Espiritualidad Psicologia y Salud
Espiritualidad Psicologia y Salud
Espiritualidad Psicologia y Salud
ABSTRACT
This paper contains a thoughtful review of the literature on the relationship between such constructs as religion, religiosity, spirituality, and psychological adjustment. After establishing the
conceptual differences among the first three concepts, this paper explores the relationship between divine spirituality and existential spirituality, and psychological adjustment in subjects,
exposed or not, to critical health conditions. The research literature seems to purport that people
often benefit from divine spirituality when facing difficult diseases prognosis, while those with
better health conditions usually benefit more from existential spirituality. The findings in Mexican subjects are partially consistent with the evidence reported elsewhere. Although more research is needed in Mexican samples, it seems that the influence of divine spirituality plays a
marginal role in psychological maladjustment in both subjects from the community (which is
consistent with the international literature). For individuals confronted with diseases whose development is difficult to predict, existential spirituality seems to play an important role, which
differs from results from other studies.
140
la Mental Health Foundation (cf. Koslander y Arvidsson, 2007) han descrito los principios que deberan ser seguidos para el cuidado de la salud
mental de los pacientes, estableciendo que el proporcionado por las enfermeras debe satisfacer las
necesidades socioculturales, emocionales y espirituales-existenciales de los mismos. En Mxico, sin
embargo, contina siendo un tema nuevo, muy poco explorado e incluso marginado por los medios
acadmicos, debido a que no se considera pertinente a la psicologa y la ciencia.
Existe un profundo desconocimiento sobre
el tema en diversos mbitos del quehacer psicolgico mexicano, y muy poca informacin acerca de
cmo operan la vida espiritual y la religiosidad en
la salud fsica y psicolgica de los mexicanos, un
pueblo religioso de suyo a lo largo de los siglos. En
otro mbito (Koslander y Arvidsson, 2007), se ha
sealado que esta incomprensin hacia el fenmeno espiritual constituye una importante barrera para su comprensin.
Briseo (2007) ha reportado que si bien la
religin ha constituido un importante dispositivo
de control del comportamiento de las personas en
Amrica Latina, ha sufrido importantes cambios
en los ltimos tiempos; la religin catlica parece
haber perdido mucha de su antigua influencia en
la vida cotidiana de los individuos, en tanto que
las sectas protestantes o evanglicas han mantenido o acrecentado esa influencia sobre sus seguidores; en efecto, si bien existen diferencias entre
grupos e incluso pases, lo cierto es que las religiones cristianas de corte evanglico han crecido
significativamente en Latinoamrica, evidenciando quiz la necesidad de encontrar un soporte efectivo a las necesidades espirituales individuales. Se
ha destacado (Prez, Sandino y Gmez, 2005) que
una religin puede aportar recursos adaptativos a
personas que afrontan sucesos traumticos o problemas cotidianos, y que las creencias religiosas
pueden contribuir al reajuste del significado de
los problemas de la vida, hacindolos ms manejables.
Algunos autores han subrayado en trminos
poco favorables la relacin entre la religin y el
ajuste psicolgico. Autores ya clsicos como Freud
(1928a/1976, 1928b/1976, 1939/1976) consideraron la religin como un mecanismo de defensa,
algo parecido a las neurosis infantiles; Ellis (1977),
quien inicialmente rechaz la religin como un recurso positivo, y al final de su vida culmin aceptndola como un recurso adaptativo importante, la
catalog como irracional y contraria a una actitud
cientfica. Autores como James (1890/2002), Jung
(1933), Allport (1950) o Fromm (1980), por el contrario, pensaron que la religiosidad y la espiritualidad eran parte constitutiva de la vida humana y
reconocieron su influencia positiva en el ajuste
psicolgico ante la vida. La controversia sobre la
relacin entre la vida religiosa y espiritual, la religin y la salud mental o el bienestar psicolgico
mantuvo ocupados a un buen nmero de investigadores empricos y tericos durante todo el siglo
pasado (tal como ocurre hoy da) Aun as, los hallazgos parecan ser poco estimulantes: los resultados empricos reportados eran ambiguos o sealaban bajas correlaciones (v.gr. Bergin, 1983, 1991;
Gartner, Larson y Allen, 1991; Larson et al., 1992),
haciendo difcil alcanzar una conclusin. Algunos
aspectos, como las varias definiciones de religiosidad, espiritualidad y religin complicaban la
comparabilidad de los resultados. Adicionalmente, a partir de tales definiciones se generaron instrumentos de medicin que contribuyeron de un
modo importante a facilitar la exploracin de los
citados constructos.
El objetivo de este trabajo fue, por consiguiente, explorar la relacin entre religin, religiosidad, espiritualidad y salud mental o ajuste psicolgico, a fin de contribuir a la comprensin de estos
temas en el campo de la psicologa de la salud.
MTODO
Se llev a cabo una revisin de la literatura publicada a partir del ao 2000 en torno a los trminos religiosidad, espiritualidad y salud mental o
ajuste psicolgico; para ello, se emple la base
de datos EBSCO-HOST, eligindose los trabajos que
incluan investigaciones empricas en muestras clnicas o en sujetos de una comunidad.
Desarrollo
Siguiendo a Emblen (1992), la religin puede ser
definida como un sistema de creencias y cultos organizados. Las religiones son ante todo institucio-
141
142
es el Gran Otro, intangible ser de completud, omnipotente y sin falta, fuente, origen y dador de la
vida, que carece de lmites materiales; no es una
cosa, una imagen, un objeto, sino algo difuso que
abarca el espacio vital subjetivo de experiencia
del sujeto.
As, la espiritualidad parece ser ante todo
un problema relacional. Relacin consigo mismo,
con el otro, con lo divino, como Cook (2004) ha
puesto de relieve. Desrosiers y Miller (2007) han
propuesto la nocin de espiritualidad relacional
definindola como el self en relacin con Dios o
con el universo. El apego que se experimenta por
los otros configura el mundo en el cual se despliegan los pilares de lo espiritual. La prdida de uno
de estos pilares parece ser un golpe a lo espiritual
que deber ser subsanado desde lo espiritual mismo. Kelley y Chan (2012) encontraron una relacin negativa entre el estilo de apego de evitacin
de los otros y el sentido; ante la muerte de un ser
querido, una persona atraviesa una crisis de sentido que exigir una nueva narrativa que replantee la existencia sin el ser perdido, lo cual se logra, de acuerdo con Neimeyer (2001), en relacin
con los otros. De ah que cuando un individuo no
cuenta con los recursos necesarios para interactuar con los dems, puede verse incapacitado para
reescribir una nueva narrativa. Siguiendo al mismo
Cook, la espiritualidad surge, pues, a partir de una
relacin con otro material (uno mismo, el otro) o
con un otro sobrenatural (el Gran Otro, Dios o, mejor an, lo divino). Paloutzian y Ellison (1982) han
dividido la espiritualidad en dos alternativas: la
orientada hacia un otro material en la vivencia de
la existencia define la espiritualidad existencial o
vital; la que reposa en lo que el sujeto considera
sagrado y sobrenaturalmente superior a s mismo
(v. gr. Dios, una virgen, un santo), define la espiritualidad divina.
Evidentemente, dentro de este contexto debe
tenerse presente que los conceptos de Dios y lo
divino no aluden a lo mismo: el primero atae a
la teologa y el segundo a la psicologa. Lo divino puede ser visto como una construccin social
e individual (religiosa o no religiosa) relativa a una
entidad superior, a menudo sobrenatural, csmica, incluso natural, ecolgica o de otro tipo; puede referirse, por su importancia afectiva, a santos,
vrgenes, ngeles, arcngeles, personas ya falleci-
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das con las que se cree tener comunicacin y dems, todos ellos elementos que actan como referentes inmediatos de unin, de comunin, en la
vida espiritual de un sujeto particular. El concepto de Dios, por otra parte, adquiere un significado distinto segn la religin o la tradicin; as, el
Dios judo es Uno y Eterno, en tanto que el Dios
cristiano es Trino y Uno y Eterno. Un dios puede
ser tan especfico como una cualidad de la naturaleza (Tlloc, dios de la lluvia, o Huehueteotl, dios
del fuego para los aztecas), una edad (Cheu-Sing,
dios de la juventud para los chinos), un sentimiento
(Afrodita, diosa del amor, la fertilidad y la belleza, para los griegos); puede ser un dios generador
de vida y muerte (Odn, padre de todas las cosas
y de la muerte, para los escandinavos), etctera. Un
dios dado toma su sentido con referencia a la cultura que lo proclama. Lo divino, por el contrario,
adquirir significado respecto al mundo interno,
singular e individual del sujeto. Un dios tiene un
destino inmediato: transformarse en lo divino para
poder ser concebido. En el nivel de lo divino no
existen dos concepciones iguales del mismo dios
porque cada una est matizada por la vida singular de quien lo adora. Lo divino puede ser un dios
difuso, multifactico, o una conjuncin de personajes asociados entre s por contigidad. Dios es
Dios, pero junto a l, e incluso sobre l, vrgenes
y santos ocupan lugares ambiguos y tienen distinta importancia segn los problemas de la vida
en curso. Aun reconocindose a un solo dios, aun
confesando a un solo dios, el corazn puede ser politesta. Lo divino es as una construccin.
La religin es bsicamente una institucin
que promueve un cuerpo de doctrina (aspectos cognitivos socialmente consensuados), as como ritos
y prcticas (aspectos conductuales) que, en conjunto (como religiosidad), tienden a fomentar, y permiten interpretar, la experiencia de lo espiritual.
Se puede vivir religiosamente, pero ello no implica que se experimente como consecuencia una
vida espiritual; se ha sugerido (Hackney y Sanders,
2003), que no basta con adherirse a una visin del
mundo como la religiosa, que supondra la provisin de una especie de amortiguamiento que protege al individuo de la ansiedad existencial, capacitndolo para alcanzar su autoestima y, presumiblemente, la satisfaccin en la vida; ser necesario ser un verdadero creyente al aceptando e inter-
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Neuropsicolgicamente hablando, la experiencia de lo divino, que implica el establecimiento de un proceso de comunicacin con lo divino, es
un efecto facilitado por el funcionamiento neuronal e interpretado por el adoctrinamiento religioso.
Evidentemente, estos interesantes hallazgos
cuestionan la teologa respecto a la realidad de
Dios como dogma. Si lo espiritual fuese solamente un efecto del funcionamiento cerebral, algo creado por la mente misma, el resto es solo imaginera? Psicolgicamente hablando, podra decirse
que s, pero esta postura es independiente de la veracidad o falsedad de la existencia de Dios, lo cual
no es un problema psicolgico sino teolgico.
Koenig (2009) ha sugerido que los constructos religiosidad y espiritualidad deben asumirse
como sinnimos en virtud de que la espiritualidad
suele investigarse en un interjuego con variables
tales como el soporte social o el bienestar psicolgico, que suelen estar implicadas en el constructo
mismo de espiritualidad, y que al poner en relacin
a esta ltima variable con aquellas, lo que se obtiene es un planteamiento tautolgico que no esclarece la relacin. Sin embargo, tambin se ha
sugerido (Nichols y Hunt, 2011) que el uso intercambiable de los trminos religiosidad y espiritualidad puede disminuir la importancia de las
implicaciones seculares de esta ltima para muchos individuos. Adicionalmente, parece haber claras diferencias entre ambos constructos que justificaran el resolver las limitaciones metodolgicas destacadas por Koenig (2009).
Es posible conceptuar la espiritualidad como un constructo multifactorial, parecido a los constructos inteligencia o personalidad, que constituye una entidad psicolgica superior que emerge
como resultado de la integracin de un conjunto
de funciones cognitivo-afectivas, independientes,
o no necesariamente dependientes, del fenmeno
religioso. Las religiones son valores culturales llevados a un nivel de mxima expresin social, cuyo sustento puede ser la capacidad humana de vivir
experiencias espirituales. Dichas experiencias pueden evidenciar que la espiritualidad es una cualidad psicolgica superior, an no descrita en su
singularidad. Es interesante notar que desde que
William James (1890/2002) public su famosa
obra Las variedades de la experiencia religiosa,
muy poco se ha agregado al conocimiento esen-
EVIDENCIA EMPRICA
Ahora bien, a partir de la importancia de la vida
espiritual en la vida de las personas, se ha llevado
a cabo un importante caudal de investigaciones
tendientes a determinar la relacin entre dicha variable y el ajuste psicolgico a situaciones de estrs
con miras a ampliar el conocimiento existente sobre ello. Eventualmente, esto permitira evaluar
la pertinencia de incluir dicha relacin en estrategias de intervencin dirigidas al fortalecimiento
de la capacidad adaptativa de las personas. Los resultados han sido poco concluyentes.
Se ha sealado, por ejemplo, que cuando las
personas atraviesan por intensas situaciones crticas en su vida, suelen recurrir con mayor frecuencia a Dios y a ciertas conductas religiosas como
la oracin (Coleman et al. 2011; Kelley y Chan,
2012); al parecer, estos recursos suelen ser percibidos como eficaces, habindose sealado al afrontamiento religioso como un importante recurso
adaptativo (Bussema y Bussema, 2000; McConnell, Pargament, Ellison y Flannelly, 2006; Pargament, 1997). Sin embargo, dicho recurso adaptativo puede llegar a constituir una importante fuente de estrs adicional al elevar el nivel de exigencia tica en el sujeto que lo practica. Algunos sujetos confrontados con situaciones altamente estresantes, entre ellas la incidencia de enfermedades de pronstico difcil, suelen presentar un tipo
de afrontamiento religioso que Pargament, Koenig y Prez (2000) y Pargament, Smith, Koenig y
Prez (1998) han identificado como luchas espirituales. Estas son esfuerzos para conservar o transformar una espiritualidad que ha sido amenazada
o daada (Pargament, Murray-Swank, Magyar y
Ano, 2005; McConnell et al., 2006) son expresiones de conflicto, cuestionamiento y dudas respecto
a la fe, Dios y las relaciones sociales religiosas.
Los investigadores han identificado tres tipos: luchas espirituales interpersonales, que incluyen los
conflictos espirituales relacionados con la familia; luchas espirituales intrapersonales, caracterizadas por preguntas y dudas acerca de asuntos y
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creencias espirituales, y luchas espirituales divinas, que tienen que ver con conflictos o tensiones
en la relacin del sujeto con lo divino. Las luchas
espirituales se han asociado positivamente con ansiedad, depresin y distrs (Ano y Vasconcelles,
2005; Smith, McCullough y Poll, 2003), lo que
puede exigir consejera espiritual para afrontar
positivamente los conflictos experimentados entre
las acciones, pensamientos o sentimientos del sujeto, y los valores que considera como ideales, sean
o no religiosos.
En otro orden de ideas, se ha publicado que
el sentido que tienen las experiencias vividas y la
vida misma parece ser un elemento importante asociado al ajuste psicolgico entre personas que experimentan una prdida significativa (Holland, Currier y Neimeyer, 2006 [cf. Kelley y Chan, 2012];
Murphy, 2008; Tolstikova, Fleming y Chartier,
2005). Sujetos con una prdida significativa que
no encuentran un sentido a la experiencia suelen
desarrollar duelos complicados en grados ms intensos que aquellos que, sin atravesarlos, han encontrado sentido a la prdida ajustndose psicolgicamente a trminos ms favorables. El problema del sentido parece estar cercanamente asociado a la espiritualidad (Frankl, 1992); el sentido puede ser entendido como un sentido personal/existencial o sentido de la vida, por un lado, y, por otro,
como un sentido trascendente, llamado sentido espiritual, definido como un sentido de propsito o
un llamado derivado de creencias acerca de fuerzas espirituales que subyacen a la propia vida (e.
g. Dios me ha puesto aqu para algo por alguna razn); el sentido existencial es un sentido de
propsito acerca de la propia vida, desligado de
toda consideracin religiosa (e. g. Lucho en la
vida por mi esposa y mis hijos; ellos llenan mi vida) (Sorajjakool, Aja, Chilson, Ramirez-Jhonson
y Earll, 2008). Se ha argumentado (cf. Bussema y
Bussema, 2000; Koenig, 2009) que la religin facilita un poderoso estilo de afrontamiento (religioso) que habilita a las personas para encontrar un
sentido espiritual en el sufrimiento, proveerse de
un sentimiento de control sobre las abrumadoras
fuerzas naturales (internas y externas) y desarrollar roles sociales que facilitan la vida en comn,
la cooperacin y el apoyo mutuo.
Kelley y Chan (2012) han sugerido que creer
en un dios benevolente, disponible y sensible pue-
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de tener un papel muy importante en la generacin de resiliencia cuando se afronta una prdida
significativa. Dichos autores investigaron el apego a Dios, el afrontamiento religioso y el sentido
en una muestra de 93 personas caucsicas (la mayora mujeres catlicas romanas), de las cuales
71% reportaron encontrarse entregados y comprometidos espiritualmente con su religin. Hallaron
que un estilo de apego vivido como seguro en relacin con Dios pareca estar inversamente asociado con la depresin y el duelo, y directamente relacionado con el sentido. Tal estilo de apego puede
proveer un sentido de la experiencia vivida que
permite asimilar la prdida sin que el sujeto se
sienta amenazado o agredido.
Se ha hallado evidencia de la relacin directa
entre espiritualidad y diversos cuadros clnicos tales como depresin, cncer y VIH-sida (Cotton, Larking, Hoopes, Cromer y Rosenthal, 2005; Ironson,
Stuetzle y Fletcher, 2006; McCoubrie y Davis,
2006; Sorajjakool et al., 2008). Se ha sugerido que
las personas pueden ir desde una posicin cotidiana de escaso ejercicio espiritual, hasta una intensa relacin con lo divino en condiciones de salud
extremas (Baldacchino y Buhagiar, 2003; Quiceno y Vinaccia, 2009; Koenig, 1988; Koenig, George y Siegler, 1988; Reed, 1987), en cuanto que tal
mecanismo de afrontamiento constituye un recurso
importante para recuperar el control perdido sobre
la enfermedad y su sentido. Pargament (1997), a
su vez, tambin ha sealado que el afrontamiento
religioso es especialmente importante entre aquellas personas que afrontan eventos conflictivos
en su vida.
Hodge y Horvath (2011) lograron identificar las necesidades espirituales de pacientes incluidos en once investigaciones cualitativas desarrolladas en centros de salud, encontrando los siguientes resultados: 1) necesidad de comprender la razn de la enfermedad o la muerte; 2) necesidad de
preguntar, culpar, defenderse, luchar, conciliarse
con Dios, o conocer el plan de Dios, 3) practicar
actividades espirituales, como orar, leer literatura
religiosa o escuchar msica o mensajes relacionados con Dios, y otras; 4) cumplir con las obligaciones religiosas; 5) Integrarse con personas de la
misma fe, y 6) interactuar con el equipo de salud
de una manera amable, esperando apoyo social,
147
148
CONCLUSIONES
Parece haber entre los profesionales de la psicologa un inters creciente en lo referente a la vida
espiritual, lo que parece ser, hoy por hoy, un tema poco explorado que requiere una mayor investigacin a fin de esclarecer su importancia dentro
del ajuste psicolgico de quienes se hallan some-
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En un pueblo con una historia de siglos intensamente religiosa, es primordial conocer la conveniencia de recurrir a un afrontamiento religioso
orientado de la mejor manera posible. Cerrar los
ojos a la vida religiosa de los mexicanos bajo cualquier argumento, es cerrar los ojos a la vida que los
rodea y caracteriza y les otorga una parte considerable de su identidad.
A pesar de que en el seno de la psicologa
el constructo de lo espiritual ha permanecido tras
bambalinas por muchos aos, es posible que en
realidad la propia psicologa lo haya tomado como objeto de estudio durante todo ese periodo,
aunque sin confesarlo ni asumirlo. Conceptos como autorrealizacin, carcter productivo, genitalidad, salud mental, bienestar psicolgico y dems parecen encubrir la esencia misma del ser
humano: su carcter espiritual, la trascendencia
de su condicin biolgica. Ambigua, subjetiva, elocuente, profunda y aparentemente contradictoria,
la espiritualidad es quizs el eje de la psicologa.
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