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Yo Opino

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Yo opino

Aha Aha Aha


Yo opino,
que opinar es necesario,
Porque tengo inteligencia,
y por eso siempre opino.
Yo opino
que si opino un pensamiento
que me venga a la cabeza
hago critica social.
Yo opino
de lo humano y lo divino
Y a veces digo con tino
mi opinin es opinar.
Yo opino
que el gobierno est en lo cierto
y tambin equivocado
dependiendo de qu lado.
Yo opino
Aha,
yo opino
Mmmmm
Yo opino
Aha,
yo opino
Aha
Yo opino
con criterio y elocuencia
y jams pido clemencia
si me acusan de demencia.
Yo opino
porque leo bien los diarios
Y los leo diario a diario
para seguir opinando.
Yo opino
sin saber leer ni escribo
Nunca s de lo que opino
pero soy buen opinante.
Yo opino
con respeto a su persona
Y mi vida yo dara
defendiendo su opinin.
Yo opino
mmm
yo opino
Aha
Yo opino
Aha,
yo opino
Aha
Yo opino!!!
Eso opino.

31 minutos

Los cuentos de hadas no son inocentes


Quisiera demostrar a continuacin, cmo los cuentos infantiles han reforzado los
estereotipos de lo masculino y lo femenino a lo largo del tiempo. Atributos tales como el
coraje, la imaginacin, la iniciativa, la astucia, el herosmo, la solidaridad con sus
congneres y la capacidad de utilizar la violencia (ya sea en defensa propia, como para
conseguir determinado fin), ha sido siempre monopolio de los varones. Las mujeres, en
cambio, deben conformarse con la abnegacin, el sometimiento, la mansedumbre, la
rivalidad con las otras mujeres, la fragilidad y hasta el servilismo.
Ser ama de casa es la nica ocupacin a la que puede aspirar la mujer que
protagonice cualquiera de estos cuentos, sin importar que sea reina o plebeya. El personaje
masculino, en cambio, realiza toda clase de tareas, desde gobernar el reino hasta cortar lea.
Como si esto fuera poco, se le recompensa la iniciativa y el espritu de aventura con poder y
riquezas, mientras que la mujer, por su abnegacin y sometimiento, recibe como nico
premio el matrimonio. Se puede elegir entre una amplia gama de atributos para la
descripcin del hroe del cuento, mientras que para describir a la herona solo se puede
optar por estos dos: joven y bella.
Tanto el personaje de Blanca Nieves como el de la Caperucita y la Bella
Durmiente, no saben valerse por s mismas. Blanca Nieves inicialmente es salvada por el
leador de buen corazn, que se niega a cumplir las rdenes de la madrastra. Ms tarde ser
rescatada nuevamente por los siete enanitos. El personaje de la madrastra, por otro lado,
ilustra no solo la clebre rivalidad entre mujeres, sino tambin el hecho de que, al menos en
la ficcin, una mujer solo puede ser activa e independiente si es malvada.
En los cuentos de hadas hay muy pocas heronas que sean inteligentes o audaces,
tal como lo es, por ejemplo, la protagonista de La Bella y la Bestia (la cual sin embargo,
an siendo inteligente, destaca ms que nada por belleza, tal como lo indica el ttulo mismo
del cuento). Algunas son irremediablemente bobas, como la Bella Durmiente, que insiste en
tocar el huso de la rueca que la matar, o que en el mejor de los casos la sumir en un largo
sueo. Otras incluso llegan a ser miopes: Caperucita, para no ir ms lejos, cree que el lobo
en camisn es su abuela, mientras que Blanca Nieves es incapaz de ver que la viejecita que
le ofrece la manzana es su madrastra disfrazada tratando de envenenarla.
Detrs de toda desgracia, hay una mujer que la provoca. La madre de Caperucita
no sabe cuidar a su hija, las hadas pierden de vista a la Bella Durmiente, etc. Pero a los
padres (varones) se los exime de cualquier culpa: demasiado ocupados estn con cuestiones
de Estado o con su propio trabajo. Y cuando finalmente cometen un acto de maldad, es
porque una mala mujer los ha influenciado. Los varones de los cuentos son juzgados con
gran benevolencia, a excepcin de Barba Azul y el ogro de Pulgarcito. El astuto Gato con
Botas miente, roba y mata, con tal de conseguir un reino para su amo. Pulgarcito tambin
roba y mata. Nadie se lo reprocha: es el hroe triunfal.
El valiente, el audaz, el capaz del gesto heroico para salvar a las bellas damas de
las garras de los lobos, madrastras y barbas azules, es siempre un varn.
La bella Durmiente fue dormida por el huso de la bruja y despertaba, aos ms
tarde, por el beso del prncipe. El prncipe caza, monta y explora, mientras la herona
permanece bella y dormida.
Se podra seguir dando ejemplos, pero creo que ya se ha dado una idea de la
misoginia implcita en los cuentos que van formando las personalidades de nuestras hijas y
nuestros hijos. Todo esto habr servido de algo si los padres toman conciencia y comienzan
a contarle a sus hijos alguno de esos mismos cuentos, pero con los cambios necesarios. De
esa manera la nia podr verse a s misma como poseedora no solo de ternura y afecto, sino
tambin de inteligencia, audacia, imaginacin y solidaridad. Y su hijo ser consciente de
que no solo puede ser inteligente, audaz y solidario, sino tambin tierno y afectuoso.
Natalia Garbagnatti

Los cuentos de hadas y los estereotipos


Estoy de acuerdo con lo expuesto por Natalia Garbagnatti en su artculo sobre los
estereotipos masculino y femenino presentes en los cuentos de hadas. No obstante, discrepo
de su recomendacin a favor de la censura. No creo que ella comprenda la utilidad de estos
ejemplos de discriminacin.
Hace mucho tiempo que los folkloristas concuerdan en que los cuentos de hadas, al
igual que los mitos y leyendas antiguas, representan las emociones y preocupaciones
subconscientes, cuando no los verdaderos sucesos histricos de las culturas antiguas. El
sexismo dentro de los cuentos de hadas indica claramente que la discriminacin sexual
exista en las sociedades que producan estas historias. Considerando los ejemplos sexismo
presentes en estos relatos, cabe deducir que la discriminacin sexual debe haber sido un
elemento importante en la sociedad antigua. Pero eso no significa que los padres
contemporneos deban censurar estos cuentos.
Al contrario, los padres deberan leer los cuentos de hadas a sus nios, pero luego
explicarles la falsedad de los estereotipos que aparecen en cada uno de ellos. Los cuentos
de hadas no solo son muy interesantes y emotivos, sino que adems pueden ser ramas muy
eficaces para combatir la propagacin de falsedades, tales como la superioridad del hombre
sobre la mujer. Podrn explicarles por qu estos estereotipos ya no operan y que tales
descripciones se basan en la ignorancia. Los nios en general tienen confianza en sus
padres y creern sus explicaciones. Por supuesto que el propsito principal de los cuentos
de hadas no es sealar el sexismo. Pero contienen la materia prima que los padres
inteligentes podrn usar para ensear a sus nios valiosas lecciones sobre los efectos
dainos de la discriminacin sexual.
Natalia Garbagnatti reconoce el sexismo en los cuentos antiguos y sugiere que los
padres los censuren. Si bien es verdad que los ejemplos de los estereotipos sexuales en los
cuentos de hadas son un problema, la censura solo lo encubre. Mientras que, si
reconocemos la discriminacin de los cuentos abiertamente, podremos sacar de ella una
importante ventaja.
Guadalupe Valds, Alejandra Bentez y otros, Composicin, proceso y sntesis, Nueva York: Random House, 1989. (Adaptacin).

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