La Dimensión de La Religión
La Dimensión de La Religión
La Dimensión de La Religión
socialdela reli~n
Notasparasurecuperacin
enMxico
Jos FranciscoGmezHinojosa
CUADERNOS DE FE y CULTURA
CUADERNOS DE FE y CULTURA
8itso
CUADERNOS DE FE y CULTURA
111
~
UNlVFRSIDAD
IBEROAMERICANA
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO
CENTRO DE INFORMACIN ACADMICA
,
.J.
ndice
1.
2.
Introduccin
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
2.6
3.
3.1
3.2
3.3
17
17
18
20
... 21
23
24
27
27
29
33
35
35
37
39
40
42
44
45
Conclusin
49
Introduccin
El levantamiento armado del EjrcitoZapatista de Liberacin Nacional, EZLN,el1 de enero de 1994,no slo modific
los distintos escenarios que se planteaban en materia econmica y poltica en Mxico hacia fines del sexenio anterior
(1988-1994),sino que ofreci serias interrogantes sobre el pa.
JosFranciscoGmezHinojosa
de Chiapas",
de la postmodernidad,
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'1
11
I
6Cf. MARDONES,
J. Ma. Postmodernidad y cristianismo. El desafiodel fragmento,
Santander. Sal Terrae, 1988; Id., Capitalismo y religin. La religin poltica
neoconservadora,Sal Terrae, 1991, e Id., Fe y poltica. El compromisopoltico de
los cristianos en tiempos de desencanto, Sal Terrae, 1993.
7Id, Capitalismo y..., cit., p. 96. Mardones se refiere a la "teologa" propuesta,
entre otros, por NOVAl<,
M, El espritu del capitalismodemocrtico,Buenos Aires, Tres Tiempos, 1983 e Id., En verdad liberar?,Mxico, Diana 1988, en
donde el autor "destruye" a la teologa de la liberacin. Una crtica sobre
este texto puede encontrarse en VIVES,J., "M. Novak Una teologa del
capitalismo?", en Christus, LX/674 (1995). pp. 19-23.
8
METZ,
J.B.,"El Problema de una teologa poltica" en Concilium,36(1968).
pp. 286-287;Id., Ms all de la religin burguesa, Salamanca, Sgueme, 1982.
9MARDONES,J.
Ma, Capitalismo y..., p. 16.
I
-~ I
La dimensinsocialdela religin
y presen-
10
10
JosFranciscoGmezHinojosa
12
11 Ms
tendamos por "discurso teolgico" aquel que pretende ser cientfico, acorde de los postulados de la ciencia teolgica; un "discurso religioso" se
procura, solamente, por describir, sin mayores pretensiones cientficas, las
relaciones entre los seres humanos y la divinidad. Sobre el tema, d. BOFE
c., Teologa de lo poltico. Sus mediaciones, Sala manca, Sgueme, 1980. pp.
227-237.
12 He tratado este tema, desde el ngulo teolgico, en CMEZHINOJOSA,
J.F.,
"La dimensin social de la fe. Quienes son nuestros actuales enemigos?",
en Signode los Tiempos, X/59 (1994), p. 14. Comportan el mismo enfoque
CARCIAROCA,J., La dimensin pblica de la fe, Fe y Secularidad, MadridSan tender, Sal Terrae, 1991 ySANCHEZCARCfA,
U.,Fe y poltica. Gua para un
cristiano comprometido, Mxico, IMOOSOC,1988. Desde el magisterio eclesistico es preciso considerar el gran aporte de SUREZ
RIVERA,
A., Instruccin pastoral sobre la dimensin poltica de lafe, Monterrey (8-marzo-1987).
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11
13
LOAEZA.
s., "Que digan Misa", en Nexos, 208 (1995), p. 15.
12
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13
La dimensinsocialdela religin
Adems, no debera olvidarse que, en ciertos casos, hay clrigos que junto a su formacin humanista, filosfica y teolgiea, se han especializado en otras ciencias sociales, cursando
estudios de postgrado en las mejores universidades del mundo. En estas situaciones, excepcionales es cierto, se estara
tambin ante una competencia no slo esencial sino funcional.
Un segundo ejemplo de esta cultura religiosa, que promueve el individualismo y el reduccionismo, lo constituye
Luis Pazos. Leamos slo uno de sus textos:
Una de las acusaciones del Vaticano a los sacerdotes
acti-
14 PAZOS,L., Por
15 Otro
la necesidad
mcreado",
violencia,
de ayudar
del
ni la
14
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cionismo. Con tintes de denuncia contra la violencia y manipulacin que supuestamente promueven algunos clrigos,
famosa cuanto ambigua frase: la Iglesiano debemeterseenpoltica, que se refiere a la participacin en poltica militante de
los clrigos, pero no toma en cuenta que la Iglesia no puede
reducirse a los clrigos, ni la polticapuede limitarse a la mili-
16
FERRATERMORA,
J., Diccionariodefilosofa 1,Madrid, Alianza, 1990, p. 103.
r
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15
Este dualismo, de gran influjo en la mentalidad occidental durante siglos, es el que se encuentra a la base de la
cultura religiosa individualista y reduccionista, pues valora
en grado ~umo al espritu en detrimento de la materia,
al alma en vez del cuerpo. Confronta a lo sagrado contra lo
profano, y sita a la religin en el cielo y no en el suelo, en la
intimidad de los individuos, y no en las actividades econmicas y polticas de las diversas sociedades. Inclusive, personajes tan caros a la historia educativa mexicana, como Justo
Sierra, llegaron a presentar, al referirse a las tareas de la mujer,
la misma supravaloracin del espritu en contraposicin con
la materia, con una clara connotacin sexista-machista:
...ustedes (las mujeres) estn llamadas a formar las almas... dejen que el hombre luche con los aspectos polticos
y escriba las leyes, ustedes luchen con lo ms importante,
el alma y los sentimientos, que es mejor que hacer las
leyes.18
2.1 Fe o religin?
Si tenemos una disciplina llamada filosofadela religin,
no encontraremosuna filosofadelafe.19Religin y fe, entonces
no son sinnimas, como muchas veces se cree. La teologa catlica -ayudndose de la teologa protestante- se ha encargado de establecer con claridad esta distincin/o dando a la
religin una connotacin ms funcional, y a la fe una proyeccin de regalo-don por parte de Dios, y de respuesta que
involucra a la totalidad de la persona. En el terreno filosfico,
fe se equipara habitualmente con creencia o se le define como
una virtud teologaPl Religin,en cambio, es entendido como
un conjunto de principios morales, valores, actitudes, ritos,
estructuras y lenguajesque buscan la relacin(re-ligare)entre
las personas humanas y la divinidad. Todas estas caractersti-
19
20
a su "filosofa antiracionalista
o anticriticista".
Supplemento),
Brescia, Queriiana,
1978. p. 685 Y ARDUSSO,F.-FERRETl,G.PERONEPASTORE,A.-PERONE,U., La teologa Contempornea, Torino, Marietti,
1980. p. 154-157. Sobre esta distincin en Amrica Latina. Cf. IRARRAZAVAL, B., "Religin
popular",
en ELLACURIA, l.-SOBRINO, 1. Mysterium
Liberationis. Conceptosfundamentales de la teologa de la liberacin Il, Madrid,
Trotta, 1990. pp/ 368-370, Y la excelente nota de SEGUNDO,1. L., Teologa
abierta. l. Iglesia- Gracia. Madrid. Cristiandad,
1983. p. 115.
21 Cf. FERRATER
MORA,J., Diccionario...Il., pp. 1134-1135.
18
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Hegel es, sin lugar a dudas, el filsofoms representativo de la filosofa europea moderna. Su influjo baa las ms
variadas corrientes filosficas, y el tema religioso no es accidental en l. De hecho, algunos autores sostienen que el
problema de la religin dividi a sus jvenes discpulos.24El
discurso hegeliano sobre la religin es ambiguo, pues existen
Cf. GMEZ CAFFARENA,].- MARTN VELASCO. J.,Filosofade la religin.
22
Madrid,
23
24
..
19
La dimensinsocialdela religin
,I
i
I
I
26
27
1981.
Cf. tambin
slIjdo
EconTeoria del
en Id., p. 152-153.
lbid., p. 159.
HEGEL. G. W. F., Filos(~fa dc la historia
11I1l'l'Ysall.
Madrid.
Revista
de Occiden-
t
I
I
20
JosFranciscoGnrezHinojosa
batir, como lo veremos ms adelante, no slo tal idea de Estado, sino la concepcin religiosa que serva slo para legitimar
las acciones polticas de una estructura decadente, necesitada
de la aureola religiosa para la apologa de sus estrategias.
28
1982. p. 12.
La dimensinsocialdela religin
21
30
Ibid., p. 13.
22
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La religin, entonces, tiene una fuerte implicacin social, en cuanto expresin miserable -y protesta al mismo
31
32
33
ca, Sgueme, 1974, p. 23. Sobre la crtica a la religin de Marx, el mejor estudio que conozco es el de POST,w., Kritik der Reiligion bei Karl Marx,
Mnchen, K6sel Verlag, 1969. Cf. tambin, MERCIER-JOSA,
s., "Crtica
premarxista de la religin", en AA.Vv.,Filosofa y religin, pp. 175-200 Y
S~VE,l.,Anlisis marxista de la enajenacin:religiny economapoltica, en Ibid,
pp. 243-301.
,
--I
La dimensinsocilIdela religin
23
24
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Sin embargo, tambin Freud atribuye una cierta implicacin social de la religin al explicar las histerias, y darles un
contenidode reaccinante agresiones
externas.Talesenfermedades no surgiran de la nada, sino de formas deficientes para
interpretar la realidad, en la que aparece inmiscuida la religiosidad de las personas:
Pero qu cuentan las histricas? Que su padre, o su to, o
su cuado: en todos los casos un hombre de la parentela,
se introdujo de noche en su recmara, personaje gigantesco, invisible, casi divino, prximo a las apariciones
divinasde un diosgriego.36
En la misma lnea de Comte y Marx, Freud considera
que la religin desaparecer una vez sanada la persona. Si en
los pensadores anteriores la ignorancia o las injusticias econmicas y polticas originaban el fenmeno religioso, en Freud
hay que atribuir tal origen a la enfermedad. Esta disfuncin
personal, sin embargo, es una reaccin ante problemas sociales mal asimilados, y no es slo la expresin incoherente de
una problemtica individual.
2.6 Max Weber (1864-1920)
I
Socilogo comparado en importancia con Emile Durkheim (1858-1917).Weber dedica un gran inters a la relacin
entre la tica protestante y el capitalismo, descubriendo en
esta conexin una especie de misin divina que exige al ser
humano el dedicarse con todo su empeo al lucro y la ganancia.
La ganancia no es un medio para la satisfaccin de las
necesidades vitales materiales del hombre, sino que ms
I
36
--
Ibid..., p. 239.
25
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37
Penn-
sula, 1969, p. 44
38
FERNNDEZALDABELDE.
R, Fetichis/llo
y religin. Contribucin
a la crtica de la
26
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40
Cf. RICHARD.
P.," El Dios de la vida yel resurgimiento de la religin", en
Concilium, 258 (1995), pp. 341-350. Cf. tambin LPEZSASTRE,
G., "Hume,
Burke, Marx: algunas observaciones sobre la funcin social del cristianismo", en GMEZCAFFARENA,
.-MARDONES,
J. Ma. (Editores), Estudiar la religin. Materiales para una filosofa de la religin IlI. Barcelona, Anthmpos,
1993, pp. 207-217.
,..
I
J
41
Cf. BARRANCOVILLAFRAJ'ilA.
G., "La secularizacin:
encantos
y desencantos
-,
28
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42
nos Aires, Amorrortu, 1971, p. 134. Otra definicin similar: "EI proceso
por el cual diversos mbitos de la vida social son sustrados a la dominacin que la Iglesia vena ejerciendo sobre ellos", en GONZLEZ-CARVAJAL.
L.,
Ideas y creenciasdel hombreactual, Santander, Sal Terrae, 1991. p. 47.
Citado por BARRANCOVILLAFRAAB.,LA sccularizacin..., pp. 54-55.
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44
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47
Cf. VANZAN,P.,Secularizacin..., p. 282. Aqu se da una interpretacin positiva al autntico trmino "transfuncionalizacin",
pues el autor supone
una especie de magna purificacin religiosa de aquellos elementos -magia, mitos, alienacin, etcteraque algunas religiones manifiestan.
Nosotros daremos otro sentido al mismo trmino.
BARRANCO VILLAFRAJ\1A, B., La secularizacin...,
p. 55.
30
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La dinrensinsoclIdela religin
31
As es. El secularismo autctono se rodea de una aureola de eficiencia postmoderna, valora en grado sumo la globalizacin de los mercados y las visiones pluralistas, pero no
slo ofrece actitudes llenas de sectarismo, intolerancia (la
misma de la que acusan a las iglesias cristianas) y una cerrazn ideolgica digna de mejores causas, sino que regresa
a pocas premodernas en materia religiosa.
49
ME1Z,J.B.,El problema de ..., pp. 286-287. Cf. Tambin la "religin burguesa", METZ,La fe en la historia..., pp. 45-61; RUGGIERI,G., Comunidad cristiana y
teologa poltica. Sabidura e historia, Salamanca, Sgueme, 1974.; BIOT,F.,Teologa de las realidades polticas, [bid.
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Esta intencin privatizadora buscara que las agrupaciones religiosas se instalaran en las nubes, ajenas por completo a cualquier contacto social, y preocupadas ms bien por
los eventos celestes. Sobra decir que este afn por desalojar a
las agrupaciones religiosas de la sociedad civil brota de dos
fuentes: una, al interior de la misma sociedad civil, que vera
en la presencia de la Iglesia Catlica, sobre todo, un ente deseoso de protagonismo y con afanes claramente proselitistas.
Tales el caso de algunos intelectualesde izquierdao criticos52
50
He tratado
civil mexicana:
-~
I
,
33
Ladimensinsocialdela religin
3.3 La compartimentalizacin
de la existencia
54
53
54 GONZLEZ-CARVAJAL,
L., Ideas
invisible,
y creencias...,
Salamanca,
p. 63.
Sgueme,
1973.
34
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I
I
U
36
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matices a esta divisin: pensamiento y ser, ideologa y economa, deseo y necesidad, etctera, con profundas consecuencias en la construccin de la persona y en el tejido sociap5
.
55 Cf.
104-105.
56
Sobre el maniquesmo,
2094.
...
I
I
I
37
a sus objetivos sin que ella pise con firmeza en la tierra para
poder acercarse al cielo. Una religin que no se involucra con
las cosas mundanas, que mantiene esquemas dicotmicos,
corre el peligro de llegar a los terrenos del maniquesmo, y no
ser una verdadera religin.
MARDONES,
J.Ma.,Postmodemdad y cristianismo...
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horizontes vitales se reducen a la satisfaccin de las necesidades personales o, cuando mucho y en un rasgo excesivo de
generosidad,familiares. Es evidente que una visin tal de las
cosas, las personas y el entorno social, no ayuda a la consideracin de una religin ligada a lo social. Ms an, la
fragmentacin de las distintas esferas de nuestra vida ayuda
a que se d un divorcio entre la religin y aquellos mbitos
que no son, en apariencia, espirituales, sagrados o concernientes a las actividades interiores de nuestro ser. La religin
sera otro compartimento, uno ms, sin conexin con las
dems esferas de la vida.
Urge, en cambio, asumir una posicin globalizadora,
holstica, integrante en un todo -personal y social- de todas
nuestras partes, capaz de proporcionar un hilo conductor a
nuestros proyectos, con valores y principios que marquen la
pauta de nuestras acciones, que den cohesin y sistema ticidad a nuestro yo y al tejido social.
La religin en este contexto, puede ayudar a construir
esa visin holstica, sobre todo en el mundo actual, tan dado a
globalizaciones e integraciones econmicas, polticas y culturales. Sin caer en posiciones de cristiandad, en las que la religin busca constituirse en el nico marco referencial posible,
s es necesario que el factor religioso ayude a esta concepcin
unitaria y globalizante de la vida, que combata las fragmentaciones a travs de la oferta -sencilla pero firme- de los
propios valores y criterios para enfrentar el tercer milenio que
ya est a la vista, con una actitud menos sectaria, ms totalizante y globalizadora.
La dimensin
socinl de la religin
39
58
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JosFranciscoGmez Hinojosa
La dimensinsocialdela religin
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60
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JosFranciscoGmezHinojosa
Durante muchos siglos la religin -en especial su expresin a travs de la Iglesia Catlica- pretendi no slo
ejercer una funcin al interior de la sociedad, sino controlarla.
Era tal su presencia en las estructuras temporales, que los
mismos gobernantes se proclamaban catlicos, otorgando tal
etiqueta a sus estrategias econmicas y programas de gobierno. Esta visin de las cosas, en la que la religin no dialoga
con las culturas sino que las absorbe, ha dado lugar a la poco
61
62
Segn ZAHRNT,
H., slo de esta manera la religin podr tener cabida en el
futuro de la humanidad, en "Wiederentedeckun
der Religion. Die
geschichtIiche Situation fordert einen Stellungswechsel in der Theologie",
en Evangeiscllc K011l11lcntare,
5 ( 1972). pp. 512-524. Desde el ngulo latinoamericano, Cf. ASSMANN,
H., Teologadesde la praxis de la liberaciln,Salamanca, Sgueme, 1976, pp. 103-140.
Me he referido
La dimensinsocialdela religin
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JosFranciscoG6mezHinojosa
nuevo-
mensaje
del Episcopado
Mexicano
(18-octubre-1973).
45
46
JosFranciscoGmezHinojosa
65
Tal es la posicin
Medco11l, 44 (1995)
p. 28.
en
.-
La dimensin
social de la religin
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Conclusin
66
Ttulos de coleccin: