Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Bautismo D Else or

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 21

Bautismo del Seor

Moniciones de entrada:
(A)
Hace muy pocos das celebrbamos el nacimiento del Seor.
Aquel nio del portal de Beln significaba la presencia salvadora
de Dios en el mundo.
Dios, en la debilidad de aquel nio, se ofreca a los pastores y a
los magos (a todos los hombres en ellos representados) como
Salvador y Redentor. Jess = Dios-salvador.
Hoy celebramos el bautismo del Seor. Jess se nos presenta
como persona adulta, dispuesto a comenzar la misin iniciada en
Beln. Si el nacimiento de Jess fue "una gran noticia" para todo
el pueblo, el bautismo del Seor resulta una "noticia admirable"
para los creyentes: el cielo se abre y el Espritu de Dios desciende
sobre los hombres.
La voz de Dios-Padre nos invita a dar acogida a Jess y a
escuchar su mensaje.
Al recordar y celebrar el bautismo del Seor, tambin recordamos
el nuestro.
Un bautismo que, aunque lejano, sigue hablndonos de alegras y
de responsabilidades.
(B)
Con la fiesta del Bautismo de Jess cerramos los das de la
Navidad. Dios se ha hecho hombre en Jesucristo. La historia y la
humanidad son desde ahora la casa de Dios. Y hoy vemos a Jess
en la fila de aquellas personas que quieren dar un cambio a su
vida. El bautismo en el Jordn era el signo de la apertura a la
novedad de Dios, signo de querer cambiar todo lo negativo y
acoger al Dios de la Vida en la propia vida.

Jess hace suya la invitacin de Juan y pide ser bautizado. Es un


momento importante que expresa la solidaridad de Jess con todo
lo humano, y un momento en el que el Espritu avala la obra
comenzada por Jess. La voz del cielo se deja or: Este es mi
Hijo, mi predilecto.
(C)
(Si hay bautizos)
Todos nosotros fuimos bautizados de pequeos por decisin de
nuestros padres.
Pero una cosa es la decisin de llevarnos a bautizar y otra muy
distinta es vivir como bautizados, como cristianos.
La primera iniciativa: bautizarnos, la tomaron nuestros padres.
Vivir como bautizados es asunto personal de cada uno de
nosotros.
Hoy, Fiesta del Bautismo de Jess, vamos a bautizar a estos
nios/as... que son la alegra de sus padres y de sus familias.
Vamos a participar todos en esta Celebracin y tambin vamos a
recordar y renovar el Compromiso de nuestro Bautismo: vivir
como seguidores de Jess y no olvidar que Dios es Padre de
todos.
(D)
Han pasado ya las fiesta de Navidad en las que hemos recordado
el Nacimiento de Jess en Beln; la despedida del ao viejo y la
entrada del nuevo ao; la sorpresa de los Magos, que nos dejaron
regalos en los zapatos...
Hoy vamos a celebrar el Bautismo de Jess en el ro Jordn, que
nos recuerda, tambin, el da de nuestro Bautismo.
Aquel da, nuestros padres y padrinos, fueron los principales
protagonistas, ya que nosotros ramos nios recin nacidos. Pero

ya han pasado varios aos y somos conscientes de la importancia


de ese gran da. Por eso vamos a renovar las renuncias y promesas
que, en nuestro nombre, hicieron nuestros padres y padrinos.
Y lo vamos a hacer con mucha alegra, ya que fue el da ms
importante de nuestra vida, nada ms nacer, empezamos a
pertenecer a la familia de seguidores de Jess.
Empezamos nuestra celebracin cantando...

Saludo del sacerdote:


El da de nuestro Bautismo el sacerdote, al recibirnos en la
Iglesia, traz sobre nuestra frente la seal de la Cruz, que es algo
as como la insignia de los cristianos. Siempre que nos reunimos
en la Iglesia, hacemos este signo diciendo... En el nombre del
Padre....

Monicin del sacerdote


Buen da para que cada uno pensemos en qu se nos nota que
estamos bautizados y renovemos nuestras promesas bautismales,
que no son otra cosa que la aceptacin adulta, por la fe, de
nuestro compromiso cristiano, fiarnos ms, disfrutar de todos y
cada uno de los gestos en los que Jess nos comparte su
confianza total en su Padre.

Bendicin del agua


Queridos hermanos, invoquemos ahora a Dios Padre, para que
bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en
memoria de nuestro bautismo, y pidmosle que nos renueve
interiormente, para que permanezcamos fieles al Espritu que
hemos recibido.

(Despus de unos segundos de silencio)

Dios todopoderoso y eterno que, por medio del agua, fuente de


vida y medio de purificacin, quisiste limpiarnos del pecado y
darnos el don de la vida eterna, dgnate bendecir esta agua, para
que sea signo de tu proteccin en este da consagrado a Ti, Seor.
Por medio de esta agua renueva tambin en nosotros la fuente
viva de tu gracia, y lbranos de todo mal de alma y cuerpo, para
que nos acerquemos a Ti con el corazn limpio y recibamos
dignamente tu salvacin. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.
RENOVACIN BAUTISMAL.
Declaremos, pues, pblicamente, nuestra renuncia a todo lo que
se opone a la vida nueva de Jess.
Celebrante: Renunciis a creeros superiores a los dems: a vivir
en el abuso, en la discriminacin racial, el cinismo, el egosmo y
el desprecio a los diferentes?
Celebrante: Renunciis a inhibiros ante las injusticias del
mundo, lejanas y cercanas, por cobarda, pereza, comodidad o
ventaja personal?
Celebrante: Renunciis a comportamientos donde el dinero se
pone por encima del servicio y del bien comn, o donde slo
preocupe la felicidad individual y el puro negocio?
El sacerdote asperja con agua bendita.
Que el Seor tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos acompae hasta la vida eterna.

Oracin:
T sabes, Seor, que vamos a sentir
como todos,
las tentaciones de un mundo seductor
y vamos a tener que luchar

contra los engaos del espritu del mal.


Te pedimos que la fuerza
y el poder de Jess
nos guarden en nuestra marcha de cada da
para llegar limpios a la meta del Cielo.
Por JNS...

Liturgia de la palabra
Monicin a la primera lectura
Preparad el camino al Seor. Os suenan estas palabras? Por
supuesto! Nos sirvieron para preparar la Navidad. Pues hoy la
misma lectura del libro de Isaas nos sirve para cerrar la Navidad,
para insistir en que seamos capaces de recibir al Seor que ya est
caminando entre nosotros, dispuesto a revelar su gloria a todos los
hombres.
Lectura del profeta Isaas
Esto dice el Seor: Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi
elegido a quien prefiero. Sobre l he puesto mi espritu, para que
traiga el derecho a las naciones.
No gritar, no clamar, no vocear por las calles. La caa
cascada no la quebrar, el pabilo vacilante no lo apagar.
Promover fielmente el derecho, no vacilar ni se quebrar hasta
implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las
islas. Yo, el Seor, te he llamado con justicia, te he tomado de la
mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de
las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los
cautivos de la prisin, y de la mazmorra a los que habitan en las
tinieblas.
Palabra de Dios
Salmo 103: Bendice, alma ma, al Seor. El que sabe reconocer
la gloria del Seor que pasa a su lado en las mil maravillas de la

creacin y de la vida, entona su alabanza al Seor: Dios mo, qu


grande eres!.
Evangelio:
Se abri el cielo y baj sobre Jess el Espritu Santo en forma de
paloma. Jess es bautizado en el Jordn. Aunque es una escena
escuchada muchas veces, pongamos especial atencin en el
bautismo nuevo que anuncia Juan Bautista, la actitud orante de
Jess, la venida del Espritu Santo sobre Cristo, la revelacin de
Dios con respecto a su Hijo.
+ Lectura del santo Evangelio segn san Mateo
En aquel tiempo fue Jess desde Galilea al Jordn y se present a
Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo dicindole: - Soy yo el que
necesito que t me bautices, y t acudes a m?
Jess le contest: - Djalo ahora. Est bien que cumplamos as
todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permiti. Apenas se bautiz Jess, sali del
agua; se abri el cielo y vio que el espritu de Dios bajaba como
una paloma y se posaba sobre l. Y vino una voz del cielo que
deca: - este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.
Palabra del Seor

Homilas:
(A)
Hay una historieta muy linda. Ignoro donde la le, pero que se me
qued grabada por lo significativa. En unas Navidades, una nia
quiso regalar algo a su padre. Pero, como era muy pobre, no tena
nada que regalarle. En la Nochebuena, la nia puso junto al

arbolito de Navidad, una cajita bien presentada con papel regalo


diciendo: Para mi papi.
Cuando el pap abri la caja vio que estaba vaca. Enfadado,
creyendo que le haban tomado el pelo, llam a la nia y le dijo
de mal humor: esto no se hace, me has querido engaar como si
fuese el da de Inocentes. La nia se ech a llorar. El padre
reaccion y trat de consolarla.
La nia le dijo: Pero, papi, si la caja est llena de besos, era lo
nico que tena para regalarte. El pobre hombre se qued plido
por la dulce inocencia de la hija y trat de disimular el asunto
diciendo: Ah, es verdad, est llena de besos, ahora los veo.
Desde entonces, el padre conserv aquella caja-regalo y cada vez
que se senta mal, la abra y pensaba en los besos de su hija.
Hay realidades que no se ven. Pero que siguen siendo realidades.
A caso todos nosotros no somos una especie de caja-regalo?
Dentro llevamos algo que los ojos no ven. Pero que es una
realidad tan real como la que nuestros ojos logran ver. Llevamos
todos una interioridad. Nos creemos vacos, pero, por nuestro
Bautismo, por dentro estamos llenos, no s si de los besos de
Dios, creo que s, porque estamos llenos de su Espritu.
Lo que sucede es que estamos tan acostumbrados a lo material,
que lo espiritual, la gracia, el amor de Dios que nos hizo hijos
suyos, casi nos pasa desapercibido. Como que no nos enteramos
de lo que acontece dentro de nosotros. Nos sentimos como una
caja de regalo vaca, pero que en realidad est llena de los besos
y sueos divinos. Besos que, con frecuencia, solo quien nos los
ha regalado los puede ver.
Adems vivimos con tal rapidez y velocidad que pasamos por la
vida, sin tiempo para mirarnos por dentro y poder contemplar el
misterio que llevamos. Por eso mismo, nos olvidamos de que
llevamos un apellido que supera al apellido de nuestros padres.
Ese apellido, regalo de nuestro Padre Dios, se llama hijo/a de
Dios.

Alguna vez has pensado y has credo que realmente llevas


inscrito dentro, como grabada en el CD de tu corazn, una
msica y una voz que tambin a ti te sigue repitiendo: T eres
mi Hijo, el amado, el predilecto.
Con frecuencia vivimos ms preocupados y hasta angustiados si
amaremos de verdad a Dios. Yo pienso que ese no es nuestro
verdadero problema. Nuestro problema est en sentirnos
amados nosotros por El. Nosotros no somos los que le amamos
primero sino que es El quien nos am primero a nosotros. Y slo
quien cree en ese amor y quien ha experimentado el ser amado
por El, es luego capaz de amarle de verdad.
Es una pena que caminemos por la vida contemplando siempre la
piel de la vida y no logremos entrar dentro para ver cmo corre
una savia nueva que llamamos gracia bautismal. Una gracia
que nos transforma y nos renueva y nos hace nuevos, diferentes.
Por fuera, ms o menos, todos somos iguales. Pero nuestra
verdad camina por dentro.
En su Bautismo, Jess se sinti impactado y marcado por su
experiencia humana de su filiacin divina. Y de alguna manera,
su Bautismo, fue la seal y el comienzo del bautismo cristiano.
El fue bautizado con agua. Pero El bautizar con Espritu Santo.
El Espritu que nos hace los hijos amados de Dios. Si por la
concepcin somos fruto del amor de nuestros padres, por el
Bautismo somos fruto del amor que Dios nos tiene.
No miremos solo hacia fuera. Dispongamos de un tiempo para
mirarnos por dentro. Ah est nuestra verdad, nuestra grandeza. Y
cmo no? Nuestra verdadera belleza. Puede haber cuerpos feos
o al menos no tan bellos. Pero todas las almas son hermosas y
bellas, porque por el Bautismo participan de la belleza misma de
Dios nuestro Padre.

Cuntos viven acomplejados por su rostro! Recuerdo la


ancdota de aquella Seorita que le deca a su Director
Espiritual:
- Padre, tengo algo que me da mucha vergenza decirle.
- Tranquila hija, ya nos conocemos. No tengas vergenza.
- Es que, Padre, me he mirado al espejo.
- Eso no es ningn pecado, hija. Todos nos miramos al espejo.
- Pero eso no es todo. Es que me ha visto guapa.
- Tampoco eso es pecado, hija, es un simple error del espejo, no
te habrs mirado bien.
El espejo nos puede engaar. Y nosotros nos podemos engaar
mirndonos en el espejo que, por otra parte, es donde ms nos
miramos. Lo que realmente no puede engaarnos es el espejo de
nuestro corazn donde, cuando nos miramos, en vez de nuestro
rostro, contemplamos el rostro de Dios en nosotros.
(B)
BAUTISMO Y COMUNIDAD

Aunque hay personas que solicitan que se les borre del libro de
bautismos, no creo que la cifra sea alarmante. Otros, como el exprimer ministro britnico, Tony Blair, se incorporan. Ms
preocupante me parece ese enfriamiento general de la fe que se
palpa en personas y ambientes, que algunos llaman
descristianizacin silenciosa y de la que participan
principalmente los que se autocalifican como creyentes, pero no
practicantes.
Hoy celebramos la fiesta del bautismo del Seor, cuya escena la
describe el evangelio. Por tanto, es una invitacin para acercarnos
a este importante sacramento. Son muchos, una mayora
aplastante, los padres que lo piden para sus hijos. Pero dudo de la
preparacin y de la coherencia de un porcentaje que lo reclama.
Por este motivo, muchas parroquias o comunidades cristianas
estn haciendo serios esfuerzos para que este sacramento no se
rebaje. El dato, segn el cual un 90% de nuestra poblacin est
bautizado y despus un 75% se considera catlico y un 10 15%

asiste a las misas dominicales, se presta a varias preguntas y


reflexiones. Sin embargo, conviene recordar que nuestro
bautismo enlaza con la resurreccin ms que con el bautismo de
Cristo, de tal suerte que en los primeros aos del cristianismo se
bautizaba solamente en la vigilia pascual y no en esta fecha.
Segn San Pablo, por el bautismo nos incorporamos a Cristo,
entramos a formar parte de la comunidad cristiana, de la Iglesia.
Hoy quisiera detenerme en esta ltima consecuencia: por el
bautismo nos hacemos miembros de la Iglesia, como deca Jess,
nos convertimos en una rama, en un sarmiento; yo soy la vid,
vosotros los sarmientos. Lo cual nos lleva a preguntarnos si
nos sentimos comprometidos con esta Iglesia.
Sucede que toda comunidad cuenta con una autoridad, con una
jerarqua. En teora, lo normal sera que hubiera unas relaciones,
si no cordiales, s aceptables entre los dirigentes y los dirigidos.
Pero esto no se da en un sector de cristianos. Es verdad que uno
de los sntomas del cambio revolucionario, radical, que estamos
viviendo se define como resquebrajamiento institucional.
Dicho de otro modo, es el individuo y no las instituciones quien
toma la iniciativa, quien interpreta la doctrina. No es la familia, ni
el Estado, ni la Iglesia. Hoy no vale aquello de no me lo
preguntis a m, que soy ignorante. Doctores tiene la santa madre
Iglesia que os sabrn responder.
Un individualismo creciente caracteriza a la sociedad moderna.
Al perder poder la institucin, el individuo posee la clave, decide.
Por eso no extraa que se hable de religin a la carta, en cuanto
que l determina lo que cree o lo que rechaza. Naturalmente que
esta forma de pensar y de actuar complica la vida de la jerarqua.
Si a esto se aade que unos dirigentes no son aceptados por los
que son o debieran ser sus fieles, el malestar est asegurado.
Respondiendo a esta situacin dira que, si con todo el mundo
debemos comportarnos respetuosamente, con mayor razn con
nuestra autoridad. Si bien nosotros no tenemos que renunciar a
pensar y a tener nuestras opiniones y opciones. Pero esto implica
que previamente debemos contrastar nuestros puntos de vista. No
vale asumir como vlido lo que se nos ocurre a bote-pronto o
apoyarnos en cualquier informacin. Aadira que la Iglesia, el

cristianismo no vive los peores tiempos ni mucho menos.


Probmoslo ampliando nuestra mirada. Tendemos a idealizar
tiempos pasados. Del grupito de los doce, que convivi
intensamente con Jess, uno result ser un traidor y varios
cobardes. Sin embargo, al final, todos dieron la vida por l.
Por otro lado, prestamos demasiada atencin a ciertas
manifestaciones o corrientes eclesiales...
Jess dijo cosas duras a los que figuran como jefes de los
pueblos, por ejemplo, al comentar el lavatorio de los pies. Pero
tambin declar: el que a vosotros oye, a m me oye. Nadie
nos puede privar de ser sanamente crticos, de dar respuestas a las
preguntas que nos plantea la vida. Pero ello no quita el que
seamos educados, el que seamos exigentes al informarnos, el que
seamos coherentes. Nos gusta la claridad y la seguridad, sin
embargo las dudas forman parte de la vida, tambin de la vida de
fe. Nos gustara formar parte de una sociedad, de una Iglesia
modlica, ser nosotros ejemplares. Pero Precisamente nuestra
tarea es trabajar por ello. Creo que son palabras del conocido
escritor catlico ingls, Gilbert Chesterton: al entrar en el templo
hay que quitarse el sombrero, pero no la cabeza.

(C)
Son pocos los cristianos que saben en qu da fueron bautizados,
y menos an los que lo celebran. Basta recordar la fecha del
nacimiento y celebrar el cumpleaos.
Lo importante evidentemente no es recordar un rito, sino
agradecer la fe que ha marcado nuestra vida ya desde nios y
asumir con gozo renovado nuestra condicin de creyentes. La
fiesta del Bautismo del Seor que hoy celebramos puede ser una
invitacin a recordar nuestro propio bautismo y a reafirmarnos de
manera ms responsable en nuestra fe.
Tal vez lo primero que hemos de hacer es preguntarnos si la fe
ocupa un lugar central en nuestra vida, o si todo se reduce a un

aadido artificial que tiene todava alguna importancia, pero del


que podramos prescindir sin grandes consecuencias. Una
pregunta clave sera sta: Es la fe la que orienta e inspira la
totalidad de mi vida, o vivo ms bien sostenido y estimulado slo
por la bsqueda de bienestar, el disfrute de la vida, las
ocupaciones laborales y mis pequeos proyectos?
Por otra parte, la fe no es algo que se tiene, sino una relacin viva
y personal con Dios, que se va haciendo ms honda y entraable a
lo largo de los aos. Ser creyente, antes de creer algo, es creerle a
ese Dios revelado en Cristo. La pregunta sera si mi fe se reduce a
aceptar tericamente lo que me diga la Iglesia, o si ms bien
busco abrirme de manera humilde y confiada a Dios.
Pero para abrirse a Dios no bastan los ritos externos, los rezos
rutinarios o la confesin de los labios. Es necesario creerle a
Jesucristo, escuchar interiormente su Palabra, acoger su
evangelio. Abro alguna vez la Biblia? Leo los evangelios?
Hago algo por conocer mejor la persona de Jess y su mensaje?
Adems, la fe no es algo que se vive de manera solitaria y
privada. Es una equivocacin pensar en la fe como una especie de
hobby o aficin personal. El creyente celebra, agradece, canta y
disfruta de su fe en el seno de una comunidad cristiana. No he de
renovar e intensificar ms los lazos con la comunidad donde se
alimenta y sostiene mi fe?
La celebracin del domingo es fundamental para el cristiano. El
domingo es el da en que se encuentra con su comunidad, celebra
la eucarista, escucha el evangelio, invoca a Dios como Padre y
renueva su esperanza. Sin esta experiencia semanal, difcilmente
crecer la fe. Pienso que para m es suficiente acordarme de Dios
en los momentos malos, asistir distrado a algunos funerales y
santiguarme antes de las comidas?
Quien quiera conocer el gozo de la fe y experimentar la luz, la
fuerza y el aliento que la fe puede introducir en la vida del ser
humano ha de comenzar por estimularla, cuidarla y renovarla.
(D)

Hace unos pocos das hemos comenzado un ao nuevo.


Naturalmente el nuevo calendario no cambia las cosas. Los
problemas y sufrimientos siguen ah. Qu tendr que hacer yo
para sentirme bien?
A veces pensamos que lo decisivo es que cambien las cosas a
nuestro alrededor. Esperamos que nos sucedan cosas buenas, que
las personas nos traten mejor, que todo nos vaya bien y responda
a nuestros deseos.
Pero, con el pasar de los aos, es imposible tanta ingenuidad. Una
pregunta comienza entonces a despertarse en nosotros: Para
sentirme mejor, tiene que suceder algo fuera de m o justamente
dentro de m mismo?
Por eso, al comenzar el ao, son bastantes las personas que se
proponen vivir de manera ms sana y ordenada, cuidar ms su
cuerpo, estar ms en contacto con la naturaleza.
Otras han descubierto que es su vida interior la que est
descuidada y maltrecha. Y con esfuerzo admirable se ejercitan en
tcnicas de interiorizacin y meditacin, buscando paz y sosiego
interior.
Pero llega fcilmente un momento en que la persona siente que su
yo ms profundo pide algo ms. Al parecer, el ser humano no
puede crecer de manera plana y armoniosa si faltan dos
experiencias fundamentales.
La primera de ellas es el amor. Parece un tpico decir que la
gente est enferma por falta de amor y que lo que muchos
necesitan urgentemente es sentirse amados, pero realmente es as.
La segunda es el sentido. No hay vida humana completa, a menos
que la persona encuentre una motivacin y una razn honda para
vivir.
La fe cristiana no es ninguna receta para encontrar la felicidad.
Ser creyente no hace desparecer de nuestra vida los conflictos,
contradicciones y sufrimientos propios del ser humano. Pero en el
ncleo de la fe cristiana hay una experiencia bsica que puede dar
un sentido nuevo a todo: Yo soy amado, no porque soy bueno,

santo y sin pecado, sino porque estoy habitado y sostenido por un


Dios santo que es amor insondable y gratuito.
Contra lo que algunos puedan pensar, ser cristiano no es creer que
Dios existe, sino que Dios me ama y me ama incondicionalmente,
tal como soy y antes de que cambie.
Esta es la experiencia fundamental del Espritu. El bautismo del
Espritu que nos recuerda el relato evanglico y que tanto
necesitamos los creyentes de hoy. El amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo que nos ha
sido dado.
Si no conocemos esta experiencia, desconocemos lo decisivo. Si
la perdemos, lo perdemos todo. El sentido, la esperanza, la vida
entera del creyente nace y se sostiene en la seguridad
inquebrantable de saberse amado.
(E)
Dice un autor (Henri Nouwen) en uno de sus escritos que los
hombres y mujeres de hoy, seres llenos de miedos e inseguridad,
necesitan ms que nunca ser bendecidos. Los nios necesitan la
bendicin de sus padres y stos necesitan la bendicin de sus
hijos.
El escritor recuerda con emocin la primera vez que, en una
sinagoga de Nueva York, fue testigo de la bendicin de un hijo
judo por sus padres: Hijo, te pase lo que te pase en la vida,
tengas xito o no, llegues a ser importante o no, goces de salud o
no, recuerda siempre cunto de aman tu padre y tu madre.
El hombre contemporneo ignora lo que es la bendicin y el
sentido profundo que encierra. Los padres ya no bendicen a sus
hijos. Las bendiciones litrgicas han perdido su sabor original. Ya
no se sabe lo que es la bendicin nupcial. Se ha olvidado que
bendecir significa literalmente hablar bien, decir cosas
buenas de alguien. Y, sobre todo, decirle nuestro amor y nuestro
deseo de que sea feliz.

Y, sin embargo, las personas necesitan or cosas buenas. Hay entre


nosotros demasiada condena. Son muchos los que se sienten
maldecidos, ms que bendecidos. Bastantes se maldicen incluso a
s mismos. Se sienten malos, intiles, sin valor alguno. Bajo una
aparente arrogancia se esconde con frecuencia un ser inseguro
que, en el fondo, no se aprecia a s mismo.
El problema de muchos no es si aman o no aman, si creen en Dios
o no creen. Su problema radica en que no se aman a s mismos. Y
no es fcil desbloquear ese estado de cosas. Amarse a s mismo
cuando uno sabe cmo es, puede ser de las cosas ms difciles.
Lo que muchos necesitan escuchar hoy en el fondo de su ser es
una palabra de bendicin. Saber que son amados, a pesar de su
mediocridad y sus errores, a pesar de tanto egosmo inconfesable.
Pero, dnde est la bendicin? cmo puede estar uno seguro de
que es amado?
Una de las mayores desgracias del cristianismo contemporneo es
haber olvidado, en buena parte, esta experiencia nuclear de la fe
cristiana: Yo soy amado, no porque soy bueno, santo y sin
pecado, sino porque Dios es bueno, y me ama de manera
incondicional y gratuita en Jesucristo. Soy amado por Dios ahora
mismo, tal como soy, antes de que empiece a cambiar.
Los evangelistas narran que Jess, al ser bautizado por Juan,
escuch la bendicin de Dios. T eres mi Hijo amado. Tambin
a nosotros nos alcanza esa bendicin de Dios. Cada uno de
nosotros puede escucharla en el fondo de su corazn: T eres mi
hijo amado. Eso ser tambin este ao lo ms importante.
Cuando las cosas se te pongan difciles y la vida te parezca un
peso insoportable, recuerda siempre que eres amado con amor
eterno.

Oracin de los fieles:


(A)

Ahora es el momento de recordar nuestras necesidades y


presentrselas al Seor. Despus de cada peticin hacemos un
momento de silencio oracional.
1.- Por todos los bautizados, para que proclamemos con firmeza
y ejemplo que la esperanza del cristiano es creer que Dios nos
ama sin condiciones y es nuestro Padre. Oremos en silencio.
2.- Por los que sern bautizados a lo largo de este ao; por sus
padres, padrinos y familiares; para que vivan con fe el camino del
Evangelio. Oremos.
3. Por los padres cristianos, para que al solicitar el Bautismo de
sus hijos lo hagan con responsabilidad y libertad, asumiendo el
compromiso de educarlos en la fe. Oremos.
4.- Por quienes viven en la oscuridad, en la opresin, en la
desesperanza; para que descubran, en el testimonio de los
creyentes, la luz que les ayuda a caminar. Oremos.
5. Por nuestra comunidad parroquial, para que las personas que
se acercan a ella, se sientan acogidos y respetados, superando
todas las diferencias que nos separan. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oracin, y derrama tu Espritu sobre los
hombres y mujeres del mundo entero. Por JNS.
(B)
Como hijos amados de Dios le dirigimos nuestras splicas.
Para que todos los que nos llamamos y consideramos
cristianos nos animemos por ser y vivir como verdaderos
seguidores de Jess. ROGUEMOS AL SEOR.
-

Para que pasemos por la vida haciendo el bien.


ROGUEMOS AL SEOR.
-

Para que vivamos responsablemente las exigencias de


nuestra fe en Jess. ROGUEMOS AL SEOR.
-

Para que nos esforcemos por construir una sociedad ms


justa y solidaria. ROGUEMOS AL SEOR.
-

Oremos: Escchanos, Padre, y derrama sobre todos


nosotros tu Espritu, para que seamos continuadores de la obra
de tu Hijo Jess.
(C)
A ti, Padre, que nos miras con amor, como hijos tuyos
queridos, y tiendes siempre sobre nosotros tu mano protectora,
dirigimos nuestra splica:
Para que por el bautismo seamos en verdad hijos tuyos.
ROGUEMOS AL SEOR...
-

Para que por el bautismo nos integremos activa y


participativamente en la comunidad cristiana. ROGUEMOS
AL SEOR...
-

Para que por el bautismo lleguemos a ser, como Cristo,


servidores y liberadores de los hombres, nuestros hermanos.
ROGUEMOS AL SEOR...
-

Para que por el bautismo ofrezcamos a Dios el culto que le


agrada, adorndolo en espritu y en verdad. ROGUEMOS AL
SEOR...
-

Para que por el bautismo seamos profetas y constructores


de una nueva humanidad. ROGUEMOS AL SEOR...
-

Oremos: Escucha, Seor, nuestra oracin, aydanos a cumplir


las exigencias de nuestra fe, y te damos gracias porque eres
nuestro Padre. Por JNS...

Rito de ofrendas:
a) Presentacin de la luz
(Un catequista de la Comunidad puede hacer esta ofrenda)
Seor, en nombre de cuantos estamos reunidos, yo te ofrezco hoy
esta luz, que la queremos unir a las que lucen sobre la mesa del
altar. Ella es el smbolo del efecto del bautismo en nosotros y de

nuestro compromiso. La ha prendido tu Hijo Resucitado, que es


quien ilumina nuestro corazn, y quiere que nosotros, con
nuestras palabras y nuestra vida, seamos luz que alumbra las
tinieblas del mundo. No permitas nunca, Seor, que seamos
opacos para los dems.
b) Presentacin de un pequeo recipiente con aceite
(Puede hacer la ofrenda alguien del grupo de Critas...)
Por mi parte, Seor, te ofrezco, tambin en nombre de todos, este
pequeo recipiente de aceite. En otro tiempo se us como
blsamo y medicina para las heridas. Por eso, hoy nosotros te lo
ofrecemos como signo de nuestro compromiso en la lucha a favor
de cuantos sienten y viven una necesidad. Haznos sensibles,
Seor, a todas ellas, y no permitas que nos crucemos de brazos
ante ningn problema de los hombres.

Oracin:
Junto con el pan y el vino, recibe, Seor,
los smbolos de nuestro Bautismo,
por los que un da empezamos a pertenecer
a la Gran Familia de los hijos de Dios.
haz que esta renovacin bautismal
nos mueva a entregar nuestra vida
al servicio de los dems,
como lo hizo tu Hijo Jess,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amn.

Plegaria Eucarstica
Te damos gracias y te bendecimos, Seor,
aunque bien sabemos que no lo necesitas.
Pero s es justo y necesario reconocerte

como el Dios Padre en quien queremos confiar


y a quien queremos permanecer unidos,
ya que sin Ti no podemos hacer nada.
Quisiramos que nuestra vida cristiana
realmente lo fuera por tener una participacin activa
y entregada en la Iglesia y en la sociedad,
porque seamos fieles a nuestro Bautismo
y porque el confesarnos cristianos no sea una carga,
sino una vivencia gozosa.
Que la vida entregada de Jess,
su vivir fiel al bautismo recibido,
a su misin, sea nuestra fuerza.
Y que el testimonio y entrega
de tantas personas buenas nos ayuden a todos.
Llenos de alegra te alabamos diciendo:
Santo, Santo, Santo...

Padre nuestro
Seguir a Jess todos los das no es una tarea fcil, sino
comprometida. Hay que pasar por pruebas y momentos duros.
Tambin a l le ocurra lo mismo, y con frecuencia, acuda a su
Padre del cielo a pedirle fuerzas para no caer en la tentacin de
seguir el camino fcil y cmodo. Desde entonces, el Padrenuestro,
es la oracin que los hijos de todas las razas y colores elevan al
Padre del cielo en todos los idiomas y desde todos los rincones,
diciendo...

Gesto de paz
Todos deseamos la paz, pero no llega; todos estamos hartos
de violencia, pero hacemos poco para desterrarla. Trabajar para
que reine la paz y la concordia en nuestra comunidad de
bautizados y en el mundo debe ser nuestra principal tarea de todos

los das. Por eso, antes de acercarnos a comulgar, hacemos las


paces con todos...

Comunin:
No es suficiente con confesar y celebrar la fe. Es necesario
vivirla y expresarla en obras. Como fortaleza para andar ese
camino, el Seor se nos entrega ahora y se hace uno con nosotros.
ste es el Cordero de Dios...

Accin de gracias:
Te damos gracias, Padre bueno, porque en el Bautismo del
Jordn te has manifestado ungiendo a Jess, bandolo en el
Espritu y presentndolo a la historia como el Hijo amado y
cumplidor.
Te damos gracias por nuestro propio bautismo, bao
provocador del Espritu, experiencia de muerte y de resurreccin,
tensin de despojo y de compromiso.
Te damos gracias por los seguidores de Jess, ungidos por el
Espritu, que se gastan en el servicio a los dems y nos acercan
vitalmente al evangelio.
Que caminemos siempre unidos, con la alegra de sentirnos
hijos tuyos y hermanos de todos los hombres y mujeres. Por
JNS...

Envo:
Tenemos que comunicar a los dems que Dios no vive en las
nubes, ni en el cielo, sino en medio de nosotros, como agua limpia
y sol que calienta, smbolos de su gracia y de su fuerza.
Decidlo de puerta en puerta: que el amor como el sol brilla,
que la muerte est vencida, que hemos nacido a una nueva vida.
Decidlo de puerta en puerta: que ha florecido la paz, que nunca
ms habr llanto, que todos seremos hermanos... Id a decir por

las calles y las plazas, por los caminos y sendas, que Jess ha
regresado...

Bendicin:
Hermanos, nuestra celebracin termina y, con ella, el tiempo
de Navidad. Pero las realidades que hemos recordado y celebrado
nos impulsan a vivir en medio del mundo, como verdaderos hijos
de Dios y servidores de los hombres. Y que la bendicin de Dios
todopoderoso, Padre, Hijo y Espritu Santo, descienda sobre
vosotros. Amn.

También podría gustarte