Oficios Urbanos Tradicionales: El Lado Invisible de La Cultura Laboral Regiomontana.
Oficios Urbanos Tradicionales: El Lado Invisible de La Cultura Laboral Regiomontana.
Oficios Urbanos Tradicionales: El Lado Invisible de La Cultura Laboral Regiomontana.
Rector
Delphine Mercier
Directora General en Mxico y Centroamrica
Coordinacin y edicin
Todas las fotografas, salvo las que se especifican, son autora de Pablo Cuellar
Rosaura Gonzlez y Melissa Martnez
Correccin
Oficios urbanos
tradicionales
El lado invisible de la cultura laboral regiomontana
Lylia Palacios Hernndez (Coordinacin y edicin)
Prlogo de Victoria Novelo
NDICE
Prlogo
Introduccin
15
27
41
65
87
107
127
169
189
213
235
ADENDUM
Captulo 12. La colonia Independencia, corazn del oficio
zapatero de Monterrey
Lylia Palacios
Eleocadio Martnez
255
Agradecimientos
Prlogo
Victoria Novelo O.
No es muy comn encontrar un libro de ciencias sociales que trata, como ste, de las
condiciones de una cierta produccin artesanal contempornea ubicada en la mexicana
ciudad de Monterrey, escrito con tanta emocin y asumiendo como propio el orgullo del
artesano, protagonista principal de este texto, cuando define su trabajo como bien hecho.
Para m, eso significa que los autores, jvenes estudiantes y su maestra y gua, hicieron un
trabajo de investigacin cuyos resultados los iban cautivando conforme los artesanos los
llevaban de la mano para mostrarles su manera peculiar de hacer objetos y de ganarse la
vida en oficios que siguen vivitos y coleando en la industrial ciudad nortea.
La interrogante principal que recorre como rio subterrneo todo el libro seguramente
parti de la curiosidad por saber cmo es que a comienzos del siglo XXI contina activo y productivo un conglomerado de trabajadores altamente calificados en diversos
oficios desplegando sus talentos artesanales. Talentos que se expresan en habilidades y
destrezas que el capitalismo industrial supuestamente iba a desterrar del terreno de la
produccin material una vez que hubiera sentado sus reales en todo el mundo. Pero las
revoluciones industriales y la hegemona de la produccin fabril maquinizada y automatizada ya tienen sus aos y, salvo algunas islitas humanas de cazadores-recolectores que
todava andan, como decan los romnticos admiradores del buen salvaje, viviendo
felices y contentos comiendo lo que encuentran en su entorno libre de contaminaciones de todo tipo, la realidad es que el mundo entero vive bajo la dictadura del sistema
capitalista en sus variadas presentaciones jerrquicas de acuerdo a su dominio del poder y la economa: central, perifrico, desarrollado, subdesarrollado, salvaje, y hasta disfrazado a veces de socialista. En este sistema-mundo, capitalista planetario (o global), lo
definitivo es que puede integrar bajo su lgica a diversas formas de producir controlndolas mediante relaciones de todo tipo: comerciales, financieras, de circulacin y distribucin de materias primas, mercancas y productos as como de formas de consumo
preferidas. Tambin caen en su esfera de inters con financiamientos y premios- los
desarrollos cientficos y tecnolgicos que sirven a sus fines y, en fin, impone formas de
vida y de pensamiento, aunque la poblacin no est del todo consciente de todos los
engranajes del sistema que ha producido a lo largo de su existencia una desigualdad social cada vez mayor. Paradjicamente tambin ha hecho crecer la esperanza por resolver
9
1
E. Balibar, Acerca de los conceptos fundamentales del materialismo histrico, en Althusser
L. y E. Balibar, Para leer El Capital, 1972, Siglo XXI, pp 260-261.
10
hecho de vivir en un pas donde conviven diferentes culturas cuyos modos de vida
demandan rodearse de ciertos objetos y rituales y consumos para su desarrollo y reproduccin y tambin para satisfacer determinados gustos.
Los artesanos urbanos de manufacturas que recorren las pginas de este libro sastres,
reparadores de calzado, relojeros, encuadernadores, joyeros, tapiceros, panaderos, vidrieros, zapateros y los cantineros que no producen bienes pero dan de beber al sediento en un espacio que alguna vez fue un territorio netamente obrero- dan cuenta
de una comunidad de productores poco conocida en la metrpoli que tiene fama de
industriosa y de indiscutible pionera de la industrializacin mexicana.2 Las historias de
los artesanos, aqu narradas, tambin informan algunas de las maneras que el capitalismo dominante ha encontrado para integrar a esas formas de produccin anteriores
a su hegemona; en los casos de los artesanos concretos que desfilan por este libro
encontramos relaciones salariales pero tambin persisten las denominaciones locales
para el maestro, el oficial y el aprendiz, los trabajos por encargo, las maquilas y ciertos
rasgos en las formas de vida tanto de los dueos de taller como de los asalariados, ambos artesanos, que nos remiten a una vieja historia del trabajo que ya se combina con
comportamientos del mercado moderno.
Una de las virtudes de este libro es que los autores optaron por enfocar su estudio
desde la perspectiva de los procesos de trabajo lo que posibilita y pone de relieve lo
fundamental de los oficios artesanos, es decir, todo lo que el artesano pone en juego
para producir un objeto: las destrezas, habilidades, conocimientos tcnicos, manejo de
los materiales y el control de sus tiempos y movimientos. Es muy llamativo tambin conocer el marco de valores que norma el trabajo y las concepciones sobre el orgullo profesional, las jerarquas basadas en el grado de dominio del trabajo, la honradez, lo bien
hecho, la libertad y el gusto y satisfaccin que les produce su trabajo. Concepciones
que muestran la continuidad del pensamiento artesano desde los tiempos anteriores a
la industrializacin del pas.
Bienvenido este nuevo texto que ilumina pasajes desconocidos de los procesos y las
culturas del trabajo vigentes en el Mxico contemporneo y nos obliga a pensar en las
peculiaridades de la produccin manufacturera local y la vigencia de lo que se anunciaba hace casi un siglo como la agona del artesanado mexicano. La mera existencia
2
La industria manufacturera de Mxico represent el 44.3% de la produccin bruta total de
acuerdo a los censos econmicos 2009 (INEGI, 2010) y fueron tres entidades, D.F., Nuevo Len y el
estado de Mxico quienes ms aportaron a esa produccin (19, 8.3 y 8.2 por ciento, respectivamente).
11
12
Introduccin
Lylia Palacios
Este libro trata sobre oficios urbanos y sobre las personas que en ellos laboran. Nos
enfocamos en talleres pequeos dedicados a producir/reparar objetos en su totalidad.
Nos interes asomarnos a su historia, su actualidad, su sentir y su perspectiva del oficio
que han desempeado a lo largo de su vida. Nos gui la idea de que all hay conocimientos que pudiramos socializar para tratar de ampliar/cuestionar la idea prevaleciente sobre el trabajo. Entrevistamos a personas que por su formacin, conocimientos
y modo de vida se acercan a la figura del artesano.
El tema de los artesanos ha sido tratado en amplios y diversos estudios histricos y
antropolgicos en Mxico (Novelo 1976, 2005, 2008; Nieto Calleja 1988, Prez Toledo
1996, Illades 2001, Lida y Prez 2001, Teitelbaum y Gutirrez 2008). Al definirlos se refieren al pequeo productor (de mercancas o servicios) cuyo proceso de trabajo incluye
una divisin de actividades escasa o nula y unos instrumentos de produccin poco
desarrollados. Por lo general, los artesanos controlan el proceso de trabajo y la circulacin de sus productos. (Illades 2001:53). Tambin se caracteriza lo artesanal a partir del
modo en que el productor o productora ejercita en su oficio sus calificaciones, habilidades y destrezas obtenidas dentro del taller familiar o trabajando con algn maestro
para transformar una o varias materias primas en productos terminados, invirtiendo un
trabajo eminentemente manual, aunque exista herramienta auxiliar. () El artesano a
diferencia del trabajador fabril conoce y puede practicar todas las fases de elaboracin
de un producto. (Novelo 2005: X).
Por otra parte, Sennett al referirse al artesano acepta que el trmino artesana se remite
a un modo de vida que supone termin con el advenimiento de la sociedad industrial,
pero dice eso es engaoso y retoma un concepto amplio de artesana segn la cual
designa un impulso humano duradero y bsico, el deseo de realizar bien una tarea, sin
ms. (2009: 20) Acepcin que rebasa la del trabajo manual especializado pudiendo
aplicarse al programador informtico, al mdico y al artista. En su libro El Artesano,
Sennett explora las dimensiones de habilidad, compromiso y juicio de una manera particular. Se centra en la estrecha conexin entre la mano y la cabeza. Todo buen artesano
mantiene un dilogo entre unas prcticas concretas y el pensamiento; este dilogo
evoluciona hasta convertirse en actos, los que establecen a su vez un ritmo entre la
solucin y el descubrimiento de problemas. (Ibd. 21)
15
La historia del pequeo emprendimiento se constituy en el teln de fondo para acentuar un tipo de industrializacin basado en la gran produccin, que pronto caracteriz
a la ciudad, orientacin material que se reforz ideolgicamente con el discurso empresarial que se convirti en hegemnico:
Monterrey, ciudad de escasos recursos naturales es ahora un emporio de actividad
industrial y de riqueza por la obra fecunda y tenaz de hombres que aqu vivieron, y
quienes en un gesto de heroica rebelda contra la pobreza pusieron sus ahorros, su
inteligencia y su tenacidad para hacer de este pueblo sencillo, en el que antes haba
artesanos, en una ciudad de pujanza industrial.3
3
16
Entrevista al empresario mueblero Benjamn Salinas Westrup (Mir, 1948: 94. Cursivas mas).
Pero este modo de relacionarse con el trabajo y sus materiales subsisten en ciudades
como Monterrey. Son artesanos y obreros artesanos, algunos trabajan solos, otros en
pequeos talleres capitalistas (Novelo, 1976), que siguen, como menciona Garza dialogando en silencio con sus objetos.
Por qu volver los ojos a este tipo de trabajador en una ciudad industrial como Monterrey? El tema tuvo tres provocaciones. La primera desde la sociologa del trabajo
buscando mrgenes de movimiento que los obreros pueden tener dentro de la divisin
del trabajo, esa que Marx y Engels definen cuando es separado el trabajo fsico y el
intelectual y que Taylor y Ford convirtieron en paradigma organizativo a fin de elevar la
productividad y el control sobre la masa asalariada. El trabajo de campo entre trabajadores manuales de la gran industria local nos mostr la atenuacin de esa separacin
entre concepcin y ejecucin, entre el pensar y sentir que pudiera caracterizar el trabajo industrial.
El aparentemente monoltico modelo ford-taylorista, basado en la fragmentacin del
proceso productivo y la rutinizacin del trabajo, en la prctica, como toda realidad,
tiene fisuras diversas tanto tcnicas como organizacionales, rendijas que el trabajador
que quiere y puede las aprovecha para el ocio, la rebelda, la (re) creacin. Trabajadores que con o sin intencin consciente, le escamotean el tiempo que le han vendido
4
En el libro se rescatan otros oficios como el de carpintero, carrocero, soldador callejero,
cantinero, cartero, calero
17
al patrn, que tanto cuida que no se le robe como menciona Marx.5 As lo revelan las
vivencias de obreros jubilados de grandes industrias regiomontanas. Por un lado, dejan
ver a expertos obreros tratando de resolver problemas e imperfecciones de la mquina y la herramienta, del proceso y la organizacin del piso de trabajo que les facilite
sus tareas.6 Comportamiento que podra respaldarse con el argumento de Sennett: la
utilizacin de herramientas imperfectas o incompletas estimula la imaginacin a desarrollar habilidades aptas para la reparacin y la improvisacin (ibd. 22). Por otro lado,
revelan a personas curiosas, analticas e innovadoras que crean espacios en el trabajo
fragmentado para vivirlo como una actividad integradora y, muchas veces satisfactoria.
Hasta dnde esos mrgenes de movimiento y cambios de actividad que el trabajador
fabril crea cotidianamente, pueden ser esos poros de los que habla Marx para el trabajo artesanal7, y que en nuestro caso se convierten como posibilidad, en conocer y
comprender de otra manera las lgicas y capacidades de los productores asalariados?
Conocimiento que cobra sentido si nos pudiera acercar a lo que sostiene Sennett: la
gente puede aprender de s misma a travs de las cosas que produce, que la cultura
material importa (...) slo podemos lograr una vida material ms humana si comprendemos mejor la produccin de las cosas (ibd. p.19).
La segunda provocacin, ms personal, pas por la autocrtica. Surgi en 2010 al participar junto con mi colega Eleocadio Martnez en la investigacin colectiva acerca
de la emblemtica colonia Independencia (Contreras, 2010). En ella descubrimos la
subsistencia de pequeos talleres dedicados a la zapatera. La estructura mnima de
organizacin, la jerarqua (maestros y oficiales), la prevalencia del trabajo manual, la
pequea escala, el flexible ambiente de trabajo, mostraba un mundo laboral distinto
al que aprend en el aula universitaria y que continu en la investigacin sociolgica,
nuevamente, la gran industria, los obreros y sindicatos.
Este acercamiento no cuestiona la importancia del estudio de las relaciones laborales
en la gran empresa regiomontana, tanto la industrial como la de servicios, ms bien abre
5
El capitalista se cuida de velar celosamente porque el trabajador no disipe su tiempo.
Ha comprado la fuerza de trabajo por un tiempo determinado. Quiere, naturalmente, que se le
entregue lo que es suyo y no tolera que se le robe. El Capital, Captulo V. Proceso de Trabajo
y Proceso de Valorizacin. p. 160, en: http://www.archivochile.com/Marxismo/Marx%20y%20
Engels/kmarx0010.pdf
6
En muchas de estas fbricas esos saberes se convirtieron, desde un temprano siglo veinte,
en va para resolver a bajo costo mltiples problemas; pareciera que antecedieron a lo que Drucker
afirmaba en las postrimeras del mismo: Hoy hemos aprendido que los que hacen un oficio lo conocen
mejor que cualquier otra persona. Quiz no puedan interpretar su propio conocimiento, pero s saben
qu funciona y qu no funciona. (1994: 102).
7
un artesano que ejecuta sucesivamente los diversos procesos parciales en la produccin
de una obra, debe cambiar ora del lugar ora de instrumento. El paso de una operacin a otra interrumpe
el curso de su trabajo y genera poros, por as decirlo, en su jornada laboral. (Marx, citado por Illades,
ibd. p54)
18
La cuarta parte Entre el taller y la industria, agrupa dos casos que permiten ilustrar la
subsistencia del trabajo artesanal en actividades que han alcanzado un alto grado de
tecnificacin e industrializacin, como son la panadera y la produccin de objetos
de vidrio. En el primer caso reparamos en la coexistencia/subsistencia de la micro y
pequea panadera en un medio aparentemente dominado por la gran industria y el
gran comercio; el caso de los vidrieros apunta ms a la inclusin/recuperacin que la
gran empresa hace de los saberes artesanos para diversificarse y atender la demanda de
objetos no masificados.
El libro lo cierra el trabajo dedicado a los zapateros de la colonia Independencia arriba
mencionado. Como podr observarse la divisin en partes es ms un juego de posibilidades
de enfoques, que de exclusiones o caractersticas privativas entre los oficios aqu tratados.
De los resultados del trabajo de campo quiero destacar slo algunos de los hallazgos
que me parece fortalecen la orientacin que gui el proyecto.
1. En la cotidianeidad de estos oficios sigue facilitndose la relacin personal entre el
artesano y el cliente (aunque sta no siempre sea del todo sincrnica). 8 Esta comunicacin destac en la mayora de los casos, la cual como menciona Sennett (parafraseando
a Harper sobre los expertos sociables), desarrolla capacidades pedaggicas del experto con sus clientes a los que explica y aconseja sobre el objeto creado o reparado,
sea un zapato, un reloj, un libro. Un ejemplo poco ortodoxo del experto sociable sera
el cantinero, el cual para ser bueno, debe contar con una memoria increble, carisma;
es decir, un sentido del humor que le dure todo el da, una paciencia saca borrachos y
siempre tener cerveza bien fra.
2. Un elemento que siguen compartiendo las personas que se dedican a un oficio, es la
satisfaccin y orgullo que para ellos representa su trabajo. Menciona Novelo: El orgullo
profesional es un atributo generalizado entre los artesanos urbanos que subrayan la calidad de su trabajo cuando lo comparan con la produccin industrial, seriada, annima e
idntica a s misma (ibd. XVII). Orgullo que encontramos en Monterrey entre los sastres
terminando un impecable traje, en el pan decente que elabora don Romn, en la afirmacin tajante de don Lolo Serna, zapatero: habr mucha tecnologa, pero el trabajo
que yo hago, no hay todava una mquina que lo haga mejor.
8
En esta suerte de anacronismo social y laboral que parecieran representar los artesanos urbanos, destaco como una de las evidencias ms comunes la diferencia en los tiempos que regularmente
manejan en la realizacin de sus trabajos, los cuales casi siempre rebasan las prisas del cliente. Ser
interesante revisar posteriormente las caractersticas y enseanzas de esta interaccin social, veces
sufrida, veces comprendida.
20
Contina Novelo diciendo que la calidad manual del trabajo artesano permite, no slo
acariciar el objeto una y otra vez (), sino desarrollar las habilidades creativas con lo
que es posible modificar y mejorar an los productos por encargo. Aseveracin que
constatamos en la visin del tapicero Fernando Martnez: Es un arte el que te traigan el
mueble de alguna manera y t lo vas a regresar diferente.
3. No obstante los profundos cambios en el trabajo, en el de los artesanos sigue requirindose del aprendizaje como un proceso largo y gradual. La comprensin y habilidades llevan ms tiempo de formacin que el del obrero frente a una mquina industrial.
En efecto, los instrumentos de trabajo que se usan no pueden ser utilizados por cualquiera; su empleo eficaz consiste en un conjunto de cualidades fsicas e intelectuales
derivadas de un largo aprendizaje. (Novelo 1976:201). La narrativa de los entrevistados
recorre una amplia variedad de formas de aprender y la mayora comenz a hacerlo a
temprana edad, casi siempre haciendo tareas sencillas y repetitivas para destullir la
mano como el sastre Jos Concepcin Alejo o los jvenes aprendices en los talleres de
tapicera y encuadernacin.
4. Adaptacin y resolucin de problemas, el quid de la subsistencia de los artesanos.
Menciona Sennett que el buen artesano, adems, emplea soluciones para desvelar un
territorio nuevo; en la mente del artesano, la solucin y el descubrimiento de problemas estn ntimamente relacionados. (Ibd. 23). Novelo reflexiona en la capacidad de
adaptacin que desarrolla el artesano: La mera existencia del artesanado en la etapa
actual del capitalismo indica su capacidad de flexibilidad y adaptacin (2008: 125). Ambos apuntan a lo cuestionable de la proclamada extincin de los oficios y sus artesanos,
para indicar la capacidad de responder ajustndose a los cambios de tiempos, mejorando su herramienta manual, modificando modelos y productos... Y all tenemos a
tapiceros incorporando nuevos materiales o sastres extendindose haca la confeccin
de prendas de mujer; zapateros buscando su mercado especfico entre las bailarinas del
table dance, en la fantasa de la fiesta infantil y las quinceaeras; artesanos que parecieran reproducir a escala la estrategia de fabricar botas sexys filmada en Kinky boots.
5. Lejos de una visin anglica de los oficios y sus trabajadores, la investigacin reporta
los problemas para subsistir que muchos tienen. No fueron pocos los recuerdos del pasado que fue mejor, ni pocas fueron las contabilidades de los que ya cerraron o redujeron su clientela. De los relojeros siendo desplazados por la electrnica, de los tapiceros
relegados por el consumo de mueble comercial Asimismo se constat la observacin
que hacen Novelo y Sennett acerca del freno que el mercado y la competencia representan para la innovacin creadora, como mencion Jos Martn, panadero: uno no
puede mover cosas [hacer nuevos productos] porque tambin luego si no se vende o
21
no se mueve mucho luego viene el estirn de orejas, entonces si uno quiere hacer algo
diferente primero lo trata con el patrn.
No vamos en pos de la nostalgia, sino de la visibilizacin de otra forma de vivir el
trabajo en un medio y una poca en la que el trabajo como actividad subordinada,
fragmentada y deshumanizante ha provocado la ira, el sarcasmo y el combate de numerosos pensadores que han propalado su rechazo al trabajo. Al fundacional texto de
Paul Lafargue (1998) El derecho a la pereza escrito en 1880, se suman las reflexiones
de Nietzche, Adorno, Cioran (Varios, 2011); de Bertrand Russell (2000) quien en 1932 public una aguda crtica a la tica del trabajo y su ensalzamiento del tiempo productivo
y el beneficio econmico, porque concede demasiado poca importancia al goce y a la
felicidad sencilla (p. 20).9 En este tenor Russell cuestiona el sentido del trabajo cuando
dice El hombre moderno piensa que todo debera hacerse por alguna razn determinada, y nunca por s mismo (p. 19). En confluencia reflexiona Bauman (2013): hemos
olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho.
El trabajo bien hecho, o como correctamente acota Novelo (2005: XVIII) para el caso
de los artesanos urbanos: de acuerdo a su particular subjetividad de lo bien hecho,
es suma de conocimiento, habilidad y placer, es el dilogo entre la prctica y el pensamiento como sostiene Sennett: es la sntesis entre el cmo del Animal laborans y
el por qu del Homo faber. El libro que ahora les entregamos propone entonces que,
acercarse a comprender la forma de vivir el trabajo y relacionarse con los objetos producidos de los artesanos de los oficios urbanos, podra favorecer una mirada ms crtica
de la tica del trabajo, que en Monterrey se plasm en la cultura de trabajo creada
desde la gran industria, deificando el trabajo y el ahorro subordinando todo lo dems:
Trabajo significa la religin que gue a todo cooperatista persuadido. Ahorro ser la
base para llevar a feliz xito nuestras esperanzas, y ambos, TRABAJO Y AHORRO, sern
el escudo de la bandera bajo la cual nos agrupemos empleados y obreros que aspiramos a una identidad: MEJORAMIENTO EFECTIVO A BASE DE NUESTROS PROPIOS
ESFUERZOS (Trabajo y Ahorro, 1, 1921. Maysculas en el original).
La invitacin es a voltear a ver ese lado de la cultura laboral regiomontana hasta ahora
casi ignorado qu podemos aprender? No hay receta de por medio, es apenas la
9
En los mismos aos 30, en las fbricas de Monterrey se alertaba contra el ocio y la pereza:
Trabaje, compaero, que el alba lo sorprenda en el trabajo y que la noche lo encuentre ocupado.
Los holgazanes, los ineptos, los incapaces para el trabajo que se queden atrs. Que se arrebaen, que
se amontonen, que se cobijen todos con el ropaje de la pereza y que sientan despus los resultados
tremendos y desastrosos de su inercia (Trabajo y Ahorro, 655, 1936)
22
PRIMERA PARTE
OFICIOS Y TRABAJADORES
EN LA HISTORIA REGIONAL
CAPTULO 1
TRANSFORMACIN
DE LOS OFICIOS TRADICIONALES AL
TRABAJO INDUSTRIAL EN NUEVO LEN
DURANTE EL PORFIRIATO
Captulo 1
Transformacin de los oficios tradicionales al trabajo industrial
en Nuevo Len durante el porfiriato
Juan Jacobo Castillo Olivares
La situacin precaria, en comparacin con otras entidades, del Nuevo Reino de Len
no permiti que los talleres pudieran competir con el mercado ya mencionado. Las
familias que practicaban estos oficios subsistieron por el consumo local; esto limitaba
la acumulacin e inversin, la actualizacin y expansin del taller, perpetundose y
heredndose a las siguientes generaciones dentro de la misma familia. Es cierto que
la competencia con las tiendas y sus productos importados era considerable, pero los
productos artesanales locales tenan un pblico cautivo: la poblacin de menores ingresos que permiti que los oficios tradicionales ya para este momento existan los
oficios profesionales como abogados y mdicos pudieran seguir siendo parte de la
economa local.
Los oficios en el Nuevo Reino de Len no fueron nicos y peculiares, estos se practicaban en todo el virreinato bajo condiciones muy similares. Pero es evidente que el trabajo artesanal en otras entidades alcanz niveles de produccin ms elevados, aunque
tambin ampliamente subordinados al sector minero, agrcola, ganadero y el comercio
de importacin. El proceso de independencia en Mxico, no cambiara radicalmente
esta situacin, debido a que fue ms un cambio poltico que econmico. Por el contrario, la turbulencia poltica y militar de los aos siguientes llevara a severas complicaciones, como lo manifiesta en 1826 el primer gobierno constitucional del Estado de Nuevo
Len, en voz de su gobernador Jos Mara Pars, al referirse al sector fabril:
Nada se ha adelantado hasta ahora en este ramo provenido sin duda de estar casi
obstruidos y paralizados los de su comercio y agricultura, segn queda demostrado; al
paso que stos se aumenten irn incrementando todos los dems ramos que dependen
de ella, mayormente si se presentan como es de esperar extranjeros que establezcan
fbricas en el estado y que por consiguiente puedan darles el incremento de que son
susceptibles, dedicndose unos al trabajo material de las mismas fbricas y otros al
cultivo de lino y algodn, que acaso podr traerles mayores ventajas que el del maz,
frijol y caa dulce, a que estn dedicados exclusivamente (Pars, 1826: 5).
El ramo textil ya era importante durante el gobierno de Pars; se contaban dos telares
de manta en Monterrey, otros en Cadereyta y Montemorelos que surtan a Tamaulipas e
incluso se menciona Norteamrica (Pars, 1826: 6). Al respecto, en la primera mitad del
siglo XIX adquiere relevancia la independencia de Texas y el tratado Guadalupe-Hidalgo
porque de esta forma Nuevo Len se acerca a la frontera. Junto a la proximidad fronteriza viene tambin la Revolucin Industrial inglesa y su voraz necesidad de algodn para
sus fbricas. Estos tres factores: la incipiente industria textil, la frontera y la Revolucin
Industrial, permiten la aparicin de la primera fbrica con tintes modernos: la fbrica de
textiles La Fama en 1854.
30
Con La Fama y otras fbricas textileras que aparecieron en los aos siguientes, el trabajo
en Nuevo Len empieza la transformacin ms radical que haya tenido. stas constituyen el prembulo a la introduccin de tecnologa industrial extranjera mquinas que
sustituan o reducan la mano de obra que implic dejar atrs la forma tradicional en
que los oficios se realizaban. El viejo taller sigue ah pero ahora convive y est en competencia con las fbricas modernas.
Del taller a la fbrica, los oficios en el Nuevo Len porfiriano
Los artesanos cualificados, y no los obreros de las nuevas industrias fabriles, dominaron
el movimiento obrero en las primeras dcadas de la industrializacin. En Francia, Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos; en huelgas, movimientos polticos y estallidos de
violencia colectiva se encuentran una y otra vez los mismos oficios habituales: carpinteros, sastres, panaderos, ebanistas, zapateros, albailes, impresores, cerrajeros, etctera.
El movimiento obrero del siglo XIX naci en el taller artesanal, no en la oscura fbrica
satnica (Sewell, 1992: 15).
Una de las razones por las que el proceso de industrializacin resulta atractivo para los
historiadores locales, es por la coyuntura que represent en la ciudad de Monterrey
como capital del estado de Nuevo Len y para el estado en s mismo: La adversidad
represent buena parte de la historia temprana de la ciudad, el pueblo era acosado por
sequas, enfermedades, ataques de indios y la negligencia de los colonizadores espaoles (Saragoza, 2008:32). La industrializacin signific por tanto un proceso de prosperidad econmica, cohesin poltica y estabilidad social nunca antes visto en la historia
de la ciudad y el estado.
Pero antes del boom industrial, los oficios artesanales prevalecan en todo el estado.
Para la segunda mitad del siglo XIX se tienen registrados cerca de quinientos de estos
establecimientos: herreras, carpinteras, zapateras, teneras, carroceras, sastreras, plateras, relojeras, armeras, hojalateras, talabarteras, tipografas, gamuceras, alfareras,
sombrereras, fotografas, cobreras, panaderas y caldereras (Rojas, 1997: 37). En 1888
con motivo de las mltiples exposiciones industriales que se llevaban a efecto, se recab un censo en el estado que mostrara las industrias y oficios ms sobresalientes y,
en efecto, fueron los talleres los que ocuparon los principales ndices. De esta fuente
podemos obtener la variedad de oficios que haba en Nuevo Len (Tabla 1) en pleno
gobierno reyista.10
10
Nota: la etapa porfirista en Nuevo Len tambin se le conoce como reyista por la figura del
gobernador Bernardo Reyes impuesto por Porfirio Daz.
31
estadsticas ya mencionadas, para el municipio de Aramberri en un tiempo cercanamente similar, se reporta que los panaderos, carpinteros, zapateros y sombrereros, llegaban
a ganar $1 peso diario o ms segn la obra que realizaban12.
El ltimo punto, y de forma relevante, es el que se refiere a las formas de organizacin
entre los artesanos. Los talleres en el estado no tienen el mismo nivel de organizacin
que el existente en otros pases. Nunca se acerc, por ejemplo, al de los artesanos
ingleses, estudiados por historiadores como E.P. Thompson y E. Hobsbawm a principios
de la Revolucin Industrial, que desencadenaron actos como el ludismo13; o los artesanos franceses ms radicales y ms violentos que fueron parte importante de los movimientos sociales que dieron pie a la icnica Revolucin Francesa. Las condiciones socioeconmicas del pas no eran propicias para la organizacin de movimientos obreros;
las aisladas manifestaciones laborales fueron desarticuladas por la represin social de
la maquinaria porfirista y las sociedades mutualistas ni se asomaban. En los municipios
de Nuevo Len slo se menciona el de Salinas Victoria con sociedades mutualistas en
formacin en gran parte por su actividad minera y el de Linares municipio que lleg
a considerarse como segunda capital del estado, con la Sociedad de Obreros de Linares
y la Unin Mercantil como sociedades mutualistas existentes y activas.
Los trabajos y oficios en Nuevo Len antes del despegue industrial de 1890, tienen pocos cambios. An hoy en da muchos de estos municipios conservan estos oficios y se
combinan con otros ms modernos.
La transicin del trabajo artesanal al fabril en la ciudad del Monterrey porfirista
Retomando el apartado anterior, las actividades obreras pioneras en el estado las encontraremos en el taller con los artesanos; en la ciudad capital la situacin es similar.
Si bien las actividades principales se encaminaban hacia la agricultura y la fabricacin
de artesanas, la existencia de fbricas nos da la idea de una incipiente clase obrera,
de un grupo social que oscilaba entre el oficio artesanal y el industrial. Es decir, aunque
la industria en la ciudad de Monterrey se inaugura en 1854 con la fbrica de hilados y
tejidos La Fama, la actividad industrial de mayor envergadura aparece hasta 1890, y es
cuando la ciudad inici un proceso de transformacin social y urbanstica. La estacin
de ferrocarril del Golfo, la construccin del palacio de gobierno, la penitenciara, el
12
Nota: En una estadstica de 1902 del Archivo General del Estado de Nuevo Len se menciona
el pan a 25 cvs/kg, la carne de res 26 cvs/kg y la carne de puerco 50 cvs/kg; en otra estadstica de 1906
del peridico Monterrey News, se mencionan los siguientes precios para la canasta bsica: tomate 25
cvs/kg, frijol 10 cvs/kg, maiz 7 cvs/kg. De acuerdo a estos precios el salario de un peso diario era el
adecuado para cubrir las necesidades bsicas en cuanto a alimentos refiere, sin tomar en cuenta otras
necesidades como vivienda, vestido, etc.
13
Con el nombre de ludismo pas a la historia la accin de destruccin de mquinas por
parte de los trabajadores que sintieron la amenaza de perder el trabajo por la tecnologa. En este
sentido, el nico caso local encontrado es el de los actos de sabotaje a los ferrocarriles, realizados
posiblemente por arrieros afectados.
34
puente San Luisito, la construccin de plazas y la ampliacin de varias avenidas dan evidencia de una transicin importante, aunque la ciudad ya no se dedicaba a la agricultura
propiamente, seguan existiendo haciendas y ranchos que pertenecan a la zona rural
de Monterrey que sern progresivamente urbanizados al ritmo de la industrializacin,
as como otros que se convertirn en los municipios del rea metropolitana (tabla 2).
Tabla 2. Censo General de la municipalidad de Monterrey en 1883.
Cabecera del municipio, congregaciones, haciendas y ranchos que le son anexos.
La anterior estadstica muestra las 10 haciendas y cuatro ranchos con los que contaba la
ciudad de Monterrey. Se menciona un total de 41 842 habitantes, concentrando 35 356
en la ciudad de Monterrey, el resto en dichas haciendas y ranchos.
Los oficios y las fbricas en la ciudad, se repartan de la siguiente forma.
Tabla 3. Estadsticas de Industria en 1884
Como se puede apreciar, la actividad fabril ya era una realidad en la ciudad, aunque las
fbricas eran pocas y slo atendan al mercado interno y las necesidades propias del
36
lugar. Por ejemplo, la existencia de once veleras remite a la falta de cobertura elctrica,
las cuales gradualmente desaparecern con la introduccin de la electricidad. Hasta
este momento y con la informacin existente, podemos derivar que eran menos los
obreros fabriles que los artesanos, pero esta tendencia cambiar rpidamente en los
aos por venir, al emplearse mayor mano de obra en las grandes fbricas como Cervecera Cuauhtmoc (1890), Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey (1900) y la Fbrica
de Vidrios y Cristales (1901).
Monterrey segua siendo una ciudad pequea comparada con el movimiento migratorio
que se dara en los siguientes aos, cuando el nmero de habitantes se duplica. Es por
eso que la migracin determin uno de los principales elementos que dan evidencia
de la transicin a la que se preparaba la ciudad. Pero qu la motivaba, cmo se pudo
lograr tal movimiento de poblacin y qu les esperaba a quienes llegaban a Monterrey?
El historiador Michael Snodgrass nos dice lo siguiente:
En muchos sentidos, los hombres y mujeres que se volvieron la primera generacin
de la clase trabajadora en Monterrey tenan unos antecedentes tan diversos como las
industrias que los contrataron. Algunos venan de la ciudad, otros de haciendas cercanas. Los locales trabajaron junto con migrantes de los estados vecinos y unos cuantos
inmigrantes en tierras lejanas. Pero en comparacin con otras ciudades industriales del
hemisferio occidental, se parecan mucho en cuanto a que casi todos los trabajadores
de Monterrey llegaron dentro del rango de medio da de viaje en tren Monterrey se
volvi un centro de reclutamiento que atrajo tanto a los migrantes como a los contratistas de ferrocarriles, empresas mineras del norte de Mxico y empresas norteamericanas (Snodgrass, 2008: 32).
Con este flujo migratorio se hizo posible que la mano de obra calificada en el trabajo
de minera proveniente de estados como San Luis Potos y Zacatecas pudiera aportar
ese conocimiento previo y aplicarlo en la naciente industria, e igualmente, que del vecino pas del norte especialmente del estado de Texas se pudiera invertir y trabajar
en los oficios: se cuentan hasta 458 norteamericanos en Monterrey en esos aos. Asimismo, encontramos que en las estadsticas del archivo del estado, hay habitantes que
provienen tanto de Europa como del continente asitico: primero espaoles con 106,
alemanes 77 e ingleses con 68 y en un menor nmero, chinos, turcos y africanos que no
rebasan las 10 personas.
Las ciudades y las nuevas zonas industriales fueron, de una forma general, los polos de
atraccin de los inmigrantes. Qu clase de vida les esperaba? Monterrey se preparaba
para recibir en 1890 a un mayor nmero de personas destinadas al trabajo en las fbricas; la ciudad y su estructura urbana tendran que cambiar drsticamente para poder
atender todas sus necesidades: transporte, vivienda, servicios, entre otros. Esto impactara, ineludiblemente, los oficios artesanales: algunos veran un mayor incremento en
su produccin para cubrir las necesidades de la enorme ciudad, transformndose en
pequeas y medianas industrias; otros tendran que competir con la gran industria hasta
su desaparicin, y unos cuantos subsistiran como talleres tradicionales.
Conclusiones
El primer aspecto a considerar cuando se estudian las clases trabajadoras en el estado
de Nuevo Len, son las diferencias de la regin. El auge industrial a finales del siglo XIX
impact la ciudad de Monterrey y municipios vecinos, pero en municipios del sur y del
norte la situacin no cambi mucho. Si en los municipios fuera del rea metropolitana
encontramos an oficios que prevalecen con sus formas tradicionales, se debe a esa
razn. La otra explicacin sigue siendo la del autoconsumo que tiene como objetivo
atender las necesidades inmediatas de sus habitantes. En el caso de los oficios con
produccin comercial, el avance ms relevante tiene que ver con la demanda de sus
productos en las ciudades.14
En la ciudad de Monterrey, la experiencia que dejaron los antiguos talleres permiti que
los trabajadores pudieran adaptarse al nuevo ritmo industrial de la ciudad. Junto a esto,
el arribo de poblacin con experiencia minera y fabril ayud a las fbricas a tener mano
de obra calificada en la mayora de los casos. Es por lo anterior que, al hablar de transformacin, hago referencia a cmo los oficios tradicionales en la ciudad encontraron
espacio en la nueva dinmica econmica o, por el contrario, desaparecieron.
14
Considero importante tomar en cuenta aquellos productos regionales de origen artesanal
que son apreciados en la ciudad y por el turismo como los dulces, el pan, el vino mezcal, artculos de
cuero entre otros.
38
Por ltimo, la ciudad de Monterrey ha presumido por tan ya largo tiempo sus logros
industriales que nos hace pensar que los oficios tradicionales no tienen espacio. Sin
embargo, podemos constatar cmo muchos de estos oficios perviven transformndose
o modernizndose con la adquisicin de mejores mquinas y herramientas que agilizan
el trabajo, pero manteniendo la forma tradicional de trabajar para conservar su esencia.
39
CAPTULO 2
OFICIOS URBANOS TRADICIONALES
Y DEMANDAS LABORALES
EN MONTERREY. 1928-1952
Captulo 2
Oficios urbanos tradicionales y demandas laborales en Monterrey.
1928-1952
Lylia Palacios
Introduccin
El estudio histrico y sociolgico del trabajo en Monterrey a lo largo del siglo XX ha
estado fuertemente orientado hacia la gran empresa y al obrero industrial; correspondiendo a la tendencia nacional (Illades, 2001). El enfoque fue sustentado en la importancia de ambos protagonistas sociales en la formacin de ciudades como sta, dejando
al margen el conocimiento del trabajo en talleres y pequeos establecimientos productivos, particularmente de aquellos relacionados con los oficios urbanos preexistentes al despegue fabril. As lo muestran numerosas e importantes aportaciones que
investigadores locales y extranjeros han realizado (Isidro Vizcaya, Menno Vellinga, Mario
Cerutti, Mximo de Len, Javier Rojas, Alex Saragoza, scar Flores, Michael Snodrgass,
Eleocadio Martnez, y algunas colaboraciones propias).
No obstante, aunque gradualmente disminuida al correr del siglo, la presencia productiva de artesanos y sus talleres continu paralela al desarrollo de la gran industria. En este
captulo el objetivo principal es conocer un poco ms sobre la presencia de este tipo
de trabajadores durante un periodo de transformacin de la normatividad de las relaciones laborales: el paso de un tipo ms cercano a la relacin tradicional-paternalista
hacia otras de tipo legal-racional (Weber, 1974). El periodo seleccionado corresponde
al del crecimiento del perfil industrial de Monterrey y su urbanizacin, de la federalizacin de las leyes laborales y la promocin de derechos laborales como el de sindicalizacin. En este proceso la ley tendr igual aplicabilidad a todo establecimiento sin
importar el tipo o tamao del establecimiento; los jvenes sindicatos con registro o
no impulsarn en la ciudad una cauda de emplazamientos a huelga por el reconocimiento del sindicato y la reglamentacin colectiva de la relacin obrero patronal; asimismo, para muchos trabajadores en lo individual signific la posibilidad de hacer uso
legal de derechos laborales poco practicados hasta entonces.
En sntesis, nos referimos a una fase durante la cual madur en el mbito del trabajo
el proceso de juridizacin, entendido, a partir de J. Habermas, como el proceso social
paulatino a travs del cual el derecho incrementa su carcter de normativa escrita.15 Visto como parte de una transicin hacia formas de interaccin propiamente capitalistas
en el mundo del trabajo, las contradicciones que ese proceso desata en una ciudad de
15
Citado por Rodrguez, s/f. Este incremento se da tanto por extensin, regulando
jurdicamente mayor cantidad de mbitos sociales que estaban regulados informalmente, como por
densidad, o sea, desmenuzacin de una materia jurdica general en varias materias particulares.
43
precoz industrializacin como Monterrey, explica que las lgicas asociadas al desarrollo del capitalismo racional entren de manera creciente en tensin con los principios
tradicionales (Lamanthe 2011: 85).16
Esta transicin ha sido estudiada principalmente como historia del movimiento obrero
y sindical en la gran industria, en nuestro acercamiento, se delimita a lo existente en el
caso de artesanos y oficios urbanos.
Considerando la escasez de fuentes documentales, el enfoque que permite este primer
acercamiento es el del conflicto laboral ventilado en los tribunales del trabajo y en
la prensa local. Las principales fuentes de investigacin documental fueron el archivo
histrico de la Junta Local de Conciliacin y Arbitraje, depositado en el AGENL, y el
archivo electrnico del peridico regional El Porvenir. En el primero se revisaron 312
demandas laborales relacionadas con oficios durante el periodo 1928-1952. La seleccin
de los casos se gui por la actividad explcita del demandante sastre, carpintero, panadero, zapatero, etctera, y/o el tipo de negocio demandado sastrera, panadera,
taller de zapatera, joyera, etctera. Con la segunda fuente de informacin fue posible
documentar algunos eventos laborales significativos detectados en las demandas, ampliando as el contexto en que se desenvolvieron tales conflictos.
Las primeras mutualidades de artesanos y obreros
La aparicin y crecimiento paulatino en Monterrey de obrajes y talleres artesanales, fue
una de las primeras evidencias del impulso urbanizador que propici el auge comercial
desplegado en Monterrey a lo largo del siglo XIX hasta entrada la dcada 1860; impulso
que al declinar dara paso a una incipiente industrializacin a finales de los aos setenta
y ochenta del mismo siglo (Vizcaya, 2000). En este lapso la actividad econmica ser
encabezada por artesanos y pequeos industriales, y sus relaciones gremiales y sociales
seguirn el formato de las mutualidades.
Menciona J. Rojas que para el ao de 1879 existan en la ciudad 493 establecimientos
clasificados como artesanales. Por su nmero destacan las zapateras, seguidas de carpinteras, herreras, sastreras, y luego por las teneras, talabarteras y las panaderas.
Tambin se mencionan las actividades de hojalatera, calderera y alfarera (2008: 27-28).
Acerca del surgimiento de mutualidades, el mismo Rojas seala que su creacin no se
circunscribi en Monterrey a las de tipo laboral. Sostiene que la pobreza citadina que
imper en el ltimo tercio del siglo XIX impuls diversos tipos de asociaciones para la
16
En el original: Dans lactivit productive et au sein de la relation salariale, les logiques
associes au dveloppement du capitalisme rationnel entrent de faon croissante en tension avec les
principes traditionnels.
44
La mutualidad regiomontana se adhera a los mismos objetivos de la asociacin nacional de mejoramiento social, moral y econmico de la clase obrera: protegerse contra
los abusos de capitalistas y dueos de talleres, alentar la educacin de los coasociados (Reglamento, 1886: 5-6). No obstante esta filiacin, el Gran Crculo de Obreros de
Monterrey nunca se acerc al discurso y prcticas socialistas que caracteriz la primera
etapa del Gran Crculo de Obreros de Mxico; al contrario, fue una asociacin heterognea en su composicin social, que agrupaba artesanos libres, obreros comerciantes,
algunos industriales, intelectuales y personajes de gobierno (Rojas, 2008: 44).17
Esta caracterstica de la asociacin mutual ms importante en la historia regiomontana
del trabajo, de promover relaciones ms cercanas a la conciliacin y colaboracin entre
clases sociales y econmicas, se convertir en el sello del modelo local de relacin
laboral y se imprimir en el espritu de los sindicatos que posteriormente surgirn en las
principales industrias familiares de la ciudad.
En los inicios del siglo XX, las primeras organizaciones de tipo sindical en la ciudad
surgen dentro de las actividades punta como la siderurgia y los ferrocarriles; otras mutualidades con rasgos sindicalistas se crean entre los obreros textiles, albailes, conductores y motoristas. Entre los oficios artesanales destaca el de los sastres, quienes en
1915 conforman el Sindicato de Sastres de Monterrey (Rojas, 2008: 52-56). Un ao antes,
17
Entre los socios honorarios figuraba lo ms granado de la poltica nacional y local desde el
presidente de la repblica Porfirio Daz, el gobernador de Nuevo Len Gral. Gernimo Trevio, Gral.
Bernardo Reyes; as como personajes de la lite social, econmica y cultural, por ejemplo, Lic. Enrique
Gorostieta, Lic. Virgilio Garza, Prof. Joel Rocha, Prof. Serafn Pea, los ms destacados mdicos de la
ciudad, poetas y literatos (Navarro, 1971).
45
En Mxico, los mecanismos modernos del derecho del trabajo sern la creacin de
tribunales para dirimir controversias, en los estados sern las Juntas Locales de Con18
Para un mejor conocimiento de la historia de la reglamentacin del trabajo en Nuevo Len
antes de la aparicin de la Constitucin de 1917 que incorpor el artculo 123 dedicado al trabajo, y de
los principales movimientos obreros en esa poca, se recomienda leer los libros de Jess vila y de
Javier Rojas aqu citados.
19
En el original: Depuis les premires lois concernant le travail la fin du XIXe sicle jusqu
linstauration dun droit spcifique, linstitutionnalisation du systme de relations professionnelles et
la mise en place de protections collectives dont lEtat se fait le garant, la relation salariale est lobjet
dun mouvement de juridicisation qui sanctionne lapprofondissement des principes de la domination
rationnelle-lgale. Celui-ci joue en partie contre la permanence de rgulations traditionnelle juges
archaques, traces dun pass que lon voudrait rvolu et, ce titre, condamnes.
46
22
Posiblemente este sindicato tenga su antecedente en la antigua Unin de Panaderos y
Aprendices Mexicanos, la cual estaba en activo desde principios de los aos 20. El sindicato estaba
adherido a la Confederacin General del Trabajo, seccin mexicana de la Asociacin Internacional de
los Trabajadores.
23
La Unin integraba al menos 20 panaderas de la ciudad: El Nopal, La Gardenia, La Oriental,
Ro Bravo, La Vencedora, La Moderna, La Unin, La Bola, El Sol, La Campana, La Imperial, La Reinera, La
Mexicana, La Especial, La Italiana, La Alemana, La Castellana, El Norte, El Roble, El Gallo (El Porvenir, 7
de julio de 1928).
24
Catlogo de la Junta Local de Conciliacin y Arbitraje 1923-1937. Caja 2, Exp. 1.
48
Aunque para el presidente de la JLCA, esta respuesta era equivocada pues la introduccin de maquinaria y el subsecuente exceso de operarios, no era ms que la consecuencia normal del progreso constante en la vida humana. Y su mejor consejo para los
huelguistas era adaptarse y modernizarse:
En mi concepto lo que deben hacer los obreros de panaderas es adaptarse al nuevo sistema
de produccin de las tahonas y convertirse en operarios modernos porque de este modo
seguramente que obtendrn al da iguales o mejores salarios (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
Lo que importaba era que no se alterara la paz en que vivimos por los agitadores
que vinieron de fuera. Pero lo cierto era que en diversas panaderas los obreros del
pan estaban actuando organizadamente: en una se detuvieron en la esquina del local a
49
medianoche, antes de entrar a su turno, mientras que una comisin de dos asociados
entregaban el pliego de peticiones al patrn don Canuto, el cual declar que con
amenazas y palabras ofensivas y altisonantes trataban de exigirle que firmara unos convenios que ellos haban formulado.25 La preocupacin oficial por la movilizacin de
los panaderos que dimensiona la importancia del conflicto en la ciudad, se reflej en
la orden de vigilancia especial de la polica en todas las panaderas de la ciudad, con
la orden de retirar a todos los huelguistas que intenten obstruir los trabajos, usando la
energa si es preciso (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
La huelga estall en varias panaderas y la Unin de Propietarios cerr filas reproduciendo las probadas tcticas disciplinarias de los grandes empresarios locales de despido y
listas negras. La Unin acord, luego del episodio relatado, que don Canuto desocupara a los huelguistas de la noche anterior a los que se les marc con bola negra pues
los propietarios se comprometieron a no darle trabajo a ninguno de ellos bajo pena de
una multa de cien pesos (El Porvenir, 2 de julio de 1928). Este acuerdo fue aplicado en
las panaderas de la Unin donde haba huelguistas o simpatizantes del movimiento.
Entre los argumentos de los huelguistas, uno revela a los artesanos del amasijo, no
como los obreros explotados, sino como un sector de artesanos que haba logrado
mejoras econmicas y sociales, y demandaban el derecho a conservar su nivel de vida:
Hay patrones que creen que todava imperan tiempos pasados y se disgustan porque un
panadero usa camisa de seda que compr con el producto de su trabajo, ellos quisieran
que siempre anduviramos con alpargatas; pero ya la mayora de los obreros de este gremio
nos hemos abierto paso, asocindonos en diversas agrupaciones y obteniendo lugar social
dentro del que somos respetuosos lo que queremos es que se nos contine pagando lo
que siempre hemos ganado porque el trabajo que desempeamos tambin es el mismo de
siempre (El Porvenir, 2 de julio de 1928).
25
El propietario llam a la polica, misma que aprendi a seis u ocho de los escandalosos, al
da siguiente el Alcalde los puso en libertad (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
26
Esta situacin era asegurada tanto por contar con el respaldo de las autoridades con
la vigilancia especial de la polica, como porque los panaderos, por honorabilidad o por falta de
experiencia, no hacan por evitar la entrada de los esquiroles. Ante lo cual el sindicato solicit permiso
al Alcalde para entrar a las panaderas a entregar propaganda a favor de la huelga, pero el muncipe se
los neg argumentando incapacidad para evitar algn zafarrancho.
50
Un factor que cambi la situacin fue la simpata por el movimiento entre viejos panaderos. Declaraba un propietario que varios de sus obreros que tienen ms de 20 aos
de trabajar con l, haban secundado la huelga y estaba por perder toda la masa que
tena lista para el amasijo (El Porvenir, 3 de julio de 1928).
Con esta presin los dueos aceptaron entrar en plticas conciliatorias, empero la reunin, propuesta por el alcalde, no se realiz porque los patrones sostenan que de ninguna manera estn dispuestos a tratarlos de forma colectiva, a lo que los sindicalistas respondieron que si esas eran las pretensiones, mejor ni fueran a la junta a que se les citaba.
Ambas partes siguieron acusndose de intransigentes frustrndose varios intentos de
conciliacin. En ese lapso el Sindicato de Obreros Panaderos entreg a la Unin de
Propietarios su propuesta de convenio colectivo, mismo que ser reformulado por el
presidente de la JLCA (ver caja). En la segunda, las clusulas que siguieron con posturas
contrarias fueron la quinta y sexta, referentes a la fijacin de salarios y la reinstalacin
de los huelguistas despedidos.
Proyecto de contrato que presenta la comisin
de sindicalistas:
1 Los dueos de Panaderas reconocen el derecho de los obreros para asociarse en agrupaciones sindicales o de cualquier otra
especie. Estos se obligan a legalizar y registrar su unin.
2 Reinstalacin de los obreros Sindicalizados que abandonaron sus empleos con motivo de la Huelga (Patrones
aceptan reinstalar 50 o 60%. No acepta el Sindicato).
3 Los obreros slo debern ser dedicados a las labores propias del panadero.
4 Se procurar con la intervencin de la JLCA llegar a una
paulatina Standarizacin del precio de las diferentes clases
de pan.
5 Los patrones y obreros fijarn el jornal para cada panadera
en concreto, segn las condiciones del trabajo en cada caso, la
JLCA decidir en cada caso.
6 La intervencin de la presente huelga, no ser obstculo
para la reinstalacin de ningn obrero. Los patrones reinstalarn desde luego el 75 por ciento de los huelguistas, conforme
a la clusula segunda. Se respetarn los derechos legales de
los actuales operarios.
7 Los fabricantes se comprometen a cumplir fielmente con
las disposiciones Gubernativas, sanitarias y de polica, relativas
a la maquinaria, higiene y riesgos del obrero, etc., y la JLCA
decidir en cada caso de desacuerdo entre patrones y obreros.
8 Ambas partes se someten expresamente y someten el presente convenio a la Constitucin, segn la JLCA deber decidir
los conflictos entre patrones y obreros.
A lo largo del periodo revisado puede observarse la figura del artesano urbano en su
doble rol: como el micro empresario que se enfrenta a un poder corporativo que lo
rebasa y ante el cual, por limitaciones econmicas y administrativas para solventar
contratos colectivos y demandas laborales, algunos terminaron siendo embargados o
cerrando sus talleres. Por otro lado, vemos al artesano obrero que dentro de talleres
de oficios o fbricas, es afectado por el deterioro de relaciones basadas en la palabra,
siendo objeto de despido alegando indisciplina, imponindoles el ritmo de la mquina
y el tiempo de la fbrica, confrontando comportamientos ligados a ritmos de trabajo y
tiempos ms flexibles, propios de los artesanos.
27
Entre las mencionadas: La Esperanza, La Central, La Corona, La Pelota, La Francesa, La
Imperial, La Victoria, La Fe, El Faro, El Rayo, El Globo y El Mejor Pan (El Porvenir, 12 de julio de 1928).
52
69
9
20
8
12
1951
5 6
13
1949
10 11
1947
10
1945
1939
1937
10
12
1943
1935
4 3
1933
1931
1 1 1
26
1941
22
1928
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Fuente: Palacios (2004). Las demandas corresponden a las empresas de Cemex, Cervecera
Cuauhtemoc, Cigarrera La Moderna, Pastas y Galletas La Industrial y Vidriera Monterrey.
53
28
En ese ao, por ejemplo, en las industrias del Vidrio se registraron 18 demandas colectivas
e individuales, en contraste con las 18 acumuladas en el periodo 1928-1935, correspondiendo slo en
1935, 12 de esas demandas. Otro caso es el de Cervecera Cuauhtmoc, que teniendo un mayor control
laboral recibi siete demandas en 1936, contra las seis acumuladas entre 1928 y 1935 (Palacios 2000).
29
En 1936 un mes despus de constituirse la Confederacin de Trabajadores de Mxico (CTM),
se funda en Monterrey la Federacin de Sindicatos Independientes de Nuevo Len (FSINL) hoy Federacin Nacional de Sindicatos Independientes; en ella se fueron aglutinando, a la sombra de la gran
empresa familiar, numerosas empresas de distintos tamaos, principalmente manufactureras.
30
Con acentuada perseverancia se emprendi, desde 1936, una frrea poltica patronal de pacificacin de sus fbricas, la cual tuvo resistencias tanto por parte de grupos de trabajadores como por
las federaciones sindicales. No obstante, segn el nmero decreciente de conflictos registrados ante la
JLCA, para los ltimos aos de la dcada de los cuarenta, quince aos despus, el ambiente laboral en
Monterrey se transform: la disciplina patronal se haba establecido, lo cual qued confirmado con la
merma continua de demandas en los primeros aos de la dcada de los cincuenta. Sobre las estrategias
empleadas por los empresarios ver Palacios (2004).
54
Fuente: elaboracin propia con informacin del archivo de la JLCA depositado en el AGENL.
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
185
11
42
33
1
ros
ne
nti
Ca
19
s
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En
Fuente: elaboracin propia con informacin del archivo de la JLCA depositado en el AGENL.
huelga general en Nuevo Len con la intencin de resolver una serie de conflictos
gremiales.31 No obstante, el trasfondo poltico era transparente, Lombardo declaraba
directamente estar en contra de los sindicatos blancos organizados por la clase patronal para combatir los sindicatos revolucionarios que la CTM representaba (El Porvenir,
31 de agosto de 1938). La accin estratgica descansaba en la posibilidad de que se
solidarizaran con la huelga las secciones locales del sindicato nacional de electricistas,
mineros y ferrocarrileros.
Sin embargo, la amenaza de huelga general ventil las diferencias entre las dirigencias
de los sindicatos nacionales y la CTM, como el de Mineros y Metalrgicos que se abstuvo de apoyar y el de Ferrocarrileros que declin posteriormente. En esta situacin,
la prensa ofreci informacin acerca de la fuerza local cetemista, destacando que slo
eran 20 los sindicatos emplazantes y los ms numerosos relacionados con servicios
y oficios. Entre los sindicatos con actividades cercanas a los oficios estaban: el nico
de Empleados de Hoteles, Cantinas, Restaurantes y Similares, de Trabajadores de las
Fbricas de Muebles, nico de Filarmnicos, el de Trabajadores de las Artes Grficas,
Sindicato nico de Panificadores, de Sastres, de Trabajadores de la Industria Peletera (El
Porvenir, 4 de agosto de 1938).
Adems de mostrar el poco peso que la CTM tena en la gran industria regiomontana, la
prensa cuantific con datos de la JLCA el tamao de la amenaza:
300
6 074
20
87
280
5 985
Ante esta debilidad el anlisis que se verta en la prensa destacaba claramente el papel
estratgico del gremio de los electricistas, recordando el valioso estudio de Womack Jr.
31
En grandes empresas como Troqueles y Esmaltes, National Carbon Eveready, y Fbrica de
Muebles La Malinche se desarrollaban conflictos intergremiales de rojos contra blancos, en la segunda
hubo enfrentamientos violentos dentro y fuera de la fbrica (El Porvenir, 30 de julio de 1938).
57
(2007) acerca de la posicin estratgica de la clase obrera e importancia de la organizacin tcnica del proceso productivo:
son los electricistas lo que, por tener en sus manos los elementos indispensables para
el funcionamiento de las fbricas, pueden conseguir una paralizacin general de las
actividades, no as la Federacin de Trabajadores de Nuevo Len que pretende hacer
demostraciones de una fuerza desmentida por los datos arriba consignados (El Porvenir,
7 de agosto de 1938).
Moral y disciplina del trabajador. Otro argumento patronal, muy socorrido para negar
responsabilidad, fue atribuirle al demandante malos comportamientos y falta de probidad; argumentos que revelan la histrica lucha patronal por imponer una disciplina
fundada en su particular tica laboral, enfrentando frecuentemente la resistencia de los
subalternos:
o La circunstancia que no menciona el demandante es su constante embriaguez
que le impide trabajar (10/1/1932).
32
La numeracin (caja/expediente/ao) en todos los casos que siguen corresponde a la
clasificacin hecha en el AGENL.
59
o y que ste no desempe sus funciones de manera correcta y desperdici numerosas pieles de manera dolosa o por negligencia (39/4/1935).
o La parte demandada argumenta que el Sr. Lobato ha buscado que se le desocupe
para poder demandar por los 3 meses de indemnizacin y para tal fin ha realizado
sus labores de manera deficiente (75/5/1936).
o El seor Vctor Torre cometi faltas graves para con la Empresa al ejecutar faltas
de probidad y honradez. Se desaparecan cosas. Haban formado una Cooperativa
para decorar artculos de vidrio, y como esas materias no las conseguan, optaron
por sustraer las de la fbrica para poder principiar a trabajar (133/3/1938).
o El demandado argumenta actos de rebelda por parte del demandante, ya que no
quera hacer los trabajos que se le encomendaban (163/3/1938).
o No se le despidi, falt porque pele con el administrador porque el trabajador
estaba haciendo sabotaje (242/3/1941).
o Lo expulsaron por burlarse del sindicato; no llamaron al mdico porque el empleado se sali a la puerta a llorar echando disparates, maldiciones tanto contra el
sindicato como a la empresa: cabrones y desgraciados (264/3/1941).
o Sumamente faltista; el da del despido lleg tarde y ebrio (315/7/1944).
o Que el aliento alcohlico, el caminar tambalendose y una vez uno de ellos se
qued dormido en el patio con aliento alcohlico (323/11/1944).
Escasez de recursos de los dueos de talleres. En otros casos, los patrones arguyeron
insolvencia para enfrentar demandas individuales y principalmente las de tipo sindical.
La veracidad del argumento no es posible comprobarla, aunque en buen nmero de
casos la resolucin favorable a los demandantes signific el embargo del negocio ante
la incapacidad econmica del propietario, lo que recuerda las limitaciones para la acumulacin de capital en este tipo de talleres.
o Que la fbrica [de zapatos] al momento de solicitar la suspensin temporal de
labores es incosteable (7/5/1932).
o Tefilo Gonzlez, dueo de la panadera responde a la demanda indicando que
la panadera era incosteable y est clausurada desde el 29 de abril (68/2/1936).
o El demandado indica que cerr su negocio al quedarse literalmente en la calle,
como vulgarmente se dice, al atrasarse en el pago de la renta y los servicios y
ahora trabaja de panadero y no tiene empleo fijo (69/5/1936).
o Su taller es muy chico, solo ocupa uno o dos muchachos (257/11/1941).
o que si a l lo haban jodido, l tena tambin que chingarme refirindose l a
que como fue propietario de un negocio y tuvo que abandonarlo por las exigencias de sus trabajadores. (303/1/1944)
este punto llegaron a sumarse al patrn obreros artesanos que por ignorancia, presin
o conviccin no reconocan la necesidad de sindicalizarse y actuar colectivamente.
o La parte demandada presenta una carta donde la mayora de los trabajadores
indican que no estn de acuerdo con la huelga (12/7 /1932).
o Los copropietarios de la panadera alegan que lo que dice el sindicato carece de
veracidad y por ello el movimiento huelgustico carece de licitud (68/5/1936).
o Adems, alega que las panaderas que no estn afiliadas al sindicato no reportan
gravmenes tan exagerados y que era casi imposible competir con ellas. Que de
no encontrar solucin, fracasara el negocio afectando tambin a los trabajadores
(304/5/1943).
o Son una minora insignificante de ellos, que ms que ocuparse de sus trabajos se
han constituido en instigadores profesionales, elementos de obstaculizacin de la
produccin, y lastre de mi pequea industria (352/7/1946).
Finalmente, las demandas muestran las dificultades para propietarios de talleres que
implic la gradual burocratizacin de la gestin sindical:
o Que el Sindicato no proporcion un cortador competente a tiempo para sustituir al anterior y que, legalmente, poda emplear a otro de su eleccin y as lo
hizo, contratando al maestro sastre del empleado anterior (340/7/1945).
o Que el sindicato cumpla con lo estipulado en el Contrato Colectivo, que dice
que, a falta de un maestro capacitado en la panadera, el sindicato se encarga de
enviar una terna de personas para que el dueo elija (363/1/1946).
Reflexin final
Este acercamiento a la historia del trabajo en los talleres de oficios urbanos y de los
artesanos libres y asalariados en Monterrey es apenas una ojeada parcial a partir de los
procesos de juridizacin de la relacin capital-trabajo. Las fuentes documentales son
limitadas, pero all estn muchos archivos por releer con nuevas miradas y preguntas
que enriquezcan aquellas que se han realizado buscando en la historia de los oficios
y los artesanos un mero antecedente del surgimiento de una economa fabril y del
obrero industrial. Cules son los elementos de cultura laboral que han aportado estas
actividades? Podramos hablar de una cultura involuntariamente contra-hegemnica
a la establecida en las grandes fbricas regiomontanas? Cmo explicar, ms all de la
razn econmica, la subsistencia y viveza de muchas de estas actividades en los entresijos de la metrpoli? La comprensin de la permanencia-adaptacin de estos oficios y
artesanos que tan poco conocemos, tal vez nos ayuden a una visin ms integral sobre
los recursos culturales e identitarios que sectores subalternos han construido por generaciones. La tarea es ardua pero el mundo social por descubrir es mayor.
61
SEGUNDA PARTE
CREAR Y REPARAR
CAPTULO 3
DISEANDO Y REPARANDO:
EL QUEHACER DE LOS SASTRES
68
Los progresos tcnicos cubren la historia del oficio en Europa; experiencia e innovacin
fueron dotando de mejores herramientas a estos hombres dedicados a vestir hombres.
Uno de los grandes saltos se dio a principios del siglo XVIII con la introduccin de la cinta
mtrica, primero en Inglaterra en pulgadas y despus en Francia en centmetros (Ibd.). Y
con la invencin tambin en Francia de los patrones para confeccionar un traje completo,
se fueron dejando atrs las mediciones con cintas de papel y el corte a ojo.34
En Mxico el oficio de la sastrera se estableci desde la poca colonial, manteniendo
su sello elitista de orientarse al servicio de las clases econmicamente favorecidas,
situacin que ira modificndose al paso del tiempo, al grado que la sastrera se convertira en un servicio bsico para aquellos que por falta de recursos necesitan reparar y
remendar, antes que poder comprar una prenda de vestir nueva.
Actualmente, sigue siendo un oficio vivo, como el de los panaderos, los carpinteros,
etctera. Ha sobrevivido, aunque enfrenta los riesgos que los cambios econmicos y
culturales estn provocando en estas actividades artesanales. Como sostiene un investigador de la Universidad de Guadalajara: Vivimos en una sociedad de consumo y es
ms prctico comprar una prenda que repararla (Covarrubias, 2009).
En Monterrey, esta actividad ha sido de gran prestigio y presencia, aunque actualmente
corre riesgos similares, afectando la existencia de las grandes y pequeas sastreras. De
las grandes que subsisten, algunas cuentan con pginas de internet donde se destaca
la historia de la formacin de los propietarios maestros.35 Otras se han especializado
en la renta de trajes y elaboracin de tallas extras. Nuestro inters por la sastrera se
despert por el espritu de cambio e innovacin que percibimos en los sastres entrevistados, capacidades que han tenido que adquirir para la subsistencia en su oficio. En este
estudio nos enfocamos a los pequeos talleres, donde laboran de una a cinco personas,
porque consideramos que es aqu donde se aprecian con ms claridad algunas visiones
sobre el trabajo y relaciones laborales distintas a las caractersticas de las industrias de
este giro que predominan en la ciudad.
34
Fuente: Oficios Tradicionales: Los maestros sastres.
35
Sastrera Montreal se ha originado de la experiencia obtenida, generacin tras generacin,
a lo largo de ms 60 aos. Tuvo su inicio en los aos cincuenta, en la ciudad de San Luis Potos, con el
que en aquel entonces fue el sastre Manuel Gallegos Dvila, iniciando su aprendizaje en las mejores
sastreras de San Luis Potos al lado de los maestros sastres Cipriano Badillo y Jos Rodrguez Trejo alias
el gallo[] El grado de maestro Sastre lo alcanz en los aos setenta en sastrera Zavala ubicada con
anterioridad en Zaragoza y 5 de Mayo aqu en la ciudad de Monterrey, tomando a su cargo la mejor
sastrera del norte de la Repblica siendo as, Maestro Sastre Cortador. Fuente: Sastrera Montreal.
69
El lugar
Los talleres de sastrera que estudiamos, y tantos otros en los que nos hemos asomado,
tienen caractersticas muy similares: espacios relativamente pequeos, paredes viejas y
gastadas, fachadas austeras. La distribucin de los materiales se esparcen por todo el
local: bultos de ropa por confeccionar, pantalones y sacos por hacer, tela e hilo por doquier. No obstante, a pesar del caos aparente, se observa, si se pone atencin, un cierto
orden entre las mquinas y herramientas; entre el material y las prendas. Se puede sentir
en los sencillos locales un ambiente clido, tranquilo y armonioso. No es de extraarse,
el centro de Monterrey es el lugar donde nacen este tipo de locales altamente personalizados, con ese toque de familiaridad que propician las relaciones cara a cara. Los
locales de estos sastres muestran las mismas condiciones, las mismas caractersticas y
el mismo sentimiento.
Por eso cuando Sennett (2009: 73) reflexiona sobre la autoridad en el taller artesanal y
menciona: tiene que haber un superior que establezca patrones y que d formacin,
sabemos a lo que se refiere, pues al llegar al local se sabe quin es el que ejerce esta
autoridad; la ejerce la persona que sabe, en este caso, el sastre maestro.
Descripcin de los actores
Nuestro estudio incluy la visita y entrevista a tres sastres de la ciudad de Monterrey y
su rea metropolitana dos de ellos en el centro de Monterrey y el ltimo en Guadalupe, Nuevo Len; fueron don Otilio Cruz Martnez, don Jos Concepcin Alejo Aguilera
y el seor Misael Puentes Reyes, respectivamente, quienes nos regalaron un poco de su
tiempo para platicarnos en qu consiste y cmo ha cambiado la sastrera.
Don Otilio, de 76 aos de edad, es una persona que al principio nos pareci ser de
carcter duro, pero result ser muy amable aunque a la vez un poco reservado. En cambio el seor Alejo, de 68 aos de edad y segundo sastre entrevistado, mostr mayor
simpata desde el primer momento. Ambos lucan vestimentas frescas y poco formales.
Ambos sastres tienen caractersticas en comn: son de San Luis Potos; tienen sus respectivos talleres en el centro de Monterrey, con locales muy parecidos al menos a simple vista; trabajan en colaboracin con sus hijos, a quienes esperan dejarles el negocio
en un futuro.
El tercer y ltimo sastre muestra diferencias con los anteriores. Misael, el ms joven con
39 aos, es el que ha dedicado ms tiempo de su vida a la sastrera, tiene 29 aos de
experiencia. Naci en Monterrey. Se encontraba solo en el local en Guadalupe cuando
lo entrevistamos.
70
71
El oficio
Las herramientas y las mquinas que regularmente utiliza un sastre nos las va describiendo Misael, conforme recorre con la mirada su local para recordar:
tengo pues lo que es la mquina de costura recta, en zigzag, tengo tambin una maquina sobrehiladora que viene siendo aquella de cinco hilos, tengo mi plancha de vapor,
de vapor continuo, las tijeras, tengo varias tijeras, el hilo para estar cosiendo, cintas; hay
otro, bueno es un gis, se le llama greda36, y las navajas para descoser.
De igual manera, el ingenio y la audacia para utilizar las mejores telas, para evitar el desperdicio de stas y la seguridad de que quedar bien, son acciones que indiscutiblemente podran definir al sastre, pues ste tiene que utilizar la imaginacin y la creatividad en
la confeccin de cada una de las prendas:
La sastrera es alternativa, porque, mire, hay ocasiones que, por ejemplo, arreglar un
traje de noche de coctel, hay que ingenirselas, hay que ver el cuerpo, dnde le voy a
quitar o distribuir, no se utilizan las medidas exactas sino la lgica.
As, la posibilidad de la sobrevivencia pasa por ampliar el tipo de clientela. En otros casos esta ampliacin es resultado del abandono forzado de una especialidad. Es el caso
de don Otilio, sastre que en aos pasados se distingui por hacer trajes de mariachi:
Ahorita hacemos de todo, pero en algn tiempo lo que me dio fama fue el traje de
mariachi, de hecho me hicieron entrevistas y me gan el primer lugar en trajes.
Sin duda, este punto es fundamental, como nos coment Otilio, el oficio ha sido transformado, y no siempre por decisin propia, sino ms bien por la necesidad econmica
que cada vez se vuelve ms rigurosa en este tipo de talleres. A ello los sastres se adaptan, comparten esa caracterstica peculiar que poseen los artesanos y que menciona
Novelo:
Los talleres que han enfrentado el reto exitosamente han puesto en juego la creatividad de las culturas del trabajo artesanal. Por una parte apostando a la calidad y por
otra atendiendo a los cambios del mercado incorporando mejoras en su organizacin
del trabajo (2008: 124).
Otro aspecto a considerar en el estudio de los oficios es la vida gremial. Esta actividad
que fue central en la historia del artesanado europeo y nacional, actualmente, al igual
que las asociaciones sindicales, las gremiales tambin han disminuido su presencia e
importancia en el mundo del trabajo. En el caso de los sastres hay, as lo percibimos,
una cierta indiferencia hacia la Asociacin Nacional de Sastres que existe desde 1942, y
cuenta con una seccin local. La conocen, pertenecen a ella, pero poco participan: S,
s, la asociacin de sastres que est en M. M. de Llano y Dr. Coss, nos dijeron de manera
73
74
rpida y poco inters. Alejamiento que al parecer es compartido por la mayora de los
sastres de Monterrey que poco asisten: S hay, pero hace mucho que no voy, somos alrededor de unos 60 o 70, pero vamos como 10 o 15, slo cuando hay un evento nacional.37
Por su misma historia y origen, este oficio no podra excluirse de la manifestacin religiosa relacionada con un santo patrono. Como en cada profesin, los sastres tienen
su protector: Ah, s, nuestro santo patrono, se llama Homobono, mencion Otilio.
Aunque no conoce la historia del santo europeo, conserva una imagen en su taller.38 La
devocin a Mxico lleg en la poca colonial y era muy popular en los gremios de arte
y costura, pero actualmente no es tan conocido, slo en ciertas partes del pas.
El aprendizaje
El camino para llegar a confeccionar trajes o cualquier otro tipo de vestimenta no fue
fcil para todos y no todos hicieron el mismo recorrido; as lo evidencian las experiencias que nos relatan los sastres.
Otilio se inclin por la sastrera en la dcada de 1960 por motivacin propia, ya que no
era el trabajo de la familia como comenta. Sin embargo, su preparacin culmin con
la necesidad de migrar: Yo en el 68 me vine a Monterrey para terminar de prepararme.
Nos explica que en su tierra natal las cosas estaban muy difciles para aprender el oficio
y encontr en la ciudad de Monterrey la solucin a sus problemas; aunque, de igual manera, fue complicado encontrar un trabajo estable. Al traer los recuerdos, tambin trae
los nombres de quienes alentaron su aprendizaje, recuerda a sus maestros:
Nadie quera ensear a nadie, en ninguna parte; me estuve moviendo y conoc a Jos
Martnez que me llev con un cortador que trabajaba en trajes Beni que estaba en
Padre Mier y Zuazua. Yo viva en la calle Mina, fui a buscarlo, l era un contador universitario pero slo era cortador, y ah aprend el trazo; despus me llev a una sastrera,
me llev a que siguiera estudiando y preparando.
Por su parte J. Concepcin y Misael se iniciaron desde una edad muy temprana: el primero a los ocho aos de edad y el segundo a los 10, aunque por motivos y en circunstancias
37
(N. de la e.) La sobrevivencia de la sastrera se manifiesta de distinta manera en el pas, de
su continuidad da cuenta la Asociacin Nacional de Sastres que conserva una seccin permanente
en Mexcostura, revista de la Industria de la Confeccin, Textil y Moda para Mxico, Centroamrica,
EUA y el Caribe. El contenido de la seccin, que incluye aspectos histricos, tcnicos, promocionales,
etctera, tiene un claro estilo hacia la reivindicacin de la sastrera como un oficio artesanal. Fuente:
Mexcostura.
38
San Homobono fue un sastre y mercader de telas italiano, el cual a su muerte se le
reconocieron virtudes que lo elevaron a la calidad de santo catlico. El 13 de noviembre, fecha de la
muerte del santo, se celebra el Da del Sastre.
75
diferentes. J. Concepcin, al igual que Otilio, llega al oficio sin antecedentes familiares,
se acerca y aprende por las carencias econmicas:
la necesidad me oblig a irme a los 8 aos a una sastrera a barrer, a aprender la plancha porque era de carbn anteriormente, me iba a la escuela, despus a comer rpido
a la casa y de vuelta a la sastrera.
No obstante la diferencia en los entornos de ingreso al oficio, todos hubieron de prepararse desde corta edad. Evolucionar en el conocimiento a partir primero de la observacin, tal vez mientras barran o recogan pedazos de tela, hasta los primeros intentos
por realizar tareas ya propias de un sastre para poder adiestrar la mano, para destullirla
como dice J. Concepcin:
Pues empec ah a mover la mquina, y empec con las orillas de los pantalones, con
un hilo blanco y empezar a hacerle alrededor, para destullirse la mano, despus a hacer
ojales, me ponan a hacer 10 ojales, los primeros me salan muy feos, nunca fui bueno
para hacer ojales, ya despus me empezaron a salir.
Entre la necesidad y el gusto por el oficio, estos sastres tienen una jornada de trabajo
de seis das; el domingo es su da de descanso. Concepcin Alejo, expres de manera
simptica el siguiente comentario refirindose al tema: pues la semana tiene 7 das,
76
si tuviera 9, trabajara los 9 das Comentario que expresa el gusto que tiene por ir al
trabajo, despus aclara que s descansa un da a la semana, los domingos.
Estos sastres, aunque son dueos de lo que hacen, no lo son del lugar, ya que los locales
son rentados; los dos mayores en el centro de Monterrey y Misael en Guadalupe. No
obstante, todos tienen suficiente aos en el mismo lugar como para haber arraigado en
su respectivo barrio: uno tiene 18 aos en el local, otro ya suma 22 y el ms joven, ocho.
Los sastres de talleres pequeos regularmente trabajan slo con algn ayudante, as trabaja Otilio y J. Concepcin, adems de su hijo tambin labora otro ayudante. La divisin
del trabajo denota quin es el maestro, el que corta: trabajamos dos personas, mi hijo
y yo, yo soy el que corta, pero segn el trabajo que tengamos es como nos lo dividimos.
En el caso de Misael, el taller es un poco ms grande y la divisin del trabajo es ya ms
especializada. Cuenta con cuatro personas y al describir la distribucin de las tareas,
nuevamente destaca que es el maestro quien tiene el conocimiento integral del proceso de trabajo:
Cada quien hace diferente cosa, por ejemplo, en el oficio del sastre hay uno que se
llama pantalonero quien es el que hace puros pantalones, l se especializ en pantalones, a l yo le corto la tela, yo se lo doy ya cortado y l lo fabrica por as decirlo y ya
me lo trae ya hecho, y hay otro que se llama saquero que es el que hace el saco, con
l yo tomo las medidas y corto y ya l solo lo cose, y hay otra persona que se llama
composturero que es el que hace las composturas, algunos arreglos, cambios de cierres, y ellos son especialistas en cada cosa, y la persona que sabe hacer de todo es el
maestro sastre.
Dejando por un momento al artesano, nos adentramos al otro sujeto, al individuo, al ser
humano. La curiosidad de saber qu hacen en su tiempo de ocio y tiempo libre, dejaron
ver a otro Otilio, otro J. Concepcin, a otro Misael. Descubrimos en Otilio a un seor
deportista: Correr, los domingos hago una dinmica de trote y luego me vengo un rato
para ac [al taller].
J. Concepcin mostr ser un seor a quien le interesa el futuro del pas mostrando su
gran gusto por la poltica y de igual manera su postura ideolgica: Me gusta leer; yo soy
fantico de Andrs Manuel Lpez Obrador, nos comentaba al tiempo que nos mostraba sus libros de temas polticos que tiene en su taller.
Este caso nos recuerda la presencia poltica de los artesanos a lo largo de la historia,
ms cercanos por su relacin con el trabajo a las ideas liberales.
Por su parte, Misael mostr a un cristiano devoto. Es integrante de una comunidad religiosa, en la que, comenta, participa con jvenes y que lo hace porque le gusta: Como
77
corte y confeccin, nos parece atinado hablar de la importancia que tiene la innovacin
en el oficio. En este punto el sastre tiene que ingenirselas, buscar la manera para que
dicha innovacin sea para mejorar la calidad: S, pues uno le va cambiando, modificando segn los mtodos.
El espritu del artesano est ligado a la capacidad de adaptacin, sin esto no podra
comprenderse la subsistencia de los oficios a travs de los siglos.
Pues siempre todo va cambiando, porque hay cambio; por ejemplo, la temporada del
pantaln acampanado y luego viene el cambio, ya no era pantaln acampanado, pero
pues con el cambio tienes que sobrevivir de todos modos.
Incluso, conscientes de su participacin en un mercado y de su lugar como productores, buscan con la mejora tecnolgica resultados en la calidad del producto final,
as como en la calidad de las condiciones de trabajo del sastre reduciendo tiempos y
aumentando la produccin:
S hay maneras de innovar en el oficio, por ejemplo, hacer una bastilla era muy tardado,
porque haba que hacerlo a mano. Lo que ahora dura 5 minutos, antes era media hora. Y
de ganar $50 pesos en media hora, ahora se gana $250 pesos en media hora.
Sin embargo, a pesar de las buenas expectativas que nuestros entrevistados ilustran sobre
el negocio, los cambios que han sufrido miles de talleres de este tipo han sido notoriamente influenciados por la fuerte competencia de la gran industria textil y maquiladora,
particularmente la extranjera, que inunda con prendas de bajo costo el mercado nacional.
81
A pesar de los retos a los que continuamente se han enfrentado, hay que recordar un
factor importante: el gusto, el placer del trabajo. Sin ello, probablemente se habran
rendido hace mucho y hubieran buscado otro modo de sustento econmico. Cada uno
expres el gusto que les deja este oficio. Otilio, por ejemplo, sabe bien que aunque l
mismo se encuentre a gusto con algn trabajo hecho, su mayor satisfaccin es que sea
reconocido por el cliente: Que el cliente quede satisfecho. Me gusta que el cliente
quede a gusto.39
Pero sobre este orgullo, los sastres tienden a considerar la opinin de los dems respecto a su trabajo, lo que muestra su gran humildad y un espritu abierto al aprendizaje.
Esta conciencia tan cercana sobre el trabajo que realizan y la responsabilidad que ello
implica los ayuda a saber cundo deben parar; miden sus fuerzas y capacidades frente
al material que tienen en sus manos: Ya despus de las 5 de la tarde ya no quiero hacer
algo que necesito hacerlo con mucha paciencia y mas inteligencia, y echarle todas las
ganas, mejor lo dejo pal siguiente da.
Sin embargo, a pesar de lo accesibles que son para escuchar opiniones, tanto del cliente
como por parte de sus ayudantes, tambin es muy caracterstico de estos sastres defender su tiempo y dedicacin al trabajo realizado. Es decir, su conocimiento integral del
oficio que desempean es igualmente una fuente de orgullo acerca del valor econmico de su trabajo y rechazan la subordinacin:
No me gusta que me pongan una condicin, que te voy a dar tanto por eso, prefiero ya
ni atender al cliente. No me gusta que me vengan a poner el precio [por ejemplo]: Oye,
39
(N. de la e.) Durante la sesin de fotografa el Sr. Alejo le comparta a Pablo una ancdota
de 1982, cuando trabajando como sastre en el hotel Ancira lleg a hospedarse el entonces candidato
a la presidencia Miguel de Lamadrid. El pantaln que le mandaron a planchar lo quem su hermano
que all trabajaba, raudo don Concepcin compr la tela ms parecida al color del pantaln del
candidato, confeccionando otro en dos horas y dice, el seor candidato ni cuenta se dio del cambio
vi poca inteligencia en este seor en lo que se refiere a telas. Su categrico juicio denota el orgullo
del artesano subalterno ante lo que asume como su predominio.
82
83
traigo 10 pantalones, son tanto por cada uno, oye, pero si son 10; s, este me trajo
20 y es lo mismo; mejor prefiero que se vaya; se va a acostumbrar a que ellos vienen a
imponerse aqu, no s yo no estudi pero si tienes negocio, si tienes un trabajo y sabes
cmo hay que hacerlo, pues
A pesar de no quejarse y reconocer que el negocio que tiene es suficiente para el sostenimiento econmico de su familia, Misael no vislumbra a sus hijos como continuadores
de un oficio generacional. Tal vez porque sus hijos son pequeos, de 12 y 8 aos, o tal
vez porque siendo este el taller ms grande la expectativa de preparar profesionalmente a sus herederos para administrarlo sea ms atractiva.
Conclusiones
Nuestros entrevistados mostraron en sus respuestas que en su oficio se dan cambios o
transformaciones a los que slo algunos han logrado adaptarse. Ah estn los ejemplos
de Otilio Cruz que tuvo que desespecializarse en el traje de mariachi (aunque ltimamente comienza a recibir pedidos de trajes de mariachi de ciudades texanas), y de don
J. Concepcin que se diversific hacia los pantalones para dama. Se van adaptando a
cambios en la moda, en la variacin de los materiales, incorporando nuevas tcnicas...
Ante el crecimiento y abaratamiento del mercado de la vestimenta, no deja de sorprendernos el hecho de que haya sobrevivido tan singular oficio hasta nuestros das,
pues aunque se haya entrevistado slo a tres sastres, hicimos muchos intentos en otros
talleres, pero varios nos cerraron sus puertas debido al exceso de trabajo, lo que confirma que trabajo s tienen, quiz porque ahora son menos los que existen en la ciudad.
Pero no es slo la necesidad de sobrevivencia o de mayores capacidades para competir.
Como el mismo Sennett dice: Lo que ms enorgullece a los artesanos es el desarrollo
de las habilidades. Y stas las pudimos observar con gran facilidad al permanecer tan
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slo cinco minutos y observar su trabajo: quin dira que cortar una tela, coser, hacer
composturas, tiene una tcnica, tiene una manera que se va desarrollando con la prctica, que se va mejorando con el tiempo. Eso es un artesano, querer hacer las cosas bien
con sus propias manos, pues stas son la herramienta que compite contra las mquinas
de la gran industria que, por mucho que modernicen algunos aspectos, hasta el da de
hoy no existe una parecida a la calidad de las manos del hombre que van mejorando
cada vez que se utilizan en vez de descomponerse.
Para terminar, queremos dejar en claro lo siguiente: quien decida seguir en el oficio podemos asegurar que subsistir en los prximos aos, as como nuestros sastres, quienes
han sacado provecho de sus grandes habilidades que nadie podr arrebatarles, pues la
experiencia jams se elimina.
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Hormas de zapatero
CAPTULO 4
SUBSISTENCIA Y ADAPTACIN
DE LOS REPARADORES DE CALZADO
La gnesis del reparador de calzado est ligada a la del productor de calzado. Los cambios experimentados en la fabricacin de este producto han impactado en el oficio
de reparar zapatos en trminos econmicos, sociales, culturales e identitarios. En este
sentido, la permanencia y crisis del reparador de calzado estn vinculadas a las grandes
transformaciones en la produccin del artculo, y a las nuevas lgicas de la economa
globalizada y de consumo capitalista. El inters de este trabajo est puesto en entender
las relaciones sociales, econmicas y culturales que se generan a partir del oficio y que
han posibilitado sobrevivir y mantener una identidad en un contexto problemtico para
una gran cantidad de actividades.
No es slo la labor de la reparacin de calzado la que experimenta alteraciones. Visto
desde un panorama general, todos los trabajadores, sin importar su oficio y funcin,
se vieron involucrados en el impacto que trajo consigo la industrializacin. Es por ello
que se debe iniciar el presente escrito con la idea de que la actividad zapatera tiene,
entre otras ramas industriales actualmente existentes, un origen y pasado inmediato
artesanal (Nieto, 1988).
La historia del oficio de zapatero, y por ende la reparacin de calzado, comenz desde
el momento en que el hombre cre por primera vez una proteccin para sus pies. A partir de entonces, se ha visto en la constante necesidad de ir perfeccionando su habilidad
para elaborar y mejorar este producto con el fin de facilitar su uso. De la necesidad de
elaborar el calzado, hubo de derivarse la compostura del mismo, por lo que la reparacin del calzado se gest como un oficio. En el caso del de los zapateros y reparadores
de calzado se crearon gremios que marcaban normas y pautas para estos artesanos:
El gremio zapatero por casi tres siglos vigil celosamente y con no pocas dificultades el cumplimiento de las diferentes ordenanzas que normaban su vida interna. ()
Sin embargo, durante toda la vida del gremio y hasta bien entrado el siglo XIX, los zapateros se desenvuelven en un ambiente laboral de tipo artesanal El conocimiento del
oficio slo se poda adquirir a lado de un maestro y dentro de la estructura jerrquica
de un taller. (Nieto, 1988: 118).
El alto grado de industrializacin que Monterrey comenz a desarrollar desde las primeras dcadas del siglo XX, la llev a ostentar el nombre de capital industrial del pas.
89
90
No obstante, tambin cuenta con otra historia poco conocida, la de los oficios urbanos
tradicionales que subsisten en toda la ciudad metropolitana. El presente trabajo se enfocar a los reparadores de calzado.
La formacin del oficio del zapatero en Monterrey tendra sus races en el siglo XIX,
conforme iba formndose la ciudad y crendose los primeros obrajes y definindose
conforme creca la actividad industrial y la poblacin de Monterrey la natural y la
que llegaba de otros estados.40 As se fueron formando las generaciones de familias de
zapateros, y segn fue creciendo el oficio se incorporaban nuevos artesanos.
Ya entrado el siglo XX, diversas narraciones dan cuenta que hacia la dcada de 1940 se
present un florecimiento de la actividad zapatera en la colonia Independencia ubicada
en Monterrey. Segn informes provenientes de las historias laborales de habitantes del
barrio, para 1950 existieron alrededor de 80 talleres de fabricacin de zapatos. Adems
de los talleres, haba una vasta red de trabajo a domicilio que daba empleo a habitantes
de la colonia. Los talleres prosperaban en la zona. Por eso lleg, de Len, Guanajuato
don Antonio Mrquez: haba muy buen trabajo aqu, haba muy buen campo para desarrollarme en los zapatos. Eran tallercitos, dice Rogelio Reyes, lo que antes les llamaban
Picas;41 eran tallercitos pequeos compuestos por tres o cuatro elementos (PalaciosMartnez, 2010).
En la actualidad, no obstante la crisis que enfrentan los pequeos productores de zapatos de la ciudad, permanece vivo el trabajo artesanal de fabricacin de calzado. En la
colonia Independencia un puado de pequeos talleres subsiste a partir del ingenio y
creatividad empresarial de propietarios y trabajadores.
Los reparadores de calzado
Como se mencion prrafos atrs, la historia de los reparadores de calzado est ligada
a la produccin de este artculo y a las pautas de consumo contemporneas. Con la
innovacin de materiales para la fabricacin a partir de materiales sintticos, al parecer
se volvi innecesario el trabajo del reparador tanto por las caractersticas del material
como por el mismo costo del zapato. Ligado a lo anterior, las pautas de una sociedad
de consumo tambin impactan en el oficio de restaurar, ya que ante el predominio de
la lgica de usar y desechar, facilitado por el abaratamiento de los precios del zapato al
reducirse su ciclo de vida, la cultura de reparar pierde relevancia.
40
(N. de la e.) En las Estadsticas de Monterrey del ao 1884, revisadas por Juan Jacobo Castillo
para su captulo correspondiente, se consignan 38 zapateras donde laboraban 138 personas.
41
Ral Nieto ampla el conocimiento sobre las picas, ver de su autora Espacio laboral y
trabajo (1988).
91
Sin embargo, como el caso de los artesanos del calzado en la colonia Independencia
de Monterrey, los reparadores, que existen en la ciudad, han resistido los embates de la
transformacin de la industria del calzado y el poco inters de las nuevas generaciones
por desempear el oficio. Por ello, en el presente trabajo se busca dar cuenta de las
formas mediante las cuales ha permanecido esta actividad, lo que se har a travs de
las experiencias y las voces de un grupo de estos actores, enfatizando sobre los actuales
retos que enfrenta el oficio, el uso y transformacin de sus herramientas y mquinas de
trabajo, saber su mercado y competidores, y, finalmente, su destino.
Dado el inters de este estudio en dar evidencias de cmo se experimenta el trabajo
de reparar calzado en la ciudad, el nmero de entrevistas se determin con base a la
saturacin de la informacin, por lo que solamente se llevaron a cabo tres entrevistas.
Se visitaron sus respectivos locales, y de las entrevistas obtenidas se compararon los
diversos problemas que enfrentan.
Los lugares de trabajo
A diferencia de muchos de los trabajos que se desarrollan en la gran industria, donde
la comunicacin e interaccin entre los trabajadores es casi inexistente en virtud de su
posicin en la cadena de montaje, los talleres son espacios propicios para relaciones
interactivas entre los trabajadores, entre stos y los clientes, y de ah la relevancia que
tienen estos lugares para la formacin de los reparadores de calzado, as como su relacin con el oficio.
Los reparadores de calzado entrevistados han sido integrados al oficio desde una edad
muy temprana; tambin fueron socializados dentro del gremio principalmente por medio de sus padres. Dos de los tres reparadores trabajaron al lado de sus progenitores
y, con ello, heredaron el negocio familiar y gran parte de los clientes. Mientras que el
tercero, logr independizarse despus de estar poco ms de diez aos de aprendiz con
unos vecinos, amigos de su padre.
Los talleres, hoy como ayer, han sido y son un factor de cohesin social mediante
rituales de trabajo, sea el de compartir una taza de t, sea el del desfile de la ciudad:
mediante la tutora, sea la formal paternidad subrogada del Medievo, sea el asesoramiento informal en el lugar de trabajo; o mediante el hecho de compartir cara a cara la
informacin (Sennett, 2009: 96).
Los talleres de reparacin visitados cuentan con una considerable historia, la cual va de
la mano con la longevidad de los sectores en los que estn ubicados; su localizacin es
de gran relevancia para entender toda la tradicin laboral que hay detrs de este oficio.
Dos de los tres locales se encuentran en el primer cuadro de la de Monterrey, mientras
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que el tercer negocio se encuentra en San Nicols de los Garza (municipio conurbado),
en una colonia que no rebasa los 25 aos.
El primer negocio es La Oscaria, se encuentra en la Ave. Francisco. I. Madero 772 poniente, en Monterrey. Es uno de los puntos ms transitados de la ciudad. Sin embargo,
el negocio, al parecer, se encuentra en sus ltimos aos de actividad. Este local ha ido
guardando la historia de un negocio familiar que en los ltimos aos ha visto caer sensiblemente su actividad, debido, como ya se mencion, a los cambios en los materiales
y abaratamiento del calzado industrial.
Desde la entrada del local se hacen visibles los productos destinados a la reparacin
del calzado de piel. Se pueden apreciar diversas herramientas para desarrollar las
tareas propias del oficio. Tambin, saltan a la vista otros productos relacionados con
los artculos de piel que ha permitido la sobrevivencia del negocio: carteras, bolsos,
maletas y cinturones. En este lugar, el cliente accede al mostrador de entrega y recepcin de los zapatos a reparar; en la parte trasera, dividida por una pared, est el
taller y los reparadores.
El segundo negocio, Reparacin de calzado Ramn, est ubicado en el centro de la ciudad de Monterrey, en Aramberri 603 oriente, un sector de gran tradicin en la ciudad.
A diferencia del primer local, presenta menores dimensiones espaciales; sin embargo, la
clientela sigue siendo constante para su negocio.
Al ingresar al pequeo taller, lo primero que se ve es la gran cantidad de zapatos que
se tienen que reparar; de la misma manera en la que est a la vista de todo cliente la
mquina que utilizan para las reparaciones, as como las herramientas que se usan para
las labores correspondientes.
Por ltimo, el tercer local, El Botn, es el ms pequeo de los negocios visitados y est a
cargo de toda una familia que vela por su prosperidad. Est ubicado en San Nicols de los
Garza, en la colonia Balcones de Santo Domingo, sobre la calle Diego Daz de Berlanga.
Dentro del negocio se aprecia un estante en que estn acomodados los zapatos que
habrn de reparar. Gran parte del material que utilizan para mantener su negocio se
encuentra a la vista del cliente, por lo que todo aqul que ingrese al local, sabr de
antemano cules son las formas en que trabaja la familia.
Los Actores
Estas generaciones de reparadores iniciaron el aprendizaje a una edad muy temprana y
al lado de un familiar muy cercano, lo cual es una clara evidencia de la continuidad de
los patrones culturales del oficio.
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En La Oscaria se encuentra Ricardo de la Torre, de 65 aos de edad, nacido en Montemorelos, Nuevo Len. Radica en Monterrey desde nio. Su educacin llega hasta
secundaria. Fue con su padre con quin aprendi el oficio.
Ramn Vargas de 43 aos, quien dirige Reparacin de calzado Ramn, es originario de
Matamoros, Tamaulipas, y vive en Monterrey desde hace 35 aos. Tambin con educacin
hasta secundaria. Su formacin en el oficio se inici con unos vecinos, amigos de su padre.
Por ltimo, El Botn est a cargo de Antonio Correa Lizage, de 47 aos, originario de
Monterrey, quien radica en el municipio vecino de San Nicols de los Garzas. Con una
educacin escolar que llega hasta la primaria, fue a los 10 aos que se incorpor al negocio de su padre y no se ha deslindado del taller desde entonces.
Aprendizajes
Ricardo comparte su historia sobre la manera en la que tuvo su primer contacto con
el oficio de la reparacin de calzado, as como la forma en que comenz a aprender
sobre el mismo.
Era de mi pap, y lo aprend pues, estando con l. Desde muy chico, digo ya el negocio
exista para cuando yo nac, desde que estaba chico empec a verlo en el lugar, ah
aprend todo, le ayudbamos a mi pap en algunas cosas, como en arreglos de zapatos.
Por lo que toca a Ramn, fue durante su adolescencia que tuvo su primer acercamiento
con un negocio de reparacin de calzado, en el cual obtuvo los conocimientos necesarios para cumplir con tal labor, tanto en lo prctico como en lo administrativo, preparaciones que hasta hoy en da lo acompaan.
Tena unos 14 aos, estaba en la secundaria; empec con unos vecinos en Villa de Santiago, en las vacaciones. Luego entr a la prepa pero ya no le segu Lo primero fue
pintar los zapatos, luego pegarlos y ya poco a poco trabaj puliendo en los detalles
Eran vecinos y amigos de mi pap; la idea era que yo me enseara y ya de ah yo independizarme; trabaj con ellos poco ms de 10 aos con ellos. Aparte de saber ya el
oficio, aprend sobre el manejo del negocio.
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Ramn, con una visin ms optimista, nos comparte sus experiencias sobre el oficio,
as como la manera en la que nuevas generaciones adoptaron la labor de la reparacin
de calzado y nos expresa su percepcin sobre la manera en la que el gremio, ha ido
perdiendo terreno en los ltimos aos.
Yo la verdad no creo que esto se vaya a acabar; la gente siempre va a usar zapatos. Y
aun as, yo creo que antes traamos zapatos con pura baqueta; ahora ya hay muy poco
del que se usa as, a lo mejor un 10%; pero hay gente que los trae. No creo que se acabe.
No se debe de acabar.
Por ltimo, Antonio expresa igual preocupacin sobre la industria nacional del calzado,
desplazada por el zapato chino:
Un amigo de Len tena unas bodegotas bien grandes, y ahora tanto que ha afectado
el zapato chino, ya las bodegas estn a la mitad. Pues como est la cosa, cada vez se va
a ir viendo ms fregado; estn metiendo ms zapato ms moderno y unos materiales
casi desechables.
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Por su parte, Ramn, se ha enfocado mucho en los detalles que habrn de fortalecer
sus relaciones con los clientes que recibe, tomndose muy en serio algunos de los comentarios que le han hecho los clientes sobre su trabajo, ya sea desde una felicitacin,
hasta un reclamo.
Una vez me pas con un cliente, muy especial l. Lo acab con un 9.5 de acabado y no
le gustaron, me dijo que estaban duros. No le gustaron. No me reconoci mi trabajo.
Cuando t haces un trabajo y sabes que est bien hecho y que los dems no te lo reconozcan, pues te baja la moral Ha habido ms detalles, por ejemplo cuando era el
da del amor y la amistad o navidad, siempre me mandan cajitas con chocolates por un
buen trabajo. Te lo agradecen bien y con ello vuelven.
En el caso de Antonio Correa, algunas de sus experiencias tampoco han sido las ms
gratas, como el que duden de sus conocimientos para distinguir la autenticidad de los
materiales. Su narracin expresa una opinin comn que le concede credibilidad a la
gran empresa establecida y desdea la opinin del artesano.
Casi todos los das uno va viendo, esos clientes que se enojan creen que uno les va a
echar mentiras por las pieles. El otro da una seora se enoj mucho conmigo, la de
la chamarra, que no era piel, que cmo se me ocurra a mi decir que era falsa, que era
sinttico, pero uno qu culpa tiene, pero pues, todos los das se dan detallitos, con
los zapatos y con todo. S, ella me deca que, cmo se me ocurra, que si vena de una
tienda tan cara, le iban a andar dando hule y pues, a lo mejor lo haca porque le haba
costado muy cara y se estaban burlando de ella, y se quera desquitar conmigo; pero yo
qu culpa tengo. En realidad los que le vieron la cara fueron ellos.
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Ramn Vargas, que trabaja solo, muestra una perspectiva diferente en cuanto a su ambiente laboral. l menciona que sigue existiendo el sentimiento de camaradera entre
quienes realizan el oficio de la reparacin de calzado, la ayuda mutua y flujo de informacin, mismo sentimiento que con frecuencia es compartido fuera del mbito laboral,
llegando a fortalecer los lazos de amistad entre ellos.
Puede que alguien no pueda con un trabajo y te lo pasa a ti, verdad? O se piden opiniones, nos damos la mano, de hacer un trabajo, cunto cobras?, cmo le haces? Un
trabajo difcil puede ser, una bota muy grande, hacerla chica, es rehacerla. Hay colegas
que no lo pueden hacer. Ms que nada se necesita otro tipo de herramienta, es ah en
este tipo de casos en donde se pide ayuda a los colegas, uno pide la mano porque es
laborioso No todos pero de repente dos o tres s nos juntamos a tomar unas cervezas.
Pero no, equipo de ftbol ya no hay, haba de beisbol hace tiempo, hace algunos aos.
Este reparador solitario tiene una prolongada jornada de trabajo, pues medio da trabaja como asalariado en una actividad similar y por la tarde atiende su propio taller.
El tiempo en el que no se encuentra realizando sus labores de reparador de calzado,
aprovecha para salir los fines de semana con su familia.
En este oficio no tengo ratos libres; trabajo de 7:40 a.m. a las 2:00 p.m. y luego hasta
las 8:00 p.m., no hay ratos libres. Nada ms los sbados, salgo con mi esposa o los domingos con la familia.
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Lo que queda demostrado, es que, los reparadores tratan de estar el mayor tiempo
posible en sus talleres para atender sus clientes, desde la maana hasta la tarde. No se
pueden dar lujos con sus horarios de trabajo, pues las ventas habran de disminuir an
ms, lo que causara una inminente quiebra si es que no atienden los turnos establecidos. La clientela es poca, no pueden despreciarla.
Herramientas
Las herramientas que utilizan los reparadores de calzado son simples e incluso algunas
son hechas por ellos mismos. Las ms usuales son: martillo, tenazas, pinzas, cuchillas,
chaira. En cuanto a las mquinas, algunas son para hacer los cortes, y otras para hacer
los ltigos y las correas. La simpleza y el material de sus herramientas prolongan la vida
til de stas conservndolas gran cantidad de aos en uso.
El Sr. Ricardo seala cul es el equipo que utilizan para la elaboracin de la reparacin
de calzado en La Oscaria, as como los aos que llevan trabajando con el mismo material. Pues el martillo, las tenazas, cuchillas Ya tenemos como unos 40 aos.
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Y por Antonio, conocemos algunas de las maneras que han tenido que idear para desarrollar sus propias herramientas para la reparacin del calzado. Tambin hace ms
nfasis sobre la dificultad que tienen para adquirir su material de trabajo.
Ahorita son muy pocas las herramientas que venden; por ejemplo, las cuchillas, nosotros las hacemos con segueta; nosotros les damos filo para poder trabajar. Los martillos
y las tenazas, nosotros las compramos Ya hay muy poco zapatero aqu en Monterrey.
Sin embargo, la reparacin de calzado es otro de los oficios que ha sido afectado con
la presencia masiva del zapato comercial de las compaas nacionales y extranjeras, la
cual ha condicionado al oficio tradicional al grado de poner en riesgo la subsistencia
de su trabajo. Don Antonio, miembro de una familia dedicada a la reparacin, hace una
valoracin social de la situacin del oficio.
Est muy olvidado este negocio, antes los mismos proveedores nos mandaban pintar
los negocios, pero ahorita ya no Nosotros tenemos tres locales, mis hermanos y yo,
tenemos un local, cada quien uno. Y a mi hermano all en la Nuevo Repueblo, le est
yendo un poquito mejor, como que all la gente est un poquito ms de sobradita,
como que aqu a lo mejor estn pagando casa o no s, anda ms apurada la gente en
esta zona, hay menos trabajo que all; pero en un plano general, s est difcil por tanto
zapato desechable que estn metiendo.
Ricardo: Es que anteriormente, los zapatos que se hacan eran mucho mejor mejor
que la que estn haciendo ahorita, les estn vendiendo puro cartn y plstico.
Ciertamente el oficio de los reparadores de calzado muestra un panorama incierto,
aunque divergente en la percepcin que estos artesanos lo viven, van desde un fatal
desenlace para el oficio, hasta una visin ms optimista sobre el mismo. Ello se respalda a
travs de los diversos testimonios de los actores que desempean esta labor tradicional.
Es Ricardo quien considera que ha llegado a su fin la reparacin del calzado tal y como
se le conoce hoy en da. Es l quin culpa principalmente a las nuevas tcnicas de
ensamblado en el calzado. Sin embargo, deja entrever una solucin para evitar la desaparicin del negocio que le fue heredado por su padre, as como la del oficio en s. Sin
futuro, mientras no se cambie la tcnica de la fabricacin del zapato que cada vez estoy
viendo que lo estn haciendo peor.
En contraste, Ramn se muestra optimista sobre el futuro de la reparacin de calzado.
Considera que siempre habr algn cliente que requiera de sus servicios, pues la gente
siempre va a usar zapatos. Su conviccin es que su oficio no se acabar, a pesar de las
dificultades que puedan tener.
Por su parte, Antonio no slo manifiesta su deseo porque el oficio no desaparezca
como medio de subsistencia econmica, ratifica el valor que para estos artesanos tiene
el trabajar por su cuenta y las satisfacciones que su trabajo les redita.
Trabaja uno por su cuenta, est tranquilo uno si le echas ganas, le va a uno
bien Tener tu casita, un carrito, pues no engaas a nadie; tu trabajo es honrado, ya sabes que si trabajas todo el da te va a ir bien; si hago algn buen
movimiento, a lo mejor y saco ms dinero, es honrado el trabajo, mientras
haya zapatos habr trabajo Yo espero que no [desaparezca].
Conjeturas
Para formular un adecuado supuesto sobre la presente investigacin es preciso conocer cules son las expectativas que han presentado estos reparadores de calzado
hacia su oficio.
A travs de las entrevistas realizadas se lleg al reconocimiento a la postura de que
ellos tienen una enorme gratitud a la labor que realizan. Pero visto desde un plano general, son opacados por las producciones en masa que las grandes empresas promueven,
haciendo que su oficio no pueda brillar como en el pasado. Se puede decir que viven
con el deseo de poder recuperar la trascendencia que su oficio tuvo aos atrs.
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Estos reparadores ven con orgullo su trabajo, Ricardo menciona con aoranza la concepcin que se tena sobre el oficio que hasta hoy en da realiza: Es que era un trabajo
era, como decirte, este, es noble, era noble. Dicha visin que comparte, es debido a la
fidelidad que tenan los reparadores para con su oficio y sobre la gratificacin que el
cliente les daba. Siendo esa una de las principales fuentes de satisfaccin con la que
cuentan hoy en da: Que el cliente se vaya contento.
Ramn comparte sus experiencias sobre el negocio que ha administrado desde su juventud. As como tambin expresa sus esperanzas sobre la prosperidad que pueda tener
la reparacin del calzado para las futuras generaciones.
No es el gran negociazo, pero te mantiene. Vives bien Siempre habr quien
lo trabaje; es un trabajo muy noble que te deja, no creo que vaya a desaparecer, y muchas veces va de generacin en generacin; debe de seguir
A la conjetura que se puede llegar es que ha disminuido considerablemente la costumbre de reparar el calzado en Monterrey y su rea metropolitana. Los cambios en
el consumo, en modas, materiales y precio, ha reducido el mercado de estos hombres
dedicados a renovar un par de zapatos, a devolverle la vida a un par de botas y hasta
resucitar un par de tenis. En este trayecto han buscando sostenerse diversificando sus
servicios, integrando la pintura de prendas de piel, la venta de artculos de piel bolsas,
cintos, carteras, entre otros.
De tal manera, queda en la incertidumbre la continuidad de uno de los tantos oficios
tradicionales que han tenido Monterrey y su rea metropolitana. Son ellos, los reparadores de calzado, quienes temen que pueda llegar a desaparecer en un futuro su
gremio. Hoy en da, ya se aprecian reducciones significativas en sus reas de trabajo;
no obstante, el trabajo de aquellos que cuentan con una base de clientes frecuentes,
siguen manteniendo un buen talante. Depender de su resistencia y de los mismos
clientes el futuro de este tradicional oficio.
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CAPTULO 5
LOS RELOJEROS:
TIEMPO Y CONTRATIEMPOS
EN EL OFICIO DE LOS RELOJEROS
Introduccin
Los oficios tradicionales en el mundo se han transformado a lo largo del tiempo: desaparecen, cambian sus formas o resurgen; todo porque aparecen nuevas tecnologas
o tcnicas de produccin en su campo, o bien por el contexto socioeconmico que
rodea su prctica. Este fenmeno sucede prcticamente en todo el mundo, y la ciudad
de Monterrey no es la excepcin.
Es importante hablar acerca de este tema, entre otras razones, porque la continuidad
de estos peligra. Debido a la lenta desaparicin de artesanos y maestros relojeros en
la ciudad de Monterrey, el objetivo de este trabajo es documentar, en la medida de
lo posible, la labor que desempean, los cambios que su oficio ha sufrido con el transcurrir del tiempo. Es decir, de qu modo se ha adaptado y sobrevivido la relojera en
Monterrey.
Origen de los oficios y de los gremios artesanales
Los oficios surgieron en el seno de la ciudad medieval y son, hasta cierto punto,
producto del primitivo capitalismo de la poca. Los gremios de comerciantes o de
aquellos que pertenecan a esas diversas ocupaciones se vieron favorecidos por el
crecimiento de las ciudades. Este fenmeno sucedi principalmente en Inglaterra debido a la liberacin de los siervos mediante la apropiacin del Estado de las tierras
que anteriormente eran de dominio feudal. Estas tierras fueron en su mayor parte
utilizadas para el pastoreo, hacindolas intiles a la agricultura; de esta manera, una
nueva clase de hombres, libres de servidumbre pero desposedos, se vio forzada a
inundar las ciudades (Marx, 2011).
Con lo anterior inferimos que el surgimiento de estas formas de intercambio siglos
XII o XIII foment el desarrollo de artesanos y comerciantes, y de sus respectivos
gremios que, previo al desarrollo moderno del capitalismo industrial, tuvieron un papel
fundamental en la economa de las ciudades medievales. Sin embargo, los procesos de
acumulacin originaria del capital descrito por Marx, no slo dependan de desprender
a los seores feudales de sus siervos y tierras, sino tambin suprimir el poder econmico que los gremios representaban en las ciudades. As es como, finalmente, el poder
de estas agrupaciones fue reemplazado por el poder del capitalista industrial y algunos
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maestros artesanos llegaron a convertirse en capitalistas (Marx, 2011). Con la industrializacin, los oficios tradicionales y los artesanos fueron quedando paulatinamente relegados en los procesos tanto laborales como econmicos del mundo moderno. Los
cambios que desat la Revolucin Industrial en los medios y mtodos de produccin
de mercancas, marcaron un punto de inflexin en la historia social del trabajo (Aizpuru
y Rivera, 1994) y, en consecuencia, de los artesanos.
Medicin del tiempo y origen del reloj
El hombre siempre ha tenido la necesidad de controlar el medio que lo rodea y el tiempo no escapa a esta caracterstica humana. Desde la antigedad ya se meda el tiempo
con diferentes recursos: con relojes que funcionaban a base de agua o arena, como una
vela protegida del viento se iba consumiendo e incluso la cantidad de aceite que
gastaba una lmpara (Beckett, 1903: 11). Sin poder asegurar la autora, se atribuye a Pacificus, archidicono de Verona, en el siglo IX, la invencin del primer reloj que funcionaba
en base a un pndulo. Sin embargo, hay quien opina que estos artefactos, si existieron,
no eran relojes propiamente dichos (p. 13).
Despus de la invencin del reloj de pndulo, el siguiente gran avance fue la aparicin
del reloj mecnico; tan importante que la discusin sobre el momento exacto de su
aparicin y quien fue su creador fue uno de los grandes debates previos a la Revolucin Industrial (Dohrn-van Rossum, 1996: 46). Una leyenda cuenta que el creador fue
el Papa Silvestre II, de nombre Gerberto de Aurillac, quien estuvo durante su juventud
en Barcelona, ciudad entonces dominada por la cultura musulmana, y donde aprendi
matemticas y astronoma (p. 45).
Gremios de artesanos
Los relojeros, como tradicionalmente buena parte de los practicantes de algn oficio,
se agrupan en asociaciones y gremios, algunos de los cuales sobreviven hasta nuestros
das. Sobre estas agrupaciones existen opiniones divergentes, tanto Karl Marx como
Adam Smith, los consideraban retardatarios porque pensaban que frenaban el comercio y perjudicaban el desarrollo tecnolgico mediante los secretos del oficio; es decir,
mantenan su conocimiento de la forma ms hermtica posible en el seno del gremio
mismo. Otros opinan todo lo contrario, pues consideran que en las ciudades medievales alentaban el desarrollo econmico y el comercio. Quiz, en diversos lugares y
tiempos, ambos puntos de vista son vlidos. De igual manera, la percepcin negativa
de Marx y Adam Smith puede deberse al momento histrico que analizaban e incluso a
un reduccionismo econmico que pas por alto otras caractersticas que posean estas
agrupaciones en la sociedad medieval (Richardson, 2001: 2).
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Desde el punto de vista econmico los gremios pueden parecer perjudiciales al mercado, llenndolo de especuladores y manteniendo un control hegemnico sobre ciertos
sectores del mismo. No obstante, en la poca medieval cumplan ciertas funciones
dentro de las relaciones sociales de los artesanos, tales como resolucin de conflictos,
o bien apoyo econmico o tcnico entre sus miembros. Adems, los gremios mantenan
ciertas normas para la regulacin del mercado; un buen ejemplo son los panaderos en la
Inglaterra medieval, quienes tenan como regla no comprar sus materias primas durante
la maana para permitir que quienes compraban pequeas cantidades, lo hicieran antes
que el precio se incrementara debido a la gran demanda de los panaderos.42 De la misma
manera, tenan por regla que si alguien se interesaba en adquirir grano directamente de
ellos, deban venderlo a un precio justo (Richardson, 2001: 5).
Los gremios medievales eran asociaciones formales de artesanos especializados, maestros y aprendices estos ltimos carecan de derechos de membresa. Estos gremios
contribuyeron de modo importante a la transmisin de conocimientos y habilidades
tcnicas a travs del aprendizaje entre maestro y aprendiz. Regulaban y expandan los
mercados dando apoyo a sus miembros que se encontraban en zonas donde su mercado era an inestable y, de esta manera, tambin estimularon la difusin cultural y la
migracin laboral (Epstein, 1998: 684).
Contrario a una de las crticas hechas por Adam Smith, los gremios de artesanos no eran
ajenos a la innovacin. La experimentacin y los simples cambios aleatorios graduales
en sus tcnicas generaban la innovacin; sumado a esto, la fomentaban ya que la manera en la que un inventor era alentado en esa poca, era por las ganancias mayores que
poda obtener mediante el uso de patentes (controladas por el gremio) o mediante el
secreto de las tcnicas empleadas, ya que el apoyo del Estado a la invencin era inexistente durante este periodo (Epstein, 1998: 703).
Con todo lo anterior, vimos el efecto y alcances que los gremios tuvieron sobre la economa medieval y hasta el momento, poco antes de la Revolucin Industrial, en el cual
perdieron el poder que ostentaron durante ms de 500 aos. Sirvieron, mucho antes
que el Estado lo hiciera, como medio regulador del mercado, cuna de innovaciones tecnolgicas y transmisores del conocimiento tcnico en el mundo medieval. Aqu tiene su
origen la formalizacin de gran cantidad de oficios, entre ellos, los relojeros.
El oficio del relojero
El relojero, igual que quien practica otros oficios, es un artesano por derecho propio.
Los maestros de la relojera invocan la imagen clsica: un hombre de edad avanzada,
42
(N. de la e.) Comportamiento que parece ser ms justo que el que hoy tienen las
grandes empresas panificadoras frente a las panaderas micro y pequeas. Ver el captulo sobre
los panaderos en este libro.
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amante de su oficio, siempre en su taller y con sus aprendices (Sennet, 2009: 31). Los
talleres de relojera evocan un orden desordenado, donde slo el relojero sabe exactamente donde se encuentra cada herramienta o pieza que necesita.
Toda artesana se funda en una habilidad desarrollada en alto grado (Sennett, 2009:
32). As, cuando los relojeros hablan de sus treinta, cuarenta o sesenta aos de experiencia en el mismo oficio y vemos su habilidad para comprender y reparar mecanismos
verdaderamente complejos, es en ese punto donde la descripcin que brinda Richard
Sennett sobre los artesanos, narra casi a la perfeccin lo que me fue posible apreciar
del trabajo de un relojero. Todos los relojeros que entrevist hablan del placer de un
trabajo bien hecho, Sennett nos habla que mientras ms experiencia se tenga en el
oficio hay una mayor preocupacin por el trabajo bien hecho y no solamente porque
las cosas funcionen (p. 33).
La relojera es un oficio que persiste y sobrevive a los cambios, ya que el reloj va ms
all de la mera medicin del tiempo; es adems un artculo de lujo y de estatus para
su portador. Los relojes son, en palabras de los relojeros de Monterrey que fueron entrevistados, artculos en los que depositamos un valor ms all de lo material, un valor
sentimental. En este aspecto la relojera y la joyera podran ser consideradas artes hermanas, ya que muchos maestros relojeros tambin son joyeros y el reloj mismo puede
ser considerado una joya.
La formacin de los relojeros en Monterrey
Con estos antecedentes podemos preguntar, qu es la relojera para quienes se dedican a ella en Monterrey? Para responder a sta y otras preguntas fueron entrevistados
tres maestros relojeros que viven su oficio de distinta forma y en diversos puntos del
rea metropolitana de Monterrey. El primero de los maestros entrevistados es Romn,
quien trabaja en un taller de joyera y relojera ubicado en el centro de la ciudad, sobre
la calle Carlos Salazar. Trabaja junto con Juan Villegas, maestro relojero de 90 aos de
edad y ms de 75 aos dedicndose a este oficio. Su actual taller tiene poco ms de
20 aos de existencia. Romn lleva trabajando en dicho taller alrededor de dos aos y
medio aunque aprendi la mayor parte del oficio de don Juan hace ya muchos aos. A
su vez, Juan Villegas aprendi el oficio de su padre, cuando l tena menos de 15 aos de
edad, posteriormente aprendi en el Centro de Relojera en un curso patrocinado por
la embajada de Suiza en la Ciudad de Mxico.
El segundo relojero entrevistado, de nombre Armando, trabaja en uno de los tradicionales mercados rodantes dominicales de la ciudad y lleva ah alrededor de 15 aos. No se
dedica de lleno a la relojera, sino que es un ingreso extra para su familia. Al trabajar en
un mercado callejero, no cuenta con un taller propiamente dicho, sino con una peque114
a mesa donde trabaja y exhibe diversos relojes. Los sbados realiza las reparaciones
en su casa, dedicndoles alrededor de ocho horas semanales.
Ricardo Villareal es el tercer maestro relojero que fue entrevistado. Tiene su taller en el
municipio de San Pedro en el interior de una plaza comercial sobre la avenida Humberto Lobo. A diferencia de Romn o Armando, su negocio se encuentra en una zona de
habitantes primordialmente de clase alta.
En general, los maestros relojeros suelen trabajar en su propio taller, lo cual tiene, entre
otras implicaciones, que son ellos quienes deciden los horarios de trabajo y la organizacin ms conveniente para realizar sus labores, caracterstica propia de los talleres
de artesanos. Tambin definen la jerarqua que consideran ms conveniente (Sennett,
2009: 73). La relacin entre maestro y aprendiz tiene como finalidad la perpetuacin del
negocio, por ejemplo, debido a la edad nonagenaria de don Juan, buena parte del trabajo ya se encuentra a cargo de Romn y podemos decir que es el paso de una generacin
a otra. Los maestros relojeros que cuentan con su propio taller suelen tener aprendices.
En el negocio de Ricardo la jerarqua es ms acentuada. All su hija es la aprendiz y los
trabajos que realiza son slo los que Ricardo le va delegando. Esto contrasta un poco
con la idea de libertad que normalmente se tiene del taller del artesano, pero resulta
lgico que el proceso de aprendizaje y de trabajo posea un orden jerrquico (Sennett,
2009: 72-73). Entonces, una constante del oficio de relojero es, al igual que en muchos
otros, la constante de la relacin maestro-aprendiz. Sin embargo, en la actualidad es
ms difcil. Sobre este aspecto, Romn comenta que debido a las leyes del trabajo, por
ejemplo, ya no es posible que alguien llegue pidindole que le ensee el oficio a un
hijo joven, menor de edad. Lo que s sucede es que, en ocasiones, imparte clases en el
mismo local a quien est interesado, lo que le permite obtener un ingreso extra.
El relojero y sus satisfacciones
Al describir el oficio de relojero, todos hablan con un notable aprecio por su profesin.
Romn lo compara frecuentemente con el de mdico, ya que as como el mdico cura,
arregla personas; un relojero arregla, cura relojes. El aprecio que tiene por su labor y
por los relojes es, quiz, lo que lo lleva a formular esa metfora acerca de su profesin.
Adems compara la complejidad de ambas actividades porque tienen la necesidad de
mantenerse actualizados, l con nuevos modelos y tcnicas, y el mdico con nuevas
tcnicas y medicamentos.
Ricardo nos habla de la relojera tanto como arte que como ciencia, ciencia que conjuga los cuatro elementos, comenta: agua, tierra, aire y fuego; y para ejemplificar habla
de los relojes antiguos que han utilizado agua o arena para medir el tiempo, y relojes
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La distincin entre maestros relojeros y armadores parece ser importante para quienes
se han dedicado toda su vida a este oficio. En general, los relojeros hablan con mucho
ms inters de la reparacin de relojes finos y de mecanismos complejos; al referirse a
los trabajos sencillos, como cambios de pilas o correas, los dejan de lado, no es el tema
que ms les interese conversar. Esto muestra un cario y apego al oficio tradicional y,
probablemente, un desprecio a los cambios en la tecnologa que han hecho del reloj
automtico un artculo de coleccin y de lujo ya no una necesidad.
Al hablar de esto, Ricardo comenta que las modas son cabronas; opina que el consumismo hace que las personas opten por comprar un reloj nuevo, ms bonito y barato
que arreglar alguno que ya tengan. sta es una de las principales dificultades del oficio,
de la que hablar ms adelante.
Asociacin de relojeros en Monterrey
Los relojeros de Monterrey cuentan con una asociacin ubicada en el centro de la
ciudad, en Dr. Coss y Calzada Madero, donde algunos de los entrevistados colaboran.
Realizaban reuniones semanales, pero debido a la violencia e inseguridad desatadas,
actualmente se efectan cada segundo mircoles de mes. El objetivo es intercambiar
ideas o tcnicas para su trabajo, mientras comparten alguna bebida.
Ricardo es miembro de la Asociacin Tcnica de Relojeros del Norte donde actualmente funge como secretario. De acuerdo a su informacin, actualmente hay poco ms
de veinte miembros activos. Se realizan convenciones nacionales de relojeros, donde
se actualizan con los nuevos modelos y tcnicas del mercado. Tambin dice que son
pocos los relojeros que estn activos en dicha asociacin debido al carcter del mexicano; con esto se refiere a que los relojeros de mayor edad no se sienten cmodos al
recibir consejos de personas mucho ms jvenes que ellos y no desean actualizarse;
poseen cierta clase de orgullo de maestro relojero que les hace pensar que no hay
quien puede ensearles algo nuevo. No obstante las reticencias y baja membreca, estos
artesanos siguen manteniendo espacios gremiales para la convivencia y la transmisin
de conocimientos.
Existen otros gremios, por llamarlos de esta manera, que estn compuestos por los
relojeros de las prestigiosas casas joyeras de la ciudad, como la citada Emwa. Ellos
forman dentro de estas empresas un cerrado grupo que no tiene permitido compartir
sus conocimientos fuera del mismo. En ese caso, comenta Ricardo, ellos mandan a sus
muchachos a Suiza o a Nueva York pero les prohben que hablen con nosotros. Hasta
cierto punto tienen un poco de razn. Estos relojeros, a diferencia de quienes trabajan
por su cuenta en sus propios talleres, son empleados de una empresa y no tienen las
libertades en cuanto a tiempos y formas en su trabajo como los relojeros a los que se
121
dedic esta investigacin. Prueba de lo anterior es el hecho que ellos no pueden decidir
sobre compartir o no el conocimiento del oficio que poseen; son un nicho aparte que
no entra en el marco de esta investigacin, aunque sera posible decir, a grandes rasgos,
que trabajan exclusivamente con relojes muy finos de estas mismas casas joyeras.
Situacin actual de los relojeros en Monterrey
Acerca de la clientela que frecuenta los talleres de relojera, los entrevistados coincidieron en que la mayora son recomendados por otros clientes, pues es la calidad
del trabajo lo que los recomienda. Esta es otra constante entre los oficios artesanales
que se basan en el trabajo manual bien hecho. Los clientes no son necesariamente coleccionistas y son de toda clase social, desde los ms humildes hasta los de alto nivel
econmico. La clientela es variada, desde alguien que llega con una pieza antigua que
desea mantener, como una herencia, o baratijas; tambin hay clientes que llegan con
relojes muy finos y caros. Romn nos dice que en su taller se trata a todos los relojes
por igual, de cualquier calidad o precio. Lo que s diferencia es que regularmente es ms
difcil tratar con clientes de alto nivel econmico porque algunas veces son renuentes
a pagar precios altos por una reparacin.
La zona donde un relojero tenga su taller tambin impacta en el tipo de clientela que
llegar a ste; por ejemplo, para Ricardo y su taller en un centro comercial de San Pedro,
los principales clientes son los dueos de relojes finos y antiguos de la zona, lo cual
contrasta con los talleres de relojera del centro de la ciudad. Ricardo comenta que de
ah salen sus principales ingresos, pero que de igual manera los sbados llegan muchos
trabajos pequeos: cambios de pila, de correas, etctera. Este taller recibe relojes antiguos, como algunos del siglo XVIII, principalmente relojes grandes de pared.
La situacin del oficio de relojero es en s precaria, ya que actualmente los relojes
son artculos desechables. Un reloj chino cuesta alrededor de 60 pesos y uno japons
unos 120, y repararlos tendra casi el mismo costo que comprar otro. Adems, como los
telfonos celulares ya tienen todas las funciones de un reloj, como calendario, alarma
y fechador, tener uno, ya es un lujo ms que una necesidad. Todo esto ha hecho que
con el tiempo cada vez haya menos clientes. De igual manera, la falta de clientes o el
hecho que los relojes sean desechables, vuelve cada vez ms difcil conseguir piezas o
refacciones, lo que hace que cada trabajo sea ms tardado y costoso, ya que en lugar de
conseguir y cambiar la pieza daada, hay que fabricarla y esto toma mucho ms tiempo
que se podra dedicar a otros relojes.
La situacin econmica en general es difcil. De acuerdo a Romn, sobreviven reparando
relojitos y realmente no pueden cobrar lo que desearan por su trabajo aunque cualquier entrada de dinero es buena y necesaria. Los ingresos del taller son principalmente
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para la renta del local, los servicios, impuestos, y lo que queda es para cubrir necesidades bsicas. En palabras de Romn, sera necesario incrementar un treinta por ciento
sus ingresos para estar bien. Esto considerando que su esposa tambin trabaja, y que
gracias a ello cuenta con seguro mdico. Otro factor que influye en la precariedad del
trabajo de relojero, es que al ser una especie de microempresarios, no cuentan con
seguro mdico ni con apoyos gubernamentales. La relativa precariedad es una condicin que parece ser general al gremio, ya que su situacin econmica depende de una
demanda de sus servicios cada vez menor.
Para Ricardo el principal cambio en la relojera es que hoy en da la gran mayora de los
relojes que se producen son de cuarzo, considerablemente ms econmicos que los
automticos, y cuyos dueos muchas veces no desean repararlos debido a la relacin
entre el costo de la reparacin y el precio de uno nuevo de igual calidad. Sin embargo,
las principales casas relojeras y las ms prestigiosas siguen produciendo relojes automticos y estos se conservan como artculos de lujo que pasa de generacin en generacin. Aunque su menor produccin y demanda provoca que cada vez lleguen menos a
los talleres, deteriorndose con el paso del tiempo la situacin econmica del relojero.
El amor por el oficio y la sobrevivencia
Escuchar hablar a los relojeros de las satisfacciones de su oficio fue una de las partes
ms gratificantes de esta investigacin, ya que all es donde se ve completamente el
amor y aprecio que le tienen. Ricardo nos relata que una de las satisfacciones ms grandes para l ha sido que desde que tiene su taller en el centro comercial, hace unos 10
aos, ha reparado una gran cantidad de relojes finos. Adems, nos dice que el trabajo
para l es un gusto muy grande, finsimo y aade:
es ms, yo juego a la lotera porque digo, me llego a ganar la lotera y me voy a un
pueblo, pongo mi casa, pongo mi taller y me dedico a comprar relojes. Sera un hobby
increble, comprar relojes viejos, llego a mi taller, los reparo y salir a venderlos. Ese sera
un hobby muy bueno para m y ah es donde ya complementas el gusto, el placer con el
negocio; que de hecho as tiene que ser toda la vida porque si no, ests jodido.
Tanto Romn como Armando hablan de la satisfaccin del trabajo bien hecho y que
ese trabajo es el que trae ms clientes. Como insatisfacciones narran cmo a veces el
trabajo realizado no es del agrado del cliente, y en palabras de Armando: la gente es
muy curiosa, si no le gusta algo te lo dice, pero no creo que sean insatisfacciones, yo
creo que todo eso hace que vayas mejorando. Romn narra la satisfaccin de su trabajo
de la siguiente manera:
si cometo un error pues me da risa, no me da coraje; a excepcin cuando llega el
cliente enojado, pero de ah no pasa y pues es algo que tiene que pasar. De mi oficio,
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todo me agrada, cada da se aprende ms. Son cosas diferentes todos los das, es muy
variado. Un da una pila, un da una cartula, es muy variado.
Los relojeros visitados hablan de un amor por el oficio y lo bien hecho, de su orgullo
por los muchos aos de experiencia; en varios casos, toda una vida dedicada a la relojera. Son artesanos que pueden darle nueva vida a una pieza que para muchos ya sera
inservible para medir el tiempo. Hablamos de la recompensa emocional que obtienen
los artesanos con su oficio, el poder sentirse orgulloso de su trabajo (Sennett, 2009:
33). La relojera, como muchas otras ocupaciones, ha sido afectada por los incesantes
cambios en la tecnologa y en el consumo; sin embargo, lo que nos trasmitieron los
relojeros entrevistados de esta ciudad, queda claro que es un oficio que no se extingue
fcilmente, ha encontrado un nicho en el cual puede sobrevivir todava durante mucho
tiempo. Aunque debido a los celulares, entre otras cosas, ya no sea una necesidad llevar
un reloj en la mueca o en el bolsillo, siempre ser un artculo de lujo que confiere
cierto estatus a su portador; una joya que pasa de generacin en generacin y a la cual
la gente le imprime un valor sentimental que va mucho ms all de su mero valor utilitario. Es as como la relojera sobrevive a pesar de todas las dificultades econmicas
que ha enfrentado en las ltimas dcadas.
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CAPTULO 6
EL ARTE DE LA PRESERVACIN
DEL PAPEL ESCRITO:
LOS ENCUADERNADORES
Y REPARADORES DE LIBROS
Introduccin43
Encuadernar libros es un oficio que ha sido transmitido en los talleres de generacin en
generacin hasta nuestros das. Aunque la encuadernacin consiste bsicamente en coser
y/o pegar las hojas de un documento y protegerlo del desgaste, la habilidad y creatividad
de algunos maestros la ha convertido en un verdadero arte que no muchos conocen.
La encuadernacin ha pretendido principalmente preservar al libro de los diversos factores externos e internos que pueden deteriorarlo; tambin ha sido vehculo para esculpir los estilos decorativos de cada poca. En la actualidad, el encuadernador ofrece
su propio toque de personalidad con nuevas tcnicas y materiales que le permiten
desarrollar sus ideas ms fcilmente (Bald, 1996).
En este oficio, el trabajo artesanal ha tenido transformaciones a lo largo del tiempo,
debido a los cambios en los modos de produccin y de consumo en la sociedad, que
han provocado la disminucin y hasta desaparicin de demanda para muchos artculos
artesanales. Para la subsistencia del encuadernado los maestros de este oficio han
tenido que adaptar su trabajo a las necesidades de los consumidores actuales, incluyendo en sus habilidades y trabajos tcnicas y tecnologas actuales ms acordes con
los cambios culturales y de consumo de nuestros tiempos (Novelo, 2008). Portadas
personalizadas, con imgenes modernas, texturas llamativas, con el personaje de moda;
una cultura ms individualizada demanda cosas novedosas y actuales que satisfagan al
cliente para que un oficio siga permaneciendo vigente.
La tecnologa desplaz al artesano encuadernador, produciendo en masa y por centenares lo que antes tardaba das, aunque la mayora de las veces con una calidad y
detalle diferente. Esto repercuti en la popularidad del encuadernado manual y redujo
su clientela al sector estudiantil que aun ocupa tesis para graduarse, empresas que requieren del archivo sistemtico de sus documentos, oficinas y profesionistas en busca
de un orden elegante en su papelera, por mencionar algunos ejemplos.
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En la primera fase de la investigacin, para la realizacin de las entrevistas, particip el
estudiante de Sociologa Jos Antonio Alzas Leero.
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Arriba: el encuadernador Federico Hernndez; abajo Esa Rogelio Garca, el joven aprendiz del taller de don Federico
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La historia de la encuadernacin es bsicamente la historia del libro, puesto que la encuadernacin es la parte del proceso donde se ensambla un libro. Las primeras referencias a lo que pudiera considerarse como una forma de encuadernacin, aparecen entre
los griegos varios siglos antes de la era cristiana. Los grabados o documentos escritos
eran muy apreciados e importantes en aquella poca; por eso los griegos creaban
unos envoltorios de piel para cubrir los rollos de papiro o pergamino.
Por otra parte, a los egipcios se les ocurri otro modo de unir y encuadernar esos
documentos. En lugar del habitual rollo, pensaron en doblar las hojas por la mitad,
recortar los extremos para que todas fueran del mismo tamao y, por ltimo, unirlas
mediante un cosido. Esto recibi el nombre de cdex y fue primer el antecedente del
libro encuadernado. Posteriormente, la invencin del papel se encargara de revolucionar este proceso de empastado.
A pesar de estos dos momentos tan importantes en la historia de este oficio, hasta
los primeros siglos de nuestra era empieza verdaderamente el desarrollo del libro y el
invento de la tcnica de encuadernacin. El surgimiento de este arte se inicia con las
decoraciones hispano-rabes del siglo XV; fue en los monasterios en el siglo XVI donde apareci, destacando las encuadernaciones destinadas al uso litrgico, de la Biblia,
que era el documento ms importante y representativo de la poca (Castaeda, 1946).
La encuadernacin tradicional consiste bsicamente en unir ordenadamente las pginas de un libro, seccionado en pequeos cuadernillos cosidos slidamente al lomo,
para formar un volumen compacto con una resistente cubierta que protege al libro y
facilita su uso, asegurando la preservacin del documento y plasmando en el detalle
del encuadernado la expresin artstica artesanal de la poca.
Actualmente, como se mencion, las nuevas tecnologas han reemplazado el trabajo
de encuadernacin manual; sin embargo, hay varias reas, que por volumen o especificidad del encuadernado, la tecnologa moderna no ha podido o no se ha interesado
en cubrir. Por su parte, los encuadernadores continan utilizando maquinaria antigua
puesto que su oficio no ha cambiado mucho con el paso de tiempo. Podemos encontrar en los talleres mquinas de fabricacin mexicana de la poca de la Revolucin
que an sirven como herramientas de trabajo, y que, segn los mismos encuadernadores, son mejores que las americanas ya que en Mxico se fabricaban con fierro
vaciado, lo cual las hace ms resistentes.
La existencia del encuadernado hoy en da, a pesar de los cambios de consumo y
los avances tecnolgicos, es un claro indicio de la capacidad de los artesanos para
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Otro aprendiz que se form en El Modelo fue Efran Gregorio Ramrez Vsquez, quien
contrajo nupcias con Carolina Rodrguez, la hija del patrn de la encuadernadora. Efran
ms tarde abri su propio negocio familiar llamndolo Encuadernaciones Ramrez el
cual hasta la fecha sigue funcionando: Empec a aprender el oficio con mi suegro durante dos aos, y ya despus puse mi negocio independiente; aqu mismo en Monterrey;
lo integramos mi esposa, yo y mis hijos.
A partir de su fundacin sigui dando continuidad a la herencia del oficio, ya que don
Efran tuvo varios alumnos en su taller. Uno de ellos fue Jess Cerda Martnez, hijo del
propietario de la famosa librera de textos usados Cerda, en el primer cuadro de la ciudad de Monterrey, quien interesado en preservar los libros que se maltrataban con el
paso del tiempo, empez a aprender el oficio viendo trabajar al seor Efran:
Empez porque nosotros antes noms tenamos la librera y llegaban libros maltratados
que otra persona nos daba el servicio de arreglarlos. Entonces poco a poco fui viendo
cmo lo hace, cmo hace la mquina, cmo lo hace l; nos empez a dar tips, el seor
es bien buena gente. Y fue como empezamos el negocio, prcticamente desde cero.
El oficio de encuadernador, al igual que otros, trae consigo un legado que va de generacin
en generacin, y cada nuevo aprendiz pone al encuadernado un toque de modernidad e
innovacin que adapta el oficio a las nuevas tendencias del mercado. Preservar el oficio es
muy importante en los talleres artesanales, por lo cual los encuadernadores estn ms que
dispuestos a ensear a ms personas que puedan hacer trascender la actividad.
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Incluso la introduccin de la computadora hizo que la clientela regular de la encuadernacin disminuyera, al darle menos importancia al documento impreso que a los
documentos electrnicos, como bien nos comenta Esa, el ayudante de taller Modelo:
Lo que pasa es que se ha perdido, simplemente la gente no le toma importancia a los
documentos aqu en Mxico y, por ejemplo, aqu en Monterrey tenemos una cultura
muy agringada, por la frontera, y aqu no le toman importancia a los libros ni nada,
prefieren leer un libro en la pantalla y les hace ms dao.
Podramos pensar, por ejemplo, en las agendas empresariales que cada vez son ms llamativas e incluso utilizan material artesanal para las hojas y portadas, pero el proceso
de pegar las hojas sigue siendo el mismo, como nos comenta Jess Cerda:
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Los clientes cambian, el oficio pues es prcticamente lo mismo; o sea, es el mismo tipo
de trabajo aunque a veces lo que uno requiere es meterle ingenio. La innovacin depende del cliente que te dice que es lo que quiere y para hacerlo a su gusto pues ya nos las
ingeniamos para que se vea muy bonito, que se vea muy padre el trabajo.
Esta disposicin a la adaptacin que muestran los encuadernadores, tiene efectivamente el acicate para sobrevivir como negocio, pero tambin est imbuida por el gusto
que tienen por su trabajo y la satisfaccin, como tambin mencionan, de entregar un
trabajo bien hecho y bonito. Tal como lo dice Sennett:
la recompensa emocional que la artesana brinda con el logro de su habilidad es doble: el artesano se basa en la realidad tangible y puede sentirse orgulloso de su trabajo.
Pero la sociedad ha obstaculizado estas recompensas en el pasado y sigue hacindolo
hoy (2009: 18).
Aun con estas dificultades a las que se han enfrentado los dueos de talleres de encuadernacin, el ingenio y la innovacin que cada uno emplea en su trabajo ha podido
sacar adelante el oficio como principal fuente de ingreso en la familia. Uno de los principales medios para mantener el taller a flote es la promocin que hacen de su servicio
con folletos en las escuelas y pginas web (p.ej. www.encramirez.com) aunque el ms
usado en estos talleres por lo general es la recomendacin de los clientes, como en el
caso del taller de don Federico:
Eso depende de m, si yo hago un trabajo que al cliente no le guste, hago un mal trabajo
que el cliente no quede satisfecho ya no viene, y si no viene tampoco me recomienda.
Alguna vez me promocion en la seccin amarilla pero no me dio resultado.
Pero por lo general en los talleres los trabajos que ms llegan son de grandes empresas,
para guardar sus archivos y tesis como nos comenta Federico Hernndez:
La industria, la mayora de los trabajos son la industria, las fbricas, que encuadernan sus
facturas, documentos, archivos que tengan sobre venta y cuando hay tesis las escuelas;
la Universidad de Monterrey, el Tecnolgico, y otras.
El trabajo de encuadernacin tiene sus temporadas altas como son los meses de entre139
ga de tesis, el resto del ao los encuadernadores tienen que recurrir al dinero que se
tenga guardado para solventar gastos, como hace el dueo del taller Cerda:
S, es por temporadas, o sea en temporada de trabajo a veces hay das en que no hay
nada de chamba, o sea no hay qu trabajar, hay que hacer un guardadito para esos das.
Los aprendices de encuadernacin, como en casi todos los oficios, no tienen las mejores condiciones de trabajo. Al iniciar, como comenta Federico, son los encargados
de la limpieza del taller y de la recogida y entrega de pedidos. Es decir, el xito en el
aprendizaje puede conllevar tambin la mejora en sus condiciones laborales al paso del
tiempo; aunque tal mejora se relaciona con el tipo de relacin laboral y las consideraciones que el dueo del taller tenga para sus empleados (Corts, 1994).
Otro ejemplo de cmo se aprende el oficio de encuadernacin lo tenemos con don Jess quien, al darse cuenta de que requera reparar los libros que se venden en la librera
de textos usados de su pap, contrat a don Efran para que los reparara ah mismo y
vindolo trabajar es como l aprendi el oficio y ya pudo hacerlo por su cuenta:
Todo fue conforme al paso y vindolo. El vena a ensearnos cmo se debe de pegar,
cmo se debe coser, cmo se deben de pegar las hojas, las pastas, los forros! Y ya con
toda esta prctica ya nos fuimos de lleno ya a poner nuestro propio negocio de encuadernacin aqu junto a la librera.
Poner un taller no es lo ms difcil del trabajo, la parte ms importante es cmo mantenerlo vigente. Muchos encuadernadores han tenido que prestar otros servicios como
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reparar libros usados, copias, impresiones, internet, etctera. La mayora trabaja en los
talleres con ayuda de sus familiares, por eso no es difcil administrar los servicios que
se prestan, como en el caso de la familia Cerda que ya cuenta con una larga trayectoria
dedicada a los libros en general, primero a la venta y a partir de all a la encuadernacin
y reparacin.
Tambin tenemos a la familia Ramrez, en cuyo taller laboran principalmente los padres,
en tanto que sus hijos colaboran en las nuevas actividades que se han ido sumando
adems de encuadernar, ofreciendo servicios como cibercaf, impresiones y copias:
Lo integramos mi esposa, yo y mis hijos: uno estudia diseo grfico, otra diseo de
modas y otra est por entrar a diseo industrial. Mi esposa y yo nada ms estamos aqu
siempre y mis hijos me acompaan, pero ellos van a la escuela, tambin entonces en
sus ratos libres me ayudan.
La vida del encuadernador es muy tranquila: como tienen un taller como fuente de
ingresos familiar y son sus propios jefes, tienen libertad de elegir sus horarios y trabajar
entre los mismos familiares. Sin embargo, es un oficio que demanda, en ocasiones, extensas jornadas de trabajo, ya que son muchos los pasos que se siguen en el proceso.
Este es un ejemplo de jornada que nos relata Jess:
Despus de que dejo a mis hijos en la escuela vengo para ac, yo lo que hago es checar
pendientes de lo que se va a hacer en el da, [nos ensea las placas que graban en el
lomo y en la tapa del libro] hago un listado de todas las lneas, saco las medidas. Llego
temprano nueve, nueve y media de la maana, de diez a una, en ese lapso llega otro muchacho, llega y checa y arma los trabajos; y ya que est armado yo me pongo a grabar
con las plaquitas; grabo todos los trabajos y en ese lapso ellos separan los trabajos, el
secado, ponen las hojas blancas de atrs y cuando termino de grabar les paso las pastas
a ellos y ellos pegan los libros a las pastas.
Al cuestionarles a los otros entrevistados si mantienen contacto con otros encuadernadores, decan que, si bien se conocan, no se hablaban muy a menudo. Lo que s hacen
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es cooperar entre ellos cuando hay problemas o les hace falta algo relacionado con el
trabajo, como comenta don Efran: Fjate que no, no, yo lo veo como una convivencia,
compartir ms que competir, compartir.
Dedicarse a la encuadernacin requiere que a la persona le guste mucho el oficio que
est haciendo: es un trabajo laborioso que exige dedicacin aunque por temporadas
no haya mucha demanda; sin embargo, para algunos encuadernadores realizar su trabajo
trae grandes satisfacciones. Todos gustan de su oficio, un buen ejemplo es don Jess
que lo aprendi para devolverle la vida a los libros:
Este oficio de la encuadernacin es muy bonito; el ser encuadernador es muy bonito;
a m me gusta mucho porque desde que llega un libro as, hay libros muy maltratados,
sobre todo las biblias, que llegan, esta biblia lleg totalmente deshecha, totalmente,
con hojas sueltas. Entonces darles otra vez forma hoja por hoja, arreglndolas, pegndolas, darle su forma, la pasta, es una labor pues muy artstica, muy padre, a m me gusta
mucho, mucho.
Toda artesana se basa en una habilidad desarrollada en alto grado con el paso del
tiempo, con la experiencia adquirida y, sobre todo, con entrega al trabajo que se realiza
como acabamos de ver en el ejemplo que nos brinda Jess con su dedicacin a restaurar los libros. En sus niveles superiores, la tcnica ya no es una habilidad meramente
mecnica y rgida, sino que se puede sentir ms plenamente lo que se est haciendo y
pensar en ello con mayor profundidad cuando se hace detalladamente (Sennett, 2009).
La manera en que los encuadernadores llegan al taller a aprender el oficio es muy variada; as como Esa lleg para ayudar a alguien y don Federico por necesidad econmica,
hubieron otros que como don Jess empezaron por gusto o, como nos comenta don
Efran, porque as se fueron dando las cosas:
Yo estudi medicina, tengo mi ttulo y mi cdula, noms que me enrol de lleno con
la encuadernacin. S, de hecho me encanta la encuadernacin. Claro, me fascinara
aprender otras cosas ms en la vida, la msica por ejemplo me encanta, pero por lo
pronto estoy metido en el barco de la encuadernacin.
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Subempleo: cuando una persona trabaja menos de 8 horas y necesita trabajar ms para vivir.
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TERCERA PARTE
ESPACIOS ESPECIALIZADOS
CAPTULO 7
TRABAJO QUE VALE ORO:
UNA COMUNIDAD DE JOYEROS
EN LA CALLE MORELOS
Introduccin
El vnculo entre los hombres y sus producciones materiales es inseparable de las relaciones entre los hombres mismos. Dentro y en torno a un taller artesanal se gestan
relaciones humanas que pueden ser observadas desde el punto de vista de la sociologa
para comprender, aunque sea un poco, cmo el desarrollo social de los individuos puede afectar su desarrollo material. Sennett abre esta posibilidad al proponer integrar a la
investigacin social el enfoque del materialista cultural:
Abierto a los sentidos, el materialista cultural quiere investigar dnde se encuentra el
placer y cmo se organiza ste. Lleno de curiosidad por las cosas en s mismas, quiere
comprender cmo pueden generar valores religiosos, sociales o polticos (2009: 19).
Nosotras nos abocamos a la exploracin del oficio de la joyera a travs de los testimonios de seis joyeros artesanales: Ernesto, Gilberto, Manuel, Librado, Ramiro y Roberto, quienes trabajan en tres talleres diferentes. Ernesto y Gilberto son ayudante y jefe,
respectivamente, en un mismo taller; Roberto y Ramiro guardan la misma relacin con
Librado, mientras Manuel es el propietario y trabajador nico de su propio taller. Los
entrevistamos, en un periodo de tres semanas entre los meses de abril y mayo del 2011,
acerca de sus trayectorias laborales, relaciones con el mercado, proceso de trabajo,
papel del gobierno, y otros temas ligados a la experiencia de su oficio. En las siguientes
pginas les presentaremos un acercamiento a estas formas de trabajo, convertidas en
formas de vida.
La joyera en el tiempo y descripcin del oficio
Desde hace 100 mil aos el hombre siente la necesidad de adornarse con el fin de
exaltar y embellecer su cuerpo. Las semillas y conchas fueron las primeras formas de
ornamento utilizadas. Con el paso del tiempo se sumaron plumas y piedras preciosas,
abriendo paso a la fabricacin de collares, aretes, entre otros. Civilizaciones en todas
partes del mundo tienen, desde sus inicios, tipos de joyera; Egipto, Roma, Grecia, China,
Japn, India, pueblos de Australia, algunas tribus de frica, y todos los nativos de Amrica tienen un rico patrimonio en el origen de la joyera (Hesse, 2007).
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Durante el siglo XVII se dieron una serie de cambios econmicos, sociales y polticos
que marcaron los precedentes del mundo actual. El establecimiento del capitalismo
como sistema econmico dominante dio paso a la produccin en masa de casi toda
mercanca, incluyendo la joyera que se transform en poco tiempo en una industria
ms; una industria que se fue extendiendo por todo el continente europeo hasta sobrepasar las fronteras e incursionar en el resto del mundo. Sin embargo, la produccin
limitada y el oficio artesanal del joyero no desaparecieron, sino que han coexistido en
diseo, produccin y comercializacin con la industria.
Como parte del predominio econmico, Europa fue el continente que desarroll esta
antigua artesana e imprimi su sello en la formacin del gusto expresado en el mundo
de la moda. A lo largo de la historia del continente europeo desfilan pocas que sobresalieron por el estilo, las tendencias y la volubilidad de la poltica y, con ello, de la
moda. Diversas personalidades surgieron como verdaderos conos: Luis XV de Francia y
su esposa Mara Antonieta, la reina Victoria y la reina Elizabeth I de Inglaterra, Peter Carl
Faberg, Louis Comfort Tiffany y la casa Cartier, Hattie Carnegie y Coco Chanel (Hesse,
2007: XIV).
En Amrica la joyera estuvo presente entre las civilizaciones prehispnicas con la elaboracin de piezas de uso ornamental. Desde 700 a.C. se tienen datos sobre el manejo
de metales y piedras preciosas; Per, Colombia y Ecuador son las principales zonas
donde se han encontrado testimonios materiales. Asimismo, en el Mxico prehispnico
el jade se comerciaba desde el norte de Mxico y sur del ahora Estados Unidos hasta
Centroamrica. Haba oro en Oaxaca y aleaciones de otros metales. Sin embargo, tambin desde tiempos prehispnicos, Mxico tiene en la plata su principal producto que
ha sido tambin la materia prima ms importante trabajada por manos artesanales. A
principios del siglo XX, William Spratling instal en la ciudad de Taxco un taller de joyera nombrado Las Delicias que trajo fama mundial a la plata mexicana; a partir de ese
momento, el arte de la joyera fue cobrando fuerza y extendindose por todo Mxico
(Durand, 2009).
Joyeros en la calle Morelos
Monterrey, una de las principales ciudades industriales del pas, desarrolla desde dcadas anteriores un intenso proceso de metropolizacin. No obstante, su viejo centro no
ha perdido dinamismo comercial, manteniendo la calle Morelos como uno de sus ejes
comerciales. Es aqu donde tambin se concentra un sector importante de produccin
de joyera artesanal de la ciudad. En esta calle existi, hasta hace cuatro aos, el Centro
de Joyera. All tuvieron sus inicios los talleres que visitamos. Los talleres cambiaron de
edificio, pero se mantienen en la misma calle. All exploramos el oficio de joyera, localizamos seis talleres para adentramos en tres. Antes de hablar sobre ellos, es importante
conocer ms sobre la zona donde se ubican.
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Dentro de este panorama comercial destacan las joyeras, pues adems de los talleres
artesanales encontramos 19 locales de joyera de fantasa o bisutera, dos joyeras finas
con servicio de reparacin, dos tiendas de artculos para joyero y, por lo menos el da
en que se recorri la calle, cuatro puestos informales de joyera artesanal, para sumar 26
espacios relacionados con esta actividad. Es decir, en esta calle se hallan los elementos
necesarios para conformar un micro sector joyero: materias primas, produccin, comercializacin, clientela y competencia.
Descripcin de los talleres
Acercarnos primero a los talleres y entablar despus una conversacin con los joyeros
de Morelos, nos permiti la observacin y reflexin que nos record una de las definiciones de taller que hace Sennett (2009: 8):
...espacio productivo en el que las personas tratan las cuestiones cara a cara. Esta austera definicin no slo atae a quien manda o a quien obedece en el trabajo, sino
tambin a las habilidades como fuente de la legitimidad del mando o de la dignidad
de la obediencia.
Los lugares son pequeos y multifuncionales, observamos que adems de estar organizados como espacio productivo tambin lo estn para atender a sus clientes, comer en
sus ratos libres e incluso para su entretenimiento mientras el trabajo llega.
Al entrar a los talleres en los que se concentr nuestro trabajo pudimos apreciar la
distribucin del espacio. El primer taller tiene en la entrada un escritorio equipado con
telfono y una laptop; es la oficina donde se reciben a los clientes. Al traspasar la nica
divisin con que cuenta el lugar se ingresa al taller donde se hallan tres mesas de trabajo hechas de madera, algo desgastadas pero aun servibles y provistas de herramientas,
las paredes lucen imgenes de la virgen, fotografas y efectos personales. Parte de la
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Manuel dominando las tcnicas con la ayuda de sus amigos que lo invitaban a trabajar.
Aprender no fue sencillo:
Cien por ciento de los que andamos en esto aprendimos a base de prcticas, no hay
estudios y si los hay son de diseo, para cambiar estilos. Pero escuela no hay, para que
te enseen joyera no, todos vamos aprendiendo desde el principio, desde barrer, pulir
las piezas y soldar. Con el tiempo ya se va aprendiendo.
Luego de la fundicin pueden seguirse distintas tcnicas, ya sea la tradicional de moldeado con herramientas o la de vaciado en cera. Nosotros nos enfocamos a la tradicional; despus de que se fundi el metal se vaca en moldes para sacarlo en lminas e ir
moldendolas y manipularlas de acuerdo a la pieza a elaborar ya sea cadenas, anillos,
aretes o dijes, segn el encargo que haya hecho el cliente. La lmina se dobla manualmente con el apoyo de un martillo; se corta con una segueta si es necesario y se le va
dando forma; luego se procede a soldar y a pulir. En esta fase se da el acabado a la pieza
en forma y en textura. Por ejemplo, en una argolla la forma puede ser plana o cncava
y la textura, mateada o brillosa.
Otra fase puede ser el montado de piedras, trabajo que en el taller de Librado desempea el montador; o el grabado que se realiza exclusivamente en el taller de Gilberto. A
ellos recurren los dems talleres cuando requieren de este tipo de trabajo.
La parte final y ms importante para los joyeros es entregar el trabajo al cliente que regularmente lo hace el maestro joyero o el jefe del taller, quienes tambin fungen como
administradores; de esa manera verifican la satisfaccin del cliente con la pieza entregada.
A lo largo del proceso de elaboracin de las joyas, el dominio en el conocimiento y
aprovechamiento del material se hace patente, como cuando se juntan sobrantes al
cortar las piezas e incluso el polvo que se desprende cuando se trabaja con la segueta,
como lo menciona Librado:
...aqu nada se desperdicia, polvo de oro, s, estos sobrantes se los quitamos con la segueta, trabajamos y cuando acabamos lo volvemos a agarrar, lo volvemos a fundir y lo
volvemos a trabajar. Eso es lo bonito del oro, que lo puedes trabajar y trabajar y trabajar.
Adems de la descripcin del trabajo de la joyera, es importante resaltar las implicaciones que se suscitan durante el proceso de elaboracin y para eso nos remitimos a
Sennett que se pregunta si el trabajo cooperativo puede basarse en la actividad corporal, pues se realiza con la coordinacin de las dos manos y el equilibrio de las diferentes
capacidades de los dedos. Igualmente, al caracterizar el trabajo del artesano destaca
el compromiso por realizar las cosas bien, condicin alimentada por la comunicacin
explcita entre el hacer y el pensar como un dilogo que genera prcticas habituales:
El artesano explora estas dimensiones de habilidad, compromiso y juicio de una manera
particular. Se centra en la estrecha conexin entre la mano y la cabeza. Todo buen artesano mantiene un dilogo entre las prcticas concretas y el pensamiento; este dilogo
evoluciona hasta convertirse en hbitos (Sennett, 2009:21).
Sobre lo anterior, Ramiro, joyero del taller del Sr. Librado, comenta que lo que ms le
gusta de su trabajo es la parte de la elaboracin, ratificando que conocimiento, comprensin y disfrute del proceso de trabajo son elementos propios de la produccin
artesanal. Esta percepcin y vivencia del trabajo contrasta con aquella actividad laboral
cuestionada por Marcuse (2003), la que se dirige hacia la aniquilacin de la vida, tanto
por la destruccin de la naturaleza que trae el desarrollo de la civilizacin, como por la
dominacin que se ejerce sobre la vida del trabajador.
Condiciones de vida y de trabajo
A diferencia de las condiciones de trabajo en otros lugares donde hay que ajustarse
a la disciplina fabril, los joyeros tienen ms libertad. Por eleccin propia, sus jornadas
laborales comienzan entre diez y diez y media de la maana de lunes a sbado; regularmente su hora de salida es a las siete u ocho de la noche entre semana, y a las
dos de la tarde los sbados.
En este punto, algo significativo en la vida de nuestros artesanos es cmo perciben sus
jornadas, como si ningn da fuera igual al anterior. Si bien algunas tareas se repiten, es
difcil para ellos el relatarnos una jornada normal de trabajo.
Desde la experiencia de Ernesto, sabemos que el da de un joyero, o de cualquier trabajador, comienza desde el momento en que salen de su casa. Hay quienes, como l,
tienen la facilidad de vivir cerca del transporte pblico que los lleva tan cerca de su
casa como de su trabajo, lo que le permite llegar puntual a las diez de la maana; abre
el negocio y espera a que llegue su jefe. Es importante que haya alguien puntualmente
a la hora de apertura en el lugar ya que en cualquier momento puede llegar un cliente
inesperado para recoger alguna pieza o encargar otra. Cuando es temporada alta, los
trabajos se han acumulado desde jornadas anteriores y es necesario empezar a trabajar
desde que se pisa el taller para sacar los pedidos a tiempo. Cuando el negocio est bajo,
la llegada al taller es seguida por periodos de espera. La dinmica de la jornada igualmente es movida para los propietarios. Como seala el seor Librado: Casi ningn da
es igual, a veces andamos puliendo, yo me la paso en la calle, ando en la compra-venta
de oro, pero sigo estando al frente y trayendo trabajo.
El nmero de trabajadores en los talleres, que por lo regular es reducido, tambin imprime diferencias en las rutinas de trabajo: desde las solitarias -cuando laboran una o
dos personas, con el gozo de la concentracin pero tambin con el agobio del tiempo cuando el trabajo disminuye-, a las ms dinmicas cuando laboran ms de tres; en
este caso, el espacio reducido donde se hacinan hombres y mquinas es propicio para
los intercambios propios del oficio -compartir herramienta, dividirse el trabajo, pedir
opiniones y sugerencias para la fabricacin de algn objeto-, a lo que se suman las conversaciones de amigos, quienes platican, bromean y entablan relaciones ms profundas.
Y mientras al interior del taller se est trabajando con los metales, en la calle, entre casas de empeo y mercados se encuentra a los propietarios de los talleres, consiguiendo
materias primas u ocupndose en la compra-venta de metales y otras piezas. Ms que
una eleccin, como menciona Novelo (2008), es la lgica del mercado lo que los fuerza
a salir de su labor artesanal, ante la necesidad de atraer ms clientes y recursos al taller
de joyera. Eso es lo que lleva a los maestros propietarios a salir del espacio que fundaron aos atrs, como lo comenta Librado:
pues yo s hara una pieza por gusto, pero no hay tiempo para eso, siempre ando
ocupado, siempre ando en la calle y todo, entonces pues ellos son los que bsicamente ahorita, son los que hacen lo dems, verdad, yo ya nada ms me encargo de
traerles y llevar.
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entregadas, sino que al final de la jornada entre todos los trabajadores levantan un
reporte el cual queda asentado en los registros del propietario, cuadernos contables
guardados en el escritorio de la recepcin. Tampoco parece haber preocupacin por las
piezas; aunque se est trabajando entre mucho oro y piedras preciosas o semipreciosas;
el temor de que las sustraigan es mnimo o inexistente. La confianza en el taller va ms
all de las habilidades de artesano, posiblemente debido a la cercana de las relaciones
interpersonales se respeta la libertad de cada uno.
Parte de la jornada cotidiana, de lunes a viernes, es el tiempo para comer al medioda.
Los joyeros tienen la opcin de salir del taller a buscar sus alimentos y consumirlos en
los muchos restaurantes y fondas en la calle Morelos y del centro, o pueden llevarlos
desde su casa y comer en el taller. En un marco de flexibilidad, este intermedio en el da
incluso puede utilizarse para actividades personales como salir de compras o cortarse
el cabello. En general, el tiempo-reloj no se vive como la imposicin que caracteriza a la
fbrica: Hay mucho [manejo] del tiempo, por eso estamos a gusto, s, no estamos pues
sujetos a no s, a un rgimen de horario y pues por eso pienso que les gusta su trabajo.
Estas concesiones en el uso del tiempo entre trabajadores y jefes son recompensadas
por la dedicacin puesta en cada pieza. Considerando la hora de salida, entre siete
y ocho de la noche, una hora simblica, ya que el momento de salir del taller llega
cuando se ha terminado con el trabajo del da. Por eso ningn da es igual al anterior;
cmo determinar una rutina laboral si la constante es la diferencia? Todo depende de
la cantidad y del tipo de piezas a fabricar o reparar. Un joyero artesano define su da de
acuerdo a las necesidades de sus clientes. Esta relacin directa con el mercado marca su
estilo de trabajo y es un punto de referencia en la valoracin de su propia labor.
El tiempo de los joyeros s es bastante valioso, dice uno de ellos. Aunque no lo explican de manera acadmica, pero, por ejemplo, al fijar el precio saben que adems del
costo del metal se suma todo el trabajo que ellos aportan: el tipo, forma y acabado que
requiera la alhaja solicitada, y que adems del tiempo que se requiere para su elaboracin cuenta su conocimiento especializado.
Al cerrar la semana de trabajo, la dinmica de los sbados es distinta por algo ms que la
hora temprana de salida. Termina la jornada laboral, y dan paso a la convivencia gremial.
Al salir se renen para convivir en uno de los seis talleres de Morelos. Comparten unas
cervezas y experiencias. Desde los tiempos en que todos ellos integraban el ahora extinto equipo de futbol Morelos, hasta el da de hoy, la tradicin de congregarse en un
mismo taller ha perdurado, aunque la cantidad de joyeros convocados haya disminuido.
A veces es difcil reunirse en grandes grupos porque, como relata Gilberto, muchos de
160
los joyeros trabajan como obreros en grandes joyeras, donde los hacen trabajar hasta
tarde los sbados, e incluso los domingos. Por ahora, en un sbado normal encontraramos alrededor de 10 joyeros, de los casi 500 que hay en Monterrey.
Los talleres, hoy como ayer, han sido y son un factor de cohesin social mediante
rituales de trabajo, sea el de compartir una taza de t, sea el del desfile de la ciudad;
mediante la tutora, sea la formal paternidad subrogada del Medievo, sea el asesoramiento informal en el lugar de trabajo; o mediante el hecho de compartir cara a cara la
informacin (Sennett, 2009: 96).
Por tanto el taller no es slo un espacio de trabajo, sino que es multifuncional. La variedad de usos se relaciona tanto con la flexibilidad que caracteriza las rutinas de trabajo
en la mayora de los oficios, como por las relaciones laborales menos rgidas y verticales
al participar activamente los propietarios y maestros, e incluso por su uso para el esparcimiento. Esta comunicacin entre joyeros de diferentes talleres gestada en la convivencia sabatina a su vez influye en afirmar las identidades gremiales. Es tiempo para la
charla y tambin para la consulta sobre la fijacin de precios, de cooperacin en cuanto
al uso de tcnicas y maquinaria, entre otros. Se retroalimentan los conocimientos y el
sentido de pertenencia a un oficio.
Mercado y competencia
La aparicin de grandes compaas, junto con el avance de la tcnica y la maquinaria, ha
permitido la produccin eficiente y en serie; las mercancas se comercializan a precios
baratos y en grandes cantidades, desplazando el trabajo artesanal. Las piezas manufacturadas remplazan a las artesanas en los comercios, siendo ms populares las primeras
por su bajo costo y su difusin en casi todo tipo de comercio (Durand, 2009). La joyera
convertida en industria ha incrementado su distribucin tanto a nivel nacional como
internacional. En el caso de Mxico, con la entrada del modelo neoliberal y la apertura
comercial en la dcada de 1990, aument la circulacin de mercancas extranjeras. El
pas y, principalmente, sus regiones urbanas se inundan de joyas de marca y ms aun de
bisutera de pases asiticos.
Por un lado, las marcas de lujo, buscando ampliar su mercado a sectores de clase media
alta y clase media, han ido modificando sus precios y productos para estar al alcance de un pblico mayor, motivando el consumo y orientndolo segn las tendencias
de moda que las mismas grandes empresas van imponiendo. Por el otro, el notable
incremento de medianos y pequeos negocios de joyera dirigidos a las clases medias
y bajas, as como el comercio de la bisutera o joyera de fantasa en gran escala, han
propiciado un mercado altamente competido, en el cual los talleres de joyera se van
convirtiendo en micronegocios que luchan por subsistir.
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En cuanto a su nicho de mercado, nuestros entrevistados no se concentran en la promocin de ventas, y han dejado de confiar en la publicidad como una forma de incrementar sus negocios; en parte debido a la inseguridad y costos, en parte por las dinmicas que mantienen con su clientela asidua, la cual -conformada por tiendas de joyera
cercanas, conocidos y familiares- ayuda a construir por recomendacin y por contacto
la totalidad de su red clientelar. Como expone Ernesto: con la pura recomendacin
nos cae ms gente, nosotros ponemos el precio exacto en gramo de oro y en gramo
de plata, ellos lo compran y si les conviene nos recomiendan o vienen ellos otra vez.
Satisfacciones del oficio
Las satisfacciones que obtienen los joyeros de su trabajo van de la prctica en s misma
hasta las dinmicas que se desarrollan en el taller. De la primera se puede mencionar
que las habilidades que van adquiriendo como producto de la constante prctica se
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Sin embargo, la identidad del artesano es un tanto paradjica; por un lado, siente ese
orgullo, pero, por otro, puede llegar a sentir un sentimiento de fracaso, de minusvala,
debido a lo que Sennett (2009: 62) expone: En diferentes momentos de la historia
occidental, la actividad prctica ha sido degradada, se le ha divorciado de objetivos
supuestamente superiores. Es decir, que la separacin de la cabeza y la mano no slo
son de naturaleza intelectual, sino tambin social. Y esta paradoja pudimos notarla en
uno de los maestros joyeros que lamenta no haber estudiado una carrera profesional
que le hubiera permitido ascender en su primer trabajo, adems de buscar el desarrollo
profesional de sus hijos y evitar que continen con el oficio.
Otro importante tipo de satisfacciones es producto del sentimiento de libertad y autonoma en el trabajo, alejado del que genera la disciplina fabril casi automatizada y
permanentemente vigilada. A manera de sntesis, las libertades del taller se ven reflejadas en la flexibilidad del horario, en la decoracin personalizada del lugar de trabajo
y en el control que tienen sobre el proceso de produccin. Librado lo expresa de la
siguiente manera:
El trabajo no es pesado, no es pesado o sea no hay nadie aqu que te est hostigando,
que te est midiendo el tiempo, que te est presionando, puede ser que por eso estamos nosotros a gusto trabajando aqu. Todos sabemos lo que tenemos que hacer y
pues lo hacemos, nada ms.
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Esta situacin econmica Sunkel (2008: 481) la expone claramente para Amrica Latina:
Hay un proceso de creacin y destruccin de empleos cuando se avanza con la creacin de nuevas actividades y la racionalizacin de las existentes, frecuentemente se
desplazan las preexistentes con mucha destruccin de empleo.
En Monterrey, desde hace aos los joyeros han sufrido un descenso en sus ventas y por
lo tanto de sus ingresos, atribuyndolo, primero, a la crisis econmica y, recientemente,
a la situacin de inseguridad que se vive en la ciudad. Librado lo manifiesta claramente:
Yo me acuerdo mucho que toda la gente quera traer oro. Haba ocasiones, en Navidad,
cuando la gente quera sus regalos, nosotros nos pasbamos toda la noche del 22 y 23
trabajando. Y ahorita para las cinco o seis de la tarde ya no tenemos nada que hacer.
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Cartier, Tiffany, Tous son algunas de las firmas exclusivas que ofrecen productos
de lujo en el pas. Sus joyas estn dirigidas a un sector que representa solo 2.3% de la poblacin, segn
la Asociacin Mexicana de Investigacin de Mercados. Mientras la competitividad de precios a nivel
internacional aumenta, Mxico no se queda atrs, pues representa 42% de las ventas en Amrica Latina
(Hernndez, 2004).
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CAPTULO 8
OFICIO Y ESPECIALIDAD BARRIAL:
LOS TAPICEROS
DE LA COLONIA TERMINAL
Arriba: Fernando Martnez, maestro tapicero. Abajo: aprendiendo el oficio en el taller de Jos Luis Ruiz
172
El oficio se aprende, se pregunta al maestro y a las cosas, se le da un orden al microuniverso que se interioriza en el alma de quien habita y crea en el taller. El valor de las cosas
asume un carcter riguroso cuando el aprendiz se convierte en maestro, y es como si la
observacin del maestro se materializara en las cosas (en las telas, esqueletos y martillo), y dicha observacin de los objetos exigiera siempre un buen trabajo. Aprender de
las cosas requiere preocuparse por las cualidades de las telas o el modo correcto de
preparar un pescado; buenos vestidos o alimentos bien cocinados, pueden habilitarnos
para imaginar categoras ms amplias de lo bueno. (Ibdem: 19)
As todo artesano contribuye al recubrimiento de la ciudad, renovando el tapiz gastado
de los sueos, dndole vida a nuevas posibilidades en el apreciar curioso de los rincones. Para las habilidades tcnicas, la imaginacin tambin debe poseer su rincn en este
quehacer. Se suea antes de contemplar. Antes de ser un espectculo consciente todo
paisaje es una experiencia onrica. Slo se miran con una pasin esttica los paisajes
que hemos visto primero en sueos (Bachelard, 1996: 12). En este sentir y hacer del artesano, se produce una coherencia con el espacio vivido, encadenado entre sus fronteras;
encadenado, incluso, a los sueos de los otros.
Espacios especializados: la colonia Terminal
Del observar que exige el trnsito de la ciudad, emana una geografa de lo cotidiano y
lo familiar. Se elabora fielmente una topologa ntima que relatara (con los estmulos
indicados) una historia por cada esquina, un retrato por cada barrio, un dejo de voluntad que aluda a la memoria.
Al comprender la congruencia espacial que devuelve la contemplacin, vemos materializadas algunas formas que pasaron de soslayo a cualquier otra observacin. La especializacin que exige la disciplina acadmica nos permiti detenernos para construir una
lgica entre la relacin espacial que permiten sus actividades caractersticas. En este
caso logramos ver enlazadas y encausadas las dinmicas en los espacios caracterizados
por una especializacin del trabajo. Para Duhau, el carcter de los espacios especializados es la configuracin especfica de su dimensin pblica, en trmino tanto de lo que
incluye como de lo que excluye (2003: 214).
El valor heurstico le dio sentido a la relacin entre dos espacios caracterizados por una
especializacin del trabajo. Por un lado entre las calles de Coln y Calzada Madero se
forman distintos aglomerados de locales y talleres dedicados a la venta de accesorios
y piezas de automviles; mientras que en la colonia Terminal se hace evidente una especializacin al trabajo de tapizado de muebles. Notamos, al paso de la investigacin,
cmo la especializacin del tapizado se nutra de la especializacin automotriz de la
173
zona, porque aunque el oficio del tapicero tambin consista en tapizar otros muebles,
gran parte de la produccin se basa en el tapizado automotriz.
En la colonia Terminal, los talleres de tapicera continan conservando un carcter de
barrio, se les ve nacer cada maana al abrir sus puertas a nuevos proyectos. Entonces
cada puerta deja entrar al barrio en el taller y deja salir el movimiento de las herramientas, los aromas de la madera y las telas, los sonidos de la radio y el compresor, y una que
otra cancin salida de un ronco pecho.
As tambin el tapicero disea su espacio exterior y el espacio del barrio con ayuda
del rtulo, los despojos de material y las puertas abiertas. Las actividades del barrio
parecen nunca tener fin, ya que, adems de las charlas en las banquetas, los oficios all
estn. No existe, como en otras colonias, el abandono de las casas en horario de oficina, ya que los talleres toman un lugar protagnico, que exhibe sus dinmicas hasta en
jornadas de 12 horas.
Sobre la calle Platn Snchez, en esa colonia, larga va que cruza todo el centro de la
ciudad de sur a norte, se puede observar un gran nmero de negocios que tienen que
ver con el oficio de la tapicera, como lo son las tiendas de telas y materiales, ms algunos talleres que siguen funcionando. Se hace evidente una especializacin en torno a la
tapicera. En un recorrido rpido se observan hasta quince negocios con este giro. An
desconocemos la razn por la cual exista esta especializacin del oficio en ese tramo
de la ciudad; lo que s es indudable es que el barrio tiene una fuerte inclinacin por el
desarrollo de oficios y eso se observa en sus calles.
La colonia Terminal, fundada en 1928, se caracteriza por su perfil industrial por colindar
con una de las fbricas emblemticas de la ciudad, la Vidriera Monterrey49. En la actualidad, la tapicera, especialidad que fue albergando en dcadas posteriores, es tambin
parte de su identidad. La colonia se reconoce por su buena labor en este ramo y por la
facilidad para encontrar los materiales que se requieren para esta actividad. Este barrio
de tapiceros guarda un sinfn de historias que se han ido acumulando al paso del tiempo, nuestra intencin es hacer un primer acercamiento a sus actores.
49
(N. de la e.) La fbrica de Vidrios y Cristales cerr en 1904 a raz de un conflicto laboral
y reabri en 1909 como Vidriera Monterrey (vila, 1988). La colonia se construy en terrenos
anteriormente rurales, como resultado de la expansin de la ciudad al ritmo de su industrializacin. En
este lugar se asentaron, de forma regular e irregular, numerosas familias de trabajadores de Vidriera y
otras fbricas aledaas, desde las primeras dcadas del siglo XX.
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mquina de coser, de tijeras y grapas por pistola; mide, corta, cose y viste. El objetivo es
entregar al cliente un trabajo con el mejor acabado, ya que es la carta de presentacin
para la mayora de los talleres, los cuales no se valen de una publicidad muy elaborada
para promocionar su trabajo, si acaso un rtulo, o una tarjeta.
La innovacin en los materiales y herramientas es tambin otro factor relevante en
cualquier actividad; sin embargo, las innovaciones en el oficio de la tapicera no han
representado un gran cambio en los procesos de trabajo, aunque s en los ritmos y
tiempos. Las innovaciones han sido muy especficas, como la introduccin del hule espuma mencionado o la grapadora de aire que sustituye el clavado de la tachuela. Esto
ha permitido una mayor rapidez en el proceso de tapizado. Otro caso es el de las telas,
ya que actualmente, mencionan, se utiliza con mayor frecuencia la vinyl-piel, que es una
imitacin sinttica de piel.
La llegada de nuevas herramientas permiti que muchos, de los ahora maestros, encontraran en sus habilidades y juventud la puerta de la especializacin y el desarrollo
laboral. Como mencionan los tapiceros ms viejos, s haba herramental, como la pistola
de grapas, pero que no era correctamente utilizado por los tapiceros que los antecedan; cosa que ellos, como jvenes, aprovecharon para adquirir estas nuevas habilidades
en tanto se iba desplazando la peculiar y asombrosa habilidad del tapicero tradicional
clavando tachuelas.
En cuanto al proceso de trabajo los cambios son menores pero interesantes como espacios para la innovacin personal, combinando el recurso de mejores mquinas y el
saber obrero que generan nuevas maniobras. Por ejemplo, refieren los tapiceros que con
anterioridad la tela que cubre al mueble se colocaba con un mtodo llamado pambazo, que consista en estirar la tela sobre el mueble para darle la forma requerida; luego
colocar las tachuelas para fijarla. El Sr. Jos Luis Ruiz se adjudica la creacin de una
tcnica en este proceso, y recuerda que en el taller donde l comenz su labor como
tapicero hace ms de 30 aos, ide la forma de hacer cada parte del tapiz con una
costura que le diera la forma de la parte a tapizar, desarrollando su propio mtodo que
permite, como ya mencionamos, que la tela entre como camisa.
Para los tapiceros de la zona no es difcil conseguir sus materiales ya que en la colonia
tambin se establecieron buen nmero de tiendas para su venta. Este es un momento
importante, pues el artesano tiene como preocupacin permanente constatar la calidad de sus materias primas. Para ello los tapiceros se aplican en la bsqueda del mejor
precio y la mejor calidad de sus materiales; con este objetivo aprenden a elegir cada
negocio por sus caractersticas especficas, y as acuden a cada local dependiendo de
lo que necesiten. Esto ha facilitado la subsistencia del oficio en la zona, ya que permite
una mejor calidad y mayor ganancia para el tapicero.
178
Su habilidad para evaluar cada negocio, adquirida con el paso de los aos, es tal, que
comentan que dependiendo de la tela que el cliente pida es a donde se dirigen a conseguir ese material. Otra de las habilidades, muy cercana a lo que menciona Sennett acerca del dilogo entre el artesano y el material, es la capacidad de distinguir la calidad
de los materiales con el simple hecho de sentirlos, de tocarlos, como menciona el Sr.
Fernando Martnez acerca del hule espuma, que debe tener una consistencia chiclosa,
y esto denota la calidad en este material, para saberlo slo hace falta maniobrarlo un
poco, nos dice.
Al igual que en otros negocios, la calidad vara mucho a medida que el precio aumenta.
Tambin las temporadas de los colores benefician el consumo de ciertas telas y esto
hace que aumente el precio. Hay algunos colores que nunca pasan de moda, como son
el negro, el azul, en el caso del mueble de oficina, pero en el mueble de hogar los colores tienen temporadas y modas.
Los tipos de trabajo
Los trabajos ms comunes son la tapicera de mueble de oficina, el mueble de hogar y
el tapizado automotriz. En el caso del Sr. Jos Luis su especializacin es la del mueble
de oficina, y sus principales clientes son varias tiendas dedicadas a la venta de estos
muebles. Estas empresas contratan sus servicios y le dan encargos por temporadas, as
que tiene que tapizar sillas, paneles y sillones de oficina. Menciona que es una actividad
que ha venido realizando desde hace 17 aos y es contactado por su buen trabajo.
Los pedidos menos frecuentes son los muebles para el hogar, mencionan que no es
muy habitual que las personas busquen retapizar sus viejos muebles y en cuanto a la
fabricacin, muchos prefieren comprar en muebleras grandes. Esto tambin muestra el
cambio en las normas de consumo con la aparicin de grandes empresas muebleras en
la ciudad y la introduccin de sistemas de crdito que estimula la compra frente a la
reparacin (Palacios, 2011). No obstante, siguen recibiendo solicitudes de fabricacin.
Son casos especiales para amueblar espacios muy especficos o limitados. Por ejemplo,
algunos clientes con casas pequeas, de inters social; tienen que jugar con los pequeos espacios porque la mayora de las veces los grandes negocios slo cuentan con
muebles en tamaos estandarizados. Estos tapiceros les resuelven la imposicin mercantil del espacio habitable, como menciona Baudrillard: Ms que en el gusto, es all
donde reside el sentido actual de la decoracin: ya no se trata de implantar un teatro de
objetos, o de crear una atmsfera, sino de resolver un problema, de proporcionar la respuesta ms sutil a un traslapamiento de datos, de movilizar un espacio (2007: 25).
Otra fuente de trabajo es el retapizado automotriz; se trabajan los asientos y el capacete del automvil. Este rubro es el que ms abunda entre los talleres de la colonia Ter179
El aprendizaje del oficio requiere de mucha dedicacin y paciencia; se trata de ir aprendiendo poco a poco cada una de las etapas del tapizado, por ejemplo el relleno del
mueble, la costura, el enresortado, y al final el tapizado en general. El proceso culmina
al dominar el conocimiento integral del oficio. El aprendizaje tambin implica cultivar
una mente abierta a la consideracin de nuevas categoras de lo bueno, para ello se
requiere de una observacin ms especializada, con una mirada ms abstracta que el
ojo comn. Pero quiz lo ms importante en el aprendizaje es el compromiso, como
menciona Sennett (2009: 32) El artesano representa la condicin humana del compromiso, y en nuestro recorrido, eso lo expresa muy bien el Sr. Fernando Martnez:
Me gusta empezar a tapizarlo [el mueble] como si fuera para m, le busco detalles,
cositas que digo, bueno esto est mal y como a m no me gusta, pues al cliente no le va
a gustar. Entonces lo dejo a mi gusto y a mi manera, me gusta verlos diferente, hacerlos
diferente, que la gente se vaya satisfecha de lo que se lleva.
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Esta visin del compromiso parece tener en cuenta no slo al cliente al momento de
realizar el trabajo, sino tambin al maestro, como si fuera un observador constante del
proceso, aunque ste ya no est.
La relacin que existe entre maestro y aprendiz toma peculiar relevancia en el proceso
de aprendizaje, ya que muchos de los oficios se transfieren generacionalmente de padre
a hijo; existen incluso familias enteras dedicadas al oficio.
Es el caso del taller Betancourt en la colonia Terminal, donde el equipo de trabajo est
conformado por cuatro personas: los dos hijos del Sr. Betancourt, un hombre y una
mujer, un experimentado tapicero empleado, sin lazos familiares, y el sobrino de ste
que se desempea como ayudante. Aqu el padre de los dos hermanos fue quien comenz el taller y su hijo continu con el oficio, mientras que su hija lleva a cabo tareas
de administracin. Otro caso, donde se manifiesta ms rotacin siendo el oficio una
actividad circunstancial, es el del Sr. Jos Luis, con quien trabajan todos sus hermanos
y algunos familiares:
A mis hermanos, verdad, aqu han trabajado como cuatro: Jorge, Armando, Eduardo,
Joel, cuatro hermanos, un to y sobrinos como unos seis o sea jvenes. Mientras encontraban un trabajo venan a ayudarme a rellenar, armar, cosas fciles y as van aprendiendo y otros ya estudiando trabajan en otras cosas, o agarran otro oficio, pero s es
por lo regular familiar, enseas a familiares o amigos.
De esta manera, el oficio resulta tambin un trabajo temporal para aquellos jvenes que
an estn buscando su profesin en el estudio. Es decir, el taller es un espacio inclusivo que funciona como un sostn econmico temporal para aquellos que no buscan
aprender el oficio, sino mantenerse por un tiempo. Incluso, puede ser oportunidad de
empleo de personas con limitaciones que las han excluido del trabajo industrial, por
ejemplo, han dado trabajo a un sordomudo, quien se encarga de tareas simples como
la limpieza y lleva trabajando ms de 10 aos, pero por sus capacidades no ha podido superar el grado de aprendiz, conservando el mismo rol durante este tiempo. Esta
experiencia nos mueve a pensar en la importancia de reflexionar a ms profundidad
acerca del aprendizaje actitudinal que obtienen las personas al acercarse a los oficios,
independientemente de que luego se dediquen a otras cosas.
En otra modalidad, algunos aprendices llegan al oficio sin estar relacionados familiarmente con el maestro; como en el caso del Sr. Fernando Martnez que relata cmo
siendo boleador de los tapiceros de un taller, pas a formar parte de la cuadrilla de ayudantes y luego termin de aprender el oficio. Este proceso resulta similar al de algunos
antiguos gremios. Sin embargo, aunque en algunos casos la relacin laboral no presenta
vnculos parentales, sucede lo que describe Sennett, un refuerzo en la relacin maestro182
El taller del Sr. Betancourt: entrevista y trabajo del tapicero. Fotos de Julio Cisneros
184
Aqu el dueo del taller administra, disea, hace presupuestos, entrega trabajos, corrige,
ensea, es un trabajo de tiempo completo que pocas veces deja tiempo al descanso.
Muchas de las veces el dueo del taller se ve obligado a asistir al lugar de trabajo incluso el da de descanso para ir preparando todo y comenzar bien la semana. El mercado se
impone y los talleres y sus artesanos ejercitan la adaptacin, en busca de la subsistencia
tal como lo menciona Victoria Novelo:
El funcionamiento del taller, aunque pareciera presentar comportamientos semejantes
al del viejo artesanado original, est inmerso en una economa de mercado basada en la
competitividad y con formas de circulacin de materias primas, medios de produccin
y fuerza de trabajo ajenas a las viejas costumbres y en una institucionalidad administrativa que se ve ms como molestia que como posible aliada (2008: 118).
186
CAPTULO 9
LA BARRA COMO FRONTERA:
LOS CANTINEROS DEL CENTRO
DE MONTERREY
Y no solamente se escapa en estos lugares de la fatiga del trabajo, sino tambin funcionan, de acuerdo con Flora Tristn (citada por Morales Muoz), como va de escape a la
tristeza y discordias del hogar familiar.
En palabras de Mikel Aizpuru y Antonio Rivera: La taberna es una institucin singular en
los procesos de socializacin y ms adelante mencionan:
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Es viejo el dicho de que sin fermentacin no hay civilizacin. Las primeras pruebas
que demuestran que el ser humano conoca la cerveza desde que empezaron las civilizaciones,
estn en algunos recipientes de barro hallados en Babilonia con restos de esta bebida, que datan
aproximadamente del ao 5000 a. C.
51
Tal era la importancia del pulque que a l estaba consagrada una de las principales deidades
de la mitologa mesoamericana: Mayahuel, la diosa del pulque.
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La taberna, el saln obrero, era el lugar al que acudan stos para descansar, charlar,
evadirse de la realidad, tomar contacto con ella a travs del debate o la conspiracin
poltica o social, generar y reproducir referentes culturales (msicas y canciones, estereotipos,), etctera. (1994: 108).
52
Nota: Aunque las cantinas como lugares de entretenimiento y reunin de obreros,
paulatinamente se fue ampliando para el consumo de todo tipo de clases sociales, no solo obreras. En
este sentido tambin se les usurp el espacio propio.
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Ambos llegaron a la vida de cantina como clientes: Pepe hace unos 25 aos, y de cantinero, en diferentes pocas y distintos lugares, lleva aproximadamente 15 o 16 aos: En
Kloster apenas cinco, alternado su trabajo como cantinero con lo que l considera su
verdadero oficio, la electricidad.
El Zurdo cuenta que lleg primero como cliente, ms tarde cliente frecuente, se hizo
de amigos y se empez a familiarizar con el movimiento y un da en que cacharon en
unas movidas a un cantinero y lo corrieron, l pidi chanza de trabajar y se qued. De
ese da hace ya ms de 14 aos. En El Mexicano tiene trabajando 3 aos y es que ese
local tiene ya mucho tiempo, pero con el nombre de Mexi tiene apenas unos 6 aos.
Sus jornadas laborales ilustran las diferencias que en estos trabajos se encuentran;
mientras que el Zurdo empieza a las diez de la maana y termina entre semana a la
una o dos de la madrugada, y entre cuatro y cinco de la maana los fines de semana. El
horario de Pepe es ms formalizado, si le toca trabajar de da empieza a las diez de la
maana, termina su jornada a las seis de la tarde; y si trabaja por la noche, empieza a las
seis para terminar, al igual que el Zurdo, entre la una y dos del da siguiente.
El oficio, clientes y mercado
El oficio de cantinero en palabras de Pepe es sencillo y divertido. El da empieza con el
llamado pasa manos; es decir, la entrega de la barra de cantinero a cantinero; luego le
indican cules cuentas estn activas y cules ya fueron cobradas. Lo segundo es revisar
la cerveza, contarla, ver si le falta hielo o cual cerveza se est agotando, y luego hacer
una revisin visual de los vinos. Cumplidos todos los requisitos tcnicos pasa a lo ms
importante: saludar a los clientes. Al respecto comenta que el saludo al cliente se personaliza un poco para que el cliente se sienta ms a gusto y vea que est como en su
casa, esa atencin la hacemos todos los das.
Durante el resto de la jornada se limpia la barra, se sirven cervezas, comida, se convive
con los parroquianos y al final tocar limpiar el lugar y hacer el corte que para el Zurdo
es lo ms difcil.
Estas cantinas del centro son por lo regular lugares pequeos, trabajan dos cantineros
por turno y alrededor de cuatro a seis en total; son un equipo y se dividen el trabajo: el
cantinero est a cargo de la barra y del servicio al cliente; en algunas ocasiones hay un
talachero que ayuda a limpiar y, a veces, termina hacindola de mesero.
En la cantina donde trabaja el Zurdo slo vende cerveza y comenta: de las chiquillas,
medias, caguamas y caguamn, y proporciona una aclaracin que refrenda el predominio de la bebida de cebada: antes tambin vendamos bebidas59, pero ah nos duraron las
59
198
200
201
Los principales clientes de El Mexicano son lo que el Zurdo llama artistas urbanos62,
estudiantes y rockeros de toda la vida. Y aunque tradicionalmente la vida de la cantina
estaba vedada para las mujeres, hoy en da hay muchas clientes. Orgulloso comenta
que est tranquilo, puedes traer morras nadie, nadie le falta al respeto, est todo bien.
Tambin comenta que para atraer a los clientes no hacen nada especial y que siempre
va a haber borrachos. No obstante, menciona que tienen promociones como el jueves
de discada y la cantina se llena como si fuera fin de semana y con eso ya no necesitan
traer grupos de msica en vivo, haya grupo o no haya grupo se llena.
Al respecto, la estrategia del Kloster es muy parecida, Pepe destaca la mecnica de
botanita por cerveza, que es acompaar de algn guiso, tostadas, caldos, para vender
ms producto. Otra estrategia es la que llama hacer sombra, la cual consiste en platicar
con el cliente para que se quede cautivo, se quede aqu tomando y consumiendo aunque no coma, que est a gusto, y considera que eso es parte de la esencia del lugar, la
botana, el equipo de trabajo. Tienen una concepcin integral del servicio que ofrecen,
ese es su oficio:
Lo que se ofrece es la calidad del producto y adems vienen porque los escuchas, les
das un lugar. La persona se siente como en su casa, a veces los clientes se desesperan si
hay mucha gente y no los atiendes como siempre, como se merecen.
En lo que atae a la innovacin Pepe comenta que se han hecho intentos, pero sta no
ha sido vista con buenos ojos por los comensales ms antiguos, debido a que es una
cantina tradicional. Tiene ms de 60 aos de servicio y el lugar siempre ha manejado la
misma esencia. Algunas novedades son organizar taquizas o comidas especiales cuando hay algn evento importante, por lo general de futbol, o los sbados de karaoke con
la intencin de atraer clientela ms joven. Sin embargo, la percepcin de los clientes
es que ahora el lugar est en decadencia porque va menos gente, situacin que Pepe
atribuye a la crisis de seguridad/inseguridad que hay en la ciudad.63
62
Refirindose a las personas que se dedican a cantar y tocar la guitarra, principalmente, en
los camiones de las rutas urbanas.
63
Esta situacin de menor actividad podra reflejarse en Nuevo Len en la tendencia
ocupacional descendente en los aos recientes. En 2007 el total de personas trabajando como
cantineros, meseros o camareros era de 22 990, y en 2012 la cifra lleg a 18 320, adems de considerar
que es una de las ocupaciones con ms bajos salarios. Fuente: Observatorio Laboral de la STPS.
202
Y est tan convencido de que no se va a poder por diversas razones: primero porque ya
trabaj en diferentes empresas y nunca logr adaptarse al horario inflexible y demandante:
203
204
La entrada ma era a las seis [de la maana] me tena que levantar a las 5:00 a.m.: bate,
almuerza y fuga; me iba a pie, pero no, a veces yo me pona pedo gey; me acostaba a
las 12:00 o 1:00 de la maana, para levantarte a las 5:00, pues iba todo pendejo.
Adems de esta resistencia a sujetar la vida al horario de la fbrica, hay otras razones,
como los difciles procesos de seleccin: Luego te hacen un pedo y te hacen exmenes tambin, que ya no me drogo verdad, pero es un pedo para entrar. Le suma otros
agravantes como tener que utilizar un corte de pelo diferente al que le gusta y un impedimento ms es el estar tatuado.
Por su parte Pepe, a pesar de contar con un mnimo de prestaciones en su calidad de
empleado formal, afirma: he sido empleado toda mi vida, ya estoy cansado. Sin explayarse en las razones para no buscar trabajo en una oficina o un Soriana, s considera que
el oficio de cantinero es una opcin laboral ms redituable econmicamente, aunque
el pago a nivel salud es muy fuerte.
Los bares: evolucin o decadencia de la cantina tradicional?
El capitalismo tardo ha atrado la atencin y puesto como base de la reproduccin y
subsistencia del sistema, el incremento incesante del consumo (Bauman, 2000).64 Dicho
cambio ha movido a modernizar la cantina antigua a lo que ahora es un bar, o un sport
bar; esa modificacin del pub ingls en simbiosis con el cabaret, la discoteca y la cantina tradicional (Gonzlez Alcantud, 1983), convirtiendo a estos establecimientos en
lugares de consumo, pero ya no slo de bebidas, sino de entretenimiento y espectculo
dando lugar a una jugosa industria.
Durante la prevalencia del capitalismo industrial eran principalmente las clases obreras
las que necesitaban espacios de fuga del trabajo alienante; en la actualidad, la clase media trabajadores de cuello blanco de todos los niveles y profesiones e inclusive las
clases altas ya no encuentran en sus lugares tpicos de recreacin el saln burgus, el
club deportivo, etctera el espacio idneo para la evasin necesaria y en este contexto
se transforma la cantina en bar, mutacin que circunscribe diferencias simblicas como
lo mencionan Lalander y Lalander, retomando el argumento de Torstein Velben, quien:
argumenta que las clases sociales superiores, de manera simblica, intentan crear
diferencias vis vis las inferiores. Esta creacin de diferencias simblicas, llega a ser
an ms actual en sociedades capitalistas y democrticas, donde est amenazada esta
diferencia (Lalander y Lalander, 2001: 257).
64
En contraposicin a la visin clsica de capitalismo industrial sustentado en una sociedad
de productores, la que ahora, dice Bauman se ha transformado en una sociedad de consumidores.
205
Una primera diferenciacin sigue siendo la espacial-territorial. Es comn que las cantinas tradicionales se encuentren en zonas cntricas de la ciudad (donde es intenso el flujo de peatones) y en barrios populares con concentracin de trabajadores; en tanto que
los nuevos bares se ubican en zonas ms exclusivas los modernos centros comerciales,
sectores residenciales, grandes hoteles, entre otros. Cosa importante de esta distincin
es que en el bar no se da la fusin de mundos que en una cantina se puede encontrar.
Abundando en estas diferencias simblicas, las prcticas y usos tambin se distinguen.
Aunque a primera vista lo que se ofrece es lo mismo, bebidas, se va a un lugar o al otro
buscando cosas distintas. El asalariado, por su parte, asiste a la cantina con la idea de
liberacin del estrs diario; va por la tranquilidad y la camaradera que el lugar brinda,
como mencionamos anteriormente; mientras el que asiste al bar de moda lo hace por
el espectculo, la simulacin y la percepcin de estatus que adquiere al visitar lugares
exclusivos, como apuntamos a continuacin. Exploramos las principales continuidades
versus diferencias, y ponemos nfasis en la labor del nuevo actor principal: el barista,
bartender o barman, nieto posmoderno del cantinero clsico.
La principal caracterstica del barman es la creacin. El chef Adrin Garza Tllez comenta al respecto:
Hay que crear, hay que innovar y hay que hacer cosas muy diferentes a las que estamos
acostumbrados, por lo mismo de que la sociedad, por un lado, ha ido modernizndose
y, otra, el hecho de que empieza a haber como una globalizacin en la importacin/
exportacin; eso pega mucho en la industria de la barra.
El barman est obligado a la innovacin, a mezclar licores y crear nuevos productos que
adems de ser agradables al gusto, sean atractivos a la vista, necesita conocer un sinfn
de sofisticados ingredientes y licores siempre teniendo en cuenta el mercado a quien
va dirigido el tipo de negocio: Hay una parte de la ciudad que va a la cantina; no va
por el trago [bebida preparada], va por la cerveza y viceversa. El tipo de gente que va
a la cantina va en busca de sosiego, donde ir a platicar con el amigo o a platicar con el
cantinero; otro tipo de gente lo que busca es el espectculo y comenta:
Nos dejamos impresionar por la lucecita y el fuego en la bebida que nos vendi el vecino de al lado, el de arriba [Estados Unidos]; estamos perdiendo identidad como pas y
como cultura. Es triste, no debera pasar eso, deberamos ser los primeros de sentirnos
orgullosos de nuestras races.
Bajo su ojo crtico sobre estos dos espacios, observa la fuerte distincin de sus formatos respecto del mobiliario: uno para prolongar la estancia, el otro para inhibirla. Es
decir, la cantina est diseada para pasar horas conviviendo, las sillas son cmodas, a
diferencia del bar en donde por lo general los asientos son muy estilizados, pero incmodos porque cada mesa tiene un tiempo de vida con clientes.
206
El bar est pensado para conversacin vis vis en el mejor de los casos, nunca para
el contacto grupal, aunque tampoco desarrolla con xito el contacto dual (Gonzlez
Alcantud, 1983). Aqu nos dice Garza Tllez, que el grupito de gente est un poco ms
aislado del barman, el barman no est en contacto con la gente y de esta forma se
pierde el sentido de la barra de cantina; el trato se vuelve impersonal, las diferencias de
estatus se imponen y es tajante al comentar:
El barman o el bar tender no tiene el acercamiento con su cliente, ya no lo conoce, ni siquiera sabe cmo se llama, no sabe qu toma. Llega un mesero y le dice: trabjame tales
bebidas, y la persona que est en la barra las trabaja a ciegas no sabe ni para quin son.
En conclusin, el chef cree que los cantineros tradicionales estn en peligro de extincin, y que los barman tienen una deuda de reconocimiento y respeto del trabajo del
cantinero, porque:
finalmente el cantinero abri punta para que ahorita el barman sea respetado, sea reconocido, sea el aplaudido. Si no hubieran enamorado al pblico durante tanto tiempo
hoy las cosas seran totalmente diferentes.
Cabe mencionar que ambos oficios no se oponen, se complementan, pues ambos responden a un mercado especfico que necesita cubrir necesidades diferenciadas. Ambos,
a su manera, son artesanos. Mientras que el nfasis del cantinero pasa por la libertad
que le da el permanecer fuera del sistema de produccin estandarizada y por las rela207
208
CUARTA PARTE
CAPTULO 10
LOS PANADEROS: UNA ARTESANA
QUE SOBREVIVE A LA INDUSTRIA
Introduccin
En este trabajo pretendemos dar a conocer el oficio de los panaderos en un contexto
urbano, tomando como espacio el rea Metropolitana de Monterrey. A lo largo del
texto se construyen clasificaciones para analizar las diferencias que existen entre los
negocios dedicados a la fabricacin y venta de pan.
La informacin que aqu se presenta fue extrada de seis entrevistas realizadas a Guadalupe Castillo Macas y Juan Antonio Reyes, gerente y socio panadero de la Cooperativa
Estrella Roja, respectivamente; Juan Pablo Ortega, dueo de la panadera Maggi; Jos
Martn Enrquez Medina empleado de la panadera Rico, Romn Lujano Covarrubias
propietario de una panadera artesanal del centro de Monterrey, y el panadero retirado
Guadalupe Llamas.
Comenzamos con una pequea historia de la panadera en Mxico, posteriormente
presentamos las caractersticas del oficio mencionando los tres tipos de panaderos: artesano, empresario y empleado; as como los modelos de panaderas que existen en la
metrpoli regiomontana: artesanal, en transicin y mecanizada. Finalmente, abordamos
algunas de las estrategias y retos que muestra este oficio.
Notas sobre la panadera en Mxico
Pasar de alimentarse directamente con los productos que la naturaleza le proporcionaba, a cultivarlos y cocinarlos, representa miles de aos en la historia de la humanidad.
Este es el caso del consumo y posterior cultivo de los cereales. Su uso se benefici,
primero, con el ablandamiento del grano en el agua y con la magia del fuego; posteriormente, al descubrir que dentro de la corteza haba un alimento que esperaba ser
molido con piedras y transformado en harinas. La harina obtenida de este modo, era
humedecida para hacer una especie de galleta sin forma, mezclada con salvado. Ese fue
el pan que aliment al hombre durante milenios.65
65
En Mxico el pan fue trado por los espaoles con la conquista y ha tomado formas artesanales nicas y caractersticas del pueblo mexicano. Forma parte de una gran cultura y
tradicin; es probable que el nuestro sea uno de los pases con mayor variedad de panes,
como resultado del sincretismo entre las diversas culturas indgenas y la herencia de las
culturas europeas, espaola y francesa, principalmente. Por lo que puede decirse que el
concepto del pan y de las panaderas es en Mxico diferente al resto del mundo.66
El pan de la Nueva Espaa slo se consuma entre los espaoles; ms tarde el consumo
se extendi a la poblacin criolla y mestiza. Menciona Savage (2002) en su reportaje que:
su propagacin por la capital de la antigua Tenochtitln hizo que su olor, sabor y
forma penetraran tambin en el gusto de los indgenas. Cada clase consuma un pan
distinto, el pan floreado era el que coman los ricos, pues era ms caro y pasaba por
varios procesos de refinacin, mientras que el pueblo coma un pan mucho ms econmico y de menos calidad conocido como pambazo.
El oficio se fue transformando, pues el pan, al ser elaborado por los mexicanos, pas
por un proceso de apropiacin donde se estimulaba la creatividad.67 Las piezas antes
rudimentarias se convirtieron en
expresiones de azcar, fueron adquiriendo formas, tamaos y nombres como chamuco, huarache, nopal, comal, taco, chilindrina y hasta greuda; que no tuvieron empacho
en convivir con las creaciones espaolas como abanico, barco, can, cochino, cuerno
o madrilea. (Savage, 2002)68
217
Las panaderas grandes producen alrededor de 50 tipos de pan, mientras que las panaderas pequeas entre cinco y ocho variedades. La Estrella Roja nos comparti la experiencia de pedidos especiales como el pastel del aniversario del municipio de Monterrey con una cantidad de 10 mil quequis, en el que invirtieron cerca de 80 horas de
trabajo, y la elaboracin de una rosca de reyes de mil metros.
Los tiempos cambian y el mercado presiona. En la actualidad se elaboran productos
que tienen un proceso mnimo de preparacin, en contraste con las elaboradas creaciones de antao.
Con el trabajo de campo realizado observamos las diversas funciones que llegan a desempear los panaderos y podemos clasificarlos en tres tipos: el panadero-artesano, el
panadero-empresario y el panadero-empleado.
Panadero-artesano
El panadero-artesano es aquel que se encarga de todo lo relacionado con la panadera:
es dueo del negocio, elabora el pan, consigue la materia prima, administra las finanzas
y se encarga de la venta del producto. Se encuentra relacionado directamente con la
panadera artesanal; algunos inician a temprana edad como ayudantes de un maestro
panadero, otros se familiarizan con el oficio pero se incorporan despus de probar
otros campos de actividad. Despus de aprender el oficio, estos panaderos se independizan o heredan el negocio, y llevan con ellos las recetas tradicionales para continuar
elaborando . sta es la ruta que muchos aprenden pero no todos cristalizan.
El testimonio del seor Guadalupe Llamas, quien dice yo no soy panadero, soy fsicoqumico-matemtico de la elaboracin del pan, nos acerca a esta figura del panaderoartesano. l se inici en 1968 en el arte de los amasijos en una panadera ubicada en
el centro de Monterrey como ayudante del maestro Serafn, el que me ense a m
a trabajar la panadera. Despus el maestro puso su negocio y se fue a trabajar con l
durante 8 aos. Posteriormente se le present la oportunidad de rentar una panadera
situada en la colonia Caracol. Finalmente, en el ao 1980, estableci en su casa la panadera que funcion hasta el ao 2007.
El artesano trabaja por lo general en dos turnos, en la maana y en la tarde. La jornada
es intensa dejando poco tiempo libre entre la preparacin, el reparto y venta, y la compra de materias primas. Los das libres para este tipo de panadero no siempre se gozan.
As lo resea don Guadalupe:
Yo me levantaba a las cuatro de la maana y surta el pan, acomodaba las charolas en
canastos, los suba a la camioneta y me iba a entregar. Volviendo de entregar, surta el
despacho, pona francs, volcanes, marinitas. Terminaba de entregar a las siete o siete y
218
media, iba al Mercado de Abastos, surta la mercanca y me pona a trabajar con un chavo.
Hacamos el pan, de las ocho de la maana a las dos de la tarde. Hacamos lo que era la repostera, digamos galletitas, bsquets, bombones, quequis, todo eso y en la tarde de cuatro
a diez de la noche trabajaban dos hermanos haciendo lo que es el volcn, la margarita y el
francs; eso sala como a las diez de la noche ms o menos.
Otra es la historia de Romn Lujano Covarrubias, hijo del panadero Herminio Lujano
propietario de la panadera El Fnix en el centro de Saltillo. La familia lleg a Monterrey en 1957 luego de que el padre cerrara la panadera y comprara aqu una pequea
panadera en el viejo centro de la ciudad, se llamaba El Charro, l le puso La Saltillera.
Romn creci en el ambiente del oficio pero no se acerc hasta aos despus de vivir
en Monterrey. A los 22 aos, all por 1967 fue aprendiendo de los trabajadores de su
pap mientras estudiaba la carrera de Derecho, le agarr cario. Al enfermar su padre
dice don Romn: le dije: pues ya descansa y me encargu yo y all sigue a sus 70
aos, en la misma panadera de Modesto Arreola y Diego de Montemayor, hasta que
el cuerpo aguante.
Estos artesanos conservan sus recetas, utilizan un mnimo de equipo mecanizado pues
la mayor parte del proceso lo realizan manualmente. Son negocios familiares que integran a pocas personas ajenas y cuando lo hacen son uno o dos aprendices jvenes
que laboran informalmente. Las panaderas de este tipo, aunque pocas, subsisten en la
ciudad y regularmente se llegan a heredar de padre a hijo.
Panadero-empresario
El panadero-empresario es el que se dedica particularmente a las tareas administrativas
de la panadera, tiene el contacto con los proveedores y empleados que se dedican a
elaborar el pan, venderlo y repartirlo. Por su formacin como panadero puede cubrir
el trabajo cuando falta personal, ya que tiene el conocimiento de todo lo relativo al
oficio. Tiende a modernizarse para hacer eficiente el uso de tiempo y materia prima. Se
encuentra en panaderas mecanizadas o en transicin.
Juan Pablo Ortega es la tercera generacin de una familia panadera. Su abuelo fue panadero y su pap tambin: pap dur ms de 70 aos siendo panadero. El oficio, aunque
de herencia familiar, lo aprendi en Estados Unidos cuando se fueron en 1972. Luego
de un corto periodo de intentar laborar en la industria metalmecnica, los riesgos, las
intensas jornadas, el idioma y las malpasadas lo hicieron regresar a su origen:
entonces llegaba con mucha hambre y mi pap me deca: pues le hubieras dado una
mordida al fierro. Y dije, no pues tiene mucha razn, en la panadera tienes hambre y le
das una mordida al pan, y te lo comes y se te baja el hambre y pues regres al oficio de panadero en Estados Unidos. Trabaj en Houston 6 aos, despus me fui de panadero a un
autoservicio y luego me la dieron de gerente en una panadera y estuve ah un buen rato.
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221
Al volver a Mxico se instal en Monterrey en el ao 1982. Busc panaderos para trabajar, y a los pocos aos, con el espritu empresarial animado por la experiencia estadounidense, adquiri mquinas para sustituir personal, de tal modo que al nuevo que
contrata lo capacita para que pueda hacer de todo.
Una de las ventajas para subsistir que tienen algunos de estos negocios, es que son
administrados por personas que antes que administradores son maestros panaderos.
De esta manera pueden resolver las dificultades que como patrones tienen con los
empleados, comenta Juan Pablo: Si no vienen pues no hay pan. Y si t no sabes como
dueo hacer pan pues ya te amolaste, gracias a Dios yo s hacer pan, ya que me faltan
me puedo meter yo a hacer pan.
O para sacar adelante pedidos especiales en horarios irregulares a fin de cumplir con los
clientes, como narra el gerente de la Estrella Roja al recibir un pedido de 3 mil bolillos:
Entonces hablo con los compaeros [administradores] y me dice y quin los va a hacer
si no hay panaderos; le digo, tu eres panadero, yo soy panadero, el otro compaero
que anda ah abajo es panadero y nos echamos el celular a la bolsa y le dijimos a las
compaeras [recepcionistas]: si es urgente urgente urgente el asunto que se vaya a tratar, djelo para la tarde y si no psemelo para maana, y as fue.
Para otros administradores, lo artesanal tiene que ver con el tipo de conocimientos que
se aprenden y conservan, puntualizando que a diferencia de la panificacin industrial,
donde todo el proceso est fragmentado, en estas panaderas hay que saber:
tanta harina, tanta manteca, tanta sal, tanta azcar, tanto mejorante, tanto leudante,
tanto tiempo, todo, todo. A eso nos referimos con que aqu es artesanal, en cantidades
grandes, pero artesanal a fin de cuentas. Y los muchachos aprenden, dice Guadalupe
Castillo.
Panadero-empleado
El panadero-empleado es quien vende su fuerza de trabajo para producir pan bajo el
mando de panaderos empresarios. Generalmente se emplean en panaderas en transicin y mecanizadas, de las cuales hablaremos ms adelante. Este tipo de trabajador
no siempre arraiga en el primer trabajo, la rotacin es frecuente en busca de mejores
oportunidades, a veces por cuestiones de sueldo y, en ocasiones, por aprender cosas
nuevas. Otra caracterstica es que muchos siguen emplendose por trabajo a destajo
para mejorar su ingreso.69
Este tipo de trabajo puede beneficiar ocasionalmente con cierta flexibilidad en el horario del empleado: la jornada laboral depende de uno, normalmente son cinco horas
las que trabajamos 6 das a la semana, descansamos en sbado, con horario de 12 a 5 de
la tarde o ms tardar a las seis.
Aunque esta flexibilidad positiva, rpidamente, la acotan al recordarnos que su trabajo
es un trabajo pesado y en su tiempo libre lo que desean es el descanso: aunque luego
digan que uno trabaja pocas horas, con el simple hecho de estar parado todo el turno
y soportar el calor, lo que quieres es descansar.
Con una educacin bsica, el panadero-empleado se inicia en el oficio entre los 15 y 17
aos de edad haciendo labores de limpieza y/o como ayudante del panadero maestro.
Trayectoria que todos estos panaderos recuerdan, como el empleado de la Panadera
Rico, quien con 25 aos de antigedad en el oficio platica:
empec como todos, lo normal, nada ms ayudando y ya poco a poco despus, con
el tiempo, te vas grabando las frmulas de cada cosa; cuando te gusta, porque cuando
no te gusta no te grabas nada.
69
Esta antigua forma de produccin y empleo, que permanece hasta nuestros das en diversos
oficios, en el caso de Monterrey nos remonta al trabajo de los antiguos panaderos libres de las
primeras dcadas del siglo XX, los cuales gracias a sus conocimientos y habilidades podan negociar su
autonoma en mejores condiciones con sus patrones.
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224
Los ascensos en esta actividad siguen siendo muy tradicionales, de aprendiz se pasa a
ayudante de maestro, maestro segundo, maestro primero, etctera. Sus salarios varan
tanto por dichas categoras como por las fluctuaciones en el pedido que les hace el
patrn, pues en el sistema de destajo el empleado no decide cunto producir, lo que
s puede es influir en el tiempo de produccin. Aun as, mencionan que su trabajo les
ha dado para vivir.
Por emplearse en negocios medianos, constituidos formalmente, la mayora de los empleados panaderos cuentan con las prestaciones de ley; es decir, seguridad social, Infonavit, aguinaldo, entre otros, as como contratos de planta.
Otro sector empleador que no trataremos aqu es el de la gran industria panificadora,
las cadenas de pastelera y repostera, y los grandes grupos de automercados que desde
hace aos incorporaron la panadera como un departamento importante. Y aunque all
cuentan con un empleo formal, sus salarios y prestaciones son bajos en relacin al
desgaste de su fuerza de trabajo: lo ms que les pagan son $1200 pesos semanales y
trabajan ms horas que nosotros aqu, y se van ms castigados econmicamente.
Mercado y produccin del pan
El oficio de la panadera est ligado a la elaboracin de uno de los productos bsicos
de la dieta de los mexicanos, aunque sealan los productores que en la ltima dcada
el consumo per cpita ha descendido de 38.5 a 33.5 kilos, influido principalmente por
el cambio en la dieta de un amplio sector de la poblacin.70 Asimismo, a diferencia de
otros oficios que casi han desaparecido por los cambios en el consumo y/o la presencia
de las grandes industrias y comercios, en ste la participacin de la micro y pequea
empresa sigue prevaleciendo a nivel nacional.71 En el caso de Monterrey y su rea metropolitana existen 276 unidades econmicas registradas bajo el criterio de panadera,
de las cuales 264 tienen 10 empleados o menos; 11 entre 10 y 15; y slo una registra ms
de 50 trabajadores (INEGI, 2012). Es decir, no obstante el peso y porcin de mercado
que controlan las grandes empresas panificadoras, la panadera pequea, como negocio
familiar, se mantiene con vida en barrios y colonias de la ciudad. Situacin que no est
exenta de serias luchas por sobrevivir, como veremos ms delante.
El consumo del pan presenta caractersticas sociales y estacionales. Respecto de las
diferenciaciones socioeconmicas, hay desde consumidores que pueden comprar slo
70
Fuente: Presidente de la Asociacin Nacional de Proveedores Profesionales de la Industria
del Pan, Repostera y Similares (Anpropan). Entrevista en El Economista, 12 de agosto de 2012.
71
Segn el tamao de las unidades econmicas en el pas haba en 2009: Microempresas o
empresas familiares que ocupan de una a 15 personas y representan 96.7% del total de los establecimientos; las pequeas empresas con trabajadores de 16 hasta 100, representan 3% y finalmente los establecimientos medianos y grandes, representan apenas 0.3% del total. Fuente: CANAINPA, Situacin
del sector de panificados en Mxico, en nfasis Alimentacin Latinoamrica, 15 de agosto de 2009.
225
unos bolillos, hasta los que tienen la capacidad para adquirir panes y pasteles de alta
repostera. El conocimiento de su mercado hace que todas las panaderas pequeas
produzcan segn la estacin del ao se consume ms en tiempo de fro que de calor, si se est en periodo vacacional, si es fin de semana, etctera. La mayora trabajan
sobre pedido, cuentan con clientes fijos como tiendas de abarrotes, hamburgueseras,
restaurantes, o para eventos especiales.
Los tipos de panadera
Segn nuestras observaciones y siguiendo un criterio tecnolgico, las panaderas se
pueden clasificar en tres tipos: artesanal, mecanizada y en transicin. A continuacin
describimos algunas caractersticas representativas.
El primer tipo, la artesanal, estas panaderas se caracterizan por la elaboracin del pan
de forma tradicional y manual, aunque utilizan amasadoras, revolvedoras y, a veces,
hornos metlicos. Producen una cantidad limitada de mercanca, tienen poco personal
y generalmente utilizan hornos de ladrillo y adobe. Estos pequeos establecimientos
de barrio satisfacen la necesidad de consumo de sus alrededores, tienen una clientela
relativamente fija atendida por el propio panadero y algn familiar.
Recordando la relacin entre taller artesanal y hogar familiar que nos recuerda Sennett
(2009), este tipo de panadera est regularmente en la parte frontal del hogar del panadero. El espacio es pequeo y est distribuido en dos secciones. La primera est destinada para elaborar el pan; ah se encuentra la mesa de trabajo, el horno, la amasadora
y todas las dems herramientas; en la segunda se acomoda la produccin en charolas
y canastos, tambin es donde se lleva a cabo la compra-venta del pan y el trato con
algunos clientes. En esta parte es comn encontrar imgenes religiosas y almanaques
que ambientan y decoran el espacio. El ambiente de trabajo es relajado, ya que existe
cierto margen para trabajar al ritmo deseado. Nuestra visita a varias de estas panaderas
nos llev a ratificar lo que Victoria Novelo describe de los talleres artesanales y sus
propietarios:
no hay administracin del trabajo fuera de un reparto elemental de tareas segn las
especialidades del taller; la supervisin de la calidad es siempre una responsabilidad
del maestro acorde con su particular subjetividad sobre lo bien hecho producto de
la experiencia, como lo es tambin la vigilancia de la conducta permitida dentro del
taller, que es un asunto de costumbres y no de reglamentos escritos (2008, 118).
contra estos grandes productores porque compran las materias primas harina, levadura, azcar, huevo, saborizantes a granel y por toneladas, por lo que obtienen precios
de mayoreo; en tanto que las pequeas panaderas compran en menores cantidades,
por costal y kilos. Derivado de lo anterior, si el costo de las materias primas es un indicador del precio del producto final, el consumidor busca los precios ms bajos, en tanto
que las panaderas caseras tienen que ofrecer en un mnimo de $4.50 la pieza de pan
para que les compense los egresos.
En nuestra investigacin, lo ms prximo a las panaderas artesanales fueron las de don
Guadalupe y de don Romn. La primera funcion desde 1980 hasta el ao 2007. La panadera trabajaba en dos turnos, en la maana y en la tarde atendiendo alrededor de 30
o 40 clientes que eran surtidos a partir de las 4 de la maana. En un principio el horno
donde cocan el pan era de ladrillo y despus fue remplazado por un horno metlico. Su
clientela era el mismo vecindario, con alcance limitado por lo que tener una pequea
produccin era suficiente. Hasta que el mercado se inund de pan barato:
en las farmacias Guadalajara el pan lo dan en $2 o $2.50 pesos, est Walmart que
vende pan, Sams vende pan, ah tengo la panadera, pero qu hago?, hago pan y a
quin se lo vendo?
Don Guadalupe cerr hace casi dos aos, conserva su taller e instrumentos, pero ahora
se dedica a administrar una liga de futbol en el deportivo de su colonia. Lo que era su
hobby, dice, se convirti en su fuerte. Tener una vida sin muchos apuros econmicos
y seguir disfrutando del trabajo que le da para vivir, tal vez influya para ver con cierta
naturalidad y resignacin su destino y el de muchas otras panaderas artesanales: Hay
que entender que lo moderno va arrasando con lo antiguo. Cmo compites con esta
clase de negocios que te ponen aqu enfrente? [supermercado].
No obstante, el segundo caso es una evidencia de la capacidad de adaptacin de los
artesanos. La panadera del seor Lujano lleg a producir hasta 10 mil piezas diarias con
7 u 8 trabajadores, antes de que llegaran los Soriana y los Super 7, ahora elabora 600.
Su estrategia fue no intentar competir con la panadera industrial, ajust el volumen y
tipo de produccin (dej de producir pan de sal, por ejemplo), adecu sus horarios de
trabajo y venta al tipo de clientela que mantuvo, y esencialmente, conserv la calidad
de su producto.
El segundo tipo lo denominamos en transicin, que son aquellas panaderas en la que
se utilizan mtodos artesanales con tendencia a mecanizarse. Se sirve de mquinas,
pero sigue teniendo las recetas tradicionales. Las mquinas solamente son utilizadas
para amasar. Este tipo de panadera est situada en lugares estratgicos de mercado.
El espacio de trabajo es amplio, pues la cantidad de personas que laboran son en
227
El ltimo tipo es la panadera mecanizada que es de alta produccin, utiliza la tecnologa necesaria para acelerar el proceso de produccin y sustituye mano de obra por
maquinaria. El almacn es surtido directamente por proveedores. La materia prima se
compra en grandes cantidades. Su alcance de venta es amplio y reparte su producto a
otros comercios.
Un ejemplo es la Cooperativa de Produccin Estrella Roja, ubicada en la colonia Industrial y es una de las ms antiguas de Monterrey creada en 1936. Su edificio es de dos
plantas y stano. Para producir en grandes cantidades incorpor la tecnologa necesaria
para hacer ms productiva la fuerza de trabajo, aunque conserva las recetas tradicionales. Al entrar se percibe el olor a pan recin hecho. Mientras vas caminando por los
pasillos para llegar a donde est el proceso de fabricacin, se pueden observar costales
de harina y de azcar. Se escucha el ruido de las amasadoras y de las revolvedoras.
Actualmente la cooperativa cuenta con 30 socios,72 y aproximadamente 32 pre-socios,
haciendo un total de 62 personas trabajando. El local cuenta con diferentes reas de
trabajo: panificacin, repostera, venta, almacn y distribucin.
72
Segn nos informa el gerente de este negocio, para ser socio de la cooperativa se necesita
ser panadero o ser repartidor. Seala que mucha gente ofrece dinero para ser socio de la cooperativa;
sin embargo, para ser socio se requiere del trabajo interesado y no del dinero que se puede aportar.
Su estructura de organizacin se rige por un consejo administrativo que integra gerencia, presidencia,
tesorera, secretara, y un vocal que conoce las funciones de todo el personal. A su vez existe un
consejo de vigilancia con un presidente, un consejero y un vocal.
228
229
El proceso de fabricacin del pan que describe Guadalupe Castillo permite asomarnos
a sus rutinas, jerarquas y sus relaciones internas, quedando muy clara la importancia del
conocimiento acumulado en este oficio:
La obra empieza en el almacn, desde que hablas con el maestro. Al maestro le das
un listado de los tipos de pan que se va hacer en ese turno y se pone de acuerdo con
el compaero de almacn, entonces l le pide tanta manteca, tanto piloncillo, tanta
azcar, tanta canela, tanto ans, tanta margarina, tanta vainilla, todos los insumos. Ya
para esto el maestro tiene a sus auxiliares que, al menos aqu en el sistema de nosotros,
es el primer maestro, el segundo maestro, y dos maestros oficiales y, ah, l se encarga
de preparar la receta que se viene manejando desde 1936.
De manera similar a como describe Novelo las modificaciones que le impone el mercado a los talleres artesanales, las panaderas en transicin y las mecanizadas est[n]
inmersa[s] en una economa de mercado basada en la competitividad y con formas de
circulacin de materias primas, medios de produccin y fuerza de trabajo ajenas a las
viejas costumbres (2008, 118).
230
Tratamos de impulsar el consumo del pan aqu en Monterrey [donde] la gente, por el
calor, no tiene tan arraigado su consumo como en el centro de Mxico. Aqu antes no
se usaba lo que es la rosca de reyes, nosotros la empezamos a meter, empezamos a
meter tambin lo que es el pan de muerto porque casi no se conoca.
Igualmente saben que la calidad del producto, la puntualidad en la entrega, siguen siendo
clave para mantenerse, pues: Para ganarte un cliente se tarda 100 das y para perder 100
clientes, pues en un da los pierdes, sostiene el socio administrador de la Estrella Roja.
Por su parte, las pocas panaderas artesanales como la de don Romn, subsisten porque
no se consideran en competencia con las panaderas grandes o las de cadena, aunque
han hecho obligados ajustes en produccin y empleo. Su principal clientela sigue siendo la del barrio donde han permanecido durante dcadas, pero se han adaptado a los
cambios vecinales y laborales: El 80 por ciento son [empleados] de las oficinas y el
otro 20 es gente que viene por tradicin, por nostalgia, porque aqu vena mi abuelito
o mi pap y l me mand. Este panadero sigue viviendo en su casa ubicada atrs de su
negocio, lo mantiene su tica, que la define como no escatimar absolutamente nada
para que sea un pan bueno, un pan decente le llamo yo. No tan comercial.
Por ltimo, una estrategia de venta que es bastante polmica entre los panaderos es la
venta de pan en las calles; estrategia muy socorrida por pequeos productores de pan.
Los llamados tlalchicholes en el centro del pas. A pie o en bicicleta o en triciclo, con
una canasta en la cabeza, han recorrido desde hace aos colonias y barrios de todas las
ciudades de Mxico, al son de pan panadero. En Monterrey y su rea metropolitana
es cada vez ms frecuente verlos transportarse en muebles (transporte) que, con grabaciones amplificadas reproduciendo canciones de Tin Tan y frases rtmicas tales como
el panadero con el pan, llevan el pan hasta la puerta de la casa, por la tarde-noche,
cuando quienes trabajan van regresando a sus hogares. Hay que sealar que esta venta
directa tambin la procuran las grandes industrias panificadoras que ubican sus camiones en calles cntricas y en barrios populares, para vender pan de prxima caducidad
a menor precio.
En el caso de estos tlalchicholes urbanos, motorizados y cantarines, su estrategia de
mercado es difcil criticarla, pues es prctica y hasta agradable. Sin embargo, algunas
opiniones en contra sealan que el pan vendido de esta manera puede no cubrir los requisitos de calidad en su elaboracin, como algunos de salubridad por no despacharse
en un lugar establecido, o
Muchos compaeros estaban inconformes con la gente que anda vendiendo pan en
las calles, en las camionetas oye pues no estn pagando impuestos, no estn pagando
nada Les digo, t ponte a pensar que [ellos] tambin comen.
232
Finalmente, como afirm don Romn, la gracia de ser panadero es tenerle cario y no
limitarnos con lo que debe de llevar cada pan; no escatimar lo que debe llevar para que
no pierda su calidad. Pero eso necesita querer hacerlo; querer lo que hace.
233
Coleccin privada. Queda estrictamente prohibida la reproduccin total o parcial de la imagen para fines que sean distintos a los de la educacin.
CAPTULO 11
LOS VIDRIEROS DE MONTERREY:
LOS LINDEROS ENTRE EL ARTESANO
Y EL OBRERO
El presente texto tiene como finalidad asomarnos al trabajo artesanal de obreros del
vidrio que laboran en un taller dependiente de una gran industria. Estos obreros-artesanos encontraron en la industria manufacturera de Monterrey un espacio en el cual,
manteniendo un rol de asalariados, desarrollan conocimientos, habilidades, tcnicas y
aptitudes en el manejo manual de herramientas para la creacin de piezas de vidrio.
El oficio del vidriero: el material, el trabajo y su historia
Desde su invencin, hace ms de 3500 aos en la regin de Medio Oriente, el vidrio
ha sido un material enigmtico. Los elementos que lo componen han permitido desarrollar tcnicas y manejos que lo hacen trascender la temporalidad. Desde los sirios y
alejandrinos en el antiguo Mediterrneo hasta los artesanos modernos han utilizado
este material que refleja la practicidad, la tradicin, la belleza y la creatividad de que
cada pieza va impregnada.
El vidrio en Mxico y en gran parte de Amrica lleg a travs de la conquista espaola.
La influencia del arte espaol y los usos que tena el material fueron de gran influencia
en la formacin del nuevo artesanado mexicano. El primer taller fue establecido en lo
que hoy es Puebla, alrededor del ao 1542, por Rodrigo de Espinosa, quien sera el primer conquistador-vidriero en difundir el oficio (Fernndez, 1999: 43).
La adaptacin que sufrieron los antiguos pobladores de Mxico debido a la imposicin
de costumbres, tradiciones y usos de los espaoles devino en el arraigo de los valores y quehaceres de los colonizadores en el nuevo mundo mestizo. La introduccin al
pas de nuevas necesidades y usanzas, de nuevos materiales y mtodos de produccin,
contribuy a la aparicin de agrupaciones de artesanos: sastres, zapateros, cerrajeros,
herreros, pasteleros, barberos, entre otros. De estas agrupaciones llamadas gremios
no estuvieron ausentes los vidrieros que, como los dems gremios del siglo XVI, participaban tanto en actividades pblicas y en la estructura administrativa del ayuntamiento
la produccin de los gremios rega la vida econmica del mismo, como tambin en
festividades religiosas (Ibd.: 66).
Sin embargo, en 1814 se prohibieron las asociaciones gremiales en la Nueva Espaa, restando voz colectiva a los artesanos en general, pero manteniendo en funcionamiento el
usual acaecer del trabajo diario en los talleres. Eran en stos en donde se mantena el
secreto del mtodo y produccin de la pieza, ms que en la asociacin gremial (Ibd.: 68).
237
Poco fue el tiempo de explotacin del mercado interno slo por los trabajadores del
vidrio puesto que, ya para la segunda dcada del siglo XIX, la demanda fue cubierta con
importaciones europeas de mayor calidad y ms baratas. Lo anterior tuvo consecuencias en el cambio de organizacin de estos artesanos que sucumbieron ante la creciente
industrializacin de los productos del vidrio. Paulatinamente se fueron estableciendo
en Mxico, con capitales extranjeros y nacionales, fbricas del vidrio que emplearon a
los maestros y aprendices locales, por ejemplo: Fbrica Mexicana de Cristales en 1834,
ubicada en la Ciudad de Mxico y la Compaa empresaria para la fabricacin de vidrios
al estilo de Europa fundada en 1837, en Puebla (Ibd.: 118 y 124).
Para finales del siglo XIX, el paso de un proceso artesanal del vidrio en talleres, a uno de
produccin en masa en grandes industrias se haba realizado. Era este tipo de produccin el ms eficiente para cubrir la demanda de consumo de una poblacin que creca.
No obstante, muchos talleres y pequeas fbricas siguieron operando como tradicin
familiar y con procesos artesanales, algunos de los cuales subsistieron en el centro del
pas y el Bajo hasta transformarse en empresas vidrieras en las primeras dcadas del
siglo XIX (Ibd.: 138-160).
En el noreste del pas el paso de la produccin artesanal a la industrial fue detonado por
la demanda de Cervecera Cuauhtmoc para abastecerse de botellas ante el aumento de
produccin de la empresa nacida en 1890. Miguel ngel Fernndez (Ibd.: 78) menciona:
Este artculo [las botellas de vidrio cerveceras] ms que ningn otro, simboliz la transicin del taller y de la pequea factora a una autentica revolucin industrial en materia de nuestro vidrio La botella cervecera del Porfiriato [a inicios del siglo XX] haba
preparado el surco donde germinara un producto necesario: el de una slida industria
vidriera nacional.73
Sin embargo, aunque la produccin industrial termin por cubrir casi en su totalidad el
mercado de productos del vidrio, la elaboracin artesanal y semiartesanal ha subsistido
en estados como Jalisco, Distrito Federal, Estado de Mxico, Puebla.74
73
(N de la E) Javier Rojas se remite a las memorias de Roberto G. Sada, para recordar que
la fbrica naci para llenar la demanda de envases de vidrio de la mayor parte del pas, aunque al
iniciar sustrabajos, slo pretenda servir a la demanda local. () El mismo don Roberto menciona
Rojas afirma que la fbrica de vidrios regiomontana fue la primera de cierta importancia que surgi
en el pas. Aclara que desde la Colonia haban aparecido otras en las ciudades de Mxico, Puebla,
Texcoco y Toluca: pero eran todas ellas, pequeas y anticuadas. Recuperado de: http://www.
monterreyculturaindustrial.org/vidirera.html
74
(N de la E) Asimismo, en ciudades como Monterrey se mantuvieron a lo largo de todo el
siglo XX numerosos talleres vidrieros independientes muchos formados por obreros que renunciaban
o eran despedidos de la gran empresa vidriera. Pero desde mediados de los aos ochenta del siglo
pasado el continuo encarecimiento de los energticos como el gas, fundamental en esta actividad,
as como la apertura comercial de los aos noventa que inund de productos de vidrio, fueron
provocando el cierre sistemtico de talleres y pequeas fbricas en esta ciudad. Algunos de estos
negocios, se convirtieron de productores en distribuidores de mercancas asiticas.
238
invitados por otra gran empresa y es all donde encontraron la ramificacin ms pequea: el Taller de coleccin, lugar dedicado a la produccin de piezas ms finas y con
ornamentacin elaborada a mano. El taller creca por el incremento de productos y por
la posibilidad de colocarlos en el mercado de consumo que se expanda a finales de los
aos ochenta. Ambos formaran parte de aquellos grupos de trabajadores que fueron
entrenados para la prctica manual del detallado de las piezas de vidrio. Se lleg a un
punto en el que no slo deban producir piezas, sino que stas deban llevar decorados
para hacerlas ms vistosas. Ah, estos obreros con alma de artesanos fueron desarrollando rpidamente la habilidad para trabajar con el material: desde dibujar, hasta cortar y
decorar el cristal. Vctor menciona su trayectoria de formacin:
En el 87 entramos primeramente a Trabajos Varios, ya despus nos pusieron a dibujar
y posteriormente esos dibujos los pasbamos a copas, a vasos, a jarras, a licoreras y en
esos dibujos le hacamos el corte de diamante para el cristal cortado; posteriormente
pasamos al taller de coleccin que es ste, y primero te dan trabajos sencillos, cortes
sencillos, como los de algunas preseas
241
Santa Catarina. Se inici como ayudante para procesos relacionados con la produccin
de vasos, jarrones y bombillas, todas trabajadas en hornos o vidrio caliente, lo que
implica soplar, cortar y enfriar. Fue un lento aprendizaje que rindi frutos, ya que l,
como su padre, a travs de los aos adquiri la experiencia que le permiti conocer
los secretos para transformar el material. Y as, se convirti en un maestro del vidrio.
La produccin de este taller no fue acompaado por el xito econmico. Al no tener
una reestructuracin en los modos de produccin para volverse ms competitivos en el
mercado, el taller cerr. Desaparecida su fuente de trabajo, se incorpor, como muchos
otros obreros artesanos, a la gran empresa. Aprovechando su experiencia en hornos y
sopletes para trabajar el vidrio en caliente para la creacin de piezas personalizadas, se
incorpor como auxiliar en el taller artstico.
Por diferentes vas, estos tres hombres comparten la misma historia laboral, en el sentido de que ella contiene adaptarse a una constante necesidad de pensar-imaginarinnovar, para crear con sus manos y a su saber y conviccin, la pieza que les es requerida.
Es el trabajo del artesanado vidriero.
Del oficio, ayer y hoy
Como ya se enunci, existen dos ramificaciones generales que son importantes y marcan la manera en cmo se trabaja con el vidrio: al calor y al fro. Ambas divisiones tienen sus propios procesos, fases, herramientas, tiempos, cuidados y habilidades, que el
artesano deber conocer para la creacin de una pieza que cumpla con las expectativas.
Trabajar el vidrio en calor, menciona el seor Mario, consiste en hacer piezas de vidrio
soplado en trabajarlo desde que es una masa de vidrio; vamos a decir, que lo sacas t
con una caa y empiezas a trabajarlo, ya sea rolado, soplado, estirado de muchas formas
Las muchas formas son parte de la caracterstica del uso del material. Al introducir la
mezcla de arena slice junto con la correcta exposicin al calor del horno, se crea la
masa maleable con la que el artesano trabaja. Es su materia prima.
Sin embargo, esta actividad dentro de una gran industria implica una divisin del trabajo
y por tanto especialidades, no es trabajo para una sola persona. El mismo Mario relata
que para producir un vaso usando el mtodo anterior, se necesita un mnimo de cinco
personas, cada una destinada a un proceso del vidrio; menciona las funciones:
Sacador, soplador, cortador de caa, cortador de oxgeno y parador. Sacador es el que
saca el vidrio del horno, lo rola, lo revienta y se lo da al soplador. El soplador, como ya
viene reventado el vidrio, lo mete a un molde y lo empieza a soplar y agarra la forma de
lo que es el molde, o sea del vaso. El cortador de caa es el que lo desprende de la caa
y ste se lo pasa al cortador de oxgeno que es el que quita el exceso de vidrio para que
242
quede justo a la medida. Se corta con gas y oxgeno, para que no quede filo y quede
bien quemadito y luego ya el parador es el que lo mete al cocedor, al templador para
que ya salga el vaso como debe ser
Cinco procesos que pueden requerir hasta cinco personas para la produccin de un
vaso artesanal, no obstante piezas ms pequeas hechas en vidrio usualmente para
ornamento o decoracin suelen hacerlos una sola persona, a la manera en que un
artista pinta un cuadro y slo se necesita el pintor y su objeto.
La tcnica en fro se diferencia de la anterior en que la materia prima se encuentra condensada en lo que se conoce como bloque de vidrio. El artesano trabaja sobre y con el
bloque, y no con la mezcla que se obtenga del horno. El nombre mismo de la tcnica
nos indica que la mezcla ya se endureci y permite trabajar con el material, lo que no
sucede con la tcnica anterior, en la que la temperatura es un enemigo constante de la
pieza, ya que los cambios de intensidad del calor pueden causar que la pieza se agriete
o se quiebre.
Comparativamente, el seor Agustn menciona que el proceso en fro es largo si se
considera desde la preparacin de la mezcla:
El proceso de trabajo abarca bastante si vas a comenzar por la mezcla de la preparacin
pues lleva bastantes qumicos y eso nada ms ellos75 lo conocen: pero en s el trabajo
de nosotros es trabajar el vidrio ya en placas, ya que salgan de los hornos para nosotros
cortarlas, trazarlas a la medida que pida el cliente.
75
Con ellos, se refiere a quienes producen los bloques de vidrio, que son importados por la
empresa.
76
(N. de la e.) Esta sntesis del proceso puede contemplarse en el video promocional que el
Taller de Coleccin tiene en el sitio siguiente: http://www.tallerdecoleccion.com/paginas/tour
243
Esta segunda tcnica de produccin de piezas de vidrio es la que prevalece por estar
ms acorde a la lgica empresarial. El taller se dedica enteramente a la produccin de
piezas en vidrio trabajado en fro para lograr la optimizacin del funcionamiento; es
decir, es la tcnica que posibilita la produccin de piezas que se ajustan a las condiciones y requerimientos del mercado bajo costo y mejores tiempos de produccin,
dejando atrs la produccin de piezas elaboradas al calor debido a sus altos costos de
produccin. Los veintids trabajadores del taller cuentan con los conocimientos de
todas las fases de produccin en fro.
No obstante el conocimiento integral de los obreros artesanos, el taller funciona con
una clara divisin del trabajo. Para elevar la productividad se dividen en pequeos grupos en donde cada uno realiza una fase del proceso de fabricacin de la pieza. Unos
disean, otros usan discos de esmeril para cortar la materia prima (discos de carburo
de silicio, de cermica, acero con polvo de diamante); otros trabajan con herramientas
ms finas para cortes ms pequeos; otros emplean las piedras especiales para pulir los
materiales, etctera.
Reiterando, estos artesanos, aunque realicen una tarea especializada, no son ajenos al
resto de las tareas que confluyen en una pieza terminada; es decir, no corresponde a la
imagen del trabajador encasillado en tareas fragmentadas e ignorante de un proceso
integral, ms cercano al concepto del trabajo enajenador de Karl Marx. Estos obreros
artesanos conocen el trabajo fsico e intelectual de todas las fases y coadyuvan a la
culminacin de la pieza. Este conocimiento integral tambin confiere alta flexibilidad
en el uso de esta fuerza de trabajo, pues todos pueden ocupar, en determinado momento, cualquier rol de trabajo, particularmente cuando algn trabajador se accidenta
o falta a sus labores.
Del mercado y sus competidores
Desde la dcada de 1980 la presencia de polticas neoliberales en el mundo y particularmente en Mxico, ha conllevado una restructuracin econmica en trminos macro
y microempresariales. En este caso, la poltica de apertura de mercados para productos
del vidrio supuso una posibilidad de desarrollo para la gran industria, dentro de la cual,
especialmente, la regiomontana tena una posicin privilegiada. Sin embargo, como seala Mara de los ngeles Pozas (2006), por diversas malas prcticas, aunadas al lento y
desigual despegue de la economa mexicana, se terminaron apagando las esperanzas de
ese desarrollo de la industria vidriera mexicana, disminuida en sus exportaciones y con
la presencia de una fuerte competencia extranjera en el mercado interno al instalarse
en el pas filiales de grandes empresas transnacionales. Este escenario nos remite a las
primeras dcadas del siglo XIX, cuando los vidrieros nacionales competan contra la
produccin europea. Un siglo ms tarde, nuevamente se encuentran con las transnacio244
nales extranjeras que producen a menor costo y colocan fcilmente sus productos ms
baratos que los nacionales.
Adems de la presencia de grupos vidrieros extranjeros, el mercado nacional del vidrio
se ha visto inundado de productos provenientes de Asia, ante lo cual, artesanos como
Mario, reconocen que estas mercancas han afectado la industria del vidrio en el estado; pero tambin defiende su oficio y asegura que hay un diferencia importante entre
sus piezas y las importadas de China, no slo porque reconoce la obra propia, sino por
el nivel de calidad: S [es] ms barato, pero no con la calidad con la que la hace uno.
De las condiciones de vida y de trabajo
Estos obreros artesanos, a diferencia de los que trabajan de forma independiente en
los pequeos talleres, no son propietarios de los medios de produccin y su rol est
determinado como asalariados en el marco de una empresa industrial. Ellos acceden a
los derechos y obligaciones que les brinda su contrato individual de trabajo con la empresa; sin embargo, la diferencia entre este trabajo y el resto de labores industriales que
ser realiza en la empresa, es que su posicin les permite tomar ciertas ventajas creativas
que no surgen de un manual especfico, sino de su experiencia con el material.
Hablando de sus derechos y obligaciones, estos trabajadores tienen el mismo estatuto que el resto de los obreros de la planta vidriera. Trabajan una jornada establecida
a cambio de un salario acordado contractualmente, adems de diversas prestaciones
individuales y familiares. Sin entrar en un anlisis profundo, podramos ubicar a estos
obreros artesanos dentro del llamado trabajo formal, debido a que en general se cumple con lo establecido en la legislacin laboral, situacin de la que no siempre gozan un
gran nmero de artesanos que laboran en pequeos talleres regidos por otras lgicas e
incluso en condiciones de informalidad.
Trabajando ocho horas diarias cinco das a la semana el sexto se trabaja media jornada estos artesanos reciben un sueldo que, como dira Agustn, es a raya. Ellos no
perciben sobresueldo por sus habilidades a la hora de la cobranza, pues son parte de un
medio socioeconmico carente de medios de produccin que asumi el trabajo asalariado como una forma de asegurar un ingreso y el bienestar familiar. En este modelo de
regulacin, la antigedad laboral acumulada dentro de la empresa constituira una de
las pocas ventajas que impactara en el aumento de su sueldo, no por el reconocimiento de sus habilidades. Sin embargo, estos incrementos por ms elevados que sean no
compensaran econmicamente el aprovechamiento que la empresa obtiene de este
conocimiento tan especializado.
Efectivamente, desarrollarse dentro de una industria limita las posibilidades de obtener mayores ingresos. Lo que se gana, a veces no llega a ser suficiente. Mario ofrece
245
246
un ejemplo al recordar que en los talleres de vidrio en los que trabajaba su padre, el
vidriero trabajaba a destajo; es decir, entre ms produca ms ganaba. Ahora lejos de
la visin del pequeo taller, la gran industria y sus modos de cotizar la fuerza de trabajo
imponen la normativa del trabajo. El salario se basa en una productividad media dentro
de una jornada especfica de trabajo; por ello, pierde sentido producir ms de la media
exigida pues el salario ser el mismo. Por esta razn, cuando las necesidades econmicas apremian, muchos trabajadores recurren a trabajar en otras actividades para complementar el ingreso familiar.
El ambiente industrial que marca las pautas del trabajo de estos vidrieros, vuelve ms
evidente la subordinacin de su oficio a la modernidad y la tecnologa administrativa
que, en este caso, modific las condiciones para el trabajo artesanal. Este taller funciona de manera subordinada a la visin empresarial, transformndose los procesos y
comportamientos porque el taller, como menciona Victoria Novelo (2008: 128), est
inmerso en una economa de mercado basada en la competitividad.77
Retos y satisfacciones del oficio
Agustn, quien pareciera que anticipaba la pregunta, al interrogarle acerca de qu es lo
que ms le gusta de su trabajo?, no dud en responder que:
Me gusta el decorar, el hacer las piezas, el terminar y decir ah qu bonita me sali, son
artculos preciosos, me siento satisfecho del trabajo que hago; yo me siento a todo dar.
Una palabra clave mencionada por este vidriero: satisfaccin, ser recurrente en las
dems respuestas a la misma pregunta. Vctor dice:
todo, me gusta trabajar, me gusta hacer piezas, cada pieza es un reto y me da satisfaccin cuando la veo ya formada; me gusta verla terminada.
Lo anterior me lleva a pensar y espero que el lector reflexione sobre esto cmo
se supera la divisin social que rodea la apreciacin de esta artesana, que la reduce a
privilegio de una minora?
La relacin artesano-empresa
El patrn en su debido tiempo, cuenta Agustn, consider como un orgullo tener un
lugar donde procesar piezas de cristal, para la empresa era valioso.
La creacin del taller fue un paso seguro dentro de la empresa. Contaron las condiciones econmicas para expandir el mercado y se pudo atraer mano de obra que se
cultivara a s misma, adems de contar con la existencia de artesanos vidrieros en la
ciudad preparados para poder producir piezas a mano.
De esta manera la creacin del taller fue parte de una estrategia empresarial para crear
nuevas actividades dentro de una rama, como la de productos de vidrio, que se vio
afectada al producir masivamente artculos ms baratos y al sustituir productos de vidrio por los de plstico. Al igual que los oficios, las industrias de productos maduros
(tradicionales) como la del vidrio, hacen depender la competitividad y existencia de la
empresa de la colocacin de productos nuevos en un mercado cambiante.
248
A diferencia de las piezas producidas en masa, las del taller ven mucho ms prometedor
su futuro en el mercado. El taller se ha asegurado un fragmento del mercado que exige
competitividad e innovacin no en los materiales y costos, sino en la esttica, originalidad y creatividad que caracterizan el constante aprendizaje de sus productores. Al
respecto, Novelo escribe que: Los talleres guardando su esencia artesanal se han modernizado mostrando una flexibilidad bastante elevada (2008: 125) y es comprobable
con su mera existencia en la actualidad.
La motivacin gerencial es parte de este sistema de trabajo pues es necesario continuar
incentivando la creatividad e innovacin que se imprime en las piezas, pues es, en primera instancia, esta caracterstica de flexibilidad y adaptabilidad por la que la empresa
puede seguir siendo competitiva.
Agustn menciona al respecto que los artesanos del taller s se sienten reconocidos por
la empresa:
Haz de cuenta que nosotros somos los consentidos porque este taller ha sobrevivido
muchos aos, lo dems de la empresa se han estado yendo para abajo pero ste sigue
siendo la llamita que sigue viva; por eso nos sentimos orgullosos de pertenecer al taller Somos 25, 30 los que trabajamos aqu y nos sentimos satisfechos
De los tres casos, ninguno teme ser reubicado dentro de la empresa. El hecho es que
estas personas tienen dominado el oficio, los procesos y herramientas que se necesitan
para sacar adelante los pedidos. Una eventual reubicacin dentro de la empresa para
otras funciones dejara un espacio en el taller que tardara en ser llenado, debido a que
la preparacin de las personas para entender procesos y ritmos de trabajo artesanal es
ms lento y minucioso que el trabajo industrializado, fraccionado y en masa.
Aunque en su percepcin salarial no se haga notar, la empresa reconoce el grado de
preparacin de los artesanos debido a que poseen conocimientos del material que
otros empleados de la fbrica desconocen. Por ello, la gerencia congratula y felicita
cada ao a quienes laboran dentro del taller, e incluso a quienes poseen larga trayectoria dentro de la empresa se les reconoce con piezas que son hechas en el mismo taller.78
78
(N. de la e.) Considerando la antigedad de la empresa vidriera que alberga el taller as como
los serios problemas financieros que la aquejan desde hace aos, la decisin de abrir un taller como el
estudiado, refuerza nuestra postura sobre la vitalidad que contiene el saber artesanal. En este caso, es
la gran empresa la que adopta una estrategia de negocio que implica retroceder a la produccin con
fuerte contenido manual. La estrategia en una ciudad no sostenida por el turismo no podra competir
con las artesanas de Tonal, Tlaquepaque, etctera, sino en la recuperacin de un oficio para producir/
atender un mercado selecto. Este tipo de recuperacin sofisticada del artesanado, cobra auge en
Europa desde hace aos, con la confeccin manual de zapatos, relojes, navajas, entre otros; con precios
muy elevados y proteccin gubernamental. Todo ello ausente en nuestro estado y pas.
249
Conclusin
Los artesanos del vidrio desarrollan una habilidad a la cual el filsofo Maurice MerleauPonty se refiere a travs de la expresin ser como cosa (citado por Sennett: 215). Los
vidrieros pierden la conciencia de su cuerpo tomando contacto con el vidrio y quedan
totalmente absorbidos por el material fsico como fin en s mismo.
El ejemplo citado por Sennett (2009: 214) de Erin O Connor muestra un proceso de
aprendizaje del ser como cosa, en la necesidad de fabricar una copa de vino lo suficientemente grande y redonda como para retener el buqu de vinos. La sopladora tuvo que
aprender a posicionarse, a sujetar el tubo de soplar y, sobre todo, a calcular el peso en
el extremo opuesto de la caa en donde estaba su atencin.
La conciencia del peso del tubo en la palma de la mano pas a segundo plano, en su
lugar se instal la sensacin del borde saliente en el punto medio del tubo, despus la
del peso de la acumulacin de vidrio en el extremo mismo y, por ltimo, la acumulacin
que tenda a formar una copa.
Sennett (2009: 32) menciona que el artesano es una persona que se dedica a su trabajo
por el simple hecho de hacerlo bien. Existe un compromiso de parte de la persona y
ste se basa sobre su habilidad desarrollada para lograr una buena pieza. En qu momento, al comprar una pieza, un vaso, un jarrn o un florero nos detenemos nosotros
los observadores-consumidores de la artesana a pensar en el trabajo que conlleva la
creacin de la pieza? En esos momentos pensamos ms en la dificultad para laborar
una pieza y el esfuerzo que conllev a hacerla o nos centramos en la esteticidad de la
misma? Acaso reconocemos que cuando adquirimos una pieza, estamos comprando
aos de trayectoria en el oficio, o sea una parte fundamental de un ser humano?
Es posible que la prctica-cultura de consumir mercancas producidas masivamente
ponga un velo sobre los ojos de los consumidores, de manera que slo se alcanza a
observar el producto que compramos ms no lo que existe detrs. Ah detrs se encuentran personas, habilidades, emociones, lugares, circunstancias que muchas veces
van impresas en lo que compramos y que no vemos.
En la situacin presentada de los vidrieros en Monterrey, el velo no hace excepcin.
As como don Agustn coment, existe una gran parte (los de ac), que resultan ser
mayora de la poblacin, que adems de desconocer tiempos y pericias que implica la
elaboracin de estas piezas de vidrio, su cultura y escasez de recursos econmicos los
mantienen fuera del disfrute y valoracin de este tipo de mercancas artesanales.
A partir de las reflexiones de Novelo (2008), sera conveniente difundir la contemplacin de estas obras no slo por sus valores estticos o como smbolos de estatus, sino
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hacer uso de una perspectiva valorativa en cuanto a su construccin humana y su caracterstica de ser virtud colectiva que se aprende y se transmite.
Para Novelo, parece ser que la respuesta a la decada de la artesana, del vidrio en este
caso, se encuentra en dos precisiones: 1) en la valoracin del capital social que significan
las destrezas y conocimientos del hacer artesanal y 2) en la flexibilidad y capacidad de
adaptacin del artesanado moderno que incluye nuevas formas organizativas de produccin. El taller donde laboran los tres entrevistados, como prueba de ello.
Para concluir, el clebre antroplogo francs Claude Levi-Strauss dira el vidrio es bueno para pensar (citado por Sennett: 162). El vidrio, fundido o cortado, proporciona un
medio para producir imgenes o formas, siendo stas las que inician una narracin que
se va desarrollando segn se va concluyendo la pieza. Desde estos tempranos pasos en
la produccin, la pieza ya tiene algo que decir. Concluida la pieza, la narracin puede
viajar, y puede ser intercambiada o vendida como artefacto cultural. En lo que insistira
Levi-Strauss, es en que el valor simblico resulta inseparable de la conciencia de la
condicin material de un objeto; sus creadores pensaron ambas cosas al mismo tiempo.
251
ADENDUM
Rogelio Ibarra cortador, con San Crispn al fondo. Foto de Jairo Ortiz Ortiz.
CAPTULO 12
LA COLONIA INDEPENDENCIA,
CORAZN DEL OFICIO ZAPATERO
DE MONTERREY
Por casi un siglo Monterrey construy una fuerte identidad como ciudad industrial. Esta
identidad tuvo su expresin a travs de decenas de barrios obreros, uno de los cuales fue
la colonia Independencia, que por su antigedad y ubicacin geogrfica privilegiada se
convirti en la cuna de la clase obrera regiomontana. Narraciones de cronistas y de habitantes de la colonia dan cuenta de que Fundidora de Monterrey, Cervecera Cuauhtmoc,
Vidriera Monterrey, as como pequeas y medianas fbricas conformaron su planta de
trabajo con habitantes de la Independencia. Esta identidad obrera comenz a transformarse en las ltimas dcadas del siglo XX conforme se fue diversificando la economa.
En sus barrios, donde coexisten la vivienda y el trabajo, en el presente domina el
paisaje ocupacional de oficios y profesiones, algunos de los cuales han tenido una
continuidad por dcadas y otros surgieron a partir de las nuevas necesidades de la
ciudad. Sastres, talabarteros, zapateros, carpinteros, joyeros, panaderos, fabricantes
de piatas, de velas, de ropa y accesorios para matachines, plomeros, electricistas,
mecnicos, albailes, entre otros, conforman parte importante de la actual identidad
trabajadora de la Independencia.
En esta transformacin del paisaje ocupacional, el del oficio del zapatero, al parecer, es
el nico que ha permanecido por casi cien aos, y que le otorga todava en la actualidad
una identidad nica a la Independencia como barrio zapatero.
La identidad zapatera de la colonia Independencia fue construida a partir de un importante desarrollo en la fabricacin del calzado en Monterrey. A inicios de siglo XX
la ciudad ya contaba con, al menos, cuatro importantes fbricas: Fbrica El Eclipse,
1921; Fbricas de Calzado Monterrey, 1922; Fbrica de Calzado Touche, 1929; Quintanilla Hermanos, 1930 y Abastecedora del Norte, Fbrica de Calzado, 1931. Para 1926 la
produccin de calzado de este distrito se venda en Nuevo Len, Coahuila y Tamaulipas, dos aos ms tarde en todas las regiones del pas. Segn las crnicas periodsticas Monterrey dej de ser tributaria de los Estados Unidos para el abastecimiento de
calzado para nios. De esta manera, la marca El Charrito vino a desplazar a las marcas
American Lady y American Gentleman.
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El captulo es una reproduccin del publicado bajo el mismo ttulo en Contreras, Camilo
(2010), op. cit.
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Jos Dolores Serna (don Lolo) pespuntador. Foto de Jairo Ortiz Ortiz.
Mi primo manej una forma en la cual la gente de aqu iba por trabajadores a Guadalajara, los traan y luego los acomodaba y ya les daban trabajo porque empez a florecer
mucho, de tal manera que aqu en el taller, aqu en la colonia, yo recuerdo, en los
buenos tiempos, que haba mucha fabricacin, prcticamente haba tallercitos donde
hacan 200 pares, 500 y ya los talleres importantes hacan 1200, 1300 pares.
Para las dcadas de los 1950 y 1960 el paisaje zapatero de la colonia Independencia
estaba marcado por productores de calzado fino para dama y de calzado para dama
260
Este tipo de empresario-artesano perdera terreno con la aparicin del empresario industrial, que aprendieron indirectamente el proceso como almacenistas o vendedores,
como son los casos de Pedro Navarrete y Horacio Cruz.
Los zapateros de la colonia Independencia: esplendor, declive y permanencia
Un oficio de tanta tradicin en la historia del trabajo artesanal como es el de zapatero,
debe ser parte del orgullo de los habitantes de la colonia Independencia, pues en ningn otro lugar de la ciudad se concentr y desarroll como aqu en toda la colonia!,
era un Len chiquito aqu. S haba muchos talleres, exclama don Tino Briones.
La formacin del oficio en la Independencia, que como mencionbamos puede tener
races desde finales del siglo XIX, fue creciendo conforme iba creciendo la actividad
industrial y la poblacin de Monterrey, la natural y la que llegaba de otros estados.
Haba trabajo. As se fueron formando las generaciones de familias de zapateros y segn
fue creciendo el oficio se incorporaban nuevos artesanos. As recuerda el hijo de Don
Gregorio Vilchez:
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yo estaba muy chiquillo, en una maquina Mackey, maquina italiana, tena que poner
un cajn para alcanzarla pero yo cosa ah, esa era la situacin en la casa nosotros hacamos todo, el adorno lo haca mi hermana, mi mam, entre todo hacamos todo y a
la caja y a entregarse.
All aprendieron el oficio, acercndose a los maestros que conocan todo el proceso
y se iban especializando en una o varias labores: desde el diseador y el hormero, siguiendo con el cortador, el rebajador, el pespuntador, el montador. La actividad final,
la de adornar el zapato siempre fue trabajo de mujeres, primero las esposas o las hijas
de los zapateros y cuando fue creciendo se contrataban a otras mujeres. Doa Juana
Hernndez, adornadora retirada nos dice:
ramos 8 hermanas y cuando ramos jvenes todas, una los limpiaba, otra emplantillaba, otra pigmentaba, otra sacaba brillo, otra preparaba las cajas como si fuera banda,
como en las fabricas que hay bandas, pero aqu era todo manual.
El esplendor
El crecimiento y fortalecimiento de la actividad zapatera en Monterrey y en la Independencia, entre los aos cuarenta y los setenta del siglo XX, correspondi con los aos
dorados del capitalismo mundial. Entonces, Mxico vivi los beneficios del auge industrializador, en el que Monterrey particip como la segunda ciudad industrial del pas.
La fortaleza que en esta actividad alcanz la colonia Independencia, le permiti ser el
origen de una de las cadenas zapateras ms importantes del norte de Mxico, la Fbrica
de Calzado Justicia. Su fundador don Pedro Navarrete se inici en el medio como vendedor en una tienda de la calle Quertaro, tambin sala a los municipios del sur del
estado. En los aos cuarenta, cuando se anim a emprender su primer taller se asoci
con un zapatero conocido de la colonia y lo refaccion para producir un poco ms. Para
don Pedro los saberes del oficio zapatero de los artesanos de la colonia, fueron fundamentales en sus primeros 10 aos para conocerlo y aprenderlo. De ellos dice: los de la
Independencia eran los reyes. Su fbrica all por el rumbo de la Cigarrera [La Moderna]
lleg a emplear a ms de 300 trabajadores y en su cadena, que hasta finales de los aos
setenta lleg hasta 42 tiendas en varias ciudades del norte, emple a casi 400 personas.
La produccin de la fbrica cubra todos los estratos econmicos: la lnea Ferratini la
de mayor calidad, Justicia para clases medias y Ofertas para clases populares. Y para
producir zapato de hombre, simplemente, se trajo un taller completo de Len.
La dcada de 1970 fue muy propicia para la actividad en Monterrey: haba para todos
dice don Ramn Hernndez, zapatero de tercera generacin. En su primer negocio establecido en la colonia Terminal en 1969, gran parte del zapato se lo maquilaban zapateros
263
Se viva el auge, los zapateros ya fuera a travs de los almacenistas o mediante venta
directa provean de calzado a todas las clases sociales, desde el calzado comercial para
las familias proletarias hasta las finas zapatillas de las clases medias y altas. Todo esto,
sin duda, se reflejaba en el entorno tranquilo, convivencial y productivo de estos barrios
de la Independencia, como asinti don Antonio Mrquez: en aquellos tiempos era muy
segura la colonia, yo hice esta casa aqu, y tena terrenos en Guadalupe, pero no me
gust fincar all porque aqu estaba la industria, los obreros y aqu yo puse mi taller.
El declive
El decaimiento del auge zapatero en Monterrey a finales de la dcada de 1980 tuvo un
impacto muy fuerte en la colonia, tanto para los que tenan su propio taller, como para
aqullos que maquilaban o trabajaban en las fbricas. Los talleres comenzaron a cerrar,
Rogelio Reyes que junto con otros compaeros ganaron una demanda laboral y establecieron una cooperativa exitosa a mediados de los aos 80 nos platica: a nosotros
nos toc la ms difcil, sobre todo al ltimo, porque empez a declinar y llegamos a
juntar cantidades importantes de calzado y ya no tena salida, no haba venta y todo se
empez a ir para abajo.
Tal vez el ejemplo ms contundente de la crisis fue el cierre progresivo de La Justicia y
su cadena de tiendas, cuenta el Sr. Navarrete, Carlos Salinas de Gortari me desgraci en
1988. Para saldar sus cuentas y liquidar conforme a la ley a cada uno de sus trabajadores,
fue vendiendo de tienda en tienda. Hoy conserva una oficina en la colonia, regres a su
punto de origen, tal vez para sentirse ms cerca de lo que fue su pasin.
La apertura econmica que inici en 1986 y culmin con el Tratado de Libre Comercio
en 1994, desprotegi a todos los industriales, pero aniquil a los ms pequeos. Adems
la entrada masiva de zapatos de China, de Brasil, y las nuevas formas de comercializacin
por catlogo, son causas que los zapateros, que hoy subsisten, sealan como origen de
la crisis de este distrito zapatero. A lo anterior se suma el nulo apoyo gubernamental:
Con mi generacin se va a terminar el zapato aqu en Monterrey [] estamos en va de
extincin, desgraciadamente es difcil hablar, pero las autoridades no se han preocupado por la importancia que tiene la industria del calzado y tambin la del vestido que
genera mucha mano de obra y el gobierno no lo ha entendido de esa manera, no nos
han apoyado y si digo nadie, es nadie. (Don Ramn Hernndez)
ltima fbrica de tamao mediano (la de Calzado Monterrey) que sigue beneficindose de la mejor mano de obra calificada de la ciudad. Siguen trabajando los tallercitos
de dos a siete zapateros; en el barrio siguen haciendo su labor las adornadoras. Es un
trabajo con muchos altibajos estacionales, menospreciado por los jvenes que buscan
empleo, siguen laborando largas jornadas, el trabajo es casi artesanal, y all estn. A
qu se aferran? A que tienen un enorme conocimiento y especialidad que les ha permitido desarrollar ingeniosas estrategias de sobrevivencia, a que son personas que aman
su trabajo, que no se imaginan haciendo otra cosa.
Un buen ejemplo es el taller de don Cuauhtmoc Zaragoza: integrado por don Rogelio
Ibarra de 72 aos y originario de Len, cortador experto, que usa slo sus navajas y
manos para trabajar, el nico que tiene al lado de su mesa una vieja estampa de San
Crispn. Don Jos Dolores Serna Lolo de 63 aos y nacido en San Luis Potos, pespuntador orgulloso que dice: habr muchas tecnologa pero el trabajo que yo hago, no hay
todava una mquina que lo haga mejor. Jos Juan Garca de 41 aos, regiomontano,
pespuntador que prob el trabajo fabril y lo que no le gust fue el horario rgido y
obtener salario fijo. Este taller cuenta con la direccin de don Cuauhtmoc, diseador
y conocedor de todo el proceso, all se especializan en hacer los zapatos ms cmodos
del mercado en Monterrey.
Tambin continua don Paulino Gmez, quien a sus casi 80 aos sigue ejerciendo el
nada sencillo oficio de modelista hormero que aprendi de don Jos, cuando entr a
su taller a los 10 aos. l dice, con una sonrisa, que lo que se necesita para ser un buen
hormero es mucho amor.
Estos zapateros que piensan morirse en la raya no escatiman en imaginacin para buscar exclusividades en un mercado deprimido. Don Ramn Hernndez fabricante, se ha
especializado en hacer las zapatillas de largos tacones que usan las mujeres que laboran
en salones de table dance, ahora, a l le gusta autodenominarse el zapateibol. Y sigue
buscando: ahora que muri Michael Jackson, vi el video de Michael y estoy haciendo
unas muestras como las botas que us, eso es lo que tenemos que hacer. Otro ms que
ha podido aprovechar la destacada especialidad en zapatos de dama es Rogelio Reyes,
junto con Roberto Jimnez forman un taller que sortea la crisis elaborando zapatos y
botas multicolores para show infantiles, tambin hacen cmodos tenis especiales para
novias o quinceaeras: Ahorita nada ms estamos los ms valientes sobrevivo porque
hago un zapato que nadie hace.
El orgullo, el gusto, el disfrute del oficio zapatero ha sido tal vez uno de los factores de
ms peso en su permanencia:
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haga de cuenta como un pintor, el zapatero ve que no se cuelgue el zapato, que vaya
bien por atrs, que no salga la lnea, haga de cuenta un pintor que est viendo su obra
[] entonces se le mete muy adentro todo eso y entonces se agarra de ah y no se sale
de la profesin. (Don Ramn Hernndez)
El apego al oficio les hace permanecer, no obstante que los mayores ya estn pensionados, ya sin las presiones de formar una familia, all siguen: porque se aburren en la
casa, porque ganan unos centavitos, porque es lo nico que saben hacer, all siguen.
Pero en general sus recuerdos del ambiente de trabajo coinciden con lo que hoy puede
verse: una relacin obrero patrn ms horizontal, aprendiendo unos de otros. Todos recuerdan quin los ense, aun aqullos que comenzaron de nios de diez o doce aos.
Hay en esta cultura de trabajo una distancia de la cultura industrial, y que es valorada
por todos ellos tal vez porque se relaciona con la subsistencia de la mentalidad artesanal, del obrero autnomo de pocas pasadas. El gran aprecio que le dan a la flexibilidad
de horario, aun y cuando las jornadas de trabajo sean prolongadas (casi todos trabajan
ms de ocho horas). Los que han experimentado la disciplina fabril rechazan esa rigidez: hay que checar tarjeta. Otros como don Cipriano Ros, zapatero retirado, apenas
se asomaron y se salieron: Trabaj dos semanas en la Vidriera [Monterrey] pero haca
mucho calor en los hornos y me sal.
Adems hacen cuentas y el ingreso es ms seguro trabajando como zapateros. Muchos
aprendieron desde chicos que el zapatero nunca se queda sin comer. Certeza que seguramente se relaciona con el dominio del proceso productivo y el tipo de mercanca
que crean, lo que les permite sortear momentos de estrechez econmica, comenta
Roberto Jimnez: hago dos parecitos, los vendo y ya sale para el fin de semana, autonoma casi imposible en el proceso industrial.
El gusto por el oficio puede sustentarse tambin en la posibilidad del descanso. La
subsistencia del San Lunes, esa auto concedida semana inglesa privilegio de algunas
profesiones y empleos, los zapateros de estas picas lo siguen disfrutando: pones tu
propio ritmo algunos das me tardo (en llegar) los lunes no trabajo, no voy al taller.
Entre estos artesanos el sindicato no es lo mejor visto: Yo nunca he sido sindicalizado,
nunca!, dice enfticamente don Rogelio, el cortador. Ellos conocen bien la vida de la
fbrica, algunos por breves experiencias, y todos porque han trabajado gran parte de su
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Armando una bota para el escenario en el taller del zapateibol. Foto Agencia Secuencia Digital.
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