Los tiempos de los gentiles

El conocimiento de las Sagradas Escrituras hace que comprendamos la vida; el

conocimiento de la historia nos puede dar una creciente apreciacin por la Palabra
de Dios. Para ayudarnos a entender las cosas, Dios divide la historia en diferentes
eras. Una de ellas se llama los tiempos de los gentiles (Lc.21:24), perodo en el
cual el liderazgo de las naciones no est ms en manos de Israel sino en manos
de imperios gentiles. Este perodo comenz con la cautividad de Jud bajo
Nabucodonosor, rey de Babilonia (2Co.36:21). Desde entonces, el mundo ha
estado hollado por los gentiles (Lc.21:24) y continuar as hasta que Cristo
regrese a buscar a la Iglesia.

Esta era de los gentiles se ha caracterizado por muchos eventos:

1) el surgimiento de una potencia y un control mundial gentil (Lc.21:24);
2) la desaparicin de Israel como potencia mundial (Mt.21:18-20);
3) el surgimiento de la Iglesia (Ef.1:20-23);
4) la renovacin o el renacimiento de Israel (Mt.24:2);
5) la declaracin de la futilidad de la adoracin en el templo (Mt.24:2);
6) Cristo llama a Israel ovejas perdidas (Mt.15:24), y
7) el intento de dominacin mundial por parte de una potencia gentil bajo el
liderazgo del anticristo.

La Biblia indica que la fuerza masiva del poder mundial gentil ser destruida. El
mundo comercial, que tendr como centro la ciudad de Babilonia, tendr control
por un tiempo limitado. Las Escrituras anuncian la devastacin del comercio y la
moneda mundial (Ap.18:2-3,9).

Al considerar las condiciones que caracterizan los tiempos de los gentiles,

llegamos a la conclusin de que el hombre sin Dios, no importa cules sean sus
capacidades, no puede triunfar. El resultado de la mera actividad humana, aunque
sea admirable, ser fracaso, prdidas y devastacin final. Por mucho tiempo el
mundo se ha jactado de no necesitar a Dios; ha confiado en su propia capacidad

para gobernar teniendo como simple gua la sabidura humana. Durante los
tiempos de los gentiles, el mundo creer en muchas religiones, en muchas
filosofas, y establecer muchas metas. Estas podrn ser espectaculares por algn
tiempo, pero al final no llegar a nada. Por tanto, hacemos bien, en llegar a la
conclusin de que la cultura puede mejorarse solo por la intervencin divina. Solo
Cristo, al regresar con poder y gran gloria, podr hacer de la sociedad algo til y
provechoso. Dicha sociedad, como claramente ensean las Escrituras, puede
existir solo si se transforma la naturaleza humana. El mundo es pecaminoso y
durante los tiempos de los gentiles, est controlado por la raza humana cada.
Esta, por la abundancia del pecado, ha perdido su condicin espiritual est
destruida de la gloria de Dios (Ro.3:23). Por lo tanto, el hombre no puede confiar
en la humanidad; debe edificar su vida sobre un nico fundamento: la fe en
Jesucristo, el eterno Hijo de Dios.

La condicin final de la riqueza, los valores que tiene el mundo, est resumida en
la Palabra de Dios (Ap.18:14-15). En el cuadro de la revelacin, los tiempos de los
gentiles son temporalmente magnficos pero moralmente ciegos. Lo que los
incrdulos pueden hacer en el mundo podr ser atractivo por el momento, pero al
final ser completamente consumido por el fuego devastador del cielo. Debemos
comprender que, sin Dios, lo nico que pueden producir los judos y los gentiles es
destruccin. Se nos insta a estar consciente de ese programa del mundo, los
tiempos de los gentiles, pero sin llegar a la cooperacin.

Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye, Reina Valera 1960.
Artculo por David W. Breese.
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La manifestacin gloriosa de Cristo

La transfiguracin de Jess (Mt.17:1-8; Mr.9:1-8) fue una revelacin anticipada y

en miniatura a tres de los apstoles de la gloria propia de Jess (He.10:20) que se
mostrar al mundo en su segunda venida. sta se anunciar con la aparicin de

la seal del Hijo del Hombre en el cielo (Mt.24:30). De esta manera, en la

transfiguracin estos tres apstoles recibieron una revelacin en cuanto a quien es
realmente esta Persona (Mt.12:24).

En su ascensin, se elimin el velo y el Hijo apareci gloriosamente (Hch.7:55-56).

Nunca ms esa gloria volver a estar cubierta. Cuando l regrese a esta tierra
para afirmar sus pies en el Monte de los Olivos (Zac.14:4), todos los que habiten
en ella vern al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y
gran gloria (Mt.24:30; Ap.19:11-16).

Cuando el Hijo regrese en gloria (Ap.1:13-16) estar cumpliendo la tarea de Juez

que Dios le asign (Juan 5:27). Apocalipsis lo presenta cumpliendo esta funcin a
lo largo de todo el libro. Cristo es quien desata una serie de juicios (Ap.5:5) que se
describen cuando se van abriendo los sellos (Ap.6:1-17) y van sonando las
trompetas (Ap.8:2-9:21). La sptima trompeta es realmente el segundo
advenimiento del Juez a la tierra (Ap.11:15). La forma de juicio asociada con su
advenimiento se revela cuando se vacan las copas de ira (Ap.16:1-21). Se
reivindica su derecho divino de juzgar (Juan 5:27): En su segunda venida juntar
para juicio a los israelitas que vivan (Mt.24:31; 25:1-30) y juzgar a todos los
gentiles vivos para determinar quines entrarn en el reino del pacto. Su gloria
divina se revelar a travs de sus juicios.

En su segunda venida Cristo tambin cumplir su papel de Salvador o libertador

(Ro.11:26-27). Debido a la iniquidad y a la idolatra, Israel fue entregada en manos
de los gentiles opresores que regirn hasta que se cumpla los tiempos de los
gentiles (Lc.21:24). La gloria del Hijo lo revelar como el Salvador, y la nacin de
Israel mirar con fe a Aquel que rechazaron y le dar la gloria que l merece
(Zac.12:10).

Cristo regresa por segunda vez para cumplir la tarea del Rey asignada por Dios
Padre en la ascensin (Sal.2:6-7; 110:1). Juan, su precursor, present a Jess en
esa funcin (Mt.3:2) y l reclam para s ese derecho (Mt.4:17). Cuando las
multitudes fueron testigos de un asombroso milagro, reconocieron que Cristo era
el Mesas, el hijo de David (Mt.12:23). En la segunda venida Jess aparece como
el Rey de reyes y Seor de seores, (Ap.19:16). Su gloria se revelar a lo largo

de los mil aos de su reinado aqu en la tierra (Ap.20:2-3) como hijo de David en
el reino de David, segn el pacto de Dios con Israel (2S.7:16; Sal.89:3-4).

Los creyentes, quienes no fueron arrebatados por nuestro Seor Jesucristo desde
las nubes esperarn, la gloria que se revelar en la segunda venida de Cristo
(Ti.2.13) porque ellos la compartirn. Esta esperanza es una fuente de bendicin
mientras ellos esperan la revelacin de su gloria como Juez, su gloria como
libertador y su gloria como Rey.

Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca, Reina-Valera 1960 por Tim LaHaye,

artculo La manifestacin gloriosa de Cristo por J. Dwight Pentecost.

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jueves, 27 de junio de 2013
Las 70 semanas segn la Biblia

La Biblia dice: "Setenta semanas estn determinadas sobre tu pueblo y sobre

tu santa ciudad, para terminar la prevaricacin, y poner fin al pecado, y
expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visin y la
profeca, y ungir al Santo de los santos", (Dn.9:24).

El fin del perodo de "sesenta y dos semanas" (434 aos) sumado a las siete
"semanas" (49 aos) que ya haban pasado durante la restauracin de
Jerusaln, hacen una total de 69 "semanas" (483 aos). Este perodo de 483
aos concluy cuando al Mesas se le quit la vida, una clara profeca del da
que Jess fue crucificado. Solo un Dios sobrenatural podra hacer una
prediccin tan precisa de la crucifixin de Cristo.

La frase "un prncipe que ha de venir", no se refiere al Mesas, sino que es

una clara referencia a un "prncipe" o gobernante futuro que entrar en
escena durante la "semana setenta" de Daniel. Daniel 8:23 se refiere a este
"prncipe" diciendo que es "un rey altivo de rostro"; el apstol Pablo lo llama
"el hombre de pecado" y "el hijo de perdicin" (2Ts.2:1-8). Juan lo lama "el
anticristo" (1Jn.2:18). El v.26 tambin incluye una pista definitiva para
determinar la nacionalidad del anticristo ya que dice que ser de "el
pueblo ....que...destruir la ciudad y el santuario". Muchos creen que "el
pueblo se refiere a los romanos, quienes destruyeron la ciudad de Jerusaln
en el 70 d.C. Esta observacin, junto al hecho de que el anticristo gobernar
las naciones gentiles del mundo occidental, parece indicar que es de
ascendencia europea.

El v.27 del captulo 9 hace referencia a la frase "Y por otra semana (siete
aos) confirmar el pacto con muchos", esta importante frase indica que el
evento que comienza la "semana setenta" es la firma de un pacto de siete
aos de duracin entre "el prncipe" (anticristo) del pueblo que destruy la
ciudad de Jerusaln, y los judos. Este evento aun es futuro. La importancia
de este perodo de siete aos se destaca porque la Biblia le asigna ms
espacio a la tribulacin que a cualquier otro perodo comparable. Jess lo
describe en el discurso del Monte de los Olivos (Mt.24-25), el apstol Pablo en
2Ts.2:1-12 y Juan en Ap.6-19.

El anticristo romper su pacto con Israel y profanar el templo. "A mitad de

la semana" indica que esto ocurrir en el punto medio de la tribulacin, es
decir, despus de solo tres aos y medio. Jess llama a esta profanacin "la
abominacin desoladora de que habl el profeta Daniel" (Mt.24:15).
Al final de la "semana setenta", vendr la "consumacin"; es decir, que Cristo
regresar en poder para gobernar este mundo como rey (comp. Dn.2:35,45).

Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca, Reina-Valera 1960, por Tim

LaHaye.
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mircoles, 26 de junio de 2013
El reino milenial

La Biblia ensea que Jess regresar a esta tierra. En Hechos 1:11, mientras los
discpulos observaban, Jess ascendi al cielo, y los dos hombres con vestidos
blancos que estaban juntos a ellos les dijeron: "Varones galileos, por qu estis
mirando al cielo? Este mismo Jess, que ha sido tomado de vosotros al cielo, as
vendr como le habis visto ir al cielo. En San Mateo 24:30 leemos: y vern al
Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Apocalipsis 1:7 declara: He aqu que viene con las nubes, y todo ojo le ver, y
los que le traspasaron. Zacaras, hablando en nombre del Seor, dice: Y
mirarn a m, a quien traspasaron, (Zac.12:10).

El propsito de la segunda venida de Cristo es establecer el reino de Dios sobre la

tierra. En su oracin modelo, Jess les dijo a los discpulos que oraran, diciendo:
Venga tu reino. Hgase tu voluntad, como en el cielo, as tambin en la tierra
(Mt.6:10). Durante el milenio, el dao causado por la tribulacin ser revertido, y
Cristo reinar sobre el trono de David (Is.9:6-7; Zac.12:10). En Apocalipsis 5:10
Juan dice: Y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra. As pues, cuando Jess venga a reinar, la Iglesia reinar con l.
Apocalipsis 20:4 nos dice que nuestro reinado en la tierra durar 1000 aos.

Apocalipsis 5:9-10 habla del nuevo cntico que la Iglesia entonar en el cielo
proclamando que el Cordero es digno de tomar y abrir sus sellos: porque t fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nacin, y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre a tierra.

El reino de Dios no ser comida y bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espritu
Santo (Ro.14:17). Es en este tiempo que morar el lobo con el cordero, y el
leopardo con el cabrito se acostar; el becerro y el len y la bestia domstica
andarn juntos, y un nio los pastoreara (Is.11:6). El lobo y el cordero sern
apacentados juntos, y el len comer paja como el buey (Is.65:25). Este es el
tiempo cuando martillarn sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces;
no alzar espada nacin contra nacin, ni se ensayarn ms para la guerra

(Miq.4:3). Las promesas de Dios para Israel incluan bendiciones tanto terrenales
como espirituales. Los discpulos de Cristo, que comprendieron los aspectos
terrenales de las bendiciones sobre Israel, le preguntaron a Cristo justo antes de
su ascensin cundo cumplira las bendiciones terrenales y establecera su reino
(Hch.1:6). Ellos todava ignoraban que esta fase del reino de Cristo no tendra
lugar hasta el fin de los tiempos.

Nuestro propsito y comisin hasta que Cristo regrese es trabajar proclamando su

evangelio al mundo (Mt.24:14). Amn; s, ven (rpidamente), Seor Jess
(Ap.22:30).

Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca, versin Reina Valera 1960 por Tim
LaHaye. Artculo El reino milenial por Chuck Smith.

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lunes, 24 de junio de 2013
Las setenta semanas de Daniel

Setenta semanas estn determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,

para terminar la prevaricacin, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para
traer la justicia perdurable, y sellar la visin y la profeca, y ungir al Santo de los
santos. (Dn.9:24-27).

La profeca de las setenta semanas es la principal profeca bblica sobre los

acontecimientos futuros relacionados con la nacin de Israel: desde el decreto
para reedificar los muros de Jerusaln hasta la primera y la segunda venida del
Mesas. Cada semana es una unidad de siete aos, de esta manera los 70
sietes constituyen un total de 490 aos. Se predice que ocurrirn seis cosas
con relacin a los judos durante esos 49 aos:

1.) Terminar su prevaricacin.

2.) Se pondr el final al pecado de Israel.
3.) Se expiar la iniquidad.
4.) la justicia perdurable se har realidad.
5.) Se sellar la profeca.
6.) Se ungir al Santo de los santos.
Estas seis cosas no se cumplirn en su totalidad hasta que haya pasado los
490 aos. Algunos eruditos bblicos sugieren que las primeras 69 semanas
(483 aos) comenzaron con el decreto emitido y proclamado a Nehemas para
reconstruir Jerusaln en 445-444 a.C., y que terminaron durante la semana de
la crucifixin de Jess. Aparentemente hay una brecha en esta profeca entre
las semanas 69 y 70. Muchos expertos en profeca creen que dicha brecha
corresponde a la Era de la iglesia; por lo tanto, mientras contine la Era de la
Iglesia la semana setenta de Daniel seguir siendo futura. De acuerdo a esta
enseanza, luego que Cristo arrebate a su Iglesia, el reloj del juicio de Dios
comenzar a marcar la ltima semana de Daniel. Esta semana setenta de
Daniel (v.27) es entonces sinnimo de los sietes aos de la tribulacin.
Daniel 9:26 SE QUITAR LA VIDA AL MESAS, MS NO POR S. El fin del
perodo de sesenta y dos semanas (434 aos) sumado a las siete semanas
(49 aos) que ya haban pasado durante la restauracin de Jerusaln, hace un
total de 69 semanas (483 aos). Este perodo de 483 aos concluy cuando
al Mesas se le quit la vida, una clara profeca del da que Jess fue
crucificado. Solo un Dios sobrenatural podra hacer una prediccin tan precisa
de la crucifixin de Cristo.
Daniel 9:26 UN PRINCIPE QUE HA DE VENIR. Esta frase no se refiere al
Mesas, sino que es una clara referencia a un prncipe o gobernante futuro
que entrar en escena durante la semana setenta de Daniel. Daniel 8:23 se
refiere a este prncipe diciendo que es un rey altivo de rostro; el apstol Pablo
lo llama el hombre de pecado y el hijo de perdicin (2Ts.2:1-8). Juan lo llama
el anticristo (1Jn.2:18). El v.26 tambin incluye una pista definitiva para

determinar la nacionalidad del anticristo ya que dice que ser de el

pueblo..que.destruir la ciudad y el santuario. Muchos creen que el
pueblo se refiere a los romanos, quienes destruyeron la ciudad de Jerusaln
en el 70 d.C. Esta observacin, junto al hecho de que el anticristo gobernar
las naciones gentiles del o mundo occidental, parece indicar que es de
ascendencia europea.
Daniel 9:27 Y POR OTRA SEMANA (SIETE AOS) CONFIRMAR EL PACTO
CON MUCHOS. Esta importante frase indica que el evento que comienza la
semana setenta (semana de aos) es la firma de un pacto de siete aos de
duracin entre el prncipe (anticristo) del pueblo que destruy la ciudad de
Jerusaln, y los judos. Este evento an es futuro. La importancia de este
perodo de siete aos se destaca porque la Biblia le asigna ms espacio a la
tribulacin que a cualquier otro perodo comparable. Jess lo describe en el
discurso del Monte de los Olivos (Mt.24-25), el apstol Pablo en (2Ts.2:1-12) y
Juan en (Ap.6-19).
El anticristo romper su pacto con Israel y profanar el templo. A la mitad de la
semana indica que esto ocurrir en el punto medio de la tribulacin, es decir
despus de solo tres aos y medio. Jess llama a esta profanacin la
abominacin desoladora de que habl el profeta Daniel (Mt.24:15). Al final de
la semana setenta, vendr la consumacin; es decir que Cristo regresar en
poder para gobernar este mundo como rey (comp.Dn.2:35-45).
Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye. Reina Valera
1960.
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domingo, 23 de junio de 2013
La inminente venida de Cristo

"El regreso inminente de Cristo debe motivar a los cristianos a vivir como si el
arrebatamiento pudiera ocurrir en cualquier momento"

La definicin de la palabra "inminente" es: "que amenaza o est por

suceder prontamente" (Diccionario de la Lengua Espaola, Vigsima segunda
edicin, Real Academia Espaola).
Por lo tanto, un suceso inminente siempre est a las puertas y a "la vuelta de la
esquina", en el sentido de que podra ocurrir en cualquier momento. Si para
que suceda tuviera que pasar algo primero, entonces no es inminente.

Nadie sabe con exactitud cundo ocurrir un evento inminente. Por esta
razn hay tres cosas ciertas. En primer lugar, nadie puede asegurar que
transcurrir determinada cantidad de tiempo antes que suceda un evento
inminente. Es por esto que uno debe estar siempre preparado porque puede
ocurrir en cualquier momento. En segundo lugar, no se puede establecer la
fecha en que tendr lugar un evento inminente. Establecer fecha sugiere que el
evento no puede darse hasta ese momento, y consecuentemente se destruye
el concepto de inminente. Tercero, tampoco es lcito decir que porque un
evento es inminente ocurrir pronto. La Biblia indica que la segunda venida de
Cristo era inminente cuando se escribi el Nuevo Testamento. Sin embargo, es
obvio que el regreso de Jess no iba a ser un evento cercano para quienes
vivieron en los tiempos apostlicos.

El concepto del inminente regreso de Cristo puede explicarse de la

siguiente manera: Su segunda venida siempre est a las puertas y a "la vuelta
de la esquina", en el sentido de que podra ocurrir en cualquier momento.
Pueden pasar otras cosas antes de que Cristo regrese, pero en trminos
bblicos no hay nada ms que deba suceder antes de su venida. Si tuviera que
pasar algo ms, la segunda venida de Cristo no sera inminente.

Como no se sabe exactamente cundo regresar Jess, tres cosas son

ciertas. Primero, no podemos asegurar que pasar determinada cantidad de
tiempo antes que suceda, por lo tanto, debemos estar siempre listos porque
puede venir en cualquier momento. Segundo, no es lcito fijar una fecha para el
regreso de Cristo. Tercero, no podemos decir que por la sencilla razn de que
la segunda venida de Cristo es inminente, suceder pronto. Puede ocurrir
pronto, pero no tiene que ser pronto necesariamente.

En la Biblia existe un importante contraste. Se nos habla de un inminente

regreso de Cristo, pero tambin de un regreso que no es inminente: un regreso
que no puede darse hasta despus de la "gran tribulacin" (Mt.24:21,29-30).
Este contraste nos lleva a la conclusin de que la Biblia nos habla sobre dos
futuras venidas de Cristo: una inminente para arrebatar a la Iglesia y la que no
es inminente, para gobernar al mundo luego de la gran tribulacin.

El concepto bblico del inminente regreso de Cristo conlleva una sera

implicacin en cuanto al tiempo de la venida de Jess para arrebatar a su
Iglesia. (Jn.14:2-3; 1Co.15:51-53 y 1Ts.4:16-18).Toda perspectiva que no sea la
del arrebatamiento pretibulacional se opone al concepto bblico del inminente
regreso de Cristo.

La perspectiva del arrebatamiento pretribulacional ensea que Jess vendr

a arrebatar a su Iglesia antes que empiece la "semana setenta" de Daniel,
ensea que nada ms tiene que suceder antes de su venida, y que el regreso
de Cristo podra ocurrir hoy mismo. Ese regreso inminente debe motivar a los
cristianos a vivir como si el arrebatamiento pudiera ocurrir en cualquier
momento (1Jn.2:28; 3:2-3)

Bibliografa: La Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye.

"La inminente venida de Cristo" por Renald Showers

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sbado, 22 de junio de 2013
El juicio del gran trono blanco

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en l, de delante del cual

huyeron la tierra y el cielo, y ningn lugar se encontr para ellos, (Ap.20:11).

La reunin final de la humanidad con Dios en el da del juicio est grabada de

forma indeleble en el corazn del hombre. El reconocimiento de este encuentro
final es una de las cosas que distingue al hombre de los animales y parece
formar parte de la conciencia humana. Ms todava, tal encuentro con Dios se
menciona muchas veces en la Biblia y tiene lugar inmediatamente despus del
reino milenial, una vez que Cristo haya dominado la ltima rebelin del hombre
y justo antes de que comience la nueva eternidad que Dios ha preparado para
aquellos que lo aman y lo aceptan en su corazn.

Los muertos, grandes y pequeos, de pie ante Dios (Ap.20:12) indica que
todos esos muertos para con Dios, que viven en el lugar de tormento a donde
fueron luego de su muerte terrenal, son resucitados (como se promete en
Dn.12:2). Esto ocurre para que se presenten ante Dios, quien los juzgar
segn sus obras (v.12). es evidente que en el cielo existen libros donde estn
registradas las obras de los hombres y all estarn hasta este juicio. Los
muertos que se mencionan aqu son personas que nunca recibieron a Cristo
antes de su primera muerte, y que luego del milenio sern resucitadas para
presentarse ante Dios. Los libros que contienen sus obras sern abiertos, y
ninguna de estas acciones habr sido borrada por la sangre redentora de
Jess porque dichas personas lo rechazaron mientras vivieron en la tierra. Por
tanto, se condenan por sus propias obras.

El que haya distintos niveles de castigo en la eternidad parece ser tanto bblico
como justo. Muchos creen que el motivo por el cual se realiza este juicio en
particular es determinar los grados de sufrimiento en el lago de fuego. Es ante
este trono que se cumplir la prediccin de (Fil.2:9-11) de que habr un da en
que todo hombre y mujer doblar sus rodillas para adorar a Jesucristo y
confesar que Jesucristo es el Seor, para gloria de Dios Padre. Si ahora nos
arrepentimos y confesamos a Cristo, por supuesto que se nos excluir de ese
juicio y nuestros nombres estarn escritos en el libro de la vida del Cordero
(Ap.13:8). Esto nos garantiza que nuestros nombres permanecern en el libro
de la vida, un libro diferente del que se borrar el nombre de toda persona que
muera sin una relacin salvadora con Cristo (Ap.3:5). Segn (Ap.20:15), luego
de una verificacin final en este libro de la vida, todo aquel cuyo nombre no
aparezca all ser lanzado al lago de fuego.

La grandeza de este trono no estriba en su tamao ni en la cantidad de

culpables sino en la grandeza del Juez que lo preside: el Seor Jesucristo. El
color blanco representa su santidad y su pureza, y cun apropiado es que sea
l quien juzgue a la humanidad (ver Juan 5:22,27-29; 2Tim.4:1). l es el Verbo
eterno (Jn.1:1), que vino a dar vida; una vida libre del poder y la paga del
pecado (Lc.19:10; Ro.6:23; He.12:9). Quienes rechacen el regalo ofrecido por
el Cordero de Dios, descubrirn que verdaderamente horrenda cosa es caer
en manos del Dios vivo! (He.10:29-31).

El juicio del gran trono blanco no es para los cristianos. Es solo para aquellos
que se niegan a aceptar a Jesucristo durante esta vida en la tierra. Para
librarnos de este juicio lo nico que tenemos hacer es arrepentirnos y creer en
el nombre del Seor Jesucristo e invitarlo a ser nuestro Seor y Salvador.

Fuente: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye

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viernes, 21 de junio de 2013
Las seales de los tiempos

Ahora entendemos profecas que hasta hace poco resultaban

incomprensibles

Jehov le dijo al profeta Daniel que muchas de las profecas de la Biblia sobre
el fin de los tiempos seguiran teniendo un significado misterioso hasta que
llegara el tiempo de entenderlas (Dn.12:8-9). Un inicio de que ahora vivimos en
los ltimos das previos al regreso del Seor puede ser que ahora entendemos
profecas que nunca antes se haban comprendido. Nuestro entendimiento se
basa en dos factores: el desarrollo histrico y las innovaciones tecnolgicas.
Un ejemplo de desarrollo histrico es el establecimiento de la nacin de Israel
el 14 de mayo de 1948. La Biblia est llena de profecas sobre el
reconocimiento de los judos en su tierra en los postreros das. Justo antes del
regreso del Mesas (Is.11:10-12). Durante casi 2000 aos los judos estuvieron
dispersos por todo el mundo. Sin ninguna esperanza aparente de volver a ser
una nacin. Debido a esta dispersin, no se comprenda las profecas sobre la
existencia de Israel en los tiempos del fin. Lo mismo ocurra con las profecas
(Zac.12:1-6; Lc.21:24) sobre la reocupacin juda de Jerusaln, que tuvo lugar
el 7 de junio de 1967.
1.

La magnitud de la matanza de la tribulacin.

Apocalipsis 6-9 dice que la mitad de la poblacin del mundo morir durante los
juicios iniciales de la tribulacin (una cuarta parte en los juicios de los sellos y
una tercera parte de los que queden en el juicio de las trompetas). Una
masacre como esa nunca habra sido posible por medios naturales. Sin
embargo, ahora si lo es despus del desarrollo de las armas nucleares (1945)
y de los misiles balsticos intercontinentales (en los aos 60).

2.

El ejrcito asitico de 200 millones.

Apocalipsis declara que durante la tribulacin un ejrcito de 200 millones

atravesar Asia con un rumbo a Israel (Ap.9:13-16; Ap.16:12). Cuando se

escribi el libro de Apocalipsis, la poblacin total del mundo era de solo 200
millones.
No fue hasta el 1650 d.C. que la poblacin mundial se duplico, y lleg a los 400
millones de personas. Durante el siglo XX se registr una explosin
demogrfica sin precedente debido al desarrollo de la medicina moderna. Por
ejemplo, el primer antibitico, la penicilina, no se desarroll hasta 1927.

3.

Los dos testigos en Jerusaln.

Apocalipsis 11 nos dice que dos testigos de Dios actuarn como profetas
durante la tribulacin y llamarn al mundo al arrepentimiento. El anticristo los
matar en la mitad de la tribulacin, y sus cuerpos permanecern en las calles
de Jerusaln durante tres das y medio mientras todo el mundo los observa.

4.

La imagen del anticristo.

Apocalipsis 13 afirma que el falso profeta har una imagen del anticristo y
parecer darle vida. Como Satans no puede dar vida, eso tiene que ser un
engao.

5.

La marca de la bestia.

Apocalipsis 13 dice tambin que el anticristo controlar todas las compras y las
ventas alrededor del mundo, y lo har por medio de una marca en la mano
derecha o en la frente de cada persona. Antes de la invencin del lser y la
tecnologa informtica tal control nunca constituy una posibilidad.

Estos son algunos ejemplos de profecas que ahora comprendemos por primera
vez, lo que indica claramente que vivimos en la poca del regreso del Seor.
Fuente: Biblia de Estudio de Profeca, Reina Valera 1960, Tim LaHaye, autor
David R. Reagan.

Israel en el milenio

"Dios tiene un futuro pletrico de bendiciones para Israel"

El papel singular de Israel en la profeca y la relacin de Israel con Dios de acuerdo con el pacto culminan durante el
milenio. Dios tiene un futuro pletrico de bendiciones para Israel. En los 1000 aos que siguen a la segunda venida de
Jesucristo, Israel y Jerusaln sern la tierra y la ciudad santa que se convertirn en el centro de toda la actividad mundial
(Is.65:18-23). Especialmente importante ser la adoracin de Jesucristo en el templo milenial (Jer.33:15-22; Ez.40-48;
Zac.14:16-21). Durante el milenio Israel desempear un papel muy especial, porque en este tiempo tendr lugar su
restauracin final, fsica y espiritual, como se ha prometido en la Biblia (Ez.37:21-22).

Hay cuatro facetas principales en la restauracin final de Israel. Cada una de ellas est vinculada con un pacto bblico
especfico y se amplia en profecas posteriores.

1. La regeneracin de Israel ocurre durante la tribulacin exactamente antes de la segunda venida de Cristo. La base de la
regeneracin es el nuevo pacto (Jer.31:31-34). Esta regeneracin constar de la confesin del pecado nacional de Israel
(Jer.3:11-18; Os.5:15) y un ruego por el regreso del Mesas (Zac.12:10; Mt.23:37-39). Las palabras de la confesin de Israel
se encuentran en Is.53:1-9. A consecuencia de esta confesin, Israel ser salvo como nacin, en cumplimiento de la
profeca de Ro.11:25-27. La peticin de Israel por el retorno del Mesas se profetiza en Is.64:1-12; Jl.2:28-32; y Zac.12:1013:9. La presente incredulidad de la nacin de Israel no es permanente, y la futura aceptacin de Jesucristo como Mesas
por parte de Israel se cumplir plenamente en el milenio.
2. La reunin nacional de Israel desde todas partes del mundo tiene lugar despus de la regeneracin. La base para el
recogimiento es el pacto de la tierra de Dt.29:1-30:20, especialmente el cap.30, y se profetiza en otros pasajes (Is.11:1112:6; Jer.16:14-15; Ez.11:14-18; Ez.36:24; Am.9:14-15; Sof.3:18-20; Zac.10:8-12). La reunin ser total y permanente.
Nunca ms el pueblo escogido de Dios ser perseguido ni dispersado. Los errores de la historia sern rectificados.

3. Tambin tendr lugar durante el milenio la posesin permanente de toda la tierra prometida a Abraham as como tambin
el logro de la completa productividad de la tierra. La promesa de esta posesin y productividad se halla en el pacto
Abrahmico de Gn.12:1-3; 13:14-17. Tras la regeneracin de Israel, todas las promesas de este pacto se cumplirn
(comp.Is.27:12-13; Jer.3:1-6; Ez.20:42-44; Jl.2:18-27; Mt.24:31). Por primera vez en la larga historia de Israel habr paz,
seguridad y productividad permanente en toda la tierra.
4. Jesucristo, el Hijo de David y Rey de reyes ocupar de nuevo el trono de David. La promesa sobre este acontecimiento
se halla en el pacto Davdico de 2S.7:11-16 y 1Cr.17:10-14. Este pacto con David prometi un reino eterno, un trono eterno
y un gobernante eterno. Todo esto se cristalizar en el milenio, con Jesucristo que reinar en Israel sobre un pueblo
redimido (Is.9:6-7; Jer.23:5-6; Jer.33:17-26; Am.9:11-12; Lc.1:32-33). El reinado de Cristo desde el trono davdico se
extender tanto a las naciones gentiles como a Israel, y todo el mundo sabr que Jesucristo es el Seor.
Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye, Autor: Timothy J. Demy

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viernes, 2 de agosto de 2013

Reinado justo del Mesas, (Is.11:1-16)

1. Saldr una vara del tronco de Isa, y un vstago retoar de sus races.
2. Y reposar sobre l el Espritu de Jehov; espritu de sabidura y de inteligencia, espritu de consejo y de poder, espritu
de conocimiento y de temor de Jehov.
3. Y le har entender diligente en el temor de Jehov. No juzgar segn la vista de sus ojos, ni argir por lo que oigan sus
odos.
4. Sino que juzgar con justicia a los pobres, y argir con equidad por los mansos de la tierra; y herir la tierra con la vara
de su boca, y con el espritu de sus labios matar al impo.
5. Y ser la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceidor de su cintura. 6. Morar el lobo con el cordero, y el leopardo
con el cabrito se acostar; el becerro y el len y la bestia domstica andarn juntos, y un nio los pastorear.
7. La vaca y la osa pacern, sus cras se echarn juntas; y el len como el buey comer paja.
8. Y el nio de pecho jugar sobre la cueva del spid, y el recin destetado extender su mano sobre la caverna de la
vbora.
9. No harn mal ni daarn en todo mi santo monte; porque la tierra ser llena del conocimiento de Jehov, como las aguas
cubren el mar.
10. Acontecer en aquel tiempo que la raz de Isa, la cual estar puesta por pendn a los pueblos, ser buscada por las
gentes; y su habitacin ser gloriosa.
11. Asimismo acontecer en aquel tiempo, que Jehov alzar otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo
que an quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopa, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.
12. Y levantar pendn a las naciones, y juntar los desterrados de Israel, y reunir los esparcidos de Jud de los cuatro
confines de la tierra.
13. Y se disipar la envidia de Efran, y los enemigos de Jud sern destruidos. Efran no tendr envidia de Jud, ni Jud
afligir a Efran.
14. Sino que volarn sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearn tambin a los de oriente; Edom y Moab les
servirn, y los hijos de Amn los obedecern.
15. Y secar Jehov la lengua del mar de Egipto; y levantar su mano con el poder de su espritu sobre el ro, y lo herir en
sus siete brazos, y har que pasen por l con sandalias.
16. Y habr camino para el remanente de su pueblo, el que qued de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el da que
subi de la tierra de Egipto.

Bibliografa: La Biblia, edicin Reina Valera 1960.

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domingo, 21 de julio de 2013

El futuro Imperio Romano

Este reino de la bestia es el mayor y ltimo opresor de Israel

Los profetas del Antiguo Testamento vieron seis imperios que, bajo el
control de Satans, opriman a Israel, el pueblo escogido de Dios. Dos de estos
imperios fueron anteriores al tiempo de Daniel: Egipto y Asiria (ver Is.10:14; 27:13;
52:4).
En sus visiones, Daniel vio cuatro imperios opresivos adicionales. En Dn.8
el segundo y tercero de estos imperios se identifican como Medo-Persia y el
imperio griego, establecido bajo Alejandro Magno. Debido a que Daniel identifica el
primer imperio como la Babilonia de Nabucodonosor en Dn.2:38, no cabe duda de
que el cuarto imperio es Roma. Daniel pudo saber esto slo a travs de una
revelacin sobrenatural, pues la conquista de Jerusaln por parte de Roma (63
a.C) tuvo lugar mucho despus de esta profeca.

Sin embargo, el libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento aade otros

dos imperios opresivos para llegar a un total de ocho. El apstol Juan, que escribi
alrededor del ao 90 d.C., vio la bestia con siete cabezas (Ap.12:3; 13:1; 17:3,9).
Estas cabezas o montes (o imperios) se representan como siete reyes
sucesivos (Ap.17:10), cinco de los cuales (Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persa y
Grecia) ya haban cado en los das de Juan. El ngel que interpretaba explic
entonces que un imperio permaneca (Ap.17:10). Este sera el nmero seis, el
gran imperio Romano de los tiempos neotestamentarios.
Sin embargo, llama la atencin que el sptimo y ltimo de estos reyes an
no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo (Ap.17:10).
Este ser el renacido Imperio Romano, la fase final de la gran imagen de Dn.2 (los
diez dedos) y de la bestia de Dn.7 (Los diez cuernos y el cuerno pequeo que
sala entre ellos Dn.7:8).
Apocalipsis 17:8 dice que esta bestia con siete cabezas de pronto no es
(comp. Ap.17:11). La bestia entonces reaparece como el octavo imperio, aunque
de hecho es de entre los siete. Es evidente que el ngel da por sentado que
Juan recordaba que el rey-bestia de una u otra manera iba a ser muerto en medio
de su carrera demonaca, descendera al abismo, saldra del abismo (Ap.11:7) y
regresara a la vida mortal (Ap.13:3,12,14) para iniciar su dominio mundial de 42
meses. Este reino de la bestia es el mayor y ltimo opresor de Israel.

Daniel predijo el comienzo de este dominio de 42 meses en Dn.7:25 (notar

el contraste con la primera fase de la actividad del cuerpo pequeo en 7:24), y en
Dn.9:27 (tras la ruptura del pacto de siete aos) y en Dn.11:36-39 (el dominio
mundial del rey que har su voluntad). El Seor Jess describi esta parte final
de los siete aos de la tribulacin llamndola la gran tribulacin (Mt.24:21,29)
que seguira a la instauracin de la abominacin desoladora (Mt.24:15) de que
habl el profeta Daniel (comp. Dn.9:27; 12:11).
Creo que en Daniel encontramos la explicacin de la primera muerte del
ltimo rey-bestia como consecuencia de la herida de espada (Ap.13:14).
Mientras el rey del norte pasa por la tierra gloriosa (Dn.11:4) en su camino haca
el nordeste de frica, aparentemente mata a la bestia. El Seor entonces destruye
al rey del norte con fuego del cielo (comp. Ez.38:22) cuando este intenta matar a
la bestia que se ha levantado de la muerte y vuelve a la vida (Dn.11:45). Esto deja
al rey-bestia como el octavo y ltimo opresor de Israel, sin que haya ms
amenazas de los reinos terrenales (Ap.13:4,13).
Bibliografa: Biblia de Estudio de profeca por Tim LaHaye, articulo El futuro
Imperio Romano" por John C. Whitcomb.
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sbado, 6 de julio de 2013

El infierno

El infierno es el trmino bblico para designar el lugar donde se hallan los

que estn perdidos eternamente. Las dos palabras griegas que se usan para
identificar el infierno en el Nuevo Testamento son Hades y Gehenna. El lugar de
residencia temporal es el Hades, mientras que Gehenna se refiere a la
penitenciaria final de las almas perdidas. El lago de fuego es sinnimo de
Gehenna, que difiere del Hades pues el primero es un lugar donde hay diferentes
niveles de sufrimiento. Por tanto, el infierno definitivo diferir segn las acciones
de maldad de la persona y la cantidad de veces que ha rechazado a Cristo
(Ro.2:5; Mt.11:23-24; Mt.23:14).

El Hades era el lugar donde iban las almas y los espritus de todos los seres
humanos hasta que Cristo muri en la cruz. El Seol (en el Antiguo Testamento) y el
Hades (en el Nuevo Testamento) son el mismo lugar. En el Seol o Hades haba
dos sectores: uno para los malvados y otro para los justos, uno de sufrimiento y
otro de consuelo. El rea de consuelo se conoce como paraso o seno de
Abraham (Lc.16:22-23). El ladrn que se arrepinti en la cruz fue al paraso, tal
como Cristo lo prometi (Lc.23:43). Ah fue Jess al morir (Ef.4:8-10), y desde all
liber y transport al tercer cielo de (2Co.12:2) a todos los justos que haban
muerto. As pues, el lugar de consuelo del Hades (el paraso) ha sido desocupado
por Aquel que tiene las llaves de la muerte y del infierno (Ap.20:13).
Por supuesto, el sector de sufrimiento del Hades an est lleno de impos, y
su poblacin seguir aumentando con los impenitentes no regenerados que
mueren cada da. Ellos se han unido al hombre rico de (Lc.16:23) y no saldrn de
all hasta el da del juicio final, en que se encontrarn con Cristo y sern
transferidos a la prisin final de las almas perdidas, en el Gehenna (Ap.20:13-14).
Cristo describe el Hades once veces en el Nuevo Testamento (Mt.11:23; Mt.16:18;
Lc.10:15; Lc.16:22-23; Hch.2:27,31; Ap.1:18; Ap.6:8; Ap.20:13-14).
La palabra griega Gehenna se repite doce veces en el Nuevo Testamento.
Toma su nombre del valle del Hinnom, lugar donde el rey Acaz introdujo el
sacrificio de nios al dios Moloc (1R.11:7). Este lugar lleg a ser tan detestable
que se usaba como basural y arda continuamente. Por lo tanto, Gehenna equivale
a lago de fuego. En los siguientes pasajes bblicos, Cristo se refiere al Gehenna,
traducido infierno o lago de fuego: (Mt.5:22,29-30; Mt.10:28; Mt.18:9;
Mt.23.15,33; Mr.9:43-47).
El lago de fuego, o Gehenna, es el lugar definitivo de castigo y tormento
para aquellos que rechazan a Cristo (Ap.19:20; Ap.20:10,14-15). Los consignados
a ese lugar son aquellos cuyos nombres no se hallan en el libro de la vida
(Ap.20:15), incluyendo a los adoradores del anticristo y del falso profeta

(Ap.19:20), el diablo (Ap.20:10; Mt.24:42), y los ngeles del diablo (Mt.25:41;

Ap.19:20; Ap.20:10). Todos estarn separados de Dios para siempre (2Ts.1:9).
El lago de fuego se describe en las Escrituras como un lugar donde el
gusano de ellos no muere (Mr.9:44), un lugar de las tinieblas de afuera
(Mt.8:12), un lugar de fuego eterno (Mt.18:8), donde el humo de su tormento
sube (Ap.14:11), y donde ocurre la segunda muerte (la eterna separacin de
Dios) en el lago que arde con fuego y azufre (Ap.20:14; Ap.21:8).
Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye. Artculo: El infierno
por Jack Van Impe.
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martes, 2 de julio de 2013

El verdadero poder detrs del anticristo es el mismo Satans

La Biblia presenta con claridad la venida de un lder mundial que negociar un

tratado de paz con Israel en los postreros das. Irnicamente, el trmino anticristo
aparece slo en (1Jn.2:18-22; 4:3 y 2Jn.7). El apstol Juan indica que el anticristo
de la era apocalptica vendr en el futuro, pero tambin aade que muchos
anticristo (falsos maestros) ya han venido. En un sentido amplio, el espritu del
anticristo ya est obrando en el mundo y lo ha estado haciendo desde el principio
(1Jn.4:3). Este es el espritu anticristiano que se opone a toda verdad sobre
Jesucristo. Sin embargo, desde el comienzo de la era cristiana, los creyentes
estaban convencidos de que se presentara en el escenario mundial un lder que
sera la encarnacin de Satans (Ap.12-13). Por tanto, el verdadero poder detrs
del anticristo es el mismo Satans.
La persona a quien comnmente nos referimos como el anticristo se conoce
con varios nombres y ttulos a travs de la Biblia, y cada uno proporciona una
vislumbre de las mltiples facetas de su nombre y carcter diablico: la bestia
(ap.13:1), el hombre de pecado (2Ts.2:3), el inicuo (2Ts.2:8), un rey altivo

(Dn.8:23), el prncipe que ha de venir (Dn.9.26), el hombre despreciable

(Dn.11:21), y el rey que har su voluntad(Dn.11:36).
Muchos se a escrito sobre el prefijo anti con relacin al anticristo. Puede
significar contra (opuesto)
o en lugar de. Lo ms recomendable es comprender que l est en contra de
Cristo y que muy bien se puede hacer pasar por un falso Cristo. Su gobierno
forjar una alianza con las potencias gentiles y ser parte de los tiempos de los
gentiles (Lc.21:24).
El anticristo ser el lder humano ms sorprendente que el mundo haya
conocido. Ser la personificacin del genio y el poder humano y ser experto en
engaos, dotado con el poder del padre de las mentiras (Dn.11:21). Prometer
paz, pero arrastrar al mundo a la guerra.
Cuando llegue al poder, al menos diez factores identificaran al anticristo.
Solamente una persona en la historia cumplir cada uno de estos requisitos. Hubo
muchos prototipos, pero habr solo un anticristo.
1. Llegar al poder en los ltimos das (Dn.8:19-23).
2. No aparecer en la escena mundial hasta despus del arrebatamiento (2Ts.2:38).
3. Gobernar todo el mundo (Ap.13:7).
4. Gobernar por acuerdo internacional (Ap.17:12-13).
5. Gobernar por medio del engao (Dn.8:24-25).
6. Ser inteligente y persuasivo (Dn.7:20).
7. Controlar la economa mundial (Ap.13:11-17).
8. Su colaborador ser el falso profeta (Ap.13:11-18).
9. Har un pacto de paz con Israel y lo romper (Dn.9:26-27).
10. Alegar ser Dios (2Ts.2:4).
Hay muchos otros detalles en la Biblia con respecto al anticristo. No resulta
claro si ser judo o gentil. Lo que si es evidente, es que controlar el ltimo y gran
baluarte del poder mundial gentil, y extender su control sobre el mundo entero,
prometiendo asegurar la paz mundial a travs de una serie de tratados, acuerdos
y alianzas internacionales. A pesar de sus promesas de paz mundial, sumergir al
mundo en la guerra ms catastrfica de todos los tiempos.
Bibliografa: Biblia de Estudio de Profeca por Tim LaHaye.
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El anticristo

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lunes, 1 de julio de 2013

Seales antes del fin, (Mt.24:6-8)

La Biblia dice en el libro de (Mt.24:6-8) "Y oiris de guerras y rumores de guerras;

mirad que no os turbis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero an
no es el fin. Porque se levantar nacin contra nacin, y reino contra reino; y
habr pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto ser
principio de dolores".

Jerusaln y las naciones, (Zac.14:1-21)

"He aqu, el da de Jehov viene, y en medio de ti sern repartidos
tus despojos.
Porque yo reunir a todas las naciones para combatir contra
Jerusaln; y la ciudad ser tomada, y sern saqueadas las casas, y
violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad ir en cautiverio, mas el
resto del pueblo no ser cortado de la ciudad.
Despus saldr Jehov y pelear con aquellas naciones, como pele
en el da de la batalla.
Y se afirmarn sus pies en aquel da sobre el monte de los Olivos,
que est en frente de Jerusaln al oriente; y el monte de los Olivos
se partir por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente,
haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartar
hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

Y huiris al valle de los montes, porque el valle de los montes llegar

hasta Azal; huiris de la manera que huisteis por causa del terremoto
en los das de Uzas rey de Jud; y vendr Jehov mi Dios, y con l
todos los santos.
Y acontecer que en ese da no habr luz clara, ni oscura.
Ser un da, el cual es conocido de Jehov, que no ser ni da ni
noche; pero suceder que al caer la tarde habr luz.
Acontecer tambin en aquel da, que saldrn de Jerusaln aguas
vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el
mar occidental, en verano y en invierno.
Y Jehov ser rey sobre toda la tierra. En aquel da Jehov ser uno,
y uno su nombre.
Toda la tierra se volver como llanura desde Geba hasta Rimn al sur
de Jerusaln; y sta ser enaltecida, y habitada en su lugar desde la
puerta de Benjamn hasta el lugar de la puerta primera, hasta la
puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del
rey.
Y morarn en ella, y no habr nunca ms maldicin, sino que
Jerusaln ser habitada confiadamente.

Y esta ser la plaga con que herir Jehov a todos los pueblos que
pelearon contra Jerusaln: la carne de ellos se corromper estando
ellos sobre sus pies, y se consumirn en las cuencas sus ojos, y la
lengua se les deshar en su boca.
Y acontecer en aquel da que habr entre ellos gran pnico enviado
por Jehov; y trabar cada uno de la mano de su compaero, y
levantar su mano contra la mano de su compaero.
Y Jud tambin pelear en Jerusaln. Y sern reunidas las riquezas
de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en
gran abundancia.
As tambin ser la plaga de los caballos, de los mulos, de los
camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en
aquellos campamentos.
Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra
Jerusaln, subirn de ao en ao para adorar al Rey, a Jehov de los
ejrcitos, y a celebrar la fiesta de los tabernculos.

Y acontecer que los de las familias de la tierra que no subieren a

Jerusaln para adorar al Rey, Jehov de los ejrcitos, no vendr sobre
ellos lluvia.
Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habr
lluvia; vendr la plaga con que Jehov herir las naciones que no
subieren a celebrar la fiesta de los tabernculos.
Esta ser la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las
naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernculos.
En aquel da estar grabado sobre las campanillas de los caballos:
SANTIDAD A JEHOV; y las ollas de la casa de Jehov sern como los

tazones del altar.

Y toda olla en Jerusaln y Jud ser consagrada a Jehov de los
ejrcitos; y todos los que sacrificaren vendrn y tomarn de ellas, y
cocern en ellas; y no habr en aquel da ms mercader en la casa
de Jehov de los ejrcitos". Amn.
Bibliografa: La Biblia
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mircoles, 18 de septiembre de 2013

El juicio de la ramera
Juan representa claramente el juicio sobre este sistema corrupto cuando dice:
"Y los diez cuernos que vistes en la bestia, stos aborrecern a la ramera, y la
dejar desolada y desnuda; y devorarn sus carnes, y la quemarn con fuego;
porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que l quiso: ponerse
de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumpla la palabra de Dios",
(Ap.17:16-17).

La bestia, que ser dominada por el sistema de la ramera (Ap.17:3), se

levantar contra ella y la destruir a ella y su sistema completamente. Sin duda
alguna, el sistema de la ramera estara en competencia con el culto religioso
de la bestia, promovido por el falso profeta, y su destruccin se lleva a cabo
para que la bestia pueda ser el nico objeto de falsa adoracin por cuanto
declara que es Dios.

Bibliografa: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost

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martes, 17 de septiembre de 2013

La identidad de la ramera
Hislop, en su libro cuidadosamente documentado, The Two Babylons (Las dos
Babilonias), traza la relacin existente entre la Babilonia antigua y la doctrina y
prctica del sistema de la ramera, llamada Babilonia misteriosa. Ironside seala
el mismo desarrollo cuando escribe:
"Esta mujer es un sistema religioso, que domina el poder civil, al menos por un
tiempo. El nombre que tiene sobre su frente debe permitirnos identificarla
fcilmente. Pero para poder hacer eso haremos bien en regresar a nuestro
Antiguo Testamento, y ver lo que all se revela con respecto a la Babilonia
literal, por cuanto la una seguramente arroja luz sobre la otra.....
.....sabemos que el fundador de Babel, o Babilonia, fue Nimrod, de cuyas
hazaas impas leemos en el captulo 10 de Gnesis. El fue el gran apstata
de la era patriarcal...persuadi a sus asociados y seguidores para que se
unieran en la edificacin de una ciudad y una torre, cuya cspide llegue al
cielo....que fuere reconocida como un templo o centro de reunin para aquellos
que no andaban en obediencia a la palabra del Seor... llamaron su ciudad y
su torre Babel, puerta de Dios; pero pronto, este nombre fue cambiado por el
de un juicio divino para Babel: Confusin. Llev el sello de la irrealidad del
primer nombre, por cuanto se nos dice que tenan el ladrillo en lugar de piedra,
y el asfalto en lugar de mezcla.
La limitacin de lo que es real y verdadero ha caracterizado desde entonces a
Babilonia, en todas las edades.
Nimrod, o Nimrod-bar-Cus... fue un nieto de Cam, el hijo indigno de No... No
haba llevado consigo a travs del diluvio la revelacin del Dios verdadero...
Cam, por el contrario, parece que fue fcilmente afectado por la apostasa que
trajo el diluvio, por cuanto no muestra evidencias de juicio propio... Su nombre
significa moreno, oscurecido, o ms literalmente, el quemado por el sol. Y el
nombre indica el estado del alma del hombre...oscurecida por la luz del cielo...
(Cam) engendr un hijo llamado Cus, el negro, y ste lleg a ser padre de
Nimrod, el lder apstata de su generacin.
La erudicin antigua viene ahora en nuestra ayuda, y nos dice que la esposa
de Nimrod-bar-Cus fue la infame Semramis I. Ella es considerada como la
fundadora de los misterios babilnicos y la primera suma sacerdotisa de la
idolatra. De esa manera, Babilonia lleg a ser la fuente de origen de la
idolatra, y la madre de todos los sistemas paganos del mundo. La religin de

misterios que all se origin se esparci en varias formas por toda la tierra...y
est con nosotros hoy...y tendr su ms completo desarrollo cuando el Espritu
Santo haya partido y la Babilonia del Apocalipsis tenga el poder.
Edificando sobre la primitiva promesa de la Simiente de la mujer que haba de
venir, Semramis dio a luz un hijo al cual declar milagrosamente concebido! y
cuando lo present al pueblo, su hijo fue aclamado como el libertador
prometido.
Este fue Tamuz, contra cuya adoracin Ezequiel protest en los das del
cautiverio. De esa manera fue introducido el misterio de la madre y el nio, una
forma de idolatra que es ms antigua que cualquiera otra que conozca el
hombre. Era el esfuerzo de Satans para engaar a la humanidad con una
imitacin tan parecida a la verdad de Dios que no pudieran conocer la
verdadera Simiente de la mujer, cuando El viniera en el cumplimiento del
tiempo...

Desde Babilonia, esta religin de misterios se esparci por todas las naciones
circunvencinas...Dondequiera los smbolos eran los mismos, y dondequiera el
culto de la madre y el nio lleg a ser el sistema popular; sus cultos se
celebraban con las prcticas ms repugnantes e inmorales. La imagen de la
reina de los cielos, con el nio en sus brazos, se vea por dondequiera, aunque
los nombres puedan diferir tanto como difieren las lenguas. Lleg a ser la
religin de los misterios de Fenicia, y fue llevada por los fenicios a los confines
de la tierra. Astarot y Tamuz, la madre y el nio de estos endurecidos
aventureros, se convirtieron en Isis y Horus en Egipto, Afrodita y Eroc en
Grecia, Venus y Cupido en Italia, y tuvieron muchos otros nombres en lugares
ms lejanos. En mil aos el culto babilnico haba llegado a ser la religin del
mundo, que haba rechazado la revelacin divina.
Eslabonados con este misterio central haba innumerables misterios
menores...Entre stos estaban las doctrinas de la purificacin del purgatorio
despus de la muerte; la salvacin mediante un sinnmero de sacramentos
tales como la absolucin sacerdotal, la aspersin con agua bendita, la ofrenda
de tortas a la reina del cielo tal como se menciona en el libro de Jeremas; la
consagracin de vrgenes a los dioses, lo que era literalmente una prostitucin
santificada; llanto por Tamuz durante un perodo de cuarenta das, antes de la
gran fiesta Istar, de la que se deca que haba recibido a su hijo otra vez de

entre los muertos; por cuanto se enseaba que Tamuz haba sido muerto por
un jabal y despus devuelto otra vez a la vida. Para l, el huevo era sagrado, y
representaba el misterio de su resurreccin, an cuando la siempreviva era su
smbolo escogido, y fue establecido en honor a su nacimiento durante el
solsticio de invierno, cuando se coma la cabeza de un jabal en memoria de su
conflicto y se quemaba un nochebueno con muchos ritos misteriosos. El signo
de la cruz era sagrado para Tamuz, como smbolo del principio de dar vida y
como la primera letra de su nombre. Es representado en un gran nmero de
los ms antiguos altares y templos, y no se origin, como muchos lo suponen,
con el cristianismo.
El patriarca Abraham fue apartado por llamamiento divino de esta religin de
misterios; y con este mismo culto maligno la nacin que provino de l estuvo
en constante conflicto, hasta que en el tiempo de Jezabel, una princesa fenicia,
fue injertado a lo que haba quedado de la religin de Israel en el reino del
norte, en los das de Acab, y esto al fin fue la causa de su cautiverio. Jud se
contamin con l, por cuanto el culto de Baal era precisamente la forma
cananea de los misterios babilnicos, y slo enviando al pueblo a cautiverio en
la Babilonia qued curado de su inclinacin a la idolatra. Baal era el dios del
Sol, el dador de la vida, idntico a Tamuz.
...Aunque Babilonia como ciudad haca mucho tiempo se haba olvidado, sus
misterios no murieron con ella. Cuando la ciudad y sus templos fueron
destruidos, el sumo sacerdote huy con una compaa de iniciados, con sus
vasos sagrados e imgenes a Prgamo, donde el smbolo de la serpiente se
estableci como emblema de la sabidura escondida. De all cruzaron despus
el mar y emigraron a Italia...All el antiguo culto se propag con el nombre de
misterios etruscos, y posteriormente Roma se convirti en el cuartel general del
culto babilnico. Los sacerdotes principales usaban mitras en forma de cabeza
de pescado, en honor a Dagn, el dios pez, el seor de la vida- otra forma del
misterio de Tamuz, como se desarrollo entre los antiguos enemigos de Israel,
los filisteos.
El sumo sacerdote se adjudic el ttulo Pontifex Maximus, y esto se imprima en
su mitra. Cuando Julio Csar (quien, como todos los jvenes romanos de
buena familia, fue un iniciado) lleg a ser el jefe del Estado, fue electo Pontifex
Maximum, y este ttulo fue sustentado desde all en adelante por todos los
emperadores romanos hasta Constantino el Grande, que fue, al mismo tiempo,
cabeza de la iglesia y sumo sacerdote de los paganos! El ttulo fue conferido
posteriormente a los obispos de Roma, y lo lleva el papa hoy, quien as resulta
ser, no el sucesor del apstol pescador Pedro, sino el sucesor directo del sumo
sacerdote de los misterios babilnicos, y el siervo del dios pez Dagn, por
quien l usa, como sus predecesores idlatras, el anillo del pescador.
Durante los primeros siglos de la historia de la iglesia, el misterio de la
iniquidad haba obrado con asombrosos efectos, y las prcticas y enseanzas

babilnicas haban sido tan grandemente absorbidas por la que llevaba el

nombre de Iglesia de Cristo, que la verdad de las Sagradas Escrituras, en
muchos puntos, haba sido completamente oscurecida, mientras que las
prcticas idlatras se imponan a las gentes como sacramentos cristianos, y las
filosofas paganas tomaron el lugar de la enseanza del Evangelio. De esa
manera se desarrollo este asombroso sistema que durante mil aos domin a
Europa y trafic con los cuerpos y las almas de los hombres, hasta que la gran
reforma del siglo XVI proporcion cierta medida de liberacin"....
No es demasiado decir que las falsas doctrinas y prcticas que se encuentran
dentro del romanismo son directamente atribubles a la unin de este
paganismo con el cristianismo, cuando Constantino declar a Roma imperio
cristiano. Se concluye as, que la ramera representa a toda la cristiandad
profesante unida en un solo sistema, con una cabeza.
Bibliografa: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost.

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lunes, 16 de septiembre de 2013

El juicio de Babilonia
Apocalipsis 17 resea el juicio de la gran ramera, el sistema religioso apstata,
que exitir en el perodo de la tribulacin. La Iglesia profesante incrdula
llegar hasta el perodo de la tribulacin (Ap.2:22; 3:10) y surgir un gran
sistema religioso, con el nombre de la gran ramera.
Descripcin de la ramera.
Juan dio muchos detalles que proporcionan una descripcin de este sistema:
1. El sistema tiene las caracteristicas de una ramera (Ap.17:1-2, 15-16).
Pretende ser la esposa de Cristo, pero ha cado de su posicin pura y se ha
convertido en una ramera.

2. El sistema es prominente en asuntos eclesisticos (Ap.17.2,5). La

fornicacin espiritual, en la Escritura, significa la adherencia a un sistema falso.
3. El sistema es prominente en asuntos polticos (Ap.17:3). Se ve que controla
a la bestia sobre la cual se sienta .

4. El sistema llega a ser muy rico e influyente (Ap.17:4).

5. Este sistema representa una fase del desarrollo de la cristiandad que jams
haba sido revelada (Ap.17:5), por cuanto su nombre es un "misterio".
6. Dicho sistema ha sido el gran perseguidor de los santos (Ap.17:6).
7. El sistema es de alcance mundial (Ap.17:15).
8. Tal sistema ser destruido por la bestia, que ser la cabeza de la coalicin
romana, para que su supremaca no sea amenazada,
(Ap.17:16-17).
Bibliografa: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost
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El anuncio de paz y seguridad

El anuncio de "paz y seguridad" es seal de
que el arrebatamiento de la Iglesia de Cristo ser muy pronto.

Por tanto, no durmamos como los dems, sino velemos y seamos

sobrios.
En 1Tesalonicenses 5:3, Pablo le dice a la Iglesia de Tesalnica que el
Da del Seor vendr despus del anuncio de "paz y seguridad". Esta
falsa seguridad har caer a muchos en un estado de letargo en
relacin con el Da del Seor, de manera que ese da vendra como
ladrn. Este anuncio que ha producido el letargo precede al Da del
Seor.

Si la Iglesia estuviera en la septuagsima semana, no habra ninguna

posibilidad de que tal mensaje pudiera predicarse y encontrar
aceptacin, durante ese perodo en que los creyentes sern
perseguidos por la bestia hasta un punto sin precedentes, para que
los hombres se adormezcan en la complacencia. Toda las seales
indican el hecho de que no estarn en el tiempo de "paz y
seguridad". El hecho de que el derramamiento de la ira, el juicio y las
tinieblas es precedido por el anuncio de tal mensaje, indica que la
Iglesia tiene que ser arrebatada antes de que ese perodo pueda

comenzar.
Bibliografa: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecocost
Publicado por Misioneros de Dios Internacional en 10:21 2 comentarios:
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viernes, 13 de septiembre de 2013

Profeca segn la Biblia acerca de "Paz y Seguridad",

(1Ts.5:3)
"Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendr sobre
ellos destruccin repentina, como los dolores a la mujer
encinta, y no escaparn".
(1Ts.5:3)
"Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenis necesidad,
hermanos, de que yo os escriba.
Porque vosotros sabis perfectamente que el da del Seor vendr as
como ladrn en la noche;que cuando digan: Paz y seguridad,
entonces vendr sobre ellos destruccin repentina, como los dolores
a la mujer encinta, y no

escaparn.
Mas vosotros, hermanos, no estis en tinieblas, para que aquel da os
sorprenda como ladrn.
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del da; no somos de la
noche ni de las tinieblas.

Por tanto, no durmamos como los dems, sino velemos y seamos

sobrios". Amn.
Profeca segn la Biblia, (1Ts.5:3) sobre la "PAZ Y SEGURIDAD".

PAZ Y SEGURIDAD Profeca destruccin viene

Bibliografa: La Biblia
Publicado por Misioneros de Dios Internacional en 13:11 7 comentarios:
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lunes, 9 de septiembre de 2013

Profeca sobre Damasco, (Is.17:1-14)

1. Profeca sobre Damasco. He aqu que Damasco dejar de ser
ciudad, y ser montn de ruinas.
2. Las ciudades de Aroer estn desamparadas, en majadas se
convertirn; dormirn all, y no habr quien los espante.

3. Y cesar el socorro de Efran, y el reino de Damasco; y lo que

quede de Siria ser como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehov
de los ejrcitos.
4. En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuar, y se enflaquecer
la grosura de su carne.
5. Y ser como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo
siega las espigas; ser tambin como el que recoge espigas en el
valle de Refaim.
6. Y quedarn en l rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o
tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas ms
fructferas, dice Jehov Dios de Israel.
7. En aquel da mirar el hombre a su Hacedor, y sus ojos
contemplarn al Santo de Israel.
8. Y no mirar a los altares que hicieron sus manos, ni mirar a lo
que hicieron sus dedos, ni a los smbolos de Asera, ni a las imgenes
del sol.

9. En aquel da sus ciudades fortificadas sern como los frutos que

quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a
causa de los hijos de Israel; y habr desolacin.
10. Porque te olvidaste del Dios de tu salvacin, y no te acordaste de
la roca de tu refugio; por tanto, sembrars plantas hermosas, y
plantars sarmiento extrao.
11. El da que las plantes, las hars crecer, y hars que su simiente
brote de maana; pero la cosecha ser arrebatada en el da de la
angustia, y del dolor desesperado.
12. Ay! multitud de muchos pueblos que harn ruido como

estruendo del mar, y murmullo de naciones que harn alboroto como

bramido de muchas aguas.

13. Los pueblos harn estrpito como de ruido de muchas aguas;

pero Dios los reprender, y huirn lejos; sern ahuyentados como el
tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del
torbellino.
14. Al tiempo de la tarde, he aqu la turbacin, pero antes de la
maana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos
aplastan, y la suerte de los que nos saquean.
Bibliografa: La Biblia