Importancia Catecismo
Importancia Catecismo
Importancia Catecismo
flor hermosa y llena de fragancia, un don de Dios. Pero coloque esa rosa en la mano de
Luther Burbank, y sin perder nada de su simple aprecio e infantil asombro por su belleza,
podra dedicar toda una vida explorando su profunda complejidad.
DIVIDE LA DOCTRINA?
Y conoceris la verdad, y la verdad os har libres (Juan 8:32). Podramos decir que
mientras ms entendamos y creamos la verdad, mayor ser nuestra libertad en Cristo. Y
esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el nico Dios verdadero (Juan 17:3). Tambin
podramos decir que mientras ms conocimiento poseamos de nuestro Dios Trino, ms
plena y rica ser nuestra vida.
Algunos Cristianos albergan la nocin de que la doctrina divide a la gente. Pero la
verdadera doctrina une en lugar de dividir. La verdadera doctrina nos ensea acerca de
Cristo, quien es la Verdad, la Palabra de lo alto. Cuando enseamos y guardamos la verdad
acerca de l, somos reunidos con un vnculo eterno. La verdad nos une con Dios y los unos
con los otros.
En contraste, la falsa doctrina divide, separando al hombre de Dios y a los hombres entre
s. La doctrina falsa de Satans en el Huerto de Edn separ a Adn y Eva de Dios y ms
tarde separ a Can de Abel. La falsa doctrina es la mentira, y la mentira ha causado todas
las divisiones que este mundo ha experimentado desde siempre.
Tenemos problemas viendo la verdad? Todos los tenemos, y de este modo podemos
promover el error y tambin las contiendas. Pero esto no quiere decir que debisemos
abandonar la bsqueda de la verdad o rendirnos ante la afirmacin del mundo de que no
existe la verdad. Aunque puede ser que no poseamos la verdad de manera plena, no
obstante, est all para ser poseda. Puede ser que le echemos la culpa a nuestra corta y
pecaminosa visin por no poder ver la verdad, pero no podemos culpar a Dios por decirla.
Algunas veces, pecamos mientras contendemos por la verdad. Pero si descubrimos que
estamos dejando de hablar la verdad en amor, la solucin no es renunciar a la verdad.
Ms bien la solucin es confesar nuestros pecados, tratar pacientemente los unos con los
otros y regocijarnos en la verdad.
LA REFORMA Y EL CATECISMO
Dios abri el camino para la Reforma por medio de la impresin y distribucin de la
Biblia. Como recordar, Johann Gutenberg complet el primer libro impreso, la Biblia, en
1456. Para 1517, cuando Martn Lutero coloc las noventa y cinco tesis en la puerta de la
iglesia en Wittenberg, las imprentas de Europa haban distribuido todo o partes de la Biblia
en Latn, Alemn, Italiano, Francs, Checo, Holands, Hebreo, Cataln, Bajo Alemn y
Griego verdaderamente una obra increble por parte de Dios.
Siguiendo esto, Dios levant hombres piadosos de gran estatura intelectual y moral y los
encendi con la pasin de predicar. Las iglesias respondieron escribiendo confesiones y
catecismos, y luego llevaron sus Biblias y confesiones y catequizaron, como Pablo dijo
acerca de su trabajo en feso, de casa en casa.
Durante la Reforma, la catequizacin causaba el inters de grandes y pequeos.
Federico, gobernador del Palatinado, no mir mejor medio que catequizar para asegurarse
de que sus sbditos estuviesen fundamentados en la fe Reformada. Comision a Oleviano y
a Ursino para que escribieran un catecismo. Luego que Federico y los ministros del
Palatinado lo revisaran, lo publicaron en 1563. Ese catecismo, el Catecismo de Heidelberg,
entre los muchos escritos durante la Reforma, an retiene la distincin de ser uno de los
catecismos mejor conocidos, amados y usados de todos los catecismos de la Reforma.
En 1643 una asamblea de hombres piadosos equipados con una enorme erudicin se
reunieron en la Abada de Westminster, en Londres, Inglaterra, y en 1647 produjeron la
Confesin de Fe de Westminster, quiz la formulacin doctrinal teolgicamente ms
precisa y madura de la Reforma. En lugar de contentarse con declarar la verdad, esta
3 Dos ejemplos de las promesas de Dios para nuestros hijos son Y circuncidar Jehov tu Dios tu corazn, y
el corazn de tu descendencia, para que ames a Jehov tu Dios con todo tu corazn y con toda tu alma, a fin
de que vivas (Deut. 30:6) y Y todos tus hijos sern enseados por Jehov; y se multiplicar la paz de tus
hijos (Isa. 54:13).
Pars en 1537. En 1543 el Papa Pablo III les dio su bendicin, y con el tiempo se convirti
en la ms grande organizacin misionera y de enseanza en la Iglesia de Roma. El primer
esfuerzo de los Jesuitas fue establecer escuelas religiosas para los jvenes. Catequizaban de
manera rigurosa. Los historiadores Catlicos y Protestantes concuerdan en que fue por
esta maquinaria escolar religiosa que los Jesuitas detuvieron la Reforma en sus avances
aparentemente triunfantes.9
Los Catlicos Romanos aprendieron bien observando el xito de la catequizacin
Protestante. Aunque a medida que los aos pasaron el uso apropiado de la catequizacin
decay entre las muchas iglesias Protestantes, la Iglesia de Roma, al menos durante el siglo
diecinueve, an reconoca su poder.
la teologa pastoral no hay uno que reclame ms la atencin del clrigo que la instruccin
doctrinal de la generacin que se est levantando.12 Una vez ms dijo, Sentimos
profundamente que no existe un tema de mayor inters que la catequizacin de la
generacin ms joven.13 Sin embargo, demasiados seminarios no le muestran la debida
atencin o ignoran el arte de la catequizacin.
EN CONCLUSIN
Si la comisin de despedida de Cristo a la iglesia es hacer discpulos (Mat. 28:19),
entonces no puede dejar de comenzar catequizando a sus propios nios. Hacer menos que
eso es descuidar nuestro propio hogar, lo cual dice Pablo, nos hace peores que un infiel (1
Tim. 5:8). Si nosotros como padres fusemos fieles a nuestro llamado como los primeros
maestros de nuestros hijos, entonces la catequizacin debiese ser una prioridad en nuestros
hogares. Si nuestra mayor herencia es la verdad de la Escritura que hemos recibido en
depsito de parte de Dios por medio de la Reforma, nosotros como maestros y pastores no
podemos hacer menos que regresar con devocin a la catequizacin de nuestros nios y
jvenes. Hacer menos es negar el valor de la preciosa fe de nuestros padres.
Es el testimonio unnime de los Reformadores del siglo diecisis, de aquellos que vieron
la fe de la Reforma sobrevivir a los embates de un siglo de fiera oposicin, y de los muchos
comentaristas de la historia de la Reforma, que un elemento clave en la frmula
misericordiosa de Dios para la victoria fue la instruccin catequista. Los enemigos de la
Reforma se unieron para afirmar que la instruccin catequista era la mayor fuerza para
asegurar la Reforma en las mentes y corazones de la gente.
En las operaciones militares, aunque los aviones y los tanques derrochan velocidad y
poder de fuego, es la infantera la que cubre territorio, aniquilando los focos de resistencia
ocultos y asegurando la conquista. La instruccin catequista es esa infantera.
12 William Shedd, Teologa Pastoral (New York: Charles Scribner, 1867), 407.
13 Ibid., 429.