La Quinta Disciplina
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La Quinta Disciplina
en la práctica
PETER SENGE
La quinta disciplina en la práctica
Un idioma universal
Sabemos que “hablamos” con fluidez el idioma sistémico, como dice nuestro
colega Michael Goodman, “cuando se convierte en segunda naturaleza, cuando nos
descubrimos pensando de esa manera, cuando no hay que traducirlo a un círculo causal
o un arquetipo de nuestro idioma para entenderlo”.
Daniel Kim, director de The Systems Thinker, señala que en algunas
organizaciones multinacionales donde no todos son hablantes nativos del mismo idioma
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En los últimos años ha surgido una nueva comprensión del proceso del cambio
empresarial. No es de arriba abajo ni de abajo arriba, sino que es participativo en todos
los niveles y se configura según la comprensión común de un sistema. Ello es posible
porque los arquetipos y otras herramientas sistémicas han puesto el idioma de la
dinámica de sistemas en las manos de los equipos y en las paredes de las salas de
reunión, donde pueden alentar el aprendizaje en todos los niveles de la organización. La
gente también está explorando el pensamiento sistémico en laboratorios de aprendizaje
que se adecuan a su propia situación y necesidades.
Pensamiento sistémico
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organizaciones. Esta forma, llamada “dinámica de sistemas”, fue desarrollada por Jay
Forrester y sus colegas en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) en los
últimos cuarenta años. Los métodos y herramientas que describimos en esta parte del
libro - eslabones y ciclos, arquetipos, modelación stock-and-flow - tienen sus raíces en
la dinámica de sistemas, que permite comprender que los procesos complejos de
realimentación pueden generar conductas problemáticas dentro de las organizaciones y
los sistemas humanos de gran escala.
Sistema
Estructura sistémica
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Nuestra oveja Brownie fue la última en parir este año. Los corderos nacen poco
desarrollados y carecen de experiencia, así que es preciso observarlos con atención.
Brownie logró parir el cordero sin ayuda, pero no sabía qué hacer con él. Ni siquiera lo
reconocía como propio.
Hay un momento milagroso después del nacimiento, cuando la oveja lame al
cordero para secarlo y estimularle la circulación, y produciendo también un fuerte
vínculo químico. La oveja emite un arrullo suave que no hace en ninguna otra ocasión.
El cordero responde con balidos. En ese momento se enamoran totalmente. Pueden
identificarse mediante el olfato y el sonido, aun en un corral atestado de ovejas y
corderos. Después de esa mágica vinculación, la oveja ahuyenta a los demás corderos, y
sólo queda satisfecha cuado sabe que su precioso hijo está junto a ella.
Por alguna razón la química falló con Brownie. Sylvia descubrió que el cordero
aún estaba parcialmente envuelto en su saco amniótico, y Brownie corría alocadamente
por el corral sabiendo que había perdido algo, aunque sin saber qué. He visto episodios
similares, especialmente con añojos, y el resultado es un cordero abandonado. Tenemos
que adoptar y amamantar al pequeño con biberón cada tres o cuatro horas, día y noche.
Los corderos abandonados son conmovedores porque se identifican con las personas, no
con las ovejas, y las siguen sin cesar. Pero con el tiempo los corderos abandonados
presentan problemas de desarrollo, por mucho que se los cuide. Las ovejas son mejores
mamás que las personas para los corderos.
Sylvia y Don sabían que era esencial que el cordero ingiriese el calostro, la leche
rica en anticuerpos, así que llevaron a Brownie a un pesebre. Como es molesto ordeñar
una oveja a mano (tienen ubres tan pequeñas que hay que hacerlo con tres dedos y se
tarda una eternidad), armaron un puntual provisorio, de modo que Brownie quedó sujeta
y de pie. El cordero podía alimentarse sin que ella lo ahuyentara. El cordero era fuerte y
agresivo y aprovechó las circunstancias. Cuando llegué a casa, veinticuatro horas
después, el vientre del pequeño recién nacido estaba hinchado, y el cordero estaba
eufórico. Brownie estaba enfurruñada, pero el cordero había tenido un buen comienzo.
Dejamos suelta a Brownie, con la esperanza de que se adaptara a su bebé. Pero
ella le echó una ojeada al cordero y lo tumbó. Es descorazonador ver una oveja que
tumba a su hijito. La criaturilla se acerca a su madre con entusiasmo, y ella lo arroja
contra la pared del establo. Lo intenta de nuevo y recibe otro empellón. No podíamos
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dejar que las cosas siguieran así. Yo estaba dispuesta a rendirme, cuando Don tuvo una
idea brillante. “Saquémosla del pesebre y llevémosla con las demás ovejas”.
Repliqué que con eso no cambiaríamos nada, pero no quedaban muchas
posibilidades, así que cogí el cordero y dejamos suelta a Brownie.
Ela regresó al lugar donde había nacido el cordero y se puso a buscarlo. Dejamos el
cordero en el suelo, en ese sitio. Ella se alejó y siguió buscando, pero el astuto corderillo
logró metérsele entre las patas y succionar un poco más. El cordero estaba vinculado
con la madre, y se estaba alimentando, así que retrocedimos, mirando ansiosamente.
Durante un día la tonta de Brownie registró el establo llamando con balidos al
cordero perdido, mientras el cordero perdido la seguía sin cesar. Era frustrante, como
buscar una felicidad que está muy cerca si uno sabe encontrarla. En algún momento, la
mágica señal química se activó, cuarenta y ocho horas después del parto. Yo no sabía
que fuera posible. A la mañana siguiente Brownie había dejado de quejarse y mimaba a
su cordero, que se fortalecía a ojos vistas.
Durante años traté de responder una pregunta que consideraba importante ¿En una
organización, qué es lo que más influye sobre la conducta, el sistema o el individuo? Los
principios de la física cuántica me respondían con un vehemente: “Todo depende”. Quiero
comentar, pues, dos libros que me han resultado muy útiles en este aspecto.
Belonging to the Universe (San Francisco: Harper, 1991) es una dialéctica entre ciencia
y teología escrita por Fritz Capra (el autor de El tao de la física) en colaboración con dos
monjes benedictinos, David Steindl Rast y Thomas Madison. Ellos explican los cambios que
supone el tránsito del pensamiento lineal al pensamiento sistémico, por ejemplo, la diferencia
entre ver las cosas como estructuras y verlas como procesos, tales como la fotosíntesis, que
vinculan el sol con la tierra. Lo mismo vale para nuestros cuerpos, nuestro trabajo, nuestras
organizaciones y nosotros mismos.
El otro libro, El Liderazgo y la Nueva Ciencia (Ediciones Granica, 1994, Buenos Aires)
de Margaret Wheatley, muestra que los descubrimientos científicos del siglo veinte se pueden
aplicar al mundo de la gestión. Examina, por ejemplo, los sistemas autoorganizativos (donde el
orden surge del caos) como un prototipo para la gestión en entornos turbulentos. Wheatley
demuestra que es una persona que siempre está dispuesta a aprender. En un punto, por
ejemplo, se sienta junto a un arroyo y se pregunta: ¿Qué puede enseñarme el arroyo? >
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Narraciones
La historia de Acme. Los cuatro niveles de una visión sistémica
Las ventas son constantes Las demoras de distribución El tiempo de venta (el tiempo
durante los años ‘80 aumentan a comienzos de que cada persona dedica a
1989 y se aceleran después realizar una venta) aumenta
un 16% en 1990
A B C
D E F G
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Problemas
de servicio
Tiempo
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“Las ventas anuales – continuó – han decaído aún más desde 1991, y no muestran
indicios de subir.”
Descenso drástico
en 1991
Ventas constantes
en los años ´80
Ventas
Tiempo
Por último dijo: “He aquí uno de nuestros indicadores del esfuerzo de nuestros
vendedores para obtener nuevas cuentas. Nos lleva más del doble de tiempo, en
promedio, lograr una venta ahora que en los años 80.”
Nuevas promociones
(precios especiales, etc)
para impulsar las ventas
Tiempo de venta para las nuevas
cuentas
Tiempo
Los ejecutivos pronto comprendieron que estas tendencias no indicaban por qué
algunas líneas caían mientras que otras ascendían. Tampoco sugerían medidas. Las
tendencias reforzaban la sensación de apremio, ¿pero qué debían hacer?
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Ventas
Esfuerzo de los
vendedores en
cuentas nuevas
Problemas
de servicio
Objetivos de venta
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Cada eslabón del ciclo lleva implícita una premisa tácita, que aquí mostramos con
un globo de pensamiento. Los vendedores asumían que su misión era conseguir nuevos
clientes a toda costa, con lo cual seguían presionando a los encargados del servicio a la
clientela. Si considerasen que su principal tarea era conservar a los viejos clientes, tal
vez comenzaran a tener más en cuenta los problemas de servicios que estaban
ahuyentando a la clientela. Para cambiar este modelo mental se debía modificar el
sistema de remuneraciones e incentivos, pero también actitudes profundamente
arraigadas sobre la relación del equipo de ventas con el resto de la compañía. Ninguno
de ambos grupos se sentía responsable de comprender las actividades o prioridades del
otro.
Los directivos de Acme tardaron varios meses en encontrar maneras de enfrentar
el problema. Reestructuraron sus objetivos de ventas, una de las pocas esferas donde los
altos directivos ejercían una influencia directa. Trasladaron parte de la gente de
marketing a un grupo de trabajo de servicio a la clientela, e invirtieron aún más en
encuestas a los clientes y mejoramiento del reparto. Crearon un proyecto de calidad de
manufacturación, con énfasis en una creciente flexibilidad. Por último, continuaron
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analizando las tendencias y las pautas de conducta, siempre teniendo en cuenta los
sistemas. Ello les ayudó a evaluar cuáles intervenciones eran las más fructíferas.
El problema es: Las utilidades fueron constantes durante dos años, pero
han declinado en los últimos seis meses.
El problema es: La productividad se elevaba rápidamente hasta hace un
año, cuando empezó a descender.
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En esta etapa del ejercicio, nadie sabe todavía por qué se presentó la
situación, y mucho menos cuál será la solución. Para muchos, la disciplina de no
sacar conclusiones apresuradas es la parte más ardua de este proceso. Sólo se
sabe que es improbable que la solución sea intuitivamente obvia, pues de lo
contrario usted ya la habría aplicado.
- De ser posible, escoja un problema que ya se ha abordado sin éxito. Ello
garantiza la activación de una dinámica sistémica.
- No haga acusaciones. No eche la culpa a ninguna persona ni medida en especial.
No presuma de conocer las motivaciones de los demás participantes, sobre todo
si no se encuentran presentes en la reunión. Quizá sienta la tentación de decir:
“El departamento técnico no actúa con sensatez. Ya no aguantamos la presión a
que nos somete. Necesitamos ponerlos en cintura.” Es posible que esa presión
inaguantable sea el verdadero problema, pero el departamento técnico tal vez se
limite a trasladarlo y sufra tanto como usted.
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Un factor clave es que los costes del sistema nacional de salud están
descontrolados.
- Comenzar a hablar del problema; exponerlo a la vista de todos para conocer los
supuestos e hipótesis de la gente sobre las causas.
- Trazar ciertos límites: ¿Cuáles son las dimensiones de este problema? ¿Hasta
donde llega? ¿Qué debemos tener en cuenta?
- Esclarecer las diversas perspectivas del equipo. Podemos descubrir que cada
miembro del equipo se concentra en un conjunto diferente de factores,
basándose en sus supuestos o experiencias.
- Preparar el terreno para escoger algunos factores claves como variables.
Para llevar a la superficie una amplia gama de factores, tenga en cuenta estas
preguntas:
1. ¿Cómo se vería este problema desde la perspectiva de los altos directivos?
¿Qué factores serían visibles desde ese nivel?
2. ¿Cómo se vería este problema desde la planta, desde la oficina, desde la
perspectiva del técnico de servicios? ¿Qué factores serian visibles desde ese
nivel?
3. ¿Qué verían otros interesados, como los clientes?
4. ¿Puede usted identificar factores que su grupo ha creado, o a los cuales su
grupo contribuyó?
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Como acompañamiento, usted puede decir: “Nuestra división es una de las que
más crece en esta compañía. Durante tres años hemos adquirido nuevos clientes. Ese es
nuestro gráfico más importante”.
Hasta ahora, la mayoría de la gente ha visto la situación desde la perspectiva del
presente. Sólo ha sentido las presiones. La graficación genera un estado de ánimo más
sensible a los cambios que se han producido a través del tiempo. Ayuda a ver que el
problema no es nuevo.
Entretanto, otro participante ha estado trabajando en otro problema, y comenta:
“Cada vez que conseguimos un nuevo cliente tenemos que crear formas especiales para
ese cliente. Para los clientes complejos, a menudo tenemos que consultar al
departamento técnico. Para ellos debe ser una carga responder a nuestras llamadas
telefónicas, y mientras nuestro pedido de ayuda ha aumentado, su capacidad ha
permanecido igual. Estos dos gráficos son igualmente importantes”.
Exigencia Capacidad
de soporte disponible
técnico de soporte
técnico
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Esfuerzos de ventas
en cuentas nuevas
Problemas
de servicios
1. Comience por cualquier parte. Escoja, por ejemplo, el elemento que representa una
preocupación más inmediata. Nuestras ventas decrecen. Resista la tentación de
explicar por qué sucede. Buscará esa explicación en el momento oportuno.
2. Cualquier elemento puede ascender o descender en diversos momentos del tiempo.
¿Cómo se comporta ese elemento en este momento? Procure usar un lenguaje que
describa el movimiento: Cuando las ventas de Acme crecen... decrecen... mejoran...
empeoran... aumentan... disminuyen... suben... bajan... ascienden... descienden...
3. Describa la repercusión de este movimiento sobre el elemento contiguo. Cuando las
ventas de Acme decrecen, crecen los esfuerzos para obtener nuevas cuentas.
4. Continúe la historia desde donde comenzó. Utilice frases que revelen una
interrelación causal. “Esto, a la vez, provoca”, “lo cual influye” o “afecta
adversamente”. Cuando las ventas de Acme decrecen, aumentan los esfuerzos para
obtener cuentas nuevas. Ello provoca una caída en el nivel del servicio, lo cual a su
vez influye para que continúe la caída de las ventas.
5. Trate de no contar la historia en forma seca y mecánica. Cuando los problemas de
servicios aumentan, caen las ventas. Cuando caen las ventas, aumentan los
esfuerzos de los vendedores. Trate de infundirle vida. Añada ilustraciones y breves
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anécdotas para que los demás comprendan perfectamente a qué se refiere: Esto
significa que el nivel del servicio decae. No podemos cumplir con nuestros
compromisos de entrega. Los clientes leales, a su vez, se fastidian. Algunos dejan de
comprarnos.
Nótese que los idiomas lineales- el inglés o el español, por ejemplo- sólo nos
permiten hablar del ciclo un paso por vez, cuando en la realidad todos estos hechos
acontecen simultáneamente. Al ver su simultaneidad (las ventas siguen decayendo
mientras realizamos aún más esfuerzos para obtener nuevas cuentas), podemos
reconocer una conducta sistémica y ser más sensibles a sus aspectos temporales.
Si usted no estaba preparado para ello, recibiría una gran sorpresa al cabo de
quince años, al ver cuánto ha crecido ese dinero, en un círculo “virtuoso”.
Pero estaría atrapado en un círculo vicioso si, en vez de invertir dinero, se
endeudara por largo tiempo. Al principio le parecería que sólo paga pequeñas sumas de
interés. Pero con el tiempo el saldo deudor crecería con alarmante celeridad.
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El equipo está excesivamente ocupado. Cuanto más ocupado está, menos tiempo
tiene para sentarse a explorar los problemas en profundidad. En consecuencia, el equipo
pierde concentración. Cuanto más se dispersa su concentración, menor es el nivel de
comprensión compartida que existe entre sus integrantes. Cuanto menor es el nivel de
comprensión compartida, más superficial se vuelve el abordaje de los problemas. Las
decisiones no cobran arraigo. En consecuencia, surgen problemas que aumentan las
ocupaciones del equipo. Con el tiempo, a medida que el equipo sigue el círculo, se
acumulan más y más problemas.
Nótese el efecto multiplicador o “bola de nieve” que se encuentra en el centro del
ciclo. Los ciclos reforzadores generalmente potencian el crecimiento o la decadencia. Si
lo prefiere, utilice la letra R para señalar un ciclo reforzador.
Un ciclo reforzador, por definición, es incompleto. Nunca tenemos un círculo
vicioso o virtuoso por sí mismo. En algún momento se topa con un mecanismo
compensador que lo limita. Tal vez el límite no aparezca durante nuestra vida, pero
podemos dar por sentado que aparecerá. En general hay límites múltiples.
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pacientes (y de ingresos) descendió por debajo de los pronósticos. El hospital inició una
campaña de marketing, y las visitas de los pacientes subieron un tiempo, pero pronto
bajaron de nuevo.
Por último, los administradores echaron una ojeada a las estadísticas sobre
movimiento de pacientes. Pasaron un tiempo en la sala de espera y encuestaron al
personal y a los pacientes. Resultó ser que la gente recibía una atención rápida cuando
había poco movimiento. Se corría la voz, los médicos y enfermeros enviaban gente y la
clínica se atestaba. La gente, reacia a sentarse en salas de espera atestadas, iba a otras
partes. La lección general para toda organización es la siguiente: si el servicio no se
adapta al nivel de satisfacción que esperan los clientes, el sistema se encargará de
hacerlo.
A veces el objetivo está expresado con claridad y es común a todos. Todos los
integrantes de un equipo de ventas conocen sus objetivos. En otras ocasiones, es borroso
e implícito. El nivel de calidad que aceptan los clientes ha impulsado cambios en la
industria automotriz durante muchos años, pero nadie ha podido definir ni mensurar con
exactitud ese nivel de calidad. Una visión puede impulsar la conducta de un equipo sin
tener una expresión explícita. A veces el objetivo se desplaza o se modifica, porque
también está sometido a las influencias del sistema. Descubrir o crear nuevos objetivos
es a veces la clave para vencer las resistencias.
En el centro del circuito hemos puesto un balancín porque muestra un tipo común
de conducta compensadora: el “balanceo” cerca de un nivel deseado, primero hacia un
lado, luego hacia el otro, hasta descansar al fin en el objetivo. Puede etiquetar sus ciclos
compensadores con la letra B.
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♦ La demora previa al descenso de la satisfacción del cliente. (“La primera vez que
visité la clínica, pensé que había tenido que esperar mucho por pura mal suerte. La
segunda vez quise ir a otra parte, pero mi esposa insistió en quedarse”.)
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Arquetipos
Esta palabra viene del vocablo griego arkhetypos, que significa, “el primero de su
especie”. Los arquetipos sistémicos, ahijados del pensamiento sistémico, fueron
desarrollados en Innovation Associates a mediados de los años 80. En esa época, el
estudio de la dinámica de sistemas dependía de una graficación de los circuitos causales
complejos y de la modelación por ordenadores, que utilizaba ecuaciones matemáticas
para definir la relación entre las variables. Charles Kiefer, presidente de la compañía,
deseaba comunicar los conceptos de manera más simple. Jennifer Kemeny (con Michael
Goodman y Peter Senge, basándose en notas de John Sterman) desarrolló ocho
diagramas que ayudarían a catalogar las conductas más comunes. Algunos arquetipos,
entre ellos el de “límites del crecimiento” y “desplazamiento de la carga”, eran
traducciones e “estructuras genéricas”, mecanismos que Jay Forrester y otros pioneros
del pensamiento sistémico habían descrito en las dos décadas anteriores.
Aplicando un arquetipo
Esta etapa nos insta a llenar lagunas de nuestro pensamiento y a contar historias
más completas. Al demostrar realimentación (reforzadora y compensadora), las
plantillas suelen describir la naturaleza interconectada del mundo.
Los arquetipos son herramientas accesibles que permiten construir hipótesis
creíbles y coherentes acerca de las fuerzas que operan en los sistemas. Los arquetipos
también constituyen un vehículo natural para clarificar y verificar modelos mentales
acerca de esos sistemas. Son herramientas poderosas para abordar la asombrosa
cantidad de detalles que con frecuencia abruman a los que se inician en el pensamiento
sistémico. A medida que asimilamos los arquetipos, pasan a formar parte de nuestro
repertorio de diagnóstico. Usted podrá hablar de problemas sistémicos con notable
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Conductas y arquetipos
Para estas pautas de conducta, se pueden aplicar estos arquetipos:
Una variable importante se acelera hacia arriba (o hacia abajo), con un crecimiento
exponencial o un colapso: ciclo reforzador.
Hay movimiento hacia un objetivo (sin demora), o bien oscilación, girando en torno de
un objetivo único (con demora): ciclo compensador.
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y los ciclos de los actores individuales en “la tragedia del terreno común”.
Ahora escoja una variable clave y comience a construir el ciclo preguntando qué
afecta esa variable (“nuestra inversión en capacitación es afectada por nuestros
ingresos”). Si lo desea, puede incluir los nombres de los elementos dibujando
directamente en una copia de la plantilla de un arquetipo. Si su historia implica más
variables de las que hay en la plantilla, dibuje algunas casillas más. Cualquier ciclo
puede tener cualquier cantidad de elementos.
Trabaje en la estructura yendo hacia atrás (“nuestros ingresos dependen de la
calidad de los servicios”). Hágase esta pregunta sobre cada elemento: ¿Qué causa
cambios en este elemento?, ¿Qué provoca las variaciones?.
Si se atasca, trate de ir hacia adelante. ¿Cuál es el efecto cuando cambia la
variable?, ¿Qué provoca las variaciones?.
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Si aún está atascado, regrese a su historia. ¿Existen elementos claves que usted ha
excluido?. ¿Qué otros elementos deben cambiar?.
Trace flechas para mostrar la dirección del movimiento de los ciclos. Ponga una
bola de nieve o una letra R en el centro de cada ciclo reforzador (creciente) y un
balancín o una letra B en el centro de cada ciclo compensador. Recuerde que los ciclos
reforzadores siempre crecen o declinan. Los ciclos compensadores siempre se desplazan
hacia un objetivo.
Dé a las variables nombres que representen niveles de actividad que puedan subir
o bajar en el futuro, aún si ese movimiento ahora le parece inviable. Escriba “nivel de
ventas” en vez de “este año vendemos menos” o “nuestras ventas han bajado a la
mitad”. Como recordatorio del problema, tal vez le convenga poner la conducta actual
entre paréntesis: “Nivel de ventas (en descenso).
Es aconsejable incluir todos los elementos sobre los que usted ejerce al menos una
influencia parcial: si puede cambiar la relación de su compañía con los proveedores, ver
ese elemento como parte de un circulo vicioso puede darle indicios sobre cómo influir
sobre todo el sistema.
No fuerce la historia para acomodarla a una plantilla donde no encaja. Escoja otro
arquetipo. O comience con un sencillo ciclo reforzador o compensador que cuente una
parte importante de la historia. Luego añada más elementos, un vínculo por vez, yendo
hacia adelante o hacia atrás en torno de una estructura que ha creado a partir de cero.
Cuando haya aplicado un arquetipo, regrese a la descripción del arquetipo y
verifique las pautas de conducta que esperaría ver. ¿Concuerdan con las pautas que ha
visto en su propia historia?. Por ejemplo, en una estructura de “soluciones
contraproducentes”, ¿ve usted una serie continua de soluciones apresuradas que sólo
producen mejoras momentáneas?.
¿Por qué aceitamos la rueda que chirría?. Porque lo que hace más “ruido” es lo
que nos llama la atención. Ahora imaginemos a alguien que no sabe nada sobre
mecánica, y por error coge una lata de agua, en vez de aceite, y la arroja sobre la rueda.
Con gran alivio, nota que han cesado los chirridos. Peros al poco tiempo el ruido se
intensifica cuando el aire y el agua se combinan para crear herrumbre. Nuestro
personaje recurre nuevamente a la lata de agua para “solucionar” el problema, pues
funcionó la última vez. Tal vez dedique el día entero a arrojar agua sobre todas las
ruedas chirriantes que tiene a cargo. Al final algunas ruedas dejan de chirriar, por cierto,
pues están cubiertas de óxido.
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Esto puede ayudarle a ver cuán decisivo puede ser un cambio de aspiraciones:
El trabajo sobre las “soluciones contraproducentes” a menudo conduce a un
ejercicio de visión compartida. ¿Está presente su visión en las soluciones que persigue
con tanto empecinamiento? ¿O está tratando de solucionar un problema que guarda poca
relación con el rumbo que usted sigue?
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Aunque todos trabajan con más empeño, no se obtienen los mismos frutos.
A estas alturas, en vez del crecimiento esperado, usted notará una de estas pautas
de conducta:
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“Los artistas del software”: El hardware informático es cada vez más rápido, más
barato y mejor. Sin embargo, la producción de software para estas máquinas cada vez
más complejas queda a la zaga, a menudo con años de diferencia. Sin software
complejo, la utilidad y popularidad de los ordenadores tiene límites. Al enfrentar este
límite, los productores de hardware procuran fabricar máquinas aún más rápidas,
mejores y más baratas.
“Reformadores distantes”: Los funcionarios y docentes de una comunidad planean
una innovadora campaña de reestructuración educativa. Sin embargo, a medida que
aumenta la cantidad de escuelas reestructuradas, se genera una reacción adversa entre
padres que no desean la innovación. Esto se agrava porque la comunidad percibe que su
opinión no influye sobre las reformas. Los educadores se obstinan en imponer sus ideas.
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Luego el juego cambia. Las restricciones se vuelven más complejas. Ahora, para
crecer más, el gerente debe aprender a trabajar en diversas funciones, a elevar la
calidad, a crear más productos innovadores o a modificar los procesos laborales. Poco a
poco las restricciones se vuelven más intangibles; ahora los límites están constituidos
por los modelos mentales, las creencias y la cultura. De nada vale embestir contra
obstáculos tangibles; para solucionar ciertos problemas, por ejemplo, hay que superar el
antagonismo entre representantes de diversas funciones. Cuanto más comprende el
gerente estas interrelaciones, más incongruente se vuelve la idea de que “mayor es
mejor”, sin una conciencia del propósito, y sin el equilibrio del orden natural. Cuando
los ejecutivos ven ejemplos de ello, comienzan a entender el aspecto negativo del juego
del crecimiento, pero lamentablemente se han agotado jugándolo.
¿Existe otra manera de organizar el juego? Si reconocemos que hay límites,
¿cómo sería el crecimiento deseable, un crecimiento duradero que no se limitara al corto
plazo?. El éxito en este juego requiere afinar las aptitudes de nuestra gente, nuestra
capacidad de aprendizaje, la calidad de nuestros productos, la calidad del entorno
laboral. Para obtener una recompensa, hay que mejorar en vez de agrandarse.
En su columna periodística, Donella Mcadows alude a una empresa que sigue esta
estrategia. La prestigiosa compañía Patagonio de ropa deportiva redujo su línea de
vestimenta un 30 por ciento en 1990, en parte por estar preocupada por las
repercusiones ecológicas (“Necesitamos usar menos materiales. Punto.”) y en parte por
temor a los efectos de un crecimiento descontrolado. “En la década de 1980- escribía
Yvon Chouinard, presidente y fundador de la empresa, en el catálogo de Patagonia, la
mayoría logramos superar nuestros límites. Patagonia... no era una excepción. A fines
de 1990... habíamos desbordado nuestro nicho natural, el mercado de ropa deportiva, y
estábamos en vías de ser mucho más grandes de lo que deseábamos... El otoño pasado
el cliente podía escoger entre cinco pantalones para esquí, ahora puede escoger entre
dos... Cuanto menos estilos fabricamos, más podemos concentrarnos en la calidad.
Pensamos que, en el futuro de la indumentaria, menos será más, unas pocas prendas
buenas y duraderas. Nunca hemos querido ser la mayor compañía de ropa del mundo,
sólo la mejor.”
¿Los inversores respaldarían dicha estrategia? ¿Los clientes? ¿Los empleados?
Como mucha gente cree que el crecimiento lento significa falta de progreso y
estancamiento, no hay muchos ejemplos que sirvan como referencia. Aún así, abundan
datos sobre las consecuencias del agrandamiento indiscriminado, y sabemos que es un
modo seguro de dilapidar energías y recursos en la inexorable dinámica de los límites
del crecimiento.
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rápida para el síntoma, y el ciclo inferior representa medidas que llevan más tiempo
(nótese la demora) y a menudo son más dificultosas, pero que en última instancia
abordan el problema real.
En muchas estructuras de este tipo, existen ciclos reforzadores adicionales que
degradan el sistema hasta configurar un patrón de “adicción”. Al igual que el ciclo de
“consecuencias involuntarias” de las soluciones contraproducentes, estos ciclos de
adicción representan consecuencias involuntarias que complican el problema. La
adicción se vuelve peor que el problema original, porque causa estragos en la aptitud
para enfrentar el síntoma. La adicción empresarial puede traducirse en una dependencia
automática respecto de ciertas normas, procedimientos, departamentos, individuos o
modos de pensar.
Hay tres pautas de conducta simultáneas en una situación de desplazamiento de la
carga. La solución rápida asciende, especialmente cuando se contrae la adicción. El
síntoma oscila entre el ascenso y el descenso, pero siempre elevándose gradualmente
(como en las soluciones contraproducentes). Como el síntoma a veces está arriba y a
veces abajo del umbral de irritación, el problema parece ir y venir. La tercera variable,
la acción correctiva o la solución fundamental- la capacidad de autocorrección del
sistema-, pierde vigor. En los momentos de reflexión y conciencia, advertimos que
nuestras aptitudes se están atrofiando.
Todo ello se conjuga en una fuerte tendencia hacia la negación adictiva. Cuando
alguien dice que puede salirse de esto cuando quiera, es probable que esté atrapado en
un patrón adictivo de desplazamiento de la carga.
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procedimiento habitual. Pero como esta estrategia llevaría más tiempo, se le presta
menos atención, así que surte menos efecto sobre el síntoma.
La mayoría de los casos de “heroísmo de crisis” incluyen un efecto lateral de
adicción. Todos advierten que deben ser “ héroes” para obtener reconocimiento, y poco
a poco la compañía se vuelve adicta a la “heroica” creación de crisis a expensas de la
introducción de cambios fundamentales y duraderos.
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proponía corregir? ¿Cuál es la solución que aplicó? ¿Cuáles fueron los resultados
inesperados, y cómo afectaron la raíz del problema?
Luego viene el salto: ¿qué otras soluciones se podrían haber aplicado si no se
hubiera contado con la
solución rápida?. ¿Alguna de esas posibilidades habría resultado más satisfactoria?
¿Cómo saber que estas otras medidas correctivas afectarían realmente el origen del
problema?
♦ Use el arquetipo como herramienta de indagación, no como herramienta para
defender a ultranza una medida. Existe la tentación de creer que nuestra solución
favorita es la “correcta”, y de recurrir a ella sin más trámite. En muchos casos los
directivos defienden una solución, los operarios otra, marketing una tercera. Cada
“solución fundamental” enfoca un aspecto distinto del problema. Por eso es
importante, sobre todo en los equipos, renunciar a todo prejuicio acerca de la
solución atinada, y tratar de explorar las raíces más profundas del sistema en un
grupo interfuncional. Este tipo de diálogo a menudo revela modelos mentales y
supuestos culturales que constituyen la verdadera causa del problema.
♦ Fortalezca la solución de largo alcance. Si no logra sus metas fundamentales, quizá
necesite un objetivo mejor expresado. Es conveniente limitarse a investigar por qué
se tarda tanto o por qué parece tan difícil, para abordar las raíces más profundas del
problema.
♦ De ser posible, respalde únicamente la solución de largo plazo; pase por alto los
síntomas y abandone la adicción de golpe. Si debe enfrentar los síntomas ahora
mismo, hágalo con cautela. Recuerde que se trata de ganar tiempo para trabajar en la
solución fundamental.
♦ Articule su visión y sus objetivos de largo plazo en torno de este problema. A veces
la gente se pregunta: ¿Acaso la moraleja del “desplazamiento de la carga” es que yo
debo encargarme de todo? ¿No puedo contratar a un asesor en impuestos, en vez de
devanarme los sesos para entender el formulario? Por cierto que se pueden delegar
tareas, pero seleccione las tareas que delega. Contratar un contador para encargarse
del papeleo sería un desplazamiento de la carga si (a) usted quiere ser un experto en
finanzas, y (b) si usted no organizó una estructura que le permita aprender.
♦ Mientras fortalece su capacidad de largo plazo, haga lo posible para reducir toda
adicción a la solución rápida. Tal vez deba suplementar la solución fundamental con
más respaldo de la organización; dicho respaldo parece poco relacionado con el
síntoma, pero ayuda a la organización a mejorar su capacidad general. Tenga
cuidado con los modelos mentales “adictivos” (“Podemos dejar de hacer eso en
cualquier momento”), pues refuerzan la dificultad para abondonar las soluciones
superficiales.
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La quinta disciplina en la práctica
considera una víctima, pero en realidad el grupo ha conspirado para crear el tráfico que
les impide avanzar. Como consecuencia del abuso, el valor del “bien” público
disminuye para todos.
La “tragedia del terreno común” siempre se inicia con gente que obtiene un
beneficio individual al compartir un recurso común: una nueva autopista, por ejemplo.
Pero en un momento el nivel de actividad se vuelve excesiva para el terreno común. El
terreno parece inmenso y generoso al principio, pero es un recurso no renovable, o bien
requiere mucho tiempo y esfuerzo para recuperarse. Ese terreno común puede consistir
en recursos naturales, espacios abiertos, esfuerzos humanos, capital financiero,
capacidad de producción o tamaño del mercado, cualquier cosa que represente un
recurso común para grupos de individuos.
En una “tragedia del terreno común”, el sistema envía la señal de que no podemos
resolver el problema en forma individual, al margen de los demás competidores,
usuarios o consumidores. La señal suele consistir en una mayor dificultad para obtener
nuestra parcela del recurso común. A veces se la reconoce por nuestra sensación de
impotencia. Es más difícil extraer minerales del suelo, financiar proyectos o contratar
personal calificado. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para ser más listos y agresivos
que nuestros pares. Vemos que los demás hacen lo mismo, con lo cual se acelera el
consumo del recurso común.
Cuando opera este arquetipo, dos indicadores del desempeño cambian
simultáneamente. La actividad total, que consume el recurso “común”, se eleva
notablemente. Pero la ganancia que obtenemos por nuestro esfuerzo- la ganancia
individual por cada acto- llega a un tope y comienza a descender. Con el tiempo, si la
dinámica se prolonga demasiado, la actividad total alcanza un tope y se desmorona.
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rápidamente que si sólo operase un ciclo de crecimiento. Ello afecta el desempeño que
cada actor mide u observa, y urge a los actores a acelerar sus medidas de crecimiento.
También opera un ciclo reforzador “trágico” (la flecha larga y gruesa que señala los
“límites o restricciones”) a medida que la actividad total del sistema agota los recursos
disponibles.
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Cada uno de los socios reconoce que podrían respaldarse recíprocamente, como se
muestra en el gran ciclo exterior. Sin embargo, cuando toman medidas independientes
para mejorar los resultados, se fijan más en sus necesidades que en las de sus socios. La
“solución” de cada socio termina por ser involuntariamente nociva para el otro. Los dos
socios no se comunican bien, y no son conscientes de los efectos que surten sobre el
otro. Uno cree que está aprovechando una oportunidad, pero el otro tiene la sensación
de que lo zamarrean sin ton ni son.
Más tarde, cuando las obstrucciones involuntarias cobran mayor fuerza, cada cual
confía en que la solución sea convencer al otro de que su estrategia es el modo correcto
e mejorar los resultados.
En general, en esta etapa, cada socio ha olvidado el propósito original de la
colaboración. Sólo tiene presente las cosas que su presunto socio- “ese traidor!”- hizo
para impedirla. El diálogo se vuelve imposible, y así ambos ignoran el efecto que surten
sobre el otro.
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Detective sistémico
El caso Clifford
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La compañía de herramientas
Burson-Benson fabrica excelentes herramientas de alta potencia, como sierras,
barrenas y tornos, destinados principalmente a propietarios prósperos y amantes de las
tareas caseras. Desde sus orígenes en la década del 20, la compañía goza de gran
prestigio en su ramo. Hay clubes de usuarios de Burson-Benson, pues muchos sienten
que el equipo les brinda una aura de leñadores recios. (Aunque hemos cambiado los
nombres y otros detalles, la historia que presentamos es verdadera.)
Como muchas empresas industriales americanas, Burson-Benson perdió mucha
participación en el mercado ante los nuevos competidores japoneses en los años 70.
Reaccionó de dos maneras: primero, mediante una campaña masiva de licencias
(produciendo delantales, por ejemplo, con el logo de Burson-Benson), lo cual le brindó
fondos suficientes para sobrevivir a varios años difíciles, y, segundo, mediante una
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¿Qué arquetipos están operando aquí? ¿Qué estrategia aconsejaría usted a los
directivos de Buson-Benson?.
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El agua de Ayolé
PASO 1: EL AGUA DE AYOLE
Véase el video.
El video cuenta esta historia:
Beber agua es un gran problema para los aldeanos de Togo, en el oeste de Africa,
sobre todo durante la larga temporada seca. Las mujeres deben levantarse a las tres de la
mañana y caminar veinte kilómetros para llegar al río Amou, llevando recipientes que
pesan cuarenta kilos cuando están llenos. Esto deja poco tiempo para otras ocupaciones.
Además, el agua no es segura. Hay gusanos llamados filaria, que ponen huevos en
el agua, crecen en el cuerpo de los aldeanos y se abren paso hacia el exterior. Mucha
gente se desmaya por el sufrimiento.
Para llevar agua limpia a los aldeanos de los países subdesarrollados, los
gobiernos y las organizaciones de ayuda internacional han gastado 70 mil millones de
dólares para abrir pozos e instalar equipos de bombeo. Como resultado, bombas rotas y
abandonadas ahora salpican el paisaje africano como vestigios de un sueño frustrado.
Cada bomba cuesta 10 mil dólares, pero en algunas zonas el 80 por ciento ya no
funciona.
Uno esperaría que los aldeanos de Amoussokopé puedan mantener su bomba. Esta
ciudad está en la carretera principal de Togo. Tiene un centro sanitario, una escuela
secundaria, pequeñas empresas, ferrocarril. Pero la bomba se rompió hace menos de dos
años. “Queríamos repararla- comenta una aldeana en la película-, pero no sabemos
cómo. No conocemos a nadie que pueda arreglarla. ”Los aldeanos trataron de recaudar
300 dólares para reparar la bomba, pero el dinero parecía esfumarse. Nadie sabía cuánto
se había recaudado, y nadie era responsable de ello.
Otra aldea, Ayolé, ha triunfado donde otros fracasaron porque la bomba de Ayolé
se constituyó en parte de la vida aldeana desde el principio. Los agentes de extensión
ayudaron a los aldeanos a organizar un comité para el cuidado de la bomba, y
designaron un supervisor. Un mecánico de la aldea recibió capacitación.
“Antes de la llegada de la bomba, todos estaban afectados por los gusanos. La
gente estaba en cama. Pero desde que tenemos la bomba, la enfermedad ha
desaparecido. Ahora gozamos de gran libertad! No hay más problemas con el agua. Nos
sentimos muy sanos.”
Para lograr este compromiso de los aldeanos, los agentes de extensión tuvieron
que cambiar sus estructuras mentales: “Antes simplemente enseñaba a los aldeanos lo
que sabía. Pero ahora, cuando llego a una aldea, buscamos soluciones juntos. Antes las
mujeres no tenían un papel claro en la dirección de la aldea, porque eso era cosa de
hombres. Ahora las mujeres también toman decisiones”.
Para obtener el dinero para el mantenimiento de la bomba, los aldeanos decidieron
colaborar en un campo comunal. Es una manera tradicional de recaudar dinero para
funerales o celebraciones, pero ahora se ha convertido en una actividad permanente.
Con las ganancias, han abierto una cuenta bancaria en la ciudad. Los aldeanos se han
organizado para construir letrinas, una nueva escuela y una segunda bomba. La aldea no
posee riquezas, pero posee voluntad: “Antes cada cual vivía para sí mismo. Nadie iba de
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visita. Nadie tenía tiempo para los demás. Celebramos reuniones en torno de la bomba.
Ahora estamos organizados”.
Añada a la lista todas las variables que considere importantes. Luego escoja cuatro o
cinco variables claves y trace la pauta de conducta que les corresponde, a través del
tiempo. Por ejemplo, la pauta de conducta para la cantidad de bombas en
funcionamiento tal vez se parezca a esto, a medida que las bombas comienzan a
deteriorarse y cuando se afianza el nuevo programa de extensión:
De las variables que usted seleccionó como importantes, ¿cuáles parecen estar
asociadas?. Dibuje vínculos que expresen las relaciones causales que usted ve. Por
ejemplo, la capacidad de decisión de los aldeanos parece surtir un efecto directo en el
entusiasmo de los empleados del gobierno.
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Nótese que ambos ciclos los modelos mentales desempeñaron un papel significativo.
Los aldeanos creían que los empleados del gobierno eran indignos de confianza, y el
gobierno entendía que los aldeanos eran perezosos. En Ayolé, el cambio fue posible
porque los empleados del gobierno reconocieron que los aldeanos eran responsables. El
nivel de comunicación entre los aldeanos también tuvo que cambiar, incluyendo las
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Enriqueciendo el arquetipo
Después de optar por un arquetipo promisorio, es preciso convertir esa compresión en
estrategia. ¿Dónde interviene usted? ¿Cómo modificaría el sistema? ¿Cómo pasa del
diagnóstico a una receta? Si puede ejecutar su estrategia de tal modo que su
comprensión y su discernimiento continúen aumentando, no tiene que preocuparse por
“hacer todo bien” desde el principio.
Ensanchamiento y ahondamiento
Piense en esta sencilla historia. La directora de una división de manufacturación
enfrenta una serie de crisis presupuestarias. Le ordenan que reduzca el ritmo, que
racionalice su unidad. Accede a regañadientes, quedándose con algunos empleados
selectos y despidiendo a los demás. También reduce el mantenimiento preventivo. Y las
actividades de marketing. Sus costes bajan durante un tiempo, pero luego suben de
nuevo. A regañadientes, ella insiste: reduce de nuevo el personal, los gastos de
mantenimiento y marketing.
Si esta fuera su historia, ¿cómo la representaría?. Tal vez llegue a la conclusión de
que la historia puede representarse como un simple ciclo compensador, donde usted
reacciona ante el síntoma de los problemas económicos (“presión presupuestaria”)
mediante una solución rápida pero dolorosa, reduciendo el personal, con lo cual se
reducen los costes y la presión presupuestaria.
Pero para hacer justicia a toda la historia, habría que añadir otras dos medidas
correctivas: la reducción del mantenimiento preventivo, y la reducción de actividades de
marketing:
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Si uno pone el diagrama anterior de costado, notará que aquello que comenzó
como una “solución contraproducente” se convirtió en un sistema de “desplazamiento
de la carga”. Esto reveló la necesidad de concentrar esfuerzos en el proceso de
corrección del problema fundamental (el lado izquierdo del diagrama).
Al mismo tiempo, debilitaron el vínculo entre circulación de efectivo y préstamos
fijando (y respetando) una política de reducción y postergación de nuevos préstamos.
Tenían que abandonar el modelo mental de “comprar ahora y pagar después”. Cuando
se añaden ciclos o se rompen vínculos, es esencial explicitar dichos modelos mentales,
porque la motivación de nuestros actos es fundamental para la estructura del sistema.
En un artículo de su revista The Systems Thinker, Daniel Kim describe otro caso
donde se rompen vínculos y se añaden ciclos. Una compañía que manufacturaba
artículos de consumo se encontró atrapada en soluciones contraproducentes en lo
concerniente a las promociones de marketing y los reembolsos. Al aumentar las
promociones la compañía destinaba menos recursos al desarrollo de nuevos productos y
empañaba la imagen de sus productos. La consiguiente baja en las ventas aumentaba la
presión para realizar más promociones de marketing. Por último, un proyecto de
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Paso 3: Identifique Efectos Indeseables (Incluidos Los Efectos Sobre Los Demas)
Sin embargo, las soluciones no se aplican en forma aislada. Los actos que realiza
un grupo casi siempre afectan a otras personas de la organización. La persistencia del
atasco sugiere la presencia de un proceso reforzador que genera reacciones rutinarias.
En nuestro ejemplo, el equipo soluciona el problema del ruido, pero aumenta el
peso del coche y crea un problema para el equipo de chasis. Este equipo, a su vez,
"soluciona" el problema aumentando la presión de las llantas, lo cual afecta el andar y
crea otro problema para el equipo anterior. Nuevas soluciones rápidas del primer equipo
derivan en nuevas soluciones rápidas del segundo, en un círculo vicioso reforzador.
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Modelos informáticos
En el mundo de los arquetipos, la definición de los elementos de un sistema es
imprecisa, y no sabemos con exactitud qué pautas de conducta producirán los sistemas.
En el modelo informático de un sistema, podemos ver lo que sucede cuando llevamos
nuestras premisas a sus conclusiones lógicas. Esto convierte la modelación en una
valiosa herramienta de indagación, pues permite verificar las hipótesis antes de
aplicarlas y nos brinda la base para diseñar "laboratorios de aprendizaje" que sirven
como entornos transformadores para un equipo u organización. En la prática, se han
usado modelos para:
• Mostrar cómo las estructuras sistémicas generan pautas de conducta.
• Verificar si una estructura reproduce el desempeño que se observó en el mundo real.
• Explorar cómo cambiará la conducta cuando se alteren diversos aspectos de la
estructura.
• Revelar puntos de abordaje que de otra manera se pasarían por alto.
• Inducir a los equipos a sumirse más profundamente en el aprendizaje de sistemas y
permitirles experimentar con las consecuencias de su pensamiento.
Para ver qué pueden lograr los modelos, pensemos en un sencillo ciclo
compensador cuyos actos son guiados por un objetivo explícito. Una empresa se ha
fijado una meta para la cantidad de empleados que necesita. Ajusta (aumenta o
disminuye) su personal según la brecha entre su personal actual y su objetivo. Pero el
sistema implica significativas demoras: el tiempo que se tarda en reconocer la brecha,
tomar medidas y contratar o despedir personal:
El ciclo brinda una descripción general del proceso, pero no da indicios de sus
efectos a través del tiempo. Por ejemplo, si la compañía tiene un personal demasiado
reducido, ¿habrá una transición sin sobresaltos hacia el nivel deseado?.
Aquí utilizamos el ordenador para rastrear sin ambigüedades las implicaciones que las
interrelaciones que hemos creado tendrán para la conducta, y para dar vida a los ciclos.
Pero para ello, es preciso traducir rigurosamente esta descripción general a las
condiciones que impone el software. ¿Qué cantidad exacta de empleados deseamos?
Digamos dos mil. ¿Cuántos empleados tenemos? Mil quinientos. Indicamos al
ordenador que deseamos aumentar el personal un 30 por ciento cada mes, para
aproximarnos al objetivo buscado, y suponemos que se tardarán tres meses en sentir los
efectos de las contrataciones o despidos.
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Más aún, cada vínculo entre los elementos contiene una relación matemática, la
cual debemos definir dentro del programa. Algunos elementos se convierten en stocks
-"depósitos" o "continentes"-, como la cantidad de empleados actuales (a menudo
aparecen en pantalla como un rectángulo). Los stocks son influidos por los flows
-"flujos"-, como la cantidad de contrataciones y despidos (a menudo se presentan como
una flecha con una válvula circular adosada). Los flujos son como los chorros de un
grifo, y controlan el contenido que entra o sale del continente. También existen otras
influencias, que aparecen como flechas sólidas que eslabonan los elementos.
¿Por qué la cantidad de empleados oscila en torno del nivel deseado? ¿Por qué no
va directamente hacia nuestro objetivo? Con el modelo, podemos aprender más al
eliminar las demoras de la estructura. Esto reduce las oscilaciones (algo que resulta fácil
de hacer en el ordenador, pero no tanto en la realidad).
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¿Qué ocurre si eliminamos un tercio del personal? Así como nos "extralimitamos"
en la contratación, el nuevo objetivo provocará una extralimitación en la dirección
contraria. La demora significa que se eliminará más gente de la necesaria, y habrá que
volver a tomar empleados. Es una sorpresa costosa y desalentadora, que no resulta obvia
en los bocetos del ciclo compensador que dibujamos con papel y lápiz.
El concepto de "aplicación de palancas" con miras a introducir un cambio deriva
de los modelos informáticos. Como descubrió Jay Forrester en su trabajo sobre
dinámica industrial, los ejecutivos que se proponen introducir cambios valiéndose de un
modelo informático habitualmente agravan la situación. Continúan con las acciones más
obvias y no saben dónde aplicar la palanca, o saben dónde aplicarla pero la orientan en
dirección contraria a la deseada.
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planos, junto con los coeficientes técnicos, los detalles de la fontanería y el análisis de la
tolerancia de los materiales.
Esto implica una notable curva de aprendizaje. Alguien puede aprender a usar una
aplicación como ¡think! en pocas horas, ¿pero cuánto se tarda en aprender a diseñar un
modelo que produzca resultados utilizables y mejore el aprendizaje en equipo? Traducir
un complejo problema empresarial a un modelo que tenga sentido es una delicada
artesanía, y los programas de modelación no contienen criterios intrínsecos para ayudar
a distinguir si un modelo es creíble o apropiado. John Sterman dice: "Estos programas
son ideales para elaborar rápidamente modelos erróneos". Más aún, ni siquiera un
magnífico modelo permite sortear el trabajo con las disciplinas, a pesar de su atracción.
Uno de los requisitos para la creación de buenos modelos es la capacidad de los equipos
para analizar sus supuestos y poner en tela de juicio sus creencias.
Nadie niega la utilidad de las planillas de cálculo. Pero también han eliminado las
barreras técnicas que detenían a las personas que deseaban hacer modelación financiera.
En consecuencia, pocos años después de la introducción de las planillas de cálculo, la
calidad media de los modelos Financieros descendió. En la actualidad, muchos modelos
financieros son, además de inútiles, francamente perjudiciales para quienes los elaboran.
Existe el peligro de que suceda algo similar con los arquetipos sistémicos. Como
primer enfoque para comprender los sistemas, son valiosos y reveladores. (Peter Senge
los ha comparado atinadamente con las ruedecillas que se usan en las bicicletas de los
niños, cuando están aprendiendo a andar.) Lamentablemente, mucha gente cree que los
arquetipos son modelos literales y que basta con seleccionar una plantilla, llenar los
blancos y aplicar la “moraleja" de la historia para comprender la situación. El
pensamiento sistémico, que debería ser un proceso disciplinado y creativo, se convierte
en mero múltiple choice.
Mucha gente cree que basta con escoger un arquetipo para predecir la conducta
del sistema: "Si es una situación de desplazamiento de la carga, inevitablemente
pasaremos a depender de la falsa solución que aplicamos al síntoma". Pero hay muchos
ejemplos en contrario, donde no se produce adicción. Los arquetipos son producto de un
largo proceso inductivo donde la gente que elaboraba modelos formales veía las mismas
estructuras y dinámicas repitiéndose en sistemas diferentes. Formularon los arquetipos
para capturar principios generales. Sin embargo, los modelos formales ofrecieron una
representación rígida de estas generalizaciones. Usar sólo los arquetipos, sin el
conocimiento que deriva del trabajo directo con modelos formales, puede ser peligroso.
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Predecir la conducta de los arquetipos, aun los más simples, significa resolver
mentalmente una compleja ecuación diferencial no lineal. Los seres humanos no tienen
la capacidad cognoscitiva para ello. Muchos estudios muestran que las predicciones
intuitivas de la gente acerca de la dinámica de los sistemas complejos son
sistemáticamente erróneas.
Estos dos problemas -la tendencia multiple-choice y la dificultad de evaluar la
conducta de un arquetipo - sugieren que los arquetipos, a la larga, son inadecuados.
Entre los que practican la dinámica de sistemas, existe desacuerdo acerca de cuáles
arquetipos son atinados; no todos están de acuerdo, por ejemplo, en que el arquetipo de
las soluciones contraproducentes (arquetipo 1 del capítulo 17) tenga validez. Existen
otras herramientas que pueden resultar más difíciles de aprender, pero que son mucho
más potentes y flexibles. También ofrecen mayor fidelidad en la representación de los
temas de interés para los gerentes.
Este sencillo diagrama de ciclo causal describe las corridas bancarias durante la
Gran Depresión. Las flechas indican el flujo de causalidad (el temor al colapso de los
bancos incita a la gente a retirar sus ahorros.). Los signos 'más" y "menos" indican la
polaridad de las relaciones. Un "+" indica que las dos variables se mueven en la misma
dirección. Por ejemplo, si aumenta el temor a la quiebra del banco, aumenta la tendencia
a retirar los ahorros personales. Si decrece el temor a la quiebra del banco, decrece la
tendencia a retirar los ahorros. Inversamente, el signo "=" indica que las dos variables se
mueven en dirección recíprocamente opuesta. Si crece la sensación de que el banco es
solvente, decrece el temor a la quiebra. Si decrece la sensación de que el banco es
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depósito y flujo. Sin embargo, los depósitos y flujos son responsables de las demoras
temporales: otorgan inercia y memoria a los sistemas; pueden amplificar o atenuar los
disturbios, v son fundamentales para modelar la dinámica producida por los sistemas.
Por ejemplo, para comprender cabalmente una demora, es preciso reconocer los
depósitos y flujos de que se habla. Si uno despacha 100 cartas para invitar a la gente a
una fiesta, ¿por qué las cartas no se reparten instantáneamente?. Un chusco diría
"porque no usaron correo electrónico", pero en realidad las cartas se demoran en varios
depósitos: el buzón, el saco del cartero, el camión que lleva el saco, los cajones de la
oficina de correos donde la correspondencia aguarda para ser ordenada y reencauzada, y
las otras estaciones del sistema postal. Ni siquiera el uso del correo electrónico elimina
los depósitos y flujos; existe una breve demora entre el momento en que envío mi
mensaje electrónico y el momento en que es recibido. Durante ese tiempo, el mensaje
reside en un depósito de correo electrónico no entregado, en la memoria del ordenador.
Los diagramas de depósito y flujo pueden incluir ciclos causales. La notación que
usamos fue desarrollada por Jay Forrester en el MIT y publicada en su seminal libro
Industrial Dynamics en 1961. Hoy, los paquetes de software de simulación para
modelación dinámica generan mapas de sistemas que describen explícitamente los
depósitos y flujos a lo largo de los ciclos de realimentación del sistema.
La acumulación del déficit en la deuda (un "flujo" acumulándose en un
"depósito") se representaría de esta manera:
Los diagramas de depósito y flujo no son tan difíciles de aprender como parece.
Cuando dicto cursos introductorios de dinámica de sistemas, a menudo comienzo
exhibiendo el diagrama de la deuda el déficit que muestro aquí. Luego invito a los
alumnos a sugerir los ciclos causales que influyen sobre el flujo del déficit. Ellos
seleccionan los factores- gastos, deudas, intereses, la presión para reducir los gastos, la
base impositiva, los aranceles impositivos y demás - describiendo los efectos de cada
uno. En diez minutos hemos cubierto la pizarra con los ciclos de realimentación que
ellos han sugerido. Cada ciclo captura con claridad un proceso real, incluidos los
procesos físicos y las estructuras institucionales.
Los alumnos ven que han elaborado un modelo macroeconómico de las
operaciones fiscales federales, un modelo más refinado que el que suele presentarse en
las clases de economía. A diferencia de un arquetipo, la estructura del modelo no estaba
predeterminada, pero incluye los ciclos que los alumnos consideran reales e
importantes.
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cual me parece de importancia vital-, aún sería necesario desarrollar modelos formales,
resueltos por simulación, para comprender estos sistemas complejos.
Más aún, el pensamiento sistémico sin simulación informática puede atentar
contra el desarrollo de la intuición humana. Sin modelación, podemos creer que estamos
aprendiendo a pensar holísticamente, cuando en realidad sólo aprendemos a sacar
conclusiones apresuradas. Un modelo informático afinado nos capacita para cerrar el
circuito de realimentación por el cual aprendemos, al mostrarnos las implicaciones de
nuestras premisas.
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Que Modificar
Era evidente que debíamos modificar nuestras políticas de suministro. Cada
componente tenía un coste, un plan de producción y un nivel de confiabilidad diseñado
por separado por nosotros y el proveedor. Sumábamos el total de las piezas, y así
obteníamos el coste, el plan de trabajo y la calidad de toda la unidad. Ahora teníamos
que reducir el coste, lo cual, según las reglas de la mayoría de los contratos oficiales,
significa hacer el pedido al licitador más barato. En cambio, modificamos nuestra
actitud. El problema no estaba en los componentes, sino en el modo de ensamblar e
integrar todas las piezas. Necesitábamos reunir a nuestros proveedores para que
trabajaran en conjunto, diseñando su trabajo sincrónicamente, antes que las piezas
llegaran a la etapa de montaje.
Tras llegar a esa decisión, necesitábamos proveedores que compartieran esa
misma visión. En nuestras primeras etapas, éste fue el paso más crítico. Aunque
estábamos excedidos en 19 millones, no nos fijábamos en los precios de los
proveedores. En cambio, preguntábamos si les interesaba colaborar con nosotros. Se
trataba de organizaciones complejas, fabricantes de transmisores, sistemas de antenas y
otros equipos sofisticados. En todos los casos salvo en uno (donde poseían una
tecnología especial), buscábamos nuevos socios si no eran espíritus afines. Como
ejemplo, nuestra fábrica de Denver se negó a participar con nosotros en la reelaboración
del sistema. Les retiramos las tareas de soldadura y cableado y se las encomendamos a
otro grupo de Martin Marietta.
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Desplazar las tareas a nuevos sitios constituía un cambio tan radical que
dudábamos en obtener la aprobación. Afortunadamente, sin embargo, nuestro contrato
con el Departamento de Defensa, con sus 19 millones de dólares de sobrecostes,
representaba una grave amenaza para la compañía. Reconozco la ironía de esta
afirmación, pero brindaba una justificación para realizar cambios drásticos. De hecho,
presionamos para que la calificación de nuestro programa se cambiara a "rojo”, para que
luciera peor ante nuestra casa central de Bethesda.
Durante el año siguiente preparamos los prototipos de muchos procesos con
nuestros contratistas asociados, que antes nunca hubieran participado en nuestras
innovaciones. Creamos oportunidades para que personas de distintas disciplinas
trabajaran juntas, y logramos la aceptación del mejoramiento contínuo como un valor
que debía atesorarse y celebrarse. Descubrimos que la gente de las plantas- tanto en
Martin Marietta como en nuestros proveedores- sabía por qué no era productiva. Todos
pedían transformaciones, nuevas herramientas, entrega puntual de los componentes.
En todos los cambios que hicimos, lo que más nos sorprendió fue el margen de
transformación que obteníamos al acelerar nuestros tiempos. Nos habíamos fijado la
meta aparentemente imposible de igualar el desempeño más rápido jamás visto en
nuestra industria. Alcanzamos esa meta, pero eso fue sólo el primer paso. Con la
productividad que resultó, podíamos haber despedido a la mitad de la gente que
trabajaba con el producto y quedarnos con las ganancias. Pero en una producción de
bajo volumen como la nuestra, el coste de esa gente es bastante pequeño. Las mayores
sumas se van en el personal de soporte, tales como ingenieros, planificadores,
supervisores y gente de finanzas. Comprendimos que si conservábamos a todo el
personal, podríamos reducir el tiempo del ciclo a la mitad una vez más, y eso nos
permitiría reducir a la mitad al personal de soporte. Podíamos ahorrar el 40 por ciento
de nuestros costes laborales, y sin un solo despido.
También descubrimos que haciendo las cosas deprisa se cometen menos errores.
La bibliografía mencionaba esa posibilidad, pero creo que no lo esperábamos hasta que
sucedió. Notamos que además de duplicar la velocidad reducíamos los defectos de
manufacturación en un 75 por ciento. Las cosas se pierden y se rompen cuando
aguardan en fila, y creo que todos nos encontramos en mejor disposición cuando
estamos atareados.
Martin Marietta tenía seis compañías proveedoras en este proyecto, y no
realizaríamos nuestra mejora a menos que todos aumentáramos la velocidad y
diseñáramos juntos esa aceleración. Tuvimos que enrolar a nuestros seis proveedores,
sin pagarles nada adicional. (Eso violaba una tradición; cuando uno desea algo distinto
de un proveedor, hay que pagarlo.) Los proveedores tenían que comprender que obten-
drían las mismas reducciones de costes que nosotros. Gradualmente nos permitieron
introducir gente en sus plantas, no para vigilar, como se hacía a menudo en el pasado,
sino para intercambiar información, de modo que ambos se beneficiaran con la
experiencia del otro. En poco tiempo los seis subcontratistas también habían duplicado
el ritmo de producción.
En 1989 los defectos de manufacturación se habían reducido en un 75 por ciento.
Nuestro proyecto había pasado de un sobrecoste de 19 millones de dólares a 33 millones
de dólares de infracoste, un dato que se citó en las actas del Congreso.
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Cerrando El Circulo
Hacia el final de este proyecto, me designaron director de manufacturación y me
dieron carta blanca para difundir por toda la organización los procesos de trabajo en
equipo que nos dieron resultados tan notables en el programa Peacekeeper. Mucha gente
del proyecto se me unió en ese nuevo equipo. Casi de inmediato descubrimos que no
teníamos las herramientas para comunicar lo que habíamos aprendido al resto de la
organización. Las técnicas y terminologías de las cinco disciplinas de aprendizaje, que
habíamos empezado a adquirir con ayuda de Rick Ross y con La quinta disciplina de
Peter Senge, suministraron esas herramientas.
Yo solía pensar que era imposible aprender nada. Un técnico pasaba por un
proceso mental y se convencía de usar el lubricante número 5 en vez del número 4. La
"lección" se registra como “úsese el 5 en vez del 4”, lo cual no sirve de nada. Pero
ahora, con la capacidad de capturar sus propios procesos mentales, al explicar los ciclos
de causa y efecto en un diagrama de sistemas, los técnicos (o ingenieros, o planifica-
dores) se convierten en maestros que pueden comunicar las lecciones que han
aprendido. Con el lenguaje de los ciclos causales como herramienta primordial, hemos
desarrollado enfoques flexibles de manufacturación que permiten que nuestros clientes
internos -gerentes de programas, como lo era yo en el proyecto Peacekeeper- inserten
sus productos inmaduros en un entorno mas maduro. Lo llamo “maduro" porque
nuestros procesos han mejorado, pero ante todo porque los integrantes de nuestro
personal de planta se han convertido en pensadores sistémicos que están preparados
para nuevas aventuras.
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