«[...] El mundo entero rinde tributo a la destrucción, bajo el pretexto de desarrollo, y no sólo la poesía sino también la música, la pintura, la filosofía están amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espíritu no ocurre un cambio de fondo [...]» (Rafael CADENAS)
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«[...] El mundo entero rinde tributo a la destrucción, bajo el pretexto de desarrollo, y no sólo la poesía sino también la música, la pintura, la filosofía están amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espíritu no ocurre un cambio de fondo [...]» (Rafael CADENAS)
«[...] El mundo entero rinde tributo a la destrucción, bajo el pretexto de desarrollo, y no sólo la poesía sino también la música, la pintura, la filosofía están amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espíritu no ocurre un cambio de fondo [...]» (Rafael CADENAS)
«[...] El mundo entero rinde tributo a la destrucción, bajo el pretexto de desarrollo, y no sólo la poesía sino también la música, la pintura, la filosofía están amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espíritu no ocurre un cambio de fondo [...]» (Rafael CADENAS)
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ESE FRACASO QUE ES LA POESA
As como casi no se lee poesa, tampoco se vende. Su espacio en
el hombre, aquel donde ste crece, ha sido tomado significativamente por poderes hostiles a la poesa. Dice mucho que las fuerzas de la destruccin del individuo sean siempre tan incurablemente antipoticas. Exudan vulgaridad, cualquiera sea su mscara Por Rafael CADENAS (https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Cadenas)
La poesa no tiene residencia fija. Suele invadir los dems gneros
y casi no hay gran libro donde no est presente. Hasta puede afirmarse que en ltima instancia no hay literatura, sino poesa. Su carcter envolvente, ubicuo, usurpador hace pensar que ella no es gnero sino ms bien una presencia detrs de los gneros, una presencia tan insinuante que muchas veces prefiere vestidos que no son los suyos, una presencia que se sirve de todas las actividades creadoras del hombre; como un poder previo a cualquier clasificacin. Posiblemente sea una manera que tiene lo esencial de manifestarse en l. En este sentido, durar lo que dure el hombre. Como gnero, la situacin es distinta. En todas partes sus lectores forman una minora sealadamente excntrica. Tienden a convertirse en una secta de tipo esotrico, no porque la poesa se haya llenado de secreto (quiz lo ha perdido un poco, ms bien) sino por el enorme olvido de las cosas verdaderamente importantes que afecta al hombre actual. Los tres mil o ms millones de habitantes* del planeta estn dedicados a destruirse de manera eficiente en todas las formas imaginables, con suavidad o violencia, por ignorancia o por mucho saber, incesantemente. El mundo entero rinde tributo a la destruccin, bajo el pretexto de desarrollo, y no slo la poesa sino tambin la msica, la pintura, la filosofa estn amenazadas. Toda la cultura y el hombre mismo pueden desaparecer si en su espritu no ocurre un cambio de fondo. Confieso que me preocupa ms la poesa como dimensin que como forma especfica y la mengua de ambas creo que va unida a la crisis del hombre y hasta puede ser una de sus medidas ms seguras. Es evidente que el mundo se aleja cada vez ms de la poesa y parece dirigirse a la creacin de sociedades de seres desindividualizados, si bien prsperos, a quienes una mquina
inmensa les decide lo que deben vestir, comer, leer. En la cada
del hombre figura la poesa junto con otras prdidas no menos importantes, pues la necesita para informar sobre su naufragio, o mejor an, para apuntar a un rescate. Aunque a veces uno piensa en la inutilidad de la literatura, al ver como la palabra de los grandes creadores se pierden. Qu han hecho los hombres, qu hemos hecho, con el legado de Whitman, Rilke, Lawrence y algunos otros? No son muchos, pero bastaban para producir una explosin en los espritus y fueron odos en realidad? Se les ley verdaderamente? Estn ah como voces tremendamente solas y lo que dijeron fue tomado como literatura, convertido en objeto de estudio para lucimiento de intelectuales, desarmado por nuestra grave inmunidad. Pero de ellos lo realmente importante era, y es, el resplandor perdido en la literatura. Cmo volvemos inane, domesticamos, alejamos todo lo que implique exigencia de nueva visin! Cuando no omos directamente lo que una obra quiere decirnos establecemos una distancia entre ellas y nosotros. La colocamos all y nosotros nos quedamos aqu, sin darnos por aludidos. La obra se dirige a nuestro ser, pero nosotros decidimos que slo le habla a nuestro cerebro, y en el pozo de nuestras ideas, la ahogamos. Sin embargo, aquellos creadores escribieron para los hombres, para comunicarles lo que haban descubierto o se les haba revelado, creyendo que seran odos. Me parece que los poetas pueden hacer algo por vincular al hombre con todo lo que su olvido ha relegado, por quitarlo de la distraccin en que vive, por plantearle las preguntas decisivas, por darle seriedad a las palabras, por apuntar hacia un vivir autntico. Se trata de una operacin de rescate, mas para contribuir con ella los poetas tienen que haberle dado la espalda a
la locura que envuelve al hombre, tienen que hablarle desde una
ruptura, tienen que haberse liberado ellos mismos. Si no, seran parte de la enfermedad y lo que dijeran tendra un valor incompleto. Tampoco la poesa ser asimilada por las dems formas, pues vive en una zona del ser que necesita como su medio propio de expresin, una zona para la cual seguramente la prosa resulta inadecuada, no porque sea inferior el problema es ms de naturaleza que de calidad sino por no prestarse bien para transmitir una energa muy elemental, muy pura, muy libre, que no puede adaptarse a nada y que al buscar voz produce ese fracaso que es la poesa. Pues ella es siempre una inscripcin deficiente de algo que nunca llega a expresarse, una a veces esplndida derrota, que puede dejar palabras principales, pero nunca entregar en su estado puro aquello que estaba en su base. As como casi no se lee poesa, tampoco se vende. Su espacio en el hombre, aquel donde ste crece, ha sido tomado significativamente por poderes hostiles a la poesa. Dice mucho que las fuerzas de la destruccin del individuo sean siempre tan incurablemente antipoticas. Exudan vulgaridad, cualquiera sea su mscara. La narrativa, en cambio, tiene un xito relativo (el boom es un estallido localizado) tal vez por reflejar ms los problemas sociales que son muchos, graves e ineludibles, pero no esenciales. La misma gravitacin que tienen los vuelve absolutos, trastocando as la perspectiva en el pblico y en el escritor: lo que es urgente se confunde con lo que es fundamental, y sobre una base real y falsa al mismo tiempo el espritu fabrica su olvido. Nadie duda que deben ser encarados, pero su solucin agrava, afortunadamente, el problema del individuo al descargarlo de un lastre circunstancial y situarlo frente a s mismo, cerca de la
poesa, en la zona de la realidad. Pues el problema del hombre es
l mismo, a solas, en su ms grande relacin. *** Respuesta a La poesa: para qu?, de Luis Alberto Crespo (Papel Literario. El Nacional, 20 de abril de 1969. Texto curado por Rafael Cadenas y Josefina Nez)