El documento analiza las uniones homosexuales desde la perspectiva jurídica en Argentina. Discute tres cuestiones: 1) la posibilidad legal del matrimonio homosexual a la luz de los tratados de derechos humanos, 2) el registro de parejas del mismo sexo y 3) la adopción por parejas homosexuales. También examina conceptos ideológicos involucrados en las reivindicaciones de grupos homosexuales.
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El documento analiza las uniones homosexuales desde la perspectiva jurídica en Argentina. Discute tres cuestiones: 1) la posibilidad legal del matrimonio homosexual a la luz de los tratados de derechos humanos, 2) el registro de parejas del mismo sexo y 3) la adopción por parejas homosexuales. También examina conceptos ideológicos involucrados en las reivindicaciones de grupos homosexuales.
El documento analiza las uniones homosexuales desde la perspectiva jurídica en Argentina. Discute tres cuestiones: 1) la posibilidad legal del matrimonio homosexual a la luz de los tratados de derechos humanos, 2) el registro de parejas del mismo sexo y 3) la adopción por parejas homosexuales. También examina conceptos ideológicos involucrados en las reivindicaciones de grupos homosexuales.
El documento analiza las uniones homosexuales desde la perspectiva jurídica en Argentina. Discute tres cuestiones: 1) la posibilidad legal del matrimonio homosexual a la luz de los tratados de derechos humanos, 2) el registro de parejas del mismo sexo y 3) la adopción por parejas homosexuales. También examina conceptos ideológicos involucrados en las reivindicaciones de grupos homosexuales.
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Uniones homosexuales y Derecho - Jorge Scala
Lunes, 16 de Febrero de 2009 11:22
Jorge Scala. Abogado argentino, profesor de Biotica a nivel de maestra en la Universidad Libre Internacional de las Amricas de Uruguay, Coordinador para el Interior de la Argentina del Consejo Latinoamericano por la Vida y la Familia de Vida Humana Internacional (VHI). Es autor de libros y artculos en revistas especializadas. Ha dictado ms de 350 conferencias en 14 pases y coordina Asociaciones Unidas por un Mundo Mejor.
Tal como hace el autor en la Revista Jurdica El Derecho (02/05/05) es preciso distinguir entre tres realidades completamente diferentes:
a) las personas con tendencia homosexual, que viven dicha circunstancia involuntaria, con profundo dolor, e intentan curarse de esa tendencia desviada o, al menos, vivir la castidad conforme su estado; b) otras personas tienen dicha tendencia, y se dejan llevar por la misma, practicando actos homosexuales; sin embargo, reconocen que su tendencia es anormal o, al menos, que no les otorga ningn privilegio o derecho; su vida sexual no excede el marco de su vida privada; y c) finalmente, estn aquellos que hacen de la prctica homosexual, una bandera poltica.
Su objetivo es cambiar las pautas morales de toda la sociedad, pretendiendo no slo la aceptacin social de su comportamiento, sino tambin determinados privilegios injustos. Obviamente el lobby homosexual est integrado por sta ltima clase de personas.Se estudian los aspectos fundamentales que se emplean para las "revindicaciones" de estos ltimos.
La presin del lobby homosexual, que pretende el status de matrimonio, sin distincin alguna, a la convivencia entre personas del mismo sexo, plantea diversos interrogantes en el campo del derecho argentino. Tratar las tres cuestiones que agotan el tema, desde el punto de vista del derecho positivo vigente en nuestro pas (Argentina): a) la posibilidad o no del "matrimonio homosexual", conforme las normas de derechos humanos, con rango constitucional, luego de la reforma de 1.994; b) la posibilidad o no de registrar tales ayuntamientos, en un registro diferente al de los matrimonios, como ha sido legislado en Francia, y en la ciudad capital de la Repblica Argentina; c) la posibilidad o no de legitimar a las "parejas" del mismo sexo, para que puedan adoptar menores, tambin a la luz de los tratados de derechos humanos, incorporados a nuestra Carta Magna.
Al final, me ocupar brevemente algunas cuestiones ideolgicas, involucradas en la reivindicacin de tales grupos homosexuales, analizndolas desde el punto de vista jurdico.
1. La familia y el matrimonio [1] en los tratados de derechos humanos. Matrimonio homosexual?:
1.a. Derechos humanos y familia: Debo subrayar que cinco de los tratados de derechos humanos, con rango constitucional (art. 75, inc. 22 CN), se ocupan de la naturaleza jurdica de la institucin familiar, y todos ellos lo hacen en un sentido plenamente coincidente; lo cual facilita la hermenutica y exgesis de los textos. De ellos, dos son literalmente idnticos, y nos servirn de base para el estudio. Establecen que: "La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la proteccin de la sociedad y del Estado" [2]. A pesar de su laconismo, la frase expresa tres verdades vitales, para el justo ordenamiento de la sociedad. Veamos:
1) Se afirma que "la familia es el elemento natural de la sociedad". Tal aseveracin implica, necesariamente, tres verdades bsicas: a) que la familia es anterior a la sociedad y al Estado; b) tiene una esencia inmutable -lo veremos al tratar el matrimonio-, pues sino no pertenecera al orden de la naturaleza; y c) como consecuencia de lo anterior, tiene sus propias caractersticas, que deben ser respetadas tal cual son, por el ordenamiento jurdico.
2) No le bast al constituyente afirmar, que la familia es el elemento "natural" de la sociedad; por ello aade, seguidamente, que "la familia es el elemento fundamental de la sociedad". Esto significa que ese elemento natural de la sociedad -la familia-, es tambin quien la funda. Dicho de otro modo: no existe una sociedad, sino est conformada por una pluralidad de verdaderas familias [3]. Y las familias verdaderas, son aqullas que se adecuan a la naturaleza humana.
3) El derecho de los derechos humanos, saca la nica conclusin lgica posible, de las premisas mencionadas: "la familia tiene derecho a la proteccin de la sociedad y del Estado". Para la sociedad, la proteccin de la familia es una necesidad de autoconservacin. En efecto, si la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, el primer deber de sta ltima es la proteccin de la familia; de lo contrario, corre grave riesgo su propia subsistencia.
Y esto no es un juego de silogismos; sino la ms cruda realidad, conforme nos ensea la historia. Centenares de sociedades, Estados y culturas han desaparecido, luego de la decadencia total de su institucin familiar. Y esta necesidad vital de la sociedad, de proteccin a la familia, se convierte en una obligacin para el Estado.
1.a.1. La Convencin Americana sobre Derechos Humanos, completa lo antedicho con un casi imperceptible matiz en la redaccin. Prescribe que "la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado" [4]. Al derecho de la familia a la proteccin social y estatal, la Convencin aade el correlativo deber jurdico inalienable, como norma de orden pblico, por el cual la sociedad y el Estado, debenproteger a la familia.
1.a.2. El cuarto de los tratados de derechos humanos, delimita el alcance de dicha proteccin a la familia, al prescribir: "se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la ms amplia proteccin y asistencia posibles, especialmente para su constitucin y mientras sea responsable del cuidado y la educacin de los hijos a su cargo" [5]. El tratado reitera el carcter natural y fundante de la familia, por lo cual, exige "la ms amplia proteccin y asistencia posibles".
Es obvio que en aspectos econmicos o financieros, la ms amplia asistencia puede -a veces- , no ser posible, mxime en un pas en quiebra como el nuestro... Sin embargo, dejo constancia que la proteccin jurdica siempre es posible. Conforme lo que estamos estudiando, debe entenderse por "proteccin jurdica", como minimo minimorum, aquellas normas legales que reconocen la naturaleza intrnseca de la familia, tal cual ella es en s misma, permitindole su propio desarrollo.
Por ende, esta norma presenta un programa verdaderamente audaz, para todo el derecho de familia: legislar en favor de la familia tal cual es como institucin natural, aunque ello signifique, en muchos casos, desplazar los intereses de algunos de sus miembros que padecen alguna "patologa" [6]. En todo caso, jams podra legislarse privilegiando a las personas que han "fracasado" en su familia, porque ello menoscabara "la ms amplia proteccin" jurdica posible [7].
Adems de todo lo dicho, el Pacto Internacional destaca un momento y un proceso, en los que deben extremarse la proteccin y asistencia a la familia. Son el momento de su constitucin, y el proceso del cuidado y educacin de los hijos. Si la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, es evidente que sta ltima, debe favorecer la constitucin de la mayor cantidad posible de familias, en las condiciones ptimas para tales inicios.
Desde otro punto de vista, dada la naturaleza mortal del ser humano, las sociedades slo pueden perdurar, con la procreacin y educacin de nuevas personas, que vayan sustituyendo las fallecidas. Por ende, el proceso del cuidado y educacin de los hijos - encarado naturalmente por la familia-, merece la mxima proteccin social y estatal.
1.a.3. El Prembulo de una Convencin afirma algo similar: "Convencidos de que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, y en particular de los nios, debe recibir la proteccin y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad" [8].
1.a.4. Por tanto, y en la interpretacin armnica del plexo normativo, constituido por los textos pertinentes de los cinco tratados de derechos humanos citados, que se refieren a la familia, obtenemos la siguiente sntesis: la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y del Estado; y, por ende, debe recibir la mxima proteccin posible de stos, en especial en el momento de su constitucin, y durante todo el proceso del cuidado y educacin de los hijos. Por ende, constituye una obligacin mnima del Estado -vinculante para el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial-, la proteccin jurdica de la naturaleza intrnseca, de la institucin familiar.
1.b: Derechos humanos y matrimonio: Los Tratados y Convenciones de rango constitucional, que se refieren al matrimonio son tres. Y abordan dos aspectos del mismo: a) sus caracteres generales, y b) el consentimiento matrimonial. Veamos:
1.b.1. "Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia..." [9], y "Los hombres y las mujeres ... tienen derecho ... a casarse y fundar una familia" [10]. Estas frmulas similares y escuetas arrojan una luz interesante; sobre todo, si las integramos -armnicamente-, con lo ya dicho sobre la familia. Entonces, las normas de derechos humanos citadas, hacen tres afirmaciones vitales:
1) Prescriben que el derecho a contraer matrimonio, corresponde a la naturaleza humana, y no es una creacin derivada de la voluntad del legislador. Por ello se reconoce el derecho a las nupcias. Vale aqu todo lo dicho respecto de la familia, como elemento "natural" de la sociedad; es decir, que:
a) la unin de los sexos, es anterior a la sociedad y al Estado; b) tiene una esencia inmutable, derivada de la propia naturaleza humana, que debe ser protegida y promovida por el derecho; y c) que posee sus propias caractersticas, que deben ser respetadas tal cual son, por el ordenamiento jurdico.
2) La reforma constitucional de 1994, sostiene que toda familia se funda en un matrimonio, que le precede temporalmente. Dicho de otro modo, no puede existir la familia, sin un matrimonio que la engendre.
3) Por ltimo, se postula que el matrimonio es un acto jurdico, al cual slo tienen derecho a acceder un varn con una mujer, pues es a los nicos a los cuales se les reconoce dicho derecho; y, adems y por sobre todo, porque naturalmente slo un varn y una mujer pueden procrear, y con ello constituir una familia.
1.b.2. En relacin al consentimiento matrimonial, los tratados prescriben: "Slo mediante el libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podr contraerse el matrimonio" [11], y "El matrimonio no puede celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los contrayentes" [12]. La concisin de las frmulas no impide la exgesis de las mismas. En efecto, dichas normas jurdicas prescriben tres cosas:
1) Para la validez del matrimonio, es necesario el consentimiento de esa mujer y ese varn, que se proponen casarse. Ahora veremos las caractersticas propias del consentimiento conyugal.
2) El consentimiento matrimonial debe ser libre; es decir, que se trata de un acto voluntario, al cual caben los requisitos clsicos del art. 897 del Cdigo Civil Argentino - discernimiento, intencin y libertad-, que son las formulaciones jurdicas derivadas del concepto antropolgico, relativo a las propiedades del alma humana, o sea: la inteligencia, voluntad y libertad. Dicho de otro modo, para que sea vlido el consentimiento matrimonial, el mismo debe realizarse:
a) con el conocimiento exacto de los derechos y obligaciones que comportan las nupcias (discernimiento); b) de modo que asegure estar exento de vicios de la voluntad y de coaccin externa (intencin); y c) finalmente, que la decisin ltima de la persona, sea la de realizar el acto jurdico matrimonial, una vez conocidas las implicancias del mismo, y con una voluntad libre (libertad).
3) El consentimiento marital, para su validez, debe ser pleno. Este adjetivo tiene implicancia jurdica en el tema que nos ocupa. En efecto: si se prescribe que el consentimiento debe ser "libre y pleno", esto slo puede significar que la plenitud no adjetiva a la libertad, sino al consentimiento; de lo contrario el texto legal mencionara un consentimiento "plenamente libre", o con una "libertad plena", o cualquier frmula semejante. Muy por el contrario, se menciona un consentimiento libre y, a la vez, pleno.
Por tanto, tampoco podra identificarse la plenitud con la libertad, ya que se tratara de una redundancia impensable en textos de un llamativo laconismo, como los transcriptos. Entonces qu quiere significar la plenitud del consentimiento conyugal?. Dejando de lado otras consideraciones, para el estudio al que estamos avocados, baste decir que la plenitud del consentimiento implica que no hay condiciones -ni suspensiva ni resolutoria-, al momento de las nupcias, por parte de los cnyuges, en cuanto a su disposicin a cumplir los fines naturales del matrimonio.
Y esto es decisivo para el tema en estudio, pues los homosexuales jams pueden prestar un consentimiento matrimonial pleno, pues ejercen su sexualidad de tal modo que la procreacin resulta imposible. Como el matrimonio natural y jurdicamente est ordenado a la familia, y esta depende de la procreacin, entonces ninguna unin homosexual puede basarse en un consentimiento matrimonial pleno. Propiamente hablando, los homosexuales ni siquiera son capaces de prestar un consentimiento marital.
El consentimiento que pueden otorgarse sera el de convivir, usar su sexualidad recprocamente, y lo que se quiera aadir, pero todo ello excluye voluntaria y naturalmente la posibilidad de engendrar y concebir hijos; por tanto nunca podra ser un consentimiento conyugal, sino otro tipo de consentimiento.
1.b.3. Sintetizando todo lo dicho, tenemos la respuesta, conforme la exgesis de los textos pertinentes, al primer interrogante que nos planteamos: el "matrimonio" homosexual es inconstitucional, y violatorio del derecho de los derechos humanos [13]. Resumo las razones de tal conclusin:
En primer lugar y como hemos visto, el matrimonio constituye -funda- la familia. Ambas son instituciones naturales, anteriores al Estado, a las leyes [14] y an al derecho. Ello es as por tres verdades incontrovertibles, a saber:
1) los seres humanos somos mortales, hubo un tiempo en el que no fuimos y habr otro en el que no seremos; mientras tanto, estamos en esta tierra nuestra. Ergo, la supervivencia de la especie humana requiere la procreacin.
2) Naturalmente, para que nazcan los nuevos seres humanos que nos reemplacen, es necesaria la unin biolgica de una mujer y un varn [15].
3) Por la trascendencia -se acepte o no la espiritualidad-, inherente a la naturaleza humana, adems de dar la vida, hay que transmitir la cultura, de modo que esa criatura, con el paso de los aos y luego de ingentes esfuerzos, llegue al uso pleno y maduro de sus humanas facultades. Ahora bien, este proceso de transmisin cultural, no es un simple acumular datos, como la memoria de una computadora; sino que se trata de hacer pensar, querer y sentir como ser humano, a cada persona trada al mundo.
Para que esto sea posible, no hay ni habr un mbito ms adecuado, que el ambiente de amor, respeto y comprensin gestado -ordinariamente-, en torno a la ntima comunidad de vida y amor, establecida por los cnyuges [16], en el matrimonio y la familia.
1.b.4. En este contexto, recordemos entonces lo dicho hasta ahora: El consentimiento libre y pleno de un varn y una mujer constituye el matrimonio. A su vez, el matrimonio se ordena a la familia, en especial para la procreacin y educacin de los hijos. Ambas instituciones - matrimonio y familia-, son inherentes a la naturaleza humana y, por ende, el derecho las reconoce segn su propia esencia y caracteres.
La sociedad se funda en la familia y, por ende, sta debe ser protegida del modo ms amplio posible por aquella. Y siempre es posible la regulacin jurdica, conforme con la naturaleza propia del matrimonio y la familia -aunque esto sea "polticamente incorrecto", como en estos tiempos-.
Ahora bien, luce evidente que el comercio genital entre personas del mismo sexo, jams puede engendrar nuevos seres humanos. Ello implica, necesariamente, que dicha relacin contrara la naturaleza humana, al menos, en cuanto al uso natural de los rganos sexuales; pues dicho modo de utilizacin les impide voluntariamente el cumplimiento de su finalidad natural -la procreacin-, que es necesaria para la supervivencia de nuestra especie.
Por ello, la unin de personas del mismo sexo jams podra constituir un matrimonio, ni mucho menos fundar una familia [17]. Y esto no es discriminarlos, sino que son ellos mismos los que se autodiscriminan -separan-, con relacin al matrimonio.
2. Posibilidad de registrar las uniones homosexuales:
Demostrada la imposibilidad jurdica -previa imposibilidad natural-, de considerar matrimonio a la convivencia y trato genital de personas del mismo sexo, corresponde ahora estudiar la posibilidad, en el derecho argentino, de algn otro tipo de registro de las uniones consensuales, entre personas de idntico sexo.
2.a. Los registros pblicos: Las relaciones jurdicas entre seres humanos son numricamente incontables. La gran mayora carecen de registro pblico, reservndose a la buena fe o a contratos escritos de los particulares. An si el Estado tuviera como nica funcin, el registro de todas las relaciones jurdicas de sus sbditos, sera incapaz de cumplirla, por su enorme cantidad.
Esta realidad, por dems obvia, explica que slo se registren pblicamente, aquellos actos jurdicos que cumplan dos condiciones: en primer lugar, que tengan una finalidad de bien comn -excediendo el inters particular- y, adems, que haya un verdadero inters pblico en registrar tal tipo de actos. Por ello todos los inmuebles y cierto tipo de bienes muebles - como los automotores, por su valor y propiedad generalizada-, se registran. En efecto, hace al bien comn que todas las personas tengan certeza de que, cuando compran un inmueble, la venta sea vlida.
Lo mismo ocurre con los automviles, donde, adems, es necesario deslindar la responsabilidad civil, frente a posibles siniestros. Se registran las sociedades comerciales, sus directivos y fiscalizadores, se les obliga a hacer balances anuales y presentarlos a la autoridad de contralor, donde pueden ser consultados por los terceros, que acrediten algn inters legtimo, y con ello se otorga ms transparencia al comercio y la industria; etc.
En el campo que nos ocupa, se registran los nacimientos y defunciones de los ciudadanos, pues mltiples derechos y obligaciones dependen de tales anotaciones. Tambin se anotan los matrimonios -y sus eventuales nulidad o disolucin-, por ser el matrimonio el fundamento de la familia, y sta de la sociedad, y, adems, para identificar los responsables naturales y primarios de la crianza y educacin de los menores de edad. Las razones de bien comn e inters pblico para tal registracin, resultan obvias.
2.a.1. Desde luego que no todas las relaciones afectivas se inscriben, por muy legtimas, naturales e importantes que sean. Hay algo ms natural y sano que la amistad?. Se puede vivir una vida plenamente humana al margen del matrimonio, pero no es posible una vida humana en plenitud prescindiendo de la amistad. Por tanto, debe concluirse que la amistad hace al bien comn. Sin embargo, nunca jams existi en este planeta ningn registro de amigos. Y ello por la sencilla razn, que no hay ningn inters pblico que lo justifique.
2.a.2. Ahora bien, entrando al segundo tema propuesto, tenemos que las uniones homosexuales son contrarias al bien comn -an cuando los homosexuales no lo quieran admitir-, y adems, no hay ningn motivo de inters pblico en registrarlas. Me explayo:
a) La convivencia de homosexuales, implica haber escogido un ejercicio genital, previa y voluntariamente programado como estril. Se abdic voluntariamente y por definicin, de la finalidad de propagar la especie humana -tanto en lo especfico como en lo personal-. Si todos los seres humanos hicieran esta opcin vital, la especie humana desaparecera en algunos decenios [18] . Es por ello, que la homosexualidad no merece ningn tipo de proteccin por parte de la sociedad y del Estado; sino ms bien, todo lo contrario. Puede discutirse si debe ser una conducta penalizada o no. Pero jams puede ser admitida en los espacios pblicos[19] , y mucho menos pretender homologarla mediante un registro.
b) Mucho ms obvio e indiscutible resulta sostener, que no existe ningn motivo de inters pblico en el registro de este tipo de uniones. No existen registros de los habitantes de cada inmueble, an cuando tengan alguna relacin de parentesco (abuelos y nietos, tos y sobrinos, hermanos), ocupacin comn (estudiantes universitarios).
Ergo, la convivencia no es motivo de registro, por carecer de inters pblico. Slo se registran los matrimonios -por ser fundantes naturales de la familia y la sociedad-, y ser el mbito natural adecuado para la procreacin [20].
En este contexto, la propuesta de registrar tales uniones luce arbitraria y antijurdica. Podra quiz no contrariar una norma jurdica especfica, si se analiza la cuestin utilizando la metodologa del positivismo jurdico ms retrgrado; pero an as, no cabe duda que contrara el orden jurdico en su conjunto, ms all del plexo normativo literalmente escrito.
3. Posibilidad de adopcin por parte de parejas homosexuales:
La Convencin sobre los Derechos del Nio, en dos de sus artculos, nos da la clave constitucional para resolver la incgnita, de modo indubitado.
En efecto, dice: "En todas las medidas concernientes a los nios que tomen las instituciones pblicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los rganos legislativos, una condicin primordial a que se atender ser el inters superior del nio" [21].
En correlacin con esta norma, ms adelante dice el mismo tratado de derechos humanos, que "Incumbir a los padres o, en su caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y el desarrollo del nio. Su preocupacin fundamental ser el inters superior del nio" [22].
3.a. Derechos humanos y adopcin:
La interpretacin armnica de ambos preceptos es la siguiente: el "inters superior del nio" es la regla general -y objetiva-, para toda conducta de terceros, con relacin a los menores de 18 aos de edad. Dicha regla debe ser observada, en primer lugar, por los padres o representantes legales, que son quienes tienen la responsabilidad natural y primaria, de criar y educar a la prole.
La regla objetiva para medir su conducta es, precisamente, el inters superior del nio. La misma regla es tambin aplicable, a todas las instituciones pblicas y privadas, que interacten con los menores. Es un lugar comn que, ante cualquier duda frente a intereses contrapuestos, debe primar el "inters superior del nio". El problema es quin determina cul es ese inters en cada caso concreto?.
La integracin de ambas normas nos da la respuesta: son los progenitores -o en su caso, los representantes legales-, quienes determinan en cada situacin, qu debe reputarse por el superior inters del menor. Ahora bien, en caso de un abuso, error grave de interpretacin, etc., de su parte, el Estado a travs del Poder respectivo, debe actuar en forma supletoria, corrigiendo el abuso y, para ello, debe guiarse por el objetivo inters superior del nio. Por ello, la doctrina acertada, ha caracterizado como norma procesal, el llamado "inters superior del nio".
Quiero subrayar ahora, que la mencionada regla interpretativa -el inters superior del nio- ,obliga con rango constitucional, a "los tribunales, las autoridades administrativas o los rganos legislativos"; es decir a todos los organismos y dependencias que componen el Estado. Por tanto, ni los legisladores podran sancionar leyes, ni los jueces dictar sentencias, ni los presidentes, gobernadores e intendentes podran desarrollar planes o programas, que contraren el "inters superior del nio", pues todos ellos quedaran fulminados por inconstitucionalidad. Y son los padres quienes -natural y jurdicamente-, estn capacitados para determinar en concreto si tal ley o programa, se adecua o no al "inters superior del nio" [23].
3.b. El inters superior del nio y la adopcin:
El instituto de la adopcin es antiqusimo en la historia humana. Es la respuesta adecuada a la niez abandonada, sea por causa natural -muerte o enfermedad de los progenitores-, por incapacidad de los padres de hacerse cargo de la crianza y educacin de los hijos, o, finalmente, por el abandono cruel de los nios.
Estas tres circunstancias ya existan en los mismos albores de la humanidad. La adopcin fue la respuesta, primero espontnea y luego, conforme una regulacin jurdica, fruto de la experiencia de nuestros antepasados. Dicho de modo sencillo, la adopcin procura dotar a cada nio abandonado -cualquiera sea la causa del abandono-, de los padres ms adecuados para criarlo y educarlo. Desde siempre, tal instituto estuvo guiado por el "inters superior del nio", an cuando no lo formulara con esa locucin.
La forma ms perversa y prostituida que se opone a la adopcin es, precisamente, "regalar" un nio a un matrimonio, pareja unida de hecho o persona adulta. Los nios son personas y no cosas, motivo por el cual tienen completa la dignidad humana. Estn fuera del comercio, no se pueden comprar ni vender, y mucho menos regalar. Otorgarles a las parejas homosexuales la posibilidad de adoptar nios, es una de las formas perversas de prostituir el noble instituto de la adopcin.
Y ello por una razn lapidaria: quienes por eleccin vital libre, decidieron tener un estilo de vida que los hace incapaces, absolutamente, de procrear, por esa misma decisin, se autoexcluyeron de la crianza y educacin de otros nios, por va de la adopcin. Quien elimina la paternidad y maternidad biolgicas de su propia vida, conviviendo y manteniendo relaciones genitales con personas de su propio sexo, se ha autoexcluido de la crianza y educacin del nio que quiso -positiva y definitivamente-, no engendrar ni concebir.
La naturaleza nos ensea sabiamente, que quien desech la causa no puede pretender el efecto natural de la misma... [24] . Un hecho por dems significativo, es que las "parejas" homosexuales, de facto, no tienen ningn inters en adoptar nios. En efecto, en Espaa hay dos comunidades autonmicas que tienen autorizado este tipo de adopciones: Navarra, desde julio de 2.000, y slo hubo 2 adopciones, y el Pas Vasco, desde mayo de 2.003, y slo hubo 1 adopcin. Y en los tres casos se trat de hijos biolgicos de una integrante de la "pareja" lesbiana [25].
3.b.1. Algunas estadsticas sobre los homosexuales:
Al lobby homosexual se lo conoce como el lobby "rosa"; paradjicamente, su vida no es un "lecho de rosas". Y esto est muy bien documentado. Un dato revelador es la inestabilidad de sus relaciones afectivas. Veamos: De estudios procedentes de los EE.UU., "resulta que el 28% de los homosexuales estudiados haban tenido 1.000 o ms compaeros; el 15 % entre 100 y 249; el 9 % entre 50 y 99... hasta llegar a un solo compaero, situacin en que se reconocan solo tres de los casi seiscientos homosexuales estudiados.
Desde otro punto de vista: el 9% no haba tenido una relacin duradera, el 17% haba tenido una, el 16 %, dos, el 20%, tres, el 13 %, cuatro, el 16 %, entre 6 y 87... Un dato ms, muy significativo, sobre este estudio: de entre los estudiados, ms de la mitad tenan menos de 35 aos.
Tambin entre nosotros -se refiere a Espaa- hay datos similares: la primera encuesta nacional sobre hbitos sexuales del colectivo gay, publicada en 2002, y patrocinada por la Federacin Estatal de Lesbianas y Gays, seala, entre sus conclusiones ms relevantes, que un varn homosexual tiene relaciones con 39 personas distintas, como media, a lo largo de su vida" [26].
Ahora veamos las causas de esa inestabilidad emocional de los homosexuales: "Existe un amplio consenso entre los actuales estudiosos de la psicognesis de la homosexualidad, en que es inherente al desarrollo homosexual una auto-actitud de masculinidad/feminidad frustrada, es decir, un complejo de inferioridad en cuanto a la propia masculidad/feminidad, una identidad sexual deficiente.
En segundo lugar, existe amplio consenso en que el impulso homosexual se origin como compensacin ante esta escasa identificacin masculina, femenina. Es fundamentalmente un ansia de afecto y reconocimiento por parte de aquellas personas del mismo sexo a quienes se admira e idolatra. De ah que todos los hombres homosexuales busquen ante todo modelos de masculinidad y que, en sus contactos deseen obtener el amor varonil que no encontraron, fundamentalmente de la figura paterna.
La teora ms en boga es que la homosexualidad se basa en una perturbacin del llamado sentido de identidad sexual. La realidad demuestra que las personas homosexuales estn afectadas no slo en su faceta sexual, sino en todo su mundo emotivo. Su vida emotiva coincide mucho, por ejemplo, con la de tipo ansioso, compulsivo o depresivo, caracterizada por depresiones, nerviosismo, problemas relacionales y psicosomticos.
No son capaces, en determinados aspectos de su vida emotiva, de madurar y de ser adultos y, pese a querer aparentar jovialidad y alegra no son felices interiormente. La causa no est en la discriminacin de la que se quiere acusar a la sociedad que les hara vctimas de ella, sino en fuerzas que actan en el interior mismo de los interesados" [27] . "En suma, la homosexualidad resultara segn el bilogo Vincent "de un dficit de la funcin de alteridad. En el reconocimiento del otro, funcin primordial del amor, el homosexual elegira lo mismo, sin querer afrontar la diferencia" [28].
Ahora bien, las consecuencias de esa inestabilidad emocional son fcilmente predecibles: el nmero de convivencias entre homosexuales es insignificante, incluso en aquellas naciones que han "legalizado" estas uniones. Segn las estadsticas oficiales de cada uno de los pases que menciono a continuacin:
a) En Dinamarca, en 10 aos de vigencia de la ley que las regula, se haban registrado apenas 3.200 parejas homosexuales para cinco millones de habitantes.
b) En Estados Unidos, las parejas homosexuales constituan aproximadamente el 0,2% del nmero de matrimonios (157.000 parejas homosexuales frente a aproximadamente 64,7 millones de matrimonios y 3,1 millones de concubinatos heterosexuales).
c) En Suecia entre 1993 y 2001 hubo 190.000 matrimonios por 1.293 parejas homosexuales registradas (el 0,67%).
d) En Noruega, tambin entre 1.993 y 2001, hubo 280.000 matrimonios por 1.526 parejas homosexuales registradas (el 0,54%).
e) Entre los latinos, Espaa, segn el censo 2001 del INE, hay casi 9 millones de matrimonios, frente a 10.474 parejas del mismo sexo -3.619 femeninas y 6.855 masculinas- , lo que representa el 0,11% de las uniones. La insignificancia de las cifras revela que estamos frente a una reivindicacin de tipo ideolgico, sin ningn sustento sociolgico, antropolgico ni jurdico.
4. Motivos ideolgicos y jurdicos, que subyacen en los planteos del lobby homosexual. Su crtica:
Hemos respondido negativamente y de modo indubitado, a los tres interrogantes que motivaron el presente estudio. Las pretensiones del lobby homosexual son contrarias al derecho de los derechos humanos, inconstitucionales e irracionales. Sin embargo, las presiones son muy fuertes. Ha llegado el momento de desnudar las verdaderas intenciones de dicho grupo de presin. Es oportuno, aunque resulte obvio decirlo: los grupos de presin tienen fines inconfesables ante la opinin pblica, por ello deben travestirlos ante los medios de masas. Esto no ocurre con los reclamos legtimos, que se plantean frontalmente ante la opinin pblica [29].
4.a. Los slogans del lobby homosexual:
En el fondo de su corazn -y precisamente por sus tensiones permanentes-, todo homosexual puede saber que su tendencia es contra natura. Precisamente por eso, los que voluntariamente han elegido no superarse, buscan una suerte de certificado estatal de "buena conducta" [30] . Ahora bien, si han elegido un estilo vital que los hace estriles, para qu quieren casarse?. No hay una respuesta racional. Se esgrimen tres slogans: a) la no discriminacin; b) pretenden igual trato hereditario; y c) para no perder ciertos beneficios de la seguridad social.
4.a.1. Ahora bien, el vocablo "discriminacin" es uno de los ms manipulados en la opinin pblica. En efecto, su significado es "separar, distinguir". Y todos vivimos separando y distinguiendo. Distinguimos entre comidas ricas y feas, personas inteligentes y tontas, trabajadores eficientes e ineficientes, etc. Vivimos discriminando cada vez que hacemos una eleccin, pues al optar estamos desplazando las opciones no elegidas.
Es bueno y necesario discriminar. Lo malo es la discriminacin injusta. Decir que el ayuntamiento de dos varones o dos mujeres no es un matrimonio, no tiene nada de injusto. Todo lo contrario, se llama a cada cosa por su nombre. Pues es evidente que no es lo mismo fundar una familia y dar nuevos miembros a la sociedad, que no hacerlo. La nica discriminacin a los homosexuales es su autodiscriminacin. En efecto, ellos se segregan de la sociedad, interrumpiendo voluntariamente su continuidad, por motivos exclusivamente egostas [31].
4.a.2. En cuanto a la herencia, el argumento es absolutamente falso en nuestro pas. Para heredarse mutuamente, no necesitan contraer ningn tipo de unin. Basta con instituir heredero al partenaire, en un testamento. Desde luego que, como cualquier otro ciudadano, si tienen herederos forzosos, se deber respetar la legtima de ellos. Por lo tanto, estn en idnticas condiciones que cualquier argentino. Nadie los discrimina.
4.a.3. Con relacin a la seguridad social, es preciso distinguir entre la cobertura personal y la familiar. Respecto de la cobertura personal, la misma es idntica para todos, pues a nadie se le pregunta si es o no homosexual. Ahora bien, la cobertura familiar tiene una razn de bien comn, pues se trata de ayudar a atender las contingencias que afecten al cnyuge e hijos, que ayudan a perpetuar la especie humana, y sta sociedad concreta argentina.
Si se atendiera a las parejas homosexuales como si fueran un matrimonio o una familia, es evidente que ello restara recursos -siempre insuficientes para una buena atencin-, para subvencionar a las verdaderas familias. Y esto tendra dos consecuencias posibles: 1) encarecer la seguridad social para todos, o 2) disminuir la calidad o cantidad de la cobertura para todos. Y esto es intrnsecamente injusto.
4.b. El privilegio que busca y oculta el lobby homosexual. Su antijuricidad:
En sntesis, el lobby homosexual pretende lo siguiente: reducir la sexualidad al aspecto genital placentero, rechazando todo compromiso intergeneracional [32] ; y pretendiendo, a la vez, no slo el reconocimiento, aceptacin y loa social, sino que sea la misma sociedad a la que perjudican, la que financie -al menos en parte-, su decisin de marginarla de sus propias vidas. Sin que ellos le den nunca nada a la sociedad, sta debera darles a ellos todo lo que demanden. Y esto es intrnsecamente injusto y antijurdico.
NOTAS
[1] Siempre que se habla del matrimonio y la familia, es preciso hacer algunas distinciones. En primer lugar, la unin de los sexos es un hecho natural que ha permitido la perpetuacin de la especie humana, desde que el hombre ha pisado la tierra. Luego, el derecho recoge y regula esa institucin natural, denominndola matrimonio.
Un primer problema es que esa regulacin jurdica, puede recoger o contradecir -total o parcialmente-, a la institucin natural. La segunda distincin es que slo es familia aquella basada en el matrimonio natural, es decir, la unin heterosexual e indisoluble, abierta a la generacin de nuevas vidas humanas.
Es verdad que, sociolgicamente hablando, existen formas sucedneas que intentan cumplir algunas de las funciones sociales de la familia; pero que no son familia. Tambin el vocablo "familia" puede ser desnaturalizado en la regulacin legal. El lector debe estar atento para captar los pasajes de este artculo donde se habla de las instituciones naturales, y distinguirlo de los prrafos referidos a la normativa jurdica.
[2] Art. 16, inc. 3, de la Declaracin Universal de Derechos Humanos; recogido luego por el art. 23, inc. 1, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos.
[3] El plural no implica que haya diversos "tipos" de familias, sino slo muchas de ellas, todas del nico "tipo" posible, que es la basada en el matrimonio heterosexual, monogmico e indisoluble, que, a la postre, es el que se corresponde con la naturaleza humana.
[4] Art. 17, inc. 1, de dicha Convencin.
[5] Art. 10, inc. 1, del Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales.
[6] Aclaro que las "patologas" a las que me refiero, en general, no son enfermedades somticas, sino situaciones permanentes que atentan contra la familia como institucin natural.
[7] Este problema iusfilosfico es una constante en la poltica jurdica. Quienes conciben el derecho con una visin solidarista, como orden social justo y, por ende, como uno de los medios ms importantes para lograr el bien comn, entienden fcilmente que ante una situacin lmite, se debe privilegiar la opcin que ms fortalezca las instituciones -o al menos no la debilite-, an en detrimento de algunos intereses particulares.
Los que perciben el derecho como una garanta para hacer la propia e individual voluntad, tendern siempre a poner en jaque las instituciones, para salvaguardar la voluntad - justificada o caprichosa-, de los particulares; el derecho se transforma as, gradualmente, en un instrumento al servicio de los ms poderosos. Las consecuencias estn a la vista y son lamentables...
[8] Prembulo a la Convencin sobre los Derechos del Nio. Obviamente el texto se refiere a la familia, en tanto institucin natural.
[9] Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, art. 23, inc. 2.
[10] Declaracin Universal de Derechos Humanos, art. 16, inc. 1.
[11] Declaracin Universal de Derechos Humanos, art. 16, inc. 2.
[12] Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, art. 23, inc. 3, y Convencin Americana sobre Derechos Humanos, art. 17, inc. 3.
[13] Esto es muy importante, pues se aplica a todas las naciones, que han suscripto las Convenciones y Tratados citados en este trabajo.
[14] Insisto en que tanto la regulacin jurdica, cuanto la realidad sociolgica pueden llegar a contradecir estas instituciones naturales. Es ms, cuando las leyes se han ensaado en tal contradiccin, el resultado ha sido penoso para la sociedad.
[15] Se podra objetar a esto que, con las nuevas tcnicas en uso y otras en fase experimental, ya no sera necesaria la unin biolgica de un varn y una mujer. Sin embargo, debemos convenir que probablemente lo ms antinatural que pueda existir, es la procreacin humana en un laboratorio; donde el hijo no es ni puede ser, la expresin de la vocacin a la eternidad del amor de sus progenitores, sino slo un producto, una cosa para ser poseda por quienes pagaron para obtenerla... Por su inmediatez, an no estn estudiadas las consecuencias personales y sociales, de este modo anormal de procreacin, pero se pueden intuir fcilmente.
[16] A decir verdad, ha habido intentos de demostrar o mostrar lo contrario. Las leyes de la Rusia marxista aboliendo el matrimonio y la familia, e instaurando el "amor libre", debieron anularse despues de haber provocado 20.000.000 de nios abandonados en 1.937. A un nivel ms filosfico, es interesante recordar el fracasado intento de relacin sentimental "sin ataduras", entre Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, muy bien descripto por Mara Paola S. de Delbosco, en "Doce aos de divorcio en la Argentina", Ed. Educa, Bs. As., 1999, pgs. 143/4.
[17] Esto es tan evidente que nunca jams, ninguna cultura o pueblo consider matrimonio a dichas uniones. Incluso en las culturas griega y romana decadentes, donde, la homosexualidad estuvo muy extendida -con los famosos efebos-, a nadie se le ocurri comparar dichos apareamientos, con el matrimonio.
Esto es muy importante, pues destruye el pseudo argumento de los sociologistas del derecho: en esas pocas haba -proporcionalmente-, muchos ms homosexuales que ahora, e incluso, tenan mucha mayor aceptacin social; sin embargo, como las instituciones tienen una raz de justicia, por encima de las costumbres, nadie os proponer asimilarlas al matrimonio; pues, desde cierto punto de vista, son exactamente lo contrario de las nupcias.
[18] Es cierto que la procreacin no es "obligatoria". Tambin es cierto que hay personas que, pese a realizar los actos pertinentes, no han podido tener descendencia. Adems, hay quienes por servicio a los dems, renuncian a la procreacin, sea en el celibato de raz religiosa, o por motivaciones altruistas.
Sin embargo, hay un hecho que diferencia completamente la renuncia voluntaria a la procreacin, por servir al prjimo, de la que slo se motiva en el egosmo. Son actitudes contrarias, y deben tratarse como tales. Por ello se puede afirmar que la opcin por la homosexualidad como estilo vital, es antisocial y contraria al bien comn; ms precisamente se puede decir que tiende al "mal comn".
[19] Falla gravemente el Estado en el cumplimiento de una de sus funciones esenciales, cual es el poder de polica de las costumbres, cuando permite la promocin de la homosexualidad en los medios masivos de difusin -algunos de los cuales son gerenciados por el propio Estado-.
[20] Alguien podra argir, como motivo de bien comn e inters pblico, para el registro de las parejas del mismo sexo, el otorgamiento de los beneficios de la seguridad social. Adelanto la opinin negativa al respecto, remitindome al punto 4 de este trabajo, donde tratar esa y otras cuestiones conexas.
[21] Art. 3, inc. 1 de la Convencin sobre los Derechos del Nio.
[22] Convencin sobre los Derechos del Nio, art. 18, inc. 1.
[23] Como corolario de todo lo dicho, resulta que debe ser acogida de inmediato, toda accin judicial -por ejemplo, por va de amparo-, en materias como "salud reproductiva", "educacin sexual", etc., donde los padres reivindiquen para s el ejercicio de la patria potestas en tales materias.
Por contrario sensu, deben rechazarse todos los pedidos de entrega de contraceptivos o esterilizacin de menores de edad, pues en tales casos son los padres quienes abdican de las obligaciones naturales y legales que tienen para con ellos. Estas demandas son aberrantes, pues los padres piden autorizacin judicial, para incumplir sus ms elevados deberes para con sus hijos; es decir, actan en representacin de sus hijos, para perjudicarlos y, adems, para desentenderse de ellos. Lo ms lamentable de todo es que hay algunos magistrados que acogen estas peticiones.
[24] Estas mismas razones sirven para desechar, por intrnsecamente inmoral y antijurdica, la inseminacin de lesbianas. [25] Forum Libertas, Diario Digital, del 5.04.05. Hablar de parejas del mismo sexo es unacontradictio in terminis, motivo por el cual la locucin ha quedado entre comillas.
[26] Carlos Martnez de Aguirre Aldaz, "Matrimonio homosexual por qu no?", Colegio Mayor Pealba, Zaragoza (Espaa), noviembre de 2.004.
[27] Gerard J.M. van den Aardweg. La Homosexualidad, una neurosis sexual. Cuadernos de Biotica. pag. 1317. n. 4. 1997.
[28] Cfr.Jean Didier Vincent, en su libro, Biologa de las pasiones. Editorial Anagrama.
[29] Valgan a ttulo de ejemplo de reclamos autnticos, las manifestaciones pidiendo "que se vayan todos los polticos", en diciembre de 2.001 -ms all que haya sido aprovechado por algn poltico para acceder a la primera magistratura que le haba sido negado por las urnas- ; o las convocatorias masivas del Ing. Blumberg, exigiendo en nombre de todos los argentinos, que el gobierno tome algunas medidas, para mejorar las condiciones de la seguridad pblica.
[30] Esto es muy similar a lo ocurrido con el lobby de algunos divorciados, para lograr la ley de divorcio, y as "blanquear" su situacin frente a la sociedad.
[31] Y esto es lo contrario del celibato apostlico, o a la actitud de cualquier persona que resigna el matrimonio, por mejor servir a la sociedad civil.
[32] El homosexual rechaza su origen, pues un varn y una mujer le dieron vida; y rompe la cadena con el futuro, al cercenar voluntariamente toda posibilidad de procrear al modo humano. Por tanto, rompe con la generacin anterior e impide la llegada de la posterior.
EL CONCEPTO DE FAMILIA EN LA CONSTITUCIÓN DE 1991 en La Parte Dogmática de La Constitución Política de 1991 Se Encuentran Varias Referencias A La Familia