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Introduccin
Alejo Carpentier, tanto en Latinoamrica como en el mundo, es conocido como uno de
los escritores ms importantes de los ltimos tiempos. Su particular uso del lenguaje, y su magistral manipulacin del tiempo lo vuelve un escritor memorable, pero tambin se le reconoce por ser de los ms importantes exponentes de la Nueva Novela Histrica (que, de una forma bastante posmoderna, agrega elementos ficticios y cuestionamientos a una de las ciencias sociales ms importantes), y el creador de lo Real Maravilloso. Las novelas de Carpentier muestran, en sus protagonistas y en algunos personajes secundarios, una gran cantidad de detalles autobiogrficos: su pasin por la msica y la arquitectura desborda por casi todos ellos (esta forma de caracterizacin de personajes tiene un importantsimo papel en Los Pasos Perdidos, donde el protagonista realiza su viaje en busca de instrumentos originarios del Amazonas). De la misma manera, la pasin por la cultura latinoamericana se presenta en todos los personajes, y es uno de los elementos de mayor importancia en la literatura de Alejo Carpentier.
Sin embargo, el tratamiento del escritor resulta diferente con los personajes femeninos, los cuales no desarrollan un papel importante con tanta frecuencia como sus contrapartes masculinas. En una gran cantidad de ocasiones, las mujeres en la novelstica de Carpentier son reducidas a ser objetos de deseo, o receptculos de las pasiones de los protagonistas masculinos. En el presente ensayo se analizar el papel de cinco personajes femeninos prominentes de la literatura Carpenteriana, y la forma en que cada una afecta el texto de distinta manera. Los cincos personajes pertenecen a tres novelas de pocas distintas en el desarrollo literario de Carpentier, por lo cual tambin pueden servir como un marcador de su maduracin como escritor.
La mujer como alegora: Longina en Ecu Yamba-
Ecu Yamba-, la primera novela de Alejo Carpentier, tiene entre sus detractores al mismo autor de la obra, que no dese publicarla. A pesar de las fallas evidentes en el texto, que el mismo Carpentier reconoca tornaban el texto ms en una etnografa que en una verdadera obra literaria. Sin embargo, desde este texto se puede apreciar la profunda preocupacin de Alejo Carpentier por Latinoamrica, en este caso vertido en su obra negrista (Miampika, 309).
Los mitos autctonos forman parte de la concepcin latinoamericana de Alejo Carpetier cuyos dos ejes son la esttica de lo real maravilloso y la teora del barroco. Ambas nociones que son consideradas por el autor como rasgos esenciales y propios de Amrica, estn estrechamente relacionadas con la transculturacin, ya que a travs de ellas se pone de manifiesto la simbiosis de los valores tnico-culturales que intervinieron en la configuracin de la identidad cultual latinoamericana
A primera vista, los mitos y los rituales se incluyen de forma bastante explcita en la trama: la simple presencia de Paula Macho sirve como recordatorio constante de todas las facetas que existen en el continuum de prcticas y creencias. El propio Menegildo de ve inmerso en los rituales y los ritmos propios de la cultura afrocubana, e incluso se hace mencin en el libro de la unin del protagonista a ciertas sociedades ritualsticas. Sin embargo, se requiere un poco ms de conocimiento sobre los mitos yoruba para poder comprender la profundidad de la influencia mtica en la historia, pues Ecu Yamba- se encuentra largamente basado en las historias que se generan alrededor de tres deidades yoruba: Shang, Oshn y Ogn. En esta historia, el papel de la deidad femenina, Oshn, se vuelve central en la historia, y es uno de los personajes pivotales en la mitologa Yoruba.
Carpentier, por esta razn, utiliza a Logina como una representacin moderna de Oshn, incluso en la descripcin fsica, puesto que ambas son consideradas mulatas de gran belleza. Ms tarde, Longina encarna a Oy, la esposa del orisha Ogn, robada por Shang tras prendarse de ella. El mito es encarnado por Menegildo, Longina y Napolin, con quien Menegildo lucha pero es vencido la primera ocasin. Esta condensacin de dos figuras yoruba en un solo personaje permite centralizar el libro en Menegildo, adems de dar espacio para la revisin y crtica a la sociedad cubana en ese tiempo. Longina, como muchas mujeres en la literatura donde los protagonistas son en su mayora masculinos, se ve relegada a un papel secundario de apoyo. Sin embargo, este papel hace eco de la funcin dadora de vida de Oshn: ella es la que permite la perpetuacin de la historia de Menegildo pariendo a Menegildo hijo, que deber vivir en la poca de la revolucin. En Ecu Yamba-, la funcin que cumple Longina es la de perpetuar el mito, unindose a Menegido-Shang.
Sin embargo, no existe dimensin ms que esa, la caracterizacin es relativamente pobre, pues no se sabe de ella ms que lo que ocurre en relacin a Menegildo. Como smbolo de Oshn, desborda sensualidad, y posee tambin el papel de representar a la Virgen de la Caridad del Cobre, por sincretizacin latinoamericana. En esa callada afliccin de las vrgenes, Longina espera a Menegildo mientras sale de la crcel, y su figura se pierde casi por completo durante la estancia de Menegildo en la ciudad. Al igual que Longina, Paula Macho y Salom representan a otras divinidades yoruba, y se les otorga el mismo tratamiento (reductivista hasta el punto de volverlas casi unidimensionales) que a la mujer de Menegildo. El nico que parece hacer un viaje de verdad, un progreso, es el protagonista masculino, en una obra donde pareciera que los personajes femeninos levitaran a su alrededor. Este caso es particularmente cierto con Longina, que pareciese (como en la escena en la cual Menegildo, a fuerza, tiene relaciones por primera vez con ella) acomodarse de inmediato a sus deseos. Longina no slo es el equivalente moderno de Oshn, la que salva a Shang-Menegildo con su amor, cumple la importante tarea de continuar la historia de Menegildo ( a travs de su hijo), y une en su persona una mujer que (en su maleabilidad a la voluntad del hombre y su actitud pasiva) puede verse controversial.
La mujer estaba ah. Sola. Sentada en una piedra blanca, bajo los almendros. Menegildo salt al arroyo para llegar ms pronto. Ella intent huir, con nervioso sobresalto de corza. El mozo la apret entre sus brazos, incrustando sus anchos dedos en caderas tibias. Quita...! Quita...!
Las acciones descritas en esta escena en particular tienen un aire mtico, con especial eco de la tradicin yoruba y del rapto de Leda por parte de Zeus. En la tradicin oral, en especial los mitos antiguos, no suelen prestar atencin en el consentimiento, y esto se repite en Ecu Yamba- La mujer como crtica: Ruth, Rosario y Mouche en Los Pasos Perdidos
Los personajes en las novelas posteriores de Alejo Carpentier, como Los Pasos Perdidos y El Siglo de las Luces, se tornan en smbolos ms mundanos; esto en gran parte se debe a la separacin de Carpentier de la ritualstica afrocubana, pues despus de El Reino de Este Mundo, sus obras tomaron un giro que (a pesar de seguir haciendo referencia a la idiosincrasia latinoamericana) poseen un alcance ms universal. La novela de Alejo Carpentier se apart del llamado negrismo. En Los Pasos Perdidos se adentr en la selva amaznica para relatar lo que, a ojos de algunos, es su obra maestra. Como muchas de las obras de Carpentier, Los Pasos Perdidos contiene detalles autobiogrficos, pero esta obra parece contener las reflexiones de Carpentier vertidas a texto de una forma mucho menos filtrada. Carpentier, por medio de su protagonista, abiertamente desprecia la ciudad y la transformacin del hombre que ha ocurrido debido a ella, y clama que las culturas autctonas de Latinoamrica permanecen puras al alejarse de esta influencia europea. Carpentier, por medio de los tres personajes femeninos ms importantes en Los Pasos Perdidos, muestra lo que l considera son las diferencias entre aquellos que han sido alcanzados por la influencia europea, y aquellos mestizos (o puramente indgenas) que se comportan de forma ms autntica y se mantienen alejados del vicio de la ciudad.
Ruth es la esposa del protagonista, una mujer cuya pasin (el teatro) ha marchitado su vida y sus relaciones. Carpentier habla de ella como una persona inherentemente dada al dramatismo, hambrienta de fama y con una gran necesidad de llamar la atencin. El personaje se ve caricaturizado al extremo, y sus cualidad negativas se vuelven particularmente visibles despus de que el protagonista se encuentra con Rosario. Esta exageracin de los defectos indica al lector que la visin del narrador es subjetiva y, como todo texto posmoderno, debe ser cuestionada. Alejo Carpentier contrapone de una forma maniquea a la esposa actriz/falsa con el alma gemela/autntica, Ruth de Nueva York (la ciudad de ciudades) contra Rosario, inherentemente latinoamericana. Ruth resulta celosa, posesiva, pero a la vez ajena al narrador, es la esposa pero no la mujer, como se hace llamar Rosario. Sin embargo, aunque la falla en el matrimonio se adjudica principalmente a la carrera de Ruth, el protagonista tambin comparte la culpa: en una ocasin en particular l elige dejarla llorando a favor del sueo. El narrador, hasta cierto punto, tambin se encuentra deshumanizado. La no- pertenencia al mundo-escenario-ciudad de Ruth, donde importan las apariencias, lo que-se-ve (concreto), parece encontrar su anttesis en la inmersin al mundo de Rosario, la mujer completa; sin embargo, el protagonista ya se encuentra contaminado por la ciudad, y tampoco encaja en la sociedad amaznica. Las pesadillas de Ruth, su constante estrs y su histeria, pueden trazar su origen a la vida urbana (de eso existen una gran cantidad de teoras que no se pretenden analizar en el presente ensayo), pero para el autor son tomadas como defectos en lugar de cmo facetas de una persona imperfecta. Ruth se define en la ausencia, en cmo no es Rosario, cmo no es esa mujer latinoamericana que busca dedicarse a su hombre.
ser Ruth, la que por ms de cinco aos protagoniza una exitosa pieza dramtica en Nueva York, () la que tiene el poder de convocatoria necesario por (sic) movilizar a todo (sic) la prensa del pas () el ser endeble, fracasado, que nos quiere mostrar su marido?
Se vuelve, con esta pregunta, a la idea de la subjetividad, la descripcin de los personajes urbanos como caricaturas incompletas debido a las opiniones del narrador. Es la ausencia de Ruth, debido a su xito como actriz, lo que hace al protagonista consciente de su propia falta de significado, el vaco que lo lleva a reevaluar su empleo y emprender el viaje hacia el Amazonas.
Mouche se aleja de la vida diurna urbana, acercndose ms bien a la llamada vie bohme. Desenfrenada y caprichosa, aporta al protagonista un quiebre en la existencia rutinaria con Ruth, encarnando as la dicotoma principal entre (literalmente) noche y da. Esta mujer decide utilizar su insomnio para adentrarse en la intelectual, que el protagonista no tarda en descubrir como una fachada; aunque Mouche lleve un negocio de astrologa por correspondencia, relativamente exitoso, el protagonista (tras encontrarla un estorbo, pues ya la haba sustituido con Rosario) resalta sus defectos (como en el caso de Ruth) y no slo la tacha de mala astrloga, tambin de lesbiana. Se puede considerar que la independencia de Mouche hacia el protagonista alcanza su mxima expresin en esta preferencia sexual, pues escinde al narrador de control sobre la sexualidad de ella. La relacin que ellos tienen desde el principio se muestra poco afectiva, llevada ms bien por la sexualidad y el alejamiento de la vida cotidiana. Como ocurri con Ruth, el protagonista pasa parcialmente por alto los defectos de Mouche hasta el momento en que se encuentra con Rosario, y muestra de nuevo sus propios defectos al (no slo) rechazar a su amante, tambin dejarla atrs. Carpentier parece introducir al personaje de Mouche un referente real, Eva Frjaville, que muestra la tendencia del autor por incluir detalles autobiogrficos en la obra. Sin duda alguna, Mouche se cre con el propsito de ser un personaje desagradable, tal vez ms que la misma Ruth, y contrasta de forma directa con Rosario que, con su autenticidad e ignorancia respecto a poltica y arte, desplazan ante los ojos de la protagonista a una mujer intelectualoide y (para su mayor molestia) no completamente suya. No s lo que entenda Rosario por mi casa; pero tena razn si pretenda decir lo que quise comprender: Mouche no era mi casa. (Carpentier, 59)
Por ltimo, Rosario a los ojos del protagonista es la mujer integral, perfecta. Mestiza, Latinoamrica encarnada, simboliza aquella existencia lejos de las ciudades. Eventualmente, Rosario se casa, lo que hace eco de la imposibilidad del protagonista para ser aceptado en la cultura amaznica. Ella, conocida en el viaje del protagonista, presenta algunos problemas como su escasa habilidad de lectura, pero el narrador lo muestra de una forma enternecedora, como si fuera una nia que no necesita de la literatura para imaginar, demasiado inmersa en la maravilla de la existencia cotidiana en Latinoamrica para necesitar del arte. Rosario parece existir slo para el protagonista, al menos en tanto nos permite saberlo su narracin sesgada, se hace llamar su mujer, le entrega la capacidad de ser hombre que Ruth (con su carrera) y Mouche (con su iniciativa y sexualidad) le impidieron poseer completamente. Ella se considera su mujer, parece opinar lo que l opina, al menos en los asuntos relevantes a la historia. Rosario, cuyo nombre es profundamente latinoamericano, parece vivir en el presente lo que ocurre en el libro de Genoveva de Bravante: Lo que los libros dicen es verdad dice, y el narrador reflexiona sobre la relacin entre el pasado europeo y el presente de Latinoamrica. Se muestra pacfica, pero no pasiva, al no desear peleas pero defenderse de las insinuaciones de Mouche. El narrador, que hbilmente maneja la vida con una esposa y una amante caprichosa, se ve vulnerado ante la extrema autenticidad de Rosario, una sea de su poca pertenencia a aquel mundo mitad perdido. Incluso en la fe, el protagonista se ve separado de Rosario, y l busca reconciliarse no slo con la mujer, sino con lo que ella representa, pero la urbanidad lo reclama y l queda incapacitado de volver. Para el narrador, la mujer que se acepta como suya, la que tiene como sueo servir al hombre, es la mujer verdadera; el autor muestra de forma favorable, consciente o inconscientemente; y considera la mujer en su rol estereotpico no slo mejor que a la independiente actriz neoyorkina, tambin a la intelectual bohemia. Ruth, la esposa, podra considerarse la influencia ineludible de los europeos, la que impide a los latinoamericanos volver a su estado anterior. Mouche, la amante, la caprichosa, puede asociarse tambin con la vida intelectual europea, en especial la francesa: todos los adjetivos y descripciones que Carpentier genera en torno a esta mujer (falsa, pretenciosa) podran asociarse a su rechazo a las vanguardias. Sin embargo, aunque el protagonista pretenda aferrarse a Rosario y su pureza, empiezan a alejarse en cuanto a l retorna la necesidad de hacer msica, de escribir. Fsicamente se alejan cuando l vuelve a Nueva York, y cuando vuelve no slo encuentra a Rosario con marido, el narrador se percata (o cree percatarse, aunque sea una reflexin subjetiva) que Rosario nunca lo crey nada ms que un visitante al corazn del Amazonas, a su tierra. El protagonista de Los Pasos Perdidos, aunque crea msica, no se considera parte de aquellos latinoamericanos verdaderos que hacen arte, y por esa razn es rechazado, obligado (como Ssifo) a volver a una vida ms o menos similar a la que tena anteriormente.
Pero nada de esto se ha destinado a m, porque la nica raza que est impedida de desligarse de las fechas es la raza de quienes hacen arte, y no slo tienen que adelantarse a un ayer inmediato, representado en testimonios tangibles en plena conciencia de lo hecho hasta hoy. Marcos y Rosario ignoran la historia. El Adelantado se sita en su primer captulo, y yo hubiera podido permanecer a su lado si mi oficio hubiera sido cualquier otro que el de componer msica oficio de cabo de raza. Falta saber ahora si no ser ensordecido y privado de voz por los martillazos del Cmitre que en algn lugar me aguarda. Hoy terminaron las vacaciones de Ssifo. (Carpentier, 151)
La mujer como metatexto: Sofa en El Siglo de las Luces
La prosa de Carpentier madura con la produccin, como la de (casi) cualquier otro escritor. En El Siglo de las Luces, se nos presenta un personaje femenino ligeramente distinto a los otros, una mujer que muestra iniciativa y realiza acciones lejos de la sombra de un varn. Sin embargo, el cambio de Sofa (incluso el significado de su nombre refleja lo diferente que es de otros personajes femeninos) tiene una misoginia oculta: los cambios que se generan en ella son todos disparados por alguno de los personajes masculinos. El primero, la salida del convento, se produce a partir del funeral de su padre, que lo lleva a cuidar de su hermano y de su primo enfermo. Esta separacin de la fe y reintroduccin a la sociedad (aunque sea una micro-sociedad reducida a sus familiares y sus sirvientes) son el primer paso de su liberacin. El segundo cambio da inicio cuando ella conoce a Vctor, y se aleja del papel de madre (que haba tomado con su primo, y que la sita en la posicin simblica de Virgen Mara) para pensar en s misma como una esposa y amante. Ella pierde tiempo de su vida pensando en l, y es cuando se da cuenta que Vctor se ha ido (al menos en esencia, pues ella se percata que ese individuo no corresponde a la idealizacin que haba realizado). A partir de esta aparente desilusin, ella vuelve con otro personaje masculino, su primo, en un intento de continuar con su vida. Sofa, a diferencia de otros personajes femeninos, llega e algn momento a tomar una decisin relevante en la trama: se lanza al tumulto revolucionario, y no se sabe ms de ella ni de su primo Esteban.
Fue se el momento en que Sofa se desprendi de la ventana: Vamos all!, grit, arrancando sables y puales de la panoplia. Esteban trat de detenerla: No seas idiota: estn ametrallando. No vas a hacer nada con esos hierros viejos. Qudate si quieres! Yo voy! Y vas a pelear por quin? Por los que se echaron a la calle! grit Sofa. Hay que hacer algo! Qu? Algo! Y Esteban la vio salir de la casa, impetuosa, enardecida, con un hombro en claro y un acero en alto, jams vista en tal fuerza y en tal entrega.
La necesidad de Sofa por hacer algo parece ser una protesta metatextual hacia la pasividad del resto de los personajes femeninos que, de una forma u otra, parecan existir en funcin de los protagonistas masculinos. En El Siglo de las Luces, Sofa se vuelve protagonista de su propia historia: el tercer captulo de la novela, que narra su vida posterior a ser dejada atrs. El Siglo de las Luces, como muchas novelas de Carpentier, obtiene gran parte de su inspiracin de la msica. En este caso, como afirma el mismo autor, la estructura de la novela se gener como el equivalente literario de una sonata en tres partes, donde el tercer captulo pertenece al tema femenino, representado por Sofa. A diferencia del tema masculino (representado por Vctor Hughes, se trata de una seccin de la sonata particularmente enrgica), y el tema menor (representado por Esteban, se trata tambin de un tema masculino pero menos imponente que el principal), el tema femenino pretende transmitir la sensacin de fragilidad y delicadeza. Sofa, como el tema femenino de la sonata, presenta la misma temtica que los captulos anteriores, modulados bajo su perspectiva de mujer. La influencia de los pensamientos revolucionarios europeos en la cultura latinoamericana se ven expresados a travs de ella, y se repiten en su estilo de vida la necesidad de independencia y transformacin que llevaron a Vctor Hughes y a Esteban hacia la accin. Sofa puede tambin considerarse un smbolo de la reexposicin musical, caracterstica de la sonata, que consiste en mostrar los temas A y B (masculino y menor, Vctor y Esteban, en este caso) con ligeras modulaciones. Ambos personajes hacen una aparicin en la vida de Sofa, alterando su existencia de una u otra forma (primero ella busca y pasa un tiempo con Victor, posteriormente se muda con su primo), y da paso al captulo cuarto, que hace las veces de coda. En la coda se hace una resolucin de los temas tratados anteriormente, y suele terminar en la tonalidad del tema A que, en caso de esta novela corresponde a la cualidad inherente de Victor Hughes y del captulo primero: la revolucin. Sofa, as, deja de ser slo un personaje, para convertirse en parte esencial de la estructura de la novela: sin Sofa no podra estructurarse la sonata. Ella se convierte, as como Hughes y Esteban, en elementos que ligan la msica con la literatura, realizando una liga metatextual y una revisin a la forma sonata desde una perspectiva posmoderna.
Conclusiones
Sin duda alguna, el inters principal de Carpentier no era reivindicar a la mujer, desde ninguna perspectiva. Se adhiri a travs de su novelstica a las expectativas tradicionales sobre la mujer y los personajes femeninos. En las tres obras estudiadas, se observa una dependencia de los personajes femeninos hacia los personajes masculinos, generalmente el protagonista. Cada uno de las cinco mujeres estudiadas cumple con funciones principalmente simblicas, al igual que la mayora de los personajes masculinos; sin embargo, sorprende que la gran innovacin que gener Carpentier en trminos histricos y estructurales no haya permeado en sus personajes, en especial los personajes femeninos. Existe, por lo general, una gran desigualdad en el desarrollo de personajes, incluso en la literatura contempornea. Alejo Carpentier, de forma inconsciente, mostr el estereotipo y las expectativas que se tienen de la mujer en la cultura latinoamericana.
Bibliografa
Campuzano, Maria Luisa, Mujeres y papeles: Ruth y Mouche en el taller del escritor, Univerisdad de la Habana/ Casa de las Amricas, Agosto 2006, 14 pp
Miampika, Landry-Wilfrid, Ficcin y mitos de origen africano en Ecu Yamba- y El Reino de este Mundo en Ehsea, N 15, Julio-Diciembre 1997. pp 309-327
San Jos, Eduardo, Las luces del siglo (fragmento), s.d. 2008