Galafassi, Guido - La Teoría Crítica de La Escuela de Frankfurt y La Crisis de La Idea de Razón en La Modernidad
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Galafassi, Guido - La Teoría Crítica de La Escuela de Frankfurt y La Crisis de La Idea de Razón en La Modernidad
Guido P. Galafassi
La teora crtica de la Escuela de Frankfurt y la crisis de la idea de razn en la modernidad
Contribuciones desde Coatepec, nm. 2, enero-junio, 2002, pp. 4-21,
Universidad Autnoma del Estado de Mxico
Mxico
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GUIDO P. GALAFASSI
La teora crtica
de la Escuela de Frankfurt
y la crisis de la idea de razn
en la modernidad
GUIDO P. GALAFASSI
INTRODUCCIN
GUIDO P. GALAFASSI
travs del uso de la razn. No hay lmites para los poderes y posibilidades de la
razn, y la razn por excelencia, por lo menos si se trata de la res extensa, es la
matemtica: a medida que Dios calcula, se hace el mundo (Leibniz).
La finalidad central de la vida humana pasa a ser el crecimiento ilimitado de
la produccin y las fuerzas productivas (tcnicas). Todo esto se expresa en la ideologa del progreso. Al no existir ya lmites a la progresin de nuestro conocimiento, no existe tampoco a la progresin de nuestra potencia (y de nuestra riqueza),
para explicarlo de otro modo, los lmites all donde se presentan tienen un valor
negativo y hay que rebasarlos.4
Estas caractersticas de la modernidad, que si bien son no excluyentes, son
sus rasgos principales, sus accidentes ms significativos, los que dejaron su impronta de un modo ms profundo. Son estos los aspectos ms relevantes y conocidos de la modernidad, los que de un modo ms evidente y agresivo han ido diseando desde el siglo XVIII y hasta nuestros das el mundo que habitamos.
LA ESCUELA DE FRANKFURT
Y EL CONOCIMIENTO EN LA SOCIEDAD MODERNA
Esta concepcin de modernidad choca con las crticas de un nmero diverso
de lneas tericas. Dentro de los cuestionamientos en la estructura ideolgica y
social de la sociedad moderna se inscriben los pensadores de la escuela de Frankfurt.
En la concepcin de la Teora Crtica de Max Horkheimer se trata de desenmascarar el carcter ideolgico de lo que en la modernidad ha llegado a llamarse ciencia positiva. La independencia de la gnesis histrico-fctica de los resultados
obtenidos en la ciencia moderna es lo que le da el carcter de positividad, sustentada
por un mtodo formalizado que garantiza la verdad definida en un procedimiento
autocentrado que excluye toda injerencia de cualquier contexto de la investigacin.
As, cualquier ley de la naturaleza enunciada cientficamente es por definicin verdadera en s misma, independiente en forma absoluta de cualquier condicin psicolgica y social a partir de la cual se lleg a descubrirla. La historia de la ciencia es
a la ciencia un simple anecdotario sin capacidad alguna de incidir en sta ms que
en la confeccin de una cronologa ilustrativa de hechos autoafirmados por s mismos, lo que explica la independencia formal de cualquier teora cientfica. Esta
bsqueda de aislamiento de un dominio de la teora pura de toda mediacin a travs
de una praxis social, llega hasta nuestro siglo en la separacin establecida por Husserl
entre el acto histrico-psicolgico en que se piensa un objeto, y el acto formal en
que ese objeto queda constituido en s mismo.
4 Op. cit.
Esta teora tradicional choca con la materialidad e historicidad de los objetos por ella analizada a partir de las posiciones de la teora crtica como un nuevo
saber del mundo, asumiendo y haciendo suya esta materialidad histrica de los
objetos, y sabindose parte activa del mundo que pretende conocer. As:
Mientras que el especialista, en cuanto cientfico, ve la realidad social,
junto con sus productos, como exterior, y en cuanto ciudadano, percibe su inters por ella a travs de artculos polticos, de la afiliacin a partidos o a organizaciones de beneficencia, y de su participacin en las elecciones, sin unir ambas
cosas y algunas otras formas de comportamiento en su persona de otro
modo que, a lo sumo, mediante una interpretacin psicolgica, hoy, en cambio,
el pensamiento crtico est motivado por el intento de suprimir y superar realmente esta tensin, de suprimir la oposicin entre la conciencia de fines, la
espontaneidad y la racionalidad esbozadas en el individuo y las relaciones del
proceso de trabajo, fundamentales para la sociedad.5
Horkheimer, M.: Teora tradicional y teora crtica. En: Teora Crtica. Buenos Aires, Amorrortu,
1974, p. 242.
NMERO 2, ENERO-JUNIO DE 2002
GUIDO P. GALAFASSI
El problema ampliamente compartido por los otros autores del crculo interior Frankfurtiano, ya no es la divisin en clases de la sociedad industrial, donde
por un lado se ubican los propietarios y por el otro los explotados; el dilema por
resolver cala ms hondo y se pregunta por la esencia que hace que ese sistema
exista. El ttulo de propiedad de los instrumentos de produccin que separa a poseedores de desposedos es la razn de ser de un sistema industrial opresivo que
ahoga todo intento de humanidad fuera de este marco. Entonces, frente a la reivindicacin original de transformar y reajustar este proceso de produccin, la consigna ahora es preguntarse por el modelo paradigmtico de racionalidad que lo sostiene y que le dio origen.
Entonces, la mirada est puesta sobre el modelo de racionalidad que impregna todo hecho cotidiano en nuestra sociedad moderna y que define el camino a
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seguir en las tareas del hombre comn. Un hombre comn, que al decir de
Horkheimer, concibe las cosas razonables las cosas con razn, como aquellas
cosas tiles, condicin capaz de ser distinguida por todo hombre medio. Porque lo
que posibilita en ltima instancia los actos razonables es la capacidad de clasificacin, conclusin y deduccin, caractersticas esenciales y definitorias de la racionalidad dominante. Es decir, una razn que no repara en preguntarse por el contenido especfico, por el funcionamiento abstracto del mecanismo pensante.
Y aqu es donde Horkheimer se dedica a profundizar el concepto de razn y,
ms precisamente, lo que l llama la razn subjetiva como aqulla que ordena los
medios al fin. Para el pragmatismo contemporneo lo racional es lo til, entonces,
una vez decidido lo que se quiere, la razn se encargar de encontrar y definir los
medios para conseguirlo. En consecuencia, es racionalmente correcto, y por lo tanto verdadero, lo que sirve para algo. En palabras de Horkheimer:
En ltima instancia, la razn subjetiva resulta ser la capacidad de calcular
probabilidades y de adecuar as los medios correctos a un fin dado. Esta definicin parece coincidir con las ideas de muchos filsofos eminentes en especial de
los pensadores ingleses desde los das de John Locke.9
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Este modelo de razn, que hoy nos puede parecer caduco, se amparaba justamente en la aspiracin de concebir un recorrido de valores por perseguir en la vastedad de la existencia, en lugar de un mezquino clculo de ganancias inmediatas y
temporales. Es decir, en lugar de pensar los medios adecuados a fines establecidos,
se pensaba sobre los fines mismos.
En el foco central de la teora de la razn objetiva no se situaba la correspondencia entre conducta y meta, sino las nociones (por mitolgicas que puedan antojrsenos hoy) que trataban de la idea del bien supremo, del problema
del designio humano y de la manera de cmo realizar las metas supremas (...)
Hay una diferencia fundamental entre esta teora, conforme a la cual la razn es
13 Op. cit., p. 29.
14 Op. cit., p. 17.
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Desde el punto de vista subjetivista, entonces, la razn se refiere exclusivamente a un objeto o concepto en relacin con un fin dado y no a la particularidad de
dicho objeto o concepto. As, la razn se utiliza ms bien para designar una cosa o
un pensamiento y esta cosa o el pensamiento sirven para alguna otra cosa. La meta
racional queda excluida en tal concepcin, por lo tanto resulta vana la discusin
sobre la superioridad de tal o cual meta en relacin con la razn. Esto slo es posible, en el mbito subjetivista, cuando dichas metas son puestas al servicio de una
tercera y superior. Vale decir: cuando lo que est en discusin es la mejor o peor
utilidad de una meta como instrumento para perseguir otra, cuando son medios y
no fines.
En el actual imperio de la razn subjetiva el problema radica, entonces, en
definir qu es lo correcto y cmo esta razn pragmtica determina qu se excluye
de la racionalidad, considerando solamente los medios necesarios y eficaces para
conseguir un fin, porque
La significacin aparece desplazada por la funcin o el efecto que tienen
en el mundo las cosas y los sucesos. Las palabras, en la medida en que no se
utilizan de un modo evidente con el fin de valorar probabilidades tcnicamente
relevantes o al servicio de otros fines prcticos [...] corren el peligro de hacerse
sospechosas de ser pura chchara, pues la verdad no es un fin en s misma.16
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Scrates muri por el hecho de subordinar las ideas ms sagradas y familiares de su comunidad y de su tierra a la crtica del daimon, o pensamiento
dialctico, como lo llamaba Platn. Con ello luch tanto contra el conservadurismo ideolgico como contra el relativismo que se disfrazaba de progreso, pero
que en verdad se subordinaba a intereses personales y de clase. Dicho en otras
palabras: luchaba contra la razn subjetiva, formalista, en cuyo nombre hablaban los dems sofistas. Scrates socav la sagrada tradicin de Grecia, el estilo del
vivir ateniense, y prepar as el terreno para formas radicalmente distintas de la
vida individual y social. Scrates tena por cierto que la razn, entendida como
comprensin universal, deba determinar las convicciones y regular las relaciones entre los hombres y entre el hombre y la naturaleza.18
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materia, del valor aadido al material. As, este materialismo se sustenta en el contrasentido de valorar los materiales por encima de la forma final, cuya realizacin
en ellos les dara su verdadera riqueza. Es decir, cosas que no tienen otro valor que
el instrumental.
Este predominio de la tcnica en la sociedad moderna tiene su raz en la razn
ilustrada, que concreta el pasaje del temor (del hombre primitivo premtico) y la
veneracin (del hombre mitolgico) de la naturaleza, a su dominio.
Dado que la ilustracin implica el arribo del concepto liberador del hombre
de una naturaleza extraa y temida, que a travs de la razn logra ejercer su dominio tcnico sobre el mundo, es la victoria del hombre sobre la supersticin:
El iluminismo, en el sentido ms amplio de pensamiento en continuo progreso, ha perseguido siempre el objetivo de quitar el miedo a los hombres y de
convertirlos en amos... El programa del iluminismo consista en liberar al mundo de la magia.21
21. Horkheimer, M. y Th. Adorno: Dialctica del Iluminismo. Buenos Aires, Sudamericana, 1969.
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CONSIDERACIONES FINALES:
LA TEORA CRTICA FRENTE A LA MODERNIDAD
En el contexto de la razn subjetiva que domina la vida contempornea, la
nica medida es la eficacia: todo es bueno si funciona bien para el fin propuesto.
As, la nica salida para una crtica a la razn pragmtica es situarse fuera de su
lgica, en una razn cuyo eje de verdad exceda el mero campo del proceso material
concreto, y se logre situar en un fin propuesto ms all del curso histrico. Y es aqu
donde el rescate de la filosofa reasume todo su peso e importancia, una filosofa
que se construye sobre:
[...] formas relativamente independientes del pensar que Aristteles describe
como contemplacin terica [...] La filosofa aspiraba a una inteleccin que no
haba de servir a clculos utilitarios, sino que deba estimular la comprensin de
la naturaleza en s y para s.27
25 Op. cit., p. 32.
26 Ibid.
27 Op. cit., p. 112.
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La crtica a la modernidad, entonces, llega con este pasaje a uno de los momentos ms profundos en el pensamiento de Horkheimer. Rescatar el pensamiento
socrtico, amparado ste en la razn objetiva, significa marcar, con toda la evidencia posible, el camino errado por el cual se ha desplazado la modernidad posterior
al iluminismo. El pensamiento utilitario que sign a sta, refleja las antpodas del
pensamiento socrtico en busca de la comprensin y la definicin de los fines. La
modernidad, de la mano de la ilustracin, ha tomado uno de los recorridos posibles,
aqul que lleva a la reduccin de la razn a una simple forma de buscar lo ms til.
En lugar de aprovechar todo el potencial liberador que llevan en su seno las ideas
modernas al surgir de entre el encorsetamiento medieval, en lugar de discurrir por
el camino crtico del pensar en la totalidad rescatando esta impronta de los clsicos
griegos, el pensamiento moderno ha preferido elegir el camino, ms fcil sin duda,
que lo lleva a quedar limitado a la bsqueda de maneras y modos de adecuacin de
la accin humana a una verdad establecida, a cambio de pensar sobre esta misma
nocin de verdad.
Esta crtica, marcando la ausencia de un pensamiento de la totalidad a que se
ha negado el iluminismo y sus continuadores, es precisamente aquello por lo que se
identifica la labor intelectual sobre todo de Horkheimer, aunque tambin de Adorno y Marcuse. Dialctica del Iluminismo y Crtica de la Razn Instrumental
incursionan por una crtica tan profunda y radical del pensamiento y la sociedad
occidental, que sin duda todo lo posterior slo representar una aclaracin de sus
tesis principales. Crtica radical implica aqulla que intenta llegar hasta los orgenes del problema, hasta las races del modo moderno de concebir la vida. Pero
paradjicamente, a medida que la teora se volva ms radical, la conexin con una
praxis radical, tal cual marca el pensamiento primero de la escuela, se hace ms
difusa. La desilusin que produjo en este grupo de pensadores la prctica del socialismo real y la evidencia de una clase obrera incapaz de encarnar la alternativa
al sistema, al quedar su accionar incorporado dentro del propio funcionamiento del
28 Op. cit., p. 21.
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cisamente su dimensin de totalidad en el anlisis de lo social. El grupo de pensadores de esta escuela, englobados en el Instituto de Investigacin Social, se convirti en un centro renovador de la teora marxista que aspiraba a superar la esclerosis
del marxismo oficial y a irradiar una nueva praxis, ms all de los estrechos lmites
de la poltica socialdemcrata. As, el objetivo central de Horkheimer, en particular, aunque tambin de todo el grupo, fue promover toda suerte de investigaciones
que estuvieran relacionadas con la crtica de la sociedad y de las nuevas formas de
alienacin.
Pero en esta perspectiva, filosfica y sociopoltica a la vez, englobaron de
forma novedosa al psicoanlisis como la base desde la que se poda desarrollar una
psicologa capaz de comprender las mediaciones entre la estructura social y la personalidad del individuo, as como de profundizar la relacin entre el hombre y su
naturaleza interior; lo que los llev, entre otras cosas, a preguntarse por los mecanismos psicolgicos de los procesos de dominacin. Es decir, conjugaron una interpretacin del marxismo, en su compleja totalidad, con las posturas tericas del psicoanlisis, que permita enriquecer las observaciones y elaboraciones intelectuales
de la sociedad, al incorporar al sujeto con sus motivaciones, significaciones, valores y mecanismos de accin y represin.
Est de ms aclarar que tanto marxismo como psicoanlisis son producciones
intelectuales claramente identificadas con la construccin de la modernidad. De
aqu que nuevamente sea difcil no situar a estos pensadores dentro de la tradicin
moderna. La crtica a la modernidad es fuerte en estos intelectuales, pero tiene la
intencin de rehabilitar la potencia liberadora de una posicin sin claudicaciones,
que permita realizar un salvamento tico de la humanidad en decadencia por el
capitalismo racionalizante de este ltimo siglo.
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