Egipto Tras La Barricada
Egipto Tras La Barricada
Egipto Tras La Barricada
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Marc Almodvar
Virus editorial
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2013 de la presente edicin, Virus editorial
2013 del texto, Marc Almodvar
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ISBN-13: 978-84-92559-50-3
Dipsit legal: B-26493-2013
ndice
Prlogo
La era Mubarak
19
Antecedentes
y contextualizacin
21
Dieciocho das
El 25 de enero
El viernes de la ira
La repblica de Tahrir
La Batalla del Camello
La cada de un faran
21
26
31
35
41
43
49
57
60
64
68
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79
83
83
87
92
95
97
103
103
103
108
113
116
121
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131
134
136
139
142
146
152
157
160
164
166
170
174
177
185
185
190
194
198
200
204
206
209
217
217
221
226
232
235
241
246
252
259
267
271
274
280
285
289
294
297
301
304
307
212
Eplogo
319
Glosario
325
325
326
328
330
Bibliografa
335
Temas
Personalidades
Instiruciones y organizaciones
Cronologa bsica
Prlogo
Prlogo
las fuerzas, pero no la relacin entre ellas, en el tablero geopo
ltico regional. Mientras Occidente jugaba a aprendiz de brujo
alimentando a los regmenes ms reaccionarios en defensa de
sus intereses, el antiimperialismo se desplazaba de forma irre
mediable desde la izquierda panarabista a la derecha panisla
mista. La infame invasin de Irak por Estados Unidos comple
t paradjicamente este cuadro, entregando al enemigo iran
un pas destruido y dividido.
Atrapados en su propia importancia abstracta como piezas
de ajedrez, los pueblos rabes fueron sometidos a las necesida
des de un paradjico equilibrio siempre acompaado de ma
tanzas, guerras, invasiones y pobreza, plagas encerradas en el
cepo de feroces dictaduras congeladas en el tiempo. Si en algo
coincidan por igual occidentales, islamistas y nacionalistas era
en el desprecio por la democracia y el Estado de derecho, in
compatibles con la lucha antiterrorista y con la lucha anti
imperialista. La tortura, la represin, el amordazamiento de
la libertad de expresin, junto a la corrupcin y el desprecio
por la gente, eran funciones indispensables del mantenimiento
del statu quo. sa era la situacin que describa el famoso in
forme encargado, en abril de 2005, por el PNUD a un grupo de
intelectuales rabes: De acuerdo con los estndares del siglo
xxi, los pases rabes no han resuelto las aspiraciones de desa
rrollo del pueblo rabe, la seguridad y la liberacin, a pesar de
las diversidades entre un pas y otro a este respecto. De hecho,
hay un consenso casi completo en torno a la existencia de gra
ves carencias en el mundo rabe, y la conviccin de que stas se
sitan especficamente en la esfera poltica. El informe habla
ba de un agujero negro y de la inminencia de una explosin
social y, con firme delicadeza, responsabilizaba a Israel y Es
tados Unidos de obstaculizar el camino hacia la democracia.
En estas condiciones, hace dos aos y medio se puso en
marcha en el mundo rabe un proceso inesperado de irrupcin
de los pueblos (llamado a veces Primavera rabe) que abri
una modesta pero luminosa oportunidad en la zona. Yo la lla
11
Prlogo
cada del rgimen? Y qu Administracin estadounidense ne
cesita la guerra contra el islam o la islamofobia cuando el islam
poltico se ha convertido en un socio fundamental en la rees
tructuracin de la zona?.
Fue as. Era una realidad. Pero a medida que las contrarre
voluciones han impuesto su ley o las revoluciones se han en
quistado en la sangre y el fango, la normalizacin democrtica
y meditica anhelada han dado paso de nuevo a los clichs isla
mofbicos de antao, que vuelven a dominar los titulares y los
anlisis. Contienen tambin, claro, un atisbo de realidad. Por
que lo cierto es que la vieja confluencia de caos, pobreza, dicta
dura e imperialismo estn resucitando el cadver de Ben La
den. La ferocidad de la represin en Siria ha producido el
mismo efecto que la invasin estadounidense de Irak: la pene
tracin y creciente influencia de los grupos yihadistas sunes y
la deriva militar sectaria. El golpe de Estado de El-Sisi en
Egipto, por su parte, ha reactivado la guerra en el Sina. Y el
caos libio, con la aspersin de armas en toda la regin, ha teni
do un efecto ventilador en Mali, Argelia y Tnez.
Lo que no se puede negar es que, como antao, esta reacti
vacin de la ultraderecha islamista slo beneficia a los que
apuestan por impedir la normalizacin democrtica del mundo
rabe y, por supuesto, la soberana popular sobre los recursos
materiales y la justicia social. En Siria, Bashar Al-Assad ha ali
mentado desde el principio el yihadismo contra la legtima re
vuelta de su pueblo y con resultados conocidos: la relegitima
cin internacional del rgimen, que sigue bombardeando a su
propia poblacin, y el abandono de la oposicin democrtica,
desprovista de armas y de financiacin. En Egipto, la guerra
contra el terrorismo, que incluye tambin, de nuevo, como en
tiempos de Mubarak, el islamismo moderado de los Herma
nos Musulmanes, refuerza la autoridad y prestigio del Ejrcito
y el apoyo nacionalista a la brutal represin, en un consenso
de violencia que Mohamed Zaraa, militante de los derechos
humanos, no duda en calificar de fascista.
13
Prlogo
modelo. Como recuerdan la mayor parte de los analistas, la
poltica de Estados Unidos en Oriente Prximo se basa, desde
hace cuarenta aos, en tres pilares: Arabia Saud, Israel y el
Ejrcito egipcio. A partir de los acuerdos del Quincey en 1945,
la teocracia saud se convirti en la llave del dominio energti
co estadounidense y en el muro de contencin de las izquier
das y los nacionalismos panarabistas. Tras la guerra de 1967,
Israel, por razones al mismo tiempo de poltica interna y de
geoestrategia, pas a centrar de forma obsesiva, aunque a ve
ces de manera incongruente, todas las posiciones de Washing
ton en la regin. Con Sadat y los acuerdos de Camp David en
1978, el Ejrcito egipcio, mximo receptor de ayuda estadouni
dense (si exceptuamos precisamente a Israel), se transform
en el verdadero garante de un siempre precario equilibrio re
gional, ms frgil y amenazado que nunca tras la prdida de
Irn en 1980. Poltica de Estado por encima de las diferencias
entre administraciones sucesivas; este triple eje ha sido siem
pre el pivote sobre el que se ha fundado la hegemona de Esta
dos Unidos en esta zona, la ms geoestratgica del planeta
(para desgracia de sus habitantes).
Con independencia de sus distintos orgenes, y por muy in
coherente que parezca, estas tres fuerzas Arabia Saud, Is
rael y el Ejrcito egipcio han mantenido siempre unas estre
chas relaciones de alianza interesada, como lo demostr, tras el
golpe de Estado de El-Sisi, la reaccin de saudes e israeles,
con un explcito apoyo econmico de los primeros y una pbli
ca palmada de sostn y aplauso de los segundos; y con la inter
vencin diplomtica de ambos a fin de que la Unin Europea
y Estados Unidos diesen una oportunidad a la hoja de ru
ta de los militares egipcios. Estas tres fuerzas coinciden, en
tre otras cosas y por distintos motivos, en su odio a los Herma
nos Musulmanes.
El sangriento golpe de Estado en Egipto ilumina tambin,
en consecuencia, un aspecto paradjico de este dominio esta
dounidense. Su dependencia de Arabia Saud, Israel y Egipto
15
Prlogo
interpretacin toma partido y plantea tesis y propuestas.
bviamente, Almodvar toma partido en lo que coincido
O
plenamente contra los dos contendientes, el Ejrcito y los
Hermanos Musulmanes, cuyo enfrentamiento, sin embargo,
parece conducir de un modo fatal al golpe del 30 de junio de
2013 y al retorno del pasado en forma de dictadura militar.
No era posible otro desenlace? El relato, es verdad, cierra
todos los caminos e invita poco a la esperanza. Hay una obje
tividad ptrea, casi determinista, en el encadenamiento de
los hechos. Pero eso es lo que pasa cuando han pasado las co
sas y se narran con seriedad y rigor: las decisiones no tomadas,
los impulsos ausentes, las presiones no ejercidas, no tienen
cuerpo y no son, por tanto, objeto del relato. Almodvar narra
minuto a minuto lo que ha pasado como si no pudiera haber
pasado de otro modo y este fatalismo nos proporciona una in
formacin colosal, imprescindible, esclarecedora, sobre las
fuerzas en concurso, pero nos deja con la impresin de que las
cosas no podan haber ocurrido de otra manera, que los acto
res no podan actuar de manera ms inteligente, que la oposi
cin no poda organizarse mejor y, sobre todo, que el pueblo
egipcio no poda vencer en esta batalla.
Pero ese fatalismo es un efecto engaoso de la verdad na
rrativa misma y de la calidad del trabajo de Almodvar. Todo
relato puede ser desmentido desde fuera en cualquier momen
to, como lo demuestra la propia revolucin del 25 de enero. Por
eso el autor introduce al pueblo egipcio al final, en el eplogo,
consciente de que la fuerza por la que l toma partido est au
sente, de que ha sido desalojada por la propia consistencia ob
jetiva del relato. Cito la ltima frase del libro, que es tambin
en intencin la primera y que no es una conclusin sino
una adherencia en la raz: El proceso de cambio en Egipto an
tiene muchas pginas por escribir. Ms all de las transforma
ciones que experimente el pas, que indudablemente nunca vol
ver a ser como haba sido bajo Mubarak, la autntica revolu
cin se ha producido en la mente de millones de egipcios que se
17
18
La era
Mubarak
Antecedentes
y contextualizacin
Antecedentes y contextualizacin
pasaba los cuatro mil euros, muchos vecinos acosados por las
promotoras y sus matones se desprendieron de sus viviendas,
donde llevaban dcadas, a cambio de poco ms de cien euros
por metro cuadrado. sta es la imagen de los dramticos efec
tos de la liberalizacin econmica del rgimen de Mubarak: los
crecientes beneficios de una minora a cambio de la multiplica
cin de la miseria colectiva de la mayora.
Nile City representa claramente aquel proceso. En la planta
octava de la torre norte, junto a la embajada de Nueva Zelanda,
se encuentra la sede del Centro Egipcio de Estudios Econmi
cos (ECES). Constituido en 1992 gracias a la aportacin de
diez millones de dlares de la USAID, la agencia estadouni
dense para el desarrollo, era el think tank que lideraba el aseso
ramiento para el proceso de liberalizacin econmica que vivi
ra Egipto en la era Mubarak. ECES fue creado por el abogado
Taher Helmi, quien capitaneara la Cmara Americana de Co
mercio en Egipto y que tambin fue fundador de Helmi, Ham
za and Partners. Esta empresa, cuya sede con parqu estaba en
la planta 21 de la misma torre norte del Nile City, actuaba co
mo delegacin cairota de Baker & McKenzie, un importantsi
mo bufete de abogados con sede en Chicago. Si ECES actuaba
como think tank del proceso de liberalizacin econmica, Ba
ker & McKenzie era su rama jurdica, la que redactaba las leyes
y contratos necesarios para la venta de propiedades pblicas.
Tanto ECES como B&M constituyeron la base para el proceso
de privatizacin empresarial y liberalizacin salvaje de la eco
noma egipcia en el cambio de siglo. Los informes encargados
por ECES dictaban, el Gobierno ejecutaba. El vnculo era tan
fuerte que varios miembros del comit ejecutivo de ECES, co
mo el propio Helmi, Mahmoud Mohieldin, Ahmed el-Magh
rabi, Ahmed Ezz o el mismsimo hijo del dictador, Gamal
Mubarak, estaban fuertemente vinculados con el partido gu
bernamental y con el Gobierno. Y, adems, se vean benefi
ciados personalmente por aquellas privatizaciones. En 2005,
cerca de 200 de las 315 empresas estatales haban sido ya
23
24
Antecedentes y contextualizacin
baba con la reforma agraria hecha por el presidente Abd elNasser en 1952, se hara efectiva cinco aos despus, poniendo
punto de partida a la expulsin de los campesinos de las tierras
y a la precarizacin de su situacin econmica y laboral. La
oposicin a la nueva ley origin cientos de encarcelamientos,
denunciados por instituciones internacionales.
En 1996, se pona en marcha un nuevo proceso masivo de
privatizacin empresarial. Eran los requisitos del tercer pacto
de la era Mubarak con el FMI, esta vez por valor de 434,3 mil
lones de dlares. A tal efecto, y diseado por el vicepresidente
estadounidense Al Gore, se realiz un cambio de Gobierno y
se nombr a un nuevo gabinete liderado por Kamal el-Gan
zouri. El cambio de Gobierno llevaba un claro sello norteam
ericano; el Congreso de EE.UU. aplauda el cambio y ala
baba al nuevo ejecutivo que tena el encargo de liberalizar la
economa desregularizando el sector comercial, aumentando
la competitividad en el sector financiero y acelerando el ca
mino de la privatizacin. Con este objetivo, la Agencia Es
tadounidense para el Desarrollo (USAID) comenz a ofrecer
una ayuda anual de 200 millones de dlares al Gobierno egip
cio. 2 En pocos aos, se haban creado o se crearan leyes para
facilitar la creacin de empresas (3/1998), para finalizar el
control estatal sobre la produccin (8/1997), para instaurar un
moderno mercado de valores egipcio (95/1993), para libera
lizar el mercado de telecomunicaciones (10/2003) o el mer
cado de exportaciones (155/2002). El proceso se acelerara
dramticamente a partir de 2002 con la entrada del clan
Mubarak en la direccin del oficialista Partido Democrtico
Nacional (PDN) y, en 2004, con la llegada del Gobierno de
Ahmed Nazif, cuyo gabinete estaba repleto de nombres vin
culados a ECES, los cuales aplicaran hasta el extremo la
agenda reformista de las instituciones internacionales.
2 Jason Hickel: The fallacy of freedom: USAID and neoliberal policy in
Egypt, Though Leader, 15-03-2011 [online].
25
Antecedentes y contextualizacin
trabajo. El resultado fue la concentracin absoluta de la riqueza
del pas; el 80% se concentraba en menos del 20% de las manos.
Desde el inicio de estas polticas, la poblacin que viva por
debajo del umbral de la pobreza (dos dlares diarios) pas de
un 20 a un 44% y en los ltimos aos de la era Mubarak, cuan
do el PIB registraba rcords histricos alabados en el mbito
internacional, el porcentaje de poblacin que viva en la miseria
(menos de un dlar al da) ascenda del 16 al 25,2%. 3 En 2011,
ms de quince millones de egipcios vivan con menos de dos
dlares por da, pero slo ocho hombres de negocios en todo el
pas controlaban un patrimonio superior a los dieciocho mil mi
llones de dlares. Segn el Programa Mundial de Alimentos,
en la dcada 1995-2005, que sigui a la implementacin del libe
ralismo del rgimen de Mubarak, el coste de la vida en Egipto
aument un 75%. En ese mismo perodo, el Gobierno de los
tecncratas reduca del 42 al 20% los impuestos a las grandes
fortunas, equiparndolos a los que se aplicaban a pequeos
propietarios con salarios de 350 euros anuales.4 Segn datos del
Centro Egipcio para los Derechos Eco
nmicos y Sociales,
mientras los impuestos a la industria representaban slo un
13,2% de las recaudaciones, el ciudadano medio haba experi
mentado un aumento de su contribucin tributaria de un 330%
a travs de 29 tipos de impuestos y tasas directas sobre los pro
ductos. Las prestaciones sociales ms bsicas eran eliminadas y,
en una sociedad en que cada ao cerca de medio milln de per
sonas contraan la hepatitis, los tratamientos fundamentales no
estaban cubiertos por el Estado y, por tanto, no se encontraban
al alcance de la mayora de la poblacin.
El recorte de los servicios fue sangriento. Entre 2002 y
2008, al menos dos mil personas perdieron la vida en acciden
tes de tren, incendios, derrumbes de viviendas, naufragios de
3 Sameh Naguib: La revolucin egipcia. Anlisis y testimonio poltico, En
Lucha, 2012.
4 I bd.
27
28
Antecedentes y contextualizacin
La enorme dependencia alimentaria, especialmente en la
importacin del trigo o de la popular haba, debilit con fuerza
a una economa egipcia afectada por una inflacin de los pre
cios del 18,9%, en enero de 2011, un punto y medio por encima
de la del mes de diciembre anterior. Productos como el tomate
haban sufrido aumentos de hasta diez veces su precio.6 ste
era el resultado de una balanza comercial que haca que las
importaciones superaran a las exportaciones aproximadamen
te en un 25%. Esta gran dependencia provocada por la libera
lizacin del mercado volva a la economa egipcia muy vulnera
ble a la crisis internacional. Utilizando como baremo el perodo
2008-2011, las remesas de inmigrantes caan un 17%, el turis
mo disminua 25 puntos y aportaba una balanza negativa por
primera vez en muchos aos, mientras que los ingresos por el
Canal de Suez descendan un 7,2%. Las exportaciones a Euro
pa bajaron de un 33 a un 15% entre 2008 y 2009.
La situacin lmite en que viva la poblacin egipcia se ex
presaba, a menudo, de forma dramtica. En marzo de 2008,
moran, como mnimo, cincuenta personas en las colas de los
hornos pelendose, literalmente, por una racin de pan. La cri
sis era causada por la especulacin con los alimentos en el mer
cado internacional y agravada por la fuerte dependencia en que
se suma al pas. En un territorio en el cual vivan cincuenta
millones de personas del pan subsidiado, dos terceras partes de
los ms de nueve millones de toneladas de trigo necesarios
para hacer este pan subvencionado eran importadas. Un 3%
del PIB egipcio se destinaba exclusivamente a la adquisicin de
trigo.7 Crisis similares se repetiran posteriormente, como la
del suministro de gas butano en otoo de 2010.
Segn informes del propio Gobierno, a finales de ese mismo
ao, se calculaba que ms de doce millones de egipcios vivan
6 T he Arab Spring and Climate Change. A Climate and Security Correla
tions Series, Center for American progress, 2013.
7 I bd.
29
Antecedentes y contextualizacin
en cuentas bancarias. Investigaciones posteriores revelaran
que, slo en Egipto, el rais dispona de tres cuentas bancarias se
cretas que superaban los nueve mil millones de dlares, la mayo
ra provenientes de ayudas internacionales a la cooperacin para
paliar los efectos del terremoto de 1992 o para el desarrollo del
sistema educativo.8 La corrupcin mataba, literalmente, a cien
tos de personas en todo el pas, pero la pobreza no pareca
preocupar a Mubarak. No hay que avergonzarse porque haya
gente pobre en Egipto. Lo que tenemos que hacer es trabajar
para dar a nuestro pas una apariencia adecuadamente civiliza
da para atraer al turismo, afirmaba el entonces presidente.9
31
Antecedentes y contextualizacin
privatizacin. Todo para, poco despus, a partir de octubre de
2008, volver al FMI y presidir el comit financiero de la enti
dad, a la vez que se pona al frente de la cartera ministerial en
Egipto. Ghali negociaba a ambos lados de la mesa.
Cuatro meses antes del levantamiento de enero de 2011, el
ex ministro egipcio Mahmoud Mohieldin era premiado con
una de las tres direcciones generales del Banco Mundial en
Washington DC. Robert Zoellick, presidente del Banco Mun
dial lo calificara como un inagotable reformador que haba
permitido a Egipto capear la crisis financiera internacional.10
Paradjicamente, Mohieldin fue nombrado presidente del Pro
grama para la Reduccin de la Pobreza del Banco Mundial. El
ministro de Inversiones de un pas que se hunda en el abismo
de la fractura social presida el Programa de Reduccin de la
Pobreza del Banco Mundial, cargo que haba logrado despus
de multiplicar por diez las deudas contradas entre Egipto y el
BM en proyectos preparados por su pareja, trabajadora de la
oficina cairota de esta institucin internacional.
El cambio de Gobierno de 2004 sorprendi a varios analis
tas, sobre todo porque no responda a las necesidades ni re
clamaciones polticas del momento. A un ao de las elecciones
presidenciales, el movimiento era visto por muchos como una
forma de allanar el camino hacia la presidencia a Gamal, que
por entonces tena 41 aos. Aquel verano de olimpadas, el r
gimen colgaba imgenes gigantes del hijo del rais rodeado de
los cinco medallistas de Atenas. Slo la oposicin puso el grito
en el cielo y forz al rgimen a retirar los anuncios. Pero los
temores aumentaron cuando la guardia cercana al hijo del
dictador sala reforzada del congreso anual del oficialista Parti
do Democrtico Nacional. El lema de Gamal, secretario del
Comit Poltico del partido, era el de la liberalizacin de la
economa y la apertura de los mercados.
10 Nota de prensa 2011/081/EXC del Banco Mundial, con fecha del 8 de
septiembre de 2010.
33
34
Antecedentes y contextualizacin
Antecedentes y contextualizacin
riormente, habra alertado a la Casa Blanca de los riesgos es
tratgicos de una invasin de Irak, pero su papel fue clave para
dar luz verde al ataque norteamericano. Bush afirmaba des
pus en sus memorias que haba sido el dictador egipcio quien
le haba convencido de la existencia de armas qumicas en Irak.
Algunas de las declaraciones que se consideraron claves pa
ra llevar adelante la invasin haban sido extradas bajo tortura
en las crceles egipcias dentro del episodio de los aviones fan
tasma de la CIA en la llamada guerra contra el terror. Egipto
era aeropuerto habitual para aquellos aviones no registrados y
sus prisiones, el escenario de brutales torturas para conseguir
cualquier tipo de confesin. Las arrancadas bajo tortura a Ibn
el-Cheik el-Libi en Egipto en 2002 y que hablaban de un falso
aprovisionamiento iraqu de armamento qumico relacionado
con una extraa vinculacin entre Saddam Hussein y Al-Qae
da, habran sido consideradas claves para el inicio de la gue
rra.12 Los detalles de su confesin habran sido utilizados por
Colin Powell en su defensa de la invasin ante las Naciones
Unidas en febrero de 2003.
El caso de los aviones y las detenciones secretas se destapa
ba en enero de 2010 en un informe de las Naciones Unidas. Un
documento elaborado por cuatro investigadores acusaba a
Egipto y a otros pases del llamado Tercer Mundo del se
cuestro y detencin, en prisiones clandestinas, de presuntos te
rroristas durante los nueve aos anteriores, violando sus dere
chos ms fundamentales, bajo el encargo de la Agencia Central
de Inteligencia estadounidense, la CIA. Omar Suleiman, jefe
de los servicios secretos egipcios, estaba detrs de la organiza
cin de estos aviones de la muerte, enmarcados en la esquizo
frnica guerra contra el terror que haban emprendido George
Bush y la Casa Blanca. El informe, dirigido por Manfred
Nowak, relator especial sobre la tortura para la ONU, y Martin
12 Globalizing torture. CIA secret detention and extraordinary rendition,
Open Society Justice Initiative, 2013.
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Antecedentes y contextualizacin
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Antecedentes y contextualizacin
Nace Kefaya
El 12 de diciembre de 2004, el movimiento Kefaya haca su
primera aparicin pblica y llamaba a una manifestacin a las
puertas de la Corte Suprema, en El Cairo, en lo que sera la
primera concentracin de la historia especficamente convoca
da contra el rgimen de Hosni Mubarak. Varios cientos de acti
vistas se reunieron mayoritariamente en silencio, tapndose la
boca con adhesivos de la organizacin. No a la renovacin, no
a la sucesin hereditaria, era su lema principal.
El Gobierno, ante ese movimiento urbano formado por
gente de clase media y alta que se expresaba frente a la prensa
y las cmaras de televisin, se mostr nervioso y, puesto que no
poda aplastarlo con la brutalidad que hubiera querido, recu
rri a tcticas ms propias de gngsters. Un mes despus del
texto de El-Bishr, la polica detuvo, golpe y abandon desnu
do en medio de la Carretera del Desierto, que une la capital
con la costa mediterrnea, al periodista Abd el-Halim Qandil,
portavoz de Kefaya. Creado al abrigo de la izquierda egipcia y
tambin de sectores del nasserismo, este movimiento rompa
un tab histrico; su particularidad era la capacidad de reunir
a formaciones completamente encontradas del espectro pol
tico para plantear una oposicin conjunta al rgimen de Mu
barak: desde los islamistas histricos, los Hermanos Musul
manes, hasta los nasseristas del Karama, el ilegalizado Partido
Comunista o el centro de derechos humanos Hisham Muba
rak. Esta transversalidad era completamente nueva en Egipto
y reforzaba la figura del movimiento opositor. A pesar de su
incapacidad para romper las barreras sociales del pas y ofre
cer soluciones plausibles, su creacin marcaba un antes y un
despus en el activismo poltico del pas. Kefaya organiz nue
vas protestas en la Feria del Libro de El Cairo y a las puertas
de la Universidad en una escalada de confrontacin histrica.
El rgimen de Mubarak empez a acusar a las campaas
por el cambio de haber recibido setenta millones de dlares de
41
Antecedentes y contextualizacin
poco tiempo de reaccin, a las puertas del cierre de inscripcio
nes para los votantes. Segn la nueva redaccin, un candidato
deba recibir el apoyo de 250 parlamentarios o miembros elec
tos de los rganos oficiales, que eran controlados por completo
por el PDN de Mubarak. Los partidos polticos podan pre
sentar candidatos, pero necesitaban tener un mnimo de un 5%
de los asientos parlamentarios y cinco aos de vida legal
autorizada por el rgimen. A la prctica, todo conduca a una
aceptacin previa y tcita del Gobierno. El PDN no slo
quiere esc oger su candidato, sino que tambin quiere esc oger
el de la oposicin, afirmaba Hussein Abderrazzek, del parti
do Tagammo.
Antecedentes y contextualizacin
lista de diez, entre los que tambin destacaba Numan Guma,
miembro del nacionalista Wafd. Un 88,6% de los votos apoya
ron a Mubarak. Pero la bajsima participacin revelaba que
slo unos seis millones de egipcios, de un total de 32 millones
con derecho a voto de setenta millones de ciudadanos, haban
apoyado al presidente. La Comisin Electoral otorg a Ayman
Nour slo un 7% de apoyo, pero ste pag cara su osada de
intentar hacer frente al rais. Justo despus de las elecciones, los
tribunales volvan a enviarlo a prisin con una condena de cin
co aos por falsificacin de firmas. A pesar de su diabetes, el
poltico opositor mantuvo una huelga de hambre de dos sema
nas para denunciar su situacin. Sin embargo, no tuvo demasia
do xito ya que su liberacin se produjo cuatro aos despus,
como una muestra de buena voluntad del clan Mubarak hacia
el nombramiento de Obama como nuevo presidente de Estados
Unidos. Nour se haba convertido en una carta poltica que el
rgimen jugaba con Washington.
El proceso electoral, no obstante, fue aplaudido por el rgi
men enrgicamente y tanto la monarqua saud como el depar
tamento de Estado de Estados Unidos alabaron las elecciones,
en lo que consideraron un histrico punto de partida.15 Pero
los comicios tuvieron muchos puntos oscuros. Se denunci el
transporte de votantes, la coaccin en el voto o el cierre de co
legios electorales tericamente no adeptos al rgimen. En algu
nos centros se denunci el voto repetido y continuado de al
gunos electores y la falsificacin premeditada de papeletas;
algunas organizaciones hicieron pblica la proliferacin de la
compra de votos. El rgimen tambin neg la visita a observa
dores internacionales, acusados de interferir en los asuntos in
ternos de la nacin.
Sin embargo, los resultados fueron utilizados por el Gobier
no para demostrar su salud y fortaleza. Pese a que los medios
oficialistas pronosticaron la muerte del movimiento Kefaya, el
15 Mubarak wins Egypt vote, CBSNews, 11-02-2009 [online].
45
Antecedentes y contextualizacin
los ms favorables a grupos islamistas opositores, para impedir
el voto. El rgimen extendi el uso de alborotadores a suel
do, popularmente conocidos como baltagueya, para sembrar el
caos junto a las urnas. Frente a estos disturbios, la polica no
intervena para mostrarse neutral y, cuando lo haca, lleva
ba a comisara a los miembros de la Hermandad. Los comi
cios dejaron doce muertos en enfrentamientos a la puerta de
los colegios electorales, ms de setecientos heridos y dos mil
detenidos, ms de un millar de los cuales eran miembros de
los Hermanos Musulmanes.16 Se presentaron ms de 158
denuncias de irregularidades y, aunque las cifras oficiales es
timaban la participacin en un 25%, varios observadores la
consideraron claramente inferior.
Los Hermanos terminaron alcanzando 88 escaos, pero se
cree que les hubieran correspondido 128. Nada comparable a
los 311 diputados del oficialista PDN, que gan el 68,5% de la
cmara. El PDN perdi 93 asientos, pero se garantizaba, por
nueve diputados, la mayora de dos tercios que le segua ase
gurando el control de la reforma constitucional. A pesar del
fraude, la formacin islamista quintuplic su fuerza en el Par
lamento y puso de manifiesto un nuevo equilibrio de poderes
en el pas. Ningn otro grupo de oposicin sumaba el 5% de la
cmara porque todas eran formaciones ilegales que slo po
dan presentar candidatos individuales. La primera fuerza par
lamentaria de la oposicin fue en esas elecciones el histrico
partido nacionalista del Wafd, con un 1,3%.
Estos resultados electorales supusieron un autntico terre
moto poltico. Algunos lo achacaron a una maniobra del Minis
terio del Interior en connivencia con los servicios secretos, que
estaban rabiosos con el auge del clan Gamal y el aperturismo
estadounidense. El ncleo duro del rgimen vea con inquietud
y desconfianza aquel proceso y sta podra haber sido su hbil
16 Sharon Otterman: Muslim Brotherhood and Egypts Parliamentary
Elections, Council on Foreign Relations, 01-12-2005 [online].
47
Antecedentes y contextualizacin
ces provoc muestras de solidaridad de todos los movimientos
demcratas y pro derechos humanos y origin un fuerte debate
pblico en los medios y la detencin de varios activistas que
haban apoyado la causa de los jueces, sobre todo en la Red.
Entre stos se encontraba Alaa Abd el-Fattah, hijo del aboga
do activista Ahmed Seif, creador del Centro Hisham Mubarak.
La presin dio resultados cuando el rgimen se vio forzado a
absolver a los encausados.
Pero el Gobierno, legitimado despus del juego electoral,
continuaba adelante con su deriva represora como si nada hu
biera ocurrido. El dictador decidi hacer frente al desafo de
los jueces rebeldes y, en diciembre de 2006, propuso la enmien
da de 34 artculos constitucionales; entre otras, la supresin de
la supervisin judicial de las elecciones en el artculo 88,
limitndola slo a las sedes centrales. Tambin se inclua la mo
dificacin del artculo 179 que daba rango constitucional a los
juicios militares a la poblacin civil y permita la intervencin
policial de domicilios sin autorizacin judicial previa, algo que
de hecho ya era una prctica habitual gracias a la ley de emer
gencia vigente en el pas desde la llegada del propio Mubarak.
El rgimen lo presentaba como una reforma necesaria para
cumplir la promesa electoral de derogar la ley de excepcin.
Este cambio constitucional sera aprobado en un referndum
sin supervisin judicial, en marzo de 2007. Haban pasado me
nos de dos aos de la consulta anterior. Y, a pesar de que la
participacin segn cifras oficiales no superaba el 27%, el dic
tador afirm que el gran triunfador haba sido todo el pueblo
de Egipto.
Antecedentes y contextualizacin
aperturismo econmico (infitah) planteado por el rgimen en
la dcada de los setenta. En pleno ascenso del petrodlar e in
fluenciados por la emigracin egipcia en Arabia Saud, el pas
vivi una indita explosin del islamismo. Pero la oposicin al
proceso de paz con Israel produjo otra nueva ola represiva del
rgimen. Sadat tuvo que acallar a las fuerzas polticas internas,
que clamaban en contra del acuerdo. Entre otros, detuvo a la
direccin de los Hermanos Musulmanes, que volvi a encon
trarse entre rejas. El poder del islamismo ya no era el mismo y
la faccin armada del mismo decidi reaccionar. Cuatro miem
bros de un grupo escindido de la Hermandad durante los aos
setenta, la Yihad Islmica, introdujeron 56 balas en el cuerpo
de Sadat durante un desfile militar el 6 de octubre de 1981 y
pusieron fin a la vida del presidente.
Fue entonces cuando un sorprendido Mubarak se encon
tr de golpe con el poder en sus manos. Personaje dbil pol
ticamente, decidi liberar a la oposicin, encabezada por los
Hermanos Musulmanes, y tratar de establecer pactos tcticos
que seran bien recibidos por la direccin de la Hermandad
que lleg a llamar a todos los musulmanes para que se unieran
al presidente en estos momentos crticos.17 A pesar de seguir
siendo una formacin ilegal, la Hermandad present candida
tos independientes o se agrup en coaliciones polticas con
otras formaciones en todas las elecciones legislativas durante el
mandato de Mubarak, logrando asientos en todas las legislatu
ras en que decidi presentarse.
Nadie ocultaba su vinculacin con la Hermandad y aquellos
candidatos eran as presentados por los medios. El lema El
islam es la solucin se expandi por todo Egipto junto con los
programas sociales de una formacin sin poder poltico real
pero con una popularidad creciente. El ligero aperturismo del
rgimen permiti que la Hermandad abogara por controlar los
17 Bruce K. Ruthenford: Egypt after Mubarak: liberalism, Islam and
democracy in the Arab World, Princeton University Press, USA, 2008.
51
Antecedentes y contextualizacin
vo golpe policial que buscaba sitiar a sus integrantes. Cientos
de militantes, entre ellos varios candidatos, fueron detenidos y
llevados ante los tribunales. Como resultado, slo un miembro
de los Hermanos Musulmanes conseguira un escao en el
Parlamento ese ao. El rgimen le detuvo un ao despus,
acusndolo de practicar acciones subversivas.
La Hermandad preocupaba porque haba logrado victorias
clave en los colegios profesionales y haba extendido su in
fluencia popular a travs de las redes de asistencia social, que
suplan por entonces al desguazado Estado del bienestar. Re
des de abastecimiento de comida a los ms desfavorecidos, es
cuelas, hospitales y programas de alojamiento para estudian
tes universitarios eran sus bastiones fundamentales. Tras el
caso Salsaabel, la Hermandad hizo una nueva demostracin
de fuerza llevando a la prctica su eficaz asistencialismo como
respuesta al terremoto ms fuerte que haba experimentado el
pas desde 1847. En octubre de 1992, 545 personas perdieron
la vida y ms de 50 000 se quedaron sin casa a consecuencia
de un sesmo de 5,8 grados en la escala de Richter. El desplie
gue islamista, especialmente intenso en barriadas populares
como la cairota Imbaba, volva a dejar en evidencia a un Esta
do lento e ineficaz. El rgimen necesitaba cortar las alas a la
Hermandad. Dos semanas despus del terremoto orden que
toda ayuda humanitaria pasara por el filtro de las agencias
estatales.
En 1993, Mubarak trat de poner cerco al control islamista
de los colegios profesionales y promulg la Ley Unificada de
Sindicatos Profesionales, que limitaba la independencia de es
tos rganos introduciendo la posibilidad de la intervencin
judicial. En la prctica, era un intento de volver a situar estas
instituciones en la rbita del rgimen. El Colegio de Ingenieros
estuvo ms de quince aos sin celebrar elecciones, mientras
que los mdicos pasaron diecisiete aos sin elegir a sus repre
sentantes. Tambin las elecciones en el Colegio de Farmacuti
cos permanecieron congeladas a partir de 1993.
53
Antecedentes y contextualizacin
54
55
Antecedentes y contextualizacin
Mohamed Badie. Adems los culp de formar parte de una
organizacin ilegal, de intentar perturbar la paz social y de
montar clulas de entrenamiento para grupos armados en el
Sina con la voluntad de derrocar al rgimen. Amnista Inter
nacional reclam la liberacin de las vctimas de detenciones
arbitrarias contra opositores pacficos. 20
La lucha obrera
A setenta kilmetros de El Cairo, en pleno delta del ro Nilo,
se encuentra la poblacin de Mahala el-Kobra, famosa por sus
plantaciones de algodn y sus, durante dcadas, populares in
dustrias textiles. All se alza una de las fbricas de hilados ms
grandes del mundo. Esta factora estatal de hilado y tejidos,
llamada Tejidos Misr, reuna en los aos noventa a ms de cua
renta mil trabajadores. En 2006, las medidas de liberalizacin
econmica aplicadas por el rgimen hicieron que esta cifra se
redujera a veintisiete mil. Conocida tambin por ser un punto
neurlgico histrico de insurreccin obrera, en 1986 sus traba
jadores ya haban desafiado al dictador cuando, durante una
protesta laboral, salieron a la calle con un fretro que llevaba
un retrato del presidente Mubarak.
A finales de 2006, veinte aos despus, la ciudad estallaba
contra las reformas del rgimen. All dio comienzo una movili
zacin obrera que marcara un importante punto de inflexin.
El Gobierno de Nazif haba prometido la subida de la prima
anual de los trabajadores del sector pblico. Cuando fueron a
cobrarla, los obreros se dieron cuenta de que la promesa no se
haba cumplido y, por ello, el 7 de diciembre de 2006 acordaron
detener la produccin en seal de protesta. A pesar del acuer
20 Egypt: end stranglehold on Muslim Brotherhood, Amnesty Inter
national, 08-02-2010 [online].
57
58
Antecedentes y contextualizacin
Gobierno y contra el colonialismo del FMI y el Banco Mun
dial. Cinco trabajadores fueron detenidos durante los seis das
en que se par la produccin, y se logr la dimisin de un alto
cargo y el abono inmediato de la paga prometida. Los lderes
obreros de Mahala trataron de coordinarse con otros trabaja
dores para iniciar una campaa nacional para reclamar el au
mento del salario mnimo, estancado en las 34 libras (4 euros)
desde 1984.
A finales de 2007, los recaudadores de impuestos de bie
nes inmuebles fueron tambin a la huelga. Durante tres meses,
55 000 empleados paralizaron sus tareas, reduciendo la recau
dacin de impuestos en un 90%. 22 Como puntilla, en diciembre,
cerca de tres mil trabajadores acamparon durante once das
frente a la sede del Ministerio de Economa. Fueron las luchas
laborales las que introdujeron el concepto de la acampada como
forma de protesta. Muchas se iniciaron con encierros en las f
bricas, como los que haban protagonizado los obreros de Ma
hala, pero fue la extensin de estas acampadas a la calle, como
en el caso de los recaudadores de impuestos y luego tantas y
tantas otras, lo que configur un imaginario de lucha que termi
nara confluyendo aos despus en la mediatizada plaza Tahrir.
Hombres y mujeres convivan en las calles, hacan pancartas,
coreaban los lemas y repicaban tambores para hacerse escu
char; y ellas se sobreponan a los ataques por inmoralidad de la
poblacin con la firmeza de saberse luchando por lo que era
justo.
Los recaudadores de impuestos, gracias a su lucha, consi
guieron un aumento de sueldo del 325% y, lo que quizs es an
ms importante, lograron la constitucin, en diciembre de
2008, del primer sindicato libre en Egipto desde la instauracin
del rgimen militar en 1954. Curiosamente, era el que aglutina
ba a los recaudadores de impuestos de bienes inmuebles, lide
rados por Kamal Abu Eita. La victoria sindical marcaba clara
22 Ibd.
59
Antecedentes y contextualizacin
bienes bsicos y el aumento del salario mnimo, estancado en
los cuatro euros mensuales desde 1984. Como estandartes de la
revuelta obrera, su llamamiento encontr eco en los activistas
cairotas. La oposicin vio entonces la oportunidad perfecta
para convocar una huelga general contra el hambre y la mise
ria. Se utiliz Internet, se imprimieron octavillas y la gente
sali a la calle reclamando el apoyo a la movilizacin de Maha
la. Como una aportacin individual, una joven, Isra Abd elFattah, creaba una pgina en Facebook bajo el nombre Movi
miento 6 de abril. En pocas horas, la pgina pas a recibir el
apoyo de ms de setenta mil usuarios de las redes sociales. Los
Hermanos Musulmanes, en un principio, se negaron a apoyar
oficialmente la movilizacin.
El miedo que demostraba el rgimen era evidente. Un da
antes de la convocatoria, Mubarak ofreca un aumento del 60%
de los sueldos para los trabajadores de Mahala. Algunos rumo
res apuntaban a que la huelga sera desconvocada, pero sta
segua el curso pactado. El paro estaba previsto en el cambio de
turno de las 7.30 de la maana. Para entonces, las principales
entradas a las fbricas ya haca rato que haban sido tomadas
por las fuerzas policiales, que controlaban el flujo de entrada y
salida de los obreros a la factora. En el interior, policas de
paisano intimidaban a los trabajadores y trataban de disolver
todo intento de asamblea. De hecho, esto tampoco era muy re
levante porque la poblacin de Mahala estaba preparada para
la revuelta. Los obreros textiles decidieron tomar las calles,
donde miles de campesinos recolectores de algodn, desocupa
dos varios y simples ciudadanos esperaban el disparo de salida.
En pocos minutos, las calles reclamaron a gritos la cada del
rgimen. La masa descolg los retratos del dictador, en una
imagen icnica que dara la vuelta al pas y, frente a los ataques
con fuego real y gas lacrimgeno de las fuerzas centrales de
seguridad, la masa respondi con el lanzamiento de piedras.
Los airados manifestantes quemaron neumticos, cortaron la
va del tren y atacaron los carros policiales.
61
Antecedentes y contextualizacin
los salarios y la asistencia sanitaria. Pero la respuesta real del
rgimen fue menos condescendiente que sus palabras.
Los detenidos fueron trasladados a la prisin de Burg elArab, en Alejandra, donde denunciaron haber sufrido abusos
por parte de las autoridades. Ante el procurador, declararon
haber sido golpeados, haber sufrido descargas elctricas y ha
ber sido amenazados con que se cometeran abusos sexuales
contra sus madres, hermanas y mujeres. Alguno de los obreros
tambin denunci haber sido objeto de acoso sexual. Pese a
que la fiscala reclam su liberacin, la mayora de los apresa
dos siguieron entre rejas. La direccin de la empresa estatal los
despidi por absentismo laboral, a pesar de saber perfectamen
te su condicin de reclusos y de haber recibido los papeles que
as lo certificaban. Karim, Kamal y Tarek iniciaron una huelga
de hambre en protesta por el trato que reciban y sus rostros
concentraron las campaas de solidaridad que pedan su excar
celacin. La huelga de hambre afect al estado de Karim, que
lleg a pedir un traslado a un centro mdico, aunque ste le fue
denegado. No sera hasta el mes junio cuando veinte de los de
tenidos salieron de la crcel, a pesar de que nueve de ellos vol
veran a ser arrestados bajo la ley de emergencia, mientras que
el resto sigui en presidio.
El caso gener preocupacin entre las organizaciones de
derechos humanos, que catalogaron el juicio de farsa. El 15 de
diciembre de 2008, fueron juzgados por un tribunal militar 49
lderes obreros de la ciudad de Mahala. Considerados como
chivos expiatorios por Amnista Internacional, 22 de estos
detenidos recibieron penas que iban de los tres a los cinco aos
de crcel por saqueo y por atacar a las fuerzas de seguridad y
poseer material peligroso. La mayora eran artesanos de veinte
aos de edad. El resto fueron absueltos. Eran las primeras sen
tencias desde que el rgimen decidiera prolongar, por ensima
vez, el perodo de vigencia de la ley de emergencia en el pas.
63
Antecedentes y contextualizacin
65
Antecedentes y contextualizacin
con fuerza en los barrios de clase media. Este asesinato mos
traba la brutalidad del rgimen ante los ojos de un sector so
cial que haba querido vivir de espaldas a ella. Y eso lo cambi
todo.
Un grupo de activistas cre un grupo de apoyo en Face
book llamado Mi nombre es Khaled Said que, al poco
tiempo, cambiara su nombre por el de: Todos somos Khaled
Said. La iniciativa consigui grandes muestras de solidaridad.
Sus responsables eran Abd el-Rahman Mansour, un bloguero
colaborador de Al-Jazeera y uno de los creadores del Wiki
leaks rabe y el directivo de Google Arabia, Wael Ghoneim.
En poco menos de un mes, la pgina ya tena ms de doscien
tos mil seguidores. Las movilizaciones organizadas contra el
asesinato policial gozaron de una transversalidad nunca vista
antes, puesto que atrajeron a ciudadanos poco o nada politiza
dos. Adems de las concentraciones a las puertas de la comisa
ra de Sidi Gaber, tuvieron lugar varias manifestaciones por el
centro de Alejandra y otros rincones del pas, a menudo en
contrndose de nuevo con la represin de las fuerzas de segu
ridad. Miles de activistas se concentraban los viernes en todo
el pas, pero especialmente en la Alejandra natal de Said, en
lo que denominaron una revolucin silenciosa. Filas inter
minables de personas, vestidas de negro, hacan honor al falle
cido y pedan el fin de la ley de emergencia y la brutalidad
policial. Las impactantes colas silentes, en forma de cadena
humana, se prolongaban durante kilmetros, viernes tras
viernes.
Pese a las protestas, la misma comisara de Sidi Gaber vol
vera a ser noticia poco despus, durante el mes de noviembre.
La familia de Ahmed Shaaban, de 19 aos, llevaba tres das
buscando al joven, desaparecido cuando iba camino de una
boda. Aunque sus familiares recibieron llamadas que les infor
maban de la detencin del joven, los policas de Sidi Gaber ne
garon de manera repetida tenerlo bajo su custodia. Su cuerpo
fue encontrado muerto en un canal fluvial cercano a la sede
67
Un Estado policial
Muhammad Ibn Idriss el-Shafie fue un destacado jurista naci
do en el siglo viii en lo que hoy es la franja de Gaza. Como una
especie de Maquiavelo islmico, una de sus ms crueles refe
rencias sera parafraseada en los aos ochenta por un ministro
de Interior egipcio: Es permisible terminar con una tercera
parte de la poblacin de un Estado para que las otras dos ter
ceras partes puedan vivir en paz. 24
La anulacin de la ley de emergencia, en vigor desde haca
29 aos, ya formaba parte de las promesas electorales de Muba
rak en las presidenciales de 2005. Fue entonces cuando prome
ti que la cambiara por una nueva legislacin antiterrorista,
pero sta nunca lleg. Los egipcios haban vivido bajo este es
24 Citado en Sonallah Ibrahim: Zaat, ob. cit.
68
Antecedentes y contextualizacin
tado de excepcin de forma ininterrumpida desde 1981, pero si
se iba ms atrs, al ao 1967, poda decirse que slo haban vi
vido dieciocho meses sin esta legislacin. Haca tiempo que
Egipto funcionaba como un Estado policial. La obsesin au
ment a raz del intento de asesinato de Mubarak en 1995, en
Addis Abbaba. En junio de aquel ao, el presidente sali ileso
de un ataque yihadista justo cuando llegaba a la capital etope
para asistir a una cumbre de la Unin Africana. Los vidrios
blindados del coche oficial salvaron su vida en lo que fue el ms
espectacular de los seis intentos de asesinato del dictador con
tabilizados por sus fuerzas de seguridad. Aquella tentativa, sin
embargo, marc el inicio del crecimiento del Estado policial.
Entre esa fecha y 2005, el presupuesto del Ministerio del Inte
rior se multiplic por cuatro y lleg a acercarse al que reciba el
omnipotente y opaco Ministerio de Defensa, sin incluir la ayu
da anual norteamericana. 25 Habib el-Adly, ministro del Inte
rior a partir de 1997, se convirti en la cara visible de aquel
ejrcito policial encargado de aplacar la disidencia poltica y
social.
El edificio del Ministerio del Interior en El Cairo es una
autntica fortaleza militar que demuestra la importancia capi
tal de esta institucin en el pas. Como muchos otros edificios
gubernamentales egipcios, es un monstruo arquitectnico en
forma de bnker militar a pocas calles de la cntrica plaza Ta
hrir. Su sola presencia infunde respeto y atemoriza al paseante.
Es una clara metfora de lo que significaba la polica en tiem
pos de Mubarak.
Las fuerzas de seguridad jugaban un papel central en la
configuracin del rgimen. En la dcada de los noventa, el rais
haba transformado el rgimen militar creado por los oficiales
libres de la dcada de los cincuenta en un Estado que se alzaba
como un guila bicfala, con un jefe militar y otro policial.
25 Segn datos aportados por Carnegie Endowment for International
Peace, citando fuentes ministeriales egipcias.
69
Antecedentes y contextualizacin
jvenes en servicio militar obligatorio, con estudios insuficien
tes como para acceder al Ejrcito regular. La polica antidistur
bios egipcia estaba formada por campesinos y masas urbanas
marginadas, las capas ms desfavorecidas de la sociedad. Con
sueldos que rondaban las 230 libras mensuales (25 euros), mu
chos no saban leer ni escribir y eran a menudo vctimas de abu
sos pieza esencial del entrenamiento militar, segn infor
maban los internos por parte de sus superiores.
El tercer cuerpo fundamental para el Ministerio era el apa
rato de Seguridad Estatal (SS por su acrnimo en ingls;
Amn el-Dawla, en la versin egipcia). Prcticamente sin mo
nitorizacin judicial y encargado de la seguridad interna del
pas, este cuerpo era conocido como la Gestapo egipcia.
Funcionaba como la contraparte policial de los servicios de in
teligencia encabezados por el temido Omar Suleiman, y era
dirigida por oficiales con sueldos astronmicos, una forma de
garantizar su fidelidad al rgimen. Reforzada por las prerroga
tivas que, durante dcadas, haba otorgado la ley de emergen
cia, la SS egipcia contaba con cien mil hombres encargados de
peinar de arriba abajo el pas. Mahmoud Wagdi, jefe de los ser
vicios penitenciarios, lo dejara muy claro en declaraciones
ante la Justicia: Cualquier activista poltico tiene una ficha en
el Ministerio. 26 La marca britnica Finfisher provey al Minis
terio con entrenamiento y software para el espionaje de las
cuentas de correo y los ordenadores personales de los objetivos
deseados por el cuerpo policial.
Todo era controlable y perseguible. En 2008, se registra
ron 7555 detenciones polticas y 1500 denuncias contra agen
tes policiales por torturas, con un saldo de 18 muertos bajo
custodia. Estas prcticas incluso llegaban a incomodar al pro
pio estamento policial, que experimentaba deserciones dentro
del propio cuerpo. Un informe de la Organizacin rabe por
26 Mahmoud Wagdy: Ay nashet siasi leho malaf fe Amn el-Dawla, AlMasry al-Youm, 13-02-2013.
71
72
Antecedentes y contextualizacin
sulmanes desde una cuarta planta, durante un registro en su
casa de Damanhour, enmarcado dentro de una redada nacio
nal contra la Hermandad.
La impunidad estaba al orden del da. Sin embargo, se
gn informes oficiales, entre 2006 y 2009, slo seis policas fue
ron condenados por los tribunales egipcios. 28 En noviembre de
2007, los oficiales de polica Islam Nabih y Reda Fathi fueron
sentenciados a tres aos de prisin por haberse probado su im
plicacin en las torturas al conductor Amer Kabeer en Boulak
Dakrour. La sensacin de impunidad y su prepotencia les lleva
ron a grabar y colgar ellos mismos en la Red los vdeos de la
sodomizacin del preso, aportando as la que sera la prueba
ms clara del aquel cruel acto. Esta sentencia de mnimos sera
revocada menos de dos aos despus. La intercesin del Minis
terio del Interior favoreci la liberacin de los policas y su
reintegracin inmediata al cuerpo, dentro del departamento de
Assiut. Como si nada hubiera pasado.
A finales de enero de 2009, se vivi otra situacin similar.
Un polica fue condenado a tres aos de prisin tras probarse
que haba matado de un disparo a bocajarro a un conductor
que se haba negado a pagarle un soborno equivalente a siete
euros. Poco despus de la sentencia, fue amnistiado y volvi a
integrarse al cuerpo. De nuevo, como si nada hubiera pasado.
73
Antecedentes y contextualizacin
Aquel mes de noviembre, tambin se detuvo al periodista
alejandrino Youssef Shabaan bajo la acusacin de trfico de
drogas, en una maniobra que cientos de activistas denuncia
ron en manifestaciones en El Cairo y Alejandra como un cla
ro montaje poltico. Shabaan, miembro del diario de oposi
cin El-Badil, fue detenido por cuarta vez en un ao, despus
de cubrir profesionalmente una manifestacin en un barrio
de clase baja de Alejandra. Aunque los tribunales pidieron
su liberacin, sta no se produjo hasta pasada la contienda
electoral.
Los partidarios de Khaled Said pidieron a los ciudadanos
que votaron nulo en los comicios y propusieron votar con
una tarjeta donde se lea el nombre del mrtir. A las puertas
de las elecciones, el 26 de noviembre, una llamada cibernti
ca de los grupos en solidaridad con el mrtir Khaled Said in
vitaba a participar en el Da de la ira, aunque la convoca
toria slo duraba media hora. Se produjeron protestas en
todo el pas, aunque probablemente la ms concurrida fue la
que se c elebr en el barrio cairota de Imbaba, donde cuatro
activistas fueron detenidos, incluido un periodista. Alejan
dra, Giza, Zagazig, Beni Sueif, Suez, Port Said, Gharbeia,
Qalubiya, Mounfia o Mansoura tambin vivieron protestas
similares, en las que se alzaron retratos de Khaled Said y se
reclam poner fin a la brutalidad policial. Las movilizacio
nes, a pesar de su corta duracin, empoderaron a muchos j
venes manifestantes en un claro preludio de lo que estaba
por venir.
En las horas previas al da de elecciones, la tensin era pal
pable. El Tribunal Administrativo par las votaciones en 24 de
marcaciones a 48 horas de su inicio, pero la decisin no fue
atendida por el rgimen. El diario opositor El-Badil, basndo
se en el testimonio directo de un detenido, afirm que la polica
planeaba el uso de matones para la jornada electoral, mientras
el Ministerio de Sanidad declaraba la situacin de emergencia
ante la cita con las urnas.
75
Antecedentes y contextualizacin
duos que confesaban con orgullo haber votado ms de cuatro
veces, urnas llenas antes de que abrieran los colegios y un gran
nmero de peleas en las calles de varias ciudades del pas. Se
gn denunciaron las organizaciones de monitoreo, a muchos
candidatos se les impidi el acceso a los colegios electorales.
Hasta se compuso un tema musical, con videoclip incluido, que
recoga todas estas imgenes del fraude.
El 5 de diciembre se celebr una poco trascendente segunda
vuelta, que fue boicoteada por los dos principales grupos de la
oposicin: los liberales del Wafd y los islamistas Hermanos
Musulmanes. La insignificante relevancia de la jornada hizo
que los incidentes disminuyeran, pero aun as se denunciaron
algunos enfrentamientos, como en Qena, con pistolas inclui
das, y la continuada compra de votos; el precio de un voto lleg
a ms de cuarenta euros.
Sin embargo, las irregularidades, segn anunci la Comi
sin Electoral, no haban alterado el resultado final. La co
munidad internacional, con la Unin Europea y Estados Uni
dos a la cabeza, mostraron su preocupacin por los excesos,
pero mantuvieron su voluntad de seguir trabajando con el
Gobierno egipcio y con la vibrante sociedad civil de Egipto
para ayudar a conseguir sus aspiraciones polticas, sociales y
econmicas, como afirmaba el comunicado de la Casa Blan
ca. 29 Estos resultados llevaron al prestigioso periodista brit
nico Robert Fisk a afirmar con contundencia que ahora ya
lo sabemos, a Estados Unidos realmente no le importa la in
justicia en Oriente Prximo. 30 El desenlace de la jornada no
hizo ms que reafirmar la voluntad inamovible del rgimen y
dejar un regusto excesivamente amargo en las bocas de la
oposicin. El oficialista PDN consolidara su peso, superando
29 Egypts parliamentary elections. Press statement, Prn 2010/1723, U.S.
Department of State, Washington, 29-11-2010.
30 Robert Fisk: Now we know. America really doesnt care about injustice
in the Middle East, The Independent, 30-11-2010 [online].
77
78
Antecedentes y contextualizacin
El-Baradei no deba de ser consciente de hasta qu punto eran
profticas sus palabras.
Se acerca la insurreccin
El 14 de enero, el dictador Ben Ali, despus de 27 aos en el
Gobierno, hua de Tnez con el rabo entre las piernas debido
a la presin popular. En El Cairo se llevaron a cabo marchas
solidarias con el pueblo tunecino, en las que algunos oradores
incitaron al pueblo a seguir la estela y aprovechar el impulso.
Pero la mayora pareca escptica. La red de activistas de In
ternet aprovechaba, sin embargo, el precedente tunecino para
reforzar las convocatorias ya previstas para el Da de la Polica
y llamar a un nuevo Da de la ira para el 25 de enero. La
consigna era repetir las cortas marchas realizadas antes de las
elecciones parlamentarias del mes de noviembre anterior.
En todo el mundo rabe, los diversos regmenes movan fi
cha para frenar el impacto popular en cadena. Argelia compra
ba partidas no previstas de trigo para evitar la falta de suminis
tros. En Siria, tras aos de una poltica de reduccin del
subsidio a los combustibles, se volvan a dar ayudas a los recur
sos energticos para la calefaccin. En Sudn, Bashir decida
encarcelar a El-Torabi, lder de la oposicin, despus de que
ste hiciera un llamamiento a una revuelta popular y exi
giera la dimisin del ministro de Hacienda. En Kuwait, el emir
decida donar mil dinares (2664 euros) a cada ciudadano y
proveerlos de alimentos gratuitos durante catorce meses. Algo
similar sucedera posteriormente en Arabia Saud, donde tam
bin se ejerci presin sobre los ciberactivistas de acuerdo con
una nueva ley instaurada el primero de enero de ese ao contra
el denominado terrorismo ciberntico.
En Egipto, para curarse en salud, el rgimen sacaba sus ar
mas. Al da siguiente de la huida de Ben Ali, el oficialista
Akhbar el-Youm titulaba con un Estamos creciendo, que
79
Antecedentes y contextualizacin
sigui candente en las redes sociales, a pesar de que el escepti
cismo era la nota predominante entre los activistas de toda la
vida.
81
Dieciocho das
El 25 de enero
Acaso existen revoluciones convocadas y con un horario pre
visto? Con frases como sta los activistas mostraban su es
cepticismo ante el hecho de que las marchas preparadas para
finales de enero tuvieran algn tipo de repercusin ms all de
la habitual. Los de siempre, gritando como siempre y huyen
do de las porras de la polica, como siempre, decan. Varios
grupos polticos llevaban un tiempo organizando una convo
catoria para el 25 de enero, Da Nacional de la Polica. La efe
mride recuerda la matanza de cincuenta oficiales de polica en
Ismailiya, en 1952, a manos de las fuerzas coloniales britnicas.
Mubarak elev la relevancia de la festividad, pero sesenta aos
ms tarde la imagen de la polica era ya muy diferente. Conver
tida en el smbolo de la represin del rgimen, era uno de los
emblemas ms odiados y temidos por todos los egipcios.
El estruendo por la cada de Ben Ali en Tnez haba dado
alas a la convocatoria, aunque la mayora de activistas se mos
traban escpticos sobre sus posibilidades de xito. En los crcu
los militantes era casi motivo de broma. Las redes sociales, lle
83
Dieciocho das
cipara de manera simblica en las protestas ante los tribunales
de El Cairo, con algunos de sus miembros. Lo haran slo de
forma individual como miembros de la Asociacin Nacional
por el Cambio, la coalicin creada en torno a Baradei, y tampo
co impediran la participacin a los jvenes del grupo islamista
que lo desearan, siempre y cuando respetaran las propiedades
estatales y no atacaran al cuerpo policial, que era calificado de
institucin y smbolo nacional por los lderes de la Herman
dad. Pero los Hermanos Musulmanes rechazaron lanzar con
vocatorias propias. Incluso durante la misma jornada del 25 de
enero, El-Erian sali a desmentir los informes policiales que
acusaban a la Hermandad de participar en las marchas contra
el rgimen. Los Hermanos Musulmanes no formaron parte de
aquella primera jornada como grupo, pero s que diversos
miembros lo hicieron a ttulo individual, especialmente los j
venes. Partidos de izquierda como el Tagammo, considerados
por algunos como la oposicin del rgimen, tambin recha
zaron participar. Los grupos islamistas ms radicales, como los
populares salafistas, se opusieron frontalmente a cualquier ma
nifestacin e instaron a sus feligreses a no tomar parte en acti
vidades que, a su entender, ayudaban a desestabilizar el pas.
Pero los grupos polticos acabaran siendo lo de menos en
aquella jornada. Al poco de comenzar las primeras marchas, los
partidos se difuminaron sin seas entre una masa que despre
ciaba las siglas. Tal y como se haba acordado, varias columnas
salieron no slo en El Cairo, sino que tambin lo hicieron en las
principales ciudades del pas. En la capital, hubo manifestacio
nes en Dar el-Salam, Imbaba, Boulak Dakrour, en la plaza Mos
tafa Mahmoud, en la corniche del Nilo frente a Maspero o fren
te al Colegio de Abogados y la Corte Suprema, entre otros. En
Alejandra, se organizaron varias marchas por la ciudad en los
barrios de Assafra, Mancheia o Bacs. En Assiut, la polica de
tuvo a 18 participantes, pero no pudo impedir que una manifes
tacin terminara tomando las calles de la ciudad. Cientos de
personas se encontraron en Ismailiya y en la ciudad de Suez,
85
Dieciocho das
debemos estar preparados para una larga lucha, afirmaban.
Aunque su nmero apenas sobrepasara las veinte mil personas,
la fuerza simblica de aquella protesta era enorme.
Cada vez ms gente se aada a la concentracin y las redes
de telefona empezaron a fallar en la explanada. Las compa
as tenan rdenes del rgimen de cortar la seal en los alre
dedores y otros puntos clave para aislar la protesta y evitar el
efecto llamada. Hatem Dweidar, director ejecutivo de Vodafo
ne en el pas, as lo admitira ante la prensa.
A medianoche, cuando varios miles de personas an se en
contraban concentradas, las fuerzas centrales de seguridad ini
ciaron una gran ofensiva, sobre todo a base de gas lacrimgeno,
para desalojar Tahrir. En poco menos de media hora, la expla
nada haba sido prcticamente vaciada y las persecuciones se
extendan a las calles contiguas. Haban desalojado la plaza,
pero la revolucin ya estaba en marcha.
El viernes de la ira
Durante los das 26 y 27, las manifestaciones continuaron en
todo el pas. Varias ciudades que no haban acogido marchas
el Da de la Polica, se aadieron entonces a la convocatoria
revolucionaria. Las protestas haban sido, ahora s, prohibidas
por el rgimen, que alertaba de que no permitira ms demos
traciones populares en las principales ciudades ya que stas
comprometen la seguridad pblica. El rgimen avisaba de
que emprendera acciones legales contra quienes quisieran ma
nifestarse. El controvertido ministro Habib el-Adly desconcer
t a la opinin pblica cuando declar a la prensa local que las
manifestaciones no les haban sorprendido y, en un guio hacia
Occidente, afirm cnicamente que haban sido permitidas por
el rgimen. Mientras las calles estallaban en contra de la dicta
dura, la televisin pblica emita documentales de animales e
imgenes fijas sobre el ro Nilo.
87
Dieciocho das
contraban Essam el-Erian y Mohamed Mursi, detenido pocas
horas despus de defender las protestas en la BBC rabe. Los
Hermanos Musulmanes, al comprobar el xito de las convoca
torias, ya no dudaron en sumarse y exigir reformas al presiden
te. Reformas que, para los islamistas, se centraban en la disolu
cin del Parlamento elegido en noviembre y la celebracin de
unas nuevas elecciones limpias, as como la derogacin de la ley
de emergencia. Mientras tanto, la web presidencial y la del Mi
nisterio del Interior eran hackeadas por activistas, a la vez que
la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores era apedreada
por un grupo de manifestantes. Los sublevados convocaban
nuevas concentraciones y llamaban a marchas masivas para el
viernes siguiente, 28 de enero, despus de la oracin.
El rgimen, inquieto por el desarrollo de los acontecimien
tos, decidi interrumpir las comunicaciones. El da 27 por la
tarde, comenzaron a producirse los primeros cortes. Primero
se entorpecieron los servidores de Twitter y luego los de Face
book, como paso previo a la paralizacin total de las lneas de
Internet, primero, y de telefona mvil, despus. Aunque las
lneas no parecan tcnicamente afectadas, los servicios de to
dos los proveedores se encontraban parados. Alrededor de las
siete de la tarde, Reuters confirmaba los cortes en la red; poco
despus lo haca Associated Press. Slo funcionaban las lneas
de telefona terrestre que muchos egipcios rescataron del olvi
do durante aquellos das. El rgimen quera detener la comuni
cacin y la difusin viral de grabaciones que mostraban los
abusos policiales: desde las rdenes a un conductor de metro
para que pasara por encima de los manifestantes a la resisten
cia de un joven a los caones de agua policiales. Pero ya era
tarde; las convocatorias ya haban circulado.
Aquel 28 de enero, decenas y decenas de miles de personas
decidieron salir a las calles de todo Egipto para reclamar la ca
da del presidente Mubarak y exigir justicia social. En El Cairo,
las autoridades haban ordenado cerrar las estaciones de metro
que daban a la plaza Tahrir, que se convertira en un objetivo
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90
Dieciocho das
centenar de comisaras y miles de furgonetas policiales en todo
el pas, que fueron tomadas por las llamas aquella noche. Cien
tos de personas haban perdido la vida en los enfrentamientos
de aquel viernes. Los registros oficiales, silenciados durante
semanas, acabaron hablando de 840 muertos, la mayora prove
nientes de barriadas populares y con orgenes humildes. Otros
informes apuntaban a cifras muy superiores.
El toque de queda pareca una broma. Los manifestantes
intentaron asaltar, sin xito, la sede del Ministerio del Interi
or, la de Asuntos Exteriores y la televisin pblica, defendidas
ya por las fuerzas militares. Se incendi la mastodntica se
de del Partido Democrtico Nacional, en el Nilo cairota. Una
hora despus de que se anunciara el toque de queda, la tele
visin pblica anunciaba que el fuego haba tomado el edifi
cio. El incendio dur das, con la estructura abandonada a su
suerte por unos bomberos que se negaron a apagar el smbolo.
La imagen se repiti en las principales ciudades del pas. De
cenas de centros penitenciarios vivieron sublevaciones o fue
ron asaltados por familiares y vecinos con el objetivo de libe
rar a los presos. Entre esa noche y los siguientes das, cerca de
veintitrs mil de los ochenta mil prisioneros encarcelados por
el rgimen lograron escapar de las prisiones. Entre ellos, se en
contraban 34 lderes de los Hermanos Musulmanes, detenidos
por razones polticas en la crcel de Wadi Natroum dos das
antes, incluidas algunas figuras de la Hermandad como Mo
hamed Mursi o Essam el-Erian. Sin embargo, algunos denun
ciaron que la fuga de reclusos responda a un plan del rgimen
para extender el caos en el pas y que difundiran vdeos most
rando la pasividad policial ante las huidas. La versin oficial,
sin embargo, sera que todo era una planificacin de Hams y
Hezbol para tumbar al Gobierno.
Alrededor de la medianoche, Mubarak se dirigi a la na
cin. El presidente afirmaba haber entendido el mensaje leg
timo de algunas protestas pero alertaba de que la lnea que
separa la libertad y el caos es muy fina y que detrs haba al
91
La repblica de Tahrir
Los manifestantes no parecan querer volverse a casa. A pesar
del toque de queda impuesto en todo el pas, miles de jvenes
hicieron caso omiso y trasnocharon en la plaza Tahrir. En el
resto de ciudades, las protestas tambin continuaron. Las es
tructuras creadas de forma espontnea se fueron consolidando
paulatinamente en manos de unos revolucionarios que tenan
clara la fuerza simblica de ese emplazamiento. Y es que Tah
92
Dieciocho das
rir (en rabe, la plaza de la liberacin) representaba, estrat
gicamente, todos los poderes del pas.
A pocos metros de la plaza se encuentra el poder poltico,
encarnado por el Parlamento y la sede del Consejo de Minis
tros. Tambin est all el poder regional, con la sede de la Liga
rabe, as como el simblico poder colonial, con las embajadas
estadounidense y britnica, adems de la sede histrica de la
Universidad Americana de El Cairo. Por otro lado, Tahrir es el
centro del poder administrativo, con el impactante edificio de
estilo sovitico de la Mogaama, y el corazn econmico del
pas bombea en la sede del Banco Central y las principales su
cursales bancarias del pas. Tambin all se concentra el poder
histrico, con el famoso Museo Egipcio. Por ltimo, la plaza es
el ncleo del poder turstico, rodeada por los ms destacados
hoteles de la capital. En su centro, se alza una glorieta, el colap
so de la cual provoca an ms problemas en el siempre catico
trfico de El Cairo. En una ciudad de 25 millones de habitan
tes, los pocos kilmetros cuadrados que rodean Tahrir simbo
lizan el corazn del pas entero.
Durante esas jornadas, la plaza se llen de un espritu coo
perativo que era impensable unos das atrs. All, y aunque fue
ra de manera temporal, se rompieron barreras sociales, econ
micas o religiosas con vistas a construir un nuevo Egipto. La
necesidad de abastecimiento de alimentos o agua hizo surgir la
necesidad de cooperar y organizarse, aunque los comits de se
guridad fueron la forma de colaboracin ms necesaria dada la
alta presencia de polica infiltrada. En este punto, la alta capa
cidad de organizacin de un grupo como los Hermanos Musul
manes tuvo un rol claramente destacado, pero tambin las do
naciones de pequeos mecenas. En los barrios de las principales
ciudades, los vecinos tambin se vieron obligados a organizar
comits populares, principalmente para suplir la ausencia poli
cial. Pero aunque la extensin de un supuesto caos era una de
las amenazas empleadas por el rgimen, los casos de robos o las
violaciones de la ley fueron muy limitados y no se generalizaron;
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Dieciocho das
El primero de febrero por la tarde, Mubarak volvi a dirigir
se a la nacin con un discurso paternalista que forzaba a los
egipcios a elegir entre la estabilidad o el caos en estos das
dolorosos por los que atravesamos. El dictador prometa no
ansiar mantenerse en el cargo, pero que se encargara antes de
dirigir la transicin. Tambin aseguraba que llevara a cabo la
reclamada reforma de los artculos 76 y 77 de la Constitucin
en cuanto a las limitaciones para presentar candidatura a las
presidenciales, pero sus palabras llegaban tarde y fuera de lugar.
Antes de despedirse, sin embargo, subray: sta es mi nacin
y en esta tierra morir [...] ser la historia la que nos juzgar.
El mensaje, retransmitido con un proyector en la plaza Tahrir,
fue recibido con ira por unos manifestantes que exigan la re
nuncia inmediata del presidente. A pesar de todo, una pequea
parte de stos tambin parecan querer dar un voto de confian
za al rais y esperar a que convocara elecciones. En pocas horas,
cambiaran radicalmente su punto de vista al comprobar que el
rgimen no pareca tener solucin. Pocos minutos despus del
discurso, tuvieron lugar los primeros enfrentamientos entre
partidarios y detractores del presidente en Alejandra. Los ac
tivistas afirmaban que los atacantes no parecan partidarios
afines a ninguna faccin poltica. Llegaba as la batalla del ca
mello.
Dieciocho das
accin se repiti una quincena de veces durante los meses si
guientes, boicoteando as uno de los acuerdos ms polmicos
del rgimen de Mubarak con la entidad sionista. El pacto esta
bleca que Egipto venda el gas a un precio fijo, por debajo de
las tarifas internacionales, gracias a un contrato segn el cual
suplira a Tel Aviv anualmente con 1700 millones de metros
cbicos de gas natural, el equivalente a un 40% de las fuentes
energticas de Israel. Este acuerdo sin precedentes, que benefi
ciaba a un reducido grupo de hombres de negocios muy bien
situados en ambos gobiernos, provocaba la prdida anual de
714 millones de dlares a la economa egipcia.
El rgimen sigui haciendo concesiones menores: renov a
toda la cpula directiva del Partido Democrtico Nacional,
incluido Gamal Mubarak, y concedi un aumento del 15% de
los sueldos y pensiones de los funcionarios estatales. Tambin
anunci la liberacin de 37 presos polticos, entre los que esta
ban algunas figuras de los Hermanos Musulmanes y el directi
vo de Google Wael Ghoneim. Cientos de prisioneros seguan,
sin embargo, entre rejas. Mientras tanto, el acoso a periodistas
y activistas pro derechos humanos continuaba.
Estados Unidos, por su parte, no lograba clarificar su visin
errtica de las circunstancias. Mientras desde Washington tra
taban de aproximarse a la narrativa del cambio democrtico, el
enviado especial de la Casa Blanca para afrontar la crisis, el
veterano diplomtico Frank Wisner, apoyaba el 5 de febrero la
continuidad de Mubarak en la presidencia durante el perodo
de transicin. La Casa Blanca tuvo que salir del paso afirman
do que Wisner hablaba a ttulo individual, provocando una ex
traa y confusa situacin.
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La cada de un faran
Al mismo tiempo que el vicepresidente Omar Suleiman ex
presaba en televisin que los egipcios no estaban preparados
para la democracia,4 el 6 de febrero los Hermanos Musulma
nes abandonaban el boicot a las negociaciones y anunciaban
su participacin en una rueda de conversaciones con el vice
presidente y ex jefe de los servicios secretos. El dilogo pol
tico llegaba con una situacin enquistada; la libra haba cado
1,3 puntos y el Estado se vea obligado a vender con urgencia
843 millones de dlares en bonos del tesoro para rescatar la
economa. Mohamed Mursi y M. Saad el-Katatni fueron los
representantes que la Hermandad envi al encuentro, contra
diciendo el acuerdo de la oposicin, que el grupo islmico tam
bin haba ratificado, de supeditar el dilogo a la renuncia del
presidente.
A la salida de la reunin los islamistas mostraran una gra
ta sorpresa por la actitud de Suleiman, allanando el camino
del pacto. Fuentes oficiales hablaron incluso de la consecucin
de acuerdos respecto a la reforma constitucional o la ley de
emergencia. De esta forma, la Hermandad que no quera sa
car el pie de la calle para poder seguir presionando se distan
ciaba de nuevo de las protestas y emprenda el sendero pactista.
Alejadas de los despachos, las protestas seguan con fuerza
en la calle. Las marchas reunan a un gran nmero de gente, a
pesar de que entraban ya en la tercera semana. Los intentos
del rgimen y de la patronal de volver de forma gradual a la
normalidad topaban con la oposicin de un pueblo enervado.
Al reabrirse las oficinas y las fbricas, los trabajadores aban
donaron la calle y trasladaron sus exigencias a sus puestos de
trabajo. El 9 de febrero, la bola de nieve de las movilizaciones
obreras arrollaba con todo. Miles de empleados fabriles para
ban la produccin en Helwan, incluyendo cuatro fbricas mili
4 Entrevista a Omar Suleiman en el canal ABC, el 6 de febrero de 2011.
98
Dieciocho das
tares; los trabajadores del transporte pblico de El Cairo iban
a la huelga mientras constituan el primer sindicato libre desde
el inicio de la revolucin; tres mil mecnicos de los ferroca
rriles cortaban el paso de los trenes reclamando mejores
cond iciones de seguridad; las mujeres de la limpieza se suble
vaban en el barrio acomodado de Mohandesseen pidiendo
incrementos de sueldo, mientras otros obreros iban a la huelga
en lugares como Kafr el-Dawwar y Kafr el-Zeit. 1500 obreros
del algodn en Mahala detuvieron la produccin, y seis mil
trabajadores de la Autoridad del Canal de Suez se manifesta
ron por las calles de Port Said, Suez y Ismailiya. Quinientos
centros de atencin primaria de la Media Luna Roja se decla
raron en huelga contra la direccin corrupta de la misma, y 250
periodistas se reunieron para exigir unas nuevas elecciones en
el sindicato profesional, despus de que el ao anterior stas
hubieran sido manipuladas. Los abogados rodearon los juzga
dos reclamando el fin del rgimen. Y esto era slo la punta del
iceberg. Los casos se multiplicaban hora tras hora. La situa
cin era ingobernable .
Al da siguiente, 10 de febrero, los rumores sobre la cada
del rais iban en aumento. La cpula militar se reuni, extra
amente sin la presencia de Mubarak, mientras algunas filtra
ciones apuntaban a que la CIA afirmaba que el presidente re
nunciara al cargo esa misma noche y que incluso su esposa,
Suzanne, ya haba abandonado El Cairo. El comunicado del
Consejo Superior de las Fuerzas Armadas no fue muy revela
dor, aunque encomendaba a todos a preservar el pas. El rais,
sin embargo, slo realiz un nuevo comunicado televisivo en
que, con tono paternalista, afirmaba su compromiso verbal de
dejar el poder en pocos meses y delegaba algunos poderes en
Omar Suleiman. La respuesta de la plaza Tahrir fue la misma:
suelas de zapato contra el presidente para mostrar el rechazo a
un discurso del todo insuficiente. Sera el ltimo.
Al da siguiente, a media tarde, y con las calles una vez ms
tomadas por las masas, el vicepresidente Suleiman apareca
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La revolucin
despus de
Mubarak
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Los militares:
de El pueblo y el
Ejrcito de la mano
al Kazeboon
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El pacto de la transicin
Para dirigir la transicin y controlar el pulso de la calle, los
militares gozaron de una alianza poltica de hierro con los
que, hasta entonces, se haban presentado como sus principales
adversarios. La sombra de un acuerdo bajo la mesa, tutelado
por Washington, entre militares e islamistas, entre el Consejo
Superior de las Fuerzas Armadas y los Hermanos Musulma
nes, entre una de las instituciones ms seglares y una de las
ms religiosas de todo el pas, plane sobre todo el proceso de
transicin. Era una alianza aparentemente antinatural, pero la
nica posible para dos potencias polticas temerosas de verse
desgastadas por la presin popular latente en la calle. Una no
quera perder comba en el nuevo rgimen que vendra y la otra
estaba deseando saborear el poder tantas dcadas negado.
La desconfianza mutua, sin embargo, marc todo el pero
do de transicin. El 10 de febrero, un da antes de la renuncia
del dictador, Essam el-Erian alertaba de su miedo a un posible
golpe de Estado. En el recuerdo de los islamistas estaba la con
frontacin con el nasserismo, en la dcada de 1950, y el golpe
de Estado militar en Argelia de 1992. Un recuerdo que sobre
116
2005 [online].
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L a conferencia entera del general El-Assar se puede consultar en
Internet: www.c-spanvideo.org/program/EgyptsP
2012 [online].
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La rueda de la produccin
Estoy muy contento porque Egipto est tomando el camino
correcto hacia la democracia y el gobierno civil. Eran pala
bras de Robert Gates, secretario de Defensa de Estados Uni
dos, en su primera visita a Egipto desde la cada de Mubarak,
el 23 de marzo de 2011.11
En el mismo momento en que Gates aterrizaba con este
mensaje de optimismo en el aeropuerto de El Cairo, el Go
bierno egipcio anunciaba el redactado del decreto ley nmero
11Gates in Egypt for talks on Libya conflict, Ahram Online, 23-03-2011.
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Se negocia el prstamo
La deuda anunciada por el rgimen militar, 11 000 millones de
dlares, era muy similar al capital de las grandes fortunas del
rgimen que algunas estimaciones situaban prximas a los
12 000 millones que haban huido del pas desde el estallido
de la revolucin del 25 de enero. Futuras informaciones hin
charan de forma exponencial esta cifra y hablaran de 134 000
millones de dlares evadidos.19 Los activistas sealaban que la
situacin era producto de la ineficiencia del Gobierno militar
y no, como deca el Ejrcito, responsabilidad de las protestas y
huelgas en el sector obrero. Las peticiones egipcias de control y
repatriacin de esos fondos eran obviadas por las autoridades
occidentales. El Reino Unido encabez la lista de pases que
hicieron odos sordos a las peticiones de repatriacin y conge
lacin de fondos evadidos, mientras que algunas figuras, como
el antiguo ministro de Inversiones, Mahmoud Mohieldin, esta
ban protegidas por la inmunidad diplomtica ofrecida por su
cargo en el Banco Mundial como coordinador de la Agenda del
Milenio de la entidad.
19 Egypt calls on Western countries to return smuggled funds, Egypt
Independent, 24-11-2012.
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CNN, 31-05-2011.
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La calle arde
A principios de noviembre, un grupo de seis ONG rechazaba
reunirse con el rgimen militar, al que negaba toda legitimidad.
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28 El-fangary: Qoua siasia tetebni ayendat jargeya leasqot Misr...w elintejabat fe mawaaedha, Al-Masry al-Youm, 20-11-2011.
el-midan masa el-yomaa, Al-Masry al-Youm, 20-11-2011.
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Militares kazeboon
El 16 de diciembre, pocas horas despus de que se cerraran
los colegios electorales en la segunda vuelta, la lucha volva a
la plaza Tahrir. La situacin era muy grfica. Mientras en los
distritos electorales de nueve provincias los delegados del Mi
nisterio y los partidos se dedicaban a recontar boletos, el cen
tro de El Cairo estallaba en peleas entre la Polica Militar y los
jvenes manifestantes.
Un grupo de activistas llevaban cerca de un mes acampados
a las puertas del Consejo de Ministros como muestra de su re
chazo al nombramiento como primer ministro de Kamal elGanzouri, quien sustitua al dimisionario Essam Sharaf. El
nuevo jefe de Gobierno volva al mismo cargo que ya haba
ocupado quince aos antes bajo el mandato de Hosni Muba
rak, y siguiendo una vez ms los dictados financieros inter
nacionales procedi a la privatizacin de 115 empresas p
blicas, una cifra slo superada por la Administracin de
Ahmed Nazif. Ganzouri formaba un ejecutivo continuista, re
pitiendo doce carteras del Gobierno del dimisionario Sharaf,
incluidas dos que seguan siendo intocables desde la era Muba
rak. Tambin resultaba polmico el nombramiento como mi
nistro del Interior del general Mohamed Ibrahim, famoso entre
los activistas, entre otras cosas, por haber dirigido a la fuerza
policial en la brutal masacre de la calle Mostafa Mahmoud que,
en diciembre de 2005, haba provocado la muerte de no menos
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El nuevo Parlamento
La felicidad de la Junta Militar pareca total. Haban vuelto a
salirse con la suya sacando adelante unas elecciones convulsas
y recibiendo la aprobacin occidental. A los temores sobre el
ascenso islamista, la Junta responda asegurando que stos no
dirigiran solos la transicin. La hoja de ruta se segua a ra
jatabla. A casi un ao exacto del levantamiento, los militares
haban logrado constituir un nuevo Parlamento y lo haban re
vestido de una aparente ptina democrtica. El coste humano,
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El circo
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Aislamientos polmicos
Los Hermanos Musulmanes haban pasado, en una semana,
de jurar y perjurar que no presentaran a ningn presiden
ciable y de expulsar a aquellos miembros que queran hacer
lo, a tener dos nombres en la lista. La Hermandad entreg la
candidatura de Mursi a contrarreloj y a punto de cerrarse el
registro. Oficialmente se hizo como medida de precaucin,
pero Mursi se ganara rpidamente el apodo de candidato rue
da de repuesto o sustituto. Ni l mismo pareca crerselo del
todo. Essam Hashish, miembro del Consejo de la Shura de la
Hermandad, llegara a afirmar que Mursi haba vuelto a casa
llorando el da que la oficina de orientacin de la formacin le
haba nombrado presidenciable. 5
No eran los nicos en registrarse en el ltimo momento. En
esas ltimas horas, se presentaron hasta siete candidaturas de
un total de veintitrs. Era el final de una carrera electoral que
haba llegado a tener hasta 900 precandidaturas, algunas de lo
ms pintorescas. Desde Ali Seif, el hombre que afirmaba que
Egipto necesitaba un macho vigoroso, hasta la mujer que afir
maba que Egipto necesitaba una buena madre, pasando por un
presidenciable que se plant frente a la sede de la Comisin
Electoral con una Harley-Davidson o Mahfouz Asali, quien se
dio a conocer con la nica propuesta de legalizar el consumo de
hachs y crear el partido de los fumadores de hachs y la mafia
egipcia. Incluso Saad el-Soghayer, un famoso cantante de la
irreverente msica shaabi, se postulara organizando una fiesta
frente a la sede de la Comisin Electoral y mostrando su volun
tad de concurrir a las elecciones. Aseguraba tener casi el doble
de las firmas necesarias y pona as de relieve los, a su entender,
estpidos criterios de la Comisin Electoral. De hecho, fuentes
cercanas afirmaron que el presidente Mubarak, al ver los ros
5 Special report: How the Muslim Brotherhood lost Egypt, Egypt
Independent, 25-07-2013.
190
qaiaa w sur motheqa tensher leawelo marra rassedha shahs molaseq lelraes el-sabeq, Al-Watan.
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196
197
198
199
14 Belagh yetahem dhobatan betazuir 900 alf sut lesaleh Shafiq, Al-
Arabiya, 26-05-2012.
200
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202
205
208
209
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211
25 Bel-fidio...baad taymid hesabteho: Shafiq yotaleb el-naeb elaam beltahqiq fi nataey intijabat el-reasa, El-Bedaiah, 22-10-2012.
212
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27 Lagarde tells Morsi IMF ready to support Egypt, Ahram Online, 3006-2012.
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215
Hermanos
Musulmanes
Un nuevo mapa
Si algo pareca marcar la ola revolucionaria de los pases rabes
era el aumento de la influencia de los Hermanos Musulmanes,
y sus ramificaciones, como nueva potencia poltica regional. En
Tnez, era la rama local de la Hermandad, El-Nahda, liderada
por Rashid el-Ghannouchi, la que tomaba el poder, mientras
que, en Marruecos, Justicia y Desarrollo pona un pie y medio
en el Gobierno. La formacin tambin ganaba peso poltico en
lugares como Kuwait o Libia y mantena el pulso con el rey
Abdallah en Jordania. En Siria, la lucha de poder dentro de la
dividida oposicin no ensombreca el importante peso de los
Hermanos Musulmanes. Incluso en el caso palestino, el ascen
so de la Hermandad permita a Hams dejar de sentirse acorra
lada, favoreciendo un hasta hace poco impensable proceso de
reconciliacin con Fatah y su histrica adhesin a la Organiza
cin de Liberacin Palestina (OLP).
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11 Mursi: Qarar 22 nofember bedayet el-qasas el-haqiqi ledoma elshohada, Al-Masry al-Youm, 22-11-2012.
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Online, 13-02-2013.
23 Raes el-borsa: El-mosalahat maa reyal el-aamal taaid el-theqa fi eleqtesad, Al-Masry al-Youm, 22-05-2013.
251
El FMI es la solucin
A principios de 2013, los economistas dibujaban una catastrfica
situacin de la economa egipcia. Desde el inicio del estallido re
volucionario, al menos 4500 fbricas haban cerrado sus puertas
en el pas dejando a cientos de miles de obreros en la calle.25 Un
informe oficial apuntaba a que 1,2 millones de egipcios haban
30 Egypt govt raises 2012/13 budget deficit forecast, Ahram Online, 23-
10-2011.
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economic growth and job creation, World Economic Forum, Geneva, 2013.
04-2013.
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32 Heba Saleh: Egypt and IMF agree $4.8bn loan, Financial Times, 2011-2012.
256
33 Kerry: etefaq Misr maa Sanduq el-Noqd el-Dawli hawel el-qard amr
baley el-ahameya, El-Tahrir, 02-03-2013.
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36 Heba Saleh: Egypt needs more then an IMF loan, Financial Times,
24-02-2013.
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43 Enough protests and watching TV, lets start building Egypt: Prime
minister, Ahram Online, 04-02-2013.
44Abu Eita: Dostor el-Ijwan qanen serqa el-oomal w aasha aabd el-hady
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Golpe revolucionario o
revolucin golpista
Tamarrod
A finales de abril, un grupo de cinco jvenes cairotas lanzaba
una campaa que marcara un autntico cambio copernicano
en el proceso poltico y la revolucin en Egipto. Los jvenes,
que tendran en los periodistas Mahmoud Badr y Hassan Sha
hine sus caras ms visibles, se encontraban discutiendo sobre
cmo la revolucin se hallaba en un callejn sin salida. Para
ellos, sta estaba estancada en las plazas, con unas manifesta
ciones en un ambiente cada vez ms viciado, y coincidan en
la necesidad de una nueva frmula que ayudara a expandir la
revuelta por todo el pas mostrando la indignacin contra el
Gobierno de los Hermanos Musulmanes. La frmula sera sen
cilla. Una simple recogida de firmas en que los egipcios certifi
caran la retirada de su confianza en el presidente. El objetivo,
recoger quince millones de firmas, un milln y medio ms que
los votos logrados por el candidato de los Hermanos Musulma
nes en la segunda vuelta de las presidenciales. Y deban hacerlo
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Se acerca el 30 de junio
El 5 de junio, el diario oficial del Estado anunciaba que el Mi
nisterio de Asuntos Sociales decretaba la legalizacin de la
formacin de los Hermanos Musulmanes. Segn el boletn, se
legalizaba, con el nmero de registro 644, como una organi
zacin benfica de asistencia social y de actividad cultural y
cientfica. Esto se produca 25 das antes de las manifestacio
nes convocadas pidiendo la destitucin del presidente Mursi y
casi un ao despus de que un miembro de la citada formacin
accediera a la presidencia del Estado. Hasta entonces, Egipto
haba sido presidido por un miembro de una formacin alegal
sin un estatus jurdico determinado.
Diez das ms tarde, Mursi intentaba reaccionar a la in
dignacin popular nombrando a 17 nuevos gobernadores. Pero
con una escena poltica polarizada y los grupos seglares recha
zando toda cartera, el cambio no poda ser muy inclusivo. Siete
de estos eran miembros de la Hermandad (que pasaba a con
trolar diez de las 27 provincias), seis eran generales del Ejrcito
y uno, que resultara el ms polmico, era miembro de Gamaa
Islamiya. El nombramiento de Adel Khayat como gobernador
de Luxor no poda haber sido ms desafortunado. Khayat era
miembro de una formacin, Gamaa Islamiya, que en 1997 ha
ba perpetrado un ataque terrorista contra los intereses turs
ticos de la misma Luxor, provocando la muerte de 68 personas,
incluidos los seis terroristas, y afectando enormemente a la
principal fuente econmica de la ciudad. Y las promesas de
conversin poltica de los miembros de la Gamaa no haban
servido de nada. El nombramiento provoc encendidas protes
tas en la provincia y la dimisin del ministro de Turismo His
ham Zaazou. Una semana despus de su designacin, Khayat
presentaba tambin su renuncia al cargo porque, afirmaba, no
quera ms derramamientos de sangre.
Los tmidos movimientos polticos del presidente parecan
intiles. El Gobierno trataba de fortalecerse acelerando un
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al-Youm, 21-06-2013.
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Shorouk, 06-07-2013.
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07-2013.
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Riad aplaude
29 El-Saaodeya: El-yeish ajray Masr men nafaq maghol el-abaad, AlArabiya, 04-07-2013.
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Agency, 04-07-2013.
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37 Blair: la yomken el-tajali aan Misr w el-tadajol el-aaskary hami elbalad men el-fawda, Al-Masry al-Youm, 18-07-2013.
300
El mubarakismo renace
Mientras el cerco a los Hermanos Musulmanes prosegua, el
13 de agosto juraban el cargo los nuevos gobernadores tras la
reestructuracin propuesta por el presidente interino. De los
seis que mantenan el puesto cinco eran miembros de las Fuer
zas Armadas ya nombrados por Mursi. Entre los 18 que toma
ban posesin, ni una mujer, once eran militares jubilados y dos
ms lo eran del cuerpo policial. De 27 provincias, 18 estaban en
manos de militares o policas. El resto de gobernadores seran
acusados de tener fuertes vnculos con el disuelto Partido De
mocrtico Nacional de Mubarak, incluido el nuevo gobernador
de Kafr el-Sheyj, acusado de manipular las elecciones de 2005
en favor del dictador depuesto. Las protestas impidieron que el
gobernador de Minufiya tomara posesin del cargo, que qued
vacante despus de que los activistas lo tildaran de mubarakis
ta. Algo similar sucedera con el nombramiento de Sami Sed
hom como vicegobernador de Sharqeya, donde decan que ha
ba tenido un papel prominente durante la era Mubarak como
represor y torturador para el cuerpo policial.
La destitucin de Mursi no slo pona otra vez a los milita
res en el primer plano de la esfera poltica, sino que tambin
reconstrua las pocas estructuras del antiguo rgimen sacudi
das a raz de la insurreccin del 25 de enero de 2011. Los parti
darios del mubarakismo haban ganado la partida ideolgica y
volvan por la puerta grande. En esto haba colaborado activa
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El mandato de El-Sisi
Al amanecer del 8 de julio, a pocas horas del inicio del mes
sagrado de Ramadn, las puertas de la sede de la Guardia Re
publicana se convirtieron en el escenario de un nuevo captulo
sangriento de la transicin egipcia. Al menos 51 personas per
dieron la vida, entre ellas un oficial del Ejrcito, en violentos
enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y los partidarios
del presidente depuesto. Mientras unos y otros se acusaban de
tirar la primera piedra, varias filmaciones mostraban a solda
dos disparando desde las azoteas y, alguna otra, a manifestan
tes islamistas empuando armas de fuego de bajo calibre. La
desproporcin entre ambos bandos se haca evidente en el re
cuento de vctimas. Aquella accin militar provocara la rotura
del frgil pacto del golpe y favorecera la salida temporal del
proceso de los salafistas de El-Nour. Tambin levant las cr
ticas de El-Baradei, para entonces ya vicepresidente, que exi
gi investigaciones independientes urgentes mientras afirmaba
que la violencia no es el camino. Los militares respondie
ron sarcsticamente. Uso excesivo de la fuerza? Hubiera sido
excesivo si hubiramos matado a 300 personas, afirmara el
portavoz militar a la prensa. 39
39 Alain Gresh: La revolucin, a la sombra de los militares, Le monde
diplomatique en espaol, n. 214, p. 8., agosto 2013.
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45 El-enqaz: Al-youm Masr rafaat rasha aalian ded toyar el-din w el-
Youm, 14-08-2013.
46 Jon Lee Anderson: Egypts dirty war?, The New Yorker, 21-08-2013
2013.
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[online].
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Online, 29-09-2013.
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Caza de brujas
Se hace difcil para m seguir teniendo la responsabilidad
sobre decisiones que no apruebo y de cuyas consecuencias ya
alert. La misma tarde del desalojo de Rabaa Adaweya, Mo
hamed el-Baradei, el vicepresidente y premio Nobel de la Paz,
presentaba su dimisin debido al derramamiento de sangre.
Una renuncia que no caera bien a las fuerzas seglares partida
rias del golpe. Los rebeldes de Tamarrod, que hasta entonces se
haban mostrado muy cercanos al diplomtico, decidieron se
llar su vnculo de fuego con los generales y acusaron a Baradei
de rehuir la responsabilidad en un momento histrico. 50 Con
una sociedad claramente dividida, el diplomtico fue aparta
do de su cargo en el Frente de Salvacin Nacional y acusado
de alta traicin por los medios de comunicacin y la opinin
pblica en general. De hecho, el Tribunal de Delitos de Madi
nat Nasr aceptara a trmite una querella contra Baradei por
traicin y convocara la primera sesin de sta para el 19 de
septiembre. Sera el inicio de una cacera de brujas que lleva
ra tambin a los tribunales a las activistas del 6 de abril Esma
Mahfouz y Esra Abd el-Fattah, bajo la acusacin de espionaje
para un pas extranjero, o al destacado abogado laboralista de
los trotskistas Socialistas Revolucionarios Haitham Moham
meddain, detenido bajo la acusacin de liderar y formar parte
de una organizacin secreta encargada de negar la autoridad
estatal, atacar a ciudadanos y erosionar la paz social. El ac
tivista tambin fue acusado por crear una organizacin que
50 Tamarrod: Istiqala el-Baradei horob men el-masooleya, Al-Watan,
14-08-2013.
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al-Youm, 17-09-2013.
2013.
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Eplogo
Eplogo
de lo que haba sublevado al pueblo a principios de 2011; no
haber sabido huir de la telaraa urdida por islamistas y milita
res; no haber sabido superar el muro generacional e institucio
nal construido durante dcadas. La urgencia del cambio ha to
pado con la lentitud prcticamente inmovilista de unos cuadros
polticos, tanto del poder como de la oposicin, asentados en
vicios y costumbres muy arraigadas.
De hecho, los mismos islamistas, subestimando el peso po
ltico, pero sobre todo simblico, de un Ejrcito omnipotente y
columna del Estado y del rgimen, han sido vctimas de esta
trampa. Guste o no, la situacin actual no hace ms que poner
de manifiesto la ms robusta popularidad de la fuerza simbli
ca de las Fuerzas Armadas egipcias, capaces incluso de superar
el enorme desgaste del ao y medio de Gobierno transicional
del mariscal Tantawi y compaa. La revolucin egipcia mere
ce un estudio en profundidad sobre los complejos comporta
mientos de la opinin pblica que este libro evidentemente no
ha sido capaz de cubrir ni ha tenido la ambicin de hacerlo.
Al cierre de este libro los rumores sobre una candidatura pre
sidencial del general El-Sisi eran cada vez ms ensordecedores y
ya ni el propio jefe militar trataba de desmentirlo, flirteando con
esta idea. El Gobierno ha reemprendido las polticas econmi
cas anteriores. Figuras del liberalismo mubarakista han vuelto al
Ministerio de Finanzas para mantener inalterado el trazado de
los programas y la hoja de ruta econmica iniciada dcadas atrs
y acentuada con la cada del rais. Tan slo la ayuda de las petro
monarquas rabes haba retrasado la reapertura de negociacio
nes con el FMI. La redaccin de la Constitucin se ha cerrado
fuera de plazo, despus de solucionar el conflicto de los artculos
relacionados con las Fuerzas Armadas, que garantizan una vez
ms el blindaje de sus privilegios en el periodo transicional, in
cluyendo los polmicos juicios militares a poblacin civil. Si la
Constitucin de Mursi fue acusada de ser redactada por un co
mit poco representativo de la pluralidad de la sociedad, sta ha
sido directamente escrita por un comit donde la fuerza poltica
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322
Eplogo
estructuras de una dictadura obligada a reformularse para
mantener su presencia). Tambin lo ha hecho impidiendo la
extradicin a Egipto del magnate Hussein Salem, conocido
como la caja negra de la corrupcin en Egipto y reclamado
por las autoridades judiciales cairotas con sentencias que sum
aban cerca de medio siglo de presidio. Salem, amparado por
una nacionalidad espaola que nadie ha aclarado cmo con
sigui ni si tena vinculacin, como apuntaban algunos peri
odistas egipcios, con la concesin a la espaola Unin Fenosa
de la explotacin anual de 3,2 millones de toneladas de gas
natural lquido a Damietta, evadi tranquilamente, desde la
Moraleja madrilea, millones de euros reclamados por las au
toridades egipcias sin que las espaolas le pararan los pies.
Para el Estado espaol que con 1.300 millones de euros anu
ales representa el tercer importador mundial de productos
egipcios, slo superado por Estados Unidos e Italia, 2 la con
flictividad en Egipto ha supuesto, por encima de todo, una
oportunidad de amarrarse a un flotador salvavidas ante la cri
sis, gracias a que en el verano de 2013 cerca de setecientos mil
turistas huan de Egipto para ir a parar a las playas espaolas. 3
Eso ha conducido a muestras de cinismo como la del diario
ltima Hora de Palma que, el 17 de agosto, afirmaba en por
tada que la masacre en Egipto desviar miles de turistas a
Baleares. La inestabilidad egipcia no slo era lucrativa para
el sector turstico. En el ao 2012, Espaa exportaba cincuenta
millones de euros en armamento para el Ejrcito egipcio.4 Un
arsenal que, a da de hoy, nadie ha aclarado si ha sido emplea
Pblico.es, 27-01-2013.
323
Glosario
Trminos
Baltagueya. Generalmente traducido como matn, se refiere a los al
borotadores, normalmente a sueldo, utilizados por cabecillas polticos o
comunitarios.
Chicago boys. Con el nombre de Chicago boys eran conocidos una se
rie de economistas neoliberales educados bajo la batuta del economista
Milton Friedman y que aplicaran medidas de liberalizacin econmica
radical en el Chile de Pinochet durante la dcada de los setenta.
Corniche. Nombre con el que se conocen las avenidas y paseos fluviales o
martimos de las ciudades egipcias.
Fatua. Respuesta no vinculante de un muft ante una consulta jurdica
para aclarar puntos oscuros de la ley basada en la sharia o ley islmica.
Fulul. Concepto que hace referencia a los remanentes del rgimen de
Mubarak que intentan tener presencia en la nueva vida poltica.
Infitah. Proceso de aperturismo econmico y poltico iniciado por el
presidente egipcio Anuar el-Sadat en los aos setenta. Egipto rompi sus
lazos con la URSS y se aproxim a Estados Unidos, en un proceso que
culmin con la firma de los acuerdos de Camp David, en 1977.
Intifada. Palabra rabe traducible por alzamiento popular.
Minbar. Plpito de las mezquitas desde donde se pronuncian los ser
mones de los viernes.
Muft. Jurisconsulto musulmn que, por su conocimiento de la sharia o
ley islmica, tiene la potestad de emitir fatuas.
Nasserismo. Corriente poltica partidaria del difunto presidente Gamal
Abd el-Nasser, basada en la retrica del panarabismo y el control estatal
de la economa.
Neocon. Ideologa marcada por los nuevos conservadores en Estados
Unidos, defensores del individualismo, el mercado libre y la promocin
de los intereses estadounidenses.
Omra. Peregrinaje menor a la Meca que, a diferencia del Haj, se puede
realizar en cualquier momento del ao y no representa uno de los cinco
pilares de la religin musulmana de obligado precepto.
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325
Glosario
Badie, Mohamed. Gua supremo de los Hermanos Musulmanes desde
2010.
Banna, Hassan el-. Islamista egipcio fundador, en 1928, del movimiento
de los Hermanos Musulmanes.
Mubarak, Gamal. Hijo del presidente y, desde 2002, secretario poltico
del oficialista PDN. Su condicin de posible heredero del cargo presiden
cial gener tensiones internas dentro del rgimen y con la oposicin.
Mubarak, Hosni. Presidente de Egipto entre 1981 y 2011. Lleg al poder
tras el asesinato de Sadat, intensific las polticas de liberalizacin
econmica del pas y abandon el cargo tras las movilizaciones populares
de enero de 2011.
Mursi, Mohamed. Miembro de los Hermanos Musulmanes y presidente
de Egipto entre el verano de 2012 y el de 2013. Su corto mandato se vio
marcado por el continuismo poltico y, sobre todo, econmico, y por los
intentos de la formacin islamista de controlar las instituciones estatales,
produciendo masivas movilizaciones que pedan su dimisin, el 30 de
junio de 2013.
Sadat, Anuar el-. Miembro del Movimiento de los Oficiales Libres y jefe
de Estado entre 1970 y 1981. Cambi el rumbo del pas a travs del proce
so de infitah, rompiendo lazos con la URSS y acercndose a Washington
a travs de la liberalizacin de la economa. En 1979, firm los polmicos
acuerdos de paz de Camp David que llevaran a su asesinato en manos de
militantes islamistas de Yihad Islmica.
Personalidades
Abd el-Nasser, Gamal. Militar egipcio lder del Movimiento de los Ofi
ciales Libres y jefe de Estado entre 1956 y 1970. Lider la represin con
tra los Hermanos Musulmanes, condujo al pas hacia un pseudosocialis
mo de Estado y se convirti en el carismtico lder del panarabismo laico.
Adli, Habib al-. Ministro del Interior desde 1997 hasta el levantamiento
revolucionario de 2011. Como jefe de la polica, era considerado el temido
brazo represor del rgimen Mubarak y centro de las crticas de las pri
meras movilizaciones del 25 de enero.
326
Sisi, general Abd el-Fattah el-. General egipcio, desde el verano de 2012
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa. Nom
brado por Mursi, sucedi en el cargo al mariscal Tantawi tras liderar los
servicios de inteligencia militar y ser el encargado en el Consejo Superior
de las Fuerzas Armadas de las relaciones entre el Ejrcito y los Hermanos
Musulmanes.
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Glosario
Hermanos Musulmanes. Influyente movimiento sociopoltico islamista
fundado en 1928, en Ismailiya, por Hassan el-Banna. Con presencia en
una decena de pases, era considerado el principal grupo organizado de
oposicin a Mubarak.
Karama. Partido nasserista dirigido por el poltico Hamdeen Sabahi.
Kefaya (Movimiento Egipcio para el Cambio). Formacin poltica de
oposicin fundada en 2004 que aglutin, por primera vez, a la oposicin
al rgimen, llevando a la calle las primeras protestas dirigidas contra el
presidente Mubarak.
Knesset. Parlamento monocameral del Estado de Israel.
Instituciones
Centro Legal Hisham Mubarak. Centro de defensa de los derechos
humanos muy activo en la lucha contra las detenciones arbitrarias y la
aplicacin de la tortura, y que debe su nombre a un abogado y activista
muerto en 1998 de un infarto y que nada tiene que ver con el dictador del
mismo apellido.
Gamaa Islamiya. Formacin islamista sun cuyo brazo armado fue par
ticularmente activo en la dcada de los noventa. A raz de la revolucin,
formaron un partido poltico que lograra trece escaos en el Parlamento.
Hams. Formacin sociopoltica islamista palestina, vinculada al movi
miento de los Hermanos Musulmanes y que, desde 2007, gobierna la
Franja de Gaza, tras el putsch a los resultados electorales de 2006. Lidera
da por Khaled Meshaal y Ismail Haniye.
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Glosario
Cronologa bsica
330
2011
28 de enero. Viernes de la Ira. Las fuerzas policiales y los manifestantes
se enfrentan en todo el pas. El Ejrcito baja a las calles para controlar la
situacin y sustituye a la polica, que se retira. Los manifestantes ocupan
finalmente la plaza Tahrir y acampan all.
3 de febrero. Batalla del Camello. Partidarios del presidente Mubarak
seenfrentan violentamente a manifestantes antirrgimen acampados en
Tahrir.
11 de febrero. El vicepresidente Omar Suleiman anuncia la dimisin de
Hosni Mubarak. El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, encabeza
do por el mariscal Tantawi, toma el poder.
26 de febrero. Las Fuerzas Armadas desalojan violentamente a los lti
mos acampados de la plaza Tahrir. Entre los detenidos se encontraran
los primeros civiles juzgados por tribunales militares.
9 de marzo. Nuevo desalojo violento en la plaza Tahrir. Varias activistas
sern sometidas a agresiones sexuales por parte de las Fuerzas Armadas
enmascaradas bajo el eufemismo de pruebas de virginidad.
19 de marzo. Se aprueba en referndum la reforma constitucional propu
esta por la Junta Militar y apoyada por los Hermanos Musulmanes. Eso
allana el camino de la hoja de ruta transicional trazada entre militares e
islamistas.
331
Glosario
urnas llenas de irregularidades ponen en la segunda vuelta al continuista
Ahmed Shafiq y al hermano musulmn Mohamed Mursi.
2 de junio. Se anuncia la sentencia del juicio a Mubarak. Absolucin para
la mayora de encausados y pena de cadena perpetua para el presidente
por no haber impedido la muerte de manifestantes.
14 de junio. El Tribunal Constitucional disuelve el Parlamento, quitando
a los Hermanos Musulmanes su bastin de poder a las puertas de la seg
unda vuelta de las presidenciales.
16 y 17 de junio. Segunda vuelta de las presidenciales egipcias, que coro
nan a Mohammed Mursi como primer presidente civil del pas.
30 de junio. Mursi toma posesin del cargo.
2012
332
2013
12 de enero. El tribunal de apelaciones acepta las alegaciones de Hos
ni Mubarak y el ministro del Interior Habib el-Adly y ordena repetir el
juicio contra las dos figuras. Es el punto culminante de un proceso de
revisin de sentencias contra figuras del antiguo rgimen.
25 de enero. El segundo aniversario de la revolucin se celebra con nue
vas protestas contra el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, y en
frentamientos sangrientos entre partidarios y detractores del presidente
islamista en todo el pas.
333
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