La Llama Del Suburbio
La Llama Del Suburbio
La Llama Del Suburbio
E D I C I O N E S C O M U N I D A D D E L U C H A
Lallamadelsuburbio
ProletariosInternacionalistas
http://www.proletariosinternacionalistas.org
info@proletariosinternacionalistas.org
EdicionesComunidaddeLucha
Primeraedicinencastellano,mayode2013
Segundaedicinencastellano,febrerode2016
Ningnderecho.Sealientalareproduccindeeste
libro,atravsdelosmediosqueseestimenoportunos.
NDICE
Advertenciaallector
Introduccin
7
11
PRIMERAPARTE
LOSSUBURBIOS,UNESPACIODEMASA
SUPERFLUAYDESUBVERSIN
I.Cercoalamiseria
23
II.Lainestabilidaddelossuburbios
29
III.Mtodosdecanalizacin
33
IV.Unahistoriadeluchascontrael
Estado
47
SEGUNDAPARTE
LAREVUELTADENOVIEMBREDE2005
V.Situacinprecedente
77
VI.Lanaturalezaproletariadela
revuelta
83
VII.Eltrgicoaislamientodelossu
burbios
106
VIII.Lmitesdelmovimiento
113
IX.Elfindelarevuelta:paloy
zanahoria
122
X.Laagudizacindelascontradic
cionesenlossuburbios
125
TERCERAPARTE
CONCLUSINYPERSPECTIVAS
XI.Situacininternacional
137
XII.Laestrategiaburguesa
144
XIII.Peseatodo...
149
APNDICES
1.Laschicasdelarevuelta
159
2.Volanteannimodesdelascalles
delsuburbio
174
3.Enunarevuelta,seestconlos
rebeldesoconelpoder!
176
4.Noviembrede2005:partiendode
loshechos
180
5.Cronologadelarevueltade2005
189
Advertenciaallector
Los materiales que publicamos en este libro son
el resultado de las diversas discusiones, balances y
reapropiaciones que Proletarios Internacionalistas y
compaeros cercanos realizamos de la lucha llevada
a cabo por el proletariado en los suburbios franceses
y que tuvo su cenit en noviembre del 2005.
El grueso de este material fue elaborado en el
ao 2006. Pese a que la intencin era publicarlo por
aquella poca, recin acontecidas las luchas en los
suburbios franceses, otras cuestiones fueron tomando prioridad dejando en un segundo plano este trabajo, hasta abandonarlo por completo salvo para
hacerlo circular de vez en cuando entre algunos
compaeros. En el ao 2012 decidimos rescatarlo de
la crtica demoledora de los roedores para publicarlo, pues considerbamos que mereca salir a la superficie. No tanto por el esfuerzo que conllev su
elaboracin, sino porque contiene cuestiones que
juzgamos de vital importancia y que han sido ignoradas en la mayora de los materiales que se han escrito en castellano sobre el tema en cuestin.
Exceptuando el libro Chusma?, escrito por
Alssi Dell'Umbria, editado en Espaa por Pepitas
de calabaza, as como algn que otro pequeo folle7
Proletarios Internacionalistas
to annimo, que son materiales que merecen ser tenidos en cuenta, la mayor parte de los textos publicados en castellano sobre esta revuelta, o bien son
basura salida de los estercoleros burgueses, y que se
colocan explcitamente contra ese movimiento, o
bien son anlisis que pretendiendo defender a los rebeldes, caen en discursos victimistas, paternalistas,
sociolgicos, superficiales e incluso conspiranoicos
que no hacen sino enterrar las verdaderas contradicciones en juego. Este es uno de los motivos que nos
impuls a publicar el presente trabajo.
Para su publicacin nos encontramos con diversos problemas. Un texto abandonado hace aos, en
estado an de borrador, con aportaciones de diversos
compaeros, crticas importantes pendientes de ser
introducidas, partes incompletas, anlisis con diversos niveles de abstraccin, etc, etc... Tenamos dos
opciones: hacer un pequeo apao con todo esto y
publicarlo, lo que hubiera sido una autntica chapuza, o volver a reelaborar todo el material utilizando
el borrador, lo que sin duda hubiera requerido un
tiempo y un esfuerzo que decidimos inadecuado invertir. En consecuencia, y ante la necesidad de publicarlo, nos decantamos para su publicacin por
una opcin intermedia entre la chapuza y la reelaboracin.
Un grupo de compaeros asumi la tarea de coger el borrador, darle cuerpo a la redaccin final, actualizar los diversos pasajes, incluir las anotaciones
y aportaciones que algunos compaeros realizaron
al borrador, as como revisar las traducciones al castellano de diversos textos escritos en francs. El resultado es la presente obra.
Con lo dicho queremos prevenir al lector ante
cierta falta de continuidad que pueda tener el texto
aqu o all, ante ciertos pasajes sin profundizacin u
otros aspectos similares. Por encima de todos estos
aspectos secundarios nosotros ponemos siempre por
delante el contenido. Ante todo porque ni somos escritores ni pretendemos serlo, somos simplemente
proletarios revolucionarios utilizando los medios
que consideramos necesarios en la lucha contra el
capital. Con esta intencin, como herramienta para
el desarrollo y fortificacin de nuestra clase, publicamos este material.
INTRODUCCIN
La tarde del 25 de octubre del 2005, en Clichysous-Bois, barrio perifrico de Pars, dos jvenes
moran electrocutados al trepar por una subestacin
elctrica cuando trataban de escaquearse de una
identificacin policial. Escapaban de ser humillados,
golpeados, fichados, llevados a comisara o/y detenidos, resultado rutinario de una identificacin en
los suburbios parisinos. Fue la chispa que prendi la
mecha. Pocas horas despus comenzaran en el barrio unos disturbios que se extenderan por los suburbios de todo el pas a lo largo de tres semanas.
Disturbios como el acaecido en esa noche no es
algo que coja por sorpresa a nadie en ese pas. Para
Francia y pases con este arquetipo de ciudades y
barrios marginales, acontecimientos como el sucedido ese da representan pequeas estrellas fugaces
que iluminan brevemente las calles de los suburbios,
para apagarse en pocas horas. Que las tensiones y
contradicciones de clase, acumuladas en alguno de
estos lugares, se desaten algn da, dando paso a enfrentamientos y algn que otro incendio, para volver
a la calma al da siguiente, es un mal menor que el
capitalismo contempla para reinar en este delicado
contexto. Si en las metrpolis y centros neurlgicos
este acontecimiento es algo inadmisible y desestabilizador, en los suburbios se acepta, siempre y cuando sea una cuestin fugaz. El procedimiento de la
13
Proletarios Internacionalistas
aguas revueltas del suburbio, pues ah los instrumentos tradicionales de encuadramiento del capital
tienen una influencia sumamente pobre, estas sabandijas pusieron sus esfuerzos en denigrar el movimiento, aislarlo de las metrpolis y colaborar en el
restablecimiento del orden. Se esforzaron en ahondar y potenciar todas las categoras ideolgicas con
las que el capital nos divide, facilitando as que los
esclavos asalariados de las grandes ciudades no se
sintieran identificados con la revuelta. O peor an,
los empujaban al rechazo fomentando el miedo a
perder sus miserables posesiones por el fuego de la
revuelta. Defendamos nuestra sufrida existencia y
la msera propiedad que tenemos frente a la chusma
de los suburbios! ste era el mensaje de la socialdemocracia.
Mientras tanto, el morro torcido de los burgueses
haba dado paso, con el trascurrir de los das, al estremecimiento y al temor. En ms de un centenar de
suburbios el fuego iba sealando con cada llamarada
a un vasto nmero de representaciones del mundo
mercantil. No en vano esta revuelta iba a superar en
este aspecto a los numerosos motines que la han
precedido en la historia de los suburbios franceses.
La negociacin se presentaba imposible. No slo
porque no se encontraba interlocutor, sino ante todo
porque no haba ninguna reivindicacin explcita a
15
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
rarse y respirar aliviados tras la vuelta a la normalidad. Pero la historia les ha desmentido, manifestndose en las banlieues como el preludio del batacazo
que les mandar al basurero de la historia junto con
todos los defensores del viejo mundo.
PRIMERAPARTE
LOSSUBURBIOS,UNESPACIODE
MASASUPERFLUAYDESUBVERSIN
Novenenlamiserianadamsque
miseria,sinverenellaelladorevo
lucionario, destructivo, que ha de
acabarconlaviejasociedad.
K.Marx
I. Cerco a la miseria
Jams hubo tanta produccin de mercancas, jams hubo tanta abundancia de alimentos y dems
productos en el mercado, jams el mercado destruy
tanta produccin para favorecer el proceso de valorizacin; y a la vez jams hubo tanta desposesin, jams hubo tanta hambre, jams hubo tantos
desheredados. La carrera ilimitada del capital es
acumular y acumular capital cada vez en menos manos, cada vez ms concentrada en una minora de
personas que no tienen ms objetivo que la explotacin del resto de la humanidad. Las enormes masas
de seres humanos que son arrojados a la basura se
multiplican con el desarrollo cada vez ms insostenible de la sociedad capitalista. Gran parte de este
ejrcito de hombres y mujeres, inservibles en su mayor parte para la valorizacin capitalista, son hacinados en franjas de terreno destinadas especficamente
a almacenarlos: los suburbios.2 Desde EE.UU. a
China, de Argentina a Rusia, de frica, cuyo continente se parece cada vez ms a un inmenso suburbio, a Inglaterra, de Portugal a Egipto, de Palestina a
2
Proletarios Internacionalistas
que se extiende por todo el terreno capitalista. Muchos profesionales de la miseria nos hablan de las
desgracias del suburbio haciendo olvidar a los proletarios de las dems ciudades su propia miseria. Se
trata siempre de alejar el fantasma de la revuelta a
lugares lejanos. Cada miserable de este mundo puede mirar a su lado y reconfortarse de ver a alguien
en peor condicin que l.
Y sin duda alguna este es uno de los aspectos que
mantiene a flote esta sociedad. Es una forma de aplicar la ideologa del mal menor que tanto dao nos
hace. Los pajes de esta sociedad quieren que veamos
diferencia donde slo puede haber identificacin. La
vida en el suburbio, penosa, sufrida, esclava, aburrida, estresante, oprimida, criminal, tan dependiente
de lo que decida el inters capitalista, se parece en
demasa a la que se desarrolla en las pomposas metrpolis. Comprender esto, comprender que somos
parte de un ser que sufre los mismos problemas, las
mismas penurias, nos permite comprobar al mismo
tiempo que los diferentes niveles en los que se manifiestan estas condiciones de vida, las diversas formas bajo las que se personifica, slo son episodios y
momentos de nuestra condicin de proletarios. Nos
permite comprobar al mismo tiempo cmo, en el
otro lado, patronos, polticos, sindicalistas y dems
funcionarios del capital, es decir, burgueses, habiten
25
Proletarios Internacionalistas
27
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
animadversin generalizada a los defensores del orden, junto con una complicidad fuertemente extendida, proyectan un ambiente beligerante que se instala
en los suburbios.
Por otro lado, la imposibilidad de que se puedan
cumplir las supuestas promesas de los partidos de la
izquierda del capital hace que los proletarios acten
con total indiferencia ante sus requerimientos e ideologa. Esto, tanto en los suburbios caticos de Brasil como en los ordenados e higinicos de Francia,
se traduce en la reduccin brusca de la influencia de
los partidos y militantes polticos de izquierda. De
hecho los progres son asimilados directamente a
la burguesa, tanto en Brasil como en Francia. Todas
sus teoras polticas suenan ridculas, y en el caso
francs el rechazo es mutuo pues los izquierdistas
tradicionales apenas operan directamente en los suburbios. No slo por miedo, sino porque ni siquiera
es ya rentable polticamente dar una oportunidad de
ascenso social a algn avispado explotado dispuesto
a ponerse a su servicio.
Si los partidos tradicionales tienen poco que rascar, los sindicatos menos an. La ausencia de empleos estables impide el contacto con el mundo sindical
en su categora de red clientelar o suministradora de
ideologa. En la mayora de las ocasiones el contacto
con el mundo sindical es exclusivamente represivo.
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Proletarios Internacionalistas
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Proletarios Internacionalistas
buen ciudadano que estos profesionales proporcionan, son fichados para que los cuerpos de seguridad
los tengan controlados.
Toda esta ideologa ciudadana que venden estos
sectores, con sus tcnicas de manipulacin emocional e ingeniera social, tiene por objeto hacer tolerar
la inmundicia capitalista a sus mayores vctimas,
convenciendo a los que nada tienen de las muchas
posibilidades de las que disponen sin infringir las leyes. Entre sus grandes logros est sin duda la consolidacin del reciclador de basura, autntico
dique de contencin de las protestas en los suburbios en los ltimos aos al destruir el cuestionamiento de la propiedad y su organizacin. Vivir
como ratas de ciudad comiendo la basura de otros
pasa a ser dignificado y aplaudido, construyndose
un pilar para consolidar una actividad que se extiende por cientos de suburbios de decenas de pases y
que ejecutan millones de personas.
Este nuevo sector laboral est ocupando el primer plano en el proceso de canalizacin de la miseria desde hace varios aos, haciendo aceptable la
inmundicia capitalista entre los sectores ms castigados del proletariado, sobre todo en Amrica Latina.
Estamos refirindonos a los hurgadores, cartoneros,
recicladores, clasificadores de basura Estos proletarios, sin ningn medio de sustento, sin ninguna
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Proletarios Internacionalistas
Racismo/antirracismo
Junto con este nutrido grupo de asistencialistas,
la ideologa racista, nacionalista, y su hermana la
antirracista, han tenido histricamente una gran
fuerza como factor de canalizacin y divisin que
no podemos dejar de anotar. Arrancando la lucha de
las contradicciones de clase y llevndola hacia la
parcializacin, en concreto a cuestiones de razas, se
asla y entierra al sujeto revolucionario. Gracias a
esa polarizacin racismo/antirracismo una generacin entera de luchadores sociales en los suburbios
fueron neutralizados o/y enterrados. Fue as como
pases como Estados Unidos con una fuerte combatividad en los suburbios han conseguido destruir
esas luchas. Inglaterra y Francia han sido tambin
pases de referencia en este sentido, el primero con
el racismo como fuerza de choque, el segundo con
el antirracismo.
En Inglaterra, a finales de los sesenta, el Estado
de ese pas foment un movimiento nacional sindicalista en Irlanda del Norte en plena devaluacin
progresiva de la fuerza de trabajo teniendo lugar las
primeras reconversiones. Un movimiento que pas
de las leyes de separacin y marginacin a perseguir
la expulsin de los obreros originarios del sur de Irlanda, llegados a partir de la llamada segunda guerra
mundial. Todo desemboc en episodios de limpieza
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Proletarios Internacionalistas
38
Drogas4
Existe otro conjunto de mtodos de control y eliminacin fsica del proletariado que ha demostrado
a lo largo de la historia su efectividad y pueden
usarse masivamente. Ante todo porque a efectos
prcticos, la vida, muerte o el bienestar razonable de
una buena parte de la fuerza de trabajo residente en
los suburbios es algo relativamente indiferente para
los capitalistas y sus Estados. En la prctica ya no se
necesita la inmensa mayora de la fuerza de trabajo
almacenada en estos lugares, pues ya no funcionan
siquiera como ejrcito de reserva. 5 Lo importante es
4
Proletarios Internacionalistas
que esta fuerza de trabajo infrautilizada por el capital est desesperada y acepte trabajar en las peores
condiciones posibles. Nada ms lgico y coherente
para este sistema de muerte que en estas aglomeraciones de poblacin superflua tomen un protagonismo central mtodos de control social y eliminacin
como las drogas, con la herona hasta hace poco a la
vanguardia. Sin duda se trata de un arma imprescindible para aniquilar la amenaza proletaria en el suburbio.
No hay que olvidar que el trafico y consumo en
masa de drogas ha sido un pilar fundamental para el
mantenimiento de la paz social durante dcadas, no
slo en los suburbios, sino en casi todo el planeta.
En especial en las zonas donde la socialdemocracia
no disfrutaba de un encuadramiento slido para someter a los proletarios.6
6
Estados Unidos fue de los pases que primero desarroll esta estrategia de anulacin del enemigo de
clase y de eliminacin fsica de la poblacin superflua. En los sesenta las formas de control de la religin laica del dinero o las religiones confesionales
hacan aguas por todas partes con la desestabilizadora guerra del Vietnam. Una guerra imperialista que
amenazaba con transformarse en una guerra de clases impulsada por el derrotismo revolucionario que
carcomi al ejrcito norteamericano. Las drogas genocidas fueron destinadas ms que a los soldados
irrecuperables, a los suburbios y barriadas donde vivan estos soldados de reemplazo.
El punto de inflexin que llev al narcotrfico
masivo en gran parte del mundo fue la crisis de los
sesenta y setenta. Si bien es verdad que la socialdemocracia segua teniendo mucho que decir bajo diferentes formas alternas, comenzaba a dar muestras
de agotamiento y necesitaba ser auxiliada por otros
mtodos de liquidacin del proletariado. Con el
tiempo y el continuo deterioro y estado de indigencia de la izquierda del capital, las drogas han ido adtancias para tenerlos como zombis. Los lugares conflictivos son
inundados de drogas como mtodo apagafuegos. En la crcel,
las drogas suministradas por los mdicos, as como las que infiltran sin cobertura legal, son una herramienta vital para quebrar
las luchas en su interior y tratar de doblegar a los presos
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Proletarios Internacionalistas
quirido un papel indispensable y central en el control social a nivel mundial. No slo en cuanto a factores de eliminacin fsica de poblacin sobrante o
neutralizacin, sino como todo un sistema de reorganizacin social.
Las drogas ilegales favorecen una forma de reinsercin laboral de ciertos sectores excedentes de
fuerza de trabajo. Se forja una industria que favorece por un lado la ampliacin del mercado capitalista
con exquisitas ganancias para empresas de narcotrfico, migajas miserables para los pequeos camellos
a los que explotan, y enajenacin y muerte para los
consumidores. Esta forma de organizar la no vida
afecta en todos los aspectos dentro de los suburbios:
se crea un mercado, unos puestos de venta, puestos
de trabajo y por supuesto una burguesa que se apropia de los beneficios. La circulacin de estas drogas
despliega toda una dinmica de divisiones y separaciones que favorece la formacin de distintas pandillas o bandas que suelen entrar en conflicto comercial
con cierta periodicidad. Este negocio central es el
que articula en torno a s un capitalismo de puerta
de atrs que es muy til para destrozar todo tipo de
contestacin social. En definitiva, un aspecto ms
del capitalismo que no representa otra cosa que la
muerte en vida de la humanidad: genera capital, reproduce y gestiona la explotacin y la destruccin
42
sistemtica del proletariado impulsando las condiciones necesarias que dificultan su reconstruccin
como fuerza revolucionaria.
En la actualidad la pasta base ha subido al primer escalafn de las drogas consumidas en los suburbios de Latinoamrica, especialmente entre los
adolescentes, pues su bajo precio les permite acceder fcilmente a ella. Elaborada a partir de residuos
de cocana, procesada con queroseno y cido sulfrico, y con toda clase de veneno variable en su composicin, es un autntico monstruo terrorista creado
por la mquina de produccin capitalista que est
matando a las jvenes generaciones de proletarios. 7
7
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
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Proletarios Internacionalistas
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Detroit, 1967
El continente americano, con EE.UU. a la cabeza, cuenta con una gran cantidad de revueltas desplegadas en los suburbios de su territorio. Los
motines de Watts en Los ngeles en 1965, (que se
sald con 35 muertos, cientos de heridos y 3.000 detenidos) rompi el mito de la integracin en este
pas y abri la brecha que siguieron Harlem, Newark hasta Detroit, donde tuvieron lugar las jornadas ms intensas a finales de los sesenta, en pleno
ascenso de la lucha de clases a nivel internacional.
Fue el 23 de julio de 1967 cuando tras una intervencin policial en una fiesta de bienvenida a dos
soldados de reemplazo negros venidos de Vietnam,
en un local en la calle 12 de Detroit, tienen lugar
una serie de protestas que se agudizaran hasta convertirse en motines. Esa misma noche la polica se
ve desbordada por las violaciones del toque de queda, los saqueos y los incendios. Aparece por primera
vez un elemento que ser el centro de preocupacin:
las patrullas de polica sufren el fuego de francotiradores aislados. Sabiendo que la ciudad estaba atestada de ex combatientes venidos de Vietnam no es de
extraar la intranquilidad.
Dejemos claro que estas unidades a la altura de
1967 eran un nido de insubordinacin y odio contra
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Proletarios Internacionalistas
la clase dominante norteamericana, que muchos volvan de Vietnam tras haber participado en la descomposicin del ejrcito de EE.UU., despus de
haber estado en las organizaciones derrotistas, en las
acciones, ataques y eliminacin de los oficiales que
los enviaban a la matanza, participando en las decenas de peridicos derrotistas, en la negacin a ser
carne de can que oblig finalmente a EE.UU. a
retirar a su ejrcito de aquella guerra. No hay duda
que los ex combatientes fueron la base organizativa
de la guerrilla y se lleg a publicar que se interceptaron comunicaciones por walkie-talkie con instrucciones para extender la sublevacin.
Los funcionarios municipales se inclinaron al
principio, dado el cariz de los acontecimientos, en
controlar la informacin y esperar a que se calmaran
los nimos. Pero pronto se percataron que esto no
sera posible sin un bao de sangre. Los saqueos e
incendios se extendieron durante tres das por toda
la zona obrera del occidente de la ciudad e incluso
por el oriente, as como por algunas ciudades vecinas, obligando a intervenir a la Guardia Nacional en
Pontiac, Flint y Saginaw.
La tctica de dejar que se calmaran los nimos
tras un breve recreo de los proletarios se mostr
nefasta. Los rebeldes no cejaron en su empeo de
destruir todo lo que da tras da les impeda vivir,
52
Proletarios Internacionalistas
protagonistas, al igual que la chusma de los suburbios franceses, no pidieron nada, expresaron su rechazo a todo el orden existente y tomaron lo que
consideraron oportuno. Rechazaron la mediacin de
los izquierdistas polticos y sindicales, a la par que
se opusieron a los lamentos y sugerencias de los
asistencialistas o los supuestos lderes comunitarios.
Todo vino precedido de una situacin asfixiante e
insostenible para los proletarios que sobrevivan en
los suburbios, despus de que el capital desechara
fuerza de trabajo innecesaria. El paro galopante que
alcanzaba los tres millones y medio de parados junto
a la reduccin de salarios a causa de la inflacin, se
uni a la subida de impuestos a travs del gravamen
sobre el consumo de bienes de primera necesidad.
As se implant el famoso IVA sobre los productos
de uso diario en Gran Bretaa. Gran aportacin a la
explotacin capitalista del primer gobierno de Margaret Thatcher.
Los suburbios se convirtieron en el foco central
de las protestas contra todas estas medidas. El terror
policial desplegado para contrarrestarlas termin por
provocar el estallido social. Brixton abri el camino
en abril de 1981. El apualamiento y el posterior interrogatorio por parte de la polica de un joven provoc la agudizacin de los tensiones sociales. La
intensificacin de la represin y el cerco del subur55
Proletarios Internacionalistas
56
Caracas, 1989
Esta revuelta, recordada como el caracazo, se
gest en los cerros de Caracas y tuvo lugar a comienzos del ao 1989. La situacin de miseria haba
llegado a un punto insoportable y en la maana del
29 de febrero comenzaron los disturbios. Violentas
manifestaciones y saqueos recorrieron casi todos los
suburbios de Caracas y en pocas horas se extendi a
ms localidades. Durante das la rebelin se apoder
de las ciudades ms importantes de Venezuela.
En muchos barrios se organizaron festejos para
celebrar colectivamente los logros de los saqueos.
Entre vecinos se exhiban como trofeos toda clase
de productos recuperados. Ante esta inestabilidad
social el gobierno activ el plan vila que permiti abarrotar de soldados las calles del pas, a la par
que habilitaba el uso de armas de guerra e instauraba
el toque de queda.
Algn puado de proletarios trat de defenderse
tambin con el uso de armas pero fueron barridos.
La represin fue brutal. Miles de hombres, mujeres
y nios, algunos simplemente por asomarse a la
ventana a ver qu suceda, fueron asesinados, otros
tantos desaparecieron. En los suburbios ms pobres
como El Valle, el ejrcito iba casa por casa y sin mediar palabra disparaba a quemarropa a sus ocupan57
Proletarios Internacionalistas
tes. Algunos testimonios cuentan las dramticas escenas que se vivieron. Vecinos tirando por la ventana, en un intento desesperado por salvar el pellejo,
la nevera, la lavadora, o algn que otro aparato que
das antes haban expropiado alegremente en los saqueos. La alegra de los das anteriores dejaba ahora
sitio a ros de sangre a golpe de fusil. Numerosos
proletarios salvaron la vida organizando escondites
en los que cobijarse durante esos das, algunos perciban con angustia e impotencia que compaeros,
amigos o familiares estaban siendo liquidados.
En realidad nunca se supo ni se sabr el nmero
real de muertos. El gobierno procedi a la creacin
de fosas comunes clandestinas y la exhumacin de
numerosos cadveres, sin tomar registro alguno de
la mayora de ellos, reduciendo radicalmente los nmeros oficiales de la represin.
Los ngeles, 1992
Veinticinco aos despus de Detroit, en Los ngeles se revivieron aquellos acontecimientos. Esta
ciudad, a principios de los noventa, gestionaba sus
suburbios en base a la divisin de los proletarios por
razas, aplastados por el peso asfixiante de la inundacin de drogas y las guerras entre bandas juveniles
reconvertidas en franquicias de distribucin de dro58
Proletarios Internacionalistas
mente haba llegado a las puertas de la capital en pocos meses, las revueltas en los suburbios de chabolas estallaron.
La noche antes de la cada oficial del rgimen y
su sustitucin por otros gestores del capital, numerosos pobladores de las barriadas de chabolas que rodeaban la capital de lo que entonces se conoca
como Zaire, se lanzaron al linchamiento de policas,
chivatos, hampones varios y quemaron todos los
edificios oficiales que quedaron a su alcance.
Ni falta hace decir que la mayor parte de la cpula del aparato represivo tras la revuelta y el cambio
de rgimen permanecieron en sus puestos. Luego,
tras varios meses de gobierno de Kabila, y las serias
diferencias que pareca demostrar con sus patrocinadores burgueses occidentales, los oficiales de su
ejrcito dan un golpe de Estado y lo liquidan, acto
que desemboca en una explosin de violencia proletaria.
Si bien por las condiciones en las que surge esta
revuelta permite una mayor canalizacin e influencia por los supuestos herederos de Kabila, la fuerza
que adquiere en sus primeros das asust a todas las
fuerzas polticas presentes. Los oficiales profesionales y sus fuerzas militares se vieron desbordados por
los proletarios armados de machetes, palos y piedras
61
Proletarios Internacionalistas
mer plano para hacer frente al plan de limpieza elaborado por los burgueses.
El ejrcito despleg una operacin de exterminio
contra la poblacin que para el capital es inservible.
Los proletarios no dudaban de la verdadera intencin de la ayuda humanitaria del ejrcito: Quieren
matarnos, de hambre o de lo que sea!. La revuelta
en Nueva Orleans no se sald con dos mil muertos.
Muchos otros fueron asesinados posteriormente por
los cuerpos represivos, y sus muertes pasaron a ser
catalogadas como ajustes de cuentas. Todo a la par
que se desalojaba a los proletarios y se los enviaba a
campos de reasentamiento controlados por el ejrcito. Se materializaba as un proyecto urbanstico que
tiempo atrs llevaba esperando poder aplicarse y que
consista en desplazar al proletariado sobrante, que
an viva en el turstico centro histrico, a las afueras de la ciudad.
Inglaterra, 2011
Tottenhan, Londres, 6 de agosto de 2011. Un sbado como cualquier otro, Mark Duggan, proletario
negro padre de cuatro hijos, es asesinado por la polica dentro de lo que denominan operacin contra el
nal especial por abandonar sus funciones represivas.
63
Proletarios Internacionalistas
tud de la respuesta y llama a la delacin y a la represin. Como siempre, pondr en movimiento todos
sus mecanismos de falsificacin para facilitar el proceso represivo. La inmensa maquinaria meditica
del capital, con la prensa a la cabeza seguida de ministros, acadmicos y toda clase de especialistas al
servicio del poder, entra en juego a travs de una
campaa de desprestigio hablando de criminales,
asesinos, ladrones... El objetivo preciso es como
siempre que el ciudadano espectador se identifique
no con los que luchan, sino con las fuerzas del orden. O mejor an, se busca aterrorizar a este ciudadano con los brbaros incendiarios para que anse la
vuelta a la normalidad cuanto antes. El objetivo es
como siempre mantener dividida a nuestra clase,
aislar la lucha, evitar toda identificacin con los rebeldes, mantener en pie la ideologa ciudadana ante
la irrupcin proletaria. Al mismo tiempo se quiere
justificar el despliegue de su arsenal militar para pisar la cabeza a todos aquellos que osen levantarla
frente a la vida de mierda que el capitalismo nos impone da a da.
Desde el poder se advierte: Tolerancia Cero, si
es necesario, enviaremos al ejrcito. El nmero de
policas en Londres aumentar de 6.000 a 16.000.
Los arrestos comenzarn a ser masivos. Sin embargo, la polica antidisturbios, armada hasta los dien65
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
de estructuras de lucha. Sin duda alguna ello es debido a que la mayora de ellas se han producido en
una poca marcada por el repliegue del proletariado
a nivel mundial, por el dominio aplastante de la forma de vida del capital, es decir, de la democracia.
Exceptuando a los militantes revolucionarios y a algunas minoras proletarias, cada revuelta era vivida
como un espectculo por el resto del proletariado
mundial que disuelto en el rol del ciudadano se limitaba a ser un mero espectador que en absoluto se
identificaba con los contestatarios, que, a lo sumo,
en los simulacros de relaciones sociales que mantena con otros ciudadanos verta opiniones siguiendo
al pie de la letra los patrones dados por la opinin
pblica.
Pero este totalitarismo mercantil que domin las
dcadas de los ochenta y los noventa, rozando en algunos pases ese sueo burgus de que cada siervo
fuera un polica de s mismo, se ha resquebrajado. 11
ir. Nada que ver con jefes y dems cuestiones de la socialdemocracia pese a que evidentemente la direccin revolucionaria es
impulsada por minoras de vanguardia que genera el proletariado.
11
En absoluto queremos decir que no hubiera luchas proletarias,
incluso potentes, en ese periodo contrarrevolucionario. Pretender que el proletariado est en una poca dada sin mover un
dedo en todo el planeta es una utopa burguesa. En pases como
70
Proletarios Internacionalistas
ros, formados principalmente por desocupados. Lejos de consolidarse como una cuestin marginal su
extensin fue abrumadora. El desarrollo de este movimiento lleg a su cenit en el ao 2000 siendo el
centro de gravitacin de la revuelta proletaria que
hizo tambalear toda Argentina ese ao y el siguiente.
Desde entonces, diversos aparatos del Estado han
ampliado y extendido su encuadramiento a casi todas las organizaciones piqueteras liquidando toda
atisbo de autonoma de clase. Las Madres de la plaza de Mayo han estado a la vanguardia en esta recuperacin burguesa del movimiento. Su campaa de
saneamiento y de construccin de viviendas en las
barriadas miserables de la capital, as como la labor
de mediacin de Bonafini entre el Estado y los piqueteros son para enmarcar.
Tambin el caso de las poblaciones o poblas en
Chile, que normalmente no salen en la televisin
porque su aspecto de favelas brasileas estropearan
el mundo imaginario y bancario del milagro econmico chileno, es otro ejemplo a destacar. All una
vez ms, a pesar de la polica y de las drogas, la rebelda est instalada a unos niveles que exceden lo
ocasional, lo aislado o inmediato. Toda una cultura
de resistencia, una tradicin de lucha, que rompe
con la separacin por cuestiones raciales o de origen, se despliega desde hace muchos aos a lo largo
72
de todas las poblas contra los que llaman all los pacos (carabineros) y contra el orden que estos esbirros protegen a sangre y fuego.
Es muy conocido que cuando los izquierdistas
del capital celebran sus miserables triunfos poltroneros, los proletarios incendian barricadas contra el legado de los militares, la democracia sangrienta y
mercantil. Los carabineros cada 11 de septiembre
son recibidos en las comunidades rebeldes con todo
lo que los pobladores tienen a mano, desde cido
arrojado desde las ventanas, a rfagas de fusil automtico. Ese da es una excusa para hacerles pagar
con sudor y sangre a los milicos y demcratas todos
los crmenes que han cometido al servicio del capital.
Toda esta tradicin de lucha va rompiendo el aislamiento con las metrpolis, va convirtiendo a todo
el pas en un polvorn que se sita a base de plvora
y estructuras clasistas a la vanguardia del nuevo periodo de ascenso mundial de las luchas. 12
Romper las categoras que impone el capital,
desbordar las parcializaciones generadas para sepa12
Proletarios Internacionalistas
74
SEGUNDAPARTE
LAREVUELTADENOVIEMBRE
DE2005
Combatientesdelasrevueltas
enelsuburbioen1993
V. Situacin precedente
Mientras que en la mayora de los pases los suburbios emergen especficamente como almacenamiento de fuerza de trabajo superflua, en otros,
como Francia, gran parte de ellos son en la actualidad la herencia de alojamientos de fuerza de trabajo
que antao fue til, pero que con el desarrollo capitalista posterior dej una gran masa de parados. As
las barriadas de Francia de la dcada de los cincuenta en las que se asentaron proletarios de muy diversa
procedencia (lo que servir a posteriori, con la llegada de la desocupacin masiva, para la estrategia burguesa de separacin racial), se transformaron en los
ochenta en enormes barrios marginales sobrepoblados azotados por la crisis. Slo en la banlieu parisina habitan unos nueve millones de personas, frente a
los tres millones que habitan en el centro. Con eso
podemos hacernos una idea de la densidad de la poblacin mundial que malvive en esos lugares y la
importancia que revisten.
En Francia, la primera preocupacin de la clase
dominante sera qu hacer con tanta poblacin sobrante. Fue a imitacin de los suburbios de otros pases, a travs del cerco policial y las drogas, como se
intentara mantener aislado y controlado el problema. Se aadi a este escenario el complejo de no in77
Proletarios Internacionalistas
tegracin, la acuacin oficial del concepto inmigrados, para catalogar a muchos de sus habitantes,
abocados a la marginacin y al bloqueo social. Toda
una construccin ideolgica que sirvi para separar
a los explotados por etnias, en un Estado afianzado
por la bandera antirracista. Se consegua de esta forma crear un cordn sanitario contra las posibles revueltas ante la degradacin lenta y progresiva de
estos suburbios. Se convenci al buen patriota francs, y en Francia el patriotismo y el chovinismo era
toda una institucin hasta hace pocos aos, que en
los suburbios slo haba parsitos cobradores de
subsidios y drogadictos que no quieren comportarse
como autnticos y buenos franceses.
Estos elementos integraron la poltica de represin en las banlieues francesas. Las consecuencias
indeseadas de esta poltica tendran que ser corregidas o minimizadas por la labor educadora-policial
gracias a un estricto adoctrinamiento conductista, lo
que motivara una estrategia policial diseada desde
los gobiernos socialistas tendente a encerrar el problema de la delincuencia dentro de los suburbios.
A finales de los ochenta la evolucin de los acontecimientos en los suburbios comenzaba a crear cierta preocupacin al Estado. La degradacin de las
condiciones de vida se intensificaba cada vez ms.
El desgaste de la socialdemocracia y el abandono de
78
la suburbiofilia incitaban a que la canalizacin reformista del descontento se fuera quedando progresivamente sin voceros. Los lderes izquierdistas que se
haban consolidado tiempo atrs en el suburbio,
abrazados al partido socialista, empezaban a ser
identificados como bomberos y funcionarios del Estado. El movimiento Beur, que a principios de los
ochenta democratiz la rabia de los proletarios, empezaba a ser despreciado, y el trmino Beur acab
convirtindose en un insulto dentro del suburbio. Se
abandon toda reivindicacin de ms trabajo, igualdad de oportunidades... Adems la incidencia epidmica de la droga reflua.
Frente a esta amenaza creciente la receta fue,
como siempre, garrote. Pero los proletarios no se intimidaron y comenzaron las reacciones automticas
tras los asedios y asesinatos policiales de muchachos de algunos barrios. Al terror policial se le respondi con la violencia organizada, dando salida a
toda la rabia acumulada. Los grandes estallidos en
algunos barrios en los noventa hacen visible el conflicto. Lyon en 1990 y 1991, Lille en 1993, Pau en el
1994, Nanterre en 1995. La respuesta ser ms polica, ms terror, amenaza de retirada o bajada de subsidios a los rebeldes y promesas socialdemcratas
para apaciguar los nimos. Estos motines en los que
participan cientos de revoltosos, incluso miles, se
79
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
82
Proletarios Internacionalistas
Ver al respecto la entrevista Las chicas de la revuelta incluida en la tercera parte. En uno de los momentos de la entrevista
se profundiza en la lucha que se llev a cabo contra algn jefe
de banda que se resista a ceder su posicin ante la dimensin
clasista que adquira la lucha.
84
Proletarios Internacionalistas
Pocos, pero algunos fueron los escritos que realizaron directamente los protagonistas de la revuelta. Ver en la tercera parte el
volante annimo desde las calles del suburbio.
86
Proletarios Internacionalistas
Es cierto que, tal como sucede con el intelectualismo, el medio puede comerse el mensaje encriptndolo, no dejndolo salir
de la herramienta utilizada, siendo recuperado por el capital. Es
la autonomizacin del medio que destruye su potencial al aislarse y convertirse en el fin.
89
Proletarios Internacionalistas
En Euskadi y la larga tradicin de lucha que esta zona contiene, pese a la existencia de un fuerte encuadramiento nacionalista, unido a una tremenda propaganda realizada por el Estado
para amalgamar las expresiones proletarias con el nacionalismo,
especialmente con el de la organizacin ETA, la quema de autobuses fue hasta hace bien poco una prctica bastante frecuente.
Parar un autobs en pleno da, desalojarlo y prenderle fuego. Es
un ataque a la circulacin mercantil, al movimiento de la no
vida, a un pilar del funcionamiento del sistema.
91
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
cionalidad del movimiento. Pero nada es ms racional que rechazar la delegacin de la lucha en esas
organizaciones del enemigo que son los sindicatos y
los partidos polticos, asumiendo directamente la organizacin y direccin de sta.
Efectivamente, como abordaremos ms abajo,
los proletarios trataron de organizar, con enormes
problemas y debilidades, sus propias estructuras, secretadas por la lucha, y trataron de crear puentes
para la centralizacin del movimiento. Y esa ausencia desde el principio de partidos, sindicatos y dems organizaciones socialdemcratas es un aspecto
importantsimo, de ruptura, un salto de calidad que
le otorg al movimiento cierta autonoma de clase y
le permiti salir del cerco democrtico. Todos estos
organismos del enemigo se encontraron incapacitados para mojar en el movimiento y en su mayor parte se incorporaron abiertamente al bando represor o
se sumaron al discurso victimista sobre el habitante
del suburbio.
En cuanto a la reivindicacin, ciertamente no
exista ninguna desde la ptica capitalista. Los paladines del capital hubieran estado ms tranquilos si
en el fondo de todo este torbellino se encontraran las
antiguas proclamas por la igualdad de oportunidades, caractersticas de otros motines. Pero no haba
nada de eso. Ahora bien, slo se puede negar la exis97
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
Ver al respecto la entrevista Las chicas de la revuelta incluido en la tercera parte de este libro. Por otra parte queremos remarcar que en las recientes revueltas de los suburbios de
Londres de 2011 la participacin de las mujeres fue de la misma
importancia como demostr el gran nmero de proletarias detenidas.
100
es falso para este caso concreto, en general todo episodio de lucha posee siempre ciertas estructuras organizativas por mnimas que sean, ciertas instancias,
ciertas preparaciones, combatientes que organizan,
discuten y planifican tal o cual accin, lo que contradice ya de por s esa concepcin.
Esas masas sin cerebro que se me mueven de
aqu para all por impulsos, imitacin y espasmos,
estn slo en las interpretaciones ideolgicas del espontaneismo. Si bien es cierto que la lucha de clases
y sus expresiones surgen espontneamente de las
propias contradicciones que crean las relaciones sociales capitalistas, no es menos cierto que en esa lucha es necesaria la organizacin, la preparacin, la
accin de minoras que voluntaria y conscientemente asumen un papel central y de acicate en la lucha.
El gran problema de las estructuras organizativas
que nuestra clase genera en la gran mayora de las
luchas es que muchas de ellas pasan desapercibidas,
algunas porque su funcin es necesariamente clandestina, otras simplemente porque toda su actividad,
sus tareas y funciones, quedan de puertas para
adentro y no se dan a conocer, desapareciendo trgicamente la gran mayora de ellas tras finalizar los
acontecimientos que las hicieron emerger. Desgraciadamente con esto se desvanece una rica experiencia organizativa, de discusiones, de rupturas, de
101
Proletarios Internacionalistas
Es importante subrayar este aspecto. El proletariado se ve impulsado por sus propios intereses a la unificacin programtica
y la descentralizacin operativa, a unificar la direccin revolucionaria y contrariamente, y al mismo tiempo, a actuar en todas
partes contra el mismo enemigo. Justo al revs de lo que propagan e impulsan ciertas ideologas que nos hablan de concentracin de la accin todos a un sitio y descentralizacin de la
direccin cada uno con sus ideas por muy contrapuestas que
sean.
21
De nuevo recomendamos la lectura de Las chicas de la revuelta donde de pasada nos explica algo de estas estructuras.
103
Proletarios Internacionalistas
que los protagonistas se autodenominen o reconozcan como proletarios, sino porque en su prctica, los
que luchan estn mostrando su antagonismo a las relaciones sociales del capitalismo. Estn luchando
por suprimir las condiciones existentes, atacando a
sus representantes, estn tratando de imponer las necesidades humanas a las de la economa. Y todo esto
independientemente de las banderas o consignas que
estos proletarios levanten en un momento dado.
La sociologa se encarga de etiquetarnos como
parados, lmpenes, estudiantes, obreros precarios,
obreros privilegiados, jvenes, incluidos, excluidos,
jubilados, indios, clase media, trabajadores de tal
sector, de tal pas, campesinos, inmigrantes Y
consiguen que nos lo creamos y que separemos
nuestros problemas. Pero cada vez que nos rebelamos juntos, para enfrentarnos contra la tirana capitalista, cada vez que nos colocamos frente a frente
contra el Estado, reaparece nuestra esencia. En las
revueltas del 2005 se consigui mantener todas esas
divisiones en las grandes ciudades, pero en los suburbios explosionaron cuando los proletarios se reconocieron entre s por medio de la lucha.
Se reconocieron no slo en la miseria de sus vidas, mejor dicho, en la ausencia de vida humana,
sino en su antagonismo con las relaciones capitalis104
tas, en la lucha contra el mismo enemigo, en la llama que se dejaba ver de un suburbio a otro.
En los suburbios franceses la comunidad de lucha resurgi de sus cenizas y la complicidad y el
compaerismo echaron abajo los mecanismos de
aislamiento. Negros, blancos y mestizos, parados y
trabajadores, jvenes y no tan jvenes,
inmigrados y autctonos, hombres y mujeres
la gran mayora de los habitantes de los suburbios
participaron en mayor o menor medida, de una u
otra forma, como parte de un solo organismo, como
lo que son: el proletariado.
105
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
lejana, incluso mitolgica, esa poca en la que cualquier mnimo movimiento de un sector del proletariado pona en guardia y tensin al resto. Se tratara
de una pequea huelga, una protesta, una respuesta a
alguna medida o ataque de la burguesa en cuestin de horas los proletarios conspiraban en las calles, discutan entre ellos cmo unirse a la lucha,
extendan la noticia a sus hermanos de otras ciudades, salan a las calles... El sentimiento de pertenecer a una clase social con los mismos intereses, con
el mismo proyecto, era muy fuerte.
La derrota histrica del proletariado y el reinado
de la contrarrevolucin destruy todo este nexo comunitario deshilando el tejido social que nuestra
clase haba hilvanado. Con ello no slo se destruye
al proletariado y sus organizaciones de lucha, dejando tras de s al individuo atomizado, tambin se entierra su historia y su programa.
Pero esta atomizacin no puede mantenerse, ni
con ella la comunidad del dinero, comunidad de
muerte y no de vida, sin complementarse con comunidades ficticias que lleven a ese individuo a creerse
miembro de una colectividad que sacie esa necesidad de sentirse miembro de un ser colectivo, de sentirse un ser humano. La podredumbre social genera
una serie de comunidades ficticias que vienen a ocupar bajo un plano espectacular los vnculos huma109
Proletarios Internacionalistas
cede y negados ideolgicamente como clase, ciudadanizados, los proletarios de la ciudad ansiaban el
fin de la violencia y muchos de ellos aplaudieron la
decisin de Sarkozy de mano dura.
No obstante este tinglado cada vez tendr ms dificultades para mantenerse pues requiere de la economa una mnima base material para sostenerse.
Desgraciadamente para la burguesa las necesidades
econmicas imponen hoy un rpido empeoramiento
de las condiciones del proletariado. Estn obligados
a quitarnos las mseras zanahorias que estas ltimas
dcadas permitieron mantener la calma y las divisiones.
Hoy en todo el mundo se multiplican los latigazos del capital, se nota en mayor o menor medida en
la espalda de todos nosotros, homogenizando nuestras condiciones de supervivencia: bajada de salarios
nominal o/y real, despidos, aumento de la miseria en
todos los sentidos, intensificacin de la represin
La percepcin de vivir bajo las mismas condiciones,
de identificarse en las diversas luchas y la tendencia
a unificarse en una sola, se irn abriendo paso poco
a poco. En algunos pases de Latinoamrica las luchas han ido adelantando ya ese salto cualitativo al
que nos acercamos. En Argentina y Argelia en el
2000-2001 el proletariado confluy en las calles
111
Proletarios Internacionalistas
23
Aos despus de escribir esta parte no podemos ms que confirmar esta tendencia. Las fuertes luchas que a finales del 2008
tocaron a numerosos pases del mundo bajo el nombre meditico de revueltas del hambre ante la subida de los alimentos y
el petrleo, y sobre todo la revuelta en Grecia, las del norte de
frica, y el agudizamiento de las tensiones de clase a lo largo
del mundo nos lo confirman.
112
Proletarios Internacionalistas
Y precisamente es esta debilidad la que utilizan algunos seudorrevolucionarios para denigrar la lucha y hablar de una total
falta de conciencia (y conocemos bien la pattica y reaccionaria
receta con la que algunos tratan de solucionar el problema de
conciencia: aportndola desde el exterior). Como hemos subrayado en los pasajes anteriores esto es totalmente falso.
114
Proletarios Internacionalistas
Por otro lado el desconocimiento total del anarquismo, del comunismo, del programa de la revolucin, de la estrategia revolucionaria, produce una
ausencia terrible de perspectivas. Se quem y se atac incansablemente una enorme lista de objetivos
del enemigo, algunos que muchas revueltas proletarias importantes del pasado ni se les ocurrieron siquiera cuestionar, se aterr a la burguesa, se
organiz y estructur todo esto, pero llegado a este
punto el movimiento se paraliza. No es capaz de ir
ms all. Muestra una fuerza sublime para aguantar
durante semanas la lucha y el acoso policial, pero es
totalmente incapaz de trazar una clara direccin revolucionaria, no puede darle continuidad a la lucha.
Es como si se aceptara que no se puede cambiar
este mundo, que lo nico posible es quemarlo, atacarlo, pero sin ninguna posibilidad de plantear una
transformacin social. La negacin no asume su ascin socialdemcrata de las clases, asimilando proletariado al
obrero industrial y de ah que pueda teorizarse su desaparicin.
Las consecuencias de esta concepcin del fin del proletariado y
los cambios en las condiciones sobre las que se construye la ideologa insurreccionalista, as como su crtica la hemos sintetizado en el libro Crtica de la ideologa insurrreccionalista. De
todas formas queremos dejar claro aqu que las importantes diferencias programticas que tenemos con Bonnano, y con muchos proletarios que se reivindican insurreccionalistas, no
impide que veamos en muchos de ellos a compaeros de lucha.
116
Proletarios Internacionalistas
mo como nico horizonte concibiendo slo la posibilidad de echar sobre l todo el odio, toda la furia,
toda la clera que da a da se condensa en cada uno
de nosotros.
En los suburbios nuestros hermanos demostraron
tener bien claro qu y a quin hay que atacar, sin
embargo todas estas debilidades que contiene nuestra clase impidieron ir ms all, impidieron la cristalizacin de una direccin revolucionaria que adems
de atacar al enemigo impulsara la lucha por superar
esta mierda de sociedad.
Es lgico entonces esa falta de propaganda poltica, de volantes que tan importante es que acompaen
la lucha. Reivindicaciones, comunicados, consignas,
directrices, balances que de una u otra forma fortalezcan la centralizacin del movimiento, la complicidad e identificacin por parte de los proletarios
de las urbes.
La casi inexistencia de minoras revolucionarias
estructuradas que asuman e impulsen esta parte imprescindible de la lucha potencia este lmite. Las minoras ms activas de la lucha carecieron totalmente
de una perspectiva insurreccional, todo se proyect
al inmediatismo, al qu hacer ahora, olvidando su
unidad con el qu hacer despus. Slo conocemos
un volante que difundi el movimiento desde den119
Proletarios Internacionalistas
Ver el apndice III Volante annimo desde las calles del suburbio.
120
forma de imponer sus necesidades a la lgica mercantil del intercambio, su forma de saciar necesidades imponindose a las leyes del mercado. Esto es
sin duda un lmite a remarcar, si bien tambin posee
otra cara con un contenido diferente. Muestra el
asco y repudio que provoca en el proletariado las
mercancas que crea el capital. Prefiere quemarlas a
robarlas. Plantea una crtica a toda la produccin capitalista, a todas las mercancas que inundan el mercado. Manifiesta la absoluta superioridad humana
frente a la mercanca.27
27
Proletarios Internacionalistas
pla, cierre de locales, dispersin de todo tipo de reunin, medidas de confinamiento, zonas especiales de
acceso restringido, doce mil perros represivos con
orden de machacar, juicios rpidos con sentencias,
leyes contra el vandalismo Todo provocando las
miles de interpelaciones que acabaron en miles de
detenciones preventivas (ms de cien eran nios, algunos de diez y once aos), cientos de encarcelados,
suspensiones de ayudas, expulsiones del pas de numerosos proletarios, decenas de juicios rpidos Y
no hablemos ya de los palos, las torturas, el acoso y
todo tipo de medidas extraoficiales tomadas por los
cuerpos represivos.
Claro que para acabar con una revuelta no todo
deben ser palos. Tambin hay que prometer unas
cuantas zanahorias que evidentemente no se concedern en su mayor parte. Se anunciaron toda una serie de medidas para favorecer el empleo, nuevos
pisos con ayudas sociales, becas, ms subvenciones
a asociaciones, se promocionaron entrevistas individuales para buscar modos de integracin...
A la entrada de la cuarta semana la revuelta dar
sus ltimos fogonazos ante el fuerte despliegue represivo y la serie de medidas de contencin basadas
en esas nuevas zanahorias. Sin embargo, los proletarios asumieron el fin de la revuelta no como una derrota, sino como una parada necesaria en el proceso
123
Proletarios Internacionalistas
124
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
de hecho reivindicamos,28 pero el caso es que la legislacin de la Repblica francesa obliga a todo ciudadano a ser adoctrinado por los funcionarios de la
Escuela Republicana, es decir, todos esos jvenes
eran oficialmente tan estudiantes como los otros,
pero al Estado le interesaba intoxicar, ocultar, separar y vejar la lucha proletaria para liquidarla en las
protestas.
Durante todo 2006 y 2007 las contradicciones de
clase, lejos de atenuarse se consolidan. No slo a niveles puntuales, como hemos citado en las elecciones de 2007 que a pesar de que ciertos sectores de
las banlieues fueron movilizados en favor del izquierdismo, se generalizaron sabotajes e incendios
contra ese circo que son las elecciones, o como en
las respuestas al contrato del primer empleo (CPE),
medida para incrementar el nivel de explotacin,
que tuvieron en los suburbios sus expresiones ms
combativas, sino a niveles permanentes que demuestran de forma excepcional cierto desarrollo organizativo del proletariado. Acciones de sabotaje
sistemtico a las ordenanzas municipales de convivencia, al transporte mercantil, acciones contra los
ayuntamientos, concejales y alcaldes, seguimiento a
28
Todo esto nos recuerda vivamente un papel repartido en Espaa hace muchos aos que se titulaba No queremos ser estudiantes, somos maleantes.
128
los represores, escraches en sus domicilios o correctivos contra algunos de los ms significados matones.
A finales del 2008 la situacin volvi a tensarse.
Dos jvenes, esta vez del barrio de Villiers-le-Bel,
departamento de ValdOise del extrarradio de Pars,
fueron perseguidos por una patrulla de polica por
violar el toque de queda no declarado para todos los
adolescentes y jvenes de los suburbios en Francia.
Los policas interceptaron con su vehculo la motocicleta en la que escapaban chocando contra ella. El
resultado fue la muerte de los dos jvenes, sumndose a la larga lista de sospechosos asesinados por la
polica francesa.
Nada ms extenderse la noticia un millar jvenes
proletarios de Villiers-le-Bel tomaron la calle y bloquearon lo primero de todo el cuartel de bomberos.
Acto seguido, la comisara de Villiers-le-Bel fue atacada con una lluvia de ccteles molotov. Saqueada e
incendiada, su guarnicin policial se dio a la fuga.
La comisara vecina de Arnouville tambin fue atacada. El comisario de Sarcelles, que intent parlamentar, fue apaleado y termin ingresado en el
hospital. Algunos policas sufrieron heridas de bala
en otro incidente.
129
Proletarios Internacionalistas
Otros grupos quemaron una gasolinera, un concesionario de coches, atacaron la estacin de tren de
Arnouville-Villiers-le-Bel, as como algunos centros
comerciales. Las fuerzas antidisturbios se vieron
frenadas por numerosas barricadas de automviles
en llamas. La polica respondi a las habituales botellas, ccteles molotov y piedras, con botes de
humo en masa, pelotas de goma, balas de goma o
caucho
Al tercer da de enfrentamiento la revuelta se extiende a media docena de barrios del norte de Pars.
Segn los policas se produjeron entre sus filas ms
de 77 heridos en todos los disturbios de los suburbios del norte de Pars, incluyendo muchos de bala y
particularmente cinco heridos de extrema gravedad.
En total en todos los suburbios afectados en esta
nueva noche de combates se volvieron a quemar escuelas, bibliotecas, edificios estatales, supermercados, comisaras, vehculos policiales...
Los miembros de la polica y del gobierno se
mostraron rabiosos en los medios de comunicacin
policiales porque los brbaros no escatiman en medios para atacar a la polica antimotines CRS, los
carniceros de los suburbios, utilizando armas de
fuego con balas de un calibre cada vez mayor. Algunas de ellas atravesaron chalecos antibalas de los es130
birros. La polica anunciaba que cada vez es ms peligroso ir a reprimir los suburbios y peda ms tropas sin reparar en gastos. Durante cinco das se har
bailar a los esbirros demostrando que desde la revuelta del 2005 el asociacionismo proletariado lejos
de desaparecer se ha consolidado. No obstante este
asociacionismo sigue estando en las antpodas de lo
que la lucha va demandando.
Entrado el 2009 las revueltas en barrios se suceden de forma intermitente. Como en mayo de 2010
que registran disturbios y una oleada de barricadas
en algunos suburbios del norte de Pars en respuesta
a una operacin represiva.
Este escenario describe el clima de confrontacin
de clases en los suburbios franceses. Desde la revuelta del 2005, las contradicciones de clase se expresan abiertamente. El enfrentamiento entre los
proletarios de los suburbios y las fuerzas del orden
no hacen sino expresar la contraposicin entre quienes luchan contra este mundo y quienes lo defienden. Los proletarios no dudan en responder al
terrorismo estatal y organizarse para trasladar el terror a los defensores del orden burgus. Las medidas
de proteccin fuera de servicio entre los policas e
incluso los miembros del secreto CRS se han generalizado, lo que muestra una evidente preocupacin
ante la seguridad de sus cuerpos represivos. Y no es
131
Proletarios Internacionalistas
Pongamos el caso de septiembre de 2006 donde dos miembros del CRS salieron de su coche camuflado, armados hasta los
dientes, a identificar, apalear, detener o matar a un pequeo grupo de jvenes. Terminaron siendo linchados y ajusticiandos. La
maquinaria de cocina de culpables seal por pruebas de ADN a
ms una veintena de personas.
132
133
TERCERAPARTE
CONCLUSINYPERSPECTIVAS
Eslaluchaentrelaviejasociedad
burguesa y la nueva sociedad sin
clases que pugna por salir de sus
entraas,la luchaentrelasclases
querepresentanambassociedades:
laburguesayelproletariado.Entre
dos poderes slo la fuerza puede
decidir.Ningunasolucinaparente
deeseconflictopuedeserunasolu
cin real. Se trata de una revolu
cin social cuyo alcance no se
extingueconunaderrota.
Trabajadoresporlaautonoma
proletariaylarevolucinsocial
Proletarios Internacionalistas
Incluso si en algn sector productivo concreto, que eventualmente ha obtenido beneficios por la desvalorizacin de otras
mercancas, el salario real se mantiene o aumenta ligeramente,
no hay que olvidar que en este contexto este incremento es
siempre inferior al del plusvalor. Es decir, el salario relativo
desciende incrementndose el grado de explotacin de esos
obreros pues se reduce la parte del producto que les pertenece
en relacin con la parte de la que se apodera la burguesa.
139
Proletarios Internacionalistas
Proletarios Internacionalistas
proletariado precisan de ciertas condiciones mnimas para mantenerse, as como para reproducir la
ideologa primer mundista. El avance en la degradacin de la vida de amplias capas de los proletarios
los deja totalmente fuera de la posibilidad de integrarse en esta forma de alienacin y los espolea a luchar por defender sus intereses. Reaparece el
salvaje que dorma en su interior. Y el rgimen
mundial no tiene ms remedio que echar mano de
forma recurrente, del terror y la represin, dejando
en evidencia lo que significan las libertades democrticas.
Esto no slo ha quedado probado por los disturbios y la agitacin social que han recorrido en los
ltimos aos diversos pases, ante todo se ha comprobado su significado histrico en Grecia. All amplias capas de proletarios que semanas atrs saltaban
al ritmo del ciudadano, resignados a la miseria de la
sociedad de la escasez, han sorprendido a todo el
mundo por su determinacin y beligerancia para
asumir su posicin de clase desechando el rol del
ciudadano, desbordando las divisiones en las que
nos quieren encorsetar y enfrentndose a las estructuras del capital a lo largo y ancho del Estado griego. Sin duda alguna esta revuelta, que tuvo su cenit
en diciembre del 2008, marca por dnde debe comenzar la lucha de clases en su proceso de reapari142
143
Proletarios Internacionalistas
ros intereses particulares de tal o cual faccin burguesa supone una grotesca deformacin de la realidad que toma la apariencia por la esencia.
Desde luego pese a que en muchas ocasiones la
guerra es directamente preventiva, terrorista y depuradora contra los rebeldes que se resisten a aceptar
la miseria capitalista, acallando, negando, sometiendo y exterminando toda disidencia, es cierto que en
la mayora de las ocasiones el motivo impulsor y explcito de la guerra no es someter al proletariado,
sino las propias necesidades de valorizacin, la propia competencia entre capitales para competir por
ganar esferas de mercantilizacin. Otras veces el
motivo es simplemente la destruccin de fuerzas
productivas del adversario, lo que ayuda adems a
emprender un nuevo ciclo de valorizacin. Amparndose en estas dos ltimas cuestiones muchos niegan la realidad de la guerra imperialista de ser una
guerra contra el proletariado y la reducen a disputas
entre burgueses, colaborando en el ocultamiento de
la masacre proletaria.
Los expertos en contradicciones interburguesas olvidan demasiado rpido que una de las fuerzas
productivas principales que es destruida es precisamente el proletariado, que en esa competencia de
mercados la burguesa encuadra u obliga a los proletarios a ser la carne de can reventando en su fes145
Proletarios Internacionalistas
tn, que la masacre es ante todo una masacre de proletarios. Que no existe una negacin mayor del proletariado a nivel fsico e ideolgico que ese terrible
momento que es la guerra capitalista. Pero dejemos
a esos expertos de las contradicciones interburguesas explicar las razones superficiales de tal o
cual conflicto, a los tertulianos profesionales discutir qu causa fue ms decisiva para iniciar la guerra, para nosotros lo fundamental est en otro lado,
est en la contradiccin de clases, pues ms all del
motivo impulsor, ms all de los diversos factores
que espolean a la guerra, lo que a nosotros nos interesa y afecta es precisamente lo que ocurre en tierra
firme, es esa contradiccin principal que se genera y
que sufre brutalmente nuestra clase, ese exterminio
terrorista de seres humanos as como las formas que
stos tratan de desplegar para la defensa de su vida.
Irak, Afganistn, Lbano, norte de frica, Oriente
Medio, Hait, Madagascar son muestras actuales
ms que suficientes de esta realidad que busca destruir al proletariado y a su lucha. Frente a ello el
proletariado no tiene otra respuesta que el derrotismo revolucionario, generalizar en cada campo de
batalla el giro de los fusiles hacia su propia burguesa, a sus oficiales.
Junto a la guerra imperialista, la canalizacin socialdemcrata de la lucha proletaria es otra herra146
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un cmulo de concepciones socialdemcratas, siguen teniendo enorme fuerza, las ilusiones de reforma que son abatidas en determinado lugar por el
fogonazo social se reincorporan y apresan al movimiento de nuevo, la eleccin entre alguna de las alternativas burguesas acaba siempre imponindose,
la liquidacin en el aislamiento de las revueltas se
suceden, las organizaciones proletarias permanentes
apenas existen, la identificacin recproca de luchas
que confluyen por lo mismo se da en contadas ocasiones, ni hablar ya de direccin revolucionaria, de
centralizacin internacional, del reconocimiento explcito del proletariado, de su programa, de la reivindicacin del comunismo, de la revolucin social
como medio para acabar con la sociedad de clases.
En realidad es enorme la lista de debilidades que
la lucha proletaria contiene en el periodo actual.
Pero es as una vez ms como el proletariado se va
contruyendo de nuevo en clase, con enormes obstculos y con la necesidad de reapropiarse de su propia historia. Slo esa lucha histrica puede ir
purgando sus propios lmites. Y en este proceso las
minoras comunistas que nuestra clase forja son un
factor esencial pues ellas expresan y concentran toda
su experiencia histrica como prctica revolucionaria que nutre cada batalla y la lleva a sus ltimas
consecuencias. Es con el desarrollo y centralizacin
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Los acontecimientos sucedidos tras escribir este escrito no hacen sino confirmar esta cuestin. Las protestas que desde el verano del 2011 se iniciaron en Espaa bajo la denominacin de
indignados o 15m son todo un ejemplo. En estas protestas se
plasm precisamente la tentativa del proletariado por estructurar
organizaciones para pelear y la del reformismo por integrar esa
tentativa en la democracia modernizando sus mecanismos. Hoy
podemos afirmar que esa tentativa proletaria est prcticamente
destruida y lo que queda con ese nombre es en su mayor parte
una autntica camisa de fuerza para inmovilizar la lucha. Ver
nuestros textos Las protestas del '15m' y las minoras revolucionarias y el volante No somos, ni estamos indignados.
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ria histrica, reconocimiento como clase, como movimiento, consolidacin y extensin de la direccin
revolucionaria, de organizaciones de combate, ruptura del aislamiento, del inmediatismo. Sin destruir
los lmites que nos aprisionan, nuestras luchas estarn siempre condenadas a la derrota.
Mediante este material tratamos precisamente de
realizar una aportacin contra todos estos lmites.
Reivindicar las fuerzas de nuestras luchas y criticar
las debilidades e ideologas que contienen, es una tarea fundamental dentro del proceso de afirmacin
del proletariado en fuerza revolucionaria. Claro que
esto slo tiene sentido dentro del conjunto de tareas
para la organizacin y centralizacin de nuestro movimiento, para la afirmacin y la consolidacin de la
nica alternativa posible: la destruccin desptica
de la dictadura del valor que aplasta en su engranaje
a la humanidad desde hace siglos.
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APNDICES
Incluimos a continuacin una serie de apndices
que hemos considerado interesantes recoger en el
presente libro. Se trata de una serie de textos y
testimonios realizados por nuestra clase, algunos
desde dentro del suburbio, en los que se ponen de
relieve diversos aspectos e informaciones importantes de la revuelta. Tambin hemos incluido al
final una pequea cronologa de la revuelta.
Reproducimos a continuacin varios fragmentos que consideramos muy interesantes y con gran informacin provenientes de
una entrevista realiza por Emilio Quadrelli a varias jvenes de
los suburbios que participaron en la revuelta.
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P- Por qu?
R- Todo el mundo sabe lo que son las agencias
de trabajo temporal. Son las que regulan el acceso al
mercado laboral, en tiempo y condiciones favorables
a las empresas. Tambin son organismos de chantaje, control social, poltico y sindical. Si eres de los
que organiza conflictos en tu lugar de trabajo o si
eres una chica que no se deja pisotear, te echan. Y
debes tener claro que ser muy difcil que consigas
un nuevo contrato. Terminars entre los indeseables
y no trabajars ms. Estas agencias son una de las
principales armas puesta a punto por el capitalismo
para volver inofensivos a los trabajadores, incluidos
sus elementos ms dbiles y ms sometidos al chantaje, es decir, las mujeres. De ah que exista un vnculo muy estrecho entre la reestructuracin del
trabajo capitalista y nuestra condicin de mujeres
trabajadoras. Es por ello que los lugares de explotacin estuvieron entre los objetivos principales del
movimiento, y fueron precisamente las mujeres
quienes concentraron mayoritariamente la atencin
en estos aspectos. Si se quiere hablar de diferencias
de gnero durante la lucha, hay que decir que los
hombres miraban con ms inters a las comisaras, y
las mujeres todo lo relacionado con la produccin.
Por otra parte, esto es bastante fcil de comprender
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puesto que los hombres sufren ms la represin policial y nosotras la de los jefes y patronos.
P- As pues, es en la produccin donde identificasteis la contradiccin principal? Puedes contar
alguna cosa de cmo actuasteis y cmo elegisteis los
objetivos a golpear?
R- Al margen de las agencias, hubo otras estructuras productivas, que utilizan exclusivamente trabajo ilegal y semiforzado, que tambin ardieron. La
mayora de estas ejercen la explotacin mediante la
parcelacin del trabajo, principalmente el femenino.
Un trabajo a destajo que se desarrolla en las casas.
Otro caso nada raro es transformar almacenes y stanos en fbricas donde las mujeres trabajan prcticamente como en un campo de concentracin, en
condiciones exentas de toda seguridad, sin ventilacin, con jornadas superiores a diez horas, bajo vigilancia de jefes violentos, agresivos y arrogantes.
Ciertos grupos de mujeres, y esto puedo garantizrtelo porque contribu en la organizacin de algunos,
ajustaron cuentas con sus patronos y encargados
mientras la batalla tena lugar en las calles. Cuando
no fue posible atacar los almacenes, nos replegamos
sobre sus coches y viviendas. Incluso algn que otro
capo nos busc las cosquillas. Hubo huesos rotos
y puedo garantizarte que no fueron los nuestros.
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Todo esto debera dar una visin un poco diferente de la revuelta, y sobre todo del papel para nada
sometido, sino simplemente invisible, que jugaron
las mujeres. Pero creo que esta no es la cuestin que
debe ponerse de relieve. Al contrario, creo que es
ms importante hablar del silencio que rein sobre
todo esto por parte de los partidos y movimientos de
izquierda. El hecho de que la revuelta haya puesto la
crtica de la organizacin capitalista del trabajo en el
centro, o entre los objetivos ms importantes, y que
esto haya pasado completamente desapercibido, lo
dice todo.
P- [] En cualquier caso, incluso en la cuestin
militar, las mujeres parecen haber jugado un papel
importante, algo increble si atendemos a los discursos que por lo general se realizan sobre las mujeres
de los suburbios. Sobre esta cuestin, Z., una joven
francesa negra del suburbio de Argenteuil, que trabaj con profundidad en esta zona, nos expuso una
reconstruccin exhaustiva.
P- Tuviste un papel importante en la organizacin y la gestin de ciertos aspectos militares durante la revuelta?, puedes describirnos, al menos en
algn aspecto, los problemas que tuviste que afrontar?
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habituales en las calles. Se trataba, y en parte se logr, de transformar y desarrollar una situacin para
dirigirla hacia un modelo operativo muy diferente
del habitual. En ese momento, el conflicto entre
hombres y mujeres se pudo superar porque el problema real pasaba a ser otro: la capacidad para dar
una direccin al proceso. La confrontacin no se
produjo en torno a la pertenencia a un gnero u otro,
se produjo en torno a las cualidades polticas, militares y operativas de cada uno. Si muchos nos reconocieron, a m y a otras chicas, en este papel de
direccin, fue porque se basaron en la estima social
que habamos adquirido en los acontecimientos.
Esto es lo que ocurri de forma general. Tambin
hubo momentos de tensin pero de otra naturaleza.
Algunos jefes de bandas se posicionaron contra nosotras y tuvimos que enfrentarnos sin medias tintas,
porque ellos no queran perder su posicin de pequeos seores de la guerra. Entonces, en todos estos casos, fue necesario humillarlos ante sus grupos
mostrando claramente que eran incapaces de desempear un papel mejor que ellos.
P- Entonces, se reconoci finalmente en algunos casos a las mujeres un papel no slo legtimo
sino decisional, de dirigente?
R- S, pero porque siempre situamos la cuestin
en el terreno de la praxis poltica. En lugar de decir,
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queos trficos. Es entorno a ellos que los BAC reclutan a la mayora de los infiltrados, porque ah se
encuentra a quien se puede chantajear ms fcilmente. Por lo tanto fue necesario realizar una serie de investigaciones en nuestro seno, algo para nada fcil
porque diversas personas aprovecharon la situacin
para resolver cuestiones personales, viejos rencores
u otras cosas todava ms estpidas, e intentaron desacreditar a otros hacindolos pasar por espas.
Un trabajo nada fcil y que, en algunos casos,
nos hizo cometer ciertos errores acusando a personas que posteriormente se descubrieron completamente transparentes.
Pero eso tambin te da la idea de cmo, en el
momento en que se desciende al terreno de la confrontacin real, de la praxis, y no te limitas a la charlatanera que tanto gusta practicar a la izquierda
parisense en las tertulias, las situaciones contra las
que realmente tienes que medirte no son simples y,
en definitiva, nicamente aprendes a hacer la guerra
hacindola.
Por ltimo, tenemos que hablar de la tentativa de
golpear al movimiento desde el interior con grupos
paramilitares. La operacin no tuvo mucho xito
porque las tentativas que emergieron las reventamos
desde su aparicin. Sin embargo, es preciso comen170
tar que en el suburbio hay una fuerte propaganda racista, principalmente antirabe. Como todo el mundo sabe el racismo antirabe es algo muy extendido
en Francia, y esto trajo a grupos de derecha vinculados a Le Pen a un primer plano. Estos grupos tienen
una determinada fuerza en el suburbio, y adems
pueden contar con un apoyo y una importante cobertura por parte de los BAC. La relacin entre los
BAC y los grupos nazis es muy estrecha y, en algunos aspectos, son una sola y misma cosa. Slo que
unos son legales y los otros an no.
Los grupos paramilitares se utilizaron de dos formas. En primer lugar, la forma legal que todos pudieron ver gracias a la televisin y a los peridicos.
Todos corran a entrevistar y filmar a falsos ciudadanos gracias a unos acuerdos precisos tomados por la
polica con los rganos de prensa e informacin. En
este caso, los lepenistas se mostraban como buenos
ciudadanos explicando que representaban a la mayora de la poblacin del suburbio reclamando la vuelta de la legalidad, el orden y la represin contra la
revuelta. Tal y como lo descubrimos en el largo interrogatorio de uno de los organizadores de esta puesta en escena, el tono de las grabaciones y las
entrevistas estaban impregnados de moderacin y de
lo que habitualmente se llama el sentido comn del
ciudadano medio. Todos eran discursos contra la
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burbios, recogiendo un bonito botn entre otras cosas. Un montn de cosas, muchos instrumentos que
deban servir a la contrarrevolucin pasaron a la logstica de la guerrilla. Probablemente los BAC estn un poco nerviosos!
La segunda razn que impidi funcionar esa maniobra, claramente ms importante en todos los aspectos, fue el rechazo absoluto que la mayora de los
habitantes tuvieron frente a estas iniciativas. Si los
grupos guerrilleros y las clulas golpearon duramente sus estructuras logsticas y militares, se puede decir sin ningn tipo de triunfalismo que las masas las
paralizaron a nivel poltico, porque cuando intentaron realizar cualquier tipo de iniciativa pblica, result que eran tan pocos bajo los ojos amenazantes
de tantos que tuvieron que renunciar a ellas. Por otro
lado, y esto es muy importante, algunos de los que
hacan entrevistas para denunciar la revuelta fueron
castigados de forma espontnea por grupos de personas que se haban organizado precisamente para
poner fin a los llamados ciudadanos responsables
que soltaban sus vmitos contra la lucha.
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Ayuda estatal para insercin de personas sin ingreso. (N. del t.)
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ye, una por una, todas las garantas que el movimiento obrero haba ganado con sus luchas.
Manifestamos nuestra solidaridad con los jvenes perseguidos a raz de los motines, y cuyos juicios prosiguen.
Prxima cita: 13 de febrero de 2006 a la 13:00 en
el tribunal de Bobigny (M Bobigny-Picasso) para
el juicio contra tres hermanos acusados de rebelarse
contra agentes.
Nos reunimos cada semana, sin organizaciones ni
partidos, para intercambiar informacin, preparar
acciones, y romper el aislamiento que nos desmoviliza.
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La voluntad de confundir es tal que se niega a estos preadolescentes de edad comprendida entre 12 y 15 aos el hecho de
que sean estudiantes. Los medios de comunicacin, el Ministerio de Interior, los sindicalistas y los izquierdistas los llaman
falsos estudiantes, como si la escolaridad no fuera obligatoria
hasta los 16 aos. Afirman de este modo que estos jvenes escapan a todo tipo de racionalidad, mientras que obviamente son
los medios de comunicacin, los izquierdistas y los sindicalistas
quienes estn fuera del mundo real.
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categora ad hoc para encasillar en ella a todo aquello que no puede ser comprendido. Se asiste a la creacin de un monstruo, de un brbaro irracional.
Pero la realidad tiene poco que ver con estas alucinaciones.
Las detenciones pusieron de manifiesto que los
grupos de incendiarios no estaban compuestos ni
por bandas de ciudad ni por bandas tnicas, sino
ms bien por grupos de compaeros de escuela, de
ftbol, etc Esto no es un detalle, no se trataba de
defender un territorio o una identidad cualquiera.
Los pequeos grupos de incendiarios los forman entre tres y quince personas, que no tienen en comn
ms que el hecho de sufrir su condicin de proletarios, son indiferentemente negros o blancos, no forman parte ni de la categora de los delincuentes
profesionales (estos se preocupan bien de no atraer
la mirada de la polica sobre ellos) ni de sus incondicionales, son simplemente de la zona gris, de la condicin media de los jvenes del suburbio.
Esquemticamente, se puede decir que hubo tres
tipos de prcticas interconectadas en noviembre
que nos llevan a tres tipos de agitadores.
La ms mediatizada, y con mucho, fue el incendio de coches particulares. Se pudo constatar que
eran chicos sumamente jvenes, a menudo menores
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del suburbio. Hay que aclarar antes de nada que estos jvenes no habran podido actuar en la forma
en que lo hicieron si no hubieran tenido el apoyo,
incluso pasivo, de una buena parte de la poblacin
del terreno donde actuaban. Madres, hermanas, padres, vecinos, numerosos son los que tomaron partido por los chicos de su barrio y demostraron su
particular hostilidad hacia la polica. La presencia de
los mismos, as como de numerosos militantes radicales en las comparecencias inmediatas, transformaron con bastante frecuencia los vestbulos de los
tribunales de justicia de los suburbios en terrenos de
conflicto y confrontacin. Con motivo de los pleitos
o tras ellos, los tribunales tambin fueron objetivo
de acciones directas (ccteles molotov sobre la fachada del TGI de Bobigny, coches de polica chamuscados en el recinto del TGI de Burdeos).
Otros proletarios mucho ms jvenes se apropiaron tambin de la prctica pirmana para aportar su
contribucin al debate en curso, incendiando sus
empresas. Anotemos al respecto que la interpretacin lanzada con frecuencia por la prensa, segn la
cual las empresas han sido incendiadas por los jvenes como protesta por no contratar bastante a la gente de la zona (estaremos asistiendo al nacimiento
de un nuevo gnero de sindicalismo?) no se basa en
ningn hecho contrastado. Al contrario, algunas de
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Jueves 10. Se quema un comedor escolar, dos escuelas, un instituto, varios edificios pblicos y un
puesto policial. Ms poblaciones con toque de queda
y 169 detenciones.
Viernes 11. Un restaurante es saqueado, un transformador de alta tensin incendiado, se hace un gran
corte de electricidad, se quema una mezquita. 201
detenciones.
Sbado 12. En Pars se prohbe en todo el da las
concentraciones pblicas y reuniones. Entre tanto el
fuego sigue calentando por todos lados: almacenes,
tiendas, guarderas, comisaras, juzgados, escuelas,
institutos, centros religiosos... Un transformador de
EDF es neutralizado. 206 detenidos.
Grecia, Blgica, Alemania y Holanda registran
en mayor o menor medida pequeos disturbios y actos.
Domingo 13. Se incendian 3 escuelas, un gimnasio, locales de ONG, supermercados. En Lyon los
disturbios llegan al centro. Sin embargo, poco a
poco, distrito a distrito el reflujo de los disturbios
empieza a ser evidente. 164 detenciones
Lunes 14. Se incendian: dos locales de asociaciones estatales, una guardera, un instituto, una oficina
de turismo, un estacionamiento de autobuses y un
transformador. Adems lanzan botellas de cido
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