El SIDA
El SIDA
El SIDA
1. ¿Qué es el SIDA?
Es la enfermedad que se desarrolla como consecuencia de la destrucción
progresiva del sistema inmunitario (de las defensas del organismo), producida
por un virus descubierto en 1983 y denominado Virus de la Inmunodeficiencia
Humana (VIH). La definen alguna de estas afecciones: ciertas infecciones,
procesos tumorales, estados de desnutrición severa o una afectación importante
de la inmunidad.
2. ¿Por qué se llama SIDA?
La palabra SIDA proviene de las iniciales de Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida, que consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer
frente a las infecciones y otros procesos patológicos. El SIDA no es consecuencia
de un trastorno hereditario, sino resultado de la exposición a una infección por
el VIH, que facilita el desarrollo de nuevas infecciones oportunistas, tumores y
otros procesos. Este virus permanece latente y destruye un cierto tipo de
linfocitos, células encargadas de la defensa del sistema inmunitario del
organismo.
3. ¿Cómo se transmite la infección por VIH?
Las tres vías principales de transmisión son: la parenteral (transfusiones de
sangre, intercambio de jeringuillas entre drogadictos, intercambio de agujas
intramusculares), la sexual (bien sea homosexual masculina o heterosexual) y la
materno-filial (transplacentaria, antes del nacimiento, en el momento del parto
o por la lactancia después).
Con menor frecuencia se han descrito casos de transmisión del VIH en el medio
sanitario (de pacientes a personal asistencial y viceversa), y en otras
circunstancias en donde se puedan poner en contacto, a través de diversos
fluidos corporales (sangre, semen u otros), una persona infectada y otra sana;
pero la importancia de estos modos de transmisión del virus es escasa desde el
punto de vista numérico.
4. ¿Qué diferencia hay entre ser portador y ser enfermo de SIDA?
Se llama portador a la persona que, tras adquirir la infección por el VIH, no
manifiesta síntomas de ninguna clase. Se llama enfermo de SIDA al que padece
alguno de los procesos antedichos (infecciosos, tumorales, etc), con una
precariedad inmunológica importante. Tanto el portador como el enfermo de
SIDA se denominan seropositivos, porque tienen anticuerpos contra el virus que
pueden reconocerse en la sangre con una prueba de laboratorio.
En líneas generales, desde que una persona se infecta con el VIH hasta que
desarrolla SIDA, existe un período asintomático que suele durar unos 10 años.
Durante este tiempo el sistema inmune sufre una destrucción progresiva, hasta
que llega un momento crítico en que el paciente tiene un alto riesgo de padecer
infecciones y tumores.
Se estima que, por término medio, existen alrededor de 8 (de 5 a 12) portadores
por cada enfermo de SIDA.
5. ¿Cuántos portadores existen en el mundo?
Según la última estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a
finales de 2001 existían 40 millones personas infectadas de VIH; 21.8 millones
han muerto ya; durante ese año hubo 3 millones de muertos. El 95% del total de
portadores vive en países en vía de desarrollo, más de 25 millones en el África
subsahariana; donde hay, además, más de 12 millones de niños huérfanos a
causa del SIDA. En este último continente hay países en los que el 25 % de sus
habitantes y el 30% de las mujeres embarazadas, son seropositivos.
En España, según los datos de 1998, hay alrededor de 130.000 portadores del
VIH, aunque esta cifra podría alcanzar los 200.000, pues realmente es muy
difícil calcular adecuadamente el número de infectados. En junio de 2001
habían fallecido más de 32.000 personas, siendo ya la primera causa de muerte
entre los varones de 25 a 39 años. En junio de 2001 el total de enfermos de
SIDA eran 61.028.
6. ¿Todo portador del VIH será un día enfermo de SIDA?
En ausencia de tratamiento la evolución natural de la enfermedad por el VIH
aboca necesariamente al desarrollo de SIDA al cabo de unos años. Así ocurre
actualmente, por desgracia, en los países subdesarrollados.
Sin embargo, con la aparición en el año 1996 de la nueva y potente terapia
combinada anti-retroviral se consigue controlar el deterioro inmunológico
producido por el virus y, como consecuencia, prevenir el desarrollo de SIDA.
Actualmente no es posible predecir el futuro a largo plazo de estos pacientes
que, sin embargo, han visto prolongada su supervivencia con los nuevos
tratamientos. Estas terapias, a pesar de su eficacia, no están exentas de serios
inconvenientes: toxicidad, difícil cumplimiento, disminución de su eficacia (el
virus puede hacerse resistente) y elevado coste económico. Todos estos factores
hacen que, hoy por hoy, no sea posible pronosticar si un paciente concreto,
actualmente en tratamiento, va a desarrollar SIDA en el futuro.
7. ¿Significa esto que el SIDA es incurable?
La erradicación del VIH en los paciente infectados no parece posible con los
tratamientos actuales. Propiamente hablando, hoy el SIDA es incurable. Sin
embargo, muchos de los procesos oportunistas que comprometen la vida de los
pacientes con SIDA tienen tratamiento eficaz. Además, la administración de
fármacos anti-retrovirales ha permitido alargar considerablemente la
supervivencia de los sujetos seropositivos, de manera que la enfermedad se ha
convertido en un proceso crónico.
A pesar del amplio desarrollo que ha alcanzado la investigación de esta
enfermedad en los últimos años, no parece aún cercana la posibilidad de
disponer de una vacuna eficaz.