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El Nuevo Capital

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EL NUEVO CAPITAL

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todos sus poderes y sus privilegios. Esta tendencia est5 en el principio de las estmkgiar de reproduccidn, estrategias matrimoniales, estrategias de sucesibn, estrategias econ6micas y, en fin y sobre todo, estrategias educativas. Las familias invierten en la educaci6n escolar (en tiempo de transmisi6n, en ayuda de todo tip0 y, en ciertos casos, en dinero, como hoy en Jap6n con el Quisiera hoy evocar 10s mecanismos extremadamenjuku y 10s yobi-ko), tanto m6s cuanto que su capital te complejos a travts de 10s cuales la instituci6n cultural es mi& importante y cuanto que el peso escolar contribnye (insisto en esta palabra) a reprodurelativo de su capital cultural en relaci6n con su cir la distribucidn del capital cultural, y con ello, a la capital econ6mico es m6s gnnde -y tambitn, en la reproducci6n de la estructura del espacio social. medida en que las otras estrategias de reproducci6n A las dos ditnensiones fundamentales de este es(en especial estrategias de sucesi6n en vista de la pacio, del que liablaba ayer, corresponden dos contransmisi6n directa del capital econ6mico) son mejuntos de mecanismos de reproducci6n diferentes. nos eficaces o menos rentables relativamente (como La combinaci6n de ambos mecanismos define el es el caso hoy en Jap6n a partir de la liltima guerra modo & reproduccidn y hace que el capital vaya al mundial y, en un menor grado, en Francia). capital y que la estructura social tienda a perpetuarse Este modelo, que puede parecer muy abstracto, (no sin sufrir deformaciones mis o menos importanpermite comprender el interts creciente que tienen tes). La reproducci6n de la estructura de la distribuen la educaci6n las familias, y sobre todo las familias ci6n del capital cultural se opera en la relaci6n enue privilegiadas y, entre ellas, las familias de intelectualas estrategias de las familias y la 16gica especifica de les, de ensefiantes o de miembros de profesiones la instituci6n escolar. Gsta tiende a proporcionar el liberales, en todos 10s paises avanzados, y sin duda en capital escolar, que otorga bajo la forma de titulos Japdn m b que en otros lados; permite comprender (medmciuh), a1 capital cultural detentado por la fatambibn que las mis altas instituciones escolares. milia y transmitido por una educaci6n difusa o expliaquellas que conducen a las m5s altas posiciones cita en el curso de la primera educacibn. sociales, son cada vez mis completamente monopoLas familias son cuerpos articulados animados por lizadas por 10s hijos de las categorias privilegiadas, y una suerte de conatur, en el sentido de Spinoza. Es ello tanto en Jap6n o en Estados Unidos como en decir, por una tendencia a perpetuar su ser social con Francia. Mas alin, este modelo constituye asi uno de 10s instrumentos m5s poderosos para entender no ctnj(&-ccP)aS&dddrg C hbsr P& c Y ~ ~ ~ p c y A I S C M L k n pronunclada l e en r a n~verudad e n e Todai,Japbn. c l a s61o c6mo las sociedades avanzadas se petpettian. el 5 de octubre de 1989. sino tambitn c6mo ca~nbianbajo el efecto d e Ins
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7. EL NUEVO CAPITAL, INTRODUCCI~NA UNA LECTURA JAPONESA DE LA NOBLEZA DE ESTtWO*

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contradicciones especificas del modo de reproducci6n escolar. Para dar una visi6n global del funcionamiento dei mecanisrno de reproducci6n escolar se puede, en un primer momento, recordar la irnagen que us6 el fisico Maxwell para hacer comprender c6mo podria ser suspendida la eficacia de la segunda ley de la termodinimica: Maxwell imagina un demon que entre las particulas en rnovirniento mis o menos calientes, es decir, rnh o menos ripidas, que llegan ante 61, hace una seleccibn, enviando las mis ripidas a un recipiente en el que la temperatura se eleva, y las mis lentas a otro recipiente, en el que la ternperatura baja. Haciendo esto, 61 ~nantienela diferencia, el orden que, de otro modo, tenderia a destruirse. El sisterna escolar actria a la rnanera del demon de hiaxwell: al precio del gasto de energia que es necesario para realizar la operaci6n de selecci6n man~iene el orden preexistente, es decir, la separaci6n entre 10s alumnos dotados de cantidades desiguales -o d e tipos diferentes-de capital cultural. Mas precisamente, mediaq&.toda una sene de operaciones d e selecci6n, sepata%:ios detentores de capital cultural heredado de 10s que esGn desprovistos de 61. Corno las diferencias de aptitud son inseparables de las diferencias sociales se@n el capital heredado, el sistema escolar tiende a mantener las diferencias sociales preexistentes. Pero, ademis, el sistema escolar produce dos efectos de 10s que no se puede dar cuenta mis que abandonando el lenguaje (peligroso) del rnecanismo. Al instaurar una cisura entre 10s alu~nnosde las grandes escuelas y 10s alurnnos de las facultades, la instituci6n escolar ir~st~tuyejiontetas soczales anrilogas

a aquellas que s e p m o n a la gran nobleza de la pequefia nobleza, y a bta de 10s simples plebeyos. Esta separaci6n es marcada, primer0 en las propias condiciones de vida, con la oposici6n entre el internado y la vida libre del estudiante; luego en el contenido y sobre todo en la organizaci6n del trabajo d e preparaci6n para 10s concursos (de admisi6n) con, d e un lado, u n encuadramiento muy estricto y formas d e aprendizaje muy escolares, y sobre todo una atm6sfera d e urgencia y de competencia que inspira la docilidad y que presenta una analogia evidente con el mundo d e la empresa, y, del otro, la "vida de estudiante" que, muy cerca d e la tradici6n de la vida bohemia, implica mucho menos disciplina y restricciones, incluso en el tiempo consagrado al trabajo. Pero esto n o e s todo. La separaci6n que efectua la instituci6n escolar, tanto por la prueba que constituye la preparaci6n del concurso y el concurso en si mismo, como por la cisura ritual, verdadera frontera migica, que instituye el concurso, separando a1 ultim o recibido del primer suspendido por una diferencia d e naturaleza, marcada por el derecho de llevar un nombre, un titulo, es una verdadera operaci6n mggica, en la que el paradigma es la separaci6n entre lo sagrado y lo profano, tal como lo analiza Durkheim. El acto d e clasificacidn escolar es siempre, pero particularmente en este caso, un acto de ordenandn en el doble sentido que esta palabra implica en francts. Este act0 instituye una diferencia social de rango, d e clasificaci6n, una relaci6n de orden definitiw 10s elegidos son marcados, de por vida, por su pertenencia (antiguo alumno de...); ellos son miernbros de una orden, en el sentido medieval del termino. Y de una orden nobiliaria, conjunto claramenre deli-

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mitado (en el que se esti o no se esti) de personas que estin separadas del comlin de 10s mortales por una diferencia de esencia y estin legitimadas, por este hecho, para dominar. Es en esto en lo que la separaci6n operada por la escuela es tambitn una ordenaci6n en el sentido de consagracih, de entronizacidn en una categoria sagrada, una nobleza. La familiaridad nos irnpide ver lo que esconden 10s actos en apariencia puramente t6cnicos que lleva a cab0 la institucidn escblar. Por eso, el anaisis weberiano del diploma corno Bildungspatat y del examen colno proceso de selecci6n raciond, sin ser falso, es parcial; su anilisis deja en efecto escapar el aspect0 migico de las operaciones escolares que curnplen tambien las funciones de racionalizaci6n, per0 en un sentido totallnente disiinto, rnk cercano de Freud o de Marx; 10s eximenes o 10s concursos jusltjican en razdn de divisiones que no lienen necesariamente la razCln por principio, y 10s litulos con 10s que se sanciona el resultado se presentan como garantia de la cornpetencia tecnica de 10s certificados de cornpetencia social, de 10s titulos de nobleza. En todas las sociedades avanzadas, en Francia, en Estados Unidos o en JapCln, el exit0 social depende muy estrechamente de un acto de nominacidn inicial (la imposicidn de un nombre, de ordinario el de una institucidn educativa, Universidad de Todai o de Harvard, Escuela Poliiknica) que consagra escolarmente una diferencia social preexistente. La entrega de diplomas, que da lugar a ceremonias solemnes, es efectivarnente comparable al acto de arrnar caballero a alguien. La funcidn tecnica evidente, demasiado evidente, de fortnacidn, cle ~ransrnisi6n de una cornpetencia tecnica y de seleccidn de 10s ~ n competenk

tes tkcnicamente, enmascara una funci6n social, a saber, la consagracidn de 10s detentores estatutarios de la competencia social, del derecho a dirigir, 10s nisei (segunda generaci6n), como se dice aqui; tenemos pues, en Jap6n como en Francia, una nobleza escolar hereditaria de dirigentes de la industria, de grandes medicos, de altos funcionarios, y asimismo, de dirigentes politicos. Y esta nobleza de escuela comprende una parte importante de herederos de la antigua nobleza de sangre que han reconvertido sus titulos nobiliarios en dtulos escolares. Por eso, la instituci6n de la que una vez crelmos que podria introducir una forma de meritocracia privilegiando las aptitudes individuales en relaci6n con 10s privilegios hereditarios, tiende a instaurar, a trav6 de la ligaz6n encubierta entre la aptitud escolar y la herencia cultural, una verdadera nobleza de Estado. Nobleza en la que la autoridad y la legitimidad eslan garantizadas por el titulo escolar. Basta volver un poco a la historia para ver que el reino de esta nobleza especifica, que se ha iniciado ligada al Estado, es el resultado de un largo proceso: la nobleza de Estado en Francia y, sin duda, en Jap611, es un cuerpo que ha sido creado al crear el Estado; que ha debido crew el Estado para crearse como detentador del monopolio legitimo del poder del Estado. La nobleza de Estado es la heredera de eso que en Francia se llama la nobleza de toga, que se distingue de la nobleza de espada, a la cud esti unida cada vez mis frecuentemente por matrirnonios a medida que avanzamos en el tiempo, en que debe su estatus al capital cultural, de tipo juridic0 esencial. mente. No puedo traer aqui el conjunto del anaisis hist6-

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rico que esbocC en el riltimo capitulo de mi libro, apoyindome en 10s trabajos de historiadores de la educacibn, historiadores del Estado e historiadores de las ideas. Este anilisis podn'a servir de base para una comparaci6n met6dica con el proceso, ciertamente similar, seg6n creo, a pesar de las diferencias aparentes, que conpujo a1 cuerpo de 10s samurai, del que una fracci6n;habia ya sido transformada en bua promover rocracia letrada en el curso del siglo m], en la segunda mitad del siglo N X un Estado modemo fundado en un cuerpo de bur6cratas que asocia un origen noble y una fuerte cultura escolar con la preocupaci6n de afirrnar su independencia en y por el culto del Estado nacional muy directamente enraizado en el aristocratismo yen un fuerte sentimiento de superioridad respecto de 10s industrides y comerciantes, para no hablar de 10s politicos. Asi, volviendo al caso de Francia, observamos que la invenci6n del Estado y, en particular, las ideas de "priblico", de "bien cornun" y de "servicio pliblico" que e s t h en su centro, son inseparables de la invenci6n de las instituciones que fundan el poder de la nobleza de Estado y su reproducci6n: asi, por ejemplo, las fases de desarrollo de la instituci6n escolar y en particular la aparicibn en el siglo m r r de instituciones de un nuevo tipo, 10s colegios, que mezclan ciertas fracciones de la aristocracia y de la burguesia de toga en 10s internados que anuncian el sistema actual de las grandes escuelas, coinciden con las fases de desarrollo'de la burocracia de Estado (y secundaria~nente, al rnenos en el siglo xvl, de la Iglesia). La autonomizaci6n del carnpo burocritico y la multiplicaci6n de las posiciones independientes de 10s poderes ternpol-ales y espirituales establecidos, se acompa-

iian del desarrollo de una burguesia y de una nobleza de toga cuyos intereses, en materia de reproducci6n especialmente, e s t h ligados de una manera estrecha a la escuela Tanto en su mod0 de vida, que da un gran lugar a las pI5cticas culturales, como en su sistema de valores, esta suerte de Bildungsbu@um, como dicen 10s alemanes, se define por oposici6n. de una parte, al dero y, de otra, a la nobleza de espada, de la que critica su ideologia del nacimiento, en nombre del m4rito y de lo que se llama15 mis tarde la competencia En fin, es en la toga donde se inventa, colecti~mente -aunque la historia de las ideas aisle 10s nombres propios-, la ideologia moderna del servicio pliblico, del bien comlin y de la cosa priblica, en sintesis, lo que se ha llamado "el humanismo dvico de 10s funcionarios" que, a travts especialmente de 10s abogados girondinos, inspiraI5 la Revolud6n francesa. Asf vemos c6mo la nueva clase, cuyo poder y autoridad reposan sobre el nuevo capital, el capital cultural, debe, para imponerse en las luchas que la oponen a otras fracciones dominantes, nobles de espada y tambitn burgueses de la industria y de 10s negocios, Uevar sus intereses particulares a un grado de universalizaci6n superior, e inventar una versi6n que podemos Uamar 'progresista" (respecto de las variantes aristocdticas que i n v e n t a h un poco mis tarde 10s funcionarios alemanes y 10s funcionarios japoneses) de la ideologia del servicio pr'lblico y de la meritocracia A1 pretender el poder en nombre de lo universal, nobles y burgueses de toga hacen avanzar la objetivaci6n y, con ello, la eficiencia hist6rica de lo universal y no pueden s e ~ r s del e Estado que ellos pretenden servir sin servir, tan siquiera un poco, 10s valores universales con 10s que lo identifican.

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Podrla detener aqui mi objetivo, pero quiero volver ripidamente a la imagen del &mon de Maxwell que he empleado por necesidades de la comunicaci6n pero que, como todas las medforas tomadas de la fisica y, m& especificamente, de la termodinimica, esti grivida de una filosofia de la accibn ciertamente falsa y de una visi6n conservadora del mundo social (como muestra el uso consciente o inconsciente que hacen todos los que, como Heidegger por ejemplo, denuncian la "nivelaci6nn y la anulaci6n progresiva de las diferencias "autknticas" en la banalidad plana y burda de 10s valores "promedios"). De hecho, 10s agentes sociales, alumnos que escogen una vocaci6n o una disciplina, familias que escogen un establecirniento para sus hijos, etc., no son particulas sumisas a fuerzas mecinicas que actiran bajo la presi6n de raturn; no son tampoco, sujetos conscientes y conocedores actuando con pleno conocimiento de causa, conlo creen 10s defensores de la teonh de la accidn iactui~ul(Rutto~~ul Actton Tlteoq) (podria mostrar, si tuviera tiernpo, que estas filosofias, en apariencia ~otallnente opuestas, se confunden de hecho, ya que si el conocirniento de 10s pormenores, de las causas ) de 10s fines es perfecto y si la elecci6n es completamente 16gica, no vemos en quC Csta difiere de la sumisi6n pura y simple a las fuerzas del mundo, y por quC, en consecuencia, se asume como una elecci6n). De hecho, 10s agentes son agentes conscientes doiados de un sentido prictico (de aqui el titulo que he dado a la obrn en que desarrollo estos andisis), siste~na adqui~ ido a par~ir de preferencia, de principios de visi6n y de divisi6n (lo que llarnarnos de vrdinario u n gusto); y t a ~ n l ~ i k sistelnas n de esuuctuI as cr~gnosci~i\.as tluratlr~.as (clue son en lo esencial el

producto de la incorporaci6n de estructuras objetivas) y de esquernas de accibn que orientan a percibir la situaci6n y la respuesta adecuada. El habittu es esa especie de "infattionin action", como dice John Searle, un fil6sofo norteamericano contemporrineo, con un sentido pdctico de lo que hay que hacer en una situaci6n dada -lo que se llama, en deportes, el sentido de la jugada, es decir, ese arte de anticipar el futuro del juego, de adivinar lo que est.5 inscrito en lineas punteadas en el estado presente del juego. Si tomamos un ejemplo en-el dominio de la educacibn, el srentido del juego se vuelve cada vez mis necesario a rnedida que, como es el caso de Francia, y tambitn de Japbn, 10s hilos se diversifican y se rnezclan (~c6mo escoger entre un establecimiento de renombre que declina y una escuela refugio en ascenSO?). Los movimientos de la bolsa de valo&s escolares son dificiles de anticipar y aquellos que se pueden beneficiar, a travCs de su familia, padres, hermanos o hermanas, etc., o de sus relaciones, de una informa. ci6n sobre 10s circuitos de fonnaci6n y su rendilniento diferencial, actual y potencial, pueden ubicar mejor sus inversiones escolares y lograr el rnejor beneficio de su capital cultural. Es Csta una de las mediaciones a travts de las cuales el h i t o escolar -y social- se enlaza de nuevo al origen social. Dicho de otro modo, las "particulas" que avanzan hacia el demon llevan en ellas mismas, es decir, en su habituc, la ley de su direcci6n y de su movimiento, y el principio de la 'vocaci6n" que 10s orienta hacia tal escuela, hacia tal facultad o tal disciplina. Y a lie analizado ampliamente c6mo el peso relativo en el capital de 10s adolescentes (o de sus familias) del capital econ6mico y del capital cultural (que yo name

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la estructura del capital) se encuentra retraducido en un sistema de preferencias que 10s lleva a privilegiar va sea el arte en detrimento del dinero, Sean las cosas de la cultura en detrimento de 10s asuntos de poder, etc., o a la inversa; c6mo esta estructura de capital, a traves del sistema de preferencias que produce, 10s estimula a orientarse en sus elecciones escolares, y por lo tanto sociales, hacia uno u otro polo del campo del poder, el polo intelectual o el polo de 10s negocios, y a adoptar las prkticas y las opiniones correspondientes (asi se comprende lo que no se produce sino porque se esti habituado a ello, a saber, que 10s alumnos de la Escuela Normal, futuros profesores o intelectuales, se dicen sobre todo de izquierda, leen revistas intelectuales, frecuentan mucho el teatro y el cine, practican poco el deporte, etc., mientras que 10s alumnos de ~ l t o sstudios Comerciales se dicen sobre todo de derecha, se inclinan mucho a los deportes, etcbtera). Y del mismo modo, en lugar del demon hay, entre otras cosas, millares de profesores que aplican a sus alumnos categorias de percepci6n y de apreciaci6n estructuradas se@n 10s lnismos principios (no puedo aqui desarrollar el andisis que he hecho de las categori& del entendimiento p&fesoral, y las parejas de adjetivos tales como brillante/apagado que 10s maestros aplican, para juzgarlos, a 10s trabajos de sus alumnos y a todas sus maneras de ser y de hacer). Dicho de otro rnodo, la acci6n del sistema escolar es la resultante de las acciones rnis o menos groseramente orquestadas de rnillares de pequeiios demonr de hfaxwkll, quienes, por sus eleccibnes ordenadas se@n el orden objetivo (las estructuras estructurantes son, . corno decia antes, estructuras estructuradas), tienden

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a reproducir este orden sin saberlo ni quererlo. Pero la metAfora del demon es peligrosa tambitn porque favorece el fantasma del complot, que impregna frecuentemente el pensamiento critico, la idea de una voluntad malkvola que seda responsable de todo lo que ocurre, para bien y sobre todo para mal, en el mundo social. Si eso que uno esti en el derecho de describir como un mecanismo para las necesidades de la comunicaci6n, es vivido, a veces, como una especie de mciquinu i n f m l (se habla mucho del 'infierno del txito"), como un engranaje W c o , exterior y superior a 10s agentes, es porque cada uno de 10s agentes estA en cierto modo constreiiido a partidpar, para existir, en un juego que le impone enormes esfuenos e inmensos sacrificios. Y yo pienso que, de hecho, el orden social que garantiza el mod0 de reproducci6n en la componente escolar hace sufrir hoy dia, induso a aquellos que son 10s mlis beneficiados, un grado de tensi6n ciertamente comparable a 1 que la sociedad cortesana, tal como la describe Elias, impone tarnbikn a quienes tienen el extraordinario privilegio de formar park de ella: "En liltima instancia, no cabe ninguna duda de que este deber luchar por las continuamente amenazadas oportunidades de poder, status y prestigio era el factor dominante en virtud del cud, en esta estruc. tura de poder dividida jerrirquicamente, todos 10s participantes se condenaban reciprocamente a1 ejercicio de un ceremonial que se habia hecho una carga. Ninguna de las personas que constituian la configuraci6n tenia la posibilidad de poner en marcha una reforma de la tradici6n. Todo intento de reforma, aun el mlis pequeiio, de un cambio del precario sistema de tensiones tm'a consigo ineludiblemente

una sacudida y una disminuci6n o incluso una derogaci6n de ciertos privilegios y prerrogativas d e personas y familias concretas. Tocar tales oportunidades de poder, mis a6n derogarlas, era una especie d e tabu para la capa dominante de esta sociedad. El intento hubiera tenido en contraamplias capas de 10s privilegiados que, quiz& no sin raz6n, temian que todo el sisterna de poder que les otorgaba privilegios se viera amenazado o que se derrumbara si se tocaba a1 rnis rninirno detalle del orden traditional. Y asi todo sigui6 como antes."' En Jap6n como en Francia, 10s padies abrumados, 10sj6venes aburridos y 10s empleadores decepcionados por 10s productos de una enserianza que encuentran inadaptada son las victimas impotentes de un mecanisrno que no es otra cosa que el efecto acurnulado de sus estrategias acarreadas por la 16gica de la cornpetencia o d e la lucha d e todos contr-a todos. Para terrninar tarnbiCn con la presentacidn mutilada y caricatural que ciertos analistas mal inspirados o ma1 intencionados han dado d e mis trabajos, seria necesario tener tiernpo de mostrar aqui c6mo la 16gica del modo de reproducci6n d e la componente escolar -y especialmente su carLter estndulico- y ]as contradicciones que lo caracterizan estin en el origen de nurnerosos cambios en las sociedades avanzadas. Es~ns contradicciones constituyen sin duda el origen oculto de ciertos conflictos politicos caracteristicos del period0 reciente, como el rnovimiento de mayo
Norbert Elias, Lo sociPlP de (our, Park Rammarion, 1985. 330 pp. [mad. esp., La sociedadcotlesana, Fcr, hlexico, 1982, p. 118, rl-ad. Guillerrno Hil-aral.
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del68 que, al producir las mismas causas semejantes efectos, ha sacudido m& o menos simult&neamente, y sin que se pueda en absoluto suponer influencias directas, a la universidad francesa y a la universidad japonesa. Yo he analizado largamente, en otra de mis obras, que intitulk, un poco para reirme; Homo acade. micw, 10s factores que han determinado la crisis del mundo escolar del aue el movimiento d e mavo fue la expresi6n visible: sobreproducci6n de diplomados y devaluaci6n de diolomas (dos fen6menos oue, si creo lo que he leido, afectan tambiCn al Japbn), y devaluaci6n de las oosiciones universitarias. subalternas sobre todo, que se han multiplicado sin que se abran las cameras en igual proporci6n, a causa de la estructura, ciertamente arcaica de la jerarquia universitaria (en esto me gustaria hacer una encuesta comparativa sobre el funcionamiento del horny sobre la forrna que toman, e n el caso de Jap6n. las relaciones de tiempo y d e podel: universitario tal corno las he analizado en Francia). Pienso que es en 10s cambios e n el campo escolar y sobre todo e n las relaciones entre el campo escolar y el campo econ6mic0, y en la transformaci6n d e la correspondencia entre 10s titulos escolares y 10s puestos de trabajo, donde se encontrari el verdadero origen de 10s nuevos movimientos sociales que han aparecido en Francia, como prolongaci6n del 68, y otros, todavia mis recientes, como el fen6meno muy nuevo de las "coordinaciones" que, si puedo creer en 10s autores que leo, comienza a manifestarse tambitn en Alemar~ia y en Japbn, entre 10s j6venes trabajadores notablemente, menos apegados que sus mayores a la Etica ~radicionaldel trabajo. (Asimismo 10s cambios politicos en la URSS, que se anuncian ya en China, no estin desvinculados

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del crecimiento considerable de la fraccidn de la poblaci6n de estos paises que ha pasado por la ensefianza superior ni de las contradicciones que de alli se derivan, y en primer lugar, en el seno mismo del campo de poder.) Pero seria necesario tambikn examinarel lazo entre la nueva delincuencia escolar, m6s desarrollada en Japdn que en Francia, y la 16gica de la competencia frenktica que domina la institucidn escolar, y sobre todo el eCecto de veredicto, o de destino, que el sistema escolar ejerce sobre 10s adolescentes: con una brutalidad psicol6gica sin atenunates, la instituci6n escolar impone susjuicios totales y sus decisiones sin nombre, que clasifican a todos 10s alumnos en una jerarquia 6nica de las formas de excelencia -dominadas hoy dia por una disciplina, las matemiiticas, y por una institucibn, la Escuela Nacional de Administraci6n o la Escuela PolitCcnica. Los excluidos se encuentran condenados en no~nbre de un criterio colectivamente reconocido y aprobado, por consiguiente, psicol6gicamente indiscutible e indiscutido, el de la inteligencia: de tal modo que no tienen otro recurso para restaurar su identidad amenazada que rupturas brutales con el orden escolar y el orden social (se ha observado que, en Francia, es en las revueitas contra la escuela en donde se forman y se consolidan nurnerosas bandas de delincuentes) o, tambien, el caso de crisis psiquicas, ya sea'como enfermedades mentales o incluso el suicidio. Y seria ndcesario, en fin, analizar todos 10s disfuncionamientos tCcnicos que, desde el punto de vista del sistema, es decir, desde el punto de vista del estricto rendimiento tkcnico (en la instituci6n escolar o Cuera de ella) resullan de la primacfa conlerida

a las estrategias de reproducci6n social: citart como ejemplo, el estatuto inferior que las farnilias otorgan, objetivamente, a la enseiianza ttcnica y el privilegio que dan a la ensefianza general. Es probable que en Jap6n como en Francia, 10s grandes dirigentes, pro. venientes ellos mismos de las grandes universidades ptiblicas en Jap6n o de las grandes escuelas en Francia, prediquen la revalorizaci6n de una ensefiang tecnica reducida al estado de refugio o de vertedero (victims, sobre todo en Jap6n, de la competencia de la enseiianza de empresa), considem'an como una cakktrofe la relegaci6n de sus hijos a una ensefianza ttcnica. Y la misma contradicci6n se encuentra en la ambivalencia de 10s mismos dirigentes respecto de un sistema de enseiianza al que ellos deben, si no su posici6n, a1 menos la autoridad y la legitimidad con la que la ocupan: como si quisieran tener 10s beneficios ttcnicos de la acci6n escolar sin asumir 10s costos sociales -tales como las exigencias asociadas a la posesi6n de titulos que puditramos llamar universales, en oposici6n a aquellos titulos de 'mairon" otorgados por las empres&- ellos favorecen la ensefianza privada y sostienen o promueven todas las iniciativas politicas tendientes a reducir la autonomia de la instituci6n escolar y la libertad del cuerpo de enseiiantes; manifiestan la mis grande ambifiedad en el debate sobre la especializaci6n de la ensefianza, como si quisieran tener 10s beneficios de todas las elecciones, 10s limites y las garantias asociadas a una enseiianza altamente especializada y la apertura y disponibilidad, favorecidas por una ensefianza de cultura general, apropiadas para desarrollar las capacidades de adaptaci6n convenientes a empleados n16viles y "flexibles", o todavia m k , las garantias y las segurida-

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des que procuran 10s "sefioritos" egresados de la ENA? o de TodaiSgestores equilibrados de las situaciones de equilibrio, y 10s audaces "cachorros de lobo" fuera de rango, que se suponen ~nejor adaptados en 10s Pero, si lees permitido, por unavez, a u n soci6logo hacer previsiones, es sin duda en la relaci6n cada vez m i s tensa entre la grande y la pequeiia nobleza de estado, donde reside el principio de 10s grandes conflictos del futuro: todo permite en eiecto suponer que, Crente a 10s egresados de las grandes escuelas de Francia, d e las grandes univecsidades pliblicas d e japbn, que tienden cada vez mtk a monopolizar fuertemente todas las grandes posiciones de poder, en la banca, en la industria, en la politics, 10s detentores de titulos escolares de segundo orden, pequefios samurai de la cultura, estaldn obligados, sin duda, a invocar, en sus luchas por la ampliaci6n del grupo de poder, nuevas justificaciones universalistas, como lo hicieron en el siglo xvr en Ft-ancia, y hasta los comienzos de la Revoluci6n francesa, 10s pequetios nobles provincianos, o en el siglo x l x 10s pequefios samurai excluidos que dirigieron la revuelta, en nombre d e la 'libertad y 10s derechos civicos", contra

8. PREFACIO A LA REEDICI~N DE LA

REPRODUCCZ~P

La posici6n de representante emblemitico de un nuevo paradigma te6rico qhe 10s crlticos, y en particular 10s m6s criticos y 10s m& simplistas entre ellos,l han atribuido a Lo npmduccidn, dejhdose guiar por el efecto d e marbete o etiqueta ejercido por el titulo, ha! tenido como contraparticla una extraordinaria simplificaci6n d e 10s a n a s i s que allf se encuentran expuestos -en un lenguaje que, hay que reconocerlo, dcanza a veces grados sumos de complejidad y de dificultad. El a n a s i s d e 10s mecanismos extremadamente complejos a travb de 10s cuales la instituci6n escolar conlribuye a reproducir la distribuci6n del capital cultural y, con eUo, la estructura del espacio social, se ha encontrado reducido a la tesis simple se@n la cual el sistema escolar reproducirfa la estructura social sin defomaci6n ni transfomaci6n. Despues de haberle hecho sufrir una tal mutilaci6n, se puede reprochar a la teoria el que sea incapaz de dar cuenta de 10s cambios o de ignorar las resistencias de 10s dominados...
Texlo preparado para la Gltima reedici6n de esta obra, 1989. .Pienso porejemplo en la obra de Stanley Aronowiu y Henry A. G i m w Education undcrsi)gv. Thrconsnwtivc, liberal and radiml &bate aurdwli"g, hndres, Routlege and Kegan Paul, 1985 (el sublltulo es en s l mismo, una peticidn de prinapio metodol6gico: anulr. de golpe la pretensi6n de 10s vabajos cienlificos a la taxone mla puramente politics, y ademb, punmente anglosajona... )

giadar cnuc las grander cscuclas de Francia. T o h i , una dc las grander univcrsidadcs pliblicar de Jap6n.

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