Análisis Contingencial y El Uso de Terapias Cognitivo Conductuales de Segunda y Tercera Generación
Análisis Contingencial y El Uso de Terapias Cognitivo Conductuales de Segunda y Tercera Generación
Análisis Contingencial y El Uso de Terapias Cognitivo Conductuales de Segunda y Tercera Generación
2016
Anlisis contingencial y el uso de tcnicas cognitivo
conductuales de segunda y tercera generacin.
Cathedra et Scientia.
International Journal.
2 (1) 53-79.
Octubre 2015 Marzo 2016
ISSN: 24485322
ABSTRACT
The purpose of this article was to justify the use of cognitive restructuring and mindfulness into the contingencial analysis. To achieve this goal were briefly
described the principles and phases of this methodology. Besides, we try to explain from Behavior theory why these techniques have proven effective in
changing individual behavior. Both explanations were based on the referential substitutive function to describe the process that promotes the change in
client behavior when he is intervened with the socratic dialogue and cognitive defusion. While in the first case the change in the behavior depends on the
linguistic competence of the therapist to substitute the contingencial system of the present situation, in the second case the client acquires competencies
to alter his ability as mediator..
PALABRAS CLAVE
Anlisis contingencial, reestructuracin cognitiva, mindfulness, Teora de la conducta.
KEYWORDS
Contingencial analysis, cognitive restructuring, mindfulness, Behavior theory.
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LA DIMENSIN PSICOLGICA
DE LOS PROBLEMAS INDIVIDUALES
El anlisis contingencial (Ribes, Daz-Gonzlez, Rodrguez & Landa, 1986) fue propuesto como un
sistema para el anlisis del comportamiento individual, as como una metodologa o estrategia a seguir
para la modificacin de dicho comportamiento. Las bases terico-conceptuales de las que se sostiene
esta estrategia se pueden enmarcar dentro de la psicologa interconductual (Kantor, 1959/1978);
especficamente en la Teora de la conducta propuesta por Ribes y Lpez (1985) que retoma del
Anlisis experimental de la conducta el concepto contingencia para referir las relaciones de
intercondicionalidad entre los elementos que integran el campo psicolgico, originalmente formulado
por Kantor. Siguiendo esta lgica, el anlisis contingencial, en su faceta tecnolgica, hace mayor
hincapi en la modificacin de la funcin del comportamiento en comparacin con la morfologa del
comportamiento problemtico o de inters (Rodrguez-Campuzano, 2004).
Hablar de la funcin en el interconductismo (a diferencia de otras corrientes psicolgicas como el
funcionalismo o el conductismo) se remonta a Kantor (1959/1978) y sus esfuerzos por identificar lo
psicolgico en comparacin con otros niveles de anlisis cientfico como el fsico-qumico o biolgico.
Para esto, dicho autor mencionaba que es necesario distinguir entre las respuestas y los estmulos de
la accin de los organismos y los objetos, puesto que distintos objetos podran contar con una funcin
de estmulo similar, y a su vez, un mismo objeto podra desarrollar distintas funciones. Por su parte,
diversas acciones podran tener la misma funcin de respuesta mientras que la misma accin podra
desarrollar distintas funciones. En el primero de los casos, distintos objetos como un lpiz y un pedazo
carbn pueden ser empleados para escribir, mientras que el mismo carbn podra ser empleado
tambin para hacer fuego. En el segundo de los casos, escribir un mensaje y enviarlo a otra persona
podra tener la misma funcin que decirlo o gritarlo, mientras que escribir podra implicar una
composicin musical (partitura) o la elaboracin de una seal indicando la ubicacin de una salida.
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As, Kantor pretenda evidenciar que el comportamiento psicolgico es ms complejo que las
reacciones biolgicas como los reflejos o instintos. Siguiendo esta lnea, Ribes y Lpez (1985)
emplearon el concepto desligamiento para hacer an ms clara esta diferencia, argumentando que el
comportamiento biolgico implica una reaccin directa y fija ante la accin de un estmulo particular
que no cambia a travs de la ontogenia del organismo, mientras que el comportamiento psicolgico
implica la capacidad del organismo de responder de forma amplia y relativamente autnoma respecto
a las propiedades fisicoqumicas concretas de los eventos, y de los parmetros espaciotemporales
que las definen situacionalmente.
En formulaciones ms recientes, Ribes (1995, 2004) ha descrito dos tipos de contingencias a partir de
las que se estructuran los fenmenos psicolgicos y que tambin son de ayuda en la tarea de distinguir
entre stos y el comportamiento biolgico (Patrn, 2016). En primer lugar, las contingencias de
ocurrencia refieren a las condiciones necesarias y suficientes para que ocurra fsicamente un evento,
se puede decir que stas son la base sustancial del fenmeno psicolgico, necesarias pero no
suficientes para que ste suceda. Estas contingencias se relacionan con el comportamiento biolgico
o en palabras de Kantor con las acciones del organismo, es decir, con las relaciones de
condicionalidad entre los elementos de un campo psicolgico establecidas por la filogenia de la
especie. Por ejemplo, al presentar alimento a un perro hambriento ste saliva (alimento saliva).
Por su parte, las contingencias de funcin hacen referencia a las relaciones de interdependencia
circunstanciales que se establecen entre propiedades de los objetos de estmulo y de las respuestas
del organismo como efecto de las contingencias de ocurrencia consistentes entre ellas (Torres &
Patrn, 2014). Estas relaciones de condicionalidad, a diferencia de las que incluyen las contingencias
de ocurrencia, se estructuran en la ontogenia del organismo a partir de la ocurrencia consistente de
los eventos en coordenadas espacio-temporales. Dicha consistencia supone ser necesaria al menos
en la estructuracin temprana de los fenmenos psicolgicos ms simples (Ribes, 2007), por ejemplo,
una contingencia de funcin se identificara en la respuesta de salivacin mostrada en un perro
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hambriento ante un estmulo visual (luz) que previamente ha sido asociado en diferentes ocasiones
con el alimento. En este caso, de las relaciones filogenticamente establecidas entre las respuestas
del perro y los estmulos (luz y agua) comienzan a emerger un segundo tipo relaciones de
condicionalidad conforme los estmulos ocurren en coordenadas espaciales y temporales constantes,
es decir, de forma regular en un lugar y en ciclos de tiempo repetidos. Este segundo tipo de relaciones
de condicionales son las contingencias de funcin ([] []).
El origen histrico de las contingencias de funcin y su variabilidad potencial, en comparacin con la
naturaleza invariable de las contingencias de ocurrencia, articula con la propuesta de Kantor sobre la
funcin
estmulo-respuesta
descritas
anteriormente.
Tomando
en
consideracin
esta
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est suscrito el comportamiento problemtico. Este paso del anlisis toma en consideracin
cuatro factores como relevantes al definir el problema funcional: (a) Las morfologas.
Descripciones de las formas en las que se presentan las conductas, tanto del individuo
analizado como de las personas ante las que tiene lugar el problema. Por ejemplo, fumar,
beber, golpear, gritar, etc. (b) Las condiciones situacionales. Implican factores disposicionales
que condicionan probabilsticamente una relacin sin formar parte de ella, y que constituyen
colecciones de ocurrencias o sus resultados, es decir, el estado de objetos o personas.
Algunos ejemplos podran ser las conductas socialmente esperadas en la situacin (contexto)
o las capacidades, inclinaciones o tendencias del individuo analizado. (c) Las personas. En
ste se considera la funcin que ejerce el comportamiento de todos los individuos que
participan en la interaccin problemtica. Una persona puede afectar directa o indirectamente
la interaccin del individuo analizado dependiendo de si ste es el mediador de la
microcontingencia; entendiendo como mediador el individuo que presenta la respuesta crtica
para que se estructure un campo psicolgico. (d) Los efectos. Refieren correspondencias
funcionales entre las conductas de los individuos en situaciones de relaciones recprocas.
Esta categora se basa en la propuesta de Kantor (1946) sobre el comportamiento efectivo,
inefectivo y afectivo. El primero describe el comportamiento de un individuo que afecta el
comportamiento de otros, mientras que el segundo refiere el comportamiento que no altera el
comportamiento de otros, y el tercero, el comportamiento que afecta nicamente a la persona
que lo presenta.
(2) Evaluacin del sistema macrocontingencial. Este anlisis se enfoca al estudio del contexto
moral o valorativo de la interaccin en la que interviene el comportamiento problemtico.
Como se mencion anteriormente, desde esta perspectiva la morfologa no cuenta con un
valor intrnseco, no es buena o malo, tampoco sana o patolgica, por el contrario, se hace
explcito que la valoracin del comportamiento depende de muchos factores como la poca,
la cultura, el grupo, entre otros. Es as que se acepta que cualquier diagnstico o evaluacin
del comportamiento individual, venga del mismo individuo o de otros, implica una valoracin
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cuatro dimensiones: (a) cambiar la conducta de otros, (b) cambiar la conducta propia, (c)
opcin de nuevas microcontingencias y (d) promover otras opciones funcionales de la misma
conducta. En el segundo de los casos la solucin puede variar nicamente en dos
dimensiones, mantener o cambiar el sistema macrocontingencial. Mientras que el primer tipo
de soluciones se relacionan con el desarrollo de competencias, el cambio de morfologas y
disponibles, entre otras, el segundo tipo de soluciones implica el cambio en lo que hace o cree
el individuo con el fin de ajustarse a lo que hacen o creen otros individuos o con el fin de alterar
las prcticas y creencias de otros.
(5) Procedimientos de intervencin. stos son seleccionados a partir de dos requerimientos:
(a) los criterios de solucin elegidos a partir de las interacciones o cruzamientos entre las
dimensiones identificadas en el anlisis micro y macrocontingencial, y (b) la naturaleza de
estas dimensiones. Dependiendo de la naturaleza de las dimensiones y sus interacciones
entre los niveles micro y macrocontingencial, es posible caracterizar cuatro tipos de
procedimientos de intervencin. (I) Procedimientos para alterar disposiciones propias del
usuario/cliente. (II) Procedimientos para alterar la conducta de otras personas. (III)
Procedimientos para alterar la propia conducta. (IV) Procedimientos para alterar prcticas
valorativas o macrocontingenciales. Cabe sealar que estos procedimientos deben disearse
y aplicarse de forma individualizada, es decir, su empleo se rige por el anlisis realizado
durante los cuatro primeros pasos antes descritos y no como tcnicas ad hoc para problemas
especficos como adicciones, obesidad, ansiedad, etc. Adems, el anlisis contingencial se
fundamenta en la idea de la desprofesionalizacin, segn la cual la interaccin psiclogocliente es de naturaleza educativa. En sta el cliente adquiere conocimientos para que
resuelva por s mismo sus problemas evitando, en cierta medida, la intervencin de ms
profesionales.
Al describir estos cinco pasos es posible afirmar que el uso de tcnicas novedosas en el anlisis
contingencial depender de la lgica con la que anteriormente se han incluido otras tcnicas en el
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ltimo paso de esta metodologa (procedimientos de intervencin). En relacin con esto, Ribes (1990)
y Rodrguez-Campusano (2004) mencionan que es posible tomar ciertas tcnicas de otros corrientes
o escuelas de psicoterapia, siempre y cuando stas hayan demostrado ser eficaces y su uso, dentro
del anlisis contingencial, est determinado funcionalmente y no morfolgicamente. Ambos autores,
parecen tener mayor apertura por las tcnicas originadas en la terapia o modificacin de la conducta,
sin embargo, los criterios no eliminan la posibilidad de disear nuevas tcnicas o de tomarlas de otras
corrientes que no sean conductuales. Al respecto Ribes (1990) menciona:
Los procedimientos as clasificados pueden incluir tcnicas de cambio conductual ya disponibles
y/o nuevas tcnicas diseadas a la medida de la situacin. Una misma tcnica puede ser
empleada con diferentes propsitos funcionales; as, por ejemplo, el ensayo conductual puede
ser usado para modificar tendencias o bien para alterar efectos sobre uno mismo. (p.126)
Lo anterior no refiere un eclecticismo o la integracin de conceptos provenientes de distintas corrientes
tericas, por el contrario, en la medida en la que una tcnica ha demostrado a ser eficaz partir de
investigacin emprica, una teora sobre el comportamiento psicolgico como la Teora de la conducta
(Ribes & Lpez, 1985) debera dar los elementos necesarios para llegar a una explicacin de estos
hallazgos. As, este manuscrito surge, en primer lugar, del inters que han generado las terapias de
segunda generacin, y ms recientemente las terapias de tercera generacin; en particular por los
diversos estudios que han demostrado su eficacia. En segundo lugar, se considera que desde la
Teora de la conducta es posible explicar el cambio en el comportamiento individual al emplear la
reestructuracin cognitiva y la mindfulness, lo que abre el panorama para el empleo de estas tcnicas
bajo los criterios del anlisis contingencial.
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TERAPIAS DE SEGUNDA
Y TERCERA GENERACIN
La distincin entre terapias de primera, segunda y tercera generacin fue propuesta por Hayes (2004).
Esta distincin consiste en que las terapias de primera generacin se basan en los principios de
condicionamiento clsico y operante. A partir de stos, la intervencin tiene como objetivo modificar la
frecuencia de la conducta problemtica, ya sea incrementndola ante dficits o disminuyndola ante
excesos. Entre stas es posible identificar a lo que se ha denominado Terapia de la conducta,
Modificacin de la conducta (Lazarus, 1958; Eysenck, 1959) y/o Anlisis experimental del
comportamiento (Baer, Wolf, & Risley, 1968).
La segunda generacin abarca a las terapias conocidas como cognitivo-conductuales, que siguen un
enfoque hipottico-deductivo, aceptando variables intervinientes como causas para explicar la
conducta; por ejemplo, las creencias irracionales. Las intervenciones de estas terapias se basan en la
modificacin de dichas variables mentales, lo que da como resultado la modificacin del sntoma que
para este caso sera el comportamiento del cliente. Los modelos ms conocidos de esta generacin
son la Terapia racional emotiva (Ellis, 1999) y la Terapia cognitiva de Beck (Beck & Emery, 1985).
Por ltimo, se encuentran las terapias de tercera generacin, las cuales representan un retorno a las
races contextuales del conductismo radical, pero haciendo mayor nfasis en la conducta verbal, la
relacin teraputica y el pensamiento desde una perspectiva no mentalista. Entre estas terapias las
ms conocidas son la Terapia de aceptacin y compromiso (Hayes, Strosahl, & Wilson. 1999), la
Terapia dialctica conductual (Linehan & Dimeff, 2008) y la Psicoterapia analtico funcional
(Kohlenberg & Tsai, 1991).
Mientras que en el anlisis contingencial se fomenta el empleo de tcnicas caractersticas de la
primera generacin, las tcnicas de las ltimas generaciones no son tomadas en consideracin. Por
lo tanto, a continuacin se describir a grandes rasgos las caractersticas de la reestructuracin
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cognitiva (segunda generacin) y de la mindfulness (tercera generacin) para brindar una posible
explicacin desde la Teora de la conducta de sus efectos sobre el comportamiento individual y de
esta forma justificar su empleo, al menos, de forma genrica.
LA REESTRUCTURACIN COGNITIVA
De acuerdo con Caro-Gabalda (2011), la mayora de las intervenciones en terapia cognitiva tienen
como eje central la reestructuracin cognitiva. No obstante, existe una amplia gama de procedimientos
que podran caer dentro de esta categora. Por lo tanto, para fines del presente manuscrito, por estas
se entender a lo que se conoce como dilogo socrtico o descubrimiento guiado. Al tratar de
identificar qu implica esta tcnica, DeRubeis, Tang y Beck (2001) comentan que El trmino
descubrimiento guiado se refiere al proceso, a travs de preguntas gua, para ayudar a los pacientes
a alcanzar nuevas perspectivas que desafan sus conclusiones equivocadas (p. 363).
Como es conocido, las terapias cognitivas se basan en el modelo A-B-C, donde A hace referencia a
una situacin o evento, B a la cognicin y C al comportamiento. En tanto que el comportamiento es
causado por la cognicin, la tarea del terapeuta se centra en ayudar al cliente a modificar la causa por
medio de evidencias que demuestren lo irracional, invlido o errneo de su pensamiento. Una forma
de lograr esto consiste en guiar al cliente a un callejn sin salida a partir de preguntas en el que l
mismo identifique lo problemtico en su forma de pensar. As, el dilogo socrtico podra resumirse
como una serie de preguntas en tono de discusin o reflexin para ayudar al cliente a identificar los
procesos cognitivos por medio de los que aporta significado las cosas, as como debatirlos o ponerlos
en duda por s mismo con tal de que genere nuevos pensamientos ms vlidos o que se relacionen
con un comportamiento ms ajustado al contexto social.
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A pesar de que el dilogo socrtico es una tcnica central en la terapia de Beck y de Ellis, cada una
de stas cuenta con caractersticas particulares en el procedimiento de intervencin. Por ejemplo, para
Ellis lo esencial sera refutar ideas irracionales que han sido denominadas como (1) la tirana de los
debos, (2) horrorizarse, (3) no soportantitis, (4) condena y (5) pensamiento todo o nada. Por su parte,
en la terapia de Beck se fomenta en el cliente el pensamiento cientfico con tal de poner a prueba sus
pensamientos en forma de hiptesis. Para esto se le solicita al cliente que se pregunte cosas como
Cul es la evidencia a favor o en contra de una creencia? o Cules son las implicaciones reales, si
la creencia es correcta? Para una revisin ms precisa de cmo se realizan este tipo de intervenciones
consultar algunos de los diversos manuales sobre terapias cognitivo conductuales (Caballo, 2002;
Caro-Gabalda, 2011; Ruiz, Daz, & Villalobos; 2012).
Son diversos los estudios meta-analticos que suponen la eficacia de las terapias cognitivas que
emplean como tcnica principal el dilogo socrtico (Butler, Chapman, Foreman, & Beck, 2006;
Dryden, David, & Ellis, 2010), lo que supone la intervencin de un proceso psicolgico para que se d
el cambio en el comportamiento problemtico. Es lgico que la explicacin ms comn para esto se
base en el modelo A-B-C, es decir, que a partir del dilogo socrtico se afecta la causa latente
(cognicin) del sntoma (comportamiento). Este tipo de explicacin cae en dos problemas desde la
concepcin del anlisis contingencial o ms especficamente desde Teora dela conducta (Ribes &
Lpez, 1985). Primero, se emplea el modelo mdico para explicar fenmenos psicolgicos. Segundo,
lo psicolgico se describe desde una perspectiva dualista/mentalista. Estas diferencias tericoconceptuales no facilitan la integracin de este tipo de tcnicas a una lgica como la que se ha descrito
para el anlisis contingencial, a pesar de que los hallazgos sugieran su eficacia.
En este punto cobra importancia la posibilidad de explicar estos hallazgos a partir de la Teora de la
conducta. Para lograr esto se tomar como punto de referencia la propuesta de Castellanos-Meza,
Torres-Ceja, y Ortiz-Rueda (2013) para la explicacin de la anestesia hipntica como un episodio
sustitutivo referencial, lo que hace necesaria la descripcin de estos conceptos.
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En Teora de la conducta (Ribes & Lpez, 1985) se describe una taxonoma de cinco funciones
estmulo-respuesta a partir de la que se pretende describir y explicar una amplia gama de fenmenos
psicolgicos. La distincin fundamental entre las funciones que integran dicha taxonoma (Contextual,
Suplementaria, Selectora, Sustitutiva Referencial y Sustitutiva no Referencial) se basa en que las tres
primeras son propias de los animales que cuentan con un sistema nervioso complejo, mientras que
las dos ltimas son caractersticas y exclusivas del humano. La base de esta distincin consiste en
que las primeras tres funciones suponen un ajuste del organismo a criterios mediados por las
relaciones de contingencia situacionales, posibilitadas por el contacto con propiedades fisicoqumicas
o ecolgicas de los objetos de estmulo, mientras que las dos ltimas suponen un ajuste a criterios
mediados a travs del lenguaje que permite el contacto con propiedades normativas o convencionales
(Ribes, 2007).
Desde la primera ocasin en la que se propuso la funcin sustitutiva referencial (Ribes & Lpez, 1985)
sta se ha relacionado con la descripcin/explicacin de fenmenos psicolgicos exclusivamente
humanos como el engao, la imaginacin, la atribucin, entre otros. A pesar de que a partir del avance
en la propuesta terica, as como con los hallazgos obtenidos a travs de la investigacin emprica,
se han dado cambios en la concepcin de esta funcin, su fin como categora que incluye fenmenos
psicolgicos complejos se ha mantenido (Prez-Almonacid, 2010; Ribes, 2012).
Uno de los elementos ms importantes para que un episodio sea considerado extrasituacional es que
las contingencias de ocurrencia de la situacin en la que se encuentra el mediado cambien debido a
la sustitucin de las contingencias de funcin propias de dicha situacin por contingencias
convencionales de otra situacin (Ribes, 2012). De este modo, los elementos necesarios para que se
d un episodio de este tipo son un mediado y un mediador. El primero es una persona que responde
ante una situacin concreta/presente, mientras que el segundo es quien por medio de lenguaje
promueve una sustitucin de contingencias para que el mediado se desligue de las circunstancias
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actuales de la situacin concreta y responda en trminos convencionales. Cabe sealar que en este
proceso la misma persona puede actuar como mediado y mediador.
Segn Prez-Amonacid (2010), un ejemplo que puede representar la conducta en la que se implica el
mediado en la sustitucin referencial es la comprensin de metforas. Supongamos una situacin en
la que un sacerdote aconseje a un sujeto sobre determinados acuerdos o valores a partir de metforas
o historias ficticias para promover que el sujeto mediado entre en contacto con propiedades
convencionales de una situacin externa (valores que conoce). En este caso el cambio en la respuesta
del mediado dependera de la aptitud con la que cuente el sacerdote para suplementar
lingsticamente la conducta del otro con propiedades de eventos u objetos extrasituacionales o de
otra situacin; lo que en otras palabras hablara de la aptitud del sacerdote para crear metforas. Por
su parte, la modificacin de la respuesta del mediado en congruencia (Ribes, 2004) con las
propiedades convencionales introducidas por el sacerdote depender de su aptitud para discriminar
entre propiedades convencionales, es decir, su aptitud para comprender metforas y atribuciones
(Prez-Almonacid, 2010).
De acuerdo con Castellanos-Meza, Torres-Ceja, y Ortiz-Rueda (2013), el comportamiento hipntico
cumple con las caractersticas y elementos descritos en el ejemplo sacerdote. Estos autores
estudiaron el caso de la anestesia hipntica para demostrar su argumento, considerando que sta
implica un episodio en el que convencionalmente se podra esperar que un individuo debera
manifestar signos de dolor mediante el tipo de estimulacin que recibe, pero debido a la induccin de
un estado hipntico, la persona se mantiene inmutable y sin dolor. Para que se presente este
fenmeno, sugieren los autores que se requiere de dos sistemas contingenciales, el primero
denominado como una situacin de dolor en la que un sujeto reacciona (grita, encoge el brazo, etc.)
ante la estimulacin nociva como un piquete en la mano. En la segunda situacin, denominada
hipnosis, el Sujeto H responde ante una situacin o un evento concreto de acuerdo a otras
circunstancias promovidas por el operador (hipno-terapeuta) a travs de su competencia lingstica.
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La figura 1 representa el caso de la anestesia hipntica donde las contingencias ante las que responde
un Sujeto D expuesto a un evento nocivo son sustituidas lingsticamente por un operador. Debido a
esto, el sujeto responde como si estuviera en otra situacin (Sujeto H).
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prcticas macrocontingenciales. Esto ltimo resulta de gran relevancia debido a que, de acuerdo con
Rodrguez-Campusano (2004) hasta ese momento no se haban identificado tcnicas que cumplieran
dicho propsito.
Alterar disposiciones por medio del dilogo socrtico implicara que un cliente que normalmente tienda
a responder de una forma valorada como problemtica en una situacin concreta sustituya las
contingencias presentes por medio de la intervencin lingstica del terapeuta, logrando responder de
forma distinta. En un caso hipottico, una pareja que acude a terapia debido a que el esposo se
comporta agresivamente cada vez que la esposa no cumple con alguna labor domstica. A pesar de
que el esposo menciona que sabe que estas labores no son slo responsabilidad de la mujer, no sabe
por qu reacciona de esta manera. As, en este caso ms que tratar de alterar un valor por medio del
dilogo socrtico lo que buscara el terapeuta se relacionara con la evaluacin o significado que le da
el esposo a los eventos. Por ejemplo, desde la perspectiva de Ellis se trabajara sobre las ideas
irracionales de horrorizarse y no soportantitis
Por su parte, la finalidad de alterar prcticas macrocontingenciales por medio del dilogo socrtico se
limitara a cambiar las conductas propias para ajustarse a prcticas valorativas de otros (Ribes, 1990).
A comparacin con el ejemplo anterior, en ste el dilogo se centrara en alterar un valor del cliente.
Suponiendo que un padre de familia acude a terapia pues ha comenzado a tener problemas con su
hijo desde que ste le comunic a su familia sobre su homosexualidad. El cliente no acepta el
comportamiento de su hijo, pero no desea perder la relacin con l, adems de que es el nico de la
familia que responde de esa manera. Es claro que este caso implicara mayor complejidad que el
anterior, en este trabajo no proponemos nicamente esta tcnica para el tratamiento de algn
problema, simplemente intentamos justificar su inclusin en el maletn de herramientas del terapeuta.
Demandas de este tipo deben abordarse por medio de distintas tcnicas y recordando que el anlisis
contingencial se encuentra en un nivel educativo. Una posible direccin general para el tratamiento de
este caso se centrara en el dilogo socrtico para que el mismo cliente ponga a prueba y refute
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conductuales de segunda y tercera generacin.
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creencias irracionales sobre la homosexualidad, como las que se relacionan con los deberan; esto
en conjunto con diversos mdulos sobre educacin de la sexualidad.
La figura 2 representa grficamente el dilogo socrtico como un episodio sustitutivo referencial, pero
a diferencia de la representacin para la anestesia hipntica (figura 1), en este caso se hace de forma
abstracta sin referir un ejemplo particular. Por el momento, la funcin sustitutiva referencial es apta
para describir/explicar los cambios que se dan el comportamiento individual a partir del dilogo
socrtico lo que abre la posibilidad de usar esta tcnica en el anlisis contingencial para alterar
disposiciones, as como para alterar la conducta propia para ajustarse a prcticas valoradas por otros.
Probablemente, reflexiones posteriores dejen ver que esta tcnica puede ser empleada para otros
propsitos.
Figura 2. Representacin grfica del dilogo socrtico como un episodio sustitutivo referencial.
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MINDFULNESS
Como se mencion anteriormente, las terapias de tercera generacin se caracterizan por integrar los
avances en el estudio del pensamiento y el lenguaje humano desde una perspectiva radical, es decir,
no mentalista como en el caso de las terapias de segunda generacin. Mientras que estas ltimas
tenan por propsito cambiar los pensamientos o creencias del cliente, las terapias de tercera
generacin buscan alterar la forma en la que ste se relaciona con sus pensamientos, fomentando la
aceptacin y flexibilidad. Una herramienta que se ha empleado para lograr esto es la mindfulness
(Fletcher & Hayes, 2005).
Resulta importante sealar que el empleo de esta tcnica en el mbito profesional de la salud no se
limita a una perspectiva conductual o cognitiva, tampoco se limita a la psicologa, pues se han
realizado estudios evaluando su eficacia en otras disciplinas como la medicina, la enfermera o la
fisioterapia. Con respecto al empleo de la mindfulness desde una perspectiva conductual, Linehan
(1993) fue la primera en incluirla en la terapia dialctica conductual, definindola como el proceso
intencional de observar, describir, y participar de forma no evaluativa en la realidad, en el momento y
con eficacia (Robins, Schmidt, & Linehan, 2004, p. 37). Sin embargo, este concepto es tomado de un
mbito precientfico, la meditacin budista Zen, y como tal no cuenta con una definicin clara o
unvoca. Por ejemplo, otros autores podran definirla como un proceso que incluye moverse a travs
de un estado en el que la persona participa enteramente como un observador de los estmulos
externos e internos en el momento presente, mientras se abre a la aceptacin de la situacin (KabatZinn, 1994; Orsillo, Roemer, Block, & Tull, 2004).
De igual forma, son diversos los argumentos por medio de los que se ha intentado explicar la eficacia
potencial de practicar mindfulness. Orsillo, Roemer, Block y Tull, (2004) realizaron un anlisis en
relacin con esto e identificaron las siguientes posibles explicaciones que han dado diversos autores
en los ltimos aos: (1) La mindfulness promueve la exposicin a experiencias internas antes evitadas,
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permitiendo el cambio cognitivo o el cambio en la actitud que se tiene ante ciertos pensamientos. (2)
La mindfulness incrementa la conciencia metacognitiva, un set cognitivo asociado con la
desidentificacin, en la que los pensamientos y sentimientos negativos son experimentados como
eventos mentales y no como los eventos en s mismos. (3) La mindfulness incrementa la conciencia
individual sobre las relaciones entre ciertos estmulos y respuestas, lo que puede decrementar las
respuestas automticas a los estmulos.
A pesar de que actualmente no existe un consenso sobre lo anterior, diversos estudios han confirmado
que practicar mindfulness es til en la prevencin de recadas depresivas (Segal, Teasdale, & Williams,
2002), en la disminucin del estrs y aumento de la calidad de vida en pacientes con cncer (Carlson,
Speca, Patel, & Goodey, 2003), as como para el tratamiento de la supresin de pensamiento en
pacientes suicidas (Hepburn, Crane, Barnhofer, Duggan, Fennell, & Williams, 2009), para el
tratamiento de pensamientos obsesivos e intrusos (Wilkinson-Tough, Bocci, Thome, & Herlihy, 2010),
y para el tratamiento del trastorno bipolar (Williams et al., 2008), entre otros.
Esta evidencia a favor de la prctica de mindfulness, en su conjunto con la falta de consenso sobre
cul es el proceso del que depende su eficacia, hace que su posible explicacin desde el marco de
Teora de la conducta (Ribes & Lpez, 1985), as como integracin en el anlisis contingencial sea
relevante. No obstante, debido a que la definicin que se ha dado en psicologa conductual para esta
tcnica sigue siendo bastante amplia y que los investigadores y clnicos siguen tratando de identificar
cules son los procesos de los que depende su eficacia, la propuesta para que esta tcnica sea
empleada en el anlisis contingencial se centrar exclusivamente en uno de sus posibles elementos,
la defusin cognitiva.
Segn Fletcher y Hayes (2005), en el mbito de la terapia psicolgica, los elementos que engloba la
prctica de mindfulness son la aceptacin, el contacto con el momento presente, ver al yo como
contexto y la defusin cognitiva o desliteralizacin del lenguaje como se denomina en otros
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manuscritos (Wilson & Luciano, 2002). El presente trabajo tratar solamente este ltimo elemento
pues como se describir a continuacin, desde el marco de Teora de la conducta (Ribes & Lpez,
1985), ste es paso que promueve alcanzar los dems elementos.
Para explicar de qu depende el cambio en el comportamiento individual al practicar mindfulness es
importante retomar la funcin sustitutiva referencial descripta en el apartado sobre el dilogo socrtico.
En sntesis, el proceso inherente a esta funcin es la sustitucin o transformacin del sistema de
contingencias ante el que responde un individuo en el momento actual por el sistema contingencial de
otra situacin, esto por medio de la intervencin lingstica del mismo sujeto o de otra persona. En
esta ocasin, la explicacin se basar en el caso de la autorreferencia en la que un individuo acta
como mediador y mediado, ya que ste se habla as mismo de algo que, inclusive, puede ser l mismo
(Ribes & Lpez, 1985).
As, cuando se menciona que la defusin cognitiva implica un proceso en el que se le demuestra al
cliente que los eventos internos (pensamientos, creencias, etc.) son respuestas transitorias y no
estmulos amenazantes reales que requieren ser evitados (Orsillo, Roemer, Block, & Tull, 2004),
posiblemente se le est entrenando a desactivar o romper las contingencias de funcin que le permiten
entrar en contacto con un sistema contingencial distinto al de la situacin actual. Siguiendo este
argumento, en el anlisis contingencial el empleo de esta tcnica correspondera a la categora
procedimientos para alterar disposiciones propias del usuario/cliente.
En la figura 3 se describe esta posible explicacin, misma que se refuerza con el siguiente ejemplo
hipottico.
Una persona asiste a consulta por problemas de estrs y ansiedad debido a problemas
econmicos y laborales lo que le ha provocado insomnio.
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Instruir a esta persona en tcnicas que promuevan la defusin como repetir una palabra decenas de
veces (Masuda, Hayes, Sackett, & Twohig, 2004), ejercicios de respiracin y concentracin en las
sensaciones (escner corporal) o la focalizacin de la atencin (Brito-Pons, 2011), entre otras, podran
ayudar a que el cliente cuando se acueste a dormir (Situacin 1) su sueo no se vea afectado por
estar pensando en lo que posiblemente ocurrir maana durante su evaluacin semestral en el trabajo
(Situacin 2). Tomando en consideracin que la capacidad humana para sustituir sistemas
contingenciales es lo que nos permite responder como si estuviera ocurriendo un evento futuro o
pasado, ser competentes para alterar esta capacidad podra ayudarnos a responder nicamente a la
situacin presente; lo que en el ejemplo correspondera a conciliar el sueo.
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De este modo, un individuo que entiende la capacidad de sustituir sistemas contingenciales sera
potencialmente eficaz para ver a los estmulos internos como una forma transitoria de responder y
no como eventos reales, tampoco como lo que lo define como persona. En la medida en la que ocurre
esto, el individuo tambin ser ms apto para aceptar dichas respuestas, as como para decidir cmo
actuar en la situacin presente, lo que podra promover respuestas menos impulsivas y enfocadas a
lo que el cliente valora al no tratar de evitar o escapar. Como podr notarse, aqu se incluyeron los
cuatro elementos que engloban a la prctica de la mindfulness en terapia psicolgica. Debido a esto
la ltima explicacin se bas en la defusin cognitiva.
CONCLUSIONES
El propsito del presente ensayo consisti en justificar el empleo dentro del anlisis contingencial de
tcnicas de terapias cognitivo-conductuales de segunda y tercera generacin, en particular la
reestructuracin cognitiva y la mindfulness respectivamente. Adems, se pretendi dar explicacin del
porqu han demostrado ser eficaces dichas tcnicas en el cambio del comportamiento individual desde
el marco de Teora de la conducta (Ribes & Lpez, 1985). Ambas explicaciones se basaron en la
funcin sustitutiva referencial para describir el proceso del que depende el cambio en el
comportamiento individual por la intervencin con el dilogo socrtico y la defusin cognitiva. Mientras
que, en el primer caso, el cambio en el comportamiento del cliente depende de la competencia
lingstica del terapeuta para mediar la sustitucin del sistema contingencial de la situacin presente
por otra, en el segundo de los casos el cliente adquiere competencias para alterar su capacidad como
mediador. Finalmente, resulta importante recordar que el empleo de estas tcnicas debe basarse en
los principios del anlisis contingencial, como por ejemplo buscar la desprofesionalizacin o darle
mayor inters a la funcin del comportamiento en comparacin con la morfologa. Tambin, se
recomienda tomar en consideracin otros aspectos importantes de las terapias de segunda y tercera
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generacin que no pudieron ser considerados en el presente trabajo, como los valores o los
experimentos conductuales
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