Chiapas: Fundamentos Psicológicos de Una Guerra Contemporánea
Chiapas: Fundamentos Psicológicos de Una Guerra Contemporánea
Chiapas: Fundamentos Psicológicos de Una Guerra Contemporánea
Cecilia Santiago
Rafael Alvarez
Revisin y comentarios.
Gustavo Castro (Socilogo. CIEPAC)
Raimundo Snchez (Socilogo. CIDECI)
Oncimo Hidalgo (Socilogo. CIEPAC)
Consultores / Asesoras:
Carlos Martn Beristain (Mdico. Brigadas Internacionales de Paz).
Yolanda Castro (Sociloga. Kinal Antzetik)
Teresa Gonzlez (Mdico Epidemilogo. Mdicos Del Mundo -Espaa).
Rosaluz Prez (Tcnico en Educacin. Kinal Antzetik)
Mara Novoa (Economista)
Ulises Martnez (Editor)
Darrin Wood (Periodista. Nuevo Amanecer Press. EUA).
Agradecimiento a:
Miguel Pichardo (Psiclogo Social. Centro de DDHH Migual Agustn Pro)
Iaki Garca (Plataforma de Solidaridad con Chiapas -Barcelona)
Marina Parras Cordovs (Mdico. Grupo de Accin Comunitaria)
Edita:
CENTRO DE DERECHOS HUMANOS MIGUEL AGUSTIN PRO JUAREZ (MEXICO)
ASOCIACION KINAL ANTZETIK (MEXICO)
GRUPO DE ACCIN COMUNITARIA (ESPAA)
(Pendiente confirmar:
AMNISTIA INTERNACIONAL-MEXICO
CENTRO DE DERECHOS HUMANOS FRAY BARTOLOME DE LAS CASAS (MEXICO)
INDICE
POR QU ESTE LIBRO? ......................................................................................................................6
1.
INTRODUCCIN..............................................................................................................................9
A.
CONTEXTO HISTRICO.......................................................................................................................9
Las relaciones intertnicas entre la poblacin maya y no maya. Perspectiva histrica. .....................9
Elementos jurdicos de la poblacin maya.........................................................................................11
LAS DESIGUALDADES SOCIALES Y EL CIERRE DE PERSPECTIVAS POLTICAS COMO MOTOR DEL
B.
CONFLICTO. .............................................................................................................................................13
EL PROBLEMA DE LA TIERRA. ..........................................................................................................13
C.
D. EL MOVIMIENTO ZAPATISTA: OTRA FORMA DE ENTENDER EL DESARROLLO?. ...............................16
LOS DENOMINADOS "MUNICIPIOS AUTNOMOS". ...........................................................................18
E.
EL PAPEL DE LA IGLESIA..................................................................................................................19
F.
G. LA "SOCIEDAD CIVIL"......................................................................................................................22
2.
VISIN GLOBAL...............................................................................................................................26
LA GUERRA DE DESGASTE EN EL MARCO DE LA POLTICA EXTERIOR NORTEAMERICANA.................27
a. Los hechos de enero y febrero de 1995: el papel de la ayuda econmica internacional. .............27
b. Ayuda militar y lucha contra el narcotrfico. ................................................................................29
ELEMENTOS DE LA POLTICA GUBERNAMENTAL DESDE UNA PERSPECTIVA PSICOSOCIAL. ...............30
C.
I - Actuaciones Militares. ...................................................................................................................30
1. Militarizacin. ............................................................................................................................30
2. Paramilitarizacin de la regin..................................................................................................45
II - Guerra Econmica y Social..........................................................................................................58
1. Saqueos y destruccin de bienes. ...................................................................................................58
2. Las dificultades de subsistencia y su relacin con la divisin y el
enfrentamiento en las
comunidades.......................................................................................................................................60
3. La educacin y la salud oficial como elementos de contrainsurgencia......................................62
4. Patrones de conducta ajenos a la cultura. .................................................................................63
5. Los incendios forestales. ...............................................................................................................65
6. Las inundaciones. ..........................................................................................................................66
III- Control de la Informacin sobre el Conflicto .............................................................................66
1. Control de medios.......................................................................................................................66
a. Tcticas de manejo de la informacin........................................................................................66
b. Amenazas y hostigamientos a periodistas. ....................................................................................74
2. Poltica migratoria. ......................................................................................................................75
IV Labor de Inteligencia..................................................................................................................76
1. Infiltracin de organizaciones sociales y de derechos humanos. ...............................................76
2. Control de las comunicaciones privadas....................................................................................77
3. Labores de seguimiento y cooptacin de lderes. .......................................................................77
4. Difusin de rumores. ..................................................................................................................78
5. Campaas de persuasin sobre la poblacin residente en la zona de guerra............................78
6. Evitar que el conflicto se extienda..............................................................................................78
V Brazo Poltico, Legislativo y Judicial. .........................................................................................79
1. Iniciativas Legislativas por Va urgente.....................................................................................79
2. Ausencia de separacin de los poderes del Estado y utilizacin poltica de la Justicia. ...........80
3. Dilogo y Negociaciones ...........................................................................................................80
4. Control electoral. .......................................................................................................................81
VI.
Impunidad...............................................................................................................................83
B.
1.
2.
3.
4.
6.
7.
ANEXOS. ................................................................................................................................................180
1. Introduccin.
Este informe recoge las consecuencias psicosociales y comunitarias del conflicto armado que sufre la
poblacin indgena de Chiapas. Tras un breve anlisis del contexto histrico y cultural del conflicto, se
describen sus caractersticas.
Para el anlisis de las consecuencias psicosociales y comunitarias se ha contado con las fuentes
documentales de las organizaciones de salud y de derechos humanos que trabajan en la regin, entrevistas
con informadores clave, testimonios de vctimas y victimarios y procesos de diagnstico comunitario a
travs de talleres con el apoyo de la red de promotores de salud comunitaria de algunas de las zonas ms
afectadas.
El nfasis es tanto en los hechos y sus consecuencias como en las estrategias desarrolladas por la
poblacin para enfrentarla. Se incluyen as mismo algunas de las demandas que han ido surgiendo en todo
el proceso.
Este informe es apenas un esbozo de lo que est ocurriendo en Chiapas, a la espera que las
condiciones sociopolticas y el cese de la militarizacin permitan que los testimonios afloren sin miedo y
pueda reconstruirse la memoria de los hechos y sus responsables.
a. Contexto histrico.
Las relaciones intertnicas entre la poblacin maya y no maya1.
Perspectiva histrica.
La situacin de la poblacin originaria de Chiapas ha experimentado un cambio importante en los
ltimos aos. El conflicto armado en Chiapas es expresin, ante todo, de un conflicto entre el Estado y los
pueblos indgenas, en cuya relacin se ha dado histricamente un largo proceso de confrontacin.
Al igual que en otros pases de Amrica Latina, en una primera fase que dura cuatrocientos aos hay
una mutua ignorancia. Los contactos entre la poblacin primero europea y criolla, y posteriormente ladina
y la indgena vienen marcados por los choques peridicos entre grupos de poblacin con fuerza muy
desigual y la progresiva dominacin de stos por parte de aquellos. A travs de las armas o las leyes las
tierras indgenas van siendo asimiladas por la poblacin ladina que es tambin la que detenta el poder
poltico. Hay con todo, una falta de conocimiento de las respectivas realidades y una gran lejana cultural.
La segunda mitad del presente siglo marca la voluntad de reconocimiento mutuo y regulacin de
la realidad de los pueblos indgenas por parte del Estado (lo que significa por parte de la poblacin ladina
chiapaneca). La primera tesis que se defiende desde el Estado, basada en postulados econmicos y
desarrollistas, es la de la igualdad. Se persigue, en especial a travs del gubernamental Instituto Nacional
Indigenista la incorporacin de la poblacin indgena al conjunto del Estado y se trabaja, por tanto, desde
un modelo asimilacionista que busca la equidad.
A lo largo de las dos ltimas dcadas hay un cambio en estos planteamientos y desde la propia
poblacin indgena se pasa de pedir la igualdad a plantear el derecho a la diferencia. La lucha pasa a ser
por el reconocimiento de sus derechos como habitantes originarios de la tierra, el derecho al ejercicio
distinto de la autoridad y al respeto a las costumbres y formas de vida. En este sentido, el Congreso
Indgena celebrado en 1974 en San Cristbal de Las Casas organizado por el Obispado y auspiciado por
el propio gobierno de Manuel Velasco Surez consigue definir los trminos del debate y marca quizs el
inicio de esta etapa.
Esto despierta posturas ambivalentes dentro del Estado. Mientras para algunos sectores de la
sociedad la pretendida autonoma indgena no es ms que un modo en que los caciques buscan garantizar
su poder en algunos casos absoluto- sobre la gente, y la asimilacin al Estado representa una evolucin
hacia formas ms libres2, para otros representara el modo en que las comunidades indgenas puedan
enfrentarse al proceso imparable de etnocidio como consecuencia de la presin demogrfica que
cuestiona la sustentabilidad econmica de la poblacin ante la falta creciente de tierras y la imposibilidad
de seguir quemando bosque de modo indefinido, y ante la presin cultural de los medios de comunicacin
y socializacin (escuela, sistema de salud...) de la sociedad occidental. La autonoma dara la posibilidad
de enfrentar estos retos intentando mantener un concepto de desarrollo y de las relaciones humanas y la
relacin con la naturaleza diferenciados.
1
Aunque Chiapas es de races mayas, una de sus etnias (Zoque) tiene orgen olmeca.
Comisin Nacional de Derechos Humanos. Informe sobre el problema de las expulsiones en las comunidades
indgenas de los Altos de Chiapas y los Derechos Humanos. 2 edicion. 1993.
2
Parte del debate puede resolverse si se tiene en cuenta que el indigenismo asimilacionista es una
poltica de Estado diseada por no indgenas y que los caciques con mayor poder en Chiapas (p.e en San
Juan Chamula) basan ste en pactos de poder con partidos polticos por lo que cabe dudar de su real
fundamento histrico en los usos y costumbres indgenas3.
Este debate, adems, est avivado por varios factores: el auge del movimiento indigenista en
Amrica Latina a lo largo de los ochenta y noventa que encuentra su mximo impulso en los movimientos
contrarios al Quinto Centenario del Descubrimiento de Amrica; la aprobacin del Convenio 169 de la
Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) sobre Derechos de los Pueblos Indgenas (ratificado en
septiembre de 1990 por el gobierno mexicano)4, y la aprobacin y firma por la Organizacin de las
Naciones Unidas (ONU) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y del Pacto de Derechos
Econmicos, Sociales y Culturales, como complemento de la Declaracin Universal de los Derechos
Humanos. Estos documentos suponen una referencia legal de la que el movimiento indgena careca hasta
el momento.
La insurreccin zapatista de enero de 1994 fue el elemento que definitivamente lanz el debate y
lo coloc como prioridad nacional en Mxico, as como en la agenda de los partidos polticos y los grupos
de solidaridad internacional aumentando la presin social respecto al tema5.
En este contexto las organizaciones indgenas de dcadas anteriores, de carcter agrario o
econmico dejan paso a organizaciones de carcter tnico y poltico. Dentro de ste movimiento hay un
amplio espectro de posiciones, en ningn modo unitarias. Mientras para algunos sectores se aspira a
formas de autogobierno compatibles con las estructuras del Estado que permitan una gestin propia de los
recursos, para otros sectores ms radicales se trata de cuestionar al propio Estado y al sistema de partidos
polticos desde la particularidad del mundo indgena, llevando el debate sobre la supuesta esclerosis del
modo de democracia partidaria electoral al conjunto de la sociedad. El Ejrcito Zapatista, adscrito a esta
ltima tesis, ha querido compartir el debate no slo con la sociedad civil mexicana, sino con grupos de
opinin y activistas sociales de todo el mundo. Organiz, en este marco, el I Encuentro Continental por la
Humanidad y contra el Neoliberalismo en Oventic en el mes de abril, preparatorio del I Encuentro
Intercontinental celebrado en San Cristbal de Las Casas del 26 de julio al 4 de agosto. La actividades en
la esfera internacional se han mantenido de modo permanente a travs de diferentes foros internacionales
y del uso de las posibilidades de comunicacin contemporneas.
Dentro de la bsqueda de vas de solucin pacfica al conflicto, gobierno y guerrilla consiguen,
tras un largo proceso, iniciar un dilogo en San Andrs Sacamchen de los Pobres. El EZLN se retira de
las negociaciones en septiembre de 1996 habindose firmado slo los Acuerdos referidos a la mesa uno
sobre Derechos y Cultura Indgena6. Quedan pendientes otras tres mesas (Democracia y Justicia, que
lleg a iniciarse, Bienestar y Desarrollo y Derechos de la Mujer). Ambas delegaciones se acusaron
mtuamente de haber provocado la ruptura y de falta de autntica voluntad de dilogo. Es un hecho que
mientras el EZLN convoc un Foro Nacional Indgena con 179 organizaciones de todo Mxico para
debatir los puntos que iban a llevarse a la negociacin de la mesa Uno sobre Derechos y Cultura e intent
crear un amplio movimiento de debate social alrededor de dichas mesas, con un elevado nmero de
asesores y de debates paralelos, la delegacin gubernamental, por su parte, cont con escaso respaldo y
validacin institucional. Las negociaciones fracasan no tanto por los mediadores ni por la metodologa de
trabajo como por los lmites extradilogo, que tienen que ver con la correlacin poltico-militar del
momento y por el xito tanto de la movilizacin social provocada por el zapatismo alrededor de la mesa
como por los acuerdos alcanzados, con excesivas concesiones por parte de la delegacin gubernamental.
Aunque los acuerdos de San Andrs en lo referente a Derechos y Cultura Indgena se firman por
ambas partes en febrero de 1996, nunca llegaron a concretarse en iniciativas legislativas. Desde fuentes
gubernamentales se insista en que se mantena el compromiso con los Acuerdos firmados, pero no con la
traduccin jurdica que haca la Comisin de Concordia y Pacificacin (COCOPA) formada por diputados
de la Cmara federal representando a todo el espectro poltico incluido el gubernamental PRI. Esta se
pronunci al respecto en la denominada Iniciativa COCOPA en noviembre de 1996. Tras un ao y medio
de vueltas jurdicas para intentar no seguir estas recomendaciones, el gobierno decidi de manera
unilateral enviar a la Cmara de Senadores en marzo de 1998 una Iniciativa de Ley en Materia de
Derechos y Cultura Indgenas sin consultar a la contraparte en las negociaciones (en este caso, el Ejrcito
Zapatista de Liberacin Nacional (EZLN) ni a las comunidades indgenas. Es en este ao y medio cuando
ms se recrudece la presin militar, se produce la masacre de Acteal y el mayor auge paramilitar.
Entre las carencias ms importantes de los acuerdos de febrero de 1996 est el que no lleg a
debatirse el tema de la tierra, que qued aplazado para la mesa 2 sobre Bienestar y Desarrollo, no se
consigui definir con precisin qu se iba a entender por el concepto de libre determinacin de los
pueblos indgenas y cmo esto afectara a la estructura del Estado y la delegacin gubernamental se neg
ni siquiera a considerar la posibilidad de un pluralismo jurdico. El gobierno se comprometa a ocho
grandes bloques de reformas cada una de ellas con diferentes secciones-: (1) reconocer a los pueblos
indgenas en la Constitucin del pas, (2) impulsar cambios jurdicos y legislativos que amplen la
participacin y representacin polticas local y nacional de los pueblos indgenas, (3) realizar reformas en
el sistema de justicia que promuevan que el derecho positivo mexicano reconozca las autoridades, normas
y procedimientos de resolucin de conflictos internos de los pueblos indgenas, de modo que sus juicios y
decisiones sean convalidados por las autoridades jurisdiccionales del Estado, (4) promover las
manifestaciones culturales de los pueblos indgenas, (5) asegurar una educacin que respete y aproveche
los saberes, tradiciones y formas de organizacin indgenas (6) garantizar la satisfaccin de necesidades
bsicas en materia de alimentacin, salud y vivienda, (7) impulsar la produccin y el empleo y (8)
proteger a los indgenas migrantes7.
En consecuencia la lucha indgena no es un descubrimiento del Ejrcito Zapatista, sino que el
zapatismo surge como una consecuencia de la lucha indigenista que es muy anterior y que comprende
muchas otras vas que no son la armada. La perpetuacin de las condiciones de desigualdad de la
poblacin indgena y el avance rpido e imparable del proceso de asimilacin, as como la falta de eco a
las demandas de respeto a los derechos fueron los que hicieron que un sector del movimiento indigenista
optara por la va armada y se constituyera en un efectivo relanzador y catalizador del debate.
Hernndez L, Vera R (comp). Acuerdos de San Andrs. Ed. Era. Mxico. 1988.
Dary C. El derecho internacional humanitario y el orden jurdico maya. Una perspectiva histrico-cultural.
FLACSO/CICR. Guatemala. 1997.
8
indgena a travs de ancianos o de un principal, ante los conflictos de la vida diaria y a las instancias del
Estado ante delitos o conflictos mayores (muertes, problemas de titularidad de tierras etc...) o cuando no
es posible resolverlo por las vas tradicionales y un grupo decide recurrir a las instancias del Estado.
Dado que no se alude tanto a los derechos individuales como al orden que deben llevar las cosas
las medidas de justicia tienden o bien a la reparacin del dao causado a travs del trabajo en favor de la
vctima, sus familiares o del conjunto de la comunidad o bien el castigo mximo: la extraacin,
separacin o expulsin de la persona de la comunidad, es decir, de todos sus referentes econmicos,
culturales y afectivos, lo que en el contexto de una sociedad colectivista constituye un hecho de una
dureza difcil de comprender desde una sociedad de base individualista.
Todo ello incide en la idea bsica de que la sancin moral puede ser ms fuerte que la que
impone el derecho del Estado.
La crcel no se contempla dentro del orden jurdico tradicional, aunque el mimetismo de algunas
figuras jurdico penales occidentales ha hecho que aparecieran crceles municipales en municipios
indgenas. En el sistema jurdico consuetudinario privan criterios de sancin ms pragmticos.
Esta diversidad de criterios genera conflictos all donde las dos normas legales entran en
conflicto y desde la lgica del Estado se considera que se vulneran los derechos individuales al realizarse
sanciones de acuerdo al derecho consuetudinario indgena. Nadie duda que los derechos comunitarios no
pueden prevalecer sobre los derechos humanos fundamentales de carcter individual en caso de hipottica
confrontacin, pero ello no debera servir como excusa para invalidar el derecho comunitario indgena all
donde su aplicacin ha demostrado ser fuente de respeto y armona entre las comunidades indgenas.
El respeto. Una de las bases de la cultura maya, esencial para mantener la convivencia social es la nocin
de respeto. Esto se refleja en las normas sociales: dejar pasar a los ancianos, saludar a todos los que se
cruzan en el camino inclinando la cabeza si se trata de mayores etc. En la misma lnea est el respeto a las
autoridades tradicionales. Una de las mayores ofensas para una comunidad son las muestras de irrespeto
hacia sus ancianos y autoridades.
Este mismo respeto debe mantenerse hacia la naturaleza sobre todo teniendo en cuenta que la
relacin tradicional con la naturaleza no es su uso con fines de acumulacin o venta. As, en la tradicin
debe pedirse permiso antes de cazar un animal o cortar un rbol, realizar ceremonias propiciatorias en la
milpa antes de la siembra y la recogida etc.
Se debe respetar as mismo a las fuerzas superiores, las que estn en las sagradas escrituras y las
de la tradicin, a los cerros, que son lugares sagrados, y a los antepasados.
Esta forma tradicional de vida ha chocado en muchas ocasiones con el derecho positivo y las
formas de organizacin del Estado. Para el Estado ladino, las formas de organizacin indgenas son vistas
frecuentemente como un atraso:
Ustedes son, yo creo, demasiado inteligentes y demasiado experimentados como para ver que hay
un conflicto poltico, ideolgico y religioso muy fuerte. Entonces ustedes tienen que comprender que
muchos de los comentarios son terriblemente apasionados. Son comentarios con posiciones de partido
tomadas, son parciales. Si ustedes conocieran lo que es la idiosincrasia comunitaria se hubieran dado
cuenta que a diferencia de la visin liberal del mundo, es una idiosincrasia del todo o nada. Una
sociedad para el mundo liberal es la suma de todos los individuos. Para la idiosincrasia comunitaria, la
sociedad es el todo, es la unidad orgnica, es la clula y las gentes que no viven conforme a los dictados
de esa comunidad son excluidas y son tratadas en forma totalmente... es decir, que si unos son los
buenos, los otros son los malos. No existe lo de si uno piensa diferente a m, lo tolero. La intolerancia es
parte de la idiosincrasia comunitaria y de ah vienen los problemas inter e intracomunitarios por
tenencia de tierras o por diferencias entre las iglesias. Desde hace 30 o 40 aos han estado viniendo
pastores norteamericanos promoviendo las sectas protestantes y estos mismos crmenes de ahora por
razones no religiosas se dieron por razones religiosas. Les podra enumerar una cantidad innumerable
de supuestos. (Adolfo Orive, Asesor de Francisco Labastida, Secretario de Gobernacin. Entrevista de
la Comisin Civil Internacional. 24 febrero 1998).
Algunas de estas reacciones representan una actualizacin de la teora del brbaro indgena
entendiendo de modo etnocntrico que se debe asimilar libertad con los principios del derecho que
emanan de la democracia partidaria. Desde esta lgica los indgenas son presentados como incultos e
impredecibles, y por tanto amenazadores.
El modo de desarrollo no acumulativo es as mismo visto como incompatible con los esquemas de
desarrollo basados en la explotacin intensiva de los recursos forestales, agrcolas y ganaderos propios de
las polticas gubernamentales predominantes en este momento histrico en todo el mundo. Sin entrar a
debatir respecto a la viabilidad y/o sustentabilidad de una u otra concepcin el punto aqu es la dificultad
existente desde el modelo dominante para entender que hay otros modos posibles de ver y desear el
desarrollo que no tienen por qu pasar necesariamente por la explotacin intensiva y las dificultades por
tanto para un dilogo equilibrado con algunos sectores del mundo indgena desde esta mutua
comprensin..
Este tipo de desencuentros culturales tanto en el orden jurdico como en el del concepto de
desarrollo, cimentados en la posicin de dependencia y marginacin de las culturas indgenas, estn en la
raz de buena parte de los conflictos actuales.
c. El problema de la tierra.
La tierra es el elemento bsico de la cultura indgena. Buena parte de la conflictividad actual
deriva de la falta de perspectivas desde las instituciones a la creciente dificultad para acceder a la tierra, lo
que obliga a los hijos a emigrar, tal y como muestran los indicadores sociodemogrficos. En otros casos
las familias optan por desbrozar nuevas zonas de selva (lo que cada vez es ms difcil) o a fragmentar la
ya fragmentada tierra de los padres.
Junto a las profundas desigualdades sociales, la progresiva carencia de tierras el valor cultural
ms importante- entre la poblacin indgena, y su acumulacin en manos no indgenas, unido a las
polticas agrarias implementadas en la ltima dcada, han sido uno de los motores del conflicto actual.
La Reforma Agraria. La enajenacin de tierras campesinas durante el siglo XIX fue un proceso rpido
que llev a escriturar el 80% de las tierras del Estado a grandes propietarios. A principios de este siglo
mientras el 2.6% de la poblacin posea el 63% de las propiedades censadas, un 77% de propietarios
posea apenas el 4.39% de las tierras9. Como resultado de la Revolucin Mexicana se escribe en la
Constitucin Poltica la promesa de repartir la tierra a los campesinos, pero en la prctica los procesos
devienen en trmites inacabables que toman dcadas. Los campesinos que han solicitado tierras a la
Secretara de Reforma Agraria se enfrentarn a obstculos como las barreras legales interpuestas por los
grandes propietarios, la falta de experiencia jurdica por parte de los indgenas, la falta de dominio del
idioma castellano hablado y escrito.
Esta tensin constante, la existencia de mltiples situaciones ambiguas (tierras escrituradas a ms
de un propietario, reconocimientos jurdicos luego revocados, disputas entre comunidades10 etc) unido a
la exasperacin de la poblacin que ve pasar los aos sin avances significativos11, y con el tiempo en su
contra por el crecimiento demogrfico y la progresiva pauperizacin del mundo agrario llevaron, a partir
de 1974, a la ocupacin de fincas y predios. Se trata, por tanto, de una forma de respuesta del
campesinado indgena y no indgena muy anterior al alzamiento zapatista. Tras la ocupacin se ha
negociado, en algunos casos un acuerdo de compra de la finca por parte de la Secretara - lo que se ha
logrado en alguna ocasin, sobre todo si contaba con el beneplcito del antiguo dueo -, mientras que en
otras se ha permanecido sin documentos legales. La respuesta de finqueros y ganaderos fue la peticin
oficial de desalojos (que se han realizado en numerosas ocasiones con saldos importantes de muertos y
heridos) as como la constitucin, en algunos casos, desde los aos sesenta, de ejrcitos privados
(guardias blancas). Estos grupos llegaron a ser legales a mediados de los sesenta, entendidos como el
derecho legtimo de defensa del patrimonio (Op. Cit.)
"Nosotros (...) en el municipio de Venustiano Carranza en 1965 se inici la lucha por la tierra.
(...) Esa tierra se decidi por una resolucin presidencial, que Carranza el cien por cien de las
comunidades son indgenas. (...) De eso nuestros antepasados, nuestros abuelos (...) nunca se
preocuparon por la tierra, porque eran pocos. Pero despus la gente fue creciendo y los documentos de
la comunidad los retomaron diciendo que las tierras es nuestra y est invadida por grandes
finqueros.(...). De ah empezamos a luchar por recuperar nuestras tierras. Sale una resolucin
presidencial de 50.000 hectreas para beneficiar 746 familias. (...). Nuestros compaeros representantes
que decimos los comisariados que nombra la comunidad para que gestione la recuperacin de nuestras
tierras. (...) De ah encarcelan a nuestros dirigentes, desaparecen a varios... El gobierno nos acusa de
guerrilleros. En el 1976 la comunidad decide pues recuperarse la tierra. (...) El gobierno nos mete el
ejrcito. Llega una gran represin en contra de Carranza. llega ms de dos mil soldados a desbaratar la
9
Segn el informe Los hombres sin rostro. CEE-SIPRO. Mxico (1994), a principios del ao 94 en Chiapas
1.032.000 indgenas trabajaban 823.000 hectreas, es decir, menos de una hectrea por persona, mientras seis familias
ganaderas tenan ms de tres millones de hectreas (ms del 50% de la superficie total del Estado.
10
Durante 1989 a junio de 1993 se contabilizaron un total de 1,332 enfrentamientos entre campesinos, de ellos 180 se
originaron por la confusin de lmites y en la falta de respeto de los mandamientos presidenciales sobre la dotacin de
tierra (CDHFBC. Chiapas: Donde la Justicia no tiene Lugar. San Cristbal de las Casas. 1996)
11
Por ejemplo 79 comunidades de la Selva Lacandona tuvieron que esperar ms de 20 aos para que se
les entregara la tierra solicitada. Otras 66 tuvieron que esperar entre 20 y 39 (...). La comunidad El
Paraso, en Las Margaritas, tuvo que esperar 40 aos, el Nopal, en Ixtapa, 42 aos, Tamaulipas, ahora
Joaqu Amaro, en Pijijiapan 43 aos, las Delicias, en Trinitaria, 45 aos, la comunidad Santa Rosa, hoy
Morelos, en Tonal 46, y El Letrero en Siltepec, 53 aos. Esto contrasta con la celeridad de las
respuestas a favor de terratenientes.: por ejemplo tan slo durante el gobierno del general Absaln
Castellanos (1982-1988) se otorgaron en Chiapas 7646 certificados de inafectabilidad ganadera y con
igual prontitud se pag en 1994 a finqueros la compra y renta de tierras o la indemnizacin de predios
afectados con invasiones a raz del surgimiento del EZLN. En este caso se lleg al extremo de comprar,
rentar o indemnizar a terratenientes cuyas propiedades se hallaban fuera de Las Caadas. (Informe
sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas en Mxico presentado al Comit de Especialistas de la
Organizacin Internacional del Trabajo en la sesin de Diciembre de 1997. Centro de DDHH Miguel
Agustn Pro pg 14ss).
comunidad. La toman por asalto la casa del pueblo que le decimos, donde nos reunimos, que la pagamos
de todos los comuneros. Ah pierden la vida dos compaeros de la comunidad y ms de doscientos van a
la crcel. (...) Y se ha logrado as pues poco a poco. Se ha recuperado tierras, quitar lo que nos han
robado. (...) En el 84 son masacrados nueve compaeros nuestros en una emboscada por parte de las
bandas paramilitares apoyados por el PRI y la CNC. Entonces nosotros seguimos luchando, buscando la
unidad con los maestros y con otros sectores. Empezamos a hacer marchas, empezamos a hacer huelgas
de hambre, hacemos marchas a Mxico a pie, empezamos a pedir justicia, que se pare la matanza en
Carranza, que liberen a los compaeros, tomamos la Presidencia, agarramos funcionarios, agarramos
varios funcionarios de Gobierno para que liberen nuestros compaeros y as logramos su liberacin.
Sacamos unos compaeros y al ao entran otros seis y as estamos, (...). Ahora matan uno, al otro da
matan otro, el otro da meten a un compaero, al otro da se consigue que salga...(....). Hasta el momento
van treinta y dos compaeros asesinados. (...).Ah en Carranza el gobierno organiza tambin esto, una
banda paramilitar que se llama Alianza San Bartolom de los Llanos. (...). Ese grupo de campesinos
estn bien armados, reciben entrenamiento del Ejrcito. (...). Este ao viene de nuevo el tiempo de
trabajar la tierra, el tiempo de lluvia y la tierra lo vamos a trabajar. No s cmo lo tenemos que hacer
pero de hecho tenemos que entrar a trabajar la tierra. Consideramos que el gobierno nos va a seguir
reprimiendo. El no quiere resolver el problema de la tierra." (CCIODH4)
A partir de los aos setenta y ochenta diversas organizaciones campesinas van tomando
progresivamente mayor fuerza: la oficial Confederacin Nacional Campesina (CNC), y las
independientes Organizacin Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), Asociacin Rural de Inters Colectivo
(ARIC) y Central Independiente de Obreros Agrcolas y Campesinos (CIOAC). Todas ellas impulsan la
toma de tierras. Igual que en Venustiano Carranza, en la mayora de las ocasiones las tomas y desalojos y
los enfrentamientos han acabado con heridos o muertos.
El da de hoy un grupo de 100 ganaderos armados irrumpieron violentamente en la finca Prusia de
unas 5 mil hectreas del municipio Angel Albino Corzo, Chiapas, ocupada por unos 40 campesinos de la
Unin Campesina Popular Francisco Villa. El grupo de ganaderos lleg disparando a un grupo de
mujeres y nios. Segn habitantes de la regin, este grupo de ganaderos recibi instruccin militar del
Ejrcito Federal Mexicano en La Triguilla, municipio de Concordia (...). El resultado de la agresin
fueron tres muertos y tres heridos. Posteriormente con la llegada de un grupo de campesinos, se
consigui detener a los agresores. En Tuxtla Gutirrez las organizaciones de ganaderos demandan al
gobernador del Estado el envo de fuerzas de seguridad pblica y lo hacen responsable de los hechos
sucedidos y de los que puedan suceder. La tensin es muy alta en la zona. Cercana al predio desalojado
se encuentra la Finca Liquidmbar en donde se temen tambin enfrentamientos en las prximas horas.
(Comunicado de CONPAZ-DDHH. 1.Diciembre.1994).
El mismo Samuel Snchez, diputado del PRI y fundador del considerado por algunos grupo
"paramilitar" Paz y Justicia reconoce que la tierra es el ncleo del conflicto: "Esa fue una de las razones
del alzamiento zapatista (...) Porque se viene a afectar los terrenos comunales. Qu es lo que plantea el
Estado?. Pues la enajenacin de los terrenos comunales, volver jornaleros a los campesinos que son
legtimos dueos. Eso no es posible, porque qu patrimonio van a dejar a sus hijos los campesinos?. Los
hijos de campesinos no tienen posibilidades de estudio." (CCIODH6).
Incluso los finqueros se manifiestan pidiendo justicia, como en una comentada concentracin en
Tuxtla Gutirrez que congreg a ms finqueros de los que existen: En demanda de que el Ejrcito
Mexicano intervenga en la desocupacin de los ms de 300 predios invadidos fuera de la zona de
conflicto, respeto a la propiedad privada y estricta aplicacin de la ley en contra de invasores y
secuestradores, marcharon a Tuxtla Gutirrez alrededor de diez mil ganaderos y pequeos propietarios.
Permanecern en plantn hasta recibir respuesta positiva de las autoridades estatales. Laura Mayagoitia
inici una huelga de hambre en exigencia de que le sea restituido el predio Granja La Paz.
(Comunicado del Centro de DDHH Miguel Agustn Pro Jurez. 24.06.1994).
En resumen todas las partes en conflicto reconocen que mientras se mantengan las actuales
condiciones de distribucin desigual de la tierra y de conflictos de titularidad no resuelta seguirn
producindose manifestaciones pacficas y no pacficas de reivindicacin y lucha de las comunidades,
siendo el movimiento zapatista una de ellas.
El cierre de perspectivas polticas. Pero legalmente, gran parte de estos conflictos ya no son resolubles.
La Reforma Agraria se impulsa de modo importante en los ochenta, con un parn brusco en 1992, ao en
que se suspenden las entregas de tierras dndose por finalizada la reforma con la modificacin del
Artculo 27 de la Constitucin Mexicana, como una de las condiciones previas para poder ingresar al
Tratado de Libre Comercio con Canad y Estados Unidos. De este modo precisamente en un momento
de aumento del nmero y del tamao de las organizaciones sociales se produce el cierre institucional de la
posibilidad legal y poltica de cambio social. El nuevo marco jurdico que exige el TLC y la consecuente
reforma del artculo 27 realizada bajo el mandato de Salinas de Gortari bloquea las expectativas sociales
de cambio, dejando el esquema comunal o ejidal como un resabio premoderno.
Esta visin es en cambio divergente de la que tienen altos funcionarios de la Gobernacin del Estado
para quienes las 56 etnias de Mxico no tienen ni desean una propiedad colectiva de la tierra: "Si ustedes
visitaran la mayora de las comunidades indgenas de las 56 etnias veran que el 99% de las familias de
las 56 etnias no hacen uso colectivo de sus tierras. Ese es el problema del proyecto de la COCOPA: fue
redactado por intelectuales. Los bienes comunales son bienes comunales en la comunidad indgena pero
el uso al interior de la misma es por familias, no es colectivo. Es una idea introducida por intelectuales,
en un proyecto que no corresponde ni siquiera a las demandas de los propios indgenas. Sus demandas es
que puedan efectivamente hacer uso de las tierras que tienen como bienes comunales. (Adolfo Orive,
Asesor de Francisco Labastida, Secretario de Gobernacin. Entrevista de la Comisin Civil Internacional.
24 febrero 1998).
El cierre de cualquier salida de carcter poltico al problema de la tierra que se produjo con la
modificacin del artculo 27 deba significar por fuerza un gran aumento de la presin social y de los
conflictos entre las comunidades y de stas con el gobierno.
12
ste exista, el ejrcito federal se abstendr de actuar contra el EZLN, circunstancia que no se ha cumplido,
siendo continuas las denuncias de hostigamientos a las comunidades de las zonas zapatistas.
El EZLN es la expresin de una forma extrema de protesta contra la situacin de las
comunidades indgenas. Manifiesta su rechazo a las estructuras partidarias y congruentemente con ello
afirma que una vez alcanzados sus objetivos no se va a reconvertir en partido poltico, sino que se va a
disolver. Su forma de expresin en la sociedad civil es el Frente Zapatista de Liberacin Nacional
(FZLN), movimiento social de implantacin en toda la federacin y que aboga, entre otros temas, por
reformas constitucionales profundas que saneen el actual sistema poltico mexicano, as como el avance y
el cumplimiento de las negociaciones entre guerrilla y gobierno respecto a los derechos de los pueblos
indgenas y las clases ms desfavorecidas de Mxico.
El discurso zapatista, basado en el mandar obedeciendo y en sistemas de democracia
participativa han provocado una gran corriente de simpata internacional, favorecido tambin por una
voluntad poltica del EZLN de vincularse a la solidaridad internacional a travs de los hasta la fecha dos
Encuentros Internacionales, plataforma de expresin de mltiples movimientos que en todo el mundo
tienen en comn la crtica al neoliberalismo y la bsqueda de formas alternativas de desarrollo humano.
El EZLN est dirigido por un denominado Comit Clandestino Revolucionario Indgena (CCRI)
formado por representantes de todas las comunidades de la zona zapatista dirigidos por la Comandancia
General.
Los Aguascalientes, puntos neurlgicos del zapatismo, son espacios fsicos de encuentro del
EZLN con la sociedad civil13. En estos espacios es donde se celebran asambleas, consultas, donde se da
capacitacin en educacin o salud, donde el EZLN da a conocer sus posturas y establece dilogo.
Otra de las caractersticas innovadoras del zapatismo es la amplia participacin de la mujer.
Aunque no hay obviamente datos contrastados, se estima que alrededor del 35% de sus integrantes son
mujeres, estando stas tambin presentes en todos los rganos de representacin y decisin.
Pese a que en los ltimos aos ha habido un crecimiento exponencial de las agresiones militares
y paramilitares en forma de hostigamientos militares en las zonas zapatistas y de agresiones a
representantes de las bases de apoyo, el EZLN ha mantenido una postura invariable de evitar, en la
medida de lo posible, la confrontacin armada. Frente a la tctica militar, el EZLN y el FZLN han optado
por la movilizacin social a travs de marchas multitudinarias, encuentros, consultas populares etc, para
dar salida a los problemas de pobreza, marginacin social y promover otras formas de participacin de las
comunidades mayas y zoques (ver ms adelante).
Esta visin difiere de la que se ofrece desde la citada Paz y Justicia: "De repente ustedes
encuentran una persona muerta por aqu, muertos por ac, muertos por all, pero no tena mayor
significado. La gente se preocupaba, por qu est pasando, por qu muertos aqu, muertos all. La
Polica no interviene, no hay autoridad, los ministerios pblicos no llegan, porque hay temor. En ese
entonces el alzamiento armado en Chiapas, bloqueos de carreteras ah, asaltos all... ese vil caos en
Chiapas despus del alzamiento armado. En ese entonces algunas presidencias municipales fueron
tomados los edificios, se cambiaron ms de veinte ayuntamientos, se formaron consejos municipales,
desaparecieron los ayuntamientos porque haba inconformidad al calor del alzamiento zapatista, haba
un movimiento en todo Chiapas: asaltos, secuestros, robos, asesinatos... pero eso en todo Chiapas."
(CCIODH6). Desde su ptica el alzamiento zapatista vendra a cambiar la situacin de la regin para
llevarla a la confrontacin social.
En suma, el EZLN constituye una de las formas de expresin del descontento indgena, que
adopt inicialmente la forma de las guerrillas centroamericanas para posteriormente desmarcarse de ellas
buscando otras formas de expresin social. Ha tenido un papel de catalizador del conflicto en primera
instancia, pasando despus a un papel de protagonismo en segundo trmino, cediendo ste a la sociedad
civil, con un cierto papel de respeto y tutela en la distancia. En declaraciones del portavoz del CCRI:
"Hemos aprendido de lo que ocurri en otras partes de Amrica Latina, en Guatemala, en El Salvador,
Nicaragua. Cuando la guerrilla era la que diriga todos los movimientos haba muchos problemas,
aparecan divisiones, era imposible conseguir una unidad". Esta idea, y la de evitar la confrontacin
directa, son las dos que parecen nuclear la estrategia zapatista de reivindicacin y dilogo.
13
El nombre tiene un carcter simblico: Tras la derrota del general Victoriano Huerta todas las facciones
revolucionarias se renen en la Soberana Convencin Revolucionaria de Aguascalientes (denominada as por
realizarse en dicha ciudad) para disear el nuevo modelo de pas que iba a surgir tras la Revolucin Mexicana. De
ah toman el nombre los insurgentes zapatistas para denominar a sus espacios de encuentro y dilogo con la sociedad
civil.
gobierno a que cumpla sus obligaciones y desconocerlo mientras esto no sea as. No se observa un
discurso separatista o anti-mexicano: "Hicimos una guerra injusta porque tenemos mucha necesidad
pero el gobierno no cumple, el gobierno no nos da lo que queremos. (...) No tenemos nada, no tenemos
buena casa, no tenemos buena alimentacin. As que nosotros queremos que cumpla el gobierno, pero
hasta el momento no ha dado nada, no ha resuelto nada". (CCOIDH2)
"Para nosotros la autonoma es como los pueblos indgenas sean los que van a decidir y elegir sus
propias autoridades y que ellos elijan tambin su forma de cmo poder comercializar sus productos (...)
que entre los pueblos indgenas salgan quienes puedan capacitar y que estn capacitando en cuestin de
educacin o como promotores de salud (...) que decidamos nosotros de cuntas familias podemos tener
(...).(CCOIDH2)
La forma de organizacin y eleccin de representantes se corresponde con el concepto de autoridad
como servicio delegado de la comunidad y por tanto puede ser revocado en cualquier momento si no
cumple con su funcin.
Como Consejo Autnomo o como Comunidades Autnomas la justicia la aplicamos diferente a
como la aplica el gobierno. No hay dinero de por medio sino de por s, si hay algn aspecto de anomala,
de malos hbitos que perjudica la sociedad y las comunidades (...) nosotros lo hacemos ver para que otra
vez no lo cometa. No se pide dinero como multa sino que eso tiene que orientarse (...) para que no lo
haga nuevamente. (...) En este sentido el gobierno mexicano esto no le gusta porque est todo a contra de
lo que hace l, porque l lo hace de otra manera, porque ah el que tenga razn es el que sale perdiendo
y el que tenga dinero el que sale ganando (...) aunque haya violado algn derecho o haya hecho alguna
cuestin mala dentro de la sociedad (...).(CCOIDH2)
Los "Municipios Autnomos" han representado un objetivo preferente del gobierno y de los grupos
paramilitares, lo que ha aumentado an ms la presin sobre sus habitantes. El diputado PRIista Samuel
Snchez expresa as su rechazo: "Desde mi punto de vista ningn pueblo va a poder desarrollarse si no
tiene una relacin con la estructura del Estado. Es decir, necesitamos recursos para nuestro desarrollo.
Desde mi punto de vista las llamadas autonomas es una utopa. (...) Porque solamente para un tramo
carretero de 30 kilmetros necesita sesenta, setenta millones de pesos. (...). Y los ayuntamientos
municipales, pongamos de 20.000 habitantes, manejan hoy solamente entre cinco, seis millones de
pesos.(...)." (CCIODH6)
Los Municipios Autnomos no buscan una confrontacin entre la poblacin civil, sino cambiar la
relacin con el Estado y la posibilidad de organizarse sobre nuevas bases, con participacin directa de las
comunidades. En entrevista con las autoridades del Municipio Autnomo Tierra y Libertad declaraban:
"Respetamos y entendemos el problema de nuestros hermanos PRIIstas, que ellos son engaados todava
por el mal gobierno. Ellos estn comprados con dinero y entendemos esa razn. Por lo tanto entendemos
tambin ese compromiso que tenemos con ellos de no violar los derechos de ellos. (...) Nuestros
hermanos priistas que existen en las comunidades son los mismos que a veces estn cerca de los militares
y ellos son los que a veces pasan informacin sobre cmo arreglamos nuestros problemas, qu hacemos,
dnde vamos. Yo pienso que eso es una violacin a los derechos. Yo creo que nosotros como campesinos
indgenas tenemos derecho a cualquier tipo de desarrollo que queramos hacer" (CCIODH5)
f. El papel de la Iglesia.
1. La Iglesia y su papel poltico en el conflicto.
Para algunos connotados miembros del gubernamental PRI la Iglesia es el autntico instigador del
conflicto por su empeo en introducir la Teologa de la Liberacin en las comunidades. Para otros la
dicesis ha representado, a travs del papel del obispo Samuel Ruiz como presidente de la Comisin
Nacional de Intermediacin (CONAI), por el propio trabajo pastoral y por el activismo de los diversos
Centros de Derechos Humanos (especialmente el Fray Bartolom de Las Casas, en San Cristbal), el
elemento equilibrador y de proteccin de la poblacin ms importante.
La tesis de la Iglesia instigadora. Esta visin es defendida abiertamente por Samuel Snchez, diputado
del PRI por el Distrito VIII y fundador del grupo Desarrollo, Paz y Justicia y ha sido avalada de manera
ms suave pero sin negarla, por diversos funcionarios de gobierno. Bsicamente consiste en la acusacin
14
Se refiere al hallazgo por parte de la PGJE de los cuerpos de 8 campesinos en una cueva de Mishop
(Tila) quienes, segn versiones, fueron acusados de brujos y asesinados el 20 de julio de 1995 (La
Jornada 8/10/95). Hay otras versiones de que el asesinato podra ser consecuencia de problemas agrarios.
Hasta la fecha no se ha sabido de resultados de las investigaciones de la PGJE.
15
Se refiere a la organizacin Abu-Xu (que toma su nombre de la Arriera Nocturna, una hormiga
voladora nocturna, en alusin a que sus miembros se renen as mismo por la noche).
la solucin de sus demandas, sino al complicado juego de sotanas aterciopeladas y crucifijos de oro
(Comunicado Subcomandante Insurgente Marcos a la opinin pblica. Octubre 1997).
Un ejemplo a nivel local de desencuentro entre Iglesia e insurgencia seran las importantes
dificultades de comunicacin que hay dentro del propio Acteal municipio donde ocurri la peor masacre
hasta la fecha en Chiapas y donde viven hacinados ms de cinco mil desplazados- entre el campamento de
Las Abejas (organizacin vinculada a la dicesis) y el autodenominado de Bases de Apoyo zapatista
(simpatizantes del EZLN).
De manera ms sutil otros funcionarios de gobierno han sugerido la misma lnea argumental que
Paz y Justicia, notablemente el propio Presidente Zedillo quien afirm en entrevista que la Iglesia era
tambin responsable de la situacin de miseria y pobreza en Chiapas:
[En Mxico] hay grupos indgenas que han quedado marginados de la modernidad y del
progreso... En esto no est ausente la responsabilidad de la Iglesia Catlica, particularmente en la zona
de Chiapas. Durante siglos, Chiapas fue manejada en ms de un sentido por organizaciones
eclesisticas. (Declaraciones al peridico espaol El Pas. 18 de Enero 1996)
Preguntado el obispo Samuel Ruiz por las relaciones entre poltica e iglesia (entrevista con la
Comisin Civil Internacional. Febrero 98) declaraba:
-
Miren, esta misma pregunta que ustedes me hacen podra ser considerada poltica y estar sujeta a
censura. En una ocasin un agente de migracin local se present durante una celebracin
eucarstica para fotografiar a los extranjeros presentes y respondi, cuando se le pidi
explicaciones por esta actitud, que aquellas personas estaban participando en un acto poltico. (...)
La accin evangelizadora tiene una dimensin poltica ya que si sta no tratara de cambiar el mundo
y se limitara a hacer una serie de aclamaciones no estara viviendo una vida cristiana.
Y ms adelante: Hay que distinguir entre la dimensin poltica de la fe y la poltica partidista. Esta
ltima queda fuera de la estructura de la Iglesia porque se trata de una opcin individual. La fe ilumina
todos los aspectos de la vida y aunque no obliga a tomar opciones concretas si hay ciertas actitudes que
son obligatorias para un cristiano, como estar al lado de los pobres.(...) Ante actitudes aplastantes y
depredadoras por parte de las fuerzas sociales resulta muy claro qu cosa es actuar dentro de una
opcin poltica partidista y qu es actuar de acuerdo a la dimensin poltica de la fe.
En un documento interno del Centro de Investigacin para la Seguridad Nacional (CISEN)16
dependiente de la Secretara de Gobernacin se considera que Iglesia y zapatismo comparten cinco
puntos: (1) colocar a los partidos polticos en un papel secundario en el proceso de cambio, (2) la
promocin de los derechos humanos y la restitucin de las reivindicaciones "histricas" de los pueblos y
comunidades indgenas, (3) el apoyo a las formas de autogobierno indgena (4) la crtica al modelo
"neoliberal" y (5) la internacionalizacin del conflicto para forzar la negociacin con el gobierno. Habra
tres divergencias importantes, segn este documento: (1) Percepcin diferenciada sobre el uso de la
violencia poltica, (2) mientras el EZLN busca transformar las estructuras del Estado, la Iglesia perfila el
cambio a travs del impulso a formas de autonoma y (3) las diferentes estrategias de negociacin en el
marco de los dilogos.
2. Evangelizacin y tradicin indgena.
En las ltimas dcadas, desde la Dicesis de San Cristbal parece haberse impulsado una actitud
de respeto hacia las tradiciones indgenas bajo la denominada Pastoral Indgena:
La Pastoral Indgena est orientada a reconocer la Revelacin que Dios hizo a los pueblos
indgenas antes de la evangelizacin que se llev a cabo en la conquista. Este reconocimiento implica
una Iglesia encarnada en la cultura propia y no una sobreposicin de una cultura presentada como el
nico camino para expresar la fe. Es la propia fe y no la de otros la que han de expresar. No slo hay
que reconocer al indgena su autonoma tnica sino incluso su autonoma dentro del campo de la
Revelacin. (Extractos de la entrevista con la Comisin Civil Internacional. Febrero 1998).
16
Sin embargo, esta actitud no siempre ha sido as. En la dcada de los sesenta y setenta hubo
conflictos importantes de carcter religioso, debido a la incomprensin y la consideracin de las prcticas
tradicionales mayas como "paganas" o "malignas".
Nosotros ya creemos que el dios est en el pueblo, pero ellos piensan que el dios est en el cedro, en
la cueva o en el agua, creen que ah nace, como los de Chamula celebran fiestas, piden cargos para la
fiesta, pero nosotros creemos que la fiesta slo la hacen por negocio, se rene mucha gente, hay mucho
trago, eso es donde la iglesia protesta y es de donde nace la divisin, (...) Cuando mi pap trajo a los
catequistas, ellos empezaron a ensear otras cosas, la palabra de Dios, y muchos les gust, pero los del
municipio no. Porque (...) en la parte que protestan de los vicios que afectan nuestra salud tenemos
derecho a protestar, pero tambin dijo la iglesia, que ya no se utilicen velas, que ya no se utilicen las
personas que saben curar, entonces ah empieza la provocacin y adems dijeron que tienen costumbres,
de que el Da de los Muertos se celebra con un convivi con los muertos, se les prepara comida,
refrescos y se ponen las mesas, pensando que los muertos, se piensa que los muertos vienen a comer y a
tomar los refrescos, entonces los de la iglesia dijeron que ya no se pusiera comida para los muertos,
porque es un pecado, ya que vienen los diablos y ellos son los que aprovechan la comida (...). Eso fue
antes de los setenta.(...) Pero cuando vinieron los dominicos, pues ya no, mejor que corregimos los
errores, porque creo que es un error privar la creencia de las personas. Yo no creo que los demonios
vengan a comer, porque los demonios no saben comer, pero tampoco los muertos comen, pero lo que
pasa es que la comunidad cree que los muertos viven, entonces es la nica manera.
(CCIODH7.Entrevista con Sebastin Prez, hijo de Miguel Prez Chuj, catequista que construy la
primera ermita catlica en San Juan Chamula y fue expulsado por ello).
As, en numerosas zonas se han ido desarrollando formas de sincretismo. El caso ms notable es el
del Municipio de San Juan Chamula, donde por ejemplo, se mezcla el culto a los santos catlicos con la
tradicin de veneracin a los cerros como lugares sagrados habitados por los antepasados y por el seor
de cada cerro: Porque dicen que en el cerro del Tzontewitz, vive San Juan Mayor, porque San Juan
Menor vive en Chamula. Dicen que el San Juan de Tzontewitz, es el mayor, pero como cada vez me
visitan menos, algn da voy a salir para construir mi templo, que eso San Juan Mayor. Eso es una
creencia (CCIODH7)
3. El papel de la Iglesia en la defensa de los Derechos Humanos.
Independientemente de las valoraciones sociolgicas o polticas que pudieran hacerse del trabajo
del Obispado y de su relacin con el zapatismo y el movimiento indgena, la Iglesia ha desempeado
mltiples otros roles de gran importancia en el conflicto:
1.
2.
3.
4.
Defensa de los Derechos Humanos a travs de la denuncia y del apoyo jurdico, social y psicolgico
a las vctimas.
Apoyo a las comunidades canalizando ayuda humanitaria, con el apoyo de Critas y otras
instituciones.
Fomento de la proteccin pacfica de las comunidades a travs del acompaamiento internacional
(Campamentos Civiles por la Paz, Brigadas Civiles de Observacin).
Acompaamiento y relacin estrecha con algunas comunidades desde una perspectiva de no
violencia gandhiana (Sociedad Civil Las Abejas...) etc.
A ello hay que unir los esfuerzos por constituirse en entidad de mediacin y dilogo, en especial en el
tiempo en que el obispo Samuel Ruiz presida la Comisin Nacional de Intermediacin (CONAI).
g. La "sociedad civil".
La sociedad civil es el otro gran actor del conflicto. Aparece constantemente en declaraciones,
documentos, a ella se dirigen buena parte de los mensajes del EZLN, y ste ha organizado diversos
"dilogos" con la sociedad civil. Tambin la prensa se refiere a ella al hablar de las diferentes iniciativas
de movilizacin social
Debe definirse, en un sentido propio, la Sociedad Civil como todos aquellos ciudadanos que no son ni
parte del gobierno ni milicianos ni ejrcito. Esto incluira a todos los sectores sociales y a la poblacin en
su conjunto, sean conscientes o no de la problemtica social de la que son parte. Errneamente se asume,
en ocasiones, este trmino como referido a los sectores sociales organizados. Se hablara entonces de la
Sociedad Civil como de las mltiples formas de asociacin y organizacin existentes en Mxico: redes y
El Ejrcito Zapatista tuvo todo el apoyo de la sociedad civil y nunca estuvimos a la altura que ellos
hubieran querido, pero no era tan sencillo (...). Marcos nos regaaba con frecuencia te acuerdas?
[risas], ese muchacho... (...) Haca lo que se le antojaba el tal Marcos, hasta pareca militar [risas].
No son hbiles para entender la sociedad civil (...).Tambin hay gente que le tiene horror a un
movimiento armado. (...) Marcos da la impresin que espera que la Sociedad Civil se mueva como se
mueve un ejrcito (...) y no es posible, verdad?, son ritmos diferentes... A ellos siempre les parece que
vamos despacio, que hacemos mucho menos de lo que se debe...(...)
Hicimos un esfuerzo realmente generoso para los cordones de paz... que pronto se olvidan las cosas...
(...). Y lo que no entendieron era que no podamos todos dejar de hacer lo que estbamos haciendo para
atender aquello, porque a la postre significaba la desaparicin de todo (...). Yo se lo explicaba y daba la
impresin de este cuate est buscando caminos para rajarse, no?.. (...) si desaparecamos como fuerza
propia qu aportbamos?... pues molestias y cargas a los zapatistas... inyectar, inyectar fuerzas ajenas
a las de ellos... esa era la tarea... (...) Cada cual debe ser fuerte en lo suyo para aportar... Algunos lo
queran ver como una traicin y era exactamente al revs.... Yo hice todo lo posible por evitar ser el
brazo poltico de nadie...(...) vi peligrosa esa relacin (ET6)
Pero el EZLN tiene una visin muy distinta. Cuando decide desconocer pblicamente al FACMLN (segundo intento fallido de coordinacin) Marcos lo explica as en un comunicado dirigido a los
medios de comunicacin: Segn ellos el EZLN no slo no propicia la participacin de la sociedad civil
local, sino que cierra los espacios practicando la intolerancia en su relacin con otros actores y con el
militarismo en su toma de decisiones" (...) ignorando (o pretendiendo ignorar) que en los territorios
indgenas chiapanecos se est operando un proceso de autonoma, y que ste tiene su propia lgica, sus
propios proceso y conflictos, y sus propios actores, los "terceristas" atribuyen a la direccin militar del
EZLN decisiones que no le competen y la critican de caer en posiciones "militaristas", de practicar la
"intolerancia", de "cerrar los espacios", y de convertirse en el "principal enemigo" de la sociedad civil.
(...)Hoy en da existe una campaa anti-zapatista en los crculos locales. Participan en ella los gobiernos
federal y estatal, el ejrcito, los medios de comunicacin regionales, la Iglesia reaccionaria... y no pocos
de los miembros de la sociedad civil y ONG que no han entendido qu pasa y cmo debe ser su relacin
con las comunidades en resistencia.
Pese a estas divergencias y desacuerdos que han alejado a algunos sectores de la Sociedad Civil
que han intentado mantener una independencia de accin, otros han mantenido una lnea de apoyo
mantenido en el tiempo. En todo caso si hay un respeto. En palabras de Jos Alvarez: Ahora, s les
debemos a los zapatistas una llamada impresionante a favor de la causa indgena. La causa indgena
tiene un antes y un despus en el ao 94 y eso es irreversible. Ya no hay mexicano que no sepa (...).
(ET5)
La sociedad civil, en suma, es un grupo heterogneo de personas y organizaciones con intereses
no siempre coincidentes. Para unos, la autntica alternativa a la situacin de estancamiento de los partdos
polticos, para otros se colocan demasiadas expectativas y se le asignan unas posibilidades (y
responsabilidades) que exceden las esperables al pretender que suplanten al estado y a los partidos
politicos como eje vertebrador social.
La sociedad civil est siempre reaccionando a lo que le ponen, no ha sido capaz de crear una
alternativa eficaz, activa... ms propositiva... yo creo que la sociedad civil en Mxico es como un confeti,
son muchos, de diferentes colores, se ve muy bonito cuando caen, pero no tiene peso... es confeti...
adorna... pero no pasa nada ms (ET5)
Comunicado del Comit Clandestino Revolucionario Indgena-Comandancia General
del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional.
Mxico, 19 de septiembre de 1996.
Al pueblo de Mxico;
A los pueblos y gobiernos del mundo;
Hermanos:
El da de hoy, 19 de septiembre de 1996, se cumplen 11 aos de la emergencia de una nueva
fuerza poltica y social, producto de la incapacidad gubernamental para afrontar los problemas del
temblor que sacudi la capital del pas; esta nueva fuerza demostr que puede responder a la destruccin
con la creatividad, al caos con organizacin, a la muerte con vida. (...)
Hoy, 11 aos despus, las fuerzas polticas con ms autoridad moral, legitimidad, eficiencia, no
son los partidos polticos ni los gobiernos. Las organizaciones ciudadanas en el Mxico de hoy son las
nicas que tienen credibilidad. Esta nueva fuerza, la sociedad civil que tanto incomoda a los
gobernantes, que tanto desprecian dirigentes polticos e intelectuales, es hoy la esperanza de que es
posible reconstruir el pas, a pesar de la destruccin que el proyecto neoliberal ha hecho en la nacin
mexicana. (...).
Hoy se nos critica que, en lugar de acudir al apoyo de las organizaciones polticas, armadas y
no armadas, reiteremos nuestra confianza en la sociedad civil. Nos dicen que es una mala apuesta, nos
dicen que vamos a perder, nos sentencian a la
derrota.. gente pero no como cualquiera (..). La sociedad civil, el concepto incmodo y la realidad
molesta. Los partidos y organizaciones polticas, armados y no armados, legales e ilegales, abiertos y
clandestinos, regionales y nacionales, tendrn que escoger, tarde o temprano, de entre estos dos
proyectos de nacin. El EZLN ya escogi. (...) Que vivan siempre los hombres y mujeres de la sociedad
civil. Democracia! Libertad! Justicia! Desde las montaas del Sureste Mexicano. Por el Comit
Clandestino Revolucionario Indgena-Comandancia General del Ejrcito Zapatista de Liberacin
Nacional. Subcomandante Insurgente Marcos
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustn Pro Jurez. Chiapas: La guerra en curso. Mjico. Febrero 1998. Puede
consultarse tambin Castro Soto G. Boletn # 66. Las etapas de la militarizacin en Chiapas y sus consecuencias.
(mimmeo) y Espacio de Reflexin y Accin Conjunta Militarizacin represin e Impunidad. Cuaderno de Reflexin y
Accin No Violenta # 3. El proceso de guerra en Mxico 1994-1999. Militarizacin y costo humano. Verano 1999
medicinas y realiza operativos para "decomisar armas". Esto se traduce, en la prctica, en un estrechamiento
del cerco a las comunidades, un aumento de las dificultades para el normal desarrollo de las actividades
econmicas y en crecientes dificultades de supervivencia para la poblacin que no acepta las ayudas oficiales.
El aumento de la "labor social" del Ejrcito coincide con la consolidacin y/o aparicin de nuevos grupos
paramilitares a lo largo de 1996 y 1997 (Mscara Roja, MIRA, Chinchulines etc) que son oficialmente
presentados como respuestas de autodefensa de la poblacin ante las acciones zapatistas.
Segn el anlisis que realiza el PRODH, en Acteal se esperaba una respuesta armada de la poblacin
que legitimara una accin masiva del ejrcito para desarmar a los dos bandos. La actitud de no violencia de la
gente de Las Abejas y la muerte de 45 personas (8 hombres, 23 mujeres y 14 menores) sin que hubiera ningn
disparo por parte de la comunidad agredida provocaron la indignacin mundial, devolvieron Chiapas al
primer plano de la actualidad y colocaron al gobierno mexicano en una posicin muy difcil en un momento
en que se estaba negociando un acuerdo comercial preferencial con la Unin Europea.
A estas tres etapas hay que aadir ya dos ms:
Abril 1998 Junio 1998. Operativos contra los municipios autnomos. En esta nueva etapa, tras unos
meses de silencio post-Acteal, hay un nuevo gran recrudecimiento del conflicto tanto por la va poltica como
la militar. Se mantienen las acciones de los denominados grupos paramilitares que toman el protagonismo en
la escena dando la sensacin de ser incontrolables. Paralelamente el Ejrcito va avanzando sus posiciones y
penetrando cada vez ms en las zonas zapatistas mostrndose con gran nmero de efectivos y armamento,
creando las condiciones logsticas y militares para que un operativo fulminante pudiera capturar a toda la
comandancia del EZLN. En la misma lnea se realizan operativos importantes contra los Municipios
Autnomos con despliegues espectaculares de medios y realizando detenciones masivas y encarcelamiento de
dirigentes. Se realizan entre abril y junio de 1998 (Operativo la Hormiga (San Cristbal) 8 de abril, M.A.
Ricardo Flores Magn 11 de abril, Comunidad 10 de abril (Altamirano) 14 de abril, M.A. Tierra y Libertad 1
de mayo, Comunidad Navil (Tenejapa) 25 de mayo, M.A. San Juan de la Libertad 10 de junio, municipio
constitucional Nicols Ruiz 3 de junio). Estos operativos se saldan, en ocasiones (p.e. El Bosque-Chavajeval)
con muertos y heridos entre la poblacin civil en circunstancias poco claras (ver anlisis de casos ms
adelante).
Julio 1998: Ofensiva legislativa y militar. Simultneamente con este endurecimiento en el campo militar,
en el terreno poltico aparece una campaa de desprestigio contra la Comisin Nacional de Intermediacin
(CONAI) y posteriormente la Comisin de Concordia y Pacificacin (COCOPA) a la par que se impulsan
entre finales de 1998 y agosto de 1999 iniciativas legislativas muy polmicas y de gran trascendencia en el
rumbo que va a tomar el conflicto: la ley de remunicipalizacin, la ley de desarme y la ley indgena sin duda
como las tres ms significativas.
Aunque existen numerosas referencias al respecto nos parece especialmente documentado e ilustrativo: Brian
Wilson S. The SlipperySslope. U.S. military moves into Mxico. Mexico Committee. Bill Motto Veterans of Foreign
Wars. Santa Cruz (California). 1997. A l nos referiremos con frecuencia
19
Lpez M.P. La guerra de baja intensidad en Mxico. Plaza y Valds. Mxico. 1996. Pg 82-83).
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
La actitud de los zapatistas entre diciembre de 1994 y febrero de 1995 vendra caracterizada, segn
Lpez Astrain (op. cit pg 83) por: (1) Negarse varias veces a entrevistarse, (2) Amenazas al gobierno, (3)
Falta de una respuesta clara y precisa de sus demandas y objetivos polticos.
Febrero 1995. El 9 de febrero de 1995 hay un giro radical en la actitud gubernamental y se desencadena
una gran ofensiva militar rompiendo un ao de tregua, que va a cambiar completamente la dinmica del
conflicto. La justificacin fundamental del presidente Zedillo era que fue necesario tomar esta
determinacin para forzar el dilogo, tal y como apuntaba reconstruyendo los hechos en 1999:
Tom un riesgo enorme. Creo que la jugu una vez [en Febrero de 1995] y sali bien, pero ya
no voy a utilizar la fuerza para sentarlos otra vez. (...) Ellos les tendrn que decidir si les conviene
sentarse a platicar conmigo o especular con una mejor solucin para el futuro20
Pero el cambio no fue transitorio, sino permanente: la militarizacin ya no se ha detenido. Y hay,
quizs, otra explicacin posible para este cambio permanente de actitud. Mxico estaba sufriendo en
aquel momento una cada en picado de todos sus indicadores econmicos en parte por razones
especulativas. Pareca que el milagro mexicano se deshinchaba y el mejor exponente de esto era el
hundimiento imparable de la Bolsa. En este contexto el presidente Bill Clinton adopt una polmica
actitud ante el congreso norteamericano: considerar que EUA deba actuar para reflotar la economa
mexicana y solicitar una ayuda especial de 50 mil millones de dlares para salvar la economa mexicana
que iba hacia el colapso. Aunque el Congreso se opuso, Clinton consigui evitar el bloqueo y facilitar el
paquete de emergencia a travs de otros canales, en parte forzando al Fondo Monetario Internacional a
que pusiera parte del dinero del paquete de emergencia, en parte forzando a Europa y Japn a aportar
cerca de 10 mil millones, pero encontrando grandes resistencias cuando negativas directas en muchos
pases (p.e. Inglaterra o Alemania). El 31 de enero de 1995 (9 das antes de la ofensiva) el presidente
Clinton estuvo defendiendo, sin xito, la concesin de la ayuda en el Congreso. El 6 de febrero consigui
finalmente una aprobacin parcial del paquete en el Congreso en base a unas condiciones draconianas
(aceptar un monitorizacin de la economa mexicana, con asesoras e inspecciones peridicas del manejo
de los fondos). Flotaba en el ambiente el hoy ya famoso memmo del Chase Bank del 13 de enero
Political Update on Mexico enviado a todos sus clientes en EUA y Mxico en que se deca: El
gobierno deber eliminar a los zapatistas para demostrar que tiene un control efectivo del territorio
nacional y una eficaz poltica de seguridad. Para dar seguridad a los inversionistas era necesario
eliminar la insurreccin indgena que haba pasado a ser una amenaza para la economa de los EUA en
virtud, entre otras cosas, del TLC.
En suma, otro anlisis posible que no conviene desdear es que el cambio de actitud, los
bombardeos de febrero del 95 y la gran ofensiva desencadenada fueran o una concesin por decisin
propia, o un gesto de fuerza para dar confianza o una cesin a presiones externas, (no lo sabemos) pero en
todo caso una consecuencia directa de todas las aguas que a nivel internacional Bill Clinton estaba
moviendo para la aprobacin del crdito de emergencia.
20
21
I - Actuaciones Militares.
1. Militarizacin.
Chiapas es en la actualidad un Estado completamente militarizado. En algunas zonas se da incluso la
presencia de varios campamentos militares en un solo municipio26.
Esta militarizacin obedece a una estrategia definida que nunca se ha detenido. El brazo militar ha
ido avanzando de modo constante e independiente de la existencia o no de otras estrategias.
La siguiente tabla refleja el avance de los puntos de control en Chiapas:
ANTES FEB-95
DE FEB- 1995 A
DIC- DE 1996
74 Puntos de Control
94 Puntos de Control
nuevos
Fuente : CIEPAC (1999)
1997
45 Puntos de Control
nuevos
HASTA JUNIO DE
1998
20 Puntos de Control
nuevos
En enero de 1998 se hizo pblico un documento interno del Ejrcito Mexicano27 con el plan de la
institucin para Chiapas. Este documento titulado Plan de Campaa Chiapas-94, emanado como
26
Actualmente existiran, segn fuentes, entre 45 y 70 mil soldados concentrados en 4 de las 9 regiones del Estado
(la Selva, Norte, Frontera y Altos). Estn instalados en 54 campamentos y 32 cuarteles ubicados en 20 municipios habitados mayoritariamente por indgenas -. En algunos casos, como en la regin de la Selva, hay un soldado cas por
familia (de 7 integrantes). Tan slo en las caadas de la llamada ``zona de conflicto'' (que abarca los municipios de
Altamirano, Ocosingo y Las Margaritas y cuenta con una extensin de casi una cuarta parte de la superficie del
Estado) habra al menos treinta y cinco mil soldados acantonados en 24 campamentos y 21 cuarteles, muchos de ellos
instalados a un lado de las comunidades. La poblacin en esa regin es de unos 300 mil habitantes. En la regin de
Los Altos (12 municipios) los efectivos castrenses suman al menos 10 mil efectivos distribuidos en 20 campamentos
y en 5 cuarteles. En esta regin viven unas 250 mil personas, la mayora indgenas tzotziles. Ah, la proporcin es de
25 habitantes por cada soldado . En Chenhal es de 20 a 1. En la zona de Polh y alrededores la relacin podra ser de
10 habitantes por efectivo militar. En la regin Norte hay 12 campamentos y siete cuarteles militares ocupados por
unos 10 mil soldados. Ah habitan unas 200 mil personas, as que la proporcin sera de un soldado por cada 20
habitantes (Fuente: Masiosare. 31 Enero.1998). [Ms datos sobre militarizacin en Chiapas en: Espacio de Reflexin
y Accin Conjunta. Militarizacin, Represin e Impunidad. Cuaderno 3: El proceso de guerra en Mxico 1994-1999:
Militarizacin y Costo Humano. .Mxico 1999. Actualizar con ultimo informe sobre militarizacin de CIEPAC?
27
Directiva de la Secretara de Defensa Nacional ha tenido amplia difusin (el documento se adjunta en el
anexo 2). Las primeras seis directrices de la SEDENA para Chiapas son:
a. El objeto poltico de estas operaciones es: alcanzar y mantener la paz.
b. El objetivo estratgico - operacional es: destruir la voluntad de combatir del EZLN, aislndolo de
la poblacin civil y lograr el apoyo de sta, en beneficio de las operaciones.
c. El objetivo tctico de las operaciones es: destruir y/o desorganizar la estructura poltica militar
del EZLN.
d. Evitar un conflicto internacional con Guatemala.
e. Deber manejar con tacto y en beneficio de las Fuerzas Armadas mexicanas a los medios de
comunicacin.
f. Limitar los efectos negativos que estuvieran en capacidad de desarrollar las organizaciones de
derechos humanos y los organismos no gubernamentales, nacionales y e internacionales. En la misma
lnea ms adelante se afirma: "En esa misma zona ejercer direccin, coordinacin y control sobre todas
las fuerzas de seguridad pblica, hacindolas responsables de la eliminacin de los comandos urbanos y
la desintegracin o control de las organizaciones de masas".
Se afirma que: "Sus normas de accin sern las que dicten los principios de la guerra.". Y ms
adelante: "El objetivo de las operaciones psicolgicas es la de destruir la voluntad de combatir del
EZLN; ganar para el gobierno el apoyo de la poblacin civil y crear en sta la sensacin de seguridad
fsica y psicolgica. Teniendo como premisa no atacar a: (1). La religin. (2). Los grupos tnicos. (3).
Los pases vecinos.
En el documento, de modo explcito, se insta a: "Organizar secretamente a ciertos sectores de la
poblacin civil, entre otros, a ganaderos pequeos propietarios e individuos caracterizados con un alto
sentido patritico, quienes sern empleados a rdenes en apoyo de nuestras operaciones" y ms
adelante, en una clara alusin a grupos paramilitares: "Las operaciones militares incluyen el
adiestramiento de fuerzas locales de autodefensa, para que participen en los programas de seguridad y
desarrollo". Respecto a la prensa se dice: " En coordinacin con el gobierno del Estado y otras
autoridades, deber aplicar la censura a los diferentes medios de difusin masiva."
Estas son, entre otras (y exceptuando quizs las tres premisas finales), las lneas efectivamente
aplicadas, segn indican los testimonios de la poblacin tanto por el ejrcito como por el resto de
instancias de la seguridad del Estado28 y que podemos desglosar en diversos subapartados:
En ocasiones parece existir una coordinacin entre las distintas instancias de la seguridad del Estado: Ejrcito
Mexicano. Polica de Caminos, Polica Judicial, Polica Migratoria y los respectivos servicios de inteligencia,
siguiendo el esquema de las denominadas Bases de Operaciones Mixtas (BOM) siendo difcil individualizar las
acciones. As, en los retenes suele haber presencia de todos los cuerpos, teniendo preponderancia unos u otros segn
de quien se est recabando informacin. Segn datos del CIEPAC de junio de 1999, en un 61.24% de retenes hay
elementos del Ejrcito, Polica de Seguridad Pblica en el 22.17%, Migracin 9.33%, PGR y PJE en el 5.05% y
Cuerpos Especiales en el 0.77% As mismo en el proceso de interrogatorio de cualquier persona considerada
sospechosa suelen estar presentes tambin elementos de todas las instituciones. En otras ocasiones parece que fuera
justo lo contrario. Mientras se habla de negociacin desde las instancias federales o estatales, el ejrcito realiza
operativos de modo aparentemente incongruente. Esta es la tesis defendida por algunos analistas que defienden que
cada cuerpo acta por su cuenta lo que aumenta la impredictibilidad de los hechos. Las BOM han estado bajo
direccin del Ejrcito Mexicano. El coronel Jose Luis Lopez Rubalcaba, militar egresado de la Escuelas de las
Amricas, era el jefe de las BOM durante 1997 en la VII Regin Militar, ao de la masacre de Acteal.
asimismo esquirlas metlicas y casquillos de armas largas. La gran mayora de las casas de estas
localidades estaban abandonadas con seales de allanamiento; los animales domsticos sueltos...
(Comunicado de CONPAZ, 8 de enero de 1994).
Existen casos de estas primeras semanas que apuntan a la existencia de ejecuciones sumarias por
parte del Ejrcito. As, por ejemplo, tras la primera ofensiva del ejrcito mexicano para recuperar
Ocosingo aparecieron cinco cuerpos en el mercado aparentemente ejecutados con un tiro de gracia en
unas imgenes que dieron la vuelta al mundo. Ante las protestas internacionales la Procuradura General
de la Repblica (PGR) emiti un comunicado en el que sealaba que las cinco personas no fueron en
modo alguno ejecutadas y que los impactos de bala no correspondan al calibre de las armas del ejrcito.
Un equipo de antroplogos de la organizacin Physicians for Human Rights desplazado a la zona no pudo
realizar autopsias independientes de los cadveres aunque si examinar fotografas de las autopsias
realizadas por la propia PGR, sealando en otro comunicado su preocupacin por el hecho de que "la
PGR omiti intencionalmente, o dej de mencionarlo, la presencia de marcas de ataduras en las
muecas de los cuerpos.. Se cuestionaba asimismo los resultados exhibidos por la PGR respecto al
tamao de entrada de las heridas en los cuerpos. Para esta organizacin las evidencias sugeran
fuertemente que se trataba de ejecuciones extrajudiciales. Ante ello el Lic Jorge Madrazo, director
entonces de la Comisin Nacional de Derechos Humanos (en la actualidad director de la PGR) intent
explicar el primer comunicado afirmando que se haba tratado de una confusin y que las fotos
suministradas a PHR correspondan a otros cinco cadveres diferentes. Por todo ello Physicians for
Human Rights y la propia CNDH pedan al gobierno mexicano que se llevara a cabo una investigacin
independiente a la que se comprometieron el Procurador General de la Repblica y el Procurador de
Justicia Militar y de cuyos resultados nada se ha sabido cinco aos despus.
Jorge Mariano Solis y Eduardo Gmez Hernndez de 21 y 22 aos respectivamente fueron
detenidos el 16 de enero de 1994 en el municipio de Las Margaritas por la polica local y conducidos a la
crcel municipal de donde fueron sacados por integrantes del Ejrcito Federal Mexicano quienes se los
llevaron con paradero desconocido. El da 24 de enero sus cadveres aparecieron cerca de la comunidad
de Agua Prieta, en el propio municipio de Las Margaritas con seales de tortura y numerosas heridas de
tipo punzo-cortante. La investigacin a los miembros del Ejrcito que realizaron la detencin y presunta
tortura y muerte, solicitada por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales y la
consiguiente depuracin de responsabilidades, nunca se llevaron tampoco a cabo.
En la entrada del ejrcito en Chavajeval (ver seccin especfica sobre este caso ms adelante)
ocurri otra situacin similar: "Los tres civiles muertos en el poblado de Chavajeval presentan una
cantidad enorme de impactos por arma de fuego, dos de ellos (cadveres 7 y 8) presentan tiros por la
espalda como consta en las necropsias realizadas a los cuerpos y el tercero (nmero 9) presenta un
disparo en la frente, adems de otros 7 impactos de bala distribuidos por todo el cuerpo. Dichos cuerpos
fueron trasladados en un camin de redilas hacia la capital del Estado en condiciones desfavorables lo
cual deterior aun mas el estado de dichos cuerpos". (Informe CDHFBC).
Sin llegar a estos extremos, el papel intimidatorio y las acciones vejatorias por parte de cuerpos
de seguridad del Estado se han reportado de modo permanente a lo largo del conflicto, en el marco de
operativos militares, capturas y el trato habitual con las comunidades consideradas por ellos hostiles:: "La
Seguridad Pblica estaba abajo de la carretera. Ese seor tiene cincuenta pesos en la bolsa. Se los rob
la Seguridad Pblica. Y de ah quit sus zapatos. Saca tus zapatos dice el Seguridad Pblica. El pobre
hombre quit sus zapatos. Crrale dice el Seguridad Pblica. Si no vas a correr lo voy a disparar la
chingada, dice el Seguridad Pblica y el pobre seor sali corriendo, descalzo. Cuando lleg all ya
quiere llorar. As hicieron la Seguridad Pblica. Har unas tres semanas." (CCIODH1)
[El soldado lleg en su casa de mi hermano. El soldado compr un refresco y le cort cartucho dentro del sitio. A la media hora me lleg
a amenazar a mi casa. Y cort cartucho para que me mate a mi.. Me llamo Toms Mendoza Mendes dijo, que me quera matar y me dijo
varias veces que saliera de mi casa para que me maten de una vez. Aqu te voy a partir la madre deca el soldado. En fecha 16 de febrero
me lleg a buscar a mi casa. Dijo que iba a levantar una denuncia y me dijo que voy a firmar un acta. Pero no firmamos nada. Es pura
mentira lo que hacen los soldados. El da diecisiete del mismo mes entraron dos camionetas, armas y bienes dispuestos para disparar. El
da 11 de febrero en el pueblo las Tacitas. Y diario pasan avionetas de los militares y es un bombardeo y estn cortando muchas maderas
del terreno del pueblo y meten muchos puercos en su campamento militar y el campo militar est en nuestro terreno y queremos que
salga de all y queremos que todos estos puntos que lo anuncien para todo internacional].
los papeles. Entonces era como dudar de todo el mundo. No tenas quien atenuara a la hora de la hora
por ti. Estbamos bastante desconcertados, bastante nerviosos. No sabamos qu hacer. (SJL6)
Sin embargo, a pesar de los numerosos testimonios recogidos en este sentido, esta presencia
obedecera, segn fuentes gubernamentales, al desempeo del papel protector del ejrcito que tiene
contemplado en la Constitucin:
Quizs hubiera sido bueno que ustedes fueran al ncleo de la zona de conflicto en Ocosingo,
en una de las Caadas, y se hubieran encontrado una cantidad de comunidades igual a la que ustedes
dicen que el ejrcito ha violado sus derechos humanos diciendo que es gracias a la presencia del ejrcito
que han podido mantener su seguridad y no ver sus derechos violados por milicianos del EZLN (Adolfo
Orive, Asesor de Francisco Labastida, Secretario de Gobernacin. Entrevista de la Comisin Civil
Internacional. 24 febrero 1998).
La nica seguridad que tienen muchas comunidades es la presencia del Ejrcito. No es que el
Ejrcito haga funciones de polica pero su sola presencia es ya disuasiva de actos delictivos. En los
municipios donde ha estado presente el Ejrcito no ha habido sucesos como Acteal. (Francisco
Labastida, Secretario de Gobernacin. Entrevista de la Comisin Civil Internacional. 24 febrero 1998).
An aceptando este hecho, los testimonios sugieren que la actitud de las fuerzas de seguridad est
ms orientada a mantener la presin militar sobre las comunidades consideradas zapatistas, ejerciendo
con dureza funciones de control social de la poblacin civil. As, en un reporte de observadores
internacionales se detallan las siguientes tcnicas de control y presin a la comunidad, que parecieran ir
ms all de una labor constitucional de proteccin:
"Desde que estamos aqu hemos observado, diariamente:
-Patrullaje constante de la Seguridad Publica y del Ejercito.
-Las comunidades estn cercadas y no pueden salir a trabajar.
-Durante la noche cortan la luz y realizan patrullajes a pie dentro de la comunidad.
-Los priistas tienen tomado el Concejo Autnomo y custodian a Elias Mendez Agueda (priista que
delat a los detenidos y haba sido nombrado Comisario Ejidal por Albores Guilln semanas antes).
-Los miembros del ejrcito hacen regalos a los nios para sacar informacin y presionan a los
refugiados guatemaltecos para que hablen y delaten.
-Estado de miedo y tensin generalizados.
-En la noche del dia 5, tras cortar la luz, intentan apresar a un hombre y una mujer sin
conseguirlo. (OIAAG3)
Mxico un cierto velo informativo sobre acciones reprobables de los cuerpos de seguridad del Estado en
su intento de controlar la situacin . Adems ofreca a la poblacin civil un canal para dar a conocer sus
denuncias.
.
Por ello, apenas iniciada la guerra, y por tanto las primeras acciones de los organismos de derechos
humanos con repercusin internacional, se inician tambin las acciones de intimidacin y acoso sobre
ellas. El 10 de enero, tres das despus de la citada primera caravana, CONPAZ emite ya un comunicado
denunciando el allanamiento de la casa de uno de sus miembros. En un documento de fecha 31 de julio
de 1994, a apenas seis meses de inicio del conflicto, se denuncian, en un documento conjunto un total de
71 acciones contra organismos no gubernamentales pertenecientes a la Red Nacional de Organismos
Civiles de Derechos Humanos (1 asesinato, 10 detenciones sin cargos, 19 allanamientos de casas o
locales, 18 acciones de intimidacin u hostigamiento a personas, 24 casos de calumnias o difamacin)29.
La propia sede de CONPAZ fue allanada por primera vez el 10 de febrero de 1995, y lo ha sido en varias
ocasiones ms desde entonces. El 4 de noviembre de 1996 el administrador de CONPAZ, su esposa y sus
dos hijos menores fueron secuestrados durante dos das y sometidos a amenazas y malos tratos fsicos y
psicolgicos por un grupo de desconocidos.
Aunque la mayora de estas acciones han sido denunciadas, no se ha llegado a resultados en las
investigaciones. Existen argumentos que permiten pensar en una posible implicacin de las fuerzas de
seguridad del Estado. As, por ejemplo:
CONPAZ denunci en las primeras semanas de conflicto que miembros de la Procuradura General
de la Repblica (PGR) utilizaban camionetas que portaban emblemas de la Comisin Nacional de
Derechos Humanos (Comunicado #5. 18.01.1994).
Es dificil realizar acciones de violacin de la privacidad de las comunicaciones (telfono, fax, correo
electrnico...) sin tener acceso directo a la red pblica de telefona.
Buena parte de las denuncias corresponden a acciones de vigilancia ostensible con seguimiento a pie
en plena calle, carros con vidrios polarizados aparcados en la puerta de los organismos de derechos
humanos o frente al domicilio de dirigentes sociales o siguindoles por la calle a velocidad lenta. Se
trata de acciones que, realizadas en el centro de San Cristbal, Palenque o Comitn, requieren, cmo
mnimo, de una connivencia de la polica local.
La cercana fsica y en el tiempo entre hostigadores y miembros del ejrcito
San Cristbal de Las Casas. 1 de Diciembre de 1998.
con paliacates azules era muy agresiva y prepotente. Por fin, antes de llegar a Nuevo Len los dos
camiones que nos precedan y amenazaban se desviaron. Las personas de Nicols Ruiz que nos
resguardaron nos informaron que estos hombres son paramilitares e iban armados, dijeron que
pertenecen a la banda paramilitar "los Chinchulines" y llevaban tambin radios de comunicacin.
Durante nuestro regreso a San Cristbal de las Casas, una camioneta blanca - que haba aparecido en
escena cuando nos detuvieron por primera vez los supuestos agentes de gobernacin- nos sigui la
mayor parte del camino, nos rebas varias veces. (Comunicado de la ONG K'inal Antzetik, a.c. a la
opinin pblica nacional e internacional).
Recientemente se ha elaborado un informe que da cuenta del conjunto de amenazas, hostigamientos y
atentados contra los organismos civiles en el Estado de Chiapas desde enero de 1994. Para los autores de
este documento (ver nota al pie30) hay tres tipos de situaciones:
A) Amenazas directas: de muerte, va telefnica o epistolar; de violacin sexual, va telefnica, verbal (en
la va pblica) o epistolar (algunas veces acompaadas de fotos de mujeres desnudas); de expulsin del
Estado o del pas, va epistolar; de crcel, va epistolar; ramos de flores blancas en las oficinas de los
organismos civiles o la casa particular de sus integrantes; conatos de incendio de las oficinas o la casa
particular; manipulacin de ropa interior femenina (sacada del armario, rasgada y expuesta visiblemente);
persecucin a pie o en auto por sujetos desconocidos; amenaza con un arma en la va pblica; pintas cuyo
contenido es obsceno o de carcter poltico.
B) Hostigamientos directos e indirectos: escritos para inducir el conflicto al interior de las
organizaciones; vigilancia, la mayora de las veces demasiado obvia para que el vigilado no sienta la
presin de la misma; espionaje telefnico para influir en agendas de trabajo, as como para obtener
informacin de la vida privada de las personas y de las organizaciones; huellas de excremento y manchas
de sangre en casas y/o propiedades particulares; ratas en casas particulares; llamadas telefnicas "mudas",
con la msica "El Golpe" o con jadeos.
C) Atentados: robo (objetos al interior de carros, computadoras, documentos y pertenencias varias);
allanamientos de oficinas y casas particulares (con o sin robo); agresiones fsicas en la va pblica,
hostigamiento sexual en la va pblica, incendios en oficinas y casas particulares; manipulacin de carros
particulares (aflojamiento de birlos de las llantas, quiebra de vidrios de las ventanas, ruptura de
mangueras de frenos...).
Junto a ello hay una lista de cerca de 200 situaciones que han sufrido los organismos firmantes
entre 1994 y 1998, de las que se han presentado denuncia en numerosas ocasiones, infructuosas hasta la
fecha todas ellas.
En la elaboracin de dicho informe participaron los investigadores Anglica Inda, Andrs Aubry, Gustavo Castro e
Ins Castro; los organismos que hicieron llegar sus listas correspondientes para documentar los hechos fueron el
Archivo Histrico Diocesano, el Movimiento de Barrios y Colonias de San Cristbal (BACOSAN), la Coordinadora
de Organismos No Gubernamentales por la Paz (CONPAZ), el Centro de Investigacin y Accin para la Mujer
(CIAM), Ciudadanos SanCristbalenses por la Paz (CIUSPAZ), el Grupo de Mujeres de San Cristbal (COLEM),
Enlace Civil y Kinal Antzetik. Dicho informe fue presentado ante la secretara general de la Organizacin de las
Naciones Unidas (ONU) en Mxico, en la sesin de Ginebra del mes de julio, y ante los medios de comunicacin
nacionales e internacionales. Una posterior actualizacin a julio de 1999 fue entregada a la Relatora de Ejecuciones
Extrajudiciales de NNUU.
empez todo. l les contest que cmo les iba a decir si no saba nada. Lo llevaron contra la pared y le
pegaban con la mano en la cara y le estrellaban su cabeza contra la pared. Eran dos personas del
ejrcito las que estaban, uno nada ms parado y el otro era el que le pegaba. Que tambin le patearon en
su pierna. De los golpes que le dieron en la cara sangr de su nariz. (...) Al otro da los dejaron en ese
cuarto, sin darles comida ni agua y temblaban de fro. Calcula que como a la una lleg un helicptero
en el que lo trasladaron a Tuxtla Gutirrez. Los llevaban amarrados de las manos boca abajo.(...). Como
a la una de la maana les dieron de cenar y al da siguiente uno por uno los sacaron a declarar. (...) Lo
revis el doctor que vio los moretones que tena por los golpes, as como rastros de sangre que le sali
de su nariz. El da martes como a las cuatro y media les dieron de comer y los dejaron libres.
(CONPAZ1)
Testimonios posteriores que llegan hasta la actualidad confirman este tipo de actuaciones y
muestran una tendencia mantenida en el tiempo:
Al ser bajados del helicptero fueron llevados a una habitacin en donde permanecieron durante dos
das y dos noches. Ah les golpearon y les torturaron con choques elctricos en brazos, cuello y espalda.
Durante todo el tiempo de su estancia estuvieron vendados de los ojos; sin embargo todos coinciden en
que desde el lugar en donde fueron recluidos se escuchaba el constante ruido de aviones y helicpteros;
por lo que se deduce que se encontraban en la base militar de Tern, en Tuxtla Gutirrez (CONPAZ2)
Este otro caso corresponde al operativo del Ejrcito en San Juan de la Libertad en 1998:
- Qu armas traan? [Seguridad Pblica].
- Son R-15 s, y all ste como dos minutos creo, y me metieron una bolsa en mi cabeza.
- Una bolsa?
- S
- De qu?
- Es una mochilita chiquita, como tengo aqu.
- De plstico?
- S (...) y all ste, cuando yo met mi cabeza me pisotearon toda mi mueca, me golpearon aqu.
- En el ojo, en la ceja.
- Si, este, y all este me estn preguntando quienes son sus nombres que desaparecieron. Le dije no pero
de pura cambiada, si, este...
- Cunto tiempo te dejaron la bolsa en la cabeza?
- Como dos minutos creo, si all me quitaron.(...) All me levantaron pues, y me sent como una piedra y
all, ste, me pase como un poco del dolor. De all me jalotearon a caminar as corriendo. Despus ya no
pude, estoy bien cansado.
- Te llevaron arrastrando?
- S y all, este
- Cunto tiempo te llevaron arrastrando?
- No s.
- Cmo qu distancia?
- Como una hectrea de largo, all me acost y all pasa un poquito el dolor y all, este, despus me suben
al carro. (SJL3).
En el caso de un menor de edad herido por arma de fuego en el brazo izquierdo, detenido y torturado
posteriormente en el mismo operativo:
Me golpearon cuando ca, me pisaron el brazo herido y se pararon sobre l, me machacaron y se
pararon sobre mi cuerpo, me metieron la cabeza en una bolsa de plstico y me pisaron la cabeza
mientras me golpeaban en todo el cuerpo (SJL3)
El entrevistador aade esta nota a la transcripcin de la entrevista realizada a estos dos jvenes:
"Mario tiene tres heridas contusas que provocaron 3 cortadas aproximadamente de unos 3 centmetros
de largo adems de contusiones en todo el cuerpo, las que presentan hematomas. Sebastin tiene adems
de las heridas relatadas las contusiones en todo el cuerpo y un derrame en el ojo derecho". (SJL2/SJL3)
Otra vctima daba as su testimonio:
- A m me separaron de los 28 que detuvieron ah, me acusaron porque encontraron una foto de una
persona armada, ellos pensaron que era uno de mis compaeros, por eso me detuvieron, me encontraron
una caja de bala, yo creo ellos lo traan para que me echaran la culpa los soldados.
- La caja tena bala?
- No, solo pura caja, ya no tena balas, eso ellos lo llevaban para acusarnos, que yo dijera claro, me
golpearon en la espalda y me dieron muchas patadas, me golpearon en mi oreja derecho hasta ahora lo
tengo tapado.
- Te taparon por golpe nada mas.
- S, con la mano plano, despus me amarraron, me llevaron en el centro del patio, ah me sentaron por
la cancha todo el da me amarraron con un lazo, eso es lo que me hicieron para que yo dijera que era
mo lo que encontraron, yo les dije que no era mo por eso me golpearon mucho.
- Quin fue el que te amarr?.
- Fueron los de la seguridad pblica.
- Cuntos eran los de la seguridad pblica que te amarraron?.
- Eran como veinte (...)
- Te golpearon? .
- Me amarraron mis dos manos y mis dos pies, se subieron encima de m para que dijera claro que era
mo la caja, yo les dije que no era mo, no poda decir que era mo, si no es mo. Eso es lo que dije.
(SJL4).
Estos testimonios fueron recogidos tras el operativo del Ejrcito en Amparo Aguatinta en 1998:
. Pues, ya cuando termin pues todos de pasar sus nombres, entonces nos levantaron uno por uno,
uno por uno, pero ya,ya, amarraditos, el primero lo amarraron de la mano y el otro, as amarrados.
. Con qu los amarraron?.
. Con unos cordones largas pues, de trapo pues, son largas, pero es aparente para que nos amarre, pa
que ni corra y no podemos. Entonces con ese cordn fue a dar la vuelta, el primero aqu fue lo
amarraron, dio la vuelta otra vez hasta ah, hasta donde termina, donde nos completamos todos los que
estbamos ah. Por eso muchos quienes estn heridos, unos golpeados, otros quebrados la costilla, ste,
les garrotearon en la mano, hay quien se quebr (AAG1)
Jalan sus orejas de nuestro compaero que va ah en el camin, eso es donde vimos pues que
llegamos muy sufridos y muy adoloridos y todo este muy golpeados por el camin pues y tambin la
carga que llevamos, porque no solo uno o dos personas estn encima, es ms de uno, ms de un animal
que llevan all, ellos ya no piensan que ah iba una persona, un ser humano sino que ah ya ms que un
animal (AAG2)
Cuando me detuvieron me amarraron con cadenas y vendado los ojos. Cuando me subieron al
carro me amarraron los pies y as me trajeron. Luego me taparon con cobija y estuve a punto de
asfixiarme. Los que me detuvieron no se identificaron. Al detenernos se nos dijo que ramos parte del
EZLN. Cuando me trajeron me cubrieron con una sbana mojada y me dieron toque elctricos en todo el
cuerpo. He estado vendada desde que me detuvieron hasta hoy (CDHFBC3)
Los testimonios recogidos en distintos lugares, operativos y momentos, describen la utilizacin,
por parte del ejrcito y fuerzas de seguridad, de maltrato y tcnicas de tortura con procedimientos de
asfixia (la bolsa), golpizas, maltrato de personas heridas, mantener amarradas a personas en malas
condiciones, maniobras de aplastamiento, desorientacin temporo-espacial (vendado de ojos) y choques
elctricos. Todas ellas constituyen serias violaciones de los derechos humanos prohibidas por la
legislacin mexicana y los tratados internacionales sobre el trato a detenidos, que sin embargo no han sido
investigadas hasta la actualidad.
Adems, en el marco de las detenciones se denunciaron tambin otras numerosas situaciones
violatorias de los derechos civiles fundamentales:
6.
8. Denuncias de procedimientos para evitar las huellas del maltrato y firma de documentos que
exculpan a los victimarios.
Nos estaban amenazando mucho. Ya fue pura amenaza, ya porque haba uno ah que les deca a los
de la polica que cuidado con golpear. Ya no queran que nos golpearan ah, pero ya nos tenan
golpeados. Incluso algunos compaeros que fueron lastimados pues ah estaban ensangrentadas sus
camisas, se los cambiaron ellos mismos [la Seguridad Pblica] las camisas que tenan sangre se las
quitaron y les daban que pongan otra camisa limpia que all ellos mismos les dieron (OIAAG1)
.Y all pues nos tomaron mucho foto, nos tomaron mucho foto pues, nos iban a curar, nos decan nos
iban a curar, pero es pura mentira (...) lo lavaron un poco con agua oxigenada y as que me acabaron de
lavar, mi camisa ya la pusieron a un lado as, para que no lo lleve yo mi camisa manchado de sangre.
As, este, me lo curaron pues, entonces, o sea, ah noms me trajeron, ah vino otro ponte esta playera
ya mi camisa qued botado all.
. Cundo a ustedes los liberaron les hicieron firmar algn papel?
. S, firmamos. (AAG1)
Mientras me filmaban o que deca uno: Que se vea bien el cabrn, para que luego no lo hagan de
pedo los derechos humano. Por fin termin la filmacin y volvi la venda a los ojos (TPPPZ1).
la comunidad el 1 de mayo de 1998, a las 6 a.m., comienza el operativo compuesto por ms de 1.500
componentes de la Seguridad Pblica (mayoritarios), del Ejercito, Judiciales y de Migracin. (OIAAG3)
El 16 de febrero nos trasladamos al municipio de Las Margaritas con el objetivo de recorrer el
camino que comunica Comitn con las poblaciones de Guadalupe Tepeyac y La Realidad. Durante este
recorrido encontramos que la gran mayora de los poblados (13 de 16) que se encontraban en la zona
franca haban sido totalmente abandonados por sus habitantes. Esto es, solo en tres poblados
encontramos algunas familias aisladas que en sus casas exhiban una bandera blanca, la cual, segn
testimonios recibidos, se trata de una seal previamente convenida para indicar a la tropa una filiacin
poltica especfica. En particular nos detuvimos en San Jos del Ro, casero de aproximadamente unas
50 familias. Aqu observamos indicios claros de un xodo de sus moradores, quienes con algunas
prendas de vestir y dejando atrs sus animales, pertenencias y valores, huyeron precipitadamente ante
la inminente entrada del Ejrcito. Caballos sueltos pastando, pencas de pltanos pudrindose ya, camas
revueltas ,papeples tirados, ollas con alimento que no lleg a consumirse, dibujos de los nios alusivos al
conflicto armado como nico tema de los mismos y una terrible sensacin de lo que es la guerra y los
sufrimientos humanos que provoca (...) Segn testimonios, el abandono de los poblados se debe a que la
gente conoce informacin sobre capturas, asesinatos y torturas en los casos en que el Ejrcito ha entrado
a poblaciones que permanecieron en su sitio. (GPOPCH4)
El ejrcito y la seguridad pblica entraron con gentes priistas que sealaban a las personas.
Decan que venan buscando armas, pero nosotros no sabemos que es eso de las armas. Iban entrando en
las casas que ellos sealaban, con toda violencia" (SJL1)
A partir de 1995 el nuevo quehacer militar incorpora tareas de carcter social o poltico con
abundante cobertura de los medios de comunicacin afines al partido del gobierno. Se asigna al ejrcito
tareas en construccin, educacin o salud que corresponden a otras instancias del Estado. Aparecen
situaciones tan paradjicas como que los soldados realicen tareas de reparto de alimentos en zonas donde
el propio cerco militar ha impedido el normal desarrollo del ciclo productivo y de comercializacin
provocando una crisis alimentaria.
Soldados del Ejrcito Federal siempre estaban muy metidos en la comunidad. Soldados con jeep
grande, llevan sus armas puestas mientras ayudan a la gente de la comunidad a construir un edificio.
Llevaron tierra, trabajadores y cosas para la construccin atrs del jeep (OITP3)
Sobre la labor social que realiza personal del Ejrcito en las comunidades dice un oficial del
campamento de Poconichim: "Aqu viene la comunidad por su comida, por atencin mdica, su corte de
pelo que necesitan. (...) servicio de dentista...todo eso se le proporciona. Slo labor social es nuestra
tarea aqu. (...). Unos 50 soldados hay aqu aproximadamente.(...) Tenemos mdico cirujano, cirujano
dentista. Tcnicos especializados. (...) Nosotros no hacemos patrullaje .(...) El otro campamento es de
Seguridad Pblica. Es muy independiente. No tenemos que ver". (CCOIDH1)
Esa no es la opinin de la propia gente de Poconichim. Una de las autoridades comunales afirma en
una asamblea realizada en 1998 con un grupo de observadores:
"Los federales, la Seguridad Pblica pasan en cada casa a ofrecer las medicinas, las comidas. Ya
pasan por aqu. Es un pretexto, pues. Si hay milicianos aqu, si hay insurgentes aqu o donde est ese
subcomandante Marcos dice la Seguridad Pblica.(...) Pero nosotros contestamos que no sabemos dnde
est, aqu no hay milicianos, no hay insurgentes. Estn preguntando si hay mariguanas, pero aqu no hay
mariguanas nosotros no conocemos la mariguana. As pasan en cada casa, pasan en todas las veredas. Y
a buscar armas. dnde est sus armas, dicen?. Y nosotros no tenemos armas. As hacen cada da, cada
noche, aqu pasan. (...)" (CCIODH1).
Una variante de esta modalidad son los denominados Campamentos de Reforestacin. Estos han
proliferado en las zonas cercanas a la zona de los Montes Azules, reserva de la Biosfera. La reserva est
bordeada por una carretera que desde Palenque va a buscar el margen fronterizo con Guatemala, para
seguir paralelo a ste hasta la zona de Marqus de Comillas y enlazar finalmente de nuevo hasta Comitn
y San Cristbal. Esta carretera, en su mayora de terracera, fue llenndose progresivamente de retenes
militares y campamentos. A pocos kilmetros de Frontera Corozal hay tres denominados Campamentos
de Reforestacin de los Montes Azules, e igual nmero en la carretera que va a Bonampak.
Los organismos de derechos humanos de la regin31 han mostrado su disconformidad por
considerar que:
Las Brigadas de Labor Social han significado - segn estas denuncias- que el Ejrcito tenga excusa
para avanzar ms all de las posiciones que tena en febrero de 1994, cuando se acord el alto el
fuego. As, en la caada de La Garrucha y Patihuitz una brigada de 800 soldados identificada como
Ayuda alimentaria y Sanidad militar abri camino a finales de 1994 y principios de 1995 hasta
comunidades distantes y de difcil acceso. El Ejrcito se instal en muchas de estas comunidades
argumentando la prestacin de servicios sociales. Esta entrada provoc, adems, un desplazamiento
masivo de poblacin y una huida a la montaa de familias temerosas de un conflicto armado abierto.
Existen numerosas denuncias de que se trata de ayudas selectivas a los militantes priistas,
encaminadas a provocar la divisin de las comunidades.
Los servicios que estara prestando no son tarea que se les encomiende por ley. No tienen un
fundamento legal y cometen usurpacin de funciones. Esas tareas corresponden a las secretaras de
Salud, de Desarrollo Social, de Agricultura, de Medio Ambiente y estaran definidas en la Ley
Orgnica de la Administracin Pblica Federal.
El ejrcito y fuerzas de seguridad han realizado tambin incursiones en las comunidades bajo el
supuesto de erradicacin de presuntos cultivos de marihuana32. Sin embargo, no existen indicaciones de
que en esas zonas se estn dado cultivos ilcitos (necesidad de infraestructura, vas de comercializacin,
etc, inexistentes en la zona) y los operativos no han dado el resultado anunciado ms all de unas pocas
matas cuyo sembrado es de dudosa autora, por lo que parecen ser ms una excusa para realizar entradas
de control del ejrcito o para realizar acusaciones y detencin de miembros significados de la comunidad.
Tambin queremos denunciar que el ejercito mexicano esta sembrando mariguana en cada
campamento y nos culpa a las bases zapatistas. Los refugiados de Poconichim vieron como sembraron
semillas por los alrededores de la comunidad y como plantaban pequeas plantitas de mariguana, y lo
quemaron y arrancaron la droga de los soldados (Comunicado a la opinin pblica del Municipio
Autnomo 17 de noviembre. Marzo 1998).
La inconstitucionalidad de las acciones del Ejrcito no puede mantenerse de modo continuado. Una
de las alternativas podra ser la de la creacin de un cuerpo de seguridad nuevo que fuera desplazando
poco a poco al Ejrcito de las tareas que desempea en retenes y campamentos en la zona. Se especula
que esta podra ser la razn para la creacin de la Polica Federal Preventiva, cuerpo de caractersticas
militarizadas con las mismas funciones de contrainsurgencia e inteligencia, evitando con ello el desgaste
de imagen de las fuerzas armadas. Este cuerpo fue creado el 4 de enero de 1999 segn decreto publicado
en el Diario Oficial de la Federacin, preveyndose un reclutamiento inicial de 5000 hombres.
31
2. Paramilitarizacin de la regin.
a. Conceptualizacin del trmino paramilitar.
El segundo eje es la aparicin de los denominados grupos paramilitares. La expresin paramilitar en
trminos legales- alude a conexiones directas entre estos grupos armados y las fuerzas del Estado, bien a
travs del suministro o venta de armamento, bien a travs del entrenamiento de sus miembros o la
participacin en operativos o en tareas de control. Este extremo es rechazado enrgicamente en las
diversas instancias del Estado o la Repblica. As, Jorge Madrazo, Procurador General de la Repblica,
considera: "La expresin paramilitar o guardia blanca es muy comn en el lxico de derechos humanos. Yo
no lo uso como Procurador porque jurdicamente no significa nada. Tendramos que ver quin los entren,
quin les dio las armas, para qu se las dio, cmo se organizaron. Esta es una parte de las investigaciones de
la Procuradura que yo no puedo hacer pblica porque tampoco puedo estigmatizar a nadie". (CCIODH8).
Si me permiten puntualizar, el trmino paramilitar implica que hay una proteccin del Estado. Esto
no es congruente con que el gobierno federal haya atrado hacia la justicia federal la solucin de los casos
conflictivos, que haya detenido a 60 gentes, que haya encarcelado al Presidente Municipal [de Chenalh], a
dos Comandantes de Polica..... (Francisco Labastida, Secretario de Gobernacin. CCIODH9).
Los denominados grupos paramilitares no existen en el Estado. Se debera hablar de rivalidades
entre diferentes grupos de indgenas. Si existe algn grupo de militantes del PRI que est armado ser
automticamente desmantelado y sus miembros expulsados del Partido. La pacificacin de Chiapas
depende de una voluntad poltica de las mximas autoridades para que se acate el orden jurisdiccional
en todo el territorio y acabar as con las disputas entre indgenas. (J Bonifaz. Presidente de la Cmara
de Diputados del Estado de Chiapas.CCIODH-10).
Samuel Snchez rechaza cualquier vnculo de Paz y Justicia con el ejrcito y abunda en la tesis del
papel del ejrcito y la seguridad pblica como fuerza neutral de interposicin: "Nosotros no tenemos con
el ejrcito ninguna relacin ms que de respeto. Le corresponde al gobierno del Estado enviar a esas
personas para el resguardo de la zona. Esto disminuye la posibilidad de ms enfrentamientos. (...) Ellos
reducen la posibilidad de mayor violencia. (...) El ejrcito ha prestado atencin a ambas partes en la
zona. Desde mi punto de vista el ejrcito ha jugado un papel importante de contencin (...) Qu pasara
si se retirara el ejrcito?. Se incrementara la violencia. No creo que sea factible. Se tiene que llegar
primero a acuerdos para que se pueda retirar la polica".(CCIODH6). Ello contrasta, sin duda, con el
homenaje realizado por Desarrollo, Paz y Justicia en noviembre de 1998 al general Renn Castillo, al
trasladarse de regin militar, en agradecimiento por los servicios prestados, entregndosele una distincin
al respecto33.
Samuel Snchez s acepta, en cambio, la relacin de su grupo con el PRI: "Paz y Justicia por
tradicin son priistas, porque as les encontraron. Lo de Paz y Justicia es muy nuevo. Esto nace en abril de
1995, por eso la relacin es del PRI, as es. No estamos diciendo de que no. Por tradicin son Priistas. S, es
afirmativo". (CCIODH6).
33
J. Cesar Lpez. Lderes de Paz y Justicia despiden a Renn Castillo como jefe de la VII Regin Militar
en Chiapas. El Observador de la Frontera Sur. 15 de Noviembre de 1997 (pg 1)
[Por medio de la presente nos permitimos dirigirnos a esa dependencia, es con el fin de manifestarle nuestro
asunto del conflicto que estamos viviendo en cada comunidad principalmente en esta comunidad de Pansutzteal ya
que existen varias amenazas en contra de nosotros como priistas que estamos involucrados en el problema. Por eso
estamos preocupados por no contamos con nada para la defensa propia. Por esa razn solicitamos por claro
armamento y radio comunicacin para poder apoyarnos. Como nosotros no apoyamos al partido de la revolucin
democrtica si no que somos del 99% priistas en Pansutzteal y anexando 18 de mayo. Por eso junto con las
autoridades municipales y locales de las dos comunidades la cantidad de armas que solicitamos es de 40 mas un radio
de comunicacin. Decimos la claridad que con el apoyo que solicitamos no es con el propsito de armar la guerra si
no que para prevenirnos de las guerras del PRD. Esperamos lo mximo de esta peticin y lo repetimos que lo estamos
haciendo secretamente esta solicitud y muy oculto. Atentamente. El Comit Ejecutivo del PRI y Autoridades
Municipales.]
Esta relacin de grupos armados con autoridades del PRI ha sido sealada tambin en otros
lugares y con otros grupos. El siguiente testimonio corresponde a las declaraciones de uno de los
"paramilitares" que participaron en la matanza de Acteal: "Antonio Sntiz Entzin tiene dinero y casa de
material donde tiene guardadas las armas, tiene un cuerno de chivo, otra calibre 22 y es representante
del PRI en el ejido.Toms Prez Mndez es dirigente del comit municipal del Partido Cardenista, ambos
encabezan a los paramilitares en ese lugar. Ellos organizaban todo. La gente se reuna cada tercer da
para conseguir armas, para dar ms seguridad a la comunidad. " En los Chorros hay por lo menos 25
armas entre ellas seis cuernos de chivo, 20 escopetas calibre 20 de 1 y 2 tiros y 16 rifles automticos".
"Desde septiembre en la comunidad de Los Chorros se exigen cooperaciones para comprar armas. El
dinero lo recoge Antonio Sntiz Entzin. Este hombre organiza guardias como policas, los paramilitares
hacen guardias en el monte y de noche, como soldados, les pagan quincenalmente 700 pesos. Cuando
terminan las guardias, se juntan y esconden las armas (AC32)
Las "guardias blancas", precedente de los actuales grupos "paramilitares", existen en Chiapas desde
principios de siglo, aunque adquieren fuerza y se consolidan en los tiempos del gobernador Efran Arana en
1952, en que se autoriza un "cuerpo de polica auxiliar ganadero" que evite las invasiones de tierras y el robo
de ganado. Esta cobertura legal se mantuvo durante los aos sesenta. Posteriormente su presencia, aunque no
avalada por una ley, si fue consentida y aceptada34.
Con el alzamiento zapatista estas "guardias blancas" pasan de ser grupos pequeos y mal armados a
reclutar hombres y a recibir armamento poderoso y moderno que hasta la fecha eran de uso exclusivo del
ejrcito. Pasan a usar tcticas y modos militares.
"Entre las armas que se identificaron [en Acteal] estn 5 fusiles calibre 762, de estos que se conocen
como "cuernos de chivo", no s si ustedes estn familiarizados con estas armas, son armas de muy grueso
calibre, cuatro calibre 22, una escopeta calibre 22, una escopeta calibre 28, una calibre punto 223, que son
conocidos como AR15, una carabina 30-30 que es un fusil muy viejo de esos que se utilizaron durante la
revolucin mexicana (...) un arma calibre 9 milmetros y otra 38 especial. Todo esto lo podemos saber por
los proyectiles que se encontraron. 114 proyectiles que fueron analizados y dieron este resultado".
(CCIODH8 - Declaraciones del Procurador General de la Repblica a la Comisin Civil Internacional de
Observacin).
La presencia de estos grupos (re)armados y organizados se manifiesta desde los primeros momentos del
conflicto. As, el 19 de marzo de 1994, a los tres meses del alzamiento zapatista, fallecieron por disparos dos
personas y se hirieron a otras cuatro del rancho Tzitim, municipio de Chiln. Los pobladores al dar testimonio
a miembros del rea de derechos humanos de CONPAZ afirmaron que das antes un grupo de personas haba
ocupado tierras propiedad de Gilberto Daz, presidente municipal PRIista de Sital. ste entreg armas a
personas del municipio y, segn esa denuncia, dio la orden de disparar contra la gente de Tzitim.
Es importante distinguir los grupos propiamente "paramilitares" de la delincuencia organizada35. Los
grupos armados con fines delictivos difieren de los grupos "paramilitares" en que stos responderan a una
estrategia definida y planificada de carcter poltico funcional a los intereses del Estado.
Las acciones y el nmero de estos grupos han ido en aumento progresivo. Segn un estudio del
Centro de Investigaciones Econmicas y Polticas de Accin Comunitaria (CIEPAC) de Chiapas (Chiapas
al Da #139. 22.dic.1998): "Si analizamos los grupos que se han anunciado pblicamente desde 1994 a la
fecha, independientemente de tener nombre o no (los que no tienen los identificamos con su municipio de
influencia), e independientemente de ser grupos paramilitares reconocidos o como grupos de delincuentes,
34
35
sino usando el comn denominador de ser grupos armados, encontramos que: en 1994 se conocan 2 grupos:
Los Aguilares y la OCOPECH; en 1995 aparecen otros 3: Paz y Justicia, Chinchulines y Alianza San
Bartolom de los Llanos; en 1996 aparecen 3 mas: Mascara Roja, Los Chentes y Justicia Social; en 1997
aparecen 7 mas: Chenalh (los responsables de la masacre de Acteal), Movimiento Indgena Revolucionario
Antizapatista (MIRA), Organizacin Clandestina Revolucionaria (OCR), Amatenango del la Frontera,
Simojovel, Frontera Comalapa y Chicomuselo; en 1998 se informa de 12 mas: Los Tomates, Los Puales,
Los Pltanos, Los Quintos, Los Carrancistas, Frente Civil, OPDDIC, Tenejapa, La Trinitaria, Nicols Ruiz y
Chamula. En total 27, y serian 31 si tomamos en cuenta cuatro grupos "paramilitares" que a nuestro juicio
ya no tienen influencia pero que son tomados en cuenta por otros grupos de derechos humanos: "Los
Degolladores" en San Juan Chamula, "Toms Muntzer" en Ocosingo, "Primera Fuerza" en Chenalh y los
"Tzintzines" en Yajaln. De lo anterior podemos inferir que el proceso de armar a grupos civiles en la lgica
de la contrainsurgencia ha tenido un repunte sin precedentes entre 1997 y 1998. De 1994 a 1997 el proceso
tiene el siguiente camino: de la Zona Norte a la Zona Altos y por fin a la Zona Selva. En 1998 crecen en estas
tres y avanza a la Zonas Fronteriza y Soconusco, siguiendo el avance de la consolidacin de los municipios
Autnomos zapatistas y de la mano con un aumento de los campamentos militares y policiacos" [ver
descripcin de grupos "paramilitares", segn en Anexo 2].
Segn el CIEPAC: " Entre los diputados federales y locales de extraccin priista que han
identificado la prensa y las denuncias de las comunidades con los grupos armados y paramilitares estn:
Samuel Snchez Snchez, Rafael Ceballos, Eucario Orantes, Norberto Santiz Lpez, Alonso Lpez Gmez,
Ali Cancino Herrera y Walter Loen Montoya36." (Chiapas al Da #139. 22.dic.1988). Dichas conexiones
estn pendientes de las correspondientes averiguaciones que debe realizar la PGR.
La Comisin de Concordia y Pacificacin (COCOPA) reconoca en abril de 1999 en un informe
entregado al procurador general de la Repblica la existencia de 9 grupos paramilitares activos en Chiapas,
que actan en su mayora como fuerzas contrainsurgentes para acabar con el EZLN. En su informe la
COCOPA usa de modo especfico la terminologa paramilitar y especifica: Estos civiles cuentan con
armas de alto poder y sus actividades delictivas incluyen desde amenazas hasta ejecuciones de indgenas y
matanzas como la de Acteal, y son responsables del desplazamiento de casi diez mil chiapaneco37s.
En algunas denuncias de organismos de derechos humanos aparecen signos directos de la conexin
entre ejrcito y grupos armados irregulares, avalando con ello su consideracin de "paramilitares". As el
grupo de observadores internacionales y de miembros de la ONG K'inal Anzetik que en diciembre de 1998
es interceptada a la salida de Nicols Ruiz primero por Seguridad Pblica y unos pocos metros despus por
dos camiones de personas armadas, no identificadas y con paliacates38
La Comisin de Concordia y Pacificacin (COCOPA) entidad emanada del Congreso de la Unin
reconoce explcitamente su existencia como tales cuando afirma en un documento de fecha 22 de enero de
1998: "Deben desarmarse los grupos paramilitares que actan en las diferentes zonas del Estado de Chiapas
y fincarles responsabilidades que tengan en la comisin de delitos. En el caso del EZLN, el destino de las
armas debe ser materia de la agenda de negociacin y consecuencia del acuerdo mutuo entre las Partes con
base en la Ley para el Dialogo, la Conciliacin y la Paz Digna en Chiapas".
Despus de Acteal la Comisin Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Procuradura General
de la Repblica (PGR), confirman la necesidad de desarmar y castigar a los "grupos "paramilitares"".
Despus, el gobierno pretendi negar estos conceptos insistiendo en la denominacin "grupos civiles
armados".
36
En el caso de estos dos ltimos realizaron varias giras a Europa para explicar la situacin de Chiapas,
en la que presentaban la tesis de la instigacin de la Iglesia y su alianza terrorista con el EZLN y el
narcotrfico. Esta gira fue financiada por organizaciones de ultraderecha norteamericanas vinculadas al
neonazi Lyndon Lerouche (Antonio Rubio, Manuel Cerdn, Darrin Wood. El Mundo. 6 de Agosto 1995).
El denominado Movimiento de Solidaridad Iberoamericana vinculado a ellos public en ingls y
castellano, dentro de esa campaa, el libro: Surge en Chiapas Sendero Luminoso n orte: Avanza el
complot narcoterrorista para aniquilar a los paises de Latinoamerica. Executive Intelligence Review.
Washington 1994.
37
La Jornada. 29 de abril 1999. Pg 22.
38
Ver la denuncia de hostigamiento a miembros de ONGs en Nicolas Ruiz en pginas anteriores.
En sntesis, tanto por la provisin de armas como por el modo de actuar, sus conexiones reconocidas
con el PRI y su fortalecimiento como grupos armados a partir de 1997-98 - es decir lejos ya del
enfrentamiento armado entre el EZLN y el ejrcito en 1994- y el reconocimiento de su carcter, incluso
oficialmente, en momentos de grave crisis como Acteal, estos grupos armados ilegales son a todas luces
grupos paramilitares y cmo tal sus conexiones deberan ser investigadas ms all de la detencin de algunos
de sus componentes.
Nosotros no estamos por la accin armada (...), por atentar contra vidas humanas en aras de buscar un
proyecto. Lamentablemente hay que reconocer, lo hemos reconocido, que si no fuera por el alzamiento
armado los indgenas choles hubiramos tardado ms tiempo en encontrarnos (...). Esto lo hemos revisado
con todos, con Sabanilla, con Tila, con Tumbal, con Salto de Agua. (...) Aqu no se conocan todas estas
personas. Ahora nos reunimos los indgenas choles de otros municipios y nos comunicamos con nuestro
mismo lenguaje: hacia dnde queremos ir. (CCIODH6)
2.
"Los muertos se van dando en la medida en que ya hay un movimiento en todo Chiapas, en todo te
secuestran, te agarran en el camino, si traes cincuenta, cien pesos, fuistes a vender tu producto, te lo quitan.
Es el vil... estamos en plena guerra si quieres. No puedes salir a la calle, porque puedes ser agredido, menos
en la noche. En esta estampa fue cuando se convulsion ms. Cuando vino la intolerancia y la presin de una
parte. Qu hago yo si te aviento una piedra?. Cual sera tu respuesta?. Hay una respuesta natural de la
gente que reacciona de inmediato: ante una agresin, hay una reaccin. Eso fue lo que se dio. (CCIODH6)
Para quienes consideran que stos no obedecen a una respuesta local habra una estrategia y una
lgica de estado. En este sentido resulta de especial importancia el documento Plan de Campaa Chiapas94, emanado como Directiva de la Secretara de Defensa Nacional al que aludamos al hablar de la
militarizacin y recogido en el anexo 2 de este informe y que daba como una de las directrices la
formacin de estos grupos: "Organizar secretamente a ciertos sectores de la poblacin civil, entre otros,
a ganaderos pequeos propietarios e individuos caracterizados con un alto sentido patritico, quienes
sern empleados a rdenes en apoyo de nuestras operaciones" (...) "Las operaciones militares incluyen
el adiestramiento de fuerzas locales de autodefensa, para que participen en los programas de seguridad y
desarrollo".
Cul sera la lgica de esta estrategia militar?. Dentro de la misin global de controlar la poblacin
y el territorio podemos considerar, entre otros, los siguientes objetivos:
1.
Preservar la imagen pblica del Ejrcito Mxicano. Los grupos "paramilitares" realizaran una labor de
acoso sobre la poblacin zapatista permitiendo una imagen limpia del Ejrcito. Se exculpa de este modo
al mismo en las acciones contra la poblacin civil. Estas son realizadas, aparentemente, por grupos
armados incontrolados.
2.
El Ejrcito aparece con un funcin mediadora o pacificadora entre las supuestas partes en conflicto,
buscando de este modo tener una imagen social positiva.
3.
Se crea un clima de violencia y miedo. De aqu que sus acciones puedan ser a veces indiscriminadas
sobre pristas y no pristas.
4.
5.
Evitar posibles avances zapatistas hacia nuevas zonas de influencia y dificultar el contacto del EZLN con
la poblacin civil en sus zonas de influencia.
6.
Hostigar y "expulsar" de las comunidades a las personas con capacidad de liderazgo social evitando la
unin y organizacin de las comunidades.
7.
8.
Provocar desplazamientos
econmicamente.
9.
Fortalecer las versiones oficiales de que seran conflictos intracomunitarios los que estaran en la raz de
las agresiones.
de
poblacin
simpatizante
zapatista,
estrangulndola
con
ello
A nivel poltico la estrategia "paramilitar" pretendera, en ltimo trmino, establecerse como una fuente
beligerante en el conflicto y como tal, pedir un lugar en la mesa de negociaciones. Esto llega al punto de
postular, en el caso de Desarrollo, Paz y Justicia, que la negociacin debera hacerse entre ellos y el EZLN (o
la Dicesis de San Cristbal) con el gobierno como entidad neutral mediadora:
Queremos que la negociacin sea mediada por los gobiernos estatal y federal a condicin de que acten
con absoluta imparcialidad (...) y bajo el compromiso de cumplir la parte que le corresponde para la
solucin del conflicto: el cumplimiento del programa de desarrollo regional. Adems en las negociaciones
deber haber observadores nacionales e internacionales aceptados y acreditados por la comisin
negociadora (...). La otra parte sera la Iglesia. Aqu participara la Iglesia como la otra parte. (CCIODH6).
c. Elementos operativos.
Con los testimonios recogidos a lo largo de los cinco aos de conflicto pueden establecerse algunas
de las metodologas de formacin y funcionamiento de los grupos armados y que parecen responder a la
misma estructura que las existentes en otras partes de Amrica Latina.
c.1. Estrategias para la bsqueda de efectivos.
"Sentimos que ellos estn manipulados por el gobierno. Ellos se venden por un kilo de arroz o un
kilo de azcar. Se organizan para molestar a su raza. No saben lo que hacen (...) Se hacen paramilitares
por la pobreza. Se venden por dinero. Piensan que les van a pagar mucho, pero no les pagan mucho, slo
por un kilo de arroz, por despensa, por algunos proyectos que les dan (...) Despus ya no es tan fcil que
salga si la persona se arrepiente. Porque si ya hizo muchas cosas va a costar mucho. Piensa que no
puede dejar ya como paramilitar" (ET1)
"A veces la persona piensa que cuando esto acabe que dnde ms va a vivir y que el camino por
donde va es mal camino. (...) Entonces ya deja paramilitar (...) Y porque est ganando slo l pero tiene
a la familia abandonada. No es que pagan como el ejrcito mexicano. Les engaan" (ET1)
En ocasiones se obliga a las personas a participar en los grupos paramilitares bajo la amenaza de
muerte o las prdidas econmicas por robos o saqueos. El miedo ha hecho que mucha gente participe
en esos grupos de manera forzada39.
(...) A veces no comen diario porque no hay dnde preparar alimento (...). Hay mucha calentura y
gripa y no tenemos medicina para eso, ya se acab (...). En las comunidades hay mucho peligro para
todos, incluso para algunos priistas que no quieren participar con los grupos paramilitares, son
amenazados de muerte si no participan o no dan dinero para comprar armas para estas guardias
blancas. Son amarrados. (AC40)
Si, cooperamos, solo cooper mi esposo. Una sola vez cooper, porque no tenemos nada. Cuando
iban Juan y Pablo a amenazar a mi esposo que cumple lo que quieren Juan y Pablo Hernndez [robar las
cosechas y saquear las casas abandonadas]. Entonces mi esposo cumpli por amenaza y por salvarse, que
39
Esta estrategia recuerda a la del ejrcito guatemalteco que organiz las denominadas Patrullas de
Autodefensa Civil (PAC) en las que fueron obligados a participar hasta novecientos mil campesinos en
tareas contrainsurgentes como patrullajes, perpetracin de asesinatos, masacres, abastecimiento del
Ejrcito y control de la poblacin (ODHAG, 1998).
no quiere morir. Ah fueron junto con ellos, un solo corazn y para que se salvara l, mi esposo. Pero
exigido y obligado lo hizo. Si no lo cumpli, pues ah se muere. Entonces cumpli. (AC76)
Le insistieron en que fuera, pero l no quera a tal grado que antes de subir al camin se puso a
llorar. Pero al final se subi al camin y emprendieron la marcha hacia el ro Shoquilucum donde se iba
a quedar el camin, donde otra vez se puso a llorar, y despus caminaron hacia el banco de arena en
Majomut, pero Joaqun se iba quedando atrs, pero le dijeron que se pasara adelante. Llegaron a
Majomut y todos empezaron a tirar al aire las balas y es ah donde muere Joaqun, y slo lo regresan
muerto a los Chorros. Pienso que ah lo mataron, porque lo llevaron obligado (...). (AC46).
"Un da lleg mi hijo y me dijo:
-Pap ya te apunt en la lista.
-Cul lista?- le dije.
-La lista de los pristas.
-Yo no soy prista- le respond. Yo solo quiero trabajar contento, no quiero problema.
-Pero si no vas a ser prista, te van matar, porque van a matar a todos los civiles.
-Entonces yo le dije: tambin voy a ser prista. Pero slo lo dije porque tenemos miedo" (JMC2).
En otras ocasiones se utiliza el miedo al enfrentamiento armado como una forma de justificar la
militarizacin. La reorganizacin de la vida cotidiana, la carga econmica, y la exaltacin de la posesin
de armas son factores asociados que aumentan las posibilidades de enfrentamientos:.
"Al da siguiente, Antonio Sntiz Prez,el mero mandn de ah, como dicen por estas tierras, llam
a toda la gente de Los Chorros para una junta. Todos llegamos. El Antonio se puso a decir que los
zapatistas ya estaban entrando a todos los pueblos, que nos iban a matar. Pero nunca los miramos, slo
lo deca. El tambin les inform que los civiles (las Abejas) estaban de acuerdo con los zapatistas, que
por eso era mejor que nos tenemos que defender. Tenemos que tener nuestras armas para defendernos,
dijo Antonio, mirando a todos mientras sacaba de su morral una pistola calibre 38.Y no tengo miedo que
lleguen los zapatistas porque tengo mi arma y me puedo defender. En todos los parajes van a entrar los
zapatistas sigui diciendo Antonio. Todos debemos tener un arma insisti al tiempo que levantaba unos
trapos del suelo y sacaba un AK-47 mostrndolo orgulloso a la gente. Tenemos que comprar armas para
defendernos. Todos tenemos que cooperar. El que no quiera lo vamos a matar por traidor. Todos nos
quedamos callados. Las autoridades no dijeron nada, los ancianos tampoco. El Antonio sigui diciendo
que era mejor que salieran los de la sociedad civil". "- Los que se quieran ir que se vayan de una vez,
pero no regresen. Los que no quieran cooperar van a hacer guardia sin arma. Van a cuidar toda la
noche pero sin arma y si los matan los zapatistas, no se van a poder defender" "Despus de la junta,
empezaron a pedir cooperacin. Cada uno nos pidieron cuatrocientos pesos. Cuando se junt el dinero,
el Antonio pregunt quin conoce para ir a San Cristbal? Dos jvenes dijeron que conocan. Entonces
les dijo que iban a ir a San Cristbal para comprar ms cuernos de chivo, que necesitaban muchas
armas ."-Los zapatistas estn bien armados y nosotros vamos a defendernos. Si ustedes quieren dormir
bien en su casa, estar tranquilos con su mujer, entonces tienen que cooperar para pagar la guardia y
para comprar el arma fue la sentencia de Antonio Santiz Entzin, el cacicn. (...) Al poco tiempo ya saban
usar el cuerno de chivo. El Lorencito, ese muchacho tan joven (Lorenzo Prez Vzquez) ya se paseaba
con su cuerno de chivo. Se iba donde estaban los policas de Seguridad Pblica, en la casa ejidal y les
mostraba su arma. Ellos tambin le enseaban las suyas(...) "Cada rato llamaban a la junta para decir
que tenamos que seguir cooperando para pagar a los guardias que ganaban 700 pesos cada quincena.
(...) Toda la gente est muy asustada, nadie puede hablar nada, ya no se puede platicar con nadie, ni
siquiera con su mujer. A la mujer no se le dice nada, as es la orden que dio el Antonio y sus hijos. Las
mujeres preguntan pero no se les dice nada. As duermen. Uno se la pasa toda la noche sentado,
esperando a ver qu va a pasar, ya no se duerme.-" (JMC2)
"Los soldados empiezan a meter en la cabeza de un priista para que sea paramilitar. Si te metes con
la guerrilla te vamos a matar, le dicen. Los podemos acabar en un minuto. Somos muchos. Tenemos
granadas, bombarderos, aviones... Si queremos en un momento los matamos (...) Estamos luchando por
la paz, por la justicia. Ellos quieren hacer la injusticia, que no haya la paz (...) Le prometen dinero para
su familia. (...) Despus, cuando ya est aceptado, primero lo adelantan para ver si es engao: "T vete a
atacar a la poblacin" y los soldados se quedan nada ms mirando a ver" (ET1).
Impuestos econmicos a las comunidades. Esta financiacin impuesta no es slo una militarizacin
forzada de la poblacin civil, sino que supone una carga econmica aadida a una situacin de grave
precariedad.
"En otra junta, el acuerdo fue que se pagara 700 pesos quincenales a cada uno de ellos (el pueblo
tiene 400 ejidatarios y 700 otros jefes de familia sin derecho agrario, que emprestan tierra o viven de
milagro), sin que nadie tuviera derecho de salir a su parcela mientras el pago no estuviera completo (es
decir, un impuesto comunitario de guerra, repetitivo, de aproximadamente 39.200 pesos). En cuanto se
reuni la primera suma, los 56 fueron al paraje Puebla, en la otra vertiente del valle, por el entronque de
Yaxjemel, para conseguir sus armas en el campamento de la Seguridad Pblica del Estado. Los
desplazados dicen que son UZIs, R15s y cuernos de chivo. Desde agosto, cada noche se oye tronar los
disparos del entrenamiento paramilitar que se da en Puebla, multiplicados por el eco de los paredones
en la montaa)40
Los agresores, cuando terminan de hacer algn movimiento, reciben un sueldo de 50 pesos diarios
con alimentacin. El dinero es de la gente de cada paraje. Tambin en Canoll reciben un sueldo de 50
pesos los agresores. (AC29)
Se ponan a hacer negocio, avisaban a la gente que llegara a comprar. Todo lo daban ms barato.
Haba gente que tena hasta su televisin y se la vendieron. Cuando acababan de vender todo, contaban
el dinero y se iban a comprar ms armas. As lo hicieron en todos los parajes. Toda la gente tena que
cooperar para comprar ms armas. (JMC2).
40
Robo de cosechas.
"Un da fueron y sacaron bastante caf de la gente que abandon sus casas. Ese caf lo fueron a
vender a Pantelh. Le pidieron a los policas que los acompaaran. Iba un camin lleno de policas
adelante, luego el camin lleno de caf y atrs otro camin de policas" (JMC2)
[Denuncia. En el Municipio Autnomo Santa Catarina. Chiapas.Antes Pantelh. 18 de febrero de 1998. Por medio del
presente nos permitimos dirigir ante ustedes Derechos Humanos nacional e internacional . Por medio del presente paso a
lo siguiente. Como primer punto. El Presidente municipal priista don Snchez Snchez lo organizaron a sus gente priista,
el grupo paramilitar y l mismo . Lo mandaron sus armas de alto calibre R-15 y calibre 22. Segundo. El mismo presidente
priista le dieron orden que se compren sus armas a los priistas para matar a las bases de apoyo del EZLN. Tercero. Y as
empezaron a quemar casas a los priistas y con las armas en sus manos. El presidente autnomo, cuando llegaron a trabajar
en la cabecera pero lo corrieron y lo quemaron todo sus cosas y los papeles que tenan. Hasta sus casas donde estn
trabajando. Lo echaron gasolina y sus tortillas y cobija ah acab. Cuarto. Y cuando lo vieron los priistas que nadie lo
arreglaron y empezaron a quemar casas en la colonia Chitam u'cum. Las bases de apoyo salieron a huir. Entr municipio
de Simojovel y estos compaeros hasta ahora no han solucionado. Ah lo quemaron todo: sus frijoles, maces, ropa,
planta solar, y todo lo que tena y lo robaron todos sus animales como ganados, caballos, puercos, aves de corral, caf y
todo esto lo vendieron los priistas y hasta ahora ya no dejan de entrar porque estan armados dia y noche. Por eso los
compaeros estn refugiados en un campamento en la comunidad Nuevo Progreso con sus puras necesidades]
Tctica del enemigo comn omnipotente como elemento cohesionador. Se estimulan los factores de
adhesin a una determinadas siglas fomentando la polarizacin ideolgica y la visin del resto de la
comunidad como enemigos irreconciliables de los que hay que defenderse o a los que hay que
eliminar. Creacin de un espritu colectivo entre los miembros.
"Esas personas fueron los caciques o los dirigentes que organizaron a comprar armas y ellos, las
cinco personas que mencion, ellos buscaron lo que es guardia blanca, ellos se organizaron para salir en
caminos a vigilar, o sea guardia pues en la maana y en la noche. No tiene religin, es del PRI, eso les
une. (AC67).
Hicieron una oracin para irse, que no les pase nada cuando se vaya a matar en Acteal (...)
(AC73).
Por la tarde del 22 llegaron a Quextic. Algunos de ellos pidieron agua y jabn para lavarse las
manos, porque estaban manchados de sangre, y ya les tenan preparado el tuluk o sea el guajolote para
comer. Estaban contentos, como si fuera una fiesta, porque decan que haban ganado (AC49).
La participacin como un pacto sin vuelta, fomentando el miedo como factor de cohesin grupal..
"Un muchacho regres y pregunt si haba guardias. Le dijeron que no. Entonces se fue a su cafetal
pero lo descubrieron los paramilitares. Lo fueron a agarrar, lo golpearon. Hicieron junta, lleg la gente y
dijo el Antonio Sntiz que los que se salen ya no pueden regresar y si regresan los van matar. Con la
sentancia dictada se llevaron al muchacho. Tena como 12 aos. Se lo llevaron al ro ah le dispararon dos
tiros en la cabeza y le aplastaron la cabeza, para que no vieran, lo sacaron muerto y lo fueron a tirar al
barranco, ah se qued noms. (JMC2)
c.4. Accionar "paramilitar".
comunidad vecina de Taniperlas el da 11 de abril, slo haba rumores de que exista este grupo, pero
despus de este da estn operando sin ocultarse y con impunidad. (CDHFBC7)
[Tanques y metralladoras. Todos los das y noches. A veces pasan caminando, antes o despus desos vehculos. Pasan gente
civil, viajan en sus carros para mostrar quienes son los representantes del EZLN, mostrando lugares].
"Yo lo v personalmente. La balacera es muy chingo, parece como agua, como granizo, pas en cada
casa, pas en cada casa, pues, los paramilitares. Balacearon todo lo que hay, el perro, guajolote, gallina.
Hasta lo balacearon esto ollas para las mujeres, puertas... De ah nosotros dormimos en las montaas,
ah pas toda la noche y luego venimos hasta aqu, en 20 de noviembre, salimos otra vez. Era el segundo
desalojo" (CCIODH1)
"Ah siguen los priistas, en la comunidad. Unas 80 familias. Nuestras casas no las ocuparon, pero
ellos si siguen viviendo en sus casas. Nada ms que no nos dejan pasar, tienen sus vigilancias. (...) Ahora
ya no tienen armas, No s donde estn sus armas porque ah estn los federales, la seguridad pblica."
(CCIODH1)
Este tipo de amenazas o agresiones tienen un efecto intimidatorio directo no slo sobre las propias
personas afectadas sino sobre el conjunto de la comunidad. Tienen el efecto prctico de limitar las
demandas de las comunidades, hacerlas ms vulnerables. Suponen una amenaza contra toda la comunidad
bajo la lgica: "si lo han hecho con l, qu no harn conmigo".
Seran como las once de la noche. Acabbamos de pesar el retn militar a la salida de Nuevo
Momn cuando encontramos el camino cortado con troncos y piedras. Un grupo de unas 150 personas
rode el camin en que viajbamos [una mdico, personal de apoyo de una ONG y dos observadores]. Al
darse cuenta de que ramos extranjeros empezaron a gritarnos y nos sacaron del camin a empujones
pidindonos nuestros papeles. Al negarnos a mostrrselos por no ser autoridad, ms gritaban y se
enojaban. Empezaron abotar nuestras cosas: la cmara, las mochilas....todo qued regado. Cada vez
eran ms agresivos, con gritos e insultos y amenazas de muerte. Finalmente una persona jal a la
doctora del pelo y la arrastraron durante al menos un centenar de metros por el suelo, rompindole la
camisa y con amenazas de violarla. A nosotras tambin nos empujaron y nos tiraron al suelo...(...).
Finalmente nos dejaron marchar advirtindonos que no volviramos ms por all. Poco despus
encontramos un nuevo retn militar en el quye explicamos lo ocurrido. Nos respondieron que la culpa
era nuestra por venir a contar mentiras y agitar y que ya investigaran. Tomaron nuestros nombres y
finalmente nos dejaron marchar... (PRODH2)
El da 5 de agosto por la tarde, miembros de la comunidad del Ejido Morelia regresaban tras
participar en una marcha en Altamirano. A su regreso les esperaban miembros de la comunidad de la
parte priista con piedras que comenzaron a tirarles durante un largo rato, hasta que estos pudieron
refugiarse en sus casas (...). Miembros de la comunidad en varias ocasiones han expresado que no todos
los priistas estaban de acuerdo con este tipo de acciones
La Comunidad El Portal, Municipio Autnomo Tierra y Libertad (Municipio de Frontera
Comalapa), se compone de un promedio de 200 familias pristas y 15 familias, simpatizantes zapatistas,
pertenecientes al FOCI (Frente de Organizaciones Campesinas Indgenas). El da 6 de abril los pristas
cortaron el agua potable a las 15 familias del FOCI por encontrarse stas en resistencia. El jueves 14 de
julio, llegaron a las comunidad al rededor de 100 personas, para apoyar a estas 15 familias (...).
Despus de reconectar el servicio, stas personas se disponan a regresar a sus comunidades, cuando se
present en el lugar un agente del Ministerio Pblico, que propuso se reunieran cinco representantes
priistas con cinco representantes del FOCI, pues para entonces ya se haban juntado mas de doscientas
personas armadas con garrotes, piedras, machetes y armas de fuego, todos estos simpatizantes priistas.
Antes de que pudiera realizarse la reunin entre los representantes de ambos grupos, los priistas
empezaron a arrojar piedras a la gente del FOCI, que iba desarmada y se dispers corriendo. Los
agresores dispararon sobre las personas que huan hacia el monte y golpearon a quienes no lograron
huir y buscaban agruparse en el lugar donde haban hablado con el agente del Ministerio Pblico. Los
testimonios de personas agredidas refieren las siguientes circunstancias:
Los cuerpos de la Seguridad Pblica (70 efectivos) no intervinieron para evitar o detener la agresin,
a pesar de estar a una calle de distancia.
Los agresores colaboraron con los efectivos de la Seguridad Pblica, para que estos procedieran a la
detencin de veinte personas del FOCI.
Un grupo de 58 personas fue sitiado por los priistas durante dos horas, a quienes se les amenazaba:
los vamos a quemar. La Seguridad Pblica se mantena a la expectativa
Una joven de 13 aos fue totalmente desnudada
Los detenidos fueron sometidos a interrogatorios bajo presin para que sealaran a los dirigentes y
confesaran ser zapatistas. Fueron adems despojados del dinero que traan consigo.
Como consecuencia de la agresin fueron heridas 4 personas, una de ellas de gravedad, a quien le fue
amputada una pierna.
De los veinte detenidos, fueron liberadas 16 personas. 4 permanecen detenidos bajo cargos de
alterar la paz pblica.
Se desconoce el paradero de 13 familias de la comunidad que se refugiaron en el monte y se ignora si
el resto de las personas provenientes de otras comunidades esta a salvo en sus hogares
RECIO - Contra la Guerra (Junax, CDH Fray Bartolom de Las Casas, Foca. Cepaz, Kinal Antzetik,
A.C., Coordinadora Regional de los Altos para la Consulta, Formacin y Capacitacin, A.C., Enlace
Civil, A.C., Aprendamos, A.C., Boletn Resistencia, Jolom Mayaetik, A.C. Colectivo Educacin para la
Paz, A.C. Alianza Cvica Chiapas, Casa de la Luna Creciente, FZLN-San Cristbal. 17 de julio 1999)
El gobernador Albores Guilln anunciaba este extremo: Hay una movilizacin de muchsimas
comunidades en Chiapas, y yo creo que en los prximos das habr protestas en todos los municipios,
pidiendo el fortalecimiento del estado de derecho, apoyando la estructura jurdica y poniendo un ya
basta a la agitacin y al chantaje en el estado, comunidades que ya estn impidiendo la llegada de gente
extraa que venga a agitar (La Jornada 21 de agosto de 1999. Pg 7).
De este tipo de acciones ya haba habido precedentes como en el de agresin tumultuosa a la
Catedral de San Cristbal:
Desde la tarde del 18 de febrero se dio un voceo con altoparlantes mviles convocando a un
mtin en la plaza principal de San Cristbal de Las Casas en Apoyo al Ejrcito Mexicano para las 10:00
de la maana. Los organizadores eran los autodenominados Autnticos Coletos, yposteriormente tambin
se observ que asstieron ganaderos provenientes de Comalapa y Chicomisuelo, lugares donde el 19 de
enero mataron las guardias blancas a 7 personas en el desalojo del Palacio Municipal. (...) Los integrantes
del CONAI reconocieron el peligro del mitin y dieron aviso desde la noche al Secretario de la
Gobernacin Esteban Moctezuma (...). Desde el inicio del mitn los agitadores comenzaron a instigar a los
asstentes (de 500 a 1000 segn fuentes) a culpabilizar de la situacin social y poltica en Chiapas al
obispo de San Cristbal, Samuel Ruiz. Los reclamos (...) fue respaldado de inmediato con un avance a las
puertas de la Catedral y la curia a las 11:00 horas. Al cinturon de creyentes que rodeaban las instalaciones
los increparon y golpearon y comenzaron a arrojar todo tipo de objetos contra las ventanas (...). Varios de
los agresores portaban armas cortas y uno de ellos dispar cuatro tiros. Al cabo de cas dos horas de
impunes agresiones y gritos injuriosos, a las 12:50 lleg la fuerza pblica que desde el inicio se mantena
en el Palacio Municipal a cien metros del lugar de los hechos. (...) El Grupo Plural de Observadores por la
paz en Chiapas concluye que en los hechos narrados del dia 19 de febrero se cometi una violencia de
Estado de parte de las autoridades municipales dado la apata para que acudiera la fuerza pblica para
interponerse frente a los agresores(GPOPCH5)
M -Pues en mi casa, yo, sacaron una televisor, ste, un reloj de pared, machetes, asadones,
barretones, molino de nixtamal, ... molino de mano. Y se comieron gallinas, ste, huevos, nuestras cosas
que tenemos all guardadas, as tomates, cositas para comer. Pues se lo acabaron ellos. Y ms cositas
que acabaron de robar, que no es de creerlo que lo llevaron pues porque dicimos para qu lo quieren
ellos no es cosas de valor pero s lo llevaron o lo engancharon fuego por all, lo pasaron a tirar, no
sabemos. Y se llevaron las ropas ms buenas que tenamos.
C -Y prendieron fuego a unas casas o no?
M -Pues, no, no. No ms
C -Nada ms a saquear...
R -S. En todas las casas s lo hicieron (UP1)
Lo robaron todas las pertenencias que tenan, cas lo robaron todo, si, y las cosechas, como
ahorita que estamos cosechando caf, lo aprovecharon los paramilitares, los priistas , respaldados con,
con la seguridad pblica, si porque vemos que aqu pasan, pues, los seguridad pblica. (OICH1)
Tanto en los operativos militares como "paramilitares" hay con frecuencia saqueo y destruccin
econmica. Se trata de una destruccin con mltiples consecuencias, dada la precaria situacin de muchas
familias y comunidades, llevando tanto a un empeoramiento de las condiciones de vida como a una
sobrecarga de trabajo adicional.
En ocasiones se trata de construcciones o propiedades comunales cuya destruccin tiene un
efecto desmoralizador. Hay una destruccin de proyectos de vida, de ilusiones y de planes de futuro y se
introduce la idea de que lo que se puede construir con mucho esfuerzo a lo largo de meses puede
destruirse en apenas unas horas.
Los operativos militares o "paramilitares" se hacen coincidir en muchas ocasiones con la poca
de siembra o recogida de la milpa. Las comunidades indgenas mantienen sistemas de economa de
subsistencia en la que no hay capacidad de ahorro de un ciclo productivo al otro, por la baja productividad
de la tierra como consecuencia de los sistemas de quema y rotacin de cultivos tradicionales que se
emplean en Chiapas. Esto hace que las comunidades sean extraordinariamente frgiles en su equilibrio
alimentario y cualquier ruptura del ciclo productivo repercute directamente en la disponibilidad de
alimentos bsicos y en la aparicin de enfermedades.
La guerra, el cerco militar y los operativos del ejrcito han roto el ciclo productivo en muchas
comunidades afines al zapatismo.
Para poder sembrar un poco de maz, organizamos de trabajar un terreno en Polh
Majomut, ya que los refugiados no pueden ir a sus milpas porque estn los paramilitares. Queremos que
se vaya el ejrcito que est all para poder trabajar y no morir de hambre los nios, mujeres y hombres.
(Comunicado a la opinin pblica. Municipio Autnomo 17 de Noviembre).
En otros casos ha habido directamente destruccin de las cosechas o robo de los alimentos
almacenados.
La primera aplicacin de esta estrategia es poder usar la ayuda alimentaria como una forma de
entrada y control de las comunidades. As, ya en los primeras semanas de conflicto CONPAZ denunciaba
situaciones irregulares en este sentido:
En Altamirano las Fuerzas Armadas Mexicanas estn racionando la comida a la poblacin. Para
obtener raciones de comida las FAM piden que el marido est presente con su mujer. De este modo se
aseguran de que el hombre no est con la guerrilla del EZLN. Si el hombre no est presente, no se le
dan las raciones de comida de emergencia (Comunicado de CONPAZ. 13 de enero 1994).
Ya no s nada de mi esposo ni de mi casa desde ese da que sal. Los soldados ya no me dejaron
volver a mi casa. Y estoy en el hospital con mi nio enfermo. Necesito comida, fui a pedir despensa a los
soldados, pero me dijeron dnde est tu esposo, trelo aqu. Yo les dije no est aqu. Y me contestaron
si no tienes marido aqu hay soldados. Coge uno, aunque sea algn viejito.... Porque no va mi esposo
no me dan comida. (PRODH1)
Despus de formar en una fila por largo rato, cuando lleg su turno y di su nombre le dijeron que
para recibir su despensa era necesaria la presencia de su esposo, por lo que fue a llamarlo. Cuando
Francisco Gmez se acerc para recibir su despensa, varios militares lo detuvieron y lo condujeron al
auditorio municipal para interrogarlo durante media hora. A la media hora le vendaron los ojos con lujo
de violencia, lo ataron de manos y pies y lo arrojaron dentro de un vehculo. Del vehculo fue llevado a
un helicptero, junto con otras personas. (...) Cuando el helicptero estaba en pleno vuelo se les
amenaz de muerte dicindoles repetidas veces que se dirigan al Can del Sumidero y que los iban a
arrojar desde el aire. (Comunicado de CONPAZ. 19.01.1994).
En el caso de la gente desplazada o que ha huido a la montaa y que no pueden atender a sus
familias, el bloqueo econmico es utilizada como una forma de presin psicolgica. As, aquellas
personas que estn refugiadas en la montaa o las personas que han sido detenidas y estn recluidas en la
crcel, saben de la situacin de caresta de su familia y se sienten atrapados por no poder hacer nada.
"No pudimos sembrar por la situacin y adems hubo la sequa. No pudieron rozar por la situacin.
Algunos si pudieron rozar, pero no su milpa. No se poda entrar en esos meses. Este ao vamos a sufrir
de hambre. No hay dinero. Y no podemos conseguir trabajo porque estn buscando, perseguidos y por
eso no se puede salir a buscar trabajo (...) por eso va a haber hambre" (ET1).
La familia no lo sabe si aqu estamos detenidos, la familia pues all nos estn buscando. No lo
saben si aqu estamos; nosotros no tenemos dinero, no dejamos maz, cmo van a comer. Pues lo que
dijimos. (...). A patadas nos suban, y nos tiraban as, como animal, rempujado, tendido en el carro. Y
encima de uno lo tiraban otro, y as lo tiraban otro, as, suban amontonado.(...) Y empezaron a revisar
las manos, el que llevaba reloj lo quitaban, el que llevaba dinero en la bolsa a ver, aqu llevas dinero?
No. A ver, voy a bolsearte. Llevaban dinero, lo sacaban.
- Eso lo hicieron los policas o el Ejrcito?
-La polica de seguridad pblica. Lo sacaban el dinero (AAG2).
Porque ellas ven como sufren los nios porque no hay nada de comer o para que tengan otro alimento
en la maana, en la tarde, por eso le da, le da mucha ste, tristeza, por eso. (OACH1)
los caminos para que los rboles no salgan y se llega al enfrentamiento fsico entre la gente. Otra vez la
misma tctica.
Adems de eso ha habido toda una estrategia de rumores, por ejemplo de malversacin de
fondos de la gente del Municipio Autnomo. Eso ha hecho mucho dao. Tanto que en la actualidad en el
Municipio se castiga muy severamente difundir noticias que se dicen o cosas no comprobadas.
Todo eso son factores que han ido provocando la actual divisin de Morelia y los
enfrentamientos internos.. (ET2).
Algunos testimonios apuntan a que se fuerza a la poblacin a organizarse polticamente para
tener asistencia del Estado:
Nos dijo que todos los de Nuevo Mrida son catlicos y organizados. Pero el gobierno les quiere
obligar a ser del PRI. Por ejemplo, el gobierno slo entrega las lminas a los que son del PRI, si no son,
no les da. (AB1)
En este proceso se ha utilizado muchas veces los elementos preexistentes de divisin para
ahondar la fractura. Un ejemplo tpico es el aprovechar las diferencias religiosas para asociarlas a
divergencias polticas, creando una mezcla que cara a la opinin pblica pudiera seguir pareciendo un
enfrentamiento entre indgenas por disputas tnico-religiosas y de poder entre caciques:
A decir de los entrevistados, el conflicto de los desplazados empez porque algunos no
pagaron por un ao el servicio de luz elctrica, del agua y el impuesto predial. Porque los cobros de la
luz se fueron encareciendo de 10 hasta 80 pesos, es cuando entraron en un acuerdo con varios
comunidades de no pagar (testimonio 2). El 31 de enero del 97, despus de una asamblea general, el
comisariado Ejidal (Clemente Teo Velazco) y los agentes municipales (Antonio Cruz Luna y Librado)
metieron a la crcel a cuatro personas de la comunidad por no haber pagado lo antes mencionado. El
comisionado ejidal y los agentes municipales son de religin presbiteriana y/o pentecostales. Los
encarcelados son catlicos (...). Segn las diferentes entrevistas, parece que los encarcelados pasaron
dos noches y un da detenidos. Durante este tiempo llegaron unas 16 personas a agredirlas con piedras,
palos y de palabra. Segn el dicono Adrin Prez Cruz (desplazado), tenian ganas de matarles
(testimonio 2). (OIT7 Testimonio del desalojo de Agua Blanca. Municipio de Palenque).
Todas estas divisiones - por agudizacin de conflictos econmicos o aprovechando diferencias
preexistentes por litigios religiosos o de tierras- se van ahondando en el tiempo a medida que las
situaciones se repiten y que la necesidad polariza las posiciones41. As, en la entrevista de la Comisin
Civil Internacional, en febrero de 1998, con las autoridades de Roberto Barrios, stas expresan su
preocupacin por el modo en que el conflicto es traspasado a los nios. Por un lado la propia divisin de
las comunidades es vivida por los nios, entre los que aparecen disputas y peleas. Por otro los problemas
de inscripcin de los nios hijos de las bases de apoyo" zapatistas en rebelda, cuyos documentos de
identificacin e inscripcin en el registro civil es incompleta o inexistente, por lo que resultan
discriminados. Lo mismo ocurre con los adolescentes, que no hacen actividades juntos.
Por eso son tanto ms valorables todos los intentos por revertir esta situacin impuesta desde
afuera: As mismo fue relevante la determinacin manifiesta por mantener la vigencia de su Municipio
Autnomo, as como la disposicin de incluir a la minora priista en la vida comunitaria, con el
propsito de conciliar a la comunidad y evitar ms enfrentamientos [OIAAG5].
41
. La negacin o dilacin en la imparticin de justicia influye tambin para que conflictos que pudieran resolverse
fcilmente se conviertan en motivo de pugnas interiores y divisiones profundas al interior de la comunidad.
[Con el carcter de autoridades ejidales le hacemos a su conocimiento y denunciamos las personas priistas que junto
con el gobierno municipal durante los aos 1996-1997 realizaron actividades de violencia, divisiones, que se
caracteriza con programas de apoyo solo para los priistas, como apoyo a la vivienda, despensas, equipos
agropecuarios, insumos, agua entubada. Todo esto para dividir a la comunidad y para demostrar su impunidad. Los
priistas amenazan con destruir la montaa y repartir la reserva de la comunidad. Nos oponemos nosotros a la
destruccin de la flora y fauna y los recursos forestales. Tambin damos a conocer los nombres de los priistas
promotores de violencia y divisionismo (....). Lo que mencionamos aqu es idntico a lo que est pasando en otras
comunidades. Exigimos el retiro del Ejrcito federal. Pedimos proteccin al bosque comunitario, cumplimiento de los
Acuerdos de San Andrs, Respeto a las comunidades indgenas. Democracia, Libertad y Justicia.. Fraternalmente, La
comunidad (siguen las firmas)
b. Salud
Se habra intentado en ocasiones utilizar las campaas de salud como puerta de entrada y control en
las comunidades. La sospecha de que pudieran usarse a estos efectos los censos de vacunacin ha llevado
a que en algunas comunidades y en la mayora de campamentos de desplazados se hayan rechazado las
campaas oficiales de vacunacin y slo se hayan aceptado desde ONGs internacionales.
En la comunidad hay una clnica del IMSS (...). Prcticamente no tienen atencin mdica y nos
informan que el trato es desptico. Yo mismo lo comprob cuando me entrevist con la doctora para
preguntar el motivo de no ir a visitar a la paciente enferma. Sin tener a nadie en el consultorio me hizo
esperar cuarenta minutos. Cuando me recibe, descorts y a la defensiva, a mi pregunta responde que no
iba por cualquier tos. (..). Le hice ver su funcin y la ma. Me sorprendi ver que en el consultorio tienen
un croquis de la comunidad con la casas y un nmero en cada una de ellas y la relacin de los nombres
de todos los que viven all. (OITP1).
En otros casos se ha observado que el ejrcito se instala en las inmediaciones de las clnicas o
centros de salud, intimidando a la poblacin o controlando el tipo de pacientes que pudieran llegar. En
algunos casos se ha llegado incluso a pedir a las personas que retiren los medicamentos en la farmacia del
campamento militar:
Hay una clnica en Taniperlas que queda cerca del campo militar. La clnica tiene una doctora pero la
gente no tiene mucha confianza en ella, por causa de su mal trato. (...). la gente tiene miedo de visitar la
clnica por la presencia de los militares. Adems no hay medicina suficiente en la clnica y a veces la
doctora se manda a la gente al campo militar para conseguirla. Eso contribuye a la intimidacin de la
gente. (OITP2)
Otros casos similares y abundante documentacin sobre el tema puede hallarse en los informes
de la ONG Physicians for Human Rights43 publicados en 1994 y 1997.
Alcoholismo.
Existiran quejas por parte de algunas comunidades en el sentido que desde que se inici el conflicto
y sobre todo a raz de la presencia generalizada del ejrcito en la zona ha aumentado el consumo de
42
Entrevista con padres de alumnos de nivel primario y secundario en San Cristbal de Las Casas. 1998
La Salud como Rehn: Violaciones a los DDHH y la neutralidad mdica en Chiapas. Versin inglesa
Health Care Held Hostage.
43
alcohol. No hay datos epidemiolgicos que sepamos- que avalen esta queja y hay que considerarla, por
tanto, puramente desde la subjetividad de quienes atestiguan ese aumento.
A decir de los representantes de la Agencia Rural Municipal de Jolnachoj (Municipio de san
Andrs Larranzar), los militares mantienen un constante hostigamiento contra la poblacin: violan
mujeres, se emborrachan, hacen escndalos a altas horas de la noche y fomentan la prostitucin. Las
autoridades rurales de Jolnachoj presentaron por lo menos diez oficios al gobierno del Estado por el
hostigamiento que sufrieron varios habitantes, pero nunca se investig una sola denuncia (La Jornada,
18/08/97).
Diversos informes de prensa44 han referido la instalacin de cantinas cerca de los numerosos
campamentos militares que pronto son frecuentadas por los hombres de las comunidades cercanas.
Adems de la presencia militar, entre las causas posibles de ese hipottico aumento en el consumo de
alcohol en la zona podra estar:
El alcohol parece representar para la gente de las comunidades un alivio para el miedo y el temor.
Tendra un valor como refugio frente a la tensin y la pena.
Se tiene acceso a formas de alcohol que antes no llegaban a la zona (cerveza, tequila en lugar del
aguardiente de caa) lo que facilita un menor control de los niveles de consumo.
Se estara dando un cambio en los patrones tradicionales de consumo de alcohol. Por ejemplo, se
bebe alcohol fuera del mbito de las fiestas (donde la embriaguez es parte de la propia celebracin) y
de las ceremonias religiosas (donde el sacerdote maya bebe y da de beber) , y se pasa a un consumo o
se bebe a diario.
En este sentido el EZLN estableci la prohibicin del consumo de alcohol en sus zonas de influencia
que ha sido considerada como positiva por algunas personas y como una imposicin abusiva por otras.
La divisin poltica se muestra muy claramente y no se ven relaciones entre los zapatistas y los
priistas. El signo ms evidente en la parte PRista es el alcoholismo. A todo tiempo hay borrachos en esta
parte del pueblo. No se ven borrachos en la parte zapatista de la comunidad (OITP4).
Nos parece que el trabajo del EZLN que se hizo a travs de la prohibicin del alcohol tuvo
consecuencias muy positivas para la comunidad (parte zapatista). Es inverosimil el nmero de borrachos
que pudimos ver en el camino y durante nuestra estancia [en la parte prissta].(OITP6)
"Con tanta tensin y ni tomar un trago. Siempre se ha bebido, no es de ahora. No es bueno. Hay que
saber cada uno, no prohibir noms" (AAG3)
b)
Drogadiccin.
Existen denuncias que apuntan a que se habra introducido el consumo de drogas en la regin.
Algunos de los casos documentados por los centros de derechos humanos son:
En 1998 se denunci que en Trinitaria los jvenes de preparatoria consumen marigana que
militares de la base del Copalar les regalan o venden muy barato45
En El Calvario (Taniperlas) hay testimonios del ao 1997 sobre cmo envalentonan a los
militares con marigana. Hay testimonios similares en Acteal y otros operativos.
Cuando sal a la escuela all pas en su casa de mi pap. All mir que ya llevaban todos cubierto,
con su martillo, con su machete, con su cuchillo y con su cachucha mi pap. Cuando sali mi
pap, trajeron su arma y trae su cinturn y otra bolsa para tiro y tambin mariguana; lo vi y
tambin machete(AC23)
44
45
c)
Prostitucin.
por ahora no sabemos cuantas. Tambin echaron fuego a los cafetales y potreros de los compaeros base
de apoyo zapatista y ARIC. Este fuego alcanz la milpa colectiva que se encuentra cerca de la Laguna
Ocotal perdindose 300 zontes de maz (o sea, 21 toneladas de maz). (...) Ahora no hay alimentos, pues
con el incendio se ha perdido todo el trabajo, estamos muy tristes. No podemos salir a trabajar y para
este ao no habr alimento de maz y frijol pues estamos sitiados y perseguidos. (Extracto de Carta de
las Bases de Apoyo Zapatista y ARIC independiente de la comunidad de Taniperlas dirigida a la
comunidad internacional. 25 mayo 1998).
Los incendios llegaron al mximo en febrero y marzo de 1998 cuando buena parte del Estado estaba
en llamas. San Cristbal de las Casas estaba cubierto por una densa nube de humo y en las montaas se
vea una lnea roja permanente. Por la noche el fuego destacaba ntidamente sobre el cielo.
En su gnesis pueden haber jugado ms factores que no slo los polticos: factores ambientales,
intereses de las madereras, problemas de la roza para siembra... A ello se uniran hipotticamente los
incendios provocados con supuesta intencionalidad poltica. En todo caso s parece haber una negligencia
activa o pasiva del ejrcito (que s tiene asignaciones legales en este tema) cuando miles de soldados y
cerca de un centenar de helicpteros presentes en todo momento en la regin no son capaces de impedir
que sta sea devastada por las llamas.
6. Las inundaciones.
En estos seis aos de conflicto Chiapas ha vivido al menos dos momentos de inundaciones muy
graves (1998 y 1999) que han dejado un saldo de destruccin de infraestructuras y muerte. Con las
inundaciones de 1998 no se movilizaron las tropas ya existentes en el Estado sino que acudi ejrcito de
otras regiones que en buena parte (por ejemplo en la zona del Soconusco) ya se qued en la zona
aumentando la militarizacin de la regin. Hubo as mismo quejas de la utilizacin de la ayuda con fines
de proselitismo partidario.
1. Control de medios
a. Tcticas de manejo de la informacin.
a.1 El silencio informativo.
La tctica ms importante en el conflicto chiapaneco, como estrategia a largo trmino, ha sido la
del vaco informativo: ir quitando prioridad a las noticias de Chiapas, reducir la informacin al mnimo y
posponer las noticias en las transmisiones televisivas, opacando el conflicto. De este modo se habra ido
creado la sensacin en el conjunto de Mxico de que Chiapas estaba tranquilo, de que el conflicto se
haba resuelto poco a poco. Para el gran pblico capitalino han podido pasar semanas sin que los
noticieros de televisin hayan dado ninguna noticia sobre la guerra. Slo los lectores de la prensa escrita
crtica iban siendo informados a diario de los pormenores, lo que todo en caso supone una pequea elite
dentro del conjunto de la poblacin que forma masivamente su opinin con la televisin, y en proporcin
mucho menor con la radio.
Esta tctica supuso, al principio, un grave error. Citando a Hugo del Ro49:Hubo inexperiencia y
rigidez por parte de los voceros militares (...). no supieron alimentar a los medios de informacin con
imgenes o notas de prensa, sino suministraron uno o dos boletines escuetos y en ocasiones mal
redactado, frente a las noticias de bombardeos o masacres generalizadas que empezaban a circular
por Mxico y el extranjero.(...) Frente a las denuncias de atrocidades perpetradas por el ejrcito hubo
cerrazn informativa lo que acab por legitimar la cas certeza y validez y pas de versin a
clamor las ejecuciones extrajudiciales del gobierno. Mientras, los mensajes zapatistas estaban llenos
de simbologa (empezando por la misma fecha del alzamiento coincidente con la entrada en vigor del
Tratado de Libre Comercio), los mensajes gubernamentales estaban a la defensiva, y no eran ni claros, ni
simples ni positivos. Tenan una base argumental contradictoria reconociendo la justedad de las demandas
y la ilegitimidad de quienes luchaban por ellas. Hasta la segunda semana no se adopt una lnea oficial
clara con el Decreto de Amnista, la aceptacin del dilogo y el nombramiento de un Comisionado para la
Paz.
Mientras en el bando zapatista haba una voz autorizada nica, con un discurso homogneo y
literariamente elaborado, en el lado gubernamental se sucedan y/o contradecan diversas voces con
argumentos divergentes. El tono populista de los mensajes de Marcos, su apelacin a un lenguaje
potico y sus provocaciones y bouttades despertaron enormes corrientes de simpata y popularidad.
Los mensajes y comunicados le reflejan a l y a quienes con l van como Don Quijotes
contemporneos y esta imagen ha ido calando en algunos sectores nacionales e internacionales:
Durito es un escarabajo que naci en diciembre de 1985 en la sur oriental Selva Lacandona,
situada en un pas llamado Mxico. De nombre civil nabucodonosor por el cual nadie lo conoce por
aquello de la PGR. Durito es su nombre de guerrillero y de Caballero Andante, que viene a ser lo
mismo por estas latitudes50
Frente al rostro duro del ejrcito la brillantez argumental y el sentido del humor:
48
Comunicado del Comit Clandestino Revolucionario Indgena. Comandancia General del Ejrcito
Zapatista de Liberacin Nacional. 30 de septiembre de 1996
Al pueblo de Mxico:
A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanos:
Hace unos minutos y a travs de una transmisin radial, nos hemos enterado de un comunicado de la
Secretara de Gobernacin en el cual, con una sorprendente capacidad de sntesis, en slo 6 puntos reitera
que seguir haciendo lo que ha hecho desde el 9 de febrero de 1995, es decir, tratar de matarnos. Esta es
nuestra respuesta:
Primero y nico
UUY!!
Es todo
Democracia! Libertad! Justicia!
Desde las montaas del Sureste Mexicano.
Por el Comit Clandestino Revolucionario Indgena-Comandancia General del Ejrcito Zapatista de
Liberacin Nacional. Subcomandante Marcos
El jueves lleg un helicptero del Ejrcito [a Amador Hernndez] con muchos periodistas, con
cmaras y grabadoras... les traan para que vieran51
Y de pronto en un helicptero llegaron unas cmaras de Televisin Azteca y se volaron los tejados
de las casas y todo. Vena con una cmara e iban sacando fotos desde el aire y grabando. (...) Y la gente
les dijo a esa, Lolita de la Vega, que mejor se fueran, que nadie les haba autorizado a venir ah y que
nada tenan que decirle. (ORT1).
Los guardias se acercaron al penal en donde se encuentran los detenidos del Bosque dentro del
Penal y les preguntaron que si aceptaran dicha entrevista [para TV Azteca], a lo que despus de
discutirlo entre ellos, decidieron que ninguno accedera a dicha entrevista por lo que en ese momento los
guardias del penal se retiraron, pero pasados algunos minutos regresaron a solicitarles nuevamente que
acudieran a dicha entrevista a lo que contestaron nuevamente que no, pero a esta contestacin los
guardias contestaron con violencia provocando que los presos corrieran. Los guardias lograron agarrar
a cuatro presos y los obligaron a presentarse ante los reporteros. Sebastin Gmez, de edad muy adulta,
fue llevado a jalones y empujones ante la cmara (...). A Jos Ruiz lo llevaron a empujones, con el brazo
torcido hacia atrs. (SJL/ Entrevistas a personas detenidas en el penal de Cerro Hueco a quienes se
oblig a realizar declaraciones para el programa de TV Azteca Hablemos Claro).
Los habitantes de Amparo Aguatinta testimoniaron acerca de la presencia el da 4 de enero pasado
[de 1995] de alrededor de cincuenta periodistas en el poblado mencionado, entre los cuales hubo la
presencia de efectivos militares y policiacos disfrazados (Grupo Plural de Observacin Para la Paz en
Chiapas52 GPOPCH1).
51
52
Analizando la prensa en fechas posteriores53 se observa que estas directrices no fueron seguidas
por la mayora de los medios, en especial en lo referente a intentar evitar que se llegara a capitalizar por
parte de los insurgentes el uso de la palabra zapatista, peligrosa apelacin a la simbologa nacional que
el gobierno intent cortar desde el primer momento.
A lo largo del conflicto se han construido diversas historias para la opinin pblica. Destacan la
campaa de falsas noticias alrededor de las vinculaciones entre Iglesia y guerrilla, y la campaa de
supuestas deserciones masivas de combatientes del EZLN acogindose a la ley de amnista.
a) Campaa de desprestigio de la Iglesia.
Siguiendo el texto de Sierra, algunos ejemplos dentro de esta campaa podran ser:
El 8 de abril de 1994 el diario Summa publica que el jesuita Jernimo Hernndez es el
subcomandante Marcos. Los jesuitas se querellaron y desde Summa se desencaden en las semanas
siguientes una campaa contra ellos amenazando con desvelar ms informacin.
Tabasco Hoy publica el 24 de julio de 1994 que el obispo Samuel Ruiz es conocido como el
comandante Germn y Joel Padrn, prroco de Simojovel, como el subcomandante Daniel,
reafirmando que Jernimo Hernndez era el subcomandante Marcos.
Una informacin aparecida en Junio de 1996 en el peridico Sntesis daba a conocer un supuesto
informe de inteligencia de la Secretaria de la Defensa segn el cual 16 sacerdotes poblanos estaban
involucrados en tareas subversivas de apoyo al movimiento insurgente, segn el informe, de espaldas
a sus respectivas dicesis. La informacin nunca pudo ser verificada y cre una gran confusin e
indefensin en las comunidades afectadas.
Campaa consistente y mantenida desde 1994 y con su etapa ms intensa en 1997 en radioemisoras
chiapanecas para vincular a Samuel Ruiz y la dicesis de San Cristbal de Las Casas con la
estructura militar del EZLN54.
De la planificacin central de la campaa desde servicios de inteligencia sera prueba la difusin en
abril de 1995, bajo administracin Zedillista, de un vdeo en que se responsabiliza a la dicesis de
San Cristbal de movilizar varios miles de indgenas a la sede del dilogo, en San Andrs Larranzar
como apoyo al EZLN y para presionar en las negociaciones [cuestionando por tanto su legitimidad
como intermediador]. El vdeo es producido por CEPROPIE (Centro de Produccin de Programas
Informativos y Especiales), organizacin que proporciona las imgenes oficiales de las actividades
53
54
presidenciales y fue ampliamente difundido por televisiones y emisoras de radio. Los noticieros 24
horas de Televisa y Televisin Azteca las pasaron como imgenes propias. Despus llegaron noticias
de corresponsales en la zona diciendo que las imgenes eran falsas y se trataba de un montaje con lo
que la maniobra se volvi contra el gobierno.
b) Las presuntas deserciones.
Ya a principios de 1995 la PGR difunda a los medios noticias fidedignas segn las cuales
importantes contingentes de soldados del EZLN estaban desertando de las filas zapatistas.
El gobernador interino Roberto Albores Guilln impuls posteriormente, en 1998 y principios de
1999, los actos pblicos en que supuestos combatientes le entregaban las armas ante las cmaras de
televisin. Segn la Secretaria de Gobernacin son 15 mil 311 zapatistas de 60 comunidades en unos
10 municipios que "han desertado y reintegrado a la vida constitucional" (Cuarto Poder, 5 abril 1999)
Las comunidades se apresuraron a desmentirlo.
CARTA DE DENUNCIA DEL MUNICIPIO DE SAN MANUEL
Por la presente queremos informar de los siguientes hechos:
Ejido La Trinidad: varios camiones de Seguridad Publica, acompaados por miembros de la Policia
judicial, la PGR y Federal de Caminos llegaron buscando dos camionetas robadas a casa de Vicente
Perez Castellanos,dirigente de una banda que comete robos y asaltos en el estado de Chiapas, y que
reside en el ejido La Trinidad. Despus de llevarse dichos carros sin detener a don Vicente, ste busco la
forma de recuperar lo perdido. Para ello ahora se hace llamar dirigente zapatista y fue a la capital
del estado Tuxtla Gutierrez a hablar con el gobernador Albores Guillen diciendo que era dirigente
zapatista y que quera un autobs, un tractor y 40 cabezas de reses suizas a cambio de lo que haba
perdido.
El gobernador Albores dice que le da lo que pide, aplicando la Ley Albores no aprobada por el
Congreso de la Unin, a cambio de que entreguen armas, uniformes y pasamontaas. Esta banda de
asaltantes ha estado ltimamente comprando armas, uniformes zapatistas y pasamontaas para
cambiarlos por el autobs, tractor y las 40 reses.
Los dirigentes de dicha banda, adems de Vicente Perez Castellanos, son Manuel Mendez Ruiz y
Jose Alfredo Jimenez, que adems es dirigente paramilitar del MIRA (Movimiento Indigena
Revolucionario Antizapatista). Otros asaltantes que se hacen pasar por zapatistas son: [se adjunta una
lista de 11 nombres de diferentes ejidos]. Estas personas todos los dias a las 16 horas van a entrenar al
potrero de Don Vicente, el trato con el gobierno del Estado es que van a ir con armas, uniformados de
zapatistas y encapuchados al palacio de Gobierno, con el Comandante de la VII Region Militar y el
presidente impuesto Albores, donde saludaran militarmente y entregaran armas, uniformes y
pasamontaas. A cambio el gobernador les dar el autobs, tractor y las 40 reses.(...) Pensamos que es
un caso muy parecido al ocurrido en Maravilla Tenejapa donde supuestos zapatistas entregaron armas.
Ponemos en conocimiento de ustedes estos hechos, para desenmascarar la mentira del gobierno y la
impunidad existente en el Estado de Chiapas.
Gracias es todo. Municipio San Manuel, 21 marzo 1999.
CARTA DEL MUNICIPIO DE SAN MANUEL EL DOMINGO SOBRE LOS MISMOS HECHOS A
LOS MEDIOS DE COMUNICACIN NACIONALES E INTERNACIONALES.
Domingo 28 marzo de 1999.
El dia domingo 28 de marzo del 1999 salieron del ejido Trinidad estos hombres por la tarde con
destino desconocido, iban marchando uniformados como zapatistas y armados. Al dia siguiente lunes 29
de marzo se reunieron cerca del rio Jatate con el gobernador Albores y otras gentes de su gobierno,
entregando las armas, uniformes, mochilas y pasamontaas al comandante de la sptima regin militar.
Alli se encontraban tambin reporteros de Televisa, Azteca para mostrar el engao y la mentira
gubernamental. Hoy martes 20 de marzo les fue entregado a estos delincuentes el tractor, el autobs y
las 40 cabezas de ganado.
Ante estos sucesos los cuales han salido a la luz publica por radio, televisin y prensa escrita, el
municipio autnomo de San Manuel quiere decir lo siguiente: Adems de las personas ya mencionadas
en el comunicado anterior, se les unieron (...) , los cuales pidieron armas calibre 22 prestadas, para
luego entregar al gobernador.
El municipio de San Manuel niega rotundamente que todas estas personas sean zapatistas, as como
el supuesto teniente Manuel que es Domitilo Hernandez Paniagua nunca fueron ni son zapatistas.(...).
Denunciamos tambien que tanto el gobernador Albores como el mando de la septima region militar
fueron quienes planearon toda esta mentira, pues saben que esas personas que tienen nombre y apellidos
ya dichos, son asaltantes y malas gentes, que nunca fueron zapatistas. Estas gentes tienen mucho
contacto con el gobernador y ese mando militar de la septima region porque son militantes del
Movimiento Indigena Revolucionario Antizapatista (MIRA).
Tememos represalias del grupo paramilitar y del gobierno de Albores Guillen por lo que pedimos
que acudan a acompaar a las comunidades del municipio Autonomo de San Manuel. Atentamente, el
representante del Municipio Autonomo San Manuel. Manuel Perez Hernandez.
En un comunicado posterior se afirma:
Al respecto es pertinente hacer los siguientes comentarios, que cuando el EZLN aparece el primero
de enero de 1994 en varios municipios de Chiapas, su uniforme con el que se dio a conocer fue el de
camisa color cafe, pantalon verde, pasamontaas de distintos colores y muchos de ellos era evidente que
tuvieron que usar pedazos de sueteres para hacerselos. Sin embargo, los supuestos zapatistas desertores
tenian las siguientes caracteristicas: pantalon cafe, camisa verde, pasamontaas nuevecitos y al parecer
comprados con el mismo estilo y forma, a las camisas se les nota la raya de estar bien planchadas, que al
ver las fotos un indigena de Las Abejas de Chenalho, comento "ese es uniforme paramilitar, porque as
no se visten los hermanos zapatistas". (CIEPAC.Chiapas al da.# 150)
Se filtraron falsas noticias a lo largo de 1996 que el EZLN tuvo que desmentir respecto qa
conexiones con la guerrilla del EPR y de intercambio de soldados y milicianos entre ambos. En
comunicado dirigido al EPR afirma Marcos:
Slo quiero decirles que no queremos su apoyo. No lo necesitamos, no lo buscamos, no lo
queremos. Nosotros tenemos nuestros recursos, modestos, es cierto, pero nuestros. Hasta ahora nos
preciamos de no deberle nada a ninguna organizacin poltica, ni nacional ni extranjera. El apoyo
que queremos, el que buscamos y necesitamos, es el de la sociedad civil nacional e internacional, y
son movilizaciones pacficas y civiles las que esperamos (Comunicado del subcomandante Marcos a
los combatientes y mandos del Ejrcito Popular Revolucionario. 29 de agosto de 1996).
Con posteroridad se desarrolla la tesis de la conspiracin guerrillera: De acuerdo con la
circular 035/99 fechada este mes, la comandancia nacional de seguridad fsica de la SDN advierte
de la aparicin de 16 grupos guerrilleros de izquierda radical con centros de operacin militarpoltico en al menos 16 estados del pas (...) Estas organizaciones guerrilleras tendran
presuntamente el respaldo de unos 30 mil participantes integrados en 167 organizaciones polticas y
sociales, con posibilidades de que la Triple Alianza Guerrillera Indgena nacional (TAGIN)
estuviera encabezada por el EZLN, EPR y ERPI55
Desmarcarse de las acusaciones que atribuyen a tropas militares la continua violacin de los
derechos humanos en las principales zonas de conflicto.
b) A travs de la secretara de Gobernacin insistir en que diversos grupos sociales solicitaron a las
fuerzas pblicas y al ejrcito restablecer el orden para lograr la normalizacin de la vida pblica
en Chiapas.
c) Reflejar las actuaciones como acciones militares de defensa ante los ataques de rebeldes con el
fin de proteger a la poblacin civil, el orden, el bienestar pblico etc. en los principales
municipios de Chiapas.
55
imgenes de enero de 1994 en la que aparecan varios combatientes en la toma de Ocosingo con los
paliacates negros y fuertemente armados. La informacin se centraba en este aspecto, creando la
sensacin de que centenares de hombres armados se haban lanzado agresivamente por todo el pas. Acto
seguido los conductores del noticiero plantearon: La pregunta que hoy hacemos a nuestra audiencia es:
el hecho de que estas personas puedan pasearse encapuchadas por la calle, es una negligencia
reprobable del gobierno o un signo de comprensin y tolerancia? y apareca un telfono para que los
televidentes dieran su voto. Fuera el que fuera iban a manifestar su rechazo a la iniciativa, de la que por
otro lado, de hecho no se inform.
Impacto en la sociedad. Cabe preguntarse cual ha sido el impacto en la opinin publica de las campaas
y cmo se ve el conflicto en el resto de Mxico. Se han publicado al menos dos encuestas pblicas
importantes.
En la primera realizada por Alianza Cvica entre el 5 y el 8 de Octubre de 1996, se entrevistaron
a 3.226 ciudadanos en 16 estados de la Repblica sobre las condiciones para la paz y las exigencias para
el dilogo: el 87 % estaban enterados del proceso del dilogo entre el gobierno y el EZLN. el 93.9 %
pensaba que la poblacin indgena de todo el pas es tratada injustamente, el 72 % se manifestaban de
acuerdo en que los Zapatistas se conviertan en un movimiento poltico para continuar defendiendo sus
causas, el 96 % consideraba que, para lograr la paz, deberan atenderse las demandas de tierra, justicia y
respeto a los derechos de las comunidades indgenas. Para el 68.5 % la presencia del EZLN no constitua
un riesgo para la poblacin civil de Chiapas o de otras zonas, mientras que para el 77 % la presencia del
ejrcito mexicano en las comunidades indgenas afectaba sus derechos y las posibilidades mismas de
supervivencia de esas comunidades. El 81.1 % estaba de acuerdo con que la poblacin indgena de
Chiapas est siendo agredida o afectada por grupos polticos locales, por guardias blancas, o por el
gobierno del estado y el 93.9 % que el gobierno federal debe dar muestras claras de solucin a las
demandas y problemas para firmar a corto plazo un acuerdo de paz con el EZLN. Por ltimo, el 94.2 %
consideraba que la poblacin indgena de Chiapas requiere hoy una ayuda humanitaria de emergencia
(Fuente: Comisin de Seguimiento y Verificacin- COSEVER- 7 de Noviembre de 1996).
La segunda fue realizada por la Fundacin Arturo Rosenblueth en 23 estados a 4 mil 854
personas en junio de 1998. En ella destacaba que el 56% de los entrevistados estaba de acuerdo en que se
retirara el Ejrcito de las comunidades, mientras que un 32% se pronunci por su estancia. Adems, el
70% rechazaba que las acciones del gobierno hayan mejorado las condiciones de vida de los indgenas; el
50% opinaba que el gobierno no ha respetado los acuerdos de San Andrs y el 57% por ciento sostuvo
que no est trabajando por alcanzar la paz (La Jornada 19/08/1998).
A juzgar por estos datos las polticas de sesgo informativo no habran logrado su objetivo. Estos
resultados, como los de cualquier encuesta y posterior anlisis estadstico, deben valorarse en funcin de
quien los encarga y difunde, y en este caso se trata de instituciones que no ven de manera negativa el
proceso zapatista. De todos modos, el hecho de que ni el partido en el gobierno ni las instituciones del
estado hayan publicado los sondeos y encuestas que a buen seguro encargan peridicamente, sugiere que
sus resultados no deben diferir mucho de los de las dos anteriores y que ha habido, en los aos del
conflicto, una mayora sociolgica a favor de la causa indgena y zapatista.
Tambin desde sectores de la solidaridad con el movimiento zapatista se ha utilizado a veces
imgenes poco ajustadas a la realidad y mensajes sensacionalistas con el fin de movilizar a la opinin
pblica internacional, lo que ha generado el rechazo no slo de sectores dentro del pas sino de aquellos
que en el exterior saban del tinte a veces cargado de ciertas manifestaciones pblicas. As, CONPAZ en
uno de sus primeros comunicados (14 de enero de 1994) deca enfticamente: Por todo Altamirano se
refiere que algunas poblaciones como Patihuitz fueron destruidas y que el ro Jatat se convirti en un
ro rojo de sangre. Aunque posteriormente este tipo de declaraciones se cuidaron mucho ms dando slo
cabida a testimonios directos y no a rumores o interpretaciones de la realidad, en ocasiones algunos
organismos no gubernamentales, sin dejar de ser cierto el mensaje de fondo, se dejaron llevar por el
efectismo. As, este comunicado difundido internacionalmente a mediados de 1998 por una organizacin
chiapaneca afn al zapatismo que llama enfticamente a "adoptar un refugiado":
LLAMADO URGENTE
LLAMADO URGENTE A LA SOCIEDAD CIVIL NACIONAL E INTERNACIONAL
CERCO DE HAMBRE PARA LOS 19.000 REFUGIADOS DE GUERRA DE CHIAPAS
El cerco del hambre es la nueva estrategia con que la guerra contrainsurgente hinca sus garras en las
comunidades indgenas. No tener qu comer es el arma ms pesada que cae sobre la resistencia de las
familias indgenas. La carencia de alimento es utilizada como la peor violencia por parte del gobierno,
que ofrece a los que abandonan la lucha pollos y puercos, crditos y ddivas, mientras impide que miles
y miles de gentes puedan cultivar sus campos, regresar a sus casas. (...) Tan slo para abastecer de maz
a los 10.500 refugiados del municipio de Chenalh, se requiere de 40.000 pesos semanales para 20
toneladas de grano. No nos alcanza para ms comida, ni para sal, ni para frijol, ni pensar ya en azcar o
aceite. POR ESO ES NECESARIO ACTUAR YA: Urge que se enve jabn para los refugiados de guerra,
la higiene personal y de la ropa es requisito imprescindible para impedir epidemias o prevenir males
mayores. Se acerca la poca de lluvias y las precarias chozas de los refugiados se convertirn en
coladeras, los nios pueden enfermarse y cualquier enfermedad encontrar campo para convertirse en
una epidemia que diezmar a los ms dbiles. Hay que acondicionar las letrinas de los campos de
refugiados de Chiapas. Hay que conseguir canalizar y abastecer de agua a todos los campamentos, antes
de que las graves expectativas se cumplan y el 5% de los nios mueran de clera. Por eso hacemos este
LLAMADO URGENTE A LA SOLIDARIDAD. (...).
APOYA A ALGUN GRUPO DE REFUGIADOS
ADOPTA A UN REFUGIADO, ADOPTA A UN CAMPAMENTO DE REFUGIADOS
Ms adelante se profundiza en las diferentes versiones de una misma realidad al analizar el caso
especfico de la cobertura de la entrada del ejrcito en Chavajeval (ver seccin especfica al respecto).
47
37
4
8
11
14
9
11
6
9
1
2
159
Presunto Responsable
Autoridades Locales y Estatales.
Ejrcito
Autoridades Federales
Paramilitares
Otros
No identificado
No reportado
75
3
11
3
21
23
23
TOTAL
159
Martnez O.R., Martnez VT. Agravios a periodistas mexicanos durante el primer bienio zedellista. RMC n 49.
Junio-Julio 1997.
58
Martnez OR, Martnez VT. Recuento de daos a las libertades de expresin e informacin. Informe especial de la
Red de Proteccin a Periodistas y Medios de Comunicacin. Fundacin Manuel Buenda/CENCOS. Mxico. 1997.
agresiones fsicas fueron el hecho ms frecuentemente reportado (40%) provenientes sobretodo de fuerzas
del orden o de desconocidos.
En consecuencia, mientras los grandes medios de difusin, que alcanzan a la mayora de la
poblacin, y en especial las televisiones, han seguido una lnea gubernamental, ha habido algunos medios
contestatarios, de mucha menor difusin, algunos de los cuales han sufrido hostigamientos y acoso y en
algunos incluso atentados y muertes.
2. Poltica migratoria.
a. Expulsiones.
El gobierno mexicano ha manifestado en repetidas ocasiones, que considera la presencia de
observadores internacionales o de miembros de grupos de solidaridad una intromisin en asuntos polticos
internos. Ya en febrero de 1994 la Secretara de Gobernacin inicia un censo de extranjeros en la regin.
El 21 de mayo del mismo ao se inicia la poltica de expulsiones con la notificacin de salida inmediata a
la doctora Olga Ascurra (Per) y la enfermera Clare Pelot (Francia), integrantes de la organizacin
Medecins du Monde (Mdicos del Mundo-Francia) que colaboraban con las Hermanas de la Caridad en el
Hospital San Carlos de Altamirano.
El gobierno mexicano pretendi a lo largo de 1994 sealar a los extranjeros como autores
intelectuales del alzamiento zapatista, tesis que ha venido resucitando peridicamente. As, en febrero de
1998, el gobernador de Chiapas, Roberto Albores Guilln, exiga que la Federacin aplique la ley a los
"agentes desestabilizadores" extranjeros inmiscuidos en el conflicto chiapaneco.
Dentro de esta campaa y en lo que se ha interpretado adems como un ataque al papel de la
Iglesia tuvo especial repercusin la expulsin en junio de 1995 de los sacerdotes Rodolfo Izal (espaol,
prroco de Sabanilla), Loren Riebe (norteamericano, prroco de Yajaln) y Jorge Barn (argentino,
prroco de Venustiano Carranza) y el 26 de febrero de 1998 del padre Michel Chanteau (francs y
prroco durante los ltimos 32 aos del municipio de Chenalh- en el que se produjo la masacre de
Acteal-). Los cuatro casos han sido presentados a la Comisin Interamericana de Derechos Humanos.
A lo largo de los cinco aos de conflicto ha habido numerosas expulsiones de extranjeros que
han motivado diversas quejas diplomticas y un comunicado de preocupacin de la Alta Comisionada
para los Derechos Humanos de la ONU.
Para las autoridades se trata de una visin exagerada. Segn Fernando Sols Cmara,
subsecretario de Poblacin, la Secretara de Gobernacin identific a 4,435 extranjeros que han ingresado
o salido de la zona del conflicto en Chiapas en los ltimos dos aos (1997-98) y de ellos slo un grupo de
15 estaran identificados como residentes y a la vez participantes en actividades polticas. Pero frente a
estos datos y segn cifras de la propia Secretara de Gobernacin ms de 200 extranjeros no residentes
han sido expulsados de Chiapas en el perodo 1996-1997. Segn este funcionario, entre 1996 y 1997 el
Instituto Nacional de Migracin gir 393 citatorios a extranjeros que permanecan en Chiapas por su
presunta participacin en actividades polticas. Precis que luego de que stos tuvieron la oportunidad de
aportar su versin y sus argumentos, se giraron 141 oficios de salida del pas y 60 extranjeros fueron
expulsados directamente. Global Exchange59, en un estudio sobre las expulsiones de extranjeros da un
listado de 144 expulsados durante ao 1998.
Estas expulsiones tienen escaso fundamento legal. Se acusa a los extranjeros de ingerencia en
asuntos internos cuando no se est oficialmente en estado de emergencia, sitio o guerra declarado. El
artculo 11 de la Constitucin mexicana habla del derecho al libre trnsito para cualquier ciudadano,
nacional o extranjero.
b. Poltica de visados.
El gobierno mexicano ha rechazado sistemticamente la concesin de visas de trabajo (FM3) a
los trabajadores de ONGs internacionales en la zona. Estos deben en consecuencia abandonar el pas o
arriesgarse a realizar sus tareas de solidaridad con visa de turista, lo que les expone a ser detenidos y
expulsados en cualquier momento.
59
Global Exchange, PRODH, Comisin Mexicana para la Defensa y Promocin de los Derechos
Humanos, Red Todos los Derechos para Todos. Extranjeros de conciencia: Campaa del gobierno
mexicano contra los observadores internacionales de derechos humanos en Chiapas. Mexico. 1999
[disponible tambin en ingls: Foreigners of Conscience. The Mexican governments campaign against
international human rights observers in Chiapas].
Este cerco a los extranjeros se concreta en la presencia sistemtica de polica migratoria en todos
los retenes del ejrcito, dado que slo sta est autorizada a pedir documentacin.
El estudio de Global Exchange antes citado hace un exhaustivo repaso a los aspectos legales y
jurdicos de la poltica de visados en el que concluye que se vulneran principios constitucionales en la
aplicacin de las medidas inmigratorias por parte de la administracin, como as ha sido ya sealado por
precedentes ya existentes de sentencias favorables a recursos de amparo detalladas en dicho documento.
Cabe destacar la ilegalidad de justificar que para ser observador se requiera una visa de tipo FM3 (de
trabajo). La Ley General de Poblacin no contempla la categora de observador o la actividad de
observacin a estos efectos.
IV Labor de Inteligencia
Las labores de inteligencia son diseas desde las unidades especficas de los distintos cuerpos de
seguridad a tal efecto. Las acciones pueden correr a cargo de stas o de Grupos Irregulares
Parapoliciales. Destacan:
Estos cuerpos parapoliciales cuentan con informacin precisa acerca de sus vctimas, infraestructura
(vehculos, casas, radios, telfonos celulares etc), capacitacin y entrenamiento (tortura fsica,
psicolgica). Actan en la impunidad. Tiene vnculos con funcionarios pblicos, sin embargo ninguna
institucin los reconoce como parte de ella.
4. Difusin de rumores.
Tienen que ver tanto con situaciones sutiles en base a informacin suministrada por militares como
aviso (por ejemplo avisando de la posibilidad de un escarmiento, o de un aumento de retenes o de un
operativo de cateo...) tanto como con campaas bien planificadas dirigidas desde los medios masivos de
comunicacin, como por ejemplo el goteo de noticias peridicas respecto a deserciones masivas de
militantes zapatistas, con ceremonias de entrega de armas frente a las cmaras de televisin, que han sido
puestas repetidamente en evidencia por las propias comunidades, pero que obligaron incluso al EZLN a
hacer un comunicado oficial de desmentido en 1995. Se hace un anlisis ms detallado de este tema al
hablar del uso de algunos medios de comunicacin como herramienta contrainsurgente.
Existe numerosa informacin sobre la secuencia de los hechos en los archivos de los Centros de Derechos
Humanos Miguel Agustn Pro y Fray Bartolom de Las Casas y en noticias periodsticas de sobretodo entre enero y
abril de 1999. Un mplio resumen del informe que elabor el CDHFBC en Matanza en el Bosque: La guerra que
quisieron ocultar. Masosare, 28 noviembre 1999 (pgs 3-5).
municipios de Oaxaca o la Sierra Negra de Puebla se han militarizado zonas realizando registros y se han
instalado retenes en comunidades que han venido apoyando las reivindicaciones del EZLN en Chiapas.
Provocan psicosis presuntos zapatistas en Valles.. Tres adultos y una nia son vigilados
permanentemente por la polica. La presencia en la Huasteca de los autoproclamados zapatistas
queretanos. Contina promoviendo la psicosis en aquella regin, por lo que los cuatro personajes, tres
adultos y una nia, son vigilados permanentemente por las autoridades locales. (...) la menor de edad
Miriam Snchez asevera que se encuentra incorporada a sta clula civil zapatista porque as lo
desea. (...) Como se recordar, cuando se disponan a organizar un homenaje luctuoso al general
Emiliano Zapata, a la altura del puente de Cmoca, el grupo queretano fue divisado por patrulleros de la
Polica federal de Caminos (...) quienes se reportaron por radio ante su central para informar sobre la
presencia de encapuchados en aquel punto. (...) Se acudi entonces a un operativo de identificacin y
se encontr con que los queretanos organizaban a las comunidades de las inmediaciones (...) para
informar a los indgenas de los ltimos acontecimientos en Chiapas. (...) Ms tarde estas mismas
personas fueron interceptadas por el Ejrcito en un retn carretero, procediendo a decomisarles diversa
literatura (...). La permanencia de estas personas en la huasteca potosina continuaba despertando
inquietudes en la poblacin63
No son potosinos los presuntos zapatistas recalc el gobernador. Luego de afirmar que los
detenidos en relacin con el reparto de propaganda subversiva en Matlapa no son potosinos (...) el
Gobernador (...) dijo que estaremos alerta, porque no vamos a dejar que venga gente de fuera a tratar
de desestabilizar y romper la paz socia64l
63
El Heraldo de San Lus Potos. 23 de abril de 1998. Ntese que el FZLN es una organizacin legalmente
constituida y registrada, de libre afiliacin y presencia pblica. As mismo la ilegalidad de la intercepcin por
miembros del Ejrcito a quienes no compete este tipo de actuaciones.
64
El Maana de Valles (San Luis Potos). 16 de abril de 1998.
65
Adems de la perversin poltica que supone, la remunicipalizacin es anticonstitucional porque el presidente de la
Comisin de Remunicipalizacin es el titular del poder judicial del Estado. La Constitucin, en su artculo 55
especfica que un titular del poder judicial no puede tener otras atribuciones o funciones, por lo que se est violando
el principio de independencia entre los poderes del Estado
3. Dilogo y Negociaciones .
A pesar de que desde el Estado se ha aludido frecuentemente a la voluntad de negociacin, el paso
del tiempo ha mostrado el uso de tcticas de dilacin. Si se repasa el transcurso de los hechos se puede
ver que:
1.
Tras una larga y difcil primera negociacin con presencia internacional y con la Iglesia como
intermediador se llega a la firma de los Acuerdos de San Andrs Larrinzar. Al poco de ser firmados
stosson ignorados por el gobierno afirmando que no est de acuerdo con la traduccin legal que de
ellos hace la COCOPA, e impulsa desde el Congreso de la Unin diversas leyes indgenas
alternativas a los Acuerdos de San Andrs.
2.
Promueve de modo unilateral un Acuerdo Estatal para la Reconciliacin en Chiapas, lo que supone
un nuevo viraje y punto de inicio, al margen de los Acuerdos firmados. sta iniciativa impulsada por
el gobierno del Estado pudiera proceder de la presin de los grupos de poder tradicionales en Chiapas
Se realiza desde medios oficiales, y desde funcionarios del propio gobierno una campaa de
desprestigio de la CONAI, rgano de intermediacin presidido por el obispo Samuel Ruiz, quien
finalmente presenta su renuncia quedando un vaco de instancias negociadoras67.
4.
[Los soldados] incitaban a que dijramos que Samuel Ruiz era el comandante y Marcos slo una
fachada. Reconocen a Samuel Ruiz como la autoridad civil?. Nos hablaban tambin de la CONAI.
(OITP1).
5.
Los sucesivos intentos por establecer bases de dilogo han encontrado siempre dificultades en
interlocutores, logstica etc.
4. Control electoral.
Durante los aos de conflicto ha habido diversos procesos electorales en el Estado de Chiapas. Los
ms notables fueron las elecciones presidenciales en 1994 y las municipales en 1998. En todos estos
procesos el PRI ha vuelto a ser mayoritario en la regin segn los resultados oficiales cuestionados por la
oposicin. Esto ha generado un movimiento de resistencia civil a los resultados. Sin entrar en un anlisis
pormenorizado pueden considerarse los siguientes argumentos:
66
Esto justificara tambin algunos de los operativos militares como el de La Hormiga. Este operativo se realiz
contra los indios chamulas que tienen puestos en el mercado de San Cristbal, cooperativas de taxis y microbuses. En
un operativo de grandes dimensiones se realiz un cateo de oficinas y dependencias buscando armas, carros robados
o estupefacientes, logrndose en la prctica una expulsin de los indios chamulas del mercado, cortando su creciente
dominio de la feria coleta. El xito del operativo llev a una euforia de estos sectores tradicionalistas. Dos das
despus tuvo lugar el operativo de Taniperlas y se iniciaron los desmantelamientos de Municipios Autnomos por
orden del gobernador del Estado. En todo ello habra un elemento comn: contentar a los sectores coletos, a las
familias tradicionales que han detentado el poder de facto en Chiapas por generaciones, partidarios de resolver el
conflicto con tcticas mucho ms contundentes y expeditivas. En consecuencia, con estas medidas se estara
revitalizando los brazos tradicionales del partido en el poder.
67
Ver CONAI. Serie Senderos de Paz. Comunicados. 1998
(Carta abierta de la Organizacin Civil Las Abejas de Chenalh al Presidente del Consejo Estatal
Electoral. Tuxtla Gutirrez. 28 septiembre 1998)
Resulta especialmente importante la falta de credenciales electorales, sobre todo en las zonas rurales,
donde han sido destruidas por desastres naturales (p.e. inundaciones en la zona costa) o all donde ha
habido operativos militares o de la seguridad pblica, as como por la imposibilidad de ejercer el voto en
poblacin desplazado o bajo cerco militar.
Alto nivel de abstencin entre las comunidades rurales indgenas o no indgenas, que en los ltimos
procesos ha sido superior al 50% de la lista nominal.
Ao
PRI
1988
83.20%
1991
80.20%
1994
45.58%
1995
44.99%
1997
48.23%
1998
46.14%
Fuente: Consejo Estatal Electoral.
PRD
2.41%
7.97%
31.46%
28.29%
28.08%
26.42%
PAN
4.05%
6.56%
11.18%
14.32%
12.44%
13.50%
Abstencin
57.36%
42.86%
32.83%
56.44%
61.28%
54.01%
En esta misma lnea cabe recordar el conflicto generado en las elecciones de 1994. En aquella
ocasin se dio por vencedor al Lic Eduardo Robledo del PRI, mientras los recuentos de la oposicin
daban como vencedor al Lic Amado Avendao por el PRD, quien ya haba sufrido un grave atentado
durante su campaa en la zona costa en el que murieron dos personas que le acompaaban. Amado
Avendao fue nombrado gobernador en rebelda por la autodenominada Asamblea Estatal
Democrtica del Pueblo Chiapaneco. La poblacin reaccion posteriormente ante el supuesto fraude de
diversas maneras y una de ellas fue la no participacin en las elecciones municipales de 1995. Esa fue
tambin la postura del EZLN que inst a sus bases a no participar en ese proceso municipal (no siempre el
EZLN haba promovido la abstencin anteriormente). Tambin se reaccion con la toma de presidencias
y la instalacin de Consejos Municipales integrados por organizaciones sociales. La propia creacin de
los "Municipios Autnomos" (es decir, de gobiernos elegidos por usos y costumbres) puede en algn
sentido interpretarse como reaccin al supuesto fraude de ese ao.
Parcialidad por parte de los medios de comunicacin masiva, segn estudios de tiempo/audiencia y
calidad realizados por la organizacin no gubernamental Alianza Cvica en varios procesos
electorales. Por ejemplo en las elecciones municipales y a cmara de diputados regional de 1998, el
monitoreo que hizo Alianza Cvica del peridico Cuarto Poder reflejo que el PRI recibi el 42.3%
del espacio informativo, el PRD 20.34%, el PAN 12.38% La monitorizacin de la Red Radio
Chiapas reflej un 53.1% de tiempo de radio en dicha cadena para el PRI, 3.1% para el PAN y
13.1% para el PRD68.
Compra y coaccin del voto principalmente de ciudadanos que su ingreso econmico proviene de
gobierno. En su trabajo de observacin de casillas en diferentes puntos de la regin Alianza Cvica
pudo detectar al menos los siguientes casos en las elecciones al Congreso Federal:
1) Ingenieros de Comitn deban dar su credencial de elector y conseguir 10 votos cada uno para el PRI
para ser contratados por el Programa Elemental de Asistencia Tcnica.
2) En Tonal taxistas forneos de la seccin 62 de la UNAL denunciaron que para la agilizacin de sus
trmites de concesiones tenan que votar por el partido oficial.
68
En las elecciones municipales y segn la legislacin mexicana los soldados ejercen el derecho a voto
en los municipios en los que estn acuartelados. En varios municipios de la zona de conflicto el voto
en grupo de miles de soldados dio la vuelta a los resultados. Estos ilegal (la legislacin electoral
prohibe el voto en grupo o por rden de un superior, y en ningn caso los transentes podrn superar
el 10% del censo del padrn electoral). En municipios como Ocosingo o Altamirano los soldados
fueron llevados a votar en grupo - segn ellos mismos manifestaron a los medios de comunicacinlo hicieron con consignas precisas de sus superiores.
En algunas comunidades se sustituye el voto individual por un voto colectivo unnime, apelando a
los usos y costumbres indgenas. Esto ha sido tradicional en algunos municipios como Zinacantn o
San Juan Chamula de voto invariablemente PRIsta por acuerdo de los caciques locales con las
autoridades del Estado. Esta aplicacin de los usos y costumbres ha permitido tambin recientemente
el acceso de algunas autoridades municipales vinculadas al PRD o a otras candidaturas, situacin
que estuvo en el origen del operativo en el municipio de Nicols Ruiz.
De ser todo ello cierto y ante la crisis en los mecanismos de participacin institucionalizados
estaran quizs fundados el rechazo a los resultados de los procesos electorales y el creciente
abstencionismo, as como una actitud de escepticismo y desesperanza ante la posibilidad de lograr
cambios a travs de las vas que la Constitucin contempla. En este sentido puede tal vez leerse el hecho
de que en las elecciones del 4 de octubre y el 6 de diciembre de 1998, la poblacin votante fue de 407 mil
personas mientras que la participacin de la ciudadana en la consulta zapatista del 21 de marzo del 99
fue de 460 mil69.
Otra paradoja similar que invita a la reflexin es la que surge al ver los resultados electorales de
Ocosingo, el municipio de mayor extensin de Chiapas que repetidamente en las diferentes elecciones ha
obtenido el mayor voto priista del conjunto de la federacin mexicana, con niveles superiores al 90%70.
mientras que fue precisamente ah donde se origin y est el ncleo de la rebelin zapatista.
VI.
Impunidad.
Dentro de los elementos de la poltica gubernamental desde una perspectiva psicosocial la impunidad
es un elemento que recorre transversalmente a todos los dems. Est presente en las acciones policaco
militares, cuando el ejrcito desempea tareas explcitamente prohibidas por la Constitucin mexicana, en
la cobertura de los denominados grupos paramilitares, en las violaciones al derecho a la intimidad
asociadas al control de las comunicaciones en el acoso a organismos sociales o de derechos humanos, en
las acciones de guerra econmica, violentando las dinmicas comunitarias a travs de la manipulacin de
programas gubernamentales y ayudas, del control de los medios de comunicacin social o de las
distorsiones en los procesos electorales. Todas las acciones de esta, considerada por algunos, guerra de
desgaste, requieren de la impunidad para su eficacia.
Entendiendo la impunidad desde un sentido estrictamente penal (vase reflexiones en la seccin II) el
no enjuiciamiento de los autores de los asesinatos y/o masacres es un factor susceptible de crear, bien un
69
70
clima de desesperanza y desmovilizacin social, bien un clima de crispacin e indignacin que aumenta
la espiral de la violencia.
Como reflexiona el CIEPAC71: "Desde Enero hasta el mes de Julio se calculan aproximadamente
treinta operativos militares y policiacos sin contar las nuevas instalaciones de campamentos militares.
De todos esos, no ha habido ninguna entrada ni cateo a ninguna de las casas ni comunidades en las que
se ha denunciado la existencia de grupos paramilitares y existencia de armas de los mismos. Al
contrario, todas las incursiones se han realizado en comunidades pertenecientes a organizaciones
independientes y de oposicin. De hecho, en Chenalh, con varias investigaciones abiertas por parte de
la PGR y del Ministerio Publico, y la presencia de aproximadamente veinte instalaciones y campamentos
militares y policiacos, no se ha encontrado ni una sola arma a los paramilitares y responsables de la
masacre del da 22 de diciembre de 1997".( Chiapas al Da #135).
En el caso ms conocido, los condenados por la masacre de Acteal, la sentencia judicial conden a
los autores materiales a penas prolongadas de crcel, sin ninguna condena ni investigacin hacia los
autores intelectuales y/o instigadores de la masacre. A ello se aade que segn diversos testimonios de
refugiados de Acteal72- algunos de los responsables materiales siguen viviendo en sus comunidades, y
nada se ha hecho frente a los autores intelectuales. En otros casos menos notorios, salvo contadas
excepciones, no hay aprehensiones de los responsables.
En el caso de la masacre del Bosque el trabajo con los presos y familiares de vctimas consigui
cubrir con indemnizaciones econmicas las quejas de los familiares que no presentaron finalmente
denuncia. Tampoco se actu de oficio al considerarse que no haba pruebas suficientes, con lo que no se
investigaron los casos denunciados como posibles ejecuciones extrajudiciales con tiro de gracia por los
grupos de derechos humanos.
Contrasta el doble discurso gubernamental, exculpatorio por un lado de los cuerpos de seguridad del
Estado, mientras que por otro se adelanta incluso a las resoluciones judiciales para indemnizar
econmicamente a los familiares de las vctimas. Esto sera implcitamente un reconocimiento de
responsabilidad si no fuera porque en toda la documentacin el dinero consta como ayuda econmica (ver
ms adelante la seccin sobre Reparacin).
A ello se aade la apelacin a los conflictos intertnicos, a las disputas locales o a los asesinatos por
parte de guerrilla. As, por ejemplo, en el caso de los tres ancianos que aparecieron en el ejido Morelia
atados, con signos de tortura y ejecucin extrajudicial y enterrados sus huesos en parte en cal la versin
oficial, tres aos despus, no slo descarta la responsabilidad del ejrcito sino que introduce un falso dato
respecto a vctimas de la guerrilla dando, por contigidad la apariencia de que fue sta la responsable:
El consultor jurdico de la Cancillera Miguel Angel Gonzlez Flix asegur ayer que existe plena
coincidencia entre el gobierno mexicano y la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
para encontrar y castigar a los culpables del asesinato de tres indgenas ocurrido en el ejido Morelia
(Chiapas) en 1994. (...). Aadi que no existe prueba alguna que involucre a elementos militares en la
muerte (...). Aclar que, hasta el momento, ninguna autoridad ha establecido la posible causa de esas
muertes, misma que pudo ser desde un enfrentamiento hasta un pleito callejero. (...) La investigacin de
la Procuradura General de Justicia Militar concluy que no participaron soldados en la muerte de los
tres indgenas, aunque las pesquisas que lleva a cabo la Procuradura General del Estado de Chiapas
est en proceso y no ha sealado culpables.(...) Por otra parte, coment, que las tres viudas de los
indgenas fueron indemnizadas en su momento con una suma que oscil entre los 10 y los 15 mil pesos,
que fue una cifra semejante a la indemnizacin que otorg el gobierno federal a alrededor de 100 deudos
de las vctimas que hubo durante el alzamiento del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional en enero de
1994 (La Jornada. 31 de Octubre de 1997. Pg 13)
En la misma lnea cabra situar la polmica Amnista General ofrecida por el presidente Carlos
Salinas para quienes participaron desde el 1 de enero hasta las 11 horas del 16 de enero de 1994,
aprobado el 25 de enero por el Congreso de Chiapas. Mientras para el gobierno era una condicin
71
indispensable para poder establecer un dilogo no es posible dialogar con quien ha vulnerado la ley sin
aprehenderle-, para muchos organismos de derechos humanos que consideraban que fue el Estado quien
en mayor medida los conculc era una autoamnista puesto que inclua tanto a zapatistas, como a
particulares y autoridades. En consecuencia nunca se investigaron por la Procuradura General de la
Repblica las acusaciones de bombardeos militares sobre poblacin civil.
POR QU?
Preocupacin, hay ms discusin y peleas en Porque hay divisiones en la comunidad por la amenaza
la comunidad. Inseguridad por el futuro, no de los priistas: piedras, palos, machetes...
Amenazan con llamar a los ejrcitos y seguridad pblica.
saber qu va a pasar en la comunidad.
Amenazan de muerte.
Amenazan que las mujeres no tienen derecho
El gobierno quiere acabar la organizacin y el derecho de
los pueblos.
Desnimo y cansancio.
Coraje, se trabaja para defender en lugar de Porque el gobierno ofrece cosas para no cumplir los
para comer. Los priistas no quieren trabajar, acuerdos de San Andrs. Y por eso los militares estn
haciendo sus cuarteles en Chiapas.
slo quieren su regalo que le da el gobierno.
Y porque entran en las comunidades.
Por no hacer nada.
Por no tener armas.
Por no saber poltica.
Porque el gobierno est dividiendo por la madera y por
las despensas, dinero y crdito.
Miedo. Susto.
73
Operativo militar tras el que hubo la desaparicin de tres ancianos, encontrados posteriormente con
signos de tortura y ejecucin extrajudicial.
Las mujeres sienten angustias, pena, tristeza, Por el enfrentamiento con los priistas el da 5.
susto y dolor en su cuerpo, debilidad del
corazn y se desmayan.
Los nios se estn enfermando ms ahora.
Contento, feliz.
De este y otros encuentros, as como de los diferentes testimonios recogidos, podemos desglosar una
lista de aspectos relevantes. Estos deben verse desde la perspectiva de procesos y no como algo dado. Se
trata de posibles consecuencias, que variarn en funcin de cada rea geogrfica la represin ha actuado
de modo distinto segn las zonas- y del modo de afrontamiento peculiar de cada persona y comunidad:
Conforme va agudizndose el conflicto, los diferentes grupos (por filiacin partidista, religiosa,
social, poltica, militar) van tomando posturas propias que los identifique y distinga de los dems, siendo
ms hermticos y tomando posturas en defensa del otro como si aquel fuese su enemigo mortal. El
ejemplo ms extremo lo tenemos, como se vio, con el proceso de formacin de los grupos de
paramilitares, que se entrenan, y armados van a matar a sus propios vecinos.
Municipal. Eustorgio Len Prez P., Consejo de Ancianos (Comunicado de Denuncia a la opinin pblica
de la Comunidad San Felipe Ecatepec. 1 de Abril de 1999)
Destruccin de la tierra y los modos de produccin. La destruccin de los cafetales o la milpa
significa la necesidad de abandonar los modos de relacin econmica habitual. Provoca cambios en
la estructura econmica, desplazamiento y migraciones. Hay una relacin directa entre destruccin
econmica y cuestionamiento de la identidad, ya que la cultura maya est en gran parte basada en la
relacin con la tierra y con la milpa. En todo operativo militar o "paramilitar" hay siempre un
componente de destruccin de las cosechas, los rboles, la miel, etc. La destruccin econmica es un
modo de minar la resistencia tnica.
Ataques a la simbologa. Destruccin de cerros y lugares sagrados. En la construccin de pantanos,
inundacin de tierras con importancia simblica sin consultar a las comunidades u ofrecer
alternativas. Destruccin de iglesias y lugares comunitarios
En la ermita pudimos ver como entr la Seguridad Pblica, destruyeron las hostias (las regaron)
el cofrecito donde est la limosna, se lo llevaron. La ermita estaba cerrada. Andaban buscando a los
catequistas. As que sacaron toda la limosna del seor, no les import (NR3)
Introduccin de formas religiosas forneas afines a determinados proyectos polticos. Por ejemplo las
sectas religiosas y las actividades del estadounidense Instituto Lingistico de Verano, desde los aos
60.
Fomento de la educacin monolinge o de la educacin bilinge pero con textos acordes al patrn de
la cultura dominante. Rechazo a la educacin congruente con la identidad tnica maya y zoque. En
esta lnea estaran, por ejemplo, los proyectos de alfabetizacin y educacin de CONAFE
(Confederacin Nacional del Fomento a la Educacin).
Las mujeres como objetivo tnico estratgico: muerte violenta, agresiones de carcter sexual,
relaciones con soldados rompiendo los rituales tradicionales del matrimonio. Estos son luego
trasladados y no se hacen responsables de los hijos que han tenido con mujeres indgenas.
Introduccin de elementos de ruptura cultural como la prostitucin o el uso del alcohol en contextos
no conocidos previamente (ceremoniales o sociales regulados) -ver seccin especfica-.
En la comunidad de Taniperlas el artista Sergio Valdez realiz un mural en el que recoga aquellas
cosas que iban consensuando los habitantes para reflejar Cmo nos imaginamos la paz en nuestra
comunidad. Junto a imgenes diversas de la vida del campo, haba un centro de salud y una escuela
en la que haba por decisin de los habitantes- la siguiente inscripcin: Ni putas, ni drogas ni
alcohol. Este gran mural fue destruido por los soldados tras su entrada a Taniperlas74.
Introduccin del consumo de drogas no propias de la cultura y penalizadas legalmente, como la
marigana.
Desde los medios oficiales se habla de balcanizacin y caos cuando se analizan y plantean los Derechos
tnicos y el deseo de autodeterminacin sobre las tierras que histricamente pertenecen y en las que viven las
comunidades indgenas. Sin embargo los enormes intereses econmicos relacionados con la propiedad de la
tierra, como el uso para la produccin o el control de las riquezas naturales que pasaran a estar bajo control
de las comunidades, parecen estar en la base de muchas de las discusiones sobre las demandas indgenas.
casas sacaron todo, caf, frijol, maz, radio o segn que hay televisin, segn qu tienen y mquina de
despulpadora y machete, segn lo que tiene la persona y sacan todo y tambin cortaron el cable de luz y
queman las casas (AC70).
Al siguiente da, cuando quemaron la casa de Don Ignacio, fuimos a ver y llegamos y encontraron
abiertas las puertas, o sea abiertas las casas de nosotros. Mi cuado Miguel tena televisin de 20
pulgadas de a color, grabadora, todo, todo se llevaron. Lo que no se puede, por ejemplo las ollas no
pudieron llevrselas, lo quebraron ah y mi cuado Miguel empez a llorar ah dentro de su casa.
(AC42).
Esta destruccin tendra mltiples consecuencias de carcter psicosocial en las comunidades.
Dada la frecuencia de estas acciones y la planificacin de los operativos militares que incluyen
destruccin, muchas de estas consecuencias deben considerarse como efectos intencionales que
responden a objetivos polticos:
Debilitar la resistencia de la poblacin.
Dificultar las tareas organizativas de la comunidad. La necesidad de anteponer la subsistencia
familiar impide a muchas personas participar de otro tipo de tareas.
Desmoralizar a la gente al ver destruidas las pocas pertenencias que se tienen.
Facilitar la entrada posterior de planes selectivos del gobierno que le permitan tener mayor base
social y a medio termino ampliar la divisin comunitaria.
5. Desmovilizacin social.
Buena parte de los elementos psicolgicos de la guerra persiguen la desmovilizacin de la poblacin
en el rea de guerra, intentado privar a la insurgencia de su base social de apoyo. En ello juegan como
elementos las exhibiciones de horror, la difusin de rumores, el miedo y la desconfianza.
El da 22 llegaron [se refiere a su padre] a las once de la noche. Porque tard mucho en las
agencia; comieron y platicaron y no s qu luego hicieron (...). Bueno, cuando pas dos o tres das de la
matanza de all en Acteal, entonces ah cont mi pap y dice que est viendo qu est pasando, yo le
ech cuchillo y machete a las que estaban embarazadas dijo. Le dijo a mi mam. Yo lo escuch, lo que
dijo mi pap (AC24. Nio de 13 aos).
Cuando salimos de las casas, empezaron las balaceras y salimos huyendo para escapar a la
montaa. Mire la piel de mi niito, est lastimada y quemada por el miedo de las balas. Tena otro nio
que hoy apenas muri por el dao del fro y por la enfermedad cuando corrimos por las montaas. Mis
niitos los tapamos con un trapo su boca, para que no se los escucharan los soldados y la Seguridad
Pblica. Tena mi cafetal, tena mi potrero, tena mi ganado, tena todo, pero lo que pasa, se lo robaron
todo quin agarr todas mis pertenencias?. Son la Seguridad Pblica y todos los grupos que andan
armados. Yo terminaba de sacar mis pertenencias y empezaron a quemar mi hogar. Ahora quemaron mi
casa. (AC40)
Lo calmaron un rato ese disparo, pero volvieron a regresar otra vez. Ese que fue a disparar cerca,
entonces se lo volvi a echar a ese que estaba vivo. Entonces s, lo mat bastantes, o sea cuando fueron
hasta a disparar primero, s, quedaron bastantes todava vivos, cas heridos, pero volvi a ir entonces, y
volvi a disparar y fue ah donde lo mat bastante (AC37).
Cuando pude salir fui a ver a mis hermanas. Una de ellas estaba viva, pero ya no pudimos sacarla
y muri. Salimos con mi hermanito todo baado de sangre; hoy todava lo ba, me cost sacarle el
sangre. l estaba boca abajo; mi mam muri; dos hermanas ma. Uno de mis hermanitos estaba vivo,
cuando salimos, me dijo: A mi no me dieron, solo le dieron a mam. Empez a llorar (AC2).
El 22 de febrero [de 1995] en la comunidad de Las Tazas del municipio de Ocosingo el campesino
Aniceto Hernndez Lorenzo fue detenido por los soldados quienes le torturaron dndole de puetazos y
acusndolo de ser abigeo y de pertenecer al EZLN. Despus de golpearle los militares le pusieron un
arma en la boca cortando cartucho (CONPAZ5).
Dos casos han tenido especial repercusin pblica:
a)
La manipulacin que se hizo de los cadveres de la masacre de El Bosque. Hubo una grave
negligencia en el proceso de traslado autopsia. No se les puso tratamiento qumico y se devolvieron a
la comunidad en avanzado estado de descomposicin lo que aadido a las mutilaciones propias de
una autopsia los haca irreconocibles. Algunas personas en la comunidad quisieron ver en esto un
signo de burla (no valen ni muertos) y una amenaza. Para la PGR y la CNDH se trat de una
lamentable impericia forense de carcter involuntario (SJL5).
b) El asesinato del dirigente Jos Tila, horas despus de dar su testimonio, en febrero de 1998, a la
Comisin Internacional de Observacin por los Derechos Humanos. Hubo un ensaamiento con el
cadver y una exposicin pblica interpretables como qu es lo que podra ocurrirles a aquellos
quienes como l dieran su testimonio de lo que ocurre en la zona.
Un indgena chol de la zona norte que ayer se entrevist con miembros de la Comisin Civil
Internacional de Observacin por los Derechos Humanos, fue asesinado a balazos, presuntamente por
integrantes del grupo paramilitar Paz y Justicia. Su padre logr zafarse y se tir a un barranco ubicado
a un costado de la carretera, pero Jos Tila Lpez Garca fue acorralado por los siete jinetes y le
dispararon dos veces en el pecho con un arma calibre 22 y luego le asestaron 16 machetazos,
cercenndole la mano derecha, los dedos de la mano izquierda, parte de la oreja y la nariz, adems de
que le partieron la cabeza75.
Los rumores se originan por el clima de ansiedad generalizada y la necesidad de tener informacin
sobre las posibles amenazas. Algunos de los xodos masivos de desplazados se han generado por el
crecimiento imparable de rumores que nadie puede confirmar ni desmentir. Algunos tuvieron su origen en
actos intencionales, otros en el clima de ansiedad y tensin en que hay que vivir cada da.
Nos dijo que se senta triste porque hay noticias (rumores) que les van a perjudicar. Dicen que
nos van a matar. Van a entrar de noche o de da. Por eso tenemos miedo. Juan nos dijo que tiene miedo
que van a entrar los de la Seguridad Pblica porque estamos un poco organizados, que van a venir con
armas los comisariados y los de Seguridad Pblica.(AB1)
Tras los lamentables sucesos del da 13 de diciembre (una emboscada cerca de la comunidad Los
Pltanos), empezaron los rumores en las comunidades de Unin Progreso, Chavajeval y Alvaro Obregn
de que la Polica de Seguridad Pblica, y el Ejrcito Mexicano entraran a masacrar a toda la
comunidad (CDHFBC. Presunta Justicia. Marzo 1999. pg 37-38)
ah tambin omos as noms rumores que hay alguien que puede ya avisar cuando van a venir
los pristas, los Militares, Seguridad Pblica. () Hay dos semanas que amenazan: maana van a morir
o pasado maana van a morir, o a ver cmo vamos a atraparlos ustedes, primero los dirigentes de esa
organizacin, lo van a matar.() Yo y mi pap, nos fuimos al monte. Como una semana fuimos al monte,
una semana sin comer, con posolito, una bolita y buscando ah unas mazorcas, comiendo cada semilla.
Con mi hermano, Juan, fuimos al monte, pero nos separamos, cada uno por su lado. () Mi pap iba
cayendo all con su bastn, ya no muy puede caminar, pues. Es tiempo de lluvia. () me enferm cuando
estamos en el monte, porque no coma. Por eso me enferm, del estmago, un poco de diarrrea, porque
comimos frutas que se encuentran all en el monte. Puro monte all, caminando (AC41).
Mardonio Morales, prroco de Bachajn, manifest que todava se contina con un clima de
tensin y zozobra provocado por una serie infinita de rumores que no hacen otra cosa que aumentar el
miedo en la poblacin. Concluy que los planteles educativos y el comercio permanecen cerrados y que
el clamor de las comunidades es de paz, orden y justicia (Peridico Cuarto Poder. 28 mayo 1996).
Los rumores pueden ser tambin un elemento protector. En Acteal hubo avisos de que algo se
preparaba, pero como los rumores llegaban diariamente, la comunidad ya no haca caso. Y en esa ocasin
la amenaza era efectiva. Son signos tambin a leer.
Ya como a la una o dos de la maana [nos vino a avisar] pero no le cremos porque de diario nos
decan que nos iban a matar. (...) A diario estaba ese rumor. Ya cuando nos dijo Jos, pues ya no le
cremos. Nadie le crey. (AC42)
En un oficio dirigido al director general de los servicios educativos para Chiapas, los directores de
los planteles escolares de la zona dan a conocer que debido a la falta de garantas para la seguridad
fsica de los alumnos, as como por la psicosis que persiste entre la poblacin de Bachajn por los
hechos de violencia suscitados en esa comunidad indgena, afirman que no reanudaran las clases hasta
que retorne la tranquilidad social a esta rea de conflicto (Cuarto Poder. 28 de mayo de 1996).
Cuando sali, agarraron y llevaron al poste. Y amarraron, entonces fueron a amarrar en el poste
de luz. Pero estaba muy lluvioso, ah mojado, cuando amaneci mojado, mojado. Y sal en la maana y le
v all amarrado. Estaba vivo. No fui a platicar porque tena miedo, porque ah estaban cerca los
paramilitares en una casa ah. (AC74).
Ya tenamos tres meses en ese lugar. Y s ah estaban molestando, diciendo cosas de que fueran a
matar y todo eso. Durante estos tres meses que tuvimos ah, nos sentimos, estbamos con miedo, porque
nos decan que s, que ya venan, ya tena, ya venan de la comunidad de Los Chorros, entonces, decan
que ya nos venan a matar, entonces estbamos con miedo (AC37)
El miedo no es tampoco, al entender de las personas, necesariamente malo. En muchas ocasiones
ayuda a sobrevivir porque permite mantener una actitud de alerta y estar vigilantes a los peligros. Las
personas que no tienen miedo son muchas veces las primeras en sufrir las consecuencias de la amenaza:
O sea que lleg un helicptero muy bajito a nuestra comunidad pas muy bajito. Entonces nosotros
habamos ido a trabajar, pues, a ver nuestras milpas. Otros a limpiar, otros a ver sus ganados (...)
cuando vimos que haba muchos helicpteros bajitos, entonces haba mucho miedo, nosotros fuimos a ver
qu fue hacer (...). Nosotros nos dimos cuenta arriba en nuestra comunidad ah se encontraba un grupo
de gente entre seguridad pblica o las guardias blancas de Los Pltanos que nos miraban hacia nuestra
comunidad, nos vigilaban si hacamos algo nosotros (...). As pas el da 9 y nosotros ah estbamos, solo
escuchamos que los perros ladraban mucho por la noche, se escuchaba como si alguien estuviera
andando por ah, entonces en la noche como a las nueve o las diez hubo personas que escucharon que
alguien estaba andando en la montaa, que se escuchaba que hablaban. Entonces fuimos a escucharlos
bien, si era algn borracho. Nos dimos cuenta cuando las vacas ya tenan miedo estaban corriendo de un
lado para el otro (...). Nosotros escuchamos que estaban bajando muchas personas con armas, entonces
nosotros empezamos a tener miedo (...) nosotros nos quedamos esperando quienes iban a llegar a nuestra
comunidad pero nunca llegaron, pasaron en los alrededores de nuestra comunidad como unos 200
metros. (SJL5)
b) Desorganizacin y divisin interna de las comunidades:
" Qu porcentaje, cuantos son PRIstas y cuantos son Base de Apoyo?
T: Bueno, ahorita, ya tena un, ste, cas mitad, porque, tambin, algunas personas por la amenaza,
tambin, se dej su organizacin. Se fue al PRI, tambin, porque estn amenazados, por lo que tenan
miedo, pus, lo dej su organizacin, se volvi al mismo, donde el PRI. Por eso ahorita estn, hay 65
personas del PRI". (ET1)
c)
Provocar enfermedades.
"Muchas personas se estn enfermando del miedo. Lo que ms es problemas de gastritis. Mucha
gente se enferma de gastritis, del estmago pues. Tambin algunos de susto, pero eso es menos. Tambin
cansancio a veces les pega a la gente y sin ganas de moverse o trabajar." (ET5)
d. De la ingenuidad a la desconfianza.
La situacin de tensin constante y los hechos de violencia pueden as mismo crear tambin un clima
de desconfianza mutua tanto hacia los vecinos como hacia las otras comunidades. Una vez ms esa
desconfianza es un elemento protector, pero tambin puede ser un factor de aislamiento y ruptura social.
Ese recelo es no slo hacia las personas cercanas, sino que se hace extensiva a las estructuras del
gobierno o el Estado, dado su papel de control. La desconfianza aparece incluso ante los propios grupos
de derechos humanos y observadores internacionales, como manifestacin extrema de la ruptura de las
condiciones de seguridad en la vida cotidiana:
A las 11:30 llegamos a la comunidad Unin Progreso. Nos recibieron nicamente un grupo de
hombres. Las mujeres y los nios se encontraban en sus casas, ya que existe todava mucho temor. Los
hombres nos pidieron informacin acerca de sus compaeros desaparecidos. (...) Al solicitar nosotros
datos concretos sobre los hechos y personas desaparecidas se mostraron muy desconfiados. Finalmente
nos dieron alguna informacin (se adjunta lista [de desaparecidos]). Posteriormente platicamos con los
familiares de los fallecidos (salieron las mujeres y los nios). (...).
A las 15:30 nos dirigimos a la comunidad de Chavajeval donde solo se encontraban hombres y
jvenes fuera de la comunidad. Nos acercamos para preguntar por un representante. La comunidad se
mostr muy desconfiada, dicindonos que ah no haba pasado nada, que no necesitaban nada y que
furamos a cuidar otras comunidades donde si estaban en peligro. Lgicamente no pudimos
documentar (Informe de la Brigada de Observacin a las Comunidades Unin Progreso y el Bosque al
da siguiente de la masacre del 12 de junio de 1998. Miembros del CDHFBC, CONAI, PRODUSSEP,
Organizacin para Indgenas, CEPAZ, Fundacin para los Nios y FZLN ).
Otros signos de esa desconfianza extrema se manifiesta en la aparicin de tesis inverosmiles,
como por ejemplo la originada a partir de un pequeo lote de medicamentos caducados de un envo de
Cruz Roja Mexicana76 que ha corrido como rumor y puede encontrarse repetida en diferentes
comunidades:
Nos dijo que hay 6 maestros pagados por el gobierno. Tambin llega el servicio mdico de
salubridad del gobierno (a cada 8-15 das) vienen a ofrecer medicinas a los pobres. Pero l nos dijo: ya
no lo agarramos porque a veces nos quiere matar con veneno, y por eso tenemos miedo. (AB1)
"Quien sabe qu medicinas van a traer. Esas son medicinas que no valen, medicinas que
matan". (CCIODH3)
" A nosotros no nos entregan las buenas medicinas. Hay promotores de salud que son propios
del gobierno. Las mejor medicinas las quedan ellos para hacer ms negocio." (CCIODH3)
76
Cuando estaba mi esposo me senta mas alegre. Ahora cambi mi vida, no hay quien traiga la lea,
el maz. Sufro de enfermedad, no hay dinero para medicina de mi hija, ni para la comida. (SJLb1).
Para las viudas y esposas de presos les resulta as mismo un reto muy fuerte la crianza de sus hijos,
ya que sin la presencia de su esposo, es ms difcil poner lmites a los hijos y a veces manifiestan ellastos no les obedecen. Los nios sufren y estn muy tristes porque estn sin su pap:
Me incomodo mucho, me duele el corazn y mi cabeza me da calentura y clico porque 2 de mis
hijos no me obedecen y uno se emborracha. (SJLb2)
El sufrimiento es intenso pues han perdido al compaero con quien compartan las responsabilidades
y los afectos: Cuando estaba mi esposo, contento estamos, ahora siento pura tristeza, siento pesadilla
en el cuerpo, ya no como contenta porque antes comamos juntos. Tengo 3 hijos de 6, 5 y de 1 ao.
(SJLb3)
Tal y como se ver ms adelante al hablar de Acteal, donde la mayora de asesinados fueron mujeres,
los viudos tambin tienen que enfrentar nuevas responsabilidades y una sobrecarga emocional y de
trabajo. Deben asumir nuevas tareas a las que no estn acostumbrados, no salen de su casa y no tienen el
trabajo en comunidad que los otros hombres. Refieren mucha preocupacin por sus hijos y dificultad para
organizar y planear su vida.
Los hurfanos lloran mucho. Manuel Mndez (viudo) tiene que cuidar sus 5 hijos llora mucho por
su esposa. Su suegra lo cuida y tambin llora al recordar su hija (ACSM1)
Ahora no s lo que voy a hacer porque ya est muerta mi esposa,. Yo tambin quisiera estar
muerto. No s cmo voy a comer, tengo que lavar y hacer la comida. Mi cuerpo est dbil, me siento
cansado, triste. No salgo a cosechar, ni a trabajar ni a limpiar mi cafetal, ni a limpiar la milpa, ni a traer
lea. No hay tiempo para salir, todo el da aqu encerrado. (ACSM2)
7. La perspectiva individual.
Ms all de las consecuencias comunitarias, existen consecuencias individuales de tipo psicolgico o
psiquitrico. A continuacin se presentan los resultados de la investigacin de varios casos individuales:
un promotor de salud que tiene que vivir en condiciones de sufrimiento extremo en la montaa y varias
mujeres sobrevivientes de la masacre de Acteal. Todos ellos reflejan esa perspectiva desde la subjetividad
individual.
1. Vida en la montaa.
Los siguientes prrafos corresponden a la transcripcin de una entrevista realizada para este
informe con un promotor de una comunidad en la que recientemente acababa de entrar el ejrcito.
Tras varias semanas en la montaa, en la actualidad vive, como muchos hombres de su
comunidad, en una situacin semiclandestina, bajando a ver a su familia por las noches o en momentos en
que hay poca presencia del ejrcito, y permaneciendo huido el resto del tiempo por temor a ser apresado
aunque no pese ningn cargo sobre l. En la entrevista se describe la situacin de la comunidad, su
situacin personal y algunas formas de enfrentar la situacin.
La situacin de la comunidad.
"Tienen miedo y se sienten tristes y sienten dolor. Creo que es ms fuerte incluso que desde el
noventa y cinco. La presencia de la Seguridad Pblica es ms fuerte. Ahora la gente se preocup mucho
(...). La gente se desanima. Cuando la gente sufri la entrada del ejrcito, eso dio coraje a la gente, pero
ese coraje tuvo que aguantarlo, porque el gobierno quiere que haya enfrentamiento entre pobres (...)
Ellos organizan gente como el grupo MIRA para que haya enfrentamientos entre campesinos (...) Luego
ellos se lavan las manos. La polica dice que mandan para proteger la comunidad (...) eso no es cierto.
La comunidad se puso muy triste pero trat de calmar el coraje porque no quieren enfrentamiento entre
pobres.
Queda gente en la montaa?. S, queda algunos.
Por qu estn ah todava?. Porque est la Seguridad Pblica y si se aparece por la comunidad lo
agarran. Es por eso. Hace seis meses que las autoridades no pueden entrar en su casa. (...) No pueden
traer lea ni comida (...). Si llegan los van a agarrar (...) Tienen orden de aprehensin las autoridades
(...). La familia lo pueden ver escondido. (...) Ellos dan el nimo y el valor. La familia anima al hombre y
el hombre anima a su mujer y le dice que no se ponga triste, que es por la situacin, que ya se va a pasar.
Cmo est esta gente?. Estan pasando mal. A algunos ya les peg paludismo por la mosca que le
pica o enfermaron de diarrea por tomar agua sucia. A veces comen y a veces no comen, porque no es
igual a como estar en la casa, pues, estar uno en su casa.
Cmo se encuentra la gente que qued en la comunidad?. "Est triste. La tristeza se v porque antes
hacan fiesta de cultura o tradicin. Ahora no pueden hacer mucho de su fiesta. Ah vemos que porque
tienen miedo de la seguridad pblica y de la MIRA (...) Los nios no pueden salir de sus casas. No es
como antes que salan a jugar. Tanto como los priistas, jugaban revueltos. Andaban en las calles, en las
fiestas. Ahora ya los jovenes y las jovencitas no pueden estar en la calle porque la seguridad pblica
hacen recorridos diarios en las calles y tienen que estar encerrados en sus casas".
"La gente habla despacio. As, por el miedo y como que se quedaron asustados. No pueden
platicar muy bien. Platican as escondido, en la casa. (...) Se ve a veces que la gente no quiere participar
por el miedo en las reuniones. Conversan, pero escondido, no van a reunin. O si llegan, llegan con
miedo y estn muy callados".
"He visto seoras grandes que estn enfermos. Por lo grande y por la enfermedad ya no pueden
hacer, ya no aguanta la presin y la provocacin y estn muy tristes (...) Algo se quita la tristeza cuando
llora, su corazn se queda limpio".
"La gente le da dolor de cabeza de estar pensando en qu manera vamos a enfrentar la
situacin".
Enfermedades?. Pues ms que nada infeccin de ojos, del estmago.... mucha infeccin en los nios
por falta de alimento (...). La gente vende la gallina, el huevo, lo que cosechamos... No lo puede comer.
Ah empieza la enfermedad del estmago. La gente sufre mucho de lcera y gastritis porque no hay
alimentacin adems del nervio, el sentimiento y el miedo".
La situacin personal. Yo estoy bien perseguido por los priistas, paramilitares y los soldados y la
seguridad pblica. Ya tres veces han llegado los soldados y han rodeado la casa apuntando con sus
armas. Dicen que vienen buscando a otra persona, a un tal Juan Alvarez. Ese da estaba yo y les dije : Yo
no s dnde vive esa persona. Es un pretexto, una manera de conocer mi casa. La ltima vez fue el siete
de octubre, hace cinco das. Llegaron otra vez, llegaron doce de Seguridad Pblica a mi casa. No estaba
yo. Estaba nada ms mi esposa. Preguntaron si estoy yo. Entonces ella se asust. Ella qued muy
asustada y sobre todo mi hija de catorce aos porque pensaba que disparaba, pues, porque le apuntaba
con el arma. Ellos queran que me buscara para hablar. Ella les dijo que no saba dnde estaba, aunque
s estaba yo pues, escondido. Se fueron y volvieron al rato. Dieron vuelta. Todos estbamos asustados en
la casa. Entonces ya llegaron con una cita, pero la cita es en el penal de Cerro Hueco, pero no es mi
nombre si no que es nombre de mi abuelo. Se fueron y volvieron de nuevo al cabo del rato y rodearon la
casa de nuevo. Todo es por asustar y meter miedo y que no se mueva la persona. (...) Porque ellos saben
que estuve participando con los campamentistas y que iba a la casa de ellos y no quieren que nadie hable
con los campamentistas. (...) Ellos piensan que yo estoy denunciando los hechos, las cosas que suceden y
no quieren eso y por eso me amenazan y vienen, pero yo creo que tengo el derecho de denunciar porque
no son mentiras sino que son verdades lo que est pasando en mi comunidad con el Ejrcito y la
Seguridad Pblica. (...) Tengo miedo cada vez que voy a la casa porque tal vez los voy a encontrar
esperando y otras veces no tenan orden de detencin y han entrado violentamente y se han llevado
personas a Cerro Hueco o les han disparado nomas
Los sueos. "Tengo muchas pesadillas, de que me van a matar, de que me persiguen. Los sueos me
avisan. Por ejemplo, si sueo con un perro que muerde, ese da ya no voy a trabajar. O si sueo con
puros muertos que conozco, que tambin es aviso de que te va a pasar algo pronto o te vas a morir. A
veces es gente que hace muchos aos que se muri y converso como que est vivo".
La enfermedad. "Por eso a veces me pega enfermedad o me da dolor de cabeza, tal vez por la presin
pues. (...) Pero no puedo callar porque siento en mi corazn como un fuego que arde, porque hay mucha
provocacin y siento que tengo que hablar por esta injusticia que hay. (...)
Los apoyos. "Es importante que veo que no estoy solo, que estoy acompaado No pudo fallar. (...) Tomo
fuerza a parte de Dios, porque s que Dios es poderoso y nos va a ayudar, pero no con las manos
cruzadas (...) Tambin nos ayuda mucho la oracin de un principal. El hace con la sabidura, no como
un predicador que la aprende de la lectura. El principal tiene una oracin especial que nos anima y nos
ayuda. Eso, la traidcin, la costumbre, nos ayuda mucho. Ese principal tiene una sabidura que naci
con ella, que nunca la podremos alcanzar".
1.
Casos de Acteal.
Los siguientes dos testimonios corresponden a dos de las mujeres supervivientes de la masacre
de Acteal. La primera es con Rosa Gmez Cruz, de 29 aos, a la que visitamos en el campo de
desplazados Acteal-Abejas, en el Municipio de Chenalh77.:
"Estoy igual que estaba, no puedo caminar. Slo un poco alrededor de la casa con muleta. (...)
Algunos compaeros estn haciendo la comida para mis nios y mantenindolos. (...) No participo en
nada en la comunidad porque cmo? [se encuentra en una zona escarpada y le es imposible llegar a los
espacios comunales porque se trata de un camino cas vertical]. En casa me ayuda una vecina. Don
Agustn, aqu al lado, ayuda a hacer la comida". "Mi marido est trabajando todo el da. l cuando llega
es que me est ayudando a poner el agua y sus frijoles...".
"Al principio tena tristeza en el corazn, pero estoy mejor, lo siento ms tranquilo. (...) Me
siento mejor cuando viene alguien a visitarme y lo siento tranquilo. (...) Intento no pensar porque a veces
pienso en muchas cosas y con ese pensamiento se enferma la persona. (...) Pienso sobre todo en mi
cuerpo, en que no puedo hacer nada, que no puedo caminar. Estoy cansada de estar todo el da sentada.
(...) A veces me acuerdo de mi hija que muri. No siempre. De vez en cuando, al ver sus ropas... (...)
Ahora las usan sus hermanos. (...) Del resto de cosas no s qu le hicieron. Cuando yo volv del hospital
ya no haba nada de ella."
Los sueos. "Antes mucho. Ahora ya menos, porque estoy ms tranquila. Son los dolores que no me
dejan dormir por la noche. (...) A veces tengo sueos en que veo a mi hija y me est buscando. Mi hija me
habla. Yo le pregunto que dnde est y ella responde que est bien, que est tranquila, que tal vez nos
juntemos-..."
Miedo "Mucho, al escuchar una cosa que suceda, algn ruido. Cuando tronan cohetes al rezar los
ancianos"."He escuchado que no estn todos detenidos, todos los repsonsables. Mejor que paguen todos.
Hay rumores de que pueden provocar de nuevo".
El apoyo de la gente "Bien, me estn ayudando a hacer las cosas. Me gustara que me visitaran ms,
porque eso me anima mucho, pero tal vez no tienen tiempo, tal vez por sus trabajos....
Su hija Hermelinda, de diez aos, tiene una cicatriz de una bala que le cruza el lado derecho de la
cara: "Ella no sabe todava qu pas. Tuvo mucho miedo. Se escondi en el cafetal... No ha olvidado todo
lo que ha pasado. Ahora siempre tiene miedo al ver a los soldados que pasan con sus armas. (...).
Siempre que sale a jugar con sus amigos le preguntan. Ella explica que le peg una bala. Le mejora
jugar. Siente tranquilo su corazn. Jugando se le olvida un rato lo que ha pasado" (ET3)
Catarina Mndez Paciencia, tiene 20 aos y fue entrevistada tambin en el mismo campo de
desplazados78
Qu es lo que ms te preocupa? "Ms que todo que no puedo tortear porque me duelen las manos y no
tolero el calor. (...) Al sentarme tengo mucho dolor en la espalda, piernas. Tambin tengo muchos
dolores al lavar. (...) Crea que iba a morir (llora). Tengo tristeza sobre todo por mi cuerpo, porque no
puede andar, porque no puede hacer trabajo, por el dolor en mi cuerpo. Pienso mucho en mi cuerpo y en
77
Rosa recibi numerosos impactos de bala procedentes de diferentes agresores presentando graves heridas en muslo
y pierna izquierda con fractura conminuta expuesta de fmur y fractura con desplazamiento del tercio proximal de la
tibia. Durante la misma agresin fallecimiento de numerosos vecinos y familiares de primer y segundo grado bajo los
que queda inicialmente sepultada. En especial su hija mayor, de 12 aos, muri en el mismo episodio en que ella fue
herida. Dos hijas de 10 y 5 aos sufrieron tambin impactos de bala. En el momento de sufrir el ataque estaba
embarazada de 38 semanas, siendo necesario el parto por cesrea en las 24 horas siguientes, siendo dado el nio al
cuidado de una familia conocida hasta la recuperacin de la paciente. No ha podido an recobrar a su hija.
Permaneci ingresada durante 4 meses en el hospital de Tuxtla Gutirrez donde fue intervenida quirrgicamente
rectificndose las fracturas con clavos y mantenindose reposo con traccin. Ha quedado imposibilitada.
78
Catarina recibi impactos de bala procedentes de diferentes agresores presentando heridas en ambos brazos, con
abrasn de metacarpianos en mano izquierda, en pierna con parlisis total del pie derecho, y en glteos. Ha
presentado una mala evolucin de sus heridas con abcesos e infecciones recurrentes. Durante la misma agresin
fallecieron seis miembros de su familia, entre ellos su madre, nueras y sobrinos, as como varios vecinos y amigos.
si me voy a sanar todava [han pasado ya nueve meses y los mdicos le dan pocas posibilidades de
mejora]. Slo pienso en poderme sanar, en poder hacer mi trabajo"
"Tambin me acuerdo mucho de mi madre que muri por las balas. Si estuviera ella me
ayudara. Por mi pap, por mi hermano que nadie los puede cuidar, lavar sus ropas..."
Sueos?. "Sueo con mi mam. Al vernos nos ponemos contentas Le pregunto: Por qu fuiste ah?. Y
que nosotros fuimos llevados a ese lugar (...) Ustedes no pueden ir donde estoy yo. Ah nos tienen
controlados, hay gente que me est cuidando. Estoy bien. (...) Ella pregunta por sus hijos".
Los sentimientos. "Tengo miedo. Cada vez que disparan en la noche los militares me pongo muy triste
que si vienen otra vez a masacrar"
"Quiero no pensar en lo que pas. Quiero abandonar el problema. Gracias a Dios que qued
viva, aunque no san bien. Me ayuda trabajar".
"No estoy enojada con los que hicieron esto, pero todo lo que hicieron tienen que pagar cuando
se mueran. (...) Ellos vinieron obligados, no saben. (...) Me gustara que fueran a la crcel porque yo
estoy sufriendo dolores y ellos tambin deben sufrir. (...) A veces me los encuentro y al ver su cara de los
responsables me da miedo y tambin vergenza porque no puedo caminar".
Los apoyos. "Lo que ms me ayuda es que la gente me visite. Siento ms tranquila al ver la cara de otra
persona como si fuera mi familia. Me pongo un poco mejor. Si estoy solita me pongo ms triste. (...) A
veces no vienen a visitarme, porque no tienen tiempo". (ET4)
Muchos de los testimonios recogidos por los centros de derechos humanos lo han sido desde
perspectivas jurdicas y no comunitarias, es decir en ellos no se ha recogido el impacto y la vivencia de la
gente, sino ms bien los hechos, autores y datos objetivos. Tambin mucha gente ha tenido dificultades
para expresarse en su propia lengua. Por ltimo, en la cultura maya algunos sentimientos son reservados y
no se expresan. Los sentimientos de clera golpean y muchas veces los ancianos consideran que no es
conveniente expresarlos. Hay autoridades que consideran que expresar sentimientos negativos debilita a
la persona y en ese momento es ms facil enfermar. Por ejemplo, expresar clera o ira delante de nios
que no tienen un cuerpo que pueda tolerarlo podra enfermarles y no deberan estar presentes79.
Todo ello hace ue sean escasas las referencias a los sentimientos de las personas en muchos de
los testimonios recogidos por los grupos de defensores. As y todo hay alusiones suficientes para hacer
ver las graves secuelas traumticas en algunas personas. Los problemas ms frecuentes son los asociados
a la tensin nerviosa (dolor de cabeza, problemas digestivos, insomnio, etc.) las enfermedades (que
supone, adems de consecuencia del sufrimiento fsico extremo, la forma en que el cuerpo se quiebra por
la pena en la cultura maya), las reacciones de pnico y la tristeza:
"La mayor parte de la gente con quien pudimos platicar sufre de vomito, mareo, problemas
respiratorios, y dolor de cabeza como efecto del gas lacrimgeno. Las mujeres y nios quienes mas
sufrieron las agresiones se encuentran enfermos de espanto. El nio que fue testigo de la muerte de su
padre, Mximo Gmez, se encuentra traumatizado, llorando y gritando constantemente" (OICHB).
Un seor se escondi en una cueva de la montaa y se qued dormido y lo sacaron con la mitad
paralizada. Pareca borracho, cuando vea gente, se pona a gritar (AC40).
Mi esposa Mara tiene enfermedad. Tiene dolor de estmago y est muy dbil ya y triste tambin,
cmo va a mantener a sus hijitos. Por eso es que tena tristeza. Estn un poco triste tambin, tienen
tristeza los nios. (AC59)
Las compaeras que estuvieron en Amparo presentan sntomas de una fuerte tensin nerviosa
cuando pasan carros militares. Se esconden visiblemente atemorizadas. Todas presentan sntomas de
insomnio (OIAAG1)
Hablaron que algunos de sus hijos y esposos estn amenazados de muerte, en particular los
lderes de Las Abejas. El pnico se refuerza con numerosos rumores que llegan de Canolal y TzanemBoln amenazndoles de que les van a matar. Para algunas de ellas las noches se convierten en eternas
79
pesadillas y no pueden conciliar el sueo por temor a un nuevo ataque. (Informe de la visita a Tzajalchen
(Chenalh) 11-14/02/98)).
La verdad si no hay un solucin, se ve, tambin, que va sufrir mucho, va venir mucho la
tristeza, la enfermedad (...) , porque estn sufriendo (OICH1)
La agresin provoca una ruptura de los proyectos vitales. La persona pierde el control sobre su
vida. Hay grandes dificultades para el estudio, el trabajo normal, tener nueva familia.
Lo que define, en un sentido amplio todas estas situaciones, es un estado de duelo. Un duelo por
los proyectos perdidos, la casa o los enseres destruidos, las ilusiones que no pueden ser, los amigos o
familiares que se perdieron, el proyecto social o comunitario desmantelado. Duelos repetidos en un
proceso de llover sobre mojado, de retraumatizacin, que puede impidir que se vayan superando poco a
poco, porque nuevas circunstancias se aaden a las que ya existen. Las condiciones no permiten que los
mecanismos normales de resolucin de los duelos y transiciones que constantemente se realizan en la vida
puedan desarrollarse.
A todo ello se podrn aadir las consecuencias particulares en determinados colectivos
especialmente afectados por la guerra: personas que han sufrido malos tratos o tortura, presos polticos,
familias que han debido desplazarse y buscar refugio...
En general los ancianos son una poblacin bastante vulnerable por su condicin fsica. Los viudos
no tienen suficiente confianza con sus nueras, y pedirles y recibir su ayuda genera en ellos vergenza
y conflicto. Los representantes comentan sobre su situacin: Antes de venir no trabajaban, pero
cuidan sus animalitos y ahora vinieron y ya no saben que hacer, medicina ya no les cura. Piensan
que van a morir porque hay rumores de otras masacres y no van a poder correr, entonces se
enferman (op. cit. pg. 7).
La dispersin que existe en algunas familias que se separaron por no coincidir en la decisin de
buscar refugio. El no poder retornar, aunado al temor de perder sus bienes familiares (la tierra)
genera mayor tensin, hecho que todos los desplazados comentan. (Op. cit pg 6)
80
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas. Impacto Psicosocial de la masacre. En
Acteal: entre el Duelo y la Lucha. San Cristbal de Las Casas. 1999.
81
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas. Memoria Talleres 1998-99 (mimmeo)
Estamos preocupados porque estn diferente a antes del 22 que juegan tranquilo, ahora no, porque
no hay espacio, estn desnutridos, tienen enfermedades por los zancudos, las letrinas tienen muchos,
tienen dolor de cabeza, del estmago, mareos, vmitos, lloran, sufren porque no se les puede comprar
sus dulces o refrescos o lo que piden, no tenemos dinero, y se quedan callados, no juegan. Lloran toda la
noche y despiertan continuamente por los moscos. Se sienten hurfanos, son 20 familias que tienen
hurfanos. Igual que nosotros, estn as porque lo vieron la masacre. Estn asustados. (Op. cit.)
Condiciones de vida.
El hacinamiento, as como las malas condiciones de las viviendas, la falta de tiles y muebles
genera conflictos entre las familias. Adems la falta de espacios abiertos les imposibilita caminar
libremente y que los nios corran y jueguen. Se sienten en un encierro permanente, extraan caminar
por el campo". (op. cit pg 11) Todo ello supone una reestructuracin de la vida cotidiana, una
organizacin del espacio y falta de poder decidir sobre su vida que choca con las formas tradicionales
de organizacin de las comunidades y la vida en libertad.
Ac somos desplazados, perdimos todo, estamos tristes, pas la masacre los desaparecidos,
no es igual ya la vida. Estamos encerrados como marranos
"Estamos preocupados, hay mucho trabajo , no hay espacio para todas las casas, est escasa
la lea, comemos pura tortilla no hay pozol entonces nos da diarrea la harina minsa
Impacto de la impunidad
Mucha gente "se sienten defraudados, burlados, engaados, violentados". En varios testimonios sobre todo de viudos- aparece la rabia contenida por la lentitud del proceso judicial, la no voluntad del
gobierno para reparar los daos por todas las prdidas materiales, por el maltrato de las instituciones de
salud en la atencin a los heridos, por el no desarme de los "paramilitares", pero s la militarizacin - que
para la poblacin significa otro factor de estrs ms -" (op. cit pg 4).
El siguiente cuadro describe l los problemas ms frecuentes y las causas asociadas a ellos,
manifestados por los familiares afectados por la masacre.
Qu nos pasa?. Qu
siento?.
Por qu?.
Llanto
Susto
Inquietud, nerviosismo todo el da.
Tics nerviosos
Sentimiento de soledad
Tristeza
Desnimo
Pensamientos repetidos de lo que pas
masacre, de la violencia, el futuro, los
familiares u otros.
Preocupacin permanente por su futuro.
Pensamientos "que se meten".
Miedo constante
Temor de no poder salvarse de la muerte.
Mareos
Palidez
Desmayos
Pesadillas, problemas para dormir
Falta en el apetito.
Debilidad del cuerpo
Problemas de estmago
Estreimiento
Dolor de cabeza
Dolor de huesos.
Calentura
Dolor en el corazn.
Palpitaciones frecuentes
Siempre cansada.
Dificultad para caminar.
Pasvidad
MUJERES
- Recuerdos permanentes de familiares muertos, de pertenencias perdidas.
- Intranquilidad por rumores constantes de prximas agresiones por parte de "paramilitares" que estn libres y sealados
como responsables de la masacre y porque oyen disparos cerca.
- Pasvidad, no pueden salir a caminar, encierro total no hay espacio en la comunidad el terreno es limitado sin espacios
abiertos.
- Falta de actividad en la comunidad
- No pueden ir a sus tierras, casa, ni recoger lea.
- Sobrecarga de trabajo por la muerte de hijas mayores. Ellas hacen ahora todo lo del hogar, se cansan mucho.
- Abuelas tienen que cuidar nietos hurfanos e hijos viudos sobrecargndose de trabajo.
- Falta de personas de confianza para hablar sobre ellas mismas.
- Preocupacin por que el retorno es inseguro y perdern su cosecha.
- Se estn enfermando ellas y sus hijos por el cambio de alimentacin, condiciones insalubres, intemperie.
VIUDOS
- Prdida de esposa, madre, hermanas, familiares cercanos.
- Asumen rol de mam y eso les crea conflicto. Realizan actividades de mujer lavar, cocinar.
- Encierro, no salen a trabajar. No pueden limpiar su milpa, su cafetal.
- Sentimiento de no poder con la responsabilidad de los hijos, mucha preocupacin por ellos.
- Enfermedades por cambio de alimentacin
- Reclamo, enojo, tristeza porque algunos "paramilitares" sealados como responsables de la muerte de sus esposas estn
libres y hacen lo que quieren a diferencia de ellos que estn encerrados en el campamento Acteal.
- Intranquilidad por rumores de otras agresiones.
- Incertidumbre, falta de perspectivas de futuro
- No saben qu hacer.
- Desnutricin
Qu nos pasa?.
Qu siento?.
- Dolor de cabeza, cuerpo, estmago
- Mareos
- Vmitos
- Llanto
- Calentura
- Problemas de sueo, pesadillas
frecuentes, despiertan por la media noche
con llanto
- Falta en el apetito
- Permanecen callados por largo tiempo
- Se aslan.
- No juegan con gusto
- Aspecto triste, plido.
Por qu?.
NIOS
- Prdida de padres, madre o padre, hermanos
- Viven a cargo de abuelos
- Testigos de la masacre.
- Poco espacio para jugar, correr. Encierro.
- Conflictos permanentes por el hacinamiento
- No van a la escuela (ni educacin preescolar ni primaria ni secundaria).
- Inseguridad
- Desnutricin
- Piden regresar a su comunidad.
- Secuelas fsicas:
Efran: matan a su mam, brazo y mano derecha destrozados.
Zenaida: herida de bala en la cabeza, dao irreversible ceguerra de por vida. Pierde a sus paps y hermanito.
Los provocados en la zona norte (municipios de Tila, Sabanilla, Tumbal, Salto de Agua) por las
acciones de los grupos "paramilitares" Paz y Justicia y Chinchulines. Se estima que hay alrededor de
cinco mil personas desplazadas de unas 20 comunidades. Se trata de desplazados que han
abandonado sus comunidades de origen para ser acogidos en otras comunidades vecinas, por lo que
su presencia es poco evidente. Suponen, con todo, una sobrecarga para las comunidades de acogida,
donde deben convivir varias familias en una casa u ocupan terrenos de cultivo.
b) Desplazados de la zona Altos que no pueden ser asumidos por las comunidades y que se agrupan en
campos de desplazados. En este rgimen existen grupos en predios cercanos a San Cristbal de Las
Casas, en Tuxtla Gutirrez, y el grupo ms grande, en Chenalh. Entre cinco y ocho mil desplazados
viviran en los cinco campos de refugiados de la zona (X'oyep, Poconichim, Naranjetic, Acteal,
Polh). Los campos son aqu como pequeos campos de concentracin, en condiciones de
hacinamiento, rodeados por el ejrcito. Se da la paradoja de que la mayora de los desplazados no
estn lejos de sus tierras de origen (muchas veces visibles desde el propio campo de desplazados),
pero no tienen posibilidad de regresar por la presencia de los "paramilitares" en la zona.
c)
Desplazados como consecuencia de los operativos del ejrcito contra los denominados Municipios
Autnomos. Se trata de personas que, huyendo de los operativos, se han refugiado en la montaa
adoptando formas de las Comunidades de Poblacin en Resistencia (CPR) de Guatemala (medidas de
seguridad y huida, auto-organizacin, re-estructuracin de la vida cotidiana para sobrevivir en la
montaa). Se estima que el operativo en Taniperlas produjo cerca de 150 desplazados, un nmero
similar en Amparo Aguatinta, y cerca de 800 en un primer momento en Chavajeval y Unin
Progreso. Buena parte de ellos han ido retornando poco a poco o se han asentado en otras
comunidades. Es difcil estimar su nmero porque hay un constante desplazamiento y migracin en
funcin de la presin militar.
d) Desplazados de filiacin Priista que temen la cercana de la zona de conflicto o que se sienten
amenazados por las bases de apoyo zapatistas. Su nmero es desconocido, aunque puede tratarse de
varios centenares de personas en diferentes puntos de la regin, especialmente de Ocosingo, Comitn
y las Margaritas. El mayor desplazamiento se produjo en 1994, regresando con el ejrcito un tiempo
despus. Ha habido con posterioridad salidas temporales. Fuentes gubernamentales elevan
desmesuradamente estas cifras: Cuando nace el EZLN hay cerca de 22.000 desplazados que
desplaza el EZLN o sus simpatizantes porque no piensan igual que ellos. Hoy tenemos ya slo como
seis mil desplazados. . (Fernndo Cmara, Subsecretario de Migraciones y Poblacin.. Entrevista
de la Comisin Civil Internacional a Francisco Labastida.. 24 febrero 1998).
No consideramos desplazados por el conflicto armado a las expulsiones de personas o familias de la
comunidad por acuerdo comunal de usos y costumbres (ver ms adelante el anlisis del caso Nicols
Ruiz). El desplazamiento es un proceso de "limpieza poltica" por el que son obligados a huir de una
determinada zona aquellas personas que pudieran ser afines a un proyecto poltico. A ello se unen
aquellas familias que sienten el terror de la amenaza y deciden huir hacia zonas ms seguras.
A esta poblacin el dirigente de Paz y Justicia Samuel Snchez los denomina "autodesplazados":
"Exactamente tuve la oportunidad en mi poca de campaa poltica del 95 (...) de participar en el retorno
de ms de cuatrocientos o quinientos nios. Esto fue como el 21 22 de septiembre del 95. Se haban
autodesplazado algunas gentes de Salto de Agua producto de la violencia.(...)". (CCIODH6).
Desde su perspectiva como presunto dirigente "paramilitar", no deberan producirse retornos sin
antes negociar con Paz y Justicia las condiciones bajo las que se aceptara el regreso. De no hacerlo as, el
gobierno y los propios desplazados se exponen a ms violencia: Queremos sentar una nueva base social,
una nueva regla, una nueva relacin. Pero aqu el gobierno no permiti ese tipo de encuentro. Entonces
el gobierno empez a trabajar con la Polica. Retorn a ms entre mil y mil quinientos entre nios y
adultos en Jlixti, retorn de forma unilateral, sin dilogo, sin plticas. El gobierno, con el ejrcito (...)
los retorn a sus comunidades. Y nosotros decamos que no debera ser as porque debera haber un
encuentro, una pltica, un dilogo con las comunidades de las que salieron (...).
[En el ejido La Unin. Hechos. Ao 94 estbamos un poco contento. Pero en el ao 95 ms pobre por motivo la presencia de ejrcito
mexicano el 9 de febrero en todas las comunidades indgenas de Chiapas. Desde en esa fecha sigui la presencia militar en la comunidad.
Nosotros salimos en refugiados, en las montaas, 5 y 6 meses, algunos hasyta un ao, y no pudimos hacer nuestras milpas, sufrimos
mucho y mucho morimos y enfermamos. A partir del 9 de febrero sigui cada da durante 5 meses de 1995.]
Elementos Psicosociales.
1.
El desplazamiento y la huida.
Una parte importante de las consecuencias de la violencia tienen que ver con las condiciones de vida
provocadas por el desplazamiento. Se suma al peligro en los momentos de la huida, las condiciones
de vida en la montaa y la persecucin mantenida sobre algunos colectivos.
Amenaza vital. Huir para salvar la vida dejando todo botado. Yo estaba enferma desde hace tres
aos de la pierna. Cuando llegaron los paramilitares, mi esposo me carg por la montaa, pero
cuando ya nos alcanzaban, tambin corr soportando el dolor para salvar la vida. Cuando llegamos
a Polh el mdico me tuvo que cortar el pie porque empeor con la huida (AC40).
Hambre y sufrimiento en el desplazamiento. "Y cuando salieron, porque salieron huyendo como a
las nueve de la maana, pero no tenan ni cobija, con que tapar el fro, nada, as salieron. Ahi
aguantan el fro y tambin no se llevaban sus alimentos. Ahi con el hambre se estaban como una
semana. S, y no tenan nada, como estaban en el monte, no pueden cocinar ni hacer comidas, ste,
las mazorcas de maz, as lo comieron como el, ve, como uno puercos, lo comen as, as lo fueron
aguantando, una semana estn en el monte. (OICH1)
Perseguidos por el monte como animales. El sbado 18 de febrero se inici el avance del Ejrcito
Federal hacia los terrenos que ocupa el ejido La Grandeza. Ese da los soldados detuvieron a Rafael
Gmez Velasco y Mariano Santiz Jimnez cuando se dirigan a sus labores en el campo, siendo
liberados hasta el da siguiente. Su detencin caus pnico entre los pobladores y provoc que la
mayora de ellos huyera hacia las montaas. El domingo 19 alrededor de 500 soldados (...) entraron
a La Grandeza. Al enterarse de la fuga de la poblacin los militares sacaron ropas y cobijas de las
casas de los que salieron y las quemaron. Los ejidatarios que huyeron, en su mayora mujeres y
nios, salieron con tal premura que no pudieron llevar alimentos. Durmieron a la intemperie. Al da
siguiente los tzeltales enviaron a Sebastin Mena a investigar qu estaba pasando en el poblado y a
llevarles comida. Sin embargo en el camino Sebastin se encontr con una patrulla militar que al
verlo, sin mediar advertencia, dispar contra l. Despus de entregarse Sebastin fue atado y
amordazado.(...). Cuando los soldados encontraron el improvisado refugio de los campesinos
iniciaron un tiroteo continuo en contra del grupo que corra despavorido, mientras los soldados
gritaban imprecaciones en contra de ellos. Gilberto, quien se hallaba con un grupo de mujeres
llevando a uno de sus nueve hijos atado con un rebozo a su espalda, se hall frente a un soldado
quien al verle le dispar, a unos ocho metros, alcanzndole la bala en el ojo muriendo
instantneamente (...) Como resultado de este operativo del Ejrcito Federal al da de hoy
permanecen perdidos en la montaa 29 personas entre los que se encuentran tres hijos del
campesino ejecutado. (CONPAZ6).
2.
La situacin de las comunidades refugiadas se caracteriza por una reorganizacin forzada de la vida
cotidiana as como por una transitoriedad mantenida entre un presente de precariedad y aislamiento, y un
futuro incierto. Las poblaciones refugiadas manifiestan tanto el sufrimiento por las difciles condiciones
de vida como frecuentes sentimientos de apata y desesperanza hacia el futuro.
Sensacin de encierro. Falta de libertad. Voy a trabajar un poco, pero nada ms no tan retirado,
cerca nada ms, cortando caf. Estoy acostumbrado a trabajar diario, descansar no muy puedo,
porque estoy acostumbrado a trabajar. Estoy muy preocupado. Cmo vamos a vivir?. (AC59)
Eso es lo ms importante, porque el problema es que no pueden salir afuera, por eso estn igual
como esta el preso, estar encerrado, por eso estn pensando, no hay apoy,o para qu yo voy hacer,
voy bordar mi blusa, coser mi nagua. (OACH1)
Dificultades y carestas. "Porque ya vimos que ah, estamos ah en el campamento pero sus
alimentos va acabar, por eso queran regresar a sus lugares, para que trabajar, para que trabajen,
para que tengan sus alimentos, que tengan todo y as estn ms en el campamento, pues, va a hacer
mucha hambre, enfermedades, de todo, porque ahorita estn sufriendo por el agua y tambin las
mujeres, el nio, no hay donde lavarse, las ropas y todo, van a necesitar ms agua, ahorita tienen
mucho problema por el agua, por eso queran retornar a sus lugares para que as tengan bien salud ,
y si tengan alimentos para que y luego, y este que empiecen a trabajar. (OICH1)
Recordar lo que qued atrs. Pone muy triste, le llora mucho porque no es igual en su casa,
tambin, por eso queran, tambin, este, queran regresar a su casa, pus, no da igual que estn aqui
aunque estn bajo techo pero no da igual porque, uju, as es, estn muy desacomodados, tambin,
sufren cuando llueve, cuando todo, cuando hace calor, pus, da igual todo (OACH1)
Aislamiento y tristeza de los desplazados: Bueno, las necesidades son, las principalmente, para,
porque ahorita no podemos ya de salir a otros lados porque los paramilitares estn en otras casas,
ahorita estamos solo para los alimentos, es nicamente el problema para los alimentos porque no
pudimos ya trabajar, no estamos tranquilos estamos muy tristes, estamos muy tristes, (OICH1).
Situacin de los nios. En cuanto a la salud de su familia, todos los miembros estn bien pero
estn tristes, l se preocupa mucho por los nios porque no tienen donde jugar, y no pueden hacer lo
que quieren. Tienen que pedir permiso a su cuado para ver si deja jugar a sus hijos. Los nios
estn bien mal" (CDHFBC3.)
Pasividad. Apata. Desmotivacin. Tal y como lo refleja un informe del CIEPAC: "El
desplazamiento sita a gran parte de la poblacin en una dinmica de inactividad-pasvidad que es
uno de los objetivos: paralizar. La gente se siente "atarantada", no se visualiza bien por donde y
daa la autoestima de las personas. En la cosmovision indgena, la salud mental est ntimamente
relacionada con la funcin que cada persona tiene dentro de su comunidad, si pierde esa funcin, se
produce un dao" (CIEPAC # 135).
3.
Los problemas para el retorno a sus comunidades tienen que ver con la falta de garantas de
seguridad en la zona, as como las dificultades para la reintegracin debidas a las prdidas econmicas y
el clima de tensin. En la actualidad las perspectivas son complejas. Los intentos que se han hecho por
parte de algunos desplazados de Chenalh de ir a recoger el caf en sus tierras con acompaamiento de
observadores de derechos humanos ha derivado en amenazas verbales y fsicas y en robo de las cosechas.
En otras zonas se va produciendo un goteo de retornos pese a que se mantienen en la mayora de lugares
las condiciones de inseguridad que motivaron la salida.
Los desplazados expresan as las trabas y dificultades:
Necesidad de que se establezca un acuerdo unitario. "Queran regresar a su casa pero cuando hay
acuerdo, entonces. Porque Tzanem-Bolom ya un mayora de la organizacin como Base de apoyo.
Ahorita estn en Polh, ahorita desde marzo, tambin, pero si cuando regrese, hay acuerdo todo,
ste, le regrese a su comunidad y ellos estn de acuerdo, cuando van a regresar. Pero si le pedimos,
si, en especial un apoyo, que hay apoyo en la comunidad, que sea la Cruz Roja Mexicana y otros
campamentistas de otras ciudades, sera bastante bien. (OICH1)"
Las necesidades materiales al regreso: no queda nada, ni siquiera las cosechas. Las
necesidades, son del maz, frijol y de medicinas, y, tambin, las cocinas porque se perdi todo:
molino, pollo, cucharas, trastes, todo, por eso es el ms necesario. Cuando ya se regresen ellos van
a necesitar, porque, tambin, ms de sus alimentos, porque ya se robaron todo. Aunque tenan su
milpa, ellos, tambin, pero ya no lo cosecharon, cosech el otro persona, los paramilitares, si lo
cosecharon, cuando regresa ya no tena nada, justamente el miedo, como al principio, lo necesario,
qu es lo ms necesario: frijol, maz, jabn, tambin, en la cocina tambin, pollo tambin, molino,
todo eso. (OICH1)
La comunidad polarizada. "Ah siguen los priistas, en la comunidad. Unas ochenta familias. Nuestras
casas no las ocuparon, pero ellos si siguen viviendo en sus casas. Nada ms que no nos dejan pasar,
tienen sus vigilancias. (...) Ahora ya no tienen armas, No s donde estn sus armas porque ah estn los
federales, la seguridad pblica." (CCIODH1)
3. Presos polticos.
El problema de las crceles en Mxico viene de mucho antes del actual conflicto. As, el 16 de mayo
de 1994, 38 presos de la crcel de Comitn se declararon en huelga de hambre en demanda de una
revisin de sus casos por parte de las autoridades judiciales del Estado, denunciando que los delitos de
que se les acusaba haban sido prefabricados o parcialmente juzgados. Se trataba de presos indgenas
tzeltales, tzotziles, choles y mames que llevaban encarcelados algunos hasta cinco aos sin tener fecha de
juicio, cuando en algunos casos se haba retirado incluso la denuncia o se trataba de delitos menores para
los que se haba concedido libertad bajo fianza pero el importe de las cuales era inasequible para ellos.
Los presos considerados como vinculados al movimiento zapatista fueron en su mayora
concentrados en el penal de Cerro Hueco, en Tuxtla Gutirrez. A partir de 1996 se agruparon en el
colectivo La voz de Cerro Hueco..
Por otro lado, tambin queremos denunciar los acontecimientos sucedidos el da 24 de abril a las
15 horas, en el Poblado Laguna Suspiro, donde fueron detenidas las siguientes personas: Manuel
Hernndez Jimnez, Manuel Hernndez Prez, Antonio Prez Prez y Javier Guzmn Prez que ahora se
encuentran en el penal de Cerro Hueco. El ejrcito, guiado por priistas de Palestina y Velasco Surez
procedi a su detencin mientras se encontraban limpiando caf. Ni la Seguridad Pblica ni los
elementos del Ejrcito presentaron una orden de aprehensin contra ellos (Extracto de comunciado
de Prensa del Consejo Autnomo Ricardo Flores Magn. 28 mayo 1998).
Los que me detuvieron son los policas judiciales y los seguridad pblicas del Estado, sin ninguna
orden de aprehensin y sin orden de cateo nos agarraron as, rempujndonos con ninguna
documentacin, nada presentaron.
Cuando ya estbamos detenidos nos dieron muchsimas preguntas que ya ni siquiera se pudieran
contestar pero s le respondamos porque nos obligaban a responder; nos tomaron muchas fotografas,
televisas, despues nos registraron nuestras mochilas y me encontraron una libreta donde yo tena apuntes
sobre derechos humanos Fray Pedro Lorenzo de la Nada y esa libreta me lo quitaron y me preguntaron
si soy promotor de derechos humanos y le dije que s porque de por s lo soy. Despues de esto me
subieron en la camioneta de ellos bien custodiados con cuatro judiciales federales, all estuvimos todo el
da como a las cuatro y media de la tarde salimos de Taniperla, llegamos en Ocosingo como a las ocho
de la noche. Tardamos como media hora. Despus salimos con muchsima hambre hasta llegar a Tuxtla
Gutirrez. Llegamos como a las dos de la maana . Nos metieron en una sala. No haba nada, ni sillas ni
cartones para dormir. All nos pusieron en el piso y eso fue en la Procuradura General de Justicia y all
estuvimos incomunciados 68 horas.(...). El ingreso a Cerro Hueco fue en la noche del da quince.
Amanecimos el dieciseis en Cerro Hueco. Nos acusaron de tres delitos. Una es privacin ilegal de la
libertad, lesiones y asociacin delictuosa y ms despus me pusieron ms delito en diferentes municipios.
Los delitos son abigiato, homicidio y otros ms. Tuve seis expedientes, pero ahora quedan tres. Todo est
en proceso. (CCIODH13).
Todos nosotros dejamos nuestros hijos abandonados con nuestros trabajo. Fuimos detenidos por
la polica de seguridad pblica y polica judicial del Estado juntos con el ejrcito mexicano. Sin ninguna
orden de aprehensin ni ningun papel que nos presentaran. Nos trajeron amontonados en unas
camionetas. Durante ocho horas sin tomar agua ni alimento, unos compaeros a punta de muerte,
llegamos a la procuradura de justicia. Durante los das que estuvimos en la procuradura nos nos
dieron. Nos tuvieron encerrados en un cuarto sin ver el sol. A los cinco das de estar ah encerrados
llegaron licenciados de gobierno a interrogarnos. Nunca nos ayudaron ni un amigo se present.
Nosotros no muy hablamos el espaol. Las autoridades nos preguntaron muchas cosas que nosotros no
entendamos ni nos pusieron traductor. El 15 de junio nos trasladaron al penal de Cerro Hueco por el
delito que nos acusan de rebelin, homicidio y otros delitos ms que nunca cometimos estamos en
proceso. (CCIODH14).
Las caractersticas comunes que refieren la mayora de presos encarcelados en diversas
entrevistas colectivas y que influyen sobre su estado emocional seran:
(a) Detenciones impugnadas como irregulares.
(b) Malos tratos y/o torturas a lo largo de la detencin, traslado e interrogatorio en condiciones de
incomunicacin.
(c) Tras un perodo indefinido de detencin en el que se desconocen los cargos y predomina la
incertidumbre y los rumores, procesos rpidos que, en su opinin, no preservan sus garantas.
Desesperanza. Sensacin de indefensin.
(d) Condenas por delitos comunes, en muchos casos distintos a los que motivaron presuntamente la
detencin, por lo que son considerados presos comunes y no polticos por el gobierno.
(e) Condenas desproporcionadas, por encima de los diez aos en su mayora y en algunos casos por
encima de los veinte aos por delitos de "secuestro" o "usurpacin de funciones" que tienen que ver
con su desempeo comunitario y no con actividades delictuales. Prdida de control sobre el propio
destino.
(f) Las propias condiciones de la crcel. Aunque hay presos en relacin con el conflicto en todos los
penales de la regin, la mayora se concentran en el penal de Cerro Hueco, en Tuxtla Gutirrez y en
el de Yajaln. Como la mayora de crceles mexicanas se trata de un recinto superpoblado. Segn
cifras oficiales tiene una capacidad para 350 personas y en el que hay alrededor de 1000 reclusos82,
con deficientes condiciones higinicas y alimentarias.
(g) La gran mayora de detenidos provienen de familias indgenas con muy escasos recursos. Esto
supone por un lado que sus familias quedan en una situacin muy precaria al faltar el cabeza de
familia, y que dificilmente van a recibir visitas ni ningn tipo de ayuda ms all de la que proveen los
grupos de solidaridad dado la situacin de miedo y aislamiento y las propias dificultades econmicas
y materiales del resto de familiares o amigos.
82
Las cifras son del director, en entrevista con la Comisin Civil Internacional de Observacin por los Derechos
Humanos (febrero 1998). En aquel momento exactamente 923 presos.
Frente a esto se han articulado formas de resistencia y fortalecimiento del colectivo intentando
evitar la desmoralizacin. El ms conocido fuera de las crceles es el ya citado Voz de Cerro Hueco, que
mantiene informacin peridica al exterior e intenta articular actividades dentro del penal de Cerro
Hueco: alfabetizacin, elaboracin de artesanas etc. Los presos han realizado as mismo diversas huelgas
de hambre reivindicando la revisin de sus procesos.
La liberacin de los presos ha sido motivo de diversas movilizaciones de los familiares y
simpatizantes del zapatismo que se constituyeron el 20 de junio de 1998 en la Red de Apoyo a La Voz
de Cerro Hueco . El propio EZLN lo considera un requisito imprescindible para la reanudacin del
dilogo con el gobierno.
"Su situacin es delicada. Aqu hay muchas cosas que juegan. Por un lado dentro de la crcel
no se puede luchar. Como deca uno de ellos esta tarde: estaba preparado para morir, pero no para estar
en la crcel. Luego, cuando conversas con ellos, lo que ms estraan es la montaa y la milpa. Pueden
caminar por todo el penal pero no se mueven. An cuando pueden salir, se la pasan viendo televisin,
tejiendo o durmiendo. Adems, hay una ruptura de la identidad colectiva. Dentro del penal parecen muy
individualistas todos. Necesitan actividades colectivas. No las hay. Parece que no creen en las cosas,
como que algunos dejaron de creer. Adems se han dado algunos problemas de alcoholismo, sobre todo
en alguna persona de las que al principio tena ms nimo y autoridad. Parece como si le estuviera
pesando esto mucho y la persona se cansara de ser ejemplo y tambin se encerrara en ella y buscara que
no la tengan en cuenta. Es dificil, porque cas todos son indgenas de diferentes etnias. Ellos saben que
les apoyan de afuera, pero es dificil que sus familias vengan a verles...Hay que darles mucho apoyo,
porque muchos no saben ni cuando saldrn sus juicios y piensan que tal vez nunca salgan... es bien
importante que sientan el apoyo real y que no estn solos. Llevarles cosas que ellos piden como ahora
una pelota de baloncesto nos pidieron... esas cosas, pues". (ET2)."
b. La perspectiva de gnero.
1. La mujer en el sistema jurdico mexicano. Pese a que la Constitucin Federal mexicana consigna en
su artculo cuarto la igualdad del hombre y la mujer y aparentemente esto es retomado en la Constitucin
del Estado, diversos autores han sealado la discriminacin de la mujer en el sistema jurdico mexicano
(cdigo penal, civil...) expresado en normativas que obstaculizan la administracin de sus propios bienes,
trabajar, casarse, la potestad sobre sus hijos etc. Hoy esta situacin atenta contra la supervivencia de las
vctimas de Acteal quienes tienen serios problemas jurdicos para quedar como tutoras de los menores
hurfanos, reclamar daos e incluso ser coadyuvantes en el proceso penal contra sus agresores,
disminuyendo la posibilidad de una justa reparacin del dao. La ley indica que son los familiares
paternos preferentes sobre los maternos, que al no estar casadas formalmente sus menores hijos no
tendrn acta de nacimiento con el nombre de ambos padres, sus familiares cercanos deben acreditar
parentesco, presentar fianzas, promover en castellano y por escrito ante el Juzgado Familiar de San
Cristbal un sinnmero de trmites, para comprobar su existencia y despus reclamar daos83.
2. El sistema de Usos y Costumbres. Tampoco el derecho consuetudinario indgena favorece la igualdad
de las mujeres, tanto en lo que respecta a manifestar su opinin (raramente hay mujeres en las mesas
directivas de las comunidades) u organizarse (visto en ocasiones como una amenaza a los usos y
costumbres), el acceso a la educacin o la aplicacin de normas de matrimonio o herencia.
3. Contexto poltico, agresin y genero. Los ataques son sobre la comunidad en su conjunto, pero en el
conflicto chiapaneco la agresin ha incidido de modo diferente en hombres y mujeres. Ellos han sufrido
torturas, desapariciones y muertes en los operativos selectivos del ejrcito, las mujeres malos tratos o
violencia sexual.
En una carta abierta de las mujeres del Municipio Autnomo 17 de Noviembre stas expresan: Es
mucho peor cuando agarran a los hombres porque los secuestran o los matan. (...) Por eso nosotras nos
oponemos con nuestro cuerpo a la entrada de los soldados.
83
Figueroa M.G. Informe en torno a las condiciones de las mujeres en el conflicto armado en Chiapas.
COLEM. San Cristbal de Las Casas. 1999.
Y en una entrevista: Vimos el 7 de enero (1994) lo que paso es que cuando entraron los ejercitos
cas no respetaron a los compaeros, pero a las mujeres cas no golpearon a las compaeras, pero los
compaeros si fueron torturados pues en la cancha de basquet. Desaparecieron a los tres ancianos.
(Margarita, EH4).
En general, las mujeres son menos agredidas en los operativos militares, y son las que constituyen los
cordones de seguridad a la entrada de las comunidades amenazadas:
"Y pues el 3 de enero entraron pues los ejercitos a Morelia. (...) Llegaron sin hacer ruido pues
dejaron sus camiones en el rancho Pamala. Dicen que estan buscando armas y al Subcomandante
Marcos. As llegaron hasta el centro de la comunidad. Despues de ese dia, las mujeres de Morelia
hicimos un reten, todos los dias en la carretera para correr pues a los ejercitos" (Carmela. EH4)
"A las 12.30 del da, los soldados federales del Campamento "Majomut" tambin llegaron en
camiones que dejaron en Naranjatic y de ah tomaron las veredas con rumbo a Naranjatic Alto donde
todava estaban las mujeres amontonadas en la agencia de ellos, y cuando aparecieron de nuevo los
soldados otra vez hicieron manifestacin, pero los soldados otros estn robando caf en la casa de una
seora viuda, Rosa Prez Gmez, en ese momento las mujeres empezaron otra vez a hacer manifestacin,
pero desgraciadamente los soldados se posicionaron en los diferentes lugares haciendo como que iban a
disparar a las mujeres y las mujeres empezaron a arrancar tierra para echarles encima a los soldados,
los comenzaron a atacar con resorteras, las mujeres no les tuvieron miedo con esas resorteras y los
soldados salieron huyendo hacia el ro de Yibeljojy, y salieron hasta el ro de Tzuyem rumbo a Los
Chorros, que es un lugar ms grande de los paramilitares. (Comunicado Municipio Autnomo de Polh
a la opinin pblica nacional e internacional. Marzo 1998).
Otras mujeres expresan ideas similares: Cuando llegan los federales los buscan a los hombres,
los matan, los torturan primero, despues lo matan. Queremos pues que nosotras los defendemos a
nuestros los compaeros, a todo el pueblo. (Agustina. EH4)
As hombres y mujeres sentimos o sea tenemos ms fuerza a sacar pues a los ejrcitos. No
teniamos miedo, orgullo s porque nosotros pensamos pues que si nos dispara pues nos dispara. Nosotros
estamos dispuestos a defender a nuestro pueblo, a proteger a los hombres pues, porque si al hombre lo
agarran lo tortura, lo mata. Eso es lo que no queremos ahorita. No queremos que haga ms muerte
(Marisela, EH4)
En algunos casos las mujeres enfrentan al ejrcito acompaadas de sus nios: Los nios
participaron tambin, como mis hijitos pues, dijeron, Ellos van a molestar a mi pap, van a matar a mi
pap. Si lo agarran lo van a matar a mi pap, ese el pinche soldado. Slgate pues, pinche soldado.
(Carmela EH4)
Y le pegu grueso a uno de esos los soldados. Lo chingu, pues, y le grit:Tu hijo de puta no
vas a entrar a matar a mi papa. Si quieres mtame pero no vas a entrar en nuestro pueblo para seguirnos
asustando y destruyendo nuestras casas. (Rosita. 8 aos EH4)
As mismo la mujer se ha incorporado en ocasiones a la guerrilla, siendo mujeres algunas de las
figuras ms emblemticas del zapatismo armado.
Frente a esta situacin, el gobierno para responder a las respuestas de defensa organizada de las
mujeres cre en enero de 1998 un grupo especial antimotines dentro del Ejrcito con quinientos efectivos,
conformado exclusivamente por mujeres, y que son las que suelen encabezar en ocasiones las acciones
militares enfrentandose a la barrera defensiva conformada por las mujeres de la comunidad84.
Las mujeres tambin han sido vctimas directas como en el caso de la masacre de Acteal. El
hecho de permanecer en la comunidad o participar ms de la vida colectiva, y estar al cuidado de la
84
Para esto el Canal 10 del gobierno de Chiapas realiz una amplia campaa publicitaria solicitando la
incorporacin de mujeres entre los 17 y 25 aos. Este cuerpo especial fue posteriormente capacitado por
el Estado Mayor Presidencial y el ejrcito en movimientos contrainsurgentes, de tomas de edificios,
bloqueos de carreteras, tomas de oficinas, etc. (Diario Expreso 13 de Marzo 1998).
familia, hace tambin ms vulnerables a las mujeres. As, en la masacre fallecieron abrumadoramente
mujeres (veintiuna adultas de las cuales cuatro estaban embarazadas, y ocho nias).
La guerra afecta tambin a las mujeres en mltiples aspectos especficos85:
Sus actividades se ven ms restringidas por la presencia de "los ejrcitos". Los retenes militares
impiden la vida normal: no pueden salir a comprar, a buscar lea o a vender productos. Sin embargo,
y a pesar del riesgo, en la entrevista con la Comisin Civil Internacional, las mujeres de Morelia
manifestaron que son ellas las que van a comprar a Altamirano porque los hombres tenan miedo de
ser agarrados y ellas en cambio s podan salir, aunque yendo en grupo para protegerse.
Las mujeres como moneda de cambio en la prctica de la prostitucin (ver anteriormente).
Estigma de las mujeres solas/viudas. "Ahora no sabe si regalar a sus hijitos a otros sitios para que
vivan mejor. Aqu ya no tiene ms miedo, porque pertenece a las Abejas, y se siente ms tranquila;
aunque hay gente que piensa mal de que no est con un hombre, pues hay seoras en Tzajalchen que
pueden pensar mal de ella al vivir con otras familias, por esto prefiere vivir sola.. (CDHFBC3).
El desplazamiento forzado hace que las mujeres pierdan muchos elementos de su vida cotidiana y de
su rol en las familias y comunidades. Destruir las ollas o el molino es destruir parte de los elementos
prcticos y simblicos asociados a su rol.
La sobrecarga emocional y de trabajo para las esposas de presos y las viudas. Enfrentar nuevos roles
y dificultades en la crianza de sus hijos.
Hostigamientos y violaciones que cas nunca se denuncian. La violencia contra las mujeres es en
general ms invisible, dadas las dificultades prcticas para denunciar y la prepotencia y el desprecio
con que son tratadas en muchas ocasiones.
Una mujer que teme dar su nombre nos cuenta que en Cuahtemoc los militares les hicieron
perjuicio a ciertas mujeres cuando salieron solas a por lea en los das que siguieron al operativo
militar.
"El 4 de junio de 1994 tres mujeres tzeltales de la comunidad Santa Rosa Sibaquil, municipio de
Altamirano fueron detenidas en un retn militar cuando volvan acompaadas de su madre del mercado
local. Tras ser interrogadas por un sargento y despus de ser acusadas de zapatistas y bajo amenaza de
muerte fueron obligadas con violencia fsica a tener relaciones sexuales con varios los soldados del
retn" (Comunicado de CONPAZ y solicitud de Accin Urgente. 29.Junio.1994).
En un taller de mujeres deca una de ellas: "La violencia se vive en silencio y repercute en
nuestra salud fsica y tambin la revertimos en nuestra contra sintindonos culpables. la violencia y el
sometimiento se aprenden".
Slo entre 1994 y 1995 el Grupo de Mujeres de San Cristbal, recogi cerca de 50 casos de
agresin sexual a mujeres la mayora perpetradas por parientes cercanos o vecinos de las vctimas.
Destacan como especialmente simblicos en el contexto del conflicto armado la citada violacin colectiva
de tres mujeres tzotziles por miembros del ejrcito federal en un retn instalado en Altamirano, el 4 de
junio de 1994, la violacin colectiva de tres enfermeras de la Secretara de Salubridad y Asstencia en San
Andrs cuando regresaban de una jornada de vacunacin por un grupo de 25 hombres armados y
encapuchados en agosto de 1995, la violacin de la ciudadana norteamericana y coordinadora de la
Comisin Nacional por la Democracia en Mxico en Comitn, el 26 de octubre del mismo ao86. El 12 de
abril de 1998 otra ciudadana norteamericana (T.B.) fue violada por soldados tras ser detenida en
Taniperlas y antes de ser expulsada del pas.
Para enfrentar todos estos aspectos las mujeres han adquirido niveles propios de organizacin.
Algunas de stas organizaciones desempean un papel muy importante en el movimiento social: CIAM
85
COLEM. La situacin de las mujeres en Chiapas. Informe para la Relatora Especial de Derechos
Humanos de NNUU. Noviembre 1999.
86
(Centro de Investigacin y Apoyo a la Mujer de San Cristbal de las Casas), COLEM (Colectivo de
Mujeres), CODIMUJ (Coordinadora Diocesana de Mujeres) o K'nal Anzetik (Organizacin que trabaja
con cooperativas de mujeres en los Altos de Chiapas).
Estas organizaciones han impulsado campaas para denunciar las agresiones y exigir el
cumplimiento de la ley encontrando el silencio. As, el da 18 de octubre de 1995 di inicio una campaa
contra la violencia a mujeres con la realizacin de una marcha de protesta en la ciudad de San Cristbal.
Se peda, entre otras cosas, que las autoridades informaran a la opinin publica del avance de las
averiguaciones efectuadas en relacin con el caso de las tres enfermeras violadas en Larrainzar. Al llegar
a las oficinas del Ministerio Pblico polica judicial armada impidi la entrada a una comisin. Tanto en
esta ocasn como en diversas entrevistas solicitadas por los grupos de defensa de la mujer con el
Ministerio Pblico Federal no se han logrado avances en el esclarecimiento del caso.
De igual manera se han reunido con el representante de la Secretara de Gobernacin y otras
autoridades del gobierno del Estado en el marco de la campaa Alto a la Violencia contra las Mujeres. En
estas reuniones se llegaron a diversos acuerdos institucionales que posteriormente no se cumplieron:
Ellos mismos nos solicitaron la realizacin de talleres de sensibilizacin a los Ministerios Pblicos de
la zona Altos; la fecha fue confirmada por nuestra parte dos das despus. Estos compromisos quedaron
asentados en un acta de acuerdos firmada por todas las partes, la cual hasta la fecha no nos ha sido
entregada. La promesa de intervenir para que obtuviramos espacios en la radio y la televisin no ha
sido cumplida. Asimismo, la Procuradura de Justicia del Estado tampoco nos ha proporcionado las
estadsticas de agresiones sexuales a mujeres, solicitadas en ocasiones anteriores. La peticin de que el
caso de las mujeres tzeltales sea devuelto de la parte militar a la civil no ha sido contestada.87
Las representantes de la CNDH han manifestado su preocupacin por la falta de respuesta y
atencin de parte de las autoridades a estos casos, sin embargo no hay otros hechos ms all de estas
manifestaciones que demuestren su inters por involucrarse en el seguimiento de casos de violaciones a
los derechos de mujeres. Ms an, la abogada Digna Ochoa del centro de derechos humanos Miguel
Agustn Pro acompa en agosto de 1998 la comparecencia de un grupo de mujeres de una colonia
popular preocupadas por estos casos que insistan en que se indagara y castigara a los culpables ante la
visitadora de la CNDH encargada de la queja, quien trat de persuadirlas de que desistieran,
argumentando que ya haba pasado haca tiempo, y que porqu preocuparse de mujeres a las que ni
siquiera conocan y que tal vez mentan, porque no haban aportado la identificacin de los agresores.
87
Balance de la campaa Alto a la violencia contra las mujeres. Adela Bonilla y Guadalupe Crdenas.
San Cristbal de Las Casas. Chiapas. 1998.
culatazos. Hay otro hombre que lo golpearon en la cara y le rajaron la cabeza tambin, algunos los
mismos de Seguridad Pblica los golpeaban y luego los curaban (...) Cuando entraron nosotras
estbamos haciendo cinturn de paz, pero no les import, lanzaron sus gases. Hay heridos y nios que
estn privados (...). Queremos la liberacin de nuestros compaeros, y de nuestra compaera Graciela
que es mujer, por qu se la llevaron? Para qu la quieren si es una mujer? Y si alguien tienen que
cargarse que se lleven al presidente municipal y su gente, que son quienes estn metiendo los problemas.
Porque ellos tenan toda la informacin y no le avisaron al pueblo. Nos juntamos las mujeres para ver si
as nos respetaban pero no lo hicieron, y entraron a las casas. (NR3)
En las semanas anteriores la Asamblea Comunal haba decidido, rigindose por el sistema de usos y
costumbres, privar de sus derechos de comuneros a 23 personas que deseaban abrir una oficina del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el municipio. Estos presentaron una denuncia conforme
haban sido expulsados ilegalmente de sus casas y tierras. El motivo aducido para el operativo militar y la
toma de la comunidad era responder a esa denuncia y restablecer los derechos constitucionales de estas
personas.
Sin embargo, la versin de las autoridades de Nicols Ruiz ven el tema de un modo distinto:
El da 31 de mayo les pedimos a las fuerzas del Estado que no queramos provocaciones, que la
comunidad estaba tranquila, que nada ms eran 23 personas, las inconformes, les haban quitado sus
derechos como comuneros por acuerdo de Asamblea, ya que estaban dividiendo al pueblo. Este es un
pueblo unido que siempre ha sabido resolver sus problemas. Pero estas personas venan diciendo al
pueblo que se unieran al PRI, y que les iban a dar muchos crditos, y que si firmaban documentos les
iban a entregar dinero en efectivo, que ellos iban a ganar porque estaban con el gobierno, y aqu la gente
qu iba a hacer? No hizo nada, porque nadie es del PRI y ya no les creemos al gobierno, ya no tienen
confianza porque dicen que durante mucho tiempo fueron priistas. Toda la gente estuvo unida, pero a
travs de eso no se alcanz nada. Siempre les prometan y nada ms as quedaba los puros engaos. A
travs del tiempo ya cambi. El pueblo fue perredista pero resulta que ahora est este pequeo grupo
resentido, de que quieren estar con el PRI. (...). Le pedimos tambin al gobierno del Estado los nombres
de los dems desplazados. Ya que nosotros como pueblo sabemos perfectamente que nicamente son 23,
y ellos dicen que ya son 35, queremos saber por qu dicen que son 220 desplazados. Eso es pura mentira,
solo con eso se comprueba que es pura mentira lo que informa la secretaria general del gobierno, la
licenciada Arely Madrid Tovilla (..) No es posible que ella este apoyando a un grupo minoritario de 23
campesinos y agrediendo a 624 comuneros. Tambin cabe mencionar que ese grupo de seores culpa a
los catequistas. (...). Pero pasan que hoy mandan pero no para solucionar a los problemas sino para
provocar, a robar en las casas, porque vinieron conjuntamente a tirar gases lacrimgenos, haba seoras
embarazadas, nios, ancianos. Resulta que ellos que vinieron tirando gases, no venan a dialogar. Don
Paulino Prez, un hombre de la comunidad vena sealando las casas a la gente de Seguridad Pblica.
Tambin Santiago Daz. (NR3).
El problema de las expulsiones por usos y costumbres: Antecedentes de situaciones similares.
La toma de decisiones a travs de Asamblea y la privacin de los derechos de comuneros a
aquellas personas que la comunidad considera que actan en contra del inters colectivo, ha venido
aplicndose en Nicols Ruiz y en otros municipios de mayora indgena desde hace dcadas. En un
documento de fecha 11 de julio de 1976 (archivos CDHFBC) la Asamblea decide privar de sus derechos
comunales a cuatro personas. En otras cosas se especifica:
Reunidos en Asamblea General para tratar asuntos de suma importancia de esta cabecera
municipal, entre los cuales resalt el reclamo de los asociados al Banco de Crdito Rural del Istmo, con
residencia en San Cristbal de Las Casas , donde aparesen como aprovechadores de la ignorancia de
todo el grupo asociado las personas siguientes: Angel Ziga Prez, Abenamar Ziga Prez, Abel
Lpez Ziga, Carlos Fernndez Prez y Bersan Crdenas Prez, que son los que realizan el robo de
34.800 pesos, que investigando se pretende dejar en silencio. (...) . Ms que todo no cooperan con los
trabajos de acceso a la Bodega Rural Conasupe, pues todo quieren tener facilidad sin que les cueste
nada. Tambin se hace saber que se han querido posecionar de las parcelas Escolar de esta comunidad.
Que por estos procedimientos la comunidad ha tenido problemas con dichos elementos, como ya se
manifest en oficios girados a las Autoridades que corresponden; adems conste que para saciar sus
apetitos de mejora, an hasta robado firmas ajenas de su conocimiento por el intento que ellos siempre
procuran las ceduccin. En prueba de ello existen expedientes en sus contra porque como antes se dijo
que su xito es la ceduccin, en la actualidad existen barios apedrados slo por poltica que ellos
pretenden el dominio. Por todos los motivos antes dichos, se desconose para siempre de estos elementos
para no confiarles ningn cargo pblico en esta comunidad.
El documento lo firman el Representante de Bienes Comunales y el Presidente Municipal y se
remite al Delegado de la Reforma, al Gobernador del Estado, al Banco de Crdito, la Liga de
Comunidades Agrarias y los propios archivos de la comunidad.
Es decir, este documento, relata hechos similares ocurridos 21 aos antes. Lo relevante no es
tanto cual fuera el trasfondo de los hechos en aquel momento y en el actual, o cual fuera la orientacin
poltica de la mayora de la Asamblea en cada momento, como el hecho de que se trataba de mecanismos
que venan operando desde haca aos, que eran conocidos por las autoridades del Estado quienes nunca
intervinieron, bien por respeto a los usos y costumbres, bien por evitar mayores conflictos con la
comunidad, bien por estar las decisiones acorde con los propios intereses del partido gobernante.
El problema legal de las expulsiones en las comunidades indgenas: antecedentes histricos y
perspectiva de la Comisin Nacional de Derechos Humanos.
El problema de las expulsiones es quizs el caso ms palpable de las dificultades en la
coexistencia de las normas jurdicas generales del Estado y el de las normas consuetudinarias de las
comunidades, es decir, las derivadas de las tradiciones y costumbres.
La Comisin Nacional de Derechos Humanos ha publicado dos informes (en 1992 y 1995)89 con
un recuento y un anlisis jurdico centrado sobre todo en los expulsados del Municipio de San Juan
Chamula. En su primer informe y bajo la presin de los 474 expulsados que en aquel momento ocupaban
las instalaciones de la Direccin de Asuntos Indgenas la comisin considera que ante la evidente
violacin de los Derechos Humanos y el trastrocamiento del orden jurdico vigente, hechos que han
culminado con la expulsin hasta de familias enteras en algunos municipios indgenas de Chiapas, esta
Comisin considera urgente hacer prevalecer el Estado de Derecho derivado de los ordenamientos
constitucionales que a todos nos iguala.
En el detallado informe, la primera expulsin documentada de San Juan Chamula es de 1974
(fecha similar a la de Nicols Ruiz), estimndose que en los veinte aos desde esa fecha hasta la
publicacin del informe se haba expulsado ms de quince mil indgenas (hay estimaciones que rebasan
los veinticinco mil) expulsados (pg. 9).
Segn el informe la mayora de las expulsiones se justifican por razones de carcter religioso,
aunque se reconoce que pudiera haber tambin razones de carcter poltico y econmico. San Juan
Chamula es un municipio que las autoridades consideran cien por ciento priista (op. cit.). En el
municipio las elecciones se han celebrado tradicionalmente con las urnas en blanco hasta el momento del
cierre de las mismas, dndose el cien por ciento de los votos como emitidos y favorables al PRI en
funcin del sistema de usos y costumbres (op. cit.). Las familias expulsadas atentaran contra el sistema
de usos y costumbres al no participar de modo adecuado en la vida comunitaria del Municipio. El informe
afirma que segn los afectados entrevistados la autntica razn no es religiosa sino que el verdadero
mvil de las autoridades expulsadoras es el de conservar y reforzar su dominio y los intereses de los
grupos y caciques que apoyan las expulsiones.. Para los caciques y autoridades se expulsan los
elementos perturbadores del orden en general. (pp 29).
Algo parecido ocurri en 1990 en el vecino Zinacantn donde en noviembre de 1990 las
autoridades y hombres fuertes del municipio expulsaron a un grupo de la comunidad Nachij, militantes
del Partido de la Revolucin Democrtica, acusados de actividades que iban en contra la tradicin, la
costumbres y que estn dividiendo su pueblo pues Zinacantn es cien por ciento priista.
En este conflicto las expulsiones se realizan a travs de visitas intimadatorias, palizas,
desalojos, quema de casas y en algunos casos incluso la muerte, en algunos casos, como el del
predicador evanglico Miguel Gmez Hernndez quien en 1981 fue brutalmente mutilado y linchado
posterior, o en 1993 donde varios nios son decapitados en el paraje Chiotic".
Pese a la gravedad de estos hechos las autoridades judiciales de Chiapas nunca quisieron saber
de los mismos, siendo de hecho las autoridades tradicionales y municipales quienes impartan justicia en
los municipios indgenas de los Altos y muy especialmente en San Juan Chamula. El informe de la
Comisin reconoce que en un principio cuando los expulsados presentaban sus denuncias, generalmente
las autoridades competentes del Estado "se negaban incluso a recibirlas . Ante un requerimiento a la
89
Comisin Nacional de Derechos Humanos. Informe sobre el problema de las expulsiones en las comunidades
indgenas de los Altos de Chiapas y los Derechos Humanos (1992) y El problema de las expulsiones en las
comunidades indgenas de los Altos de Chiapas y los Derechos Humanos (1995).
Procuradura General de la Repblica esta informa que en estos casos se limita a citar a las autoridades
tradicionales de la comunidad y a las municipales para el efecto de encontrar por medio de la
concertacin y el dilogo la solucin a dicha problemtica ya que ejercitar las acciones legales en
defensa de una persona afectada se vulnerara la tranquilidad social colectiva. (pp. 69).
Tras la publicacin del Primer Informe y las recomendaciones que surgen, la situacin no slo
no mejora sino que se agudiz. Tan slo en el Municipio de San Juan Chamula han sido expulsados
alrededor de 800 indgenas en los ltimos diez meses. El ltimo grupo fue expulsado el pasado 28 de
marzo de 1994, un mes despus del llamamiento hecho por la Comisin Especial. Ese da, las
autoridades municipales de San Juan Chamula expulsaron a 228 personas de Pugchen Mamuntic. (pp.
74).
La Comisin se adscribe a la postura oficial integracionista de las poblaciones indgenas que
mantiene el PRI y se opone en consecuencia a la creacin de un orden jurdico "de excepcin" para los
pueblos indgenas: No se puede ni se debe establecer un rgimen jurdico de excepcin que conforme
una especie de ciudadana especial, para los miembros de uno o ms grupos tnicos que habiten una
parte de nuestro territorio nacional (pp 85) (...) La solucin no puede darse a costa de vulnerar al
Estado de Derecho, el principio de igualdad jurdica y el irrenunciable proyecto de integracin
nacional.(pp 88).
En sus conclusiones la Comisin afirma que el Ministerio Pblico de San Cristbal de Las
Casas, Chiapas, se ha abstenido de integrar plenamente las indagatorias citadas, ocasonando con ello
que los delitos se encuentren sin castigo y prevalezca un clima de impunidad en la regin o lo que es
peor, su abstencin se entienda como una invitacin tcita a la comisin de conductas ilcitas, amn de
negar la procuracin de justicia al sector ms desprotegido de nuestra sociedad: los indgenas; adems
con ello provoca que el conflicto crezca hasta alcanzar dimensiones alarmantes y de difcil solucin.
En resumen, sin entrar a valorar el trasfondo de los hechos ocurridos en el Municipio Nicols
Ruiz y la filiacin poltica de los expulsantes y expulsados, lo que puede observarse es que estos hechos
no son aislados, sino que tienen antecedentes desde antiguo en la propia comunidad y en otras
comunidades indgenas chiapanecas. Su importancia es, de hecho, cas simblica desde un punto de vista
cuantitativo frente a la magnitud de las expulsiones ocurridas a lo largo de los ltimos veinte aos en la
zona de los Altos de Chiapas, donde no ha habido respuesta del Estado pese a las numerosas denuncias
interpuestas y a los informes y recomendaciones explcitas de la por las fechas de elaboracin de las
recomendaciones- gubernamental Comisin Nacional de Derechos Humanos.
El desarrollo de los acontecimientos en el Municipio Nicols Ruiz.
Hay tres hechos relevantes en el desarrollo del conflicto en la actualidad:
Los 630 comuneros del Municipio Nicols Ruiz deciden que en lugar de elegir sus autoridades por el
sistema de partidos polticos, lo harn por el sistema tradicional asambleario. La Asamblea de
comuneros decide que dado que segn la legislacin mexicana los candidatos a Presidente Municipal
deben figurar en las listas de un partido poltico, registrarn a su candidato bajo el membrete del
PRD, frente a la tradicional inscripcin de la mayora bajo el membrete del PRI.
Seis personas no aceptan la decisin de la asamblea y deciden abrir una oficina del PRI en el
municipio buscando apoyos en la capital regional.
En Asamblea celebrada el 9 de mayo, los comuneros del municipio consideran que esta actitud
fomenta la divisin y la ruptura dentro de la comunidad y vota retirarles sus derechos de comuneros,
es decir, el uso de las propiedades comunales. Las personas pueden seguir residiendo en el
Municipio, pero pierden sus derechos de uso de bienes comunales. El 14 de mayo se ampla a otras
siete personas (ver anexo el documento del acta de la Asamblea) y el 18 de mayo hasta el total de 23
personas. Como puede observarse Mario Moreno Gonzlez, una de las personas cuyos derechos
comunales son desconocidos en esa Asamblea y que presenta denuncia por ello fue quien
precisamente haba dirigido como Representante de Bienes Comunales la asamblea que en 1976
decidi el desconocimiento. En las dos ocasiones fue privado de sus derechos Abel Lpez Ziga
quien se constituira como otro de los denunciantes.
El conflicto actual, en consecuencia, tiene races mucho ms antiguas que las del presente
conflicto armado y se muestra la tendencia a la regulacin por usos y costumbres en todas las ocasiones,
recurriendo a las instancias del Estado cuando estos no son favorables. Es especialmente revelador del
carcter indgena del conflicto y el carcter hasta cierto punto marginal de las disputas entre partidos una
carta enviada por los comuneros de Nicols Ruiz al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de las
Casas (el subrayado es nuestro):
Los que suscribimos declaramos que los seores... son quienes desde mil novecientos setenta y
ocho han venido figurando como lderes responsables de todas las agitaciones, problemas y muertes que
hemos sufrido nosotros campesinos de este pueblo. Repetiendo nuevamente en mil novecientos setenta y
ocho estas personas encabezaron el desalojo del seor Toms Lpez y familia que actualmente radican
en la ciudad de Tuxtla Gutirrez; en mil novecientos ochenta y dos el enfrentamiento de Nicols Ruiz con
los ejidatarios de la colonia Flores Magn, hubieron muertes, atropellos y violacin de mujeres todo por
insistimiento y desisin de estas personas que mencionamos; en mil novecientos noventa y cuatro mismos
que de andar el pueblo unido con el PRI trataron de pisotear y deshacer desconociendo este partido
poltico que se mantuvo unido con el pueblo por ms de cincuenta y cinco aos, insistindonos someter al
PRD y como eran manipuladores, lo lograron. En mil novecientos noventa y seis el enfrentamiento con
la seguridad pblica y esta comunidad en los terrenos de Gran Poder, lugar donde fallecieron tres
campesinos de esta comunidad y haciendo y disponiendo de todo lo que faltaba por hacer en pro y en
contra de la comunidad; y por hoy desterrar al PRD y volver al PRI. Todo quiz les hubiera salido
bien como ya dijimos son lderes y manipuladores del pueblo, pero salieron sus engaos de solicitar
diferentes crditos que el Partido Revolucionario Institucional prometa; fue motivo que venan
aplicando cooperacin y firmas por tal motivo todos los comuneros de este pueblo comprendieron ser un
juguete de estas personas y decidir desconocerlos de comuneros y ponerlos a disposicin de nuestras
leyes que tambin merecen le sean aplicadas ya que no tientan el corazn para tratar a las gentes ms
humildes y pobres que han sido engaados.
Las personas implicadas presentan una denuncia en la oficial Comisin Estatal de Derechos
Humanos y en rueda de prensa informan que han sido expulsados de sus tierras por pertenecer al PRI. La
Comisin Estatal de Derechos Humanos pide la intervencin del Ejrcito en la comunidad para restaurar
el orden constitucional. Numerosos medios de comunicacin se pronuncian en la misma lnea. Se difunde
la noticia de que hay algunas personas secuestradas dentro del Municipio y que una de ellas estara siendo
torturada por los otros comuneros. Se difunde as mismo que se trata de un Municipio Autnomo bajo
control zapatista y que seran estos los responsables de la situacin.
La Coordinacin de Comunicacin Social del gobierno del Estado emite un comunicado de
Prensa el 18 de mayo en el que se afirma que comuneros del poblado Nicols Ruiz solicitan la
intervencin del gobierno del Estado ante la agresin del comisariado ejidal, quien manipula la asamblea
comunal. Afirma que hay 220 desplazados radicados en esta ciudad de Tuxtla Gutirrez desde hace 10
das, por no coincidir con la poltica de las autoridades municipales pertenecientes al Partido de la
Revolucin Democrtica. Todo ello estara provocado por catequistas de la dicesis de San Cristbal
de Las Casas que han estado induciendo a la desestabilizacin del poblado. Y concluye que ante esta
situacin el gobierno del Estado deber acatar la recomendacin de la Comisin Estatal de Derechos
Humanos para restablecer las garantas individuales y hacer que se respeten los derechos humanos de
los habitantes de este municipio que fueron despojados injustamente de su patrimonio como son las
parcelas de cada uno de ellos90.
En respuesta a estas informaciones falsas, las autoridades de Nicols Ruiz desmienten que sean
Municipio Autnomo, ratifican en asamblea su decisin de privacin de derechos comunales a las seis
personas y piden el respeto a la decisin adoptada, tal y como se viene haciendo desde hace aos.
El trasfondo poltico del problema. Todo lo expuesto hasta aqu hace pensar que el tema de las
expulsiones por usos y costumbres o los presuntos secuestros, no son ms que una excusa que esconde en
realidad un trasfondo poltico. Para ello hay que observar diversos hechos:
(1) El Municipio Nicols Ruiz es un municipio constitucional, es decir, en las elecciones municipales
gana la candidatura del PRD que es votada en asamblea como se hace en muchos otros municipios
indgenas- por mayora absoluta. Este ayuntamiento decide posteriormente declararse Municipio
Autnomo o en rebelda, algo de lo que ya haba precedentes anteriormente. As, por ejemplo, el
municipio de Tepotzlan, en el estado de Morelos haba hecho idntico proceso aos antes. A
diferencia de los otros Municipios Autnomos, el de Nicols Ruiz es legal por cuanto el artculo 115
90
de la Constitucin mexicana establece que los municipios son soberanos. Un municipio puede
internamente adoptar los acuerdos que considere convenientes. El ejrcito ocup un municipio
perfectamente acorde a las leyes vigentes. Paradjicamente el ejrcito se mand para restablecer el
estado de derecho segn hemos visto.
(2) La razn que podra haber detrs de la decisin comunitaria de expulsin sera lo que presuntamente
ha ocurrido en otras zonas donde se ha ganado bajo las siglas del PRD. Los recursos estatales y de la
federacin se canalizan no hacia el ayuntamiento sino hacia el presidente del PRI. La gente,
sabindolo, no acude a solicitar crditos o trmites a la oficina constitucional (a la que no le llegan
las transferencias y tiene un presupuesto mnimo), sino a la oficina del PRI, crendose de facto un
ayuntamiento paralelo. En las siguientes elecciones el presidente del PRI sera votado ya como
presidente municipal y las cosas volveran a la normalidad.
Esto explicara porque la comunidad da tanta importancia a que no se abra la oficina del PRI, algo
aparentemente inocuo y que slo tendra que ver con normas bsicas de tolerancia y pluralidad. La
expulsin de quienes van contra la decisin comunitaria que se ha adoptado e impedir la apertura de la
oficina significa no permitir que el crculo se mantenga e intentar que no se desvasen los fondos del
ayuntamiento constitucional.
. Maniobras de hostigamiento. Desde principios de mayo las autoridades de Nicols Ruiz venan
denunciando maniobras de hostigamiento por parte de elementos del Ejrcito, patrullajes areos con
vuelos rasantes. Se avisa de la posibilidad de un operativo: Se sabe que el licenciado Rafael Vzquez del
Consejo Estatal de Seguridad Pblica del Estado est suciamente negociando con el grupo de personas
que violaron los acuerdos generales del pueblo, que como base son nuestros usos y costumbres, por esta
razn denunciamos por estas amenazas y hechos violentos que llegaran a sucitarse; aremos acreedores
los que resulten responsables, porque nosotros los habitantes del municipio nos mantenemos unidos y
somos muy respetuosos ante nuestras autoridades, pero queremos que se respete nuestros usos y
constumbres, porque no queremos provocacin.
. Amenazas. Desde la Secretara de Gobernacin se afirma que el municipio est en estado de sitio,
que hay prevista la expulsin de ms de 100 personas y que ser probablemente necesario un
operativo que reinstale el orden. El Municipio desmiente ambas situaciones y afirma que el total de
personas desplazadas por decisin propia es de 23. Afirman que los conflictos entre campesinos
siempre se han resuelto mediante usos y costumbres y que no permitirn la intervencin de la secretaria
de Gobierno. Manifiestan su determinacin a defender el pueblo del Ejrcito. Se ratifican en que no se ha
expulsado a nadie sino que se les ha privado de sus derechos comunales y que el motivo de ello no ha
sido pertenecer al PRI sino violar los acuerdos adoptados segn usos y costumbres. (Cuarto Poder,
1/Junio/98).
.
El 3 de junio se lleva a cabo un operativo por tierra y aire de toma de la comunidad, con el
resultado de 167 personas detenidas y la ocupacin militar. Se entra al poblado por tres frentes
simultneos rompiendo los cordones de defensa mientras un helicptero lanza gases lacrimgenos. La
Procuradura General del Estado precisa que el operativo se realiz para restablecer y dar vigencia
plena al estado de derecho, ante la reiterada provocacin de grupos radicales del municipio Nicols
Ruiz, al no respetar el orden legalmente constituido, por lo que el Gobierno del Estado, en pleno uso de
sus facultades para garantizar y conservar el orden material, se vio en la imperiosa necesidad de realizar
esa accin a las seis de la maana de ayer (..). Segn esta fuente, durante las operaciones se dio un
conato de enfrentamiento entre el grupo radical y la fuerza pblica, por lo que hubo necesidad de repeler
la agresin utilizando gases lacrimgenos sin llegar al extremo de realizar disparos91.
. Robo. En el operativo la Polica Judicial Federal se lleva los ttulos de propiedad ejidales. Se denuncia
adems robo de dinero, y destrozos dentro de las casas.
. Secuestrados. Las personas supuestamente secuestradas en el Municipio eran las que, desde el interior
de los vehculos de Seguridad Pblica iban sealando las casas de las autoridades municipales y las
personas a detener.
. Negociacin. Desde la Secretara de Gobierno se intenta una negociacin para resolver el conflicto. Se
ofrece a la comunidad construir una carretera de acceso, la escrituracin de un predio de uso comunal y la
91
construccin de una escuela secundaria tcnica a cambio de la reintegracin de sus derechos comunales a
las 23 personas y de la aceptacin de una oficina del PRI en el municipio teniendo en cuenta la existencia
de elecciones municipales en Octubre. La comunidad no acepta. La comunidad permanece mientras tanto
militarizada y hay acusaciones por parte de las autoridades municipales de que se est entrenando y
armando a grupos "paramilitares" para cuando las fuerzas estatales se retiren (ver anexo 2).
. Acciones posteriores.- El da 16 de octubre de 1998 cerca de 400 comuneros del Municipio Nicols
Ruiz realizaron un plantn de 12 horas en la ciudad de Tuxtla Gutirrez, frente a Palacio de Gobierno del
Estado, como parte de la primera accin de resistencia para exigir la liberacin de los 6 presos de Nicols
Ruiz, integrantes del movimiento de presos polticos de la Voz de Cerro Hueco.
- El 26 de octubre de 1998 cientos de comuneros se presentan ante el Palacio de Gobierno del Estado y el
Tribunal Supremo de Justicia en Tuxtla Gutirrez para entregarse fsicamente como cmplices de los 6
comuneros presos.
- Las autoridades han mantenido la presin y las amenazas peridicas de nuevos operativos militares y
han aplicado la poltica de desvo de fondos, tal y como se tema:
30 de marzo de 1999. Se desconoce los derechos parcelarios de 200 personas92 de Nicols Ruiz, debido
a la falta de tolerancia y a la intransigencia por parte del actual ayuntamiento perredista de esta
localidad, inform el secretario de Gobierno, Carlos Rodolfo Soto ante los medios de comunicacin.
Acompaado del procurador general de justicia, Eduardo Montoya, el funcionario estatal manifest que
de nueva cuenta comienzan las confrontaciones por parte del ayuntamiento municipal desconociendo los
derechos parcelarios de 200 personas que en fechas pasadas decidieron voluntariamente abandonar las
filas del PRD y afiliarse a la fraccin priista, por lo que les estn privando de sus derechos ejidatarios.
(...) El boletn de prensa que segn la Asamblea General de bienes Comunales de este municipio emiti,
expone que no ha habido apoyo por parte del gobierno, lo cual el titular de la secretara neg, ya que el
gobierno ha atendido constantemente a las autoridades municipales, comisariados ejidales y comunales
cuantas veces ha sido necesario (...) por su parte el procurador de Justicia dijo que este problema no es
un asunto poltico sino de tipo criminal, pues no permitiremos que se prive de los derechos a las
personas solo por pretextos polticos. (...) Cumpliremos en poner las cosas en su lugar93
Y un mes despus:
Se prev limitar las funciones exactas del Ayuntamiento precis Eduardo Montoya a los
medios de comunicacina- para que evite estar ejerciendo acciones que no le competen y que son
responsabilidad de autoridades agrarias (...) Recalc que existen rdenes de aprehensin que se van
a cumplir, las cuales no son negociables, sino que se est evitando que haya ms problemas (...).
Expres que implementaron la presencia polciaca porque haba el temor de que el grupo despojado
y dueo de las parcelas pudieran intentar alguna accin de defensa94
Algunas conclusiones.
Entre otros muchos elementos de reflexin, el caso de Nicols Ruiz ilustra algunos elementos
importantes del conflicto chiapaneco:
El Estado utiliza antiguas disputas para fomentar la divisin dentro de la comunidad.
El Estado acta de un modo que rompe con lo que hasta entonces haba sido su lnea de actuacin
respecto al problema del derecho consuetudinario indgena y de las expulsiones. Muestra un trato
diferente segn la filiacin de los expulsados y el orgen de la expulsin.
Los partidos polticos aparecen como instrumentos que utilizan los campesinos y los indgenas, ms
all de la ideologa que pudieran representar. Los indgenas parecen no participar del debate
ideolgico sino del modo en que los partidos se interpolan en su realidad diaria. Es injusto
considerarlos desde una matriz poltica que es ajena a su cultura. Esto queda en evidencia cuando se
pregunta a las personas cules creen que son las causas del conflicto, es decir, a qu atribuyen lo que
les ocurre. La respuesta tiene que ver ms con elementos locales que con el lejano macrocontexto
92
poltico. La versin ms comn en las zonas de conflicto es: somos pobres, nos hemos organizado y
eso al gobierno no le ha gustado y por eso envo a los soldados.
"Ms o menos sabemos cmo empez la guerra. Nosotros nos organizamos porque somos pobres. No
tenemos nada. No tenemos terreno. No tenemos nada. Ahora, por eso nos preparamos para que cumpla
el gobierno. Pero ahora el gobierno lo que hicimos no le gust y la gente tambin, y el gobierno tambin
lo que hizo fue que se puso a dividir a la gente y como nosotros pobres los animales que sacaron pues no
tenemos nada." (CCIODH1)
Hay sospechas de que se pretende actuar contra la soberana del municipio con la apertura de la
oficina del PRI.
Se acta con una enorme desproporcin de medios que persigue una finalidad probablemente
ejemplarizante para otras comunidades.
El conflicto armado en Chiapas tiene un carcter tnico. Las personas indgenas emergen como
actores centrales y sujetos protagonistas. Pero sobre ese trasfondo se interpolan los elementos polticos
que utilizaran lo tnico a conveniencia. La politica de desalojos de Municipios Autnomos es general y la
justificacin puede variar segn las circunstancias, an pasando, como en este caso, por encima de la ley.
Se actu contra este municipio pese a su completa constitucionalidad. La Comisin Nacional de Derechos
Humanos, a la luz de sus comunicados y declaraciones, acto de nuevo en esta ocasn, como en
precedentes, como anunciador y avalador de las tesis gubernamentales.
El conflicto del "Municipio Autnomo" San Juan de la Libertad (antes el Bosque) ofrece una
oportunidad para entender cmo la guerra de Chiapas es una guerra de versiones y de medios de
comunicacin, as como el clima de polarizacin que se ha intentado crear. Por un lado estara la versin
de los propios indgenas que han difundido algunos organismos de derechos humanos. Y por otro la del
Estado, que es la que mayor eco tiene en las televisiones afines al proyecto oficial y en la mayora de
peridicos y, por, tanto la ms difundida entre el ciudadano medio del interior de Mexico.
La comunidad de Chavajeval es una comunidad Tzotzil integrada por 350 familias que se
encuentra aproximadamente a una hora de camino de la cabecera municipal El Bosque y forma parte del
Municipio Autnomo San Juan de la Libertad. El desmantelamiento de este Municipio Autnomo se
enmarcaba dentro de una campaa gubernamental de reinstauracin del orden constitucional por el que
en pocos das se hicieron grandes operativos en 4 municipios: Ricardo Flores Magn, Tierra y Libertad,
Nicols Ruiz y San Juan de la Libertad. Se desmantelaron y militarizaron as, en pocas semanas, 4 de los
32 "Municipios Autnomos".
El da 10 de Junio de 1998 llegaron a la comunidad de Chavajeval alrededor de con camiones
aproximadamente, 3500 elementos de los distintos cuerpos de Seguridad Pblica, Ejrcito Federal, Polica
Judicial Federal y Estatal, todos ellos fuertemente armados. Las versiones de lo ocurrido no pueden ser
ms divergentes:
Gabriela Aguilar. Revista Milenio. (Todo se llevaron. Hasta los muertos.Lunes 15 de Junio de
1998)
El convoy que lleg a Chavajeval abri fuego a las 6:30 de la maana aproximadamente. Primero
fueron los policas, que dispararon y se abrieron paso lanzando gases lacrimgenos. Despus intervino
el ejrcito, ante la solicitud de un refuerzo de las otras fuerzas de seguridad. Los militares bajaron de sus
vehculos y entraron en la comunidad en formacin de abanico. Tomaron el pueblo, llevaron a algunas
mujeres a la casa ejidal. Aprehendieron a los hombres, los golpearon. Atados los suban a los vehculos.
Todo se llevaron. Dinero, comida, ropa, caf, televisiones, radios, mquinas de escribir, los documentos
ejidales, los puercos, las gallinas. Saquearon, devastaron, revolvieron, buscaron. Cortaron el agua
potable.
A las 8:00 de la maana comenz la operacin hacia las faldas del monte, donde hombres,
mujeres y nios haban corrido. Un helicptero Colibr lleg para sobrevolar el monte y ubicar a los
zapatistas que se escondan en cuevas o entre la maleza.
Las fuerzas militares volvieron al poblado. Revisaron todas las casas, la escuela, la iglesia, las
dos tiendas de cooperativa. Comieron y
desalojaron el rea a las 17:00 de la
tarde. Los tzotziles afirman que el tiroteo
ces a las 15h de la tarde.
De este operativo policacomilitar, no queda evidencia. No hay un
solo casquillo , ni un agujero de bala, ni
una granada. Estos pinches soldados se
encargaron de limpiar todo, se queja
Juan.
Las autoridades slo permiten a
la prensa entrar a la zona de Chavajeval.
Pero no todos tienen acceso. Slo las
cmaras de Televisa, que curiosamente
llegaron al lugar antes de que llegara el
operativo , pudieron atestiguar el ataque.
A los corresponsales de la prensa
extranjera se les prohbe el paso por
rdenes militares.
Irma Ramrez/ Cuarto Poder. (La
agresin provino de los zapatistas,
segn la PGJE.Jueves 11 de Junio
de 1998)
"El Procurador de Justicia, Rodolfo
Soto Monzn, lament ayer la prdida de
vidas
humanas
durante
los
enfrentamientos con presuntos miembros del EZLN, en comunidades de El Bosque.
Confirm que el operativo tena como propsito cumplimentar rdenes de aprehensin en contra
de 15 personas acusadas en averiguaciones previas iniciadas por delitos de robo, daos y homicidio.
Al frente de dicho contingente iba el agrupamiento femenil que no portaba armas, seguido de
efectivos que tambin iban desarmados, y en un tercer bloque se ubicaban grupos de Seguridad Pblica
con armas de fuego, apoyados a distancia por
elementos del Ejrcito Mexicano.
A las 7 de la maana, dijo, ingresaron
a las comunidades de Unin Progreso y
Chavajeval, donde fueron agredidos por armas
de fuego.
En
Chavajeval,
los
agresores
causaron un muerto y 4 personas heridas
entre los miembros de las fuerzas de Seguridad
Pblica. Y al repeler la agresin las fuerzas de
seguridad causaron 8 bajas a los atacantes, 6
de los cuales fallecieron y 2 quedaron
heridos.
5 de las personas muertas vestan
uniforme de tipo militar, semejante al utilizado
por los miembros del EZLN
Adems aseguraron 35 bombas
molotow, 12 rifles, 3 pistolas de diferentes
calibres, 2 equipos de radiocomunicacin, 1
mochila con 1200 cartuchos tiles, 2
pasamontaas, botas, capuchas, cohetes y una
manta negra y roja con la leyenda EZLN
Libertad, Democracia , Justicia y Paz.
Algunas mujeres y nios fueron
introducidos en la casa ejidal de este poblado,
para evitar ser alcanzadas por una bala perdida, aunque otras de ellas, desde el inicio del
enfrentamiento, huyeron con sus hijos rumbo a la montaa."
Pablo Salazar Mendigucha (en aquel momento Senador de la Repblica por el PRI e integrante
de la COCOPA). El fracaso de una imprudente estrategia gubernamental para Chiapas. La
Jornada. Mircoles 1 de Julio de 1998.
"La maana del mircoles 10 de Junio de 1998, ms de 1000 policas de seguridad pblica del
Estado y de las PGR y soldados del Ejrcito Mexicano, movilizados en cerca de 80 vehculos de todo
tipo, realizaron un operativo en las comunidades de Chavajeval, Unin Progreso y la cabecera del
municipio El Bosque, con el fin de ejecutar rdenes de aprehensin en contra de 15 personas acusadas
de robo, daos en propiedad ajena y homicidio.
Ese era el objetivo declarado. Lo que en realidad buscaban quienes planearon el operativo, y
quizs la coartada del mismo, era disolver con el uso de la fuerza pblica el llamado municipio
autnomo.
En un operativo, de cuya dimensin no se tiene registro desde los primeros das de 1994, las
fuerzas de seguridad mataron a por lo menos 10 personas e hirieron a muchas ms; detuvieron a medio
centenar de indgenas, con formas y procedimientos claramente violatorios de los ms elementales
derechos humanos; arrestaron ancianos y ancianas; maltrataron a mujeres y nios; saquearon,
devastaron y mancillaron casas; cortaron el suministro de agua; robaron; vejaron y humillaron a los
pobladores de esas comunidades.
La masacre de El
Bosque es un hecho muy grave
porque en ella perdieron la vida
varios mexicanos y resultaron
heridos otros ms. Porque en
ella intervinieron elementos de
seguridad pblica del Estado de
Chiapas, policas judiciales
federales y estatales.
La masacre de El
Bosque es un hecho muy grave y
afecta el proceso de paz, porque
en l tuvieron participacin
directa oficiales y soldados del
Ejrcito Mexicano.
Desde enero de 1994
no sabamos de la muerte de
indgenas chiapanecos abatidos
por las balas disparadas por
soldados del Ejrcito Mexicano.
Es un hecho muy grave
porque existe una ley que
establece que mientras otra
cosa no ocurra, en trminos
militares lo que hay es una
tregua y sta tiene que
respetarse.
Es
grave
porque
respondi a una estrategia
gubernamental.
Arturo Cant. Asunto
Pblico. Opinin! Cuarto
Poder
La medida ordenada por el gobernador Roberto Albores Guilln tom por sorpresa a los
simpatizantes del EZLN. Se pensaba que al igual que haba sucedido antes en la instalacin de los dems
"Municipios Autnomos" zapatistas el gobierno se abstendra de intervenir.
Pero esta vez el gobierno estatal no permanecera en un papel pasvo, catatnico, como en el
pasado vena ocurriendo, ante los actos ilegales y provocadores por parte de los simpatizantes de la
guerrilla del EZLN (...).
Todo parece indicar que surgirn ms acciones gubernamentales contundentes para
restablecer el estado de derecho. Por un lado est la determinacin del gobernador Roberto Albores de
no permitir la suplantacin, ilegal, de las autoridades constitucionales, como ocurre en los llamados
"Municipios Autnomos" zapatistas. Y por otro , est la decisin de decenas de autoridades ejidales y
municipales legtimas , de solicitar la intervencin de la fuerza pblica para que se desmantelen los
denominados municipios autnomos zapatistas, los cuales son una fuente de conflictos comunitarios
que acarrean episodios de violencia y derramamiento de sangre
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas. Comunicado. 6 Julio 1998.
Lo que a continuacin vamos a narrar no es en ningn momento producto de rumores,
especulaciones o versiones obtenidas de manera indirecta o de dudosa procedencia, sino que es producto
de las Fe Ministeriales que obran en los expedientes judiciales abiertos en el presente caso y de las
narraciones de los mismos internos, as como de grabaciones, videos y fotografas obtenidas el da en
que el cuarto visitador de la CNDH entreg los cuerpos de supuestos guerrilleros que resultaron
muertos al momento de darse los hechos.
Al estudiar los expedientes, 185/98 radicado en el juzgado primero del ramo penal, 188/98 y
189/98 del juzgado tercero del mismo ramo de la ciudad de Tuxtla Gutirrez obtuvimos la Fe Ministerial,
as como la Necropsia practicada a los cadveres sin nombre y sealados simplemente con los nmeros
7, 8 y 9 actuaciones de las cuales se desprenden los siguientes datos:
Al parecer en el operativo del da 10 de junio de 1998 se dieron dos enfrentamientos uno en
Chavajeval y un segundo en Unin Progreso, en el de Chavajeval murieron 3 personas del pueblo,
mientras que en el de Unin Progreso murieron 5 personas.
Primero relativo a los cadveres levantados en Chavajeval:
EN RELACION AL CADAVER NUMERO
SIETE.- Presenta impacto de bala por la espalda a
nivel del hemitrax derecho as como una herida
por arma de fuego en el lado derecho del cuello de
lo cual se desprende que fue atacado por la
espalda.
EN RELACION AL CADAVER NUMERO
OCHO.- El Trax, Abdomen y muslos de este
cadver presentaron esfacelacin (putrefaccin) al
momento de la necropsia mas esto no impidi que el
perito detectara cuatro cinco de armas de fuego. La
primera en el pecho con orificio de salida en la
espalda; la segunda en la espalda a nivel de la
regin lumbar izquierda con orificio de salida en el
abdomen; la tercera en el abdomen con orificio de
salida en la espalda y la quinta tambin por la
espalda en la regin del glteo izquierdo y por
ltimo en el glteo derecho presenta un quinto
impacto de bala en forma oval de 4cm de longitud.
De esto obtenemos que esta persona, adems de
haber sido acribillada desde varios puntos, fue
atacada por la espalda como consta en la necropsia
realizada.
EN RELACION AL CADAVER NUMERO
NUEVE.- .- Queremos hacer notar que este cadver es el que ms debe impresionar e indignar ya que
segn la necropsia este cuerpo presenta OCHO impactos adems de que presenta quemaduras en la
parte frontal abarcando abdomen y trax las cuales le provocaron desprendimiento de la piel por
exposicin trmica al medio ambiente, es decir, el mdico forense supone que un cuerpo habituado a
estar expuesto al sol en esta ocasin el mismo sol le produjo quemaduras las cuales le provocaron
desprendimiento de la piel, mientras que, por narraciones de los detenidos en Cerro Hueco sabemos que
estas quemaduras fueron provocadas por el calor emitido por el motor del camin transmitido por la
lmina del piso del camin en que fueron trasladados los cuerpos.
En cuanto a los impactos de bala: El primero se presenta en la frente con orificio de salida en la
region parieto-occipital del lado izquierdo aproximadamente a dos centmetros por encima del nivel en el
que entr la bala, el segundo se presenta en el costado derecho en el cuarto espacio intercostal con
orificio de salida en la lnea media de la espalda; el tercero en el sexto espacio intercostal del mismo
lado que el anterior; el cuarto en la regin supraclavicular derecha, el quinto en la misma zona a 3cm de
distancia del cuarto impacto; el sexto impacto fue producido por proyectil de 9 mm en el brazo, el
sptimo en el antebrazo sin especificar qu lado recibi dichos impactos, y finalmente el octavo impacto
se produjo a la altura de la axila izquierda de donde el perito extrajo un proyectil.
De aqu surge la duda de si esta persona era tan resistente como para necesitar ocho impactos
de bala para morir y en el caso de que fuera una rfaga es impresionante la puntera del tirador o de los
tiradores como para hacer blanco en la frente del hoy occiso. Y se nos plantea la interrogante de si fue
una EJECUCION"
Extracto del "Informe de la Caravana Civil de Observadores al Municipio Autnomo de Usos y
Costumbres Indgena San Juan de la Libertad. Junio 1998".
Realizaron allanamientos a todas las casas habitacin donde catearon y sustrajeron documentos
(actas de nacimiento, credenciales de elector) y pertenencias personales (ropa, botas, cobijas); robaron
todos los objetos de valor, aparatos electrnicos (televisores, radios, grabadoras, mquinas de escribir,
mquinas de coser), instrumentos de trabajo (machetes, palas, picos , hachas); robaron y tiraron granos
comestibles (caf, maz, frijol); sacrificaron la mayor parte de los animales domsticos y destruccin de
utensilios de cocina (molinos de mixtal, ollas, casuelas, platos, vasos) y robo de dinero en efectivo.
Adems en cas todas las casa se encontraba excremento humano.
Allanamiento y robo a centros comunitarios: en la Iglesia profanaron el santsimo; en la escuela
comunitaria sustrajeron las mquinas de escribir; en la farmacia comunal robaron los medicamentos; en
la cooperativa todas las mercancas; en la Agencia Municipal robo y destruccin de documentos y de las
mquinas de escribir: destruccin de bienes comunales, cortaron la red comunitaria de agua potable.
La mayor parte de la gente con quien pudimos platicar sufre de vmito, mareo, problemas
respiratorios y dolor de cabeza como efecto del gas lacrimgeno. Las mujeres y nios quienes ms
sufrieron las agresiones se encuentran enfermos de espanto. El nio que fue testigo de la muerte de su
padre, Mximo Gmez se encuentra traumatizado, llorando y gritando constantemente.,
Por las calles de la comunidad se observaban cantidades de casquillos de armas de distintos
calibres que haban sido utilizados por las fuerzas militares e impactos de bala en postes y paredes.
Esos cadveres nos viene a dejar la C.N.D.H. fue imposible ser reconocidos por sus familiares
porque todos son destripados y varios destrozados y agujereados sus cuerpos, cortados de sus piernas,
de sus brazos y sacado sus ojos... ya solo 2 cadveres fueron medio reconocidos por sus familiares, pero
los otros no fue posible identificarlos; por eso no estamos conformes ni convencidos que sean nuestros
compaeros que nos lleg a dejar la Comisin Nacional de Derechos Humanos, pensamos que es un
engao y una burla ms para nosotros los indgenas.
Damos por desaparecidos a nuestros 5 compaeros de Unin progreso, exigimos que se
investiguen sus paraderos y exigimos al gobierno mexicano y a la C.N.D.H. que nos lo entreguen vivos
porque vivos se llevaron nuestros compaeros
La contraposicin de las diferentes versiones permite observar algunos elementos de gran trascendencia:
El contraste entre la crudeza de los hechos y las versiones que se dan desde los rganos oficiales.
La asimilacin explcita o implcita, de modo intencionado, de la poblacin civil como guerrilleros
zapatistas.
Fue una agresin del ejrcito contra poblacin civil en la que hubo ejecuciones sumarias
extrajudiciales.
La presentacin del ejrcito como un ente pacificador, frente a los datos de las autopsias, que sealan
ejecuciones sumarias y tiros de gracia, y los testimonios de los familiares de recibir cuerpos
irreconocibles.
El estimulo a sectores sociales de empresa para que publiquen campos pagados en prensa de apoyo a
la accin militar como parte de la estrategia de guerra.
Todo ello son acciones que, lejos de ayudar a crear un clima de reconciliacin y pacificacin,
fomentan de modo deliberado el enfrentamiento y la polarizacin social expresado en, al menos, las
siguientes tres ideas, comunes en toda la psicologa social de guerra:
El enemigo es omnipotente e impredecible: La guerrilla es muy poderosa y est bien armada. Hay
que emplearse contundentemente para derrotarla. Hasta ahora ha habido indulgencia, pero la
tolerancia se ha acabado.
El enemigo es perverso: encarna la maldad, los peores valores ticos y humanos, frente a nuestro
bando, que representa la bondad y los mejores ideales y el inters del conjunto de la sociedad.
Cualquiera que no est con nosotros est contra nosotros. Por un lado el orden y la paz y por otro el
caos.
El Estado mexicano debera garantizar el derecho a la vida y la paz tanto de los empresarios como de
los campesinos a los que agrede, puesto que todos son ciudadanos mexicanos.
Pueden consultarse especialmente: Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas. Camino a la
Masacre: Informe especial sobre Chenalh. San Cristbal de Las Casas. 1998. Procuradura general de la Repblica.
Libro Blanco sobre la masacre de Acteal. Mxico. 1998. Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las
Casas. Acteal: Entre el duelo y la Lucha. San Cristbal de Las Casas. 1998.
"Los comandantes, los jefes de la policia de la zona de Chenalh, porque sabemos que estuvieron en
las inmediaciones de Acteal mientras se desarrollaban los hechos y no intervinieron, no hicieron
nada para que la agresin no se perpetrara. (...) Tenemos a otro grupo de policias que sabemos que
facilitaron armas a personas que pertenecieron al grupo agresor, que por las noches les brindaban
algn gnero de seguridad y que llegaban incluso a disimular el hecho de que estas personas
portaban en lugar de haberlos detenido, haber decomisado el arma".
" Han querido engaarnos (...) Lugareos de Chenalh han llegado con listas de cuarenta, cincuenta
personas diciendo, sabemos que estas personas son responsables, por tanto queremos que t
Procuraduria General de la Repblica vayas y los detengas. En ningn pas civilizado (...) el fiscal
puede detener por ese tipo de acusaciones.(...). Han sido muy complicadas las investigaciones. (...)
Los lugareos han puesto barricadas para impedir la llegada de autoridades, de la Policia. (...) Es
dificil hacer aprehensiones. (...) nosotros quisiramos tenerlos detenidos a todos, pero lo que no
vamos a hacer es por precipitarnos en esto tener algn conflicto en el municipio de Chenalh".
"En el municipio de Chenalh se han dado conflictos entre las comunidades desde hace muchos aos
(...). Chenalh es un municipio con presencia mayoritaria de tzotziles, pero con una pequesima
presencia de tzeltales, donde conviven fieles de la iglesia catlica, pero tambin (...) evanglicos, de
la iglesia del sptimo da, pentecostales.... Intereses econmicos: es una zona que se cultiva caf
(...); hay una mina de arena que ha sido una constante disputa entre los lugareos de Chenalh,
pero fundamentalmente a partir de abril de 1996 cuando se instala el Consejo Municipal Autnomo
de Chenalh. (...) Durante 1997 empiezan a profundizarse y extenderse los conflictos (...) y estos
conflictos tienen que ver con homicidios, tiene que ver con lesionados, tiene que ver con robos,
tienen que ver con secuestros... Nosotros llegamos a identificar 47 hechos delictivos previos al 22 de
diciembre que, y esto es lo grave, que estaban impunes" "Las venganzas, aunado a la impunidad
fueron creando un ambiente que tristemente desemboc en los hechos del 22".(CCIODH8)..
Para Francisco Labastida, Secretario de Gobernacin:
Hay que aplicar la ley y la justicia. El problema de Chenalh creci en los aos recientes
precisamente por falta de esa aplicacin. Cuando en la zona se detena al sospechoso de algn delito era
frecuente que tuviera que ser liberado como respuesta a una manifestacin contraria a dicha detencin.
El ejemplo de Acteal lo ratifica. Previamente a la matanza existen cuatro hechos de sangre originados
por la disputa de dos grupos enfrentados por la obtencin de la concesin de un banco de grava. Cuando
se lo concesionan a uno de ellos, el otro responde asesinando a una persona e hiriendo a dos ms. Dicha
situacin queda impune y se inicia una espiral de venganzas que provoca en dos meses diecisiete muertos
y unos treinta heridos (seis hechos de sangre de supuestos priistas contra supuestos perredistas y ocho en
sentido inverso). No hay nada peor para ningn Estado que el hecho de que la ley no se aplique.
(CCIODH9).
La versin de los detenidos en Cerro Hueco.
El Partido Cardenista de Chiapas, al que pertenecen la mayora de detenidos como ejecutores de
la matanza, manifest su postura en un documento denominado "Los derechos humanos de los Indgenas"
difundido por Internet a la comunidad internacional. La posicin del Partido Cardenista coincide en lneas
generales con la gubernamental aadiendo un elemento exculpatorio y cuantiosos ataques al Centro de
Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas y Samuel Ruiz.
De dicho documento proceden los siguientes prrafos:
"El nivel de parcialidad y de manipulacin de algunas organizaciones de defensa de los
derechos humanos ha llegado al punto que hemos considerado importante puntualizar tambin algunos
conceptos (...). Sin pretender justificarnos, nosotros no somos satlites, ni paleros, del PRI-gobierno,
somos un conjunto de organizaciones, no gubernamentales y polticas, que tenemos vida propia y
pensamiento tambin propio. (...) Desde 1996 las agresiones de los zapatistas contra la poblacin civil de
Chenalh menudearon, sobre todo contra los cardenistas que haban vencido en su lucha contra los
caciques y terratenientes reconquistando la tierra ancestral para el ejido. Los zapatistas saquearon esta
conquista campesina y destruyeron una importante reserva forestal en Majomut para construir el
Aguascalientes de Oventic. Cuando los enfrentamientos se tornaron ms violentos, los indgenas
Chenalhoes de Los Chorros, de Majomut, de La Esperanza, de Chimix, de Pechiquil, se dirigieron al
CDHFBC a solicitar su apoyo. El CDHFBC estuvo en las plticas de paz que se dieron para parar la
masacre que se realizaba en Chenalh. Despus de 17 muertos se logr firmar la paz en el poblado de
Las Limas, Chenalh, con la presencia del CDHFBC. Despus de que 17 campesinos indgenas de
Chenalh haban sido asesinados en emboscadas en los caminos de labor de las comunidades por el solo
pecado de no pertenecer al EZLN, Para entonces ante la falta de respuesta, ante la negligencia de la
autoridades correspondientes, ante la negativa del propio CDHFBC de detener los ataques (...) los
pobladores se haban organizado, al margen de los partidos y las organizaciones tradicionales, y
formado grupos de autodefensa militar, comunitarios y electos en asamblea. (...).Despus vino la
Masacre de todos conocida. No sabemos, porque no nos compete investigar, exactamente que pas. Los
participantes alegan que fue un enfrentamiento con fuerzas regulares del EZLN y que los propios
zapatistas pusieron en medio a los civiles desarmados. Esta tesis nunca ha sido investigada por la PGR.
(...) Los das siguientes los zapatistas se dedicaron a "cazar" con el apoyo de la PGR, a campesinos
indgenas con los cuales tenan diferencias personales, polticas y hasta familiares hacindolos pasar por
responsables de la Masacre, todos fueron remitidos al penal de Cerro Hueco sin ninguna valoracin
objetiva de su responsabilidad..(...). Despus de dos meses de las declaraciones la PGR solicit y obtuvo
45 ordenes de aprensin, algunas de ellas, 8 para ser exactos, de personas inexistentes en el municipio,
despus de sus brillantes investigaciones hasta dos muertos de hace tres y cinco aos fueron incluidos.
Nuevamente engaaron a los chenalhoes, les dijeron, por escrito, que eran necesarias varias
ampliaciones de declaraciones y careos y que despus de 72 horas les dejaran partir. Nunca cumplieron
su dicho todos fueron recluidos en Cerro Hueco"
Las investigaciones del Centro Fray Bartolom de Las Casas.
Para este Centro de Derechos Humanos lo ocurrido en Acteal no obedece a disputas internas
entre indgenas sino a un conflicto creado de modo externo y con un final planificado. En su documento
Camino a la masacre consideran
En Chenalh coexisten, al momento de los hechos, dos formas de autoridad. La constitucional,
surgida de las elecciones de 1995 y afn al PRI y la elegida segn usos o costumbres o "en rebelda".
Se crea un clima de crisis poltica y de tensin.
Hay un grupo organizado de carcter no-violento, Las Abejas, que surge en 1992 en respuesta a la
detencin arbitraria de cuatro campesinos y pidiendo su liberacin. Han protagonizado diversas
acciones no violentas muy importantes, como el ayuno de miles indgenas en la catedral de San
Cristbal para pedir la liberacin de sus compaeros o la marcha a pie hasta la crcel de San
Cristbal.
En agosto de 1996 se produce el asesinato de 6 jvenes, que son arrojados a una grieta de 100 metros
de profundidad, cercana a Chenalh. Los responsables fueron detenidos y liberados poco despus.
Hay un lento goteo de asesinatos en diferentes comunidades de la zona de Chenalh a manos de
grupos "paramilitares" que provocan una creciente tensin, miedo y desplazamiento de centenares de
familias en busca de zonas seguras. Aunque se inician averigaciones previas, en ningn caso stas
llevan a la detencin o encausamiento de responsables.
Es en este contexto en el que grupos "paramilitares" (los denominados Mscara Roja) preparan y
perpetran la masacre del 22 de diciembre de 1997. El desencadenante es aparentemente la disputa por
un banco de grava de la comunidad. En realidad el conflicto se crea artificialmente. Mientras por un
lado unas autoridades firman una concesin de explotacin con un grupo de campesinos, otras firman
otro acuerdo paralelo con otro grupo contrario
Esto sera posible por la conjuncin de mltiples causas. Analizan seis posibles "hiptesis"
rechazando que ninguna de ellas sea suficiente y se decantan por una explicacin combinada:
a) Causas internas.
La violencia en las comunidades indgenas ha sido un fenmeno constante a lo largo del tiempo. Las
expulsiones, las disputas con saldo de muertos etc, se han producido desde hace dcadas.
La violencia provendra de la prdida de poder de profesores que actan en el municipio y la regin.
Se habra producido un desequelibrio en la correlacin de partidos en la regin al perder los prristas
la hegemona. El poder paralelo establecido era cada vez ms numeroso y con ms implantacin real.
La mayora de la poblacin del municipio es joven y no tiene tierra, lo que crea una gran presin.
Esto ha revertido en un aumento de la delincuencia en los ltimos aos.
b) Causas externas,
La comandancia del EZLN podra estar usando a sus militantes como peones de la estrategia de
guerra.
El gobierno genera conflictos arbitrariamente a fin de avanzar en la militarizacin y aniquilamiento
del EZLN.
Para el CDHFBC la explicacin sera la estrategia militar de contrainsurgencia y guerra de baja
intensidad desarrollada por el Estado en Chiapas, que supo canalizar los elementos internos e inscribirlos
dentro de una estrategia ms amplia. "En el caso de los Altos hay niveles de convivencia de gran
fragilidad que pueden ser detonados con relativa facilidad, tales son los casos del problema de la tierra,
el sentimiento y la realidad de minora del PRI y su prdida de gobierno y control en el municipio y la
conflictiva situacin de convivencia de los profesores" (Op. Cit. pg 65).
Algunas conclusiones.
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que la masacre de Acteal fue el punto final de una
escalada de violencia y enfrentamientos dentro de la comunidad. Las divergencias aparecen a la hora de
considerar si hubo o no instigadores intelectuales y materiales y en este caso, quienes fueron.
Ante cualquier hecho atentatorio a los Derechos Humanos siempre pueden considerarse hiptesis
multicausales, pero eso no cambia la naturaleza de los hechos ni sus consecuencias. El modo de vestir de
una mujer o las horas a las que circulaba por un determinado lugar, nunca podr ser "explicacin" de una
agresin sufrida. Todo tiene un origen multicausal, pero la pregunta ltima sigue siendo la misma: quien
financi, arm, dej actuar a los asesinos?. Los antecedentes se dieron en Chenalh, como se dan en
muchas otras comunidades chiapanecas en las que nada de todo esto ocurre. En suma, en las
explicaciones que se dan desde el Estado o desde distintos sectores se tiende a confundir los antecedentes
con las causas, diluyendo as las reales responsabilidades.
Todos los factores considerados en buena parte del informe del CDHFBC o en las explicaciones
de la Procuradura son factores predisponentes, algunos de los cuales son internos y otros, efectivamente,
externos. Pero la nica pregunta realmente relevante es: quin planific, prepar y dio la orden?. Y en
este sentido tienen vigencia todas las argumentaciones que desarrollbamos al considerar la pertinencia o
no del uso del trmino "paramilitar".
En octubre de 1995 hay elecciones municipales en San Pedro Nixtaculum, comunidad con
cabecera en San Juan de la Libertad / El Bosque, en las que vence el PRI por amplia mayora, pero con
un 72% de abstencin. Esta abstencin puede ser interpretada como la negativa de los votantes de otras
opciones a ejercer su derecho ante las denuncias de fraude en las elecciones a gobernador del Estado un
ao antes que llevaron al nombramiento del Lic Amado Avendao como "gobernador en rebelda".
Frente al nuevo presidente municipal perteneciente al PRI, se decide en asamblea de usos y
costumbres el nombramiento de un presidente electo paralelo, tal y como ocurri en otros municipios
chiapanecos (San Andrs, Chenalh etc).
Ambos poderes paralelos convivieron no sin tensiones, arreglando las diferencias por acuerdo, es
decir, segn usos y costumbres. El 11 de abril de 1996, el candidato electo del PRI solicita la intervencin
de las autoridades estatales para poder ocupar los despachos de la municipalidad. La Secretara de
Gobierno interviene y se logra un acuerdo verbal de no agresin y convivencia. Este acuerdo se mantiene
durante cerca de un ao, no sin tensiones, pero siempre llegando a acuerdos.
El 6 de febrero de 1997, sin orden al parecer del poder civil, el Ejrcito Federal Mxicano ocupa
con unos 50 hombres la municipalidad, pide los nombres de quienes ocupan los cargos y sus funciones.
La masacre de San Pedro Nixtalucum. El CDHFBC tiene un extenso informe sobre este caso que
puede consultarse96. Lo esencial que se desprende de l es que en la citada comunidad se di un problema
entre las diferentes autoridades, generado porque las autoridades PRIistas decidieron sancionar a una
persona PRIista de la comunidad por no cumplir ciertas obligaciones comunitarias. Esta busc apoyo en
las autoridades PRDistas, lo que gener diversas reuniones intentando llegar a acuerdos y se produjo una
escalada de tensin que acab en varias agresiones a golpes. Las autoridades de la cabecera municipal
decidieron no intervenir por considerar que se trataba de un problema local de escasa importancia. El
punto de mxima tensin suge cuando el 13 de marzo las autoridaes PRIstas toman algunos rehenes del
PRD y viceversa. Tras una negociacin con comisiones de ambos bandos se llega a un acuerdo de liberar
a los detenidos. Es en este momento cuando aparecen varios camiones de la Seguridad Pblica y policias
judiciales que proceden a liberar a los PRIistas y a detener a los PRDistas. Esto provoca una respuesta
multitudinaria del sector PRDista que bloquea el camino con palos y piedras pidiendo explicaciones. En
el proceso de dilogo miembros de la Policia de Seguridad Pblica (PSP) abren fuego provocando 4
muertos. Hay personas de la comunidad que consiguen arrancar algunas armas a personal de la PSP
producindose un intercambio de disparos de aproximadamente veinte minutos. La gente se dispersa. El
Ejrcito realiz un cateo casa por casa y detiene a veintisiete personas PRDistas, algunos de las cuales
sufren graves lesiones durante el traslado.
Esta situacin provoca pnico en la poblacin y 67 familias PRDistas (unas 400 personas) salen
de la comunidad dejando sus casas cerradas con todos sus enseres y documentos dentro, y se dirigen hacia
la zona de Oventic.
En los das siguientes en una visita a la comunidad con presencia del CDHFBC y autoridades de
la Secretara de Gobernacin y las partes implicadas se comprueba que ha habido un allanamiento, cateo
y saqueo de las casas de los desplazados, tres tiendas cooperativas y la sede del PRD local. La policia
permaneca en la comunidad, ocupando la escuela (las clases se suspendieron) y algunas de las casas de
los desplazados. En una visita posterior se observa que la policia se entrena con algunos jovenes civiles
de la comunidad y que el saqueo haba seguido.
Tras varias reuniones y tras acordar indemnizar a las vctimas y establecer un "pacto de no
agresin" se decide el regreso de los desplazados. Pero cuando llega el da fijado y stos acuden, los
sectores PRIistas convocan una reunin a la que assten miembros de seguridad pblica y en la que se
manifiesta a los retornados que no existen condiciones para garantizar su regreso y que su vuelta no
estaba autorizada hasta al cabo de unos das.
En la nueva fecha los desplazados acuden, acompaados esta vez de ms de 4000 personas de
apoyo procedentes de diversas comunidades, algunos de ellos con pauelos y paliacates, y realizan un
acto en la cancha de basquetbol manifestando que no necesitan permiso para estar en sus casas y su
decisin de permanecer en ellas de nuevo.
Los 24 detenidos permanecen en la prisin de Cerro Hueco por espacio de cerca de tres meses
hasta ser finalmente liberados. Tras varias reuniones e incumplimientos finalmente se indemniz a los
familiares de las vctimas. Se dieron ayudas econmicas para "rehabilitacin de las casas" a algunas
familias PRIistas, sin que hasta el momento se haya cumplido el acuerdo de indemnizar tambin a las
familias cuyas casas fueron saqueadas.
Algunas conclusiones.
Este caso muestra numerosos elementos interesantes del proceso colectivo que se vive en Chiapas:
No parecera haber una coordinacin entre instancias del Estado. Mientras la Secretaria de
Gobernacin parece respetar una salida conforme a usos y costumbres, el ejrcito aplica su propia
estrategia e interviene violentamente.
La intervencin de las fuerzas del Estado se produce cuando ya haba vas de acuerdo y salida al
conflicto desde las propias autoridades de la comunidad y no se requera la intervencin exterior.
sta no slo es la que desencadena la masacre, sino toda la sucesin de hechos posteriores.
Una situacin conflictiva menor acaba convirtindose en la ocupacin por los uniformados de la
comunidad, cerca de 400 desplazados, con saqueo de las casas, paralizacin de la vida comunitaria y
violencia extrema.
Impotencia ante el modo desigual como se aplica la justicia a simpatizantes de uno u otro espectro
social.
96
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolom de Las Casas. No olvidaremos. San Cristbal de Las Casas. Julio
1997.
La impunidad de los soldados que perpetraron la masacre, de aquellos quienes saquearon las casas de
los desplazados, de los que debiendo protegerlas no lo hicieron y de quienes realizaron los malos
tratos y abusos, es total. Esto lleva a crear un clima de desesperanza por un lado, y de rabia y odio
por otro, que fcilmente puede llevar a nuevos episodios de violencia, como se ha visto en las
sucesivas muertes que ha habido en la zona de Los Pltanos y San Juan de la Libertad en los aos
siguientes y hasta la fecha.
Es de destacar la respuesta comunitaria que se da en mltiples niveles:
- En los intentos de buscar una solucin "por acuerdo" entre representantes de las dos partes en
conflicto.
- En el bloqueo a las fuerzas del Estado cuando intentan llevarse detenidas de modo arbitrario a
varias personas de la comunidad.
- En el apoyo dado a las familias de desplazados en aquellas comunidades a las que llegan.
- En el apoyo masivo de la poblacin PRDista de comunidades vecinas en el retorno definitivo de los
desplazados, dndoles soporte fsico y moral para vencer el miedo.
La vida comunitaria, su visin integral del hombre, el respeto a la naturaleza como parte que
somos de ella, el mensaje de los dioses a travs de los sueos, los rituales ante los elementos de la
naturaleza, la msica y danza propios, entre otros. En un taller con mujeres artesanas en la zona de los
Altos stas encontraban en su vida cotidiana y sus tradiciones los principales recursos:
Los tiempos contentos en donde fortalecen su corazn son:
las reuniones de la comunidad y de mujeres,
asistir a misa
las fiestas de la comunidad
la msica tradicional (SMK1)
Que hacemos para estar contentas:
Arreglar, hacer limpieza visitar con calma a nuestros vecinos o familia.
Tener nimo para trabajar, trabajar libre para salir a cosechar y a traer lea. Ir a comprar y no
hacer caso lo que dice la gente por los rumores.
La fuerza de la comunidad est en organizarse, estar unidos y hay acuerdo. Entonces progresan
juntos.
Debemos actuar en el momento en que tenemos miedo
Si llega el ejrcito, juntarse (aunque sea solo la familia) y enfrentarlo para que no nos espante
Tener confianza en s mismas que podemos salvarnos o defendernos por nosotras mismas.
Tener cuidado no salir sola, estar pendiente de nuestra casa (como son mal hechas no hay seguridad)
cerrar bien la puerta.
Defenderse como se pueda golpear al hombre que quiera violarnos.
Recordar lo que otros han hecho en el mismo caso
Recomendarse a Dios, tener fe, pedir que nos de valor, persignarse y hacer oracin
Enfrentarse, sacar la fuerza que una tiene, agarrar lo que se tenga a la mano, palos, mordidas
(SMK1).
Antes la gente resolva sus problemas. Antes no haba autoridades, entre ellos resolvan sus
problemas. No haba matanzas, no haba guerras. (CCIODH7)
Se le peda a Dios prendiendo velas y dientes de ajo, pidiendo a Dios para que te perdone y te
corrija cuando hay problemas. Y as pasaron muchos aos. (ET2)
[el mismo compaero indgena nos quiere entramos a pelear. Acaso no tenemos un poco de conciencia como
podemos buscar un camino para vivir juntos. Pero los priistas siempre as estan haciendo. Nosotros nunca hemos
pensado de pelear entre mismo indgena y no indgena]
Parte importante del cambio social y de la resistencia de las comunidades ha sido la progresiva
incorporacin de las mujeres a todos los niveles: participacin comunitaria, trabajo productivo, defensa de
las comunidades, etc.
Yo lo vi tambin cuando empez la palabra de Dios. As lo vi tambin cuando lo vi en la Biblia pues
ah est todo pues, de cmo caminar, cmo hicieron ellos tambin, qu hicieron ellos tambin que tienen
hambre, aguantar hambre tambin, hasta que Moiss los sac, as como estn [los soldados] molestando
ahorita, pues as ellos tambin, por eso as pensamos nosotros (...) Siempre vimos que estamos sufriendo
con nuestros hijos, siempre vimos que no tenemos tierra para trabajar, no podemos hacer la comida
tambin, por eso as lo vimos pues esos y nos empezamos a organizar. Bueno cuando empezamos no son
muchos, as como mi esposo, parece que son 10 no ms.(...) Ahora tengo 47 aos. Cuando empec a leer
la palabra de Dios desde soltera empec (...). Era catequista. Son muchos aos que trabaj de catequista.
(...). Antes la mujer no puede hablar, solo el hombre puede hablar pero la mujer no tiene derecho, as
antes, antes si el hombre nunca le deja a su mujer. Mi papa siempre me apoyaba, como me mand a ser
catequista mi papa pero como me voy si no se nada pues, ni leer, ni escribir, le deca a mi papa. Pues
apenas soy de 13 aos. Bueno, hay escuela aqu pero como nunca entramos pues, como cuando antes,
pues, los maestros llegaban 2,3 das pues no s nada, como voy a ir si no s leer, le dije. (...). Pero todas
tenemos derechos. Sabe la mujer igual que el hombre. Porque si solo sabe el hombre pues toda la vida
est ella en la casa no aprende nada. As como el hombre quiere aprender algo, tambin quiere la mujer.
Bueno, as empezamos a pensar a organizar. (...). Y as vi, cuando me voy de reunin de la palabra de
Dios, regreso otra vez y tengo reunin de la organizacin. Mi suegra pues gracias a Dios que me cuida
mis hijos, tengo 8 pues. 4 hijos y 4 hijas. (...).
Llegaron unas y empezamos el trabajo con las mujeres [de la organizacin]. Empezamos con la
hortaliza, ah no mas en campo tenamos nosotras nuestra hortaliza. As empezamos a trabajar. Y ahi lo
vieron las otras mujeres y los hombres que no solo los hombres son buenos para salir, para hacer junta,
para decidir cmo va a ser la situacin con sus hijos, todo. Si por eso as entramos. (...) Yo siempre me
dejaron las compaeras, como yo que hablo bien con todas las compaeras, yo no tengo vergenza de
hablar con todas las compaeras, siempre puedo platicar con ellas. Y por eso siempre me dejaban como
presidenta, como la presidenta de gallinas. Siempre, yo me llegaba onde iba ser la reunin. (....)
Estbamos en los colectivos de aqu, pues tambin estbamos en el de all. A veces llegbamos para
informar, por ah, cerca de San Cristbal, parece que cerca de San Andrs. Siempre se usaban nombres
diferentes de las comunidades onde bamos. Ah bamos, siempre saliendo con las compaeras, y
despus, me llevaron 18 das ah en Mxico. Para el trabajo de la organizacin, fue trabajo clandestino.
(...) Pues ahorita las mujeres siempre ya trabajan ya, pues en ese sus trabajos colectivos. Las
compaeras ya entienden que tambin tienen derecho la mujer y ya saben luchar un poco tambin. Como
hoy que hay reunin, pues siempre si llegaron, pero antes no, antes no llegan. (EH3)
Si bien el alzamiento de 1994 permite que el movimiento de mujeres se haga visible y se fortalezca,
la participacin de stas en el movimiento poltico y social tiene su origen mucho antes de la fecha del
levantamiento. Puede considerarse que las formas de organizacin desde una perspectiva de mujer
empiezan a aparecer alrededor de los ochenta.
La siguiente tabla muestra la cronologa y algunos hitos de esta organizacin y participacin:
AO
Dcada de los
80
1987-1993
1988-1989
1989
1992
1994 - 1995
1995 - 1996
1997
1998
8 de marzo de
1998
Junio - Julio
1998.
Noviembre
1999
Noviembre
1999
ACTIVIDADES
Surgen cooperativas de produccin (aproxs. 20 entre ellas OIMI, MUJERES EN
LUCHA, PAS JOLOVILETIK) principalmente en la zona Altos del estado.
Se construye la Coordinacin Diocesana de Mujeres (CODIMUJ), desde la
Dicesis de San Cristbal que apoya de modo decisivo el trabajo colectivo de las
mujeres a travs de la pastoral social.
Las principales lderes chiapanecas se encuentran en el movimiento magisterial
democrtico, el sindicato de la SARH y el movimiento estudiantil de Tuxtla Gtz.
y San Cristbal de Las Casas.
Surge el colectivo de mujeres en lucha CITLALMINA
Diferentes marchas de mujeres mestizas e indgenas en protesta por la militarizacin
de la zona (Cuartel Rancho Nuevo), la violencia domstica y la denuncia de la
impunidad ante violaciones sexuales a mujeres y violaciones de homosexuales que se
incrementan con la llegada de los militares a la zona.
Surgimiento de las primeras ONGs de mujeres: COLEM, Area de mujeres de
Chiltak, CIAM...
Importante participacin de mujeres indgenas organizadas en la marcha del 12 de
octubre.
Convencin Estatal de Mujeres, brazo importante de la Asamblea Democrtica del
Pueblo Chiapaneco.
Participacin en los dilogos de San Andrs de diferentes colectivos de mujeres en el
anlisis de propuestas y en introducir la problemtica de la mujer de modo especfico
y separado dentro de las mesas de dilogo. Grupos grandes de mujeres participaron en
los cinturones de seguridad y asumieron la responsabilidad de tareas logsticas de los
dilogos.
Organizaciones sociales y ONGs coordinan dos encuentros estatales de mujeres por
la paz
5 das de ayuno de mujeres artesanas despus de la masacre de Acteal. Participan
Jolom Mayaetik, Artesanas de Venustiano Carranza, expulsadas de Chamula,
Amatenango, La Casa del Pueblo, Kinal Antzetik y BACOSAN.
Marcha de ms de 1000 mujeres con antorchas Recuperemos las calles, en San
Cristbal de Las Casas.
Marcha de las 1000 mujeres por la paz, Visita a Acteal y Polh convocada por
ONGs locales y nacionales y por colectivos de mujeres de diversas organizaciones
sociales.
Encuentro estatal de mujeres en la Marcha Pan y Rosas y el Foro contra la
Violencia, la Impunidad y la Guerra en Chiapas, convocada por CODIMUJ y ONGs
locales.
Encuentro de mujeres de la Regin Norte del estado. Convoca La Casa de la Mujer
(Ixim Antzetik) de Palenque.
Las iniciativas se han desarrollado tanto por mujeres indgenas como mestizas. Despus de la
masacre refieren algunas activistas que la participacin de las mujeres aument, percibiendo una angustia
de ya no querer lo mismo.
Fue notorio, en este sentido, su participacin durante la preparacin, realizacin y seguimiento de la
consulta del 21 de marzo de 1999. En las brigadas de apoyo aproximadamente el 70% de los inscritos
fueron mujeres. La participacin de las mujeres sera cada vez ms en tareas de liderazgo y ya no
solamente en el apoyo logstico. Cada vez son ms visibles en la organizacin y coordinacin de
actividades.
Desde las comunidades se han desarrollado formas de resistencia civil que pasan por el
desconocimiento de las estructuras del Estado en tanto en cuanto se entiende desde esta posicin- que
stas tampoco estn asumiendo su responsabilidad respecto a la poblacin. En consecuencia hay un
rechazo al pago de impuestos y al pago de recibos de agua o luz por parte de las comunidades. En esta
misma lnea est la constitucin de los Municipios Autnomos y, de algn modo, las Regiones
Autnomas Pluritnicas.
Ms all de esto, hay tambin un rechazo activo con todo lo que esto supone- a los ofrecimientos
oficiales en salud y educacin por parte de las instancias gubernamentales.
"No queremons nada del ejercito. ellos vienen aqui para decir que va dar dispensas, van hacer su
labor social pero nomas llegan a molestar. solo ellos traen las armas, pero no vienen a traer dispensa,
pura arma traen ellos. eso no queremos ni una bolsita de maseca queremos, porque nosotros sabemos
que podemos trabajar, pues. as como trabajan los hombres pues. (...). Lo que quiere el gobierno es
dividir pues al pueblo. Es lo que quiere el gobierno traer su dispensa para que otros acepten y el pueblo
se divide. Por ejemplo, esta comunidad esta dividida. Traen la dispensa para dejrselo a los priistas,
pero nosotros no queremos que se divide pues al pueblo, es lo que no queremos. (EH2)
Algunos casos especficos que se han repetido en varias comunidades o entre los desplazados
han sido, por ejemplo:
Rechazo a los maestros oficiales por su papel afn al gobierno y por su rechazo a educar en valores
acordes con la cultura indgena. Sustitucin por maestros empricos de la propia comunidad
capacitados a travs de programas alternativos de formacin.
En estas formas de respuesta comunitaria subyace una profunda desconfianza hacia los organismos
del Estado, pero tambin hay una demanda de respeto a las formas organizativas propias, as como una
actitud de mayor control sobre su propia vida, no queriendo estar a merced de las polticas externas del
Estado o de algunas ONGs.
cuales son las prioridades y como afrontarlas, desde esa perspectiav de porner la salud en manos del
pueblo97.
Intentar un proyecto educativo tanto de nios como de adultos desde una perspectiva propia de la
cultura maya es por ahora un proyecto incipiente. Sin embargo en la diferentes regiones se promueven
tambin redes de promotores de educacin que junto a ONGs disean y ejecutan planes en este sentido,
elaborando materiales y capacitando en metodologas pedaggicas que permitan el desarrollo educativo
multilingue y acorde con el medio cultural de los nios. Se han realizado en este sentido diversos
esfuerzos de caapcitacin y de creacind e redes para compartir experiencias y materiales.
El uso de Tecnologa alternativa que sea apropiada a los recursos de la regin se va, as mismo,
incrementando lentamente. El uso de letrinas aboneras por ejemplo o de formas alternativas de obtencin
de energa. El tema de la produccin de recursos naturales es un proceso complejo con grandes barreras
por falta de crditos y recursos para invertir y la dificultad de acceso a los mercados de comercializacin.
Sin embargo existen muchas iniciativas en marcha para producir protegiendo los diversos ecosistemas de
la regin, basados por ejemplo en el uso de abono orgnico, la utilizacin de productos animales y hierbas
como plaguicidas, cultivo de especies locales, etc.
La red de cooperativas que actualmente existen en el estado es el resultado de varios aos de
trabajo en la capacitacin de grupos que juntando su esfuerzo logran producir, comercializar o brindar
algn servicio a la comunidad. Existen mltiples ejemplos, sobresaliendo las Cooperativas de artesanas y
de Cafeticultores que exportan sus productos por vas de comercio alternativo a diferentes pases.
Somos una cooperativa de mujeres artesanas de comunidades de los municipios de San Andrs,
Chamula, Huixtn y Oxchuc. Tenemos una tienda en San Cristbal y vendemos por pedido o cuando hay
ferias en otros estados del pas y otros pases como Estados Unidos, Francia, Italia, Suiza y Espaa.
Hacemos prensas tejidas y bordadas de algodn. Nuestra cooperativa se llama Jolom Mayaetik que
quiere decir las tejedoras Mayas (SMK2)
Todo ello se va realizando con un gran esfuerzo por las condiciones de aislamiento y falta de
recursos:
Es difcil encontrar quien nos de un prstamo porque no queremos depender de ningn partido
poltico, somos una cooperativa de fotgrafos que buscamos tener nuestra propia mquina de revelado y
as poder dar un mejor servicio y a bajo costo para las comunidades del municipio. (Presidente de la
cooperativa de fotografos de Trinitaria. Octubre 1999)
cafetales, ya no en las veredas. Todava la seguridad pblica les gritaba que no se huyeran, que
regresaran a sus casas, pero nosotros no salimos, esperamos a que se llegaran (SJL5)
"Queremos manifestar que no queremos enfrentamiento militar. Por eso nos desplazamos a la
montaa. A pesar de sufrir hambre y fro en las montaas, los desplazados bases de apoyo zapatistas y
miembros de ARIC Independiente y Democrtica queremos un arreglo pacifico y digno. Los primeros
pasos para lograrlo son la salida del Ejercito y seguridad pblica de nuestra comunidad y el cese del
hostigamiento hacia nosotros y nuestras familias por parte de los priistas. (Comunicado de las
autoridades de Taniperlas a la opinin pblica nacional e internacional. Abril 1998).
resolver entre los chiapanecos. Rechazamos todas las intervenciones forneas (Declaraciones de
Roberto Albores Guilln. Gobernador interino del estado. La Jornada 21 de agosto 1999. Pg 7).
El sbado 14 la tensin fue aumentando por ambos lados y algunos hombres y mujeres indgenas
empezaron a golpear, segn reportes de prensa del da, con palos de madera los escudos de plstico de la
policia antimotines. Finalmente se produjo el enfrentamiento abierto con el uso de gases lacrimgenos.
El lunes 16 haba aumentado el campamento y haban hecho su aparicin tropas de combate.
Aparecieron, asi mismo, autoridades enviadas desde la gobernatura del estado. Tambin ha aumentado el
nmero de indgenas que llegaban de otras comunidades. El martes 17 helicpteros del Ejrcito hacen
descender un pool de periodistas de diversos medios.
Se establece una lnea divisora de alambre entre los dos grupos. Segn corresponsales de La
Jornada en la zona (edicin del 19 de agosto, pg 6): Esta maana [18 de agosto] centenares de hombres
y mujeres tzeltales, con el rostro abierto y armados con palos que tambin sirven de bastn en el lodo
batido, se presentaron ante el bloqueo que mantiene el Ejcito Federal armados de flores las fantsticas
orqudeas, violetas, aves del paraso y gardenias salvajes de la Selva Lacandona- y las colocaron en la
barrera de malla cortante que hoy amaneci doble (una espiral sobre otra). Luego ataron a esos filos
globos de colores. Cantaron Las Maanitas a los soldados y varios himnos catlicos en tzeltal. (...)
Durante el da se sucedieron los cantos y manifestaciones similares
Para el Coordinador para el Dilogo Emilio Rabasa, se trata de un conflicto entre particulares:
Las empresas constructoras [de la carretera] son particulares, no son empresas del gobierno. Los
trabajos fueron licitados previamente por el gobierno y fueron encargados a las empresas particulares
que ganaron esas licitaciones. Del otro lado estn tambin particulares, los simpatizantes zapatistas son
particulares, luego entonces es un conflicto entre particulares (...) El gobierno tiene que intervenir y
cumplir su misin de evitar enfrentamientos, particularmente a partir de la comisin de hechos ilcitos de
sustraccin de maquinaria y equipo y de quema de maquinaria que se dieron en otras comunidades pero
que estn en el origen del conflicto en Amador Hernndez. (...) La intervencin del gobierno del Estado
es para prevenir mayores enfrentamientos entre estos particulares y que se encuentre una solucin
poltica al problema (..) No nada ms se est construyendo en Amador Hernndez. Se trabaja en 56
caminos rurales en 20 municipios del Estado (La Jornada, 21 de agosto 1999. Pg 7)
Al campamento en la zona, se unieron manifestaciones en diferentes puntos del pas (6000
personas en San Cristbal de Las Casas el 23 de agosto, en Altamirano y Ocosingo ms de 1000 el 25
segn el diario El Pas).
El viernes 27 de agosto el gobierno del Estado decide finalmente suspender la construccin de la
carretera.
Existen mltiples otros ejemplos de apoyo entre diferentes comunidades. As, por ejemplo, la
formacin de brigadas para corte de caf en las que ante las amenazas de los paramilitares y el riesgo que
supone para una familia sola ir al corte, se organizan grupos de diferentes comunidades que van
rotativamente cortando el caf de cada familia.
f.
Dado que la actuacin de la Policia ha sido vista en ocasiones como parcial o negligente, la poblacin
ha expresado su descontento con actitudes de rechazo. As, por ejemplo, tras el asesinato del dirigente
Jos Tila la policia no actu contra los hechores pese a los testigos. Cuando fueron increpados por la
poblacin, las autoridades alegaron que no tenan ninguna orden de detencin contra los presuntos
asesinos y que no podan actuar de oficio. Ante este hecho se pidi la intervencin del ejrcito que
tampoco actu sobre los presuntos asesinos. La comunidad decidi finalmente en asamblea expulsar al
destacamento de Policia como cmplice de la huida de los asesinos de Jos Tila y bloquear la carretera de
acceso a Jolnixti, lo que efectivamente se realiz, mantenindose esta actitud de rebelda pese a repetidas
visitas del Subprocurador de Justicia de la regin. No se depuso hasta no obtener garantas de que se iba a
buscar y capturar a los responsables del asesinato.
Es necesario matizar este argumento para no atribuir de modo naf al pacifismo lo ocurrido. Por un lado es cierto
que Acteal-Las Abejas opt por no defenderse ni intentar repeler la agresin, pero tambin hubo probablemente otros
factores referidos a la psicologa comunitaria. As, por ejemplo, la negacin del peligro, muy frecuente, por ejemplo,
en comunidades cercanas a la URNG que sufieron las grandes masacres de la selva en el 82 en Guate (Informe Nunca
Ms, 1998) o una respuesta de paralizacin por indefensin .
Chinchulines, quienes desde 1991 han cometido innumerables homicidios, despojos, quema de casas,
violaciones, torturas, secuestros y robos entre otros delitos en contra de campesinos y mestizos que no se
afilan al grupo Organizacin Juvenil Institucional alias Los Chinchulines y que no estn de acuerdo
con sus polticas criminales y caciquiles de atropellar a los ciudadanos mediante armas de alto poder.
El ltimo acto vandlico (...) fue la toma de la presidenica municipal de Chiln, el dia 19 de
abril, cuando 50 individuos armados con metralletas, fusiles y pistolas automticas de 9 mm se
posesionaron y la tomaron bajo su poder hasta ayer, 5 de mayo, cuando sucedi lo inevitable, que el
pueblo comenz a hacerse justicia por su propia mano al linchar al jefe de los Chinchulines, un indiivduo
de Bachajon, Chiln, que en vida respondi al nombre de Geronimo Gmez, y dos de sus seguidores
Carlos Elmar Gmez y Reynaldo Gmez (...). El hecho se produjo luego que un grupo de los
Chinchulines atac a un grupo de campesinos que intent pasar por el crucero carretero de Temo.
Media hora despus de que fueron linchados los cabecillas (...) miembros del grupo paramilitar
(...) comenzaron a atacar con armas de fuego exclusivas del ejrcito, allanar domicilios, quemar casas,
robar pertenencias y secuestrar ciudadanos mestizos de Bachajon resultando afectados los hogares de
cientos de personas [sigue lista de afectados, as como de personas desaparecidas].
Sigue un recuento de todas las denuncias presentadas a lo largo de los aos, de los nmeros de las
numerosas averigaciones previas abiertas y de rdenes ed aprehensin no cumplidas y finaliza:
Exigimos la urgente intervencin de los organismos de derechos humanos y de las autoridades
federales y estatales (...) antes que el propio pueblo termine por hacerse justicia por propia mano (Carta
de 14 de mayo de 1996)
Como consecuencia de estos hechos 22 familias resultaron desplazadas (150 personas)
refugindose en el auditorio municipal de Tuxtla Gutirrez y se siguieron numerosas acciones de protesta
pacfica (ayunos, concentraciones...) y no pacfica (cortes de carreteras, ocupaciones...) que llevaron
finalmente a la intervencin del secretario de gobernacin y al prctico desmantelamiento de Los
Chinchulines. Varios miembros de la comunidad fueron a su vez encarcelados con fuertes condenas.
Durante la ofensiva militar que sigui al alzamiento de enero de 1994 se organizaron diversas
caravanas de observacin a la zona para constatar la situacin de violaciones a los Derechos
Humanos, realizando denuncias y acompaamiento a la sociedad civil afectada.
CONPAZ organiz diversas caravanas de observacin desde su rea de derechos humanos entre
1994 y 1997.
En los principales operativos de febrero del 95 y de la primera mitad de 1998 caravanas de
observacin con representantes de diferentes ONGs chiapanecas se desplazaron a las zonas del
operativo para intentar documentar los hechos y realizar denuncias internacionales y peticiones
de accin urgente.
En 1999 se crea La Red Civil de Observacin (RECIO) Contra la Guerra por iniciativa de las
organizaciones locales de Chiapas para realizar caravanas de observacin, documentar y
denunciar las situaciones de violaciones a los Derechos Humanos.
A ello se aaden algunas brigadas internacionales organizadas desde sus pases origen y con amplia
cobertura informativa y de cabildeo de las que cabra destacar:
AO
ESTATAL
Febrero de 1995 Caravana Civil de Observacin Internacional despus de la ofensiva militar del 9 de
febrero (Caravana Mexicana, Pastores por la Paz, Delegacin de ONGs de Catalunya,
MSF).
NoviembreMisin Civil Nacional e Internacional por la Paz.
Diciembre 1997
Febrero 1998
I Caravana Civil de Observacin Internacional
Junio 1998
Caravana de Observadores Italianos [70 fueron expulsados del pas en bloque]
Julio 1998
Caravana de la Red de Solidaridad con Mxico de Estados Unidos.
Noviembre
II Caravana Civil de Observacin Internacional
1999
99
Entrevista con C. Santiago. Coordinadora de los campamentos del CDHFBC en dicho perodo.
CDHFBC. Presunta Justicia. Pg 53.
100
3. Iniciativas conjuntas.
a. Intentos de coordinacin de organizaciones sociales, campesinas y sindicales para unir
esfuerzos.
La siguiente tabla recoge algunas de las iniciativas ms importantes de creacin de coaliciones y
redes de la sociedad civil que han ido surgiendo en diferentes momentos como esfuerzos por aunar
iniciativas y no duplicar esfuerzos y desarrollar estrategias comunes de trabajo.
FECHA
FUNDACION
1982
ESTADO DE CHIAPAS
Agosto 1990
1991
1992
1992.
Abril 1994
Marzo 1994
Abril 1995
1994 - 1997
1994
Agosto 1994
MXICO
CNPA- Coordinadora Nacional Plan de
Ayala. Coordinacin de organizaciones
campesinas.
Convergencia de Organismos Civiles por la
Democracia. Agrupa inicialmente a 140
ONGs en 20 Estados. Observacin electoral,
programas de desarrollo y sensibilizacin.
Red de Organismos de Derechos Humanos
Todos los derechos para Todos.
Red Mexicana ante el Libre Comercio.
Defiende los intereses de la sociedad civil en
el proceso de negociacin del TLC, y
posteriormente hace trabajo de cabildeo y de
derechos laborales con organizaciones de
EUA y Canad.
Foro de Apoyo Mutuo. Rene ms de 250
ONGs que promueven proyectos alternativos
de desarrollo.
ESPAZ: Espacio Civil por la Paz. Agrupa a
una veintena de redes de organizaciones de
todo Mxico. Surgi para conformar el
cinturn que garantiz la seguridad en los
dilogos de febrero y marzo de 1994 en San
Cristbal y se mantuvo como observador y
produciendo el material de anlisis e
informacin Voz de la Sociedad Civil.
Alianza Cvica. Con apoyo de varias decenas
de organismos, coordin el trabajo de cas
10.000 observadores voluntarios que
supervisan los procesos electorales.
CND: Convencion Nacional Democrtica.
Encuentro convocado por el EZLN al que
acuden ms de cinco mil personas de todo
Mxico, celebrado en Aguascalientes
(Chiapas). Se conforman varias CND
estatales como espacios de apoyo zapatista.
1997
1997
ESTATAL
Marcha desde Palenque al D.F de 300 indgenas de XiNich para reclamar resolucin a
conflictos de tierras y libertad para presos indgenas. Desde entonces hasta la fecha ha
habido repetidas movilizaciones masvas en apoyo a los presos polticos chiapanecos.
Algunos de ellos se agruparon a partir de 1996 en La Voz de Cerro Hueco que ayud a
hacer de enlace entre los presos y la sociedad y a promover acciones dentro y fuera de la
crcel.
12 de octubre de Miles de indgenas y mestizos llegaron hasta el valle de Jovel para recordar los 500 aos de
1992
resistencia indgena, negra y popular (*).
Noviembre
Campaa por la Libertad del Padre Joel Padrn detenido en el penal de Cerro Hueco. La
1992
diocesis organiza una manifestacin pacfica a la capital del Estado..
Campaa Parar la Guerra que incluy gran nmero de actos y movilizaciones sociales de
12 enero 1994
a 12 de febrero carcter unitario en diferentes puntos de la regin. Fueron importantes pra forzar al
gobierno a parar los bombardeos y sentarse a dialogar
de 1995
1994-1999
Cinturones Civiles por la Paz. Proteccin fsica de las delegaciones zapatistas en los
dilogos a travs de cordones humanos realizados por voluntarios y miembros de ONGs.
Agosto 1994
Participacin en las elecciones a gobernador y presidente de la Repblica. Movilizacin
masva con un voto del 70% del padrn electoral101.
Campaa Contra el Fraude Electoral. Se realizan marchas de protesta, se organiza la
Agosto
Procuraduria Electoral del Pueblo Chiapaneco -documentando el fraude- y el Tribunal
Diciembre de
Electoral del Pueblo Chiapaneco. Que el 3 de noviembre emite el fallo de elecciones
1994
ilegtimas y fraude electoral102.
12 de octubre de 502 aos. Miles de indgenas recorren las calles de San Cristbal reconocindose como
1994
originarios y dueos de estas tierras.
Diciembre 1994 Toma de Posesin del Gobernador en Rebelda Amado Avendao con ms de 20.000
personas en el zcalo de Tuxtla Gutirrez103
Diciembre 94 Ayuno del obispo Samuel Ruiz ante la inminencia del reinicio de hostilidades.
Enero 95
Movilizaciones de apoyo en todo el pas.
Enero 1995
En el D.F. y en otros Estados se impulsa la campaa Paren la guerra en Chiapas. Hay.
manifestaciones multitudinarias en momentos de crisis. As, p.e. alrededor de 100.000
personas en el Zcalo el 11 de agosto de 1995.
101
Enero 1995
Campaa para promover el Premio Nobel de la Paz para el obispo Samuel Ruiz, presidente
de la CONAI.
Julio Agosto
Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, donde la
1996
poblacin civil mexicana facilita la llegada de ms de tres mil personas de 43 pases de los
cinco continentes104.
8-11 marzo
Movilizaciones por la detencin arbitraria de los miembros de XiNich Francisco Gonzlez
1997
y Ramn Parcero y de los sacerdotes jesuitas Jernimo Hernndez y Gonzalo Rosa,
acusados de delitos comunes.
Septiembre
Marcha al D.F. de los 1111 delegados del EZLN. 10 personas por comunidad chiapaneca.
1997
Se pretende hacer llegar al resto de Mxico la problemtica de las comunidades.
Organizaciones de la sociedad civil preparan la movilizacin, proveen la infraestructura, y
coordinan la movilizacin.
Febrero 1998
Peregrinacin masva a la Baslica de Guadalupe en el D.F organizada por la Dicesis para
pedir la paz en Chiapas.
Marzo 1999
Consulta Nacional sobre Derechos de los Pueblos indgenas y contra la Guerra de
Exterminio. 5000 delegados del EZLN recorren el pas informando de las demandas de las
comunidades y pidiendo la participacin. Participan 2.854.737 votantes105. La consulta da
como resultado la articulacin de organizaciones y favorece la creacin de nuevas
estructuras de coordinacin y accin.
Mayo-Agosto
Realizacin de diversos encuentros entre la Sociedad Civil y el EZLN en La Realidad para
1999
dar seguimiento a la ltima consulta y para buscar estrategias de defensa del patrimonio
cultural de mxico, de la Comisin Federal de Electricidad y de la gratuidad de la
educacin ante la iniciativa gubernamental de privatizarlos.
(*) Dos aos despus se sabra que en esa movilizacin el contingente ms grande lo integraba ANSIES,
actuales milicianos y bases de apoyo del EZLN que entonces ya existan en la clandestinidad.
CONSULTA
CONVOCA
26 Febrero 1995
Crisis econmica y el conflicto armado de 1994
13 Septiembre 1995 Consulta Nacional Juvenil por la Paz y la
Democracia
Noviembre 1995
Referendum de la Libertad: Propuesta de un
modelo econmico desde las organizaciones
sociales y no gubernamentales.
Septiembre 1996
Primera Jornada Nacional de Condena a la
Poltica Econmica del Gobierno
Alianza Cvica
EZLN
Diciembre 1996
ALIANZA
CIVICA
Junio 1997
1998
104
105
Alianza Cvica
El Barzn
(entre otros)
68 organiz. de
todo el pas
ALIANZA
CIVICA
PRD
PARTICIPACION
Chiapas
3.065 personas
Mxico
1.200.000 personas
Mxico.
450.892 personas
En Chiapas
participan 6.887
pers
Chiapas
Mxico 156.000
Chiapas 4.844
Mxico
21 marzo 1999
EZLN
Mxico:
2.854.737 personas
Chiapas:
461.179 personas
(Fuente: Elaboracin propia a partir de datos suministrados por Alianza Cvica y otros).
e.
La difusin de los hechos segn ocurren est directamente en conexin con las posibilidades de
denuncia los hechos que se suceden. Ante las agresiones las comunidades han creado sus propias formas
de difundir informacin pblica y plantear sus denuncias de modo rpido. Especialmente relevante es la
figura del Promotor de Derechos Humanos que asesora a la comunidad sobre sus derechos y recoge la
informacin de lo que ocurre de una manera legalmente til y la canaliza hacia las organizaciones
sociales y centros de derechos humanos. Estos a su vez, en la medida de lo posible, los dan a conocer a
nivel nacional e internacional. Este trabajo de informacin y denuncia ha permitido tener informacin
directa proveniente de las propias comunidades, disminuir el nmero de violaciones a los derechos
humanos en base a un mejor conocimiento de los derechos ciudadanos, as como hacer visible el
sufrimiento de muchas comunidades que los medios oficiales tal vez no muestran.
Las redes de accin rpida y la sensibilidad internacional a la situacin en Chiapas han permitido la
creacin de varias coordinadoras que a nivel nacional e internacional realizan acciones urgentes que
en momentos de grave crisis han logrado hacer llegar al gobierno los mltiples ojos que en todo el
mundo estaban pendientes de lo que ocurra aqu.
Adems se puede disponer de gran informacin a travs de las pginas web que la mayora de actores
sociales tienen: las autoridades de gobierno tanto a nivel nacional como estatal, la CNDH, la Dicesis
de San Cristbal, el CDHFBC, Enlace Civil, el CIEPAC, el FZLN o el propio EZLN mantienen
pginas abiertas por lo que el acceso a toda la documentacin relevante de la guerra es inmediata,
permitiendo que cada cual pueda juzgar segn su criterio y evidencias desde todos los rincones del
mundo.
f.
Denuncias internacionales.
Queja presentada ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos de la OEA por las
ejecuciones cometidas por miembros del Ejrcito mexicano en el ejido Morelia. Enero 1994.
Denuncias de violaciones de Derechos Humanos contra bases de apoyo zapatistas ante la Comisin
Interamericana de Derechos Humanos, durante su visita in loco. Chiapas 15-24 julio 1996.
Queja presentada ante la Comisin Interamericana de Derechos Humanos por la expulsin arbitraria
de tres sacerdotes de la dicesis de San Cristobal.
Informe entregado al relator sobre Tortura de NNUU, Nigel Rodley. Mxico 7 a 16 de agosto de
1997.
Peticin de medidas cautelares a la CIDH para la poblacin civil de Taniperlas despus del violento
desalojo del 12 de abril de 1998.
Informe entregado a la Relatora sobre Ejecuciones Extrajudiciales de NNUU Asma Jahangir, durante
su visita a Chiapas. Julio 1999.
Informe de violaciones cometidas por miembros de grupos paramilitares y miembros del Ejrcito
mexicano, entregado a la Alta Comisionada de NNUU para los Derechos Humanos, Mary Robinson.
Septiembre 1999.
A todo ello hay que aadir las solicitudes de acciones urgentes por detenciones arbitrarias,
tortura y ejecuciones a diversas ONGs internacionales: Amnista Internacional, HRW, Organizacin
Mundial contra la Tortura, ACAT etc.
Como ya se vi anteriormente, los procesos de duelo se encuentran muy alterados por el carcter
sbito, la violencia y la impunidad de muchas muertes. Adems, la forma en cmo se produjo la muerte o
el cuidado de los cuerpos, etc. tiene una gran importancia en la cultura maya. La costumbre indica
tambin cuales son los rituales para enterrar a los muertos, rituales que requieren de un acto colectivo de
la comunidad. Muchos de esos rituales no han podido realizarse de forma adecuada por el
desplazamiento, el miedo o el traslado de los cuerpos. Tambin muchas de esas formas tradicionales estn
desapareciendo en detrimento de las ceremonias cristianas .
Cuando muere uno los preparan, los familiares buscan una red chiquita y su gicara chica y su
pozole, su tortilla, su dinero, su calcado en cartn, sus correas del cuero ms delgado o lo preparan con
hilo, para que caminen suave y no les pese mucho el calzado, en un viaje muy largo, as los preparan los
muertos, con su sombrero. El momento cuando se saca el muerto se nombran dos mujeres, una de pozol y
una de la tortilla. Las mujeres nombradas queman el pozol y la tortilla, para que ya hecho polvo, entonces
lo ponen en una bolsa de tela, y lo ponen bien parado para que no se vaya a caer, entonces los restos (del
pozol y la tortilla) los empiezan a repartir entre toda la gente, hasta los nios les toca, para no perder la
costumbre. (...). Pero si las mujeres les ofrecen a los catolicos el pozol y las tortillas dicen que no,
entonces las gentes dicen que porqu, entonces los vigilan un poco, est cambiando la costumbre. Est
ganando la religin, la iglesia, pero no est muy bien, porque yo por mi parte, dira que no es pecado
comer un pedazo de nixtamal quemado, un pedazo de tortilla quemada, porque comparto mi sentimiento y
mi dolor con los compaeros, pero hay algunos compaeros que ya no quieren comer, ya quieren estar
muy sagrados. (CCIODH7).
Dar a las comunidades el control del sistema pre-primario de salud, a travs de la red de promotores
y disear unos sistemas primario, secundario y terciario en base a la equidad, el acceso igualitario y
el respeto a las estructuras y concepciones propias.
Sistema de procuracin de justicia respetuoso y compatible con el sistema de usos y costumbres y los
modos tradicionales de resolucin de conflictos, multicultural (sistema de traductores, asesora a
jueces en temas indgenas).
DEMANDAS DE LA ORGANIZACION DE LA SOCIEDAD CIVIL "LAS ABEJAS"
* Hoy exigimos el respeto a los municipios autnomos y a la organizacin que lucha por la misma
demanda.
* Exigimos la detencin y encarcelamiento a los verdaderos culpables responsables intelectuales y
materiales de la masacre de Acteal ocurrido el 22 de diciembre y de los actos violentos de quemas de
casa y robos de pertenencias.
* Retorno de los militares a sus cuarteles que son ellos que entrenan a los paramilitares.
* Cumplimiento de los acuerdos firmados en San Andrs S'acamch'en de los Pobres
* No a la imposicin de elecciones en nuestro municipio, mientras no se crean condiciones
necesarias para realizar actividades en nuestras comunidades. (Mesa Directiva Sociedad Civil Las
Abejas. Septiembre 1998)
Un grupo de organizaciones nacionales promovieron en los meses de septiembre y octubre de 1999 la ACCION
CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA VIDA con la finalidad de articular y consensuar propuestas
ciudadanas que debieran exigirse al prximo gobierno. Teniendo como objetivo la construccin del poder ciudadano,
ACDV se define como un movimiento plural, no partidista y abierto. Como primera fase de su trabajo se realiz un
encuentro nacional participando 150 delegados nombrados en los 12 encuentros regionales, con una participacin
global de alrededor de 600 organizaciones de 18 estados del pas.
Por lo menos 50 organizaciones de Chiapas participan en este movimiento ciudadano, realizando foros
locales y el primer encuentro estatal para elaborar LA AGENDA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA
VIDA. Las propuestas salen a partir de los 5 ejes temticos detallados aqu y que estaran localizados a nivel local,
estatal y nacional.
3) CONSTRUCCION DE LA PAZ
Divisin de las comunidades
Represin de movimientos sociales y democraticos por paramilitares y militares
Suspensin del dilogo y el no cumplimiento de los acuerdos de San Andrs
4) SOBERANIA NACIONAL Y RECURSOS ESTRATEGICOS
Suspensin del dilogo de San Andrs
Privatizacin
Competencia desleal por el TLC
Contaminacin del suelo por el uso de agroqumicos
Produccin de agricultura y medicina gentica
5) PODER CIUDADANO
Manipulacin:
Control administrativo:
Conciencia del pueblo
Medios de comunicacin
"La principal reivindicacin es que la Red [de Organismos de Derechos Humanos] pueda ayudarles
a que salga de la comunidad la Seguridad Pblica y puedan continuar su vida normal". [OIAAG4].
"Nuestra demanda es que se retire el ejrcito mexicano y la seguridad pblica. Eso han firmado
todos en mi comunidad como hombres y como mujeres. Porque estn provocando mucho y porque tienen
miedo los nios, y no slo eso: no pueden lavar sus ropas, porque nosotros en la comunidad no tenemos
agua potable, pues, y hay que ir lejos a buscarla y no se puede La mayora lava en el ro y la Seguridad
Pblica pues ah estn siempre ocupando el ro.
-Eso piden todos?.
-Bueno, una mayora aqu firmaron. Son setecientas firmas.
-Y cuanta gente hay en la comunidad?.
-Con nios sern mil quinientos, pero adultos unos novecientos o mil.
-Es decir que sera un poco ms de dos tercios la gente que firm para pedir la salida del ejrcito y la
seguridad pblica
-Eso ms o menos. (...)
-Y a nivel general?. La gente en la comunidad conoce o discute todo lo que es la negociacin, los
Acuerdos de San Andrs, todo este proceso la gente lo sigue o es algo que se lleva a otro nivel y la
comunidad lo que discute ms bien son sus problemas de cada da.
-Bueno, hablar no se puede, porque el Ejrcito no deja que se hagan asambleas, y hay gente en la
montaa. Ms bien es de los Ejrcitos es de que hablamos entre nosotros y luego la gente que est de
acuerdo pasa a firmar la demanda " (ET1)
Que se modifique el artculo 27 para llevarlo a su espritu original (...) para proteger a las
comunidades indgenas de la prdida de su propiedad colectiva, y aada a las legislaciones estatales los
derechos de los pueblos indgenas (AAG3)
Que el Estado resuelva los problemas de salud, educacin, alimentacin, vivienda, trabajo y
propiedad colectiva
Que les echen la mano con la investigacin para recuperar sus parcelas y sus pertenencias
perdidas en Agua Blanca. Quieren (...) seguimiento al proceso legal para reconocer su seccin y
recuperar las dos parcelas vendidas ilegalmente. (OIAAB)
"Necesitamos medicamentos. Y alimentacin..." (OISJL)
Llam la atencin de los observadores que la principal motivacin de la comunidad para erigirse
como municipio autnomo fue el requerimiento de un buen sistema de administracin de justicia, ms
apegado a sus formas de vida que el sistema inoperante y corrupto ejercido desde las cabeceras
municipales oficiales y desde la capital del Estado [Informe de 17 de mayo de 1998 de un grupo de
observacin al Municipio Amparo Aguatinta]
Consultar a los pueblos en caso de proyectos de desarrollo que afecten al territorio que ocupan.
(Carta a la comunidad internacional del Municipio Autnomo de Polh. 15 Agosto 1998)
"Nuestra principal demanda es por nuestros presos. Que vuelvan a su comunidad." (SJL2)
Reposicin de daos materiales en aquellas comunidades y ejidos en que hubo operativos militares
con destruccin de las cosechas, saqueo de viviendas y denuncias de robo de dinero y/o animales.
A todo esto los sectores ms compactados alrededor del EZLN aaden reivindicaciones de
carcter ms global, que afectan a la propia estructura del estado mexicano:
COMO FRENTE ZAPATISTA DE LIBERACIN NACIONAL CONSIDERAMOS QUE DEBE
TRABAJARSE EN LOS SIGUIENTES EJES.
1- DEMOCRACIA. Ruptura de la relacin mando-obediencia que el Estado le impone a la sociedad,
y la necesaria construccin de nuevas relaciones democrticas en el seno mismo de sta.
2- JUSTICIA, Lograr una vida digna.
3- LIBERTAD, La lucha contra el corporativismo y el caciquismo; por la libre afiliacin sindical; la
libertad de expresin y manifestacin; la defensa de los derechos humanos; la libertad de los presos y
desaparecidos polticos
4- INDEPENDENCIA. Iniciativas de la mayora de los mexicanos que no nos resignamos a hipotecar
nuestro futuro a la irracionalidad del "nuevo orden mundial"
5- NUEVA CONSTITUCION. La realizacin de un nuevo Congreso Constituyente que elabore una
nueva Constitucin; que retome lo mejor de la de 1917. El objetivo sera poner como centro de su
atencin las necesidades de los ciudadanos y sus organizaciones.
(Propuesta programtica de constitucin del FZLN. 1996)
Los Acuerdos de San Andrs parecen ser el punto de convergencia de las demandas de los
sectores zapatistas. En la actualidad tanto el dilogo como el cumplimiento de dichos acuerdos a partir de
su traslacin jurdica estn detenidos107. El gobierno se comprometa en los Acuerdos de San Andrs a
ocho grandes bloques de reformas cada una de ellas con diferentes secciones-: (1) reconocer a los
pueblos indgenas en la Constitucin del pas, (2) impulsar cambios jurdicos y legislativos que amplen la
participacin y representacin polticas local y nacional de los pueblos indgenas, (3) realizar reformas en
el sistema de justicia que promuevan que el derecho positivo mexicano reconozca las autoridades, normas
y procedimientos de resolucin de conflictos internos de los pueblos indgenas, de modo que sus juicios y
decisiones sean convalidados por las autoridades jurisdiccionales del Estado, (4) promover las
manifestaciones culturales de los pueblos indgenas, (5) asegurar una educacin que respete y aproveche
los saberes, tradiciones y formas de organizacin indgenas (6) garantizar la satisfaccin de necesidades
bsicas en materia de alimentacin, salud y vivienda, (7) impulsar la produccin y el empleo y (8)
proteger a los indgenas migrantes.108
Desde la perspectiva de Organismos No gubernamentales de defensa de los Derechos Humanos las
demandas contra la impunidad y la sistemtica violacin a los Derechos Humanos son:109
La introduccin de medidas concretas para garantizar la verdadera separacin de los
poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
107
Las exigencias para reiniciar el dilogo son: liberacin de todos los presuntos zapatistas presos, un
interlocutor gubernamental con capacidad de decisin, voluntad poltica de negociacin y respeto a la
delegacin del EZLN, instalacin de la Comisin de Seguimiento y Verificacin y cumplimiento de los
Acuerdos de San Andrs para la mesa Uno; propuestas serias y concretas de acuerdos para la mesa dos:
Democracia y Justicia y compromiso de lograr acuerdos; fin al clima de persecucin y hostigamiento
militar y policaco en contra de los indgenas chiapanecos y desaparecidos por las guardias blancas y
desarticulacin de los grupos paramilitares que estaban operando en la regin.
108
Hernndez L, Vera R (comp). Acuerdos de San Andrs. Ed Era. Mxico. 1988.
109
PRODH Imgenes de represin. Mxico. Febrero 1999.
7. Valoracin final.
Por todo lo visto hasta aqu creemos que existen argumentos suficientes para afirmar, desde bases
mdicas y psicolgicas:
1.
Que existe una agresin desde el Estado Mexicano a la poblacin civil de Chiapas.
2.
Que esa agresin est provocando consecuencias psicolgicas de extrema gravedad, expresadas a
travs de:
3.
Que esa agresin est provocando consecuencias psicosociales de extrema gravedad, expresadas a
travs de:
La ruptura del tejido social chiapaneco.
La divisin de las comunidades, el enfrentamiento y la polarizacin.
El miedo y la desmovilizacin social.
Idntidad tnica arrasada. Etnocidio.
El valor de los testimonios.
La falta de garantas para poder conocer la verdad, denunciar, etc, da un mayor valor a los
testimonios. La muerte a manos de "paramilitares" de Jos Tila, tras entrevistarse con la Comisin
Internacional de Observadores en febrero de 1998, es buena prueba de ello, as como los reportes de
observadores internacionales:
El da 12 iniciamos la recogida de testimonios y denuncias, siendo especialmente completa la
realizada por las familias desplazadas de Canolal. Los testimonios de familias de Tzanem-Bolom son
mucho ms reservados. A lo largo de la maana fuimos comprobando como esos testimonios se tornaban
ms imprecisos y cargados de contradicciones. As, mientras la primera declaracin de desplazados de
Tzanem-Bolom aportaba mltiples datos sobre paramilitares participantes en el asalto a la comunidad,
otros declarantes posteriores decan desconocer el origen e identidad de los acusados. Incluso muchos de
los declarantes manifestaban no haber escuchado disparos -el 15 de octubre de 1997- ni haber visto a
nadie, y que huyeron porque tambin lo hicieron sus compaeros. En otros aspectos tambin se
producan contradicciones de este tipo. (...). Aquellas preguntas comprometidas sobre el asalto y los
supuestos participantes en l las vamos formulando con mayor prudencia y evitando cualquier presin
psicolgica . Durante la noche del 12 analizamos los incidentes y las consecuencias futuras que nuestra
presencia puede acarrear a la comunidad. Tememos que nuestra visita pueda aumentar el riesgo de
agresiones y represalias. Varias familias de desplazados no se han acercado a declarar, pero el
porcentaje de testimonios recogidos es importante (Informe de la visita a Tzajalchen (Chenalh) 1114/02/98)).
En suma, todo lo recogido hasta aqu es slo el recuento parcial de hechos y voces que permiten
las actuales condiciones de violencia y el clima de miedo e inseguridad. Es necesario reconocer el valor
de aquellos que han aportado con gran riesgo a veces, su palabra.
De esta forma, sin justicia, sin respeto a la dignidad de la poblacin, la salud es propiedad de un pequeo
sector de la poblacin, y la atencin mdica es para quien tiene dinero para pagarla: la salud no es para
tod@s.
Cuando las comunidades intentan capacitarse para responder a las necesidades de salud, el gobierno trata
de destruir este esfuerzo, queriendo que la poblacin no sea responsable de su salud, sino solo objeto de
programas gubernamentales; considera la salud como un problema solamente mdico, sin relacionarlo
con las condiciones de vida y trabajo de la poblacin.
Estas condiciones de vida y de trabajo, de por s malas, son afectadas todava ms en esta situacin de
guerra. Esta guerra, no declarada pblicamente por el gobierno, es algo real en las comunidades,
permanente y de alta intensidad. Porque cada da hay ms muertos y ms sangre. La baja intensidad era
antes, ahora no. Estn matando dirigentes y amenazando sacerdotes: esto es alta intensidad.
La militarizacin, afecta profundamente la vida de la poblacin. Todas las acciones del ejrcito estn
dirigidas a desestabilizar, para dividir, para controlar. Las comunidades denunciamos que contaminan
nuestros ros, violan a nuestras mujeres, controlan represivamente, ocupan los auditorios municipales y
las escuelas, introducen el alcoholismo, la prostitucin y la droga en nuestros pueblos, no podemos
transitar libremente, obligan a las mujeres a controlar la natalidad esterilizndolas o ponindoles
dispositivos sin su consentimiento, cuando dicen que dan ayuda social en realidad estn dividiendo a las
comunidades, a l@s vecin@s, a las familias. Esto, unido a la miseria que se vive en las comunidades,
agrava las condiciones de salud.
El papel de l@s promotor@s
L@s promotor@s somos personas elegidas por la comunidad para promover acciones que de manera
organizada permitan mejorar las condiciones de vida y salud de la poblacin.
El sistema gubernamental de salud impone a l@s promotor@s o trabajador@s de la salud, dificultades
que impiden el desarrollo de sus actividades.
La situacin de violencia y represin se manifiesta de diferentes maneras en la salud. Los medicamentos,
las clnicas, los programas de vacunacin y otros, se convierten en campo de batalla y en instrumentos de
los partidos polticos, los militares, paramilitares, sectas religiosas, instituciones gubernamentales de
salud como IMSS, SSA, COPLAMAR, DIF, CAS, INI, SEDESOL y otros agentes que intervienen
dividiendo a las comunidades, ofreciendo becas y sueldos e intentando destruir el trabajo de l@s
promotor@s de salud.
L@s promotor@s de salud somos desconocid@s por el gobierno y algunas comunidades no nos valoran
porque no tenemos ttulo oficial de estudios, porque no regalamos medicinas, porque no tenemos
medicamentos. Mientras nuestro trabajo se basa en el amor y el servicio a nuestras comunidades y a
nuestro pueblo, las dependencias gubernamentales nos dividen, nos ataca el gobierno con sus
promotor@s de escasa formacin y que reciben sueldo, regalan medicinas y vivimos el desprecio y el
hostigamiento de las sectas y el ejrcito, porque no nos dejan cumplir nuestro trabajo de salud, nos
interrogan, revisan nuestros libros y materiales y nos acusan de delitos que no cometemos como
narcotrfico y portacin ilegal de armas.
Como promotor@s de salud, reconocemos que tenemos una tarea importante en la recuperacin de
nuestra cultura y la valoracin de nuestra dignidad como aportes para la prevencin y la curacin de las
enfermedades.
La cultura de nuestros pueblos nos une, nos da identidad y nos ayuda en el trabajo comunitario y de salud,
por eso insistimos en la necesidad de compartir los conocimientos con hueseros, curanderos, iloles
(mdicos tradicionales) y parteras.
Reafirmamos la necesidad del uso y la promocin de diferentes maneras de prevenir y de curar ms de
acuerdo a nuestras culturas y que estamos recuperando. Valoramos la importancia de estar organizados,
de tener encuentros, plticas, asambleas, donde se intercambien conocimientos sobre plantas medicinales
y otras experiencias.
Tambin entendemos que es nuestra tarea fortalecer las medidas preventivas en la comunidad:
agua potable (no solo entubada), letrinas, basura, huertos, etc. En algunas comunidades estamos llevando
el control de la vacunacin.
Manifestamos la necesidad de que l@s promotor@s de salud estemos capacitad@s
integralmente en los diferentes mtodos de promocin, prevencin y atencin a la salud, compartiendo
estos conocimientos con toda la comunidad para reencontrarnos con la salud, la amistad y la confianza de
nuestr@s ancian@s para que su conocimiento no se pierda.
Como promotor@s, valoramos la importancia de tener informacin para tod@s y ante la violencia que
nos rodea creemos importante y necesario su anlisis, su denuncia ante organismos de Derechos Humanos
y la coordinacin con otras organizaciones de diferentes municipios y estados, para compartir y escuchar
las experiencias de otr@s. De esta forma podemos responder a los ataques organizada y polticamente.
Como promotor@s intentamos evitar que la violencia entre a nuestras familias y comunidades, y
consideramos este Foro-Encuentro como una estrategia ms para resistir la violencia. Tambin sentimos
la necesidad de conocer las leyes y los derechos humanos para denunciar las violaciones a los mismos.
Acompaamos al pueblo que vive todos los das las muchas caras de la violencia. No es solo la guerra de
las balas sino la violencia que se manifiesta por la falta de empleo, el hambre, la pobreza, la caresta de
los productos bsicos y la falsa informacin de los medios de comunicacin. Ante esta realidad, el pueblo
plantea muchas acciones de resistencia. En algunas de ellas l@s promotor@s participamos:
- Resistencia en el pago de la luz.
- Resistencia a programas del gobierno, porque no queremos limosnas ni sobornos, manteniendo las
organizaciones independientes.
- Resistencia al pago de las contribuciones ejidales.
- Denuncia de las violaciones a los derechos humanos.
- Acompaar las marchas para que el ejrcito salga de las comunidades.
- Hacer cooperativas de consumo bsico.
- Hacer tomas de tierras.
- Exigir la libertad de los presos polticos.
- Elaborar medicamentos para cuando se necesiten.
-Respondiendo a las agresiones sin violencia, pero organizada y polticamente.
- Acompaar a los refugiados en las montaas y solidarizarse con ellos.
- Suspender y rechazar la venta de alcohol y la introduccin de la prostitucin en las comunidades y en las
cabeceras municipales.
- Informar de lo que pasa en las comunidades.
Al igual que el pueblo, resistimos la guerra con la fuerza de la organizacin, con valor, esfuerzo,
experiencia y conciencia con la fuerza de la palabra de Dios, con la fuerza de nuestras costumbres,
culturas y tradiciones; y tambin ayudndonos ante el sufrimiento y la tristeza aunque haya angustias y
temores.
Ante esta situacin de violencia y guerra exigimos que salgan de nuestras comunidades todos los
grupos militares, paramilitares, guardias blancas, seguridad pblica y judiciales que nos atacan y cada vez
ms se meten en nuestras comunidades, con la excusa de dar un servicio.
En las comunidades indgenas seguiremos resistiendo hasta las ltimas consecuencias aunque nos
provoquen, porque no queremos ms violencia. La intervencin del ejrcito, guardias blancas y
seguridad pblica ha violentado nuestro sistema de vida comunitaria. Sin embargo, seguimos resistiendo
sin caer en la provocacin, seguimos unid@s y organizad@s; buscando siempre la unin de la medicina
tradicional y herbolaria para resistir con nuestro propios recursos. Damos la orientacin necesaria a
nuestras familias y comunidades para evitar caer en las trampas del gobierno y su ejrcito.
Las mujeres participamos como promotoras de salud y reclamamos justicia, igualdad, libertad, el
derecho al descanso, a decidir el nmero de hijos; a participar en la toma de decisiones que afectan a la
familia y la comunidad, en el manejo de fondos dentro de la vida de las familias, comunidades, ejidos y
organizaciones. Aunque se ha avanzado en la igualdad de hombres y mujeres, todava queda mucho por
hacer, como ejemplo, que los hombres revisemos nuestra actitud hacia las mujeres y aprendamos a vivir
en igualdad. Se estn realizando acciones en las comunidades para intentar disminuir la desigualdad
(cursos, cooperativas, talleres, etc.). Las mujeres pedimos una ley que defienda nuestros derechos. L@s
promotor@s de salud debemos poner el ejemplo en nuestros hogares viviendo en igualdad entre mujeres
y hombres.
La intervencin del ejrcito en nuestras comunidades nos ha obligado a cambiar nuestras rutas y horarios
de trabajo, las mujeres ya no podemos caminar cerca de los retenes porque tenemos miedo a ser violadas.
Procuramos ya no salir en las noches, porque somos atacadas por el ejrcito.
Queremos una nueva educacin para nuestr@s hij@s para ir evitando las desigualdades entre hombres y
mujeres. Tomamos como requisito fundamental para la defensa de nuestro trabajo en salud a nuestra
organizacin, buscando siempre la participacin de las mujeres en todos los niveles, porque la lucha es
pareja y decidida.
Por todo lo anterior, l@s promotor@s:
Declaramos que la salud debe estar en manos del pueblo, solo as se garantizar que llegue a
tod@s y evitar que sea una poltica impuesta de afuera. Solo as podremos hacer valer nuestro trabajo,
que se respeten nuestras tradiciones en salud, nuestra cultura y forma de ser;
Declaramos que el pueblo es capaz de cuidar su salud y tomar sus propias decisiones, que la
comunidad debe participar en la elaboracin de las polticas de salud, debe tomar las decisiones y vigilar
que se cumplan. Los indgenas tenemos derecho a la tierra, el trabajo, la vivienda digna, el agua, etc. Y
tenemos derecho a controlar todos los recursos que son de nuestros pueblos y forman parte de la salud.
Declaramos que la salud en manos del pueblo es parte importante de la democracia y
autonoma. Por ello, exigimos participar en la creacin de nuestras propias leyes de salud por las que se
rijan nuestras comunidades. Que nuestro trabajo, apoyado por la comunidad, sea reconocido oficialmente
por el gobierno, para tener acceso a los recursos humanos y materiales del Estado en la promocin,
prevencin, atencin y capacitacin de la salud;
Declaramos que queremos: cambiar el sistema y unirnos l@s promotor@s, las comunidades y
los pueblos; exigir que se cumplan los derechos que les quitaron a nuestros padres; exigir precios justos a
nuestros productos y el manejo de los bienes y recursos naturales de nuestros territorios (ros, bosques,
ruinas, etc.);
Declaramos que tenemos el derecho a estar informad@s sobre los servicios que las instituciones
de salud estn obligadas a dar para garantizar que se cumplan y que el servicio llegue a tod@s con el
personal necesario y capacitado;
Declaramos que para la atencin de la salud en tiempo de guerra, como el que estamos
sufriendo, es importante estar prevenidos y definir estrategias claras de informacin y prevencin, entre
otras. Algunas de ellas son la capacitacin sobre los posibles problemas de salud mental y su tratamiento,
preparacin en primeros auxilios, anlisis con las comunidades sobre la situacin en que se vive as como
tcnicas para el tratamiento del agua, etc.; preparar grupos de nutricin y alimentacin y comits de salud.
Es necesario tener preparado un botiqun de emergencia con plantas medicinales y medicamentos de
patente.
Declaramos que la atencin a l@s ni@s, ancian@s y discapacitad@s se vuelve principal as
como la asstencia a las familias que tienen que salir de sus comunidades por la guerra, pues en estas
situaciones aumentan los miedos, angustias y otras enfermedades.
Declaramos que las acciones en favor de la salud y la lucha por nuestros derechos van mas all.
Los mecanismos de presin (manifestaciones, bloqueos, marchas, etc.) son otros modos para que se nos
escuche y exigir nuestros derechos, as como la informacin a la opinin pblica nacional e internacional
y organismos de Derechos Humanos sobre la situacin de Chiapas con el fin de contrarrestar la
informacin oficial que intenta hacer creer que no hay guerra y que estn resueltas nuestras demandas.
Declaramos la exigencia de que los centros de salud den un trato humano y respetuoso, que cada
centro cuente con traductores, con atencin las 24 horas, que se tenga acceso al segundo nivel de atencin
para tod@s, que se cuente con albergues cercanos y alimentacin para familiares de enfermos, que tengan
las reas de atencin indispensables (dental, herbolaria, mental, para mujeres y ni@s, medicina general,
etc.). Que l@s mdic@s se hagan ms conscientes de que hay otras alternativas de atencin y las
respeten. Que los centros de salud deben tener personal adecuado y capacitado as como el equipo mdico
completo y el medicamento necesario para dar todo tipo de servicio y que l@s mdic@s cumplan con su
obligacin de atender al enfermo.
Declaramos que la comunidad tiene el derecho a participar en el funcionamiento de los centros
de salud. Las instituciones de gobierno no pueden nombrar a otr@s promotor@s cuando stos ya existen
en la comunidad nombrados por ella, y deben extender una identificacin colectiva para cada
organizacin independiente de promotores de salud y que permita hacer a los promotores su trabajo con
libertad y moverse libremente en cualquier situacin.
Finalmente, Declaramos que, ante la poltica gubernamental que impulsa la privatizacin de las
instituciones pblicas de salud convirtiendo a la salud en una mercanca de la que se beneficia un sector
reducido de la poblacin, luchamos por que la salud quede en manos del pueblo y proponemos la
creacin de una red de promotor@s de salud del pueblo y de comits de salud para cada comunidad e
instituciones de salud. Estos comits de salud debern participar en el proceso de planeacin, ejecucin,
evaluacin y vigilar el funcionamiento de los centros de salud, llevar el control de las consultas, poner las
normas que debe seguir el personal mdico del centro, elegir la administracin de los centros de salud y
que sean locales y regionales.
L@s promotor@s de salud no prometemos, nos comprometemos junto con tod@s l@s
mexican@s que hoy promueven una Patria nueva con la lucha por mejorar las condiciones de vida, por
organizarnos y creer en nosotros mismos para servir mejor, por recuperar la salud y el derecho a la vida
de nuestras comunidades.
POR UNA SALUD EN MANOS DEL PUEBLO
Moiss Gandhi, Regin Autnoma Toztz Choj, Chiapas; a 24 de febrero de 1997.
Consideramos reduccionista hablar de Guerra Psicolgica, por cuanto ste es slo uno de los
mltiples aspectos que entran en juego en este tipo de agresin, subordinado a otros. Debera proscribirse
la expresin Guerra de Baja Intensidad (GBI) en todos sus usos. La supuesta Guerra de Baja Intensidad
que mantuvo el gobierno de Estados Unidos contra Nicaragua a travs del armamento y financiacin de
la Contra produjo manteniendo la proporcin entre ambos pases- el equivalente a que hubieran
fallecido 500.000 soldados norteamericanos en Vietnam, lo que habra sido considerado por la prensa de
aquel pas un holocausto. Por otro lado la destruccin econmica y la desestructuracin del tejido social,
as como la transformacin de la identidad y valores ticos de la poblacin que provoca este tipo de
guerra difcilmente puede considerarse como un efecto de baja intensidad. Se trata, en suma, de una
expresin militar eufemstica e interesada, creemos que a proscribir.
Las expresiones guerra integral y guerra de desgaste o agotamiento son las que, a nuestro
criterio, ms se ajustan a la realidad contempornea en general y al caso mexicano en particular.
El efecto del conflicto en las diferentes reas geogrficas de influencia. Los efectos psicosociales de
una guerra suelen ser sumamente diferentes en las diferentes zonas de un pas. A modo de ejemplo, en
Nicaragua durante la ltima guerra sucia (1980-89) mientras en las zonas fronterizas con Honduras que
sufran directamente los combates y sus consecuencias Las Segovias, Matagalpa- el nivel de
movilizacin social se mantuvo alto, la batalla sociolgica (que en suma signific la posterior derrota
electoral) se perdi en Managua, lejana del frente y donde slo se vivan las consecuencias devastadoras
sobre la economa (inflacin, devaluaciones constantes, mercado negro...) y el reclutamiento de jvenes
para el servicio militar obligatorio.
As, mientras en las zonas ms directamente golpeadas de Chiapas por el cerco militar y paramilitar
puede esperarse que prime la polarizacin social, la divisin de las comunidades, el terror, el miedo y la
desestructuracin comunitaria, enfrentados por la poblacin, cuando es posible, con el apoyo mutuo, las
formas de resistencia colectiva no violenta o el uso de la violencia defensiva, a medida que nos alejamos
de los puntos de golpeo directo los efectos psicosociales tendrn cada vez ms que ver con el
escepticismo, la confusin, la desesperanza, el deseo de que todo acabe de una vez y la idea de que unos y
otros en conflicto (ellos) son en el fondo iguales cada uno desde su posicin. Es decir la desmovilizacin
social y el pragmatismo que van progresivamente impregnando a los sectores sociales menos
perjudicados (y seguramente a las generaciones urbanas post-conflicto) y que son mucho ms difciles de
revertir.
Para lograr estos objetivos existen numerosos elementos combinados entre s :
1.
Actuaciones militares
Nivel I Militarizacin
Operativos militares.
Operativos policaco - militares (B.O.M.)
Retenes. Control de la poblacin.
Ley de Control de
Armas y
Explosivos.
Control del
Narcotrfico
Creacin de la Polica
Federal Preventiva.
Control de la poblacin
Miedo - desmovilizacin.
El Ejrcito como fuerza
de interposicin.
3.
Control de la informacin
Medios de Comunicacin
Educacin Oficial
. Uso poltico para control de poblacin.
. Uso poltico para difusin de mensajes.
Salud Oficial.
. Uso poltico para control de poblacin.
. Va para acceso a zonas protegidas por
el alto al fuego.
Religin
. Utilizacin de iglesias y sectas para
divisin / penetracin
Patrones ajenos a la cultura
- Alcoholismo
- Drogadiccin
- Prostitucin
Nivel II b. Agresiones
colectivas [Turbas con palos y
piedras que actuaran por su
cuenta ]
Brigadas de Labor
Social
2.
.
Bloqueo informativo:
- Aislamiento y olvido social
- Desmovilizacin de los apoyos.
Estigmatizacin del enemigo. Imgenes de
terror (encapuchados, armados...) versus
imgenes de la labor social del ejrcito.
Propaganda de acciones gubernamentales.
Uso de los viajes presidenciales.
Manejo de trminos emocionalmente
significativos (unidad patria, soberana,
zapata/zapatismo,
Intervencin extranjera...)
Difusin de noticias falsas (Implicacin de
la Iglesia en la lucha armada, Deserciones
masivas, Enfrentamientos internos...).
Hostigamientos y agresiones a periodistas
y medios.
Poltica Migratoria.
Expulsin de extranjeros.
Controles migratorios. Denegacin de
visas.
Recurso al nacionalismo. Hostigamientos y
amenazas.
4.
Labor de Inteligencia
Dilogo y Negociaciones.
Control Electoral
Administracin y Procuracin
de Justicia.
Detencin de dirigentes
polticos y sociales
atribuyndoles delitos
comunes.
Detenciones arbitrarias,
tortura, incomunicacin.
Desprestigio, incluidos
observadores extranjeros,
periodistas y religiosos.
Partidos polticos locales o nacionales o partidos que tengan objetivos, creencias o ideologas
contrarias o en oposicin al Gobierno Nacional.
Organizaciones paramilitares incluyendo grupos de estudiantes, policia, militares y veteranos o
excombatientes que pudieran tener actitudes hostiles hacia el Gobierno nacional.
Grupos u organizaciones hostiles cuyos objetivos sean crear disensin o inquietud entre la
poblacin civil en el rea de operaciones.
Las oficinas centrales de estas organizaciones hostiles de acuerdo a los que el Alto Mando de
las Fuerzas Armadas ordene, debern ser neutralizados de inmediato. Las personalidades
relevantes en relacin con estas organizaciones sern arrestadas y detenidas.
Grupos que acten de modo encubierto o clandestino.
Redes de inteligencia.
110
Johnson H.K. Operaciones psicolgicas. Tcnicas y procedimientos. Editorial Rioplatense.Buenos Aires 1991.
(Traduccin de Psychological Operations. Field Manual 33-1. Washington DC. 31 July 1987.
111
112
Vase por ejemplo: SOA-Watch. School of Assassins. (video. 1998) y SOA-Watch. School of the Americas: a
view from inside. (video 1998).
113
Puede consultarse al respecto todas las publicaciones del Latin American Working Group (LAWG)
que realiza el seguimiento y analiza los documentos que se van desclasificando. Especialmente: Haugaard
L. Recently declassified Army and CIA Manuals used in Latin America: an analysis of their content.
(mimmeo). 20/feb/1997. [disponible en la pagina Web del Centro], y Haugaard L. Textbook Repression:
US training manuals declassified. CAQ n 61 pp 29-39. El LAWG suministra as mismo acceso a los
manuales completos.
SEDENA. Manual de guerra Irregular. Tomo I: Operaciones de Guerrilla. Febrero 1991, Tomo II:
Operaciones de Contraguerrilla. Febrero 1991. [Los manuales de formacin del Ejrcito no son de acceso
pblico. Estos dos fueron puestos a disposicin pblica por muy breve tiempo en Internet, de donde se
obtuvieron para este trabajo]
solo en este caso y como doctrina se combatir dentro de la tctica y de la estrategia, con todos los
medios disponibles, tratando siempre de destruir o desalojar al adversario. (4-39, pg 21-22).
An en los casos ms graves en que los mexicanos tomen las armas en contra de las
instituciones de la Patria, no sern considerados como guerrilleros ni beligerantes y sern tratados como
lo estipulan las leyes penales vigentes, es decir, en este caso como rebeldes o traidores. Los rebeldes
podrn emplear tcticas de guerrilla, las fuerzas armadas conducirn operaciones de restauracin del
orden. No se consideran guerras revolucionarias, puesto que Mxico vive una revolucin, todo lo que se
atente contra ella ser considerado como actividad contrarevolucionaria y quedar dentro del campo de
la seguridad interior. Tampoco se consideran estados de insurgencia, ya que Mxico no es colonia de
ningn pas. Recurdese que los insurgentes son los hroes que nos dieron la libertad (4-42, 43,
44,45, pg 23).
115
Con todo ello se crea la sensacin de que el espectador est bien informado de lo que ocurre da a
da, que est con los buenos (ideal de consenso), de que la guerra es un mal necesario y que en todo
caso no es cruenta o lo es lo mnimo imprescindible.
Todo este proceso viene monitorizado por el uso intensivo diario por parte de casi todos los
gobiernos de sondeos de opinin, dosificando la agresividad de las imgenes y mensajes suministrados a
la prensa en funcin de ello.
La aplicacin de la estrategia de control informativo en caso de Chiapas.
En el conflicto chiapaneco el objetivo no ha sido tanto convencer a los soldados propios o
desmoralizar a los contrarios como inducir al resto de los mexicanos a que apoyen las medidas del
gobierno para resolver la situacin.
En un estudio realizado por Quinto y Retis119 respecto a la actitud de la prensa durante el conflicto, y
en especial durante los primeros meses, concluyen que no existi una campaa propagandstica
sistemtica. Se trat en la mayor parte de acciones claras de manipulacin informativa de iniciativas por
parte de funcionarios de gobierno o de determinados medios de comunicacin, no coordinadas entre s,
con la consecuente prdida de fuerza y sobretodo de credibilidad. De hecho, durante las primeras semanas
hubo segn este estudio - una situacin de caos y desconcierto con cambios en las lineas editoriales de
un da para otro, pasando de la descalificacin radical de los sublevados a asumir la causa como
parcialmente justa y propugnar la va dialogada.
El silencio informativo desde una perspectiva psicosocial. El vaco informativo puede ser una tctica
articulada a travs de mltiples vias con un fin comn: opacar el conflicto creando una impresin social
de normalidad. La televisin es en esto el gran artfice.
Maniobras congruentes con sta tctica han sido por ejemplo la poltica de viajes presidenciales
a Chiapas precisamente en momentos en que el EZLN intentaba acercarse a la poblacin (por ejemplo en
la consulta zapatista), arrastrando el tiempo y el espacio de prensa y radio para hablar de promesas de
nuevas autopistas. En la misma lnea, el presidente Ernesto Zedillo en sus informes de gobierno ha
aludido marginalmente al tema (como ya lo hiciera su predecesor) llegando incluso en su informe del 1 de
septiembre de 1997 a ni siquiera citar la problemtica indgena o el conflicto blico en Chiapas,
provocando las protestas airadas de la oposicin.
Esta estrategia ha forzado al EZLN a un gran desgaste para lograr contrarrestar ese intencionado
olvido. Las Consultas Populares, los Encuentros con la Sociedad Civil, las Declaraciones de la Selva
Lacandona, las marchas a la capital etc., son intentos por recuperar el debate nacional y por hacer llegar a
la poblacin la problemtica de las comunidades. La marcha de los 1111 zapatistas a la ciudad de Mxico
en el mismo mes de septiembre de 1997 fue, entre otras cosas, una forma de movilizacin pacfica en
respuesta al olvido presidencial120. A la que la prensa oficial respondi, congruentemente, con un mnimo
tiempo informativo...
Esta ausencia de eco puede transmitir a los participantes y a quienes les apoyan la sensacin de
inutilidad de estas formas de manifestacin cvica. Y a la postre estas grandes movilizaciones sociales,
merced al bloqueo informativo, pueden acabar volvindose contra quienes las promovieron al provocar
un importante desgaste de la militancia social para la que cada marcha supone un enorme esfuerzo
humano y econmico: abandonar las tareas habituales, conseguir materiales y alimentacin para los das
de marcha, cansancio fsico y psicolgico etc. La no informacin tiene, de este modo, un efecto mucho
ms negativo sobre los activistas sociales, los grupos de solidaridad y las bases de apoyo que la
informacin sesgada o cargada de contenidos negativos y sera ms eficaz como tctica contrainsurgente
a efectos de desmovilizacin.
El efecto perverso de esta tctica es que cierra el espectro de perspectivas polticas no violentas y
empujar a algunos sectores sociales hacia la desconfianza en el sistema de democracia parlamentaria o
hacia la desesperanza respecto a las vas pacficas y en consecuencia a la bsqueda de las vas ms
radicales.
119
Carlos Quinto Herrera, Jessica Retis Rivas. Guerra en los medios: Cmo vendi el gobierno su visin sobre
Chiapas. En Sierra F. Comunicacin e Insurgencia. Argitaletxe Hiru. 1997.
120
Es difcil no asociar esta gran movilizacin social con la ola represiva que le sigui. Los indgenas regresaron de la
ciudad de Mxico el da 16 de septiembre y el 17 se da el primer ataque fuerte de los paramilitares en Majomut
(Chenalh), lugar donde estaban reunidos los zapatistas, informando a sus bases de los resultados de la movilizacin,
muriendo varias personas de ambos bandos. Posteriormente estas agresiones continuaron hasta que se produjo la
Masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997.
En este contexto no es indispensable una ideologa strictu senso que mantenga unidos a sus
miembros, bastan algunas ideas muy vagas e imprecisas con algunas alusiones a smbolos patrios o
comunitarios relevantes. Basta la progresiva polarizacin que se va creando con la acumulacin de
heridas. Como se deca en la declaracin del municipio Moiss Ghandi: (...) Si dos amigos muchas veces
no se pueden reconciliar, menos dos enemigos. Y si la enemistad, sin ms, se aeja sola a travs de las
generaciones, o se fermenta con el simple pasar de los das, qu decir con el vaivn de la venganza o con
el refuerzo de otros rencores A ello se aade unos ritos colectivos de solidaridad intragrupo, unas
normas inflexibles de adhesin, de lealtad, de no ser delator. Hay una identificacin con un modelo de
fuerza (generalmente el propio lder) que simboliza la omnipotencia, el poder del grupo, la seguridad de
hacer lo correcto y de gozar de impunidad. Es en la identificacin con la figura de referencia y en esa
mezcla de admiracin y terror hacia l donde nace el sentido de pertenencia, la sumisin y la obediencia
en acciones de crueldad progresiva. La conciencia moral es reemplazada por la unin al grupo y las
rdenes han de cumplirse aunque parezcan absurdas.
Y todo esto no sera posible sin un tercer nivel de anlisis: una de las demagogias del conflicto
Chiapaneco (o del Oaxaqueo o el Guerrerense) es apelar a una cultura de la violencia para explicar la
secuencia de violencia que engendra violencia. Falso argumento. No hay una cultura de la violencia como
no hay una cultura de la pobreza o tantas otras culturas que la psicologa social ha dado en inventar de
manera cclica en diferentes ocasiones. Hay condiciones estructurales y/o sociales que propician y
perpetan la aparicin de ciertos fenmenos hasta ser asumidos en el imaginario colectivo como normales
y por tanto no noticia. Ivn Cepeda y Claudia Girn lo definen as: Todos los opositores polticos que
hay en este pas [se refieren a Colombia] han sido asesinados. Se hace necesario repetirlo y subrayarlo:
dispositivo de muerte y no cultura de la violencia (...) ni prdida de valores, pues con trminos tan vagos
como esos se pretende ocultar o minimizar la grave responsabilidad (...) del Estado (...) al omitir actuar
en casos de crmenes de lesa humanidad. Se elude una interpretacin crtica de la violencia como un
fenmeno de descomposicin social y hacen que ste sucumba en la neutralidad y en la difusin de
responsabilidad colectiva que se convierte en annima123
Hay un crculo violencia-impunidad al que sigue un olvido colectivo fomentado por la actitud de los
mecanismos de procuracin de justicia y por el papel de la prensa que suplanta el acontecimiento por la
noticia provocando el agotamiento de la sobreinformacin desinformada, un ruido de fondo, en suma,
que molesta y que se intenta evitar para huir del horror. Se cierra el crculo: violencia-impunidad-olvido
social comidos por la nueva noticia y vuelta a empezar. Ese es el tercer y necesario nivel.
Cepeda I, Girn C. Amnesia social y Guerra Psicolgica. Actas del seminario La memoria frente a
los crmenes de lesa humanidad. Fundacin Manuel Cepeda. 1997
funcin de criterios de venganza local y de violencia sin dueo, o en la insurgencia la tentacin de ver
enemigos en todas partes, incluso entre sus mejores amigos y ceder a la tentacin del verticalismo y la
purga.
Dentro de este proceso individual y social de internalizar esta violencia estructural que irrumpe con
mayor fuerza por la guerra, los juicios de valor pueden ir cambiando hasta el grado de aceptar por
ejemplo la pena de muerte como castigo, aceptar que matar es la nica manera de vivir. Y en ese proceso
estn involucrados no slo quienes se implican en la opcin armada sino todo el espectro de
posicionamientos, incluidos aquellos que intentan voluntariamente optar por el autismo social. Despus
de enterarse o de vivir una situacin lmite nuestra percepcin de la vida cambia, nuestros conceptos de
solidaridad, justicia, esperanza, paz, verdad, confianza, dignidad, tica, etc. sufren un impacto. Cuando es
un pueblo el que advierte una escalada del horror buscar cmo protegerse y en este proceso puede ir
apareciendo una transformacin de sus valores actuales por aquellos que le permitan mantener un
equilibrio que los mantenga a salvo. Una tendencia es que en el proceso de internalizar la violencia
cotidiana repitamos los modelos de respuesta del exterior y entonces las relaciones sociales van siendo
deshumanizantes, subjetivando la guerra y prolongndola ms all del conflicto poltico-militar. El postconflicto salvadoreo o guatemalteco donde el mantenimiento de las causas estructurales de la violencia
unido a la falta de opciones sociales y al proceso de insensibilizacin frente a la violencia de los aos de
conflicto armado han llevado a unos niveles de violencia desconocidos en dcadas, a triplicar las muertes
por delincuencia a las que haba en tiempos de guerra, a secuestros, linchamientos en masa no ya de
delincuentes sorprendidos in fraganti, sino de personas recin llegadas sobre las que corren rumores etc .
Todos estos hechos son muestras de que la guerra no es un fenmeno socialmente neutro y que sus
consecuencias perduran durante generaciones.
En Chiapas, como en cualquier guerra, cotidianamente vemos versiones encontradas de
acontecimientos, descritas segn cada actor, hay una dificultad cada vez mayor para saber cuales fueron
los hechos y cual es la razn real de los mismos. Las realidades van ajustndose y modificndose segn
convenga, calmando as la propia angustia. Y en esa dinmica es donde entra tambin la opcin por la
versin oficial, la del nada pasa, la de la pequea amenaza a la paz y estabilidad colectivas de un grupo de
desquiciados con buenas intenciones pero ideas equivocadas. La violencia no importa, la mentira es
mejor, los hechos tal cual duelen mucho.
Por eso es importante enfatizar los recursos no violentos que han puesto en marcha tanto la
poblacin campesina e indgena (zapatista o no) como la sociedad civil (zapatista o no), porque resitan el
debate de la guerra como instrumento o como fin y de las estrategias alternativas a la misma desde la
perspectiva del descomunal costo social que implica para la generacin actual y, al menos, la siguiente.
La sancin moral. Es la que administra una autoridad o comunidad que manifiesta su rechazo tico
a una(s) persona(s) por sus actitudes o acciones. Al reflexionar en la introduccin sobre el orden
jurdico maya se vea la sancin moral expresada muchas veces en forma de expulsin, o de
reparacin a la vctima, como de mayor relevancia que la sancin penal entendida como reclusin en
el sentido jurdico occidental. En este sentido las diferentes formas de rechazo social son formas de
sancin moral y de lucha contra la impunidad.
b) La sancin histrica. Hay una memoria social colectiva que acta tanto en la propia generacin
(determinando buena parte de los comportamientos y actitudes sociales del momento) como a travs
de un legado transgeneracional. Reflexionaba Horacio Gonzlez124 que la vorgine actual de los
hechos ha ido diluyendo la mstica social de Bolivar o Jose Mart que configur Amrica Latina con
124
la idea de que la historia es siempre la esperanza de completar algo que nosotros dejamos inconcluso.
Deca, premonitoriamente, Fidel Castro, que la historia me absolver y su frase de juventud se ha
convertido en un clsico. Daro Paez125 y otros han estudiado el imaginario social colectivo en sus
trabajos y la configuracin de la memoria social y han mostrado una tendencia social al olvido de
hechos socialmente dolorosos y a la distorsin. Por eso los trabajos de recuperacin histrica, los
centros de documentacin y los anlisis son formas de lucha contra la impunidad. No es casual que la
Fundacin Pinochet est elaborando una historia de Chile. Entendemos que los testimonios
recogidos en la primera parte de este texto son una forma de justicia en la memoria colectiva, en esa
justicia de las generaciones, la que tiene que ver con la tan denostada capacidad de soar la utopa.
c)
La sancin penal. Las sociedad contemporneas con sistemas de democracia parlamentaria con
divisin de poderes delegan la punicin social en el sistema jurdico. Un sistema que no es un reflejo
de la sociedad (baste ver la desigualdad por etnias, clase social o tipologa delictual de quienes llenan
las crceles en la mayora de pases del Norte o del Sur), pero que sin duda alguna es la ms efectiva
de todas las sanciones. Un amigo boliviano comentaba que en un pequeo estudio hecho por los
organismos de derechos humanos locales haban observado como en los meses siguientes a la
detencin en Chile de Augusto Pinochet los viajes al extranjero del actual presidente electo y antiguo
dpor golpe militar Hugo Banzer haban disminuido a la cuarta parte y en ningn caso haban sido
fuera de Amrica Latina. El caso Pinochet ha sido un parteaguas en la historia de la impunidad penal
y sus repercusiones polticas y sociolgicas sin duda alguna muy relevantes. Elizabeth Lira126 ha
mostrado en un denso estudio de la historia de Chile como desde la independencia del pas los hechos
se han venido repitiendo en un ciclo rebelin-represin-indulto/amnista en nombre de la unidad
patria (es decir impunidad) paz relativa rebelin.... La impunidad penal es parte del ciclo. De ah
la trascendencia del caso Pinochet.
Pez D, Basabe N. Trauma poltico y memoria colectiva: Freud, Halbwachs y la Psicologa Poltica
contempornea. Psicologa Poltica (1993) 6: 7-34. ; .Pez D. Procesos sociales de recuerdo de hechos
traumticos. Una investigacin transcultural. Psicologa poltica, N 6, 1993, 73-93.
126
Lira, E, Loveman B. La via chilena a la reconciliacin (mimmeo, 1998); E. Lira, Loveman B. Las
suaves cenizas del olvido. Santiago de Chile (1999)
127
Martha Figueroa. De homicidio calificado a genocidio: Cuestionamientos juridicos en torno a la
masacre de Acteal. Documento entregado a la Relatora Especial para Ejecuciones Extrajudiciales de
NNUU. Julio 1999.
como autor intelectual del asesinato en Washington de Orlando Letelier, ex canciller del gobierno de
Allende. La cpula del Ministerio del Interior del gobierno socialista espaol no fue (brevemente)
encarcelada por los asesinatos cometidos por los paramilitares del G.A.L. sino por la utilizacin ilcita de
fondos reservados. Pero esa fue la puerta en estos y otros muchos casos a la sancin moral, sancin moral
que es in-extenso por cuanto, en stos como en muchos otros casos, aunque no se ha podido llegar ms
arriba en la bsqueda de responsabilidades, s ha supuesto un nivel de sancin moral para el entramado
poltico que les dio cobijo y les permiti cometer las violaciones a los derechos humanos.
Niveles de responsabilidad. Raul Alfonsn, en su campaa electoral, dijo que haba que distinguir en el
proceso argentino tres niveles de responsabilidad para los crmenes cometidos por el Estado: los que
dieron las rdenes, los que cumplieron las rdenes y los que se excedieron en el cumplimiento de las
rdenes manifestando que haba que respetar la Ley de Obediencia Debida. Los grupos de Derechos
Humanos protestaron violentamente y surgi la consigna extrema de Ni Olvido Ni Perdn.
La imposibilidad prctica de juzgar a miles de soldados ha llevado a la pragmtica de intentar
enjuiciar slo, en esta dcada, a algunos casos simblicos de quienes dieron las rdenes y quienes se
excedieron en el cumplimiento de las mismas. Algunos estudios demuestran128, incluso que muchos de
estos victimarios podran ser considerados vctimas.
Pero frente a ello va surgiendo una corriente cada vez ms importante de personas que defienden
la introduccin en el derecho castrense del Deber de No Obediencia en el caso de rdenes inhumanas129.
En este sentido se ha expresado el general Francisco Gallardo, en Mxico, encarcelado por la justicia
militar pese a su consideracin por Amnistia Internacional como preso de conciencia y al
pronunciamiento de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos respecto al caso.
El aprendizaje de la impunidad como modelo social. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es un hecho
que la impunidad tiene unas consecuencias sociales que ya han sido referidas en numerosos textos130:
impotencia, apata, desmovilizacin social, miedo y autoproteccin etc. Lo importante es quizs ver como
la sensacin de impunidad puede desplazarse del campo estricto de las violaciones a los derechos
humanos a otras impunidades: la impunidad financiera, la impunidad frente a la corrupcin de los
funcionarios, la impunidad frente a la violencia social, la impunidad ante la prdida de fuerza de los
sindicatos. Esta nocin [que algunos denominaran de cultura de la impunidad] est profundamente
enraizada con la concepcin tica del neoliberalismo que entiende que el mejor desarrollo colectivo surge
de la lucha de los individuos entre s y que por tanto avala ticamente la desmovilizacin social. Ah es
donde, por ltimo, converge tambin la pragmtica econmico-poltica de la impunidad.
A poco que se reflexione la impunidad no es ni social ni poltica ni econmicamente rentable. A
no ser que coincidan otros intereses y alianzas no declarados. El argumento pragmtico es falaz y la
cultura de la impunidad siempre va a ser una traba para quien honestamente crea en el desarrollo de una
colectividad.
Cif. Los mecanismos del horror. En ODHAG. Guatemala Nunca Ms. Guatemala. 1998, en lo referente a la
formacin de las Patrullas de Autodefensa Civil y la participacin obligada en las mismas de la mayora de quienes
las formaron.
129
Picaso E. Alteridad y conocimiento: desobediencia a toda orden inhumana. En Espacio de Reflexin y Accin
Conjunta. Militarizacin, Represin e Impunidad. Cuaderno 3: El proceso de guerra en Mxico 1994-1999:
Militarizacin y Costo Humano.Mexico 1999.
130
Martn -Bar Ignacio. Problemas de psicologa social en Amrica Latina.1976. UCA Editores, Martn-Bar
Ignacio. Psicologa Social de la guerra. UCA Editores. (1990). Rainer Huhle. De Nuremberg a La Haya: Los
Crmenes de Derechos Humanos ante la Justicia. Problemas, avances, perspectivas. (mimeo) 1997, Kordon DE,
Edelman LE. Efectos Psicolgicos de la Represin Poltica. Sudamericana. Planeta. Buenos Aires.1986; Rojas P. et
alt.
Crimenes e impunidad: La experiencia del trabajo mdico, psicolgico, social y jurdico en la violacin del
Derecho a la Vida. Chile 1973-1996. CODEPU-DIT-T. Santiago. 1997 entre muchos otros.
131
Prez-Sales P, Bacic R, Durn T. La ley de Reparacin. Consideraciones a partir de esta investigacin. En
Prez Sales P, Bacic R, Durn T. Muerte y Desaparicin Forzada en la Araucana: una aproximacin tnica. Ed
LOM. Santiago de Chile. 1998.
las mltiples caras de la reparacin. La siguiente tabla perfila algunos de los muchos aspectos a tener
en cuenta132:
REPARAR...
QU?
Devolver la
dignidad de las
personas y sus
familias
CONSIDERACIONES/PROBLEMAS
Bajar la presin..
Implicaciones
ticas
Implicaciones
psicosociales
Procedimientos.
Aumentar el control social con las ayudas, aumentar la dependencia del Estado
o de un determinado partido poltico al presentarlo como un gesto o favor y no
como un derecho reivindicado y obtenido. Favorecer el clientelismo poltico.
Tener en cuenta el impacto social de la ayuda (p.e. que en una comunidad rural
pobre un grupo pequeo de personas reciban una cantidad ms o menos
importante de dinero puede romper el equilibrio de relaciones y crear
divisiones).
Tener en cuenta las demandas reales de la gente (lo que se desea es una
indemnizacin econmica en forma de dinero o de otro tipo?). Este tambin es
un tema controvertido en tanto en cuanto parte de la idea idlica aunque muchas
veces irreal de que la comunidad es un todo homogneo que acta por consenso.
Las compensaciones econmicas pueden ser un modo de acallar las demandas de
justicia y desmotivar la lucha por la justicia penal, buscando una memoria sin
responsables de los hechos.
Las ayudas pueden ser formas de acallar la presin internacional mostrando
sensibilidad y preocupacin hacia las vctimas.
En muchos casos una vez hecha la declaracin pblica institucional pasan meses
hasta que stas son efectivas. Durante este largo lapso de tiempo se puede
producir una situacin de chantaje en la acepcin ms literal del trmino a las
personas o familias. Las ayudas deben ser efectivas para que no constituyan
nuevas formas de control.
Los elementos de reparacin simblica en forma de monumentos, libros de
testimonios o actos pblicos de reconocimiento de responsabilidad por parte del
Estado constituyen, ms all de la memoria de los hechos, formas de reparacin
de la dignidad de las vctimas y sus familiares, quienes en su momento fueron
con frecuencia estigmatizados como delincuentes o antisociales y perseguidos
penal y ticamente.
El dao no es slo sobre los individuos, lo es sobre el tejido social en su
conjunto. La mitigacin del dao es tambin arbitrar aquellas medidas que
reviertan lo que provoc ese dao, es decir las condiciones de guerra o represin,
las polticas gubernamentales etc, esto es, realizar cambios estructurales y/o
legislativos.
Es tambin especialmente relevante el trabajo de reconstruccin social, llmesele
trabajo de salud mental comunitaria, de reconstruccin del tejido social o de
fomento de las estrategias de apoyo mutuo y desarrollo comunitario133. Este
trabajo de salud mental o de reparacin psicosocial debera ser parte
indisociable del trabajo de los grupos de derechos humanos, de importancia
como mnimo igual a la de los equipos jurdicos. Plantear la accin en derechos
humanos desde bases puramente jurdicas hace que muchas veces en el balance
final haya que reconocer la consecucin del objetivo perseguido por los
instigadores de la violencia social: la desestructuracin social, la divisin
comunitaria, el control social y en ltimo trmino la conculcacinde los derechos
humanos en el sentido amplio contemporneo. El sesgo jurdico en el trabajo de
derechos humanos es funcional a los instigadores de la violencia.
Las formas de mitigacin del dao pueden arbitrarse a travs de la creacin de
estructuras paralelas (comisiones, redes, organismos...) o reforzando las formas
132
Modificado de Prez Sales P. Constituyen las Comisiones de la Verdad realmente formas de reparacin
psicosocial? (mimmeo). 1996, y Martn Beristain C, Don G, Pez D, Prez Sales P, Fernndez I. Reconstruir el
tejido social. Un enfoque crtico de la ayuda humanitaria. Icaria. Barcelona. 1999.
133
En este punto es importante precisar que esta propuesta implica necesariamente el reconocimiento de
las responsabilidades de quienes han agredido y asumir las consecuencias derivadas de ello por parte de
todos los actores del conflicto. En este sentido el trmino Reconciliacin puede enmascarar un la
resignacin y el encubrimiento como males necesarios para llegar a la paz. En la misma lnea vendra la
condena a las Leyes de Punto Final en aras de una supuesta estabilidad y en bien de la unidad nacional.
Rehacer los
proyectos de vida.
Los estudios muestran como en contextos (como por ejemplo Palestina) donde las vctimas de
agresiones no slo no son aislados o estigmatizados sino que gozan de una legitimidad comunitaria y
unja cierta autoridad, la psicopatologa asociada al hecho traumtico disminuye de manera muy
importante (p.e. Pnamaki (1997)).
135
Un mplio resumen del informe que elabor el CDHFBC en Matanza en el Bosque: La guerra que
quisieron ocultar. Masiosare, 28 noviembre 1999 (pgs 3-5).
salud, agua potable, alumbrado, desarrollo de programas productivos para combatir la pobreza, desde
luego que siguen peor, no as en las comunidades donde no existe ese impedimento y la gente est
transformando sus condiciones de vida (...) Durante estos cinco aos y once meses se ha construido 4200
escuelas, se han incorporado ms de 10.000 maestros a la nmina magisterial y actualmente 86 de cada
100 nios van a la escuela; se ha construido alrededor de 1200 clnicas y ahora 89 por ciento de la
poblacin tiene acceso a servicios de salud y enfermedades. Se ha construido ms de 1200 kilmetros de
carreteras (...) y ms de 400 kilmetros de caminos rurales de terracera... (Entrevista a Emilio Rabasa,
coordinador del Dilogo para la Negociacin en Chiapas. La Prensa, 22 Noviembre 1999. Pg 4).
Este es el anlisis del conflicto de mucha gente: el desarrollo (suponiendo que hubiera un acuerdo
sobre qu desarrollo) va a resolver el conflicto. Los datos, por supuesto, son falaces. Es imposible
construir 1200 clnicas en una regin de 112 municipios (10 clnicas por Municipio?), ni contratar
10.000 nuevos maestros (un maestro nuevo por cada 150 habitantes de Chiapas?) ni construir 1200
kilmetros de carreteras ((cuatro veces el permetro de la regin?). Pero an suponiendo que estas cifras
fueran ciertas en un 10 por ciento... es este el camino para resolver el conflicto?. La respuesta es
probablemente no, por al menos dos razones:
a)
No se acompaa de una redistribucin de las formas y las vias del poder, de un refuerzo de la
autonoma indgena sobre su propio desarrollo, es decir, las infraestructuras no son espacios de
libertad, son slo infraestructuras.
b) En palabras de Carlos Montemayor: Ningn proyecto de infraestructura econmica, agraria ,
forestal, de salud, de comunicaciones, ser efectivo a largo plazo si nace como estrategia de
guerra. Este es el principal error del gobierno mexicano en Chiapas136.Es decir estamos ante
proyectos que no son vividos como propios, sino dentro de una estrategia contrainsurgente, y
que son por tanto rechazados.
.
El desarrollo sin libertad no sirve.
El EZLN corre el riesgo de irse aislando l solo. Ha criticado duramente y se ha distanciado del PRD
(su aliado poltico natural), de la dicesis de San Cristbal (con la que comparta algunos planteamientos
sociales aunque no tcticos), y de personas y organizaciones que en los primeros aos se movilizaron
alrededor de la convocatoria neozapatista.
Su papel histrico est siendo de un valor incalculable como catalizador de luchas y relanzador del
debate. Ha propuesto un nuevo modo de hacer las cosas en ocasiones ms a lo externo que a lo internoque ha calado hondo mucho ms all de Chiapas. Hay que aprender la gran leccin histrica del EZLN y
el sabio talante que han conseguido dar a su accionar social en muchos momentos, pero sin caer en
actitudes acrticas.
Se le ha llegado a pedir al EZLN que sean poco menos que los idelogos de la nueva izquierda
latinoamericana. Una responsabilidad quizs injusta y excesiva.
Cada actor social es una parte importante que puede, desde su propio espacio, realizar valiosos
aportes, evitando as que volviera a padecerse otro de esos cclicos sndromes de desencanto de quienes
requieren de esquemas sencillos y maniqueos para orientarse en la realidad social y poltica si al final, por
la agresin militar o por voluntad propia, el EZLN decidiera o fuera forzado a abandonar su actual
posicin de liderazgo sociolgico. Hay demasiada gente en Mxico luchando desde muchos y muy
diversos frentes como para cometer esa injusticia.
Cabe esperar del sentido comn global que el conflicto transite hacia la desmilitarizacin.
La lucha indgena y de clase. Porque al final los lderes pasan pero los procesos histricos no se
detienen y siguen siendo la suma de muchos pequeos esfuerzos y algunas grandes confrontaciones.
Chiapas vive la desigual lucha del Estado con sus recursos (un Estado en Libre Comercio ya con los EUA
y Europa), con asesores y estrategas propios y extraos, con toda clase de recursos (militares,
econmicos, legislativos...) frente a una pequea comunidad que aporta dignidad, imaginacin y
resistencia. Y esta es al fin la verdad de los hechos y la que se ha buscado reflejar aqu.
Seguir siempre, siendo verdad, las palabras de John Berger cuando miraba la foto de unos
sindicalistas turcos: Qu elocuente esta fotografa!. Nos habla de cuan incontrolable es la poltica en
su origen. Estos cinco hombres con sus amores, sus hijos, sus canciones y su memoria anatolia no se
dejan engaar. (...) No esperaban nada mejor del mundo presente, que ellos conocen tan bien. Saben que
nunca ha habido en Anatolia un invierno sin nieve, un verano sin animales muertos por la sequa, un
movimiento obrero sin represin. La utopa existe solamente en las alfombras137
O como explicaban dos dirigentes de la organizacin indgena independiente Xi'Nich en una crnica
periodstica:
"Las hormigas trabajan en el subsuelo. No se ve ms que su nido, un montoncito de tierra. Si
alguien trata de destruirlo, no se sabe cmo pero las hormigas salen, se multiplican, andan por todos
lados.(...). Es la metfora de lo que ocurre con Xi'Nich - condecorada ayer por el gobierno frances en
Paris por la labor en defensa de sus derechos- y muchas otras expresiones del movimiento social
chiapaneco, el que exista antes de 1994 y subsiste y se multiplica a cinco aos de distancia del
levantamiento zapatista en el corazn de la zona de la no guerra (...) La regin que los choles, tzeltales y
zoques de Xi'Nich llaman su "habitat" o territorio es justamente donde se multiplican los cuarteles, las
grandes bases militares de hormign en medio de la selva, los movimientos castrenses de pinza y cerco,
los nuevos asentamientos de soldados; donde los episdios de represin contra las organizaciones
civiles son cclicos (1996, 1997, 1999). Conviven choza con choza bases zapatistas, catlicos y
evanglicos, militantes de uno y otro signos, con comunidades organizadas, con pristas y, desde luego,
con paramilitares de Paz y Justicia (...). "El gobierno no hace diferencia entre zapatistas armados y
nosotros. Nos ven como el enemigo. La consecuencia es que sufrimos carcel, acoso, militarizacin. Es el
costo de caminar al lado de nuestros hermanos zapatistas. No tenemos sus mtodos, no pertenecemos a
su organizacin, pero compartimos sus causas" -dice [Vctor] Guzmn-. (...) "Vimos que el camino es
por ah. No nos interesaba slo apoyar la negociacin sino ser parte de ella, desde el lado del pueblo,
de los zapatistas. No vimos que slo fueran el gobierno y el EZLN hablando. El EZLN, con David,
Zebedeo, Tacho y los dems era el que daba la cara por todos" (...) "Necesitamos tener conciencia
clara (...) porque solo as pdemos mantenernos firmes en nuestro corazn y entender que esta lucha es a
largo plazo, que nuestra gente entienda que no estamos luchando por un Progresa, un Procampo, una
137
carretera". De la forma como vislumbra el futuro, Magdalena Gonzlez dice: "Hemos avanzado en
poder ver hacia dnde va nuestra lucha, pero esto va para largo138".
138
Anexos.
Anexo 1. Contexto geogrfico, social, econmico y poltico de Chiapas139.
El Estado de Chiapas se encuentra ubicado en el extremo sudeste de la Repblica Mexicana, a la
cual pertenece desde el 14 de septiembre de 1864. Situado al sur del istmo de Tehuentepec, el Estado de
Chiapas geogrficamente pertenece a Centroamrica. Tiene una extensin territorial de 75.643 kilmetros
cuadrados, ocupando el octavo lugar en la Repblica Mexicana y representando el 3,7% del territorio
nacional. Colinda al norte con el Estado de Tabasco, al este con la Repblica de Guatemala, al sur con la
Repblica de Guatemala y el ocano Pacfico, al oeste con el ocano Pacfico, Oaxaca y Veracruz. Polticamente se divide en 111 municipios que suman 7.834 comunidades, de las que 19 son ciudades, 12 villas,
108 pueblos y 7.702 comunidades y tiene como capital la ciudad de Tuxtla Gutirrez.
Demografa:
Grupos tnicos:
Lenguas:
De 9 a 24 segn fuentes(**)
Tzotzil (279.015; 35.30%), Tzeltal (260.026; 33.83%),
Cho`ol (123.993; 16.13%), Tojolabal (37.038; 4.82%), Mam
Zoque (35.965; 4.68%), Kanjobal (10.558; 1,37%)
Porcentaje de la poblacin de 5
aos o ms que hablan lengua
indgena:
26.4 %
En el pas
7.5 %
Municipios con ms del 99% de San Juan Chamula, Mitontic, San Andrs Larrainzar,
poblacin indgena
Chalchiutn, Zinacantn, Tenejapa.
139
El INEGI utiliza como criterio tnico el ser hablante de la lengua. No puede equiparase el nmerop de
hablantes con el de miembros de la etnia. Utilizando criterios sociocognitivos (identificarse como miembro de
una determinada etnia y haber tenido el proceso de enculturacin propio de la misma) las cifras seran
superiores.
El total de Municipios en rebelda es 38 sobre los 111 totales. La zona de conflicto afecta especialmente a 6:
Altamirano, Ocosingo, Las Margaritas, San Cristbal de las Casas, La Trinitaria y Palenque
Empleo:
Proporcin de la poblacin
ocupada que percibe un salario
mnimo o ms:
En el pas:
Porcentaje de la poblacin ocupada
segn ingreso mensual(*):
No recibe ingresos:
Menos de 1 salario mnimo:
De 1 a 2 salarios mnimos:
Ms de 2 y menos de 3
De 3 a 5 salarios mnimos
Ms de 5 "
"
36.9 %
69.2 %
20.0 %
40.0 %
21.1 %
4.9 %
7.1 %
3.5 %
63.45 %
42.9 %
97.7 %
2.2 %
(*)
Segn el Conteo de Poblacin y Vivienda del Instituto Nacional de Estadstica (1995), la Tasa de ingreso
insuficiente definida como la proporcin de ocupados que reciben menos de 1 salario mnimo ms los
desocupados despecto de la EPA es del 38.24% y la tasa de ocupacin parcial, definida como la proprocin
de ocupados que trabajan en la semana de referencia menos de 35 horas. Ms los desocupados segn la EPA,
del 23.55%
Salud , Vivienda y Educacin:
1.133 habitantes
1.315 habitantes
858 (consulta ext. y hospit.)
152.2 muertes por cada 100 mil hab.
38. muertes por cada 100 mil hab.
55-65 por cada mil nacimientos en Chiapas, Oaxaca, Puebla,
Durango, Guerrero y San Luis Potos
34.8
1.17 mujeres por cada mil nacimientos .
(Chiapas ocupa el tercer lugar nacional.)
2.82 personas
26.03 %
62.38 %
48.68 %
66.76 %
60.90 %
54.30 %
(59.42 % en mujeres)
15.63 %
Derechos Humanos:
Presos indgenas en las crceles del Aprox. 2.500. El 90 % de presos son de orgen indgena.
Estado de Chipas.
Nmero de soldados por habitante
De 1 soldado por 7 habitantes a 1 soldado por cada 10, segn
fuentes.
Aumento de la militarizacin. Ocosingo:
1995: 2
1996: 7
Ejemplos. Nmero de campamentos
Las Margaritas:
1995: 2
1996: 7
San Andrs de Larrainzar: 1995: 0
1996: 6
Nmero de grupos "paramilitares"
De 15 a 32 segn fuentes (ver anexo)
Total de personas desplazadas por el De 10.000 a 35.000 segn origen de los datos.
conflicto armado.
16. CHENALHO: teniendo como sus principales centros de operaciones las comunidades de Yabteclum,
Los Chorros y Puebla. Los priistas de esta zona empezaron a hacer su trabajo organizativo como
miembros de "Paz y Justicia", despues como "Primera Fuerza". Al final de cuentas no tienen un
nombre que los identifique, incluso se habla de que son miembros de "Mascara Roja" los que
perpetraron la masacre de Acteal, pero nada de esto se puede asegurar. Por tal motivo se les nombra
como grupos de priistas armados.
17. LOS DEGOLLADORES: Conocido en el municipio de San Juan Chamula, su actuar se relaciona con
cuestiones de "brujeria" y algunos de sus miembros se ubican en la cabecera municipal. A estas
alturas se presume que es un grupo que se encuentra disperso y hasta se habla de su desaparicion.
18. TOMAS MUNTZER: Tomas Muntzer es el nombre que lleva una comunidad ubicada a orillas de la
carretera que va de Cuxulja a Altamirano, fundada a principio de los 90. Tuvo como finalidad
desarticular a las comunidades de Chulna, Campo Virgen, el Carrizal, San Agustin y otras. militantes
de la OCEZ que ahora forman parte del FAC-MLN.
19. RUBEN JARAMILLO: Las acciones de este grupo son mas de caracter de delincuencia comun.
20. OPDDIC: El 14/VII/98, militantes del PRI afirmaron que candidatos politicos de Ocosingo se rodean
de "paramilitares" como la organizacin OPDDIC.
21. OCOPECH: En el municipio de Huitiupan se le acusa a esta organizacin de ser grupo "paramilitar",
quiza de manera muy arbitraria cuando tiene mas caracteristicas de un grupo de delincuentes. Parece
que desde 1994, los pistoleros y guardias blancas han dejado el PRI y se han reorganizado a traves
de la Organizacion Campesina Obrero Popular del Estado de Chiapas (OCOPECH), quienes desde
1996 realizaron emboscadas a catequistas y a militantes del EZLN. A partir de septiembre de 1997 se
empezaron a dar asesinatos por gente priista de la region y que han amenazado con no dejar entrar a
los sacerdotes a algunas comunidades.
22. TENEJAPA,
23. LA TRINITARIA: Grupo de 10 a 11 personas fuertemente armados, la mayoria vestidos de civiles y
uno portando uniforme 'pinto' como los que usa el Ejercito Mexicano
26.ALTAMIRANO.
27.SIMOJOVEL: En este municipio se han registrado agresiones de un grupo no identificado con algun
nombre pero si con militantes del PRI y del Partido del Trabajo (PT). Se les acusa de varios
asesinatos de simpatizantes zapatistas.
28.FRONTERA
29.AMATENANGO
IX. En estas organizaciones se desempean los comandos, las fuerzas milicianas mexicanas y las
guerrillas locales.
(...) 1. Zona de expansin.
I.De la lnea Palenque-Ocosingo-Comitn-Frontera Comalapa hacia "W", en direccin de Tuxtla
Gutirrez.
II. En esta zona aparecen:
(a). Organizaciones de masas.
(b). Fuerzas milicianas mexicanas.
(c). Guerrillas locales.
(d). Comandos urbanos y rurales.
III. Efectivos que operan en la zona.
(a). Entre milicianos y guerrillas locales se han detectado a 4,784 efectivos.
(b). Las organizaciones de masas se estiman en 200,000 personas.
IV. De la linea antes citada hacia el "E" con la frontera de Guatemala, los transgresores la denominan
"zona, de territorio liberado".
Los "paramilitares" y el Ejrcito
El captulo h contiene un Plan de asesoramiento:
Este anexo describe actividades del Ejercito en el adiestramiento y apoyo de las fuerzas de autodefensa u
otras organizaciones "paramilitares", lo cual puede ser el principio fundamental de la movilizacin para
las operaciones militares y de desarrollo. Incluye adems el asesoramiento y ayuda que se presta a otras
dependencias del gobierno y a funcionarios gubernamentales locales, municipales, estatales y federales.
En caso de no existir fuerzas de autodefensa, es necesario crearlas.
(...) Las operaciones militares incluyen el adiestramiento de fuerzas locales de autodefensa, para que
participen en los programas de seguridad y desarrollo.
Bibliografa general.
. Coordinadora de Organismos No gubernamentales por la paz (CONPAZ), CDHFBC, Convergencia de
organismos civiles por la Democracia. Militarizacin y violencia en Chiapas. Julio 1996.
. Coordinadora de Organismos No gubernamentales por la paz (CONPAZ), CDHFBC, Convergencia de
organismos civiles por la Democracia Chiapas: Donde la Justicia no tiene Lugar. San Cristbal de las
Casas. 1996
. Centro de Derechos Humanos Miguel Agustn Pro Jurez. Chiapas. La guerra en curso. Mxico DF
(1998).
. Centro de Derechos Humanos Miguel Agustn Pro Jurez. Imgenes de represin: la crtica situacin de
los derechos humanos en Mxico, 1996-1998. PRODH. Mxico DF. 1999.
. CIACH, CONPAZ; CIPRO. Para entender Chiapas. Abril 1997.
. CDHFBC. Ni Paz ni Justicia. (Dic 1994-Oct. 1996).Informe sobre la presin sobre los choles de la
Zona Norte (Tila/Sabanilla).
. CDHFBC. No olvidaremos. Asesinato de cuatro indgenas tzotziles el 14 de marzo de 1997 en San
Pedro Nixtalucum (Mpo San Juan de la Libertad).
. CDHFBC. La legalidad de la injusticia. San Cristbal de Las Casas. Agosto 1998.
. CDHFBC. Esta es nuestra palabra. Testimonios de Acteal. San Cristbal de las Casas. Diciembre 1998.
. CDHFBC. Presunta Justicia. San Cristbal de Las casas. Marzo 1999.
. Red Nacional de Derechos Humanos. Informe sobre los sucesos de Acteal.
. Archivos de la Comisin Civil Internacional de Observacin por los Derechos Humanos (15-28 de
febrero de 1998) depositados en la Plataforma de Apoyo a Chiapas de Catalunya (Estado Espaol).
Documentos y cartas entregados por las comunidades y personas individuales que testimoniaron ante la
Comisin. Grabaciones en audio y vdeo de las entrevistas realizadas y que dan soporte al Informe de la
Comisin.
. Centro de Investigaciones Econmicas y Polticas de Accin Comunitaria (CIEPAC) -Boletn Chiapas
al Da #135, 138, 140.
Video.
Ricardo Rocha. Chiapas: Historia de una infamia. TELEVISA. Grabado semanas antes de la masacre de
Acteal sobre la situacin de los desplazados en Chenalh.