Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Apunte Sobre "El Criterio de Corrección"

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 5

ROSENBLAT, A., El criterio de correccin lingstica.

Unidad o pluralidad
de normas en el espaol de Espaa y Amrica.

El criterio de correccin no es aplicable a la lengua: el sistema es correcto por


naturaleza, y ningn sistema es mejor o peor que otro. Pero, es aplicable al habla, la
realizacin individual del sistema? ()
El problema se plantea de modo distinto en los diferentes niveles lingsticos, y
aun en las distintas circunstancias del habla individual. El criterio tradicional de
correccin haba cado en una confusin de planos, como si pudiese aplicarse el mismo
patrn regulador para todas las circunstancias del habla.
UNO
El habla de una comunidad es irreprochable tal cual es, con su rica gama de
matices estilsticos. No habra que aplicar a los usos expresivos de esa comunidad unos
juicios extrados de un patrn externo. El lingista podr estudiarlos colocndolos
dentro de un cuadro general de estructuracin geogrfica de la lengua, o les aplicar
criterios de interpretacin histrica, pero ninguno de los usos que registre deber sr
considerado mejor o peor que otros.
Aun la comunidad ms pequea tiene su estructuracin social y guarda contacto
con comunidades vecinas. Continuamente se entrecruzan los modos de hablar
tradicionales con los modos nuevos, las hablas de los distintos niveles y de las distintas
edades.
Adems, la lengua se adquiere por aprendizaje, y todo aprendizaje es por
naturaleza imperfecto e incompleto. La lengua (la fuerza centrfuga de la innovacin y
la fuerza centrpeda de la conservacin) tiene su amplio juego en toda comunidad.
El criterio de correccin es inherente a toda comunidad e integra su fuerza de
cohesin social: criterios de ultracorreccin y de sobrecorreccin, y rechazo de
formas expresivas que no cumplen debidamente la funcin comunicativa o que se
escapan de los requisitos funcionales del sistema, de las que proceden de niveles
menospreciados, los usos extraos o extranjeros que puedan ir contra los ideales de la
comunidad, etc. Y todas las comunidades imponen sus usos lingsticos al forastero
que se incorpora a ellas y a las nuevas generaciones.
As, en toda comunidad se entrecruzan siempre un criterio intralingstico de
correccin y un criterio extralingstico o social. Tambin la adecuacin del lenguaje a
las circunstancias sociales (las llamadas variedades funcionales o, mejor,
situacionales del habla); hay formas ms coloquiales y menos coloquiales, formas
inadecuadas (acorde a Coseriu) segn la situacin o los interlocutores, etc.
DOS

El cuadro se complica cuando se pasa a comunidades ms amplias, como las


grandes ciudades. Pero siempre puede admitirse que cada nivel tiene un habla correcta
dentro de su propio mbito.
Todo individuo es hoy plurilinge, en el sentido de que el sistema expresivo de
su comunidad o clase social alterna con el de las comunidades o las clases vecinas, las
emisoras de radio, la televisin (los diarios, las revistas, internet). Cada ciudad se
transforma en foco de expansin lingstica.
El extremo dinamismo social de nuestros das plantea problemas lingsticos
nuevos y ms apremiantes (). La vida social se est volviendo bablica, en todas
partes.
Cada habla es en s buena, pero fuera de s no siempre es buena. Tenemos que
entendernos, y esto significa atenernos a un sistema comn, plegarnos a las normas
comunes del sistema.
La lengua es un instrumento social; el que habla lo hace para un interlocutor,
que puede ser una persona o una comunidad entera.
La convivencia de sectores sociales diversos trae, inevitablemente, una
nivelacin. Y el problema lingstico y cultural es: Nivelacin hacia abajo o nivelacin
hacia arriba?

TRES
Siendo la lengua un instrumento de comunicacin, su imperativo categrica es la
claridad, lo que implica una serie de condiciones, como evitar toda anfibologa o
incongruencia., pero si esta fuera la condicin nica, el criterio de correccin sera
relativamente fcil Pero las construcciones agramaticales se consideran
inadmisibles no por los que usan esas formas (haiga en vez de haya; cabi en
vez de cupo), sino por otros hablantes, en nombre de una norma externa La lengua
no es solo un instrumento utilitario de comunicacin, sino adems productor y
expresin de una cultura.
Una lengua no es una suma de variedades dialectales, sino una integracin. Y
esa integracin resulta del juego variado y multiforme entre las fuerzas
transformadoras que operan en todos los sectores y la fuerza de contencin,
afinamiento, seleccin y unificacin que ejerce la clase culta.
Toda nacin a tendido a crear su lengua nacional. Ello ha implicado un amplio
proceso, nunca cumplido del todo, de nivelacin y unificacin. La base ha sido siempre
una modalidad regional con poder expansivo e integrador. Y al constituirse la lengua
nacional, sus usos se han convertido en normas, y se ha considerado incorrecto lo que
las infringa. Desde este punto de vista, la correccin ha rebasado el aspecto
puramente lingstico para convertirse adems en criterio poltico, social y cultural.

Una lengua es el producto de una larga seleccin, de un constante afinamiento,


de un enriquecimiento de matices, ideas o imgenes en que ha colaborado la
inteligencia, la fantasa y la capacidad de inventiva de todas las generaciones que han
forjado la nacin y su cultura. La lengua es la ms alta creacin humana, el repertorio
ms rico y elevado de valores espirituales, el tesoro del ms noble pensar y sentir de
una comunidad, el producto de su accin y de su pasin y la expresin de su genio.
La creacin de una lengua nacional normalizadora es pues, una creacin
lingstica superior en capacidad expresiva, en proyeccin geogrfica e histrica, en
riqueza verbal. Sus normas se desprenden muchas veces no de una hegemona poltica
sino de una superioridad cultural y lingstica.

CUATRO
Lengua nacional es una designacin deficiente si pensamos en el espaol, el
portugus o el ingls, lenguas de diversas naciones. Quizs sea mejor la designacin de
lengua general o comn culta, aunque entonces el problema ser delimitar hasta
dnde llegan los usos cultos, que por dems nunca son enteramente uniformes en
ninguna comunidad.
Los autores ingleses han generalizado, desde fines del siglo XVIII, la designacin
de lengua standard, que Paul Garvin y Madeleine Mathiot definen hoy como forma
codificada o gramaticalizada de una lengua, aceptada por una gran comunidad, a la
que sirve de modelo. Usaremos pues, como equivalentes, la denominacin lengua
general culta o lengua standard.
Una lengua estndar es siempre una abstraccin, una entidad ideal que se
impone a todos los miembros de la colectividad, que no se habla en ninguna parte y
hacia la cual se tiende en todas.
Aunque la lengua es, por naturaleza, actividad oral, la lengua escrita ha
adquirido la supremaca en nuestro mundo. Esta lengua literaria la del ensayo, la
poesa, la filosofa, la ciencia obedece necesariamente a una norma de unidad. Surge
as una norma general de lengua que abarca a todo el mundo de habla (espaola,
portuguesa, inglesa, etc.).
Esa norma no puede ser rgida, automtica, monoltica. Debe ser flexible,
armoniosa, cambiante. La diversidad regional y personal contribuye a la riqueza de la
unidad general. Y a pesar de las diferencias, todo lector educado de esa lengua puede
entrar en plena comunicacin con el ms lejano de sus autores.
Quin gobierna la unidad de la lengua escrita? La gobiernan los escritores de
todo el mundo hispnico, en coloquio permanente al escribir y al leer. La Academia
colabora tambin con su criterio, bueno en ocasiones, discutible en otras. Ha logrado el
acatamiento absoluto en materia ortogrfica. Pero en general no le corresponde la
iniciativa, sino la consagracin del uso culto.

Se plantean en seguida varios problemas. El primero, la colaboracin


hispanoamericana en la norma comn. El segundo, la libertad de creacin e innovacin
del escritor. El tercero, la constante penetracin de extranjerismos y tecnicismos de la
vida moderna.
La lengua cambia, a veces por presin desde abajo, otras por innovacin desde
arriba. Las mismas normas gramaticales se modifican. La movilidad de la lengua culta
est regida por la vida general de la cultura. En la medida en que haya una constante
comunicacin cultural, esa unidad se acrecentar. Gracias a ella, la expresin escrita
de todo el mundo hispnico responde, con cierta flexibilidad, a una norma general que
respeta y acoge los inevitables matices de cada regin, y de cada persona.

CINCO
En la lengua hablada, el panorama se complica. La lengua culta hablada en los
diversos pases hispanoamericanos coincide con la de Espaa en lo fundamental. Las
diferencias son muchsimo menores y menos importantes que las semejanzas.

El seseo (corazn, siensia) es un rasgo diferencial legtimo del habla


hispanoamericana. La tentativa de imponer la z interdental sera una tarea
sobrehumana y por lo general solo se lograra una aproximacin imperfecta.

El yesmo (caye, cabayo) abarca ms del 90 por ciento de la poblacin


hispanoamericana.

Hay un consenso general, que incluye a la Academia Espaola, para considerar


legtimos el seseo y el yesmo de Hispanoamrica.
Por su parte, hay un consenso general para no admitir, como norma ejemplar de
ninguna regin, la aspiracin y prdida de la s implosiva (bohque, lah cuatro, loh
hombre), que se da en grandes zonas hispanoamericanas y espaolas, aun en el habla
de la gente culta. Se considera inadecuada para la clase, la conferencia, la recitacin,
la lectura, y es perfectamente corregible.
Menos admisible an es la confusin de r y l implosivas en un sonido nico (puelta,
izquielda, sordao, barcn), que llegan en algunas partes, como Puerto Rico o Murcia,
hasta los hablantes cultos, y es realmente difcil de arraigar.
Ha sorprendido en Hispanoamrica que la Academia haya aceptado pronunciaciones
como cardico, amonico, perido, etc., tan combidas hasta ayer, y en general gran
parte de los hispanoamericanos rechaza la pronunciacin soldao, cuidao, cantao, etc.,
que el hablante culto de Espaa tiende a considerar irreprochable.
En su esencia, la lengua es una institucin tirnica: tengo que decir mesa, y no
puedo decir masa, ni misa ni musa, ni table; tengo que usar unas formas dadas, en un
orden sintctico preestablecido, con unos comportamientos de gnero, nmero,
persona, tiempo ya establecidos Pero junto a la prepotencia del sistema hay un

conjunto de fluctuantes que s pueden considerarse menos rgidos, y existe un margen


ms o menos amplio de seleccin que queda al arbitrio del gusto personal.

También podría gustarte