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Hechos Apostólicos Parte 9

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Hechos Apostlicos

22. Hechos 22

Hechos Apostlicos es un estudio de la Edad Apostlica de la iglesia cristiana temprana. Es la continuacin milagrosa de la obra de Jess en el primer siglo, a travs de la obra del Espritu Santo y su iglesia. Presenta el ministerio de Pedro, de los doce apstoles y de Pablo de Tarso, en su cumplimiento de la Gran Comisin desde el Da de Pentecosts hasta llevar el evangelio a Roma, el capital del mundo.

47. CAPITULO 25: ESCUCHAD LA DEFENSA


Lase Hechos 21:37-22:30. Preguntas de Preparacin 1. Por qu permiti el tribuno romano que hablara Pablo? 2. En qu forma adapt Pablo su defensa a los que le oan? 3. Cul fue la reaccin a esta defensa? 4. Cmo us Pablo su ciudadana romana? Introduccin Pablo haba sido rescatado de una muerte segura a manos de la chusma juda, por la llegada de los soldados romanos. Estos soldados le haban llevado de la zona del templo, en donde los judos intentaban matarlo, y le haban trado al castillo, que era el cuartel romano. Al llegar a las escaleras que conducan al castillo, Pablo se dirigi al tributo y le pidi permiso para hablar a la gente que le haba estado siguiendo, pidiendo la muerte de Pablo. El tribuno qued sorprendido al oir que Pablo le habl en griego. El pensaba que Pablo era el egipcio que haca poco haba instigado una sublevacin en contra de Roma y que haba llevado al desierto a cuatro mil hombres de un grupo denominado "Los Asesinos". Al identificarse Pablo como judo de Tarso de Cilicia, el capitn concedi a Pablo que hablase a la gente. La defensa de Pablo fue una resea de la manera en que ste se convirti y de sus primeras experiencias como creyente. Los detalles presentados ya los conocemos, puesto que los hemos visto anteriormente en el libro de los Hechos. Sin embargo, ahora los volvemos a ver en la forma en que Pablo los present a este grupo especial de personas. Veremos cmo escogi l lo que quiso decir, y la forma en que lo dijo, adaptando su mensaje a los oyentes all presentes. 1. La Defensa

No comenz Pablo su defensa recordando a los judos que l era cristiano y ellos no. Al contrario, el discurso recalca, lo ms posible, todo lo que entre ellos podran tener en comn. Inclusive el idioma en que habl sirvi para este fin. Si Pablo les hubiese hablado en griego, un idioma que tambin entendan, le hubieran prestado poca atencin estos judos. Pero cuando le oyeron hablar en hebreo, hicieron silencio para escucharle. Pablo comenz por hacerles memoria las maneras en que l era semejante a ellos. Mencion su educacin. Aunque haba nacido en Tarso, fue criado en Jerusaln. Haba sido alumno de Gamaliel, uno de los maestros judos de mayor fama. Tambin era del conocimiento de muchos de ellos, que l haba sido muy celoso en cuanto a la ley judaica. Les record que despus de perseguir a los cristianos en Jerusaln, l haba ido a Damasco con el objeto de arrestar a todos los cristianos judos que se pudieran encontrar all, y traerles prisioneros a Jerusaln. Tambin dio importancia a que, an despus de su conversin, haba seguido adorando como judo; y que estaba en el templo adorando cuando recibi un mensaje de parte del Seor ordenndole a ir a los gentiles. Pablo tambin quiso ganarse la simpata de sus oyentes, mediante una seleccin cuidadosa de su vocabulario. Bien hubiera descrito a Ananas como un cristiano de Damasco. Pero en vez de esto, lo que dijo era que aquel era "varn piadoso segn la ley, que tena buen testimonio de todos los judos que all moraban" (22:12). Habl de Dios como "el Dios de nuestros padres" (22:14), y de Cristo como el "Justo" (22:14). Eran stas, frases que los mismos judos usaban al hablar de Dios y del Mesas esperado. Sin embargo, Pablo no se present a s mismo simplemente como otro judo. Al contrario, se present como uno que es diferente a sus oyentes. Pablo les habl de la luz y de la voz del cielo, que le convencieron que Jess era el Cristo prometido. Los judos devotos aceptaran el hecho de que Pablo se vio obligado a obedecer instrucciones recibidas por revelacin de Dios. Pablo les hizo memoria que l haba ido a los gentiles, no por preferencia suya, sino porque Dios as le haba ordenado en una visin. Les record que l hasta haba discutido con Dios, buscando mas bien permanecer en Jerusaln y proclamar a Cristo entre los judos ah. Sin embargo, Dios haba insistido que l deba predicar el evangelio a los gentiles. Al escuchar los judos que Pablo haba sido enviado de nuevo a los gentiles por orden de Dios, ya no quisieron or ms. Nuevamente exigieron su muerte, diciendo, "Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva" (22:22). Hay una leccin muy importante que podernos aprender de esta defensa de Pablo ante los judos. Pablo ciertamente era un experto en cuanto a la discrecin y tacto. Ms no permiti que esta discrecin le impidiera presentar con toda claridad lo que era la verdad. Dios espera de nosotros el buen uso del tacto para testificar de el y as no ofender innecesariamente a la gente. Pero l requiere de nosotros que presentemos con toda claridad la ofensa de la cruz, para que as los hombres sean confrontados con el Seor, Jesucristo y sean llamados al arrepentimiento y a la fe en l. La discrecin y el tacto deben ayudar a la presentacin del evangelio; nunca deben ocultar el mensaje. 2. En el Cuartel Al ver el tribuno este nuevo arranque de ira por parte de los judos, orden que se trajera a Pablo al castillo y que all fuese azotado. Muchas veces los romanos azotaban a sus prisioneros con el objeto de forzarlos a confesar sus crmenes, y era con este propsito con el que Pablo iba a ser azotado. Como Pablo haba hablado al gento en hebreo, el capitn an no saba la razn del alboroto en que l haba intervenido. Cuando los soldados terminaron de atar a Pablo, ste le dijo al centurin encargado, "Os es lcito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?" (22:25). Los ciudadanos romanos tenan la proteccin de la ley para no ser azotados. Al or el centurin que Pablo era ciudadano romano, inmediatamente se lo comunic a su superior. Vino, pues, el capitn y le pregunt a Pablo si era cierto. Cuando Pablo le asegur que era ciudadano romano el capitn orden inmediatamente que le soltara.

Pablo se salv de los azotes por el buen uso de su ciudadana romana. Pero el capitn an no saba por qu Pablo haba sido atacado por los judos. Por lo tanto, arregl para que el prisionero se presentase ante el concilio de los judos a la maana siguiente, y se investigara la causa del intento en contra de su vida.

48.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 22 Esta defensa hecha en las gradas fue la primera de las cinco que se le permitieron a Pablo. En ella, hace resaltar su herencia juda y su encuentro con Cristo. Testigo de Cristo (22:1-21) Varones hermanos y padres, od ahora mi defensa ante vosotros. Y al or que les hablaba en lengua hebrea, guardaron ms silencio. Y l les dijo: Yo de cierto soy judo, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros. Persegua yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en crceles a hombres y mujeres; como el sumo sacerdote tambin me es testigo, y todos los ancianos, de quienes tambin recib cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusaln tambin a los que estuviesen all, para que fuesen castigados. Pero aconteci que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a medioda, de repente me rode mucha luz del cielo; y ca al suelo, y o una voz que me deca: Saulo, Saulo, por qu me persigues? Yo entonces respond: Quin eres Seor? Y me dijo: Yo soy Jess de Nazaret, a quien t persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. Y dije: Qu har Seor? Y el Seor me dijo: Levntate, y ve a Damasco, y all se te dir todo lo que est ordenado que hagas. Y como yo no vea a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegu a Damasco. Entonces uno llamado Ananas, varn piadoso segn la ley, que tena buen testimonio de todos los judos que all moraban, vino a m, y acercndose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobr la vista y lo mir. Y l dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque sers testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y odo. Ahora, pues, por qu te detienes? Levntate y bautzate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Y me aconteci, vuelto a Jerusaln, que orando en el templo me sobrevino un xtasis. Y le vi que me deca: Date prisa, y sal prontamente de Jerusaln; porque no recibirn tu testimonio acerca de m. Yo dije: Seor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que crean en ti; y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo mismo tambin estaba presente, y consenta en su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban. Pero me dijo: Ve, porque yo te enviar lejos a los gentiles. Cuando la multitud reconoci que Pablo estaba hablando en hebreo, se qued ms callada an (no porque el hebreo fuera un lenguaje sagrado, sino porque les hizo darse cuenta de que era judo, y no gentil, ya que los gentiles trataban sus negocios con los judos en idioma griego). Entonces Pablo se identific como judo nacido en Tarso, pero criado en Jerusaln, a los pies de Gamaliel. Es decir, su instruccin secular estuvo a cargo de aquel famoso rabino. Gamaliel lo haba enseado a prestar estricta atencin a todos los detalles de la Ley de los padres (la Ley de Moiss con las adiciones de todas las tradiciones de los escribas y fariseos). El tambin haba sido un zelote, devotamente consagrado a Dios, tal como eran los que lo

escuchaban. Se ve con claridad que Pablo no los culpaba por haberlo golpeado. Haba habido un tiempo en el cual, movido por su celo por Dios, l hubiera hecho lo mismo. En realidad. Pablo haba perseguido este Camino (cristiano) hasta el punto de causar la muerte de los creyentes, apresando a muchos hombres y mujeres, y haciendo que los echaran en la crcel. El sumo sacerdote era testigo de todo aquello, como lo eran tambin todos los ancianos (del Sanedrn). Ellos le haban dado cartas para los judos de Damasco, y l se haba ido all para llevar a los creyentes atados a Jerusaln a fin de que fueran castigados. A continuacin. Pablo les narr el relato de la luz venida del cielo y la voz de Jess que sus compaeros no oyeron (en el sentido de que no haban comprendido lo que deca). Tambin les llam la atencin al hecho de que Ananas de Damasco era un hombre piadoso (devoto, temeroso de Dios) segn la Ley, es decir, en la forma cuidadosa en que guardaba la Ley. Todos los judos que vivan en Damasco daban testimonio favorable de l. Entonces, les dio ms detalles sobre lo que Ananas le haba dicho despus de devolverle la vista. Ananas le haba dicho que el Dios de sus padres (el Dios de Abraham, Isaac y Jacob) lo haba escogido (elegido, seleccionado) a l para que conociera su voluntad (se diera cuenta de cul era), y oyera su voz, no a distancia, sino de su misma boca, cara a cara. Dios haca esto para que l pudiera ser testigo suyo ante todos los hombres (toda la humanidad) de lo que haba visto y odo. Entonces Ananas le haba dicho: "Ahora, pues, por qu te detienes? Levntate y bautzate, y lava tus pecados, invocando su nombre". Aquellas palabras eran un llamado a expresar su fe. Los pecados seran lavados cuando invocara el nombre del Seor, sin embargo; no por el agua del bautismo. Como lo seala Pedro, las aguas del bautismo no pueden lavar ninguna de las inmundicias de la carne (es decir, de la vieja naturaleza). Ms bien son una respuesta (llamamiento, compromiso) de una buena conciencia que ya ha sido limpiada por la fe en la muerte y la resurreccin de Cristo (1 Pedro 3:20, 21; Romanos 10:9, 10). Pedro tambin compara esto a No. Esto es: el hecho de que No saliera del diluvio era testimonio de la fe que haba hecho que construyera el arca antes de l (1 Pedro 3:20; vea Hebreos 11:7). Por tanto, el paso por las aguas del bautismo da testimonio de la fe que ha credo en Cristo y recibido la purificacin por su sangre y su Palabra antes del bautismo. Despus de esto. Pablo haba pasado por alto sus experiencias en Damasco y les contaba cmo haba vuelto a Jerusaln. All, orando en aquel mismo Templo, le sobrevino un xtasis. No se trataba de un "trance", en el sentido moderno o pagano, sino un estado en el cual su mente fue perturbada por las circunstancias. Entonces vio a Jess, quien le dijo que se apresurara a salir de Jerusaln, porque el pueblo de Jerusaln no recibira su testimonio sobre l. Pablo trat de discutir, dicindole que ellos saban todo lo que l haba hecho con respecto a la muerte de Esteban, Al parecer, senta que lo atenderan con toda seguridad cuando vieran el cambio que haba tenido lugar en su persona. Pero Jess le orden nuevamente que se fuese. Su propsito era enviarlo (como apstol) lejos, a los gentiles (las naciones). Esta aparicin de Jess, y su mandato, no haban sido explicados en el captulo 9. En aquella ocasin, los dirigentes de Jerusaln, al conocer que se haba hecho un complot para asesinar a Pablo, lo enviaron a Tarso. Pero ahora queda aclarado que fue necesaria esta aparicin de Jess para- que l estuviera dispuesto a irse. Romano por nacimiento (22:22-30) Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva. Y como ellos gritaban y arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire, mand el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y orden que fuese examinado con azotes, para saber por qu causa clamaban as contra l. Pero cuando le ataron con correas. Pablo dijo al centurin que estaba presente: Os es lcito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? Cuando el centurin oy esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: Qu vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. Vino el tribuno y le dijo: Dime, eres t ciudadano romano? l dijo: S. Respondi el tribuno: Yo

con una gran suma adquir esta ciudadana. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. As que, luego se apartaron de l los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, tambin tuvo temor por haberle atado. Al da siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judos, le solt de las cadenas, y mand venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le present ante ellos. Los judos oyeron en el patio a Pablo, hasta que habl del mandato de ir a los gentiles. La verdad de que a Dios le interesan los gentiles est clara en el Antiguo Testamento (Gnesis 12:3). Pero la opresin romana haba enceguecido su mente. Ante sus ojos, los gentiles eran perros, saqueadores. As, en su prejuicio, comenzaron a gritar de nuevo, pidiendo la muerte de Pablo. Les pareca que no mereca vivir. Mientras gritaban esto, tambin arrojaban sus tnicas, como expresin de una ira incontrolable. Al mismo tiempo, tiraban polvo al aire, como smbolo de que rechazaban a Pablo y a su mensaje. No hay duda de que hubieran tirado fango si lo hubieran tenido a mano. Esto hizo que el tribuno ordenara que entraran a Pablo a la fortaleza. Para averiguar por qu los judos gritaban as contra l, tambin les dijo a los soldados que lo examinaran con azotes. Es decir, deban hacerle preguntas mientras lo torturaban con un ltigo hecho de lenguas de cuero con pedazos de hueso y metal cosidos. Pablo ya haba sido azotado por los judos cinco veces y golpeado con varas por los romanos tres veces (2 Corintios 11:24, 25). Pero este castigo con un azote romano era peor, y con frecuencia dejaba a su vctima inutilizada o muerta. Para preparar a Pablo para los azotes, los soldados hicieron que Pablo se inclinara y se estirara hacia delante. Lo ataron en esa posicin con correas, para flagelarlo. (Algunos escritores creen que el significado de este pasaje es que fue colgado de las correas con los pies a unos cuantos centmetros del suelo.) En ese momento. Pablo le pregunt al centurin que estaba supervisando la operacin si era legal azotar a un hombre que era romano sin que hubiera sido condenado (su caso no haba sido juzgado siquiera). El centurin inform de esto al tribuno. Este lleg de inmediato y le pregunt a Pablo si era romano. Entonces hizo el comentario de que l haba comprado su ciudadana romana con una gran suma de dinero. Pero Pablo le contest que l haba nacido romano. Su padre o su abuelo debe haber prestado algn gran servicio a los romanos en Tarso, y habra sido recompensado con la ciudadana romana para s y para su familia. Los soldados que haban estado a punto de interrogar y torturar a Pablo se apresuraron a marcharse. El tribuno tambin sinti temor. Saba que Pablo, como ciudadano romano, tena derecho a acusarlo por haberlo encadenado. Sin embargo, el tribuno mantuvo a Pablo bajo custodia. Al da siguiente, como deseaba conocer con seguridad por qu los judos acusaban a Pablo, lo sac, orden que los principales sacerdotes y el Sanedrn se reunieran, y lo present ante ellos.

23. Hechos 23

Hechos Apostlicos es un estudio de la Edad Apostlica de la iglesia cristiana temprana. Es la continuacin milagrosa de la obra de Jess en el primer siglo, a travs de la obra del Espritu Santo y su iglesia. Presenta el ministerio de Pedro, de los doce apstoles y de Pablo de Tarso, en su cumplimiento de la Gran Comisin desde el Da de Pentecosts hasta llevar el evangelio a Roma, el capital del mundo.

49. CAPITULO 26: TEN NIMO


Lase Hechos 23. Preguntas de Preparacin 1. Cmo evit Pablo que le juzgase el Sanhedrn? 2. Qu palabra de nimo recibi Pablo? 3. Cmo fue protegido Pablo de los judos? Introduccin Al da siguiente del alboroto en el templo, el tribuno orden convocar al Sanhedrn judo, y sac a Pablo de la crcel, para oir las acusaciones que tenan los judos en su contra. 1. Ante el Concilio Se le concedi la palabra primero a Pablo, y ste comenz declarando, "Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta al da de hoy" (23:1) Ananas, el sumo sacerdote al oir esto orden que los que estaban cerca de Pablo le golpeasen en la boca. Pablo, molesto por este tratamiento injusto, exclam, "Dios te golpear a t, pared blanqueada. Ests t sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? (23:3). Inmediatamente los judos le acusaron de injuriar al sumo sacerdote de Dios. Parece que Pablo no haba reconocido a Ananas, el sumo sacerdote. Quiz siendo sta una sesin extraordinaria convocada por el triunfo romano, Ananas no tena puesta sus vestiduras del sumo sacerdocio. De todos modos, al oir Pablo que aquel a quien haba dirigido estas palabras era el sumo sacerdote de Dios, se disculp; no porque estimara a Ananas como persona, sino porque respetaba el oficio que tena Ananas. Pablo pronto entendi que no recibira un juicio imparcial. Por lo tanto, decidi aprovecharse de la divisin que exista dentro del mismo concilio, ya que saba que el concilio se compona de fariseos y saduceos. Se identific a s mismo como partidario de los fariseos, y declar que se le estaba enjuiciando por causa de algo en que los mismos fariseos crean. Dijo as, "Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y la resurreccin de los muertos se me juzga" (23:6). Inmediatamente esto caus una divisin en el Sanhedrn, ya que los fariseos afirmaban la resurreccin, y los saduceos la negaban. Los saduceos tambin negaban la existencia de los ngeles, mientras que los fariseos la aceptaban. Por 1 tanto, los fariseos se pronunciaron por la inocencia de Pablo, mientras que los saduceos insistieron en la culpabilidad. El resultado fue una tremenda discusin entre los dos grupos que componan el Concilio. El capitn, viendo que as nunca llegara a saber cul era el crimen de Pablo, mand sacar del concilio a Pablo por temor a que nuevamente los judos intentaran su muerte. Hay personas hoy que insisten que el modo de proceder de Pablo ante el concilio no fue correcto. Piensan que Pablo hubiera hecho mejor al insistir en un veredicto verdadero, y no en crear divisin en el mismo tribunal. Sin embargo, Pablo estaba consciente de que no se llegara a dar un fallo justo. La Biblia en ningn lado dice que el creyente est obligado a sufrir alguna injusticia, cuando esta puede ser evitada. Adems, dado que el Seor se manifest a Pablo aquella misma noche, y no le reprendi, sino que le dio una promesa y una palabra de nimo, podemos llegar a la conclusin de que el procedimiento que sigui Pablo fue correcto. Es otra evidencia de que Dios espera que usemos nuestro sentido comn en tiempos de emergencia.

2. El Complot La noche despus de haber comparecido ante el concilio, el Seor le dio a Pablo una visin. Parece que Pablo se hallaba en un estado de desaliento, porque el Seor lo anim y le prometi que habra de testificar de Cristo tambin en Roma, tal como lo estaba haciendo ahora en Jerusaln. Pablo haba expresado en su carta a los romanos un deseo grande de visitarles (Vase Ro. 15:22-24). Ahora Dios estaba prximo a concederle su deseo, slo que en una manera muy diferente a la que haba esperado. Los judos an estaban decididos a dar muerte a Pablo. Algunos de ellos se juntaron al da siguiente e hicieron un juramento de que no comeran ni beberan hasta conseguir matar a Pablo. Pidieron al concilio que solicitase que los soldados romanos trajesen nuevamente a Pablo ante el concilio, planeando tender en el camino una emboscada y as matarle. Pero de alguna forma, el sobrino de Pablo lleg a saber el plan y fue a la crcel y se lo cont. Parece que Pablo gozaba de bastante libertad, porque an no haba sido acusado de ningn crimen formalmente. El, pues, envi al muchacho a dar estas nuevas al capitn. Cuando supo el capitn de este complot de los judos, formul planes para salvar a Pablo de este intento de asesinato. Mand alistar un fuerte destacamento para llevar a Pablo a Cesrea, donde habra de ser protegido hasta que se formulara un cargo en su contra. El capitn escribi una carta a Flix, el gobernador romano, en la que explicaba las razones por qu le estaba remitiendo a Pablo. Esa misma noche los soldados romanos sacaron a Pablo de su celda en el cuartel de Jerusaln, y le llevaron sano y salvo a la custodia del gobernador romano en Cesrea. Al recibir Feliz la carta del tribuno, dio seguridades a Pablo de que sera guardado con todo cuidado hasta que los acusadores pudiesen llegar a Cesrea y presentar su caso. Muchas veces pensamos que Dios obra de maneras milagrosas. Ciertamente en la vida de Pablo haba muchas ocasiones cuando Dios obr en forma milagrosa. Pero Dios no obr nicamente por medio de milagros. Obra tambin a travs de los asuntos comunes y ordinarios de la vida cotidiana. Protege a su pueblo por medio de su providencia, como en el ejemplo de este captulo cuando permiti que el sobrino de Pablo oyera el complot y se lo dijera a Pablo. Dios prepar el corazn del capitn para creer la noticia que trajo el sobrino de Pablo, y fue as que Dios libr a Pablo de las manos de sus enemigos.

50.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 23 Pablo, que una vez haba sido miembro del Sanedrn y haba votado que se apedreara a Esteban, ahora tena que enfrentarse al ms alto tribunal de los judos. Su sala de reunin se hallaba al oeste de la zona del Templo; el tribuno romano lo llev all. La esperanza y la resurreccin (23:1-10) Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el da de hoy. El sumo sacerdote Ananas orden entonces a los que estaban junto a l, que le golpeasen en la boca. Entonces Pablo le dijo: Dios te golpear a ti, pared blanqueada! Ests t sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? Los que estaban presentes dijeron: Al sumo sacerdote de Dios injurias? Pablo dijo: No saba, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito est: No maldecirs a un prncipe de tu pueblo. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alz la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurreccin de los muertos se me juzga. Cuando dijo esto, se produjo disensin entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividi. Porque los saduceos dicen que no hay resurreccin, ni ngel, ni espritu; pero los fariseos afirman estas cosas. Y hubo gran vocero; y levantndose los escribas de la parte de los fariseos, contendan, diciendo: Ningn mal hallamos en este hombre; que si un espritu le ha hablado, o un ngel, no resistamos a Dios.

Y habiendo grande disensin, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por ellos, mand que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y lo llevasen a la fortaleza. Pablo no manifest miedo ni duda. Saba que estaba cumpliendo con la voluntad del Seor, y haba aprendido a depender del Espritu Santo. Mirando fijamente al concilio, declar que haba vivido (y cumplido sus deberes) delante de Dios con una buena conciencia hasta ese mismo da. (Vea 1 Corintios 4:4; Filipenses 3:6, 9.) En aquel instante, Ananas, el sumo sacerdote, les orden a los que se hallaban cerca de Pablo que le golpeasen en la boca. Pablo reaccion a esto, porque excitaron su sentido de la justicia: "Dios te golpear a ti, pared blanqueada!" Lo tom por uno de los miembros del concilio que estaba sentado all para juzgarlo segn la Ley. Sin embargo, lo haba mandado a golpear, lo cual era contrario a la Ley. Esta trataba a un hombre como inocente hasta que fuera probada su culpa. Los que haban golpeado a Pablo lo reprendieron por injuriar (insultar) al sumo sacerdote de Dios. Pablo se disculp rpidamente. No saba que el que haba dado la orden fuera el sumo sacerdote. Ananas fue hecho sumo sacerdote en el ao 47 d.C. por Heredes de Calcis. Pablo haba estado en Jerusaln desde entonces slo unas pocas veces y por breves perodos, por lo que no es extrao que no hubiera visto antes al sumo sacerdote. Tambin es probable que, puesto que era el tribuno el que haba convocado al Sanedrn en aquella ocasin, el sumo sacerdote estuviera sentado en medio de los dems miembros del tribunal, en lugar de presidirlo. Sin embargo, aunque Pablo no saba quin era el sumo sacerdote, s conoca las Escrituras. La forma en que cita xodo 22:28 nos muestra la humildad genuina de su espritu y su disposicin a someterse a la Ley que sus acusadores afirmaban que haba desafiado. Entonces, Pablo se dio cuenta de que haba una cuestin en la que poda hacer una declaracin. Como ya saba, pero ahora not de nuevo, parte del Sanedrn estaba integrada por saduceos, y parte por fariseos. Los saduceos rechazaban la idea de la resurreccin. Los fariseos crean que la esperanza de la resurreccin era algo fundamental en la esperanza de Israel y necesario para que se cumplieran a plenitud las promesas de Dios. Por esto. Pablo se aprovech de la situacin con valenta. Era una oportunidad para dar testimonio de la verdad de la resurreccin y del hecho real de la resurreccin de Jess; no estaba fuera de orden en esto. Incluso antes de su conversin, cuando era fariseo, ya se daba cuenta de lo profunda e importante que es la doctrina de la resurreccin futura. Al alzar la voz y decir que era fariseo e hijo de fariseos, estaba declarando que se le estaba juzgando acerca de la esperanza y de la resurreccin. 4 Esto dividi el concilio en dos campos. Mientras hablaban entre ellos, creca la discordia. Hasta fueron ms all de la idea de la resurreccin y comenzaron a discutir acerca de la existencia de los ngeles y los espritus, que tambin era negada por los saduceos. El resultado fue un gran vocero, al ponerse a contender unos con otros. Algunos de los escribas (expertos en la interpretacin de la Ley) que se hallaban del lado de los fariseos, se pusieron de pie y discutan fuertemente a favor de Pablo. No encontraban ningn mal (nada malo) en l. Entonces sugirieron que quiz un ngel o un espritu le haba hablado. La mencin de ngeles y espritus debe haber sacudido a los saduceos. Hubo tanto vocero y tanta discordia, que el tribuno temi que despedazaran a Pablo. Por tanto, les orden a los soldados que bajasen y lo arrebatasen de en medio de ellos, para llevarlo de vuelta a la Torre Antonia. El Seor le da nimos a Pablo (23:11) A la noche siguiente se le present el Seor y le dijo: Ten nimo. Pablo, pues como has testificado de m en Jerusaln, as es necesario que testifiques tambin en Roma.

Haba sido un da difcil para Pablo. Pero durante la noche siguiente, el Seor Jess se le apareci repentinamente y le dijo: "Ten nimo (ten valor, anmate y no temas)." As como Pablo haba testificado (dado un claro testimonio) por Cristo en Jerusaln, tambin deba testificar en Roma. El anhelo de Pablo de ir a Roma haba parecido imposible cuando fue arrestado. Pero ahora Jess le haba dicho claramente que la voluntad de Dios segua siendo que diera testimonio de El en Roma. Este gesto de aliento del Seor fue el que sostuvo a Pablo en medio de los sufrimientos, las pruebas y las dificultades que an le habran de sobrevenir. Se descubre un complot judo (23:12-22) Venido el da, algunos de los judos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldicin, diciendo que no comeran ni beberan hasta que hubiesen dado muerte a Pablo. Eran ms de cuarenta los que haban hecho esta conjuracin, los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos juramentado bajo maldicin, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. Ahora pues, vosotros, con el concilio, requerid al tribuno que le traiga maana ante vosotros, como que queris indagar alguna cosa ms cierta acerca de l; y nosotros estaremos listos para matarle antes que llegue. Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entr en la fortaleza, y dio aviso a Pablo. Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle. El entonces tomndole, le llev al tribuno, y dijo: El preso Pablo me llam y me rog que trajese ante ti a este joven, que tiene algo que hablarte. El tribuno, tomndole de la mano y retirndose aparte, le pregunt: Qu es lo que tienes que decirme? El le dijo: Los judos han convenido en rogarte que maana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir alguna cosa ms cierta acerca de l. Pero t no les creas; porque ms de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo maldicin, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora estn listos esperando tu promesa. Entonces el tribuno despidi al joven, mandndole que a nadie dijese que le haba dado aviso de esto. A la maana siguiente, ms de cuarenta judos se reunieron para tramar la muerte de Pablo. Al hacerlo, invocaron una maldicin sobre sus propias personas, diciendo que no comeran ni beberan hasta haber matado a Pablo. Despus, fueron a los principales de los sacerdotes y los ancianos y les explicaron su plan. Sin duda, estos ancianos eran saduceos a los que no les haba gustado lo que Pablo haba dicho sobre la resurreccin. Los conspiradores les pidieron a estos jefes que hicieran que el Sanedrn le formulara una solicitud oficial al tribuno para que les llevara a Pablo, como si tuvieran la intencin de averiguar con mayor precisin todo lo relativo a l. Antes de que pudiera acercarse, ellos estaran esperando, preparados para matarlo. Es decir, le haran una emboscada en el camino, para que no se pudiera considerar al Sanedrn como responsable de su muerte. Aconteci que el hijo de la hermana de Pablo lleg a la escena en aquel momento y oy lo que tramaban. Entonces, se fue de inmediato a la Torre Antonia y se lo dijo a Pablo. Este llam a un centurin y le pidi que llevara al joven con el tribuno. El tribuno lo recibi cortsmente, lo tom por la mano, y se retir con l a un lugar donde pudieran hablar en privado. Entonces le pregunt qu le quera decir. El muchacho le habl del complot y le advirti que no se dejara persuadir por su solicitud de que les llevara a Pablo. Haba ms de cuarenta hombres que se haban puesto a s mismos bajo una maldicin, y estaban preparados, esperando la promesa del tribuno. Entonces el tribuno lo dej ir despus de prometerle que no le dira a nadie que le haba informado todo aquello. Pablo es enviado a Cesrea (23:23-35)

Y llamando a dos centuriones, mand que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesrea; y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Flix el gobernador. Y escribi una carta en estos trminos: Claudio Lisias al excelentsimo gobernador Flix: Salud. A este hombre, aprehendido por los judos, y que iban ellos a matar, lo libr yo acudiendo con la tropa, habiendo sabido que era ciudadano romano. Y queriendo saber la causa por qu le acusaban, le llev al concilio de ellos; y hall que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ningn delito tena digno de muerte o de prisin. Pero al ser avisado de asechanzas que los judos haban tendido contra este hombre, al punto le he enviado a ti, intimando tambin a los acusadores que traten delante de ti lo que tengan contra l. Psalo bien. Y los soldados, tomando a Pablo como se les orden, le llevaron de noche a Antpatris. Y al da siguiente, dejando a los jinetes que fuesen con l, volvieron a la fortaleza. Cuando aqullos llegaron a Cesrea, y dieron la carta al gobernador, presentaron tambin a Pablo delante de l. Y el gobernador, leda la carta, pregunt de qu provincia era; y habiendo entendido que era de Cilicia, le dijo: Te oir cuando vengan tus acusadores. Y mand que le custodiasen en el pretorio de Herodes. El tribuno saba que le podan pedir cuentas por Pablo, si era asesinado estando bajo su custodia, puesto que era ciudadano romano. Por tanto, hizo que dos centuriones prepararan doscientos soldados de infantera para ir a Cesrea, junto con setenta de caballera y doscientos de otra clase. (Todava hoy se debate qu clase de soldados podra ser sta. La versin Reina-Valera los llama "lanceros".) Deban salir a la hora tercera de la noche (a eso de las 9 p.m.). Tambin se consiguieron caballos para que Pablo cabalgara, de forma que fuera llevado con seguridad hasta Flix, el gobernador romano de la provincia. El tribuno tambin le explic en una carta al gobernador por qu le enviaba a Pablo. El libro de los Hechos dice que iba "en estos trminos (segn este modelo, como copia). Probablemente esto signifique que se trata de una verdadera copia de la carta. En la carta, el tribuno se llama a s mismo Claudio Lisias. (Lisias era un nombre griego que indicaba su procedencia.) Despus, explicaba la forma en que haba rescatado a Pablo de los judos, que estaban a punto de matarlo. Sin embargo, se pona en un plano mejor que el real. Insinuaba que la razn por la que haba rescatado a Pablo era porque haba sabido que era romano. Sin embargo, podemos darle algn crdito, por tratar de hacer una buena presentacin de Pablo tambin. Explicaba que las acusaciones se fundamentaban en cuestiones de las leyes judas, y que no haba hallado nada que mereciera la pena de muerte o la crcel. A causa del complot, lo haba enviado al gobernador, y les haba ordenado a sus acusadores que fueran con sus acusaciones contra Pablo ante l tambin. Nos preguntamos si los cuarenta y tantos conspiradores tuvieron noticia de esto antes de que Pablo fuera sacado de la ciudad. No obstante, el tribuno quiso asegurarse de que no tendran oportunidad alguna de hacerle nada. Imaginmonos a Pablo, rodeado por cuatrocientos soldados y setenta de a caballo, saliendo de Jerusaln a las nueve en punto de la noche. Un movimiento de tropas as, aun por la noche tiene que haber llamado la atencin. Aunque no se hubiera sabido que Pablo se hallaba en medio de ellos, es seguro que alguien ha de haber investigado. La Biblia no nos dice qu hicieron los conspiradores con su voto. Obviamente, no mucho despus tendran que comer y beber. Es probable que encontraran alguna forma de ofrecer un sacrificio o alguna ofrenda de expiacin por no haber podido cumplir con su voto. (La Mishna juda seala que esto estaba previsto.) Aquella noche los soldados llevaron a Pablo hasta Antpatris (donde haba una colonia romana), a mitad de camino entre Jerusaln y Cesrea. Por la maana, los soldados de infantera regresaron a la Torre Antonia. Entonces los setenta de a caballo llevaron a Pablo

durante el resto del camino hasta Cesrea, entregaron la carta y llevaron a Pablo ante el gobernador. Despus de leer la carta, Flix le pregunt a Pablo de qu provincia era oriundo, probablemente porque slo si Pablo proceda de una provincia romana, l poda, como romano, hacerse cargo de l bajo su propia autoridad. Despus, orden que custodiasen a Pablo en el pretorio de Heredes, el palacio construido por Herodes el Grande, donde el procurador resida en aquel momento.

24. Hechos 24

Hechos Apostlicos es un estudio de la Edad Apostlica de la iglesia cristiana temprana. Es la continuacin milagrosa de la obra de Jess en el primer siglo, a travs de la obra del Espritu Santo y su iglesia. Presenta el ministerio de Pedro, de los doce apstoles y de Pablo de Tarso, en su cumplimiento de la Gran Comisin desde el Da de Pentecosts hasta llevar el evangelio a Roma, el capital del mundo.

51. CAPITULO 27: CUANDO TENGA OPORTUNIDAD


Lase Hechos 24. Preguntas de Preparacin 1. Cmo atacaron los judos a Pablo? 2. En qu forma se defendi Pablo? 3. Qu trato le dio Flix a Pablo? Introduccin Al ser entregado Pablo sano y salvo a Flix, en Cesrea, el gobernador, le encarcel hasta que los judos pudiesen llegar para presentar las acusaciones formales en su contra. Cinco das despus, cuando llegaron los judos, Pablo fue trado a juicio ante Flix. 1. La Acusacin Los judos conocan muy bien lo frgil de sus acusaciones contra Pablo. Cuando llegaron a Cesrea trajeron consigo a un orador romano llamado Trtulo, para argumentar su caso. Trtulo comenz con una introduccin muy lisonjera, hablando como si los judos pensaran que Flix fuera un gobernador maravilloso. La verdad era que los judos odiaban a Flix, como odiaban a cualquier otro gobernador romano. Trtulo identific a Pablo como el "cabecilla de la secta de los nazarenos". Lo acus de ser "una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judos por todo el mundo" (v. 5). Dijo adems, que Pablo ''intent tambin profanar el templo" (v. 6). Trtulo no present ninguna prueba de estas acusaciones. Simplemente declar que Flix podra descubrir la verdad de las acusaciones, al interrogar a Pablo. Trtulo estaba respaldado por todos los judos, los cuales "tambin confirmaban, diciendo ser as todo" (v. 9).

Este es un ejemplo de la clase de oposicin a que muchas veces son sometidos los cristianos. Por desgracia, hay ocasiones en que los cristianos mismos dan base para que la gente les persiga. Pero cuando los que se oponen al evangelio no pueden hallar ninguna base para acusar a los cristianos, usarn mentiras, lisonjas y otros medios para alcanzar sus objetivos. 2. La Defensa Pablo comenz su propia defensa con una alusin sencilla a la posicin de Flix como gobernador, sin ninguna alabanza. Reconoci ser un seguidor del Camino; pero declar que sus creencias estaban en completo acuerdo con la ley y los profetas. Contest las acusaciones de tres modos. Primero, declar que haba venido a Jerusaln para adorar. Haba estado en Jerusaln nicamente por slo 12 das, lo que por supuesto no daba tiempo como para incitar a una rebelin. La implicacin de Pablo era que su conducta en Jerusaln era ejemplo de su conducta en general. En segundo lugar, seal que los que le haban atacado en el templo eran judos de Asia. Segn la ley romana, ellos deban haber sido sus acusadores ante el gobernador. Y en tercer trmino, explic que la nica falta de que podan acusarlo era que l haba dicho en el concilio que "acerca de la resurreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros" (24:21). Y esto no era violacin alguna de la ley romana. El discurso de Pablo es un ejemplo de la forma en que nosotros hemos de defendernos cuando somos falsamente acusados. Pablo us su buen juicio, sealando las deficiencias en los argumentos de sus acusadores. Defendi sus derechos legales. Pero sobre todo, mostr una confianza completa en Dios, y una buena disposicin de no atacar a sus enemigos en la misma forma que ellos le haban atacado a l. 3. La Demora Flix no quiso tomar una decisin despus de haber escuchado a ambas partes. Dijo que cuando llegara a Cesrea el capitn Lisias entonces dictaminara el fallo. Pero no haba nada nuevo que pudiera aadir Lisias a lo que ya se haba dicho. El ya haba enviado una carta a Flix informando todo lo que l saba del caso. En otras palabras, Flix simplemente estaba difiriendo; rehusaba tomar una decisin. As que mantuvo encarcelado a Pablo; pero le dijo al guarda que le concediese muchas libertades. Durante el tiempo que Pablo estuvo encarcelado, Flix tuvo oportunidad de hablar con l, no una vez, sino en s muchas ocasiones. En una de estas ocasiones, mand traer a Pablo para presentarlo a su esposa, Drusila. Al explicar Pablo el evangelio a ellos, y disertando acerca de "la justicia, del dominio propio y del juicio venido, Flix se espant, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamar" (v. 25). El miedo de Flix era miedo a Dios, por cuanto conoca su propio pecado. Sin embargo, no estaba dispuesto a reconocerlo y a arrepentirse. A pesar de que Flix llamaba muchas veces a Pablo para que le predicara, nunca le dio su libertad. Sus razones son muy claras. En primer lugar, era codicioso. Tena la esperanza de que Pablo y sus amigos le ofrecieran algn cohecho por su libertad. Y en segundo lugar, tema a los judos y no quiso soltar a Pablo, buscando as "congraciarse con los judos" (v. 27). Por lo tanto, mantuvo a Pablo dos aos en la crcel, y al ser revelado, torn el caso a Porcio Festo, el nuevo gobernador. Suceden casos cuando es correcto aplazar un juicio, dado a que todava no conocemos todos los datos al respecto. Pero tambin suceden otros casos cuando la demora no es ms que dilacin al no querer hacer frente a los hechos. As fue en el caso de Flix. Se rehus a libertar a Pablo a pesar de que no haban presentado los judos ninguna prueba en su contra. Le mantuvo en la crcel por espacio de dos aos, injustamente. Flix tambin estuvo haciendo dilacin en el asunto de su salvacin. La Biblia no dice que se haya arrepentido y credo. Flix, al no querer confesar su pecado y no creer en Cristo en el momento en que sinti su propia necesidad, perdi la salvacin que Cristo pueda dar.

52.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 24 Los judos presentaron su acusacin de manera formal una sola vez contra Pablo. En esta ocasin contrataron a un orador, un profesional al servicio del pblico, para que actuara como consejero en la causa. Trtulo acusa a Pablo (24:1-9) "Cinco das despus, descendi el sumo sacerdote Ananas con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Trtulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo. Y cuando ste fue llamado, Trtulo comenz a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, oh excelentsimo Flix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. Pero por no molestarte ms largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos. Intent tambin profanar el templo; y prendindole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quit de nuestras manos, mandando a sus acusadores que viniesen a ti. T mismo, pues, al juzgarle, podrs informarte de todas estas cosas de que le acusamos. Los judos tambin confirmaban, diciendo ser as todo." Despus de cinco das, el sumo sacerdote Ananas, con algunos de los miembros del Sanedrn (sin duda, sus amigos del bando de los saduceos), llegaron a donde estaba el gobernador acompaados por el orador Trtulo, para acusar a Pablo. Entonces se llam a Pablo y se le dio una oportunidad a Trtulo para que presentara su acusacin contra l. Comenz por adular al gobernador: debido a l gozaban de gran paz; gracias a su prudencia, el pueblo judo haba gozado de muchas reformas. Todas estas cosas eran conocidas y aceptadas por los judos por completo en todas partes con gratitud. Ahora bien, para no demorar ms al gobernador, Trtulo le rogaba que los oyera brevemente conforme a su equidad (consideracin, justicia). A continuacin, Trtulo acus falsamente a Pablo de ser una verdadera plaga, promotor de sediciones (discordias, revolucin, motines) entre todos los judos que estn en todo el mundo habitado (esto es, en el Imperio Romano). Despus incluy en su acusacin a todos los cristianos al llamar a Pablo cabecilla de la secta de los nazarenos (en griego, nazoraion, los seguidores del hombre de Nazaret). Finalmente, despus de esta acusacin general, Trtulo le present la acusacin especfica. Dijo que Pablo haba intentado profanar el Templo, pero ellos lo haban prendido. Es decir, lo haban atrapado en el acto mismo y lo haban detenido antes de que pudiera profanarlo. Por supuesto, esto era falso. Adems, Trtulo no le dijo cmo haban atrapado a Pablo y sin juicio alguno haban comenzado a golpearlo mortalmente en un acto de violencia de masas. En cambio, como lo indican la mayora de los manuscritos antiguos del Nuevo Testamento, le dio a entender que estaban juzgando a Pablo correctamente segn su Ley, cuando el tribuno intervino con gran alarde de fuerza y les orden a sus acusadores que se presentaran ante el gobernador. Muy seguro de lo que deca, Trtulo declar tambin que al examinar a Pablo por s mismo, el gobernador podra informarse de todas aquellas cosas (las acusaciones contra Pablo) y comprobar que eran ciertas. Entonces, los judos se unieron a l para atacar a Pablo (lo confirmaban, apoyaban las acusaciones hechas contra l), diciendo una y otra vez que aquellas cosas eran tal como l las deca. La respuesta de Pablo (24:10-21) "Habindole hecho seal el gobernador a Pablo para que hablase, ste respondi: Porque s que desde hace muchos aos eres juez de esta nacin, con buen nimo har mi

defensa. Como t puedes cerciorarte, no hace ms de doce das que suba a adorar a Jerusaln; y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Pero esto te confieso, que segn el Camino que ellos llaman hereja, as sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas estn escritas; teniendo esperanza en Dios, la cual ellos tambin abrigan, de que ha de haber resurreccin de los muertos, as de justos como de injustos. Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. Pero pasados algunos aos, vine a hacer limosnas a mi nacin y presentar ofrendas. Estaba en ello, cuando unos judos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra m tienen algo. O digan stos mismos si hallaron en m alguna cosa mal hecha, cuando comparec ante el concilio, a no ser que estando entre ellos prorrump en alta voz: Acerca de la resurreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros." Cuando el gobernador le hizo una seal a Pablo, para indicarle que deba hablar. Pablo se dirigi a l con cortesa, pero sin la adulacin que haba usado Trtulo. Puesto que Flix haba sido juez por muchos aos entre los judos, Pablo crea que poda hacer su defensa con buen nimo (en buen espritu). Entonces, le present datos que el gobernador poda averiguar fcilmente por s mismo. En aquellos momentos no haban transcurrido an ms de doce das desde que Pablo subiera a Jerusaln a adorar. Es decir, que se hallaba en la ciudad desde slo siete das antes de que la multitud lo apresara. Durante aquellos siete das, no lo hallaron disputando con nadie (o predicando). Tampoco amotin a la multitud en el Templo, en las sinagogas, ni en la ciudad. No tenan forma alguna de probar sus acusaciones. Despus de esto. Pablo hizo una declaracin pblica o confesin de su fe. Segn el Camino que ellos llamaban hereja (era opinin personal de ellos), segua sirviendo al Dios de sus padres (sus ancestros: Abraham, Isaac y Jacob). Por la forma en que serva a Dios, demostraba tambin que segua siendo creyente en todo lo que estuviera de acuerdo con la Ley y en todo lo escrito en los profetas. Por la Ley y los profetas, tambin tena esperanza en Dios, una esperanza que aquellos judos compartan. Era la de la resurreccin de los muertos, as de justos como de injustos (Daniel 12:2; Juan 5:29). Por esta razn. Pablo se ejercitaba continuamente para tener una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. Despus de este discurso sobre la resurreccin. Pablo regres a los hechos de su causa. Pasados algunos aos, haba venido a traer limosnas a su pueblo y ofrendas para Dios. Fue mientras presentaba estas ofrendas cuando lo encontraron en el Templo, purificado, sin multitud y sin perturbacin alguna. Pero algunos judos de Asia lo acusaron falsamente. Ellos eran los verdaderos acusadores y en realidad era deber de ellos ser quienes se llegaran ante Flix para hacer su acusacin si tenan algo contra Pablo. Aqu Pablo se estaba aprovechando de que la Ley exiga testigos para hacer una acusacin. Entonces hizo ver claramente que ninguno de aquellos sacerdotes y ancianos que estaban presentes haba sido testigo de lo que haba sucedido en el Templo. En realidad, slo haba una cosa de la que eran testigos. Estaban presentes cuando Pablo se puso en pie ante el Sanedrn y grit que haba sido sometido al interrogatorio por su fe en la resurreccin de los muertos. Estaba dispuesto a que lo acusaran de haber dicho aquello. Flix pospone su decisin (24:22-27) "Entonces Flix, odas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplaz, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabar de conocer de vuestro asunto. Y mand al centurin que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a l. Algunos das despus, viniendo Flix con Drusila su mujer, que era juda, llam a Pablo, y le oy acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio

propio y del juicio venidero, Flix se espant, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamar. Esperaba tambin con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo haca venir y hablaba con l. Pero al cabo de dos aos recibi Flix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Flix congraciarse con los judos, dej preso a Pablo." En aquel momento, Flix pospuso su decisin. Llevaba suficiente tiempo de gobernador para tener un conocimiento ms exacto de las enseanzas y el estilo de vida de las decenas de miles de cristianos que vivan en la Judea, del que suponan Trtulo y los judos que tena. Por esto, los aplaz dicindoles que cuando descendiera el tribuno Lisias acabara de conocer de su asunto. Sin embargo, no hay evidencias de que enviara a buscar a Lisias. Entonces le orden al centurin que se custodiase (y protegiese) a Pablo. Tambin deba concederle alguna libertad y no les deba prohibir a los suyos que le sirvieran. Es decir, que se les permitira a los cristianos visitarlo, llevarle comida y darle cualquier otra cosa que necesitara. Despus de algunos das, Flix lleg con su esposa Drusila, que era juda, llam a Pablo y lo oy hablar acerca de la fe en Jesucristo (la fe que est en Jesucristo, es decir, el Evangelio). Pablo no le present slo los hechos y la teologa, sino que, como haca en todas sus epstolas, fue ms all y comenz a hablar de asuntos prcticos de justicia, dominio propio y del juicio venidero. Al llegar a esto, Flix se sinti aterrorizado y le dijo a Pablo que se retirara por el momento. Ms tarde lo volvera a llamar. Al mismo tiempo, Flix esperaba que Pablo le diera una buena cantidad de dinero. Por este motivo lo mandaba a buscar con mucha frecuencia y hablaba (conversaba) con l. Esta situacin se alarg por un perodo de dos aos. Entonces, Flix fue reemplazado por Porcio Festo, quien lleg en el ao 59 d.C. y permaneci en el cargo hasta su muerte, ocurrida en el 61 d.C. Por tanto, la fecha del arresto de Pablo fue el ao 57 d.C. Como Flix an quera congraciarse con los judos, dej a Pablo preso.

25. Hechos 25, 26

Hechos Apostlicos es un estudio de la Edad Apostlica de la iglesia cristiana temprana. Es la continuacin milagrosa de la obra de Jess en el primer siglo, a travs de la obra del Espritu Santo y su iglesia. Presenta el ministerio de Pedro, de los doce apstoles y de Pablo de Tarso, en su cumplimiento de la Gran Comisin desde el Da de Pentecosts hasta llevar el evangelio a Roma, el capital del mundo.

53. CAPITULO 28: A CESAR APELO


Lase Hechos 25-26. Preguntas de Preparacin 1. Por qu pidieron los judos a Festo que trajese a Pablo a Jerusaln?

2. Cul fue el resultado del juicio ante Festo? 3. En qu forma present Pablo su defensa ante Agripa? 4. Cmo reaccionaron Festo y Agripa? Introduccin Pablo haba estado en la crcel de Cesrea ms de dos aos cuando Flix fue relevado como gobernador de Judea. Flix dej a Pablo en la crcel, y su sucesor Festo hered el caso. 1. El Juicio Poco despus de la llegada de Festo a Judea, ste sali de Cesrea, la sede de su gobierno, y subi a Jerusaln. Estando l all, los lderes de los judos pidieron que trajera a Pablo a Jerusaln para el juicio. En realidad, a ellos no les interesaba juzgarlo. Estaban buscando una oportunidad para tenderle una emboscada, y matarle. La enemistad de estos judos era de muerte. Aun el transcurso de los aos no la hizo menguar. No estaran satisfechos ellos sino con la muerte de Pablo. Sin embargo, Festo no les concedi su peticin. No pensaba l estar mucho tiempo en Jerusaln. Como ya iba a regresar a Cesrea, y como Pablo tambin estaba all, les dijo a los judos que enviaran a los acusadores de Pablo ante l all en Cesrea. Este nuevo juicio se desarroll en forma muy parecida al anterior ante Flix. Nuevamente los judos hicieron acusaciones falsas, y Pablo las neg, sealando que no existan evidencias que los respaldaran. Festo no deseaba declarar libre a Pablo porque, al igual que Flix, no quera disgustar a los judos, con los cuales tendra que tratar mientras fuera gobernador. Le pregunt a Pablo si quera subir a Jerusaln para ser juzgado. Sabiendo Pablo que no tendra un juicio imparcial en Jerusaln, encomend su caso a Csar. Cuando un ciudadano romano apelaba a Csar ningn tribunal inferior poda intervenir. As Pablo quit su caso de las manos de aquellos que le haban tratado en una forma tan injusta. El Seor le haba prometido a Pablo que le sera testigo en Roma. Ahora, ya se vislumbra la forma en que Pablo habra de llegar ah. 2. La Dificultad Festo tena ahora un problema en sus manos. Pablo haba apelado a Csar. La responsabilidad de Festo era enviar a Pablo ante Csar. Pero no tena cargos que presentar contra Pablo. Saba que al emperador no le gustara recibir a un prisionero al que no le haban formulado ningn cargo; pero tampoco poda pensar de qu crimen se poda acusar a Pablo. Festo vio una oportunidad para obtener ayuda en esta dificultad al recibir de visita al Rey Agripa y Berenice. Festo pidi que Agripa le ayudara a buscar alguna acusacin para poder mandar a Pablo a Roma, porque supona que el rey, siendo descendiente de Herodes el Grande, saba ms que l acerca de los judos. Le agrad mucho a Agripa tener esta oportunidad. Al da siguiente, l juntamente con Brenice y todos los lderes civiles y militares de Cesrea, se reunieron en la sala de audiencias para escuchar a Pablo hablar por s mismo. 3. La Defensa de Pablo La defensa de Pablo en esta ocasin fue muy semejante a la que hizo ante el gento de Jerusaln (cap. 22). Nuevamente vemos un ejemplo de cmo Pablo adaptaba su mensaje a sus oyentes. Pablo saba que Agripa estaba enterado de las costumbres y las controversias de los judos. Explic lo que le haba sucedido,

para que as Agripa entendiera la enorme diferencia que el evangelio de Jesucristo produce en la vida de un judo. Pablo habl de sus races judas. Los judos saban de su vida anterior como nio y corno joven, y saban de la vida que haba llevado en Jerusaln. Saban tambin, que Pablo haba sido un judo muy estricto, uno de los fariseos. Y an ms: saban que Pablo haba encabezado la persecucin de los cristianos. Y cuando mataban a los cristianos, "yo di mi voto", dice Pablo (26:10). (Muchos eruditos han tomado este dato como signo de que Pablo, a pesar de su juventud, ya se haba hecho miembro del Sanhedrn antes de su conversin). Inclusive, haba viajado a Damasco, comisionado por el sumo sacerdote, para aprehender a los cristianos y traerlos cautivos a Jerusaln para un juicio. Pablo se present ante Agripa como un judo con mucho celo por la ley de Dios, y con el deseo de hacer la voluntad de Dios. Fue a causa de este deseo, que se haba convertido en perseguidor de los cristianos. Cmo fue transformado un perseguidor en un hombre que predicaba a Cristo? La respuesta est en la experiencia que Pablo tuvo en el camino a Damasco. Cristo se le apareci, y le convenci de que en verdad l era Jess, a quien estaba persiguiendo. Luego, este Jess vivo y resucitado, comision a Pablo a ser su misionero entre los gentiles. Conforme iba Pablo hablando sobre su experiencia cristiana, estaba entretejiendo en su defensa sus creencias cristianas. Note como sus creencias estn conectadas con su vida cristiana. Pablo declar que l crea en la esperanza de la promesa que Dios haba dado a los padres. Declar su fe en la resurreccin de los muertos. Dijo que Cristo le haba enviado para abrir los ojos a los gentiles "para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satans a Dios; para que reciban, por la fe que es en m (Cristo), perdn de pecados y herencia entre los santificados" (26:18). En esta declaracin tenemos una presentacin clara de la verdad de que los pecados de los hombres son perdonados nicamente por la fe en Cristo Jess. Pablo, adems, explic a Agripa los acontecimientos de la muerte y la resurreccin de Cristo. Dijo que el Antiguo Testamento haba profetizado que el Cristo haba de sufrir, y habra de resucitar de los muertos, y que sera una luz a los judos como a los gentiles. Estas creencias formaban el fundamento en la experiencia de Pablo. Es fcil para nosotros hacer una separacin entre nuestra fe y nuestra vida. A veces hablamos de una, a veces de la otra. Pero lo que Pablo aqu nos est demostrando es, que la mejor forma para testificar de Jesucristo es una combinacin de las dos. Cuando hablamos acerca de lo que Cristo ha hecho por nosotros, podemos hablar con cierta autoridad. Pero es cuando presentamos la verdad del evangelio, relacionndola con nuestra propia experiencia, cuando mejor podemos dirigirles hacia Cristo, que es poderoso para salvarlos a ellos tambin. 4. La Reaccin La resurreccin de Jesucristo era una verdad especialmente difcil de creer para los gentiles. Cuando Pablo habl de la resurreccin, Festo le interrumpi, "Ests loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco" (26:24). Pablo no discuti con Festo. Simplemente dijo que no estaba loco sino que hablaba de verdad y de cordura. Desentendindose de Festo, se dirigi al rey, Declar que saba que el rey entenda de estas cosas, e invit a que el rey Agripa creyese. Por qu ignor Pablo a Festo en aquel momento, y dirigi en vez su invitacin a Agripa? Es porque se daba cuenta de que Festo an no estaba listo para aceptar lo que le estaba diciendo, mientras que posiblemente Agripa s. Por lo tanto, Pablo busc la respuesta de Agripa que indicara que ste haba credo el testimonio de Pablo. Pero Agripa an no estaba listo para creer. No acept la invitacin de Pablo de aceptar a Cristo. Rega a Pablo con estas palabras, "por poco me persuades a ser cristiano". Pero Pablo insisti, declarando que ya sea en un tiempo corto o en uno largo, su nico deseo para Agripa, como para todos los que le

escuchaban, era que fuesen como l, menos en lo de las cadenas. La cosa que ms quera Pablo sobre todas las otras cosas, era que otros llegasen a conocer la gracia salvadora de Jesucristo. Cuando termin la entrevista con Pablo, Festo y Agripa conferenciaron, y llegaron a la conclusin de que Pablo no haba hecho nada para merecer la muerte ni la prisin. En realidad, si no hubiera apelado a Csar, poda haber sido puesto en libertad.

54.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 25 Los judos de Jerusaln no se haban dado por vencidos. Todava consideraban a Pablo su archienemigo y queran su muerte. Por esto, se aprovecharon de Festo, el nuevo gobernador, con el propsito de buscar una nueva oportunidad de llevar su complot a su trmino. El juicio ante Festo (25:1-8) Llegado, pues, Festo a la provincia, subi de Cesrea a Jerusaln tres das despus. Y los principales sacerdotes y los ms influyentes de los judos se presentaron ante l contra Pablo, y le rogaron, pidiendo contra l, como gracia, que le hiciese traer a Jerusaln; preparando ellos una celada para matarle en el camino. Pero Festo respondi que Pablo estaba custodiado en Cesrea, adonde l mismo partira en breve. Los que de vosotros puedan, dijo, desciendan conmigo, y si hay algn crimen en este hombre, acsenle. Y detenindose entre ellos no ms de ocho o diez das, venido a Cesrea, al siguiente da se sent en el tribunal, y mand que fuese trado Pablo. Cuando ste lleg, lo rodearon los judos que haban venido de Jerusaln, presentando contra l muchas y graves acusaciones, las cuales no podan probar; alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los judos, ni contra el templo, ni contra Csar he pecado en nada. Despus de que Festo tomara posesin de su cargo en Cesrea, descans un da y subi a Jerusaln. De inmediato los principales sacerdotes y los ms influyentes de los judos le informaron de sus acusaciones contra Pablo. A continuacin, le rogaron con toda urgencia que mandara buscar a Pablo e hiciera que lo llevaran a Jerusaln. Nuevamente se haba tramado una emboscada para matarlo en el camino. Festo debe haber tenido informacin de su complot anterior, por lo que les contest que Pablo estaba custodiado en Cesrea (cuidado), donde pronto ira l. Entonces les sugiri que aquellos que pudieran fueran con l. Si haba algo delictivo (fuera de lugar, incorrecto) en Pablo, entonces ellos lo acusaran Despus de ocho o diez das, Festo baj a Cesrea. Al da siguiente se sent en el tribunal (el trono del juez, el asiento del juicio). Es decir, inici un nuevo juicio oficial e hizo que trajeran a Pablo Los judos de Jerusaln lo rodearon e hicieron numerosas acusaciones muy graves contra l. Pero no podan probar ninguna. Lucas no nos da detalles aqu, pero sin duda las acusaciones eran similares a las que Trtulo haba hecho ante Flix. Tambin hace un simple resumen de la defensa de Pablo en este momento. Pablo aleg que no haba pecado en forma alguna contra la Ley juda, contra el Templo, ni contra el Csar, es decir, contra el gobierno romano. Ms tarde, Festo indicar que Pablo dio testimonio de la muerte y resurreccin de Cristo tambin (versculo 19) Pablo apela al Csar (25:9-12) Pero Festo, queriendo congraciarse con los judos, respondiendo a Pablo dijo: Quieres subir a Jerusaln, y all ser juzgado de estas cosas delante de m? Pablo dijo: Ante el tribunal de Csar estoy, donde debo ser juzgado. A los judos no les he hecho ningn agravio, como t sabes muy bien. Porque si algn agravio, o cosa alguna digna de muerte he hecho, no rehus morir; pero si nada hay de las cosas de que stos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A Csar apelo. Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondi: A Csar has apelado; a Csar irs .

Entonces Festo, deseoso de congraciarse con los judos, le pregunt a Pablo si estara dispuesto a subir a Jerusaln para otro juicio ante l. Por supuesto, Pablo saba lo que esto significara. Es probable que sus amigos le hubieran informado del nuevo complot para asesinarlo en el camino. Al menos Lucas tena conocimiento de l, y algunos ms han de haberlo tenido Pablo saba que tena un recurso para librarse de las garras de los dirigentes judos. Todos los ciudadanos romanos tenan el derecho de apelar al Csar. Reconoca que la autoridad que respaldaba al tribunal o sede del juicio donde se sentaba Festo, era la del Csar. En su condicin de ciudadano romano, se hallaba donde tena derecho a ser juzgado. A los judos, no les haba hecho dao ni agravio alguno, como Festo saba muy bien Entonces Pablo expres los motivos por los que apelaba al Csar. Si l era culpable y haba hecho algo digno de la pena de muerte, no se negara a morir (es decir, no objetara la pena de muerte). No obstante, como no exista nada de todo aquello de lo que era acusado, nadie poda (tena poder para) entregarlo a los judos como un favor hacia ellos Festo habl esto con su consejo provincial. Sin embargo, no le quedaba nada que hacer. Pablo haba apelado al Csar; al Csar deba ir. Es probable que Festo .se alegrara de que el caso se hallara ahora fuera de sus manos Festo le presenta el caso de Pablo a Agripa (25:13-22) Pasados algunos das, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesrea para saludar a Festo. Y como estuvieron all muchos das, Festo expuso al rey la causa de Pablo, diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Flix, respecto al cual, cuando fui a Jerusaln, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judos, pidiendo condenacin contra l. A stos respond que no es costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda defenderse de la acusacin. As que, habiendo venido ellos juntos ac, sin ninguna dilacin, al da siguiente, sentado en el tribunal, mand traer al hombre. Y estando presentes los acusadores, ningn cargo presentaron de los que yo sospechaba, sino que tenan contra l ciertas cuestiones acerca de su religin, y de un cierto Jess, ya muerto, el que Pablo afirmaba estar vivo. Yo, dudando en cuestin semejante, le pregunt si quera ir a Jerusaln y all ser juzgado de estas cosas. Mas como Pablo apel para que se le reservase para el conocimiento de Augusto, mand que le custodiasen hasta que le enviara yo a Csar. Entonces Agripa dijo a Festo: Yo tambin quisiera or a ese hombre. Y l le dijo: Maana le oirs. Algunos das ms tarde, el rey Agripa (Herodes Agripa II, conocido tambin como M. Julio Agripa II, hijo del Herodes de Hechos 12), y Berenice, su hermana viuda, llegaron a Cesrea a presentarle sus respetos al nuevo gobernador de Judea. Agripa II haba sido nombrado rey de Calis, territorio situado entre las montaas del Lbano y el Antilbano, en el ao 48 d.C. Ms tarde (53 d.C.) se convirti en rey de la tetrarqua de Filipo, al este del mar de Galilea, y de Lisanio, al oeste y noroeste de Damasco. En el ao 56 d.C., Nern aadi a su reinado varias ciudades situadas alrededor del mar de Galilea Puesto que pasaron all muchos das, Festo le present el caso de Pablo a Agripa, con el deseo de consultarlo con l. Despus de relatarle cmo los judos de Jerusaln se le presentaron (presentaron cargos) contra Pablo y le pidieron una sentencia condenatoria, le dijo que se haba negado a entregarles a Pablo como un favor y cmo los haba reunido y puesto a Pablo en juicio. Entonces, como romano, se sorprendi de que no acusaran a Pablo de ninguna de las cosas malas de las que l supona que lo acusaran. En cambio, tenan contra l ciertas cuestiones. Festo, pagano romano, las llam "su supersticin" (en el texto griego, deisidaimonas, "supersticin", que Reina-Valera traduce por "religin"). Tambin hablaban de un cierto Jess que haba sido ajusticiado, y Pablo afirmaba que estaba vivo A pesar de lo que dijo, Festo no admiti que el motivo por el que quera que Pablo fuese a Jerusaln era para congraciarse con los judos. Al contrario: le dijo a Agripa que lo que suceda era que l haba dudado en cuestin semejante. Entonces, puesto que Pablo se haba negado a ir a Jerusaln, y haba apelado al emperador, para que l fuera quien decidiera (el Augusto, un ttulo que significaba "digno de ser reverenciado", usado aqu para referirse al emperador Nern), Festo haba ordenado que se le custodiase hasta que l lo pudiese enviar al Csar

Agripa le respondi diciendo que quera or l mismo a Pablo. Esto complaci a Festo, quien fij el momento para el da siguiente Festo presenta su caso (25:23-27) Al otro da, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue trado Pablo. Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estis aqu junto con nosotros, aqu tenis a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los judos me ha demandado en Jerusaln y aqu, dando voces que no debe vivir ms. Pero yo, hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y como l mismo apel a Augusto, he determinado enviarle a l. Como no tengo cosa cierta que escribir a mi seor, le he trado ante vosotros, y mayormente ante ti, oh rey Agripa, para que despus de examinarle, tenga yo qu escribir. Porque me parece fuera de razn enviar un preso, y no informar de los cargos que haya en su contra . Al da siguiente llegaron Agripa y Berenice con gran pompa y ostentacin. Es decir, vinieron vestidos con sus ropajes reales y acompaados de todos sus asistentes. Los tribunos y los hombres prominentes de Cesrea llegaron tambin Despus de que trajeran a Pablo, Festo se dirigi al rey Agripa y a los dems que se hallaban presentes, rogndoles que examinaran a este hombre respecto del cual toda la multitud de los judos (de Jerusaln) le haba demandado dando voces que no deba vivir ms. De nuevo, declar que no hallaba que Pablo hubiera hecho nada digno de muerte. No obstante, puesto que haba apelado al Csar, haba decidido enviarlo a l. Su problema era que no tena nada cierto (digno de fiar) que escribirle a su seor (al Csar). Tena la esperanza de que despus de aquel interrogatorio ante Agripa, tendra algo que escribir. Le pareca nada razonable enviar un prisionero sin sealar en una carta cules eran las acusaciones que haba contra l

55.
Comentario a Hechos de los Apstoles Captulo 26 En la audiencia final ante Agripa, el libro de los Hechos presenta por tercera vez la narracin de la conversin de Pablo, y da algunos detalles que no haban sido escritos anteriormente. Pablo, el fariseo (26:1-11) Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenz as su defensa: Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judos. Mayormente porque t conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia. Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pas en mi nacin, en Jerusaln, la conocen todos los judos; los cuales tambin saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la ms rigurosa secta de nuestra religin, viv fariseo. Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de da y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judos. Qu! Se juzga entre vosotros cosa increble que Dios resucite a los muertos? Yo ciertamente haba credo mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jess de Nazaret; lo cual tambin hice en Jerusaln. Yo encerr en crceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. Y muchas veces, castigndolos en todas las sinagogas, los forc a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los persegu hasta en la ciudades extranjeras. Al recibir permiso de Agripa para hablar por s mismo. Pablo extendi su mano y comenz su defensa. Se declar dichoso de poder defenderse ante Agripa, porque este rey era experto en

todas las cosas relacionadas con las costumbres y los asuntos de los judos. Por esto, le rog que lo escuchara con paciencia. En realidad. Agripa era judo de religin, y se poda esperar de l que le preocuparan estas cosas. Primeramente, Pablo seal que todos los judos conocan su estilo de vida, tanto en Tarso como en Jerusaln. Saban que haba vivido como fariseo, siguiendo la enseanza de esta secta juda, la ms estricta de todas. (Vea 2 Corintios 11:22; Galatas 1:13; Filipenses 3:5.) Ahora, Pablo haba sido llamado a juicio por causa de la esperanza de la promesa que Dios les haba hecho a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob, y posiblemente otros ancestros de Israel). Esta promesa, dijo Pablo, "nuestras doce tribus" ' la esperaban alcanzar (como el destino que Dios les haba dado) sirviendo (adorando) constantemente a Dios da y noche. La acusacin de los judos contra l tena que ver con esta esperanza. Por qu lo considerara increble el rey si Dios resucitaba a los muertos? Esto es, especialmente ahora, que Dios haba levantado a Jess de entre los muertos. Pablo mismo haba pensado que era necesario hacer muchas cosas contra el nombre (persona, naturaleza y autoridad) de Jess de Nazaret; haba puesto a muchos de los santos (los creyentes consagrados a Dios) en prisiones. Cuando los haban matado, l haba votado contra ellos. 2 Haba ido de sinagoga en sinagoga, castigando frecuentemente a los creyentes, tratando de obligarlos a blasfemar (esto es, a blasfemar el nombre de Jess). En el texto griego se insina, sin embargo, que no logr hacer que blasfemaran. Se haba enfurecido de tal manera contra ellos, que los haba perseguido hasta ciudades del extranjero. Ms tarde, en 1 Timoteo 1:13, Pablo sealara que haba actuado ignorante de la verdad. La conversin y la misin de Pablo (26:12-18) Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisin de los principales sacerdotes, cuando a medioda, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rode a m y a los que iban conmigo. Y habiendo cado todos nosotros en tierra, o una voz que me hablaba, y deca en lengua hebrea: Saulo, Saulo, por qu me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijn. Yo entonces dije: Quin eres. Seor? Y el Seor dijo: Yo soy Jess, a quien t persigues. Pero levntate, ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecer a ti, librndote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envo, para que abras sus ojos, para que reciban, por la fe que es en m, perdn de pecados y herencia entre los santificados. Entonces, Pablo volvi a relatar su conversin en el camino de Damasco. La expresin "Dura cosa te es dar coces contra el aguijn" era una frase usada corrientemente para expresar la oposicin a Dios. A partir del versculo 16, Pablo presenta la misin que recibiera de Cristo con mayor detalle. Jess le seal que se le haba aparecido para ponerlo en la importante tarea de ser ministro (sirviente) y testigo "de las cosas que has visto, y de aquellas en que me aparecer a ti", rescatndote de tu pueblo (los judos) y de los gentiles (las naciones), a las cuales te envo para que les abras los ojos y los vuelvas de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satans a Dios (el Dios verdadero), para que puedan recibir el perdn de los pecados. Con el perdn, los gentiles recibiran una herencia entre aquellos que son santificados (tratados como santos, apartados para Dios como pueblo suyo dedicado a hacer su voluntad) por la fe en Cristo. ("Fe en m" es una definicin del tipo de fe que permanece firme en Cristo.) De esta manera, Pablo mostr que el mismo Jess le haba encomendado la misin de llevar adelante su obra a los gentiles, como estaba profetizado por Isaas 42:6, 7 y 61:1, 2. Es decir, l compartira la obra de Cristo. El testimonio fiel de Pablo (26:19-23)

Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visin celestial, sino que anunci primeramente a los que estn en Damasco, y Jerusaln, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. Por causa de esto los judos, prendindome en el templo, intentaron matarme. Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el da de hoy, dando testimonio a pequeos y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moiss dijeron que haban de suceder: Que el Cristo haba de padecer, y ser el primero de la resurreccin de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. A continuacin. Pablo declar que no haba sido desobediente a la visin (aparicin) celestial. Aqu la palabra "visin" no significa una visin al estilo de los sueos, sino una aparicin real en la que Jess le habl en persona. Su obediencia qued demostrada en la forma en que les haba declarado a los judos en Damasco, Jerusaln y toda Judea, y tambin a \los gentiles, que deban arrepentirse (cambiar su mentalidad y sus actitudes fundamentales), volverse a Dios y hacer obras dignas de arrepentimiento. Por causa de este mensaje (en el que se incluan bendiciones para los gentiles) era por lo que los judos lo haban apresado en el Templo y tratado de matarlo. Entonces Pablo comenz nuevamente a dar testimonio de Cristo. Por el auxilio de Dios haba perseverado hasta aquel da, testificndoles tanto a grandes como a pequeos. Por supuesto que entre los grandes estaba incluido el rey Agripa. Sin embargo, el testimonio de Pablo no se limitaba a su propia experiencia. Todo lo que estaba diciendo era solamente lo que los profetas y Moiss ya haban dicho que sucedera. En otras palabras, todo su mensaje estaba fundamentado en las Escrituras: Ellos eran los que haban declarado que el Cristo (el Mesas) debera sufrir; ellos haban mostrado cmo El, primicias de la resurreccin entre los muertos, les anunciara la luz al pueblo (los judos) y a los gentiles (las naciones). Festo y Agripa rechazan el evangelio (26:24-29) Diciendo l estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Ests loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas l dijo: No estoy loco, excelentsimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien tambin hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algn rincn. Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo s que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente t, sino tambin todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas! Pablo predic con poder. Festo sinti la conviccin de su prdica y reaccion contra ella interrumpiendo a Pablo. Gritando en voz alta, le dijo: "Ests loco. Pablo; las muchas letras te vuelven loco," Al hablar de "muchas letras" o "mucho conocimiento" se refera a las Escrituras de las que Pablo haba estado hablando. Con delicadeza y cortesa. Pablo replic: "No estoy loco, excelentsimo Festo, sino que hablo (ungido por el Espritu) palabras (griego, rhmata) de verdad y de cordura." El rey tena conocimiento de aquellas cosas. Es decir, el rey podra verificarlas si quera hacerlo. Despus de esto. Pablo volvi su atencin de nuevo al rey. Poda hablarle con toda confianza (libremente), porque estaba convencido de que no ignoraba nada de esto (ninguna de aquellas cosas haba escapado a su conocimiento), ya que todo aquello (las realidades de la muerte y resurreccin de Cristo y los acontecimientos del Evangelio) no se haba hecho en algn rincn; eran cosas que se haban hecho en pblico y eran pblicamente conocidas. Entonces, dirigindose a Agripa, Pablo le pregunt si crea en los profetas. Sin esperar respuesta, aadi que l saba que crea. De pronto, y con sorpresa. Agripa se dio cuenta de que Pablo estaba tratando de convertirlo. Al decir que Agripa crea en los profetas. Pablo estaba diciendo implcitamente que como consecuencia, tendra que creer lo que stos decan sobre el Mesas, y esto hara que creyera

lo que Pablo deca sobre Jess. Sin embargo, parece que Agripa no estaba dispuesto a decir que crea en los profetas; tampoco lo estaba a decir que crea a Pablo. La respuesta de Agripa ha sido traducida e interpretada de diversas maneras. Algunos manuscritos antiguos dicen literalmente: "Por poco me logras persuadir a que me convierta en cristiano." La versin inglesa King James y la castellana Reina-Valera toman esto como una admisin de que haba sentido la fuerza de los argumentos de Pablo, y haba faltado poco para que Pablo lo convenciera de que se hiciera cristiano. Otros manuscritos antiguos dicen: "Por poco me persuades a actuar como cristiano", es decir, a hacer el papel de cristiano. Muchos escritores toman esto como un rechazo. Agripa no quera que Pablo lo usara para corroborar lo que afirmaba el Evangelio. "Por poco" podra significar "casi" o "en pocas palabras". Tambin podra significar "en poco tiempo". Por esto, algunos dicen que Agripa quera decir: "En resumen, que ests tratando de persuadirme a que me haga cristiano", y se limitan a interpretar su respuesta como una irona: "Crees de verdad que en tan poco tiempo puedes persuadirme a que me haga cristiano (o acte, o viva como cristiano)?" Aun hay otros que lo toman como un fuerte rechazo: "En resumen, tratas de persuadirme a que acte (haga el papel de) como cristiano." Sea cual sea la traduccin, lo que est claro es que Agripa estaba rechazando los esfuerzos de Pablo para convertirlo. Sin embargo. Pablo se neg a sentirse desalentado. Por eso le contest: "Quisiera Dios que por poco o por mucho (en poco o en mucho tiempo), no solamente t, sino tambin todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy (esto es, cristianos como yo), excepto estas cadenas!" Es posible que en este momento Pablo levantara las manos para ensear las cadenas que ataban sus muecas. Agripa reconoce la inocencia de Pablo (26:30-32) Cuando haba dicho estas cosas, se levant el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se haban sentado con ellos; y cuando se retiraron aparte, hablaban entre s, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisin ha hecho este hombre. Y Agripa dijo a Festo: Poda este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a Csar. Agripa ya haba odo bastante. Al levantarse, indic que la audiencia haba terminado. Entonces, todos ellos salieron y comentaron lo odo. Todos estuvieron de acuerdo en que Pablo no haba hecho nada que fuera digno de muerte ni de prisin; no haba nada en la ley romana que pudiera tenerlo por culpable. En aquel momento, Agripa le dijo a Festo que Pablo podra haber sido liberado si no hubiera apelado al Csar. Con esto se estaba diciendo implcitamente que el emperador vera la inocencia de Pablo y hara que se le pusiera en libertad. Aunque en el ao 59 d.C. era Nern el emperador, ste todava no se haba embarcado en ninguna campaa contra los cristianos. Bajo las leyes romanas de aquellos momentos, no era delito ser cristiano. Hasta la segunda prisin de Pablo, que est reflejada en 2 Timoteo, no se convertira en un peligro bajo el dominio romano, el ser cristiano.

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