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Perdón y Tolerancia en El Matrimonio

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PERDON Y TOLERANCIA

Introducción

Cuando nos casamos nos comprometemos a perdonarnos y pedir perdón de por vida ya
que, nosotros somos imperfectos y nos casamos con seres imperfectos, también.
• Pedir perdón así como perdonar es importante porque, todos en algún
momento, heriremos a nuestro cónyuge.
• Tratar el dolor es vital para la intimidad.
• Las relaciones se fortalecen a través de la confianza y la franqueza. (Gen 2:25)
• Las heridas debilitan la confianza y la franqueza. (Gen 3:12)
 Así como la desarrollar confianza y vivir en franqueza permite mayor intimidad,
el trabajar en sanar las heridas nos permite renovar la confianza y todo lo que
ella produce.

CONFIANZA FRANQUEZA

HERIDA

SANAR LA INTIMIDAD
HERIDA

Reacciones hacia las heridas


1. Ira
• Algunos son como los rinocerontes - atacan cuando se les provoca.
• Algunos son como los erizos - se retraen cuando se sienten amenazados.

2. Represalia
• Hacer que nuestro cónyuge sepa (y sienta) cómo nos sentimos cuando nos hirió.

3. Miedo
• Nos retraemos para no ser heridos de nuevo.

4. Culpa
• Las heridas siempre serán causadas por ambos miembros de la pareja.

“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den
cabida al diablo”. Efesios 4:26–27

¿Qué sucede cuando el dolor y la ira se ocultan?

Síntomas físicos
• Alteración del sueño
• Apetito afectado
• Condiciones médicas, p. ej. úlceras, presión arterial alta, dolor.

Síntomas de comportamiento
• Incapacidad para relajarse
• Bajo deseo sexual
• Mal genio / intolerancia
• Evadir por medio de drogas, alcohol, pornografía, etc.
• Evadir con el trabajo, los niños, las actividades, etc.

Síntomas emocionales
• Pérdida de emociones positivas, por ejemplo, el romance, el amor, la alegría.
• Baja autoestima / depresión
• Cerrarse
• Miedo a la confrontación

Proceso para sanar las heridas


1. Identifica la herida

• Toma la iniciativa para resolver la ira y sanar la herida.


• Reconoce las formas con las cuales has causado dolor a tu cónyuge y herido tu
matrimonio (lee Mateo 5; 23 -24).
• Prepárate para decirle a tu cónyuge cuándo te hirió (lee Mateo 18: 15).

“Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu


hermano tiene algo contra tí, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y
reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda”. Mateo 5:23–24

2. Pide Perdón

• Acepta tu responsabilidad.
• Resiste el impulso de dar excusas o de culpar a tu cónyuge.
• Confiésalo a Dios y recibe su perdón – Ésto nos permite ver el efecto de nuestras
acciones.
• Discúlpense mutuamente – Abre el camino para la reconciliación y la sanación.
“Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean
sanados”. Santiago 5:16

3. Perdona
• El perdón es esencial y una de las grandes fuerzas de sanación en el matrimonio.
• Hay grados de dificultad al perdonar: – Jesús en la cruz por aquellos que lo
crucificaron.

– Pequeños problemas, p. ej. olvidarse de realizar algo o hacerte llegar tarde.


– Grandes problemas, p. ej. infidelidad.

• Perdonar es ante todo una decisión, no un sentimiento.


• La pregunta no es “¿Siento ganas de perdonar?”.
• La pregunta es “¿Decidiremos perdonar?, ¿Dejaremos de lado nuestra
autocompasión, la exigencia de justicia y el deseo de venganza?”.

Perdonar NO ES:
• Exigir que la persona cambie antes de perdonarla.
• Pretender que no nos importa y tratar de olvidarlo.
• Pensar que pasar un tiempo a solas sanará la herida.

Perdonar ES:
• Enfrentar el mal que nos han hecho.
• Reconocer las emociones interiores.
• Entregar a nuestro cónyuge en las manos de Dios, dejándole a Él las
consecuencias.
• Escoger no atacar a nuestro esposo o esposa. Si no perdonamos, estaremos
atrapados por la amargura, la ira y el resentimiento.
 Renunciar a guardar reclamos contra nuestro esposo o esposa.
• Perdonar es un proceso. Con frecuencia tenemos que continuar perdonando por
la misma herida, algunas veces diariamente.
• Dios nos perdona voluntariamente, por lo tanto nosotros debemos perdonar de
igual forma.
“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente,
así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”
Efesios 4:32
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Lucas 23:34

EMPEZAR DE NUEVO JUNTOS

• Comiencen cada día con un nuevo inicio y sin rencores; arranquen todas las
páginas del
cuaderno.
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi
hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No te digo que
hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces siete”. Mateo 18:21–22

• No esperes que la sanación sea inmediata; las disculpas y el perdón disminuyen


la distancia entre nosotros pero la herida deja un moretón que necesita tiempo para
sanar.

• Reconstruyan la confianza estableciendo un tiempo de pareja, siendo dulces y


amables mutuamente.

• Oren el uno por el otro; oren en voz alta, pidiendo a Dios que sane a tu cónyuge
de las heridas que le has causado. La presencia de Dios es la que sana toda herida.

Este proceso es como un desagüe que se lleva las heridas. Si queremos mantener la
intimidad, confesarse con Dios y con aquellos que hemos herido, así como perdonar a
quienes nos han herido, debe convertirse en un hábito diario. De lo contrario, el desagüe
comenzará a taparse con heridas e ira sin resolver.

“El amor no guarda rencor”. 1 Corintios 13:5

 Apoyándose mutuamente
Pregunta a tu cónyuge una forma en la que puedas apoyarlo durante esta semana. Si te
sientes cómodo, ora por él ya sea en voz alta o en silencio. De lo contrario, expresa tu
apoyo de una manera diferente.

“Olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante”.
Filipenses 3:13

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