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Asignatura: Literatura Infantil

Docente: Carolina Lagos Palma


UNIDAD II: Referentes de la literatura infantil universal y local



Introduccin:

Los libros para nios inundan hoy en da las libreras de todo el mundo. Los hay de todos los gneros, en diversos
formatos, con sonidos y hasta con olores. Pero esta vasta oferta es un fenmeno muy reciente en trminos de historia
de la literatura.

En la Edad Media y el Renacimiento, el acceso a los libros era muy limitado, y aquellos que podan llegar a los nios ms
afortunados tienen poco que ver con lo que hoy entendemos por libro infantil. Se trataban de abecedarios, silabarios,
catones (estos contenan frases completas) y bestiarios. Lejos de relatar historias de aventuras, incluan lecciones
morales que reflejaban las creencias religiosas de la poca.

Con la llegada y popularizacin de la imprenta, fueron editndose historias para nios hasta entonces difundidas
mediante la tradicin oral. Junto con la traduccin de las Fbulas de Esopo, alcanz gran popularidad en Espaa el
Fabulario de Sebastin Mey (1613), en el que reuni 57 fbulas y cuentos que concluyen con una leccin moral. Mencin
aparte merecen Charles Perrault y sus Cuentos de antao (1697). Entre las leyendas clticas y los relatos populares
franceses e italianos que recopil, encontramos clsicos como La Cenicienta, El gato con botas, Caperucita Roja y
Pulgarcito.

Conforme aparecieron novelas ligeras de aventuras, la atencin por la lectura infantil fue en aumento. Dos ejemplos
clsicos son Robinson Crusoe (1719) y Los viajes de Gulliver (1726), ambas escritas para adultos pero recomendadas
con el paso del tiempo tambin para nios. Superada la faceta exclusvamente didctica de los libros infantiles, fue
tomando forma la idea de que el nio no es un adulto en miniatura, sino que tiene una concepcin diferente del mundo
y la lectura, a la que haba que adaptarse.

A principios del siglo XIX, la corriente del romanticismo propici el auge de la fantasa. De esta poca datan dos iconos
de la literatura infantil, de gran talento literario. Por un lado, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm que, desde
Blancanieves hasta La bella durmiente, popularizaron muchos de los personajes ms famosos hoy en da gracias a sus
Cuentos para la infancia y el hogar (1812-1815). No fue menos trascendente la aportacin de Hans Christian Andersen,
Cuentos para nios (1835), caracterizada por su sensibilidad a la hora de esculpir a personajes tan dispares como La
sirenita y El patito feo. La editorial Saturnino Calleja, creada en 1876, fue la que divulg las mejores piezas de literatura
infantil en Espaa gracias a los denominados Cuentos de Calleja, que contaban con la colaboracin de los mejores
ilustradores de la poca.

Sera en el siglo XX cuando la literatura infantil adquirira su completa autonoma y madurez. La psicologa y los intereses
del nio seran tenidos en cuenta para trazar personajes y tramas mucho ms elaboradas, que evolucionan a lo largo de
la historia. La lista de clsicos infantiles no tendra fin, y podra estar encabezada por libros tan conocidos como Peter
Pan, Mary Poppins, El principito, Las crnicas de Narnia, Charlie y la fbrica de chocolate y La historia interminable.
Aventuras todas ellas a aos luz de las fbulas del siglo XVII, pero que quiz no habran nacido de no ser por aquellas.










Para seleccionar o recopilar literatura infantil, podemos recurrir a las siguientes clasificaciones:
1) Literatura universal tradicional: Se encuentran incorporadas ac todas las obras escritas para nios mundialmente
conocidas de autores famosos y annimos.
2) Literatura universal contempornea: sta es la literatura infantil que se escribe en el mundo actualmente.
3) Literatura infantil hispanoamericana: Se incluye aqu la literatura de todos los pases latinoamericanos, incluyendo
Espaa.
4) Literatura chilena: Se incluye aqu la literatura folclrica y literatura contempornea de autores de nuestro pas.


Panorama histrico de la literatura infantil.

1810-1900 Literatura pedaggica, se encuentra en textos auxiliares de la enseanza siendo el primero La Cartilla del
Padre Zrate (el primer silabario chileno, escrito por el franciscano Pedro Nolasco Ortiz de Zarati).
1900 - Surge la primera revista infantil El Peneca que inclua pginas de bordados, manualidades femeninas, prcticas
del idioma, ejercicios, etctera.
1920 - La preocupacin literaria va siendo ms permanente. Las publicaciones tienen connotacin pedaggica, ya que
son los maestros los que escriben.
1930 - Surgen las primeras programaciones radiales que marcan una poca.
1940 - Surgen dos revistas infantiles: El Cabrito presentaba material informativo y didctico con ilustraciones de flora
y fauna nacional y El Colegial, que presentaba poesa, pasatiempos, ayuda memorias, modelos de vestidos, etctera.
1960 - La poesa se caracteriza por la sencillez del lenguaje: ternura y emocin se entregan de un modo natural y
directo.
La dramatizacin se basa en hechos y personajes chilenos, fciles de representar y comprender.
1970 - Se advierte que disminuye el valor literario y se evidencia la carencia de biblioteca escolar, ausencia de hbitos
de lectura.
Se vuelve una necesidad investigar la literatura infantil como tambin, eliminar el alto costo de los libros infantiles y
juveniles.
1980 - La Editorial Universitaria ha recopilado una coleccin de los cuentos de Perrault, bien ilustrados.
Andrs Bello publica cuentos que son un aporte a la labor pedaggica a la formacin de hbitos de lectura.
Marca el inicio de la primera librera infantil en Santiago.
Se observa crecimiento e inters por parte de las instituciones educacionales.
2000-2002 Hay gran preocupacin por investigar el fenmeno literario infantil.
Faltan autores jvenes con menos sentimentalismo, mayor vitalidad y naturalidad para percibir la sensibilidad infantil.

La literatura infantil chilena.

La literatura infantil chilena tiene corta vida sus orgenes se remontan escasamente al Romanticismo. Mientras que en
los pases europeos se empieza a escribir para los nios en plena Edad Media, en Chile encontramos narraciones
infantiles escritas durante la segunda mitad del siglo XIX.
Las primeras manifestaciones fueron los peridicos para nios, que tomaron de modelo a los europeos, al estilo de
Blanco y Negro, en circulacin en Espaa, que a su vez se inspir en los suplementos infantiles italianos.
Es as como en Valparaso, centro de la moda y la cultura, se editaron los primeros peridicos para nios que fueron
Enciclopedia de la infancia, en 1887 y El Instructor del Pueblo, del mismo ao. Luego vienen Chicos y Grandes y El
Recreo de Chilln, uno de los ms interesantes por su contenido de narraciones y leyendas nacionales.
A comienzos del siglo surge la revista infantil que es la que se impone. Tenemos El Peneca cuya duracin se extiende
desde 1908 a 1960. Fue fundada por don Emilio Vaisse y dirigida por Elvira Santa Cruz Ossa, Roxane, una mujer
maravillosa que consagr toda su vida al servicio de la literatura infantil chilena y que muri cuando El Peneca empez
a agonizar, asfixiado por la avalancha de revistas extranjeras de historietas que lograron avasallar a las nacionales
durante los aos cincuenta.
Simultneamente a las revistas, surgieron los libros. Resulta interesante comprobar que las primeras publicaciones
fueron compilaciones de dramas escolares para nios, pasillos cmicos, sainetes y zarzuelas representables. El sainete
infantil de fines de siglo estaba de moda y las editoriales se encargaban de sacar al mercado estas graciosas piezas llenas
de ingenuidad y que analizadas hoy da resultan muy naif (cndido, ingenuo)
Durante los aos veinte, surge una figura muy importante: Berta Lastarria de Cavero, que escribi mucho para los nios.
Sus libros ms destacados fueron Lo que Cuentan las Hormigas de 1923; El Libro de los Animales de 1932 y Lo que
Cuentan las Olas, de este mismo ao. Son narraciones de mucho gusto y bien escritas. En esta poca se empez a
poner de moda lo vernculo y es as como surgen los primeros investigadores folclricos que realizaron recopilaciones
en una riqusima cantera inexplorada hasta entonces: El folclore infantil.

Adivinanzas populares, cuentecillos de nunca acabar, oraciones de nios, leyendas, rondas y juegos infantiles, fueron
recogidas por estudiosos de la talla de Ramn Laval, Yolando Pino o Rodolfo Lenz. Siguieron sus pasos, escritores como
Oreste Plath, que realiz importantes investigaciones en torno al rico folclore infantil chileno, fuente inagotable de
sabidura e imaginacin para educar al nio y contribuir a su formacin integral. Otras figuras han pasado al territorio
de la importancia. Una de ellas es Henriette Morvan, quien se oculta bajo el seudnimo de Damita Duende, dirigi
durante los aos treinta y cuarenta numerosas revistas infantiles y lneas editoriales para nios en ZIG ZAG. Entre las
revistas que dirigi se destacaron: El Cabrito y El Campen. Entre sus libros sobresalen: Boomerang, Doce
Cuentos de mi Abuela, Doce Cuentos de Hadas y otros.

Henriette Morvan y Blanca Santa-Cruz Ossa, fueron dos mujeres incansables que durante estas dcadas difundieron
mucho la cuentstica nacional y universal, realizando una labor encomiable en pro de la literatura infantil Chilena.
Marcela Paz es otra figura representativa. Al lado de sus libros menos conocidos como Caramelos de Luz, (su primer
libro) o La Vuelta de Sebastin de 1950, est la serie de Papelucho, que acapara la atencin del nio y del adulto.
Porque as como los mayores se divierten con los trenes de juguete, tambin es curioso advertir que disfruten en pleno
las lecturas para nios como queriendo reencontrar la infancia perdida.

La presencia de Gabriela Mistral salta a la vista en un panorama de la literatura infantil en Chile. All estn sus rondas y
nanas de su libro Ternura; sin embargo, ella desconfiaba de buena parte de nuestra literatura para nios,
considerndola como artificial, forzada, catequista, empalagosa, llena de diminutivos y, adems, tan ajena al mundo
infantil que consideraba incluso poda perjudicar al nio. Para ella, en el folclore estaba la poesa que deba escribirse
para los nios, las canciones, las nanas, y las rimas.
Durante la dcada del cuarenta y cincuenta, Hernn del Solar dirige la Editorial Rapa Nui que se especializ Literatura
Infantil y Juvenil, promoviendo a autores jvenes como Mait Allamand que escribi en esa serie su conocido Alamito,
el Largo. El mismo editor escribi deliciosas novelas de corte Chesteriano, con algo de detectivesco y mucha fantasa.
Entre estas novelas se cuentan El Club de las Cigarras, en las que Hernn del Solar utiliza el seudnimo de Ricardo
Chevalier.

Otras figuras dignas de inters, a partir de los aos cincuenta, fueron Alicia Morel, la autora de la clebre Hormiguita
Cantora y El Duende Meloda. Silvia Moore es la autora de Las Andanzas de Pepita Canela, Carmen Alonso escribi
sus Medallones. Amalia Rendic, Chela Reyes, Mara Silvia Ossa, Virginia Cruzat, forman un conjunto maravilloso de las
Mujeres Hadas, consagradas a este difcil gnero literario reivindicado por la crtica especialista.

De los autores de hoy, cabe mencionar a Sal Schkolnik que ha sido premiado en certmenes internacionales y que en el
ao Internacional del Nio edita rase una vez un Pas Llamado Tierra y Cuentos para Adolescentes Romnticos. Son
cuentos de mucha pureza, transparentes y lmpidos. Tambin hay que citar a Ana Mara Graldes, autora joven que
escribe dominicalmente cuentos en el suplemento infantil Pocas Pecas. Son cuentos de mucho humor, giles y con
mucho dilogo. En fin pareciera que el nio de hoy, enfrascado en un mundo ms bien televisivo, estuviera un tanto
alejado del mundo de la literatura. Padres, maestros, escritores y editores no deben dejarse vencer por el paso
avasallador de la televisin que ha resentido en Chile el vnculo familiar. Al contrario, deben mantener en pie esta
cruzada en pro de la literatura como vehculo educativo.
Adivinanzas, trabalenguas, rimas, cuentos narrados en la intimidad del hogar, deben ser el corpus indispensable que
alimente el corazn de los nios. Desde este punto de vista, la literatura infantil se convierte en un canal de
comunicacin capaz de crear vnculos afectivos entre el adulto y el nio. En efecto, el maestro se vale de los cuentos
infantiles, encontrando en ellos un importante apoyo didctico para sensibilizar el espritu del nio y desarrollar la
imaginacin. Los padres por su lado, reencuentran su infancia y se valen de los cuentos, usndolos como puentes para
llegar al corazn de los nios, comprenderlos y llegar hasta ellos.
Sbitamente vemos que la literatura infantil vuelve a ser iluminada y no slo los educadores y los padres, sino tambin
los hombres de letras se quedan asombrados ante este mundo mgico. All es posible descubrir elementos literarios,
corrientes estticas, seres mitolgicos de inters y valores humanos insospechados, incluso infinitos niveles de lectura y
smbolos. Vemos de esta manera que la literatura infantil, en los ltimos aos, se ha revalorizado. Los mismos
psiclogos se apoderan de Alicia en el Pas de las Maravillas, de Lewis Carroll, y descubren raros entresijos del alma
humana y significados propios del psicoanlisis y del mundo de los sueos. E incluso los socilogos ven reflejada en la
obra literaria infantil, los distintos momentos claves de la sociedad y la cultura, considerando, tanto textos como
ilustraciones, documentos Sociolgicos sumamente valiosos.

Con todo, la literatura infantil para los nios enfrenta serios peligros. Uno de ellos es el enfoque con que numerosos
escritores, padres y maestros parvularios narran cuentos utilizando un extrao lenguaje que no usan los nios, creyendo
as ser mejor comprendidos. Para ello se valen de una profusin de diminutivos y onomatopeyas. Llaman casita y
piedrecillas a la casa y a la piedra y llaman guau guau y miau miau al perro y al gato, como si el nio
fuera incapaz. En Chile, esta deplorable modalidad es muy frecuente e incluso en actuales programas televisivos, vemos
a locutores que le hablan al nio en un triste lenguaje deformado tanto fontica como morfolgicamente.

Una contrapartida a esta concepcin de la mentalidad del nio, la hallamos en personajes infantiles del comic, como
La Pequea Lul, quien, siendo nia, como Tobi y sus amigos, enfrenta al mundo con personalidad, seguridad,
naturalidad y, a la vez, fantasa propia. El mundo infantil es maravilloso, pero el infantilismo es deleznable.
Como conclusin, no queda sino reiterar la idea de que los nios criados sin cuentos ni poesa, son ms desvalidos
espiritualmente que aqullos que se han educado con lecturas apropiadas y que han escuchado narraciones mgicas por
boca de sus padres y maestros. Porque la imaginacin es inseparable de la inteligencia.
Esto lo saben muy bien los siclogos, socilogos y educadores, porque la formacin integral del nio, empieza con
ensoaciones y fbulas desde la misma cuna.

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