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Revista Las Ciento y Una - Junio 1953

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REVISTAS CULTURAlES ARGENTINAS

( 1950-1976)
Presentacin (
1
El conjunto de revistas culturales reunido el'! esta unidad temtica abarca un variado espectro de
producciones intelectuales y culturales que se editaron entre 1950 y 1976. Se trata de publicaciones con
diferente grado de vinculacin c9n las tendencias pollticas e ideolgicas de las izquierdas del periodo, pero
todas ellas de un contexto caracterizado por una creciente movilizacin polltica, radicalizacin
ideolgica y contestacin cultural. Las revistas aqul re.Lmidas, de tal modo, Participaron de la formacin de
un nuevo y rico campo cultural, surcado por los grandes debates de los anos sesenta y setenta. Al mismo
tiempo, fueron el vehlculo que posibilit el encuentro y el debate entr los intelectuales y artistas ya consa-
'grados y aquellos jvenes que, de diversas maneras, desafiaron los modos y lugares cannicos de las figu-
ras del intelectual y del artista. . ,
Si liJ)a de. las earacterlsticas centrales de este periodo, en lo que refiere al universo cultural es la
formacin de una nueva izquierda intelectual desde la segunda mitad de la dcada de 1950, esa formacin
fue un proceso complejo y muchos de los principales exponentes de esa nueva intelectualidad circularon, no
. slo previamente, por publicaciones de lo que desde entonces ser la "vieja" izquierda. Esta acervo de re-
vistas literarias, culturales o pollti,S. o-culturales, resulta imprescindible para acercarse a uno de los ms ricos
periodos en la produccin cultural de Argentina.
La revista Capricornio, cuya primera poca es de lg53 y 1954, y su segunda poca de 1965, inicia
esta seccin. Dirigida por Bernardo Kordon, se trata de una publicacin que culiv la heterodoxia y ei
lismo, lo cul)efmiti que en sus pginas convivieran.distintas tendencias, desde autores influidos por el
surrealismo a quienes cultivaban el realismo critico. Ensayos y debates, poemas y narrativa, polltica, cine,
teatro son algunos de los temas en que incursiona la publicacin, a travs de textos de autores-argentinos y
extranjeros muy diversos. El debate entre Sartre y Camus, cuentos de Juan Bosch, un nmero dedicado a
Neruda (con articulas de Volodia Teitelboim, Maria Rosa Oliver, Pedro Orgambide, entre otros). 'intervencio-
nes de Juan Jos Sebreli, Hctor Raurich, Jorge Lafforgue, Csar Tiempo, Aldo Pellegrini, Hctor Yaover,
Ernesto Sbato y el propio Bernardo Kordon se suman a las de los extranjeros como Jean Paul Sartre, Al-
bert Camus, PaJ.,JI Eluard, ltalo Calvino, Henry Miller o Simone de Beauvoir. En su segunda poca es clara la
influencia y el espacio editorial que ganan los autores y temas vinculados a la revolucin china, incluyendo
un texto en el que Carlos Astrada presenta y analiza su conversacin con Mao Tse-Tung en 1960.
La revista Centro, rgano del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofla y Letras de la UBA,
fue publicada entre y 1956. En el editorial de su primer nmero (nov. 1951) se afirma a la nueva.revis:
ta como la continuidad de la clebre Verbum, publicacin del centro de estudiantes nacida en 1908 y cuyo
ltimo nmem se vio la luz en 1948. La critica literaria, el pensamiento filosfico, la mirada historiadora, la
poesla y la narrativa, la pluma de jvenes intelectuales de una nueva generacin que marcar a fuego
las dcadas siguientes- configuran un mosaico de alto valor. Como reza uno de sus editoriales, Centro ha
"nacido de una inquietud, de una rebeldfa, de un disconformismo con el ambiente universitario y su medio-
cridad" (n9, j41ia 1955, p. 6). An cuando su:; editores sean muy concientes que la renovacin del debate
estudiantil toda11ia no ha, tenido lugar, la publicacin no puede ms que ser leida como la antesala del efer:.
'lescente clima de discusin de ideas que caracterizar a la juventud argentina en los aos siguientes. Entre
quienes escri!;leR en la revista, podemos mencionar a Ramn Alcalde, Jaime Rest, David e Ismael Vias,
Osear Masotta, Darlo Cantl, Elseo Vern, Tulio Halperin Donghi, Adolfo Prieto, Juan Jos Sebreli, Jorge
Raul Lafforgue, Adelaida Gigli, Ana Goutman, No Jitrik, Esther Smud, lvonne Bordelois, Csar Magrini,
Carlos Correas, Francisco Urondo, y muchos ms.
La revista Los libros fue uno de los ms importantes emprendimientos polltico-culturales de la po-
ca. Contemporne.a de esgs calientes aos que van de 1969 a 1976, esto es, del Cordobazo al golpe militar

instaur el terrc:irism de Estado, en Los libros se congreg gran parte de la intelectualidad !f.gentina
e izquierdas y progresista, como tambin colabo;aron importantes intelectuales de Amrica latina, Estados
Unidos y Eutop(: Su particular diseno inicial, basado en el tratamiento de distintas problemticas .por medio
de la critica y el esayo bibliogrfico, permitla abarcar y relacionar muy diferentes reas del conocimiento y
el saber: la poesla y la. critica literaria, la y la sociologla, la filosofla y el psicoanlisis, la lingUistica y
la comunicacin social, eLteatro y el cine. literatura infantil y plstica, polltica y economla, movimiento obrero
y movimiento estudiantil, etc. A medida que pasen los nmeros, ese primer diseo editorial se ir transfor-
mando en un ms tradicional, por el cual la revista pase a estar formada por ensayos. temticos. Junto a
stos se otorga ms espacio a distintos documentos de los movimientos sociales y politices latinoamerica-
nos (movimiento estudiantil, documentos de la revolucin china o de las organizaciones revolucio-
narias latinoamericanas, etc.). Es verdaderamente extensa la lista de prestigiosos colaboradores se
suman al staff ms permanente (aunque variable segn las pocas). Mencionemos igualmente a algunos de
ellos para orientacin del lector: Hctor Schmucler, Osear del Barco, Osear Masotta, Jorge B. Rivera, Carlos
Altamirano, Germn Garcla, Ricardo Piglia, Santiago Funes, Beatriz Sarlo, Ismael Vit'las, Nicols Rosa, Julio
Cortzar, Anlbal Ford, Nstor Garcla Canclini, Juan Carlos Torre, Jos Aric, Juan Gelman. Jorge Laffor-
gue, Juan Carlos Portantier, Jorge Jinkis. Jos Sazbn, Jaime Rest, Josefina Ludmer, l:liseo Vern, Maria
Teresa Gramuglio, Augusto Roa Bastos, Juan Melina y Vedia, Osear Tern, Osear Steimberg, Jos Nun,
Enrique 1ndeter; David Vias, Roberto Jacoby, Francisco Delich, James Petras, Alain Labrousse, Miriam
Chorne, Horacio Ciafardini, No Jitrik, Bias Matamoro, Emilio de lpola, Hugo Veizetti, etc. Tambin se pu-
blican en sus pginas textos inditos de Arlt, Cortzar, Pier Paolo Pasolini, Marx. Borges, etc.
Las publicaciones GacJta Literaria y Hoy en la Cultura constityen emprendimientos politice-
culturales a cargo de intelectuales y artistas cercanos al Partido Comunista, que convoca la colaboracin de
un ms C)mplio arco de colaboraciones que incluye importantes exponentes de la intelectualidad local. Entre
ambas publicaciones abarcan un periodo medular para la intelectuali:lad de izquierdas, pues se sitan entre
la calda del primer peronismo y el impacto de la revoluCin cubana. De alll que en 1956 los impulsores de
Gac.eta Literaria expongan en su primer editorial que la "razn de ser" de la nueva publicacin tiene el
propsito de trascender la actividad especlficamente literaria "y alcanzar con su prdica una ubicacin cons-
ciente que coincida con los anhelos culturales de la mayorla de los habitantes de nuestro pals", en un mot:
mento que les parece el de "una Argentina que parece reagruparse, luego de padecer uno de sus clclics
descalabrs" (n1, p. 1 ). En un sentido similar, pero ms explicito, en el primer editorial de Hoy en cultu-
ra, en 1961, se afirma que en la nueva revista quieren "expresar, con un criterio amplio, las diversas corrien-
tes progresistas del pensamiento y el arte en la Argentina", una amplitud que, de todos modos, est sost-'
nida en la comn coincidencia con "el repudio al proyecto de la mal llamada ' ley de defensa de la democra-
cia', el laicismo y la enseanza estatal, la salvaguardia de la libertad de expresin y liadhesin
apasionada a la Revolucin Cubana" (n1, p. 1 ). La mentada amplitud de convocatoria sufre cada tanto las
tensiones de una tradicin cultural de cara a un momento de profupda renovacin en el pensamiento y la
de las izquierdas. Es asl que en el n19 de Gaceta Literaria. Pedro Orgambide confronta con los
jvenes intelectuales de Contorno y Centro; y ms adelante, desde las pginas de Hoy en la cultura, los
ataques se dirigirn al propio Orgambide, a los "gramscianos argentinos", a fas nuevas actitudes juveniles, a
fa "nouvelle vague", etc. En las pginas de ambas pblicaciones, colboran importantes intelectuales y artis-
tas, entre los que cabe mencionar: Miguel Angel Asturias, Jos Portogalo, .Bernardo Canai-Feijoo, Alberto
Moraba, Luis Pomer, Bernardo Kordon, Pedro O'gamblde, Ednund Guibourg, Maria Rosa Oliver, Beatriz
Guido, Ramiro de Casasbellas, Bernardo Verbitsky, Ezequiel Martlnez Estrada, Csar Vallejo, Ral Gonz-
lez Tun, Risieri Frondizi, Roberto Cossa, Juan Carlos Castagnino, Humberto Constantini, David Vias,
Francisco Herrera. Carlos Astrada, Juan Jos Sebreli, Ral Larra, Ernesto Sbato, Osear Masotta,. Ral
Gonzlez Tun, etc. Tambin se publican textos de Arthur Miller, ltalo Calvino,- Bertofd Brecht, Howard
Fast, Jos Carlos Maritegui, Horacio Quiroga, Enrique Ernst Hemingway, Roberto Arlt, Augusto
Roa Bastos, Juan Gelman, Luis Gudio Kramer, Csare Pavese, Juan L Ortiz. Ambas revistas cuentan con
una importante seccin de cine y teatro argentino e internacional, y cuentan con ilustraciones de Uno Eneas
Spifimbergo, Luis Seoane, Marra Teresa Roig, Cndido Portinari, Carlos Torrallardona, Juan Carlos Castag-
nino, Antonio Berni, Carlos Alonso, Carlos Gorarena, entre otros.
La siguiente publicacin es Antropologa' 3er mundo una revista que se public entre noviembre
de 1968 y marzo de 1973, en el contexto de las-llamada Ctedras Nacionales de fa carrera de Sociolcgla de
la UBA. Inicialmente proclamada como Revista de Ciencias con posterioridad se autoidentifica
como Revista peronista de informacin y anlisis, evidenciando el proceso de polititacin acadmica de
aquellos a9s. Como sealan Ana Barletta y Laura Lenci, "n ese .proceso de pofitizacin de ,las ciencias
sociales y del conjunto de las prcticas acadmicas, se va produciendo un ajuste de cuentas diversas
tradiciones pollticas, ideolgicas y culturales (el marxismo, el funcionalismo, la Doctrina Socia) de fa Iglesia,
el desarrollismo, el estructurafismo), y se van incorporando otras (el peronismo, la teorla de la dependencia,
la teologla de la liberacin, el asl llamado 'pensamiento nacional'), hasta llegar a la dhesin a la tendencia
revolucionaria del peronismo" (Ana Barletta y Laura Lenci, "Politizacin las Ciencias Sociales en la Ar-
gentina. Incidencia de la revista Antropologia 3er. Mu,ndo 1968-1973", en Sociohistrica. Cuadernos del
CISH, n8, La Plata, segundo semestre 2000, p. 178)./Se trat de una publicacin tensionada entre la cons-
truccin de una ciencia social que diera cuenta a travs de un nuevo universo categorial de' la realjdad es-
pecfica del contexto argentino y que a la vez estuViera pollticamente comprometida con el movimiento de
resistencia antidictatorial. Dirigida por Guillermo Gutirrez, colaboran destacados intelectuales provenientes
del cristianismo, el marxismo y el peronismo, fa sociofogla, fa antrpoiQgla y la filc_>soffa. Entre el_los; vale
mencionar a Roberto Carri, Justino O' Farrell, Cornado Eggers J.-a, Horacio Gonzlez,'Aicira Argumedo,
Rolando Coricatti, Norberto Wilner, Enrique Pecoraro, Susana Norbe rto Habegger, JJan Pablo
. . .
Franco, entre otros. ..
Las ciento y una. Revista de realidad americana, apareCida en junio de 1953, pede ser' vista
como una suerte de publicapin visagra pues en su nico nmero estn reunidas figuras cl9mo la Hctor
Alvarez Murena con las de los ms jvenes intelectuales que participan por aquel entonces de la experien-
cia de Centro y pocos meses despus lo harn en Contorno, como David Vil'las, F. J. Solero, Carlos Co-
rreas, Juan Jos Sebreli, Adolfo Prieto, Rodolfo Kusch. La revista que dirigi Murena constituy un intento
por plasmar un espacio autnomo frente a la intelectualidad de .Sur y a la vez abordar las dimensiones cultu-
rales y pollticas del proceso que dividfa en seqtoresaparentemente irrenconciliables a la sociedad argenti-
na, y hacerlo desde una perspectiva que la integrara en la problemtica latinoamericana. Sin em-
bargo, si bien Murena como los futuros contornistas podfan partir de Ezequiel Martlnez Estrada y su Radio
grafia de la pampa para construir su mirada critica sobre la realidad argentina y americana, los separan
cada vez ms -y de allf la no continuidad del tanto los temas como las categorlas empleadas
para su anlisis. De todos modos, la influencia de Las ciento y una en Contorno es parece tan im-portante
que entre una y otra publicacin hay una continuidad de esttica y de diseo.
En Santiago del Estero, a principios de 1956, comienza a publicarse la revista Dimensin, dirigida
por Francisco Ren Santucho, hermano mayor de Mario Roberto Santucho. El propsito que la alienta es la
de forjar una intervehcin cultural y crltica,que d cuenta de una particularidad: el regionalismo cu!tural de
norte argentino que, a criterio de los editores, "no encuentra definicin a travs del escenario nacional" (n? 1,
p. 1 ). Indagar en esas diferencias y profundizar la mirada sobre las ralees culturales no puede realizarse,
para los editores, desde universos categoriales surgidos 'para el anlisis de realidades geogrficas, etnogr-
ficas e histricas muy diferentes. Es por ello que la revista se propone, tambin, ir forjando un nuevo herra-
mental conceptual. Se trata, entonces, de una publicacin que quiere. cruzar los temas y problemas regiona-
les con la apelacin a cierto esplritu indoamericano, por lo que enteras secciones de la publicaain exponen
sobre las tradiciones culturales del norte argentino mientras articulas centrales incursionan sobre la
americana. Entre quienes escriben, adems de Francisco Ren Santucho, podemos nombrar a Rdolfo
Kusch, Juan Carlos Martfnez, Ciro Orieta, Santiago Jos Cierico, Antonio Mndez Rubio; Lzaro Flury, Ser-
gio Quijada Jara, Alfonso Montenegro, Csar Caballero, etc. /
. La siguiente publicacin es Tiempos modernos, una revista literaria cuyos cuatro nmeros se pu-
entre diciembre de 1964 y noviembre de 1965. Se trata de un emprendimier\fo liderado por Hctor
Yllbver y Arnoldo Liberman, acampanados por Jos Martlnez Surez, Alejandro Charosky y Diana Razno-
vich. Cuentos, poesla, actualidad, cine, reportajes, ensayos anuncian los editores; efectivamente se trata de
una revista q'Ue se desplaza por todos estos gneros, y a la vez produce su combinacin singular entre
ellos: Pier Paolo Pasolini, Carlos Fuentes, Armando Tejada Gmez, Julio Cortzar, Rafael Guilln, Juan
Goytisolo, Bernardo Verbitsky, !talo Calvino, Pablo Pedro Orgambide, Ricardo Piglia, Mario Bene-
detti, Horacio Salas, Norma Aleandro . Mario. Vargas Usa, Francisco U rondo, Roberto Cossa, Rodolfo
Walsch, Germn Rozenmacher, ngel Rama, Martha Lynch, Abelardo Castillo, Jean Paul. Sartre, son algu- ..
nos de los nombres reunidos en sus pginas. = . - - ___,.._.,
Las revistas Por ... Revista de Cultura y La Rosa Blindada constituyen un inmejorable rnl:lterial
para indagar en el proceso de radicalizacin y cuestionamiento de las tradiciones de la izquierda por parte
de los jvenes intelectuales argentinos. Muchos de los que publican Por... animaran luego La Rosa Blin-
dada, en especial el poeta y editor Jos Luis Mangieri, una d las figuras ms importantes de las polfticas
editoriales de izquierdas en la Argentina. Pues La Blindada, publicacin que toma el nombre del libro
de Ral Gonzlez Tuf\n en homenaje allevantmifmto'minero asturiano de 1934, es adems de una revis-
ta, un emprendimiento edito_9al de enorme relevancia en los aos sesenta y setenta. De Por .. , dirigida por
Mangieri, Florear Mazfa y Roberto Sarama, slo apareciaron dos-nmeros, en octubre de 1958 y febrero de
1959. Quienes la editan militan an en las filas del Partido Comunista, lo cual se traduce en ciertas afinida-
des con la polftica cultural de dicho partido, aunque pueden apreciarse ya ciertos desplazamientos intelec-
tuales y polfticos. Entre sus colaboradores vale la pena citar a Ezequiel Martlnez Estrada, Carlos Astrada,
Lenicas Barletta, Flix Luna, Osvaldo Dragn, Maria Ros.plivr, Sergio Bag, etc. Por su lado, La Rosa
Blindada se constituir en una publicacin emblemtica de la llamada "nueva izquierda". Expulsados del
Partido Comunista sus promotores -Jos Luis y Carlos Alberto Brocata;r- luego de editado el
primer nmero de la revista, la revista ser un espacio para la publiacin de distintas corrientes del pen-
samiento marxista y de los movimientos de liberacin terc.ermundista. Crecientemente. sus editores se rn
alineando con las orientaciones pollticas pro-cubanas y guevaristas, adems de difundir los temas y textos
de los principales dirigientes vietnamintas. Colaboran con La Blindada escritores, poetas, plsticos,
dramaturgos, criticas y ensayistas como Andrs Rivera, Gorriarena, Hugo Acevedo, Eugeni.o Man-
drini, Ral Gonzlez Tun, Osvaldo Dragn, Jos Luis Romero, Juan Gelman, Alberto Szpunberg, Susana
Valls, Norma Aleandro, Roberto Cossa, {Len Pomer, Canto, Guillermo Harispe, Ramn Plaza,
Octavio Gettino, Juan Jos Sebreli, Osear Tern, Len Rozitchner, David Kohon, Mario Benedetti, Volodia
Teitelbaum, adems de publicar poesla y narrativa brasilea, cubana y latinoamericaa.
La Revista de Problemas del Tercer Mundo, cuyos dos nics, nmeros se publicaron en 1968,
rene en su consejo de redaccin a algunas de las ms impor;tantes figuras de la intelectualidad de la nueva
izquierda argentina: Ricardo Piglia, Roberto Cossa, Carlos Andrs Rivera, Jorge Rivera,
Ismael Vias, Rodolfo Walsh, David Vias, Len FranciS't: "Paco" Urond<? . y Ral Sciarreta. En
su primer editorial se afirman en la diversidad idolgicas.y pollticas que este encuentro Sig-
nifica: "A cualquiera medianamente conocedor de los entretelones de nuestra vida cultural y de las
cias de izquierda en nuestro pals, le ser fcil advertir que en esta revista se pro<Wce no _solamente la con-
juncin del esfuerzo de individuos de trayectorias muy diferentes, sino .de.gr_upos con e_xperiencias-
Y pasados muy diversos. Eso es asl, y lo reivindicamos." (n1, p. 3). Como ellos mismos afirman, no los une
/
solamente la materialidad de editar un revista sino tambin "la voluntad de construir una nacin"
frente al capitalismo en su fase imperialista (ibfd.). Para ello, la revistas se sit a en un planoespeclfico, el
de ser soporte para el anlisis y la teorla que requiere la realidad ar'gentina, superando las malas traduccio-
nes de lo 'que se pens para otras realidades, e intentando abordar en profundidad fenmenos como el )
peronismo, Jos cambios en la composicin de las clases sociales (donde destacan los artlc.;ulos de Ismael ----.
Vi nas sobre la. llamada "burguesla nacional"), los modos politices e ideolgicos de la dominacin (con distin-
tas intervenciones sobre el rol dei intelectual), la dialctica reforma-revolucin, etc.
Slo un nmero se edit de Literatura y socledad, revista-libro dirigida por Sergio Camarda y Ri- ,
cardo Piglia que apareci a fines de 1965. Desde su editorial, Piglia da cuenta del desgarro en el que se _ _,...
sita el intelectual de izquierdas en la Argentina: "Unidos al mundo burgus por nuestras costumbres y a la
clase obrara por nuestra ideologla, no pertenecemos verdaderamente ni a uno ni a olra" (n1, p. 1 ). Pero la
indiferencia de la clase a la que conflan la tarea liberadora, no obsta para que la empresa intelectual se
lleve a cabo: de esto testimonia este nico pero valioso nmero de, Literatura y sociedad, en el que aco-
meten temas como la relacin entre literatura e ideologla, la literatura en la Argentina, y se publican textos
de poesla, narrativ, critica cinematogrfica y sobre televisin y teatro, critica bibliogrfica. Escriben Jos
Sazbn, Osear Masotta, Juan Jos Sebreli, No Jitrik, Alberto Szpunberg, Angel Rama, N$tor Garcla Can-
clini, Francisco Herrera, Miguel. Briante, Roberto Broullon, Rodolfo Borello, a .los que se suman texto de
Galvano Dalla Votpe, Jean Paul Sartre, George Lukcs, l::ucien Goldmann, !talo Calvino, Csare Pavesa,
Emest Hemlngway, Henrt Lefebvre. .,
La ltima coleccin de esta unidad temtica .es la de la revista El Barrilete publicada, entre 1963 y
1968, a lo que se sum con posterioridad, en 1974, un nmero ms. Como senala Guillermo Kom "a dife-
rencia de otras revistas de la dcada del 60, a la que peneci y en buena parte represent por sus auto-
res, y formas, El Barrilete no comenz como revista sino como Informe" (G. Korn, "El Barrilete
(1963-1974)", en Revista Lote, n 13, junio 199&t. Los primeros cinco nmeros de la publicacin, contina
Korn, fueron de manera artesanal por el- Roberto Santero; para1elamente se siguen publi-
cando los Informes. En los nmeros posteriores se observa paulatina ampliaciqn temtica para integrar
las dimensfones sociales y pollticas en la problemtica cultural , ampliacin acompar'lada y posibilitada el
crecimiento de los integrantes del ncleo editor. Siguiendo esta tendencia, los ltimos nmeros estn ya
marcados por la agitada politizacin de la poca, -marcada por acontecimientos como la muerte del Che
Guevara, la masacrerde Trelew y la de Ezeiza. Como figuras emblemticas y ttelares del emprendimiento,
textos de Miguel de Unamuno, Vicente Huidobro, Antaoio Machado, RafaeiBarret o Roberto Arlt fueron
legidos para abrir los distintos nmeros. poetas como Ramn Plaza, Salas, Martln Cam-
pos, publicaron en sus pginas mientras, en paralelo, la revista buscaba recuperar una tradicin olvidada en
tos textos de Flix Lima o Enrique Gonztez Tun. Este rescate, dice Guillermo Korn, era tambin un ata-
que a la academia literaria, y de alll que la lista de hot:nenajeados por El Barrilete incluyera los nombres de
Homero Manzi, Dante Linyera, Juan Pedro Calou, o Evaristo Carriego, Discepolln, Pascual Contursi y los
poetas Juntas yacar, Caledonio Flores y Carlos de la Pa.
J
i
.
as ciento,
una
revista de la realidad americana
AROI NUMERO. I JUNIO DE 1958 TRES PESOS .
SUMARIO
lQ.U 2S AMRICAr, por F. J. Solrro
. LS CIENTO Y UNA, por H. A. Murrna.
UNA MORAL DE REPUESTO, PARA UNIDOS, por David Vias
LA POTOGRAPIA, por Luis k sto
DESDJl LA \:AR!'IE DE BUENOS AIRES, por Carlo1
LOS ADIOSES, por Juan Carlos Onmi
1.A ' H.IsTOR!A. por Pmlra .
ESTA MADRUGADA, por Hlctor Miguel Angrli
LA MESA REDoNDA, por Javirr Ftmindn
AUTORES MEXICANOS: ALFONSO REYES
EL PASADO
.AN'I_"ONIO STOLL: FE EN EL TRIUNFO, por Martn Campoe
AUTORES ARGENTINOS: ALBERTO CIRRI
LA PALABRA
LIBROS . ..
"Seno", H. M. A.; uConstnntes de la literatura argentina", Juan Jos
Sebreli; "Bodas", Adelaida Gigli; "Montielero", D. V.; "Ensayos en
busca de nuestra expresin", Rodolfo G. Kuscb; "Jano es una mucha-
cha", Ellas Abelendi; "La muralla china", A. R. Prior; "Historia na-
tural de la alegria", Nina de Kalada; "Lunes de carnaval", Adolfo
Prieto; "Y cabalga sobre un tif,e", M. C.; "La pintura contempornea",
A. H.; "La edad breve", L. .
MSICA
Y la msica argentina?, por Eduardo Jorge Bald:issarre; Sociedad ele
Conciertos de Cmara, E. J. B.
ARTES PLAsTICAS . .
problemas no resuelto,, por Abrahaoi Haber; Azte abstracto en
"Medio siglo de pintura y escultura argef!tlna", A. H.
TEATRO . -
Buen teatro y mal teatro, por Alberto Foradori; .Vega",
B. R. G.; El "Suefo de una noche de verano" en el Teatro Coln,
E. J. B.; "Calandria", por E. A.
Qu es Amrica_?

es una apariencia. Si se reflexiona que esta frase La verdad para l americano es la actitud de fuga ante lo
debe ser a,eptada con la plenitud de algo yacente muy den- perdido y de retroceso ante lo deseado como posesin. Ahora
tro del alma de cada americano, no se la imaginar excesiva. bien, como el espritu trabaja para sobrevivirse y sabe que lo
Cada individuo. nacido y lanzado desde otros continentes a dado es algo hipottico que debe .transmut2rse eh verdad, crea
ste de Amrica se. halla sometido, desde el principio, a una el mundo de la apariencia. Al plantar en su alma esa semilla,
atmsfera. de incoJllodidad, de renuncia, de cada, de cosa vana forja elementos incongruentes, que slo le sirven. pl\ra I}'lante-
ante lo circundante, Sobre todo, de insatisfaccin. Es que, para nerse en el orbe que lo sustenta. Todo es convencional; luego,
l, cmo para la mayora, el hecho de encontrarse en tierras todo es verdadero. En ambula en el reino de lo apa.rente.
americanas, donde la lo es todo y el hombre nada, Y como vive en un cosmos incapaz de hacer patente su propia
implica el encuadre de sus en una actitud que comien- existencia, se persuade que dicho cosmos es una imagen borrosa,
za por un aleto de debilidad: la fuga. El americano es un ser que Amrica es una apariencia.
en fuga. En fuga de s mismo para ir hada el orbe que lo rodea Evidentemente, la base de ese es una fisura, un
con el :cmplice de la.JIIlesin y solemne de la,. exis defecto obtenido merced a un supremo afn de salvacin.
tencia, vivida hora a hora, premiosamente. Este escape del hom- es lo que provoca este llamado salvador? Muchos instrumentos,
bre es .un mecanismo. por otra parte, que se da frmte a cual- pero el fundamental es la prevencin sustentada por el americano .
quier .mbito espiritual. extrao es que aqu ese movimiento ante la realidad.
con'siste en un huh anterior al conocimknto de la tierra hacia la El americano es un prevenido. Prevenido ante aquello que
t ual se' va. El emigrante se halla en una situacin incmoda en lo envuelve y mantiene en estado de vigilancia frente al mundo
. su pas de origen, y aunque desea hacer la Amrica, est en infe- de su conocimiento. Como la realidad le ha sido escamoteada
. riorldad .de condiciones respecto de sta, llamada a existir con des.de los orgenes. el rumbo de la misma se ha visto trastrocada.
su . Mas como el ser en fuga parte hacia el encuentro Y cu.ando el sentido de lo real se h;11la en un plano de confusin,
: de algo qu, $(! cre para urur vida anterior. para arra- aunque sea .en el plano de lo aparente, debe/ admitirse. en otro
sarla. "tal v , definitivam.ente, suprimiendo una determinada nivel del espritu, que lo real. aun existiend y , aun siendo ver-
categora de existencia, volvndo a nacer -el emigrante aspira dadero para el sujeto, tolera mltiples deformaciones, inconta-
a nacer de n evo. es un no nacido para el tiempo que lo precedi - bies falseamientos. As, un ser prevenido, cuando enfrenta la
y un .nacido para el tiempo le acopla cuando pone pie . r.calidad coloca a sta a distancia, no participa de ella, aun ata-
en el 'territorio conquistable -y, ade'!ls, no ve el prodigio' que cndola, y se sita frente a ella en ademn de combate. 1'a
esper.aba ni aun en la de nivelamiento, de destruccin, brega es hipcrita, no labora en el campo de la de la
entonces, para tratar de ser, en ese .empuje del e_spritu que quiere honestidad, sino en el de la escaramuza, de la Nurr:a
afincarse en algn de cualquier manera, contra todo y con- el prevenido lanzar sus contra las huestes atacaptes,
tra todos. detiene su marcha, se aposenta, mediante una enorme en vigorosa ofensiva; siempre se resistir a hacerlo, siempre -se
fuerza de voluntad, en aqueHo que lo rechaza, violentndose, detendr momentos. antes de dar l salto, pensar en una vatiedad
vivi.endo para la violencia del espritu, sabiendo que c\lanto rea- infinita de conveniencias, en 'posibilidades de retirada. y, en el
liza no es verdadero. que su vida -precedente era cierta de alguna caso de verificar un avance -por dems remoto- lo har a
forma, antes 'de que empezara a !.oerlo el desequilibrio, mas que costa de un!l traicin de s mismo, de una alteracin de su primer
dej de serlo para transformarse en lo aceptado a pesar suyo paso, dt una modificacin del mtodo que se impuso desde tiem-
cuando el huir -asumi e.I carcter de algo trgico, cuando la po atrs. Pues el prevenido es, en principio, un ser metdico,
comezn del desplazamiento se ubic en un lugar en procura disciplinado. Jams altera su conducta, ni siquiera en el acoso, y
de un torpe descanso para las potencias demonacas que lo aco: si, sttfprendindose de .la rigidez de su plan; trata de superarlo,
aaban. corrigindolo, pasando de la defensa al . ataque, fracasa. Por
2
qu? Porque la prevencin desfigura la realidad. Y la modifica
0'>rque le tiene miedo. El prevtnido, .condicionado por la
es un ser lleno de temores. Que, a su vez, son gobernados por
la aguja del rigor. Para l, la realidad est ah, pero posee cuali-
dades incomprensibles, que no alcanza a sistematizar: primero,
por.aentirse incapaz de profundizar un conocimiento que ignora
si de salvarlo; segundo, porque el temor mantiene alerta
su conciencia; y no lo deja, verdaderamente no lo deja, sobrepu-
jar el desasosiego de su alma.
Lw cienJo r UniT
preciso romper. violar. y lo que ms ata, lo que ms reduce a nad;
esa libertad, es la de lo estable. El americano es un
individuo que, resp6ndiendo a una posibilidad universal del ser
la pragmatiza, la torna presente y viva, al rehusar lo estable. La
negacin del equilibrio, el quebrantamiento de todo nexo con-lo
armnico, equivale a ponerse fuera del tiempo, a situarse en la
condicin de un ser antihistrico por excelencia, desechando todo
cuanto une de modo inevitable: la tutela.
Lo real existe en la medida de nuestros esfuerzos. Si hacemos *
un gesto para entender al mundo, ste vivir, Si, habindolo
1

efectuado, no ha respondido del modo esperado; retrocedemos, Al americano repudia vasallajes. El americano es un ser en
nos colocamos en la espera, nos prevenimos contra el mundo des- busca de la esencia misma de la libertad. No es una actitud deli-
de el yo y, desde ah, expulsamos nuestras energas para herir berada; no. el americano es un empujado hacia la libertad. Nace
aquello que, bsicamente, ambamos. Amar. He aqu la palabra para la libertad. No sabe en qu consiste, pero la quiere. Y, para
que uri prevenido no pronunciar.J;lunca, a mlnos que comprenda, habitar en ella, hiere, derrumba, suprime. Qu es lo ms prxi-
de pronto, que la apariencia es tan verdadera como su frustra- moa su condicin humana? Lo estable. Entonces, para hacer pa-
cin. El prevenido no ama al mundo. Podra odiarlo -lo cual tente su libertad, lo ignora. E. inevitablemente, se anula. Pues
sera un acto de valenta-, 111as tampoco llega a este extremo. Ni lo curioso de todo esto es que quien busca libertad de una manera
ama ni aborrece. Se mantiene a la expectativa, insinuando ofen- inconsciente, es un ser asido y, a la vez negado por ella. Y la nica
sivas y contraofensivas, sin efectuar vastos desplazmientos, in- forma de tornar a ella es por medio del equiJibrio. Ahora bien,
omodndose e incomodando. Pues l es un valor, se asigria un en Amrica no hay armona, nadie desea incorporrsela. Ya
valor y, al_ tiempo, adjudica otro a lo real, al contorno que admitida'es carecer de libertad. De ah, el
que l.o como ser-en-lucha. . . , que el siente por Europa, entraa que le di nacimien-
En .este d1lema su padecer es duro e .. E.sta ah1, to, vida, dolor. El americano sabe que mirando hacia
c_ombatJendo Y pero con la aglutmandosele esa armona que neg -que niega- y, al mismo tiempo,
eq _con una tnste mueca en. los acepta su condicin precaria. Y la repudia. Ni desde el origen.
Of1c1a ngel ca1do _Y Sl b1en mal, cree en ni siquiera desde el suelo que lo sostiene. Quiz. por eso, el argm
al para1so, y, a cada mstante, cahenta los luerros del m- tino -y esto cabe referirlo al chileno, al peruano, al uruguayo-
fiemo. se muestra con respecto a Europa como una criatura castigada por
* * * alguien a quien ama y respeta. Sabe que se le golpea por haberla
El americano se halla, as, encadenado. Pero quiere avanzar,
practica esfuerzos para salir de la atona en que vive sumergido.
Sus actitudes estn dirigidas. a un fin, pero no tienen la base de
libertad necesaria -para encaminarse a esa meta. Se objetar: los
E.stados Unidos han conseguido sus fines, al transformarse en
potencia mundial; lu.ego, e$ libre. Mas esto es falso. Tambin
Cartago estuvo en situacillc parecida ... hasta que surgi Roma.
En Roma haba valores, de valor, mientras que
Cartago viva al da, bajo el imperio de las circunstancias, sin
libertad. Y Estados Un.idQS vive al .da. Su ooder reside en la
ccnti.nua incomodidad que lo excita, en .ese. impulso hacia adelan-
te, hacia el dominio -sea en el o e'! el espiritual-
que le pisa los talones, de cfesprendtr..se de L Su fecun-
didad. industril e; impotencia ante una realidad a la cual no
puede ni podr vencer nunca, porqut se le esfuma, se le escurre
entre las manos; su espi-ritaal es cantide.d. no calidad.
Inunda, no fertiliza .. En el reino del espritu su filosofa es in-
tercambiable, su literatura un resentimiento desubicado --<liando
Lewis escribe Babbit ste es un mito, una burbuja de
aire; cuando Steinbeck termina The Grapes of Wrath el pro-
blema planteado importa; la obra de F.nlkner es una de-
feccin de la real ida . Su literatur, como la sudamericana, an
no ha-superado esa umillacin arii:e'lo concreto y no posee el
empuje que le pued dar un alejamten'to de la Es
posible arribar al espritu por medio de aqulla, claro esta, pero
par en'trar en contacto con. ste es for:ios franquear ICI indi-
vidual, darle _una cifra, arriesgarse en una empresa comprensiva.
El que entiende, arriesga. Uilo' mismo. arriesgndose, entiende.
Deja atrs ti medio, supera la. individualidad, .se proyecta baca .
el orbe. As, estar en lo real sin prevencin, es negar la apariencia.
Por qu no se idmite lo real? La respuesta es sencilla. Porque
Amrica es el sntoma vivo de lo precario.
Por proceder de la fuga, Amrica negG la armona. cort el
hilo umbilical que la.una con lo con Europa. Por
supuesto, en e'sta actitud del hombre en geeral, no del americano
en particular, hay algo ms que un alejamiento condicionado
por ciertos estatutos histricos. Hy un arranque JTI_etafsico e
ese gesto del individuo al querer destruir todo vnculo, al tratar
de olvidar todo equilibrio. En e-sa fuga hay una indagacin de la
libertad, sancionada por el instinto pringenio del hombre. Este
desea ser sin irnportrsele los medios. Mas, para serlo, es
desconocido, pero, a la vez, se le pega porque se ha asomado a
la libertad, por el hecho de indagada. Y Europa es una de las
formas de la libertad, no otra cosa. Acaso, el americano repite
el mecanismo de algo que es patrimonio del espritu: negar el
mundo para afirmarse en l. En eso, al fin y al cabo, radica la
libertad. Y. tambin, la esencia del hombre. . ..
Este dualismo de armona y precariedad provoca Jareaccin
del americano frente a lo histrico. afirmar que el america-
no observa frente a la historia una posicin inautntica. Al
hallarse en lo precario niega, a su vez, el equilibrio. Y ste, con-
dicionado por el tiempo, es historia. El americano rechaza la
historia. No advierte su imperio; hace de ella Jo que no debera
,hacer: metafsica.
Analcese, por ejemplo, cualquier batalla de un general ame-
ricano y se observar en su planteo y ejecucin un desconocimien-
to de la realidad. La estrategia es, para l, un elemento pernicioso,
mendaz. Ya sea aprovechndola o repudindola. Vase la con-
duccin de la guerra de la Triple Alianza, la campaa. bolivaria-
na anterior a. 1815, la del Brasil -en las marchas de Alvear-.
Todas niegan el suceso histrico. El paradigma del Gral. Paz
corropora esta afirmacin. El, ms que ningn otro militar ame-
ricano, posea una.. !Jlentalidad europea. Hubiera a sus
anchas en Woagran, en Waterloo, no en la llanura lamericana.
Porque Paz tena conciencia de cuanto lo rodeaba; por eso pre-
paraba sus campaas para ganrselas a los criollos, cual si fuera
una especie de anomala en la naturaleza primitiva del continen-
te. Rosas; en Caseros, es otro ejemplo de esta indagatoria. de la
realidad. Desde mucho antes estaba en fuga. El pas viva una. :,
hora absolu"tamente singular. La historia no contaba. Aparte
las condiciones del momento, la suerte de Caseros estaba ecliada
antes del prnunciamiento de Urquiza. Es que Rosas vea al pas, ..
a los hombres, como instrumentos de algo ms alto, ms esen-
cial. Por eso cumpla con la existencia desde un plano metaf-
sico y no histrico. Por lo cual, al ser batido en Caseros, demos-
tr con su error" que era un ser libre, tomado por la libertad, aun
cuando la negara en todos sus aspectos al fundar la La
libertad es la negacin de lo histrico. Nos referimos a eso que
podra denominarse la no-validez de 'lo histrico, esto es, a )a
condiin suspancial del americano: repulsa histrica .por un
rompimiento con lo estable. No puede hacer tiempo quien es
incapaz de estatuir lo perm41nente.
F. J. SOLERO
'
'
las ciento y una
revista de la realidad americana
DIRECTOR: H. A. Murena
SECRETARIO: .F. J. Solero
llEDAOClN: HIPLITO YRIGOYEN 906
T. E. 87- 8972
Las cientQ y una
No ES la primera vez. que lo decimos; nuestra vida cultural de
a?lencai\OS yace henda, enferma, cada en la
mas. m1serable m1sena. Ulcerada tan a fondo, tocada en rganos
tan 1m portantes que, comct con un ser muy prximo cuyos dolo-
res nos afectan demasiadq, se prefiere no mirarla, no hablar ya
de ella. Y cierto .que nos es-prximo. Pues, aunque el escritor
calle a sab1endas sobre esa cultura, aunque el hombre de libros
o el profesional o el em_weado o el lector de peridicos a secas
pretendan desentenderse ae los problemas de esa cultura, enco-
gerse de hombros ante ellos como si incumbieran slo a una do-
cena de extravia'Jos que intentan emborronar papeles, y aunque
el obrero y el mismo analfabeto por fuerza los -ignoren, esa cul-
tura la raz de sus existencias. de la existencia del obrero y del
profesiOnal, del empleado y del analfabeto, es nuestra vida espi-
ritual. es lo que sqmos. Toca a . todos y a cada uno. Y a pesar
de que se atornille la prensa del silencio sobre ella, esta enferma
habla, grita a travs de cualquiera de nuestros gestos. Dejando
de lado ahora el estrangulamiento que .paraun escritor puede
significar -un mbito que no le ofrece el elemental awyo de cier-
tas estructuras, pinsese que esa indigencia cuftural es responsa-
ble, por .ejemplo, de la monstruosa diferencia que media entre
Buenos Aires y las humilladas provincias. de nuestra convulsiva,
turbia, historia poltica e institucional, del aislamiento en que
todos vivimos j unto a los dems: h'chos no naturales aunque
se produzcan incesantemente, hechos naturales slo como podra
serlo la humanidad esclavizada por un imperio de hormigas si el
hombre as lo tolerase. Faltos de una respecto
al mundo en que habitall}OS (y eso es cultura), ae una idea que
sirya de comunicacin y gua, avanzamos golpendonos loca-
mente, conducidos a veces por la benevolencia de Dios, pero con
mucha ms frecuencia por ! inconcebible confusin de los hom-
bres. Y, por lo dems, las explic.rciones sobran. Que cada cual
se mire en su propio espejo: esa frustracin que siente en s hasta
el ms satisfechp;-esa mudez, esa amputacin, esa famosa y cierta
t'rist'e21a que se nos achaca no -es ms que la enfermedad, la falta
dE una cultura propia, de un mundo de normas espirituales que
preste a cda uno. las palabras con que expresarse y realizar as
su humanidad plenamente.
Tales son las cosas, tan profundas las llagas. Y sin embargo
se calla. Hace en estos das cien aos lo que ocurra en la Argen-
tina (y en toda Amrica) era justamente lo opuesto. Dos de. los
espritus ms lcidos y apasionados se trababan en una violen-
tsima disputa en la que, no obstante el cariz personal que tenan
"las c;iento y una" argumentaciones esgrimidas, no los
errores que pudiera!) aiirmarse, se trat_aba de esclarecer lo que era
y lo que no lo era, lo que convena a la Argentina y
..}o que 'no cottvea. No slo no haba temor a hablar de ello,
sino que se daba. por descontado que era .el tema primrdial e
inevitable . . Se saba que era menester curar IjiS' piernas. alimentar-
las, antes de echarse a andar. Hoy esto se ha olvidado. Y seme-
jante retroces6, la pcda hasta las races qe un crecimiento espi-
ritual iniciado con todo vigor, no llama la atencin, no se vis-
lumbra siquiera.
No nos extraamos. P<?rque- as como el\ cada da y en cada
encrucijada de la historia hemos sjdo mistificados y conculcados
por potencias que nos alejaron de nuestros proble_mas de ame-
ricanos y argentinos para inmolamos a la solucin de sus propios
problemas, del mismo modo se nos ba.enseado a adoptar como
cultura propia las soluc.iones ajenas de problemas extraos, a
cubrir nucstras almas con trajes usados que sirvieron sobrr todo
para asfixinnos. Concebimos asi la cultura como la suma de
3
intiles conocimientos sobre cuestiones europeas, que se podan
de modo, que estaban a la mano, y no como
los que con las incgnitas inmediatas se forjan len-'
tamente sobre el yunque del alma. Y la leccin fu tan bien
aprendida, hasta tal punto se acept que la cultura no 'tena nada
que ver con lo que nos rodeaba que a ninguno se le ocurri si-
quiera pra6ar esas llaves para ver si por azar abra alguna de las
infinitas puertas de nuestra crcel : eso baha pasado ya a la
categora de pecado. Fuimos carceleros encerrados y abrumados
por el peso de grandes manojos de llaves equivocadas cuyo tin-
tineo no significaba nada para nadie. La tarea de dirimir los
problemas verdaderos se deleg en dos extraviados grotescos y,
sobre todo, inofensivos: el nacionalismo y el folklorismo. Era
aleccionador: a los tontos las tonteras.
De tal manera: cuando alguien se atreve a hablar con seriedad
de lo que realmente lo tortura, de la espina que tiene hincada en
el centro del ser, cuando alguien manifiesta de pronto algo sobre
lo argentino, sobre lo americano, los rostros del despreCio y del
silenci lo reciben. Son los rostros con que se afronta el escn-
dalo, porque ha llegado a ser escandaloso hablar de lo nos
importa, como me.ncionar la en medio de la fiesta. Equi-
vocados de todas partes vienen entonces a acusarnos de que bal-
buceamos, de que perdemos nuestro tiempo en asuntos sin impor-
tancia. verdaderamente provincianos. En ocasiones hemos acepta-
do que balbucebamos, porque era cierto que lo hacamos. Qu
nmedio nos quedaba? Estbamos aprendiendo de nuevo a hablar.
Pero cuando articulamos con toda claridad, cuando hablamos en
voz alta, cuando es menester or cmo separamos nuestra parte y
la defendemos. entonces se nos acusa de complacernos en nosotros
' mismos, de fatuidad. Se trata de un juego: concedido; pero de
un juego trgico, de consecuencias mucho ms graves que lo que.
imaginan sus organizadores.
No es la primera vez que denunciamos este juego. Ahora
agregamos que pondremos en marcha todas uestras fuerzas para
terminar con l. Desde estas pginas o desde otras, en pblico o en
la soledad de nuestras mesas de trabajo, con poesas o con ideas,
con nuestra simple vehemencia proseguiremos debatien-
do ciento y una vez estos problemas, levantaremos mil veces
nuestro espritu. Porque no podemos tolerar que esta situacin
se prolongue. No podemos.
H. A. MURENA
Una moral de repuesto
_para Estados Unidos
U
N que vacila despus de realizaciones: se es Prew --.1
protagorusta de la novela aqu1 a la eternidad, de James Jones-,
que titubea por los hechos de la vida,- como si la duracin no sigrii-
ficara la realidad misma, como si a cada momento se. tuviera que aco-
modar en nuevos y variados alvolos -por as decirlo--, que la su
cesin de los acontecimientos y de las cosas le va presentando. Un
mundo sin autnticas y definitivas jerarquas es el que muestra; un
mundo en formacin, de constantes evoluciones, de fatigosos acomo-
damientos, sin nada previo. Un mundo en el que el -hombre todava
mucho q_uehcer. Un pueblo -el norteamericano-- que, pese
su mnegable desarrollo cultural, aparece en este tipo de testimonio con
intereses exclusivos, totalmente desvinculado de todo otro tipo de
problema que no sean los propios. Puef>lo e individuos totalmente
vueltos hacia s; y a pesar de su tan meneado espritu de cooperacin,
con un furor de competencia y de lucha mayor y mh significativo.
La divisin del trabajo ha especializado y separado consecuentemente
y el conocimiento de los intereses comunes es limitadsimo. El Estado
este caso particular, el ejrcito-- aparece como una superestructura
que 2glomera, pero cuyo poder de unificacin es limitadisimO' y prc-
cario. El elemento catalizador -el es el Poder que recomienda
la o6ediencia ciega y defiende y trua de justificar al Esia4o, haciendo
de la sumis.in acritica u.na virtud cardinal. Y son los hombres -sobre
todo .el protagonista- qienes tratan de reivindicar su li-
bertad y su minuscula igualdad. Haciendo un_a revolucin? N.o . Pe-
Y pecando a escondidas. Pecando con pequeJtos pecados.
su libertad entregada por contrato consttuyendo una gran
.. , 4
moral individual? No. Simplemente boicoteando la di:acipli.oa. Un resto
de no-conformismo autltico y profundo? No hay irritacin lino mo-
lenia, y la protata no pasa .de !!U un desahoso. Dije que el mundo
que conocemoS a trav de Prom htft to tltNIJ.ty-
no er conformado: 1\11 coordenadat yarlan co4Jtan-
temalte._ ru desarrollo ce celebra ain mayores implicaciones de origen.
Cotrelativamente "" habitantes a no estn sometido. a ningn mbito
cetl)do, tampoco tienen la tuficientc decian como para modificarlo . .
Simplemente JO denuncian. Eto es: los Est.dos. Unidos constllytn wn
trttulo tn COffsltndt I1reer, Stei.obeck, Faulkner, O'Neill,
:00. Pa.-, Farrel, son 1\11 mayores fucales.
.Pero en toda denuncia no hay na..da mis que una actitud
La 4aluncia ni liquiera rupone una negacin; a lo symo, un rechazo,
pero no una contraposicin. Y mucho menos, ti.n reemp_lazo. Lo que ,,
'-t; que si a a partir de ate libro de Jona a que se est
"produciendo" la nada, la infertilidad, porque tampoco t iene ate .
libro -como no lo tienen Young lmligt111, -Tr11gic Grantl, Of ThM
ll1fll tht rivtr, Tht .Wii'J PtJlms, '" DNimnls &ttk o Tht of
una profunda refutacin y consiguiente proyecto para ae
.quehacer de que hablaba. Porque evidentemente el New De11l no pas
de conligna eleccionaria de nuy limitada eficacia.
Lo que obsede al nombre nOrteamericano de Jona, lo que realmente
er por detrit de cs'a. JtntlcU, a ru stni/Jo: primeramente, como
adecubilidad, de inmediato valor vital, de elemental eficacia ("Pelo
papas o me pngo a cantar?") ; luego, necesita ver claro, aunque no
sea ms cC una limple sobre las com. Y lo mediato,
es tu dirtccin: un ideal informe que se va construyendo en un lugar
donde alguna vez -una remota infancia anabaptista- lillbo,... causas
efiCientes. Se abre asl la posibilidad de esquivar la obediencia y su de-
fatal y mecnico. El ideal -quiero ser explicito- aparece
no tomo causa fanal, lino comO vislumbre de posibilidades
humanas, ,.,, trttls qu humtllftls.
.' Paradjicamente, la que denunr:lll lleva al personaje
sic Joaa a l soledad, donde te le Jllantea el grai problema que con-
Ltu ciento r una
lo sabe l y lo callamos tdot- despu de esa gr11n tltnncu, se ati-
borr de rewrica, se engolosin c:qn IUS propias palabras, como a se
hubiera decretado que toda ru misin . .,-porque de misiones se tnta
en verdad estaba terninada. Dnde y quin hay que por lo menos
ya que no modifica?
En De AqUI. tltrnidtld los trminos quedan establecidos estricta-
mente en funcin de esa faena vital ' del hombre, dentro del terreno
de la tica: es premisa que lo que se hace en funcin de una coacd6n
cxteiior no ea propiamente moral y cn4 definitivamente tuperado; y
en cuanto a la accin de la sociedad o de Dios, es algo que se ejerce
ciertamente, pero que no se considera de ninguna manera definitiv.o.
El taciturno soldad9 de James Jones no se lo ha planteado en estos
trminos, pero su radica aUI, eso es lo que cuenta, tu
desconcierto a lo que muestra. Carga enorme descontento y lo
que J,.ntill a ru contorno huero de tllllortl y detcrmi.oadq por arbi-
trarias preferencllls.
El personaje se llama Prew y la accin del libro ocurre en la islas

DAVID VIAS
La
' ., . la obra:.la c:ontraP91ci6n entre y conveniencia;
q1le '111\.Jpce..,en wda la conecpcl6n protestante de la vida:
' l"\EBI ahogar unas lgrimas obstinadas todo el al-
muerzo con su marido y sus dos hijos. Otra. vez, de un gol-
pe, devuelta al desamparo que aun ah, en su casa, senta. Tendra
que escuchar pOr lo menos media hora ms a su marido, hablan-
do siempre a distancia de lo que ella pensaba, esa vez sobre un
impuesto nuevo. Sobre todo, aunque en este caso era .porque no
poda saberlo, a distancia de lo que ella en ese mome.nto recor
daba, las palabras que le haba dejado Julio al partir de viaje,
la carta que al despedirse le haba entregado esa maana en una
corta visita. Ahora la tena en el bolsillo, pensando que nunca se
sq>arara de ella, y la haba ledo y reledo en su cuarto, sola
hasta que la llamaron a comer. .
' . , lidl1, IIft. qu te le plantea al personaje y
" en a. disc:oJltinuidad de .U conducta condicionada poc. un
doble juego de valores: es el bompre debatindose entre la incon.sisten-
'cia de una tiCJl. J . cules i.onanci apelar entonces? Simplemente
a la mii i,nmediata: - Jensmcli. Se encuentr-a solo y lo que abandon
le J:CpUgna. Pero necesita $a mo;al de repuesto! Y ya se superaron
. ,
los recursos simplistas de la tercua y cuarta dcadat de ate siglOs; las
soluciona de corte ms o menos n.arxta. El Estado totalitario no
pude aer, providencia de aJie, Por momentoS, el personaje de James
Jones 'parece recordar quf"l de lo divino en 'el hombre
le otorga un contenido valioso y a ru eXistencia. Pero, no. Tam-
.poto eso lf' lirve. A veces, atrafia lUla sclidaridad que nunca
1
. roiloci, pero no sa kt ltlisstz-fllire, en que todo se sacrifica al
eglSIIDIO de la particularidad de cada individUo.
Su' solidaridad en f!Otencia no quiere saber nada de congregaciones
'de. ninguna especie. Quiere ter solidario ain sacficar nada de los
dems; quiere vivir. iin previa aceptaciones y pactos. Quiere ser l
milmo:; ep la1 clhrulas J} IU propio contrato. Pero todo
falla incon.sistenc:!- tica de lct hombres. E la convenltncl. lo
nico q decora la estUI,Jicia de esos militares. Entonces, con una
lenta ar ee. resuelve >1. J,.nci11rld. Es lo inmediato, dije, pero
no ,lQ mil fcil. Et, st, la inmediata reaccin del que quiere . dar
sent/Jo a 111 !un:<. .
_ Los magnos fisqles de: los Estados Unidos tambin lo hicieron:'
- iltnncl.rcm. .Bien es que eso no a . ms que un limitado
primer la fate inicial del conocimiento: descripcin previa y su
que la denuncia. Pero en qu otro pals aa elcmen-
- 'tal lunci6n higiwca ha cedido l)lgar tales caracterlsticas? Qu
p./1 htl ttnido ti sficitnlt vlllor de no recu"Jr 11l eufnnismo, l-
1flll1fllo 11 }otlretl#mbrt potlr:eJrj,;,br,, no dtsorltnltlcl6n o lrtldiciones
c.dsIIS? lo que " peor, .recurriendo i un argumento pueril a
P-r de tu fofa vejez: quiero -decir, la' i.omuru:licia por
demuiada .'riejez o prematura juventud? Qu#n. ha habido en nuestro
paj.; por ejemplo? Eduardo Mallea se me pod,la mponder.,SI, Edu.ardo
Malla. ai Hhlorl41 le .,;-,Mn ."ltfltiN, all' por
milita y tantos. Hubo wia alta lericdad en ese libro, pero -bien
En suma, lo que siempre haba -gravitado ausente entre los
dos, para ella, oon temor e incredulidad, y para l, con. na re-
signaCin que la _desconcertaba, Ja haca dudar, ._sospechar una
traicin, aunque despus se daba cuenta de que era algo distinto,
y volva al miedo, a EO creer que eso llegara a ser posible, una
separacin en medio de ras caricias, despus de las palabras dichas
al odo en los' momentos de amada fatiga: instantes de no
entenderlo duraban poco, pero en ellos se vea obligad a cali-
ficarlo de algn modo, para asirlo,. y se deca que era un loco. un
desgraciado. Estaban juntos, Julio miraba fijo un punt&-: cual'-
quiera, se oa su voz, sola, dominada, para decir despacio, con
tristeza y seguridad, "mir, algn da dejaremos de queur-
nos ... " Ahora estaba sola con esas palabras volvini:lole, dis-
trayndola de la conversacin de su marido, de las interrupciones .
de los chicos, que no la alegraban, del almuerzo interminable des-
pus del cual tomara un somnfero para dormir hasta la noche,
y otro! ms tarCie, para dormir b asta el da siguiente.
Ese mismo da no hara ningn esfuerzo por recobrarse: se
echada sobre su propio desnyno. sin interpretar lo
ocurrido ni hacer nada para olvidarlo.
Ni siquiera releera la carta, breve, sabida ya de memoria,
rara, ampulosa; la nica que Julio le hubiera escrito. "No des-
hojaremos hasta el fin", deca, "las horas del amor. Llegar el
instante en que sentiremos slo luto entre nuestras bocas, fio en
.las manos, ceniza en los ojos. Copmigo se aleja ese fbral entre los 1't
dos. Es preferible que no quede nada, y ni siquiera me Ufvo tu. .
fotografa. Que ninguna imagn te perpete sino. la en
las venas y el espritu."
Al leerlo antes, sola, y ahora, en la mesa, al se
acord de la fotografa de Mar del Plata que le diera una maana,
a raz de repetidos pedidos de Julio. Se le presentaron de pronto
todas las 'maanas pasadas en su departamento, las propuestas .
upentinas, hechas con furia, que le haca l para que se fueran
juntos, lejotr encerrando en ellos dos el mundo entero.
querido", pens, "ahora irte as, tan. solo".
1", "Si no hubise conocido tu ser", de:(a despus la carta, "me
babda arrodillado anteesa fotografia. Bajo tUs prpados ,n
'
5
. .
ma de orquidea estaba en tus ojos el lujo vivo del mat. En tu retorno a los maestros consagrados, marcar etapas y descubrir
piel se haca tierna la sombra del ocaso, la son1bra tirada en la g111pos cifrados, es la gran tentacin de los crticos, intimidados
arena junto a tu cintura, igu,al que pn silencio. Llevar por la grotesca produccin de nuestros autores: folkloristas o
esa fot.o, con las palabras que "ID.e escribiste en ella, basta 1!1 mar. saineteros cabros o poetas castrados. Uniformar,
La atar alrededor de una piedra 'Y la tirar lejos. Slo ver una despersonalizar, volver a las viejas palabras, es el' mejor medio
espuma-blanca en el sitio donde bajo un tallo de burbujas se"' de organizar el caos, de fundar un basado en un
hundirn til imagen y tus besadas palabras de amor. Que nadie, azar que lo apoye y lo sustente. La literatura agoniza por exceso
ni vos ni yo, tenga. Quiz reviva, ya que an no se extingui". , de crticos. .
Su marido, frente a ella en la mesa, hablaba cada vez nefi5. Vctor absorbe la realidad circundante y la devuelve obje-
' Los chicos se levantaron y quedaron solos. Slo a raz tivada, es decir, verdadera y probable. Este procedimiento, el que
de un silencio, lo mir y se di cuenta que casi no haba tocado ms conviene a la literatura contempornea, constituye el mejor
la comida, desde haca un rato la observaba. Lo oy hablar: esfuerzo de Fernando. Pola. la pequera asesina y prostituta, que
-Esta maana vino Julo a la oficina, a despedirse. traiciona para aguantarse, desesperada de s misma, condenada <t
Hizo una pausa, mientras se un bolsill.o del saco, llevar al extreino su excepcional tarea de burladora. - Nuestra
y agreg: amada prostituta, que no encuentra mejor forma de odiar a los
-Me ve1_1di esta fotografa. hombres que entregndose a ellos. Pola carga sobre spsliombros'
LUIS JUSTO su culpa y la de todas las prostitutas argentinas. Mujeres que .
t'
Desde la carne de
/
Buenos Aires

tarea de porte9s consiste en destrozar da a da, sin


mucha pena y sin inucha pasin, la poca dignidad que an
le quda a Buenos Aires, Desde esta Carne ser una fea acusacin.
Desde la ciudad de Arlt, esa ciudad de fantasmas, de barro. hecha
de rlo y pampa: pero de barro endurecido por el sol. opaco de
hasto y soledad, aplastado por argentinos cuyo ltimo refugio
es la locura, ese barro de piedra que en vano nuestro sentimenta-
ltsmo y nuestra generosidad tratan de ablandar. ciudad,
decamos, la de Fernando 'hay una diferencia important-
sima.
Aqulla no es ms que una caldera inmensa, un infierno don-
de hemos hundido todo y donde nos tiramos nosotros tambin.
Es la su.cia faena de la destruccin hecha a escondidas, hecha por
proscriptos cuya nica solidaridad radica en la lujuria de. negarse
todo momento, en el voraz consumo del presente, en la muer-
te del pasado en el futuro. Es ese xtlsis nico, ese orgasmo es-
tirado hasta el infinito; olvido del olvido, vrtigo, fiebre y bur-
la. ta mente en blanco, slo la ,.sangre caliente, palpitante, a
flor de piel. En fin, la fiesta eterna, sin regreso, sin sueo, sin
maana.
La ciudadde. Fernando no es ms que nuestra ciudad, deses-
peran'te a fuerza de vulgar, viviendo ms dentro de nosotrosque
nosotros en ella.- Monstruosa en lo cotidiano, inolvidable, indes-
t ')!'tible. '
Los personajes revelan la ciudad minuto a minuto: juegan al
fker en un caf de Pseo Coln y San Juan, la prostituta se cita
con.su amante en el "Richmond" de Florida, uno de los rateros
inicia sus correrlas en el pasaje Danel, cerca de Garay y 24 de
Noviembre. Decir todo esto podr parecer estpido y desde luego
la novela no tiene asegurada su bondad porque d autor se haya
limitado a enunciar el repertorio de las cal.les porteas y de dos
. o tres lugares conocidos. P!!ro, sin embargo, es necesario repetirlo
y-ms aun, es una triste necesidad. Triste es que nuestro pblico
est un poco asombrado todava de que paya escritores que se
ocupen .Buenos Aires o de cualquiera de las provincias. No
hemos llegado todava ' en la novela ni siquiera a la fase del
regionalismo.
J La tcnica utilizada en . Desde esta Carne es impecable:
El estrangulamiento del tiemp en las (!9Cas horas de una noche,
el aniquilamiento sucesivo de la realidad sujeto-objeto, el juego
'de prestidjgitacin hecho con el futuro y el pasado, que como
telones se alzan y bajan nosotros, se interponen, se exclu-
yen, sugieren lo que vendr, aclaran lo sucedido; comilla's, parn-
tesis, corchet(s y bastardilla. Algunos crticos han descubierto
influencias de Faulkn'er, un extrnjerG ;- no es ninguna recrimi-
nacin, .desde luego. Fernando usa adems el monlogo interior,
influencia de Schnitzler o de Joyce. En suma, todas las influen-
. cias al servicio d Buenos Aires, o de otro modo, el viejo sueo
de las formas y el contenido argentino. Filiaciones,
. /
---. ----:-
tanto hubieran podido hacerse monjas o ladronas, pero que pre-
fieren convertirse en chivos expiatorios de hombres que creen
que fornicar es una humillacin, que manosean por
y hacen el amor entre lamentos. Pola, la incgnita, la m jer
que luego de Pars, la Riviera, el MediterrriCQ vuelve i"B enos
Aires, acuciada por. el odio a la ciudad, ese odio ertico, impos-
tergable; esa comunin sexual entre la vctima y la ciudad
maldita.
La desnudez de Vctor. su despojo moral, es una trampa. Lo
desesperante para su complejo de culpa es 'que el castigo_!lQ acaba
de llegar: es un castigo siempre postergado. La ciudad es un
crcel donde todos somos libres. Los argentinos somos qimi-
nales que claman por un verdugo. Heridas abiertas que buscan
cuchillos. Rodeado de irresponsables, Vctor no logra su
. ponsabilidad. Aqullos no tienen derecho a censurrsela. Burla-
dores burlados, siempre ms all de todo. Destrozado en
nvdio de destrozados, Vctor cree salvarse de la abyeccin por
la lucidez. Consecuente consigo mismo hasta el final no acep-
tar otro juicio que el suyo. Si se ha adjudicado la licencia del
pecado se adjudicar tambin la pena. Esa culpa vaga, puramente
mental, ese sueo de sufrimiento que nunca es demasiado: mur-
mullos de falta ,y acusacin le son inaguantables. Peores que ' la
peor tortura fsica. Elegido distinto tendr que serlo basta el
extremo. Un asesino preso ya no es un asesino; es un olvidado.
Ya no destruye, ya no est en conflicto. Si escapa no es para
gozar la libertad sino para sentir de nuevo a sus espaldas la
jaura legal y el miedo de la
Slo la prestidigitacin del tiempo, ese desfile de bambali-
nas que son el recuerdo, el sonambulismo, los elemeJ:ltos incons-
cientes, esos fuegos artificiales, pueden justificar la traicin lite-
raria de Fernando. Su tcpica, repetimos, es impecable, como
un mar en postal o como las descripciones paisajistas de Hugo
W ast. La traicin literaria de Fernando es el estetismo y el
psicologismo. . .
El mimo de las pllsiones, la esencialidad de lo Sfntimental,
los sentimientos innatos, la refinacin del parasitismo no son
sino las caras mentirosas de nuestro estetismo. &ite ha sido el
procedimiento literario usado por nuestra intelectual.
cuando se inclinaba a descubrir al pueblo que se mova a sus
pies. Esteta es el bagaje del intelectual que viaja al suburbio y
deswbe lo pintoresco, lo tur!stico: las gracias que el pueblo
,adquiere de la tierra. Esos sentimientos que no se han pedido,
que son dones y a Jos qile hay que dejrlos mostrarse, soltarlos
poco a poco, aligerarlos: Ellos aniquilan las ideas, bien disputa-
tos, impregnan clidamente la sangre. Estn lejos del cerebro.
fro, oculto entre los h11esos, siempre manifiesto en esa dulce
presin que es el pensar; una idea se adquiere, hay que moverse,
ir a buscarla, limpiarla de hojarasca; pero las pasiones acom-
paan. estn en la piel, laten en los pulsos, suenan en el cora-
zn. Esta escisin, este Ser pasional es el mayor triunfo del
estetismo. Sus personajes son complejos' ) uimics, seres que
actan segn las oscuras leyes del amor, el sexo el dio: El
dogma, desde luego, es la Belleza. La realidad no falta pero es
la bella .realidad. Es una realidad ,de lujo, refinada, adornada,:
de afeites: La mstica de la apariencia. L'os autores indi-
can, informan, comentan y todo el mundo se divierte. El la
' .

6_
. /
del vencido: el icpt)le (o._ 1 talidad. no que si tal vez-el bontl!Je' le m dinero que el que-valla.
.. queda _amo d -de.la . . . . . el viaje, tal vez haya t)alsado que las mujeres ataban obligadas
1:1 - A esta filot?f1a de la . a no moverse almafn ,baita que il volviera. .
El :lincho. Cammo Y Ca o _. SG- son "tillo la- -: La mujer cfloa anteojos oacuroa me dirigi entonces
1
ua
mtperfecta de las taras mh notPtiaa de nuatra no- cortas, exactas sonrisas. - .
vela: pl'Ostitutaaredimidu por el amor: porifioa vittlw bur- C 1 ?
guctitas mirtires la divina pureza de - mo -presrubt; pens qlJe l .le paba
fmcoa: deliciosos y corruptibla_, inuchadua . violadas cartas, debi haber mentido sobr col? ver-
por VltJOS hb1dmoaos, etc. En Dtld1 uta .Carne au arte es y . . .
- mucho m penetrante; aunque se repiten:a,tpnas conatana (el . Tu.vo para. dect11lle, con una voz nueva y ju\Jilosa,
tema de la infancia, por ejemplo, trJ tado e.n Js tres novelas con como 11- el tnforme mejorara algo: .
el mis craso formalismo) . Pero Feruanclo-.eirrge del ttmblade- -Debe haber visto eJ nombre en loa diarios, tal vez se
ral_ de iu obra anterior. Su progreso ea rpjdp. El .Pino de Na- acuerde. ' Era el mejor jugador.de basketball, todcis dicen, intet-
vidad, con su alegora seiual, es un cuento maestro. nacjonal. Jug contra los americanos, fu a Chile con el selec-
Una comO' sta ea un revulsivo y a la cionado, el 6ltiino ao. . ,
refl.exin a nuestro oficio, a la formacin de una cgnciencia pro- El ltimo ao debi haber sido aquel en que se dieron cueli-
feaional. Aqui no sabemos cmo diltulplmoa todava por haber . ta de. que la cosa haba empezado. Sin alegria, pero n::dtado,
eleaido ser dcritores. ..._,. . pude explicarme la anchura de los hombros y el exceso de bu-
Nuestra tarea de e.:Critores dbe abarcar la totalidad aintiti- millacin con que ahora loa doblaba; aquel amansado rencor
Nuestras obras. deben aauatar.-ttear dolores de cabeu, que llevaba en los oJos Y haba nacido, de la prdida
prioc:upar, ponerlo todo en cuestin. Ea, por una lite- de !a de un t1po de. de una mUJer, smo, sobre todo,
ratura del escndalo. de iicicfai para auicica. d! perd1da de una a orgullo. Haba
Podramos decir, que la nuestra tiene que ser una Jitertura ho- VIVIdo apoyado en su cuerpo, hab1a Sido, en cterta su
meopjtica, fS que cure loa males con loa mala, mismos. Y. cuerpo.
1
.
cfcebemoa hacerla con iodo rigor, ain Pf4ir n dar . una nueva forma de la liatima, lo supuse mis dbil,
trqua ya que !lO tenema otra manera de .amar nueit p(ablico m despoJado, mis joven. Comenc a verlo en alugadu fotos
y ste es. nuestra nica En una aocitciad donde "El Grfico". con pantalones cortos y una camiseta blanca
con.fqain a. .el mayor -reaj)aldo del orleis. establecido 161o cabe rodeado por otros hombrea vestidos como l. lon'-
literatUra que. c<Snatiuyndo: De nada arVf conce- riente. o desviando los ojos con, a la vez, el hasto y la modestia
derle Ja al 111 pf!}ico aiguf.
10
juz- que a los los joven entre jvenes, la
. . Bl debe decirlo. todo a 'dn pbhc que 10' pueda _brillante Y pemada, .aun en. la' gtoera
hacer todo. Pero para ello necesitamos estar en el asunto, ente retlCula de las sextas edlCtones, el brillo saludable <te la piel\ el
el cliz infinitamente. amargo resplandor. grasoso ]a energa, . varonil, inagota-
di iibatf:a ciudact y de noaotroa miinoa. ... . ble. Lo acuclillado, con la cabeza desviada para ofrecer tres
"'. '>';!f ;::;' :.; ,.< 0, ,: ... : ."CARLos COIW!AS al relimpago del magnesio, 105 cinco dedos de
'tl:rl'' 1 una mano apoyarse en una pelota o protegerla; y
m' TC pi .... ll M b' - . h t<' ' b... .. d .
,ilJ << .r.(-. tam 1 n en una auttact n 10m na, uamman o a solas, aiit
. .:-[1:. , ,.!-.,:',Ir" . compreJ!.der, _la limina.'flexible de la primera'radiografia, r<X(eadb:.
; ... ! , '; t.J.:AIS . por y cppaa. banderines, rotograf.faa. de- cab-
, .' '
1
.. : , . . ceras de banquetes, Podia verlo correr, saltar y agacharse, audo
' : lln al :alnnn antes que el 6mni- roso, cn!dulo y feliz, en canchq_})lnqueadaa por focos violen
btii qU -el correo y lfo se )acerc al almanaque ni pidi tos, seguro de ser aquel cuerpo largo y semideanudo, convencido
cvezi-.'. Se recoar tlf. l rbol afuera, con -la& maos n, loa de la eternidad de cada tiempo de 15 minutos y de que el' nombre
bQlailloa del pantaln, pemia&fert, pbr p?imera vez irin corba- que gritaba la murtitud con agradecimiento y exigencia servla
tiiilu;nbl'tr: . ': .-r - . .. . ; . . para expreiarlo, mencionaba algO' real y perdurable.
tiiujer' :rinib)lf; f: lenta,_ anba Sin . la mujer de ios jos para. sol no llega- "':
a . fue,nt y ron sobres eamtoa a mano de madera. Vifn en
... Y. para al g11atda e.l .Y el hc:>mbre no . vol.vt deposito de ba_suras ni a la
_g,ue remo,vta vahJann tho _del coche: Se y volvi- caSJta ae las portuguesas; .paseaban tomados del brazo, alquila-
ron a l>ar*; entraron.ni.el almatEn'y'C:omO. tlla' no quik Rn . ban caballos y cochecitoi, subian y bajaban la sierra, 90nrean:
en. la parte clara del" mostrador-; buadn- al_tematiyamente, endurecidos, sobre fondos pintoreacoe, para
El ompre.'canye'l'Pbt' en . con la Leica que se haba trado ella colgada de utt
la cort.s paqas el antebraZo de' ta -mujei. alzando. hombro.
f.c:if. df Dio- -;Es como -una lun de miel -deca el enf,rmet9. apaci-
dficahan la VlSl ' de SU cara eilflaqutcicfa;, que iJPoqante qU_ le faltaba al tipo era la mujer se, Ve que no
J#aa ' ser; sal;vad elta no'hicfer ts
1
\)re- SOP9fta VIVI1' separado. Ahora es otro hombri; 'me invitaron a
' .
1
r - -' ' ' ' ' ' tomanina c:n lls en' el hotel y'ef tipo m hizo pregun-
:

.. def peblo. La notq pieocup
Ull a " ' .o .. la .se haya, ..
IJU!Dla aleir.f. atend. g!ftte. _s, !luedarae, ae.va el de semana, entoqcei
ef taiQt de mi : 11 le ,cosa a que el t1P? se cura: No lo v ,_
, : . : .. ;r, . : -.J , , ., c:uDdo VIenen al m<ftodla atomr el . " _

.. e&Q . E.l tenfa Y no me era posible demle nada


1'9! sar eae
1
ED. tl en contra I'Y sm n U.egaba a creer y i siquiera saba
. . q1t-c-laae de estaba en JUego, qu artificio agreaaba yo
,;a,, a . me'impedfa
tepra '.dnnai: culquitr ecto el
1
hom)i coiUI:lovi'me, la que ellos construan diaria-
Y. le era 1mpo.ib.Je tui ,,;: ante> con la inastencia entre Jos
$1 at.aP.it deJ fu basta,._ ..bb f ':.... vUoi, con .el licnhd. _de la vCea' qut proponan y comentaban
.c.1..:..1 . .-....t.. '"' r&"UCC proj'ecfoa .. , ' -
a.:WiJ:'. ,. 1' . :r ,, e.
hotel; J..ei .-- ,;;,. , .,. : , , ,
1
; -, J,. . 9NETTJ .
.__. ti!hl tJ9ut_(ai. homnimc
La historia
ahora siento que la noche soy yo,
que utoy, cmo lo siento ahora!
ddesperadamente solo, muy solo
nadie me necesita ni n\e ama.
-uh, si al menos no creysemos . . .
Pero creemos, creemos demasiado
y por eso sufrimos,
.._....> por eso la rabia
7
\
H
AY maneras de en la historia. Una es el infanti-
ddio, otra la-amistad con personas otra, ius mo-
desta, autopropaganda inscrita con tiza sobre paredes grises.
La historia, como muchas otras funciones, es un lugar de reunin
reserva-do. Hay quien piensa que nada es ms deseable que par-
ticipar de la fiesta.
La Historia es poco objetiva e incompleta. Seria neceSi\ria
una historia de todos los ambientes culturales de ta humanidad, -
en que cada cultura fuese estudiad.a desde l'os puntos de vista
de acostarnos
tan solos, tan mostruosos
en nuestro propio cuarto
se crece esta. fbula, esta humildad
de esperar algo
de todas las dems, pira empezar a crear fundndose en ella un
mtodo racionar de -interpretacin. Lo grave que el nmero
de permutaciones posibles sera prcticamente infinito, sobre todo
teniendo en cuenta que cada nacin posee una gran cantidad de
culturat. El ambiente cultural de hoy difiere dd de hace una
dcada; : el de los difiere del de los intelectuales, e
podra postqJame que muchos hombres son en s, indi-
vidualmente, aislados, una. cultura.
La Historia. tal e_a, recoge solamente el xito, o por
lo menos la expresin. El xito es puramente casual. Si Mr. Ford.
exitos y digno de entrar en la Historia, resi-
diese entre los warragundas, debera probar su eficacia en la
lanza- y la bl!bida, y bien pudiera no tener xito. Todos los
del mund9, pienso, contiene!) una .posibilidad de xito,
o ms. Su validez social .es infinita. As, un individuo capaz de
vivir .infinitamente, podra llegar en distintos lugares y momen-
tos a .la excelencia y tambin al xito en las profesiones.
La Historia, al registrar una serie de sucesos inconexos tinio-
nea<tos por una serie de hombres, relatara tal vez la eterna biq-
grafa de ese inmortal. . . .
es conn'ivecla con las leyes histricas. puede. ser
copnivencia con los caprichos de esa$ leyeS", y no con su volun-
tad, O con sus vacilaciones, burlas, errores o-juegos.
La Historia, no recoge el xito, slo puede r,coer
la Pero no c;s necesario que un gran hombre -un
ho111bre excelente--"- se. exprese estentreamente. Un director de
OfqJJesta o u general no_ pueden actur' sin se enteren' los
msicos o los solaados; pero un santo, "n sblb; un traductor o
un obrero pufen llegar a. la suprema exceleryia sin que nadie
o as nadie lo sepa. Y por eso, porque sus profesiones son ms
bien secretas, quedarn para siempre fuera de la Historia. Nadie
pensar que una frase o aun una mirada de esos extraos elegi-
dos ha determinado la"cada del principado o la gloria de la
batalla vencida. Pensaremos en el figurn de proa, como si fuera
l quien maneja la nave. '
La histoia es pues, posiblemente, una literatura ms. Bona-
parte, Tucdides, el General Paz, son hombres, son hechos; sus
xitos. sus meramente abstracciones.
) '
CARLOS PERALTA
Esta madrugada
Y
ahora,
- cuando regreso todas las noches a mi casa
como esta madrugada,
despus de lflucho andar -
por las calles de la ciudad
como. un husped malogrado,
para buscar la jstificacn del da
en algn asombro. apenas, apenas una tregua
qye sirva luego pa-ra recordar . ..
Ahora,
cuado enciendo la lmpara deJ cuarto
y me emocionan
la puerta definitiva;
las sillas desocupadas
y esa almohada desierta, ya increble,
ahora qe. n greSQ
de ' la expeCt-ativa y del fervor
con las horas perdidas .par.a siempre,
por el viejo tedio.
Esta esta humildad
de pensar, .
mientras s cruelmente
que ya no me acompaas a ninguna partl
ni me hablas por. telfono,
-que all, frente al ro, _
en un lugar llamad La Vfspera, e
estn todava mis mejores momentos_. . .
. . - MIGUEL ANGEL!
k mesa redonda
C
RISIS de la critica literaria. Al abordar el problema, que_
-tiene races ms hondas qut las de la sola literatura, Jos
Antonio Portuondo seala cuatro causas: a) Falta de una esta-
ble concepcin. del mundo e'n que apoyar la tabla de valores
b) Falta _de una adecuada Teora de la e) Falta de
una preparacin adecuala de -los crticos jvenes; d) Falta. de
una prensa realmeJtte independiente.
Todas estascausas -exactas- pertenecen al orden internf)
de la crtica literaria; pero hay otras, eli:ternas, como la disper-
sin mental de nuestro tiempo, la prdida de peso de gravitaci9_n
de la propia-literatura y el engolado circulo vicioso de compr-
misos e thibiciones en que viene a parar el mundillo literario.

Camilo Jos Cela, el singular novelista espaol, lleg a la
Argentina en visita fugaz; vi lo que quiso ver y cont lo que
vi y lo que presumbilemente le contaron. Es un espaol impe-
rial, en el que sobreviven las frmulas hechas para el equipaje
de estos viajeros --Casariego, Auns, Lain Entralgo-- que to-
dava nos examinan y adoctrinan en funcin de colonia. En dos
trazos, Cela anticipa, sobre nuestra literatura, lo que ser un
. libro -irremediable-- futuro: cuatro nombres fundamentan su
juicio: dos elogios, con sabor a cortesa, de Victoria Ocampo y.
Eduardo Mallea, una exaltada alabanza a Ernesto Sbato, y
un vmito sobre Borges que no tiene desperdicio: "Jorge Luis
Borges -dice-- es un fantasma, es el gran bluff de la literatura
argentina. A veces alguna damita no muy versada an encuentra
aceptables sus cuentos". Aparte el. aire de confidencia espesa v.
vi y lo que presumiblemente le contaron. Es un espaol impe-
sa despus de cierta digna actitud de Borges ante una. cadena de
disparates diclios por Cela.

Uno ae los temas excitantes de nuestra Amrica: la linea de.
divisin de la Amrica oriental y la Amrica occidental, como
espejos de dos modos de vida singularmente diferentes: la Am-
rica oeste prolonga la faz tradk ional en la vida del espritu,
pero es revolucionaria en poltica, la Amrica del este, progresista
en su literatura, es conservadora en su vida poltica. La Amrica .
del se concentra en las ciudades colmeneras, lujo y ag
0
bio
de eatos tiempos; la del oeste, en las ciudades pequeas, ricas de
. tradicin, montonas pero afirmadas en un concepto simple y
duradero de-la vida. . .

Sarmiento como n,ngn otro. el don ae 'la imagen
a vece, en una sola lnea, Clava la idea resonante, como
pinta Francia "mue_rto de la qujei a fatiga
de estar inmvil pisando uri pueblo sumiso".
.JAVIER FERNNDEZ . .
8
Autores. mexicanos
'\
v Alfonso Reyes
''TAMBiN acabar por. necesitarnos la misma inteligencia de
Europa", dPresa Alfonso en uno de sus ensayos.
Y, en verdad, porque siempre ha Citado penetrado por anhelo de
hacer y de ser en UD polarizador, UD engendrador de ideas,
se le ha podido llamar a Alfonso un mexicano universal. Toda
ru larga y fecunda existencia ha sido un constanto fluir en los rumbos
que le imponan w necesidades americanu. Para l, Am-
rica es una tendencia a la unidad, un llamado a la armonizacin de los
contrarios, una simplificacin de los desencuentros. Para l, Amrica
es el sitio donde el individuo asume IU plenitud y en donde la soledad
es una voz preada de 'trascendencia. Para l, Ammca es la
ltima denominacin de la palabra y, acaso, el s ms seguro
de la-universalidad.
Las cienw r una
Con el objeto de. -que nuestros lectores entren m conoci-
miento de quien tanto hizo para dar luz y color a un sector d,el
alma argentina --errando a veces, acertando otras-- exhuma-
rr:os, a continuacort, unos trozos de Libro Extrao. :
Vino la medianoche, la medianoche lbrega y fra, envuelto
el conventillo en la penumbra gris del farol paralepipedo. Genaro
penetro en la pieza, deslizndose. Un momento despus son en
elptio silenioso y mudo un espasmo de brbaro dolor. Un re-
chinar de llaves, un chocar de puertas, cien figuras negras en el
patio, movindose en espantosos torbellinos, levantando los bra-
zos con alaridos, que se entJ'_echocaban con fragor lgubre en la
atmsfera fra, para caer al suelo hecho pedazos. No te atre-
. van . . . Genaro estaba en la puerta, por donde en la maana
pene'rr6 el rectngulo de sol chato, y echaba a andar un.
espectro, con la mirada fija y extraviada baca el horizonte.
Entraron a la pieza, y en la sombra informe, en-medi de las
ropas revueltas, apareci la lnea de fuego del mango del pual,
que haba partido el vientre de la mucHacha, del mango' grueso
de nquel bruido, enhiesto y rgido, i:hispas,
chispas. . .

Nad Alfonso Reyes en Monterrey, Mxico, el 17 de mayo de
1889. Tras recibirse de abogado fu a Espaa, donde trabaj a w
rdenes de Menndez Pida! en la Seccin Filologa. Hizo muchos via-
y desempe distintos cargos diplomticos. Eatuvo en Buenos Aires
en varias oportunidades. En su copiosa existencia frecuent la poesa, Las cuerdas de la guitarra suenan; Genaro alma
. el el cuento, el ensayo, .la filolgica, de los su}turbios que se desata y se estremece. La bordona )lora
cij.sic::u. En todo cuanto ha escnto ha deado la huella de su mqwetud, con su vot. grave las hondas y desordenadas pasio.nes de estos
de ru alma gil, de su sensibilidad exquisita. Entre sus obras ms im- lugares, como s eso fuera la evocacin de pocas ya perdidas.
citaremos: CJUsliones Visin AtuihuC', El siempre, y vibra y palpita bajo el dedo agitado i
uor, Ctllnulrios, y (f -tomos), Ifigm fueran mpetus de la prepotente bravura de estos hombres. Des-
pPeUU dramtico, El Cllpltulcs ltnlur Dos pus resbalan Jos dedos rpidos unos tras otros sobre las 'cuer-
o munos, Ultim11 Jun/11 sombr11s, Los Sitie Dev11, das tendidas, y no es armona entonces lo que si oye, $ino
ettera. quidos y choques con rechinar agudo de hojas . de pual. _El
ha publicado en la coleccin Letras Mexicana su corazn hueco de la guitarra retulllba. Son tofmtnts que P'!San, -
Obr PoltiC'tl completa. Le cabe, asimi1m0, el honor de haber sido uno zumban las lluvias, llenan de lodazales el piso y los riachos 'cena-
de loe co.fundadores de Cuemos Amnicnos. gosos resbalan por toi:las las grietas, se deslizan por todas las
.--' zanjar-y abren largas y apuradas ras que mueren en 1'! hondo- .
pasado
F
IR.ANC/SCO A. Si,aidi naci en el barrio de Balvanera el
el Z J de abril de 18'56. Muri en otro barrio, en San Jos de
Flofes, el 8 de junio de 1927. esos aos surge en el pas
una de las obras m6s singulares y r:opiosci& que cabe imaginar.
Vida mltiple y generosa, su desborde humano lo impuls a
vojcarse en la literatura ton mpetu de .torrente.
Escrpi poemas, teatro y no., i6cilmente olvidados, pero'
su nombre ha en nuestras letras a-Libro extra-
o, _dado a luz entre 1894 y, 1902. Esta obra, que comprende
ms de mil .quinientos p6ginas 11 consta de cinco volmenes--r
primero, qu da al conjunto, y, sucesi::;amente, Genaro,
Don Manuel de Paloche . Mndez y Hacia la Justicia- abarca
to!fa. una poca del pa{s. All (lparecen, en vertiginoso entrecru-
zamiento, . el inmigrante, er gaucho, el indio, el hombre de la
ciudd, el mbito en veloz evolucin de Buenos Aires, el escena-
rio de ese movedizo ao 90. LiMo difuso, nervioso,
linctro, con esa t rible poneaticffJd de quien escribfa m6s para
expreltlt unq uerd d que para hace( alardes estti6oE, lleg en su
tiem/KJ a swcitar entusi.cu'lhps, di$ptcu, rebeldas, enconos, y,
aun, hasta el atisbo de una e3Cuela literaria. Escribir como Sicar-
di, sntr como Scardi en determinado momento, una espe-
ce de bandera enarbolada en distintos cfrtulos literarios. Y, sin
embargo, c.u6n lejos estaba il de todo
lterrogado en cierta ocasii5n por un contest:
" . .. Yo uivo la vida del suburbio y canto a mi modo; yo asisto
a. la intxzsin rban{J y ueo desaparecer los ombes y las zanjas
y cercos de pita y sina si na y lo canto a mi modo". Empero,
. no se' le apoy. Alguien resumi en forma cabal este repudio. La
juventud de Lugor:z11 le sali al encufntro diciendo de l que
era "un-mili escri(or con grandsimo talento".
. Luego de su mlm'te sobrevino-la desmemorip, .el lento exj lio
r!e' .w laberinto noueUatico, que hoy es apenas una cita biblogr6-
fica. Como si una maldicin penetrada de olvido fuese la justa
la pasin que lo inspirar.
nada tortuosa del Maldonado y del Matanz_as.

-Nadie sab nada, y yo lo digo porque se me. antoja no
ms . . . . porque nadie me ha de_ obligar a m a bablar. Cuando
me la di yo me la puse en el seno. :eJ me dijo entonces: "Esa
pistola lo ha lastimado a su padre una noehe (Mndez se estre-
meci). Yo la haba guardado como recuerdo, porque a
pap, nio Ricardo, yo lo quiero mucho, pero ahora que vamos
a la guerra de la revolucin puede ser que me maten. Pa que no
se pierda se la doy. Usted me va a hacer el favor de entregrsela
a su abuelita".
-D6nde est eso? --dijo Catalina.
El nio sac la pistola del seno.
-Traiga para ac --dijo la anciana-. Es una grave im-
prudencia que tenga armas. No se puede jugar con ellas.
El nio la alcanz.
-Pero esta pistola est cargada!
-Y cmo quiere que tire entonces? {
-Y t has hecho eso? -preguntaron los padres a la vez
con gran ansiedad.
-Cmo no? Me largo a los huecos con los muchachos,
y el. ch)lmbo es para las mulatas y los renegridos.

All encerrada busc dormir ; pero. a cada rato la despertaba
la carcajada del harn plebeyo, los espasmos y los besos de ,..
algn cuerpo de mujer tirada en los cuartos vecinos: suspiros y
contorsiones de culebras lascivas, y enfrente, en el saln de baile,
el mQJlullo de los corrillos de la tarde, Ja ramera y el ladrn
que cantan a. esa hora el himno eterno de los vagabundos sin
casa y describen inedias tintas siniestras las crujas sin sol.
'Es la hora dt los queridos, porque la noche es de todos: la noche
que arroja sobre la cama al organismo desnudo, que no se estre-
mece y se entrega con la glacial. sensacin de un cadver. Son
cosis; no ttlneo sexo; pero cuando llega el que le hace acordar
QUe es mujer, echa su cabeza hacia atrs con labios trmulos,
]
.
. Lcu cierno r una
anhelante todo su cuerpo, y se abandona coda entera, humilde
sierva que besa las manos que .la y la llenan dii sangre.
sacrificada siemprepor el dominio del ojo recio y fro del
no, enamorada del ladrn que usa sortijas de oro y el
peligro de las hazaas nocturnas .

-;-Qu hay? -pregunt Catalina ansiosa y asustada.
-La rata!, la rata! Vala, misia Catalina, vala! ..
Ay!, se sube por la cama -<ontestaba Genaro tiritando de
terr:or-. Uf ... ! . . . Me va a morder la pierna en
la herida. Ay!, me hinca los dientes, la maldita puerca.
Antonio Stoll: fe en el triunfo
:Humberto 1 es una calle llena de chicos. De que juegan a la
que remontan barriletes, que saltan al rango,. y por encima de
aquellos cuadraditoS dibujados con tiza sobre las baldosas desparejas:
'J.: 'r:ayuela. Todo esto tocurre, por supuesto, con mayor intensidad los
sbdos a la m:liiana:
1
No _hay colegio, no hay ftbol; slo queda la
calle, la inmensa calle del barrio, estrecha y . empedrada, con las casas
bajas guard.nfole los
Hay una casa. Oepus de los dos patios divididos por el comedor
atravesado, a la antigua, una escalerilla de hierros negros. Arriba, en
la terraza di baldosas rojas, y donde los malvones_ su
gancia de jardn trashumante, se levantan las. habttactones que consti-
tuyen el de Antonio Stoll.
,. Y quin es Antonio' Stoll? Antonio Stoll es un escritor. Es posible
que su nombre no haya aparecido en las portadas de
ni integrado l elenco "positivamente comercial'' de alguna editorial
afortunada. Pero es evidente que stas no son .. condiciones
pa'ra ser un escritor. Antonio Stoll lo sen.cillamente, prque escribe.
y nuestra aqu, es averiguar por qu lo hace; .para quin lo
,hace es decir, mostrarlo al pblico un poquito ms de lo que l-se riiega:
habfar de l. '
- Cuando se lo decimos, Stoll esconde detrs de los ojos imperturbables
. un pequeo rubor. A l, evidentemente, no le gustan estas cosas. Se
ni;ga a conversar de sus trabajos. Y cuando WlO hace las incmodas.
preguntas que componen el cuestionario de una entrevista, aprovecha
cualquier coyuntura para hablarnos de otros hpmbres que tambin se
preocupan per estos quehaceres, y que a su entender, permanecen injus-
tameine ignorados. /
- El primer libro de Stoll -"Damo"- es del ao 19}9, y fu pre-
miado en el concurso literario para autores noveles, organizado por la
agrupacin de gente de arte y letras "La Pea".
Su tarea literaria se contma con los libros Cuadrilla y Rieles
.Dormidos, y culminar este ao con El desierto pobl11do, novela que
' publicad Ir-Editorial. . .
. /1 nuestro Stoll nos explica el ambtente donde se
desarrolla'la trama de este ltimo libro. n pequeo pueblo perdido en
1:.. estepa una escuela, una maestra joven luchando contra
la incomprensin y la inhospitalidad de la regi,n.
. Es el fuerte del autor. La pintura de ambientes provincianos, la
minucia de los detalles depmentes, de todo lo mezquino de los pue-
blos chicos; !as esperanzas demorada al borde de los rieles del ferrocarril;
las desiluciones, la alegras pequeas !fe todo lo cotidiano.
-Tomando por separado -nos expresa--d hombre es el ms alto
1
valor moral y espiritual del mundo. Pero, en general, . los hombres se
unos a otrqs dr. pantalla par? enmascarar las profundas virtudes
<-<: de cada uno.
Stoll, es una poderosa personalidad individualista. Se)ta encerr.ado
en su soledad, y alli crece, lentamente, dando en cada una de sus p-
ginas: lo mejor- de_ s mismo. Y e-ce serenp individualismo, avalado por
una cultura txcepcional enmarcan la recia personalidad de este hombre
que se d.!dica da a a hQra; a la tarea de engendrar un mundo
en <11 cual ir..serta todo lo bueno que 'ha en e{ hombre,
que el contraste con los hombres de sus novelas, Sea ms profundo,
ms trgico, ms espcr;uizaoo.
Cuando salimos de la casa. de Stoll, convencidos de su voluntad
empecinada, de SI!- extraordinaria lucha contra las circunstancias ma-
teriales, .ver u:n sMil en un pequeo nio que contina
-lo haba v-isto af remontar un barrilete casero.
MAP.TfN CAMPOS
" o
Autores argentinos
Alhf('ito Girri
9
N
ACIDO en Buenos Aires el 27 de noviembre de 19H, tras
cursar estudios en la Facultad de Derecho, ingres a la de Filo-
sof.a:'en donde se gradu. Existencia a la cual hay que enfocar fuera
del campo anecdtico, Alberto Girri ha vivido y vive su mayor anic-
dota en sus propios versos, en los cuales se recorre toda la gama de
una ciudad, que es Buenos Aires, con un ritmo intenso, puro y fer-
voroso.
Con su primer volumen de versos, Pl11y11 sol11, publicado 19-46";'
di a conocer una voz original y vida de expresiones nuev.aa; en
donde, a veces, la palaora se demoraba en una busca que, pareciendo
artificiosa, le permita !legar, en un mgico y lcido esfuerzo, a una
lmpida belleza: Le siguieron, en rpida sucesin, Crni11 del hroe
(1946); Poes11 inglesa en la guerra esp11ola (en colaboracin con
w. Shand, 1947); Poes/11 inglesa contNnporneil (en colaboraci6n con
W. Shand, 1948); Coronacin de la espera ( 1948); "(rece poemM
(1949); .El tkmpq destmye (19SO) y, Escnd11lo
y soledlllfes (l9S2).
Si seguimos la trayectoria potica de Alberto Girri a travs de su
produccin, observaremos que la preocupacin por dar al vocablo urr
tono elegaco,. que prevaleca en sus poemas ha ido desapa-
reciendo para transformarse en una enunciacin meldico-acusadora
,mundo circundante. Y que con cada renuevo de su poesa, va acer-
cndose cada vez ms firmemente hacia esa desnudez definitiva, esen-
cial de un lirismo descarnado . y sutil, posedo de una hondura sin
complacencias.
Camino pleno de aciertos y, al mismo tiempo, de acechanzas, Al-
berto Girri nos brinda con cada libro suyo la difcil leccin dei poeta
en incesante hallazgo.
Prximamente publicar una seleccin-de sus poemas y una versin,
en colaboracin con W. Shand, de poemas de John Donne .
La palabra
E
STA confianza en el poder an no explorado del hombre
corresponde por todos los motivos, por todas las profecas,
por toda la preparacin, al humanista americano. Hemos est ado
escuchando durante demasiado tiempo. las musas. cortesanas de
Europa .. Se ha sospechado ya que el espritu del hombre libre
americano es'tmido. imitativo. dcii. La codicia pblica y pr-iva-
da hace que se;t espeso y pesado el aire que respiramos. El huma-
nista es decente, indolente, complaciente. Y ved ya la trgi!=a
consecuencia. La inteligencia de este pas, enseada a perseguir
bajos objetivos, se devora a s misma. No hay para
nadie ms que . para el c;orrecto y el complaciente. Los .jvenes
ms prometedores que comienzan a vivir en nuestras costas, re-
frescadas por los vientos de la montaa, iluminadas por todas
las estrellas de Dios, encuentran que la tierra que pisan no est
de acuerdo con eso, y se apartan de la accin por el disgusto
que les inspiran los principios en que se basa el manejo de los
oficios y se convierten en ganapanes o mueren de y
algunos de se suicidan. Cul es el remedio? No han visto
todava, .. millares de jvenes llenos de esperan.zas qpe se apre-
suran a seguir una carrer.a no ven todava, que si el hombre indi-
vidual se afirma indomablemeq te en sus instintos y obra de
acuerdo con ellos, el inmenso mundo se pondr de acuerdo con
l. Paciencia, paciencia con las sombras. de todos los buenos y
grandes por compaa, la perspectiva de vuestra vida infinita
por solaz, el estudio y la comunicacin de los prindpicis . er hacer
que. esos instintos prevalezcan y el convertir al mundo por tarea.
No es la principal desgracia en el mundo no ser una unidad,
no ser considerado como un carcter, no producini1 fruto j,ecu-
lir que cada hombre fucreado para producir, tino ser incluido'
. en el conjunto, entre los ci4!n o los mil componentes del partido
o d- la seccin a. que. pertenecemos y que n,uestra pueda
' ser predicha geogrficamente como perteneciente , al Noi.te o al
Sur:? No, hermanos y amigos, que los
.'
10 ..
.. o
1

. Debemos caminar co nuestros propios pies.
l trabajar con nuatras proi manos, debemot exponer nuestros
Refirindose a Girri, Carlos Viola Soto ha dicho que el
.tipo de poeta intdigente es casi monstruoso en nuestro ' pae:

prpios El estudio de las letras no debe ser en
V adelante un motivo de compasin, de duda, de complacencia sen-
j sual. El temor del hombre y el amor al hombre deberin ser 11112
muralla de'fensiva y una guirnalda de alegra para todos. As
existir wr primera vez una nacin de hombres, porque cada
uno de ellos- se c:reer inspirado por el Espirita Divino que ins-
pira tambin a todos los dems hombres.
RAl.PH W-ALOO EMERSON
Libros
El libro del mes
. por J. R. WJLCOCK,

Muchas veces me he preguntado, apte obras artsticamente
exquiiitas como Sexto de J . R. Wilcock, dnde resida en
Con _acierto inteligencia_en el sentido de lo C6nsciente
y lo responsable . .t::s verdad. Pero pienso que tambin existe otra
inteligencia, y sa no es monstrusa. que al evidenciar en el terre-
no potico, y artstico en general, una confusin que se asemeja-
ra a la que comnmente existe eritre instruccin y cultura. redu-
ce la poesa a la esfera de .su . propia exclusividad, logrando as
un decoro literario antes que un testimonio humano. La novela
y la poesa son entre nosotros, los dos gneros que
revelan con mayor nitidez desproporcin entre los elementos
tcnicos y los valores humanos que domina, adems, en toda
nuestra vida _nacional, Sabemos trabajar perfectamente-, pero
qu tosa? Slo una mezquina parte de la materia que se
ofrece. Infiltrar un poco de rudeza si es necesaria para
nuestras confesiones, no me parece perjudicial. aunque disienta
con ell la elegancia y todas las filigranas del estilo. No
mos que Carriego, deficiente, inseguro, casi sin atributos
entreg sin embargo en dos o tres pginas el borrador de una
poesa nacional. Pero es imposible superar coalquier borrador si
paseamos por el jardin llliettras se nos derrumba la casa ..
'
. dlas la elegancia. Entiendo que veo elegancia all donde existe
un olvido bello del traje, un olvido que permite la desaparicin
del traje -y valga este traje tanto como espiritualmen-
te-- basta c'onfundirlo con el cuerpo. Los medios expresivos La por FRANZ KAFKA, Emtc .
de es_a gracia. La fluidez de .. sil.s Hobo aa tiempo m Qll Kafb llrgaba harta nosotros rnvurlto t a la
versos, esa flutdez que de la natural y fresca modulactn plraitud dr m bato. Era la Epoca m qoe aus criptogram01 hadan rl 'primtr
.de una VoZ, impresiona en Sexto como una pieza musical"-lmpacto y tmtoroaban los gneros literarios: eo qae m obra iniurgla y
del ms puro liaje romntico. Pero es necesario despojarse del a rrclamar -<omo la .un dt de
'd od . . . . d d au:vtdoru y dr ordrnanzas. Entoncu ,. acnbttron las .tnterpretaCionu: ..
SOnt o t a poesta comtenza .. a Vl'?-f ver a eramente 'tejirron las mrdforas aclaratorias, las biografas llamativas, .tos ensayos crlt
ms all del somdo-- para comprender a Wilcock. cw, y ,. tradir:on cablu para amarrar ncwa sptci,. a ;zonas mrjor cono-
Udt lue t t d 1 t p cidas: al 110rnaliamo, por rjempto. . .
. go, una poes!a erres. f! no pue e. e e. or- De todas maneras, en ue tiempo, llegaba basta nosotroa ese soplo ti rico
que la tierra, Y nuestra v1da participe, es SUCia, IDSIStente, grq- . qae atraviea cada una de ras fra.... Advertamos una actitad funlamentar
"'tUca" Sj nuestros actos, animales. ant rl manda. .
uyu,u o man.osean el aire Slo el o la Hay una gama de ruccionu posiblu en el hombre trabaaclo por la !los
.. d d De b' 1 1 talgla de una vida m bella, dtsde el apartamiento mlstico basta la accin
. .. e ..
1
a pa a- De al611 modo biy un mando humano. con ti
aque- atatitmo de 1101 iostitaciow. Desd 1111 oritlaa, 'Kafka se limitaba a mirarlo
:t1.i!{',Qqer-li03ilf!l . iitc)scon; pudor y con mis celo. .u mirada .de en loa rJnconu:. So '
.lH>eltOIIU' entonces' qae- Wilcock, gran busadot, . S9bre todo
1
de fof!Da de coattmplactll polltrco, o acttvtsmo mlsttco, drlftcaba las lnstt
d 't t t' A a 1 li .. 1 tac1ona y lanzaba ellas 110 hnsmo. .
, , . . .no. a O f.!S parJ eXlS tr. s,o, a compro ar e Manidos de una propia. no9o midbamoa_ dr aoslayo al
rpunfo del .taempo sobre el por eJemplo, no lo conso- mando, y a Kafka como, una parte d"Ct .. mondo que noa tocaba vivir, en
sin embarto. la evocatin de "ll}s dilogos pausados en las mr Boen.o! Airu abierto los cuatro No .. Y buadba-
plaias las sombras de las hoj as en tu car;J"? . mos el !mamo, la n:presta, la llmptda constrocctn a parttr de la con-
Y' "d 1. d 1' ' " b ci1ncia. Sin notarlo, ucbamoa de ro !retara lo qae ya ut>ba en nosotros.
esp'uu e a tra!Ct n s.t es o:za algun. reproche, no Por ejemplo: ro intima resistencia a dialogar con el . mand.o moderno: 110
es elocuente que tome esta forma?'rPe: ntraimiento -adolescente quiz- limo de agreaividadu ocolt>a, de nibilu-
" R ' .s. 1
1
ntos. En alguna medida. ute nihilismo m yo tambiin nos expresaba. En alguna
. l .... s a . U ,perrectas medida, ro tauromaquia era tambin la nuestra. E imaginibamos bajo
pentQnbras del jardtn tu iras dean mumo destino. Detrs quedaba, sin embargo. todavla tnd6ctl,
Ya no murmurarS trm..ulamente todavla renuentr e inramisa. nuestra propia voluntad de forma.
erl sus labios tus frasn predilectas " Tambin queda, al bam ahora el recuento, el influjo contagioso d( ro
. .' bito upruivo. E.te bito, este deaqoite aobre lo inexpreudo que ballamoa
Obsrveae cmo preponderan en sus reacct!:lDes la palabra y en 110s tatos, es como una mano tendida. Es lo que finalmente nos pueden
el .arroh9. No es eventual,' en ef,cto, que Wcock inicie con este ensear cada linO de estos fragmentos escritos aobre d asombro y el
mimto VersO: "Recuerdas, mi alma, ese rbol favorito?" dos de una conciencia frmte al de una la faz de la lterra.
d' . . . Un aaombro y un pnmanos. capaces de astmtlar todo lo que venga
poemas. e Sexto. patn en el tmphcttos los tres elementos de afuera: capaces de asimilar -por al y convertirlo
., predommantes dell1bro: la naturaleza; el azftor Y el recuerdo. en UD mitodo drJiberado, tn liD puente bacta la
N son 11uevos en su obra. Ya ,predomina11 en Paseo sent- El al lado de otros trabajos, uno Fr
mmtal y en L
01
ermosos das mn mis
0
menos vigor. m el ano de ro muerte: La comtruccr6n. El tu.to u . 11gntftcaan
. ,--. . . . ainaalar, aonqae no .. aparte de los dnonea de un uttlo atiitmeatado
, no la de un bada tiempo: contiene una verdica. hutora de la obra del autor y deJa
- amo el chma .cJUe crea .el_tn_tcrcam- . para ,iempre ao sentido 61ttmo.
b1o de aquella palabra y aquel rrobo ante el- patsa.)e. As lo
engarza con el amor y asl el recuerdo es. la delectacin -jams
. la anguetia - el 'desprecio--:. c}e un:a aumenta en
raz'I. .efe IU alliencia. -En..-el fondo. es11n con el clsico
daliz.del acicalamiento, descubierto en la frecuencia de laa vetua-
, taa c:itaa mitolgicas e bistricu. B'astaria-enumerar su vocabu-
. lacio: jatda, rbol, cristal, fuente, sendeio, par encontrar la
-jJmnanmc:ia de un paisaje dom&tico asi por la
-
. pareC.e dejar en .el poeta- mediante el
la aelecci6D de lc!l: detallei que respon_dan al ms
bam J1IICO Ng. a el,aorio c1;t la idea de la 'sensj-
'deJa imapu que las transmite. Nacional
..... ..-.poala w a la liric:a' de R.afael Obli-
pfo r_a ,JaMRima de.lMitJt,r. decir, a ' una poesi que no
.... '1pt .... - J;
A. R. PRIOR
Mootfelero, por MANRIQUE BALBOA, Kraft.
. . . .
Cuatdo se afirma que un libro est inlido po( otro. adtm de ubi
cario co11 011a intencin ditUctica, genmlmmte N lo diJmianyt con nn cri
terio valorativo. a ate a el ca10' de M ontitl..-o, en ti qae la inftat11cia de
Don Segundo Sombra ae transforma en guia y en paradigma de 111 realizacin
dude la dediutori,a inicial basta la estructura groera!, en cuya Hu 110caln
dt aunaa "camperas", adercadas con ro clica rttrica, .. van conformando
anos gauchos rotrerrianbl qat timen la faJa tierara de toa hombres de Qairs
o la burda de(ornuci6n de los de Molill2 Campos. y que asan I1 idioma no
tanto como insttolllfllto apraivo Cl(aoto como elemento diferenciador.
Por otra partr, la forma enumerativa 1 deacriptiva en que .. emplu la
pnmm periOni#tenta contra la da!Idad. de la narracin, y cuando .. pre
tende bcainmte . .. obtroe uaa afect>cin que ts la ne-
gacio de l iatimldad que 110pone esa_ apecial c.tractara novdlstica. Y no ,.
pima qwt lo latimo ao aparece por pudor del prouaoaista-narrador, sino por
- . . . -
..
lUla aupcrficlaliclad que, lo baca apmo, tambi(a limita a - Gnica (fimta
aia. - . .
Aal, la doble pobilidad dt la pnmua pcr1011a fncap m uato que como.
conftri6n ao "' IQJn ai ampa mom_mto dauiclad pakolaka. 111 como
rmmoria obtimt - partkalar liriamo que npi:lat al ft(lltrdo.
Comlatinmmtt, t1t vo --que d.tbitn .habtr plmtcado dude lldmtro--
" diluye tllUna incoamoviblt npcrficic que pcrmaneu lltrtt por lpal antt el
dtl amigo .o frmtt a ,la 'ttqaila dt In Mejor dicho, que 1t cou
nnatvt m un idhltico toao mlnimo; y_ ao pan evitar tftctiltat.
lino por lUla pcnJtalca moaocordt de ncaraoa que. m tl uao dt Mll1riqat
Balboa, ca innpcnblt Jimiua, evidente balta cuaDdo acepta IIIDDa ruptura
y recrucin prtviu (como ocurre na GGiraldtt) cxprmoDu mOitrarU8 qat
fl co111idera tlplw y Umu dt vlor.
St termiaa peDII.I1Co, por fin. la acln de la Muopotamia argmtiD'
u rulmmte a.al, como la praenta Balboa -para qaica uc ambimtt
achata huta CODvtrtirat m colorida ucmonfla y la ltnua da como ,,.
pccculo coD toda 111 tnmpoaa eficacia o como la
Horado Quiroa coD toda m HCutta tragedia.
D. V.
Conltuatet de la lfteratura ar&entlna, por JUAN CARLOS GHlANO, Raiga(.
La lectura dt Jjbro arentiao rHUita aicmpre menoa agradable y apa
rcnttDmtt mmoa provcchou qut la dt UD libro turopro. por uo la critica
lituW, mtre Jloaotroa. ca uaa de Ju m ,atduaa mponaabilidadt1. Lo po
aitivo dt Ghiao -a quim no podemo,s juzar por libro que 111pouemoa
t1 uDa recopUaciD dy articulo pcriodbticos. dado ti dt1ordm y la total
falta de uDidad en l n:posicin- conaistt en atamir tu rtl
poiiAbilidad. Aunque la frialdad acadEmica de ID titilo no 111 la m apro-
piada para' Jacudir la pcreu y la norancia dt 1111 contempormeoa. dt 1111
compatriotas, Ghiano propone atraerlos hacia la difdl y poco atractiva
,dt penetrar en la obra tan poco y taD mal leda de autoru rcpre-
ttntativo como Echevura. Canf, Giliraldt1, Mallea, los dramaturol y al
onoa contemporneo.
No 11 trata de mero adllais tltilhticos como los qite con1ttu yen mt
ralmentt lo que 1t llama entre noaotro crtica lino dt 'un enfoque del
autor y 111 obra fuertemmte enraiudo en 111 aituacn bltrica, en 111 medio
polltico y aocial, ya que laa ptCllliaridadu de u titilo 11 apoyan aiemp.re t11
un .1ituaein de fpoca y de Juar, de que. no 1t puede prtKindir: "Ea
imP,91iblt aolazarH Ghiano-- en intencionados detallea. de titilo cuando
ignora la conciencia histrica de la cual nace obra." En tita linea compar-
tida boy por lo mejor dt la crlrica literaria 1t lit6a Ghiano 11gl\n lo decla-
ra en el prlogo, 1111<it1.11do (lo milmo que el titulo, muy bibilmente ele-
do) una n:pcctativa m el lector qite luego defraudada. La tuicin de
GbianO' rude en an u:cuo de erudicin totalmente pctucio10 al tratarst de
literatura arentina porque oblia a mtcbar loi lncliccs ele y de
hnta'omu. Entre no10tto1 et ba poco y en lo poco. de lo malo. Una
bitora dt la literatura ugmtna debe girar. puu, alrededor de los poco n'om
bre1 (Sarmiento, Hcmndez y entre los contemporneos, Martlnez E1trada
y algn Ott'Cl) QUt han CODtrbnfdO a crear un perfil -irgentnO.
Eu .profaJi6n hace adcm del ltimo muyo/ (ilteratura argentina alo
XX) un 111pcrfcial 111:nario. No t1 posible enjuiciar a Martlnez E1trada tD
trtce rmglonu porque a peur de las lmtaconu que Gbano cree encontrarle.
no 11 puede gd'orar la importancia de .ea obra, que merece por lo meno aten
cin upecial. Ruulta en cambio superflua la inclusin de otros autoru como
Maraao, Capdevila, Roju, a lol- ctJ,Jitl deba haber olvidado. Actitud inn:
plicable t11 quien dtmutltra en otros momento -por ejemplo al no ailencu
como es cOJtombrt enire nutltrs crticos el nombre de Arlt o al no caer en
el n:ctlivo de lu peuonaldadu m sobadu: 10 estudio 10bre Mallea
, t1 de los ml equilbrado..-polter nn juicio independiente y honrado, inmune
a ele rtC4kitrante optimismo y a ese compltjo de y cen1ara que
frol(ran . toda critica literaria entre nosotros.
.
JUAN Jos SEBRELI
Qbtorla natural de la alegria, por MARTA TRABA, Lo111da.
La luz, la calle, el 111eo: trio en cuyo stno se duarrolla la vida, la
emocin que no ceia y fecunda en el espirito de Marta Traba convirtiEndost
en poemaa. laro ver101 que 10 autora ha tratado con delCUdo, debido quizs
a ciuta pa.aivldad ql:lc apare de ellos al hombre, 111 tranlfonna-
dor, 111 eterno receptor de faena y colorido.
La cow u en m _la Naturaleu un amn o fantstico.- pcrfccw e inde-
pendimttl rntre. ll, pcm tn tltt libro, va creando a'o sentid, dolor o alegria,
que fertiliza y no 11 da aoJa. para ningn dolor t1 abaoluto, ni
aquiua ti de la Naturaleza, ya que el hombre, au vctima inmjnente, en
11 tranaforma, y acalla ouacitando una vida nueva que le ayuda a embelltctr
la propia. b'aacando 111 upltitu una bomanzacn de lo natural para ilo
bawr una entrea fria o negligente. .
"Amante oiCuro. arena enlutada, utrrlla negra, pizaua mvil del agua."
La H!lora acumula una va1ta mct.fora montona. Jmlte-
por nero drullo, sobrtcargndo a rato1 poemas que tienen evidentu
acierto1:
"Puerto de tierna llova y de naba como gaulu:
viajero pcntrnte de 101 y lamoa, ob rlo primero mtre loe rlosl"
Toda obra requiere iaaa andld, un coeficiente de compre111in, llevado
a un txtremo que determine el centro, el uDvtno del poema qae brinde la
profundidad y no Jo aum'uja ent.r.c palabra. y mb palabra : la idea debe
aacntarac .para que qc!a verao .Ptuduzca 111 .ffcto.
Marta Tra'ba. oncen!e 'de. vocacin, debe atrio tambin de n trabajo, y
atenditlldo a loa dbl por igual losrn indadable.mmtc d litio que merecc.
Coilfitma ata vcrao1 como lw que cierran 111 HiltoritJ N1Jtural d t
.. _ .....
1
;
"El ldolacentt da !a
b, muchacha dormida m loa pati<?i, .
qut ulla, de amor. tn medio dd
'Otbtll el filtro innomiaable.
-" colonizan, f11nclan una tiUCin de oro
en la tltm violeta de la nocbt."
e ""
11
mar.
NINA DB KALADA .'
La Pintura europea onatemporiuea, por J. ROMERO BREST, Fondo de Cut.
,__:.tuo Econ6mica.
Aplaudim01 la valiente y dicidida poaici6n uumida por el autor para
emicir 111 jukio. Romero Bre1t coma partido por aaa de la.a poeicioau dtl
acuul arte abatracto y dtlde alll valora la producciD pictrica de laa fpraa
m conocdu del 1glo . En conltCamcia, Dufy, Matblt, Pia110, Buque,
Gril. Kltt. aparecen cubierto por un re1pctable olor a paudo.
Por noeltra parte, no compartimo la poticin de Romero Breat, quiin
cree que el arte 1t encamina hacia la ltometrla: " m 101 movimentoa
liltaa d proctiO aparect dominado por tl principio de la abltnceiD en torDO a
la eomttra, como de nutva objttivaciD de la realidad. Ea dttit; la
1rometrla reemplaza a la naturaleza". Crttmoa que w t1 una de la.a mucha
po1icionu de lo pintom turopcol. 1mdo una de las tanta dmiaciontt
colatrralu dutinadaa a recorrer una va. La1 matemticas alo puedeD coDitituir
un inltrummto tknico y no acr comac;!aa para el arte como una inmneia de
.Ja objttiviclad para fundar m ella lo abaoluto.
AaimIIIIo, noa chocan laa incnnionu que hace Romero Brut en el
campo de la filo10fla y la eltftca. La claridad ea!! lo temu U
trictammie plticoa 1t toma un tanto oiCllra en eaos terrmoa:
Viaac:
" Uno j otro (Picaao y Dall) ducobren la infrarrealidad de lo inatintvo.
un mon1tr11bmo objetivo aln aluaionea teolgica y 1in proytcciontl dt la
emotividad individual. por ao m birbaro y real".
" Oacila (el arte) porque la cateaoria " apriorlnca del nunca
bien definida a cauu de la dilregacn social, ora 1t bau en la coincidencia..
del eipritu coD la materia, ora ea un tipritualmo formalilta heredado. ora
. en la libertad individual".
En primer termino. Romero Brclt podra hacer aclarado qui u un "mon
trusmo objrtivo" sin alusiontl teolgicas. qoi u "infrarreal" y "m bhbarc
y real". Qui lignifica "cateorla apriorstca del ltlltmcnto" y cmo a
que 1t puede baur en Cito o en lo otro y cmo u que no es definida a uuu
de la dilgregacn aocia11 Francamente. no podemo adivinarlo.
A. H.
Enaay01 ea bUial de nuestra expresin, :or- PEDRO HBNRfQUEZ UREAA,
Raiga{; .
La actitud de nutttroa trDdtoa u de irrupcin y no de aprebtlliD da
io ameriaDo. E.xiate una tmdencla a ttquematit:ar lo qde Yitahlltetc 110 .e
ba comprendido por lo que 1t preacinde de la voluntad da '" la ttndtncla
a la realizacin. yacente en 'el fondo de lo m hondamente americano, lo qat
ya Sarmiento 111primla bajo el concepto de &rbaric. Y en el talO de Henrlquez
Urea no u prucindr ingenumentt de Amfrca -y aun aacrificar toda
poaibildad de una "exprcain"- el jactarlt que "el esplritu ba triunfado,
en nuutra Amirica, aobre la barbarie interior'.' o reaolver de facto uil futuro
literario, diciendo que "nue1tra AJ!Ilrca 1t u:prrur plenamente en formu
modernas cuando baya entre noaotros dtndad de cultura moderna" o, lo
que ti lo miamo, que no lubd nunca nnuna clast de "exprun", men
tus la literatura no consita en una aimple combinacin-mb o meno tlegante
dr tfrmino11
Frmte a una realidad dramitca --que noa perturba en laa ralee mIIIIII
de' nue1tra n:stencia- el erudito vive otra realidad, mucho m plicida que.
paradjicamente, ni aun u la americana. 1ino la de los intelectualu. o 111
la de Jos que Iittmiticamente 1t evadieron de Amirca. Claro que bobo un
paulatino reconocimiento de lo americano. Lo que tn Bello, o
M:rtl babia aido una abaoluta incapacidad dt 11ntir lo
americano, 1t tranorma boy en da --cntrt no10tioa Martlnez Eltrada- m
un enfrentamiento y liquidacin de acttudu postizaa frente a lo ameri:ano
y en un reconocimmto definitivo de que uumoa rreconci.Jiablemcnte lla-
dot a Amirica. Henrlqocz Ureiia t1 la tran1cin, fruto de un deiConclerto
que 11 emboza apre111radamente retornando a loa viejo lemaa de nuutra
evasin. A1l, encontramo el concepto de utop la, que u una manera tlepnte
de cerrar intelectoalmtntt a.Jgo que la vida ba dividido -actit!ld ta ampa
r>da por Amirca vita desde .ti o' el concepto de .Amiriu
como patria 6;,ca y unida, que conlttoy aempre una manera de ducoDoctr
en Amfiica un contmdo humano qut impide tu unin, eia porcin de
vitalidad autctona que dtabarata permanentem.ente todo piaD erudito.
Quzi aomos njoltos al reprocb.iJ a Henrlqucz Urea. algo que era la
ruli de vida de ute maeltro. Pero hay uD motivo hondo que no1 ltPifl
c!el puado y t1 el de que ai en aquel cntonu1 1t procuraba re10lver uD mcrn
p1oblema de aubai1tmcia -rtllltlto cmOda e inaistcntemmtt mediante una
111pmn de la "barbarie interna" coD toda daac de plaDu intelectual-.
bey, porque vivimoe catb dla u11a mayor cuaala. por 110 decir coa'dma de
lo americano, t1 urente rtlolver. un problema de tXittncia que ya no admite
la frmula vaa ni la utopla idealbta.
ROOOLFO K\lscH
Lunea de carnaval, por JUAN Sur.
Lun11 dt carnatJQI t1 una aaombroumente falu. Falaol,1ncongrum-
tu lo caracteru: falao el medio en que 1t hallan lnmerao1: Alulm vi en
el Buenos Airea de boy, en ull dla de carnaval -por la mahna_: macaraa
tnloqnecidu de alegra, piratl que pcr1ijan a colombina, dhfrazadoe t11
compana qot 1t ocupen dt arrojar acrpcntjnu y maDo!iear a laa silujna?
lllvtroalmUn como nw utuanl porte!o IOD loa pcraonajtl. Mll1olo, ti
1 .

procaoailca. u de una ufixiante upiritua!. Vive dunntt quince
ail01 en fWicin udusiva de 111 espou. Separados a los rete aos del matrimo-
nio por voluncad de (lla. fl 11 davi2 a partir de entohcts a una curiosisima vida
de Ultidad y pr!YaciODU, teida a r atos de aKetSmO, empeado en IUbvtnir
con holun 101 gutos de la mujer y la hija. Sin embargo, a pesar del
raquitno de n triste monomana, Manolo u el nico personaje que muu;-
tr.l derca en 111s actos. Herminda. la esposa, .es mujer de un
trrlliendo caricter dominador. Su:ulmente frlgida. 11 entrega un buen da
a Manolo liD que medie ltduccin, conquina o ruonc psitolgco alguno qu<
explique proceder Hmejante. Otro rugo distintivo, 111 abJOiuta indiferencia
por la ente, dtldice a la ten.rz OPOsicin con qac, dutruye el deseo de 111
bija de buacar .un empleo: Hcrmini2 se opone por prejuicios de clase. Chuca,
prostituta, protege a Manolp .conmovcdoraJ!lente, sin aceptar su dinero y
tolerando sus exabruptos, IUS enfermedades flsicas, aus taru mentalu, sin
estar enamorada. ni ltDtir una upecial simpatia por fl. Cbuca representa la
caridad porque 11. Vilita los lunes a la Virgen de Pompeya en parte por
haberlo prometido durante una criais de 111 incrtible pupilo y en parte porque
lt aguda el olor del incienso y los ojoa de la imagen. Nena, la hija quince
aera, ae proatituye por ftica. Se entrega a un hombre con la mayor aerenidad
del J!lundo {y con baen tino: 11 trata de ur rico provinciano) pan ganar
el dinero que la madre no le pe.Qnitt conaeguir por caminos lcitos.
Con un. ambiente as, con lu personajes. 'no babia por quf (lJlerar que
b habilidad de Goyanartc encontran ocasin de lucimittlto. Algn vigoroso
trazo descriptivo, la pericia tfcnica desplegada para ensamblar acontecimien-
tos de quince aos en el tnnKUfSO de un da, no alcanzan a salvar a la novela
dtl naufragio a qne la condenaban de antemano la falsedad de sus elementos
upitaln.
ADOLFO PRIETO
Aguila o Sol. o_cTAVIO PAZ. Ed. Tezontlt. Mxico.
La lectura de "Trabajos Forzados" "-Primera parte de este libro-- me
h.a )lecho pensar en ua mana tan actual y tan argentina de rastrear nfhlen .
ctu .Y atmder m a loa ecos litenrioa que a las aolicitacionu puumtlt
polttcaa que ti poema provoca. Hay en cite tipo de critica, aparte de una
incurable pedanterl nacional, una especie de re.wntimiento, ya que uno de
ln arraigados -y que cultivamos.con vergonzoso amor-
ti de cmmoa incapacu de adquirir una voz plenamente original.
No crco en tu inrtuenciaa. Ellas existen alo en cuanto no estn suficien-
temente pueltaa al lttv'icio de una verdad personal, en cuanto forma y esen-
ci.1. no ae corraponden orginicamente y el poema por lo tanto "no ha logrado
IU no existe como una entidad integra m si. El utlo ajeno al
del autor comienza a IUpe!'JlOilene a 111 lenguaje verdadero, cuando no sirve
funcionallllfllte a lo que &te se propone, cato t1 cuando "no re111lta necua-
no: y a- Jl?r lo . lo que a la e.wnci.1 del poema "
rcftua; lo que.ifaca m 61tuna lDIUDcta, la unteuc2 de muerte del poema.
Tal vn "J'ribajoa Forzados" aea en tlt untido demasiado Micbaux.
Seria tarea fcil y por ello miiJ!lo de.!deiiable, aealar las ideo ti
dadtY. ya lebuaje. o dr lltilizacin de elementos poitico's. aino la por
momeutoa evidente padfraaia. La falta de originalidad ea uno de los peligros
l!rl aurmlismo. Loa pertenecen 'la todos y 111s smbolos son comunu:
utiliza en 1111 aueos ambolos propios '! no neuaito invocar a Jung
pua cnfirmarlo. El poeu debe J?Utl penetrar en el mbconscierite, como un
minero m m mina. roficientemente ptra precaverae de los derrum
bu y con auficientu conocimientos ttric01 como parz no confundir un trozo
de carbn con UD diatnantt. ..
1
La diferencia 'entre Mic.banx y Paz eatri:.-a probablemente. no en' una
cueatin cronolgica, de anterioridad en b revelacin -ya que u puede
llucubrr tu niilmas cosaa y la gralt reitera cons-
Untemmte. loa temu-- ni en una cuettin de mayor o menor talento
-que 'no viene al caso dilccida,7-: sinQ en que pzuroa a jugar el mismo
1 a en mismo aentido, con ua fatalidad de reglas y elemen
toi que el juego aige, loa elemntos formales utn mb profundamente
en Micbau:r. ; ec qae tite extrae 111 fuerza del lenguaje - aun
a. condicin de dettruirlo:-. riendo por ello mJmo mda literario en el autEn-
tico 11ntido; en tanto que pcsterga a menudo ua labor en que u reconoce
al:'artlata, por uexaer.ada valoracin lt la. irIIentl, que lo hacen literario
en elaentido pe rativo. Lo que en Micbaux u una experiencia en intensi
dad y proundi se convierte a mepudo Paz en un juego eatitico. no
importa laa aun 'cu torturu que baja debido aus:itar y sufrir pan 111 crea-
cin. Toda cm aun fa _m u doloro. La eleccin de una
J?alabta, !a eliminacin una coma. csmicamente el ufuerzo total
del poema. .
"MI vidia con la ola" u uf vn; e ma logrado de loa poemas de este
Jiliro (a;mi me pareu. perfecto, salvo eae final in_6tilmente grotuco) y
dio tal v-e-z porque all Paz no 'lo ua. idea original y una experien
cfa peroul, lino un propio {el que corresponde al tema). Lo que
1rimero ae dtltlca m Paz -y in- ello una influencia puede ser enormemente
perjudicial. amonl como decla WUde:- u la caai connante eKJin entre
e cota que no ocurre con "Trabajo Forzados" donde la idea
, y ta form11 ton de Micluux ni en "Mi vida con la ola" donde forma e idea
a Paz: .
Dt tod,. tnaneua. IU autor u un poeta y un ucclente poeta. Cada vez
, que, eu lalll' dt ver con loa ojo de Micliaux, utiliza aua propio ojos para
vtr, i:naiue cow Lo que rile preocupa en H 'no u 111
!Dlll digerido '{Micha:ux ea muy dificil de digerir) ain cierto auto
IIILtwmo no wficitntemente controlado, ae automatJmo peliaroao cono un
arma que ba liquidado uulaitu portal que ae dejaron Mducir por el canto
la .ainna: y noa alo aquellos .que. como Elaatd, - hicieron
iiltdilotemeute atar al mUtt de fa aave. 1
, CARLOS VIOLA SOTo
LB$ ciento y una
Y sobre 'UD tigre; por RoBERT WJLDER. Ed. Hermtr.
La produccin de libros en masa para aa;isfacer neceaidades de un mer-
cad? la

. libros como el que comentamos aqa . Pero no


lo JUittftca. Y ao lo JUsttftca porque pensamos en la cantidad de volmenes
que aufren postergaciones a fin de dar lugar a la impresin dt 'obras como
Y cabalga sobu un tiri. Aqu el tigre ni siquiera es feroz. Porque u trata
de un tigre aburrido. La novela comienza en la ipoca que loa japoneaes eran
:unos brbaros" . y termina en uta otra en que u han convertido en
avanzada de las fuerzas de la civilizacin. Entre ambos trminos temporalu
oscila el drama de un hombrt que mat a su compaero de armaa. y que
qcere saber quin era con exactitud. El trm3 u viejo. salvando algunos
detallu de realizacin. Hubiera sido una buena pelcula con John Wayne.
Ava Gardner y Bonita en loa papeles protagnicos. Haata William
S.:ndix hubiera podido actuar. Pero como novela. es mejor saltar de au
portada al colofn, y ,olvu a dejarla sobre la mua de la librerla.
. M. C.
Bodu, por A. CAMUS, Sur.
En una proaa de insistente belleza. Albert Camus confecciona estos en
uyos llricos, oleadas de aus aensaciones en la beteroginu sensualidad del ti
pirita y de los aentidos. Porque Camus ei un fabricante de "idus p ropias",
un artesano de la imaginacin que en cada goce familiar descubre un centido
oculto, lo proyecta aobre el hombre y le place consagrarle la poua mh alta.
Poe'sa que por momentos recuerda a Gide y a los poetas crueles: divagaciones
lujurioua. de imbito inaudito. que abarcan rn movimiento circulante -para
alcanzar la expruin la imagen clara y multifactica. la reflexin
inteligtnte, la idea auda. que siempre incluyen al hombre y siempre lo bus
czn. ,
profundamente vital lo anima. aunque juegue con un
mundo ctc,ado de fuertes perfumes, de1lencios y muclos colores, de colores
puros. Y lo anima la juventud que en cada calle. en ada puerta,
en cada ruina de lila ciudadu fabulosas. Porque all, junto al goce inmediato
y de la naturaleoz.a, Camua concreta la mia genuina inqui!:ttid por b 'V'da.
cuando hermanado fugazmente con los diosn. cumple 111 destino de hombre.
Y en cada ciudad que recorre. fusiondndou con el mundo, en bodas.
aprende una leccin, la crea. Y cada ciudad u un momento del espritu. un
uraci6n.
As, en Tipaaa, permanece slo un da para aprender la satisfaccin de
vivir, cuando ya ha aceptado el significado de la feliciadd.
Djlmila u una ciudad tltrica, y para llegar a ella se necesita mucho tiem-
po, porque ea una ciudad que "representa el limbolo de esa leccin de amor y
c!e paciencia que ea la nica capaz de inducirlos al palpitante corazn del
mundo".
El 1/trano en Artlia ofrece la bdleza impdica y breVe de la raza. Belleza
dt carne pronta. de espacio que alo dura lo que el sol sobre el mar. porque
"este pala no t ime leccin. u contenta con dar profusamente".
En El dnitrto, en Italia, Camua descubre pasls colmados de antiguos
roatroa con la impasividad de la. belleza que u sabia, que se propaga y donde
ya no hay asombros. En sot en las ciudadu sin alma y , sin
rtcuraos de Argelia, ciudadu de pitara y de pteuncias rsticas. de dioses uni-
formes y rgidos. . .
El minotauro o e/ alto de Orn, u la descripcin enamorada de esu
ciudad, de ru nico medio que u la juventud.
Asi, en cad_a ciudad le-abre rus ventanas y le ofrrce .su muerte. Y en cada
ciudad surge el amor vivo, porque Camus quiere " llevar su lucidez basta-.
el fi n y contemplar la vida con la profusin de sus celos y de su horror".
. ADELAIDA. GJGLI
Jnno ts una muchacha, por ROOOLFO USJGLI, d. Autor.
Circundada por un prlogo y un epilogo extrateatralu. donde Usigli dos
arrolla extensamente -en este volumen de Jano u uria muchacha- sus
opiniones acerca de la temtica elegida. se nos aparece esta obra -en muchas
de SUI Situaciones y dilogot- como una exposicin mb de) autor, de Jo
que dice en ambos mrgenes, lo que permite suponer que ai bien u cierto
que aquil desarrolla 10s ideas a t raV'is de personajes, stos Jto t ienen que
dejar de dar la ilusin de lo que son, so pena de surgi4 artifiCiosos o inve-
rosmiles. Ello nos incita a 'pensar que no Insta saber mucho teatro {y Uaigli
lo sabe) para hacer una obra donde los mviles dramticos estn en pleno
conflicto y desarrollo. Uaigli construye, hila y mide el dilogo, la escena.
pero no logra con 111 penetracin dar la tonalidad y la altitud
dol tema prometido. La preaentacin de situacionu aexualea, o de lugares
dc!lde lf ube que pueden originarse, para no extraviarse entre figuracio)lt&
de sainete o de obra moraliata. debe contener, para hacerla transmiajble.
sficiente fuerza, intensidad o vivacidad, en et dilogo o la accin. Esto es.._
algo ausente en la obra de Uaigli, y ello n .debe especialmente al falao dialo-
gar de loa personajes. que resuelven cada situacin no con la palabra directa
cc.rrupondiente al deurrollo y al personaje, aino quebrando su intenaida,d)
en uaa retrica y un lenguaje. que dista enormemente de la preocupacin que
parece ser predominio de la intdigrnciz de ute autor, o sea la de expruaur
en la forma ma andntica posible. En este terreno. poco de real podra tener
la- compoaicin de cada peraonaje. lo cual entraa una limitacin artificiosa
para el movimient emotivo, que pide a gritoa desbordarte en muchas de
eua escenas, com en la aegunda del segundo acto -la mejor de la pieza-:
donde tras un minuto de verdadera situacin dramitica, se cae en el nivel
llano de 'tda la obra. vifndoae afectadbs loa personajes por la labor Hteraria
autor, desdibujndoat en accio11u que no complementan a la palabra o
al penu,..lntq, que parece va a incrementara.
Pero. objecionu aparte, debemos reconocer como uno de lo1 miritos
mh dmacadoa de la labor de Uaigli, su preocupacin de revelamoa originales
h6aquedu temtica ubicdaa en lo ntimo de las cosaa que fl ha viato y
LaJ cienkJ y una
conocido, y que hacen que su ttatro, parta dtl' miemc. utlo tn qcc habiu,
do la. mismas idtu ,y hibitoJ qut lo circundan.
ELlAS ABELENDA .
El libro extranjero
La edad br.eve, por CORRADO ALVARO. Sudamericana.
13
pginas breves cuya duracin flucta entre los cinco y los siete
1
minutos --en ocasiones menos-, que le endilga1_1 repetidas veces
pot\temporada y desde hace varios aos. Viene al mencio-
na, lo que a raz de esto escribiera un conocido crtico <le nuestro
medio: "La condicin para que una pgina, de msica argeltiia
-categora artstica aparte- se incluya en un concierto sinf-
;Yco de campanillas consiste en que la duracin de esa pgina
. Al leer la de Co:rado no es descu-'-no exceda el tiempo de coccin que demanda el huevo duro". No
bnr una neta a retnca, que segn juicio sobre las calidades que distingan a esas ooras, algu-
todas ser en el caso la de nas de_ las cuales siguen figurando entre lo ms logrado de nues-
.especie ps1cologco que es .el neoftealismo tra produccin, por su inspiracin, espontaneidad y Sinceridad,
Jtahano. A el se acerca, s1n embargo, durante cas1 todo su trans- con mayscula. Pero sucede que nos vamos cansarido de or
curso, aunque conservndose a distancia _saludable, y ese escaso siempre lo mismo, mxime sabiendo que existen obras ms- vas-
acer!=amiento apoda el lado dbil de la obra. En efecto, la novela tas, de mayor significacin y trascendencia, que esperan tumo en
desarrolla el tema de la infancia en gell.eral, pero el de la infancia los archivos de la pasividad. Las entidades musicales son,
verdadera, vista desde un nio en c.uanto "oosa" para sus mayo- precisamente, las que evaden con mayor frecuencia ese compro-
res, Y el poco neorrealismo de la obra basta para privarla, en miso moral con nuestros artistas. Tomemos, al azar, un ejemplo:
aquellos en que ms impera, de la gravedad que en la Sinfnica Municipal, durante la temporada de 1952, y sin
otros pasaJes el hbro . ningn motivo justificador, realiz -un ciclo de Conciertos Fes-
Esa gravedad es la exigida por el tema, por el afn de pre- tivales, que -parece innecesario expresarlo--, por estar ntegra-
sentar por medio de una edad breve, la de Rinaldo, el protago- mente dedicados a un solo autor, desterraron a lO .msica argen-
nista, toda la ttffancia, esa etapa en que la enorme comprensin tina a lo. largo de una serie de cinco audiciones. La nota antitti-
de los nios contempla sin tregua el vaco de sus conocimientos, ca la di ese amplio ciclo de veinte sesiones que la Direccin
en qu;la incertidumbre que esto proporciona es aumentada por General de Cultura, llev a cabo bajo el assoramiento y orga- .
el tiempq ilir;nitado que hay. para pensar y sentir, y en que la nizacin de Carlos Suffem, y que mereci el ms franco elogio,
escasez de vitales sirve slo para alimentar sentimien- y cuyo solo ttulo da idea cabal de su enorme significacin:
tos de oprobio generados por culpas superiores a los "Panorama General de la Msica Argentina de Cmara":-'"Mas
,Sin vacilaciones, la infancia de Rinaldo es de .verdad la edap esto fu la mosca blanca. Ahora bien, sin menoscabo de los
abyecta, plagada de lmites, sin pactadas aureolas poticas, que innumerables beneficios aportados por el ciclo,
todos conocemos. , normico y, a la vez, didctico, presentaba el inconveniente de
Un prrafo ro indiq: " Miraba a los hombres como podra decirse, destinado a un pblico sui gneris: el pbli-
.,seres de otro reino, semejantes a las montaas y los rboles. De co del concierto gratuito. Ciertamente, esto ya es algo.- pero debe
ellos depende la vida de los de ellos, criaturas de edad aspirarse a llegar a todos los sectores, y aquel que paga ochenta
inaccesible a la que nadie podr llegar nunca, ya que todo es una platea es quien ms necesita penetrar en la materia.
aterno en la infancia, hasta los ancianos. hasta la muerte misma" . Suelen realizarse en ocasiones -por suerte cada vez menos-,
Los huecos dejados en un chico por la observacin, la mi- abrumadores conciertos sinfnicos, totalmente dedicados a obras
seria y la en que vive sumergido, la edad mendiga, nacionales, que solamente logran reu.nir a los familiares y amigos
triste, nada optimista ni .curativa, que es la _infancia, encuentran de los autores programados. El sistema, " la letra con sangre
una expresi_n ntegra en esta novela de Cortado Alvaro. entra", no tiene vigencia cuando se i?_retende aplicarlo a estas
r/
L. J . cuestiones.
Msica .
Y la msica
E
L pblico duda_ de la existencia de la msica argentina, y
;luda con justicia. Ciertamente, no se puede hablar de una
ms.\ca argentina, en el esttico, escolstico, con que nos
a la msica francesa, italiana, alemana o eslava; es
-'decir, a- una escuela, que "es la reiteracin jerarquizada de mane-
ras especficas de hacer". Mas no por ello debemos ignorar lo
ya hecho y en vas ejecuCin, que si no permite hablar' de una
msica de cuo netamente naional. muestra a quienes se asoman
a ella los esfuerzos empeosos en procura de ese ideal. Estamos
todava en el camino de los ensayos. La desorientacin existente
en el mundo del arte es general y no es extrao que, por ser los
. ms jvenes, seamos los ms Por fortuna, merced al
empuje de la !Dltima generacin 'iti-quiera y audaz, hemos supe-
. rado, en parte, aquella intoxicmte etapa folklrca, ya en cami-
no,de perderse. Aud.az con relacin a quienes,Ja y
que escondieron su incapacidad bajo la mscara de un naciona-
']ismo mal encarado, y que, an ' bien concebido, no hubieran
sabido explotar. Les faltaba esa conciencia musical, que debe ser
pur'a y exclusivamente sin rtulos ni posturas. Spase,
pues, 'que en el pas se compone lo suficiente como para poder
decir "nuestra msica", la cual dbe y merece ser conocida; elle
despejara incgnitas, aclarara du.das y principalmente ampliara
el horizonte de quienes tanto bregan por echar las bases de una
"escuela".
Qu se .ha hecho hasta el momento en favor de la audicin
de las creaCiones nacionales? Poco, muy poco y de manera tan
'ontraproducente, que ei pu_blico sale los conciertos pregun-
tndose fastidiado si existe esa decena de ober:tQras y
Fina1mente debido a un decreto del Poder Ejecutivo, apare-
cido en las postrimeras de 1952, 1as cosas parecen encarrilarse.
Pese a ello creo que seguiremos igu,al, porque si bien es an pre-
maturo juzgar de la aplicacin del antedicho decreto, una dece-
na de conciertos habidos hasta la fecha, ns ha dado la pauta de
cuanto se puede aguardar con respecto a su cumplimiento. Anali-
cemos: En su artculo 1 \l y ms importante, determina que la
cbra argentina deber mantener proporcin en calidad y exten-
sin con la duracin de la o las obras extranjeras inscriptas en
el programa. Pasemos por alto por el momento la calidad; deten-
gmonos en la extensin; y prediquemos con el ejemplo: Con-
cierto de la Orquesta de L.R.A. del 16/4/53: una sinfona de
Schubert (unos 25'), _una sinfona de Brahams (unos 35') la
obra argentina, un "Preludio" de Ugarte (5 mfnutos) , (?) : Pe-
ro aqu no para la cosa; a slo cuatro das del siguiente concierto
(23/4/53) , se anuncia insistentemente por radio el detalle del
:,rograO}a mencionndose y como al pasar " una obra de autor
argentino", sin in_dividualizarla, lo que entraa el significa4o
harto desalentador de que " la obra nacional es lo de menos" .
Veamos un concierto de la Sinfnica Municipal : la obra de
fondo fu 'el Concierto NI> 1 de Cbopin (unos 25'), lo que
sealara que en ese programa --el del 16/3/5 3- debi incluir-
se una pgina argentina de duracin aproximada a la extranjera
y no cubrir ese lapso con varias obras basta completar los 25',
recurrindose a dos obras breves que en total solamente alcanza-
ron 17' de extensin. Quedamos, entonces, que cuanto debe
esperarse es una obra de 25' y no 25 minutos. de msica argen-
tina, slo para dar un ejemplo, puesto ,que la duracin varia
segn las obras. Con la primera interpretacin, que es la correcta
por ser la que emana 4el texto como del espritu del decreto,
cumplir a satisfaccin con l mismo. Con . Ja segqnda, ste
ver burlado y volveremos como,antes a las tres o cuatr<> piezas
cortas con que se procurar cubrir la cuota. . . .
. En sntesis, 6nicammte con la asidua inclusin de bumaa
V obras selaccionadaa con elevado criterio, que lJegaen
a tO<fciS los pblicos y sirvan al rru,mo tiempo de ese estmulo
mhfl" y necesita nuestra generacin joven, no dud 1t logra-
- una utntica creacin muacal argentina, "reiteracin jerar-
. qoizada de maneras espedfias :<fe hacer" . Esto, que yace en el
., pensamiento de tantos, pace no estarlo en el de quienes tienen
loa medios para convertirlo en realidad. Prueba de ello ei que,
con poquiaimas excepciones, continuamos anquilosados en lo
iue muy bien puede calificarae de sistema de emergmcia, reite-
rativo y perjudjcial. .
Pese a lo es posible que temporada, que
ahora se inicia, gateando y balbucimte, ae encauce por la buena
y d un aplastante ments a nu'atras palabras. Asi lo espe-
ramos.
ED!JJJWO JORtiE BALDASSARJU:
Cnemos just.amente que por estos tiempos se es
do una de esas revoluciones en el arte que residen en
el. cambio de 811 ftuncin, en una variacin radical de su sentido.
Veamos algunos de los signos de esa transfiguracin.
En 1907 ae fund m Alemania un movimiento esttico de-
nominado Wgrkbund. Su jefe, Hermann Mutbesius,
persegua una- sntesis entre la belleza del arte y las formas de
los productos industriales. poco sobre la rela-
cin en que se hallalian esos trminos.
El hombre que va a un teatro o a una exposicin interrum-
pe el curso cotidiano de su vida para tomar una racin de 1rte y
volver a sumergirse en la rutina de un mundo maquinista. En
esa 'poca a que nos referimos las diferenci'ls entre el mundo
habitual y el mundo del arte se haban agudizado.'extremada-
mmte: Las industrias haban llegado al pleno dominio de la
fabricacin en serie y las formas de los muebles y de los uten-
silios domsticos eran impuestas por las exigencias de las D
quinas o por el horrible gusto del fabricante, de modo que al
retornar al mundo cotidiano el hombre era llhogado por una
atmsfera en aguda contradiccin con el arte.
El W erkbund frac;Js por no haber logrado descubrir el
_ La Scitcbd de Coucinto de inaugur tu primera temporada, verdadero camino para resolver esa contradiccin. Pero en 1919
de b maa m au.Picioa que pudici d..ar: cou uu b:ito rotuado. Walter Gropius retoma la idea y funda el. &uhaus, en Weimar.
El prilcr coucitrto de me ciclo laicial, rcvilti6' uua jcrarqula dHUuda S i f h b 1
Inici un Importante Ciclo la Sociedad
de ConcJert.os de Cmara
E
d d . b do ba d us mtenc cons1st1an en ormar om res que reunteran a a
ante 11010troe. 11 .....,...., e auao ID amenuao, uu o ra milla . E d
Pimot LuMiu. op. 21 de Scb6cmbtr. &e mC!aico, que co- vez las v1rtu ? del artiSta y el n 17 , tras ar ua
. micW wSJimno <on dirivadoun mpiuiouiltu y que, pauudo de ensenanza, el &uhaus habla superado las dJfJcultades .
ti a t dmrucci6n --de lol toualu, de '.dnldr atrle el y contaba con un personal capaz de discriminar en materia esti-
dodccafODumo -m al la m6aica-. ha dado tica y que dominaba a la vez un oficio. A partir de esa fecha
COII tllt mollqdtama JU creacin mil IIIIJ1lfka11't'a. Data de 19.1.2 ., . 1 bo '' t f'b . - . 1
pqnde al pnlolo arollal. Coufiuo aill ambaju que b oba uo me acducc ui se comenz a trabajar, en coa rac1 n con as. a ncr.s, en e
mt 1trar. a pciar drt lico i.rlterfa que tuaciia m m: mu alao bay. m ma campo de la alfarera, cristalera, mueblera, orfe-
m6U de Jruguajc u:pmiorrilta y clima .aaaperado y hrera y textiles, y as comenz a tornarse real la sntesis entre
qar raya ru fo morboiO,
00
.puede dud.t.r, Y. qae yo !1 debo la produccin en masa y las formas del arte. .
.UmCdr: ID .acabada mantrla tfauca, - tuaruto para tdcar bJ b .
1
.
-.JI v_arjada ' Y combiDacioDCJ de toda iadole, .q111 llevan a ID Observe el lector ahora los mue les r domstiCOS
. aator huta bJ dt 11uevOJ cfcct01. Pero por 10bre todo que han penetrado en su hogar en las ul.tlmas decadas, y que
bto, :. 'baila la aaorm! '"vitaca dt Cita fundamcutal aa ahora empiezan a imponerse ms vastamente. 'Esa silla plegadiza
r. la eh Poddlr
0
ca aw .rla tan cmoda tao sobtia tan elegante. O ese portalmparas. O ese
f:!'-: 110 I!ICOilcicft al ,cid .ciodor CJIIC k di6 La RClta , ' ' , &
EJ;." .. ' ifon Muja Kaaia C'OIIIycno dficr(,ima paite. centcero. Todos ellos fueron conceb1dos por el uhaus o por
t' .. 'famliiiil m primera a11dic'611 npra\la la Cutata op. 10 de Rodolfo otras duelas .Y artistas independientes que s.e inspiraron a su
.r Bl 'nXutirio 4 $ilnf9 OJd!a, eobft el .poau de F. Garct. orientacin. Esta .. conquista, por cierto, no es definitiva. Son
para coutra110, dav-e' Y pcqud!_o Elle Y tal!Jit
010
muchos los que 311n califican co11-menosprecio todo mueble u
tn.lll4a COII db uua val !Ola COIIt:nbuna a u aramtllla, t11nqoteta1do d til N b d
11
qmra iroduiu de lclmat7. Coutruldb vau formal. objeto por ese es ? o o. cu.alquera e
por ID admirable tnbajo iattruumtal, mieutrat el meuujc, ora los que as1 reacc1onan se volv1eran hac1a su es:ntono o pasara
.'Urico, ora dmtico, fluyt tPbrio y alliUro_. 'f ,_pan revista a los objetos de la cocina quiz descubriera con sorpresa
btnDau.adal de lll' llotu. La NaidiW fui la Ultirprcu un florero
0
una tostadora que ostenta esas formas que no entien-
f()mcta y. por ptrJUU!va. ,., ,
_ IIIIJ' ti pf01ram uaa de lu obru mt bellz..'.. y de la m6tica de pero que en esos casos aprec1a. _
l c_onarro para cooJuuto de mara de El &uhaus puso en prctica la idea de funcin: las formas
. de Ja.fma .P.rtlli. qat tail!bi& abord b parre de dac de la dt de un jeto deben responder a su uso. Es posible encooti:u
lo tnduJO l'orma dtaua. 1 f d 'li d d. el
. _ Tcodor; Fucha. artitu coma> poco. rqtiz uu amcino mpolavoro, po raras as ormas. e un SI n, e un canape, pero to o se a ara
IIIIICIO dt maAifllllo uua vez m ID ductilidad al coliCtrlar t11 araa titilo, cuando uno se stenta. Esa curva era para acomodar tal parte del
taa cclktico c(;mo complejo. Bajo tu Gtauclo: !01 llltrum!JI cuerpo, esa otra para apoyar la mano. Ahora entendemos; esta-
. tiUa toclot uao de el101 temblr. m os usando esa belleza, la estamos a la vida.
dad ymftn'oriudo por u11 mtultUIIIo rilldicrou a atufaJD. C6 ? d' h bl b d fu '
E J B t mo --se nos 1ra-, . pnmero se a a a e nc1 n, se
.,Los
a sta sentido utilitari?;. ahora se c9nfunde esta
noc1n con la de belleza? Es una objeCIn razonable; pero con-
sidrese que et de belleza es un concepto que tambin evolucina
y que, sin embargo, la funcin, como idea de belleza, no se
. .
"'U'L arte es slo un &ustitutivo mimtras la belleza de la
. .e, vida _.ea deficiente." Es esta una frase. de Piet Mondrian,
.y ilos reitera, como y lo han htchp Aegel, Lenn,
Rolland t otros muchos. existe una entre el al'(e
y 'la vida, y que el primero eit amenazado de muerte.
.. En la' mima alborada de lQs tiempos, partiendo de premi-
mentales similares a 1as que han informado a estos profetas
oa .a nosotros, podra habene predicho esa muerte.
El arte ruptatre, en .el Periodo paleolhic:o, era un rito
datindo a' ciertas. necesidades dt( hombre. Hubjera
aido m tonca pensar que, pasado el ciclo el
!U concluida. No 9bltante, el a11;e, ademh de formu, tiene
funci6n, y esta funcin varia aalvando al prolongan'do
au yida. El bombrt de Altamira y el hOmbre dt la Edad Media
Jio miraba.n na pituraa como Ju miramos nosotroe ahora. El
.w tidt bot 1111 y otro.
aparta del ideal de armona. Qu mejor armona que la
. resultante de concordar consigo mi.Jmo? Y dicha concordancia
es una de las bases del arte no representativo. Una cosa debe ser
ella misma y no representar a otra. Empero, aqu surgen ot[OS '
. r.
mterrogantes. El concepto de funcin se. aplica a los utensilios,
esos utensilios que progresivamente van introducimdo el artr' ,_.
en lo cotidiano. Pero qu ocurre con las llamadas bellas artes? .
Una pintura- no se usa para nada. Los extremistas del Bauhaus
llegaron a un planteQ absoluto y clamaron por una casa sin
pinturas. Pero acaso el hecho de que sea necesario ver pinturas,
la circunstancia de que desde que el hombre es hombre ha sen-
tido que esa contemplacin calmaba, sati.afaca lg en l no
indica que las bellas rtes cumplen na funcin?
a.tasSOff la_a cuestiones planteadas. Se convertid. la danza
m ejercicio fsico? Ea posible esa trasformacin sin que nada
ic! pimfa? Y la PoeSia7 .Si en la pona el concepto
de no repmmtacin qu primi .en la. actUalidad eil un campo
. .
.
!.a& cknto y una
sumamente impOrtante de la plstica, ll'garemos a justificar a
los poetas que agrupan palabras sin sentido. Pero lY la funcin?.
No consiste la funcin de la palabra en trasmitir 1.1n sentido?
Los problemas son muchos, pero no estn en su mayora
resueltos.
ABRAHAM HABER
Arte abstracto en la exposicin
"Medio siglo de pintura y
escultura argentina"
El Museo Nacional l:!a dualojado sus salas durante la temporada dt
verano 'para dar cabida a una n:posicin que reflej las vicisitudu de nuu-
tra plstica en lo que va del siglo. La maypr dt l Multo estuvo OCU
pada por el pasado o por un que prefiere aeguir los caminos tradi
donalu. No nos stntinos con .nimo de criticarlos, y, por lo dem, todos
ellos han sido ya valpradoa en su debido momento. - Sin embargo. ante el
heterogneo total. no hemos p,odido evitar la conocida impruin de que m
plhtica, mh que en ninguna de nuestras otras artes, ulta con claridad que
nuestra culturi imita, casi sin txcepcin a la cultura europea. Tampoco desea
moa diJcutir uro abo?" nos limitamos a recordar que los muraliatas muicanos
han logrado aolucionu creadoras originales, aunque no sean definitivas.
En el campo de la pintura abstracta se han repetido .erroru tradicionalu
y se han todas las escuelas figurativas. Ha habido futuriamo abstracto,
surrealismo aj)stracto, expresionismo abstracto, etc. Se han rubutimado las
posibilidades de crucin. reveladas por la esencia de la no-figuracin. Es
como si se hubiera descubierto la piedra y ae la como madera. Por
ejemplo, en el centro do u11a de las ralas figurab> una escultura pertedtcientt .
a Hlito. Era una imicin literal de la obra de Max Bll gan el primer
pr<mio en la Bienal de San Pablo. Es irritante penur que, abiertas las com
puertas para la aventura, se insista en la Pero ahora las cosas toman
otro cariz. Las soluciones ms genuinas del arte abstracto no permiten,dudar
- Y en cuanto a las imitaciones burdas y_servilu. Vya asimismo esta 'adver-
a los dems 'i11egranres del grupo llamado "concrito".
1 '
- Lo1 pintores "Madi" no copian a nadie, eso es cietto; pero han errado el
camino. El desarrollo de una pintura en torno de una ancdota plstica slo
puede significar la persistencia de las de la plstica representativa.
Por lo dems, un marco irregular y plano on huecos implica haber solucio-
. nado el problema del color de la pared, que est tomando el papel de fondo.
y que lot madiatac parecen desconocer. Sobre el perceptimo, repreaentado por
dos obras de Ra61 Lozza, ya nos hemos manifestado en otrat oportunidad&.
E1 preciso mencionar asimismo a Otano, Bay y Del Prete, que pertenecen
a las corrientes 511bjetivas:
Nombremo: finalmente a Pablo Curatella Manes, cuyas obras revelan
una labor peniatente y seria alredtdor de los prlllemas fundamentales de
la escultura.
Teatro
BueD(teatro y mal teatro
A. H.
L
. AS dltip.as ca.mpaas del . teatro desale?ta-
' doras. por d1versas y muy notonas razones, han serv1do,
por lo menos, aun sin propol}rselo, exaltar la tarea de
profilaxis artstica y cultural cumplida por la escena indepen-
diente.
No .se trata de debatir aqu la frmula, para mu,hos exper-
tos arbiaria o por lo menos injusta en su aplicacin indiscrimi-
nada, teatro libre y teatro fOmercil; las cosas han llegldo a un
punto en que-aqulla debe ser sustituda obligatoriamente por
esta otra: bJ.IetJ teatro y maL teatro, o, 'si el lector lo prefiere
actualizada.- teatro y esa otra cosa -que mantiene con el arte dra-
mtic9 el mi811lo que-puedeexistir un retocador
de fotogra'fas y Toulouse-Lautrec.
'Ellec.to.r habr la penosa 'experiencia: una recorrida
a vuelo de espectador sobre la cartelera profesional basta para
arrojar al mnemplado .a los abismos de la de'sesperacin. Pues
qu otra \:osa puede resultar de temp.oradas en que se sale deJa
'comedia a receta, caer en ' el sainetn recauchutado (sin la
savia popular que diera lUstre al gnerQ en el pasado) y de aqu
0!1 esos catecismos de la morbosidad en. que prostitutas filsficas
(o por lo-men<.>s parlanchin;s) reflexionan a teln corrido,
sobre la de la Stora Warren, sino sobre sus propias .
lacras psicolgicas, n:i ni representlltivas.
De ah que el condl!liriio teatro profesional y teatro libre
sido : .. como
15
escuela sfe educacin esttica, de. ilustrcin moral, dr dotmtn
taciq.,_ temtica, se encuentra en manos de las arupaciots indt
pendieiites, incluso de las ms modestas, puesto qut todit ttlae,
coni'nayor o menor eficiencia, con muchos o pocos mtdiot, CUm
plen con e.l deer elemental de enriquecer al'eaprctador el
conocimiento de un repertorio que trae al escenario alo m'
$pbrtante que las andanzas de un seor que inventa una amante
para recuperar a su esposa displicente, o las de una seora que
quiere mudarse al palacete con el bolso repleto de dinero.
A los rumores alarmistas y a las partidas de defuncin ex-
tendidas con excesivo (quiz malicioso?) apresuramiento, el
teatro libre opone ms de "3 aos sfe actividad regular. Una
larga batalla en todos los terrenos:. en el de la temtica, dando
a conocer del repertorio y extran-
jero y abrindo brecha a lo,s autores noveles; en el de la frma,
intentando experiencias y planteando problemas de montaj, de
escenografa, de luces, de interpretacin, en suma, de estilo; en
el del laboratorio, preparando nuevos de directores,
intrpretes, escengrafos, luminotcnicos, autores ; en el. de la
general. completando las campaas con confe-
rencias; debates, publicaciones, etc. Sse es el equipaje de que
disponen ls teatros independientes frente a los que se mpecinan
en creer que el teatro, por aquella falacia mitolgica de que
"el vulgo es necio y ya que paga es justo hablarle en necio, etc/',
es mera mercadera negociable y por tanto un modo como cual-
quier otro de recaudar dinero; por suerte estos siniestros terieos
estn recibiendo lecciones contundentes, que esperamos continen
para mejorar la salud de nuestro teatro y evitar prolongados
padecimientos al espectador:
Es ese equipaje el que coloca en posicin ventajosa al teatro
libre: La ventaja comporta un compromiso y el compromiso un
riesgo. El haber artstico y cultural acumulado por la escena
independiente, al dar a su labor una estatura responsabl.e, le ha
c1eado ciertas obligaciones, de las que por cierto tiene conciencia,
que procura s<ftisfacer; m cada caso, es obvio sealarlo, de acuerdo
a las posibilidades reales, a la sagacidad conceptual de los diri-
gentes, a la voluntad de sus mjlitantes de. servir al teatro, y a-loS
medios materiales de que se dispone, pues no es misterio para
nadie que la escena libre no cuenta con otro subsidio que su
propia pasin de sacrificio, su capacidad de abnegacin y su
voluntad de trabajo. /
La madurez alcanzada por el teatro libre sus organis-
mos particulares y en el conjunto del movimiento que .ellos inte-
gran-- le permite afrontar tales obligaciones,.capacitndolo para
resolver las principales cuestiones suscitadas por su crecimiento
y desarrollo. De ah que al mencionarlos no se incurra.en peca-
do de infide.ncia o apresuramiento.
No es mi intencin determinar aqu una especie de escalafn
de esas obligaciones y problemas; pero nada cuesta indicar, por
lo tanto, una de ellas, a nuestro entender, primordial. y muy
necesaria para robustecer la misin de vanguardia que tiene asig-
nada la escena independiente.
Alguien ha dicho que no hay teatro propio sin autores. pro-
pios; sera extravagante asignarle al movimiento independiente
la fecunda misin de ampliar y sistematizar el conocimiento y
difusin de nuevos valores dramticos, es decir, de cntril,luir de- '
a la formacin de una autntica dramtica nacional ?
Creemos que no. Aclaremos, que la proposicih noimtraa des-
dn, indiferencia o ignorancia hacia nuestros clsicos ni hacia
los .clsicos y modernos extranjeros. Lo que se propone, si11 que
una sola gota de xenofobia barata entre m la mezcla, es una
conjugacin honorable de lo nuestro y lo ajeno pero sin olvidar
que si Shakespeare es muy importante para la formacin cultural
del espectador de teatro y para la formacin tcnica de directores,
escengrafos, intrpretes o luminotcnicos, no lo es menos el
autor novel que trae bajp el brazo una obra, un mensaje, una
experiencia y un del mundo real n'os entorna
esta Argentin\1 de veras, ignorada por muchos
moteada, temida por no pocos--., como tampoco lo es la revisin
inteligente de los fundadores del' teatro' se . llamen
Payr, Sncbez, Pacbeco. Es en es<s trminos, qqe . por cierto.
n agotan el tema, que se plantea .ante la escena libre la obHga- .
aludida, trminos -insistamos--:- que no exceden sus poti-
1
1
4
r
,.


.

16
bilidades ni son ajenas a su preocupacin pumal,ltnte y mani-
fiesta. Pues sin esa tarea de y debafl, en bien poco
habria de estimarse tanto esfuerzo, y en menos d n se cumplira
la faena apremiante de rescatar la cultura argdltina de ciertas
influencias corruptoras que fl abandono
de la savia propia a cuento de una universalidad sospechosa
que persigue objetivos menos inocentes que los que se proclaman
y muy_a las rdenes de intereses que nada tienen que ver con la
buena salud espiritual de los argentinos.
FORAOORl
"CI;llandria ' _'
El ttptcticulo dtl Turro Nacional Cuvantes podra 1inmizaue n
palabras, incluyendo ti\ tilas, obra. actoru. direccin. ctnogra
fa, ttc. Puo no siendo nautra funcin la dt commtar por llenar upacio.
ni de 10lazarnoa en una crtica ncgativa, pan 11ara 110 tcndramos infinito
ziclil y aantacrucu que dummuzar, es pruumablc que algo debe habernos
1ugudo el uptcUculo aludido para que sigamos adelanto. Ante todo. la
y repetida fal.ta de entu1iaamo y en muchos casos de ruponsabi-
lidad, cuando no el de idoneidad, de gran parrc de los que dude hace
muchlsimos aos entran en ti crculo de dicho turro, impidiendo lo que du-
de bacc tanto tiempo desearamos: un Teat ro Nacional, o Ita juarqua en
todos lo tlcmtntos qut componen una temporada, dudt la lncicin a su
dtbido titmpo, hasta lo mft mnimos dttallu dd mtani1mo de un gran
Uno de Jos mtjor"- tjtmplos dt lo dicho lo ttntmos quizs en
Armando Dilcfpolo. un hombre dt inquietud eiCfnia. probada, qqc lucgo de
habn comprometido 101 mejore esfuerzo m otro1 ttetnatios. y especial-
mrnte tn ri Uruguay. donde ltimammtc, al fcmte pnciaamtntt dtl Teatro
Naconal, comentados (incln1o por nuutroe darlo1). y al que.
on 10 darmpcfio en el uctDario dd que tat)to ttptramos, casi dira que -Jo
encontramo1 cambiado, como ti tuviera rota la canda dtl entusiasmo. En la
puesta en tiCena de Calandria, 10 mano uti aultnte casi por
si bitn la obra, que data dt los comienzos dt nuestro turro ( 1896) , no
ofrtct reruno pna mucho. ya qut es mb bitn una sucesin de uc<nas t!e
uDJ aai uqutmitica. pcro atraymtt. La nica posibilid;rd qu<
qutdaba, autt liD cutrpo tan poco dcsarrollado, eu vtstirla con una adecua-
cin qqe 11 tomara vilualmtDte igil y brillantt, ya qut de por si cs tntretc-
Dlda. Etto 110 .ha logrado, y ayud ltvtmentt -n la mtdida en que
a,.- -.a -tnfo-- Bruno Vtntr, con una. uceoogufia sobria.
.... e la 1'-omla del Eic]Jaymdo a Miguel y
. ......... Aall!llfi, 101 dem aetdrtl eoa411ctn con notablu dtmivclu
tntndcne dt lo dicho que eamoa aa dcaacatrdo con poncr en
tscena tu primitivas obras dt DUCJtro turro 1 No, porque como ae desprende
dt la misma obra dt Ltgaizamn, hay tn ella elt!!!!n_lo{ como para or-
' ganizar un cspccticulo interuante. Pero si aignifica qut a tsas obras dcbt
provdralas dt los tltmtnros necuario1, para que su Sncilltz no Ita una
mera facilidad.
E. A.
1
"Santos Vega"
El propsito dt el drama rural tn ti turro o cn la pantalla
ilnplcito -si ha dt trabajarse seriammte- el compromiso de actuali
zu tambfn ti conflicto ttmitico a la luz dt tu nuevas circunstancias por
qut atraviesa ti campo argentino. Queda txpreaado, pues, quc Jo rcalmenre
intcnsantt acra. como ya lo hicieron Snchn y Payr, transformar el drama
gauchuco en drama rural, retmplazando al gaucho por el campuno o ti
trabajador del agrQ.
No sugiut esta reflexin la obra de Antonio Pags Larraya. Santos
Vtga, ofrecida t n el ttatro Marconi: La ltyenda del catnor ltgtndario. cuy'
rondaba por los fogones de nuutra campaa hasta bien entrado
1iglo, sirvt al autor para lltvar a ucena los t lemt ntos harto conocidos - y
h;:rto manosudo- del vitjo mtlodrama gauchtsco: la prepotencia dc las
al\toridadu. ti despojo dt la riura a qutnes la trabajaban, el hombre de
campo aentencioso, el idilio entre la moza y su novio . . . Pagis Larra ya
aporta una complicacin -ttmitica al hactt dt Santos Vtga, smbolo dtl
individualismo librt y crranre a solas sitmprt con la inspiracin de au canto.
u.n gauho qut, por ti amor dt una muju, inttnta afincara y armar ru
rancho.
Bit11 u cicrto que la injuaticia dt loJ hombres frustra ti comn sentido:
y ti .;autor ha dt vcrac. ahora, ptrscgaido por la partida, de nuevo frtnte a
la inmmaidad de la pampa. Hay as un entrclazamitnto dt la tradicin pofti-
ca de Mirre y Obligado, con la historia del gaucho pcrsegudo, divul -
gada por Gutifrrn. .
No es, puu. la originalidad una virtud dtl Santos Vega prumrado por
Alltndt, y ti agrtgamos al tscaso ttnor lr(O dc la trama un tanto dudi-
bujada a lo largo de rru actos una inttrputacin quc no logr soliviar el
nimo dtl upcctador. -ttndrcmos quc ti drama de Pagb slo putde
califcarae como indict dt una capacidad a concretarse tn futuros trabajos.
trobajoa.
El actor F. Martina Allende, dirtctor dtl espectculo, puso su autoridad
escfilica al acrvicio dt un puaonaje dc dificil captacin psicolgia. El ruto
de intirpfttts en un pbno dt ali10lura discrtcn. Lo dtcoudos de Blanco
Carreras y la esctnograf!a de Erncsto Scotti no trasuntaron el ttplritu potico
dt la obra, uptcialmentt en el acto tcrccro. dt confusa realizacin.
B. R. G.
El Sueo
Verano en
de una
el
Noche. de_
Teatro/ Coln
-Se- lltvaron a cabo en ti Ttatro Coln, una serie de rtprucnuconu del
Suto dt una noche dt &Urano, .U Shakupca',r. con los fondos musicaln
para la misma por Mendelssobn, admirable conjuncin que da
por ftsuhado un esptcticulo dt elevada jcrarqula artstica.
Loa elementos elegidos pan rrali2.ar ambas obras. no futron cierumtntr
tos mh adecuados y casi dir quc parecan con 13 mayor desapren-
sin, dado qut s bicn no hay en nuestro mtdio quitms puedan brindar un
espectculo perftcto, cuando menos contamos con qucnu podran lltvarlo
cabo con g9n decoro. Tanto Shakespeart como Mendelssohn, poseen un
cstilo que lds distingut y cuando uro falta. desaparece todo. ya que la inter-
pretacin careccri dc lo esencial: aquello que tsprramos cncootrar tn tilos y.
' Jo que DOS induce a gustarlos. Mas la.: qu hacer dt tst ilo
cuando nuurros actores -hablo en gtntral, pues hay honrosos exctpcionu-
no han salido dt ninguna tscutla dramitica, consecucncia dt lo cual es que
no saben pararsc, ni caminar. ni hablar, ni movcrsc, ni llevar trajes de <poca
y tantas otras cosas mis, dc entrt lu cuales la ms notable cs su bsolura
ignorancia de los cliscos1
. En ti esccnario del Coln.- no obstantt su amplitud, ene hcrmoso upcc-
raculo. lt color y de barroca grandna, cobre el que ejuun
. prtpnderantt influtncia Jaa luces. aparcca ahogado. La cscenografla dc L. D.
Pcdrcyra, no supo ambitntar tsa anacrnica Grccia isabtlina. pcro lo mis
aen1iblt fuE no habtr sacado partido de toda la maquinaria con quc cuenta
t i teatro, lograr los efectos requeridos por u te suto, qut exige clima
y a Tampoco actrt Cunill Cabanellar. puu el juego
cscfnaco debe claro y igil. dt manera tal que aparezcan ntidamente dtli-
ncados los cinco argumentos y aflore a nuurro1 ojos la chisporroteantc
a:1imacin que anima a sus pcrsonajes. Su accin fu lenta y a \'tces indecisa.
Po a otro lado, 1_ comedia pcrdia a vtces su carcter para derivar tn reaccionts
de tragedia, ptrdifndasc la medida y el equilibrio, como cn la ria de los
cnmradoi, que pareda xtraida dP.I Rev Lear. I gual objecion liacemos a
Fana Wassu!'lan, lcjos dc la Helena delc1da y fina, cuyos arrcbatos no
llrgan nunca a la cxplosic? iracunda._ nos recordaba a . Lady Macbeth. La
nota cn verdad digna la di Daro Garzay. que rtali:& un trabajo intcli-
gente, con mucho dc creacin, que rcvtla en l una inquietud sana, susceptible
de rcndir gcnerosos frutos. Lstima fuf que acentuara ccrto sentido plstico
en sus cvolciones coregrficas: porque ello le rcst naturalidad y espon-
tancidad y cierto sentido dc improvisacin, que dtbe rentt Puck. Tambin
D3ntl dc Alvarado compuso un coriecto Obcrn. dicho con adtcuada inttn-
cin e mponenu porte. El resto del numeroso reparto sobrcllev la carga
abrumadora dc sus rcspectivos personajts, on la mtdda dc sus posibilidadu.
La Orquesta Sinfnica Municipal y AquileJ Lietri, quc la condujo_ y a "'Y.O
clrgo corrieron las ilustraciones musicales. hicieron cuanto pudieron por
pc.ntrse "a tono" con la escena, contribuyrndo as a la "homogentidad" del
espccticulo, que en sntesis nc! pas de ser mh que un csfuerzo. digno de
clogio, es cierro. pero no logrado ni en mnima dosis.
. " E. J . B.
Ls argentinos y sus 'escritores, por Jun'J?s Sebreli
Maldoror y la serpiente americana, por Rodolfo Kusch
Una poesia en blanco, por A. R. Prior
La mesa redonda - Editorial - Reportaje - Biograf(as - CrtiCa
de libros, arte, msica, teatro y otras colaboracones de inters
,_
SIGNO Artea Gr4flcu , Jrliro_)'en 90e

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