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La Malena Articulo

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LA MALENA, LA ELEGANCIA DE UNA BAILAORA DE LA VIEJA ESCUELA Magdalena Seda Loreto, La Malena, naci en Jerez de la Frontera en 1877, en el seno

de una familia gitana de gran tradicin flamenca. Tuvo como maestra a su ta Mara la Chorra, que destacaba especialmente en el baile por alegras. De ella aprendi a mover las manos y los brazos con una gracia y un estilo insuperables. Pronto se traslad a Sevilla y fij su residencia en la Alameda de Hrcules, que en aquellos aos destacaba por ser uno de los espacios ms flamencos de la capital andaluza. All tuvo como vecina su paisana y genial artista Juana la Macarrona (ENLAZAR POST), la nica bailaora de su tiempo capaz de hacerle sombra a La Malena. Segn Fernando el de Triana, era difcil elegir a una de las dos: Esta clebre bailadora es la que durante muchos aos tiene divididas las opiniones sobre cul es la mejor, si la Macarrona o ella. Por la colocacin de sus brazos, y por los majestuosos movimientos de su arrogante figura, llenos de ritmo y de salsa gitana, siempre cont y cuenta con la admiracin del pblico, que con entusiasmo aplaude el maravilloso arte de tan genial artista. Ya est metida en aos, como su eterna competidora; pero, as y todo, cuando las dos dicen vamos all!, sin duda ni discusin, son las dueas del baile clsico flamenco (<em>Arte y artistas flamencos</em>, 1935). De hecho, las carreras de ambas artistas discurrieron por derroteros similares, desde sus inicios en los cafs cantantes sevillanos, pasando por los teatros y los xitos internacionales, hasta terminar su vida profesional en distintas compaas artsticas. A finales del siglo XIX, La Malena y la Macarrona reinaban en El Burrero, y posteriormente coincidieron en el Novedades. A principios del siglo XX, el caf Filarmnico tambin fue testigo del baile majestuoso, elegante y recogido de Magdalena Seda, de la gracia de sus brazos y la belleza gitana de su rostro. La Malena simbolizaba y compendiaba toda la gracia, todo el garbo y todo el mejor estilo de un arte aprendido y asimilado por ella con verdadera devocin, y en el que pona toda su alma y todos sus sentidos []. Y aade Manuel Vallejo: 'Nosotros los flamencos no sabramos elegir entre ella y la Macarrona, y tampoco cul de las dos era mejor. La Macarrona era todo nervio, flamenquismo, gracia, un verdadero fenmeno. Por el contrario, la Malena, ms espiritual, ms exquisita, ms cultivada, obedeca a unos principios en los que el arte en toda su pureza se impona. Jams pis la cola de su traje -aade- ni dio pasos hacia atrs, como lo hacen todas. Su arte era distinto a las de su gnero, y haba que verla bailando en contra tiempo. Adems, tena un buen tipo y unos brazos interesantes, con los que realizaba verdaderas filigranas. En los sitios en los que ella actuaba haba que 'cerrar las cancelas' todos los das. Har unos cuarenta aos, en el Novedades de Sevilla, le pagaban treinta reales diarios, igual que a la Macarrona (Revista <em>Dgame</em>, 27-2-1956) (1). En 1908, la Malena figuraba en el cuadro flamenco del sevillano Teatro Novedades, junto a los siguientes artistas: Tocador de guitarra, Jos Triana, 'El Ecijano'. Cantadores: Antonio Valiente, 'El Macareno', uno de los ms famosos y que ms se distinguen en el gnero andaluz, y Jos Prez, 'El Tiznao'. Bailadoras: Magdalena Seda; Antonia Gallardo, 'La Coquinera'; Juana Junquera; Rita Ortega. Cantadora: Teresa Seda, 'La Jerezanita'. Boleras: Carmen Fernndez, Presentacin Muoz, Mara Pardo, Antonia Serrano, ngela lvarez y Teresa Jordn. Coupletistas: Candelaria Medina y 'la Lul' (<em>El Globo</em>, 10-3-1908). En 1911, la bailaora pase su arte por la Rusia de los zares, junto a la compaa del maestro Realito.

A finales de los aos veinte era ovacionada a diario (<em>Heraldo de Madrid</em>, 23-4-1929) en el Kursaal sevillano, donde formaba parte de un cuadro dirigido por el bailaor Frasquillo. Convertida ya en toda una institucin del baile flamenco y, una vez ms, junto a Realito, La Malena se present con gran xito en la Exposicin de Barcelona de 1930. Comienza entonces una nueva etapa de esplendor para la artista, que vuelve a salir de gira con distintos espectculos, saborea de nuevo las mieles del xito y es constantemente elogiada por la prensa de la poca. En abril de 1933 se estrena en Madrid el sainete andaluz Manolo Reyes o La fragua del Sacromonte, de Pedro Moreno Garca. Segn la crtica, la obra no es ms que un pretexto para el lucimiento de grandes figuras, como la Nia de los Peines, Pepe Pinto o La Malena, que son calurosamente acogidas por el pblico. La Malena, la 'bailaora' de sabor clsico, fue muy celebrada. [] En suma: una afortunada jornada para el cante 'jondo' y el baile flamenco (<em>El Imparcial</em>, 20-4-1933). A decir verdad, <em>Manolo Reyes</em> son unas cuantas coplas gitanas y flamencas con gotas de sainete. [] Pastora Pavn [...] con sus 'seguiriyas' gitanas, madre del 'cante jondo'; Pepe Pinto, con su 'prosa flamenca' []. Luego, 'La Malena', encarnacin soberbia del 'baile jondo' -que nada tiene que ver con el baile flamenco- nos deleit con la maga elocuencia de su busto y de sus pies, donde la armona contenida y expresiva, crispada y refrenada de la carne en pasin, labra su mejor poema (<em>El Sol</em>, 20-4-1933). Un mes ms tarde, La Malena, junto a la Macarrona y Fernanda Antnez, forma parte del nuevo espectculo de Encarnacin Lpez, la Argentinita, que se presenta por primera vez en el Teatro Falla de Cdiz. Se trata de una adaptacin de El amor brujo de Falla, en la que tambin intervienen, adems de su directora, los bailaores Rafael Ortega y Antonio Triana, y una jovencsima Pilar Lpez. La msica corre a cargo de la Orquesta Btica de Cmara. En un reportaje previo al estreno, Miguel Prez Ferrero ofrece sus impresiones sobre el ensayo de la obra, y reproduce las declaraciones de la Argentinita sobre las veteranas bailaoras: Baila incomparablemente la mocita. Se queda quieta, pensativa, La rodean las viejas. Corre la espina dorsal un calofro. No hay adjetivos posibles. Son las abuelas del baile con el prestigio de su nieta mejor! Yo me he encargado de buscar los elementos de esta compaa. [] Los que Falla merece y necesita. Estoy encantada de todos: de esas tres enormes 'bailaoras' que son la Macarrona, la Malena y la Pompi, con las cuales el baile flamenco puede conservar su categora de primer plano artstico en todo el Mundo (<em>Heraldo de Madrid<em>, 30-5-1933). El estreno del espectculo es todo un xito, amplificado por el hecho de tener lugar en Cdiz, ciudad natal de Manuel de Falla. A propsito de la representacin, copiamos de un peridico de Cdiz: [] La Argentinita ha conseguido obtener en Cdiz -precisamente por ser el pbico ms difcil y entendido- un rotundo xito con <em>El amor brujo</em>. [] Porque Cdiz, tan difcil de engaar, ha dado su fallo, y el fallo ha sido aplaudir incansablemente y desgarrarse en vtores de jbilo toda la noche (<em>La Voz</em>, 15-6-1933). Tras su bautismo de fuego en la tacita de plata, en junio de 1933 <em>El amor brujo</em> se

presenta en el Teatro Espaol de Madrid, donde sigue cosechando aplausos y elogios. La prensa alaba especialmente la contribucin de la Malena y sus coetneas: ... en esa parte de la fiesta, hay que registrar una resurreccin: la del autntico baile gitano en la sucesin -entre faranica y goyesca- de las 'alegras', finales, incorporadas, con milagrosa inspiracin lazrica por esas tres viejas glorias, 'emperaoras' del viejo caf Novedades sevillano: La Macarrona, La Fernanda, La Malena (<em>Heraldo de Madrid</em>, 16-6-1933). Momentos hubo, como en 'La danza del fuego fatuo', donde la emocin plstica y rtmica alcanz una intensidad y realizacin perfectas con la intervencin de esas tres viejas bailaoras que recordaban a las tres Parcas, hermanas grises, hijas del Caos y ministras del Destino (<em>La Libertad</em>, 17-6-1933). La Macarrena, la Malena y la Fernanda no tienen cuerpo, ni falta que les hace. Bailan sin tener cuerpo! [] Las tres viejas no son las herederas de las bailarinas de Tartessos, son las mismas bailarinas, sin edad desde siempre (<em>La Voz</em>, 16-9-1933). Y esas tres viejas maestras del fandango clsico que son 'La Macarrona', 'La Malena' y 'La Fernanda', que no sienten el peso de los aos sobre sus figuras fondonas: cuando los 'sones' flamencos cruzan el aire, se truecan jvenes, ingrvidas, y arquean las cinturas graciosas y sus pies repiquetean sobre el tablao liberados, por unos segundos, de la esclavitud dolorosa de los juanetes. Porque tienen juanetes, y muy grandes, s, seor! Pero no se les nota cuando bailan (<em>La Crnica Meridional, 30-6-1933). ......................... Incluso el mismo Garca Lorca elogia la labor de las veteranas bailaoras: Esas mujeres, con las batas, con los imperdibles as de grandes sujetndose los pauelos, son extraordinarias. Lo ms grande que se ha visto (<em>Heraldo de Madrid</em>, 23-6-1933). En esos mismos das, el diario <em>Luz</em> publica una entrevista realizada por Julio Romano a la Malena y la Macarrona, en la que se pone de manifiesto que quien tuvo, retuvo, y que, a pesar de sus aos, pocas bailaoras pueden compararse con esos dos portentos de la gracia y el arte flamenco: La 'Malena' y la 'Macarrona'... Glorias de los tablaos andaluces, races magnficas del baile ca, representacin genuina de esa gitanera lagotera y sabia, de gracia chorreante, de gracia pegadiza []. Son dos mujeres y un solo milagro. Como rboles de tronco duro y de tutano blando, estas bailarinas gitanas conservan lo que no han podido arrancar los aos: su arte maravilloso, su vena optimista y zumbona, su gracejo de buensima solera andaluza, la alegra y el empaque de sus movimientos y el sabor dulcsimo de sus palabras [...]. Quin podr copiar la repajolera gracia de sus movimientos, la sensualidad pegadiza de sus jeribeques y escorzos el insinuante y alucinador atractivo de sus arrequives y meneos? [...] No es un gozo verlas arrastrar las colas de las faldas por el tablado, como revuelta espuma que sigue a la nave, repiquetear los pies como chiquillos con rabieta y arquear los brazos o mover el busto en una sucesin maravillosa de imgenes encantadoras y alucinantes? [...] Lo que han perdido de Juventud lo han ganado en sabidura. Ya van 'cuesta abajo', como ellas dicen; pero la vasija conserva su prstina fragancia y el agua clarsima pregona las excelencias del manantial (17-6-1933). En dicha entrevista, la Malena expresa sus opiniones sobre el baile gitano y critica la falta de aficin de las jvenes bailaoras de su tiempo: ... los bailes gitanos son: las alegras, las buleras y las soleares. Todo lo dems es 'maturranga'. ... hay chiquiyas de stas que les chorrea el 'ange' por la cara pa beberlo. Pero no tienen afisin. Y

pa ser algo en este arte hay que entregarse a l con los ojos cerraos, no pens en los sacrificios, ni en el dinero. La artista -si lo es- es porque ha nacido as, como se nace bizco o lisiao. Es una enfermed que no se puede una cur por ms emplastos que se ponga; un cal que no se apaga nunca... Grasia, lo que se dise grasia, tienen las muchachas de ahora en Andaluca. [] Pero no s qu les pasa a las chiquiyas de ahora para aprend el baile flamenco. Son ms flojas que el tabaco ingls! (Luz, 17-6-1933). En el mes de julio, la compaa emprende una gira por el norte de Espaa. <em>El amor brujo</em> se representa con xito en La Corua y Zaragoza, entre otras ciudades, para regresar en octubre al Teatro Espaol de Madrid, con la inclusin de nuevos cuadros (Las calles de Cdiz, Las dos castillas...) y la incorporacin de algunos artistas. La prensa sigue elogiando la labor de las tres maestras: Mencin singularsima merecen las archimaestras del baile gitano la Macarrona, la Malena y la Fernanda, esencia pura del arte ca (<em>Heraldo de Madrid</em>, 16-10-1933). ... las tres grandes maestras de la danza andaluza: esos tres monumentos de sabidura y de espritu de raza que son 'la Macarrona', 'la Malena' y 'la Fernanda', torres de ciencia y torrentes de sangre castiza, inolvicable conjunto de mujeres (<em>Ritmo</em>, 15-6-1933). Las tres viejas maestras del baile gitano [] han dejado sus fortalezas del caf cantante, el ms firme baluarte del arte ca, y han subido a la escena gloriosa del teatro Espaol para animar un momento de <em>El amor brujo</em> y evocarnos con sus <em>alegras</em> todo un pasado esplndido, esmaltado de los ms hermosos y emocionantes recuerdos (<em>Crnica</em>, 5-111933). La Macarrona y la Malena, bronce vivo y tondn al peso de los aos, [] son en estas horas de frenticas modernidades la expresin ms genuina de un arte cuyas races habra que ir a buscarlas muchos siglos atrs []. Qu antiguo y qu puro es el arte de estas dos mujeres []! (<em>El Radical</em>, 11-11-1933). Tras una breve gira por provincias, en noviembre de 1933 la Malena vuelve a presentarse en Madrid junto a la Argentinita, esta vez en el teatro Caldern. Al espectculo se incorpora un nuevo nmero, denominado <em>La romera de los cornudos</em>. Se trata de una creacin de Garca Lorca y del msico Rivas Cheriff, sobre la base de un rito popular granadino. El pblico [] la acogi igualmente con cario y la aplaudi con calor (<em>Luz</em>, 10-11-1933). Meses ms tarde, la compaa se presenta en Sevilla -en el Kursal y en el Coliseo Espaa- y en Crdoba. En 1938, en plena guerra civil, Conchita Piquer presenta en Crdoba un espectculo de variedades que incluye varios de los nmeros con los que aos atrs triunfara la Argentinita, como Las calles de Cdiz, Nochebuena en jerez o la Danza del fuego de Falla. El elenco lo componen, adems de la mencionada artista, Rafael Ortega, Enriqueta Reyes, las Hermanas Jara y el cuerpo de baile 'vieja solera' integrado por 'la Malena', la 'Macarrona' y 'Rita Ortega' (<em>Azul</em>, 4-121938). Una vez finalizada la contienda, en febrero de 1940 Conchita Piquer lleva su espectculo al teatro Caldern de Madrid. La artista ha reunido en una serie de cuadros, de magnfica decoracin y atuendo, de luz y color sorprendentes, [] que son verdaderos aguafuertes, llenos de vida y de emocin plstica, a los mejores y ms acreditados artistas populares que gozan de fama mundial y que en Espaa pueden considerarse como los verdaderos maestros de este difcil arte (<em>Hoja oficial del lunes</em>, 22-1-1940). En el elenco destacan, una vez ms, la Malena y la Macarrona, as como la Nia de los Peines, Pericn de Cdiz y Melchor de Marchena, entre otros artistas.

La prensa vuelve a vuelve a elogiar el baile 'por alegras', en que Macarrona y Malena -bronces autnticos de raza- derraman la ranciedad pura de una solera venerable, [] aquellas mujeres que un da de febrero de 1930, Ana Pawlova quera verlas para sorprender una actitud, un gesto, una mirada del alcaloide de lo espaol (<em>Hoja oficial del lunes</em>, 5-2-1940). En marzo de 1942, la compaa de arte espaol de Conchita Piquer se presenta en el Gran Teatro Cervantes de Sevilla, con un plantel de artistas algo diferente, pero en el que sigue figurando Magdalena Seda Loreto. En julio de ese mismo ao, la Malena participa en las Fiestas Andaluzas de La Playa de Sevilla. Entre 1944 y 1948, la bailaora aparece con bastante frecuencia en la cartelera sevillana, primero en el Saln Zapico y posteriormente en el Gran Casino de la Exposicin. Su cuadro flamenco lo componen entre doce y catorce gitanas, segn la ocasin, y la prensa se hace eco de sus xitos. Miguel Mora Daz (2) nos ofrece una descripcin del baile de la Malena en el mencionado Casino, a travs de Andr Villeboeuf, quien tuvo la suerte de presenciarlo en directo: Sali la Malena, sesentona, flaca, cascada, encorvada, con un grueso mantn de flores cubriendo sus hombros friolentos. Levantando bruscamente la cabeza, como el esgrimidor al ponerse en guardia, comenz su nmero; fue breve. Unos compases de msica, unas cuantas figuras de baile ejecutadas en un espacio de medio metro cuadrado. Los ojos negros de la vieja gitana, bruja y princesa, alternativamente, lanzaban miradas imperiosas sobre la concurrencia. Sus brazos se redondeaban, describiendo en el aire unas curvas tan nobles, tan singulares; sus movimientos, aun estando medidos, tenan tal prestigio que el pblico, electrizado, abra mucho los ojos, sintiendo confusamente, sin comprender del todo, que suceda algo. En octubre de 1946, la Malena participa en el homenaje ofrecido a la Macarrona por la compaa de Pilar Lpez en el Teatro San Fernando de Sevilla. En 1952, tras ms de medio siglo de magisterio sobre los escenarios y a pesar de sus achaques, a Magdalena Seda an le quedan fuerzas para volver a presentar su cuadro flamenco en el Gran Casino de la exposicin. Tres aos ms tarde, la Malena se despide definitivamente de los escenarios en un marco incomparable, el Parque de Mara Luisa de Sevilla, donde se celebra el Festival de Cante y Baile Popular de Andaluca. La veterana bailaora comparte cartel con algunas de las jvenes figuras del momento y, como siempre, no decepciona al auditorio: El 'Chiquetete', 'Bizco Melchor', 'El Piripi', 'La Bernarda', 'El Perrate', 'El Morato', 'Terremoto'... Presidindolo todo, contagindonos su gracia y simpata, 'La Malena'. Ochenta aos -'Estoy mu trabajata'-, y cuando eleva los brazos para las alegras comprendemos que algo muy verdadero e importante sucede (<em>ABC</em>, 16-6-1955). En 1956 se apagaba para siempre esta genial bailaora en su casa de la sevillana Alameda de Hrcules. En los ltimos tiempos se la haba visto vendiendo pipas y caramelos en un quiosquillo de madera. La que fuera una de las ms grandes artistas flamencas de su poca, toda una institucin en el baile por alegras, mora pobre y olvidada. Hasta en ese triste final corrieron parejas las vidas de la Malena y su inseparable compaera en tantos escenarios, Juana la Macarrona. (1) Citada por Jos Manuel Gamboa en <em>Una historia del flamenco</em>, Barcelona, Espasa, 2004. (2) Miguel Mora Daz, <em>La voz de los flamencos. Retratos y autorretratos</em>, Madrid, Siruela, 2004.

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