Tema 24.la Generosidad
Tema 24.la Generosidad
Tema 24.la Generosidad
QUIN ES GENEROSO? La generosidad y sus sinnimos: desprendimiento, magnanimidad, nobleza aparecen en diversos textos de la Sagrada Escritura, y en la mayora de las veces est unida a los verbos dar o entregar. La generosidad, tal como aparece en la Biblia, est relacionada con la limosna (ser generoso con los propios bienes) y tambin est unida al gesto de entregar la vida (morir, entregarse con generosidad) como es el caso de los que sufren persecucin y son obligados a renunciar a sus creencias de manera violenta (recordemos a los hermanos Macabeos en el Antiguo Testamento o a Esteban en el Nuevo Testamento). Quin es generoso? Generoso es aquel que acta a favor de otras personas de manera desinteresada, y con alegra, teniendo en cuenta la utilidad de su aportacin para esas personas, aunque le cueste un esfuerzo. Es difcil saber si una persona es generosa o no lo es. Cuando vamos a juzgar la generosidad de otras personas podemos fijarnos en el que recibe la ayuda o en la cantidad del aporte y nos podemos confundir. Por ejemplo, si nos enteramos de que una persona ha regalado una cantidad de dinero a algn familiar suyo que sufre necesidad, es lgico que le llamemos generoso. Si embargo, esa aportacin seguramente no le ha costado ningn esfuerzo. No sabemos el motivo por el que ha actuado as: ha sido porque ve que su pariente est necesitado o lo hace para no sentirse culpable? Por eso decimos que es difcil juzgar quin de verdad es generoso. Lo que s sabemos es que la verdadera generosidad, la que nos pide el Seor, es la que implica sacrificio, esfuerzo y se orienta hacia el bien de la persona a la que se quiere ayudar. En ms de una ocasin hemos escuchado esta frase de la Beata Madre Teresa de Calcuta: Dar hasta que duela y cuando duela, dar todava ms. Si te duele, es buena seal. QU SIGNIFICA SER GENEROSO? Hacer algo a favor de otras personas puede significar muchas cosas distintas: por ejemplo dar cosas, dar tiempo, prestar bienes, perdonar, escuchar, dar atencin, saludar, recibir. Y cada vez que una persona acta de este modo es porque ha tomado la decisin de hacerlo. Es decir, la generosidad es una decisin que alguien toma en un momento determinado. Ser generoso significa decidirse a hacer algo por otra persona. Es un acto de la voluntad que busca el bien. Es una entrega decidida y fruto de la voluntad libre de hacer el bien por amor a Dios y a la persona a quien se sirve.
CMO PUEDO SER GENEROSO? No hay una receta o una frmula, pero s podemos seguir unos pasos para trabajar en esta virtud. Debemos recordar que se trata de una virtud que se adquiere con la prctica, con el seguimiento continuo y constante. Se aprende a ser generoso. A nuestros hijos les debemos ensear a ser generosos porque por naturaleza nadie viene a este mundo con deseo de compartir o dar. Los nios cuando crecen en un hogar abierto a los dems se les hace ms normal y ms fcil desprenderse de lo que tienen. En primer lugar, hay algo fundamental para ser generoso: valorar lo que somos y lo que tenemos. En ocasiones, nos encontramos lentos a la hora de decidirnos a servir a los dems porque no hemos identificado correctamente nuestros dones o talentos, nuestras posibilidades. Muchos de nosotros hemos utilizado expresiones como: Yo no soy capaz de; yo no tengo tiempo para; yo no s hacer eso En realidad, el problema no est en la capacidad, en el tiempo o en el saber hacer, sino en la falta de confianza en nuestras posibilidades, o en la falta de valoracin de lo que realmente nosotros somos capaces de hacer. Somos discpulos de Jess, el Seor. Somos como los siervos de la parbola de los talentos, que hemos recibido el encargo de hacer fructificar los dones para el crecimiento de su Reino, y que debemos rendirle cuentas de nuestra gestin. (Mt 25, 14-30) En segundo lugar, debemos valorar claramente las cosas o bienes que tenemos. Debemos aprender a darle el valor que le corresponde a las cosas, reconocer que son medios y nunca deben convertirse en fines absolutos que nos hacen siervos de ellas. Nuestra vida y la de nuestra familia van a depender del valor que le demos a las cosas, a nuestro tiempo, a la felicidad de las personas que amamos. Por ejemplo, qu vale ms un juguete caro o dos horas de mi tiempo? Si mi criterio de lo que es valioso es la alegra de mi hijo, seguramente que las dos horas de mi tiempo son ms valiosas. Hoy da vemos a mucha gente que es generosa con lo que le sobra. Muchos padres dan a sus hijos lo que les sobra: les llenan la casa de juguetes, de viajes, de aparatos. Sin embargo, no le dan de su tiempo porque, para estos padres, el tiempo es algo escaso y casi siempre est ya ocupado. Le dan a sus hijos, no lo que sus hijos necesitan, sino lo que a ellos les sobra. Existe esta tendencia de dar lo que nos sobra y no dar de acuerdo a lo que necesitan los otros. Tampoco se trata de pasarnos al otro extremo. Es decir, no se trata de repartir todo lo que tenemos de manera que nuestra familia no tenga lo suficiente para vivir con dignidad. No debemos olvidar que la primera responsabilidad como padres es la de atender a nuestra familia. Luego, se deber atender a los dems. Y esto lo podemos aplicar al tiempo que dedicamos a la parroquia, a la comunidad, al ministerio: seamos generosos con nuestra familia, con nuestro esposo/a, con nuestros hijos, y despus vayamos a atender las necesidades de la Iglesia. Aqu, en este punto, es donde debemos tener claros los criterios de valoracin de nuestros bienes. Si desatiendo a mi familia y la causa es la excesiva colaboracin con la Iglesia, estoy olvidando que hay una Iglesia domstica (la familia) que necesita primero de m, de mi presencia, de mi tiempo. Es necesario mantener el equilibrio en esta decisin. La Iglesia, que es maestra y sabia por su larga
experiencia, no acepta al diaconado permanente a aquellos candidatos que no tengan la aprobacin de sus esposas. Por qu es importante que la Iglesia escuche antes el parecer de la esposa de un laico que quiere servir como dicono permanente? Porque para servir a la Iglesia ese candidato debe procurar atender a los deberes y responsabilidades que previamente tiene como esposo y como padre en su familia. En tercer lugar, la generosidad no consiste en dar cosas materiales para compensar, para de esa manera evitar algo que nos cuesta esfuerzo. Un ejemplo lo tenemos en un padre que regala muchas cosas a sus hijos en compensacin por no estar presente en las actividades que ellos realizan. Para l dar regalos y cosas no es ningn sacrificio. Ser generoso es estar disponible. Dar tiempo es ser generoso. Y ser generoso con el tiempo significa estar dispuesto a sacrificar para el bien de los dems algo que se guarda para el uso personal. Por ejemplo, estar dispuesto a dejar de ver un programa de TV, de leer el peridico, de salir al gimnasio, al saln, de jugar al domin con el grupo de los viernes en la tarde, de dormir una siesta, etc. cuando un hijo necesita a alguien que le escuche. Ser generosos con nuestro tiempo es organizarse para poder estar con la esposa o el esposo en un ambiente tranquilo para dialogar, disfrutar de una msica o de una pelcula. Ser generosos con nuestro tiempo es atender a un amigo que nos llama en un momento de descanso o diversin. Las personas suelen valorar el tiempo por su rentabilidad, por los resultados que pueden ver a corto plazo. Es decir, hoy, mucha gente valora el tiempo por la cantidad de dinero que puede ganar o por el nmero de clientes que puede conseguir. Sin embargo, no se dan cuenta que un tiempo valioso y bien empleado podra ser el que le devuelve la alegra y el nimo a un hijo adolescente que est pasando por una crisis o un enfado. Podemos ser generosos con nuestro tiempo llenndolo de actividades o creando un ambiente apropiado para que en el hogar haya un sentimiento de tranquilidad, de unidad, de alegra. Eso es lo que significa estar presentes los padres en el hogar. Diremos que una persona es generosa cuando est dispuesta a hacer la vida agradable a los dems: saludando a alguien que en principio le molesta, atendiendo a una serie de detalles que van a agradar a otra persona. En cuarto lugar, debemos mencionar que la persona generosa no se caracteriza solo por dar sino tambin por su disposicin a recibir. Generoso es aquel que permite a los dems ser generosos con l. Es necesario dejar que los dems nos quieran y nos amen. Somos humildes cuando nos dejamos amar. El autosuficiente es el que no necesita de los dems y no deja que los dems le ayuden, porque no se deja tocar por el amor de los otros. En el hogar, conviene que las madres, sobre todo, dejen a los hijos que se esfuercen por el bien de la familia. A veces, muchas madres, de manera equivocada, no dejan que sus hijos sirvan o trabajen en la casa, y son ellas las que lo hacen todo. Esta exagerada atencin hacia sus hijos es perjudicial, pues est privando a los hijos de un
ejercicio de donacin y generosidad muy necesario para que aprendan a salir de s mismos y aprendan a entregarse a los dems. Un adolescente que vive como un prncipe en su casa est privado de la oportunidad de adquirir un hbito bueno de generosidad. Y por ltimo, en la convivencia familiar, a diario, realizamos actos de generosidad. En todos ellos hay una dosis de esfuerzo, un pequeo sacrificio o renuncia. Sin embargo, hay un acto de generosidad que suele costar un esfuerzo especial. Se trata del perdn. Para perdonar hace falta una gran seguridad interior y un gran deseo de servir a los dems. Perdonar no es solo quitar importancia a lo que las otras personas nos pueden haber hecho; perdonar no es ser ingenuo, sino que perdonar es reconocer que la otra persona (la que nos ha ofendido) necesita recibir amor, necesita recibir nuestra generosidad. En el perdn autntico la persona generosa se esfuerza en mostrar al otro que no lo ha rechazado por lo que ha hecho. Perdonar es decirle al otro que, aunque nos ha ofendido, herido, maltratado, le aceptamos y confiamos en sus posibilidades de mejorar. Para llevar a cabo este tipo de perdn es necesaria una gran generosidad. En la Segunda de Corintios 8,9 leemos: Pues ustedes conocen la generosidad de Nuestro Seor Jesucristo, el cual siendo rico, por nosotros se hizo pobre a fin de que se hicieran ricos con su pobreza. Cada uno de nosotros debe llegar a imitar al Seor en esa generosidad, capaz de perdonar y aceptar al otro. El Maestro lo hizo. l renunci a su riqueza, a su inocencia y se hizo esclavo, pasando como un culpable que acept la muerte por todos los pecadores.
PARA LA REFLEXIN PERSONAL. Vamos a hacer un examen personal para ver cmo estamos viviendo la virtud de la generosidad. Para ello, a continuacin, cada uno de ustedes, en privado, leer la lista de afirmaciones (son un resumen de la virtud). A cada una de ellas le pondrn una valoracin del 1 al 5. En esta escala: El 1 indica: No creo que la afirmacin refleje mi situacin. No me identifico con ella. El 2 indica: La afirmacin no refleja mi situacin, aunque es posible que haya algo. El 3 indica: La afirmacin refleja en parte mi situacin. Pienso que en parte s y en parte no. El 4 indica : La afirmacin refleja mi situacin en gran parte, aunque tengo alguna duda. El 5 indica: Estoy totalmente de acuerdo con la afirmacin. Refleja mi situacin personal. LA MANERA PERSONAL DE VIVIR LA GENEROSIDAD
1.- Me esfuerzo por reconocer las necesidades reales de los dems. (Se trata de hacer algo para otro que tiene una necesidad real. No es dar lo que nos sobra.) 2.- Reconozco mis propios talentos (capacidades, cualidades, conocimientos) y los pongo al servicio de los dems. A veces tenemos capacidades o cualidades escondidas que nunca hemos aprovechado por no hacer un esfuerzo, por pereza o por timidez. 3.- Reconozco lo que valen mis cosas, mis bienes, mi tiempo, mi esfuerzo, etc. Hay muchas cosas que son nuestras y no las apreciamos debidamente. No les damos importancia porque nos hemos acostumbrado a ellas. Por ejemplo, nuestro hogar, o el dinero o nuestra fe. Otras personas, carecen de ellas. 4.- Realizo acciones buscando el autntico bien de los dems con bastante frecuencia. A veces uno se siente generoso por haber hecho un esfuerzo en algn momento concreto. Sin embargo, la generosidad requiere que haya continuidad en las acciones, que se vayan repitiendo, que sean frecuentes. 5.- Realizo las acciones siguientes con bastante frecuencia: prestar mis cosas, regalar mis bienes, estar disponible, escuchar a los dems, exigir a otros de manera razonable. Cada persona suele encontrar que le cuesta menos actuar a favor de los dems de unas maneras determinadas. En cambio le cuestan ms otros tipos de accin. Por ejemplo, a una persona no le cuesta dar dinero a una causa justa y, sin embargo, no est dispuesta a sacrificar el tiempo que dedica a una aficin personal. 6.- Permito a los dems realizar acciones en mi favor. Si somos autosuficientes o sencillamente impacientes es posible que no dejemos a los dems hacer cosas a favor nuestro y, con ello, les quitamos la posibilidad de ser generosos con nosotros. 7.- Perdono. (Sin duda la manera ms difcil de ser generoso). 8.- Hago esfuerzos por superar el cansancio, la enfermedad, la pereza con el fin de atender a los dems. Hay personas que estn dispuestas a actuar en favor de los dems cuando se sienten descansadas, estn de buen humor y que la actividad sea divertida. No estara mal pensar en qu momento del da o en qu circunstancias uno es ms o menos generoso. 9.- Acto a favor de los dems buscando su bien ms que la propia satisfaccin y sin pensar en lo que puedo pedir a cambio. La generosidad no espera nada a cambio. El generoso no acta pensando que el otro ahora le debe un favor. 10.- Me esfuerzo en atender a las personas que ms necesitan de mi atencin. Muchas veces es fcil actuar de una manera generosa con algunas personas y no tanto con otras. Por ejemplo, con la pareja y con los hijos, pero no con los vecinos. O con algn compaero que encontramos simptico pero no con otro, ms necesitado, pero algo antiptico.