la cultura como unidad de anlisis resultaba, al menos, poco productiva. Una gran generacin de arquelogos adopt con variantes el materialismo histrico, sobre todo el que haba sido aplicado al estudio de la prehistoria europea por Childe, sentando las bases de la llamada Arqueologa Social Latinoamericana3.
3 Cabe aclarar que, en Amrica Latina en general y en Argentina en particular, este marco terico tuvo poca incidencia en el estudio de los grupos cazadores-recolectores. Entre otros argumentos, se plate que la propuesta no tena un correlato con el registro arqueolgico, o en otros trminos, que no permita dar cuenta o explicar las evidencias dejadas por estos grupos. En su lugar, la lnea de pensamiento adoptada fue la ecologa del comportamiento humano o ecologa evolutiva.

14

Los Albores de la Historia

En Argentina, Nez Regueiro fue el arquelogo ms comprometido con este marco explicativo, inuenciado fuertemente por algunas lecturas de Lumbreras, pero tambin por las crticas que nuevos arquelogos como Binford, Clarke y Chang, realizaban a la arqueologa tradicional de Norteamrica (Nez Regueiro 1974). En su primitiva propuesta, Nez Regueiro intent analizar el desarrollo cultural en la subrea Valliserrana utilizando perodos, entendidos como categoras homotaxiales que dieran cuenta de la existencia de estructuras socioculturales compartidas que representan niveles de desarrollo semejantes, sin implicar variables cronolgicas. En este esquema de periodicacin Nez Regueiro buscaba alejarse de las culturas como unidades de anlisis y pretenda utilizar a las entidades socioculturales concretas, sobre todo la estructura socioeconmica que las caracterizara. El reemplazo de la cultura con esta otra totalidad, no result demasiado fructfero y rpidamente la misma comenz a ser utilizada slo como un sinnimo de la anterior, como l mismo armara en trabajos posteriores (Tartusi y Nez Regueiro 2001). Si bien los cambios y las transformaciones no quedan explcitamente explicados, los mismos seran fruto de la evolucin de las estructuras sociales, a causa de la introduccin de nuevas fuerzas productivas, en base al desarrollo tecnolgico. Por ltimo en este marco interpretativo, el papel de la materialidad en teora debera ser dividido segn su participacin en la produccin. Lamentablemente esta postura terica, que tena la potencialidad de aportar a la comprensin del proceso histrico prehispnico mediante una profunda renovacin terica, fue truncada por la dictadura de 1976, a travs de la persecucin y consecuente exilio de muchos de sus representantes. Recin despus de la restauracin de la democracia estos volveran a reinstalarse en el pas y podran retomar su lnea de trabajo y pensamiento arqueolgico. Sin embargo sus propuestas se haban alejado ya del materialismo histrico ms clsico de los setenta y se acercaban mucho ms a visiones renovadas del neoevolucionismo, siguiendo por ejemplo a Renfrew (1973) y a Earle (1991). Tartusi y Nez Regueiro, que haban enriquecido su experiencia trabajando la arqueologa de cacicazgos en Venezuela, proponen una nueva visin de la aparicin de la desigualdad social en el desarrollo sociocultural del Noroeste Argentino. Distancindose del estudio de la infraestructura productiva, estos autores reorientan su mirada hacia algunos aspectos de la materialidad que antes asociaban a la superestructura, los espacios ceremoniales (Tartusi y Nez Reguiero 2001).

Paralelamente a la postura anterior surge una visin de la historia prehispnica tambin ancada en distintas crticas a la arqueologa normativa y con la intencin de buscar explicaciones ms materialistas a los procesos. sta adopt un pensamiento ms cercano al positivismo funcionalista, la teora de los sistemas, la cual era una rama importante de la nueva arqueologa que predominaba en los Estados Unidos (Rano 1989), que ya hemos explicado en el captulo anterior. Este modelo se inclin preferentemente a dar explicacin a los procesos adaptativos de los grupos culturales al medioambiente, y fundamentalmente a las estrategias de subsistencia implementadas por cada uno de ellos. La dimensin econmica se volvi un aspecto determinante del resto de fenmenos sociales. La diversidad de procesos y lgicas localmente variantes fueron eclipsadas por la atencin dada a los atributos comunes reconocidos en cada caso: las estrategias de adaptacin basadas en opciones productivas, el alto grado de sedentarismo y la adopcin de tecnologas novedosas. La arqueologa en migajas, enfoques actuales sobre las prcticas sociales La ruptura paradigmtica que viven todas las ciencias sociales en la actualidad, tambin se puede observar en la arqueologa argentina. Ya no es posible encontrar grandes relatos comunes que pretendan tener el alcance para explicar una gran cantidad de fenmenos sino que se pretende analizar y comprender contextos ms acotados a partir de marcos explicativos especcos, adecuados a cada problemtica particular. En este sentido el anlisis de distintos procesos se ha visto enriquecido por la diversidad de enfoques que permiten interpretar y reconocer multiplicidad de factores, actores, prcticas y condicionantes que antes se pasaban por alto. Sin embargo se debe reconocer, que muchas veces la falta de un espacio conceptual comn impide el dilogo entre investigadores que estn pensando en las mismas trayectorias histricas. Utilizando la metfora de Dosse (2006), se podra sostener que la arqueologa actual, de la cual somos partcipes, se encuentra en migajas, o mejor dicho, est conformada por pequeas arqueologas que han generado una especie de torre de Babel, donde a veces es muy complicado entender las ideas y las propuestas del resto de nuestros colegas. Uno de los puntos centrales ha sido la deconstruccin de los relatos precedentes, relativizando el alcance de las periodicaciones jadas en el noroeste argentino y que utilizaban la secuencia maestra de Hualfn para entender todos

Captulo II. La Arqueologa Argentina a travs del tiempo.

15

los procesos sociales del resto de los espacios del rea Valliserrana. En oposicin al uso de la gran escala (estructuras y sistemas) se reconoce una intencin recurrente a utilizar mltiples escalas y unidades de anlisis. Muchos estudios ponen nfasis en la continua mediacin entre la estructura y la prctica de los agentes, as como en agencias alternativas, que alcanzan mayores variables que los estudios anteriores: los campesinos, las mujeres, los difuntos, etc. La aplicacin de elementos de la arqueologa de gnero tambin le permiti deconstruir los roles que los marcos neoevolutivos asuman como naturales, como el de seor, curaca, sacricador. La arqueologa del paisaje, en tanto espacio socialmente construido, ha permitido modicar la visin del entorno como teln de fondo y como el contenedor material de los recursos de subsistencia. Por el contrario, es se ha incluido en las prcticas sociales (Curtoni 2000). Finalmente la materialidad adquiere, adems del papel de evidencia arqueolgica, un papel activo en la conformacin de colectivos sociales. Los objetos ya sean estructuras de cultivo, espacios residenciales o ceremoniales, vasas o placas metlicas, arte rupestre, se entienden como entidades que en cierto sentido tienen capacidad de agencia, o en otros trminos la cultura material toda interviene activamente en las relaciones sociales posibilitando que le mundo social se construya y reproduzca.

Por otra parte la arqueologa ha reconocido que, en tanto ciencia social, los conocimientos que produce tienen impacto en el presente, y por lo tanto debe ser responsable por las consecuencias sociales de los mismos. Trayectorias histricas prehispnicas del Noroeste Argentino A partir de la breve sntesis realizada podemos armar que el estudio de las poblaciones originarias en el Noroeste argentino ha ido transformndose a travs de ms de un siglo en una complicada trayectoria en la que se entrecruzan, posiciones tericas, eventos de la vida poltica del pas y el mundo y discusiones especcas de la disciplina arqueolgica. Estos condicionantes son los factores que han establecido los paradigmas dominantes, las problemticas analizadas, el tipo de datos generados y las explicaciones construidas para los mismos. Asimismo se han congurado distintas periodicaciones para el desarrollo histrico del Noroeste Argentino, las cuales dieren segn adopten criterios cronolgicos, tecnolgicos culturales o modos de vida. A lo largo del desarrollo del resto de Trabajos Prcticos iremos desarrollando y poniendo en crtica cada uno de estos bloques y la postura de los distintos investigadores.

16

Los Albores de la Historia

Glosario
Homotaxial: dcese de desarrollos culturales anlogos debido a su contenido funcional, independientemente de la posicin cronolgica que ocupe.

Bibliografa (Obligatoria)
Gonzlez, A. R. 1955 Contextos culturales y cronologa en el rea central del Noroeste Argentino. Anales de arqueologa y etnologa. N11: 7-32. Olivera, Daniel. 1994 A corazn abierto: Reexiones de un Arquelogo del NOA. Rumitacana 1: 7-11. Catamarca. Tarrag, M. 2003 La arqueologa de los valles calchaques en perspectiva histrica. Anales, Nueva poca, 6:13-42. Instituto Iberoamericano, Universidad de Gteborg.

Bibliografa (Ampliatoria)
Bixio, B. Identidades tnicas en Crdoba del Tucumn, 1573-1700. Crdoba. 1998 (Tesis doctoral en Letras Modernas). Universidad Nacional de Crdoba. Bixio y Berberin 2006 Huellas del pasado: dilogos -y polmicas- entre el registro arqueolgico y el registro documental en la historia de la arqueologa de Crdoba (Rep. Argentina) en: Investigaciones y Ensayos, 54, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires. Curtoni,R. 2000. La percepcin del paisaje en y la reproduccin de la identidad social en la regin pampeana occidental (Argentina). Revista TAPA Traballos en Arqueoloxa da Paisaxe. Nmero 19. Instituto de Investigacins Tecnolxicas. Universidade de Santiago de Compostela. Dosse, F. 2006 La Historia en Magas: De Annales a la nueva historia UIA, Departamento de Historia Mxico. Earle, T. 1991 The Evolution of Chiefdoms. En Earle (Ed) Chiefdoms: Power, Econmy and Ideology: 1-15. Cambridge University Press. Nastri, Javier. 2010. Una cuestin de estilo. Cronologa cultural en la arqueologa andina de las primeras dcadas del siglo XX. En: Historias de Arqueologa Sudamericana. Nastri J. y L. Menezes Ferreira (Edit.), pp: 95-122. Fundacin de Historia Natural. Nez Regueiro, V. 1974 Conceptos instrumentales y marco Terico en relacin al anlisis del desarrollo Cultural del Noroeste Argentino. Revista del Instituto de Antropologa. N 5: 169-190. Crdoba. Rano, R. 1989 Poblaciones Indgenas en Argentina. TEA. Renfrew, C. 1973 Monuments mobilization and social organization in Neolithic Wessex. En The Explanation of culture change: models in Prehistory Ed. Por Renfrew. 539- 558. Duckworth. Tartusi y Nez Regueiro 2001 Fenmenos clticos tempranos en la Sub-regin Valliserrana. En Historia Argentina Prehispnica. Editado por E. Berberin y A. Nielsen: 127-170. ED Brujas. Crdoba. Qu temas deben quedar claros despus de estudiar el Prctico I?

A- Trayectorias histricas prehispnicas en Argentina. Profundidad temporal vs. reas culturales. Tratado Por Gonzlez (1955), Olivera (1994) y Tarrag (2003) B- Construccin de contextos culturales, secuencias y dataciones relativas. Tratado por Gonzlez (1955) C- Las bisagras del pensamiento arqueolgico en Argentina. Tratado por Olivera (1994) D- La prctica arqueolgica y el contexto histrico. Tratado por Tarrag (2003). C- Lneas generales de los proceso histricos prehispnicos en el NOA. Tratado por Gonzlez (1955) y ampliado en esta obra.

Preguntas de Examen
a) Cmo podra caracterizarse el conocimiento que se tena de la historia de los pueblos indgenas antes de la dcada de 1950? b) Explicar el problema, las hiptesis y las metodologas implementadas por Rex Gonzlez en sus investigaciones de mediados de la dcada de 1950. c) Segn Olivera Cules fueron las grandes bisagras en la historia de la arqueologa argentina? d) Sintetice las propuestas arqueolgicas que segn Tarrag predominaron en distintas pocas y explique la vinculacin de cada una con el contexto histrico.

17

Captulo III- Los Orgenes. El surgimiento y evolucin de la especie humana


Este captulo rene de forma actualizada y resumida los conocimientos bsicos que los estudiantes deben conocer acerca del origen y desarrollo de la especie humana y de sus principales caractersticas de comportamiento. Resulta esencial conocer los principios de la Teora Evolutiva para poder comprender el proceso de origen y desarrollo de nuestra especie, por lo que se esbozan los lineamientos generales y principales conceptos de esta teora. Tambin se presenta en forma esquemtica una lnea de tiempo con las principales especies de homnidos. Como eplogo de la evolucin humana se discute la dispersin de la especie en el mundo, especialemente en Amrica. Qu es la Evolucin? Desde tiempos remotos los seres humanos se han preguntado acerca del origen de la diversidad de la vida, de dnde han surgido las innumerables especies animales y vegetales que habitan en nuestro planeta? Dejando de lado las explicaciones religiosas (de cualquier credo) que ofrecen un conocimiento de carcter dogmtico acerca del origen de la vida, el concepto de evolucin (que signica desarrollo o transformacin) segn el cual los seres vivos se desarrollaron a partir de formas preexistentes por medio de cambios graduales y continuos, ya estaba bien presente en el siglo XVIII en el conocimiento cientco de la poca, y era objeto de arduos debates. Sin embargo, recin a principios del siglo XIX, el naturalista francs Jean Baptiste Lamarck, a partir de la observacin de las caractersticas de los restos fsiles de invertebrados marinos y su comparacin con los vivientes, postul la existencia de un proceso de cambio mediante el cual las formas de vida iban cambiando como resultado de tener que enfrentar desafos naturales a los cuales deban superar para sobrevivir. Un clsico ejemplo de este tipo de explicacin lo constituye el origen de las jirafas actuales, segn esta forma de pensamiento los ancestros de las jirafas enfrentaron momentos de escasez de alimentos y para sobrevivir deban estirar su cuello para alcanzar a comer las hojas ms altas de los rboles, por lo que al tener que utilizar el cuello constantemente de esta manera ste se iba estirando paulatinamente. Estos rasgos se heredaban a la descendencia, con lo que con el tiempo las jirafas haban llegado a ser lo que conocemos actualmente. Esta constituy la primera teora cientca moderna de la evolucin y estuvo vigente en algunos medios hasta principios del siglo XX. A mediados del siglo XIX, Charles Darwin present formalmente su teora de la evolucin, que fue desarrollando a lo largo de su vida desde el inicio de sus investigaciones en 1831. A Darwin le interesaba conocer el origen de la asombrosa diversidad de formas de vida que pudo registrar a lo largo de sus numerosos viajes por distintas partes del mundo (que incluy las pampas argentinas y la Patagonia). Luego de aos de investigacin, nalmente en 1859 public su famosa obra Sobre el Origen de las Especies por medio de la Seleccin Natural, y el mundo cientco cambi para siempre. Darwin razon que dado que nacen muchos ms individuos de los que pueden sobrevivir, stos deberan poseer alguna ventaja con respecto a los otros que les permiti sobrevivir. Los individuos transmitirn esas ventajas a sus descendientes dotndolos de mayores chances de sobrevivir a su vez y reproducirse. Por el contrario, aquellos individuos que carezcan de stas variantes favorables o posean otras desfavorables tendrn menos chances de sobrevivir y reproducirse. Esta preservacin de las variantes favorables y la eliminacin de las desfavorables es lo que Darwin llam seleccin natural. Para ilustrarlo en trminos simples y retomando el ejemplo de la jirafa, aquellos individuos que poseen el cuello largo tienen ms posibilidades de alcanzar las hojas ms altas de los rboles, teniendo menos competencia por el alimento que las de cuello ms corto, quienes deben competir con otros animales, por lo que las jirafas de cuello largo se reproducirn ms que las otras y sus cras heredarn la variante cuello largo, y as, con el paso del tiempo, slo quedarn jirafas de cuello largo. La seleccin natural es lo que permite que las especies vayan evolucionando con el tiempo, mediante la acumulacin de pequeas variantes favorables. Sin embargo, el xito de estas variantes depende de que el ambiente contine siendo el mismo, si este cambia las variantes que eran favorables tal vez ya no lo sean, y sus portadores pierdan las ventajas de las que gozaban y reduzcan sus posibilidades de supervivencia y reproduccin. Por ello la evolucin por medio de la seleccin natural no es un camino unidireccional que marcha siempre hacia formas cada vez mejores de una determinada especie, sino que el xito de una especie depende de muchos factores, entre ellos el azar.

18

Los Albores de la Historia

Si bien la teora darwiniana poda explicar cmo la seleccin natural guiaba el cambio evolutivo, mediante la acumulacin de variantes que otorgaban ventajas a sus portadores, no alcanzaba a explicar cmo surgan estas variaciones y la manera en la que se transmitan a la descendencia. A principios del siglo XX, con el surgimiento de los estudios genticos, pudo saberse que la clave para el origen de las variaciones estaba en la molcula ADN (cido desoxirribonucleico) que est presente en todas las clulas formando estructuras llamadas cromosomas, y posee la informacin gentica que determina todas las caractersticas de los seres vivos. Durante la reproduccin, los cromosomas de ambos padres se combinan, por lo que los cromosomas que reciben sus hos no son copias eles

de los de sus progenitores, por lo que nunca hay dos individuos exactamente iguales (excepto los gemelos idnticos) y se genera la variacin sobre la que acta la seleccin natural. Adems, durante la transmisin de la informacin gentica de padres a hos pueden producirse errores y as surgen las mutaciones, lo que incrementa la variacin gentica de una especie. Finalmente, a mediados del siglo XX se combin la gentica con la teora darwiniana y surgi la Teora Sinttica de la Evolucin que postula que la evolucin se produce en base a dos fenmenos principales, por un lado la generacin de variantes hereditarias gracias a la transmisin gentica durante la reproduccin y a las mutaciones, y por otro lado, la seleccin natural que se encarga de reducir esta variacin seleccionando las ms aptas. La evolucin humana Los contenidos de esta subunidad presentan los distintos momentos de la evolucin de los homnidos hasta el surgimiento de nuestra especie, poniendo especial nfasis en cmo han ido variando los patrones de conducta o modos de vida de las principales especies de homnidos y en cmo stas han sido afectadas por los diferentes cambios ambientales que sufri nuestro planeta desde nales del perodo Mioceno hasta el Pleistoceno superior.

Los Homnidos y la lnea evolutiva que dio origen a la especie Homo sapiens. Tomado de Agust y Antn 2011.

Captulo III. Los Orgenes

19

Principales yacimientos de frica, correspondientes a los primeros homnidos. Tomado de Lewin 2005:132.

Principales yacimientos correspondientes a los primeros Homo. Entre parntesis se presenta la antigedad en millones de aos. Tomado de Lewin 2005: 161.

Principales yacimientos correspondientes a Neandertales. Tomado de Lewin 2005: 164).

20

Los Albores de la Historia

Principales yacimientos con arte rupestre del paleoltico superior. Se resaltan las zonas ocupadas por los hielos del ltimo Mximo Glacial. El poblamiento de Amrica. Un vez que Homo sapiens sale de frica se dispersa por todo el continente Euroasitico y nalmente alcanza Australia y el continente americano, ocupando todos los continentes excepto la Antrtida. En esta seccin se abordar el estudio del proceso de poblamiento de Amrica, repasando la historia de las investigaciones sobre esta temtica y las primeras hiptesis sobre la llegada de las poblaciones humanas a este continente, asimismo se estudiarn las evidencias arqueolgicas actuales y las hiptesis y modelos de poblamiento vigentes en la discusin arqueolgica. A partir del descubrimiento de Amrica en 1492, y una vez que qued claro que se trataba de un nuevo continente, los crculos intelectuales europeos se encontraron con el problema de explicar la presencia de estos seres humanos que ocupaban este nuevo continente, es decir cmo y cuando haban llegado. De acuerdo a las caractersticas de la sociedad de aquellos tiempos, donde la iglesia catlica posea una gran inuencia sobre los Estados europeos y las personas, se intent buscar la explicacin en la Biblia. De esta forma, surgieron varias hiptesis que postulaban el origen de los pobladores americanos en supuestos descendientes de No o que provenan de las Diez Tribus Perdidas de Israel que fueron expulsadas de su territorio por los Asirios. Estas explicaciones concordaban en que estos pueblos eran primitivos y que se encontraban culturalmente ms atrasados que los europeos, por lo que servan en parte para legitimar el proceso de apropiacin de las riquezas y recursos del nuevo continente y de la evangelizacin de sus habitantes. Posteriormente surgieron numerosas teoras carentes de sustento emprico, como aquellas que hablaban de sobrevivientes del cataclismo de la Atlntida que habran alcanzado el continente americano y habran sido los ancestros de las grandes civilizaciones americanas como los Aztecas y los Mayas. Hacia nes del siglo XVI el jesuita Jos de Acosta en su obra Historia Natural y Moral de las Indias, se mostr en desacuerdo con las teoras bblicas y postul el visionario pensamiento de que el continente americano fue poblado por sucesivas olas migratorias por habitantes del viejo mundo, que habran ingresado por algn punto de la geografa terrestre, an desconocido, donde las Tierras de Indias y las otras del mundo deban estar muy cercanas. Finalmente, hacia la segunda mitad del siglo XIX, se destaca la teora del paleontlogo argentino Florentino Ameghino acerca del origen americano del Hombre. Esta teora se basaba en aos de investigacin que Ameghino dedic al estudio de varios yacimientos paleontolgicos y arqueolgicos en las barrancas del ro Lujn (pcia. de Buenos Aires) y sus auentes. De acuerdo a estos estudios, se pudo demostrar la contemporaneidad de los seres humanos con animales extinguidos como gliptodontes, toxodontes, y caballos americanos, lo que indicaba que la presencia humana en Amrica posea una antigedad hasta entonces impensada. Los principales resultados de estos estudios se publicaron en la obra La Antigedad del Hombre en el Plata en 1880, y con la profundizacin de sus estudios, interpret que los sedimentos donde se encontraban estos restos arqueolgicos (huesos humanos y artefactos lticos asociados con fauna extinguida) posean una

Captulo III. Los Orgenes

21

Principales vas de poblamiento propuestas.

Principales sitios arqueolgicos cuya antigedad supera los 10.000 aos AP. En color claro se indica el rea ocupada por las glaciaciones. Tomado de Lewin 2005: 243. gran antigedad de edad Terciaria, por lo que este investigador concluy que la especie humana se habra originado en las pampas argentinas, y desde all se dispers por el resto del globo. Esta teora gener una gran discusin con seguidores y detractores de Ameghino, que sigui por varios aos hasta que para 1910, el investigador checonorteamericano Ales Hrdlicka comprob que la edad de los sedimentos era muy reciente, determinando la cada de la hiptesis de Ameghino. Asimismo, Hrdlicka asegur que los humanos haban ingresado al continente americano desde el oriente de Asia a travs del estrecho de Bering con posterioridad al n de las glaciaciones con una antigedad no mayor de 10.000 aos.

22

Los Albores de la Historia

Recin en 1927, se encontr en el sitio Folsom (EEUU) una punta de proyectil entre restos de un bisonte extinguido, conrmando la coexistencia de los humanos con esta fauna y que la presencia del hombre en Amrica era mucho mayor a lo sostenido por Hrdlicka. A partir de la dcada del 30 se sucedieron los estudios dedicados a los ms tempranos pobladores de Amrica, y se propusieron varias hiptesis y modelos acerca de la antigedad y la direccin del primer poblamiento de nuestro continente. Las principales lneas de estos estudios se presentan en la bibliografa obligatoria de la Ctedra.

Se han propuesto varias rutas de poblamiento, la mayor parte de las cuales se tratan en la bibliografa obligatoria (Lavalle 2000), sin embargo en los ltimos aos ha generado un gran debate una propuesta alternativa de los investigadores Dennis Stanford y Bruce Bradley acerca de una ruta atlntica para el arribo de los primeros pobladores de nuestro continente. Debido a ello, se ha incluido en este cuadernillo una traduccin de un breve artculo de estos investigadores donde se resume su propuesta.

LA SOLUCIN SOLUTRENSE
Dennis Standford y Bruce Bradley. The Solutren Solution. Did some ancient Americans come from Europe?. Discovering Archaeology 2:54-55. Ao 2000. Traduccin para uso exclusivo de la Ctedra de Prehistoria y Arqueologa, Universidad Nacional de Crdoba.

Vinieron desde Europa algunos de los antiguos americanos? Por medio siglo los arquelogos han asumido que los ancestros del pueblo Clovis (considerados por muchos como los primeros americanos) cruzaron el puente terrestre de Bering desde el Noreste de Asia hace unos 12.000 aos (14.000 aos calendricos AP) y se dispersaron con rumbo sur hacia el interior del continente. Pero algo est mal con esta representacin. Largos aos de investigacin en el este de Asia y en Alaska han producido muy poca evidencia de alguna conexin histrica o tecnolgica entre la gente del paleoltico de Asia y Clovis. Asimismo, en el sudeste de Estados Unidos se hallan ms sitios Clovis que en el oeste, y unas pocas dataciones sugieren que algunos de aquellos son anteriores a los del oeste. Si esto es correcto, difcilmente se puede aceptar la nocin de que la tecnologa Clovis se origin en el noreste de Asia o en Alaska. A travs de los aos, varios investigadores han notado similitudes entre las puntas de proyectil Clovis y las puntas Solutrenses, pertenecientes a una cultura del Paleoltico que habit la costa norte de Espaa entre hace unos 22.000 y 16.500 aos. En general, se ha dado poco crdito a la sugerencia de una conexin directa entre estas tecnologas debido a la brecha de 4.500 aos entre los ltimos solutrenses y los primeros Clovis, y porque se duda de que la gente del paleoltico superior pudiera navegar por el ocano Atlntico. Sin embargo, existen evidencias para un posible viaje ocenico paleoltico. Aunque ninguna embarcacin ha sido hallada, sabemos que hace al menos 40.000 aos algn tipo de embarcacin se utiliz para que los primeros humanos llegaran a Australia. Hace 28.000 aos, los talladores obtenan materias primas desde islas alejadas de las costas japonesas. Finalmente, cerca de Espaa la gente paleoltica ya habitaba algunas de las islas del mediterrneo desde hace al menos 14.000 aos. Los pueblos solutrenses podran haber empleado este conocimiento en el empleo de embarcaciones para viajar y explotar recursos marinos, los que habran sido especialmente importantes durante el ltimo mximo glacial, hace unos 18.000 aos, cuando Europa estuvo cubierta con hielo y la competicin por los escasos recursos terrestres puede haberse intensicado. Dado estos hechos, creemos que la hiptesis de que la gente de Clovis tuvo ancestros provenientes de Europa occidental debe ser considerada. Para determinar si esta idea merece la realizacin de estudios adicionales, examinamos colecciones arqueolgicas de Espaa, Francia y Portugal, buscando anidades tecnolgicas entre el Paleoltico Superior Europeo y Clovis. Nuestro examen supercial revel una sorprendente correspondencia entre el Solutrense y Clovis; en efecto, el Solutrense tiene ms en comn con Clovis que con las tecnologas del Paleoltico que le siguieron en Europa. Los talladores solutrenses y Clovis emplearon casi las mismas tecnologas del tallado de la piedra. Observamos un alto grado de correspondencia

Captulo III. Los Orgenes

23

Navegantes Solutrenses pueden haber seguido el borde de los hielos que cubran el Atlntico Norte, durante la ltima era glacial, para alcanzar la costa este de Norteamrica. entre los instrumentos lticos y seos, como as tambin placas de caliza grabadas y el almacenaje de bifaces extra grandes, entre otros instrumentos. El instrumental solutrense es, con pocas excepciones, casi idntico al de Clovis. Sin embargo, aunque algunas puntas de proyectil solutrenses de base cncava son muy delgadas, no hemos visto ninguna que exhiba la tpica acanaladura estilo Clovis. Por otro lado los conjuntos Clovis carecen de puntas con hombros y el cuchillo solutrense con forma de hoja de laurel. Un origen solutrense para la cultura Clovis parece una explicacin ms sobria que la evidencia de un ancestro asitico. Por cierto, si las industrias solutrenses fueran halladas en Siberia, ninguno cuestionara su relacin histrica con Clovis. El test denitivo de esta hiptesis puede hallarse en la investigacin gentica de los restos humanos ms antiguos. Michael Brown y sus colegas anunciaron en 1998 que el ADN-Mitocondrial del haplogrupo X (un marcador gentico de grupos de poblacin) se halla en bajas frecuencias en las poblaciones europeas y de los nativos americanos, pero no entre los asiticos. Esto les indica que alguno de los primero americanos pudo llegar desde Europa entre 36.000 y 12.000 aos atrs. Ms all de que la vinculacin SolutrenseClovis sea eventualmente probada o no, explorar esta hiptesis debera incrementar nuestro entendimiento del desarrollo de las innovaciones tecnolgicas y ampliar nuestro conocimiento de los primeros habitantes del Nuevo Mundo.

Similitudes entre las puntas Clovis de Norteamrica (arriba) y puntas Solutrenses de Europa (abajo) apoyan la hiptesis que los antiguos europeos podran haber colonizado el Nuevo Mundo.

24

Los Albores de la Historia

Bibliografa (Obligatoria)
Agust, J. y M. Antn 2011. La gran Migracin. La evolucin ms all de frica. Ed. Crtica. Barcelona. Pgs. 41-184. Binford, L. R. 1988 En Busca del Pasado. Crtica, Barcelona. Captulo 2. Champion, T, Gamble, C, Shennan, S y While, A 1988 Prehistoria de Europa. Ed. Crtica. Barcelona. Captulo 3. Equipo de Ctedra 2012. Los Albores de la Historia. Lineamientos para un estudio histrico de los fundamentos de Prehistoria y Arqueologa. Captulo 3. Lavalle, D. 2000 The First South Americans. The University of Utah Press, Salt Lake City. Captulo 2: Los Primeros Pobladores (pp. 31-70). Traduccin de la ctedra. Politis, G.; Prates, L. y S. I. Prez 2009 El poblamiento de Amrica. Arqueologa y bio-antropologa de los primeros americanos. Coleccin Ciencia Joven, Eudeba, Buenos Aires. Captulo 5.

Bibliografa (Ampliatoria)
Lewin, R. 2005. Human Evolution. An ilustrated Introduction. Blackwell Publishing.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad II? Principales cambios geolgicos y ambientales que afectaron a los homnidos. Tratado por Agust, J. y M. Antn 2011. Principales especies de homnidos, relaciones logenticos, modos de vida. Tratado por Agust, J. y M. Antn 2011 y Binford 1988. Dispersin de los homnidos desde frica hacia Oriente Prximo, Asia y Europa. Tratado por Agust, J. y M. Antn 2011. Desarrollo de las diferentes tecnologas lticas (Modos I, II, III y IV) empleadas por los homnidos. Tratado por Agust, J. y M. Antn 2011. Innovaciones tcnicas y de comportamiento que permitieron al hombre moderno habitar en el actual continente europeo durante el ltimo Mximo Glacial. Tratado por Champion et al. 1988. Principales hiptesis sobre la antigedad del poblamiento de Amrica (posturas conservadora y radical). Tratado por Lavalle 2000 y Politis et al. 2009. Registro arqueolgico de las ocupaciones ms antiguas de Norte y Sudamrica. Tratado por Lavalle 2000 y Politis et al. 2009.

Preguntas de Examen a) Cules eran los modos de vida de los principales homnidos que habitaron nuestro planeta? b) Explique el desarrollo de las diferentes tecnologas lticas (Modos I, II, III y IV) empleadas por los homnidos, teniendo en cuenta con qu especie est relacionada cada una de ellas, cul era su funcin y que ventajas le otorgaron a sus portadores. c) Cul fue el papel del arte rupestre en Europa durante el Paleoltico superior? d) Cules fueron las innovaciones tcnicas y de comportamiento que permitieron al hombre moderno habitar en el actual continente europeo durante el ltimo Mximo Glacial? c) Explique las principales hiptesis sobre el poblamiento de Amrica (posturas conservadora y radical), considerando antigedad, vas y modo de vida propuestos y el registro que las sustenta. d) Cules son las principales vas de poblamiento de Amrica propuestas en la actualidad? e) Cul es la importancia del registro arqueolgico del Cono sur de Amrica para el debate sobre el poblamiento americano?

25

Captulo IV- El mundo de los Cazadores-recolectores


En este captulo se discuten las transformaciones ocurridas en los modos de vida de los cazadores-recolectores a partir de la Transicin Pleistoceno-Holoceno. Entre estos cambios de destacan el nal del proceso de dispersin global por parte de la especie humana, iniciada durante el Pleistoceno, con el aanzamiento de las poblaciones humanas en el continente americano, el surgimiento de la diferenciacin social y el aumento de la complejidad social, la incorporacin de nuevas tecnologas para la captura y procesamiento de los alimentos, el contacto y/o competicin con grupos agricultores, y a partir del siglo XIX con los estados industriales imperialistas. Qu dene a los cazadores-recolectores? El trmino cazadores-recolectores ha sido empleado en la antropologa y arqueologa para referirse, en general, a las comunidades que obtienen su sustento de la realizacin de actividades predadoras, sin ninguna clase de produccin de alimentos. Asimismo, se lo ha utilizado para referirse a todas las sociedades humanas que habitaron el mundo durante el Pleistoceno y el Holoceno con anterioridad al surgimiento de la domesticacin de plantas y animales. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XIX con la consolidacin de la antropologa como una ciencia social independiente, este trmino ha hecho referencia a distintas visiones, segn la perspectiva interpretativa adoptada en cada poca. Los principales modelos que fueron empleados para conceptuar y explicar a los cazadores-recolectores, pueden ser agrupados en dos principales: el evolucionista y el ecolgico (Beinger 1991). El primero de ellos conceba a los cazadoresrecolectores como primitivos, debido a la creencia de que la cultura se desarrolla escalonadamente a partir de formas simples hacia otras formas ms avanzadas, siendo el escaln inferior el correspondiente a los cazadores-recolectores. Un ejemplo de este pensamiento es el evolucionismo social progresional, donde las sociedades progresan a travs de una serie de estadios, tales como banda, tribu, jefatura y estado, o, salvajismo, barbarie y civilizacin (ej. Service 1962). En esta visin, la naturaleza era considerada un obstculo para el desarrollo cultural del hombre, debido a que la bsqueda constante de alimento impeda contar con el tiempo necesario para el surgimiento de preocupaciones sociales, morales o religiosas. nicamente, la aparicin de avances tcnicos como la agricultura o la domesticacin, que reducan aquella dependencia de la naturaleza, habran posibilitado el avance cultural (Beinger 1991). Esta conceptualizacin de los cazadoresrecolectores cambi radicalmente a partir de la dcada del 60, con el advenimiento del modelo ecolgico. En este sentido, la Conference on Band Societies realizada en Canad en 1965 y la Man the Hunter Conference organizada en Chicago en 1966, tuvieron un gran impacto en la visin antropolgica de los cazadoresrecolectores y lo que se consider pertinente conocer acerca de ellos (Lee y De Vore 1968). El nuevo modelo consideraba estas sociedades como poblaciones que resuelven sus problemas adaptativos a travs de medios novedosos y complejos (sociales, religiosos, tcnicos y polticos). Fundamentales en esta perspectiva son los conceptos de adaptacin y homeostasis, en el sentido de que las sociedades son consideradas como sistemas adaptativos que, en sintona na con el ambiente, reaccionan ante cambios en algunos de sus componentes compensndolos con cambios en otros componentes (Beinger 1991). Los cazadores-recolectores eran considerados como personas afortunadas que disponan de mucho tiempo libre, vivan en armona con el ambiente y lo explotaban para obtener lo necesario para la subsistencia, volcndose hacia la agricultura nicamente cuando eran obligados debido a circunstancias extremas imposibles de controlar mediante los ajustes tradicionales (Beinger 1991; Binford 2001). Lee y De Vore caracterizaron el sistema econmico de los cazadores-recolectores como basado en varios rasgos centrales que incluyen un campamento base, una divisin del trabajo los hombres cazan y las mujeres recolectan- y un patrn centrado en compartir los recursos obtenidos (Lee y De Vore 1968). Esta caracterizacin del modo de vida de las sociedades de pequea escala fue aceptada como la condicin humana original, o como una forma arquetpica de esta persistente y bien adaptada forma de vida (Binford 2001). Los rasgos bsicos de los cazadores-recolectores, entonces, seran los siguientes: 1- subsistencia basada en la caza y la recoleccin, 2- sociedades relativamente igualitarias, 3- alta movilidad residencial, y 4- propiedad comunal de la tierra.

26

Los Albores de la Historia

Los numerosos estudios etnogrcos y etnoarqueolgicos realizados a partir de la dcada del 70, evidenciaron muy pronto que la variabilidad en los modos de vida de los cazadores-recolectores contemporneos era mayor que la denida en las conferencias de mediados de los 60, y que este modo de vida no era aplicable sino a un nmero limitado de casos. Entre los principales aspectos que no podan mantenerse empricamente acerca de las caractersticas de los cazadores-recolectores, pueden sealarse, la existencia de grupos que posean una marcada diferenciacin social (y en algunos casos la presencia de esclavos, como en los grupos de la costa Noroeste de EEUU), escasa o nula movilidad residencial, y subsistencia basada en recursos no obtenibles mediante la caza y la recoleccin, como la captura de peces y/o mariscos (v.g. Kelly 1995; Arnold 1996; Binford 2001). Esta dicultad para conceptuar adecuadamente a los cazadores-recolectores, derivaba del empleo de una denicin de tipo neoevolucionista en el sentido de que este modo de vida poda ser precisado por una serie de rasgos compartidos, en su gran mayora, por todos los grupos. La gran variabilidad detectada, que dicultaba el empleo de esta denicin, alent el surgimiento de varios intentos por remediar esta situacin. A partir de la dcada del 80, se introdujo el concepto de cazadores-recolectores complejos (Price y Brown 1985) caracterizados por poseer movilidad residencial reducida o sedentarismo, prcticas de almacenaje, diferencias de riqueza, prestigio y/o status y territorialidad, entre otros rasgos. De esta forma, se intent explicar las anomalas que se escapaban de la conceptualizacin tradicional de los cazadores-recolectores, dividindolos en simples y complejos (Price y Brown 1985). Sin embargo, el uso de estas categoras propias del evolucionismo cultural (Service 1962), posee importantes dicultades operativas y obstaculiza la investigacin al impedir aprehender la diversidad cultural (Barrientos 2004), mientras que al mismo tiempo, dentro de cada una de estas categoras, la variabilidad entre los modos de vida cazadorrecolector es tan grande que no puede ser abarcada por este tipo de conceptos. Es una problemtica que an no se ha solucionado, ya que es extremadamente difcil, sino imposible, poder denir con pocas palabras, las principales caractersticas de su organizacin, los innumerables modos de vida que han existido y existen en el planeta desde el surgimiento de la especie Homo sapiens, y cuyo nico rasgo en comn es la dependencia de los alimentos silvestres.

Finalmente, se encuentra la propuesta de Politis y Gamble (1996), quienes emplean el trmino foragers para los modos de vida que se denen porque los patrones de movilidad y asentamiento estn asociados a la explotacin de recursos forrajeados y no con los productos domesticados. Esto permite incluir tanto a los grupos mviles como sedentarios, a sociedades igualitarias o con marcadas diferencias sociales, y no implica necesariamente que los grupos obtengan su sustento de la caza y la recoleccin exclusivamente, incluyendo otras actividades extractivas como la pesca y el marisqueo, o inclusive el consumo ocasional de productos agrcolas, obtenidos mediante intercambio o por cultivos de pequea escala. Los Cazadores-recolectores del Holoceno Robert Beinger (2001) aborda la problemtica de los cazadores-recolectores holocnicos para, a travs de un exhaustivo anlisis arqueolgico y paleoambiental de alcance global, enfatizar que la diversidad de condiciones que el Holoceno impuso a los cazadores-recolectores ha generado que los representantes actuales de esta forma de vida sean signicativamente diferentes de los cazadoresrecolectores pleistocnicos. Aplicando los lineamientos de la ecologa evolutiva analiza el registro arqueolgico holocnico de distintas partes del mundo y explica, a travs del modelo de viajeros y procesadores, cmo se fue desarrollando el cambio en las formas de vida pleistocnicas hasta llegar a la situacin actual de los cazadores-recolectores. Modelos de optimizacin La ecologa evolutiva utiliza los modelos de optimizacin como un puente entre los principios abstractos de la teora de la seleccin natural y los hechos de cualquier caso de la vida real (Smith y Winterhalder 1992). Constituyen modelos generales y estticos, en el sentido de que predicen resultados ptimos entre un conjunto de alternativas bajo condiciones internas y externas especcas. Se trata de instrumentos intelectuales, donde lo importante no es si sus postulados son ciertos o no, sino que sean tiles para los objetivos de una determinada investigacin. Entre ellos destacamos el modelo de amplitud de la dieta y el de seleccin de parcelas. El modelo de amplitud de la dieta, es el ms conocido y empleado. Se trata de un modelo de contingencia donde se asume que el objetivo del forrajeo o aprovisionamiento es maximizar la captura de energa o tasa de retorno (que es la energa obtenida por unidad de tiempo de bsqueda

Captulo IV. El Mundo de los Cazadores-Recolectores

27

y procesamiento). Se considera la selectividad de un forrajeador que busca presas en una parcela de recursos y decide si captura un determinado tipo de presa cuando lo encuentra o, lo deja pasar y contina buscando otro ms provechoso. La decisin de capturar y procesar una presa particular cuando se la encuentra depende de la disponibilidad de la presa de mayor tasa de retorno que el forrajeador espera encontrar. Cuando la probabilidad de encuentro con las presas de mayor provecho desciende (v.g. debido a su agotamiento) el forrajeador ampliar su dieta para incluir otras presas de menor utilidad, en orden descendente segn su tasa de retorno. Es importante sealar que la abundancia de un recurso no inuye sobre su inclusin o no en la dieta; esa decisin depende exclusivamente de la abundancia de las presas de rango ms alto, respecto de su rendimiento energtico. Establecer un ranking o jerarqua de tipos de recursos es esencial para poder aplicar este modelo. Esta jerarquizacin puede realizarse empricamente jando las tasas de retorno a travs del clculo de los costos de bsqueda y procesamiento que posee cada tipo de presa (medidos en caloras consumidas para capturar y procesar cada tem) y los benecios obtenidos al consumirlos (medidos tambin en caloras). El segundo modelo que incorporamos es el modelo de seleccin de parcelas. Establece que los recursos no son innitamente abundantes ni estn homogneamente distribuidos en el paisaje, sino que se encuentran localizados en lugares especcos llamados parcelas o parches (por ejemplo, pastizales, bosques, praderas, deltas ribereos, etc.). Este modelo considera las decisiones que debe realizar un forrajeador ante una determinada cantidad de parcelas que dieren en cuanto a los tipos de recursos que contienen y al tiempo necesario para extraerlos y procesarlos (Smith y Winterhalder 1992). En forma similar al modelo de amplitud de la dieta, las parcelas son jerarquizadas, de mayor a menor, segn su tasa de ingreso de energa por unidad de tiempo de forrajeamiento, es decir la suma de todos los tiempos de bsqueda y procesamiento pasados en cada una de aquellas. Entonces, se aaden tipos de parcelas al itinerario de obtencin de recursos en orden decreciente de tasas de rendimiento energtico segn el tiempo de forrajeamiento, excluyendo las parcelas en el que esta tasa sea menor que la tasa general de rendimiento para el viaje entre todas las parcelas de mayor rango y el forrajeamiento en ellas.

Segn este modelo, una disminucin en la abundancia general de alimentos puede provocar que una parcela inicialmente excluida sea explotada, aumentando el rango de estas parcelas. Es decir que el forrajeador ser menos proclive a dejar de lado parcelas poco productivas durante el viaje hacia otras ms productivas. En consecuencia, en lugares acotados la menor disponibilidad de recursos genera una utilizacin ms intensiva de varias clases de parcelas, aunque sean de poco rendimiento. Modelo Buscadores- Recolectores (Forager-Collector) Lewis Binford (1980) deni este modelo para ilustrar los extremos de un continuum de estrategias se movilidad y asentamiento de los cazadoresrecolectores para hacer frente a las incongruencias entre poblacin y recursos, tanto en el espacio como en el tiempo. Cuando los recursos son abundantes a lo largo del ciclo anual y estn distribuidos homogneamente en el paisaje, la estrategia ms efectiva es la Buscadora, que implica una alta movilidad residencial, ya que el campamento residencial se traslada frecuentemente en el paisaje a medida que los recursos locales se van agotando. Un ejemplo de este tipo de estrategia sera la empleada por los bosquimanos !Kung san del frica meridional. Por el contrario, cuando los recursos estn disponibles estacionalmente y/o se encuentran heterogneamente distribuidos, la estrategia adecuada es la Recolectora, que consiste en establecer campamentos residenciales relativamente jos, o con pocos traslados a lo largo del ao, y desde estas bases, grupos de individuos emprenden excursiones logsticas a las zonas donde los recursos estn disponibles para explotarlos y llevar los alimentos hasta el campamento residencial, estableciendo campamentos temporarios, llamados logsticos. Este

28

Los Albores de la Historia

tipo de estrategia es la que caracteriza a los esquimales Nunamiut de Alaska. Modelo Viajeros-Procesadores (Travelers-Processors): Beinger (2001) dise este modelo para poder aclarar la forma en que el aumento de la poblacin y la reduccin de los recursos disponibles afectan los modos de vida de los cazadores-recolectores a lo largo del tiempo. Para ello, combina los modelos de amplitud de la dieta y de seleccin de parcelas y dene dos estrategias adaptativas: Viajeros y Procesadores. Una estrategia viajera es aquella donde los grupos humanos explotan pocos recursos de alta calidad y bajo costo de procesamiento (como los animales grandes), por lo que dedican ms tiempo a desplazarse entre las distintas parcelas que a capturar y procesar los recursos dentro de ellas, implicando frecuentes desplazamientos del campamento residencial. Sin embargo esta estrategia slo es viable cuando los recursos de alta calidad son abundantes y la densidad poblacional es baja. Para los cazadores que siguen esta estrategia, es importante reducir el tiempo dedicado a la bsqueda y procesamiento de recursos de alta calidad, por ello son reductores de tiempo. La estrategia procesadora surge como consecuencia del aumento poblacional y la reduccin de los recursos disponibles. Consiste en explotar pocas parcelas de recursos, dedicando menos tiempo a la bsqueda de presas de alta calidad y ms tiempo al aprovisionamiento y procesamiento de recursos de baja calidad pero ms rentables si son apropiados en masa (como los vegetales o pequeos animales). Cuando las condiciones empeoran, ya no es posible desplazarse a otras parcelas, y los cazadores residen en las mismas parcelas explotando preferentemente recursos de baja calidad pero de bajo o nulo costo de bsqueda. En esta estrategia lo ms importante es la adquisicin y procesamiento de recursos, es decir que son incrementadores de energa. A modo de ejemplo, podemos imaginar que un grupo de cazadores-recolectores debe decidir si explota preferentemente un recurso A, de bajo costo de procesamiento (medido en tiempo dedicado a esta actividad), o un recurso B, cuyo costo de procesamiento es sustancialmente mayor. En la situacin 1, el recurso A es muy abundante en el ambiente y se debe dedicar poco tiempo al viaje hasta la zona o parcela donde se lo puede obtener y a su bsqueda y captura. El recurso B est disponible en el rea de residencia, o muy cercano a ella, y posee bajos o nulos costos de bsqueda, pero el tiempo requerido para procesar estos alimentos y hacerlos comestibles es demasiado comparado con el requerido por el recurso A. Por lo

Situacin 1 tanto, en esta situacin la opcin ms apropiada es centrar el esfuerzo de subsistencia en la captura del recurso A. Este tipo de situacin es la que caracteriza a las estrategias viajeras, quienes invierten ms tiempo y energa en capturar recursos de alta calidad y bajo costo de procesamiento y secundariamente explotan otros recursos ms costosos de procesar. En la situacin 2, el contexto general ha cambiado, hubo un gran aumento en la demografa regional y se ha producido un descenso en la disponibilidad de recursos de alta calidad (recurso A), implicando que hay que invertir mucho ms tiempo en desplazarse hasta los lugares donde estn disponibles para poder buscarlos y capturarlos. Aunque sus costos de procesamiento continan siendo bajos, el costo total de explotar estos recursos ha subido hasta tal punto que se vuelve ms rentable

Situacin 2 centrar la atencin en el recurso B, que si bien es ms costoso de procesar no posee costos de viaje y los costos de bsqueda y captura son muy bajos o nulos (en el caso de los productos vegetales). Este tipo de situacin es la que caracteriza a las estrategias procesadoras, quienes invierten ms tiempo y energa en capturar recursos de baja calidad y alto costo de procesamiento, pero que pueden ser ms rentables si son apropiados en masa. Explotando secundariamente otros recursos de bajo costo de

Captulo IV. El Mundo de los Cazadores-Recolectores

29

procesamiento pero ms costosos de buscar, ya que en algunos casos los cazadores deben recorrer grandes distancias y no tienen garantas de que al llegar a la zona de cacera sta no se encuentre ocupada por otros grupos. Las transformaciones de los cazadores holocnicos Beinger (2001) realiza un repaso sobre la evolucin de la tecnologa ltica a lo largo del Holoceno en Australia, la Gran Cuenca en EEUU y frica del Sur y la vincula con variaciones en las estrategias adaptativas implementadas. Segn el modelo de viajeros y procesadores, al aumentar la densidad poblacional en numerosas partes del mundo a comienzos del Holoceno, las estrategias viajeras, que habran dominado durante el Pleistoceno, deberan haber sido sustituidas rpidamente por estrategias procesadoras, las que seran las dominantes en todos los cazadores-recolectores actuales. Este cambio efectivamente se produce, pero lo hace a un ritmo muy lento y en algunos lugares no se hace efectivo hasta hace 1500 aos (como en la Gran Cuenca). Este retardo en el paso de una estrategia viajera minimizadora de tiempo a una estrategia procesadora maximizadora de energa, es contrario a las expectativas del modelo. Segn ste, cuando la poblacin se ha incrementado en forma que los costos asociados a la explotacin de recursos de alta calidad vuelven poco provechosa una estrategia viajera, la solucin ptima es cambiar a una estrategia procesadora. sta maximiza la cantidad de energa que se obtiene por parcela, explotando preferentemente recursos de alto costo de procesamiento, como los vegetales y pequeos animales. Sin embargo, este cambio no se da en forma rpida sino que toma varios milenios el surgimiento de las estrategias procesadoras y, una vez que se establecen, se dispersan rpidamente por todos los grupos de cazadores-recolectores del globo. Segn Beinger, este retraso se debe a la inuencia de las relaciones sociales de los cazadores-recolectores viajeros, que son opuestas a la acumulacin de recursos en forma de propiedad privada (ej. almacenamiento) y la delimitacin de territorios, necesarios para defender los recursos que se almacenan. Por ello, cuando la poblacin comienza a aumentar a principios del Holoceno, los grupos de cazadores-recolectores hacen frente a estas circunstancias intensicando las prcticas viajeras, reduciendo los tiempos dedicados a la bsqueda, captura y procesamiento de los recursos por medio de innovaciones tecnolgicas y/o de comportamiento. Por ejemplo, el empleo de nuevos instrumentos lticos ms efectivos para el procesamiento de grandes animales (como cuchillos bifaciales) permite reducir

el tiempo dedicado a esta actividad y compensar el aumento en el tiempo de bsqueda de estas presas (debido a su disminucin). Sin embargo estas tcticas no pueden mantenerse sostenidamente en el tiempo, ya que las poblaciones continan aumentando y los recursos de hacen ms escasos. El paso hacia una estrategia procesadora recin se logra cuando se produce un cambio en las relaciones sociales de los cazadores-recolectores, que permitan almacenar recursos y delimitar territorios posibilitando explotar tanto recursos de alta calidad como recursos costosos de procesar pero que pueden ser almacenados, como los vegetales. Esto hizo posible contar con alimentos para los momentos de escasez y alentar el aumento demogrco. Una vez establecida esta estrategia, se generaliza rpidamente, absorbiendo o reemplazando a los grupos viajeros, debido a que poseen una estrategia ms eciente para hacer frente a altos niveles demogrcos que caracterizaron al Holoceno medio y tardo. Entonces, es importante explicar cmo fue que surgi originalmente esta estrategia procesadora maximizadora de energa, ya que sus benecios con respecto a la estrategia viajera no son sucientes para explicar el cambio. De acuerdo a Beinger, la competicin por la obtencin de parejas y por el prestigio puede ser la causa ms plausible para el cambio en las relaciones sociales y el surgimiento de las estrategias procesadoras. Muy simple y sintticamente este proceso puede ser explicado as: los cazadores que poseen ms xito en la cacera adquieren mayor prestigio que los malos cazadores y son vistos como buenos esposos por lo que obtienen mayor cantidad de esposas, las cuales al contar con un mayor ingreso de carne (que es el recurso principal que se comparte con el grupo) que el promedio pueden acaparar para su familia gran parte de los recursos de recoleccin (que son de alto costo de procesamiento), disfrutando de una provisin ms constante de comida. A su vez, al aumentar el nmero de esposas el trabajo de procesar los alimentos en la familia se hace en menor tiempo, pudiendo las madres dedicar ms tiempo al cuidado de sus hos. Esta situacin, gener que los cazadores compitieran entre s para obtener ms esposas (que a su vez obtenan ms alimentos recolectados para la familia) y que las mujeres compitieran entre s para obtener como pareja a los mejores cazadores, ya que permita una mejor oportunidad de supervivencia para sus hos, alentando el incremento demogrco. La intensicacin de estos comportamientos habra producido, nalmente, el surgimiento de las estrategias procesadoras.

30

Los Albores de la Historia

Un interrogante que surge es por qu las estrategias procesadoras no emergieron durante el Pleistoceno en momentos en que hubo reduccin en los recursos disponibles? Como Beinger seala, los estudios paleoclimticos indican que el clima del Pleistoceno se caracteriz por una variabilidad extrema de alcance global y donde la cantidad de CO2 atmosfrico era muy bajo por lo que la productividad vegetal no era muy importante. En este contexto ambiental y con densidades poblacionales muy bajas, cuando se produca un descenso en la disponibilidad de recursos la respuesta era desplazarse hacia un nuevo territorio donde estos recursos, u otros, estuvieran disponibles. Esta mayor movilidad y duras condiciones climticas mantuvieron los niveles poblacionales muy bajos. La dieta estaba compuesta bsicamente de recursos de alta calidad como los grandes animales gregarios (renos, caribes, Mamuts, etc.), por lo que cuando estas presas ingresaban al campamento eran compartidas por todo el grupo y no exista la

necesidad de acaparar recursos, ni esto era posible ya que la carne era plenamente compartida y el uso de recursos vegetales (que estn ms exentos de las normas del compartir) era muy escaso en la dieta debido a su baja productividad y altos niveles de tiempo dedicado a su procesamiento. Con el inicio del Holoceno, se produjeron cambios climticos muy importantes: por un lado la variabilidad climtica fue mucho menor que durante el Pleistoceno (siendo ms moderado) y por otro lado el aumento del CO2 en la atmsfera, increment la productividad de los vegetales, los cuales fueron mucho ms importantes para los cazadores del Holoceno que en momentos previos. Asimismo, esta estabilidad y mejoramiento climtico alent el crecimiento poblacional que a medida que fue avanzando el Holoceno comenz a afectar el desarrollo de estrategias viajeras minimizadoras de tiempo provocando su crisis y el posterior surgimiento de las estrategias procesadoras maximizadoras de energa.

Bibliografa Obligatoria
Beinger, R. 2001. Holocene Hunter-Gatherers. En: Feinman y Price (Eds.), Archaeology at the Millennium: A Sourcebook, pp. 137-195. New York, Kluwer Academic/Plenum Publishers. Traduccin de Abel Orquera. Binford, L. R. 1988 En Busca del Pasado. Crtica, Barcelona. Captulo 6. Price, D. y J. Brown 1985 Aspects of hunter-gatherer complexity. En: T. Price y J. Brown (eds.), Prehistoric Hunter-gatherers: The emergence of cultural complexity, pp. 3-20. Academic Press, Orlando. Traduccin.

Bibliografa Ampliatoria
Arnold, J. 1996. The Archaeology of Complex Hunter-Gatherers. Journal of Archaeological Method and Theory 3(2): 77126. Barrientos, G. 2004. Es la complejidad un concepto til para discutir la variacin en el registro arqueolgico pampeano (o cualquier otro)?. En: G. Martnez, M. Gutierrez, M. Bern y P. Madrid (eds.), Aproximaciones Contemporneas a la Arqueologa Pampeana. Perspectivas tericas, metodolgicas, analticas y casos de estudio, pp. 11-27. Olavarra, Universidad Nacional del Centro de la prov. de Buenos Aires. Binford, L. 1980. Willow smoke and dogs tails: hunter.gatherer selement systems and archaeological site formation. American Antiquity 45:4-20. Binford, L. 2001. Constructing frames of reference: an analytical method for archaeological theory building using ethnographic and environmental data sets. Berkeley, University of California Press. Beinger, R. 1991. Hunter-Gatherers: archaeological and evolutionary theory. New York, Plenum Press. Kelly, R. 1995. The Foraging Spectrum. Diversity in hunter-gatherer lifeways. Washington and London, Smithsonian Institution Press. Lee, R. y I. De Vore (Eds.) 1968. Man the Hunter. Aldine, Chicago. Politis, G. y C. Gamble 1996. Los Nukak y los lmites ambientales de los foragers. En: Nukak, pp. 337-354. Sinchi, Centro Amaznico de Investigaciones Cientcas, Bogot. Price, T. y J. Brown 1985. Aspects of hunter-gatherer complexity. En: T. Price y J. Brown (eds.), Prehistoric Hunter-gatherers: The emergence of cultural complexity, pp. 3-20. Academic Press, Orlando. Service, E. 1962. Primitive Social Organization: An Evolutionary Perspective. Random House, New York. Smith, E. y B. Winterhalder (Eds.) 1992. Evolutionary ecology and human behavior. Aldine De Gruyter, New York.

Captulo IV. El Mundo de los Cazadores-Recolectores

31

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad III? Cazadores Recolectores. Conceptos fundamentales. Binford (1988) y Bettinger (2001).

Aportes de la etnoarqueologa al estudio de los cazadores-recolectores del pasado.


Tratado por Binford (1988) y Price y Brown (1985).

Diversidad de modos de vida y factores que la condicionan: ambiente y subsistencia, movilidad y tecnologa. Tratado por Binford (1988) y Bettinger (2001). Cazadores recolectores complejos. Tratado por Price y Brown (1985). Cazadores-recolectores holocnicos. Tratado por Bettinger (2001).

Preguntas de Examen a) Qu signica el trmino cazadores-recolectores. Distintos empleos del trmino a travs de la historia de antropologa y arqueologa. b) Considerando los aportes de Binford explique el modo de vida de los cazadoresrecolectores, organizacin social, patrones de movilidad y uso del espacio. c) Qu se entiende por cazadores-recolectores complejos? d) Cules fueron las principales estrategias adaptativas implementadas durante el Holoceno y cmo y por qu cambiaron? e) Segn Bettinger durante el Holoceno los cazadores recolectores transformaron de manera sustancial sus estrategias adaptativas. Explique en qu consiste y cmo se explican esas transformaciones.

33

Captulo V- Los Cazadores del Cono Sur.


Este captulo discute los modelos arqueolgicos que pretenden dar cuenta de las estructuras sociales y polticas de las sociedades de cazadores recolectores, tomando el caso del Holoceno Medio y Tardo en la puna argentina. Especcamente se discute el problema de la complejidad social a partir del estudio del registro arqueolgico de Antofagasta de la Sierra. Cazadores-Recolectores Sociedades Primitivas? Las ideas tradicionales sobre los cazadores se basan en dos estereotipos clsicos: 1) una visin peyorativa, que los caracteriza por una vida desagradable, brutal y corta, en un estado de precariedad y hambruna permanente. 2) una visin idlica que los asocia a un estado de naturaleza, previo a la civilizacin, la agricultura y la propiedad privada. La antropologa evolucionista del siglo XIX adopt una visin ntimamente relacionada a estas posturas. El modelo evolutivo, (el cual puede encontrarse en trabajos clsicos como El origen de la Familia, la Propiedad Privada, y el Estado de Frederic Engels o La sociedad Antigua de Lewis H. Morgan) que vea a las sociedades estatales occidentales como el nivel ms avanzado de evolucin social, como la realizacin de la civilizacin, ubicaba a las sociedades cazadoras recolectoras en el estado ms primitivo del desarrollo de las sociedades humanas, el salvajismo. El estadio de salvajismo de los esquemas evolucionistas clsicos fue modicado (en base a cuantiosa informacin etnogrca) en las visiones neo evolutivas de 1950 y 1960, como la de Elman Service, construyendo un tipo social denido: la banda. Service estudi a las sociedades de cazadores como la antinomia de las sociedades civilizadas. En la introduccin de su trabajo se pregunta: Cmo podemos saber lo que es la civilizacin si no conocemos lo que no lo es?(Service 1973). Esta obra est encarada a reconocer en los cazadores recolectores todo lo que no es la civilizacin. El modelo neo-evolucionista da exagerada centralidad a los determinantes materiales en la explicacin del cambio. Las bandas son esencialmente grupos nmadas, lo que es determinado por su modo de vida cazador. Esto genera que su cultura material sea simple y pobre, y que el tamao de las comunidades (variable que comenzaremos a llamar escala) sea muy reducido, y la integracin se mantenga en niveles muy bajos. Los nicos lazos sociales son los generados por el parentesco. La sociedad en su conjunto es simple, es decir, no hay divisiones del trabajo (especializacin), salvo por espordicas asignaciones de tareas por edad y gnero, ni diferenciaciones de autoridad (jerarqua). La sociedad de banda es denida por Service (1973) en trminos negativos, es decir que se construye un modelo social en base a los rasgos que caracterizan a sociedades capitalistas occidentales, y se sealan los que no existen entre los cazadores. As tendremos: una economa sin divisin del trabajo, sin especializacin, sin un intercambio que supere a la reciprocidad. una poltica sin estructuras formales, ni gobierno; sin jefes que manden con ms que su inuencia. una sociedad sin divisiones, ms all del gnero y la edad. una ideologa supernaturalstica, sin la capacidad de entender a la naturaleza sin recurrir a principios que estn por encima de ella La contraparte arqueolgica a la categora antropolgica de banda, como se vio en el Captulo IV, fue propuesta por Lee y DeVore, quienes en su obra Man-The Hunter sostienen que: los cazadores recolectores viven en grupos de demografas muy bajas (25-50 personas), son altamente mviles en busca de alimentos, manejan pocas posesiones y no conocen la propiedad privada. Todos estos elementos generaban relaciones sociales igualitarias con desigualdades efmeras. Esta idea de cazadores recolectores = sociedades simples fue reproducida en otras campos de las ciencias sociales. La gran obra de sociologa histrica de Michael Mann (1986) Las fuentes del poder social sostiene que las sociedades cazadoras no pudieron generar desigualdades sociales ni jerarquas polticas, porque estos grupos no habran conocido el concepto de poder. Por su parte Anthony Giddens propone que el nomadismo cazador no permite a las personas tener demasiados objetos como pertenencias personales lo que hace que no haya grandes desigualdades entre los individuos. Esto muestra que por buena parte de la historia de las disciplinas antropolgicas y sociales se ha pensado en los cazadores recolectores en trminos de

34

Los Albores de la Historia

pequeas bandas de personas vagando en el paisaje en bsqueda de alimentos, incapaces de gestionar, conducir o alcanzar proyectos sociales de gran escala. Sin embargo, en las ltimas tres dcadas, siguiendo los planteos pioneros de Price y Brown (1985) los arquelogos han comprendido que varios grupos de cazadores recolectores, en distintos momentos y regiones, hicieron las mismas cosas que slo se haban asignado a sociedades productoras de alimentos: desarrollaron bases econmicas estables e intensivas, redujeron su movilidad, establecieron asentamientos con jerarquas permanentes y grandes edicaciones, dividieron socialmente el trabajo, desarrollaron tradiciones artsticas y tecnolgicas muy elaboradas, mantuvieron grandes conictos, y en ocasiones estuvieron conformadas por heterogneos grupos sociales con acceso diferenciado a los recursos y al poder. Estos grupos se han conocido como Cazadores Complejos. Los Cazadores Complejos El modelo de sociedades tecnolgicamente simples, con organizacin exible, viviendo armnicamente consigo mismas y con el medioambiente y teniendo como caractersticas fundamentales el igualitarismo, el reparto y la propiedad comunal de la tierra resulta insuciente para explicar numerosas sociedades de cazadores socialmente heterogneos y econmicamente intensivos, registradas arqueolgica y etnogrcamente a partir de 1970 y en especial en los 80. La categora terica se evidenci entonces como una camisa de fuerza para la empiria. Los fenmenos de emergencia de Complejidad Social comenzaron a ser estudiados en distintos casos arqueolgicos a nivel mundial y uno de ellos fue el de los cazadores holocnicos de la puna argentina. Carlos Aschero y Daniel Yacobaccio (1998/1999) fueron los primeros en plantear, a partir de una serie de evidencias procedentes de la puna de Jujuy, la posibilidad de la existencia de grupos de Cazadores Complejos. Qu se entiende por complejidad? La complejidad es una categora terica difcil de denir en ciencias sociales ya que ha sido utilizada de diversas maneras por una gran cantidad de investigadores. En primer lugar deberamos realizar ciertas consideraciones que nos pueden ayudar a pensar a la complejidad como un concepto til para el anlisis social. La ms importante sera que la complejidad no es una propiedad de algunas sociedades. De aceptarse esto deberamos asumir que existen algunas sociedades que son complejas y otras que son

simples. Una visin dicotmica (simples - complejos), entonces no parece adecuada para estudiar al hombre. Tampoco son tiles las visiones que establecen ciertos atributos y que denen umbrales que al ser superados denen a una situacin como compleja. La categora complejidad social puede ser til si es entendida como una propiedad de naturaleza escalar (Barrientos 2004), o sea que no va traspasando umbrales, sino que va cambiando gradualmente y nunca en un solo sentido. Dada la variabilidad y la naturaleza continua y multidimensional de los procesos de cambio social, lo mejor sera realizar estudios procesuales, tomando en consideracin mltiples dimensiones de la variabilidad. Algunos arquelogos han utilizado dos variables que deberan incrementarse para que crezca la complejidad social. Estas son la diferenciacin (horizontal), es decir la multiplicacin de distintos roles e identidades dentro de un grupo, y la jerarquizacin (vertical) es decir la aparicin de diferencias en el poder que ostenta cada no de los grupos que se van diferenciando. Los atributos que denen a los cazadores complejos son: a) Movilidad residencial reducida/ sedentarismo; b) Territorialidad; c) Desigualdad Social; d) Redes de Interaccin a larga distancia; e) Densidad poblacional; f) Tecnologa; g) Intensicacin de la produccin; h) Ritual. Los Cazadores de la puna durante el Holoceno Estas herramientas tericas fueron aplicadas al anlisis de los cazadores Holocnicos de la Puna catamarquea (Hocsman 2003). Desde los inicios del poblamiento humano, hace ms de 10.000 aos, las sociedades puneas habran estado organizadas en grupos no demasiado extensos, y que tenan una movilidad que podramos llamar residencial, es decir que se trasladaban estacionalmente a grandes distancias. El predominio de tecnologas altamente conservadas, especialmente de algunos instrumentos como las puntas y los bifaces, as lo indica. Los asentamientos en general no se constituyen de sitios funcionalmente muy diferenciados, aunque que hay sectores ms residenciales, puestos de caza, avistaje, etc. Las identidades, materializadas en aspectos simblicos como el arte rupestre, parecen ser compartidas por gente habitando extensos sectores de la regin. A partir de hace 5000 aos, Hocsman (2003) registra una serie de cambios que permiten proponer la existencia de un proceso de complejidad creciente. Las transformaciones climticas generaron un ambiente en mosaico, con la presencia de zonas

Captulo V. Los Cazadores del Cono Sur.

35

de verdaderos oasis, estableciendo condiciones propicias para la circunscripcin social. Consecuentemente las poblaciones habran reducido su movilidad (fenmeno evidenciado a travs del patrn de asentamiento, procedencia de materias primas, tecnologa) e incrementado la territorialidad (inferida a partir del estudio del arte rupestre, los entierros humanos y el diseo de algunos atefactos). En este mismo periodo algunos aspectos del registro arqueolgico permiten proponer la aparicin de desigualdades sociales (arte rupestre, registro funerario y tcnicas de caza), la existencia de redes de interaccin a larga distancia (procedencia de materias primas), el aumento de la densidad poblacional (patrn de asentamiento) la aparicin de estrategias

casos los investigadores se abocaron a contrastar la existencia de una lista de rasgos para denir si una sociedad de cazadores era simple o compleja. Por un lado esta prctica no resultaba suciente para explicar cmo se estructuraban los grupos de cazadores y cmo se transformaban en el tiempo. En cierto sentido, cabra formularse la pregunta de si existe algn tipo de relacin humana que se pueda calicar como simple, y si el calicativo complejo es til para aclarar algo. Por otro, el modelo terico volva a ser un corset demasiado duro para la variabilidad de la empiria. Los arquelogos, muchas veces terminaron relegando el estudio de la variabilidad particular de cada caso para priorizar la denicin del mismo dentro de la categora de complejidad. En ese sentido, Aschero revis sus propias ideas acerca de los cazadores de Holoceno medio de la puna para proponer una explicacin ms histrica y particularista que pudiera dar cuenta de la prctica de los agentes sociales que conformaron los grupos bajo anlisis, teniendo en cuenta los aspectos materiales, pero tambin los medios simblicos para la negociacin del poder y la memoria social.

Ubicacin geogrca de la Puna Argentina tecnolgicas expeditivas (diseo de puntas y conjuntos lticos) y la intensicacin de la produccin (restos zooarquolgicos y arqueobotnicos) y de las prcticas rituales (arte rupestre, ofrendas y registro funerario). Ms all de la Complejidad El modelo de los cazadores complejos, inicialmente propuesto por Price y Brown (1984) y aplicado a innidad de casos a nivel global, sirvi para dar por tierra la idea esencialista que vinculaba de manera necesaria a la economa extractiva con relaciones sociales simtricas y posiciones de poder igualitarias. Sin embargo, este enfoque y su aplicacin tambin resultaron ser tipolgicos, ya que en muchos

Mapa de Antofagasta de la Sierra. Tomado de Lpez Campeny et al. 2005:12.

36

Los Albores de la Historia

Aschero considera que en el periodo analizado se habra dado sin dudas un aumento efectivo de los sitios arqueolgicos, la especializacin de las tcnicas de caza y la aparicin de objetos exticos. Sin embargo, plantea la posibilidad de interpretar estos fenmenos sin la necesidad de recurrir a la jerarquizacin. En principio, las evidencias de la desigualdad son an bastante escasas, pero adems pueden ser interpretadas como la materialidad de prcticas asociadas al culto a los ancestros, que tendra una gran profundidad temporal en la puna y se relacionara a una circunscripcin y territorialidad mucho ms tempranas de lo supuesto en trabajos anteriores. Tambin discute las evidencias del incremento poblacional, aduciendo que las mismas dan a entender un proceso de reorganizacin del asentamiento y de los circuitos de movilidad.

En consecuencia propone que ms que hablar de un proceso de intensicacin de la complejidad social habra que pensar en que los agentes sociales habran dado lugar a la aparicin de una serie de materialidades que permitan resolver los problemas que surgan de un territorio ocupado desde momentos tempranos, hace unos 8000 aos. El hecho de marcar con cuerpos algunos espacios valiosos o de compartir ciertos elementos inconogrcos en el arte (en la modalidad estilstica Conuencia) habran sido mecanismos para diferenciar apropiacin y compartir identidad, respectivamente, surgidos en respuesta a los conictos inherentes a este espacio social y ambientalmente circunscripto.

Glosario
Estrategia Tecnolgica de Conservacin: est orientada a cuidar de los instrumentos y equipos. Ejecutndose, segn las circunstancias, medidas tales como la manufactura anticipada, el transporte, la reformatizacin y el almacenaje. Existe una elevada inversin de tiempo o energa que se dedica a la manufactura, al transporte, al almacenaje, etc. Estrategia Tecnolgica Expeditiva: dirigida a minimizar el esfuerzo tecnolgico bajo condiciones de alta predictibilidad en lo que hace al momento y lugar de uso. Es un plan basado en un adecuado suministro de materia prima, ya sea de buena o mala calidad, de manera tal de minimizar el costo de manufactura cuando los materiales, el tiempo y la movilidad no constituyen serias preocupaciones.

Bibliografa Obligatoria
Hocsman, S. 2003 Cazadores-recolectores complejos en la puna meridional argentina? Entrelazando evidencias del registro arqueolgico de la microrregin de Antofagasta de la Sierra (Catamarca). Relaciones XXVII: 193-214. Aschero, C. 2007 Iconos, huancas y complejidad en la Puna Sur Argentina. En Produccin y Circulacin Prehispnicas de Bienes en el Sur Andino, compilado por A. Nielsen, M. C. Rivolta, V. Seldes, M. Vzquez y P. Mercolli, pp. 135-165. Editorial Brujas, Crdoba.

Bibliorafa Ampliatoria
Aschero, C. y D. Yacobaccio. 1998/1999 20 aos despus: Inca Cueva 7 reinterpretado. Cuadernos 18: 7-18 Barrientos, G. 2004 Es la Complejidad un Concepto Util para Discutir la Variacin en el Registro Arqueolgico Pampeano (o Cualquier Otro)? En Aproximaciones Contemporneas a la Arqueologa Pampeana, editado por G. Martnez; M.A. Gutirrez; R. Curtoni, M. Bern y P. Madrid, pp. 11-27. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro, Olavarra. Lpez Campeny, S.M., D.E. Olivera, V. Fernndez Varela y J. Pea 2005 Procesos tafonmicos, subsistencia y uso del espacio: anlisis de la arqueofauna de un sitio agropastoril de la Puna Meridional Argentina (Punta de la Pea 9, Antofagasta de la Sierra, Catamarca). Intersecciones antropologa. 2005, N6: 11-28. Mann, M. 1986 Las fuentes del poder social I. Alianza Editorial. Price, D. y J. Brown. 1985 Aspects of hunter-gatherer complexity. En: T. Price y J. Brown (eds.), Prehistoric Huntergatherers: The emergence of cultural complexity, pp. 3-20. Academic Press, Orlando. Traduccin. Service, E. 1973 Evolucin y cultura. Pax. Mxico.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar EL Prctico II?

Complejidad social: escala, integracin, jerarquizacin, complejidad. Tratado por Hocsman (2003) y Aschero (2007) Cazadores Recolectores Complejos Tratado por Hocsman (2003) Trayectorias histricas de los cazadores del Holoceno Medio y Tardo Tratado por Hocsman (2003) y Aschero (2007)

Captulo V. Los Cazadores del Cono Sur.

37

Preguntas de Examen a) Qu elementos caracterizan a un proceso de complejidad creciente? Ejemplicar brevemente cada uno de ellos en el caso de la emergencia de complejidad entre Cazadores Recolectores de Antofagasta de la Sierra entre 5000 y 2000 AP. b) Analizar los argumentos arqueolgicos que brinda Salomn Hocsman para proponer que en Antofagasta de la Sierra se dio un proceso de crecimiento de la complejidad entre 5000 y 2000AP. c) Compare las posturas de Aschero y Hocsman sobre las desigualdades sociales entre los cazadores recolectores de Antofagasta de la Sierra, analizando escala, integracin, jerarquizacin, complejidad. d) Cul es la explicacin de Aschero acerca del registro arqueolgico correspondiente a los Cazadores Recolectores del Holoceno en Antofagasta de La Sierra?

39

Captulo VI- El trnsito a la produccin de alimentos y el mundo aldeano.


En el presente captulo vamos a explorar la historia de plantas y animales que fueron domesticados por los humanos, es decir, especies vegetales y animales que han sufrido modicaciones por la intervencin humana. Las preguntas formuladas son diversas pero nos centraremos en dos: Cundo se hicieron dependientes los hombres de los animales/plantas y viceversa? Es posible que esa nueva interaccin generara profundos y hasta irreversibles cambios en la historia?

Los animales y plantas han intervenido y cambiado la historia no slo en los procesos de iniciacin de prcticas agrcolas-pastoriles sino tambin durante la Edad Media, Moderna y procesos contemporneos. Se pueden rescatar numerosos ejemplos: la importancia del arroz para las sociedades orientales, del maz para los Aztecas, el rol de la llama en el funcionamiento del imperio Incaico y para los intercambios a larga distancia en las sociedades Tiwanakotas. Trasladndonos a la Era Moderna se observa el papel central del caballo en la conquistas imperiales, del algodn en la revolucin industrial, la participacin del opio en la expansin del capitalismo y las guerras que este produjo entre las grandes potencias y llegando hasta discusiones actuales acerca del camo, la coca para los que viven en la regin andina, los alimentos transgnicos, el bio-diesel y las discusiones acerca del hambre y el uso de los alimentos para nes no alimenticios, etc.

humanas y a ser apreciados por lo que ofrecan en vida. Una interaccin provechosa se desarroll beneciando tanto a los grupos humanos como a las especies animales. Si bien los grupos humanos obtenan de las especies que domesticaban alimento, transporte, traccin para trabajos pesados y materias primas para artefactos, las mismas al ser protegidas de sus predadores naturales comenzaron a crecer en un modo sin precedentes. Las vacas, bueyes, cabras, ovejas, cerdos, caballos y camellos pasaron a jugar un rol importante, no slo en la economa, sino tambin en otras esferas de la vida social.

De esta manera, el paso hacia la agricultura y el pastoreo implic un importante cambio en la forma de organizacin socio-econmica de los grupos, llevando cientos de aos para que se convirtieran en las actividades centrales para la subsistencia y reproduccin. Esto fue acompaado por modicaciones en el ambiente y en determinadas plantas y animales los cuales, Esta observacin, de cmo las plantas y durante un largo proceso, fueron cambiando su animales han incidido en la historia nos lleva a morfologa. reexionar acerca de los orgenes Las plantas Para que la agricultura y el pastoreo y animales que actualmente consideramos domsticos son producto del hombre o de existiesen fue necesaria la domesticacin: A qu la naturaleza o ambos estn implicados? En hacemos referencia con este trmino? qu lugar, fecha y en qu contexto social se empezaron a manipular ciertos seres vivos. Domesticacin Cundo empezamos a ser dependientes de La domesticacin implica modicaciones plantas y animales domsticos? en los vegetales o animales por la intervencin En esta unidad se profundiza acerca de humana. Este proceso se logra mediante seleccin los vegetales y animales que existen gracias articial de caracteres, tanto genotpicos como fundamentalmente a los seres humanos y las fenotpicos, que el hombre selecciona mediante implicancias que stos trajeron en los procesos exhaustivos cruzamientos y una serie de lentas sociales. Hace unos 10 mil aos comenz en modicaciones acumuladas en el tiempo. Fue algunas partes del mundo una transformacin Darwin en sus dos obras On the origin of indita, ya que poblaciones de cazadores- species by means of natural selection, or the recolectores empezaron a cambiar su relacin preservation of favoured races in the struggle for con plantas y animales. stos, que eran presas, life (1859) y The variation of plants and animals pasaron a convivir con las comunidades under domestication (1868), quien plante

40

Los Albores de la Historia

Un primer cambio observado en el proceso que la seleccin articial en plantas y animales se produce cuando el ser humano permite de domesticacin de plantas es la prdida de y favorece la supervivencia de las variantes mecanismos de dispersin, relacionado con la falta de una abscisin. Tambin se suelen reconocer deseables eliminando las indeseables. modicaciones en las caractersticas de historia La domesticacin depende de una limitacin de vida, por ejemplo, en el tipo de germinacin siolgica de la planta que puede ser aprovechada por seleccin disruptiva en ambientes agrcolas por el agricultor. Es importante aclarar, que contra ambientes naturales. Se observa una gran cultivar una planta no es domesticarla pero sincronizacin de la maduracin de frutos y tambin que una planta domstica slo existe semillas, permitiendo cosecharlos en un perodo mediante el cultivo. Las primeras comunidades determinado (Daz Guilln 2010). que manipularon vegetales cultivaron plantas Un animal domesticado es aquel que ha que posean un alto valor alimenticio, y al concentrarse exclusivamente en ciertas herbceas sido criado en cautividad establecindose un silvestres o leguminosas de semilla grande, completo control humano sobre la reproduccin, pudieron haber observado algunas plantas organizacin del territorio y alimentacin. anmalas en sus campos. Estas especies habran El criterio bsico de la domesticacin es el sufrido una mutacin gentica, proceso que se da mantenimiento de un rebao en cautiverio a menudo en la naturaleza pero a un ritmo muy aislado genticamente de sus parientes lento, en una proporcin de uno a ms de un silvestres y cuyo resultado es un cambio en el milln. En estado natural, las mutaciones suelen comportamiento y en el fenotipo del segmento ser suprimidas por el resto de las plantas de su poblacional domesticado. especie original. Sin embargo, una mutacin que Cuando los humanos usan por primera vez aparece en un campo cultivado puede tener un gran valor econmico, por lo que se debe tratar las plantas o animales de sus hbitats naturales de manera que mejor garantice su supervivencia. y empiezan a cuidarlos, estos organismos no Con ello se suprimen las principales presiones se diferencian gentica ni fsicamente de los de competicin y seleccin, tanto natural como especmenes silvestres. Este es un problema articial. Su supervivencia, en caso de que no cuando nos enfrentamos por ejemplo, con las se interrumpa la manipulacin, permanecer etapas tempranas de la agricultura. Despus de ligada a la de los seres humanos, con lo que los las generaciones, quizs siglos, de manipulacin productos de mutaciones se transforman de esta humana y seleccin de las caractersticas deseadas, como semillas grandes, semillas con manera en especies domsticas.

Centros de domesticacin.

Captulo VI. El trnsito a la produccin de alimentos y el mundo aldeano

41

Agricultura se convirti en un campo de investigacin en s mismo. Florecieron diversos interrogantes dirigidos conocer en profundidad las razones que llevaron a que las personas produjeran alimentos. De esta forma, se escribieron numerosos trabajos que discutan su origen mediante el planteamiento de conjeturas, entre las ms importantes se destacan la Hiptesis del Oasis propugnada por Childe (1928:2. Citado por Trigger 1982) la cual colocaba a los cambios medioambientales que se habran producido en Prximo Oriente a mediados del 10 mil a.C como motores que impulsaron la produccin de alimentos. Posteriormente, Robert Braidwood (1958) propuso una nueva teora denominada Hiptesis de la zona nuclear la cual planteaba que a nales de la ltima glaciacin existi una zona en el Prximo Oriente donde coexistieron una gran variedad de ancestros silvestres de plantas y animales potencialmente domesticables. En base a sus estudios y de otros colegas sugiri que en los ltimos doce mil aos no se produjo un cambio climtico signicativo en Prximo Oriente, y que la invencin de la agricultura deba buscarse en aquellos lugares donde todava existen dichas especies en estado silvestre. Postul que las regiones donde se conjugaban dichas caractersticas correspondan a las de piedemonte y a los valles de los Montes Zagros y del Taurus. Binford (1998) propuso la Hiptesis de la Zona Marginal la cual fue posteriormente matizada por Flannery (1969). Esta teora intentaba explicar los orgenes de la agricultura en Prximo Oriente como respuesta a una presin demogrca cclica en la periferia de la zona ptima. Para estos autores, la introduccin de la agricultura fue un intento de atajar la crisis alimentaria surgida cuando los grupos humanos se vieron obligados a habitar en la zona de tensin y a producir articialmente los elevados ndices de cereal caractersticos de la zona ptima. El desplazamiento de las semillas fuera de su hbitat natural habra incrementado las presiones selectivas, favoreciendo el crecimiento de los nuevos tipos de plantas. El control de esos procesos desembocara rpidamente en el

Esquema que resume la evolucin del trigo (Roaf 1996).

vainas delicadas o tallos menos quebradizos, la planta puede experimentar cambios genticos y morfolgicos que la diferenciaran de las formas silvestres. En este punto se vuelve un cultgeno. Algunas plantas pueden haber sido cultivadas durante siglos sin desarrollar tales mutaciones diferenciales, un ejemplo, es la Setaria: que fue ms recolectada que el maz durante las fases del Riego y Coxcatln en el valle de Tehuacn, pudo haber sido plantada articialmente y cuidada, pero sus semillas retenan su apariencia de salvaje. El origen de la agricultura En la actualidad, la agricultura puede denirse como una forma de obtencin de alimentos y recursos que involucra cultivar plantas. Sin embargo, en el pasado la introduccin de la agricultura tuvo implicancias que fueron mucho ms all que la simple domesticacin de especies. Trajo consigo cambios a largo plazo en la estructura y en la organizacin de las sociedades que adoptaban una nueva forma de vida, as como una nueva relacin con el ambiente (Hastorf 1993). De esta forma, durante muchos aos se ha enfatizado la importancia de la introduccin de la agricultura en la historia pero fue recin hacia la dcada de 1950 que el tpico Origen de la

42

Los Albores de la Historia

desarrolllo de especies vegetales ms adaptables y productivas (Redman 1990). Estas conjeturas fueron ampliamente aceptadas en su momento aunque con el tiempo fueron contrastadas mediante nuevas investigaciones arqueolgicas que incorporaron nuevos datos y teoras (Redman 1990). Se trata de una problemtica que se encuentra en discusin de manera constante y que cambia da a da. El origen de la agricultura en el rea Andina de Amrica.

seleccin no deliberada, la verdadera agricultura naci en la costa, sacando ventaja de la evolucin preliminar del medio sociotcnico, gracias sobre todo al sedentarismo temprano que fue posibilitado por la explotacin de bienes marinos. En la costa, la aparicin de la agricultura esta vez implic una eleccin inteligente en la cual la explotacin de las especies elegidas era indisociable del desarrollo de las tcnicas que hicieron posible no slo su explotacin sino tambin la supervivencia de la poblacin basada en esa explotacin (Lavalle 2000: 13). Por otra parte, otros cientcos sostienen que las reas intermedias entre la alta montaa o meseta y la llanura- habran sido, por sus condiciones ambientales, las ms aptas para el desarrollo de cultivos iniciales no-tropicales. Fue el ambiente propicio para que tal proceso fuera exitoso. Esas zonas podran ser los valles altos, ms hmedos que los valles bajos, y quizs algunos sectores del piedemonte oriental (Korstanje 2005).

En el rea andina los procesos de domesticacin se produjeron de manera autctona e independiente de otros sectores del continente americano. Las ltimas investigaciones han reconocido profundos cambios alrededor del 5000 y 4000 AP: el cultivo del maz se intensica, aparecen nuevas tecnologas como la cermica y la textilera y se inicia un proceso de urbanizacin (Ver captulo VIII). Asimismo, la alimentacin de estas sociedades se diversica aunque el poroto, Los estudios efectuados en el Noroeste el zapallo y el maz fueron cruciales para el Argentino no se han focalizado en la bsqueda desarrollo econmico y cultural. de las causas del origen de la agricultura. Sin embargo, se han realizado importantes avances En la agenda arqueolgica del rea andina se en referencia a la domesticacin de plantas y encuentran escasos trabajos dirigidos a conocer el animales. El muestreo paleoetnobotnico se origen de la agricultura. Lavalle (2000) sostiene encuentra en desarrollo y los microfsiles ya que por el momento, ninguno de los modelos muestran una gran diversidad de cultgenos que han sido propuestos- cambios climticos (Babot 2004) con la preponderancia de tubrculos (Wright 1968), crecimiento demogrco (Binford y pseudocereales. 1998), incluso sper poblacin (Boserup 1965) Las divergencias acerca del origen de la han provisto una explicacin satisfactoria para agricultura en el viejo y nuevo mundo persisten la aparicin de la agricultura en el rea andina: tambin en referencia a su concepcin y, a () es dudoso si la regin andina, incluso sus pesar del intento de proveer una denicin ms favorables nichos ecolgicos, experimentaron inclusiva, hay persistentes desacuerdos sobre una verdadera saturacin demogrca en esos qu constituye la agricultura. Hastorf (1993) momentos. En la visin de Cauvin (quien tambin sostiene que la agricultura no implica slo un se reere al Cercano Oriente, pero aparece un sistema econmico, es a la vez un sistema social paralelismo autoevidente aqu), despus de milenios donde el alimento es producido por personas de recolectar y cazar, fueron los humanos quienes que trabajan en grupos de familia, que cuidan la sufrieron un cambio. Las plantas siguieron luego: tierra y el agua, intercambian trabajo y quizs la A n de que las personas comenzaran a explotar cosecha. Asimismo, plantea que la economa y su medio, especialmente las plantas, de manera la produccin agrcola no son causas sucientes diferente, ellos primero tuvieron que percibir a ese de la transformacin de sistemas polticos, ambiente y a ellos mismos, de manera diferente aunque pueden participar en ella. Si crean o (Cauvin 1992: 266). En el caso andino, uno puede no la desigualdad poltica parece depender de imaginar que, mientras que unas pocas especies las necesidades percibidas y las construcciones domsticas aparecieron ms temprano en las tierras sociales de la poblacin, el tipo de agricultura altas como consecuencia de la manipulacin y de la practicada y en la existencia de canales mediante

Captulo VI. El trnsito a la produccin de alimentos y el mundo aldeano

43

los cuales algunos grupos o individuos adquieren de la importancia que tiene el cultivo1 en la control sobre otros actores en una sociedad vida de las personas. La ausencia de cambios (Hastorf 1993). morfogenticos no es necesariamente signo de ausencia de agricultura (Vrydaghs y Denham Debido al carcter cambiante de la 2007), por ejemplo, algunas plantas como el mo agricultura a lo largo del tiempo y el espacio perla (Pennisetum glaucum) no han experimentado se recalca la idea de hablar de agriculturas una domesticacin por completo a pesar de un andinas. Al mismo tiempo se rescata la idea milenio de cultivo y crianza. de que este sistema productivo, a diferencia de otros, est sujeto a heterogeneidades y 1 El concepto cultivo se reere en un sentido amregularidades por las caractersticas biolgicas plio a todas las actividades humanas que se ocupan de del proceso involucrado (Vessuri 1980). Como se cuidar las plantas. Sin embargo, en este caso se har remencion anteriormente, la presencia de plantas ferencia especcamente al proceso de siembra y cosemorfolgicamente domesticadas no asegura la cha de plantas domsticas o salvajes (Piperno y Pearsall presencia de agricultura, esto depende tambin 1998; Hastorf 1999). Bibliografa Obligatoria
Fiedel, S. J. 1996 Prehistoria de Amrica. Ed. Crtica, Barcelona. pp. 190-211. Lavalle, D. 2000 The First South Americans. The University of Utah Press, Salt Lake City. pp. 121-146 y 169-190. Traduccin de la ctedra. Redman, Charles 1990 Los Orgenes de la Civilizacin. Ed. Crtica, Barcelona. Captulos 4 (pp. 119-184).

Actividad Para Reflexionar

Es un artefacto cultural o un producto de la naturaleza? Es posible plantear esta dicotoma para el estudio de la domesticacin?

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad IV? La domesticacin de plantas y animales en el viejo y nuevo mundo. Tratado por Redman (1990). La adopcin de la agricultura y el pastoreo: conceptos y trayectorias. Tratado por Redman (1990). Modelos explicativos del trnsito hacia la produccin de alimentos. Tratado por Redman (1990). El surgimiento de la vida aldeana y la domesticacin del paisaje. Casos de estudio: el Cercano Oriente, Mesoamrica y los Andes. Tratado por Fiedel (1996) y Lavalle (2000).

44

Los Albores de la Historia

Preguntas de Examen a) Por qu se domestic? Para qu se domestic? Qu implicancias trajo la domesticacin de plantas y animales en el viejo y nuevo mundo? b) Qu teoras se plantean para explicar el origen de la agricultura? Qu falencias presentan? c) Cmo fue el proceso que dio lugar al surgimiento de la vida aldeana? Ejemplicar mediante los casos de estudio mencionados por los autores. d) Qu importancia tuvieron segn Lavalle los recursos maritimos para la introduccin de la agricultura en sociedades pesqueras? e) Explicar el proceso de domesticacin de animales en el rea andina. Especique acerca de las implicancias de la introduccin de camlidos en esas sociedades.

45

Captulo VII- El Formativo en la regin andina del NOA.


Este captulo tiene como objetivo fundamental discutir las consecuencias sociales y culturales de la adopcin del pastoreo, la agricultura y el sedentarismo en el Sur Andino. Como se plante en la unidad VI, la incorporacin de estrategias productivas para asegurar el sustento, junto a otros cambios que en general estuvieron asociados (sedentarismo, incorporacin de tecnologas novedosas, modicaciones en las relaciones sociales), fue una de las transformaciones ms importantes vividas por la humanidad. En Amrica este periodo fue interpretado utilizando el concepto de Formativo, equivalente aproximadamente al Neoltico del Viejo Mundo. Intentaremos contextualizar las reexiones de los arquelogos que utilizaron esta categora, las problemticas inherentes a su aplicacin y algunas propuestas alternativas. Introduccin Como revisamos en la Unidad V, hace aproximadamente 5000 aos los grupos de cazadores recolectores que habitaban distintos paisajes del NOA y del norte de Chile comenzaron a generar una serie de transformaciones en muchas de sus prcticas, entre ellas la reduccin de los circuitos de movilidad, la intensicacin de la explotacin de recursos de caza y recoleccin, la diversicacin de estrategias de subsistencia, tecnologas de obtencin y procesamiento de recursos y la complejizacin de identidades y relaciones que se entramaban entre ellos. En el marco de estos fenmenos sociales es que, varios siglos antes del inicio de la era, en distintas reas, pequeos grupos que basaban su subsistencia en diversas estrategias productivas (agricultura y pastoreo) o cierta mixtura entre las mismas, comenzaron a instalarse en los primeros poblados permanentes. Estas sociedades, en virtud de su sedentarismo y de las estrategias productivas, comenzaron a alterar fuertemente el entorno en el que habitaban. Los asentamientos se constituyeron a travs de mltiples estructuras con diversas funcionalidades. Los espacios residenciales eran delimitados por muros construidos con materiales perecederos en algunos casos y no perecederos en otros. La superposicin de viviendas y depsitos de basura conformaron a travs del tiempo, en ciertas regiones, tmulos o montculos elevados. El acondicionamiento de campos de cultivo implic la construccin de muros de contencin del relieve, terrazas y cuadros, montculos de despedre y recintos asociados a la agricultura. El pastoreo tambin involucr la construccin de corrales y estructuras para el manejo de animales. Todas estas actividades generaron adems cuantiosas masas de desechos, que se acumulaban en basureros formales. La permanencia en el mismo lugar por perodos prolongados generaba la posibilidad de ampliar la diversidad de objetos que se producan y utilizaban. De la misma manera, el aumento de tecnologa y de los artefactos posedos se convertira en un limitante en s mismo a la movilizacin de las poblaciones. El incremento de las tecnologas manejadas se vera fomentado por la diversicacin de los recursos consumidos, especialmente los vegetales que necesitaban de tiempos de procesamiento y coccin prolongados (Olivera 1991). La alfarera fue la materialidad mayormente ampliada en este momento, convirtindose en una variable que no slo responda a necesidades funcionales, sino tambin a numerosas dimensiones sociales, polticas, religiosas y estticas. Los distintos grupos que se asentaron en la variabilidad de ambientes que caracteriza a los Andes del Sur, se diversicaron notablemente entre ellos, no slo por las condiciones fsicas que posibilitaban o impedan determinadas prcticas, sino tambin por las diferentes trayectorias histricas de cada uno de ellos. Parecen ir surgiendo identidades diferenciadas, que se pueden haber plasmado e intensicado en distintos modos de construir viviendas, confeccionar vasas o venerar a los ancestros, generndose un complejo cuadro de poblaciones, que compartan algunos principios bsicos de organizacin, pero se diferenciaban bastante entre s. Sin embargo, las intensas relaciones entre las distintas sociedades y las prcticas de movilidad que mantuvieron siempre los pueblos andinos, hacen que an nos encontremos lejos de comprender acabadamente cmo se haban constituido dichos patrones identitarios y las relaciones entre los mismos. De esta manera la evidencia arqueolgica generada por las poblaciones a travs de los ltimos siglos a.C. y el primer milenio de la era, permite pensar en sociedades productoras de alimentos, sedentarias, que manejaban mltiples tecnologas, como la alfarera, la arquitectura, la textilera y la metalurgia (Tarrag 1999, Albeck 2000, Olivera 2001). La clave de este proceso es la aparicin y armacin de la vida aldeana, un modo de existencia novedoso, que generara cambios sustanciales en las maneras de vivir de las personas y, sobre todo, en los modos en que se relacionaban con el mundo, con los dems seres con los que convivan.

46

Los Albores de la Historia

La aplicacin del concepto de Formativo en la Arqueologa Argentina En nuestro pas, el estudio de las sociedades productoras de alimentos ms tempranas se inici de la mano de Alberto Rex Gonzlez, quien practicaba lo que hemos denominado arqueologa normativa (ver Unidades I y II). Este autor haba logrado identicar la asociacin recurrente de ciertos objetos en distintos espacios (los contextos culturales) a los cuales se le haba asignado una cronologa relativa (fundamentalmente mediante la seriacin tipolgica y la estratigrafa) o absoluta (a travs de la utilizacin del Carbono 14). Esto le haba permitido proponer la existencia de una serie de culturas que ocupaban distintos momentos en el desarrollo prehispnico de cada rea. Por ejemplo, para el valle de Hualfn se propuso una secuencia constituida por Ayampitn, Ongamira, Condorhuasi, Cinaga, Aguada, Beln e Inka (Gonzlez y Cowgill 1970-75). Sin embargo, la periodicacin de Gonzlez no quedaba all. Esas culturas fueron incluidas en periodos ms abarcativos segn atributos tecnolgicos, econmicos o polticos, a saber: Pre-cermico (Ayampitn y Ongamira); Agroalfarero, a su vez subdividido en Agroalfarero Temprano (Condorhuasi y Cinga), Medio (Aguada) y Tardo (Beln); Imperial (Inka). En este esquema las primeras sociedades productoras de alimentos se incluan entonces dentro del Agroalfarero temprano. Paralelamente en la arqueologa norteamericana se gestaba la aplicacin del concepto de Formativo que fue entendido inicialmente como un estadio en la historia cultural americana, en el cual se haba difundido la cermica y la agricultura (o el maz especcamente). Tras esta idea subyaca un pensamiento normativo de la sociedad y difusionista acerca del cambio. El compendio de Ford (1969) es un ejemplo claro de lo que la arqueologa de la poca consideraba como Formativo Americano: desde reas nucleares se difundan la agricultura y la cermica junto a ideas y religiones, lo cual se fundamentaba arqueolgicamente en similitudes registradas en distintas materialidades, en especial la cermica. En este contexto se fueron delineando reas centrales y reas perifricas. Todo devenir histrico estaba relacionado con cambios generados en otro lugar y prestados por mecanismos de difusin al resto de las regiones. El rasgo que tambin estaba implcito era que el Formativo no constitua un verdadero proceso histrico en s mismo sino en tanto que se constitua como la base de (literalmente, formaba) los desarrollos posteriores, es decir las altas culturas. Dentro de esta imagen, el Noroeste Argentino fue concebido como rea perifrica. Aunque Gonzlez planteaba la autonoma del rea Andina Meridional con respecto a los Andes Centrales, armaba que los desarrollos de las culturas agroalfareras del NOA

haban sido movilizados por pulsos de difusin de conocimientos desde reas nucleares como el Altiplano boliviano (Gonzlez 1963). En efecto, el Formativo del Noroeste argentino tena tambin que formar algo, y ese algo fue la cultura Aguada, que habra sido la sntesis superadora de las culturas menos desarrolladasCondorhuasi-Alamito, Cinaga, Taf. Desde distintos enfoques, esta visin profundamente arraigada en la arqueologa normativa y difusionista, fue dejndose de lado, aunque no todas sus ideas implcitas. Desde distintos programas de investigacin materialistas, las sociedades formativas en el NOA empezaban a ser reinterpretadas. Ya no sera el Formativo un perodo histrico cultural sino una etapa, caracterizada por una serie de atributos con valor homotaxial. Se abandonaba as un esquema particularista, donde el formativo constitua un momento particular del desarrollo histrico para convertirse en una categora ahistrica aplicable a cualquier grupo social que cumpliera con la lista de rasgos que la denan. En las perspectivas neoevolutivas, que tuvieron gran impacto en la dcada de 1970, y en las procesuales, en 1980, el concepto pas de ser un estadio cargado de valor histrico cultural, a dar cuenta de un tipo de sociedad con rasgos especcos. La arqueologa Neoevolutiva lo plasm en la identicacin implcita del Formativo del NOA con sociedades en la etapa de Tribu. Por ejemplo, Nez Regueiro sostena que las sociedades Formativas basaban su economa en la produccin agrcola y pastoril, con una organizacin social simple y fundada en el parentesco teniendo en cuenta para formular su propuesta tanto los elementos que se relacionan con el modo de produccin como la forma en que se reeja la superestructura para formular dichos cambios (Nez Reguiero 1974). La arqueologa procesual, por su parte, utiliz el trmino Formativo para hacer referencia a un tipo de sociedad que posee una serie de estrategias determinadas para proveer a su subsistencia en relacin al medio externo considerando que existen elementos bsicos a tener en cuenta para su estudio: ambiente (con especial referencia a la disponibilidad de recursos), demografa, tecnologa disponible y sistema de asentamiento. Desde esta perspectiva, Olivera (2001) propuso que el Formativo debera ser entendido como un tipo de sociedad caracterizado por una economa de base predominantemente productiva (agropastoril), un modo de vida sedentario, el manejo de diversas tecnologas (cermica, textiles, metales, etc.) y estructuras sociales igualitarias.

Captulo VII. El Formativo en la regin andina del NOA

47

El concepto Formativo fue despojado de su contenido temporal resultando aplicable a innidad de sistemas culturales. Adquiri carcter de presupuesto general, adscribiendo a la idea de que el mundo social se rige por mecanismos causales externos a los actores que lo conforman. En este sentido, se gesta una tendencia a considerar que la conducta humana es el producto de fuerzas no comprendidas ni gobernadas por los agentes y que la realidad social es algo exterior y en ningn caso obra de los individuos. Limitaciones del concepto de Formativo: crticas y propuestas alternativas La aplicacin de enfoques procesuales ha sido altamente productiva en la arqueologa argentina. Se logr adquirir una sensibilidad a la causalidad estructural y una apreciacin de la interconexin de variables sociales y ecolgicas. Sin embargo, su comprensin de las ciencias antropolgicas, interesada ms por la construccin de leyes generales del comportamiento que por la comprensin de fenmenos particulares, y de la sociedad, centrada ms en las totalidades que en la agencia de los actores sociales, han imposibilitado el desarrollo de una interpretacin de los procesos histricos durante el primer milenio, en especial del cambio. En este sentido, al intentar aplicar las expectativas tericas del formativo a distintos casos de estudio, los investigadores han podido reconocer una variabilidad que supera este restringido esquema. Las sociedades productoras de alimentos pueden ser ms o menos mviles, pueden ser ms o menos igualitarias y pueden incorporar o no tecnologas complejas. Es decir que la riqueza de los casos particulares contradice las expectativas esencialistas que los pretende subsumir en un solo tipo de sociedad, como apunta Muscio (2009). Interpretado en una escala mayor el formativo parece implicar fenmenos muy distintos: en los Andes Centrales por ejemplo, se caracteriz por, adems de la produccin de alimentos, la aparicin de la monumentalidad arquitectnica, la produccin agrcola intensiva, la especializacin artesanal, etc. El noroeste Argentino hered de la arqueologa normativa el carcter de perifrico y, en esa periferia, el contenido de la etapa se estableci de una manera particular: sociedades simples, de muy pequea escala, sin desigualdades sociales marcadas, con sistemas productivos rudimentarios y distribucin igualitaria de recursos materiales y sociales. Otro aspecto que se puso en cuestin es la fuerte importancia de las variables ambientales

y la adaptacin en la explicacin del cambio que aplicaron los arquelogos procesuales, lo cual reduce las prcticas de los primeros campesinos del NOA (cargadas de sentido econmico, social, poltico y simblico) a respuestas de la relacin con el ambiente. Finalmente, considerando las consecuencias polticas de la prctica cientca, habra que apuntar que al quitar historicidad al concepto y hacerlo generalizable a cualquier momento se abre la posibilidad de que los campesinos actuales de pequea escala, como los que habitan la puna argentina, puedan se incluidos en esta categora, interpretndose como una especie de estructura social fosilizada fuera del tiempo y del cambio. Actualmente, la investigacin arqueolgica empieza a interesarse en los aspectos histricos y la diversidad de los procesos vividos en diferentes regiones, otorgando protagonismo a los actores sociales en la estructuracin de la sociedad. Distintos anlisis casusticos ponen en crisis las expectativas del modelo hipottico deductivo de la arqueologa procesual. Analizando el caso particular de Laguna Blanca, en la puna catamarquea, Delno et al. (2009) sostienen que la variabilidad observada en el registro arqueolgico, donde se detecta la existencia de jerarquas de asentamientos no relacionadas con variables de funcionalidad de sitios y la larga duracin de las relaciones espaciales domsticoproductivas, implican la necesidad de formatear la categora formativo y recurren al concepto de modo de vida agrocntrico (Delno et al. 2009: 132). Desde la perspectiva evolutiva darviniana, Muscio (2009) plantea una fuerte crtica al uso del concepto de formativo por considerarlo una categora propia de un anlisis evolucionista teleolgico y esencialista. Con el primer trmino hace referencia a que esta unidad de anlisis segmenta el tiempo arqueolgico a partir de la idea de evolucin progresiva de la historia de sociedades simples a complejas. Con el segundo se reere a que el uso de formativo suprime el estudio histrico de la variacin arqueolgica. La propuesta de este autor es alejarse del uso de leyes invariables para construir periodicaciones y, en su lugar, recurrir a sistemas de segmentacin del tiempo donde los patrones del cambio material y la historia tengan un sentido explicativo rescatando la diversidad arqueolgica. Considerando que la periodicacin normativa de Gonzlez no era una denicin esencialista sino histrica de los procesos analizados, retoma el uso de Agroalfarero Temprano, en el caso de Matancillas, Inicial.

48

Los Albores de la Historia

Bibliografa Obligatoria
Olivera, Daniel 2001 Sociedades agropastoriles tempranas: el Formativo Inferior del Noroeste argentino. En Historia Argentina Prehispnica, compilado por E. Berberin y A. Nielsen, pp. 83-125. Ed. Brujas, Crdoba. Delno, Daniel; Valeria Espiro y Alejandro Daz. 2009 Modos de vida situados: el formativo en Laguna Blanca. Andes 20:111-134. Salta. Muscio, Hernn 2009 El Formativo es una Unidad de Anlisis Inadecuada en la Arqueologa del Noa. En Arqueologa y Evolucin. Teora Metodologa y Casos de Estudio. 197-213. Buenos Aires.

Bibliografa Ampliatoria
Albeck, M. E. 2000 La vida agraria en los Andes del Sur. En Nueva Historia Argentina Tomo I. Editado por M Tarrag: 187-228. Ford, J. A. 1969 A comparison of Formative Cultures in the Americas. Difusion or the psychic unity of man. Smithsonian Institution Press. Washington. Gonzlez, A. R. 1963 Desarrollo Cultural en el Noroeste Argentino. En Aboriginal Cultural Development in Latin America: An interpretive Review. Smithsonian Miscellaneous Collections. Vol 146, N 1, Washington. Traduccin de Osvaldo R. Heredia. Gonzlez y Cowgill 1970-75 Cronologa del Valle de Hualfn, Pcia. de Catamarca, Argentina, obtenida mediante el uso de computadoras. Actas y trabajos del Primer Congreso de Arqueologa Argentina. Bs. As. 383-404 Nez Reguiero 1974 Conceptos instrumentales y marco Terico en relacin al anlisis del desarrollo Cultural del Noroeste Argentino. Revista del Instituto de Antropologa. N 5: 169-190. Crdoba. Olivera, D. 1991 Tecnologa y Estrategias de adaptacin en el Formativo (Agroalfarero Temprano) de la Puna Meridional Argentina. Un caso de Estudio: Antofagasta de la Sierra (Catamarca, RA). Tesis Doctoral Indita. U.N. La Plata. Tarrag, M. 1999 El Formativo y el surgimiento de la complejidad social en el Noroeste argentino. Formativo Sudamericano: una reevaluacin. Ed. por: Ledergerber-Crespo, P: 302-307.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar El Prctico II? Transformaciones sociales implicadas en la adopcin de las estrategias productivas. Tratado por Olivera (2001), Delno et al. 2009 y Muscio (2009). Caractersticas principales del formativo. Tratado Olivera (2001). Limitaciones de la aplicacin del concepto de formativo. Tratado por Delno et al (2009) y Muscio (2009).

Preguntas de Examen a) Cmo podra caracterizar el modo de vida de las primeras sociedades productoras de alimentos en el Noroeste Argentino? b) Qu cambios se producen en las formas de interaccin e integracin social a diferentes escalas: la comunidad, la regin y las relaciones a larga distancia? c) Qu es el formativo? Dena sus caractersticas principales segn el planteo de Olivera. d) Dena los conceptos de sedentarismo y produccin de alimentos y explique qu relaciones existen entre ellos segn Olivera (2001). d) Cules son las dicultades de aplicar el concepto de formativo a los procesos sociales vivido por los primeros productores de alimentos en distintos contextos cronolgicos y ambientales de los Andes?

49

Captulo VIII- La Complejidad social y el origen del Estado.


En las condiciones actuales el sentido comn podra encontrar que el mundo urbano y las estructuras polticas estatales son entidades naturales que han existido siempre. Sin embargo, constituyen dos fenmenos relativamente recientes para la historia humana que han transformado para siempre los modos en los que se construyen y negocian las relaciones sociales y la vida cotidiana de la gran mayora de la poblacin mundial. Esta unidad aborda uno de los problemas ms importantes para las disciplinas histricas Cmo surgieron las estructuras sociales cuyos miembros posean desigual acceso a capitales econmicos, polticos y simblicos y cmo esas desigualdades fueron institucionalizadas? Se sita este debate en el campo de la antropologa y la arqueologa, desde las explicaciones del evolucionismo decimonnico hasta las posturas postestructuralistas de la actualidad. Las herramientas tericas analizadas se aplican en las trayectorias histricas de los pueblos indgenas de Mesoamrica y de los Andes Centrales. El surgimiento de los primeros estados y las explicaciones de las ciencias sociales En determinadas regiones del mundo, en circunstancias especcas, se desarrollaron sociedades econmicamente diferenciadas a partir de grupos levemente heterogneos, aparecieron ciudades densamente pobladas donde existan pequeas aldeas, se estructuraron sociedades clasistas donde antes dominaban las relaciones denidas por el parentesco y la distribucin del poder fue reorganizada bajo nuevos tipos de liderazgos centralizados, a la par que se crearon nuevas ideologas que sostenan no slo que ese liderazgo era posible, sino que era la nica posibilidad. Estos procesos, neurlgicos para el desarrollo histrico de la humanidad, han sido englobados tericamente dentro del problema de la aparicin de los estados arcaicos (Yofee 2004). Evolucionismo clsico A mediados de siglo XIX, cuando el capitalismo imperialista se expanda a todo el mundo y se iniciaba la divisin internacional del trabajo, el occidente estudiaba, analizaba y clasicaba los diversos aspectos de las realidades que encontraba en el resto del orbe, denindose formalmente los campos de distintas ciencias modernas (ver Unidad I). Uno de los principales fenmenos bajo estudio fue el otro, es decir, las sociedades no occidentales que tenan un modo de vida que distaba mucho del de occidente. En ese contexto surgieron los primeros esbozos de la Antropologa evolucionista, en oposicin a las teoras que incluan en el centro de sus explicaciones a las fuerzas supernaturales y a la teora creacionista de la teologa judeocristiana (Trigger 1992). El esquema evolutivo de Morgan dio un orden preciso a la prehistoria de la humanidad [] segn los progresos obtenidos en la produccin de los medios de existencia (Engels 1970: 19), deniendo tres perodos tnicos: salvajismo, barbarie y civilizacin. Dos fueron los elementos superadores de la secuencia planteada. En primer lugar se consider a la sociedad evolucionando como un todo y se dej ya el rastreo del desarrollo de instituciones individuales aisladas (como la religin, el sistema de parentesco, o el rgimen poltico). En segundo trmino, se tomaron criterios tecnolgicos, superando el subjetivismo y el idealismo. Sin embargo, la idea de que las distintas etapas representaban niveles superadores de los anteriores y que el progreso haca transcurrir a la humanidad en una sola trayectoria se convirti en una idea legitimadora de procesos de colonizacin en los cuales, mediante violentos mecanismos de expoliacin, se llevaba a los pueblos que se haban quedado en etapas menos desarrolladas (salvajes y brbaros) hacia la etapa que se consideraba ms avanzada: la civilizacin. Las consecuencias del imperialismo llevaron a las ideas de evolucin y progreso a un descrdito generalizado entre los antroplogos, que se abocaron, durante la primera mitad del siglo XX, al estudio de desarrollos histricos particulares. Neoevolucionismo Amediados del siglo XX las lneas fundamentales del evolucionismo decimonnico volvieron a tener aceptacin en un contexto histrico en el que los Estados Unidos consolidaban su rol de potencia hegemnica, al menos en el mundo occidental, y que la idea de progreso retomaba su legitimidad en los crculos intelectuales. Esta corriente terica parte de dos supuestos fundamentales: a) las diversas maneras de organizarse que ha tenido la humanidad puede reducirse a un limitado nmero de tipos; b) los pueblos etnogrcos actuales representan las etapas prehistricas que atraves la humanidad en su evolucin. Considerando estos supuestos, el neoevolucionismo trabajaba deniendo tipos sociales y estableciendo rasgos o atributos para cada tipo, a

50 Escala Organizacin social Banda Menos de 100 Igualitaria Liderazgos informales

Los Albores de la Historia

Organizacin econmica Patrn de asentamiento Organizacin religiosa

Caza recoleccin

Tribus Menos de 1000 Sociedades segmentarias Acuerdos tribales Produccin de alimentos (agricultura, ganadera) Aldeas permanentes Consejos de ancianos, rituales calendricos

Campamentos estacionales Shamanes

Jefaturas Entre 5000 y 20000 Rango basado en el parentesco bajo lderes hereditarios Economa con acumulacin centralizada y redistribucin. Especializacin Centros ceremoniales Jefes hereditarios con tareas religiosas

Estados Ms de 20000 Jerarquas basadas en clases bajo un rey o emperador Economa centralizada basada en tributos Ciudades, territorio, caminos Clases sacerdotales Religiones formales

Tabla que resume los rasgos fundamentales de cada tipo social segn el enfoque neoevolucionista (Modicada de Renfrew y Bahn 1995). partir de lo cual se describan lneas simplicadas de desarrollo evolutivo. Estas lneas se resumieron en cuatro etapas o tipos fundamentales: bandas (Unidad IV y V), tribus (Unidad VII), jefaturas (Unidad IX y X) y estados. Cada uno de ellos estaba denido por un conjunto de atributos vinculados de manera esencialista. Por ejemplo, como se analiz en la unidad IV, el tipo social banda se caracterizaba por una economa extractiva, a la cual corresponda un sistema de asentamiento caracterizado por gran movilidad que slo permita una escala demogrca muy reducida, lo cual impeda la divisin social del trabajo y la aparicin de desigualdades sociales (para el neoevolucionismo banda = sociedad de pequea escala, cazadora, nmada e igualitaria). Segn esta postura las transformaciones de una etapa a otra se daban de manera puntuada (saltos extremadamente rpidos) y holstica (de todos los aspectos denitorios en bloque). Cules son las caractersticas del estado? El estudio de las transformaciones que se haban producido para que aparecieran las sociedades estatales y la denicin tipolgica de las mismas fue desarrollado por primera vez, y de manera paralela al neoevolucionismo norteamericano, por Gordon Childe. En el contexto del nacimiento de los fascismos de la dcada de 1930 Childe se preguntaba por la evolucin de la humanidad, por la manera en que haba surgido la civilizacin occidental y por el papel que haban tenido en el progreso distintas reas, como el Oriente. Alejado de las ideas histricoculturales de su juventud, para l se volvi necesario concebir un modelo capaz de conceptualizar a la historia de la humanidad en trminos de tendencias econmicas generales (Trigger 1992). Eso lo llev a buscar en la olvidada bolsa del evolucionismo del siglo XIX, pero especialmente en el materialismo histrico de Engels y Marx y el esquema de Morgan, ya que comprendan a la sociedad en su conjunto y utilizaban criterios materialistas para denir su desarrollo (Trigger 1992). Para Childe la aparicin de la civilizacin implicaba una gran transformacin: la revolucin urbana, en la cual grandes poblaciones se empezaron a agrupar en espacios reducidos, en los cuales se diferenciaron las personas por sus actividades, especializndose en distintas tareas y apareciendo grupos que concentraron el poder econmico y poltico, y tambin construyendo smbolos convencionales para registrar y transmitir informacin (escritura), normas de peso y medidas de tiempo y espacio (Childe 1964). Este cambio fue conceptualizado por Childe como una verdadera revolucin social, una transformacin signicativa en el modo de vida, que no se reduca a cambios tecnotipolgicos ni a aspectos concretos de la subsistencia, sino que implicaba la aparicin de nuevas formas de organizacin social y un punto de inexin global en la historia humana. La aparicin de las ciudades fue entonces conceptualizada como el rasgo determinante para poder hablar de sociedades estatales. En unidades anteriores hemos visto distintos modos de asentamientos humanos: desde los circuitos de movilidad residencial de los grupos cazadores recolectores muy mviles, los sistemas de movilidad logstica de los cazadores complejos; las aldeas, asentamientos permanentes de actividades mltiples de agricultores y pastores; y los centros ceremoniales en los cuales aparecan espacios pblicos y edicios monumentales. En estos ltimos habitaban grupos de personas que ya no se dedicaban a tareas productivas sino que ociaban ceremonias religiosas para pobladores aldeanos que vivan en aldeas dispersas en amplias reas. Esto es lo clave de los centros

Captulo VIII. La Complejidad social y el origen del Estado

51

ceremoniales: en ellos no hay una gran poblacin que habite permanentemente, sino que se acude all en procesiones o para la realizacin de determinados eventos rituales. Los centros urbanos estn caracterizados por la aparicin en el mismo lugar del centro cvico y religioso y de la poblacin civil, lo cual implica el asentamiento de grandes grupos humanos en espacios muy restringidos. Esto hace necesaria la generacin de un excedente social lo sucientemente importante, no slo para aumentar la poblacin, sino tambin para ampliar la divisin social del trabajo. Una sociedad capaz de apartar a algunos de sus miembros de la lucha por el alimento cotidiano, para orientarlos hacia una especializacin de tiempo completo, puede, simultneamente, liberar capacidades y conocimientos del estrecho crculo de las preocupaciones domsticas, y acelerar su desarrollo en multitud de ocios y ocupaciones. El crecimiento del excedente econmico y la diversicacin del trabajo van acompaados de un tercer fenmeno, la aparicin del especialista en poltica, quien emplea todo su tiempo en coordinar los esfuerzos crecientes de una poblacin cada vez ms diversicada, y en arbitrar las querellas entre los grupos de intereses recin formados. Esta especializacin constituye un momento crucial en la mayor parte de las sociedades ya que las tareas de coordinacin y de arbitraje, signican poder y ste se traduce en derechos especcos sobre bienes y servicios. De esta manera los elementos que caracterizaran a la aparicin de una ciudad seran: el nucleamiento de enormes grupos humanos en espacios bastante reducidos la aparicin en esos espacios de mbitos y edicios pblicos, generalmente asociados a residencias de elite, cuya estructura espacial evidencie un alto grado de planicacin el diseo de trazados organizados con espacios funcionalmente delimitados y vas de comunicacin como calles o calzadas aparicin de la poblacin civil, en torno a los centros cvicos, caracterizada por cierta diferenciacin dada tanto por la actividad a la que se dedican, como la jerarqua que tienen dentro del grupo social: por ejemplo pueden aparecer barrios de artesanos, de comerciantes, de nobles etc. existencia de una amplia poblacin dependiente, periferia o hinterland que ser la que aporte los alimentos para la poblacin dedicada a tareas diferentes a la produccin de alimentos (artesanos, guerreros, sacerdotes, soberanos).

Adems de los atributos caractersticos de la vida urbana, los estados deben poseer una escala que supere los 20.000 habitantes, base econmica muy fuerte en la cual los excedentes se extraigan de los productores mediante tributos. stos seran destinados a gestionar obras pblicas y la vida distinguida de los gobernantes. Arqueolgicamente esto se podra ver en la ampliacin de obras relacionadas a la produccin, como sistemas de regado o preparacin de campos cultivables, y al almacenaje de los productos, como silos o depsitos estatales. Asociado a la estructura poltica institucionalizada se espera que se consolide una ideologa estatal frecuentemente asociada a una religin sistematizada, con su clase sacerdotal. Por otro lado tambin surgirn sectores dedicados a las armas, tanto para realizar conquistas como para establecerse como fuerza de coercin social interna. El estado tendr el monopolio de la fuerza legtima. Si un grupo social cumple con todos estos elementos, un enfoque tipolgico asumira que nos encontramos frente a un estado. Lo interesante de este esquema es que brinda un marco general, para poder comparar distintas formaciones sociales que presentan de manera amplia estos elementos. Sin embargo, el evolucionismo social ha sido criticado por construir una ilusin histrica teleolgica, una profeca hegeliana de un proceso racional que culminaba en el estado burgus moderno, las economas capitalistas y el avance tecnolgico. La construccin de tipos sociales y el establecimiento de lneas evolutivas, que van de las formas ms simples a las ms complejas, elimin del anlisis los fenmenos ms trascendentes e interesantes de las sociedades antiguas. En esta operacin, cre categoras de progreso humano intentando incluir dentro de ellas tanto a sociedades prehistricas como a grupos modernos tradicionales, relegando a estos ltimos al basurero de la historia. Los pensadores neoevolucionistas adoptaron explicaciones rupturistas para dar cuenta de la aparicin de los primeros estados y, segn la adscripcin de cada uno de ellos a las narrativas sociales, como el marxismo o el funcionalismo, pusieron ms nfasis al conicto o la integracin funcional. De esta manera, surgieron teoras voluntaristas (ponen nfasis en los procesos voluntarios de cesin de autoridad a n de obtener mejores condiciones de vida) y coercitivas (ponen nfasis en los procesos coercitivos por los cuales la autoridad es impuesta por los ms fuertes sobre los ms dbiles). Si bien cada una tiene sus puntos fuertes y sus correlaciones con elementos empricos, en todo proceso de complejidad creciente deben considerarse tanto los aspectos conictivos, inherentes a todo proceso de crecimiento de desigualdades, como la necesidad de algn tipo de

52

Los Albores de la Historia

consenso que de otra manera generara colapsos permanentes. Por otro lado, tambin podemos referirnos, a teoras monocausales, que seran aquellas que ponen hincapi un motor inicial (por ejemplo, la circunscripcin social, el aumento demogrco, la necesidad de organizacin, etc.) o pluricausales (es decir, a la interrelacin dinmica entre mltiples factores retroalimentndose uno a otro). Enfoques postestructuralistas Ante el excesivo inters en discutir y denir los umbrales que denan a distintas sociedades como estados o no, las preguntas de investigacin han virado del campo de qu tipo de sociedad es un determinado grupo a qu hace ese grupo, quines lo conforman, cules son las prcticas que llevan al surgimiento de grandes estructuras centralizadas, qu estrategias desarrollan diversos agentes en ese contexto. Es de gran inters investigar cmo surgieron nuevos roles sociales y formas de relacionarse y hasta qu punto suplantaron a las reglas basadas exclusivamente en el parentesco. Si bien se podra asumir que en los estados actuales se puede ver una variedad de caractersticas homogneas, los estados prstinos o estados antiguos variaron muchsimo y esa variacin requiere el desarrollo de anlisis comparativos. Como plantea Yoee (2004), uno de los mitos ms grandes de la antropologa y la historia es que los estados prstinos hayan sido una sola cosa: sistemas territoriales de gran escala gobernados por dspotas totalitarios que controlaban todo ujo de bienes, servicios, e informacin e imponan la ley y el orden a sus sbditos. En general las narrativas han enfatizado el papel de algunos grandes hombres fundadores de los estados, dejando de lado a los mltiples agentes que fueron parte de su constitucin. Esto ha trado una visin de totalidad de los sistemas estatales sin diferenciar las trayectorias variables de los mltiples y diferenciados agentes que los componen. Por ello es que creemos interesante pensar estos fenmenos en los trminos de Blanton et al. (1996) que proponen estudiar, dentro de los procesos de complejidad creciente, las distintas lgicas mediante las cuales se negociaron posiciones y relaciones entre posiciones. Blanton et al (1996) sostienen que para superar el esquema evolutivo tipolgico (que puso todo el esfuerzo en desentramar el proceso de incremento de centralizacin poltica) hay que aplicar una teora adecuada para entender el comportamiento humano, sobre todo en torno a la competencia poltica. En general este trabajo intenta apartarse de hiptesis automticas o necesarias de aparicin del estado y abordar las prcticas de agentes histricos que estn construyendo esas formaciones. Es por ello que

parten del supuesto de que en las sociedades hay gente que busca poder y status, y en esa bsqueda se generan conictos, ya que ese poder y ese status no es innito, sino escaso. Esos conictos son los que en gran medida dan forma a las instituciones sociales y polticas que se van creando en los estados. Sin embargo, hay que considerar que los agentes sociales no son individuos racionales universales, sino que son personas sociales propias de un momento y lugar dado, con todas las particularidades que ello genera. Esas lgicas pueden ser muy variables. Estos autores proponen dos polos extremos entre los cuales se puede dar una variedad de estrategias intermedias: las estrategias corporativas y las reticulares o exclusivistas. En la estrategia de poder exclusivista los actores de poder apuntan al desarrollo de un sistema poltico construido alrededor de su control monoplico de las fuentes de poder. En estas ltimas primaba la capacidad de acumular poder en personas, que se constituan como individuos competitivos. En las estrategias polticas corporativas el poder es compartido entre diferentes grupos y sectores de la sociedad de manera de inhibir estrategias exclusivistas. Habran primado las estrategias de acumulacin de poder en torno a grupos o corporaciones, limitndose la capacidad de los individuos de acumular libremente. Esquema que sintetiza los dos polos de estrategias sociales y polticas planteadas por Blanton et al. (1996). Otra variacin notable sera la escala de los estados, ya que tambin en este sentido puede registrarse gran variabilidad: podemos ver estados expansivos, que en poco tiempo habran anexado grandes espacios y diverso grupos tnicos, mientras que tambin podemos ver formaciones del tipo sociedades estado, donde tendremos todos los elementos de los estados, pero la soberana de los mismos no superar el espacio de una ciudad, algunos otros centros importantes y el hinterland productivo. En el caso intermedio, se ha postulado actualmente la existencia de culturas de ciudades estados, donde numerosos estados de pequea escala autnomos comparten caractersticas culturales, ideologas, lengua, etc. Trayectorias analizadas El tema es discutido en dos grandes casos de evolucin social: Mesoamrica y los Andes Centrales. Los arquelogos desde nes de siglo XIX intentaron periodicar el desarrollo histrico en Amrica: Spinden distingui tres niveles: Nmada

Captulo VIII. La Complejidad social y el origen del Estado

53

(caza y recoleccin), Arcaico (agricultura) y Civilizacin, mientras que Willey y Phillips (1958) asignaron todas las culturas a cinco estadios de complejidad creciente: ltico (caza mayor), arcaico (recoleccin intensiva), formativo (agricultura de poblados), clsico (primeras civilizaciones americanas) y posclsico (ltimas civilizaciones americanas). Esta divisin tmporo-cultural de la historia mesoamericana prehispnica se propuso considerando que haba existido un momento de mximo apogeo de la cultura, el arte y la civilizacin. Ese momento haba sido el perodo clasico del desarrollo mesoamericano y estara representado por los ncleos mayas clsicos (Palenque, Copn, Tikal, entre otras), el momento de esplendor de Teotihuacan, en la cuenca de Mxico, y Monte Albn en Oaxaca (200/300 d.C. a 1000d.C.). A partir de denir ese momento de mximo apogeo de la cultura, los arquelogos denieron, en relacin a l, los otros momentos: el preclsico, (1200 a.C a 1 d.C.) constituido por los momentos previos a esa explosin civilizatoria, donde muchos elementos del clsico se estaran gestando (por ejemplo, los desarrollos de Los Olmecas, entendidos como la madre de las culturas mesoamericanas); y el postclsico (1000 a 1500d.C.), momento donde todos esos

patrones culturales y artsticos entraran en decadencia (lo cual estara representado por la fragmentacin poltica de mesoamrica despus de la cada de Teotihuacan en unidades como la de los Toltecas). Epiclsico a veces se usa para llamar al ltimo tiempo del clsico. El uso de esta periodicacin es bastante problemtico para entender procesos histricos, ya que tiene una lectura teleolgica de los procesos previos al clsico (como si toda la gente anterior a ese momento en vez de vivir su vida, estuviera preparando la llegada de ese perodo), y muy peyorativa de los pueblos posteriores (ya que seran slo una versin arruinada de los logros realizados en su perodo anterior). Por ello, y por no adecuarse a muchos otros elementos de la variabilidad del registro esa periodicacin se dej de usar. Otra periodicacin se bas en la existencia de ciertos jalones temporales llamado horizontes. Estos consistan en ciertos momentos en los cuales un conjunto de rasgos de la cultura material se haba dispersado por amplios territorios. Esta gran dispersin de ciertos estilos de la cultura material implicaba tambin la existencia de algn tipo de integracin de esos espacios. Los horizontes, estaban a su vez separados por perodos intermedios donde se daba una gran fragmentacin regional.

Mesoamrica

Perodos
1519d.C. 1300d.C 900d.C. 100d.C. 200d.C. 200.C. 1200a.C.

Posclsico

Horizontes Horizonte tardo Intermedio tardo Horizonte Medio Intermedio temprano Horizonte temprano

Altiplano Azteca Tula Teotihuacan Cuicuilco

Golfo de Mxico El Tajn

Area maya Mayas postclsicos


(Chichen Itz, Uxmal, Mayapan)

Oaxaca

Clsico

Mayas clsicos
(Palenque, Copn Tikal, kalakmul)

Monte Albn

Formativo

Olmecas

Cuadro que resume muy esquemticamente las trayectorias de las sociedades complejas en Mesoamrica, considerando el Altiplano Mexicano el Golfo de Mxico, Oaxaca y el rea maya.

Mapa de regiones mesoamericanas con los principales sitios arqueolgicos.

54

Los Albores de la Historia

Perodos
1533d.C. 1350d.C 1000d.C. 400d.C. 200d.C. 200.C. 1200a.C.

Posclsico Clsico

Horizontes Horizonte tardo Intermedio tardo Horizonte Medio Intermedio temprano Horizonte temprano

Sierra

Costa Norte Chim Moche

Costa Sur

Altiplano

Huanca Huari

Inka Chankay, Reinos Pachacamac Qolla Tiwanaku Nazca Wankarani, Chiripa, Pukara

Gallinazo? Chavn Vics? Paracas

Formativo

Cuadro que resume muy esquemticamente las trayectorias de las sociedades complejas en Mesoamrica, considerando el Altiplano Mexicano el Golfo de Mxico, Oaxaca y el rea maya.

Corte transversal de los Andes centrales (tomado de Sandweiss y Richardson 2007:95)

Mapa que muestra los principales sitios de los Andes centrales. Tomado de McEWAN (2006: 32). Bibliografa Obligatoria
Blanton, R., G. Feinman, S. Kowalewski y P. Peregrine 1996 A Dual-Processual Theory for the Evolution of Mesoamerican Civilization. Current Anthropology 37:1-14. Traduccin de la ctedra. Burger, Richard 2008 Chavn de Huantar y su esfera de inuencia. En Handbook of South American Archaeology, Ed. por H. Silverman y W. Isbell. Pp: 681-703. Springer. Nueva York. Campao, M. 2007. El origen de los primeros Estados. La revolucin urbana en Amrica Precolombina. Eudeba. Buenos Aires. Pp: 67-91. Covey, R. 2008 El Imperio Inca. En Handbook of South American Archaeology, Ed. por H. Silverman y W. Isbell. Pp: 809-830. Springer. Nueva York. Traduccin de la ctedra. Fiedel, S. J. 1996 Prehistoria de Amrica. Ed. Crtica, Barcelona. pp. 293-344.

Captulo VIII. La Complejidad social y el origen del Estado

55

Isbell, W. 2008. Wari y Tiwanaku: Identidades internacionales del Horizonte Medio de los Andes Centrales. En Handbook of South American Archaeology, Ed. por H. Silverman y W. Isbell. Pp: 731-759. Springer. Nueva York. Traduccin de la ctedra. Moseley, Michael 1992 The Incas and their Ancestors. Thames & Hudson, London. Captulo 3. Traduccin de la ctedra.

Bibliografa Ampliatoria
Engels, Federico1970 El origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. En relacin a las investigaciones de L H Morgan. Editorial Progreso. Mosc. Renfrew, C. y P. Bahn 1998 Arqueologa: Teoras, Mtodos y Prctica. Ed. Akal, Madrid. McEwan 2006. The Incas: New perspectives. ABC Clio. California. Sandweiss Daniel H. y James B. Richardson III Central Andean Environments En Handbook of South American Archaeology, Ed. por H. Silverman y W. Isbell. Pp: 91-104. Springer. Nueva York. Trigger, Bruce 1992 Historia del Pensamiento Arqueolgico. Ed. Crtica, Barcelona. Willey, G. y P. Phillips 2001 [1958] Method and Theory in American Archaeology. University of Alabama Press. Alabama. Yofee, Norman 2004 Myths of the Archaic State Evolution of the Earliest Cities, States, and Civilizations. Cambridge University Press.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar La Unidad V? El surgimiento de los primeros estados. Tratado por Bolanton et al. (1996). Evolucin social. Tratado Blanton et al. (1996). Desarrollo de las sociedades complejas en Mesoamerica. Tratado por Fiedel (1996) y Blanton et al. (1996). Los Olmecas. Tratado por Fiedel (1996) y Blanton et al. (1996). El periodo Clsico: Teotihuacan y ncleos Mayas. Tratado por Fiedel (1996) y Blanton et al. (1996). El Posclsico: Toltecas, Aztecas y ncleos Mayas. Tratado por Fiedel (1996) y Blanton et al. (1996). Desarrollo de las sociedades complejas en los Andes Centrales. Tratado por Campao (2007) Chavn de Huantar. Tratado por Burger (2008) Ncleos Mochicas. Tratado por Campao (2007) El Horizonte Medio: Tiwanaku y Wari. Tratado por Isbell (2008) y Campao (2007). El desarrollo de un Estado imperial. Los Inkas. Tratado por Covey (2008) y Moseley (1993)

Preguntas de Examen a) Explicar las diferencias entre las estrategias reticulares y corporativas y aplicarlas a un caso de estudio analizado en la bibliografa de esta unidad. b) Justicar por qu se considera que entre los Olmecas predominaron las estrategias de acumulacin del poder reticulares. c) Cmo se puede caracterizar a la estructura social que caracteriz al proceso conocido como Chavn de Huantar? d) Constituy Tiwanaku un estado expansivo? Justique comparando con Wari. e) Analice el desarrollo de Teotihuacan utilizando las herramientas tericas de la teora procesual dual. f) Comparar los desarrollos de Teotihuacan y de los ncleos maya clsicos desde la perspectiva de la teora procesual dual g) Cules fueron las bases sociales del imperio inka? h) Analice la estructura social y poltica del Imperio Inka.

57

Captulo IX- Sociedades Complejas en el NOA I: Aguada y el Perodo de Integracin Regional.


Este captulo tiene por objetivo reconocer los procesos de intensicacin de la complejidad social en los grupos que habitaron los valles del centro de Catamarca entre los siglos V y XI d.C. Se procura hacer una revisin de las diferentes lneas de anlisis a n de comprender de qu manera los cambios de paradigma permitieron modicar las interpretaciones sobre el registro arqueolgico. Se presentan las discusiones actuales respecto a las distintas explicaciones de los cambios sociales ocurridos en la regin a partir del 400 d.C. en lo que se denomin Perodo de Integracin Regional (PIR). Esto nos permitir discutir el uso de categoras y tipos para dar cuenta de los procesos de cambio social (i.e. jefatura o seoro). Finalmente, la revisin de las limitaciones del estudio de las sociedades desde una perspectiva tipolgica ser el marco a partir del cual analizar dos lneas tericas respecto a lo ocurrido en el valle de Ambato durante el PIR, que podramos resumir en el binomio jerarqua vs. heterarqua. La adopcin de la vida aldeana y de estrategias de subsistencia productivas en el NOA fue un fenmeno que transform diversos aspectos de la historia de las sociedades que habitaban esta regin. Los grupos humanos fueron ampliando sus bases demogrcas, intensicando el uso de los recursos y diversicando sus identidades. A inicios de la era, los Andes del sur se conguraban como un complicado cuadro de poblaciones pujantes que estaban vinculadas entre s por heterogneas relaciones de interaccin (movilidad, intercambio, redes de parentesco, etc.). Hacia el 400 d.C. los pobladores del Valle de Ambato comenzaron a transformar las relaciones que los vinculaban con el medio, con la materialidad, con grupos de otras regiones y entre ellos mismos, dando surgimiento a un fenmeno que despert el inters de los investigadores desde principios del siglo XX. ste se caracteriz fundamentalmente por el manejo de tecnologas muy sosticadas para la produccin de cermica y metales, que posibilitaron la aparicin de objetos de alto valor esttico, con representaciones complejas de personajes antropomorfos, zoomorfos o mezclas imaginarias de ambos. Asimismo estos pueblos comenzaron a construir edicaciones novedosas: espacios pblicos de grandes dimensiones con plazas abiertas, plataformas elevadas y sectores residenciales reservados a determinadas personas. Este proceso fue conocido bajo el nombre de cultura de la Aguada y ha generado unas de las discusiones ms ricas en la historia de la Arqueologa Argentina. Aguada, algunas consideraciones sobre tiempo y espacio. Las deniciones iniciales de Aguada datan de nes del siglo XIX y podemos decir que fue la particularidad de su iconografa la que despert el inters entre los investigadores del noroeste argentino. Los primeros datos fueron dados por Lafone Quevedo en 1892, en base a la caracterizacin de una alfarera negra grabada de na confeccin hallada en la provincia de Catamarca. Fue quien identic entre sus motivos la gura de lo que consider un dragn, lo que le vali la denominacin de alfarera draconiana. A partir de la dcada del treinta se sucedieron una serie de trabajos que llevaron a reemplazar una denominacin centrada en el diseo zoomorfo (cermica draconiana) y optar por deniciones que procuraron darle una identidad cultural a los materiales encontrados: Cultura de los Barreales1 primero y Cultura Aguada despus. As, al repertorio inicial dominado por la cermica y su decoracin se incorpor, a medida que se ampliaban los contextos excavados, otros objetos materiales y rasgos iconogrcos. Las deniciones de Aguada desde la perspectiva normativa Indefectiblemente, hablar de Aguada remite a Alberto Rex Gonzlez dado que fue quien deni y caracteriz por primera vez su contexto cultural, a partir de trabajos de campo desarrollados durante los cincuenta en el valle de Hualfn (Catamarca) y anlisis de colecciones de la misma procedencia. As, en su trabajo de sntesis La Cultura de la Aguada (1961-63) plantea lneas de indagacin que an hoy se discuten y sostienen. A partir del marco metodolgico propuesto por la arqueologa normativa (Captulo 2), el estudio de asociaciones de materiales en las tumbas -excavadas por Weiser y Volters- y su seriacin, el anlisis de las superposiciones estratigrcas y la consideracin de sitios superciales distribuidos en Catamarca y La Rioja, se subdividi la cultura de los Barreales en dos fases sucesivas Cinaga y Aguada (denominacin elegida en funcin de los sitios ms representativos;
1 Tiene esa denominacin porque se trata de reas cubiertas por depsitos sedimentarios, a menudo lossicos, que por erosin se han convertido en barreales.

58

Los Albores de la Historia

Incluso deja abierta la posibilidad de la existencia de sacricios humanos vinculados a algunos personajes, lo que reforzara la existencia de desigualdad en el interior de la sociedad. Asimismo, el hallazgo de crneos que acompaaban a esqueletos completos, constitua para Gonzlez una evidencia del uso de cabezas trofeo, imagen repetida en la decoracin cermica y en otros soportes como el arte rupestre, y que se identica en la gura del denominado sacricador (Figura 2). Este contexto de violencia estara respaldado y justicado por la ideologa religiosa, materializada en el denominado complejo felnico. El origen de Aguada: entre la inuencia Tiwanku y el desarrollo local. Los diferentes planteos respecto al origen o la formacin de Aguada han puesto nfasis en procesos de difusin desde otros centros culturales del rea andina o alternativamente en procesos Ubicacin de los sitios Cinaga y Aguada y dispersin de la denominada histricos locales. Cultura Aguada. Tomado y modicado de Brbara Balesta et al. (2009). Figura 1)2. Finalmente, las dataciones radiocarbnicas le proporcionan las bases de contrastacin necesarias para respaldar esta secuencia inicial. Aunque hay ciertos elementos que son tpicos de la primera fase, Gonzlez plantea que Aguada evolucion de Cinaga (1961-63; 1998), lo que implic tanto el abandono de algunas prcticas como la continuidad de otras. Asimismo considera, que Aguada presenta elementos que resultaron del aporte de otros centros andinos, especcamente los provenientes del perodo Clsico de Tiwanaku. Respecto a la primera lnea, durante varias dcadas prevaleci una mirada macroregional andina que procuraba distinguir horizontes en funcin de la presencia de algunos rasgos comunes en un marco cronolgico preciso. As, la entidad cultural identicada en el Noroeste argentino con posterioridad al 400/500d.C. constitua una expresin cultural menos desarrollada del principal ncleo denido para los Andes Meridionales: Tiwanaku. Estas inuencias se inferan de la rplica de diseos como las representaciones humanas con cabeza de contorno casi cuadrado o el uso de cabezas trofeos por un personaje que porta un arma, la abundancia de la decoracin felnica, las representaciones de serpientes con dos cabezas y, nalmente, el denominado sacricador. Fue Gonzlez quien plante dos lneas para dar cuenta del origen de Aguada. Por un lado sostuvo que constituy claramente una cultura de races andinas y j su origen en la cuenca del Titicaca, durante el Perodo Tiawanaku Clsico (1963-64). No obstante, aunque la perspectiva difusionista segua presente en su narrativa sobre el proceso histrico, desestim las explicaciones que hacan hincapi en los mecanismos intrusivos que generaban cambios o innovaciones repentinas (i.e. invasin o conquista), y propuso que algunas de las particularidades de Aguada eran el producto de un contacto indirecto, a partir del perodo nal de Cinaga, con culturas de

En base a la evidencia arqueolgica recuperada en sus trabajos de campo, Gonzlez deni algunos fenmenos que se convirtieron en disparadores para el pensamiento y siguen vigentes en las discusiones actuales. En primer lugar sostuvo que las diferencias halladas en los ajuares funerarios asociados a las tumbas eran la evidencia de diferencias sociales (como vimos en el captulo 2, la interpretacin de los objetos como el reejo pasivo y directo de las prcticas sociales es una nocin cuestionada en la actualidad).
2 Gonzlez eligi el nombre de Aguada para designar al complejo cultural porque este sitio constituy un contexto excepcional para la poca, dado que de all se recuperaron las doscientas tumbas que fueron excavadas por las expediciones nanciadas por Muiz Barreto a nes de la dcada de 1920.

Captulo IX. Sociedades Complejas en el NOA I: Aguada y el Perodo de Integracin Regional

59

diferentes a la arqueologa normativa (ver captulos 1 y 2), las interpretaciones respecto al perodo posterior al 400/500 d.C. generaron una profusin de trabajos orientados a comprender el proceso de complejizacin social y poltica. En este contexto, las visiones tradicionales que identicaban una inuencia unidireccional de Tiwanaku hacia Aguada fueron superadas por una propuesta que haca hincapi en el desarrollo local y que apuntaba a entender la profundidad temporal y la amplitud regional de los diferentes cambios. As, se plante la existencia de una ideologa andina mantenida a partir de interrelaciones durante el Formativo, que generaron una integracin macroregional entre poblaciones del norte de Chile, Bolivia y el NOA. En consecuencia, Aguada era el resultado de una historia regional que siempre tuvo vnculos con el resto del rea andina a la que incluso aport elementos originales (Prez 1992; Tartusi y Nuez 2001). Esta bsqueda de las races locales para el fenmeno llev a Prez Golln (1992) y sus colaboradores a plantear un proceso de complejizacin con respecto a las aldeas formativas ubicadas en Ambato. As, desde una lnea neoevolutiva propusieron modelos econmicos para dar cuenta del surgimiento de Aguada y de la complejidad social. El punto de partida fue considerarla como resultado de la conjuncin de una serie de factores: a) su ubicacin geogrca, que permiti que las comunidades asentadas en Ambato actuaran como intermediarios en el intercambio con reas vecinas y el control del mismo por parte de algunos grupos sociales; b) sus condiciones ambientales que propiciaron la oferta de recursos (i.e. potencialidad agrcola) y concomitantemente con esto c) la produccin de excedentes. En este punto la religin se constituy como el elemento integrador. Todos estos factores habran permitido la organizacin de una sociedad fuertemente religiosa de carcter expansivo y claramente desigual dentro de la cual las jerarquas se convirtieron en hereditarias. Asimismo, y siempre desde una mirada materialista, este proceso de complejidad y desigualdad social estara asociado a desarrollos similares previos en otras zonas con las cuales mantenan importantes relaciones socio-econmicas (Prez Golln et al. 1996-97: 118). Por su parte Tartusi y Nuez Regueiro (2001), como vimos en el captulo II, plantearon que los orgenes de Aguada se deban comprender tambin en un contexto de creciente complejizacin, pero hicieron hincapi en la conformacin de los centros clticos o ceremoniales tempranos de CondorhuasiAlamito (Catamarca) durante el Formativo Inferior (450 a.C. al 500 d.C.). En este sentido, la hiptesis

Detalle de la gura del sacricador en diferentes soportes (Arriba en cermica, tomaa de Gonzlez 1962-63) y abajo en arte rupestre, Fotografa de Marta Bonoglio) la Puna chilena (San Pedro de Atacama). Esto habra generado un proceso paulatino de adquisicin de rasgos (por ejemplo la gura del sacricador con mscara felnica), al que denomin inltracin progresiva. Por otro, sostena que era necesario tener presente que el origen de cualquier cultura es el resultado de la interaccin de factores como la aculturacin y a la adaptacin al medio. En este sentido sostena que era preciso reconocer cules fueron las culturas que precedieron a Aguada. Este planteo se enmarca, como vimos en el captulo VI, en la nocin dominante de que Aguada fue la expresin superadora de culturas previas y menos desarrolladas (Condorhuasi-Alamito, Cinaga, Taf), incluidas dentro del Formativo. Aguada y el Perodo de Integracin Regional Las investigaciones en torno a Aguada, como sucedi en otras reas del pas, se vieron interrumpidas por los golpes de estado y el exilio de algunos investigadores. Con la vuelta de la democracia y el aanzamiento de lneas tericas

60

Los Albores de la Historia

principal es que el trnsito hacia Aguada, ocurrido alrededor del 500 d.C., se dio cuando en estos centros de poder se fue operando un proceso paulatino de cambio, probablemente debido a la interaccin con poblaciones de distinto origen, como Cinaga, que se tradujo en una competencia que llev a que algunos centros fueran primando sobre otros. En concreto, la evidencia indica que los sitios Condorhuasi-Alamito fueron abandonados hacia el 500 d.C. y que es en ese momento que se origina en el valle de Ambato un nuevo ncleo de poder. El resultado de este proceso de complejizacin se maniesta en la conformacin de lo que se ha dado a llamar Perodo de Integracin Regional (PIR) que se entiende como un momento de integracin a partir de la consolidacin y expansin de una ideologa en una extensa regin habitada por sociedades con desigualdades incipientes (Perez 1992). No obstante, y de la misma manera que con respecto al perodo Formativo (captulo IV), no podemos plantear la existencia de un bloque compacto y homogneo, dado que esta integracin se dio con poblaciones de distinto origen y modalidades culturales, razn por la cual en cada zona se observan respuestas concretas y diferentes (por ejemplo en algunos casos la adopcin de diseos generados en Aguada de Ambato no parecen cambiar sustancialmente las prcticas cotidianas, ni las estrategias de produccin y reproduccin de algunos pueblos agricultores entre los que se registra este repertorio). Durante el PIR se materializaban aquellos rasgos que dan cuenta de cambios notorios y abruptos respecto al Formativo Inferior. Tradicionalmente, este proceso de complejizacin fue planteado como la formacin en Ambato de una jefatura o seoro (Perez 1992; Gonzlez 1998). A grandes rasgos, toda jefatura involucra la institucionalizacin de un jefe, cargo hereditario y sostenido por medio de los lazos de parentesco. Esta institucionalizacin de la jerarqua lleva implcita la desigualdad social y la necesidad de legitimar constantemente esta posicin por medio del control y conduccin de actividades comunales como la actividad ritual y religiosa (por eso la nocin de sociedades teocrticas) o el comercio de bienes suntuarios. De la misma manera, presupone la existencia de una sociedad redistributiva, para la cual es necesaria una economa excedentaria, organizada por este jefe. Esta economa posibilitara el surgimiento de especialistas (por ejemplo los ceramistas) al tiempo que permitira al seor contar y manejar mano de obra para la edicacin de grandes construcciones (obras de regado, monumentos o centros ceremoniales). Es decir que, en concreto, el hallazgo en el registro de evidencias que apuntaran

a dar cuenta de algunos de los rasgos propios de una jefatura y su vnculo inmediato con otros que, aunque ausentes, se podan inferir a partir de la presencia de los primeros (por ejemplo el hallazgo de tumbas con ajuares suntuarios y alctonos era un indicador de la presencia de un jefe y de su control sobre el intercambio, comportamiento necesario dado que legitimaba su posicin en la pirmide social) se constituy en la prueba suciente de su existencia. Pero es posible subsumir el cambio social a estos tipos preestablecidos?, no es acaso simplicar el proceso de complejidad social, de por s intrincado y variable histrica y regionalmente, a una manera nica? En concreto el problema es que adoptar el concepto de jefatura implica partir de una categora escencialista y universalizadora que entiende que slo basta con encontrar en el registro los atributos diagnsticos apropiados (Nielsen 1998) y conlleva forzar los datos arqueolgicos para dar cuenta de comportamientos o prcticas acordes a la denicin de jefatura. Dos interpretaciones para la misma materialidad: entre las jerarquas y las heterarquas. Las discusiones actuales sobre la complejidad social estn comenzando a replantear algunos de los supuestos ms arraigados respecto al fenmeno Aguada. En este sentido, la lectura crtica de los trabajos de Laguens (2006) y Cruz (2007), nos van a permitir discutir estas ideas y, fundamentalmente, analizar los datos empricos que las refuerzan o las cuestionan. En esta oportunidad, slo dejaremos esbozados algunos de los lineamientos generales de cada uno de los planteos. Por un lado Laguens (2006, 2007) propone un anlisis del PIR en base a una lnea neoevolutiva que procura entender este momento como un perodo de mayor complejidad respecto al Formativo. Este proceso se habra originado de manera revolucionaria, dados los cambios abruptos que observa en el registro arqueolgico de ambos perodos y el poco tiempo transcurrido. De esta manera, siguiendo las propuestas iniciales de Prez (1992), plantea esta complejidad en trminos de jerarquas y desigualdades sociales, de una institucionalizacin del poder y su manifestacin material en la centralizacin poltica e ideolgica en un grupo determinado por medio de la conformacin de una jefatura3. Concretamente, en Ambato el proceso de complejizacin se materializa arqueolgicamente a travs de un marcado crecimiento demogrco, un
3 Aunque es vlido aclarar que este autor no emplea explcitamente el concepto de jefatura, y plantea la nocin de sociedades ms complejas que las del Formativo Inferior anteriores al siglo IVd.C.

Captulo IX. Sociedades Complejas en el NOA I: Aguada y el Perodo de Integracin Regional

61

incremento en la produccin agrcola que permiti maximizar la economa y generar excedentes, una sociedad internamente jerarquizada tanto poltica como socialmente y que origin en su seno el surgimiento de especialistas que desarrollaron una produccin estandarizada4 y la existencia de jerarquas polticas en el valle que permitieron la centralidad de determinados sitios en el valle (Laguens 2006 y 2007). As, la integracin regional estara representada por la circulacin de algunos elementos que formaban parte del denominado complejo felnico, integrado tambin por otros motivos zoomorfos (odios) y antropomorfos (el sacricador); en tanto que la visibilidad material de la jerarquizacin y desigualdad poltica estara marcada por la existencia de los centros complejos, que conceptualmente condicen con los clsicos centros ceremoniales, dada la organizacin interna y disposicin en el espacio de las estructuras arquitectnicas. Uno de estos sitios complejos es Rinconada o Iglesia de los Indios (Gordillo 2010), a travs del cual se ha planteado una fuerte centralizacin poltico-religiosa para ese valle (Laguens 2006). Aqu montculos, plazas y plataformas se integran a una narrativa ceremonial que permite comprender, en palabras de Gordillo, la comunicacin ritual en tanto accin crtica para la transmisin ideolgica y reproduccin del poder social (Gordillo 2010: 180). Esta disposicin cargada de sentido se refuerza con la existencia de ofrendas y sacricios humanos presentes en los montculos. Por otro lado, el planteo de Cruz (2006, 2007) propone una relectura de la evidencia partiendo de presupuestos diferentes respecto al concepto de
4 La identi cacin de produccin estandarizada se usa para establecer la presencia de especializacin, ya que grandes cantidades de productos altamente estandarizados se interpretan como los productos de una o de un nmero limitado de unidades de produccin.

complejidad, ya no en trminos de desigualdades y de dominacin, sino a partir del planteo de relaciones y vnculos complejos entre los hombres, el medio y el cosmos, expresados por la omnipresencia de un discurso iconogrco cargado de simbolismo que se extiende en todos los espacios de lo cotidiano (Cruz 2006). Por lo tanto, y a partir de los trabajos de campo genera una serie de lneas de indagacin que le permiten cuestionar algunos supuestos, que podemos resumir en las siguientes preguntas: Maximizacin de la economa o respuesta al riesgo?; Centralizacin poltica o heterogeneidad de la sociedad?; Religin y prcticas centralizadas o descentralizadas y domsticas, donde la gura del chamn cobra signicacin? En este sentido, todas esto cuestionamientos apuntan a poner en duda la visin tradicional que interpretan a Aguada como la expresin de una jefatura o seoro en la cual se maniestan todos los elementos y rasgos de este tipo de sociedades. Por lo tanto Cruz piensa al PIR y a los grupos Aguada no en base al concepto de jerarquas, sino de sociedades heterrquicas, que en trminos generales son entendidas como sociedades en las que la cooperacin y la negociacin constante, como estrategias superadoras del conicto, constituyen los mecanismos que aseguran su reproduccin no su jerarquizacin y competencia. Para Cruz, su propuesta no implica negar la existencia de autoridades, sino la institucionalizacin de una en los trminos tradicionales de las jefaturas. De la misma manera, niega la posibilidad de programas expansivos con los que tradicionalmente se ha vinculado al modelo de jefatura, centrado en evidencias como la ocupacin acotada del territorio y en la existencia de una cierta autarqua econmica. As, propone una lectura diferente de la evidencia arqueolgica que es, en concreto, desde donde se posiciona para fundar su interpretacin.

Bibliografa Obligatoria
Equipo de Ctedra 2012. Los Albores de la Historia. Lineamientos para un estudio histrico de los fundamentos de Prehistoria y Arqueologa. Captulo 9. Laguens, Andrs. 2006 Continuidad y ruptura en procesos de diferenciacin social en comunidades aldeanas del valle de Ambato, Catamarca, Argentina (s. IV-X d.C.). Chungar (Arica). Vol.38, n.2, pp. 211-222. Cruz, Pablo. 2007 Hombres complejos y seores simples: Reexiones en torno a los modelos de organizacin social desde la arqueologa del Valle de Ambato (Catamarca). En Procesos Sociales Prehispnicos en el Sur Andino: La Vivienda, La Comunidad y El Territorio, compilado por Nielsen, A. E., M. C. Rivolta, V. Seldes, M. M. Vzquez y P. Mercolli, pp. 99-122. Editorial Brujas, Crdoba.

Bibliografa Ampliatoria
Gonzlez 1961-63. La cultura de La Aguada del Noroeste Argentino. Revista del Instituto de Antropologa 2-3: 283-297. Cruz P. 2006. Complejidad y heterogeneidad en los Andes meridionales durante el Perodo de Integracin Regional (siglos IV-X d. C.). Nuevos datos acerca de la arqueologa de la cuenca del ro de Los Puestos (Dpto. Ambato-Catamarca, Argentina). Bulletin de lInstitut Franais dtudes Andines 35 (2): 121-148. Gordillo M.I. 2010. De piedra, tierra y madera. Arquitectura y prcticas sociales en la Iglesia de los Indios (Ambato,

62

Los Albores de la Historia

Catamarca). En El Hbitat Prehispnico. Arqueologa de la arquitectura y de la construccin del espacio organizado, editado por Albeck M.E., Scaolin M. C. y Korstanje M. A., pp. 155-185. Universidad Nacional de Jujuy. Laguens A. 2004. Arqueologa de la diferenciacin en el Valle de Ambato. Relaciones XXIX: 137-159. Perez Golln J. 1992. La Cultura de la Aguada vista desde el Valle de Ambato. Publicaciones del C.I.F.F. y H. Arqueologa 46:157-174 Prez Golln, J.A., M. Bonnin, A. Laguens, S. Assandri, L. Federici, M. Gudemos, J. Hierling y S. Juez. 1996-97 Proyecto arqueolgico Ambato: un estado de la cuestion. Shincal 6:115-124. Tartusi M. y V. Nuez Regueiero 2001. Fenmenos clticos tempranos en la subregin Valliserrana. En Historia Argentina Prehispnica, dirigido por Berberin E. E. y Nielsen A., pp. 127-170. Editorial Brujas. Crdoba

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad IX? Diferencias e implicancias de las discusiones de Aguada. Tratado por Equipo de Ctedra (2012), Laguens (2006) y Cruz (2007). Caractersticas del Perodo de Integracin Regional en el contexto Andino. Tratado por Equipo de Ctedra (2012). Aguada y la estructuracin de una sociedad jerrquica. Tratado por Laguens (2006) Aguada como una sociedad Heterrquica Tratado por Cruz (2007). Preguntas de Examen a) Cmo se dene el Perodo de Integracin Regional? Qu papel juega la ideologa en su delimitacin? b) Explica las diferencias entre la arqueologa normativa y la neoevolutiva respecto al origen de Aguada y sus implicancias para comprender el proceso de complejizacin social. c) Qu cambios y continuidades se pueden identican entre el Formativo Inferior y el perodo de Integracin Regional? Cules de estos cambios fundamentan la nocin de una mayor complejidad? d) Qu evidencias arqueolgicas permiten identicar y respaldar la nocin de complejidad social y poltica a partir del 400 d.C. y cules se oponen? e) Cmo interpreta Laguens la complejidad social y la emergencia de jerarquas entre las comunidades que ocuparon el valle de Ambato? Qu evidencias arqueolgicas le permiten respaldar esta propuesta? f) Cmo entiende Cruz la complejidad social y la emergencia de jerarquas entre las comunidades que ocuparon el valle de Ambato? Cmo se entiende el concepto de heterarquas en este contexto?

Captulo X. Sociedades Complejas en el NOA II: El Periodo de Desarrollos Regionales

63

Captulo X- Sociedades Complejas en el NOA II: El Periodo de Desarrollos Regionales.


El n del primer milenio de nuestra era dio inicio a cambios signicativos en las caractersticas, tamao y distribucin de los asentamientos humanos, un fenmeno que deja entrever importantes transformaciones en la sociedad que se advierten en toda la regin de los Andes Circumpuneos. En este captulo intentamos analizar estos procesos y poner en discusin la utilidad del concepto de jefatura para dar cuenta de los mismos. Caractersticas generales del Perodo de los Desarrollos Regionales Los ltimos quinientos aos de historia indgena del Noroeste de Argentina, entre los siglos X y XV d.C., se conocen como la poca de los Desarrollos Regionales y se caracterizan por un fuerte crecimiento demogrco, la aparicin de conictos endmicos y por la estructuracin de sociedades pujantes que posean territorios bien controlados y defendidos. Al producirse en el siglo X el colapso de las sociedades que concentraban el poder poltico y religioso de La Aguada en la zona central del Noroeste, y el poder econmico y poltico de Tiwanaku en el gran mbito Sudandino, la situacin general de la regin fue de profundos cambios y transformaciones. Nuevas formas econmicas y polticas se gestaron dando lugar a entidades sociales que entraron en competencia con otras organizaciones semejantes, tanto por pastos, agua y rebaos, como por otros factores. A mediados del siglo XIII estaban en funcionamiento centros poblados de varios cientos de habitantes y hasta miles, en los valles apropiados para la explotacin agropecuaria y en los oasis de la Puna. Estos poblados permanentes podan ser pukaras o pseudopukaras, ubicados en las cimas de los cerros aprovechando la fragosidad del terreno para su estratgico emplazamiento (Rivolta 2002) o pueblos viejos, ubicados en terrenos bajos y planos. Con esos ncleos como cabeceras se inici el climax de crecimiento de las poblaciones en el Noroeste en el interior de cada una de las grandes unidades espaciales. Se ampliaban las diferencias en los aspectos sociales dentro de cada unidad espacial, y se gestaban sistemas polticos tendientes a la centralizacin del poder. Estos procesos ocurrieron en el marco de una intrincada red de alianzas. La delimitacin de los espacios no impidi el intercambio, un trco regional a corta y larga distancia que articulaba todos los Andes meridionales, establecindose un trnsito y trco caravanero de llamas (Nielsen 2001). Las sociedades de esta poca utilizaron al mximo los recursos disponibles y las posibilidades productivas, la agricultura hidrulica estaba plenamente desarrollada. Se utilizaron los terrenos cultivables hasta lmites superiores a los actuales, al igual que la colonizacin de otras franjas ambientales ms bajas desde los ncleos densamente poblados de los valles. Se haba explotado estas zonas gracias al desarrollo tecnolgico que haba incorporado el regado en forma sistemtica y el control de la erosin edca por medio de intrincados sistemas de terrazas y parcelas de cultivo. La poblacin dispuso de una dieta ms balanceada que en pocas anteriores, dado que podan cultivar variedades de maz de buen rinde y practicaban una actividad ganadera intensiva, con abundante provisin de carne de camlidos. Se cultivaban adems del maz, papas, froles, qunoa y zapallos, variedades de aj y man. Un complemento valioso fue la recoleccin de la algarroba y de los frutos del chaar. El excedente agrcola era almacenado en silos de varias clases. En el pastoreo de la llama, medio de subsistencia bsico, las poblaciones combinaban el alimento de los rebaos en los pastizales de altura y los cinagos (vegas) de fondo de valle. Durante este perodo se habran acentuado las relaciones sociales desiguales, tanto en la organizacin del trabajo como en la distribucin y el consumo de bienes. Hubo adelantos tecnolgicos como en las obras de irrigacin, y en el trabajo de fundicin de los metales, realizando objetos de metalurgia con tcnicas renadas. Esto se ve reejado en la instalacin de talleres para la produccin de objetos de alto valor social y simblico por parte de artesanos especializados, que parece vincularse con el refuerzo y la consolidacin de elites dentro de la sociedad (Tarrag 2000). Para Myriam Tarrag, las unidades mnimas estaban dadas por un asentamiento tipo pukara en lugares altos, desde el cual se ejerca un control del espacio agropecuario circundante, de los recursos de agua y pastos y de las viviendas de los campesinos que se distribuan en los terrenos bajos cercanos a los ambientes productivos.

64

Los Albores de la Historia

Cmo y por qu se dieron estos cambios? Muchos autores dividen al Perodo de Desarrollos Regionales en dos fases, la que abarca su etapa ms Temprana que va desde ca. 900-1250 d.C., en donde hay un incremento gradual en el nmero y tamao de los poblados, que abarcaban entre una y dos hectreas de supercie con construcciones densamente apiadas y que pudo albergar hasta un centenar de habitantes. Durante el siglo XIII se produjeron cambios dramticos en la distribucin y localizacin de los sitios que marcan el inicio de la segunda fase o Tarda de este perodo, que va desde ca. 1250-1430 d.C., en donde se emplazan distintos asentamientos estratgicamente ubicados en lo alto de los cerros, ejerciendo un dominio visual sobre su entorno y con dicultades de acceso. Estas caractersticas fueron a veces reforzadas mediante la construccin de murallas o parapetos. En tanto que estos sitios fueron aldeas o pueblos ingeniosamente emplazados y diseados para facilitar su defensa, pero habitados en forma permanente. Muchos de estos sitios se encuentran a la vista uno de otro, lo que permitira a estas comunidades comunicarse rpidamente y coordinar ecazmente sus acciones. El giro hacia una estrategia de asentamiento defensivo implic muchas desventajas, entre las que cabe mencionar el hacinamiento o el distanciamiento de los campos de cultivo y de las fuentes de agua, cuyo acarreo cotidiano hasta las viviendas debi signicar un esfuerzo enorme. Estos asentamientos llamados pukaras, no volvieron a ocuparse despus de la conquista espaola, lo cual demuestra lo desfavorable que eran estos sitios para vivir. Por ello, es razonable inferir la inseguridad, asociada a un estado de guerra endmica, fue la principal causa del cambio en los modos de asentamiento. Esta conclusin se encuentra avalada por otros indicios de violencia, como los esqueletos con traumas o puntas de echa incrustadas y los crneos mutilados para facilitar su exhibicin como trofeos. Otras evidencias podran interpretarse como expresiones de preocupacin por el conicto, como sucede con la proliferacin de armas y los cambios en su diseo, o con la insistencia en representar guerreros o escenas de combate en el arte rupestre. A esta poca, siglos despus, se la denomin de los Auca Runa o grandes guerreros. Existen diversas opiniones entre los arquelogos sobre quienes se enfrentaban, Por qu? y cuanta hostilidad exista realmente. No tenemos los elementos necesarios para responder a esta ltima cuestin, pero creemos que haba suciente violencia

Grco de Guamn Poma de Ayala que representa su mirada sobre la poca previa a la unicacin andina bajo el imperio Inka, la cual se caracteriz por los conictos y que por eso denomina de los Auca runa, es decir de los guerreros. como para convertir la inseguridad y el temor en fuerzas determinantes de las decisiones cotidianas. Entre los factores que alimentaron los conictos probablemente se encuentre un ciclo de pronunciadas sequas que, segn investigaciones realizadas en los Andes Centrales, azot el rea andina durante los siglos XIII y XIV. Recientes estudios paleoclimticos sugieren que sta fue una poca de mayor aridez hemisfrica, avalando la idea de que se trat de un fenmeno climtico generalizado. Un deterioro de estas caractersticas hubiera afectado la produccin agrcola local, obligando a hacer un uso ms eciente del riego. Modelos y conceptualizaciones tericas utilizadas para comprender el perodo: Por mucho tiempo los proyectos de investigacin que abarcaban ste y otros perodos tomaban en sus programas los modelos neo-evolucionistas, poniendo nfasis en el concepto de Jefatura, y su aplicacin a las sociedades del Noroeste Argentino. Se encuentra all la idea de que la variabilidad de la organizacin

Captulo X. Sociedades Complejas en el NOA II: El Periodo de Desarrollos Regionales

65

de los grupos humanos puede ser reducida a un nmero limitado de tipos (denibles mediante un conjunto de rasgos sociales, polticos y econmicos funcionalmente articulados) y que el cambio consiste en el trnsito reiterado, en diferentes lugares y pocas, de poblaciones concretas de un tipo de organizacin a otro. Estas tipologas socioculturales se formulan cada vez ms acabadas y se identican principios universales que rigen la transformacin de un tipo de sociedad a otro (Service 1962, Fried 1967). El modelo de Jefatura, Cacicazgos, Chiefdom, Seoros, Sociedades de Rango o Sociedades Complejas, es uno de los ms utilizados por los programas de estudios sociales, antropolgicos y arqueolgicos, para explicar el cambio social, aludiendo a sociedades centralizadas y dotadas de desigualdades sociales institucionalizadas que integran a poblaciones del orden de miles o decenas de miles de personas (Carneiro 1981, Earle 1978). Para nanciar las polticas y prcticas que sustentan la centralizacin y desigualdad social, controlan la produccin y/o distribucin de recursos econmicos estratgicos, bienes de subsistencia y/o riqueza. Los liderazgos centralizados surgiran a travs de la capacidad de los jefes por administrar el bien comn, por ejemplo, coordinando la defensa, el trco a larga distancia o las obras de irrigacin y acumular para distribuir en pocas de escasez. El evolucionismo cultural y sus tipologas ingresaron en la arqueologa del Noroeste Argentino en la dcada del 70`, y se establecieron las bases de las secuencias cronolgicas regionales. Se intentaron interpretar los contextos arqueolgicos prehispnicos, utilizando las tipologas Banda-Tribu-Jefatura-Estado y Sociedad Igualitaria-Sociedad de Rango. De esta forma entonces, el Perodo de Desarrollos Regionales fue asociado con sociedades del tipo de Jefatura, en donde los fundamentos arqueolgicos de esta atribucin son: la existencia de relaciones jerrquicas entre asentamientos, inferidas principalmente en base a sus diferentes tamaos, que sugieren procesos de integracin multicomunitaria que comprenden a poblaciones de considerable magnitud; y a variaciones en el registro funenrario, como indicadores de desigualdad social, bajo la premisa de que el tratamiento mortuorio es un reejo de la posicin que tuvo el difunto en la estructura social. Se utilizan tambin, referencias etnohistricas de la existencia de curacas, con autoridad sobre varias comunidades o regiones enteras como el Valle Calchaqu o la Quebrada de Humahuaca. Una vez establecidas su pertenencia a las Jefaturas, se da por

aceptado y sin mayor discusin su formacin poltica centralizada, el control rme de la economa por el jefe y sus allegados, principalmente por la produccin artesanal especializada y el trco caravanero, al igual que la produccin agrcola intensiva, y que los asentamientos principales se organizaban segn modelos urbanos con sectores de elites, con mejores tcnicas constructivas y caractersticas de sus materiales en sus viviendas, uso de bienes de prestigio, etc. El planteo de Sociedades Corporativas: En sus primeras formulaciones el modelo de jefatura estuvo fuertemente basado en la formulacin etnohistrica polinsica, ignorando el rico acervo etnogrco y etnohistrico existente sobre vastas porciones del planeta como frica, Asia y Amrica donde se registran sociedades con formaciones polticas segmentarias que permitan integrar a vastas poblaciones mediante instituciones complejas pero descentralizadas. Los europeos interpretaron las estructuras de liderazgo que encontraron en los Andes a partir de las categoras del modelo de organizacin medieval, con cadenas descendentes de delegacin de autoridad a partir de un monarca, incorporndolas as a las concepciones que presidan las jerarquas nobiliarias en la Europa de entonces. De all la imagen de los curacas o dirigentes tnicos registrada en la documentacin es similar a la de los seoros feudales europeos y por eso se alude a las formaciones sociales andinas como Seoros. La literatura etnohistrica sin embargo, indica que estas sociedades tenan una marcada orientacin corporativa y estaban dotadas de mltiples mecanismos institucionales que regulaban el ejercicio del poder poltico y restringan la acumulacin econmica por parte de los individuos o linajes particulares. Estas estructuras se constituyen entonces en lo que se ha dado en llamar modo corporativo de accin poltica (Blanton et al. 1996) o comunalismo complejo (McGuire y Saia 1997), caracterizados por la formalizacin de comportamientos igualitarios, estrategias que sin negar la desigualdad social, intentan nivelar dichas inequidades. La base de las formaciones segmentarias andinas estaba constituida por el ayllu, grupo de personas que se conceban como parientes por descender de un antepasado comn (real o mtico) y administraban corporativamente recursos estratgicos asociados a la tierra como parcelas de cultivo, agua y pastos. En un nivel mnimo estas unidades incluan a centenares de familias, a menudo residentes en distintas comunidades, siendo ayllus menores y los ayllus mayores que abarcaban hasta miles de personas, en

66

Los Albores de la Historia

un grupo tnico o confederaciones. Las coaliciones resultantes eran capaces de contener a varios grupos tnicos y decenas de miles de integrantes, sin que estas parcialidades o unidades constitutivas perdieran su identidad ni autonoma poltica relativa. En el mundo Andino los ayllus y sus relaciones polticas, tuvieron ligadas dos lgicas a sus experiencias y prcticas de los actores, una es el territorio y la otra es el parentesco. El territorio se ancla en la experiencia comn de un lugar y en la voluntad de defenderlo y administrarlo, pero tambin en la de acceder a zonas productivas diferentes en los Andes, que se distribuyen a considerable distancia como en toda zona montaosa, asociadas al control de territorios continuos y discontinuos, en fajas altitudinales y zonas de concentracin de recursos (Nielsen 2006). En cuanto al concepto de parentesco, la lnea de linaje se centraba en el ayllu, en torno a un conjunto de creencias referentes a orgenes comunes y a una jerarqua de antepasados concebidos como propietarios ltimos de la tierra y fuentes de toda autoridad. Los recursos y el rango que usufructuaba cada linaje o ayllu eran los que les correspondan como descendientes de determinadas guras ancestrales, reales o mticas. Esto estaba ligado a ciertos rasgos del entorno natural, como por ejemplo, cerros, rocas, o tambin a objetos como emblemas de mando, el cuerpo del ancestro u otras materialidades que lo representaban como sepulcros, monolitos, imgenes o textiles (Duviols 1979; Isbell 1997; Kaulicke 2001).

En cada nivel de la jerarqua segmentaria el poder poltico era ejercido por una autoridad jilaqataayllus menores, o mallku-ayllus mayores o mitades, capac mallku para el grupo tnico o confederacin. Eran asistidas a menudo por una segunda persona cuyas atribuciones podan abarcar desde el cogobierno hasta el reemplazo o sucesin. En ciertos contextos estas autoridades masculinas deban ociar conjuntamente con sus esposas o tallas (Pla 1987; Rasnake 1989). Conclusiones Se presentaron a grandes rasgos dos conceptualizaciones tericas, los lineamientos neoevolucionistas y las estrategias corporativas, que tratan de denir en forma diversa el carcter de las formaciones polticas que gobernaron los destinos de las comunidades del Noroeste Argentino durante este perodo del siglo X al XV, denominado de los Desarrollos Regionales. A travs de formas distintas de interpretar al registro arqueolgico y su contexto, se dan ejemplos de cmo los diferentes programas de investigacin abordan su objeto de estudio, sitios, artefactos, fuentes documentales, etc., intentando dar cuenta para construir el relato de la narracin histrica prehispnica.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad X? Diferencias e implicancias de las discusiones del Periodo de Desarrollos Regionales. Tratado por Equipo de Ctedra (2012), Tarrag (2001) y Nielsen (2007). Marcos interpretativos de los proceso de evolucin social. Tratado por Equipo de Ctedra (2012), Tarrag (2001) y Nielsen (2007) Las sociedades del Periodo de Desarrollos Regionales como jefaturas. Tratado por Tarrag (2001). Las sociedades del Periodo de Desarrollos Regionales como organizaciones corporativas. Tratado por Nielsen (2007).

Captulo X. Sociedades Complejas en el NOA II: El Periodo de Desarrollos Regionales

67

Preguntas de Examen a) Cules son los principales procesos sociales que se dan en el Perodo de Desarrollos Regionales? b) Explica las diferencias entre la arqueologa neoevolutiva y post-procesual respecto a las formaciones sociales y polticas del Periodo de Desarrollos Regionales. c) Qu evidencias arqueolgicas permiten identicar y respaldar la nocin de complejidad social y poltica entre los grupos humanos del sur andino entre 1000 d.C. y 1470 d.C. y cules se oponen? d) Cmo interpreta Tarrag la complejidad social y la emergencia de jerarquas entre las comunidades del Periodo de Desarrollos Regionales? Qu evidencias arqueolgicas le permiten respaldar esta propuesta? e) Cmo entiende Nielsen a las formaciones sociopolticas del sur Andino del Periodo de Desarrollos Regionales? Cmo se entiende el concepto de corporativismo en este contexto y cul es el aporte de la informacin etnohistrica al mismo?

Captulo XI. Sociedades Complejas en el NOA III: El Dominio Inka del Noroeste Argentino

69

Captulo XI- Sociedades Complejas en el NOA III:


El dominio Inka del Noroeste Argentino. Se intenta en este captulo reconocer las estrategias de expansin que implementaron los Inkas para incorporar los territorios al sur de su imperio el Tawantinsuyu, que denominaron Kollasuyu, o regin de los Kollas. En esta zona geogrca se incluye al norte grande de Chile, al altiplano y sur de Bolivia y al Noroeste de Argentina. Tambin se exploran las probables respuestas que llevaron adelante las sociedades locales preinkas a esta invasin, como analizar las diferentes evidencias arqueolgicas que prueban la presencia efectiva del Imperio Inka en estas tierras. Caracterizacin del poder Imperial Inka: Se ha intentado explicar el proceso que llev al Estado Inka a controlar y administrar los territorios y poblaciones localizados al sur del Cusco, que corresponden a las regiones del extremo norte de Chile, extremo sur de Per y noroeste Argentino. Durante aos, se trabaj con modelos emanados de la etnohistoria, construyendo una historia andina basada en documentos escritos, quedando como desafo implcito y explcito su vericacin y complementacin arqueolgica, respuesta que en los ltimos aos la arqueologa regional ha intentado dar cuenta. El rea aunque presenta espacios marginales en relacin a los Andes Centrales. Septentrionales y Circumtiticaca bajo el control del Estado Inka, fueron integrados al sistema imperial macro andino. La anexin y administracin de nuevos territorios presenta diferencias substanciales en los niveles de inversin estatal y sus efectos en las sociedades locales. En este mosaico ecolgico y poltico del rea Andina necesitamos preguntarnos si existieron polticas estatales generales que se negociaron y acomodaron a las condiciones ecolgicas y sociales de las provincias, y a la resistencia o anuencia de las comunidades conquistadas. La expansin ocurri en algunos casos, bajo un sistema de administracin efectivo, lo que signic que las poblaciones locales fueron integradas alas estructuras polticas, econmicas e ideolgicas del Inka. Fue en este proceso en donde las sociedades locales vivieron en tensin de aceptar las polticas del estado, ya fuera por adhesin voluntaria o por imposicin del estado debido a circunstancias de resistencia social. En otros casos es posible que cierto tipo de mecanismos ideolgicos fueran los que pudieron suceder. La arquitectura inka, tomada como indicador, fue adems de una decisin constructiva o monumental, un acto simblico de apropiacin de la tierra. Esto permiti reformular el espacio preexistente e introducirlo materialmente en el reino de lo poltico y simblicamente inka. En este sentido consideramos apropiados los conceptos de exclusin y de asociacin, para plantear las lgicas de la organizacin espacial. Sin embargo, la dominacin en lo puramente simblico a travs de las construcciones, seguramente no habra podido ser ejercida sin un dominio simultneo en lo social. Por ello debi ser sumamente importante la toma de decisiones sobre la ubicacin de los emplazamientos inka en relacin a una arquitectura local ya existente. Pero este concepto de asociacin involucra a su vez un doble juego o contradiccin, por un lado la aparente armona entre lo inka y no inka y al mismo tiempo una segregacin de lo inka a travs de sus expresiones materiales. Son ejemplos de asociacin la presencia de sectores con arquitectura inka en poblados preexistentes como ocurre en los sitios de Pucar de Tilcara, La Huerta, La Paya, etc. Pero junto a este principio de asociacin se dispone otro de exclusin que marca diferencias en el manejo de la espacialidad entre el dominio de lo inka y lo local. En ambos casos el Inka se mezcla con local pero al mismo tiempo se separa estableciendo una distancia social (Williams y DAltroy 1998). Entonces, la construccin de una infraestructura fsica para facilitar la administracin estatal en los espacios conquistados fue un factor importante para la expansin del Estado Inka, sumado esto a la pacicacin de territorios intermedios al interior de la regin andina controlada para contener posibles grupos hostiles. El Estado deba reducir al mnimo la posibilidad de levantamientos contra el sistema, ya fuera en forma de asaltos a caravanas, reas de almacenaje u otras instalaciones estatales (Nuez y Dillehay 1995). Se ha postulado, que el Estado Inka tuvo una intervencin poltica, econmica e ideolgica con distintos matices en el norte de Chile, sur de Per y Noroeste de Argentina (Santoro et al. 2000; Williams et al. 2008). Por un lado el control indirecto de estas regiones, y por el otro el intento de control mediante la construccin de instalaciones para manejar

70

Los Albores de la Historia

la administracin y la seguridad del territorio conquistado, por ejemplo: evitar las incursiones de los chiriguanos al interior del Noroeste Argentino. Sin embargo, la mayora de estas instalaciones imperiales no presentan caractersticas defensivas, o se registraron eventos de destruccin de grandes poblados preincaicas, como La Paya, Tolombn o Rincn Chico, excepto en el sitio de Los Amarillos en la quebrada de Humahuaca; lo que podra sugerir que se recurri a otras estrategias para la conquista como la negociacin con las elites locales y no a un enfrentamiento armado a gran escala (Nielsen y Walker 1999; Uribe 1999-2000; Uribe et al. 2000). Los resultados de las investigaciones arqueolgicas presentadas por Williams, nos introducen un panorama diverso y verstil al referirse al modelo de expansin y dominacin de territorios del Kollasuyu por parte del Estado Inka. Las diferencias sustanciales en los niveles de intervencin imperial nos presentan una ocupacin por momentos intensiva en algunas reas, de corta duracin en otras y que estuvo sujeta tanto a un control administrativo organizado por el Cusco conformando provincias administrativas como a travs de alianzas con jefes tnicos. Estas formas alcanzaron esferas polticas, econmicas e ideolgicas. Como por ejemplo: santuarios de altura localizados en cumbres de cerros, pukaras con mayor y menor visibilidad, para producir no solo la defensa como en sitios preinkas, sino un recordatorio de la imponencia imperial. Otros sitios son construidos en forma separada de las poblaciones locales es decir en un esfuerzo por segregar al espacio estatal. Podemos armar entonces, que el modo de dominacin Inka, se presenta variable en cuanto a adecuar sus polticas generales a las condiciones locales, con el objeto de asegurar sus intereses y demandas centrales. Analizando casos de resistencia a la dominacin: En cuanto a las respuestas por parte de las comunidades locales preinkas, se sabe que muchas articularon sus producciones y caractersticas de sociedades complejas, a los requerimientos del poder invasor del Tawantinsuyu, no solo aceptando directivas emanadas del poder imperial inkaico, sino con un espacio de resistencia y de doble inuencia entre sociedades dominadoras y dominadas (Gonzlez y Tarrag 2004). En ciertos territorios por ejemplo en el valle de Yocavil, en su extremo meridional, se han observado numerosas evidencias arqueolgicas que llevan a pensar en un papel activo y de no sumisin automtica a los lineamientos e inuencias del poder

inkaico; ms bien la persistencia en motivos cermicos y metalrgicos nos llevan a pensar en cambios y en continuidades histricas que incluyeron motivos iconogrcos de representaciones preinkas propios de las sociedades locales, sin incluir mano de obra extraa al valle y de zonas aledaas, utilizando a los artesanos idneos ceramistas y metalurgistaspropios de la regin, plasmando en sus producciones motivos ya existentes y realizando resistencias simblicas. Esto se puede observar en las producciones de pucos en pocas inkaicas de la cermica de estilo santamariano bicolor, con correlacin a la alfarera Famabalasto Negro Grabado, gozando de un reconocimiento cultural cuzqueo y por ello de sumo inters por parte de las autoridades imperiales que difundieron estas piezas hacia asentamientos estatales externos al valle de Yocavil. Algo similar ocurri con la produccin metalrgica, si bien con la irrupcin del Tawantinsuyu se produjeron objetos del catlogo imperial, tambin continuaron grandes discos y las campanas ovales. Se introdujeron cambios en la organizacin de la produccin metalrgica, todos ellos tendientes a promover un aumento en la escala de salida de productos, se fue manteniendo el estilo tecnolgico de procesamiento de los materiales y del personal idneo para llevarlos a cabo, siendo posible su traslado a otros centros metalrgicos fundados por el inkario en los Andes del sur (Gonzlez et al. 1999). A la vez, que se han registrado cambios en la arquitectura de ciertos sitios como en Ampajango por ejemplo, en otros como en Rincn Chico se observa que el amplio escenario ceremonial preinka no se ha modicado, sino ms bien profundizado, es en este esfuerzo por enfatizar las huancas del piedemonte que continan operando como en los tiempos anteriores, lo que podra sealar que algunos segmentos de la poblacin reprodujeron y mantuvieron el sistema de creencias ancestral. Es en este contexto, que analizando tanto los cambios como las continuidades que se advierten en la cultura material y en los espacios rituales, nos estn hablando de la multiplicacin de fenmenos de resistencia cultural y sealan no slo las estrategias desplegadas para la adecuacin de un nuevo orden, sino tambin los esfuerzos para mantener y subrayar una diferenciacin social y simblica, representando el territorio de Yocavil meridional en un interesante caso para el estudio de los mecanismos de resistencia a la dominacin por parte de las sociedades locales al Tawantinsuyu.

Captulo XI. Sociedades Complejas en el NOA III: El Dominio Inka del Noroeste Argentino

71

Diferentes Hiptesis Utpicas de la dominacin Imperial Inkaica: La conquista, anexin y dominio administrativo de los Andes del Kollasuyu, se produjo durante el reinado de Thopa Inka Yupanki, que de acuerdo a la cronologa del cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, corresponde al ao 1471. Existen diferentes teoras utpicas sobre el devenir de los inkas como imperio y su hecatombe nal. La primera utopa gloricaba un imperio pacco, dond la bondad de los gobernantes y gobernados haca imposible la injusticia. Este imperio pona orden sobre los pobladores atrasados y generaba una proteccin en donde la abundancia eliminaba el hambre. Anlogo al menos en parte al crecimiento del estado moderno sobre la anarqua feudal, narrada por los autores renacentistas. El segundo planteo, tambin utpico dena el avance del estado inka con violencia y con guerra cruel. As gobernaba a otros pueblos entre la opresin y la injusticia. Ni una postura ni la otra, fueron sustentadas con verdaderas fuentes documentales, al igual que la comparacin con un imperio socialista inka. Una tercera teora trataba sobre el avance conquistador y su legitimacin sobre la versin de la evangelizacin y de la civilizacin, a modo de justicacin frente a la invasin y dominio en suelo americano. Se coincide actualmente en el planteo de que estas posturas son extremas y se vuelve la mirada cientca sobre el registro arqueolgico, ms precisamente en el patrn de asentamiento arquitectnico del kollasuyu, que cubra un territorio de 800.000 Km2, habitados por comunidades locales, sobre un total de 1.700.000 Km2, del Tawantinsuyu. Evidencia del registro arqueolgico con caractersticas imperiales: Las pruebas arqueolgicas que constatan la presencia inka en el Kollasuyu, se pueden inscribir en una larga lista de diversas tecnologas, artesanas e instalaciones edicadas con arquitectura en piedra y adobe que tapizan los Andes en todos sus paisajes. El estilo alfarero inkaico, que se caracteriza por diseos geomtricos ejecutados con tonalidades rojas, negras y blancas se extendi lo largo y ancho del imperio por ejemplo en vasas cermicas que poseen un cuello muy estrecho, una forma de media esfera y una gran asa lateral, con una funcionalidad de transportar lquidos como agua o chicha, al igual que en las comunidades andinas actuales, denominados

arbalos, estas vasas, se ubicaban en las espaldas o en el lomo de una llama. Tambin platos planos denominados pucos con imgenes que sobresalen en el borde con forma de animales como aves llamados pucos patos. O tambin vasos con formas de base plana y paredes levemente abiertas, que los Inkas heredaban de la vieja tradicin cultural Tiwanaku, denominados keros. Existen tambin artefactos de bronce, que si bien continuaban una tradicin metalurgista por parte de las comunidades locales pre-inkas, incrementaron una produccin en serie, como por ejemplo en las armas como las macanas, porras, hachas en formas de T, cuchillos llamados tumis, bolas de lanzar y mazas estrelladas, de plata, cobre y algunas de oro, y otros objetos de oro como los idolillos, etc. La industria textil en tiempos de los Inkas fue prcticamente monopolizada por el Estado, estableciendo un geometrismo iconogrco, que se observa en la alfarera. Se presentaba como elemento de redistribucin popular, cmo ddivas o como pago a los ejrcitos y como tributo exigido a los pueblos conquistados. Se observan prendas hechas en este arte milenario como ropas nas, cumbis, camisetas uncus, gorros y ropas pequeas utilizadas para vestir a los idolillos, que acompaaban a las ofrendas en los nevados andinos. El arte textil se presenta tambin en una forma de contabilidad llamado Kipu o Quipu elaborado con un intrincado sistema de nudos de diferentes tamaos y colores. Arquitectura y Urbanismo Inka: La diversa evidencia del registro arqueolgico establece la inuencia inkaica en el kollasuyu, pero ninguna prueba es tan certera como la impronta arquitectnica que nos aporta importante informacin sobre la funcionalidad de los distintos sitios en donde los Inkas realizaban sus actividades cotidianas y plasmaban su cosmovisin, es decir su manera de ver el mundo. Se presentan a continuacin diferentes instalaciones con variadas funcionalidades construidas y fundadas por los inkas, como por ejemplo: 1-Las Tamberas: eran unidades de asentamiento ubicadas a la vera de los caminos, funcionaban como verdaderos hoteles que servan para el descanso y aprovisionamiento de hombres y animales. All se refugiaban caravanas de funcionarios, servidores y de llamas cargadas, que transitaban continuamente por la red vial inka.

72

Los Albores de la Historia

2-Los sitios con arquitectura militar-Pukaras: eran sitios con infraestructura militar, estas guarniciones se ubicaban en lo alto de los cerros y mesetas, delimitando por un lado las fronteras geopolticas de la avanzada Inka en el Kollasuyu, es decir pukaras fronterizos; y por otro lado los internos en donde se necesitaba la rearmacin de la presencia inkaica, asociados a centros administrativos y a enclaves de explotacin econmica. 3-Los Santuarios Inkas: fueron la nica comunidad en el mundo que ocup aunque transitoriamente altitudes por encima de los 4000 metros, en estas cumbres se presentan condiciones desfavorables al asentamiento humano y marcan el simbolismo profundo que daban al culto solar y a la fertilidad. Estos santuarios de altura presentan construcciones circulares y otras a manera de montculos de piedra o una piedra como sacricios humanos-nios adolescentes y adultos- con ricas vestimentas confeccionados en textiles. 4-Los Centros tributarios y administrativos: estos sitios cumplieron las funciones ms relevantes dentro del Estado y estn representados por sitios que poseen mayores estructuras. Posean un trazado urbano en menor escala que el del Cuzco, haban sido Cuentan con edicios ms representativos de la redistribucin de bienes y servicios realizados por el Estado Inka, cuentan con una arquitectura inka, como la Kallanka grandes galpones de almacenaje y lugar de ceremonias en pocas de lluvias. El Usnu o trono en donde se sentaba a juzgar y legislar el

gobernador provincial, las Collcas o depsitos, las Aklla-Huasi o casa de las tejedoras, etc. Fueron construidos en lugares estratgicos, sin ocupaciones previas y estn prximos a recursos como son los de explotacin minera de cobre, oro, plata, estao, galena, etc. En su seno, vivan las autoridades locales en donde se realizaban la redistribucin y tributo. Existen en sus inmediaciones evidencia arqueolgica de mano de obra transferida desde otros mbitos como son los mit maq. 5- Los Caminos Inkaicos: la red vial inka fue la poseedora de los elementos fundamentales sostenedores del andamiaje del Imperio. Verdaderas vas de penetracin, circulacin y trco, que se extienden a lo largo de dos ejes, uno de la costa que transcurra por Chile y el otro por el altiplano de Bolivia y de Argentina, o camino de la Sierra, junto a otros transversales que unan a los dos tramos. Posean alrededor de 20.000 km, de extensin por todo el Tawantinsuyu, y fue imprescindible para unir a todo el imperio, y potenciar la movilidad y la transmisin de informacin, el desplazamiento de grandes grupos humanos con diferentes nes, transportes de bienes, especias, desplazamientos de ejrcitos, etc. As aanz sus territorios, pudo prevenir cualquier intento de levantamiento de otros grupos y consolid su dominio y transporte hacia el Cuzco de metales, granos, piedras semipreciosas, en n hombres y camlidos necesarios para tantos servicios y tributos.

Qu temas deben quedar claros despus de estudiar la Unidad X? El imperio inka en el kollasuyu. Tratado por Equipo de Ctedra (2012), Williams (2010), Berberin y Rafno (1991) y Gonzlez y Tarrag (2006). Infraestructura impeial en el Sur Andino. Tratado por Equipo de Ctedra (2012), Williams (2010) y Berberin y Rafn0 (1991) Transformacin de trabajo durante la conquista inka del kollasuyu. Tratado por Gonzlez y Tarrag (2006).

Preguntas de Examen a) Qu es un estado expansivo? Cmo puede entenderse, dentro de esta categora, al estado inka? b) Qu estrategias utilizaron los Inkas para someter a los pueblos surandinos? c) Cmo se resistieron las poblaciones locales? d) Cmo se estructur materialmente el estado?

anexo - Cmo se rinde un examen final de prehistoria y arqueologia?


En este breve escrito intentamos presentarles algunas sugerencias bsicas de cmo rendir un examen nal en Prehistoria y Arqueologa. Un examen nal es la instancia clave de cada materia donde se evala el conocimiento global que ha adquirido el estudiante en la misma. Su nota se computa en el anlitico, por lo que un mal resultado repercutir en el promedio general de la carrera. ste puede convertirse en una herramienta fundamental para acceder a puestos laborales, por lo que es necesario tener buenos resultados, los cuales se logran estudiando sistemticamente. Si se presentan dicultades al preparar la materia se debe recurrir a los docentes de la misma en horarios de consulta. El examen nal incluye TODOS los temas del programa de estudios vigente en el momento en que se regularizara la materia. Los alumnos libres deben conocer el contenido total del programa vigente al momento de rendir. Por lo tanto este ltimo debe servir como gua permanente de estudio. Para alumnos regulares, el examen se inicia con el desarrollo de un tema elegido por el estudiante, despus del cual se abre una serie de preguntas del programa de estudios. Por ello es muy importante presentarse al examen con un buen tema preparado correctamente problematizado, acotado y desarrollado. Cmo se prepara el tema? El tema debe estar bien problematizado. Es decir que se deber intentar responder a una pregunta relevante, la cual se debera formular en la introduccin de la exposicin, en la cual tambin se debera acotar el problema espacial y temporalmente. El desarrollo debe contener las reexiones y datos relevantes por lo cual hay que realizar una seleccin de los contenidos a desarrollar, que no sean insucientes, pero tampoco irrelevantes. Este desarrolo debe tratar de incorporar tambin, y si fuera correspondiente, los debates vigentes en torno a la temtica discutida. Finalmente se debera llegar a una breve conclusin o reexin nal. Para alumnos libres el contenido del examen es exactamente el mismo, pero el examen consta de una primera parte escrita, que debe ser aprobada para pasar al examen oral, en el cual los docentes de la mesa realizarn una serie de preguntas abiertas. Por lo tanto, el examen libre no es imposible de aprobar, pero debe considerarse que la nota resultante de esa evaluacin tambin va al analtico. Cmo se responden las preguntas de un examen? ante una pregunta en un examen hay que reexionar bien qu se est interrogando, ordenar mentalmente las ideas que se tratarn y la vinculacin entre ellas. Recin despus de este anlisis hay que empezar a hablar, en tranquilidad, exponiendo las ideas, no repitindolas sin escucharse a s mismo. Se preguntan detalles en arqueologa? NO. Los arquelogos no estudiamos detalles de memoria, tratamos de entender los mismos procesos analizados por los historiadores, a partir del registro material. Por ello al estudiar, hay que tratar de retener los procesos generales analizados, las discusiones tericas en torno a ellos, y si es necesario, qu papel juega tal o cual aspecto del registro arqueolgico en determinadas explicaciones. El examen nal se rinde en mesas que dispone el despacho de alumnos de la facultad siete veces al ao (febrero, marzo, mayo, julio, septiembre, noviembre y diciembre). Las inscripciones a las mismas, obligatorias para poder ser examinado, se hacen en el despacho de alumnos o a travs Guaran, con varios das de anticipacin. Por lo tanto se debe considerar ese aspecto administrativo que no podr ser modicado por los docentes el da del examen. Como en todo acto pblico un examen nal implica la generacin de algunos documentos de constancia. Acta de examen: el acta de examen debe incluir al alumno examinado y los miembros del tribunal examinador. En ella el docente incluir la nota de la evaluacin y el alumno su rma. Libreta de estudiante: como documento del alumno, la misma deber ser puesta a disposicn del tribunal para corroborar la regularidad en la materia y colocar la nota de la evaluacin rmada por el profesor a cargo de la mesa. Sin esos dos documentos, un examen no puede ser desarrollado.

También podría gustarte