Actividades Habilidades Sociales
Actividades Habilidades Sociales
Actividades Habilidades Sociales
Exponerle a situaciones
Exponerle a situaciones que le pueden resultar difíciles, como:
dentro de la consulta, hacerle relacionarse con los demás: que pida algo a una compañera…
fuera de la consulta, se puede ir al parque y fomentar unas habilidades sociales correctas con otros
niños.
Servir de modelado
Servir de referente tanto en las situaciones presentes que podamos provocar o bien contándole
experiencias propias (aunque sean falsas) de dificultades similares superadas.
Modificar la vivencia (si ha sido negativa) buscando un resultado mejor: cómo podría haber
reaccionado él, los demás…
Danzaterapia
Es un buen recurso para manifestar sentimientos por otra vía que no sea el habla. Muchas veces el
cuerpo reacciona frente a conflictos y situaciones estresantes de la vida diaria y estos no se
desbloquean con solo hablar de lo sucedido. La danza como terapia actúa liberando tensiones por
medio del movimiento:
Tímidos: La experiencia con el cuerpo mediante el ritmo les permite, movilizar la vía de comunicación
en su interior. ¿Por qué me muevo y para que? se convierte en la clave
Si la respuesta que da el niño es asertiva, el maestro dibujará una carita sonriente en la pizarra, pero si no lo es la
carita será triste y explicará a los niños por qué no es esa la mejor manera de proceder.
LA ANCIANA Y SU CERDITO.
Cuento popular.
“Sucedió una vez que una viejecita que barría su casa, encontró entre el polvo una moneda de diez
céntimos muy abollada.
—¿Qué haré con esta moneda? —se preguntó. Iré al mercado y me compraré un cerdito.
Fue al mercado y compró un cerdito, pero al volver a casa, el cerdito no quiso saltar por encima de
una barrera que se encontraba en mitad del camino... “
“Entonces la anciana se dirigió hacia la vaca. Pero la vaca rehusó darle su leche si antes no le traía
una brazada de heno. La anciana fue al montón de heno y cogió un puñado y se lo llevó a la vaca.
Cuando la vaca lo hubo comido dejó que la anciana le sacara una taza de leche para el gato. El
gato bebió la leche, entonces quiso matar la rata, la rata quiso roer la cuerda, la cuerda quiso atar
al ternero, el ternero quiso beber el agua, el agua quiso apagar el fuego, el fuego quiso quemar el
palo, el palo quiso pegar al perro, el perro quiso morder al cerdito, que saltó por encima de la
barrera y así la anciana llegó a su casa antes de la noche.”
Actividad 2: ¿Qué sabemos acerca de la comunicación?
Se hablará a los niños de la importancia que tiene el lenguaje para poder tener relación con todo lo que nos rodea,
llamando su atención sobre que no sólo existe un tipo de lenguaje sino muchos y que con todos pueden transmitir
información. Se les propondrá hacer una lluvia con todas las formas de comunicarse que conocen, anotando en la
pizarra todo aquello que se les vaya ocurriendo.
Videocuento: https://youtu.be/ZqqWMSH3gAI
El león que no sabía escribir El león no sabía escribir. Pero eso no le importaba porque podía rugir y mostrar sus dientes.
Y no necesitaba más. Un día, se encontró con una leona. La leona leía un libro y era muy guapa.
El león se acercó y quiso besarla. Pero se detuvo y pensó:
―Una leona que lee es una dama. Y a una dama se le escriben cartas antes de besarla. Eso lo aprendió de un misionero
que se había comido. Pero el león no sabía escribir.
Así que fue en busca del mono y le dijo:
― ¡Escríbeme una carta para la leona! Al día siguiente, el león se encaminó a correos con la carta. Pero, le habría
gustado saber qué era lo que había escrito el mono. Así que se dio la vuelta y el mono tuvo que leerla.
El mono leyó:
―Queridísima amiga: ¿quiere trepar conmigo a los árboles? Tengo también plátanos. ¡Exquisitos! Saludos, León.
― ¡Pero noooooo!, rugió el león. ― ¡Yo nunca escribiría algo así! Rompió la carta y bajó hasta el río. Allí el hipopótamo
le escribió una nueva carta. Al día siguiente, el león llevó la carta a correos. Pero le habría gustado saber qué había
escrito el hipopótamo.
Así que se dio la vuelta y el hipopótamo leyó: ―Queridísima amiga: ¿Quiere usted nadar conmigo y bucear en busca de
algas? ¡Exquisitas! Saludos, León.
― ¡Noooooo!, rugió el león. ― ¡Yo nunca escribiría algo así! Y esa tarde, le tocó el turno al escarabajo. El escarabajo se
esforzó tremendamente e incluso echó perfume en el papel. Al día siguiente, el león llevó la carta a correos y pasó por
delante de la jirafa.
― ¡Uf!, ¿a qué apesta aquí?, quiso saber la jirafa. ―¡La carta! –dijo el león–. ¡Tiene perfume de escarabajo! ―Ah –dijo
la jirafa–, ¡me gustaría leerla!
Y leyó la jirafa: ―Queridísima amiga: ¿Quiere usted arrastrarse conmigo bajo tierra? ¡Tengo estiércol! ¡Exquisito!
Saludos, León.
― ¡Pero noooooo! –rugió el león– ¡Yo nunca escribiría algo así! ― ¿No lo has hecho?, dijo la jirafa. ― ¡No! rugió el león
¡Noooooo! ¡No! Yo escribiría lo hermosa que es. Le escribiría lo mucho que me gustaría verla. Sencillamente, estar
juntos. Estar tumbados, holgazaneando, bajo un árbol. Sencillamente, ¡mirar juntos el cielo al anochecer! ¡Eso no puede
resultar tan difícil! Y el león se puso a rugir. Rugió todas las maravillosas cosas que él escribiría, si supiera escribir. Pero el
león no sabía. Y, así, continuó rugiendo un rato. ― ¿Por qué entonces no escribió usted mismo?
El león se dio la vuelta: ― ¿Quién quiere saberlo? –dijo. ―Yo –dijo la leona . Y el león, de afilados colmillos, contestó
suavemente: ―Yo no he escrito porque no sé escribir. La leona sonrió.
Si queremos decir algo, con nuestros propios sentimientos e ideas, tenemos que escribirlo nosotros mismos.
Martin Baltscheit, El león que no sabía escribir. México, SEP-Lóguez, 2007
Materiales:
Una bolsa de dulces de colores
Vasos
Procedimiento:
El juego consiste en separar los dulces por colores, pero se debe realizar en el tiempo de 1 minuto.
Proponemos este juego para aprender a controlar la rabia. A partir de aquí haz que cada niño tome una hoja de
papel y varios lápices para continuar con el relato. Solamente necesitaremos los siguientes elementos:
Lápices de colores
Cuando veas que han terminado, haz que los niños le pongan ojos, boca, pies y brazos al mismo ¡Ahora ya han creado
su propio monstruo de la rabia!
Compartimos aquí un ejemplo:
Luego pídeles a los niños que “hagan con el dibujo lo que ellos deseen”: pueden romperlo, arrugarlo, etc.
A continuación, toma el frasco y guarda dentro de él, los dibujos (o los restos de los mismos en caso que los hayan
roto).
Recuerda que este frasco debe ser usado solamente para guardar dibujos con monstruos de rabia.
Podéis ampliar y ver otra manera de aplicar esta teoría en el blog de Marina Martín en su entrada La caja de la Rabia
Timidez
Aspectos específicos del programa: instrucciones verbales y diálogo, modelado (con ayuda de algún compañero) y
retroalimentación y refuerzo.
Todos los días se resolverán los problemas que vayan apareciendo, ya sean de convivencia o de dificultades sociales y se
reforzará positivamente al alumno.