Maria
Maria
Maria
Resea:
Mara puede considerarse la obra cumbre de la literatura
colombiana romntica, esta obra de Jorge Isaac ha sido
traducida en mas de 15 idiomas y se han realizado
numerosas ediciones de la obra, lo que confirma su
importancia capital para la intelectualidad colombiana.
Por lo que no podemos dejar saborearla, y estudiar uno a
uno sus captulos, en donde se lee la tragedia, la dulzura y el
amor que tiene lugar en la hacienda El Paraso, ubicada en el
municipio El Cerrito en el Valle del Cauca, en la que Isaacs
realmente vivi.
En esta novela donde se relata el amor idlico de Maria y Efrain,
desarrollado en la hacienda paraso, que resulto en tragedia.
Con esto Isaacs quiso proyectar en su obra un espacio donde
cupiera la belleza, la sensualidad y la pasin, pero en el que no
podan estar ausentes, sin embargo, el dolor y la muerte, la
nostalgia y el sufrimiento emocional, como en toda experiencia de
vida autntica.
Justificacin:
La novela Mara de Jorge Isaac constituye un ejemplo
claro de novela romntica sentimental. Como novela
romntica, es fundamentalmente subjetivista y su
disposicin narrativa sugiere que todo el argumento,
no es otra cosa que una gran y triste cuita de Efran.
As, la novela abre con un captulo de tono
autobiogrfico en la que el protagonista narra lo que
ocurre el da que deja la casa paterna para irse a
estudiar a la capital.
Mara, de Jorge Isaacs, que responde a las caractersticas de
la novela sentimental:
Prrafo Descriptivo:
Vesta un traje de muselina ligera, casi azul, del cual slo se
descubra parte del corpio y la falda, pues un paoln de algodn
fino, color de prpura, le ocultaba el seno hasta la base de su
garganta, de blancura mate. Al volver las trenzas a la espalda, de
donde rodaban al inclinarse ella a servir, admir el envs de sus
brazos deliciosamente torneados, y sus manos cuidadas como las
de una reina.
Pag 3 Cap 3
Prrafo Narrativo:
1.7.1. Narracin
Llevaba Emigdio un par de espuelas orejonas en una mano y
una voluminosa encomienda para m en la otra. Me
apresur a descargarlo de todo, aprovechando un instante
para mirar severamente a Carlos, quien tendido en una de
las camas de nuestra alcoba, morda una almohada llorando
a lgrima viva, cosa que por poco me produce el
desconcierto ms inoportuno. Pag 24 Cap XIX
Recostado en una de las columnas del corredor, sin sentir la lluvia
que me azotaba las sienes, pensaba en la enfermedad de Mara,
sobre la cual haba pronunciado mi padre tan terribles palabras.
Mis ojos queran volver a verla como en las noches silenciosas y
serenas que acaso no volveran ya ms!
No s cunto. Pag 15 Cap. XV