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Mitos y Creencias Relacionados Con La Actividad Fisica

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MITOS Y CREENCIAS ERRNEAS RELACIONADOS CON LA

ACTIVIDAD FSICA.
Pedro ngel Lpez Miarro
Profesor Actividad Fsica y Salud
Facultad de Educacin
UNIVERSIDAD DE MURCIA

1. INTRODUCCIN.
Personas corriendo en chandal en pleno verano en las horas de mayor calor;
otros corriendo bajo el sol sin beber agua para perder peso; aquel bebiendo agua con
azcar para que no le salgan agujetas; otros haciendo ejercicios abdominales para
perder la famosa "curva de la felicidad", etc.
En opinin de Devs y Molina (1998) estas conductas y afirmaciones son mitos,
creencias, visiones limitadas o equivocadas sobre la actividad fsica, que no quedan
lejos de nuestra realidad cotidiana. No es difcil observarlas cuando nos acercamos al
mbito del ejercicio fsico. Su frecuencia es elevada, por lo que es necesario
reconceptualizar estos mitos y clarificarlos en pos de una prctica ms saludable.
Estos mitos o creencias toman importancia porque el ejercicio fsico y su
relacin con la salud se ha convertido en un tema con gran apoyo poltico y social,
como no tambin en la edad escolar, donde se asientan creencias que distorsionan el
acercamiento a la prctica de ejercicio fsico (Pascual, 1996).
1.1. Definicin de mito o creencia errnea.
Cuando se trata de mitos relacionados con el mundo de la actividad fsicodeportiva, se puede plantear una dicotoma bsica. En primer lugar, sabemos que
dentro del deporte hay un campo de mitos representado por personajes, figuras
simblicas, equipos, grupos, etc., a los cuales se convierte en dolos y se idolatran con
asiduidad y constancia. Estos mitos son muy comunes en el mbito del deporte
1

espectculo, como se puede comprobar cada fin de semana en las personas que
asisten a los espectculos deportivos con bufandas y banderas, o aquellos que
coleccionan cromos de sus deportistas favoritos, etc. Son mitos que se relacionan con
variables comportamentales y sociales.
El otro campo de mitos est referido a la prctica de Actividad Fsica. Dentro de
sta, existen una serie de afirmaciones tericas y prcticas tpicas que se pueden
integrar dentro de una corriente de Ejercicio fsico para la salud. Estos mitos suponen
un gran peligro puesto que llevan asociados conductas nocivas y de riesgo para el
organismo. Por esta razn es necesario desarrollar programas de actuacin donde se
eviten y superen prcticas que agreden al organismo, favoreciendo un adecuado
mantenimiento del estado general de salud (guila y Casimiro, 1997).
En una sociedad que acaba de iniciar un nuevo milenio, estos ltimos mitos
conviven tanto en la accin del que se ejercita como en el pensamiento del sedentario,
y se hacen evidentes con asiduidad en los primeros. Son muchas las ocasiones en que
los practicantes de actividades fsico-deportivas, ya sean dirigidas o autnomas,
llevan a cabo procedimientos que nacen de una idea preconcebida como cierta y que
se aleja de la realidad.
El mito es, en definitiva, un camino hacia la instauracin de hbitos fsicodeportivos nocivos para la salud, que se establecen en plazos diferentes. As, ciertos
mitos tienen un potencial negativo a corto plazo y sus efectos son evidentes durante y
despus de la prctica inadecuada (por ejemplo, los efectos de la deshidratacin); por
otro lado, otra serie de mitos provocan repercusiones a medio o largo plazo,
quedando mediatizados por el paso del tiempo (por ejemplo, la repeticin de
abdominales desaconsejados, etc.).

2. CAUSAS DE LA EXISTENCIA DE MITOS Y CREENCIAS


ERRNEAS.
Los mitos o creencias errneas son debidos a mltiples influencias, que nacen
desde distintas fuentes (Lpez Miarro y Garca, 2000), pero a nivel escolar las ms
importantes son:
1. Los programas de televisin de gran audiencia. Ejemplo: un programa
televisivo donde un comentario del presentador relaciona el cido lctico con la
posterior aparicin de agujetas; en una teleserie uno de los personajes se toma
un vaso de agua con azcar para quitarse las agujetas que le van a salir tras hacer
ejercicio fsico.
2. Dibujos animados, donde se observa como la sauna provoca una gran
prdida de peso.
3. Anuncios de productos en televisin, como los aparatos para fortalecer y
perder peso en el abdomen, electroestimuladores que adems de fortalecer
devoran las grasas, cremas reductoras de efectos mgicos, etc.
Lamentablemente, los medios de comunicacin ofrecen a menudo mensajes
distorsionados, que conducen a muchos/as jvenes a buscar una identificacin
corporal de su estrella cinematogrfica preferida, as como al uso de ejercicios y
dietas con objetivo de adelgazamiento que van en contra de su salud (Boone, 1991).
4. Existencia de profesionales no especialistas, de dudosa preparacin
cientfica, que lanzan teoras sobre fenmenos que desconocen, evocando ideas
totalmente errneas. En este caso, el intrusismo profesional y la ausencia de
formacin permanente son dos hechos que potencian la existencia de creencias
3

errneas.
5. La familia, fuente de transmisin de mitos relacionados con la nutricin
(Lpez Miarro y Garca, 2000).
Existen estudios que han analizado la influencia de la familia sobre la prctica
de actividad fsica de los nios, demostrando que los padres pueden actuar como
modelo a imitar por sus hijos (Tercedor, 1998). De este modo, los mitos asentados en
los progenitores suelen ser transmitidos a los hijos.
3. MITOS RELACIONADOS CON EL DEPORTE ESCOLAR.
Los mitos y creencias errneas que se pueden encontrar conviviendo con la
poblacin escolar son numerosos. Ante la imposibilidad de tratar cada uno de ellos
con la suficiente profundidad, se han elegido los ms representativos. Por tanto, se
analizarn mitos relacionados con la musculatura abdominal, con aspectos estticos
(prdida de peso), y con el dolor muscular tras esfuerzos intensos (las famosas
"agujetas").
3.1. El mito de los abdominales inferiores versus abdominales superiores.
Monfort y Sarti (1998) en un anlisis sobre cmo se ha desarrollado la
musculatura abdominal en el campo de la Actividad Fsica, hallan un gran nmero de
tpicos basados en suposiciones y costumbres. Algunos de ellos son:
- La utilizacin del ejercicio de incorporacin de tronco hasta tocar con
el pecho las rodillas, como el ms adecuado para la valoracin y fortalecimiento
de la musculatura abdominal.
- La bsqueda de ejecuciones a mayor velocidad para aumentar la
intensidad del ejercicio.
- La movilizacin del tronco para desarrollar el recto superior del
4

abdomen y la movilizacin de las piernas para desarrollar el recto inferior del


abdomen.
Centrndonos en ste ltimo, podemos comprobar que con frecuencia los
ejercicios de fortalecimiento abdominal suelen englobarse en dos tipos bsicos: unos
consisten en la incorporacin del tronco, y se les denomina ejercicios de abdominales
superiores; otros consisten en la elevacin de las piernas y se les denominan
ejercicios de abdominales inferiores (Figuras 1 y 2) (Sarti y cols., 1996; Lpez Calbet
y Lpez Calbet, 1995).

Figura 1. Incorporacin de tronco

Figura 2. Elevacin de piernas

(abdominales superiores).

(abdominales inferiores)

Esta idea se sustenta en una sensacin subjetiva de tensin en la zona inferior


del abdomen al realizar ejercicios de movilizacin de piernas. As, se confunde la
tensin generada por el msculo psoas ilaco, que pasa cerca del lugar de insercin de
los abdominales inferiores (snfisis del pubis), con tensin en stos ltimos.
Este mito ha sido fuertemente difundido por los medios de comunicacin,
especialmente la televisin, debido a la continua reiteracin y aparicin de aparatos y
mtodos que abogan por tal distincin inferior/superior, as como por los libros donde
comnmente se organizan los ejercicios abdominales siguiendo esta creencia errnea

(Lpez Miarro y Medina, 1999).


En

la

actualidad,

nivel

cientfico,

esta

dicotoma

abdominales

inferiores/superiores est superada, puesto que se conoce con certeza que la zona
superior se contrae de forma ms potente que la inferior en todos los ejercicios
(Guimaraes y cols., 1991; Lpez Calbet y Lpez Calbet, 1995; Sarti y cols., 1996),
con alguna excepcin muy particular.
Como se ha comentado en la introduccin, el hecho principal que fundamenta la
necesidad de eliminar estos mitos radica en sus efectos nocivos, ya sean a corto,
medio o largo plazo (Lpez Miarro y Medina, 1999). En principio, la adopcin y
prctica de ejercicios abdominales bajo este mito no debera suponer ms que un
problema conceptual sin mas, si no fuera porque la repeticin de ejercicios para el
"fortalecimiento inferior", conlleva el uso de ejercicios abdominales desaconsejados,
que pueden generar alteraciones en el raquis lumbar (Lpez Miarro, 2000).
Es por ello que los ejercicios que movilizan las piernas extendidas se vienen
sustituyendo por el ejercicio de enrollamiento de cintura plvica hacia el trax
(Figura 3) (Lpez Miarro, 2000). Desde la posicin de decbito supino con rodillas
y caderas en flexin de 90 grados y pies apoyados en una superficie (una pared, por
ejemplo), se enrolla la pelvis sobre el abdomen mediante un movimiento de
retroversin, para lo cual se llevan las piernas hacia el trax de forma lenta (Lpez
Miarro, 2000). Las manos se apoyan sobre el vrtex de la cabeza y sta no se
despega del suelo (Sarti y cols., 1996). As se despega un poco la regin gltea de la
superficie de apoyo, estando la zona lumbar en todo momento apoyada y protegida
(Colado, 1996).

Figura 3. Enrollamiento de cintura


plvica

El cambio efectuado en la posicin inicial y en el movimiento principal permite


eliminar gran parte de la actividad del msculo Psoas ilaco, y conseguir de este
modo una completa contraccin de la musculatura abdominal, evitando los efectos
nocivos de la flexin de caderas con rodillas extendidas (Miarro, 2000).
Como conclusin, ante la pregunta acerca de si la movilizacin de segmentos
corporales superiores desarrolla las porciones superiores del recto del abdomen y la
movilizacin de segmentos corporales inferiores las porciones inferiores, Monfort y
Sarti (1998), al igual que otros autores, exponen que se trata de una afirmacin, de
ambientes deportivos, inadecuada por su falsedad, habindose demostrado en
diferentes estudios.
Recogiendo, a razn de este dato, una orientacin o tutorizacin en la
realizacin de ejercicios abdominales, desde un enfoque educativo, se debe buscar la
transmisin de conocimientos acerca del cuerpo humano, en este caso, acerca del
funcionamiento y papel de la musculatura del tronco en el desarrollo de la persona,
con el fin de desarrollar programas de acondicionamiento fsico coherentes con una
prctica saludable. Con estos conocimientos se pretende que los profesionales y los
alumnos desarrollen criterios, lo ms objetivos posibles, para la seleccin y creacin
de hbitos de comportamiento que ayudarn a mantener un equilibrio y funcionalidad
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corporal para la mejora de su calidad de vida (Armstrong, 1991; Almond, 1990


citados por Monfort y Sarti, 1998).

3.2. El mito de que las agujetas desaparecen tomando bicarbonato o agua


con azcar.
La aparicin de dolor muscular a las 24-48 horas despus de haber realizado un
ejercicio intenso, generalmente fuera de lo habitual, en msculos que no estn
acostumbrados a la actividad (Moffatt y Cucuzzo, 2000), es una experiencia comn
tanto en deportistas como en los que no lo son, siendo en estos ltimos mucho ms
desagradable. Estas molestias dolorosas se conocen a nivel popular como agujetas, si
bien desde el punto de vista cientfico se denomina dolor muscular postesfuerzo de
aparicin tarda (DOMS) (Drobnic, 1989).
Normalmente el dolor va en aumento para tener su punto ms alto entre las 24 y
72 horas, disminuyendo despus durante los 3-7 das posteriores al ejercicio. La
musculatura se siente, subjetivamente, tensa y contracturada, siendo dolorosos los
movimientos y la palpacin de la zona (Drobnic, 1989; Sharkey, 2000).
Tradicionalmente las agujetas se explicaban mediante la teora de la
acumulacin del cido lctico. Esta explicacin se basaba en la gran produccin de
cido lctico debida a un esfuerzo intenso que utiliza la gluclisis anaerobia como va
metablica de produccin de energa. Se deca que este cido se acumulaba en el
msculo o en su zona musculo-tendinosa donde llegaba, incluso, a cristalizar.
Este fenmeno supone dos procesos. El primero es el aumento de la acidez local
que acta como estmulo nocivo de las terminaciones nerviosas sensitivas al dolor. El
segundo, ya desechado, se basa en que el dolor sera debido a las mltiples
microlesiones que produciran sobre el msculo los pequeos cristales o agujas de
lactato (el cido lctico rpidamente se transforma en lactato). Estos cristales, tras
ejercer su accin destructora, desapareceran al fundirse por la accin del aumento de
temperatura y por el arrastre desencadenado por el flujo sanguneo.
Debido a la creencia de que las agujetas se producen por los cristales de lactato,
8

algunas personas suelen ingerir agua con bicarbonato o agua con azcar para
combatirlos, lo que supone una posibilidad de generar molestias gastrointestinales, y
resultado infructuoso, porque stas no desaparecen.
3.2.1. Datos experimentales que desmienten la acidosis como causa de las
agujetas.
Diversos datos nos permiten comprender que no es el cido lctico el
responsable de este dolor:
Mediante la tcnica de biopsia muscular (extraccin de una fibra
muscular) no se ha podido encontrar la presencia de cristales de lactato ni
inmediatamente ni a las 24, 48 72 horas despus de finalizar el ejercicio
fsico.
En reptiles, que curiosamente son los que ms cido lctico
generan, no se han encontrado los famosos cristales. Quizs, el problema
pueda venir de una asociacin entre el cido rico (ste si cristaliza) y el cido
lctico (caracterizado por ser muy hidrosoluble).
Por otro lado, los individuos que padecen la enfermedad de
McArdle, una deficiencia y ausencia de una enzima fundamental en la
produccin de cido lctico, presentan las mismas molestias que los que no
sufren ninguna alteracin (Drobnic, 1989).
Kmoi y Buskirk (1972) citados por Sharkey (2000) compararon en
un estudio de investigacin dos tipos de entrenamiento de la fuerza: el
concntrico (como una flexin simple) (Figura 4) y el excntrico (contraccin
muscular de frenado, donde coexiste tensin y estiramiento muscular) (Figura
4). Sus resultados, en concordancia con los estudios presentados por McArdle
(1986), reflejaron que los sujetos del grupo excntrico se quejaron con mayor
nfasis de molestias musculares.

Figura 4. Ejemplo de contraccin concntrica y excntrica en un


ejercicios de flexiones en barra
Para demostrarlo se puede realizar un sencillo experimento. Se coge un peso
moderado con una mano (3-5 Kilogramos, por ejemplo) y se eleva hasta depositarlo
encima de una mesa o estantera que se encuentre por encima de la altura de los
hombros (contraccin concntrica), bajndola con la otra mano (contraccin
excntrica). Se realiza el ejercicio 15-20 veces seguidas, repitindolo de tres a cinco
veces despus de un descanso de 10 minutos entre cada serie (no es necesario agotar
el msculo). Comparando el grado de dolor sufrido por ambos brazos se observa que
las molestias son siempre ms importantes en el brazo que trabaja en contraccin
excntrica, o sea, el que baja el peso.
La misma experiencia puede realizarse de una forma ms sencilla subiendo un
escaln con una pierna y bajando con la contraria, durante un tiempo prolongado.
Observaremos que existe un predominio de las molestias en la pierna que ha
realizado el trabajo excntrico (bajar).
3.2.2. A qu se debe realmente el dolor conocido como agujetas?.
La investigacin acerca de su origen y tratamiento ha clarificado que el cido
lctico no es el responsable del DOMS, sino la prctica de actividades donde
10

predominan las contracciones excntricas, al producir microroturas en la unin


musculotendinosa, as como en los tejidos conjuntivos (McArdle y cols., 1986;
Drobnic, 1989) (Tabla 1) (Figura 5).

PROPIEDAD

TIPOS DE EJERCICIO
IC

CC

EC

CC+EC

ISOC

FUERZA

++++

++++

++++

+++++

++++

RENDIMIENTO

++++

++++

++++

++++

AGUJETAS

++

++

++++

+++

++

IC (Contraccin isomtrica), CC (Contraccin concntrica), EC


(Contraccin excntrica), ISOC (Isocintica).
Tabla 1. Aspectos comparativos de los diversos tipos de ejercicios (Marcos
Becerro, 1994).

11

Figura 5. Imagen de las distintas partes que componen un msculo.


Como se comentado, bajo la teora del cido lctico se utilizaba la ingesta de
bicarbonato, o ms comn an, agua con azcar y limn, con el fin de disminuir la
acidez del medio y combatir el cido lctico. Se trataba de una medida que atenda a
la disminucin de la acidez, por un lado, y la recuperacin de las reservas energticas
de glucosa por otra. Ambas, han sido y son, medidas que no se relacionan con la
verdadera causa de las mal llamadas agujetas.
La alternativa ms correcta consiste en evitar, cuando se inicie una prctica de
actividad fsico-deportiva despus de un perodo sin prctica, aquellos ejercicios que
generan las agujetas, como correr, saltar, etc., ya que en estas actividades las
contracciones excntricas son muy numerosas y de gran intensidad. Hay que dosificar
los esfuerzos de una manera progresiva y gradual. Se trata, por tanto, de una medida
preventiva.
En caso de que se hayan instaurado el DOMS no existe ningn tratamiento,
12

salvo realizar nuevamente un ejercicio similar al que lo ha producido, a una


intensidad inferior. La prctica del estiramiento antes y despus de cada sesin de
entrenamiento no parece tener gran importancia sobre esta entidad y su evolucin,
aunque su utilidad es indiscutible para obtener una mejor adaptacin del msculo al
ejercicio y una ms rpida recuperacin.
Desde el punto de vista de la transmisin sociocultural, este mito ha estado muy
presente en los medios de comunicacin de masas. Si nos atenemos a los diferentes
estudios realizados en poblacin escolar sobre hbitos saludables, donde se analiza el
consumo de televisin (Tercedor, 1998; Casimiro, 1999), ste es muy alto. As, la
caja tonta se convierte en uno de los medios ms poderosos para transmitir creencias.
En relacin a ello, presentamos dos ejemplos reales que con toda seguridad han visto
millones de personas.
Recuerdo como si fuera ayer aquella noche en la que observaba las
diferentes pruebas pseudofantticas del famoso programa, de casi todos
conocido, Qu apostamos presentado por Ramn Garca.
No puedo olvidar aquel da ni aquella prueba porque algo curioso ocurri.
En el plat haban colocado una estructura formada por dos paneles
verticales y otro horizontal que los una a una distancia considerable del
suelo. Una chica se encontraba junto a l.
Estos paneles estaban forrados de un material especial y la chica llevaba
un traje especial que cuando contactaba con el de los paneles se pegaba
como si de pegamento ultrarpido se tratara. Su objetivo era ir de un
extremo a otro pegndose y despegndose sucesivamente, lo que
supona un esfuerzo considerable, de gran intensidad.
Deba hacerlo en pocos minutos, y cuando se encontraba por la mitad del
recorrido ocurri. El presentador en un alarde de conocimiento sobre la
actividad fsica coment que se trata de una prueba que produce gran
cantidad de cido lctico, y que ste es el responsable de las agujetas.

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Esa noche turbulenta haca zapping en mi televisor. Ya lo s, veo mucha


televisin, como los nios segn muestran los diferentes estudios.
Pas por Antena 3 y me encontr con la teleserie titulada Manolo y
compaa. No suelo verla pero las dems cadenas ponan anuncios.
Y tuve suerte, porque pude aprender! que las agujetas se combaten con
agua y azcar. Por qu?. Pues porque el coprotagonista llamado Benito
estaba sentado en el saln de su casa con una botella en la mano o algo
similar haciendo flexo-extensiones con el codo.
Mientras con la otra mano echaba azcar en un vaso con agua y lo
remova. Se lo tomaba y afirmaba que era para las agujetas.

3.3. El mito de que sudar abundantemente es adecuado y efectivo para


perder peso.
En la actualidad bastantes personas se plantean el reto de perder peso a travs
del ejercicio fsico. De hecho, la reduccin de grasa corporal es una de las razones
ms extendidas para hacer ejercicio entre la poblacin adulta (Rodrguez, 1995).
Algunas personas piensan que para tal fin hay que realizar ejercicio que
produzca gran cantidad de sudor, pues as la prdida de peso ser mayor. Su objetivo
es perder la mayor cantidad posible de lquidos, y aumentar la temperatura para que
la grasa se "disuelva" por arte de magia, o que salga por lo poros de la piel junto al
sudor.

14

Figura 6. Deshidratacin cursada por ejercicio fsico en ambiente caluroso.


Esta idea conduce a una prctica muy extendida, consistente en el uso de
vestimenta excesivamente gruesa para las condiciones ambientales, el uso de la
sauna, as como prendas impermeables (Casimiro, Ruiz y Garca, 1998) (fajas y
otros elementos aislantes que bloquean el mecanismo que el cuerpo posee para perder
calor) (Sharkey, 2000), que combinados con el ejercicio fsico y con la restriccin de
la ingesta de agua u otros lquidos, proporciona la impresin de una prdida de peso
mucho mayor (Rodrguez, 1995). Es importante la observacin de que se trata de una
impresin irreal.
Con estas prcticas se arriesgan a alterar su estado de hidratacin (Fox, 1984;
Silvestri, 1992). Con toda rotundidad, el agua que se pierde a travs de la
transpiracin, o sea, del sudor, no contribuye a la prdida de peso ni a medio ni a
largo plazo.
Dicho de otro modo, se trata de un mtodo peligroso y nunca recomendable
(Rodrguez, 1995), porque se crea un gran peligro de deshidratacin, que en casos
graves puede llegar a provocar la muerte si no se toman las medidas adecuadas
(Gonzlez-Alonso y Coyle, 1998). La prctica de ejercicio bajo altsimas
temperaturas, con ropas de abrigo o plsticos es una ayuda suplementaria para el
temido golpe de calor porque la transpiracin (evaporacin del sudor) no se produce
y se aumenta peligrosamente la temperatura hipotalmica.
As pues, desde un punto de vista fisiolgico, el rgimen ptimo de hidratacin
durante el ejercicio es aquel en el que se reponen por completo las prdidas de agua a
travs del sudor (Gonzlez-Alonso y Coyle, 1998). El peso de agua perdido se debe
recuperar bebiendo tanto durante como despus del ejercicio, permitiendo as
mantener un correcto equilibrio hdrico. Esto es particularmente importante si se trata
de nios que realizan actividad fsica dado que tienen mayores problemas de
15

termorregulacin (Delgado, Sinz y Castillo, 1997).


Si el objetivo es reducir el contenido graso, los medios a utilizar pasan por otra
va muy distinta a la que se est desmitificando: combinacin de dieta ligeramente
hipocalrica y prctica de ejercicio fsico aerbico, que involucre a grandes grupos
musculares (Ver tabla 2).
En resumen, la prdida de agua, es decir sudar, no es sinnimo de prdida de
grasa. Por lo tanto, es una contraindicacin absoluta intentar adelgazar a travs de
esta tcnica, porque adems de que no adelgaza, puede producir una deshidratacin
severa, con las complicaciones mencionadas. Por lo tanto, realizar ejercicio fsico con
vestimenta deportiva que ocasione una alta sudoracin, entrenar a horas de mximo
calor o utilizar tcnicas de prdida de peso como tomar una sauna, son prcticas
totalmente incorrectas. Este tipo de errores pueden ser especialmente perjudiciales
para los nios (Delgado, Sinz y Castillo, 1997).
3.4. El mito de la prdida localizada de tejido graso.
Muchas personas se lanzan desaforadas a realizar gran nmero de ejercicios para
la cintura, el abdomen y los glteos, principalmente, con la intencin de reducir la
grasa o adelgazar en estas partes del cuerpo. Esta conducta, que desaparece en cuanto
no consiguen los resultados esperados, se basa en la creencia de que la realizacin de
ejercicios especficos dirigidos a una determinada zona corporal produce un
adelgazamiento o reduccin localizada del tejido adiposo.
Esta creencias viene asociada a la consecucin de cuerpos perfectos, que
entiende al ejercicio fsico como un medio que moldear, fortalecer y adelgazar el
cuerpo en aquellas zonas donde se necesite. Recogiendo esta creencias errnea y
aquellas otra que indica que el ejercicio fsico es salud per se, un nuevo elemento, la
belleza y como consecuencia la atraccin fsica y la aceptacin social ha nacido. No
es necesario explicar las frustraciones que esta concepcin produce en aquellas
personas que creen en la posibilidad de conseguir el modelo de cuerpo de moda, no
slo a travs del ejercicio localizado, sino tambin a travs de otro tipo de tcnicas
16

como cremas reductoras, ciruga, etc. (Pascual, 1998).


Para desmitificar esta idea es preciso comentar que no existen evidencias que
demuestren la existencia de ejercicios localizados capaces de reducir la grasa de reas
corporales especficas. Si acudimos a los datos ms significativos, encontramos el
ejemplo de los tenistas, deportistas que hacen un uso continuado de un brazo.
Diferentes estudios han realizado mediciones del somatotipo de ambos brazos,
valorando el componente endomorfo (graso), ectomorfo (hueso) y mesomorfo
(msculo). Los datos obtenidos indican que estos deportistas tienen en ambos brazos
el mismo porcentaje graso (Sharkey, 2000), lo que indica la imposibilidad de lograr
una prdida localizada de tejido graso (Devs y cols., 2000).
Es absolutamente imposible conseguir una prdida localizada de grasa, ya que el
lugar desde el cual provienen los cidos grasos como combustible durante el ejercicio
depende de factores genticos, morfolgicos, hormonales, etc. As se pierde grasa all
donde ms hay acumulada (Tinajas y Tinajas, 1992; Howley y Franks, 1995), y no
existe ningn ejercicio que sea capaz de hacer desaparecer la grasa de una zona
concreta. Todo ello se resume en que, simplemente no existe la reduccin localizada
(A.A.V.V., 1992; Howley y Franks, 1995).
La creencia de la posibilidad de lograr una prdida localizada de grasa mediante
el ejercicio est muy extendida, sobre todo cuando se trata de la grasa abdominal. El
uso de ejercicios abdominales con el fin de reducir el acumulo graso de la zona es
tremendamente comn. Si bien una potencia abdominal es beneficiosa para la salud,
no por hacer ms abdominales van a desaparecer esos preocupantes "michelines"
(Casimiro, 2000).
Los datos del estudio de Lpez Miarro y Garca (2000) sobre la prevalencia de
este mito en poblacin escolar (secundaria y bachillerato) muestran que se trata de
una idea muy asentada (Grfico 1), quizs porque la publicidad presenta
reiteradamente mtodos y aparatos que prometen una prdida localizada.

17

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

92

87

SI
NO
NS/NC
11

3 E.S.O.

1 BACH

Grfico 1. Porcentaje de sujetos que creen en la posibilidad de perder grasa


abdominal realizando ejercicios abdominales (Lpez Miarro y Garca, 2000).

Adems, hay que considerar que las directrices que debe reunir un ejercicio
para lograr una reduccin del peso graso, es difcilmente asumible por la musculatura
abdominal en estas personas (Tabla 2).

VARIABLE
FRECUENCIA (DAS DE LA SEMANA

RECOMENDACIN DEL ACSM


ENTRE 3 y 5 DAS / SEMANA

QUE SE HACE ACTIVIDAD)


INTENSIDAD ESFUERZO

55-90% de la Frecuencia Cardaca

REQUERIDO

Mxima; 40-85% de la Frecuencia


Cardiaca de Reserva

18

DURACIN (TIEMPO DE ACTIVIDAD 20-60 Minutos de actividad continuada


POR DA)

o con paradas (sesiones de 10


minutos varias veces al da).

MODO O TIPO DE ACTIVIDAD

Cualquiera que emplee grandes


grupos musculares y pueda ser
mantenida de forma continua
(caminatas, correr, bicicleta, baile,
remo, etc.).

Tabla 2. Recomendaciones del ACSM en cuanto cantidad y calidad de la


Actividad Fsica cardiorrespiratoria desde una perspectiva de salud.
4. CONSIDERACIONES FINALES.
La prevalencia de mitos en la poblacin escolarizada y adulta es alta en gran
parte de los mitos comentados y otros que no lo han sido.
Esta alta prevalencia viene comportada por una enseanza parcializada e
insuficiente del alumnado, y por una insuficiente preparacin de los profesionales
docentes y tcnicos deportivos que estimulan la permanencia de estos mitos. Junto a
ellos, la familia y, especialmente, los medios de comunicacin (televisin y revistas)
se presentan como colaboradores en la transmisin de estas creencias errneas.
Por tanto, esta situacin determina una alta posibilidad de crear situaciones de
riesgo para la salud, y una incorrecta adecuacin de la actividad hacia objetivos
saludables.
Como orientacin bsica, es necesario ensear al alumnado los procedimientos
correctos a travs de la integracin en la programacin de aula de un proceso de
tratamiento de creencias errneas, basado en contenidos procedimentales que
integren los aspectos conceptuales y actitudinales necesarios para su consolidacin.
Es necesario favorecer la conciencia crtica en el alumnado mediante experiencias
reflexivas tericas y prcticas, de forma que puedan analizar y problematizar los
19

tpicos relacionados con el ejercicio fsico y la salud (Devs y Peir, 1992).


5. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS.
A.A.V.V. (1992). Ejercicio fsico para mejorar la salud. Pirmide: Madrid.
guila Soto, C.; Casimiro Andjar, A.J. (1998). Bases metodolgicas para el
correcto diseo de programas de ejercicio fsico para la salud. Revista de Educacin
Fsica, 67: 11-15.
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