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La Religión en La Epoca Colonial

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Seminario Mayor San Martn de

Porres
Dicesis de Chosica

Reporte de un artculo sobre la religin en la


poca colonial, siglos XVI y XVII

Curso: Historia de la Iglesia IV

Profesor: Roberto Padilla

Integrantes:
-

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Agosto, 2015

Introduccin:
El presente trabajo contiene los aspectos importantes y concretos
sobre la obra evangelizadora de los primeros misioneros en el nuevo
mundo que llegaron con los conquistadores. Este hecho abarca los
acontecimientos desarrollados entre los siglos XVI y XVII. Como se
sabe, los conquistadores trajeron la religin cristiana y en nombre de
Dios tomaron posesin de los terrenos que por derecho natural no les
perteneca. El trabajo de evangelizacin fue duro para los misioneros
porque tuvieron que lidiar contra los interese personales de los
conquistadores. El objetivo de los misioneros era cristianizar a los
indgenas, adoctrinarles en fe de la Iglesia, y extirpar los cultos
paganos de sus ancestros, cambindolos por devociones a nuestro
Seor, a la Virgen y a los santos. Toribio de Mogrovejo, Arzobispo
Loayza, cada uno con su peculiar obrar hicieron posible la extensin
de la Iglesia en Latinoamrica. Tambin podemos mencionar los
primeros frutos de santidad que arroj este trabajo misionero, aunque
no todos nacieron en el Per pero s vivieron una vida admirable y
virtuosa. Entre ellos estn Rosa de Lima, Martn de Porres, Toribio de
Mogrovejo, Juan Masas, y Francisco Solano. El reporte est
estructurado en cuatro partes.

LA RELIGIN EN LA EPOCA COLONIAL, SIGLOS XVI, XVII


1.- IMPLANTACIN DE LA IGLESIA EN EL PER
Fray Vicente Valverde fue obispo de la primera dicesis del Cuzco en
Per. Abarcaba prcticamente todos los territorios conquistados. A
solicitud del El obispo Valverde y de Pizarro la dicesis cuzquea
qued dividida el 4 de mayo de 1541 en tres obispados: Lima, Quito,
y la del Cuzco. Este ltimo fue pastoreada por fray Jernimo de
Loayza, dominico, y fue primer obispo de Lima.
Las dicesis de Cuzco, Quito, Popayn, Tierra Firme y Nicaragua,
Asuncin, Santiago de Chile y Charcas dependan de la de Lima
porque fue promovida a arzobispado el 16 de noviembre de 1547.
Los primeros dos concilios limenses y la obra del arzobispo
Loayza
Evangelizar a los indgenas era la tarea primordial de los Obispos. El
gtrabajo evangelizador corra el peligro de convertirse en infecundas
y quedar complicadas por el individualismo anrquico. Por eso, se
convoc el Primer Concilio Limense, que se inici el 4 de octubre de
1551 hasta fines de febrero de 1552. A ella asistieron representantes
de las dicesis y representantes de las rdenes religiosas establecidas
en el Per: dominicos, franciscanos, mercedarios y agustinos.

El tema central del Concilio local fue la catequesis de los indgenas.


Para realizar esta tarea era necesario adaptarse a la forma de pensar
de los indgenas y guardar cuidado en la transmisin de la fe. Se
tomaron las siguientes medidas:

Constitucin de un compendio de los principales artculos de la


fe.
Redaccin de una cartilla con la explicacin en quechua.
Los indgenas recibieron los sacramentos del bautismo, la
penitencia y el matrimonio, bajo enseanza previa. Y con
mucho recelo se les permiti recibir la eucarista.
Prescribieron normas metodolgicas sobre la manera de
ensear el catecismo.

El II Concilio Limense fue convocado por Loayza para el 1 de febrero


de 1567 en Lima, con el fin de acomodar las normas del Concilio de
Trento a la realidad del Nuevo Mundo conquistado y para preservar la
pureza de la fe de los espaoles residentes all.
Santo Toribio de Mogrovejo y sus visitas pastorales
Toribio de Mogrovejo fue elegido sucesor de Loayza. l era inquisidor
en GranadaEra un laico al servicio de la Iglesia. Fue designado
arzobispo de Lima el 16 de marzo de 1579.
Lleg a Paita en marzo de 1581 luego se su nombramiento y
consagracin episcopal. Entr en Lima el 1 de mayo de 1581.
La mayor parte que dur su pastoral, se dedic a viajar a lo largo y
ancho de su dicesis, con el fin de conocer personalmente a los fieles
cristianos y para evangelizar a los que no conocan todava la fe. Los
lugares que visit Santo Toribio en cada uno de sus cuatro viajes
pastorales fueron los siguientes:
1er. viaje (1584-1590): Pativilca, Cajacay, Huaraz, Recuay, Pallasca,
Conchucos, Cajamarca, Chachapoyas, Huacrachuco, Hunuco,
Conchamarca, Sicaya, Huarochir, San Damin, Cajatambo, Checras.
2do. viaje (1593-1599): Carabayllo, Ancash, Trujillo, Chiclayo y
Lammbayeque, y Chchapoyas. Luego se dirigi a los valles de Mala,
Caete, Chincha e Ica.
3er. viaje (1601-1604): Junn y Hunuco, Ica, Cajatambo, y Chancay.
4to. viaje (1605): Barranca, Cajatambo, Huaylas, Casma, Pacasmayo y
Chiclayo, Motupe, Saa. Falleci el 23 de marzo de 1605.
Toribi recorri la difcil geografa del territorio peruano y todo el
camino lo hizo a pie o a lomo de mula y caballo.

El III Concilio Limense


Otro merito por la se recuerda a Santo Toribio de Mogrovejo es el III
Concilio Limense con la finalidad de poner en orden las cosas
tocantes al buen gobierno espiritual de las almas de esos naturales,
su doctrina, conversin y buen enseamiento, y otras cosas muy
convenientes y necesarias a la propagacin del Evangelio y bien de la
religin.
Este III concilio estuvo representada por todos los representantes de
obispados de la Iglesia en Amrica del Sur y Amrica Central bajo
dominios espaol. Cada delegacin envi a sus telogos ms
insignes.
Uno de los logros fue elaborar un catecismo nico en castellano,
quechua y aymara. El jesuita Jos de Acosta, redact el texto en
castellano, y luego fue traducido a las lenguas de los indios por Juan
de Balboa y Blas Valera.
El Concilio prohibi a los sacerdotes y agentes pastorales dedicarse al
comercio, la explotacin industrial y todo lo que fuera negociacin
lucrativa. El Concilio reglament tambin la admisin de indios y
mestizos al sacerdocio. Pero en la prctica no se les admita como
candidatos porque la tradicin idoltrica todava no haba sido
disipada del todo por la fe cristiana. Otro logr tambin fue la
creacin de seminarios diocesanos, segn las disposiciones del
Concilio de Trento. El mismo Santo Toribio inaugur el de Lima.
La extirpacin de las idolatras
La obra evangelizadora todava no estaba consumada porque el
paganismo an no haba sido eliminado del Per. Se descubrieron la
existencia de hechiceros, dolos y amuletos, que los mismos indgenas
mantenan a escondidas de los espaoles. Un indio llamado Hernando
Pucar era el principal difusor de estas creencias ancestrales.
La persistencia de estas creencias idlatras era un peligro para la
fidelidad a la fe y la vida cristiana de los indgenas. Por ello, el
arzobispo de Lima, Bartolom Lobo Guerrero, y el virrey marqus de
Montesclaros decidieron realizar un auto de fe el 20 de diciembre
en la Plaza de Armas de Lima. Por tal motivo se convoc a todos los
indios de las cercanas. El cura vila predic a los indios, primero en
quechua y luego en espaol. Luego, el indio Hernando Pucar, atado a
un tronco, fue sentenciado a ser trasquilado, recibi doscientos
azotes y fue desterrado a Chile. Y por ltimo, se quemaron todos los
objetos idoltricos.
Se nombr una comisin encabezada por el cura vila para realizar
pesquisas en los pueblos de la serrana de Huarochir, Yauyos y
Chachapoyas. Ellos encontraron a los indios hechiceros, destruan

adoratorios y enseaban con paciencia y benignidad la verdadera


doctrina a los indios. Una vez destruidos los dolos fueron
reemplazados por cruces.
Principios y mtodos en la campaa anti-idoltrica
La reeducacin, deba realizarse de manera pacfica y enrgica a la
vez porque la suavidad sola no sirve para descubrir los dolos que los
indios ocultaban. Se debi ganar la amistad de aquellos indgenas que
eran respetados y que gozaban de autoridad, en particular de los
caciques. Los indgenas eran convocados al sermn en la maana y a
la puesta del sol para el catecismo. Se peda a los pobladores que
descubrieran las huacas y los objetos ligados al culto idoltrico.
Luego de reunidos los objetos de culto idoltrico, se los llevaba a un
lugar de las afueras del pueblo y se los quemaba en una gran
hoguera. Los hechiceros ms persistentes en sus errores eran
llevados a Lima y recluidos en la Casa de Santa Cruz en el Cercado,
donde cada da un sacerdote les explicaba la doctrina cristiana. Al
terminar la condena temporal, o una vez regenerados, eran dejados
en libertad.
2. LA TRANSFORMACIN RELIGIOSA
La nueva religiosidad popular
La nueva forma de religiosidad cristiana, se enriqueci tanto con los
elementos provenientes de Espaa, como de los elementos religiosos
ya presentes en lo sagrado del indgena del Nuevo Mundo. Por ello se
aparecieron manifestaciones inculturadas y nuevas de devocin
cristiana. Esto se expresa en signos, gestos concretos, acciones
cotidianas. Entre las manifestaciones de devocin popular tenemos
las devociones y santuarios tanto en honor de nuestro Seor como a
la Virgen Mara, as como las advocaciones a los santos. Entre los ms
representantes por la magnitud de su difusin podemos mencionar a
los siguientes: los santuarios de Copacabana y Cocharcas y la
devocin al Seor de los Milagros.
El Seor de los Milagros
Hacia el ao de 1650 exista una cofrada de negros de raza Angola
en el barrio de Pachacamilla. Celebraban sus reuniones en un msero
galpn. En tal lugar la cofrada mand hacer en una de las paredes
una imagen de Cristo crucificado. Fue pintada sobre un muro de
adobe; la imagen ya estaba terminada en 1651. All era venerada por
los miembros de la cofrada y por las pocas personas que por all
pasaban. No haba, ciertamente, mucho futuro para la imagen.
El 13 de noviembre de 1655 sucedi un terremoto, que caus
estragos en Lima y el Callao, dej, sin embargo, intacto el muro. Otro
acontecimiento pordigioso fue la curacin de un hombre piadoso,

Antonio de Len. Debido a que los miembros d ela s cofradas


realizaban bailes sensuales y se emborrachan en las celebraciones se
tart de eliminar la imagen sin tener xito por extraas causas. Y, el
14 de setiembre, fiesta de la Exaltacin de la Cruz, se celebr all la
primera Misa ante la imagen. De esta maneras quedaba asegurado y
confirmado el culto, y ms an con el nombramiento de un
mayordomo de la capilla, realizado por la autoridad eclesistica.

3. FIGURAS DE SANTIDAD
Entre los santos renombrados tenemos a:
Santa Rosa de Lima
Naci en Lima el 30 de abril de 1586. Ella tom por modelo a Santa
Catalina de Siena en el espritu de oracin y penitencia. Se hizo
terciaria dominica. Vivi largos periodos de tiempo en una cabaa que
haba construido en el huerto de la casa paterna, donde pasaba ratos
de oracin, penitencia. Goz de gracias divinas extraordinarias.
Falleci el 24 de agosto de 1617, a los 31 aos de edad. Fue
canonizada el 12 de abril de 1671 y fue la primera Santa del Nuevo
Mundo.

San Martn de Porras


Naci Martn en diciembre de 1579, hijo del caballero Juan de Porras,
y de una negra panamea llamada Ana Velzquez. Fue admitido como
`donado' de la orden dominica en 1594. Serva en los menesteres
ms humildes; sobre todo a los pobres y como enfermero del
convento de Santo Domingo. Profes en 1603. Falleci el 3 de
noviembre de 1639 a los 60 aos de edad. Fue canonizado el 6 de
mayo de 1962.
San Francisco Solano
Naci en Montilla el 10 de marzo de 1549. A los 20 aos ingres en la
Orden de Hermanos Menores de San Francisco de Ass. En 1602 vino a
Lima, donde desempe el cargo de Guardin en el convento de
Santa Mara de los ngeles. Se ejercit en la oracin y la penitencia, y
prctica de las obras de caridad con el prjimo. Falleci en Lima el 14
de julio de 1610. Fue canonizado el 27 de diciembre de 1726.
San Juan Masas
Naci en Ribera del Fresno el 2 de marzo de 1585, hijo de Pedro de
Arcas y de Ins Snchez. En 1620 se consagr a Dios en la vida

religiosa como lego cooperador dominico. Pas una vida de


austeridad, mortificacin y oracin. Practic la caridad para con
todos, Falleci el 16 de setiembre de 1645. Fue canonizado el 28 de
setiembre de 1975.
4. LA INQUISICIN
En 1231, el Papa Gregorio IX crey conveniente la creacin de una
institucin que se dedicara al asunto de la defensa de la fe, y convoc
a los dominicos, orden religiosa de reciente fundacin, para que
llevaran adelante la lucha contra la hereja.
La finalidad buscada era la conversin de los herejes y su
reintegracin a la Iglesia. El de la inquisicin estaba dividido en
etapas:
-

Se proclamaba el tiempo de gracia, de 15 a 30 das. En este


tiempo, todo hereje poda confesar sus errores.
Se proclamaba el edicto de fe y, bajo pena de excomunin, se
exiga de todos que delatasen a los herejes o sospechosos de
hereja.
Una vez terminado el tiempo de gracia, se proceda a la
persecucin y se citaba de manera enrgica a los sujetos
acusados.
Luego segua el interrogatorio. Esto se haca ante dos religiosos
y un notario. En caso de que el acusado se negase
obstinadamente a confesar su culpa, habiendo indicios
bastante, se proceda a la tortura.
Luego vena la sentencia. El ltimo paso era la ejecucin de la
sentencia, que era llevada a cabo por la autoridad civil.

En caso de que se aplicara la pena de muerte, sta no deba conllevar


derramamiento de sangre; por lo tanto, la hoguera era el medio
preferido. Otras penas para el delito de hereja eran: remar en las
galeras, el destierro, la confiscacin de bienes, la crcel. Otras
sentencias menos duras eran las peregrinaciones, los azotes, los
signos de infamia (vestidos humillantes de color amarillo, vela verde,
soga a la garganta, coroza blanca).
Conclusiones

La implantacin de la Iglesia en el Per se debe a los hombres


ilustres, Arzobispo Loayza y Toribio de Mogrovejo.
Se valor el idioma de los pobladores autctonos del nuevo
mundo. Por eso se tradujo el Catecismo en Quechua y Aymara.
Toribio de Mogrovejo, hombre de insigne amor a Dios recorri
todo su territorio para conocer a quienes les haba sido
confiados en el cuidado pastoral.

Los frutos de santidad en el Per fueron de provecho para el


pueblo peruano para inspirar en el camino de la oracin,
penitencia y sobre de amor al prjimo.
Las devociones de la religiosidad cristiana se enraizaron
profundamente en la vida los habitantes del nuevo mundo. Por
eso forma parte de la historia cultural de cada pueblo y sobre
todo de la historia de la vida de fe heredada de generacin a
generacin.
La inquisicin tal como fue realizada solo sirvi para castigar y
asesinar en nombre de la pureza de la fe.

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