Suplemento Contratos
Suplemento Contratos
Suplemento Contratos
Contratos
Rubn S. Stiglitz
Director
FEBRERO 2015
Sumario
CONTRATOS
Doctrina
Nuevos temas incorporados a la teora general del contrato en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Rubn S. Stiglitz.......................................................................................................................................... 1
Formacin del consentimiento
Por Rubn S. Stiglitz.......................................................................................................................................... 33
El contrato por adhesin en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Carlos A. Hernndez.................................................................................................................................. 51
La regulacin de las tratativas contractuales en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Gustavo Caramelo...................................................................................................................................... 63
Pacto de preferencia y contrato sujeto a conformidad
Por Miguel Piedecasas...................................................................................................................................... 77
La formacin del consentimiento contractual. La oferta y aceptacin
Por Fulvio G. Santarelli..................................................................................................................................... 83
Incapacidad e inhabilidad para contratar
Por Mariano Acevedo........................................................................................................................................ 95
El objeto del contrato en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Mara Isabel Benavente............................................................................................................................. 103
La causa de los actos jurdicos
Por Abel E. Marino............................................................................................................................................ 115
Forma y prueba de los contratos en el nuevo Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Carlos G. Vallespinos y Luciano J. Martini.............................................................................................. 123
El fenmeno de la incorporacin de terceros al contrato
Por Gonzalo Sozzo............................................................................................................................................. 131
La obligacin de saneamiento y la responsabilidad por eviccin en el nuevo Cdigo Civil y Comercial
de la Nacin
Por Noem L. Nicolau........................................................................................................................................ 145
La garanta por vicios redhibitorios en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin. Comparacin con el
Cdigo Civil, el Cdigo de Comercio y la Ley de Defensa del Consumidor
Por Fernando A. Sagarna................................................................................................................................. 159
La sea en el nuevo Cdigo Civil y Comercial de la Nacin
Por Mara Fabiana Compiani.......................................................................................................................... 183
IV |
Artculo 984. Definicin. El contrato por adhesin es aqul mediante el cual uno de los contratantes adhiere a clusulas generales predispuestas
unilateralmente, por la otra parte o por un tercero,
sin que el adherente haya participado en su redaccin. Como resulta de la lectura de la precedente
disposicin, al referirse a esta categora, el Cdigo
alude a contrato, por lo que suprime todo debate
en torno a la naturaleza jurdica de su contenido, o
sea, de las clusulas predispuestas.
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de su inoponibilidad al adherente/consumidor. Lo
expresado constituye el efecto que apareja asumir
la responsabilidad de redactar unilateralmente el
documento contractual: la obligacin de redactar
claro constituye la fuente de la responsabilidad
civil en que incurre quien efecta una defectuosa
declaracin.
El objeto de la referida obligacin tiene por contenido redactar clusulas claras, serias e inequvocas, idneas para ser entendidas por s por el
adherente. Y llena este requisito, el texto redactado con palabras cuyo sentido objetivo puede ser
establecido sin lugar a dudas segn el uso idiomtico comn o del comercio(1).
Por lo dems, se ha enfatizado en la necesidad
de un conocimiento pleno y cabal del texto contractual, al punto que se declara como no convenidas las clusulas que contengan reenvos a
textos que no se faciliten previamente al adherente.
Con relacin a la contratacin telefnica o electrnica, la fuente ha sido el artculo 80 inc. b), 2da
parte del decreto-ley 1/2007 vigente en Espaa por
el que se aprueba el texto refundido de la Ley de
Defensa de los Consumidores y Usuarios(2).
El Cdigo le asigna suma trascendencia a las
clusulas particulares no slo por disciplinarlas
en una disposicin especfica sino porque, el contenido de la misma no slo constituye una definicin sobre lo qu son sino, por lo dems, porque
se reconoce en dicha disposicin una directiva de
interpretacin que les atae.
Artculo 986. Clusulas particulares. Las clusulas particulares son aqullas que, negociadas
individualmente, amplan, limitan, suprimen o
interpretan una clusula general. En caso de in(1)Von Tuhr A., Derecho civil. Teora general del
Derecho civil alemn, Desalma, Bs. As. 1947, Vol. II-22,
pg. 93; Salandra V., Il contratto di adesione, Revista di
Diritto Commerciales, 1928-I-, n 16, pg. 527.
(2) ...En los casos de contratacin telefnica o electrnica con condiciones generales ser necesario que
conste, en los trminos en que reglamentariamente se
establezcan, la aceptacin de todas y cada una de las
clusulas del contrato, sin necesidad de firma convencional. En este supuesto, se enviar inmediatamente
al consumidor y usuario justificacin de la contratacin efectuada por escrito o, salvo oposicin expresa del
consumidor o usuario, en cualquier soporte de naturaleza duradera adecuado a la tcnica de comunicacin a
distancia utilizada, donde constarn los trminos de la
misma....
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En efecto, en la discrepancia entre una clusula general y otra particular, habr de estarse a
sta ltima, en razn no slo de que apunta a alterar, suprimir o aclarar el contenido de la primera, suministrndole un contenido ms concluyente y concretamente adaptado al caso de que se
trata, sino que, es tarea relevante del intrprete, no
perder de vista que la clusula manuscrita o mecanografiada, se estipula al tiempo de la conclusin
del contrato, mientras que la clusula predispuesta
general viene formulada (redactada) previamente
por el predisponerte sin consideracin al negocio
concreto, por lo cual cabe concluir que la regla de
autonoma particularmente concertada, revela la
autntica y real intencin de las partes de derogar,
en el caso singular, la clusula general redactada
por el profesional uniformemente para sus futuros
contratos(4).
II. Directivas de interpretacin de los
contratos por adhesin
1. Las clusulas ambiguas
A la ya expresada, precedentemente, la de prevalencia de las clusulas particulares sobre las clusulas generales predispuestas, se aade la previsin contenida especficamente en el artculo 987.
Artculo 987. Interpretacin. Las clusulas ambiguas predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la parte predisponerte.
Se hace preciso un comentario preliminar.
La categora de los contratos por adhesin a
clusulas predispuestas, porta sus propias directivas de interpretacin que el Cdigo las ha receptado y que se hallan incluidas en el artculo 37
apartado 4 de la Ley de Defensa del Consumidor.
J., La Contratacin Privada, Montecorvo, Madrid, 1966,
nro. 19, pg. 227; STIGLITZ, R. S., Reglas de interpretacin de los contratos predispuestos, L.L., 1987-D-1078;
CNCiv., Sala C, 24-XI-1976, Ramrez de Critrelli c/Lapetina, E., L.L., 1977-D-253; CNCiv., Sala B, 29-IV-1980,
Solo Tapia de Rojas c/Vinelli, J., L.L., 1981-C-659 (35940-S); CNCiv., Sala C, 28-II-1985, Feldman, M. c/Metropolitana S.A., D.J., 1985-2-486.
(4)ROYO MARTNEZ, M., Contrato de adhesin,
A.D.C., Madrid, 1949, pg. 69; LPEZ SANTA MARA,
J., Sistemas de Interpretacin de los Contratos, Universitaria de Valparaso, 1971, nro. 50, pg. 147. Las condiciones particulares revelan la verdadera voluntad de los
contratantes, quienes necesariamente han entendido
que al introducirlas al texto, lo hacan para hacerlas prevalecer sobre las condiciones generales.
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De all la necesidad de que la directiva en anlisis sea examinada a travs de criterios predominantemente objetivos y con extremado rigor, ya
que en razn de que el predisponente reserva para
s la creacin del texto (documento) contractual,
lo debe hacer de forma tal que el destinatario (adherente) comprenda su significado utilizando esfuerzos comunes, con extensin proporcionada al
alcance del negocio(5).
Y las consecuencias no son otras que la eliminacin de la clusula dudosa u oscura o lo que es
lo mismo, su interpretacin contraria a los intereses del predisponerte(13).
(8) DONISI, C., Il tema dinterpretazione delle condizioni generali di polizza, Assic., marzo-abril, 1979, ao
XLVI, fasc. 2, pg. 52.
(9) CNCom., Sala B, 25-XI-1991, Albert, A. M. c/La
Austral Ca. de Seg., L.L., 1992-E-575 (38.235); D.J., 19922-697.
(10) DANZ, E., La Interpretacin de los Negocios Jurdicos, R.D.P., Madrid, 1955, pg. 55; STIGLITZ, R. S., Declaracin emitida sin seriedad en etapa de ejecucin de
contrato (Pronunciamiento del asegurador acerca del
derecho del asegurado), L.L., 1981-A-12.
(11) VON TUHR, A., Teora general del derecho Civil
alemn, Deplma, Bs. As., 1948, Vol. II-2 pg. 93; MUOZ,
L., Teora general del contrato, Crdenas, Mxico, 1973,
nro. 119, pg. 176, especialmente cuando seala que la
exteriorizacin de la voluntad ha de hacerse en forma
adecuada, o sea idnea, en relacin sobre todo con el
contenido del contrato de que se trata, de suerte que el
lenguaje deber expresar con claridad el pensamiento
del autor de la declaracin conforme al significado objetivo que tenga en la vida de relacin.
(12)CNCiv., Sala G, 24-XI-1983, Gadea, J. c/Coop.
Familiar de Vivienda, J.A., 1984-IV-330; CNCom., Sala E,
4-III-1986, Wattman S.A. c/Exim S.R.L., J.A., 1987-I-118.
(13) CNCiv., Sala D, 18-VIII-1978, Gonzlez de Cueva
c/Acepa S.C.A., L.L., 1979-A-250; CNCom., Sala C, 29-V1981, De Atucha c/Terrabusi de Reyes de Roa E., E.D.,
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Ocurre que, al hallarse el contratante dbil apartado de los mecanismos de configuracin interna
del contrato(14), obtiene una ventaja que se instala,
como control judicial indirecto, y que consiste en
que el riesgo contractual lo asume el predisponente, lo que implica atribuirle responsabilidad
por las consecuencias que derivan de la falta de
diligencia en la creacin del esquema negocial,
cuando adolece de ambigedad, falta de claridad
u oscuridad(15).
Entre nosotros, se tena expresado antes de la
sancin de la Ley de Defensa del Consumidor que,
aun cuando no se encuentre prevista en nuestra
legislacin la regulacin de los contratos por adhesin, nada impide que las clusulas oscuras
sean interpretadas en favor del adherente, por
aplicacin de la regla contenida en el artculo 1198
o, desde la perspectiva inversa, en contra del con-
94-775; CNCiv., Sala D, 2-IV-1981, Pizzolo S.A. c/Somogy M., E.D., 93-495; CNCom., Sala B, 25-XI-1991, Albert, A.M. c/La Austral Ca. de Seg., L.L., 1992-E-575
(38.235-S). En la direccin indicada, se tiene expresado
que el empleo de contratos tipo, redactados por el empresario e impuestos a la contraparte, exige una cuidadosa redaccin, de clara comprensin para el hombre
corriente de negocios, que no puede ser sorprendido en
la ejecucin, por aplicaciones resultantes de complejas
interpretaciones que no resultan de una secuencia natural de las clusulas insertas en el contrato (CNCom.,
Sala B, 19-III-1965, Sigal, A. c/Establecimientos Industriales, E.D., 70-142; CNCiv., Sala C, 8-VI-1976, Salgayi,
A. c/Defilippo S.C.A., L.L., 1977-A-169; CNCiv., Sala D,
17-X-1979, Torre c/Kanmar S.A., E.D., 85-703; CNCiv.,
Sala G, 22-X-1981, Durn, R. c/Amsa S.A., E.D., 96-687;
CNCom., Sala E, 11-IV-1983, Garca, A. c/La Buenos
Aires Ca. Arg. de Seguros, E.D., 105-271; CNCiv., Sala G,
24-XI-1983, Gadea, J. c/Cooperativa Familiar de la Vivienda, E.D., 107-685).
(14)CASSOTANA, M., Il problema dellinterpreta
zione delle condizioni generali di contratto, en Le Condizioni di Contratto, T. I, a cura di Massimo Bianca,
Giuffr, Milano, 1979, pgs. 126 y sigs.
(15) BETTI, E., Teora general del negocio jurdico,
R.D.P., nro. 45, pg. 266, para quien la directiva impone
un criterio de autorresponsabilidad fundado en el deber
de hablar en forma abierta e inequvoca que recae en
quien asume la iniciativa de una declaracin contractual. Cfr., CNCom., Sala B, 22-VII-1970, Fyma c/Columbia S.A., E.D., 39-7776, donde con relacin al contrato de seguro se seala que, si alguna duda plantea la
pliza, corresponde estar por la obligacin del asegurador, ya que ste redact el contrato y estuvo, adems,
en condiciones de sealar con precisin el lmite de sus
obligaciones.
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Se trata de clusulas tan inslitas que el adherente no imagina que integraran el contenido del
contrato.
Sobre el particular, cabe sealar que las clusulas sorpresivas constituyen una subcategora o,
si se prefiere, un desprendimiento de las clusulas
abusivas.
De all que su examen requiera, con carcter
previo, una consideraciones generales y el ensayo
de una nocin.
Las clusulas sorpresivas participan del gnero
de las clusulas abusivas.
Los contratos por adhesin pueden llegar a
contener clusulas excepcionales, imprevisibles
segn las circunstancias y la materia objeto del
contrato(18).
La clusula se habr de calificar de sorpresiva
cuando su uso no sea habitual al contratar sobre
la base de clusulas predispuestas. En ese caso, no
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(razonables) que genera en el adherente un contrato de la naturaleza del concluido y que aparece
inslitamente en el contenido del negocio, provocando una desnaturalizacin de la relacin de
equivalencia(21).
En Alemania, por ejemplo, a instancia de la jurisprudencia, se ha estimulado a los predisponentes para que las clusulas de contenido inhabitual, susceptibles de sorprender, queden recogidas
en los impresos de manera visible o que se haga
una referencia a las mismas de manera expresa(22).
La Ley sobre Clusulas Generales Contractuales
de Austria (C.P.A., Consumer Protection Act de
1979) otorgaba proteccin al consumidor desde
la formacin del contrato, suministrndole el derecho a requerir la cancelacin de aquellas clusulas que tomen al consumidor por sorpresa. Respecto de las clusulas inesperadas se establece
que las estipulaciones inusuales en las condiciones generales de los contratos no forman parte
del contrato si son desventajosas para la otra parte
y no hay razones que justifiquen su existencia en dichas circunstancias (art. 864 a, Cd. Civ.)(23).
4. Caracteres y control sobre las clusulas
sorpresivas
Las razones por las que el ordenamiento jurdico reacciona contra esta categora de clusulas es porque constituyen un plus por sobre la
generalidad de las clusulas abusivas. En efecto,
estas ltimas se caracterizan por desnaturalizar
el vnculo contractual con dao al consumidor y
que no siempre, pero de ordinario, aparecen en los
textos contractuales. En cambio, las clusulas sorpresivas, adems de lo expuesto, son inusuales, inslitas. Debutan, se inauguran en la hiptesis concreta, aun cuando se demuestren precedentes en
textos contractuales que instrumentan otros tipos
contractuales.
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tuita u onerosa como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.
(g) Se ha suprimido el ltimo prrafo del art. 1 de
la ley 24.240, modificado por ley 26.361 referida...
a quien de cualquier manera est expuesto a una
relacin de consumo, con fundamento que la redaccin de la ley 26.361, carece de restricciones
por lo que, su texto, interpretado literalmente, ha
logrado una proteccin carente de sustancialidad
y de lmites dada su amplitud. Se confunde al consumidor con el ciudadano lo que torna imposible
conformarse con una definicin tan genrica(26),
tan imprecisa. La referida frase, ha pasado, ahora,
a ser contenido del artculo 1096 que establece lo
siguiente:
Prcticas abusivas.
Artculo 1096. mbito de aplicacin.
Las normas de esta Seccin son aplicables a
todas las personas expuestas a las prcticas comerciales, determinables o no, sean consumidores
o sujetos equiparados conforme lo dispuesto en el
artculo 1092.
h) La contraparte del consumidor a quien
podemos identificar como profesional o proveedor, puede serlo una persona fsica o jurdica que acte profesional u ocasionalmente o con
una empresa productora de bienes o prestadora
de servicios, pblica o privada... (artculo 1093).
2. La nocin de proveedor o profesional
El profesional, es la contraparte del consumidor
en la relacin de consumo.
Puede ser definido como una persona fsica o
jurdica que acta en el marco de una actividad
habitual, interesada (lucrativa) y organizada de
produccin y de distribucin de bienes o de prestacin de servicios.
Se trata de un concepto multidireccional: el profesional es generalmente un comerciante, puede
tambin serlo un industrial, un artesano o un profesional liberal. Puede ser una persona fsica o jurdica.
El criterio decisivo de esta cualidad reside sin
duda en el carcter habitual y lucrativo de la actividad ejercida en el marco de una organizacin
gracias a la cual suministra una apariencia de efi(26) Picod Ives-Davo Hlne, Droit de la consommation, Dalloz, Pars, 2010, n 31, pg. 22.
(27)Picod Y. Davo Hlne, Droit de la consommation, Daloz Sirey Universit, Pars, 2011, n 39,
pg. 29.
(28) Calay-Auloy y Steinmetz F., Droit de la consommation, Dalloz, Pars, 2006, pg. 4, para quienes es posible extender la nocin de profesional a quienes si bien
realizan una actividad habitual y organizada, no es lucrativa. Se refieren a las cooperativas y mutuales que tienen
relaciones con sus clientes consumidores desde una
posicin de poder que justifica aplicarles el Derecho del
Consumidor.
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(29)Lorenzetti R., Consumidores, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003, pg. 73). En sentido coincidente, Pizarro R. D. Stiglitz R.S., Reformas a la Ley de Defensa del
Consumidor, La Ley: 2009-B-954, letra e).
(30) CN Com. sala D, 9/4/2012, Castan A. c/Caja
de Seguros, publicado en JA, ejemplar del 25/7/2012.
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carcter profesional, o sea, para a su vez comercializarlo tal como lo obtuvo, o trasformado. Todo
ello es incompatible con la nocin de consumidor.
De all que constitua un acierto que la definicin de consumidor contuviera una frase por la
que se estableciera que la adquisicin o utilizacin del bien o del servicio deba ser ajena a la actividadprofesional de quien contrata con un proveedor. Por lo dems, el criterio adoptado por lo
que entonces era el Anteproyecto, era y es el vigente en todo el mundo(33).
Como quiera que sea, si bien es cierto que hubiera sido preferible mantener el referido prrafo,
la circunstancia que ya no est no ha modificado
en lo sustancial, la nocin de consumidor.
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Y ello en razn que en la definicin de consumidor que suministra el Cdigo, se hace una referencia inequvoca a que los bienes o servicios
deben ser adquiridos o usados como destinatario
final, indicacin que los mismos no pueden ser
objeto de negociacin ulterior.
(b) En segundo lugar, el Derecho del Consumidor no ha sido pensado, concebido, ni diseado
para la proteccin jurdica de los empresarios. Por
el contrario, la proteccin al consumidor se fundamenta en la circunstancia de la triple debilidad
que lo caracteriza: la econmica, la tcnica o informativa y la jurdica, todo lo cual los hace vulnerables. Y precisamente, no es caracterstica definitoria de los empresarios su debilidad econmica,
su ignorancia tcnica o la desinformacin.
5. El alcance de la proteccin
Las razones de por qu el acto de consumo
no puede alcanzar ni tutelar los negocios que
guardan relacin con la actividad profesional del
consumidor son las siguientes:
(a) En primer lugar, consumidor es la persona
individual o jurdica ubicada al concluir el circuito econmico, ya que pone fin a la vida econmica del bien o servicio. Lo que significa que
quedan excluidos del concepto, el consumidor comerciante, artesano, profesional, industrial o revendedor, ya que se hallan en el mercado en un
nivel similar o prximo al del fabricante, y compiten entre s(35). En este sentido, se tiene decidido
que el eje central del concepto de consumidor
es ser destinatario final y en tal lineamiento...es
destinatario final...quien adquiere bienes o servicios, no para renegociarlos, sino para quedarse
con ellos; es decir quien lo adquiere no lo hace
con la idea de volver a insertarlos en el mercado,
de transformarlos, ni de lucrar con su venta. En tal
entendimiento deviene incuestionable y evidente
(34)Terr F.Simler Ph. Lequette Y, ob. cit. n 322,
pg. 338
(35) Picod Ives-Davo Hlne, Droit de la consommation, 2010, ob. cit., n 35, pg. 24; Raymond Guy,
Droit de la consommation, Litec, Pars, 2011, n 34,
pg. 22; Acedo Penco Angel, Derecho del consumo,
Dykinson, Madrid, 2012, pg. 26; Lasarte Carlos, Manual sobre proteccin de consumidores y usuarios, Dykinson, Madrid, 2010, pg. 62.
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como consumidores pero que uno tiende a asimilar a los consumidores. De all la importancia
que el Cdigo regule la relacin de consumo
(artculo 1092-1) y discipline lo relativo al consumidor equiparado (1092-2) a quien sin ser parte
de una relacin de consumo como consecuencia
o en ocasin de ella, adquiere o utiliza bienes o
servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo
familiar o social. En el caso, tambin constituyen
verdaderas extensiones de la nocin de consumidor la quienes, en ocasiones, son propuestas
para aplicar a diversas categoras de personas: los
profesionales actuando fuera de su especialidad
como, por ejemplo, el agricultor que contrata un
seguro, los ahorristas haciendo actos de colocacin de sus fondos, los vendedores o prestatarios
no profesionales.
9. Los profesionales actuando fuera de su
especialidad
Vale suministrar algunos ejemplos en un intento de favorecer la comprensin del tema: un
agricultor que contrata un seguro para su explotacin, un comerciante que hace instalar un sistema
de alarma en su negocio, un abogado que compra
material informtico para su oficina. Se trata de
actos que tienen una finalidad profesional. Las
personas que los cumplen no entran en la definicin estricta de consumidor. Sin embargo, el agricultor, el comerciante y el abogado en los ejemplos
citados, actan fuera de su especialidad. Son profanos y se enfrentan vale repetirlo, con su cocontratante profesional exhibiendo una situacin
de inferioridad comparable a la de un consumidor.
Desde el 24 de enero de 1995 la Corte de Casacin
de Francia utiliza una nueva frmula: no es consumidor y no se beneficia con las reglas protectoras,
aqul que concluye un contrato que presenta una
relacin directa con su actividad profesional. Se
sostiene que es preferible la concepcin estricta
fundada en que no es seguro que el profesional
que acta fuera de su especialidad est tan desarmado como el simple consumidor. Parece que,
de manera general, el que acta por necesidades
de su profesin pone sobre sus actos una atencin
ms grande que el que acta por un fin privado.
Luego, la concepcin amplia vuelve imprecisas las
fronteras del Derecho del Consumo. Para la Corte
de Casacin de Francia, saber si un profesional
acta o no en su esfera de competencia, provoca
la necesidad de indagar si su acto est en relacin
directa o indirecta con su actividad profesional.
Para ello habr que proceder caso por caso a una
bsqueda cuyo resultado es siempre aleatorio. Y
ello en razn que los contratantes tienen nece-
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Zanetti, Mnica Viviana c/Famyl S.A. Salud para la Familia s/reclamo contra actos de particular donde se estableci que por imperio del art. 1 de la ley 24.754, las
empresas o entidades que presten servicios de medicina
prepaga deben cubrir, como mnimo, las mismas prestaciones que resulten obligatorias para las obras sociales.
Esto ltimo comprende las prestaciones que, con dicho
carcter obligatorio, establezca y actualice peridicamente la autoridad de aplicacin en ejercicio de la facultad que le confiere el art. 28 de la ley 23.661. Y tambin, en lo que atae a las personas con discapacidad,
todas las que requiera su rehabilitacin (art. 28 cit.), as
como, en la medida que conciernan al campo mdico
asistencial, las dems previstas en la ley 24.901, E.D. 101-08. J.A. 25-6-08; C. 595. XLI; RHE, Cambiaso Pres
de Nealn, Celia Mara Ana y otros c/Centro de Educacin Mdica e Investigaciones Mdicas, 28/08/2007, T.
330, P. 372, donde se sostuvo que la adhesin a clusulas
predispuestas de una empresa y la existencia de un servicio prestado para un consumidor final indica que debe
darse tanto a la ley 24.754 como al contrato que vincula
a las partes, entre todos los sentidos posibles, el que favorezca al consumidor de conformidad con el art. 42 de
la Constitucin Nacional y los arts. 3 y 37 de la ley 24.240
de Defensa del Consumidor, E.D. 10-1-08.; J.A. 25-6-08.
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Por lo dems, ya qued expresado, el desequilibrio significativo o manifiesto no podr resultar de la falta de adecuacin del precio o remuneracin afrontado por el consumidor con
relacin al bien adquirido o servicio suministrado
por el profesional (art. 1121 inc. a), ni a la definicin o determinacin del objeto sobre el que se
contrata pues, indiscutiblemente, sas son cuestiones negociables o factibles de ser negociadas
individualmente(46).
5. Caracteres de la clusula abusiva (Cont.).
La clusula abierta (Cont.)
Aparece como conspicuo que el carcter definitorio de la clusula abusiva consiste en que desnaturaliza el vnculo obligacional.
Y ello acontece cuando:
c) De la aplicacin de una clusula resulte la incompatibilidad de sta con los principios esenciales de la regulacin legal de la cual aqulla se
aparta(48).
El tema ha sido regulado en la reforma introducida al Cdigo Civil alemn en su pargrafo 307, al
introducirse una clusula general que, al comenzar
expresando la ineficacia de las condiciones generales que perjudican al adherente, en oposicin al
principio de buena fe, se aclara que, en la duda,
se presume tal perjuicio cuando la clusula no es
compatible con las ideas fundamentales de la regulacin legal de la cual se aparta, en obvia referencia a las normas dispositivas(49).
d) La aplicacin de la clusula limita de tal
forma los derechos y deberes derivados de la naturaleza del contrato que se pone en peligro la obtencin de la finalidad de ste.
Lo hasta aqu expresado, pone de manifiesto
distintas hiptesis que caracterizan o definen la
clusula abusiva.
Todos y cada uno de los caracteres definitorios expuestos conforman un totum, constituyen
una unidad que, a su vez, se enuncia como clusula abierta que, as expuesta, intenta, a travs de
(47) Lo expresado en el texto parece evocar el presupuesto objetivo de la lesin (ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada, art. 954, Cd. Civ.), o el
de la teora de la imprevisin (cuando la prestacin a
cargo de una de las partes se tornara excesivamente onerosa, art. 1198, Cd. Civ.).
(48) Es que se hace ineludible reformular la funcin
de las normas dispositivas y reparar en ellas como frmulas no siempre factibles de ser sorteadas por reglas de
autonoma, como aquellas que, por su funcin en la economa del contrato, por la lgica interior que las anima
y por la finalidad del negocio, carecen de eficacia supletoria, y se suman, por su trascendencia, en punto al equilibrio procurado por las partes, al derecho necesario.
(49) MIKLITZ, H., La loi allemande relative au rgime juridique des conditions gnrales des contrats du
9 decembre 1976. Une rsum aprs 11 ans, Actas del
Primer Congreso Europeo sobre Clusulas Generales
Abusivas, Coimbra, Portugal, 19/21-V-1988, ponencia.
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de los consumidores ya que se incluye un enunciado mnimo y simplemente indicativo que debe
contener la publicidad efectuada por los bancos
que incluye un ejemplo representativo sobre cada
de las operaciones que se proponen. Sobre el particular, cabe sealar que el contenido de la publicidad constituye informacin por lo que el artculo
examinado debe ser correlacionado con lo que
dispone el artculo 1100. Este ltimo establece
que la informacin debe ser cierta y detallada,
respecto de todo lo relacionado con los... servicios que provee, las condiciones de su comercializacin y toda otra circunstancia relevante para
el contrato.... A su turno, el artculo 1385 establece
que los anuncios deben contener en forma clara
(y) concisa... informacin sobre las operaciones
que se proponen. Como se advierte, hay un elemento comn en ambas disposiciones: el requerimiento en torno a la claridad del mensaje.
Artculo 1386. Forma. El contrato debe ser redactado por escrito en instrumentos que permitan
al consumidor:
a) obtener una copia.
b) conservar la informacin que le sea entregada por el banco.
c) acceder a la informacin por un perodo de
tiempo adecuado a la naturaleza del contrato.
d) reproducir la informacin archivada.
Se adopta la forma escrita y sin expresarlo as, se
alude a la copia de un ejemplar a favor del consumidor que le permita conservar una copia del contrato y, en lo esencial, la informacin suministrada
por el banco.
Artcu
lo 1387. Obligaciones precontractuales.
Antes de vincular contractualmente al consumidor, el banco debe proveer informacin suficiente para que el cliente pueda confrontar las distintas ofertas de crdito existentes en el sistema,
publicadas por el Banco Central de la Repblica
Argentina.
Si el banco rechaza una solicitud de crdito por
la informacin negativa registrada en una base de
datos, debe informar al consumidor en forma inmediata y gratuita el resultado de la consulta y la
fuente de donde la obtuvo.
Se establece un deber de informacin especfico
aunque interrelacionado con el deber general que
surge de lo dispuesto por el artculo 1100 del Proyecto. En el caso, relacionado con ofertas de cr-
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ante los jueces del Estado del domicilio del consumidor. En esta materia no se admite el acuerdo de
eleccin de foro.
i) La cuestin en el Cdigo Civil actual. El contrato internacional y las normas de fuente interna.
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la publicidad se realizaron en el domicilio del consumidor y ste ha cumplido en l los actos necesarios para la conclusin del contrato como podra serlo, aceptar la propuesta. Otro ejemplo: si
el proveedor de otro pas, ha recibido el pedido
(rectius: la oferta) en el Estado donde se domicilia
el consumidor. Otra alternativa, est dada por el
consumidor que haya sido inducido por el proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los
fines de efectuar en l su pedido (rectius: oferta).
Y, finalmente, el derecho aplicable es el del Estado donde se domicilia el consumidor en el caso
de los contratos de viaje, por un precio global, que
comprenden prestaciones combinadas de transporte y alojamiento. Curiosamente no figuran en
el elenco de opciones, expresamente establecidas
la del lugar de celebracin del contrato o el de su
cumplimiento.u
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Aceptado que la forma del acto apunta a la reconocibilidad objetiva de la voluntad del agente,
la manifestacin constituye un plus de la forma
ya que la nocin misma de declaracin presupone
la necesidad de su lanzamiento o proyeccin a la
vida de relacin. O, dicho con otras palabras, a los
fines de la eventual produccin de efectos jurdicos, se hace preciso que la manifestacin o declaracin de voluntad sea recepticia, trascienda,
llegue a los terceros.
Y as ha sido recibido por nuestro derecho positivo. A esos fines ser menester articular lo dispuesto por los artculos 260 y 262 del Cdigo civil
y comercial de la Nacin, de suerte tal que, si bien
es cierto que los hechos se juzgan voluntarios, si
son ejecutados con discernimiento, intencin y libertad, ningn hecho tendr el carcter de voluntario, sin un hecho exterior por el cual la voluntad
se manifieste(8). De all que el ltimo artculo al
que hemos hecho referencia, establezca que Los
actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos inequvocos o por la ejecucin de
un hecho material.
II. La declaracin como acto reconocible
exteriormente. Lo esencial de la declaracin:
la claridad del contenido
Podemos afirmar que, as como el elemento
sustancial del hecho voluntario para ser calificado
como tal, reside en su exteriorizacin a travs de
una manifestacin(9), el elemento sustancial de
sta requiere de su proyeccin a otros sujetos y
slo bajo tales circunstancias es productora de
efectos jurdicos.
En consecuencia, hace a la esencia de la declaracin: (a) que sea emitida con el propsito de que
el contenido especfico del que se halla dotada, lo
que es el negocio(10), sea conocido por los dems,
as como (b) que el mismo sea expresado con claridad y que (c) quien infringe el deber de hablar
claro afronte las consecuencias de su obrar.
De este ltimo carcter se predica la necesidad
de que la declaracin debe portar aptitud o ido-
(8) SPOTA, A. G., Instituciones de Derecho civil. Contratos, Depalma, Bs. As., 1982., Ts. I-II, nro. 170, pg. 254.
(9) Afirma Betti que el fenmeno que se nos ofrece en
la declaracin es el de un trascender el pensamiento de
s mismo y volverse expresin objetiva, dotada de vida
propia, perceptible y apreciable en el mundo social
(BETTI, E., ob. cit., T. I, nro. 11, pg. 99).
(10) CARIOTA FERRARA, L., ob. cit., T. II, nro. 95,
pg. 331.
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neidad suficiente para ser inmediatamente reconocida por aquellos a quienes va dirigida.
A su vez, la aptitud suficiente de la que debe hallarse dotada la declaracin para ser reconocida,
requiere de quien la emite el deber de seleccionar
adecuadamente las expresiones atinentes al contenido esencial del acto cuya formacin se pretende iniciar.
La claridad de la declaracin, en tanto presupone sinceridad en el contenido, se opone a la falsedad, a la disimulacin de lo verdadero, al artificio, a la astucia, a la exageracin, a la oscuridad,
a la ambigedad, as como a la reticencia definida
como la verdad deliberadamente ocultada.
La falta de claridad compromete la validez del
acto(11).
En cambio, no hace a la esencia de la declaracin que (a) vaya dirigida a persona determinada
ya que puede ser dirigida a personas indeterminadas(12), ni que (b) el conocimiento de su contenido deba necesariamente ser inmediato, en razn
de que una manifestacin puede prolongarse en el
tiempo, lo que supone que puede revelarse transcurrido un lapso desde su emisin.
III. Manifestaciones de voluntad: (a) expresa,
positiva o directa y (b) tcita, indirecta o
concluyente. Concepto. La categora de
los comportamientos declarativos y no
declarativos
La manifestacin es expresa, positiva o directa,
cuando es realizada por medios (formas) que, por
su naturaleza, estn destinados a exteriorizar la
voluntad como, por ejemplo, la palabra o el documento.
Habr de tenerse presente que la formacin
del consentimiento no slo es factible alcanzarla
con la recepcin de la aceptacin de una oferta
sino, adems, por una conducta de las partes que
sea suficiente para demostrar la existencia de un
acuerdo (art. 971, CCCN).
Por lo dems, el artculo 979 del Cdigo civil
y comercial, al regular los modos en que es fac(11) BETTI, E., ob. cit., T. I, nro. 12, pg. 103.
(12) No deja de ser recepticia la declaracin dirigida a
personas indeterminadas, ya que aun en este ltimo supuesto aqulla tiene como propsito el de ser recibida
por otros sujetos (SANTORO PASSARELLI, F., Doctrinas
generales del derecho civil, R.D.P., Madrid, 1964, nro. 29,
pg. 158).
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del art. 1146 del Cd. Civil est en el principio de no contradiccin: la aceptacin se presume porque el disenso
entrara en contradiccin con lo actuado por el mismo
sujeto.
(18) BETTI, E., ob. cit., T. I, nro. 14, pg. 109.
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Por el contrario, se encuentra en la situacin general de toda persona que toma parte en el trfico
y que ha de hacer uso de un medio que est al servicio de todos. Si lo hace ha nacido una relacin
jurdica, un contrato de transporte y no porque
esa consecuencia jurdica se haya querido o declarado, sino porque su conducta est indudablemente unida a esa consecuencia que es el significado de una conducta social tpica. A todas esas
hiptesis concluye a las que cabe aadir las
relaciones que nacen con las empresas que suministran servicios como ferrocarriles, correo, limpieza, agua, habrn de aplicarse directamente y
no por va de analoga las normas de derecho privado relativas a contratos, ya que se trata de relaciones de obligacin derivadas de conducta social
tpica a las que intrnsecamente debe considerarse
segn el derecho de las obligaciones(21).
Dez-Picazo coincide con Larenz en relacin a
los supuestos que la doctrina alemana enuncia
como prestaciones del trfico en masa constituidas por aquellas hiptesis en que determinadas
obligaciones como, por ejemplo, pagar un precio,
surgen del hecho de la realizacin de determinados comportamientos sin previa declaracin
de voluntad, tomando como ejemplo el estacionamiento de un vehculo en una playa destinada a
esos fines. En ese caso, la inexistencia de una declaracin de voluntad motiva que la obligacin
nazca de una fuente obligacional conducta social tpica, distinta al negocio jurdico(22).
Segn nuestro punto de vista, no es necesario
acudir a la idea de conducta de hecho ni de conducta social tpica para explicar el fundamento de
la relacin obligatoria. Es la propia conducta del
sujeto obligado la que exterioriza su aceptacin,
especialmente cuando en los casos concretos con
que se ejemplificaron las concepciones, son los
usos del trfico los que no requieren declaraciones
de voluntad expresas pues, para el perfeccionamiento del contrato, basta con una declaracin
de voluntad tcita, indirecta o concluyente o, si se
prefiere, un comportamiento no declarativo(23).
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civil pues identifica a la oferta como manifestacin; aade que puede ser dirigida a persona indeterminada y culmina con la necesidad que la
misma lo sea con la intencin de obligarse.
Vale recordar, que oferta o propuesta es la primera manifestacin de voluntad directamente dirigida a gestar el consentimiento, que contiene el
proceso de formacin del contrato.
Por nuestra parte, sostenemos que la oferta es
una proposicin unilateral que una persona dirige
a otra determinada o determinable, para celebrar un contrato. Hay oferta cuando el contrato
puede quedar perfeccionado con la sola aceptacin de la otra parte, sin necesidad de una nueva
manifestacin del primero(34).
Se trata concretamente de la primera de las declaraciones contractuales, y no ya de un mero acto
preparatorio del contrato. En los contratos discrecionales, predominantemente precedidos de tratativas previas, la oferta supone la culminacin de
esos tratos preliminares, y sirve de referencia para
separar esa etapa de la que le sucede cronolgicamente que es la instancia precontractual a la cual
la oferta da comienzo(35).
No configura tampoco, por s, un acto o negocio
jurdico, sino una exteriorizacin (declaracin)
unilateral de voluntad(36) emitida por el proponente, oferente u ofertante, destinada a otro
sujeto, que va a recibirla(37).
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En la actualidad, el Cdigo civil y comercial establece que la oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como invitacin para que
hagan ofertas..., por lo que normativamente se ha
mejorado la cuestin.
XIII. Invitacin a ofertar. La formacin del
consentimiento en los contratos por adhesin
La situacin descripta precedentemente, es distinta al instituto de la invitacin a ofertar que es
tema doctrinario y no legislativo.
Desde un punto de vista de su esencia, participa
de la naturaleza jurdica de una declaracin unilateral de voluntad del agente, dirigida a un nmero
de personas, o a personas indeterminadas, o al pblico en general, invitndose a los destinatarios a
iniciar tratativas o a formular una oferta dirigida al
primeroa contratar. En efecto, la invitacin tiene
por finalidad que le propongan u ofrezcan al emitente un futuro contrato.
En los casos de predisposicin de condiciones
generales o clusulas predispuestas, el predisponente -as operan, entre otros,los bancos y las aseguradoras-, dirige indeterminadamente a futuros
clientes, una invitacin a ofertar. Entonces, a la finalidad de propender a que se le efecten ofertas,
se aade la configuracin previa y unilateral del
contenido del futuro contrato por adhesin, que
habr de perfeccionarse con la oferta efectuada
por el adherente, sobre la base de las clusulas
predispuestas por el predisponente, y la ulterior
aceptacin de ste, pero con una reserva.
Cuando quien emite la invitacin a ofertar predispone el documento (en los contratos bancarios
y de seguro se denomina solicitud o formulario),
deja espacios en blanco que debe llenar el oferente
(cliente) como, por ejemplo, en el contrato bancario
de prstamo (artculo 1408, Proyecto) el importe
del crdito solicitado, el plazo de amortizacin, el
monto de sus ingresos, los bienes de que dispone
en garanta de la restitucin del crdito, identificar
al fiador y los bienes de que dispone, etc.).
Al firmar la solicitud, la misma se transforma
tcnicamente en oferta. Pero, obviamente, el
banco se reserva el derecho de aceptar o no dicha
propuesta en consideracin al riesgo empresarial
como, por ejemplo, que los ingresos del oferente o
del fiadorsean magros con relacin a la suma solicitada en prstamo. En ese caso, el emitente de
la invitacin a ofertar, adopta la denominacin de
aceptante. En consecuencia, el invitante a ofertar
no puede ser oferente sino aceptante.
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Cuando se hace a una persona que no est presente, sin fijacin de plazo para la aceptacin, el
proponente queda obligado hasta el momento en
que puede razonablemente esperarse la recepcin
de la respuesta, expedida por los medios usuales
de comunicacin.
Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a
correr desde la fecha de su recepcin, excepto que
contenga una previsin diferente.
El oferente, y en su caso sus herederos, estn
obligados a mantener la oferta durante el tiempo
de su vigencia, a menos que, siendo revocable, la
retracten.
XIV. Obligatoriedad de la oferta
El problema de la obligatoriedad de la oferta
atae a determinar si ella crea, para quien la formula, el deber de mantenerla o si, por el contrario,
puede ser retractada en cualquier momento, antes
de ser aceptada por el destinatario(43).
Recordamos que el Cdigo Civil haba seguido
la regla general de los sistemas tradicionales en
torno de la no obligatoriedad de la oferta(44), en
el sentido de que mientras no haya aceptacin,
la oferta no era vinculante, no obligaba a quien
la emita, quien poda, por ende, retractarla libremente(45): Las ofertas pueden ser retractadas
mientras no hayan sido aceptadas (art. 1150)(46).
Pues bien, el Cdigo civil y comercial regula la
cuestin de un modo tal que se hace preciso vincular el artculo que comentamos con el siguiente
(975), de modo que la solucin que ahora se suministra normativamente es anloga a la del Cdigo
civil, aunque a nuestro juicio, mejor desenvuelta
metodolgicamente. De resultas de la cual podemos afirmar que la oferta obliga al proponente
(43) MOSSET ITURRASPE, J., Contratos, cit., pg. 118.
(44) Es la solucin del Derecho Romano y del Cdigo
vigente en Francia, que se apoya en la idea de bilateralidad del consentimiento como sustento de la obligacin. Si la oferta fuera obligatoria, el oferente quedara
sometido a la discrecin del destinatario, que pasara a
dominar por su sola voluntad la decisin sobre la formacin del contrato (FONTANARROSA, R., ob. cit., pg. 62;
MOSSET ITURRASPE, ob. cit., pg. 118).
(45) Ello sin perjuicio de la responsabilidad precontractual que excepcionalmente pese sobre quien, efectuando abusivamente dicha retractacin, provoca la
frustracin intempestiva del perfeccionamiento del contrato.
(46) CNCiv., Sala G, 14-III-1985, Arabadjian de Saru,
A. c/Voskian, M., J.A., 1986-II-527.
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(60) BORDA, G., ob. cit., T. II, nro. 1213, pg. 156;
MOSSET ITURRASPE, J., Contratos, cit., pg. 123.
(61) CCiv. Com. y Minera, San Juan, sala II, 8/8/2006,
Salud Oeste S.A. c/Asociacin Trabajadores del Estado,
LLGran Cuyo, 2007-133
(62) CN Com sala C, 7/6/2005, Racana M. c/Sainte
Claire Editora, JA: 2005-IV-440.
(63) MOSSET ITURRASPE, J., Contratos, cit., pg. 123.
(64) La formacin del contrato exige una concordancia exacta entre la oferta y su aceptacin (GHESTIN,
J., ob. cit., nro. 224, pg. 241; CNFed. Civ. y Com., Sala
I, 24-V-1985, Gas del Estado c/Richco S.A., J.A., 1985IV-112).
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(65) Incluso, si la oferta contiene elementos secundarios, el desacuerdo sobre ellos tambin impide el perfeccionamiento (Borda, G., ob. cit., T. II, nro. 1213, pg. 156).
Cfr. CCiv. y Com., Sala I, Baha Blanca, Bronzzetti, Marino I. c/Richert, H., 1996-I-109, donde se afirm que en
nuestro Derecho, el desacuerdo aun respecto de cuestiones accidentales, obsta al perfeccionamiento del
contrato. El acuerdo se agreg debe ser completo, y
la conformidad sobre puntos aislados, aun cuando comprenda a los elementos esenciales del contrato, no es
vinculante, en la medida en que la regulacin supletoria
prevista para el tipo contractual en cuestin no puede
superar por su propia naturaleza el desacuerdo expreso de las partes.
(66) CN Com sala C, 28/4/2006, Interservices Management Lt. c/Provincia ART, JA: 2006-III-152
(67) En el sentido indicado, se tiene expresado que
la contestacin de la propuesta originaria no produce
el perfeccionamiento del contrato, cuando no importa
aceptacin de dicho ofrecimiento sino contraoferta por
la que se mutan aspectos sustanciales del rgimen original regalas, porcentajes de ganancias, local donde
deba funcionar el negocio franquiciado, sin que tales
modificaciones hayan sido aceptadas por el ofertante,
pues aquella importa la proposicin de un nuevo contrato (artculo 1052, Cdigo civil).
Artculo 979. Modos de aceptacin. Toda declaracin o acto del destinatario que revela conformidad con la oferta constituye aceptacin. El silencio importa aceptacin slo cuando existe el
deber de expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prcticas
que las partes hayan establecido entre ellas, o de
una relacin entre el silencio actual y las declaraciones precedentes.
Se trata de un tema que no fue regulado por
el Cdigo civil, pero s ahora con la nueva regulacin. Sobre el particular son de aplicacin los
artculos 262 a 264 del nuevo Cdigo civil y comercial. Esto significa, en lo que atae al tema que nos
ocupa que la aceptacin puede provenir de una
manifestacin exteriorizada oralmente o por escrito, por signos inequvocos o por la ejecucin de
un hecho material. En cuanto al silencio (artculo
263), el Cdigo civil y comercial reproduce lo que
dispona el artculo 919 del Cdigo civil, de modo
que el mismo importa aceptacin cuando existe
obligacin de expedirse la que puede resultar de la
voluntad de las partes, o de los usos o de las prcticas que las partes hayan establecido entre ellas, o
de una relacin entre el silencio actual y las declaraciones precedentes. Finalmente, la aceptacin
puede ser tcita, la que resulta de los actos por los
cuales se la puede conocer con certidumbre, salvo
que la ley o la convencin exijan una manifestacin expresa.
XXII. El perfeccionamiento del contrato
El contenido de la regulacin del perfeccionamiento del contrato, debe entendrselo referido a
las dos categoras clsicas:
Artculo 980. Perfeccionamiento. La aceptacin
perfecciona el contrato:
a) entre presentes, cuando es manifestada;
b) entre ausentes, si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.
La presente disposicin debe entendrsela articulada con lo dispuesto por el artculo 974, de
modo que la aceptacin perfecciona el contrato
entre presentes, cuando es manifestada inmediatamente. A su vez, la aceptacin perfecciona el
contrato entre ausentes, si es recibida por el ofertante durante el plazo de vigencia de la oferta. Si
no ha mediado plazo, debe entenderse que la
aceptacin perfecciona el contrato si es recibida
en un plazo razonable (arg. artculo 974-3).
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Carbonnier llama elementos constitutivos o estructurales o requisitos de existencia a las condiciones enunciadas en el artculo 1108 del Cdigo
Civil que, de no concurrir, anulan el contrato(78).
As Messineo denomina elementos constitutivos a las partes y al consentimiento. Y presupuestos de validez del contrato, a la capacidad de
obrar y el poder de disponer(79).
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Afirma que los matices terminolgicos complican intilmente las cosas, pero que lo que
se debe tener en claro es que el enunciado del
artculo 1325 del Cdigo Civil italiano, debe entenderse en el sentido de que el contrato que no contenga los elementos componentes no se perfecciona, pues la ley atribuye a los mismos carcter
necesario y que ello surge del artculo 1418 del
mismo Cdigo en cuanto se estatuye como causa
de nulidad del contrato la falta de uno de los requisitos indicados por el artculo 1325...(80).
En suma, la corriente doctrinaria dominante
equipara requisitos con elementos, en el sentido
de entidades cuya presencia es requerida para
que un acto tenga existencia(81).
Prevalece el criterio de que el artculo 1325 del
Cdigo Civil italiano carece de alcance normativo,
pues no porta carcter imperativo (prohibitivo o
permisivo), o sea no implica un mandato del legislador. Parece ser, se afirma, un enunciado ms
propio de la doctrina que de la ley, un ndice sumario de nociones fundamentales que luego se
desenvuelve en normas y que son reagrupadas
en relacin con la numeracin de este artculo(82).
Uno de los requisitos exigidos por el artculo
1325 del Cdigo Civil es el de la forma, cuando resultara prescripta por la ley bajo pena de nulidad,
cuya inclusin ha sido objeto de generalizada
aceptacin(83).
La forma, cuando es exigida por la ley, es aceptada como elementos constitutivo particular, o
sea, referido a los contratos de forma constitutiva,
pero no como elemento estructural de carcter genrico que atrape en su formulacin a todos los
contratos.
Genricamente, la forma como expresin o exteriorizacin de la voluntad es un presupuesto del
consentimiento(84).
En cambio, ms all del consentimiento y de la
forma, se ha afirmado que la causa y el objeto son
construcciones dogmticas que han constituido
y siguen sindolo materias de speras e inconclusas controversias doctrinales, sea en orden
a su autonoma, como a su significado, cuyo perfil
no corresponde al de un elemento o requisito(85).
XXVIII. Elementos esenciales de los contratos
(continuacin). Conclusiones
Como quiera denominrseles: elementos, condiciones, requisitos, componentes, extremos, presupuestos, etctera, no pensamos que sea relevante la falta de coincidencia en la denominacin,
si la acepcin y los efectos que se pretende atribuir
a todas y cada una de las expresiones utilizadas,
es la misma.
Debemos comenzar admitiendo con relacin
al enunciado identificado como clsico: consentimiento, objeto y causa, que no es pacfica la
doctrina de los pases cuyas legislaciones le han
servido de fuente, en el sentido de que los tres
constituyan elementos esenciales. Por nuestra
parte, decididamente nos inclinamos por afirmar
que lo son, al punto que los tres pases que hemos
tomado como ejemplo, aunque lo hayan hecho
con otras denominaciones o hayan aadido algn
otro, incluyen el consentimiento, el objeto y la
causa.
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predisposicin contractual, la que puede verificarse aisladamente, esto es, respecto de un contrato en particular celebrado por el predisponente, o de modo masivo como requerimiento
de las grandes empresas comerciales, que exigen
la estandarizacin no slo de las relaciones contractuales que celebran con los usuarios y consumidores, sino tambin de las que conciertan con
las empresas con las cuales suscriben acuerdos
de colaboracin para conformar redes de comercializacin de sus productos y servicios(2).
En s misma, la predisposicin no constituye
una prctica disvaliosa(3), sin perjuicio de lo cual
la adhesin del no predisponente requiere de
una mirada ms atenta para discernir adecuadamente el consentimiento as formado, y evitar
se la utilice como mecanismo de traslacin de
riesgos por quienes detentan un mayor poder
negocial(4).
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por adhesin, entendido como el ...contrato predispuesto en que la parte no predisponente ha estado precisada a declarar su aceptacin (art. 899,
inc. e).
III. El contrato por adhesin como expresin
de la quiebra conceptual de la categora
contractual. Consolidacin de tendencias
preexistentes a la reciente reforma
La recepcin expresa del contrato por adhesin importa adems, aceptar una categora jurdica, que al igual que ocurre con el contrato de
consumo, implica un quiebre en la nocin nica
de contrato, y marca la apertura hacia una concepcin ms objetivada(16). Sobre el particular,
los Fundamentos que acompaaron al Anteproyecto expresaron con claridad que El sistema
queda ordenado entonces de la siguiente manera:
a. Contratos discrecionales: en ellos hay plena
autonoma privada. b. Contratos celebrados por
adhesin: cuando se demuestra que hay una adhesin a clusulas generales redactadas previamente
por una de las partes, hay una tutela basada en la
aplicacin de este rgimen. c. Contratos de consumo: cuando se prueba que hay un contrato de
consumo, se aplica el Ttulo III, sea o no celebrado
por adhesin, ya que este ltimo es un elemento no
tipificante.
Lo dicho nos llevan a coincidir con quienes entienden que ...la modalidad de los contratos celebrados por adhesin a clusulas generales predispuestas constituira un tercer gnero de contrato...
que se ubicara a mitad de camino entre la regla general, identificada con los contratos discrecionales,
paritarios o negociados .... y la otra categora
especial de los negocios contractuales constituida
por los contratos de consumo(17). La cuestin no
resulta desprovista de importantes consecuencias
tcnicas y prcticas(18), que en lo que conciernen
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al contrato por adhesin, abordaremos someramente en este trabajo, en ocasin del racconto de
sus principales efectos, ostensiblemente asimtricos con los que se reconocen respecto de los
discrecionales o paritarios.
Por esta va, se consolida una importante tendencia encaminada a imponer lmites al poder de
configuracin unilateral del contenido del contrato, con sustento en los principios informadores
del Derecho Privado (vg. buena fe; abuso de derecho, etc.), y en un nmero significativo de leyes
especiales, que dan cuenta de un orden pblico
econmico de proteccin, que morigera, el rigorismo del pacta sunt servanda.
IV. La interpretacin del contrato en su
relacin con el fraccionamiento de la categora:
la hermenutica de los contratos por adhesin
Como hemos visto en el punto precedente, la
teora del contrato se encuentra signada en el
nuevo Cdigo por su fragmentacin, dado que
junto a la categora general del contrato (art. 957),
se reconocen los contratos por adhesin a condiciones generales de contratacin (art. 984) y los
contratos de consumo (art. 1093). Un efecto central que deriva del distingo, reside en la cuestin
hermenutica.
De ello resulta que las normas del Captulo 10
de la teora general sobre Interpretacin, no
desconocen la supremaca en lo pertinente de
las reglas especiales previstas para los contratos
por adhesin a clusulas generales predispuestas
en los arts. 986 y 987, y en el art. 1095 del Cdigo
unificado y en el art. 37 de Ley 24.240, en lo que
respecta a los de consumo.
Sin embargo, dichas reglas particulares, exigen
algunas precisiones, a saber:
1) Su admisin no puede soslayar la trascendencia que revisten las directivas generales del
nuevo Cdigo. Ello ocurre con la buena fe y la razonabilidad como habremos de verlo seguidamente.
atiende fundamentalmente a la intencin comn de las
partes, y provee normas generalmente supletorias y de
carcter abstracto, el rgimen estatutario moderno debe
subrayar la nocin de equivalencia, ser de carcter imperativo -orden pblico econmico- y atender la situacin
particular de las partes (despacho II.3); ver despacho de
la Comisin N 8 de las XII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Bariloche 1989) -a propuesta de la ponencia
de la Dra. Noem L. NICOLAU-, en Congresos y Jornadas
Nacionales de Derecho Civil, La Ley, Buenos Aires, 2005,
pg. 105.
En tal sentido, el art. 1061, al expresar que El contrato debe interpretarse conforme... al principio de
la buena fe, cumple la funcin de fijar los horizontes generales que ha de gobernar la tarea interpretativa. El texto guarda directa relacin con el art.
961 que dispone Los contratos deben celebrarse,
interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no
slo a lo que est formalmente expresado, sino a
todas las consecuencias que puedan considerarse
comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habra obligado un contratante
cuidadoso y previsor. Como bien se ha dicho en
nuestra doctrina anterior a la reforma, Aplicado a
la interpretacin, el principio de la buena fe significa que en un caso concreto el hombre debe y confa
que una declaracin de voluntad surtir sus efectos
usuales, los mismos efectos que se han producido,
por lo general, en casos similares(19). All aparece el
nexo entre buena fe y razonabilidad que ahora
seala la ltima parte del art. 961, en tanto sta
ltima reenva a la realidad, exigiendo obrar de
acuerdo a lo que resulta usual en el mercado(20) (21).
De este modo, no puede dudarse que la razonabilidad obra como una determinacin ms precisa
de la buena fe, dado que para reconstruir aquello
que las partes entendieron, habitualmente ser
necesario partir de los criterios derivados de la
aceptacin general con un sentido humano de valoracin, tomando en cuenta el tipo de contrato
perfeccionado y la realidad econmicosocial
circundante(22), de todo lo cual parecera no poder
sustraerse el contrato por adhesin.
Carlos A. Hernndez | 55
56 |
propugna que las clusulas contractuales predispuestas, sean sometidas a priori, a un severo control de inclusin, determinndose si fueron suficientemente conocidas por el adherente(30).
De esta manera, el rgimen general evidencia
un nuevo punto de contacto con el subsistema de
defensa del consumidor, en donde el control de
incorporacin, adems de encontrarse receptado,
ha sido provechosamente aplicado desde hace
tiempo por nuestra jurisprudencia. As, en la
causa Finvercon S.A. c/ Pierro, Claudia A.(31), originada con motivo del cobro de una deuda resultante de la utilizacin de una tarjeta de crdito, en
la cual se reclamaba no slo el capital, sino tambin los intereses compensatorios equivalentes a
una tasa del 82,46 % anual y los intereses moratorios del 0,113 % diario, la demandada peticion la
no aplicacin de la clusula sobre intereses, con
sustento en la conducta del demandante, que al
tiempo de la formacin del contrato no haba
explicitado el mtodo utilizado para su clculo.
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la
defensa articulada, considerando nula la clusula
en cuestin, sobre la base del incumplimiento de
la obligacin de informar que pesaba sobre el accionante. Posteriormente, la Cmara Nacional
Comercial, sala B, confirm la referida sentencia,
afirmando que ...dado que la emisora no anotici
leal y correctamente el alcance de la obligaciones
del adherente, a pesar de ejercer profesionalmente
la prestacin de un servicio oneroso de alcance tpicamente masivo, incumpli obligaciones a su
cargo al no informar sobre el clculo de las tasas
de inters, razn por la cual es improcedente su
pretensin de cobrar los intereses predispuestos en
el contrato de modo confuso e impreciso. En sintona con el prrafo tercero del art. 37 de la Ley
24.240(32), la clusula fue considerada ineficaz, harecho espaol puede verse a LLOBET I AGUADO, Josep,
El deber de informacin en la formacin de los contratos, Marcial Pons, Madrid, 1996, pg. 34 y sgts.
(30) LORENZETTI, Ricardo, Comentarios crticos de
jurisprudencia. Contratos, Revista de Derecho Privado y
Comunitario (Seguros-II), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
1999, t. 20, pg. 302 y sgts. En el derecho espaol puede
verse a GUILA REAL, Jess Alfaro, Las condiciones generales de contratacin, Civitas, Madrid, 1991, pg. 203
y sgts.
(31)CNCom, sala B, abril 28-998, LA LEY 1998-C,
pg. 623 y sgts.
(32) Expresamente dispone que en caso que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la
conclusin del contrato o en su celebracin o transgreda
el deber de informacin o la legislacin de defensa de
la competencia o de lealtad comercial, el consumidor
Carlos A. Hernndez | 57
se trata de una tendencia universal. A ttulo meramente enunciativo dado el carcter de este
aporte recordamos que constituye un ejemplo
paradigmtico de lo dicho, la Directiva de la Comunidad Europea 93/13, del 5 de abril de 1993,
cuyo artculo 3 establece que Las clusulas contractuales que no se hayan negociado individualmente se considerarn abusivas si, pese a las exigencias de la buena fe, causan en detrimento del
consumidor un desequilibrio importante entre
los derechos y obligaciones de las partes que se
derivan del contrato, agregando el artcu
lo siguiente que La apreciacin del carcter abusivo
de las clusulas no se referir a la definicin del objeto principal del contrato ni a la adecuacin entre
precio y retribucin, por una parte, ni a los servicios
o bienes que hayan de proporcionarse como contrapartida, por otra, siempre que dichas clusulas se
redacten de manera clara y comprensible(36). Del
mismo modo, la experiencia latinoamericana es
concordante; Brasil aporta un modelo que encuentra importantes puntos de conexin con la legislacin europea(37), en cuanto el pargrafo IV del
artculo 51 del Cdigo de Defensa del Consumidor
consagra una regla general que califica como abusiva a las clusulas contractuales que establezcan
obligaciones consideradas inicuas, abusivas, que
coloquen al consumidor en desventaja exagerada, o sean incompatibles con la buena fe o la
equidad(38).
En orden a la consideracin particular del art.
988, sealamos los aspectos que juzgamos sobresalientes, a saber:
58 |
Carlos A. Hernndez | 59
donde pasaron luego a la ley de Defensa del consumidor y a varios de los Proyectos de reforma.
Sobre el contenido o alcance del enunciado en
primer lugar, los fundamentos del Proyecto de
1998 lo describen con elocuencia, en cuanto all se
deca que ...los tribunales estn habilitados para
intervenir en los contratos predispuestos y en los
contratos celebrados por adhesin, principalmente
para evitar su desnaturalizacin, la cual constituye
un estndar de gran amplitud, que permite abarcar
un extenso universo de situaciones...y que se relaciona con la causa final entendida como el propsito comn de las partes de alcanzar un resultado
econmico y jurdico(45). En sentido concordante
la jurisprudencia ha hecho una rica aplicacin del
mismo en pluralidad de situaciones. As, en un
conflicto entre una automotriz y la empresa que
haba actuado como representante de aqulla en
la comercializacin de planes de ahorro, se afirm
que la predisposicin contractual no puede desnaturalizar ...los principios esenciales del ordenamiento, las razones econmicas y sustentantes del
acuerdo y lo que las partes razonablemente programaron como finalidad del contrato celebrado...(46).
En otro caso, en donde se juzgaba el alcance de
una cobertura asegurativa se dijo que Las clusulas claims made resultan abusivas, aun cuando
hubieran sido autorizadas por la Superintendencia
de Seguros de Salud, puesto que desnaturalizan las
obligaciones relativas al objeto del contrato de seguro de responsabilidad civil y amplan inequitativamente los derechos del asegurador(47). El estndar tambin ha tenido reciente aplicacin en
un contrato de medicina prepaga(48). All se afirm
que La clusula que excluye la cobertura de accidentes de trnsito en el contrato de medicina prepaga es abusiva, pues desnaturaliza las obligaciones y el equilibrio del contrato.
Por su parte, el estndar que tiene por no convenida a las clusulas ...que importan renuncia
muestra los avances y cambios operados en nuestro rgimen legal.
(45) V. Proyecto de Cdigo Civil...., ob. cit., pg. 49.
(46) P. Campanario S.A. c/ Plan Ovalo S.A. de Ahorro
para Fines Determinados, CNCom., Sala B., 24/09/98,
LA LEY 1999-II, pg. 22.
(47) F. R., C. c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires y otros, CNCiv., sala F, 03/03/2011, LA LEY 2011-B,
pg. 406 y ss., con nota de Rubn S. STIGLITZ y Mara Fabiana COMPIANI.
(48) Cmara de Apelaciones en lo Civil y Comercial
de Junn, en autos F. S. S. P. l. F. c/ L., P. A. y otros s/ cobro
sumario sumas de dinero, del 10/07/2014, publicado en:
LLBA 2014 (septiembre), pg. 907.
o restriccin a los derechos del adherente, o amplan derechos del predisponente que resultan de
normas supletorias, tambin ha venido afianzndose en la jurisprudencia en el mbito de las relaciones de consumo, en donde se lo ha tomado
con frecuencia(49). Como bien se ha destacado, la
referencia al derecho supletorio es muy significativo, desde que ...el Derecho positivo no imperativo constituye, en los contratos por adhesin, el
mnimo no derogable; los derechos y facultades reconocidos por las normas generales a favor del adherente no pueden ser restringidos, y los derechos
que esas normas reconocen al predisponente no
pueden ser ampliados. El Derecho supletorio es el
modelo de comparacin para delimitar la abusividad de la clusula predispuesta(50).
Finalmente, el Cdigo unificado admite la abusividad de aquellas clusulas que por su contenido, redaccin o presentacin, no son razonablemente previsibles. El texto supone una apertura
a la categora jurdica de la sorpresa, con fuerte
raigambre en el Derecho Comparado(51), en especial, con institutos vinculados con los estndares jurdicos. Su recepcin en el nuevo sistema
de Derecho Privado es plausible en un doble sentido: a) Es la culminacin de un proceso con diferentes antecedentes nacionales(52). As, el Proyecto
de 1998 la mencionaba en su artculo 327 como
uno de los estados subjetivos del lesionante(53).
(49) As, se dijo que Debe tenerse por no convenida
la clusula inserta en una pliza de seguro de vida, que
establece la falta de pago de la prima y produce la caducidad automtica del seguro sin previo aviso al tomador
o a los beneficiarios, desde que la apuntada disposicin
contiene una forma de renuncia o restriccin de los derechos de aqullos que conduce a desequilibrar la economa propia del contrato, en Gualco, Alba Clara y otro
c/ Provincia Seguros S.A., CNCom., sala C 06/08/2010,
La Ley 2011-A, pg. 23.
(50) MRQUEZ, Jos Fernando - CALDERN, Maximiliano Rafael, Contratos por adhesin a condiciones
generales en el Proyecto de Cdigo Civil y Comercial de
2012, ob. cit., pg. 277.
(51) SACCO, Rodolfo y DE NOVA, Giorgio, en Trattato
di Diritto Civile. Il Contrato, Utet, Turn, 1993, Tomo 1,
pgs. 482 y sgts.
(52) ROCCA, Ival, Teora de la sorpresa para la revisin del contrato, Bias Editora, Buenos Aires, 1982.
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(54)LORENZETTI, Ricardo L., Consumidores, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2009, pg. 289 y ss. REZZNICO, Juan C., Contratos con clusulas predispuestas,
ob. cit., pg. 480 y STIGLITZ, Rubn S., Contratos civiles y
comerciales. Parte General, La Ley, Buenos Aires, 2010.,
T. II, pg. 48.
(55)CRACOGNA, Dante, Contratos por adhesin,
ob. cit., pg. 238.
Carlos A. Hernndez | 61
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lidad, presentaciones, etc.; actividades todas destinadas a avanzar, en un clima de confianza, hacia
el perfeccionamiento de un negocio jurdico.
El contenido de las tratativas vara segn la funcin econmico-social de la operacin jurdicoeconmica en gestacin(2); pero, en la generalidad
de los casos, el intercambio de informacin constituye su actividad vertebral. Su finalidad es la concrecin de un contrato y es por ello que, como lo
veremos, se considera antijurdica toda conducta
que, de un modo injustificado, frustre la posibilidad de concretarlo.
Por ello, pueden darse en cualquier contrato negociado, al tiempo que su virtualidad, su razn de
ser, se ver notoriamente limitada, hasta su prctica supresin hipottica, en el caso de los contratos celebrados por adhesin a clusulas generales predispuestas (arts. 984 a 989 del CCCN).
Tal como se afirm en el punto 3.3. de los Fundamentos del Anteproyecto de Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, enviados por los integrantes
de la Comisin Redactora al Poder Ejecutivo Nacional, las normas contenidas en esta Seccin del
cdigo no resultan de aplicacin primaria a los
contratos de consumo, cuyo rgimen de formacin del consentimiento se encuentra regulado en
el Ttulo III del Libro Tercero del cdigo, que opera
sobre una lgica jurdica distinta de la de una relacin que se presume igualitaria, propia de los artculos que consideramos, como es la de tutela del
consumidor(6).
Gustavo Caramelo | 65
Es probable que si se presenta un relevante inters para las partes, se extiendan en el tiempo y
en intensidad. Si no es as, suelen ser innecesarias
o de breve duracin(8).
Tampoco existen lmites en cuanto al mbito territorial en el que pueden desarrollarse ni respecto
de los medios empleados para su despliegue; pues
negociadores distantes entre s miles de kilmetros pueden vehiculizarlas tanto por comunicaciones de respuesta diferida como por otras, en
tiempo real y por cualquier medio tecnolgico que
posibilite unas y otras.
Pueden ser llevadas adelante por equipos de
negociadores y analistas, aunque es claro que su
efectividad requiere de unidad de direccin; la
que hace a una conduccin diligente de las negociaciones por cada una de las partes. La dispersin, la confusin, los retrocesos derivados de la
pluralidad de criterios que por una misma parte
pueden darse en la toma de decisiones, pueden
generar la frustracin daosa de las expectativas
depositadas de buena fe en el proceso por otra u
otras partes contratantes.
V. Tratativas contractuales y libertad de
negociacin
V. 1. La naturaleza constitucional de la
libertad de negociacin
Nuestro sistema constitucional se basa en la
idea de la libertad; promueve la iniciativa individual y protege sus frutos, en tanto no perjudiquen
a otros. Lo hace con una visin social, claramente
establecida en el artculo 14 bis y en muchas de las
normas contenidas en los tratados de Derechos
Humanos incorporados a nuestro bloque de constitucionalidad federal y es por ello que establece
regulaciones destinadas a evitar que desde determinadas posiciones contractuales prevalentes se
puedan afectar los derechos de quien en la relacin aparece como en situacin de mayor debilidad jurdica, econmica o social, sin posibilidad
real de negociar los trminos de muchos de los
contratos que debe o desea celebrar.
Se establece en el artculo 990 del CCCN: Libertad de negociacin. Las partes son libres para
promover tratativas dirigidas a la formacin del
contrato, y para abandonarlas en cualquier momento.
La norma sigue la lnea del artculo 2.1. 15 -1)
de los Principios de Unidroit Instituto Interna(8) Stiglitz, Rubn, Contratos..., op. cit., p. 156.
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(9) La autonoma de la voluntad en el campo contractual era /y es) ante todo libertad de contratacin, ver Stiglitz, Rubn S. Un nuevo orden contractual en el Proyecto de Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, La Ley
Online AR/DOC/4416/2012.
(10)El abuso de posicin dominante (art. 11 del
CCCN) y la lesin (art. 332 CCCN) son, entre otros institutos, expresiones de tal orientacin axiolgica del derecho argentino.
(11)Lorenzetti, Ricardo Luis, Tratado de los Contratos, Parte General. Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
2004, p. 124.
(12) Posner, Richard A., El anlisis econmico del
derecho, Ed. Fondo de Cultura Econmica, Mxico D.F.,
1998, p. 91.
Gustavo Caramelo | 67
(15) Lorenzetti, Ricardo Luis, en Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, Comentado, Ricardo Luis Lorenzetti, director. Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 2014,
Tomo I, pg. 51.
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(16) Compagnucci de Caso, Rubn, El negocio jurdico. Ed. Astrea. Buenos Aires, 1992, pg. 369.
(17) Mayo, Jorge, La buena fe en la interpretacin de
los negocios jurdicos, RCyS 2004, 279.
(18) Lorenzetti, Cdigo..., op. cit., p. 53.
(19) CSJN, Fallos 323:3035, 19/10/2000.
Gustavo Caramelo | 69
(23) Mosset Iturraspe, Jorge, El mbito de la responsabilidad contractual: lo extra, lo pre y lo poscontractual,
en Revista de Derecho Privado y Comunitario, Nro. 17,
Responsabilidad Contractual - I. Editorial Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, p. 205.
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(24) Es habitual que con alcances obligatorios amplios, las partes instrumenten un due diligence, conf.
Lpez Fidanza, Alberto, op. cit., loc. cit.
(25) Stiglitz, Rubn, Contratos..., op. cit., ps. 289 y
290.
(26) CNCom. Sala D, 17/02/2010, Neptan S.A. c. International Container Terminal Services y otros, La Ley
Online AR/JUR/211/2010.
Gustavo Caramelo | 71
X. 1) Responsabilidad
X. 1. a) Sobre el fundamento de esta
responsabilidad
Como hemos visto, la norma sancionada no limita la responsabilidad al dao al inters negativo, como lo haca expresamente la del Proyecto
de 1998.
Si bien podra considerarse que, dado el principio de libertad para contratar o no hacerlo, la
frustracin de la posibilidad de concretar el consentimiento en un caso determinado no podra
dar lugar a responsabilidad, desde la publicacin,
en 1860, de la primera edicin de la obra de VON
IHERING, Rudolf La culpa in contrahendo...(28),
se ha venido consagrando una responsabilidad
precontractual; labor en la que constituy un hito
la publicacin , en 1906, en Italia, de la Obra de
Faggella, Dei periodi precontratualli e della loro
vera ed exata costruzione scientifica(29). Tal responsabilidad se verifica, como una consecuencia
de la buena fe negocial que debe orientar las tratativas, cuando la conducta de una de las partes genera expectativas que luego se ven frustradas por
un apartamiento intempestivo, violento, abrupto.
Ihering puso de manifiesto que alguien puede
incurrir en culpa en el momento de contratar, y
situ el deber de diligencia a partir del momento
de la oferta. El mrito de Fagella es el haber llamado la atencin sobre la necesidad de investigar el perodo de formacin del contrato anterior a la emisin de la oferta. En su pensamiento,
el proceso de formacin del contrato puede dividirse en dos etapas, la primera de ellas constituida por todas las conversaciones, intercambio
de ideas, tratos y discusiones desarrolladas hasta
el momento de la oferta; la segunda, iniciada por
la oferta y cerrada con la conclusin del contrato.
En la primera etapa pueden distinguirse dos perodos, el primero, de ideacin y de elaboracin;
el segundo, de perfeccionamiento o concretizacin de la propuesta. La segunda etapa constituye
el tercero de los perodos precontractuales, el operativo, en el que la oferta es puesta en movimiento.
72 |
Este autor consider que poda existir responsabilidad an antes de la emisin de la oferta, la que
podr darse a partir del momento en que uno de
los tratantes, ya en forma expresa, ya tcita, consiente que el otro realice un trabajo preparatorio,
generando confianza en el otro, por lo que el retiro
intempestivo de las tratativas genera la responsabilidad del resarcimiento de los gastos y del costo
efectivo de la obra de la obra parte(30).
Dichos autores operaron sobre la idea de una
responsabilidad de base contractual; mientras que
para una parte sustantiva de la doctrina y la jurisprudencia nacionales, al no haberse alcanzado un
contrato, la responsabilidad en esta etapa debe ser
evaluado segn las reglas propias de los vnculos
extracontractuales, ya con base en la culpa aquiliana, ya por aplicacin de la teora de la responsabilidad legal, ya por la del abuso en el derecho a
no contratar(31).
Pero las implicancias que en nuestro derecho
tena el encuadre de un supuesto de responsabilidad como contractual o extracontractual ha perdido relevancia prctica con la sancin del nuevo
Cdigo Civil y Comercial de la Nacin; ello por
la prctica homogeneidad de rgimen de ambos
tipos de responsabilidad, a excepcin de lo establecido en el artculo 1728.
X. 1. b) Supuestos de responsabilidad
precontractual
1) Violacin del principio de buena fe:
En el artculo 991, como ya hemos visto, se establece que el incumplimiento en el deber de obrar
de buena fe genera la responsabilidad de resarcir
el dao que sufra el afectado por haber confiado,
sin su culpa, en la celebracin del contrato.
En razn de ello, habr obligacin de resarcir
siempre que se verifique:
a) Una conducta antijurdica, consistente en
la violacin del deber de obrar con buena fe. Es
deber de los precontratantes observar conductas
diligentes, que se traduzcan en el deber de, por
ejemplo, conservar y custodiar los bienes que se
hubiesen desplazado con motivo de las tratativas
previas; en obrar con la diligencia que impongan
(30) Lpez de Zavala, Teora...., op. cit., ps. 179 a
182.
(31) Stiglitz, Contratos..., op. cit. P. 177 y sus citas.
Los primeros enunciados en tal sentido fueron planteados por Lafaille, Colmo, Busso y Bustamante Alsina,
segn lo explica Lpez Fidanza en el trabajo ya citado.
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en los que el criterio de asignacin de responsabilidad por ruptura de las tratativas debe ser restrictivo, pues lo contrario conspirara contra una
efectiva vigencia del principio de libertad que rige
en la materia y lo han hecho siguiendo los lineamientos establecidos en los esfuerzos internacionales desarrollados en materia de contratos.
78 |
Nada se dice en estos artculos sobre las consecuencias del incumplimiento de estos acuerdos
de preferencia y como veremos en los casos tratados especialmente (compraventa; suministro;
societarios) las consecuencias se estipulan ya sea
como condicin resolutoria u otros efectos determinados.
Miguel Piedecasas | 79
Queda claro que esta norma es de carcter general, ya que refiere a participaciones sociales;
condominio o contratos asociativos.
En estos supuestos permite la reciprocidad. Ello
hace deducir que en los dems contratos posibles
o futuros, el carcter recproco de la preferencia
(siempre que fuere posible) no se encuentra permitido.
Establece la transmisibilidad de los efectos a terceros, sin distinguir los modos ni las calidades de
estos terceros, por lo que corresponde una interpretacin amplia; la que ceder ante restricciones
especficas y se afecta de esta manera la tradicional interpretacin de que estas preferencias
eran atendiendo a la persona del preferido.
IV. El pacto de preferencia y otras normas del
Cdigo Civil y Comercial
Es interesante realizar un ejercicio de interaccin con otras normas del Cdigo, donde se encuentra incluida la nocin de preferencia, a los
fines de determinar su incidencia y relacin con
estos pactos de preferencia.
El artculo 743 al establecer los bienes que constituyen la garanta de los acreedores y el derecho
de estos a ejecutarlos, hace la salvedad de que
todos pueden ejecutar estos bienes; excepto que
exista una causa legal de preferencia. En nuestro
caso es de base convencional y no legal y la norma
se est refiriendo a privilegios o preferencias que
tienen origen en normas sustanciales o procesales
y a favor de determinados acreedores.
Los artculos 1165/9, hacen referencia a una especie de estos pactos de preferencia, que trataremos en un punto siguiente; pero guardan relacin de gnero/especie.
El artculo 1182, tambin establece otra modalidad de pacto de preferencia en el suministro
y guarda relacin de gnero/especie, que trataremos tambin por separado.
El artculo 1283 referido al transporte contiene
una preferencia de origen legal, pero que incide en
el contrato principal, pero no se trata de un contrato autnomo y referido a un contrato futuro.
El artculo 1622 tambin trata de una preferencia de origen legal en caso de concurrencia de
cesionarios, y por ende no est comprendida en
los supuestos de pactos de preferencia.
Los artcu
los 1882; 1886, establece la preferencia legal como facultad derivada del poder jurdico que implica el derecho real y por ende no
est comprendido dentro de los pactos de preferencia.
El artculo 2085 regula un pacto de preferencia
especial, en relacin a los denominados conjuntos inmobiliarios y seala que el reglamento
de propiedad horizontal puede establecer un derecho de preferencia para la adquisicin de unidades funcionales a favor del consorcio de propietarios o del resto de propietarios de las unidades
privativas. Estamos en presencia de un pacto de
preferencia.
Los artculos 2197 y 2203 y 2205, referidos a
los derechos reales de garanta y a la hipoteca refieren a una preferencia de origen legal, a los fines
del logro de la satisfaccin de los crditos garantizados.
Los artculos 2316; 2322; 2377; 2380; 2381; y
2382, establecen preferencias de origen legal en
materia sucesoria, a favor de determinados acreedores o de determinados herederos y por ende no
estn comprendidos en los pactos de preferencia.
Los artculos 2573 y 2574, establecen las preferencias en materia de privilegios, es de origen legal
y por ende no comprendidos en los pactos de preferencia.
De esta manera el Cdigo Civil y Comercial
adems de las pautas generales sobre esta clase
de acuerdos, consagra normas particulares en materia de compraventa; suministro y conjuntos inmobiliarios; y sin perjuicio de lo que pueda establecerse en materia societaria.
V. El pacto de preferencia en la compraventa
El Pacto de Preferencia en la compraventa se
encuentra reglado en el Cdigo Civil y Comercial en el artculo 1165 y luego diversos aspectos
estn contemplados en los artculos 1166/7/8/9 y
en el Cdigo Civil derogado en el artculo 1368 y
artculos 1392 a 1396.
Se lo ha conceptualizado como una manifestacin de voluntad en los trminos de la prelacin,
mediante la cual el promitente se obliga a ofrecerle al otro contratante la cosa objeto del contrato, si decidiera venderla, prefirindolo, siempre
y cuando ste ofreciere las mismas condiciones
y expresare su voluntad en el plazo convenido, el
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Miguel Piedecasas | 81
ofertas en la misma. No tiene un derecho de prelacin frente a los otros postores (art. 1395), pero
si no se lo notifica, debe ser indemnizado (art.
1395)(7).
La normativa actual, solo seala que el comprador debe comunicar al vendedor el lugar y
tiempo en que deba celebrarse la subasta. De manera tal que se le aplica la secuencia de efectos
establecidas para la situacin de compraventa
normal y ordinaria.
Cabe hacer una distincin, cuando la subasta
sea por orden judicial, o sea una subasta pblica
judicial.
El criterio jurisprudencial que se ha manifestado seala que no tendra validez este pacto de
preferencia en supuestos de subastas judiciales.
Cuando se produce la subasta pblica el poder
del juez es de distinta naturaleza del que le corresponde al deudor. En efecto, si el deudor est afectado por la inhibicin general de vender o gravar
sus bienes o si una cosa de propiedad del deudor,
se encuentra embargada, ste no puede disponer
(arts. 228 y 214 C.P.C.); o, por lo menos el acto de
disposicin es inoponible al acreedor si sufre perjuicio (art. 1174 Cd. Civil). En las ventas forzadas
hechas por la autoridad de la justicia, dice el art.
2122 del Cdigo Civil, el vendedor debe leerse el
enajenante no est obligado por eviccin. Tampoco responde por vicios redhibitorios (arts. 2171
y 2190 Cd. Civil). El pacto de preferencia desaparece o pierde su virtualidad cuando se realiza la
pblica subasta (art. 1395 C.C)(8).
Esta postura se apoya en que en las subastas por
orden judicial, no es el propietario el que decide
vender, sino el Juez, y por ende los pactos entre las
partes resultaran inoponibles a los terceros.
En realidad con la normativa actual, esta conclusin no resulta tan precisa, desde nuestra perspectiva; ya que la orden judicial de venta debe serlo
en los lmites del derecho que tiene el ejecutado, y
este derecho se encuentra afectado por una condicin resolutoria que est vigente y por ende mantiene su validez. Claro est que el vendedor originario que tiene este derecho de preferencia debe
ser notificado y presentarse a ejercer el mismo en
el procedimiento judicial respectivo, dentro del
plazo legal y luego asistir al acto de remate y plantear su postura al inicio de la puja y si la misma es
superada, se desarrollar la subasta con todos los
participantes y el preferente ser uno ms. Debe
advertirse sin embargo que existen diversas modalidades de subastas judiciales (algunas por eje-
82 |
La parte que desee contratar con terceros el reemplazo total o parcial del suministro cuyo plazo
ha expirado o expirar en fecha prxima, debe dar
aviso a la otra de las condiciones en que proyecta
contratar con terceros, en la forma y condiciones
pactadas en el contrato. La otra parte debe hacer
uso de la preferencia, hacindolo saber segn lo
acordado. A falta de estipulacin en el contrato, se
aplican la forma y condiciones de uso. En su defecto, una parte debe notificar por medio fehaciente las condiciones del nuevo contrato con una
antelacin de treinta das a su terminacin y la
otra debe hacer saber por igual medio si utilizar
el pacto de preferencia dentro de los quince das
de recibida la notificacin. En caso de silencio de
sta, expira su derecho de preferencia.
VIII. Contrato sujeto a conformidad
El artculo 999 del Cdigo Civil y Comercial establece una regla para aquellos contratos cuyo perfeccionamiento dependen de una conformidad o
de una autorizacin.
No se aclara si es una conformidad o autorizacin de alguna de las partes involucradas; de terceros o de autoridades administrativas.
Lo que s se deja en claro es que estamos en presencia de una condicin suspensiva y por ende
aplicables los efectos de los artculos 343 a 349 del
Cdigo.
En particular interesa el artculo 349 que establece que si el acto se ejecuta antes del cumplimiento de la condicin y sta no se cumple, debe
restituirse el objeto con sus accesorios pero no los
frutos percibidos (en el supuesto que los hubiere).
Esta modalidad de contratos sujetos a autorizacin, particularmente, suelen ser usuales y la
norma los est validando, y calificando la condicin como suspensiva, lo que deber ser aplicado
en casos concretos y atendiendo a las particularidades del caso.u
84 |
Es que no se constituye un acto jurdico con procesos psicolgicos internos, ni tampoco con meras
exteriorizaciones de conducta que se producen inconsciente o involuntariamente(9); sino que se requiere de una coordinacin de ambos elementos,
en tanto la consecuencia jurdica se halla en relacin de dependencia esencial con el contenido de
la declaracin. Por ello la voluntad para el ordenamiento es un hecho que adquiere relevancia
al ser exteriorizado (arts. 260, 262 ccyc.) y tal exteriorizacin se obtiene por la conducta desplegada por el sujeto, o bien por la expresin positiva
o tcita de la voluntad (arts. 262, 263, 264 ccyc). En
ciertas ocasiones, la manifestacin de tal voluntad
debe ceirse a determinados requerimientos que
no constituyen sino recaudos formales que exigen
que la voluntad se exprese de determinada manera (art. 285 ccyc.).
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(14) DEMOGUE, Ren Traite des Obligations en general, T I, n 185, pg. 299. Paris, 1923. Quien se hace
eco del debate de la doctrina italiana, siguiendo particularmente a Giorgi.
(15)CARBONNIER; Jean Droit Civil, n 947, pg.
1975. Paris, 2004.
(16) CARBONNIER; Jean, obra citada, lugar citado.
(17)FERREYRA, Edgardo A. en Formacin de los
contratos en LL 1975 - A, 1215.
rigida al destinatario para que la reciba o bien recaer bajo su esfera de control(18). Este tipo de declaraciones, obtendr eficacia tan pronto arriben
al conocimiento del destinatario, o bien dentro de
su mbito de accin de modo de ser cognoscible,
de conformidad a las reglas de la buena fe(19).
As las cosas, en la declaracin recepticia lo trascendente es que sus efectos dependen de su cognoscibilidad por parte del destinatario; por lo que
el problema se traslada a determinar en qu momento alcanza eficacia si el receptor no acusa recibo de ella(20); se puede determinar que ha llegado
a su conocimiento o esfera de cognoscibilidad
cuando se halla con aqul en tal relacin de lugar
que de acuerdo con el punto de vista comn y en
condiciones normales depende del destinatario
tomar conocimiento de su contenido;(21) es que no
se puede consentir que el propio destinatario
tal vez no interesado en la declaracin retarde
o impida el conocimiento del contenido de la manifestacin de voluntad basado en sus propias circunstancias.
En este sentido el art. 983 ccyc. Dispone: Recepcin de la manifestacin de la voluntad. A los
fines de este captulo se considera que la manifestacin de la voluntad de una parte es recibida por
la otra cuando esta la conoce o debi conocerla,
trtese de comunicacin verbal, de recepcin en
su domicilio de un instrumento pertinente, o de
otro modo til(22).
(18) TRABUCCHI, ob. cit. n 72 pg. 163.
(19)Conf. BUSSO, Eduardo, Cdigo civil comentado, comentario al art. 509, pg. 259.
(20) En un fallo muy ilustrativo se ha precisado: La
nocin de la caracterstica recepticia que tienen tanto la
oferta como la aceptacin, y en el caso tambin la opcin, cabe centrarla en que la declaracin unilateral de
voluntad que es cada una de ellas est destinada a
otra persona que es la que va a recibirla, pero con respecto a la aceptacin o a la opcin, la calidad de recepticia no significa que se perfeccione el acuerdo de voluntades cuando es recibida por el ofertante, porque segn
el art. 1154 el contrato queda perfeccionado desde que la
aceptacin se hubiese mandado al proponente. (CNCiv.
Sala C. 03/12/1992. Arlan S.C.A. c. Revestimientos La
Europea S.A. en: LA LEY 1993-D, 417).
(21) VON THUR, ob cit. Tomo 4, n 433, pg. 110.
(22) Los proyectos de reforma haban avanzado en
esta direccin: el Proyecto de Cdigo nico de 1987 y
el Proyecto de la Cmara de Diputados de 1993, proponan que la manifestacin se considera recibida cuando
la otra parte la conoce, o hubo de haberla conocido si hubiera actuado con la diligencia apropiada en las circunstancias del caso (conf. art. 1146 de ambos proyectos). El
Proyecto de 1998, no remite a la clusula general de la
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cumplimiento parcial; este concepto es sustancial en tanto refiere a la integralidad de los efectos y
sobre tal partitura van a marchar las vicisitudes de
la obligacin, coordinando ello con que la aceptacin debe expresar la plena conformidad con la
oferta (art. 978), se llega a idntica solucin.
II.c.3.2. Oferta emanada o dirigida a varias
personas
Sea que la oferta emane de distintas personas o
que se dirija a varios destinatarios, el principio es
que no hay contrato sin el consentimiento de todos
los interesados; salvo que la convencin o la ley
autoricen a la mayora de ellos para celebrarlo en
nombre de todos o permitan su conclusin slo
entre quienes lo han consentido art. 977 ccyc.
II.c.4. Vida til de la oferta no aceptada:
revocacin y caducidad de la oferta
II.c.4.1. La actitud del Cdigo Civil frente a la
oferta
La naturaleza propia de la oferta, encuadrada
como acto prenegocial, le determina un carcter
de cierta fragilidad, que en rigor debe entenderse
como que el ordenamiento acota la vida autnoma de la declaracin de voluntad que contiene
la oferta, para el mejor cumplimiento de su cometido, que es que el de asegurar que el contrato
quede configurado con el contenido deseado por
los participantes. As, exige que se dirija a persona determinada o determinable; luego, requiere
ciertos contenidos a aquella expresin de la voluntad (ver art. 972 ccyc.); que si son cambiados,
carece de valor la primera manifestacin (art. 975
ccyc); y finalmente, la oferta no termina de independizarse de su emisor, habida cuenta que
ciertas vicisitudes la siguen alcanzando: desde su
retractacin hasta el fallecimiento del proponente
(art. 976 ccyc).
Este sistema, de la fragilidad de la oferta(42)
se contrapone a un sistema de oferta vinculante,
propio de los contratos predispuestos y de consumo, que bien justifican en el nuevo cdigo, una
clasificacin diversa, en orden, precisamente,
al modo de formacin del consentimiento. Slo
a guisa de ejemplo, y para reforzar el concepto,
vase el art. 1103 que refiere a la obligatoriedad
de las precisiones contractuales contenidas en un
anuncio publicitario, aun anterior a la oferta.
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Modalidad de la aceptacin.
La modalidad de la aceptacin en principio
es dependiente de la de la oferta, adaptndose a la
dinmica que le imprime aquella. As, los distintos
supuestos son:
(54)Ver SANTARELLI, Fulvio G. El perfeccionamiento del contrato y su calificacin. Contratos, precontratos, acuerdos marco comentario al fallo Olivera,
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acuerdo, lo que descarta su carcter vinculante; limitando su reconocimiento a otorgar a tales instrumentos valor probatorio(57) del grado de avance
de las tratativas, como asimismo trascendencia en
la hora de la interpretacin del alcance del contenido contractual(58).
Esta tesitura es corroborada en el nuevo ordenamiento; en efecto, el ya citado artculo 982, no
slo condiciona la validez de los acuerdos parciales; sino que los distingue de las minutas y borradores en cuanto a su significacin jurdica. Solucin que debe ser concordada con lo previsto
por el art. 993 el cual refiere a las cartas de intencin, nominacin que comprende: a Los instrumentos mediante los cuales una parte, o todas ellas,
expresan un consentimiento para negociar sobre
ciertas bases, limitado a cuestiones relativas a un
futuro contrato a los cuales le asigna un carcter
limitado a partir de aconsejar una interpretacin
restrictiva a la hora de asignar efectos vinculantes;
y finaliza: slo tienen la fuerza obligatoria de la
oferta, si cumplen sus requisitos.
La solucin es del todo coherente con el principio que rige la materia, que es el que surge de los
arts. 990/991 libertad de negociacin, sin frustrar
injustificadamente las tratativas.
IV.b. Momento del perfeccionamiento del
contrato en la formacin progresiva
Durante la negociacin contractual, entendida
como el periodo de exploracin durante el cual los
futuros contratantes intercambian sus puntos de
vista, formulan y discuten las proposiciones mutuas a fin de determinar el contenido del contrato,
lo caracterstico es que las partes no estn seguros
de la conclusin del contrato; en proceso que va
avanzando hacia su perfeccionamiento. Es as que
es menester determinar cundo se perfecciona el
contrato de modo de determinar los efectos de los
significativos acuerdos que a los que se va arribando. En Francia, fue la jurisprudencia la encargada de determinar el criterio a seguir al respecto,
la cual ha mantenido el esquema de inspiracin
voluntarista de su cdigo civil, siguiendo en particular el texto del art. 1583 que, relativo a la compraventa, indica que se perfeccionar dicho contrato tan pronto como haya acuerdo respecto del
precio y de la cosa objeto de aquel contrato. De all
el principio que habr contrato a partir del momento en que las partes lograron acordar respecto
(57) ALTERINI Contratos ... pg. 326 n 4; LORENZETTI, obra citada, pg. 288, n 1.
(58) ALTERINI, Contratos ... pg. 326, n 4.
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Incapacidad e inhabilidad
para contratar
POR Mariano Acevedo
El Cdigo Civil de la Repblica Argentina sancionado por la ley 340(1) que entr en vigor en el
ao 1871, en adelante Cdigo Civil de 1871, en un
lugar de similar ubicacin metodolgica al del reciente Cdigo Civil y Comercial de la Nacin sancionado por la ley 26.994(2), en adelante Cdigo
Civil y Comercial, al tratar los contratos en general
incorpor el Captulo II, artculos 1160 a 1166, que
denomin De los que pueden contratar.
Se ha sealado(3) que la denominacin de este
captulo por tener una enunciacin afirmativa pareciera querer decir que las normas all contenidas
indicaran quienes, del universo de las personas,
son los habilitados a contratar, dando una idea
de la existencia de una supuesta capacidad para
contratar distinta a la capacidad general, una especie de subcategora de las facultades que tienen
quienes son, genricamente capaces. En contra
de ello, la doctrina ha dicho que la expresin capacidad para contratar adems de ser una tautologa porque todas las personas capaces tienen
capacidad para celebrar contratos, resulta innecesaria.
En el nuevo Cdigo Civil y Comercial pareciera
haberse tomado en cuenta este aspecto terminolgico aunque no surja as expresamente de los
(4)Proyecto de Cdigo Civil y Comercial, Fundamentos del Proyecto de Cdigo Civil y Comercial de la
Nacin. Ed. Zavala, Buenos Aires, 2012.
(5) Proyecto de Cdigo Civil de la Repblica unificado con el Cdigo de Comercio, Ed. Abeledo-Perrot,
Buenos Aires, 1999.
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con criterio restrictivo, la doctrina ha circunscripto el mbito de aplicacin del artculo 1358,
sealando situaciones en las cuales no regira. As
es como se ha sostenido que era vlida adquisicin de un bien por parte de otro cnyuge en el supuesto de venta por disolucin de la sociedad conyugal, pues sera ms bien la adjudicacin de una
particin que la compraventa de un bien ganancial(14), Tambin se la admitido la no aplicacin de
la prohibicin en el supuesto de adquisicin del
bien por parte del cnyuge en la ejecucin judicial
seguida al otro, dado la naturaleza de jurdica de la
subasta y las garantas que ella contiene(15). Tambin se la admite en la subasta ordenada en un
juicio sucesorio a efectos de poner fin a una indivisin pos comunitaria en la que ambos cnyuges
participan.
En definitiva, la situacin previa a la sancin del
nuevo Cdigo, era un rgimen que impeda la posibilidad de contratar entre cnyuges, pero limitado a la donacin y a la compraventa y en ste ltimo contrato con una visin restrictiva. Adems,
se propiciaba doctrinariamente su eliminacin.
Esa propuesta se vio plasmada no solo en el Proyecto del nuevo Cdigo Civil y Comercial, sino
tambin en su antecedente ms directo como es el
proyecto del ao 1998 y hasta en proyectos unificadores anteriores como el del ao 1993(16)
Frente a esta situacin, la Comisin Bicameral
decide introducir el inciso d(17) que establece que
No pueden contratar en inters propio... d) los cnyuges, bajo el rgimen de comunidad, entre s. El
fundamento volcado al dictamen de la Comisin
Bicameral es muy escueto ya que all solo se dice:
La eliminacin de la prohibicin de contratar
entre cnyuges propicia conductas fraudulentas. El
fin principal de la prohibicin es tratar de evitar los
fraudes a los acreedores de alguno de los cnyuges,
por lo que se sugiere su inclusin(18). Es decir, de
las cuatro teoras que fundamentaban las limita(14)Belluscio, Csar A., Manual de derecho de familia, Ed. Depalma, BA., ao 1995, T II, mencionado
por Medina Graciela y Paz Berousse, en ob. citada en la
nota 8.
(15) Lorenzetti, Ricardo L., Ob. citada en la nota 12,
pg. 236, Mosset Iturraspe, Jorge, ob. citada en nota 11,
Fassi - Bossert, Sociedad conyugal, Ed. Astrea BA, ao
1978, 2 ts. Estos dos ltimos mencionados por Medina
Graciela y Paz Berousse, en ob. citada en la nota 8.
(16) Proyecto elaborado por la Comisin designada
por el Poder Ejecutivo mediante Resolucin 468/92.
( 17) http://www.cabb.org.ar/noticias/proye.pdf,
punto 89 pg. 64.
(18) dem nota 17.
ciones menores del Cdigo Civil de 1871, la Comisin Bicameral del nuevo Cdigo Civil y Comercial
se basa solamente en la postura que ve un riesgo
de posibles maniobras defraudatorias de los
acreedores (no se menciona a los herederos). Resulta a nuestro parecer una medida aislada y exagerada dado que los derechos de los acreedores se
encuentran debidamente protegidos por la normativa que regula el fraude y la simulacin.
Tambin puede resultar inapropiada la limitacin incorporada, si se la analiza en el contexto
del Cdigo Civil y Comercial como un todo, ya
que este cuerpo legal prev regmenes patrimoniales alternativos al rgimen de comunidad, en
los cuales los acreedores no tendran ni siquiera
las seguridades que el agregado de este inciso pretende solucionar.
Respecto al alcance de la prohibicin incorporada como inciso d, debemos sealar que queda
limitada a los cnyuges que se encuentran bajo
el rgimen de comunidad, por lo que quedaran
fuera de la prohibicin los que optaren por los regmenes patrimoniales alternativos que prev el
Cdigo Civil y Comercial. Cabe resaltar, que en
orden a lo dispuesto por el artculo 7 la prohibicin que estamos comentando se aplicara desde
su entrada en vigencia a los cnyuges que hubieran celebrado matrimonio con anterioridad a
la sancin de este cdigo, toda vez que su rgimen
patrimonial es el de comunidad.
Respecto al alcance de la norma en anlisis, en
los fundamentos de la Comisin Bicameral se dice
que el Proyecto del nuevo Cdigo Civil y Comercial, antes de la evaluacin de la Comisin, eliminaba la prohibicin de contratar (la existente en
el Cdigo Civil de 1871), y por eso proponen incluirla, pero, como dijramos antes, la prohibicin
de Cdigo Civil de 1871 se limitaba al contrato
de compraventa, sus afines cesin de derechos y
permuta y al contrato de donacin, mientras que
la formula aqu adoptada por la Comisin Bicameral es mucho ms amplia ya que directa y tajantemente impide contratar, lo que implica que impide celebrar entre los cnyuges contrato alguno.
Esta modificacin de rgimen es importante ya
que en el rgimen del Cdigo Civil de 1871 estaban
inhabilitados de realizar algunos concretos contratos de cambio, mientras que una prohibicin
total como la de la norma en anlisis al incluir absolutamente a todo tipo de contratos elimina la posibilidad de contratos de colaboracin y muy utilizados dentro del matrimonio como por ejemplo el
mandato. Analizando teleolgicamente la norma,
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a) Posible
Significa que no debe ser contrario a las leyes
fsicas o naturales. La imposibilidad no debe ser
subjetiva o relativa ni debe consistir en una mera
dificultad aunque se trate de una mayor onerosidad sobreviniente. El impedimento se vincula
con la imposibilidad material, absoluta y total y
debe ser originaria y no sobreviniente. En este ltimo caso si fuera sobreviniente el acto ser
vlido pero podr tornarse ineficaz ya sea por imposibilidad de cumplimiento inculpable o bien
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por culpa de alguna de las partes(21). Se ha asimismo que en este recaudo queda comprendida
la posibilidad jurdica del objeto, interpretacin
que se realiza a partir de lo dispuesto en el art.
953(22). Sin embargo, con mayor rigor, otros autores
afirman que la nica imposibilidad de que se trata
en esta parte, es la material, porque la jurdica est
comprendida en la ilicitud(23).
b) Lcito
Segn el art. 953 del Cdigo velezano, si el objeto del acto son cosas no deben estar fuera del
comercio y si son hechos, no deben ser ilcitos, o
contrarios a las buenas costumbres o prohibidos
por las leyes, o que opongan a la libertad de las acciones, o de la conciencia, o que perjudiquen los
derechos de terceros. De lo expuesto se infieren
varios supuestos:
b.1. Objeto prohibido
El objeto de los actos jurdicos no deben ser
bienes que la ley hubiere prohibido que lo fuera
por algn motivo especial. El trmino bienes
comprende tanto las cosas materiales como a las
inmateriales.
Esta exigencia se refiere a las disposiciones que
prevn que determinadas cosas no pueden ser objeto de algunos actos por razones de poltica legislativa. As, las cosas muebles no pueden ser objeto
de las hipotecas (art. 2205); las cosas no fungibles
no pueden ser objeto del mutuo (art. 1525); el derecho de habitacin no puede recaer sobre bienes
muebles (art. 2158).
En ciertos casos la prohibicin se extiende a algunos derechos o hacia determinados actos. Las
cosas ajenas no pueden venderse (art. 1329), las
cosas futuras no se pueden donar (art. 1800); las
cosas fungibles o consumibles que no pueden integrar el contrato de depsito irregular ni el comodato; los inmuebles no pueden darse en prenda
(art. 3204); o a los muebles no es posible hipotecarlos (art. 3108).
nera ms directa otras, se refleja la constitucionalizacin del derecho privado, que es el eje que
resume o sintetiza bsicamente los aspectos sobresalientes de este nuevo ordenamiento.
En cuanto al objeto, el art. 1003 no slo realiza
una suerte de reenvo al art. 279 que regula el
objeto de los actos jurdicos que es similar al art.
953 hoy an vigente sino que tambin proporciona las caractersticas que ha de tener el objeto al
sealar que debe ser lcito, posible, determinado
o determinable, susceptible de valoracin econmica y corresponder a un inters de las partes, aun
cuando ste no sea patrimonial. De esta forma se
reitera el esquema del Cdigo Civil en tanto, por
un lado, no define el objeto de los contratos y, por
otro, indica que los arts. 1003 y 1004 deben complementarse con lo dispuesto en el art. 279, al igual
que los arts. 1167 y 1179 deban hacerlo con el art.
953, aun cuando no exista norma expresa.
La novedad, importante por cierto, es que se suprime la referencia a la prestacin, de manera que
se terminan por fin las discusiones y se entiende
que el objeto del contrato est constituido por
bienes o hechos, posicin que en nuestra doctrina
sostenan, entre otros, Compagnucci de Caso, Videla Escalada y Bueres y en el derecho comparado
Albadalejo, Lacruz Berdejo y Rivero Hernndez,
conforme se ha resumido en prrafos anteriores.
Queda absolutamente clara entonces la imposibilidad de confundir el objeto del contrato con la
prestacin, es decir, con la conducta exigible a uno
de los sujetos para satisfacer el inters de los otros.
Tampoco se confunden las nociones de objeto y
de causa, con lo cual tambin se pone punto final
a una larga controversia, conforme se dijo al tratar
las distintas teoras que procuran explicar el objeto.
Por tanto, el objeto del contrato est constituido
por bienes y hechos.
III.1. Recaudos del objeto segn el Cdigo
Civil y Comercial de la Nacin
Como se dijo, al igual que el art. 953 del cdigo
sustituido, el actual establece los requisitos del objeto de manera negativa, de lo cual se infiere que
el principio general es la libertad o autonoma que
tienen las partes para escoger el objeto que les
convenga, siempre que satisfaga determinados requisitos (arts. 279, 1003, 1004 y concs.).
As, el objeto de los contratos no podr ser hechos ilcitos o cuando la ley hubiese prohibido
que lo sean o cuando estn fuera del comercio.
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Asimismo, el objeto tiene que ser posible, entendiendo por tal recaudo tanto la posibilidad material como jurdica. As, el contrato de tocar el cielo
con las manos formara parte del primer supuesto
imposibilidad material en cambio la constitucin de hipoteca sobre cosa mueble, formara
parte del segundo.
Los bienes objeto de los actos jurdicos tienen
que ser determinados o determinables. Al respecto, el art. 1005 dispone que cuando el objeto
se refiere a bienes, stos deben estar determinados
en su especie o gnero, segn sea el caso, aunque
no lo estn en su cantidad, si sta puede ser determinada. Su antecedente son los arts. 1170 y 1171
del cdigo anterior.
El objeto de un contrato se encuentra determinado cuando est precisado con exactitud al
tiempo de la celebracin del contrato. As, el inmueble prometido en venta en la calle Paran n
200, piso 1, departamento X. Ser determinable
cuando est identificado en su especie aunque no
se haya realizado su individualizacin o cuando
no se hubiera especificado la cantidad. As, si se
prometi en venta un caballo pura sangre. Algunas veces, puede no estar determinada su cantidad pero s el gnero. Tal cosa ocurre cuando se
prometi en venta trigo.
Para lograr la individualizacin, en el caso de los
contratos de objeto determinado slo por el gnero, ser preciso aplicar las reglas previstas para
este tipo de obligaciones. As, la primera de ellas,
es que exista convencin entre partes. La segunda,
si nada se dice, cuando la eleccin recae sobre el
deudor debe hacerse sobre una cosa de calidad
media (art. 762). Cuando, en cambio, se trata de
una obligacin de gnero limitado (art. 785), por
aplicacin de lo dispuesto por el art. 779, el deudor
puede elegir cualquiera de ellas.
III.2. Determinacin por un tercero
El art. 1006 dispone que las partes pueden
pactar que la determinacin del objeto sea efectuada por un tercero. En caso de que el tercero no
realice la eleccin, sea imposible o no haya observado los criterios expresamente establecidos por
las partes o por los usos y costumbres, puede recurrirse a la determinacin judicial, peticin que
debe tramitar por el procedimiento ms breve que
prevea la legislacin procesal.
El bien o cosa puede no estar determinado al
comienzo de la relacin pero esta falencia no produce sin ms la ausencia del objeto si los interesados delegaron en un tercero la determinacin.
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tener como objeto derechos sobre el cuerpo humano y, en su caso, cules y en qu condiciones. El
art. 17 establece que los derechos sobre el cuerpo
humano o sus partes no tiene valor comercial, sino
afectivo, teraputico, cientfico, humanitario o social y slo pueden ser disponibles por su titular
siempre que se respete alguno de sus valores y
segn lo dispongan las leyes especiales.
Tradicionalmente se ha sostenido que el derecho al cuerpo es un derecho personalsimo y,
como tal, est fuera del comercio. La vida cotidiana nos muestra que existen algunos derechos
personalsimos sobre los cuales sus titulares realizan actos de disposicin. Para ciertas personas,
ventilar su intimidad slo se registra como un
modo de afianzase en algn rea meditica a
travs por ejemplo de la televisin o de otro
medio de difusin general. Ocurre con los llamados reality show o con las imgenes que autorizan expresamente a publicar en alguna revista.
La imagen, la intimidad y algunos otros derechos
no slo estn en jaque en la sociedad moderna
por las invasiones y embates que sufren desde el
mundo externo sino que muchas veces la propia
persona suele levantar voluntariamente las barreras de su intimidad y exponerse de manera excesiva e innecesaria pero en forma voluntaria
a la crtica despiadada de terceros.
Tambin cabe preguntarse si es posible vender
un rgano o disponer sobre las clulas madre. Las
respuestas siempre generaron polmicas porque
estos problemas forman parte de una categora
de derechos que, ms all de las opciones legislativas que una comunidad determinada pudiera
adoptar, integran un elenco muy caro a las personas que, generalmente, tienen sus convicciones
sobre el tema o, aunque ms no sea, una somera
idea de lo que quieren para s o como estndar de
vida.
Es difcil sostener la indisponibilidad absoluta de los derechos fundamentales cuando en
rigor es el propio ordenamiento jurdico el que
requiere el consentimiento informado art. 2
inc. e) de la Ley sobre Derechos del Paciente ley
n 26.529 y su modificatoria para la realizacin
de determinados actos o prcticas mdicas y autoriza tambin a resistirlas. Asimismo, autoriza a
formular directivas anticipadas para despus de la
muerte (art. 11). La intervencin quirrgica convenida con un profesional de la medicina importa la
contratacin de servicios profesionales en donde
el consentimiento prestado para trabajar sobre el
cuerpo de otro es la nica posibilidad de cumplimiento. La colocacin de implantes, piercing, ta-
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El art. 501 regula lo relativo a la causa real y aparente, establecimiento que La obligacin ser vlida aunque la causa expresada en ella sea falsa, si se
funda en otra causa verdadera. Finalmente el art.
502 prescribe que La obligacin fundada en una
causa ilcita, es de ningn efecto. La causa es ilcita,
cuando es contraria a las leyes o al orden pblico.
Sentado ello, debemos afirmar inicialmente que
la causa fin o finalidad debe emplazarse en su carcter de elemento de los actos o negocios jurdicos no de las Obligaciones y as lo prev expresamente el nuevo Cdigo Civil y Comercial.
Su actual localizacin metodolgica en el Cdigo
de Vlez es incorrecta, no obstante lo cual existen
mltiples aspectos abordados por la doctrina generada a partir del texto vigente, que nos sern
tiles al tiempo de interpretar las normas que entrarn en vigencia en pocos meses. En tal sentido,
debemos manifestar desde el vamos nuestra adhesin a Bueres(2) para quien resulta un injusti-
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(4) En los citados Fundamentos los autores del Anteproyecto de Cdigo unificado explican que tal tratamiento implica una reproduccin del Proyecto de 1998,
que a su vez, sigui el de 1993 y la posicin de la doctrina
mayoritaria, debiendo tenerse en cuenta los textos existentes en los pasajes relativos a los hechos y actos jurdicos y las obligaciones.
(5) Para un desarrollo doctrinario in extenso sobre el
texto del Cdigo Civil actualmente vigente, puede consultarse a VIDELA ESCALADA, Federico. La causa final
en el derecho civil. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1968;
GASTALDI, Jos Mara. Causa final (una aproximacin
al tema de la causa). Aporte incluido en la obra colectiva titulada Derecho Privado. Libro homenaje al Dr. ALBERTO J. BUERES, dirigida por el Dr. Oscar J. AMEAL y
coordinada por la Dra. Dora Mariana GESUALDI, Ed.
Hammurabi, Buenos Aires, septiembre de 2001, pg. 533.
El anlisis del histrico debate doctrinario sobre la cuestin, puede consultarse en. PIZARRO, Ramn D., VALLESPINOS, Carlos G. Instituciones de Derecho Privado.
Obligaciones, cit., t. 1, p. 181 y ss. BUSSO, EDUARDO B.
Cdigo Civil Argentino. Comentado, anotado y concordado. t. III, p. 115 a 204, Ediar, Buenos Aires. 1958. Tambin cabe citar a SILVESTRE, Norma O. La frustracin
del fin del Contrato JA, 1991-III p. 848; de la misma autora, Una interesante aplicacin de la teora de la frustracin del fin del contrato LA LEY 1992-E, 119 y Frustracin del fin del contrato en Derecho Privado, Libro
Homenaje a Alberto J. Bueres. Cit. p. 561, entre muchos
otros.
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rales, lcitos o ilcitos o si han servido como contraprestacin por una actividad ilcita, etc. y, en los
casos en que tales propsitos ocultos o reprochables fueran constatados, permite al juzgador
intervenir activamente en el acto jurdico y dejarlo
sin efecto o descubrir el velo del acto simulado,
permitiendo la visualizacin del verdadero. Asimismo, la falta de causa final provoca la nulidad
del acto jurdico porque no hubo obrar voluntario
y por ende no existi el acto, o porque la voluntad
ha estado viciada y el acto jurdico es invlido(13).
Al mismo tiempo, al admitir su existencia e indagar sobre la intencin de las partes al concurrir
al negocio jurdico, podemos investigar acerca de
la visin prospectiva que cada una de ellas tena al
momento de celebrarlo, partiendo del conjunto de
acontecimientos del mundo jurdico, econmico y
social en el que se desarroll dicho negocio para
proyectarse a lo que previsiblemente sucedera en
el futuro. Tratndose de actos de contenido patrimonial, la finalidad guarda conexin con el conjunto de razones por las cuales cada uno de los
contratantes consider que era de su conveniencia
el intercambio de valores en qu consista el acto
y, reconstruyendo los hechos, qu esperaban obtener en el futuro.
Busso(14) realiza un examen minucioso de las
distintas posturas, estableciendo tres elementos
lgicos que integran la nocin de causa:
a) la razn determinante, esto es, el conjunto
de elementos y circunstancias vinculados a la representacin mental del agente, lo que es ms amplio que el fin o resultado futuro, pues las determinaciones voluntarias no slo se explican por
fines futuros, sino tambin por el efecto de hechos
pasados, por ejemplo, el citado por Vlez en la
nota al art. 3832 del Cd. Civil, pasaje en que opina
que habra falta de causa en el otorgamiento de un
segundo testamento, si hubiera sido otorgado bajo
a falsa creencia de haber fallecido el beneficiario
del testamento anterior;
b) la indagacin sobre la voluntad debe efectuarse en su convergencia hacia la realizacin del
acto en su totalidad. En efecto, en la venta no debe
decirse que la obtencin del precio es causa del
(13) PIZARRO-VALLESPINOS, Instituciones, cit. T. 1,
p. 188, que remite a los arts. 944 y 1045 del Cd. Civil y
establecen que la falta de causa final slo puede ser aducida por la parte afectada por la falta de razn determinante del acto jurdico.
(14) BUSSO, Eduardo B. Cdigo..., cit., t. III, p. 133 y
134 n. 144.
IV. Fundamentos
En homenaje a la brevedad, omitiremos en
estas lneas la referencia a la discusin histrica
entre causalismo clsico y anticausalismo, para
centrarnos en las teoras ms modernas, ms especficamente a la denominada teora sincrtica
o dualista de la causa final, que aglutina los aspectos objetivos y subjetivos estudiados por la
doctrina. En tal sentido, el significado de la causa
final aparece, por un lado, como la armonizacin
de los fines que el ordenamiento jurdico ha previsto para cada categora de negocio jurdico y, paralelamente, por los mviles subjetivos de cada
parte, cuando estos ltimos estn debidamente
casualizados, es decir, salieron de la esfera ntima
de la parte y fueron comunicados expresamente
a la otra o surgen inequvocamente de la situacin que las relaciona, de modo tal que dichos
motivos forman parte de la psique de ambos celebrantes.
En efecto, dicho significado es doble:
a. En el aspecto objetivo, se evidencia como el
propsito recproco y comn de ambas partes de
intercambiar mutuamente las atribuciones patrimoniales. La finalidad es objetiva, abstracta y
emerge de cada categora negocial. Aparece en
todos los negocios jurdicos desde su origen nacimiento, etapa gentica y se extiende durante
toda la vida del mismo etapa funcional hasta
su total extincin. As concebida, cada categora
de negocio jurdico tendr sus propios contornos y
perfiles econmico-sociales. Por ejemplo, la compraventa de bienes inmuebles cuyo rgimen jurdico se encuentra establecido por el propio contrato y por las normas imperativas y supletorias
que provee el ordenamiento jurdico presupone
para las partes el intercambio ms o menos parejo
de una cosa por el precio en dinero que esa cosa
posee en el momento del negocio. La situacin es
distinta de la compraventa especulativa de ttulos
que cotizan en bolsa, en los que el riesgo de perder
las inversiones realizadas se encuentra nsito en la
actividad y tiene una normativa propia. La idea de
una correlatividad entre las obligaciones de las
partes que hace al intercambio, tanto en lo gentico como en lo funcional, se materializa en importantes instituciones(18).
(18)Como la excepcin defensa de incumplimiento del art. 1201 Cd. Civil, contemplada con algunas modificaciones por el art. 1031 Suspensin del
cumplimiento del nuevo Cdigo Civil y Comercial de
la Nacin, el pacto comisorio del art. 1204 Cd. Civil
retomado con modificaciones por el art. 1088 y cc del
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el caso queda comprendido en el art. 1045, que refiere al vicio de error o, en el caso de falsa causa,
presupone error o simulacin, vicios ambos tambin mencionados en el art. 1045(20).
Como hemos visto anteriormente, el nuevo Cdigo Civil y Comercial contempla sanciones de
nulidad para los supuestos de falta de causa de un
contrato o cuando es contraria a la moral, al orden
pblico o a las buenas costumbres (art. 1014), estableciendo que en el primer caso (cuando se determinara la falta de causa durante su formacin,
celebracin o ejecucin) ello puede determinar la
nulidad o la adecuacin o la extincin del contrato
(art. 1013)(21).
VI. Rgimen de los actos abstractos
En algunos casos la validez de determinadas relaciones jurdicas es independiente del cumplimiento o defecto de las finalidades o propsitos
tenidos en cuenta por sus otorgantes. Bajo tales
supuestos surge la teora de los actos abstractos
que ha tenido amplio desarrollo en la doctrina
germnica(22) y que aceptada tambin para casos
determinados en las legislaciones de tipo latino.
ciente se plantee como meta la obtencin de resultados justos, equitativos, dignos y que favorezcan
la paz social y la mejor distribucin de la riqueza.
Si bien es cierto que ese intervencionismo en los
contratos no es del todo una novedad, s lo son las
fuentes que lo motivan y los objetivos perseguidos
de all que en los prximos aos este ser uno de
los grandes desafos con que nos enfrentaremos
todos los operadores del Derecho.
El xito de esta cuestin depender, en buena
medida, del cambio de mentalidad de toda la comunidad jurdica. De quienes predicamos en las
Ctedras Universitarias; de quienes transitamos
a diario los pasillos de Tribunales y lgicamente
tambin de la apertura de nuestros jueces.
Este desafo y tambin esta bsqueda se potencia si tenemos en cuenta que los negocios
contractuales de nuestros das estn alcanzados
bsicamente por uno de los fenmenos ms significativos de nuestro siglo: estn insertos en una
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tincin en torno a la forma en que se podra exteriorizar la voluntad, nos permite afirmar que por
forma del acto jurdico debe entenderse a todos
los medios de declaracin de la voluntad por los
cuales sta se exterioriza.
El viejo art. 973 del C.C. hablaba de las solemnidades que deban observarse al tiempo de la
formacin del acto jurdico tales como la escritura del acto, la presencia de testigos, que el acto
sea hecho por escribano pblico, o por un oficial pblico, o con el concurso del juez del lugar,
sin hacer referencia expresa a la voluntad. Ahora
aquellos desencuentros entre forma intrnseca y
extrnseca han quedado despejados.
III.A.1. El criterio de distincin entre forma
libre e impuesta
El legislador del ao 2012 introdujo un cambio
muy positivo en cuanto al rgimen de la forma
pues el criterio de clasificacin que ahora se toma
es el de la obligatoriedad, distinguiendo los actos
jurdicos con formas libres y formas impuestas y
dentro de esta ltima categora formas impuestas
relativas y absolutas.
Es interesante sealar que de esta manera
pueden existir casos en donde la propia ley prescribe una determinada forma para la celebracin
del acto jurdico, sin perjuicio de las formalidades
que el propio instrumento donde se vaca la voluntad pueda requerir como sucede con las formalidades de la escritura pblica.
En este sentido dispone el nuevo art. 285 del
C.C.C.A.: El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto,
pero vale como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sancin de nulidad.
El nuevo rgimen sienta un principio general en
materia de forma que es el de libertad de forma
bajo solemnidad relativa. Este principio tiene excepciones: aquellos supuestos en los que, por disposicin de la ley, se determina que es menester
una forma especfica para la validez del acto jurdico bajo pena de nulidad.
De la interpretacin razonable de la normativa
vigente se puede inferir que ella guarda cierta similitud con el antiguo art. 1185 del C.C. que consagraba los llamados actos solemnes de solemnidad relativa. Sin embargo, la nueva disposicin
clarifica con adecuada perfeccin tcnica los llamados actos jurdicos de solemnidad relativa
donde la forma no reviste el carcter de rgida y
absoluta sino atenuada pues su omisin, si bien
hace perder el efecto propio del acto, genera como
contrapartida una obligacin de hacer que consiste en el cumplimiento de la forma estipulada
por la ley.
III.A.2. El instrumento y la firma
III.A.2.1. El concepto de instrumento en el nuevo
rgimen legal
El Cdigo Civil y Comercial Argentino introduce
una regulacin mucho ms orgnica y depurada
de los instrumentos pblicos y privados. Sin embargo algunas de sus modificaciones son pasibles
de crtica.
Bsicamente la novedad trasunta por la consagracin de los instrumentos particulares que
reemplaza a la vieja categora del C.C. denominada instrumento privado. Adems, esta reforma
traslad a la parte general del acto jurdico un aspecto que formaba parte solamente del contrato,
tal como suceda en el Cdigo Civil en su art. 1190
cuando regulaba a los fines probatorios el instrumento particular sin firmar, lo cual nos parece
correcto desde el punto de vista metodolgico,
con todo lo que ello implica.
Ahora, en materia de instrumentos la ley distingue entre pblicos y particulares. A su vez dentro
de esta segunda categora el art. 287 C.C.C.A. consagra dos subespecies: el privado que es aquel que
se encuentra firmado y el particular propiamente
dicho que es aquel que carece de firma y vale como
tal solamente a los fines probatorios.
En este sentido el art. 287 dispone que: Los instrumentos particulares pueden estar firmados o no.
Si lo estn, se llaman instrumentos privados.
Si no lo estn, se los denomina instrumentos particulares no firmados; esta categora comprende
todo escrito no firmado, entre otros, los impresos,
los registros visuales o auditivos de cosas o hechos
y, cualquiera que sea el medio empleado, los registros de la palabra y de informacin.
En nuestra opinin esta norma es amplia en exceso pues engloba dentro de la categora de instrumento particular no solamente los escritos impresos carentes de firma, que por lo general son
los casos que suelen darse con mayor frecuencia
en la prctica, sino tambin cualquier registro de
la palabra y de informacin.
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querida a los fines probatorios pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si
hay imposibilidad de obtener la prueba de haber
sido cumplida la formalidad o si existiese principio de prueba instrumental, o comienzo de
ejecucin.
Se considera principio de prueba instrumental
cualquier instrumento que emane de la otra parte,
de su causante o de parte interesada en el asunto,
que haga verosmil la existencia del contrato.
En base a ello el punto de partida debe ser ubicado en derredor de los siguientes criterios: la imposibilidad de obtener la prueba, el principio de
prueba instrumental o el comienzo de ejecucin
del contrato.
Se trata de tres presupuestos que habilitan a
las partes poder acreditar la existencia del contrato por otros medios, incluida la testimonial,
cuando la prueba del mismo es imposible de
obtener. Este supuesto no debe ser confundido
con el del art. 1019 C.C.C.A. pues aqu el antecedente fctico necesario para la procedencia
de la prueba testimonial anida en la imposibilidad de obtener la prueba, extremo que deber
ser ponderado caso por caso pues el antiguo
art. 1192 del C.C. que especificaba los supuestos
de imposibilidad fue eliminado del rgimen
actual.u
El fenmeno de la incorporacin
de terceros al contrato
POR Gonzalo Sozzo
SUMARIO: I. Introduccin. II. Primera parte. El nuevo contexto de anlisis de los efectos del contrato. III. Segunda parte. Incorporacin de terceros al contrato: la expansin excepcional de los efectos
directos a terceros.
I. Introduccin
El Cdigo Civil de Vlez Sarsfield se ocup explosivamente de regular la idea de efecto relativo
del contrato y sus consecuencias. Por el contrario
no se encarg sistemticamente de la problemtica de los efectos del contrato sino solo de figuras aisladas tales como el contrato a favor de
terceros; diversos mecanismos tcnicos que permiten transmitir o expandir efectos hacia sujetos
que no son partes; tampoco delimit con claridad
los conceptos de partes, terceros, terceros interesados, etc.
El Cdigo Civil y Comercial 2014 en la lnea del
Proyecto de Cdigo Civil y Comercial de 1998 se
ocupa de regular los efectos el contrato de manera
sistemtica previendo la situacin de los efectos
as en el Captulo 9, Seccin 1 (arts. 1021 a 1024
inclusive) se ocupa de definir el efecto relativo
(art. 1021); la situacin de los terceros (art. 1022);
define quienes son parte de un contrato (art. 1023)
y la expansin de los efectos a los sucesores y sus
lmites (art. 1024). y luego en la seccin 2 (arts.
1025 a 1030) desarrolla la regulacin las figuras
especficas que tradicionalmente la dogmtica ha
vinculado a la incorporacin de terceros al contrato recogiendo las observaciones que la doctrina civilista y la experiencia jurisprudencial venan marcando para cada una de estas figuras.
En este artculo se desarrollan los aspectos tcnicos de la nueva regulacin en la Seccin 2 del
Captulo 9 (arts. 1025 a 1030) que se ocupan del las
figuras que permiten la incorporacin de terceros
al contrato. La idea central que se desarrolla es
que la categora incorporacin de terceros al contrato ha sido incluida en el nuevo Cdigo, que regulado adecuadamente las ideas consolidadas en
la doctrina y jurisprudencia, sin embargo, en otro
plano, puede tambin sostenerse que el mismo
Cdigo da cabida a una mirada en la cual la incorporacin de terceros al contrato aparece como un
fenmeno ms complejo, amplio y an en construccin.
II. Primera parte. El nuevo contexto de
anlisis de los efectos del contrato
El fenmeno de la incorporacin de terceros
al contrato
Desde una perspectiva sociolgica puede sealarse que el fenmeno socio jurdico de la incorporacin de terceros al contrato es muchsimo
ms amplio y variado que lo que se ha regulado en
la mencionada Seccin 2 y que el nuevo Cdigo
Civil y Comercial de la Nacin da cuenta de ello en
otras reglas situadas en otras partes del articulado.
Existen diferentes fenmenos producto de las
exigencias contemporneas de los mercados que
han generado tcnicas jurdicas que para darles
respuesta ensayan diferente mecanismos mediante los cuales terceros resultan vinculados al
contrato.
As por ejemplo, el fenmeno de la terciarizacin se ha traducido de diversas maneras en el
campo jurdico, una de las cuales es el subcontrato o el simple expediente de adquirir materiales
o servicios para una obra ajena por parte del lo-
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cador de obra, situacin que ya visualizaba el antiguo artculo 1645 del Cdigo Civil de 1869(1).
Otra situacin vecina a la anterior es la de la incorporacin por parte del deudor de terceros en la
ejecucin de diferentes tramos de su prestacin,
vgr., el productor de una mercadera que la vende
y para entregarla contrata a una empresa transportista o que organiza un servicio post venta
para sus productos con empresas que se ocupan
del mantenimiento y la reparacin(2).
Todos estos casos ingresan de una u otra manera en una teora de la conexidad contractual.
Los ejemplos anteriores no agotan la lista: hay
que considerar adems (a) las situaciones en las
que los terceros forman parte de un fenmeno
agregativo: por ejemplo, cuando se sede una
deuda sin liberacin se produce un fenmeno
de agregacin de un tercero con funcin de garanta(3); o (b) cuando en los contratos abiertos
comnmente los contratos asociativos(4) a
posteriori del perfeccionamiento se permite el ingreso de nuevas partes. (c) merece tambin una
breve mencin aqu la cuestin de la necesidad
de sustituir partes permitiendo el ingreso de terceros, un fenmeno no antojadizo sino necesario
en los contratos de larga duracin de consumo,
vgr., cuando se autoriza en los contratos de medicina prepaga la sustitucin de un prestador o por
otro.
(1) La doctrina y la jurisprudencia en Argentina que
trataron este problema lo objetivaron como una cuestin
de accin directa y procuraron establecer reglas derivadas que contemplaran la compleja situacin que se
genera en estos casos en los cuales suele haber incluso
un concurso preventivo o quiebra del empresario. Desde
una perspectiva terica contempornea el caso puede
ser tratado a partir de la teora de la conexidad contractual.
(2) Este problema ha sido focalizado por la doctrina y
jurisprudencia como un problema de responsabilidad
por el hecho del tercero pero en la rbita contractual; se
lo ha desarrollado bajo la idea de la teora de la estructura de la obligacin. Contemporneamente, como en
el caso anterior, la teora del contrato ofrece otro marco
para pensar la cuestin: la teora de los contratos conexos.
(3) Ahora la situacin aparece regulada en el artculo
1632 del Cdigo Civil y Comercial 2014 2 prr.: Si el
acreedor no presta conformidad para la liberacin del
deudor, el tercero queda como codeudor subsidiario.
(4) La existencia de esta categora de contratos es ampliamente reconocida por la doctrina, entre otros, vgr.,
Fontanarrosa, Rodolfo, Derecho comercial Argentino,
T. II, Ed.: Zavala, Bs. As., 1979, pg. 97.
Finalmente el ingreso de terceros puede producirse no a nivel del ingreso formal como parte
a posteriori del perfeccionamiento ni para la ejecucin sino para solicitar la no ejecucin o la
cesacin de la ejecucin o la responsabilidad por
daos por la ejecucin. Son los casos que permiten
hoy los derechos de incidencia colectiva como
los denomina el Cdigo Civil y Comercial de la
Nacin apropindose del lenguaje constitucional
(art. 14) y las acciones que para la defensa de los
mimos existen, en la Constitucin Nacional, al amparo colectivo; en la ley General del Ambiente (Ley
N 25675), el denominado amparo ambiental, en
la ley de defensa del consumidor (Ley N 24.240)
la accin de clase, en el Cdigo Civil y Comercial 2014 la accin general de prevencin del dao
(art. 1710).
La consideracin de estos fenmenos en conjunto es til para comprender el nuevo contexto
en el que se encuentra la cuestin de los efectos
del contrato, producto de nuevos problemas a los
que es necesario dar respuesta. El problema central del s. xix era disear el aislamiento del contrato; blindarlo respecto de las dems relaciones,
incluso las otras relaciones contractuales de los
mismos sujetos, el objeto fue construir el paradigma del contrato discontinuo(5). El problema
central hoy es el inverso: revincular el contrato
permitiendo un nivel de apertura razonable en
situaciones que as lo requieren, por ello el principio del efecto relativo aparece junto a sus excepciones y en el contexto de un Cdigo que reconoce los contratos conexos (art. 1073 a 1075) los
contratos de larga duracin (art. 1011), los derechos de incidencia colectiva, etc.
La incorporacin de terceros en la ejecucin
del contrato
Fuera de la seccin que el Cdigo civil y comercial de la Nacin 2014 dedica a la incorporacin
de los terceros al contrato (arts. 1025 a 1030), en
la regulacin de las obligaciones de actividad(6), se
(5)Porto Macedo, Ronaldo, Contratos relacionais,
Ed. Renovar, Brazil, 1998.
(6) Se lee en los fundamentos del proyecto de 1998:
Adems, se prev que las partes pueden servirse de terceros para el cumplimiento de las obligaciones objeto
del contrato, si ellas no requieren su prestacin personal. El Proyecto de Cdigo nico de 1987 propuso incorporar este texto como artculo 521 del Cdigo Civil:
El obligado responde por los terceros que haya introducido en la ejecucin de la obligacin; el mismo criterio resulta del Anteproyecto de 1954 (artculo 859), y
fue apoyado por las IV Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil (Junn, 1990) y por las Jornadas de responsabilidad por daos en homenaje al doctor Jorge Bustamante Alsina (Buenos Aires, 1990). El texto del Proyecto
de Cdigo nico fue repetido a la letra por el Proyecto
de la Comisin Federal de la Cmara de Diputados de
1993 (artculo 521). El Proyecto del Poder Ejecutivo de
1993 sigue la misma idea, al establecer la responsabilidad refleja del deudor por las personas de las cuales
se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones
(artculo 1584).
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de consumo de lay (vgr. art. 5 L. 24.240, del que deriva el deber de seguridad y art. 4 Ley 24.240 que
sienta el deber de informacin)(11).
Tradicionalmente se sostuvo que efectos del
contrato son las obligaciones. Modernamente se
piensa que el derivado del contrato es ms amplio.
Incluye no solo obligaciones sino tambin libertades y facultades o competencias. Manuel Garca
Amigo recuerda que: Dicha relacin contractual
es distinta de la simple relacin obligatoria, constituida sta por el derecho de crdito de una persona
(acreedor) frente a otra (deudor). La relacin obligatoria simple viene a ser parte la ms importante y, en algunos casos, la totalidad del contenido de la relacin contractual, como un elemento
integrante de la misma. Por eso calificamos a la relacin contractual de compleja, compuesta la ms
de las veces de relaciones obligatorias comprendidas en aquella, las cuales gozan de sustantividad
aunque no siempre de autonoma plena(12).
Desde otro ngulo la eficacia del contrato puede
observarse atendiendo a cmo incide sta en los
sujetos que intervienen en su celebracin o respecto de los cuales produce a posteriori algn
efecto. A esta ptica se la denomina eficacia subjetiva del contrato y tambin tiene sus propios problemas algunos de los cuales enunci ms arriba,
sin embargo esta digresin en torno a los efectos
objetivos del contrato sirve para tomar nota de
que cuando un tercero se incorpora al contrato
ello significa simplemente que queda obligado,
sino que goza tambin de las facultades que prev
el negocio as como de las libertades que el contrato crea y ve restringidas sus competencias en la
medida que el contrato as lo establezca.
La necesidad de diferenciar los tipos de
efectos para apreciar la posicin de los terceros
en relacin al contrato
El principio del efecto relativo del contrato tuvo
una funcin histrica que no mantiene ms. En el
marco de la teora contractual liberal del s. XIX fue
el elemento tcnico que permiti discontinuar
las relaciones contractuales entre s, contemporneamente la dogmtica ius privatista entiende
que este principio no puede llevar a considerar a
cada contrato como un fenmeno aislado y discontinuo. Por el contrario, sostiene que se ha producido una cierta flexibilizacin del principio del
(11)Garca Amigo, Manuel, Teora general de las
obligaciones y contratos, Ed.: Mc Graw Hill, Espaa,
1995, pg. 370 a 372.
(12) Garca Amigo, Manuel ob. cit., pg. 369.
Por ello, es importante contextualizar la regla general partiendo de la base de una clasificacin
dogmtica de los efectos del contrato.
Ello es as pues clasificar a los efectos del contrato lo que nos permitir aclarar el verdadero
significado de la relatividad de los efectos y determinar cules alcanzan a las partes y, principalmente, cules a los terceros en:
1) Efectos directos: consisten fundamentalmente en la creacin del deber de observancia de
la regla contractual. La regla es que estos efectos
solo alcanzan a las partes y, excepcionalmente, a
terceros, por ejemplo, en los casos de contratos a
favor de terceros(17);
2) efectos indirectos: es aquel que se desarrolla
a travs de las situaciones creadas o modificadas
por el contrato(18);
2) A. (indirectos) reflejos: cuando el contrato repercute en otra relacin contractual conexa, vgr.
lo que ocurre en la relacin afianzada influye en
el contrato de fianza (arts. 523 y 525 C.C. 1869), lo
mismo en el contrato derivado.
2) B. (indirectos) provocados: cuando el contrato es el fundamento de una pretensin de las
partes hacia los terceros o viceversa(19). La regla
es que estos efectos se producen frente a terceros;
son ejemplos de este tipo de incidencia: los casos
de oponibilidad y de utilizabilidad(20), vgr. El
acreedor, por ejemplo, se sirve del negocio de adquisicin celebrado por su deudor con otra persona a fin de proceder a ejecutar su crdito sobre los
bienes adquiridos(21). Vinculado con stas subespecies de efectos se ha dicho tambin que: Por lo que
respecta a la existencia del contrato en s, es decir,
como hecho, es siempre oponible a terceros; si bien
como tal hecho de relevancia jurdica debe ser probado por quien lo alegue, incluso por presunciones.
Incluso el hecho de la inejecucin del contrato es
igualmente oponible a los terceros. Igualmente es
oponible siempre a los terceros la eficacia contractual en cuanto se concreta en la creacin de un derecho real: hipoteca, prenda, etc.(22).
El principio nec prodest nec nocet complementa
el anterior: los contratos no pueden por un lado
(17) Diez Picazo, Luis, ob. cit., pg. 426.
(18) Diez Picazo, Luis, ob. cit., pg. 426.
(19) Diez Picazo, Luis, ob. cit., 425 426.
(20) Diez Picazo, Luis, ob. cit., pg. 429.
(21) Diez Picazo, Luis, ob. cit., pg. 419.
(22) Garca Amigo, ob. cit., pg. 373.
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perjudicar a terceros (Art. 1195 C.C.) ni oponrseles (art. 1199 C.C.) y, por otro, no pueden ser invocados por ellos (Art. 1199 C.C.). Que el contrato
no pueda oponerse a terceros significa que los otorgantes no pueden en sus preceptos de autonoma
crear obligaciones en cabeza de terceros. Y que el
contrato no puedes por invocado por los terceros
implica que stos no pueden aducir derechos contra
las partes otorgantes(23). No obstante como vimos
en el punto anterior, en ocasiones las partes del
contrato pueden invocar y oponer el contrato a los
terceros, no solo en el sentido de una oponibilidad
como realidad tangible que es, sino adems en situaciones concretas, vgr., cuando el contrato es
inscripto en los registros de la propiedad inmueble
o de muebles registrables(24). Paralelamente el contrato puede ser invocado por terceros, vgr., cuando
se ejerce la accin subrogatoria.
El impacto de la dimensin grupal del
derecho privado sobre los efectos del contrato
En otras oportunidades he explicado qu es lo
que ocurre cuando la teora del contrato enfrenta
los intereses supra individuales que versan sobre
bienes comunes(25), pero hay un aspecto que es
muy importante: qu transformacin implican
los intereses individuales homogneos y los intereses colectivos y difusos en la teora del contrato, y en particular sobre los efectos de los contratos en relacin a terceros?
Mi respuesta es que el mayor imanto pasa por
el descubrimiento de la homogeneidad, que es
lo mismo que decir el descubrimiento de la regularidad y la incidencia de las legitimaciones activas basadas en intereses sobre bienes comunes
que altera la idea de efectos del contrato que histricamente hemos analizado bajo la perspectiva partes/terceros. En otros trminos: mientras
la teora contractual moderna aislaba cada negocio a travs de la discontinuidad y desconexin
de un contrato respecto del otro y de los idearios
comunes, el reconocimiento constitucional de los
intereses individuales homogneos y colectivos
(23) Stiglitz, Rubn, pg. 511.
(24) Alterini, Atilio A., ob. cit., pg. 429.
(25)GONZALO SOZZO, Pasado, presente y futuro
del principio de orden pblico referido a los bienes colectivos (del orden pblico al principio cosmopolita en el
derecho privado), en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N 2007-3. Ed.: Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
Arg., pgs. 349 a 417. Sozzo, Gonzalo, Riesgos ambientales (contratos creadores de riesgos y principio de precaucin. Revista de Derecho Privado y Comunitario N
2008-2- Ed. Rubinzal-Culzoni, Santa, Argentina, 2008.
fue corregida dogmticamente: en efecto, la doctrina ha sostenido que el falso procurador deber
responder precontractualmente por los daos y
perjuicios que ocasion al otro contratante (art.
1056 C.C.), con lo cual segn las reglas de al responsabilidad precontractual deba indemnizar el
dao al inters negativo. Por supuesto, que este
contrato tampoco obliga al tercero (supuesto representado).
La regla se complementa con la establecida en el
artculo siguiente: el tercero queda incorporado
al contrato es decir queda obligado(27), en el supuesto excepcional, que ratifique lo actuado
por el falsus procurator, en cuyo caso se convierte
en una gestin de negocios ajenos (Art. 1162 C.C.).
El contrato a nombre de un tercero en el Cdigo
Civil y Comercial 2014
El Cdigo Civil y Comercial 2014 lo regula en el
artculo 1025 bajo el titulo contratacin a nombre
de tercero. Segn la nueva regla legal Quien contrata a nombre de un tercero slo lo obliga si ejerce
su representacin. A falta de representacin suficiente el contrato es ineficaz. La ratificacin expresa o tcita del tercero suple la falta de representacin; la ejecucin implica ratificacin tcita.
Lo que intenta regular el Cdigo es el orden
de efectos hacia el tercero; he aqu un primer
avance en relacin al Cdigo de 1869: se coloca
el problema en el plano de la ineficacia y no de
la nulidad. Para ello lo que hace el Cdigo es sujetar este negocio a las reglas generales de la representacin: si existe representacin, el contrato
a nombre de un tercero es perfectamente vlido
y eficaz respecto del tercero. Para ello se requiere
que la representacin no solo exista sino que sea
suficiente como condicin de operatividad del
efecto directo(28) que es lo que caracteriza a
la representacin. Si quien celebra el negocio a
nombre de un tercero no tiene la representacin
de este ltimo, el negocio no obliga al tercero, pues
para que el efecto directo en el patrimonio y persona del tercero opere, es necesario que est cau-
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jeto de su obligacin contractual en favor del tercero; (c) el beneficiario, que es un tercero ajeno del
contrato base, es decir no participa del perfeccionamiento del negocio en el cual se pacta la estipulacin, pero va a ser el acreedor de las prestaciones
del promitente.
Desde mi perspectiva sea que se plasme en
una sola clusula, en varias o a travs de todo el
texto del contrato, lo importante es retener que
se trata de una estructura subjetiva contractual
que puede revestir muy diversos tipos compraventa, seguro, donacin, etc. al cual se lo dota de
esa particular estructura; por ello se ha afirmado
que si bien no se trata de un contrato plurilateral,
si es un negocio triangular, en el sentido de que involucra no solo a las partes del contrato que puede
llamarse base, sino tambin a un sujeto que resultar beneficiario de lo que una de las partes del
contrato base realizar en cumplimiento de sus
obligaciones(49). As, si en el caso de la promesa del
hecho de un tercero era el tercero el que ejecutaba
prestaciones del contrato a favor de alguno de los
contratantes, aqu es al revs: es un tercero el que
recibe los beneficios de la ejecucin de las prestaciones del contrato efectuada por una de las partes
porque as lo ha querido el otro contratante.
Una idea caracterizante de la figura es que el
fin del contrato que celebran estipulante y promitente es beneficiar al tercero, de modo que el negocio no se hace en inters de las partes sino de
un tercero y ello sin mediar, como expliqu representacin y en virtud de lo que en ese tercero
adquiere de manera directa(50) un derecho creditorio al cumplimiento de las prestaciones obligacionales por parte del promitente en su favor y,
por consecuencia, ante el incumplimiento detenta
todos los medios que el derecho de obligaciones
concede a cualquier acreedor para hacer valer su
derecho de crdito.
El Cdigo civil y Comercial 2014 regul esta figura (arts. 1027 y 1028) en la direccin que indican
los consensos de la doctrina y jurisprudencia acumulado a lo largo de los aos y siguiendo la regla
del artculo 982 del proyecto de 1998 con correcciones. As ahora entre los efectos del contrato, en
la seccin dedicada a la incorporacin de los terceros el artculo 1027 comienza diciendo que Si el
(49) ...la estipulacin es bilateral por su formacin y
triangular por sus efectos, Stiglitz, Rubn, ob. cit., pg.
517. En el sentido de que se trata de un negocio con estructura triangular tambin, Diez Picazo, Luis, ob. cit.,
pg. 433.
(50) Diez Picazo, Luis, ob. cit., pg. 430.
142 |
(53) En este sentido las Conclusiones de las VIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil, UBA, 1979, Recomendacin N 1, pto. 4.
(54) Si bien naturalmente es una condicin resolutoria: ... puede asumir la calidad de condicin suspensiva naciendo recin con ella el derecho cuando as
expresamente lo convinieron las partes o cuando el beneficiario no exista al momento del contrato, Conclusiones de las VIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil,
UBA, 1979, Recomendacin N 1, pto. 4.
(55) ... es un mero derecho en expectativa (...) que
queda jurdicamente consolidado recin con la aceptacin, Stilgitz, Rubn, ob. cit., pg. 518. Para Diez Picazo
la aceptacin No constituye, de acuerdo con la tesis
aqu mantenida, condicin de la adquisicin por el tercero del derecho a la prestacin del promitente, aunque
puede admitirse que en virtud de la aceptacin la adquisicin experimentad una consolidacin, ob. cit., pg. 437
144 |
La obligacin de saneamiento
y la responsabilidad por eviccin
en el nuevo Cdigo Civil
y Comercial de la Nacin
POR Noem L. Nicolau
SUMARIO: I. Consideraciones generales. Fuentes. Metodologa. II. Obligacin de saneamiento.
III. Responsabilidad por eviccin.
I. Consideraciones generales. Fuentes.
Metodologa
El texto del nuevo Cdigo civil y Comercial de la
Nacin que vamos a analizar relativo a la responsabilidad por saneamiento y por eviccin (arts.
1033 a 1050) proviene del Proyecto de Cdigo Civil
y comercial de la Nacin, redactado por la Comisin de Reformas designada por Decreto 191/2011
y no ha recibido absolutamente ninguna modificacin en su trnsito por el Poder Ejecutivo antes
de su presentacin al Congreso nacional, ni tampoco en el tratamiento legislativo. A su vez, el texto
de la Comisin tiene su fuente inmediata en el
Proyecto de Cdigo Civil de 1998, del cual se ha tomado la regulacin del instituto introducindose
algunas mnimas modificaciones o quitas.
El nuevo Cdigo trata el tema que estamos abordando en el Libro III Derechos personales, Titulo II
Captulo 9. En la Seccin 4, bajo la denominacin
genrica de Obligacin de saneamiento, incluye
las Disposiciones generales, en el Pargrafo 1, en
el Pargrafo 2 la Responsabilidad por eviccin y
en el 3 la Responsabilidad por vicios ocultos.
En esta Seccin se puede apreciar el gran mrito de la reforma que, no solo sintetiza la reglamentacin, sino que mejora de manera sustancial la redaccin favoreciendo la comprensin del
tema. En el Cdigo velezano las normas relativas
a la eviccin eran singularmente complejas como
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(3)LOVECE, GRACIELA, La obligacin de saneamiento. Responsabilidad por eviccin y vicios redhibitorios o vicios ocultos, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, 2014-1, pg. 250.
eviccin y redhibicin. Puede incluirse bajo la nocin de saneamiento: a) la citacin para defensa
en juicio; b) la accin para que se baje el precio
en caso de redhibicin, c) la accin para pedir
cumplimiento. El nuevo Cdigo toma el concepto amplio, pero omite la citacin para defensa
en juicio que la remite al pargrafo de la Eviccin
(art. 1046).
El trmino saneamiento se emplea tambin en
el Derecho procesal en relacin a un instituto especfico, la citacin de saneamiento, que faculta a
cualquiera de las partes en un pleito para llamar a
un tercero a juicio a fin de que comparezca a sanear derechos (art. 309 al 314 del Cdigo Procesal
Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe). Algunos Cdigos procesales emplean la expresin
citacin de eviccin (art. 105 del Cdigo Procesal
Civil y Comercial de la Nacin y el art. 105 a 110
del Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Pcia.
de Buenos Aires).
La fuente de la obligacin de sanear los vicios
existentes en el derecho o en la cosa transferida a
ttulo oneroso es el acto jurdico de la transmisin,
aunque el vicio, en ambos casos, debe ser anterior
o contemporneo con la celebracin del acto. El
derecho o la cosa transmitida tenan un vicio, pero
la obligacin de sanear no nace de l sino de haberlos transmitido.
2. Supuestos contemplados en la regulacin
de la obligacin de saneamiento
En el nuevo ordenamiento positivo se tratan
los dos institutos: eviccin y redhibicin. Ambos
tienen en comn su naturaleza, pues, ambos se
fundan en vicios que afectan a la transmisin onerosa de derechos. Adems, son la fuente de la obligacin de garanta implcita para el adquirente, a
quien el enajenante garantiza y debe responder,
aun cuando sea de buena fe, es decir, aun cuando
no conozca el vicio que afecta el derecho o la cosa
transmitida. La diferencia entre ambos supuestos
radica en su estructura fctica. En la garanta de
eviccin se responde por la existencia de un vicio
en el derecho transmitido, por ejemplo, el transmitente no era titular del derecho que transmiti
como propio o no tena un derecho pleno porque
sobre el pesaba un gravamen. En el caso de los vicios redhibitorios el defecto afecta la materialidad
de la cosa transmitida, hacindola impropia para
su destino.
El nuevo Cdigo, continuando con la metodologa tradicional, reglamenta estos institutos en
Pargrafos diferentes porque, es obvio, que algunas peculiaridades merecen ser contempladas,
pero, antes establece los principios generales en el
pargrafo de la Obligacin de saneamiento.
3. Naturaleza jurdica de la obligacin de
saneamiento
Para conocer la naturaleza jurdica de este instituto hay que determinar: a) cul es la ubicacin
que le corresponde en el sistema, si se trata de una
garanta o de una responsabilidad y, b) qu lugar
ocupa como elemento del acto jurdico.
a) la doctrina y legislacin clsicas ubican al saneamiento, la eviccin y la redhibicin como garantas. El Cdigo de Vlez en el artculo 2091 refiere expresamente a la garanta de eviccin, pero
en otras muchas normas alude tambin a la responsabilidad (artcu
los 2089, 2090, 2097, 2099,
2102, 2105)(4).
El Proyecto de 1998 empleaba el trmino garanta en los ttulos, pero en el interior de las
normas us la palabra responsabilidad, es decir,
se hizo un uso indistinto(5). El nuevo Cdigo Civil
y Comercial abandona la denominacin garanta
y adopta la expresin Responsabilidad por eviccin en el Pargrafo 2 y Responsabilidad por vicios ocultos en el Pargrafo 3. No obstante, emplea la palabra garanta o sus derivados, garante o
garantizar, en diez oportunidades en los escasos
diecisiete artculos que refieren al saneamiento y
la eviccin (artculos 1034, 1046, 1047 y 1048).
Por nuestra parte hemos sostenido que, desde
un punto de vista tcnico, la eviccin y la redhibicin responden ms a la naturaleza de verdaderas garantas. En la garanta de eviccin el transmitente garantiza que el derecho transmitido no
tiene vicios de modo tal que, si un tercero discute
su derecho garantiza, prioritariamente, que asumir su defensa en juicio, cuestin que nada tiene
que ver con la responsabilidad civil, ni siquiera
paga daos y perjuicios. Solo por excepcin,
cuando es de mala fe, asume esa responsabilidad.
Receptada por la ley la categora de responsabilidad por eviccin y redhibicin, aunque no se la
(4) Desde tiempo atrs, Mosset Iturraspe, siguiendo a
Barbero, entenda en su clsico libro de Contratos que no
se trata de garantas, porque no se sabe qu se garantiza
ni cmo se garantiza, v. MOSSET ITURRASPE, JORGE,
Contratos, Ediar, Bs. As., 1981, pg. 396.
(5)ALTERINI, ATILIO A., ob. cit. trata la eviccin
como garanta pero tambin indistintamente como responsabilidad.
148 |
en cada caso. Esta solucin es criticable porque retrasa en la proteccin al adquirente, ya que el Cdigo Civil en su artculo 2096, con una redaccin
muy confusa, que la doctrina argentina explic
de manera correcta, reconoce la accin directa,
cuando dice Habr lugar a los derechos que da
la eviccin, sea que el vencido fuere el mismo poseedor de la cosa (hace alusin al transmitente del
derecho), o que la eviccin tuviere lugar respecto de
un tercero, al cual l hubiese transmitido el derecho
por un ttulo oneroso (refiere al adquirente a ttulo
oneroso ratificando el principio general), o por un
ttulo lucrativo (refiere al adquirente a ttulo gratuito que equivale a lucrativo). El tercero (adquirente) puede en su propio nombre, ejercer contra el
primer enajenante, los derechos que da la eviccin,
aunque l no pudiese hacerlo contra el que le transmiti el derecho.
El artculo 1042 es preciso al tratar la existencia
de pluralidad de responsables. La pluralidad
puede derivar de que varios copropietarios hayan
transmitido su derecho, en cuyo caso el Cdigo
dispone que la responsabilidad es simplemente
mancomunada, salvo que se haya pactado la solidaridad. En cambio, si la pluralidad de responsables surge del reclamo a una cadena de transmisiones, porque ha habido enajenaciones sucesivas,
los obligados asumen obligaciones concurrentes
(art. 850 y ss. del Cdigo Civil y Comercial)(10).
El rgimen del saneamiento se aplica asimismo
a la divisin de bienes de acuerdo al artculo 1033
inc. b). El sujeto que dividi bienes con otros responde por saneamiento. Es una norma similar al
artculo 2089 del Cdigo civil, al que la doctrina
seal como incoherente con el conjunto del sistema, incoherencia que aun hoy con la reforma
subsiste.
Se trata de una cuestin tcnica derivada del carcter que la ley atribuya a la divisin de bienes, si
es traslativa o declarativa del dominio de los dividentes. Si el acto de divisin de los bienes es traslativo de derecho est claro que cada uno de los
dividentes adquiere por el acto su propio derecho
y ste debe recibirse sin vicios. Pero si la divisin
es solo declarativa de derechos, quien recibe la
porcin dividida ya era propietario al tiempo en
que naci el vicio y podra reclamar al resto de los
dividentes. Dira Salas que si cada propietario lo
es desde el comienzo de la comunidad, no se en(10) Al respecto p.v. Cmara de Apelaciones en lo Civil
y Comercial de Azul, sala II, Bedascarrasbure, Eduardo
H. c. SVG S.R.L., 14/03/2006, LLBA 2006 (agosto), 915,
AR/JUR/893/2006
(11) SALAS, Acdeel, Garanta contra la eviccin: concepto y requisitos, en Obligaciones, contratos y otros ensayos, Depalma, 1982, pg. 255.
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Segn el ltimo prrafo del artculo 1039 la resolucin puede pedirse salvo que se hubiera producido la prescripcin o el vicio oculto fuera subsanable y el transmitente ofreciera esa subsanacin.
Respecto al ltimo supuesto el art. 1057 dispone
que el adquirente no tenga derecho a resolver el
contrato si el defecto es subsanable, el garante
ofrece subsanarlo y l no lo acepta.
El nuevo ordenamiento emplea el trmino resolucin en todos los casos de extincin del acto de
transmisin del derecho. Como es sabido, la resolucin es el medio de extincin del acto por causa
sobrevenida. En nuestra opinin, se trata de un
error tcnico que debiera subsanarse sobre todo
en materia de eviccin. La existencia del vicio en
el derecho al momento de la transmisin implica
que el acto tiene un vicio originario y, en consecuencia, es pasible de nulidad relativa, que puede,
o no, ser alegada por el adquirente porque solo a
el beneficia.
c) Indemnizacin de daos y perjuicios
El Cdigo Civil y Comercial aventaja al Cdigo
Civil en cuanto hace expresa mencin a la obligacin de pagar daos y perjuicios en algunos casos.
El artculo 1040 aclara que el acreedor de la obligacin de saneamiento puede reclamar los daos
y perjuicios derivados del negocio alterado por la
existencia de vicios, adems de concederle otras
opciones. Por supuesto todo dao que se reclame
debe ser acreditado aplicndose los presupuestos
de la responsabilidad civil. No obstante se consignan varias excepciones.
En primer lugar, no pueden reclamarse cuando
la adquisicin resulta de una subasta judicial o
administrativa (art. 1040 inc. d). Esta solucin resulta coherente con lo dispuesto finalmente en los
artculos 1764 y siguientes, en cuanto a la responsabilidad del Estado, sin que ello signifique que
sea lgico ni justo. En algunos casos judiciales
se ha aceptado esa solucin(13), que no parece la
(13) Es admisible que la responsabilidad del Estado
por los daos ocasionados en su funcin jurisdiccional
es de carcter excepcional, como dijo la CSJ de Santa
Fe en autos Aragn, Vctor G. c. Provincia de Santa Fe,
25/04/2007, LLLitoral 2007 (agosto), 739, Cita online:
AR/JUR/1907/2007. La Corte Provincial asume palabras
del Tribunal Supremo argentino en el sentido que si no
ha mediado una prestacin irregular o anormal del servicio, los daos que pudieran sufrir los particulares no
pueden merecer indemnizacin de ninguna especie,
pues son el costo inevitable de una adecuada administracin de justicia (Fallos: 318:1990; 321:1717). Este no
es el caso que resuelve el inciso d) del artculo 1749.
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responsabilidad alguna puede decirse que son invlidas las clusulas que eximen o limitan la obligacin de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe, las buenas
costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son
tambin invlidas si liberan anticipadamente, en
forma total o parcial, del dao sufrido por dolo del
deudor o de las personas por las cuales debe responder.
En consecuencia, si existi dolo del enajenante
se aplica la solucin de la norma, es nula la clusula, debe restituir el precio y pagar daos porque
siendo de mala fe pacto su liberacin. Pero si ninguna de las partes conoce la existencia del vicio,
el contrato es paritario, y por tanto negociando se
incluye la clusula genrica sin ningn abuso la
solucin es compleja. Producida la eviccin si se
interpreta que la clusula es amplia y libera de la
responsabilidad por saneamiento y tambin por
daos se hara, en nuestra opinin, una interpretacin injusta porque el adquirente de buena fe
pudo interpretar que la expresin responsabilidad alguna refera a los daos, pero que tendra
derecho a la restitucin del precio. En este caso se
hace patente la carencia normativa. En cambio, no
existe problema si se interpreta que la clusula es
nula porque producida la eviccin el adquirente
tiene el derecho de exigir el precio ms daos,
es decir que el transmitente de buena fe debera
pagar daos, pero segn el artculo 1040 se liberara de ellos por su buena fe.
III. Responsabilidad por eviccin
1. Concepto
La eviccin, como garanta, ha sido definida por
Salas de manera minuciosa y comprensiva como
la obligacin, que pesa sobre quien ha transmitido un derecho a ttulo oneroso, de asistir o sustituir en un proceso judicial al adquirente, ya sea
ste actor o demandado, en razn de toda excepcin, defensa o pretensin de un tercero que, de
prosperar, lo privaran total o parcialmente del derecho adquirido, y, en forma subsidiaria, indemnizarlo en caso de incumplimiento de esa obligacin, o de que la asistencia o sustitucin procesal,
hubiese sido infructuosa, siempre que la pretensin, excepcin o defensa del tercero se funde en
una causa jurdica anterior o contempornea al
acto de transmisin(19).
El fundamento de la obligacin que asume el
transmitente de responder por eviccin es el equi(19) SALAS, ACDEEL, ob. cit. pg. 252.
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que hacer al derecho del vencedor, la citacin oportuna del garante por eviccin, o la interposicin o
sustanciacin de los recursos, eran intiles; o que
el allanamiento o el laudo desfavorable son ajustados a derecho.
Por tanto, el adquirente que no tiene sentencia
firme en su contra, a fin de reclamar judicialmente
al enajenante por eviccin debe probar que el derecho del tercero era irrefutable. Debe ser diligente
en la defensa del derecho, sin embargo, debe ser
cuidadoso ante la evidencia del derecho invocado
por el tercero, a fin de no agravar su situacin ni la
del enajenante incrementado los gastos(21).
En consecuencia, en el nuevo rgimen los
nicos requisitos exigibles para que proceda la
responsabilidad se consignan en los artculos 1033
y 1044, y se admiten en cada caso excepciones:
a) Que se trate de un acto oneroso de transmisin de derechos o divisin de bienes con otros
(art. 1033 inc. a y b), como ya se ha visto.
b) Que exista turbacin de derecho que recae
sobre el bien (art. 1044 inc. a). En este inciso se
dice con claridad que la turbacin debe estar fundada en derecho, en razn de que quien turba o
priva del derecho al adquirente lo hace alegando
tener un mejor derecho.
Aunque el acpite del artculo dice que la responsabilidad por eviccin asegura la existencia y
la legitimidad del derecho transmitido, dando a entender que se trata de proteger contra quienes aleguen un mejor derecho que afecte su existencia o
su legitimidad, a rengln seguido, se reconoce que
tambin asegura frente a turbaciones de hecho del
transmitente.
Entendemos que se trata de una incoherencia
que desnaturaliza el instituto del saneamiento.
Esta norma a nuestro entender no tiene ms explicacin que la finalidad de proteger al adquirente
acordndole los efectos importantes derivados
de la eviccin cuando el transmitente incumple
el contrato por el que transmiti el derecho turbando al adquirente en el ejercicio del mismo. No
parece una solucin adecuada desde un punto de
vista tcnico. Frente a situaciones de hecho que
deba afrontar el adquirente goza de todas las herramientas jurdicas que se proveen para el caso
(21) CASAS DE CHAMORRO VANASCO, MARA L.,
Un curioso caso de eviccin, LA LEY 1994-E, 512, Obligaciones y Contratos Doctrinas Esenciales Tomo IV,
1221.
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(26) En la doctrina se insiste en sealar que la primera y principal obligacin del enajenante es la defensa
en juicio del adquirente y la responsabilidad por la eviccin concretada es subsidiaria de aquella, v. SALAS, ACDEEL, ob. cit., pg. 253; CALVO COSTA, CARLOS ALBERTO, ob. cit., pg. 606.
158 |
El mismo artculo prev una excepcin fundamental a las causales de cesacin: el adquirente
conserva las acciones de regreso fundadas en la
responsabilidad del transmitente si prueba que,
por no haber existido oposicin justa que hacer al
derecho del vencedor, la citacin oportuna del garante por eviccin, o la interposicin o sustanciacin de los recursos, eran intiles; o que el allanamiento o el laudo desfavorable son ajustados a
derecho. Es decir que el adquirente debe probar en
el juicio de regreso que el derecho del tercero que
el no cuestion vlidamente era irrefutable. Esa es
dolo con el rgimen del Cdigo Civil de Vlez Sarsfield y el del Cdigo de Comercio, sin perjuicio de
hacer algunas alusiones a las facultades del consumidor otorgadas por el art. 10 bis y el rgimen
especfico de la garanta legal establecido en los
arts. 11 a 18 de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor, aunque ms restringido pues slo se refiere
a las cosas muebles no consumibles. Como se expresaba ya en el Proyecto de Cdigo Civil de 1998
Tanto la garanta por eviccin como la garanta
por vicios redhibitorios son consideradas clusulas
naturales de los contratos onerosos, incluyendo a
las donaciones con cargo y remuneratorias...(2).
(2) LORENZETTI, Ricardo Luis, Tratado de los Contratos, Parte General, p. 672; Fundamentos del Proyecto de Cdigo Civil de la Repblica Argentina, Bs. As.,
La Ley, 1999, ps. 59 y 60; ACQUARONE, Mara T., en STI-
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(5)GASTALDI, Jos Mara y GASTALDI, Jos Mariano, Los contratos en general, en RIVERA, Julio Csar
(Director) y MEDINA, Graciela (Coordinadora), Comentarios al Proyecto de Cdigo Civil y Comercial de la
Nacin 2012, p. 611.
(6)LOVECE, Graciela, La obligacin de saneamiento. Responsabilidad por eviccin y vicios redhibitorios o vicios ocultos, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario, 2014-I, Bs. As. Santa Fe, Rubinzal-Culzoni,
2014, p. 251.
162 |
el reclamo por daos y perjuicios se podr efectuar salvo que: 1) el adquirente haya conocido o
podido conocer la existencia de los vicios, 2) si el
enajenante no conoca, ni poda conocer la existencia de los vicios, 3) si la transmisin haba sido
hecha a riesgo del adquirente, o 4) si la adquisicin
resultaba de una subasta judicial o administrativa
(art. 1040, 1 parte; asimismo la exencin de responsabilidad por daos de los supuestos encuadrados en 1) y 2) no puede invocarse por el enajenante que acta profesionalmente en la actividad
que corresponde a la enajenacin, a menos que el
adquirente tambin se desempee profesionalmente en esa actividad art. 1040, 2 parte).
Pero ante todo debemos subrayar que si el fabricante o quien interviene en la cadena de comercializacin del bien otorg garantas convencionales
especiales por los vicios ocultos y el adquirente del
bien opta por ejercer los derechos de estas protecciones, las que pueden suprimir, disminuir o incrementar las dispuestas por el rgimen general
de la obligacin por saneamiento, siempre que no
violen la manda del art. 1038, las acciones del art.
1039 se tendrn por renunciadas, como tambin la
accin de daos del art. 1040, con la salvedad que
trae esta norma, segn as lo dispone el art. 1052,
inc. c) in fine, salvo estipulacin en contrario.
La Ley 24.240 de Defensa del Consumidor establece una regla general en su art. 10 bis, pues ante
el incumplimiento de la obligacin por el proveedor, salvo caso fortuito o fuerza mayor, el consumidor podr optar por:
a) exigir el cumplimiento forzado de la obligacin,
siempre que ello fuera posible (art. 10 bis, inc. a);
b) aceptar otro producto o prestacin de servicio equivalente (art. 10 bis, inc. b);
c) rescindir el contrato con derecho a la restitucin de lo pagado, sin perjuicio de los efectos producidos, considerando la integridad del contrato
(art. 10 bis, inc. c).
Adems, el consumidor podr acumular a cualquiera de estas acciones elegida el reclamo por los
daos y perjuicios padecidos (art. 10 bis, 2 prrafo).
Para las cosas no consumibles, la Ley 24.240
establece en los arts. 11 a 18 un rgimen especial
de garanta mnima legal(9), es decir que el consumidor podr optar por cualquiera de las acciones
(9) Tratamos la cuestin comentando los arts. 11 a 18
de la Ley 24.240 en SAGARNA, Fernando Alfredo, en PICASSO, Sebastin y VZQUEZ FERREYRA, Roberto A.,
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El Proyecto de 1998 (art. 1015, inc. b(11)) da su definicin de vicios redhibitorios basada en la del
Proyecto del PEN de 1992 (art. 918(12)).
El CCyCN concepta a los vicios redhibitorios
en su art. 1051, inc. b), como ... los defectos que
hacen a la cosa impropia para su destino por razones estructurales o funcionales, o disminuyen su
utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido,
el adquirente no lo habra adquirido, o su contraprestacin hubiese sido significativamente menor.
La redaccin del CCyCN mejora la definicin dada
por el Cdigo Civil. Veamos en qu sentido.
En primer trmino, si bien de la definicin de
Vlez Sarsfield se quita el calificativo de ocultos
para los defectos, se enmienda en la regla del art.
1051 al entenderse que la responsabilidad por
defectos ocultos se extiende a: 1) los defectos no
comprendidos en las exclusiones del artculo 1053
(art. 1051, inc. a) y 2) a los vicios redhibitorios
(art. 1051, inc. b), adems de referirse todo el Pargrafo 3 de la Seccin 4 de Obligacin de Saneamiento a la Responsabilidad por vicios ocultos.
Adems, en la propia definicin se aclara que de
haber conocido los vicios el adquirente no habra
adquirido la cosa o su contraprestacin hubiese
sido significativamente menor, por lo que se trata
de vicios no conocidos u ocultos.
Se anexa a la definicin de vicios redhibitorios
que los defectos pueden hacer la cosa impropia
para su destino(13) por razones estructurales o fun(11) El Proyecto de 1998 los menciona como ... los
hay si los defectos son de tal importancia que hacen a la
cosa impropia para su destino por razones estructurales
o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo
que, de haberlos conocido, el adquirente no la habra
adquirido, o su contraprestacin habra sido significativamente menor (art. 1015, inc. b).
(12) El Proyecto de 1992 los caracteriza como ... los
defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso, goce o
posesin, se transmiti por ttulo oneroso, existentes al
tiempo de la adquisicin, que la hicieren impropia para
su destino por razones estructurales o funcionales, si de
tal modo disminuyeren el uso de ella que, de haberlos
conocido, el adquirente no la habra adquirido o habra
dado menos por ella (art. 918).
porque no hacen a la cosa impropia para su destino, si as lo hicieran del bien, no seran vicios
pequeos, sino graves, y por estos surge expresamente la obligacin de saneamiento del deudor.
Pero que existan vicios que sean pequeos no
obsta a que el acreedor tambin pueda accionar
contra el deudor mediante la accin de cumplimiento(14), la que prescribe en un plazo mayor, a
los diez aos en el Cdigo Civil (conf. art. 4023)(15)
y a los cinco aos en el CCyCN (art. 2560), plazo
comn para la accin de cumplimiento en la relacin de consumo a partir de la entrada en vigencia
de la Ley 26.994.
En el comentario al art. 1051 del CCyCN se ha
expresado que el concepto de vicio oculto es un
concepto muy relativo librado a la apreciacin judicial(16).
La Ley 24.240 de Defensa del Consumidor menciona a los vicios redhibitorios (art. 18) pero no
los define, y se refiere tambin a los defectos ostensibles o manifiestos, es decir a los vicios aparentes (art. 11).
La responsabilidad por defectos ocultos comprende, segn el art. 1051 del CCyCN:
1) los defectos no comprendidos en las exclusiones del artculo 1053, norma que en dos incisos (a y b) establece los defectos que no se comprenden dentro de la garanta es decir: a) los
defectos del bien que el adquirente conoci o
debi haber conocido mediante un examen adecuado a las circunstancias del caso al momento
de la adquisicin y b) los defectos del bien que
no existan al tiempo de la adquisicin; por lo que
a contrario sensu, estaran abarcados por la garanta: a) los defectos del bien que el adquirente
conoca o debi haber conocido mediante dicho
examen al momento de la adquisicin, es decir de
la tradicin de la cosa y b) los defectos del bien que
existan al tiempo de la adquisicin (art. 1051, inc.
a), que como viramos e; y,
2) los vicios redhibitorios, es decir los defectos
que hacen a la cosa impropia para su destino por
(14) ALTERINI, Atilio Anbal, Contratos civiles comerciales de consumo, Bs. As., Abeledo-Perrot, 2005,
ps. 553 y 555.
(15) ALTERINI, Atilio Anbal, Contratos civiles comerciales de consumo, p. 554.
(16)CROVI, Luis Daniel, en RIVERA, Julio Csar y
MEDINA, Graciela (Directores), ESPER, Mariano (Coordinador), Cdigo Civil y Comercial de la Nacin Comentado, Bs. As., La Ley, 2014, t. III, p. 592; sobre el rgimen del Cdigo Civil: ARGERI, Sal A., Compraventa
mercantil y vicios redhibitorios, LA LEY, 1979-B, 1139.
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de la garanta por defectos ocultos(25). No se requiere que el vicio sea eliminable o no(26).
Estos mismos requisitos son necesarios para
la responsabilidad del obligado frente a los defectos ocultos en el CCyCN, es decir que para que
se mecanice la garanta para los defectos no comprendidos en las exclusiones del art. 1053 (conf.
art. 1051, inc. a), el adquirente no conoca los defectos o no deba haberlos conocido mediante un
examen adecuado a las circunstancias del caso al
momento de la adquisicin y no deben existir al
tiempo de la adquisicin, mismos requisitos que
se exigen para considerar a un vicio redhibitorio
como abarcado por la garanta, a lo que se le debe
aadir que los defectos deben hacer la cosa impropia para su destino por razones estructurales o
funcionales o disminuir su utilidad a tal extremo
que de haberlos conocido no habra adquirido el
bien o hubiera pagado mucho menos. Tambin
debemos iterar que se pueden hacer vicios redhibitorios de los que no lo son por ampliacin convencional de la garanta (art. 1052).
VII. Contratos a los que se aplica la
responsabilidad por vicios ocultos
Si bien las normas de los arts. 1051 a 1058 del
CCyCN no establecen a qu contratos se protege,
el art. 1033 en reglas generales dispone que estn
obligados al saneamiento a) el transmitente de
bienes a ttulo oneroso, disponiendo a la vez el art.
1035 que: El adquirente a ttulo gratuito puede
ejercer en su provecho las acciones de responsabilidad por saneamiento correspondientes a sus antecesores.
Es decir, que la garanta rige en los contratos que
son a ttulo oneroso, siendo tales cuando las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestacin que ella ha hecho o se
obliga a hacer a la otra (conf. art. 967, 1 parte,
CCyCN).
Sin embargo, los subadquirentes a ttulo gratuito que hubieren obtenido el bien del adquirente
a ttulo oneroso podrn disponer de esa garanta.
Esos subadquirentes podrn hacer uso de la garanta contra el transmitente originario siempre y
(25)NICOLAU, Noem Lidia, ARIZA, Ariel, FRUSTAGLI, Sandra y HERNNDEZ, Carlos A., Fundamentos de Derecho Contractual, t. I, p. 400.
(26) CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto
J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin), Cdigo
Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, t. 4D, p. 735.
vicios redhibitorios o disminuyendo el tipo de vicios ocultos por los que se responde, etc. En fin las
normas de la obligacin de saneamiento son disponibles por las partes, pero siempre y cuando no
se afecte la ley, el orden pblico, principios rectores en materia contractual que dimanan del art.
958 del CCyCN.
El CCyCN dispone en su art. 1038 que la supresin o disminucin de la obligacin por saneamiento se tiene por no convenida:
1) si el enajenante conoci o debi conocer la
existencia de vicios (art. 1038, inc. a).
2) si el enajenante acta profesionalmente en
la actividad a la que corresponde la enajenacin,
a menos que el adquirente tambin se desempee profesionalmente en esa actividad (art. 1038,
inc. b).
El Cdigo Civil tambin trae normas en este sentido. As, las partes pueden restringir, renunciar o
ampliar su responsabilidad por vicios redhibitorios, siempre que no haya dolo en el enajenante
(conf. art. 2166), pudiendo hacerse vicios redhibitorios de los que naturalmente no lo son, cuando
el enajenante garantizase la inexistencia de aqullos, o la calidad de la cosa supuesta por el adquirente (art. 2167). En voz reiterativa en similar sentido que el art. 2166, el art. 2169 de dicho Cdigo
enuncia que la estipulacin en trminos generales
de que el enajenante no responde por vicios redhibitorios, no lo exime de responder del que tena
conocimiento y que no se lo declar al adquirente,
as el declarado se convertira en un vicio conocido por ste que acept igualmente la cosa objeto
del contrato.
En ambos Cdigos, en el Civil y el CCyCN, se
puede disponer de la garanta por saneamiento,
pero se tendr por dispuesta si las partes nada
dicen al respecto, a pesar de que este ltimo punto
no es aclarado por el Cdigo Civil de Vlez Sarsfield, pero s en el CCyCN, como tambin lo hacan
los Proyectos de 1992 y 1998.
En el CCyCN se agrega que la disponibilidad de
la garanta por las partes ser de interpretacin
restrictiva como lo vena entendiendo la doctrina
y jurisprudencia. Asimismo, con mejor precisin,
el CCyCN aade que se tiene por no convenida la
supresin o disminucin de la garanta si el enajenante conoci o debi conocer la existencia de
los vicios (art. 1038, inc. a), mientras que el Cdigo Civil dispone genricamente que se responde
por vicios redhibitorios cuando hay dolo del enajenante (art. 2169). En este sentido se elimina en
168 |
el CCyCN la necesidad de dolo (o mala fe) del Cdigo Civil por la demostracin por el adquirente
del conocimiento o el deber de conocer el defecto
del enajenante.
Como novedad el CCyCN introduce la eliminacin de la supresin o disminucin de la garanta si el enajenante acta profesionalmente
en la actividad a la que corresponde la enajenacin, a menos que el adquirente tambin se desempee profesionalmente en esa actividad (por
ejemplo sera el supuesto de un contrato entre un
vendedor y un comprador, ambos profesionales
del producto objeto del mismo y que el vnculo
no est amparado por el rgimen de la relacin
de consumo de la Ley 24.240: dos arquitectos en
la compraventa de un inmueble), toda vez que
ambos profesionales en la actividad que corresponde a la transmisin del bien, deben conocer
sus defectos que para ellos no son ocultos, aunque
s para el resto de los enajenantes y adquirentes.
Ante la transmisin de un bien en la que se haya
suprimido o disminuido convencionalmente la
garanta, entre un enajenante profesional y un adquirente que no lo es, est amparado este ltimo;
entre enajenante y adquirente ambos profesionales, la garanta se tiene por suprimida o disminuida; y entre un transmitente no profesional y
un adquirente que s es profesional en la actividad
de la enajenacin, tambin la eliminacin o reduccin de la garanta se la tendr por vlida. El
dolo del enajenante que el Cdigo Civil exige para
frenar la restriccin o renuncia de la responsabilidad por vicios redhibitorios segn el art. 2166,
no comprendera este supuesto contemplado en
el CCyCN. Adems en ese artculo 2166 del Cdigo de Vlez Sarsfield se agrega imprecisamente
el vocablo ampliar la responsabilidad del enajenante por los vicios redhibitorios junto a la necesidad de su dolo para no tener por suprimida esta
obligacin, puesto que si se ampli la obligacin
por defectos ocultos, el adquirente se hallara protegido aun mediando dolo del transmitente. En el
art. 2170 de ese Cdigo se contempla la liberacin
del enajenante por responsabilidad por vicios redhibitorios si el adquirente los conoca o deba conocerlos por su profesin u oficio, como en el inc.
b) del art. 1038 del CCyCN.
En fin, en este aspecto el CCyCN mejora lo dispuesto en el Cdigo Civil, como asimismo introduce propuestas que la doctrina interpretaba respecto a la ampliacin convencional de la garanta.
Si comparamos el CCyCN con la Ley 24.240 de
Defensa del Consumidor, debemos sealar que
la garanta mnima legal para las cosas muebles
no consumibles que fijan los arts. 11 a 18 de esta
estaba exenta de defectos o que tena ciertas calidades, aunque el adquirente le fuese fcil conocer
el defecto o la falta de calidad (art. 2167, in fine).
En este mismo sentido pero con otra redaccin el
art. 1052, inc. b) del CCyCN.
La garanta mnima legal de los arts. 11 a 18 de
la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor para las
cosas muebles no consumibles es ampliable, no
suprimible, ni tampoco puede disminuirse.
X. Defectos ocultos no comprendidos en la
garanta. Prueba: carga y contenido
En el art. 1053 del CCyCN se dispone que: La
responsabilidad por defectos ocultos no comprende:
a) los defectos del bien que el adquirente conoci,
o debi haber conocido mediante un examen adecuado a las circunstancias del caso al momento de
la adquisicin, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de aqullos. Si reviste caractersticas
especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparacin cientfica o tcnica, para determinar esa posibilidad se
aplican los usos del lugar de entrega;
b) los defectos del bien que no existan al tiempo
de la adquisicin. La prueba de su existencia incumbe al adquirente, excepto si el transmitente
acta profesionalmente en la actividad a la que corresponde la transmisin.
Es decir que no sern defectos ocultos:
1) los defectos aparentes, ostensibles o manifiestos, porque el adquirente los conoci o los
debi haber conocido con el examen ordinario
segn las circunstancias del caso (por ejemplo, si
se compra una casa sin ser arquitecto no se podr
alegar como vicio oculto los defectos padecidos en
una habitacin que no era de fcil acceso al momento de la adquisicin, los defectos visibles por
oxidacin en la pintura que tena un automotor,
etc.); aunque la norma contempla que si se requiere una preparacin cientfica o tcnica se aplicarn los usos del lugar de entrega para meritar si
se deban considerar los defectos como ocultos
o no (v.gr., el comprador de hacienda no podr
alegar como defecto oculto el estado del cuero
de la misma, de su estado en general, salvo enfermedades ocultas, el comprador de un campo
para cultivarlo no podr alegar que el mismo no
era idneo para la siembra, etc.; pues en estos supuestos se entiende que quien compra hacienda o
un campo para cultivarlo, conoce de esa actividad,
170 |
con la garanta en estudio. El Proyecto de 1992 remita a los usos del lugar de celebracin del contrato (art. 926, in fine). Consideramos una mejora
en este sentido lo trado por el Proyecto de 1998 y
el CCyCN, refirindose a los usos del lugar de entrega, pues la celebracin del contrato puede estar
separada en el tiempo de la entrega de la cosa y lo
que vale a fin de incluir o excluir de la garanta es
el momento de la tradicin del bien.
El contenido de la prueba si bien ser amplio,
pues en este punto el CCyCN no coloca lmite alguno, versar sobre las caractersticas especiales
de complejidad del examen adecuado de la cosa
y sobre si la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparacin cientfica o tcnica, y no
cabe duda alguna que la prueba pericial correspondiente ser la ms indicada(32).
En el Cdigo Civil el art. 2168 recepta la carga
probatoria en contra del adquirente quien deba
probar que el vicio exista al tiempo de la adquisicin, y si no lo hace se juzga que el vicio sobrevino
con posterioridad, por ende se le rechazaba la accin entablada, sea la redhibitoria o la estimatoria
o por reduccin de precio.
El Cdigo de Comercio en su art. 476 determina
que los vicios o defectos que se atribuyan a las
cosas vendidas, as como la diferencia en las calidades, sern siempre determinadas por peritos
arbitradores, no mediando estipulacin contraria.
El art. 1053 del CCyCN est basado en el art.
1017 del Proyecto de 1998, pero el que en su ltima
parte estableca que En los casos de exclusin de
la responsabilidad previstos en los dos incisos anteriores se aplican las reglas de la dacin en pago.
En la dacin en pago se prevea especialmente
en el art. 882, 2 prrafo, de ese Proyecto, que:
El deudor responde por saneamiento. Pero ni la
eviccin, ni los vicios redhibitorios, hacen renacer
la obligacin extinguida, salvo pacto expreso, es
decir que ante vicios aparentes o inexistentes al
tiempo de la adquisicin, desapareca el rgimen
protectorio de los vicios redhibitorios, como la garanta por eviccin.
En el CCyCN, si bien no se hizo esa referencia a
la dacin en pago, en el art. 943, 2 prrafo, de la
(32) BORDA, Guillermo A., BORDA, Alejandro (Actualizador), Tratado de Derecho Civil - Contratos, t. I,
p. 177; ver CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto
J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin), Cdigo
Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, t. 4D, p. 743.
172 |
los sesenta das de haberse manifestado. Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta
desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento de esta carga extingue la responsabilidad
por defectos ocultos, excepto que el enajenante
haya conocido o debido conocer, la existencia de los
defectos.
Y en consonancia con esta norma se establece
en el art. 1055 que: La responsabilidad por defectos ocultos caduca:
a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres
aos desde que la recibi.
b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis
meses desde que la recibi o puso en funcionamiento.
Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.
La prescripcin de la accin est sujeta a lo dispuesto en el Libro Sexto.
Es decir que en estas normas se dispone de una
carga de denunciar la manifestacin del vicio
oculto que ahora resulta descubierto (aparente,
ostensible o manifiesto, por razones estructurales
o funcionales provocando que la cosa sea impropia para su destino) con un plazo de extincin
y adems se regula la caducidad de la garanta
por defectos ocultos, a lo que sumaremos luego el
instituto de la prescripcin de la accin.
El mecanismo de funcionamiento de estas dos
normas sera el siguiente.
Si se trata de un vicio oculto que hace a la cosa
impropia para su destino por razones estructurales o funcionales, que el adquirente no conoci o no debi haber conocido mediante un
examen adecuado a las circunstancias del caso al
momento de la adquisicin, y que el mismo defecto exista al menos en su germen al tiempo de
la entrega del bien, el adquirente debe denunciarlo dentro de los 60 das de haberse manifestado, plazo idntico si se trata de un inmueble o
un mueble, pero ante la caducidad de la garanta
por los defectos ocultos impuesta por la norma,
esa denuncia podr hacerse, an en el ltimo da,
siempre que no hayan transcurrido 3 aos desde
que se recibi el inmueble o 6 meses desde que la
cosa mueble se recepcion o se puso en funcionamiento. La norma destaca que si el defecto se manifiesta gradualmente, sea incrementndose o disminuyndose, el plazo de la carga de la denuncia
(34) WAYAR, Ernesto C., Eviccin y vicios redhibitorios, t. 2, p. 182. Con criterio este autor apunta que ...
la prescripcin corre desde que los vicios se tornan aparentes, aunque el comprador no tome efectivo conocimiento de ellos. Es que se presume que un adquirente
medianamente diligente, descubrir o advertir los vicios aparentes; lgico es, por tanto, que la prescripcin
corra desde la apariencia de los vicios (p. 183). Todo
ello quedar sometido a prueba. Ver tambin ALTERINI, Atilio Anbal, Contratos civiles - comerciales - de
consumo, p. 554; ACQUARONE, Mara T., en STIGLITZ,
Rubn S. (Director), Contratos Civiles y Comerciales, t.
II, ps. 375 y 376.
(35)Ver el tema en NICOLAU, Noem L., HERNNDEZ, Carlos A. y FRUSTAGLI, Sandra A., en LAFAILLE, Hctor, BUERES, Alberto J. y MAYO, Jorge A.,
Derecho Civil - Contratos, Bs. As., La Ley - Ediar, 2009,
t. II, ps. 345 y 346; GIANFELICI, Mario Csar, Incumplimiento contractual, vicios redhibitorios e invalidez por
error en la compraventa, LA LEY, 1985-E, 938.
(36) A los fines de reparar la cosa: LORENZETTI, Ricardo Luis, Tratado de los Contratos, Parte General, p.
677.
(37) NICOLAU, Noem L., HERNNDEZ, Carlos A. y
FRUSTAGLI, Sandra A., en LAFAILLE, Hctor, BUERES,
Alberto J. y MAYO, Jorge A., Derecho Civil - Contratos,
t. II, p. 346.
(38)SALERNO, Marcelo Urbano, Vicios redhibitorios: tres notas fundamentales, LA LEY, 1994-E, 651.
(39) Agregando un autor ... y en ciertos casos desde
el momento en que la misma pudo ser puesta en movimiento o se advierten los signos visibles del vicio impu
tado (ARGERI, Sal A., Compraventa mercantil y vicios
redhibitorios, LA LEY, 1979-B, 1139).
(40) Ver CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin),
Cdigo Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y jurisprudencial, t. 4D, p. 730.
(41) En este sentido WAYAR, Ernesto C., Eviccin y
vicios redhibitorios, t. 2, ps. 183 y 184.
174 |
(44)SALERNO, Marcelo Urbano, Vicios redhibitorios: tres notas fundamentales, LA LEY, 1994-E, 651, recomendaba el establecimiento de un plazo de caducidad
para la garanta legal de los vicios redhibitorios como en
la Ley de Defensa del Consumidor.
176 |
para la accin redhibitoria y la accin quanti minoris, se aplica a la compraventa, pero no a la previsin del art. 2180(49), sin embargo una minora se
manifest en contra(50).
En cambio, el CCyCN permite siempre la accin por daos, ya que se establece por regla que
el acreedor de la obligacin de saneamiento tambin tiene derecho a la reparacin de los perjuicios
si reclama la subsanacin de los vicios, un bien
equivalente si es fungible o la resolucin del contrato (conf. art. 1040 que remite al art. 1039). Asimismo, la accin por daos est prevista aunque
el defecto oculto de la cosa sea subsanable, haya o
no ofrecido el garante subsanarlo.
Pero en el CCyCN la accin de daos resulta
viable (art. 1040, 1 prrafo), excepto:
a) si el adquirente conoci o pudo conocer el
peligro de la existencia de vicios.
b) si el enajenante no conoci, ni pudo conocer
el peligro de la existencia de vicios.
c) si la transmisin fue hecha a riesgo del adquirente(51).
d) si la adquisicin resulta de una subasta judicial o administrativa.
En el art. 1041, 2 prrafo, se especifica que la
exencin de responsabilidad por daos prevista
en los incisos a) y b) referidos en el prrafo an-
En el Cdigo de Comercio no se proscribe la accin por daos ante el supuesto del art. 473, pero
por remisin supletoria al Cdigo Civil, la accin
resarcitoria resulta slo viable ante el ejercicio de
la accin redhibitoria y siempre que el vendedor
haya conocido o deba haber conocido por razn
de su oficio o arte los vicios o defectos ocultos de
la cosa vendida y no los haya manifestado al comprador (conf. art. 2176).
Por su parte, con un rgimen ms saludable que
el Cdigo velezano y el del Cdigo de Comercio,
la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor viabiliza
la accin por daos y perjuicios junto a cualquiera
de las acciones previstas en el art. 10 bis (art. 10
bis, 2 prrafo), como as tambin a la responsabilidad que surge de la garanta mnima legal por las
cosas muebles no consumibles.
En suma, el CCyCN con buena lgica y justicia
permite la accin por daos que en el rgimen velezano se encuentra sumamente restringida pues
es sometida a la accin redhibitoria y siempre que
haya habido mala fe en el transmitente, de lo contrario ste no responda, ni aun cuando tena mala
fe habiendo el adquirente ejercido la accin estimatoria o de reduccin de precio.
(52) BORDA, Guillermo A., BORDA, Alejandro (Actualizador), Tratado de Derecho Civil - Contratos, t. I, ps.
189 y 190; CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto
J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin), Cdigo
Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, t. 4D, p. 747; ACQUARONE, Mara T., en
STIGLITZ, Rubn S. (Director), Contratos Civiles y Comerciales, t. II, p. 370; WAYAR, Ernesto C., Eviccin y
vicios redhibitorios, t. 2, ps. 131 y ss.; NICOLAU, Noem
Lidia, ARIZA, Ariel, FRUSTAGLI, Sandra y HERNNDEZ,
Carlos A., Fundamentos de Derecho Contractual, t. I, p.
400; CIFUENTES, Santos, en BELLUSCIO, Augusto Csar
(Director), ZANNONI, Eduardo A. (Coordinador), Cdigo Civil y leyes complementarias, t. 9, p. 792.
(53) BORDA, Guillermo A., BORDA, Alejandro (Actualizador), Tratado de Derecho Civil - Contratos, t. I,
p. 167.
178 |
(58) BORDA, Guillermo A., BORDA, Alejandro (Actualizador), Tratado de Derecho Civil - Contratos, t. I,
p. 188.
(59) CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto
J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin), Cdigo
Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, t. 4D, p. 762.
(60) CALVO COSTA, Carlos A., en BUERES, Alberto
J. (Direccin), Elena I. Highton (Coordinacin), Cdigo
Civil y normas complementarias. Anlisis doctrinario y
jurisprudencial, Bs. As., Hammurabi, 2003, t. 4D, p. 762.
180 |
copropietarios, stos slo responden en proporcin a su cuota parte indivisa, salvo que se haya
pactado la solidaridad, en donde cada uno podr
responder por el total. Es decir que no se establece
la solidaridad legal, sino que la misma debe ser
pactada para que sea viable a favor del adquirente
damnificado.
Esta norma se funda en el Proyecto de 1998 (art.
1006).
En la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor se
prev la responsabilidad solidaria de los que intervienen en la cadena de comercializacin (art. 13
para las cosas muebles no consumibles) en lugar
de una responsabilidad concurrente, beneficindose as al consumidor(62).
XVIII. Ignorancia o error del responsable
El CCyCN prev que el obligado por saneamiento no puede invocar su ignorancia o error,
salvo que as se haya pactado (art. 1043), pues lgicamente se protege al adquirente de la cosa cuyo
vicio o defecto tampoco era conocido por el transmitente.
Con algunas diferencias esta norma se haba
redactado en el Proyecto de 1998 (art. 1007), que
dispona que la ignorancia o error era invocable
cuando estaba autorizado para ello.
El art. 1043 es criticado pues si se trata de un
enajenante profesional, su mayor conocimiento
le impide alegar su error o ignorancia, siendo
nula una clusula que dispusiera que pudiera invocarlos, lo que coincide con el art. 1038 que no
permite clusulas de disminucin o supresin de
las garantas, siendo el transmitente profesional o
cuando conoci o debi conocer la existencia de
vicios(63). Consideramos en contra de esta crtica
que la aceptacin por la otra parte de la tradicin
de la cosa habiendo celebrado un contrato en el
que se haba pactado que el transmitente poda invocar su ignorancia o error, implicar renuncia del
adquirente a la garanta por vicios ocultos y nada
impide que as se convenga entre las partes, salvo,
claro est, como bien lo expresa la autora que glosamos, que se den las condiciones de proscripcin
(62) Ver LOVECE, Graciela, La obligacin de saneamiento. Responsabilidad por eviccin y vicios redhibitorios o vicios ocultos, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario, 2014-I, p. 254.
(63)LOVECE, Graciela, La obligacin de saneamiento. Responsabilidad por eviccin y vicios redhibitorios o vicios ocultos, en Revista de Derecho Privado y
Comunitario, 2014-I, p. 255.
En efecto, es bien sabido que la sea en el mbito civil posee efecto penitencial(1), permitiendo
a las partes el arrepentimiento, mientras que en el
mbito comercial su carcter es confirmatorio(2).
(1)El artcu
lo 1202 del Cdigo de Vlez Sarsfield
prev: Si se hubiere dado una seal para asegurar el
contrato o su cumplimiento, quien la dio puede arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo perdiendo
la seal. Puede tambin arrepentirse el que la recibi; y
en tal caso debe devolver la seal con otro tanto de su
valor. Si el contrato se cumpliere, la seal debe devolverse en el estado que se encuentre. Si ella fuere de la
misma especie que lo que por el contrato deba darse, la
seal se tendr como parte de la prestacin; pero no si
ella fuere de diferente especie, o si la obligacin fuese de
hacer o de no hacer.
(2) El art. 475 del Cdigo de Comercio dispone: Las
cantidades que con el nombre de seal o arras se suelen
entregar en las ventas, se entiende siempre que lo han
sido por cuenta del precio y en signo de ratificacin del
contrato, sin que pueda ninguna de las partes retractarse, perdiendo las arras. Cuando el vendedor y el com-
184 |
rcter excepcional al resultar una clusula accidental. Sin embargo, a la vez, se ha alegado que
fijada una sea en forma inequvoca, nada debe
hacer presumir la prdida de esa facultad, ya que
la renuncia no se presume(13).
Su carcter no formal faculta incluso a establecerla en forma verbal, pero requiere la efectiva entrega de la cosa, por lo que resulta de naturaleza
real(14).
Si bien la nueva regulacin fija su carcter confirmatorio, reiteramos que, como las normas que
la rigen resultan de carcter supletorio, las partes
pueden pactar que tenga efecto penitencial(15). En
este ltimo caso, pueden convenir, asimismo, que
la facultad de arrepentimiento se encuentre en cabeza de una, de la otra o de las dos partes.
Minoritariamente, se ha puesto en duda su carcter de clusula accidental del contrato, sealando como su verdadera naturaleza es la de
una obligacin facultativa, que permitira al contratante no cumplir la prestacin, entregando la
sea(11).
(14)MOSSET ITURRASPE, Jorge, Contratos, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1995, pg. 386.
(15) La solucin extintiva del negocio de partes, en
el supuesto de arrepentimiento de alguna de stas, con
restitucin de la sea percibida acrecida en otro tanto,
es ciertamente una institucin del Cdigo Civil. Pero ello
no la excluye de los negocios mercantiles, en los cuales
su vigencia derivar de pacto de las partes y no de la ley
(CNComercial, sala D, Martnez, Daniel N. c. Gonzlez,
Jorge L. S. A., 26/03/1997, LA LEY 1997-D, 353, DJ 1997-3,
755, AR/JUR/547/1997).
(16) ARTCULO 790. Concepto. La clusula penal es
aquella por la cual una persona, para asegurar el cumplimiento de una obligacin, se sujeta a una pena o multa
en caso de retardar o de no ejecutar la obligacin.
186 |
188 |
(37)HERSALIS, Marcelo, Las arras en el Proyecto de Cdigo, LL 2013-A, 604. Cita online AR/
DOC/6067<72012.
(38)COLOMBO, Leonardo A., La clusula como
sea y a cuenta de precio, LL 40-841; cita online: AR/
DOC/ 518/2012.
Mayores desvelos contina produciendo la segunda clusula que literalmente interpretada pareciera ratificar el carcter confirmatorio de la
sea, sin embargo, justamente, la reiteracin de
los trminos a cuenta de precio y como principio
de ejecucin, a continuacin de su fijacin como
sea, exigen salvar la contradiccin interna permitiendo el arrepentimiento(39).
Sin embargo, cuando comience a regir el nuevo
Cdigo, como la sea tendr en principio carcter
confirmatorio, salvo convencin en contrario,
consideramos que la clusula no permitir ms
que la ratificacin del carcter confirmatorio que
le asigna el nuevo Cdigo a la Institucin. Ello as,
obviamente, salvo que se convenga su carcter penitencial, en cuyo supuesto renacern las interpretaciones apuntadas ms arriba.
X. Colofn
La divergencia de regmenes entre la sea
propia del Derecho Civil (penitencial) y la correspondiente al Derecho Comercial (confirmatoria),
haca necesario la unificacin del sistema. El legislador eligi darle preferencia al sistema propio del
derecho comercial, aunque admitiendo que por
convencin en contrario las partes dispongan el
carcter penitencial de la sea.
Alterini haba advertido la discordancia en el
Cdigo de Vlez entre un sistema que fortaleca el
vnculo entre las partes al no permitir la disolucin
del contrato por incumplimiento, a menos que
existiera un pacto comisorio expreso (siguiendo
el Esboo de Freitas), mientras que en materia de
arras (influido por el Cdigo Civil francs), previ
su funcin resolutoria (que lo debilita), por la cual
quien la dio puede arrepentirse, perdindola, o
puede arrepentirse quien la recibi, liberndose
con la devolucin de ella y otro tanto de su valor(40).
Ello haba sido superado por la Ley 17.711 a
partir de la introduccin del pacto comisorio tcito (art. 1204), que cohesion el sistema que debilitaba el vnculo contractual.
Resulta cierto que a partir de la vigencia del
nuevo Cdigo retornar la alternancia entre el
efecto fortalecedor del arras confirmatoria y el
opuesto en materia de pacto comisorio. Su presuncin tcita en los contratos bilaterales facilita
(39) ALTERINI, Atilio A. AMEAL, Oscar J. LPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., nro. 589, pg. 288.
(40)ALTERINI, Atilio A., Contratos, ob. cit., nro. 8,
pg. 406.
190 |
192 |
194 |
a) las circunstancias en que se celebr, incluyendo las negociaciones preliminares; b) la conducta de las partes, incluso la posterior a su celebracin;
(5) La Corte Suprema ha dicho que cuando los trminos o expresiones empleados en un contrato son
claros y terminantes, solo cabe limitarse a su aplicacin
sin que resulte necesaria una labor hermenutica (Fallos: 307-2216; 314: 363).
(6) Tales como el anlisis del comportamiento anterior o posterior a la instrumentacin, las negociaciones
previas, los borradores, las cartas de intencin. Sobre
este tema ver el importante trabajo de DE LORENZO, Federico, La interpretacin de los trminos claros del contrato (in claris non fit interpretatio: un principio carente
de utilidad), en Obligaciones y Contratos en los Albores
del Siglo XXI, Dirigido por Oscar Ameal, y coordinado
por Silvia Tanzi, en homenaje al Profesor Doctor Roberto
M. Lpez Cabana, Abeledo Perrot, Bs.As., 2001, pg. 623.
- Regla de la prioridad absoluta: debe interpretarse solamente lo escrito. La parol evidence rule,
desarrollada en el derecho anglosajn se inclina
por esta tesis y no se admiten otras evidencias para
variar el sentido de lo escrito, salvo que sea parcial o totalmente incompleto en el punto que se
desea dilucidar(8). No se puede aportar evidencia
en contra de lo escrito.
- Regla de subsidiariedad: debe interpretarse lo
escrito y, si hay duda (slo en este caso), puede recurrirse a otros elementos, principalmente la conducta de las partes; (esta es la regla adoptada en
el art. 1065).
- Regla de igualdad: El texto de las reglas deriva
tanto de lo escrito como de la conducta, haya o no
duda;
- Regla de subsidiariedad inversa: En este sentido, el Proyecto de Cdigo Civil Argentino de 1998
(Art. 1023, inc. a) se afirma que el contrato debe
ser interpretado asignando especial relevancia a lo
que ha sido comn intencin de las partes, antes
que la literalidad de lo manifestado. En este caso
se opta por invertir la regla subsidiaria normalmente admitida. El intrprete no se encuentra limitado por el tenor literal del texto para la comprobacin del significado del contrato(9), sino que
puede recurrir a otros elementos para determinar
el alcance de una clusula cuestionada(10).
La primera posicin es la tradicionalmente
adoptada(11), pero hay muchos casos en los que
las leyes y los tribunales se han apartado de ella,
adoptando la segunda y en situaciones especiales
la tercera.
El Cdigo adopt la regla de la subsidiariedad.
El texto a interpretar est constituido por lo escrito, por razones de seguridad jurdica, porque
es claro que utilizando este medio se intent fijar
de un modo indubitable el plexo obligatorio (Art.
1065). Incluso puede suceder que las partes, in-
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La comunicacin entre los contratantes se realiza en base al lenguaje, lo cual puede plantear diferentes tipos de problemas:
Lenguas diferentes: en los contratos internacionales es habitual que se utilicen diferentes lenguas
y ello puede plantear problemas de interpretacin.
Las partes pueden establecer que un idioma
tiene prioridad sobre otro, de modo similar al
uso oficial, y si no hay estipulacin al respecto,
suele utilizarse una presuncin de que las partes
quieren ser ledas en el idioma en que se hizo la
primer redaccin(19) -Lenguaje verbal o gestual:
es posible utilizar el lenguaje gestual: expresiones
corporales, signos, smbolos. Ello es habitual en
las contrataciones de consumo(20).
Lenguaje electrnico: las partes pueden usar el
lenguaje binario tpico en la informtica.
Lenguaje comn o profesional: la regla general
en el cdigo derogado era la primaca del sentido que las palabras tienen en el lenguaje comn
(Art. 217, Cd. Com.) que ahora se reitera. Naturalmente no es as cuando las partes son profesionales y usan un lenguaje especfico, o cuando son
comerciantes, o agricultores y utilizan expresiones
que corresponden a los usos de ese sector. Por eso
puede ocurrir que tengan un sentido diferente al
comn, como ocurre en los siguientes casos: 1)cuando las partes pactaron sobre el tema y decidieron atribuirles un sentido especfico; 2).
cuando los usos y costumbres del lugar de celebra(19) Principios de UNIDROIT, art. 4.7.
(20) Por ejemplo en la compra en un supermercado
puede suceder que no se hable, an existiendo personas
(comprador y cajero), y ambos se entienden mediante
gestos.
198 |
respetar la libertad, siendo la obligacin una excepcin. Por esta razn, en el rgimen anterior se
deca que en caso de duda las clusulas ambiguas
deben interpretarse siempre en favor del deudor,
o sea en el sentido de liberacin (art. 218, inc. 7,
Cd. Com.)(22), lo que ha sido entendido como proteccin de la parte dbil.
En la actual norma, se hace una distincin entre
los contratos a ttulo gratuito y los onerosos. En los
primeros, es claro que debe buscarse el sentido
menos gravoso al obligado, y de la menor transmisin de derechos. En cambio, en los onerosos,
debe buscarse el mantenimiento de la equivalencia, el logro de la mayor reciprocidad y no la liberacin simple(23).
VI. Quinta parte. Contratos conexos
El Cdigo incorpora una regulacin de los contratos conexos que es novedosa en el derecho
comparado codificado. Si bien hay leyes especiales no hay una disposicin de este tipo en los
cdigos vigentes.
Brevemente diremos que (Art. 1073) Hay conexidad cuando dos o ms contratos autnomos
se hallan vinculados entre s por una finalidad
econmica comn previamente establecida, de
modo que uno de ellos ha sido determinante del
otro para el logro del resultado perseguido. Esta
finalidad puede ser establecida por la ley, expresamente pactada, o derivada de la interpretacin,
conforme con lo que se dispone en el artculo
1074.
La definicin no est basada en una fuente precisa, sino que se ha elaborado teniendo en cuenta
200 |
Contratos conexos
POR Cristina N. Armella
SUMARIO: I. Palabras preliminares. II. Antecedentes. III. Regulacin legal. IV. Definicin.
V. Fuentes de la finalidad econmica. VI. Interpretacin. VII. Efectos. VIII. Aplicacin de la figura
en el trfico negocial inmobiliario. IX. Conclusiones.
I. Palabras preliminares
Shopping centers, sistemas tursticos de tiempo
compartidos, medicina prepaga, tarjetas de crdito, fondos comunes de inversin, son algunos de
los ejemplos que la doctrina utiliza para demostrar que existen en el trfico negocial moderno,
comportamientos humanos que exceden el marco
regulatorio del derecho de los contratos como
fuera concebido a fines del siglo XIX.
Si le preguntramos a un simple observador
qu distingue las figuras jurdicas mencionadas,
por ejemplo, de la compraventa o de la locacin,
la respuesta aparecera rpidamente. Estos ltimos, por su propia esencia, son actos jurdicos
aislados que ostentan una finalidad especfica
y que al tiempo de su celebracin no presentan
ningn tipo de vinculacin con otros contratos.
Por el contrario, aquellos, son negocios jurdicos
creados para coligarse entre s, formando un encadenamiento, red contractual u operacin global
para el logro de una finalidad comn, que se han
presentado como realidades incontestables a mediados del siglo XX y continan en el presente.
De esta manera, nuestro aporte est destinado
al estudio de la regulacin de los contratos conexos en el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin.
Partimos del bagaje conceptual construido por la
doctrina nacional(1) que finalmente recal en el
(1) BIBLIOGRAFA VINCULADA: Acquarone, Mara
T. Los emprendimientos inmobiliarios. Marco Jurdico
y normativo. Modelos, pg. 33 y ss. Ed. Ad Hoc. Bs. As.
2007. Albano, Carlos Alberto. Contratos conexos. En
Cdigo Civil y Comercial de La Nacin. Comentado.
Julio Csar Rivera, Graciela Medina Directores. Mariano
Esper. Coordinador. Tomo III, pg. 627. Ed. La Ley. Bs. As.
2014. Hernndez, Carlos, Acerca del principio de relatividad de los efectos del contrato y sus tensiones sociales.
RDPyC 2007-2; Ciuro Caldani, Miguel ngel, Los contratos conexos. Fundacin para las investigaciones jurdicas, Rosario, 1999; Farina, J. Contratos comerciales
modernos, pg. 303 y ss. Ed. Astrea. Bs. As. 1994. Farina,
J. Unin de contratos, Ed. Zeus. Lorenzetti, Ricardo.
Las normas fundamentales de derecho privado, pg.
151 y ss. Ed. Rubinzal-Culzoni. Santa Fe. 1995. Lorenzetti, Ricardo. Redes contractuales, contratos conexos y
responsabilidad, en Rev. de Derecho Privado y Comunitario. Ed. Rubinzal-Culzoni, nmero 17, pg. 207 y ss. Lorenzetti, Ricardo. Tratado de los contratos. Ed. Rubinzal
Culzoni. Tomo I. Ed. Rubinzal Culzoni. 1999. Mrquez,
Jos Fernando Conexidad Contractual. Nulidad de los
contratos y del programa. RDPyC 2007-2; Mosset Iturraspe, Jorge. Contratos conexos. Grupos y redes, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1999. Rinessi, Antonio Juan,
Conexidad y tarjetas de crdito RCPyC 2007-2. Tobas,
J y De Lorenzo, M. Complejo de negocios unidos por un
nexo (El ligamen negocial). L.L. 1996-D, pg. 1387. Tobas, Jos W. Los contratos conexos y el crdito de consumo L.L. 1999-D, pg. 992. Uguet, Ricardo. Aportes
para una teora general de los contratos conexos. J. A.
2003-IV-1098 y en Armella, Cristina N. (Directora) y
Esper, Mariano (Investigador) Summa de Contratos
Doctrina - Legislacin - Jurisprudencia. Tomo I, pg.
575. Ed. Abeledo Perrot. Bs. As. 2012. Weingarten, C. y
Ghersi, C. Los contratos conexados. L.L. 1997-E-1350.
(2) Advertimos al lector que, ms all de nuestro habitual estilo autoral, le ofrecemos en las notas ciertas
transcripciones para evitar acudir a otras fuentes de informacin.
204 |
II. Antecedentes
Nuestro Cdigo Civil decimonnico no prevea
norma alguna que tratase el tema de los contratos
conexos. Si atendemos a los distintos intentos de
unificacin del derecho privado en la Repblica
Argentina, el primer proyecto que se ocup del
tema fue el Proyecto de Cdigo Civil de la Repblica Argentina unificado con el Cdigo de Comercio, del ao 1998, en su artculo 1030(3). Esta
novedad legislativa motiv que fuese tema de las
XVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil, realizadas en Santa Fe en 1999, por la Universidad
Nacional del Litoral(4), cuyas conclusiones(5) fun(3) Ver Proyecto de Cdigo Civil de la Repblica Argentina unificado con el Cdigo de Comercio, Nota de
elevacin, Fundamentos y Legislacin comparada. Redactado por la Comisin designada por el Decreto
685/95 e integrada por quienes resultaron finalmente
firmantes los Dres. Hctor Alegra, Atilio Anbal Alterini,
Jorge Horacio Alterini, Mara Josefa Mndez Costa, Julio
Csar Rivera y Horacio Roitman. Ed. Abeledo Perrot. Bs.
As. 1999. Art. 1030. Grupos de contratos. Los contratos
que estn vinculados entre s por haber sido celebrados
en cumplimiento del programa de una operacin econmica global son interpretados los unos por medio de los
otros, y atribuyndoles el sentido apropiado al conjunto
de la operacin.
(4) Antes, en las XVI Jornadas Nacionales de Derecho
Civil, realizadas en Buenos Aires, en el ao 1997, algunas
conclusiones de la Comisin 3 de Contratos, hicieron
menciones a las uniones de contratos y su vinculacin
con la conexidad.
(5) Contratos conexos. 1. Dogmtica jurdica 1.1. Importancia del fenmeno. La conexidad es un fenmeno
diverso que comprende el estudio de todas aquellas relaciones en las que los contratos son instrumentos para la
realizacin de una operacin econmica y que incluye:
a) Relaciones de consumo entre grupos de prestadores
y grupos de consumidores (contratos de turismo, de tarjetas de crdito, de financiacin para el consumo, de leasing, de tiempo compartido). b) Relaciones inter-empresarias, que incluyen las redes asociativas y las cadenas
contractuales, y la tercerizacin. 1.2. Concepto. Habr
contratos conexos cuando para la realizacin de un negocio nico se celebra, entre las mismas partes o partes
diferentes, una pluralidad de contratos autnomos, vinculados entre s, a travs de una finalidad econmica
supra-contractual. Dicha finalidad puede verificarse jurdicamente, en la causa subjetiva u objetiva, en el consentimiento, en el objeto, o en las bases del negocio. 1.3.
Enfoque terico. El estudio de este tema debe partir de: 1)
La distincin entre la estrategia negocial y los contratos
que se utilizan para llevarla a cabo; 2) La distincin entre
contrato y sistema. El sistema es un grupo de contratos
individuales conectados por una operacin econmica
diferente de cada uno de los vnculos individuales. Son
elementos del sistema: a) la causa sistemtica, que jus-
tifica un equilibrio del sistema que permite el funcionamiento de las uniones de contratos; b) las obligaciones y
deberes colaterales sistemticos, en virtud de los cuales
los integrantes tienen deberes y obligaciones respecto de
los dems miembros o de terceros, que tienen su origen
en el sistema. 2. De lege lata. 2.1. Interpretacin Los contratos conexos deben ser interpretados en funcin de la
operacin econmica que persiguen. 2.2. Efectos en las
relaciones internas. En las relaciones internas, las redes
presentan un nexo que est vinculado a la colaboracin
asociativa o gestora entre las partes que la integran, las
que son susceptibles de control judicial en los casos en
que se produce un desequilibrio del sistema por abuso
del derecho o de la posicin dominante del organizador.
2.3. Efectos frente a los terceros. Es aplicable el art. 40 Ley
24240 a las relaciones derivadas de contratos conexos.
Tambin resultan aplicables en las relaciones frente a terceros no consumidores la responsabilidad por el hecho
de dependientes, a travs de una interpretacin laxa; la
responsabilidad por control sobre la prestacin, y la responsabilidad por la apariencia. En el mbito contractual
puede basarse en la existencia de un vnculo asociativo
entre las partes, en el contrato a favor de terceros, y en
la estructura del vnculo obligatorio. La conexidad relevante tiene por efecto que la ineficacia o vicisitudes padecidas por uno de los contratos, pueda propagarse a los
restantes contratos determinantes del negocio nico. La
conexidad relevante debe ser demostrada por quien la
alega. La conexidad dentro de un negocio nico constituye una excepcin al principio de los efectos relativos
del contrato y posibilita la oponibilidad a los terceros,
otorgando acciones directas, an en ausencia de previsin expresa. 3. Casos especiales 1. Shopping center:
Entre los integrantes de un shopping center existen relaciones contractuales conexas vinculadas por un elemento asociativo, que si bien no permite imputar a cada
una de las partes por los incumplimientos contractuales
de la otra, autoriza a aplicar el instituto de la frustracin
del fin en las relaciones internas. Frente a los terceros la
empresa organizadora puede ser imputada por la apariencia jurdica creada, por la publicidad inductiva o,
por el control determinante de las prestaciones que uno
de los integrantes debe a terceros. 2. Sistemas de tarjetas de crdito: La Ley 25065 es relevante para la temtica de los contratos conexos en cuanto en su art. 1 dispone que se entiende por sistema de tarjeta de crdito
al conjunto complejo y sistematizado de contratos individuales. Son reglas aplicables a los contratos conexos:
la nulidad de las clusulas abusivas que establezcan adhesiones tcitas a sistemas anexos al sistema de tarjeta
de crdito (art. 14 inc. j); la regulacin de los paquetes
de servicios financieros (art. 55), la responsabilidad del
emisor cuando promoviere productos o servicios ofreciendo una garanta al respecto (art. 43). 3. Transporte
multimodal: El transporte multimodal, regulado en la
Ley 24921, es un caso en el que resultan aplicable las reglas sobre conexidad contractual. 4. De lege ferenda. El
texto del art. 1030 del proyecto de reformas de 1998 es
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VII. Efectos
1. Sujetos vinculados. El artculo 1075 al abordar
el tema de los efectos de los contratos conexos, introduce una excepcin ms al principio de que los
contratos no producen efectos hacia terceros extraos. Claramente la regla general del efecto relativo de los contratos, plasmado en los cdigos
decimonnicos, tanto civil como comercial, que
atiende a los contratos en su individualidad,
propio de la poca en que fueron sancionados,
presenta aqu una solucin distinta al derecho
positivo en nuestro pas. Desde fines del siglo pasado y principios de ste, el observador puede
aprehender con facilidad las calidades de un mercado negocial inmerso en realidades socio econmicas diferentes que muestran cmo los particulares y aun los particulares con el mismo Estado,
despliegan conductas destinadas al logro de resultados econmicos que individualmente no podran alcanzar y que para ello es imprescindible
interactuar.
El artcu
lo bajo anlisis determina que probada la conexidad, esto es, en los casos en que la
conexidad reconoce fuente legal, convencional o
la misma es interpretada, las vicisitudes que padezca uno de los contratos puede extenderse a
los sujetos que integran el sistema. Entendemos
as que el efecto relativo de los contratos, del cual
surge que la eficacia contractual impacta en el patrimonio de los sujetos negociales y excepcionalmente en los terceros no contratantes (art. 1021
del C.C. y C.), en este caso puede expandirse a
todos los sujetos vinculados por el sistema, ms
all de que no sean parte contratante de alguno
de los dems contratos que integran la pluralidad
negocial necesaria para que este rgimen jurdico
sea de aplicacin.
Por tanto, considerando la conexidad contractual, podemos distinguir sujetos que no van a
estar ligados por el vnculo contractual individual,
pero que s van a estar ligados por el sistema o red
global, por cumplir algn rol subjetivo, cuya conducta se entrelaza con la de otros, en razn de una
finalidad econmica y el logro de un resultado tenido en mira al tiempo de contratar, no ya individualmente, sino en conjunto.
Son mltiples los ejemplos que podemos citar
ms all del cumplimiento normal del contrato,
para identificar los casos de ineficacia contractual.
Podemos atender a la nulidad o invalidez, a especies de ineficacia como la rescisin (art. 1076 y ss
del C.C. y C.), resolucin (arts. 1083 y ss y 1091, del
C.C. y C.), revocacin, frustracin del fin del con-
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La extincin, modificacin
y adecuacin de los contratos
POR Lidia M. R. Garrido Cordobera
SUMARIO: I. Consideraciones previas. II. Causales propias de extincin de los contratos.
III. La modificacin del contenido contractual y la adecuacin contractual.
I. Consideraciones previas
Celebrado el contrato, razonablemente es admisible entender que el mismo se extinguir por
el cumplimiento de las prestaciones convenidas
por las partes al momento de prestar el consentimiento. En una expresin grfica, el contrato deja
de existir por muerte natural, o por la realizacin
de las diferentes obligaciones asumidas por los
contratantes.
Si esto no puede ser concretado, la extincin del
contrato se produce por otras razones, esto es, por
acuerdo de las partes (mutuo distracto), por la facultad de una de ellas (revocacin causada o no) o
por el incumplimiento de una de ellas o un hecho
sobreviniente que afecta al contrato (resolucin).
En estos casos, si bien no hay imposibilidad de
cumplimiento, existen causas que impiden a las
partes poder dar estricto cumplimiento a lo oportunamente acordado.
Estamos frente a situaciones que ponen fin a
la vida del contrato cuando an no se han agotado las diferentes prestaciones convenidas al
momento de su celebracin. La denominacin
que hemos utilizado en algunos trabajos de vicisitudes contractuales recuerda a Lpez de Zavala
quien manifiesta que las razones por las cuales no
se producen, dejan de producirse, o se alteran los
efectos contractuales son variados.
Estudiaremos sucesivamente las disposiciones
legales contenidas en el Cdigo Civil Comercial,
reiteramos que cuando hablamos de extincin
de los contratos nos apartamos del supuesto del
cumplimiento de las prestaciones, porque en ese
214 |
ceptio parcial(2) dilatndose en las obligaciones reciprocas vlidamente el cumplimiento por parte
de la otra co-contratante pero sin afectarse el
vnculo contractual.
En consecuencia, si no existe imposibilidad fsica, caso fortuito o fuerza mayor (Art. 1730 y
conc.) las partes deben realizar las prestaciones
a que se han obligado, esto es, deben dar cumplimiento normal del contrato.
El cumplimiento del contrato que no es otra
cosa que la ejecucin de las diferentes prestaciones a las que las partes se han obligado, y conforme a la buena fe (Art. 9 y 961) concuerda con
el presupuesto que informa todo y es la simple
consecuencia de la validez del acuerdo a que se
ha llegado mediante el consentimiento prestado
sin ninguno de los vicios que pueden afectar a los
actos jurdicos, ni constituirlo en ineficaz (Arts.
382 y ss.).
I.2. Imposibilidad de cumplimiento
deriva de algo que no se relaciona con la prestacin por quien se oblig a ello. Es decir, luego de la
celebracin del contrato y pendiente an la prestacin convenida, se ha producido un hecho ajeno
a las partes que ha provocado que no se puedan
realizar las prestaciones an pendientes.
I.3. Ineficacia y nulidad
Coincidimos con Lorenzetti de que el termino
ineficacia es un concepto jurdico amplio y controvertido(3), que en la doctrina no encuentra una
terminologa nica(4) y creemos que por lo tanto
debe ser abordado especialmente en profundidad
en un trabajo separado, si podemos comenzar
diciendo que se contrapone con el de eficacia.
Cuando un contrato ser pues eficaz? En principio
cuando esta apto para cumplir con sus efectos
propios o sea el de crear obligaciones vlidas(5) que
puedan ser cumplidas aplicndosele lo dispuesto
en el del CCC. En el Art. 382 se alude a las categoras de nulidad y de inoponibilidad del acto frente
a terceros (Art. 396).
(6) Spota, Alberto G., Instituciones de Derecho Privado, Contratos vol. III, pg. 512, Ed. Depalma.
particular, por lo cual resulta inapropiado confundirlos en cuanto a sus efectos y condiciones.
Coincidimos con el resto de la doctrina en
afirmar que el mtodo elegido por Vlez Sarsfield
no ha sido bueno para el tratamiento de la extincin de los contratos antes de producido el cumplimiento, y que haba confusin terminolgica
que complica la interpretacin de los diferentes
artculos.
La Reforma del CCCN resulta ms apropiada estableciendo en el Cap. 13 todo lo atinente al tema
que trata en varios artculos desde el 1076 a 1091,
diferenciando en su contenido diferentes figuras
como la frustracin del fin, la imprevisin y el
pacto comisorio aunque no lo denomina de esta
manera sino resolucin por incumplimiento y
conteniendo normas particulares en los contratos
especficos.
II.2. Rescisin
Con lo dicho marcamos que la rescisin es una
manera de extinguir los efectos del contrato, deshaciendo un vnculo contractual que es existente,
vlido y exigible, y se produce por la decisin de
ambas partes, en cuyo supuesto se la denomina
mutuo disenso o distracto, o de una de ellas en los
casos en que la ley lo permite, en razn de una voluntad en tal sentido, nacida luego de la celebracin.
En nuestra posicin vemos que mientras que la
resolucin requiere siempre para su existencia un
acontecimiento posterior al contrato, y que ha podido ser previsto por las partes o por la ley, cmo
condicin para que puedan operarse sus efectos,
la rescisin no depende de un hecho posterior
sino del consenso de ambas partes o de una sola
de ellas cuando la ley as lo admite.
El verbo latn rescindere deriva de re y scindere,
que significa rasgar, por lo que, etimolgicamente,
rescindir significa deshacer un contrato como
consecuencia de la comn voluntad de las partes.
La situacin fctica a analizar es la que nace del
presupuesto de que es la voluntad vlida de las
partes la que dejar sin efecto lo acordado, por
mutuo consentimiento (rescisin), o bien ser la
voluntad unilateral de una de ellas cuando la ley
as lo faculta, pero siempre en el plano funcional y
no gentico del mismo, la que producir la extincin del contrato.
Aquellos que lo celebraron, conforme al presupuesto del Art. 957, estn perfectamente facul-
216 |
tados para establecer que su voluntad se ha modificado y que en consecuencia dejan sin efecto las
obligaciones an no cumplidas por ellas y que resultaban del contrato (plano funcional).
El CCCN en su Art. 1076 recepciona expresamente la re-escisin bilateral y fija sus efectos para
el futuro salvo pacto en contrario y con el lmite de
no poder afectar a terceros.
La voluntad deber cumplimentarse para la validez del distracto con la misma legitimidad que
era necesaria para la celebracin del acuerdo. Es
simplemente, una nueva voluntad de las partes,
que reuniendo todos los requisitos necesarios
para la celebracin de un contrato resuelven por
mutuo acuerdo extinguir las prestaciones an
pendientes.
Respecto del alcance de la rescisin, ya deca
Machado(7) que ella no tiene efecto respecto de
terceros que hayan adquirido derechos en virtud
de la existencia del contrato de que se trate, siendo
facultad de los acreedores oponerse al posible desistimiento de un contrato que su deudor tenga
con, un tercero.
En doctrina se admite la posibilidad de que este
distracto se realice en forma tcita. Farina da como
ejemplo de rescisin tcita el caso de que el comprador se niegue a recibir la mercadera que le ha
sido enviada por encontrarse en mal estado y el
vendedor proceda con posterioridad a retirarla,
este comportamiento de ambas partes permite
presuponer que ellas han consentido la rescisin
del contrato.
La carga de la prueba corresponde a quien alega
la existencia de una rescisin, cuando es demandado por el cumplimiento del contrato oportunamente celebrado. Deber probar o la existencia de
una rescisin convenida de mutuo acuerdo con la
otra parte o bien que ha cumplido con las obligaciones a su cargo.
II.2.1. El problema de la rescisin unilateral
Como hemos dicho, la rescisin es la consecuencia del acuerdo de las partes que han celebrado el contrato, y nicamente podernos hablar
de rescisin unilateral cuando la ley especficamente as lo ha establecido o por el contrato se ha
facultado en una clusula a tal fin.
Como casos de rescisin unilateral determinados por el legislador en el cdigo anterior se(7) Machado, Cdigo Civil argentino, t. III, pg. 531.
Habamos y defendido en los Congresos el supuesto especial en los contratos de larga duracin
de establecer una norma en la legislacin. Hoy observamos que el Art. 1011 in fine regula la vinculacin de este tema con la facultad de renegociacin y con el ejercicio de buena fe y sin incurrir en
abuso de derecho.
Encontramos supuestos previstos con la utilizacin de este trmino en los contratos de locucin
de cosas Art. 1203 (tenemos dudas que este caso
sea verdaderamente una rescisin), Art. 1383 contratos bancarios, Art. 1432 inc. b y Art. 1441 inc. b
contrato de cuenta corriente, Art. 1508 concesin.
Creemos que es rescisin, sin mencionarlo los
casos del Art. 1218 locacin de cosas, Art. 1261 locacin de obra, Art. 1279 locacin de servicio por
tiempo indeterminado, Art. 1541 inc. b Comodato,
Art. 1522 franquicia.
II.2.2 Efectos de la rescisin
La rescisin produce efectos ex nunc, es decir,
desde el momento que ella es acordada por los
contratantes y, como se rige por los principios
generales que informa la autonoma, las partes
pueden establecer las consecuencias que la rescisin tendr entre ellos, aunque deber respetar
los derechos que en el nterin pudieran haber obtenido terceros (Art. 1076).
Los efectos del distracto por mutuo consentimiento estriban en la extincin de las obligaciones
y de los derechos reales que nacieron del contrato
respetando los posibles derechos adquiridos por
terceros de buena fe.
Cuando estamos frente a un contrato de ejecucin diferida o continuada, la rescisin no modifica lo que ya ha sido ejecutado por las partes.
218 |
(8) Garrido, Roque F. - Zago, Jorge A., Contratos Civiles y comerciales T. 1, Ed. Universidad.
(9) Garrido Cordobera, Lidia M. Rosa, Las causales de
extincin de los contratos, la modificacin y adecuacin,
Homenaje a Roberto Lpez Cabana, Ed. Abeledo Perrot.
220 |
sin efecto el contrato por haberse afectado la denominada base del negocio o sinalagma.
Aun en el supuesto de la lesin, la norma permite la supervivencia del vncu
lo contractual
si aquel que, aprovechando la ligereza, inexperiencia o necesidad de la contraria hubiera obtenido una ventaja patrimonial desproporcionada y
sin justificacin, admite que se equilibren las prestaciones en forma proporcionada y equitativa. Es
decir, en todos los supuestos en que se ha producido una situacin anormal, que no pudo ser prevista en el momento de la celebracin del contrato, o que, como en el supuesto de la lesin, haya
generado un desequilibrio potencial en el plano
funcional del acuerdo, la ley admite la posibilidad
del reacomodamiento que permite la subsistencia
del vnculo generado con el consentimiento.
Decamos respecto a la excesiva onerosidad que
la problemtica no obedece a la actuacin de las
partes, sino que, por lo contrario, deriva de situaciones ajenas a las mismas; las diferentes teoras,
pues, admiten la posibilidad de que si las partes
llegan a un nuevo acuerdo reacomodando las respectivas prestaciones, el contrato sigue teniendo
plena vigencia.
Sera el juez, en definitiva, quien, para el supuesto de que las partes no logren ponerse de
acuerdo respecto de las nuevas prestaciones, establecer, mediante una sentencia, cules sern
las nuevas obligaciones que deben incorporarse al
contrato originario.
En consecuencia, las partes podran acudir a
la justicia para requerir la correspondiente resolucin judicial que fije las prestaciones para que
subsista el vnculo contractual. Sea que lo solicite
el actor y se avenga la parte demandada, sea que la
parte perjudicada solicite la resolucin en funcin
del y la otra pida que el juez fije las prestaciones
allanndose a la demanda en cuanto a la viabilidad del reajuste, en ambos casos el contrato seguir vigente con la lgica modificacin en cuanto
a las prestaciones.
Es decir que resultaba viable la oferta de modificacin del contenido contractual dirigida por
una de las partes para que, establecindose nue-
vamente el equilibrio en las prestaciones, siga vigente el acuerdo originario modificando slo el alcance de las obligaciones contradas.
Veamos que se ha dispuesto en el CCC en esta
materia en la cual cabe distinguir que el Art. 332
referido a la Lesin establece su aplicacin como
accin, mientas que el Art. 1091 se habla de la posibilidad de plantear extra o judicialmente, como
accin o excepcin la resolucin total o parcial o
su adecuacin, guardando silencio sobre la necesidad de allanarse a la pretensin u ofrecer el
ajuste equitativo, lo que habilitara a que el Juez
decida. En el Art. 322 se prev con la transformacin de la demanda de nulidad por la de reajuste si
el demandado lo ofrece.
IV. La razn de ser de la reforma
Creemos que el contrato est hecho por y para
los hombres, debe ser un hbil instrumento en
sus manos, pudiendo modificarse sin perder su
esencia, porque el hombre y la sociedad cambian,
pero debe siempre poder responder a su razn de
ser de trascendencia, de ir ms all del mero materialismo, de adecuarse, de renegociarse pero conforme a la tica y al principio de buena fe y aun en
el momento de su extincin o sobre todo all esto
no se debe perder de vista(14).
La reforma producida en la Legislacin creemos
y aspiramos nos brinda luz en ese camino a fin de
lograr seguridad jurdica pero sin sacrificar la justicia contractual, incorporando institutos y reglas
para la extincin que era uno de los temas ms oscuros y conflictivos del Cdigo de Vlez.
Hemos intentado en este aporte brindar conceptos que creemos necesarios ms que simplemente glosar los institutos que sern tratados en
profundidad en otros trabajos.u
El contrato de consumo
en el Cdigo Civil y Comercial
de la Nacin
POR Fulvio G. Santarelli
Sumario: I. Antecedentes. II. El tratamiento de la estandarizacin en la Argentina, desde el Cdigo
de Vlez hasta el dictado de la ley 24.240. III. La impronta de la ley 24.240: el concepto de clusula abusiva. IV. Los contratos celebrados por adhesin a clusulas generales predispuestas en el nuevo Cdigo
Civil y Comercial. V. El contrato de consumo.
I. Antecedentes
I.a. Del contrato negociado al adhesivo
El recurso a matrices contractuales preconcebidas reconoce como fundamento una multiplicidad de razones, algunas, provenientes de la
masificacin de la demanda y la consecuente uniformidad de la oferta; la creciente internacionalizacin de las compaas elaboradoras de productos de consumo masivo, y su bsqueda por
asegurar similares condiciones ms all de las
fronteras; otras, originadas por la produccin, y su
marcada evolucin, en cantidad y en calidad, que
obligan a poner foco en contratos como el de suministros, o la amplia gama de subcontrataciones,
o aquellos de locacin de servicios que ciertas industrias necesitan, suelen celebrarse mediante
contratos pre redactados por aquel que define su
necesidad o prestacin de determinada manera;
por su parte, la complejidad de avanzar sobre
todas las geografas y segmentos posibles, ha
desarrollado contratos que organizan canales de
comercializacin, adecuados a una estrategia de
penetracin del predisponente; etc. Es que el contrato se ha constituido en vital elemento de gestin
del riesgo de la empresa, ya que contribuye a organizar nada menos que la produccin y su llegada
al mercado.
La especializacin y ejercicio habitual de cierta
actividad industrial o comercial, van evolucionando de modo tal que el ordenamiento legal no
puede seguir su ritmo; por lo cual, la prctica profesional, corporativa ha sustituido al legislador(1)
en la regulacin de su particular necesidad, de tal
modo el plexo contractual adquiere una impronta
reglamentaria, dado su carcter general y permanente(2).
En estos supuestos la etapa de formacin del
consentimiento contractual aparece monopolizada por la accin de una de las partes la cual propone el reglamento contractual para la aceptacin
o no del otro contratante, en cuyo caso, solo le
cabe adherir, ya que no le es dado modificar, sino
en opciones ya conferidas por el predisponente, o
en cuestiones no sustanciales(3).
Por comprensible que sea este proceso, no
puede dejar de apreciarse una tendencia autista
en el manejo del aludido riesgo que se termina por
despreciar al propio sinalagma; la obligatoriedad
del contrato conjugada con esta modalidad da un
precipitado de contrato injusto que ha suscitado
soluciones en salvaguarda de un reparto equi(1) GHESTIN, Jaques La formation du contrat, nro,
93, pg. 74. 3 ed.
(2)FLOUR - AUBERT - SAVAUX, Les obligations.
lacte juridique, n 179, p. 139. 13 ed.
(3)El art. 28 del proyecto Scrivener el antecedente francs de la regulacin de la contratacin predispuesta refiere a un contrato modelo y a la carencia
del consumidor de posibilidades de modificacin de la
propuesta.
224 |
226 |
No sera completo este panorama de la legislacin nacional, sino se resean dos antecedentes,
que relacionados con la problemtica del acceso a
la vivienda y crdito; mbito en donde los boletos
de compra y venta inmobiliaria a plazo constituan una de las manifestaciones ms usuales de
la estandarizacin contractual(24). Uno de ellos (la
ley 14.005), alcanz un grado relevante de aplicacin prctica, y consecuente trascendencia social, el otro, tal vez con mayor virtuosismo jurdico, no alcanz los fines propuestos (la referencia
es a la ley 19.724). La primera de ellas estableci
pautas para el ejercicio de la resolucin del contrato de compra venta inmobiliaria por parte del
vendedor, de modo tal que esta no resultara abusiva, ya que la modalidad habitual ante el incumplimiento del comprador, era que el vendedor recuperaba la posesin del lote si es que la haba
conferido, adems de apropiarse de los pagado,
en concepto de clusula penal, estableciendo, la
ley que luego de abonado ms del 25% del precio,
o bien si el comprador haba realizado mejoras por
ms del 50% del valor del lote se cercenaba aquella
facultad del vendedor. Por su parte la precitada
ley de prehorizontalidad fue la expresin de
la influencia directa del Cdigo italiano de 1942,
en donde revisti de formalidades al documento
de adquisicin de una unidad funcional en el rgimen de propiedad horizontal, de modo de cumplir con la exigencia de cognoscibilidad antes expuesta, pero no resolvi la cuestin(25).
III. La impronta de la ley 24.240: el concepto
de clusula abusiva
No es el caso de explayarse acerca de la trascendencia de esta ley que inaugur un captulo
preponderante en lo concerniente a recrear mecanismos para la salvaguarda de la justicia o equilibrio contractual, sino de centrarse en su nota
(24) Vale subrayar que gran parte del desarrollo suburbano fue mediante el loteo, es decir, el fraccionamiento de extensiones de tierra en unidades de terreno
para la vivienda familiar. La oferta y venta de tales unidades, en cmodas cuotas, se realizaban habitualmente en carpas en el lugar, y all, en oferta que consista en largos planes de cuotas, se acceda a la vivienda.
En cambio, la realidad urbana y la proliferacin de la edificacin en altura, propici la venta de unidades funcionales desde que el constructor empezaba la obra (en la
actualidad referiramos al desarrollador), permitindole, a la vez que financiarse, al comprador permitirle
facilidades crediticias para el acceso a la vivienda.
(25) HERNNDEZ, Carlos A. El desequilibrio en los
contratos paritarios, predispuestos y de consumo, en
RDPyC 2007-I, p. 253.
228 |
tual, en cual la exposicin de las reglas contractuales pueda ser presentada y explicada; lo cual no
es menor, existen complejos reglamentos contractuales, de contratos sumamente usuales como
la telefona mvil que no es que sean incomprensibles, sino imposibles de ser explicados, es
decir, el propio reglamento contractual impide el
ejercicio del derecho de informacin por parte del
proveedor.
Los atributos de la comprensibilidad, no son,
sino, manifestaciones del mandato comportamiento leal, integrante de la directiva de la buena
fe de los arts. 9 y 961 CCyC. La redaccin en lenguaje accesible, con construcciones gramaticales
amigables, autosuficiente, que remite a un imperativo lgico de antecedente consecuente; de
descripcin de hiptesis y solucin aplicable, est
asociada a lo esencial del contrato, que, naturalmente, constituye un programa prestacional; lo
que no es ms que un programa de conductas mutuas y su eventual consecuente.
IV.c. Remisiones perjudiciales incompletas
El segundo prrafo de la norma en comentario
fulmina con la ineficacia a aquellas normas que
remitan o reenven a textos o documentos anexos
al contrato que no fueron suministrados al adherente en forma previa o simultneamente a la conclusin del contrato. Esta sancin, se suma a lo
que pueda merecer el contrato predispuesto por
otros defectos u omisiones.
IV.d. Los soportes de la contratacin
predispuesta
La expresin final del art. 985 la presente disposicin es aplicable a la contratacin telefnica,
electrnica o similares admite ser interpretada en
el sentido de la variedad de soportes en los cuales
el contrato sea propuesto; de modo tal que el mbito de aplicacin est fijado por la modalidad:
siempre que medie una propuesta contractual
conformada por la predisposicin unilateral, los
que requiera slo una respuesta de ndole adhesiva, con opciones, en todo caso, preordenadas, se
estar bajo las normas en comentario.
IV.e. Reglas de interpretacin
Los arts. 986 y 987, suministran dos pautas de
interpretacin; para lo cual, el primero de ellos
define a las clusulas particulares, como aquellas que negociadas individualmente, amplan,
limitan, suprimen o interpretan una clusula general; otorgando primaca al sentido de estas dis-
posiciones por sobre las preredactadas que informan el reglamento general. El segundo de los
artculos mencionados aporta la ya clsica regla de
interpretacin en contra del predisponente para el
supuesto de clusulas ambiguas.
IV.f. Las clusulas abusivas en los contratos
predispuestos: concepto y mbito de aplicacin
El art. 988 CCyC., describe a las clusulas abusivas en estos trminos:
En los contratos previstos en esta seccin, se
deben tener por no escritas: a) las clusulas que
desnaturalicen las obligaciones del predisponente;
b.) las que importen renuncia o restriccin a los derechos del adherente, o amplen derechos del predisponente que resulten de normas supletorias; c.)
las que por su contenido, redaccin o presentacin,
no son razonablemente previsibles.
Como se aprecia de su sola lectura, la lnea conceptual es consecuente con la expuesta supra en el
sentido que el concepto rector finca en la ruptura
de la lgica contraprestacional del contrato. Y a su
turno, cuando el Cdigo, en el cap. 4, de la seccin
XX, vuelve sobre la clusulas abusivas, pero ya en
el contexto especfico de la relacin de consumo,
remite no slo a las leyes especiales (tal como la
ley 24.240), sino expresamente evoca al art. 988; es
decir que existe una total coherencia en la reglamentacin que sin superponerse, se va enriqueciendo con disposiciones especficas, tales como:
el control de incorporacin del art. 1.118, o la definicin de situacin jurdica abusiva del arts. 1.120
del CCyC.
Lo expuesto adquiere plena justificacin si se
repara en el mbito de aplicacin; en efecto la reglamentacin del contrato predispuesto y la de la
contratacin de consumo, no se superponen; no
todo contrato de consumo es adhesivo; y no todo
contrato de adhesin es de consumo. En efecto, el
propio art. 1.119 del CCyC en referencia a la clusula abusiva en el contrato de consumo dice: ...es
abusiva la clusula que habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por efecto
provocar un equilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones de las partes, en perjuicio
del consumidor. Es decir, hay contrato de consumo sin preredaccin. Y en el elenco de contratos
entre profesionales, hay contratos predispuestos y
lgica adhesiva; especialmente aunque no nicamente, ya que los ejemplos son inacabables
en aquellos que organizan canales de comercializacin (franquicia, distribucin, concesin,
etctera).
230 |
(28) Esta funcin del tipo contractual, ya la haba advertido DE NOVA, GIORGIO; en Il tipo contrattuale, ver
pgs. 24 y sgtes. y en particular los ejemplos de pgs. 30 y
sgtes. Padova 1974.
(29) NORDMANN, Philippe, Le contrat d adhesion.
Abus et remedes n 77, p. 111. Fribourg, 1974.
Entendida la especie, puede irse hacia el gnero: la relacin de consumo, que incluye al contrato, naturalmente, empero que no se agota en
l: queda equiparado al consumidor quien, sin
ser parte de una relacin de consumo como consecuencia o en ocasin de ella, adquiere o utiliza
bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa,
como destinatario final, en beneficio propio o de su
grupo familiar o social (art. 1092, 2 prrafo)(33). Y
un ejemplo se encuentra en el art. 1097 cuando refiere al principio de trato digno: no se le debe slo
al contratante, sino a todo potencial consumidor;
entablndose a partir de la mera oferta y direccionamiento hacia el potencial consumidor deberes
de conducta por los proveedores bajo el amparo
del concepto de relacin de consumo.
Estos conceptos ya presentes en el texto constitucional en su art. 42: Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relacin de consumo, a la proteccin de su salud,
seguridad e intereses econmicos; a una informacin adecuada y veraz; a la libertad de eleccin y
a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveern a la proteccin de esos derechos, a la educacin para el consumo, a la defensa
de la competencia contra toda forma de distorsin
de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los
servicios pblicos, y a la constitucin de asociaciones de consumidores y de usuarios... fueron
tambin incorporados por la ley 26.361 al rgimen
de la ley 24.240(38) encontrando ahora mejor exposicin y sistematizacin, ingresando al cuadro
construido a partir de los antecedentes de derecho
232 |
comparado(39) y la doctrina(40): 1.) Derechos Primarios fundamentales: a) Derecho de acceso al consumo (que involucra a la libertad de eleccin y la
no discriminacin ni arbitrariedad, trato equitativo y digno en el acceso al consumo); b) Derecho
a la educacin al consumo. 2.) Derechos sustanciales: a) derecho a la seguridad (derecho a la vida,
salud, integridad, proteccin del medio ambiente
y prevencin de daos); b) Derecho a la informacin; c) Derecho a la proteccin de los intereses
econmicos (calidad de productos y servicios, justicia contractual y reparacin de daos). 3.) Derechos instrumentales: a) Derecho a la organizacin;
b) Derecho de participacin (representacin, consulta y expresin (ser odo); c) Derecho de acceso
a la solucin de conflictos (asesoramiento y asistencia; acceso a la justicia).
El fin prctico de esta seccin es que confirma
la potencialidad de la figura del expuesto a una
relacin de consumo, quien cuenta con una accin para el cese de las conductas que configuran
una violacin a estos principios, si bien ella carece
de una norma expresa, como lo tiene la seccin siguiente en el texto del art. 1102, ello no es bice
para aplicarlo anlogamente, mxime que la ley
24.240 mantiene toda su virtualidad y ya contena
este efecto(41).
V.c.2. Informacin y publicidad: el remedio
contra la publicidad engaosa
La obligacin de informar es menester entenderla dentro del principio de la transparencia que
debe regir en las relaciones patrimoniales intersubjetivas(42); ello lleva a admitir que esta obligacin no es territorio nico del derecho de consumo, sino que pertenece a un contexto ms
indicaciones falsas o de tal naturaleza que induzcan o puedan inducir a error al consumidor,
cuando recaigan sobre elementos esenciales del
producto o servicio(49).
Ahora bien, es lcito que la publicidad se desinterese por informar y se remita a otro tipo de
mensaje; en tanto persiga atraer, sugerir, motivar,
el consumo de un objeto, de una marca, etc.(48).
Aun en estos casos, la publicidad no puede atentar
contra el principio de transparencia, es decir inducir a confusin o a error respecto de los elementos esenciales del producto o sus formas de
comercializacin; en este sentido, el inc. a.) del
art. 1101 prohbe toda publicidad que contenga
(46) SOZZO, Gonzalo Antes del contrato pg. 424.
Buenos Aires 2005.
(47) La distincin fue objeto de crticas, por su dificultad, atento que la distincin entre la etapa contractual
y precontractual no aparece siempre ntida, ver: TERRE SIMLER - LEQUETTE Droit civil. Les obligations; n 250;
6 ed. Paris 1996, asimismo, PIEDELIEVRE, Stphane, n
53; pg. 38. Paris, 2008.
(48) LPEZ CABANA, Roberto M. La informacin al
consumidor, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N 7, pg. 253.
234 |
(57)ALONSO, Fernando M., Publicidad comparativa (anlisis de un reciente fallo), en LA LEY 1991C, 526.
5. Cuando hay mala fe la publicidad comparativa no es legtima, pero para mostrar la mala fe
debe mostrarse alguna falsedad en esa publicidad.
6. Deben confrontarse productos y caractersticas homogneas.
7. La confrontacin debe ser leal y veraz, en condiciones de equivalencia para todos los objetos
comparados.
8. Debe comparar de modo objetivo una o ms
caractersticas esenciales, pertinentes, verificables
y representativas de esos bienes y servicios; no
debe dar lugar a confusin en el mercado entre un
anunciante y un competidor, o entre las marcas,
los nombres comerciales, otros signos distintivos
o los bienes o servicios del anunciante y los de
algn competidor. Adems los productos deben
pertenecer a una misma categora o satisfacer una
misma necesidad.
Sobre este panorama el art. 1101 del CCyC prohbe toda publicidad que efecte comparaciones
de bienes o servicios cuando sean de naturaleza tal
que conduzcan a error al consumidor; la expresin en tono de prohibicin es observable, antes
que nada por redundante, resulta reiterativo exponer que la publicidad engaosa (que conduce
a error) est prohibida. Luego, podra haberse
condicionado ms detalladamente la comparacin publicitaria permitida, en tanto constituye un
instrumento que incrementa el nivel de informacin general del mercado, en tanto y en cuanto se
tengan presentes las reglas de admisin antes reseadas. En efecto, la comparacin objetiva y verificable coopera en la seleccin eficiente por parte
del consumidor, a la vez que propone un lmite
al elemento persuasivo de todo mensaje publicitario, que pueda distorsionar el dato caracterstico
que rescata la comparacin.u
238 |
Se vinculan a cuestiones muy diversas: la informacin y publicidad (6), las marcas, el overbooking
o sobreventa, el acoso a clientes potenciales(7), etc.
En el comercio informtico aparecen, entre otras,
el spamming (envo de mails no solicitados), el cybersquatting (asociacin de pginas), etc.(8). Algunas de estas prcticas son posibles porque se
realizan a travs de grandes grupos econmicos(9);
otras son tan sutiles que en algunos pases se discrepa si son o no conductas ilcitas (por ej., enviar
tarjetas de crditos a los clientes de un banco sin
su solicitud expresa(10)), etc.
RREYRA, Roberto, Reforma a la ley de defensa del consumidor, Bs. As. ed. La Ley, 2008, pg. 59.
(6)Diversas leyes sobre publicidad, en el derecho
comparado (Brasil, Mxico, etc.) declaran abusiva toda
publicidad discriminatoria (Ver SOZZO, Gonzalo, Derecho a la dignidad en las relaciones de consumo, en
Rev. de Derecho privado y comunitario, 2009-1-578). En
la Argentina, se ha calificado como abusiva la conducta
del banco que no informa el cambio de modalidad para
el uso de los cajeros automticos en el extranjero (Cm.
Nac. Fed. Contenciosoadministrativo, sala II, 4/11/2010,
Cita on line AR/JUR/74435/2010 y en Rev. Responsabilidad civil y seguros, ao XIII, n 4, Abril 2011, pg. 140).
Como es sabido, la lnea divisoria entre informacin y
publicidad no siempre est marcada con claridad. Con
toda razonabilidad se ha decidido que las estimaciones
e ndices que elaboran las consultoras econmicas no
trasuntan una relacin de consumo y que los bienes jurdicos protegidos por la ley 22.802 son la buena fe en el
comercio, la lealtad de las prcticas de esa actividad y
la tutela de los consumidores de modo que puedan acceder a una informacin adecuada y veraz (Cm. Nac.
Fed. Contenciosoadministrativo sala II, 30/4/2013, cita
on line AR/JUR/12228/2013, y LL 2013-C-302, con nota
de STIGLITZ, Gabriel, Las estimaciones inflacionarias
privadas no constituyen publicidad comercial).
(7) El tema del acoso de los turistas en el tiempo compartido preocup a la Comisin Europea desde los inicios de esta forma de comercializacin. Ver respuesta de
la Sra. Scrivener, en nombre de la comisin, 30/6/1993,
en Anuario de Derecho civil, Madrid, t. XLVII, EneroMarzo 1994, pg. 249.
(8) LORENZETTI, Ricardo, Consumidores, 2 ed., Bs.
As., ed. Rubinzal, 2009, pg. 174/178.
(9) La cuestin fue tratada, antes de la reforma de la
ley de proteccin de los consumidores, en diversos encuentros. Ver WEINGARTEN, Celia, Las prcticas empresariales abusivas en las II Jornadas Rosarinas de derecho
civil, JA 2001-I-1237; de la misma autora, La confianza en
el sistema jurdico, Mendoza, ed. jurdicas Cuyo, 2002,
pg. 112.
(10) El tema lleg al Superior Tribunal de Brasil que,
por mayora, con la disidencia del Dr. Villas Boas Cuevas,
declar que se trataba de una prctica contraria a las reglas del cdigo de defensa del consumidor (STBrasil,
2. Razones de su regulacin.
Los Fundamentos que acompaaron
al anteproyecto
Se lee en los fundamentos que acompaaron al
Anteproyecto:
Se propone la regulacin de las prcticas abusivas. Conforme con lo dicho en relacin al mtodo, debe comenzarse con la Constitucin Nacional que establece el trato digno, de manera que
el Cdigo es una implementacin de esa norma,
efectuada con conceptos jurdicos indeterminados y dejando lugar a la ley especial para que
desarrolle reglas precisas y adaptables a un sector
muy cambiante. En este aspecto se incorpora la
equiparacin de consumidores a personas expuestas y se establecen normas generales.
La ley actual contiene la siguiente norma:
Trato digno. Prcticas abusivas. Los proveedores debern garantizar condiciones de atencin y trato digno y equitativo a los consumidores
y usuarios. Debern abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias. No podrn ejercer sobre los consumidores
extranjeros diferenciacin alguna sobre precios,
calidades tcnicas o comerciales o cualquier otro
aspecto relevante sobre los bienes y servicios que
comercialice.
Cualquier excepcin a lo sealado deber ser
autorizada por la autoridad de aplicacin en razones de inters general debidamente fundadas.
En los reclamos extrajudiciales de deudas, debern abstenerse de utilizar cualquier medio que
le otorgue la apariencia de reclamo judicial. Tales
conductas, adems de las sanciones previstas en
la presente ley, podrn ser pasibles de la multa
civil establecida en el artculo 52 bis de la presente
norma, sin perjuicio de otros resarcimientos que
correspondieren al consumidor, siendo ambas penalidades extensivas solidariamente a quien actuare en nombre del proveedor (artculo 8 bis incorporado por artculo 6 de la ley 26.361).
Sin derogarla, aunque ajustando su redaccin
para adecuarla a la regulacin contenida en el Anteproyecto, se la ampla con base en principios
claros: trato digno, trato equitativo, no discriminatorio, proteccin de la dignidad de la persona, tutela de la libertad de contratar, con lo cual se alcanza un espectro de situaciones amplio que la
jurisprudencia, la doctrina o la legislacin especial pueden desarrollar.
240 |
(a) Los proveedores deben garantizar condiciones de atencin y trato digno a los consumidores y usuarios.
(b) La dignidad de la persona debe ser respetada conforme a los criterios generales que surgen
de los tratados de derechos humanos.
(c) Los proveedores deben abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias o intimidatorias.
Explico este artculo en los prrafos siguientes:
7.1. La dignidad
La dignidad humana est presente en el pensamiento filosfico, tico, socio-poltico y jurdico de
nuestros das. De ella se habla en la calle, se escribe en la prensa y en los libros, se debate en los
parlamentos, se juzga en los tribunales(24); alimenta el discurso de los periodistas, de los polticos, de los asalariados, de las mujeres, de los
excluidos sociales(25); es una de las nociones
ms invocadas; sus excelencias son cantadas con
acentos graves; defenderla constituye el gran reto
y la exigencia inaplazable de los sistemas polticos;
vulnerarla supone la expresin del mal radical(26);
es moneda corriente presuponerla pero no se
sabe por qu: ms an, hay tendencia a usarla
para cualquier propsito banalizndola(27). Tambin se afirma que la dignidad de la persona humana es el fin superior al que debe aspirar toda
legislacin(28).
(24) MARTNEZ MORN, Narciso, Persona, dignidad
humana e investigaciones mdicas, en Martnez Morn
(coord.), Biotecnologa, derecho y dignidad humana,
Granada, Comares, 2003, pg. 20.
(25) PAVIA, M. L. et REVET, P. La dignit de la personne humaine, Paris, ed. Econmica, 1999, Avant
Propos.
(26) DEL BARCO, Jos Luis, Biotica y dignidad humana, en Lw, Reinhard y otros, Biotica, consideraciones filosfico-teolgicas sobre un tema actual, Madrid, ed. Rialp SA, 1992, pg. 11.
(27)PANEA, Jos Manuel, La imprescindible dignidad, en Ruiz de la Cuesta (coord.), Biotica y derechos humanos. Implicaciones sociales y jurdicas, Sevilla, ed. Universidad de Sevilla, 2005, pg. 17. El autor
afirma que es necesario saber por qu hablamos de ese
modo, aun inconscientemente. Las preguntas son: Por
qu hablamos de dignidad? Podemos prescindir de la
dignidad?
(28) TINTI, Guillermo P. y CALDERN, Maximiliano,
Derecho del consumidor, 3 ed., Crdoba, ed. Alveroni,
2011, pg. 63.
242 |
244 |
La jurisprudencia ha tenido ocasin de condenar al abogado apoderado de una entidad financiera que envi a la deudora, a su domicilio,
una nota de carcter intimidatorio y amenazante,
y al colegio en el que trabajaba, un pedido de informes y otras advertencias, todo con apariencia
de cdula judicial, logrando que en el mbito docente en el que se desempeaba se divulgara la
situacin de morosa que se le atribua. Bien dice
quien comenta la sentencia que una cosa es interpelar (conducta conforme a derecho) y otra intimidar (acto contrario a derecho)(43).
(43) Cm. Nac. Com. sala E, 10/2/2006, JA 2006-III39, con nota aprobatoria de VZQUEZ FERREYRA, Roberto, Responsabilidad civil por el envo de una carta
documento. Interpelacin o intimidacin. Se conden
al abogado, pero no al banco, estimando que son daos
que no pueden ser atribuidos a la entidad bancaria, que
no haba dado instrucciones para actuar de este modo.
El autor rosarino considera que pudo condenarse al
banco por aplicacin del art. 1113 del CC. Para la responsabilidad del abogado y las prcticas abusivas, ver FRUSTAGLI, Sandra y FRENEDA SAIEG, Mnica, Las prcticas
abusivas en la ley de defensa de consumidor. Implicancias en orden a la responsabilidad profesional del abogado, en Rev. Responsabilidad civil y seguros, ao XI, Setiembre de 2009, pg. 16.
(44)FARINA, Juan, Defensa del consumidor y del
usuario, 4 ed., Bs. As., ed. Astrea, 2008, pg. 229.
En su versin original, la ley 24.240 tambin estableci expresamente el derecho al trato igualitario en el art. 26, aunque limitado al mbito de los
prestadores de servicios pblicos domiciliarios(46).
8.2. La dificultad en la determinacin de la
conducta discriminatoria
Determinar si una prctica comercial es discriminatoria no siempre es fcil. Criterios excesivos
y absurdos podran llevar a eliminar prcticas comunes, como son las liquidaciones. As, por ej., se
ha resuelto razonablemente que el hecho de que
el proveedor de un servicio realice promociones
que importen que los nuevos clientes abonen
una suma menor que los contratantes anteriores,
no importa un trato discriminatorio respecto de
stos, ni les genera el derecho a obtener el reintegro de la parte pertinente del precio, pues tales
promociones no se encuentran vedadas por la
ley, sino que constituyen prcticas habituales del
comercio(47).
De cualquier modo, los daos por violacin al
principio de no discriminacin han merecido la
atencin de numerosa doctrina, que ayuda en esa
tarea descriptiva(48).
8.3. Pautas discriminatorias
El art. 1098 prohbe a los proveedores establecer
diferencias basadas en pautas contrarias a la garanta constitucional de igualdad, en especial, la de
la nacionalidad de los consumidores.
El argumento, precisamente, debi inducir a aliviar la carga probatoria de los actores y no la inversa. Por lo dems, no necesitaba razonar en
torno a este problema, desde que la prueba sobre
(49) KIPER, Claudio, Comentario al art. 8 bis, en PICASSO - VZQUEZ FERREYRA (directores) Ley de defensa del consumidor comentada y anotada, Bs. As., ed.
FEDYE, 2009, t. I pg. 121.
(50) 11/10/2006, Doc. Judicial 2006-3-693, con nota
de DOMNGUEZ, Osmar y FERNNDEZ, Marcos, La
discriminacin. Un dao que debe repararse pecuniariamente, y en LL 2006-F-379, con nota de GIL DOMNGUEZ Andrs, Derecho a la no discriminacin negativa
y alquileres: la fuerza normativa de la Constitucin en
las relaciones horizontales, y en ED 220-266 con nota de
WETZLER MALBRN, Ricardo y Cecilia, La responsabilidad por discriminar y la libertad de eleccin en un interesante fallo.
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de asegurar los intereses econmicos del consumidor a travs de una informacin adecuada y
veraz, proveyndose la entidad, al mismo tiempo,
de una prueba del cumplimiento de esa obligacin. La persona con discapacidad, deca que no
haba recibido trato equitativo porque se le exiga
un recaudo (presencia de dos testigos de su confianza) que no se impone a las personas que no
tienen discapacidad.
El tribunal coincidi con la demandada. Fund
su decisin, entre otros, en los siguientes argumentos:
El art. 4 de la Convencin sobre los derechos
de personas con discapacidad, aprobada por ley
26.378 dispone que no se consideran discriminatorias las medidas especficas que sean necesarias para acelerar o lograr la igualdad de hecho de
las personas con discapacidad.
Los testigos requeridos, de confianza del
cliente, coadyuvan a alcanzar la igualdad pues
aseguran al consumidor con discapacidad que el
documento que firma respeta su voluntad.
La exigencia coincide con las prcticas notariales.
Como dije, la solucin, en principio correcta,
deja algunos interrogantes.
Cmo hubiese resuelto el tribunal si el consumidor hubiese invocado que su consentimiento
estaba suficientemente informado con la presencia del amigo que lo acompaaba? Hubiese
considerado razonable la exigencia reglamentaria
de dos testigos? A quin beneficia, entonces el requisito? Al consumidor, al banco, a ambos?
b) El 28/8/2001, la Sala Constitucional de la
Corte Suprema de Costa Rica decidi correctamente que La negativa del conductor del taxi a
prestar el servicio de transporte por estar acompaado de un perro gua constituye una evidente violacin de sus derechos fundamentales, por cuanto
fue discriminado por razn de su discapacidad. El
perro con el cual l se hace acompaar no es una
simple mascota sino un animal destinado a cumplir la funcin de los ojos en las personas que no
ven y cuya ayuda resulta invaluable(54).
Se trata de un tpico caso de falta de aplicacin
del art. 4 de la Convencin, antes citado, pues si
bien el taxista, como regla, tiene derecho a re(54) Reseado en Rev. Investigaciones 2002 n 2/3,
pg. 429.
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b) En el mismo sentido, un superior tribunal estadual de Canad(62) confirm una sentencia que
hizo responsable a un mdico que practica tcnicas de reproduccin humana asistida y se neg
a atender a una pareja de mujeres lesbianas. Consider insuficiente las dos razones dadas por el
mdico: i) el Cdigo de tica autoriza al mdico a
rechazar a un paciente si el caso no presenta urgencia; ii) l no quera quedar involucrado en un
litigio si finalmente las mujeres se separaban.
8.9. La nacionalidad (a veces, disfrazada de
domicilio)
(a) Comparacin de textos
El art. 1098 menciona esta pauta expresamente:
No pueden establecer diferencias basadas en
pautas contrarias a la garanta constitucional de
igualdad, en especial, la de la nacionalidad de los
consumidores.
Su fuente, el art. 8 bis de la ley 26.361, dice: No
podrn ejercer sobre los consumidores extranjeros
diferenciacin alguna sobre precios, calidades tcnicas o comerciales o cualquier otro aspecto relevante sobre los bienes y servicios que comercialice. Cualquier excepcin a lo sealado deber ser
autorizada por la autoridad de aplicacin en razones de inters general debidamente fundadas.
La comparacin de ambos textos muestra dos
diferencias: i) la ley especial enumera que la diferencia no puede alcanzar el precio, las calidades
tcnicas, o cualquier otro aspecto relevante; ii)
permite excepcionar a la regla a travs de una autorizacin fundada en razones de inters general.
La primera no es significativa, pues se trata de
una simple ejemplificacin, no taxativa.
La segunda, en el CCyC es ms protectora de los
derechos del consumidor, pues no permite que, a
travs de una decisin administrativa, se distinga
a consumidores por el solo hecho de su nacionalidad.
(b) La reaccin de la doctrina
La norma originaria fue recibida de distinta manera por la doctrina.
Una posicin minoritaria afirm que la prohibicin de discriminar al extranjero puede perjudicar a los nacionales, sobre todo en lugares de
turismo donde es comn encontrar tarifas preferenciales para los nacionales que obviamente
pagan con una moneda depreciada(63) y convertirse, si no se la aplica con verdadero criterio de
justicia social, en un elemento contrario al acceso
al consumo(64).
No comparto esta posicin. Por el contrario, adhiero a la mayora que se pronuncia a favor de la
regla(65). Ms an, algunos autores sostienen, con
razn, que en determinadas circunstancias, hay
que diferenciar a favor del consumidor extranjero,
quien puede ser calificado de sub-consumidor o
consumidor particularmente frgil, por no conocer la lengua ni las prcticas locales(66).
Fundo mi afirmacin en los siguientes razonamientos:
* Los derechos civiles de los extranjeros estn
constitucionalmente amparados (art. 20 CN).
* Las discriminaciones injustas contra los turistas extranjeros son de pblico y notorio, como
ocurre, por ej., con los pasajes areos de cabotaje.
(63) VZQUEZ FERREYRA, Roberto y AVALLE, Damin, Reformas a la ley de defensa de los consumidores
y usuarios, LL 2008-D-1068.
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(70)CNCIV, SALA K, 08/09/2010, elDial.com AA6673 y en JA 2011-I-615, con nota de KAUFMAN, Gustavo, Las leyes de migraciones ante el derecho a aprender
de los extranjeros.
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a un acuerdo o clusula atada toda vez que el vendedor de un producto A (tying) condiciona o ata la
venta al hecho de que el comprador tambin lleve
el art. B (tied)(74). Comprende no slo los bienes
materiales sino que puede incluir la prestacin
de un servicio. En los primeros aos de aplicacin
de este tipo de normas, en la jurisprudencia se visualizaron dos tendencias: la de la strict rule (prohibicin per se de la clusula) y la rule of reason,
que exige la verificacin de que, en definitiva, el
acuerdo o la maniobra resulte perjudicial(75). Hoy
estas clusulas son juzgadas bajo la regla de la razonabilidad (rule of reason); son vlidas si existen
razones comerciales apropiadas; o sea, en cada
caso, el tribunal debe mirar los hechos y determinar los efectos econmicos buenos y malos
producidos con el contrato; en ese anlisis, debe
ir ms all del lenguaje del contrato, y tener en
cuenta, entre otras pautas: la fuerza relativa de las
partes, el volumen proporcional del comercio en
el rea de mercado relevante, los efectos probables
inmediatos y futuros que la captacin de esa porcin del mercado pueda tener en la competencia
efectiva(76). As, por ej., en el contrato de franchising es vlida la clusula que obliga a comprar los
productos ntimamente unidos a la cosa vendida
(por ej., la carne de las hamburguesas) pero invlida si no tiene esa vinculacin (por ej., el detergente para limpiar la cocina).
producto. Ese poder es la consecuencia de la dominacin que el vendedor posee sobre el producto deseado; si este predominio no existiera, difcilmente el vendedor podra ejercer algn poder
y el comprador sera libre de comprar a quien desease.
En definitiva, an en el derecho de proteccin
de los consumidores, el hecho de que varios productos se vendan en forma conjunta no es suficiente, sin ms, para que se concluya que media
una venta atada ilegal. As, por ej., la venta de
combos en las casas de comidas rpidas, est
permitida prcticamente en todos los pases; el
tema es que esos productos puedan ser adquiridos tambin por separado. As, por ej., una casa
puede vender conjuntamente maquinas impresoras y cartuchos de tinta; zapatos y pomada para
el calzado. Lo que se prohbe es la obligada adquisicin de un bien como condicin para la adquisicin de otro. As, por ej., es vlido que se
venda el shampoo y el acondicionador juntos,
pero no que se me obligue a comprar un acondicionador que no quiero, para poder comprar el
shampoo(77).
(77)
Ejemplos proporcionados por JARAMILLO
J., Carlos I., La compraventa en el derecho del consumo, Bogot, ed. Universidad Javeriana y otros, 2015,
pg. 169).
(78) Cm. Fed. Baha Blanca 8/3/1985, JA 1985-III509. El fallo mereci severa crtica de CRACOGNA,
Dante, El mito del mercado y las consecuencias antisociales de su pretendida defensa en la aplicacin de la
ley 22.262, RDCO ao 16-157; del mismo autor, mbito
de aplicacin de la ley de defensa de la competencia, JA
1985-III-515.
La prohibicin implica:
la existencia de productos diferentes. Sin embargo, existen casos en que no es fcil determinar
si hay un mismo producto o no. En el caso Time Picayune se consider que no haba clusula atada
al obligar a un avisador a publicar sus avisos en el
diario de la maana y en el de la tarde, puesto que
se trataba de un mismo producto (material de lectura, diarios), y de un mismo mercado.
mente fundadas, conforme a los deseos y necesidades de cada quien (art. 3, inc. c], Directrices de
las Naciones Unidas sobre proteccin del Consumidor).
Por ello la regulacin de estas tcnicas de comercializacin, denominadas no ortodoxas,
tiende a imponer una serie de recaudos rigurosos
que condicionan la eficacia de los contratos celebrados en su consecuencia:
a) Acentuacin de la rigidez formal, exigiendo la
instrumentacin escrita del negocio y una serie de
contenidos imperativos;
b) Reconocimiento del derecho del consumidor
a revocar incausadamente su aceptacin, lo que
los torna en contratos bajo condicin resolutoria
ya que, en caso de devolucin de la cosa se considera que no hubo contrato(2);
c) Imposicin de un control administrativo especfico como, por ejemplo, el otorgado al Banco
Central sobre las operaciones de venta a crdito
(art. 36 in fine, Ley de Defensa del Consumidor,
decreto 142.277/43 y leyes 22.315 y 22.370), o res-
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Todo ello sin perjuicio de la integracin al sistema de proteccin jurdica del consumidor
(artculo 3-2, ley 24.240), de los regmenes en materia de:
(3) La aparicin permanente de nuevas tcnicas agresivas de comercializacin, no reguladas por la ley 24.240
(p. ej., las llamadas ventas encadenadas y piramidales,
etc.), torna siempre ineludible la aplicacin judicial de
aquellas clusulas abiertas consagradas en el Cdigo
Civil (preservacin de la buena fe, del ejercicio regular
de los derechos, de la equidad, de la justicia conmutativa
como justicia correctora, etc.).
(4) CAS, G., La Dfense du Consommateur, Presses
Universitaires de France, Paris, 1980, pg. 29; ORIANA,
F., La legge francesa sulla vendita a domicilio e la protezione del consumatore, Rivista Trimestrale de Diritto e
Procedura Civile, Giuffr, Milano, 1975, nro. 4, pg. 1573.
Como ya lo hemos sostenido, la venta a distancia es aquella en que los medios utilizados
pueden serlo sin la presencia simultnea de las
partes contratantes.
Se comprenden, por lo tanto, las ofertas: a) postales; b) por telfono y otras vas de telecomunicacin; c) por televisin, por radio, televisin, prensa
u otros dispositivos electrnicos o telemticos(6).
Son caractersticas esenciales de la venta a distancia, como lo es la venta por correspondencia:
(a) en que comprador y vendedor no se hallan presentes simultneamente; (b) que la oferta se realice por los medios enunciados en el artculo 33
de la Ley de Defensa del Consumidor; (c) que la
aceptacin se emita por los mismos medios; (d)
que con fundamento normativo, el consumidor
o usuario pueda ejercer el derecho de revocar su
aceptacin.
5. Rgimen de la ley de defensa del
consumidor aplicable a todas las ventas
fuera de los locales comerciales. Derecho del
consumidor a revocar la aceptacin. Quid del
plazo
En relacin a todas las ofertas fuera de los locales de comercio reguladas por la ley 24.240, modificada por ley 26.361, el artculo 34-1 de la Ley
de Defensa del consumidor, se establece que el
consumidor tiene derecho a revocar la aceptacin
durante el plazo de diez das corridos contados a
partir de la fecha en que se entregue la cosa o se
celebre el contrato, lo ltimo que ocurra, sin responsabilidad alguna. Esa facultad no puede ser
dispensada ni renunciada. El vendedor debe in(6) Calais-Auloy destaca la reaccin del ordenamiento jurdico francs contra el fenmeno de la telecompra, ahora tambin en extraordinaria expansin en
Argentina. La ley francesa de 1988 reglamenta los programas de televisin en los que se ofrecen artculos o servicios que los espectadores pueden adquirir, aceptando
la oferta por correo, telfono u otros medios. Se fija un
mximo de noventa minutos de programas de telecompra a la semana, que se deben diferenciar claramente de los mensajes publicitarios (con prohibicin de
mencionar la marca del artculo) e informar con precisin al consumidor sobre las cualidades, precios y condiciones de venta de los objetos ofrecidos. La ley francesa
de 1989 establece, respecto de las ofertas por telfono o
dispositivos telemticos, que deben ser confirmadas por
escrito, y el consumidor no queda vinculado hasta que
ha firmado y devuelto la confirmacin escrita (CALAISAULOY, J., La venta a domicilio y la venta por correo en
el derecho francs, en Estudios sobre Consumo, Tecnos,
Madrid, 1992, pgs. 42 y sigs.).
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de buena fe impone que el ejercicio por el consumidor del derecho de revocacin, deba ser informado al vendedor sin que ello est sometido a
formalidad alguna. La informacin puede ser expresa o inferida de la devolucin de la cosa ya que
esto ltimo importa una declaracin concluyente
de voluntad(8).
g) Efectos del ejercicio del derecho de revocacin: El consumidor debe nicamente poner la
cosa a disposicin del vendedor, que carga con los
gastos de devolucin(9).
h) Gastos: En materia de gastos, el artculo 34 in
fine de la Ley de defensa del consumidor establece
que el consumidor debe poner el bien a disposicin del vendedor y los gastos de devolucin son
por cuenta de este ltimo.
En materia de venta por correspondencia (y
otras), el artculo 33-2 de la Ley de Defensa del
Consumidor, establece un recaudo adicional de
proteccin del consumidor, que tiene como propsito impedir que ste no pueda identificar al
empresario proponente: se prohbe al oferente la
publicacin del nmero postal como domicilio.
Tambin el artcu
lo 35 establece otra prohibicin, respecto de prcticas habituales(10) en el
marco de las tcnicas de oferta por correspondencia, aun cuando la norma se refiere ampliamente a propuestas al consumidor por cualquier
tipo de medio. Se trata del supuesto de bienes y
servicios que no son previamente requeridos por
el consumidor, y respecto de los cuales igualmente
se efectan envos y dbitos automticos por la
sola voluntad del oferente.
Si el consumidor no lo acepta, no est obligado
a pagar el precio ni a tomar la iniciativa para restituir el objeto: se considera que el empresario ha
obrado a su riesgo(11).
6. Contratos por sistemas informticos
Desde un punto de vista tcnico, los ordenadores pueden conectarse por lnea telefnica, cables de datos punto a punto o por una red de datos.
Para el dilogo entre ordenadores se emplea un
software de comunicacin, que consiste en un
programa que indica a la computadora cmo convertir la informacin almacenada en ella, de tal
manera que pueda ser transmitida por un modem
y, a su vez, cmo decodificar los datos recibidos de
un modem en informacin procesable y almacenable(12).
Cuando el proceso de comunicacin se realiza
a travs de una lnea telefnica, la computadora
y el telfono se conectan a un aparato llamado
modem, que se encarga de convertir las seales digitales transmitidas por el ordenador, en seales
tcnicamente denominadas analgicas, transmisibles telefnicamente y stas de nuevo en digitales para llegar, al cabo, a la computadora que
recibe el mensaje(13).
(10) Por ejemplo, en materia de seguros de vida, o revistas, ofrecidos por empresas de tarjetas de crdito, etc.,
prestaciones propuestas por empresas de medicina prepaga, etctera.
(11) GLOUTEL, H., Le Contrat de Consommation,
Librairie Gnrale de Droit et de Jurisprudence, Paris,
1974, pg. 102.
(12) PRESSMAN, R. S., Software Engineering: a
Practitioners Approach, Mc Graw-Hill, 1982, pgs. 14 y
sigs.
(13) En los hechos, el proponente que desea emitir
una propuesta indica a su computadora el nmero telefnico del destinatario y, por medio del modem, logra comunicarse con la computadora de este ltimo quien va a
recibir el mensaje (oferta) si tiene previamente cargado
el software de comunicacin.
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Sobre el particular, cabe afirmar que la regulacin de los contratos celebrados fuera de los establecimientos mercantiles, contiene una nica disposicin especfica y otras disposiciones comunes
con los contratos a distancia.
Artcu
lo 1104. Contratos celebrados fuera de
los establecimientos comerciales. Est comprendido en la categora de contrato celebrado fuera
de los establecimientos comerciales del proveedor
el que resulta de una oferta o propuesta sobre un
bien o servicio concluido en el domicilio o lugar
de trabajo del consumidor, en la va pblica, o por
medio de correspondencia, los que resultan de
una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro sitio, cuando el
objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la contratacin, o se trate de
un premio u obsequio.
(17) TOU, J. T. - GONZALES, R. C., Pattern Recognition Principles, Addision-Wesley, Reading, Massachusetts, 1974, pgs. 5 y sigs.
(18) CLARIZIA, R., Informatica e Conclusione del
Contratto, Collana diretta da Guido Alpa, Giuffr, Milano, 1985, pgs. 99 y sigs.
(19) GIANNANTONIO, E., El Valor Jurdico del Documento Electrnico, Vol. 1, Depalma, Buenos Aires, 1987,
pgs. 108 y sigs.
1. Fuente. Definicin
La fuente de esta disposicin lo ha sido el pargrafo 312 -1- inciso 1 del Cdigo civil alemn y
parcialmente el artculo 32 de la ley 24.240 sustituido por el artculo 13 de la ley 26.361. La definicin doctrinaria de la venta fuera de los establecimientos comerciales es aqulla que, con un
sentido amplio, afirma que consiste en ir al encuentro de la clientela para ofertarle bienes o
servicios(20). Se trata de la tcnica de venta de
mayor antigedad y la ms expandida ya que es
utilizada por numerosos sectores de la economa
de mercado a travs, entre otros medios, de la denominada venta puerta a puerta, del home-parties, face face o ventes en reunion. En ciertos
casos, la visita de un vendedor ha sido provocada
por el envo previo de correspondencia o por una
comunicacin telefnica, en ambos casos, (oferta
a distancia). De donde, si el diagnstico es correcto, la venta a distancia se inicia con una oferta
a domicilio.
La ventaja que ofrece al consumidor consiste
en que le evita desplazarse(21). La desventaja es la
agresividad con que se la ejerce dado que toma
al consumidor por sorpresa en su domicilio o en
su lugar de trabajo, quien no siempre ofrece resis-
(20) Picod Ives-Davo Hlne, Droit de la consommation, Dalloz, 2010, n 78, pg. 53
(21) Raymond Guy, Droit de la consommation,
Litec, Pars, 2011, n 360, pg. 183
262 |
acte profesional u ocasionalmente o una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pblica o privada... (artculo 1093). De lo
hasta aqu expresado, lo esencial que habr de retenerse es el propsito final que anima al consumidor: la contratacin a distancia sobre bienes o
servicios, actuando con un propsito ajeno a su
actividad profesional (habitual.) A su vez, el profesional es aquel que acta en el mbito de su competencia profesional (comerciante, industrial, artesanal o profesional).
Particularmente, cabe sealar que la actuacin
de ambos sujetos se traduce en la celebracin de
un contrato cuyo objeto lo sean bienes o servicios
que han sido ofertados (ofrecidos) en el mbito de
un sistema de ventas de bienes o servicios a distancia organizado por el proveedor quien para
dicho contrato utiliza exclusivamente una o ms
tcnicas de comunicacin a distancia hasta la conclusin del contrato(27).
7. mbito objetivo. ter formativo: oferta y
aceptacin
El mbito objetivo, o sea la materia de que trata
el contrato al que estamos haciendo referencia, es
el celebrado entre el proveedor y el consumidor
en el mbito de un sistema de ventas o de prestacin de servicios a distancia organizado por el
proveedor que, para dicha categora de contratos,
utiliza tcnicas o mecanismos de comunicacin a
distancia hasta la conclusin del contrato.
Es el proveedor quien, predominantemente,
emite una oferta a distancia, mientras que el consumidor es quien debe, o no, aceptarla a travs del
mismo u otro mecanismo siempre que lo sea a distancia, lo que presupone que el contrato se celebra
sin la presencia fsica simultnea de las partes.
El artculo 33 de la Ley de Defensa del Consumidor alude a la aceptacin. Lo hace con el rtulo
de respuesta, lo que denota un error de tcnica
legislativa. En efecto, luego de enunciar indicativamente las tcnicas de la oferta a distancia, establece que la respuesta a la misma se realiza por
iguales medios. Los efectos derivados de la falta
de aceptacin se hallan regulados en el artculo
979 del Cdigo civil y comercial de la Nacin: ...
El silencio importa aceptacin slo cuando existe
el deber de expedirse, el que puede resultar de la
(27) Hemos tomado como punto de referencia la Directiva 7/97 del 20 de mayo de 1997, relativa a la proteccin de los consumidores en materia de contratos a distancia, vigente en la actualidad la Unin Europea.
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voluntad de las partes, de los usos o de las prcticas que las partes hayan establecido entre ellas,
o de una relacin entre el silencio actual y las declaraciones precedentes. En los contratos a distancia no existe deber de expedirse por lo que el
silencio del consumidor es jurdicamente irrelevante, salvo que las partes hayan acordado lo contrario. En consecuencia, la aceptacin requiere ser
expresa.
8. Formacin del contrato. La oferta (cont.)
Como en todos los contratos, la conclusin de
los contratos celebrados a distancia requiere de
una oferta y de una aceptacin (artculo 971 del
Proyecto). La oferta se traduce, en ocasiones, en
el envo de un catlogo, de prospectos o de cualquier mtodo de promocin de ventas. El catlogo constituye un soporte publicitario e incluyen
indicaciones que, a veces, inducen a error. De all
que la contratacin a distancia se halle sometida
a los deberes de informacin que surge de la previsin contenida en el artculo 1100 del Cdigo, lo
que tambin presupone el sometimiento al principio de buena fe (artculo 961). Si bien es cierto
que las tcnicas de marketing empleadas en la comercializacin a distancia son las mismas que en
otros procedimientos de venta, vale sealar que
las tcnicas de bsqueda de clientes se localizan
muy especialmente en las operaciones de venta a
distancia. Existe una tcnica denominada de patrocinio o padrinazgo, consistente en incitar a los
clientes a hacer conocer a otros lo que han comprado en cuyo caso, si logran que adquieran, los
primeros reciben un regalo. Lo que significa que
la obtencin del regalo se halla subordinada a la
compra por parte de un nuevo cliente(28). Hasta
hace aos, la venta por correspondencia ha sido la
nica tcnica utilizada. Hoy se han diversificado y
son utilizados todos los medios de comunicacin
modernos, entre otras, el marketing telefnico y el
comercio electrnico.
9. Aceptacin de la oferta. El silencio
Como en todos los contratos, el concluido a distancia requiere la aceptacin del destinatario de la
oferta. Claro que habr de estarse a las precisiones
que contenga el catlogo en el sentido si son suficientes como para constituir una oferta. La aceptacin puede adoptar la forma escrita en cuyo caso
debe incorporarse la firma del consumidor.
En los dos primeros, la razn no se halla en la circunstancia que las partes no se encuentran fsica y
simultneamente una frente a la otra, como acontece en todos los contratos a distancia. En efecto,
en los locales automatizados, el consumidor acta
de conformidad con las instrucciones que le son
dadas por el proveedor e inmediatamente el bien
o la prestacin le son suministrados al primero. Lo
expresado, los excluye como contratos celebrados
a distancia. Esta situacin, parece ser la misma
que en la contratacin telefnica cuando la aceptacin es dada en forma inmediata y, por lo tanto,
se la considera un contrato entre presentes(29) y no
concluido a distancia.
11. Incumplimiento del proveedor
El incumplimiento del proveedor, entre otras razones, puede hallarse motivado en que, al tiempo
de ejecucin, el bien o el servicio no se halle disponible, en cuyo caso deber informarse al consumidor quien, salvo que se haya pactado un plazo
para el reintegro, tiene derecho, de inmediato, a
recuperar las sumas que haya abonado. Otro motivo en que podra fundarse el incumplimiento es
que el bien o el servicio suministrado carezca de
las caractersticas esenciales a las que se haca referencia en la oferta y que motiv la aceptacin
de la misma. Todo ello, sin perjuicio que el consumidor acepte un bien o servicio de caractersticas similares en punto a funcin, calidad y precio
equivalente. En ese caso, el consumidor podr
ejercer nuevamente su derecho de retratacin
como si se tratara del bien o del servicio inicialmente requerido.
12. Una prctica abusiva: el envo no solicitado
Constituye una prctica abusiva consistente en
la remisin por el proveedor al consumidor, sin
que ste lo haya solicitado previamente y por el
que se le indica que, indistintamente, puede pagar
el precio o devolver el bien.
La gravedad de esta prctica resulta de la circunstancia que el proveedor aprovecha la falta
de disposicin, la falta de tiempo o la dejadez del
consumidor para reintegrar el bien, con la previsible consecuencia que termina percibiendo el
precio.
Existe un antecedente en el Derecho Comparado. Nos referimos a la Ley de Ordenacin del
Comercio Minorista de Espaa (Ley 7/1996) por
el que se establece que queda prohibido enviar
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Artculo 1106. Utilizacin de medios electrnicos. Siempre que en este Cdigo o en leyes especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si
el contrato con el consumidor o usuario contiene
un soporte electrnico u otra tecnologa similar.
La fuente del presente artculo lo es el artculo
1268 inciso 5 de la Propuesta para la modernizacin del derecho de obligaciones y contratos para
Espaa, del ao 2010.
La forma escrita es exigida a los fines proba
torios.
Si la parte que realiz la oferta se halla en un
lugar distante del que formul la aceptacin, se
entiende que hay consentimiento desde que el
proveedor conoce la aceptacin o desde que, habindosela remitido el aceptante, el proveedor
no pueda ignorarla sin infringir el principio de
buena fe.
Se considera lugar de cumplimiento aqul en el
que el consumidor recibi o debi recibir la prestacin. Ese lugar fija la jurisdiccin aplicable a los
conflictos derivados del contrato (artculo 1109,
CCCN).
15. Informacin sobre los medios electrnicos
El Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, ha regulado la hiptesis en que las partes se valen de
tcnicas de comunicacin electrnica para la celebracin de contratos de consumo a distancia, a
travs de la siguiente disposicin:
Artcu
lo 1107. Informacin sobre los medios
electrnicos. Si las partes se valen de tcnicas de
comunicacin electrnica o similares para la celebracin de un contrato de consumo a distancia, el
proveedor debe informar al consumidor, adems
del contenido mnimo del contrato y la facultad
de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para comprender los riesgos derivados de su empleo, y
para tener absolutamente claro quin asume esos
riesgos.
16. Fuente y denominacin
Espaa ha regulado exhaustivamente el contenido de la misma y la ha enunciado en el decretoley 1/2007 (Texto refundido de la ley de defensa
de los consumidores y usuarios) y donde se menciona el (a) costo de la utilizacin de la tcnica de
comunicacin a distancia, (b) las caractersticas
esenciales del bien o servicio; (c) los gastos.
va electrnica. Los medios tcnicos, ya qued expresado, son los ordenadores quienes pueden dialogar entre s en forma instantnea y conforme a
una programacin previa. De este modo, uno de
ellos emite la oferta contenida en la declaracin
unilateral de voluntad del proponente. Si la misma
es aceptada inmediatamente una vez recibida, el
contrato queda perfeccionado para producir sus
efectos propios, lo que presupone un contrato
entre presentes.
Si el destinatario de la oferta est ausente o su
aceptacin requiere de un plazo de reflexin, la
propuesta queda almacenada en la memoria de su
computadora. En ese caso el intercambio de declaraciones ya no es instantneo. Cuando ulteriormente se emita la aceptacin, el contrato quedar
formado entre ausentes.
La declaracin de voluntad mediante seales
electromagnticas (por pulsos elctricos o registros magnticos), queda visualizada en pantalla
o es reproducida en un texto impreso. Ello constituye una decodificacin y reproduccin en smbolos grficos legibles de aquello registrado en
forma electromagntica.
La importancia de lo expuesto recepcin de
pulsos o su decodificacin, radica en la determinacin del momento en que el contrato queda
perfeccionado.
A nuestro entender, el contrato queda perfeccionado cuando el proponente pueda verificar va
decodificacin sensorialmente, que la aceptacin se ajusta a la oferta.
21. Lugar de cumplimiento. Jurisdiccin
aplicable. Clusula de prrroga de jurisdiccin
Todos estos temas han sido regulados por el Cdigo civil y comercial de la Nacin del siguiente
modo:
Artculo 1109. Lugar de cumplimiento. En los
contratos celebrados fuera de los establecimientos
comerciales, a distancia, y con utilizacin de medios electrnicos o similares, se considera lugar de
cumplimiento aqul en el que el consumidor recibi o debi recibir la prestacin. Ese lugar fija la
jurisdiccin aplicable a los conflictos derivados
del contrato. La clusula de prrroga de jurisdiccin se tiene por no escrita.
La importancia en la determinacin del lugar
de cumplimiento reside, en los hechos, en que
ese lugar fija la jurisdiccin aplicable. Y el lugar
de cumplimiento lo fija el Cdigo en aqul en el
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cual el consumidor recibi o debi recibir la prestacin. Predominantemente, el consumidor recibe el bien o el servicio en su domicilio particular
o en el lugar de trabajo.
Si el proveedor, incluy en el/los documento
contractual una clusula de prrroga de jurisdiccin, por anticipado, se la declara abusiva y, por
tanto, se la tiene por no escrita.
22. Revocacin del contrato. Plazo. Derecho
irrenunciable
Todos los temas relativos a la revocacin del
contrato, han sido materia de regulacin en el Cdigo civil y comercial de la Nacin, empezando por
el reconocimiento del derecho, de su carcter irrenunciable, de su ejercicio, del plazo, del cmputo y
del efecto de las clusulas que aludan a la imposibilidad del ejercicio del derecho. Y lo hace as:
Artcu
lo 1110. Revocacin. En los contratos
celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el consumidor tiene el derecho
irrenunciable de revocar la aceptacin dentro de
los diez das computados a partir de la celebracin del contrato. Si la aceptacin es posterior a
la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta ltima se produce. Si el plazo
vence en da inhbil, se prorroga hasta el primer
da hbil siguiente. Las clusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor durante este perodo que tengan por resultado la imposibilidad de ejercer el derecho de revocacin se
tienen por no escritos.
23. Fuente y consideraciones previas
La fuente de la presente disposicin se halla en
el artculo 159 incisos 1 y 5 del Cdigo Europeo de
Contratos (Grupo Pava/Gandolfi), cuando hace
referencia al derecho que le asiste al consumidor
insatisfecho o que ha cambiado de idea y, parcialmente en el artculo 34 de la ley 24.240 modificado
por la ley 26.361.
Por nuestra parte, sealamos que la insatisfaccin o el cambio de idea se hallan implcitas en la
decisin del consumidor, por lo que consideramos
que ste no se halla obligado a fundar su decisin.
De all que se le denomine retractacin incausada o discrecional.
En aqul proyecto, se declara la nulidad de todo
pacto contrario a la facultad de desistir como lo
constituye la renuncia (artculo 159 inciso 5). En
Espaa, el decreto-ley 1/2007 en su artculo 101 inciso 2, se establece que sern nulas de pleno de-
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La teora de la imprevisin
en el nuevo Cdigo Civil
y Comercial de la Nacin
Por Ramn D. Pizarro
SUMARIO: 1. Caracterizacin de la figura. 2. Breves antecedentes en el derecho argentino. 3. Derecho comparado. 4. Comparacin con otras figuras afines. 5. La teora de la imprevisin en el nuevo
cdigo civil y comercial. 6. Contratos a los que se aplica la teora de la imprevisin. 7. Contratos a los
que se no aplica la teora de la imprevisin. 8. Condiciones de ejercicio. 9. Efectos. 10. Clusula de
renuncia.
1. Caracterizacin de la figura
Todo contrato nace pare ser cumplido. Es este
un imperativo lgico y jurdico que deriva de la autonoma de la voluntad.
Corolario de lo dicho es el principio de la pacta
sunt servanda que impone a los contratantes
ajustar su conducta a los trminos de lo convenido.
Puede suceder, sin embargo, en los contratos
que proyectan sus efectos en el tiempo, que al momento de cumplimiento cambien radicalmente
las circunstancias tenidas en cuenta, expresa o implcitamente, por las partes al contratar.
Ordinariamente, esos cambios no inciden en los
trminos de lo pactado. Las ventajas o desventajas
que ellos puedan provocar forman parte del riesgo
negocial que soportan los contratantes.
Sin embargo, no siempre es as. Ocurre, a veces,
que por una alteracin sobreviniente, extraordinaria e imprevisible, la ecuacin negocial resulta
gravemente desquiciada durante el periodo de ejecucin contractual. Como consecuencia de ello, la
prestacin de uno de los contratantes deviene excesivamente onerosa respecto de la del otro, con
grave ruptura del equilibrio real del contrato.
En tal caso, se plantean estos interrogantes:
debe el contratante cuya prestacin se ha degra-
dado ajustar su conducta a lo formalmente convenido, y cumplir con la prestacin debida? Debe el
ordenamiento jurdico legitimar la pretensin de
cumplimiento de quien se beneficia por circunstancias fortuitas, y la correlativa expoliacin de
su contraparte? Cumplir literalmente un contrato
desnaturalizado en sus bases econmicas por circunstancias extraordinarias y sobrevinientes, que
han tornado excesivamente onerosa la prestacin
de un contratante es cumplir con lo pactado por
las partes, con lo realmente querido por ellas?
La teora de la imprevisin, o doctrina de la excesiva onerosidad sobreviniente, da una respuesta
justa y equilibrada a esta cuestin, protegiendo el
inters de quien, en tales circunstancias, resulta
perjudicado, sin desentenderse, por cierto, de la
situacin del beneficiado. Conforme a ella, rige el
principio de la pacta sunt servanda, pero en tanto
y en cuanto las cosas permanezcan de igual modo
(rebus sic stantibus)(1).
(1) La bibliografa sobre la teora de la imprevisin es
inagotable. Puede consultarse, con provecho: ALTERINI,
Atilio A., Contratos civiles, comerciales y de consumo,
Abeledo-Perrot, Bs. As., 1998; dem, La doctrina de la imprevisin frente a la mora irrelevante, LA LEY, 1980-C1109; dem, El reajuste del precio en la compraventa inmobiliaria: una adecuada aplicacin del impedimento
para obrar abusivamente, en ALTERINI A. LPEZ CABANA, R.M., Cuestiones modernas de responsabilidad
civil, Bs. As., 1988, ed. La Ley, p. 93; ALTERINI, Atilio -
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tintas leyes dictadas con posterioridad, sin aceptarla expresamente, contemplan supuestos de
revisin del contrato por los jueces, a fin de promover su adecuacin a las nuevas circunstancias.
La Corte de Casacin ha sostenido reiteradamente que la imprevisin no es causa de revisin
o resolucin del contrato, pese a haber sido precursora en su admisin a comienzos del siglo XIX.
En cambio, el Consejo de Estado de Francia, ha
elaborado a partir de 1916 una teora de la imprevisin para los contratos administrativos, que ha
tenido fuerte desarrollo en dicho mbito.
4. Comparacin con otras figuras afines
La teora de la imprevisin presenta algunas similitudes con el caso fortuito (arts. 513 y 514 Cd.
Civ., art. 1730 Cd.Civ.Com) y la lesin subjetiva
(art. 954 Cd.Civ. y art. 332 Cd.Civ.Com). No obstante, las diferencias con ellas son notables.
a) Paralelo con el caso fortuito
El casus y la imprevisin tienen como nota
comn varios de los caracteres que debe reunir el
hecho generador apto para configurarlos: imprevisibilidad, inevitabilidad, extraordinariedad, ajeneidad, y carcter sobreviniente al nacimiento de
la obligacin.
Las diferencias, empero, son significativas(4):
1) El hecho configurativo de caso fortuito impide
el cumplimiento de la prestacin, provocando la
extincin obligacional, sin responsabilidad para
el deudor. En la imprevisin, en cambio, la prestacin es material y jurdicamente posible de cumplimiento, y til para el acreedor, slo que deviene
excesivamente onerosa. Hay una grave dificultad
de cumplimiento, sin que medie, tcnicamente,
imposibilidad absoluta y objetiva de la prestacin.
2) El caso fortuito rige tanto en materia contractual como extracontractual; la teora de la imprevisin nicamente se aplica en ciertos supuestos de
responsabilidad contractual.
3) Los efectos que producen uno y otro son distintos. El casus, a diferencia de la imprevisin, es
incompatible con la adecuacin negocial.
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La norma sigue, en lneas generales, la orientacin del art. 1198 Cd. Civil actual (t.o., ley 17.711),
cuya evolucin interpretativa consolida.
6. Contratos a los que se aplica la teora de la
imprevisin
Conforme surge del art. 1091, slo se aplica en
ciertos contratos a ttulo oneroso:
1. En los contratos conmutativos de ejecucin
diferida o permanente.
2. En los contratos aleatorios, tambin de ejecucin diferida o permanente, cuando la excesiva
onerosidad resulte de causas extraas a su alea
propia(5).
Analicemos cada uno de estos supuestos.
a) Debe tratarse de un contrato oneroso
La teora de la imprevisin slo se aplica en los
contratos onerosos(6), o sea en aqullos que proporcionan una ventaja a uno de los contratantes,
a cambio del sacrificio que ste debe realizar para
obtenerla.
La relacin de onerosidad que se formula entre
ventaja y sacrificio, puede ser de distinta ndole,
mayor o menor, segn los casos(7). Puede haber un
grado ideal de equivalencia entre ambas prestaciones, o ser la ventaja mayor que el sacrificio, o el
sacrificio mayor que la ventaja. Cuando la desproporcin entre ventaja y sacrificio es excesiva y originaria, nos situamos en el plano de la lesin subjetiva, siempre que se den los requisitos subjetivos
que requiere la figura (situacin de inferioridad
de la vctima y aprovechamiento). Si, en cambio,
es sobrevenida (v.g., el contrato nace con un grado
(5) El art. 1091 Cd.Civ.Com. slo exige que se trate de
un contrato de ejecucin diferida o permanente cuando
menciona a los contratos conmutativos. Omite hacerlo
en la ltima parte, al mencionar al contrato aleatorio en
el limitado mbito en el cual admite la aplicacin de la
teora de la imprevisin. Nosotros creemos que tambin
en los contratos aleatorios es menester que el contrato
sea de ejecucin diferida o permanente.
(6) Dispone el art. 967: Contratos a ttulo oneroso y a
ttulo gratuito. Los contratos son a ttulo oneroso cuando
las ventajas que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestacin que ella ha hecho o se obliga
a hacer a la otra. Son a ttulo gratuito cuando aseguran
a uno o a otro de los contratantes, alguna ventaja, independientemente de toda prestacin a su cargo.
b) Los contratos aleatorios cuando la excesiva onerosidad ingrese en el alea normal del
contrato.
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8. Condiciones de ejercicio
Para que proceda la teora de la imprevisin, es
menester la presencia de estos requisitos:
a) Alteracin extraordinaria de las
circunstancias existentes al tiempo de su
celebracin
El art. 1198 Cd. Civil (t.o. ley 17.711) hace referencia a un hecho imprevisible y extraordinario para conceptuar al acontecimiento desencadenante. El nuevo cdigo utiliza la locucin
alteracin extraordinaria de las circunstancias
existentes al tiempo de su celebracin.
Una y otra frmula ponen de relieve que no
cualquier circunstancia ulterior a la celebracin
del contrato permite invocar la aplicacin de la
teora de la imprevisin.
Hay una nota comn entre ambas, en lo que
aqu nos interesa: debe tratarse de una alteracin
extraordinaria, lgicamente producida por un
hecho extraordinario.
Debe ese hecho generador ser, adems, imprevisible?
El art. 1091 nada dice al respecto.
Nosotros creemos que la respuesta es afirmativa. El hecho generador de la alteracin extraordinaria debe ser imprevisible pues de lo contrario
integrara el riesgo asumido por la parte afectada
al tiempo de contratar.
En nuestra opinin, debe reunir todos los requisitos propios del casus, esto es ser imprevisible, extraordinario, inevitable, actual, sobreviniente al
nacimiento de la obligacin y ajeno a las partes(16).
b) Carcter sobrevenido de dicha alteracin
sta es una de las grandes diferencias con la figura de la lesin subjetiva. Se desencadena en
la etapa de ejecucin negocial, desquiciando el
equilibrio gentico que tena el contrato.
El contrato paritario es un instrumento de distribucin de riesgos por va convencional y supletoriamente legal. La teora de la imprevisin es incompatible con la asuncin de tales riesgos.
Esto explica que quien se encuentra en mora anterior al hecho imprevisible y extraordinario que
degrada la base negocial, no pueda invocar la aplicacin de la teora de la imprevisin.
El art. 1198 Cd. Civ. requiere que la parte que
alegue la teora de la imprevisin no se encuentre
en mora, ni que la excesiva onerosidad le sea
imputable.
El art. 1091 del nuevo cdigo civil no contiene
una previsin normativa expresa en tal sentido,
pero conduce a la misma solucin, cuando exige
que el hecho extraordinario que torna excesivamente onerosa la prestacin sea ajeno a las partes.
La mora de perjudicado obsta, de tal modo, a la
aplicacin de la teora de la imprevisin, lo cual
se explica pues si hubiera cumplido en tiempo
propio la obligacin no tendra de qu quejarse.
Por cierto, hacemos referencia a un estado de
mora anterior a la produccin del hecho imprevisible y extraordinario que torna excesivamente
onerosa la prestacin, que es la nica relevante a
los fines de la mayor onerosidad.
Distinta es la situacin de quien sin estar en
mora a ese momento se niega luego a cumplir,
aduciendo la configuracin de la teora de la imprevisin. Hay aqu razones justificadas para no
cumplir, que legitiman, precisamente, la invocacin de la figura que nos ocupa.
Cabe sealar, finalmente, que una prestigiosa doctrina y jurisprudencia, con criterio ms
flexible, ha propiciado que an en caso de faltar
alguno de los recaudos anteriormente sealados
para la procedencia de la teora de la imprevisin,
puede intentarse remediar la inequidad negocial
por aplicacin de la teora del abuso del derecho
(art. 1071)(18). Dentro de ese contexto se afirma,
con razn, que la mora no puede erigirse en un
(17) LPEZ DE ZAVALA, Teora general del contrato,
p. 468.
(18) APARICIO, Contratos. Parte general, t. 3, n. 1450,
p. 415.
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taja; o porque no se modifique el valor del sacrificio y disminuya el de la ventaja; o porque ambos
valores se alteren en sentido inverso; o porque an
experimentando ambos alzas o bajas, la intensidad del fenmeno repercuta de manera distinta
en ellas, alterando el equilibrio y generando una
mayor onerosidad excesiva.
9. Efectos
a) La cuestin en el cdigo vigente
1) Extincin del contrato
La parte perjudicada puede demandar la resolucin del contrato cuyo cumplimiento ha devenido excesivamente oneroso(20). Dicha pretensin
puede ser articulada, tambin, como excepcin
frente a una accin de cumplimiento por parte del
beneficiado(21).
Si el hecho imprevisible se produce despus
que el perjudicado ha cumplido con su prestacin, pero antes que el beneficiado haya ejecutado
la suya, la resolucin produce como efecto que el
demandado deba restituir lo recibido y el actor
quede liberado de cumplir.
Si, en cambio, quien ha cumplido es el demandado, la resolucin traer como consecuencia que
el actor deba restituir la prestacin recibida y sea
liberado de ejecutar la suya(22).
2) Restituciones
En caso de proceder la resolucin del contrato,
las partes deben restituir lo que mutuamente hubiesen recibido en virtud del mismo (art. 1200
Cd. Civ.), quedando el demandado eximido de
cumplir con su propia prestacin.
3) Efectos para lo futuro
La resolucin del contrato produce efectos para
lo futuro y no alcanza los efectos ya cumplidos.
Tal fraccionamiento depende, esencialmente, de
la divisibilidad de las prestaciones continuadas y
que en cada etapa se haya mantenido el equilibrio
letra de la ley y... los jueces no debe sustituir al legislador. En tal sentido, conceder a uno de los contratantes una accin que la ley no confiere, como
sera en el caso, la de revisin del contrato o modificacin de sus clusulas, implicara una violacin
de esas reglas(27).
Por nuestra parte, siguiendo a la doctrina mayoritaria, nos inclinamos por ideas distintas y entendemos que, de lege lata, una interpretacin
finalista del art. 1198 conduce a admitir que el perjudicado pueda demandar, adems de la rescisin
contractual, su reajuste en trminos equitativos(28).
Varias razones sustentan esta conviccin:
1. Quien puede lo ms (resolucin), puede lo
menos (reajuste en trminos equitativos del contrato). Lo expresado asume mayor relieve si se
tiene en cuenta que la ley no prohbe dicha pretensin de reajuste, guardando silencio al respecto.
2. La solucin que se propicia es la ms armnica con el principio de conservacin del contrato,
que debe presidir los remedios jurdicos en materia de ineficacia negocial, tal como ocurre en el
caso que analizamos.
3. La aplicacin analgica del art. 954, en materia de lesin subjetiva, conduce a un resultado
similar al propuesto(29).
4. Negar la pretensin de reajuste conducira en
muchos supuestos al perjudicado a ejercer antifuncionalmente su derecho, al compelerlo a demandar la resolucin, en casos en los cuales el
perjuicio podra mitigarse por vas ms razonables
a travs del reajuste.
La accin de reajuste ha sido reconocida por
importantes congresos, entre los que mencionamos las IV Jornadas Sanrafaelinas de Derecho
Civil (1976), II Jornadas Rioplatenses de Derecho
(Punta del Este, Uruguay, 1977), I Jornadas Provinciales de Derecho Civil (Mercedes, 1981).
Es tambin el criterio que han propiciado el
Proyecto de Cdigo nico de 1987 (art. 1198), el
Proyecto de la Cmara de Diputados de 1992 (art.
1199), el Proyecto del Poder Ejecutivo de 1993 (art.
899) y, ms recientemente, el Proyecto de 1998
(arts. 1060 y 1061).
b) La cuestin en el nuevo Cdigo Civil
y Comercial
El art. 1091 del nuevo cdigo civil y comercial no
introduce grandes modificaciones en el plano de
los efectos de la accin, salvo en una cuestin: reconoce en forma expresa la legitimacin activa del
perjudicado para demandar la resolucin o el reajuste contractual por imprevisin. Se enrola, de
tal modo, con excelente criterio, en la doctrina que
juzgamos correcta.
Reconoce igual prerrogativa a todo tercero a
quien le hayan sido conferidos derechos o asignadas obligaciones resultantes del contrato.
Aprobamos la solucin adoptada, que luce sensata y realista y coherente con el principio de conservacin del negocio jurdico.
Nos parece, sin embargo, que debera haberse
reconocido el derecho del demandado por reajuste contractual a enervar dicha pretensin y reconvenir por resolucin. Esto parece razonable,
dado que puede ocurrir que el beneficiado - demandado ya no tenga inters en mantener la relacin contractual en los nuevos trminos que derivarn del reajuste o, lo que es todava ms grave,
que el reajuste pueda devenir para l excesivamente oneroso, por ejemplo, al no haber evolucionado su capacidad de pagos lo suficiente para
adecuarse a la nueva realidad negocial que sobrevendra de aqul.
Tanto en el cdigo civil vigente (art. 1198), como
en el nuevo cdigo civil y comercial (art. 1081, inc.
b), operada la resolucin contractual, las prestaciones cumplidas quedan firmes y producen sus
efectos en cuanto resulten equivalentes, si son divisibles y han sido recibidas sin reserva respecto
del efecto cancelatorio de la obligacin.
10. Clusula de renuncia
Es vlida la renuncia anticipada a invocar la
aplicacin de la teora de la imprevisin?
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Era claro que en tal caso no haba previsin contractual alguna que hiciese recaer el perjuicio en
ninguna de las partes contratantes. En ese contexto, el juez Lord Blackburn poda reiterar la conclusin de Paradine v. Jane en el sentido que los
contratos se deben cumplir a rajatabla, pero decidi que el contrato poda considerarse sujeto a
una condicin implcita que supuestamente estableca que si la cosa arrendada se destrua sin
culpa de nadie, las partes quedaban liberadas del
cumplimiento de sus obligaciones, sin responsa-
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(10) RAY Jos D. Frustracin del contrato. Bs. As. Abeledo Perrot, 1996 p. 61 refiere otros casos de distintas
embarcaciones durante el mismo conflicto blico, en los
que se concluy en distintas fechas de frustracin de sus
contratos respectivos.
(11) V. FREYTES, Alejandro E. La Frustracin del fin
del contrato. Crdoba. Academia Nacional de Derecho y
Ciencias Sociales de Crdoba. 2010 p. 189
288 |
(21) C. 1 Civ. y Com. La Plata, sala 3, 30/7/87, Dominella, Anbal v. Panadera y Confitera La Argentina s/
reintegro de gastos Cit. por STIGLITZ, Rubn S. Frustracin del fin del contrato en JA 1998-II-937. Tambin ha
sido APARICIO Juan Manuel. Contratos. Parte General.
Bs. As. Ed. Hammurabi 2001, T. II p. 368 nota 128. El desarrollo ms pormenorizado puede leerse en FREYTES,
Alejandro E. La Frustracin del fin del contrato. Crdoba.
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de
Crdoba. 2010 p. 137 y ss. V. LEIVA FERNNDEZ, Luis
F. P. La frustracin de la causa fin del contrato LA LEY
24/02/2014, 1. LA LEY 2014-A, 856, LA LEY 24/02/2014,
1, y LEIVA FERNNDEZ, Luis F. P. Comentario al art.
1090, Cdigo Civil y Comercial de la Nacin Comentado, (Dir. Rivera- Medina) Bs. As. Ed. La Ley 2014. T. III
p. 688 y ss.
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IMPRESO EN LA ARGENTINA - Propiedad de La Ley Sociedad Annima - Tucumn 1471 1050AAC. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Tel.: (005411) 4378-4841