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El Poeta en Llamas

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1

El poeta en llamas

El poeta en llamas

Javier Campos

Javier Campos
Primera Edicin:
Lunes Literarios S.A. - Fundacin Casa de Poesa
Coleccin Casa de Poesa 2008.
San Jos, Costa Rica, C.A.
A.P. 574-1150 San Jos, Costa Rica.

XXX.XX
XXXX Campos, Javier
El poeta en llamas / Javier Campos.
1a. ed. San Jos, C.R. : Editorial Lunes, 2008.
76 p ; 21 x 14 cm.
ISBN XXXX-XXX-XX-X
1. Poesa chilena. 2. Literatura chilena. Ttulo.

De conformidad con la Ley N 6683 de Derechos de Autor y Derechos


Conexos, es prohibida la reproduccin de este libro en cualquier forma
o medio, electrnico o mecnico, incluyendo el fotocopiado, grabadoras
sonoras y otros, sin el permiso del autor.

Biografa

Javier Campos (1947, Santiago de Chile). Ha publicado una novela


(Los saltimbanquis, 1999) y cuatro libros de poesa: Las ltimas fotografas
(Uruguay, 1981); La ciudad en llamas (Chile,1986); Las cartas olvidadas
del astronauta (EEUU,1991). Este ltimo obtuvo el primer premio
Letras de Oro en 1990 para escritores hispanoamericanos residentes
en Estados Unidos. El ao 1998 fue finalista en premio Casa de las
Amricas, Cuba, con su cuarto libro de poesa El astronauta en llamas,
publicado por editorial LOM, Chile, en 2000. En la primavera de
2000 la prestigiosa revista de literatura de Ohio, Mid-American Review,
le dedic una separata de su poesa en traduccin (ingles y espaol).
En diciembre de 2002 gana el Premio Internacional de poesa, categora
poema largo (con "Los gatos") en el Premio Internacional "Juan Rulfo" de
Radio Francia Internacional En mayo de 2003, la revista Panamerica
de Berln, Alemania, le dedic una separata en traduccin al alemn.
En 2003 publica su libro de cuentos La mujer que se pareca a Sharon
Stone, Editorial RIL, Chile, que obtiene Mencin Honrosa en 2004
en el Premio Municipal de Literatura de Santiago de Chile por el mejor
libro de cuentos publicado ese ao. En 2005 gana a nivel nacional
el Tercer premio con un libro indito de poesa en espaol en el
Concurso Chicano/Latino Writers, EE.UU. Ha sido publicado en varias
antologas. Es columnista regular del peridico chileno en Internet
www.elmostrador.cl, colabora tambin con el suplemento "Tres Mil"
del diario Colatino de El Salvador, y con la revista en Internet de
Nicaragua La Repblica. Actualmente es profesor de literatura
latinoamericana en la Universidad jesuita de Fairfield, en
Connecticut.
Su pgina en Internet es http://www.faculty.fairfield.edu/jcampos/
7

Todo lo que sigue es para Alba

10

El poeta olvidado

Escribo tu nombre en esta biblioteca virtual de Alejandra


y hay miles;
tu primer nombre es de millones,
tu nombre y apellido juntos tambin es de miles;
y cuando escribo "poeta" ante tu nombre
y tu apellido
la mquina entre billones de nombres
no encuentra el tuyo en ninguna parte
ni siquiera sabe que fuiste un poeta de un pueblo
de mi pas
que escribiste dos libros que nadie te public,
o quizs era slo uno, o probablemente ninguno,
que leas tus poemas en lugares que slo interesaban a los poetas
o cuando hace siglos los poetas eran queridos por las muchedumbres;
pero de eso ya ha pasado mucho tiempo
nada dicen de ti en esta biblioteca ciberntica
an cuando tu nombre y tu apellido aparece miles de veces;
tampoco hay referencia alguna que mencione que fuiste un poeta maldito
o quizs eso fue una leyenda y eras realmente un poeta romntico
ni tampoco hay informacin de que tenas un nico abrigo gastado
y eras plido (o plida) como la luna
menos que alguna vez fuiste un guerrillero o guerrillera
y te metiste por meses o aos en un selva
de eso s que nadie se acuerda en aquel pueblo
11

del sur de planeta


o quizs aquello fue tambin una leyenda que a nadie importa
ni siquiera hay una foto de ti
ni aquella al lado de un poeta famoso quien decan era tu amigo
y cuyo nombre ya nadie tampoco recuerda
hermosa o bello te encontraban las muchachas
y los muchachos adolescentes suspiraban por ti,
y eso parece que era verdad
querido poeta olvidado
quizs an deambulas por el pueblo aquel, envejecido, o anciana,
con tu gastado abrigo desteido, solapas alzadas,
pelo encanecido, y tu bella sonrisa destruida,
con alguna cicatriz de una bala que recibiste
cuando vivas en una selva, en una montaa,
cuando te enamoraste de una boina con una estrella
ni siquiera la post modernidad (ni menos la modernidad)
se acord de ti;
quin sabe si en un par de segundos ahora aparezca tu nombre y apellido
y quedes para siempre en esta biblioteca ciberntica
a lo mejor alguna muchacha (o algn muchacho) del futuro
encuentre tu nombre
y sepa que fuiste una poeta pobre y olvidada,
o quizs a esa muchacha del futuro (o a ese muchacho)
ya no le interesen ni los poetas viejos
tampoco los poetas muertos, ni menos los poetas jvenes,
o quizs s
porque hay que tener fe en el futuro
12

y an dentro de este paisaje virtual y ciberntico


que rodea al Universo
tendr que haber en alguna parte del planeta
una muchacha (o un muchacho)
que volver a repetir la historia del poeta olvidado.

13

Los Gatos

Castrados, los gatos recorren el universo de la casa,


escondidos durante las ms inslitas horas del da
duermen casi sonmbulos de los fros traicioneros
a sus odos -verdaderos radares peludos- llegan lejanos ruidos
del misterioso universo, voces imperceptibles,
quizs seales de otras estrellas
a veces uno de ellos sale a recorrer esta galaxia de muebles,
ventanas melanclicas, plantas neurticas,
libros descansando como sapos, ropas aburridas
durmiendo sobre una silla,
o se pasean como fantasmas alrededor de un cuerpo
que abraza a otro cuerpo
huele curioso la piel de esos dos amantes ardientes
como si descubriera que las estrellas tambin
tienen perfumes deliciosos
para sus narices refinadas y poderosas
y sigue su marcha de elefante diminuto, peludo,
feliz de ver otro da ms de sus siete vidas,
se encarama como una pluma sobre la ventana
donde est el sol
y all se solaza, se restriega contra el cristal
como si hubiera dado al fin con la bella arena caliente
de la luna
14

el otro; su amigo, su amante, su compaero, su conocido


-con los gatos nunca se sabeque an sigue durmiendo,
se mueve en el sof suave y presiente en su sueo apacible
una catstrofe gatuna:
que su amante, amigo, compaero, conocido,
no est a su lado;
entonces como nunca siente el fro helado de la madrugada,
cual ordinario gato abandonado
y abrazado a sus sueos tenebrosos, negros,
sale como un rayo en busca del desaparecido
recorre aullando con dolor de animal herido
tal si hubiera recibido la bala de algn cazador insensible
o el tormento del ms cruel torturador
y va por la galaxia desolado, loco, deprimido,
esquiva como un rayo las rocas que pasan veloces sobre su cabeza,
aerolitos como bombas atmicas pueden hacerlo polvo,
la radiacin mortal de universo lo dejara peor que gato mojado,
casi lo enceguece la luz del sol, pero el gato tiene
un sofisticado sistema que distingue la mala luz
de la buena luz
escudria, y logra ver entre tanta oscuridad que lo acecha
a un ratn escondido, sudando el bichito de ser devorado
pero sigue caminando (el hambre no le preocupa)
entre medio de otros planetas,
pasa por debajo de los astros, las estrellas y las galaxias,
se mete silencioso entre las llamas del sol y sale de all
casi chamuscado, sudando,
15

y su hermoso pelaje oliendo a quemado;


y cuando llega por fin a la ventana
y ve a su amigo, su compaero, su amante o su conocido,
tan indiferente, recostado panza arriba,
gozando satisfecho la maravillosa luz de la madrugada,
lo acaricia, lo muerde, lo lame, lo huele, lo despierta;
y el otro, sorprendido:
lo acaricia, lo muerde, lo lame, lo huele y lo besa.

16

El supermercado
"En lo que tal vez sea la vspera de una espantosa imposicin de muerte
y destruccin sobre la poblacin de Irak -una poblacin, hay que aadir,
de la que ms del 50% es menor de 15 aos-, el Senado de Estados Unidos permanece
callado. El Senado de Estados Unidos sigue trabajando como si no pasara nada.
Verdaderamente estamos caminando sonmbulos por la historia."
Russel Byrd, senador norteamericano, febrero de 2003.

Hoy da no voy a hablar de la guerra contra Irak


sino de un supermercado
lleno de las ms diversas comidas, inimaginables,
necesarias y no necesarias, frutas de los ms apartados
rincones del planeta, arroces de todos los tamaos, blancos
y de colores variados, los que producan los indgenas
norteamericanos, los que producan hace milenios los chinos en el Asia,
los hindes en sus comidas aromticas y sensuales,
porque todo el mundo sabe que el Kama Sutra
se escribi despus de comer bien
aqu viven las manzanas olorosas de diferentes colores y sabores,
sas que en algunas partes del mundo no se han visto como se ven
en este supermercado, las que en Cuba son objetos de oro,
que jams han crecido all pero s su dulce caa de azcar
que tambin est aqu en este supermercado,
y las uvas de Chile, rosadas y negras, blancas y gigantes
como las aceitunas de Sevilla, tambin los quesos de Francia,
de Alemania, del lluvioso Oregon, verduras que vienen
de China, Malasia, Madagascar, Vietnam,
17

o de Amrica Central el oloroso cilantro o el aj poderoso de


Oaxaca, la cerveza de Polonia, Rusia, o de Nueva York,
el ron de Nicaragua o el ms delicioso "Habana Club" de Cuba,
los jamones de el pas Vasco, las naranjas gigantes
de Florida, y las de Andaluca, los tomates de Guadalajara,
el maz de Guatemala, las cebollas chilenas para el ceviche peruano,
el pan hecho de cereales infinitos dejan el olor a casa calentada
y fraterna, el pan de cada da est aqu cada hora,
siempre, nadie pasara hambre en este supermercado,
y el vino de Chile, de Argentina, Galicia, Australia, Alemania,
Hungra y de California,
todo esta aqu en este jardn , todo
para nuestras necesidades y las necesidades
que no necesitamos, pero tambin las necesidades que soamos
aqu en los estantes al alcance de la mano,
estn los frutos del universo, tranquilos y apacibles,
disponibles, la gente que camina por este supermercado
cree que estos lugares maravillosos
estn en todas las partes del mundo,
hasta en los ms apartados lugares de Irak
este lugar es el Jardn del Edn
pero el Edn estuvo histricamente
en Babilonia, muy cerca de Bagdad
la que fuera una de las ciudades ms hermosas del Oriente
cuyos jardines colgantes se contaban
entre las siete maravillas del mundo.
18

porque Bagdad fue tambin la ciudad donde nada ms que all


pudieron inspirarse las historias
de "Las mil y una noches" despus que los amantes
comieron y bebieron llenndose el corazn de placer y amor;
pero ms al sur de Bagdad estaba la ciudad de Ur,
fundada en el ao 4.000 a.C. donde naci el profeta Abraham,
venerado por judos, cristianos y mahometanos
pero nadie piensa en este supermercado que millones de bombas
caen en estos momentos sobre esa antigua Mesopotamia,
("la cuna de las primeras civilizaciones humanas del viejo
mundo" , dice la mismsima Enciclopedia Britnica);
pero en este supermercado nadie tampoco piensa en la guerra
ni en la antigua Mesopotamia ni en el profeta Abraham
ni en los cuentos de "Las mil y una noches"
ni en las bombas nucleares
ni en los millones de muertos que van a caer all como insectos
por el aire contaminado, por el humo con uranio de las bombas,
impurificando las aguas, los jardines, los campos, los valles,
los ros y los Golfos, y todas las semillas,
para producir estos productos bellos de este supermercado
apacible, solitario, y con msica ambiental
porque la tierra ser convertida all, por mucho tiempo,
en partculas de uranio o baada por billones de galones
de petrleo crudo
en esta Cornucopia gigantesca -o en el cuerno de la abundancianadie sabe qu significa la guerra
19

porque esa palabra no se ha pronunciado jams entre estas


verduras, entre estos preciosos cereales,
los miles de sacos con los miles de granos de aromticos caf,
los manantiales de leche con mucha grasa,
con poca grasa o sin grasa,
las variadas carnes, los pescados sabrosos de todos los ros
y mares del planeta, el placer de comer las uvas
en cualquier tiempo del ao,
paladear los vinos incontaminados y luego hacer el amor
o sea, tener la vida casi perfecta ;
yo no quera hablar de la guerra en este momento
sino de este supermercado donde
cada da paso a buscar mis alimentos necesarios
alegre
feliz
y sin mencionar nunca
la palabra
GUERRA

20

Cuando Apollinaire era un joven poeta


A la memoria de Silverio Muoz

Hay un verso de Apollinaire que no podr olvidar:


"Mi pequea Louise, quisiera morir en un da que me amaras"
Apollinaire lo escribi el 13 de abril de 1915
o sea a los 35 aos y de eso hace casi un siglo
Dicen que Apollinaire era feo y gordo
y ninguna mujer se volvi loca de amor por l.
La historia tambin dice que enloquecido de amor,
y por su propia voluntad, se enrol en el ejrcito
para pelear en la primera guerra mundial
Fue por el despecho de una mujer indiferente:
ella era la aristocrtica y bella Louise de Coligny-Chatillon
En ese tiempo no haba televisin ni menos la radio era masiva
recin comenzaba el cine en Paris y el primer film francs,
"Viaje a la luna" de 1902 (donde se parodiaba a los intelectuales)
fue el ms famoso
y quizs el joven Apollinaire se dej fascinar por la imagen visual
(hay que recordar que fue l quien invent los caligramas
y los poemas ilustrados con dibujos)
Pero Apollinaire parti a la guerra por amor
y no por convicciones polticas ni patriticas,
por eso no le import el ruido de los fusiles o caones
ni caer despedazado su cuerpo por las balas enemigas
21

Quien sabe si cuando recibi una esquirla de un can en la cabeza


miraba la luna, o las estrellas,
o recordaba nostlgico las aguas del Sena
bajo el puente Mirabeau
Se dice que gran parte de la esquirla qued pegada en su casco militar
y se salv por milagro de la muerte
hay una foto famosa de Apollinaire con su cabeza vendada de blanco
como un poeta embalsamado an por el dolor que le causaba
la bella e indiferente Louise de Coligny-Chatillon
Pero la historia tambin cuenta que sorprendido Apollinaire,
cuando ya estaba encuartelado, y antes de recibir aquel impacto
en el casco militar,
Louise vi en ese gesto del poeta
un profundo acto de amor que ella no imagin nunca de
un poeta
gordo y feo
Y parti la bella joven en un carruaje a buscarlo al cuartel
donde Apollinaire se haba enlistado y ya marchaba a la guerra
quizs quera morir peleando
o que una bala le atravesara el corazn
puesto que nada haba atravesado el corazn de la hermosa
y aristocrtica Louise de Coligny-Chatillon
Es decir, ella nunca fue tocada por ningn avance amoroso del poeta
ni menos por los versos que le escribi en vida
mirando las aguas del Sena desde el puente Mirabeau
Tambin dicen que cuando Louise parti casi enloquecida de amor
buscando a Apollinaire
22

-pero la verdad sea dicha es que nunca estuvo loca de amor por lella fue su amante slo por ocho das
y ella misma arrend un cuarto de hotel en la ciudad de Nimes
donde estaba el batalln de reclutas preparndose para partir a la guerra
Pero al noveno da Louise lo dej solo en el cuarto del hotel de Nimes
ms abandonado de amor que antes
La pasin de Louise de Coligny-Chatillon se haba enfriado y era falsa
y Apollinaire qued desconsolado
Pero aquella pasin, o sea Louise de Coligny-Chatillon,
que origin la ms bella poesa de amor de comienzos del siglo XX,
nunca fue verdadera porque ella jams am al poeta
Ms an -y esto quedar quizs como un misterio
en la vida de Apollinaire y en la vida de todo joven poeta-:
el pedazo de proyectil que luego ira a recibir en la cabeza
durante la guerra
fue igual a lo que en vida signific el desprecio amoroso
de Louise de Coligny-Chatillon
La irona es que 20 aos despus
cuando la aristocrtica Louise de Coligny-Chatillon
era vieja y fea
-y el poeta ya haba muerto de pulmona y joven,
pero sin ser amado por ninguna mujer en vida-;
Louise autorizaba publicar por primera vez
todos los poemas de amor que fueron inspirados por ella
Por eso hay unos versos de Apollinaire que nunca volver
a olvidar:
23

Mi pequea Louise quisiera morir en un da que me amaras


Quisiera ser hermoso para que me amaras
Quisiera que fueras mi vida para ser nicamente para ti
Quisiera que fueras la noche para amarnos en las tinieblas
Quisiera que fueras un proyectil alemn para matarme con
Un brusco amor"
(Paris 2004, con Alba cerca del puente Mirabeau)

24

El poeta pobre
Para Yevgeny Yevtushenko
Juventud, divino tesoro
Rubn Dario

Yo tambin en mi dorada juventud fui un poeta pobre,


miles de noches me dorm, como el poeta ruso Serguei Esenin,
mirando las estrellas desde un pajar;
navegu a regiones desconocidas, sonmbulo,
en barcos estancados en la arena de mi pueblo,
y como Ulises regres cuando quise a mi lejana Itaca
sin que ningn cclope me impidiera el regreso
Tambin en mis momentos ms tenebrosos o despechado de amor
comet cientos de suicidios con el mismo revlver del poeta
/Maykovsky
cuando a los 30 aos se dispar en la cabeza;
o anduve por kilmetros sin rumbo fijo
hundindome en el mar un da hermoso al atardecer
como se suicid la poeta Alfonsina Storni
entrando semidormida en las olas del ocano
Como Lzaro de Tormes
tambin beb los vinos ms deliciosos del planeta
sin siquiera tener un viedo propio
ni tampoco un racimo entero de uvas que llevarme a la boca
en el verano
Me embriagu con otros manjares venidos desde los Jardines
/de Babilonia
25

o de un vaso de oro que tomaba Sherezade


mientras contada mil historias maravillosas cada noche
para que no la mataran
Prob los venenos de las hierbas ms milenarias de la tierra
aquellas que los zapotecas tomaban mirando el atardecer
en una playa de Oaxaca
o las que beban los faraones antes de morir
para soar con el paraso que les esperaba
Le miles de libros en una biblioteca vaca de mi madre pobre
mientras en nuestro palacio de oro yo esperaba por siglos,
muerto de hambre, de sed y de fro,
para que ella me hiciera dormir
leyndome uno de esos libros inexistentes
de nuestra extensa biblioteca de Alejandra
En mi adolescencia como todo poeta pobre
escrib hasta altas horas de la noche
en papeles inmaculadamente blancos
fum todas las hierbas alucingenas sin volverme demente
ni perd la lucidez rescribiendo intilmente por horas,
afiebrado de imgenes,
nada ms que un slo verso
Tambin vest los ms hermosos trajes
y me rodearon hermosas mujeres invisibles
de todos los lugares del planeta,
viaje por lugares ignotos, hasta llegar a otras galaxias,
sin moverme siquiera de mi miserable guarida
26

Me envidiaron miles de otros poetas jvenes pero ricos


esos que obtuvieron todos los premios inimaginables
y tambin me envidiaron los tocados por el don de la Poesa,
los que fueron aclamados por reyes, presidentes,
dictadores y prncipes,
o recibidos por las azules muchedumbres como le ocurri
al poeta Rubn Daro joven
y al poeta Rubn Daro viejo
Aunque todos ellos me desdearon y me quitaron el saludo
-mientras continuaban recibiendo premios,
invitados por los pases ricos y por los pases pobresellos jams citaron en sus libros al poeta pobre
aunque s copiaron todos mis versos inditos
y plagiaron todos los libros que nunca escrib.

27

Diario de Nicaragua

El volcn se llama "Casita" y se puede mirar


desde el Valle de Posoltega,
en Len, Nicaragua
por all pas una montaa de barro
en octubre de 1998
(como del tamao de los rboles de mangos,
eran las olas de la montaa)
las olas cubrieron 1000 casas y el campo frtil
dejando una avenida inservible
como una tumba gigante
de la anchura de la misma boca
del "Volcn Casita"
por entre ese mar de un caf espeso
se fueron hundiendo
rboles enteros de mangos,
manzanales completos, aguacates,
plantaciones de azcar,
cosechas de maz tierno,
y animales,
tambin por entre las rocas que navegaban
veloces
mezcladas con el agua y el barro
color de chocolate espeso
28

en las profundidades
tambin
iban las tres hijitas de Alonso
tomadas de la mano
de las tres hermanas del mismo Alonso
y la madre de Alonso
que tambin iba tomada de la mano de sus tres hijas
y de sus tres nietas
quienes toditas juntas se agarraban como podan
del brazo,
de los vestidos,
de los dedos
de sus tres tas
que las unan como un collar de caracoles
como pequeitas tortugas marinas
a su abuela
que era la madre de Alonso
cuando al fin termin de pasar todo ese cataclismo
(dur como cuatro das el oleaje de barro y piedras)
todo aquello qued convertido en una tierra deslucida,
("una tierra deslavada", dira Juan Rulfo)
lo mismo que una tierra de otro planeta
igualita a las mismas praderas de Marte
(segn las imagin la NASA
desde un pequeo carrito con antenas)
sin embargo
cuatro meses despus
29

en las orillas de aquel mismo crter,


de esa tierra vaciada
comenzaron a crecer rboles de mangos,
y en un rbol de mangos que sobrevivi
(nadie sabe cmo)
al oleaje de barro color del chocolate
dicen
que por ah vieron que se iba hundiendo
toda la familia de Alonso
al igual que un rosario de muequitas de colores
tragadas por las olas
y Alonso nos cont que debajo de ese rbol
l sabia
que all estaba toda su familia
porque fue all donde vieron por ltima vez
hundirse a su madre
y a toda la familia agarradas de las manos
como cuando las tortuguitas salen de los huevos
y corren con miedo hacia la orilla
juntas a sus hermanos y hermanas
unas tras otras
pegaditas
buscando las olas del mar Caribe;
esas mismas tortugas que 20 aos despus
volvern a dejar sus huevos
30

no slo a la misma playa donde nacieron


sino al mismo hueco
donde la mam tortuga
puso en una noche oscura
150 huevos
exactamente
en el mismo hueco de arena
donde por miles de aos sus antepasados
repitieron
una y otra vez
el ciclo maravilloso de sus vidas
guindose nada ms que por el sonido del mar
por el reflejo de la luz de la luna hundindose en la marea
regalndoles a todas las tortugas
una brjula
de agua y algas
para regresar casi sonmbulas a su origen
guiadas por el olor de la arena mojada
y tambin por su atvica
sangre
enamorada.

31

Toda belleza, transitoria, con el tiempo

Toda belleza, transitoria, con el tiempo,


son seres que caminaron a nuestro lado, o se quedaron
con su amable compaa, temor,
o una vieja nostalgia,
toda belleza fueron terrores de la esperanza,
bsqueda milenaria de la felicidad
cercana de la muerte, angustia de cerrar los ojos
para siempre,
a lo mejor la belleza fue creer en otros parasos,
paisajes donde quisimos quedarnos para siempre
junto al ser, o a los seres ms amados, aquellos que nadie sabe
adnde se fueron,
toda belleza es siempre una imagen de la infancia
cuando creemos que en la irremediable vejez se nos van
/muriendo paisajes,
lugares ya lejanos que nos siguieron durante toda la vida,
gentil aire fresco de una casa al lado del mar,
o carbonizada en un bosque de Hadas,
toda belleza fue alguna vez espejo candente
reflejando huracanes de agua sexual
aquello que no volver a ser otra vez real
sino imagen de fuego volcnico, estrella veloz,
perdindose para siempre por entre todo el universo infinito.

32

El ngel

Siempre habr alguien que te ofrecer la mano


y te dejar al borde del abismo
o en la puerta de una casa iluminada
o en el nico bosque donde comienza el dolor
inimaginable
la tortura ms profunda
siempre hay alguien que vendr a tu ventana
algn da de tu vida
y te cantar canciones alegres
o te regalar la nica rosa del Carpe Diem
insistir entre su meloda que vuelen juntos
vestidos de saltimbanquis
a recorrer el Universo
pero es posible que te abandone
sin ningn mapa de regreso
sin agua
y te deje a la intemperie en el desierto de la luna
creyendo sin embargo que te ha llevado a las praderas
clidas de Venus
y que alguna vez volver por ti
pasarn siglos para que realmente te des cuenta
que te han dejado
en los crematorios del sol
33

siempre habr alguien quien querr leerte


un cuento de Hadas
en la palma de la mano
o en una carta llena de oros
adivinarte el futuro
te regale pasajes para un tren
construido en las maestranzas del arco-iris
donde todo lo que vayas viendo por sus ventanas
ser siempre inmortal
pasars por pueblos que jams envejecen
por praderas donde la gente vive para siempre
donde los rboles slo producen flores
donde jams nada ha transformado a ninguna de ellas
en una arrugada hoja del otoo
porque el otoo es una estacin inexistente
siempre hay alguien que nos puede llevar
al paraso o a las catacumbas
con slo rozar nuestros labios
o apenas con dos palabras
al pozo de los deseos
al ms oscuro hoyo donde el dragn negro
ser nuestro carcelero
y nuestro verdugo
cuidndonos da y noche
con su larga lengua de fuego
tambin siempre hay alguien que quiere llevarte
al ms recndito lugar del Universo
para dejarte en medio de la nada
34

(porque se sabe que el 1% del Cosmos


es slo luz,
el resto nada ms que oscuridad)
o los que insistirn en arrancarte
la cotidiana existencia
con promesas
tan bellas como esas imgenes
que navegan somnolientas
por las pantallas de la televisin
o querr partirte el corazn en cien pedazos
como si fuera una manzana
abandonarte en medio de un mapa
con calles indescifrables y tenebrosas
de una ciudad
llamada Babilonia, Villa Grimaldi, Sodoma
o Auschwitz
siempre alguien desear llenarte los ojos
con las estrellas ms hermosas del Universo
para que somnolienta de ternura
camines por el paraso original
o por el lecho del torturador
que te espera impaciente en una cama de fuego
son esos los seres que algunos llaman ngeles
(segn desde el lado de cielo que se les mire)
y parecen estar en todo lugar
los que transitan por nuestras vidas con una luz poderosa
son de fuego
y tambin son de hielo
35

dicen que son los ngeles diablicos del amor


y del dolor
vestidos de estrellas
alucinndonos con su belleza
y sus encantos tenebrosos
recuerda siempre:
hay seres en la vida
que vienen de alguna parte del Universo
a calmar nuestras obsesivas angustias
destruir las pesadillas
y la inmensa soledad que nos consume
ellos nos ofrecen dulcemente
nuestra perdida casa de la infancia
o la arrancan de raz
con su bello cuchillo de obsidiana
recuerda: el que escribe esto
lo vio una vez volar por las galaxias
inocente
era el ngel bello
y me sigui junto a la nave espacial
durante siglos y siglos:
iba convertido en un delfn maravilloso
mirndome con ternura y con odio
mientras se hunda
y luego saltaba por sobre las aguas en llamas
de todo el Universo infinito.

36

Ciego de amor en Managua

En las praderas ardientes del sol


y olvidado para siempre entre las llamas
levant los ojos hacia donde imagin
el sonido de la luna
que pasaba silenciosa
arriba de una nave blanca
y mis ojos te vieron, Alba,
por un instante;
slo en milsimas de segundos
recuper la belleza de mirar
y pude tomar el ltimo tren
hacia tu ventana;
all en la lejana tierra
de donde me hacas seas
por tantos
miles
y miles de aos:
Porque esta ciudad fue realmente
un planeta en ruinas
plagada de mendigos medievales
y el nico sobreviviente que iba quedando
mudo, casi sordo y ciego
era yo.
37

Woodstock

Yo no estuve en Woodstock en agosto de 1969


en estas montaas verdes y apacibles
unos das de verano y a esta misma hora
cuando llovi tres das seguidos sin que toda esa agua
oxidara las guitarras elctricas
humedeciera los cables de los micrfonos
o ahogara el canto y los discursos
que salan de los gigantescos parlantes
plantados en el proscenio iguales que rboles negros
Tampoco cayeron rayos que hicieran cenizas
a los cientos de cantantes
quienes producan el ruido ms ensordecedor
escuchado nunca
a varias millas a la redonda en estos potreros
donde por dcadas slo se escuch
el rumiar de las vacas
el relincho de los caballos
el motor de las mquinas de labranza
o el sonido del maz
cuando bajaba de los largos graneros de metal
elevados al universo
en un monumental smbolo flico
(Ninguno se preocup tampoco qu habra pasado
por las cabezas de los silenciosos campesinos,
los mismos que Walt Whitman describi en
Hojas de Hierbas,
38

cuando vieron llegar medio milln de gente


a estas montaas
donde nadie conoca otro sonido ni canto que no fuera
el que naca de la misma Naturaleza )
Durante esos tres das hubo tormentas elctricas
y por el cielo se vieron los caballos del Apocalipsis
abajo una marea humana se mova como el Arca de No
en frente del monumental proscenio
azotado por la tormenta
El vapor de los cuerpos calientes de los jvenes
se elevaba como una antorcha entre la lluvia
miles de mujeres y hombres rubios bailaban
sonmbulos:
negros de Harlem, Chicanos del Valle de San Joaqun,
o puertorriqueos pobres de New Jersey
se abrazaban a jvenes indios que tomaban
cerveza en latas
o a profetas, gurus, vagabundos, adivinos,
msicos callejeros y saltimbanquis
El viento llevaba y traa el aroma fragante
de la mariguana,
o el hashish y el peyote que tambin suban al cielo
en un remolino de humo sagrado
seguido por miles de ojos en llamas
La lluvia caa como cataratas
y construa en la tierra y en el pasto
lagos artificiales
39

que usaron para nadar desnudos,


dejaron que sus cuerpos hermosos
se hundieran en cmara lenta
y se bautizaron con el agua que vena del cielo
como si fueran los humildes profetas
de lejanas civilizaciones
escondidas bajo la tierra para siempre
Se abrazaban transparentes
de una misteriosa luz interior
entraban y salan de esas lagunas artificiales
con el corazn purificado
limpindose la mugre del alma
creyeron que tocaban el origen humilde del Universo
hicieron el amor sobre el pasto cubierto de barro
y nadie pregunt nada a nadie
nadie tampoco les apunt con el dedo
ni nadie llam a la polica que vigilaba desde lejos
en sus autos blanco y negro, con luces intermitentes
que giraban como ltigos de fuego
(Ninguno en esa multitud supo tampoco
que la Guardia Nacional
tena cien helicpteros
aguardando detrs de las montaas
para lanzarles bombas de humo
y transformar esa tierra prometida
en un Holocausto)
Pero todos experimentaron all
el Paraso Original
40

En el proscenio seguan pasando las bandas


y los cantantes
compitiendo con los rayos y los truenos
tal si fueran las mismas bombas
que a esa misma hora
estaban
cayendo
ininterrumpidamente en
Vietnam
***
Hoy el lugar es el mismo
y llueve como en agosto del 69
slo qued un monumento de piedra y metal
recordando el deslumbramiento que por tres das
tuvo toda una generacin
Siempre hay flores frescas
y no falta el que deja una bolsita de mariguana:
esas hierbas fueron sus nicas armas silvestres
y esas hojas sagradas
las nicas
donde alucinados vieron el origen del futuro.

41

El Che ( o Jack Kerouac lee en Nueva York


en enero de 1959)

Hay una foto de Jack Kerouac leyendo en Nueva York,


subido en una escalera vieja en un bar del West Side,
es 1959, enero exactamente
Jack tiene 36 aos y an se ve hermoso, fuerte,
lleno de vida arriba de esa escalera
mirando a otros jvenes aquel da de nieve,
pero a nadie le importaba en ese tiempo el fro y el hielo
porque la juventud
era eterna y nadie tampoco haba escrito cosas
como los amigos de Jack,
es decir Allen Ginsberg que tena 33 aos
y deca sin problemas que era homosexual
por eso el ambiente all era como si
estuvieran re-haciendo la historia,
al menos en la poesa
crean ellos
aquel da Ginsberg escuchaba a su amigo Jack
leer una novela que haba escrito en 1951,
o sea a los 29 aos, se llamaba "En el camino",
y cuando Ginsberg escriba Aullido, en 1956,
tena 31, la misma edad del Che Guevara
cuando en enero de 1959 entraba en la Habana
porque a esa misma hora en Cuba y ese mismo mes
el Che bajaba con un rifle desde Sierra Maestra,
42

era la misma hora en que los poetas beats


(segn Kerouac la palabra significaba "apertura a la luz")
lean su prosa en Manhattan,
y tambin su poesa, igualmente revolucionaria,
pero los medios masivos norteamericanos
los describan como "grupo de drogadictos, alcohlicos y
enfermos mentales", o lo peor:
"una generacin fracasada"
ese da tambin el Che era retratado
y aquella foto fue histrica
porque an recorre el mundo:
vena arriba de un jeep militar (ya era comandante),
encima de su pelo largo iba su boina negra y una estrella
luminosa
que con el tiempo sera el smbolo de la vida nueva,
llevaba tambin una barba y una mirada enigmtica,
como la de Jack Kerouac o Allen Ginsberg,
esa mirada de la que diez aos despus
se enamorara el propio Allen Ginsberg,
pero el Che nunca lo supo,
y cuando se enteraron las autoridades cubanas
en 1967 (ao en que seguan funcionando
los "Campos de Rehabilitacin" para maricones)
-porque Allen escribi una elega bastante ertica
al cuerpo del Chelo expulsaron de Cuba;
el poeta tenia 41 aos y Guevara,
asesinado en Bolivia ese mismo ao, tres menos
que Ginsberg quien escribi lo siguiente
43

mirando en una fotografa el cuerpo sin vida del Che:


"En un peridico europeo: la foto de tu rostro joven
cuando te mataron; tus ojos abiertos de nio
radiante femenino, con muy poca barba.
Tumbado sonres sereno como si
los labios de una mujer besaran partes invisibles de
tu cuerpo. Cadver reposado de un muchacho
anglico.
Pipa en boca y lleno de esperanza, escribiste
tu diario entre las nubes de mosquitos del Amazonas,
dormiste en las montaas y renunciaste al Trono de
La Habana. Tu cuello es ms sexy que los viejos
cuellos tristes de Johnson de DeGaulle de
Kosygin o que el cuello baleado de John
F. Kennedy."
pero en aquel enero de 1959 todos eran tan hermosamente
jvenes,
dispuestos a escribir los libros
desde donde se construira el hombre nuevo y la poesa nueva
o sea 34 aos era el promedio de todos ellos,
Fidel tena 33 cuando comenz la Revolucin
y Jack Kerouac
36 cuando lea pginas de lo escrito desde 1950,
o sea cuando tena 28 aos
escribiendo donde fuera: en un hotel barato,
en un camin, en un tren de tercera clase,
o en un bus de Greyhound camino a Iowa City
o en una bar de pescadores en San Francisco,
44

los poetas y escritores jvenes en ese tiempo


viajaban a dedo, en trenes de carga,
beban cerveza o vino barato,
nadie pensaba leer sus versos o su prosa
ni en Universidades ni en hoteles diez estrellas,
igual que los guerrilleros por la Sierra Maestra
que viajaron desde Mxico en un balsa llamada Granma:
eran los profetas hermosos del futuro
ambos separados por slo 90 millas;
en cambio aquel enero de 1959
yo era un nio de un pueblo lejano
en el sur de mi pas
era verano y mientras recorramos la plaza
escuchbamos de una radio las consignas de los barbudos
que bajaban de Sierra Maestra en Cuba,
dnde est Cuba pregunt yo que apenas haba salido
de aquel pueblo,
porque el mundo para mi era slo unos pocos metros
a la redonda
tampoco haba odo mucho de Manhattan
ni siquiera conoca la nieve, ni menos las playas del Caribe,
ni siquiera haba besado a una muchacha en toda mi vida
el nico poema que haba ledo era el poema 15 de Neruda
tampoco tena idea lo que era ser un poeta joven,
ni mucho menos lo que significaba la palabra guerrillero
o Sierra Maestra, o Patria o Muerte
Venceremos
pero todo aquello ocurri hace tantos siglos
45

ahora los huesos del Che Guevara reposan en Cuba


(la mano que le cortaron en Bolivia parece que
est en un frasco en un Museo de la Habana),
pero an siguen reproduciendo
la imagen de aquella foto tomada en enero de 1959
poco se reimprime El socialismo y el hombre nuevo
del Che Guevara (excepto en Cuba)
en cambio se siguen editando las obras de Kerohuac
y los poemas de Ginsberg nunca pasan de moda
aunque ellos sin embargo son ledos
con la misma nostalgia como hoy leemos los escritos del Che:
gratis en las bibliotecas pblicas
o cmodamente sentados
en la librera de un Mall.

46

Adis a Berln
Para Alfredo y su mam, all en Centro Habana, Cuba.
Yo nunca viv en Berln rodeado por un Muro
de gruesas paredes de concreto
y alambres de pas
Era una isla cercada por torres grises de vigilancia
apuntando desde la sombra con metralletas de largo alcance
hacia ti
sentada ahora en mayo de 2003 en el aeropuerto
de Tejel en Berln
en viaje de negocios
Tienes el pelo rubio y corto,
jvenes ojos verdes, pero tu belleza de 28 aos
no le teme a nada
Viviste cerca de la puerta de Brandemburgo y cuando cumplas
los 14 aos comenzaron a derribar el muro
(dice la historia que nadie supo ni el da anterior
-ni menos los das anterioresque eso iba a ocurrir en 1989)
Tenas un primo de tu misma edad quien vena a visitarte
desde el lado Oeste
qu hacer con tanto dinero occidental en el lado Este
si no haba mucho que comprar ni en qu gastarlo
a parte de tomar t, una sopa rusa, o comprar libros
sobre Marx, Lenin y los poetas rusos?
47

Ests hablando en tu celular


desde el antiguo lado Este del Muro
(o es a ti a quien llaman?),
pero a tu hermosa sonrisa no le preocupa
aquel lejansimo crculo de piedra y alambres de pas
Decas que tus primos y tus tos venan vestidos con ropas de /
colores
para pasearse por el lado oscuro de la RDA ;
pero all nadie se mora de hambre, todos reciban medicinas
y todos tenan un trabajo asegurado, y nadie viva en la calle
ni era mendigo, adems que se acoga fraternalmente
al exiliado poltico de otras partes del mundo
Tampoco el dinero all era importante
(segn el socialismo utpico)
igual como escribiera Ernesto Cardenal
sobre la economa de los Incas en un poema famoso
en los aos 60 donde el poeta entremezclaba,
imaginativamente,
las sagradas escrituras con el marxismo
y la experiencia sovitica
Era un poema que durante ese tiempo los jvenes del mundo
lo sabamos de memoria
y alzbamos la mano izquierda en alto cuando lo recitbamos
Tambin -continas hablando por tu celularhaba diversin para todos, msica, literatura, ballet,
es decir "Los cantores slo cantaron la historia oficial";
48

por eso no permitieron la horrible televisin occidental


ni se conoca la cultura de la imagen que alienaba,
incluso a los animales domsticos,
ni el consumo se permita
porque la gente pensara nicamente en los bienes materiales
o soara slo con cosas innecesarias
para su realizacin humana
no, nada de eso se permita, adems porque eso hacia pensar
en el dinero como meta principal,
y el dinero se convertira en un medio de alienacin superior;
por eso en la RDA todo era casi gratis, o no costaba nada, y el dinero
no deba tener importancia
como no lo tuvo nunca en el Imperio Inca, segn
el poeta Ernesto Cardenal en aquel poema famoso cuando escribi:
"No tuvieron dinero, el oro era para hacer la lagartija
y NO MONEDAS"
Sigues hablando por tu celular desde el otro lado del Muro invisible
( existe an?)
all el paisaje era viejo y grisceo,
pero an as los entonces arquitectos socialistas
construyeron slidos monumentos, pesados,
pero que al pueblo (decan los dirigentes) no le preocupaba
porque eran los edificios del pueblo
y no los edificios de las compaas transnacionales
los edificios eran iguales que las largas carreteras de piedra
del Imperio Inca,
que eran construidas por orden de los arquitectos de Estado
49

y el pueblo donaba su tiempo libre para construirlos,


como en el Imperio Inca
Es eso lo que escuchas en tu celular
o de eso ni remotamente se habla por ninguno de los nuevos
medios masivos del Tercer Milenio?
Hace catorce aos que pasas libre de un sector a otro,
viejos puntos de vigilancia quedaron como reliquias
como aquel teatro socialista de diseo Deco
en la parada del metro Oranienburger Tor
Tu padre an vive pero tiene la memoria fragmentada
dice que el otro pas lo enterraron bajo los edificios modernos,
reparando los oscuros edificios cuadrados,
hoy aquel territorio se llama "la ex- RDA" -dice tu padrepero l piensa que es una frase que borra la memoria para siempre
para no dejar vestigio del pasado
ni siquiera la parte del socialismo utpico
que vivi el pueblo
Tu padre vive ahora como un astronauta
vagando por el nuevo cielo de Berln,
pero t no
a ti te gusta viajar y cruzar fronteras, y ser feliz,
llamar por celular a tu primo que no te visita como antes
en Alexander Plaz
donde escuchaban juntos los cantos del pueblo socialista
los cantos de solidaridad con todo el mundo;
pero
50

donde nadie tena el derecho a viajar a ninguna parte,


y todos deban morirse all donde nacieron
idntica historia tenan los sbditos del Imperio Inca,
en la versin cristiana-marxista del poeta
Ernesto Cardenal que deca
-repitiendo un verso del poeta Pablo Neruda"no hubo libertad, pero s hubo seguridad social"
T en cambio no tienes nostalgia del pasado
y quizs nunca has viajado por las ruinas Incas
ni caminado por Machu Picchu que no era
-segn ltimas investigaciones- ningn lugar sagrado como
se pensaba,
sino que era el Palacio de Recreo del Inca quien desde all
dictaba las rdenes socialistas a su Imperio;
Sin embargo tu belleza ahora es diferente,
tu libertad es distinta,
y tu Imperio tambin es otro.

51

Los ancianos
Dle con las miradas al espejo
Dle con la obsesin de seguir respirando
Nicanor Parra

A los ancianos nos trajeron aqu, al lugar ms hermoso


de la tierra, este lugar es el Beatus Ille o la alabanza de aldea
y el menosprecio de las Metrpolis
Resulta que ya soy un poeta anciano
pero el mismo que pasar, hasta la muerte, en este lugar idlico,
quizs no me enfermar con frecuencia ni me morir antes de tiempo,
quizs tenga que usar muletas algn da, o una silla de ruedas,
o traer adherido a mi cintura un pequeo tanque de oxigeno,
conectado por tubos de plsticos a mis narices,
y mi bella esposa empujando la sillita,
o poniendo oxigeno limpio al tanque de aluminio
una vez por semana;
pero en todo caso seguir vindome joven
a pesar de esos detalles adicionales
Si algn anciano tuvo hijos, vendrn ms a menudo a visitarnos
pero ellos nos tomarn por tos y nunca por abuelos;
esa es la familia perfecta, an en la vejez
porque aqu en El Primer Mundo
los ancianos hemos vuelto a nuestra juventud dorada
Somos ms felices porque si alguna vez yo imagin mi vejez
pidiendo limosna, vendiendo diarios viejos en una plaza,
o haciendo saltar un monito al comps de una guitarra desafinada,
52

o caminando abandonado por esas calles horrorosas del Tercer Mundo;


realmente todo eso lo vea en pelculas en blanco y negro
o en las calles de Bagdad, Kabul o Ro de Janeiro
Pero tambin eso fue ficcin, o desesperacin de jvenes poetas
(porque yo en mi juventud fui tambin un joven poeta)
que como se sabe el joven artista, pero el del Tercer Mundo,
imagina casi siempre
un oscuro y tenebroso pasado para los ancianos
Qu contradiccin maravillosa produce la hermosura
del joven poeta
cuando ninguna arruga rondaba por sus rostros,
y menos conocan ellos las canas,
o la perdida del odo, o de la visin,
y menos los afectaban los dolores a los huesos
ni se le caan los dientes;
pero eso slo ocurre en otros mundos lejanos
que nuestra televisin retrata como lugares exticos
No, los poetas ancianos vivimos ahora y aqu
en un lugar utpico, mejor que el mismo socialismo utpico
o el mundo que imagina todos los das la belleza global,
Debera venir la TV de otras partes del planeta ms a menudo,
a retratarnos como la pasamos,
los que tendremos que morir quien sabe cuando
pero no esta tarde sino en cien aos ms probablemente;
Repito, aqu hay mucha juventud, an hay hermosas mujeres
ancianas que se pasean tranquilas por esta belleza de lugar,
53

tan verde y apacible como si fuera el mismo Paraso, el Edn


de que hablan las Sagradas Escrituras,
y por supuesto los cuentos de Las Mil y una noches
y las teoras de "el hombre nuevo" que soaba el Che Guevara
Los hombres y la mujeres aqu
parecemos jvenes viejos desde la distancia,
como atletas, o cuerpos en buen estado fsico,
podramos pasar por gente no jubilada, gente tomando un descanso
antes de volver a una oficina, o a cualquier oficio indefinido,
pero jams nos tomaran por ancianos,
sino por bailarines mirando el mar
saltimbanquis delicados como los de Picasso,
o atletas listos para las Olimpiadas
Podramos tambin pasar por estrellas de cine
siempre en la misma escena,
aquella donde el actor esbelto, en traje de bao,
muestra el cuerpo (como Burt Lancaster en El nadador de 1968)
sin ninguna imperfeccin ni fsica
ni sicolgica
y su amante, su esposa o su amiga tambin es mejor que
cualquier estatua de Miguel ngel
o semejante a una madonna de Boticelli
tomando el sol sobre su piel perfecta porque ninguna crema
sera tan eficaz como el aceite natural de su propio cutis;
Pero eso pasa en las pelculas dir Ud.;
no, no, eso pasa en este lugar donde vivimos los poetas ancianos,
aqu mismo,
ah, eso pasaba en las glogas de Garcilaso seguir Ud.,
en algn poema de un delicioso poeta joven
54

escribindole en secreto a una bellsima amada como a la Beatrice


de Dante Alighieri;
no, la verdad es que eso pasa realmente aqu
Es cierto, vivo en este Edn entre medio de un bosque,
lagunas artificiales por todas partes, rboles y jardines,
entretenimiento sin lmites, ambulancias listas
para cualquier emergencia,
gratis (aunque las ambulancias casi nunca se usan)
Hace tiempo que no escribo poesa porque no padezco de angustias
ni soy infeliz, ni hay ningn mundo que cambiar por otro mejor,
bebo nicamente agua purificada, a veces una copita de vino,
con mi mujer, mi amada de juventud, quien est como un durazno
o una rosa del Carpe Diem a pesar de su 200 aos,
Ah, y todava hacemos el amor (aunque no muy a menudo);
eso s que corremos como nios por el jardn
donde no existe el otoo, ni la nieve, ni la oscuridad
sino la primavera que nos ilumina eternamente
Ud. dir que estoy delirando, que soy un viejo con una crisis
/permanente,
que no me he mirado al espejo de cuerpo entero hace tiempo
que vivo fuera de la realidad
o que me creo las imgenes bellas que nos da la televisin moderna,
la globalizacin que inventa un paraso slo para unos poquitos
/ingenuos
como nosotros, los poetas ancianos;
No, yo le digo la verdad, venga a darse una vuelta
por este paraso terrenal.
55

El poeta joven en Cuba


Seores imperialistas,
no les tenemos absolutamente ningn miedo
(Graffiti cerca del malecn en Habana, y a poco metros del edificio
de la Seccin de Intereses Norteamericanos en Cuba)
Nosotros, los sobrevivientes,
A quines debemos la sobrevida?
Quin se muri por m en la ergstula,
quin recibi la bala ma,
la para m, en su corazn?
Sobre qu muerto estoy yo vivo?
Roberto Fernndez Retamar
"No te fes de las estadsticas, de las cifras, de las declaraciones
pblicas: la realidad es aquello que no se ve a simple vista",
Danilo Kis

Yo nunca visit aquella isla


y por siglos trat de entrar pero mi nuevo pas
(es decir EEUU) nunca me dio permiso,
aun cuando fuera un indefenso poeta joven
y lleno de ideales
cuando ya iba dejando de ser un joven poeta
(todo poeta sabe el comienzo de esa etapa)
tampoco el departamento del tesoro norteamericano
me dio permiso
entonces como consolacin
yo miraba Cuba desde un mapa en Internet,
lea sus revistas, segua por la televisin en RealPlayer
sus programas para el pueblo,
sus estadsticas sobre un pas sano y educado,
56

la gente all en esa isla saba ms sobre los problemas de los pases
del tercer mundo,
de la guerra en Afganistn, de la destruccin del Planeta
por los pases ricos,
que toda la gente ms comn de los mismos Pases Ricos
y Pases Pobres juntos,
es que all la informacin no se ocultaba y se comparta
lea que los cubanos (un grupito minoritario)
en el exilio de Miami
obsesivamente soaban con hacer polvo
(lo cual era cierto)
aquella bella revolucin donde la medicina y la educacin
eran gratis
que ni siquiera lo eran en los Pases Ricos
y menos en los Pases Pobres,
cuando yo senta que no era ms un poeta joven
segua intentando entrar a Cuba,
pero de nuevo mi pas de adopcin, o sea EE.UU,
otra vez no me dio permiso,
haba pasado siglos pidiendo visa,
autorizaciones camufladas a travs de Universidades,
falsos viajes de intercambio escolar que no fueron permitidos,
miles de maneras de ir a la bella Isla de Cuba,
incluso Fernndez Retamar me estimaba mucho
(l tampoco pareca envejecer nunca)
yo me mora por conversar con su gente,
la ms libre del planeta,
eso decan los cubanos mismos
57

hasta en su pgina oficial de Internet,


y por supuesto los Intelectuales
de izquierda que aun quedaban o en El Primer Mundo
o en el Tercero
pero de eso hace siglos
y nunca me dejaban entrar a Cuba,
ni siquiera como poeta maduro (hace mucho
que haba dejado de ser el poeta joven
pero seguan transcurriendo los siglos),
tampoco yo quera que la sociedad de escritores y artistas
de Cuba
me invitara a m en forma especial
(haba muchos poetas ms famosos que yo
como Ral Zurita o como el escritor homosexual
Pedro Lemebel,
que eran constantemente invitados all
y siempre hablaban en Chile
maravillas de Cuba)
Yo envidiaba al poeta Zurita y a Lemebel pero sin rencor
aun cuando el primero fuera muy anciano y el segundo
tambin
tampoco me importaba (y continuaba pasando el tiempo)
por qu
muchos queran dejar la isla
(bueno, se saba que era por culpa de la maldita
ley norteamericana llamada
"Ley del Ajuste Cubano"),
58

pero yo segua pensando, "si el poeta Zurita y Pedro Lemebel


no se cuestionaban eso de huir en balsas de la Isla
a pesar de los tiburones y las tormentas tropicales
y tambin muchos otros que eran invitados
continuamente a la Isla tampoco se lo cuestionaban
por qu iba a cuestionarme lo mismo?"
o sea, todo era por la presin de EE.UU. y los de Miami,
y yo deca que s tambin:
"era la presin capitalista y globalizada del pas
ms rico del Universo junto a la diablica
amenaza de la mafia de Miami." Eso repeta yo
cuando me convert lentamente en un poeta anciano
yo an segua con el deseo de ir a Cuba
pero tampoco se pudo,
me segua conformando con el viaje virtual
por Internet (ya me costaba fijar los ojos
en la pantalla)
a esas alturas la globalizacin tecnolgica
haba avanzado tanto que la Isla
era mucho ms real que la realidad misma,
es decir, la realidad virtual era casi mejor
que la propia realidad
segn yo lea en cmara lenta en el Granma cada da en Internet
o en cualquier publicacin desde Cuba en Internet
o sea era la misma (incluso mejor) informacin:
mi perfecta mi bella mi utpica isla
era eterna
en Internet
59

yo segua pensando, incluso ahora


que soy un poeta muy pero muy anciano,
que si no se permitan obras literarias
de los cubanos de afuera
o sea dentro de ese lugar maravilloso
cercado por EEUU
(por ejemplo no se permitieron
las obras de Reinando Arenas
por muchos siglos
y otras obras de tantos ms)
es que iban a contaminar la bella isla
con un virus fulminante,
hacer estallar aquella perfecta realidad que se contaba
desde dentro (bueno, desde la mesa del anciansimo
y querido Fidel que an segua vivo)
pero por qu la revolucin le teme tanto
a un par de novelas y a un puado de poemas?
(esa es la pregunta que los poetas ancianos
nos hacamos continuamente, a lo mejor con inocencia
y mucha ternura porque la edad nos cambia mucho)
ya estoy a punto de morir, han pasado ms siglos,
(incluso Fidel es mucho ms viejo que yo pero sigue
como si viniera bajando de la Sierra Maestra cuando
lo de 1959)
pero an mantengo la esperanza, la alegra,
de conocer el paraso del Hombre Nuevo
60

y de la Mujer Nueva
aquel que so
desde que fui en un tiempo muy remoto
el bello poeta joven, tierno e ingenuo;
pero tambin veo que hasta el final de mis das,
despus de siglos y siglos de espera,
deber conformarme nicamente
con la realidad virtual
(de la que ahora slo veo luces de colores
en la pantalla, igual a los cometas que pasan veloces
y dejan nicamente
una luz muy brillante en nuestros ojos)
sin embargo,
esa realidad realmente para m
es mucho ms hermosa y perfecta
que la real isla
llamada
Cuba
a la que por milenios so visitar
y nadie nunca me invit
ni tampoco jams me dejaron entrar.

61

Un pjaro canta en tus vias

Vivo en unas vias que arden cada noche


y de entre el vino caliente vuelo buscndote con mis alas
embriagadas,
ni tengo brjula para encontrarte y pienso que si miro fijamente
la luna
toda esa luz de arena enamorada me guiar donde te escondes
de m
te escucho cantar entre las uvas pero no s dnde,
me vuelvo a embriagar con esas frutas del verano,
me vuelve loco tu canto que yo slo puedo escuchar,
es el idioma de los pjaros enamorados, o el de los pjaros migrantes,
y a pesar de mis alas silenciosas s que seguir volando sonmbulo,
perdido y solitario entre el bosque de la luna,
slo s que quiero encontrarte, siento que ests muy cerca,
escondida entre los racimos,
mirndome volar tan cerca de ti,
y oliendo silenciosa el sudor dulce de mi piel.

62

Por el jardn de la luna

Por el jardn de la luna caminan tus sueos y los mos,


desde las ventanas de aquellas casas en esas ciudades de color blanco
miles de gente los ven pasar y hacen seas,
luego salen a mirar las imgenes de tantas noches nuestras,
las siguen como si fuera una caravana que viene de otras galaxias,
o una plaga de seres que aparecen y desaparecen,
pasan miles de historias inacabadas, abrazos intensos,
gente que conocimos o imaginamos,
sos que se besan libres en una plaza sin torturadores acechndolos
o en parques, en calles, o un cine de otro planeta,
pasan otros que nos dicen adis pero luego nos acarician y
siguen a nuestro lado,
o se van para siempre de nosotros,
pasan tambin saltimbanquis alegres, trenes a lo lejos con vagones
/vacos,
esos que alguna vez tomamos o nos dejaron en un pueblo
donde fuimos felices,
o no lo fuimos y all quedamos en una estacin abandonada
por siglos, muertos de sed, de hambre, mirando hacia algn lugar
/del Universo:
por el jardn de la luna pasan y pasan
tus sueos y los mos

63

La isla

Estoy esperndote como siempre


bebo un poco de vino, en cada parte del planeta
la gente toma algo
para espantar el aburrimiento, la soledad, el deseo de viajar
a otro planeta, o cuando le viene un profundo amor por todo el cuerpo,
o solamente bebe
esperando tranquilamente la horrorosa locura
por vivir en el mismo lugar toda la vida,
pudrirse de pesadillas, soar aislado de otros parasos mejores,
huir en sueos por el mar, en lo que sea;
an as, estoy esperndote,
est oscuro afuera, es invierno en el norte del universo,
aqu en esta isla hace calor, siempre todo est en llamas,
pero me imagino que hay nieve y quisiera tener mucho fro,
congelarme de fro, morir de fro en El Caribe,
el invierno tomar siglos en llegar y ms tiempo la nieve,
asi que me conformo con la espera,
no s qu hay ms all de esta isla,
slo s que vivo en medio del mar,
esperndote
como una estrella que tomar millones de aos luz
en regresar a su originaria galaxia
Ves?
Ya me has convertido en un pez en llamas,
mirando hacia algn lugar de Universo,
por entre la luz de la luna en estas aguas,
esperando que regreses a buscarme.
64

Nos escribimos a la velocidad de la luz

Pas por el jardn de la luna, donde est tu casa,


apenas te vi por la ventana escribindome una carta,
nunca realmente te he visto ni t tampoco sabes de m,
slo nos hemos comunicado por ondas que llegan desde el
/Universo Infinito,
me dices que vives en muchos lugares,
me describes brevemente esos espacios,
tampoco s cmo eres
si anciana o joven, tampoco yo te he dicho
si estoy envejecido o soy un adolescente,
o bello o un monstruo jorobado (como el de Notre Dame);
quizs estamos a millones de aos luz,
para ti tal vez el tiempo no tiene ningn valor porque me hablas
/desde
el pasado;
para m tampoco porque te imagino desde mis sueos
siempre joven y hermosa
(o quizs seas anciana de 200 aos);
pas hoy por el jardn de la luna donde est tu casa,
aquella de donde me escribes un mensaje ciberntico cada noche,
a la velocidad de la luz,
te vi por la ventana escribiendo una respuesta,
pero no pude ver tu rostro.

65

Desde los jardines de la luna

Desde los jardines de la luna sal a buscarte,


no s de qu planeta me llamabas, escuch sonidos,
transmisiones en clave, como si un satlite hubiera captado
lo que hace millones de aos luz todos buscbamos con ansiedad:
unos seres en las lejanas galaxias del universo
pronto aparecieron imgenes tuyas, un rostro indefinido,
no exactamente visible, unas estrellas cubran la imagen,
se escuch tu voz, nadie saba si cantabas, leas algo, o hablabas
en otras lenguas incomprensibles,
el ritmo de tu voz era de una sirena que nos atraa a todos (eso
/se pensaba),
parece que hablabas slo para m,
venias nadando bajo las aguas en llamas hacia mi corazn,
como un cometa, cargado de billones de tomos radioactivos
/de amor;
pero pasaste veloz a mi lado,
sin siquiera mirarme,
sin siquiera tocarme con tu luz.

66

Continuidad de los sueos

Me gusta embriagarme mientras te veo dormir,


nuestros dos gatos tambin dormitan y viajan por tus sueos,
yo quisiera entrar en ellos, mirar a esos gatos
que caminan contigo por otros mundos,
sentir miedo o alegra cuando cruzas un puente,
o un ocano, y saltas para no morir porque crees caerte desde
/una montaa,
los gatos estn acurrucados debajo de un silln en una selva,
eso veo y yo te sigo en silencio para cuidarte y nada te dae,
y no te caigas a un precipicio y despus caiga yo,
y detrs de nosotros, tambin,
vayan siguindonos dos gatos somnolientos.

67

Tu casa en llamas

Todo es un sueo lo que ves en el espejo,


all sentada en una cama pasa la imagen ma,
encendido candelabro, llama gigante, ardiente como la lava
entra en tu cuarto iluminando la escena donde todo parece mutilado,
destruido por un bombardeo
t me miras pasar por el espejo con ese candelabro en la mano,
me haces seas, me llamas, no te vayas
dices que me has esperado por mucho tiempo,
yo s que no me esperas:
yo soy slo una imagen de mis sueos que imagina
que t me llamas
y salgo de esa casa ardiendo y me pierdo en el Universo,
para siempre

68

La mesa de fuego en una ciudad en llamas

Veo bailar una figura en una mesa de fuego,


es acariciada por deseos tenebrosos, sombras oscuras,
alguien imagina tocarla con su propia soledad que humea
como si fuera un volcn a punto de reventar,
o la roza desde lejos con miradas de lobo salvaje,
garras de hierro para destrozarla,
s, estamos en la ciudades del futuro, pagamos muy poco por
/esta fiesta
de luces,
hay carros en llamas al lado de esta vitrina en una calle,
alguien entra con algo en una bolsa de papel
y de all saca sus sueos escondidos, pesadillas,
historias que se repiten una y otra vez cuando pasa sonmbulo por
el espejo de su casa,
ofrece lo que hay en esa bolsa, muchos estiran la mano dentro
y sacan la lava derretida y la beben tranquilos,
mientras una figura baila desnuda en una mesa de fuego.

69

Amor constante ms all de la muerte

Qu haces preciosa Alba con esas velas


al lado de mi cama
y qu miras tan triste, plida y pensativa por la ventana
si soy yo el nico que te grita y hace seas
desde el fondo de un tnel oscuro
y t all arriba indiferente, lejana,
melanclica
por qu andas con los ojos casi cerrados por la casa
golpendote contra los muebles y las paredes
confundiendo las cosas
sacando ropa equivocada de los cajones
y mirando largamente las maletas y los bales
quines son mi dulce Alba
los que entran en mi cuarto somnolientos
sin hacer ruido,
mirando algo muy lejano y sin lmites
por qu vas cerrando ahora con llaves
todos los cuartos de esta casa
y vienes a poner cada da estas rosas sobre la tierra
cuando sabes que regresar con las flores ms hermosas
del Carpe Diem
para que volvamos a vivir llenos de luz, otra vez,
en esta casa.
70

Llama clida y desnuda

Ya no alcanzar la belleza que pasa cerca de m,


una llama clida, desnuda,
a la que me condenan no tocar
de qu vale haber recorrido todo el universo?
pregunta mi todava sangre en llamas
sin embargo nada me asusta, vi infinitas como sta
y las pude palpar cuando quise
y me besaron con su fuego clido por siglos,
en los graneros olorosos de la luna llena
en los rboles sin ramas de una ciudad abrasada por el fuego
as fui feliz sin darme cuenta del paso del tiempo
y he aqu que me sigue esta belleza que hoy me es prohibido
/siquiera rozar,
est tan cerca de mi cuerpo, me quema su perfume calcinante
aunque he perdido la memoria de todos los lugares del pasado
y en libros est escrito que viaj a las partes ms remotas del
/Universo;
slo me han dejado para que sobreviva
una mirada melanclica
y tambin, como tormento,
el fino olfato del tigre salvaje.

71

Carpe Diem

Quin eres? -me dijo debajo de sus sbanas


con una voz de sirena, mientras le sacaba
su transparente tnica blanca hecha de estrellas,
le abra sus piernas y delicado yo mova
mis dedos en una pequea laguna en llamasSoy un cartero -le dijequien trae una carta y una rosa para ti,
pero comet el grave error de perder ambas
despus que en secreto abr el mensaje para leerlo
En castigo -segu dicindoleme condenaron a repetirte palabra por palabra,
lnea por lnea, hasta el fin de tus das,
todo ese interminable mensaje de amor
Y en tormento -dije por ltimoreproducir exactamente para ti
el aroma de la ms bella rosa del Carpe Diem.

72

La casa de las bellas durmientes

Vi a Kawabata dormir al lado de una bella adolescente


a travs de la ventana de aquella casa en una ciudad de Japn,
slo la miraba, a su lado, desnuda, aquella rosa del Carpe Diem,
ni siquiera tocar quera aquella belleza sublime el anciano Kawabata,
quizs pensaba rozar su espalda de mrmol ardiente,
o pasar levemente sus labios envejecidos sobre esa rosa encendida,
calcinante en su sueo (aquella adolescente virgen),
el anciano Kawabata estaba tan cerca, a milmetros de esa piel joven,
escuchaba el ritmo de un cuerpo fresco como un durazno de su
/ciudad
de la infancia en Osaka;
y Kawabata se qued dormido respirando slo el aroma caliente
de aquella muchacha
y estuvo a punto de tocarla con sus dedos,
y besar esa piel con sus labios marchitos,
pero no lo hizo.

73

La ltima carta del astronauta

Yo siempre ser tu golondrina en llamas que regresa


El que vive encerrado en esta nave del olvido
El que necesita volar en el bosque de tu casa
Y de all emigrar desolado al jardn de la luna
Revolotear perdido en los lagos del sol
Dormir miserable en los volcanes congelados de Venus
S que nunca podr quedarme junto a tu nido
Porque yo no nac en ningn rbol
Ni en ningn bosque de este planeta
Yo viva escondido durante el da
En la nica rama sin vida de tu jardn
Y nadaba somnoliento en las noches
Bajo las aguas de un lago fosforescente
Por eso mi vuelo es ms veloz que la luz
Por eso puedo desaparecer de ti sin quererlo
De tu mismo amor sal entonces
Un pjaro demente y luminoso
Pero no tengo cadenas que me aten a tus besos posesivos
No existen celdas de donde no huya
Ni desiertos donde no encuentre siempre las ciudades
Ni casas selladas donde no deseo nunca vivir
Estoy ardiendo de amor por ti
Y a pesar de que muero en las hogueras de tus vias
74

Resucito de esas cenizas amorosas


Para volver a ser un pjaro melanclico
Un pedazo blanco de la luna embriagada
Que pasa veloz por tu ojos una y otra vez
Soy el cartero enamorado que no quiere entregarte nada
Un pjaro domstico que vuela con un bastn blanco
Un animal salvaje de nadie
Que canta perdido en un bosque de Hadas
Que emigra en los sueos buscando los puertos
Preguntando por las olvidadas estaciones de trenes
No me sigas porque soy yo quien realmente te busca
Soy yo el que te espa tras tu ventana cuando te desnudas
El que desea bailar y esconderse contigo
En el trigo caliente de los graneros de la luna llena
En las noches cuando los astronautas embriagados
Bajan de sus naves espaciales
Y lloran mirando la luna
Buscando con desesperacin la estrella de donde vinieron
Yo slo deseo entrar por tu ventana a dormir contigo
Y dejarte soando que soy una golondrina invlida
Golpeando los cristales de tu ventana
Nada sacars con transformarte en lobo
Y salir al bosque a capturarme cuando despiertes
Nunca vers el rbol donde pienso en ti
Ni por mis huellas encontrars mi rastro
Nunca
75

Pero deseo tanto que me encuentres


En alguna parte del Universo
Y me sigas como si yo fuera un amante fuera de la ley
Quisiera que fueras poniendo carteles
En todos los rboles
Y escribas all que me deseas o vivo o muerto
Estoy condenado a seguirte sin quererlo
Siempre ser el pjaro que suea estar lejos de ti
Pero que slo quiere esconderse en tu casa
Y all pudiera abrir la ventana hacia otro planeta
Volara encantado por una pelcula en colores
Donde veo montaas y rboles para cantar
O esperara el pasaje de un tren a otro mundo
Subiera sin equipaje a una nave espacial
Y partiera para siempre sin despedirme jams de ti
Pero tambin s que no me he ido a ningn lugar
Que la nave donde an vivo
Siempre viaja en sentido contrario
Pasando veloz por los territorios donde viv
Hace muchos aos
Y donde no reconozco nada mo
Es all donde me veo amarrado
En el ms bello rbol de mis posesiones
Sitiadas por un ejrcito de la muerte
Condenado a cantar para ti y para siempre
Como toda ave perdida
En los bosques y en la praderas invisibles de la nostalgia
Slo los sueos del futuro.
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NDICE

Biografa ................................................................................ 7
El poeta olvidado .................................................................. 9
Los Gatos ............................................................................ 12
El supermercado ................................................................. 15
Cuando Apollinaire era un joven poeta ............................... 19
El poeta pobre ..................................................................... 23
Diario de Nicaragua ............................................................ 26
Toda belleza, transitoria, con el tiempo .............................. 30
El ngel ............................................................................... 31
Ciego de amor en Managua ............................................... 35
Woodstock .......................................................................... 36
El Che ( o Jack Kerouac lee en Nueva York en enero ....... 40
Adis a Berln ...................................................................... 45
Los ancianos ....................................................................... 50
El poeta joven en Cuba ....................................................... 54
Un pjaro canta en tus vias .............................................. 60
Por el jardn de la luna ........................................................ 61
La isla .................................................................................. 62
Nos escribimos a la velocidad de la luz .............................. 63
Desde los jardines de la luna .............................................. 64
Continuidad de los sueos .................................................. 65
Tu casa en llamas ............................................................... 66
La mesa de fuego en una ciudad en llamas ....................... 67
Amor constante ms all de la muerte ............................... 68
Llama clida y desnuda ...................................................... 69
Carpe Diem ......................................................................... 70
La casa de las bellas durmientes ....................................... 71
La ltima carta del astronauta ............................................ 72
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Este libro se termin de imprimir


en el mes de abril del ao 2008
en las oficinas de
Lunes Literarios S.A.
San Antonio de Beln, Heredia,
Costa Rica.

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