El Disciplinamiento de Las Mujeres: Violencia y Política en Los Gobiernos Locales
El Disciplinamiento de Las Mujeres: Violencia y Política en Los Gobiernos Locales
El Disciplinamiento de Las Mujeres: Violencia y Política en Los Gobiernos Locales
Seminario:
"Mujeres en la vida
poltica: El gran
cambio en los ltimos
50 aos"
Lima, 29 de agosto de 2014
El disciplinamiento
de las mujeres:
violencia y poltica
en los gobiernos
locales
Maruja Barrig
Maruja Barrig
A inicios del ao 2010, integr una misin de trabajo en Bolivia, que me llev hasta el
distrito de Ancoraimes, un par de horas distante de La Paz. Una sucesin de reuniones
en la Alcalda, con las autoridades, con los dirigentes campesinos, con las lderes. Y
visitas a las parcelas de quienes reciban apoyo tcnico, etc. Durante el breve tiempo de
la estada, haba como un rumor, frases sueltas que iba recogiendo sobre algn tipo de
problema presentado por una mujer en la Municipalidad, pero que tardaba en aclararse y
no indagu ms. Tiempo despus tuve informacin sobre el caso de Juana Quispe,
concejala electa de Ancoraimes en Abril del 2010, quien nunca pudo ejercer su cargo y
muri asesinada en el intento de que sus derechos polticos fueran reconocidos. Fue
inevitable que ligara esos comentarios sueltos sobre los problemas en la Municipalidad
con la presin que Quispe ejerca a todas las instancias pblicas para que la ayudaran a
algo elemental: desempear un cargo para el cual el pueblo la haba elegido.
El caso fue tan impactante, por lo que tuvo de emblemtico en la violencia contra una
mujer concejal, que posiblemente cre yo misma una situacin inexistente: estuve en
Ancoraimes en Febrero, y Juana Quispe haba sido electa en Abril del 2010. Quiz
fabriqu una situacin o se habran podido referir a otra mujer en ese municipio. No
obstante, esa vida breve de Quispe representa el eje de estas pginas.
Puestas a pensar en la violencia contra las mujeres polticas, la primera reaccin es
asombro ante las una y mil estratagemas utilizadas por los varones para expulsar a las
mujeres de un espacio y arrebatarles un derecho adquirido. En una corriente sin
interrupciones, los golpes, las humillaciones, las descalificaciones, los vejmenes
sexuales, toda esa constelacin de agresiones contra la mujer se expresa en el cuerpo de
las regidoras.
Por esa razn, trat de mirar ms all que slo lo que ocurra en el espacio del gobierno
municipal y, pensando en el Per y otros pases vecinos, preguntarnos qu estaba
ocurriendo con las violencias. Mi hiptesis fue que la forma como se expresa la
violencia es hoy diversa a 10 aos atrs. Pero fue una equivocacin pensar que la
cobertura de medios de comunicacin, las celebraciones feministas, las declaraciones de
las ministras de la Mujer y etc. haban horadado los bastiones masculinos en lo que a
ejercicio de la fuerza se refiere: los datos demuestran que la violencia fsica contra las
peruanas en ms de una dcada no ha descendido de manera considerable y que se
mantiene con breve margen de error en un 40 / 37%. Fue tambin un error creer que esta
parafernalia de recursos e instituciones contra la violencia hacia las mujeres haba
desplegado un cierto halo protector alrededor de ellas, que eran ms conscientes de sus
derechos y estaban ms dispuestas a demandar y denunciar. El porcentaje de mujeres
que no busca apoyo o no demanda a quien la agrede se mantuvo, con pocas
fluctuaciones en estos ltimos 13 aos, aunque s se increment quienes acuden a pedir
ayuda a una institucin, por lo cual suponemos que los servicios desde los Centros de
Emergencia, comisaras y fiscalas estn cosechando frutos.
1
Per: Mujeres que declaran haber sufrido violencia fsica de parte del esposo o
compaero. En porcentajes
Encuesta
Demogrfica y
de Salud
Familiar
41%
41%
39.5%
2010
38.2% 37.7%
2011
38%
2012
2013
37.2% 35.7%
42%
41%
42%
19%
15%
18.1%
Como se ha reportado numerosas veces, cuatro de cada diez peruanas han sufrido
violencia fsica de parte de sus parejas o ex parejas. Las modificaciones en las
variables- e incluso la seleccin de las mismas- para tipificar la violencia psicolgica o,
la fluctuacin en la presentacin de los datos en la violencia sexual de parte del INEI,
no nos permitieron elaborar una tabla comparativa que comprendiera estos ltimos 13
aos, pero s podemos consignar que entre el 2009 y el 2013, siete de cada 10 mujeres
en el Per declar haber sufrido violencia psicolgica (control de su autonoma, insultos
4
los cuerpos de las mujeres tienen una biografa construida con las historias de otras
mujeres. Y en casos extremos podra afirmarse que son cuerpos prescindibles, como las
violaciones sexuales en contextos de conflictos armados o en la disputa de bandas de
delincuentes urbanos, donde el ultraje a los cuerpos de las mujeres son en realidad,
mensajes/ agravios a los varones en pugna del grupo opositor.
Esa vivencia de la violencia impacta el cuerpo y el imaginario de las mujeres, instalando
el temor en su vida, debilitando su auto estima y reforzando su dependencia; es
irracional pues no se vincula directamente con el riesgo de ser vctimas de un delito,
pero es un temor tangible que se aprende y reproduce, y tiene un impacto vicario12. La
lectura propuesta quiz nos permita entender por qu, entre las mujeres, la percepcin
de inseguridad es mayor que la victimizacin real13. Lo anterior no niega la violencia
fsica y sexual contra las mujeres en las calles- aunque se sabe que la violencia sexual
contra nias y adolescentes, es infligida principalmente por familiares y al interior de
sus viviendas-. Pero tampoco se debe soslayar cmo las mujeres cambian horarios,
rutinas y cercenan su libertad de trnsito en las ciudades por aprensin.
Esta sensacin de inseguridad, en segundo lugar, limita el movimiento de las mujeres
pues no slo se ven impedidas, por el miedo, de circular por ciertos lugares a ciertas
horas, sino que se ven expuestas a las crticas sociales constantes al ponerse en riesgo
de sufrir agresiones masculinas por su culpa. La lectura que se propone socialmente
es la siguiente: una mujer sola, en la calle, fuera del control patriarcal est insegura,
puede ser violada, asesinada y si eso sucede, ser la responsable. Para prevenir este tipo
de crmenes, las recomendaciones suelen estar dirigidas no a los hombres, sino a las
mujeres mismas, por dnde caminar, cmo vestir y as ir demarcando su vida cotidiana,
por lo que Monrrez calific de terrorismo sexual. Incidentes recientes de acoso
sexual en el transporte pblico en Lima, que condujeron a una ministra de Estado a
sugerir a las usuarias de los buses ir provistas de clavos, tijeras y agujas para defenderse
de los agresores, se inscribe en este patrn de hombres desbordados por sus instintos sin
remedio ante lo cual las respuestas de las mujeres son individuales, e inconducentes
para detener la violencia14.
ste slo ha sido un repaso rpido que sugiere preguntas, las que se intentaron
sustentar en cifras, en estudios realizados en otras ciudades de Amrica Latina, en
preocupaciones de los movimientos feministas. Y que se resumen, quiz
desordenadamente, para evidenciar lo permanente, antes de abrir las interrogantes a lo
nuevo.
El subttulo de esta seccin parece un oxmoron. Para las mujeres es compatible tener
ms derechos y sufrir ms violencia? Algunas investigaciones sugieren que s. Que son
estas ganancias reales e institucionales en los aos recientes lo que han generado un
backslash, una reaccin masculina: porque va en contra de la construccin de la
masculinidad; la agresin, parecera entonces una suerte de compensacin ante una
prdida del estatus de los hombres. Como asegura Deere, existe una tendencia
mayoritaria en los estudios sobre la violencia contra las mujeres en ligar sta con nivel
educativo, los ingresos econmicos y el empleo, teniendo como hiptesis que a ms
6
En diciembre del 2007, la cadete FAP Diana Bazn Hidalgo denunci haber sido
vctima de una agresin sexual por parte de un alfrez, quien prestaba servicios en la
mencionada escuela. Aos de juicio concluyeron en la fuga del denunciado.
D.B.H. una cadete de la Escuela de Oficiales de la FAP fue violada por un alfrez
una noche, cuando le tocaba hacer guardia. La madre de la cadete denunci la
violacin. El entonces Ministro de Defensa ntero Flores Aroz seal que no era
el ngel guardin de la cadete y que la FAP no se iba a dejar presionar. Un ao
despus de la denuncia, la cadete fue dada de baja.
Hasta tres cuestiones saltan a la vista en esta sucinta relatora. En primer lugar, lo que se
pudo recopilar sugiere un claro sesgo de violencia sexual contra las mujeres, practicada
por hombres de mayor jerarqua. En segundo lugar, las autoridades- ministros de
defensa, jefes de los responsables u otros- toman claramente partida por lo denunciados
y minimizan la agresin, pese a que suceden en un territorio bajo su mando. Ms an,
los relatos dan cuenta de las mofas y el hostigamiento que sufren las jvenes que se
atrevieron a volver a los centros de estudio o cuarteles, pues se pone en cuestin su
conducta sexual en esa permanente culpabilidad de la vctima cuando hechos de esta
naturaleza suceden. Por ltimo, estos eventos de violencia- al igual que los registrados
en el caso de las concejalas- ocurren en instalaciones pblicas, claramente ajenas y
hostiles para las mujeres.
Por ltimo, si seguimos con el marco de la reaccin ante el avance de los derechos de
las mujeres y su lenta incorporacin a espacios que le eran ajenos, una pregunta que
surge es cunto de la difusin y conocimientos, y mayor nivel educativo de las mujeres
ha tenido efectos en su actitud respecto de hacer prevalecer sus derechos.
Se reproduce una tabla que intenta comparar las razones por las que una mujer golpeada
no demanda al agresor o no busca ayuda, tomando slo la variable educativa, entre las
varias que el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica acopia. Los resultados son
sorprendentes. A diferencia de las mujeres sin educacin que no saban dnde acudir
para denunciar al golpeador, ms del 50% de las mujeres con educacin superior
consideraron que no era necesario denunciarlo. Y, en comparacin con el resto de las
mujeres que argument que no busc ayuda pues ella tena la culpa las profesionales
fueron mayora en dicha opcin. De qu tenan la culpa de ser ms educadas/ ms
exitosas / ms empeosas/ ms audaces/ ms retadoras de lo establecido?
Lamentablemente, las opciones elegidas para la tabulacin por el INEI son resbaladizas
semnticamente hablando: cul es la diferencia que establecieron entre De nada sirve
y Cosas de la vida por ejemplo, dado que ambas significan resignacin. Igualmente
llama la atencin el contenido del no era necesario Por qu lo arreglaban entre
ambos? Por qu no consideraron grave el golpe?
Per: Razones para no buscar ayuda cuando fueron maltratadas 2013 (En porcentajes)
NIVEL
EDUCATIVO
DE LA
MUJER
No sabe
dnde ir
/
no
conoce
servicios
No era
necesario
Sin
17.7
16.4
educacin
Primaria
18.9
25.9
Secundaria
11.4
40.2
Superior
7.3
55.0
Fuente: ENDES 2013. INEI
De
nada
sirve
Cosas
de
la
vida
Miedo al
divorcio/
separacin
Miedo
a que
le
pegara
de
nuevo
a ella
o sus
hijos
Miedo a
causarle
un
problema
a la
persona
que le
peg
Vergenza
Ella
tena
la
culpa
Otras
razones
Total
9.3
1.7
3.4
10.6
13.4
24.1
2.4
1.1
100
2.7
3.6
3.2
1.7
1.5
0.9
4.9
2.7
2.0
12.6
8.3
5.5
6.8
7.5
4.7
22.2
15.9
12.0
2.5
7.1
8.4
1.8
1.8
1.0
100
100
100
Mientras se engruesa la cifra de regidoras no sucede lo mismo con las cabezas de los
gobiernos municipales21. Hacia el ao 2013, el promedio de mujeres alcaldesas en la
regin era 12%. Y, en contraste con los altos porcentajes de concejalas, en Costa Rica se
registraba slo 12.3% de mujeres en el mando de la alcalda, y en Bolivia 7.7%. Per
languideca con slo el 3.8% segn esta informacin registrada por la CEPAL. A juzgar
por los resultados de las elecciones 2010 que se resumen en el siguiente cuadro, no slo
ninguna mujer ocup el cargo de Presidente Regional, sino que menos del 5% fueron
alcaldesas provinciales.
10
Trabas administrativas
Descalificacin y ridiculizacin
pblicas de sus iniciativas.
Presiones para que firme actas o que se
involucre en actividades poco
12
transparentes o dolosas.
Ocultamiento de informacin oportuna para
la toma de decisiones.
13
Recogimos otros cuatro casos que, entre otros, podran ampliar estas reseas en Per, a
travs de informacin ofrecida por los medios de comunicacin y la Red Nacional de
Mujeres Autoridades (RENAMA).
14
diversos. Pero s podemos enmarcar esta sorpresa decepcionada en el hecho que las
mujeres suelen considerar su rol en las municipalidades como una extensin de su papel
comunitario por el servicio y estas corruptelas les impiden cumplir con la comunidad.
Adicionalmente, un cierto pragmatismo de las mujeres en el cargo las impulsa a la
resolucin de problemas concretos antes que un juego por la competencia poltica y el
poder.
Una de las coincidencias entre los casos de violencia y acoso poltico de las mujeres
concejalas compilados en los diferentes estudios es que mayoritariamente son
municipios pequeos incluso en algunos casos, rurales- en donde predominan las
redes y relaciones de poder informales, antes que las normas y trmites formales/
institucionales. En apariencia, en el mbito local, el poder sera un bien limitado en el
sistema de relaciones sociales difcil de compartir, menos con las advenedizas mujeres.
Massolo llama la atencin sobre la paradoja que, siendo el mbito municipal
potencialmente el ms adecuado y estratgico para dirigir polticas pblicas para las
mujeres es, por otro lado, el terreno donde se manifiestan las resistencias ms
retrgradas y las hostilidades ms virulentas contra los derechos y los cambios de la
posicin de las mujeres30.
Por ltimo, este desencadenado rosario de agresiones y desavenencias nos conduce a
una duda legtima: cunto de las normas de obligatorio cumplimiento por los gobiernos
regionales y municipales sobre la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres,
lucha contra la violencia, etc. pueden ser cumplidas en ese contexto adverso.
PARA IR CERRANDO
16
El futuro parece an ms impredecible para las mujeres que llegarn a ser elegidas en
las futuras elecciones 2014, si nos atenemos a los antecedentes de los candidatos y
posibles autoridades. El anlisis de las hojas de vida de los candidatos seala que 1.395
candidatos en todo el Per tienen condenas penales y civiles: 871 de ellos, un 62%,
fueron sentenciados en juicios de alimentos, incluso varios de estos estn ya en la etapa
penal de Omisin a la Asistencia Familiar. El segundo puesto (113 candidatos) es
peculado, es decir, mal uso de recursos del Estado. Pero tambin hay siete por
homicidio y ocho personajes que han sido condenados por violacin, intento de
violacin o por seduccin31. El panorama de los abstencionistas respecto de sus
obligaciones como padres y las condenas por violacin sexual reabre las dudas sobre el
rumbo de los municipios y las mujeres, como autoridades, como destinatarias.
Ver, por ejemplo, Alejandra Massolo Nueva institucionalidad local de gnero en Amrica Latina.
Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitacin de las Naciones Unidas para la Promocin de la
Mujer (INSTRAW). Santo Domingo, 2006.
2
Pierre BourdieuLa Dominacin Masculina. Editorial Anagrama. Barcelona, 2000.
3
Virginia Vargas Espacio Pblico, Seguridad Ciudadana y Violencia de Gnero. Reflexiones a partir de
un proceso de debate (20062007). http://www.unifem.org.br/sites/700/710/00000471.pdf .
4
INEI. Encuesta Demogrfica y de Salud Familiar 2013. Pg. 350.
5
El feminicidio ha sido incluido como delito en el Cdigo Penal peruano en diciembre del 2011.
6
Observatorio de Criminalidad del Ministerio Pblico Estadsticas sobre feminicidio segn las
caractersticas de las vctimas y el presunto victimario 2009 2014.
7
Jaris Mujica y Diego Tuesta Problemas de construccin de indicadores criminolgicos y situacin
comparada del feminicidio en el Per. Revista Anthropolgica. Aos XXX. N30, Lima 2012. Pp. 169
194.
8
www.feminicidio.net
9
http://www.semana.com/nacion/articulo/hombre-de-21-anos-es-la-primera-victima-mortal-de-ataquecon-acido/383151-3
10
Ciudades sin Violencia hacia las Mujeres. Ciudades Seguras para Todas y Todos
http://www.unifem.org.br/sites/700/710/00000471.pdf
11
Claudia Laub Violencia urbana, violencia de gnero y poltica de seguridad ciudadana, en Ciudades
para convivir: sin violencia hacia las mujeres. Ana Fal & Olga Segovia, editoras. Ediciones Sur.
Santiago de Chile 2007. Pp. 6781.
12
Ana Fal Violencias y Discriminaciones en las Ciudades, en Mujeres en la Ciudad. De violencias y
Derechos. Sur Ediciones. Santiago de Chile 2009. Pp. 15 -37. Ver tambin Virginia Vargas Espacio
Pblico, Seguridad Ciudadana y Violencia de Gnero. Reflexiones a partir de un proceso de debate
(20062007). http://www.unifem.org.br/sites/700/710/00000471.pdf As como la ponencia y
comentarios de Dammert y Fernndez en Ciudades para convivir: sin violencia hacia las mujeres. Ob.
Cit.
13
La segunda Encuesta Nacional Urbana de Victimizacin 2012 realizada por la ONG Ciudad Nuestra
sugiere que esta brecha existe, pese a los altos niveles de victimizacin. Los resultados de la encuesta no
son presentados diferenciando por sexo y no se puede afirmar para el Per, lo que la informacin de otros
pases- sistematizada por el Programa Regional Ciudades Seguras- demuestra: que la percepcin de
inseguridad es mucho mayor en las mujeres que en los hombres, y que la diferencia tambin se aprecia
entre dicha percepcin y la realidad de las cifras de victimizacin.
14
Julia Monrrez La Cultura del Feminicidio. La Ciudad Jurez 1993 -1999. Revista de la Frontera
Norte.
Volumen
24.
N
48.
2012.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S018773722012000200008&script=sci_arttext. Sobre las declaraciones de la Ministra Ana Jara, ver
http://elcomercio.pe/lima/ciudad/ana-jara-mujeres-deben-evitar-acosadores-clavos-y-agujas-noticia1733761
15
Carmen Diana Deere Activos y el poder de negociacin de la mujer en cuanto la violencia de pareja
en el Ecuador Ciclo de conferencias: Gnero, acumulacin de activos y el empoderamiento de las
mujeres. Departamento de Sociologa y Estudios de Gnero. FLACSO Ecuador, 23 de abril de 2014.
16
Ver II Censo Universitario. http://censos.inei.gob.pe/cenaun/redatam_inei/
17
17
Olga Bardales Hostigamiento sexual entre hombres y mujeres universitarios. Estudio Exploratorio.
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Lima, 2012.
18
Ver http://www.generaccion.com/secciones/actualidad/pdfs/Generaccion-Edicion-97-actualidad469.pdf
19
Ver Narda Henrquez Las seoras dirigentes, experiencias de ciudadana en barrios populares, en
Detrs de la puerta. Hombres y mujeres en el Per de hoy. Patricia Ruiz Bravo, editora. Pontificia
Universidad Catlica del Per. Lima 1996.
20
Tomado de Cunto hemos avanzado? Un anlisis de la participacin poltica de las mujeres en los
gobiernos subnacionales en Amrica Latina y el Caribe rea Practica de Gnero PNUD. Panam.
http://www.americalatinagenera.org/es/boletin/boletin/MARZO_2013/Final_Mujeres_America_Latina_y
_caribe.pdf
21
Ver Estadsticas de la CEPAL
http://interwp.cepal.org/sisgen/ConsultaIntegrada.asp?IdAplicacion=11&idTema=205&idIndicador=1708
&idioma=e
22
Iris Jave & Diego Uchuypoma Quin dijo que sera fcil? Liderazgo poltico de regidoras jvenes en
Lima http://idehpucp.pucp.edu.pe/publicaciones/quien-dijo-que-seria-facil-liderazgo-politico-deregidoras-jovenes-en-lima/
23 Ver Mara Eugenia Rojas Valverde El Acoso y la Violencia Poltica en Razn de Gnero afectan
el trabajo poltico y la gestin pblica de las mujeres VoxLocalis 029. Diciembre 2009.
24 Ver Ximena Machicado Acoso Poltico. Un tema urgente que enfrentar. PADEP - GTZ. La Paz,
2004. Mara Eugenia Rojas Valverde El Acoso y la Violencia Poltica en Razn de Gnero afectan
el trabajo poltico y la gestin pblica de las mujeres VoxLocalis 029. Diciembre 2009. Cecilia Mena
Violencia poltica contra las mujeres en Ecuador, desde una perspectiva intercultural AMUME GIZ.
Quito 2012. Mara Arboleda Levantado el velo: estudio sobre acoso y violencia poltica en contra de las
mujeres autoridades pblicas electas a nivel local en Ecuador. Informe final. Proyecto Apoyo al
fortalecimiento del Consenso de Quito para el empoderamiento de las mujeres ONU Mujeres / AMUME
/ AECID. Quito 2012. Asociacin Civil Transparencia. Primer Reporte de acoso poltico hacia las
mujeres. Febrero abril 2014. Morena Herrera, Mitzy Arias y Sara Garca Hostilidad y Violencia
Poltica: Develando Realidades de Mujeres Autoridades Municipales. Sistematizacin de experiencias de
violencia poltica que viven mujeres electas en Gobiernos Municipales en El Salvador. ONU Mujeres ISDEMU. Repblica Dominicana. Ana Cecilia Escalante Herrera y Nineth Mndez Aguilar
Sistematizacin de experiencias de acoso poltico que viven o han vivido las mujeres que ocupan puestos
de eleccin popular en el nivel local. ONU Mujeres INAMU. Repblica Dominicana. Tammy
Quintanilla Estudio sobre el Acoso Poltico hacia las Mujeres en el Per. Presentado al Centro de la
Mujer Peruana Flora Tristn. Septiembre 2012.
http://www.flora.org.pe/web2/images/stories/bonnie/PDF/EstudioAcsoPolitico.pdf
25
Diario La Razn http://www.la-razon.com/ciudades/seguridad_ciudadana/Juana-Quispe-impedidaejercer-concejalia_0_1597040308.html
26
Descentralizacin, poder local y derechos de la mujer. Tendencias mundiales en participacin,
representacin y acceso a servicios pblicos. Recomendaciones para los responsables de las polticas
pblicas, emanadas de la Conferencia Internacional, ciudad de Mxico, 2008. IDRC - Canad.
27
Ver .www.transparencia.org.pe
28
www.pachamamaradio.org. 17 de abril 2014.
29
Ver Iris Jave Ob. Cit.
30
Massolo Ob. Cit. Pg. 26.
31
http://utero.pe/tag/verita/
18