SOBRE EL SUICIDIO EN LA FILOSOFA ESTOICA

MARCELO BOERI *

Por lo general se considera que los estoicos son los filsofos que
en la antigedad justificaron el suicidio como una accin
debidaproia del sabio. En este artculo se sealan las probables
influencias del Scrates platnico del Fdon en los estoicos
antiguos; luego se presenta brevemente la posicin aristotlica
sobre la cueston y, finalmente, tambin se indican algunos detalles
aparentemente contradictorios en la explicacin estoica del suicidio.
Palabras-llave: Estoicismo, suicidio, tica
The Stoics are usually taken to be the philosophers that in antiquity
justified suicide as a due action proper of the wise person. In this
paper the probable influences of the Platonic Socrates at Platos
Phaedo on older Stoics are ponted out: secondly, the Aristotelian
position on the issue is briefly presented, and finally some
apparently contraditory details in the Stoic account o suicide are
indicated as well.
Key-words: Stoicism, suicide, Ethics

I Para nuestro sentido comn la muerte autoinflingida carece,

en la mayor parte de los casos, de una base razonable. Con frecuencia
se esgrimen razones religiosas o jurdicas para rechazar el suicidio como
un acto aceptable; hay y ha habido tambin razones de orden prctico
y terico para argumentar en contra del suicidio. Es al menos parte de
la opinin comn (y de la opinin jurdica) que quien comete suicidio
no est en sus cabales; el suicida es visto como un individuo que se
encuentra en un estado patolgico severo que no le permite dilucidar
la atrocidad de su acto ni las consecuencias que el mismo implica. La
actualidad del tema del suicidio y de la eutanasia aparece sobre todo
en las discusiones contemporneas en biotica y, en un buen nmero
de casos, dicha discusin tiene una relacin directa con hechos que
han ocurrido, ocurren o probablemente ocurrirn con personas que,
voluntariamente, han sido ayudadas a morir o han tomado la deci-

Marcelo Boeri professor, membro do CONICET, Buenos, Argentina (e-mail:

marceloboeri@ciudad.com.ar)

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sin de quitarse la vida, especialmente en casos de una enfermedad

incurable.
En la antigedad la cuestin del suicidio fue ampliamente debatida
y no siempre se la consider en estos trminos. Hay autores que ofrecen
razones para intentar persuadirnos de que el suicidio puede constituir un
acto apropiado. Entre los defensores de esta posicin se encuentran los
estoicos, quienes argumentaron que el suicidio puede, en ciertas circunstancias, no slo ser un acto perfectamente racional, sino tambin el
ms racional de todos. Como veremos, esta tesis presenta aristas complicadas; la que probablemente es ms difcil de explicar es cules son las
circunstancias en las que el suicidio es un acto racional, es decir, cules
son los parmetros que permiten que un agente establezca que la circunstancia A y no la B hace que el acto de quitarse la vida sea racional
y, por lo tanto, justificado. Esta posicin no es exactamente original de
los estoicos; en la antigedad hay antecedentes matizados de esa tesis en
el Scrates platnico, en Platn y en los cnicos.1
En lo que sigue me propongo presentar brevemente las posiciones de Platn y Aristteles al respecto para luego, en la parte final de
mi exposicin, concentrarme en la explicacin estoica y examinar sus
argumentos a favor del suicidio. Argumentar que los estoicos antiguos, en su tesis de la racionalidad del suicidio, plantearon paradojas
insolubles que, en algunos casos, parecen contradecir algunas de sus
posiciones ticas fundamentales. No obstante, su posicin encuentra
una explicacin coherente en el marco de la teora moral estoica y
claramente sugiere no la conveniencia de quitarse la vida sin ms, sino
la necesidad de someter a un riguroso examen racional la totalidad de
los actos individuales, entre los que obviamente se encuentra el del
suicidio, un acto que conlleva una consecuencia prctica ltima: la
propia muerte.
II El primer tratamiento ms o menos sistemtico de la cuestin
de la muerte autoinflingida en contexto filosfico aparece en Platn.
Aunque su posicin es bastante coherente, hay al menos dos matices
diferentes en dos obras: el Phd., un dilogo de madurez, y Lg., un
dilogo de vejez. En el pasaje clsico del Phd. (61b-62d) Platn pone
en boca de Scrates la teora del pitagrico Filolao sobre el suicidio

Para la posicin del Scrates platnico y de Platn vanse los pasajes del Cri.,
Phd. y Lg. citados abajo; para la posicin cnica, cf. D.L. VI 24 y 86.

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En Phd. 62c-e resulta bastante obvio que Cebes no ha comprendido de un modo

adecuado el alcance del argumento socrtico segn el cual uno puede razonablemente
quitarse la vida cuando el dios le ha enviado una seal para ello. En efecto, contra lo
que dice Cebes, Scrates ya ha aclarado que los seres humanos en la medida en que
son propiedad de los dioses (Phd. 62b8; vase tambin, Phd. 62d3) no pueden decidir
discrecionalmente sobre su muerte, de modo que los ms sabios, si en realidad lo son,
no tendran por qu irritarse si tuvieran que abandonar la vida y dejar de encontrarse en
el estado en que se encuentran (al cuidado de los dioses). Por lo dems, el caso
particular de muerte autoinflingida que Scrates encuentra justificable no puede ser
planteado en trminos de huida (como hace Cebes en Phd. 62d-e). El argumento
socrctico en contra del punto de vista de Cebes es desarrollado en detalle en Phd.
63b-64a.

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para mostrar que no es justificado. Segn el Scrates platnico del

Phd., Filolao sostena que no era correcto quitarse la vida (61c10; 61d67). La razn, probablemente aducida por Filolao y aparentemente aceptada por Platn, es que el ser humano se encuentra en una especie de
prisin de la cual no debe intentar liberarse por s mismo. La persona
no es ms que una posesin de los dioses (62b); uno no debe quitarse
la vida antes de que el dios le haya dado una seal de que es necesario hacerlo (62c). En suma, el suicidio es algo ilegal (ou themistn)
porque es arrogarse un derecho que pertenece a los dioses (es decir, la
propia vida no es la posesin de uno mismo sino del dios; Phd., 62b;
62d). Sin embargo, en su conclusin de la discusin Scrates observa
que no es algo completamente carente de fundamento que uno se
quite la vida siempre y cuando el dios le enve alguna seal que lo
obligue a ello (Phd., 62c). Esto sugiere que Scrates parece referirse a
su propia muerte como autoinflingida pero, dado que su suicidio es
el resultado de un mandato divino, es razonable.
Este punto es interesante pues constituye un claro antecedente de
la posicin estoica: el sabio puede quitarse la vida, no el tonto2. En Lg.
IX (873a-874a) Platn expone una teora ms elaborada y refinada
sobre el suicidio y se pregunta cul debe ser el castigo para los que se
matan a s mismos sin tener en cuenta los designios divinos. Esto es (i)
quienes hacen uso de la violencia para tomar en sus manos el propio
destino, (ii) aquellos cuya accin no es el resultado de la obediencia a
una decisin de la ciudad, (iii) aquellos cuyo acto no es obligado por
la presin de un infortunio inevitable, (iv) los que no han cado en una
desgracia inevitable con la cual no pueden vivir o (v) los que se imponen a s mismos este injusto juicio con una cobarda abyecta. El castigo
es ser enterrados solos, sin compartir la tumba con nadie, en lugares

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solitarios y sin nombre, de modo que no sea posible identificar sus

tumbas (873c-d). En suma, tambin en Lg. el suicidio debe ser castigado, aunque Platn admite tres casos en los que no debe serlo: (1)
cuando el agente acta siguiendo una orden judicial (ste es, claramente, el caso de Scrates),3 (2) cuando es forzado a hacerlo por un
infortunio en extremo doloroso e inevitable (873c5-6) o (3) cuando ha
llegado a participar de una vergenza intransitable con la que no se
puede vivir (873c6-7).4 La posicin socrtica sobre el suicidio (tal como
es retratada por Platn e incluso por Jenofonte) es sin duda relevante,
pues es el antecedente decisivo de la idea segn la cual hay o puede
haber ciertas circunstancias en las que quitarse la vida constituye o
puede constituir una acto correcto y perfectamente razonable.5
III Aristteles, por su parte, no hace una discusin detallada del
suicidio; el tema es tratado marginalmente en EN, en el marco de la
discusin de la justicia. La pregunta es: es posible para una persona
cometer injusticia (adiken) contra s misma? (EN, 1138a4-20). Si matar
a sabiendas y voluntariamente a alguien es cometer injusticia, entonces, parece seguirse que, dado que uno mismo es la vctima del acto
suicida, suicidarse es cometer injusticia contra s mismo. ste es el razonamiento que Aristteles tiene a la vista cuando se pregunta si es posible cometer una injusticia contra s mismo pero, al mismo tiempo,
advierte que hay algo paradjico en la idea de que es posible cometer

Cf. PLATN, Cri. 46b-48b.

Como agudamente observa Cooper (1999: 525), en los dos primeros casos es claro
que el agente obra bajo una cierta compulsin (legal o emocional). En el tercer caso, en
cambio, Platn parece hacer referencia a situaciones en las que el agente ha cometido
o sufrido una vergenza o ignominia con la cual resulta imposible seguir viviendo,
pero aqu no hay ninguna referencia a una situacin compulsiva. Es decir, el agente no
se ve necesariamente obligado a quitarse la vida. van Hooff (1990: 186) sugiere que en
la utopa de Platn las doctrinas del alma y una idea totalitaria del estado impiden el
suicidio. Creo que, a partir de las razones ofrecidas, es ciertamente discutible que
Platn, siguiendo lo que probablemente fue la posicin socrtica, rechace la posibilidad
del suicidio en sentido absoluto. Hay, en efecto, al menos algunos casos especiales en
los que, aunque Platn no se pronuncia a favor del suicidio, tampoco lo hace
necesariamente en contra. Una perspectiva ms amplia sobre el problema en el Phd.
puede verse en Hirzel (1967: 60-68) y Cooper (1999: 517-523) que, filosficamente, es
mucho ms estimulante.
5
Sobre la actitud de Scrates ante la muerte y, ms precisamente, sobre la muerte
como algo que no necesariamente es un mal cf. PLATN, Phd. 63e-64a; Cri. 43b-c,
47e-48a y JENOFONTE, Ap., 1-2.
4

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En este pasaje se plantea una dificultad textual relevante; en el pasaje de EN 1138a6-7

(segn el texto de Bywater) hay que leer la ley no ordena matarse a s mismo y lo que
<la ley> no ordena lo prohibe. Aristteles estara diciendo que lo que la ley no nos
exige, nos lo prohibe. Adems de no haber otro pasaje (ni en EN ni en otros tratados)
que avale esta prescripcin, se podran presentar muchos casos en los que la ley no
ordena nada sobre ciertos cursos de accin pero tampoco los prohibe (por ejemplo, la
ley no ordena llevar a los nios al circo, pero tampoco lo prohibe).

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una injusticia contra uno mismo. Uno comete injusticia cuando hace un
dao voluntariamente en contra de la ley; el que se suicida parece
cometer una injusticia pues lo hace debido a su ira y contra la recta
razn, y eso es algo que la ley no permite. Ese sujeto, por lo tanto,
comete injusticia. El punto difcil de explicar es contra quin la comete:
parece que la comete contra la ciudad, no contra s mismo, pues sufre
en forma voluntaria y nadie recibe una injusticia voluntariamente. Aqu
Aristteles distingue dos tipos de justicia e injusticia y de justo e injusto:
una persona es justa o injusta (i) cuando obedece a la ley o no la
obedece, y (ii) cuando tiene una virtud o un vicio como sus disposiciones habituales del carcter, respectivamente. El caso de injusticia que
implicara el suicidio como una injusticia contra uno mismo se explica
segn el sentido (i) de injusticia (la ley no ordena suicidarse y lo que la
ley no ordena lo prohibe; en este sentido el suicidio es un crimen
contra el Estado; EN 1138a11)6. El segundo caso de suicidio que
Aristteles considera en su ejemplo es el de aquel que obra dominado
por el vicio de la irascibilidad y se explica segn el sentido (ii) de
injusticia. Los otros casos son los debidos al temor, y as el agente acta
por cobarda ms que por irascibilidad:
El morir por evitar la pobreza, el amor o algo doloroso no es
propio del valiente sino ms bien del cobarde. Pues evitar lo doloroso
es blandura y <tal persona> permanece firme <ante la muerte>, no
porque sea algo noble sino por evitar un mal (EN 3.7, 1116a12-15).
El texto, como de costumbre, es muy sinttico y se encuentra en la
parte final de la discusin de la valenta. Aristteles no dice quitarse la
vida o suicidarse, sino morir (apothnskein), pero el contexto sugiere fuertemente que se trata del morir por mano propia, de modo de
evitar algn tipo de sufrimiento. El pasaje presenta un argumento simple y vigoroso en contra de la aceptacin del suicidio como un acto
racional: quitarse la vida por evitar un mal no es propio de un individuo virtuoso (en este caso concreto del valiente), sino de un vicioso (el

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cobarde). El virtuoso enfrenta el peligro y el dolor con la dignidad que

le confiere su propia virtud o excelencia de carcter. Esta explicacin,
como veremos enseguida, ubica a Aristteles en las antpodas de la
posicin estoica pero aporta un ingrediente a la discusin que es relevante tambin en la discusin estoica de la cuestin: el nico capaz de
evaluar correctamente las circunstancias es el virtuoso.
IV Los estoicos son el modelo del filsofo defensor del suicidio
en la antigedad; hubo varios suicidios clebres en la antigedad y
muchos de ellos fueron de estoicos7. Sneca, sobre todo, es el representante estoico ms tpico de quien da un consentimiento moral al
suicidio: en cualquier esclavitud o forma de sometimiento, nos dice
Sneca, el suicidio se presenta como una va hacia la libertad (via ad
libertatem). Lo mismo puede aplicarse en caso de que nuestro nimo
se encuentre enfermo y sienta desdicha a causa de sus propios defectos8. Pero la glorificacin del suicidio como supremo acto de libertad
por parte del ser humano es una peculiaridad de Sneca que no se
encuentra as en los estoicos antiguos.
Los motivos por los cuales una persona puede suicidarse son,
segn la ortodoxia estoica, los siguientes: (1) por la patria o por los
amigos, (2) por el deseo de evitar llevar a cabo actos vergonzosos o de
decir cosas indecibles forzado por un tirano, (3) porque una grave
enfermedad impidi que el alma hiciera uso del cuerpo como de un
instrumento durante un largo tiempo, (4) por la pobreza o (5) por un
estado de demencia o desvaro (lros)9. Estos son todos motivos razonables para quitarse la vida; lo paradjico del caso es que, aun teniendo esos motivos, no cualquiera puede tomar la inciativa de quitarse la
vida, sino slo el sabio.
Ahora bien, los estoicos antiguos, el fin de la vida humana consiste en vivir en coherencia (Zenn) o en vivir en coherencia con la
naturaleza (Cleantes) o en vivir segn la experiencia de las cosas que
suceden por naturaleza10. En este punto es relevante la interpretacin
que tuvo esta caracterizacin del fin por parte de Digenes de Babilonia

ZENON de Citio (D.L, 7.28); CLEANTES de Asos (D.L., 7.176); ANTPATRO de

Tarso (D.L. 4.64); SNECA (Tcito, An., 15, 62-64; Din, 62.25).
8
Dial. 3.15, 3-4; Prov. 1.6.7; Ep. 77, 14-15.
9
Anecdota Graeca, IV 403= SVF 3.768. DL, 7.130.
10
ESTOBEO, Ecl. 2.75, 11-76, 8 (en todos los casos cito Estobeo por pgina y
numero de lnea de la edicin de Wachsmuth 1884).

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13

ESTOBEO, Ecl., 2. 76, 9-15.

Id. Ecl., 2.84, 24-85, 1: lgos proegomenos.
ESTOBEO, Ecl., 2.85, 3-4.

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y Antpatro de Tarso, no slo porque explica el significado de fin sino

porque ofrece datos significativos para tratar de comprender cmo se
encuadra la cuestin del suicidio en la filosofa estoica. Digenes dice
que el fin consiste en el buen razonamiento en la seleccin (eklog?) y
rechazo (apeklog?) de las cosas segn naturaleza, Antpatro que el fin
es vivir seleccionando continuamente las cosas segn naturaleza y
rechazando las contrarias a la naturaleza, o hacer todo continuamente
para alcanzar las cosas preferidas segn naturaleza11. Estas definiciones del fin, que no son ms que las definiciones originales de Zenn y
Cleantes pero algo ms refinadas, son importantes porque ponen el
acento en el hecho de que uno no puede alcanzar el fin ltimo si
prescinde de las cosas preferidas segn naturaleza. Dicho de otro modo,
aunque los estoicos Digenes y Antpatro parecen haber seguido la
ortodoxia de considerar que el bien en sentido estricto es la virtud y
que todo lo dems es indiferente y, por lo tanto, moralmente neutro,
parecen haber pensado que la vida efectiva de un ser humano, para no
ser calificada de inhumana, deba estar rodeada de ciertas cosas que,
aunque no son bienes en sentido estricto, tienen un valor selectivo que
en ciertas circunstancias y bajo ciertas condiciones pueden ser buenas.
Los indiferentes son el tercer tipo de tem que distinguan los estoicos
adems de la virtud y el vicio. En la concepcin ortodoxa, el nico
bien es la virtud, que es autosuficiente para la felicidad o prosperidad
vital (eudaimona) y nos pone a resguardo de las contingencias externas. El nico mal es el vicio; todo lo dems es indiferente. Los indiferentes son cosas que no son ni buenas ni malas en la medida en que no
contribuyen ni para la produccin ni para la destruccin de la felicidad
o, dicho de otro modo, no tienen el carcter instrumental necesario ni
para la felicidad ni para la infelicidad. Pero entre los indiferentes los
hay (a) preferidos y (b) dispreferidos. (a) Son aquellos que los seleccionamos segn una razn preferencial;12 por ejemplo, vida, salud,
riqueza, reputacin, placer. Pero ningn bien es preferido porque todo
bien (en sentido estricto, i.e. toda virtud) posee un valor supremo
(megste axa), nunca un valor selectivo o preferido respecto de otro
valor o de otra cosa valiosa.13

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El desarrollo que hacen los estoicos Digenes de Babilonia y

Antpatro de Tarso de la definicin original de fin no slo ofrece una
explicacin plausible del fin como vivir en consonancia con la naturaleza, sino que adems pone de manifiesto la importancia decisiva de
los indiferentes en la vida prctica efectiva de un agente moral. Aunque en sentido tcnico estricto los indiferentes son neutros desde el
punto de vista de su contenido moral, y aun cuando los estoicos rechazan de un modo explcito la necesidad de los bienes externos para el
logro de la felicidad, no parece posible, sin embargo, que pueda ser
realizable una vida moral efectiva si se prescinde completamente de
los indiferentes preferidos. De hecho, tales indiferentes reemplazan, al
menos en parte, lo que la tradicin tica griega anterior llam bienes
externos. Esta interpretacin fue seguramente avalada por Crisipo,
quien sostena que no hay que medir la vida mediante los bienes y los
males, sino mediante lo que es segn naturaleza y contra naturaleza14.
Esto explica la curiosa afirmacin de que la virtud no es nada que
justifique que sigamos con vida y que el vicio no es nada que justifique
abandonar la vida15. Si esto es as, los indiferentes preferidos y, por lo
tanto, los bienes externos desempean un papel relevante en el ejercicio efectivo de una buena vida.
Uno de los motivos razonables del suicidio es el de una enfermedad incurable (D.L. 7.130); si tomamos seriamente la doctrina estoica
de los indiferentes (y deberamos hacerlo si queremos entender lo que
estos filsofos dicen), veremos que la justificacin del suicidio ante la
circunstancia de una enfermedad incurable puede resultar incompatible (al menos en principio) con la doctrina de los indiferentes. Si enfermedad es un indiferente, algo que no contribuye a la felicidad pero
tampoco a la desdicha, o sea algo que no es ni bueno ni malo, por
qu habra de ser una buena razn para quitarse la vida? Si el agente
opta por quitarse la vida es porque considera que la enfermedad es un
mal; tambin considera que, en algn sentido, la muerte elimina ese
mal y que, consecuentemente, puede ser un bien para el agente. Pero
la muerte, igual que la enfermedad, es un indiferente y, lo que es ms,
es un indiferente dispreferido. Aunque la salud es un indiferente preferido (que contiene un cierto valor selectivo)16 y la enfermedad un in-

14
15
16

PLUTARCO, De com. not., 1063d.

PLUTARCO, De stoic. repug., 1039d-e; cf. SVF 3.761.
axa eklektik; ESTOBEO, Ecl., 2.79, 15-16.

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apaxa apeklektik; ESTOBEO, Ecl., 2.79, 16.

CLEMENTE, Strom., IV 6, 28, 3-4, 1, ed. Sthlin-Fruchtel=SVF, 3.765
19
ALEJANDRO DE AFRODISIA, de An., 168, 1-8; 11-12, ed. Bruns=SVF, 3.764.
20
Esto puede verse con bastante claridad en la explicacin estoica de los estados
afectivos, emocionales o, simplemente, pasiones (pthe) y, en particular, en la explicacin
de la debilidad prctica o conducta incontinente. Vase ESTOBEO, Ecl. 2.89, 6-9;
2.90, 2-6; 2.112, 5-7 (cf. SVF 3.548); D.L. 7. 48 (SVF, 2.130) y 93. Vase tambin Frede
(1986: 93-110) y Donini (1995: 305-329). Para el examen del estado espistmico del vil
y su disposicin del carcter es especialmente til el ensayo de Grler 1977: 83-92.
18

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diferente dispreferido (que contiene un disvalor no selectivo)17, ambos,

tanto salud como enfermedad, tomados en sentido absoluto no son ni
buenos ni malos para el agente.
Creo que aqu se plantea una seria dificultad, cuya solucin no
aparece en los restos fragmentarios de los textos estoicos de un modo
explcito, aunque, de todos modos, se ofrece una explicacin al tipo de
objecin que acabo de presentar. Si el agente se encuentra en un estado
tal, ya sea fsico o psicolgico, que se ve privado de llevar a cabo su
accin virtuosa y, lo que es peor, si ni siquiera tiene la esperanza de
llevar a cabo tal accin18 , entonces, su vida carecer de sentido y el
suicidio ser una opcin apropiada. Pero, como objeta Alejandro19 , si la
virtud es autosuficiente para hacer nuestra vida feliz (como efectivamente lo es para los estoicos), cmo podr interferir en nuestra felicidad y,
consecuentemente, en el ejercicio de una vida virtuosa una enfermedad
que, por definicin, es un indiferente que, adems, posee un disvalor no
selectivo? A esta objecin de Alejandro los estoicos tienen, sin embargo,
una respuesta que veremos en lo que sigue.
El otro aspecto interesante de la posicin estoica es la relativa al
lugar que debe ocupar el suicidio como posibilidad de disponer de la
propia vida en los viles (phaloi), el segundo grupo de seres humanos
distinguido por los estoicos en su divisin radical de la humanidad. Si
para el sabio estoico la muerte autoinflingida puede ser, en ciertas
circunstancias, un acto racional o incluso el ms racional de todos,
para el vil, aqul cuyo estado epistmico es siempre la opinin o
creencia doxstica (dxa), nunca el conocimiento (epistme), el suicidio nunca puede ser un camino posible, ni siquiera cuando el agente
se encuentra afectado por una enfermedad incurable o alguna otra
calamidad semejante. Si efectivamente el sabio es el nico absolutamente racional, se sigue que el vil no slo no es absolutamente racional sino que su condicin est cercana al de un irracional20. La disyun-

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cin es, en este caso, exclusiva: se es sabio o no se lo es, no hay una

tercera posibilidad. Si el sabio posee phrnesis, y si sta es conocimiento de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer; y si el
sabio, virtuoso o prudente estoico es aquel que es terico y prctico de
lo que hay que hacer, entonces, el sabio o virtuoso poseer un conocimiento terico y prctico de lo que hay que hacer21. El vil, en cambio,
aqul cuyo estado epistmico es siempre dxa, no tiene conocimiento,
ni terico ni prctico, de lo que debe hacer. Finalmente, si el suicidio,
cuando se lo considera un acto justificado, slo puede ser la expresin
de un acto verdaderamente racional, se sigue que el vil nunca debe
suicidarse. Dicho de otra manera, dado su estado epistmico, el vil
nunca podra ser capaz de ofrecer una justificacin racional de su decisin de quitarse la vida.
Es ciertamente curiosa la fuerza prescriptiva y la radicalidad de
esta conclusin que, aunque discutible, se basa en un sistema moral
que, visto como un todo, presenta una coherencia admirable; naturalmente, su alcance tiene un carcter normativo abstracto pues de ningn modo impide que un sujeto X, cuya condicin sea la de un vil, se
suicide. Slo prescribe la ilegitimidad del acto como tal desde un punto de vista racional. Es importante hacer notar que el suicidio como
acto razonable es siempre calificado con el adjetivo elogos?o el adverbio eulgos, que tambin se aplica a la razonabilidad o justificacin de
los llamados actos debidos, es decir aquellos que constituyen una
cierta coherencia en la vida y que, una vez realizados, comportan una
justificacin razonable o, ms precisamente en el caso de los seres
humanos, son una coherencia en el estilo de vida22 o, como aclara
Digenes Laercio, un acto debido es un acto apropiado a las condiciones conforme a naturaleza (enrgema oikeon; D.L. 7.108). Por ejemplo, honrar a los padres, a los hermanos o a la patria, compartir la vida
con los amigos, etc. Pero alguien que no es sabio tambin puede actuar segn un acto debido, no segn un acto correcto (katrthoma), es
decir, el tipo de accin exclusivamente propia de un sabio (un acto
debido perfecto; por ejemplo, actuar con justicia o moderacin). Por
qu, entonces, un vil no debe suicidarse aunque viva una vida miserable, tanto desde el punto de vista de su condicin fsica como psicolgica? Tal vez parte de la respuesta a esa pregunta deba buscarse en lo

21
22

ESTOBEO, Ecl., 2. 63, 11-12; DL 7.126.

ESTOBEO, Ecl. 2.85, 12-18.

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Id., Ecl. 2. 86, 12-16. Vase tambin PLUTARCO, De stoic. repug., 1042c-d
Ibidem, Ecl. 2. 110, 13-15.

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que los estoicos llaman acto debido intermedio, esto es, aquel acto
que se mide con ciertos indiferentes que, seleccionados en contra o a
favor de las tendencias naturales conllevan una abundancia tal que si
no estuviramos permanentemente adoptndolos o rechazndolos no
podramos ser felices23. El suicidio, en efecto, puede ser catalogado
como un acto debido intermedio; vida y muerte son indiferentes elegidos, uno, por medio de un acto debido segn naturaleza, el otro, muerte, es un indiferente elegido contra naturaleza (porque es un indiferente dispreferido) y mediante un acto debido contra naturaleza24. Esto,
sin embargo, no explica suficientemente por qu el agente deba elegir
algo que es contra naturaleza si el fin consiste en vivir en coherencia
con la naturaleza y en vivir seleccionando siempre las cosas segn
naturaleza. La respuesta probablemente sera de nuevo: hay circunstancias en las que el bien para el agente puede ser seleccionar un
indiferente contra naturaleza porque, si no lo hace, no slo se ve condenado a no ejercitar una vida virtuosa sino a no ejercer su racionalidad. El indiferente contra naturaleza y el acto debido contra naturaleza
correspondiente, en esa circunstancia especfica, puede tornarse segn
naturaleza.
Esto recuerda la actitud de Scrates ante su propia muerte: en el
conmovedor relato final del Phd. de Platn (116a-118a) Scrates presenta su propia situacin no como un hecho desgraciado sino como la
nica salida razonable ante un estado de cosas que, de seguir con vida,
no le permitira conservar su propia dignidad como persona ni actuar
siguiendo los dictados de su razn como haba hecho hasta ese momento. En esa situacin extrema la posibilidad de huir de la crcel no
puede ser ms que un mal, aunque del hecho de no huir inexorablemente se siga la prdida de la propia vida. El punto aqu es, entonces,
no si algo tiene valor por s mismo segn naturaleza (para los estoicos
la vida es un indiferente preferido, o sea un tem que tiene un valor
selectivo preferido), sino si lo que en principio parece tener valor
segn naturaleza lo tiene absolutamente y en todas las circunstancias
posibles de nuestra vida efectiva. La actitud del sabio estoico recuerda
la actitud socrtica de balancear (i) los costos y beneficios del hecho de
vivir una vida bajo el firme imperio de la razn (que me obliga a
respetar las razones segn las cuales he vivido, esto es, a tener no slo

Sobre el suicidio en la Filosofa Estoica

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una cierta consistencia dialctica sino sobre todo una consistencia vital)
y el autoexamen permanente o (ii) de vivir sin tener en cuenta la
propia razn ni el examen personal de las decisiones y acciones que se
siguen de ella. La conducta de un sabio estoico sera, entonces, como
la conducta de Scrates, prudencial: a un sujeto que se encuentra bajo
condiciones que le impidan el ejercicio de la virtud y de su racionalidad le conviene quitarse la vida.25
Como mencion al comienzo, en la actualidad el suicidio es visto
como un acto propio de alguien que no est en sus cabales. As es
considerado incluso en los pases ms liberales al respecto. En las ltimas dcadas, sin embargo, ha habido un importante esfuerzo por tratar
de mostrar que el suicida no es necesariamente un enfermo. Hay autores que piensan que ms que de una psicosis, neurosis o desorden del
carcter se trata de una presin psicolgica pasajera compuesta de
afecto e intelecto que se ubica entre las opciones disponibles para la
consciencia de un sujeto individual cuando su mente no es presa del
pnico.26 Este tipo de punto de vista es muy similar al estoico, pues este
suicida no es el que, como dice Aristteles, comete ese acto en medio
de un estado de ira sino como el resultado de una decisin consciente.
Para los estoicos, el suicida que correctamente lleva a cabo su acto es
un sujeto virtuoso. El punto de vista estoico puede ser interesante al
evaluar situaciones en las que actuar por omisin puede ser considerado como un acto suicida en sentido lato pero que, paradjicamente,
ayuda a conservar nuestra humanidad.
Pensemos en ejemplos muy concretos de personas que se encuentran sometidas a todo tipo de sufrimiento en vistas de conservar la
propia vida; el sujeto puede decidir, como un acto ltimo de racionalidad, suspender un tratamiento mdico que, aunque en sentido fsico
ayude a conservar su vida, en sentido psicolgico slo est destruyendo su dignidad como persona. En ese caso la sugerencia de quitarse la vida (al actuar por omisin) no parece descabellada. Lo interesante de la posicin estoica sobre el suicidio es la necesidad de intentar
volverse sabios, de modo que, cualquiera fuera la decisin que se tome
sobre la propia vida, dicha decisin sea completamente racional y no
el resultado de un estado emocional violento que impide visualizar la

25

Scrates (y probablemente el Scrates platnico) fue el modelo moral de los estoicos

(cf. EPITECTO, Diatr., 1.9, 10-26; 1.26, 17-18; . 1.29, 64-66; 2.1, 13-15).
26
Cf. SHANEIDEMAN, 1985: 138.

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8 - 1 sem. 2002 - So Paulo / p. 21-33

BIBLIOGRAFIA CITADA
COOPER, J.M. Reason and Emotion. Essays on Ancient Moral Psychology and
Ethical Theory, New Jersey: Princeton, 1999.
DONINI, P.L. Struttura delle passioni e del vizio e loro cura in Crisipo, in El., Fas.
2, Anno 16, p. 305-329, 1995.
FREDE, M. The Stoic Doctrine of the Affections of the Soul, M. Schofield, G.
Striker (eds.) in The Norms of Nature. Studies in Hellenistic Ethics, p. 93110, Cambridge 1986.
GRLER, G. Asthenes synkatathesis. Zur stoischen Erkenntnistheorie, in WJAF,
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HIRZEL, R. Der Selbstmord, Darmstadt 1967.
JULI, V., BOERI, M..D. y CORSO, L. Las exposiciones antiguas de tica estoica, Buenos Aires.
SHNEIDMAN, E. Definition of Suicide, New York/Chichester/Brisbane/Toronto/
Singapore 1985.
VAN HOOFF, A.J.L. From Autothanasia to Suicide. Self-killing in Classical
Antiquity, London and New York, 1990.
VON ARNIM,I. Stoicorum Veterum Fragmenta, Leipzig (3 vols.) 1903-1905.
WACHSMUTH, C. Ioannis Stobaei Anthologii libri duo priores qui inscribi
solent Eclogae physicae et ethicae, Berlin,1884.

[recebido em novembro 2001]

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PLATN, Ap.38a5-6.

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Marcelo Boeri

correccin de nuestros actos. La enseanza de los estoicos, ms all de

su radicalidad en lo que respecta al suicidio, es en el fondo la enseanza socrtica que vale la pena recordar: una vida sin examen no vale la
pena de ser vivida por el hombre.27