La Triple Alianza
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la triple alianza
primera coalicin internacional de amrica
Teniente Coronel (R) Claudio Morales Gorleri, Ejrcito Argentino
UANDO en Amrica del Norte, la Unin haba He enfatizado liberalismo econmico ya que sera logrado la victoria sobre la Confederacin en la incomprensible entender slo liberalismo, cuando la guerra ms sangrienta de la historia de este lado esclavitud tena vigencia en el Brasil. del planeta, en el sur del continente se iniciaba la que Es de destacar ac que en la Repblica Argentina ostentara el mismo calificativo en Amrica del Sur. exista una fuerte corriente opositora al liberalismo del Para algunos historiadores argentinos y paraguayos presidente, general Bartolom Mitre. Hombres destacaexiste una conexin entre ambos conflictos sucesivos. dos de Buenos Aires y del interior del pas, como Jos Segn esta corriente historiogrfica, la escasez de Hernndez, autor luego del Martn Fierro o su hermano algodn en Inglaterra, provocada por la suspensin de Rafael, los poetas Andrade, Guido y Spano y hasta el exportaciones de los estados sureos norteamericanos, propio Juan Bautista Alberdi, autor de las Bases que gener el inters britnico por dieron origen a la Constitucin el algodn del Paraguay. Como Nacional, criticaban con tenaciDos cosmovisiones se el gobierno de este pas ejerca dad la poltica exterior aliancista enfrentaron en las gestiones un fuerte control de sus cosedel pas. diplomticas y posteriormente chas, productos y mercados, Por otro lado la repblica en la guerra. Una de ellas era conveniente propiciar su paraguaya y el partido Blanco relacionada con el liberalismo que estaba en el poder en el destitucin y promover as la econmico que intentaba libertad de comercio que les Uruguay, se identificaban con conformar un sistema de libre un sistema conservador que hubiese convenido. mercado entre las naciones Tal hiptesis es extremahaba logrado un desarrollo damente difcil de demostrar, ms poderosas de Sudamrica: industrial y militar prominente sobre todo teniendo en cuenta Argentina y Brasil, con el en el Paraguay. Los tabacales y el desarrollo de los aconteciyerbales de este pas abastecan respaldo del partido mientos que culminaron con la el sur de Amrica, las maderas Colorado de la Repblica destruccin no slo de la activise exportaban a Europa, fabriOriental del Uruguay. dad algodonera paraguaya sino caban caones y armas largas y con el Paraguay mismo. dispusieron del primer ferrocaA mi modo de ver, el conflicto que llev a la creacin rril y del primer telgrafo en Sudamrica. Construyeron de la Triple Alianza y a la guerra entre 1865 y 1870 buques acorazados en Europa para la navegacin fluvial fue fundamentalmente ideolgico. Dos cosmovisiones y se hizo adiestrar en Pars a los oficiales paraguayos. se enfrentaron en las gestiones diplomticas y posteCon la acumulacin de riquezas tenan una slida y riormente en la guerra. Una de ellas relacionada con el favorable balanza comercial, lo que les permiti dispoliberalismo econmico que intentaba conformar un sisner de un ejrcito permanente de 18.000 hombres y una tema de libre mercado entre las naciones ms poderosas reserva de 40.000. de Sudamrica: Argentina y Brasil, con el respaldo del En abril de 1863, el general uruguayo Venancio Flores partido Colorado de la Repblica Oriental del Uruguay. desembarc en territorio de su pas acompaado por un
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grupo de seguidores del partido Colorado. Intentaba recutropas desde la frontera de Ro Grande hacia el territorio perar la presidencia de la Repblica Oriental perdida en oriental. La respuesta paraguaya fue inmediata, aprela revolucin de los Blancos de 1854, que gobernaban sando en el ro Paraguay un vapor mercante de matrcula el Uruguay desde entonces con el doctor Berro como brasilea, el Marques de Olinda. Presidente. Mientras la invasin del imperio impona en el poder Flores logr reunir alrededor de cuatrocientos homuruguayo al general Flores, el mariscal Lpez ordenaba bres, entre los cuales haba un buen nmero de hacenla invasin del Mato Grosso, en territorio brasileo. dados brasileos de Ro Grande. Por otro lado, Lpez peda explicaciones al gobierno El presidente Berro y la prensa de Montevideo se queargentino por su apoyo a la revolucin encabezada por jaban ante el gobierno de Mitre acusndolo de apoyar la Flores en la Banda Oriental, las que fueron respondidas revuelta de Flores que fue sofocada al poco tiempo. Al con amistosas y no convincentes explicaciones del prepresidente Berro lo sucedi Aguirre quien reclam con sidente Mitre. mayor firmeza que el anterior por las polticas agresivas Las fronteras entre ambos contendientes comprendan argentinas y brasileas. territorios completamente despoblados, de terreno difEl emperador del Brasil, Pedro II, consider los reclacil con accidentes naturales importantes y sin vas de mos uruguayos como descomedidos y, ante la presin de comunicacin con puntos vitales del resto del pas. Por la opinin pblica, decidi enviar en misin especial ante consiguiente esas regiones inadaptables a operaciones el gobierno de Montevideo al consejero Saraiva. militares fueron rpidamente desechadas. El delegado brasileo La guerra as iniciada lleg a Montevideo en entre el Paraguay y el mayo de 1864 entregando El objetivo estratgico de la guerra Brasil creaba una curiosa al presidente Aguirre una situacin geopoltica, ya estaba bien definido no slo en el especie de ultimtum para que ambos ejrcitos, para prembulo del Tratado sino en los que diese cumplimiento a artculos 6, 7, 11 y 12: la guerra invadir territorio enemigo las exigencias del Impe- es contra el Gobierno del Paraguay. deban cruzar la provincia rio. Esta frmula que tiende a deslindar argentina de Corrientes. La nota presentada por La Repblica del Paraal pueblo del gobierno enemigo ha el consejero fue rechazada guay solicit autorizacin sido utilizada hasta en nuestros das por el gobierno uruguayo al gobierno argentino para con la ofensiva de la Coalicin a y devuelta por inaceptable el trnsito de sus tropas Irak. Se trata de intentar sumar a la por Corrientes la que fue pues no puede quedar en poblacin a una cruzada liberadora denegada por el presidente los archivos orientales. de su propio gobierno. Saraiva, desde Buenos Mitre. Aires remita un ultimtum A pesar de la negativa, al presidente Aguirre intiLpez decidi efectuar el mndole a que en el plazo de 6 das diese cumplimiento paso por la provincia argentina para iniciar la invasin a las satisfacciones exigidas por el gobierno imperial. contra Brasil en Ro Grande. Tal vez el asunto que Pedro II orden que por tierra y agua se procediese a decidi finalmente al presidente paraguayo haya sido la ejecutar represalias contra el Uruguay. sospecha de la existencia de algn tratado secreto entre El gobierno oriental haba acudido al presidente Argentina y Brasil para el reparto posterior del Paraguay paraguayo Francisco Solano Lpez con la finalidad de y del Uruguay. solicitarle apoyo, poniendo en ejecucin as un compromiso anterior entre ambos gobiernos. La Alianza Lpez dirigi el 30 de agosto al representante del Como habamos dicho, fracasada la misin del Brasil en Asuncin una enrgica nota en la que deca consejero Saraiva, el Imperio inici contra el partido que ...el Gobierno de la Repblica de Paraguay consiBlanco, en el gobierno uruguayo, una campaa por tierra derar cualquier ocupacin del territorio oriental por y agua alindose al general Flores, jefe de la revolucin fuerzas imperiales, como atentatorio del equilibrio de los Colorada. El accionar paraguayo alarm al Brasil que se Estados del Plata, que interesa a la Repblica del Paraencontraba en inferioridad de condiciones que el Paraguay como garanta de su seguridad, paz y prosperidad; guay, pas slidamente armado y situado a gran distancia y que protesta del modo ms solemne contra tal acto, de sus principales fuentes de recursos desligndose desde ahora de toda responsabilidad por El largo perodo de paz del que goz el Imperio las consecuencias de la presente declaracin. haba inducido a su dirigencia a descreer de la utilidad Brasil, sin prestar atencin a la advertencia, lanz sus de mantener una organizacin militar como salvaguarda
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de los intereses nacionales. Esta misma razn era la que se materializaba en la extensin de la campaa en territorio uruguayo. La opinin pblica brasilea inculpaba seriamente al gobierno la imprevisin y reclamaban acciones inmediatas contra la agresin paraguaya en el Mato Grosso. Resultaba imposible para Pedro II improvisar en poco tiempo el ejrcito que tendra que hacer frente a la amenaza inminente. De aqu la necesidad de buscar aliados. Por un lado, el apoyo del general Flores con el partido Colorado en el poder oriental era incondicional. Por el otro, la Argentina sintindose agredida por el avance paraguayo por una provincia suya, determin que el gobierno de Mitre decidiese conformar una alianza con las otras dos naciones. En realidad, ya desde el 11 de marzo se encontraba en Buenos Aires el nuevo consejero brasileo Francisco Octaviano de Almeida Rosa. Estudiaba, junto con el presidente Mitre y su canciller Elizalde, los trminos de la Alianza. Esos estudios se iniciaron antes de la agresin paraguaya y mientras Montevideo se transformaba en la base de operaciones brasileas. Su ejrcito, llegado de todos los rincones del Imperio contaba a principios de abril con 16.000 plazas, mientras que en el puerto y en la isla Martn Garca anclaba la escuadra del almirante imperial Tamandar de 18 buques con 128 caones. Para el estudio del Tratado no asiste ningn delegado uruguayo, ni haba necesidad. El acuerdo de Flores era incondicional a partir del apoyo armado brasileo. Octaviano de Almeida Rosa, que era el artfice de la alianza, demor la firma del Tratado hasta tanto no se cumpliese la agresin paraguaya. El presidente Mitre logr la imagen de agredido y el Brasil intentaba neutralizar la interferencia inglesa para reducir sus pretensiones territoriales. Inglaterra quera una guerra limitada al slo efecto de sacar a Lpez del poder dejando en su lugar abogados y polticos que le asegurasen la transitabilidad de los ros que el paraguayo le impeda. Pero no aceptaba una guerra que hiciese crecer al Brasil a expensas del Paraguay, ni cortase a ste futuros consumidores de productos ingleses. La firma solemne del Tratado de la Alianza se realiz el 1 de mayo, quince das despus de que en Buenos Aires se recibi la noticia de la entrada de los paraguayos a Corrientes, oportunidad en la que el presidente Mitre ante manifestantes belicistas proclam: En 24 hs en los cuarteles, en quince das en Corrientes, en tres meses en Asuncin.
El gobierno de la Repblica Argentina, el Gobierno de S.M. el Emperador del Brasil y el Gobierno de la Repblica Oriental del Uruguay. El primero y el segundo, encontrndose en guerra con el Gobierno del Paraguay, por haberle sido declarada de hecho por este Gobierno, y el tercero en estado de hostilidad y amenazada su seguridad interior por el dicho Gobierno, el cual viol la fe pblica, tratados solemnes y los usos internacionales de las Naciones civilizadas, y cometi actos injustificables despus de haber perturbado las relaciones con sus vecinos, por procederes lo ms abusivos y atentatorios. Persuadidos por la paz, seguridad y bienestar de sus respectivas Naciones, es imposible mientras exista el actual Gobierno del Paraguay, y que es una necesidad imperiosa reclamada por los ms grandes intereses, hacer desaparecer ese Gobierno, respetando la soberana, independencia e integridad territorial de la Repblica del Paraguay: Han resuelto con este objeto celebrar un Tratado de Alianza ofensiva y defensiva, y al efecto han nombrado sus Plenipotenciarios, a saber: Su Excelencia el Presidente de la Repblica Argentina, al Excmo. Sr. Dr. D. Rufino de Elizalde, su Ministro Secretario de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores; Su Majestad el Emperador del Brasil, al Excmo. Sr. Dr. F. Octaviano de Almeida Rosa, de su Consejo, Diputado a la Asamblea General Legislativa y Oficial de la Orden Imperial de la Rosa; Su Excelencia el Gobernador Provisorio de la
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Repblica Oriental del Uruguay, al Excmo. Sr. Dr. aliadas, sern de cuenta de los Estados respectivos. Carlos de Castro, y su Ministro y Secretario de Estado Art.5.- Las altas partes contratantes se prestarn en el Departamento de Relaciones Exteriores. mutuamente todos los auxilios y elementos que tuvieren Los cuales, despus de haber canjeado sus respectivos y que los otros pudieren necesitar, en el modo y forma poderes, que fueron hallados en buena y debida forma, que acordarn. convinieron en lo siguiente: Art.6.- Los Aliados se comprometen solemnemente a Artculo 1.- La Repblica Argentina, Su Majestad el no deponer las armas sino de comn acuerdo, y hasta Emperador del Brasil y la Repblica Oriental del Uru- que no hayan derrocado la autoridad del actual Gobierno guay se unen en alianza ofensiva y defensiva, en la guerra del Paraguay, y a no negociar con el enemigo comn promovida por el Gobierno del Paraguay. separadamente, ni firmar Tratado de Paz, Tregua, ArmiArt.2.- Los Aliados concurrirn con todos los medios sticio, ni Convencin alguna para poner fin o suspender de guerra de que puedan disponer en tierra o en los ros, la guerra, sino de perfecto acuerdo de todos. segn sean necesarios. Art.7.- No siendo la guerra contra el pueblo del Art.3.- Debiendo empezar las operaciones de la Paraguay, sino contra su Gobierno, los Aliados podrn guerra en el territorio de la Repblica Argentina, o admitir en una Legin Paraguaya todos los ciudadanos en la parte del territorio paraguayo limtrofe con la de esa nacionalidad que quieran concurrir a derrocar misma, el mando en jefe y dicho Gobierno, y les predireccin de los Ejrcitos starn todos los elementos La experiencia de la guerra fue Aliados queda confiado al que necesitaren, en la aprovechada por las naciones Presidente de la Repblica forma y bajo las condicioparticipantes para la actualizacin Argentina, General en Jefe nes que se acordarn. de sus respectivas doctrinas y de su Ejrcito, Brigadier Art.8.- Los Aliados organizacin de sus fuerzas. La General D. Bartolom se obligan a respetar la improvisacin, que fue el accionar Mitre. Las fuerzas terindependencia, soberana restres de la Repblica e integridad territorial de comn de los aliados al iniciar la Oriental del Uruguay, la Repblica del Paraguay. guerra y hasta la tremenda derrota una divisin de las fuerzas En consecuencia, el pueblo en Curupayt el 22 de septiembre de argentinas y otra de las 1866, fue rectificndose en el perodo paraguayo podr escoger fuerzas brasileras, que posterior a medida que la experiencia su Gobierno y darse las designarn sus respec- en carne propia se asentaba en todos instituciones que quiera, tivos Jefes Superiores, no pudiendo incorporarse los niveles de la conduccin. formarn un Ejrcito bajo ni pedir el protectorado las inmediatas rdenes del de ninguno de los Aliados, Gobernador Provisorio de la Repblica Oriental del como consecuencia de esta guerra. Uruguay, Brigadier General D. Venancio Flores. Art.9.- La independencia, soberana e integridad terLas fuerzas martimas de los Aliados estarn bajo el ritorial de la Repblica del Paraguay sern garantidas mando inmediato del Vicealmirante Vizconde de Taman- colectivamente en conformidad del artculo anterior, dar, Comandante en Jefe de la Escuadra de S.M. el por las altas partes contratantes, durante el perodo de Emperador del Brasil. cinco aos. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil Art.10.- Se conviene entre las altas partes contratantes formarn un ejrcito bajo las inmediatas rdenes de su que las franquicias, privilegios o concesiones que obtenga General en Jefe, Brigadier Manuel Luis Osorio. el Gobierno del Paraguay, han de ser comunes a todos, A pesar de que las altas partes contratantes estn con- gratuitamente, si fueren gratuitas, y con la misma comvencidas de que no cambiar el terreno de las operacio- pensacin o un equivalente si fuesen condicionales. nes de la guerra, sin embargo, para salvar los derechos Art.11.- Derrocado el actual Gobierno de la Repblica soberanos de las tres Naciones, convienen desde ya en del Paraguay, los Aliados procedern a hacer los el principio de reciprocidad para el mando en Jefe, en el ajustes necesarios con la autoridad que se constituya, caso de que dichas operaciones hubieran de pasar para para asegurar la libre navegacin de los ros Paran el territorio Oriental o Brasilero. y Paraguay, de modo que los Reglamentos o Leyes de Art.4.- El orden y economa militar en el interior aquella Repblica no puedan estorbar, entorpecer o de las tropas aliadas, dependern nicamente de sus gravar el trnsito y la navegacin directa de los buques Jefes. mercantes o de guerra de los Estados Aliados que se Los sueldos, vveres, municiones de guerra, armas, dirijan para sus respectivos territorios, o para territorio vestuario, equipo y medios de movilidad de las tropas que no pertenezca al Paraguay; y tomarn las garantas
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convenientes para la efectividad de aquellos ajustes, bajo la base de que los Reglamentos de Polica Fluvial, ya sean para aquellos dos ros, o bien para el Ro Uruguay, sern hechos de comn acuerdo entre los Aliados y dems ribereos que acordaran los mismos Aliados adhiriesen a la invitacin que se les har. Art.12.- Los Aliados se reservan concertar entre s los medios ms propios para garantir la paz con la Repblica del Paraguay, despus de derrocado el Gobierno actual. Art.13.- Los Aliados nombrarn oportunamente los Plenipotenciarios necesarios para celebrar los ajustes, convenciones o tratados, que hayan de hacerse con el Gobierno que se establezca en el Paraguay. Art.14.- Los Aliados exigirn de ese Gobierno el pago de los gastos de la guerra que se han visto obligados a aceptar, as como reparacin e indemnizacin de los daos y perjuicios causados a sus propiedades pblicas y particulares y a las personas de sus ciudadanos, sin expresa declaracin de guerra, y de los daos y perjuicios verificados posteriormente, con violacin de los principios que rigen el derecho de la guerra. La Repblica Oriental del Uruguay exigir tambin indemnizacin proporcionada a los daos y perjuicios que le cause el Gobierno del Paraguay por la guerra en que le obliga a entrar, para defender su seguridad amenazada por aquel Gobierno. Art.15.- En una Convencin especial se determinar el modo y forma de liquidar y pagar las deudas procedentes de las causas ante dichas. Art.16.- Para evitar las discusiones y guerras que traen consigo las cuestiones de lmites, queda establecido que los aliados exigirn del Gobierno del Paraguay, que celebre con los respectivos Gobiernos tratados definitivos de lmites, bajo las bases siguientes: La Repblica Argentina ser dividida de la Repblica del Paraguay por los Ros Paran y Paraguay hasta encontrar los lmites con el Imperio del Brasil, siendo stos por la margen derecha del Ro Paraguay la Baha Negra. El Imperio del Brasil se dividir de la Repblica del Paraguay: del lado del Paran, por el primer ro abajo del Salto de las siete cadas, que segn la reciente carta de Mauchez, es el Igurey, y desde la embocadura del Igurey, y por l arriba, hasta encontrar sus nacientes. Del lado de la margen izquierda del Paraguay, por el Ro Apa, desde su embocadura hasta sus nacientes. En el interior, por las cumbres de las sierras de Maracuy, siendo las vertientes del este del Brasil, y las del oeste del Paraguay, y tirndose de la misma sierra lneas las ms derechas, en direccin a las nacientes del Apa y del Igurey. Art.17.- Los Aliados se garanten recprocamente el fiel cumplimiento de los convenios, ajustes y tratados que deben celebrarse con el Gobierno que se establezca en la Repblica del Paraguay, en virtud de lo convenido por el presente Tratado de Alianza, el cual quedar siempre en toda su fuerza y vigor, a los efectos de que esas estipulaciones sean respetadas y ejecutadas por la Repblica del Paraguay. Para conseguir este resultado, conviene que, en el caso una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del Gobierno del Paraguay el cumplimiento de lo pactado, o que este Gobierno intentase anular las estipulaciones ajustadas con los Aliados, los otros emplearn activamente sus esfuerzos para hacerlas respetar. Si estos esfuerzos fuesen intiles, los Aliados concurrirn con todos sus medios para hacer efectiva la ejecucin de lo pactado. Art.18.- Este Tratado se conservar secreto hasta que se consiga el fin principal de la Alianza. Art.19.- Las estipulaciones de este Tratado que no necesiten autorizacin legislativa para ser rectificadas, empezarn a tener valor desde que fuere aprobado por los Gobiernos respectivos, y las otras, desde el canje de las ratificaciones que tendr lugar dentro del plazo de cuarenta das, contados desde la fecha del mismo Tratado, o antes si fuere posible, que se har en la Ciudad de Buenos Aires. En fe de lo cual, los abajo firmados Plenipotenciarios de su Excelencia el Gobernador Provisorio de la Repblica Oriental del Uruguay, de su Excelencia
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el Presidente de la Repblica Argentina y de su Majestad el Emperador del Brasil, en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este Tratado y le hacemos poner nuestros sellos. En la ciudad de Buenos Aires, el primero de Mayo del ao de Nuestro Seor, mil ochocientos sesenta y cinco.- Rufino de Elizalde. (L.S.) - F. Octaviano de Almeida Rosa. (L.S.) - Carlos de Castro. (L.S.) Protocolo del Tratado de la Triple Alianza Contra el Paraguay 1. Que en cumplimiento del Tratado de Alianza de esta fecha, se haran demoler las fortificaciones de Humait, y en adelante no se permitira que se levantasen otras de igual naturaleza, que pudiesen impedir la fiel ejecucin de las estipulaciones de ese Tratado. 2. Que siendo una de las medidas necesarias para garantir la paz con el Gobierno que se establezca en el Paraguay, no dejar armas ni elementos de guerra, las que se encontraren sern divididas por partes iguales entre los Aliados. 3. Que los trofeos y botn que fueren tomados al enemigo, se dividan entre los Aliados que hayan hecho la captura. 4. Que los Jefes Superiores de los Ejrcitos Aliados concerten los medios de ejecutar estos acuerdos. Y lo firmaron en Buenos Aires a 1. de Mayo de 1865. Firmado: Rufino de Elizalde. - F. Octaviano de Almeida Rosa.- Carlos de Castro. Mayo 1. de 1865.- Aprobado. Firmado: MITRE.Guillermo Rawson.- Rufino de Elizalde.- Lucas Gonzlez.- Eduardo Costa.- Juan A. Gelly y Obes. Para la Repblica Argentina exista el mandato constitucional de la aprobacin por parte del congreso nacional del Tratado. El 26 de mayo de 1865 el gobierno promulgaba con fuerza de ley la aprobacin de las dos cmaras legislativas. El congreso lo ratific en sesin secreta y a libro cerrado, ignorando sus integrantes el texto. En Brasil bast con el sello imperial Secreto estampado por Pedro II y en el Uruguay no hubo necesidad de ratificacin porque el gobierno de Flores era de hecho no de derecho, no existan las cmaras.
El objetivo estratgico de la guerra estaba bien definido no slo en el prembulo del Tratado sino en los artculos 6, 7, 11 y 12: la guerra es contra el Gobierno del Paraguay. Esta frmula que tiende a deslindar al pueblo del gobierno enemigo ha sido utilizada hasta en nuestros das con la ofensiva de la Coalicin a Irak. Se trata de intentar sumar a la poblacin a una cruzada liberadora de su propio gobierno. Histricamente, cuando las tiranas se sostienen por el terror, ese objetivo suele ser exitoso como en la guerra de Irak que citamos. Pero en el caso particular
del Paraguay en 1865, la poblacin estaba ntimamente unida a Francisco Solano Lpez, del mismo modo que antes de 1863 lo estuvieron con su padre Don Carlos Antonio Lpez, antecesor en la presidencia paraguaya. Juan Bautista Alberdi, el clebre escritor y constitucionalista argentino citado ms arriba y crtico acrrimo de la Triple Alianza contra el Paraguay escribi en junio de 1869 cuando an continuaba el conflicto: Si la guerra no puede concluir es porque la poltica la empez mal. Le dio por objeto la destruccin de una tirana, y, en lugar de una tirana tiene que destruir la libertad de una Nacin, es decir, su independencia, que es la nica libertad que un pas no puede recibir, porque es la nica que slo el extranjero puede arrebatarle. El artculo 2 del Tratado manda: los aliados concurrirn con todos los medios de guerra que puedan disponer en tierra o en los ros, segn sean necesarios. Este mandato era impreciso y dejaba librada a cada parte la libertad de apoyar las operaciones de acuerdo al criterio particular de cada Nacin. El aliado ms comprometido por la amenaza enemiga pondra absolutamente todos los recursos a disposicin, pero tal vez no hicieran lo mismo el resto de los aliados que tan slo estaban obligados segn sean las necesidades. El artculo 3 determinaba que se conformara un Ejrcito con las fuerzas terrestres de la Repblica Oriental del Uruguay, una Divisin de las fuerzas argentinas y otra de las fuerzas brasileras No exista en ese entonces un orden de batalla comn que permitiese apreciar el significado de Divisin. As, esta falta de precisin provoc que el Brasil dispusiese inicialmente de tres batallones y la Argentina de una divisin compuesta solamente por un regimiento de caballera. El mismo artculo 3 determina tambin que el mando en jefe quedaba confiado al Presidente de la Repblica Argentina, General en Jefe de su Ejrcito, Brigadier General D. Bartolom Mitre. Pero este mando era relativo ya que se aclaraba El principio de reciprocidad para el mando en Jefe en el caso de que las operaciones hubieran de pasar para el territorio Oriental o Brasilero. Ese principio del Tratado se contrapone al principio de conduccin de la guerra de Unidad de Comando, indispensable para el planeamiento y las operaciones ya que, de acuerdo a la soberana del lugar donde se librasen las operaciones el mando sera rotativo. Adems en este artculo hay otra particularidad: la independencia de la Escuadra del Almirante Tamandar con respecto al mando en Jefe. Esta singular disposicin permita suponer tambin una falla al principio de Unidad de Comando por razones que no estn explcitas en el Tratado. El artculo 6 determina que tanto la deposicin de las armas o la negociacin con el enemigo, ni la firma de
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tratados de paz, tregua, armisticio ni convencin alguna para poner fin o suspender la guerra poda hacerse sin el perfecto acuerdo de todos Esta suerte de mando colegiado sera un obstculo para imprimir velocidad o sorpresa a las operaciones. Otro aspecto que en realidad corresponde a la conduccin poltica de la guerra pero que est claramente identificado como un principio de la guerra es el secreto. El Tratado, como hemos visto, tuvo esa clasificacin de seguridad, incluso en su tratamiento legislativo. Sin embargo, en pleno conflicto, en mayo de 1866 se hizo pblico. Fue el canciller ingls Russel que incluy el Tratado secreto traducido al ingls en una coleccin de documentos diplomticos titulados Blue Book. El escndalo cobr grandes proporciones, sobre todo cuando Alberdi lo retradujo al castellano. A pesar del estricto control de la prensa en la Argentina, el Tratado fue comentado y criticado ardorosamente por la oposicin al Gobierno. En el Paraguay donde lgicamente tambin se difundi, supieron que no estaba en juego la libertad o la tirana, sino la integridad y aun la existencia de su patria. (Carlos Guido y Spano: La Alianza es de los gobiernos no de los pueblos). Esa publicacin hecha por Lord Russel no se la puede juzgar como un desliz casual. Provoc una reaccin en cadena favorable al Paraguay en Europa y en toda Amrica. La prensa internacional exiga as la finalizacin de la guerra, asunto que convena a Inglaterra. En Buenos Aires exista entusiasmo por alistarse al ejrcito no ocurriendo lo mismo en el interior del pas a pesar de que los gobernadores eran en general delegados del presidente Mitre. En las provincias argentinas la guerra no gozaba de popularidad y eso constituy un grave problema para el reclutamiento de tropas. Por ejemplo, el propio hermano del presidente Mitre, encargado del contingente de Crdoba escriba el 12 de julio de 1865 que manda voluntarios atados codo con codo. La finalizacin de la guerra, prevista a tres meses, dur 5 aos, los efectivos aliados al iniciar el conflicto alcanzaron a sumar alrededor de 18.000 brasileos, 15.000 argentinos y 2.000 uruguayos. La escuadra, casi toda del Brasil dispona de cuatro acorazados, una fragata, una corbeta y 18 buques menores, armados con 11 caones y tripulados por 3.500 hombres. El Paraguay inici la guerra con 38.173 hombres. No exista armamento para todos y el disponible era en su mayora a chispa, siendo los caones anticuados excepto una batera de tubos rayados recibidos en 1863 y 8 ms llegados de Francia en 1864. La batalla de Tuyut del 24 de mayo de 1866 fue la ms importante por los efectivos que se enfrentaron en ella y la ms grande en la historia sudamericana: 24.000 paraguayos atacaron a 32.000 aliados y las bajas de los primeros sumaron alrededor de 6.000 hombres y 4.000 por parte de los segundos. La demora en la bsqueda de consensos para el planeamiento aliado, la aguerrida defensa y ofensiva paraguaya, el difcil territorio caracterizado por esteros pantanosos que dificultaban los movimientos, las tropas bizoas reclutadas por la fuerza en una importante proporcin, las epidemias y las dificultades logsticas fueron las causas ms importantes de la extensin temporal del conflicto. Tanto en el ejrcito aliado como en el paraguayo se registraron innumerables acciones de herosmo. La mayora de los jefes de batallones argentinos murieron en combate al frente de sus tropas. La experiencia de la guerra fue aprovechada por las naciones participantes para la actualizacin de sus respectivas doctrinas y organizacin de sus fuerzas. La improvisacin, que fue el accionar comn de los aliados al iniciar la guerra y hasta la tremenda derrota en Curupayt el 22 de septiembre de 1866, fue rectificndose en el perodo posterior a medida que la experiencia en carne propia se asentaba en todos los niveles de la conduccin. A pesar de los inconvenientes apuntados, se puede afirmar que esa primer coalicin internacional americana logr un alto grado de integracin y consistencia que se haca evidente a medida que las tropas ganaban en veterana y los comandos aliados fortalecan y agilizaban el planeamiento y accionar combinado.MR BIBLIOGRAFIA
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El Teniente Coronel (R) Claudio Morales Gorleri es Oficial de Estado Mayor del Ejrcito Argentino y Doctor en Historia egresado de la Universidad del Salvador. Fue Secretario Acadmico de la Escuela Superior de Guerra donde hoy tiene la responsabilidad de planificacin de carreras de grado y posgrado universitarias, es Coordinador Acadmico de la Maestra en Historia de la Guerra y profesor de Historia Militar. Es director del programa Islas Malvinas en la Facultad de Derecho de la Universidad Austral. Es autor de El Rey de la Patagonia (Planeta 1999), ensayos, cuentos y poesas. Acaba de finalizar la novela histrica El cndor anid en Mosc en proceso editorial y la biografa del Teniente General Luis Mara Campos. Tambin es autor del artculo De Fukuyama a Kennedy, publicado en Military Review en 1997.
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