Bautismo 1
Bautismo 1
Bautismo 1
Introducción
Cristo resucitado ordenó a sus discípulos que predicaran y bautizaran a todos los pueblos
como señal de unidad de la ley de Dios. En la vida cristiana el bautismo es el fundamento, es la
puerta que se abre en el caminar cristiano. Nos guía a una vida espiritual, es el principio y base
de todos los sacramentos.
En las Sagradas Escrituras podemos observar que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista,
dando Él, el ejemplo y siendo el precursor de este importante sacramento (Mt. 3,13). Siendo el
bautismo la puerta a los sacramentos, es importante tener en cuenta que se debe formar una
conciencia del porqué y para qué nos ayuda, en nuestro caminar cristiano, además se debe
conocer desde una perspectiva teológica pero principalmente debe ser vivencial, para que este
sea el primer encuentro con Dios. El fortalecimiento del bautismo se debe hacer desde la raíz, de
quienes predican y llevan la misión de formar, fomentar y crear un espíritu Cristo céntrico, los
sacerdotes y catequistas son portadores de este don maravilloso, son los primeros que deben
tener una formación integral, concisa y eficiente, porque ellos son quienes siembran la semilla y
la cuidan para tener fruto abundante.
En la actualidad la formación pre-bautismal, no se toma como un compromiso cristiano,
por parte de muchos laicos, es simplemente para llenar un requisito, sin saber que el sacramento
tiene una base teológica y vivencial, la cual es el camino a la fe. El análisis de la realidad sobre
causas que provocan una pérdida de valor a este sacramento debe ser fundamentado, pues de esta
manera podemos descubrir los retos a los que estamos llamados. Uno de los fines importantes es
contribuir a nuevos cambios, mejorar la formación para enfrentar los desafíos y fortalecer las
comunidades.
Que se logre encaminar a una verdadera pastoral que promueva una autentica iniciación
cristiana asumida personal y libremente, revalorizando este sacramento para quedeje huella
dentro de los fieles, haya nuevos encuentros con Dios desde la experiencia de este sacramento,
para que pueda ser compartida y vivida de una manera más testimonial.
Desarrollo
Definición
Empezamos definiendo lo que es un sacramento y como sabemos que un sacramento es un
signo sensible de la gracia santificante. Signo que significa una señal, algo visible, porque somos
seres humanos Dios se adapta al hombre. También, se destaca que todos los sacramentos tienen
al menos dos características, una materia, que el signo material y una forma que es las palabras o
fórmula que utiliza el sacerdote para la transformación del símbolo en lo que significa. Entonces,
se pude decir que eso es lo maravilloso de nuestra fe, que creemos verdaderamente que a través
de esa señal Dios obra en nuestra alma. Los sacramentos son un milagro diario que sigue
realizando la Iglesia, esposa de Cristo.
1
Eliade, “Lo sagrado y lo profano”, 97
El concilio Vaticano II en el documento Constitución Sacrosantum Concilium número 67.
Menciona una reforma del rito bautismal de los adultos, y también de los niños donde dice:
“Revísese el rito del bautismo de los niños y adáptese realmente a su condición y póngase de
manifiesto en el mismo rito la participación y las obligaciones de los padres y padrinos”.
Menciona también que los bautismos numerosos deben ser adaptados a juicio del ordinario del
lugar, o puede realizarse también por un diácono cuando alguien esté en peligro de muerte y no
pueda estar cerca un sacerdote. El Concilio Vaticano nos invita a reforzar estos acontecimientos,
creando ideas nuevas e invitando a que como fieles cristianos nos comprometamos a ser
responsables del compromiso que adquirimos al recibir este sacramento. Y como cristianos
conscientes construyamos juntos el camino que Jesucristo nos invita a seguir. Que reforcemos el
compromiso de aquellos que se han olvidado de lo que verdaderamente significa este
sacramento.
En la Sagrada Escritura también se prueba que el bautismo es uno de los sacramentos instituidos
por Jesucristo:
En el Nuevo Testamento aparecen testimonios tanto de las notas esenciales del sacramento
como de su institución por Jesucristo: el mismo Señor explica a Nicodemo la esencia y la
necesidad de recibir el bautismo: En verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu
no puede entrar en el reino de los cielos (Jn. 3, 3-5), Jesucristo da a sus discípulos el encargo de
administrar el bautismo, ordena a sus Apóstoles que bauticen a todas las gentes: Me ha sido dado
todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a
toda creatura. El que creyere y se bautizare, se salvar '' (Mc. 16, 15-16), los Apóstoles, después
de haber recibido la fuerza del Espíritu Santo, comenzaron a bautizar.
En el Antiguo Testamento aparecen ya figuras del bautismo, es decir, hechos o palabras
que, de un modo velado, anuncian aquella realidad que de modo pleno se verificar en los siglos
venideros. Son figuras del bautismo, según la doctrina de los Apóstoles y de los Padres, la
circuncisión, el paso del Mar Rojo, el Diluvio Universal. Además, el bautismo que confería San
Juan Bautista antes del inicio de la vida pública de Jesucristo fue una preparación inmediata para
el bautismo que Cristo instituiría. El bautismo de Juan, sin embargo, no confería la gracia, tan
sólo disponía a ella moviendo a la penitencia. Sobre el momento de institución, Santo Tomás de
Aquino explica que Jesucristo instituyó el sacramento del bautismo precisamente cuando fue
bautizado por Juan, al ser entonces santificada el agua y haber recibido la fuerza santificante. La
obligación de recibirlo la estableció después de su muerte.
2) La gracia sacramental: Esta gracia supone un derecho especial a recibir los auxilios
espirituales que sean necesarios para vivir cristianamente, como hijo de Dios en la
Iglesia, hasta alcanzar la salvación. Con ella, el cristianismo es capaz de vivir dignamente
su ‘nueva existencia’, pues ha renacido, cual nueva criatura, semejante a Cristo que murió
y resucitó, según las palabras del Apóstol.
3) El carácter bautismal: El bautismo recibido válidamente imprime en el alma una marca
espiritual indeleble, el carácter bautismal, y por eso este sacramento no se puede repetir
(Catecismo, n. 1121). El carácter sacramental realiza una semejanza con Jesucristo que,
en el caso del bautismo, implica:
a. La incorporación del bautizado al Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia. El
bautizado pasa a formar parte de la comunidad de todos los fieles, que constituyen el
Cuerpo Místico de Cristo, cuya cabeza es el mismo Señor. De la unidad del Cuerpo
Místico de Cristo -uno e indivisible- se sigue que todo aquel que recibe válidamente el
bautismo se convierte en miembro de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, fundada
por Nuestro Señor Jesucristo.
b. La participación en el sacerdocio de Cristo, esto es, el derecho y la obligación de
continuar la misión salvadora y sacerdotal del Redentor. Por el carácter, el cristiano es
mediador entre Dios y los hombres: eleva hasta Dios las cosas del mundo y da a los
hombres las cosas de Dios. Esta participación es doble: 1o. Activa: santificando las
realidades temporales y ejerciendo el apostolado. Así lo resume el Decreto sobre el
apostolado de los seglares (Decreto Apostolicam actuositatem, del Conc. Vaticano II), en
el n. 2: la vocación cristiana es, por su misma naturaleza, vocación al apostolado. ‘Por su
misma naturaleza’ supone el hecho único y exclusivo de la recepción bautismal. Ver
también, Const. Lumen gentium, nn. 31 y 33. 2o. Pasiva: facultad para recibir los demás
sacramentos.
4) Remisión de las penas debidas por los pecados: Es verdad de fe, que el bautismo produce
la remisión de todas las penas debidas por el pecado. Se supone, naturalmente, que, en
caso de recibirlo un adulto, debe aborrecer internamente todos sus pecados, incluso los
veniales. Por esto, San Agustín enseña que el bautizado que partiera de esta vida
inmediatamente después de recibir el sacramento, entraría directamente en el cielo.
Conclusión
Para concluir, se puede decir que el bautismo un compromiso para con la comunidad y
unidad de la familia, porque muchas personas afirman que el bautismo hace que todos sean una
sola comunidad, compromete a ser más unidos, a tener una unión profunda con Dios y
especialmente del niño con Dios. Se debe ser ejemplo de la buena relación con Dios, siendo luz
en la familia, lo cual dará como resultado que sea verdadera parte del cuerpo de Cristo. No basta
solo bautizar sino enseñar a los niños con el ejemplo y la palabra, para qué en un futuro sean
anunciadores de este encuentro con Dios, que crezca la comunidad de fe, siendo servidores
dentro ella.
El bautismo conlleva un compromiso cristiano especialmente para los padres y padrinos
que con conciencia encaminan a sus hijos a recibir este sacramento. Los documentos de la iglesia
afirman que al recibir este sacramento tan importante,surge la tarea de poder seguir el camino
que Jesús enseñó tanto en el ámbito personal como social. El sacramento del bautismo debe ser
dado a los pequeños tomando en cuenta el compromiso de los padres, que han sido fortalecidos
en su fedesde la catequesis, pues ellos se sienten atraídos por Cristo, y quieren compartir con sus
hijos esta gracia. Sin catequesis específica la fe no puede nutrirse, crecer y dar frutos, y de la
misma manera debe ser acogida por los padres y padrinos para poder encaminar a los pequeños
en el crecimiento de su fe.
Bibliografía
Bíblica de Jerusalén. Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009.
Catecismo de la Iglesia Católica. (1993).
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Guatemala
V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Aparecida, Brasil,
Mayo( 2007) .
Eliade, Mircea. “Lo sagrado y lo profano”. Guadarrama/Punto Omega, https://antropo
recursos.files.wordpress.com/2009/03/eliade-m-1957-lo-sagrado-y-lo-profano.