S35-05 02 - I PDF
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EL PACIENTE ANCIANO:
DEMOGRAFA, EPIDEMIOLOGA
Y UTILIZACIN DE RECURSOS
Luis Romero Rizos
Elena Martn Sebasti
Jos Luis Navarro Lpez
Carmen Luengo Mrquez
Introduccin
El fenmeno del envejecimiento de la poblacin es
un hecho de gran trascendencia social que est sus-
citando la atencin a mltiples niveles (polticos,
econmicos, sociolgicos, sanitarios y de investiga-
ciones cientficas) por las enormes consecuencias que
se estn empezando a notar y se acentuarn en los
prximos aos. Se asiste a un cambio profundo en la
estructura por edades de la poblacin que comporta
un incremento en trminos absolutos y relativos del
colectivo del grupo de personas mayores con dismi-
nucin del grupo de los de menor edad.
Con frecuencia escuchamos el problema del enve-
jecimiento de la poblacin con un matiz claramente
peyorativo, para referirse a un fenmeno de carcter
demogrfico que en buena medida es el fruto de los
xitos econmicos, sociales y sanitarios que han con-
seguido alargar la vida de las personas; parece lgico
pensar que con nuestro propio xito hemos creado un
problema, generando alarma social ante este proceso
por surgir incremento de las demandas asistenciales por
parte de los ancianos muy superior al resto de la
poblacin total.
Envejecimiento poblacional:
fenmeno mundial
En trminos estadsticos, el envejecimiento poblacio-
nal se entiende por el incremento de la proporcin de
personas mayores, as como el incremento de la edad
media de la poblacin. Es consecuencia de diversos
factores: unos directos, como la disminucin de la
mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, que
contribuyen a que cada vez existan mayor nmero de
personas de edad en nmeros absolutos, y otros indi-
rectos, como es el descenso de la natalidad, la estruc-
tura por edades o las migraciones, que tambin favo-
recen este aumento.
Es errneo pensar que el mundo actual es, en su
conjunto, viejo, ya que existen zonas del planeta (pa-
ses africanos o asiticos) en las que los ancianos ni
siquiera alcanzan 3-6% de la poblacin. El envejeci-
miento del mundo slo afecta a una pequea parte del
mismo, siendo un fenmeno de los denominados pa-
ses desarrollados, entre los que se encuentra Espaa.
La gran heterogeneidad demogrfica de la poblacin
permite analizar seis posibles escenarios de envejeci-
miento poblacional:
CAP TULO 2
Tabla 1. Poblacin de 65
y ms aos. Previsiones
nacionales Unin Europea
2000-2020
65 y ms aos
2000
n
2020
Pases Absoluto (*) % Absoluto (*) %
Total UE-15 61.388,8 16,3 79.129,1 20,6
Alemania 13.654,1 16,7 17.387,5 21,7
Austria 1.254,9 15,5 1.660,4 20,0
Blgica 1.709,8 16,7 2.051,3 19,8
Dinamarca 790,4 14,8 1.081,4 18,8
Espaa 6.589,0 16,7 7.803,0 19,8
Finlandia 765,5 14,8 1.176,4 22,2
Francia 9.413,4 16,0 12.010,3 19,6
Grecia (I) 1.819,2 17,3 2.297,0 21,3
Irlanda 423,8 11,2 655,2 14,8
Italia 10.370,5 18,0 13.714,0 23,6
Luxemburgo 62,5 14,7 86,8 17,8
Pases Bajos 2.152,4 13,6 3.219,7 18,4
Portugal (I) 1.535,2 15,3 1.897,8 18,0
Reino Unido 9.311,0 15,6 12.038,0 19,0
Suecia 1.536,9 17,3 2.050,4 22,2
(I) Escenario de base en la proyeccin de Eurostat, 2000.
Puede haber disparidades con otras fuentes.
(*) En miles.
Fuente: Eurostat: Statistiques sociales europennes. Luxem-
burgo, 2001; 174 P; Tablas 1-5, p. 130; Tablas 1-8, p. 132.
El escenario africano: extraordinaria juventud en
su poblacin, con un 45% menor de 15 aos, y
slo un 3% mayor de 65 aos. Alta natalidad y
baja esperanza de vida (52 aos).
El modelo medio-oriental: similar al anterior,
pero mejorando la esperanza de vida, lo que
aumenta el porcentaje de mayores progresiva-
mente.
El modelo latinoamericano: presentan una ace-
lerada transicin demogrfica con disminucin
de las tasas de mortalidad y natalidad, aunque
el conjunto de poblacin an es muy joven, con
slo 6-10% de mayores de 65 aos depen-
diendo del pas.
Los pases productores de petrleo: comporta-
miento demogrfico peculiar compuesto por
poblaciones poco numerosas y con grandes
recursos econmicos, estos pases no enveje-
cen debido al atractivo econmico que atrae a
poblaciones inmigrantes jvenes con gran
capacidad reproductora.
El modelo norteamericano: extensible a Canad
y Australia, con poblaciones menos envejecidas
que las europeas. La importante inmigracin,
con gran mezcla de grupos tnicos, retrasa el
fenmeno del envejecimiento.
El modelo europeo: la cada de la natalidad y el
aumento de la esperanza de vida por el des-
censo de la mortalidad constituyen la avanzadi-
lla de futuro del envejecimiento del planeta. La
poblacin de 65 aos y ms, segn previsiones
europeas 2000-2020, se muestra en la tabla 1.
Si analizamos el envejecimiento en Espaa en el
ao 1996, el 15,6% de la poblacin era mayor de 65
aos, siendo la novena poblacin ms envejecida
del mundo, y tendr el privilegio de encabezar la lista
para el ao 2050 (ONU, 1998), con las implicaciones
econmicas, sociales y sanitarias que ello conlle-
var. La evolucin de la poblacin espaola mayor
de 65 aos por grupos de edades se muestra en la
tabla 2.
34
TRATADO
deGERIATRA para residentes
Tabla 2. Evolucin de la poblacin mayor. Espaa, 1900-2050
Total Espaa
n
65 y ms
n
75 y ms
n
80 y ms
Aos* Absoluto Absoluto % Absoluto % Absoluto %
1900 18.618.086 967.754 5,2 264.023 1,4 115.365 0,6
1910 19.995.686 1.105.569 5,5 292.062 1,5 132.615 0,7
1920 21.389.842 1.216.693 5,7 329.196 1,5 143.014 0,7
1930 23.677.794 1.440.739 6,1 411.330 1,7 177.113 0,7
1940 25.877.971 1.690.388 6,5 512.902 2,0 222.498 0,9
1950 27.976.755 2.022.523 7,2 629.186 2,2 272.478 1,0
1960 30.528.539 2.505.165 8,2 815.433 2,7 368.975 1,2
1970 34.040.657 3.290.673 9,7 1.109.128 3,3 523.656 1,5
1981 37.683.363 4.236.724 11,2 1.577.311 4,2 725.131 1,9
1991 38.872.268 5.370.252 13,8 2.200.571 5,7 1.147.868 3,0
2000 40.499.790 6.842.143 16,9 2.933.184 7,2 1.545.994 3,8
2010 42.359.314 7.577.036 17,9 3.867.933 9,1 2.205.449 5,2
2020 43.378.337 8.622.336 19,9 4.140.298 9,5 2.471.835 5,7
2030 43.369.945 10.406.389 24,0 4.795.891 11,1 2.820.780 6,5
2040 42.744.320 12.443.311 29,1 5.915.505 13,8 3.389.895 7,9
2050 41.199.961 12.819.889 31,1 6.996.060 17,0 4.141.449 10,1
* De 1900 a 2000 los datos son reales; de 2010 a 2050, se trata de proyecciones; desde 1970, la poblacin es de derecho.
Fuente: INE: Anuario Estadstico, varios aos.
INE: Censos de Poblacin.
INE: INEBASE: Revisin del Padrn municipal de habitantes a 1 de enero de 2000. INE, 2002.
INE: INEBASE: Proyecciones de la poblacin de Espaa calculados a partir del Censo Poblacin a 31 de diciembre de 1991,
INE, 2002.
Confederacin Cajas de Ahorro: Estadsticas bsicas de Espaa.
Componentes del envejecimiento
A continuacin se analizan, de forma individual, los
componentes del envejecimiento:
Natalidad
El primero y ms importante de los elementos
demogrficos que participan en el proceso del enveje-
cimiento es la disminucin de la fecundidad al suponer
un descenso de los nacimientos que produce sucesi-
vas mermas de los grupos de jvenes, con aumento
progresivo de los ms mayores. Este fenmeno suce-
de principalmente en los pases con mayor nivel de
renta y del nivel cultural. Existen dos indicadores que
miden la natalidad:
Tasa bruta de natalidad (relaciona nmero de
nacidos con la poblacin total, expresado en
tantos por mil).
Tasa general de fecundidad (que mide el nme-
ro medio de hijos que espera tener una mujer a
lo largo de su vida frtil).
A principios de siglo la tasa bruta de natalidad era
del 34 por mil, siendo en la actualidad en torno al 9 por
mil; en trminos de fecundidad, antes del ao 1936
una mujer esperaba tener una media de 4 hijos, sien-
do en este momento de 1,303, con ligero repunte en
los ltimos aos, esperando que alcance 1,6 para el
ao 2026. En la Unin Europea, Espaa es el pas
actualmente con ms baja tasa de natalidad (tabla 3).
Mortalidad
La disminucin de las tasas especficas de mortali-
dad, con el consiguiente aumento de la probabilidad
de supervivencia y esperanza de vida en todas las
edades, es el otro gran elemento que influye en el
envejecimiento poblacional. El ndice de mortalidad ha
disminuido desde un 28 por mil al inicio del siglo hasta
un 9,16 por mil en el ao 2004 para el conjunto nacio-
nal (del 45,1 por mil entre las personas mayores)
(tabla 3). Esta tasa ha ido decreciendo hasta los aos
ochenta del pasado siglo tendiendo desde entonces a
aumentar cada ao, algunos lo han atribuido a la apa-
ricin de nuevas enfermedades, pero la causa est
ligada fundamentalmente al fuerte envejecimiento de
la poblacin y a la incidencia del mismo sobre la mor-
talidad general. Se analizan por separado:
Mortalidad por edad
La probabilidad de morir no es la misma a lo largo
de la vida, es ms alta en el primer mes y ao de
vida, cayendo posteriormente y presentando un lige-
ro repunte en jvenes y varones (accidentes de trfi-
co...); en el caso de las personas mayores existe una
relacin lineal entre edad y mortalidad (13 por mil a
los 65 aos, 20 por mil a los 70, 33 por mil a los 75,
60 por mil a los 80, 105 por mil a los 85, y cerca del
200 por mil a los 90). Es posible que todava no se
hayan alcanzado los topes mnimos de mortalidad,
por lo que es de esperar que contine disminuyendo.
Mortalidad por sexo
El exceso de natalidad masculina se equilibra con
una mayor mortalidad en los primeros meses y aos
de vida; aunque en el primer tercio de la vida la pobla-
cin est ligeramente masculinizada, a partir de los 32
35
Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
Tabla 3. Evolucin natalidad
y mortalidad ()
Ao T. B. natalidad T. B. mortalidad
1901 35 27,8
1930 28,2 16,8
1940 23,1 12,2
1960 21,6 8,6
1980 15,2 7,7
1990 10,3 8,5
1995 9,3 8,7
1997 9,2 8,9
2004 10,50 9,16
Tabla 4. Mortalidad por edades. INE,
1998 ()
Aos Global Varones Mujeres
0 5,83 6,44 5,23
10 0,15 0,16 0,14
20 0,61 0,94 0,27
35 1,62 2,43 0,81
50 3,58 5,08 2,11
65 12,86 18,67 7,72
70 20,08 28,90 12,85
75 33,28 45,80 24,50
80 59,85 77,85 49,18
85 106,48 126,93 95,92
90 179,20 198,64 170,77
100 600,03 602,85 599,33
T. B.: Tasa bruta INE: Instituto Nacional de Estadstica
aos se invierte el proceso hasta duplicar las mujeres
a los hombres a los 80 aos (estando en el origen de
descompensacin progresiva de forma casi exclusiva
la mortalidad). La tabla 4 muestra la mortalidad dife-
rencial segn edad y sexo.
Mortalidad por causa
Segn los ltimos datos de INE, en 1999 fallecieron
en Espaa 371.102 personas, de las cuales 304.079,
es decir, el 81,9%, eran mayores de 65 aos; de stos,
174.332 eran octogenarios, por lo tanto casi la mitad de
los fallecidos ese ao eran mayores de 80 aos, desta-
cable tambin que el nmero de centenarios fue de
1.700, superando a las defunciones de menores de un
ao (1.565). Desglosando la mortalidad por causas
sobresalen las enfermedades del aparato circulatorio,
que incluyen la enfermedad cerebrovascular y cardio-
patas en general, siguindoles en frecuencia los tumo-
res, suponiendo entre las dos 640 por mil de todas las
causas. De los tumores en los varones destaca en los
jvenes el de pulmn para aumentar la relevancia en
edades ms avanzadas el de prstata; en las mujeres
destacan la muerte por el de mama, aunque los
diagnsticos precoces retrasan la mortalidad. Le siguen
en importancia las de origen respiratorio, observndose
un aumento de la incidencia de las enfermedades men-
tales. La mortalidad por enfermedades cardiocirculato-
rias se retrasa hacia edades superiores y ocasiona la
aparicin de enfermedades degenerativas incapacitan-
tes de tipo osteomuscular y nervioso con enorme reper-
cusin en la calidad de vida de los ltimos aos. El
retraso en el patrn de edad y tipo de enfermedad que
lleva a la muerte en edades avanzadas hace pensar en
potenciales cuidadores envejecidos con demandas
estresantes que obligan a aportar nuevas soluciones. A
destacar el crecimiento exponencial de demencias
como patologa generadora de cuidados de larga dura-
cin y lo que esto supone. Aunque la cifra de afectados
por enfermedades del aparato circulatorio supera en
siete veces a los afectados por enfermedades menta-
les/nerviosas en ancianos, sin embargo, estamos
hablando de incrementos de stas superiores a 2.500%
en los ltimos 16 aos para las mujeres de 75 y ms
aos, y 2.000% para los varones de 85 y ms.
De especial inters es la clarificacin de la termino-
loga ampliamente utilizada en la bibliografa interna-
cional a la hora de consultar datos sobre longevidad,
refirindose a trminos de medidas de duracin de la
vida, que utilizando conceptos tericos provenientes
de la biologa y de la estadstica los aplica a concep-
tos matemticos-descriptivos:
Mxima duracin de la vida: es el nmero poten-
cial de aos de vida en ausencia de factores de
riesgo externo. Incide directamente sobre la
carga gentica individual o de especie. Para cada
especie, su clculo se basa en una estimacin
estadstica que se realiza hallando la media de
edad de los individuos pertenecientes al ltimo
percentil de la curva de supervivencia de las
sucesivas cohortes examinadas. En el hombre se
sita en un rango entre 100 y 130 aos.
Mxima duracin de la vida verificada: en la
especie humana lo representa la francesa Jean-
ne Calment, fallecida en 1997 a los 122,5 aos.
En el ao 2003 se public el fallecimiento de
una anciana brasilea a los 124,5 aos.
Expectativa de vida: es sinnimo de esperanza
de vida y traduce el promedio de aos que
puede vivir un individuo de una poblacin naci-
do en la misma fecha a partir de su nacimiento
o de una edad determinada. Es un concepto
longitudinal. Su estimacin se calcula de forma
transversal aplicando las tasas de mortalidad
especficas por edad en cada momento consi-
derado. Incluida en esta definicin, y ms
importante para el anciano, es la denominada
expectativa de vida activa que estipula el pro-
medio de aos a vivir libre de incapacidad a
partir de una edad determinada. Existen estu-
dios que indican que dos tercios de lo que
esperan vivir los mayores de 65 aos lo harn
en buenas condiciones, sin estar sometidos a
limitaciones; con alta probabilidad de que el ter-
cio restante presente algn tipo de discapaci-
dad, sobre todo a mayor edad, y esto afecta
principalmente a las mujeres que tienen mayor
expectativa de vida (figura 1). Por lo tanto, un
aumento en la expectativa de vida incluye aos
activos y aos dependientes, siendo un debate
importante en gerontologa si el aumento de la
esperanza de vida lleva un aumento de los aos
de independencia, popularizndose el concep-
to de compresin de la morbilidad. La prolon-
gacin de la esperanza de vida activa es, sin
duda, el gran reto de la medicina geritrica.
Como consecuencia de la disminucin drstica de
la mortalidad se ha producido una mejora sustancial
de la esperanza de vida, tanto al nacer como en el
resto de los grupos de edad. El principio de siglo era
de 35 aos, siendo en el momento actual de 78,71
aos (INE 98), y se espera que aumente en dos o tres
aos hacia el ao 2020. En este aspecto existen dife-
rencias en funcin del sexo, siendo de 74,7 aos en el
varn y de 81,9 aos en la mujer (informe 2002 del
observatorio de personas mayores, cifras slo supera-
das por Francia por las mujeres y por Grecia, Italia y
Suecia en el caso de los varones). En cuanto a la
esperanza de vida a partir de una edad es (INE 1999,
siendo los ltimos datos estimados sobre 1994):
A los 65 aos: 16,01 en varones y 19,81 en mu-
jeres.
36
TRATADO
deGERIATRA para residentes
A los 75 aos: 9,62 en varones y 11,78 en mu-
jeres.
A los 85 aos: 5,01 en varones y 5,74 en mu-
jeres.
A los 95 aos: 2,01 en varones y 2,06 en mu-
jeres.
Una de las consecuencias del envejecimiento sobre
la estructura por edades es su repercusin sobre las
tasas de dependencia desde el punto de vista econ-
mico-social (se considera poblacin dependiente a los
menores de 15 aos y mayores de 65 aos):
Tasa de dependencia: menores 15 aos + ma-
yores de 65 aos/poblacin entre 15-64 aos.
En el momento actual, por cada 100 personas en
edad laboral, 55 estn fuera del mercado laboral. Se
estima que la proporcin disminuir ligeramente hasta
el ao 2016 para iniciar, a partir de este momento, un
incremento. Hasta final del siglo pasado, la tasa de
dependencia estaba muy influenciada por el grupo de
nios y jvenes, siendo en un futuro el grupo de los
mayores los que capitalicen una parte importante de
este grupo (ser en el ao 2026 de un 63%), aunque
en la poblacin dependiente en un futuro probable-
mente se incorporen los jvenes de hasta 25 aos,
como consecuencia de la prolongacin de la etapa
formativa de stos.
Distribucin geogrfica
del envejecimiento en Espaa
En el ao 2000, en Espaa, haba 6.842.143 per-
sonas mayores de 65 aos; es decir, el 16,9% de la
poblacin, lo que quiere decir que la cifra de mayores
ha aumentado 7 veces en el siglo XX por slo 2 la de
la poblacin total, y la de los octogenarios se ha mul-
tiplicado por 13. El crecimiento medio anual de la pobla-
cin anciana ha sido siempre superior al de la pobla-
37
Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
Figura 1. Esperanza de vida activa y dependiente, poblacin gerontolgica de
Massachusetts, 1974
Mujer, +85
Varn, +85
Mujer, 80-84
Varn, 80-84
Mujer, 75-79
Varn, 75-79
Mujer, 70-74
Varn, 70-74
Mujer, 65-69
Varn, 65-69
20
Aos
10 0
Aos activos Aos dependientes
Fuente: tomado de Katz et al., 1983.
cin en general (figura 2). Si en el siglo XX se ha vivido
una revolucin de la longevidad, los octogenarios es el
descubrimiento del ltimo cuarto de siglo, con la apa-
ricin de un colectivo de ancianos con gran vulnerabi-
lidad fsica y social, precisando necesidades sociosa-
nitarias nuevas para la sociedad.
El envejecimiento en Espaa se caracteriza por su
enorme heterogeneidad, derivada no slo de factores
culturales, sino bsicamente por factores de ndole
social, tales como las migraciones y la composicin rural
o urbana de las poblaciones. Se distinguen tres modelos:
1. El primero afectara a las comunidades de Cas-
tilla y Len, Aragn, Asturias, Castilla-La Man-
cha, La Rioja y Galicia, con predominio de la
poblacin rural, afectadas fuertemente por la
emigracin y siendo la agricultura el sector
dominante de su actividad. El porcentaje de
envejecimiento se sita entre el 18 y 20%, con
una tasa de fecundidad de 1,19 hijos por mujer
en el caso de Castilla-La Mancha.
2. El segundo modelo afecta a Cantabria, Navarra,
Extremadura, Catalua, Pas Vasco, Valencia y
Baleares, con porcentajes de envejecimiento
entre el 15 y 17%.
3. Un tercer modelo propio de Madrid, Murcia,
Andaluca, Canarias, Ceuta y Melilla. Estas dos
ltimas y Madrid se corresponden con estructu-
ras demogrficas muy urbanas, y en las otras se
compensan las notas de agrarismo y migracio-
nes rurales con una fecundidad un 20% superior
a la media nacional. Porcentaje de envejecimien-
to del 14%.
En un futuro se van acentuar los procesos de enve-
jecimiento en el Pas Vasco, Madrid y Catalua
(notarn los efectos de la emigracin de los aos
sesenta y setenta con la llegada a la jubilacin) y se
ralentizarn en otras como La Rioja, Castilla-La Man-
cha y, en general, la Espaa del sur, Andaluca y Extre-
madura. El anlisis de los nmeros absolutos nos lleva
a un panorama diferente: Catalua, seguida de Anda-
luca, es la comunidad autnoma con mayor nmero
de personas mayores, con ms de 900.000 habitan-
tes en este grupo de edad; les siguen Madrid y Valen-
cia, con ms de 650.000 mayores de 65 aos
(tabla 5).
La estructura por edades de la poblacin espaola
inici hace 25 aos el abandono de la forma piramidal,
producindose paulatinamente una inversin y una
figura ms parecida a un pilar. La pirmide espaola
de 2000 seala bsicamente la consecuencia final de
una transicin demogrfica completada. Las genera-
ciones de menor tamao ya han dejado huella en eda-
des escolares y universitarias y estn empezando a
dejarlas en el mercado laboral, que vivir un alivio a la
presin ejercida en los ltimos aos por cohortes abul-
tadas que entraban en el mercado laboral. Si las tasas
38
TRATADO
deGERIATRA para residentes
Figura 2. Crecimiento medio anual de la poblacin mayor, 1900-2050
Poblacin total Poblacin de 65 y ms aos
-1
0
1
2
3
4
P
o
r
c
e
n
t
a
j
e
1960-1991
0,9
3,7
1930-1960
1
2,5
1900-1930
0,9
1,6
2020-2050
0,2
1,7
1991-2020
0,4
2
Fuente: INE: Censos de poblacin; Proyecciones de la poblacin espaola, 2001, versin electrnica.
de fecundidad se mantienen bajas, la pirmide se
invertir, ser ms ancha en grupos altos previa a con-
vertirse en un pilar con grupos de tamao regular, gra-
cias a la mortalidad que erosiona el tamao de las
cohortes (figura 3).
En general suele existir correlacin entre los porcen-
tajes de envejecimiento y los de fecundidad, aunque no
de forma estricta; as, las provincias ms envejecidas
suelen tener ndices de fecundidad bastante bajos. El
saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) ha
venido descendiendo en los ltimos decenios y lleva
camino de ser negativo en los prximos aos, aunque
los nacimientos parecen recuperarse en los ltimos
aos, de cualquier modo, segn el INE, Espaa empe-
zara a perder poblacin en 2010, pero los aportes
migratorios hacen retrasar esta fecha hacia 2026.
Desde hace aos, por el confort climtico, los valo-
res paisajsticos y los precios atrajeron a muchos jubi-
lados europeos a las costas mediterrneas y canarias,
sin poder calcular con facilidad su nmero al no estar
la mayora censados. El desconocimiento de sus efec-
tivos, su estado de salud y necesidades crea serios
problemas de planificacin de asistencia, necesitando
con frecuencia asistencia sanitaria espaola que oca-
siona desequilibrios.
Es importante mencionar algunas variables socio-
demogrficas de inters, como:
Feminizacin de la vejez.
Estado civil: de forma global estn casados el
57,45% de los ancianos (76,5% de los varones
y 43,2% de las mujeres), estn viudos el 33,5%
(16,1% de los varones y 46,2% de las mujeres)
39
Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
Tabla 5. Rango ordenado de la poblacin de 65 y ms aos,
por Comunidades Autnomas, 1981-2000
Poblacin de 65 y ms aos Poblacin de 65 y ms aos Porcentajes
(miles)
n
(porcentajes)
n
de cambio
1981 2000 1981 2000 1981-2000
Espaa 4.236,7 Espaa 6.842,1 Aragn 14,2 Cast. y Len 22,3 Pas Vasco 87,5
Catalua 658,3 Catalua 1.085,7 Cast. y Len 14,1 Aragn 21,5 Asturias 67,7
Andaluca 652,3 Andaluca 1.045,9 Cast.-Mancha 13,9 Asturias 21,4 Madrid 60,1
Madrid 434,5 Madrid 772,7 Galicia 13,4 Galicia 20,3 Cast. y Len 58,7
C. Valenciana 408,3 C. Valenciana 682,8 Extremadura 13,4 Cast.-Mancha 19,6 Cantabria 57,2
Galicia 377,9 Galicia 555,1 Rioja (La) 12,8 Rioja (La) 19,5 Catalua 56,9
Cast. y Len 363,0 Cast. y Len 552,8 Asturias 12,8 Cantabria 19,0 Rioja (La) 52,3
Cast.-Mancha 229,5 Pas Vasco 361,6 Baleares 12,7 Extremadura 18,8 Murcia 51,9
Pas Vasco 196,9 Cast.-Mancha 339,9 Cantabria 12,1 Navarra 18,2 Aragn 51,8
Aragn 169,8 Aragn 256,1 Navarra 12,0 Catalua 17,3 Navarra 51,6
Asturias 144,1 Asturias 230,7 Espaa 11,2 Pas Vasco 17,2 Galicia 51,2
Extremadura 142,9 Extremadura 201,1 C. Valenciana 11,2 Espaa 16,9 Espaa 50,3
Canarias 112,2 Canarias 199,9 Catalua 11,1 C. Valenciana 16,6 C. Valenciana 48,0
Murcia 97,6 Murcia 166,3 Murcia 10,2 Madrid 14,8 Canarias 42,0
Baleares 83,4 Baleares 125,1 Andaluca 10,1 Baleares 14,8 Cast.-Mancha 40,8
Cantabria 62,2 Cantabria 101,2 Madrid 9,3 Murcia 14,5 Andaluca 40,7
Navarra 61,1 Navarra 99,0 Pas Vasco 9,2 Andaluca 14,2 Extremadura 39,9
Rioja (La) 32,6 Rioja (La) 51,6 Ceuta y Melilla 8,3 Canarias 11,6 Ceuta y Melilla 26,1
Ceuta y Melilla 9,8 Ceuta y Melilla 14,8 Canarias 8,2 Ceuta y Melilla 10,4 Baleares 16,4
Fuente: INE, Censo de poblacin de 1991, Tomo 1, Volumen 1, Resultados nacionales. Caractersticas de la poblacin, Madrid, 1985,
297 pp., p. 226.
INE: INEBASE: Renovacin del Padrn municipal de habitantes a 1 de enero de 2000. Resultados nacionales y por Comuni-
dades Autnomas. INE, 2002.
40
TRATADO
deGERIATRA para residentes
Figura 3. Poblacin segn sexo y edad, 2000, 2020, 2040
100 y +
95
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
0
Varones 2000 Mujeres
400.000 300.000 200.000 100.000 0 100.000 200.000 300.000 400.000
Varones 2020 Mujeres
400.000 300.000 200.000 100.000 0 100.000 200.000 300.000 400.000
Varones 2040 Mujeres
400.000 300.000 200.000 100.000 0 100.000 200.000 300.000 500.000 400.000
100 y +
95
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
0
100 y +
95
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
0
Fuente: INE: INEBASE: Padrn municipal 2000; proyecciones de poblacin a 2050.
y solteros el 7,9% (6,2% de los varones y 9,2% de las
mujeres).
Modalidades de convivencia: en los aos seten-
ta, un 69% de los mayores de 65 aos vivan
con sus hijos u otros familiares, mientras que al
final del siglo pasado (situacin similar a la
actual) en torno al 25% vivan con hijos emanci-
pados u otros familiares. Respecto a los que
viven solos (ni hijos ni cnyuge) el nmero abso-
luto se sita en torno al milln (14%, siendo el
7% de los varones y el 19% de las mujeres); en
la mayor parte de los casos son mujeres, cre-
ciendo el porcentaje hasta los 80 aos, dismi-
nuyendo a partir de este momento para incre-
mentarse la proporcin de aquellos que pasan
a vivir en una institucin (actualmente en torno
al 3%). El nmero de personas que viven solas
es uno de los predictores de incremento de la
demanda de recursos sociales (actualmente
este ndice en Espaa es de los ms bajos de la
Europa occidental).
Nivel de estudios: un 88,6% de los mayores de
65 aos no tiene estudios o slo dispone de
estudios primarios, con un porcentaje de estu-
dios superiores del 2,9%.
Condiciones de vivienda: dos tercios viven en
viviendas de su propiedad, un 13% en rgimen
de alquiler. Destaca su antigedad, ms en el
medio rural: slo un 28% de las viviendas tienen
menos de 25 aos, y aunque van mejorando
sus equipamientos an dejan bastante que
desear [hasta un 66% sin calefaccin, 18% sin
telfono, 10,7% sin bao completo y casi un
40% sin ascensor (INSERSO 95)].
A lo largo del siglo pasado se han producido cam-
bios significativos en el perfil psicolgico de las perso-
nas mayores:
a) Retardo en la prdida de autonoma o de la
capacidad funcional, por lo que el binomio jubi-
lado-anciano es ahora inapropiado y se hace
necesario redefinir los roles sociales de este
grupo poblacional. Se producen crecimientos de
fragilidad y dependencia en edades muy avan-
zadas, por lo que se hace necesario revisar cu-
les son las necesidades de proteccin social,
mxime si tenemos en cuenta la disminucin,
sobre todo futura, de la red de apoyo informal
(tradicionalmente realizado por mujeres).
b) Universalizacin de la Sanidad y de Seguridad
Social que aporta independencia econmica a la
persona de edad.
c) Tendencia hacia modelos de vida independiente
entre las personas mayores.
Transicin demogrfica y epidemiolgica
El origen del envejecimiento en Europa habra que
comenzar a situarlo a partir de la revolucin francesa,
a finales del siglo XVIII, donde se promueven los princi-
pios de libertad, equidad y fraternidad, que son el
asiento de un nuevo orden social cuya expresin con-
duce a la revolucin industrial, al xodo rural y al naci-
miento y desarrollo del proletariado en el siglo XIX. La
consecucin progresiva de logros sociales en cuanto a
mejora de nutricin, condiciones de habitabilidad de
las viviendas, medidas de higiene y salud pblica; as
como la implantacin en el ecuador del siglo XX de los
sistemas de proteccin y seguridad social, y la mejora
de la investigacin biomdica (inmunoprofilaxis y anti-
bioterapia), sern los responsables del fenmeno del
envejecimiento poblacional.
Transicin demogrfica
Los elementos bsicos de esta teora de la transi-
cin demogrfica, excluyendo las migraciones, son la
baja natalidad y mortalidad con una cada vez menor
diferencia entre ellas. Segn esta teora, la evolucin de
ambas variables demogrficas, fecundidad y mortali-
dad, se explica por los cambios econmicos, sociales
y sanitarios; es decir, por el desarrollo. Adems, se pue-
den diferenciar distintos estadios de esta transicin:
1. Etapa pretransicional tpica de sociedades
preindustriales con un equilibrio entre mortali-
dad y fecundidad, en el que la mortalidad tiene
un comportamiento errtico influenciado por
guerras, hambrunas y epidemias, y la fecundi-
dad es elevada.
2. El segundo estadio rompe esta simetra entre
ambas variables, con un mayor control de la
mortalidad y una fecundidad continua y slida
con un crecimiento rpido y sostenido de la
poblacin.
3. En la tercera fase se recupera el equilibrio al
descender los niveles de fecundidad.
Segn esta teora, se pone de manifiesto que en el
segundo estadio se produce un rpido crecimiento
poblacional con un importante rejuvenecimiento de las
estructuras por edades y el descenso de la mortali-
dad, en especial la infantil, aumenta la proporcin de
jvenes en el conjunto de la poblacin. Esta teora, en
su tercer estadio, observa una estructura por edades
envejecida que con el descenso de la fecundidad,
junto a la baja mortalidad, conlleva un aumento de la
poblacin anciana.
El carcter predecible de estos fenmenos
demogrficos puso en alarma a estados modernos
empeados en corregirlas mediante polticas oficial-
mente natalistas que retrasaran el envejecimiento
demogrfico. El gran desarrollo econmico de los
41
Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
aos sesenta facilit el fenmeno baby boom, que de
nuevo pareca alejar ese problema ms terico que
real. El rpido crecimiento econmico y la elevada
fecundidad parecan confirmar un estancamiento
demogrfico. La crisis econmica de los setenta con
los problemas econmicos derivados del paro, des-
cendi la natalidad, hacindose real el fenmeno del
envejecimiento tanto tiempo esperado.
En Espaa, el fenmeno de transicin demogrfica
se demora y comienza en el ao 1900. Est ligera-
mente modulada por la epidemia de gripe que asol el
continente en 1918, por la Guerra Civil de 1936 y por
la posterior emigracin. El fenmeno baby-boom, que
afect a muchos pases europeos, adems de Esta-
dos Unidos, Canad y Australia, que sucedi tras la
Segunda Guerra Mundial, lleg a Espaa con 10 aos
de retraso. En Espaa, entre 1955 y 1977, nacieron
casi 14 millones de nios, que actualmente represen-
tan un tercio de toda la poblacin espaola. El des-
censo de la mortalidad infantil dio mayor abultamiento
a unas generaciones ya aumentadas por la mayor
fecundidad existente entonces; a esto se une la mor-
talidad descendente del resto de las edades y en
especial de las comprendidas entre 70 y 80. La tasa
de fecundidad ha descendido tras los aos del baby
boom a niveles de 1,2 hijos por mujer (1999), una de
las ms bajas del mundo, por lo que el peso demogr-
fico de los mayores se incrementa sin parar.
Transicin epidemiolgica
La mayor longevidad de una poblacin es causa y
consecuencia de los cambios en los patrones de la
enfermedad. La enfermedad infecciosa, la ms preva-
lente de forma tradicional en la historia de la humani-
dad, de origen exgeno, transmisible y de curso
agudo, es reemplazada por la enfermedad edad-
dependiente, de origen endgeno, no transmisible, de
curso crnico y frecuentemente incapacitante. Este
cambio debe condicionar un giro radical del panorama
mdico-asistencial en la poblacin donde se produce.
Las personas mayores presentan problemas de
salud diferente de las de los jvenes. La morbilidad en
los ancianos puede clasificarse en tres categoras:
Morbilidad asociada a procesos crnicos fre-
cuentemente mortales: derivados de problemas
de arterioesclerosis, cncer o enfermedad pul-
monar obstructiva crnica. Pueden ser tratados
o prevenidos con xito y prolongar la vida del
sujeto.
Morbilidad asociada a enfermedades raramente
mortales: ejemplo de stas seran la artrosis,
hernias, estreimiento, depresin. Si en un futu-
ro se logra posponer la morbilidad debida al
grupo anterior, ser el grupo que contabilizar la
mayor parte de la morbilidad. Su prevencin no
prolonga la vida del sujeto, por lo que supone
una reduccin neta de la morbilidad.
Morbilidad asociada a la senescencia: proble-
mas derivados de la prdida de homeostasis y
a la dependencia. Algunos de ellos son osteo-
porosis, dficit visual y auditivo, prdida de
memoria, incontinecia... Su prevencin no
aumenta la supervivencia, pero s aumenta el
periodo libre de morbilidad. Al aumentar la
esperanza de vida, la morbilidad por estos pro-
cesos subir de forma importante.
Todas estas circunstancias conocidas hacen nece-
saria la implantacin de programas de promocin de
la salud y medicina preventiva. El control de los proce-
sos crnicos graves de alta mortalidad llevar a un
crecimiento de las patologas degenerativas de la
senescencia. Esto implica que la edad media de inicio
de la morbilidad aumentar en un nmero de aos
mayor que lo hace la esperanza de vida, con lo que se
producir de forma terica un aumento en el nmero
de aos libres de enfermedad de incapacidad, llegan-
do a la realidad del concepto expresado por Fries de
compresin de la morbilidad en los tramos finales de
la vida. A este idlico terico marco se deben dirigir las
investigaciones en envejecimiento, y mientras se
alcanza asistimos con cierta impotencia a la expan-
sin de la morbilidad, ganando aos de longevidad a
expensas de enfermedades crnicas y, lo que es peor,
incapacitantes.
A finales del siglo pasado, el Global Burden of
Disease Study intenta mostrar cmo se encuentra el
fenmeno de la transicin epidemiolgica en las dife-
rentes regiones del mundo. Junto a ello se crea un
nuevo ndice, el DALY (Disability Adjusted Life Years)
que integra mortalidad y discapacidad (se define
como la suma de aos de vida perdidos por muerte
prematura y aos vividos con discapacidad). Los
hallazgos ms notables del Global Burden of Disease
Study son:
En el mundo la principal causa de muerte es la
enfermedad crnica (55,6%), seguido de enfer-
medad aguda (34,4%) y de los accidentes
(10%). En los pases desarrollados estas pro-
porciones son del 87,3%, 6,4% y 6,3%, res-
pectivamente.
Por grupos especficos de mortalidad, las ms
importantes sern: cardiovascular 28%, pro-
cesos infeccioso-parasitarios 18,4% y tumoral
12%.
En los pases de economa de mercado, estas
proporciones en mortalidad sern: cardiovascu-
lares 44,5%, tumoral 24,5%, y origen respirato-
rio 5%.
Los pases con mayor tasa de mortalidad son
los que presentan la mayor prevalencia de dis-
capacidad. La proporcin de vida con discapa-
42
TRATADO
deGERIATRA para residentes
cidad aumenta con el incremento de la expectativa de
vida. En los pases desarrollados, la discapacidad
esperada deriva en un 85% de enfermedad crnica.
En los pases de economa de mercado se
espera que en el ao 2020 la carga de enfer-
medad estar representada por los trastornos
cardiovasculares, neuropsiquitricos y tumo-
rales.
Con respecto a la prevalencia de enfermedades y
segn datos del estudio ECEHA 1996, son: hiperten-
sin arterial 70,9% (mayor en mujer), patologa os-
teoarticular 43,6% (48,3% en mayores de 80 aos y
mayor en mujeres), hipercolesterolemia 26% (21,4%
en mayores de 80 aos y mayor en mujeres), diabetes
mellitus 16%, patologa respiratoria 12,8%, insuficien-
cia cardiaca 11,3% (16,7% en mayores de 80 aos y
mayor en mujeres), arteriopata perifrica 10,9%
(13,5% en mayores de 80 aos y mayor en mujer),
cardiopata isqumica 8,4%, ACVA 6,9% (8,4% en
mayores de 80 aos y mayor en mujeres), patologa
oncolgica 3% (mayor en 80 aos). En cuanto a la
prevalencia de sndromes geritricos, los datos son
difciles de obtener y sern referidos en cada uno de
los captulos, por lo que no se citan en este tema.
La OMS distingue entre daos, discapacidades y
limitaciones. Una enfermedad puede deteriorar el fun-
cionamiento de un rgano hacindolo insuficiente;
esta insuficiencia puede condicionar o no la disminu-
cin de la capacidad para realizar tareas de autocui-
dado o tareas sociales que condicionaran una disca-
pacidad (si precisa ayuda o supervisin) o una
minusvala (si es incapaz de realizarla).
Respecto a discapacidad: en el medio comunitario
un 10% de los mayores de 65 aos tiene dificultad para
moverse sin ayuda, precisando ayudas tcnicas o per-
sonal para caminar (al menos un 1% est totalmente
inmovilizado, precisndose en el estudio CIS-IMSERSO
98 que un 19,2% precisan bastn, un 1,7% andador y
un 2,7% silla de ruedas). En el medio residencial hasta
un 50% tiene problemas de movilidad, con un 30% de
inmovilidad completa. En cuanto a dificultad para reali-
zar actividades bsicas de la vida diaria (ABVD), tiene
limitaciones mximas en un 6%, limitaciones modera-
das 10-11% y un 35% precisa ligeras ayudas para rea-
lizarlas. Para las actividades instrumentales de la vida
diaria (AIVD), un 15% de los mayores de 65 aos preci-
san ayuda, que ser del 35% en los grupos mayores de
80 aos (desde un 20% para las ms simples, como el
uso del telfono, y del 45% para las ms complejas
como realizar gestiones y papeleos). Los ndices an
sern superiores en los mayores de 85 aos.
Utilizacin de recursos: nuevas necesidades
Todos los datos ampliamente expuestos en los
apartados anteriores fcilmente conducen a conclu-
siones del tipo:
1. La duracin de la vida est alterando el equili-
brio entre los aos vividos por un individuo con
ganancias econmicas netas, y el perodo en
que solamente consume alargado por el mayor
nmero de aos vividos, donde se intensifican
los gastos para cubrir las necesidades asisten-
ciales nuevas e intensas.
2. La mayor longevidad tendr consecuencias
sobre los tipos de enfermedades y los gastos
derivados de ella, as como de las dependen-
cias que muchas de ellas generarn.
3. La longevidad conseguida obliga a reconsiderar
los perodos de la vida, y ver que la vejez es
ahora importante estadsticamente hablando,
pues a una persona de 65 aos an le queda
un 22% de su vida por vivir, y cada vez es ms
importante cmo van a vivirse, tanto desde el
punto de vista social como de salud.
Por otra parte, la ONU, en un informe emitido ya en
1978, enumera las consecuencias del envejecimiento
demogrfico:
Mayor costo de la dependencia de los ancianos
que de los nios.
Descenso del nivel de vida de los pases alta-
mente industrializados por el aumento de la
relacin de dependencia.
Descenso de la eficiencia de la poblacin ocu-
pada.
Efectos de la necesidad de disponer de protec-
cin y servicios para la tercera edad, con
aumento del gasto pblico. La familia que sirve
para el cuidado de los nios dependientes no
garantiza el de los ancianos, por lo que el Esta-
do deber asumirlo mediante recursos adecua-
dos, con posibles crisis del sistema.
Aumento de las necesidades de atencin sani-
taria y de los costes de los sistemas sanitarios
pblicos.
Aumento de los estudios sobre necesidades
especficas de los ancianos: vivienda, servicios,
ocio, salud...
A continuacin se exponen brevemente las necesi-
dades de recursos, tanto sanitarios como sociales de
este grupo poblacional en aumento en los pases
desarrollados.
Necesidad de recursos sanitarios
Si nos centramos en los aspectos de salud, como
sanitarios que somos, hemos de reclamar de forma
43
Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
constante una reforma en el modelo de atencin al
anciano enfermo, exigiendo un moderno sistema de
atencin sanitaria al anciano que garantice la bs-
queda activa de la enfermedad, reconociendo sus dis-
tintas y especficas manifestaciones atpicas, y que
permita anticiparse a sus consecuencias sobre todo
funcionales y discapacitantes. La geriatrizacin de la
medicina es una consecuencia inevitable del incre-
mento absoluto en nmeros de la poblacin mayor de
65 aos; esta situacin es indiscutible y progresiva e
implica la necesidad de plantearse polticas asisten-
ciales encaminadas a satisfacer sus necesidades.
Las personas mayores de 65 aos suponan en el
ao 2000 alrededor del 35% de las altas hospitalarias,
y el 49% de las estancias en los hospitales espaoles,
pese a ser slo el 17,1% del total de la poblacin. Se
conoce que las tasas de ingresos se duplican para la
poblacin mayor de 65 aos, triplicndose en los
mayores de 80 aos. ste es un fenmeno que no
slo ocurre en Espaa, sino en el resto de los pases
de nuestro entorno con idnticas caractersticas
demogrficas.
Los ancianos ingresan con mayor frecuencia en los
hospitales, pero en general lo hacen de forma ms
indicada que en la poblacin general, siendo sus
ingresos ms justificados y con peores resultados que
en los jvenes por su mayor vulnerabilidad, la existen-
cia de comorbilidades, el mayor nmero de complica-
ciones intrahospitalarias y alto porcentaje de yatroge-
nia. En general, el tipo de cuidados que se les dispensa
est poco ajustado a sus necesidades, aumentando la
incidencia de resultados adversos en la hospitalizacin
de los ancianos (deterioro funcional y cognitivo, estan-
cias hospitalarias prolongadas, aumento de la mortali-
dad y del nmero de institucionalizaciones).
Con la Ley General de Sanidad de 1986 y la Ley de
Cohesin y Calidad del Sistema Nacional de Salud, la
atencin sanitaria en Espaa se rige por los principios
de universalidad, equidad y excelencia, priorizando la
participacin del usuario y la adaptacin de la cartera
de servicios a las demandas de las necesidades de
salud. Por lo tanto, una poblacin envejecida, en la
que el principal consumidor actual y futuro de la asis-
tencia sanitaria es el anciano con sus peculiaridades,
no debe ser quien se adapte a un sistema asistencial
no diseado para ella; ser, por tanto, el sistema sani-
tario el que debera adaptarse a las necesidades de su
principal cliente: el anciano.
La respuesta que los servicios sanitarios deben
ofrecer a las peculiaridades de las enfermedades en
los ancianos debera desarrollarse integrando el
diagnstico y la valoracin global (relacin o interde-
pendencia de factores fsico-funcionales, mentales y
sociales) con sistemas de tratamiento global con enfo-
que funcional (compensar las incapacidades median-
te la potenciacin de las residuales); en ausencia de
esta visin integral de las patologas del anciano los
resultados no sern satisfactorios si se centran los
objetivos teraputicos en la cantidad de vida y no en
la calidad (disminucin de la mortalidad-expansin de
la morblidad).
A pesar de algunos intentos oficiales para ordenar
la atencin sanitaria a las personas mayores (Criterios
de ordenacin de servicios para la atencin sanitaria a
las personas mayores, INSALUD, 1995), hasta ahora
su implantacin ha sido muy irregular segn las
Comunidades Autnomas, y el desarrollo de los servi-
cios de atencin al anciano ha carecido en la prctica
de una gua uniforme; prueba de ello es la existencia
de mltiples estructuras (EVCG, UFISS, hospitales
geritricos, centros socio-sanitarios...), que a travs
de la utilizacin de diferentes recursos intentan solu-
cionar los mismos problemas. Esta situacin ha crea-
do una confusin no deseada por los profesionales
formados en geriatra en cuanto a cul debe ser el
modelo ideal en la atencin al anciano, ya que cono-
ciendo cul es el modelo con mejores resultados
segn distintos estudios con probado grado de reco-
mendacin para su implantacin, en muchas ocasio-
nes es requerida la atencin del geriatra cuando la
situacin es ya de incapacidad no reversible con ml-
tiples complicaciones, desaprovechando su buena
formacin acadmica en prevencin, patologa y dis-
capacidad aguda del anciano.
Por otro lado, la Comisin de Comunidades Eu-
ropeas (Bruselas 5-12-2001) afirma la existencia de
una proteccin de calidad contra el riesgo de enferme-
dad y dependencia, es un logro que ha de protegerse
y adaptarse en nuestro tiempo, y este avance debe
producirse desde la adopcin de medidas de preven-
cin y mediante la reorientacin del perfil y conoci-
miento de los profesionales sanitarios, deben iniciarse
con urgencia medidas de prevencin y rehabilitacin
instaurndose desde los procesos agudos para luchar
desde el comienzo con la dependencia.
Razonando mediante datos del envejecimiento
poblacional y del concepto de fragilidad de Fried (sn-
drome biolgico de disminucin de la reserva funcio-
nal y resistencia a estresores debido al declinar de
mltiples sistemas fisiolgicos que originan prdida de
la capacidad homeosttica y aumento de la vulnerabi-
lidad a eventos adversos), la Geriatra como espe-
cialidad mdica dedicada a los aspectos preventivos,
clnicos, teraputicos y sociales de las enfermedades
de los ancianos, aadiendo como matices los referi-
dos por la Sociedad Britnica de Geriatra, los ancia-
nos con sus altas tasas de morbilidad, los diferentes
patrones de presentacin atpica de las enfermeda-
des, la menor lentitud de respuesta a los tratamientos
y la necesidad de soporte social justifican una forma-
cin especializada, merece su puesto en el presente
de la atencin sanitaria al anciano y en especial al
anciano frgil y al paciente geritrico.
44
TRATADO
deGERIATRA para residentes
La Geriatra, como especialidad mdica, rene
mediante su metodologa de trabajo (valoracin
geritrica integral y niveles asistenciales) los requisi-
tos imprescindibles para una asistencia al anciano
integral y de calidad.
La revisin de la literatura internacional ofrece sufi-
cientes datos que avalan el xito de diferentes pro-
gramas de intervencin geritrica llevados a cabo
por especialistas, tanto a nivel hospitalario como en
el mbito comunitario y residencial. La intervencin
geritrica precoz sobre el paciente geritrico o ancia-
nos frgiles por un equipo especializado interdiscipli-
nar es un aspecto clave al evaluar la eficacia y efi-
ciencia.
Si bien cualquier intervencin sobre el anciano
enfermo, mediante una valoracin geritrica integral
llevada a cabo por un equipo interdisciplinar, puede
beneficiar de forma individual los niveles asistenciales
geritricos que mayor grado de evidencia cientfica
han demostrado con un grado A de recomendacin
para su implantacin, son las Unidades Geritricas de
Agudos y las Unidades de Media Estancia (de recupe-
racin funcional), as como la Asistencia Geritrica
Domiciliaria en programas de seguimiento postalta
precoz en ancianos con multingresos. Por otro lado, el
Hospital de Da Geritrico y la Asistencia Geritrica
Domiciliaria entendida como cuidados continuados de
soporte domiciliario muestran una influencia favorable
sobre parmetros como la calidad de vida y la satis-
faccin de los usuarios muestran un grado B de reco-
mendacin para su implantacin. Por ltimo, los Equi-
pos de Valoracin y Cuidados Geritricos implantados
en territorio INSALUD en los aos 1994-1995 como
modelo introductor de la Asistencia Geritrica en los
hospitales, y posterior desarrollo de otros niveles asis-
tenciales, han acumulado la suficiente evidencia como
para hacerlos recomendables en ancianos ingresados
en servicios de Ciruga Ortopdica y Traumatologa, y
de cualquier modo han contribuido a aportar conoci-
mientos geritricos en donde no existan.
Necesidades de recursos sociales
El rpido fenmeno del envejecimiento de las socie-
dades modernas a puesto a prueba no slo los recur-
sos sanitarios, sino que a nivel social ha precisado el
rpido desarrollo de servicios y programas destinados
a hacer frente a las demandas de este grupo pobla-
cional tan heterogneo y con una amplia variedad de
necesidades, desde lucrativas hasta de institucionali-
zaciones en caso de dependencia.
Hemos de resear que los programas de interven-
cin gerontolgica en los pases desarrollados nacen
tras la Segunda Guerra Mundial como medida de pro-
teccin de individuos desprotegidos socialmente,
confinando a estos sujetos a centros (asilos, hospita-
les psiquitricos, hospicios...), situando a las personas
extramuros de la sociedad. En los aos ochenta se
produce un giro radical, abandonando esta situacin
de marginalidad, consolidando filosofas de proteccin
social a las personas mayores, por otra parte, grupo
poblacional creciente. As, se desarrolla un nmero
amplio de servicios sociales comunitarios que buscan
la integracin y participacin social de las personas
mayores. Bajo el lema Envejecer en casa (OCDE,
1996), el objetivo comn de las polticas sociales de
asistencia al anciano en muchos pases desarrollados
pretende que los servicios de atencin giren en torno
al domicilio para evitar el desarraigo que ocasiona el
abandono del hogar habitual.
En Espaa la implantacin de un sistema pblico de
servicios sociales es bastante reciente. En la Constitu-
cin Espaola de 1978, en su artculo 50 se sita el
punto de partida del desarrollo de polticas de aten-
cin a las personas mayores, por el que los poderes
pblicos deben garantizar la suficiencia econmica
durante la tercera edad y promover su bienestar
mediante un sistema de servicios sociales. A partir de
esta marco constitucional, las 17 Comunidades Aut-
nomas desarrollan sus respectivas leyes de servicios
sociales. En la dcada de los ochenta y primeros de
los noventa se consolidan estos servicios.
Se ha producido un incremento de los recursos
sociales ms tradicionales (hogares y club de jubila-
dos), se han implantado los servicios de atencin
domiciliaria y se han ido abriendo servicios innovado-
res (teleasistencia, centros de da, pisos tutelados,
estancias temporales...). Es de destacar que se ha
producido un giro en la filosofa de prestaciones
sociales. Si bien a principios de los ochenta los obje-
tivos de las polticas sociales para los ancianos eran
construir centros residenciales para vlidos, con pro-
blemas socioeconmicos, en la actualidad prima la
incapacidad funcional o cognitiva que imposibilita
seguir viviendo en su medio habitual con un nivel
mnimo de bienestar y/o seguridad. En un esfuerzo
por desarrollar un marco de actuacin en polticas
sociales se publica en 1993 El Plan Gerontolgico
para los aos noventa; en cuanto al desarrollo de los
servicios y programas para las personas mayores con
horizonte en el ao 2000, se ha de destacar que las
previsiones en el contenido estn muy lejos de haber-
se cumplido.
Las actuales transformaciones sociales de los pases
occidentales, sobre todo en el cambio de rol de las
mujeres con su incorporacin al mundo laboral, originan
la necesidad de buscar soluciones a problemas familia-
res (entre ellos el cuidado de los ancianos) que siempre
asuma la mujer al estar en el domicilio todo el da.
Haremos una breve resea de la situacin actual de
los servicios sociales en Espaa, con notables diferen-
cias de desarrollo entre las Comunidades Autnomas,
y distinguiendo entre las relacionadas con programas
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Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos
de participacin social y los relacionados con la situa-
cin de discapacidad fsica o psquica:
1. Programas de participacin social:
a) Ofertas educativas: universidades populares
(no slo para persona mayores, facilitando la
integracin), aulas de personas mayores (cul-
tura, ocupacional,...), educacin continuada
(alfabetizacin, idiomas, informtica...).
b) Ofertas de vacaciones para mayores, terma-
lismo social y circuitos culturales: destinados
a mejorar el tiempo libre y favorecer las rela-
ciones sociales.
c) Hogares y clubes: centros de reunin que
favorecen la convivencia de mayores estimu-
lando actividades lucrativas.
2. Ayudas a la dependencia y gestin de centros
institucionales:
a) Adaptaciones de viviendas: subvenciones a
fondo perdido, prstamos sin inters, prs-
tamos a bajos intereses.
b) Servicios de ayuda a domicilio: prestaciones
amplias que comprenden tareas domsti-
cas, servicios de cuidados personales y de
relacin con el entorno.
c) Servicios de teleasistencia.
d) Centros de Da: entendido como centro
sociosanitario y de apoyo familiar que ofrece
durante el da las necesidades bsicas,
teraputicas y socioculturales en personas
ancianas con diferentes grados de depen-
dencia fsica o psquica, promoviendo su
autonoma y la permanencia en su entorno
habitual.
e) Estancias temporales en residencias: posibi-
lita la estancia temporal de un anciano en un
centro institucional durante una estancia de
2-3 meses por alguna situacin de necesi-
dad eventual susceptible de solucin.
f) Sistemas alternativos de alojamiento o pisos
tutelados: aptos para ancianos con proble-
mas de vivienda, soledad o prdida de acti-
vidades instrumentales que hacen imposible
la permanencia en su domicilio particular,
desarrollando en ellos un tipo de vida lo ms
parecido a su forma habitual.
g) Servicios institucionales: son las residen-
cias, definidos como centros gerontolgicos
abiertos de atencin sociosanitaria interpro-
fesional, en la que viven temporal o definiti-
vamente ancianos con algn grado de
dependencia, equiparndose el concepto de
residencia al de residencia asistida, inten-
tando facilitar la mxima autonoma.
h) Organizaciones no gubernamentales y em-
presas privadas: la participacin de ONGs en
el entorno de la atencin a ancianos se debe
considerar importante por influencia en el
pasado en lo que el inicio de la asistencia a
ancianos se refiere.
A pesar del enorme esfuerzo realizado en los lti-
mos aos por mejorar los problemas de atencin a los
ancianos dependientes, hoy por hoy, los recursos son
insuficientes ante las demandas existentes, y siguen
siendo las familias, y ms concretamente las mujeres,
las que asumen los cuidados de los ancianos, debien-
do los poderes pblicos plantearse medidas de apoyo
a estas familias.
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TRATADO
deGERIATRA para residentes
Lectura recomendada
Observatorio de personas mayores. Las personas mayores
en Espaa. Informe 2004. Tomo I y II. Madrid: Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales; 2005.
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Parte general. El paciente anciano: demografa, epidemiologa y utilizacin de recursos