Beierwaltes
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movimiento del asunto mismo, hay que considerar tambin elementos igualmente
esenciales de la reconstitucin del filosofar platnico a cargo de Plotino y Porfirio.
Desde diversas orientaciones de las preguntas, yo mismo he tratado de hacer
evidente una estructura fundamental filosfica, es decir, primariamente neopla- tnica,
del pensamiento de Erigena 8 . Los presupuestos hermenuticos de este intento, no
tematizados, respectivamente, corresponden a los que aqu esbozamos al comienzo. Mi
inters especfico en la filosofa neoplatnica como una forma concisa de una
concepcin de la realidad que al mismo tiempo experimenta su propio lmite y que,
justamente por ello, estimula permanentemente al pensamiento la accin guiada por la
teora, primeramente me condujo, como es natural, a aquellas concepciones filosficas
que determinan respectivamente la construccin del conjunto Precisamente desde
ellas puede decirse respecto a Erigena -en la medida en que asumir filosofemas en un
contexto de funcin teolgico (por ejemplo en la relacin de Dionisio con el
neoplatonismo) no quiera afirmarse como su destruccin objetiva, lo que difcilmente
podra parecer demostrable o siquiera plausible- que los rasgos fundamentales de su
pensamiento son comprensibles primariamente desde el presupuesto terico del neoplatonismo. La intencin teolgica, que en el fondo no es aislable, tiene en ello su
substancia reflexiva (qua detracta in nihil concidit). Sin embargo, en el intento de
analizar las implicaciones filosficas de un pensamiento filosfico, tal como se exige en
las reflexiones introductorias, hay que ser consciente de su unidad, puesto que slo en
cuanto tal, es decir, transformado en un determinado sentido, puede operar
convincentemente en el nuevo contexto onforme al mtodo dialctico de descensio
y ascensio propio de rigena, la mirada a la sntesis con el autntico ncleo
teolgico (o al menos a la referencia a l) tiene que ser ya inmanente al anlisis del
momento filosfico de un pensamiento.
Mis propios esfuerzos en este mbito conciernen a preguntas centrales del filosofar
neoplatnico, que en Erigena se han convertido en centro de la reflexin teolgica.
icho en la forma de frases perfectivas", que ciertamente no pueden hacer que
aparezca conjuntamente la gnesis del pensamiento, hasta ahora se me ha mostrado
como un momento esencialmente filosfico, especialmente neoplatnico, en el
pensamiento de Erigena, por ejemplo ste:
Dios -directa o indirectamente la finalidad de toda reflexin, meditacin o exgesises absolutamente uno, lo uno por encima de y fuera de toda multiplicidad y
diferencia, unidad absoluta, que un concepto de ser que conlleva una diferencia no
constituye en un ente entre otros, aun cuando fuera el supremo, sino que, ms bien, es
antes del ser como particular y en su conjunto, "por encima de ste
[superessentialis], y de este modo nada de todo aquello como cuyo fundamento
constitutivo es y opera transcendiendo el ente n este concepto de unidad absoluta se
refleja la transcendencia absoluta de lo uno neoplatnico desde los ms diversos puntos
y el
1, y para
concebirlo al mismo tiempo, en una inversin del movimiento del pensamiento, como
la capacidad de todo (
)5. Pero precisamente este aspecto -por as
decirlo, el lado de la nada" vuelto a nosotros o al mundo, que constata la
causalidad de lo uno para todo lo otro fuera de l, y que por tanto acenta el ser-en de lo
uno en todo merced a su autodespliegue, tiene su analoga en el concepto eriugenano de
creacin: el ser-en universal de Dios, pese a su absolutez preservada, tiene como
consecuencia la procesin (processio" o descensus) de la nada hacia algo, es decir, el
despliegue de la nada divina absoluta hacia s misma, y por tanto -constituyendo el
mundo en cuanto tal- hacia el mundo. Esto es tambin el motivo para la -dicindolo
cosmolgicamente- teleologa del mundo y para su -dicindolo teolgicamente- regreso
escatolgico, movido por la encamacin, a un estado paradisaco original de unidad y
armona. As, tambin el pensamiento en su conjunto trans-ser y ser-en de Dios, la
relacin dialctica de inmanencia y transcendencia- tiene su estructura neoplatnica: lo
uno es todo como su fundamento, pero al mismo tiempo nada de todo, no-identidad
con todo lo particular; de otro modo no podra ser su origen. Dicindolo con una
paradoja, su ser en todas partes se corresponde con su no estar en ninguna parte (en
tanto que ello mismo). Es en todo por encima de todo.
Tanto para la procesin creadora de Dios hacia S mismo y su retrorre- ferencia
reflexiva a s mismo, como para la exteriorizacin creadora de Dios en el mundo (la
unidad es tambin bondad por antonomasia, que, en cuanto fuente, hace participar
desde s de su ser por encima de) y de su retrorreferencia per-feccionadora, el
movimiento tridico, constitutivo de muchos mbitos en el pensamiento neoplatnico,
de persistencia, procesin y regreso ( - -
), se ha convertido en
prototipo del pensamiento. Los elementos concretos de esta trada se conciben como
concreciones del obrar cosmolgico de Dios y de la historia de la salvacin que l pone
(divina historia). La est realizada mediante el trans-ser de Dios, que se concibe a
S mismo ya como relacin trinitaria; la , mediante el volverse de la Palabra al
mundo, que es creado en aqulla, y mediante la incarnatio o la inhumanatio Verbi; pero
la
, en tanto que redencin, realiza el giro hacia la reconciliacin, el
restablecimiento de la unidad original toma su comienzo en la muerte y resurreccin de
risto como la "muerte de la muerte16, y tiene all su garanta de gracia y soteriolgica
de culminacin. En tal medida, esta trada es tambin el plan fundamental que sigue el
Periphyseon de Erigena: el anlisis del trans-ser de Dios y de Su ser-en-S-mismo, de
su procesin trinitaria hacia S mismo, pasa a ser un anlisis de la procesin creadora
hacia el mundo, mediante la cual ste es constituido por vez primera como teofania. El
anlisis del reditus universal del hombre y del mundo en su conjunto culmina la
procesin mediante su trnsito (transitus) espiritualizante a la unidad del origen, de
modo que en el se ha alcanzado escatolgicamente el A mediante la culminacin del
proceso circular de creacin y su superacin17.
Ciertamente, hay que considerar tambin diferencias de Erigena -que en Dionisio
se encuentran casi siempre ya preconfiguradas- frente a las concepciones neoplatnicas.
Resultan preferentemente de la funcin teolgica del pensamiento. Aqu hay que
indicar slo tres diferencias, que sin embargo estn condicionadas o co-condicionadas
tambin por filosofemas en todos los elementos particulares, y que de este modo no
dejan que el pensamiento de Erigena pase a ser una alternativa al neoplatnico:
a) Mientras que lo uno neoplatnico se piensa consecuentemente como no- siendo o
como trans-siendo, pero el ser en sentido autntico corresponde slo al mbito
notico tras lo uno, en el sentido de rigena ios es tambin "esse omnium,
conforme al
de Dionisio18; pero el nombre divino ser, garantizado por la
autodeclaracin de Dios en xodo, , , Yo soy el que soy, en tanto que ndice de ser
en sentido eminente, hay que pensarlo como totalmente compatible con el trans-ser
es una indiccin de que Dios es ante-ser constitutivo de todo, y al mismo
tiempo obrar conservador y reconductor en todo.
b) La autoapertura trinitaria de Dios a S mismo o la procesin creadora de Dios
desde Su nada a Su ser -a una unidad que es al mismo tiempo unum y multiplex-,
tiene su subestructura filosfica en la autorreflexin del espritu absoluto y sin tiempo
(por ejemplo en el sentido de Plotino). Tambin el pensamiento vinculado con ello de la
autolimitacin de algo 'previamente ilimitado o indeterminado tiene una
correspondencia exacta en la "materia in-formis de rigena, que es delimitada en
Dios, mediante un acto reflexivo, en una plenitud preexistente del ser mundano11. La
diferencia, que aqu slo se puede indicar, consiste en que en funcin de la
identificacin de Dios, condicionada por las Escrituras, con el Logos y la sabidura, se
realiza en una esfera aquello que el pensamiento filosfico, al menos desde Plotino
(recurriendo a Platn y a Aristteles), establece predominantemente en dos
dimensiones, que ciertamente estn estrechamente vinculadas: Dios es,
simultneamente, unidad, ser y pensar (sabidura, Verbum). Slo as puede pensarse por
vez primera un concepto trinitario de Dios. Pero la autoapertura trinitaria de Dios no
conculca su unidad, sino que la constituye en una unidad enfrentada a s misma
mediante la reflexin. Pero incluso en vista de la necesidad teolgica de atribuir a Dios
una sabidura en la que Se piensa o Se ve a S mismo, y merced u ello
simultneamente Se crea, el pensamiento neoplatnico fundamental esta blece que lo
) El bonum divino hay que entenderlo desde
esta concepcin como "diffusivum sui (cfr San uenaventura, Itinerarium mentis in
Deum, VI, 2; sobre la procesin: K. Kremer, Bonum est diffusivum sui). Lo uno y/o el
bien lo penetra todo. Eros y pronoia son su efecto (Proclo, In Alcibiades, 52, 10, 60,
5ss.). Erigena desarrolla este pensamiento tomado de la experiencia sensible hasta una
metfora de la luz ipsa vero lux ab ipso vehiculo veluti quodam fonte inexhausto
manans ita totum mundum radiorum suorum immensurabil diffusione perfundit ut
nullum locum relinquat quo se moveat, manetque sempe immobilis (Periphyseon,
1,75, 214, 16-19).
Este concepto de un bien que hace participar de s y que, de este modo, emana de s,
subyace tambin a la caracterizacin del
divino como
en Dionisio (De
divinis nominibus, IV, 13, 158, 19 [712 A]); Erigena traduce: ecstaticus divinus
amor (P , ) Sobre una terminologa filosfica anloga, cfr. Proclo, In
Platonis Theologiam libri VI, II, 7, 50, 22ss., aunque dicho slo hipotticamente del
De modo anlogo al
pasaje de Erigena antes citado (Periphyseon, I, 74/5, 212, 13/214, 1) y a la concepcin
neoplatnica de la fuente que, manando de s, sin embargo permanece en s, tambin el
,
,
Sin embargo, en Dionisio, la cita (sobre
esta problemtica, cfr. B. Brons, Gott und die Seienden, Gttingen, 1976, 228(274)) ya
no abarca la frase que remite a una interpretacin de Glatas, 5, 24 6, 14 {mi amor al
mundo lo he "crucificado)
Esto es importante
para la conclusin: si el desplegarse de Dios, en base a Su bondad, puede identificarse
con Su amor exttico", que es crucificado como s mismo bajo el aspecto de la historia
de la salvacin (doble hacer participar del amor de s mismo: mediante la creacin y
mediante lu redencin), entonces un pensamiento neoplatnico central ha pasado a ser
substancia de un pensamiento cristiano central, experimentando en ello unu
transformacin rica en consecuencias: un obrar de lo uno/bien en la realidad en su
conjunto, que es constitutivo y al mismo tiempo conserva y reconduce. Otra analoga
del pensamiento del
-amor se muestra en lo siguiente: con el
del
divino se corresponde el xtasis soteriolgico del hombre, que ya no vive su vida
propia, sino la vida del amado (Cristo), segn Glatas, , ya no vivo yo, sino que
risto vive en m a correspondencia filosfica es esto regreso del pensamiento a s
mismo (
), realizacin de la potencia de unidad en el pensamiento mediante
una abstraccin radical (
) y un autotranscenderse exttico" del
pensamiento hacia la unin sin diferencia con lo uno mismo. Acerca de la relacin en
Dionisio entre el
y el
, y su referencia al
neoplatonismo, cfr J de Vogel, mor quo caelum regitur, Vivarium, 1963 (1), pp.
14ss. y 25 ss.
Las reflexiones de Dionisio sobre si se puede emplear el trmino
frente a
para el pensamiento cristiano del Dios amoroso, o incluso sobre la preferencia
del
frente al
(De divinis nominibus, IV, 12, 157, 9 ss. [709 B]), ponen en
cuestin la alternativa, una y otra vez afirmada, entre un concepto del
entendido a
la manera greco-pagana (como la tendencia exclusiva del hombre hacia el telos
divino) y la identificacin cristiana del
con el ser de Dios (I Carta de San Juan, 4,
16) en su exigencia de validez universal. De modo similar Orgenes, que entiende a
Cristo simultneamente como eros divino" y como novio del alma (en Canticum
Canticorum prologus, GCS VIII, 66, 24-68, 3, para lo que habra que comparar F. J.
Dlger, Antike und Christentum, 1950 (6), pp. 273ss.).
2) El alma del mundo, por as decirlo, una funcin de lo uno en el cosmos,
trnnspasa todo mbito, unifica los opuestos y de este modo los reconduce, en funcin de
su fuerza reflexiva, a su origen n calidad de tal enlace unificante, es amor" ( ,
Platn, Timeo, 32c, 2ss.; Proclo, In Alcibiades, 26, lss.; 30, 8ss.). La correspondencia de
esto en Ergena (el obrar propio de Dios): universalis veluti amoris pacifica copulado,
cuya funcin se piensa como colligere" o comprehendere" de todo en una unitas
inseparabilis
3) Lo uno es simultneamente origen y fin (en la terminologa tradicional, causa
efficiens y causa finalis en uno) l movimiento que parte de l, regresa de nuevo a
l. (Cfr. por ejemplo Plotino, I 7, 1, 22 ss.; Proclo, In Platonis Theologiam libri VI, II, 7,
51, I3ss.; III, 7, 29, 10ss). Con esta concepcin guarda tambin relacin la metfora del
circulo en Dionisio (De divinis nominibus, IV, 14, 160, 11-15 [712 D/713 A]):
'
Para Erigena, este proceso circular se sigue de la identidad, que
tambin pens Dionisio, de la bondad con la belleza divinas (De divinis nominibus, IV,
7, 151, 9 [701 C]:
NOTAS
o Para topoi neoplatnicos en la presente obra, remito sobre todo a la pregunta por la
unidad de sus diversos aspectos, trascendencia de lo uno absoluto trans-entitativo e
inmanencia de lo uno ente y operativo; el despliegue activo de lo uno en espritu
(Nus), alma y mundo; la identidad dinmica de pensamiento y ser como unidad del
espritu; mundo como armona en s diferenciada e imagen de la unidad inteligible
que se piensa a s misma; el movimiento de procesin y regreso al principio que
permanece en s, como legalidad fundamental de lo real (surgido) en su conjunto.
o Que lo uno no piensa, es para Plotino, pese a titubeos ocasionales, en ltimo trmino
convincente, y no en menor medida para Proclo. El motivo de ello es la falta de
relacin, y por lo tanto, de diferencia, de lo uno. Porfirio es en este punto
aristotlico, y de este modo, si lo uno mismo es o tiene tambin un determinado
sentido gnosis, est en el fondo ms cerca de la intencin cristiana de una
unificacin de unidad y pensamiento.
o La diferencia de datum y donum le sirve a Erigena para explicar la relacin entre
naturaleza y gracia.
o Con la divina sapientia, en el sentido de una divina ignorantia no accesible a un
pensamiento categorial, se corresponde como modo de acceso del hombre
nicamente la negacin y la trascendencia del pensamiento propio, el excessus
mentis.
o os desiderate (aparte de la discusin sobre el malum y la cada en pecado) en