La Madre de Dios en La Liturgia Bizantina
La Madre de Dios en La Liturgia Bizantina
La Madre de Dios en La Liturgia Bizantina
...Desde aquella fecha memorable el ttulo de Theotokos ha sido inseparable del nombre de
Mara en el Oriente cristiano, particularmente en el Oriente bizantino. Para nosotros, Mara es y
ser siempre, ante todo la Madre de Dios, la Theotokos. Tanto en las distintas fiestas que se
celebran en su honor, como en el Santo Sacrificio y el Oficio Divino, la Iglesia bizantina la llama
siempre La Madre de Dios (1).
...Y as como, segn veremos luego, le aplicar los ttulos ms diversos y hermosos, reconocer
tambin en ella las virtudes ms excelsas, sin perder jams de vista que la primera y fundamental
prerrogativa de Mara es el ser la Madre de Dios.
...Las fiestas que se celebran en su honor, lo sern en nombre de dicho ttulo: Concepcin por
Ana de la Madre de Dios, Presentacin en el Templo, Anunciacin, Asuncin de la Madre de
Dios. Las fiestas tan comunes en Occidente: Ntra. Sra. Del Rosario, del Carmen, de la Merced,
de Lourdes, de Ftima y tantas otras que sera intil enumerar, pues cada nacin posee ttulos
abundantes con que honra a la Ssma. Virgen, son desconocidas en el rito bizantino. Esta
multiplicidad quiz favorezca, al diversificarla, la devocin a Mara. Pero tambin, quiz nos
aparte y nos haga olvidar en cierto sentido, el dogma principal, fundamento de todos los
privilegios de Mara.
...Evidentemente la Iglesia bizantina no ha querido dispersar su atencin y la de sus fieles, del
ttulo principal, fuente de todas las prerrogativas de Mara, base obligada de todo el culto que se
le debe. En ah, en ese vocablo, est Mara con todo su poder y toda su hermosura. De ah surge
el manantial de donde brota todo cuanto se diga de ella. Por ser la Madre de Dios, ser la
Hyperagua, la Santsima, la Inmaculada, la pursima, la intercesora todopoderosa, la Madre
tierna y compasiva, el amparo del pueblo cristiano, su refugio y esperanza, su Madre amadsima.
...Por ser la Madre de Dios, y en eso el rito bizantino es fiel intrprete del Oriente cristiano,
Mara tendr un lugar aparte, privilegiado, preeminente tanto en la Santa y Divina Liturgia
(Misa) como en el Oficio Divino. No ceder el paso ms que a su Hijo, el Verbo de Dios.
...An antes de iniciar el Santo Sacrificio, el celebrante la invoca dos veces. De pie delante de las
puertas santas, antes de entrar en el santuario, el sacerdote debe rezar las oraciones llamadas de
las puertas santas, como preparacin para el sacrificio eucarstico. Pues bien, dos de esas
oraciones van dirigidas a la Madre de Dios:
...Porque a Ti se debe toda gloria, honor y adoracin, Padre, Hijo y Espritu Santo
...(la primera y segunda sinapti concluyen igual que la irnika).
...Inmediatamente antes y despus de la comunin, el sacerdote invoca a la Madre de Dios. En
la accin de gracias que se reza despus del Santo Sacrificio, como corolario litrgico del
mismo, la Iglesia se dirige otra vez a la Theotokos en una plegaria especialmente dedicada a ella:
...Santsima Seora, Madre de Dios, luz de mi alma, esperanza y apoyo mo, refugio,
consolacin y alegra ma, te doy las gracias por no haberme juzgado indigno de participar del
Cuerpo pursimo y de la Sangre preciossima de tu Hijo. Oh Madre de la verdadera luz, ilumina
mi inteligencia; t que diste a luz a la Fuente de la inmortalidad, vivifcame, porque estoy
muerto por el pecado. Oh Madre compasiva del Dios de la misericordia, ten piedad de m, pon
en mi corazn la contricin y el arrepentimiento, y en mi entendimiento la humildad. Hazme
digno de recibir sin condenacin, hasta mi ltimo suspiro, estos santos Misterios, para
santificacin de mi alma y salud de mi cuerpo. Dame las lgrimas de la penitencia y de la
confesin, a fin de que te alabe todos los das de mi vida, a ti que eres bendita y glorificada para
siempre por los siglos de los siglos. Amn.
...Lo dicho, sin embargo, no da una idea cabal del lugar que ocupa la Madre de Dios en la Divina
Liturgia. Por cierto, su nombre corre a travs del texto litrgico. Se la invoca antes, durante y
despus del Santo Sacrificio. Con todo, la liturgia bizantina no se conforma con slo invocar a la
Theotokos por ms veces que repita esta invocacin. A la madre de Dios le corresponde un lugar
an ms preponderante al lado de la Divina Vctima. Este lugar ha de llamar la atencin tanto del
celebrante como del pblico para que uno y otro se compenetren de esta verdad: la Madre de
Dios est siempre al lado de su Hijo inseparablemente unida a l en la obra de la Redencin.
...Para recalcar este dogma, para hacer comprender que el ttulo de Madre de Dios coloca a Mara
ms all de las posibilidades de toda otra criatura en el cielo y en la tierra, la Iglesia ha incluido
en la Santa Liturgia dos actos o ceremonias en honor de la Theotokos, que no se encuentran en
ninguna otra liturgia: el primero en la prtesis o acto preparatorio de la Santa Liturgia, el otro
dentro mismo del Canon, inmediatamente despus de la Consagracin. En ambos casos se
confirma el papel destacado, nico que corresponde a la Madre de Dios en el Sacrificio redentor
de su Hijo.
...Para comprender la fuerza de este argumento, son necesarias algunas explicaciones. A
diferencia de lo dispuesto en el rito latino, la materia del sacrificio o sea el pan y el vino se
preparan en el rito bizantino antes de iniciarse la Divina Liturgia, en un altar lateral llamado
prtesis o de la oblacin, distinto del altar donde se ha de celebrar el Santo Sacrificio. El pan
empleado es fermentado, de forma generalmente redonda y un tanto gruesa. El celebrante le
debe, pues, cortar con una pequea lanza a fin de preparar las partculas del pan o prsfora,
que corresponden a las hostias del rito latino. En primer trmino corta la hostia llamada
Cordero y la coloca en el centro de la patena. Esta hostia lleva impresas las iniciales griegas
IC-XC NI-KA= Jesucristo vence, y representa a Cristo Cordero divino que se ha de inmolar en el
Sacrificio del altar.
...Pero Cristo no se presenta solo al Padre. Una verdadera corte lo acompaa en el altar: su
Madre, los Profetas, los Apstoles, Doctores, Mrtires, ascetas, sus antepasados Joaqun y Ana,
el Obispo local, el clero, los seglares, los fieles vivos y difuntos. Cada grupo ser representado
por una prsfora, haya o no comulgantes durante la celebracin litrgica. El sacerdote corta,
pues, tantas prsforas cuantos participantes haya en la corte que acompaa al Cordero mstico,
Jesucristo. El simbolismo no puede ser ms rico ni profundo. Mientras las prsforas que
corresponden a los santos y a los fieles vivos y difuntos se colocan en dos series, una de nueve a
la izquierda del Cordero, y la otra sin nmero fijo debajo del mismo, la prsfora
correspondiente a la Madre de Dios se colocar a la derecha, sola, cual reina a la derecha del rey.
Al cortarla reza el sacerdote:
...En honor y memoria de la bendita y gloriosa Seora nuestra, Madre de Dios y siempre
Virgen, por cuya intercesin recibe, Seor, este sacrificio en tu altar celestial.
...Y colocndola a la derecha dice: La Reina se coloc a tu diestra con vestido bordado de oro.
...Confieso que cuando al romper el da me visto de los ornamentos sagrados para dirigirme a la
Prtesis, a fin de preparar el pan y el vino, y al poner, de acuerdo al ritual, la hostia principal o
Cordero en el centro de la patena, y a su izquierda a los Santos del Antiguo y Nuevo
Testamento, y debajo de l las prsforas de los vivos y los muertos, y a su derecha la hostia que
recuerda a su bendita Madre, no puedo menos de sentir una emocin profunda ante el
simbolismo tan hermoso y teolgico a la vez de nuestra liturgia. Ah, en la patena, est la Iglesia
entera, el Cuerpo Mstico de Cristo, en toda su misteriosa hermosura: Cristo en el centro, a su
izquierda la Iglesia triunfante; debajo la Iglesia purgante y militante, y a su derecha, en el puesto
de honor, sola, la Theotokos, la Reina Madre. Qu cuadro ms hermoso, qu enseanza ms
sugestiva!
...Y la Divina Liturgia sigue su curso. El pan y el vino llevados al altar en una procesin
imponente se transustancian en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ante la divina Vctima, la
liturgia hace nueva memoria en primer trmino de la iglesia triunfante: Los patriarcas, profetas,
apstoles, predicadores, doctores mrtires, confesores, ascetas y todos los justos. Pero lo
hace en voz baja, en secreto. Es un dilogo a solas entre el celebrante y la Vctima divina, para
no distraer la atencin de los fieles, que ante el misterio que acaban de presenciar, cantan al
Seor: Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias, Seor y Dios nuestro.
...Mas al llegar a la Madre de Dios, la liturgia cambia de actitud. A la Theotokos, a la Virgen
Madre, no se la puede nombrar en secreto. Siendo ms grande que los patriarcas, ms gloriosa
que los profetas y los Apstoles, mrtires y doctores; siendo la Madre del Dios que acaba de
inmolarse, el pblico tiene derecho a que se proclame su nombre, como se proclama la entrada
de la Reina Madre ante el pblico que la est esperando. As como en el momento de preparar el
sacrificio se le dio el lugar de honor a la diestra de su Hijo, del mismo modo, se la ha de exaltar
ante ese Hijo presente en las sagradas formas y ante sus hijos, los fieles que participan del
Sacrificio eucarstico. El celebrante proclama, pues, el nombre de la Theotokos, de suerte que
resuene en todos los mbitos del templo: Y principalmente de nuestra Santsima, pursima,
bendita y gloriosa Seora Madre de Dios y siempre Virgen Mara.
...Y de nuevo sigue en voz baja el memento de los vivos y de los muertos. Pero el pblico, que
ha odo el nombre amado, prorrumpe en un arrebato de entusiasmo:
...En verdad, es justo celebrarte, Oh Madre de Dios, t que eres para siempre bienaventurada y
exenta de todo pecado, Oh Madre de Nuestro Dios. T que eres ms venerable que los
querubines e incomparablemente ms gloriosa que los serafines, t diste al mundo al verbo de
Dios sin dejar de ser Virgen, t que eres verdaderamente la madre de Dios, te celebramos.
...Himno maravilloso, compendio admirable de las grandezas de la Madre de Dios. Sin embargo,
no es el nico. Habr otros para las grandes fiestas del Seor o de la Virgen, que el pblico
cantar en esta parte de la Liturgia, con el idntico entusiasmo, idntica devocin, y amor filial.
Tal el que se canta los domingos durante la cuaresma:
...En ti, llena de gracia, se regocijan todas las criaturas, las legiones de los ngeles, y todas las
razas humanas, Oh Templo consagrado, paraso excelso, gloria de la virginidad, en quien se
encarn Dios y se hizo nio, sin dejar de ser nuestro Dios desde antes de los siglos. De tu seno
hizo un trono y a tus entraas ms inmensas que los cielos. Por ello, todas las criaturas se
regocijan en ti y te glorifican, oh Llena de gracia.
...De este modo la Divina Liturgia bizantina honra a la Madre de Dios durante la celebracin
eucarstica.
...Pasamos ahora al Oficio divino. Tambin aqu el nombre de la Theotokos llena las distintas
partes de la oracin pblica de la Iglesia. En todas y cada una de las horas cannicas, la Madre
de Dios ocupa un lugar privilegiado, y su nombre es loado con amor.
...En primer trmino se la recuerda, al igual que en al sacrificio eucarstico, en las letanas que se
rezan a lo largo de todo el Oficio: Conmemorando a nuestra Santsima, Pursima, bendita y
gloriosa Seora nuestra, Madre de Dios y siempre Virgen Mara Esta invocacin, o si se
prefiere, esta invitacin a recordar a la Madre de Dios resonar durante el curso del da litrgico
desde el alba al anochecer.
...Adems, en cada hora cannica se dirigen plegarias o himnos especialmente dedicados a la
Madre de Dios. Valgan por ejemplo, estas que se rezan en el Mesonykticn, en el oficio de la
medianoche, antes del amanecer:
...A ti, muralla inexpugnable, fortaleza de nuestra salvacin, nos dirigimos, Oh Virgen Madre
de Dios. Desbarata las maquinaciones de nuestros enemigos. Cambia en alegras las aflicciones
de tu pueblo. Reanima al mundo. Sostn a las almas devotas. Intercede por la paz del mundo,
Madre de Dios y esperanza nuestra.
...Todas las generaciones te exaltan, Virgen Madre de Dios, porque el inconmensurable, Cristo
nuestro Dios, se ha dignado recluirse en tu seno. Bienaventurados somos porque eres nuestra
defensora que da y noche intercedes por nosotros
...En la Hora Prima, se le dirigen estos requerimientos, fruto de admiracin y de amor filial:
...Qu nombre darte, oh llena de gracia? Cielo? Porque hiciste resplandecer al sol de justicia.
Paraso? Porque engendraste a la flor de la incorruptibilidad. Virgen? Porque llevaste en tus
brazos a un Hijo que es el Dios de toda la creacin. Pdele que salve nuestras almas.
...Todos los das en el Orthros o Laudes, se canta el Magnificat, aquel sublime himno emanado
del corazn de Mara. De pie, delante de la puerta central del iconostasio, el sacerdote lo anuncia
solemnemente: Alabemos con cnticos a la Madre de Dios, Madre de la Luz.
...El coro responde primero con el canto que ya conocemos y que servir de introduccin y de
cmo acompaamiento a la vez al canto del Magnificat: T eres ms venerable que los
querubines e incomparablemente ms gloriosa que los serafines Sigue el canto del
Magnificat, pero alternando cada versculo del mismo con este himno.
...Para dar an ms realce a esta parte del Santo Oficio e inculcar ms an el amor y la devocin
de los fieles a la Madre de Dios, mientras se desarrolla el canto, el celebrante recorre el templo
precedido por dos aclitos e inciensa al pblico.
...En la misma hora cannica del Orthros, se reza el canon del da, composicin rtmica,
generalmente de nueve odas, cada una de cuatro o cinco estrofas. Pues bien, la ltima de esas
estrofas se dedica, salvo raras excepciones, a la Madre de Dios. De ah, su nombre To
Theotokion. La ltima estrofa de los himnos que se cantan en las diversas horas cannicas, ser
tambin un Theotokion, un himno a la Madre de Dios. Los troparios o himnos del santo del da
que se cantan en el Mesonyktikon, el Orthros, Hesperinos o Vsperas, y dems horas, terminan
tambin con una alabanza a la Madre de Dios, en que se enumeran sus virtudes, se cantan sus
glorias, se proclaman sus ttulos, se pide su proteccin, se expresan los sentimientos de ternura,
de admiracin, de piedad filial que el pueblo cristiano profesa a su bendita Madre. Transcribo al
azar algunos de estos Theotokion:
...Oh Virgen limpia de toda mancha, has llevado en tus entraas de manera inescrutable al
Verbo, Sabidura de Dios. Has engendrado para el mundo a Aqul que tiene el mundo en sus
manos, Oh Madre de Dios. Tuviste en tu seno a Aquel que tiene en sus manos a toda la creacin,
Aquel que nutre a todas las criaturas, al Hacedor de la naturaleza
...Oh gloriosa Madre de Dios, T eres la aurora en la noche de la vida. T brillas con los rayos
de la virginidad, mostrndonos a Aquel que hace resplandecer el Sol de justicia (26 de sept.)
...Oh Madre de Dios, digna de toda alabanza, T aniquilaste la muerte y la corrupcin. T eres
manantial de eternidad, porque, oh pursima de toda mancha, diste a luz a Cristo, que
embelleci la naturaleza humana y la adorn con la gracia de la vida (6 de oct.)
...Coro de las Vrgenes, alegraos con nosotros, porque nuestra intercesora, nuestro amparo y
nuestro refugio, consuela hoy por su solicitud a los que estn en la afliccin
...Juntos celebremos hoy, oh fieles, la fiesta mstica. Alabemos con piedad a la Virgen Madre de
Dios, que se presenta en el templo del Seor, ella que ha sido predestinada entre todas las
generaciones para servir de morada al Rey universal. Avanzad con vuestras lmparas, oh
vrgenes, para rendir homenaje a la presentacin de la que fue siempre virgen. Oh Madres,
dejad toda afliccin y seguidla, glorificando a Aquella que fue la Madre de Dios. (21 de nov.)
...Vosotros que gustis de las fiestas, juntaos para celebrar con alabanzas a la que es
hermosura de las vrgenes, alegra de los coros angelicales, Madre de Dios, muralla sin brecha
de los fieles, clamando: salve, Virgen pura y Madre, faro de oro, puerta del cielo. Salve,
tabernculo pursimo de la santificacin que llev a Dios en su seno. Salve, T que eres
incomparablemente ms excelsa que todas las legiones celestiales. (30 de enero).
...Hagamos sonar las trompetas de los cantares, porque la Reina Madre y Virgen, se ha
inclinado desde lo alto para premiar con sus bendiciones a los que la alaban. Acudid, pues,
vosotros reyes y prncipes, y cantad a la Reina que Dios a luz al ReyY vosotros, pastores y
maestros, unos para alabar a la Pursima, Madre del buen Pastor, faro de oro, nube luminosa,
ms grande que los cielos, tabernculo vivo, trono del AltsimoVaso de oro que contiene el
man, puerta cerrada del Verbo, refugio de los cristianos. Alabmosla con cantos inspirados,
clamando: Oh Palacio del Verbo, haznos dignos del reino de los cielos, puesto que nada es
imposible a tu intercesin. (30 de enero).
...Y as continuamente, en todas las horas cannicas, durante los 365 das del ao litrgico, as
sigue esa lista ininterrumpida de himnos, odas, troparios, theotokion, que cantan las glorias, la
hermosura, la santidad, el poder de intercesin, la pureza virginal de la Madre de Dios. Desde el
alba hasta bien entrada la noche, su nombre estar en los labios de sus hijos, inseparable del
nombre del Verbo que tom carne del seno virginal. Antes de despedir el da, en la hora cannica
que sella la labor de nuestra jornada, una postrera plegaria brotar de nuestros labios, el ltimo
coloquio con nuestra Madre, Madre de Dios. Se la reza en el templo, solamente ante el cono de
la Theotokos expuesto en el iconostasio, a la derecha de su Hijo:
...Oh Seora, pura y casta, Virgen esposa de Dios, inmaculada, exenta de toda mancha, T que
por tu alumbramiento maravilloso, has unido al Verbo de Dios con los hombresesperanza de
los desesperados, amparo de los oprimidosrefugio de todos los cristianosT que eres la
Madre de Dios que ama a los hombres, ten compasin de nosotros y por tu ascendiente
maternal sobre tu Hijo, Seor y Dios nuestro, rugale nos abra las alas de su amory cierre los
ojos sobre nuestras innumerables transgresionesNo te apartes nunca de nosotros, oh
misericordiosa, oh compasiva, oh bondadosa
...Parklisis y Akatistos
...Como si todo esto no fuera suficiente para expresar lo que el Oriente bizantino siente hacia la
Madre de Dios, el ao litrgico comprende adems dos oficios especialmente en honor de la
Theotokos, el uno la Parklisis, o splica plegaria, que se canta en la primera mitad de agosto
como preparacin a la fiesta de la Asuncin; el otro, el Akatistos o himno durante el cual no se
debe sentar, que se canta la vspera de los primeros cinco sbados de la cuaresma como
preparacin para la fiesta de la Anunciacin. En estos dos oficios, la Iglesia ha vertido toda la
gama de sentimientos de admiracin, confianza, ternura, devocin que le inspiran la grandeza, la
hermosura, el poder y el amor maternal de la Madre de Dios.
...La Parklisis
...En la Parklisis predomina la confianza, porque la Parklisis es una plegaria, una splica que
la Iglesia dirige a la Madre de Dios para pedirle ayuda y proteccin.
...Acudamos presurosos a la Virgen, Madre de Dios, nosotros pobres pecadoresDesde el
fondo del corazn: Seora, aydanos, ten compasin de nosotrosApresrate que perecemos
por causa de la multitud de nuestros pecados. No nos abandones, pues eres nuestra nica
esperanza.
...Aunque indignos, publicaremos tus grandezas, Oh Madre de Dios, porque si no hubieses sido
nuestra intercesora, quin nos habra salvado de nuestras tribulaciones y nos habra librado de
tantos peligros? No nos alejaremos de ti, Seora, porque t salvas a tus siervos de sus
dificultades.
...Oh Madre de Dios e intercesora nuestra, despus de Dios acudimos a ti como a una fortaleza
inexpugnable para que nos libres de todas las angustias.
...Oh Pursima, T eres para nosotros una muralla y un refugio, T la salvacin perfecta de
nuestras almas, T la alegra en nuestras aflicciones. Slvanos, Seora, ahora y siempre de toda
tribulacin y pena.
...A lo largo de toda la Parklisis sigue el dilogo entre el pblico y su Madre, con la
confianza, la ternura y el entusiasmo que inspira a los hijos la presencia de su Madre.
...Durante este oficio, se reza por el pueblo presente, por el Ordinario de la dicesis, la parroquia,
los enfermos, viajeros, necesitados. Nadie se queda en el olvido. De todos y de cada uno se habla
a la Madre para que interceda, ampare, consuele, cure. En Oriente, el pueblo entero, poderosos y
humildes, acuden en filas compactas a la Parklisis y solicitan se los nombre en las letanas que
tres veces a intervalos distintos se cantan ante el cono de la Virgen Madre. Cuntas veces he
participado en la celebracin de la parklisis en nuestras catedrales profusamente iluminadas!
El pblico llenaba el amplio recinto del templo. Con qu piedad, con qu confianza, aquella
multitud imploraba a su Madre. Cuando el sacerdote se acercaba al cono de la Madre de Dios,
expuesto en el coro con profusin de flores y de luces, y lista en mano, cantaba las letanas
pidiendo vida, paz, salvacin y salud para los enfermos, los viajeros, los necesitados, los hogares,
proclamando sus nombres en alta voz, una suerte de entusiasmo mstico, de confianza sin lmites
se apoderaba de los fieles. Hay que participar de esta ceremonia en nuestros pases de Oriente
para comprender la emocin, la piedad, la confianza, el entusiasmo que inspira al pblico
cristiano la oracin dirigida a su Madre.
...El Akatistos
...Inspirado por el Espritu abrir mis labios y cantar a la Reina madre, celebrando su fiesta
con jbilo proclamando sus prodigios con alegra
...Con este preludio que da el tono de todo el oficio, el himngrafo se deja llevar por el Espritu
para cantar a la Madre de Dios en una serie de composiciones rtmicas repartidas en nueve odas
de cuatro o cinco estrofas cada una y en 24 ikos o estancias, porque constituyen como una suerte
de edificio que se levanta en honor de la Virgen.
...En esas composiciones, el himngrafo ha vertido toda su alma, todo cuanto puede inspirar el
amor filial para con una madre amada y admirada.
...1,2 Oh Pursima, cuando el ngel vio que eres el libro vivo de Cristo, sellado por el Espritu,
te alab diciendo: Salve, tabernculo de la alegra, por el cual se borra la maldicin de nuestra
primera madre.
...2,4 Salve, Aurora luminosamorada radiante de la luz.
...5 Salve, puerta nica por la cual penetr el Verbo de Dios.
...5,2 Salve escala que por medio de la gracia nos elev a todos desde la tierra hacia el cielo.
...5,3 Salve, carro gneo del Verbo, paraso viviente, en que est el Seor, rbol de vida cuyo
fruto vivifica por su dulzura a los cados en la corrupcin, que lo reciben con fe
...6,2 De ti destil el roco divino que apag las llamas del politesmo.
...6,5 Zarza que permaneci inclume en medio del fuego
...Nube luminosa que protege a los fieles para siempre.
...9,2 Salve, estrella sin ocaso que trajo al mundo
...Salve, columna de fuego que introduce a los mortales en la vida celestial.
al
gran
Sol
...15 Salve, carro santsimo para Aquel que est sobre los querubines, esperanza de los bienes
venideros.
...17 - Armario de la divina Sabidura
...Vaso de su eterna providencia.
...19 Columna de la virginidadpuerta de la salvacin,
...maestra de las vrgenes.
...20 Purificacin de nuestras concienciasfragancia del perfume de Cristobanquete de la
vida mstica.
...21 Santa superior a todos los santosTesoro de vida inagotablegloria inapreciable de los
sacerdotestorre inconmutable de la Iglesia.
...Necesariamente tengo que limitar los textos y referencias. Hay que leer el texto ntegro del
Akatistos para saborear estas admirables pginas del ritual bizantino. Hay que presenciar el
Akatistos en nuestras catedrales cuando sus admirables odas son coreadas por densas filas de
fieles bajo las bvedas multiseculares donde las generaciones se transmiten de padres a hijos
como una herencia sagrada el amor profundo, sincero, inclume a la Madre de Dios.
...Termino con una transcripcin de dos himnos, el primero que se canta ms de una vez durante
el Akatistos, el otro que es el broche de oro de este admirable oficio.
...El primero es el himno llamado Ti Hypermaho, La Generala invicta. Es un grito de confianza
y gratitud que el pueblo de Constantinopla dirigi a la Madre de Dios cuando, sitiado por ms de
80.000 sanguinarios varos, se vea irremisiblemente condenada al exterminio o la esclavitud.
Ante ese peligro inminente el pueblo invoc a la Madre de Dios. Su cono fue llevado en
procesin en todos los sectores de la ciudad, se lo condujo hasta las murallas a la vista del
enemigo, mientras soldados y simples ciudadanos gritaban confiadamente a su Invicta
Generala. Mara no decepcion a su pueblo. Los varos tuvieron que levantar el sitio y huir.
Agradecida, la ciudad entera se volc en la catedral Santa Sofa, para expresar de nuevo su
gratitud. Miles de voces repetan con entusiasmo y fervor el himno que haban entonado frente al
enemigo. La Iglesia lo insert en el Akatistos, cual joya preciosa y testigo perenne de la
bondad maternal y del poder invicto de Mara.
...A ti, Oh invicta Generala, dedico los himnos de la victoria, Yo, tu ciudad, te doy gracias, Oh
Madre de Dios, porque me has salvado de la desgracia. Lbrame, pues de todo peligro, T cuyo
poder es irresistible, para que te aclame diciendo: Salve, oh desposada sin esposo.
...El otro himno, como queda dicho, cierra el Akatistos. Se canta mientras los fieles veneran el
cono de la Madre de Dios, que el celebrante presenta al pblico en la puerta central del
iconostasio:
...Asombrados ante la hermosura de tu virginidad y el sublime resplandor de tu pureza, Oh
Madre de Dios, Gabriel te exclam: qu elogio digno de ti dirigirte?, con qu nombre
llamarte? Estoy asombrado y admirado. Por ello, no me queda sino decirte, conforme a la orden
que he recibido: Salve, llena de gracia!
...Comentando este himno, un amigo anciano de pocas letras, pero de mucha piedad y sentido
comn, me deca treinta aos atrs: Se ha fijado, Padre, en el significado de este himno, en la
postura del Arcngel ante la hermosura de la Virgen? El pobrecito est asombrado y perplejo.
Como un alumno ante su maestro, o un humilde sbdito ante su amo, se ha quedado como mudo.
Las palabras no le vienen a los labios. Para salir del aprieto, al igual que un alumno que repite el
discurso que acaba de aprender. El Arcngel Gabriel, prncipe de las legiones celestiales,
confiesa su impotencia, y declara humildemente que no es capaz de pronunciar otro discurso
digno de la Madre de Dios que el que le ha sido dictado por el Seor: Salve, llena de gracia!
...Y agregaba mi amigo: Esto es maravilloso, sublime. Nunca jams dar usted con un himno
tan bello, tan hermoso y de significado tan profundo.
...Cuanto acabamos de transcribir no es ms que un plido reflejo de lo que representa la madre
de Dios en el rito bizantino y por tanto del culto que el Oriente tributa a la Madre de Dios. Por
ello, porque amamos a Mara, porque la exaltamos, porque todos los que pertenecemos al rito
bizantino, ms de 200 millones, consideramos su culto como parte integrante de nuestro
patrimonio espiritual; porque el pueblo ruso y dems pueblos de la Europa oriental se ven hoy
vctimas indefensas del comunismo, pertenecen al rito bizantino y participan con nosotros de ese
culto profundo, amoroso, filial a la Madre de Dios, por todo ello abrigamos la firme esperanza
que nuestra Madre que tanto amamos, no nos abandonar y que gracias a su intercesin
poderosa, gracias a su amor maternal, el anticristo comunista ser aplastado, as como lo fue la
antigua serpiente, y que la Iglesia triunfar un da no muy lejano en este querido Oriente que
tanto la ama y venera.
...(1) Un amigo mo, Mons. Elas Coueter, vicario general melkita de S. E. Cardenal Barros
Cmara, arzobispo de Ro de Janeiro, me refiri el hecho siguiente: S. E. el Sr. Arzobispo haba
reunido al colegio de prrocos para formar una lista de ttulos marianos con el fin de poner a
cada parroquia de la arquidicesis bajo la proteccin de Mara segn los ttulos de dicha lista.
Los presentes fueron proponiendo los nombres que mejor les parecieron. Pero pese a la buena
voluntad de los prrocos y su gran devocin a Mara, una parroquia qued sin ttulo
correspondiente. Todos guardaron silencio. Entonces, Mons. Coueter se levant: Si se me
permite, dijo, propongo que se agregue a la lista el ttulo ms grande y ms honroso de Mara,
del que se han olvidado, el de Madre de Dios. Un segundo de estupor seguido de cerrados
aplausos fueron la contestacin a la proposicin del vicario general melkita.