El Psicoanálisis: ¿Historia o Arqueología?
El Psicoanálisis: ¿Historia o Arqueología?
El Psicoanálisis: ¿Historia o Arqueología?
JEAN LAPLANCHE
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Literalmente, fiesta de locos: ceremonia bufa muy comn en la Edad Media. [N. del T.)
pueden visitar hoy esta casa de Freud en la calle Berggasse; por desgracia,
las habitaciones han perdido su mobiliario, las antigedades han sido trasladadas desde hace mucho a Londres, cuando Freud se exil. Pero las fotografas colocadas en las paredes permiten hacerse una idea casi exacta de
esta coleccin .. El consultorio y la biblioteca de Freud estn literalmente
repletos de objetos antiguos. El inventario realizado a su muerte muestra
la existencia de varios centenares de piezas. Muchas de ellas egipcias, pero
tambin las hay romanas y griegas, con un criterio de seleccin que es ms
de curiosidad que de esttica. Freud se interesa manifiestamente por objetos con una significacin ms que por aquellos que juzgarnos simplemente
bellos. Tambin hay piezas falsas, porque Freud, corno muchos coleccionistas, se dej engaar a menudo con copias por comerciantes poco escrupulosos. Sea lo que fuere, esta coleccin est ligada ntimamente a la vida
y a la actividad psicoanaltica de Freud. Cerca del divn se encontraba suspendido un rollo de papiro, y la joven sirvienta que reciba a los pacientes
tena, la primera vez, la misin de indicarles: sobre todo no toque usted ese
rollo de papiro, porque caer convertido en polvo. Es probable que Freud
mismo le hubiera hecho esta observacin, explicando que los objetos arqueolgicos sacados a la luz estn expuestos a la destruccin.
Con frecuencia, Fre~d establece comparaciones con la arqueologa. En
sus escritos, las alusiones son innumerables. Pero tambin, en sus curas, no
se privaba de ir a buscar a la biblioteca contigua una escultura y demostrrsela al paciente para ilustrar su interpretacin, o para metaforizar el
proceso de recuperacin del pasado. Por ltimo, se encuentra incluso la
huella del inters arqueolgico de Freud en su correspondencia, en particular en la correspondencia inicial, antes de 1900, con su amigo Fliess, donde se expresa el entusiasmo por los grandes descubrimientos arqueolgicos.
La arqueologa de esa poca! Devastadora y reconstructiva. Es la arqueologa de Evans, que encontraba el Palacio de Minos en Creta, en Knossos,
y luego lo reconstrua en hormign armado. Es la arqueologa de Schlieman,
que descubra Troya mediante una extraordinaria intuicin.
Schlieman es un verdadero hroe; con l, los hilos se entrecruzan entre
arqueologa y psicoanlisis de dos maneras. Por una parte, dice Freud, el
anlisis se asemeja a la arqueologa. He aqu a Freud descubriendo en el
transcurso de uno de sus anlisis, en uno de sus primeros pacientes (designado con la letra E en las cartas), "una escena que se remonta a la poca
primitiva y profundamente sepultada". Ustedes ven, los trminos son los
mismos del arquelogo: "la poca primitiva y profundamente sepultada".
Y contina: "Apenas me atrevo a creerlo. Todo sucede como si Schlieman
hubiera descubierto nuevamente esa Troya que se crea imaginaria". Pero,
por el contrario, la actividad del arquelogo Schlieman encuentra su explicacin por un deseo de la infancia, deseo subrayado por el anlisis. En sus
memorias Schlieman cuenta que cuando tena diez aos experiment un
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Jean Laptancne
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tasmas para devolverlos al Hades, de que basta rozar el papiro para hacerlo
caer convertido en polvo. Tambin el analista moderno debe armarse de
coraje, de obstinacin y de entusiasmo. Sabe, siri embargo, como el Freud
de los ltimos aos, qtie todo su sacrificio y su habilidad se estrellan con. tra .objetos extraos; indestructibles, que para cada. uno de nosotros determinan sus angustias, trazan sus fronteras, pero tambin animan sus deseos.
Reconocerlos, mirarlos de frente, no equivale a exigir de nuestros padentes
una actitud de esteta, sino a invitarlos a un mnimo de sabidura, es decir,
al sentido de los lmites propios de toda empresa humana.
Traducida por Santiago Funes