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com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8
REVISIN Introduccin y objetivos Epidemiologa de la depresin en la edad avanzada El envejecimiento de la sociedad actual es un hecho real e imparable. Segn un informe de la Organiza- cin para las Naciones Unidas [1], a mediados de este siglo el nmero de personas mayores de 60 aos superar al nmero de jvenes. Este envejeci- miento de la poblacin tendr gran impacto social, tanto en el mbito econmico como en el de la sa- lud o la atencin mdica [1]. Por otro lado, en su estudio sobre cules sern las causas ms impor- tantes de discapacidad en el mundo, la Organiza- cin Mundial de la Salud estima que, aunque en el 2002 la depresin era la cuarta causa, en el 2030 su- bir al segundo lugar, despus del sida, y ser la pri- mera en pases con renta per cpita alta [2,3]. Se estima que, en la poblacin anciana perso- nas con una edad mayor de 65 aos, la prevalencia de los trastornos afectivos oscila entre el 0,4% y el 35% [4]. En el espectro de gravedad, el trastorno depresivo mayor afecta al 2-5% de la poblacin an- ciana que vive en la comunidad, y los trastornos menores y subsindrmicos, al menos al 10%. En el entorno hospitalario puede alcanzar hasta un 15%, y en residencias geritricas, un 25% [4-6]. Podemos decir que, en general, se pueden encontrar sndro- mes depresivos relevantes en un 15% de la pobla- cin mayor. Estas cifras de prevalencia deben con- templarse bajo la consideracin del infradiagnsti- co de este trastorno, que en algunos casos puede alcanzar tasas de hasta un 67% [7]. Los factores ca- paces de dicultar su deteccin pueden proceder del propio paciente, por su temor al estigma de ser diagnosticado con una enfermedad mental, o del propio mdico, al considerar que un estado de ni- mo bajo en una persona mayor puede ser la conse- cuencia esperada y derivada de las circunstancias especcas que rodean a esta poblacin [8,9]. Una de las consecuencias fundamentales de la alta prevalencia de la depresin es su impacto sobre la salud general y la repercusin sobre la utilizacin de servicios sanitarios, que se ha cuanticado en ms del doble de la que se produce en individuos sin Depresin geritrica: de la neurobiologa al tratamiento farmacolgico Luis F. Agera-Ortiz, Rosario Losa, Luisa Goez, Inmaculada Gilaberte Introduccin. La depresin en las personas mayores es una enfermedad cada vez ms frecuente, tanto por el envejeci- miento de la poblacin y las circunstancias asociadas a ste, como por la mayor prevalencia de pacientes con otros tras- tornos fsicos. Adems, esta enfermedad tiene unas consecuencias peores en esta poblacin porque agrava la salud fsica y acenta las dicultades en el funcionamiento psicosocial ya maniestas por el proceso de envejecer. Objetivo. Revisar desde un punto de vista neurobiolgico la gravedad y las caractersticas de la depresin en la poblacin geritrica, as como las estrategias teraputicas en este grupo de edad. Desarrollo. La depresin en edades tardas tiene unas caractersticas neurobiolgicas peculiares porque al envejecimiento cerebral normal se unen las modicaciones estructurales en regiones especcas del cerebro caractersticas de esta enfer- medad, que pueden inuir en la prolongacin del estado depresivo y en la posible respuesta al tratamiento farmacolgi- co. Los pacientes ancianos con depresin tienen mayor dicultad en alcanzar la remisin y presentan mayor riesgo de su- frir recadas que los pacientes adultos ms jvenes. Sin embargo, alcanzar la remisin favorece la recuperacin de la funcin cognitiva, mejora el funcionamiento psicosocial y evita la aparicin de recadas que complican la evolucin a me- dio y largo plazo de la depresin. Conclusiones. Las estrategias teraputicas deben buscar el equilibrio entre la ecacia y la seguridad de los tratamientos, considerando que la remisin tiene un impacto signicativo sobre el pronstico de la enfermedad. Palabras clave. Depresin. Envejecimiento. Estrategias teraputicas. Geriatra. Neurobiologa. Remisin. Servicio de Psiquiatra; Hospital Universitario 12 de Octubre; Madrid (L.F. Agera-Ortiz). Departamento de Investigacin Clnica; Lilly; Madrid (R. Losa, I. Gilaberte). Hospital de Cabuees; Servicio de Salud del Principado de Asturias; Gijn, Oviedo, Espaa (L. Goez). Correspondencia: Dr. Luis F. Agera Ortiz. Servicio de Psiquiatra. Hospital Universitario 12 de Octubre. Avda. Crdoba, s/n. E-28041 Madrid. Fax: +34 913 908 538. E-mail: laguerao@intersep.org Declaracin de intereses: La redaccin de este manuscrito ha sido nanciada por Lilly. 2011 Psicogeriatra 2 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 L.F. Agera-Ortiz, et al este trastorno [10]. Por ello, resulta prioritaria su identicacin temprana y su adecuado tratamiento. Impacto del paso del tiempo y envejecimiento cerebral Todas las personas se encuentran inmersas en un proceso evolutivo por el cual el organismo en gene- ral y el sistema nervioso en particular se ven some- tidos a una serie de modicaciones marcadas por el paso del tiempo. La neuroplasticidad (capacidad que poseen las neuronas para adaptarse a los cambios) es un factor determinante en la capacidad adaptati- va del individuo. En el envejecimiento normal ocurren modica- ciones en el cerebro, consecuencia de la interaccin entre el deterioro marcado por el paso del tiempo y la propia neuroplasticidad, aunque estas modica- ciones presentan una amplia variabilidad entre in- dividuos [11,12]. Durante el envejecimiento se produce una re- duccin de peso y volumen del cerebro que se ha calculado en un 5-7% respecto al cerebro en la edad media de la vida, lo que equivaldra a 80-100 g. La prdida de peso cerebral puede ser consecuencia de una disminucin del nmero de neuronas, de la atroa neuronal o de la prdida de elementos no neuronales, como los vasos sanguneos. El enveje- cimiento tambin se asocia a alteraciones funciona- les en reas cerebrales relacionadas con las capaci- dades cognitivas como la corteza prefrontal y, sub- corticalmente, el hipocampo. Tambin se registra una disminucin del nmero de receptores y de su actividad y una disminucin de enzimas sintetiza- doras de neurotransmisores [11-13]. La actividad del factor neurotrco derivado del cerebro brain derived neurotrophic factor (BDNF) tambin dis- minuye con la edad. Este factor neurotrco es esencial para el ciclo vital neuronal, interviene en los procesos de neuroplasticidad y es crtico para el mantenimiento ntegro de funciones como el apren- dizaje y la memoria [14,15]. Estudios realizados en individuos sanos entre 20 y 60 aos de edad mues- tran una correlacin negativa entre los niveles de BDNF plasmticos y la edad de los sujetos [16,17]. Todas estas modicaciones afectan sin duda el rendimiento cognitivo y, en efecto, el 15-25% de la poblacin geritrica presenta dcits cognitivos que inuyen en diversas funciones, en especial: me- moria, atencin, lenguaje, capacidades visuoespa- ciales y funciones ejecutivas. Estos dcits intere- ren con la realizacin de actividades cotidianas, con el mantenimiento de las relaciones sociales y con el autocuidado [18,19]. Pero el impacto de las modi- caciones cerebrales inducidas por el envejecimiento no se reduce a la cognicin, pues tambin inuye, como veremos, en la vulnerabilidad ante diferentes enfermedades, entre las que se encuentran las pato- logas de tipo afectivo [13]. Factores de riesgo para la depresin del anciano Diversos son los factores de riesgo identicados en la depresin geritrica [20], entre ellos la mayor edad, el sexo femenino, un nivel educativo ms bajo, no estar casado, vivir solo, situacin de duelo, esta- dos de discapacidad fsica y pobre estado de salud (tambin en enfermedades fsicas de reciente diag- nstico), pobre apoyo social, deterioro cognitivo, problemas de sueo y haber padecido episodios de- presivos previos [21]. A modo de ejemplo, rerindonos tan slo al impacto de la enfermedad fsica, un 25% de los pa- cientes que han sufrido un infarto de miocardio o se han sometido a un cateterismo presentan un diagnstico de trastorno depresivo mayor [22]. El 30-50% de los pacientes que sobreviven a un ictus desarrollan una depresin [23]. En sentido inverso, un estudio epidemiolgico que incluy ms de 4.000 pacientes con un periodo de seguimiento de cinco aos concluy que la depresin poda incre- mentar en un 65% el riesgo de diabetes en pacientes mayores de 55 aos [24]. Objetivos El objetivo es revisar desde un punto de vista neu- robiolgico la gravedad y las caractersticas parti- culares que tiene la depresin en la poblacin ge- ritrica, as como las estrategias en el tratamiento de la enfermedad depresiva en pacientes de edad avanzada. Alteraciones neurobiolgicas: qu ocurre en el cerebro del paciente anciano con depresin? Las modernas tcnicas de neuroimagen y neuro- qumica han revelado alteraciones neurobiolgicas en el paciente anciano con depresin, entre las que destacan cambios estructurales (disminucin del volumen del hipocampo), cambios celulares y mo- leculares (alteraciones en el ciclo vital neuronal y disminucin de factores neurotrcos) y modica- ciones neuroendocrinas [25]. El hipocampo es una rea relacionada con la me- moria y la regulacin neuroinmune y del eje hipo- tlamo-hipsis-adrenal. La depresin, adems de 3 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 Depresin geritrica: de la neurobiologa al tratamiento farmacolgico producir una alteracin estructural, provoca una alteracin funcional que podra contribuir al dete- rioro cognitivo y a la alteracin neuroendocrina presente en el paciente anciano deprimido [26,27]. Varios estudios en la poblacin general han demos- trado que el volumen del hipocampo est signica- tivamente reducido en pacientes con depresin mayor en comparacin con sujetos control [28,29]. Estudios realizados en la poblacin geritrica tam- bin demuestran una signicativa disminucin del hipocampo en pacientes con depresin, en compa- racin con el grupo control, y concluyen que el gra- do de reduccin del hipocampo aumenta con res- pecto al nmero y la duracin de episodios depresi- vos no tratados [30-32]. Inducida por el estrs y los estados depresivos, la alteracin del funcionamiento del eje hipotlamo- hipsis-adrenal puede dar lugar a un incremento importante de cortisol y catecolaminas plasmticas que puede resultar txico, contribuyendo a la pre- sencia de enfermedades comrbidas. El cortisol afec- ta el sistema inmune y antagoniza la insulina, favo- reciendo la dislipemia, la diabetes tipo II y la obesi- dad. El incremento de catecolaminas suscita la ac- tivacin plaquetaria, el aumento de citocinas e in- terleucinas, pudiendo contribuir al desarrollo de isquemia miocrdica, arritmias ventriculares, arte- riosclerosis e hipertensin, lo que puede explicar el alto riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular en las personas mayores con depresin [33,34]. La elevacin de cortisol plasmtico puede tener ade- ms una accin neurotxica: niveles elevados de cortisol contribuyen a la degeneracin y muerte neuronal, incidiendo negativamente en los proce- sos de neuroplasticidad y disminuyendo la concen- tracin de niveles de BDNF, que es un factor crtico para el ciclo vital neuronal [27,35]. Remisin y restauracin del funcionamiento previo Conseguir la remisin de la depresin en el pacien- te anciano puede ser ms difcil que en la pobla- cin general. De hecho, en la mayora de los ensa- yos clnicos realizados en la poblacin de edad ma- dura (> 65 aos), existe un criterio consensuado sobre la denicin de remisin de la depresin se- gn la escala de depresin de Hamilton de 17 tems (HAMD-17), que consiste en alcanzar una puntua- cin menor a 7, aunque tambin se acepta que en esta poblacin especca se dena remisin como una puntuacin en la escala HAMD-17 igual o me- nor a 10. La presencia de sntomas somticos aso- ciados a enfermedades mdicas concomitantes y el proceso natural del envejecimiento podran ser los responsables de esta aceptada diferencia [36,37]. Aunque conseguir la remisin es complicado, que el paciente slo alcance una respuesta o remi- sin parcial con presencia de sntomas residuales se relaciona estrechamente con las recadas. Diferen- tes estudios concluyen que el riesgo de recadas en la poblacin geritrica es mayor comparado con el de la poblacin de edad media (15,5% frente a 6,7%, respectivamente) y adems el intervalo de tiempo de aparicin de las recada es menor (7,4 semanas frente a 16,6 semanas, respectivamente) [38,39]. Es- tas recadas se asocian con incapacidad laboral y social, agravamiento de enfermedades crnicas, persistencia de riesgo de conductas suicidas, altera- ciones cognitivas y funcionales, y reduccin del pe- rodo de normalizacin entre episodios y, por tanto, cronicidad. Adems, no alcanzar la remisin tiene conse- cuencias neurobiolgicas. Se ha observado que la disminucin del volumen del hipocampo se rela- ciona signicativamente con la capacidad de lograr la remisin en pacientes con depresin. En un estu- dio prospectivo a tres aos, se observ una mayor disminucin del volumen de materia gris en diver- sas estructuras cerebrales en aquellos pacientes que no alcanzaron remisin [40]. Probablemente, por la relacin del hipocampo con los procesos cognitivos y de memoria, la remi- sin de la depresin incide de forma positiva en una mejora de la cognicin. Datos comparativos entre grupos de pacientes ancianos con depresin y un grupo control mostraron que los pacientes deprimi- dos que alcanzaron la remisin tras un periodo de seis semanas de tratamiento, presentaron puntua- ciones similares a las observadas en el grupo de indi- viduos sanos, considerando aspectos cognitivos rela- cionados con el habla, la atencin y la memoria [41]. Conseguir la remisin tambin implica una me- jora de la funcionalidad y de la calidad de vida. Pa- cientes ancianos que tras seis semanas de trata- miento lograron la remisin, comparados con aque- llos que slo respondieron al tratamiento, mejora- ron su funcionamiento fsico y social [42]. Asimis- mo, la remisin mejora la percepcin del propio estado de salud [43]. No alcanzar la remisin im- pacta de manera directa en la evolucin clnica del episodio depresivo, traducindose en tasas tres ve- ces ms altas de riesgo de recadas y en un menor tiempo de recaer en comparacin a pacientes que lo consiguen [44,45]. As pues, alcanzar la remisin proporciona bien- estar durante ms tiempo, en ausencia de sntomas 4 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 L.F. Agera-Ortiz, et al residuales. En un estudio naturalista en el que se valor si el nivel de recuperacin era un factor pre- dictivo de la duracin de sta, se observ a pacien- tes diagnosticados de trastorno depresivo mayor con diferente grado de recuperacin (asintomti- cos y con sntomas residuales) durante un periodo de diez aos. Se concluy que el grupo de pacien- tes con sintomatologa residual recay cinco veces ms rpido que el grupo de pacientes asintomtico (33 semanas frente a 184 semanas, respectivamen- te). Si consideramos el tiempo que los pacientes permanecieron bien hasta la recurrencia, los pa- cientes asintomticos lo estuvieron durante una me- dia de 231 semanas (4,4 aos), frente a las 68 sema- nas (1,2 aos) de los pacientes con sntomas resi- duales [44]. El hecho de que el porcentaje de remisin pueda ser menor o ms difcil de alcanzar en el paciente anciano debe reforzar la idea de que su tratamiento ha de ser enrgico y persistente, ya que su consecu- cin tiene un impacto claro sobre su pronstico. Alcanzar la remisin lo antes posible contribuye, como decimos, a mejorar la evolucin a largo pla- zo, favoreciendo el rendimiento cognitivo, poten- ciando el funcionamiento diario y previniendo fu- turas recadas [42,46], y esto slo se puede conse- guir elevando el listn de lo que los clnicos consi- deran esperable con el tratamiento farmacolgico e iniciando tempranamente todo tipo de estrategias teraputicas, la primera de las cuales es la correcta eleccin del frmaco antidepresivo. De la neurobiologa al tratamiento farmacolgico Desde el punto de vista neurobiolgico, las dicul- tades en el tratamiento farmacolgico de la depre- sin geritrica se han vinculado a todos los factores previamente citados y tambin a la aparicin de fe- nmenos de tipo microvascular en el cerebro del anciano deprimido, sobre todo en el caso de enfer- medad depresiva de inicio tardo. Una mayor croni- cidad y una pobre respuesta a antidepresivos se ha vinculado con lesiones microangiopticas en reas lmbicas, frontales, neoestriatales y de la sustancia blanca subcortical [17,47]. Determinados polimorsmos del BDNF en la depresin geritrica pueden tener repercusin pro- nstica. As, el polimorsmo Val66Met se ha asocia a la depresin de inicio tardo. El polimorsmo Val- 66Met tambin se ha vinculado con hiperintensida- des de la sustancia blanca profunda, que pueden considerarse biomarcadores para subtipos de de- presin con repercusin clnica y de peor respuesta al tratamiento [18,48]. Variaciones genticas en el trasportador de la se- rotonina pueden ser tambin relevantes en el desa- rrollo de depresin y en la respuesta al tratamiento. El transportador de la serotonina es codicado por un gen del cromosoma 17. El polimorsmo ms importante (5-HTTLPR) tiene dos alelos corto (S) y largo (L) y en cada individuo se da una de las posibles combinaciones: LL, LS o SS. Se sabe que la combinacin SS predispone al afecto negativo des- de la infancia y la adolescencia y conere mayor vul- nerabilidad a la depresin en la edad adulta [49]. Los enfermos ancianos deprimidos con el geno- tipo SL tienen ms lesiones en la sustancia blanca que los homocigotos S o L, con valores bajos de anisotropa fraccional que apunta a mayores lesio- nes en varias reas frontolmbicas. Asimismo se ha visto que el alelo S del polimorsmo 5-HTTLPR puede atenuar la respuesta a los inhibidores selecti- vos de la recaptacin de serotonina (ISRS), ya que se ha encontrado una tasa inferior de remisin con escitalopram y citalopram en pacientes deprimidos ancianos portadores del alelo S [50]. Abordaje farmacolgico de la depresin en el paciente anciano Ecacia Las claves del abordaje farmacolgico de la depre- sin en general se basan en individualizar el trata- miento para cada paciente, eligiendo la molcula adecuada segn la caracterstica de la depresin y del estado somtico del enfermo, el uso correcto de dosis y maniobras de combinacin y potenciacin cuando son necesarias, y el seguimiento del pacien- te hasta alcanzar, consolidar y mantener la remisin sintomtica, que es el objetivo fundamental en to- dos los casos. Estudios como el STAR-D subrayan adems la necesidad de buscar la respuesta adecua- da desde el inicio del tratamiento en fase aguda, lo cual garantiza una mayor posibilidad de alcanzar ulteriormente la remisin [51]. Existen pocos pre- dictores de respuesta del tratamiento antidepresivo. En adultos y tambin en el anciano, diversos estu- dios muestran que una temprana respuesta es un buen predictor de alcanzar la remisin. La dismi- nucin de la puntuacin en la escala del HAMD-17 del 50% en la quinta semana de tratamiento es un buen predictor para la remisin al nal de la fase aguda (semana 12), con una sensibilidad del 81,8% y una especicidad del 87,4% [52]. 5 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 Depresin geritrica: de la neurobiologa al tratamiento farmacolgico Con respecto a la ecacia del tratamiento farma- colgico, un metaanlisis reciente en el que se reco- gen los resultados de diez ensayos clnicos compara- tivos con placebo, incluyendo a ms de 4.000 pa- cientes ancianos, seal que las tasas de remisin obtenidas con diversos tratamientos antidepresivos oscilan entre el 21% y el 44%. Los autores concluyen que los antidepresivos son efectivos en la poblacin geritrica, pero con un efecto modesto y variable, y resaltan que identicar y monitorizar a pacientes que responden y no responden al tratamiento puede tener un impacto en el pronstico a largo plazo. La duracin del tratamiento puede tambin resultar un importante factor para que las tasas de respuesta y de remisin se incrementen con el tiempo [53]. Hasta fechas recientes, los algoritmos de trata- miento recomendaban ISRS como primera eleccin para iniciar el tratamiento de la depresin geritri- ca. Sin embargo, el reciente consenso sobre depre- sin en el anciano de la Sociedad Espaola de Psico- geriatra recomienda tanto los ISRS como los anti- depresivos duales como primera lnea de tratamien- to, y tambin que estos ltimos se usen en el caso de respuesta insuciente a un ISRS previo [54]. De hecho, la evidencia cientca de varios meta- anlisis ha demostrado que el tratamiento con inhi- bidores duales de la recaptacin de serotonina y noradrenalina produce mayores tasas de remisin que el uso de los ISRS en poblacin general [55, 56]. Por ejemplo, en un anlisis agrupado de seis estu- dios doble ciego, controlados con placebo e ISRS (paroxetina 20 mg, uoxetina 20 mg) y duloxetina (40-120 mg), tanto la duloxetina como los ISRS pre- sentaron tasas de remisin signicativamente ms altas que el placebo (40,3% y 38,3%, respectivamen- te, frente al 28,4% del placebo). Pero, adems, en la depresin moderada o grave (HAMD-17 19), las tasas de remisin fueron mayores en pacientes tra- tados con duloxetina que en los tratados con ISRS (35,9% frente a 28,6%; p = 0,046) [55]. Tomando como ejemplo de antidepresivo dual el estudio de duloxetina frente a placebo de ocho sema- nas de duracin realizado en la poblacin geritrica, la duloxetina se asoci a una mejora signicativa de la depresin (disminucin de la puntuacin en la HAMD-17 y en la escala de depresin geritrica, ex- presada en forma de tasas de respuesta y remisin), con efectos positivos tambin en la disminucin del dolor y en la funcin cognitiva. De hecho, la duloxeti- na ha demostrado especcamente mejoras signica- tivas en diversos parmetros de la funcin cognitiva en estos pacientes deprimidos de edad avanzada [57]. Los estudios comparativos de venlafaxina con ISRS (citalopram, sertralina y uoxetina) no mos- traron diferencias signicativas entre ellos; sin em- bargo, considerando la dosis utilizada de venlafaxi- na, los autores del metaanlisis sugieren que esta falta de signicacin puede deberse a que la dosis no fuera lo sucientemente alta para inhibir la re- captacin de noradrenalina y slo incidiera sobre la serotonina [58]. En el abordaje teraputico integral de la depre- sin, las fases de continuacin y de mantenimiento resultan vitales para consolidar la remisin y para la prevencin de recadas y recurrencias. En el pa- ciente anciano, el tratamiento a largo plazo puede disminuir la tasa de recurrencia hasta un 50%. Por el contrario, la ausencia de tratamiento de manteni- miento y de continuacin puede traducirse en tasas de recurrencia del 30-90% [59]. El consenso sobre depresin en el anciano de la Sociedad Espaola de Psicogeriatra, en el caso de varios episodios depre- sivos previos, aconseja la terapia de mantenimiento con una duracin indenida [60]. En esta misma lnea, estudios a largo plazo con la poblacin geritrica, como el PROSPECT (Pre- vention of Suicide in Primary Care Elderly: Collabo- rative Trials) [60], han demostrado los benecios del tratamiento a largo plazo tras ms de cuatro aos de seguimiento. En el grupo de pacientes so- metidos a un protocolo de intervencin a travs de entrevistas de seguimiento, programas de adhesin y apoyo psicoteraputico y acciones complementa- rias al tratamiento farmacolgico, se observaron me- nores tasas de suicidio y mayores tasas de remisin en comparacin con el grupo de no intervencin. Adems, los estudios refrendan que las interven- ciones complementarias al tratamiento farmacol- gico, mantenidas a largo plazo, no slo tienen resul- tados positivos en las tasas de respuesta, sino que tambin favorecen el cumplimiento teraputico, proveen al paciente de recursos para afrontar de una mejor manera su enfermedad y mejoran su ca- lidad de vida [61,62]. Balance entre ecacia y seguridad Al establecer el abordaje psicofarmacolgico en la poblacin mayor, deben considerarse no slo los aspectos de ecacia, sino tambin la tolerabilidad y la seguridad de los frmacos. En los ancianos existen alteraciones farmacoci- nticas de cierta relevancia que pueden llevar a un incremento de los niveles plasmticos de muchos frmacos. La presencia de patologas crnicas que alteran el funcionamiento renal, heptico y carda- co pueden inuir tambin en la seguridad del fr- maco, a lo que hay que sumar la toma de otras me- 6 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 L.F. Agera-Ortiz, et al dicaciones concomitantes que pueden dar lugar a potenciales interacciones farmacolgicas [62]. Algunos efectos adversos considerados como me- nores en pacientes jvenes, como pueden ser la pro- duccin de hipotensin ortosttica, sequedad de boca o estreimiento, pueden ser ms deletreos en la poblacin geritrica, teniendo como consecuen- cias, por ejemplo, un incremento en las cadas, frac- turas, impactacin fecal o deshidratacin. En trminos de tolerabilidad y seguridad, los an- tidepresivos tricclicos pueden ser bastante proble- mticos por la potencial aparicin de arritmias de- pendientes de dosis y su efecto hipotensor. Adems, su efecto anticolinrgico puede producir alteracin cognitiva, sequedad de boca y estreimiento. Los ISRS se han asociado a la presencia de pr- dida de peso, nuseas, diarrea, agitacin, disfuncin sexual y parkinsonismo. Con menor frecuencia pue- den inducir sangrado y hematomas. Un posible efec- to adverso, a considerar especialmente en la pobla- cin geritrica, es la aparicin de hiponatremia, se- cundaria a la secrecin inadecuada de hormona antidiurtica, en particular en pacientes que conco- mitantemente toman diurticos. Este efecto tam- bin se ha descrito, pero con mucha menor fre- cuencia, con el uso de antidepresivos de accin dual [63]. Los sntomas de la hiponatremia pueden ser similares a los de la depresin y confundir al clni- co, hacindole pensar en un empeoramiento de sta, por lo que es recomendable monitorizar los niveles de sodio durante el tratamiento con frma- cos de perl serotoninrgico. Respecto a los antidepresivos duales, revisiones de ecacia y tolerabilidad de la venlafaxina en an- cianos muestran como acontecimientos adversos ms frecuentes: nuseas, alteraciones del sueo, se- quedad de boca y elevacin de la presin arterial en pacientes especialmente predispuestos [64]. Para la duloxetina, los acontecimientos adversos ms frecuentes comunicados son sequedad de boca, nuseas y diarrea. En cuanto a los signos vitales y la seguridad cardiovascular, los cambios observados en el pulso cardiaco, la presin arterial (sistlica y dias- tlica) y el intervalo QTC corregido fueron modera- dos y no se observaron diferencias estadsticamente signicativas entre duloxetina y placebo. Las inci- dencias en la elevacin sostenida de tensin arterial y la hipotensin ortosttica que aparecieron durante el tratamiento fueron similares para duloxetina y placebo, sin presentar diferencias estadsticamente signicativas. Tambin se ha demostrado que, en pa- cientes ancianos con enfermedades comrbidas, la duloxetina se tolera bien, con una seguridad compa- rable a la de poblaciones ms jvenes [56,62,64]. La mirtazapina es otro antidepresivo dual, aun- que realiza esta accin por una va diferente a los an- teriormente citados. Los efectos adversos ms carac- tersticos en ancianos son el aumento de peso y la sedacin, que pueden resultar beneciosos o contra- producentes segn la situacin basal del enfermo. El bupropin acta sobre la noradrenalina y la dopamina, lo que le conere un perl de efectos singular. Los efectos adversos ms importantes son inquietud, insomnio y sequedad de boca [66]. Por su relativa novedad, hay poca informacin respecto al uso de agomelatina en ancianos. Las re- acciones adversas ms frecuentemente descritas son diferentes a las de los inhibidores de la recapta- cin de monoaminas: cefalea, nuseas y mareo. Como puede verse, ninguna molcula est des- provista de efectos adversos y no existe el ideal de un nico antidepresivo de eleccin en el anciano. Sin embargo, el clnico ha de tomar sus decisiones siguiendo los criterios de eleccin de la molcula con mayores niveles de ecacia y un perl bajo de efectos adversos, en especial aquellos que inciden de forma ms negativa en la poblacin geritrica, como son la sedacin, los efectos anticolinrgicos, la seguridad cardiovascular y la preservacin de las capacidades cognitivas. Conclusiones La depresin en las personas mayores es una enfer- medad frecuente que causa un importante impacto en su salud y funcionalidad. Al envejecimiento cere- bral normal se une el impacto neurobiolgico de la depresin, produciendo modicaciones estructura- les en regiones especcas del cerebro que tienen re- levancia clnica y pronstica porque inuyen tanto en la prolongacin del estado depresivo como en la posible respuesta al tratamiento farmacolgico. Ade- ms, la depresin empeora la salud fsica de estos pacientes y las dicultades del funcionamiento psi- cosocial ya presentes por el propio envejecimiento. Los pacientes ancianos con depresin tienen mayor dicultad en alcanzar la remisin y presen- tan mayor riesgo de sufrir recadas que los pacien- tes adultos ms jvenes. Por eso, las estrategias te- raputicas deben buscar la remisin temprana, ya que su consecucin tiene un impacto importante sobre el pronstico de la enfermedad. Alcanzar la remisin favorece la recuperacin de la funcin cognitiva, mejora el funcionamiento psi- cosocial de estos pacientes y evita la aparicin de recadas que compliquen la evolucin a medio y largo plazo de la depresin. 7 www.viguera.com/sepg Psicogeriatra 2011; 3 (1): 1-8 Depresin geritrica: de la neurobiologa al tratamiento farmacolgico Son tales las consecuencias de la enfermedad depresiva en los ancianos y las repercusiones de los sntomas residuales y las recadas que el clnico de- bera hacer un cambio de paradigma respecto a planteamientos previos. Aun teniendo en cuenta la fragilidad de las personas mayores, se debe tratar contundentemente la depresin geritrica con las mejores herramientas teraputicas disponibles, que son aquellas que proporcionan el mejor balance en- tre ecacia y tolerabilidad en esta poblacin. Bibliografa 1. Organizacin de las Naciones Unidas. URL: http://www. un.org/es. [03.10.2009]. 2. Murray CJ, Lpez AD. Te global burden of disease a comprehensive assessment of mortality and disability form diseases, injuries and risk factors in 1990 and projected to 2020. Cambridge: Harvard School of Public Health; 1996. 3. Mathers CD, Loncar D. Projections of global mortality and burden of disease from 2002 to 2030. PLoS Med 2006; 3: e442. 4. Beekman AT, Copeland JR, Prince MJ. Review of community prevalence of depression in later life. Br J Psychiatry 1999; 174: 307-11. 5. Schoevers RA, Smit F, Deeg DJ, Cuijpers P, Dekker J, Van Tilburg W, et al. 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To review, from a neurobiological point of view, the severity and the characteristics of depression in the geriatric population, together with the therapeutic strategies in this population. Development. Depression at later ages has its own distinctive neurobiological features because, in addition to normal cerebral ageing, a series of structural modications also take place in specic areas of the brain. These are characteristic of this disease and can play a role in prolonging the depressive state and in the possible response to pharmacological treatment. Elderly patients with depression nd it more dicult to achieve remission and have a greater risk of suering from relapses than younger adult patients. Nevertheless, achieving remission favours the recovery of the cognitive functions, improves psychosocial functioning and prevents the appearance of relapses that make the development of the depression more complicated in the medium and long term. Conclusions. Therapeutic strategies must strike a balance between eectiveness and safety of treatments, bearing in mind that remission has a signicant impact on the prognosis of the disease. Key words. Ageing. Depression. Geriatrics. Neurobiology. Remission. Therapeutic strategies.