ANANDA K. COOMARASWAMY - Hinduismo y Budismo PDF
ANANDA K. COOMARASWAMY - Hinduismo y Budismo PDF
ANANDA K. COOMARASWAMY - Hinduismo y Budismo PDF
HINDUISMO
Y
BUDISMO
ANANDA K. COOMARASWAMY
Museum of Fine Arts, Boston
CONTENIDO
I.
HINDUISMO
Introduccin.
El Mito.
Teologa y Autologa...
La Va de las Obras.
El Orden Social
6
9
16
32
43
II.
BUDISMO
Introduccin. 53
El Mito. 61
La Doctrina.. 71
2
oct-98
Nota del Editor: La presente edicin en espaol de esta obra incluye todas las
revisiones que A. K. Coomaraswamy incluy posteriormente en la propia primera
edicin inglesa del libro.
3
oct-98
HINDUISMO
4
oct-98
5
oct-98
INTRODUCCIN
El brahmanismo o hinduismo no es slo la ms antigua de las religiones de misterios, o ms bien de las disciplinas metafsicas, de las que tenemos un conocimiento
pleno y preciso proveniente de fuentes literarias, y, en lo que concierne a los ltimos
dos mil aos, tambin de documentos iconogrficos, sino, quizs, tambin la nica
de stas que ha sobrevivido con una tradicin ntegra, y que es vivida y comprendida
en el presente da por muchos millones de hombres, de quienes, algunos son campesinos, y otros hombres instruidos bien capaces de explicar su fe, tanto en lenguas europeas como en sus propias lenguas. Sin embargo, y aunque las escrituras y prcticas
antiguas y recientes del hinduismo han sido examinadas por eruditos europeos durante ms de un siglo, apenas sera una exageracin decir que podra darse una estimacin fiel del hinduismo en la forma de una negacin categrica de la mayor parte de
las afirmaciones que se han hecho a su respecto, tanto por los eruditos europeos como por los eruditos indios educados en nuestros modos modernos de pensamiento
escptico y evolucionista1.
Por ejemplo, se podra comenzar observando que la doctrina vdica no es ni pantesta2 ni politesta, ni un culto de los poderes de la Naturaleza, excepto en el sentido
en que Natura naturans est Deus y todos sus poderes son slo los nombres de los actos de Dios; que karma no es fatum, excepto en el sentido ortodoxo del carcter y
el destino que es inherente a las cosas creadas mismas, y que, comprendido rectamente, determina su vocacin3; que my no es ilusin, sino ms bien la medida y
[El trmino brahmanismo, para designar la religin de los hindes, fue aplicado errneamente
por primera vez por los orientalistas en Europa. No se apoya en ninguno de los textos sagrados de los
hindes. El trmino hinduismo ha sido aceptado por el uso para significar el Santana Dharma, particularmente en sus aplicaciones al viea dharma de los hindes. EDITOR]
1
En todo el RV. no hay ni una sola referencia a ninguna persona histrica o evento histrico, sino
que, como dice Sayana, todo en l es eterno (nityam) el past tense ingls, presente, pasado y futuro.
2
La acusacin de Pantesmo que se ha colgado en su puerta, se refuta por la extravagancia misma de los trminos en los cuales afirma la Trascendencia de la Divinidad, se aplicar igualmente a
Eckhart y al brahmanismo. C. G. Roll, sobre Dionysius (1920, p. 34).
3
Karma es la ley de la accin y la reaccin concordante, y Dharma es la naturaleza inherente.
Uno lleva a cabo acciones o actos de acuerdo con su propia naturaleza inherente. Dharma es tambin
6
oct-98
7
oct-98
hacer nunca afirmaciones para las que no pueda citarse una autoridad por captulo y
versculo; al trabajar de esta manera haremos nuestra tcnica caractersticamente india.
No podemos intentar un examen de la literatura religiosa, puesto que esto equivaldra a una historia literaria de la India, historia literaria en la que no podemos decir donde acaba lo que es sagrado y donde comienza lo que es secular, y en la que incluso los cantos de los bardos y de los hombres de escena son los himnos de los Fieles de Amor. Nuestras fuentes literarias comienzan en el Rigveda (1.200 o ms a.
C.), y acaban slo con los ms recientes tratados teolgicos Vaiavas, aivas y Tntricos. Sin embargo, debemos mencionar especialmente la Bhagavad Gt6, probablemente como la obra ms importante producida nunca en la India; este libro de
dieciocho captulos no es, como a veces se ha llamado, una obra sectaria, sino una
obra que se estudia universalmente y que a menudo se repite de memoria a diario por
millones de indios de todas las persuasiones; puede describirse como un compendio
de toda la doctrina vdica que se encuentra en los antiguos Vedas, Brhmaas y
Upaniads; y debido a que es la base de todos los desarrollos posteriores, puede considerarse como el foco de toda la religin india. A esto debemos agregar que los seudo-histricos Krishna y Arjuna han de identificarse con los mticos Agni e Indra.
libus Legibus).
6
...Puede decirse que entre las escrituras sagradas de la humanidad no hay probablemente ninguna otra que sea a la vez tan grande, tan completa, y tan breve Sister Nivedita, The Web of Indian
Life, ed. 1967 Complete Works of Sister Nivedita, Vol. II, p.189.
8
oct-98
EL MITO
9
oct-98
10
oct-98
11
oct-98
tor, cuyos hijos emanados son por as decir como piedras dormidas e inanimadas, reflexiona Entre yo en ellos, para despertarlos27; pero mientras es uno, no puede hacerlo, y por consiguiente se divide a s mismo en los poderes de percepcin y de consumicin, extendiendo estos poderes desde su guarida oculta en la caverna del corazn a travs de las puertas de los sentidos hasta sus objetos, pensando Coma yo de
estos objetos; de esta manera, nuestros cuerpos son levantados en posesin de
consciencia, siendo l su movedor28. Y puesto que los Distintos Dioses o Medidas
del Fuego, en los que est as dividido, son nuestras energas y poderes, ello equivale a decir que los Dioses entraron en el hombre, que hicieron del mortal su casa29. Su naturaleza pasible ha devenido ahora la nuestra: y desde este predicamento l no puede recogerse o reedificarse a s mismo fcilmente, entero y completo30.
(B. III.1.3.11, 18). Este es uno de los muchos modos en los cuales Indra es ahora lo que era Vtra.
27
B. VIII.5.3.1. Indra y Prajpati, que entra dentro de l con la esencia del alimento.
28
MU. II.6; cf. B. III.9.1.2; JUB. I.46.1, 2. Movedor, como en Paradiso, I.116. Questi nei cor
mortali permotore. Cf. Platn, Leyes, 898 C. Ver nota 47.
29
AV. X.8.18; cf. B. II.3.2.3, JUB. I.14.2, mayy ets sarv devath. Cf. KB. VII.4, ime purue
devat; TS. IV.1.4.5, pr vai devteu paroka juhoti (Los Dioses en este hombreson los
Soplosen ellos l sacrifica metafsicamente). Patanjali, Yoga Sutras IV.23, La mente, aunque
asume multitud de formas por razn de innumerables depsitos mentales, existe para el propsito de la
emancipacin de las almas y opera en cooperacin con ellas. El alimento es literalmente consumido
por el Fuego digestivo: as, cuando se anuncia una comida ritual uno debe decir Enciende el Fuego
(samintsvgnin, JUB II.15.1-3) o Ven a la fiesta (agne vtaye, RV. VI.69.10 etc.) a modo de
bendicin. KU IV.6 (cf. Ait. Up. I.3.13) yah prvam tapasoajyata, guhm praviyabhutebhir
vyapayata. Colocenses 1.15 primogenitus creaturae ( el primer nacido de todas las criaturas). Sig.
Rer. III.38 El Ser de todos los seres, que as se manifiesta en los seres particulares con los ojos de la
eternidad. Cf. Kau. Up. II.13.
30
TS. V.5.2.1 Prajpati praj sv prenu praviat, tbhym punar sambhavitu
naknot; Prajpati, despus de crear a las criaturas, por afeccin entr dentro de ellas; desde ellas l
no poda emerger de nuevo. Cf. B. I.6.3.36 sa visrastai parvabhi na aka samhtum = Con
sus juntas relajadas era incapaz de levantarse; BU. IV.3.32 salila eko drdvaito bhavati, ea
brahma-loka. Cf. KB. I.7; Mil. 263 mahasannido, 346 dhamma-nad y dhamma-sgara; cf.
Mathnaw III.4662 La existencia en la no existencia es en s misma una maravilla; V.1622 opuestos e iguales en nmero como las hojas del vergel, son como un copo de espuma en el Mar que no tiene igual u opuesto; VI.4052 El que encuentra est perdido: como un torrente, es absorbido en el
Ocano; V.802 Estas huellas (se extienden) hasta la orilla del Ocano; entonces, las huellas son nada en el Ocano; II.160-1 Cul es la posesin de un Sf?. Huellas.
12
oct-98
Nosotros somos ahora la piedra de la que puede hacerse saltar la chispa, la montaa debajo de la que Dios yace enterrado, la escamosa piel reptiliana que le oculta, y
el combustible para su encendido. Que su guarida sea ahora una caverna o una casa,
presupone la montaa o los muros por los que l est encerrado, verbogen y verbaut31. El t y el yo son la prisin y el Constrictor psicofsico, en quien el Primero ha sido tragado, para que nosotros seamos32. Pues, como se nos ha contado repetidamente, el Matador del Dragn devora a su vctima, le traga y le bebe, y, por esta comida Eucarstica, toma posesin del tesoro y de los poderes del Dragn primer
nacido, deviniendo lo que l era. De hecho, podemos citar un texto destacable en el
que a nuestra alma compuesta se le llama la montaa de Dios, y donde se nos dice
que el Comprehensor de esta doctrina tragar de la misma manera a su propio adversario malo y odioso33. Por supuesto, este adversario no es otro que nuestro s mis31
13
oct-98
14
oct-98
39
Mund. Up. III.2.8; Prana Up. VI.5; A. IV.198, Udna 55. Para paralelos adicionales ver Review of Religion, Nov. 1941, p. 18, nota 2.
Para el retorno de los Ros al Mar, en el que se sumerge su individualidad, de modo que uno
habla solamente del Mar, cf. CU. VI.10.1, Prana Up. VI.5. Mund. Up. III.2.8, A. IV.198, Udna
55, y similarmente Lao Tzu, Tao Te King XXXII; Rm, Mathnaw VI.4052; Maestro Eckhart, Pfeiffer, p. 314, todo al efecto de que Como la gota deviene el ocano, as el alma se deifica, perdiendo
su nombre y sus obras, pero no su esencia; (Angelus Silesius, Cherubinische Wandersmann II.15):
Y en su voluntad est nuestra tranquilidad:/l es el poderoso ocano, hacia donde tiende/Todo lo que
l crea y la naturaleza hace. (Dante, Paradiso III.85.86).
Para volver a casa (a Agni) cf. RV I.66.5; V.2.6; (a Brahma) cf. MU. VI.22; (al Mar) cf.
Prana Up. VI.5; (al Viento) cf. RV X.16.3; AV X.8.16 (igualmente Katha Up. IV.9; BU I.5.23),
JUB III.1.1, 2, 3, 12; CU IV.3.1-3: (al summum bonum, a saber, el fin ltimo del hombre) cf. S.
IV.158; Sn. 1.074-6; Mil. 73); (a nuestro Padre) cf. Lucas 23.46.
Eckhart I.176, El mar de su propia naturaleza insondable. Mathnaw IV.2062, El silencio es
el Mar y el habla es como el ro; Rm, Odas, XII, XV; BU IV.3.32; Kau. Up. I.7. cf. Majjhima
Nikya I.488, el Buddha como mahsamudda, insondable, etc.; I.494, como el ro hacia el mar, as
todo peregrino tiende hacia el nibbna. Cf. Sayutta Nikya IV.179-80, deslizndose corriente abajo
hacia el nibbna.
15
oct-98
TEOLOGA Y AUTOLOGA40
El Sacrificio (yaja) que se oficia aqu abajo es una mmesis ritual de lo que los
Dioses hicieron en el comienzo, y, de la misma manera, es a la vez un pecado y una
expiacin. Nosotros no comprenderemos el Mito hasta que hayamos hecho el Sacrificio, ni haremos el Sacrificio hasta que hayamos comprendido el Mito. Pero antes de
que podamos intentar comprender la operacin, debe preguntarse, Qu es Dios? y
Qu somos nosotros?.
Dios es una esencia sin dualidad (advaita), o, como algunos sostienen, sin dualidad, pero no sin relaciones (visidvaita). Dios slo ha de aprehenderse como
Esencia (asti)41, pero esta Esencia subsiste en una naturaleza doble (dvaitibhva)42, a
saber, como ser y como devenir43. As, lo que se llama la Entereidad (ktsnam,
pram, bhman) es a la vez explcito y no explcito (niruktnirukta), sonante y silente (abdabda), caracterizado y no caracterizado (sagua, nirgua), temporal y
eterno (klkla), partido y no partido (sakalkal), en una semejanza y no en una
semejanza (mrtmrta), manifestado e inmanifestado (vyaktvyakta), mortal e inmortal (martymartya), perecedero e imperecedero (karackara), y as sucesivamente. Quienquiera que le conoce en su aspecto prximo (apara), inmanente, le
conoce tambin en su aspecto ltimo (para), transcendente44; la Persona sedente en
nuestro corazn, a saber, la Persona que come y que bebe, es tambin la Persona en
el Sol45. Este Sol de los hombres, y Luz de las luces46, a quien todos los hombres
40
16
oct-98
RV. I.113.1, I.146.4; BU. IV.16; Mund. Up. II.2.9; BG. XIII.16; Juan 1.4.
AV. X.8.14; ver Platn, Leyes 898 D.
48
RV. I.115.1, VIII.101.6; AV. X.8.44; AA. III.2.4. La Autologa (tma-jna) es el tema fundamental de la Escritura; pero debe comprenderse que este conocimiento de S mismo (Autoconocimiento) difiere de todo conocimiento emprico de un objeto, puesto que nuestro S mismo es
siempre el sujeto del conocimiento y nunca puede devenir su objeto; en otras palabras, toda definicin
del S mismo ltimo debe hacerse por la va de la negacin.
tman (de la raz an, respirar, cf. atmos, autm) es primariamente Spiritus, el principio luminoso
y pneumtico, y, como tal, a menudo se iguala con el Viento (vyu, vta, de la raz v, soplar) del Espritu, que sopla donde quiere (yath vaam carati, RV. X.168.4 como en Juan 3.8). Puesto que es
la esencia ltima en todas las cosas, el tman adquiere el sentido secundario de s mismo, independientemente de nuestro nivel de referencia, el cual puede ser somtico, psquico o espiritual. De modo
que, en contraste con nuestro S mismo real, el Espritu en nosotros mismos y en todas las cosas vivas,
hay el s mismo del que nosotros hablamos cuando decimos yo o t, entendiendo a este o a ese
hombre, a saber, Fulano. En otras palabras hay dos en nosotros, el Hombre Exterior y el Interior, la
personalidad psico-fsica y la Persona verdadera. Por consiguiente, es segn el contexto como debemos traducir tman. Y debido a que la palabra tman, usada reflexivamente, solo puede traducirse
por s mismo, nos hemos adherido al sentido de s mismo por todas partes, distinguiendo entre el
S mismo y el s mismo por la mayscula, como se hace comnmente. Pero debe comprenderse claramente que la distincin es realmente la que hay entre el espritu (pneuma) y el alma (psyque), en
el sentido Paulino. Es cierto que el S mismo ltimo, este S mismo inmortal del s mismo (MU.
III.2, VI.2), es idntico al alma del alma (psyque, psyques) de Filn, y al alma inmortal de Platn
en tanto que se distingue del alma mortal, y que algunos traductores traducen tman por alma;
pero, aunque hay contextos en los que alma significa espritu (cf. William of Thierry, Epistle to
the Brethren of Mont Dieu, cap. XV, sobre este mismo problema de la distincin entre anima y animus; ver tambin Filn, Heres 55), se hace peligrosamente equvoco, en vista de nuestras modernas
nociones de psicologa, hablar del S mismo ltimo y universal como si se tratara de un alma. Por
ejemplo, sera una gran equivocacin suponer que cuando un filsofo tal como Jung habla del
hombre en busca de un alma, esto tiene algo que ver con la bsqueda india del S mismo, o con el
mandato Gnthi seauton, Concete a ti mismo. Para el metafsico, el s mismo del empirista, como todo el resto de nuestro entorno, no es mi S mismo.
De los dos s mismos en cuestin, el primero nace de mujer, el segundo de la matriz divina, del
fuego sacrificial (B. I.8.3.6); y quienquiera que no ha nacido de nuevo as, slo es efectivamente
posedo del s mismo mortal, que nace de la carne y que debe acabar con ella (JB. I.17, cf. Juan 3.6,
Galat. 6.8, I Cor. 15.50 etc.). De aqu que, en las Upanisads y el budismo, se hagan las preguntas fundamentales Quin eres t? y Por cul s mismo? se alcanza la inmortalidad, y que la respuesta
sea, slo por ese S mismo que es inmortal; los textos indios nunca caen en el error de suponer que un
alma que ha tenido un comienzo en el tiempo pueda ser inmortal; y, ciertamente, nosotros no vemos
47
17
oct-98
ra (bahir anta ca bhutnm), pero ininterrumpidamente (anantaram), y, por consiguiente, es una presencia total, indivisa en las cosas divididas49. l no viene de ninguna parte50, ni deviene nunca alguien51, sino que slo se presta a todas las modalidades de existencia posibles52.
La cuestin de sus nombres, tales como Agni, Indra, Prajpati, iva, Brahma,
etc.,53 ya sean personales o esenciales, ha de tratarse de la manera habitual: ellos le
llaman muchos a quien es realmente uno54; como l parece, as deviene55; l toma las formas imaginadas por sus adoradores56. Los nombres trinitarios Agni,
Vyu y ditya, o Brahm, Rudra y Vishnu son las incorporaciones ms elevadas
del Brahman sin cuerpo, inmortal, supremo su devenir es un nacimiento recproco,
participaciones de un S mismo comn definido por sus operaciones diferentes Estas incorporaciones han de ser contempladas, celebradas, y finalmente revocadas.
Pues por medio de ellas se sube cada vez ms alto en los mundos; pero donde el todo
acaba, se alcanza la simplicidad de la Persona57. De todos los nombres y formas de
Dios, la slaba monogramtica AUM, la totalidad de todos los sonidos y la msica de
las esferas cantada por el Sol resonante, es el mejor. La validez de un smbolo audible es exactamente la misma que la de un icono plstico, pues ambos sirven igualmente como soportes de contemplacin (dhiylamba); la necesidad de un soporte tal
se impone porque lo que es imperceptible al ojo o al odo no puede aprehenderse objetivamente como ello es en s mismo, sino slo en una semejanza. El smbolo debe
adecuarse naturalmente, y no puede elegirse al azar; lo invisible se aprehende o se infiere (veyati, vhayati) en lo visible, lo inaudito en lo que se escucha; pero estas
formas son slo medios con los que abordar lo que es sin-forma, y deben desecharse
antes de que podamos devenir-lo.
tampoco que los Evangelios cristianos hayan expuesto en ninguna parte una doctrina imposible como
sta.
49
BG. XIII.15.16; XV.16, 17; XVIII.20.
50
Cf. Juan 3.18.
51
KU. II.18.
52
BU. IV.4.5.
53
Ver AB. IV.22 sobre los Nombres. Se han extrado las siguientes correspondencias de nombres
y funciones, Agni: sacerdotium, Indra: regnum; Prajpati: progenitor; iva: rey; Brahma: seor.
54
RV. X.114.5, cf. III.5.4, V.3.1.
55
RV. V.44.6.
56
Kailayamlai (ver Ceylon National Review, No. 3, 1907, p. 280).
57
Nirukta VII.4; Bhad Devat I.70-74; MU. IV.6.
18
oct-98
Ya sea que lo llamemos Persona, o Sacerdotium, o Magna Mater, o por cualesquiera otros nombres gramaticalmente masculinos, femeninos o neutros, Eso (tat,
tad ekam), de lo que nuestros poderes son medidas (tanmtr) es una sizigia de
principios conjuntos, sin composicin ni dualidad58. Estos principios o s mismos
conjuntos, que no se distinguen ab intra, pero que son respectivamente autosuficiente e insuficiente ab extra, slo devienen contrarios cuando consideramos el
acto de auto-manifestacin (svaprakatvam) implcito cuando descendemos desde
el nivel silente de la No-dualidad a hablar en los trminos de sujeto y objeto, y a reconocer las mltiples existencias individuales y separadas que el Todo (sarvam to
pan) o Universo (vivam) presenta a nuestros rganos de percepcin fsica. Y puesto
que esta totalidad finita slo puede separarse lgicamente, pero no realmente, de su
fuente infinita, Ese Uno puede llamarse tambin una Multiplicidad Integral59 y
una Luz Omniforme60. La creacin es ejemplaria. Los principios conjuntos, por
ejemplo, el Cielo y la Tierra, o el Sol y la Luna, o el hombre y la mujer, eran originalmente uno. Ontolgicamente, su conyugacin (mithuam, sambhava, eko bhava)
es una operacin vital, productiva de un tercero en la imagen del primero y la naturaleza del segundo. De la misma manera que la conyugacin de la Mente (manas) con
la Voz (vc) da nacimiento a un concepto (sakalpa), as la conyugacin del Cielo y
de la Tierra enciende al Nio, a saber, el Fuego, cuyo nacimiento separa a sus padres
y llena de luz el Espacio intermediario (antarika, Midgar)61; y de la misma manera,
microcsmicamente, cuando se enciende en el espacio del corazn, es su luz. El Nio
brilla en el seno de su Madre62, en plena posesin de todos sus poderes63. Apenas nacido, atraviesa los Siete Mundos64, asciende para pasar a travs de la puerta del Sol,
como el humo desde un altar u hogar central, ya sea afuera o adentro de vosotros, as58
No hay ninguna distincin de mayor o menor entre Uno y otro, Liturgical Homilies of Narsai,
Homily XXII.
59
RV. III.54. 8 vivam ekam.
60
VS. V.35 jyotir asi vivarpam.
61
Para vc como logos y la creacin de la triple ciencia, ver B. VI.1.1.9-10; manas nousmente, logos-palabra, dianoia-pensamiento; vc hermneia-interpretacin, psuche-alma, aisthsispercepcin sensorial; sakalpa altheia-verdad, doxe-opinin, sophia-sabidura. Sobre nous (mente) y cho (sonido) ver Filn, De migr. 83. Sobre aisthsis y psuche, doxe ver Filn LA. III.221.
62
RV. VI.16.35, cf. III.29.14.
63
RV. III.3.10, X.115.1. etc.
64
RV. X.8.4, X.122.3.
19
oct-98
ciende para pasar a travs del ojo del domo65. Este Agni es a la vez el mensajero de
Dios, el husped en todos los hogares de los hombres, ya sean construidos o corporales, el principio de la vida pneumtico y luminoso, y el sacerdote misal que lleva el
sabor de la Ofrenda quemada desde aqu al mundo ms all de la bveda del Cielo,
bveda a cuyo travs no hay ninguna otra va excepto esta Va de los Dioses (devayna). Como la palabra misma para Va66 nos recuerda, esta Va deben seguirla,
por las huellas del Precursor, todos aquellos que quieren alcanzar la otra orilla del
ro de la vida, espacial y luminoso67, que separa esta orilla terrestre de aquella orilla
celeste; estas concepciones de la Va estn en el fondo de todos los simbolismos detallados del Viaje y de la Peregrinacin, del Puente y de la Puerta Activa.
Consideradas aparte, las mitades de la Unidad originalmente indivisa pueden
distinguirse de diferentes maneras, acordemente a nuestro punto de vista; por ejemplo, polticamente, como el Sacerdotium y el Regnum (brahma-katrau), y, psicolgicamente, como el S mismo y el No s mismo, el Hombre Interior y la Individualidad Exterior, el Macho y la Hembra. Estos pares son dispares; e incluso cuando el
subordinado se ha separado del superior con miras a la cooperacin productiva, el
subordinado permanece an en el superior, ms eminentemente. Por ejemplo, el Sacerdotium, es a la vez el Sacerdotium y el Regnum una condicin que se encuentra en la mixta persona del sacerdote-rey Mitrvaruau, o Indrgn pero el
Regnum, en tanto que una funcin separada, no es nada sino l mismo, relativamente
femenino, y subordinado al Sacerdotium, que es su Director (net hegemon). Mi65
Para la Puerta del Sol, el ascenso tras de Agni (TS. V.6.8; AB. IV.20-22), etc. ver mi Svayamt; Janua Coeli en Zalmoxis II, 1939 (1941).
66
Mrga, Va, de la raz mrg ichneu, seguir el rastro, cazar. La doctrina de los vestigia pedis es comn a la enseanza griega, cristiana, hind y budista y es la base de la iconografa de las
huellas. Los Precursores pueden seguirse por sus huellas tan lejos como la Puerta del Sol, Janua
Coeli, el Final de la Senda; ms all no pueden ser rastreados. Fedro 266 B. Yo sigo a ste en sus
huellas como si fuera un dios; y Fedro 253 A rastreando su propio acuerdo; tambin Mathnaw
II.160-1 Cul es la provisin del Sf?. [La provisin del Sfes] Huellas. El Sfjuega el juego
como un cazador: ve el rastro de almizcle del ciervo y sigue las huellas. Cf. Original Gospel p. 680,
y MV. cita alla, perseguir otras cosas, explorar meticulosamente. El simbolismo del rastreo, como el
del error (pecado) en tanto que fallo en el acierto del blanco, es uno de esos que han llegado hasta
nosotros desde las culturas de cazadores ms antiguas; ver nota 13.
67
Lo gran mar dessere a travs del gran mar del ser, Paradiso I.113. El cruce es la diaposeia de Epinomis 986 E.
20
oct-98
Para todo este prrafo ver mi Autoridad Espiritual y Poder Temporal en la Teora India del
Gobierno.
69
BU. IV.3.21 (traducido ms bien libremente), cf. BU. I.4.3; CU. VII.25.2. Ver Maestro
Eckhart. Traducido por Evans, I. p. 368, En el abrazo de este soberano Uno, que anonada el s mismo separado de las cosas, ser es ser uno sin distincin... Se nos ha dicho repetidamente que la deidad
es a la vez adentro y afuera, es decir, inmanente y transcendente; en ltimo anlisis, esta distincin
teolgica desaparece, y Quienquiera que est unido al Seor es un nico espritu (I Cor. 6.17).
70
BU. II.4 etc. Sobre el verdadero amor de S mismo ver referencias en HJAS. 4, 1939, p. 135
y Nota.
21
oct-98
igualmente en todos los seres, y a todos los seres igualmente en ese S mismo Seorial71. Amando a tu S mismo, en palabras del Maestro Eckhart, amas a todos los
hombres como a tu S mismo72. Todas estas doctrinas coinciden con el dicho f,
Qu es amor?. Lo sabrs cuando t devengas m mismo73.
El matrimonio sagrado, consumado en el corazn, prefigura el ms profundo de
todos los misterios74. Pues ste significa a la vez nuestra muerte y nuestra resurreccin beatfica. La palabra casar (eko bh, devenir uno) significa tambin morir,
de la misma manera que en griego, teleo es ser perfecto, estar casado, o morir. Cuando Cada uno es ambos, ya no persiste ninguna relacin: y si no fuera por esta beatitud (nanda), no habra vida ni felicidad en ninguna parte75. Todo esto implica que
lo que nosotros llamamos el proceso del mundo y una creacin, no es nada sino un
juego (kr, ll, paidia, dolce gioco) que el Espritu juega consigo mismo, un
juego como el de la luz del sol que juega en todo lo que ilumina y vivifica, aunque
no es afectada por sus aparentes contactos. Nosotros, que jugamos tan desesperadamente el juego de la vida por apuestas temporales, podramos jugar al amor con Dios
por apuestas ms altas nuestros s mismos, y el Suyo. Nosotros, que jugamos unos
contra otros por las posesiones, podramos jugar con el Rey, que apuesta su trono y
lo que es suyo contra nuestras vidas y todo lo que nosotros somos: un juego en el que
cuanto ms se pierde, tanto ms se gana76.
71
22
oct-98
23
oct-98
RV. X.90.2; AV. X.8.1; KU. IV.13; vet. Up. III.15 etc.
akarcrya, Svtmanirpaa, 95. La pintura del mundo (sryaataka 26, jagaccitra
chosmos notos, el orden inteligible del mundo) puede llamarse la forma de la omnisciencia divina, y
es el paradigma, aparte del tiempo, de toda la existencia, puesto que la creacin es ejemplaria. Ver
mi Ejemplarismo Vdico. En el sumerio gish-ghar, el contorno, plano o modelo de las cosas-quehan-de-ser, pintado por los Dioses en la creacin del mundo y fijado en el cielo en orden a determinar
la inmutabilidad de su creacin, se encuentra un precursor del arta indo-iraniano e incluso de la idea
platnica (Albright en JAOS. 54, 1934, p. 130, cf. p. 121, nota 48). La pintura del mundo es el paradigma aina, el paradigma eterno, de Platn (Timeo 29 A, 37 C), el to archetupon eidas, la forma
arquetpica, de Hermes (Lib. I.8) y el eterno espejo que conduce a las mentes de quienes se miran en
l a un conocimiento de todas las criaturas, y mejor que en ninguna otra parte de San Agustn (ver
Bissen, LExemplarisme divin selon St. Bonaventura, 1929, p. 39, nota 5); cf. Santo Toms de
Aquino, Sum. Theol., I.12.9 y 10. Sed omnia sic videntur in Deo sicut in quodam speculo intelligibili non successive, sed simul (Pero todas las cosas se ven en Dios como en un cierto espejo inteligible, no sucesivamente, sino simultneamente). Cuando el morador del cuerpo, controlando los poderes del alma que agarran lo que es suyo propio en sonidos, etc., brilla, entonces l ve el Espritu
(tman) extendido en el mundo, y el mundo en el Espritu (Mahbhrata. III.210); Yo contemplo
el mundo como una pintura, el Espritu (Siddhntamuktval, p. 181).
87
BU. I.4.10, Pra. Up. IV.10. La omnisciencia presupone la omnipresencia, e inversamente.
88
San Buenaventura, De red. artium ad theol., 10 Contempla cuanta sabidura divina est contenida secretamente en el conocimiento sensitivo. Dante, Paradiso, I.116 sta mueve los corazones
de los animales mortales. Santo Toms de Aquino, Summ. Theol. I-II.68.4 ad 31 El Espritu Santo
es el principal movedor de los hombres, que, de una cierta manera, son Su instrumento, pues son
85
86
24
oct-98
25
oct-98
A las mocin colectiva de todas las ruedas dentro de las ruedas donde cada una
gira en torno a un punto sin posicin, que es uno y el mismo punto en todas que
son estos mundos e individuos, se la llama la Confluencia (samsra), y, es en esta
tempestad del flujo del mundo, donde nuestro s mismo elemental (bhttman)
est fatalmente implicado: fatalmente, porque todo lo que nosotros estamos naturalmente destinados a experimentar bajo el sol, es la consecuencia ineluctable de la
operacin ininterrumpida, pero invisible, de causas mediatas (karma, ada), causas de las que slo el antedicho punto permanece independiente, puesto que, ciertamente, este punto est en la rueda, pero no es una parte de ella.
Pero no es slo nuestra naturaleza pasible la que est implicada, sino tambin la
suya. En esta naturaleza compatible, l simpatiza con nuestras miserias y con nuestras delectaciones, y est sujeto a las consecuencias de las cosas que se hacen tanto
como lo estamos nosotros. l no elige sus matrices, sino que entra en nacimientos
que pueden ser buenos para algo o para nada (sadasat)97, y en los que su naturaleza
mortal es la fructuaria (bhokt) igualmente del bien y del mal, de la verdad y de la
falsedad98. Que l es el nico veedor, oidor, pensador, conocedor y usufructuario en
nosotros99, y que quienquiera que ve, es por su rayo que ve100, su rayo que
(kvaku) presencia todo en todos los seres, equivale a decir que el Seor es el nico
transmigrador101; y de ello se sigue, inevitablemente, que por el mismo acto con el
klon kai trochon anangks ateleuttou un crculo y una cadena de necesidad sin fin, que hay que
distinguir de la cadena de las actividades de la Naturaleza; y heirmon ton tes phuseos, pragmaton
hormiskos dado a Tamas.
97
MU. III.2; BG. XIII.21.
98
MU. II.6, VII.11.8. Ver mi Autoridad Espiritual y Poder Temporal en la Teora India del Gobierno, p. 74, ed. 1942 la distincin entre satya y anta.
99
AA. III.2.4; BU. III.8.11, IV.5.15 etc.
100
JUB. I.28.8, y similarmente para los dems poderes del alma.
101
akarcrya, sobre Brahma Sutra I.1.5, satyam, nevard anya sasri: esta importantsima afirmacin es ampliamente apoyada por textos ms antiguos, por ejemplo RV. VIII.43.9, X.72.9;
AV. X.8.13; BU. III.7.23, III.8.11, IV.3.37, 38; vet. Up. II.16, IV.11; MU. V.2 etc. Ver tambin mi
Sobre el nico y Solo Transmigrante. No hay ninguna esencia individual transmigrante. Cf. Juan
3.13 Ningn hombre ha ascendido al Cielo, sino el que baj del Cielo, el Hijo del Hombre que est
en el Cielo. El smbolo de la oruga, en BU. IV.43, no implica el paso, de un cuerpo a otro, de una vida individual otra que la del Espritu universal, sino slo la de una parte, por as decir de este Espritu, envuelta en las actividades que ocasiona la prolongacin del devenir (akarcrya, Brahma
Stra II.3.43, III.1.1). En otras palabras, la vida es renovada por El Espritu vivo cuyo vehculo es la
26
oct-98
27
oct-98
28
oct-98
hombres mortales, su vida es ms larga (B. VII.3.1.10, akara sobre Brahma Stra I. 2.17 y II.3.7,
etc.). nicamente Dios, que es innacido, o nacido solo por as decir, es inmortal absolutamente;
Agni, vivyus pur ainios, fuego eterno, nico inmortal entre los mortales, Dios entre los Dioses (RV. IV.2.1; B. II.2.2.8 etc.). Su naturaleza sin tiempo (akla) es la del ahora sin duracin,
del que nosotros, que slo podemos pensar en los trminos del pasado y del futuro (bhutm
bhavyam), no tenemos ni podemos tener experiencia. Todas las cosas proceden de l, y en l se unifican todas (eko bhavanti) al final (AA. 11.3.8 etc.). En otras palabras, hay tres rdenes de no morir,
a saber, el de la longevidad del hombre, el de la aeviternidad de los Dioses, y el del ser sin duracin
de Dios (sobre la aeviternidad ver Santo Toms de Aquino, Sum. Theol. I.10.5). Los textos indios
mismos no se prestan a ningn engao: todas las cosas bajo el sol estn en el poder de la Muerte (B.
II.3.3.7); y en tanto que desciende al mundo, la deidad misma es un Dios que muere; no hay ninguna posibilidad de no morir nunca en el cuerpo (B. II.2.2.14, X.4.3.9; JUB. III.38.10, etc.); el nacimiento y la muerte estn inseparablemente conectados. Puede observarse que el griego athanasia tiene
valores similares; para la inmortalidad mortal, cf. Platn, Simposio 207 D-208 B, y Hermes, Lib.
XI.1.4 a y Ascl. III.40 b.
112
B. II.3.3.9; BU. I.5.2 etc. Lucas 20.36, Juan 11.26.
113
AV. X.8.44, ver AA. III.2.4.
114
Mathnaw, VI.723 sig. Tambin se atribuye al Mathnaw el Morid antes de morir. cf. Tambin Chuang Tzu, cap. 2.
115
RV. IX.113.9; JUB. III.28.3; A. VII.22; BU. II.1.17, 18; CU. VIII.5.4, VIII.1.6 (cf. D. I.72
Taitt. Up. III.10.5 (como Juan 10.9).
116
RV. IX.88.3, X.168.4; cf. Juan 3.8; Gylfiginning 18.
29
oct-98
ame y ninguno que yo odie117; la libertad de aquellos que han cumplido la condicin
requerida por Cristo a sus discpulos, de odiar a padre y a madre e igualmente a su
propia vida en el mundo118. Nosotros no podemos decir lo que el liberado (mukta)
es, sino slo lo que no es, Trasumanar significar per verba non si poria! [Paradiso I.70].
Pero puede decirse que aquellos que no se han conocido a s mismos, no son libres ahora ni nunca sern libres, y que grande es la destruccin de estas vctimas
de sus propias sensaciones119. La autologa brahmnica no es ms pesimista que optimista, sino slo ms autorizada que cualquier otra ciencia cuya verdad no dependa
de nuestros deseos. No es ms pesimista reconocer que todo lo que es extrao al S
mismo es un desastre, que optimista reconocer que all donde no hay ningn otro
no hay literalmente nada que haya de temerse120. Que nuestro Hombre Exterior es
otro aparece claramente en la expresin: yo no puedo confiar en m mismo
pero cun implcitamente confo en mi S mismo! y me olvid de m mismo. Lo
que se ha llamado el optimismo natural de las Upanishads, es su afirmacin de que
nuestra consciencia de ser, aunque invlida en tanto que una consciencia de ser Fulano, es absolutamente vlida, y su doctrina de que la Gnosis de la Deidad Inmanente, nuestro Hombre Interior, puede realizarse ahora: Eso eres t. En las palabras de
San Pablo, Vivo autem, jam non ego (Gal. 2.20).
Que esto es as, o que l es, no puede demostrarse en la sala de clase, donde
slo se tratan tangibles cuantitativos. Al mismo tiempo, no sera cientfico negar una
presuposicin para la que es posible una prueba experimental. En el caso presente, se
prescribe una Va121 para aquellos que consienten seguirla: y es precisamente en este
117
BG. IX.29.
Lucas 14.26, ver MU. VI.28 Si est atado a hijo y esposa y familia, para ese tal, no, nunca;
Sn. 60, putta ca dram pitaram ca mtaramhitvna; Maestro Eckhart, Mientras todava sabes
quienes han sido tu padre y tu madre en el tiempo, t no ests muerto con la muerte real (Pfeiffer,
462) Cf. nota 193. de la seccin sobre BUDISMO.
119
BU. IV.4.14; CU. VII.1.6, VII.8.4 etc.
120
BU. I.4.2.
121
Sobre la Va ver Eneadas VI y tambin Nota 66. Sobre el seguimiento de una Va, ver tambin
Fedro 253 A, ichneuontes de par heautn aneuriskein tn tou spheterou theou phusin euporousi,
Ellos adelantan, siguiendo el aroma de su propio acuerdo, en orden a descubrir la naturaleza de su
propio dios. Eneadas III.8.11, ichnos to agathou, el rastro del dios. Platn, Leyes 728 D, ichneusai
118
30
oct-98
punto, donde debemos volvernos desde los principios primeros a la operacin a cuyo
travs, ms bien que por la cual, pueden verificarse; en otras palabras, desde la consideracin de la vida contemplativa a la consideracin de la vida activa o sacrificial.
de kai helein to pantn ariston, rastrear y elegir el bien principal; (bien que, cuando un hombre lo
ha encontrado, debe establecer en l su morada para el resto de su vida). Flebo 32 D, 44 D, dei
diathreuthenai, nosotros debemos cazar eso que estamos persiguiendo. Repblica 432 D,
como cazadores, debemos avizorar pero debis mostrarme la va la espesura es obscura y
llena de inquietud; sin embargo, debemos proseguir. Rum, Mathnaw II.160.
31
oct-98
LA VA DE LAS OBRAS
El Sacrificio refleja el Mito; pero como todo reflejo, lo invierte. Lo que haba sido un proceso de generacin y de divisin, deviene ahora un proceso de regeneracin
y de composicin122. De los dos s mismos que moran juntos, y que parten juntos
de este cuerpo, el primero es nacido de mujer, y el segundo del Fuego sacrificial, de
cuya matriz divina la simiente del hombre ha de nacer de nuevo como otro que el que
era; y hasta que ha renacido as, el hombre no tiene ms que un s mismo, el s
mismo mortal123. Sacrificar es nacer, y puede decirse que, Ciertamente, el hombre
que no sacrifica es como si todava no hubiera nacido124. Nuevamente, cuando el
Progenitor, nuestro Padre, ha expresado a sus hijos y habita amorosamente (pre,
sneha vaena) en ellos, no puede juntarse a s mismo de nuevo (punar sambh) desde ellos125; y as proclama que Florecern quienes me edifiquen de nuevo (punar
ci)126 desde aqu: Los Dioses le edificaron, y florecieron; y as tambin, hoy, el sacrificador florece a la vez aqu y en el ms all127. En su edificacin del (altar del)
Fuego128, el sacrificador, con todo su espritu, con todo su s mismo129 Este
Fuego sabe que ha venido a entregarse a m130 junta (sadh, sask) a uno y el
akarcrya, ataloki 22, hyate svaprabodhe vivam brahamanya bodhe jagati punaridam hyate brahma..., Cuando se realiza el S mismo, el universo se sacrifica dentro del Brahman; y
cuando no se realiza el S mismo, este Brahman se sacrifica nuevamente dentro del universo Para
el Nacimiento del Sacrificio, ver JUB. III.14.8; KB. XV.3; y para la Divisin del Sacrificio, Cf. TS.
VI.4.2.1; RV. X.90.11-12; para Juntar de nuevo, cf. AB. I.18.
123
JB. I.17; B. VII.2.1.6 con VII.3.1.12; BU. II.1.11; Sn. 160 e innumerables textos diferencian
los dos s mismos. La doctrina de que hay dos en nosotros es universal, hind, islmica, platnica,
china y cristiana. Cf. mi Sobre ser en la Mente Recta de Uno.
124
SB. I.6.4.21, III.9.4.23; KB. XV.3; JUB. III.14.8; Juan 3.3-7.
125
TS. V.5.2.1, cf. B. I.6.3.35, 36; akarcrya, Br. Stra II.3.46.
126
B. VI.1.2.16-21.
127
TS. V.5.2.1. Toda la creacin participa en los beneficios del Sacrificio, B. I.5.2.4; CU.
V.24.3.
128
B. X.2.4.8.
129
B. III.8.1.2, etc.
130
B. II.4.1.11, IX.5.1.53.
122
32
oct-98
mismo tiempo a la deidad desmembrada y a su propia naturaleza separada: pues estara bajo un gran engao y sera meramente un bruto si sostuviera que l es uno, y yo
otro131.
El sacrificio es algo que ha de hacerse; Nosotros debemos hacer lo que los Dioses hicieron antao (en el comienzo)132. De hecho, a menudo se habla del sacrificio
simplemente como Trabajo (karma). As pues, lo mismo que en latn operare
sacra facere hieropoiein (hacer sagrado), as en la India, donde el nfasis sobre
la accin es tan fuerte, hacer bien las cosas es hacerlas sagradas; y slo no hacer nada, o lo que habindose hecho mal equivale a nada (aktam), es vano y profano133.
Ser evidente cuan estrictamente anloga es la operacin a toda otra labor profesional, si recordamos que los sacerdotes slo han de ser remunerados cuando ofician en
beneficio de otros, y que cuando los hombres sacrifican juntos en su propio beneficio
est fuera de todo orden una recepcin de dones134. El Rey, en tanto que el Patrn
supremo del Sacrificio en beneficio del reino, representa al sacrificador in divinis,
y es el tipo mismo de todos los dems sacrificadores135.
Una de las ms extraas controversias en la historia del Orientalismo, ha girado
131
BU. I.4.10, IV.5.7. Cf. Maestro Eckhart, Wer got minnet fr sinen got unde got an be fr
snen got und im d mite lzet genegen daz ist nur als, ein angeloubic mensche (Pfeiffer, 469)
132
B. VII.2.1.4 etc.
133
Entre los Tarahumaras de Mxico la palabra nolvoa significa a la vez trabajar y danzar. Jane Harrison, Ancient Art and Ritual, 1918, p. 31. Concerniente a los indios Tarahumara,
Preuss escribe, Tanzen ist ihnen dahergleich arbeiten, en Der ursprung der Religion und Kust,
Globus 87, 1905, p. 336. Ver tambin Ernst Cassirer, Language and Myth, 1946, p. 40.
134
TS. VII.2.10.2. En una sesin tal el S mismo el (Espritu) es el galardn, y es en tanto que
los sacrificadores obtienen el S mismo como su recompensa, como ellos van al cielo (tma-dakia
vai sattram, tmnam eva ntv suvarga lokam yanti TS. VII.4.9.1, ver PB. IV.9.19). KB. XV.1,
El sattra tiene al S mismo como Daki [estipendio] (de dakayati, capacitar) Tome yo aqu
mi S mismo como dakia por la bella fama, por el mundo del cielo, por la Inmortalidad. CU.
III.17.4, donde toda la vida se interpreta sacrificialmente. B IX.5.2.12-16 condena la operacin sacrificial para otros que uno mismo. De otro modo, dakin [el estipendio] se debe a los sacerdotes debido a que, en el sacrificio, ellos, como padres espirituales, hacen al sacrificador nacer de nuevo de la
matriz divina. Cf. San Agustn, De Civitas Dei X.VI, Un verdadero sacrificio es toda obra que hace
que nosotros estemos unidos a Dios en santa asociacin.
135
Cf. la peticin a los mrtires cristianos antes de la condena: Fac pro salute Imperatoris, Sacrifica por la salud del Emperador, y Hoc facita in meam commemorationem, Haced este (sacrificio) en memoria ma.
33
oct-98
136
El bhakta es el que da su parte a otro, donacin que, especialmente si es de uno mismo, implica amor. Para bhakti como participacin, cf. Betty Heimann, Facets of Indian Thought, Londres
1964, p. 86. Ntese bhak, consumir, y bhik desiderativo de bhaj, compartir, distribuir, aporcionar, y
el griego phagein, comer, devorar. Cf. el latn fagus, el rbol haya, libro.
Para un tratamiento ms completo del concepto de bhakti como sacrificio, ver mi Autoridad Espiritual y Poder Temporal en la Teora India del Gobierno, nota 75, edicin de 1993. Otras fuentes,
adems: Liturgical Homilies of Narsai XXI, p. 55, l ha puesto la plata de Su palabra en sus manos a
modo de aliciente, para que puedan comerciar unos con otros (y ganar) las posesiones de la vida espiritual. Y Rum, Shams-i-Tabrz, Oda 45.11, Donde est el afortunado mercader cuyo destino controla Jpiter, de manera que Yo (Dios) pueda comerciar ardientemente con l y comprar sus bienes?.
San Mateo, 5.12, Regocijos pues grande es vuestra recompensa en el Reino de los Cielos.
137
BU. VI.3.1, tebhyoham bhgadheyam juhomi, a todos esos dioses yo ofrezco su parte.
RV. II.5.7, aram vanem rarim vayam; diciendo sambhajemadademahi. Traduccin de Griffith,
Nosotros hemos dado (ahora) obtengamos. B. II.3.1.19, tasmd devh santi (otros seres)
anvbhakth. Con lo cual se permite que los dioses participen en el sacrificio, con otros participantes.
PB. VI.7, bhgadheyena ganando el favor de los dioses vc se queja de ser abhga.
138
B. I.9.3.8, Ciertamente, el que sacrifica gratifica a los dioses. Al gratificar a los dioses con
ese sacrificio adquiere una parte entre ellos; y habiendo adquirido una parte entre ellos, va a ellos.
Santo Toms de Aquino, Supp. 95.1 ad 2, El amor es la causa de todo dar. Platn, Eutifrn, 14 D,
La piedad es una ciencia que trata de pedir y de dar un arte que los dioses y los hombres tienen de
negociar unos con otros. Rum, Mathnaw VI.885, Comercia con Dios.
139
TS. I.8.4.1; AV. III.15.5.6.
34
oct-98
Bhaj, la raz en bhakti, etc., y en bhiku (el religioso mendicante que espera ser alimentado) es
casi sinnimo de sev, upacr, therapeu (asistir), e implica un servicio o asistencia a un recipiente
digno de ello, humano o divino. En los contextos ms antiguos, usualmente es la Deidad quien hace
partcipes a otros de ddivas tales como la vida o la luz, y por eso se le llama Bhaga o Bhagavat,
Dispensador, puesto que eso que se da es una participacin o dispensacin (bhgam). Pero ya
en RV. VIII.100.1, Indra es manifiestamente bhakta de Agni, y esta es la relacin natural del Regnum
hacia el Sacerdotium; y en RV. X.51.8, aquellos a quienes Agni llama a darme mi parte (havisho
datta bhgam), tienen que ser sus bhaktas. Todo sacrificio implica la donacin de la parte (bhgam)
que se debe al recipiente, y, en este sentido, es una devocin, finalmente del sacrificador mismo, el
devoto; esto implica amor, porque el amor es la causa de toda donacin; pero, no obstante, sigue siendo vlido que bhakti puede traducirse ms literalmente por participacin en algunos contextos, y
por devocin en otros, que por amor, para el que la palabra es prema.
141
AA. II.2.2. l, el Soplo inmanente (pra), Vmadeva, Indra. El punto aqu es que la slaba
transcendental (akara Au) es la fuente de todos los sonidos pronunciados (cf. CU. II.23.3, BG.
X.25), permaneciendo ella misma inagotable (akara), derramando pero jams derramada.
142
RV. VIII.92.32, VIII.54.8; V.85.8 y VII.19.7, Indra; RV. II.11.1; AA II.1.4.18. Cf. Platn, Fedn, 62 B, D.
143
En lo que concierne a Krishna y las gopis, permtaseme decir, con Plotino, que es a causa de
que el Amor es de la verdadera naturaleza de la Psyque, por lo que nosotros tenemos la constante conyugacin del Eros con las Psyques en las pinturas y en los mitos (Eneadas 6.6.9), y permtasenos recordar tambin el dicho del platonista puritano Peter Sterry, de que el Seor Jess tiene sus Concubinas, sus Reinas, sus Vrgenes Santos no casados con ninguna Forma, que se guardan a s mismos clibes para los abrazos inmediatos de su Amor.
35
oct-98
36
oct-98
verdadero sacrificador de s mismo (sadyj, satiad, tmayj) y el que est meramente presente en un sacrificio (sattrasad) y espera que la deidad haga todo el trabajo real (devayj)148. Se afirma incluso, en multitud de dichos, que Quienquiera
que, siendo un Comprehensor de ello, hace el buen trabajo, o es simplemente un
Comprehensor (sin hacer efectivamente ningn rito), junta de nuevo a la deidad
desmembrada, entera y completa149; es por la gnosis y no por las obras, como ese
mundo es alcanzable150. Tampoco puede pasarse por alto que el rito, en el que se prefigura el fin ltimo del sacrificador, es un ejercicio de muerte, y, por consiguiente,
una empresa peligrosa151, en la que el sacrificador podra perder efectivamente su vida prematuramente; pero el Comprehensor pasa de un deber a otro, como de una corriente a otra, o de un refugio a otro, para obtener su bien, a saber, el mundo celestial152.
No podemos describir en detalle los pramos y los vergeles del Sacrificio, y slo consideraremos esa parte, la ms significativa de la Ofrenda quemada (agnihotra),
en la que la oblacin de Soma se vierte en el Fuego como dentro de la boca de Dios.
Qu es el Soma?. Exotricamente, es una bebida embriagante, que se extrae de las
partes jugosas de diversas plantas, que se mezcla con leche y miel, y que se filtra, y
que corresponde a la carne o al vino o a la sangre de otras tradiciones. Sin embargo,
este jugo no es el Soma mismo hasta que por medio del sacerdote, de la iniciacin y
de las frmulas, y por medio de la fe se le hace ser Soma, transubstancialmente153; y Aunque los hombres imaginan cuando machacan la planta que estn bebiendo del verdadero Soma, de l que los Brhmaas comprenden por Soma nadie saborea, nadie saborea de los que moran en la tierra154. Las plantas que se usan no son
la planta del verdadero Soma, la cual crece en las rocas y montaas (giri, aman,
adri), en las que est incorporada155.
B. XI.2.6.13, 14; B. VIII.6.1.10; MU. VI.9. Ver tambin mi tmayaja en HJAS, 6, 1942.
B. X.4.3.24 etc.
150
B. X.5.4.16.
151
B. IX.1.1.32-33, el descenso despus del ascenso.
152
B. XII.2.3.12.
153
AB. VII.31; B. III.4.3.13, XII.7.3.11.
154
RV. X.8.34.
155
RV. V.43.4; B. III.4.3.13; B. XII.3.2.12; RV. VIII.4.8.3; RV. IX.113.1-11. De Soma slo se
puede participar en el reino de Yama, en el Otromundo, en el tercer cielo; sin embargo, ritual y analgicamente, el sacrificador bebe del Soma en banquete con los Dioses (sadhamdam devai somam
148
149
37
oct-98
38
oct-98
39
oct-98
40
oct-98
el Sol traga a la Aurora, o devora a la luna, visible y exteriormente, diaria y mensualmente, tal es el matrimonio divino que se consuma dentro de vosotros, cuando
las Personas solar y lunar de los ojos derecho e izquierdo, el Eros y la Psique, la
Muerte y la Seora, entran en la caverna del corazn y all se unen, lo mismo que un
hombre y una mujer se unen en el matrimonio humano, y eso es su beatitud suprema174. En esa sntesis del rapto (samdhi), el S mismo ha recobrado su condicin
primordial, como de un hombre y una mujer estrechamente abrazados175, y sin
consciencia de ninguna distincin entre un adentro y un afuera176. Ese S mismo
eres t.
As pues, no hay que sorprenderse de que encontremos dicho que Si uno sacrifica, sin conocer esta Ofrenda quemada interiormente, es como si pusiera a un lado las
brasas e hiciera la oblacin en las cenizas177; que ste no es un rito que haya de hacerse slo en los tiempos fijados, sino cada uno de los treinta y seis mil das de toda
una vida de cien aos178; y que, para el Comprehensor de esto, todos los poderes del
alma edifican incesantemente su Fuego incluso mientras duerme179.
Esta concepcin del Sacrificio, como una operacin incesante, y la suma del deber del hombre, encuentra su consumacin en una serie de textos donde todas y cada
una de las funciones de la vida activa, incluidos nuestra respiracin, nuestra comida,
nuestra bebida y nuestro descanso se interpretan sacramentalmente, y donde la muerte no es nada sino la catarsis final180. Y esto es, finalmente, la famosa Va de las
Obras (karma mrga) de la Bhagavad Gt, donde el cumplimiento de la propia
vocacin, determinada por la propia naturaleza de uno (svakarma, svabhvatas to
heautou prattein, kata phusin atender a la propia prctica de uno, de acuerdo con
su propia naturaleza), sin motivos auto-referentes, es la va de la perfeccin (siddhi).
el Amor y la Muerte, nos despierta a devenir aqu, y su bocado de amor a ser all. Cf. mi El Beso del
Sol.
174
B. X.5.2.11, 12.
175
B. I.4.3.
176
BU. IV.3.21.
177
A. X, cf. B. II.2.4.7, 8; M. 1.77; CU. V.24; B. I.5.2.4, II.3.1.20 y Nirukta 10.26, 27 en alabanza de Vivakarman.
178
B. X.5.3.3; AA. II.3.8.
179
B. X.5.3.12.
180
B. IX.5.1.42, Las oblaciones a Vivakarman a travs del agnicayana incluyen todos los ritos
sacrificiales (vivni karmi).
41
oct-98
Hemos completado as el crculo, no por una evolucin del pensamiento, sino por
nuestra propia comprensin, desde la postura de que la perfecta celebracin de los ritos es nuestra tarea, hasta la postura de que el perfecto cumplimiento de nuestras tareas, cualesquiera que sean, es la celebracin del rito mismo. Comprendido as, el
Sacrificio no es una cuestin de hacer cosas especficamente sagradas slo en ocasiones particulares, sino de sacrificar (hacer sagrado) todo lo que hacemos y todo lo
que somos; es decir, se trata de santificar todo lo que se hace naturalmente, por una
reduccin de todas las actividades a sus principios. Decimos naturalmente adrede,
entendiendo la implicacin de que todo lo que se hace naturalmente puede ser sagrado o profano dependiendo de nuestro propio grado de consciencia, y que todo lo que
se hace in-naturalmente es esencial e irrevocablemente profano.
42
oct-98
EL ORDEN SOCIAL
La tica, como prudencia o como arte, no es nada sino la aplicacin cientfica de
las normas doctrinales a los problemas contingentes; hacer u obrar con rectitud no
son slo incumbencia de la voluntad, sino principalmente de la consciencia o del conocimiento, puesto que una eleccin slo es posible entre la obediencia y la rebelin.
En otras palabras, las acciones son ordenadas o desordenadas precisamente de la
misma manera en que la iconografa puede ser correcta o incorrecta, formal o informe181. El error es fallar el blanco, y ha de esperarse en todos los que actan instintivamente, para complacerse a s mismos. La pericia (kaualya gr. sophia), es la virtud, ya sea en los hechos o en las obras: una cuestin que hay que sealar debido a
que ahora se pasa por alto generalmente que puede haber pecado artstico tanto como
pecado moral. El Yoga es pericia en las obras182.
181
De hecho, de la misma manera que las formas de las imgenes estn prescritas en los
ilpastras, las formas de la accin estn prescritas en los Dharma-stras. El arte y la prudencia
son ambos igualmente ciencias, y difieren de la metafsica pura slo en el hecho de su aplicacin a los
factibilia y a los agibilia. El hecho de que haya una aplicacin a los problemas contingentes, introduce
un elemento de contingencia en las leyes mismas, que no son idnticas para todas las castas ni en todas
las edades. En este sentido, la tradicin es adaptable a las condiciones que cambian, provisto siempre
que las soluciones se deriven directamente de los principios primeros, los cuales nunca cambian. En
otras palabras, mientras puede haber una modificacin de las leyes, slo aquellas leyes que pueden reducirse a la Ley Eterna pueden llamarse siempre correctas. De la misma manera, hay, necesaria y justamente, una aplicacin de la metafsica pura a la variedad de las religiones, variedad que corresponde
a la variedad de las necesidades humanas; y cada una de estas religiones ser la religin verdadera,
en la medida en que refleja los principios eternos. Al decir esto distinguimos entre metafsica y filosofa, y no estamos sugiriendo que una filosofa sistemtica o natural pueda pretender a la validez de
la teologa, que Aristteles coloca por encima de todas las dems ciencias (Metafsica, I.2.12 sig.,
VI.1.10 sig.).
182
Yoga karmasu kaualam, BG. II.50; tambin el yoga es la resignacin (sannysa) de las
obras, BG. VI.2. Sannysa es la re-numeracin o con-signacin de las obras a su autor real. En otras
palabras, yoga no significa hacer ms o menos que lo suficiente, ni tampoco no hacer nada, sino hacer
sin apego al fruto de las obras, sin albergar ningn pensamiento para el maana. Ve, ciertamente,
quien ve la inaccin en la accin y la accin en la inaccin (BG. IV.18 y passim). Esta es la doctrina
china del wei wu wei.
Yoga es literal y etimolgicamente un yugo, como el de los caballos; y en relacin con esto no
ha de olvidarse que en la India, como en la psicologa griega, los caballos del vehculo corporal son
los poderes de los sentidos, por los que el vehculo corporal es arrastrado hacia esta va o hacia aque-
43
oct-98
Donde hay acuerdo en cuanto a la naturaleza del fin ltimo del hombre, y donde
la Va por la que pueden realizarse los fines presente y supremo de la vida es la de la
operacin sacrificial, es evidente que la forma de la sociedad estar determinada por
los requerimientos del Sacrificio; y ese orden (yathrthat) e imparcialidad (samadi) significarn que a cada hombre se le facilitar devenir, y por ninguna mala direccin se le impedir de devenir, lo que tiene en l devenir. Hemos visto que es
a aquellos que mantienen el Sacrificio, a quienes se hace la promesa de que florecern. Ahora bien, el Sacrificio, cumplido in divinis por el Omni-hacedor
(Vivakarman), cuando se imita aqu requiere una cooperacin de todas las artes
(viv karmi)183, por ejemplo, las de la msica, la arquitectura, la carpintera, la
agricultura y la de la guerra para proteger la operacin. Las polticas de las comunidades celestial, social e individual son gobernadas por una y la misma ley. El modelo
de la poltica celestial, se revela en la escritura y se refleja en la constitucin del eslla, para bien o para mal, o hacia su meta ltima, si los caballos estn controlados por su conductor, a
quien ellos estn enyugados por las riendas. La individualidad es la yunta (de caballos), el Controlador
Interno u Hombre Interior es el conductor. As pues, el ego u hombre, se enyuga a s mismo como un
caballo que comprende (RV. V.46.1).
Como una disciplina fsica y mental, el Yoga es Contemplacin, donde dhraa, dhyna y
samdhi corresponden a las consideratio, contemplatio y excessus o raptus cristianas. En su consumacin y significacin total, el yoga implica la reduccin de las cosas separadas a su principio unitario, y as lo que a veces se llama la unin mstica; pero debe comprenderse claramente que el yoga
difiere de la experiencia mstica en que no es un procedimiento pasivo, sino un procedimiento activo y controlado. El yogi perfecto puede pasar de un estado de ser a otro a voluntad, como por ejemplo
el Buddha, M. I.249.
Todo hind es en alguna medida un practicante del yoga, y lo que esto implica est admirablemente expresado en Platn, Repblica 571 D sig., eis sunnoian autos aut aphichomenos recogindose a s mismo en meditacin.
Sin embargo, cuando el yoga deviene una cuestin de contemplacin ms intensa, y la intencin
es escalar las alturas ms elevadas, el practicante debe prepararse con ejercicios fsicos apropiados, y
debe haber adquirido especialmente un control y un conocimiento perfectamente equilibrados de todo
el proceso de la respiracin, antes de proceder a cualesquiera ejercicios mentales. Ninguno de estos
ejercicios puede emprenderse con seguridad sin la gua de un maestro. Tendremos alguna idea de la
naturaleza de los primeros pasos, por los que se detiene y se pone bajo control la errtica corriente del
pensamiento, si se hace el intento de pensar en una sola cosa, no importa cual, durante un periodo de
tan solo diez segundos; se encontrar con sorpresa, y quizs con embarazo, que incluso esto no puede
hacerse sin mucha prctica.
183
B. IX.5.1.42. De la misma manera que el Sacrificio Cristiano requiere la colaboracin de todas las artes. Ver Nota 180.
44
oct-98
45
oct-98
Una razn para el actual declive de la tasa de nacimientos es la prdida, en este respecto, de un
sentido de responsabilidad hacia la sociedad, lo que debe ser tambin una prdida del concepto de vocacin, de oficio, de ministerium. Cada una de ambas responsabilidades implica la otra.
187
AA. II.4.5; Ait. Up. IV.4, Para la perpetuacin de estos mundos. Pues as se perpetan estos
mundos. Eso es su nacer de nuevo. Este s mismo suyo se pone en su lugar para el cumplimiento de
obras santas [B. X.4.3.9, I.9.3.21, VIII.6.1.10; BU. I.5.17]. Ese otro S mismo suyo, habiendo hecho
lo que deba hacerse, y habiendo alcanzado su edad parte (de este mundo). Eso es su tercer nacimiento. Cf. JUB. III.9.6; MU. VI.30; RV. VI.70.3, pra prajbhir jyate dharmaas pari; RV IX.97.30
pitu(na) putra kratubhir (Syaa karmabhir) yatna como un hijo que persevera en los ritos sacrificiales asegura el bienestar de su padre. Similarmente B. I.8.1.31 tasmt prajottar devayajy
el culto futuro de los dioses significa descendencia. La herencia de las vocaciones provee a la continuidad del servicio divino. La casta y la vocacin son hereditarias; uno no debe abandonar el trabajo
para el que nace sahajam karmana tyajet, BG XVIII.48. Apoyado por Ecclesiasticus 38:34, Pero
ellos mantendrn la fbrica del mundo, y en la manufactura de su oficio est su plegaria. Desde el
mismo punto de vista en Platn, Leyes 773 Ef., Concerniente al matrimonio est decretado que nosotros deberamos adherirnos a la naturaleza siempre productiva proporcionando servidores de Dios
en nuestro propio lugar; y esto hemos de hacerlo dejando siempre tras de nosotros hijos de hijos.
Apoyado por Sir Peter Renouf en su Religion of Egypt, p. 147, Que un hijo permanezca en mi lugar
por siempre y siempre manteniendo vivo el nombre de mi casa.
46
oct-98
nold,
Oriente se inclin ante occidente
En paciente, y profundo desdn.
Sin embargo, debe recordarse que los contrastes de este tipo slo pueden detectarse entre el oriente todava ortodoxo y el occidente moderno, y que no habran sido
vlidos en el siglo trece.
Por su integracin de las funciones, el orden social est diseado para proporcionar al mismo tiempo a una prosperidad comn y para permitir a cada miembro de la
sociedad realizar su propia perfeccin. En el sentido en que la religin ha de ser
identificada con la ley y distinguida del espritu, la religin hind es, hablando
estrictamente, una obediencia; y que esto es as aparece claramente en el hecho de
que a un hombre se le considera un buen hind, no por lo que cree sino por lo que
hace; o en otras palabras, por su pericia en el buen hacer bajo la ley.
Pues si no hay ninguna liberacin por las obras, es evidente que la parte prctica
del orden social, por muy fielmente que se cumpla, no puede considerarse, en mayor
medida que cualquier otro rito, o que toda la teologa afirmativa, como nada ms que
un medio hacia un fin ms all de s mismo. Queda siempre un ltimo paso, en el que
el ritual se abandona y se niegan las verdades relativas de la teologa. De la misma
manera que fue por el conocimiento del bien y del mal por lo que el hombre cay de
su elevado estado primero, as debe ser del conocimiento del bien y del mal, de la ley
moral, de lo que debe liberarse finalmente. Por lejos que uno pueda haber llegado,
queda dar un ltimo paso, un ltimo paso que implica una disolucin de todos los valores anteriores. Una iglesia o una sociedad (una religin o una cultura) y el hind
no hara aqu ninguna distincin que no proporciona una va de escape de su propio rgimen, y no quiere dejar que sus gentes partan, est contraviniendo su propio
propsito ltimo188.
Precisamente para este ltimo paso se hace provisin en el ltimo de lo que se
llama los Cuatro Estados (ramas) de la vida189. El trmino mismo implica que
188
Sobre la Ley y la Libertad, cf. San Agustn, De spiritu et littera. Es el Poder Espiritual el que
libera de su esclavitud al Poder temporal (ciertamente, por el sagrado poder del Brahman, l
[Bhaspati] le libera [a Indra] del lazo que le encadena. TS. II.4.13). Cf. AB. VIII.13.
189
MU. IV.4. Ver tambin akarcrya, Brahma Stra, SBE. Vol. XXXVIII, Indice, s.v. Estados de la vida (rama). Los tres primeros conducen a los estados celestiales del ser, y slo el cuarto, en el cual se puede entrar en cualquier tiempo, conduce a una inmortalidad absoluta en Dios.
Sobre el cuarto rama cf. Platn, Pero con el avance de la edad, cuando el alma comienza a
47
oct-98
cada hombre es un peregrino (ramana, asketes), cuya nica divisa es seguir adelante (caraiva). El primero de estos estados es el de la disciplina de estudiante; el
segundo es el del matrimonio y la actividad ocupacional, con todas sus responsabilidades y derechos; el tercero es un estado de retiro y pobreza comparativa; el cuarto es
una condicin de total renunciacin (sannysa)190. Se ver as que, mientras que en
una sociedad secular un hombre aspira a una vejez de comodidad e independencia
econmica, en este orden sacramental aspira a devenir independiente de la economa
e indiferente a la comodidad y a la incomodidad. Recuerdo la figura de un hombre
magnfico: habiendo sido un cabeza de familia de una riqueza casi fabulosa, ahora, a
la edad de setenta y ocho aos, estaba en el tercer estado, viviendo solo en una cabaa de troncos, haciendo su propia cocina y lavando con sus propias manos las dos
nicas vestiduras que posea. En dos aos ms, habra abandonado todo este semilujo, para devenir un mendicante religioso, sin otras posesiones que un taparrabo y una
escudilla de mendigo, en la que recibir los restos de comida dados libremente por
otros todava en el segundo estado de la vida.
A este cuarto estado de la vida se puede entrar tambin en cualquier tiempo,
siempre bajo el supuesto de que un hombre est maduro para ello y de que la llamada
sea irresistible. A aquellos que abandonan as la vida de familia y que adoptan la vida
sin hogar se les conoce diversamente como renunciadores, errantes o expertos
(sannys, pravrjaka, sdhu)191 y como Yogs. Aun en nuestros das acontece que
hombres del ms elevado rango, hazaas y riqueza cambian sus vidas (anyad
vttam upkarisyan, BU. IV.5.1) de esta manera; esto es literalmente una muerte al
mundo, pues sus ritos funerarios se cumplen cuando dejan el hogar y se entregan al
aire abierto. Sera una gran equivocacin suponer que tales actos son de algn modo
alcanzar la madurez no deberan hacer nada (excepto considerar todo el tiempo y todo el ser), a no
ser como un trabajo lateral, si han de llevar una vida bendita; y cuando acaban, coronan la vida que
han llevado (aqu) con un correspondiente lote all cuando alcanzan esa vida en la que nacern de
nuevo (Repblica, 498 C, D con 486 A). Para una vida mortificada, una verdadera filosofa es un
ars moriendi, un arte de morir, videhamukti (Fedn, 61, 64, 67).
190
Para distinguir entre tyaj, tyga renunciar de sannysa abandonar, ver las mltiples
implicaciones de sannysa y karma en BG V.1-2, III.30, VI.2, V.10, II.50, III.27, V.8, IX.27, V.13.
191
Para referencias a pravraj entrar en exilio, renunciar a todas las ataduras mundanales, entrar
en el cuarto estado de la vida, ver BU. IV.4.22, IV.5.2. Sobre vraj, desterrarse, etc. cf. Filn, Raem.
117, no la desacreditada fuga del descastado, sino la fuga del desterrado del mal a la salvacin, un
destierro que puede tenerse verdaderamente por mejor que un regreso. Cf. Filn, De Abr. y De Migr.
48
oct-98
Bendito es el reino donde mora uno de ellos; en un instante harn ms bien duradero que todas las acciones exteriores que se hagan nunca (Maestro Eckhart, trad. de Evans I.102); y como dice
tambin mientras otras gentes estn de vigilia, ellos estarn durmiendo, cf. BG. II.69. Pues aquellos
a quienes nosotros llamamos intiles son los verdaderos pilotos (Platn, Repblica, 489 sig. y M.
6.23, por lo cual el Buddha era un eremita).
193
Eneadas IV.7.14, Nada del reino del ser real pasar.
194
BG. II.12.
195
RV. IX.113.9; JUB. III.28.3; A. VII.22; BU. II.1.18; CU. VII.25.2, VIII.1.5-6; Mund. Up.
III.1.4; Tait. Up. III.10.5; Pistis Sophia II.191.b.
49
oct-98
196
Brahma Stra II.3.43 sig. Das Gupta, Indian Philosophy, II.42 sig. Tambin Eneadas VI.6.7.
Avataraa katbasis, como en Repblica 519 D y Juan 3.13. El retorno a la caverna de
aquellos que han hecho el ascenso de la pendiente corresponde al redescenso del Sacrificador, para
el cual se dan referencias en la Nota 166.
Avat vara en significado desde volver hasta vencer, predominando este ltimo en los textos
ms antiguos. El significado de descenso se expresa a menudo de otro modo o por otros verbos tales
como avakram o avasth, prati-i, (praty-) avaru. La referencia ms antigua al descenso de Vishnu
puede ser TS. I.7.6.1, 2 punar ima lokam pratyavaroha, cf. B. XI.2.3.3 donde Brahma im
loknpratyavait. En lo que concierne al reconocimiento posterior de que el Buddha era un avatra,
cf. J. I.50 donde el Buddha desciende (oruyha avaroha) del cielo de Tusita para tomar nacimiento;
la ilustracin de este acontecimiento est inscrita en Bharhut bhagavo okti (avakrmati), y DhA.
III.226, donde desciende (otaritv avatrtv) del cielo en Sakassa. Cf. Windisch, Buddha's Geburt, 31 sig.
Para la idea de un descenso expresada de otro modo, ver JUB. III.28.4; B. I. 9.3.10 y BG. IV.5
sig. Cf. Clementine Homilies III.20. Solamente le tiene (el espritu de Cristo) quien ha cambiado sus
formas y sus nombres desde el comienzo del mundo y reaparecido as una y otra vez en el mundo.
198
Che solo esso a s piace, Dante, Purgatorio XXVIII.91.
197
50
oct-98
slo por juego (kr, ll)199. Nuestro S mismo inmortal es como la gota de
roco sobre la hoja de loto200, tangente, pero no adherente. ltimo, inaudito, no alcanzado, no concebido, indmito, no visionado, indiscriminado, y no hablado, aunque escuchador, concebidor, veedor, hablador, discriminador y preconocedor; de esa
Persona Interior de todos los seres, uno debe saber que l es mi S mismo201.
Eso eres t202(CU.VI.8.7).
199
Ver Nota 76 y mi Juego y Seriedad. Nitya y Ll, lo constante y lo variable, son el Ser y el
Devenir, en la Eternidad y el Tiempo. Cf. Eneadas IV.8.5.
200
CU IV.14.3, MU. III.2; Sn. 71, 213, 547 (como KU. V.11), 812, 845; A. II.39.
201
AA. III.2.4, cf. AV. X.8.44; JUB. III.14.3; CU. IV.11.1, VI.8.7 sig; Kau. Up. 1:2, I.5.6 etc.
202
A. XIII; y nota precedente. Otras referencias sobre el tema: RV X.7.6; B IX.2.3.27; Filn,
Fug. 121-122, Somn. I.248; Diez L. 8.17, 18.
Todo lo que t has sido, y visto, y hecho, y pensado,
No t, sino Yo, lo he visto y sido y trabajado
Peregrino, Peregrinacin y Senda Todo,
No era sino M mismo hacia M mismo: y tu
Llegada no era sino M mismo a mi propia Puerta
Venid, oh vosotros, tomos perdidos, a vuestro Centro atrados
Rayos que habis errado en la obscuridad vastsima,
Retornad, y adentro de vuestro Sol sumergos
Maniqu-air (tr. Fitzgerald)
Vivo, pero no yo, Glatas 2.20. l existe formal y externamente pero es
realmente no-existente como un agente individual y slo persiste en virtud de la vida y energa Divinas, que constituyen todo su ser, Nicholson, Commentary on the Mathnaw I.128,
III.3670.
51
oct-98
BUDISMO
52
oct-98
INTRODUCCIN
Vinaya, I.235 y passim; D. I.52, 68 sig.; S. III.208; A. I.62 (Gradual Sayings, p. 57, donde la
nota 2 de Voodward est completamente equivocada). El Buddha ensea que hay un debe hacerse
(kiriya) y un no debe hacerse (akiriya); estas dos palabras nunca se refieren a la doctrina del karma (retribucin) y a su opuesto. Cf. HJAS. IV. 1939, p. 119. Que la Meta (como en la doctrina
brahmnica) es la liberacin del bien y del mal (ver Notas 308, 309) es una cuestin completamente
diferente; el hecho de hacer el bien y de evitar el mal es indispensable para el Viaje. Por mucho que se
argumente, la opinin de que no hay ningn debe hacerse (a-kiriya), es hertica: as pues, la responsabilidad no puede ser evadida (1) con el argumento de una determinacin fatal debida a la eficacia
causal de los actos pasados, ni (2) haciendo a Dios (issaro) responsable, ni (3) por una negacin de
la causalidad y una postulacin del azar; la ignorancia es la raz de todo el mal, y nuestro bienestar
depende enteramente de lo que hacemos ahora (A. I.173 sig.). El hombre slo est desamparado en la
medida en que ve al S mismo en lo que no es el S mismo; en la medida en que se libere de la nocin
de Esto es yo, sus acciones sern buenas y no malas; mientras que en tanto que se identifique con el
alma-y-cuerpo (savina-kya) sus acciones sern ego-stas.
53
oct-98
Si podemos hablar del Buddha como un reformador, es slo en el sentido estrictamente etimolgico de la palabra: El Buddha no descendi del cielo para establecer
un nuevo orden, sino para restaurar una forma ms antigua204. Aunque su enseanza
es justa e infalible205, esto se debe a que l ha penetrado completamente la Ley
Eterna (aklika dharma)206 y verificado personalmente todas las cosas en el cielo o
en la tierra207; el Buddha describe como una vil hereja la opinin de que est enseando una filosofa suya propia, pensada por s mismo208. Ningn verdadero filsofo ha venido nunca a destruir, sino slo a cumplir la Ley. He visto, dice el
Confucio, Analectas Un caballero no debe inventar, sino transmitir. Filn, Espec. legibus
IV.49 Ningn pronunciamiento de un profeta es nunca suyo propio.
205
D. III.135 tatheva hoti no aath; A. II.23; D. III.133; Sn. 357 yath vd tath kr (cf.
RV. IV.33.6 satyam cur nara ev hi cakru); de aqu Sn. 430, Itiv. 122, tathvdin. En este sentido
tathgato puede aplicarse al Buddha, al Dhamma y al Sagha, Sn. 236-238. S.III.116 sig. No puede
decir hoti, na hoti, hoti ca na hoti, neva hoti na na hoti.
206
El Dhamma enseado por el Buddha, bello de principio a fin, es a la vez de una aplicacin presente (sadihiko) y atemporal (akliko), passim.
Se sigue que lo mismo se aplica al Buddha, que se identifica a s mismo con el Dhamma. Cf.
Epistle to Diognetus V.2.
207
D. I.150 sayam abhi sacchikatv, D. III.135 sabbamabhisambuddham; Dh. 353 sabbavidham asmi.
208
Epistle to Diognetus V.3 (Apostolic Fathers, 359); M. I.68 sig., el Buddha ruge el rugido del
Len y habiendo contado sus poderes sobrenaturales, contina: Ahora si alguien dice de m, Gotama el Peregrino, conocedor y veedor como ya se ha dicho antes, que mi gnosis y conocimiento eminentemente Arios no tienen ninguna cualidad sobrehumana, y que yo enseo una Ley que ha sido
construida razonando (takka-pariyhatam), y que se piensa y se auto-expresa experimentalmente (sayam-patibhnam), si no se desdice, y se arrepiente (cittam pajahati metanoein) y abandona esta
opinin, caer en el infierno. [D. I.16, 22 El conocimiento del Buddha es a priori (pajnti), no
inductivo. D. I.45, 79 para llegar a conocer verdaderamente]. Estas profundas verdades (ye
dhamm gambhr) que ensea el Buddha, son inaccesibles al razonamiento (atakkvacar), y l las
ha verificado por su propio super-conocimiento (D. I.22); cf. KU. II.9 no es razonando como puede
alcanzarse esa idea (nai tarkea matir paney). Mil. 217 sig. explica que lo que el Buddha abre
nuevamente es una Va antigua que se haba perdido. La referencia es al brahmacariya, al caminar
con Dios (theo sunopadeinFedro, 248 C; Filn Migr. 131, 126) de RV. X.109.5, AV.,
Brhmaas, Upaniads y textos pali, passim.
El rugido del Len es originalmente de Bhaspati, RV. X.67.9, es decir, de Agni. Cf. tambin
RV. 1.65.5 Despertado en la aurora, con sus operaciones devuelve la consciencia a los hombres.
Y M. 1.421 asamayavimokham, la Liberacin Eterna. Santo Toms I.26.1 El libre albedro es libre
en la medida en que obedece a la Razn.
204
54
oct-98
Buddha, la antigua Va, la Vieja Senda que tomaron los primeros OmniDespertados, y esa es la senda que sigo209; y puesto que en otras partes alaba a los
brahmanes de antao que recordaron la antigua Va que conduce al Brahman210, no
puede haber ninguna duda de que el Buddha est aludiendo a la antigua senda estrecha que se extiende distante, por donde los contemplativos, conocedores del Brahman, ascienden, liberados (vimukt), que se menciona en versos que ya eran antiguos cuando Yjavalkya los cita en la ms antigua Upanishad211.
Por otra parte, se afirma expresamente que los brahmanes de hoy aunque hay
excepciones han cado de las gracias que pertenecan a sus antepasados puros e
inegostas212. Desde este punto de vista, y en relacin con el hecho de que el Buddha
nace en una edad en que se honra ms a la casta real que a la casta sacerdotal, podemos comprender mejor la razn de la promulgacin de las Upanishads y el budismo
a uno y al mismo tiempo. Estos dos cuerpos de doctrina, estrechamente afines y concordantes, y ambos de origen en los bosques, no se oponen uno a otro, sino a un
enemigo comn. La intencin es claramente restaurar las verdades de una doctrina
antigua. Esto no quiere decir que la continuidad de la transmisin en los linajes de
los eremitas de los bosques se hubiera interrumpido, sino que los brahmanes en la
corte y en el mundo, preocupados de las formas exteriores del ritual213 y quizs demasiado interesados en sus emolumentos, haban devenido ahora ms bien brahma209
55
oct-98
nes por nacimiento (brahma-bandhu) que brahmanes en el sentido de las Upanishads y el budismo, a saber, conocedores del Brahman (brahmavit)214. Hay poca
duda de que la doctrina profunda del S mismo se haba enseado hasta entonces, slo en sucesin pupilar (guruparampar), a discpulos cualificados; hay plena evidencia de esto, por una parte, en las Upanishads mismas215 (la palabra upanishad misma
implica sentarse junto a un maestro), y, por otra, en el hecho de que el Buddha habla a menudo de no guardar nada detrs. El resultado evidente de estas condiciones, sera que aquellos a quienes el Buddha se refiere tan a menudo como las multitudes sin instruir, deben haber mantenido esas errneas teoras del alma y creencias en la reencarnacin de una personalidad, contra las cuales el Buddha fulmina
tan incansablemente216.
Tambin hubiera podido ser que los reyes mismos, oponiendo su arrogante poder
al control sacerdotal, hubieran cesado de elegir sabiamente a sus ministros brahmanes217. El arquetipo in divinis218 para esta situacin, lo proporciona Indra mismo, rey
de los Dioses, cegado por su propio poder y extraviado por los Asuras. Por otra
parte, para el despertar de una realeza, como en el caso del Buddha, tenemos
igualmente el paradigma en Indra; pues al ser amonestado por el consejero espiritual,
a quien se debe su lealtad, Indra se despierta (buddhv ctmnam)219, y se alaba a
s mismo, al S mismo despertado220, en laudes en los que encontramos estas pala214
As, en Sn. 284 sigs., se asegura que los brahmanes de hoy no siguen purnam brhmanan
brahmanadhamma.
215
MU. VI.29 Este profundsimo misterio; BU. VI.3.12; BG. IV.3, XVIII.67. Sin embargo,
las Upaniads se publicaron efectivamente; y de la misma manera que el Buddha no esconde nada
detrs, as se nos dice que no se omiti nada en lo que se dijo a Satyakma, un hombre que no puede probar su linaje, pero a quien se llama un brahman debido a su hablar verdico (CU. IV.4.9). Ya
no hay ms secretismo, y ahora, a quienquiera que es un Comprehensor, puede llamrsele propiamente
un brahman (B. XII.6.1.41).
216
S. II.58 el conocimiento que tiene el Buddha del origen y del fin del jarmaranau es idntico
al de los samanas y brahmanas anteriores y futuros, y esto es el anvaye nam, la secuencia de la
gnosis.
217
Ver B. IV.1.4.5.
218
BD. VII.54.
219
BD. VII.57.
220
Desde los estados de vigilia y de sueo con sueos de este mundo, la palabra Buddha es literalmente el Despierto, y, de hecho, como Agni mismo, el Buddha es despertado en la aurora (RV.
I.65.5 uarbudh). Comprese BG. II.69, sobre el sueo y la vigilia con S. I.107 y J. I.61.
56
oct-98
bras, que el Buddha mismo poda haber usado, Jams en ningn tiempo estoy sujeto
a la Muerte (mtyu mra)221. Tampoco deber perderse de vista que al Indra vdico se le llama en ms de una ocasin como Arhat. Y si parece extrao que la verdadera doctrina haya sido enseada, como en el caso del Buddha, por un miembro de
la casta real, no es raro que a veces nos encontremos la misma situacin en las Upanishads mismas222. No era Krishna de sangre real tambin, y sin embargo era un
maestro espiritual?. Lo que todo esto significa, es que cuando la sal de la iglesia establecida ha perdido su sabor, es ms bien desde afuera, y no desde adentro, desde
donde se renovar su vida.
Las escrituras en las que se conservan las tradiciones de la vida y las enseanzas
del Buddha caen en dos categoras, a saber, las de la Va Estrecha (Hinayna) y las
de la Va Ancha (Mahyna). Aqu trataremos principalmente de la primera, y del
conjunto de los textos ms antiguos. Los libros que pertenecen a la Va Estrecha
estn compuestos en pali, un dialecto literario estrechamente emparentado con el
snscrito. La literatura pali se sita en fecha desde alrededor del siglo III a. C. hasta
el siglo VI d. C.. El Canon consta de lo que se llaman las Tres Canastas, respectivamente del Rgimen monstico (Vinaya), del Discurso (Stra), y de la Doctrina
Abstracta (Abhidhamma). Nos ocuparemos principalmente de las cinco clases de la
literatura del Discurso, en la que se conserva lo que se tiene como las verdaderas
palabras del Buddha. De la escritura extra cannica, los ms importantes de los libros
antiguos son el Milindapaha y el Visuddhimagga. El gran libro del Jtaka, compuesto en su mayora de antiguos materiales mitolgicos, retomados en una forma
popular, y contados nuevamente como historias de los nacimientos anteriores, es relativamente reciente, pero muy instructivo tanto para el punto de vista budista como
para una pintura detallada de la vida en la India antigua. Todos estos libros estn
provistos de elaborados comentarios en lo que ahora se llamara la manera escolstica. Nosotros tomaremos esta literatura tal como ella est; pues no tenemos ninguna fe en la enmienda de los textos hecha por los eruditos modernos, cuyos mtodos
221
RV. X.48.5. El Buddha es mrabhibh, Sn. 571, etc., de la misma manera que Indra es el conquistador de Vtra-Namuci; cf. mi Some Sources of Buddhist Iconography, en B.C. Law Volume I,
pp. 471.478, sobre el Mra-dharana.
222
BU. VI.2.8; CU. V.3-11; Kau. Up. IV.9 (donde la situacin se califica de anormal, pratiloma).
57
oct-98
58
oct-98
ta, y, por otra, para el sentimentalista. Desafortunadamente para stos, las tres afirmaciones carecen de verdad, al menos en el sentido en el que se las entiende. Nuestra
simpata y nuestra aceptacin es para otro budismo que ste, a saber, el budismo de
los textos tal y como estn.
De los textos de la Va Ancha, compuestos en snscrito, hay pocos, si hay alguno,
que sean anteriores en fecha al comienzo de la era cristiana. Entre los ms importantes estn el Mahvastu, el Lalita Vistara, el Divyvadna y el Saddharma
Puarka. Las dos formas principales del budismo a que nos hemos referido, se
llaman a menudo, ms bien libremente, como la del Sur y la del Norte respectivamente. La escuela del Sur es la que ahora sobrevive en Ceiln, Birmania y Siam. Las
dos escuelas florecieron originalmente juntas en Birmania, Siam, Camboya, Java y
Bali, lado a lado con un hinduismo con el que a menudo se combinaban. El budismo
de la escuela del Norte pas al Tibet, a la China y al Japn, a travs de la obra de
maestros indios y de discpulos nativos que hicieron traducciones del snscrito. En
aquellos das, no se consideraba que el mero conocimiento de la lengua bastara para
hacer de un hombre un traductor, en cualquier sentido serio de la palabra; nadie se
habra puesto a traducir un texto, sin haber estudiado durante aos a los pies de un
expositor tradicional y autorizado de sus enseanzas; y mucho menos an, se habra
considerado cualificado para traducir un libro en cuyas enseanzas no creyera. Ciertamente, son pocas las traducciones de libros indios a lenguas europeas, que pueden
pretender a los niveles establecidos para s mismos por los budistas tibetanos y chinos225.
Puede observarse que mientras que el brahmanismo estuvo en un tiempo ampliamente extendido en la India Mayor del Sudeste asitico, nunca cruz las fronteras septentrionales de la propia India; el brahmanismo no era, como el budismo, lo
que podra llamarse una fe misionera. La cultura india alcanz e influenci profundamente al Extremo Oriente a travs del budismo, el cual, a veces se fusion y a veces existi lado a lado con el taosmo, el confucionismo y el shinto. La mayor influencia la ejercieron las formas contemplativas del budismo; lo que haba sido el
365) no son una negacin del Hombre. Pero DhA IV.172 me sammpaito att es positivo. No
le corresponda al Buddha, sino al natthika, negar este S mismo! Y en cuanto a ignorar a Dios (se
pretende a menudo que el budismo es ateo), uno podra argumentar tambin que el Maestro Eckhart
ignoraba a Dios cuando deca niht, daz ist gote gelich, wande beide niht sind (Pfeiffer, p. 506)!.
225
Ver Marco Pallis, Peaks and Lamas, 1939, pp.79-81; pp. 72-74 en la edicin de 1974.
59
oct-98
Dhyna en la India devino el Chan en China y el Zen en Japn226. Desafortunadamente, no podemos describir aqu estas formas del budismo, pero debemos afirmar
que aunque a menudo difieren grandemente, tanto en nfasis como en detalle, de la
Va Estrecha, representan cualquier cosa menos una degeneracin del budismo; Los
budismos del Tibet y del Extremo Oriente estn calculados para evocar nuestras ms
hondas simpatas, igualmente por la profundidad de sus doctrinas y por la punzante
belleza de la literatura y el arte en el que se comunican sus enseanzas. Slo tenemos
que agregar que el budismo haba muerto en la India propiamente dicha hacia finales
del siglo XII.
akarcrya, el mximo expositor del vedanta como un sistema, a menudo ha
sido llamado un Pracchannabauddha, es decir, un budista oculto. Sin embargo, el
trmino vedanta (el Fin de los Vedas, en el sentido en el que al Nuevo Testamento
podra llamarse la conclusin y el cumplimiento del Antiguo) aparece ya en las
Upaniads; y el hecho es que el Vedanta y el budismo tienen tanto en comn desde el
comienzo, que cualquier exposicin de uno debe sonar como cualquier exposicin
del otro. Por eso tuvo lugar una fusin del hinduismo y el budismo en la India de la
edad media, y por eso el budismo ces de existir como una doctrina separada en la
India propiamente dicha. Si fue ms bien el budismo que el hinduismo el que pudo
emigrar y sobrevivir en otras partes, esto se debe principalmente a que mientras que
el hinduismo se vuelca tanto a la vida activa como a la vida contemplativa, el budismo se vuelca principalmente a la vida de contemplacin, y por esa razn puede ensearse ms fcilmente como una Va de escape de las cadenas formales de cualquier
orden social.
226
60
oct-98
EL MITO
Dh. 74 mameva kataiti blassa sakappo, Yo lo hice, es una idea infantil, Cf. nota
209.
228
Kern, Manual of Indian Buddhism, p. 65. Ver A. II.38, 39 donde el Buddha dice que ha destruido todas las causas por las que l poda devenir un Dios o un hombre, etc., y que es incontaminado
por el mundo, Cf. Sn. 558 (abhieyamtasm buddhosmi = Por lo tanto Yo soy Buddha).
229
Saddharma Puarka, XV.1, en respuesta al desconcierto de su audiencia, que no poda
comprender la afirmacin del Buddha de haber sido el maestro de incontables Bodhisattvas en eones
anteriores. Justamente de la misma manera, Arjuna resulta desconcertado por el nacimiento eterno de
Krishna (BG. IV.4), y los judos no podan comprender el dicho de Cristo: Antes de que Abraham
fuera, Yo soy, es decir, no podan comprender a aquel cuyo nacimiento de Mara Espiritual fue ms
agradable para l que su nacimiento de Mara en la carne. Cf. Sim. IX.12.1, El Hijo de Dios es ms
antiguo que toda su creacin; Shephard of Hermas en Sim. V.6.5, El Espritu Santo se identifica
con Cristo, como pra se iguala con Agni.
61
oct-98
cin entre los eptetos Bodhisattva y Buddha. El Bodhisattva es un ser que despierta, o de naturaleza en despertar; el Buddha est despierto o es El Despierto.
Dogmticamente, el Bodhisattva es un ser originalmente mortal, cualificado por la
actualizacin de virtudes y de conocimientos transcendentales para el despertar total de un Buddha. Gautama Siddhrtha, el Buddha histrico mismo, es as un
Bodhisattva hasta el momento de su omni-despertar. Adems se asume que en cada en sucesivo nace un Buddha, y que Gautama Siddhrtha era el sptimo en una
serie tal de encarnaciones profticas, y que ser seguido por Maitreya, que es ahora
un Bodhisattva en el cielo. Hay otros Bodhisattvas, notablemente Avalokitevara,
que son virtualmente Buddhas, pero que han hecho voto de no entrar jams efectivamente en su Buddheidad hasta que la ltima hoja de hierba haya sido redimida.
Antes de su ltimo nacimiento en la tierra, el Bodhisattva reside en el cielo de
Tuita; y, apremiado all por los Dioses a liberar al universo de sus sufrimientos,
considera y decide el tiempo y el lugar de su nacimiento, y la familia y la madre de
quien nacer. Un Buddha debe nacer de una casta sacerdotal o de la casta real, segn
la que predomine en la poca; y predominando ahora la casta real, elige nacer de
Mah My, la reina del rey uddhodana, del clan kya, en su capital de Kapilavastu, en el Pas del Medio; y eso, adems de lo que ello pueda significar, equivale a
decir en el Pas del Medio del Valle del Ganges. La Anunciacin toma la forma del
sueo de Mah My, en el que ella ve a un glorioso elefante blanco descendiendo de los cielos para entrar en su seno. Los intrpretes de sueos del rey explican que
ella ha concebido un hijo, que puede ser un Emperador Universal o un Buddha. Estas
dos posibilidades se realizan efectivamente, en el sentido espiritual, pues aunque es
cierto que el reino del Buddha no era de este mundo, es a la vez como Maestro y como Seor del Universo como l gira la rueda.
El nio es visible en el seno de su madre230. Cuando llega el tiempo, Mah
230
Dom M. Britt, O.S.B. ed. The Hymns of the Breviary and Missal, N.Y. 1936:
Ventris obtuso recubans cubili,
Senseras Regem thalamo manentem
Cuando todava descansabas en la morada oculta del vientre,
T (S. Juan) ya percibas a tu Rey reposando en Su cmara.
En su contexto cristiano, el motivo es probablemente de origen egipcio. Cf. H. Schaefer, Von Aegyptischen Kunst, 1930, Abb. 71, EL Nuevo Sol visible en el vientre de la Diosa del Cielo.
62
oct-98
63
oct-98
la vejez, la enfermedad, la muerte y la serenidad de un hombre que ha subido por encima de estas vicisitudes de la existencia. El Prncipe va entonces a su padre y le
anuncia su intencin de dejar el mundo y devenir un monje, para descubrir la va de
escape de la sujecin a esta mortalidad. El padre no puede disuadirle, pero mantiene
las puertas del palacio cerradas. Aquella noche, el Bodhisattva se despide en silencio
de su esposa y de su hijo y llamando a su caballo, parte por la puerta del palacio,
abierta milagrosamente para l por los Dioses; va acompaado slo de su auriga
(manas).
Ahora Mra, la Muerte, el Mal, le ofrece el imperio de todo el mundo si regresa;
fracasando en esta tentacin, sigue al Bodhisattva, buscando otra oportunidad. Al alcanzar los bosques profundos, el Bodhisattva corta su turbante real y su largo cabello, impropios de un peregrino, y stos son elevados por los Dioses y hechos reliquias
en el cielo. Los Dioses le proporcionan las vestiduras de un peregrino. El Bodhisattva
enva a su auriga de vuelta a la ciudad con su caballo; el caballo muere con el corazn roto de pena.
El Bodhisattva estudia ahora con los maestros Brahmanes y practica mortificaciones extremas. Encuentra cinco discpulos, y todos ellos le dejan cuando abandona
estos ayunos inefectivos. Entre tanto Sujt, la hija de un campesino, que ha estado
haciendo ofrendas al espritu de un rbol baniano, le trae ahora su ofrenda de arroz
con leche, dentro de la cual los Dioses han infundido ambrosa; encuentra al Bodhisattva sentado debajo del rbol, y le da arroz en un cuenco de oro, y agua en un
aguamanil de oro. Sujt recibe sus bendiciones. Entonces el Bodhisattva baja al ro
a baarse, despus de lo cual come el alimento, que ha de durarle siete semanas.
Arroja el cuenco al ro, y por el hecho significativo de que flota corriente arriba sabe
que triunfar ese mismo da. Vuelve al rbol del Despertar. Al mismo tiempo Indra
(el Matador del Dragn, junto con Agni, de nuestro anterior estudio, y el tipo del sacrificador in divinis) asume la apariencia de un segador y ofrece al Bodhisattva los
ocho haces de hierba que se usan en el ritual sacrificial. El Bodhisattva circumambula el rbol, y, finalmente, haciendo cara al Este, encuentra que los crculos del mundo
alrededor de l permanecen quietos. Desparrama la hierba, y sube a un trono o altar
al pie de rbol; toma all su sede, determinado a no levantarse nunca nuevamente
hasta haber alcanzado el conocimiento de la causacin y la cura del mal de la morta-
64
oct-98
lidad. Es all, en el ombligo de la tierra, y al pie del rbol de la vida, donde todos los
Buddhas anteriores han despertado232.
Ahora Mra aparece nuevamente y reclama el trono. El Bodhisattva toca a la Tierra, llamndola a dar testimonio de las virtudes por cuyo derecho l detenta ese trono;
y ella aparece y da testimonio. Mra, asistido por su ejrcito de demonios, asalta
ahora al Bodhisattva con fuego y oscuridad, y con lluvia de arena y cenizas ardientes;
pero todas sus armas caen desarmadas a los pies de Bodhisattva. A la primera visin
de Mra los Dioses han huido, dejando al Bodhisattva completamente solo, exceptuados los poderes del alma, sus fieles vasallos; ahora Mra abandona la contienda y
los Dioses vuelven.
Cae ahora la noche. En el curso de la noche el Bodhisattva pasa por todas las etapas de la realizacin hasta la aurora, y habiendo aprehendido perfectamente el ciclo
de la Originacin Causal (prattya samutpda) deviene completamente despertado, y es un Buddha. Todo el universo se transfigura y exulta. El Buddha rompe en su
famoso canto de victoria:
Buscando al constructor de la casa,
he corrido mi carrera en el vortex
de incontables nacimientos, sin escapar nunca al lazo (de la muerte);
el mal se repite nacimiento tras nacimiento!.
Arquitecto, ests siendo visto!
Nunca nuevamente me construirs una casa;
Todo tu cordaje est desencordado,
la cima del techo est hecha aicos:233
Sus agregados se han esfumado,
la mente ha alcanzado la destruccin de la sed.
El Buddha permanece siete semanas dentro del crculo del rbol del Despertar,
saboreando la felicidad de la liberacin. De los eventos de estas semanas, son signi232
D. II.85, donde el Buddha predica a los Hermanos, Majjhimam thambam Nissaya puratthabbhi mukho nisdi.
233
Esto es un tecnicismo. Ver mi Simbolismo del Domo y Svayamt: Janua Coeli. Cf.
Shams-i-Tabrz XXXIV.3, O eres T quien conviertes en ruina cada cosa que construyo?.
65
oct-98
ficativos dos, a saber, el primero la tentacin por las hijas de Mra, que intentan ganar con sus encantos lo que su padre no pudo ganar con su poder; y el segundo la vacilacin ante el hecho de ensear; el Buddha vacila en poner en movimiento la Rueda
de la Ley, pues piensa que no se comprender y que esto ser la ocasin de una angustia innecesaria para l mismo; los Dioses exclaman, El mundo est perdido, y
conducidos por Brahm persuaden al Buddha de que algunos estn maduros para
comprender. Por consiguiente, el Buddha parte para Benars, y all, en la Primera
Predicacin, pone en movimiento la Rueda de la Ley, y en la segunda, predica que
no hay ningn individuo constante subyacente en las formas de nuestra consciencia.
En otras palabras, en la doctrina de la ausencia de s mismidad (antmya) en todas
las operaciones fsicas y mentales, depone el popular Cogito ergo sum como un burdo engao y como la raz de todo el mal. Con estos sermones convierte a los cinco
discpulos que anteriormente le haban abandonado; y ahora hay cinco Arhats, es decir, cinco seres despirados (nirvta) en el mundo.
Desde Benars el Buddha prosigue a Uruvel, cerca de la moderna Bodhgay, y,
en el camino, encuentra a una partida de treinta hombres jvenes de excursin, con
sus esposas. Uno de ellos no tena esposa, y haba llevado con l a una mujer, que
acababa de robarle sus pertenencias y hua corriendo. Todos los jvenes preguntan al
Buddha si ha visto a aquella mujer. El Buddha responde, Qu pensis vosotros, jvenes? Qu es mejor para vosotros, seguir el rastro de la mujer, o seguir el rastro del
S mismo? (tmna gavis)234. Ellos responden que es mejor buscar el S mismo, y
se convierten. Aqu nos encontramos por primera vez con la doctrina del Buddha de
un S mismo real. En Uruvel, llega a la ermita de una comunidad de Brahmanes
adoradores del Fuego, y quiere pasar la noche en su templo del fuego. Ellos le advierten que el templo es la guarida de un Dragn feroz que puede hacerle dao. El
Buddha no lo piensa, y se retira por la noche, sentndose con las piernas cruzadas y
vigilante. El Dragn se enfurece. El Buddha no lo destruir, pero lo vencer; asu234
Vin. I.23 (Mahvagga I.14). Ver Vis. 393 rjna gavesitum udhu attnam? CU. VIII.7.1 ya
tmsnvetavya. Visuddi Magga 393 musitando. El Buddha hace que el Rey Mah Kappina
musite. La Reina Anoga dice Quizs, Seor, has visto al Rey?. El Buddha dice, Qu es mejor,
que busques al Rey o que busques al S mismo?. (Kim pana vo rjna gavesitum varam udhu
attnam ti). La Reina responde attnam ti; por consiguiente l dhammam deseti. Cf. tambin
Mahvagga I.23.
66
oct-98
miendo su propia forma gnea, y deviniendo un Dragn humano, lucha fuego con
fuego, y por la maana aparece con el Dragn domado en su cuenco de limosnas235.
Otro da los adoradores del fuego son incapaces de partir su lea, o de encender o extinguir sus fuegos hasta que el Buddha se lo permite. Finalmente, los brahmanes
abandonan sus ofrendas quemadas (agnihotra) y devienen discpulos del Buddha. En
relacin con esto debemos citar el ejemplo de otro brahman adorador del fuego, a
quien, en el curso de su dilogo, el Buddha dice,
Yo no apilo lea para fuegos ni altares;
yo enciendo una llama dentro de m,
mi corazn es el hogar, la llama es el s mismo domado236.
Aqu percibimos que el Buddha simplemente est continuando la enseanza del
rayaka Brahmnico en el que, como observaba Keith, el Agnihotra interno se
describe minuciosamente como un substituto del sacrificio formal237.
El tiempo no nos permitir contar en detalle los eventos posteriores de la vida del
Buddha. Gradualmente congrega a un amplio squito de errantes monsticos como l
mismo; un poco contra su voluntad, tambin se permiti que las mujeres fueran ordenadas como monjas; y hacia el final de su vida haba desarrollado un cuerpo organizado de monjes y de monjas, muchos de los cuales vivan en monasterios o conventos, que haban sido donados a la comunidad por laicos piadosos. La vida del
Buddha se pas al cuidado de la comunidad monstica, y en la predicacin a las
235
Vin. I.25 (Mahvagga). Cf. la historia similar del conflicto de Mogallna con el Dragn
Rarapla, Vis. 399 sig.
236
S. I.169.Ver tambin mi tmayaja.
237
Ver Keith, khyana rayaka, 1908, p. XI.
Se debe asumir que es en la ignorancia de la literatura brahmnica como Mrs. Rhys Davids encuentra algo nuevo en el Agnihotra Interno del Buddha (Gotama the Man, p. 97). Cf. mi tmayaja; y
Goodenough E.R. An Introduction to Philo Judaeus, 1940, p. 112, sobre los sacrificios viejos y nuevos. Justamente de la misma manera, I.B. Horner (Early Buddhist Theory of Man Perfected, II, esp. p.
53) puede examinar la historia de la palabra arahat extensamente, sin mencionar que, en RV. X.63.4,
se nos dice que los Dioses (que, en su pluralidad, nunca se haban considerado como originalmente
inmortales) alcanzaron su inmortalidad por su mrito (arha)!. Y, de la misma manera, el PTS. Pali Dictionary, tiene conocimiento de la palabra arahant antes del budismo slo como un ttulo honorfico de altos oficiales. La exgesis budista, por los eruditos que no conocen sus Vedas, jams es
completamente fiable.
67
oct-98
S. III.120.
D. II.101 atta-dp viharatha atta-saradhamma-dp dhammasara. Cf. Sn. 501 ye atta-dp vicaranti loke akican sabbadhi vippamutt; Dh. 146, 232 andhakrena onaddh padpa
na gavessathaso karohi dpam attano (dpa = isla). La admonicin Haced del S mismo vuestro
refugio (kareya saraattano, S. III.143) manda hacer lo que el Buddha mismo ha hecho, que dice de
s mismo yo he hecho del S mismo mi refugio (katam me saraam attano, D. II.120); pues, ciertamente, como ensea, as hace (yatha vdi, tatha kri, A. II.23, III.135, Sn. 357); el cual tath se
hace a menudo la base del epteto Tathgata.
Los textos budistas de la lmpara corresponden a vet. Up. II.15 Cuando el hombre embridado
por medio de su propia Auto-Talidad, como si fuera por la luz de una lmpara (tmatatvenadpopmena), percibe la Talidad de Brahma, innacido, inmutable, limpio de toda otra talidad, conociendo entonces a Dios, se libera de todo mal. El Espritu (tman) es nuestra luz cuando
toda otra luz se ha apagado (BU. IV.3.6).
240
Sobre sati (smti) como vigilar el propio paso de uno, discrecin, cf. I. Cor. 10.31, cf. D.
I.70, SBB. III.233 etc. As, un pecado inadvertente, es peor que un pecado deliberado (Mil. 84, cf.
158).
239
68
oct-98
69
oct-98
dios); lo que significan, San Bernardo lo comprende bien cuando dice que uno debe
deficere a se tota, a semetipsa liquescere, y tambin el Maestro Eckhart cuando dice
que El Reino de Dios no es para nadie sino para el completamente muerto. La palabra de Dios se extiende hasta la separacin entre el alma y el espritu244; y el Despierto mismo podra haber dicho que Ningn hombre puede ser mi discpulo, excepto si odia a su propia alma (kai ou miseitn heautou psuchn)245. El alma debe
entregarse a la muerte No sea que venga el Juicio Final y me encuentre sin aniquilar, y yo sea agarrado y puesto en las manos de mi propia egoismidad246.
244
Hebreos 4.12.
Lucas 14.26, el que no odia a padre y a madre, y a esposa e hijos, y a hermanos y hermanas,
cf. MU. VI.28 Si a esposa y familia est atado, para un hombre tal, no, jams en absoluto y Sn. 60
Viajo solo, abandonando a esposa e hijo, a madre y padre, Cf. nota 118.
246
Maestro Eckhart y William Blake. Cf. Boehme, Sex Puncta Theosophica, VII.10 As, nosotros vemos como una vida perece a saber, cuando sea su propio seor Si no se entrega a la muerte, entonces no puede obtener ningn otro mundo. Cf. Mateo 15.25; Fedn 67, 68. Ninguna criatura puede obtener un grado de naturaleza ms alto sin cesar de existir (Santo Toms de Aquino,
Sum. Theol., I.63.3). Cf. Schiller, Solo en el error hay vida y el conocimiento debe ser muerte; y lo
que se ha dicho arriba sobre el Nirva como un estar acabado. Lo que hay ms all de tales muertes,
no puede definirse en los trminos de nuestro tipo de vida.
Dante, Paradiso XIV.25
Quienes se quejan porque se muera aqu
para vivir all arriba, no han visto all
el refugio de la eterna lluvia.
245
70
oct-98
LA DOCTRINA
71
oct-98
72
oct-98
73
oct-98
A. II.177 Yo no soy nada de un alguien en ninguna parte, ni hay en ninguna parte algo de
m; similarmente M. II.263, 264; Sn. 950. 951. Plotino Eneadas VI.9.10 Pero este hombre ahora ha
devenido otro, y ni es l mismo ni suyo propio. Cf. mi kica: La Anonadacin de S mismo. Cf.
tambin The Cloud of Unknowing, cap. 68 Qu es este por todas partes y este algo, en comparacin
de este ninguna parte y esta nada?.
263
Si en S. III.105 donde updya asmti se iguala a cogito ergo sum, aunque rpam, vedanam,
sanam, sankhre y vinam son anicca, cmo, entonces, asmi?.
264
S. II.13, III.165 etc. aniccau dukkhau anatt, S. III.41 etc., como BU. III.4.2. atnyadrtam.
Como dice San Agustn (Sermones CCXLI.2.2), tanto el cuerpo como el alma son mutables, y,
aquellos que reconocieron que esto es as, entraron en busca de Eso que es inmutable.
265
S. II.95 vinamrattiy ca divassassa ca nnad eva upajjati aa nirujjhati. Ver tambin
nota 269. laya vijna, cf. Eneadas IV.7.12, VI.6.7, y Epicarmos Gr. 2 (Diels) en John Burnet,
Early Greek Philosophy, 1920, p. 152, nota 1.
266
Plutarco, Moralia 392 D, basado sobre Platn, Banquete 207 D, E, y Fedn 78 C. Burnet, p.
152, cita el Primer paso en la sabidura por el mtodo y la mortificacin. Eutidemo 284 D iguala el
cambio con la muerte, y el Maestro Eckhart iguala igualmente la muerte y el cambio. Cf. la vida de la
experiencia que es el renacimiento momentneo en cada instante fugaz, y el presente artificioso de
Bowman en Studies in the Philosophy of Religion 2.346. En esta vida nosotros somos el sujeto de la
experiencia; no la sustancia que la comprende.
74
oct-98
carro antes de que se juntaran sus partes, y no habr ningn carro cuando ellas caigan
desensambladas; no hay ningn carro aparte de sus partes; carro no es nada sino
un nombre, que se da por conveniencia a un cierto continuo de percepciones, pero no
debe tomarse como una entidad (sattva); y, de la misma manera, con nosotros mismos, que, justamente como el carro, somos confecciones. El Comprehensor ha visto las cosas como ellas han devenido (yath bhtam), a saber, surgiendo y desapareciendo causalmente, y se ha distinguido a s mismo de todas ellas; as pues, no le
corresponde a l, sino slo a un ignorante, hacer preguntas tales como soy yo?,
qu fui yo?, de dnde vengo yo?, a dnde voy yo?267. Si se permite expresamente que el Arhat diga todava yo, esto es slo por conveniencia; puesto que,
desde hace mucho, l ha rebasado toda creencia en una personalidad suya propia268.
Pero nada de todo esto significa, ni se dice en ninguna parte, que No hay ningn S
mismo269. Al contrario, hay pasajes en los que, cuando se han enumerado los cinco
constituyentes de nuestra existencia evanescente e irreal, encontramos, no la frmula de negacin habitual, Eso no es mi S mismo, sino el precepto positivo Tomo refugio en el S mismo270; justamente como el Buddha mismo dice haber hecho
tambin271.
Puesto que la personalidad emprica de este hombre, Fulano, es meramente un
proceso, no es mi consciencia o mi personalidad lo que puede sobrevivir a la
muerte y nacer de nuevo272. Es impropio preguntar de quin es esta consciencia?;
nosotros debemos preguntar ms bien cmo surgi esta consciencia?273. Y entonces se da la antigua respuesta274, El cuerpo no es mo, sino un efecto de las obras
267
S. II.26, 27. El discpulo iluminado no se considera a s mismo como transmigrando, sino que
slo reconoce la operacin incesante de las causas mediatas, de acuerdo con las cuales surgen y cesan
las personalidades contingentes.
268
S. I.14, D. I.202. El budismo usa los trminos atta-paitabho convenientemente, pero
aparmasau.
269
S. II.94. Mejor como s mismo a kya que al alma: ambos son mutables. Cf. San Agustn,
Sermones CCXLI.3.3 (Sntesis, p. 116).
270
S. III.143. Ver Nota 240.
271
D. II.120. Ver Nota 240.
272
M. I.256 (la hereja de Sti).
273
S. II.13, II.61 etc.
274
AA. II.1.3 El hombre es un producto de las obras, es decir, de las cosas que se han hecho
hasta ese momento en el que hablamos (karma-ktam ayam purua). Cf. BU. 2.13 es slo el
75
oct-98
pasadas275. No hay ninguna esencia que pase de una habitacin a otra; como se
enciende una llama desde otra, as se transmite la vida, pero no una vida, no mi vida276. Los seres son los herederos de los actos277; pero no puede decirse exactamente
que este yo recoge ahora las recompensas de lo que este mismo yo hizo en una
habitacin anterior. Hay una continuidad causal, pero no una consciencia (vijna),
no una esencia (sattva) que experimenta ahora los frutos de las acciones buenas y
malas, y que tambin recurre y se reencarna (sandhvati, sasarati) sin otreidad
(ananyam), para experimentar en el futuro las consecuencias de lo que est teniendo
lugar ahora278. Ciertamente, la consciencia nunca es la misma de un da a otro279.
Karma lo que queda para reencarnarse. Ver tambin las notas 101, 267, 282. Cf. A. III.70 y AV. 88
para kammadydo, etc. Como para M. I.483, los cabezas de familia no se salvan, sino que van al cielo, el jivika se salva por su creencia en el karma. J. Grenier La Choise (Nowelle Encyclopedie Philosophique p. 116) Karma: Cada ser acta nicamente segn su propia naturaleza, pero conforma esta naturaleza con cada uno de esos actos.
275
S. II.64; S. I.38 Satto sasram pdi, kammam asya paryanam. Cf. Chuang Tzu Por todas partes veo cambio y decadencia; oh T que no cambias, permanece conmigo.
276
Mil 71/2. Que nada se transmite sino el fuego de la vida est perfectamente de acuerdo con
la doctrina vedntica de que El Seor es el nico transmigrante y con la de Herclito, para quien el
flujo es nicamente el del fuego afluente y refluente, pur aionios (fuego siempre vivo) Agni,
vivyus. Tampoco est en desacuerdo con Platn et al., que, ciertamente, no rechaza el flujo, pero
presume un Ser del que procede todo devenir, un Ser que no es una cosa, sino desde donde todas las
cosas fluyen incesantemente. M. I.115 ya-ad eva bhikhave bhikhhu bahulum anivitakketi anuvicareti tath tath nati hoti cetaso.
277
M. I.390; S. II.64; A. V.88 Mi naturaleza es obras (kammassakomhi), heredo obras, nazco de
obras, soy el pariente de obras, soy uno en quien revierten las obras; toda obra, bella o sucia, ciertamente, heredar. Por supuesto, esto ltimo no debe entenderse en el sentido de que hay un yo que
se encarna realmente, sino nicamente en el sentido de que un yo futuro heredar y percibir, justamente como yo lo hago, su propia naturaleza causalmente determinada. Cf. Nota 258.
Cf. T.W. Rhys Davids, Dial. II.43, SBE XXXVI.142. Mil. 48. B.C. Law, Concepts of Buddhism,
1937, p. 45 Ni que decir tiene que el pensador budista repudia la nocin del paso del ego desde una
encarnacin a otra.
Takakusu, Philosophy East and West, 1944, p. 78-9. La idea no es que un alma vive despus
de la muerte del cuerpo y pasa a otro cuerpo. El sasra significa la creacin de una nueva vida por la
influencia de las acciones del ser vivo anterior.
Petavatthu IV.3. Peta declara falsa la doctrina que se tiene como hombre, a saber, que de la
misma manera que un hombre que deja una ciudad encuentra su camino a otra, as el ser vivo entra en
el cuerpo. Cf. Mil. 72.
278
M. I.256 sig.; Mil. 72 natthi koci satto yo imamh ky aa kyam sakamati. Cf. Nota
76
oct-98
Cmo, entonces, podra ella sobrevivir y pasar de una vida a otra?. As pues, el
vedanta y el budismo estn completamente de acuerdo en que, aunque hay transmigracin, no hay transmigrantes individuales. Todo lo que nosotros vemos es la operacin de causas, y tanto peor para nosotros si vemos en este nexo, fatalmente determinado, a nuestro S mismo. Podemos encontrar la misma cosa en el cristianismo,
donde se pregunta quin hizo el pecado, este hombre o sus padres, para que naciera
ciego?, a lo cual se da la notable respuesta de que, ni este hombre ha pecado, ni sus
padres: sino para que las obras de Dios se hicieran manifiestas en l280. En otras palabras, la ceguera ha surgido por la operacin de esas causas mediatas, de las que
Dios es la Causa Primera, y sin las cuales el mundo habra sido privado de la perfeccin de la causalidad281.
256.
279
77
oct-98
En tanto que conscientes, nosotros somos siempre sujetos conscientes ms bien que sustancias, a saber, lo que subyace o comprende a la consciencia.
283
M. I.261 nittharaatthya na gahaatthya. Ver Nota 299.
284
Axiochus confunda la inconsciencia con este estado (cf. Axiochus 370, 226a); Maitrey fue
bendecida por la palabras de Yjavalkya na pretya sajsti (BU. II.4.12). Cf. S. III.105 la hereja de Yamaka de que liberado significa aniquilado, aunque diheva dhamma, tathgata, no
es saccalo thethato, sino anupalabhiyamno aqu y ahora, y mucho ms post mortem. S. II.116 sigs.
ni hoti ni nahoti ni ninguna combinacin de stos. M. I.137, 140 Perversamente, vanamente, falsamente, y contra el hecho de que se me acusa de ser un extraviador y un enseador de la finalizacin,
destruccin y no-entidad de lo que realmente es (sato satassa to onts on = ser real); hay aqu un
juego sobre el doble significado de la palabra venayika, (1) extraviador, destructor (a saber, de la hereja del Ego, pero no de lo querealmente es) y (2) conductor, gua, como en M. I.386, y similarmente en S. III.110 sig.
Ver BU. IV.5.1 (el temor de Maitrey); KU. I.20.22 (inclusive los Dioses tenan dudas sobre esto,
Es, o no es, despus de fallecer?); CU. VIII.5.3, VIII.9.1. Sin embargo, sera impropio decir de
un Buddha que despus de la muerte l no conoce, no ve (D. II.68). Su naturaleza no puede ser
expresada por ninguna anttesis ni combinacin de los trminos Es o No es. l es, pero no en
un lugar (Mil. 73). Tambin, como Migr. 183, l no se muestra en ninguna parteno puede ser sealado. A deiktos (no se muestra) corresponde a A.A. III.2.4 andita.
78
oct-98
respecto se ha dicho muy ciertamente que mientras que el materialismo del siglo
XIX cerr la mente del hombre a lo que est por encima de l, la psicologa del siglo
XX la ha abierto a lo que est por debajo285.
As pues, nuestra vida consciente es un proceso, sujeto a la corrupcin y a la
muerte. Es esta vida la que debe ser aquietada (nirodho), si hemos de vivir inmortalmente. Ser intil tratar los sntomas; es la causa u ocasin (hetu, nidna) lo que
debe buscarse, si hemos de encontrar la medicina que el Buddha busc y encontr.
Es la comprensin de las cosas como devienen (yath bhtam), y la realizacin de
que la personalidad (tmabhva) es una de estas cosas, lo que libera al hombre de
s mismo. El ncleo del evangelio budista se resume en estas palabras, palabras que
se repiten a menudo y triunfalmente,
De todas las cosas que brotan de una causa,
la causa ha sido dicha por l, As venido;
Y su supresin, tambin,
el Gran Peregrino ha declarado.
En esta cadena de causas, para comprender qu es haber Despertado, se recalca
que nada acontece por azar sino slo en una secuencia regular Estando presente
eso, deviene esto; no estando presente eso, no deviene esto286. Haber verificado esto
es haber encontrado la Va. Pues en todas las cosas que brotan de una causa, estn
incluidas la vejez, la enfermedad y la muerte; y cuando nosotros sabemos la causa,
podemos aplicar la cura. El tratamiento se especifica en el ciclo de la originacin
causal dominado en la noche del Gran Despertar. Todos los males que la carne hereda son inseparables del proceso de la existencia, esenciales a l, e inevitables para
todo individuo; la individualidad es la consciencia; la consciencia, a su vez, no es
un ser, sino una pasin; no es una actividad sino slo una secuencia de reacciones en
las que nosotros, que no tenemos ningn poder para ser cmo ni cuando nosotros
queremos, estamos fatalmente implicados; la individualidad est motivada y perpetuada por la volicin; y la causa de toda volicin es la ignorancia (avidy), pues
Ren Gunon, LErreur du psychologisme, E.T. 43, 1938. El peor tipo de hombre es el que,
en sus horas de vigilia, tiene las cualidades que encontramos en su estado de sueo (Platn, Repblica, 567 B).
286
M. II.32; S. II.28 y passim. Cf. Aristteles, Metafsica VI.3.2 y Filn, Aet. 28, 35, 74.
285
79
oct-98
nosotros ignoramos que los objetos de nuestro deseo, jams pueden ser posedos
en ningn sentido real de la palabra; ignoramos que incluso cuando hemos obtenido
lo que queremos, todava queremos conservarlo, y que, por ello, todava estamos
queriendo. La ignorancia aludida es la ignorancia de las cosas como son realmente
(yathbhtam),y la consecuente atribucin de substancialidad a lo que es meramente
fenomnico; es decir, la visin del S mismo en lo que no es el S mismo287.
Al hacer de la ignorancia la raz de todo el mal, el budismo coincide con toda la
doctrina tradicional288. Pero debemos guardarnos de suponer que la ignorancia aludida es la ignorancia de las cosas particulares, y especialmente contra una confusin de
la ignorancia tradicional con lo que nosotros entendemos por analfabetismo;
muy lejos de esto, nuestro conocimiento emprico de los hechos es una parte esencial
de la misma ignorancia que hace posible el deseo. Y hay otro malentendido que no
debe evitarse menos; no debemos suponer que la sabidura tradicional se opone al
conocimiento de los hechos tiles; lo que pide es que, en lo que se llaman hechos y
leyes de la ciencia, no reconozcamos verdades absolutas sino slo expresiones de
una probabilidad estadstica. La bsqueda del conocimiento cientfico no implica necesariamente una ignorancia; slo cuando el motivo es una curiosidad, slo cuando
buscamos el conocimiento por el conocimiento, o el arte por el arte, estamos comportndonos ignorantemente289. En los trminos brahmnicos, la ignorancia es
287
80
oct-98
81
oct-98
del Viento donde expira293; privado de combustible, el fuego de la vida se pacifica, es decir, se apaga294; cuando la mente ha sido domada, uno alcanza la paz del
Nirva, es decir, la despiracin en Dios295. De la misma manera, el budismo
acenta la extincin del fuego o la luz de la vida por falta de combustible296; es cesando de alimentar nuestros fuegos como se alcanza la paz, paz que en otra tradicin
se dice que rebasa toda comprensin; nuestra vida presente es una continuidad de
venir al ser y de cesar de ser, seguido de un renacimiento inmediato, como una llama
que arde y que no es la misma llama ni tampoco otra; y de la misma manera, el renacimiento despus de la muerte es como el encendido de una llama desde otra; nada
concreto pasa de una a otra, hay continuidad, pero no mismidad297. Pero los contemplativos se extinguen como esta lmpara, que, una vez extinguida, ya no puede
pasar su llama298. El nirva es un tipo de muerte, pero, como toda otra muerte, es
tambin un renacimiento a algo otro que lo que haba sido. Pari en parinirva agrega meramente el valor de completa a la nocin de una despiracin299.
Decimos un tipo de muerte porque la palabra nirva puede usarse tambin para cosas todava vivas. El Bodhisattva se despira cuando deviene el Buddha. Es
an ms significativo que encontremos que a cada una de las etapas que se completan en la doma de un caballo real se le llame un Parinirva300. El Buddha usa la palabra, principalmente, en relacin con el apagado de los fuegos de la pasin, de la
flaqueza y del engao (rga, doa y moha). Pero aqu hay implcita una distincin; la
despiracin es una experiencia presente (sadikam) en dos modos, a saber, tico,
en tanto que implica la erradicacin de la pasin y la flaqueza, y eterno, es decir, metafsico, en tanto que es una liberacin del engao, o la ignorancia (avidy); desde
ambos puntos de vista, la despiracin implica una inegoismidad, pero, por un lado,
fuego, sino extincin.
293
CU. IV.3.1 yadagnir udvyati vyume vpyeti. Al haber ido as al viento el fuego ha
vuelto a casa (JUB. III.1.1-7), cf. nota 360.
294
Pra. Up. III.9; MU. VI.34.
295
BG. VI.15; BG. II.72 brahma-nirvam cchati.
296
M. I.487 etc., y como en MU. VI.34.1. Ver Rm, Mathnaw I.3705.
297
Mil. 40, 47, 71.72.
298
Sn. 135 nibbanti dhr yathyam padpo (deictic). Cf. Th. 2.116; Sn. 19 vivat kui, nibbuto gini El hombre, como una luz en la noche, se enciende y se apaga (Herclito, fr. LXXVII).
299
S. V.282 (akicano pandito hasv) te loke parinibbut.
300
M. I.446.
82
oct-98
A. I.156. En la serie rgo, doso y moho, moho (engao) puede reemplazarse por su equivalente avijj, ignorancia (como en Itivuttaka, 57) y se ver ms rpidamente que la liberacin de rgo y
doso es una virtud moral, y que la liberacin de moho avijj es una virtud intelectual.
Casi de la misma manera, Itivuttka 38, 39 distingue entre los dos Nibbnas, (1) el presente, con
algn residuo de los factores de la existencia, y (2) el ltimo, sin ningn residuo de los factores de la
existencia. Esto marca tambin la distincin entre el de Nibbna y Parinibbna, en la medida que sta
puede hacerse realmente.
302
M. I.304, S. III.188. Cf. BU. III.6 (Brahma). Cf. Juan 3.6.
303
Sn. 567 brahmacariya sadihikam aklikam. Cf. AV. XI.5; CU. VIII.5.
83
oct-98
304
84
oct-98
85
oct-98
309
CU. VIII.4.1. etc., Maestro Eckhart, All ni el vicio ni la virtud han entrado nunca.
Glatas 5.18.
311
Se ver que sta es, hablando estrictamente, una pregunta impropia; un Buddha no es ya alguien.
312
Ver TS. II.9.3, II.3.8.1, 2 II. 5.8.2. La expresin Ojo en el Mundo equivale a una identificacin del Buddha con Agni y el Sol.
313
A. II.37.
314
RV. I.31.1 (Agni), I.130.3 (Indra).
310
86
oct-98
RV. V.75.5. (para que pueda vencer a Vtra). Bodhin-manas sugiere el bodhi-citta budista.
Mil. 75 asimila buddhi, Buddha.
316
BD. VII.57 sa (Indra) buddhv tmnam. RV. V.30.2 indram naro bubudhn aema. Contrstese RV. VIII.70.3 nakitam karma naatna yajai. Los cuentos del Jtaka incluyen muchos de los nacimientos anteriores del Buddha como Sakka (Indra). En los Nikyas, Sakka acta como el protector del Buddha, lo mismo que Indra acta con Agni; pero es el Buddha mismo quien vence a Mra. En otras palabras, el Buddha es comparable a ese Agni que es a la vez Agni e Indra,
brahma y katra. En M. I.386 el Buddha aparece tratado como Indra (purindado sakko); pero en
otras partes, e.g. Sn. 1069, y cuando a sus discpulos se les llama sakya-puttiyo, hijos del Sakyan,
la referencia es al clan Sakya, cuyo nombre implica, como el de Indra, un ser capaz.
317
My (los medios de toda creacin, divina o humana, o el arte por cuyo medio se hace algo), es magia slo en el sentido de Boehme, Sex Puncta Mystica, V.1. sig. (La Madre de eternidad: el estado original de la Naturaleza; el poder formativo en la sabidura eterna, el poder de la imaginacin, una madre en los tres mundos; til a los hijos del reino de Dios, y a los brujos para el reino
del malo; pues el entendimiento puede hacer de ella lo que quiera).
Para akara que es el mximo expositor del myvda My es la Potencia o la Potestad
(akti) no revelada del Seor, la Incognoscibilidad sin comienzo (avidy), inferible por el sabio en
relacin a lo que puede hacerse (krya = factibilia), [Por esto el hombre no sabe de donde le viene la
inteligencia de las primeras nociones y la inclinacin a los primeros apetitos Dante, Purgatorio
XVIII.52], eso por lo que todo este mundo mutable es trado al nacimiento y eso por lo que se efectan tanto la esclavitud como la liberacin. Vivekachudmani 108, 569.
En contextos tales como ste, el gerundio avidy, sinnimo de la Potencia, Potestad, no puede
ser simplemente Ignorancia, sino que es mucho ms misterio u opinin, en tanto que se opone a
vidy, lo que puede ser conocido: avidy es una potencialidad que slo puede ser conocida por sus
efectos, es decir, por todo lo que es mymaya. My es la Naturaleza de Dios. En otras palabras,
Myes la Theotokos y la madre de todos los vivos. Otros paralelos: Metis, la madre de Atenea; Sophia; Kaualy, la madre de Rama; de la misma manera que Maia era la madre de Hermes (Hesodo,
Theog. 938). De qu otra podra nacer el Buddha?. Que las madres de los Bodhisattvas mueran jvenes, se debe realmente a que, como dice Herclito (Fr. X), La Naturaleza ama ocultarse. My se
desvanece de la misma manera que Urva, madre de yus (Agni), cuyo padre es Purravas, se desvaneci, y como Saray se desvaneci para Vivasvn; a lo cual tom su lugar la svamrti de My,
Pajpat (BC. I.18, II.19, 20) como la savar de Saray tom el suyo. Ciertamente, el Avatra
eterno tiene siempre dos madres, eterna y temporal, sacerdotal y real. Ver tambin mi
87
oct-98
consideramos la vida milagrosa, encontraremos que casi cada detalle, desde la libre
eleccin del tiempo y del lugar del nacimiento318, hasta el nacimiento costal mismo319, y la andadura de las Siete Zancadas320; y desde la Salida hasta el Gran Despertar sobre el altar esparcido al pie del rbol del Mundo, en el Ombligo de la Tierra; y
desde la derrota de los Dragones hasta el encendido milagroso de la lea sacrificial321, puede cotejarse exactamente y al decir exactamente entendemos justamente eso en la mitologa vdica de Agni y de Indra, el sacerdote y el rey in divinis. Por ejemplo, y esta sola muestra debe ser suficiente, si el Dragn vdico lucha
con fuego y humo322, y tambin con mujeres armadas323, as hace Mra, la Muerte, a
quien los textos budistas llaman tambin Apresador; si los Dioses abandona al Matador del Dragn vdico, que debe contar slo con sus propios recursos, as tambin
se deja slo al Bodhisattva, que slo puede invocar a sus propios poderes para asistirle324. Al decir esto no pretendemos negar que la derrota de Mra por el Buddha es
Nirmakya. Y puesto que My es el arte por el que todas las cosas, o cualquier cosa, se hacen
(nirmita, se miden), y puesto que el arte es originalmente un conocimiento misterioso y mgico,
My adquiere as su otro sentido, a saber, el sentido peyorativo (e.g. MU. IV.2), de la misma manera
que el arte, el artificio, la pericia, la maa y la habilidad, no son slo virtudes esenciales al artfice (artifex), sino que pueden implicar tambin artera, artificialidad (falsedad), trapacera, astucia y engao;
por ejemplo, es en el mal sentido como la consciencia es un hechizo (my viya vinam, Vis.
479, S. III.142), mientras que, por otro lado, Wycliff poda traducir todava nuestro sabios como serpientes (Mateo 10.16, cf. RV. VI.52.15 ahimy) por astutos como serpientes. Cf. Betty Heimann, My en Indian and Western Philosophy, p. 49 sigs.
318
Ver JUB. III.28.4 yadi brhmaa-kule yadi rja-kule, como J. I.49 khattiya-kule v brhmaakule.
319
RV. IV.18.2 (Indra) prvt nirgamni; BC. I.25 (Buddha) prvt suta. As tambin Agni
(RV. VI.16.35 garbhe mtuvididyutna) y el Buddha (D. II.13 kucchi-gatam passati) son visibles en el vientre. Podran establecerse otros muchos paralelos.
320
RV. X.8.4 (Agni) sapta dadhise padni; X.122.3 (Agni) sapta dhmni paryan; J. I.53
(Bodhisattva) satta-pada-vtihrena agamsi.
321
TS. II.5.8.3; cf. I Reyes 18.38.
322
RV. I.32.13.
323
RV. V.30.9, X.27.10.
324
RV. VIII.96.7; AB. III.20; Sn. 425 sigs. Namuci = Mra = Ppim = dummano Yakkha. A
Namuci se le llama una serpiente real (sarpa-rja), S. I.106. B. XI.1.5.7 de esta manera mata al
pecado, a Vtra, lo cual le mantiene siempre en el bienestar, en la virtud, y en el buen trabajo. B.
XII.7.3.4 Namuci es el mal: de manera que, ciertamente, habiendo matado as a ese mal, a su odioso enemigo, Indra saca de l su energa, o poder vital.
88
oct-98
una alegora de la conquista de s mismo, sino sealar slo que sta es una historia
muy antigua, una historia que ha sido contada siempre y por todas partes; y que en su
escenificacin budista no es una historia nueva, sino derivada inmediatamente de la
tradicin vdica, donde se cuenta la misma historia, y donde tiene la misma significacin325.
Que el perfecto posee el poder de mocin y de manifestacin a voluntad es familiar en la enseanza cristiana, donde ellos entrarn y saldrn y encontrarn pradera326; y tales poderes son naturalmente propios de aquellos que, estando unidos al
Seor, son un espritu327. Lo mismo se enuncia repetidamente en las escrituras
brahmnicas, y a menudo casi en las mismas palabras. En un contexto que se repite a
menudo, el Buddha describe las cuatro etapas de la contemplacin (dhyna) de las
vas del poder (ddhipda), vas que son el equivalente de la Va Aria, y que son
medios hacia la Omnisciencia, el Pleno Despertar y el Nirva328. Cuando se han
325
Cf. RV. III.51.3 donde Indra, en otras partes vrtra-han etc., es abhimti-han; similarmente
RV. IX.65.15 y passim. Abhimti ( abhimna, MU. VI.28, es decir, asmi-mna), la nocin del Ego,
es ya el Enemigo, el Dragn que ha de ser vencido. Referencias del g Veda: RV. III.53.8; RV.
III.61.7-8 y RV. V.63.4 Mitra-Varua; RV. V.2.1 de Agni; RV. V.31.7 de Indra; RV. V.40.6, 8 de
Svarbhnu; RV. III.20.3 Agni; RV. VI.18.9 de Vtra; RV. VI.20.4 de Susna; RV. VI.22.9; RV.
VI.44.22 Myah de Soma vencida por Indu (Tva Vada); RV. VIII.98.5 vencido por Indra al
usar a Soma; RV. X.54.4 las guerras de Indra = my; RV. X.53.9 Tvat my vet.
326
Juan 10.9, 14; Purgatorio XXVII.131. Cf. A. VII.22; Taitt. Up. III.10.5.
327
I Cor. 6.17.
328
S.II. 212 sig., V.254 sig., A. I.170, I.254 sig., etc.
Iddhi (snscr. ddhi, de ddh, prosperar, emporwachsen) es virtud, poder (en el sentido de Marcos 5.30, dunamis = poder), arte (e.g., la pericia de un cazador, M. I.152), talento o don. Los iddhis
del Iddhi-pda, El Camino del Poder, son supernormales ms bien que anormales. No podemos
ocuparnos aqu con alguna extensin de la aparente dificultad que presenta el hecho de que tambin se
atribuyen iddhis (poderes) al Adversario del Buddha (Mra, Namuci, Ah-Nga), excepto para sealar que la Muerte es tambin (en el mismo sentido en que Satn sigue siendo un ngel) un ser
espiritual, y que los poderes no son en s mismos virtudes morales, sino ms bien virtudes intelectuales. (Cf. Pratyhra en el Aparokshnubhti 103. 121 de akara). Los poderes del Buddha son
mayores que los del Adversario porque su rango es mayor; el Buddha conoce el Brahmaloka y tambin los mundos hasta el Brahmaloka (es decir, bajo el Sol), mientras que el poder de la Muerte se
extiende slo hasta el Brahmaloka y no va ms all del Sol. (Cf. The Gospel of Sri Ramakrishna,
1944, p. 26). Sobre la levitacin y los iddhis en general, ver S. V.252 sigs. 282, 283. Los prerequisitos
para tales poderes son chanda-samdhi-pradhna-sankhra-samagatam. S. V.252, 291 donde
89
oct-98
90
oct-98
como un pjaro; puedo tocar con mis manos el sol y la luna; tengo poder con respecto a mi cuerpo hasta tan lejos como el Mundo de Brahma331. Los mismos poderes
son ejercidos por otros adeptos, en la medida en que se han perfeccionado en las
mismas disciplinas, y son dueos de la compostura (samdhi)332; el poder de mocin
a voluntad slo se pierde cuando falta la concentracin (dhyna)333. El Buddha emplea la antigua frmula brahmnica334, cuando dice que ha enseado a sus discpulos
a extraer de este cuerpo material, otro de substancia intelectual (manomaya kya),
uppdeti) All me posar, con cuya intencin, su cuerpo crece en ligereza (kyo me lahuko hoti),
y, similarmente, es por el poder del pensamiento (citta-vasena) como uno se mueve a travs del aire. La ligereza (laghutva) se desarrolla por medio de la contemplacin (vet. Up. II.13; Yogastra
III.42-43; Theragth 104); todos los poderes (iddhi) resultan de contemplaciones (jhna, ver nota
332) y dependen de ellas, de manera que puede preguntarse Quin no se hunde en el abismo sin soporte ni sostn? y responder El que es presciente, el que est plenamente sintetizado (usamhito),
ese puede cruzar la corriente tan difcil de pasar (ogha tarati duttaram, S. I.53, donde la aplicacin
es tica). La nocin de ligereza subyace en el simbolismo ubicuo de los pjaros y de las alas
(RV. VI.9.5, PB. V.3.5, XIV. I.13, XXV.3.4; Hermes, Lib. V.5, etc.). E, inversamente, para alcanzar
el mundo de lo no incorporado, uno debe haber arrojado el pesado fardo del cuerpo (rpa-garubhram, Sdhp. 494); ver Fedro 246 B, 248 D donde el peso del olvido y del mal es lo que retiene
el vuelo del alma, y San Agustn, Conf. XIII.7 En qu trminos describir con cun ingente peso
hunde en el abismo el fardo de la concupiscencia, y de que manera eleva la caridad por tu espritu que
se mova sobre las aguas?.
Dicho de otro modo, el poder de levitacin se ejerce por un envolvimiento del cuerpo en el manto de la contemplacin (jhna-vehamena sarram vehetv, J. V.126), donde el poder es al mismo tiempo un poder de des-aparicin. Cf. Comfort, Chretien de Troyes. P. 193; Dante, Paradiso
X.74, XXVII.64.
Caminar sobre las aguas tiene otros paralelos, tales como moverse a lo largo de una tela de araa,
o a lo largo de los rayos del sol, o incluso volar en el aire. Cf. Hesodo, Catalogue of Women, 84, Cf.
tambin el manto de la inmovilidad de Cuchullain; W.N. Brown, Twain, p. 42; J. Klingabodi volar
a travs del aire, jhna vehanena. H.S.V. Jones, The Cleomades and Related Folk Tales; Flying
through the air in traditional literature, en Proceedings of the Modern Languages Association, Vol.
23, 1908; la ascensin de Dabba; Udna 93 (sube, devn una llama, consumido el cuerpo en un instante); A.B. Keith, AA. 22 sobre tapas y sati; A.M. Hocart, Flying through the Air; A. Avalon,
Mahanirvna Tantra CXXVIII Del pryma surge la lghava (la ligereza). Sobre la Figura
que Cambia, ver mi Tankt.
331
S. V.25 sig., A. I.254, S. II.212, M. I.34 y passim: explicaciones, Vis. 393 sig.
332
Descripcin que hace referencia a una ilustracin del Bodhisattva Avalokitevara.
333
El fallo sigue a la falta de fe; o a cualquier otra distincin de la contemplacin, como en J.
V.125-127.
334
RV. IX.86.44; JB. II.34; B. IV.3.4.5; AB. II.39-41; VI.27-31; KU. VI.17 etc.
91
oct-98
como uno podra sacar una flecha de su vaina, una espada de su funda, o una serpiente de su muda; es con este cuerpo intelectual, como uno dispone de la omnisciencia y
es un movedor a voluntad hasta tan lejos como el Brahmaloka335.
Antes de preguntarnos lo que significa esto, observemos que sobrenatural no implica innatural, y que sobreesencial tampoco implica inesencial; y que no sera cientfico decir que tales logros son imposibles, a menos de que uno haya hecho el experimento de acuerdo con las disciplinas que se prescriben y que son perfectamente inteligibles. Llamar a estas cosas milagrosas no es decirlas imposibles, sino slo
maravillosas; y como hemos dicho antes, siguiendo a Platn, La Filosofa comienza en lo maravilloso. Adems, debe comprenderse claramente que el Buddha,
como otros maestros ortodoxos, no da ninguna importancia a estos poderes, que
desaprueba fuertemente un cultivo de los poderes por los poderes mismos, y que, en
cualquier caso, prohibe su exhibicin pblica por los monjes que los poseen. Ciertamente, dice, yo poseo estos tres poderes (ddhi) de mocin a voluntad, de lectura de la mente, y de enseanza; pero no puede haber ninguna comparacin entre las
dos primeras de estas maravillas (pratihrya), y la maravilla de mucho mayor alcanComo explica akara en relacin con Pra. Up, IV.5 es el mano-maya tman el que goza de
omnisciencia y puede estar donde y como quiere. Cf. RV. III.53.8 my kvnas tanvam pari
svm; BG. VII.25 nham praka sarvasya yogamy samvta; Viu Pura VI.7.43 kuryt
cittnu kri pratyhra paryaa. Este s mismo o cuerpo intelectual (o att dibbo rp
manomayo, D I.34, cf. I.77, M. II.17) el Buddha ha enseado a sus discpulos como extraerlo del
cuerpo fsico; y es claramente en este otro cuerpo, divino e intelectual, y no en su capacidad humana, no en todas las ocasiones o bajo todas las condiciones, ya sea en mocin o en reposo, o durmiendo o despierto (carato ca me tihato ca suttassa ca jgarassa ca), sino slo cuando l quiere
(yvade akakhmi, como en los contextos de los iddhis) como el Buddha mismo puede recordar
(anussarmi) sus propios nacimientos anteriores, sin lmite; como puede ver, con el ojo divino, que
trasciende la visin humana, los nacimientos y las muertes de otros seres, aqu y en otros mundos,
arriba y ms all de los cuales, el Buddha ha verificado, aqu y ahora, la doble liberacin (M. I.482).
La expresin durmiendo o despierto lleva por s sola a una larga exgesis. Ntese que el orden de
las palabras pone en relacin el movimiento con el sueo y la inmovilidad con la vigilia. Esto significa
que, como en tantos otros contextos upanisdicos, el sueo que se entiende aqu, ese sueo en el que
uno entra en su propio s mismo (svapiti svam apta bhavati, CU. VI.8.1, B. X.5.2.14), no es el
sueo del agotamiento, sino el sueo de la contemplacin (dhyna); es precisamente en este estado
de sueo, en el que los sentidos se retiran donde hay mocin a voluntad (suptoprn ghtv
sve arre yath-kman parivartate, BU. II.1.17), es en este sueo contemplativo donde, abatiendo
lo que es fsico, el Pjaro Sol, el Inmortal, va donde l quiere (dhyyatvasvapno
bhtvasarram abhiprahatyyatemto yatra kmam, BU. IV.3.7, 11, 12).
335
92
oct-98
ce y muchsimo ms productiva de mi enseanza336. As pues, nos ser ms provechoso preguntar lo que implican tales maravillas, o las maravillas de Cristo331,336, que
preguntar si tales maravillas tuvieron lugar realmente en alguna ocasin dada337;
de la misma manera que, en la exgesis de otros cuentos de hroes, ser mucho ms
til preguntar lo que significan las botas de siete leguas y los gorros de invisibilidad, que observar que no pueden comprarse en los grandes almacenes.
En primer lugar, observamos que en los contextos brahmnicos, la omnisciencia,
particularmente de los nacimientos, es un predicamento de Agni (jtavedas), el Ojo
en el Mundo, e igualmente del Sol omni-vidente, el Ojo de los Dioses; y ello es
as por la misma buena razn de que estos principios consubstanciales, son los poderes catalticos aparte de los cuales no puede haber ningn nacimiento; y observamos
adems, que el poder de mocin a voluntad, o lo que es la misma cosa, de mocin sin
locomocin, es un predicamento en los libros brahmnicos, del Espritu o el S mismo Universal (tman) por una parte, y de los seres liberados, conocedores del S
mismo y asimilados al S mismo, por otra. Una vez que hemos comprendido que el
Espritu, el S mismo y Persona solar y universal, es una omnipresencia atemporal, se
reconocer que el Espritu, por hiptesis, est naturalmente posedo de todos los poderes que se han descrito; el Espritu es el conocedor de todos los nacimientos in
saecula saeculorum, precisamente porque l es donde todo dnde y todo cundo
tienen su foco, y porque est, indivisiblemente presente, tanto en todos los devenires pasados, como en todos los devenires futuros338; y por el mismo motivo, encontramos que tambin se le llama Providencia (praj) o Providencia Compendiosa (prajna-ghana); y ello es as por la misma buena razn de que su conocimiento de los eventos, no se deriva de los eventos mismos, sino que son los eventos los
que se derivan de su conocimiento de s mismo. En todos los libros brahmnicos los
poderes que se han descrito son los del Seor: si el Comprehensor puede cambiar su
forma y moverse a voluntad, es de la misma manera en que Brahma puede cambiar
su forma y moverse a voluntad339; es el Espritu, finalmente el S mismo solar
336
A. I.171, 172 de los tres poderes, a saber, de recordacin de los nacimientos, de lectura del
pensamiento de los dems, y de enseanza (adesa-pihriyam), l ltimo es el ms considerable y
ms productivo (abhikkakatara ca paitatara ca).
337
No fue ninguna maravilla que el Agua de la Vida reviviera al pez muerto: la maravilla fue que
el pez muerto mostrara la va a la Fuente de la Vida. Sikandar Nm, LXIX.48-49.
338
AV. X.8.1, 12; KU. IV.13; Pra. Up. IV.5 etc.
339
A. VII.22.
93
oct-98
(tman), quien, aunque l mismo es inmutable, sin embargo adelanta a todos340. Todas estas cosas son poderes del Espritu y de aquellos que son en el Espritu; y si el
ms grande de todos estos milagros es con mucho el de la enseanza, eso equivale a
decir simplemente con San Ambrosio que Todo lo que es verdadero, por quienquiera que se haya dicho, es del Espritu Santo341. Si los signos y maravillas se descartan tan a la ligera, no es porque sean irreales, sino porque la que pide un signo es una
generacin mala y adltera.
El Buddha se describe a s mismo como incognoscible (ananuvedya) aqu y ahora; ni los Dioses ni los hombres pueden verle; aquellos que le ven en una forma o que
le piensan en palabras no le ven en absoluto342. Yo no soy sacerdote ni prncipe ni
marido ni nadie en absoluto; yo voy errante en el mundo, un Nadie instruido, sin contaminar por las cualidades humanas (alipyamnamnavebhya); es intil preguntar mi nombre de familia (gotra)343. No deja ninguna huella por la que pueda ser
rastreado344. El Buddha no puede ser aprehendido por otro que s mismo, y no puede
decirse de esta Persona Supernal (parama-purua), que, despus de la disolucin del
cuerpo y del complejo psquico, l deviene o no deviene, y tampoco pueden afirmarse o negarse de l estas dos cosas; todo lo que puede decirse es que l es; preguntar
qu o dnde es sera ftil345. El que ve la Ley (dharma) me ve346; y por eso es por
BU. IV.3.12; Up. 4; MU. II.2.
San Ambrosio, Glosa sobre I Cor. 12.3.
342
M. I.140, 141 El Buddha es ananuvejjo, ms all de observacin; similarmente otros
Arahats son sin huellas (vaa tesa natthi papanya). S. I.23; Vajracchedika Stra; cf. S.
III.III sig., y Hermes Lib. XIII.3.
343
Sn. 455, 456, 648. Abandona la identificacin con tu familia, tu clan, con tu nombre, y con tu
estatuto en la vida, los cuales estn asociados con tu cuerpo vivo akarcrya, Vivekachudamani,
298.
344
Dh. 179 (tam buddham anantagocaram apada, kena padena nessattha); como Brahma, BU.
III.8.8, Mu. Up. I.2.6; Devas JUB. III.35.7 (napadam asti, padena ha vai punar mtyur anveti);
Gyatr, BU. V.14.7 (apad asi, na hi padyase, akaranetinety-tmavat). Todo esto tiene que ver con
la naturaleza original y finalmente sin pies (ofidiana) de la Divinidad, cuyos vestigia pedis marcan la
Va slo hasta la Puerta del Sol, Janua Coeli, ver nota 343.
345
S. III.116 f., 118. tathgato anupalabbhiyamno. Cf. S. V.282 sig. sobre los iddhis del
Tathgata. Yasmin samaye Tathgato kyam pi citte samdahati (sintetiza el cuerpo en la mente)
ttam pi kye samdahat: y entra adentro y experimenta el sentido de felicidad y de ligereza; entonces el cuerpo del Tathgata deviene ms ligero, ms manejable, y ms radiante y en tales momentos
el cuerpo del Tathgata, fcilmente (appa kasirena), se eleva desde la tierra al aire, y entonces (abhi
340
341
94
oct-98
95
oct-98
somos vivimos y nos movemos355. Los caballos son los sentidos, las riendas sus
controles, la mente el cochero, y el Espritu o el S mismo real (tman) el auriga
(rath)356, es decir, el pasajero y propietario, que es el nico que conoce el destino
del vehculo; si se permite que los caballos se desboquen con la mente, el vehculo se
extraviar; pero si se les doma y se les gua con la mente, de acuerdo con su conocimiento del S mismo, el S mismo volver a casa. En nuestro texto budista se recalca
con fuerza que todo lo que compone el carro y el equipamiento, a saber, el cuerpo-yalma, est desprovisto de toda substancia esencial; carro y s mismo son slo los
nombres convencionales de agregados compuestos, y no implican existencias independientes ni distinguibles de los factores que los componen; y de la misma manera
que a una confeccin se le llama carro por conveniencia, as, a la personalidad humana debe llamrsele un s mismo slo por conveniencia. Y de la misma manera
que la expresin repetida Eso no es mi S mismo, se ha malentendido tan a menudo en el sentido de que No hay ningn S mismo, as, el anlisis destructivo de la
personalidad vehicular, se ha tomado en el sentido de que no hay ninguna Persona.
Se protesta de que se ha omitido al auriga357.
La realidad es que no se dice nada a favor o en contra de la presencia imperceptible, en el vehculo compuesto, de una substancia eterna distinta de l, y una y la
355
96
oct-98
S. I.33 dhammha srathim brmi; cf. Jtaka N 457 dhammo na jara upeti; Sn. 1139
dhammamsanditthikam aklikam.
W.M. Urban, The Intelligible World, 1929, p.231 Hay hombres que sienten que lo que no puede ponerse en los trminos de tiempo carece de significado; [sin embargo] W.H. Sheldon, en Modern Schoolman XXI.133 la nocin de un ser esttico e inmutable debe comprenderse como significando ms bien un proceso tan intensamente vivaz, es decir, tan extremadamente veloz en los trminos del tiempo, como para comprender el comienzo y el fin en un solo toque.
Ningn individuo puede ver todo a la vez.
Cuanto ms se identifica la vida del yo con la vida del no-yo, ms intensamente se vive, Abdul
Hdi, LImmortalit en Islam, Voile dIsis, Enero de 1934.
359
D. II.120 katam me saraam attano.
360
Santo Toms de Aquino, Sum. Theol. I.71-91 Filnis Dei est ipsa lex aeterna.
361
S. III.120 Yo kho dhammam passati so mam passati, yo mam passati so dhammam passati.
Similarmente D. III.84 BhagavatomhidhammajoDhammakyo iti pi brahmakyo iti pi, dhammmabhto iti pi; S. II.221 Bhagavatomhi puttodhammajo; S. IV.94 dhammabhto brahmabhtodhammasmi tathgato; A. II.211 brahmabhtena attan; S. III.83 brahmabhtbuddh. No puede haber ninguna duda sobre cualquiera de las identificaciones dhamma =
brahma = buddha = att: como en BU. II.5.11 aya dharmaayam tm idam amtam idam
brahma ida sarvam. En Dh. 169, 364, (II.25.2) dhamma es claramente el equivalente de brahma, y
de tman. Un Buddha es lo que denotan todos o cualquiera de estos trminos, y, por el mismo motivo,
es ningn que (akicano, Dh. 421, Sn. 1063), y es sin analoga (yassa natthi upam kvaci, Sn.
1139).
Cf. aiva Siddhnta Samgraha IV.5 par la identidad del Brahman y del tman. M. I.111 Bhagav
jnam jnti, passam passati, cakkhu-bhto, nabhto, dhammabhto, brahmabhto. El Buddha es
el Conocedor del conocimiento, el Veedor de la visin, es el Ojo que deviene, la Gnosis que deviene,
el Dhamma que deviene, el Brahman que deviene. Que el Buddha se identifica con Brahma, est implcito tambin en yakkha. Ver The Yaka of the gveda and the Upaniads.
Eso que el Buddha predic, el Dhamma katexochen (distincin, excelencia), era el orden de la
97
oct-98
ma hombres, como si fueran caballos363. Y, finalmente, encontramos un anlisis detallado del carro, que concluye con la afirmacin de que el conductor es el S mismo (tman), casi en las mismas palabras de las Upanishads364. La afirmacin de un
comentador budista, de que el Buddha es el S mismo Espiritual (tman) es ciertamente correcta365. Esa Gran Persona (mahpurua) es el auriga en todos los seres.
Creemos que ahora se ha dicho suficiente para mostrar, ms all de toda posible
duda, que el Buddha y la Gran Persona, el Arhat, el Brahma-devenido y el
Dios de Dioses de los textos pali es el Espritu (tman) y el Hombre Interior de todos los seres, y que es Ese Uno que se hace a s mismo mltiple, y en quien todos
los seres, nuevamente, devienen uno; que el Buddha es Brahma, Prajpati, la Luz
de las luces, el Fuego o el Sol, o por cualquier otro nombre que los libros antiguos
llamen al Primer Principio; y para mostrar que en la medida en que se describen la
vida y las obras del Buddha, lo que se recuenta as, son las hazaas de Brahma
como Agni e Indra. Agni e Indra son el Sacerdote y el Rey in divinis, y es con estas
dos posibilidades como nace el Buddha, y son estas dos posibilidades las que se realizan; pues, aunque en un sentido su reino no es de este mundo, es igualmente cierto
que, como Cakravartin, l es a la vez sacerdote y rey, en el mismo sentido en que
Cristo es a la vez sacerdote y rey. Estamos forzados, por la lgica de las escrituley del universo, inmanente, eterna, increada, no si fuera slo interpretada por l, y mucho menos como si fuera inventada o decretada por l (PTS Pali Dic., s.v. Dhamma).
362
Sn. 83 buddha dhammasmina vtataha dpaduttama srathnam pavaram. Dhammasmi = RV. X.129.3 satyadharmendra, RV. X.129.3, 8, 9 el nico Rey del mundo, el Dios de los
Dioses, el Satyadharm, cf. I.12.7, X.34.8; y el dhrmas-tejomayomta puruah
ayamtmidam brahma de BU. II.5.11. El Dhamma budista (nomos, logos, ratio) es el Dharma
eterno de BU. I.5.23 (De l, de Vyu, Pra, los Dioses hicieron su Ley); y de BU. I.4.14 No hay
nada ms all de esta Ley, de esta Verdad; Sn. 884 Ciertamente, la verdad es una, no hay ninguna
otra. M. II.206-207. Lo que el Buddha ensea es brahmam, la va a la intimidad del Brahman, y
puede ensearla porque puede decir de s mismo brahmam chambrahma lokam prajnmi, a
saber, que l ha nacido all y siempre ha vivido all. Cf. BG. XVIII.54 brahma-bhta prasanntm.
363
Vin. I.35, A. I.173, II.155.
364
J. VI.252 kyo te rathaatt v srathi; S. IV.292 ratho tikho immassetam
ctumahbhtikassa kyassa adhivacanam; como KU. III.3 tmna rathina viddhi, arram rathameva tu. Theragatha I.574 kammayantena rathito; BG. XVIII.61, Maitri Up. IV.4. Cf. Platn, Leyes
898 C y Timeo 49 E ochma, el cuerpo como el vehculo de la cabeza, que es la parte gobernante
ms divina.
365
Udna 67, Comentario.
98
oct-98
ras366 mismas, a decir que Agnendrau, el Buddha, Krishna, Moiss y Cristo son
nombres de uno y el mismo descenso, cuyo nacimiento es eterno; a reconocer que
todas las escrituras sin excepcin, requieren de nosotros, en trminos positivos, que
conozcamos a nuestro S mismo, y, por el mismo motivo, que conozcamos lo que no
es nuestro S mismo, sino lo que se llama equivocadamente un s mismo; y que la
Va para devenir lo que nosotros somos, requiere una retirada de nuestra consciencia
de ser de todas las falsas identificaciones de nuestro ser con lo que nosotros no somos, pero que pensamos ser cuando decimos yo pienso o yo hago. Haber devenido limpio (uddha, katharos), es haber distinguido nuestro S mismo de todos
sus accidentes psico-fsicos, tanto corporales como mentales; por otra parte, haber
identificado nuestro S mismo con alguno de stos accidentes, es el peor tipo posible
de falacia pattica, y toda la causa de nuestros sufrimientos y de nuestra mortalidad, de los cuales, nadie que todava es alguien, puede liberarse. Se cuenta que un
erudito confucionista suplicaba al vigsimo octavo patriarca budista, Bodhidharma,
que pacificara su alma. El Patriarca replic, mustramela, y la pacificar. El confucionista repuso Ese es mi problema, que no puedo encontrarla. Bodhidharma replic, Tu deseo est concedido. El confucionista comprendi, y parti en paz367.
Es enteramente contrario a la doctrina budista, como lo es tambin a la doctrina
vedntica, considerarnos a nosotros mismos como errantes en la vorgine fatalmente determinada del flujo del mundo (sasra). Nuestro S mismo inmortal es
todo excepto una personalidad superviviente368. No es este hombre, Fulano, quien
vuelve a casa y se pierde de vista369, sino que es el S mismo prdigo quien se recuerda a s mismo; y quien, habiendo sido muchos, es ahora nuevamente uno, Uno e
inescrutable, Deus absconditus. Ningn hombre ha ascendido al cielo, sino el que
descendi del cielo, y, por consiguiente, Si un hombre quiere seguirme, que se
niegue a s mismo370. El reino de Dios no es para nadie sino el completamente
366
99
oct-98
igual a igual, y esa igualdad, en las palabras de Nicols de Cusa, requiere una ablatio omnis alteritatis
et diversitatis (la desaparicin de toda otreidad y diversidad).
371
Maestro Eckhart, ed. Evans I. p. 419.
372
Plotino, Eneadas VI.9.11.
373
AA. II.3.8 Yad akard akaram eti.
Las notas y referencias precedentes estn lejos de ser exhaustivas. Tienen la intencin de ayudar
al lector a hacerse con un contenido significativo para los diferentes trminos que no podan explicarse plenamente en las conferencias segn se dieron, y de permitir al erudito rastrear algunas de las
fuentes. En las conferencias, las palabras pali se han dado en sus formas snscritas, pero en las notas
las palabras pali se han citado como tales. He puesto cuidado en cotejar enteramente las fuentes budistas y brahmnicas: Tal vez habra sido mejor tratar todo el tema como uno, sin hacer ninguna distincin entre el budismo y el brahmanismo. Ciertamente, ha llegado el tiempo en que habr de escribirse
una Summa de la Philosophia Perennis, que se base imparcialmente en todas las fuentes ortodoxas,
cualesquiera que sean.
Se han citado algunos notables paralelos platnicos y cristianos, primero, con el fin de mostrar
ms claramente, porque se hallan en contextos ms familiares, el significado de algunas doctrinas indias, y segundo, para poner de relieve que la Philosophia Perennis, el Santana Dharma, el Akliko
Dhammo, es siempre y por todas partes congruente consigo misma. Estas citas no se han hecho como
una contribucin a la historia literaria (cf. Ren Gunon, Introduction to the Study of the Hindu Doctrines, 1945, p. 58); nosotros no sugerimos que se hayan adoptado de doctrinas o smbolos en una u
otra direccin, ni que haya habido una originacin independiente de ideas similares, sino que hay una
herencia comn, desde un tiempo muy anterior a nuestros textos, de lo que San Agustn llama la sabidura que no se hizo, sino que es en este presente, como siempre ha sido, y como ser siempre
(Conf. IX.10). Como dice acertadamente Lord Chalmers de los paralelos entre el cristianismo y el budismo, Aqu no se trata de un nico credo adoptado a partir de otro; la relacin es mucho ms profunda que eso (Buddhas Teachings, HOS. 37, 1932, p. XX).
100
oct-98