Edgar Caicedo 178
Edgar Caicedo 178
Edgar Caicedo 178
Ediciones Suramrica
Edgar Caicedo
[HISTORIA DE LAS
LUCHAS SINDICALES ]
EDGAR CAICEDO
Historia de las
luchas sindicales
en Colombia
Derechos reservados
Por el autor.
Direccin: Apartado areo 27539
Bogot Colombia.
Publicado por
Ediciones Suramrica Ltda.
Bogot, 1974.
El xito alcanzado por este libro, cuya primera edicin se agoto en menos de un
ao, obliga ahora a reeditarlo. Con la imprescindible actualizacin de su contenido,
que incorpora al texto la resea de los ltimos acontecimientos relacionados con las
luchas del sindicalismo colombiano. Fue esta una tarea que otras ocupaciones nos
hicieron aplazar por bastante tiempo.
En esta segunda edicin se ha ajustado a su desarrollo ulterior el anlisis que
adelantamos en 1971 sobre el rumbo inmediato del proceso unitario de los
trabajadores organizados. Ciertos crculos ultraizquierdistas quisieron utilizar
tendenciosamente, fuera de todo contexto, algunas condicionales que se
desprendan de lo que entonces mostraba la realidad, respecto al comportamiento
de la UTC durante el paro nacional del ao citado. Ignorando, a la vez, el correcto
pronostico que presentamos sobre las perspectivas de avance del proceso unitario,
por el lado del movimiento sindical independiente, que tubo confirmacin en los
aos sucesivos.
De otra parte, en esta oportunidad hemos suprimido ntegramente el capitulo I de
la anterior edicin. Trataba de aspectos generales de la teora marxista-leninista
acerca de las formas de organizacin y niveles de lucha de la clase obrerasindicato, partido- y apenas posea un valor propedutico y una intencin didctica,
alcanzables a travs de otros textos. De este modo, la segunda edicin entra en la
materia histrica desde el primer capitulo.
En el capitulo suprimido sealbamos que la clase obrera, que nace con el sistema
capitalista y esta destinada histricamente a liquidarlo, encuentra en el curso de
sus luchas dos formas de organizacin.
La primera, elemental, rudimentaria, primitiva segn Lenin- es el sindicato.
Consiste en la unin espontanea de los trabajadores para enfrentar, batallando
contra los patronos y el Estado que los representa, los efectos de la explotacin
capitalista. El sindicato une a los trabajadores como tales, independientemente de
su ideologa o filiacin poltica, alrededor de objetivos inmediatos: aumento de
salarios, estabilidad laboral, seguridad social.
El sindicato en s no es revolucionario, aunque llegue a ligar su accin a la lucha
poltica adoptando cuando est orientado en un sentido clasista y consecuenteplataformas democrticas y patriticas y se convierta, de hecho, en una escuela de
aprendizaje revolucionario. En su origen constituyente solo una organizacin
mediante la cual los trabajadores acopian fuerzas para defender sus condiciones de
trabajo y de vida, dentro de los lmites legales y polticos que les depara el sistema
opresor que los condena a la desocupacin y al hambre.
Por el contrario, el partido, la ms elevada forma de organizacin de la clase
obrera, vincula a los trabajadores no por sus intereses inmediatos nicamente sino
por su ideologa comn, proponindoles objetivos polticos. Como miembros del
partido proletario, los trabajadores luchan por acabar las causas de la explotacin,
al sistema capitalista, he implantar con la toma del poder, socialismo. Aqu sus
metas son esencialmente revolucionarias.
Marx hablando de la conexin entre sindicato y partido expresa que los comunistas
luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero al
mismo tiempo defienden tambin dentro del movimiento actual, el porvenir de este
movimiento.
Es decir, si el sindicalismo es la forma que corresponde al nivel de la lucha
reivindicativa inmediata de los trabajadores, el porvenir histrico de su lucha
como clase- lo garantiza la conduccin del Partido Comunista, con su programa y su
tctica revolucionaria. Solo bajo la orientacin del Partido Comunista la clase obrera
llega a ser clase para si esto es, consiente de su propia misin en la sociedad.
Por eso los capitalistas se empean en castrar al movimiento sindical de todo
porvenir. Convirtindolo a travs de la influencia ideolgica, el soborno y la
represin, combinados,
en un engranaje del propio sistema de explotacin.
Sumiso, estrecho, menguado en sus miras de lucha, incapaz de educar y preparar a
los trabajadores para que se incorporen, activamente, al proceso revolucionario y,
antes bien, oponindose a ello. Esto es lo que los imperialistas y las oligarquas
criollas llaman sindicalismo libre y democrtico.
Los comunistas trabajamos en otra direccin. Advertidos por Lenin de las
limitaciones de los sindicatos pero tambin de su necesidad- nos esforzamos para
que a travs del combate diario sean factor de maduracin de la conciencia de las
masas trabajadoras y vehculo que las pongan en capacidad de dar el paso a la
militancia revolucionaria.
Como dijimos en el prologo de la primera edicin, este libro aspira a contribuir al
conocimiento de la historia de las luchas reivindicativas de la clase obrera
colombiana en su articulacin social, econmica y poltica- a fin de que los
trabajadores la hagan suya y la conviertan en leccin viva y actante para sus luchas
de hoy, por la conquista de su porvenir.
E.C.
CAPITULO I
EL PROLETARIADO
COLOMBIANO
1 El proceso original
de
pas
colonial
en
pas
una
revolucin
democrtico-burguesa
limit
que
sus objetivos.
Es cierto que desde 1821 se dictaron medidas proteccionistas, pero en la practica predomino la poltica
de librecambio.
2
Luis Eduardo nieto Arteta. economa y cultura en la historia de Colombia, ediciones Siglo XX,
Bogot, 1942, pg. 107
Diremos,
pues,
que
estas
reformas
anti-coloniales
se
cumplen
las
transformaciones
3
de Colombia .
ms
fundamentales
Desde entonces
el pas
en
la
estructura
se convirti
en
de
los
censos
10
4
5
en
1854
11
se
explotacin
de
los
ferrocarriles
de
los
cuales
era
12
V.I Lenin. el desarrollo del capitalismo en Rusia OBRAS COMPLETAS, tomo III cap. II, pg. 64,
editorial Cartago.
8
L. Ospina Vsquez, obra citada, pg. 179.
13
ste
ltimo
(sastres,
zapateros,
etc.)
bajo
patrocinio
eclesistico. Antes, durante la segunda mitad del siglo XIX, solo existieron,
aparte de las sociedades democrticas en auge por 1850, algunas
asociaciones de mutuo auxilio.
En el presente siglo la industrializacin del pas recibe impulso a partir de
dos fechas que tambin son claves en la historia de su desarrollo capitalista.
La primera es 1925, ao que la CEPAL considera el alboral de la
industrializacin en Colombia. Efectivamente, la acumulacin de capitales e
integracin del mercado logradas por el caf, y la inyeccin de inversiones
extranjeras, ante todo norteamericanas, mediante la cual Estados Unidos
que ya en 1903 haba asestado su brutal zarpazo en Panam afirmaba su
dominacin en nuestro pas relegando a Inglaterra, permiten un despegue
notable en el crecimiento industrial de Colombia.
gran
14
la
gran
burguesa
de
una
otra
etapa,
en
lo
que
tiene
que
ver
con
de
nivel
agrario-industrial,
dependiente
del
imperialismo
Sector
Primario (agricultura)
Secundario (industria)
Terciario (comercio, servicios)
1925
60,3%
13,1%
26,6%
1953
40,6%
15,8%
33,6%
1968
36,5%
19,7%
43,8%10
el primer
10
Francisco
rengln
Posada,
de
Colombia:
la
Violencia
aunque sigue
produccin
Subdesarrollo,
colombiana.
Universidad
Colombia, Bogot, 1969, pg. 67. Entre parntesis hemos indicado el rengln principal de cada sector.
15
siendo
Nacional
fuerza
de
enorme
significado
social,
cuyo
eje
lo
constituye
Poblacin activa
Proporciones
Urbana
Rural
1925
2.505.000
1945
3.647.000
23.2%
76.8%
34.0%
66.0%
11
1953
4.118.000
42.7%
57.0%11
Comisin econmica para Amrica Latina (CEPAL), de las naciones unidas, el desarrollo econmico
de Colombia, Mxico. 1957, pg.17. El DANE (boletn mensual N 233, diciembre de 1970) calcula la
poblacin econmicamente activa en 6.478.000 personas para 1970.
16
poblacin
1938
1951
1964
Urbana
29.1%
38.9%
52.8%
Rural
70.9%
61.1%
56.6%13
la
poblacin
12
econmicamente
Censo general de Poblacin 1938, contralora general de la nacin, resumen pg. 17.
Censo general de poblacin 1938, censo general de poblacin 1951, resumen y cense nacional de
poblacin, julio 15 de 1964, resumen, los ltimos del departamento administrativo de estadstica (DANE).
Segn los estimativos del DANE para 1968 las proporciones no haban sufrido modificacin alguna
respecto a 1964.
13
17
Activa del sector agropecuario, por categoras de ocupacin, esto es, por su
ubicacin dentro de la produccin:
Sector agropecuario
1938
1964
propietarios
618.759
308.291
306.881
720.857
Peones y obreros
831.712
1.021.338
1.757.352
2.050.48614
total
las
particularidades
del
proletariado
colombiano
en
la
Por lo pronto, volvemos a apelar a las cifras de poblacin activa que nos
brindan los censos. Esta vez parangonamos las de 1951 y 1964, que fueron
elaboradas sobre metodologa y clasificacin similares. Veamos, pues, cmo
14
18
distribuyen los dos ltimos censos del pas la poblacin trabajadora, segn
su forma de ocupacin productiva:
Categoras
Empleadores
Trabajadores independientes
Ayudantes familiares
Empleados
Obreros
Otros
1951
385.943
889.786
311 .001
732.875
1.238.853
197.151
________
3.755.609
1964
419.882
1.283.097
420.685
1.367.717
1.572.572
70.172
_________
5.l34.l25 15
obrera.
lo
mismo
que
los
15
campesinos
pobres.
19
Lenin
los
trabajadores
de
servicios
18
bsicos
como
la energa
el
Es tan artificial en algunas empresas, que se basa simplemente en la forma de pago de los trabajadores:
si la nomina es semanal, los llaman obreros; si es quincenal o mensual, los titulan empleados, aunque las
labores de unos y otros sean similares. Es una manera de dividir a los trabajadores.
20
aproximadamente
stos
600
otros
mil
que
acabamos
individuos19.
de
Pero
mencionar,
todava
suman
existe
un
proletarios
econmica
social,
agrcolas
y
por
censados
su
en
1964.
idiosincrasia,
Por
su
estn muy
ubicacin
ligados
al
inclusive
la
industria.
Son
por
lo
general
una
masa
19
Comit Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia, ponencia a la conferencia nacional del
Partido Comunista sobre los problemas del movimiento obrero, en DOCUMENTOS POLITICOS, N
65, enero-febrero de 1965, Bogot, pg. 7.
21
determinan
por
que
el
20
el
proceso
xodo
de
urbanizacin,
campesino
En octubre de 1973 se efectu un nuevo censo general de poblacin, pero sus resultados completos no
han sido publicados hasta la fecha de esta segunda edicin.
22
23
24
por
la
burguesa
para
la
competencia
entre
los
mismos
25
Ao
Porcentaje de sindicalizacin
Poblacin
Fuerza de trabajo
del pas
respecto a la fuerza
de
trabajo
1939
8.886.430
2.945.852
2,8%
1947
10.544.670
3.459.558
4,7%
1964
17.484.508
5.134.125
12,0- 16,0% 22
de
vanguardia.
pretendamos
juzgar
la
Es
lgico,
fortaleza
22
por
de
otra
parte,
la
clase
que
obrera
Miguel Urrutia Montoya, Historia del sindicalismo en Colombia, Ediciones Universidad de los
Andes, Bogot, 1969, pag. 200. El cuadro se presenta literalmente. Urrutia emplea como fuentes
estadsticas oficiales y algunos informaciones sindicales, principalmente.
26
no
revolucionario
opinan
los
dirigentes
24
de vanguardia .
Veamos de inmediato cmo se expresa su divisin orgnica. A continuacin
insertamos los datos del nmero de trabajadores que se estima cuentan
aproximadamente las distintas centrales obreras en Colombia u otras
agrupaciones de tipo nacional no afiliadas a ellas, segn clculos elaborados
para 1971 por la directiva de la CSTC. Son grandes las discrepancias entre
una u otra fuente, en relacin con las cifras que se atribuyen a las distintas
centrales
nacionales.
Pero
comparndolas,
23
juzgamos
V.I. Lenin, un paso adelante dos pasos atrs, OBRAS ESCOGIDAS, tomo I ediciones Sociales,
Mxico, 1941, pg. 350.
24
Roso Osorio, la clase obrera y la crisis nacional(informe al pleno de la CSTC) en DOCUMENTOS
POLITICOS N68 de julio-agosto de 1967, pg. 28
27
Organizacin sindica
Numero de
obreros
500.000
180.000
100.000
20.000
150.000
-----------950.00025
TOTAL
25
Las disparidades de apreciacin acerca del nmero de afiliados a cada central y las proporciones
relativas entre ollas, en cuanto a Volumen de adherentes, provienen del hecho de que, como no se lleva
un registro estadstico riguroso, objetivo y actualizado de los sindicatos existentes, por parte del
Ministerio del Trabajo, los datos que se conocen los suministran les propias centrales obreras. Y hay
mucha de acomodaticio en ellos. Ha sido frecuento la tendencia de UTC y CTC a inflar sus efectivos.
Segn el peridico Justicia Social, de la UTC (N587, de febrero de 1971), en 1970 la militancia
sindical del pas se distribua as: UTC, 68,3%; CSTC, 15.2%; CTC, 7,2%; Otras de 2do grado, 4,2%, e
Independientes, 5,1%.
En 1973, con motivo de la reglamentacin de los Fondos Regionales de Capitalizacin Social, el
Ministerio del Trabajo dio a conocer un censo sindical de acuerdo con el cual determin la representacin
de las organizaciones obreras en la coadministracin de los mencionados Fondos. El Ministerio del
trabajo dijo entonces que despus de seis meses de estudio haba comprobado que existan en el pas
2.155 sindicatos legalizados, repartidos en esta forma: UTC 1.260 sindicatos (con un millo y medio de
afiliados), CTC 604, CSTC 220, CGT 36 e independientes35 sindicatos.
El gobierno atribua as, oficialmente, una inmensa mayora a las dos confederaciones adictas (UTC y
CTC) para asegurar su absoluta preeminencia en las juntas administrativas de los fondos, respecto del
movimiento sindical. Sobra decir que la validez del censo fue desconocida por el sindicalismo
independiente. (ver detalles del censo oficial en el tiempo. De Bogot, marzo 17 de 1973).
Hoy la militancia de la CSTC sobrepasa los 200.000 trabajadores. El incremento de sus filas ha sido mas
notable y rpido desde mediados de 1973, dentro del marco de una nueva etapa del proceso unitario, con
la incorporacin de importantes sindicatos independientes y no pocos desgajados de la UTC y CTC.
28
generalmente
mal
libradas,
sin
participacin
de
las
masas,
29
para que la propia clase obrera se coloque como activa defensora del
sistema capitalista, viendo su enemigo no en los explotadores, sino en
quienes luchan por la liberacin y tratan de organizarla y movilizarla contra
stos.
En cuanto a las diferencias entre ambas, cabe decir que la CTC, en otro
tiempo central nica en Colombia, que jugara entonces un papel importante
en las luchas obreras, est hoy controlada por agentes experimentados, de
vieja data, en la traicin y el entreguismo, serviles seguidores de la
burguesa liberal y abyectamente gobiernistas y pro-yanquis. La UTC,
nacida al amparo de las dictaduras reaccionarias que se establecieron desde
1946, y con el auspicio del clero catlico, es ms heterognea en su
composicin y su poltica. Sus dirigentes, generalmente de tendencias y
mentalidad social-cristiana aunque rigurosamente no militen en tal partido
sino en los tradicionales se hallan vinculados ante todo, a la inversa de los
de la CTC, al proletariado renovado del sector fabril. Han tenido momentos
circunstanciales de rebelda frente a este o aquel gobierno, para retractarse
casi siempre enseguida. Tales fugaces actitudes han derivado unas veces de
la necesidad de no perder sus posiciones respecto al movimiento sindical y
reaprestigiarse ante las bases obreras descontentas, o simplemente porque
la coyuntura poltica presentaba ante algunos de ellos la perspectiva de
ciertas ventajas personales. Como es el caso de cierto secretario general,
nombrado ministro del gabinete de Lleras Restrepo, en contraprestacin
poltica.
Estas dos centrales, que por su trayectoria han sido calificadas de
patronales, estn asociadas a la Organizacin Regional Interamericana de
Trabajadores (ORIT), que a su turno es filial de la Confederacin
Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), entidades que
actan como punta de lanza continental y mundial, respectivamente, del
imperialismo y la reaccin burguesa, para dividir al movimiento sindical
independiente y clasista y socavar sus posiciones. Reciben, por otra parte,
subvenciones
de
la
central
norteamericana
30
AFL-CIO
de
agencias
sindicales
patronalistas
progubernamentales,
con
instigan
conspiraciones
en
favor
de
los
designios
del
aos, el
rgimen
le
neg
sistemticamente,
26
Sobre la IADSL y sus maniobras en Colombia, vase en particular VOZ proletaria de noviembre 18 y
25 y diciembre 2 de 1971, lo mismo que el peridico de agosto 23 de 1973, bogota.
31
travs
de
acciones
conjuntas;
practicar
amplia
orientacin
confesionalismo
militante,
poltica
ha
originalmente
solido
adoptar
social-cristiana,
una
conducta
de
seudo-
32
33
ello
Para
la
delimitadas
realmente
base
o
obrera
no
nivel
tales
existen
de
las
fronteras
en
absoluto.
directivas
no
estn
Por
sindicales.
rigurosamente
saberlo
as,
los
34
sociales
agudos
y cambiantes,
en que las
capas medias
chocan
entre
encarnan
en
corrientes
polticas
contrapuestas.
Por tal situacin ideo-poltica ms emocional que reflexiva los obreros
aunque obedezcan a sus dirigentes sindicales en la lucha econmica y
reivindicativa, no los acatan estrictamente y muchas veces antagonizan con
ellos en el plano poltico. Esto es vlido igualmente para el caso de los
sindicatos dirigidos por los comunistas.
As que no hay equivalencia: exacta entre las posiciones
polticas que
sindical.
Sin
embargo,
la
historia
reciente
muestra
cmo
el
35
28
V.I Lenin acerca de los sindicatos, recopilacin, ediciones Suramrica, Bogot, 1959, pg. 23.
36
el
proceso
puede
detenerse
en
el
nivel
espontneo,
29
37
propio
despus de la
La ponencia esta publicada en el N 3 de la revista estudios Marxistas, Bogot, 1970, CIM: Centro
de Investigacin Marxista, de Cali.
38
31
La poblacin activa menor de treinta (30) aos suma 2.443.838 o sea, el 47% del total, censo de 1964.
Alvaro Delgado, articulo 2anotaciones sobre la clase obrera Colombiana, en la revista PROBLEMAS
DE LA PAZ Y EL SOCIALISMO, N 8 de agosto de 1966.
32
39
varias
generaciones.
espontaneidad
que
Para
traduce
consista
el
reflejo
en
la
lucha
ideolgico
contra
la
burgus
se
impone
ineludiblemente
cierra
toda
posibilidad
de
40
deben
hablar
de
transformacin,
de
frente
social
hasta
de
el
pueblo
posiciones
independientes
clasistas,
premisa
indispensable de la revolucin.
Porque as como encontramos en la renovacin del proletariado la raz del
atraso en su conciencia, que sirve de sustento a la poltica divisionista de la
burguesa y sus agentes, existe tambin una base objetiva social, la
comunidad de intereses de la clase obrera, para su lucha unitaria, en la
que se apoya la poltica de los revolucionarios.
Desde hace ms de cuarenta aos, ha venido librndose una batalla
sostenida y tenaz, no exenta de errores y desviaciones transitorias, para
elevar la conciencia de la clase obrera y sustraerla de la influencia
ideolgica y poltica de la burguesa. Tal empeo ha permitido, en el plano
sindical, alcanzar reivindicaciones y derechos importantes a los trabajadores
y ha rendido igualmente resultados parciales pero decisivos para el
porvenir del movimiento, desde el punto de vista de la accin ideolgica y
poltica del Partido Comunista por hacer del proletariado colombiano una
fuerza revolucionaria eficaz. La organizacin, la unidad y la independencia
conseguidos por el movimiento obrero del pas hasta hoy, representan la
medida de su xito.
41
42
CAPITULO II
ETAPAS DEL
MOVIMIENTO
SINDICAL
histrico
del
movimiento
sindical
en
Colombia,
en
43
44
de
base,
el
minifundismo
sindical
las
concepciones
gremiales.
espontneas,
en
La
abre
que
la
un
proceso
inicial
de
huelgas
45
sustituible.
industriales,
que
consideran
conveniente
negociar
con su
no
queremos
dejar
sin
mencionar
una
cuarta
tentativa
de
36
46
en
el
panorama
obrero
sindical,
constituyen
desde
Julio Cesar Snchez, articulo la crisis del sindicalismo en el quincenario VOCES NUEVAS, N 2
segunda poca (junio de 1957) Bogot.
47
del
marxismo-leninismo.
Solo
entonces
se
eleva
la
no
introduciendo
una
nueva
clasificacin,
sino
quizs
48
realizadas
por
los
artesanos,
aquellos
de
las
sociedades
49
inmediatamente
superiores
40
de
la
burguesa
Comit Central del PCC, treinta aos de luchas del Partido Comunista de Colombia, ediciones paz y
socialismo, Bogot, 1960, pg. 10.
41
M. Urrutia Montoya, obra citada, pg. 90.
50
por
las
condiciones
de
origen
del
proletariado
siendo
la
rama
textil
la
de
mayor
pes,
ocupaba
42
51
44
45
52
cuando
estalla
en
1917
la
Revolucin
de
Octubre
en
la
La
revolucin
de
53
trabajadores
1921,
las
corrientes
socialistas
colombianas
consiguen
triunfos
47
. A partir
Articulo citado.
Torres Giraldo, articulo citado.
48
Obra citada, pg. 11
47
54
colombiana,
especialmente
en
los
ramos
de
carreteras,
atrs.
Al
propio
tiempo
se
formaban
las
primeras
emprstitos
extranjeros,
el
despilfarro
la
deshonestidad
prosperidad
debe,
provocan un
nuevo
proceso
agudo
de
tendencias
de
izquierda,
socialistas,
comunistas
anarcosindicalistas.
49
55
Por este tiempo coge fuerza la corriente socialista radical, opuesta a las
concepciones
del
socialismo
moderado
que
hasta
entonces
haba
cuyos
dirigentes,
entre
los
cuales
se
destacaron
52
53
56
el rgimen se
dominical
remunerado,
ocho
horas
de
trabajo
otras
57
58
Coronel,
Sixto
Ospina
Alberto
Castrilln,
bloquearon
las
59
55
60
golpista
en
boga
en
la
izquierda
toda
tendencia
Comit central del PC de Colombia, primera declaracin, hecha en agosto de 1930. Ver
DOCUMENTOS POLITICOS, N 19 de 1960, Bogot.
61
en
campesina, de proletarizacin de
las
62
masas
en
1933,
su
capacidad
importadora
se
restringi
la
tierra
la
libertad
de
cultivos,
enfrentndose
al
63
con los campesinos de Viot, que han persistido hasta hoy, y tambin en
regiones del Tolima, Cauca y la Sierra Nevada58. Edificaba as la primera
experiencia, propiamente dicha, de alianza obrero-campesina, que aos
ms tarde se traducira ms profundamente en las luchas de autodefensa y
en la accin guerrillera.
En 1931, la presin de las masas oblig al Congreso, de mayora liberal, a
expedir la Ley 83 de ese ao, que inaugur la serie de decisivas conquistas
legales que habran de conseguir los trabajadores en el perodo. Por primera
vez, mediante dicha Ley, se reconoca en Colombia a los sindicatos el
derecho de ejercer su actividad bajo reglamentacin oficial y a firmar
contratos colectivos. No era un reconocimiento completo, pero s muy til
para alentar el crecimiento del sindicalismo. No otorgaba fuero sindical a los
dirigentes y permita el esquirolaje en las huelgas al prohibir a los sindicatos
que impidieran trabajar a los no afiliados. Pero otra parte, facult la
creacin aspecto muy importante de federaciones y su confederacin
sindicales, dndole primaca a este tipo de organismos obreros. Y proscribi
el paralelismo al admitir nicamente un sindicato en las empresas. Sin
embargo, tambin consagr, como contraprestacin negativa, la ingerencia
del Estado en los conflictos laborales y en la vida sindical.
En leyes posteriores, bajo el mismo gobierno, se reconoci el derecho a
vacaciones remuneradas y a la jornada de trabajo de ocho horas,
implantada esta ltima despus de una gran huelga de albailes 59.
El presidente Olaya Herrera aprovech la guerra con el Per (1932-1933),
que dur unos meses, para reprimir fuertemente las luchas de los obreros y
campesinos y desatar una sauda persecucin contra los comunistas, que
se oponan a su gobierno y haban denunciado la citada guerra como una
intriga imperialista. En el ltimo ao del mandato de Olaya hubo varias
huelgas ferroviarias, de braceros y ocupaciones campesinas de tierras.
58
C.C. del PCC treinta aos de lucha del PCC citado pg. 25
Escuela sindical de la CSTC, curso por correspondencia, historia del movimiento obrero, 5 y 6,
mimiografiado.
59
64
reforma
agraria;
reforma
educativa
democrtica
reforma
60
65
Ya
la
burguesa
liberal
haba
logrado
ganar
justo
en
aquella
coyuntura,
desde
luego
apoyar
la
gestin
alianza
con
la
burguesa
liberal
democrtica,
enajenaron
su
fue
de
la
concretando
adhesin
la
unidad
poltica
sindical.
al
La
gobierno
colosal
de
y
Lpez
memorable
66
unidad, que luego fue ratificada, en agosto del mismo ao, al realizarse en
Medelln el nuevo Congreso Nacional Obrero, en medio de algunos choques
con saboteadores derechistas que dejaron un saldo de dos muertos. En el
mencionado Congreso naci la Confederacin de Trabajadores de Colombia,
CTC. El gobierno patrocin el evento porque las finanzas de los sindicatos y
federaciones eran en aquella poca extremadamente endebles. El entonces
primer ministro Alberto Lleras Camargo advirti que gobierno el favoreca
la organizacin sindical pero la vigilara.
La aparicin de la CTC implic un formidable avance en el desarrollo del
movimiento obrero colombiano. Pero la central obrera, por virtud de las
condiciones imperantes, surgi lastrada de un vicio funesto: el de la
componenda poltica en torno al gobierno de la burguesa liberal. Como lo
seal autocritica y honestamente el Partido Comunista: Infortunadamente
la eleccin de su comit confederal (de la CTC) se hizo con criterio frentepopulista y no de frente nico obrero62, esto es, mediante el reparto
mecnico de as posiciones directivas segn el peso de la representacin
poltico-partidista en el Congreso, y no de acuerdo con la firmeza y la
trayectoria proletaria de los elegidos. Los comunistas quedaron con siete
miembros en el Comit Ejecutivo, lo que indica el potencial que posean63.
A medida que los ataques sembrados de anticomunismo de la reaccin
latifundista-burguesa arreciaban contra el gobierno de Lpez, creca
tambin el respaldo popular al presidente burgus. En el curso de 1936
tienen lugar inmensas manifestaciones promovidas por el frente popular
liberal (lopista)-comunista y el movimiento sindical que compona la CTC. El
sindicalismo sigue en ascenso contando siempre con la benevolencia del
Estado como contraprestacin poltica. Ya vimos cmo en 1937 obtiene
reconocimiento legal el mayor nmero de sindicatos hasta la fecha: 159. Y
la Federacin Nacional del Transporte Martimo, Fluvial, Portuario y Areo
(FEDENAL), poderosa organizacin de los braceros del ro Magdalena, los
navieros y los trabajadores de los puertos, adquiere por convencin
colectiva caso nico en Colombia a prerrogativa de agremiacin
62
63
67
tcnicas.
Simplemente sane
los
ttulos
de
los
los
latifundistas
y reaccionarios
ligados
los
intereses
del
64
68
69
de los
rasgos
positivos
de
dicho certamen
proletario
fue
su
65
70
siempre dentro
del criterio
de
proporcionalidad
comunistas.
En
dicho
comit
predominaban
las
representaciones
Segunda
Guerra
Mundial
trajo
para
nuestro
pas
consecuencias
bajaron tambin
para
los recaudos
equilibrar el
fiscales, se
presupuesto del
la
internacional y
proceso
113,4 en
por
inflacionario
el ao de
recursos crediticios
apel a
que
elev
1938 y
el
subi
en
l944 70. En
1946
la
creciente
manera
concentracin
elocuente
en
el
de
la
proceso
69
produccin
de
se
capitalizacin
71
reflejaba
de
un
Si bien
el
conjunto
1940
1941
1942
86.775.790
98.759.590
101.603.699
35,637.022
39.732.241
37.120.725
___________
$ 22.412.852
____________
138.531.831
____________
138.724.42472
de
la
industria
sus valores
y englobaban
de
mayores
milln
proceso
de
de
industriales.
un
los
diferenciacin
Empero,
el 73%
mencionados
177
de
pesos.
Estaba
monopolstica
todava
el
de
comercio
cuantas
acaparaba
el
empresas
50%
del
crdito bancario.
El enriquecimiento acelerado de un estrecho sector social iba dando origen
a la oligarqua que denunciara vigorosamente Gaitn en los aos
inmediatamente posteriores, y marcaba nuevos y abismales contrastes en
la sociedad colombiana.
Tambin comenz a desarrollarse por entonces el sector pblico
de
Instituto
Crdito
72
de
Territorial
Fomento
(ICT)
Industrial
y
72
(IFI),
otros,
que
el
Instituto
de
agigantaron
adelantaban
amplias
luchas
poder, por segunda vez, el doctor Alfonso Lpez Pumarejo. Contaba con
el
robusto
respaldo
de
personificada
por
la CTC. El
presidente
de
la
De
esta
seria
desviacin
73
de
derecha,
conocida
como
73
en
levantar
la
solidaridad
internacional
con
los
aliados
tras
las
burgus. La
ofuscacin
las
cosas,
se cay
74
75
accidentes
de
trabajo
de
enfermedad
profesional,
algunas
76
recin
adoptadas.
La
agitacin
la
actividad
de
los
77
Andrs Almarales, marina Goenaga, las luchas obreras y la legislacin laboral, Cali, 1963, pg. 80
77
78
78
79
mecanismos
interventores
creados
por
el
Estado,
como
la
79
Rafael Baquero H., la economa nacional y la poltica de guerra, editorial labor, Bogot, 1951, pg.
10
80
A. Garca, obra citada, pg. 288
80
81
facilidades
para
organizar,
primero
alrededor
de
hermandades
Pertenecientes a la CTC
Por fuera de dicha central
Total organizados
Numero de
sindicalistas
471
421
________
892
Trabajadores
afiliados
109.327
180.00056.223
______________
165.59584
82
que
Catlica fue
apenas
el instrumento ideolgico
83
87
84
filosofa
de
la
UTC
era
precisamente
lo
que
necesitaban los
ideologa
confesional,
economista,
apoltica,
anticomunista,
que
89
premisas,
convena
85
suelen
90
86
derechista,
para
cuidar
las
buenas
relaciones
obrero-
trabajadores.
muchas
veces
conceden
alzas
salariales
rebajar
el
salario
mediante
maniobras,
multas
87
de
las
desviaciones
de
derecha
que
haban
venido
de
aquellos
aos
inmediatamente
posteriores,
los
de
unidad
nacional
se
ms. No
sostuvo
obstante
que
1948, el liberalismo que tena como jefe a Gaitn y recoga los anhelos
democrticos de las masas populares y de los sectores
la
burguesa
desalojados
del
poder,
haca
frontal
medios
de
oposicin
al
88
92
89
93
Ver, CC del PCC, obra citada, pg. 91 y M. Urrutia M. obra citada, pg. 207.
90
como
las
normas
de
contrato
individual
colectivo,
la
obreros
comunistas,
muy
destacados,
cayeron
brutal
alevemente asesinados por los esbirros del gobierno. Tal fue la suerte de
Manuel Marulanda Vlez, de Bogot, golpeado hasta la muerte en 1951 y
cuyo nombre hered para el combate el jefe guerrillero comunista Pedro
Antonio Marn (Tirofijo); de Julio Rincn, torturado y estrangulado por
detectives en Cali, en 1951; de Angel Maria Cano, fusilado en Girardot en
91
las
ciudades
se
actuaba,
difcilmente,
en
la
clandestinidad.
El
Fue este un primer conato de los cambios que habran de producirse luego
en la UTC, y que condujeron a menguar, por los aos 60, el control directo
del clero sobre la direccin de la central patronal.
El dirigente expulsado y
sus compaeros, organizaron una central sindical de corta vida con las
94
92
1945
1953
1956
1957
7.853
11.243
9.835
11.007
Nmero de trabajadores
135.400
199.116
211.979
230.773
$ 280
$ 5.340
$ 7.480
$8.520
27,0%
71,2%
75,7%
69.5%95
Empresas
Cuota de plusvala
95
art. una desviacin de derecha desde la izquierda de ramn Lpez, DOC. POL. N21 Bta., pg. 62.
93
aparato
el Banco
Popular
para
que
1952
las
ascendan
96
Gilberto Vieira, informe Poltico al VIII Congreso del PCC, en DOC. POL. N 13, enero-febrero de
1959, Bogot, pg. 14.
97
lvaro Vsquez sobre la declaracin programtica del PCC, informe al VIII congreso, DOC. POL.
N 13, enero-febrero de 1959, Bogot, pg. 48.
98
lvaro Vsquez, informe citado.
94
e industriales
terratenientes
latifundistas,
monopolistas invertan
en tierras y los
Lara,
liberales,
latifundistas
en
el
Huila,
eran
tambin
que
aparecan
reconciliados
los
partidos
liberal
conservador,
95
no
se
origin
por
iniciativa
de
los
trabajadores.
Muchos
96
CAPITULO III
LA LUCHA ACTUAL
POR LA UNIDAD
Y LA INDEPENDENCIA
logra
fundarse,
en
1964,
la
primera
central
obrera
para
un total
97
de 350 organizaciones
en
deshecho
por
la
represin
reaccionaria.
El
proceso
de
fundacin
de
nuevas
organizaciones
de
base,
federaciones
mutilada, que ha
pueblo durante largos aos, le fue presentado entonces como una panacea
milagrosa que curara al pas de la violencia y los odios f ratricidas.
En realidad, se trataba nicamente de embridar otra vez las ansias
populares
para
100
de
adelantar
cambios
sociales
desde el poder
una
profundos
estrecha y
98
democrticos,
expoliadora
poltica
Bogot
los
independiente
se
primeros
esfuerzos
hicieron
alrededor
para
de
reconstruir
los
ncleos
el
sindicalismo
obreros
de
la
en
duplicado
central
sus
agrupaba
organizaciones
unos
50 sindicatos, es decir,
de
dirigentes
comunistas
aliados
suyos
aparato
moviendo
cetecista.
como
fichas
Las
del
maquinaciones
Partido
99
de
Liberal
la gran burguesa
a
los
directivos
101
una
gran
amplitud
de
masas y se
100
modificar
su
actitud.
Las
jornadas,
mtines
que
en
esta
experiencia
proletaria
aprendieron
decir
102
trabajadores
del
sector
terciario,
102
de
cuellos blancos,
como
101
103
102
104
103
beneficios.
Al
pueblo
solo
le
plantearon
austeridad,
106
104
Sector
Petrleo
Industria
Comercio
1943
1956
1960
1964
1968
65
36
53
52
51.5
24
25
28
30.6
30
40
22
20
17.9
100
100
100
100
100107
107
Fuentes: para 1943 y 1956, revista del banco de la repblica, N300, citado por Nicols buenaventura
en curso sobre programa del Partido Comunista de Colombia en mimegrafo. Para 1960 memorias del
ministro de fomento, 1961, Bogot. Para 1964, articulo de Teodosio Varela, Colombia y el ALALC, en
documentos polticos N 59, Bogot. Para 1968, articulo de Reinaldo Ramrez 2una industria
colonizada, VOZ proletaria, marzo 11 de 1971, Bogot.
105
particularmente
de
los
yanquis.
Producimos
bienes
de
ellos
los
verdaderos
propietarios
108
de
las
grandes
empresas
Jose Consuegra, apuntes de economa, ediciones tercer mundo, Bogot, 1964, pg 78, el autor se
basa en datos de la superintendencia de sociedades annimas.
106
monopolistas,
que
descomunalmente,
para
esa
apoderndose
poca
del
1960
mercado
haban
nacional
crecido
en
estas
proporciones excluyentes:
Rama
productiva
Control de las
ventas
Tabaco
96.6%
Chocolate
94.8
Papel
87.5
Cerveza
80.3
caucho
79.3
Textiles
67.3109
Numero de
empresas
1
2
liberal-conservador.
La
coalicin
bipartidista
no
tard
en
109
haban sido
despojados
para el
reintegro
de sus
propiedades
107
108
posiciones
antiimperialistas
del
proletariado
petrolero
Los
voceros
de
bancarios
desafan
labores y
realizan mtines
110
las
puertas
109
de
los
establecimientos,
septiembre,
la
direccin
oportunista
de
esta
central
cambi
111
110
podran asistir por lo costoso del viaje y que all dispondra de algunas bases
sindicales adictas. Como varios confederales y dirigentes de federaciones
departamentales insistieron en los preparativos para celebrar el congreso en
Cali, la mayora del Comit Ejecutivo de la CTC, con el respaldo del gobierno
de Lleras Camargo y los auxilios de los grandes capitalistas y del
imperialismo yanqui a travs de su embajada y de la ORIT, emprendi en el
mes de octubre una ofensiva divisionista descarada y a fondo.
Produjo entonces una declaracin que era virtualmente de guerra en
que trataba de explicar el descontento de la base obrera contra la poltica
claudicante de la CTC como resultado de las incitaciones comunistas. Luego,
refirindose a los preparativos para reunir el congreso en Cali, deca que la
junta directiva no teme a esa convocatoria puesto que la mentada reunin
tiene como importancia para el movimiento sindical libre y democrtico la
definicin y la ubicacin de los sectores que han militado en la CTC
(subrayado en el original), situando a cada cual en su lugar, estableciendo
quines siguen las orientaciones del Partido Comunista y quines estn con
la lnea democrtica apoyada en los congresos de la Confederacin en los
aos 1950 y 1958, con el retiro de la Federacin Sindical Mundial y la
afiliacin
la
ORIT
la
CIOSL.
agregaba
luego:
112
111
Embajada
norteamericana.
Denuncias
hechas
pblicas
por
los
Entidades
Gobierno de Lleras Camargo
50.000.00
20.000.00
Departamento de Bolvar
ORIT(US$5.000.00)
35.000.00
50.000.00
Embajada Norteamericana
50.000.00
Loffland brothers
10.000.00
215.000.00113
TOTAL
113
Boletn obrero mimeografiado, distribuido en Cali, con motivo del congreso de la CTC en mayo de
1965.
112
de
abyecto
entreguismo
la
poltica
oligrquica
2 El extremismo nocivo
En el transcurso de 1961 a 1962 se incremefltar01 las luchas de clases, con
algunos perfiles nuevos que es conveniente sealar.
Los triunfos anteriores del movimiento sindical y el avance de sus filas, el
vencimiento de convenciones ya pactadas y el constante aumento de la
caresta, hacen que proliferen los pliegos petitorios. Las demandas obreras
se estrellan contra la intransigencia patronal e inevitablemente se generan
huelgas. Algunas inclusive en grandes factoras que haban sido reductos de
la influencia conciliadora y confesional de la UTC entre los trabajadores.
113
convirtieron
en
impresionantes
movilizaciones
de
masas
en
las
del
frente
nacional
era
inconstitucional.
Aunque
en
la
cual
participaron
de
trabajadores,
manera
beligerante
durante 52 das,
desde el
114
Portland
Diamante,
en
sus
fbricas
de
Apulo,
Ibagu,
de
orientacin
clasista,
filial
de
la
Federacin
Nacional
de
115
mantenerlos bajo su
tutela.
Pero el Valle mismo fue igualmente en estos aos escenario de otros
conflictos obreros muy relevantes y de serias repercusiones, por cuanto
pusieron
de
manifiesto
algunas
tendencias
en
las
luchas
de
los
acciones
proletarias,
infligiendo
dao
al
movimiento
obrero.
Se trata de las huelgas de los trabajadores de las empresas de llantas good
year y camisas Arrow, en 1961, y Celanse de fibras textiles sintticasy perini constructora de la hidroelctrica Calima- en 1962.
116
empresa
pblica,
acos
en
medio
andanadas
117
anticomunistas.
los
accesos
la
hidroelctrica.
Pero
tambin
por
la
en
algunos
sectores
del
movimiento
sindical,
en
aquellas
fenmeno
es
ocasionado
porque
en
la
coyuntura
de
de
convertirlos
en
focos
insurreccionales,
conducta
que
lamentablemente,
revolucionaria
inexistente.
Se
por
una
pierde
parte,
entonces
con
la
una
situacin
perspectiva
la
118
internas,
para
adelantar
una
poltica
de
lenguaje
caprichosamente,
estallidos
insurreccionales.
119
Algunos
grupos,
3 Se acenta la represin
El nuevo gobernante conservador del frente nacional, que asumi el
mando en agosto de 1962, se proclama presidente de los pobres. Pero
tras la facha de hidalgo de Guillermo Len Valencia, mantuvo el ejercicio del
poder la oligarqua avorazada del gran capital, que se hallaba en dificultades
econmicas por las crisis del caf, la baja en las reservas de divisas y el
dficit presupuestario, y tema adems las secuelas de las luchas sociales y
el incremento de la oposicin.
Esta oligarqua encar la situacin econmica con la solucin clsica dictada
por el Fondo Monetario Internacional: la devaluacin. El cambio oficial del
dlar fue fijado en $ 9.00, contra $ 6.70 que vena rigiendo. Fuera de ello,
el nuevo gobierno present un plan de impuestos al consumo y a la gasolina
que, por sus efectos de encarecimiento, el pueblo llam plan de hambre.
El costo de vida subi en 1963, a consecuencia de la devaluacin, en un
35,4 por ciento segn las estadsticas del DANE.
Desde finales de 1962 ya la clase obrera levantaba consignas de rechazo al
citado
plan
de
hambre,
contra
la
devaluacin
las
facultades
120
elaborado,
de
la
fbrica
parada.
Caravanas
de
volquetes
121
122
norteamericanas
del
petrleo
contra
la
existencia
de
Ecopetrol.
En un momento dado 14.000 trabajadores de la industria petrolfera se
encontraron
envueltos
en
conflictos,
con
diversos
desarrollos.
En
114
Hubo otra huelga, la de mosaicos titan en Medelln, que supero a todas en duracin. Los 30 obreros
de la empresa le dieron comienzo en 1963 y estuvieron dos aos parados. Pero en verdad, no tuvo
significado de masas ni mayores repercusiones.
123
feroz
represin
con
un
saldo
de
diez
heridos.
La
huelga
estalla,
124
del
sindicalismo
independiente,
obligan
las
dos
125
organizado
los
campesinos
revolucionariamente.
Tropas
115
Gilberto Vieira, informe al X congreso del PCC, en la compilacin por el frente patritico de la
liberacin Nacional, Bogot, 1966, pg. 42.
126
agresiones
1964
contra
encendieron
una
Marquetalia
oleada
nacional
dems
de
regiones
protestas
agrarias
Aquel
en
de
antiobrera
traidora,
servilmente
patronal
gobiernista
127
el
solo
hecho
de
haberse
formado
la
nueva
central
sindical
La
divisin
del
movimiento
comunista
internacional,
de
renegados
nuevos
revolucionarios
que
intentaban
que
solo
conduca,
al
no
haber
una
verdadera
situacin
128
las
masas
canalizar
su
accin
con
eficacia
hacia
desenlaces
revolucionarios.
Con todo, ya lo hemos sealado, 1964 represent uno de los escalones
ms empinados del ascenso huelgustico de la dcada, no solo por
el nmero de paros cumplidos la cantidad de trabajadores involucrados
en ellos, sino por la larga duracin de los conflictos. Catorce
se
exasperacin
en
que
colocan
al
proletariado
el
sistemtico
129
los
proyectos
legislativos
sugeridos
por
la
Asociacin
Nacional
la
poltica
del
gobierno
de valencia
adoptar
un
tono
Se
redujo
un
conato.
Pero
aun
as
tuvo
proyecciones
117
118
130
en la legislacin del trabajo. La idea del paro fue lanzada por la UTC y
secundada por la CTC. Pero mientras esas dos centrales alardeaban sobre
su cumplimiento inexorable y presentaban una especie de ultimtum al
gobierno de Valencia que se debata en esos instantes en una crisis poltica,
en la prctica no tomaron medidas para realizarlo ni instruyeron a sus
filiales sobre su ejecucin.
Cosa diferente ocurri entre las bases obreras, inclusive de las propias UTC
y CTC, y en el movimiento sindical clasista orientado por la CSTC, lo mismo
que en amplios sectores populares de masas, profundamente descontentos
con el gobierno. La consigna del paro general prendi en estas esferas con
toda energa y dentro de un ambiente de tensin se dieron a la tarea de
prepararlo, con todos los medios a su alcance y con espritu unitario, a fin
de convertirlo en un hecho real y contundente en la fecha escogida. Se
cometi un error, empero, que facilit la claudicacin de las centrales
patronales: el de no promover acciones de masas en las calles antes del 25
de enero, para imprimirle a la consigna un efecto irreversible.
En
cambio
de
ello,
las
organizaciones
interesadas
permanecieron
por
las
otras
dos
centrales
para
limitar
impedimentos
al
mximo
131
Prometi
no
ceder
enfrentar
con
firmeza
los
acontecimientos.
La CTC no tanto por temor, como por cuanto su dirigentes gobiernistas
comprendieron que haban ido demasiado lejos y que la accin que para
ellos significaba un simple alarde podra salrsele de las manos, desisti.
La UTC prosigui, aunque tampoco como qued claro despus porque
realmente tuviera la intencin de sostener una batalla contra el rgimen, la
que debido al enardecimiento de las masas no estara en capacidad de
controlar dentro de los lmites que originalmente concibiera, sino por cuanto
su presidente Tulio Cuevas calculaba que el mantenimiento de la presin
unos das ms precipitara quizs un golpe de Estado, respecto al cual vena
inteligencindose con el entonces ministro de defensa, general Ruiz Novoa.
Pero el general no dio el paso decisivo y por ello en la noche del 24 de
enero, vspera del movimiento anunciado, cuando el pas entero vibraba por
la situacin poltica y los trabajadores y el pueblo parecan dispuestos a
lanzarse a una accin insurreccional al otro da, las centrales UTC y CTC
pactaron un acuerdo con el gobierno, levantando la orden de paro.
El intempestivo desenlace, que traicion las expectativas populares, hizo
cundir el desaliento entre las masas. El sindicalismo independiente no tuvo
ms alternativa que plegarse ante el hecho, pues otra actitud hubiera
resultado suicida.
Aunque el paro no se llev a cabo trajo varias consecuencias. Mostr el gran
peso potencial de la clase obrera como fuerza poltica e indic la necesidad
de la lucha unitaria para contener la ofensiva del rgimen. Tambin, si bien
en grado irrisorio, arranc algunas concesiones y promesas al gobierno, que
no suprimi sino que reglament el impuesto a las ventas, aplaz el
establecimiento de los nuevos riesgos del seguro social y ofreci mayor
participacin a las centrales UTC y CTC en algunos organismos de la
administracin pblica. Poco tiempo despus, en virtud de los acuerdos
pactados, el gobierno expidi el decreto 2351 por el cual aboli la clusula
de reserva una conquista ya impuesta en las luchas sindicales y
recogi otras medidas positivas para los trabajadores como la ampliacin
132
del fuero sindical y el pago triple del dominical, a la vez que introdujo
disposiciones contrarias a los intereses obreros, entre ellas las nuevas
causales de despido justificado, como la de bajo rendimiento; la
reglamentacin de la votacin de las huelgas, que entraa una arma para
las intrigas divisionistas de los empresarios, y la elevacin de las
indemnizaciones por despido unilateral, que aunque aparentemente buena,
ha venido a constituirse en realidad en un instrumento de soborno cuando
los patronos quieren deshacerse de un trabajador.
El frustrado paro tuvo adems otras repercusiones. Plan te a la TJTC la
posibilidad y la ventaja de asumir posiciones polticas abiertas, de actuar
como fuerza poltica sindical Tulio Cuevas explicaba as esta actitud nueva
en la UTC, que enterr su formal apoliticismo tradicional: Hemos hecho
acto de presencia nacional. Salimos de la discusin parroquial de pliegos de
peticiones... a exigir a la clase dirigente que legisle en favor de todos y no
para un grupo privilegiado. Y agregaba: La UTC acord que la nueva
etapa, el gran salto del movimiento sindical, sera el de convertirse en una,
gran fuerza poltica. A rengln seguido aclaraba tambin el alcance de esta
concepcin
de
estribo
expresando
de
los
que
no
sera
partidos
para
polticos,
obrar
sino
como
como
peones
grupo
de
de
su
primitivo
carcter
meramente
confesional
haba
ido
119
133
de
en
Medelln.
Pararon
Telecomunicaciones
igualmente
y
ocho
mil
once
mil
obreros
trabajadores
portuarios
de
retenciones
cafeteras
generaban
emisiones
monetarias
que
comprador. Para
134
de que los
ajustes de salarios
y sueldos
deben estar
ciertos
lmites
para
garantizar
los
monopolios
asegurar
el triunfo
revolucionario
en el
pas,
consiste en la
135
Es por este tiempo tambin cuando Camilo Torres Res- trepo, quien haba
venido
desarrollando
una
intensa
campaa
de
agitacin
popular,
Su desaparicin,
muy sentida
136
quienes
incluso
alertaron
previamente
sobre
ella
las
137
vena
siendo
tan
vigorosamente
utilizado
por
el
proletariado
colombiano.
En un folleto explicativo de la operacin de El Arado, Utraval, filial de UTC
en el Valle, planteaba esta tesis elocuente que revela la concepcin utecista
de la huelga: La huelga est perdiendo universalidad como medio
coercitivo y en muchos casos es un derecho obsoleto. Y aludiendo al
fenmeno corriente por esos aos de su larga duracin, sostena: La
huelga hasta ahora fue, el arma extrema que emplearon los trabajadores en
su defensa. Hoy se ha convertido en arma patronal. Y, por supuesto,
prevena igualmente contra las tomas de fbricas, pues tambin como la
huelga, se prestar para abusos en su utilizacin; de all la necesidad de
restringir su empleo al mximo121.
Despojados los trabajadores de todo medio de lucha para hacer valer
sus
intereses,
qu
les
quedaba?
La
conclusin
era
obvia:
el
velar
el
contubernio:
Decan
en
el
folleto
citado:
Se
huelga
sobrepase
determinado
lmite
de
tiempo.
Aun
algunos
Utraval, mas all de la huelga la toma de El Arado, folleto impreso en Editorial Pacifico, Cali,
1966, pg. 103.
138
que
el
camino
seguir
debe
ser
vertical:
localizar
deslindar
sacrificadamente
conquistado
por
la
clase
obrera
122
139
dicho
descontento,
haciendo
concebir
ilusiones
falsas
140
empresas
Bayana
Coltejer
Coltabaco
Fabricato
Paz del rio
Andina
Celanese
1965
234
83
43
41
38
21
17
1966
230(1967)
112
39,9
53
20.7
40.5(1967)
22.6
1970
154
199
72
96
121
39
1972
205
278
79
104
105(1971)
47(1971)123
que.
ha
llegado
la
industria,
reforzando
su
carcter
monopolista.
123
Fuentes: 1965, unidad sindical, rgano de la CSTC Bogot, N 35, agosto de 1966; AVANCE
SINDICAL, publicacin obrera, Bogot, julio de 1967; 1970, semanario VOZ Proletaria, N 370 (621),
abril 1 de 1971, Bogot; 1972 VOZ Proletaria, abril 5 de 1973.
141
Escala de
tamaos
Numero de
Obreros
establecimientos ocupados
Produccin bruta
De 1 a 9
obreros
7.401
34.991
$1.717.371.920
De 10 a 99
obreros
3.860
100.044
$ 10.561.354.874
De ms de
100 obreros
536
164.473
totales
11.797
299.508
$ 21.567.360339
$ 33.846.087.133124
124
125
Industria
791
1.014
%|
22
23
1.101
22
1.532
24
Comercio
938
1.077
1.226
%
26
24
24
1.399
22125
142
Nombre del
Banco
Cafetero
Bogot
Colombia
Comercial
antioqueo
Comercio
Subtotal
Todos los
dems bancos
Total
1958
(2 semestre)
2.3
6.0
1961
(2 semestre)
9.7
9.9
1968
(Dic.31)
13.2
11.4
5.1
4.7
7.9
4.4
6.6
2.0
4.6
9.9
19.9
38.7
50.0
80.1
61.0
50.0
100.0
100.0
100.0126
10.4
Fuentes 1958-1961, francisco Posada, Colombia, violencia y subdesarrollo, citado, pg. 115; 1963
APUNTES ECONOMICOS, Bogot, abril 30 de 1969, N 149.
127
Diario EL TIEMPO, Bogot, noviembre 21 de 1966, pg. 5.
128
Semanario VOZ Proletaria, Bogot, abril 25 de 1968.
143
por
un
monto
de
1.484.836.000
para
sus
planes,
129
144
sido rotas veinte aos antes por la dictadura reaccionaria de Ospina Prez.
Pero ante todo se dedica a fomentar el despegue de las exportaciones no
tradicionales, que sustituyan al caf como dispensadoras de divisas, y a
estimular
la
mentalidad
exportadora
recomendada
por
algunos
145
del
capitalismo
por
conducto
de
las
corporaciones
financieras.
Y, finalmente, el tercero y ms decisivo rasgo estriba en que la oligarqua
gobernante no abandona no poda hacerlo su clsica concepcin del
desarrollo impulsado con emprstitos y ayuda imperialista, y cuyo nico
resultado es una mayor subordinacin de la economa nacional a los
monopolios extranjeros. Al comienzo de su mandato, por ejemplo, Lleras
Restrepo levant una oleada de entusiasmo en la opinin pblica, por su
aparente enfrentamiento con el Fondo Monetario Internacional que exiga
otra devaluacin para conceder nuevos emprstitos. El presidente dio tono
dramtico a su forcejeo con la entidad imperialista y aprovech la
circunstancia para pergear la imagen de su sano nacionalismo. Y sin
embargo, acab sometindose, como era natural, e implant la devaluacin
del centavo diario. Cuando sali del gobierno, el cambio del dlar haba
subido a $18.50 segn la cotizacin oficial fluctuante. Y no solo eso: el pas
se endeud enormemente y tuvo que soportar un oneroso servicio de
amortizacin e intereses. La deuda pblica externa pas de US$ 1.253
millones en 1964 a US$ 1.816 millones en 1969. Y mientras tanto los
inversionistas
yanquis
robustecieron
sus
posiciones
en
la
economa
130
146
encontramos
un
aspecto
complementario
de
esta
poltica
PROPORCION DE IMPUESTOS
EN EL PRESUPUESTO NACIONAL
(en millones de pesos)
Directos
Indirectos
Total
1960
1.112
817
1964
2.266
1.557
1.929
3.823
1970
5.336
5.817
11.153
131
147
extremoizquierdistas
de
estirpe
pequeo-burguesa
Los
trabajadores
de
la
industria
del
cemento,
afiliados
148
FEDETA
(de
la
CSTC)
UTRAN
(de
la
UTC)
sindicatos
y su carcter regresivo, lo
mismo
que el mentiroso
retener
arbitrariamente
alrededor
de
300
dirigentes
149
150
1962
1963
1964
Nmero de huelgas
36
69
75
Trabajadores
participantes
48.000
110.000
118.000
Jornadas perdidas
325
1.200
2.200
1966
1967
1968
Nmero de huelgas
73
45
44
Trabajadores
participantes
100.500
40.881
Jornadas perdidas
847
133
1965
84
171.000
1.976
1969
59
1970
63
58.000
142.000
800
820133
151
152
trabajadores
portuarios.
Los
maestros
oficiales
realizaron
cinco
134
153
de
las
huelgas,
la
poltica
de
despidos
masivos,
los
tozuda,
rgida
coercitivamente
aplicada
por
el
gobierno,
154
nicamente de liquidar
una
central,
la
CSTC,
los
sindicatos
del
1l
de
mayo
de
1968
se
busca
la
coordinacin
155
vacilante
arteramente
anticomunista,
de
varias
Refugiadas
en
su
imponente
revolucionarismo
verbal,
las
156
Dirigentes
asesores
ultraizquierdistas
arrastraron a
las
posiciones
de Cali y
las
fuerzas.
El
reformismo
social
del
gobierno
de
136
157
Nominal
Real
1964
$3.31
$ 2.20
1968
$500
$ 2.32
137
137
158
1950
61%
39%
1965
54%
46%138
porque
ella
solo
terminar
cuando
se
transformen
159
Numero de
trabajadore
s
Produccin
bruta($)
Valor agregado
Aos
1958
1962
1967
11.125
11.082
10.873
225.773
264.669
282.983
8.938.359.000
15.636.159.000
37.402.142.000
3.233.897.000
6.480.503.000
15.406.420.000
Aos
Salarios
pagados ($)
1958
1962
1967
878.284.000
1.670.138.000
3.880.044.000
Plusvala por
trabajador ($)
2.355.613.000 10.429
4.810.365.000 18.171
11.526.376.000 40.731
Cuota de
plusvala
(%)
72.8
74.2
74.8140
140
160
161
162
el
Frente
Independiente
en
Sindical
Autnomo
Medelln,
que
en
Cali
controlaban
el
Bloque
Sindical
precisamente
las
163
Tales
fueron
la
huelga
de
los
obreros
portuarios
de
164
fueron
tan
pequeas,
que
este
hecho
dio
margen
los
del
anticomunismo
obcecado
tendencioso
de
estas
sus profundas
perspectivas, la
unidad
de accin de los
trabajadores, sino que tambin destac al plano poltico, como una fuerza
social de primer orden a la clase obrera. Sin duda los resultados electorales
del 19 de abril de 1970 tuvieron bastante que ver con las grietas muy
hondas que abri el paro del 22 de enero de 1969 en el prestigio del
rgimen y en el desenmascaramiento de su poltica, y asimismo con su
contribucin a alinderar mucho ms a los trabajadores contra el sistema.
Pero, por lo pronto, el impulso y el alto grado de desarrollo de la unidad de
accin decayeron lamentablemente durant 1970. Ante la voz de alerta que
para la burguesa significaron las acciones conjuntas de enero de 1969, las
da ses dominantes y su rgimen se afanaron nuevamente en sus maniobras
divisionistas, halagando y presionando a sus agentes para deshacer los
avances registrados entonces.
Revivi en boca de ciertos reconocidos y curtidos directivos del sindicalismo
patronal, su furibundo anticomunismo FESTRALVA fue dividida con este
pretexto y con anuencia de la propia CTC se cre otra federacin paralela
filial suya. La UTC, alentada por sus asesores burgueses, proclam en su
165
de
mayo
de
1969
reflej
el
rpido
deterioro
de
los
organizaciones
independientes
obreras
populares.
Pero
las
166
FENALTRACAR,
un
encuentro
nacional
que
pas
desapercibido.
Al terminar el ao estallan las importantes huelgas de Bayana y Andina.
Estos conflictos vuelven a destacar el carcter oligrquico del gobierno y su
rabiosa posicin antiobrera, en un enfrentamiento repercutivo para el
proletariado colombiano. Siguiendo el ejemplo de las organizaciones
sindicales de la industria del cemento, los sindicatos nacionales de
Bayana, Coltabaco y Andina, dadas las afinidades econmicas de estas
empresas, deciden coordinar los pliegos petitorios que preparaban, al
vencerse sus respectivas
convenciones laborales.
Y as lo
hicieron,
efectivamente.
De inmediato, el gobierno de Lleras Restrepo sali por los fueros del gran
capital industrial-financiero, que se sinti vulnerado por los trabajadores. El
rgimen seal la accin concertada por los sindicatos de las tres empresas
como un plan subversivo, al que denomin ABC, igual que antes haba
tachado tambin de subversiva, bajo algn apelativo impresionante, la
coordinacin de pliegos en la rama cementera.
Buscando desbaratar el plan unitario, los empresarios apresuraron un
arreglo separado con el sindicato de Coltabaco, el cual se retir de la
accin. A la huelga nicamente llegaron los trabajadores cerveceros de
Bayana y de Andina, siendo sta para los de Bayana su primer cese de
labores despus de 28 aos.
167
168
Este
encuentro
propuso
la
realizacin
de
un
paro
del
pas,
los
alinderamientos
polticos
marcaron
el
hondo
169
repente y sus dos partidos tradicionales abocados a una crisis que pareca
inaugurar el proceso de su descomposicin irremisible.
Solo al amparo del estado de sitio y de medidas dictatoriales pudo el
gobierno sortear aquella situacin y darle posesin a Pastrana, repudiado
por una oposicin que le era mayoritaria.
Como su antecesor, el nuevo presidente dio comienzo a su mandato
rebautizando el rgimen, ahora con el sobrenombre de frente social. El
toque de alarma del 19 de abril como muchos lo consideraron oblig a
los dirigentes del gobierno oligrquico a darle mayor nfasis a su
demagogia y a anunciar que otorgaran prioridad al cambio social antes que
al desarrollo econmico. Los polticos burgueses, urgidos de recuperar las
masas e impedir que ellas se encaucen por los caminos de la autntica
revolucin,
advirtiendo
cmo
en
Amrica
Latina
se
producen
170
En
los
ltimos
aos
ciertos
ndices
econmicos
se
han
elevado
sus
asociados,
privado,
estableciendo
segn
sistema
de
de
Unidades
un
calco
Poder
ingente
de
volumen
otros
Adquisitivo
pases
Constante
de
ahorro
el
llamado
(UPAC),
que
ahorros,
ahora
bajo
el
remoquete
de
Fondos
Regionales
de
171
en dicha divisa,
el
propsito
pesar de
ncleos campesinos.
Crecieron, pues, bajo el frente social los ndices econmicos, pero se
agudiz hasta la angustia la situacin del pueblo trabajador. Si en 1971 se
elev el costo de vida en un 14,7 por ciento, en 1972 lo hizo en ms de un
16 por ciento y en 1973 alcanz un 25 por ciento, de acuerdo con los datos
del DANE, que apenas reflejan plidamente el verdadero incremento de la
caresta. En consecuencia, el salario real sigui declinando. Segn se
desprende de una encuesta del DANE sobre 142 grandes empresas,
representativas del 50 por ciento de la produccin industrial del pas, en
nueve meses de 1972 los salarios nominales se redujeron globalmente en
$10,4 millones (un 0.06 por ciento del total), lo que implica una inevitable
prdida del poder de compra real de los trabajadores, ante los mayores
precios y tarifas141.
Tal fue el resultado, para las clases laboriosas, del mandato del frente
social. En medio de la ms dura represin, caracterizada por la
ilegalizacin de huelgas, los despidos masivos y la aplicacin como en los
141
172
173
174
175
todos
los
procedimientos
organizativos
subordinaron
su
cumplimiento a consignas impartidas por lo alto, cuando por otra parte era
preciso contrarrestar mediante el contacto con las bases sindicales el clima
de desconfianza que en algunas de ellas haban dejado las frustraciones de
1965 y 1969, sin subestimar tampoco la influencia de las organizaciones
que se oponan desde diferentes posiciones, patronales o sectarias a la
realizacin del mismo.
Pero nada de ello rebaja la significacin de la jornada del 8 de marzo.
Lo ms relevante de la misma fue que de nuevo, y de modo ms ntido y
concluyente, coloc a la clase obrera en el centro de una batalla contra el
rgimen. Esa jornada tuvo ante todo el carcter de una protesta poltica
nacional dirigida por el proletariado organizado. Una vez ms, otros
sectores sociales, campesinos, estudiantes, la pequea y la mediana
burguesa, todo lo que engloba las ms definidas corrientes democrticas,
antioligrquicas y antiimperialistas, reconocieron expresa o tcitamente al
movimiento obrero unido como un factor determinante de las luchas
populares.
Pero el progreso de la unidad de accin, en este plano de entendimiento por
lo alto de centrales tan opuestas como la UTC y la CSTC, logrado merced a
ciertos cambios contradictorios y transitorios que se operaron en la actitud
de las jerarquas de la UTC, tuvo nuevos retrocesos. En aquellos momentos
estas jerarquas parecan inclinarse hacia las filas de la oposicin poltica al
gobierno, de uno u otro matiz. Mas el oportunismo de los dirigentes
utecistas no soport la prueba a que lo sometieron los halagos y presiones
de los representantes de la oligarqua y el imperialismo despus del paro.
176
6- Nueva Fase
Durante el mismo mes de marzo de 1971 resurgi para el magisterio del
pas, debido al incumplimiento oficial, su recurrente situacin conflictiva.
Las organizaciones sindicales de los educadores fueron colocadas en estado
de alerta y las primeras acciones afloran en Antioquia. Sin atender
sus peticiones, el gobierno toma medidas contra ellos y deja varios
cesantes.
El ICSS, por este tiempo, es sometido a una reorganizacin y desde
entonces empieza a cubrir los riegos de vejez, invalidez y muerte de los
trabajadores afiliados.
El 30 de abril. ASICOL se convierte en Confederacin General del Trabajo
(CGT), integrada por siete federaciones, al culminar su congreso en
Medelln.
En mayo, los mineros de la compaa imperialista Frontino Goid Mines, en
Segovia (Antioquia), realizan una nueva huelga para protestar por las
humillantes requisas a que son sometidos despus de sus labores. De su
parte, los braceros de los terminales martimos de la Costa Atlntica dan
muestras de descontento por la violacin de pactos laborales. Al mes
siguiente, Colpuertos firma con los sindicatos respectivos, filiales de la CTC,
una nueva convencin colectiva que cobija a los 8.744 trabajadores a su
servicio. Poco ms tarde los portuarios consiguen del gobierno la suspensin
de un reglamento que consideran lesivo y. en agosto, vuelven a plantear
exigencias de reajustes salariales y la fiel observancia de la convencin
suscrita.
Mientras tanto han ocurrido varias huelgas (en Tejidos Catalina, de
Bogot, declarada ilegal; en Siderrgica del Pacfico, de Cali) pero, sobre
todo, se desata una ola de represalias, ms acusadamente en Barranquilla,
contra diferentes sindicatos que haban tomado parte en el paro nacional
del 8 de marzo. La persecucin arroja un saldo de despidos en masa que
afecta inclusive a organizaciones adscritas a la UTC. Simultneamente
principia a perfilarse en el seno de esta central un contraataque divisionista
de los elementos ms retardatarios, encabezados por el ex ministro
177
obrero Antonio Daz, contraataque que asume hacia afuera las viejas
caractersticas de un furioso anticomunismo. Las maniobras del gobierno y
de los grandes empresarios para que la UTC retorne al carril y rompa su
reciente y circunstancial alianza con la CSTC, ganan terreno. En julio,
agentes patronales utecistas incrustados en el sindicato nacional de
trabajadores del monopolio Bavaria, adelantan una campaa en perjuicio
de la negociacin de un nuevo pliego petitorio. Y a la vez, en Cervecera
guila, de Barranquilla, propiedad de los multimillonarios Santodomingo
que en ese ao pasaron a quedar dueos casi absolutos tambin de
Bayana complotaban para sustituir por una patronalista, la junta
directiva del sindicato, so pretexto de que sta haba adherido al paro del 8
de marzo.
Un notable gesto internacionalista une, en julio, a los movimientos
sindicales en Colombia y Venezuela, que celebran encuentros fraternales en
Ccuta y en San Cristbal, para propender por una solucin amistosa al
diferendo diplomtico que, sobre delimitacin fronteriza, se ventila entre los
dos pases.
Pero la accin de mayor beligerancia y de repercusiones ms amplias en la
segunda mitad de 1971, la constituy el paro de los obreros de la empresa
Ecopetrol. Este movimiento signific, de una parte, un serio revs para las
concepciones foquistas y anarquistas de la lucha sindical, y de otra, por la
violenta represin militar de que fue objeto y la posterior condena de los
activistas y directivos obreros en consejo de guerra, marc un peligroso y
regresivo giro en el tratamiento dado por las clases dominantes a los
conflictos
laborales.
Solo
la
protesta
clamorosa
del
sindicalismo
178
un
turno
de
trabajadores,
esa
fue
la
chispa
de
los
administradores
de
la
empresa,
que
violaban
que
se
le
vena
imprimiendo
las
organizaciones
el
gobierno
como
los
peridicos
oficialistas
los
verbal
los
administradores
de
Ecopetrol
pasaron
la
las
142
179
circundante, son
180
instalaciones.
La
prensa
burguesa
denosta
contra
la
huelga
143
144
181
casi
medio
centenar
de
obreros 145.
Las
tropas
practican
la
responsabilidad
del desastre.
Se traban ardorosos
todava
reducto
de
los
dirigentes
asesores
182
abogados
ex
sindicalistas
que
suplantando
la
directiva
sindical
sus
deseos
descabellados,
sostenan
con
que
la
como
realidad
ya
tras
estamos
en
sus
propsitos
una
situacin
consecuencias
para
la
oligarqua
gobernante
(boletn
147
183
mencionados
y a sus
dos
de haber
no
por
una
plataforma
que contemple
nuestros
intereses
inmediatos, sino bajo un programa poltico que solo ser alcanzado con la
toma del poder, abandonando mientras tanto la lucha reivindicativa y
nacionalista de los trabajadores petroleros.
Luego de sealar el falso antiimperialismo de los asesores pequeoburgueses, que los llev a rehusar las acciones en defensa de Ecopetrol y
por la nacionalizacin del petrleo, con la argucia de que aquello no
era revolucionario, el comit terminaba afirmando que esos crculos,
durante el tiempo que controlaron la federacin han adelantado toda
una lnea contra la unidad de accin del movimiento petrolero con el
resto del movimiento sindical, llevndonos con su sectarismo y oportunismo
148
184
libraba
era
desprestigiada
por
estos
elementos
con
la
falsa
149
185
unitario,
en
el
que
participaron,
adems
de
numerosas
presionaron
persistentemente
por
la
libertad
de
sus
compaeros.
La monstruosa sentencia, que les impuso en total 285 aos de prisin, fue
pronunciada ms de un ao despus del fallo condenatorio, en octubre de
1972. Las penas para cada uno de los obreros fluctuaban entre 14 aos y
186
negociaciones
con
la
empresa
lograba
una
ventajosa
les
faltaba
cumplir
de
su
sentencia.
Pese
las
maniobras
187
ASPECUN.
Contra
las
afirmaciones de la
prensa
188
las
destituciones
decretadas y atender
las reivindicaciones
pendientes.
El 12 de septiembre, nueve directivos del sindicato de la empresa agrcola
de cultivos de palma africana, Industrias La Palma, ubicada en el
departamento del Cesar y de propiedad del multimillonario Mons Gutt,
fabricante de grasas y aceites vegetales, son detenidos bajo la sindicacin
de haber conspirado para asesinar al jefe de personal de dicha empresa,
quien pereci acribillado a balazos una noche, poco despus de que la
organizacin sindical lo acusara de perseguir a los trabajadores. Terminado
el ao de 1973, los nueve directivos sindicales, vctimas de la sangrienta
189
190
191
151
192
152
193
194
salariales,
estableciendo
una
escalafn
profesional.
Ni
los
de
mejoramiento
econmico
pago
oportuno
de
sus
(ACPES)
de
FECODE,
que
obraba
como
vocero
del
195
(FECOLPEM),
lo
mismo
que
varios
sindicatos
regionales
de
196
marzo,
los
obreros
de
los
puertos
martimos
de
197
En
el
fondo,
haba
tambin
plena
identidad
de
motivos.
sindical independiente,
dentro
del
que
militan
en
el
sindicalismo
libre
democrtico,
153
Las gestiones de Tulio Cuevas en procura de la fusin fueron premiadas con otra generosa dadiva del
imperialismo. En junio, la AID y el IADSL le otorgaron un cuantioso prstamo en dlares, dizque para
planes de vivienda, que Cuevas recibi de un funcionario de la embajada yanqui. Otro directivo de la ITC
198
despus,
al
expirar
abril,
las
directivas
de
UTC
declaro en aquella ocasin, que en esta forma se ayuda al esfuerzo que estamos realizando a favor del
mantenimiento de la democracia en el pas. (diario el Tiempo, Bogot, junio 14 de 1972)
199
de
la
empresa
en
los
diferentes
lugares
del
esquiroles, y
.ya
decretados,
por
sanciones
atenuadas
de
diversas
200
201
202
y trabajadores
reanud
formalmente,
Las
negociaciones
tuvieron
prrrogas
hasta
mediados
de
203
objetivos
reagrupamiento
de
de
fuerzas
la
unidad
del
obrera,
movimiento
haba
sindical
sugerido
un
independiente,
204
205
fresca
arremetida
anticomunista
de
las
centrales
sindicales
206
207
Numero de
huelgas
Trabajadores
participantes
Jornadas
perdidas
1971
37
1972
67
1973
54
152.000
162.000
105.000
825
1.040
1.250154
Estado
son
dos
contundentes
154
comprobaciones.
Como
tambin
Fuentes: Para 1971 y 1972, semanario VOZ Proletaria, Bogot, diciembre 21 de 1972, articulo de
lvaro Delgado. Para 1973, VVOZ Proletaria, enero 3 de 1973, articulo del mismo autor. Una
informacin publicada en el diario la repblica, de Bogot, edicin del 13 de diciembre de 1972, da la
suma de 155.000 trabajadores participantes en huelgas durante 1972
208
209
beneficioso
para
los
obreros,
este
siguieron
se colocaba
en estado de alerta
el 22 de marzo,
ante el
comenzado
dos
semanas
atrs.
El
gobernador
de
ese
el
cuadro
de
tensin
de
los
educadores,
que
protestaron
reunido
en
Ibagu
del
23
al
28
de
abril,
decidi
que
210
precisamente
en
la
fecha
en
que
fue
levantada,
el
nacional:
el
de
los
mdicos
residentes
de
los
hospitales
los
sectores
populares
sobre
coordinacin
de
los
211
este ltimo mes fue levantado el paro. Dur 37 das. El arreglo global
protocolizado despus, no satisfizo todas sus demandas y solo se les
permiti el reingreso individual y discriminado a sus labores no masivo
como lo planteaban en algunos hospitales. El gobierno aleg que su
rendicin haba sido incondicional.
En abril tambin se registra una audaz accin de los mineros del carbn, del
norte de Cundinamarca, que ocupan varias minas para reclamar el pago de
los salarios y prestaciones que pretendan birlarles sus medianos, patronos.
Quince mineros y el presidente del sindicato, fueron encarcelados durante
un mes bajo falsas acusaciones.
Con multitudinarias, impresionantes y combativas manifestaciones en
Bogot, Medelln, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Ibagu y otras ciudades
principales del pas, celebraron los trabajadores el Primero de Mayo, su Da
Internacional, en 1973. El sindicalismo, clasista, que desde mediados del
ao anterior vena desarrollando un vigoroso proceso unitario, en el que
participaban la CSTC, la pequea CGT y organizaciones federales y de base
no afiliadas a ninguna central, sali a las calles y plazas al llamamiento de
los recientemente creados Comits de Unidad Intersindical Regional (UNIR),
agitando las ms sentidas consignas de la lucha reivindicativa obrera: de
protesta contra la creciente caresta, de rechazo a las regresivas reformas
laborales
por
el
cese
del
estado
de
sitio
de
la
represin.
Cundinamarca
212
Colombiano
(MAC)
disidencia
de
izquierda
de
la
ANAPO,
poltica
propia,
revolucionaria,
el Partido
Comunista
(PCC)
213
poltica
de
entrega
al
imperialismo.
Posicin
unitaria
que
en
importantes
asambleas
conjuntas
de
delegados
de
214
(CSTC),
ASITLAN
(CGT),
FENASINTRAP,
ACEB,
otros
la
que
asistieron
FESTRAC
(CSTC),
FENALTRACONCEM,
con
destacamentos
del
el
fortalecimiento
sindicalismo
del
proceso
independiente,
en
unitario
el
marco
de
de
los
la
215
216
Mayo,
llevaron
cabo
en
Bogot
otras
ciudades,
nutridas
de
empresas
nacionales,
federaciones
de
industria
sindical
alrededor
de
una
sola
central,
tesis
que
en
217
con
abandonar
la
reunin.
Delegados
anapistas
comunistas
guardaron una
actitud
discreta,
aunque queran la
satisfactoriamente,
sentando
premisas
concretas
para
el
hallar
soluciones
los
graves
acuciantes
problemas
218
motivaciones
se venan gestando
segn
situacin,
en
crescendo,
determin
que
en
abril,
FECODE
31
de
julio,
ocho
organizaciones
sindicales
de
los
educadores,
219
220
CAPITULO IV
UNA LINEA
DE ACCION
se han
221
presentando
lo
demuestra.
La
ideologa
burguesa
domina
que
nunca
cuente
con
posibilidades
concretas
para
vez
ms
222
223
los
conflictos
laborales,
ha
fomentado
155
en
los
trabajadores
Gilberto morales, el movimiento obrero colombiano ante la industria textil y del vestido,
DOCUMENTOS POLITICOS N 7, Bogot, julio-agosto de 1968.
224
las
concepciones
estrechas,
sindicaleristas
que
por
su
parte
la
propia
entre
los
reivindicativa
de
la
atrasado.
el
sindicatos
y
no
de
aislada,
burguesa
Y
movimiento
y
solo
la
sindical
base,
con
contribuyen
impotencia
desde
el
que
su
a
controla.
gestin
reforzar
correlativa
punto
de
vista
En
del
este
puramente
el
dominio
proletariado
subjetivo,
de
su
un
buen
arreglo.
Semejante
situacin
venia
afectando
al
divisionismo y la impronta
225
organizacin
as
hara
intiles
las
actuales
federaciones
Rubens Iscaro, cien preguntas y respuestas sobre el movimiento sindical, editorial Fundamentos,
buenos aires, 1959.
226
con
plena
potestad
representativa,
pues
no
constituyen
cuando
son creadas
y orientadas por
el movimiento
obrero
independiente.
Las
corrientes
extremoizquierdistas
dentro
del
movimiento
obrero
227
los
sindicatos
por
ramas
industriales.
Lo
hacen
llevadas
por
sus
la
persistencia
del
sindicalismo
de
base,
cimentndose
en
las
En el cuadro
sobre la
de
la
produccio0n,
como
expresan
las
conclusiones
de
la
157
1967,
la
cual
precisamente
plante
228
la
necesidad
de
acometer
no
vaya
en
detrimento
de
las
dems,
favoreciendo
as
indirectamente al monopolio.
Y es que en ltima instancia lo que interesa al movimiento obrero es poner
trmino al paralelismo sindical; a la proliferacin de pequeos sindicatos,
aislados, canijos; a la concurrencia de dos y hasta ms sindicatos en una
misma empresa, para robustecerse integrndose en sindicatos nicos en
cada rama industrial, que son los que le otorgan alcance estratgico a las
luchas inmediatas de clase.
Claro que cuando se habla sobre la capacidad defensiva del sindicalismo no
se hace referencia solo a la estructura de sus organizaciones. Aqu se halla
involucrado otro aspecto decisivo, cual es el empleo eficaz de la principal
forma de lucha proletaria en el plano reivindicativo: la huelga.
Sobra insistir en el inmenso poder de las huelgas. Todo el mecanismo de la
produccin es movido por los obreros indica Lenin y ellos lo pueden
detener. Por eso cada huelga recuerda a los capitalistas que los verdaderos
dueos no son ellos, sino los obreros, que proclaman sus derechos con
creciente fuerza. Adems, las huelgas, por dimanar de la propia
naturaleza de la sociedad capitalista, significan el comienzo de la lucha de la
clase contra esta estructura de la sociedad. Poseen una eficacia prctica
para doblegar la intransigencia de los patronos y, lo que es ms importante
desde el punto de vista de la perspectiva revolucionaria del movimiento
obrero, tambin un gran valor pedaggico, como lo recalca Lenin: Toda
huelga infunde con enorme fuerza a los obreros la idea del socialismo; la
idea de la lucha de toda la clase obrera por su emancipacin del yugo del
capital159.
158
159
229
230
231
Reducirse
esto
es
lo
que
hemos
venido
denominando
sindicalerismo.
Solo superando tal estrechez conseguir el movimiento obrero desempear
real y efectivamente su papel de vanguardia de todo el pueblo, tanto en el
plano reivindicativo inmediato, como en el poltico y revolucionario. Lenin ha
enseado que no basta titularse vanguardia, destacamento avanzado: es
preciso tambin obrar de suerte que todos los destacamentos vean y estn
obligados a reconocer que marchamos a la cabeza del movimiento 161.
En verdad,
la
clase obrera
colombiana,
160
161
V.I. Lenin, ?que hacer? , obras escogidas, tomo I, ediciones Sociales, Mxico, 1941, pg. 204.
V.I. Lenin, ?que hacer? , obra citada, pg. 215.
232
233
que
se
exhiben
como
revolucionarios,
comparten
234
M. Urrutia, obra citada, apndice; N. Buenaventura, clase obrera y marginados, DOC. POL. N78,
noviembre-diciembre de 1968.
235
las
consideraciones
anteriores
nos
remiten
la
cues..
tin
236
que
lo
encarnan.
Exige
la
ubicacin
comn
de
los
ni
por
su
afiliacin
poltica.
Aun
en
Colombia,
donde
237
238
en torno a
un ncleo
fundamental de
organizacin proletaria.
El reconocimiento de este hecho oblig a postular la poltica de unidad de
accin, como un medio elemental, limitado, concreto, de acercar a los
distintos contingentes del movimiento obrero, en las condiciones actuales
de su honda divisin por razones ideolgicas y polticas.
Intenta romper las barreras artificiales y ejercer un influjo pedaggico en la
clase obrera, para relievar en la prctica de sus luchas reivindicativas la
comunidad de sus intereses sociales y mostrarle que pese a los falaces
compartimentos estancos que la separan, constituye una sola clase.
Trata de oponer al divisionismo ideolgico y poltico patronal, una
experiencia viva de unidad, de lucha hermanada, que posibilite su fusin
orgnica y la integracin poltica e ideolgica propia.
Es la rplica adecuada a la labor escisionista que desatan, bajo auspicios de
la burguesa, la reaccin y el imperialismo, las centrales patronales. Pero la
admisin tambin de que subsisten obstculos poderosos para arribar a la
ms amplia unidad organizativa y que para plantear sta como meta
inmediata es preciso crear antes una serie de condiciones.
Por eso la unidad de accin comienza proponiendo a los trabajadores la
lucha conjunta de carcter reivindicativo, econmica, sin discriminaciones,
alrededor de objetivos concretos, fuertemente sentidos por las masas
obreras comprometidas en un conflicto. Su expresin ms elemental
consiste en el ejercicio de la solidaridad.
La solidaridad es el apoyo recproco de los trabajadores en sus luchas.
Abarca desde el pronunciamiento moral hasta la ayuda econmica y la
movilizacin de masas. Precisamente porque tiende puentes de contacto, de
239
sus
organizaciones
de
empresa
federaciones,
derribando
las
166
240
demostraciones,
mtines,
manifestaciones
de
masas,
de
irregular,
con
retrocesos
241
inconsecuencias
menudo.
la
coordinacin de pliegos
precedentes.
1970
Pero,
como
al
mismo
tiempo
fue
un
ao
de
luchas
Posteriormente,
segn
vimos,
el
el
paro
oportunismo
del
de
entreguista
marzo.
y
el
167
La poltica de unidad de accin es otro plan del gobierno se escribi en una declaracin
mimeografiada del Bloque Sindical Independiente de Antioquia, en agosto de 1968; y con menos
estridencia: en los actuales momentos del movimiento sindical y del proceso revolucionario (la unidad
de accin) es una concepcin equivocada que favorece a los aparatos sindicales controlados por el
242
243
implcitas,
llegando
desde
1973
proponerse,
que
el
fenmeno
del
alinderamiento
poltico
representa
lo
244
245
246
ser
satisfechos
nicamente
por
transformaciones
polticas
171
econmica,
la
relacin
obrero-
patrn,
es
el
medio
donde
171
172
247
plano terico. Lo que viene situando a las clases subjetivamente (vale decir,
polticamente) frente a frente en Colombia, es la creciente oposicin
alentada desde luego por los partidos y grupos revolucionarios o de signo
popular, en el contexto objetivo de las contradicciones sociales a la
gestin del Estado oligrquico, que satisface el inters de los privilegiados y
no las necesidades del pueblo. El proletariado colombiano tiene una buena
experiencia acerca del Estado: como patrn (obras pblicas, burocracia,
educadores), como legislador y juez parcializado, como agente represivo de
los patronos, y porque alrededor suyo gira toda la actividad poltica
partidista.
Hoy como nunca, la clase obrera y el pueblo toman posiciones polticas
mirando su inters social, encuadrndose en una cierta perspectiva de
clase. Esto denota el fracaso del rgimen del frente nacional y explica la
honda crisis de los partidos tradicionales burgueses, impotentes para
circunscribir a las masas con la misma eficacia de antao en los moldes
anacrnicos del policlasismo. La poltica es, al fin y al cabo, la expresin
concentrada de la economa, ha dicho el propio Lenin.
Corrientemente los trabajadores, en el marco puramente sindical, solo ven
al patrn, al buen o mal patrn, o a su gerente, y el inters particular d
clase resulta opacado, oscurecido, por la inmediatez de esta relacin. Tal
inmediatez, por otra parte, es apenas provisional. El desarrollo capitalista,
con
sus
grandes
empresas,
convierte
al
patrn
en
una
ficcin
de
relaciones
humanas.
Adems,
los
trabajadores,
como
248
envuelve
los
trabajadores
con
las
grandes
palabras
249
que
las
bases
obreras
adopten
posiciones
polticas
250
portadores de posiciones
progresistas.
La ligazn de unas y otras organizaciones independientes que, depuesto el
sectarismo
de
algunos
lderes,
se
perfila
ya
como
factible,
abrir
251
252
INDICE
Pg.
Prlogo a la segunda edicin .5
CAPITULO 1 El proletariado colombiano
1 El proceso original ..7
2 Los rasgos actuales .15
3 La divisin sindical 27
4 El problema de la conciencia ..33
CAPITULO II Etapas del movimiento sindical
1 etapa: Formacin (1900-1929)...48
2 etapa: Ascenso y desviacin (1930-1945)............................ 61
3 etapa: Paralelismo y violencia (1946-1957). 79
CAPITULO III La lucha actual por la unidad y la independencia
1 La reconstruccin... 97
2 El extremismo nocivo.113
3 Se acenta la represin.. 120
4 Nace la CSTC 125
5 Desarrollismo y repliegue. 139
6 Nueva fase. 177
CAPITULO IV Una lnea de accin
1 La estructura sindical..223
2 Alianza y liderazgo 231
3 El proceso unitario ..236
253
254
255
256
257
independientes
del
movimiento
obrero.
El autor es un conocido publicista y estudioso
de los temas actuales de la lucha poltica y
sindical. Actualmente ocupa la jefatura de
redaccin del semanario VOZ Proletaria.
258