Martin Lloyd Jones
Martin Lloyd Jones
Martin Lloyd Jones
En 1935 comenzó su relación con la Inter Varsity Fellowship (IVF).A partir de 1939,
como presidente de la IV jugó un papel importante en la creación de la Fraternidad
Internacional de Estudiantes Evangélicos(IFES). Contribuyó también en la creación
de la Biblioteca Evangélica de Londres, donde se reúne la mejor colección de
literatura puritana del mundo; el London Bible College, cuyo primer director fue E.F.
Kevan (v.); el Movimiento Evangélico de Gales, que continúa la tradición del
antiguo calvinismo metodista de Roland y Whitefield (1714 70); y el Seminario
Teológico de Londres, y El Estandarte de la Verdad, editorial dedicada por completo
a rescatar la literatura puritana y reformada, puesta en olvido por entonces, a cuyo
cargo estaba I.H. Murray(v.).
Aunque nunca tuvo una formación teológica de academia o seminario, ha sido uno
de los grandes pensadores y teólogos del siglo XX. Fue un gran lector de literatura
reformada, puritana y moderna, con especial interés por la historia y la biografía.
Agudo y penetrante como un bisturí contribuyó al renacimiento del calvinismo
evangélico en todo el mundo. “No sólo conocía a los puritanos mejor que nadie, así
como los clásicos del avivamiento del siglo XVIII, sino que además estaba muy
documentado en la historia secular, la poesía, la política y la filosofía”
(C.Catherwood).
Predicador extraordinario y directo fue descrito por E.Brunner como “el más grande
del cristianismo de hoy”. Otros le han calificado de profeta del siglo XX, en su
vigoroso llamamiento al testimonio evangélico unido.
Obras Disponibles:
Datos Biográficos:
Aunque nunca tuvo una formación teológica de academia o seminario, ha sido uno
de los grandes pensadores y teólogos del siglo XX. Fue un gran lector de literatura
reformada, puritana y moderna, con especial interés por la historia y la biografía.
Agudo y penetrante como un bisturí contribuyó al renacimiento del calvinismo
evangélico en todo el mundo. “No sólo conocía a los puritanos mejor que nadie, así
como los clásicos del avivamiento del siglo XVIII, sino que además estaba muy
documentado en la historia secular, la poesía, la política y la filosofía” (C.
Catherwood).
Predicador extraordinario y directo fue descrito por E. Brunner como “el más grande
del cristianismo de hoy”. Otros le han calificado de profeta del siglo XX, en su
vigoroso llamamiento al testimonio evangélico unido.
El Maestro de Westminster
Publicado por Biblioteca Reformada
Gales es un lugar único en el mundo. Aun siendo parte de Gran Bretaña, los galeses
se apresuran a dejar en claro que ellos no son ingleses, y lo enfatizan hablando en
su propio idioma en lugar de decirlo en inglés.
Gales tiene una muy especial historia espiritual, pues ha experimentado grandes
avivamientos, seguidos muchas veces de profundas depresiones espirituales.
La historia registra algunos galeses notables, como Christmas Evans, Daniel
Rowland, William Williams, Howell Harris, Evan Roberts… y David Martyn Lloyd-
Jones, nuestro biografiado.
Primeros pasos
David Martyn Lloyd-Jones nació el 20 de diciembre de 1899, cuando concluía el
siglo XIX. Dios tenía un plan para este hijo de Henry y Magdalene Lloyd-Jones, para
traer de nuevo los fuegos del avivamiento que Evans, Roberts y otros habían
experimentado antes. Algunos han dicho que Charles Spurgeon fue el último
puritano, pero el tiempo demostraría que deberían haber esperado oír al «Doctor»
antes de hacer tal afirmación.
La vida del joven Martyn fue bastante tranquila hasta enero de 1910, cuando tenía
11 años. Hasta entonces su padre había sido un hombre de negocios bastante
exitoso en su ciudad natal de Llangeitho. Pero aquel año ocurrió algo que cambiaría
muchas cosas.
En la oscuridad de la noche estalló un fuego que casi costó las vidas de Martyn y
sus hermanos, que dormían en la planta superior. Aunque la familia fue salvada, la
mayor parte de los bienes familiares se perdieron. Henry nunca se recuperó
totalmente del revés financiero. Casi por accidente, Martyn averiguó poco después
cuán desesperada se había vuelto verdaderamente su situación.
Durante sus primeros años de escuela, él llevó esta carga en su corazón. Como
resultado, se volvió muy serio para su edad, y muy decidido en tener éxito en su
educación y en su vida. «Fue como si él se apartaba mucho de lo que es común a la
juventud, y esto le hizo decir alguna vez: ‘Yo nunca tuve una adolescencia’», afirma
Ian Murray. Aunque cálido de corazón, Lloyd-Jones siempre llevaría con él una
reputación de austeridad y severidad.
Lloyd-Jones fue criado en el metodismo calvinista galés. El término «metodismo
calvinista» puede parecer contradictorio, porque los metodistas son arminianos –
que enfatizan el libre albedrío del hombre – y los calvinistas dan énfasis en la
soberanía de Dios respecto a la salvación. De alguna manera, el metodismo
calvinista de Gales buscó lo mejor de ambas posturas.
Entre 1914 y 1916, Lloyd-Jones fue a una escuela primaria de Londres, y luego
estudió medicina. Hizo su práctica en el prestigioso Hospital de St. Bartholomew, y
fue brillantemente exitoso. Aprobó sus exámenes tan tempranamente que tuvo que
esperar para graduarse.
En 1921 comenzó a trabajar como asistente principal de Sir Thomas Horder, uno de
los mejores médicos de esos días.
A la edad de 26 años, Martyn obtuvo su diploma de miembro del Colegio Médico y
tenía una carrera brillante y lucrativa delante de él. Sin embargo, Dios tenía planes
para que fuese médico de almas en lugar de cuerpos.
Los médicos locales no estaban muy contentos con el recién llegado. Pensaban que
él había venido para mostrar su superioridad y arrebatarles a sus pacientes.
Tampoco cabe duda de que su lectura de los Puritanos tuvo también una profunda
influencia sobre él. Los Puritanos a menudo han sido caricaturizados, pero Lloyd-
Jones los leyó realmente. Leyó todo el Directorio Cristiano de Richard Baxter y los
muchos volúmenes de John Owen. Desde su punto de vista, los Puritanos diferían
de otras corrientes organizadas en varias puntos importantes.
Primero, acentuaban la naturaleza espiritual del culto por sobre las formas y
rituales externos. Segundo, enfatizaban el cuerpo reunido de Cristo por sobre el
individuo, haciendo así la disciplina de la iglesia necesaria y saludable para la causa
de Cristo. Finalmente, creían en la aplicación directa de la Palabra para el alma de
cada persona. El espíritu del Puritanismo, creía Lloyd-Jones, podía ser trazado de
William Tyndale a John Owen y a Charles Spurgeon. Era este espíritu de la
centralidad de la Palabra de Dios el que conducía al nuevo predicador en el país de
Gales.
Llegada a Westminster
Uno de los oyentes aquella noche era un anciano de 72 años, G. Campbell Morgan,
pastor de la Capilla de Westminster, quizá el predicador con más renombre de la
época. Se dice que el anciano pastor le dijo a Lloyd-Jones: «¡Nadie sino usted
podría haberme sacado en semejante noche!». Después de oír a Lloyd-Jones,
Campbell Morgan quiso tenerlo como su colega y sucesor en 1938. Pero no era tan
fácil, porque él manejaba otras opciones tan atractivas como aquella. Al final,
prevaleció el llamado de la Capilla de Westminster, y la familia Lloyd-Jones con sus
hijas, Elizabeth y Ana, se estableció definitivamente en Londres en abril de 1939.
Durante los años de guerra, los habitantes de Londres soportaron por meses las
interminables incursiones nocturnas de los bombarderos alemanes. A causa de que
la Capilla de Westminster estaba situada muy próxima al Palacio de Buckingham y
otros edificios importantes del gobierno, estaba en peligro constante de ser
destruida. La congregación estuvo en un estado constante de crisis financiera y
emocional. Sin embargo, los servicios siguieron casi con normalidad. En 1944, una
bomba voladora explotó en la Capilla de los Guardias, a unos pocos metros de allí,
cubriendo al predicador y la congregación de polvillo blanco. Un miembro de la
congregación abrió sus ojos después del estampido, vio a todos cubiertos en blanco
¡y creyó que debía estar en el cielo!
Westminster también estaba acercándose rápidamente a su propia crisis interior.
Algunos de la «vieja guardia» no querían mucho al joven calvinista que había
compartido el púlpito con su venerado Dr. Morgan. Es un testimonio del poder de la
Palabra de Dios y del espíritu humilde de Lloyd-Jones que la iglesia no sólo
sobrevivió, sino que finalmente prosperó. Después de la guerra, la congregación
creció rápidamente. En 1947 los balcones fueron abiertos y de 1948 hasta 1968
cuando él se retiró, había un promedio de unos 1.500 asistentes los domingos en la
mañana y 2.000 en la noche.
Otras actividades
A pesar de las dificultades de la guerra, Lloyd-Jones estuvo comprometido en la
fundación de tres instituciones importantes. La primera fue la creación de una
Biblioteca Evangélica de grandes obras cristianas, que pronto superó los 20.000
volúmenes. Así una nueva generación de creyentes se acercó a los escritos de
Bunyan, Baxter, Owens y otros.
En el verano de 1947 el doctor hizo otra visita a los Estados Unidos y fue recibido
calurosamente. A pedido de Carl F. H. Henry, él habló en la Universidad de
Wheaton. Se publicaron los cinco mensajes que él dio. En ellos Lloyd-Jones
compartió su idea acerca del tipo de predicación que el mundo realmente necesita.
Controversias
Un carácter fuerte y un liderazgo fuerte no pueden evitar la controversia. Creyendo,
como él hizo, en el poder del Espíritu Santo para convencer y convertir, él se opuso
profundamente a la tradición con la que había crecido desde Moody de reuniones
multitudinarias con música suave y apelaciones emocionales para la conversión.
También se opuso a las uniones arbitrarias entre denominaciones basadas en el
pragmatismo en lugar de la doctrina. Nada causaría más problemas a Lloyd-Jones
que su firme creencia en la necesidad de una adhesión a ciertas doctrinas
fundamentales.
A finales de la Guerra, mientras muchos se reunían para oír al doctor, otros líderes
religiosos estaban empezando a ignorarlo. Cuando en 1946 una publicación reunió
los nombres de los «Gigantes del Púlpito», incluyendo hombres como Weatherhead,
el nombre de Martyn Lloyd-Jones fue ignorado.
La controversia más seria vino en sus relaciones con la Iglesia de Inglaterra. Martyn
Lloyd-Jones era un firme creyente en la unidad evangélica. Él no creía que las
barreras sectarias debían separar a aquéllos que tenían una verdadera fe en
común. Pero cuando el movimiento ecuménico liberal hizo más y más concesiones a
las corrientes de opinión mundana, él apoyó el éxodo desde aquellas
denominaciones.
Tal como en el problema de unidad de la iglesia, sus ideas sobre lo que ahora se
conoce como ‘psicología cristiana’ probaron ser profundas y proféticas. Él no estaba
en absoluto impresionado con el matrimonio entre la predicación bíblica y la
psicología secular.
A principios de los 60’s, el doctor inició una serie de mensajes sobre el evangelio de
Juan. Su intención en ellos no fue una exposición verso por verso como era
habitual, sino una búsqueda del significado esencial de la certeza y la llenura del
Espíritu Santo.
Su ministerio había sido muy bendecido por Dios. Había habido un arroyo constante
de conversiones, muchas notables y, sobre todo, a una amplia variedad de
personas de toda condición social se le había enseñado la anchura y la profundidad
de la doctrina cristiana. En la Capilla había soldados de los cercanos cuarteles de
Wellington Barracks, trabajadores de los hoteles y restaurantes del oeste,
enfermeras de los grandes hospitales, actores y actrices de teatros del oeste-
extremo, sirvientes civiles menores y mayores de Whitehall, y desempleados
crónicos provenientes del hostal del Ejército de Salvación.
Actividades finales
En los 12 años posteriores a su jubilación él continuó con la Conferencia de
Westminster y dedicó mucho tiempo a dar consejo a otros ministros, contestar
cartas y hablar eternamente por teléfono. Libre de la rígida rutina de los domingos
en Westminster, él pudo entonces dedicarse a los compromisos externos que él
había tomado como ministro, sobre todo ocupando los fines de semana en causas
pequeñas y remotas que él amaba animar. Él viajó de nuevo a Europa y los Estados
Unidos, pero rehusó nuevas y reiteradas invitaciones a otros países.
Lloyd-Jones tenía un hogar muy feliz que estaba abierto cada Navidad a los
miembros de la iglesia que no tenían otro sitio adonde ir. En su jubilación él solía
incitar a sus nietos mayores con algún argumento. Ellos eran como cachorros
jóvenes yendo por un león viejo, atreviéndose donde nadie más se atrevería,
vueltos atrás por un gruñido, pero volviendo a saltar en seguida.
Hacia fines de febrero de 1981, con gran paz y confiada esperanza, él creyó que su
obra terrenal estaba hecha. Dijo a su familia inmediata: ‘No oren por sanidad, no
traten de retenerme de la gloria’.
El 1 de marzo, el Día del Señor, él pasó a la gloria de la cual tan a menudo había
predicado, para encontrarse con el Salvador al cual había proclamado tan
fielmente.
Bibliografía:
• http://lospredicadoresylapredicacion.blogspot.com/
• ALFONSO ROPERO, http://www.clie.es/?page=shop/author&author_id=261
• http://www.verdadypalabra.com/2009/10/david-martyn-lloyd-jonesbreve-
biografia.html
• http://lospredicadoresylapredicacion.blogspot.com/
• http://buscadoresdedios.es/category/autores/lloyd-jones-martyn-autores/
• http://www.editorialperegrino.com/portal/lang__es-
ES/rowid__250873,28348/dTabID__1/tabid__11874/default.aspx