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Oficios Urbanos Tradicionales: El Lado Invisible de La Cultura Laboral Regiomontana.

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Jess Ancer Rodrguez

Rector

Rogelio G. Garza Rivera


Secretario General

Rogelio Villarreal Elizondo


Secretario de Extensin y Cultura

Celso Jos Garza Acua


Director de Publicaciones
Padre Mier No. 909 poniente, esquina con Vallarta, Monterrey, Nuevo Len, Mxico, C.P. 64000.
Telfono: (5281) 8329 4111 / Fax: (5281) 8329 4095 publicaciones@uanl.mx / www.uanl.mx/publicaciones

Delphine Mercier
Directora General en Mxico y Centroamrica

Martn Del Castillo


Encargado de Edicin Open Edition Books
Sierra Leona 330, Lomas de Chapultepec, C.P. 11000, Mxico, D.F. Tels: (52-55) 5540-5921 / 22 / 23.
Fax (52-55) 5202-7794. CEMCA en Guatemala: 5a Calle 10-59, zona 13. Finca La Aurora.
Ciudad de Guatemala CA., 01013 www.cemca.org.mx / publicaciones@cemca.org.mx

Oficios Urbanos Tradicionales. El lado invisible de la cultura laboral regiomontana.


Lylia Palacios

Coordinacin y edicin

Todas las fotografas, salvo las que se especifican, son autora de Pablo Cuellar
Rosaura Gonzlez y Melissa Martnez
Correccin

Ana Gonzlez Briseo


Diseo editorial

Primera edicin, 2014


Universidad Autnoma de Nuevo Len
CEMCA
Lylia Palacios
ISBN: 978-607-27-0244-8
Impreso en Monterrey, Mxico
Printed in Monterrey, Mexico

Oficios urbanos
tradicionales
El lado invisible de la cultura laboral regiomontana
Lylia Palacios Hernndez (Coordinacin y edicin)
Prlogo de Victoria Novelo

UNIVERSIDAD AUTNOMA DE NUEVO LEN


CENTRO DE ESTUDIOS MEXICANOS Y CENTROAMERICANOS

NDICE
Prlogo

Introduccin

15

PRIMERA PARTE: OFICIOS Y TRABAJADORES EN LA


HISTORIA REGIONAL
Captulo 1. Transformacin de los oficios tradicionales al
trabajo industrial en Nuevo Len durante el porfiriato
Juan Jacobo Castillo Olivares

27

Captulo 2. Oficios urbanos tradicionales y demandas


laborales en Monterrey. 1928-1952
Lylia Palacios

41

SEGUNDA PARTE: CREAR Y REPARAR


Captulo 3. Diseando y reparando: el quehacer de
los sastres
Estefana Snchez Prez
Nancy Yudith Coronado Marroqun

65

Captulo 4. Subsistencia y adaptacin de los reparadores


de calzado
Daniel Ernesto Gmez Garza
Eleocadio Martnez Silva

87

Captulo 5. Tiempo y contratiempos en el oficio de los


relojeros
David Botello Tejeda

107

Captulo 6. El arte de la preservacin del papel escrito:


los encuadernadores y reparadores de libros
Vernica Saavedra Salas

127

TERCERA PARTE: ESPACIOS ESPECIALIZADOS


Captulo 7. Trabajo que vale oro: una comunidad de joyeros 147
en la calle Morelos
Alejandra Barco Prez
Karla Cristina Herrera Melndez
Blanca Ruth Santos Cordero

Captulo 8. Oficio y especialidad barrial: los tapiceros


de la colonia Terminal
Ral Ernesto Mrquez Daz
Diego Alejandro Martnez Castillo

169

Captulo 9. La barra como frontera: los cantineros


en el centro de Monterrey
Tadeo Luna de la Mora

189

CUARTA PARTE: ENTRE EL TALLER Y LA INDUSTRIA


Captulo 10. Los panaderos: una artesana que sobrevive
a la industria
Alondra Mayela Rojas Carranza
Jess Cardona Salinas
Lylia Palacios

213

Captulo 11. El oficio vidriero en Monterrey: los linderos


entre el artesano y el obrero
Edwin Javier Cant Rivera

235

ADENDUM
Captulo 12. La colonia Independencia, corazn del oficio
zapatero de Monterrey
Lylia Palacios
Eleocadio Martnez

255

Agradecimientos

El logro de esta investigacin se lo debemos a todos los artesanos y obreros artesanos


que accedieron a concedernos la entrada a sus talleres y entrevistarlos. A todos y cada
uno les estamos profundamente agradecidos.
Asimismo, reconocemos el esfuerzo de la Universidad Autnoma de Nuevo Len para
estimular la investigacin, a travs del Programa de Apoyo a la Investigacin Cientfica
y Tecnolgica (PAICYT).
Mi gratitud por la lectura del documento y la realizacin del prlogo a la respetada
Victoria Novelo O., quien ha sido un referente constante para la reflexin acerca de las
culturas del trabajo.
Finalmente, el libro quiero dedicarlo como homenaje pstumo a mi amigo y camarada
Arturo Montaana Suri, quien vivi, actu y pens siempre como el artesano que
reivindica Sennett.

Prlogo

Victoria Novelo O.
No es muy comn encontrar un libro de ciencias sociales que trata, como ste, de las
condiciones de una cierta produccin artesanal contempornea ubicada en la mexicana
ciudad de Monterrey, escrito con tanta emocin y asumiendo como propio el orgullo del
artesano, protagonista principal de este texto, cuando define su trabajo como bien hecho.
Para m, eso significa que los autores, jvenes estudiantes y su maestra y gua, hicieron un
trabajo de investigacin cuyos resultados los iban cautivando conforme los artesanos los
llevaban de la mano para mostrarles su manera peculiar de hacer objetos y de ganarse la
vida en oficios que siguen vivitos y coleando en la industrial ciudad nortea.
La interrogante principal que recorre como rio subterrneo todo el libro seguramente
parti de la curiosidad por saber cmo es que a comienzos del siglo XXI contina activo y productivo un conglomerado de trabajadores altamente calificados en diversos
oficios desplegando sus talentos artesanales. Talentos que se expresan en habilidades y
destrezas que el capitalismo industrial supuestamente iba a desterrar del terreno de la
produccin material una vez que hubiera sentado sus reales en todo el mundo. Pero las
revoluciones industriales y la hegemona de la produccin fabril maquinizada y automatizada ya tienen sus aos y, salvo algunas islitas humanas de cazadores-recolectores que
todava andan, como decan los romnticos admiradores del buen salvaje, viviendo
felices y contentos comiendo lo que encuentran en su entorno libre de contaminaciones de todo tipo, la realidad es que el mundo entero vive bajo la dictadura del sistema
capitalista en sus variadas presentaciones jerrquicas de acuerdo a su dominio del poder y la economa: central, perifrico, desarrollado, subdesarrollado, salvaje, y hasta disfrazado a veces de socialista. En este sistema-mundo, capitalista planetario (o global), lo
definitivo es que puede integrar bajo su lgica a diversas formas de producir controlndolas mediante relaciones de todo tipo: comerciales, financieras, de circulacin y distribucin de materias primas, mercancas y productos as como de formas de consumo
preferidas. Tambin caen en su esfera de inters con financiamientos y premios- los
desarrollos cientficos y tecnolgicos que sirven a sus fines y, en fin, impone formas de
vida y de pensamiento, aunque la poblacin no est del todo consciente de todos los
engranajes del sistema que ha producido a lo largo de su existencia una desigualdad social cada vez mayor. Paradjicamente tambin ha hecho crecer la esperanza por resolver
9

la contradiccin de la extrema polarizacin riqueza-pobreza mundial, en la forma de


rebeliones y acciones contestatarias que proponen otras maneras de vivir humanistas,
solidarias, de bienestar bien repartido- que quiz algn da logren imponerse.
Mientras tanto, la poblacin trabajadora, la mayora que no est integrada en los grandes consorcios que dominan la economa, ni como empresarios ni como obreros o
funcionarios intermediarios en la administracin del trabajo, han debido buscar y poner
en prctica mltiples mecanismos para adaptarse y seguir trabajando para vivir o meramente sobrevivir. Una parte de esa poblacin son los artesanos. Aquellos que para algunos son la viva expresin del anacronismo que significa, en trminos de productividad,
el trabajo manual frente al trabajo maquinizado, pero que para otros, entre ellos los
propios artesanos, son la personificacin de la herencia viva de pocas pretritas su
forma clsica nacida en el medioevo- cuando la produccin de objetos era patrimonio
de quienes conocan en toda su complejidad un oficio.
El artesanado histrico en sus inicios se caracteriz porque en el taller slo se hacan
artculos por encargo y los materiales a transformar podan pertenecer al consumidor
que haca el encargo o al artesano; la tecnologa era sencilla e impona una tcnica
sobre todo manual y adems, y esto era central, el artesano, dueo a la vez del taller,
intervena directamente en todo el proceso de trabajo. Se ha definido al oficio artesanal como la unidad entre la fuerza de trabajo y el medio de trabajo (la herramienta)
adaptado al organismo humano cuyo uso efectivo exige del trabajador un conjunto
de cualidades fsicas e intelectuales, una suma de hbitos culturales (el conocimiento
emprico de los materiales, destrezas que pueden ir hasta el secreto del oficio, etc.) Por
ello es que el oficio est ligado indisolublemente al aprendizaje. Una tcnica antes de la
revolucin industrial, es el conjunto indisociable de un medio de trabajo, o de una herramienta y de un obrero, formado en su utilizacin por aprendizaje y hbito. La tcnica
es esencialmente individual, incluso si la organizacin del trabajo es colectiva.1
No obstante que en Mxico las formas artesanales de produccin convivieron con la
primera produccin fabril y desde el siglo XVII ya los comerciantes financiaban la produccin de grupos de artesanos, la organizacin del trabajo artesanal en varios oficios,
urbanos y rurales, es un fenmeno que an perdura y est vinculado tanto a prcticas
culturales como al estado de la economa local. Y en este aspecto cobra sentido el

1
E. Balibar, Acerca de los conceptos fundamentales del materialismo histrico, en Althusser
L. y E. Balibar, Para leer El Capital, 1972, Siglo XXI, pp 260-261.
10

hecho de vivir en un pas donde conviven diferentes culturas cuyos modos de vida
demandan rodearse de ciertos objetos y rituales y consumos para su desarrollo y reproduccin y tambin para satisfacer determinados gustos.
Los artesanos urbanos de manufacturas que recorren las pginas de este libro sastres,
reparadores de calzado, relojeros, encuadernadores, joyeros, tapiceros, panaderos, vidrieros, zapateros y los cantineros que no producen bienes pero dan de beber al sediento en un espacio que alguna vez fue un territorio netamente obrero- dan cuenta
de una comunidad de productores poco conocida en la metrpoli que tiene fama de
industriosa y de indiscutible pionera de la industrializacin mexicana.2 Las historias de
los artesanos, aqu narradas, tambin informan algunas de las maneras que el capitalismo dominante ha encontrado para integrar a esas formas de produccin anteriores
a su hegemona; en los casos de los artesanos concretos que desfilan por este libro
encontramos relaciones salariales pero tambin persisten las denominaciones locales
para el maestro, el oficial y el aprendiz, los trabajos por encargo, las maquilas y ciertos
rasgos en las formas de vida tanto de los dueos de taller como de los asalariados, ambos artesanos, que nos remiten a una vieja historia del trabajo que ya se combina con
comportamientos del mercado moderno.
Una de las virtudes de este libro es que los autores optaron por enfocar su estudio
desde la perspectiva de los procesos de trabajo lo que posibilita y pone de relieve lo
fundamental de los oficios artesanos, es decir, todo lo que el artesano pone en juego
para producir un objeto: las destrezas, habilidades, conocimientos tcnicos, manejo de
los materiales y el control de sus tiempos y movimientos. Es muy llamativo tambin conocer el marco de valores que norma el trabajo y las concepciones sobre el orgullo profesional, las jerarquas basadas en el grado de dominio del trabajo, la honradez, lo bien
hecho, la libertad y el gusto y satisfaccin que les produce su trabajo. Concepciones
que muestran la continuidad del pensamiento artesano desde los tiempos anteriores a
la industrializacin del pas.
Bienvenido este nuevo texto que ilumina pasajes desconocidos de los procesos y las
culturas del trabajo vigentes en el Mxico contemporneo y nos obliga a pensar en las
peculiaridades de la produccin manufacturera local y la vigencia de lo que se anunciaba hace casi un siglo como la agona del artesanado mexicano. La mera existencia
2
La industria manufacturera de Mxico represent el 44.3% de la produccin bruta total de
acuerdo a los censos econmicos 2009 (INEGI, 2010) y fueron tres entidades, D.F., Nuevo Len y el
estado de Mxico quienes ms aportaron a esa produccin (19, 8.3 y 8.2 por ciento, respectivamente).
11

del artesanado en la etapa actual del capitalismo, indica no solamente su capacidad


de flexibilidad y adaptacin que lo ha hecho permanecer como protagonista en la produccin desde hace siglos, sino la existencia de culturas que demandan y reconocen el
valor de ese tipo de trabajo, aunque la legislacin del trabajo no los tome demasiado
en cuenta.
Noviembre de 2013

12

Introduccin

Lylia Palacios
Este libro trata sobre oficios urbanos y sobre las personas que en ellos laboran. Nos
enfocamos en talleres pequeos dedicados a producir/reparar objetos en su totalidad.
Nos interes asomarnos a su historia, su actualidad, su sentir y su perspectiva del oficio
que han desempeado a lo largo de su vida. Nos gui la idea de que all hay conocimientos que pudiramos socializar para tratar de ampliar/cuestionar la idea prevaleciente sobre el trabajo. Entrevistamos a personas que por su formacin, conocimientos
y modo de vida se acercan a la figura del artesano.
El tema de los artesanos ha sido tratado en amplios y diversos estudios histricos y
antropolgicos en Mxico (Novelo 1976, 2005, 2008; Nieto Calleja 1988, Prez Toledo
1996, Illades 2001, Lida y Prez 2001, Teitelbaum y Gutirrez 2008). Al definirlos se refieren al pequeo productor (de mercancas o servicios) cuyo proceso de trabajo incluye
una divisin de actividades escasa o nula y unos instrumentos de produccin poco
desarrollados. Por lo general, los artesanos controlan el proceso de trabajo y la circulacin de sus productos. (Illades 2001:53). Tambin se caracteriza lo artesanal a partir del
modo en que el productor o productora ejercita en su oficio sus calificaciones, habilidades y destrezas obtenidas dentro del taller familiar o trabajando con algn maestro
para transformar una o varias materias primas en productos terminados, invirtiendo un
trabajo eminentemente manual, aunque exista herramienta auxiliar. () El artesano a
diferencia del trabajador fabril conoce y puede practicar todas las fases de elaboracin
de un producto. (Novelo 2005: X).
Por otra parte, Sennett al referirse al artesano acepta que el trmino artesana se remite
a un modo de vida que supone termin con el advenimiento de la sociedad industrial,
pero dice eso es engaoso y retoma un concepto amplio de artesana segn la cual
designa un impulso humano duradero y bsico, el deseo de realizar bien una tarea, sin
ms. (2009: 20) Acepcin que rebasa la del trabajo manual especializado pudiendo
aplicarse al programador informtico, al mdico y al artista. En su libro El Artesano,
Sennett explora las dimensiones de habilidad, compromiso y juicio de una manera particular. Se centra en la estrecha conexin entre la mano y la cabeza. Todo buen artesano
mantiene un dilogo entre unas prcticas concretas y el pensamiento; este dilogo
evoluciona hasta convertirse en actos, los que establecen a su vez un ritmo entre la
solucin y el descubrimiento de problemas. (Ibd. 21)
15

Es en el mbito de los aportes anteriores que se intent fundamentar el sentido de


este trabajo colectivo. Es decir, al definir al artesano y los oficios nos referimos tanto
a los elementos histricos, tcnicos y organizacionales caractersticos que subsisten y
se adaptan a la sociedad actual, como a las reflexiones que recuperan, adems, proyecciones societales que ayudan a cuestionar la concepcin dominante acerca del trabajo.
Ahora bien, intentar un estudio sobre artesanos y oficios urbanos en Monterrey tuvo
casi las mismas complicaciones que en cualquier ciudad industrial: los documentos histricos se esfuman y los estudios contemporneos escasean. Esto, al parecer, por ocuparnos de un sujeto social y econmico hace mucho tiempo disminuido en el inters
cientfico, frente a la relevancia (hoy tambin menguada) del obrero fabril contemporneo. Desplazamiento que sigui dos presupuestos tericos: 1. que el hbitat natural
del artesano es el gremio y, en consecuencia, el artesanado libre es una figura atpica,
hbrida y transitoria; 2. la necesaria desaparicin del artesanado urbano como resultado
de la industrializacin. (Illades 2001:27)
Bajo esa perspectiva el estudio del trabajo de oficios, talleres y artesanos qued tambin
en Monterrey como parte de la prehistoria industrial, y la referencia a los hombres que all
laboraban se limit a verles como fuerza de trabajo en preparacin para la gran industria:
En las listas parciales de los productos que se elaboraban en Monterrey en la dcada
de los ochentas [del siglo XIX], ponen de manifiesto el desarrollo que los talleres y las
artesanas haban alcanzado ya. Tambin significan que, durante esta poca, los obreros
de la ciudad haban ido entrando en contacto con las artes mecnicas y que, en consecuencia al establecerse en el perodo siguiente, la gran industria cont de inmediato
con gente no adiestrada totalmente, pero s por lo menos familiarizada con el uso de
herramientas y equipo diverso, con cierta habilidad mecnica (Vizcaya, 2001: 43-44).

La historia del pequeo emprendimiento se constituy en el teln de fondo para acentuar un tipo de industrializacin basado en la gran produccin, que pronto caracteriz
a la ciudad, orientacin material que se reforz ideolgicamente con el discurso empresarial que se convirti en hegemnico:
Monterrey, ciudad de escasos recursos naturales es ahora un emporio de actividad
industrial y de riqueza por la obra fecunda y tenaz de hombres que aqu vivieron, y
quienes en un gesto de heroica rebelda contra la pobreza pusieron sus ahorros, su
inteligencia y su tenacidad para hacer de este pueblo sencillo, en el que antes haba
artesanos, en una ciudad de pujanza industrial.3

3
16

Entrevista al empresario mueblero Benjamn Salinas Westrup (Mir, 1948: 94. Cursivas mas).

Con lo anterior y a lo largo de un siglo, los cdigos sociales y culturales construidos


para interpretar la vida productiva en Monterrey y sus actores, son limitados para visibilizar e incorporar actividades que no entran en ese marco analtico. Por tanto, los oficios
urbanos y sus pequeos establecimientos son secundarios al inters del historiador o
el socilogo, pues esos trabajadores, al no embonar en el canon del industrialismo y
la disciplina fabril, contribuyen poco a explicar la ciudad imaginada. Su existencia, en
cuanto vestigio, ha sido recuperada por cronistas de municipios de Nuevo Len, un
ejemplo lo ofrece Celso Garza:
El tiempo del zapatero era el de los zapatos el de hacerlos en su propio taller en cumplimiento del ttulo que llevaba. No cualquiera era zapatero, se necesitaban aos de
ensear, de aprender y de practicar para ser zapatero y tener un taller de zapatera. ()
Por lo pequeo, el mundo del zapatero era fascinante aun cuando nunca le pregunt a
un zapatero lo que se senta ser zapatero mejor me gustaba verlos trabajar, dialogando
en silencio con los zapatos destartalados, acomodndoles aqu, quitndoles all clavando y pegando donde hiciera falta (2009: 326. Cursivas mas). 4

Pero este modo de relacionarse con el trabajo y sus materiales subsisten en ciudades
como Monterrey. Son artesanos y obreros artesanos, algunos trabajan solos, otros en
pequeos talleres capitalistas (Novelo, 1976), que siguen, como menciona Garza dialogando en silencio con sus objetos.
Por qu volver los ojos a este tipo de trabajador en una ciudad industrial como Monterrey? El tema tuvo tres provocaciones. La primera desde la sociologa del trabajo
buscando mrgenes de movimiento que los obreros pueden tener dentro de la divisin
del trabajo, esa que Marx y Engels definen cuando es separado el trabajo fsico y el
intelectual y que Taylor y Ford convirtieron en paradigma organizativo a fin de elevar la
productividad y el control sobre la masa asalariada. El trabajo de campo entre trabajadores manuales de la gran industria local nos mostr la atenuacin de esa separacin
entre concepcin y ejecucin, entre el pensar y sentir que pudiera caracterizar el trabajo industrial.
El aparentemente monoltico modelo ford-taylorista, basado en la fragmentacin del
proceso productivo y la rutinizacin del trabajo, en la prctica, como toda realidad,
tiene fisuras diversas tanto tcnicas como organizacionales, rendijas que el trabajador
que quiere y puede las aprovecha para el ocio, la rebelda, la (re) creacin. Trabajadores que con o sin intencin consciente, le escamotean el tiempo que le han vendido

4
En el libro se rescatan otros oficios como el de carpintero, carrocero, soldador callejero,
cantinero, cartero, calero
17

al patrn, que tanto cuida que no se le robe como menciona Marx.5 As lo revelan las
vivencias de obreros jubilados de grandes industrias regiomontanas. Por un lado, dejan
ver a expertos obreros tratando de resolver problemas e imperfecciones de la mquina y la herramienta, del proceso y la organizacin del piso de trabajo que les facilite
sus tareas.6 Comportamiento que podra respaldarse con el argumento de Sennett: la
utilizacin de herramientas imperfectas o incompletas estimula la imaginacin a desarrollar habilidades aptas para la reparacin y la improvisacin (ibd. 22). Por otro lado,
revelan a personas curiosas, analticas e innovadoras que crean espacios en el trabajo
fragmentado para vivirlo como una actividad integradora y, muchas veces satisfactoria.
Hasta dnde esos mrgenes de movimiento y cambios de actividad que el trabajador
fabril crea cotidianamente, pueden ser esos poros de los que habla Marx para el trabajo artesanal7, y que en nuestro caso se convierten como posibilidad, en conocer y
comprender de otra manera las lgicas y capacidades de los productores asalariados?
Conocimiento que cobra sentido si nos pudiera acercar a lo que sostiene Sennett: la
gente puede aprender de s misma a travs de las cosas que produce, que la cultura
material importa (...) slo podemos lograr una vida material ms humana si comprendemos mejor la produccin de las cosas (ibd. p.19).
La segunda provocacin, ms personal, pas por la autocrtica. Surgi en 2010 al participar junto con mi colega Eleocadio Martnez en la investigacin colectiva acerca
de la emblemtica colonia Independencia (Contreras, 2010). En ella descubrimos la
subsistencia de pequeos talleres dedicados a la zapatera. La estructura mnima de
organizacin, la jerarqua (maestros y oficiales), la prevalencia del trabajo manual, la
pequea escala, el flexible ambiente de trabajo, mostraba un mundo laboral distinto
al que aprend en el aula universitaria y que continu en la investigacin sociolgica,
nuevamente, la gran industria, los obreros y sindicatos.
Este acercamiento no cuestiona la importancia del estudio de las relaciones laborales
en la gran empresa regiomontana, tanto la industrial como la de servicios, ms bien abre
5
El capitalista se cuida de velar celosamente porque el trabajador no disipe su tiempo.
Ha comprado la fuerza de trabajo por un tiempo determinado. Quiere, naturalmente, que se le
entregue lo que es suyo y no tolera que se le robe. El Capital, Captulo V. Proceso de Trabajo
y Proceso de Valorizacin. p. 160, en: http://www.archivochile.com/Marxismo/Marx%20y%20
Engels/kmarx0010.pdf
6
En muchas de estas fbricas esos saberes se convirtieron, desde un temprano siglo veinte,
en va para resolver a bajo costo mltiples problemas; pareciera que antecedieron a lo que Drucker
afirmaba en las postrimeras del mismo: Hoy hemos aprendido que los que hacen un oficio lo conocen
mejor que cualquier otra persona. Quiz no puedan interpretar su propio conocimiento, pero s saben
qu funciona y qu no funciona. (1994: 102).
7
un artesano que ejecuta sucesivamente los diversos procesos parciales en la produccin
de una obra, debe cambiar ora del lugar ora de instrumento. El paso de una operacin a otra interrumpe
el curso de su trabajo y genera poros, por as decirlo, en su jornada laboral. (Marx, citado por Illades,
ibd. p54)
18

posibilidades de enriquecimiento de enfoques hacia una menor rigidez y parcialidad,


viabiliza nuevas preguntas...
La ltima provocacin fue el reto de trabajar con estudiantes de la licenciatura en sociologa, no como asistentes o proveedores de insumos, sino como coautores. Estos
jvenes 14 en total, si bien usaron mi guin de entrevista y realizaron lecturas sugeridas,
se volcaron a buscar a sus entrevistados y bibliografa complementaria, en cada captulo como se leer se observan las peculiaridades que cada quien le imprime a un mismo
hecho social. El trabajo de edicin tuvo dificultades desiguales, algunos casos demandaron mayor intervencin, mientras que otros resultaron en una satisfaccin extra al
disfrutar de una estructuracin y redaccin ms prolija; en esta labor cont adems con
el profesionalismo de Rosaura Gonzlez.
En esta actividad tambin se sum el Cuerpo Acadmico Estudios sociales e histricos
del noreste de Mxico, con la participacin del Mtro. Juan Jacobo Castillo y el Dr. Eleocadio Martnez, colegas con quienes comparto la estimulante tarea de alentar el inters
por la investigacin social en los jvenes universitarios.
El libro est dividido en cuatro partes. La primera incluye dos captulos histricos elaborados con informacin de archivos locales; uno resea y caracteriza la situacin de
los oficios y obrajes en Nuevo Len a finales del siglo XIX, periodo previo al surgimiento
de la gran industria; el otro revisa las demandas laborales relacionadas con oficios y artesanos ventiladas en los tribunales del trabajo, como parte del proceso de juridizacin
de la relacin laboral.
La segunda parte Crear y reparar, rene cuatro oficios en sendos captulos: sastres,
reparadores de calzado, relojeros, y encuadernadores y reparadores de libros, que nos
permiten destacar la importancia de la reparacin en la formacin del artesano como
experto. Seala Sennett (ibd. 305) siguiendo un texto de Douglas Harper, que el expertise del artesano, que cuenta regularmente con herramientas insuficientes, se va
desarrollando tanto para producir como para reparar: la reparacin es una categora
fundamental de la artesana.
En la tercera parte Espacios especializados, se enmarcan los oficios de joyeros, tapiceros y cantineros. La ubicacin de estos casos especficos en reas citadinas delimitadas
nos sirvi de pretexto para recrear esa conformacin y carcter que adquieren algunas
calles, colonias, barrios que albergan establecimientos y talleres de actividades productivas o comerciales, similares o complementarias. En este tipo de espacios se propician
dinmicas de aglomeracin que frecuentemente favorecen la comunicacin y la comunidad entre los propios artesanos o de stos con sus clientes y vecinos.
19

La cuarta parte Entre el taller y la industria, agrupa dos casos que permiten ilustrar la
subsistencia del trabajo artesanal en actividades que han alcanzado un alto grado de
tecnificacin e industrializacin, como son la panadera y la produccin de objetos
de vidrio. En el primer caso reparamos en la coexistencia/subsistencia de la micro y
pequea panadera en un medio aparentemente dominado por la gran industria y el
gran comercio; el caso de los vidrieros apunta ms a la inclusin/recuperacin que la
gran empresa hace de los saberes artesanos para diversificarse y atender la demanda de
objetos no masificados.
El libro lo cierra el trabajo dedicado a los zapateros de la colonia Independencia arriba
mencionado. Como podr observarse la divisin en partes es ms un juego de posibilidades
de enfoques, que de exclusiones o caractersticas privativas entre los oficios aqu tratados.
De los resultados del trabajo de campo quiero destacar slo algunos de los hallazgos
que me parece fortalecen la orientacin que gui el proyecto.
1. En la cotidianeidad de estos oficios sigue facilitndose la relacin personal entre el
artesano y el cliente (aunque sta no siempre sea del todo sincrnica). 8 Esta comunicacin destac en la mayora de los casos, la cual como menciona Sennett (parafraseando
a Harper sobre los expertos sociables), desarrolla capacidades pedaggicas del experto con sus clientes a los que explica y aconseja sobre el objeto creado o reparado,
sea un zapato, un reloj, un libro. Un ejemplo poco ortodoxo del experto sociable sera
el cantinero, el cual para ser bueno, debe contar con una memoria increble, carisma;
es decir, un sentido del humor que le dure todo el da, una paciencia saca borrachos y
siempre tener cerveza bien fra.
2. Un elemento que siguen compartiendo las personas que se dedican a un oficio, es la
satisfaccin y orgullo que para ellos representa su trabajo. Menciona Novelo: El orgullo
profesional es un atributo generalizado entre los artesanos urbanos que subrayan la calidad de su trabajo cuando lo comparan con la produccin industrial, seriada, annima e
idntica a s misma (ibd. XVII). Orgullo que encontramos en Monterrey entre los sastres
terminando un impecable traje, en el pan decente que elabora don Romn, en la afirmacin tajante de don Lolo Serna, zapatero: habr mucha tecnologa, pero el trabajo
que yo hago, no hay todava una mquina que lo haga mejor.

8
En esta suerte de anacronismo social y laboral que parecieran representar los artesanos urbanos, destaco como una de las evidencias ms comunes la diferencia en los tiempos que regularmente
manejan en la realizacin de sus trabajos, los cuales casi siempre rebasan las prisas del cliente. Ser
interesante revisar posteriormente las caractersticas y enseanzas de esta interaccin social, veces
sufrida, veces comprendida.
20

Contina Novelo diciendo que la calidad manual del trabajo artesano permite, no slo
acariciar el objeto una y otra vez (), sino desarrollar las habilidades creativas con lo
que es posible modificar y mejorar an los productos por encargo. Aseveracin que
constatamos en la visin del tapicero Fernando Martnez: Es un arte el que te traigan el
mueble de alguna manera y t lo vas a regresar diferente.

3. No obstante los profundos cambios en el trabajo, en el de los artesanos sigue requirindose del aprendizaje como un proceso largo y gradual. La comprensin y habilidades llevan ms tiempo de formacin que el del obrero frente a una mquina industrial.
En efecto, los instrumentos de trabajo que se usan no pueden ser utilizados por cualquiera; su empleo eficaz consiste en un conjunto de cualidades fsicas e intelectuales
derivadas de un largo aprendizaje. (Novelo 1976:201). La narrativa de los entrevistados
recorre una amplia variedad de formas de aprender y la mayora comenz a hacerlo a
temprana edad, casi siempre haciendo tareas sencillas y repetitivas para destullir la
mano como el sastre Jos Concepcin Alejo o los jvenes aprendices en los talleres de
tapicera y encuadernacin.
4. Adaptacin y resolucin de problemas, el quid de la subsistencia de los artesanos.
Menciona Sennett que el buen artesano, adems, emplea soluciones para desvelar un
territorio nuevo; en la mente del artesano, la solucin y el descubrimiento de problemas estn ntimamente relacionados. (Ibd. 23). Novelo reflexiona en la capacidad de
adaptacin que desarrolla el artesano: La mera existencia del artesanado en la etapa
actual del capitalismo indica su capacidad de flexibilidad y adaptacin (2008: 125). Ambos apuntan a lo cuestionable de la proclamada extincin de los oficios y sus artesanos,
para indicar la capacidad de responder ajustndose a los cambios de tiempos, mejorando su herramienta manual, modificando modelos y productos... Y all tenemos a
tapiceros incorporando nuevos materiales o sastres extendindose haca la confeccin
de prendas de mujer; zapateros buscando su mercado especfico entre las bailarinas del
table dance, en la fantasa de la fiesta infantil y las quinceaeras; artesanos que parecieran reproducir a escala la estrategia de fabricar botas sexys filmada en Kinky boots.
5. Lejos de una visin anglica de los oficios y sus trabajadores, la investigacin reporta
los problemas para subsistir que muchos tienen. No fueron pocos los recuerdos del pasado que fue mejor, ni pocas fueron las contabilidades de los que ya cerraron o redujeron su clientela. De los relojeros siendo desplazados por la electrnica, de los tapiceros
relegados por el consumo de mueble comercial Asimismo se constat la observacin
que hacen Novelo y Sennett acerca del freno que el mercado y la competencia representan para la innovacin creadora, como mencion Jos Martn, panadero: uno no
puede mover cosas [hacer nuevos productos] porque tambin luego si no se vende o
21

no se mueve mucho luego viene el estirn de orejas, entonces si uno quiere hacer algo
diferente primero lo trata con el patrn.
No vamos en pos de la nostalgia, sino de la visibilizacin de otra forma de vivir el
trabajo en un medio y una poca en la que el trabajo como actividad subordinada,
fragmentada y deshumanizante ha provocado la ira, el sarcasmo y el combate de numerosos pensadores que han propalado su rechazo al trabajo. Al fundacional texto de
Paul Lafargue (1998) El derecho a la pereza escrito en 1880, se suman las reflexiones
de Nietzche, Adorno, Cioran (Varios, 2011); de Bertrand Russell (2000) quien en 1932 public una aguda crtica a la tica del trabajo y su ensalzamiento del tiempo productivo
y el beneficio econmico, porque concede demasiado poca importancia al goce y a la
felicidad sencilla (p. 20).9 En este tenor Russell cuestiona el sentido del trabajo cuando
dice El hombre moderno piensa que todo debera hacerse por alguna razn determinada, y nunca por s mismo (p. 19). En confluencia reflexiona Bauman (2013): hemos
olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho.
El trabajo bien hecho, o como correctamente acota Novelo (2005: XVIII) para el caso
de los artesanos urbanos: de acuerdo a su particular subjetividad de lo bien hecho,
es suma de conocimiento, habilidad y placer, es el dilogo entre la prctica y el pensamiento como sostiene Sennett: es la sntesis entre el cmo del Animal laborans y
el por qu del Homo faber. El libro que ahora les entregamos propone entonces que,
acercarse a comprender la forma de vivir el trabajo y relacionarse con los objetos producidos de los artesanos de los oficios urbanos, podra favorecer una mirada ms crtica
de la tica del trabajo, que en Monterrey se plasm en la cultura de trabajo creada
desde la gran industria, deificando el trabajo y el ahorro subordinando todo lo dems:
Trabajo significa la religin que gue a todo cooperatista persuadido. Ahorro ser la
base para llevar a feliz xito nuestras esperanzas, y ambos, TRABAJO Y AHORRO, sern
el escudo de la bandera bajo la cual nos agrupemos empleados y obreros que aspiramos a una identidad: MEJORAMIENTO EFECTIVO A BASE DE NUESTROS PROPIOS
ESFUERZOS (Trabajo y Ahorro, 1, 1921. Maysculas en el original).

La invitacin es a voltear a ver ese lado de la cultura laboral regiomontana hasta ahora
casi ignorado qu podemos aprender? No hay receta de por medio, es apenas la

9
En los mismos aos 30, en las fbricas de Monterrey se alertaba contra el ocio y la pereza:
Trabaje, compaero, que el alba lo sorprenda en el trabajo y que la noche lo encuentre ocupado.
Los holgazanes, los ineptos, los incapaces para el trabajo que se queden atrs. Que se arrebaen, que
se amontonen, que se cobijen todos con el ropaje de la pereza y que sientan despus los resultados
tremendos y desastrosos de su inercia (Trabajo y Ahorro, 655, 1936)
22

aventura de buscar otras formas de reconocernos, de revisar el sentido del trabajo en


tiempos en que la presin por la rapidez y la ciega competencia nos oprime:
los que quedan atrapados en esta obsesin competitiva pierden fcilmente de vista
el valor y la finalidad de lo que hacen. No piensan al ritmo del artesano, con la lentitud
que hace posible la reflexin (Sennett, ibd. 309).

PRIMERA PARTE

OFICIOS Y TRABAJADORES
EN LA HISTORIA REGIONAL

Caracteres tipogrficos de metal en el taller de encuadernacin de don Efran

CAPTULO 1
TRANSFORMACIN
DE LOS OFICIOS TRADICIONALES AL
TRABAJO INDUSTRIAL EN NUEVO LEN
DURANTE EL PORFIRIATO

Captulo 1
Transformacin de los oficios tradicionales al trabajo industrial
en Nuevo Len durante el porfiriato
Juan Jacobo Castillo Olivares

El trabajo como lo conocemos se ha transformado a lo largo del tiempo adaptndose a


las necesidades que las poblaciones requieren para su funcionamiento. Dentro de estos
cambios est la especializacin del trabajo que se manifiesta en la formacin de diversos oficios, los cuales mantienen dinmica y activa la economa de una sociedad. Los
oficios responden a las necesidades inmediatas que por lo general giran en torno a una
gran actividad econmica como la agricultura, la ganadera, la minera o la industria. El
zapatero se vincula a la ganadera, el herrero a la minera, el panadero al trabajo agrcola,
a su vez todos conviven en haciendas, villas o ciudades a travs del comercio. Al final
muchos de estos oficios prevalecen.
El proceso de poblamiento espaol de nuestro pas durante el periodo colonial responda a dos intereses bien definidos que eran la minera y el comercio. Todas las
grandes ciudades del periodo colonial se encontraban en puntos mineros estratgicos:
Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potos, o en ciudades con elevado trnsito comercial:
Veracruz, Acapulco y la Ciudad de Mxico. El Nuevo Reino de Len se fund bajo la
dinmica expansionista ocasionada por la bsqueda de metales preciosos. Antes de su
colonizacin el atractivo de este territorio consista en esclavizar indgenas y usarlos
en las minas; al fundarse la ciudad de Monterrey en 1596, la principal actividad era
capturar indios y venderlos como esclavos; la agricultura y la ganadera servan para el
autoconsumo (Pea, 2005: 22). La actividad artesanal apareci como complementaria
y/o de subsistencia a la actividad minera, siendo los principales oficios la carpintera, la
herrera, la curtidura, la produccin de jabn, la zapatera y la platera (Pea, 2005: 45).
Hay que considerar que, en la mayora de los casos, los productos locales que ofrecan
los artesanos del Nuevo Reino de Len eran opacados por el comercio de importacin nacional o extranjero. Las mercancas de lujo eran adquiridas por los miembros de
la lite local, mientras los textiles baratos y herramientas por los operarios de minas,
pequeos y medianos labradores (Pea, 2005: 54). Si pareca complicado competir con
mercancas de los estados de Puebla, Campeche, Quertaro, la Ciudad de Mxico
entre otras entidades ms difcil sera competir contra mercancas provenientes de
otras posesiones americanas del imperio espaol o de Europa y Asia. Esto generaba una
economa esttica en el comercio artesanal local que se tradujo en el autoconsumo.
Los talleres textiles y curtidores sirvieron para vestir a la poblacin de la entidad pero
su mercanca no se llev a otros destinos.
29

La situacin precaria, en comparacin con otras entidades, del Nuevo Reino de Len
no permiti que los talleres pudieran competir con el mercado ya mencionado. Las
familias que practicaban estos oficios subsistieron por el consumo local; esto limitaba
la acumulacin e inversin, la actualizacin y expansin del taller, perpetundose y
heredndose a las siguientes generaciones dentro de la misma familia. Es cierto que
la competencia con las tiendas y sus productos importados era considerable, pero los
productos artesanales locales tenan un pblico cautivo: la poblacin de menores ingresos que permiti que los oficios tradicionales ya para este momento existan los
oficios profesionales como abogados y mdicos pudieran seguir siendo parte de la
economa local.
Los oficios en el Nuevo Reino de Len no fueron nicos y peculiares, estos se practicaban en todo el virreinato bajo condiciones muy similares. Pero es evidente que el trabajo artesanal en otras entidades alcanz niveles de produccin ms elevados, aunque
tambin ampliamente subordinados al sector minero, agrcola, ganadero y el comercio
de importacin. El proceso de independencia en Mxico, no cambiara radicalmente
esta situacin, debido a que fue ms un cambio poltico que econmico. Por el contrario, la turbulencia poltica y militar de los aos siguientes llevara a severas complicaciones, como lo manifiesta en 1826 el primer gobierno constitucional del Estado de Nuevo
Len, en voz de su gobernador Jos Mara Pars, al referirse al sector fabril:
Nada se ha adelantado hasta ahora en este ramo provenido sin duda de estar casi
obstruidos y paralizados los de su comercio y agricultura, segn queda demostrado; al
paso que stos se aumenten irn incrementando todos los dems ramos que dependen
de ella, mayormente si se presentan como es de esperar extranjeros que establezcan
fbricas en el estado y que por consiguiente puedan darles el incremento de que son
susceptibles, dedicndose unos al trabajo material de las mismas fbricas y otros al
cultivo de lino y algodn, que acaso podr traerles mayores ventajas que el del maz,
frijol y caa dulce, a que estn dedicados exclusivamente (Pars, 1826: 5).

El ramo textil ya era importante durante el gobierno de Pars; se contaban dos telares
de manta en Monterrey, otros en Cadereyta y Montemorelos que surtan a Tamaulipas e
incluso se menciona Norteamrica (Pars, 1826: 6). Al respecto, en la primera mitad del
siglo XIX adquiere relevancia la independencia de Texas y el tratado Guadalupe-Hidalgo
porque de esta forma Nuevo Len se acerca a la frontera. Junto a la proximidad fronteriza viene tambin la Revolucin Industrial inglesa y su voraz necesidad de algodn para
sus fbricas. Estos tres factores: la incipiente industria textil, la frontera y la Revolucin
Industrial, permiten la aparicin de la primera fbrica con tintes modernos: la fbrica de
textiles La Fama en 1854.
30

Con La Fama y otras fbricas textileras que aparecieron en los aos siguientes, el trabajo
en Nuevo Len empieza la transformacin ms radical que haya tenido. stas constituyen el prembulo a la introduccin de tecnologa industrial extranjera mquinas que
sustituan o reducan la mano de obra que implic dejar atrs la forma tradicional en
que los oficios se realizaban. El viejo taller sigue ah pero ahora convive y est en competencia con las fbricas modernas.
Del taller a la fbrica, los oficios en el Nuevo Len porfiriano
Los artesanos cualificados, y no los obreros de las nuevas industrias fabriles, dominaron
el movimiento obrero en las primeras dcadas de la industrializacin. En Francia, Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos; en huelgas, movimientos polticos y estallidos de
violencia colectiva se encuentran una y otra vez los mismos oficios habituales: carpinteros, sastres, panaderos, ebanistas, zapateros, albailes, impresores, cerrajeros, etctera.
El movimiento obrero del siglo XIX naci en el taller artesanal, no en la oscura fbrica
satnica (Sewell, 1992: 15).
Una de las razones por las que el proceso de industrializacin resulta atractivo para los
historiadores locales, es por la coyuntura que represent en la ciudad de Monterrey
como capital del estado de Nuevo Len y para el estado en s mismo: La adversidad
represent buena parte de la historia temprana de la ciudad, el pueblo era acosado por
sequas, enfermedades, ataques de indios y la negligencia de los colonizadores espaoles (Saragoza, 2008:32). La industrializacin signific por tanto un proceso de prosperidad econmica, cohesin poltica y estabilidad social nunca antes visto en la historia
de la ciudad y el estado.
Pero antes del boom industrial, los oficios artesanales prevalecan en todo el estado.
Para la segunda mitad del siglo XIX se tienen registrados cerca de quinientos de estos
establecimientos: herreras, carpinteras, zapateras, teneras, carroceras, sastreras, plateras, relojeras, armeras, hojalateras, talabarteras, tipografas, gamuceras, alfareras,
sombrereras, fotografas, cobreras, panaderas y caldereras (Rojas, 1997: 37). En 1888
con motivo de las mltiples exposiciones industriales que se llevaban a efecto, se recab un censo en el estado que mostrara las industrias y oficios ms sobresalientes y,
en efecto, fueron los talleres los que ocuparon los principales ndices. De esta fuente
podemos obtener la variedad de oficios que haba en Nuevo Len (Tabla 1) en pleno
gobierno reyista.10

10
Nota: la etapa porfirista en Nuevo Len tambin se le conoce como reyista por la figura del
gobernador Bernardo Reyes impuesto por Porfirio Daz.
31

Tabla 1: Municipios de Nuevo Len y sus oficios en 1888

Fuente: AGENL. Correspondencia con el Ministerio de Fomento. Caja 6. Ao 1888.


32

De la anterior tabla y de otras estadsticas tomadas del archivo, se pueden analizar


cuatro puntos:
El primero, reforzando lo que otros historiadores ya han confirmado, es que la escasez
de minerales y una tierra pobre para el cultivo, provoc que las principales actividades
se concentraran en la ganadera y una agricultura bsica donde se incluye maz, frijol,
tomate, cebolla, como lo registran los archivos en el caso del municipio de Apodaca.
Adems hay algunos municipios con produccin de caa de azcar que elaboran licores, desde aguardiente hasta el mezcal11 y otros derivados de la caa de azcar, como
el piloncillo. En el caso de los municipios mineros, como Cerralvo, se menciona que
exportaban su plomo a Inglaterra, pero el resto de los talleres la distribucin de su produccin es local, slo para algunas villas cercanas y algunos estados vecinos.
El segundo punto se refiere a que el nmero de trabajadores es proporcional a la importancia en la produccin en los talleres y, obviamente, al nmero de habitantes del
municipio. Principalmente es el trabajo en los campos de cultivo donde se ocupa el
mayor nmero de personas en el porfiriato la principal actividad econmica era la
agricultura, seguida del trabajo en las minas y la ganadera. Despus vienen los talleres
de oficios como el de panadero, que en algunos municipios slo se menciona a dos
personas, regularmente el maestro y el aprendiz, quienes recurrentemente resultaban
ser el padre y el hijo. En otros oficios como el de herreros, carpinteros y zapateros no
se rebasan las 10 personas por taller y en el resto de los casos las estadsticas slo mencionan los oficios sin decir cuntos trabajadores hay por cada uno.
En cuanto al tercer punto, los salarios y las jornadas; es ah donde el trabajo en los talleres adquiere relevancia, debido a una mejor retribucin econmica y un empleo que
no depende tanto de las condiciones del clima y la naturaleza, como en el campo, la
ganadera e incluso el trabajo en minas. Esto por dos razones, primero porque se trataba
de oficios calificados que exigan un conocimiento presumiblemente de mayor preparacin y que no cualquier persona podra desempear, y segundo porque esa preparacin era a travs del maestro artesano con el cual se vinculaba, ya sea por ser parte de
la familia, como suceda en la mayora de los casos, o por ser un aprendiz devoto que
pasaba la mayor parte del tiempo con su maestro. Cabe mencionar que no todas las estadsticas son claras, solo algunas mencionan cunto ganaba un campesino a diferencia
de un artesano. El salario de un campesino, sabemos por otras estadsticas del mismo
archivo, en ningn municipio rebasaba los cincuenta centavos diarios. En cambio en las
11
Nota: En algunos documentos tambin se le conoce como vino mezcal, la referencia de
vino era para hacer alusin a que era una bebida alcohlica an cuando no provena de la fermentacin
de la uva.
33

estadsticas ya mencionadas, para el municipio de Aramberri en un tiempo cercanamente similar, se reporta que los panaderos, carpinteros, zapateros y sombrereros, llegaban
a ganar $1 peso diario o ms segn la obra que realizaban12.
El ltimo punto, y de forma relevante, es el que se refiere a las formas de organizacin
entre los artesanos. Los talleres en el estado no tienen el mismo nivel de organizacin
que el existente en otros pases. Nunca se acerc, por ejemplo, al de los artesanos
ingleses, estudiados por historiadores como E.P. Thompson y E. Hobsbawm a principios
de la Revolucin Industrial, que desencadenaron actos como el ludismo13; o los artesanos franceses ms radicales y ms violentos que fueron parte importante de los movimientos sociales que dieron pie a la icnica Revolucin Francesa. Las condiciones socioeconmicas del pas no eran propicias para la organizacin de movimientos obreros;
las aisladas manifestaciones laborales fueron desarticuladas por la represin social de
la maquinaria porfirista y las sociedades mutualistas ni se asomaban. En los municipios
de Nuevo Len slo se menciona el de Salinas Victoria con sociedades mutualistas en
formacin en gran parte por su actividad minera y el de Linares municipio que lleg
a considerarse como segunda capital del estado, con la Sociedad de Obreros de Linares
y la Unin Mercantil como sociedades mutualistas existentes y activas.
Los trabajos y oficios en Nuevo Len antes del despegue industrial de 1890, tienen pocos cambios. An hoy en da muchos de estos municipios conservan estos oficios y se
combinan con otros ms modernos.
La transicin del trabajo artesanal al fabril en la ciudad del Monterrey porfirista
Retomando el apartado anterior, las actividades obreras pioneras en el estado las encontraremos en el taller con los artesanos; en la ciudad capital la situacin es similar.
Si bien las actividades principales se encaminaban hacia la agricultura y la fabricacin
de artesanas, la existencia de fbricas nos da la idea de una incipiente clase obrera,
de un grupo social que oscilaba entre el oficio artesanal y el industrial. Es decir, aunque
la industria en la ciudad de Monterrey se inaugura en 1854 con la fbrica de hilados y
tejidos La Fama, la actividad industrial de mayor envergadura aparece hasta 1890, y es
cuando la ciudad inici un proceso de transformacin social y urbanstica. La estacin
de ferrocarril del Golfo, la construccin del palacio de gobierno, la penitenciara, el
12
Nota: En una estadstica de 1902 del Archivo General del Estado de Nuevo Len se menciona
el pan a 25 cvs/kg, la carne de res 26 cvs/kg y la carne de puerco 50 cvs/kg; en otra estadstica de 1906
del peridico Monterrey News, se mencionan los siguientes precios para la canasta bsica: tomate 25
cvs/kg, frijol 10 cvs/kg, maiz 7 cvs/kg. De acuerdo a estos precios el salario de un peso diario era el
adecuado para cubrir las necesidades bsicas en cuanto a alimentos refiere, sin tomar en cuenta otras
necesidades como vivienda, vestido, etc.
13
Con el nombre de ludismo pas a la historia la accin de destruccin de mquinas por
parte de los trabajadores que sintieron la amenaza de perder el trabajo por la tecnologa. En este
sentido, el nico caso local encontrado es el de los actos de sabotaje a los ferrocarriles, realizados
posiblemente por arrieros afectados.
34

puente San Luisito, la construccin de plazas y la ampliacin de varias avenidas dan evidencia de una transicin importante, aunque la ciudad ya no se dedicaba a la agricultura
propiamente, seguan existiendo haciendas y ranchos que pertenecan a la zona rural
de Monterrey que sern progresivamente urbanizados al ritmo de la industrializacin,
as como otros que se convertirn en los municipios del rea metropolitana (tabla 2).
Tabla 2. Censo General de la municipalidad de Monterrey en 1883.
Cabecera del municipio, congregaciones, haciendas y ranchos que le son anexos.

Fuente: AGENL. Estadsticas de Monterrey. Caja 11.


35

La anterior estadstica muestra las 10 haciendas y cuatro ranchos con los que contaba la
ciudad de Monterrey. Se menciona un total de 41 842 habitantes, concentrando 35 356
en la ciudad de Monterrey, el resto en dichas haciendas y ranchos.
Los oficios y las fbricas en la ciudad, se repartan de la siguiente forma.
Tabla 3. Estadsticas de Industria en 1884

Fuente: Estadsticas de Monterrey 1884: caja 11.

Como se puede apreciar, la actividad fabril ya era una realidad en la ciudad, aunque las
fbricas eran pocas y slo atendan al mercado interno y las necesidades propias del
36

lugar. Por ejemplo, la existencia de once veleras remite a la falta de cobertura elctrica,
las cuales gradualmente desaparecern con la introduccin de la electricidad. Hasta
este momento y con la informacin existente, podemos derivar que eran menos los
obreros fabriles que los artesanos, pero esta tendencia cambiar rpidamente en los
aos por venir, al emplearse mayor mano de obra en las grandes fbricas como Cervecera Cuauhtmoc (1890), Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey (1900) y la Fbrica
de Vidrios y Cristales (1901).
Monterrey segua siendo una ciudad pequea comparada con el movimiento migratorio
que se dara en los siguientes aos, cuando el nmero de habitantes se duplica. Es por
eso que la migracin determin uno de los principales elementos que dan evidencia
de la transicin a la que se preparaba la ciudad. Pero qu la motivaba, cmo se pudo
lograr tal movimiento de poblacin y qu les esperaba a quienes llegaban a Monterrey?
El historiador Michael Snodgrass nos dice lo siguiente:
En muchos sentidos, los hombres y mujeres que se volvieron la primera generacin
de la clase trabajadora en Monterrey tenan unos antecedentes tan diversos como las
industrias que los contrataron. Algunos venan de la ciudad, otros de haciendas cercanas. Los locales trabajaron junto con migrantes de los estados vecinos y unos cuantos
inmigrantes en tierras lejanas. Pero en comparacin con otras ciudades industriales del
hemisferio occidental, se parecan mucho en cuanto a que casi todos los trabajadores
de Monterrey llegaron dentro del rango de medio da de viaje en tren Monterrey se
volvi un centro de reclutamiento que atrajo tanto a los migrantes como a los contratistas de ferrocarriles, empresas mineras del norte de Mxico y empresas norteamericanas (Snodgrass, 2008: 32).

El anterior fenmeno regional, se acerca al proceso analizado por Hobsbawm, quien


mencionaba que efectivamente migraciones e industrializacin van juntas, y que tales
desplazamientos requeridos por el desarrollo econmico moderno fue facilitando y
abaratando estos movimientos poblacionales, mediante nuevas y cada vez mejores
comunicaciones y, por supuesto, capacit al mundo para mantener una poblacin mucho mayor (2007: 203).
Contina Hobsbawm sealando que el siglo XIX fue como un gigantesco imn para los
campesinos desterrados que buscaban en la ciudad un mejor destino:
la mayora de ellos iban a las ciudades o, por lo menos, escapaban a las actividades
rurales tradicionales para encontrar el mejor modo de vida posible en un nuevo mundo
extrao y temible, pero, al menos, ilimitadamente esperanzador, donde se deca que las
calles estaban pavimentadas con oro, aunque los emigrantes rara vez recogan algo ms
que unos centavos (Hobsbawm, 2007: 205).
37

Con este flujo migratorio se hizo posible que la mano de obra calificada en el trabajo
de minera proveniente de estados como San Luis Potos y Zacatecas pudiera aportar
ese conocimiento previo y aplicarlo en la naciente industria, e igualmente, que del vecino pas del norte especialmente del estado de Texas se pudiera invertir y trabajar
en los oficios: se cuentan hasta 458 norteamericanos en Monterrey en esos aos. Asimismo, encontramos que en las estadsticas del archivo del estado, hay habitantes que
provienen tanto de Europa como del continente asitico: primero espaoles con 106,
alemanes 77 e ingleses con 68 y en un menor nmero, chinos, turcos y africanos que no
rebasan las 10 personas.
Las ciudades y las nuevas zonas industriales fueron, de una forma general, los polos de
atraccin de los inmigrantes. Qu clase de vida les esperaba? Monterrey se preparaba
para recibir en 1890 a un mayor nmero de personas destinadas al trabajo en las fbricas; la ciudad y su estructura urbana tendran que cambiar drsticamente para poder
atender todas sus necesidades: transporte, vivienda, servicios, entre otros. Esto impactara, ineludiblemente, los oficios artesanales: algunos veran un mayor incremento en
su produccin para cubrir las necesidades de la enorme ciudad, transformndose en
pequeas y medianas industrias; otros tendran que competir con la gran industria hasta
su desaparicin, y unos cuantos subsistiran como talleres tradicionales.
Conclusiones
El primer aspecto a considerar cuando se estudian las clases trabajadoras en el estado
de Nuevo Len, son las diferencias de la regin. El auge industrial a finales del siglo XIX
impact la ciudad de Monterrey y municipios vecinos, pero en municipios del sur y del
norte la situacin no cambi mucho. Si en los municipios fuera del rea metropolitana
encontramos an oficios que prevalecen con sus formas tradicionales, se debe a esa
razn. La otra explicacin sigue siendo la del autoconsumo que tiene como objetivo
atender las necesidades inmediatas de sus habitantes. En el caso de los oficios con
produccin comercial, el avance ms relevante tiene que ver con la demanda de sus
productos en las ciudades.14
En la ciudad de Monterrey, la experiencia que dejaron los antiguos talleres permiti que
los trabajadores pudieran adaptarse al nuevo ritmo industrial de la ciudad. Junto a esto,
el arribo de poblacin con experiencia minera y fabril ayud a las fbricas a tener mano
de obra calificada en la mayora de los casos. Es por lo anterior que, al hablar de transformacin, hago referencia a cmo los oficios tradicionales en la ciudad encontraron
espacio en la nueva dinmica econmica o, por el contrario, desaparecieron.
14
Considero importante tomar en cuenta aquellos productos regionales de origen artesanal
que son apreciados en la ciudad y por el turismo como los dulces, el pan, el vino mezcal, artculos de
cuero entre otros.
38

Por ltimo, la ciudad de Monterrey ha presumido por tan ya largo tiempo sus logros
industriales que nos hace pensar que los oficios tradicionales no tienen espacio. Sin
embargo, podemos constatar cmo muchos de estos oficios perviven transformndose
o modernizndose con la adquisicin de mejores mquinas y herramientas que agilizan
el trabajo, pero manteniendo la forma tradicional de trabajar para conservar su esencia.

39

Herramientas de trabajo de los sastres

CAPTULO 2
OFICIOS URBANOS TRADICIONALES
Y DEMANDAS LABORALES
EN MONTERREY. 1928-1952

Captulo 2
Oficios urbanos tradicionales y demandas laborales en Monterrey.
1928-1952
Lylia Palacios
Introduccin
El estudio histrico y sociolgico del trabajo en Monterrey a lo largo del siglo XX ha
estado fuertemente orientado hacia la gran empresa y al obrero industrial; correspondiendo a la tendencia nacional (Illades, 2001). El enfoque fue sustentado en la importancia de ambos protagonistas sociales en la formacin de ciudades como sta, dejando
al margen el conocimiento del trabajo en talleres y pequeos establecimientos productivos, particularmente de aquellos relacionados con los oficios urbanos preexistentes al despegue fabril. As lo muestran numerosas e importantes aportaciones que
investigadores locales y extranjeros han realizado (Isidro Vizcaya, Menno Vellinga, Mario
Cerutti, Mximo de Len, Javier Rojas, Alex Saragoza, scar Flores, Michael Snodrgass,
Eleocadio Martnez, y algunas colaboraciones propias).
No obstante, aunque gradualmente disminuida al correr del siglo, la presencia productiva de artesanos y sus talleres continu paralela al desarrollo de la gran industria. En este
captulo el objetivo principal es conocer un poco ms sobre la presencia de este tipo
de trabajadores durante un periodo de transformacin de la normatividad de las relaciones laborales: el paso de un tipo ms cercano a la relacin tradicional-paternalista
hacia otras de tipo legal-racional (Weber, 1974). El periodo seleccionado corresponde
al del crecimiento del perfil industrial de Monterrey y su urbanizacin, de la federalizacin de las leyes laborales y la promocin de derechos laborales como el de sindicalizacin. En este proceso la ley tendr igual aplicabilidad a todo establecimiento sin
importar el tipo o tamao del establecimiento; los jvenes sindicatos con registro o
no impulsarn en la ciudad una cauda de emplazamientos a huelga por el reconocimiento del sindicato y la reglamentacin colectiva de la relacin obrero patronal; asimismo, para muchos trabajadores en lo individual signific la posibilidad de hacer uso
legal de derechos laborales poco practicados hasta entonces.
En sntesis, nos referimos a una fase durante la cual madur en el mbito del trabajo
el proceso de juridizacin, entendido, a partir de J. Habermas, como el proceso social
paulatino a travs del cual el derecho incrementa su carcter de normativa escrita.15 Visto como parte de una transicin hacia formas de interaccin propiamente capitalistas
en el mundo del trabajo, las contradicciones que ese proceso desata en una ciudad de
15
Citado por Rodrguez, s/f. Este incremento se da tanto por extensin, regulando
jurdicamente mayor cantidad de mbitos sociales que estaban regulados informalmente, como por
densidad, o sea, desmenuzacin de una materia jurdica general en varias materias particulares.
43

precoz industrializacin como Monterrey, explica que las lgicas asociadas al desarrollo del capitalismo racional entren de manera creciente en tensin con los principios
tradicionales (Lamanthe 2011: 85).16
Esta transicin ha sido estudiada principalmente como historia del movimiento obrero
y sindical en la gran industria, en nuestro acercamiento, se delimita a lo existente en el
caso de artesanos y oficios urbanos.
Considerando la escasez de fuentes documentales, el enfoque que permite este primer
acercamiento es el del conflicto laboral ventilado en los tribunales del trabajo y en
la prensa local. Las principales fuentes de investigacin documental fueron el archivo
histrico de la Junta Local de Conciliacin y Arbitraje, depositado en el AGENL, y el
archivo electrnico del peridico regional El Porvenir. En el primero se revisaron 312
demandas laborales relacionadas con oficios durante el periodo 1928-1952. La seleccin
de los casos se gui por la actividad explcita del demandante sastre, carpintero, panadero, zapatero, etctera, y/o el tipo de negocio demandado sastrera, panadera,
taller de zapatera, joyera, etctera. Con la segunda fuente de informacin fue posible
documentar algunos eventos laborales significativos detectados en las demandas, ampliando as el contexto en que se desenvolvieron tales conflictos.
Las primeras mutualidades de artesanos y obreros
La aparicin y crecimiento paulatino en Monterrey de obrajes y talleres artesanales, fue
una de las primeras evidencias del impulso urbanizador que propici el auge comercial
desplegado en Monterrey a lo largo del siglo XIX hasta entrada la dcada 1860; impulso
que al declinar dara paso a una incipiente industrializacin a finales de los aos setenta
y ochenta del mismo siglo (Vizcaya, 2000). En este lapso la actividad econmica ser
encabezada por artesanos y pequeos industriales, y sus relaciones gremiales y sociales
seguirn el formato de las mutualidades.
Menciona J. Rojas que para el ao de 1879 existan en la ciudad 493 establecimientos
clasificados como artesanales. Por su nmero destacan las zapateras, seguidas de carpinteras, herreras, sastreras, y luego por las teneras, talabarteras y las panaderas.
Tambin se mencionan las actividades de hojalatera, calderera y alfarera (2008: 27-28).
Acerca del surgimiento de mutualidades, el mismo Rojas seala que su creacin no se
circunscribi en Monterrey a las de tipo laboral. Sostiene que la pobreza citadina que
imper en el ltimo tercio del siglo XIX impuls diversos tipos de asociaciones para la
16
En el original: Dans lactivit productive et au sein de la relation salariale, les logiques
associes au dveloppement du capitalisme rationnel entrent de faon croissante en tension avec les
principes traditionnels.
44

ayuda mutua: cvico-cultural, de extranjeros residentes, de mujeres, religiosas, obreras.


De estas ltimas destaca el Gran Crculo de Obreros de Monterrey, creado en 1874, sucursal local del Gran Crculo de Obreros de Mxico fundado en 1870 (Hart, 1981).
Su formacin estuvo impulsada por artesanos, y en la primera mesa directiva participan representantes de los oficios de zapatera, carpintera, sastres y oficios varios.
Otros socios eran obreros de las fbricas textiles, sombrereros, impresores, fabricantes
de muebles y dueos de tendajos de barrio. En la invitacin que difundan a travs de
su peridico Obrero de Monterrey convocaban:
Formemos desde ahora una sola familia. Ayudmonos en todas nuestras necesidades.
Que los ms virtuosos de entre nosotros sean nuestros guas, los ms instruidos nuestros maestros, los ms hbiles maestros consejeros. Consagremos los cortos instantes
de descanso que nos deja nuestro trabajo a desarrollar nuestra inteligencia, a perfeccionar nuestra instruccin, y nuestros esfuerzos todos a merecer el ttulo de artesanos
honrados (Navarro, 1971).

La mutualidad regiomontana se adhera a los mismos objetivos de la asociacin nacional de mejoramiento social, moral y econmico de la clase obrera: protegerse contra
los abusos de capitalistas y dueos de talleres, alentar la educacin de los coasociados (Reglamento, 1886: 5-6). No obstante esta filiacin, el Gran Crculo de Obreros de
Monterrey nunca se acerc al discurso y prcticas socialistas que caracteriz la primera
etapa del Gran Crculo de Obreros de Mxico; al contrario, fue una asociacin heterognea en su composicin social, que agrupaba artesanos libres, obreros comerciantes,
algunos industriales, intelectuales y personajes de gobierno (Rojas, 2008: 44).17
Esta caracterstica de la asociacin mutual ms importante en la historia regiomontana
del trabajo, de promover relaciones ms cercanas a la conciliacin y colaboracin entre
clases sociales y econmicas, se convertir en el sello del modelo local de relacin
laboral y se imprimir en el espritu de los sindicatos que posteriormente surgirn en las
principales industrias familiares de la ciudad.
En los inicios del siglo XX, las primeras organizaciones de tipo sindical en la ciudad
surgen dentro de las actividades punta como la siderurgia y los ferrocarriles; otras mutualidades con rasgos sindicalistas se crean entre los obreros textiles, albailes, conductores y motoristas. Entre los oficios artesanales destaca el de los sastres, quienes en
1915 conforman el Sindicato de Sastres de Monterrey (Rojas, 2008: 52-56). Un ao antes,
17
Entre los socios honorarios figuraba lo ms granado de la poltica nacional y local desde el
presidente de la repblica Porfirio Daz, el gobernador de Nuevo Len Gral. Gernimo Trevio, Gral.
Bernardo Reyes; as como personajes de la lite social, econmica y cultural, por ejemplo, Lic. Enrique
Gorostieta, Lic. Virgilio Garza, Prof. Joel Rocha, Prof. Serafn Pea, los ms destacados mdicos de la
ciudad, poetas y literatos (Navarro, 1971).
45

menciona Rojas, se haba constituido la presunta primera organizacin multisindical de


la regin: la Federacin del Trabajo de Nuevo Len, la cual aglutin principalmente a las
uniones existentes de diversos oficios como las de los panaderos, albailes, carpinteros,
pintores, curtidores y zapateros (ibd. 57). Paralelamente, grandes empresas se fueron
reservando sus propias formas de organizacin laboral.
Hacia la juridizacin de la relacin laboral
La reglamentacin de la relacin salarial como una especialidad del Derecho fue de
elaboracin lenta y conflictiva en Nuevo Len; la inexistencia de tal derecho especializado ocasionaba que la regulacin se incluyera en los cdigos civiles y penales, que
ordinariamente favorecan a la parte patronal.18 De all que la omisin o uso discrecional
de los reglamentos del trabajo locales existentes hasta antes de 1931 fecha de emisin
de la primera Ley Federal del Trabajo fuera prctica cotidiana en Monterrey, tanto
en las grandes empresas familiares como en los talleres de oficios. En ambos espacios
laborales seguan primando las relaciones de tipo tradicional ancladas en el paternalismo que consideraba dicha relacin como asunto de dos: patrn y trabajador. Con la
federalizacin del artculo 123 constitucional, el Estado mexicano daba un gran paso
hacia la institucionalizacin de un sistema de relaciones profesionales y de proteccin
social colectiva, debidamente establecidas en reglamentos escritos, superando las regulaciones tradicionales y de jurisdiccin local. El proceso puede comprenderse como
A. Lamanthe lo hace para el caso francs:
Desde las primeras leyes sobre el trabajo a finales del siglo XIX hasta la instauracin de
un derecho especifico (o propio), la institucionalizacin del sistema de relaciones profesionales y el desarrollo de protecciones colectivas garantizadas por parte del Estado,
la relacin salarial se ha convertido en el objeto de un movimiento de juridizacin que
sanciona la profundizacin de los principios de la dominacin racional-legal. Este [movimiento] acta en parte en contra de regulaciones tradicionales, vistas como arcaicas,
huellas de un pasado que se quiere omitir, y por lo tanto condenadas (2011: 85).19

En Mxico, los mecanismos modernos del derecho del trabajo sern la creacin de
tribunales para dirimir controversias, en los estados sern las Juntas Locales de Con18
Para un mejor conocimiento de la historia de la reglamentacin del trabajo en Nuevo Len
antes de la aparicin de la Constitucin de 1917 que incorpor el artculo 123 dedicado al trabajo, y de
los principales movimientos obreros en esa poca, se recomienda leer los libros de Jess vila y de
Javier Rojas aqu citados.
19
En el original: Depuis les premires lois concernant le travail la fin du XIXe sicle jusqu
linstauration dun droit spcifique, linstitutionnalisation du systme de relations professionnelles et
la mise en place de protections collectives dont lEtat se fait le garant, la relation salariale est lobjet
dun mouvement de juridicisation qui sanctionne lapprofondissement des principes de la domination
rationnelle-lgale. Celui-ci joue en partie contre la permanence de rgulations traditionnelle juges
archaques, traces dun pass que lon voudrait rvolu et, ce titre, condamnes.
46

ciliacin y Arbitraje (en adelante JLCA) y la representacin y negociacin colectiva a


travs de la organizacin sindical. Con ambas instituciones presentes en Monterrey
desde 1918,20 tambin inici la resistencia empresarial por salvaguardar su autoridad
patronal. Historiadores sociales recuperaron las posturas inflexibles que los empresarios regiomontanos mantuvieron contra todo intento de negociacin colectiva y reconocimiento sindical en los primeros decenios del siglo XX.21 Actitud que se extender a
los hombres de negocios en actividades y oficios menores.
En estas condiciones, es congruente la renuencia que despert la iniciativa del primer
Cdigo Federal del Trabajo propuesto por el gobierno de Portes Gil en 1929: los grandes industriales regiomontanos reaccionaron airadamente ante lo que consideraron una
intolerable intromisin del Estado en sus negocios, porque lesionaba la libertad de empresa. La virulenta respuesta de los industriales regiomontanos y otros a nivel nacional
contra el proceso de federalizacin de la legislacin laboral, se centraba en el rechazo
al contrato colectivo obligatorio y el sindicato forzoso y oficial (Palacios, 2008: 219).
Gracias a su poder econmico y poltico estos grandes empresarios de Monterrey se
pertrecharn contra el corporativismo en ciernes, creando sindicatos de empresa que
frenaron lo que ellos consideraban una intrusin.
Esta contencin del sindicalismo rojo por la gran industria local, lo repleg a la micro y
pequea industria y en actividades de servicio como el transporte. En el tema que nos
ocupa, lo anterior puede observarse en la gran cantidad de emplazamientos por titularidad de contrato que los distintos sindicatos profesionales interpusieron contra talleres
y negocios pequeos, muchos de los cuales terminaron firmando contratos colectivos
en lugares con tres o cuatro trabajadores.
1928: Los panaderos contra la tecnificacin del oficio
El oficio de los panaderos, que ser de los que tendrn mayor protagonismo en los
tribunales del trabajo, es un caso que nos permite observar ese proceso de juridizacin
a travs del impacto y resistencia colectiva de los artesanos, ante las modificaciones
de las condiciones tradicionales que gener la tecnificacin de la produccin. En la
ciudad coexistan tahonas con uno o dos artesanos y las de mayor tamao contrataban
artesanos libres bajo esquemas salariales por jornada fija o a destajo. Las segundas sern
las que, por su capacidad econmica, buscarn elevar la rentabilidad mediante la tecnificacin del proceso productivo.
En septiembre de 1925 estalla una huelga de panaderos en La Oriental, impulsada por la
20
Ese ao se constituye en Saltillo la Confederacin Regional Obrera Mexicana (CROM),
precedente del corporativismo de estado y se instala en Monterrey la Junta de Conciliacin y Arbitraje.
21
Destaca el paro de vidrieros artesanos alemanes en Vidriera Monterrey en 1903 (vila, 1988)
y las huelgas mineras de 1918 y 1920 (vila, 1988 y Taibo, 1981).
47

Unin de Panaderos y Aprendices Mexicanos. El movimiento, que se extendi hasta el


mes de octubre, fracas porque el patrn mantuvo la produccin contratando artesanos libres no sindicalizados, despidiendo a varios trabajadores y amparndose contra
la reinstalacin de los mismos. Los panaderos de La Oriental demandaban, entre otras
cosas, que no se les rebajaran sus ingresos y que se contratara solamente al personal
agremiado en la Unin. Sus peticiones eran:
I.- Que se paguen las tarifas que estaban en vigor hasta el 4 de los corrientes, por concepto de salarios en la forma siguiente: 1.55 por elaboracin de pan de dulce y 1.25 por
arroba de pan francs y margaritas. II.- Que sea reinstalado en su trabajo el operario
Antonio Caballero y destituido el compaero Juan Czares por considerarse este ltimo perjudicial a los intereses de los unionistas. III.- Que se reconozca a los maestros
como nicos intermediarios para ejecutar rdenes durante las labores. IV.- El Sr. Garca
Sucs., se compromete a ocupar en su tahona nicamente obreros de la Unin y sta
proporcionar personal competente para el trabajo. VI.- El convenio ser firmado por
ambas partes con el carcter de inviolable (El Porvenir, 24 de septiembre de 1925).

Con el anterior antecedente, en 1928 se desarroll un movimiento ms amplio, cuando


ms panaderas comenzaron a introducir maquinaria que disminua el costo laboral en
salarios y empleados. Los contendientes fueron el Sindicato de Obreros Panaderos22 y
la Unin de Propietarios de Panaderas.23 La tensin segua en los mismos puntos: los
efectos laborales negativos de la tecnificacin de las panaderas ms grandes y la negativa patronal a reconocer el sindicato como intermediario en la relacin laboral; por la
parte sindical, el otro adversario visible son los artesanos libres que no se sindicalizan.
Segn declaraciones de la Unin ese ao se contabilizaban alrededor de 500 panaderos
en la ciudad y a su decir slo 100 estaban sindicalizados.
El emplazamiento a huelga que lanzaba el sindicato a todos los industriales en el ramo
de panaderas, se fundaba en las demandas de reconocimiento de la figura sindical,
asumiendo el sindicato su papel de representante y proveedor de fuerza de trabajo
calificada, as como garante de la disciplina de la misma; asimismo se proponan regular
el trabajo de los panaderos propietarios que no ocupaban personal.24

22
Posiblemente este sindicato tenga su antecedente en la antigua Unin de Panaderos y
Aprendices Mexicanos, la cual estaba en activo desde principios de los aos 20. El sindicato estaba
adherido a la Confederacin General del Trabajo, seccin mexicana de la Asociacin Internacional de
los Trabajadores.
23
La Unin integraba al menos 20 panaderas de la ciudad: El Nopal, La Gardenia, La Oriental,
Ro Bravo, La Vencedora, La Moderna, La Unin, La Bola, El Sol, La Campana, La Imperial, La Reinera, La
Mexicana, La Especial, La Italiana, La Alemana, La Castellana, El Norte, El Roble, El Gallo (El Porvenir, 7
de julio de 1928).
24
Catlogo de la Junta Local de Conciliacin y Arbitraje 1923-1937. Caja 2, Exp. 1.
48

Es un movimiento contra la maquinaria moderna


El 29 de junio el Sindicato de Panaderos entrega un pliego de peticiones a Timoteo R.
Martnez, dueo de La Gardenia y representante de la Unin de Propietarios de Panaderas. De no cumplirse las demandas estallara una huelga (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
En el documento entregado se manifiesta que no existen en las panaderas ningunos
reglamentos que puedan normalizar la marcha de las labores de los obreros, demandan
el establecimiento de contratos colectivos de trabajo a fin de que cesen las inmoralidades de que son responsables los obreros libres.
Los sindicalizados conocedores del oficio incluyen en el clausulado la standarizacin
en precio y tamao del pan, y proponen remuneraciones segn el tipo de produccin. En La Oriental, que tambin es emplazada, los sindicalistas demandan que no se
rebajen los salarios y que se sostengan los mismos antes de que esta fbrica tuviera
revolvedoras.
Los dueos organizados, adems de rechazar las peticiones y solicitar la intervencin
del alcalde, aseguran que es un movimiento instigado por unos cuantos lderes: un grupo de agitadores que vinieron hace poco de la capital de la Repblica. Los propietarios
decan haber invertido ms de 150 mil pesos en la compra en maquinaria.
En lo que los asemeja a las reacciones ludistas de los obreros ingleses, el rechazo a la
maquinaria es el trasfondo reconocido por las autoridades del trabajo:
El caso que se presenta ya era esperado por esta Presidencia, pues tena informes de que
desde que los principales productores trataron de establecer maquinarias en sus establecimientos, entre los artesanos del ramo principi a propagarse la idea de votar una huelga
cuando la maquinaria estuviera funcionando o para establecerla los propietarios de tahonas
(El Porvenir, 1 de julio de 1928).

Aunque para el presidente de la JLCA, esta respuesta era equivocada pues la introduccin de maquinaria y el subsecuente exceso de operarios, no era ms que la consecuencia normal del progreso constante en la vida humana. Y su mejor consejo para los
huelguistas era adaptarse y modernizarse:
En mi concepto lo que deben hacer los obreros de panaderas es adaptarse al nuevo sistema
de produccin de las tahonas y convertirse en operarios modernos porque de este modo
seguramente que obtendrn al da iguales o mejores salarios (El Porvenir, 1 de julio de 1928).

Lo que importaba era que no se alterara la paz en que vivimos por los agitadores
que vinieron de fuera. Pero lo cierto era que en diversas panaderas los obreros del
pan estaban actuando organizadamente: en una se detuvieron en la esquina del local a
49

medianoche, antes de entrar a su turno, mientras que una comisin de dos asociados
entregaban el pliego de peticiones al patrn don Canuto, el cual declar que con
amenazas y palabras ofensivas y altisonantes trataban de exigirle que firmara unos convenios que ellos haban formulado.25 La preocupacin oficial por la movilizacin de
los panaderos que dimensiona la importancia del conflicto en la ciudad, se reflej en
la orden de vigilancia especial de la polica en todas las panaderas de la ciudad, con
la orden de retirar a todos los huelguistas que intenten obstruir los trabajos, usando la
energa si es preciso (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
La huelga estall en varias panaderas y la Unin de Propietarios cerr filas reproduciendo las probadas tcticas disciplinarias de los grandes empresarios locales de despido y
listas negras. La Unin acord, luego del episodio relatado, que don Canuto desocupara a los huelguistas de la noche anterior a los que se les marc con bola negra pues
los propietarios se comprometieron a no darle trabajo a ninguno de ellos bajo pena de
una multa de cien pesos (El Porvenir, 2 de julio de 1928). Este acuerdo fue aplicado en
las panaderas de la Unin donde haba huelguistas o simpatizantes del movimiento.
Entre los argumentos de los huelguistas, uno revela a los artesanos del amasijo, no
como los obreros explotados, sino como un sector de artesanos que haba logrado
mejoras econmicas y sociales, y demandaban el derecho a conservar su nivel de vida:
Hay patrones que creen que todava imperan tiempos pasados y se disgustan porque un
panadero usa camisa de seda que compr con el producto de su trabajo, ellos quisieran
que siempre anduviramos con alpargatas; pero ya la mayora de los obreros de este gremio
nos hemos abierto paso, asocindonos en diversas agrupaciones y obteniendo lugar social
dentro del que somos respetuosos lo que queremos es que se nos contine pagando lo
que siempre hemos ganado porque el trabajo que desempeamos tambin es el mismo de
siempre (El Porvenir, 2 de julio de 1928).

Pero la huelga no alcanzaba el objetivo de afectar la produccin; al igual que en 1925,


una de las principales debilidades del movimiento fue que los huelguistas no podan
impedir la entrada a sus fuentes de trabajo a panaderos libres.26 Eso ufanaba a los patrones que declaraban: Que hagan cuantas huelgas quieran, lo esencial es que no obstruccionen y dejen trabajar a los libres y con eso hay para que no falte el pan en la ciudad.

25
El propietario llam a la polica, misma que aprendi a seis u ocho de los escandalosos, al
da siguiente el Alcalde los puso en libertad (El Porvenir, 1 de julio de 1928).
26
Esta situacin era asegurada tanto por contar con el respaldo de las autoridades con
la vigilancia especial de la polica, como porque los panaderos, por honorabilidad o por falta de
experiencia, no hacan por evitar la entrada de los esquiroles. Ante lo cual el sindicato solicit permiso
al Alcalde para entrar a las panaderas a entregar propaganda a favor de la huelga, pero el muncipe se
los neg argumentando incapacidad para evitar algn zafarrancho.
50

Un factor que cambi la situacin fue la simpata por el movimiento entre viejos panaderos. Declaraba un propietario que varios de sus obreros que tienen ms de 20 aos
de trabajar con l, haban secundado la huelga y estaba por perder toda la masa que
tena lista para el amasijo (El Porvenir, 3 de julio de 1928).
Con esta presin los dueos aceptaron entrar en plticas conciliatorias, empero la reunin, propuesta por el alcalde, no se realiz porque los patrones sostenan que de ninguna manera estn dispuestos a tratarlos de forma colectiva, a lo que los sindicalistas respondieron que si esas eran las pretensiones, mejor ni fueran a la junta a que se les citaba.
Ambas partes siguieron acusndose de intransigentes frustrndose varios intentos de
conciliacin. En ese lapso el Sindicato de Obreros Panaderos entreg a la Unin de
Propietarios su propuesta de convenio colectivo, mismo que ser reformulado por el
presidente de la JLCA (ver caja). En la segunda, las clusulas que siguieron con posturas
contrarias fueron la quinta y sexta, referentes a la fijacin de salarios y la reinstalacin
de los huelguistas despedidos.
Proyecto de contrato que presenta la comisin
de sindicalistas:

Proyecto reformulado por la parte gubernamental:

1 Reconocimiento del Sindicato de Panaderos (pendiente


de estudio patronal).

1 Los dueos de Panaderas reconocen el derecho de los obreros para asociarse en agrupaciones sindicales o de cualquier otra
especie. Estos se obligan a legalizar y registrar su unin.

2 Reinstalacin de los obreros Sindicalizados que abandonaron sus empleos con motivo de la Huelga (Patrones
aceptan reinstalar 50 o 60%. No acepta el Sindicato).

2 Los maestros designados por el patrn respectivo, sern los


que designen o cesen a sus operarios.

3 El Maestro que se ocupe en las Panaderas ser el nico


capacitado para la ocupacin de los dems obreros. (Aceptado por Patrones).
4 Los obreros solamente se dedicarn a las labores relativas a la manufactura de pan (Aceptado por Patrones).
5 Que el precio Standard del pan sea de $0.05 centavos
como mnimo (No aceptan los Patrones).
6 Que segn el sistema comercial de cada casa se pague
donde haga pan de 3 por 10 a $2.25 arroba de menudencia
y a $1.50 arroba de francs y donde se haga de cuatro centavos a $2.00 arroba de menudencia y $1.25 de francs (Que
se pagan los precios segn como se fabrique el pan con
maquinaria o sin ella. No acepta el sindicato)
7 Que con motivo de innovaciones las indicaciones actuales cuando las circunstancias as lo obliguen y con aviso
previo de ambas partes y con un trmino no mayor de diez
das. (Aceptado por patrones).
Monterrey, N.L., Julio 7 de 1928.

3 Los obreros slo debern ser dedicados a las labores propias del panadero.
4 Se procurar con la intervencin de la JLCA llegar a una
paulatina Standarizacin del precio de las diferentes clases
de pan.
5 Los patrones y obreros fijarn el jornal para cada panadera
en concreto, segn las condiciones del trabajo en cada caso, la
JLCA decidir en cada caso.
6 La intervencin de la presente huelga, no ser obstculo
para la reinstalacin de ningn obrero. Los patrones reinstalarn desde luego el 75 por ciento de los huelguistas, conforme
a la clusula segunda. Se respetarn los derechos legales de
los actuales operarios.
7 Los fabricantes se comprometen a cumplir fielmente con
las disposiciones Gubernativas, sanitarias y de polica, relativas
a la maquinaria, higiene y riesgos del obrero, etc., y la JLCA
decidir en cada caso de desacuerdo entre patrones y obreros.
8 Ambas partes se someten expresamente y someten el presente convenio a la Constitucin, segn la JLCA deber decidir
los conflictos entre patrones y obreros.

Fuente: El Porvenir, 8 y 10 de julio de 1928.


51

Siguiendo el contenido de los convenios y los cambios en las posturas de sindicato y


Unin, puede observarse que: a) los propietarios habran de aceptar la sindicalizacin,
en tanto que subsistiran pequeas panaderas de administracin familiar recurriendo
eventualmente a la contratacin de artesanos libres, b) los organismos sindicales, aun
los de filiacin ms radical, se convertiran en los garantes de la disciplina de los trabajadores, c) en las iniciativas reguladoras de 1925 y 1928 destaca el arraigo de la divisin
del trabajo del oficio artesanal: maestros, oficiales y aprendices y la importancia del
primero en la regulacin del trabajo en el taller, d) se ratifica la postura patronal de no
reinstalar huelguistas mediante la presin colectiva.
El movimiento se fue reduciendo logrando resultados parciales. El Sindicato logr el
reconocimiento y la firma de contrato colectivo en varias panaderas de la ciudad.27 Y
los de la Unin aseguraron que el movimiento haba fracasado.
La ltima nota del 3 de agosto registr las conclusiones de los actores en contienda. El
representante de la Unin sostena que los huelguistas fueron recuperando su trabajo,
que la mayora desisti completamente de sus propsitos aceptando el trabajo que se
les ofreca. En tanto, los lderes del movimiento mencionaron que la falta de preparacin para lanzarse a la huelga influy en el fracaso, teniendo muchos que regresar a
las panaderas sin haber obtenido el reconocimiento sindical. Ubicaban la resistencia
econmica como nodal en su lucha por el reconocimiento y se proponan:
reunir por medio de la cooperacin de todos los miembros una cantidad suficiente
con la cual en determinado tiempo, hacer frente a las necesidades de la huelga, esto
es, asegurar un diario a cada miembro y de esa manera, no verse obligados a doblegarse
ante las necesidades (El Porvenir, 3 de agosto de 1928).
Midiendo fuerzas en la expansin del corporativismo: dinmica local del conflicto laboral

A lo largo del periodo revisado puede observarse la figura del artesano urbano en su
doble rol: como el micro empresario que se enfrenta a un poder corporativo que lo
rebasa y ante el cual, por limitaciones econmicas y administrativas para solventar
contratos colectivos y demandas laborales, algunos terminaron siendo embargados o
cerrando sus talleres. Por otro lado, vemos al artesano obrero que dentro de talleres
de oficios o fbricas, es afectado por el deterioro de relaciones basadas en la palabra,
siendo objeto de despido alegando indisciplina, imponindoles el ritmo de la mquina
y el tiempo de la fbrica, confrontando comportamientos ligados a ritmos de trabajo y
tiempos ms flexibles, propios de los artesanos.
27
Entre las mencionadas: La Esperanza, La Central, La Corona, La Pelota, La Francesa, La
Imperial, La Victoria, La Fe, El Faro, El Rayo, El Globo y El Mejor Pan (El Porvenir, 12 de julio de 1928).
52

El panorama general del periodo se plasma en la grfica 1, con la cantidad de demandas


laborales interpuestas en la JLCA. En ella es notable la cresta que despunta entre los
aos 1936-1940, con un cenit de 69 demandas en 1938. Este comportamiento, como venimos afirmando, lejos de ser fortuito est en concordancia con el de la gran industria
que se muestra en la grfica 2.
Grfica 1. Demandas laborales relacionadas con oficios urbanos y talleres

69

9
20
8

12

1951

5 6

13

1949

10 11

1947

10

1945

1939

1937

10

12

1943

1935

4 3
1933

1931

1 1 1

26

1941

22

1928

80
70
60
50
40
30
20
10
0

Fuente: elaboracin propia con informacin del archivo de la JLCA en el AGENL

Grfica 2. Demandas laborales en la gran industria regiomontana

Fuente: Palacios (2004). Las demandas corresponden a las empresas de Cemex, Cervecera
Cuauhtemoc, Cigarrera La Moderna, Pastas y Galletas La Industrial y Vidriera Monterrey.
53

Las coincidencias en el periodo de auge manifiestan el radio de influencia que alcanz


la pugna de los empresarios regiomontanos con la poltica laboral del gobierno federal,
la que se agudiz durante el gobierno de Lzaro Crdenas y se expres en la elevacin
de la conflictividad laboral en 1936.28 En ese ao, las batallas por la sindicalizacin son
aceleradas con la creacin de la CTM y la rpida respuesta de los empresarios locales.29
La planta productiva se inunda de demandas por firma de contratos colectivos en todo
tipo y tamao de negocio.
No obstante, la correspondencia difiere en el ritmo menguante de las demandas, pues
mientras que en talleres de oficios y pequeas empresas el debilitamiento del conflicto laboral es notable a partir de 1940, en las grandes la confrontacin se sostendr
hasta 1949. Una posible explicacin se relacionara con la menor fuerza de las primeras para oponerse a establecer relaciones contractuales con la intermediacin sindical, reduciendo las demandas colectivas. En contraparte, estas burocracias gremiales
comenzaron a cumplir su funcin de manejar internamente los conflictos individuales
con la igual contencin de este tipo de demandas. Por su parte, las grandes empresas
familiares mantuvieron una prolongada lucha, desarrollando diversas estrategias para
disciplinar el trabajo hasta establecer la paz laboral en la dcada de 1950.30
En resumen, lograr la sindicalizacin y la titularidad de la contratacin colectiva en la
gran empresa privada, fue una lucha entre el corporativismo de estado y el privado, que
finalmente prob la fortaleza de la lite industrial regiomontana para imponer su modelo de relaciones laborales y sindicales en sus fbricas, y en la ciudad por extensin.
El sindicalismo oficial y otras organizaciones sindicales se concentraron en el sector de
talleres y pequeas empresas.

28
En ese ao, por ejemplo, en las industrias del Vidrio se registraron 18 demandas colectivas
e individuales, en contraste con las 18 acumuladas en el periodo 1928-1935, correspondiendo slo en
1935, 12 de esas demandas. Otro caso es el de Cervecera Cuauhtmoc, que teniendo un mayor control
laboral recibi siete demandas en 1936, contra las seis acumuladas entre 1928 y 1935 (Palacios 2000).
29
En 1936 un mes despus de constituirse la Confederacin de Trabajadores de Mxico (CTM),
se funda en Monterrey la Federacin de Sindicatos Independientes de Nuevo Len (FSINL) hoy Federacin Nacional de Sindicatos Independientes; en ella se fueron aglutinando, a la sombra de la gran
empresa familiar, numerosas empresas de distintos tamaos, principalmente manufactureras.
30
Con acentuada perseverancia se emprendi, desde 1936, una frrea poltica patronal de pacificacin de sus fbricas, la cual tuvo resistencias tanto por parte de grupos de trabajadores como por
las federaciones sindicales. No obstante, segn el nmero decreciente de conflictos registrados ante la
JLCA, para los ltimos aos de la dcada de los cuarenta, quince aos despus, el ambiente laboral en
Monterrey se transform: la disciplina patronal se haba establecido, lo cual qued confirmado con la
merma continua de demandas en los primeros aos de la dcada de los cincuenta. Sobre las estrategias
empleadas por los empresarios ver Palacios (2004).
54

Demandas laborales en los oficios urbanos


Los principales motivos que impulsaron las demandas se relacionaban con la prdida
del empleo y con el recurso del emplazamiento a huelga para solucionar diversas situaciones (grfica 3). Dentro del primer caso, que regularmente son demandas individuales,
se ubican las demandas por Reinstalacin, Desocupacin injustificada, Recisin de
contrato e Indemnizacin. En cuanto que el emplazamiento a huelga fue motivado
principalmente por demandas de Reconocimiento sindical, Firma o Cumplimiento de
Contrato Colectivo y, en momentos coyunturales, por Solidaridad. En los pocos casos en que fueron los patrones quienes interpusieron las demandas, stas se relacionan
principalmente con la exigencia al sindicato de cumplir con lo convenido en el contrato
colectivo, por ejemplo, proporcionar el personal requerido; otro motivo fue la solicitud
a los tribunales de cerrar temporalmente el taller por incosteabilidad.
Grfica 3. Principales demandas laborales relacionadas con oficios urbanos en Monterrey.
(1928-1952)

Fuente: elaboracin propia con informacin del archivo de la JLCA depositado en el AGENL.

Respecto del oficio de origen de los demandantes, la grfica 4 plasma el mencionado


protagonismo del gremio de panaderos, seguido por el de zapateros y el de sastres. Al
correlacionar tipo de demandas y oficio, la presencia de este oficio est ligada principalmente a la demanda de Emplazamiento a huelga igualmente concentrada en el
ao de 1938.
55

Grfica 4. Distribucin de las demandas por oficio (1928-1952)

200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0

185

11

42

33
1

ros

ne
nti

Ca

19

s
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J
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Ca cuad
En

Fuente: elaboracin propia con informacin del archivo de la JLCA depositado en el AGENL.

Un botn de muestra: el emplazamiento a huelga general en 1938


La prevalencia de demandas por emplazamiento a huelga en este tipo de negocios,
abona la afirmacin sobre el blindaje empresarial y el arrinconamiento del corporativismo rojo. Un ejemplo es el emplazamiento a huelga general en 1938.
Desde 1936 la CTM se articul en Monterrey con la ya existente Federacin de Trabajadores de Nuevo Len (FTNL). Los emplazamientos por titularidad de contrato colectivo se multiplicaron. La resistencia que presentaron los patrones los sindicatos
de empresa (FSINL) y otras agrupaciones sindicales distantes de la CTM convirti la
ciudad, durante los siguientes aos, en un escenario de toma de fbricas, paros, huelgas,
manifestaciones, peleas campales entre cetemistas e independientes llegando hasta
enfrentamientos con armas de fuego.
No obstante, pronto fue claro el reparto de la fuerza laboral. En el caso del sindicalismo
oficial, su presencia en grandes empresas estaba en las secciones locales de sindicatos
nacionales como el de ferrocarrileros, electricistas, metalrgicos, etctera, y se esparca
entre la pequea industria, talleres y servicios urbanos. Ante esta situacin, la CTM
nacional intent infructuosamente modificar esa correlacin de fuerzas intentando penetrar la muralla de los sindicatos de empresa.
Una de estas intentonas se verific en los meses de julio y agosto de 1938, cuando
Vicente Lombardo Toledano, secretario general y fundador de la CTM, convoc a una
56

huelga general en Nuevo Len con la intencin de resolver una serie de conflictos
gremiales.31 No obstante, el trasfondo poltico era transparente, Lombardo declaraba
directamente estar en contra de los sindicatos blancos organizados por la clase patronal para combatir los sindicatos revolucionarios que la CTM representaba (El Porvenir,
31 de agosto de 1938). La accin estratgica descansaba en la posibilidad de que se
solidarizaran con la huelga las secciones locales del sindicato nacional de electricistas,
mineros y ferrocarrileros.
Sin embargo, la amenaza de huelga general ventil las diferencias entre las dirigencias
de los sindicatos nacionales y la CTM, como el de Mineros y Metalrgicos que se abstuvo de apoyar y el de Ferrocarrileros que declin posteriormente. En esta situacin,
la prensa ofreci informacin acerca de la fuerza local cetemista, destacando que slo
eran 20 los sindicatos emplazantes y los ms numerosos relacionados con servicios
y oficios. Entre los sindicatos con actividades cercanas a los oficios estaban: el nico
de Empleados de Hoteles, Cantinas, Restaurantes y Similares, de Trabajadores de las
Fbricas de Muebles, nico de Filarmnicos, el de Trabajadores de las Artes Grficas,
Sindicato nico de Panificadores, de Sastres, de Trabajadores de la Industria Peletera (El
Porvenir, 4 de agosto de 1938).
Adems de mostrar el poco peso que la CTM tena en la gran industria regiomontana, la
prensa cuantific con datos de la JLCA el tamao de la amenaza:

Sindicatos registrados en la JLCA


Establecimientos industriales y comerciales que tienen
contratacin colectiva

300
6 074

Sindicatos cetemistas que emplazaron formalmente

20

Establecimientos que resultaran afectados

87

Sindicatos que no apoyaban la huelga por no ser parte de la CTM


Establecimientos que no seran afectados directamente

280
5 985

Fuente: elaboracin propia con datos de El Porvenir, 7 de agosto de 1938.

Ante esta debilidad el anlisis que se verta en la prensa destacaba claramente el papel
estratgico del gremio de los electricistas, recordando el valioso estudio de Womack Jr.
31
En grandes empresas como Troqueles y Esmaltes, National Carbon Eveready, y Fbrica de
Muebles La Malinche se desarrollaban conflictos intergremiales de rojos contra blancos, en la segunda
hubo enfrentamientos violentos dentro y fuera de la fbrica (El Porvenir, 30 de julio de 1938).
57

(2007) acerca de la posicin estratgica de la clase obrera e importancia de la organizacin tcnica del proceso productivo:
son los electricistas lo que, por tener en sus manos los elementos indispensables para
el funcionamiento de las fbricas, pueden conseguir una paralizacin general de las
actividades, no as la Federacin de Trabajadores de Nuevo Len que pretende hacer
demostraciones de una fuerza desmentida por los datos arriba consignados (El Porvenir,
7 de agosto de 1938).

La amenaza de huelga nunca se concret. Luego de ser postergada en varias fechas, el


asunto dej de ser nota periodstica. En el transcurso, en la JLCA haban llegado emplazamientos a huelga por solidaridad en machote. En los archivos revisados destac el
nmero de demandas a panaderas, restaurantes y zapateras.
Las causales de las partes en litigio
La revisin de los expedientes ofrece informacin valiosa para conocer las causas de
las demandas, as como los argumentos de los actores. En este apartado nos interesa
conocer el aspecto cualitativo de la relacin laboral entre obreros artesanos y sus
patrones.
Los argumentos revisados en la muestra de 312 demandas laborales relacionadas con
oficios, dibujan un ambiente social y un mbito de trabajo donde prevalecen: 1. Condiciones laborales desreguladas: contrato verbal, trabajo temporal, destajo, bajos salarios, no enfermedades profesionales, no prestaciones; 2. Una visin parcial de la
moral y disciplina del trabajador: irresponsables, faltistas, borrachos, desobedientes,
ladrones, desperdiciados, flojos, rijosos; 3. Escasez de recursos: insolvencia, negocios
pequeos, familiares, crisis por la segunda guerra, quiebras...; 4. Formacin y establecimiento del sindicalismo: rechazo a la contratacin colectiva, emplazamientos,
ineficiencia sindical, cierres...
Tal como lo hemos comentado, las actividades al interior de los talleres de oficios subsistieron largo tiempo sin normatividad escrita, reguladas por usos y costumbres relacionados con el trato cara a cara, los acuerdos de palabra, la flexibilidad en los horarios
y jornadas de trabajo; lo cual puede tanto favorecer el clima de trabajo cuando las relaciones son buenas, como lesionar los intereses de la parte ms dbil cuando no lo son.
Condiciones laborales desreguladas. Un buen nmero de demandas por despido o reinstalacin resultaron improcedentes al no poder mostrar estos zapateros, panaderos,
relojeros, sastres, etctera, el tiempo de antigedad en el trabajo o el tipo de contrato
que los relacionaba.
58

o Era una asociacin momentnea de acuerdo con correspondencia entre ambos


(5/7/1931).32
o No fue desocupacin injustificada, sino que de momento no haba en qu ocuparle (7/3/1932).
o El demandado, Santos Valdez, indica que el Sr. Alans nunca fue empleado suyo
y que l slo le dej quedarse en su establecimiento mientras encontraba otro
lugar; que el Sr. Alans se prest a realizar ciertos trabajos sin que l se lo pidiera y
por lo tanto la demanda est fundada en hechos falsos (86/1 /1936).
o Niega los hechos ya que era un trabajo que se iba realizando a destajo y que el
lugar donde laboraban no era un taller establecido (77/4/1936).

Igualmente la flexibilidad existente en muchos oficios mostraba la concepcin que el


artesano tiene del tiempo de trabajo:
o ...nunca se report el seor Jasso por horas de entrada ni de salida e ignorando
si trabajaba dos horas o ms pero pudiendo asegurar que nunca trabaj las ocho
horas (136/3/1938).
o Trabajaba a destajo, no hay salario fijo. Siempre alegaba que por ser su salario a
destajo l trabajaba nicamente el tiempo y durante las horas que le convenan
(249/3/1941).

Esta desregulacin abra la posibilidad de vulnerar la seguridad y salud del trabajador:


o La parte demandada indica que las enfermedades del Sr. Medina no surgieron
mientras laboraba en la imprenta y no son las que la ley del trabajo contempla
como enfermedades profesionales (15/11/1932).
o adems, que los padecimientos del Sr. Martnez no son a causa de su trabajo sino
a la herencia y que tienen su origen en leyes naturales e ineludibles (93/9/1937).

Moral y disciplina del trabajador. Otro argumento patronal, muy socorrido para negar
responsabilidad, fue atribuirle al demandante malos comportamientos y falta de probidad; argumentos que revelan la histrica lucha patronal por imponer una disciplina
fundada en su particular tica laboral, enfrentando frecuentemente la resistencia de los
subalternos:
o La circunstancia que no menciona el demandante es su constante embriaguez
que le impide trabajar (10/1/1932).
32
La numeracin (caja/expediente/ao) en todos los casos que siguen corresponde a la
clasificacin hecha en el AGENL.
59

o y que ste no desempe sus funciones de manera correcta y desperdici numerosas pieles de manera dolosa o por negligencia (39/4/1935).
o La parte demandada argumenta que el Sr. Lobato ha buscado que se le desocupe
para poder demandar por los 3 meses de indemnizacin y para tal fin ha realizado
sus labores de manera deficiente (75/5/1936).
o El seor Vctor Torre cometi faltas graves para con la Empresa al ejecutar faltas
de probidad y honradez. Se desaparecan cosas. Haban formado una Cooperativa
para decorar artculos de vidrio, y como esas materias no las conseguan, optaron
por sustraer las de la fbrica para poder principiar a trabajar (133/3/1938).
o El demandado argumenta actos de rebelda por parte del demandante, ya que no
quera hacer los trabajos que se le encomendaban (163/3/1938).
o No se le despidi, falt porque pele con el administrador porque el trabajador
estaba haciendo sabotaje (242/3/1941).
o Lo expulsaron por burlarse del sindicato; no llamaron al mdico porque el empleado se sali a la puerta a llorar echando disparates, maldiciones tanto contra el
sindicato como a la empresa: cabrones y desgraciados (264/3/1941).
o Sumamente faltista; el da del despido lleg tarde y ebrio (315/7/1944).
o Que el aliento alcohlico, el caminar tambalendose y una vez uno de ellos se
qued dormido en el patio con aliento alcohlico (323/11/1944).

Escasez de recursos de los dueos de talleres. En otros casos, los patrones arguyeron
insolvencia para enfrentar demandas individuales y principalmente las de tipo sindical.
La veracidad del argumento no es posible comprobarla, aunque en buen nmero de
casos la resolucin favorable a los demandantes signific el embargo del negocio ante
la incapacidad econmica del propietario, lo que recuerda las limitaciones para la acumulacin de capital en este tipo de talleres.
o Que la fbrica [de zapatos] al momento de solicitar la suspensin temporal de
labores es incosteable (7/5/1932).
o Tefilo Gonzlez, dueo de la panadera responde a la demanda indicando que
la panadera era incosteable y est clausurada desde el 29 de abril (68/2/1936).
o El demandado indica que cerr su negocio al quedarse literalmente en la calle,
como vulgarmente se dice, al atrasarse en el pago de la renta y los servicios y
ahora trabaja de panadero y no tiene empleo fijo (69/5/1936).
o Su taller es muy chico, solo ocupa uno o dos muchachos (257/11/1941).
o que si a l lo haban jodido, l tena tambin que chingarme refirindose l a
que como fue propietario de un negocio y tuvo que abandonarlo por las exigencias de sus trabajadores. (303/1/1944)

Formacin y establecimiento del sindicalismo. El paulatino proceso de juridizacin de


la relacin laboral pas por la resistencia patronal al reconocimiento de sindicatos. En
60

este punto llegaron a sumarse al patrn obreros artesanos que por ignorancia, presin
o conviccin no reconocan la necesidad de sindicalizarse y actuar colectivamente.
o La parte demandada presenta una carta donde la mayora de los trabajadores
indican que no estn de acuerdo con la huelga (12/7 /1932).
o Los copropietarios de la panadera alegan que lo que dice el sindicato carece de
veracidad y por ello el movimiento huelgustico carece de licitud (68/5/1936).
o Adems, alega que las panaderas que no estn afiliadas al sindicato no reportan
gravmenes tan exagerados y que era casi imposible competir con ellas. Que de
no encontrar solucin, fracasara el negocio afectando tambin a los trabajadores
(304/5/1943).
o Son una minora insignificante de ellos, que ms que ocuparse de sus trabajos se
han constituido en instigadores profesionales, elementos de obstaculizacin de la
produccin, y lastre de mi pequea industria (352/7/1946).

Finalmente, las demandas muestran las dificultades para propietarios de talleres que
implic la gradual burocratizacin de la gestin sindical:
o Que el Sindicato no proporcion un cortador competente a tiempo para sustituir al anterior y que, legalmente, poda emplear a otro de su eleccin y as lo
hizo, contratando al maestro sastre del empleado anterior (340/7/1945).
o Que el sindicato cumpla con lo estipulado en el Contrato Colectivo, que dice
que, a falta de un maestro capacitado en la panadera, el sindicato se encarga de
enviar una terna de personas para que el dueo elija (363/1/1946).

Reflexin final
Este acercamiento a la historia del trabajo en los talleres de oficios urbanos y de los
artesanos libres y asalariados en Monterrey es apenas una ojeada parcial a partir de los
procesos de juridizacin de la relacin capital-trabajo. Las fuentes documentales son
limitadas, pero all estn muchos archivos por releer con nuevas miradas y preguntas
que enriquezcan aquellas que se han realizado buscando en la historia de los oficios
y los artesanos un mero antecedente del surgimiento de una economa fabril y del
obrero industrial. Cules son los elementos de cultura laboral que han aportado estas
actividades? Podramos hablar de una cultura involuntariamente contra-hegemnica
a la establecida en las grandes fbricas regiomontanas? Cmo explicar, ms all de la
razn econmica, la subsistencia y viveza de muchas de estas actividades en los entresijos de la metrpoli? La comprensin de la permanencia-adaptacin de estos oficios y
artesanos que tan poco conocemos, tal vez nos ayuden a una visin ms integral sobre
los recursos culturales e identitarios que sectores subalternos han construido por generaciones. La tarea es ardua pero el mundo social por descubrir es mayor.

61

SEGUNDA PARTE
CREAR Y REPARAR

Sastre Jos Concepcin Alejo Aguilera, hilo y aguja

CAPTULO 3
DISEANDO Y REPARANDO:
EL QUEHACER DE LOS SASTRES

Diseando y reparando: el quehacer de los sastres


Estefana Snchez Prez
Nancy Yudith Coronado Marroqun
La herramienta facilita los procesos pero no sustituye a la mano.
(Novelo, 2008)

Presentacin y antecedentes histricos


Se entiende por sastre a la persona que se encarga de realizar prendas de vestir a
la medida y eleccin de sus clientes. El antiguo oficio de sastre es normalmente
desempeado por hombres, pues en el caso de las mujeres se las conoce como
costureras o modistas. Este oficio de la confeccin tal vez sea el nico que dividi el trabajo por sexo, precisamente porque requiere tanto de conocer como de
acercarse al cuerpo humano. El sastre era una de las figuras ms importantes en el
mundo de la nobleza europea ya que reyes y dems miembros de las cortes reales,
no usaban prendas como el comn de la poblacin, sino que vestan aquellas que
se les confeccionaba a su medida.
Pero aunque la necesidad primaria de cubrirse el cuerpo es remota, hablar de la sastrera
como actividad especializada nos remite a una poca cercana, en la que se ubican los
antecedentes de lo que posteriormente se estableci y diferenci como vestimenta de
hombres y de mujeres. Es en el siglo XV cuando paulatinamente comienzan a transformarse las caractersticas de calzas y chaquetas hasta llegar al traje como prototipo de
la indumentaria masculina33, y cuya elaboracin identific al sastre desde sus inicios en
varios pases de Europa, especialmente en Inglaterra.
Con el establecimiento de la sastrera como actividad profesional, el aprendizaje en
este oficio era muy parecido a los otros, se iniciaba a temprana edad y como aprendiz:
En la antigedad, en el oficio de la sastrera, un aprendiz comenzaba a la edad de doce
o catorce aos haciendo una variedad de trabajos menores en el taller. Pasaba los siguientes cinco aos laborando como jornalero, mientras conoca las puntadas y los
procesos ms importantes; entonces se le permita coser los forros y pegar los botones
para despus aprender la unin total del saco y el pantaln, y a su vez la forma correcta
de plancharlo (Santana, 2012: 71).
33
Ya por este siglo, las togas y otras prendas ms largas se acortan, y se empiezan a transformar
en chaquetas abiertas por delante y en cuyas mangas se solan bordar los escudos familiares u otros
smbolos civiles o militares. Fuente: Protocolo.org: El traje. historia, origen, tejidos, usos.
67

Sastre Otilio Cruz Martnez, trazando un patrn

68

Los progresos tcnicos cubren la historia del oficio en Europa; experiencia e innovacin
fueron dotando de mejores herramientas a estos hombres dedicados a vestir hombres.
Uno de los grandes saltos se dio a principios del siglo XVIII con la introduccin de la cinta
mtrica, primero en Inglaterra en pulgadas y despus en Francia en centmetros (Ibd.). Y
con la invencin tambin en Francia de los patrones para confeccionar un traje completo,
se fueron dejando atrs las mediciones con cintas de papel y el corte a ojo.34
En Mxico el oficio de la sastrera se estableci desde la poca colonial, manteniendo
su sello elitista de orientarse al servicio de las clases econmicamente favorecidas,
situacin que ira modificndose al paso del tiempo, al grado que la sastrera se convertira en un servicio bsico para aquellos que por falta de recursos necesitan reparar y
remendar, antes que poder comprar una prenda de vestir nueva.
Actualmente, sigue siendo un oficio vivo, como el de los panaderos, los carpinteros,
etctera. Ha sobrevivido, aunque enfrenta los riesgos que los cambios econmicos y
culturales estn provocando en estas actividades artesanales. Como sostiene un investigador de la Universidad de Guadalajara: Vivimos en una sociedad de consumo y es
ms prctico comprar una prenda que repararla (Covarrubias, 2009).
En Monterrey, esta actividad ha sido de gran prestigio y presencia, aunque actualmente
corre riesgos similares, afectando la existencia de las grandes y pequeas sastreras. De
las grandes que subsisten, algunas cuentan con pginas de internet donde se destaca
la historia de la formacin de los propietarios maestros.35 Otras se han especializado
en la renta de trajes y elaboracin de tallas extras. Nuestro inters por la sastrera se
despert por el espritu de cambio e innovacin que percibimos en los sastres entrevistados, capacidades que han tenido que adquirir para la subsistencia en su oficio. En este
estudio nos enfocamos a los pequeos talleres, donde laboran de una a cinco personas,
porque consideramos que es aqu donde se aprecian con ms claridad algunas visiones
sobre el trabajo y relaciones laborales distintas a las caractersticas de las industrias de
este giro que predominan en la ciudad.

34
Fuente: Oficios Tradicionales: Los maestros sastres.
35
Sastrera Montreal se ha originado de la experiencia obtenida, generacin tras generacin,
a lo largo de ms 60 aos. Tuvo su inicio en los aos cincuenta, en la ciudad de San Luis Potos, con el
que en aquel entonces fue el sastre Manuel Gallegos Dvila, iniciando su aprendizaje en las mejores
sastreras de San Luis Potos al lado de los maestros sastres Cipriano Badillo y Jos Rodrguez Trejo alias
el gallo[] El grado de maestro Sastre lo alcanz en los aos setenta en sastrera Zavala ubicada con
anterioridad en Zaragoza y 5 de Mayo aqu en la ciudad de Monterrey, tomando a su cargo la mejor
sastrera del norte de la Repblica siendo as, Maestro Sastre Cortador. Fuente: Sastrera Montreal.
69

El lugar
Los talleres de sastrera que estudiamos, y tantos otros en los que nos hemos asomado,
tienen caractersticas muy similares: espacios relativamente pequeos, paredes viejas y
gastadas, fachadas austeras. La distribucin de los materiales se esparcen por todo el
local: bultos de ropa por confeccionar, pantalones y sacos por hacer, tela e hilo por doquier. No obstante, a pesar del caos aparente, se observa, si se pone atencin, un cierto
orden entre las mquinas y herramientas; entre el material y las prendas. Se puede sentir
en los sencillos locales un ambiente clido, tranquilo y armonioso. No es de extraarse,
el centro de Monterrey es el lugar donde nacen este tipo de locales altamente personalizados, con ese toque de familiaridad que propician las relaciones cara a cara. Los
locales de estos sastres muestran las mismas condiciones, las mismas caractersticas y
el mismo sentimiento.
Por eso cuando Sennett (2009: 73) reflexiona sobre la autoridad en el taller artesanal y
menciona: tiene que haber un superior que establezca patrones y que d formacin,
sabemos a lo que se refiere, pues al llegar al local se sabe quin es el que ejerce esta
autoridad; la ejerce la persona que sabe, en este caso, el sastre maestro.
Descripcin de los actores
Nuestro estudio incluy la visita y entrevista a tres sastres de la ciudad de Monterrey y
su rea metropolitana dos de ellos en el centro de Monterrey y el ltimo en Guadalupe, Nuevo Len; fueron don Otilio Cruz Martnez, don Jos Concepcin Alejo Aguilera
y el seor Misael Puentes Reyes, respectivamente, quienes nos regalaron un poco de su
tiempo para platicarnos en qu consiste y cmo ha cambiado la sastrera.
Don Otilio, de 76 aos de edad, es una persona que al principio nos pareci ser de
carcter duro, pero result ser muy amable aunque a la vez un poco reservado. En cambio el seor Alejo, de 68 aos de edad y segundo sastre entrevistado, mostr mayor
simpata desde el primer momento. Ambos lucan vestimentas frescas y poco formales.
Ambos sastres tienen caractersticas en comn: son de San Luis Potos; tienen sus respectivos talleres en el centro de Monterrey, con locales muy parecidos al menos a simple vista; trabajan en colaboracin con sus hijos, a quienes esperan dejarles el negocio
en un futuro.
El tercer y ltimo sastre muestra diferencias con los anteriores. Misael, el ms joven con
39 aos, es el que ha dedicado ms tiempo de su vida a la sastrera, tiene 29 aos de
experiencia. Naci en Monterrey. Se encontraba solo en el local en Guadalupe cuando
lo entrevistamos.
70

Las mquinas de coser, instrumento indispensable de los sastres de hoy

71

El oficio
Las herramientas y las mquinas que regularmente utiliza un sastre nos las va describiendo Misael, conforme recorre con la mirada su local para recordar:
tengo pues lo que es la mquina de costura recta, en zigzag, tengo tambin una maquina sobrehiladora que viene siendo aquella de cinco hilos, tengo mi plancha de vapor,
de vapor continuo, las tijeras, tengo varias tijeras, el hilo para estar cosiendo, cintas; hay
otro, bueno es un gis, se le llama greda36, y las navajas para descoser.

Otras herramientas imprescindibles en el trabajo de los sastres son la escuadra y la cinta


mtrica, las cuales fueron visibles en todos los locales visitados. De la primera pudimos
conocer su importancia para obtener las medidas exactas del traje por realizar; adems,
supimos que con su uso los sastres se diferencian de las costureras:
La escuadra, con esto cortamos por pulgadas, octavos, cuartos, medios, dieciseises,
treintaidoces y sesentaicuatros, para que salgan exactas las medidas con eso. Es muy
diferente el corte de la costurera, la costurera corta por centmetros.

Habra que mencionar que esta diferenciacin sastre-costurera no limita la definicin


de artesano, pues artesano es un concepto ms amplio, es una actitud que tanto el
lector como nosotras podramos llegar a ser, siempre y cuando, e independientemente
del oficio y de las herramientas que se utilicen, se desee realizar un trabajo con el que
se quede satisfecho con los resultados:
La categora de artesano abarca ms que la de artesano-artista; hombre o mujer, representa en cada uno de nosotros el deseo de hacer algo bien, concretamente y sin
ninguna otra finalidad (Sennett, 2009: 181).

La importancia de la escuadra recae no solo en esta diferenciacin sastre-costurera,


sino tambin en cmo se debe tomar las medidas para la realizacin de un pantaln, de
un chaleco o un traje. Con el ejemplo de cules son las medidas que se necesitan para
la realizacin de un pantaln, el sastre nos acerca a sus saberes en el arte de la medicin, as como en la forma de tomar las medidas dependiendo del sexo del cliente. Lo
explica el seor Alejo:
Un pantaln lleva siete medidas, la primera es de lo largo exterior, interior en los hombres. A las mujeres no se les toma interior, la mujer se sienta en una silla para tomarse
el interior, ahora muchos optan por usar la escuadra en medio pero a nosotros nos
ensearon que hay que sentarlas en una silla. La tercera es la cintura, la cuarta es la base,
la quinta es [aqu][sealando la parte de los glteos], la sexta es la rodilla y la sptima
son los bajos, nosotros le decimos puos o bastilla.
36
72

Greda: gis especial para rayar telas.

El conocimiento del cuerpo se vuelve central para obtener el resultado deseado y se


marcan patrones culturales que el sastre deber tomar en cuenta a la hora de ejecutar
el corte, ms an cuando algunos sastres, como el seor Alejo, han incluido en sus servicios a la clientela femenina:
La mujer tiene por norma, si tiene 28 de cintura, tiene que tener 38 de aqu [cadera] y el
hombre si tiene 28 de cintura, aqu de esto tiene apenas 32 o 30 porque la mujer tiene
ms volumen, nosotros los hombres somos ms barrigones y muy poca cadera

De igual manera, el ingenio y la audacia para utilizar las mejores telas, para evitar el desperdicio de stas y la seguridad de que quedar bien, son acciones que indiscutiblemente podran definir al sastre, pues ste tiene que utilizar la imaginacin y la creatividad en
la confeccin de cada una de las prendas:
La sastrera es alternativa, porque, mire, hay ocasiones que, por ejemplo, arreglar un
traje de noche de coctel, hay que ingenirselas, hay que ver el cuerpo, dnde le voy a
quitar o distribuir, no se utilizan las medidas exactas sino la lgica.

As, la posibilidad de la sobrevivencia pasa por ampliar el tipo de clientela. En otros casos esta ampliacin es resultado del abandono forzado de una especialidad. Es el caso
de don Otilio, sastre que en aos pasados se distingui por hacer trajes de mariachi:
Ahorita hacemos de todo, pero en algn tiempo lo que me dio fama fue el traje de
mariachi, de hecho me hicieron entrevistas y me gan el primer lugar en trajes.
Sin duda, este punto es fundamental, como nos coment Otilio, el oficio ha sido transformado, y no siempre por decisin propia, sino ms bien por la necesidad econmica
que cada vez se vuelve ms rigurosa en este tipo de talleres. A ello los sastres se adaptan, comparten esa caracterstica peculiar que poseen los artesanos y que menciona
Novelo:
Los talleres que han enfrentado el reto exitosamente han puesto en juego la creatividad de las culturas del trabajo artesanal. Por una parte apostando a la calidad y por
otra atendiendo a los cambios del mercado incorporando mejoras en su organizacin
del trabajo (2008: 124).

Otro aspecto a considerar en el estudio de los oficios es la vida gremial. Esta actividad
que fue central en la historia del artesanado europeo y nacional, actualmente, al igual
que las asociaciones sindicales, las gremiales tambin han disminuido su presencia e
importancia en el mundo del trabajo. En el caso de los sastres hay, as lo percibimos,
una cierta indiferencia hacia la Asociacin Nacional de Sastres que existe desde 1942, y
cuenta con una seccin local. La conocen, pertenecen a ella, pero poco participan: S,
s, la asociacin de sastres que est en M. M. de Llano y Dr. Coss, nos dijeron de manera
73

Don Otilio pespuntando y don J. Concepcin cortando

74

rpida y poco inters. Alejamiento que al parecer es compartido por la mayora de los
sastres de Monterrey que poco asisten: S hay, pero hace mucho que no voy, somos alrededor de unos 60 o 70, pero vamos como 10 o 15, slo cuando hay un evento nacional.37
Por su misma historia y origen, este oficio no podra excluirse de la manifestacin religiosa relacionada con un santo patrono. Como en cada profesin, los sastres tienen
su protector: Ah, s, nuestro santo patrono, se llama Homobono, mencion Otilio.
Aunque no conoce la historia del santo europeo, conserva una imagen en su taller.38 La
devocin a Mxico lleg en la poca colonial y era muy popular en los gremios de arte
y costura, pero actualmente no es tan conocido, slo en ciertas partes del pas.
El aprendizaje
El camino para llegar a confeccionar trajes o cualquier otro tipo de vestimenta no fue
fcil para todos y no todos hicieron el mismo recorrido; as lo evidencian las experiencias que nos relatan los sastres.
Otilio se inclin por la sastrera en la dcada de 1960 por motivacin propia, ya que no
era el trabajo de la familia como comenta. Sin embargo, su preparacin culmin con
la necesidad de migrar: Yo en el 68 me vine a Monterrey para terminar de prepararme.
Nos explica que en su tierra natal las cosas estaban muy difciles para aprender el oficio
y encontr en la ciudad de Monterrey la solucin a sus problemas; aunque, de igual manera, fue complicado encontrar un trabajo estable. Al traer los recuerdos, tambin trae
los nombres de quienes alentaron su aprendizaje, recuerda a sus maestros:
Nadie quera ensear a nadie, en ninguna parte; me estuve moviendo y conoc a Jos
Martnez que me llev con un cortador que trabajaba en trajes Beni que estaba en
Padre Mier y Zuazua. Yo viva en la calle Mina, fui a buscarlo, l era un contador universitario pero slo era cortador, y ah aprend el trazo; despus me llev a una sastrera,
me llev a que siguiera estudiando y preparando.

Por su parte J. Concepcin y Misael se iniciaron desde una edad muy temprana: el primero a los ocho aos de edad y el segundo a los 10, aunque por motivos y en circunstancias
37
(N. de la e.) La sobrevivencia de la sastrera se manifiesta de distinta manera en el pas, de
su continuidad da cuenta la Asociacin Nacional de Sastres que conserva una seccin permanente
en Mexcostura, revista de la Industria de la Confeccin, Textil y Moda para Mxico, Centroamrica,
EUA y el Caribe. El contenido de la seccin, que incluye aspectos histricos, tcnicos, promocionales,
etctera, tiene un claro estilo hacia la reivindicacin de la sastrera como un oficio artesanal. Fuente:
Mexcostura.
38
San Homobono fue un sastre y mercader de telas italiano, el cual a su muerte se le
reconocieron virtudes que lo elevaron a la calidad de santo catlico. El 13 de noviembre, fecha de la
muerte del santo, se celebra el Da del Sastre.
75

diferentes. J. Concepcin, al igual que Otilio, llega al oficio sin antecedentes familiares,
se acerca y aprende por las carencias econmicas:
la necesidad me oblig a irme a los 8 aos a una sastrera a barrer, a aprender la plancha porque era de carbn anteriormente, me iba a la escuela, despus a comer rpido
a la casa y de vuelta a la sastrera.

En cambio en la trayectoria de aprendizaje de Misael existe una historia ms clsica,


pues l proviene de una familia de sastres oriunda de Monterrey. Sus maestros fueron
su padre y su abuelo, por lo que asume el oficio como algo congnito:
Mi pap me ense a los 10 aos de edad, y es un oficio que hasta donde yo s hasta
ahorita yo debo de ser como la quinta generacin, entonces pues ya lo traemos en la
sangre yo creo, empec a los 10 aos te estoy hablando que ya tengo 29 aos trabajando en esto.

No obstante la diferencia en los entornos de ingreso al oficio, todos hubieron de prepararse desde corta edad. Evolucionar en el conocimiento a partir primero de la observacin, tal vez mientras barran o recogan pedazos de tela, hasta los primeros intentos
por realizar tareas ya propias de un sastre para poder adiestrar la mano, para destullirla
como dice J. Concepcin:
Pues empec ah a mover la mquina, y empec con las orillas de los pantalones, con
un hilo blanco y empezar a hacerle alrededor, para destullirse la mano, despus a hacer
ojales, me ponan a hacer 10 ojales, los primeros me salan muy feos, nunca fui bueno
para hacer ojales, ya despus me empezaron a salir.

Condiciones de vida y de trabajo


Una de las ventajas de estos artesanos independientes es que ellos saben que son dueos de lo que hacen y, por lo tanto, administran sus das dependiendo de sus actividades laborales. En algunos casos, la llegada al taller y la preparacin para iniciar un da
de trabajo, dista bastante de la rutina establecida para casi todo trabajador asalariado y
subordinado. Un ejemplo nos lo da Otilio:
Normalmente inicio a las nueve de la maana pero para las 8:30 ya est abierto, llego
temprano a las seis, me echo un caf y unas galletitas, y luego agarro mis pesas porque
yo hago deporte, saco un tapete que tengo ah, un cajn para las abdominales y ya
despus [] Antes cerrbamos a las 8 de la noche, pero ahora a las siete.

Entre la necesidad y el gusto por el oficio, estos sastres tienen una jornada de trabajo
de seis das; el domingo es su da de descanso. Concepcin Alejo, expres de manera
simptica el siguiente comentario refirindose al tema: pues la semana tiene 7 das,
76

si tuviera 9, trabajara los 9 das Comentario que expresa el gusto que tiene por ir al
trabajo, despus aclara que s descansa un da a la semana, los domingos.
Estos sastres, aunque son dueos de lo que hacen, no lo son del lugar, ya que los locales
son rentados; los dos mayores en el centro de Monterrey y Misael en Guadalupe. No
obstante, todos tienen suficiente aos en el mismo lugar como para haber arraigado en
su respectivo barrio: uno tiene 18 aos en el local, otro ya suma 22 y el ms joven, ocho.
Los sastres de talleres pequeos regularmente trabajan slo con algn ayudante, as trabaja Otilio y J. Concepcin, adems de su hijo tambin labora otro ayudante. La divisin
del trabajo denota quin es el maestro, el que corta: trabajamos dos personas, mi hijo
y yo, yo soy el que corta, pero segn el trabajo que tengamos es como nos lo dividimos.
En el caso de Misael, el taller es un poco ms grande y la divisin del trabajo es ya ms
especializada. Cuenta con cuatro personas y al describir la distribucin de las tareas,
nuevamente destaca que es el maestro quien tiene el conocimiento integral del proceso de trabajo:
Cada quien hace diferente cosa, por ejemplo, en el oficio del sastre hay uno que se
llama pantalonero quien es el que hace puros pantalones, l se especializ en pantalones, a l yo le corto la tela, yo se lo doy ya cortado y l lo fabrica por as decirlo y ya
me lo trae ya hecho, y hay otro que se llama saquero que es el que hace el saco, con
l yo tomo las medidas y corto y ya l solo lo cose, y hay otra persona que se llama
composturero que es el que hace las composturas, algunos arreglos, cambios de cierres, y ellos son especialistas en cada cosa, y la persona que sabe hacer de todo es el
maestro sastre.

Dejando por un momento al artesano, nos adentramos al otro sujeto, al individuo, al ser
humano. La curiosidad de saber qu hacen en su tiempo de ocio y tiempo libre, dejaron
ver a otro Otilio, otro J. Concepcin, a otro Misael. Descubrimos en Otilio a un seor
deportista: Correr, los domingos hago una dinmica de trote y luego me vengo un rato
para ac [al taller].
J. Concepcin mostr ser un seor a quien le interesa el futuro del pas mostrando su
gran gusto por la poltica y de igual manera su postura ideolgica: Me gusta leer; yo soy
fantico de Andrs Manuel Lpez Obrador, nos comentaba al tiempo que nos mostraba sus libros de temas polticos que tiene en su taller.
Este caso nos recuerda la presencia poltica de los artesanos a lo largo de la historia,
ms cercanos por su relacin con el trabajo a las ideas liberales.
Por su parte, Misael mostr a un cristiano devoto. Es integrante de una comunidad religiosa, en la que, comenta, participa con jvenes y que lo hace porque le gusta: Como
77

El sastre en su taller tomando medidas

mi familia y yo somos cristianos, pues vamos a la iglesia y los domingos principalmente


trabajamos con jvenes.
El mercado
Las materias primas y su obtencin son un punto importante para el artesano, debido a los pocos sastres independientes que quedan actualmente, son pocas las tiendas
donde venden el material y las herramientas requeridas por el sastre: hay una tienda
en Coln, venden todo lo que nosotros necesitamos: escuadras, hombreras, telas, pelo
de camello.
La diversificacin y variedad de materias primas tambin ha roto con la simplicidad de
antao para elegir y comprar lo que se utilizaba: S se batalla, antes cuando no haba
tantas marcas de casimires, s tenamos de todo aqu en el Centro Mercantil.
Otro punto bsico es cmo le hacen los sastres para atraer y mantener su clientela,
considerando que este tipo de taller pequeo es menos glamoroso que las sastreras
grandes que poseen locales ms profesionalizados en cuanto a su presentacin. Entonces cules son sus formas de promocionar su taller? Para uno de ellos, es sujetarse a
los deseos del cliente: Pues la buena presentacin no la uso, miren las fachas!, pero es
lo que el cliente pida, no lo que yo quiera, hacer lo que ellos quieran aunque a veces no
les entienda, pero pues s es eso, lo que l me pida.
Otro lo simplifica aun ms, hacer bien las cosas: hacer un buen trabajo, porque as
te recomienda, y si se hace mal trabajo pues dicen ya no vayas ah porque me ech a
perder esto.
As que, como buenos artesanos, saben que un buen trabajo hecho es la nica manera
en la que el sastre puede mantener su clientela. Y, del mismo modo, cuenta la calidad
y el trato personalizado a cada uno de sus clientes, esa es su manera de promocionar
su taller.
Es por ello la importancia de mantenerse actualizados en el oficio del corte y confeccin, comprender la necesidad de aprender sobre moda y conocer los estilos nuevos
que vayan tomando popularidad. Los sastres entrevistados dan gran importancia a este
punto y aguzan sus sentidos ampliando la observacin: Leo peridicos, las revistas y
otros detallitos, y de repente paso por un vitral, siempre tiene que estarse actualizando
si estoy en la perspectiva de cmo cambia la moda. A veces en televisin veo cmo
son los vestidos.
Si reflexionamos sobre los dos puntos anteriores, cmo promocionar el taller y cmo
mantenerse actualizados frente a las tendencias de la moda y los avances tcnicos en
80

corte y confeccin, nos parece atinado hablar de la importancia que tiene la innovacin
en el oficio. En este punto el sastre tiene que ingenirselas, buscar la manera para que
dicha innovacin sea para mejorar la calidad: S, pues uno le va cambiando, modificando segn los mtodos.
El espritu del artesano est ligado a la capacidad de adaptacin, sin esto no podra
comprenderse la subsistencia de los oficios a travs de los siglos.
Pues siempre todo va cambiando, porque hay cambio; por ejemplo, la temporada del
pantaln acampanado y luego viene el cambio, ya no era pantaln acampanado, pero
pues con el cambio tienes que sobrevivir de todos modos.

Incluso, conscientes de su participacin en un mercado y de su lugar como productores, buscan con la mejora tecnolgica resultados en la calidad del producto final,
as como en la calidad de las condiciones de trabajo del sastre reduciendo tiempos y
aumentando la produccin:
S hay maneras de innovar en el oficio, por ejemplo, hacer una bastilla era muy tardado,
porque haba que hacerlo a mano. Lo que ahora dura 5 minutos, antes era media hora. Y
de ganar $50 pesos en media hora, ahora se gana $250 pesos en media hora.

Retos y satisfacciones del oficio


A pesar de las dificultades econmicas que se viven en el pas y la reduccin de clientela que afecta la economa de la mayora de los oficios urbanos, nuestros sastres no se
sienten lastimados de manera crtica o preocupante en sus ingresos. Van adaptndose a
lo que se gana, y dicen vivir cmodamente. Los gastos y la renta van saliendo del mismo negocio mes con mes, y las cosas indispensables como comer y vestirse nunca ha
faltado: Siempre uno se adapta a lo que gana, est muy rabn ahorita porque hay que
pagar el telfono, la luz, el gas y esto y lo otro, pero s, uno se adapta.
Incluso pueden ver con optimismo su presente, los resultados de su arduo trabajo los
gratifica en sus condiciones de vida:
Pues mire, aqu no me hago rico, pero vivo bien, me paseo, como bien, yo reparto con
mi hijo, pues no me quejo, no s la verdad, yo creo que gano bien, gasto como $2 mil
pesos en mandado para comer bien en la casa y a mi mujer le doy $200 pesos diarios
para sus gastos

Sin embargo, a pesar de las buenas expectativas que nuestros entrevistados ilustran sobre
el negocio, los cambios que han sufrido miles de talleres de este tipo han sido notoriamente influenciados por la fuerte competencia de la gran industria textil y maquiladora,
particularmente la extranjera, que inunda con prendas de bajo costo el mercado nacional.
81

Y nuevamente recurrimos a la capacidad de adaptacin del artesano. Novelo recalca


este fenmeno a partir de la industrializacin que masific y abarat los productos,
elaborados antes artesanalmente, dejando a los artesanos en desventaja en cuanto a
rapidez y bajos costos de las prendas, entre otras cosas:
La primera industrializacin, que fue mayor en la rama textil, repercuti de varias maneras en las relaciones sociales, se extendi el trabajo femenino e infantil, limit el
trabajo de los artesanos que debieron, desde entonces, competir con el producto industrial aunque el cambio ms radical fue la irrupcin de una lgica distinta para producir. (2008: 119)

A pesar de los retos a los que continuamente se han enfrentado, hay que recordar un
factor importante: el gusto, el placer del trabajo. Sin ello, probablemente se habran
rendido hace mucho y hubieran buscado otro modo de sustento econmico. Cada uno
expres el gusto que les deja este oficio. Otilio, por ejemplo, sabe bien que aunque l
mismo se encuentre a gusto con algn trabajo hecho, su mayor satisfaccin es que sea
reconocido por el cliente: Que el cliente quede satisfecho. Me gusta que el cliente
quede a gusto.39
Pero sobre este orgullo, los sastres tienden a considerar la opinin de los dems respecto a su trabajo, lo que muestra su gran humildad y un espritu abierto al aprendizaje.
Esta conciencia tan cercana sobre el trabajo que realizan y la responsabilidad que ello
implica los ayuda a saber cundo deben parar; miden sus fuerzas y capacidades frente
al material que tienen en sus manos: Ya despus de las 5 de la tarde ya no quiero hacer
algo que necesito hacerlo con mucha paciencia y mas inteligencia, y echarle todas las
ganas, mejor lo dejo pal siguiente da.
Sin embargo, a pesar de lo accesibles que son para escuchar opiniones, tanto del cliente
como por parte de sus ayudantes, tambin es muy caracterstico de estos sastres defender su tiempo y dedicacin al trabajo realizado. Es decir, su conocimiento integral del
oficio que desempean es igualmente una fuente de orgullo acerca del valor econmico de su trabajo y rechazan la subordinacin:
No me gusta que me pongan una condicin, que te voy a dar tanto por eso, prefiero ya
ni atender al cliente. No me gusta que me vengan a poner el precio [por ejemplo]: Oye,
39
(N. de la e.) Durante la sesin de fotografa el Sr. Alejo le comparta a Pablo una ancdota
de 1982, cuando trabajando como sastre en el hotel Ancira lleg a hospedarse el entonces candidato
a la presidencia Miguel de Lamadrid. El pantaln que le mandaron a planchar lo quem su hermano
que all trabajaba, raudo don Concepcin compr la tela ms parecida al color del pantaln del
candidato, confeccionando otro en dos horas y dice, el seor candidato ni cuenta se dio del cambio
vi poca inteligencia en este seor en lo que se refiere a telas. Su categrico juicio denota el orgullo
del artesano subalterno ante lo que asume como su predominio.
82

La obra de un sastre hecha de inicio a fin

83

traigo 10 pantalones, son tanto por cada uno, oye, pero si son 10; s, este me trajo
20 y es lo mismo; mejor prefiero que se vaya; se va a acostumbrar a que ellos vienen a
imponerse aqu, no s yo no estudi pero si tienes negocio, si tienes un trabajo y sabes
cmo hay que hacerlo, pues

Para concluir, se les pregunt qu sera de su negocio en un futuro. Si apuestan a que


siga existiendo con buenos resultados; si estaban preparando a alguien y nos dan la respuesta esperada: lo heredarn a sus hijos, quienes ya trabajan con ellos. Las perspectivas
son diversas. En una sobresale el valor que le conceden a la independencia econmica
frente a la subordinacin asalariada:
Como ya estoy cansado, ya estoy tratando de ponerle un renta trajes a mi hijo para
que la atienda l y una hija; porque pues s, no, no, no, no [] yo le digo, tmalo como
consecuencia, yo no estudi, yo noms hasta quinto ao de primaria, pero, eso de ser
asalariado, nunca te lleva a nada, porque tienes que esperarte hasta que el sbado te
paguen, y ests esperando como un limosnero que te paguen a ti, adems si tienes un
negocio modesto pero ah tienes dinero todos los das, todos los das, todos los das

A pesar de no quejarse y reconocer que el negocio que tiene es suficiente para el sostenimiento econmico de su familia, Misael no vislumbra a sus hijos como continuadores
de un oficio generacional. Tal vez porque sus hijos son pequeos, de 12 y 8 aos, o tal
vez porque siendo este el taller ms grande la expectativa de preparar profesionalmente a sus herederos para administrarlo sea ms atractiva.
Conclusiones
Nuestros entrevistados mostraron en sus respuestas que en su oficio se dan cambios o
transformaciones a los que slo algunos han logrado adaptarse. Ah estn los ejemplos
de Otilio Cruz que tuvo que desespecializarse en el traje de mariachi (aunque ltimamente comienza a recibir pedidos de trajes de mariachi de ciudades texanas), y de don
J. Concepcin que se diversific hacia los pantalones para dama. Se van adaptando a
cambios en la moda, en la variacin de los materiales, incorporando nuevas tcnicas...
Ante el crecimiento y abaratamiento del mercado de la vestimenta, no deja de sorprendernos el hecho de que haya sobrevivido tan singular oficio hasta nuestros das,
pues aunque se haya entrevistado slo a tres sastres, hicimos muchos intentos en otros
talleres, pero varios nos cerraron sus puertas debido al exceso de trabajo, lo que confirma que trabajo s tienen, quiz porque ahora son menos los que existen en la ciudad.
Pero no es slo la necesidad de sobrevivencia o de mayores capacidades para competir.
Como el mismo Sennett dice: Lo que ms enorgullece a los artesanos es el desarrollo
de las habilidades. Y stas las pudimos observar con gran facilidad al permanecer tan
84

slo cinco minutos y observar su trabajo: quin dira que cortar una tela, coser, hacer
composturas, tiene una tcnica, tiene una manera que se va desarrollando con la prctica, que se va mejorando con el tiempo. Eso es un artesano, querer hacer las cosas bien
con sus propias manos, pues stas son la herramienta que compite contra las mquinas
de la gran industria que, por mucho que modernicen algunos aspectos, hasta el da de
hoy no existe una parecida a la calidad de las manos del hombre que van mejorando
cada vez que se utilizan en vez de descomponerse.
Para terminar, queremos dejar en claro lo siguiente: quien decida seguir en el oficio podemos asegurar que subsistir en los prximos aos, as como nuestros sastres, quienes
han sacado provecho de sus grandes habilidades que nadie podr arrebatarles, pues la
experiencia jams se elimina.

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Hormas de zapatero

CAPTULO 4

SUBSISTENCIA Y ADAPTACIN
DE LOS REPARADORES DE CALZADO

Subsistencia y adaptacin de los reparadores de calzado


Daniel Ernesto Gmez Garza
Eleocadio Martnez Silva

La gnesis del reparador de calzado est ligada a la del productor de calzado. Los cambios experimentados en la fabricacin de este producto han impactado en el oficio
de reparar zapatos en trminos econmicos, sociales, culturales e identitarios. En este
sentido, la permanencia y crisis del reparador de calzado estn vinculadas a las grandes
transformaciones en la produccin del artculo, y a las nuevas lgicas de la economa
globalizada y de consumo capitalista. El inters de este trabajo est puesto en entender
las relaciones sociales, econmicas y culturales que se generan a partir del oficio y que
han posibilitado sobrevivir y mantener una identidad en un contexto problemtico para
una gran cantidad de actividades.
No es slo la labor de la reparacin de calzado la que experimenta alteraciones. Visto
desde un panorama general, todos los trabajadores, sin importar su oficio y funcin,
se vieron involucrados en el impacto que trajo consigo la industrializacin. Es por ello
que se debe iniciar el presente escrito con la idea de que la actividad zapatera tiene,
entre otras ramas industriales actualmente existentes, un origen y pasado inmediato
artesanal (Nieto, 1988).
La historia del oficio de zapatero, y por ende la reparacin de calzado, comenz desde
el momento en que el hombre cre por primera vez una proteccin para sus pies. A partir de entonces, se ha visto en la constante necesidad de ir perfeccionando su habilidad
para elaborar y mejorar este producto con el fin de facilitar su uso. De la necesidad de
elaborar el calzado, hubo de derivarse la compostura del mismo, por lo que la reparacin del calzado se gest como un oficio. En el caso del de los zapateros y reparadores
de calzado se crearon gremios que marcaban normas y pautas para estos artesanos:
El gremio zapatero por casi tres siglos vigil celosamente y con no pocas dificultades el cumplimiento de las diferentes ordenanzas que normaban su vida interna. ()
Sin embargo, durante toda la vida del gremio y hasta bien entrado el siglo XIX, los zapateros se desenvuelven en un ambiente laboral de tipo artesanal El conocimiento del
oficio slo se poda adquirir a lado de un maestro y dentro de la estructura jerrquica
de un taller. (Nieto, 1988: 118).

El alto grado de industrializacin que Monterrey comenz a desarrollar desde las primeras dcadas del siglo XX, la llev a ostentar el nombre de capital industrial del pas.
89

Ramn Vargas en su taller de reparacin de calzado

90

No obstante, tambin cuenta con otra historia poco conocida, la de los oficios urbanos
tradicionales que subsisten en toda la ciudad metropolitana. El presente trabajo se enfocar a los reparadores de calzado.
La formacin del oficio del zapatero en Monterrey tendra sus races en el siglo XIX,
conforme iba formndose la ciudad y crendose los primeros obrajes y definindose
conforme creca la actividad industrial y la poblacin de Monterrey la natural y la
que llegaba de otros estados.40 As se fueron formando las generaciones de familias de
zapateros, y segn fue creciendo el oficio se incorporaban nuevos artesanos.
Ya entrado el siglo XX, diversas narraciones dan cuenta que hacia la dcada de 1940 se
present un florecimiento de la actividad zapatera en la colonia Independencia ubicada
en Monterrey. Segn informes provenientes de las historias laborales de habitantes del
barrio, para 1950 existieron alrededor de 80 talleres de fabricacin de zapatos. Adems
de los talleres, haba una vasta red de trabajo a domicilio que daba empleo a habitantes
de la colonia. Los talleres prosperaban en la zona. Por eso lleg, de Len, Guanajuato
don Antonio Mrquez: haba muy buen trabajo aqu, haba muy buen campo para desarrollarme en los zapatos. Eran tallercitos, dice Rogelio Reyes, lo que antes les llamaban
Picas;41 eran tallercitos pequeos compuestos por tres o cuatro elementos (PalaciosMartnez, 2010).
En la actualidad, no obstante la crisis que enfrentan los pequeos productores de zapatos de la ciudad, permanece vivo el trabajo artesanal de fabricacin de calzado. En la
colonia Independencia un puado de pequeos talleres subsiste a partir del ingenio y
creatividad empresarial de propietarios y trabajadores.
Los reparadores de calzado
Como se mencion prrafos atrs, la historia de los reparadores de calzado est ligada
a la produccin de este artculo y a las pautas de consumo contemporneas. Con la
innovacin de materiales para la fabricacin a partir de materiales sintticos, al parecer
se volvi innecesario el trabajo del reparador tanto por las caractersticas del material
como por el mismo costo del zapato. Ligado a lo anterior, las pautas de una sociedad
de consumo tambin impactan en el oficio de restaurar, ya que ante el predominio de
la lgica de usar y desechar, facilitado por el abaratamiento de los precios del zapato al
reducirse su ciclo de vida, la cultura de reparar pierde relevancia.

40
(N. de la e.) En las Estadsticas de Monterrey del ao 1884, revisadas por Juan Jacobo Castillo
para su captulo correspondiente, se consignan 38 zapateras donde laboraban 138 personas.
41
Ral Nieto ampla el conocimiento sobre las picas, ver de su autora Espacio laboral y
trabajo (1988).
91

Sin embargo, como el caso de los artesanos del calzado en la colonia Independencia
de Monterrey, los reparadores, que existen en la ciudad, han resistido los embates de la
transformacin de la industria del calzado y el poco inters de las nuevas generaciones
por desempear el oficio. Por ello, en el presente trabajo se busca dar cuenta de las
formas mediante las cuales ha permanecido esta actividad, lo que se har a travs de
las experiencias y las voces de un grupo de estos actores, enfatizando sobre los actuales
retos que enfrenta el oficio, el uso y transformacin de sus herramientas y mquinas de
trabajo, saber su mercado y competidores, y, finalmente, su destino.
Dado el inters de este estudio en dar evidencias de cmo se experimenta el trabajo
de reparar calzado en la ciudad, el nmero de entrevistas se determin con base a la
saturacin de la informacin, por lo que solamente se llevaron a cabo tres entrevistas.
Se visitaron sus respectivos locales, y de las entrevistas obtenidas se compararon los
diversos problemas que enfrentan.
Los lugares de trabajo
A diferencia de muchos de los trabajos que se desarrollan en la gran industria, donde
la comunicacin e interaccin entre los trabajadores es casi inexistente en virtud de su
posicin en la cadena de montaje, los talleres son espacios propicios para relaciones
interactivas entre los trabajadores, entre stos y los clientes, y de ah la relevancia que
tienen estos lugares para la formacin de los reparadores de calzado, as como su relacin con el oficio.
Los reparadores de calzado entrevistados han sido integrados al oficio desde una edad
muy temprana; tambin fueron socializados dentro del gremio principalmente por medio de sus padres. Dos de los tres reparadores trabajaron al lado de sus progenitores
y, con ello, heredaron el negocio familiar y gran parte de los clientes. Mientras que el
tercero, logr independizarse despus de estar poco ms de diez aos de aprendiz con
unos vecinos, amigos de su padre.
Los talleres, hoy como ayer, han sido y son un factor de cohesin social mediante
rituales de trabajo, sea el de compartir una taza de t, sea el del desfile de la ciudad:
mediante la tutora, sea la formal paternidad subrogada del Medievo, sea el asesoramiento informal en el lugar de trabajo; o mediante el hecho de compartir cara a cara la
informacin (Sennett, 2009: 96).

Los talleres de reparacin visitados cuentan con una considerable historia, la cual va de
la mano con la longevidad de los sectores en los que estn ubicados; su localizacin es
de gran relevancia para entender toda la tradicin laboral que hay detrs de este oficio.
Dos de los tres locales se encuentran en el primer cuadro de la de Monterrey, mientras
92

que el tercer negocio se encuentra en San Nicols de los Garza (municipio conurbado),
en una colonia que no rebasa los 25 aos.
El primer negocio es La Oscaria, se encuentra en la Ave. Francisco. I. Madero 772 poniente, en Monterrey. Es uno de los puntos ms transitados de la ciudad. Sin embargo,
el negocio, al parecer, se encuentra en sus ltimos aos de actividad. Este local ha ido
guardando la historia de un negocio familiar que en los ltimos aos ha visto caer sensiblemente su actividad, debido, como ya se mencion, a los cambios en los materiales
y abaratamiento del calzado industrial.
Desde la entrada del local se hacen visibles los productos destinados a la reparacin
del calzado de piel. Se pueden apreciar diversas herramientas para desarrollar las
tareas propias del oficio. Tambin, saltan a la vista otros productos relacionados con
los artculos de piel que ha permitido la sobrevivencia del negocio: carteras, bolsos,
maletas y cinturones. En este lugar, el cliente accede al mostrador de entrega y recepcin de los zapatos a reparar; en la parte trasera, dividida por una pared, est el
taller y los reparadores.
El segundo negocio, Reparacin de calzado Ramn, est ubicado en el centro de la ciudad de Monterrey, en Aramberri 603 oriente, un sector de gran tradicin en la ciudad.
A diferencia del primer local, presenta menores dimensiones espaciales; sin embargo, la
clientela sigue siendo constante para su negocio.
Al ingresar al pequeo taller, lo primero que se ve es la gran cantidad de zapatos que
se tienen que reparar; de la misma manera en la que est a la vista de todo cliente la
mquina que utilizan para las reparaciones, as como las herramientas que se usan para
las labores correspondientes.
Por ltimo, el tercer local, El Botn, es el ms pequeo de los negocios visitados y est a
cargo de toda una familia que vela por su prosperidad. Est ubicado en San Nicols de los
Garza, en la colonia Balcones de Santo Domingo, sobre la calle Diego Daz de Berlanga.
Dentro del negocio se aprecia un estante en que estn acomodados los zapatos que
habrn de reparar. Gran parte del material que utilizan para mantener su negocio se
encuentra a la vista del cliente, por lo que todo aqul que ingrese al local, sabr de
antemano cules son las formas en que trabaja la familia.
Los Actores
Estas generaciones de reparadores iniciaron el aprendizaje a una edad muy temprana y
al lado de un familiar muy cercano, lo cual es una clara evidencia de la continuidad de
los patrones culturales del oficio.
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En La Oscaria se encuentra Ricardo de la Torre, de 65 aos de edad, nacido en Montemorelos, Nuevo Len. Radica en Monterrey desde nio. Su educacin llega hasta
secundaria. Fue con su padre con quin aprendi el oficio.
Ramn Vargas de 43 aos, quien dirige Reparacin de calzado Ramn, es originario de
Matamoros, Tamaulipas, y vive en Monterrey desde hace 35 aos. Tambin con educacin
hasta secundaria. Su formacin en el oficio se inici con unos vecinos, amigos de su padre.
Por ltimo, El Botn est a cargo de Antonio Correa Lizage, de 47 aos, originario de
Monterrey, quien radica en el municipio vecino de San Nicols de los Garzas. Con una
educacin escolar que llega hasta la primaria, fue a los 10 aos que se incorpor al negocio de su padre y no se ha deslindado del taller desde entonces.
Aprendizajes
Ricardo comparte su historia sobre la manera en la que tuvo su primer contacto con
el oficio de la reparacin de calzado, as como la forma en que comenz a aprender
sobre el mismo.
Era de mi pap, y lo aprend pues, estando con l. Desde muy chico, digo ya el negocio
exista para cuando yo nac, desde que estaba chico empec a verlo en el lugar, ah
aprend todo, le ayudbamos a mi pap en algunas cosas, como en arreglos de zapatos.

Por lo que toca a Ramn, fue durante su adolescencia que tuvo su primer acercamiento
con un negocio de reparacin de calzado, en el cual obtuvo los conocimientos necesarios para cumplir con tal labor, tanto en lo prctico como en lo administrativo, preparaciones que hasta hoy en da lo acompaan.
Tena unos 14 aos, estaba en la secundaria; empec con unos vecinos en Villa de Santiago, en las vacaciones. Luego entr a la prepa pero ya no le segu Lo primero fue
pintar los zapatos, luego pegarlos y ya poco a poco trabaj puliendo en los detalles
Eran vecinos y amigos de mi pap; la idea era que yo me enseara y ya de ah yo independizarme; trabaj con ellos poco ms de 10 aos con ellos. Aparte de saber ya el
oficio, aprend sobre el manejo del negocio.

Y Antonio, quin desde su niez comenz su relacin con el mundo de la fabricacin


y reparacin de calzado, as recuerda su acercamiento inicial en el taller de su padre:
Yo empec a los 10 aos en el negocio de mi pap. Nunca he trabajado en otra cosa.
En donde empez l y ah tambin l fabricaba huaraches, era la fabricacin y la reparacin. Yo le segu con la reparacin. l lo empez, conforme fuimos creciendo, nos le
fuimos pegando, pero como ahora l ya falleci, ya seguimos nosotros con el negocio.
94

Ricardo de la Torre propietario y reparador de La Oscaria

95

El mercado del reparador se achica


El mercado de los reparadores de calzado, se enfrenta actualmente al gran reto de
sobrevivir a la enorme expansin de las grandes industrias nacionales y extranjeras, que
se encargan de intensificar la demanda de calzado a travs de materiales menos duraderos. Tal vez por este contexto un tanto crtico, las referencias que se obtuvieron a los
buenos tiempos del oficio fueron muy breves y no se pudo ahondar en dicho aspecto;
sin embargo, se rescataron las percepciones que se tienen actualmente sobre la labor
de la reparacin de calzado.
La presencia en el mercado nacional de las compaas que producen artculos para el
gran mercado, regularmente de baja calidad, ocasiona para esas empresas grandes ahorros y beneficios, pero son los reparadores de calzado los que sufren las consecuencias
de esta produccin en volumen de calzado barato y de baja calidad.
El dueo de la Oscaria expresa su sentir sobre la manera en la que han abaratado la
produccin de los zapatos y, con ello, limitado considerablemente el negocio de los
reparadores.
Mira, ya ahorita como te digo esto est por desaparecer, porque el zapato que estn
ahorita fabricando, lo estn haciendo para que ya no se arregle, ya hay zapato desechable ya casi el 90%... Los zapatos que se hacan anteriormente eran mucho mejor; traan
una costura pues mejor que la que estn haciendo ahorita; les estn vendiendo puro
cartn y plstico.

Ramn, con una visin ms optimista, nos comparte sus experiencias sobre el oficio,
as como la manera en la que nuevas generaciones adoptaron la labor de la reparacin
de calzado y nos expresa su percepcin sobre la manera en la que el gremio, ha ido
perdiendo terreno en los ltimos aos.
Yo la verdad no creo que esto se vaya a acabar; la gente siempre va a usar zapatos. Y
aun as, yo creo que antes traamos zapatos con pura baqueta; ahora ya hay muy poco
del que se usa as, a lo mejor un 10%; pero hay gente que los trae. No creo que se acabe.
No se debe de acabar.

Por ltimo, Antonio expresa igual preocupacin sobre la industria nacional del calzado,
desplazada por el zapato chino:
Un amigo de Len tena unas bodegotas bien grandes, y ahora tanto que ha afectado
el zapato chino, ya las bodegas estn a la mitad. Pues como est la cosa, cada vez se va
a ir viendo ms fregado; estn metiendo ms zapato ms moderno y unos materiales
casi desechables.
96

La relacin con el cliente


La relacin con el cliente es crucial para la sociabilidad del artesano. La principal manera en la que el negocio de la reparacin de calzado pueda prosperar es a travs de la
creacin de lazos con los consumidores, llegando incluso a presentarse algunos de carcter amistoso. Es esa la principal caracterstica de dicho negocio: el interactuar directamente con el cliente. En los tres locales visitados se viven las buenas relaciones con
los clientes, algunas que se mantienen por aos en que se fueron reforzando dichos
lazos. Asimismo, estos artesanos de la reparacin tienen plena conciencia de la importancia de realizar un buen trabajo, como primera va para acercar y mantener un cliente.
Ricardo de la Torre comparte sus experiencias sobre la manera en la que ha tratado de
mantener a su clientela. Su mtodo ha sido: dejar que el trabajo hable por s mismo.
Pues, lo nico que tratamos de hacer es dar un buen servicio para que el mismo trabajo
sea lo que te va a recomendar. Lo nico que he procurado y no nada ms porque sean
esas personas, yo en todos mis trabajos procuro hacerlos lo mejor que se pueda.

Por su parte, Ramn, se ha enfocado mucho en los detalles que habrn de fortalecer
sus relaciones con los clientes que recibe, tomndose muy en serio algunos de los comentarios que le han hecho los clientes sobre su trabajo, ya sea desde una felicitacin,
hasta un reclamo.
Una vez me pas con un cliente, muy especial l. Lo acab con un 9.5 de acabado y no
le gustaron, me dijo que estaban duros. No le gustaron. No me reconoci mi trabajo.
Cuando t haces un trabajo y sabes que est bien hecho y que los dems no te lo reconozcan, pues te baja la moral Ha habido ms detalles, por ejemplo cuando era el
da del amor y la amistad o navidad, siempre me mandan cajitas con chocolates por un
buen trabajo. Te lo agradecen bien y con ello vuelven.

En el caso de Antonio Correa, algunas de sus experiencias tampoco han sido las ms
gratas, como el que duden de sus conocimientos para distinguir la autenticidad de los
materiales. Su narracin expresa una opinin comn que le concede credibilidad a la
gran empresa establecida y desdea la opinin del artesano.
Casi todos los das uno va viendo, esos clientes que se enojan creen que uno les va a
echar mentiras por las pieles. El otro da una seora se enoj mucho conmigo, la de
la chamarra, que no era piel, que cmo se me ocurra a mi decir que era falsa, que era
sinttico, pero uno qu culpa tiene, pero pues, todos los das se dan detallitos, con
los zapatos y con todo. S, ella me deca que, cmo se me ocurra, que si vena de una
tienda tan cara, le iban a andar dando hule y pues, a lo mejor lo haca porque le haba
costado muy cara y se estaban burlando de ella, y se quera desquitar conmigo; pero yo
qu culpa tengo. En realidad los que le vieron la cara fueron ellos.
97

98

Antonio Correa trabajando en su taller de reparacin

99

Condiciones de trabajo y de vida


Los tres negocios trabajan por lo general seis de los siete das de la semana con un promedio de 10 horas al da, aunque hay veces en que han llegado a estar ocupados todos
los das, cuando se incrementa el trabajo. Atender personalmente sus talleres les deja
poco tiempo libre.
En el caso de Ricardo, que se desempea ms como administrador que como reparador, cuenta con experimentados reparadores que se especializan en las actividades del
oficio. Las jornadas diarias no son cortas pero hay espacios para comer y descansar; el
ritmo lo pone el trabajo y ste escasea, a su decir:
Son tres las personas que trabajan aqu, se hacen diferentes cosas, uno pinta y otro
pone las suelas y otro las tapitas o diferentes trabajos. El horario es de 9:00 a.m. a 7:00
p.m., pero puedo decirte, van a comer, tienen sus horas de descanso de lunes a sbado, el sbado cerramos temprano, ya como tambin hay poco trabajo no tiene caso
seguir Vivo realmente cerca, no es muy retirado, es propiedad ma Mis actividades
pues no, ya ahorita no tengo actividades como antes, lo que ms hago es salir a caminar, hacer ejercicio.

Ramn Vargas, que trabaja solo, muestra una perspectiva diferente en cuanto a su ambiente laboral. l menciona que sigue existiendo el sentimiento de camaradera entre
quienes realizan el oficio de la reparacin de calzado, la ayuda mutua y flujo de informacin, mismo sentimiento que con frecuencia es compartido fuera del mbito laboral,
llegando a fortalecer los lazos de amistad entre ellos.
Puede que alguien no pueda con un trabajo y te lo pasa a ti, verdad? O se piden opiniones, nos damos la mano, de hacer un trabajo, cunto cobras?, cmo le haces? Un
trabajo difcil puede ser, una bota muy grande, hacerla chica, es rehacerla. Hay colegas
que no lo pueden hacer. Ms que nada se necesita otro tipo de herramienta, es ah en
este tipo de casos en donde se pide ayuda a los colegas, uno pide la mano porque es
laborioso No todos pero de repente dos o tres s nos juntamos a tomar unas cervezas.
Pero no, equipo de ftbol ya no hay, haba de beisbol hace tiempo, hace algunos aos.

Este reparador solitario tiene una prolongada jornada de trabajo, pues medio da trabaja como asalariado en una actividad similar y por la tarde atiende su propio taller.
El tiempo en el que no se encuentra realizando sus labores de reparador de calzado,
aprovecha para salir los fines de semana con su familia.
En este oficio no tengo ratos libres; trabajo de 7:40 a.m. a las 2:00 p.m. y luego hasta
las 8:00 p.m., no hay ratos libres. Nada ms los sbados, salgo con mi esposa o los domingos con la familia.
100

En cuanto a Antonio, sus condiciones laborales se encuentran enlazadas directamente


con su familia, por lo que no hay una separacin tajante entre su labor de reparador de
calzado y su rol como jefe de familia. Entre l, su esposa y su hijo se dividen el trabajo,
el cual tambin se ha especializado.
Yo agarro lo ms pesado, lo que son las suelas y eso, mi seora trabaja todo lo que
es pintura de chamarras y l [su hijo] todo lo que son parches llegamos a las 9 de la
maana y ya acomodamos todo el trabajo del da y cada quien empieza a trabajar en
lo que hace, por ejemplo, yo pongo las suelas en los tacones, tapas y l agarra todos
los zapatos y mi seora agarra las pinturas De 9 a 8 de la noche, corrido de lunes a
viernes y el sbado, cerramos a las 6 y media, y luego venimos tambin en domingo, de
9:00 a.m. a 1:00 p.m.

La intensa jornada de esta familia de reparadores provoca que el tiempo y das de


descanso sean pocos, salvo das festivos. Aunque el negocio familiar les ha permitido
adquirir su propia vivienda, no hay para darse el lujo del descanso.
nosotros aqu estamos a 1 o 2 kilmetros de la casa. Es cerquita, la estamos pagando
pero ya la estamos terminando de pagar, ya falta poco No hay mucho trato, ni con mis
hermanos, casi siempre estamos metidos aqu, hasta en domingo andamos aqu. Nada
ms en Semana Santa, nada ms descansamos el fin de semana, pero como es negocio
propio a veces s queda y a veces no. Si hubo chance de guardar algo, ya descansa uno
la Semana Santa aqu estamos todo el tiempo Mis hermanos que tambin se dedican
a esto, tambin le ponen todo su tiempo, nada ms.

Lo que queda demostrado, es que, los reparadores tratan de estar el mayor tiempo
posible en sus talleres para atender sus clientes, desde la maana hasta la tarde. No se
pueden dar lujos con sus horarios de trabajo, pues las ventas habran de disminuir an
ms, lo que causara una inminente quiebra si es que no atienden los turnos establecidos. La clientela es poca, no pueden despreciarla.
Herramientas
Las herramientas que utilizan los reparadores de calzado son simples e incluso algunas
son hechas por ellos mismos. Las ms usuales son: martillo, tenazas, pinzas, cuchillas,
chaira. En cuanto a las mquinas, algunas son para hacer los cortes, y otras para hacer
los ltigos y las correas. La simpleza y el material de sus herramientas prolongan la vida
til de stas conservndolas gran cantidad de aos en uso.
El Sr. Ricardo seala cul es el equipo que utilizan para la elaboracin de la reparacin
de calzado en La Oscaria, as como los aos que llevan trabajando con el mismo material. Pues el martillo, las tenazas, cuchillas Ya tenemos como unos 40 aos.
101

Expertos reparadores de calzado de La Oscaria

102

Mientras que Ramn, hace saber en qu condiciones adquieren sus instrumentos de


trabajo y cunta es la longevidad que tienen siendo tiles.
Se necesita una mquina de codo para hacer los cortes, y otras mquinas para hacer
por ejemplo los ltigos y las correas, y pues la herramienta, martillos, pinzas, la chaira,
el cuchillo, el pegamento. Por lo general se compran usadas, no es necesario comprar
una nueva, duran aales; sta tiene 40 aos.

Y por Antonio, conocemos algunas de las maneras que han tenido que idear para desarrollar sus propias herramientas para la reparacin del calzado. Tambin hace ms
nfasis sobre la dificultad que tienen para adquirir su material de trabajo.
Ahorita son muy pocas las herramientas que venden; por ejemplo, las cuchillas, nosotros las hacemos con segueta; nosotros les damos filo para poder trabajar. Los martillos
y las tenazas, nosotros las compramos Ya hay muy poco zapatero aqu en Monterrey.

El futuro del oficio


Los reparadores de calzado no siempre son propietarios de los locales en donde tienen
ubicados sus talleres. Los ingresos que obtienen son en algunas ocasiones suficientes
para cubrir algunas de sus necesidades inmediatas, as como tambin llegan a costearse
una casa o la adquisicin de un auto. Ramn observa as su subsistencia como reparador.
Va a mejorando peridicamente, por ejemplo, los gastos van aumentando y se va manteniendo, igual y no es para tener una casota, pero puedes guardar tu dinero en el
banco, tienes tus das de vacaciones, etctera.

Sin embargo, la reparacin de calzado es otro de los oficios que ha sido afectado con
la presencia masiva del zapato comercial de las compaas nacionales y extranjeras, la
cual ha condicionado al oficio tradicional al grado de poner en riesgo la subsistencia
de su trabajo. Don Antonio, miembro de una familia dedicada a la reparacin, hace una
valoracin social de la situacin del oficio.
Est muy olvidado este negocio, antes los mismos proveedores nos mandaban pintar
los negocios, pero ahorita ya no Nosotros tenemos tres locales, mis hermanos y yo,
tenemos un local, cada quien uno. Y a mi hermano all en la Nuevo Repueblo, le est
yendo un poquito mejor, como que all la gente est un poquito ms de sobradita,
como que aqu a lo mejor estn pagando casa o no s, anda ms apurada la gente en
esta zona, hay menos trabajo que all; pero en un plano general, s est difcil por tanto
zapato desechable que estn metiendo.

Estos hombres son conocedores de su oficio y distinguen la calidad de los materiales.


Al comparar los que actualmente se usan llega la nostalgia de lo que recuerdan como
un periodo de prosperidad econmica para el reparador de calzado. As lo aprecia don
103

Ricardo: Es que anteriormente, los zapatos que se hacan eran mucho mejor mejor
que la que estn haciendo ahorita, les estn vendiendo puro cartn y plstico.
Ciertamente el oficio de los reparadores de calzado muestra un panorama incierto,
aunque divergente en la percepcin que estos artesanos lo viven, van desde un fatal
desenlace para el oficio, hasta una visin ms optimista sobre el mismo. Ello se respalda a
travs de los diversos testimonios de los actores que desempean esta labor tradicional.
Es Ricardo quien considera que ha llegado a su fin la reparacin del calzado tal y como
se le conoce hoy en da. Es l quin culpa principalmente a las nuevas tcnicas de
ensamblado en el calzado. Sin embargo, deja entrever una solucin para evitar la desaparicin del negocio que le fue heredado por su padre, as como la del oficio en s. Sin
futuro, mientras no se cambie la tcnica de la fabricacin del zapato que cada vez estoy
viendo que lo estn haciendo peor.
En contraste, Ramn se muestra optimista sobre el futuro de la reparacin de calzado.
Considera que siempre habr algn cliente que requiera de sus servicios, pues la gente
siempre va a usar zapatos. Su conviccin es que su oficio no se acabar, a pesar de las
dificultades que puedan tener.
Por su parte, Antonio no slo manifiesta su deseo porque el oficio no desaparezca
como medio de subsistencia econmica, ratifica el valor que para estos artesanos tiene
el trabajar por su cuenta y las satisfacciones que su trabajo les redita.
Trabaja uno por su cuenta, est tranquilo uno si le echas ganas, le va a uno
bien Tener tu casita, un carrito, pues no engaas a nadie; tu trabajo es honrado, ya sabes que si trabajas todo el da te va a ir bien; si hago algn buen
movimiento, a lo mejor y saco ms dinero, es honrado el trabajo, mientras
haya zapatos habr trabajo Yo espero que no [desaparezca].

Conjeturas
Para formular un adecuado supuesto sobre la presente investigacin es preciso conocer cules son las expectativas que han presentado estos reparadores de calzado
hacia su oficio.
A travs de las entrevistas realizadas se lleg al reconocimiento a la postura de que
ellos tienen una enorme gratitud a la labor que realizan. Pero visto desde un plano general, son opacados por las producciones en masa que las grandes empresas promueven,
haciendo que su oficio no pueda brillar como en el pasado. Se puede decir que viven
con el deseo de poder recuperar la trascendencia que su oficio tuvo aos atrs.
104

Estos reparadores ven con orgullo su trabajo, Ricardo menciona con aoranza la concepcin que se tena sobre el oficio que hasta hoy en da realiza: Es que era un trabajo
era, como decirte, este, es noble, era noble. Dicha visin que comparte, es debido a la
fidelidad que tenan los reparadores para con su oficio y sobre la gratificacin que el
cliente les daba. Siendo esa una de las principales fuentes de satisfaccin con la que
cuentan hoy en da: Que el cliente se vaya contento.
Ramn comparte sus experiencias sobre el negocio que ha administrado desde su juventud. As como tambin expresa sus esperanzas sobre la prosperidad que pueda tener
la reparacin del calzado para las futuras generaciones.
No es el gran negociazo, pero te mantiene. Vives bien Siempre habr quien
lo trabaje; es un trabajo muy noble que te deja, no creo que vaya a desaparecer, y muchas veces va de generacin en generacin; debe de seguir

A la conjetura que se puede llegar es que ha disminuido considerablemente la costumbre de reparar el calzado en Monterrey y su rea metropolitana. Los cambios en
el consumo, en modas, materiales y precio, ha reducido el mercado de estos hombres
dedicados a renovar un par de zapatos, a devolverle la vida a un par de botas y hasta
resucitar un par de tenis. En este trayecto han buscando sostenerse diversificando sus
servicios, integrando la pintura de prendas de piel, la venta de artculos de piel bolsas,
cintos, carteras, entre otros.
De tal manera, queda en la incertidumbre la continuidad de uno de los tantos oficios
tradicionales que han tenido Monterrey y su rea metropolitana. Son ellos, los reparadores de calzado, quienes temen que pueda llegar a desaparecer en un futuro su
gremio. Hoy en da, ya se aprecian reducciones significativas en sus reas de trabajo;
no obstante, el trabajo de aquellos que cuentan con una base de clientes frecuentes,
siguen manteniendo un buen talante. Depender de su resistencia y de los mismos
clientes el futuro de este tradicional oficio.

105

Ricardo Villarreal, relojero

CAPTULO 5
LOS RELOJEROS:
TIEMPO Y CONTRATIEMPOS
EN EL OFICIO DE LOS RELOJEROS

El oficio de relojero en Monterrey


David Botello Tejeda

Introduccin
Los oficios tradicionales en el mundo se han transformado a lo largo del tiempo: desaparecen, cambian sus formas o resurgen; todo porque aparecen nuevas tecnologas
o tcnicas de produccin en su campo, o bien por el contexto socioeconmico que
rodea su prctica. Este fenmeno sucede prcticamente en todo el mundo, y la ciudad
de Monterrey no es la excepcin.
Es importante hablar acerca de este tema, entre otras razones, porque la continuidad
de estos peligra. Debido a la lenta desaparicin de artesanos y maestros relojeros en
la ciudad de Monterrey, el objetivo de este trabajo es documentar, en la medida de
lo posible, la labor que desempean, los cambios que su oficio ha sufrido con el transcurrir del tiempo. Es decir, de qu modo se ha adaptado y sobrevivido la relojera en
Monterrey.
Origen de los oficios y de los gremios artesanales
Los oficios surgieron en el seno de la ciudad medieval y son, hasta cierto punto,
producto del primitivo capitalismo de la poca. Los gremios de comerciantes o de
aquellos que pertenecan a esas diversas ocupaciones se vieron favorecidos por el
crecimiento de las ciudades. Este fenmeno sucedi principalmente en Inglaterra debido a la liberacin de los siervos mediante la apropiacin del Estado de las tierras
que anteriormente eran de dominio feudal. Estas tierras fueron en su mayor parte
utilizadas para el pastoreo, hacindolas intiles a la agricultura; de esta manera, una
nueva clase de hombres, libres de servidumbre pero desposedos, se vio forzada a
inundar las ciudades (Marx, 2011).
Con lo anterior inferimos que el surgimiento de estas formas de intercambio siglos
XII o XIII foment el desarrollo de artesanos y comerciantes, y de sus respectivos
gremios que, previo al desarrollo moderno del capitalismo industrial, tuvieron un papel
fundamental en la economa de las ciudades medievales. Sin embargo, los procesos de
acumulacin originaria del capital descrito por Marx, no slo dependan de desprender
a los seores feudales de sus siervos y tierras, sino tambin suprimir el poder econmico que los gremios representaban en las ciudades. As es como, finalmente, el poder
de estas agrupaciones fue reemplazado por el poder del capitalista industrial y algunos
109

Don Ricardo en su taller

110

maestros artesanos llegaron a convertirse en capitalistas (Marx, 2011). Con la industrializacin, los oficios tradicionales y los artesanos fueron quedando paulatinamente relegados en los procesos tanto laborales como econmicos del mundo moderno. Los
cambios que desat la Revolucin Industrial en los medios y mtodos de produccin
de mercancas, marcaron un punto de inflexin en la historia social del trabajo (Aizpuru
y Rivera, 1994) y, en consecuencia, de los artesanos.
Medicin del tiempo y origen del reloj
El hombre siempre ha tenido la necesidad de controlar el medio que lo rodea y el tiempo no escapa a esta caracterstica humana. Desde la antigedad ya se meda el tiempo
con diferentes recursos: con relojes que funcionaban a base de agua o arena, como una
vela protegida del viento se iba consumiendo e incluso la cantidad de aceite que
gastaba una lmpara (Beckett, 1903: 11). Sin poder asegurar la autora, se atribuye a Pacificus, archidicono de Verona, en el siglo IX, la invencin del primer reloj que funcionaba
en base a un pndulo. Sin embargo, hay quien opina que estos artefactos, si existieron,
no eran relojes propiamente dichos (p. 13).
Despus de la invencin del reloj de pndulo, el siguiente gran avance fue la aparicin
del reloj mecnico; tan importante que la discusin sobre el momento exacto de su
aparicin y quien fue su creador fue uno de los grandes debates previos a la Revolucin Industrial (Dohrn-van Rossum, 1996: 46). Una leyenda cuenta que el creador fue
el Papa Silvestre II, de nombre Gerberto de Aurillac, quien estuvo durante su juventud
en Barcelona, ciudad entonces dominada por la cultura musulmana, y donde aprendi
matemticas y astronoma (p. 45).
Gremios de artesanos
Los relojeros, como tradicionalmente buena parte de los practicantes de algn oficio,
se agrupan en asociaciones y gremios, algunos de los cuales sobreviven hasta nuestros
das. Sobre estas agrupaciones existen opiniones divergentes, tanto Karl Marx como
Adam Smith, los consideraban retardatarios porque pensaban que frenaban el comercio y perjudicaban el desarrollo tecnolgico mediante los secretos del oficio; es decir,
mantenan su conocimiento de la forma ms hermtica posible en el seno del gremio
mismo. Otros opinan todo lo contrario, pues consideran que en las ciudades medievales alentaban el desarrollo econmico y el comercio. Quiz, en diversos lugares y
tiempos, ambos puntos de vista son vlidos. De igual manera, la percepcin negativa
de Marx y Adam Smith puede deberse al momento histrico que analizaban e incluso a
un reduccionismo econmico que pas por alto otras caractersticas que posean estas
agrupaciones en la sociedad medieval (Richardson, 2001: 2).
111

Desde el punto de vista econmico los gremios pueden parecer perjudiciales al mercado, llenndolo de especuladores y manteniendo un control hegemnico sobre ciertos
sectores del mismo. No obstante, en la poca medieval cumplan ciertas funciones
dentro de las relaciones sociales de los artesanos, tales como resolucin de conflictos,
o bien apoyo econmico o tcnico entre sus miembros. Adems, los gremios mantenan
ciertas normas para la regulacin del mercado; un buen ejemplo son los panaderos en la
Inglaterra medieval, quienes tenan como regla no comprar sus materias primas durante
la maana para permitir que quienes compraban pequeas cantidades, lo hicieran antes
que el precio se incrementara debido a la gran demanda de los panaderos.42 De la misma
manera, tenan por regla que si alguien se interesaba en adquirir grano directamente de
ellos, deban venderlo a un precio justo (Richardson, 2001: 5).
Los gremios medievales eran asociaciones formales de artesanos especializados, maestros y aprendices estos ltimos carecan de derechos de membresa. Estos gremios
contribuyeron de modo importante a la transmisin de conocimientos y habilidades
tcnicas a travs del aprendizaje entre maestro y aprendiz. Regulaban y expandan los
mercados dando apoyo a sus miembros que se encontraban en zonas donde su mercado era an inestable y, de esta manera, tambin estimularon la difusin cultural y la
migracin laboral (Epstein, 1998: 684).
Contrario a una de las crticas hechas por Adam Smith, los gremios de artesanos no eran
ajenos a la innovacin. La experimentacin y los simples cambios aleatorios graduales
en sus tcnicas generaban la innovacin; sumado a esto, la fomentaban ya que la manera en la que un inventor era alentado en esa poca, era por las ganancias mayores que
poda obtener mediante el uso de patentes (controladas por el gremio) o mediante el
secreto de las tcnicas empleadas, ya que el apoyo del Estado a la invencin era inexistente durante este periodo (Epstein, 1998: 703).
Con todo lo anterior, vimos el efecto y alcances que los gremios tuvieron sobre la economa medieval y hasta el momento, poco antes de la Revolucin Industrial, en el cual
perdieron el poder que ostentaron durante ms de 500 aos. Sirvieron, mucho antes
que el Estado lo hiciera, como medio regulador del mercado, cuna de innovaciones tecnolgicas y transmisores del conocimiento tcnico en el mundo medieval. Aqu tiene su
origen la formalizacin de gran cantidad de oficios, entre ellos, los relojeros.
El oficio del relojero
El relojero, igual que quien practica otros oficios, es un artesano por derecho propio.
Los maestros de la relojera invocan la imagen clsica: un hombre de edad avanzada,
42
(N. de la e.) Comportamiento que parece ser ms justo que el que hoy tienen las
grandes empresas panificadoras frente a las panaderas micro y pequeas. Ver el captulo sobre
los panaderos en este libro.
112

Instrumentos del oficio de relojero

113

amante de su oficio, siempre en su taller y con sus aprendices (Sennet, 2009: 31). Los
talleres de relojera evocan un orden desordenado, donde slo el relojero sabe exactamente donde se encuentra cada herramienta o pieza que necesita.
Toda artesana se funda en una habilidad desarrollada en alto grado (Sennett, 2009:
32). As, cuando los relojeros hablan de sus treinta, cuarenta o sesenta aos de experiencia en el mismo oficio y vemos su habilidad para comprender y reparar mecanismos
verdaderamente complejos, es en ese punto donde la descripcin que brinda Richard
Sennett sobre los artesanos, narra casi a la perfeccin lo que me fue posible apreciar
del trabajo de un relojero. Todos los relojeros que entrevist hablan del placer de un
trabajo bien hecho, Sennett nos habla que mientras ms experiencia se tenga en el
oficio hay una mayor preocupacin por el trabajo bien hecho y no solamente porque
las cosas funcionen (p. 33).
La relojera es un oficio que persiste y sobrevive a los cambios, ya que el reloj va ms
all de la mera medicin del tiempo; es adems un artculo de lujo y de estatus para
su portador. Los relojes son, en palabras de los relojeros de Monterrey que fueron entrevistados, artculos en los que depositamos un valor ms all de lo material, un valor
sentimental. En este aspecto la relojera y la joyera podran ser consideradas artes hermanas, ya que muchos maestros relojeros tambin son joyeros y el reloj mismo puede
ser considerado una joya.
La formacin de los relojeros en Monterrey
Con estos antecedentes podemos preguntar, qu es la relojera para quienes se dedican a ella en Monterrey? Para responder a sta y otras preguntas fueron entrevistados
tres maestros relojeros que viven su oficio de distinta forma y en diversos puntos del
rea metropolitana de Monterrey. El primero de los maestros entrevistados es Romn,
quien trabaja en un taller de joyera y relojera ubicado en el centro de la ciudad, sobre
la calle Carlos Salazar. Trabaja junto con Juan Villegas, maestro relojero de 90 aos de
edad y ms de 75 aos dedicndose a este oficio. Su actual taller tiene poco ms de
20 aos de existencia. Romn lleva trabajando en dicho taller alrededor de dos aos y
medio aunque aprendi la mayor parte del oficio de don Juan hace ya muchos aos. A
su vez, Juan Villegas aprendi el oficio de su padre, cuando l tena menos de 15 aos de
edad, posteriormente aprendi en el Centro de Relojera en un curso patrocinado por
la embajada de Suiza en la Ciudad de Mxico.
El segundo relojero entrevistado, de nombre Armando, trabaja en uno de los tradicionales mercados rodantes dominicales de la ciudad y lleva ah alrededor de 15 aos. No se
dedica de lleno a la relojera, sino que es un ingreso extra para su familia. Al trabajar en
un mercado callejero, no cuenta con un taller propiamente dicho, sino con una peque114

a mesa donde trabaja y exhibe diversos relojes. Los sbados realiza las reparaciones
en su casa, dedicndoles alrededor de ocho horas semanales.
Ricardo Villareal es el tercer maestro relojero que fue entrevistado. Tiene su taller en el
municipio de San Pedro en el interior de una plaza comercial sobre la avenida Humberto Lobo. A diferencia de Romn o Armando, su negocio se encuentra en una zona de
habitantes primordialmente de clase alta.
En general, los maestros relojeros suelen trabajar en su propio taller, lo cual tiene, entre
otras implicaciones, que son ellos quienes deciden los horarios de trabajo y la organizacin ms conveniente para realizar sus labores, caracterstica propia de los talleres
de artesanos. Tambin definen la jerarqua que consideran ms conveniente (Sennett,
2009: 73). La relacin entre maestro y aprendiz tiene como finalidad la perpetuacin del
negocio, por ejemplo, debido a la edad nonagenaria de don Juan, buena parte del trabajo ya se encuentra a cargo de Romn y podemos decir que es el paso de una generacin
a otra. Los maestros relojeros que cuentan con su propio taller suelen tener aprendices.
En el negocio de Ricardo la jerarqua es ms acentuada. All su hija es la aprendiz y los
trabajos que realiza son slo los que Ricardo le va delegando. Esto contrasta un poco
con la idea de libertad que normalmente se tiene del taller del artesano, pero resulta
lgico que el proceso de aprendizaje y de trabajo posea un orden jerrquico (Sennett,
2009: 72-73). Entonces, una constante del oficio de relojero es, al igual que en muchos
otros, la constante de la relacin maestro-aprendiz. Sin embargo, en la actualidad es
ms difcil. Sobre este aspecto, Romn comenta que debido a las leyes del trabajo, por
ejemplo, ya no es posible que alguien llegue pidindole que le ensee el oficio a un
hijo joven, menor de edad. Lo que s sucede es que, en ocasiones, imparte clases en el
mismo local a quien est interesado, lo que le permite obtener un ingreso extra.
El relojero y sus satisfacciones
Al describir el oficio de relojero, todos hablan con un notable aprecio por su profesin.
Romn lo compara frecuentemente con el de mdico, ya que as como el mdico cura,
arregla personas; un relojero arregla, cura relojes. El aprecio que tiene por su labor y
por los relojes es, quiz, lo que lo lleva a formular esa metfora acerca de su profesin.
Adems compara la complejidad de ambas actividades porque tienen la necesidad de
mantenerse actualizados, l con nuevos modelos y tcnicas, y el mdico con nuevas
tcnicas y medicamentos.
Ricardo nos habla de la relojera tanto como arte que como ciencia, ciencia que conjuga los cuatro elementos, comenta: agua, tierra, aire y fuego; y para ejemplificar habla
de los relojes antiguos que han utilizado agua o arena para medir el tiempo, y relojes
115

116

Los relojes y su reparador

117

ms modernos que utilizan el cambio en la densidad de diversos gases para obtener


la energa de sus mecanismos. Adems de los cuatro elementos, menciona un quinto,
el amor a lo que est bien hecho. Por su parte, para Armando la relojera es un trabajo
inteligente y de paciencia; hace nfasis en la experiencia necesaria que slo se gana a
lo largo del tiempo.
Romn divide el oficio en varios tipos: armador, vendedor, reparador. l se considera a
s mismo como un relojero reparador y describe su tarea de arreglar todo tipo de relojes, ya sean de pulso, de pared, de pedestal y hasta relojes monumentales o de torre;
tambin los que son de cuarzo, mecnicos, automticos o digitales. Su trabajo le parece
fascinante y una adiccin; algo a lo que se dedica no solamente por curiosidad, sino
por vocacin. Esto lo transmite a sus alumnos. El oficio de relojero, no es en serie, no es
una fbrica de relojes tampoco, nos dice; se reparan piezas daadas y dependiendo de
si una pieza se puede conseguir o no, es posible fabricarla en su mismo taller, y como
cada trabajo es diferente, cada pieza es nica.
En todos los casos el trabajo diario de los relojeros es muy variado, ya sea por los tipos
de relojes que los clientes llevan o por la clase de mantenimiento que requieren. A
veces necesitarn una simple pila o una cartula, otros ms, algo poco comn o complicado. Para este tipo de composturas llegan a innovar o improvisar herramientas, ya
que algunas no se encuentran en el mercado, o son muy caras y poco costeables para
comprarlas y realizar slo un trabajo con ellas.
Como en la mayora de los oficios, quienes ejercen la relojera suelen incursionar en ella
a temprana edad. Tal como Juan Villegas, Romn se acerc al conocimiento de la relojera a los 13 aos. Nos comenta que en la joyera donde trabajaba cuando era nio tambin haba un relojero quien un da le pregunt si deseaba aprender ese oficio. A partir
de ese momento cambi su panorama laboral. Lamentablemente ese relojero era muy
celoso de su trabajo y no le mostraba las tcnicas que utilizaba ni, en general, mucho de
esa ocupacin. En la experiencia conjunta de los relojeros entrevistados es posible ver
que ellos y los maestros de quienes aprendieron son muy celosos de su profesin y no
aceptan con facilidad transmitir sus conocimientos.
Posteriormente Romn conoci a don Juan, quien le ofreci ensearle el oficio; primero
lo bsico como armar y limpiar las piezas de un reloj. Tambin lleg a tomar cursos de
relojera tanto en la Ciudad de Mxico como en Monterrey. Otra forma en la que ha
adquirido tales conocimientos es a travs de los cursos impartidos por relojeros con
experiencia. Ahora se mantiene actualizado mediante revistas y el conocimiento de
otros relojeros.
En el caso de Ricardo, su incursin en la relojera fue a los doce aos en el taller de su
padre, quien le deleg a esa edad su primer trabajo de reparacin. Ms adelante nos
118

comenta que ingres a la preparatoria en 1968. En ese entonces radicaba en el Distrito


Federal y debido a las movilizaciones estudiantiles y el conflicto que vino con ellas no
tuvo oportunidad de realmente estudiar la prepa. Su padre lo mand a Mrida un tiempo; al regresar de all, estudi en el mismo lugar que don Juan, pues su padre ya haba
enviado una solicitud a la embajada suiza en la Ciudad de Mxico para que ingresara al
curso de relojera que impartan, el cual complet despus de ao y medio. Del curso
tiene muy gratos recuerdos, incluyendo el regalo de graduacin consistente en herramientas de mano para relojera como pinzas, lentes, entre otros.
Para los relojeros, tanto la formacin profesional como el aprender directamente de
otros son modos fundamentales para desarrollarse en el oficio. Es la relacin maestroaprendiz la manera en la que ingresan a esta profesin y ms tarde actualizndose en
cursos o escuelas de relojera.
En contraste con estos maestros relojeros, Armando se inici en el oficio a mayor edad,
ya tena arriba de 20 aos cuando comenz, hace unos 15 aos. Comenta que aprendi
por su cuenta y que algunos detalles ms finos o tcnicos de la reparacin de los relojes
automticos los adquiri de otro relojero.
Uno de los ms profundos cambios en la formacin de relojeros es que actualmente
hay muy pocos lugares de capacitacin, y de los que quedan slo es posible ingresar
trabajando para alguna casa relojera o joyera, como Emwa. De los relojeros entrevistados, slo los de mayor edad tuvieron la oportunidad de aprender en instituciones
dedicadas a la especialidad, como los arriba mencionados. Esta carrera la equiparan los
relojeros a una ingeniera por su complejidad y por el nivel tcnico que representa, y
que al completar sus estudios a diferencia de un simple tcnico relojero ya se tiene
la capacidad de fabricar o incluso disear un reloj.
Reparador versus armador
Sobre el oficio Romn tambin nos dice que tanto en Mxico como en Estados Unidos
existen pocos relojeros con estudios, lo que s existe es una gran cantidad de armadores. Describe a un armador como el que slo desarma, limpia, cambia pila y vuelve a
armar, habla con cierto desdn de ellos y no los considera realmente relojeros o reparadores. Un armador es capaz de arreglar hasta 20 relojes en un da, mientras que un verdadero relojero arreglar dos o tres. sta es otra de las diferencias bsicas entre ellos.
Sealan que incluso en Estados Unidos, por ejemplo, un armador no conseguira trabajo
por la cantidad de relojes que saca al da, y no sera considerado relojero por las asociaciones estadounidenses. Otra diferencia entre un armador y un reparador es el uso
de diferentes tcnicas y herramientas, adems que el primero estara especializado
ms en relojes de cuarzo de pila o digitales y no en relojes mecnicos o de otro tipo.
119

Los relojes y sus joyas

120

La distincin entre maestros relojeros y armadores parece ser importante para quienes
se han dedicado toda su vida a este oficio. En general, los relojeros hablan con mucho
ms inters de la reparacin de relojes finos y de mecanismos complejos; al referirse a
los trabajos sencillos, como cambios de pilas o correas, los dejan de lado, no es el tema
que ms les interese conversar. Esto muestra un cario y apego al oficio tradicional y,
probablemente, un desprecio a los cambios en la tecnologa que han hecho del reloj
automtico un artculo de coleccin y de lujo ya no una necesidad.
Al hablar de esto, Ricardo comenta que las modas son cabronas; opina que el consumismo hace que las personas opten por comprar un reloj nuevo, ms bonito y barato
que arreglar alguno que ya tengan. sta es una de las principales dificultades del oficio,
de la que hablar ms adelante.
Asociacin de relojeros en Monterrey
Los relojeros de Monterrey cuentan con una asociacin ubicada en el centro de la
ciudad, en Dr. Coss y Calzada Madero, donde algunos de los entrevistados colaboran.
Realizaban reuniones semanales, pero debido a la violencia e inseguridad desatadas,
actualmente se efectan cada segundo mircoles de mes. El objetivo es intercambiar
ideas o tcnicas para su trabajo, mientras comparten alguna bebida.
Ricardo es miembro de la Asociacin Tcnica de Relojeros del Norte donde actualmente funge como secretario. De acuerdo a su informacin, actualmente hay poco ms
de veinte miembros activos. Se realizan convenciones nacionales de relojeros, donde
se actualizan con los nuevos modelos y tcnicas del mercado. Tambin dice que son
pocos los relojeros que estn activos en dicha asociacin debido al carcter del mexicano; con esto se refiere a que los relojeros de mayor edad no se sienten cmodos al
recibir consejos de personas mucho ms jvenes que ellos y no desean actualizarse;
poseen cierta clase de orgullo de maestro relojero que les hace pensar que no hay
quien puede ensearles algo nuevo. No obstante las reticencias y baja membreca, estos
artesanos siguen manteniendo espacios gremiales para la convivencia y la transmisin
de conocimientos.
Existen otros gremios, por llamarlos de esta manera, que estn compuestos por los
relojeros de las prestigiosas casas joyeras de la ciudad, como la citada Emwa. Ellos
forman dentro de estas empresas un cerrado grupo que no tiene permitido compartir
sus conocimientos fuera del mismo. En ese caso, comenta Ricardo, ellos mandan a sus
muchachos a Suiza o a Nueva York pero les prohben que hablen con nosotros. Hasta
cierto punto tienen un poco de razn. Estos relojeros, a diferencia de quienes trabajan
por su cuenta en sus propios talleres, son empleados de una empresa y no tienen las
libertades en cuanto a tiempos y formas en su trabajo como los relojeros a los que se
121

dedic esta investigacin. Prueba de lo anterior es el hecho que ellos no pueden decidir
sobre compartir o no el conocimiento del oficio que poseen; son un nicho aparte que
no entra en el marco de esta investigacin, aunque sera posible decir, a grandes rasgos,
que trabajan exclusivamente con relojes muy finos de estas mismas casas joyeras.
Situacin actual de los relojeros en Monterrey
Acerca de la clientela que frecuenta los talleres de relojera, los entrevistados coincidieron en que la mayora son recomendados por otros clientes, pues es la calidad
del trabajo lo que los recomienda. Esta es otra constante entre los oficios artesanales
que se basan en el trabajo manual bien hecho. Los clientes no son necesariamente coleccionistas y son de toda clase social, desde los ms humildes hasta los de alto nivel
econmico. La clientela es variada, desde alguien que llega con una pieza antigua que
desea mantener, como una herencia, o baratijas; tambin hay clientes que llegan con
relojes muy finos y caros. Romn nos dice que en su taller se trata a todos los relojes
por igual, de cualquier calidad o precio. Lo que s diferencia es que regularmente es ms
difcil tratar con clientes de alto nivel econmico porque algunas veces son renuentes
a pagar precios altos por una reparacin.
La zona donde un relojero tenga su taller tambin impacta en el tipo de clientela que
llegar a ste; por ejemplo, para Ricardo y su taller en un centro comercial de San Pedro,
los principales clientes son los dueos de relojes finos y antiguos de la zona, lo cual
contrasta con los talleres de relojera del centro de la ciudad. Ricardo comenta que de
ah salen sus principales ingresos, pero que de igual manera los sbados llegan muchos
trabajos pequeos: cambios de pila, de correas, etctera. Este taller recibe relojes antiguos, como algunos del siglo XVIII, principalmente relojes grandes de pared.
La situacin del oficio de relojero es en s precaria, ya que actualmente los relojes
son artculos desechables. Un reloj chino cuesta alrededor de 60 pesos y uno japons
unos 120, y repararlos tendra casi el mismo costo que comprar otro. Adems, como los
telfonos celulares ya tienen todas las funciones de un reloj, como calendario, alarma
y fechador, tener uno, ya es un lujo ms que una necesidad. Todo esto ha hecho que
con el tiempo cada vez haya menos clientes. De igual manera, la falta de clientes o el
hecho que los relojes sean desechables, vuelve cada vez ms difcil conseguir piezas o
refacciones, lo que hace que cada trabajo sea ms tardado y costoso, ya que en lugar de
conseguir y cambiar la pieza daada, hay que fabricarla y esto toma mucho ms tiempo
que se podra dedicar a otros relojes.
La situacin econmica en general es difcil. De acuerdo a Romn, sobreviven reparando
relojitos y realmente no pueden cobrar lo que desearan por su trabajo aunque cualquier entrada de dinero es buena y necesaria. Los ingresos del taller son principalmente
122

para la renta del local, los servicios, impuestos, y lo que queda es para cubrir necesidades bsicas. En palabras de Romn, sera necesario incrementar un treinta por ciento
sus ingresos para estar bien. Esto considerando que su esposa tambin trabaja, y que
gracias a ello cuenta con seguro mdico. Otro factor que influye en la precariedad del
trabajo de relojero, es que al ser una especie de microempresarios, no cuentan con
seguro mdico ni con apoyos gubernamentales. La relativa precariedad es una condicin que parece ser general al gremio, ya que su situacin econmica depende de una
demanda de sus servicios cada vez menor.
Para Ricardo el principal cambio en la relojera es que hoy en da la gran mayora de los
relojes que se producen son de cuarzo, considerablemente ms econmicos que los
automticos, y cuyos dueos muchas veces no desean repararlos debido a la relacin
entre el costo de la reparacin y el precio de uno nuevo de igual calidad. Sin embargo,
las principales casas relojeras y las ms prestigiosas siguen produciendo relojes automticos y estos se conservan como artculos de lujo que pasa de generacin en generacin. Aunque su menor produccin y demanda provoca que cada vez lleguen menos a
los talleres, deteriorndose con el paso del tiempo la situacin econmica del relojero.
El amor por el oficio y la sobrevivencia
Escuchar hablar a los relojeros de las satisfacciones de su oficio fue una de las partes
ms gratificantes de esta investigacin, ya que all es donde se ve completamente el
amor y aprecio que le tienen. Ricardo nos relata que una de las satisfacciones ms grandes para l ha sido que desde que tiene su taller en el centro comercial, hace unos 10
aos, ha reparado una gran cantidad de relojes finos. Adems, nos dice que el trabajo
para l es un gusto muy grande, finsimo y aade:
es ms, yo juego a la lotera porque digo, me llego a ganar la lotera y me voy a un
pueblo, pongo mi casa, pongo mi taller y me dedico a comprar relojes. Sera un hobby
increble, comprar relojes viejos, llego a mi taller, los reparo y salir a venderlos. Ese sera
un hobby muy bueno para m y ah es donde ya complementas el gusto, el placer con el
negocio; que de hecho as tiene que ser toda la vida porque si no, ests jodido.

Tanto Romn como Armando hablan de la satisfaccin del trabajo bien hecho y que
ese trabajo es el que trae ms clientes. Como insatisfacciones narran cmo a veces el
trabajo realizado no es del agrado del cliente, y en palabras de Armando: la gente es
muy curiosa, si no le gusta algo te lo dice, pero no creo que sean insatisfacciones, yo
creo que todo eso hace que vayas mejorando. Romn narra la satisfaccin de su trabajo
de la siguiente manera:
si cometo un error pues me da risa, no me da coraje; a excepcin cuando llega el
cliente enojado, pero de ah no pasa y pues es algo que tiene que pasar. De mi oficio,
123

todo me agrada, cada da se aprende ms. Son cosas diferentes todos los das, es muy
variado. Un da una pila, un da una cartula, es muy variado.

Los relojeros visitados hablan de un amor por el oficio y lo bien hecho, de su orgullo
por los muchos aos de experiencia; en varios casos, toda una vida dedicada a la relojera. Son artesanos que pueden darle nueva vida a una pieza que para muchos ya sera
inservible para medir el tiempo. Hablamos de la recompensa emocional que obtienen
los artesanos con su oficio, el poder sentirse orgulloso de su trabajo (Sennett, 2009:
33). La relojera, como muchas otras ocupaciones, ha sido afectada por los incesantes
cambios en la tecnologa y en el consumo; sin embargo, lo que nos trasmitieron los
relojeros entrevistados de esta ciudad, queda claro que es un oficio que no se extingue
fcilmente, ha encontrado un nicho en el cual puede sobrevivir todava durante mucho
tiempo. Aunque debido a los celulares, entre otras cosas, ya no sea una necesidad llevar
un reloj en la mueca o en el bolsillo, siempre ser un artculo de lujo que confiere
cierto estatus a su portador; una joya que pasa de generacin en generacin y a la cual
la gente le imprime un valor sentimental que va mucho ms all de su mero valor utilitario. Es as como la relojera sobrevive a pesar de todas las dificultades econmicas
que ha enfrentado en las ltimas dcadas.

124

Libros en proceso de restauracin en el taller de encuadernacin de don Efran

CAPTULO 6
EL ARTE DE LA PRESERVACIN
DEL PAPEL ESCRITO:
LOS ENCUADERNADORES
Y REPARADORES DE LIBROS

El arte de la preservacin del papel escrito:


los encuadernadores y reparadores de libros
Vernica Saavedra Salas

Introduccin43
Encuadernar libros es un oficio que ha sido transmitido en los talleres de generacin en
generacin hasta nuestros das. Aunque la encuadernacin consiste bsicamente en coser
y/o pegar las hojas de un documento y protegerlo del desgaste, la habilidad y creatividad
de algunos maestros la ha convertido en un verdadero arte que no muchos conocen.
La encuadernacin ha pretendido principalmente preservar al libro de los diversos factores externos e internos que pueden deteriorarlo; tambin ha sido vehculo para esculpir los estilos decorativos de cada poca. En la actualidad, el encuadernador ofrece
su propio toque de personalidad con nuevas tcnicas y materiales que le permiten
desarrollar sus ideas ms fcilmente (Bald, 1996).
En este oficio, el trabajo artesanal ha tenido transformaciones a lo largo del tiempo,
debido a los cambios en los modos de produccin y de consumo en la sociedad, que
han provocado la disminucin y hasta desaparicin de demanda para muchos artculos
artesanales. Para la subsistencia del encuadernado los maestros de este oficio han
tenido que adaptar su trabajo a las necesidades de los consumidores actuales, incluyendo en sus habilidades y trabajos tcnicas y tecnologas actuales ms acordes con
los cambios culturales y de consumo de nuestros tiempos (Novelo, 2008). Portadas
personalizadas, con imgenes modernas, texturas llamativas, con el personaje de moda;
una cultura ms individualizada demanda cosas novedosas y actuales que satisfagan al
cliente para que un oficio siga permaneciendo vigente.
La tecnologa desplaz al artesano encuadernador, produciendo en masa y por centenares lo que antes tardaba das, aunque la mayora de las veces con una calidad y
detalle diferente. Esto repercuti en la popularidad del encuadernado manual y redujo
su clientela al sector estudiantil que aun ocupa tesis para graduarse, empresas que requieren del archivo sistemtico de sus documentos, oficinas y profesionistas en busca
de un orden elegante en su papelera, por mencionar algunos ejemplos.

43
En la primera fase de la investigacin, para la realizacin de las entrevistas, particip el
estudiante de Sociologa Jos Antonio Alzas Leero.
129

Para superar esa dificultad, en cuanto a la competencia de mercados se refiere, los


encuadernadores han utilizado recursos que van desde modernizarse y comprar instrumentos que poco a poco mejoren la calidad y velocidad de su trabajo, hasta aliarse con
otros profesionales en actividades afines para complementar sus respectivos trabajos,
por ejemplo, diseadores grficos para trabajos modernizados, artesanos que labran
en madera, para un estilo ms rstico y personalizado de las portadas.
Sin duda, su oficio se ha visto complicado por las nuevas tendencias en el mercado que
invitan al consumidor a adquirir libros producidos en masa, pero aun as no ha habido
ningn competidor que supere la calidad de un encuadernado artstico y la pasin que
implica hacer a detalle cada uno de los libros forjados en el taller.
Algo de historia
La escritura es, despus de la expresin oral, el principal instrumento de comunicacin
entre los hombres; permite la preservacin de su pensamiento a travs del tiempo y resguarda caractersticas del lenguaje y contexto del momento para su posterior estudio.
Por ello cada pueblo se ha esforzado en encontrar un material idneo como soporte de
su cultura, que se adapta no slo a su tipo de escritura y de los instrumentos con que la
ejecutan, sino que se puede realizar de forma econmica con los materiales ms abundantes en su entorno geogrfico (Hidalgo, 2011). Bsqueda que en trminos de cultura
material, puede aportar al estudio de la relacin entre contextos socioeconmicos y
recursos materiales utilizados.
Cuando se invent el papel, el hombre pudo obtener un material donde preservar sus
pensamientos de una manera ms econmica (pues su costo era menor al del pergamino), ms accesible y por lo tanto ideal para plasmar en cualquier momento sus inquietudes y conocimientos (Hidalgo, 2011). Debido a ello y gracias a la durabilidad que brinda
el encuadernado a los libros, los textos antiguos se siguen conservando como testigo
fiel de su tiempo.
La encuadernacin clsica o antigua siempre ha dependido del tipo de obra, de la poca y del material de recubrimiento utilizado desde la piel y tela hasta el plstico.
Respecto a la decoracin, tan importante es la tcnica utilizada, ya sea dorado o gofrado44, como el diseo que se realice en la cubierta (Quevedo, 1994). Actualmente, las
placas metlicas que se utilizan para grabar las portadas de los libros con el nombre del
autor y la dependencia de origen (en el caso de las tesis) dan un detalle personalizado
y elegante a la presentacin del contenido que muy pocas personas notan y/o valoran.
44
Estampar en seco motivos en relieve o en hueco sobre papel o en las cubiertas de un libro.
Consultado en http://www.wordreference.com/definicion/gofrado
130

Arriba: el encuadernador Federico Hernndez; abajo Esa Rogelio Garca, el joven aprendiz del taller de don Federico

131

La historia de la encuadernacin es bsicamente la historia del libro, puesto que la encuadernacin es la parte del proceso donde se ensambla un libro. Las primeras referencias a lo que pudiera considerarse como una forma de encuadernacin, aparecen entre
los griegos varios siglos antes de la era cristiana. Los grabados o documentos escritos
eran muy apreciados e importantes en aquella poca; por eso los griegos creaban
unos envoltorios de piel para cubrir los rollos de papiro o pergamino.
Por otra parte, a los egipcios se les ocurri otro modo de unir y encuadernar esos
documentos. En lugar del habitual rollo, pensaron en doblar las hojas por la mitad,
recortar los extremos para que todas fueran del mismo tamao y, por ltimo, unirlas
mediante un cosido. Esto recibi el nombre de cdex y fue primer el antecedente del
libro encuadernado. Posteriormente, la invencin del papel se encargara de revolucionar este proceso de empastado.
A pesar de estos dos momentos tan importantes en la historia de este oficio, hasta
los primeros siglos de nuestra era empieza verdaderamente el desarrollo del libro y el
invento de la tcnica de encuadernacin. El surgimiento de este arte se inicia con las
decoraciones hispano-rabes del siglo XV; fue en los monasterios en el siglo XVI donde apareci, destacando las encuadernaciones destinadas al uso litrgico, de la Biblia,
que era el documento ms importante y representativo de la poca (Castaeda, 1946).
La encuadernacin tradicional consiste bsicamente en unir ordenadamente las pginas de un libro, seccionado en pequeos cuadernillos cosidos slidamente al lomo,
para formar un volumen compacto con una resistente cubierta que protege al libro y
facilita su uso, asegurando la preservacin del documento y plasmando en el detalle
del encuadernado la expresin artstica artesanal de la poca.
Actualmente, como se mencion, las nuevas tecnologas han reemplazado el trabajo
de encuadernacin manual; sin embargo, hay varias reas, que por volumen o especificidad del encuadernado, la tecnologa moderna no ha podido o no se ha interesado
en cubrir. Por su parte, los encuadernadores continan utilizando maquinaria antigua
puesto que su oficio no ha cambiado mucho con el paso de tiempo. Podemos encontrar en los talleres mquinas de fabricacin mexicana de la poca de la Revolucin
que an sirven como herramientas de trabajo, y que, segn los mismos encuadernadores, son mejores que las americanas ya que en Mxico se fabricaban con fierro
vaciado, lo cual las hace ms resistentes.
La existencia del encuadernado hoy en da, a pesar de los cambios de consumo y
los avances tecnolgicos, es un claro indicio de la capacidad de los artesanos para
132

adaptarse al mercado y muestra la creatividad e innovacin que los mantiene en la


competencia.
Antecedentes de la encuadernacin en Monterrey
La historia de la encuadernacin en Monterrey an no se ha documentado, pero es una
actividad presente desde siglos atrs.45 La historia reciente que pudimos indagar nos
remite a la dcada de 1940 aproximadamente, cuando Consuelo Snchez de Rodrguez
y su hermana Mara Luisa Snchez deciden emprender un taller de encuadernacin
llamado El Modelo,46 ubicado en Diego de Montemayor esquina con Arteaga en el
centro de Monterrey; iniciando un negocio familiar encabezado por las diferentes generaciones que prosper por ms de 40 aos.
El Modelo dej de prestar sus servicios por dificultades familiares; sin embargo, la
familia permaneci en el oficio de la encuadernacin y en 1988 se convirti en SERPAC
encuadernaciones, en un lugar ms amplio para el taller ubicado tambin en el centro
de Monterrey. Este taller, propiedad de lvaro Rodrguez Prez, acaba de cerrar en el
ao del 2012, culminando una tradicin familiar que lleg hasta la tercera generacin.
Una de las contribuciones al oficio de la encuadernadora El Modelo fue ser cuna de
toda una generacin de artesanos que, a su vez, fundaron otros talleres. Este tipo de reproduccin es parte de la historia del oficio: menciona Carpallo (2002) que las escuelastaller relacionadas con la encuadernacin de libros y la restauracin de documentos,
han sido una de las frmulas ms importantes para la formacin e insercin laboral de
jvenes en estos oficios.
En la poca gloriosa de encuadernaciones El Modelo, cuando el negocio prosperaba y
haba mucha demanda, el seor Toms Rodrguez Snchez tena varios aprendices en
su taller. Uno de los que se instruan con l fue Federico Hernndez quien a la edad de
veinticuatro aos empez en la encuadernadora desde cero, barriendo y acomodando
letras; aprenda de lo que vea de los otros trabajadores hasta que un da le dieron
oportunidad de trabajar como empleado.
Con los aos fue adquiriendo la experiencia necesaria para poder emprender su propio
45
(N. de la e.) Sobre la presencia de este oficio en la ciudad, es interesante el dato que
proporciona Juan Jacobo Castillo en este libro, del registro en 1884 de seis talleres de encuadernacin
donde laboraban 29 operarios.
46
(N. de la e.) El nombre El Modelo estaba bien posicionado en esta actividad; el homnimo
ms destacado en Monterrey fue la compaa litogrfica y tipogrfica, propiedad de Gustavo A.
Madero fundada en 1905; empresa de mayor tamao con presencia regional y que en 1949 inauguraba
un nuevo departamento con la nueva tecnologa offset (El Porvenir, 5 de febrero de 1949, p. 8).
133

134

Don Federico trabajando con la prensa

135

taller de encuadernacin; al cerrar El Modelo don Federico vio una oportunidad de


iniciar su propio negocio de encuadernacin, adjudicndose como herencia el nombre
de su antiguo trabajo:
Donde yo trabaj se llamaba Encuadernaciones El Modelo, entre Diego y Arteaga. Con
el correr de los aos pues me qued, trabaj muchos aos, hasta que se cerr ese negocio y me tuve que poner yo a lo mo, total, lleva el nombre de Encuadernacin Modelo,
le quit El para evitar problemas.

Hasta la fecha, el taller de encuadernaciones Modelo sigue prestando sus servicios e


incluso Federico en su taller ya ha comenzado a emplear nuevos aprendices, como es el
caso de Esa Rogelio Garca Castillo, quien lleg a trabajar en un taller de encuadernacin por coincidencia, segn nos comenta:
Llegu a ensearme a esto por coincidencia, porque a un amigo de mis tos les faltaba
gente porque tenan temporada de tesis y noms iba a ayudarles una semana y me qued en esto por ms de doce aos.

Otro aprendiz que se form en El Modelo fue Efran Gregorio Ramrez Vsquez, quien
contrajo nupcias con Carolina Rodrguez, la hija del patrn de la encuadernadora. Efran
ms tarde abri su propio negocio familiar llamndolo Encuadernaciones Ramrez el
cual hasta la fecha sigue funcionando: Empec a aprender el oficio con mi suegro durante dos aos, y ya despus puse mi negocio independiente; aqu mismo en Monterrey;
lo integramos mi esposa, yo y mis hijos.
A partir de su fundacin sigui dando continuidad a la herencia del oficio, ya que don
Efran tuvo varios alumnos en su taller. Uno de ellos fue Jess Cerda Martnez, hijo del
propietario de la famosa librera de textos usados Cerda, en el primer cuadro de la ciudad de Monterrey, quien interesado en preservar los libros que se maltrataban con el
paso del tiempo, empez a aprender el oficio viendo trabajar al seor Efran:
Empez porque nosotros antes noms tenamos la librera y llegaban libros maltratados
que otra persona nos daba el servicio de arreglarlos. Entonces poco a poco fui viendo
cmo lo hace, cmo hace la mquina, cmo lo hace l; nos empez a dar tips, el seor
es bien buena gente. Y fue como empezamos el negocio, prcticamente desde cero.

El oficio de encuadernador, al igual que otros, trae consigo un legado que va de generacin
en generacin, y cada nuevo aprendiz pone al encuadernado un toque de modernidad e
innovacin que adapta el oficio a las nuevas tendencias del mercado. Preservar el oficio es
muy importante en los talleres artesanales, por lo cual los encuadernadores estn ms que
dispuestos a ensear a ms personas que puedan hacer trascender la actividad.
136

El oficio de encuadernador en el mercado


En la produccin de los talleres, los problemas ms agudos tienen que ver con la competencia con los productos industriales novedosos y en masa. Los talleres que han
enfrentado el reto exitosamente han puesto en juego la creatividad en el trabajo
artesanal detallado: por una parte apostando a la calidad y originalidad de sus productos y, por otra, atendiendo a los cambios del mercado para incorporar mejoras en su
organizacin (Novelo, 2008).
Los oficios de este tipo han ido perdiendo terreno ante la posibilidad que ofrece la
produccin industrial y la tecnologa para tener ms producto en menos tiempo, como
nos comenta don Federico:
La computadora nos vino a quitar; quieras o no. Ese progreso por un lado estuvo bien,
pero por este lado afect mucho este tipo de impresores, nos baj mucho el negocio.

Incluso la introduccin de la computadora hizo que la clientela regular de la encuadernacin disminuyera, al darle menos importancia al documento impreso que a los
documentos electrnicos, como bien nos comenta Esa, el ayudante de taller Modelo:
Lo que pasa es que se ha perdido, simplemente la gente no le toma importancia a los
documentos aqu en Mxico y, por ejemplo, aqu en Monterrey tenemos una cultura
muy agringada, por la frontera, y aqu no le toman importancia a los libros ni nada,
prefieren leer un libro en la pantalla y les hace ms dao.

Sin embargo, el trabajo manual y detallado no ha podido ser superado en calidad y


originalidad. Los productos que son fabricados en menor escala pueden ser modificados al gusto del cliente, son ms elaborados y tienen un aspecto artstico que slo un
trabajo hecho con dedicacin y tiempo puede tener.
Considerando que los sabes del oficio de la encuadernacin siguen siendo los mismos
bsicamente; estos artesanos en lo que se van adaptando es a los cambios en las exigencias del cliente ante un mercado ms moderno y novedoso; por lo tanto, el trabajo
del encuadernador se tiene que enfocar en sus demandas, como nos comenta Esa:
Lo que pasa es que te tienes que adaptar a lo que la gente est usando, porque esto de la
encuadernacin aparte que es una artesana es un negocio y te tienes que adaptar a eso.

Podramos pensar, por ejemplo, en las agendas empresariales que cada vez son ms llamativas e incluso utilizan material artesanal para las hojas y portadas, pero el proceso
de pegar las hojas sigue siendo el mismo, como nos comenta Jess Cerda:
137

Efran Gregorio Ramrez manipulando la guillotina

138

Los clientes cambian, el oficio pues es prcticamente lo mismo; o sea, es el mismo tipo
de trabajo aunque a veces lo que uno requiere es meterle ingenio. La innovacin depende del cliente que te dice que es lo que quiere y para hacerlo a su gusto pues ya nos las
ingeniamos para que se vea muy bonito, que se vea muy padre el trabajo.

Esta disposicin a la adaptacin que muestran los encuadernadores, tiene efectivamente el acicate para sobrevivir como negocio, pero tambin est imbuida por el gusto
que tienen por su trabajo y la satisfaccin, como tambin mencionan, de entregar un
trabajo bien hecho y bonito. Tal como lo dice Sennett:
la recompensa emocional que la artesana brinda con el logro de su habilidad es doble: el artesano se basa en la realidad tangible y puede sentirse orgulloso de su trabajo.
Pero la sociedad ha obstaculizado estas recompensas en el pasado y sigue hacindolo
hoy (2009: 18).

Aun con estas dificultades a las que se han enfrentado los dueos de talleres de encuadernacin, el ingenio y la innovacin que cada uno emplea en su trabajo ha podido
sacar adelante el oficio como principal fuente de ingreso en la familia. Uno de los principales medios para mantener el taller a flote es la promocin que hacen de su servicio
con folletos en las escuelas y pginas web (p.ej. www.encramirez.com) aunque el ms
usado en estos talleres por lo general es la recomendacin de los clientes, como en el
caso del taller de don Federico:
Eso depende de m, si yo hago un trabajo que al cliente no le guste, hago un mal trabajo
que el cliente no quede satisfecho ya no viene, y si no viene tampoco me recomienda.
Alguna vez me promocion en la seccin amarilla pero no me dio resultado.

La clientela de la encuadernacin tambin vara dependiendo de la especializacin de


cada taller, como la encuadernadora Cerda que se especializa en reparar libros:
Lo que ms llega son estudiantes y las otras son las personas mayores que andan con
sus biblias, es lo que ms llega Biblias! Las tesis son por temporada nicamente, las
biblias son lo que ms llega as muy maltratadas, muy viejitas e intentamos reparar lo
ms posible porque si el cliente te dice es que el lomo es original entonces se le da un
parecido al que tena originalmente.

Pero por lo general en los talleres los trabajos que ms llegan son de grandes empresas,
para guardar sus archivos y tesis como nos comenta Federico Hernndez:
La industria, la mayora de los trabajos son la industria, las fbricas, que encuadernan sus
facturas, documentos, archivos que tengan sobre venta y cuando hay tesis las escuelas;
la Universidad de Monterrey, el Tecnolgico, y otras.

El trabajo de encuadernacin tiene sus temporadas altas como son los meses de entre139

ga de tesis, el resto del ao los encuadernadores tienen que recurrir al dinero que se
tenga guardado para solventar gastos, como hace el dueo del taller Cerda:
S, es por temporadas, o sea en temporada de trabajo a veces hay das en que no hay
nada de chamba, o sea no hay qu trabajar, hay que hacer un guardadito para esos das.

El aprendizaje del encuadernador


Encuadernar es un oficio que requiere dedicacin y tiempo: desde el momento en que
se decide aprender, la persona tiene que estar realmente comprometida con el trabajo
puesto que dicho aprendizaje es visual.
Existe mucha informacin acerca de cmo encuadernar y las tcnicas que pudieran
utilizarse, pero como en la mayora de los trabajos artesanales, lo ptimo es que se
aprenda viendo y haciendo, como don Federico que lleg al taller sin saber hacer absolutamente nada:
El principio de la encuadernacin, como todo, tienes que llegar, como les dije, barriendo, acomodando, levantando papelitos y para all, traer el mandado, llevar y traer
el material como cualquier joven que entra a trabajar as. Ya luego empec a darme
cuenta de qu era tamao carta, media carta u oficio, medio oficio, tamao tabloide,
doble carta verdad? Y entonces empiezas, y empiezas a meterte y a meterte y ya. Esta
persona me dijo, te vas a ensear solo, porque ahorita hay mucho trabajo y nadie te va
a poder decir.

Los aprendices de encuadernacin, como en casi todos los oficios, no tienen las mejores condiciones de trabajo. Al iniciar, como comenta Federico, son los encargados
de la limpieza del taller y de la recogida y entrega de pedidos. Es decir, el xito en el
aprendizaje puede conllevar tambin la mejora en sus condiciones laborales al paso del
tiempo; aunque tal mejora se relaciona con el tipo de relacin laboral y las consideraciones que el dueo del taller tenga para sus empleados (Corts, 1994).
Otro ejemplo de cmo se aprende el oficio de encuadernacin lo tenemos con don Jess quien, al darse cuenta de que requera reparar los libros que se venden en la librera
de textos usados de su pap, contrat a don Efran para que los reparara ah mismo y
vindolo trabajar es como l aprendi el oficio y ya pudo hacerlo por su cuenta:
Todo fue conforme al paso y vindolo. El vena a ensearnos cmo se debe de pegar,
cmo se debe coser, cmo se deben de pegar las hojas, las pastas, los forros! Y ya con
toda esta prctica ya nos fuimos de lleno ya a poner nuestro propio negocio de encuadernacin aqu junto a la librera.

Poner un taller no es lo ms difcil del trabajo, la parte ms importante es cmo mantenerlo vigente. Muchos encuadernadores han tenido que prestar otros servicios como
140

reparar libros usados, copias, impresiones, internet, etctera. La mayora trabaja en los
talleres con ayuda de sus familiares, por eso no es difcil administrar los servicios que
se prestan, como en el caso de la familia Cerda que ya cuenta con una larga trayectoria
dedicada a los libros en general, primero a la venta y a partir de all a la encuadernacin
y reparacin.
Tambin tenemos a la familia Ramrez, en cuyo taller laboran principalmente los padres,
en tanto que sus hijos colaboran en las nuevas actividades que se han ido sumando
adems de encuadernar, ofreciendo servicios como cibercaf, impresiones y copias:
Lo integramos mi esposa, yo y mis hijos: uno estudia diseo grfico, otra diseo de
modas y otra est por entrar a diseo industrial. Mi esposa y yo nada ms estamos aqu
siempre y mis hijos me acompaan, pero ellos van a la escuela, tambin entonces en
sus ratos libres me ayudan.

La vida del encuadernador es muy tranquila: como tienen un taller como fuente de
ingresos familiar y son sus propios jefes, tienen libertad de elegir sus horarios y trabajar
entre los mismos familiares. Sin embargo, es un oficio que demanda, en ocasiones, extensas jornadas de trabajo, ya que son muchos los pasos que se siguen en el proceso.
Este es un ejemplo de jornada que nos relata Jess:
Despus de que dejo a mis hijos en la escuela vengo para ac, yo lo que hago es checar
pendientes de lo que se va a hacer en el da, [nos ensea las placas que graban en el
lomo y en la tapa del libro] hago un listado de todas las lneas, saco las medidas. Llego
temprano nueve, nueve y media de la maana, de diez a una, en ese lapso llega otro muchacho, llega y checa y arma los trabajos; y ya que est armado yo me pongo a grabar
con las plaquitas; grabo todos los trabajos y en ese lapso ellos separan los trabajos, el
secado, ponen las hojas blancas de atrs y cuando termino de grabar les paso las pastas
a ellos y ellos pegan los libros a las pastas.

Entre los encuadernadores que operan en la ciudad de Monterrey existen conexiones


como hemos notado a lo largo del texto, puesto que este oficio se transmite en una
relacin maestro-aprendiz. As nos lo hace saber Jess, quien dice aun mantener contacto con don Efran, su maestro:
Noms con uno, con el que me ense aqu el negocio, el seor Efran, l tiene aqu su
negocio cerquitas y es con l que tenemos cercana. Yo le digo, aqu est tal material;
oye en tal lugar est este material cmpralo. Es un seor que ya tiene muchos aos con
esto. l se dedica ms a encuadernar libros.

Al cuestionarles a los otros entrevistados si mantienen contacto con otros encuadernadores, decan que, si bien se conocan, no se hablaban muy a menudo. Lo que s hacen
141

es cooperar entre ellos cuando hay problemas o les hace falta algo relacionado con el
trabajo, como comenta don Efran: Fjate que no, no, yo lo veo como una convivencia,
compartir ms que competir, compartir.
Dedicarse a la encuadernacin requiere que a la persona le guste mucho el oficio que
est haciendo: es un trabajo laborioso que exige dedicacin aunque por temporadas
no haya mucha demanda; sin embargo, para algunos encuadernadores realizar su trabajo
trae grandes satisfacciones. Todos gustan de su oficio, un buen ejemplo es don Jess
que lo aprendi para devolverle la vida a los libros:
Este oficio de la encuadernacin es muy bonito; el ser encuadernador es muy bonito;
a m me gusta mucho porque desde que llega un libro as, hay libros muy maltratados,
sobre todo las biblias, que llegan, esta biblia lleg totalmente deshecha, totalmente,
con hojas sueltas. Entonces darles otra vez forma hoja por hoja, arreglndolas, pegndolas, darle su forma, la pasta, es una labor pues muy artstica, muy padre, a m me gusta
mucho, mucho.

Toda artesana se basa en una habilidad desarrollada en alto grado con el paso del
tiempo, con la experiencia adquirida y, sobre todo, con entrega al trabajo que se realiza
como acabamos de ver en el ejemplo que nos brinda Jess con su dedicacin a restaurar los libros. En sus niveles superiores, la tcnica ya no es una habilidad meramente
mecnica y rgida, sino que se puede sentir ms plenamente lo que se est haciendo y
pensar en ello con mayor profundidad cuando se hace detalladamente (Sennett, 2009).
La manera en que los encuadernadores llegan al taller a aprender el oficio es muy variada; as como Esa lleg para ayudar a alguien y don Federico por necesidad econmica,
hubieron otros que como don Jess empezaron por gusto o, como nos comenta don
Efran, porque as se fueron dando las cosas:
Yo estudi medicina, tengo mi ttulo y mi cdula, noms que me enrol de lleno con
la encuadernacin. S, de hecho me encanta la encuadernacin. Claro, me fascinara
aprender otras cosas ms en la vida, la msica por ejemplo me encanta, pero por lo
pronto estoy metido en el barco de la encuadernacin.

As como en el caso de Efran Ramrez, tambin Jess Cerda tiene su licenciatura y su


cdula profesional como abogado, pero el oficio de encuadernacin tiene un encanto
que atrapa a los que ejercen este oficio:
Este trabajo me gusta mucho, no hay nada que no me guste o sea cuando te esfuerzas y
te dicen ah! que bonito trabajo, pues vale la pena. S me gustan las leyes y me siguen
gustando, pero s est muy peleado, y pues ya ca en esto y pues me gusta!

142

Adems de su gusto por la encuadernacin, vemos que, tambin buscan su insercin al


mundo de la encuadernacin para encontrar un mejor empleo que deje lo necesario
para vivir, lo cual nos remite a una extendida caracterstica del empleo en el pas: el
principal problema de la poblacin activa del pas no es la falta de ocupaciones, sino de
ocupaciones informales que no generan las remuneraciones adecuadas y condiciones
de trabajo satisfactorias (Garca, 2006). Cuando es insuficiente la creacin de empleos
y no se cuenta con un seguro de desempleo, el autoempleo como es en el caso de
algunos dueos de taller se convierte en la mejor forma de librarse del desempleo y
el subempleo.47
El aprecio que le tienen estos artesanos urbanos a su trabajo es muy notorio; incluso
al momento de la entrevista ellos no dejaban de hacer su labor ponindole mucha
atencin mientras nos narraban, paso por paso, el proceso de encuadernacin. En estos
espacios laborales las interacciones entre propietarios y clientes es ms fluida y directa,
volviendo disfrutable la pltica con los clientes, como dice don Efran:
Lo ms bonito es que llegan muchos clientes y amigos preparados y con mucha cultura,
como ustedes ahorita que me estn entrevistando, gente muy agradable, muy culta.

El encuadernado es un oficio que encanta, esta actividad artesanal se puede considerar


un verdadero arte (Lujn-Muoz, 1980); a pesar de tener dificultades en el mercado
sus talleres an estn vigentes gracias a la pasin que tienen sus trabajadores, el gusto
por su oficio es lo que hace que pongan tanta dedicacin y entrega en cada uno de
sus libros, preservando el encuadernado a travs de varias generaciones a pesar de los
cambios en la sociedad actual.
A modo de conclusin, podra decirse que el oficio del encuadernador y el reparador
de libros trae consigo toda una historia en la que se incluye la transmisin de este legado de conocimiento en los talleres y que se va innovando conforme al contexto en
que se vive; que un trabajo artesanal como el encuadernado haya perdurado desde hace
siglos a la actualidad habla de la importancia que tiene para la sociedad y de que el esfuerzo de los trabajadores por perpetuar este oficio ha rendido sus frutos. Encuadernar
y reparar, pues, no es slo un oficio; es un modo de vida.

47

Subempleo: cuando una persona trabaja menos de 8 horas y necesita trabajar ms para vivir.
143

TERCERA PARTE

ESPACIOS ESPECIALIZADOS

Fuego y alquimia del joyero

CAPTULO 7
TRABAJO QUE VALE ORO:
UNA COMUNIDAD DE JOYEROS
EN LA CALLE MORELOS

Trabajo que vale oro: una comunidad de joyeros en la calle Morelos


Alejandra Barco Prez
Karla Cristina Herrera Melndez
Blanca Ruth Santos Cordero

Introduccin
El vnculo entre los hombres y sus producciones materiales es inseparable de las relaciones entre los hombres mismos. Dentro y en torno a un taller artesanal se gestan
relaciones humanas que pueden ser observadas desde el punto de vista de la sociologa
para comprender, aunque sea un poco, cmo el desarrollo social de los individuos puede afectar su desarrollo material. Sennett abre esta posibilidad al proponer integrar a la
investigacin social el enfoque del materialista cultural:
Abierto a los sentidos, el materialista cultural quiere investigar dnde se encuentra el
placer y cmo se organiza ste. Lleno de curiosidad por las cosas en s mismas, quiere
comprender cmo pueden generar valores religiosos, sociales o polticos (2009: 19).

Nosotras nos abocamos a la exploracin del oficio de la joyera a travs de los testimonios de seis joyeros artesanales: Ernesto, Gilberto, Manuel, Librado, Ramiro y Roberto, quienes trabajan en tres talleres diferentes. Ernesto y Gilberto son ayudante y jefe,
respectivamente, en un mismo taller; Roberto y Ramiro guardan la misma relacin con
Librado, mientras Manuel es el propietario y trabajador nico de su propio taller. Los
entrevistamos, en un periodo de tres semanas entre los meses de abril y mayo del 2011,
acerca de sus trayectorias laborales, relaciones con el mercado, proceso de trabajo,
papel del gobierno, y otros temas ligados a la experiencia de su oficio. En las siguientes
pginas les presentaremos un acercamiento a estas formas de trabajo, convertidas en
formas de vida.
La joyera en el tiempo y descripcin del oficio
Desde hace 100 mil aos el hombre siente la necesidad de adornarse con el fin de
exaltar y embellecer su cuerpo. Las semillas y conchas fueron las primeras formas de
ornamento utilizadas. Con el paso del tiempo se sumaron plumas y piedras preciosas,
abriendo paso a la fabricacin de collares, aretes, entre otros. Civilizaciones en todas
partes del mundo tienen, desde sus inicios, tipos de joyera; Egipto, Roma, Grecia, China,
Japn, India, pueblos de Australia, algunas tribus de frica, y todos los nativos de Amrica tienen un rico patrimonio en el origen de la joyera (Hesse, 2007).
149

Durante el siglo XVII se dieron una serie de cambios econmicos, sociales y polticos
que marcaron los precedentes del mundo actual. El establecimiento del capitalismo
como sistema econmico dominante dio paso a la produccin en masa de casi toda
mercanca, incluyendo la joyera que se transform en poco tiempo en una industria
ms; una industria que se fue extendiendo por todo el continente europeo hasta sobrepasar las fronteras e incursionar en el resto del mundo. Sin embargo, la produccin
limitada y el oficio artesanal del joyero no desaparecieron, sino que han coexistido en
diseo, produccin y comercializacin con la industria.
Como parte del predominio econmico, Europa fue el continente que desarroll esta
antigua artesana e imprimi su sello en la formacin del gusto expresado en el mundo
de la moda. A lo largo de la historia del continente europeo desfilan pocas que sobresalieron por el estilo, las tendencias y la volubilidad de la poltica y, con ello, de la
moda. Diversas personalidades surgieron como verdaderos conos: Luis XV de Francia y
su esposa Mara Antonieta, la reina Victoria y la reina Elizabeth I de Inglaterra, Peter Carl
Faberg, Louis Comfort Tiffany y la casa Cartier, Hattie Carnegie y Coco Chanel (Hesse,
2007: XIV).
En Amrica la joyera estuvo presente entre las civilizaciones prehispnicas con la elaboracin de piezas de uso ornamental. Desde 700 a.C. se tienen datos sobre el manejo
de metales y piedras preciosas; Per, Colombia y Ecuador son las principales zonas
donde se han encontrado testimonios materiales. Asimismo, en el Mxico prehispnico
el jade se comerciaba desde el norte de Mxico y sur del ahora Estados Unidos hasta
Centroamrica. Haba oro en Oaxaca y aleaciones de otros metales. Sin embargo, tambin desde tiempos prehispnicos, Mxico tiene en la plata su principal producto que
ha sido tambin la materia prima ms importante trabajada por manos artesanales. A
principios del siglo XX, William Spratling instal en la ciudad de Taxco un taller de joyera nombrado Las Delicias que trajo fama mundial a la plata mexicana; a partir de ese
momento, el arte de la joyera fue cobrando fuerza y extendindose por todo Mxico
(Durand, 2009).
Joyeros en la calle Morelos
Monterrey, una de las principales ciudades industriales del pas, desarrolla desde dcadas anteriores un intenso proceso de metropolizacin. No obstante, su viejo centro no
ha perdido dinamismo comercial, manteniendo la calle Morelos como uno de sus ejes
comerciales. Es aqu donde tambin se concentra un sector importante de produccin
de joyera artesanal de la ciudad. En esta calle existi, hasta hace cuatro aos, el Centro
de Joyera. All tuvieron sus inicios los talleres que visitamos. Los talleres cambiaron de
edificio, pero se mantienen en la misma calle. All exploramos el oficio de joyera, localizamos seis talleres para adentramos en tres. Antes de hablar sobre ellos, es importante
conocer ms sobre la zona donde se ubican.
150

El artesano joyero y sus productos

151

La calle Morelos est localizada en el centro histrico de la ciudad, en diciembre de


1978 se cerr al trnsito vehicular para transformarla en un paseo peatonal que fortaleciera su antigua tradicin comercial, pues desde principios del siglo XX ya se le conoca
como la calle del comercio (Farfn et al., 2011). Es caracterstica de esta zona comercial su funcin como espacio de esparcimiento, donde no slo se va de compras, sino
tambin a pasear y convivir.
En la calle Morelos el comercio se densifica; los transentes pasean y consumen, es un
lugar privilegiado en el que el urbancola tambin consume el espacio. Los escaparates de las tiendas, los anuncios fluorescentes, los artculos y bisutera de moda, y los
restaurantes o simples carritos con comida rpida se convierten en razn y pretexto
de la reunin de personas que se observan, platican o consumen (Farfn et al., 2011: 10).

Dentro de este panorama comercial destacan las joyeras, pues adems de los talleres
artesanales encontramos 19 locales de joyera de fantasa o bisutera, dos joyeras finas
con servicio de reparacin, dos tiendas de artculos para joyero y, por lo menos el da
en que se recorri la calle, cuatro puestos informales de joyera artesanal, para sumar 26
espacios relacionados con esta actividad. Es decir, en esta calle se hallan los elementos
necesarios para conformar un micro sector joyero: materias primas, produccin, comercializacin, clientela y competencia.
Descripcin de los talleres
Acercarnos primero a los talleres y entablar despus una conversacin con los joyeros
de Morelos, nos permiti la observacin y reflexin que nos record una de las definiciones de taller que hace Sennett (2009: 8):
...espacio productivo en el que las personas tratan las cuestiones cara a cara. Esta austera definicin no slo atae a quien manda o a quien obedece en el trabajo, sino
tambin a las habilidades como fuente de la legitimidad del mando o de la dignidad
de la obediencia.

Los lugares son pequeos y multifuncionales, observamos que adems de estar organizados como espacio productivo tambin lo estn para atender a sus clientes, comer en
sus ratos libres e incluso para su entretenimiento mientras el trabajo llega.
Al entrar a los talleres en los que se concentr nuestro trabajo pudimos apreciar la
distribucin del espacio. El primer taller tiene en la entrada un escritorio equipado con
telfono y una laptop; es la oficina donde se reciben a los clientes. Al traspasar la nica
divisin con que cuenta el lugar se ingresa al taller donde se hallan tres mesas de trabajo hechas de madera, algo desgastadas pero aun servibles y provistas de herramientas,
las paredes lucen imgenes de la virgen, fotografas y efectos personales. Parte de la
152

decoracin tambin es una serie de posters comerciales de la figura femenina, dando


un toque de desenfado al taller. En este taller se encontraban trabajando cuatro personas: el seor Librado que est a cargo del negocio y se dedica a la administracin del
taller y a la atencin de la clientela; dos joyeros; un montador y un aprendiz, sobrino
del Sr. Librado.
El segundo taller, ubicado en el mismo edificio, lo comparten dos joyeros que laboran
de forma independiente; ambos cooperan con los gastos de renta y servicios. Nosotras
entrevistamos slo a uno de ellos, a Manuel. La distribucin es similar a la del primero:
dos piezas, recepcin y taller donde se observan mesas, estantes, adems de tanques de
gas, crisoles, una parrilla para calentar el jabn, entre otros materiales. En este taller se
perciben signos de comodidad al contar con un frigobar en la recepcin y una televisin
en el rea de produccin.
El tercero est en el segundo piso de un local cercano a los talleres anteriores, la parte
de abajo es una tienda de joyera y en la segunda planta estn alrededor de cuatro talleres de joyera; el nuestro est en el fondo y es un solo cuarto para la elaboracin y venta
de joyera. Al entrar nos encontramos con dos muebles, uno en donde despachan y
atienden a los clientes y el otro, una vitrina para exhibir piezas de joyera, billetes viejos
y piedras finas. Al fondo se ubican las mesas de trabajo, tanques de gas y dos mquinas
aplanadoras, una ms rudimentaria que se maneja manualmente y una elctrica. La decoracin se compone por una serie de cuadros de caballos e imgenes de Pancho Villa,
y una cabeza de toro disecada que deja ver el gusto del dueo del taller, don Gilberto.
Trayectorias laborales y proceso de aprendizaje
Para estos joyeros la llegada al taller no fue accidental. Si bien cada uno incursion en el
oficio de manera distinta, sus formas de acercamiento guardan similitudes que permiten
comprender la estrecha relacin que tiene esta forma de vida con sus relaciones ms
cercanas. Platicando con Ernesto, nos enteramos de que lleva ocho aos trabajando como
joyero; desde antes de salir de la escuela en su natal San Luis Potos, cuando su padre le
peda ayuda en su pequeo taller de joyera; en esos tiempos, recuerda l, el trabajo de un
joyero era abundante y su padre no se daba abasto con su sola mano de obra.
Por su parte, tanto Librado como Manuel entraron en el oficio gracias a la intervencin
de sus amigos, tras haber probado suerte en reas laborales distintas a la joyera. El
primero era trabajador en una compaa de seguros, puesto que decidi dejar al comprobar que, sin estudios ni contactos, no podra ascender en la empresa; el segundo,
alejndose de la dictadura de las fbricas, opt por la alternativa que ms cmoda le
pareci a sus entonces 22 aos de edad. Ambos recibieron instruccin de parte de
amigos joyeros; Librado trabajando por las maanas y siendo aprendiz por las tardes;
153

El maestro Librado, propietario

154

Manuel dominando las tcnicas con la ayuda de sus amigos que lo invitaban a trabajar.
Aprender no fue sencillo:
Cien por ciento de los que andamos en esto aprendimos a base de prcticas, no hay
estudios y si los hay son de diseo, para cambiar estilos. Pero escuela no hay, para que
te enseen joyera no, todos vamos aprendiendo desde el principio, desde barrer, pulir
las piezas y soldar. Con el tiempo ya se va aprendiendo.

Es un esfuerzo que principalmente requiere tiempo y dedicacin. Como en muchos


oficios que carecen de enseanza formal, las relaciones entre maestro y aprendiz son
marca de la dinmica de un taller. Los artesanos de la joyera reconocen que el aprendizaje de su oficio jams finaliza: Puedes tardar hasta dos, tres, cuatro aos en aprender
bien. S, es que la joyera es un trabajo que nunca terminas de aprender, dice Ernesto.
Gilberto, jefe de ste, gracias a sus 22 aos de experiencia, contina guiando a su ayudante en tareas especficas de la labor. El maestro considera haber recorrido casi todas
las joyeras de Monterrey hasta que junt el dinero suficiente para poner su propio
taller hace ya siete aos, cuatro de los cuales han transcurrido en su ubicacin actual. El
maestro artesano busca su autonoma.
Otros la alcanzan de diferente manera. Tanto Librado como Manuel iniciaron sus respectivos negocios en sociedad con otros joyeros; Manuel sigue ligado a su socio de 10
aos con quien comparte el espacio y las herramientas de trabajo mas no los clientes
ni las ganancias; mientras Librado, quien aprovech una oportunidad hace ya 15 aos, el
da de hoy es dueo nico de su taller.
Estos procesos de aprendizaje, aparte de interminables, son transmisibles. Todos nuestros entrevistados han iniciado a familiares y amigos suyos en el oficio, con excepcin
de uno de ellos que nos dijo no estar preparando a alguien: No. No tengo hijos. Una
vez ms, las relaciones ms cercanas para los artesanos suelen preceder el ingreso en
el rea y ser la base para integraciones futuras. Sin embargo, frente a la crisis que se
est viviendo en el negocio -la disminucin de clientes y la fuerte competencia con
grandes joyeras-, trabajar como joyero es insuficiente para satisfacer las necesidades
econmicas de una familia. Los propietarios de cada taller han tomado, adems de las
tareas de fabricacin y reparacin, la tarea de compra-venta de joyera y metales con la
finalidad de obtener ms ingresos y atraer clientes a su giro original, ya que se niegan a
dejar morir su oficio.
Descripcin del oficio y procesos de trabajo
El oficio es descrito por Victoria Novelo (2008) como aquel proceso de trabajo artesanal que se lleva a cabo en un taller, implica la utilizacin de maquinaria, pero la principal
155

herramienta de trabajo es la mano, la cual le da el dominio completo sobre el proceso


de trabajo. Con caractersticas cercanas a esta definicin, los joyeros de la calle Morelos
se dedican a la fabricacin artesanal de piezas de joyera, bsicamente cadenas, esclavas, aretes, anillos, adems de realizar reparaciones y acabados.
El proceso de trabajo en este oficio se aleja del proceso fragmentado caracterstico
de la produccin industrial. Aqu se comienza por conseguir la materia prima, ya sea
comprando pedacera de joyas con los mismos clientes o en casas de empeo que
se encuentran en la misma zona. El proceso abarca las diferentes etapas de conocimiento. Primero corroboran la autenticidad de los metales utilizando el cido ntrico.
Dependiendo de la reaccin determinan si se trata de oro, plata o cobre. Teniendo
los metales el siguiente paso es la fundicin, aqu sus decisiones sern fundamentales para unir elementos distintos y que coexistan en una mezcla. Es cuando se da la
metamorfosis del material. Este es un momento que Sennett ubica dentro de lo que
llama la conciencia material, y que en nuestro caso es clave, pues en primer lugar determina el valor de la pieza al decidir qu porcentaje mezclar de cada metal, adems,
de esto depender su posterior facilidad o dificultad para manipular la pieza por su
maleabilidad. Conocedores mencionan que es muy distinto trabajar con cada metal,
como lo seala el seor Librado:
La plata es ms fra para fundirse que el oro, pero la plata es ms suave para trabajarse. Pero para darle el acabado ah ya es ms difcil, porque la plata es muy
fina, la plata con cualquier cosita se talla, y con cualquier cosita que le pases se
va rayando y todo eso. Y el oro no. El oro se pule ms fcil que la plata. La plata
lo que hace es que batallas para pulirla y que no quede ninguna rayita. La plata
es muy delicada. Cada metal tiene su forma de trabajarse.

Luego de la fundicin pueden seguirse distintas tcnicas, ya sea la tradicional de moldeado con herramientas o la de vaciado en cera. Nosotros nos enfocamos a la tradicional; despus de que se fundi el metal se vaca en moldes para sacarlo en lminas e ir
moldendolas y manipularlas de acuerdo a la pieza a elaborar ya sea cadenas, anillos,
aretes o dijes, segn el encargo que haya hecho el cliente. La lmina se dobla manualmente con el apoyo de un martillo; se corta con una segueta si es necesario y se le va
dando forma; luego se procede a soldar y a pulir. En esta fase se da el acabado a la pieza
en forma y en textura. Por ejemplo, en una argolla la forma puede ser plana o cncava
y la textura, mateada o brillosa.
Otra fase puede ser el montado de piedras, trabajo que en el taller de Librado desempea el montador; o el grabado que se realiza exclusivamente en el taller de Gilberto. A
ellos recurren los dems talleres cuando requieren de este tipo de trabajo.

La parte final y ms importante para los joyeros es entregar el trabajo al cliente que regularmente lo hace el maestro joyero o el jefe del taller, quienes tambin fungen como
administradores; de esa manera verifican la satisfaccin del cliente con la pieza entregada.
A lo largo del proceso de elaboracin de las joyas, el dominio en el conocimiento y
aprovechamiento del material se hace patente, como cuando se juntan sobrantes al
cortar las piezas e incluso el polvo que se desprende cuando se trabaja con la segueta,
como lo menciona Librado:
...aqu nada se desperdicia, polvo de oro, s, estos sobrantes se los quitamos con la segueta, trabajamos y cuando acabamos lo volvemos a agarrar, lo volvemos a fundir y lo
volvemos a trabajar. Eso es lo bonito del oro, que lo puedes trabajar y trabajar y trabajar.

Adems de la descripcin del trabajo de la joyera, es importante resaltar las implicaciones que se suscitan durante el proceso de elaboracin y para eso nos remitimos a
Sennett que se pregunta si el trabajo cooperativo puede basarse en la actividad corporal, pues se realiza con la coordinacin de las dos manos y el equilibrio de las diferentes
capacidades de los dedos. Igualmente, al caracterizar el trabajo del artesano destaca
el compromiso por realizar las cosas bien, condicin alimentada por la comunicacin
explcita entre el hacer y el pensar como un dilogo que genera prcticas habituales:
El artesano explora estas dimensiones de habilidad, compromiso y juicio de una manera
particular. Se centra en la estrecha conexin entre la mano y la cabeza. Todo buen artesano mantiene un dilogo entre las prcticas concretas y el pensamiento; este dilogo
evoluciona hasta convertirse en hbitos (Sennett, 2009:21).

Sobre lo anterior, Ramiro, joyero del taller del Sr. Librado, comenta que lo que ms le
gusta de su trabajo es la parte de la elaboracin, ratificando que conocimiento, comprensin y disfrute del proceso de trabajo son elementos propios de la produccin
artesanal. Esta percepcin y vivencia del trabajo contrasta con aquella actividad laboral
cuestionada por Marcuse (2003), la que se dirige hacia la aniquilacin de la vida, tanto
por la destruccin de la naturaleza que trae el desarrollo de la civilizacin, como por la
dominacin que se ejerce sobre la vida del trabajador.
Condiciones de vida y de trabajo
A diferencia de las condiciones de trabajo en otros lugares donde hay que ajustarse
a la disciplina fabril, los joyeros tienen ms libertad. Por eleccin propia, sus jornadas
laborales comienzan entre diez y diez y media de la maana de lunes a sbado; regularmente su hora de salida es a las siete u ocho de la noche entre semana, y a las
dos de la tarde los sbados.

En este punto, algo significativo en la vida de nuestros artesanos es cmo perciben sus
jornadas, como si ningn da fuera igual al anterior. Si bien algunas tareas se repiten, es
difcil para ellos el relatarnos una jornada normal de trabajo.
Desde la experiencia de Ernesto, sabemos que el da de un joyero, o de cualquier trabajador, comienza desde el momento en que salen de su casa. Hay quienes, como l,
tienen la facilidad de vivir cerca del transporte pblico que los lleva tan cerca de su
casa como de su trabajo, lo que le permite llegar puntual a las diez de la maana; abre
el negocio y espera a que llegue su jefe. Es importante que haya alguien puntualmente
a la hora de apertura en el lugar ya que en cualquier momento puede llegar un cliente
inesperado para recoger alguna pieza o encargar otra. Cuando es temporada alta, los
trabajos se han acumulado desde jornadas anteriores y es necesario empezar a trabajar
desde que se pisa el taller para sacar los pedidos a tiempo. Cuando el negocio est bajo,
la llegada al taller es seguida por periodos de espera. La dinmica de la jornada igualmente es movida para los propietarios. Como seala el seor Librado: Casi ningn da
es igual, a veces andamos puliendo, yo me la paso en la calle, ando en la compra-venta
de oro, pero sigo estando al frente y trayendo trabajo.
El nmero de trabajadores en los talleres, que por lo regular es reducido, tambin imprime diferencias en las rutinas de trabajo: desde las solitarias -cuando laboran una o
dos personas, con el gozo de la concentracin pero tambin con el agobio del tiempo cuando el trabajo disminuye-, a las ms dinmicas cuando laboran ms de tres; en
este caso, el espacio reducido donde se hacinan hombres y mquinas es propicio para
los intercambios propios del oficio -compartir herramienta, dividirse el trabajo, pedir
opiniones y sugerencias para la fabricacin de algn objeto-, a lo que se suman las conversaciones de amigos, quienes platican, bromean y entablan relaciones ms profundas.
Y mientras al interior del taller se est trabajando con los metales, en la calle, entre casas de empeo y mercados se encuentra a los propietarios de los talleres, consiguiendo
materias primas u ocupndose en la compra-venta de metales y otras piezas. Ms que
una eleccin, como menciona Novelo (2008), es la lgica del mercado lo que los fuerza
a salir de su labor artesanal, ante la necesidad de atraer ms clientes y recursos al taller
de joyera. Eso es lo que lleva a los maestros propietarios a salir del espacio que fundaron aos atrs, como lo comenta Librado:
pues yo s hara una pieza por gusto, pero no hay tiempo para eso, siempre ando
ocupado, siempre ando en la calle y todo, entonces pues ellos son los que bsicamente ahorita, son los que hacen lo dems, verdad, yo ya nada ms me encargo de
traerles y llevar.

A pesar de no estar presentes en el taller, estos jefes confan en sus trabajadores.


A lo largo del da no se lleva registro preciso de las rdenes nuevas ni de las piezas
158

Fundir, forjar, pulir en el oficio del joyero

159

entregadas, sino que al final de la jornada entre todos los trabajadores levantan un
reporte el cual queda asentado en los registros del propietario, cuadernos contables
guardados en el escritorio de la recepcin. Tampoco parece haber preocupacin por las
piezas; aunque se est trabajando entre mucho oro y piedras preciosas o semipreciosas;
el temor de que las sustraigan es mnimo o inexistente. La confianza en el taller va ms
all de las habilidades de artesano, posiblemente debido a la cercana de las relaciones
interpersonales se respeta la libertad de cada uno.
Parte de la jornada cotidiana, de lunes a viernes, es el tiempo para comer al medioda.
Los joyeros tienen la opcin de salir del taller a buscar sus alimentos y consumirlos en
los muchos restaurantes y fondas en la calle Morelos y del centro, o pueden llevarlos
desde su casa y comer en el taller. En un marco de flexibilidad, este intermedio en el da
incluso puede utilizarse para actividades personales como salir de compras o cortarse
el cabello. En general, el tiempo-reloj no se vive como la imposicin que caracteriza a la
fbrica: Hay mucho [manejo] del tiempo, por eso estamos a gusto, s, no estamos pues
sujetos a no s, a un rgimen de horario y pues por eso pienso que les gusta su trabajo.
Estas concesiones en el uso del tiempo entre trabajadores y jefes son recompensadas
por la dedicacin puesta en cada pieza. Considerando la hora de salida, entre siete
y ocho de la noche, una hora simblica, ya que el momento de salir del taller llega
cuando se ha terminado con el trabajo del da. Por eso ningn da es igual al anterior;
cmo determinar una rutina laboral si la constante es la diferencia? Todo depende de
la cantidad y del tipo de piezas a fabricar o reparar. Un joyero artesano define su da de
acuerdo a las necesidades de sus clientes. Esta relacin directa con el mercado marca su
estilo de trabajo y es un punto de referencia en la valoracin de su propia labor.
El tiempo de los joyeros s es bastante valioso, dice uno de ellos. Aunque no lo explican de manera acadmica, pero, por ejemplo, al fijar el precio saben que adems del
costo del metal se suma todo el trabajo que ellos aportan: el tipo, forma y acabado que
requiera la alhaja solicitada, y que adems del tiempo que se requiere para su elaboracin cuenta su conocimiento especializado.
Al cerrar la semana de trabajo, la dinmica de los sbados es distinta por algo ms que la
hora temprana de salida. Termina la jornada laboral, y dan paso a la convivencia gremial.
Al salir se renen para convivir en uno de los seis talleres de Morelos. Comparten unas
cervezas y experiencias. Desde los tiempos en que todos ellos integraban el ahora extinto equipo de futbol Morelos, hasta el da de hoy, la tradicin de congregarse en un
mismo taller ha perdurado, aunque la cantidad de joyeros convocados haya disminuido.
A veces es difcil reunirse en grandes grupos porque, como relata Gilberto, muchos de
160

los joyeros trabajan como obreros en grandes joyeras, donde los hacen trabajar hasta
tarde los sbados, e incluso los domingos. Por ahora, en un sbado normal encontraramos alrededor de 10 joyeros, de los casi 500 que hay en Monterrey.
Los talleres, hoy como ayer, han sido y son un factor de cohesin social mediante
rituales de trabajo, sea el de compartir una taza de t, sea el del desfile de la ciudad;
mediante la tutora, sea la formal paternidad subrogada del Medievo, sea el asesoramiento informal en el lugar de trabajo; o mediante el hecho de compartir cara a cara la
informacin (Sennett, 2009: 96).

Por tanto el taller no es slo un espacio de trabajo, sino que es multifuncional. La variedad de usos se relaciona tanto con la flexibilidad que caracteriza las rutinas de trabajo
en la mayora de los oficios, como por las relaciones laborales menos rgidas y verticales
al participar activamente los propietarios y maestros, e incluso por su uso para el esparcimiento. Esta comunicacin entre joyeros de diferentes talleres gestada en la convivencia sabatina a su vez influye en afirmar las identidades gremiales. Es tiempo para la
charla y tambin para la consulta sobre la fijacin de precios, de cooperacin en cuanto
al uso de tcnicas y maquinaria, entre otros. Se retroalimentan los conocimientos y el
sentido de pertenencia a un oficio.
Mercado y competencia
La aparicin de grandes compaas, junto con el avance de la tcnica y la maquinaria, ha
permitido la produccin eficiente y en serie; las mercancas se comercializan a precios
baratos y en grandes cantidades, desplazando el trabajo artesanal. Las piezas manufacturadas remplazan a las artesanas en los comercios, siendo ms populares las primeras
por su bajo costo y su difusin en casi todo tipo de comercio (Durand, 2009). La joyera
convertida en industria ha incrementado su distribucin tanto a nivel nacional como
internacional. En el caso de Mxico, con la entrada del modelo neoliberal y la apertura
comercial en la dcada de 1990, aument la circulacin de mercancas extranjeras. El
pas y, principalmente, sus regiones urbanas se inundan de joyas de marca y ms aun de
bisutera de pases asiticos.
Por un lado, las marcas de lujo, buscando ampliar su mercado a sectores de clase media
alta y clase media, han ido modificando sus precios y productos para estar al alcance de un pblico mayor, motivando el consumo y orientndolo segn las tendencias
de moda que las mismas grandes empresas van imponiendo. Por el otro, el notable
incremento de medianos y pequeos negocios de joyera dirigidos a las clases medias
y bajas, as como el comercio de la bisutera o joyera de fantasa en gran escala, han
propiciado un mercado altamente competido, en el cual los talleres de joyera se van
convirtiendo en micronegocios que luchan por subsistir.
161

162

Roberto, Ramiro y Librado en su taller de joyera

163

El mercado va reduciendo el margen de innovacin y creatividad de la mayora de los


oficios artesanales que tienen que sujetarse a reproducir las tendencias de moda. En los
talleres artesanales que se adaptan a los cambios son cada vez ms recurrentes los pedidos basados en estas inclinaciones: producen objetos decorativos y mobiliario segn
los modelos (o prototipos) que hacen artistas y diseadores formados acadmicamente
en universidades, escuelas de oficios o de arte para el consumo de altos ingresos (Novelo, 2008: 121). Los joyeros no son la excepcin.
Los joyeros fabrican sus piezas sobre pedido. No tienen joyas en exhibicin puesto que
las hacen segn especificaciones de sus clientes ms que en base a un catlogo fijo. Las
innovaciones y actualizaciones provienen de las demandas de sus compradores y no de
su iniciativa personal; la labor creativa del artesano se refleja en el manejo de tcnicas y
maquinarias para lograr los efectos deseados: O sea, nosotros nos dedicamos hacer lo
que nos pidan y si me traes un catlogo nuevo te sacamos la idea, y de ah mismo nos
basamos para trabajar.
Parte de la sobrevivencia de este oficio descansa en el conocimiento y adaptacin de
los joyeros a los patrones sealados por sus clientes. Asimismo, reconocen las etapas
que corresponden a demandas y prcticas estacionales, siendo las principales la temporada de graduaciones, navidad y vacaciones. Es en estas etapas en las que fluctan
las expectativas de mayores ingresos y las de recesin.
Por ejemplo, antes de diciembre, los que son octubre, noviembre y diciembre, estamos
muy bien en trabajo. Ahorita baja, o sea, en la etapa que cae es [en] vacaciones; se baja
mucho porque la gente sale, entonces, gasta en otras cosas, entonces ya no tiene para
venir y comprarse algo

En cuanto a su nicho de mercado, nuestros entrevistados no se concentran en la promocin de ventas, y han dejado de confiar en la publicidad como una forma de incrementar sus negocios; en parte debido a la inseguridad y costos, en parte por las dinmicas que mantienen con su clientela asidua, la cual -conformada por tiendas de joyera
cercanas, conocidos y familiares- ayuda a construir por recomendacin y por contacto
la totalidad de su red clientelar. Como expone Ernesto: con la pura recomendacin
nos cae ms gente, nosotros ponemos el precio exacto en gramo de oro y en gramo
de plata, ellos lo compran y si les conviene nos recomiendan o vienen ellos otra vez.
Satisfacciones del oficio
Las satisfacciones que obtienen los joyeros de su trabajo van de la prctica en s misma
hasta las dinmicas que se desarrollan en el taller. De la primera se puede mencionar
que las habilidades que van adquiriendo como producto de la constante prctica se
164

materializan en la artesana terminada, su dedicacin y compromiso son objetivados: la


joya significa su logro y orgullo.
Para los joyeros es de suma importancia la calidad demostrada en el empeo que le
ponen a cada pieza, como recompensa obtienen la satisfaccin y la recomendacin
por parte de sus clientes hacia los dems. El seor Librado comenta: la satisfaccin es
esa de que el cliente te reconozca el trabajo y que te recomiende. Eso es la satisfaccin, porque si el cliente no te recomienda y le haces un mal trabajo pues se acaba tu
negocio, s.
Para Ernesto la principal satisfaccin es ver las caras de los clientes cuando les entregas
el trabajo y dicen que est bien hecho. Es aquella que concluye con ese reconocimiento a su trabajo y que le genera un orgullo por su oficio, por su saber hacer. Menciona
Sennett que esa bsqueda de calidad es inherente a la actividad artesanal, pero no la
circunscribe slo a los que se dedican a un oficio, al contrario, precisa que:
Todos compartimos aproximadamente en la misma medida las destrezas elementales
que nos permiten convertirnos en buenos artesanos; la motivacin y la aspiracin a la
calidad es lo que lleva a los seres humanos por distintos caminos en la vida (Sennett
2009: 297).

Sin embargo, la identidad del artesano es un tanto paradjica; por un lado, siente ese
orgullo, pero, por otro, puede llegar a sentir un sentimiento de fracaso, de minusvala,
debido a lo que Sennett (2009: 62) expone: En diferentes momentos de la historia
occidental, la actividad prctica ha sido degradada, se le ha divorciado de objetivos
supuestamente superiores. Es decir, que la separacin de la cabeza y la mano no slo
son de naturaleza intelectual, sino tambin social. Y esta paradoja pudimos notarla en
uno de los maestros joyeros que lamenta no haber estudiado una carrera profesional
que le hubiera permitido ascender en su primer trabajo, adems de buscar el desarrollo
profesional de sus hijos y evitar que continen con el oficio.
Otro importante tipo de satisfacciones es producto del sentimiento de libertad y autonoma en el trabajo, alejado del que genera la disciplina fabril casi automatizada y
permanentemente vigilada. A manera de sntesis, las libertades del taller se ven reflejadas en la flexibilidad del horario, en la decoracin personalizada del lugar de trabajo
y en el control que tienen sobre el proceso de produccin. Librado lo expresa de la
siguiente manera:
El trabajo no es pesado, no es pesado o sea no hay nadie aqu que te est hostigando,
que te est midiendo el tiempo, que te est presionando, puede ser que por eso estamos nosotros a gusto trabajando aqu. Todos sabemos lo que tenemos que hacer y
pues lo hacemos, nada ms.
165

Perspectivas y retos del oficio de joyero hoy en da


En la actualidad Mxico es parte de una economa globalizada sostenida dentro de un
modelo neoliberal; un modelo basado en la participacin social mnima del Estado y
en el acotamiento del libre mercado por un puado de firmas globales monoplicas,
imponiendo un panorama de desigualdad tanto social como econmica.
En este entorno, la actividad joyera se desenvuelve en los escenarios ya delineados.
En uno se encuentran las llamadas casas de lujo provenientes del extranjero que han
encontrado en Mxico un punto estratgico de ventas.48 Si bien estas firmas no compiten directamente por el mercado de los talleres artesanales, s acaparan a los mejores
artesanos transformndoles en asalariados. Otro escenario influido por el deterioro
del poder adquisitivo y tendencias de moda, es la expansin del consumo masivo de
joyera de fantasa que disminuye el mercado tradicional y potencial de la joyera artesanal. En este contexto, los talleres de joyera se han reducido y se han visto forzados a
entrar en la dinmica de la competitividad o, bien, desaparecer; es as como los joyeros
se ven obligados a buscar nuevas formas de sobrevivencia: trabajar para las joyeras establecidas, entrar al negocio de compra-venta de oro o dejar el oficio para dedicarse a
otra cosa. Gilberto es uno de los joyeros que ha tenido que enfrentarse a esta situacin:
Mire, ahorita est bien tranquilo. Ahorita lo que me deja ms es comprar oro, plata
y venderlo. Compra y venta. Tengo que salir de l. Lo dejo a l, yo salgo y yo ando
comprando en los montes [de Piedad], en las casas de empeo, en los mercaditos y ah
donde sea. Yo tengo que moverme para sobrevivir aqu.

Esta situacin econmica Sunkel (2008: 481) la expone claramente para Amrica Latina:
Hay un proceso de creacin y destruccin de empleos cuando se avanza con la creacin de nuevas actividades y la racionalizacin de las existentes, frecuentemente se
desplazan las preexistentes con mucha destruccin de empleo.
En Monterrey, desde hace aos los joyeros han sufrido un descenso en sus ventas y por
lo tanto de sus ingresos, atribuyndolo, primero, a la crisis econmica y, recientemente,
a la situacin de inseguridad que se vive en la ciudad. Librado lo manifiesta claramente:
Yo me acuerdo mucho que toda la gente quera traer oro. Haba ocasiones, en Navidad,
cuando la gente quera sus regalos, nosotros nos pasbamos toda la noche del 22 y 23
trabajando. Y ahorita para las cinco o seis de la tarde ya no tenemos nada que hacer.
48
Cartier, Tiffany, Tous son algunas de las firmas exclusivas que ofrecen productos
de lujo en el pas. Sus joyas estn dirigidas a un sector que representa solo 2.3% de la poblacin, segn
la Asociacin Mexicana de Investigacin de Mercados. Mientras la competitividad de precios a nivel
internacional aumenta, Mxico no se queda atrs, pues representa 42% de las ventas en Amrica Latina
(Hernndez, 2004).
166

El futuro para el oficio artesanal de la joyera independiente se percibe inquietante. Ms


an si sumamos que este tipo de trabajadores, que hoy se les llama microempresarios,
no reciben apoyo gubernamental alguno. Lo cual ratifica el papel que histricamente
ha cumplido el gobierno en Nuevo Len de privilegiar el sostn a las grandes fbricas y
empresas, dejando al garete a los micros, pequeos y medianos empresarios, incluyendo los talleres de trabajo artesanal.
Hay transformaciones en el mbito de los oficios en general, cambios no muy favorables,
que derivan en un futuro incierto para el oficio de la joyera. Al ser cuestionados sobre
el futuro del oficio, los joyeros conciben un mal porvenir. Ernesto lo expresa claramente:
Un cambio para mal, a lo mejor, porque como te digo, se est acabando ya esto. Est
muy, aparte de que no hay tanto negocio, ya muchos ya mejor se dedican [a otra cosa],
ya dejan de ser joyeros y se van a las fbricas o se van este, por ejemplo, hay joyeros que
tienen su carrera tambin. Tengo un amigo que es ingeniero y es joyero, o sea, se dedica
a la joyera, pero como tambin esto ya no est dejando, me imagino que va a llegar el
tiempo en que se va a dedicar a otras cosas.

La joyera se enfrenta actualmente al reto de la incertidumbre, de la competencia y


coexiste en este mundo globalizado, donde slo pareciera depararles una sobrevivencia
precaria o desaparicin. Estos oficios urbanos de los que tanto podemos aprender y
recuperar como culturas de trabajo, estn, sin embargo, ms cerca de lo que sentencia
Sunkel (2008: 478): La dinmica dialctica del proceso de globalizacin incorpora efectivamente a algunos a las actividades socioeconmicas modernas mientras desplaza,
margina y excluye parcial o totalmente a los restantes.

167

Un silln terminado en el taller de don Fernando

CAPTULO 8
OFICIO Y ESPECIALIDAD BARRIAL:
LOS TAPICEROS
DE LA COLONIA TERMINAL

Oficio y especialidad barrial: los tapiceros de la colonia Terminal


Ral Ernesto Mrquez Daz
Diego Alejandro Martnez Castillo

El tapiz de la ciudad en el ojo del artesano


Es necesario ser un buen observador para dar cuenta de la sutileza con que la ciudad es
tratada por sus habitantes. Donde incluso el individuo que corrompe las leyes, lo hace
con tal dedicacin que logra contemplar cada detalle sumergido en los objetos. Incluso
el ladrn que irrumpe en la casa, re-significa la relacin con el protector de ventana
y el candado. Brinca la barda de concreto y sus vidrios de botella, se convierte en el
artesano de las ganzas, y trata a cada habitacin con la soledad que se merece. Luego
desaloja la casa, dejando al paso las ausencias necesarias para darnos cuenta del mito
material en que vivimos. Se corrompe entonces la seguridad del objeto, y nos preguntamos qu tan concreto es el concreto? As pues, volvemos a soar el espacio cmo si
alguien hubiera desnudado el alma de un retrato de familia.
La atmsfera de los objetos, que es la imaginacin, nutre a la ciudad con sus rituales.
Entonces este Dios (la ciudad) es recubierto con la proyeccin del sueo colectivo
que germina como lenguaje. Quiz el trabajo del ladrn sea el ms claro ejemplo de
la re-significacin del espacio y sus objetos. Sin embargo, la innovacin esttica de la
ciudad es un oficio abierto: cada hombre y cada hacer puede innovar en el uso, en la
construccin, y en la re-significacin de su entorno fsico y simblico. No sera acaso
el tapiz el arquetipo de un pudor por lo montono?
As como la casa, la ciudad es siempre un proyecto inacabado, que requiere tambin de
remiendos, y en cada hacer se imprime un sentir con cada hilo de cordura que envuelve
al mundo. Entonces el oficio de tapicera juega de nuevo con las estaciones del ao;
el verano requiere de la frescura impresa en los colores y las formas de los tapetes y
las colgaduras, el invierno aora la calidez de una buena pltica frente al caf (Herrero,
2001:164).
El cielo transitado por nimbus da el mensaje de la prxima lluvia. Y cuando el cielo
comienza a caerse, vamos con el tapicero para que lo afiance bien al techo del auto. El
artesano crea el espectculo de lo nuevo que se afianza a la casa. Entonces todo individuo es un artesano de la ciudad y sus fantasmas: imprime en las calles las emociones
que la caracterizan. Y como dira Sennett (2009: 32) El artesano representa la condicin
humana del compromiso. Dicho compromiso exige una continuidad histrica, permite
la innovacin de la tcnica y la esttica, exige una afinidad con lo bien hecho.
171

Arriba: Fernando Martnez, maestro tapicero. Abajo: aprendiendo el oficio en el taller de Jos Luis Ruiz

172

El oficio se aprende, se pregunta al maestro y a las cosas, se le da un orden al microuniverso que se interioriza en el alma de quien habita y crea en el taller. El valor de las cosas
asume un carcter riguroso cuando el aprendiz se convierte en maestro, y es como si la
observacin del maestro se materializara en las cosas (en las telas, esqueletos y martillo), y dicha observacin de los objetos exigiera siempre un buen trabajo. Aprender de
las cosas requiere preocuparse por las cualidades de las telas o el modo correcto de
preparar un pescado; buenos vestidos o alimentos bien cocinados, pueden habilitarnos
para imaginar categoras ms amplias de lo bueno. (Ibdem: 19)
As todo artesano contribuye al recubrimiento de la ciudad, renovando el tapiz gastado
de los sueos, dndole vida a nuevas posibilidades en el apreciar curioso de los rincones. Para las habilidades tcnicas, la imaginacin tambin debe poseer su rincn en este
quehacer. Se suea antes de contemplar. Antes de ser un espectculo consciente todo
paisaje es una experiencia onrica. Slo se miran con una pasin esttica los paisajes
que hemos visto primero en sueos (Bachelard, 1996: 12). En este sentir y hacer del artesano, se produce una coherencia con el espacio vivido, encadenado entre sus fronteras;
encadenado, incluso, a los sueos de los otros.
Espacios especializados: la colonia Terminal
Del observar que exige el trnsito de la ciudad, emana una geografa de lo cotidiano y
lo familiar. Se elabora fielmente una topologa ntima que relatara (con los estmulos
indicados) una historia por cada esquina, un retrato por cada barrio, un dejo de voluntad que aluda a la memoria.

Al comprender la congruencia espacial que devuelve la contemplacin, vemos materializadas algunas formas que pasaron de soslayo a cualquier otra observacin. La especializacin que exige la disciplina acadmica nos permiti detenernos para construir una
lgica entre la relacin espacial que permiten sus actividades caractersticas. En este
caso logramos ver enlazadas y encausadas las dinmicas en los espacios caracterizados
por una especializacin del trabajo. Para Duhau, el carcter de los espacios especializados es la configuracin especfica de su dimensin pblica, en trmino tanto de lo que
incluye como de lo que excluye (2003: 214).
El valor heurstico le dio sentido a la relacin entre dos espacios caracterizados por una
especializacin del trabajo. Por un lado entre las calles de Coln y Calzada Madero se
forman distintos aglomerados de locales y talleres dedicados a la venta de accesorios
y piezas de automviles; mientras que en la colonia Terminal se hace evidente una especializacin al trabajo de tapizado de muebles. Notamos, al paso de la investigacin,
cmo la especializacin del tapizado se nutra de la especializacin automotriz de la
173

zona, porque aunque el oficio del tapicero tambin consista en tapizar otros muebles,
gran parte de la produccin se basa en el tapizado automotriz.
En la colonia Terminal, los talleres de tapicera continan conservando un carcter de
barrio, se les ve nacer cada maana al abrir sus puertas a nuevos proyectos. Entonces
cada puerta deja entrar al barrio en el taller y deja salir el movimiento de las herramientas, los aromas de la madera y las telas, los sonidos de la radio y el compresor, y una que
otra cancin salida de un ronco pecho.
As tambin el tapicero disea su espacio exterior y el espacio del barrio con ayuda
del rtulo, los despojos de material y las puertas abiertas. Las actividades del barrio
parecen nunca tener fin, ya que, adems de las charlas en las banquetas, los oficios all
estn. No existe, como en otras colonias, el abandono de las casas en horario de oficina, ya que los talleres toman un lugar protagnico, que exhibe sus dinmicas hasta en
jornadas de 12 horas.
Sobre la calle Platn Snchez, en esa colonia, larga va que cruza todo el centro de la
ciudad de sur a norte, se puede observar un gran nmero de negocios que tienen que
ver con el oficio de la tapicera, como lo son las tiendas de telas y materiales, ms algunos talleres que siguen funcionando. Se hace evidente una especializacin en torno a la
tapicera. En un recorrido rpido se observan hasta quince negocios con este giro. An
desconocemos la razn por la cual exista esta especializacin del oficio en ese tramo
de la ciudad; lo que s es indudable es que el barrio tiene una fuerte inclinacin por el
desarrollo de oficios y eso se observa en sus calles.
La colonia Terminal, fundada en 1928, se caracteriza por su perfil industrial por colindar
con una de las fbricas emblemticas de la ciudad, la Vidriera Monterrey49. En la actualidad, la tapicera, especialidad que fue albergando en dcadas posteriores, es tambin
parte de su identidad. La colonia se reconoce por su buena labor en este ramo y por la
facilidad para encontrar los materiales que se requieren para esta actividad. Este barrio
de tapiceros guarda un sinfn de historias que se han ido acumulando al paso del tiempo, nuestra intencin es hacer un primer acercamiento a sus actores.

49
(N. de la e.) La fbrica de Vidrios y Cristales cerr en 1904 a raz de un conflicto laboral
y reabri en 1909 como Vidriera Monterrey (vila, 1988). La colonia se construy en terrenos
anteriormente rurales, como resultado de la expansin de la ciudad al ritmo de su industrializacin. En
este lugar se asentaron, de forma regular e irregular, numerosas familias de trabajadores de Vidriera y
otras fbricas aledaas, desde las primeras dcadas del siglo XX.
174

La tapicera y sus procesos


El oficio se divide en dos actividades muy similares: el retapizado y la construccin de
muebles.
El retapizado consiste en renovar el recubrimiento y el relleno del mueble; los objetos
ms comunes son las piezas de las salas como las sillas o sillones. El proceso consiste
en retirar el relleno y la tela vieja y sustituirla con material nuevo; para ello se utilizan
herramientas como las tijeras, el martillo, la grapadora de aire, regla, mquina de coser,
etctera. Se trata de dejar como nuevo el mueble, desechando las manchas e imperfecciones que pudiesen presentar.
Para la manufactura de muebles se necesita tambin conocer el trabajo de carpintera.
Se construye primero el esqueleto que se conforma de palos de madera de pino, a los
que se les da la forma deseada. A continuacin se pone el resorte en el caso de los sillones, el cual consiste en una malla de alambre que termina cubriendo la primera capa
donde va el asiento. Otra opcin es la lona, que son tiras como cinturones anchos con
los cuales se hace una especie de red que tiene la misma funcin.
La utilizacin de nuevos materiales, como el hule espuma, han permitido una mayor
rapidez para realizar el trabajo. ste se coloca entre el esqueleto y la tela que conforma
el tapiz. Los maestros tapiceros comentan que con anterioridad se utilizaba la borra,
hecha de las sobras de las telas, muy parecida a la estopa. Todos coinciden en que era
mejor que el hule espuma. Sin embargo, no tan prctico, ya que se tena que colocar
una parte de la tela, luego la borra, luego ms tela y as sucesivamente. La ventaja del
hule espuma es que se puede colocar toda la pieza, graparla, y hasta el final cubrir el
mueble con tela.
Para colocar el tapiz es necesaria la costura con mquina de coser. Esta parte del proceso no es tan simple, ya que se deben tener consideraciones que ms adelante podran
repercutir en un problema de acabado, como lo explica el Sr. Jos Luis Ruiz:
La costura tiene su chiste, no noms es pisarle a la mquina, porque la tela de abajo
se va encogiendo; a la larga, si te dan un tramo de metro y medio y no sabes estirarle
bien se queda de 1.45, y esos cinco centmetros ya no dejan que te quede bien el forro.
Tiene su chiste.

As se va confeccionando cada parte del mueble a tapizar, despus el recubrimiento


entra como camisa, as lo definen. Al final se van grapando los sobrantes de tela que
quedan al fondo. Para esto el tapicero se vale del martillo, de la sierra elctrica, de la
175

176

El maestro Jos Luis y obreros artesanos trabajando parejo

177

mquina de coser, de tijeras y grapas por pistola; mide, corta, cose y viste. El objetivo es
entregar al cliente un trabajo con el mejor acabado, ya que es la carta de presentacin
para la mayora de los talleres, los cuales no se valen de una publicidad muy elaborada
para promocionar su trabajo, si acaso un rtulo, o una tarjeta.
La innovacin en los materiales y herramientas es tambin otro factor relevante en
cualquier actividad; sin embargo, las innovaciones en el oficio de la tapicera no han
representado un gran cambio en los procesos de trabajo, aunque s en los ritmos y
tiempos. Las innovaciones han sido muy especficas, como la introduccin del hule espuma mencionado o la grapadora de aire que sustituye el clavado de la tachuela. Esto
ha permitido una mayor rapidez en el proceso de tapizado. Otro caso es el de las telas,
ya que actualmente, mencionan, se utiliza con mayor frecuencia la vinyl-piel, que es una
imitacin sinttica de piel.
La llegada de nuevas herramientas permiti que muchos, de los ahora maestros, encontraran en sus habilidades y juventud la puerta de la especializacin y el desarrollo
laboral. Como mencionan los tapiceros ms viejos, s haba herramental, como la pistola
de grapas, pero que no era correctamente utilizado por los tapiceros que los antecedan; cosa que ellos, como jvenes, aprovecharon para adquirir estas nuevas habilidades
en tanto se iba desplazando la peculiar y asombrosa habilidad del tapicero tradicional
clavando tachuelas.
En cuanto al proceso de trabajo los cambios son menores pero interesantes como espacios para la innovacin personal, combinando el recurso de mejores mquinas y el
saber obrero que generan nuevas maniobras. Por ejemplo, refieren los tapiceros que con
anterioridad la tela que cubre al mueble se colocaba con un mtodo llamado pambazo, que consista en estirar la tela sobre el mueble para darle la forma requerida; luego
colocar las tachuelas para fijarla. El Sr. Jos Luis Ruiz se adjudica la creacin de una
tcnica en este proceso, y recuerda que en el taller donde l comenz su labor como
tapicero hace ms de 30 aos, ide la forma de hacer cada parte del tapiz con una
costura que le diera la forma de la parte a tapizar, desarrollando su propio mtodo que
permite, como ya mencionamos, que la tela entre como camisa.
Para los tapiceros de la zona no es difcil conseguir sus materiales ya que en la colonia
tambin se establecieron buen nmero de tiendas para su venta. Este es un momento
importante, pues el artesano tiene como preocupacin permanente constatar la calidad de sus materias primas. Para ello los tapiceros se aplican en la bsqueda del mejor
precio y la mejor calidad de sus materiales; con este objetivo aprenden a elegir cada
negocio por sus caractersticas especficas, y as acuden a cada local dependiendo de
lo que necesiten. Esto ha facilitado la subsistencia del oficio en la zona, ya que permite
una mejor calidad y mayor ganancia para el tapicero.
178

Su habilidad para evaluar cada negocio, adquirida con el paso de los aos, es tal, que
comentan que dependiendo de la tela que el cliente pida es a donde se dirigen a conseguir ese material. Otra de las habilidades, muy cercana a lo que menciona Sennett acerca del dilogo entre el artesano y el material, es la capacidad de distinguir la calidad
de los materiales con el simple hecho de sentirlos, de tocarlos, como menciona el Sr.
Fernando Martnez acerca del hule espuma, que debe tener una consistencia chiclosa,
y esto denota la calidad en este material, para saberlo slo hace falta maniobrarlo un
poco, nos dice.
Al igual que en otros negocios, la calidad vara mucho a medida que el precio aumenta.
Tambin las temporadas de los colores benefician el consumo de ciertas telas y esto
hace que aumente el precio. Hay algunos colores que nunca pasan de moda, como son
el negro, el azul, en el caso del mueble de oficina, pero en el mueble de hogar los colores tienen temporadas y modas.
Los tipos de trabajo
Los trabajos ms comunes son la tapicera de mueble de oficina, el mueble de hogar y
el tapizado automotriz. En el caso del Sr. Jos Luis su especializacin es la del mueble
de oficina, y sus principales clientes son varias tiendas dedicadas a la venta de estos
muebles. Estas empresas contratan sus servicios y le dan encargos por temporadas, as
que tiene que tapizar sillas, paneles y sillones de oficina. Menciona que es una actividad
que ha venido realizando desde hace 17 aos y es contactado por su buen trabajo.
Los pedidos menos frecuentes son los muebles para el hogar, mencionan que no es
muy habitual que las personas busquen retapizar sus viejos muebles y en cuanto a la
fabricacin, muchos prefieren comprar en muebleras grandes. Esto tambin muestra el
cambio en las normas de consumo con la aparicin de grandes empresas muebleras en
la ciudad y la introduccin de sistemas de crdito que estimula la compra frente a la
reparacin (Palacios, 2011). No obstante, siguen recibiendo solicitudes de fabricacin.
Son casos especiales para amueblar espacios muy especficos o limitados. Por ejemplo,
algunos clientes con casas pequeas, de inters social; tienen que jugar con los pequeos espacios porque la mayora de las veces los grandes negocios slo cuentan con
muebles en tamaos estandarizados. Estos tapiceros les resuelven la imposicin mercantil del espacio habitable, como menciona Baudrillard: Ms que en el gusto, es all
donde reside el sentido actual de la decoracin: ya no se trata de implantar un teatro de
objetos, o de crear una atmsfera, sino de resolver un problema, de proporcionar la respuesta ms sutil a un traslapamiento de datos, de movilizar un espacio (2007: 25).
Otra fuente de trabajo es el retapizado automotriz; se trabajan los asientos y el capacete del automvil. Este rubro es el que ms abunda entre los talleres de la colonia Ter179

minal, la que tambin se encuentra rodeada de negocios de la lnea automotriz, como


talleres y venta de autopartes. Quiz esto se debe a otra de las especializaciones de
trabajo en la zona que incluye importantes arterias de flujo vehicular. Sobre la avenida
Coln, con la cual colinda esta colonia, se encuentra un gran nmero de talleres y venta
de partes para automviles, engarzando de forma congruente las dinmicas laborales
en espacios limtrofes.
En este oficio tambin surgen los trabajos especiales, a peticin de clientes tan diversos como los que relata el Sr. Ruiz, quien en una ocasin tuvo como encargo fabricar
un enorme silln para la temporada navidea, justo en el que se sienta Santa Claus.
Las proporciones, que variaban de los trabajos comunes, obligaron a hacer los ajustes
necesarios para cumplir con la solicitud del cliente. En ocasin ms reciente, sus oficios
fueron requeridos para fabricar algunos muebles para un bar de nudistas, se trataba de
sillones dnde, dice, se sientan las nenas.
El aprendizaje
La mayora de los tapiceros recuerda con orgullo sus inicios en el oficio; muchos de
ellos llegaron a ste desde muy jvenes realizando tareas simples. Como en la mayora
de los oficios, se iniciaron como aprendices, tal como lo recuerda el Sr. Jos Luis:
Pues yo empec a los 16 aos, como ayudante enresortando, ponindole el resorte a
los sofs, cubrindolos, luego poniendo esponja, despus pues ya me ense lo que
es la costura, que es esencial en el tapicero, saber coser y ya pues vas aprendiendo a
forrarlos, a tapizar.

El aprendizaje del oficio requiere de mucha dedicacin y paciencia; se trata de ir aprendiendo poco a poco cada una de las etapas del tapizado, por ejemplo el relleno del
mueble, la costura, el enresortado, y al final el tapizado en general. El proceso culmina
al dominar el conocimiento integral del oficio. El aprendizaje tambin implica cultivar
una mente abierta a la consideracin de nuevas categoras de lo bueno, para ello se
requiere de una observacin ms especializada, con una mirada ms abstracta que el
ojo comn. Pero quiz lo ms importante en el aprendizaje es el compromiso, como
menciona Sennett (2009: 32) El artesano representa la condicin humana del compromiso, y en nuestro recorrido, eso lo expresa muy bien el Sr. Fernando Martnez:
Me gusta empezar a tapizarlo [el mueble] como si fuera para m, le busco detalles,
cositas que digo, bueno esto est mal y como a m no me gusta, pues al cliente no le va
a gustar. Entonces lo dejo a mi gusto y a mi manera, me gusta verlos diferente, hacerlos
diferente, que la gente se vaya satisfecha de lo que se lleva.
180

La satisfaccin del oficio

181

Esta visin del compromiso parece tener en cuenta no slo al cliente al momento de
realizar el trabajo, sino tambin al maestro, como si fuera un observador constante del
proceso, aunque ste ya no est.
La relacin que existe entre maestro y aprendiz toma peculiar relevancia en el proceso
de aprendizaje, ya que muchos de los oficios se transfieren generacionalmente de padre
a hijo; existen incluso familias enteras dedicadas al oficio.
Es el caso del taller Betancourt en la colonia Terminal, donde el equipo de trabajo est
conformado por cuatro personas: los dos hijos del Sr. Betancourt, un hombre y una
mujer, un experimentado tapicero empleado, sin lazos familiares, y el sobrino de ste
que se desempea como ayudante. Aqu el padre de los dos hermanos fue quien comenz el taller y su hijo continu con el oficio, mientras que su hija lleva a cabo tareas
de administracin. Otro caso, donde se manifiesta ms rotacin siendo el oficio una
actividad circunstancial, es el del Sr. Jos Luis, con quien trabajan todos sus hermanos
y algunos familiares:
A mis hermanos, verdad, aqu han trabajado como cuatro: Jorge, Armando, Eduardo,
Joel, cuatro hermanos, un to y sobrinos como unos seis o sea jvenes. Mientras encontraban un trabajo venan a ayudarme a rellenar, armar, cosas fciles y as van aprendiendo y otros ya estudiando trabajan en otras cosas, o agarran otro oficio, pero s es
por lo regular familiar, enseas a familiares o amigos.

De esta manera, el oficio resulta tambin un trabajo temporal para aquellos jvenes que
an estn buscando su profesin en el estudio. Es decir, el taller es un espacio inclusivo que funciona como un sostn econmico temporal para aquellos que no buscan
aprender el oficio, sino mantenerse por un tiempo. Incluso, puede ser oportunidad de
empleo de personas con limitaciones que las han excluido del trabajo industrial, por
ejemplo, han dado trabajo a un sordomudo, quien se encarga de tareas simples como
la limpieza y lleva trabajando ms de 10 aos, pero por sus capacidades no ha podido superar el grado de aprendiz, conservando el mismo rol durante este tiempo. Esta
experiencia nos mueve a pensar en la importancia de reflexionar a ms profundidad
acerca del aprendizaje actitudinal que obtienen las personas al acercarse a los oficios,
independientemente de que luego se dediquen a otras cosas.
En otra modalidad, algunos aprendices llegan al oficio sin estar relacionados familiarmente con el maestro; como en el caso del Sr. Fernando Martnez que relata cmo
siendo boleador de los tapiceros de un taller, pas a formar parte de la cuadrilla de ayudantes y luego termin de aprender el oficio. Este proceso resulta similar al de algunos
antiguos gremios. Sin embargo, aunque en algunos casos la relacin laboral no presenta
vnculos parentales, sucede lo que describe Sennett, un refuerzo en la relacin maestro182

aprendiz, donde el primero se compromete a mejorar las habilidades de las personas a


su cargo, y esto lo convierte en una autoridad similar a la del padre. Lo que nos queda
claro es que en estos talleres y oficios fluye necesariamente otro tipo de relacin laboral, en la que la construccin de la confianza tiene un lugar importante.
Aunque el aprendizaje integral es el proceso ms importante e imprescindible en la
formacin del tapicero, existen muchas personas que, motivados por la independencia
de un negocio propio, no terminan bien esa etapa cuando comienzan a independizarse.
Este hecho representa una competencia temporal para los tapiceros de la zona; sin embargo, como argumenta el Sr. Fernando Martnez, sobreviven los que aprendieron de la
vieja escuela y los identifica como aquellos que aprendieron de sus maestros el valor
de lo bien hecho y tambin el valor de un cliente satisfecho.
En la divisin del trabajo se hace ms evidente esta relacin de autoridad, ya que an
mantiene su forma jerrquica en relacin a otros gremios, donde el maestro del oficio
ajusta la jerarqua a partir de las habilidades que cada uno de los trabajadores va desarrollando a lo largo de su aprendizaje. Aunque en diferentes grados y manifestaciones ms
o menos explcitas el aprendizaje transforma las habilidades del individuo, otorgndole
prerrogativas polticas y econmicas acordes con la situacin del taller que se trate.
Algunas herramientas son indispensables, y con ellas el carcter perdurable de las cosas
hechas a la antigua, como la mquina de coser.
El taller
La intimidad del taller muestra un orden moral en los objetos; todo parece un caleidoscopio de anacronismos. Entre la acumulacin de materiales y sobrantes que an guardan ese sentimiento de que algn da servirn para algo, hasta esas viejas herramientas
en desuso que slo se encargan de evocar el pasado y estn condenadas a la eterna
espera de la compostura. Imagen que nos rememora hacia Baudrillard:
La exigencia a la que responden los objetos antiguos es la de un ser definitivo, un ser
consumado. El tiempo del objeto mitolgico es el perfecto: es lo que tiene lugar en
el presente como si hubiese tenido lugar antao, y lo que por esa misma razn est
fundado en s mismo es autntico (2007: 85).

El taller, como espacio de aprendizaje y trabajo, es a la vez un espacio de interacciones


polticas y econmicas, distintas en sus posibilidades y orientaciones a las de la gran
empresa, masiva y fragmentada; es el taller el que sigue posibilitando que las relaciones
entre autoridad y subalternos se den cara a cara como seala Sennett. La polivalencia
del taller ampara muy diversos usos, pues adems de ser un espacio productivo, se
183

El taller del Sr. Betancourt: entrevista y trabajo del tapicero. Fotos de Julio Cisneros

184

transforma tambin en un segundo hogar, dando lugar a la convivencia y albergando


rituales comunes como la alimentacin y el descanso.
La funcionalidad es la principal caracterstica de estos lugares; todo rincn tiene una
funcin especfica que juega un papel muy importante en el oficio. El espacio que se
conforma entre cuatro paredes se divide a su vez en otros espacios con fines especficos, como el caso de la mesa para cortar, el espacio para la costura, para la carpintera;
hasta la banqueta funciona como exhibidor o almacn temporal para algunos muebles,
materiales y esqueletos. Es a partir de estas formas de materializacin arquitectnica
que se impone un ritmo a las rutinas cotidianas, se las jerarquiza y segmenta bajo criterios ticos y funcionales (Garca, 2004: 23).
La apropiacin del espacio va ms all de su acondicionamiento, ya que en las paredes
abundan los detalles que le dan un toque peculiar a cada taller. Se colocan las fotografas, los posters, calendarios, exhibiendo as la afinidad a algn deporte, artista e incluso
su devocin por algn santo. Todo esto crea un microuniverso que habla de la historia
de quienes ah laboran.
Condiciones de vida y trabajo
Los dueos de las tapiceras se sienten orgullosos por su independencia econmica y
por la capacidad de flexibilizar sus propios horarios de trabajo. Sin embargo, en muchas
de las ocasiones llegan a tener dinmicas laborales muy rgidas, incluso ms extenuantes que en cualquier otro trabajo asalariado. Para el maestro tapicero, dueo del taller,
el ser su propio jefe representa un mayor compromiso con el trabajo a realizar, y aunque las expectativas que se tienen sobre esta condicin tienen que ver con una mayor
libertad, termina siendo similar a una auto explotacin en busca de un mayor ingreso.
El nivel de escolaridad en la mayora de los tapiceros de esta zona, no rebasa la secundaria; tanto para aprendices como para maestros, el oficio deviene en la mayor escuela.
Por ello muchos han visto en la tapicera una gran oportunidad para desarrollarse laboralmente. No obstante, existen otros casos en donde la exploracin por otros trabajos
no se ha hecho esperar, como es el caso del Sr. Fernando Martnez, quien se muestra
polifactico en lo que respecta a su historia laboral, ya que entre sus oficios figuran
tambin el de msico y luchador, los cuales desempea a la par de la tapicera.
En ninguno de estos talleres se cuenta con un seguro mdico, ni con prestacin alguna
como lo exige la Ley del Trabajo, incluso no existe contrato alguno entre el patrn y el
obrero, el cual se establece regularmente en forma verbal. Sin embargo, las relaciones
de trabajo parecen darse en armona, y como menciona uno de los trabajadores s sale,
refirindose al salario en relacin con sus gastos personales.
185

Aqu el dueo del taller administra, disea, hace presupuestos, entrega trabajos, corrige,
ensea, es un trabajo de tiempo completo que pocas veces deja tiempo al descanso.
Muchas de las veces el dueo del taller se ve obligado a asistir al lugar de trabajo incluso el da de descanso para ir preparando todo y comenzar bien la semana. El mercado se
impone y los talleres y sus artesanos ejercitan la adaptacin, en busca de la subsistencia
tal como lo menciona Victoria Novelo:
El funcionamiento del taller, aunque pareciera presentar comportamientos semejantes
al del viejo artesanado original, est inmerso en una economa de mercado basada en la
competitividad y con formas de circulacin de materias primas, medios de produccin
y fuerza de trabajo ajenas a las viejas costumbres y en una institucionalidad administrativa que se ve ms como molestia que como posible aliada (2008: 118).

La tapicera como artesana


El trabajo en el taller toma un carcter artesanal debido a que el dueo del taller conoce todo el oficio, sus procesos y ritmos, y si bien incorporan herramientas la intervencin de sus propias manos es insustituible: Mano que es diestra y amorosa y origen
del orgullo profesional fincado en la capacidad artesanal para modificar, terminar y
afinar los productos (Ibdem). La comunicacin que existe entre la mano y la cabeza es
tambin una caracterstica del artesanado; en l debe existir un pensar y un sentir en el
hacer, como se hace evidente en el compromiso de los tapiceros. No se trata pues de
un trabajo donde slo haya que imprimir destreza fsica, o slo saber, sino ambos, reunir como menciona Sennett, al Animal laborans que se pregunta cmo?, con el Homo
faber que se interroga por qu? (2009: 18).
Todo proyecto acabado ha de requerir siempre una planeacin, una idea que germine
y d forma al producto. El tapicero trabaja sobre el mueble como si fabricara el alma
del mismo, dndole forma no slo a la apariencia, sino tambin a la funcin que ste
desempear ms adelante, hay pues una estructura emocional que tambin conforma
el objeto (Narvez, 2004: 29).
El artesano crea entonces el espectculo de lo nuevo que se afianza al espacio. Hay en
el artesano esa inquietud por reconstruir el mundo, darle una nueva forma al espacio,
crear escenarios y dejar historia en los objetos:
Me gusta transformar el mueble y hacerlo diferente; me gusta, eso es lo que me agrada
mucho y en lo personal me satisface. Es un arte el que te traigan el mueble de alguna
manera y t lo vas a regresar diferente.

186

Las manos del cantinero

CAPTULO 9
LA BARRA COMO FRONTERA:
LOS CANTINEROS DEL CENTRO
DE MONTERREY

La barra como frontera: Los cantineros del centro de Monterrey


Tadeo Luna de la Mora

El consumo de bebidas alcohlicas, como la cerveza, tiene una antigua presencia en la


historia de la humanidad.50 De igual manera la existencia de lugares apropiados para beber, como la cantina o taberna, es casi tan vieja como la civilizacin misma. Hay indicios
de que las tabernas existan ya en el ao 1700 a.C.
En Mesoamrica el pulque era considerado una bebida sagrada de uso restringido a sacerdotes y ancianos.51 En Mxico, despus de la conquista espaola, el pulque subsisti,
adems, como una de las bases alimenticias del pueblo mexicano. Es hasta finales del
siglo XIX que se establecen las primeras fbricas de cerveza, consumo de bebida que,
poco a poco, le fue ganando terreno al pulque tal vez con la misma devocin que
nuestros antepasados sentan por ste, hasta llegar a ser un pas en donde el consumo
promedio per cpita es de 83.6 litros al ao (Barrientos, 2008).
Sin embargo, aunque la historia del consumo de alcohol y de las tabernas tiene orgenes
tan antiguos, es hasta el advenimiento del capitalismo cuando las cantinas adquieren la
connotacin que en la actualidad siguen ostentando: la de ser el lugar por excelencia
donde se desarrolla el ocio obrero. En la cantina se va charlar con los amigos, jugar
albures, descansar de la fatiga del trabajo, es:
Espacio para la bebida, el juego y el ocio, la taberna se presenta como teatro habitual
de las formas y modos de comportamiento de un mundo social tan complejo como el
de las clases populares y obreras (Morales Muoz 1993: 389).

Y no solamente se escapa en estos lugares de la fatiga del trabajo, sino tambin funcionan, de acuerdo con Flora Tristn (citada por Morales Muoz), como va de escape a la
tristeza y discordias del hogar familiar.
En palabras de Mikel Aizpuru y Antonio Rivera: La taberna es una institucin singular en
los procesos de socializacin y ms adelante mencionan:
50
Es viejo el dicho de que sin fermentacin no hay civilizacin. Las primeras pruebas
que demuestran que el ser humano conoca la cerveza desde que empezaron las civilizaciones,
estn en algunos recipientes de barro hallados en Babilonia con restos de esta bebida, que datan
aproximadamente del ao 5000 a. C.
51
Tal era la importancia del pulque que a l estaba consagrada una de las principales deidades
de la mitologa mesoamericana: Mayahuel, la diosa del pulque.
191

Cantinero Jos Martn Martnez Garza, Pepe

192

La taberna, el saln obrero, era el lugar al que acudan stos para descansar, charlar,
evadirse de la realidad, tomar contacto con ella a travs del debate o la conspiracin
poltica o social, generar y reproducir referentes culturales (msicas y canciones, estereotipos,), etctera. (1994: 108).

Pero el desarrollo de la taberna y, especficamente, de la tpica cantina mexicana como


centro de entretenimiento obrero, responde a una realidad especfica que Aizpuru y
Rivera llaman proceso de proletarizacin, que tiene como rasgos distintivos: fijacin
de los trabajadores al espacio productivo; la aplicacin de una nueva concepcin del
tiempo; formulacin e imposicin de nuevas costumbres; modificacin general de las
condiciones de vida. Proceso de proletarizacin que descansa en la existencia de grandes masas de personas que solamente tienen su capacidad y fuerza de trabajo para vivir,
es decir, que ante la carencia de otros medios, herramienta, capital, deben trabajar para
un dueo o empresario a cambio de un salario.
Este proceso de adaptacin-reeducacin del naciente proletario, antes campesino o artesano, a la lgica y reglas de un nuevo sistema productivo y social, trajo, entre muchas
otras consecuencias, que el nuevo obrero recin introducido al modo de produccin
moderno, pasando la mayor parte del da en talleres y fbricas, buscara espacios y
escenarios donde estar el escaso tiempo libre. Entonces, habitando en su gran mayora
en viviendas precarias y ganando salarios bajos, las cantinas pronto demostraron ser,
sealan Aizpuru y Rivera, el lugar ms adecuado a las necesidades de ocio de la clase
obrera, tanto por los horarios que se adecuaban a los ritmos de trabajo de la fbrica,
como por la accesibilidad econmica que no posean otros espacios tpicos para la
sociabilidad como el caf, por citar un ejemplo52.
Monterrey, ciudad industrial y cervecera
La ciudad de Monterrey y su historia industrial est ligada a la produccin de cerveza
desde la fundacin, en 1890, de la Cervecera Cuauhtmoc. La ciudad, por tanto, no
es ajena a la realidad de las tabernas o cantinas que tambin se fueron extendiendo a
la par que la industrializacin regiomontana. La historia de la ciudad y la de su cono
industrial se desenvolvieron desde entonces en una paradoja: por un lado, en su vida
interna la Cervecera despleg diversas estrategias para disciplinar la fuerza de trabajo
bajo una concepcin paternalista de la relacin laboral promoviendo la internalizacin de una tica entre los obreros para alentar la productividad, enalteciendo la
templanza y la austeridad como virtudes del trabajador industrial (Palacios, 2009). Por el

52
Nota: Aunque las cantinas como lugares de entretenimiento y reunin de obreros,
paulatinamente se fue ampliando para el consumo de todo tipo de clases sociales, no solo obreras. En
este sentido tambin se les usurp el espacio propio.
193

otro lado, como estrategia de mercado, se foment, desarroll y protegi un mercado


interno hasta arraigar la cerveza como la bebida tpica de la regin.53
Con este desarrollo, aunado a la escasez de alternativas populares de recreacin, las
cantinas representan con precisin el lugar donde se satisface la necesidad de fuga de
los obreros y todo tipo de asalariados, encontrando en ellas el refugio perfecto: en la
cerveza la bebida ideal y en el cantinero el amigo, el prestamista e incluso el cmplice
poltico (Aizpuru y Rivera, 1994). Como menciona don Tino, zapatero de la Colonia Independencia, uno de los barrios obreros de mayor tradicin en Monterrey, al recordar
la presencia de cantinas en la zona en los aos cincuenta del siglo pasado:
Uuh, haba muchas; estaba llena esta colonia, las mejores eran Cuatro Caminos, el Bohemias, El Paraso, estaban muchas cantinas. En las tardes con las de barril estbamos
sentados con una jarrota, estaba barata la cerveza (Palacios y Martnez, 2010).

Desde esta perspectiva, la historia social regiomontana podra escribirse a partir de


plticas de cantina, pues los ingredientes para tal coctel estn dados: el clima extremadamente caluroso,54 la industria cervecera como una de las ms representativas e identitarias (Ortega, 2005) y la actividad productiva que congrega a millones de asalariados.
La cantina como taller
Podemos definir la cantina como espacio frontera, que se encuentra en el lmite entre
lo pblico y lo privado, entre lo permitido y lo prohibido, entre lo formal y lo informal,
entre el trabajo y el ocio; entre el amor a este tipo de lugares de escape y la franca
hostilidad representada por el discurso burgus de condena.
Encontramos en la barra de la cantina el smbolo inequvoco de estos binarismos. La
barra, siempre de madera muchas veces bien lustrada y desgastada por el uso, es el
eje en torno al cual se tejen las relaciones en la cantina: separa y rene al usuario, parro53
(N. de la e.) Entre los aos de 1922 y 1924 Cervecera Cuauhtmoc desarroll una de las
campaas ms interesantes para ampliar su mercado de consumo domstico: al sumarse a la tendencia
de cambiar el consumo de pulque por cerveza como bebida popular. Su estrategia se bas en
ponderar con argumentos cientficos las propiedades alimenticias, energticas e higinicas que el
producto tena por encima del pulque. Preocupados por la poltica impositiva, a nivel nacional hubo
una intensa campaa promovida por los industriales cerveceros para impedir que la cerveza se le
considerara bebida alcohlica y por tanto tuviera un mayor impuesto que la encarecera. La postura de
la Cuauhtmoc se resuma en: 1. Que la cerveza no sea considerada dentro de las clasificaciones de
las bebidas embriagantes porque no es una bebida fuertemente alcoholizada. 2. Pedir a los gobiernos
del centro y de los estados que la cerveza sea vendida libremente sin el cargo de las contribuciones
que han restringido la venta de la cerveza, redundando en perjuicio de nosotros (Trabajo y Ahorro,
1925:109).
54
La temperatura media anual es de 23C, aunque el promedio en los meses de julio y agosto
es de 35C.
194

quiano asalariado, con su contraparte, el cantinero que en ocasiones es el propietario o


frecuentemente un trabajador informal excluido del sistema de produccin moderno.55
El taller es el hogar del artesano menciona Sennett (2009: 72) y se trata por lo general
de lugares pequeos, donde las relaciones de autoridad se manifiestan cara a cara. La
cantina proletaria, al igual que el taller en la actualidad, ostenta una atmsfera que excluye toda especie de ceremonia (Morales Muoz, 1993), sustrayndose del rigor de las
normas hegemnicas.56 Se trata por lo general de lugares no muy amplios, con decoraciones interiores sencillas, frecuentemente orientadas a temas masculinos. En las interacciones laborales son caractersticas la relacin menos rgida entre los trabajadores,
como en la relacin atenta pero no sojuzgada con el cliente; de esta forma se favorece
la cohesin social y la solidaridad profesional (Morales Muoz, 1993:388).
Como se mencion, el cantinero, al igual que el artesano, no est incluido en el sistema
moderno de produccin; de igual forma que en el taller, en la cantina las habilidades
y conocimientos del maestro pueden valerle el derecho de mandar. De esta forma, el
cantinero se maneja con cierta autonoma, teniendo a su servicio al mesero o al talachero57, o tiene como subordinados aprendices del oficio generalmente ms jvenes
que el cantinero, o mujeres cuya labor consiste en realizar el trabajo preparatorio para
que el maestro se haga cargo personalmente del ajuste final, adems de realizar servicios como la limpieza, entre otros.
Pero la principal similitud entre el taller y la cantina, entre el artesano y el cantinero, la
encontramos en el estatus identitario distinto al del obrero industrial promedio. Ambos
manifiestan el orgullo y compromiso por el trabajo bien hecho y la defensa de su libertad como veremos a continuacin.
Una vida de cantina
Todas las cantinas del centro de la ciudad parecieran estar cortadas por la misma tijera
y tener requisitos espaciales especficos: estar rodeadas de locales comerciales y basura,
55
En este mundo de competencias, las del cantinero, segn el Observatorio Laboral de la
Secretara del Trabajo se describen as: Estndar de Competencia orientado a personas que deban
contar con conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes necesarios para laborar en cantinas
y bares, dedicndose a preparar y servir bebidas a los clientes, adems de realizar un constante
mantenimiento al rea de servicio, con la finalidad de conservar el equipo necesario para el desarrollo
de su trabajo y ofrecer un mejor servicio al cliente.
56
De aqu la dudosa, cuando no la franca hostilidad que suscita la cantina entre los ms
diversos medios sociales; autoridades civiles y religiosas, moralistas, que ven en la cantina la ruina de
las familias, de la moral, de la economa y del trabajo, incluso de la estabilidad poltica.
57
Sinnimo de trabajador multiusos, se refiere al sujeto que en la cantina se dedica a recoger
envases, limpiar mesas, partir hielo, acomodar cerveza, traer cualquier cosa que se ofrezca y en raras
ocasiones cuando el cantinero lo pide, pasa al otro lado de la barra a preparar o servir alguna bebida.
195

donde el abrasador sol del verano regiomontano convierte estos establecimientos en


oasis para los transentes y trabajadores luego de una larga jornada. Son lugares descuidados por el uso, en donde el tiempo pareciera no transcurrir; bien podra ser de noche
o de da, adentro no hay diferencia. Dentro de una cantina la realidad se transforma.
En estos lugares con mobiliario simple y similar: mesas metlicas, un par de televisiones,
algunas veces una tornamesa o radiola y la infaltable barra de madera, es donde el
anfitrin, el cantinero, quien detrs de la barra espera sonriente dispuesto a satisfacer
la necesidad, casi siempre de cerveza, de su comensal, es quien siempre tiene la broma
exacta, el comentario atinado que alegra el da y relaja.
En palabras del chef Adrin Garza Tllez, profesor de la materia de Cultura de Bebidas
en una escuela culinaria en Monterrey, las caractersticas bsicas de un buen cantinero
son las siguientes: una memoria increble, carisma; es decir, un sentido del humor que
le dure todo el da, una paciencia saca borrachos y siempre tener cerveza bien fra.
Para la realizacin del presente documento mis anfitriones fueron dos expertos cantineros: Ricardo, alias el Zurdo, y Pepe.58
El Zurdo es un tipo de rasgos fuertes, mirada penetrante y manos anchas, trabajadas; de
saludo firme, pelo largo y entrecano debajo de una boina gris. De tez morena recalada
por el sol y en su brazo izquierdo el tatuaje de una pantera que simula subir por su antebrazo que, en su intento, deja marcados con tinta roja, algo que simulan rasguos. A sus
39 aos aparenta otros ms, la vida de cantina pasa factura rpido. Soltero, vive con sus
padres y tiene dos hijos, una nia y un varn, de su paternidad se refiere: Tengo hijos,
con una morra tengo un hijo de 12 y con otra tengo una nia de 12. No me vas a creer
gey pero las dos quedaron embarazadas el mismo mes!.
Pepe es un hombre delgado, alto, de rasgos aguileos, cerca de cumplir 50 aos de
edad. A primera vista parece dbil, pero en cuanto noto la facilidad con la que carga
la olla llena de caldo de res que sirven ese da de botana, desecho tal pensamiento.
Naci y creci en Valle Hermoso, Tamaulipas, la ciudad de las tres mentiras, porque ni
es ciudad, ni es valle, ni es hermoso. Rpidamente confirmo una de las caractersticas
esenciales para ser un buen cantinero: el buen humor.
58
Una de las cantinas emblemticas del centro de Monterrey es el bar Lontananza, que presume
una antigedad centenaria y su disputa frente a la gran empresa por sobrevivir. (http://www.milenio.
com/cdb/doc/impreso/8102578). Aunque no fue parte del trabajo de campo del autor del captulo,
Pablo Cuellar aprovech la necesidad de otras fotografas para darse la vuelta por all. Lo atendi Pedro
Ismael Sotelo Garca alias Perico. Le platic que comenz a trabajar desde los doce aos y ya lleva 43
sirviendo bebidas, que le gusta mucho entre otras cosas porque: siempre traigo dinero por las propinas.
En su oficio, dice, surgen pleitos pero ha sabido como calmar a los parroquianos rijosos. Entre sus
satisfacciones desataca haber conocido a nios que andan boleando y al paso del tiempo regresan ya
grandes, algunos con una carrera profesional y pasan a tomarse una cheve y a saludarlo. (N. de la e.)
196

Pepe trabajando atrs de la barra

197

Ambos llegaron a la vida de cantina como clientes: Pepe hace unos 25 aos, y de cantinero, en diferentes pocas y distintos lugares, lleva aproximadamente 15 o 16 aos: En
Kloster apenas cinco, alternado su trabajo como cantinero con lo que l considera su
verdadero oficio, la electricidad.
El Zurdo cuenta que lleg primero como cliente, ms tarde cliente frecuente, se hizo
de amigos y se empez a familiarizar con el movimiento y un da en que cacharon en
unas movidas a un cantinero y lo corrieron, l pidi chanza de trabajar y se qued. De
ese da hace ya ms de 14 aos. En El Mexicano tiene trabajando 3 aos y es que ese
local tiene ya mucho tiempo, pero con el nombre de Mexi tiene apenas unos 6 aos.
Sus jornadas laborales ilustran las diferencias que en estos trabajos se encuentran;
mientras que el Zurdo empieza a las diez de la maana y termina entre semana a la
una o dos de la madrugada, y entre cuatro y cinco de la maana los fines de semana. El
horario de Pepe es ms formalizado, si le toca trabajar de da empieza a las diez de la
maana, termina su jornada a las seis de la tarde; y si trabaja por la noche, empieza a las
seis para terminar, al igual que el Zurdo, entre la una y dos del da siguiente.
El oficio, clientes y mercado
El oficio de cantinero en palabras de Pepe es sencillo y divertido. El da empieza con el
llamado pasa manos; es decir, la entrega de la barra de cantinero a cantinero; luego le
indican cules cuentas estn activas y cules ya fueron cobradas. Lo segundo es revisar
la cerveza, contarla, ver si le falta hielo o cual cerveza se est agotando, y luego hacer
una revisin visual de los vinos. Cumplidos todos los requisitos tcnicos pasa a lo ms
importante: saludar a los clientes. Al respecto comenta que el saludo al cliente se personaliza un poco para que el cliente se sienta ms a gusto y vea que est como en su
casa, esa atencin la hacemos todos los das.
Durante el resto de la jornada se limpia la barra, se sirven cervezas, comida, se convive
con los parroquianos y al final tocar limpiar el lugar y hacer el corte que para el Zurdo
es lo ms difcil.
Estas cantinas del centro son por lo regular lugares pequeos, trabajan dos cantineros
por turno y alrededor de cuatro a seis en total; son un equipo y se dividen el trabajo: el
cantinero est a cargo de la barra y del servicio al cliente; en algunas ocasiones hay un
talachero que ayuda a limpiar y, a veces, termina hacindola de mesero.
En la cantina donde trabaja el Zurdo slo vende cerveza y comenta: de las chiquillas,
medias, caguamas y caguamn, y proporciona una aclaracin que refrenda el predominio de la bebida de cebada: antes tambin vendamos bebidas59, pero ah nos duraron las
59
198

Forma coloquial para designar otros preparados de alcohol distintos a la cerveza.

botellas aos, acabamos tomndonoslas el peln su colega cantinero y yo. Mientras


que Pepe adems de cerveza, bote, media y de barril, tambin prepara bebidas a la
orden, nacionales regulares, no bebidas exticas, sino normales, como vampiro, Don
Pedro, etctera. Regularmente se sirve cerveza, pero tambin nos hace saber que a la
cantina no slo se va a beber, tambin les atrae a los clientes los alimentos que all se
proporcionan: lo que busca la gente es la comida o botana, rodear la cerveza de la
comida. La gente viene, se toma tres cervezas y come.60
El Zurdo gana $2 300 pesos a la semana ms trcalas, como por ejemplo inflar la cuenta de los clientes: unos dos o tres pesillos ms; pero comenta que no con cualquiera,
con los que siempre van no lo puedo hacer, uno sabe con quin, generalmente a los
que van por primera vez. Este cantinero no cuenta con ninguna prestacin de seguridad
social. Mientras que Pepe cuenta con todas las prestaciones de ley: seguro social, Infonavit, vacaciones, aguinaldo, etctera; y gana, aproximadamente, incluyendo propina,
unos $1 500 pesos a la semana.
La cantina puede ser modesta pero son espacios abiertos a la clientela ms variada, la
mayora hombres, pero de todos los estratos sociales, desde la persona que trabaja por
su cuenta y gana lo que quiere, gente rica y de abolengo. Viene gente de todo tipo y se
ven los contrastes, no en el da, sino en la noche, comenta Pepe.
En esta actividad particular la provisin de la mercanca es al parecer el menor de los
problemas. Segn recuerda el Zurdo en este tiempo ni los productos ni los servicios se
han transformado, siempre le han comprado directamente a la Cervecera Cuauhtmoc.61 Sin embargo, lo que ms vara son los clientes y menciona que ese es el problema, que cada ao cambian los clientes y es volver a empezar, que no los conoces y que
hay que ver cmo son e irlos conociendo.
El cantinero sin duda teje relaciones interpersonales con los clientes frecuentes; hace
amigos y forma redes solidarias. Esto es claro cuando dice pues t sabes la cantina
tiene su raza. Y tan fuerte puede ser esta relacin de confianza que la problemtica
de estas interacciones les hace reflexionar y distinguir empricamente la diferencia de
60
Esta prctica en muchas cantinas provoca que algunas adquieran fama precisamente por el
tipo de comida o botana que se ofrece y que llega a ser distintiva del lugar, algn tipo de salsa, guisos,
entre otros, lo cual refuerza la concepcin de la cantina como un espacio de convivencia ms all del
slo consumo de alcohol.
61
(N. de la e.) Una de las estrategias empresariales ms fuertes para la estandarizacin y el
crecimiento del consumo de cerveza en la ciudad metropolitana, ha sido el equipamiento mesas,
sillas, hieleras, refrigeradores, principalmente de bares y cantinas a cambio de la firma de exclusividad
del producto a ofrecer. La rentabilidad de esta poltica para Cervecera Cuauhtmoc, que adems
ha mantenido con reducida competencia el monopolio de sus marcas en la ciudad, justific desde
hace dcadas la instalacin de una empresa para fabricar directamente ese tipo de mobiliario, el cual
regularmente cuenta con los colores y emblemas de los productos de la empresa.
199

200

Ismael Sotelo Garca, Perico atendiendo a la clientela

201

intereses entre propietarios y empleados de un negocio como ste:


Si yo fuera el dueo de la cantina, lo primero que hara sera dejar de tomar. S gey, si no
me la voy a acabar, no? o sea, todos me piden fiado; ya le bajaron un poco, vea! Antes:
ah, es que tu eres con madre. S, s, yo con madre; s gey, si no fiara no fuera con madre.

Los principales clientes de El Mexicano son lo que el Zurdo llama artistas urbanos62,
estudiantes y rockeros de toda la vida. Y aunque tradicionalmente la vida de la cantina
estaba vedada para las mujeres, hoy en da hay muchas clientes. Orgulloso comenta
que est tranquilo, puedes traer morras nadie, nadie le falta al respeto, est todo bien.
Tambin comenta que para atraer a los clientes no hacen nada especial y que siempre
va a haber borrachos. No obstante, menciona que tienen promociones como el jueves
de discada y la cantina se llena como si fuera fin de semana y con eso ya no necesitan
traer grupos de msica en vivo, haya grupo o no haya grupo se llena.
Al respecto, la estrategia del Kloster es muy parecida, Pepe destaca la mecnica de
botanita por cerveza, que es acompaar de algn guiso, tostadas, caldos, para vender
ms producto. Otra estrategia es la que llama hacer sombra, la cual consiste en platicar
con el cliente para que se quede cautivo, se quede aqu tomando y consumiendo aunque no coma, que est a gusto, y considera que eso es parte de la esencia del lugar, la
botana, el equipo de trabajo. Tienen una concepcin integral del servicio que ofrecen,
ese es su oficio:
Lo que se ofrece es la calidad del producto y adems vienen porque los escuchas, les
das un lugar. La persona se siente como en su casa, a veces los clientes se desesperan si
hay mucha gente y no los atiendes como siempre, como se merecen.

En lo que atae a la innovacin Pepe comenta que se han hecho intentos, pero sta no
ha sido vista con buenos ojos por los comensales ms antiguos, debido a que es una
cantina tradicional. Tiene ms de 60 aos de servicio y el lugar siempre ha manejado la
misma esencia. Algunas novedades son organizar taquizas o comidas especiales cuando hay algn evento importante, por lo general de futbol, o los sbados de karaoke con
la intencin de atraer clientela ms joven. Sin embargo, la percepcin de los clientes
es que ahora el lugar est en decadencia porque va menos gente, situacin que Pepe
atribuye a la crisis de seguridad/inseguridad que hay en la ciudad.63
62
Refirindose a las personas que se dedican a cantar y tocar la guitarra, principalmente, en
los camiones de las rutas urbanas.
63
Esta situacin de menor actividad podra reflejarse en Nuevo Len en la tendencia
ocupacional descendente en los aos recientes. En 2007 el total de personas trabajando como
cantineros, meseros o camareros era de 22 990, y en 2012 la cifra lleg a 18 320, adems de considerar
que es una de las ocupaciones con ms bajos salarios. Fuente: Observatorio Laboral de la STPS.
202

La satisfaccin del trabajo


Para ser cantinero se necesitan huevos, si no, todos te chingan
La frase anterior ejemplifica claramente qu tan convencido est el Zurdo de que no
cualquiera puede ser cantinero, y aunque no lo menciona abiertamente, cualidades
como ser bueno con los nmeros, la cordialidad y la disposicin, son elementales para
realizar satisfactoriamente su empleo.
Para Pepe el don de cantinero lo trae de nacimiento, siempre le gust platicar: Es
un oficio ms cmodo, platicar con gente y ganar dinero, pues es muy tentador. En su
autoimagen, su xito radica en la atencin personalizada al cliente, el respeto, el hacer
las cosas bien y auxiliar al cliente en cualquier cosa, las cualidades necesarias son tener
buen contacto con la gente, personalizar el saludo, aprenderte el nombre del cliente,
mostrar inters por la persona y que te guste lo que haces. Adems, dice disfrutar y
aprender mucho de toda la gente con la pltica, siente enriquecerse como persona,
disfrutar de su libertad para hacer otras cosas. Es tajante al aclarar que la cantina es
un ambiente muy sano de trabajo, no es complicado. Sin embargo, este no es todo su
mundo y est buscando algo ms.
De las dificultades y riesgos del oficio podemos enumerar robos, lesiones por rias,
cortadas con botellas, el cansancio de los horarios de madrugada, insomnio los das
de descanso, inclusive artritis en las manos por el cambio de temperatura que implica
meter la mano en la hielera, entre otros. Al Zurdo lo que menos le gusta de su trabajo
es tener que estar lidiando con borrachos. Sin embargo ninguna de las dificultades se
compara con el gran beneficio de dedicarse a servir bebidas: el conocer mujeres.
A pesar de las satisfacciones que este trabajo les proporciona, los costos se acumulan
con los aos. Ambos se dicen cansados de la vida de cantina y les gustara trabajar en
otra cosa; la principal razn es el horario, vivir de noche pasa factura muy rpido. Adems de que son conscientes que la edad pesa y no podrn dedicarse a esto toda la vida.
Satisfaccin de necesidades bsicas como salud, vivienda y disfrute del trabajo, se viven
como una suerte de contradiccin, donde la resolucin de las primeras pareciera que
tiene como costo la limitacin o supresin del segundo. As lo expresa el Zurdo, como
aspiracin y como quimera:
O sea, una por el Seguro [Social]. Otra que todava tengo tiempo, todava tengo chanza;
por ejemplo, ahorita ya en un ao que est trabajando, arreglas, haces la papelera para
lo de Infonavit y te dan tu cantn. Ahorita es ms rpido, es ms fcil, es por eso que
quiero entrar a una fbrica, quisiera verdad, pero no se va a poder.

Y est tan convencido de que no se va a poder por diversas razones: primero porque ya
trabaj en diferentes empresas y nunca logr adaptarse al horario inflexible y demandante:
203

Perico, sirviendo y atento a la pltica

204

La entrada ma era a las seis [de la maana] me tena que levantar a las 5:00 a.m.: bate,
almuerza y fuga; me iba a pie, pero no, a veces yo me pona pedo gey; me acostaba a
las 12:00 o 1:00 de la maana, para levantarte a las 5:00, pues iba todo pendejo.

Adems de esta resistencia a sujetar la vida al horario de la fbrica, hay otras razones,
como los difciles procesos de seleccin: Luego te hacen un pedo y te hacen exmenes tambin, que ya no me drogo verdad, pero es un pedo para entrar. Le suma otros
agravantes como tener que utilizar un corte de pelo diferente al que le gusta y un impedimento ms es el estar tatuado.
Por su parte Pepe, a pesar de contar con un mnimo de prestaciones en su calidad de
empleado formal, afirma: he sido empleado toda mi vida, ya estoy cansado. Sin explayarse en las razones para no buscar trabajo en una oficina o un Soriana, s considera que
el oficio de cantinero es una opcin laboral ms redituable econmicamente, aunque
el pago a nivel salud es muy fuerte.
Los bares: evolucin o decadencia de la cantina tradicional?
El capitalismo tardo ha atrado la atencin y puesto como base de la reproduccin y
subsistencia del sistema, el incremento incesante del consumo (Bauman, 2000).64 Dicho
cambio ha movido a modernizar la cantina antigua a lo que ahora es un bar, o un sport
bar; esa modificacin del pub ingls en simbiosis con el cabaret, la discoteca y la cantina tradicional (Gonzlez Alcantud, 1983), convirtiendo a estos establecimientos en
lugares de consumo, pero ya no slo de bebidas, sino de entretenimiento y espectculo
dando lugar a una jugosa industria.
Durante la prevalencia del capitalismo industrial eran principalmente las clases obreras
las que necesitaban espacios de fuga del trabajo alienante; en la actualidad, la clase media trabajadores de cuello blanco de todos los niveles y profesiones e inclusive las
clases altas ya no encuentran en sus lugares tpicos de recreacin el saln burgus, el
club deportivo, etctera el espacio idneo para la evasin necesaria y en este contexto
se transforma la cantina en bar, mutacin que circunscribe diferencias simblicas como
lo mencionan Lalander y Lalander, retomando el argumento de Torstein Velben, quien:
argumenta que las clases sociales superiores, de manera simblica, intentan crear
diferencias vis vis las inferiores. Esta creacin de diferencias simblicas, llega a ser
an ms actual en sociedades capitalistas y democrticas, donde est amenazada esta
diferencia (Lalander y Lalander, 2001: 257).

64
En contraposicin a la visin clsica de capitalismo industrial sustentado en una sociedad
de productores, la que ahora, dice Bauman se ha transformado en una sociedad de consumidores.
205

Una primera diferenciacin sigue siendo la espacial-territorial. Es comn que las cantinas tradicionales se encuentren en zonas cntricas de la ciudad (donde es intenso el flujo de peatones) y en barrios populares con concentracin de trabajadores; en tanto que
los nuevos bares se ubican en zonas ms exclusivas los modernos centros comerciales,
sectores residenciales, grandes hoteles, entre otros. Cosa importante de esta distincin
es que en el bar no se da la fusin de mundos que en una cantina se puede encontrar.
Abundando en estas diferencias simblicas, las prcticas y usos tambin se distinguen.
Aunque a primera vista lo que se ofrece es lo mismo, bebidas, se va a un lugar o al otro
buscando cosas distintas. El asalariado, por su parte, asiste a la cantina con la idea de
liberacin del estrs diario; va por la tranquilidad y la camaradera que el lugar brinda,
como mencionamos anteriormente; mientras el que asiste al bar de moda lo hace por
el espectculo, la simulacin y la percepcin de estatus que adquiere al visitar lugares
exclusivos, como apuntamos a continuacin. Exploramos las principales continuidades
versus diferencias, y ponemos nfasis en la labor del nuevo actor principal: el barista,
bartender o barman, nieto posmoderno del cantinero clsico.
La principal caracterstica del barman es la creacin. El chef Adrin Garza Tllez comenta al respecto:
Hay que crear, hay que innovar y hay que hacer cosas muy diferentes a las que estamos
acostumbrados, por lo mismo de que la sociedad, por un lado, ha ido modernizndose
y, otra, el hecho de que empieza a haber como una globalizacin en la importacin/
exportacin; eso pega mucho en la industria de la barra.

El barman est obligado a la innovacin, a mezclar licores y crear nuevos productos que
adems de ser agradables al gusto, sean atractivos a la vista, necesita conocer un sinfn
de sofisticados ingredientes y licores siempre teniendo en cuenta el mercado a quien
va dirigido el tipo de negocio: Hay una parte de la ciudad que va a la cantina; no va
por el trago [bebida preparada], va por la cerveza y viceversa. El tipo de gente que va
a la cantina va en busca de sosiego, donde ir a platicar con el amigo o a platicar con el
cantinero; otro tipo de gente lo que busca es el espectculo y comenta:
Nos dejamos impresionar por la lucecita y el fuego en la bebida que nos vendi el vecino de al lado, el de arriba [Estados Unidos]; estamos perdiendo identidad como pas y
como cultura. Es triste, no debera pasar eso, deberamos ser los primeros de sentirnos
orgullosos de nuestras races.

Bajo su ojo crtico sobre estos dos espacios, observa la fuerte distincin de sus formatos respecto del mobiliario: uno para prolongar la estancia, el otro para inhibirla. Es
decir, la cantina est diseada para pasar horas conviviendo, las sillas son cmodas, a
diferencia del bar en donde por lo general los asientos son muy estilizados, pero incmodos porque cada mesa tiene un tiempo de vida con clientes.
206

El bar est pensado para conversacin vis vis en el mejor de los casos, nunca para
el contacto grupal, aunque tampoco desarrolla con xito el contacto dual (Gonzlez
Alcantud, 1983). Aqu nos dice Garza Tllez, que el grupito de gente est un poco ms
aislado del barman, el barman no est en contacto con la gente y de esta forma se
pierde el sentido de la barra de cantina; el trato se vuelve impersonal, las diferencias de
estatus se imponen y es tajante al comentar:
El barman o el bar tender no tiene el acercamiento con su cliente, ya no lo conoce, ni siquiera sabe cmo se llama, no sabe qu toma. Llega un mesero y le dice: trabjame tales
bebidas, y la persona que est en la barra las trabaja a ciegas no sabe ni para quin son.

Otra diferencia bsica respecto a la cantina tradicional es el acceso de la mujer a este


tipo de lugares. Ahora es comn encontrar a grupos de mujeres bebiendo y platicando
en el bar. La cantina es por tradicin el lugar donde el macho mexicano se permite
llorar. Eso no lo permite el bar, en primer lugar porque es un lugar en donde se va a
cuidar la imagen y, en segundo, por el libre acceso del mercado femenino a estos establecimientos. La cavilacin de Garza Tllez no deja lugar a dudas:
S, esa emancipacin femenina le ha quitando un poco de identidad a la segunda casa
del hombre. Ahorita imagnate vas a un bar, estn cinco o seis mujeres y tu amigo llore
y llore, y hasta a ti te va dar pena; llorando ah con la botella en la mano y que no la
suelte; y se est recargando con la botella encima de la mesa llorando.

Sin embargo, al barman, al igual que al cantinero y el artesano, lo que le importa es el


resultado final, tienen en comn el amor y orgullo por la creacin y lo que en el argot
culinario se conoce como mixologa es para Garza Tllez un arte y argumenta:
No importa cunto me tarde, tengo que llegar a mi resultado final igual que en una
barra no? Cuando voy a crear una bebida tengo todo mi arsenal de botellas. Voy a
tardarme horas y voy a crear lo que le voy a crear el da de maana a mis clientes.

En conclusin, el chef cree que los cantineros tradicionales estn en peligro de extincin, y que los barman tienen una deuda de reconocimiento y respeto del trabajo del
cantinero, porque:
finalmente el cantinero abri punta para que ahorita el barman sea respetado, sea reconocido, sea el aplaudido. Si no hubieran enamorado al pblico durante tanto tiempo
hoy las cosas seran totalmente diferentes.

Cabe mencionar que ambos oficios no se oponen, se complementan, pues ambos responden a un mercado especfico que necesita cubrir necesidades diferenciadas. Ambos,
a su manera, son artesanos. Mientras que el nfasis del cantinero pasa por la libertad
que le da el permanecer fuera del sistema de produccin estandarizada y por las rela207

ciones personales que se tejen en la cantina; en el barman es el proceso de innovacin


y creacin lo que hace que sienta gran satisfaccin por su trabajo.
Conclusin
El oficio del cantinero es uno de ms estigmatizados por la sociedad actual y slo parecen recibir reconocimiento por su labor de parte de sus fieles comensales. Contrario a
lo que a primera vista pudiera parecer, no se trata de personas irresponsables, pues con
frecuencia asumen la administracin del negocio sin ser propietarios, adems de tener
jornadas y horarios de trabajo prolongados, actividades multivariadas, etc. No huyen
del trabajo, ms bien se han rehusado a la lgica del trabajo fabril predominante en la
ciudad, la cual a ellos les resta, en su percepcin, libertad de intervencin y actuacin.
Notoriamente estn comprometidos con su trabajo y con sus clientes de una forma
que es difcil encontrar en el mbito laboral tradicional. En sntesis, se trata de personas
que, como en otras ocupaciones y oficios de esta ciudad industrial, deciden dedicarse
a lo que les gusta y a lo que saben hacer.

208

CUARTA PARTE

ENTRE EL TALLER Y LA INDUSTRIA

Romn Lujano, panadero artesano

CAPTULO 10
LOS PANADEROS: UNA ARTESANA
QUE SOBREVIVE A LA INDUSTRIA

Los panaderos: una artesana que sobrevive a la industria


Alondra Mayela Rojas Carranza
Jess Cardona Salinas
Lylia Palacios

Introduccin
En este trabajo pretendemos dar a conocer el oficio de los panaderos en un contexto
urbano, tomando como espacio el rea Metropolitana de Monterrey. A lo largo del
texto se construyen clasificaciones para analizar las diferencias que existen entre los
negocios dedicados a la fabricacin y venta de pan.
La informacin que aqu se presenta fue extrada de seis entrevistas realizadas a Guadalupe Castillo Macas y Juan Antonio Reyes, gerente y socio panadero de la Cooperativa
Estrella Roja, respectivamente; Juan Pablo Ortega, dueo de la panadera Maggi; Jos
Martn Enrquez Medina empleado de la panadera Rico, Romn Lujano Covarrubias
propietario de una panadera artesanal del centro de Monterrey, y el panadero retirado
Guadalupe Llamas.
Comenzamos con una pequea historia de la panadera en Mxico, posteriormente
presentamos las caractersticas del oficio mencionando los tres tipos de panaderos: artesano, empresario y empleado; as como los modelos de panaderas que existen en la
metrpoli regiomontana: artesanal, en transicin y mecanizada. Finalmente, abordamos
algunas de las estrategias y retos que muestra este oficio.
Notas sobre la panadera en Mxico
Pasar de alimentarse directamente con los productos que la naturaleza le proporcionaba, a cultivarlos y cocinarlos, representa miles de aos en la historia de la humanidad.
Este es el caso del consumo y posterior cultivo de los cereales. Su uso se benefici,
primero, con el ablandamiento del grano en el agua y con la magia del fuego; posteriormente, al descubrir que dentro de la corteza haba un alimento que esperaba ser
molido con piedras y transformado en harinas. La harina obtenida de este modo, era
humedecida para hacer una especie de galleta sin forma, mezclada con salvado. Ese fue
el pan que aliment al hombre durante milenios.65
65

Fuente: Harinas Elizondo. Historia de la panadera


215

En Mxico el pan fue trado por los espaoles con la conquista y ha tomado formas artesanales nicas y caractersticas del pueblo mexicano. Forma parte de una gran cultura y
tradicin; es probable que el nuestro sea uno de los pases con mayor variedad de panes,
como resultado del sincretismo entre las diversas culturas indgenas y la herencia de las
culturas europeas, espaola y francesa, principalmente. Por lo que puede decirse que el
concepto del pan y de las panaderas es en Mxico diferente al resto del mundo.66
El pan de la Nueva Espaa slo se consuma entre los espaoles; ms tarde el consumo
se extendi a la poblacin criolla y mestiza. Menciona Savage (2002) en su reportaje que:
su propagacin por la capital de la antigua Tenochtitln hizo que su olor, sabor y
forma penetraran tambin en el gusto de los indgenas. Cada clase consuma un pan
distinto, el pan floreado era el que coman los ricos, pues era ms caro y pasaba por
varios procesos de refinacin, mientras que el pueblo coma un pan mucho ms econmico y de menos calidad conocido como pambazo.

El oficio se fue transformando, pues el pan, al ser elaborado por los mexicanos, pas
por un proceso de apropiacin donde se estimulaba la creatividad.67 Las piezas antes
rudimentarias se convirtieron en
expresiones de azcar, fueron adquiriendo formas, tamaos y nombres como chamuco, huarache, nopal, comal, taco, chilindrina y hasta greuda; que no tuvieron empacho
en convivir con las creaciones espaolas como abanico, barco, can, cochino, cuerno
o madrilea. (Savage, 2002)68

El oficio del panadero


Un tahonero es aquella persona que se encarga de elaborar pan, principalmente con
harina de trigo, mediante diferentes procesos y amasijos. Entre sus herramientas principales cuenta con cortadores, amasadoras, moldes, horno, charolas, entre otros. El conocimiento del oficio se divide en distintas reas, como la repostera, pan de levadura,
galletera fina, pan blanco y, no menos importante, el rea de administracin.
Guadalupe Castillo pronto nos ubica en la realidad actual del oficio: los panaderos de
antes no son lo mismo que los panaderos de hoy. Lo que se necesitaba en primer lugar
para ser panadero era que te gustara el oficio. Ahora la gente trabaja porque necesita
el seguro [social], porque necesita el Infonavit, aunque no le guste.
66
Fuente: Cmara Nacional de la Industria Panificadora, Historia del pan
67
Por ejemplo, para el caso del noreste de Mxico, la aportacin tlaxcalteca a la cultura
panificadora regional es ampliamente reconocida en el llamado pan de pulque.
68
No obstante, siguiendo a la autora, este proceso de inculturacin tuvo un alto costo humano, pues menciona que en este periodo la fuerza de trabajo lleg a provenir de presidarios que cumplan su condena, trabajando gratuitamente expuestos a condiciones miserables y con largas jornadas
de trabajo en panaderas pertenecientes, en su mayora, a espaoles.
216

Dos generaciones trabajando en la panadera Maggy

217

Las panaderas grandes producen alrededor de 50 tipos de pan, mientras que las panaderas pequeas entre cinco y ocho variedades. La Estrella Roja nos comparti la experiencia de pedidos especiales como el pastel del aniversario del municipio de Monterrey con una cantidad de 10 mil quequis, en el que invirtieron cerca de 80 horas de
trabajo, y la elaboracin de una rosca de reyes de mil metros.
Los tiempos cambian y el mercado presiona. En la actualidad se elaboran productos
que tienen un proceso mnimo de preparacin, en contraste con las elaboradas creaciones de antao.
Con el trabajo de campo realizado observamos las diversas funciones que llegan a desempear los panaderos y podemos clasificarlos en tres tipos: el panadero-artesano, el
panadero-empresario y el panadero-empleado.
Panadero-artesano
El panadero-artesano es aquel que se encarga de todo lo relacionado con la panadera:
es dueo del negocio, elabora el pan, consigue la materia prima, administra las finanzas
y se encarga de la venta del producto. Se encuentra relacionado directamente con la
panadera artesanal; algunos inician a temprana edad como ayudantes de un maestro
panadero, otros se familiarizan con el oficio pero se incorporan despus de probar
otros campos de actividad. Despus de aprender el oficio, estos panaderos se independizan o heredan el negocio, y llevan con ellos las recetas tradicionales para continuar
elaborando . sta es la ruta que muchos aprenden pero no todos cristalizan.
El testimonio del seor Guadalupe Llamas, quien dice yo no soy panadero, soy fsicoqumico-matemtico de la elaboracin del pan, nos acerca a esta figura del panaderoartesano. l se inici en 1968 en el arte de los amasijos en una panadera ubicada en
el centro de Monterrey como ayudante del maestro Serafn, el que me ense a m
a trabajar la panadera. Despus el maestro puso su negocio y se fue a trabajar con l
durante 8 aos. Posteriormente se le present la oportunidad de rentar una panadera
situada en la colonia Caracol. Finalmente, en el ao 1980, estableci en su casa la panadera que funcion hasta el ao 2007.
El artesano trabaja por lo general en dos turnos, en la maana y en la tarde. La jornada
es intensa dejando poco tiempo libre entre la preparacin, el reparto y venta, y la compra de materias primas. Los das libres para este tipo de panadero no siempre se gozan.
As lo resea don Guadalupe:
Yo me levantaba a las cuatro de la maana y surta el pan, acomodaba las charolas en
canastos, los suba a la camioneta y me iba a entregar. Volviendo de entregar, surta el
despacho, pona francs, volcanes, marinitas. Terminaba de entregar a las siete o siete y
218

media, iba al Mercado de Abastos, surta la mercanca y me pona a trabajar con un chavo.
Hacamos el pan, de las ocho de la maana a las dos de la tarde. Hacamos lo que era la repostera, digamos galletitas, bsquets, bombones, quequis, todo eso y en la tarde de cuatro
a diez de la noche trabajaban dos hermanos haciendo lo que es el volcn, la margarita y el
francs; eso sala como a las diez de la noche ms o menos.

Otra es la historia de Romn Lujano Covarrubias, hijo del panadero Herminio Lujano
propietario de la panadera El Fnix en el centro de Saltillo. La familia lleg a Monterrey en 1957 luego de que el padre cerrara la panadera y comprara aqu una pequea
panadera en el viejo centro de la ciudad, se llamaba El Charro, l le puso La Saltillera.
Romn creci en el ambiente del oficio pero no se acerc hasta aos despus de vivir
en Monterrey. A los 22 aos, all por 1967 fue aprendiendo de los trabajadores de su
pap mientras estudiaba la carrera de Derecho, le agarr cario. Al enfermar su padre
dice don Romn: le dije: pues ya descansa y me encargu yo y all sigue a sus 70
aos, en la misma panadera de Modesto Arreola y Diego de Montemayor, hasta que
el cuerpo aguante.
Estos artesanos conservan sus recetas, utilizan un mnimo de equipo mecanizado pues
la mayor parte del proceso lo realizan manualmente. Son negocios familiares que integran a pocas personas ajenas y cuando lo hacen son uno o dos aprendices jvenes
que laboran informalmente. Las panaderas de este tipo, aunque pocas, subsisten en la
ciudad y regularmente se llegan a heredar de padre a hijo.
Panadero-empresario
El panadero-empresario es el que se dedica particularmente a las tareas administrativas
de la panadera, tiene el contacto con los proveedores y empleados que se dedican a
elaborar el pan, venderlo y repartirlo. Por su formacin como panadero puede cubrir
el trabajo cuando falta personal, ya que tiene el conocimiento de todo lo relativo al
oficio. Tiende a modernizarse para hacer eficiente el uso de tiempo y materia prima. Se
encuentra en panaderas mecanizadas o en transicin.
Juan Pablo Ortega es la tercera generacin de una familia panadera. Su abuelo fue panadero y su pap tambin: pap dur ms de 70 aos siendo panadero. El oficio, aunque
de herencia familiar, lo aprendi en Estados Unidos cuando se fueron en 1972. Luego
de un corto periodo de intentar laborar en la industria metalmecnica, los riesgos, las
intensas jornadas, el idioma y las malpasadas lo hicieron regresar a su origen:
entonces llegaba con mucha hambre y mi pap me deca: pues le hubieras dado una
mordida al fierro. Y dije, no pues tiene mucha razn, en la panadera tienes hambre y le
das una mordida al pan, y te lo comes y se te baja el hambre y pues regres al oficio de panadero en Estados Unidos. Trabaj en Houston 6 aos, despus me fui de panadero a un
autoservicio y luego me la dieron de gerente en una panadera y estuve ah un buen rato.
219

220

El maestro panadero y sus polvos mgicos

221

Estos medianos empresarios, aunque pueden incorporar familiares, contratan la mayor


parte del personal. Y el recordar [Juan Pablo] cmo fue su aprendizaje lo lleva a hacer
comparaciones con el presente. El suyo requiri de muchos sacrificios, porque haba
mucha disciplina y los maestros eran muy estrictos, pero aprendas bien lo que te estaban enseando:
Era muy penado hacer cosas que no salan bien porque los jefes nos pegaban y tenas
que aprender, nos levantbamos bien temprano, a la una de la maana a hacer el pan;
y despus tenamos que ir a venderlo y si un da nos vean con los pies levantados
descansndolos, iban y te pegaban en los chamorros o que sala mal algo y en la mano
te pegaban porque no salan las figuras. Ahora, en la actualidad, como empresario veo
que a los muchachos no les puedes ni hablar, si les llamas la atencin no vienen al da
siguiente o se te van. No hay una disponibilidad de que ellos quieran aprender.

Al volver a Mxico se instal en Monterrey en el ao 1982. Busc panaderos para trabajar, y a los pocos aos, con el espritu empresarial animado por la experiencia estadounidense, adquiri mquinas para sustituir personal, de tal modo que al nuevo que
contrata lo capacita para que pueda hacer de todo.
Una de las ventajas para subsistir que tienen algunos de estos negocios, es que son
administrados por personas que antes que administradores son maestros panaderos.
De esta manera pueden resolver las dificultades que como patrones tienen con los
empleados, comenta Juan Pablo: Si no vienen pues no hay pan. Y si t no sabes como
dueo hacer pan pues ya te amolaste, gracias a Dios yo s hacer pan, ya que me faltan
me puedo meter yo a hacer pan.
O para sacar adelante pedidos especiales en horarios irregulares a fin de cumplir con los
clientes, como narra el gerente de la Estrella Roja al recibir un pedido de 3 mil bolillos:
Entonces hablo con los compaeros [administradores] y me dice y quin los va a hacer
si no hay panaderos; le digo, tu eres panadero, yo soy panadero, el otro compaero
que anda ah abajo es panadero y nos echamos el celular a la bolsa y le dijimos a las
compaeras [recepcionistas]: si es urgente urgente urgente el asunto que se vaya a tratar, djelo para la tarde y si no psemelo para maana, y as fue.

El panadero-empresario regularmente es propietario del negocio, o socio como en el


caso de la Cooperativa Estrella Roja. En tamao estas panaderas rebasan a la panadera
artesanal pues aunque puedan participar familiares la mayora son panaderos asalariados. No obstante la introduccin de maquinaria y la mayor produccin, en estos lugares, la fuerza de trabajo artesanal siempre est presente, pues aunque los empleados se
especialicen en tareas, se busca que aprendan el proceso, incluso como solucin para
cubrir a los que faltan al trabajo: tienes que irles enseando de poco a poquito, involucrarlos en todo es bueno, porque maana o pasado no llega un trabajador.
222

Para otros administradores, lo artesanal tiene que ver con el tipo de conocimientos que
se aprenden y conservan, puntualizando que a diferencia de la panificacin industrial,
donde todo el proceso est fragmentado, en estas panaderas hay que saber:
tanta harina, tanta manteca, tanta sal, tanta azcar, tanto mejorante, tanto leudante,
tanto tiempo, todo, todo. A eso nos referimos con que aqu es artesanal, en cantidades
grandes, pero artesanal a fin de cuentas. Y los muchachos aprenden, dice Guadalupe
Castillo.

Panadero-empleado
El panadero-empleado es quien vende su fuerza de trabajo para producir pan bajo el
mando de panaderos empresarios. Generalmente se emplean en panaderas en transicin y mecanizadas, de las cuales hablaremos ms adelante. Este tipo de trabajador
no siempre arraiga en el primer trabajo, la rotacin es frecuente en busca de mejores
oportunidades, a veces por cuestiones de sueldo y, en ocasiones, por aprender cosas
nuevas. Otra caracterstica es que muchos siguen emplendose por trabajo a destajo
para mejorar su ingreso.69
Este tipo de trabajo puede beneficiar ocasionalmente con cierta flexibilidad en el horario del empleado: la jornada laboral depende de uno, normalmente son cinco horas
las que trabajamos 6 das a la semana, descansamos en sbado, con horario de 12 a 5 de
la tarde o ms tardar a las seis.
Aunque esta flexibilidad positiva, rpidamente, la acotan al recordarnos que su trabajo
es un trabajo pesado y en su tiempo libre lo que desean es el descanso: aunque luego
digan que uno trabaja pocas horas, con el simple hecho de estar parado todo el turno
y soportar el calor, lo que quieres es descansar.
Con una educacin bsica, el panadero-empleado se inicia en el oficio entre los 15 y 17
aos de edad haciendo labores de limpieza y/o como ayudante del panadero maestro.
Trayectoria que todos estos panaderos recuerdan, como el empleado de la Panadera
Rico, quien con 25 aos de antigedad en el oficio platica:
empec como todos, lo normal, nada ms ayudando y ya poco a poco despus, con
el tiempo, te vas grabando las frmulas de cada cosa; cuando te gusta, porque cuando
no te gusta no te grabas nada.

69
Esta antigua forma de produccin y empleo, que permanece hasta nuestros das en diversos
oficios, en el caso de Monterrey nos remonta al trabajo de los antiguos panaderos libres de las
primeras dcadas del siglo XX, los cuales gracias a sus conocimientos y habilidades podan negociar su
autonoma en mejores condiciones con sus patrones.
223

Arriba: mano enharinada y donas; abajo una obrera de la panificacin en la Maggy

224

Los ascensos en esta actividad siguen siendo muy tradicionales, de aprendiz se pasa a
ayudante de maestro, maestro segundo, maestro primero, etctera. Sus salarios varan
tanto por dichas categoras como por las fluctuaciones en el pedido que les hace el
patrn, pues en el sistema de destajo el empleado no decide cunto producir, lo que
s puede es influir en el tiempo de produccin. Aun as, mencionan que su trabajo les
ha dado para vivir.
Por emplearse en negocios medianos, constituidos formalmente, la mayora de los empleados panaderos cuentan con las prestaciones de ley; es decir, seguridad social, Infonavit, aguinaldo, entre otros, as como contratos de planta.
Otro sector empleador que no trataremos aqu es el de la gran industria panificadora,
las cadenas de pastelera y repostera, y los grandes grupos de automercados que desde
hace aos incorporaron la panadera como un departamento importante. Y aunque all
cuentan con un empleo formal, sus salarios y prestaciones son bajos en relacin al
desgaste de su fuerza de trabajo: lo ms que les pagan son $1200 pesos semanales y
trabajan ms horas que nosotros aqu, y se van ms castigados econmicamente.
Mercado y produccin del pan
El oficio de la panadera est ligado a la elaboracin de uno de los productos bsicos
de la dieta de los mexicanos, aunque sealan los productores que en la ltima dcada
el consumo per cpita ha descendido de 38.5 a 33.5 kilos, influido principalmente por
el cambio en la dieta de un amplio sector de la poblacin.70 Asimismo, a diferencia de
otros oficios que casi han desaparecido por los cambios en el consumo y/o la presencia
de las grandes industrias y comercios, en ste la participacin de la micro y pequea
empresa sigue prevaleciendo a nivel nacional.71 En el caso de Monterrey y su rea metropolitana existen 276 unidades econmicas registradas bajo el criterio de panadera,
de las cuales 264 tienen 10 empleados o menos; 11 entre 10 y 15; y slo una registra ms
de 50 trabajadores (INEGI, 2012). Es decir, no obstante el peso y porcin de mercado
que controlan las grandes empresas panificadoras, la panadera pequea, como negocio
familiar, se mantiene con vida en barrios y colonias de la ciudad. Situacin que no est
exenta de serias luchas por sobrevivir, como veremos ms delante.
El consumo del pan presenta caractersticas sociales y estacionales. Respecto de las
diferenciaciones socioeconmicas, hay desde consumidores que pueden comprar slo
70
Fuente: Presidente de la Asociacin Nacional de Proveedores Profesionales de la Industria
del Pan, Repostera y Similares (Anpropan). Entrevista en El Economista, 12 de agosto de 2012.
71
Segn el tamao de las unidades econmicas en el pas haba en 2009: Microempresas o
empresas familiares que ocupan de una a 15 personas y representan 96.7% del total de los establecimientos; las pequeas empresas con trabajadores de 16 hasta 100, representan 3% y finalmente los establecimientos medianos y grandes, representan apenas 0.3% del total. Fuente: CANAINPA, Situacin
del sector de panificados en Mxico, en nfasis Alimentacin Latinoamrica, 15 de agosto de 2009.
225

unos bolillos, hasta los que tienen la capacidad para adquirir panes y pasteles de alta
repostera. El conocimiento de su mercado hace que todas las panaderas pequeas
produzcan segn la estacin del ao se consume ms en tiempo de fro que de calor, si se est en periodo vacacional, si es fin de semana, etctera. La mayora trabajan
sobre pedido, cuentan con clientes fijos como tiendas de abarrotes, hamburgueseras,
restaurantes, o para eventos especiales.
Los tipos de panadera
Segn nuestras observaciones y siguiendo un criterio tecnolgico, las panaderas se
pueden clasificar en tres tipos: artesanal, mecanizada y en transicin. A continuacin
describimos algunas caractersticas representativas.
El primer tipo, la artesanal, estas panaderas se caracterizan por la elaboracin del pan
de forma tradicional y manual, aunque utilizan amasadoras, revolvedoras y, a veces,
hornos metlicos. Producen una cantidad limitada de mercanca, tienen poco personal
y generalmente utilizan hornos de ladrillo y adobe. Estos pequeos establecimientos
de barrio satisfacen la necesidad de consumo de sus alrededores, tienen una clientela
relativamente fija atendida por el propio panadero y algn familiar.
Recordando la relacin entre taller artesanal y hogar familiar que nos recuerda Sennett
(2009), este tipo de panadera est regularmente en la parte frontal del hogar del panadero. El espacio es pequeo y est distribuido en dos secciones. La primera est destinada para elaborar el pan; ah se encuentra la mesa de trabajo, el horno, la amasadora
y todas las dems herramientas; en la segunda se acomoda la produccin en charolas
y canastos, tambin es donde se lleva a cabo la compra-venta del pan y el trato con
algunos clientes. En esta parte es comn encontrar imgenes religiosas y almanaques
que ambientan y decoran el espacio. El ambiente de trabajo es relajado, ya que existe
cierto margen para trabajar al ritmo deseado. Nuestra visita a varias de estas panaderas
nos llev a ratificar lo que Victoria Novelo describe de los talleres artesanales y sus
propietarios:
no hay administracin del trabajo fuera de un reparto elemental de tareas segn las
especialidades del taller; la supervisin de la calidad es siempre una responsabilidad
del maestro acorde con su particular subjetividad sobre lo bien hecho producto de
la experiencia, como lo es tambin la vigilancia de la conducta permitida dentro del
taller, que es un asunto de costumbres y no de reglamentos escritos (2008, 118).

En Monterrey subsisten pocas panaderas completamente artesanales porque, dentro


de un contexto urbano donde predominan los grandes supermercados, las panaderas
pequeas tienden a desaparecer, o intentan adaptarse tcnicamente. Es difcil competir
226

contra estos grandes productores porque compran las materias primas harina, levadura, azcar, huevo, saborizantes a granel y por toneladas, por lo que obtienen precios
de mayoreo; en tanto que las pequeas panaderas compran en menores cantidades,
por costal y kilos. Derivado de lo anterior, si el costo de las materias primas es un indicador del precio del producto final, el consumidor busca los precios ms bajos, en tanto
que las panaderas caseras tienen que ofrecer en un mnimo de $4.50 la pieza de pan
para que les compense los egresos.
En nuestra investigacin, lo ms prximo a las panaderas artesanales fueron las de don
Guadalupe y de don Romn. La primera funcion desde 1980 hasta el ao 2007. La panadera trabajaba en dos turnos, en la maana y en la tarde atendiendo alrededor de 30
o 40 clientes que eran surtidos a partir de las 4 de la maana. En un principio el horno
donde cocan el pan era de ladrillo y despus fue remplazado por un horno metlico. Su
clientela era el mismo vecindario, con alcance limitado por lo que tener una pequea
produccin era suficiente. Hasta que el mercado se inund de pan barato:
en las farmacias Guadalajara el pan lo dan en $2 o $2.50 pesos, est Walmart que
vende pan, Sams vende pan, ah tengo la panadera, pero qu hago?, hago pan y a
quin se lo vendo?

Don Guadalupe cerr hace casi dos aos, conserva su taller e instrumentos, pero ahora
se dedica a administrar una liga de futbol en el deportivo de su colonia. Lo que era su
hobby, dice, se convirti en su fuerte. Tener una vida sin muchos apuros econmicos
y seguir disfrutando del trabajo que le da para vivir, tal vez influya para ver con cierta
naturalidad y resignacin su destino y el de muchas otras panaderas artesanales: Hay
que entender que lo moderno va arrasando con lo antiguo. Cmo compites con esta
clase de negocios que te ponen aqu enfrente? [supermercado].
No obstante, el segundo caso es una evidencia de la capacidad de adaptacin de los
artesanos. La panadera del seor Lujano lleg a producir hasta 10 mil piezas diarias con
7 u 8 trabajadores, antes de que llegaran los Soriana y los Super 7, ahora elabora 600.
Su estrategia fue no intentar competir con la panadera industrial, ajust el volumen y
tipo de produccin (dej de producir pan de sal, por ejemplo), adecu sus horarios de
trabajo y venta al tipo de clientela que mantuvo, y esencialmente, conserv la calidad
de su producto.
El segundo tipo lo denominamos en transicin, que son aquellas panaderas en la que
se utilizan mtodos artesanales con tendencia a mecanizarse. Se sirve de mquinas,
pero sigue teniendo las recetas tradicionales. Las mquinas solamente son utilizadas
para amasar. Este tipo de panadera est situada en lugares estratgicos de mercado.
El espacio de trabajo es amplio, pues la cantidad de personas que laboran son en
227

promedio 15 trabajadores. Cuenta con almacn de materias primas. Comparte algunas


caractersticas tanto de la panadera-artesanal como de la panadera-mecanizada.
La panadera Rico se puede considerar como una panadera en transicin. El establecimiento, ubicado en el centro de Monterrey, funciona desde 1980. Cuenta con siete
empleados para elaborar el pan; aparte hay seis trabajadores que se encargan de hacer
la tortilla de harina, ms quien despacha el producto y los repartidores de la mercanca.
Su produccin es fija; trabaja primero la repostera y al final el pan de levadura que se
deja fermentando para el da siguiente.
Nosotros ya estamos acoplados, primero siempre hacemos lo que es la repostera, lo
que viene siendo el pan sin levadura porque el pan con levadura los cuernitos, el volcn, la dona lo dejamos para el final porque haz de cuenta que si lo hacemos antes le
quitamos vida al pan, porque es pan para otro da para entregar; por eso empezamos
primero con repostera lo que es galleta, la jaiba, la campechana y ya que acabamos
todo esto le seguimos con la margarita y luego con toda la variedad del volcn y la
dona y ya nos vamos cociendo el pan y luego decorando, dando la terminacin. Primero se elabora todo y despus se coce todo.

El ltimo tipo es la panadera mecanizada que es de alta produccin, utiliza la tecnologa necesaria para acelerar el proceso de produccin y sustituye mano de obra por
maquinaria. El almacn es surtido directamente por proveedores. La materia prima se
compra en grandes cantidades. Su alcance de venta es amplio y reparte su producto a
otros comercios.
Un ejemplo es la Cooperativa de Produccin Estrella Roja, ubicada en la colonia Industrial y es una de las ms antiguas de Monterrey creada en 1936. Su edificio es de dos
plantas y stano. Para producir en grandes cantidades incorpor la tecnologa necesaria
para hacer ms productiva la fuerza de trabajo, aunque conserva las recetas tradicionales. Al entrar se percibe el olor a pan recin hecho. Mientras vas caminando por los
pasillos para llegar a donde est el proceso de fabricacin, se pueden observar costales
de harina y de azcar. Se escucha el ruido de las amasadoras y de las revolvedoras.
Actualmente la cooperativa cuenta con 30 socios,72 y aproximadamente 32 pre-socios,
haciendo un total de 62 personas trabajando. El local cuenta con diferentes reas de
trabajo: panificacin, repostera, venta, almacn y distribucin.

72
Segn nos informa el gerente de este negocio, para ser socio de la cooperativa se necesita
ser panadero o ser repartidor. Seala que mucha gente ofrece dinero para ser socio de la cooperativa;
sin embargo, para ser socio se requiere del trabajo interesado y no del dinero que se puede aportar.
Su estructura de organizacin se rige por un consejo administrativo que integra gerencia, presidencia,
tesorera, secretara, y un vocal que conoce las funciones de todo el personal. A su vez existe un
consejo de vigilancia con un presidente, un consejero y un vocal.
228

Don Romn elaborando su pan decente

229

El proceso de fabricacin del pan que describe Guadalupe Castillo permite asomarnos
a sus rutinas, jerarquas y sus relaciones internas, quedando muy clara la importancia del
conocimiento acumulado en este oficio:
La obra empieza en el almacn, desde que hablas con el maestro. Al maestro le das
un listado de los tipos de pan que se va hacer en ese turno y se pone de acuerdo con
el compaero de almacn, entonces l le pide tanta manteca, tanto piloncillo, tanta
azcar, tanta canela, tanto ans, tanta margarina, tanta vainilla, todos los insumos. Ya
para esto el maestro tiene a sus auxiliares que, al menos aqu en el sistema de nosotros,
es el primer maestro, el segundo maestro, y dos maestros oficiales y, ah, l se encarga
de preparar la receta que se viene manejando desde 1936.

Otro ejemplo de panadera mecanizada es la panadera Maggy, situada en la colonia


Independencia. En esta panadera hay dos pisos, en la primera planta est el mostrador
del pan para su venta y detrs est la fbrica de pan. En el segundo piso se encuentra
la oficina administrativa. La panadera Maggy remunera a sus panaderos en base a la
produccin que estos realicen; es decir, trabajan a destajo: S, segn la produccin que
hagan es como se les paga. Si no hay produccin van ganando menos.
Sin embargo, al manejarse como negocios de mayor inversin y produccin, en estas
panaderas se va imponiendo la lgica empresarial de reducir personal y posibles conflictos: Estamos un poco ms organizados; antes en la produccin era mucha la gente
que tenamos y met maquinaria y usamos ahorita la mitad de la gente y las mquinas
nos ayudan bastante.
Las panaderas con una alta produccin buscan clientes con pedidos fijos y constantes.
Abastecen restaurantes, hamburgueseras o distribuyen el pan bajo consignacin a travs de tiendas de abarrotes y con camionetas repartidoras. Siempre en busca de crear
nuevos lazos comerciales. La visin romntica de Juan Pablo Ortega es: para todos hay.
En cambio, en Guadalupe Castillo asoman sus cualidades empresariales:
Si t tienes un mercado cautivo, lo que te queda es buscar otros nichos de mercado.
Hay mucha gente que come pan en Monterrey, mucha, no se diga en tiempo de frio, y
en tiempo de calor buscas otras opciones, otro tipo de pan, convencer a la gente de que
siga comiendo pan, se es tu oficio.

De manera similar a como describe Novelo las modificaciones que le impone el mercado a los talleres artesanales, las panaderas en transicin y las mecanizadas est[n]
inmersa[s] en una economa de mercado basada en la competitividad y con formas de
circulacin de materias primas, medios de produccin y fuerza de trabajo ajenas a las
viejas costumbres (2008, 118).
230

Una desventaja de esta situacin es su impacto directo en la capacidad innovadora de


los panaderos que all trabajan. Algunos panaderos, como Jos Martn, con deseo de
hacer confecciones diferentes ven sus deseos limitados: Uno no puede mover cosas
porque tambin luego si no se vende o no se mueve mucho, luego viene el estirn de
orejas; entonces si uno quiere hacer algo diferente primero lo trata uno con el patrn.
Otros tahoneros simplemente se autolimitan para simplificar el trabajo, ya por la fuerte
competencia, ya por el apuro de obtener un mejor ingreso:
Es que hay muchos diseos, hay muchas clases de pan, lo que pasa es que a veces unos
son ms tardados y por no perder tiempo la gente [los panaderos] los va haciendo a
un lado. Hay panaderas donde no hacen campechana, donde no hacen las revolcadas,
porque requieren de ms tiempo. Y entonces a lo fcil y rpido es hacer el volcn y el
marranito, bsquets y prale.

Mercado y estrategias de sobrevivencia


El saber artesanal de los panaderos tiene todos los riesgos arriba sealados, pero tambin sobrevive como fuerza de trabajo altamente calificada. Los tahoneros formados
tradicionalmente son apetecidos por la industria panificadora: tambin s de compaeros que se han salido de con nosotros, que llegan [buscando empleo] a las supertiendas: de dnde vienes? -No pos de la Estrella Roja-, ah! no psele, ahorita te firmo.
Sin embargo, esta atraccin permanente hacia la panadera industrial, est mermando
tanto el nmero de panaderos como sus destrezas en el oficio. Esta competencia es la
que tiene en jaque a las medianas y pequeas que cada vez batallan ms para integrar
jvenes interesados en el oficio: No hay panaderos, es ms todos los panaderos se fueron con los autoservicios, es ms a m me han ofrecido trabajo, me ofrecieron trabajo
en HEB, en Wal Mart, vienen a los negocios y te dicen vente te ofrezco tanto y pues
no se vale.
Las panaderas medianas como las estudiadas, que cuentan con administradores formados en el oficio, se esfuerzan por subsistir asistiendo a congresos de la cmara nacional
(Canainpa), a seminarios de actualizacin, circulando informacin de otros estados para
incorporar prcticas de consumo de pan, pues como ya nos dijeron en la Estrella Roja:
convencer a la gente de que siga comiendo pan, ese es tu oficio.
De esta manera los panaderos organizados han ido popularizando festividades que en
el centro-sur del pas demandan alto consumo de pan, como nos cuenta el propietario
de la Maggy:
231

Tratamos de impulsar el consumo del pan aqu en Monterrey [donde] la gente, por el
calor, no tiene tan arraigado su consumo como en el centro de Mxico. Aqu antes no
se usaba lo que es la rosca de reyes, nosotros la empezamos a meter, empezamos a
meter tambin lo que es el pan de muerto porque casi no se conoca.

Igualmente saben que la calidad del producto, la puntualidad en la entrega, siguen siendo
clave para mantenerse, pues: Para ganarte un cliente se tarda 100 das y para perder 100
clientes, pues en un da los pierdes, sostiene el socio administrador de la Estrella Roja.
Por su parte, las pocas panaderas artesanales como la de don Romn, subsisten porque
no se consideran en competencia con las panaderas grandes o las de cadena, aunque
han hecho obligados ajustes en produccin y empleo. Su principal clientela sigue siendo la del barrio donde han permanecido durante dcadas, pero se han adaptado a los
cambios vecinales y laborales: El 80 por ciento son [empleados] de las oficinas y el
otro 20 es gente que viene por tradicin, por nostalgia, porque aqu vena mi abuelito
o mi pap y l me mand. Este panadero sigue viviendo en su casa ubicada atrs de su
negocio, lo mantiene su tica, que la define como no escatimar absolutamente nada
para que sea un pan bueno, un pan decente le llamo yo. No tan comercial.
Por ltimo, una estrategia de venta que es bastante polmica entre los panaderos es la
venta de pan en las calles; estrategia muy socorrida por pequeos productores de pan.
Los llamados tlalchicholes en el centro del pas. A pie o en bicicleta o en triciclo, con
una canasta en la cabeza, han recorrido desde hace aos colonias y barrios de todas las
ciudades de Mxico, al son de pan panadero. En Monterrey y su rea metropolitana
es cada vez ms frecuente verlos transportarse en muebles (transporte) que, con grabaciones amplificadas reproduciendo canciones de Tin Tan y frases rtmicas tales como
el panadero con el pan, llevan el pan hasta la puerta de la casa, por la tarde-noche,
cuando quienes trabajan van regresando a sus hogares. Hay que sealar que esta venta
directa tambin la procuran las grandes industrias panificadoras que ubican sus camiones en calles cntricas y en barrios populares, para vender pan de prxima caducidad
a menor precio.
En el caso de estos tlalchicholes urbanos, motorizados y cantarines, su estrategia de
mercado es difcil criticarla, pues es prctica y hasta agradable. Sin embargo, algunas
opiniones en contra sealan que el pan vendido de esta manera puede no cubrir los requisitos de calidad en su elaboracin, como algunos de salubridad por no despacharse
en un lugar establecido, o
Muchos compaeros estaban inconformes con la gente que anda vendiendo pan en
las calles, en las camionetas oye pues no estn pagando impuestos, no estn pagando
nada Les digo, t ponte a pensar que [ellos] tambin comen.
232

De satisfacciones y orgullo del artesano panadero


No obstante las diferencias entre los tipos de panaderos y de los negocios, todos nuestros entrevistados hicieron patente su orgullo y satisfaccin por la nobleza del oficio:
Ser panadero, significa una gran responsabilidad, es un alimento que come la mayor
parte de la gente, es una responsabilidad ma tratar de hacerlo con calidad para que le
guste a la gente, oficio que adems les ha dado para mantener y educar a su familia. Recuerdan y reconocen a sus maestros, de los que aprendieron, los que los encaminaron.
Los que a su vez ya han formado a otros, reproducen ese orgullo:
Ahorita la gente que est fungiendo como maestros, varios de ellos trabajaron conmigo como ayudantes, en otras palabras, los maestros que me encaminaron, pues s les
aprend, y lo he trasladado a los jvenes que se van a quedar. Pues me daba orgullo
ensearles como a m me ensearon; yo quera ensear as como a m me ensearon,
cosas que a m me decan yo tambin se los deca a ellos.

Finalmente, como afirm don Romn, la gracia de ser panadero es tenerle cario y no
limitarnos con lo que debe de llevar cada pan; no escatimar lo que debe llevar para que
no pierda su calidad. Pero eso necesita querer hacerlo; querer lo que hace.

233

Coleccin privada. Queda estrictamente prohibida la reproduccin total o parcial de la imagen para fines que sean distintos a los de la educacin.

Vctor, obrero artesano del vidrio.

CAPTULO 11
LOS VIDRIEROS DE MONTERREY:
LOS LINDEROS ENTRE EL ARTESANO
Y EL OBRERO

Los vidrieros de Monterrey: los linderos entre el artesano y el obrero


Edwin Javier Cant Rivera

El presente texto tiene como finalidad asomarnos al trabajo artesanal de obreros del
vidrio que laboran en un taller dependiente de una gran industria. Estos obreros-artesanos encontraron en la industria manufacturera de Monterrey un espacio en el cual,
manteniendo un rol de asalariados, desarrollan conocimientos, habilidades, tcnicas y
aptitudes en el manejo manual de herramientas para la creacin de piezas de vidrio.
El oficio del vidriero: el material, el trabajo y su historia
Desde su invencin, hace ms de 3500 aos en la regin de Medio Oriente, el vidrio
ha sido un material enigmtico. Los elementos que lo componen han permitido desarrollar tcnicas y manejos que lo hacen trascender la temporalidad. Desde los sirios y
alejandrinos en el antiguo Mediterrneo hasta los artesanos modernos han utilizado
este material que refleja la practicidad, la tradicin, la belleza y la creatividad de que
cada pieza va impregnada.
El vidrio en Mxico y en gran parte de Amrica lleg a travs de la conquista espaola.
La influencia del arte espaol y los usos que tena el material fueron de gran influencia
en la formacin del nuevo artesanado mexicano. El primer taller fue establecido en lo
que hoy es Puebla, alrededor del ao 1542, por Rodrigo de Espinosa, quien sera el primer conquistador-vidriero en difundir el oficio (Fernndez, 1999: 43).
La adaptacin que sufrieron los antiguos pobladores de Mxico debido a la imposicin
de costumbres, tradiciones y usos de los espaoles devino en el arraigo de los valores y quehaceres de los colonizadores en el nuevo mundo mestizo. La introduccin al
pas de nuevas necesidades y usanzas, de nuevos materiales y mtodos de produccin,
contribuy a la aparicin de agrupaciones de artesanos: sastres, zapateros, cerrajeros,
herreros, pasteleros, barberos, entre otros. De estas agrupaciones llamadas gremios
no estuvieron ausentes los vidrieros que, como los dems gremios del siglo XVI, participaban tanto en actividades pblicas y en la estructura administrativa del ayuntamiento
la produccin de los gremios rega la vida econmica del mismo, como tambin en
festividades religiosas (Ibd.: 66).
Sin embargo, en 1814 se prohibieron las asociaciones gremiales en la Nueva Espaa, restando voz colectiva a los artesanos en general, pero manteniendo en funcionamiento el
usual acaecer del trabajo diario en los talleres. Eran en stos en donde se mantena el
secreto del mtodo y produccin de la pieza, ms que en la asociacin gremial (Ibd.: 68).
237

Poco fue el tiempo de explotacin del mercado interno slo por los trabajadores del
vidrio puesto que, ya para la segunda dcada del siglo XIX, la demanda fue cubierta con
importaciones europeas de mayor calidad y ms baratas. Lo anterior tuvo consecuencias en el cambio de organizacin de estos artesanos que sucumbieron ante la creciente
industrializacin de los productos del vidrio. Paulatinamente se fueron estableciendo
en Mxico, con capitales extranjeros y nacionales, fbricas del vidrio que emplearon a
los maestros y aprendices locales, por ejemplo: Fbrica Mexicana de Cristales en 1834,
ubicada en la Ciudad de Mxico y la Compaa empresaria para la fabricacin de vidrios
al estilo de Europa fundada en 1837, en Puebla (Ibd.: 118 y 124).
Para finales del siglo XIX, el paso de un proceso artesanal del vidrio en talleres, a uno de
produccin en masa en grandes industrias se haba realizado. Era este tipo de produccin el ms eficiente para cubrir la demanda de consumo de una poblacin que creca.
No obstante, muchos talleres y pequeas fbricas siguieron operando como tradicin
familiar y con procesos artesanales, algunos de los cuales subsistieron en el centro del
pas y el Bajo hasta transformarse en empresas vidrieras en las primeras dcadas del
siglo XIX (Ibd.: 138-160).
En el noreste del pas el paso de la produccin artesanal a la industrial fue detonado por
la demanda de Cervecera Cuauhtmoc para abastecerse de botellas ante el aumento de
produccin de la empresa nacida en 1890. Miguel ngel Fernndez (Ibd.: 78) menciona:
Este artculo [las botellas de vidrio cerveceras] ms que ningn otro, simboliz la transicin del taller y de la pequea factora a una autentica revolucin industrial en materia de nuestro vidrio La botella cervecera del Porfiriato [a inicios del siglo XX] haba
preparado el surco donde germinara un producto necesario: el de una slida industria
vidriera nacional.73

Sin embargo, aunque la produccin industrial termin por cubrir casi en su totalidad el
mercado de productos del vidrio, la elaboracin artesanal y semiartesanal ha subsistido
en estados como Jalisco, Distrito Federal, Estado de Mxico, Puebla.74
73
(N de la E) Javier Rojas se remite a las memorias de Roberto G. Sada, para recordar que
la fbrica naci para llenar la demanda de envases de vidrio de la mayor parte del pas, aunque al
iniciar sustrabajos, slo pretenda servir a la demanda local. () El mismo don Roberto menciona
Rojas afirma que la fbrica de vidrios regiomontana fue la primera de cierta importancia que surgi
en el pas. Aclara que desde la Colonia haban aparecido otras en las ciudades de Mxico, Puebla,
Texcoco y Toluca: pero eran todas ellas, pequeas y anticuadas. Recuperado de: http://www.
monterreyculturaindustrial.org/vidirera.html
74
(N de la E) Asimismo, en ciudades como Monterrey se mantuvieron a lo largo de todo el
siglo XX numerosos talleres vidrieros independientes muchos formados por obreros que renunciaban
o eran despedidos de la gran empresa vidriera. Pero desde mediados de los aos ochenta del siglo
pasado el continuo encarecimiento de los energticos como el gas, fundamental en esta actividad,
as como la apertura comercial de los aos noventa que inund de productos de vidrio, fueron
provocando el cierre sistemtico de talleres y pequeas fbricas en esta ciudad. Algunos de estos
negocios, se convirtieron de productores en distribuidores de mercancas asiticas.
238

Vidrieros mexicanos en el siglo XXI: los vidrieros en Monterrey hoy


La investigacin se realiz mediante entrevistas a obreros artesanos que laboran en un
taller como parte de una empresa regiomontana de gran renombre, ubicada en la zona
norte de la ciudad de Monterrey. El taller fue fundado por iniciativa de la gerencia que
buscaba ampliar la oferta de productos de vidrio. Adems de su especializada produccin industrial de envases de vidrio para las empresas de productos embotellados
refresqueras, cerveceras, perfumistas, etctera, ampliaron su produccin a vasos,
copas, jarrones, diferentes artculos de hogar y para ornamentacin con diversos tipos
de decoracin, Poco despus, el taller gir hacia el diseo y fabricacin de preseas
personalizadas, y rplicas de produccin nica o de pequeos lotes, sin utilizar moldes
en su fabricacin, actividad que ha ganado importancia y especializacin en la produccin del taller. El equipo, al momento de las entrevistas, lo conforman veintinueve
personas: 22 operarios y seis administradores.
Actualmente, la variedad de productos que los vidrieros regiomontanos elaboran son
desde aquellos para uso domstico jarrones o vasos, los usados para reconocimientos preseas y los de ornamentacin rplicas o figuras de coleccin.
Las entrevistas giraron en torno a seis ejes temticos: 1) Informacin general del artesano, 2) el oficio, 3) el mercado, 4) condiciones de vida y trabajo, 5) retos y satisfacciones
del oficio y 6) la relacin artesano-empresa. El material recopilado permiti realizar
una valoracin cualitativa de los resultados, til para el anlisis del oficio vidriero en el
contexto presentado.
Trayectorias y formacin del obrero artesano
Los artesanos entrevistados no escapan a la cultura industrial que impera en esta regin,
basada en la idea de que mientras ms se trabaje, mejores sern las condiciones de vida.
Uno de ellos lo afirma diciendo que es as porque el trabajo es a destajo, entre ms trabaja, ms gana. No obstante, estos practicantes de la artesana vidriera han sorteado
diferentes mundos laborales hasta llegar a lo que son ahora.
Los casos de don Mario, don Agustn y don Vctor son ejemplos de la extensa, pero
fructfera y larga formacin que se debe emprender en el mundo de la artesana. Los
ltimos dos emigraron durante la dcada de 1970 de sus natales San Luis Potos y
Veracruz, respectivamente, en busca de mejores oportunidades de empleo en el auge
de procesos econmicos y diversas coyunturas que fomentaban la seguridad social del
trabajador. En esos aos desempearon diferentes empleos, entre otros la albailera.
Buscando un trabajo estable Agustn y Vctor entraron a una fbrica del giro vidriero
en Monterrey, especializada en la produccin de vasos y platos. Cerrada sta, fueron
239

invitados por otra gran empresa y es all donde encontraron la ramificacin ms pequea: el Taller de coleccin, lugar dedicado a la produccin de piezas ms finas y con
ornamentacin elaborada a mano. El taller creca por el incremento de productos y por
la posibilidad de colocarlos en el mercado de consumo que se expanda a finales de los
aos ochenta. Ambos formaran parte de aquellos grupos de trabajadores que fueron
entrenados para la prctica manual del detallado de las piezas de vidrio. Se lleg a un
punto en el que no slo deban producir piezas, sino que stas deban llevar decorados
para hacerlas ms vistosas. Ah, estos obreros con alma de artesanos fueron desarrollando rpidamente la habilidad para trabajar con el material: desde dibujar, hasta cortar y
decorar el cristal. Vctor menciona su trayectoria de formacin:
En el 87 entramos primeramente a Trabajos Varios, ya despus nos pusieron a dibujar
y posteriormente esos dibujos los pasbamos a copas, a vasos, a jarras, a licoreras y en
esos dibujos le hacamos el corte de diamante para el cristal cortado; posteriormente
pasamos al taller de coleccin que es ste, y primero te dan trabajos sencillos, cortes
sencillos, como los de algunas preseas

Sin embargo, el proceso de aprendizaje en el trabajo no acab ah. Fue en el taller en


donde, observando a trabajadores con mayor experiencia en el uso del material, ellos
aprendieron a hacer cortes ms avanzados y ms complicados. Tambin como parte
de sus vivencias, el aprendizaje incluy mtodos para modelar el vidrio en bloque
tambin llamadas tcnicas en frio; asimismo, por la proximidad de los hornos con los
que contaba el taller, aprendieron las tcnicas en calor o vidrio soplado aunque
finalmente dejaron de utilizar esta tcnica.
Fue as como acumularon experiencia con respecto al uso, manejo y potencialidad del
material. Las necesidades especficas de los clientes que buscaban piezas cada vez ms
finas, detalladas y estilizadas, sera la razn por la que los trabajadores desarrollaron un
tipo de ingeniera que entremezclaba: la creatividad al concebir la pieza que el cliente
busca; el conocimiento para encontrar la manera ms eficiente de producirla; y, claro,
el toque artesanal: las habilidades necesarias en el manejo del material para obtener el
mejor resultado.
El caso de Mario difiere de los otros ya que, a diferencia de los anteriores que se adentraron al mundo artesanal del vidrio al atender una convocatoria de vacantes en la
empresa uno entr directamente al taller, mientras que el otro ingres primero al rea
de produccin en masa, l proviene de una familia de artesanos vidrieros, originarios
de Monterrey.
El recuerdo de este artesano se remonta hasta su juventud ya que a sus diecisis aos
trabajaba junto a su padre en un taller llamado Vidriera Mexicana, en el municipio de
240

241

Santa Catarina. Se inici como ayudante para procesos relacionados con la produccin
de vasos, jarrones y bombillas, todas trabajadas en hornos o vidrio caliente, lo que
implica soplar, cortar y enfriar. Fue un lento aprendizaje que rindi frutos, ya que l,
como su padre, a travs de los aos adquiri la experiencia que le permiti conocer
los secretos para transformar el material. Y as, se convirti en un maestro del vidrio.
La produccin de este taller no fue acompaado por el xito econmico. Al no tener
una reestructuracin en los modos de produccin para volverse ms competitivos en el
mercado, el taller cerr. Desaparecida su fuente de trabajo, se incorpor, como muchos
otros obreros artesanos, a la gran empresa. Aprovechando su experiencia en hornos y
sopletes para trabajar el vidrio en caliente para la creacin de piezas personalizadas, se
incorpor como auxiliar en el taller artstico.
Por diferentes vas, estos tres hombres comparten la misma historia laboral, en el sentido de que ella contiene adaptarse a una constante necesidad de pensar-imaginarinnovar, para crear con sus manos y a su saber y conviccin, la pieza que les es requerida.
Es el trabajo del artesanado vidriero.
Del oficio, ayer y hoy
Como ya se enunci, existen dos ramificaciones generales que son importantes y marcan la manera en cmo se trabaja con el vidrio: al calor y al fro. Ambas divisiones tienen sus propios procesos, fases, herramientas, tiempos, cuidados y habilidades, que el
artesano deber conocer para la creacin de una pieza que cumpla con las expectativas.
Trabajar el vidrio en calor, menciona el seor Mario, consiste en hacer piezas de vidrio
soplado en trabajarlo desde que es una masa de vidrio; vamos a decir, que lo sacas t
con una caa y empiezas a trabajarlo, ya sea rolado, soplado, estirado de muchas formas

Las muchas formas son parte de la caracterstica del uso del material. Al introducir la
mezcla de arena slice junto con la correcta exposicin al calor del horno, se crea la
masa maleable con la que el artesano trabaja. Es su materia prima.
Sin embargo, esta actividad dentro de una gran industria implica una divisin del trabajo
y por tanto especialidades, no es trabajo para una sola persona. El mismo Mario relata
que para producir un vaso usando el mtodo anterior, se necesita un mnimo de cinco
personas, cada una destinada a un proceso del vidrio; menciona las funciones:
Sacador, soplador, cortador de caa, cortador de oxgeno y parador. Sacador es el que
saca el vidrio del horno, lo rola, lo revienta y se lo da al soplador. El soplador, como ya
viene reventado el vidrio, lo mete a un molde y lo empieza a soplar y agarra la forma de
lo que es el molde, o sea del vaso. El cortador de caa es el que lo desprende de la caa
y ste se lo pasa al cortador de oxgeno que es el que quita el exceso de vidrio para que
242

quede justo a la medida. Se corta con gas y oxgeno, para que no quede filo y quede
bien quemadito y luego ya el parador es el que lo mete al cocedor, al templador para
que ya salga el vaso como debe ser

Cinco procesos que pueden requerir hasta cinco personas para la produccin de un
vaso artesanal, no obstante piezas ms pequeas hechas en vidrio usualmente para
ornamento o decoracin suelen hacerlos una sola persona, a la manera en que un
artista pinta un cuadro y slo se necesita el pintor y su objeto.
La tcnica en fro se diferencia de la anterior en que la materia prima se encuentra condensada en lo que se conoce como bloque de vidrio. El artesano trabaja sobre y con el
bloque, y no con la mezcla que se obtenga del horno. El nombre mismo de la tcnica
nos indica que la mezcla ya se endureci y permite trabajar con el material, lo que no
sucede con la tcnica anterior, en la que la temperatura es un enemigo constante de la
pieza, ya que los cambios de intensidad del calor pueden causar que la pieza se agriete
o se quiebre.
Comparativamente, el seor Agustn menciona que el proceso en fro es largo si se
considera desde la preparacin de la mezcla:
El proceso de trabajo abarca bastante si vas a comenzar por la mezcla de la preparacin
pues lleva bastantes qumicos y eso nada ms ellos75 lo conocen: pero en s el trabajo
de nosotros es trabajar el vidrio ya en placas, ya que salgan de los hornos para nosotros
cortarlas, trazarlas a la medida que pida el cliente.

Por su parte el seor Vctor describi, mostrando un conocimiento integral, en qu


consisten las fases del proceso de produccin en la tcnica en fro:
Primeramente se te dan las medidas, haz de cuenta que primero se corta la placa y
luego pasa a disco de arena y ah se cuadra; se le da forma al cuadro y de ah se pasa a
trazo, y de ah se pasa la figura; ah se le da la forma que va a tener la pieza y luego se
pasa a disco de sierra en donde se corta el sobrante de la pieza. Luego pasa a cermica
y ah se le da la forma a la pieza. Si es pieza que tiene curvatura, se le da en cermica; si
es pieza que tiene cortes planos, se les da en discos. Ciertos cortes se dan en cermica,
luego la pieza se pule con arena, se la quitan, se le da otra pasada y queda ms finita;
despus pasa a cido y ah queda brillante la pieza Si lleva grabado, pasa a fotograbado y ah se graba.76

75
Con ellos, se refiere a quienes producen los bloques de vidrio, que son importados por la
empresa.
76
(N. de la e.) Esta sntesis del proceso puede contemplarse en el video promocional que el
Taller de Coleccin tiene en el sitio siguiente: http://www.tallerdecoleccion.com/paginas/tour
243

Esta segunda tcnica de produccin de piezas de vidrio es la que prevalece por estar
ms acorde a la lgica empresarial. El taller se dedica enteramente a la produccin de
piezas en vidrio trabajado en fro para lograr la optimizacin del funcionamiento; es
decir, es la tcnica que posibilita la produccin de piezas que se ajustan a las condiciones y requerimientos del mercado bajo costo y mejores tiempos de produccin,
dejando atrs la produccin de piezas elaboradas al calor debido a sus altos costos de
produccin. Los veintids trabajadores del taller cuentan con los conocimientos de
todas las fases de produccin en fro.
No obstante el conocimiento integral de los obreros artesanos, el taller funciona con
una clara divisin del trabajo. Para elevar la productividad se dividen en pequeos grupos en donde cada uno realiza una fase del proceso de fabricacin de la pieza. Unos
disean, otros usan discos de esmeril para cortar la materia prima (discos de carburo
de silicio, de cermica, acero con polvo de diamante); otros trabajan con herramientas
ms finas para cortes ms pequeos; otros emplean las piedras especiales para pulir los
materiales, etctera.
Reiterando, estos artesanos, aunque realicen una tarea especializada, no son ajenos al
resto de las tareas que confluyen en una pieza terminada; es decir, no corresponde a la
imagen del trabajador encasillado en tareas fragmentadas e ignorante de un proceso
integral, ms cercano al concepto del trabajo enajenador de Karl Marx. Estos obreros
artesanos conocen el trabajo fsico e intelectual de todas las fases y coadyuvan a la
culminacin de la pieza. Este conocimiento integral tambin confiere alta flexibilidad
en el uso de esta fuerza de trabajo, pues todos pueden ocupar, en determinado momento, cualquier rol de trabajo, particularmente cuando algn trabajador se accidenta
o falta a sus labores.
Del mercado y sus competidores
Desde la dcada de 1980 la presencia de polticas neoliberales en el mundo y particularmente en Mxico, ha conllevado una restructuracin econmica en trminos macro
y microempresariales. En este caso, la poltica de apertura de mercados para productos
del vidrio supuso una posibilidad de desarrollo para la gran industria, dentro de la cual,
especialmente, la regiomontana tena una posicin privilegiada. Sin embargo, como seala Mara de los ngeles Pozas (2006), por diversas malas prcticas, aunadas al lento y
desigual despegue de la economa mexicana, se terminaron apagando las esperanzas de
ese desarrollo de la industria vidriera mexicana, disminuida en sus exportaciones y con
la presencia de una fuerte competencia extranjera en el mercado interno al instalarse
en el pas filiales de grandes empresas transnacionales. Este escenario nos remite a las
primeras dcadas del siglo XIX, cuando los vidrieros nacionales competan contra la
produccin europea. Un siglo ms tarde, nuevamente se encuentran con las transnacio244

nales extranjeras que producen a menor costo y colocan fcilmente sus productos ms
baratos que los nacionales.
Adems de la presencia de grupos vidrieros extranjeros, el mercado nacional del vidrio
se ha visto inundado de productos provenientes de Asia, ante lo cual, artesanos como
Mario, reconocen que estas mercancas han afectado la industria del vidrio en el estado; pero tambin defiende su oficio y asegura que hay un diferencia importante entre
sus piezas y las importadas de China, no slo porque reconoce la obra propia, sino por
el nivel de calidad: S [es] ms barato, pero no con la calidad con la que la hace uno.
De las condiciones de vida y de trabajo
Estos obreros artesanos, a diferencia de los que trabajan de forma independiente en
los pequeos talleres, no son propietarios de los medios de produccin y su rol est
determinado como asalariados en el marco de una empresa industrial. Ellos acceden a
los derechos y obligaciones que les brinda su contrato individual de trabajo con la empresa; sin embargo, la diferencia entre este trabajo y el resto de labores industriales que
ser realiza en la empresa, es que su posicin les permite tomar ciertas ventajas creativas
que no surgen de un manual especfico, sino de su experiencia con el material.
Hablando de sus derechos y obligaciones, estos trabajadores tienen el mismo estatuto que el resto de los obreros de la planta vidriera. Trabajan una jornada establecida
a cambio de un salario acordado contractualmente, adems de diversas prestaciones
individuales y familiares. Sin entrar en un anlisis profundo, podramos ubicar a estos
obreros artesanos dentro del llamado trabajo formal, debido a que en general se cumple con lo establecido en la legislacin laboral, situacin de la que no siempre gozan un
gran nmero de artesanos que laboran en pequeos talleres regidos por otras lgicas e
incluso en condiciones de informalidad.
Trabajando ocho horas diarias cinco das a la semana el sexto se trabaja media jornada estos artesanos reciben un sueldo que, como dira Agustn, es a raya. Ellos no
perciben sobresueldo por sus habilidades a la hora de la cobranza, pues son parte de un
medio socioeconmico carente de medios de produccin que asumi el trabajo asalariado como una forma de asegurar un ingreso y el bienestar familiar. En este modelo de
regulacin, la antigedad laboral acumulada dentro de la empresa constituira una de
las pocas ventajas que impactara en el aumento de su sueldo, no por el reconocimiento de sus habilidades. Sin embargo, estos incrementos por ms elevados que sean no
compensaran econmicamente el aprovechamiento que la empresa obtiene de este
conocimiento tan especializado.
Efectivamente, desarrollarse dentro de una industria limita las posibilidades de obtener mayores ingresos. Lo que se gana, a veces no llega a ser suficiente. Mario ofrece
245

246

un ejemplo al recordar que en los talleres de vidrio en los que trabajaba su padre, el
vidriero trabajaba a destajo; es decir, entre ms produca ms ganaba. Ahora lejos de
la visin del pequeo taller, la gran industria y sus modos de cotizar la fuerza de trabajo
imponen la normativa del trabajo. El salario se basa en una productividad media dentro
de una jornada especfica de trabajo; por ello, pierde sentido producir ms de la media
exigida pues el salario ser el mismo. Por esta razn, cuando las necesidades econmicas apremian, muchos trabajadores recurren a trabajar en otras actividades para complementar el ingreso familiar.
El ambiente industrial que marca las pautas del trabajo de estos vidrieros, vuelve ms
evidente la subordinacin de su oficio a la modernidad y la tecnologa administrativa
que, en este caso, modific las condiciones para el trabajo artesanal. Este taller funciona de manera subordinada a la visin empresarial, transformndose los procesos y
comportamientos porque el taller, como menciona Victoria Novelo (2008: 128), est
inmerso en una economa de mercado basada en la competitividad.77
Retos y satisfacciones del oficio
Agustn, quien pareciera que anticipaba la pregunta, al interrogarle acerca de qu es lo
que ms le gusta de su trabajo?, no dud en responder que:
Me gusta el decorar, el hacer las piezas, el terminar y decir ah qu bonita me sali, son
artculos preciosos, me siento satisfecho del trabajo que hago; yo me siento a todo dar.

Una palabra clave mencionada por este vidriero: satisfaccin, ser recurrente en las
dems respuestas a la misma pregunta. Vctor dice:
todo, me gusta trabajar, me gusta hacer piezas, cada pieza es un reto y me da satisfaccin cuando la veo ya formada; me gusta verla terminada.

Mario, un poco ms renuente a compartir su experiencia menciona que, Todo le satisface


en su oficio. Trabajarlo en s, es para l la mxima satisfaccin que su quehacer le ofrece.
Aunque la estabilidad del oficio es difcil debido a los altos costos del gas y la electricidad, la recompensa para quienes lo practican es la satisfaccin que sienten debido al
reconocimiento de la sociedad a su trabajo, ya sea por el ingenio del diseo, los cortes
exactos o la perfecta colocacin de sutiles detalles.
77
Otro aspecto que revela el alejamiento de los vidrieros de prcticas artesanales clsicas, es
la inexistencia de relaciones gremiales. Los pocos obreros artesanos que hoy subsisten en la ciudad en
su mayora son asalariados que poca o nula comunicacin con los pocos que an laboran por su cuenta.
No existe alguna asociacin gremial de vidrieros que sea autnoma de la influencia de la participacin
empresarial-corporativa y su visin.
247

Sin embargo, piezas prefabricadas o trabajadas en molde que suprimen la cuidadosa


labor del artesano dominan el mercado a precios muy competitivos, motivo por el que
son adquiridas por la mayora de la poblacin que dispone de pocos recursos para la inversin en vasos, jarrones, piezas de decoracin u otros. La invasin de esos productos
ha influido en la percepcin de la calidad del cristal y de las piezas de vidrio, diluyendo
el juicio esttico en el menor precio a pagar por una pieza.
Al respecto, Agustn se identifica como dentro de la mayora de la poblacin que dispone de un juicio crtico o de valorizacin de las creaciones de vidrio y cristal, y emite un
juicio social: Los de ac, entindase, los que estn conmigo, los de este lado, desconocen la existencia del taller y de su produccin, a diferencia de los de all quienes s
valoran. En su discurso, la dualidad queda planteada en ideas de clase baja o quienes
tienen poco poder de consumo y clase alta alto poder de consumo.
El reconocimiento del oficio y sus productos la satisfaccin del artesano viene de
parte de consumidores que conocen el taller y de niveles superiores de empleados de
la empresa. Vctor menciona que:
Muchos gerentes nos felicitan por el trabajo, algunas piezas salen en el peridico, eso
quiere decir que nos estn tomando en cuenta, no de toda la gente apenas que alguien compre una pieza.

Lo anterior me lleva a pensar y espero que el lector reflexione sobre esto cmo
se supera la divisin social que rodea la apreciacin de esta artesana, que la reduce a
privilegio de una minora?
La relacin artesano-empresa
El patrn en su debido tiempo, cuenta Agustn, consider como un orgullo tener un
lugar donde procesar piezas de cristal, para la empresa era valioso.
La creacin del taller fue un paso seguro dentro de la empresa. Contaron las condiciones econmicas para expandir el mercado y se pudo atraer mano de obra que se
cultivara a s misma, adems de contar con la existencia de artesanos vidrieros en la
ciudad preparados para poder producir piezas a mano.
De esta manera la creacin del taller fue parte de una estrategia empresarial para crear
nuevas actividades dentro de una rama, como la de productos de vidrio, que se vio
afectada al producir masivamente artculos ms baratos y al sustituir productos de vidrio por los de plstico. Al igual que los oficios, las industrias de productos maduros
(tradicionales) como la del vidrio, hacen depender la competitividad y existencia de la
empresa de la colocacin de productos nuevos en un mercado cambiante.
248

A diferencia de las piezas producidas en masa, las del taller ven mucho ms prometedor
su futuro en el mercado. El taller se ha asegurado un fragmento del mercado que exige
competitividad e innovacin no en los materiales y costos, sino en la esttica, originalidad y creatividad que caracterizan el constante aprendizaje de sus productores. Al
respecto, Novelo escribe que: Los talleres guardando su esencia artesanal se han modernizado mostrando una flexibilidad bastante elevada (2008: 125) y es comprobable
con su mera existencia en la actualidad.
La motivacin gerencial es parte de este sistema de trabajo pues es necesario continuar
incentivando la creatividad e innovacin que se imprime en las piezas, pues es, en primera instancia, esta caracterstica de flexibilidad y adaptabilidad por la que la empresa
puede seguir siendo competitiva.
Agustn menciona al respecto que los artesanos del taller s se sienten reconocidos por
la empresa:
Haz de cuenta que nosotros somos los consentidos porque este taller ha sobrevivido
muchos aos, lo dems de la empresa se han estado yendo para abajo pero ste sigue
siendo la llamita que sigue viva; por eso nos sentimos orgullosos de pertenecer al taller Somos 25, 30 los que trabajamos aqu y nos sentimos satisfechos

De los tres casos, ninguno teme ser reubicado dentro de la empresa. El hecho es que
estas personas tienen dominado el oficio, los procesos y herramientas que se necesitan
para sacar adelante los pedidos. Una eventual reubicacin dentro de la empresa para
otras funciones dejara un espacio en el taller que tardara en ser llenado, debido a que
la preparacin de las personas para entender procesos y ritmos de trabajo artesanal es
ms lento y minucioso que el trabajo industrializado, fraccionado y en masa.
Aunque en su percepcin salarial no se haga notar, la empresa reconoce el grado de
preparacin de los artesanos debido a que poseen conocimientos del material que
otros empleados de la fbrica desconocen. Por ello, la gerencia congratula y felicita
cada ao a quienes laboran dentro del taller, e incluso a quienes poseen larga trayectoria dentro de la empresa se les reconoce con piezas que son hechas en el mismo taller.78

78
(N. de la e.) Considerando la antigedad de la empresa vidriera que alberga el taller as como
los serios problemas financieros que la aquejan desde hace aos, la decisin de abrir un taller como el
estudiado, refuerza nuestra postura sobre la vitalidad que contiene el saber artesanal. En este caso, es
la gran empresa la que adopta una estrategia de negocio que implica retroceder a la produccin con
fuerte contenido manual. La estrategia en una ciudad no sostenida por el turismo no podra competir
con las artesanas de Tonal, Tlaquepaque, etctera, sino en la recuperacin de un oficio para producir/
atender un mercado selecto. Este tipo de recuperacin sofisticada del artesanado, cobra auge en
Europa desde hace aos, con la confeccin manual de zapatos, relojes, navajas, entre otros; con precios
muy elevados y proteccin gubernamental. Todo ello ausente en nuestro estado y pas.
249

Conclusin
Los artesanos del vidrio desarrollan una habilidad a la cual el filsofo Maurice MerleauPonty se refiere a travs de la expresin ser como cosa (citado por Sennett: 215). Los
vidrieros pierden la conciencia de su cuerpo tomando contacto con el vidrio y quedan
totalmente absorbidos por el material fsico como fin en s mismo.
El ejemplo citado por Sennett (2009: 214) de Erin O Connor muestra un proceso de
aprendizaje del ser como cosa, en la necesidad de fabricar una copa de vino lo suficientemente grande y redonda como para retener el buqu de vinos. La sopladora tuvo que
aprender a posicionarse, a sujetar el tubo de soplar y, sobre todo, a calcular el peso en
el extremo opuesto de la caa en donde estaba su atencin.
La conciencia del peso del tubo en la palma de la mano pas a segundo plano, en su
lugar se instal la sensacin del borde saliente en el punto medio del tubo, despus la
del peso de la acumulacin de vidrio en el extremo mismo y, por ltimo, la acumulacin
que tenda a formar una copa.
Sennett (2009: 32) menciona que el artesano es una persona que se dedica a su trabajo
por el simple hecho de hacerlo bien. Existe un compromiso de parte de la persona y
ste se basa sobre su habilidad desarrollada para lograr una buena pieza. En qu momento, al comprar una pieza, un vaso, un jarrn o un florero nos detenemos nosotros
los observadores-consumidores de la artesana a pensar en el trabajo que conlleva la
creacin de la pieza? En esos momentos pensamos ms en la dificultad para laborar
una pieza y el esfuerzo que conllev a hacerla o nos centramos en la esteticidad de la
misma? Acaso reconocemos que cuando adquirimos una pieza, estamos comprando
aos de trayectoria en el oficio, o sea una parte fundamental de un ser humano?
Es posible que la prctica-cultura de consumir mercancas producidas masivamente
ponga un velo sobre los ojos de los consumidores, de manera que slo se alcanza a
observar el producto que compramos ms no lo que existe detrs. Ah detrs se encuentran personas, habilidades, emociones, lugares, circunstancias que muchas veces
van impresas en lo que compramos y que no vemos.
En la situacin presentada de los vidrieros en Monterrey, el velo no hace excepcin.
As como don Agustn coment, existe una gran parte (los de ac), que resultan ser
mayora de la poblacin, que adems de desconocer tiempos y pericias que implica la
elaboracin de estas piezas de vidrio, su cultura y escasez de recursos econmicos los
mantienen fuera del disfrute y valoracin de este tipo de mercancas artesanales.
A partir de las reflexiones de Novelo (2008), sera conveniente difundir la contemplacin de estas obras no slo por sus valores estticos o como smbolos de estatus, sino
250

hacer uso de una perspectiva valorativa en cuanto a su construccin humana y su caracterstica de ser virtud colectiva que se aprende y se transmite.
Para Novelo, parece ser que la respuesta a la decada de la artesana, del vidrio en este
caso, se encuentra en dos precisiones: 1) en la valoracin del capital social que significan
las destrezas y conocimientos del hacer artesanal y 2) en la flexibilidad y capacidad de
adaptacin del artesanado moderno que incluye nuevas formas organizativas de produccin. El taller donde laboran los tres entrevistados, como prueba de ello.
Para concluir, el clebre antroplogo francs Claude Levi-Strauss dira el vidrio es bueno para pensar (citado por Sennett: 162). El vidrio, fundido o cortado, proporciona un
medio para producir imgenes o formas, siendo stas las que inician una narracin que
se va desarrollando segn se va concluyendo la pieza. Desde estos tempranos pasos en
la produccin, la pieza ya tiene algo que decir. Concluida la pieza, la narracin puede
viajar, y puede ser intercambiada o vendida como artefacto cultural. En lo que insistira
Levi-Strauss, es en que el valor simblico resulta inseparable de la conciencia de la
condicin material de un objeto; sus creadores pensaron ambas cosas al mismo tiempo.

251

ADENDUM

Rogelio Ibarra cortador, con San Crispn al fondo. Foto de Jairo Ortiz Ortiz.

CAPTULO 12
LA COLONIA INDEPENDENCIA,
CORAZN DEL OFICIO ZAPATERO
DE MONTERREY

La colonia Independencia, corazn del oficio zapatero de Monterrey


Lylia Palacios / Eleocadio Martnez79

Por casi un siglo Monterrey construy una fuerte identidad como ciudad industrial. Esta
identidad tuvo su expresin a travs de decenas de barrios obreros, uno de los cuales fue
la colonia Independencia, que por su antigedad y ubicacin geogrfica privilegiada se
convirti en la cuna de la clase obrera regiomontana. Narraciones de cronistas y de habitantes de la colonia dan cuenta de que Fundidora de Monterrey, Cervecera Cuauhtmoc,
Vidriera Monterrey, as como pequeas y medianas fbricas conformaron su planta de
trabajo con habitantes de la Independencia. Esta identidad obrera comenz a transformarse en las ltimas dcadas del siglo XX conforme se fue diversificando la economa.
En sus barrios, donde coexisten la vivienda y el trabajo, en el presente domina el
paisaje ocupacional de oficios y profesiones, algunos de los cuales han tenido una
continuidad por dcadas y otros surgieron a partir de las nuevas necesidades de la
ciudad. Sastres, talabarteros, zapateros, carpinteros, joyeros, panaderos, fabricantes
de piatas, de velas, de ropa y accesorios para matachines, plomeros, electricistas,
mecnicos, albailes, entre otros, conforman parte importante de la actual identidad
trabajadora de la Independencia.
En esta transformacin del paisaje ocupacional, el del oficio del zapatero, al parecer, es
el nico que ha permanecido por casi cien aos, y que le otorga todava en la actualidad
una identidad nica a la Independencia como barrio zapatero.
La identidad zapatera de la colonia Independencia fue construida a partir de un importante desarrollo en la fabricacin del calzado en Monterrey. A inicios de siglo XX
la ciudad ya contaba con, al menos, cuatro importantes fbricas: Fbrica El Eclipse,
1921; Fbricas de Calzado Monterrey, 1922; Fbrica de Calzado Touche, 1929; Quintanilla Hermanos, 1930 y Abastecedora del Norte, Fbrica de Calzado, 1931. Para 1926 la
produccin de calzado de este distrito se venda en Nuevo Len, Coahuila y Tamaulipas, dos aos ms tarde en todas las regiones del pas. Segn las crnicas periodsticas Monterrey dej de ser tributaria de los Estados Unidos para el abastecimiento de
calzado para nios. De esta manera, la marca El Charrito vino a desplazar a las marcas
American Lady y American Gentleman.

79
El captulo es una reproduccin del publicado bajo el mismo ttulo en Contreras, Camilo
(2010), op. cit.
257

El dinamismo de esta actividad posibilit que parte de la produccin tuviera como


destino el sur de Texas, con quien Monterrey ha sostenido relaciones comerciales desde un temprano siglo XIX. Al respecto, el peridico El Porvenir menciona que para el
primer tercio del siglo XX, el calzado manufacturado en Monterrey sigue teniendo gran
aceptacin y demanda en el vecino pas del norte se recibi una comunicacin de la
Cmara de Comercio por uno de los principales comerciantes y almacenistas en el ramo
de calzado y pieles, de Presidio, Texas.
Es altamente probable que la mano de obra necesaria para echar a andar este distrito
zapatero haya surgido de la histricamente existente en Monterrey. Pero hay slidas
evidencias de que su formacin fue enriquecida en diferentes perodos, entre fines del
siglo XIX y la primera mitad del XX, con migraciones especializadas de zapateros de la
ciudad de Len y otros estados del centro y occidente.
En trminos generales pueden mencionarse tres perodos de llegada a Monterrey de
zapateros de la ciudad de Len y de Guadalajara en menor medida. El primero se dio en
el ltimo cuarto del siglo XIX, segn Perfecto I. Aranda, Jefe Poltico del H. Ayuntamiento de Len, la inundacin de 1888 que tuvo lugar en Len oblig a emigrar a zapateros
a la ciudad de Monterrey, Puebla y Mxico en bsqueda de nuevas oportunidades. El
segundo se present al finalizar la segunda guerra mundial, cuando segn la experiencia
de algunos ex zapateros, se demand ms produccin de zapatos por el incremento del
comercio con el sur de Estados Unidos. En contraparte, esa migracin fue favorecida
por la crisis en la industria zapatera en la ciudad de Len, por la disminucin de ventas
hacia el mismo pas del norte. Un tercer perodo se present en la dcada de 1960 por
el apogeo en la produccin industrial, que repercuti en la capacidad de compra de
sectores de asalariados.
Esta mano de obra especializada desempeara un papel relevante en la consolidacin
del distrito zapatero en Monterrey y, fundamentalmente, en la identidad zapatera de la
colonia Independencia en la segunda mitad del siglo XX, a tal grado de que fue bautizada como un Len chiquito, tanto por su identidad zapatera como por la relevancia de
la presencia de habitantes de Len. Don Rogelio Reyes, zapatero de la Independencia y
originario de esa ciudad lo dice as:
De hecho si lo vemos de esta manera, aqu no saban hacer zapatos, la gente que se
anim a hacer zapatos fue porque vea buenas ganancias, vea que haba futuro en la
industria del zapato, entonces no es porque yo diga pero mucha gente se ense, porque la gente de all (de Len y Guadalajara) vino a ensearnos aqu.

Sobre la llegada de zapateros de Guadalajara, don Rogelio narra:


258

Montador en el taller de don Cuauhtmoc Zaragoza. Foto de Jairo Ortiz Ortiz.

259

Jos Dolores Serna (don Lolo) pespuntador. Foto de Jairo Ortiz Ortiz.

Mi primo manej una forma en la cual la gente de aqu iba por trabajadores a Guadalajara, los traan y luego los acomodaba y ya les daban trabajo porque empez a florecer
mucho, de tal manera que aqu en el taller, aqu en la colonia, yo recuerdo, en los
buenos tiempos, que haba mucha fabricacin, prcticamente haba tallercitos donde
hacan 200 pares, 500 y ya los talleres importantes hacan 1200, 1300 pares.

Uno de los primeros grandes establecimientos localizados en la Independencia fue la


Fbricas de Calzado Monterrey, ubicada frente a la plaza Verea, en los lmites con la
colonia Nuevo Repueblo. Segn fuentes periodsticas y de archivo esta fbrica inici
operaciones con 60 trabajadores, con una produccin de 60 pares diarios y con un
capital de 250 mil pesos. La maquinaria era moderna. Para 1926 produca 400 pares al
da, lo cual se haca con 115 operarios. Es fcil afirmar que esta fbrica se instala en la
colonia Independencia por la mano de obra calificada existente. En sus primeros dos
aos de existencia, segn crnicas en El Porvenir, los zapatos de esta fbrica se vendan
en la regin noreste del pas.
Diversas narraciones de ex zapateros dan cuenta que hacia la dcada de 1940 se present un florecimiento de la actividad zapatera en esta colonia. Segn informes provenientes de las historias laborales de habitantes del barrio, para 1950 existieron alrededor
de 80 talleres de fabricacin de zapato. Adems de los talleres haba una vasta red
de trabajo a domicilio que daba empleo a habitantes de la colonia. Los talleres prosperaban en la colonia. Por eso lleg, tambin de Len, don Antonio Mrquez: haba
muy buen trabajo aqu, haba muy buen campo para desarrollarme en los zapatos. Eran
tallercitos, dice don Rogelio Reyes, lo que antes les llamaban Picas, eran tallercitos
pequeos compuestos por tres o cuatro elementos.
Este florecimiento en la fabricacin del calzado en la dcada de 1940, propiciara que
familias leonesas de zapateros vieran a Monterrey como un lugar propicio para instalarse. As pas con la familia Vilchez, que escapando de la persecucin cristera migr a la
ciudad, estableciendo su taller de calzado en el barrio de la plaza Verea y una zapatera
en el centro de la ciudad, la Zapatera Zambrano. Jos, Gregorio y Concepcin Vilchez
formaron parte de esa migracin especializada de zapateros de Len que llegaron a
Monterrey. Aunque otros se aventuraban sin contar con una vivienda, como recuerda
don Tino Briones, zapatero regiomontano:
llegaban sin tener casa y ah en los talleres mismos ah los dejaban que se durmieran,
pues venan ganosos de ganar dinero, y los maestros ganosos de que les hicieran zapatos, trabajaban hasta la 1 o 2 de la maana y a las 6 estaban parados trabajando.

Para las dcadas de los 1950 y 1960 el paisaje zapatero de la colonia Independencia
estaba marcado por productores de calzado fino para dama y de calzado para dama
260

y caballero de tipo comercial. La Fbrica de Calzado Grisel de Manuel Chora lider la


fabricacin del primero, as como los talleres de Antonio Mrquez y de Cuauhtmoc
Zaragoza. Recuerda el hijo de don Gregorio: mi pap era un artesano sensacin era un
zapatero buensimo, haca un zapato buensimo l hacia zapatilla fina de mujer de ese
tiempo. El calzado popular lo haca una extensa red de pequeos y medianos talleres,
algunos de los cuales producan para las fbricas y grandes almacenistas. Otra caracterstica que defina el paisaje zapatero era el hecho de que un nmero muy pequeo de
establecimientos utilizaban maquinaria para la produccin de calzado comercial, la gran
mayora trabajaba como maquiladores con herramientas bsicas.
Las vidas laborales de don Manuel Chora originario de San Luis Potos, de los hermanos
Vilchez y don Antonio Mrquez originarios de Len, y de don Cuauhtmoc Zaragoza
originario de Guadalajara, tienen en comn, adems de ser empresarios del calzado, el
haber dominado todo el proceso de fabricacin y, por lo tanto, haber sido formadores
de una identidad laboral zapatera entre una gran cantidad de trabajadores de la colonia
Independencia. Nos comenta Manuel, el hijo del seor Chora:
l era en realidad un zapatero completo, saba todos los procesos de la fabricacin,
hacia los moldes que es lo ms importante, tena suscripciones de revistas italianas de
modelos de zapatos [] la fabricacin que mi padre haca era zapato de calidad, vamos
a decir: piel de becerro, forro de cabra, suela natural, entonces era un zapato muy fino,
y lo dems, era zapato comercial.

Este tipo de empresario-artesano perdera terreno con la aparicin del empresario industrial, que aprendieron indirectamente el proceso como almacenistas o vendedores,
como son los casos de Pedro Navarrete y Horacio Cruz.
Los zapateros de la colonia Independencia: esplendor, declive y permanencia
Un oficio de tanta tradicin en la historia del trabajo artesanal como es el de zapatero,
debe ser parte del orgullo de los habitantes de la colonia Independencia, pues en ningn otro lugar de la ciudad se concentr y desarroll como aqu en toda la colonia!,
era un Len chiquito aqu. S haba muchos talleres, exclama don Tino Briones.
La formacin del oficio en la Independencia, que como mencionbamos puede tener
races desde finales del siglo XIX, fue creciendo conforme iba creciendo la actividad
industrial y la poblacin de Monterrey, la natural y la que llegaba de otros estados.
Haba trabajo. As se fueron formando las generaciones de familias de zapateros y segn
fue creciendo el oficio se incorporaban nuevos artesanos. As recuerda el hijo de Don
Gregorio Vilchez:
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Ramn Hernndez, zapatero de tercera generacin. Foto Agencia Secuencia Digital.

262

yo estaba muy chiquillo, en una maquina Mackey, maquina italiana, tena que poner
un cajn para alcanzarla pero yo cosa ah, esa era la situacin en la casa nosotros hacamos todo, el adorno lo haca mi hermana, mi mam, entre todo hacamos todo y a
la caja y a entregarse.

All aprendieron el oficio, acercndose a los maestros que conocan todo el proceso
y se iban especializando en una o varias labores: desde el diseador y el hormero, siguiendo con el cortador, el rebajador, el pespuntador, el montador. La actividad final,
la de adornar el zapato siempre fue trabajo de mujeres, primero las esposas o las hijas
de los zapateros y cuando fue creciendo se contrataban a otras mujeres. Doa Juana
Hernndez, adornadora retirada nos dice:
ramos 8 hermanas y cuando ramos jvenes todas, una los limpiaba, otra emplantillaba, otra pigmentaba, otra sacaba brillo, otra preparaba las cajas como si fuera banda,
como en las fabricas que hay bandas, pero aqu era todo manual.

El esplendor
El crecimiento y fortalecimiento de la actividad zapatera en Monterrey y en la Independencia, entre los aos cuarenta y los setenta del siglo XX, correspondi con los aos
dorados del capitalismo mundial. Entonces, Mxico vivi los beneficios del auge industrializador, en el que Monterrey particip como la segunda ciudad industrial del pas.
La fortaleza que en esta actividad alcanz la colonia Independencia, le permiti ser el
origen de una de las cadenas zapateras ms importantes del norte de Mxico, la Fbrica
de Calzado Justicia. Su fundador don Pedro Navarrete se inici en el medio como vendedor en una tienda de la calle Quertaro, tambin sala a los municipios del sur del
estado. En los aos cuarenta, cuando se anim a emprender su primer taller se asoci
con un zapatero conocido de la colonia y lo refaccion para producir un poco ms. Para
don Pedro los saberes del oficio zapatero de los artesanos de la colonia, fueron fundamentales en sus primeros 10 aos para conocerlo y aprenderlo. De ellos dice: los de la
Independencia eran los reyes. Su fbrica all por el rumbo de la Cigarrera [La Moderna]
lleg a emplear a ms de 300 trabajadores y en su cadena, que hasta finales de los aos
setenta lleg hasta 42 tiendas en varias ciudades del norte, emple a casi 400 personas.
La produccin de la fbrica cubra todos los estratos econmicos: la lnea Ferratini la
de mayor calidad, Justicia para clases medias y Ofertas para clases populares. Y para
producir zapato de hombre, simplemente, se trajo un taller completo de Len.
La dcada de 1970 fue muy propicia para la actividad en Monterrey: haba para todos
dice don Ramn Hernndez, zapatero de tercera generacin. En su primer negocio establecido en la colonia Terminal en 1969, gran parte del zapato se lo maquilaban zapateros
263

de la Independencia. Posteriormente se instal aqu: porque all era donde estaba la


mejor mano de obra. Eran tiempos buenos:
haba movimiento, los clientes nos procuraban, venan a vernos, nos pedan lnea, nos
pagaban bien, de hecho ellos venan por el zapato a la puerta del taller porque les urga,
tenan buenas ventas. Entonces era una poca en que haba buena oportunidad para todos y digo para todos porque, haba montadores que ganaban 3500 pesos por semana,
ms que un maestro, habiendo estudiado!

El tambin representante de la Cmara Nacional del Calzado en el estado, mencion


que llegaron a establecerse en el rea metropolitana cerca de 150 talleres pequeos y
medianos y algunas fbricas grandes como la Justicia y Calzanova. En la Independencia
dice, llegaron a existir como 100, pero algunos slo tuvieron vida efmera. Al parecer era
comn que algunos talleres abrieran y otros cerraran, haba mucha rotacin de trabajadores. En los tiempos de mayor demanda, recuerda Ramn, los dueos de los talleres
hasta se pirateaban a los mejores zapateros.
El prestigio que alcanz la produccin zapatera en la colonia, adems de la destreza de
sus artesanos tambin se reconoca por la vanguardia de sus diseos. Peridicamente
los propietarios o maestros zapateros asistan a las ferias del calzado en Len, adquiran
revistas especializadas italianas, incluso los ms grandes visitaban las principales ciudades europeas. Para esta industria la produccin de Len, Guadalajara y Mxico nunca
representaron una competencia, al contrario, en los aos setenta hasta ferias nacionales
del calzado se organizaron en Monterrey.
Todos los zapateros entrevistados recuerdan con alegra aquella poca en donde algunos con su tallercito pudieron educar a sus hijos o adquirir su vivienda. Muchos se
quedaron en la colonia, arraigados en un barrio que era a la vez, vivienda, lugar de
trabajo, de convivencia y de recreacin. Tenan adems muy cerca la devocin guadalupana, ante la cual muchos talleres peregrinaban (incluso en algunos casos se cruzaban
al centro para poder hacer un poco ms larga la procesin). Tal vez por eso la herencia
europea del patrono de los zapateros, San Crispn, tuvo tan poco xito. Desde los aos
cincuenta se fueron formando ligas de equipos de beisbol y luego, por los sesenta, de
futbol. Se jugaba mucho en el ro Santa Catarina. En la colonia tenan casi todo, hasta
sus buenas cantinas, como recuerda don Tino:
Uuuh haba muchas, estaba llena esta colonia [] las mejores eran Cuatro Caminos,
el Bohemias, El Paraso, haba muchas cantinas, [y de cervezas] muchas ms, haba la
Nortea, El Caballito, Quijote, Carta Blanca. En las tardes con las de barril estbamos
sentados con una jarrota, estaba barata la cerveza.
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Se viva el auge, los zapateros ya fuera a travs de los almacenistas o mediante venta
directa provean de calzado a todas las clases sociales, desde el calzado comercial para
las familias proletarias hasta las finas zapatillas de las clases medias y altas. Todo esto,
sin duda, se reflejaba en el entorno tranquilo, convivencial y productivo de estos barrios
de la Independencia, como asinti don Antonio Mrquez: en aquellos tiempos era muy
segura la colonia, yo hice esta casa aqu, y tena terrenos en Guadalupe, pero no me
gust fincar all porque aqu estaba la industria, los obreros y aqu yo puse mi taller.
El declive
El decaimiento del auge zapatero en Monterrey a finales de la dcada de 1980 tuvo un
impacto muy fuerte en la colonia, tanto para los que tenan su propio taller, como para
aqullos que maquilaban o trabajaban en las fbricas. Los talleres comenzaron a cerrar,
Rogelio Reyes que junto con otros compaeros ganaron una demanda laboral y establecieron una cooperativa exitosa a mediados de los aos 80 nos platica: a nosotros
nos toc la ms difcil, sobre todo al ltimo, porque empez a declinar y llegamos a
juntar cantidades importantes de calzado y ya no tena salida, no haba venta y todo se
empez a ir para abajo.
Tal vez el ejemplo ms contundente de la crisis fue el cierre progresivo de La Justicia y
su cadena de tiendas, cuenta el Sr. Navarrete, Carlos Salinas de Gortari me desgraci en
1988. Para saldar sus cuentas y liquidar conforme a la ley a cada uno de sus trabajadores,
fue vendiendo de tienda en tienda. Hoy conserva una oficina en la colonia, regres a su
punto de origen, tal vez para sentirse ms cerca de lo que fue su pasin.
La apertura econmica que inici en 1986 y culmin con el Tratado de Libre Comercio
en 1994, desprotegi a todos los industriales, pero aniquil a los ms pequeos. Adems
la entrada masiva de zapatos de China, de Brasil, y las nuevas formas de comercializacin
por catlogo, son causas que los zapateros, que hoy subsisten, sealan como origen de
la crisis de este distrito zapatero. A lo anterior se suma el nulo apoyo gubernamental:
Con mi generacin se va a terminar el zapato aqu en Monterrey [] estamos en va de
extincin, desgraciadamente es difcil hablar, pero las autoridades no se han preocupado por la importancia que tiene la industria del calzado y tambin la del vestido que
genera mucha mano de obra y el gobierno no lo ha entendido de esa manera, no nos
han apoyado y si digo nadie, es nadie. (Don Ramn Hernndez)

La resistencia de un oficio: el disfrute del trabajo


Sin embargo, lo que pareciera ser un oficio que ha desaparecido hoy se encuentra vivo
en la Independencia. Lejos del esplendor que alcanz, y con muchos menos talleres que
antes, en la colonia el oficio del zapatero subsiste. All se sostiene don Horacio Cruz la
265

ltima fbrica de tamao mediano (la de Calzado Monterrey) que sigue beneficindose de la mejor mano de obra calificada de la ciudad. Siguen trabajando los tallercitos
de dos a siete zapateros; en el barrio siguen haciendo su labor las adornadoras. Es un
trabajo con muchos altibajos estacionales, menospreciado por los jvenes que buscan
empleo, siguen laborando largas jornadas, el trabajo es casi artesanal, y all estn. A
qu se aferran? A que tienen un enorme conocimiento y especialidad que les ha permitido desarrollar ingeniosas estrategias de sobrevivencia, a que son personas que aman
su trabajo, que no se imaginan haciendo otra cosa.
Un buen ejemplo es el taller de don Cuauhtmoc Zaragoza: integrado por don Rogelio
Ibarra de 72 aos y originario de Len, cortador experto, que usa slo sus navajas y
manos para trabajar, el nico que tiene al lado de su mesa una vieja estampa de San
Crispn. Don Jos Dolores Serna Lolo de 63 aos y nacido en San Luis Potos, pespuntador orgulloso que dice: habr muchas tecnologa pero el trabajo que yo hago, no hay
todava una mquina que lo haga mejor. Jos Juan Garca de 41 aos, regiomontano,
pespuntador que prob el trabajo fabril y lo que no le gust fue el horario rgido y
obtener salario fijo. Este taller cuenta con la direccin de don Cuauhtmoc, diseador
y conocedor de todo el proceso, all se especializan en hacer los zapatos ms cmodos
del mercado en Monterrey.
Tambin continua don Paulino Gmez, quien a sus casi 80 aos sigue ejerciendo el
nada sencillo oficio de modelista hormero que aprendi de don Jos, cuando entr a
su taller a los 10 aos. l dice, con una sonrisa, que lo que se necesita para ser un buen
hormero es mucho amor.
Estos zapateros que piensan morirse en la raya no escatiman en imaginacin para buscar exclusividades en un mercado deprimido. Don Ramn Hernndez fabricante, se ha
especializado en hacer las zapatillas de largos tacones que usan las mujeres que laboran
en salones de table dance, ahora, a l le gusta autodenominarse el zapateibol. Y sigue
buscando: ahora que muri Michael Jackson, vi el video de Michael y estoy haciendo
unas muestras como las botas que us, eso es lo que tenemos que hacer. Otro ms que
ha podido aprovechar la destacada especialidad en zapatos de dama es Rogelio Reyes,
junto con Roberto Jimnez forman un taller que sortea la crisis elaborando zapatos y
botas multicolores para show infantiles, tambin hacen cmodos tenis especiales para
novias o quinceaeras: Ahorita nada ms estamos los ms valientes sobrevivo porque
hago un zapato que nadie hace.
El orgullo, el gusto, el disfrute del oficio zapatero ha sido tal vez uno de los factores de
ms peso en su permanencia:
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Paulino Gmez hormero: del palo de mezquite al polmero.

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Juana Hernndez, adornadora trabajando en su casa. Fotos Agencia Secuencia Digital.

haga de cuenta como un pintor, el zapatero ve que no se cuelgue el zapato, que vaya
bien por atrs, que no salga la lnea, haga de cuenta un pintor que est viendo su obra
[] entonces se le mete muy adentro todo eso y entonces se agarra de ah y no se sale
de la profesin. (Don Ramn Hernndez)

Y las mujeres adornadoras no se quedan atrs:


el adorno es lo que levanta el zapato, sin el adorno el zapato no est terminado [] se
pone la plantilla, se limpia, se retoca, se le saca brillo, sin el adorno no se puede vender.
(Seoras Juana y Ruth Hernndez)

El apego al oficio les hace permanecer, no obstante que los mayores ya estn pensionados, ya sin las presiones de formar una familia, all siguen: porque se aburren en la
casa, porque ganan unos centavitos, porque es lo nico que saben hacer, all siguen.
Pero en general sus recuerdos del ambiente de trabajo coinciden con lo que hoy puede
verse: una relacin obrero patrn ms horizontal, aprendiendo unos de otros. Todos recuerdan quin los ense, aun aqullos que comenzaron de nios de diez o doce aos.
Hay en esta cultura de trabajo una distancia de la cultura industrial, y que es valorada
por todos ellos tal vez porque se relaciona con la subsistencia de la mentalidad artesanal, del obrero autnomo de pocas pasadas. El gran aprecio que le dan a la flexibilidad
de horario, aun y cuando las jornadas de trabajo sean prolongadas (casi todos trabajan
ms de ocho horas). Los que han experimentado la disciplina fabril rechazan esa rigidez: hay que checar tarjeta. Otros como don Cipriano Ros, zapatero retirado, apenas
se asomaron y se salieron: Trabaj dos semanas en la Vidriera [Monterrey] pero haca
mucho calor en los hornos y me sal.
Adems hacen cuentas y el ingreso es ms seguro trabajando como zapateros. Muchos
aprendieron desde chicos que el zapatero nunca se queda sin comer. Certeza que seguramente se relaciona con el dominio del proceso productivo y el tipo de mercanca
que crean, lo que les permite sortear momentos de estrechez econmica, comenta
Roberto Jimnez: hago dos parecitos, los vendo y ya sale para el fin de semana, autonoma casi imposible en el proceso industrial.
El gusto por el oficio puede sustentarse tambin en la posibilidad del descanso. La
subsistencia del San Lunes, esa auto concedida semana inglesa privilegio de algunas
profesiones y empleos, los zapateros de estas picas lo siguen disfrutando: pones tu
propio ritmo algunos das me tardo (en llegar) los lunes no trabajo, no voy al taller.
Entre estos artesanos el sindicato no es lo mejor visto: Yo nunca he sido sindicalizado,
nunca!, dice enfticamente don Rogelio, el cortador. Ellos conocen bien la vida de la
fbrica, algunos por breves experiencias, y todos porque han trabajado gran parte de su
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vida en la colonia Independencia, cuna de obreros de la gran industria. En este contexto


cuasi artesanal, el sindicato representara otro instrumento para establecer la disciplina
de la fbrica, y no se equivocaron, no en Monterrey. El rechazo a sindicalizarse, entonces, podra estar relacionado con el rechazo a la coercin de la fbrica. Su idea de
progreso, de amor al trabajo como vemos se sustenta en otros valores, o al menos, en
una jerarquizacin distinta a la de la cultura laboral hegemnica.
Esta rica historia de los zapateros y su retador presente debe ser conocida. Hasta ahora
ninguna crnica sobre Monterrey o la colonia Independencia la ha destacado. Con estas
lneas damos apenas un inicial reconocimiento a una de las grandes aportaciones que
esta colonia ha dado en lo cultural y laboral a la historia de Monterrey. Agradecemos
profundamente la confianza de todos nuestros entrevistados para ayudarnos a recatar
su historia, que esperamos contribuya a que autoridades municipales y estatales volteen
sus ojos, voluntades y recursos para hacer realidad uno de los sueos de estos maestros
zapateros: fundar una escuela de capacitacin para que este oficio centenario en la
colonia Independencia, no se pierda.

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Armando una bota para el escenario en el taller del zapateibol. Foto Agencia Secuencia Digital.

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Biblioteca SCyF.

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Los oficios urbanos tradicionales. El lado invisible


de la cultura laboral regiomontana
termin de imprimirse en mayo de 2014,
en los talleres de Serna Impresos, S.A.
En su composicin se utilizaron los tipos Agenda Light y Bold.
La edicin consta de 1,000 ejemplares.

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