"Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a m". Jn. 10, 14.

Catequesis

ORACIN PARA LA VISITA PASTORAL EPISCOPAL

Padre de bondad, te damos gracias por habernos llamado a participar de la salvacin por medio de tu Hijo Jesucristo, y de convocarnos para formar parte de tu pueblo santo, la Iglesia. Por medio de tu Espritu Santo nos llenas de tus dones para ser testigos fieles y enviados para anunciar la Buena Noticia de tu amor en nuestro tiempo al estilo de Jess, Buen Pastor. Te pedimos que nos renueves en la fe, la esperanza y la caridad para que, como Iglesia diocesana, sepamos estar siempre atentos en cumplir tu voluntad con un nuevo impulso misionero. Concdenos que en esta Visita Pastoral episcopal estemos dispuestos a revisar, renovar y fortalecer nuestro camino de experiencia y servicio pastoral para que podamos seguir siendo Iglesia en conversin permanente y demos frutos de unidad y fraternidad. Y que Mara Santsima nos impulse a ser dciles y generosos en la misin evangelizadora. Amn.

Con licencia eclesistica

+Rutilo Muoz Zamora

CATEQUESIS No: 1 LA DIOCESIS

Brillando con la luz de Cristo, la Iglesia, que por virtud del mismo Cristo es como sacramento de la unidad del gnero humano, quiere presentarse a los fieles y al mundo entero tal cual es en su naturaleza y misin universal LG 1:

OBJETIVO: Conocer la doctrina sobre la Dicesis para que, profundizndola, nos comprometamos con ella y todas sus estructuras en el anuncio del Evangelio.

1.- CANTO Y ORACIN

1) Canto: Todos unidos 2) Oracin:

II.- PARTIR DE LA REALIDAD Contamos con la nominacin de Dicesis, que hace presente la Iglesia universal; contamos con el Obispo, presbiterio, religiosos (as) y laicos en la accin pastoral, seminarios mayor y menor; la dicesis cuenta con algunas dependencias como son el Consejo de Pastoral, consejo de Economa, colegio de consultores, consejo presbiteral, curia diocesana en donde se tratan asuntos de administracin , de

archivos y juristas; se trabaja en algunas actividades concretas como son la pastoral litrgica, proftica y social. Territorialmente nuestra dicesis est dividida en cuatro decanatos: San Rafael, San Gabriel, San Miguel y Santa Mara de los ngeles. Sin embargo notamos que muchos no saben lo que es una dicesis y sus estructuras. Se han realizado dos Planes Diocesanos de Pastoral sin embargo ya estamos por terminar nuestro II PDP y la realidad ha cambiado; se hace necesario una actualizacin y renovacin de dicho plan. 1) Qu significa para ti la palabra Dicesis? 2) Te sientes parte de la Dicesis? En qu o cmo lo manifiestas?

III.- DESARROLLO DEL TEMA

1) La Iglesia Universal y la Iglesia Particular Dios quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexin entre s, sino hacer de ellos un pueblo que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa (CATIC 781). Corresponde al Hijo realizar el plan de salvacin del Padre. Por eso, en la plenitud de los tiempo, el Seor Jess comenz su Iglesia con el anuncio de la Buena Nueva, convocando en torno suyo a un grupo de hombres a quienes les ense una nueva manera de obrar y una oracin propia (Mt 5-6). Los Doce y los otros Discpulos participan en la misin de Cristo, en su poder y tambin en su suerte (CATIC 763.765) As, la Iglesia nace principalmente del don total de Cristo por nuestra salvacin, anticipado en la institucin de la Eucarista y realizado en la Cruz. (CATIC 766). El Pueblo de Dios tiene caracterstica que le distinguen de todos los grupos religiosos, tnicos, polticos o culturales: a) Es Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningn pueblo b) Se llega a ser miembro de este cuerpo por la fe en Cristo y por el bautismo c) Tiene por Jefe (Cabeza) a Jess el Cristo d) La identidad de este pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios e) Su ley, el mandamiento nuevo f) Su misin es ser sal de la tierra y luz del mundo g) Su destino es el Reino de Dios (CATIC 782) La Dicesis es una porcin del Pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la colaboracin del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por l en el Espritu Santo, mediante el Evangelio y la Eucarista, constituya una Iglesia Particular, en la cual verdaderamente est presente y acta la Iglesia de Cristo una, santa, catlica y apostlica. (c. 369). La Dicesis es una porcin del Pueblo de Dios definida por un contexto socio-cultural ms amplio, en el cual se encarna. Su primaca en el conjunto de las comunidades eclesiales se debe al hecho de estar presidida por un Obispo, dotado en forma plena y sacramental, del triple ministerio 4

de Cristo, Cabeza del Cuerpo mstico, Profeta, Sacerdote y Pastor. El Obispo es en cada Iglesia Particular, principio y fundamento de su unidad (DP 645) Los Obispos, a travs de su comunin con el Colegio Episcopal y de manera especial con el Romano Pontfice, hacen presente la apostolicidad de toda la Iglesia; garantizan la fidelidad al Evangelio, realizan la comunin con la Iglesia Universal y promueven la colaboracin de su presbiterio y el desarrollo del Pueblo de Dios, encomendado a sus cuidados (DP 646) El Obispo tiene la responsabilidad de discernir los carismas y fomentar los ministerios indispensables para que la Dicesis crezca hacia su madurez, como comunidad evangelizada y evangelizadora (DP 647) 2) Una Iglesia para evangelizar La Iglesia ha recibido la misin de anunciar e instaurar el Reino en todos los pueblos. Ella es su signo. En ella se manifiesta lo que Dios est llevando a cabo, silenciosamente, en el mundo entero. Es el lugar donde se concentra al mximo la accin del Padre, que en la fuerza del Espritu de amor, busca solcito a todos los hombres, para compartir con ellos en gesto de indecible ternura, su propia vida trinitaria. La Iglesia es tambin el instrumento que introduce el Reino entre los hombres para impulsarlos hacia su meta definitiva (DP 227) Cristo, que asciende al Padre, contina evangelizando visiblemente a travs de la Iglesia, sacramento de comunin de los hombres en el nico Pueblo de Dios, peregrino en la historia. Para ello, Cristo le enva a su Espritu, quien impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y quien en lo hondo de la conciencia hace aceptar y comprender la Palabra de salvacin (DP 220; EN 75) En esto consiste el misterio de la Iglesia: es una realidad humana, formada por hombres limitados y pobres, pero penetrados por la insondable presencia y fuerza del Dios Trino que en ella resplandece, convoca y salva (DP 230; LG 8) El Pueblo de Dios, como Sacramento universal de salvacin, est enteramente al servicio de la comunin de los hombres con Dios y con el gnero humano entre s. La Iglesia es, por lo tanto, un pueblo de servidores. Su modo propio de servir es evangelizar; es un servicio que slo ella puede prestar. Determina su identidad y la originalidad de su aporte. Dicho servicio evangelizador se dirige a todos los hombres, sin distincin. Pero debe reflejarse siempre en l la especial predileccin de Jess por los ms pobres y los que sufren (DP 270) La Iglesia Particular es una obra divina a la que estn llamados a colaborar todos los que en ella han sido llamados a la fe. Nunca nadie puede atribuirse el honor de haber construido una Dicesis; slo el Espritu Santo, constructor de la Iglesia, puede retener como suya esta gloria. Pero igualmente, ninguno de los que son guiados por el Espritu podr nunca decir que no ha tomado parte en esa construccin: todos participamos con lo que somos, o mejor dicho, con lo que el Espritu Santo va realizando en nuestras vidas. La Dicesis no es ms que la conjugacin de las vidas personales dirigidas por el Espritu Santo (Plan de Pastoral 1992-1997, p. 7). 3) Estructura y organizacin de la Dicesis Para conseguir el fin propio de la Dicesis, es necesario que en el Pueblo de Dios que pertenece a una misma Dicesis se manifieste claramente la naturaleza de la Iglesia, que los Obispo puedan cumplir con eficacia en ella sus deberes pastorales y que, finalmente, se provea de la manera ms perfecta posible a la salud del Pueblo de Dios. Para esto es importante, adems de la conveniente circunscripcin de los lmites territoriales de las Dicesis, una razonable distribucin de los clrigos y de los recursos, conforme a las exigencias del apostolado (CD 22) 5

 Para cumplir con la misin que le es propia, la Dicesis tiene la siguiente estructura: a) Obispo: Es maestro autntico y testigo de la verdad divina y catlica (LG 25), presta su Dicesis el servicio de: 1.- Ensear: Proclamar la Buena Nueva y hacer resonar a cada comunidad que vive en un contexto social y cultural que se caracteriza por aspiraciones , problemas, logros, infidelidades concretas. La proclamacin del Evangelio ser oportunidad para crecimiento de la fe, luz para desorientados, apoyo para desorientados, apoyo para vacilantes, alegra para decados, estmulo para perezosos, incorporacin a la vida de la Iglesia, etc. 2.- Santificar: El ministerio del Obispo se hace ms real y ms intenso y culmina cuando preside la Eucarista. En ella de modo especial hace presente a Jesucristo entregando la vida por sus hermanos, congregando a los hijos de Dios dispersos por el pecado. 3.- Regir y apacentar: Congregar y formar, como Padre y Pastor, a la familia entera de su grey, de tal manera que todos, conscientes de sus deberes, vivan y acten en comunin de caridad (CD 16) b) Parroquias: La Parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia Particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un prroco, como su pastor propio (c. 515 1). Para facilitar la cura pastoral mediante una actividad comn, varia parroquias cercanas entre s, pueden unirse en grupos peculiares, como son los Decanatos. La Dicesis de Coatzacoalcos consta de 25 parroquias y una rectora agrupadas en 4 Decanatos. c) Curia Diocesana: Consta de aquellos organismos y personas que colaboran con el Obispo en el gobierno de toda la Dicesis, principalmente en la direccin de la actividad pastoral, en la administracin de la Dicesis, as como en el ejercicio de la potestad judicial (c. 469). 1. Vicario General: Dotado de potestad ordinaria, ayuda al Obispo en el gobierno de toda la Dicesis (c. 475 1). Ejerce en toda la Dicesis la potestad ejecutiva que corresponde por derecho propio al Obispo diocesano, para realizar cualquier tipo de actos administrativos, exceptuados, sin embargo, aquellos que el Obispo se hubiera reservado o que, segn el derecho, requieran mandato especial del Obispo (c. 479 1). 2. Canciller: Tiene como funcin principal cuidar que se redacten las actas de la Curia, se expidan y se custodien en el archivo de la misma. Es, por derecho, notario o secretario de la Curia (c. 482 1 y 2) y con su firma da fe pblica de los asuntos judiciales o cualquier tipo de actos. Tambin debe custodiar todos los documentos que se refieran a la Dicesis o a las parroquias (c. 486 1). 3. Consejo de Asuntos Econmicos: Ser, bajo la dependencia del Obispo, el mximo responsable de la administracin patrimonial de la Dicesis. Entre otras funciones, debe hacer cada ao el presupuesto de ingresos y gastos para todo el rgimen de la Dicesis en el ao entrante, as como aprobar las cuentas de ingresos y gastos a fin de ao (cc. 492 1 y 493). 4. Ecnomo: Administra los bienes de la Dicesis bajo la autoridad del Obispo y, con los ingresos propios de la Dicesis, hacer los gastos que ordene legtimamente el Obispo. Al final de ao, debe rendirse cuentas de ingresos y gastos al Consejo de Asuntos Econmicos (c. 494 1-4) 5. Consejo Presbiteral: Ayuda al Obispo en el gobierno de la Dicesis conforme a la norma del Derecho, para proveer lo ms posible al bien pastoral de la Dicesis (c. 495 1). 6. Colegio de Consultores: Tiene funciones determinadas por el Derecho (c. 502 1) 7. Vicario de Pastoral: Coordinar, en nombre del Obispo, la comunin y participacin de la Iglesia en la accin pastoral. Animar la elaboracin y ejecucin del Plan Diocesano de Pastoral; asesorar y promover la integracin y formacin de Agentes y Equipos pastorales en todos los 6

niveles del Pueblo de Dios. Coordinar actividades con los responsables de los diferentes organismos diocesanos de pastoral, para asegurar un apropiado apoyo y una mutua cooperacin. 8. Consejo de Pastoral: Ayuda al Obispo a estudiar y valorar lo que se refiere a las actividades pastorales y sugerir conclusiones prcticas sobre ellas (c. 511). 9. Vicario para los Institutos de Vida Consagrada: Ayudar al Obispo diocesano, conforme al Derecho, a llevar a cabo los trmites cannicos que se requieran, as como a resolver las situaciones cannicas, tanto de los IVC, como de sus miembros. 10. Tribunal Diocesano: Ayudar al Obispo diocesano respecto a las causas y personas relacionadas con el ejercicio de la potestad judicial (cc. 472, 1419-1421). 11. Oficiala de Actas y Matrimonios: Tiene como encomienda tramitar todo lo relativo a los sacramentos de Bautismo, Confirmacin, Comunin y Matrimonios. d) Comisiones Diocesanas 1. Comisin Diocesana de Evangelizacin y Catequesis: Tiene como tarea ayudar al Obispo a promover, dirigir y coordinar las actividades de Evangelizacin y Catequesis en la Dicesis (c. 469). 2. Comisin Diocesana de Pastoral Bblica: Promover y difundir la lectura orante de la Biblia como fuente de toda accin pastoral. 3. Comisin Diocesana de Pastoral Social: Ayudar al Obispo en la promocin de la dimensin social de la fe y de la caridad. 4. Comisin Diocesana de Pastoral Vocacional: Promover y ayudar a discernir las diversas vocaciones dentro de la Iglesia. Acompaa a cada cristiano plenamente iniciado para que descubra y viva su vocacin especfica. 5. Comisin Diocesana de Pastoral Juvenil: Promover y animar la evangelizacin de los jvenes, as como tambin su insercin en la vida y pastoral diocesana. 6. Comisin Diocesana de Comunicacin Social: Tiene como tarea elaborar y distribuir el Semanario La Voz, as como tambin facilitar la comunicacin y la relacin del Obispo y de la Curia, tanto al interior como al exterior de la Iglesia. 7. Comisin Diocesana de Misiones: impulsar y coordinar el anuncio Evangelio a todas las gentes, incluyendo a los que se han apartado de la fe. 8. Comisin Diocesana de Pastoral de la Salud: Animar y formar a los Agentes que viven y trabajan con los enfermos y sus familias, haciendo presente a Jess misericordioso ayudndoles a vivir su fe desde su particular situacin. 9. Comisin Diocesana de Formacin Permanente para el Clero: Ayudar al Obispo en el acompaamiento y formacin de los sacerdotes. 10. Comisin Diocesana de Migrantes: Ayudar al Obispo en la atencin y acompaamiento de los hermanos migrantes y, en su caso, de la familia de stos. 11. Comisin Diocesana de Ministerios Laicales y diaconado Permanente: Realizar los trmites cannicos de los laicos candidatos a los Ministerios de Lectorado y Acolitado, as como tambin de los candidatos a Diconos Permanentes. Tiene bajo su responsabilidad presentar al Obispo los expedientes de cada candidato. 12. Comisin Diocesana de Construccin y Diseo de Templos: Tiene la encomienda de disear, bajo la autoridad del Obispo, construir y/o reparar templos e inmuebles diocesanos. e) Instituciones Diocesanas 1. Seminario Menor Mara Madre de la Iglesia: Tiene la encomienda de acompaar y ayudar a discernir su propia vocacin a los muchachos de bachillerato, con inquietud por la vida sacerdotal, mediante una formacin religiosa, humanstica y cientfica (c. 234 1). 7

2. Seminario Mayor Mara Inmaculada: Formar doctrinal, espiritual, pastoral y humanamente a los candidatos a la vida sacerdotal (c. 235 1). 3. Instituto San Esteban: Formar doctrinal y pastoralmente a los candidatos a los ministerios laicales de Lectorado y Acolitado y al Diaconado permanente (c. 236). 4. Instituto Diocesano San Juan Apstol: Promover, formar teolgica y pastoralmente, acompaar e integrar a los agentes de pastoral diocesana, en orden a sus distintas reas de accin. 5. Instituto Villa del Espritu Santo: Ofrecer educacin catlica a nivel de bachillerato y/o maestra a la comunidad diocesana. IV.- ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS

1) Lectura: 1Cor 12,27-28 2) Reflexin y comentarios

V.- COMPROMISOS 1) preguntas: a) Cmo podemos construir la unidad dentro de nuestra Iglesia? b) Qu hacemos para manifestar y mantener la unidad de la Iglesia Diocesana?

VI.- ORACIN Y CANTO FINAL.

1) Oracin agradecer a Dios por habernos llamado a la fe y a formar parte de la Iglesia renovando nuestro compromiso bautismal. 2) Canto final: Un solo Seor, una sola fe (65).

VII.- SIGLAS y BIBLIOGRAFA

- CIC. - CATIC. - COM. 135 - LG y CD. - DP.

Cdigo de Derecho Cannico, La Editorial Catlica, Madrid 1983 2 Catecismo de la Iglesia Catlica: 781-801 CEM, Carta Pastoral de los obispos mexicanos Del Encuentro con Jesucristo a la Solidaridad con todos, 126Documento del Concilio Vaticano II, La Editorial Catlica, Madrid 1973 20: Documento de Puebla: 220-303; 617-657

CATEQUESIS No:2 TEMA: LA PARROQUIA

La primera comunidad <<Acudan asiduamente a la enseanza de los apstoles, a la convivencia, a la fraccin del pan y a las oraciones. >> (Hechos 2,42)

OBJETIVO: Comprender que la parroquia es una prolongacin de las Primeras Comunidades Cristianas, para convertirlas en espacios de Comunin donde se construye el Reino de Dios.

I.- CANTO Y ORACIN 1) Canto: Iglesia bonita 2) Oracin: Ven, Espritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende

II.-PARTIR DE LA REALIDAD. La preparacin de Agentes de Pastoral favorece una mejor evangelizacin e incrementa el nmero de fieles en nuestras Parroquias. La predicacin y el testimonio de algunos prrocos y agentes de evangelizacin fomentan un mayor crecimiento en la fe.

Hay parroquias unidas y organizadas que promueven la formacin de ministros, la preparacin de los sacramentos y promueven los valores sociales. En algunos grupos falta conciencia de su misin dentro de la Iglesia, ponen obstculos y provocan desunin y desintegracin Responder las siguientes preguntas:
1.- Qu es para ti una Parroquia? 2.- Qu actividades realiza tu parroquia?

3.- Qu es lo que no te gusta en tu Parroquia?

III.- DESARROLLO DEL TEMA:

1) Introduccin: La Iglesia de Cristo se hace presente y operante sobre todo en la Iglesia diocesana. Ahora bien, como no le es posible al Obispo, siempre y en todas partes, presidir personalmente en su Iglesia a toda la grey, debe por necesidad erigir diversas comunidades de fieles. Entre ellas sobresalen las parroquias, distribuidas localmente bajo un pastor que hace las veces del Obispo, ya que, de alguna manera representan a la Iglesia visible establecida por todo el orbe S C. 42. El Obispo nos invita a vivir y experimentar en ellas, de forma concreta y tangible, el misterio de la Iglesia. 2) Qu es la Parroquia? El Catecismo de la Iglesia la describe as: Es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un prroco, como su pastor propio CATIC 2179. CIC 515,1 2.1) Es una Comunidad Cristiana. No es slo el templo, o el lugar donde se ofrecen una serie de servicios religiosos, sino una Comunidad cristiana donde se viva el don de la comunin, acogindonos como hermanos, compartiendo lo que se tiene y trabajando juntos para construir el Reino de Dios. 2.2) Es una Comunidad estable y pblica. Su creacin y sus caractersticas no dependen de la voluntad de los que la formamos en un momento determinado. Es instituida por la Iglesia diocesana y permanecer hasta que ella lo decida. As la Parroquia puede acompaar el crecimiento en la fe de las personas y de los pueblos. Es pblica porque no es privativa de nadie, ni del Prroco ni de ningn grupo, es de todos los bautizados. 2.3) Es presencia cercana y clula viva de la Iglesia diocesana. La parroquia nace para acercar la Iglesia diocesana a todos sus miembros, pues en ella se hace presente junto a nuestros hogares con todas sus riquezas y responsabilidades. En la Parroquia podemos y debemos vivir la comunin de fe, de culto y de misin con la Iglesia diocesana. Juan Pablo II dice que la parroquia es la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas ChL 26. 2.4) Es una comunidad territorial. 10

La parroquia se caracteriza por ser una comunidad asentada en un territorio con lmites precisos que le permite integrar a todos los cristianos que viven en un lugar, sea cual fuere su condicin humana y cristiana; eso le ayuda a encarnarse en el ambiente humano concreto del pueblo. De esta manera tambin se seala el campo de su misin: atender a todos los hombres y mujeres que viven all. 2.5) Es confiada a un presbtero que ejerce su ministerio de Pastor en nombre del Obispo. Este ministerio tiene la funcin de hacer presente a Cristo, Cabeza y Seor de la comunidad. El pastor propio de toda parroquia es el Obispo, que tiene el ministerio apostlico en grado pleno, El es el maestro, el gran sacerdote y gua de la comunidad. Pero estas funciones las ejerce normalmente a travs de un delegado que es el Prroco y de otros sacerdotes que le ayudan. Los presbteros actan siempre en la parroquia en nombre del Obispo. 3) Misin de la Parroquia. La doctrina del Concilio Vaticano II ha dado una transformacin enorme a la Iglesia; por tanto, el ser y quehacer de la Parroquia ha recibido un aporte teolgico-pastoral y un impulso de renovacin inmenso, que en el nuevo milenio se seguir desentraando esa riqueza. Presentamos ahora, una sntesis de las caractersticas que nos presentan las primeras comunidades cristianas segn los Hechos de los Apstoles, vistas desde los ltimos Documentos de la Iglesia. 3.1) La parroquia, formadora de la Comunidad La Iglesia es la comunidad de hermanos que anuncia, celebra y vive la comunin con Dios uno y trino y sabe que todos los hombres estn llamados a participar de esa misma comunin, de la que es signo e instrumento (Cf. COM . 126) Todos los miembros, como los sarmientos, estamos llamados a participar de la misma vida de Cristo, la verdadera Vid (Cf. Jn.15,5). Cristo es la Cabeza y nosotros, la Iglesia, somos su Cuerpo mstico que pone en comunin viva a todos los creyentes (Cf. ICor12,12-31). La Iglesia universal se hace presente en cada Iglesia Diocesana; y sta a su vez, se hace presente en cada parroquia, como si fuera una clula del cuerpo eclesial diocesano (Cf. COM 177) cuya cabeza visible es el Obispo diocesano, quien, por su propia autoridad episcopal, encomienda al prroco la cura pastoral como pastor propio. Por tanto la parroquia debe trabajar para ser una comunidad de comunidades, vivas y dinmicas, que abrace acompae todas las legtimas expresiones de la vida cristiana (Cf. COM . 175) 3.2) La Parroquia, comunidad eucarstica. Las parroquias son la presencia comunitaria de Cristo ms cercana a las familias y a la sociedad (Cf. COM. 175) Son una experiencia concreta de Iglesia donde se vive la comunin ( IA.41) por lo que es una comunidad primariamente eucarstica y lugar donde todos los fieles pueden reunirse para la celebracin dominical de la Eucarista (Cf. CATIC 2179. IA 41). Tambin es considerada como el lugar y espacio de la celebracin sacramental de todo el don de la vida y de la historia (Cf. COM 176). Por eso el templo parroquial debe seguir conservando su valor central y simblico de la casa comn de la Asamblea cristiana (Cf. COM. 172). Es en la parroquia donde se inicia y congrega a las familias cristianas en la expresin ordenada de la vida litrgica, llegando a ser su corazn (Cf. CATIC. 2179). 3.3) La Parroquia, lugar privilegiado de la evangelizacin y catequesis. La Parroquia est llamada a ser el lugar de la iniciacin cristiana, de la educacin y la celebracin de la fe (Cf. IA. 41). En ella se ensea la doctrina salvfica de Cristo, especialmente, es el lugar privilegiado para la catequesis de los nios y de los Padres (Cf. CATIC 11179 y 2226). Solo ella puede llegar a las familias de forma ms personal, sobre todo en las zonas urbanas. En las parroquias rurales e indgenas, se debe realizar una accin pastoral ms inculturada. 11

Una de las mayores exigencias pastorales de nuestro tiempo, es redescubrir su sentido, propiciando espacios y lugares accesibles de oracin, meditacin de la Palabra de Dios, encuentro y servicio fraterno, para evitar el vaco que suelen llenar grupos religiosos proselitistas (Cf. COM. 172). Tambin se deben promover mtodos de evangelizacin que, anunciando integralmente a Cristo, permitan fortalecer los lazos fraternos en la comunidad. Para lograr la renovacin de la parroquia es necesaria la presencia de un pastor que tenga una profunda experiencia de Cristo, espritu misional, corazn paterno, que sea animador de la vida espiritual y evangelizador capaz de promover la participacin, haciendo que la accin parroquial se extienda a los alejados (Cf. COM 41) 3.4) La Parroquia, formadora de la comunidad fraterna y solidaria. La Parroquia es el espacio concreto y el lugar perfecto donde se puede vivir en comunidad. Por eso, la llamamos comunidad de comunidades y movimientos (Cf. IA 41) y est llamada a organizar comunitaria y responsablemente la diversidad de carismas, servicios y ministerios de su entorno parroquial, siendo tambin integradora de los Consagrados y Movimientos apostlicos. Debe estar atenta a discernir los signos de los tiempos para responder y comprender a las necesidades socioculturales de sus miembros. Por ser parte de la Iglesia diocesana, est llamada a integrarse a las estructuras, a las propuestas y proyectos pastorales diocesanos y a las realidades ms amplias de la vida eclesial. Tambin, dar testimonio de fraternidad cristiana, de cara al mundo, para que vean cmo nos amamos los que creemos en Cristo y cmo estamos abiertos y servimos solidariamente a todos, de manera especial a los ms pobres, a travs de iniciativas organizadas (Cf. COM 176). Toda planificacin pastoral exige la renovacin de nuestro proyecto de Parroquia; y este proyecto deber coincidir con lo que fueron las primeras comunidades cristianas para responder lo ms fielmente a la vocacin y misin de una Parroquia.

IV.- ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS.

1) Lectura: 1 Tes. 5,12- 22. 2) Reflexin y comentarios

V.- COMPROMISO

1) Preguntas a) Qu debemos hacer para que nuestra Parroquia sea una verdadera Comunidad de comunidades? b) Qu estoy dispuesto a ofrecer para que nuestra Parroquia sea una Comunidad en constante rejuvenecimiento?

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VI.- ORACIN Y CANTO FINAL

1) Oracin

JESS, GUIA Y MAESTRO DE LA COMUNIDAD.

Seor Jess, Corazn y Cabeza de toda comunidad cristiana, Tu que pediste permanecer unidos en el amor, danos la capacidad de reencontrarnos siempre a travs del perdn y la reconciliacin. T que pediste a tus discpulos, ser hermanos, aydanos a reconocerte en los pobres y en los enfermos, en las mujeres y en los nios, en los pecadores y en los marginados. T, que pediste a tus seguidores mantenerse unidos en el amor, aydanos a compartir, de tal manera, que los dems quieran hacerse cristianos, al ver cmo nos amamos. T, que celebraste la Eucarista para drsenos todo entero, aydanos a reunirnos cada domingo para participar plena y activamente en la escucha de tu Palabra y en la Fraccin del Pan. T que pediste a todos tus amigos anunciar el Evangelio a todas las gentes, pueblos y naciones, aydanos a ser luz de las gentes y sal de la tierra; aydanos a ser heraldos de la Buena Nueva de salvacin y testigos gozosos de tu esperanza pascual. Seor, haz que nuestra comunidad Parroquial, rena a todas las familias que nos rodean, primero por el amor y luego por la fe, hasta que lleguemos a ser una comunidad de comunidades, espacio de encuentro fraternal y solidario. AMN. ( Autor annimo)

2) Canto final: Iglesia peregrina

Siglas: BLA. Biblia Latinoamericana SC. Sacrosantum Concilium (Vaticano II) DP. Documento de Puebla SD. Documento de Santo Domingo. CATIC. Catecismo de la Iglesia Catlica. CIC. Cdigo de Derecho Cannico de la Iglesia Chl. Vocacin y misin de los fieles laicos. IA. Iglesia en Amrica. COM. Carta de los Obispos mexicanos Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos

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CATEQUESIS No.3 LA FIGURA PASTORAL DEL OBISPO DIOCESANO

Como pastor, lleva a pastar a su rebao, toma en brazos a los corderos, los pone junto a su corazn y conduce al reposo a sus ovejas.
Is. 40,11.

OBJETIVO: Valorar ms la figura pastoral del Obispo como servidor del Evangelio, para recibirlo con fe en la prxima visita Pastoral y colaborar permanentemente con l en la realizacin de su ministerio.

I.- CANTO Y ORACIN. 1.- Canto: Pescador. 2.- Oracin: (Se hace la Oracin oficial de la Visita Pastoral)

II.- PARTIR DE LA REALIDAD.

1.- Cual es la tarea del Obispo en su Dicesis? 2.- Qu debemos hacer los cristianos para ayudar al Obispo en su misin?

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III.- DESARROLLO DEL TEMA 1. Contexto actual de la misin del Obispo Una nueva valoracin de la figura del Obispo. Histricamente, el ministerio episcopal haba sido entendido, en algunos momentos, ms como una forma de poder y prestigio que como una expresin de servicio. El Concilio Vaticano II propuso una nueva figura del Obispo, conforme al rostro de comunin de la Iglesia que haba puesto a la luz apelando al misterio de la Comunin trinitaria como su origen ltimo y modelo trascendente (LG 4): La Iglesia es el pueblo unido a su sacerdocio, la grey reunida entorno a su Pastor (San Cipriano). La Iglesia particular o Dicesis, es una porcin del Pueblo de Dios que se confa a su Obispo, el cual, ayudado por el presbiterio, lo rene en el Espritu Santo por medio del Evangelio y la Eucarista (CD 11). Ante las crisis actuales. La crisis actual dificulta el ejercicio del magisterio episcopal; y es precisamente en el anuncio de la verdad donde muchas veces los Obispos ven puesta a prueba su fe y su valenta. A cada Obispo, el Apstol dirige la exhortacin a sacar siempre fuerza de la gracia que est en Cristo Jess (cf. 2Tim 2,1) y anunciar la Palabra en toda ocasin, a tiempo y a destiempo, a vigilar soportando los sufrimientos, a cumplir la obra de anunciador del Evangelio (cf. 2Tim 4,1-5). A imagen de Jess que viendo las multitudes sinti compasin porque estaban cansadas y extenuadas como ovejas sin pastor (Mt 9,36), los Obispos deben asumir esta tarea en primera persona. 2. Rasgos de identificacin del ministerio del Obispo

La Iglesia, en su naturaleza ntima y en su realidad ms profunda, es un ministerio de comunin, que toca el corazn del ministerio de la Trinidad Santa: Es el Pueblo reunido a semejanza de la unidad el Padre, del Hijo y del Espritu Santo (cf. LG 4), tiene su origen en la Trinidad, subsiste en ella y hacia ella se encamina. Esta naturaleza y esta misin de la Iglesia de acuerdo con la voluntad de quien es su fundador y fundamento, determinan tambin la naturaleza y la misin del episcopado (Directorium Ecclesiae Imago, 1) El Ministerio del Obispo en relacin a la Trinidad Santa El sentido y el fin del ministerio episcopal debe entenderse al interno de la Iglesia Trinitaria, enviada a ensear a todas las gentes y a bautizarlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo (cf. Mt 28,18-20). Por ello, en las relaciones entre cada uno de los Obispos y los fieles de la Iglesia particular que han sido confiados a su cuidado, se deben reflejar las relaciones entre las personas divinas de la Trinidad en la unidad: en el Padre est la fuente de la autoridad, en el Hijo est la fuente del servicio y en el Espritu est la fuente de la comunin. El Obispo es imagen del Padre, hace presente a Cristo como Buen Pastor, recibe la plenitud del Espritu Santo de la que brotan enseanzas e iniciativas ministeriales para que pueda edificar, a imagen de la Trinidad y a travs de 15

la palabra y los sacramentos, esa Iglesia, lugar de donacin de Dios a los fieles que le han sido confiados. El ministerio episcopal en relacin a Cristo y los Apstoles Los obispos son los sucesores de los Apstoles como pastores de la Iglesia, para dar continuidad en el tiempo a la imagen del Seor, y por eso hacen sacramentalmente presente a Cristo. Por medio de su ministerio, el Seor Jess sigue anunciando el Evangelio, difundiendo en los hombres la santidad y la gracia mediante los sacramentos de la fe y guiando al pueblo de Dios en la peregrinacin terrena hasta la felicidad eterna. El ministerio episcopal en relacin a la Iglesia. Don del Espritu hecho a la Iglesia, el Obispo es antes que nada, como todo cristiano, hijo y miembro de la Iglesia. De ella, l ha recibido el don de la vida divina y la primera instruccin en la fe. Pero es tambin ante los fieles, por la fuerza de la plenitud del sacramento del Orden, maestro, santificador y pastor, que acta en nombre y persona de Cristo. Y se convierte en Padre precisamente porque es plenamente Hijo de la Iglesia. Por esto, el Obispo debe armonizar en su propia persona los aspectos de hermano y padre, de discpulo de Cristo y de maestro de la fe, de hijo de la Iglesia y, en un cierto sentido, de padre de la misma, por ser ministro de la regeneracin sobrenatural de los cristianos (cf. 1Co 4,115; Directorium Ecclesiae Imago, 14). El Obispo en relacin con su presbiterio. El ministerio del Obispo se determina en relacin a las diferentes vocaciones de los miembros del pueblo de Dios y, antes que nada, en relacin a los sacerdotes, incluso religiosos, y al presbiterio constituidos por ellos en la Iglesia particular (cf. Directorium Ecclesiae Imago, 107,117). El profundo vnculo con ellos se basa en la participacin, aunque en grado diverso, en el mismo y nico sacerdocio de Cristo y en la misma misin apostlica que tal sacerdocio confiere. El Obispo es el padre de los presbteros (LG 28), pero tambin hermano, amigo, colaborador y consejero. Los Sacerdotes son tambin sus necesarios colaboradores y consejeros, su ayuda e instrumento, y lo hacen presente en cada comunidad (LG 28). Hay una comunin afectiva del Obispo con los miembros de presbiterio. Adems, al Obispo incumbe en primer lugar la responsabilidad de la santificacin de sus presbteros y de su formacin permanente. No puede descuidar en alimentar en ellos la fraternidad que sacramentalmente los une, y el promover con ellos la pastoral de conjunto. El ministerio del Obispo en relacin a los consagrados. A los Obispos en unin con el Romano Pontfice, Cristo-Cabeza confa el cuidado de los carismas religiosos; tanto ms al ser, en virtud de su indivisible ministerio pastoral, perfeccionadores de toda su grey. Y por lo mismo, al promover la vida religiosa y protegerla segn sus propias notas caractersticas, los Obispos, cumplen su propia misin pastoral. Es muy importante, para el desarrollo armonioso de la pastoral diocesana, la colaboracin entre cada Obispo y las personas consagradas. 16

El ministerio del Obispo en relacin a los fieles laicos. Signo de Dios que llama a la esperanza (cf. Ef4,4), los Obispos deben serlo sobre todo para los fieles laicos que, sumergidos en lo vivo de muchos problemas del mundo y en las dificultades de la vida cotidiana, estn particularmente expuestos a la turbacin y a los sufrimientos. Tambin sucede que, a causa de sus opciones especficamente cristianas, ellos a veces se sienten aislados de los dems. En estas circunstancias, la presencia pastoral del Obispo con su presbiterio, deben sostenerlos para que sean cristianos de esperanza fuerte, y ayudarlos a vivir en la certeza de que el Seor est siempre junto a sus hijos. El Obispo en relacin a la Iglesia particular. Enviado en el nombre de Cristo como Pastor de una Iglesia particular, el Obispo tiene a su cargo el cuidado de la porcin del pueblo de Dios que le ha sido confiada y la hace crecer como comunin en el Espritu por medio del Evangelio y la Eucarista. Por esto su ministerio es el de ser, individualmente, el principio y fundamento de unidad en la Iglesia particular que le ha sido confiada unidad de la fe, de los sacramentos y del rgimen eclesistico Y por lo tanto, su ministerio es tambin representar y gobernar a su Iglesia particular con la potestad recibida (LG 23). Siervos de la comunin para la esperanza. La figura del Obispo aparece en la riqueza de ser hombre de comunin, en tormo al cual se edifica la unidad de los fieles. Este ministerio de comunin esta sostenido por la esperanza, que debe alimentar cotidianamente el compromiso de cada Obispo por construir su Iglesia, la cual ha sido instituida por el Espritu como comunidad de fe y de amor entre los hombres. Contra los fermentos disgregadores que insidian la vida de la Iglesia y del mundo, el Obispo es servidor, constructor, promotor, defensor y custodio de la Iglesia-comunin que, precisamente en esto, es germen, principio y fermento de comunin en la humanidad. 3. El ministerio pastoral del Obispo en la Dicesis. El Seor Jess, a aquellos fieles que l llama para que sean en la Iglesia los sucesores de los Apstoles, o sea a los Obispos, les confiere el triple ministerio de ensear, santificar y gobernar. Estas tres funciones, que dan forma a la misin del Obispo y constituyen la trama de su vida cotidiana, as como en Cristo son solo tres aspectos distintos de la nica funcin de mediador y tres aspectos de una nica actividad salvfica, as tambin en el ministerio del Obispo deben ser consideradas unitariamente, de modo que mientras ensea, tambin santifica y gua la porcin del pueblo de Dios confiada a su cura pastoral; aun ms, mientras santifica, el obispo ensea y gua , y cuando desarrolla su gobierno pastoral ensea y santifica. Dentro de esta unidad, el Concilio antepone la de ensear a las otras dos. El Obispo enviado para ensear. De las tres funciones, la que ms identifica al Obispo y que en cierto modo resume todo su ministerio es la de Vicario y Embajador de Cristo en la Iglesia particular que se le ha confiado (LG27). Ahora bien, el Obispo desarrolla su funcin sacramental en cuanto expresin viviente de Cristo, precisamente ejercitando el ministerio de la Palabra. Como ministro de la Palabra de Dios, 17

que acta en la fuerza del Espritu y mediante el carisma del servicio episcopal, l manifiesta a Cristo al mundo, hace presente a Cristo en la comunidad y comunica eficazmente a aquellos que le hacen un espacio en la propia vida. La predicacin del Evangelio sobresale entre los principales deberes de los Obispos, que son los pregoneros de la fe.los maestros autnticos, los que estn dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de ser creda y que ha de ser aplicada a la vida (LG25). De aqu deriva el hecho que todas las actividades del Obispo deben ser ordenadas a la proclamacin del Evangelio, fuerza de Dios para la salvacin de todo el que cree (Rm 1,16), orientadas a ayudar al pueblo de Dios a rendir la obediencia de la fe (cf. Rm 1,15) a la palabra de Dios y abrazar ntegramente las enseanzas de Cristo. No quiere decir que el Obispo sea el dueo de la Verdad, sino que es ms bien servidor de la Verdad. Ya que el centro vivo del mensaje es Cristo, propiamente Cristo, crucificado y resucitado, l es Aqul que debe anunciar el Obispo. Desde este punto central, se irradian todas las otras verdades de la fe y tambin la esperanza para cada hombre. El Obispo, enviado para santificar. La proclamacin de la palabra de Dios alcanza y encuentra su plenitud en el sacramento. Palabra y sacramento forman, de hecho, como un todo; son inseparables entre s y deben ser considerados como dos aspectos o momentos de una nica obra de salvacin. Por esta unidad de la Palabra y del sacramento, as como los Apstoles fueron enviados por el Resucitado para ensear y bautizar a todas las naciones (cf. Mt 28,19), as tambin cada Obispo, sucesor de los Apstoles, recibe junto con la misin de heraldo del Evangelio, la de administrador de la gracia de los santos sacramentos de la Iglesia. La funcin de santificar es inherente a la misin del Obispo. El es el principal administrador de los misterios de Dios en su Iglesia particular: de la Eucarista, que est en el centro del servicio sacramental del Obispo; del Bautismo, por medio del cual se concede la participacin en el sacerdocio regio de Cristo; de la Confirmacin, de la cual es ministro originario; de las sagradas Ordenes, de las cuales es dispensador; y de la disciplina penitencial, como moderador (cf. LG 26). El Obispo enviado para regir y guiar el Pueblo de Dios La funcin ministerial del Obispo se completa con el oficio de ser gua de la porcin del Pueblo de Dios que le ha sido confiada: su Pastor y su Siervo. Rigen, como vicarios y legados de Cristo, las Iglesias particulares que les han sido encomendadas, con sus consejos, con sus exhortaciones, con sus ejemplos, pero tambin con su autoridad y sacra potestad, de la que usan nicamente para edificar a su grey en la verdad y en la santidad, teniendo en cuenta que el que es mayor ha de hacerse como el servidor de todos (cf. Lc 22, 26-27; LG 27). El episcopado es ms un servicio que un honor; lo es cuando el Obispo, sucesor de los Apstoles, sirve con espritu de humildad evanglica. A ejemplo del Hijo del hombre. No es otra cosa que la caridad pastoral, aquella virtud mediante la cual se imita a Cristo, que es el buen Pastor, por haber dado la propia vida. 4. El Obispo, ministro del Evangelio para todos los hombres Su servicio, sin embargo, no est restringido exclusivamente a la atencin pastoral de los fieles de su Iglesia particular, as como tampoco implica nicamente su solicitud pastoral por toda la Iglesia universal. Por el contrario, la misma posicin del Obispo en la Iglesia y la misin que est llamado a 18

desarrollar hacen de l el primer responsable de su permanente misin de llevar el Evangelio a cuantos todava no conocen a Cristo, redentor de hombre: el mandato misionero, el dialogo con las religiones no cristianas, la responsabilidad sobre los temas de la vida poltica, social, econmica y de la paz.

IV.- ENCUENTRO CON LA PALABRA. a).- Lectura: Tito 1,7-9 b).- Reflexionar y luego compartir en el grupo.

V.- COMPROMISO

Es positivo que muchos fieles quieran vivir la comunin con su Obispo y se interesen por encontrarse y dialogar personalmente con l. Pero tambin se percibe el riesgo de que tantas peticiones lo absorban o que se le vea simplemente como la persona importante e influyente a la cual uno se puede dirigir para obtener favores o facilidades de distintos tipos. Por eso, en este ambiente de reflexin, confrontamos nuestra realidad actual con el mensaje contemplado: 1.- Qu imagen predominante de la misin del Obispo tiene la gente? Es la correcta? 2.- Qu aspectos de la vida diocesana crean dificultad a la misin evangelizadora del Obispo? Cules, por el contrario, contribuyen a ella? 3.- Cules son los desafos socio-culturales que se presentan ante el ministerio del Obispo, especialmente a propsito del anuncio del evangelio? 4.- Cmo ves la relacin con el Obispo de parte del presbiterio, religiosos y religiosas, laicostanto en grupo como individualmente? En qu aspectos deberamos mejorar en nuestra relacin con el Obispo, tanto por parte nuestra como por su parte?

VI.- ORACIN Y CANTO.

Puerta de Dios en el redil humano fue Cristo, el buen pastor que la mundo vino, Glorioso va delante del rebao, guiando su marcha por buen camino. Madero de la cruz es su callado, su voz es la verdad que a todos llama, su amor es el del Padre, que le ha dado Espritu de Dios, que a todos ama. Pastores del seor, siervos amados. La cruz de su Seor es su cayado, la voz de la verdad es su llamada, los pastos de su amor, fecundo prado, son vida del Seor que nos es dad. Amen. VII.- SIGLAS. CIC. Cdigo de derecho cannico de la Iglesia DEI. Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos, Sagrada Congregacin para los Obispos, Roma1973. LG. Luz de las Gentes. Documentos del Concilio Vaticano II. 1965. 19

CATEQUESIS No.4 Tema: LA VISITA PASTORAL CANNICA DEL OBISPO A SU DICESIS

OBJETIVO: Descubrir el significado eclesial de la visita pastoral cannica del Obispo a las parroquias de su dicesis, para disponernos a recibirle en un encuentro de gracia y salvacin para nuestra comunidad.

I.- CANTO Y ORACIN. 1) Canto: Eran cien ovejas 2) Oracin: (Oracin especial para la Visita Pastoral del Obispo)

II.- PARTIR DE LA REALIDAD.

a) Dios nos habla.habla En verdad les digo: el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algn otro lado, ese es un ladrn y un salteador. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y la saca fuera. Cuando a sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. A otro no lo seguiran, sino que huiran de l, porque no conocen la voz de los extraos.

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En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que entre por m estar a salvo; entrar y saldr y encontrar alimento. El ladrn solo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor de su vida por las ovejas. No as el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando a las ovejas, y el lobo las agarra y las dispersa. A l solo le interesa su salario y no le importan nada las ovejas. Yo soy el Buen Pastor y conozco a los mos como los mos me conocen a m, lo mismo que el Padre me conoce a m y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este corral. A esas tambin las llamar; escucharn mi voz, y habr un solo rebao con un solo Pastor (Jn 10,1-5.7-16). b) Reflexin: 1.- Cules son las principales actitudes de Cristo, Buen Pastor? 2.- Cules deberan ser las actitudes de los que formamos su rebao?

III.- DESARROLLO DEL TEMA. 1. La visita pastoral, encuentro salvfico. Qu es la visita pastoral? Cristo es el Buen Pastor y es l quien conduce al Pueblo de Dios, que es la Iglesia, hacia la casa del Padre. Esta Iglesia, fundada por Cristo, se hace presente en el mundo y se extiende en l a travs de Iglesias particulares llamadas Dicesis. La dicesis es presidida por el Obispo que, como representante de Cristo, est llamado a ser el Pastor del Pueblo de Dios a imagen de Jess. A su vez, el Obispo encomienda su misin de Pastor al Prroco, para que sea el servidor de la comunidad parroquial. La parroquia es una forma de comunidad, unidad fraternal de creyentes en Cristo que, por el Bautismo, buscan la comunin y participacin en la Iglesia y la evangelizacin del mundo. De esta manera, es fcil comprender el sentido profundo de la visita pastoral, que consiste en una forma muy propia con la que el Obispo mantiene contacto personal con los sacerdotes, con los religiosos (as) y con los dems miembros del pueblo de Dios a l encomendado. La visita pastoral no es una simple institucin jurdica, prescrita al Obispo por la disciplina eclesistica, ni tampoco una especie de instrumento de investigacin (cf. CIC can.396&1; can.398). Mediante la visita pastoral el Obispo se presenta concretamente como principio visible y fundamento de la unidad de la Iglesia particular y ella refleja de alguna manera la imagen de aquella singularsima y totalmente maravillosa visita, por medio de la cual el Sumo Pastor (1Pe 5,4), el Obispo de nuestras almas (cf. 1Pe 2,25), Jesucristo, ha visitado y redimido a su pueblo (cf. Lc 1,68; Directorium Ecclesiae Imago, 166). Dicho de otra manera, la visita pastoral es un encuentro salvfico del Pastor con su Pueblo, que busca conocer directamente la situacin y circunstancias concretas de su comunidad para impulsar a todos con mayor intensidad en el cumplimiento de su misin, y para fortalecerlos en su vivencia de fe. Es un tiempo fuerte de evangelizacin para la comunidad. Es un tiempo festivo de alegra por la presencia del Obispo, Pastor de la comunidad. Para qu la visita pastoral? Con frecuencia, el Obispo diocesano visita a los catlicos de su Dicesis, especialmente participando en las fiestas religiosas de las diferentes parroquias o en la celebracin de los Sacramentos, en 21

particular la Confirmacin. Esto le permite tener una visin panormica objetiva de su dicesis: agentes, grupos, estructuras, territorio. Sin embargo, hace falta un encuentro menos fugaz y ms profundo con cada parroquia o cuasiparroquia para tener una cercana ms fraterna y una visin detallada de cada comunidad con sus diversos sectores, de sus principales agentes y su organizacin al servicio del Evangelio; por eso, debe tambin visitarlos de una forma oficial y cuidadosa practicando la visita pastoral cannica o episcopal. En efecto, por mandato especial de la Iglesia, el Obispo debe visitar peridicamente (aproximadamente cada cinco aos), una por una, todas las comunidades parroquiales, porque, como sucesor de los Apstoles, ha sido puesto por el Espritu Santo para regir la Iglesia de Dios (Hech 20,28) y, por lo mismo, es el responsable de la salvacin de todos los que forman la Dicesis que le ha sido confiada. Para cumplir esta misin, el Obispo debe conocer directamente la realidad diocesana, y estar continuamente en contacto con el Pueblo de Dios, a quien est llamado a servir; debe conocer sus valores humanos y cristianos, sus justos anhelos e ideales. Debe estar cerca de los que sufren miserias, marginacin, dolores fsicos y problemas morales, para comprenderlos, compadecerlos y, despus de un diagnostico acertado, darles el consuelo y la medicina adecuada, ofrecindoles los ritos redentores de Cristo. El Obispo debe conocer, adems, los ambientes diversos, las costumbres y tradiciones que explican y condicionan el comportamiento de los individuos; est llamado a formar la comunidad eclesial, cimentndola en la justicia y en la caridad. Debe ser vnculo de unidad y promover la comunin fraterna, que hace posible la supervivencia y la convivencia humana y crea el ambiente sano y fecundo en el que puedan madurar y fructificar las virtudes humanas y los valores trascendentes y cristianos. La misin de evangelizar, santificar y conducir al pueblo de Dios, la cumple ordinariamente el Obispo por medio de los prrocos y dems sacerdotes, que son sus principales colaboradores en su ministerio; pero eso no lo exime de cumplir personalmente este deber siempre que le sea posible, llevando a las comunidades el mensaje de esperanza, consuelo y salvacin que Dios quiere enviarles con su presencia y actividad en las mismas. De hecho, l no va solo sino con el Seor Jess, que quiere estar con sus hermanos para iluminarlos con su Palabra y para que tengan vida y la tengan en abundancia. De alguna manera, se puede decir que la visita pastoral debe ser una convocatoria y una llamada urgente a todos los catlicos de la dicesis-de cada parroquia-: a las familias, a las pequeas comunidades eclesiales, a los grupos de reflexin y a los diversos movimientos apostlicos, para que agrupados en torno a sus prrocos y encauzados por el proceso pastoral diocesano, intensifiquen, como quiere el Papa, la nueva evangelizacin que necesita la Dicesis; para que liberados de la esclavitud del pecado y de sus consecuencias individuales y sociales, podamos todos vivir en Cristo y con Maria como verdadero Pueblo de Dios. En sntesis, la visita pastoral ayuda al Obispo a lograr algunos fines tanto pastorales como administrativos: a estar cerca del pueblo que le corresponde dirigir como Pastor; a conocer mejor a los fieles de su Dicesis y darse a conocer por ellos; a exhortarlos a la fe y a la vida cristiana; a ver con sus propios ojos cmo se desarrolla el servicio y el proceso pastoral; a evaluar sus actividades y estructuras; a reconocer, valorar y potenciar lo positivo y a hacer las recomendaciones pertinentes para dar cauce a iniciativas que impulsen a los agentes a un mayor fervor en su vida espiritual y a una mayor eficiencia en la accin pastoral orgnica; A corregir deficiencias y renovar estructuras para adecuarlas a este momento de nueva evangelizacin. 22

Por eso, el objetivo concreto que pretende alcanzar la visita pastoral podra sintetizarse de esta manera: Fortalecer la comunin del pueblo de Dios con su pastor, para animar su compromiso en la nueva Evangelizacin. La visita es parte del proceso pastoral En realidad, la visita pastoral es un paso ms en el caminar diocesano y parroquial y debe verse como parte del proceso pastoral de la comunidad, no como algo extra o ajeno al mismo. En nuestro caso, la prxima visita pastoral de nuestro Obispo se ubica en el contexto del II Plan Diocesano de Pastoral. No es, por tanto, un evento paralelo; al contrario, es propsito de nuestro Obispo observar de cerca el caminar de cada parroquia en este proceso y alentar a todos a la necesaria articulacin con las dems parroquias, decanatos, estructuras, instancias y equipos diocesanos, siempre en referencia al II Plan Diocesano de Pastoral 2. Participacin en la visita pastoral

Cmo se realiza la visita pastoral? Ya que la Dicesis antes de ser un territorio es una porcin del Pueblo de Dios confiada a los cuidados pastorales de un Obispo, oportunamente el Directorio Ecclesiae imago escribe que el primer puesto en la visita pastoral lo ocupan las personas. Para mejor dedicarse a ellas, por lo tanto, es oportuno que el Obispo delegue a otros el examen de las cuestiones de carcter ms administrativo. Por eso, la visita se realiza con la colaboracin de un equipo sacerdotal, sobre todo para la revisin de los libros y los bienes muebles e inmuebles. Y en base a un programa previamente acordado y definido, que puede incluir algunos de los siguientes eventos y celebraciones: Celebracin eucarstica de apertura Celebracin de algunos sacramentos Encuentros diversos-particulares, de grupos o masivos-con las personas, tanto a nivel ciudaddonde son varias parroquias-, como a nivel parroquial, Y tanto con quienes trabajan en las estructuras parroquiales como con quienes lo hacen en las estructuras de la sociedad civil: sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes de pastoral, los fieles catlicos de la comunidadmatrimonios, adolescentes y jvenes, nios, ancianos, enfermos; obreros, campesinos, universitarios empresarios, servidores pblicos. Visitas a diferentes lugares: templos, centros de pastoral o de catequesis, seminarios, escuelas, fabricas, talleres, hospitales, asilos,. Actividades diversas en orden a verificar el adecuado desarrollo de los servicios pastorales y el buen estado de los diversos recursos que en el mismo participan, como los espacios litrgicos, los edificios, los libros, etc. Solemne concelebracin eucarstica de clausura. Pero, en todo ello, propiciando una convivencia festivo-fraterna entre los fieles y su Obispo. Cmo participar en la visita pastoral Para que sea posible todo lo que se busca con la visita pastoral, la comunidad debe prepararse con una cruzada intensa de oracin y reflexin, porque ni el que planta es algo ni el que riega, sino que es Dios el que da el crecimiento. Y debe participar, adems: Tomando conciencia de la importancia de este acontecimiento; Solicitando la informacin con los sacerdotes y dems personas encargadas; 23

Participando en los eventos a los que sean invitados; Apoyando e invitando a los vecinos a participar con entusiasmo; Orando constantemente para que Dios haga fructificar y sostener con su gracia la comunidad.

Pero la visita no debe terminar con la celebracin de clausura, sino que debe proyectarse en la organizacin posterior del trabajo evangelizador y del compromiso personal con Dios y con la comunidad. Es decir, comprometindose todos a seguir apoyando la vida cristiana en casa, en el barrio, en el trabajo, etc. Cmo debe realizarse la visita pastoral para que corresponda al espritu de la Iglesia y sobre todo de Cristo Buen Pastor?

IV.- ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS.

a) Lectura: Jer 23, 5-6; Sal 23. b) Reflexin y comentarios: 1.- Qu tanta cercana existe hoy entre nuestro Obispo y la parroquia en que vivimos? 2.- En qu campos o reas de nuestra comunidad notamos ms necesaria la presencia pastoral del Obispo? 3.- Cules razones hacen necesaria la visita pastoral del Obispo a nuestra comunidad? 4.- Qu beneficios podramos obtener como catlicos y como parroquia con la visita de nuestro pastor diocesano?

V.- COMPROMISO

Como fruto de nuestro encuentro con Jess y de la profundizacin del mismo, tratemos de adelantar la definicin de algunas propuestas de accin en nuestra dicesis hoy y hacia el futuro. Cmo debemos preparar la visita pastoral: personalmente, en los grupos y en toda la comunidad?

VI.- ORACIN Y CANTO FINAL 1) Oracin: El Seor es mi pastor 2) Canto: Siglas.CIC Cdigo de derecho cannico de la Iglesia DEI: Directorio para el ministerio pastoral de los Obispos, Sagrada Congregacin para los Obispos, Roma 1973 LG. Documentos del Concilio Vaticano II. 1965

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CATEQUESIS No: 5

VOCACIN Y MISIN DE LOS LAICOS.

I. CANTO Y ORACION

1) CANTO: El testigo. 2) ORACIN: Seor, T que has querido que la fuerza del Evangelio transforme al mundo: concede a cuantos has llamado a vivir en medio de los deberes y ocupaciones temporales, desempear su propio trabajo con Espritu Evanglico, para contribuir as a la santificacin del mundo. Seor, permite a los Laicos ser luz en el mundo; Seor, ayuda a los Laicos a ser sal de la tierra. Amen.

II. PARTIR DE LA REALIDAD. (VER)

1) Qu entiendes por Laico? 2) Qu entiende la sociedad de hoy por la palabra Laico? Antes del Concilio Vaticano II, y conforme al ambiente cultural de la poca la Iglesia era entendida como una sociedad perfecta y en la que ocupaba un lugar muy especial la jerarqua. La Constitucin Dogmtica Lume Gentium, presenta hoy a la Iglesia como el Pueblo de Dios que peregrina en la tierra caminando hacia la plenitud de los tiempos. As este pueblo est formado por todos los bautizados, es decir, los Fieles Laicos, y la Jerarqua. Entre los Fieles Laicos existe un estado de vida que tambin forma parte importante de la Iglesia, es decir, la vida consagrada. 25

III.- DESARROLLO DEL TEMA. (PENSAR)

1) Los Fieles de Cristo. Un Fiel Cristiano es, el que incorporado a Cristo por el Bautismo, se integra al Pueblo de Dios y participa a su modo, de la funcin Sacerdotal, Proftica y Real de Cristo, cada uno segn su propia condicin, y es llamado a desempear la misin que Dios encomend cumplir a la Iglesia en el mundo (CIC 204; LG 31; CATIC 871). Todos los Fieles de Cristo, por el Bautismo y la Confirmacin que son la raz de la nueva condicin y base del dinamismo de la vida cristiana, tienen una verdadera igualdad en cuanto a la dignidad y accin. La diferencia se da en los ministerios o servicios. Hay diversidad en ministerios, pero unidad en la misin: La edificacin del Cuerpo de Cristo. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, formado por todos los fieles bautizados y la Cabeza de este cuerpo es Cristo. Los Miembros del Cuerpo son los fieles Laicos que han recibido los Sacramentos de la Iniciacin Cristiana, como tambin los fieles de Vida Consagrada que han hecho profesin de los consejos evanglicos (castidad, pobreza y obediencia) en distintos Institutos de Vida Consagrada o de Vida Secular. Todos cooperan, segn su propia condicin y oficio a la edificacin del Cuerpo de Cristo. (CC. 207 y 208; LG. 32; A.A.2; CATIC 872,873). 2) El Fiel Cristiano Laico a) Naturaleza del Laico. Laico viene de la palabra griega: Laos que significa Pueblo No se refiere a las casas construidas en un territorio determinado, sino que son las personas que lo habitan. La Iglesia, en su reflexin teolgica que hace de s misma y de sus miembros, expresa la importancia que tiene el Laico para su misma edificacin. Para comprender la Vocacin y Misin de los Laicos en la Iglesia y en el mundo el Papa Juan Pablo II nos ha regalado la Exhortacin Apostlica Christifideles Laici, que ilumina profundamente este tema. Por Laico se entiende a todos los cristianos, excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso reconocido en la Iglesia; estn incorporados a Cristo por el Bautismo, forman el Pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey. Ellos realizan, segn su condicin, la misin de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo (CIC. c. 204)

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Tienen como vocacin especfica y propia el buscar el Reino de Dios ocupndose de las realidades temporales y consagrndolas a Dios vivificndolas con la savia del Evangelio. All mismo cumple su triple misin cristiana: 1. Como Profeta de Dios por el bautismo el don de vivir, denuncia el error y la mentira, y anuncia la verdad de Dios en cualquiera de sus circunstancias y manifestaciones. Su mbito es cualquier lugar que sirva para proclamar la Palabra de Dios. 2. Como Sacerdote, Se rene con todos los bautizados para dar culto a Dios y convierte toda su vida en testimonio, consagrando al Padre todos los actos en donde vive y acta. 3. Como Rey, el cristiano se hace sensible a las necesidades de sus hermanos; acta, lucha, se esfuerza a favor de la justicia para todos, del progreso compartido, del bien comn y de la paz. b) Misin del Laico. El Laico es entendido como: el hombre de la Iglesia en el corazn del mundo y el hombre del mundo en el corazn de la Iglesia LG c. IV; DP.786. E.N. 70. 3) Misin del Laico en la Iglesia. En el campo intraeclesial, ser cristiano significa: Profesar la fe en Jesucristo, el enviado del Padre y en su Espritu Santo dentro de la comunidad cristiana. Su misin es la misma de Jesucristo y de la Iglesia: el anuncio e instauracin del Reino mediante los distintos ministerios que surgen de la actividad proftica, sacerdotal y regia de Jess. El compromiso del Laico con la Iglesia no es slo porque falten sacerdotes ni es una ayuda, sino que es la realizacin del compromiso bautismal de su propia vocacin en el Pueblo de Dios. El campo propio de su accin es la Parroquia construyendo la comunidad y participando en algn servicio o ministerio: Catequistas, animadores de la Liturgia, Ministros Instituidos del Lectorado y Acolitado, visitadores de enfermos, miembros de los Consejos parroquiales, limpieza y mantenimiento del templo, etc. 4) Misin del Laico en el mundo. En el campo extraeclesial, ser cristiano significa: Estar inserto en el mundo, (Jn.17,11) Santificarse en el mundo, por el mundo, con el mundo. No huye de l. Su misin en el mundo es santificar las estructuras sociales (Jn. 17,18) Ser luz del mundo, sal de la tierra y levadura de la masa (Mt. 5,13 ss). El campo propio de su actividad evangelizadora es: El mundo de la poltica, en los medios de comunicacin social, en la educacin, en la economa, en las ciencias, en el trabajo profesional, en la vida internacional, en la familia, en la realidad social, en la cultura y en las artes (EN 70).

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En el mundo transforman las estructuras del orden social, por sus iniciativas e iluminados desde el Evangelio se convierten en impulsores de una sociedad donde predominen los valores del Reino. Estando en el mundo no se deja contagiar del espritu del mundo, (Jn.17,14) sino que es fiel discpulo de Cristo como miembro de la Iglesia. Es preservado del mal por la oracin intercesora de Jess ante el Padre para que sean cuidados de una manera especial. (Jn. 17, 15)

IV. ENCUENTRO CON LA PALABRA. (CELEBRAR)

1) Lectura y reflexin: Mt. 20, 1-8. 1) Oracin: Recitar en forma alternada el Salmo 34 (33) 3) Canto: Cristo te necesita para amar.

V. COMPROMISO. (ACTUAR)

1.- Preguntas: a) En dnde radica la dignidad (la grandeza) de los fieles laicos y cul es su consecuencia? b) Cul es la misin de los fieles laicos en el mundo? c) Cul es la misin de los fieles laicos en la Iglesia?

Siglas:
(LG. Documentos del Concilio Vaticano II: Lumen Gentium Cap. IV (EN. La Evangelizacin del mundo moderno, Evangelii Nuntiandi 70. (IA Iglesia en Amrica 44 (Catic. Catecismo de la Iglesia Catlica. 871-873; 897- 913 CIC. Derecho Cannico de la Iglesia Catlica. cc.204 ss ChL. Vocacin y misin de los fieles laicos

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CATEQUESIS No: 6

EL AO DE LA FE OBJETIVO: Descubrir qu significa el Ao de la Fe y porqu se convoc para entusiasmarnos en conocer, vivir y comunicarla como verdaderos discpulos misioneros

I. CANTO Y ORACION

Un solo Seor, una sola fe Repetir todos juntos la oracin por la Visita Pastoral
II. PARTIR DE LA REALIDAD. (VER)

Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy. Benedicto XVI Hemos escuchado que la Iglesia catlica celebra un Ao de la Fe, a 50 aos del Concilio Vaticano II, pero, qu celebramos? En tiempos pasados, digamos en tiempos de nuestros abuelos, el tema de la fe no era un tema de controversia ni discusin. Era as de radical, las personas tenan o no fe en Dios, y ya. No haba grandes cuestionamientos. Luego lleg la poca moderna donde las mentes se abrieron y hubo un divorcio entre la ciencia y la fe. (Sino es comprobable, es dudoso o no existe). Los racionalistas, los empiristas, los idealistas, y sus compaeros no niegan totalmente la fe, pero no llegan a encontrar el lugar para la misma. Luego en otro tiempo, el iluminismo, el positivismo y el marxismo intentaron estrangular un instinto creyente, del cual terminaron siendo vctimas. 29

Entonces nos encaminbamos al tercer milenio creyendo que los hombres habramos superado definitivamente, la pueril y oscura etapa de la fe para abrirse definitivamente al primado absoluto de la diosa razn, y nos sentimos solventes cuando se afirm: El hombre fue al espacio y comprob que ah no est Dios, por lo tanto, creer se volva como ser un hombre subdesarrollado. Sin embargo, el hombre post-moderno se encuentra muchas veces con hechos inexplicables que la razn no alcanza a discernir, y nos sentimos con la necesidad imperiosa de creer pero, en qu, y de qu manera? Tantas veces florece un sentimiento creyente sin fibra, sin fuerza ni consistencia, de manera light; creemos de manera fantasiosa, sin fundamento, de milagrera, como ilusoriamente, que deja en el alma del creyente un sabor de apetito insatisfecho, y de una bsqueda an ni siquiera iniciada. A veces ese deseo de creer, retrocede a tiempos del Siglo I y subsecuentes donde empieza la proliferacin de tantas formas diversas de supersticin, magia, adivinacin, hechicera (cuando no directamente el satanismo) y la predicacin con relativo suceso de tantas sectas cuyos discursos no resisten ni a la ms elemental lgica y sentido comn, tal fe testimonia una efervescencia que brota del hombre, ser religioso, aunque inadecuadamente asumida y canalizada. Terminamos por convencernos que el hombre es por naturaleza y por vocacin un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia Dios. El hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vnculo con Dios. CIC 27. Y no es plenamente humano sino tiene sus races en lo divino, en lo que no se termina, en lo que da esperanza y certidumbre. Por ello el Ao de la Fe es una iniciativa a dar razones del deseo del hombre en lo trascendente, de dar pasos firmes hacia lo que el alma aspira y decir como San Pablo: S en quin he credo y estoy convencido.

III.- DESARROLLO DEL TEMA. (PENSAR)

Por Qu un Ao de la Fe Este 11 de octubre pasado inici el Ao de la fe. El motivo histrico de este ao especial dedicado a la fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, es el quincuagsimo aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, que el Papa Juan XXIII inaugur en 1962; y el vigsimo aniversario de la publicacin del Catecismo de la Iglesia Catlica. Ahora bien, el Ao de la fe no es un evento slo conmemorativo. Es una invitacin a redescubrir el tesoro de la fe y a renovar la fe misma, en un mundo que sufre cada vez ms una "desertificacin espiritual". Es una invitacin a una nueva primavera de la fe. Las dos dimensiones de la fe El Papa, en su carta Porta fidei ("La puerta de la fe") con la que convoc este Ao de la fe, nos recuerda que la fe tiene dos dimensiones: Una es el contenido de la fe; y otra, el acto de la fe. El contenido de la fe es, en cierto modo, lo que creemos, y que est sintetizado en el Credo. El acto de la fe, en cambio, es nuestra adhesin personal a ese Credo. Es preciso que cada uno crea de nuevo, con una fe ms personal, ms viva y ms consciente. O, para decirlo con otras palabras del mismo Papa, es preciso pasar de una fe de segunda mano a una fe de primera mano. Los desafos para la fe hoy 30

La celebracin de un Ao de la fe en los comienzos del tercer milenio cristiano es providencial. Creer se ha vuelto cada vez ms difcil. Muchas certezas han cado y muchas confianzas han sido defraudadas. No pocos dicen: "Ya no s qu creer". Por otra parte, el mundo de hoy nos ha hecho sentir, como nunca, la necesidad del control y la seguridad; del dominio sobre todas las variables de la existencia. En cierto modo, el hombre del siglo XXI ha aprendido a "cuidarse solo", al margen de Dios. Creer, en cambio, es un acto en direccin opuesta. Creer supone "perder el control" y aceptar que Alguien ms lleva nuestra vida. Creer es abandonarse en manos de una Providencia que desafa nuestras certezas. Por qu creer En el fondo, por qu creemos? Creemos, ante todo, porque Dios se nos ha revelado. l tom la iniciativa de salirnos al encuentro y drsenos a conocer. l es el garante de nuestra fe. Dios como dice el Concilio Vaticano II habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor, y mora con ellos para invitarlos a la comunicacin consigo y recibirlos en su compaa (Dei Verbum, n. 2). Creemos porque Dios nos revel que l es Dios Creador y que nosotros somos sus creaturas; nos revel que l es Amor y nosotros somos sus hijos muy amados; nos revel que l es el nuestro Origen y nuestra Meta, y nosotros somos viajeros en trnsito hacia l. Nuestra fe, por tanto, ms que una pregunta por Dios, es una respuesta a Dios. La fe se vuelve as el acto ms "razonable" del hombre. Porque ms que buscar a Dios es dejarse encontrar por l. Lo expres Pascal con admirable agudeza: Solo conozco dos tipos de personas razonables: las que aman a Dios de todo corazn porque le conocen y las que le buscan de todo corazn porque no le conocen. Nuestro corazn no puede conformarse con el limitado horizonte de este mundo. Las solas expectativas de esta vida le quedan chicas; y sus motivaciones, tambin. La fe es, en definitiva, la apertura al Amor que le da pleno sentido, consistencia y comprensin a toda nuestra vida. Tres consignas prcticas para el Ao de la fe Conoce tu fe. Retoma, sobre todo, el Catecismo de la Iglesia Catlica. No como un "compendio terico" de nuestra fe, sino como un encuentro personal con Cristo (cfr. Porta fidei, n. 11). Estudia de nuevo los Documentos del Concilio Vaticano II. Te recomiendo, en particular, la Constitucin Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual. Te sorprenders de la actualidad de sus planteamientos y propuestas. Celebra tu fe. Especialmente a travs de una prctica sacramental y de oracin ms intensa. La fe no es slo algo "personal". Es tambin una fe "comunitaria". Por eso se recomienda tanto la participacin viva y fervorosa en las celebraciones litrgicas de la Iglesia. Comunica tu fe. El Ao de la fe constituye un nuevo compromiso apostlico para todos. Es una oportunidad para compartir el tesoro de nuestra fe. No podemos olvidar que la fe se transmite por el odo (fides ex auditu), como deca san Pablo. Por eso, no "compartimentalices" tu fe. No la dejes en la Iglesia. Llvala a todas partes. Que tu palabra y testimonio de vida sean un anuncio vivo y eficaz que toque a muchos corazones (Cfr. Randy Hain, The Catholic Briefcase).

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"Feliz la que ha credo" Mara es el ms grande modelo de fe que conocemos. Ella fue "feliz por haber credo", aunque su vida fue un continuo caminar por el "claroscuro" de la fe. Su fe fue puesta a prueba muchas veces. Pero Ella se mantuvo firme, y su fe no la defraud. Ella nos alcance la gracia de redescubrir y renovar el tesoro de nuestra fe. Y as experimentemos tambin la felicidad de creer en un Dios que es Amor y que slo nos pide la apertura suficiente para dejarnos encontrar.

IV. ENCUENTRO CON LA PALABRA. (CELEBRAR)

Leer Hch 14,19-28 Vinieron entonces de Antioqua e Iconio algunos judos y, habiendo persuadido a la gente, lapidaron a Pablo y le arrastraron fuera de la ciudad, dndole por muerto. Pero l se levant y, rodeado de los discpulos, entr en la ciudad. Al da siguiente march con Bernab a Derbe. Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discpulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioqua, confortando los nimos de los discpulos, exhortndoles a perseverar en la fe y dicindoles: Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. Designaron presbteros en cada Iglesia y despus de hacer oracin con ayunos, los encomendaron al Seor en quien haban credo. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge la Palabra y bajaron a Atala. All se embarcaron para Antioqua, de donde haban partido encomendados a la gracia de Dios para la obra que haban realizado. A su llegada reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios haba hecho juntamente con ellos y cmo haba abierto a los gentiles la puerta de la fe. Y permanecieron no poco tiempo con los discpulos.

V. COMPROMISO. (ACTUAR)

Cmo vivir el ao de la Fe en nuestra Parroquia? Qu debemos hacer para conocer y comunicar la FE?

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