Tratado Inmaculada Concepción
Tratado Inmaculada Concepción
Tratado Inmaculada Concepción
TRATADO DE LA INMACULADA
CONCEPCIN DE NUESTRA SEORA
(1582)
INTRODUCCIN Y EDICIN
Juan Cruz Cruz
M Idoya Zorroza
SECRETARIA
ISSN: 1696-0637
Depsito Legal: NA 3222-2004
Pamplona
NDICE
INTRODUCCIN
Juan Cruz Cruz
Los hitos de una vida................................................................................
Sus obras impresas ..................................................................................
Sus obras manuscritas ..............................................................................
Algunos estudios relevantes.......................................................................
Su postura inmaculista .............................................................................
Mtodo y alcance de su investigacin
a) La letra y el espritu.........................................................................
b) Verdad y compromiso.......................................................................
Esta edicin del Tratado
a) El primer tratado sistemtico en castellano............................................
b) El ttulo del Tratado .........................................................................
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Captulo III. Cul cre Dios al primer hombre, en cuanto al cuerpo y cuanto al
alma.................................................................................................
Captulo IV. Del mandamiento que puso Dios a Adn y a Eva, y de la justicia
original, de donde se entender despus qu se llama pecado original..............
Captulo V. Que por ser hijos de Adn somos traidores y mritamente privados
del mayorazgo. Y que entendi Adn que haba en Dios remedio para su cada.....................................................................................................
Captulo VI. Cmo fue el pecado original en Adn, y cmo es en nosotros, y qu
sea fomes peccati ................................................................................
Captulo VII. Qu sea propiamente la fiesta de la Concepcin de Nuestra Seora
y cmo se ha de entender cuando la llamaren santificada ...........................
Captulo VIII. Cmo fue la gracia de Jesucristo Nuestro Seor y de Nuestra
Seora ..............................................................................................
Captulo IX. Que aunque la madre de Dios se diga ancilla no fue comprehendida
en la ley de los otros............................................................................
Captulo X. En que se confirma lo dicho con el ejemplo del rey Asuero con la
Reina Ester........................................................................................
Captulo XI. Qu quiere decir ser concebida una persona en pecado original.........
Captulo XII. Cul fue la concepcin de Nuestra Seora, cun llena de virtudes y
dones, y cul uso de razn tendra y qu actos en el vientre de su madre..........
Captulo XIII. Confrmase lo dicho del lbero arbitrio de Nuestra Seora, cuando
comenz a ser no como los otros, sino ser de grande santidad y ejercicio de
ella...................................................................................................
Captulo XIV. Que siempre tuvo paz consigo Nuestra Seora en todas sus obras
y palabras y pensamientos, aunque por va de sugestin fuese tentada como
Jesucristo su hijo................................................................................
Captulo XV. Que en Nuestra Seora no hubo qu lavar, porque nunca tuvo
culpa, ni en su predestinacin la hubo.....................................................
Captulo XVI. Que trata de la santificacin de san Juan y concluye diciendo cmo
se ha de celebrar la Concepcin de Nuestra Seora .....................................
PARTE SEGUNDA DEL TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIN DE
NUESTRA SEORA: QUE TRATA DE LAS RAZONES QUE HAY PARA ELLO
Captulo I. En el cual se propone lo que se ha de decir ....................................
Captulo II. De la primera razn que se toma de la bondad y amor y misericordia
de Dios Nuestro Seor .........................................................................
Captulo III. De la prueba del mayor amor, y del mayor mal y mayor bien que
podemos hacer cerca del servicio de Dios, y del mayor bien que hace Dios a
los hombres.......................................................................................
Captulo IV. De la segunda razn que se saca de la obligacin que tenemos de
honrar a nuestros padres........................................................................
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APNDICE
VIDA Y OBRAS DE DIEGO PREZ DE VALDIVIA
Luis Muoz
Vida y virtudes del venerable padre el doctor Diego Prez de Valdivia .................
Pasa a Barcelona, queda de asiento en esta ciudad............................................
Prosigue la materia del pasado: sus escritos y virtudes.....................................
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INTRODUCCIN
Juan Cruz Cruz
Diego Prez de Valdivia naci en Baeza, hacia el ao 1520 1523, segn se desprende de su propios testimonios: pues en un prefacio de 1580
(Camino y puerta para la oracin) afirma que tena 60 aos; y en otro de
1585 (Aviso de gente recogida) dice que tena 62 aos. Menos fiable es la
fecha que se halla en la Relacin de causas despachadas por la Inquisicin
entre 1576 y 1577, donde se dice, sin precisar, que era de 50 aos de edad
(AHN: Inq., leg 1856/1).
En Baeza trat con el Maestro Juan de vila, quien le estimul intelectualmente y le prepar para colaborar en las obras que llevaba a cabo en el
orden cultural y religioso. Durante varios aos rigi una ctedra de Teologa
en la Universidad de Baeza, fundada por el Maestro vila. Tras ser injusta
mente perseguido y encarcelado por la Inquisicin, pas a Barcelona, donde
realiz una magnfica labor universitaria y sacerdotal. Muri en la Ciudad
Condal el veinte y ocho de febrero, a las once de la noche, de mil y qui
nientos y ochenta y nueve, segn relata puntualmente Luis Muoz, su bi
grafo, cuya obra titulada Vida del Padre Diego Prez de Valdivia (1635) se
incluye como apndice a esta edicin1.
El Licenciado Luis Muoz fue un seglar nacido en el ltimo tercio del siglo XVI, relator
del Consejo Real y Contadura mayor de Hacienda. Bigrafo acreditado y hombre devoto, sus
escritos conmueven por su ingenuidad y sencillez. Su criterio histrico es bastante seguro;
sus afirmaciones estn respaldadas por las fuentes que utiliza.
Siguiendo un sobrio criterio de investigacin public, entre 1626 y 1653, ocho obras hagiogrficas. La biografa del baezano Diego Prez de Valdivia, que aqu se ofrece completa, se
relata en los captulos 12, 13 y 14 de la Vida de san Juan de vila (Segunda Parte) que Muoz
escribi, teniendo a su disposicin un riqusimo tesoro de testimonios escritos, provenientes
de muchas fuentes, como de doctores de la Universidad de Baeza, de religiosos de la Compaa
de Jess, de sacerdotes y personas honradas y veraces.
En el modo de exponer su biografa Muoz es hijo de su tiempo, en el que los autores
acostumbraban a yuxtaponer sucesos que, a pesar de su veracidad, resultaban a veces inconexos o haban sucedido con una distancia temporal de varios lustros. Pero Muoz los
presenta con un estilo sugestivo y grato. Por los datos que maneja y por la calidad de los
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documentos en que se basa, la pequea biografa que Muoz perfila de Diego Prez de Valdivia
conserva todava para los investigadores actuales el carcter de fuente histrica.
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Debo mencionar los trabajos que ayudan a precisar los datos biogrficos
y los itinerarios teolgicos de nuestro personaje.
Hay una extensa biografa de Diego Prez en la Crnica de los Capuchi
nos de Catalua, escrita en el ao 1612 por el P. Valladolid; se halla en el
Manuscrito 987 de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona (pp. 292301). Tambin se encuentran notas biogrficas, escritas por el carmelita des
calzo P. Juan de San Jos, en el Manuscrito 991 de la Biblioteca de la Uni
versidad de Barcelona. El Licenciado Luis Muoz escribi sobre Diego P
rez una biografa (1635) que aqu se ofrece ntegra. Un resumen de la vida y
escritos de Diego Prez se halla en V. de Peralta: El doctor Prez de Valdi
via, escritor mstico del siglo XVI, Estudios Franciscanos, 27 (1921), 177225.
Ms recientemente, lvaro Huerga public una erudita Introduccin a la
reedicin del Aviso de gente recogida (Madrid 1977). De Juan Esquerda
Bifet cabe mencionar su tesis doctoral, titulada El tratado sobre la Inmacu
lada de Diego Prez de Valdivia (1964); as como el artculo Un marilo
go catedrtico de la Universidad de Barcelona. Diego Prez de Valdivia, en
Estudios Marianos, 33 (1969), 279-303; tambin es autor del Estudio preli
minar a la reedicin del Aviso de gente recogida, antes mencionada; en to
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SU POSTURA INMACULISTA
Cabe recordar que la fiesta de la Concepcin de Mara tuvo su origen en los monasterios
de Palestina hacia el siglo VII; pero en la mayora de los casos Mara quedaba referida a la
Concepcin de Santa Ana (cuya concepcin activa no fue desde luego inmaculada). Los mon
jes de oriente la incluyeron en sus liturgias: est ya registrada en el calendario de Basilio II
(siglo X); y desde el siglo IX la fiesta de la Concepcin se celebraba el 9 de diciembre. En
cambio, en algunos lugares de la Iglesia Occidental, tambin por influjo de los monasterios,
empez celebrndose, desde el siglo XII, el 8 de diciembre.
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original. Y para mostrar los hilos de este tema central, el ilustre telogo vuelve, una y otra vez, a ofrecer en su Tratado los mejores argumentos referentes
a la Inmaculada Concepcin, especialmente el que haba propuesto Duns
Escoto en el siglo XIII: Decuit, potuit, ergo fecit (Convino a Dios, pudo,
luego lo hizo). Hay, inicialmente, una razn de conveniencia para que
Mara fuera santificada en el seno de su madre: pues la que engendrara al
Hijo de Dios deba recibir los mayores privilegios de gracias. Y como el Hijo
de Dios era tambin perfecto Redentor, ejerci una redencin soberana respecto a la persona de su Madre; redencin que, lejos de ser una mera liberacin del pecado contrado, fue una preservacin de toda huella de
pecado.
Cuando la obra de Prez de Valdivia es leda por nosotros, hombres del
siglo XXI, justo cuando se celebra el 150 aniversario de la proclamacin del
dogma de la Inmaculada Concepcin, nuestro nimo se conmueve. Pues
aquel autor emple los mismos argumentos que llevaron a Po IX a efectuar
en 1854 esta definicin solemne: La Virgen Mara, en el primer instante de
su concepcin, por singular privilegio y gracia concedidos por Dios, en vista
de los mritos de Jesucristo, Salvador del linaje humano, fue preservada de
toda mancha de pecado original.
Esta definicin encierra varios aspectos bsicos que, contenidos en el
depsito de la Revelacin (Escritura y Tradicin), encontramos tambin desarrollados en el libro de Prez de Valdivia:
1 La Virgen Mara ha sido preservada de toda mancha de pecado
original, o sea: resguardada de toda enemistad con Dios y de servidumbre al
demonio, efectos que implican la privacin de la gracia santificante. Por lo
tanto, fue preservada de la huella de pecado original recibiendo la gracia
santificante.
2 Esa preservacin ocurri en el primer instante de su concepcin, es
decir, cuando su alma fue creada y unida simultneamente al cuerpo,
constituyndose Mara como persona humana.
3 El privilegio de la preservacin se refiere, pues, a la persona humana
de Mara. O sea, el sujeto de la preservacin no fue la actividad generativa de
los padres, ni el semen generador, ni el cuerpo ni el alma separados, sino la
persona misma, constituida por la animacin: la santificacin de Mara no
ocurri antes de la infusin del alma en la carne. Tampoco tuvo lugar
despus de la infusin del alma. La santificacin de Mara ocurri en el
momento mismo de la infusin del alma en el cuerpo. Y su alma no fue
creada antes que pudiese ser infundida y santificada, sino en el mismo
momento de la infusin en el cuerpo.
4 La Virgen Mara fue preservada del pecado original en virtud de los
mritos de Jesucristo, Salvador del gnero humano. Por tanto, su primera
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a) La letra y el espritu
El Tratado de Diego Prez se divide en cinco partes: 1 Qu significa
Concepcin Inmaculada. 2 Razones teolgicas para afirmar el privilegio
mariano. 3 Figuras del Antiguo Testamento sobre el privilegio. 4 Respuesta
a las preguntas puestas al principio del Tratado. 5 Dificultades en contra del
privilegio y su solucin.
Para entrar en los recovecos de tan profundo misterio, Prez de Valdivia
utiliza, en la composicin de su Tratado, una metodologa sencilla y adecuada. Inicia su investigacin planteando cinco preguntas absolutamente
fundamentales. Pero advierte inmediatamente que deja las respuestas para el
final de la investigacin: con lo cual tensa todo el tratado, produciendo un
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b) Verdad y compromiso
Hay, en fin, un punto terico ambiguo que, aunque no se refiere al contenido del dogma mariano en s mismo, se relaciona con la posibilidad de su
definicin. l dice que la Iglesia nunca definira el privilegio mariano. Qu
sentido tiene esta afirmacin? Quien haya ledo con atencin todo el tratado
comprender enseguida que la respuesta ha de ser ponderada: pues lo que
quizs est queriendo decir Diego Prez es lo contrario del sentido
inmediato de sus palabras. Veamos:
a) Es claro que todo el que niegue la realidad o la probabilidad del privilegio, al mismo tiempo niega que pueda proponerse como verdad la
Inmaculada Concepcin. Pero no es ste el caso de Diego Prez: l piensa
que est ante una conclusin teolgica cierta (verdad cierta), y no ve aceptable que alguien admita lo contrario sin temeridad.
b) Pero en este punto se encuentra Diego Prez con la orden papal de
que no se tache de hereje a quien sostenga lo contrario. Debi de pesar bastante esta indicacin en el nimo de san Roberto Belarmino, cuando ense-
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aba (1617) que no se puede definir que la opinin opuesta sea hertica:
o sea, no se podra admitir que la creencia piadosa en la Inmaculada fuese
una verdad de fe; ya que eso significara que la proposicin opuesta es
hertica. Aos antes haba enseado en Salamanca una tesis parecida Melchor Cano, para quien la sentencia inmaculista es slo probable y nunca podr admitirse como de fe. Es decir, si se afirmaba que era una verdad de fe,
automticamente se tachara de hertica la proposicin opuesta.
c) Prez de Valdivia, que en su proceso inquisitorial ya haba sufrido la
incomprensin por motivos ms ftiles atribuyndole conclusiones pavorosas sacadas de expresiones descontextualizadas, no estara dispuesto a
crearse un conflicto innecesario; aunque no poda renunciar a su profunda
conviccin. Qu hacer? Mantener su ntima certeza sin abrir una contienda
pblica. En primer lugar, sostiene que la inmaculada concepcin de la
Virgen es una verdad cierta. En segundo lugar, suaviza hacia el exterior su
adhesin indicando que no ser definida, por respeto a los doctores y santos
antiguos que sostenan una postura ajena al inmaculismo concepcionista. Por
lo tanto, no pudiendo contrariar su profunda conviccin, y sin sentirse urgi
do a declarar que el privilegio es definible de derecho, se limit a decir que
la Iglesia de hecho no lo definir.
Tras leer detenidamente su Tratado, estoy convencido de que Diego P
rez de Valdivia admita como verdad cierta el privilegio mariano y que ste
podra ser definido de derecho. Para evitar querellas intiles invoc unos
argumentos externos, tericamente muy dbiles: primero, que no sera defi
nido por respeto a los santos doctores antiguos que no compartan el privile
gio mariano; segundo, que estando tan deterioradas las costumbres de su
poca, podra pensarse que se estaba asistiendo al fin del mundo (Tratado I 1
/ IV 3,1) y, por lo tanto, no habra necesidad de adelantar ya definicin dogmatica alguna3. Pensaba el Maestro baezano seriamente en la validez de este
argumento milenarista? Ni de su Tratado, ni de ninguno de sus libros, se
desprende una demostracin razonada de que su tiempo presente por malo
que fuese era ya el ltimo, el momento en que Satans habra sido soltado
sobre el mundo para engaar a las naciones, haciendo guerra a los elegidos,
guerra que Dios acabara, enviando fuego desde el cielo, viniendo a conti
nuacin el Juicio Universal.
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Gabriel Olsina
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EPSTOLA DEDICATORIA
Muchos das ha que me mand vuesa merced que le escribiese un breve
tratado de la Concepcin de Nuestra Seora, porque deseaba vuesa merced
entender bien entendida esta verdad, y las razones de ella, y tenerlo escrito,
para que cuando quisiese consolarse con la memoria de esta piadosa
doctrina la tuviese a mano, no obstante que cada ao y entre ao se predica
esta fiesta. Empero es nuestra memoria dbil y olvdasenos presto lo que
omos, en especial cuando la materia es algo dificultosa de entender, como
realmente lo es este punto de la Concepcin, del cual manda vuesa merced
que yo trate. Que cierto lo es dificultoso y lo entienden pocos, con aquella
rectitud que se ha de entender. Oso decir que, en cierta manera, as como esta
fiesta es tan universal y tiene tantos devotos, as tiene pocos que la entiendan
bien entendida, y la sientan bien sentida, y la solemnicen con aquella
reverencia y veneracin que a tan grande y alta fiesta se debe. Y aunque yo
tenga muchas y muy grandes obligaciones de servir a vuesa merced, las
cuales solas bastaban y sobraban para que yo hiciese todo lo que vuesa
merced me mandase y yo pudiese, por arduo y dificultoso que fuese, hase ha
allegado esta razn, de entender que ser este mi trabajuelo provechoso para
algunos corazones devotos de esta fiesta y no tan instruidos en la declaracin
de ella.
Digo esto as, porque entiendo que este nimo de vuesa merced tan
generoso, liberal y tan amigo de hacer bien a todos, cuando hubiere ledo
este libro y le hubiere agradado, y reportare algn fruto de l no podr
menos consigo de comunicarlo con algunas personas que de buena voluntad
quisieren escuchar y recibir la doctrina que en este libro se contiene. No
tengo temor que a vuesa merced le ha de ser desabrido este tratado, porque
ya vuesa merced me conoce, y entiende el camino que llevo, y sabe mis
faltas; y as, cuando viere los defectos que en este tratado hallar, pasar
buenamente por l, pues con esa condicin me mand vuesa merced que le
sirviese: de sufrir con paciencia y caridad mis descuidos e ignorancias.
Una cosa le osar a vuesa merced afirmar: que aunque no hay en este
tratado cosas curiosas y agudas y sutiles, ni tampoco haya muchos puntos
muy devotos y tiernos, a lo menos hallar vuesa merced doctrina catlica y
slida de edificacin. Nadie puede tomar nada, si no se lo da del cielo. No
me ha dado a m nuestro Seor las vivezas y blanduras de corazn que a
otros suele dar. Empero, gloria y gracias a su Majestad, que me ha dado
doctrina clara, llana y sencilla y que ensea a servir a nuestro Seor con
mortificiacin y caridad; y conforme a los ejemplos, vida y doctrina de los
que muy ciertamente sabemos que fueron y van al cielo.
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Reciba vuesa merced mi buena voluntad; perdone mis faltas y negligencia, y crame que a vuesa merced y a todo ese santo convento, y a todas
las cosas que les tocan, las deseo servir entraablemente, con verdaderos y
perfectos servicios, y uno de estos servicios es rogar y suplicar Jesucristo,
Seor Dios nuestro, guarde y prospere, con perfecta y entera felicidad.
Amn.
AL CRISTIANO LECTOR
Maravillarse ha, por ventura, el cristiano lector, cuando leyere y oyere
[que] un hombre, tan sin devocin y letras y tenido por tan riguroso, haya
osado tomar la pluma para escribir la limpia Concepcin de Nuestra Seora,
en especial siendo tan discpulo de Santo Toms y tan arrimado a la antigua
doctrina de los santos, pidiendo esta materia un escritor muy agudo, devoto
y erudito. Quiero responder por m, por quitar cuanto en m sea posible la
causa u ocasin de escandalizarse en m algunos prjimos.
As respondo, lo primero, que me lo han mandado y que ms quiero ser
tenido por necio que ser porfiado.
Respondo, lo segundo, que no ha venido a mi noticia libro alguno
estampado en lengua vulgar siendo tan justo que todos entiendan el punto
de esta fiesta que enteramente trate de esta manera. Y as, habiendo yo
muchas veces predicado de esta fiesta, habiendo experimentado, por una
parte, que algunos se han aprovechado de la doctrina que oyeron y, de otra
parte, poquitos son los que entienden este punto de la Concepcin, y cun
pocos dignamente la celebran, y que todo es hablar y hacer cosas exteriores,
ni tener espritu ni disposicin conveniente a la celebracin de esta fiesta, me
determin ofrecer mi pobreza en el templo de Dios y convidar a los muy
devotos y doctos a que, enfadados de ver cun pobre y cortamente trato de
esta materia tan alta y tan rica, se esforzasen a escribir de esta materia
fecunda y eruditamente.
Ruego, pues, cristiano lector, que olvides la culpa ma y te acuerdes de
ilustrar con tus escritos este ilustrsimo punto, de la limpia Concepcin de
Nuestra Seora; y a todos los lectores ruego que no piensen que han de
hallar en este libro milagros, ni revelaciones, ni costumbres, ni juramentos, ni
constituciones de provincias de universidades y cofradas: porque mi intento
no es referir historias, ni examinar a nadie, ni ser censor de opiniones:
solamente pretendo declarar qu quiere decir limpia Concepcin, y qu
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razones y causas hay para que los devotos de esta fiesta se gocen y
consuelen, viendo cun justamente, y con cunta razn, son devotos de esta
fiesta, as como los fieles cristianos se consuelan cuando oyen razones que
persuaden ser nuestra fe catlica muy conforme a razn, aunque sobre toda
razn.
Y juntamente con esto pretendo responder a algunos curiosos que suelen
hacer preguntas acerca de esta fiesta; y finalmente pretendo concluir,
rogando a todos los devotos de esta santa fiesta que la honren y reverencien
con toda limpieza de conciencia, y con toda reverencia, interior y exterior,
para que corresponda la veneracin al venerado.
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EPSTOLA DEDICATORIA:
A LA SACROSANTA REINA DE LOS CIELOS, MARA MADRE DE DIOS,
GABRIEL GRAELLS IMPRESOR, SU MENOR SIERVO HIJO Y DEVOTO,
HUMILDEMENTE SE ENCOMIENDA Y LE OFRECE ESTE LIBRO
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que una obra, tan santa, tan llena de doctrina, espritu y santidad, faltando el
autor quedase sumergida en el profundo del olvido, sino que se pusiese la
vela sobre el candelero y diese luz a todos, a un tiempo que tan necesitado
est el mundo de limpieza. Ha querido Dios hacernos tanta merced en descubrirnos un tan grande secreto, como es que su Madre santsima fuese
concebida sin pecado original, que bien podemos decir: bienaventurados
los ojos que ven lo que nosotros vemos, que muchos Profetas, y Reyes y
Santos lo quisieron ver y no lo vieron; no porque ellos no fuesen ms
devotos y santos que nosotros, sino que Dios por sus secretos juicios no lo
quiso revelar en aquellos tiempos esto, y no hay para qu probarlo, sino que
lean el libro, que en l lo hallarn declarado.
Pues si queremos decir algo del autor, me parece que ms se dir callando que hablando, pues todos los que hoy viven le han conocido y saben su
virtud, su penitencia, su predicacin, su celo de salvar las almas; que, como
espejo, todos nos podemos mirar, porque en la ciudad viva vida eremtica, vida de Marta en la predicacin, de Mara en la contemplacin, ejemplo de Sacerdotes, dechado de Religiosos y Religiosas, y de Vrgines y continentes.
Ms, qu digo? Ya que todos lo saben, ms quiero callar, porque quedara
mi lengua muy corta y atrs que queriendo alabar a quien tanto merece; en
lo que yo faltare, leyendo en el libro hallarn cumplidamente su espritu y
devocin; y darn al autor las gracias del trabajo; y Mara quedar alabada y
su hijo glorificado, el cual vive y reina con el Padre y el Spritu Santo, por
todos los siglos de los siglos. Amn.
CAPTULO I
DE CINCO PREGUNTAS QUE SON COMO FUNDAMENTO,
A LAS CUALES SE RESPONDE AL FIN DE LA OBRA
Todos lo saben, y no hay cosa hoy ms tratada ni celebrada, que haber sido la Santsima Virgen concebida sin pecado; parece que con esta doctrina
se destetan hoy los nios y no hay hombre ni mujer por pecadores que
sean que no se precien de ser devotos de la Concepcin.
Ahora entra mi primera pregunta: Por qu habiendo otras festividades
de Nuestra Seora ms antiguas y verdaderamente mayores, y de quien los
santos larga y resolutamente escribieron, el pueblo cristiano ms solemniza
esta fiesta y ms devoto le es? Claro est que la fiesta de la Anunciacin de
Nuestra Seora, cuando en ella se hizo hombre el Hijo de Dios, es la ms alta
fiesta de Nuestra Seora, as como la ms alta dignidad suya es ser Madre de
Dios. Claro est que la fiesta de su gloriosa Asuncin es la fiesta de la mayor
honra de la Santsima Virgen, pues en aquel da con tanto triunfo subi al
cielo en alma y cuerpo y fue coronada por Reina de los cielos y asentada en
trono real a la diestra del verdadero Salomn. Claro est que el da que el Espritu Santo vino sobre los discpulos, vino tambin sobre la Virgen santsima.
Y si en la Concepcin recibi gracia y en su Natividad y en la Anunciaciacin, y en la Visitacin de santa Isabel y en el Nacimiento de su hijo, y en
todos los ejercicios de amor que ejercit con su hijo hasta su Ascensin en la
venida del Espritu Santo fue plensima de gracia: de manera que, si va por
honra, en la Anunciacin y Asuncin fue ms honrada; si va por gracia, en la
venida del Espritu Santo la recibi maravillosa: qu es, pues, la causa que
mueve a honrar tanto la Concepcin?
Segunda pregunta: Qu es la razn, porque de las otras fiestas hay singulares devociones, unos son ms del Nacimiento, otros de la Asuncin y
otros de la Visitacin, empero de la Concepcin todos lo son cuanto pueden,
que parece dan a entender que esta ha de ser la suprema y general devocin?
Tercera pregunta: Qu es la causa que, estando esta devocin tantos
tiempos disimulada que muy pocos se acordaban de ella, ahora al fin del
mundo (que, cierto, seales hay de que vamos cerca de l, o a lo menos
parece que el mundo nos amenaza que se quiere acabar y los hombres no s
qu fe tienen o sienten de estar cerca del juicio general y del Anticristo) ha
sido nuestro Seor servido que tanto se haya entrado en los corazones de los
hombres, que parece que no es en mano de los hombres no ser muy
afectados a esta solemne fiesta?
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La cuarta pregunta: Por qu esta fiesta tan solemne, tan linda, tan devota,
nos la descubri e inspir nuestro Seor ms a nosotros que a nuestros antecesores, siendo ellos devotsimos de la Santsima Virgen, que dicen de ella
maravillas, siendo tan santos, teniendo tanta luz, tanto espritu y reverencia y
amor a Nuestra Seora? No se enfade nadie de esta pregunta, que cuando
vea la respuesta se holgar.
Quinta pregunta es: Por qu la Catlica Iglesia, aunque ha visto tanta devocin en todos los fieles, nunca ha querido mandar al pueblo cristiano que,
como cosa de fe catlica, crea la santa y pursima Concepcin? Sino solamente se ha contentado a que los fieles lo tengan por cierto cada uno para s
por su devocin, y as hace el negocio, negocio de amor y devocin, y no de
necesidad.
Disposicin para lo que se ha de decir
Estas cinco preguntas se me han ofrecido, las cuales me convienen para
declaracin: declarando primero qu quiere decir Concepcin Inmaculada,
y luego apuntar las razones que hay para entender que as fue, y consolarse
con lo que la piedad cree es tan cierto; a lo cual como en su lugar vere
mos se responde bastantemente y a las preguntas.
Y para declarar el primer punto, conviene mucho declarar algn tanto
qu sea pecado original: porque quien no entendiere bien esto, nunca entender el punto de la Concepcin de Nuestra Seora, el cual consiste en que la
Santsima Virgen no fue concebida en pecado original, como los otros hombres, sino como todos solemos decir: sin ningn pecado concebida.
CAPTULO II
DE CUN DIFICULTOSA MATERIA SEA LA DEL PECADO
ORIGINAL, Y CMO PARTICULAMENTE EN ESTE PUNTO
ES DIOS INCOMPREHENSIBLE
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parece que en alguna manera atina a ella la razn nuestra; y de estas cuatro
verdades, a mi pobre entendimiento se le hace ms dificultosa la del pecado
original que las otras. Porque a mi entendimiento es muy creble todo lo que
engrandece la Majestad de Dios, en bondad, en misericordia, en amor, en liberalidad, en sabidura incomprehensible, y poder magnfico y piadoso. Lo
cual todo hallo yo en la Santsima Trinidad, en la Encarnacin, en el Santsi
mo Sacramento.
Empero considerando lo que da a entender justicia, a nuestro parecer ri
gurosa, y en la cual mira Dios a lo que el pecado y pecador merece, aflgese
mi corazn, viendo segn lo que mi corto entendimiento alcanza que en
las tales obras resplandece ms la justicia que la misericordia; as es lo que
toca a pecado original, como veremos luego. Cuando yo me veo en este
golfo, y me corre tempestad, sgome a la fe y doctrina de la Iglesia Catlica,
que tantos millares de aos ha sabido y enseado, y sgome a que es Dios
incomprehensible y que no le he de tomar yo cuenta de lo que hace, ni se
pueden sus obras del todo comprehender, ni podemos dar razn de todas, y
acurdome que dijo san Agustn, con tan conforme razn, que si Dios fuera
comprenhensible de entendimiento finito, que no fuera Dios: porque Dios es
infinito e incomprehensible. Y miro tambin que no le va ningn criado a
tomar cuenta a su amor de lo que hace, ni le pide razn de lo que manda; y
miro que an el corazn de un hombre es inescrudiable; y miro que me
suelo fiar de un hombre de bien, y creo lo que me dice, aunque a veces no lo
acabe bien de entender; y resulvome con san Pablo, diciendo: Oh, alteza
de las riquezas de la ciencia y sabidura de Dios, cun incomprensibles son
vuestros juicios y qu inscrutables vuestros caminos! (Ro 10). Y con este
navo paso el golfo afirmndome sobre la doctrina de la Santa Escritura y de
la Iglesia Catlica y de todos los santos; y con esta gua dir ahora lo que
todo catlico cristiano debe creer y entender del pecado original.
-
CAPTULO III
CUL CRE DIOS AL PRIMER HOMBRE, EN CUANTO AL CUERPO
Y CUANTO AL ALMA
Muy perfecto y muy cabal cre Dios a nuestros padres Adn y Eva. El
cuerpo era muy sano y gentil, y solamente inclinado a lo natural que le con
vena (Gene 1). Al alma cre Dios a su semejanza e imagen, dndole enten
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CAPTULO IV
DEL MANDAMIENTO QUE PUSO DIOS A ADN Y A EVA, Y DE LA
JUSTICIA ORIGINAL, DE DONDE SE ENTENDER DESPUS
QU SE LLAMA PECADO ORIGINAL
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CAPTULO V
QUE POR SER HIJOS DE ADN SOMOS TRAIDORES Y
MRITAMENTE PRIVADOS DEL MAYORAZGO. Y QUE ENTENDI
ADN QUE HABA EN DIOS REMEDIO PARA SU CADA
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CAPTULO VI
CMO FUE EL PECADO ORIGINAL EN ADN, Y CMO ES
EN NOSOTROS, Y QU SEA FOMES PECCATI
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CAPTULO VII
QU SEA PROPIAMENTE LA FIESTA DE LA CONCEPCIN DE
NUESTRA SEORA Y CMO SE HA DE ENTENDER
CUANDO LA LLAMAREN SANTIFICADA
Parceme que sin pasar de aqu he persuadido, a cuantos esto leyeren, que
en tan grande mal no haba de caer la santsima Madre de Dios: cmo haba
de permitir un Dios tan bueno y todopoderoso, tan mala raza en tan alto
brocado? Por cierto que no lleva camino ninguno! Y as, me parece he
hecho gran parte de la hacienda que pretendo en haber pintado lo mejor que
he podido el pecado original: porque bien considerado y entendido, no
habr quien no diga luego que a millares de leguas no toc esto a la Virgen.
Empero dejemos esto para su lugar propio, y saquemos de aqu muy clara y
fcilmente qu quiera decir la limpia Concepcin de Nuestra Seora: que en
una palabra quiere decir concebida sin pecado original. Esta es, pues, la
fiesta de la Concepcin, y el punto de la devocin de la Concepcin: que
sola la Virgen, entre todos los hijos e hijas de Adn que naturalmente de l
descendieron, no tuvo que ver con culpa original; antes, desde el punto que
comenz a ser en el vientre de la bienaventuada santa Ana, fue santa: no fue
santificada, si santificada quiere decir trocada de pecadora en santa, porque
ningn pecado jams tuvo, antes fue siempre santa. Empero, si santificada
significase que fue hecha santa al cual modo habla alguna vez la santa
Escritura, bien se podra llamar santificada: as como los Espritus Anglicos
que juntamente tuvieron ser y gracia; as como Adn y Eva que fueron
criados en gracia; as como Jesucristo, nuestro Seor, cuya alma, del instante
de su Concepcin, tuvo infinita gracia.
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CAPTULO VIII
CMO FUE LA GRACIA DE JESUCRISTO NUESTRO SEOR
Y DE NUESTRA SEORA
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Conclusin de lo dicho
Fue, pues, la Virgen santsima, en su santa Concepcin, concebida no
solamente no en pecado, sino en perfectsima gracia, ajensima de culpa
original y de todo lo que a ella parece, excepto en lo que es padecer. As
como el Hijo de Dios, como san Pablo dice (Ro 8; Heb 15), en todo lo
natural fue semejante a los hombres, sin que cosa pareciese ni oliese a
pecado; y as como Jesucristo nuestro Seor padeci tantos trabajos
humanos y muri: as la benditsima Virgen. Porque la muerte y trabajos que
por el pecado original entraron no los quiso nuestro Seor quitar con el
santo bautismo y con la gracia en este mundo aunque bien pudiera,
porque as convena para que quedasen para ejercicio de grande
merecimiento; y por esta causa tambin, y para nuestra humillacin, en el
resto de los hombres queda el fomes peccati despus del bautismo.
CAPTULO IX
QUE AUNQUE LA MADRE DE DIOS SE DIGA ANCILLA NO FUE
COMPREHENDIDA EN LA LEY DE LOS OTROS
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servir; empero no siervo del pecado, ni pudo en l caber ser sujeto a pecar, ni
a pena de pecado como pecador (Mac 20).
CAPTULO IX
QUE EN LAS LEYES DE LOS GRANDES PRNCIPES
PARA SUS SBDITOS NO ENTRAN MUJER NI HIJOS
La ley y concierto hecho con Adn (Rom 5) fue como la ley del Rey
Asuero (Est 15), que la puso para todos y no entr en ella la Reina Ester; y
as le dijo: non propter te posita est lex, dando a entender una generalsima y
fundadsima verdad: que las leyes que los grandes prncipes estatuyen para
sus vasallos y sbditos no hablan con su mujer ni sus hijos; porque la ley, en
cuanto ley, es cosa de temor y de pena; y la mujer y los hijos no se precian
de tenerlos como siervos, sino de amor; y as las leyes que son honorficas y
que la guarda de ellas es muy decente a los mayores, sueen guardarlas los
mismos prncipes y su mujer e hijos; empero no por temor ni violencia o
coaccin, que suelen llamar los sabios vim coercitivam que quiere decir
fuerza que compele, empero gurdanla por amor y por buen ejemplo; en
las dems leyes que son penales y tratan de cosas indignas de personas
nobles, ni per vim directivam que llaman que quiere decir por autoridad
que camina y ensea cosas honestas y decentes no tienen que ver los
grandes seores y prncipes ni sus mujeres ni hijos.
CAPTULO X
EN QUE SE CONFIRMA LO DICHO CON EL EJEMPLO DEL
REY ASUERO CON LA REINA ESTER
Pongamos ejemplo en el Rey Asuero, el cual hizo una ley en esta forma,
diciendo: nadie me entre a ver sin mi licencia, so pena de la vida (Est 4,
11); esta ley no obligaba a la mujer, ni a los hijos, sino solamente a los
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CAPTULO XI
QU QUIERE DECIR SER CONCEBIDA UNA PERSONA
EN PECADO ORIGINAL
Volviendo a nuestro propsito, que ha sido declarar qu quiere decir limpia Concepcin de la benditsima Virgen, por cuya causa hemos declarado
qu cosa sea pecado original, para por un contrario entender otro, consta de
todo lo dicho, en resolucin, que ser concebida sin pecado original quiere
decir que fue la benditsima Virgen concebida como todos los otros que
naturalmente descienden de Adn, los cuales en el mismo punto que siendo
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CAPTULO XII
CUL FUE LA CONCEPCIN DE NUESTRA SEORA, CUN LLENA
DE VIRTUDES Y DONES, Y CUL USO DE RAZN TENDRA
Y QU ACTOS EN EL VIENTRE DE SU MADRE
No fue as en ninguna manera en la benditsima Virgen; antes, en el
mismo instante que fue concebida quiero decir, aquel santo corpecito
estuvo formado y le infundi Dios el alma y comenz a ser aquella dichosa
infanta en ese punto mismo comenz a ser perfecta, santa, llena de gracia,
gratsima a los ojos de Dios, llena de todas las virtudes y dones en muy alto y
perfecto grado, mucho ms acabada que el primero Adn y la primera Eva,
cuando Dios los cre. Y no solamente tuvo estos dones y espritu como lo
tienen los nios cuando los acaban de bautizar: que los tienen y no tienen
uso de ellos. Empero tengo para m por muy cierto, con muchas personas
piadosas que entieden lo mismo, que desde el punto de su concepcin tuvo
la benditsima Virgen uso de razn, de tal manera que desde aquel punto
comenz a ejercitar todas las virtudes y dones que le haba dado Dios dentro
de las entraas de su madre: la benditsima hija tena un altsimo y vivsimo
conocimiento de Dios, tena unos actos de fe agudsimos y firmsimos y una
esperanza amplsima y certsima; abrasbase en amor, dispona el tiempo
prudentsimamente, honraba con maravillosa reverencia la divina Majestad;
ofrecase a padecer, humillbase profundsimamente y con santos propsitos
determinaba de ejercitar toda mortificacin. Y para decir en una palabra lo
que entiendo: lo que hacen los perfectos en edad capaz de perfeccin, haca
la dichossima nia en espritu en las entraas de su madre.
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CAPTULO XIII
CONFRMASE LO DICHO DEL LBERO ARBITRIO DE NUESTRA
SEORA, CUANDO COMENZ A SER NO COMO LOS OTROS,
SINO SER DE GRANDE SANTIDAD Y EJERCICIO DE ELLA
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CAPTULO XIV
QUE SIEMPRE TUVO PAZ CONSIGO NUESTRA SEORA EN TODAS
SUS OBRAS Y PALABRAS Y PENSAMIENTOS, AUNQUE POR VA DE
SUGESTIN FUESE TENTADA COMO JESUCRISTO SU HIJO
No negamos por esto que por va de sugestin pudiesen pasar pensamientos contrarios por la imaginacin de la benditsima Virgen (Mat 4):
pues el mismo Hijo de Dios y de la Virgen fue de esta manera tentado en el
desierto, como el santo Evangelio ensea, y los santos doctores declaran. Solamente pretendemos dar a entender que aquel cuerpo dichossimo era
semejante a un espritu anglico, cuanto a no sentir ninguna inclinacin mala
a ningn gnero de pecado, ni ninguna tempestad, ni alboroto, ni inquietud
de los que los hijos de Adn, por santos que sean, suelen a ratos sentir. Roca
fortsima, puerto quietsimo, paraso del Seor era aquel santsimo cuerpo,
visitado siempre de muy frescos aires y muy suaves, y gustos pursimos que
el alma le acarreaba. No senta pesadumbre, no dificultad, no gnero ninguno de contradiccin, ni impedimeno, ni turbacin, en todas las santas
obras y ejercicios, palabras y pensamientos santos que quera ejercitar la Reina del Cielo desde el instante de su concepcin, hasta que parti de este
mundo. Antes el cuerpo en cierto modo le ayudaba al alma, cumplindose
en la santa Virgen aquellas palabras de David: Mi carne y mi corazn se
alegraron en Dios vivo (Ps 83), teniendo en la tierra vida semejante a la del
cielo.
CAPTULO XV
QUE EN NUESTRA SEORA NO HUBO QU LAVAR, PORQUE
NUNCA TUVO CULPA, NI EN SU PREDESTINACIN LA HUBO
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CAPTULO XVI
QUE TRATA DE LA SANTIFICACIN DE SAN JUAN
Y CONCLUYE DICIENDO CMO SE HA DE CELEBRAR LA
CONCEPCIN DE NUESTRA SEORA
CAPTULO I
EN EL CUAL SE PROPONE LO QUE SE HA DE DECIR
CAPTULO II
DE LA PRIMERA RAZN QUE SE TOMA DE LA BONDAD
Y AMOR Y MISERICORDIA DE DIOS NUESTRO SEOR
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CAPTULO III
DE LA PRUEBA DEL MAYOR AMOR, Y DEL MAYOR MAL Y MAYOR
BIEN QUE PODEMOS HACER CERCA DEL SERVICIO DE DIOS,
Y DEL MAYOR BIEN QUE HACE DIOS A LOS HOMBRES
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efectos de ella. Y as, creciendo el amor, crecen los efectos del amor, y si los
efectos son guardar del mal y dar bien, cuanto Dios ms amare una criatura,
tanto ms la librar de mal y le dar dones y bienes. Y la prueba del mayor
amor sern mayores efectos dignos del amor: y los efectos dignos del amor
de Dios son abundancia de espritu y libertad de toda culpa.
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las tuviera, basta ser amor para ser ms estimado y ms digno que todas las
otras virtudes; y los ejercicios y actos del amor son tan ilustres y nobles y
valerosos que valen ms que todos los dems. Cuanto ms, que en esta vida
al grande amor le siguen todos los dems buenos ejercicios corporales y
espirituales.
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7. Concluye del amor: que Nuestra Seora ni tuvo culpa alguna y que es
mejor que los ngeles y las dems criaturas
Y si tan amada es la Reina del cielo de la Santsima Trinidad, y ninguna
cosa lo impide, respndame el lector: es razn, es justo, es conveniente, a
quin parecer bien que le neguemos los efectos del mayor amor? Ha de
haber nadie que se pueda gloriar, delante de ella, que tiene prendas y seales
de mayor amor que ella tiene y le dieron? Si las seales y prueba del amor
son librar de mal y dar bien, y el entero librar de mal es preservar del mal y
no permitir mal: y no digo mucho, que ms es conviene a saber hacer que
el mal no tenga que ver con la tal persona, ni sea cosa que le toque, para que
perfectamente se diga libre y ajena de todo mal, no resta de aqu que no
tuvo que ver culpa ninguna con la benditsima Virgen? Ni habla con ella ley
alguna que trata de caer en pecado o sacar de pecado. Mejor es que todos
los espritus anglicos, con quien no tuvo que ver culpa original; mayor que
Adn y Eva, que sin culpa comenzaron a ser: en ninguna cosa, ni los
primeros padres, ni los espritus anglicos, le llevan ventaja.
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CAPTULO IV
DE LA SEGUNDA RAZN QUE SE SACA DE LA OBLIGACIN QUE
TENEMOS DE HONRAR A NUESTROS PADRES
Ensea la santa Teologa que la ley que Dios nos dio procede de su ley
eterna y rectsima voluntad; y as, todo lo que Dios nos tiene mandado l lo
cumple en toda rectitud (Luc 6, Joan 8, Ro 3). Si nos manda que seamos misericordiosos, l lo es. Si nos manda amar, l ama. Si nos manda que seamos
verdaderos y fieles, l es fidelsimo y versimo. Si nos manda que honremos
padre y madre, l lo cumpli y cumple cumplidsimamente. Todo el Evange-
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7. Consideracin y aviso
Tengo para m que los agudos y devotos que leyeran esto pasarn mil
leguas adelante, sacando de los principios que hemos asentado muchas y
muy vivas razones: que esta doctrina que voy enseando vehementsimamente la persuado con otro gnero de razones [que] se le ofrece[n] a mi
entendimiento; de donde vengo yo a colegir que, si a tan corto y falto de
dones, al entendimiento como el mo tantas razones se le ofrecen, cuntas
ms se le ofrecern a los agudos doctos y pos y que tienen lugar de estudiar
ms a placer, y considerar lo que han de escribir muy despacio! Empero yo
con todas mis faltas dir lo que alcanzo.
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CAPTULO V
DE LA TERCERA RAZN QUE SE TOMA DE LA DIGNIDAD DE DIOS
NUESTRO SEOR, Y SE EXPLICAN AQUELLAS PALABRAS DE
DAVID COELUM COELI DOMINO
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CAPTULO VI
DE LA CUARTA RAZN: LA CUAL SE TOMA DE LA INFINITA
PERFECCIN QUE HAY EN DIOS, Y DE QUE SUS OBRAS
SON PERFECTAS
Otra razn se puede formar para gloria y honra de Dios. Escrito est que
las obras de Dios son perfectas (Deut 32), todo lo que sale de las manos de
aquel supremo artfice muy perfecto sale, en su gnero y condicin. Si cada
uno obra como es, cmo ha de obrar Dios sino como Dios? Que de aqu se
colige en buena razn que nos cre Dios como estamos. Porque de las
manos de Dios no saliera una obra tan imperfecta, como nacemos los hijos
de Adn, perfecto cre Dios al hombre. Por culpa del hombre estamos como
estamos; y la divina bondad nos repar con su sangre. Y volviendo a nuestro
propsito: si las obras de Dios son perfectas, cada una segn su linaje y fin
para que la criaron, sguese que cuanto la obra es ms digna y para ms alto
fin creada, que el sabio y buen artfice y que lo puede hacer la creara tan
perfecta cuanto segn su naturaleza y oficio para que es creada justa y
razonable y tilmente lo pide; que as lo hacen los muy insignes artfices en
las principales obras que hacen: darles toda la perfeccin que pueden y
saben dar.
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4); como si dijsemos claramente: toda la hermosura de la gracia sin ninguna manera de culpa. Hermosa en el entendimiento, hermosa en la voluntad, hermosa en el alma, hermosa en el cuerpo, rica de gracia, adornada de
virtudes y dones, vestida de amor, coronada de todas las perfecciones que
son significadas por las doce estrellas (Apo 12); y porque no piense nadie
que primero fue fea y despus la hermosearon, dice que es toda hermosa, y
que jams tuvo mancha, antes tuvo la luna debajo de los pies, hollando,
enseoreando a toda culpa y a toda imperfeccin. Concedamos, como amigos de la honra de Dios, que la Virgen Santsima fue singularsima obra de
Dios perfecta y sin falta ninguna.
CAPTULO VII
DE LA QUINTA RAZN, SEMEJANTE A LA PASADA: Y ES QUE
TODO ARTFICE SE SEALA EN ALGUNA OBRA
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tantos ms que si fuera de oro; as, eligiendo la Divina Majestad madre para
hacerse hombre, y siendo menester que su madre tuviese naturaleza humana
y no anglica, la hizo tan santa y tan perfecta en lo sobrenatural, que en no
haber tenido culpa y en tener plenitud de gracia y uso desde el principio de
su Concepcin excedi a los ms altos Serafines a lo que mi entendimiento
alcanza, aunque en esto me sujeto a la correccin y mucho ms que los ms
altos Serafines exceden a los nfimos ngeles, y as fue su concepcin inma
culada y hermossima.
CAPTULO VIII
CON EL CUAL, DE TODAS LAS RAZONES DICHAS, CON SIETE
PREGUNTAS Y RESPUESTAS SE CONCLUYE QUE QUISO DIOS, Y
PUDO, PRESERVAR A SU MADRE DE PECADO ORIGINAL, Y AS LO
HIZO
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CAPTULO IX
EN EL CUAL SE ADVIERTE AL LECTOR DE ALGUNA IGNORANCIA
EN QUE ALGUNOS CAEN
Estas son las razones que mi entendimiento convencen: que la benditsima Virgen fue concebida sin pecado, y comenz a ser con perfecta gracia
y uso de ella; y porque alguna gente es tan ignorante que piensan que se
llama la benditsima Virgen concebida sin pecado porque cuando sus padres
la engendraron no tuvieron culpa alguna, no le pese al lector agudo y
discreto si advirtiera aqu que no es esta la causa; que si esta fuera, muchos
son concebidos sin pecado, pues es cierto en la santa Teologa que cuando
los padres con intento de procrear hijos usan del matrimonio conforme a la
santa voluntad de Dios, no slo no pecan engendrando hijos, antes merecen,
y as aquella palabra de David, Ecce in iniquitatibus conceptus sum et in
peccatis concepit me mater mea (Ps 50), no quiere decir que fue engendrado con pecados de sus padres, ni con culpas de su madre, sino que cuando
fue concebido que quiere decir, que cuando comenz a ser en el vientre de
su madre, creando Dios su alma e infundindola en el cuerpo, y constituyndolo en ser de hombre, luego tuvo la culpa original, la cual es principio
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CAPTULO I
DEL PARASO TERRENAL
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CAPTULO II
DE LA ARCA QUE HIZO NO POR EL DILUVIO
La Arca que Dios mand a No (Gen 6) que hiciese, para que en ella se
escapase el gnero humano, en aquellas ocho personas, as como significa la
Iglesia Catlica, as tambin significa la santsima Virgen, por cuya
intercesin somos hechos los hombres dignos de las promesas de Jesucristo
nuestro Seor, y nos libramos del pecado, y tenemos vida de gracia.
Mand Dios a No que hiciese una Arca de una madera muy lisa y
ajustada e incorruptible, y que toda por de fuera la calafetease con un betn
escogidsimo, que ninguna agua la pudiese penetrar, y que tuviese trescientos
codos de largo y cincuenta de ancho y treinta de alto, y que en lo alto
feneciese en un codo de anchura, y que hiciese en esta Arca a un lado una
fenestra que mirase hacia abajo, y que en esta Arca estaran seguros de ser
anegados con las aguas del diluvio, que a todo el resto del linaje humano
haban de anegar. Esta Arca, hecha de tan lisa madera y tan incorruptible, es
la benditsima Virgen, compuesta de alma y cuerpo: tan limpios, tan iguales,
que ni udo de pecado original, ni corteza de pecado actual, ni otra
imperfeccin ninguna haba en ella, con firmsimo betn de defensa y
amparo. La cercaron, pues por una parte quiso la Majestad de Dios que le
comprehendiese la ley puesta contra Adn, y por otra la adornaron de tanta
gracia, virtudes y dones, y con maravillosa confirmacin la confirmaron en
gracia. Trescientos codos de largo tena, que significaba la perfeccin de la
vida contemplativa, que considera los misterios que tan distantes estn de
nuestros ojos corporales. Ciencuenta codos de ancho tena, que significan
aquella perfectsima humildad, tan firme y tan constante, que nad
seguramente sobre todas las aguas de los trabajos y tribulaciones. Treinta
codos de alto tena, que significan la perfeccin de la vida activa, que de la
perfecta contemplativa suele nacer. En un codo se acababa esta arca, que
como el bienaventurado san Juan Evangelista en el Apocalipsis dice (Apoc
21), es medida de ngel, que significa el amor, porque el amor de Dios es el
que lo concluye todo, y lo ata, y lo perfecciona, y lo refirma. Un solo codo
era para denotar la grande perfeccin del amor y pureza y fineza sin mezcla
75
de otro amor. Tena una ventana a un lado que hacia abajo miraba, para
denotar aquella mansedumbre y benignidad con que esta bendita Seora
recibe las oraciones de los que la llaman; y dentro de esta arca haba morada
para todos, porque todos hallan en ella misericordia, como en madre
piadossima. Estaban en esta arca los varones por una parte, y las mujeres por
otra: para significar la integrrima virginidad de esta Seora. Esta es, pues, la
dichosa Arca que nunca fue mojada con pecado, ni amigada con culpa,
siempre anduvo sobre las aguas, trayndolas debajo de los pies, siendo
seora de ellas y no recibiendo dao ninguno de ellas.
CAPTULO III
DEL TABERNCULO EN EL CUAL SE PONE EL ARCA
DEL TESTAMENTO
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CAPTULO IV
DE LA ARCA DEL TESTAMENTO
Al mismo paso camin el Arca del Testameto (Exo 25), la cual muy
particularmente significa la benditsima Virgen; que aunque es verdad que la
Arca del Testamento signific a Jesucristo nuestro Seor, porque as como
en aquella Arca estaban los tesoros de los hijos de Israel que era la vara de
Arn, que significaba la cruz de nuestro Seor, y las tablas de la ley, que
figuraban la viva palabra del Evangelio, y el vaso del Man, que significa el
Santsimo Sacramento, as en Cristo nuestro Seor estan todos los tesoros de
la ciencia y sabidura de Dios.
Empero ms propiamente el Arca significa la benditsima Virgen; y, lo
contenido en ella, a Jesucristo nuestro Seor. Mand Dios que hiciesen
aquella Arca de una madera que era blanca e incorruptible, y el rbol de
que se haca era espinoso. Mand que la hiciesen de dos codos y medio de
largo, y codo y medio de alto y de ancho, y dentro y defuera la guarneciesen de oro, y por lo alto a la redonda la adornasen de una corona de oro. La
madera blanca e incorruptible claro est que significaba aquel cuerpo y alma
en donde jams hubo corrupcin de pecado y hubo perfecta castidad y
virginidad. Ser el rbol espinoso signific aquella grande modestia y prudencia y recato exterior que hubo en la benditsima Virgen: son las espinas
como un gnero de guarda y defensa de las cosas hermosas y que piden,
para guardar su lindeza y frescor, no ser tratadas con las manos, ni an
tocadas: y as vemos que las rosas tienen estas espinas, las cuales parece que
prohiben el llegar a la rosa; significando en esto naturaleza cun recatadas y
guardadas han de ser las honestas y castas personas, especial las vrgenes.
Tener dos codos y medio de largo, y uno y medio de alto y de ancho, daba a
entender que haba de ser Madre del Hijo de Dios, en el cual haba dos
naturalezas: una divina y otra humana, significadas por los dos codos, que
denotaban la grandeza de la Majestad de Dios, disimulada en tanta humildad,
la cual denotaba el medio codo; y el otro codo y medio significaba en Cristo
nuestro Seor una divina persona que en ambas naturalezas, divina y humana, estaba, empero tan humillada por amor de los hombres.
Mas fcil cosa es aplicar estas medidas a la benditsima Virgen, en la cual
los dos codos significan aquella santa y larga vida que vivi activa y contemplativa, llena de gozos y tristezas, de dolores y de consuelos: tan perfecta
en los ojos de Dios y de tan buen ejemplo en los de los hombres, y con tan
grande humildad significada por el medio codo y la anchura y altura de
77
CAPTULO V
DEL APOSENTO QUE HIZO EL REY SALOMN PARA S
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CAPTULO VI
DE DIVERSAS COMPARACIONES PARA SIGNIFICAR LA GRANDE
PERFECCIN DE NUESTRA SEORA
CAPTULO VII
DE LA CIUDAD DE JERUSALN
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CAPTULO VIII
DEL MONTE DE SIN
CAPTULO IX
DEL TEMPLO DE SALOMN
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83
en la tierra entre otras escorias, sino como oro pursimo, segn en nuestros
tiempos, no sin admiracin, se ha experimentado en las Nuevas Indias, en las
cuales, en lugares algunos ms nobles y ms limpios, se hallan venas de oro
tan fino que ningn afinador lo puede ms afinar; y est tan tierno cuando
le hallan, que le pueden tratar como a cera: tengo para m que quiso la
Majestad de Dios que en nuestros tiempos visemos una cosa tan particular,
para que los devotos de la Concepcin tuvisemos a la mano una comparacin tan buena. Si cra Dios oro debajo de la tierra tan fino, tan blando
que de las cosas corporales hemos de inferir las espirituales por qu no
entenderemos que por este oro nos quiso significar la Divina Majestad el oro
de la Santsima Virgen, sin mezcla de otro metal, y tan obediente a la
voluntad de Dios?
CAPTULO X
DE LA ZARZA QUE SE ARDA Y NO SE QUEMABA
Algunos hay que quieren aplicar a este misterio la zarza que en el monte
de Sina vido Moiss que arda y no se quemaba (Exo 3); verdad es que esta
figura ms acomodada parece que viene a la Encarnacin del Hijo de Dios,
en la cual la Virgen benditsima, de su sangre pursima, concibi al Hijo de
Dios. Y como la misma Virgen dijo al ngel. Quomodo fiet istud? (Luc 1): el
concebir y parir y ser madre parece que trae consigo imagen de arder, y que
no se compadece con perfecta virginidad; empero no se quem aquella
zarza. Quiere decir: no perdi, antes gan, en su virginidad, porque el
Espritu Santo vino sobre ella, y la virtud del Altsimo le hizo sombra. No
obstante, esto muy a propsito viene de la Concepcin: zarza se llama la
benditsima Virgen, porque toda naturaleza humana, y ser humano, y creado,
zarza es, flaqueza es, no tiene de su parte cosa buena. Empero esta zarza era
una zarza absconditsima en un desierto y en un alto monte, singularsima y
sealadsima zarza segn est escrito en los Cantares: Sicut lilium inter
spinas, sic amica mea inter filias. Aunque es Arca la benditsma Virgen, por
ser humana criatura, empero sin espina de culpa, llevando tanta ventaja en la
gracia y limpieza a todos los descendientes naturalmente de Adn, cuanto
una azucena lleva a las hierbas espinosas. Esta Arca, pues, pareca a los otros
hijos de los hombres y podan pensar que tena alguna culpa original, por ser
descendiente de Adn por la va comn (Exo 3), la cual tena semejanza de
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arder; empero nunca se quem, nunca tuvo culpa, siempre estuvo en gracia,
y aunque padeci mucho, nunca fue por culpa, sino por mayor merecimiento y acrecentamiento de gloria.
CAPTULO XI
DE LA CESTICA EN QUE FUE PUESTO EL INFANTICO MOISS
Y ECHADO RO ABAJO
Tambin pueden traer a este propsito aquella cestica breada y calafateada por defuera en donde al infantico Moiss (Exo 2) pusieron y dejaron
ir el ro abajo, mirando por l su hermana Marza. Moiss, en lengua Egipciaca, quiere decir sacado del agua, y es figura de Jesucristo nuestro Seor,
que pas el torrente de los trabajos y fue baado en su sangre, y sali de este
mundo padeciendo tan cruel y afrentosa pasin y muerte. La cestica en
donde le pusieron aunque primeramente se pueden entender su santa
humanidad en la cual hecho hombre pas por el ro de este mundo que nace
en tierra de Etopes y fenece en tierra de Egipcios, todo lleno de trabajos y
de culpas y de pecados: muy bien por cierto significa aquel cestico a la
benditsima Virgen, que nos le trujo a este mundo para que la hija del Rey
Faran, que es la gentilidad, le recibiese mostrndoselo la israeltica Mara,
que es la doctrina Apostlica; y en fin, en Israel se cri, y la gentilidad lo
recibi. Cestica breada es la benditsima Virgen, en donde nunca pudieron
entrar las aguas del Ro Nilo. Nia fue la benditsima Virgen, tan amparada,
tan amada, tan preservada, tan guardada de la Divina Majestad, que ninguna
culpa jams entr en ella, y as pas por este mundo, mojndose por defuera
con los trabajos, empero muy limpia de dentro sin ningn humor de culpa.
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CAPTULO XII
DE LA FIGURA DE LA REINA ESTER Y DEL REY ASUERO
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CAPTULO XIII
EN EL CUAL, CONCLUYENDO ESTA MATERIA, DICE QUE DOS
FUERON LOS QUE HICIERON ENTERAMENTE LA VOLUNTAD DE
DIOS, Y NO TUVIERON CULPA: EL PRIMERO, EL HIJO DE DIOS; Y EL
SEGUNDO, SU MADRE BENDITSIMA
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llena y sol, reina y rey fuesen semejantes, todo lo que convena para honra,
para tal hijo y tal madre: l nunca pudo pecar; ella nunca pec; l fue fuente
de la gracia; ella acueducto, o cao, o acequia, o primer estn que por donde,
y en donde, se recibe la gracia que de la fuente se deriva para comunicarse a
todos los dems. l, desde el instante de su Concepcin, comenz en el supremo punto que la gracia puede tener, y en los supremos actos que de ella
puede proceder, siendo siempre sol en el punto de medio da; ella comenz
en perfecta gracia, y en uso de perfecta gracia, llena de gracia, como luna
llena de luz: empero creciendo cada da hasta el punto que muri mereciendo que le comunicase el sol nuevos grados de luz.
CAPTULO XIV
QUE ES COMO UNA ESCUSACIN DEL AUTOR PARA EL QUE
ESTO LEYERE
Esto es lo que para declaracin y persuasin de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora ha podido alcanzar mi pobre entendimiento. Perdneme el lector, por amor de nuestro Seor, mi atrevimiento: que teniendo tan
chiquitas alas, o no las teniendo, haya probado a volar con vuelo que
requera a las mejores que de guila. Empero no le pese de leer esta pobreza,
porque a lo menos le ser ocasin de que enojado de ver mi pobreza y bajo
estilo, en materia tan alta y suavsima, se determinara a tomar la pluma en la
mano y escribir con el estilo y con la riqueza que este misterio pide,
dejndome a m millares de leguas atrs. No lo digo por ceremonia, porque
bien veo que las mismas figuras que he trado mil veces mejor se podran
tratar a nuestro propsito, y que me dejar otras muchas muy principales; y
manifiestamente veo que he sido cortsimo en comparaciones y smiles; y
que haba de declarar buena parte de los Cantares en favor de este misterio,
y hacer otras, y otras ms fuertes que las que he hecho: empero yo he
medido mi salud, el tiempo que tengo, la gran pobreza de mi ingenio y
letras, y no he querido atreverme a emprender cosas que no pudiera bien
proseguir.
89
CAPTULO XV
DEL TESTIMONIO DE LA DOCTRINA CATLICA Y DE
LA IGLESIA CRISTIANA
90
2. Del testimonio que dan las indulgencias por los summos Pontfices
concedidas a la gente devota de la limpia Concepcin de la Virgen
A todo esto ayuda muchsimo que los Summos Pontfices han concedido
indulgencias y perdones a los que celebran esta fiesta, aunque han mandado
quitar toda ocasin de discordia y bando, y contenciones sobre ella, no que
riendo condenar ninguna de las opiniones, ni definir la contraria como de fe
Catlica, teniendo en esto la Iglesia catlica maravillosa prudencia, y ense
ando a los cristianos que en las cosas que no estn expresas en la sagrada
Escritura, ni por tradicin antigua, ni por comn doctrina de los doctores
santos, que los hombres hablen con mucho tiento y humildad, y sigan en
hora buena su devocin, y no sean temerarios en definir lo que el Espritu
Santo nunca ha querido definir, ni cuando entendemos hasta el fin del mun
do definiera, porque no conviene que la Iglesia determine cosa en la cual ni
hay Escritura que lo diga, ni tradicin, ni comn doctrina de los doctores,
antes parece que los doctores y maestros de la Iglesia no fueron de esta opi
nin por la razn que luego diremos.
91
CAPTULO I
EN QUE SE RESPONDE A LA PRIMERA PREGUNTA: POR QU
ESTA FIESTA DE LA CONCEPCIN ES MS SOLEMNIZADA QUE
OTRA, HABIENDO OTRAS FIESTAS MS SOLEMNES QUE STA
96
manera por un particular impulso del Espritu Santo que les instiga a tener
este gozo, as como se alegran los hombres, en la fiesta de san Juan, no
porque entiendan el porqu que es haber sido san Juan el que trajo al
mundo la nueva de Jesucristo y dispuso al mundo para su venida y lo mostr
con el dedo, sino porque a bulto y con cierto instinto les da aquella alegra.
No querra dejar aqu de apuntar que es grande dolor ver cun censualmente
se alegran, siendo tal la muestra del gozo cual ellos son, y no cual es la fiesta
de que se alegran; los cuales en cierta manera profanan tan alta fiesta,
estando tan ajenos de espritu y limpieza, en esta fiesta de tan grande
limpieza y santidad. Plega a nuestro Seor que as como hay muchos
devotos de la inmaculada y limpia Concepcin, as haya muchos que no slo
con palabras, sino tambin con limpieza de corazones y espritu, santidad
interior y exterior, le celebren, para que sea la celebracin digna de tal fiesta.
Tambin se puede responder a esta pregunta que quiso la divina providencia
ensearnos cunto ama la limpieza, ordenando que los hombres, en fiesta de
la limpieza de su madre, la celebrasen tan singularmente, que aunque no
quieran los hombres, no pueden negar que la fiesta de la limpieza de la
Virgen es la de mayor alegra y solemnidad, y que la limpieza del alma es la
que ms se estima en los ojos de Dios.
CAPTULO II
DE LA RESPUESTA A LA SEGUNDA PREGUNTA: QU ES LA
RAZN QUE SIENDO UNOS DEVOTOS DE UNA FIESTA Y OTROS
DE OTRA, QUE DE LA CONCEPCIN SEA TODO EL PUEBLO TAN
DEVOTO
97
humilde, se sigui ser tan casta, tan honesta y tan Virgen. A tan buenos
principios, tan buenos medios y tan buen fin se haba de seguir. Es, pues,
muy justo que en la fiesta de las fiestas, en la fiesta general y principio de
todas las dems y que a todas las incluye, todos nos alegremos y regocijemos
y hagamos seales de gran fiesta y solemnidad pues en esta fiesta no
solamente celebramos la Concepcin, empero la fuente de todas las fiestas.
En las dems fiestas, elija cada uno aquella que a mayor devocin le mueve,
y aqulla celebre muy en particular; empero a la fiesta de la Concepcin
nadie falte, pues es fiesta general y principio de todas, y en s misma tan
singular y tan sealada.
CAPTULO III
RESPUESTA A LA TERCERA PREGUNTA: POR QU ESTA
DEVOCIN HA SIDO TAN ENCUBIERTA HASTA CERCA LA FIN
DEL MUNDO
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CAPTULO IV
RESPNDESE A LA CUARTA PREGUNTA: POR QU SIENDO
NUESTROS ANTECESORES TAN SANTOS Y TAN DEVOTOS DE LA
VIRGEN, HA DESCUBIERTO NUESTRO SEOR ESTA DEVOCIN A
NOSOTROS Y NO A ELLOS
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CAPTULO V
RESPONDE A LA QUINTA PREGUNTA: POR QU LA IGLESIA NO
MANDA ESTA DEVOCIN COMO COSA DE FE CATLICA, SINO
QUE SE CONTENTA QUE LA TENGAN POR COSA CIERTA
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juzgar y murmurar y condenar a los otros que no son tan afectados a esta
fiesta como nos parece que somos nosotros, ser devocin de nosotros y no
de la Virgen: y desagradar a la Virgen; y es en cierta manera tratar mal la
fiesta de la Concepcin, porque las obras son las que mueven ms que las
palabras.
CAPTULO VI
CON EL CUAL SE ENCOMIENDA MUCHO QUE LA DEVOCIN DE
LA INMACULADA CONCEPCIN DE LA VIRGEN LA EJERCITEN LOS
CRISTIANOS CON LIMPIEZA ESPIRITUAL, PORQUE CELEBRARLA
AS ES MUY FUERTE ARGUMENTO A FAVOR DE ESTA FIESTA
CAPTULO I
QUE LAS RAZONES CONTRARIAS NO PELEAN CONTRA
NOSOTROS, PORQUE LA VIRGEN NO ENTR EN LA LEY
PUESTA A ADN
CAPTULO II
CMO SE HAN DE INTERPRETAR LOS LUGARES DE LA ESCRITURA
QUE EN GENERAL HABLAN DE PECADO SIN EXCEPCIN NINGUNA
112
doctores de ella? Es grandsima verdad; y siguiendo esta verdad la interpretamos en el sentido que hemos dado, conforme el entendimiento que la
mayor parte de la Iglesia catlica ha recibido y los Sumos Pontfices lo han
aprobado. Pues por el mismo caso que los Sumos Pontfices han favorecido
tanto y enriquecido la fiesta de la Concepcin con tantos perdones e
indulgencias, y casi todo el pueblo Cristiano, o todo, lo ha abrazado con
tanta devocin y tanta firmeza y fervor, se ha declarado que en los lugares
de la Escritura, todos en donde se trata de culpa o pecado, no se hable de la
benditsima Virgen. La cual, entre todos los hijos de los hombres, es por
privilegio, singular, as como su Hijo por naturaleza. l es como manzano
entre los rboles silvestres; y ella como lilio entre las espinas (Cant 2). l
como Hijo verdadero de Dios, siendo juntamente verdadero hombre, ni pec,
ni pudo haber en l pecado: y ella, como Madre de Dios, fue preservada de
pecado, porque no se compadeca que la persona de tan alta dignidad jams
hubiese tenido, ni tuviese ningn olor de ningn gnero de pecado.
CAPTULO III
POR QU LOS DOCTORES, EXPLICANDO LA ESCRITURA, NO
APUNTAN ESTE PRIVILEGIO DE NUESTRA SEORA
113
nuevas cosas: levntanse nuevas religiones, renuvanse las antiguas; invntanse cosas nuevas en el culto divino y de Dios; en su Iglesia, nuevos Doctores catlicos doctos y piadosos que, subindose sobre los hombros de los
antiguos gigantes y grandes doctores de la Iglesia, velan y entienden y ensean cosas nuevas y delicadas, muy sutiles y muy devotas, y as vemos salir
cada da en la Iglesia nuevos libros de mucho provecho y dignos de ser estimados.
CAPTULO IV
CMO LA VIRGEN, AUNQUE NO TUVO CULPA ALGUNA,
FUE REDIMIDA POR JESUCRISTO
No creo que resta otro argumento fuera de los que hasta aqu se han
propuesto; sino es uno, la solucin del cual es muy en nuestro favor, arguyendo algunos en esta forma: la Virgen benditsima fue comprada con la
sangre de Jesucristo su Hijo y redimida, y por ella muri su Hijo y l la
santifici. Lo cual todo no se puede negar, porque Jesucristo nuestro Seor
es Redentor de todo el linaje humano, y por todos muri (Ro 5). Y como
dice san Pablo: si uno muri, todos morimos con l; lo cual todo presupone haber habido alguna culpa en todos los hombres. Porque si no hubiese
culpa y, por consiguiente, algn cautiverio de pecado, no habra Redencin
propiamente. Esta es la mayor dificultad que, contra nuestra piadosa opinin, se puede hacer; a la cual se ha de responder, tomando el negocio desde
sus principios: conviene a saber: de la predestinacin y de la eternidad de
Dios, de su sabidura y bondad y amor infinito; y que es inmutable Dios; y
que en su eternidad sin principio tuvo y tiene presente todo el saber, sin que
ninguna cosa de nuevo jams venga a su entendimiento. Y as, en aquella
eterna sabidura vido su Majestad cmo haba de crear cuando cre a los
ngeles y al hombre; vido la ley que al primer hombre le haba de poner la
cada del hombre, y el remedio que al hombre haba de dar hacindose
hombre y muriendo por el hombre. Y vido que para hacerse hombre, haba
de elegir madre de la casta del primer hombre; y vido que la madre suya,
madre de quien quita los pecados, no convena que en ninguna manera
hubiese sido pecadora; antes bien, era cosa puesta en razn que fuese
privilegiada entre todos los hijos de Adn: y que as que su modo de
redencin fuese singularsimo y aventajadsimo, muriendo y derramando su
114
1. Con ejemplo del mdico, se declara cmo el Hijo de Dios fue Redentor
de su Santsima madre
Este modo de redencin es singularsimo y nobilsimo; y digno de tal
Hijo y de tal Madre, dando en precio de la preservacin de su Madre su san
gre y muerte: para que no entrase en la ley comn de los hombres, ni cayese
en la culpa que todo el resto del linaje humano cay. As como si un mdico
doctsimo que tuviese una madre muy querida y viese que poda enfermar, y
que despus de enferma la poda sanar, por no verla jams enferma le diese
algn antdoto o comida con que nunca enfermase, no perdera este tal m
dico el nombre de mdico cerca de su madre, antes sera llamado y, alabado,
tenido por muy piadoso y peritsimo mdico, por haber preservado su madre
de toda enfermedad: pues es mayor sabidura del mdico preservar de toda
enfermedad, que dejar caer en ella y despus sanar al enfermo; pues cuanto
el bien es ms ajeno de todo mal, tanto es mejor bien: de esta manera, pues,
el Hijo de Dios fue Redentor de su santsima Madre, y ella fue la mejorada: y
en todo mejorada en la Redencin del linaje humano.
115
-
CAPTULO V
QUE ES UNA GENERAL RESPUESTA PARA TODOS LOS LUGARES
DE LA ESCRITURA QUE HABLAN DE PECADO,
DE LA CUAL DISPUTA TRATA LARGAMENTE
AMBROSIO CATHARINO, DOCTOR GRAVSIMO
116
CAPTULO VI
EN EL CUAL, PARA DECIR POR QU MURI MUERTE NATURAL
LA BENDITSIMA VIRGEN NO TENIENDO CULPA ORIGINAL,
DICE QU TAL CRE DIOS EL PRIMER HOMBRE
Y QU FUERA DE L, SI NO PECARA
117
118
santo bautismo su efecto, en cuya virtud los que conservan la gracia del bau
tismo resuciten a vida dichosa y bienaventuada.
119
CAPTULO VII
DE QU MANERA SE HONRAR Y PERSUADIR MEJOR LA
LIMPIA CONCEPCIN DE NUESTRA SEORA, Y CON QU
ARGUMENTOS MEJOR SE CONFUNDIRN LOS CONTRARIOS
122
ROMANOS
1
In visibilia enim ipsius a creatura.
3
Est autem Deus verax omnis.
5
In quo omnes peccaverunt.
5
Cum aduch peccatores essemus.
8
Deus filium suum mittens.
11 O altitudo divitiarum, sapientiae.
CORINTHIOS
1
Nos autem praedicamus Christum.
EPHESIOS
2
Et eramus natura filii irae sicut, et caeteri.
COLOSENSES
2
Patris, et Christi Iesu in quo sunt.
HEBRAEOS
2
Minuisti cum paulo minus, etc.
4
Non enim habemus pontificem qui non.
7
Sine patre sine matre sine genealogia.
I IOANNIS
1
Ut remittat nobis peccata nostra.
APOCALIPSIS
12 Et luna sub pedibus eius.
21 Et mensus murum eius centum.
123
LUIS MUOZ
128
Luis Muoz
Este modo de predicar tan de veras, poco grato a los hombres, fue muy
agradable a Dios, de grandes efectos y copioso fruto, como adelante
veremos.
Habiendo ledo muchos aos en la Universidad de Baeza, con el tenor de
vida y empleos de virtud que veremos, el arcediano de Jan, deseoso de
hacer de su dignidad un buen empleo en un hombre de eminentes letras y
superiores mritos, puso los ojos en el doctor Diego Prez, y le ofreci su
arcedianato; rehuslo su humildad y pobreza de su espritu. Entre otros que
intervinieron, para que aceptase, fue el venerable Luis de Noguera. Djole el
129
doctor Diego Prez: Yo la recibiera, padre mo, si supiera haba de dar tan
buena cuenta como vos de vuestro priorato. El humilde sacerdote le
replic: Recibidla, que querr Dios la deis mejor. Entre estas dudas fue a
consultar si admitira este ascenso con el padre Maestro vila; l le dijo:
Bien podis aceptar; mas no os faltarn trabajos, crceles, persecuciones;
profeca que se cumpli colmadamente. Acept esta dignidad.
De Baeza pas a Jan, a su residencia. Prebenda tan honrosa, de tres mil
ducados o ms de renta, no alter su modestia, no su pobreza de espritu,
profesada tantos aos con un ejemplo raro; toda la renta enteramente la
gastaban los pobres; trabajaba en remediar necesidades de alma y cuerpo. Su
comida la misma que catedrtico; pasaba muchos das con pan y agua, y
unas hierbas; tal vez se qued sin el puchero de su mesa, por darlo al pobre
o la viuda. Sucedi que, para responder a una carta, no hubo en su casa un
maraved para comprar un pliego de papel, como se predic en sus
obsequias; el vestido modestsimo, sin aumentar ms criados, o homenaje de
casa, que la que tena en Baeza. La oracin duraba hasta la doce de la noche;
prevena con muchas horas al sol en las divinas alabanzas. No se le caan los
speros cilicios de su cuerpo. Notable vida de arcediano! Continu con su
predicacin con gran espritu; cesaron en gran parte los pecados, atajronse
vicios, mejorronse costumbres; pona particular cuidado en evitar ofensas de
Dios, fin de todos sus trabajos; ayud grandemente a estos intentos el raro
ejemplo de su vida. Dijo un hombre docto, que si hubiera de escribirla, slo
dijera: Hubo en la ciudad de Jan un varn santo, y perfecto, que vivi
segn la ley de Dios, guardando su Evangelio, sin faltar un tomo, en
penitencia y caridad.
ste su modo de vida mortificada y pobre, caus alguna ofensin en los
cannigos, y se lo reprendan, que por qu no haba de traer pajecillos y
lacayos, y tratarse con el lustre y ostentacin que otros arcedianos de Jan.
Responda con alguna sequedad que las rentas eclesisticas eran para
mantener los pobres, y no para vanidades y ostentaciones de mundo.
Renunciose en l la dignidad contra la voluntad de un poderoso, que la
quera para cosa suya. La severidad de sus costumbres y santidad de su vida
desagradaban a algunos; el modo de predicar, ms rgido que agradable, fue
escndalo a los que [por] lo cancerado de sus vicios no admitan tan
saludables remedios. A pocos lances, torciendo sta o aqulla proposicin
del plpito, y malicindolo todo, acumulando calumnias a calumnias,
imputndole proposiciones mal sonantes, le delataron en el Santo Oficio en
Crdoba, con tan poderosos enemigos, y una persecucin tan grande, que
fue bien menester la robustez de su virtud para no desfallecer, y el valor de
su nimo y gran fortaleza para golpe tan pesado.
130
Luis Muoz
131
Con que no acept este puesto, que ha sido ocasin a muchos de grandes
dignidades.
Tom resolucin de seguir la desnudez de su Maestro, el padre Juan de
vila, y desasido de todo apoyo humano, confiado en la divina providencia,
predicar el Evangelio evanglicamente; determin pasar a Roma, y con la
bendicin del Sumo Pontfice, y su licencia, ir a tierra de infieles a predicar
el Evangelio, con vehemente deseo de ser mrtir. Parti para esto a Valencia,
donde, habiendo intentado su navegacin, por mal temporal, no tuvo efeto;
empleose algn tiempo en predicar en esta ciudad con aquel su grande
espritu; malquistronle algunos al principio con el patriarca don Juan de
Ribera, que, conocida su gran santidad, le estim y vener mucho.
132
Luis Muoz
En esta ciudad le honr el cielo con una gran calificacin, de que hacen
gran estima cuantos hacen mencin del venerable Diego Prez. Florecan por
este tiempo en Valencia dos resplandecientes lumbreras, los beatos fray Luis
Beltrn y fray Nicols Fator, honor de aquella ciudad y lustre de las
religiosas familias de los santos patriarcas santo Domingo y san Francisco. El
coronista del padre fray Nicols, en el captulo treinta y siete de su Historia,
cuenta que, un da de Resurreccin, el beato fray Luis Beltrn y el doctor
Diego Prez, gravsimo y famoso predicador, enviaron a decir al padre fray
Nicols, que le queran ir a dar las Pascuas; respondi que no viniesen, que l
ira a casa del doctor, y juntos iran a ver al padre fray Luis Beltrn a su
convento, y aadi: Decidle al doctor, que haga gracias a Dios, que ha
convertido a un gran pecador en el sermn que hizo en la iglesia mayor el
viernes de Lzaro, el cual se haba dado ms de veinte pellizcos en los brazos
entre tanto que predicaba. Esto deca por s mismo, conociendo cun gran
pecador era (oh maravillosa humildad, que no poco declara la eminencia, y
energa de nuestro predicador!). Otro da fueron los santos fray Nicols y el
doctor Diego Prez a la celda del beato fray Luis, donde gastaron hablando
de Dios toda la tarde; all, con ocasin de una grande humiliacin, que
intent hacer, el padre fray Nicols qued elevado muy gran rato, y
volviendo del rapto, alz los ojos, y dijo al padre fray Luis Beltrn estas
palabras: Padre, ni t ni yo aprovechamos, y, volvindose al doctor Diego
Prez, dijo: ste s, porque le ha comunicado Dios don apostlico. Ilustre
testimonio, gran calificacin de la santidad, del acierto de la predicacin del
doctor Diego Prez, dado por persona de tan gran nombre, y en ocasin tan
notable.
PASA A BARCELONA, QUEDA DE ASIENTO EN ESTA CIUDAD
133
con tanto fervor y espritu, que le segua la ciudad toda, con notable aplauso
y grande aprovechamiento.
Procurronle casa acomodada las monjas de los ngeles, que les pag
con buenas obras, sindoles confesor y padre de espritu. Fueron grandes las
medras en la virtud de estas religiosas, y hubo algunas con opinin de
santidad. Malquistole con algunas un caso que parecer ligero, mas en la
estimacin de los cuerdos muy considerable: Cantaban las religiosas el oficio
divino en canto de rgano, con demasiada afectacin, y tono ms agradable
al odo que, por ventura, decente a la majestad del culto; ocasionaba que los
hombres volviesen el rostro al coro por mirarlas. Reprendiolo con alguna
aspereza el padre Diego Prez, y pidi se remediase; siguieron algunas su
consejo, y entre ellas la priora; fueron otras de contrario parecer, y por
medios que se hallan fcilmente, indignaron al obispo de Barcelona, don
Juan Dimas Loris, desacreditndole de suerte que, al encontrarle en la calle,
le volva el rostro por no verle. Allegaron delaciones de algunos que referan
sus cosas y doctrina con torcido afecto. Fueron grandes las contrariedades e
inquietudes con que el demonio procur desacreditarle a los principios, y
echarle de Barcelona. Mas, a pocos lances, informado el Obispo del raro
ejemplo de su vida, virtudes y santidad, le envi a llamar, pidindole el santo
sacerdote la mano para besrsela, intent besrsela el Obispo, y de all
adelante le estim y honr con grandes demostraciones, sin hacer cosa de
importancia del gobierno eclesistico sin su consejo, y le encomend los
negocios ms graves de su obispado, y de verdad fue este perlado sobre
manera dichoso, porque le envi Dios un gran coadjutor de sus obligaciones.
Otro accidente le pudo sacar de Catalua, que parece le haba cabido en
suerte de su apostolado, como el Andaluca al padre Maestro vila. Dese el
obispo de Jan volver a su obispado al venerable Diego Prez, dolindose
que le faltase tal hombre. Escribiolo se volviese, movindole escrpulo cerca
del cumplimiento de cierta obra pa que tena a cargo, a que l haba dejado
bastantemente prevenido. Fue esta como una porfa, que dur algunos aos,
inventando varios medios y estratagemas para sacarle de Barcelona;
ltimamente envi por l un cannigo, con carta de creencia; tom
juramento el cannigo que no revelara lo que le dijese; hecho, le intim el
mandato del obispo de que volviese a Jan; mas, por una carta que se
escribi a un padre capuchino, en que le decan respondiese con aquel
cannigo, que iba por el doctor Diego Prez, avisaron al obispo Dimas, que
vino en persona en casa del venerable doctor, y por obediencia le mand
que no partiese, y el consejo de la ciudad, por salir de estos riegos, y
asegurar de una vez su apstol, el ao de quinientos y ochenta y cinco pidi
a la Majestad de Felipe Segundo, que estaba en Monzn, teniendo Cortes a
134
Luis Muoz
las tres coronas, que mandase al doctor Diego Prez no dejase a Barcelona, y
al Obispo de Jan que cesase de su intento.
Respondioles su Majestad esta carta:
Amados y fieles nuestros: Habiendo visto una carta de catorce de octubre, y en ella
nos suplicis mandemos al doctor Diego Prez no haga ausencia de esta nuestra
ciudad, por el notable fruto que en ella hace, con el fin que tenemos de complacer a
esta nuestra ciudad en lo que se le puede dar satisfaccin, habemos mandado escribir
al Obispo de Jan, que tenga por bien de que quede en esta ciudad, y al dicho doctor,
que lo haga as y se os envan las dichas cartas, para que las deis y enviis, como
ms convenga. Dada en Monzn, a veinte y tres de octubre de mil y quinientos y
ochenta y cinco. Yo el Rey.
Toda la estima que la ciudad de Barcelona hizo del doctor Diego Prez de
Valdivia la mereci muy bien por su doctrina, por sus virtudes y ejemplo,
por las buenas obras que de l continuamente reciba; y dejando a los que
dilatadamente trataren de sus cosas todo el campo, pondremos como los
sumarios de los captulos, que llenar el que intentare esta empresa.
Ley continuamente su ctedra de Escritura sagrada, con gran concurso
de gente principal, y de todos estados, con grande aprovechamiento de los
que le oan, porque no slo en su lectura miraba a la erudicin, ms
principalmente a las costumbres, y en tiempo de vacaciones, o feriados, que
no se acostumbra leer, porque no estuviesen ociosos sus oyentes, lea en la
iglesia de Santa Ana el Apocalipsis de san Juan, o epstolas de san Pablo, u
otro libro, y un ao ley en su casa la Cosmografa.
Su principal ejercicio fue la predicacin, sin faltar casi todos los domingos y fiestas de entre ao, y las cuaresmas enteras. Su modo de predicar fue
a lo apostlico, con un espritu y fervor tan grande, con un celo tan de la
primitiva Iglesia, que pareca Elas; era en el plpito un len, en la
conversacin familiar un ngel, en el confesionario manso como una oveja.
Su tema, como la de su Maestro, Cristo crucificado, su amor, su cruz, sus
135
136
Luis Muoz
del Corpus, y todas las veces que estuviese patente este divino Seor Sacramentado, estuviesen todos descubiertas las cabezas, ignorancia en que no se
reparaba, y, predicando en Santa Mara de la Mar, estando descubierto el
Santsimo Sacramento, y cubierto el virrey, le reprendi speramente, hasta
que se descubri, asentado este debido respeto. Reform algunos abusos el
da de la procesin del Corpus, a que asistan en coches y caballos con
grandsima indecencia.
Fue celossimo de la honra de los templos, en que carg la reprehensin
en los sermones; no poda sufrir se hiciese paso por ellos, ni se tratasen negocios, ni se atravesase[n] con cosas de comer, o alhajas viles, ni que delante de
las puertas en das solemnes se vendiesen golosinas, ni ramilletes. Mas, en lo
que era implacable, y justamente, de que hablasen hombres y mujeres, y no
se estuviese con el respeto debido a la gran Majestad de nuestro Dios, que all
asiste. Si vea que algunos mozos miraban a las mujeres, o las hacan seas,
no quera pasar adelante en el sermn, paraba hasta que se quitasen de all, y
ellas se cubriesen y retirasen. Lo mismo haca si hallaba por la ciudad
hablando a mujeres mozas; reprendalas severamente, y haca se apartasen los
unos de los otros. Entrando un da en la iglesia de los ngeles, hall a un
caballero mozo, hijo de un grande de Espaa, hablando con una mujer de
mala fama, con postura no decente; reprehendiole con notable bro,
dicindole: Mal hombre, en casa de mi amo habis de estar vos de esta
manera? Y como el caballero tomase por la mano a la mujer, diciendo que
era su hermana; le tom por los cabezones, y le sac de la iglesia. Tena en
estas acciones un valor, un cierto modo de imperio, que haca que le
temblasen. Estando predicando en san Justo, se andaba paseando por la
iglesia un caballero forastero con sus criados; reprehendiole desde el
plpito; aguardole el caballero a que saliese [d]el sermn, y a la puerta de la
iglesia, pregunt al santo doctor si le conoca; l, arrebatado de un celo
grande de la honra de Dios, con un bro notable le dijo: Sois vos ms que
Dios? Le atemoriz tanto que se hinc de rodillas, y le pidi perdn. Un da
de san Antonio Abad, yendo a visitar su iglesia, para ganar las indulgencias,
encontr a un noble de la ciudad que iba a caballo con el mismo intento;
tom la rienda y le hizo apear, dicindole que era muy grande inadvertencia
ir a ganar indulgencias, y no querer trabajar un poco para ganarlas.
Mirbanle todos con un respeto y veneracin, que a un apstol venido
del cielo para la reformacin de aquel reino. Dio muestras de tener espritu
proftico, y los casos pudieron persuadirlo fcilmente. Predicando un da en
Santa Ana, donde tena la cuaresma, estaban dos seoras de lo principal de
Barcelona oyndole junto a la capilla del sepulcro, distancia grande del
plpito. Dijo la una (deba de ser culta, tan antigua es la dolencia):
Vlgame Dios, que este hombre no se alzar dos dedos de la tierra, ni dice
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Hasta aqu el Maestro Villava. Esto deca de s un hombre de tan consumada santidad. Esta humildad fue su mayor defensa, que confianzas
indiscretas han sido despeadero de muchos.
Su amor de Dios fue ardientsimo, igual el celo de su gloria, extremado
en el amor del prjimo, para cuyo beneficio pareca haber nacido. Su
oracin, continua y elevada; goz en ella muchas visitaciones divinas; tuvo
muchas luchas con los demonios: sus compaeros le oan hablar con ellos;
tratbanle con crueldad, ofendidos de las presas que les sacaba de las manos;
apretbanle a veces de manera que el santo viejo no poda respirar; y,
habindole una noche echado por una escalera, y pensando los enemigos
que le dejaban rendido, l les deca a voces: Aqu estoy, y si sois demonios,
en el nombre de Dios volvamos a la pelea. Desaparecieron afrentados, tuvo
notable imperio sobre ellos, y expeli algunos que tenazmente posean y
atormentaban los cuerpos. Pas esta virtud a sus reliquias.
Mas la virtud que con admiracin le hizo amable y campe ms en este
siervo de Dios, fue la caridad con los pobres. Apenas tena para el sustento
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fidedignas, que por manos segursimas han venido a las mas, de donde he
sacado este sumario, que servir de dar alguna noticia de este gran varn,
mientras que sus barceloneses, obligados de tantos beneficios, nos den
enteramente su vida. Si bien esta obligacin toca igual y, por ventura mayor,
a sus naturales de Baeza; y es de admirar que, en tantos aos, una ciudad,
donde ha habido tanta religin, tantos hombres insignes en letras y virtud, no
haya hecho informaciones de las virtudes y vida de este varn apostlico, y
sacdolas a luz; que fue gloria no slo de la iglesia y obispado de Jan, sino
de toda Espaa. Espero ha de enmendarse este descuido, y que unidas
Barcelona y Baeza han de acudir al Pontfice Romano que nos permita
pblicamente venerar por santo al que tenemos por tal, manifestando al
mundo sus virtudes y vida, para gran gloria de Dios y aprovechamiento de
los fieles.