El Microrelato Argentino
El Microrelato Argentino
El Microrelato Argentino
FACULTAD DE FILOLOGA
Departamento de Filologa Espaola IV
EL MICRORRELATO ARGENTINO :
INTERTEXTUALIDAD Y METALITERATURA
Madrid, 2014
EL MICRORRELATO ARGENTINO:
INTERTEXTUALIDAD Y
METALITERATURA
Mariv Alonso
NDICE
TOMO
I:
EL
MICRORRELATO
ARGENTINO:
INTERTEXTUALIDAD Y METALITERATURA
Pgina
INTRODUCCIN
El origen de la idea.................
Metodologa....
10
11
3.1
Revistas...
11
3.2
Editoriales...
13
3.3
Internet....
14
3.4
15
3.5
Congresos...
20
Estructura de la tesis...
24
27
28
34
Antecedentes y relaciones..
43
3.1
Haiku..
44
3.2
Epigrama....
45
3.3
Aforismo.....
46
3.4
Fbula.....
48
3.5
Chiste..
50
3.6
Poesa..
51
3.7
Ensayo....
53
3.8
Novela fragmentada...
54
3.9
56
3.10
Textos extraliterarios..
58
62
4.1
62
Mariv Alonso
4.2
5
66
Caractersticas.....
73
5.1
Intensidad...
78
5.2
Narratividad....
81
5.3
Carcter proteico....
81
5.4
El ttulo...
85
Un gnero posmoderno...
88
Lector activo...
95
103
104
104
1.1.1 Modernismo
105
1.1.2 Vanguardias
109
120
128
138
TERCERA
PARTE:
INTERTEXTUALIDAD
METALITERATURA
191
192
Taxonoma propuesta.
205
Clasificacin temtica..
206
2.1
2.1.1
Literatura universal.....
206
206
2.1.1.1.1
La Odisea....
206
2.1.1.1.2
Parejas mitolgicas.....
211
2.1.1.1.3
Edipo...
216
2.1.1.1.4
Narciso....
218
2.1.1.1.5
Centauros....
220
2.1.1.1.6
Otros mitos..
221
Mariv Alonso
2.1.1.2 La Biblia.....
2.1.1.2.1
Creacin..
225
2.1.1.2.2
232
2.1.1.2.3
Can y Abel.....
235
2.1.1.2.4
No y el arca...
238
2.1.1.2.5
Job...
240
2.1.1.2.6
Salomn..
241
2.1.1.2.7
243
2.1.1.2.8
Apocalipsis.....
246
2.1.1.2.9
248
2.1.1.2.10 Jess...
250
253
256
257
268
267
2.1.2
2.2
225
Literatura hispnica.....
273
273
2.1.2.2 La Celestina....
274
2.1.2.3 El Quijote....
276
285
2.1.2.5 El dinosaurio...
289
294
2.2.1
Reflexin esttica
295
297
302
2.2.2
Parodia
310
310
313
316
321
322
328
Mariv Alonso
330
335
2.2.3
Apcrifos................
336
2.2.4
340
Microrrelatos metaliterarios.................
344
2.3
2.3.1
344
345
345
2.3.1.1.2 Borges.................
348
2.3.1.1.3 Coleridge.
351
2.3.1.1.4 Kafka...
353
356
361
2.3.1.2.1
Autores ficticios..
362
2.3.1.2.2
Arquetipos de autores.
365
2.3.2
Apelacin al lector..
381
2.3.3
Architextual.................
386
2.3.4
Metamicrorrelato
394
CONCLUSIONES
407
BIBLIOGRAFA
425
- Teora y crtica..
426
436
- Obras literarias..
438
447
Literatura universal...
1
1.1
1.1.1.1
La Odisea...
1.1.1.2
Parejas mitolgicas....
1.1.1.3
Edipo.
11
1.1.1.4
Narciso..
12
1.1.1.5
Centauros..
12
1.1.1.6
Otros mitos...
13
1.1.2 La Biblia..
18
1.1.2.1
Creacin
18
1.1.2.2
22
1.1.2.3
Can y Abel...
24
1.1.2.4
No y el arca.
25
1.1.2.5
Job
26
1.1.2.6
Salomn
27
1.1.2.7
28
1.1.2.8
Apocalipsis...
30
1.1.2.9
32
1.1.2.10
Jess..
33
1.1.2.11
35
36
37
38
43
1.2
47
Literatura hispnica..
1.2.1
Exemplos medievales..
47
1.2.2
La Celestina....
48
1.2.3
El Quijote....
48
1.2.4
57
1.2.5
El dinosaurio....
58
2
2.1
2.2
CLASIFICACIN
SEGN
ESTRATEGIAS
DISCURSIVAS..
59
Reflexin esttica.
59
61
65
Parodia..
71
2.2.1
Parodia de inversin.....
71
2.2.2
Parodia subversiva...
72
2.2.3
Parodia de sobremotivacin.....
74
2.2.4
Parodia revolucionaria.....
78
2.2.5
Parodia de transcontextualizacin...
78
2.2.6
82
2.2.7
Parodia de contaminacin....
83
2.2.8
Parodia de discurso..
86
2.3
Apcrifos..
87
2.4
89
MICRORRELATOS METALITERARIOS...
91
91
91
91
3.1.1.2 Borges.
95
3.1.1.3 Coleridge....
97
3.1.1.4 Kafka...
97
99
104
104
108
3.2
Apelacin al lector.....
120
3.3
Architextual...
125
3.4
Metamicrorrelato...
134
145
3
3.1
INTRODUCCIN
El origen de la idea
No he sido breve porque no tuve tiempo.
Heine
El presente estudio se fundamenta, como posiblemente casi todos, en un cmulo
de lecturas y casualidades que nos van llevando por un camino del que no tomamos
conciencia hasta que nos preguntamos qu tema puede tentarnos tanto como para
dedicarle los aos de trabajo e investigacin que suponen redactar una tesis doctoral.
El microrrelato lleva presente muchos aos en nuestras vidas aunque hace unos
aos no utilizsemos esa denominacin, sobre todo si pensamos en textos cannicos
como Continuidad de los parques de Cortzar o Borges y yo de Jorge Luis Borges.
Entonces, en el transcurso de la asignatura de Cuento hispanoamericano (todava no
existe una especfica de microrrelato, pero dmosle tiempo al tiempo) lemos una
seleccin de cuentos brevsimos de Ana Mara Shua y la idea ya estaba ah. Tan solo
haba que llevarla a cabo. Los tres escritores (dos archiconocidos y una tercera
restringida en Espaa a un mbito elitista, pero de cierto renombre en Argentina)
estaban unidos por su nacionalidad.
El siguiente paso fue hojear antologas y, hecho esto, resultaba fcil darse cuenta
de que el microrrelato argentino iba mucho ms lejos. Limitarse a estudiar a estos tres
autores no bastaba. Comenzaron a aparecer entonces nombres que se repetiran
frecuentemente como el de Marco Denevi o Enrique Anderson Imbert junto a otros de
resonancias sugerentes como Ana Mara Mopty de Kiorcheff o Eduardo Gudio
Kieffer.
Metodologa
Cmo llevar a cabo una investigacin de literatura Argentina desde Espaa?
10
comprender los textos. Surgi la idea de estudiar qu temas son los favoritos de nuestros
autores y cmo modifican los textos originales para ofrecernos su propia versin. A
todo esto se sumaba una tercera posibilidad: la metaliteratura, los microrrelatos que
tratan sobre la propia literatura y que, frecuentemente, hacen al sujeto tomar conciencia
de su condicin de lector.
Con todas estas premisas llevamos a cabo una clasificacin, una taxonoma,
seguramente discutible como todas, pero reflexionada que respondiese con ejemplos
recogidos en una antologa de textos anexa a las siguientes preguntas:
-Qu temas literarios eligen los autores de microrrelatos argentinos?
-Por medio de qu estrategias consiguen nuevas versiones de historias que ya
conocemos?
-Mediante qu frmulas consiguen textos metaliterarios?
La investigacin se fundamenta en las posibles respuestas a esas preguntas
mediante el estudio de diferentes tipos microrrelatos que encuentran un lugar especfico
en la clasificacin propuesta.
Antes de analizar esta ms pormenorizadamente, veamos en qu medios se han
difundido los microrrelatos en los ltimos tiempos y la razn de que sean un gnero en
boga.
3
3.1
11
conocidos de los certmenes organizados por las revistas El Cuento (Mxico) y Puro
Cuento (Argentina).
El escritor Fabin Vique confiesa la influencia de una de estas revistas en sus
inicios como microrrelatista en un encuentro entre escritores en la librera hondurea
Eterna cadencia el doce de julio de 2010.
Cuando tena veinte aos lea la revista Puro cuento, que era una
revista argentina que diriga Mempo Giardinelli, no s qu tan parecida a El
cuento, ah tambin apareca tambin el concurso. El primer cuento que mand
al concurso sali seleccionado y el segundo gan, pero en la edicin que sala
publicado tambin decan que la revista Puro cuento dejaba de salir, [Risas] as
que nunca pude retirar el premio -creo que eran unos libros-pero ese estmulo me
sirvi para seguir en el gnero y como el gnero sala en una revista y tena
cierta entidad no me plante si estaba bien o no. Despus le que durante muchos
aos hubo mucha gente preguntndose si eso era literatura. La existencia de esa
revista creo que fue muy importante para todos nosotros1.
Ral Brasca en el mismo encuentro en dicha librera tambin reconoce la
influencia de la revista mexicana El cuento en sus comienzos en este gnero breve:
Dicen los espaoles que el microrrelato proviene del cuento, por una
sucesiva reduccin. A m me apareci como un anti cuento. Yo escriba
solamente cuentos y estaba escribiendo un cuento largo que no me sala. Estaba
muy aburrido, muy molesto. Entonces decid tomarme un descanso y en el
descanso se me ocurri escribir una cosita juguetona. En esa poca los canales
de televisin pasaban documentales que hablaban de salmones y que decan que
los salmones siempre concurren a desovar en el lugar donde nacieron. Yo que
soy un razonador vicioso, razonando me di cuenta de que si eso fuera realmente
cierto todos los salmones del mundo tendran que desovar en el mismo lugar
porque el abuelo desovo en un lugar, ah naci el padre entonces el padre tiene
que volver al mismo lugar y as los hijos. Millones de salmones deberan ir a
desovar al mismo lugar. Entonces escrib lo que hoy se llama un microrrelato:
Salmnidos. As empec. Se lo di a leer a Liliana Heker y a otra gente. Liliana
reaccion violentamente, como es ella. Me dijo me fascina y despus me dijo
que eso era un cuento brevsimo -no exista el microrrelato- y que en Mxico
estaba la revista El cuento que diriga Edmundo Valads y en cuyo consejo de
redaccin estaba Juan Rulfo y otras personas muy prestigiosas. Tienen un
concurso permanente de este tipo de cuentos, me dijo, escribite dos o tres ms
y mandalos. Lo hice y gan el concurso. Me gust y segu.
12
Adems, en los talleres literarios se cultiva la microficcin cada vez con mayor
frecuencia, quiz partiendo de la errnea creencia de que crear un texto breve es ms
fcil que uno ms extenso.
Por si fuera poco, algunas revistas literarias han dedicado nmeros monogrficos
al microrrelato hispanoamericano: la Revista Interamericana de Bibliografa (con sede
en Washington, Estados Unidos) en sus nmeros 1-4 y la espaola Quimera (nm. 211212: La minificcin en Hispanoamrica. De Monterroso a los narradores de hoy).
Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que ya se ha instaurado una tradicin
del microrrelato argentino, que bebe en maestros reconocidos por los microrrelatistas
como Borges, Cortzar o Denevi, pero que va ms all de esa tradicin en un intento de
perpetua trasgresin, en un alarde de innovacin lingstica sin precedentes y que
promete futuros frutos.
3.2
Editoriales
Como podemos comprobar leyendo la bibliografa, algunas editoriales
13
Internet
Probablemente tanto a causa de su extensin como de la vitalidad de este gnero
en la actualidad, diferentes autores y/o crticos publican sus textos en la red. Nadie
podra negar que con las nuevas tecnologas la literatura se ha visto incorporada en
blogs, tuits o e-books, especialmente los textos de breve extensin como el que nos
ocupa.
Podemos destacar el blog del profesor de Literatura Espaola Contempornea en
la Universidad Autnoma de Barcelona, Fernando Valls, llamado La nave de los locos
en la direccin http://nalocos.blogspot.com/. Este docente es tambin director de las
colecciones Reloj de arena y Cristal de cuarzo, de la editorial Menoscuarto,
especializada en narrativa breve.
2
GARDELLA, Martn: Bibliografa argentina de creacin de mini-ficcin en El Cuento en Red, [Online]: http://cuentoenred.xoc.uam.mx (Consulta: 18 de abril de 2013).
14
brevedades.
Podemos
encontrarla
en
la
direccin:
http://
revistamicrorrelatos.blogspot.com/2010/10/muy-pocos-libros-de-microrrelatos-en.html.
Su comit editorial est formado por dos espaoles (Vctor Lorenzo y Fernando
Remitente), un argentino (Martn Gardella), un colombiano (Esteban Dubln), un
peruano (Rony Vsquez Guevara) y un mexicano (Jos Manuel Ortiz Soto) y en ella
dan cabida a colaboraciones de cualquier interesado en la literatura breve.
3.4
15
Por eso hemos decidido incluir un epgrafe en el que repasamos los diferentes
aportes crticos relacionados tambin con las antologas publicadas. Ya Guillermo Siles
lo adelanta:
La canonizacin de los textos breves por parte de la crtica es un proceso
tardo, que ocurre en forma definitiva en la dcada de 1990, pero tiene
prestigiosos antecedentes en la experiencia literaria en la factura de libros
compuestos ntegramente por microrrelatos- y en la labor de los antlogos3.
En la dcada de 1980 surgen numerosos trabajos sobre el cuento latinoamericano
en los que se resea la existencia del microrrelato como un fenmeno peculiar aunque
an no se le asigna la categora de gnero. Uno de estos trabajos es Claves para el
cuento (1981) de Alba Omil y Ral A. Pirola, que incluye un captulo sobre los
minicuentos de Enrique Anderson Imbert.
La tesis doctoral de Dolores M. Koch de 1981 El micro-relato en Mxico:
Torri, Arreola, Monterroso y Avils Fvila es el primero dedicado exclusivamente a
este gnero. En 1985 publica otro estudio, esta vez centrado en escritores argentinos:
Borges, Cortzar y Denevi. Considera que los microrrelatos tienen una extensin
promedio de 350 palabras y que se caracterizan por su prosa bismica, el humorismo, la
intertextualidad (sobre todo el rescate de formas antiguas como el bestiario y la fbula)
y la dimensin metaficcional.
En los aos noventa proliferan los estudios sobre los microrrelatos, coincidiendo
con lo que Lauro Zavala denomina boom literario de los textos breves en consonancia
con el boom de los aos sesenta en lo que respecta a la novela, ya que ambos sucedieron
en Latinoamrica.
16
17
18
19
Congresos
En los ltimos aos se han celebrado varios congresos en torno a lo que los
20
en Valparaso y sus actas fueron recogidas en el libro Asedios a una nueva categora
textual: El Microrrelato, editado por Andrs Cceres Milnes y Eddie Morales Pia.
El IV Congreso internacional de Minificcin le correspondi a la Universidad de
Neuchtel (Suiza) bajo la coordinacin de la profesora e investigadora de esa institucin
Irene Andres-Surez y tuvo lugar en noviembre de 2006. Hubo crticos y escritores de
Argentina, Estados Unidos, Mxico, Venezuela, Chile y Espaa. Las actas han sido
publicadas por Menoscuarto en el libro La era de la brevedad. El microrrelato
hispnico.
El V Congreso fue llevado a cabo en la ciudad de Neuqun (PatagoniaArgentina) entre los das 10 y 12 de noviembre de 2008. La organizacin del evento
estuvo a cargo de Laura Pollastri y su equipo de investigacin y cont con la
colaboracin del Centro Patagnico de Estudios Latinoamericanos (UNCo), la facultad
de Humanidades de la Universidad Nacional Comahue y el proyecto de investigacin
Textos transgresores. Las nacionalidades de escritores, crticos e investigadores se
ampliaron incluyendo esta vez pases como: Chile, Colombia, Australia, Alemania o
Nueva Zelanda.
En Bogot (Colombia) tuvo lugar el VI Congreso Internacional de Minificcin
en octubre de 2010 auspiciado por las universidades Pedaggica, Nacional, Javeriana y
de los Andes y el Grupo de Investigacin HIMINI.
El VII Simposio Internacional de Minificcin se celebr en noviembre del 2012
en Berln, concretamente en el Instituto Ibero-Americano y en la Universidad
Humboldt. Dicho simposio fue organizado por Ottmar Ette (Universidad de Postdam,
Alemania), Dieter Ingenschay (Universidad Humboldt, Berln, Alemania), Friedhelm
Schmidt-Welle (Instituto Ibero-Americano, Berln) y Fernando Valls (Universidad
Autnoma de Barcelona). En este congreso se trataron los temas habituales ( la teora, la
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
21
22
23
se saludan apenas con un gesto de la cabeza, por cortesa, sin saber que han
dormido todos en la misma cama6.
Estructura de la tesis
Antes de entrar de lleno en el estudio, hemos optado por ofrecer una descripcin
breve de las partes que lo componen para que el lector comprenda en qu consiste cada
una de ellas y prescinda de alguna si lo considera oportuno, tal y como nos
recomendaba Cortzar en Rayuela, que saba que los Captulos prescindibles eran los
menos prescindibles de todos.
En nuestro estudio nos proponemos dar cabida a las diferentes posiciones que
sostienen los crticos que han estudiado este gnero tan controvertido citndolos y
aportando tambin nuestra propia visin al respecto.
En la primera parte, Teora sobre el microrrelato, comenzamos explicando la
denominacin que hemos elegido, microrrelato, sin dejar de mencionar otros nombres
que se le han dado, para luego explicar sus caractersticas, antecedentes y tipologa.
Despus nos detenemos a analizar el concepto de posmodernidad que
frecuentemente surge al hablar de microrrelato y estudiamos el nuevo papel del lector
que se enfrenta a estos textos.
Adems, en la segunda parte, ofrecemos una Minihistoria del microrrelato
argentino. Minihistoria porque sin extenderse demasiado da cabida tanto a
precursores, como a autores consagrados y noveles en un intento sin precedentes puesto
que las historias hasta ahora han estado centradas en perodos concretos, pero no se ha
analizado en su totalidad la evolucin de este gnero en Argentina. Como cabe suponer,
24
nos hemos detenido ms en los escritores que han cultivado con frecuencia este gnero
y pasado ms deprisa por los que se han limitado a coquetear con l.
Hemos decidido citar todos los microrrelatos de los que hablamos para evitar al
lector una posterior bsqueda bibliogrfica y porque, si la esencia de este gnero es la
brevedad, podemos aprovechar para analizarlos en profundidad con el texto delante.
Una novela no podra citarse entera en un trabajo acadmico; en cambio, los textos
pigmeos permiten una suerte de clausura que ayuda al lector a comprenderlos en su
totalidad y en un breve lapsus de tiempo. Despus de haber ledo una ingente cantidad
de estudios crticos para realizar este trabajo, entendemos que para el lector resulta
frustrante leer anlisis y comentarios sobre textos literarios (en muchas ocasiones
difciles de encontrar) sin tener acceso a dichos textos y, por esa razn, hemos decidido
incluir todos los textos a los que nos referimos en algn caso dentro del anlisis crtico y
en otros agrupados en una antologa.
Finalizamos este estudio con una taxonoma del microrrelato argentino (tercera
parte: intertextualidad y metaliteratura) en la que hemos atendido a diversos aspectos
como los temas de la historia de la literatura que toman o la forma de recrearlos en los
textos mnimos. Hacemos especial hincapi en los metamicrorrelatos, es decir, los
microrrelatos autorreferenciales que nos hablan del proceso literario rompiendo el pacto
de ficcin entre autor y lector.
Para no dificultar la lectura del estudio, la mayora de los textos a los que nos
referimos en las clasificaciones temtica y segn las estrategias discursivas se
encuentran en una antologa anexa en el mismo orden en que los vamos analizando.
La clasificacin llevada a cabo podra ser diferente. Y ah se encuentra la riqueza
del estudio intelectual: cada uno de nosotros tiene una forma particular de ver la
25
realidad que se refleja en la manera que elegimos para percibirla y, en este caso,
parcelarla.
Hemos decidido estudiar la intertextualidad literaria, que da lugar a dos opciones
distintas de clasificacin: la temtica y la de estrategias discursivas. Como hablamos de
intertextualidad siempre estarn implcitos dos textos: el hipotexto y el hipertexto. El
hipotexto sera el texto original, la historia base, lo que Genette llamara texto A en
Palimpsestos, como explicamos ms adelante. El hipertexto, en cambio, sera resultado
de la transformacin del texto original, la nueva versin.
Sin embargo, a veces no podemos rastrear una fuente especfica en el origen del
microrrelato, sino que hay ciertos temas o tpicos que forman parte de nuestra cultura y
que se han ido repitiendo en diversos campos como el literario, el cinematogrfico, el
pictrico, etc.; de tal forma que muy a menudo nos encontramos con versiones de
versiones, que dificultan extremadamente el camino que nos llevara al hipotexto en
caso de que este existiese.
Analizaremos todos estos extremos con ms detenimiento en el lugar preciso.
Sin ms prembulos, comencemos por la cuestin nominalista: Por qu lo llamamos
microrrelato?
26
PRIMERA PARTE:
TEORA SOBRE EL
MICRORRELATO
27
muy distintos para el subgnero narrativo que pretendemos analizar aqu. Casi todos
hacen referencia a la idea de brevedad: arte conciso, artefacto, brevicuento,
caso (aplicado a la narrativa breve de Enrique Anderson Imbert), crnica (en
Brasil), cuento breve, cuento brevsimo, cuento corto, cuento cortsimo,
cuento diminuto, cuento en miniatura, cuento esculido, cuento instantneo,
cuento rpido, fbula, ficcin de un minuto, ficcin rpida, ficcin sbita,
microcuento,
microficcin,
microrrelato,
minicuento,
minificcin,
28
a los no narrativos (el bestiario casi todos son descriptivos-, el poema en prosa
o la estampa)7.
Relatar implica contar una historia, unos hechos; y la palabra ficcin, en cambio,
hace hincapi en el hecho de que un autor haya inventado los textos dejando de lado
biografas, diarios, ancdotas, noticias que s tendran cabida en algunos
microrrelatos.
Entonces, el uso de la palabra microrrelato implica que estamos hablando de
textos narrativos que tienen unos personajes que desarrollan una accin en un espacio y
un tiempo determinados, por eso los consideramos relatos. No obstante, debido a su
brevedad, muchas veces alguno o varios de estos elementos de la narracin puede estar
elidido. En cualquier caso, siempre son textos ficcionales. Irene Andres-Surez coincide
con esta opinin: cuando hablamos de microrrelato nos referimos a un microtexto
narrativo en prosa de condicin ficcional que remite a la condicin imaginaria del
universo representado sustentado en la narratividad8.
Nosotros nos inclinamos por el nombre ms extendido en el mbito hispnico: el
de microrrelato, al igual que David Lagmanovich, Irene Andres-Surez, Fernando Valls
o Dolores M. Koch. Veamos lo que dice esta ltima:
Quisiera proponer aqu que volvamos al trmino microrrelato [].
Microrrelato tiene la ventaja de ofrecer un significado ms amplio que
microcuento. De esta manera podramos hacer distinciones aadiendo los
adjetivos correspondientes, como los sugeridos por Lauro Zavala: microrrelatos
clsicos, modernos, posmodernos, y quiz tambin fantsticos, policacos,
absurdos9.
Los microrrelatos podran ser considerados individualmente como un intento de
reconstruccin de la novela tradicional: son historias con planteamiento, nudo y
7
29
desenlace implcitos o explcitos que, por un lado, desmontan la narrativa clsica para
posteriormente construirla dejando espacio al lector para que ste complete los
intersticios que, por su esencial brevedad, dejan.
En un microrrelato el autor tiene que conseguir los mximos resultados con un
mnimo de recursos. Esa pretensin la encontramos desde el principio en la poesa, que
elide la temporalidad lgica de lo dramtico para situarnos emocional e intelectivamente
en una intuicin clara y distinta. El microrrelato est muy cercano a esta concepcin de
la poesa y, como veremos, una de sus caractersticas fundamentales es la hibridacin
genrica.
El crtico Fernando Valls en su blog La nave de los locos se pronuncia acerca del
nombre de estos textos y coincide con la nomenclatura que hemos usado en este trabajo:
A los textos narrativos brevsimos (alrededor de una pgina) que cuentan
una historia, prefiero llamarlos microrrelatos. El trmino minificcin me parece
inoperante desde el momento en que los cultivadores y estudiosos de la poesa,
gnero que debera ser el principal de la llamada minificcin, por la importancia
de su tradicin y la calidad de sus textos, no lo utilizan. Y minicuento no me
convence por su subsidiaridad del gnero cuento, que es otro, y porque, adems,
apela a la dimensin, que no es lo que caracteriza al microrrelato, sino la
precisin e intensidad, de las que surge como una consecuencia la brevedad.
Nunca he entendido por qu a los congresos internacionales se los denomina de
minificcin cuando la gran mayora de las intervenciones se ocupan nicamente
de los microrrelatos. Y tampoco entiendo por qu algunas antologas se titulan
La minificcin en, cuando, en realidad slo incluyen microrrelatos10.
Guillermo Siles tambin se decanta por esta denominacin puesto que sirve para
abarcar una gran variedad de formas discursivas y que adems fue uno de los nombres
pioneros de los adoptados por los crticos; todo eso sin aadir que permite una mayor
amplitud que las denominaciones que encasillen estos textos dentro del gnero cuento.
Desde la perspectiva de los escritores, Luisa Valenzuela prefiere llamar a estos
textos microrrelatos:
10
VALLS, Fernando: La nave de los locos [On-line]: http://nalocos.blogspot.com.es/2010/11/sobre-elmicrorrelato-en-la-revista.html (Consulta: 24 de septiembre de 2012).
30
11
31
13
32
Con esta til metfora, Zavala nos hace comprender que, a pesar del aparente
fragmentarismo de los microrrelatos, en muchas ocasiones stos estn organizados en
secciones de libros que tambin los dotan de sentido, con lo cual se complicara todava
ms nuestro campo de estudio.
En cualquier caso, resulta muy arbitrario clasificar los microrrelatos segn su
nmero de palabras o decir que ocupan menos de una pgina o de dos. Por un lado, el
formato elegido por cada editorial es distinto y, por otro, siempre podemos encontrar
excepciones, textos que no cumplen la previsin matemtica que hemos hecho y que
llamaramos microrrelato de todas formas.
Fernando Valls afirma que, para l, el microrrelato debe ocupar una sola pgina
de tal forma que el lector sea capaz de abarcarlo con un solo vistazo, aunque no porque
se extienda un poco ms un texto debemos clasificarlo como cuento. Su brevedad nace
de una necesidad narrativa, no de la imposicin de no superar la pgina impresa.
Tambin hay que tener en cuenta la idea de autonoma: consideraremos
microrrelato al texto que haya nacido con vocacin autnoma. En caso contrario,
caeramos en el relativismo: muchos textos podran serlo si los aislsemos de su
contexto, tal y como hicieron Borges, Bioy y Silvina en la Antologa de la literatura
fantstica con un fragmento de Don Juan Tenorio de Zorrilla, por ejemplo. Nosotros
pondremos ese lmite en nuestro anlisis.
Vamos a intentar ahondar un poco ms en estos textos.
33
16
34
Huerta Calvo y Garca Berrio en Los gneros literarios: sistemas e historia (pp.
92-93) distinguen tres etapas en Occidente:
La primera etapa, llamada clsica, se inicia con Platn y Aristteles y finaliza en
el siglo XVIII con el neoclasicismo. Se basa en el criterio de orden formal y expresivo
que considera el gnero una realidad inmutable e ideal que ha de seguirse a rajatabla. Es
una concepcin normativa, en la que impera la imitacin de los modelos y grandes
autores.
La etapa moderna surge con el Romanticismo al rechazar la perspectiva clsica
para resaltar el valor de la originalidad esttica y creadora, basndose en un criterio
simblico- referencial y su mximo exponente es Hegel.
La etapa contempornea nace con el formalismo y las nuevas escuelas de crtica
literaria del siglo XX, basadas en la teora de los gneros discursivos de Bajtin, en la
que los gneros se conciben como una convencin de cdigos y registros cambiantes en
cada poca histrica que enmarcan la comunicacin con determinadas coordenadas,
dentro de las cuales hay que interpretar un mensaje.
Benedetto Croce es el primer autor que niega la aplicacin de los gneros en su
Esttica (1902). Piensa que cada obra es nica e irrepetible y toda inclusin de una obra
en un gnero predeterminado le resta originalidad a la creacin literaria: Para Croce, en
fin, lo reprobable es supeditar la individualidad artstica a la teora gentica, mxime si
esta se produce con fines normativistas17.
17
HUERTA CALVO y GARCA BERRIO: Los gneros literarios: sistemas e historia, p. 129.
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36
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37
2.
22
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26
40
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41
42
ANTECEDENTES Y RELACIONES
Los elementos comunes a la minificcin y otras formas de la escritura
pueden ser estudiados en sta precisamente porque estn ausentes,
pues la naturaleza de la minificcin es alusiva y metafrica,
y su principal arte consiste en su capacidad para comunicar
con mayor efectividad a partir de aquello que no se dice30.
Lauro Zavala
30
43
Todos los autores coinciden en que los microrrelatos se caracterizan por ser un
gnero hbrido tanto por su forma como por los diferentes gneros con los que est
emparentado.
Hasta los escritores de microrrelatos reconocen esa hibridacin genrica. Ana
Mara Shua nos lo explica con su peculiar estilo humorstico: Sin olvidar que toda
frontera es convencional, los lmites geogrficos del microrrelato son: al norte, el poema
en prosa; al sur, el chiste; al este, el cuento corto; al oeste, el vasto pas de los
aforismos, reflexiones, sentencias morales32.
3.1
Haiku
El haiku japons es una estrofa de tres versos, de 5, 7 y 5 slabas
respectivamente, sin rima, que puede tratar temas diversos. En ellos se refleja un
aspecto concreto de la realidad cotidiana, atendiendo especialmente a la naturaleza y a
las cosas que rodean al hombre: los animales, las plantas, el mar, la lluvia...
Es una de las formas que los crticos ven claramente relacionada con el
microrrelato. Rosario Alonso y Mara Vega de la Pea del Barco lo enuncian as:
Para los expertos en poesa japonesa lo ms importante del haik es lo
que no se dice, ese poder de sugerencia que comparte con el microrrelato y que
vincula ambas manifestaciones.
El haik es de una brevedad lmite; para Vicente Haya, una impresin
natural que se hace poesa. Conservar un instante especial de la realidad: sta es
la finalidad del haik [].
Microtexto y haik comparten la sugerencia, el ritmo marcado y
conocido por el lector, la musicalidad y la sorpresa []. A diferencia del
microtexto, el haik tiene una delimitacin temtica muy marcada. Siempre
centrado en el mundo natural, el haik puede ser intimista, filosfico, sagrado,
32
SHUA, Ana Mara: Esas feroces criaturas en ANDRES-SUREZ, Irene y RIVAS, Antonio: La era
de la brevedad. El microrrelato hispnico, p. 581.
44
Epigrama
La palabra epigrama viene del latn epigramma, que a su vez proviene de otra
33
ALONSO, Rosario y VEGA DE LA PEA DEL BARCO, Mara: Sugerente textura, el texto breve y
el haik. Tradicin y modernidad en NOGUEROL JIMNEZ, Francisca (Ed.): Escritos disconformes.
Nuevos modelos de lectura, pp. 99-100.
34
CORTZAR, Julio: Salvo el crepsculo, p. 179.
45
Aforismo
Tambin podemos encontrar similitudes entre el aforismo y el microrrelato,
considerando el primero como una frase sentenciosa que intenta expresar una verdad.
Aforismos, refranes y mximas hay en todas las culturas y muchas veces recurren a los
juegos de palabras para llamar la atencin del receptor o como recurso mnemotcnico.
Se diferencian del gnero que estamos estudiando en que normalmente se presentan en
forma de monlogo y en tiempos verbales de presente, mientras que los microrrelatos,
debido a su narratividad, suelen estar en pretrito y constituir un dilogo.
Veamos un ejemplo de aforismo de Antonio Porchia:
Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo36.
Qu tiene este aforismo para no considerarlo microrrelato? Por un lado, no hay
personajes. El autor utiliza una oracin impersonal para que cualquier lector pueda
identificarse con lo ledo. Por otro, tampoco hay tiempo o espacio narrativos. Porchia
pretende que su afirmacin tenga un alcance universal, por eso no la contextualiza. Y,
por ltimo, habra que destacar la pretensin de proponer una verdad que se persigue
con el aforismo, que el microrrelato no comparte por su esencia ficcional.
35
46
37
47
3.4
Fbula
La fbula es un gnero que se caracteriza por ser protagonizado por animales y
48
Ven aquello que est all? Es una estatua, una obra maestra! La hice
Y los animales, mirando aquello que vean en lo alto, sin distinguir bien
qu fuere, comenzaron a repetir que aquello era una obra maestra. Y todos
admiraron al mono como a un gran artista. Todos menos el cndor, porque el
cndor era el nico que poda volar hasta el pico de la sierra y ver que aquello
slo era un tronco de rbol. Dijo a muchos lo que haba visto, pero ninguno
crey al cndor, porque es natural en el ser que camina no creer al que vuela44.
Por su parte, Marco Denevi llega a una conclusin vlida para todas las fbulas:
IMPOSTURAS DEL SEOR PEROGRULLO
Moraleja de todas las fbulas: el hombre es un animal45.
42
Ibd., p. 183.
Citado por SILES, Guillermo: El microrrelato hispanoamericano. La formacin de un gnero en el
siglo XX, pp. 133-134.
44
EPPLE, Juan Armando: Brevsima relacin. Nueva antologa del microcuento hispanoamericano, p.
190.
45
DENEVI, Marco: Falsificaciones (2006), p. 156.
43
49
3.5
Chiste
El chiste suele ser una historia corta, a veces contextualizada cuyos personajes
46
47
50
Poesa
Los microrrelatos estn cercanos a la poesa aparte de por su extensin, que sera
48
51
52
Alba Omil resalta los puntos de contacto entre microrrelato y poesa, piensa que
no se puede contar un microrrelato porque su efecto se basa en las palabras concretas
que el autor ha elegido para construirlo y adems:
Ambas formas, microrrelato y poema lrico, estn cargadas con un plus
de efecto tardo por el cual, an a distancia de su lectura, continuarn resonando
y gravitando en la memoria del receptor. Y, en el caso del microrrelato, no es
precisamente lo anecdtico lo que resuena54.
Podemos comprobar el juego metadiscursivo entre poesa y microrrelato leyendo
uno de Ana Mara Shua, que aprovecha los ecos poticos de una idea, que para ella
podra ser un poema, pero prefiere contarla en una narracin en forma de microrrelato:
DE QUIEN ESPERA
De quien espera una voz y poco a poco va dejando de lado todo el resto,
se desvanece a su alrededor todo el universo, odia al telfono y lo ama como
Catulo a su Lesbia indiferente; poco a poco la espera invade todo, abandona
actividades o las realiza con distraccin absorta hasta que su nico verbo cierto
es esperar: irresponsable olvido de quien pretendi ser en sus comienzos
protagonista de una minificcin, y se transforma s, por un momento, en el
centro doloroso de un poema. Pero el suceso de su transformacin lo vuelve otra
vez narrativo y por eso lo incluyo en este libro55.
3.7
Ensayo
El microrrelato se acerca al ensayo debido a que induce al lector a reflexionar
sobre su contenido. No se agota con la lectura, sino que deja su impronta cuando, al
pasar el tiempo, recordamos lo ledo con anterioridad; sin embargo, el microrrelato lo
consigue desde la narratividad, basndose en unos personajes y una trama y el ensayo
intenta que su lector reflexione desde el propio pensamiento.
En este famoso texto de Borges se reflexiona sobre el argumento ontolgico de
San Anselmo desde la perspectiva de un narrador en primera persona que demuestra la
54
55
53
Novela fragmentada
Estamos de acuerdo con Guillermo Siles en su comparacin de los microrrelatos
con la novela, siguiendo a Bajtin, que califica a esta ltima como un gnero elstico y
plurilinge, capaz de absorber y fagocitar otros gneros, tcnicas, convenciones y
modalidades textuales, tanto literarios como extraliterarios57, definicin que podra
aplicarse sin demasiada dificultad al microrrelato.
En el siglo XX han proliferado las novelas que rompen el orden lineal y
cronolgico decimonnico mediante digresiones que en algunas ocasiones podran ser
consideradas microrrelatos. Rayuela (1963) de Julio Cortzar sera uno de los casos
paradigmticos. Como todos sabemos, es una novela con diferentes vas de lectura
dividida en tres partes. Del lado de all, que transcurre en Pars, Del lado de ac, en
Buenos Aires y De otros lados (captulos prescindibles), miscelnea de citas, textos
periodsticos, notas, textos narrativos, etc. incluido el clebre captulo 68 en el que crea
un nuevo lenguaje cambiando los nombres y los verbos por palabras inventadas y,
sorprendentemente, somos capaces de comprenderlo:
56
54
59
55
Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo nos ofrecen una nueva
posibilidad de creacin de microrrelatos: en su Antologa de la literatura fantstica
toman fragmentos de otras obras y aislndolos e incluso aadindoles un ttulo
consiguen transformar los conceptos de creacin y de autora:
Las antologas en manos de estos escritores proponen una visin
diferente y subversiva del hecho literario. Se inaugura una creacin distinta,
basada ms en poseer que en inventar, y un nuevo principio de autora: ser autor
de un texto consiste en descubrirlo, en aduearse de l (Esperanza Lpez
Parada: Una mirada al sesgo. Literatura hispanoamericana desde los mrgenes.
Madrid: Iberoamericana-Vervuert, 1999, p. 68). Aduearse de l y, aadiramos
nosotros, transformarlo ligeramente si fuera necesario, ya que el traslado a un
nuevo contexto e incluso la adjudicacin de ttulos nunca pensados en el original
son materia suficiente como para probar el deseo de ser autores al tro BorgesBioy-Ocampo en un grado de participacin superior al que se le supone a un
antlogo convencional60.
Es decir, el verdadero dueo del texto puede ser el propio lector, que, al
guardarlo en su memoria literaria, es capaz de darle un nuevo sentido: La lectura se
convierte as en el centro, no slo de un canon literario, sino de toda suerte de
manipulacin literaria61. Los nuevos textos creados a travs de la fragmentacin de
conjuntos ms amplios se resemantizan convirtindose en microrrelatos.
60
56
62
SHUA, Ana Mara: Esas feroces criaturas en ANDRES-SUREZ, Irene y RIVAS, Antonio: La era
de la brevedad. El microrrelato hispnico, p. 582.
63
POLLASTRI, Laura: Los extravos del inventario: canon y microrrelato en Hispanoamrica en
NOGUEROL JIMNEZ, Francisca (Ed.): Escritos disconformes. Nuevos modelos de lectura, p. 59.
57
64
BIOY CASARES, Adolfo, BORGES, Jorge Luis y OCAMPO, Silvina (eds.): Antologa de la literatura
fantstica, p. 129.
65
DELAFOSSE, milie:Entrevista a Ral Brasca: Dentro de la microficcin se da un solapamiento de
gneros en El Cuento en Red, N22: Otoo, 2010 [On-line]. http://cuentoenred.xoc.uam.mx. (Consulta: 1
de febrero de 2011).
58
66
59
De hecho, pueden imitar a los graffitis que encontramos por la calle, como ste
de Orlando Enrique Van Bredam:
GRAFFITI
Es fcil juntar de nuevo a Los Beatles. Slo se necesitan tres balazos67.
Leamos ste con forma de problema matemtico de Shua:
TRINGULO AMOROSO
A ama a B que ama a C. Como se observa a simple vista, B est
embarazada. Determine el sexo de A y C y enumere todas las combinaciones
posibles en cuanto a las preferencias sexuales en los vrtices del tringulo ABC
considerando que no hace falta amor para provocar un embarazo y que hay en el
alfabeto tantas otras letras, en el universo, tantos dispares alfabetos68.
CUESTIONARIO
cmo concibe usted el universo?
piensa que la vida es una casualidad o una casualidad qumica?
cree usted en la permanencia de su yo?
se considera una personalidad singular?
en qu medida se cree determinante de su destino?
se siente individuo de una especie biolgica?
cree usted en la razn limitada o ilimitada?
se siente predominantemente sujeto u objeto?
sera capaz de matar a otros hombres?
(tache lo que no corresponda)
por razones polticas
por razones morales o religiosas
por desprecio
por odio
por compasin
para asegurar su supervivencia
qu distancia hay entre su vida mental y su vida social?
de poder, quisiera volver al pasado o saltar a un futuro remoto?
indique sus obsesiones predominantes:
67
68
60
econmicas
sexuales
filosficas
afectivas
fcticas
otras .
cree que el espritu mitiga el hambre?
qu posee para usted ms realidad: lo que est dentro o fuera de su
cuerpo?
quin es ms real: un centauro o un annimo contemporneo de
Scrates?69
69
61
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63
64
adueado del mundo. H vuelve los ojos y mira los senderos en la hierba. Una
caravana de hormigas se obstina en llevar hasta la ciudad subterrnea el cuerpo
de un escarabajo. Otras, cerca de all, arrastran leves cargas vegetales,
entrechocan sus antenas, acumulan partculas de arena en los mdanos que
protegen la boca del tnel. H admira la unidad del esfuerzo, la disciplina de
mando, la energa solidaria. Pueden llevar horas o siglos en la tarea de abastecer
el hormiguero. Quiz el viaje comenz en un tiempo del que ya no hay memoria.
Absortas en su afn las hormigas no se ocupan de H ni tratan de causarle el
menor dao. Pero l, llevado de un impulso invencible, toma una hormiga con
los dedos, la tritura con la ua del pulgar. Luego con la brasa del cigarro hiere a
la caravana. Las hormigas sueltan la presa, rompen filas. El pnico y el desorden
provocan placer en H. Calcina a las que tratan de ocultarse o buscan la oscuridad
del hormiguero. Y cuando ningn insecto vivo queda en la superficie, aparta los
tenues muros de arena y excava en busca de las galeras secretas, las salas y
depsitos en que un pueblo entero sucumbe bajo el frenes de la destruccin.
Hurga con furia, intilmente: los pasadizos se han disuelto en la tierra. Sin
embargo H mat miles de hormigas y las sobrevivientes no recobrarn la
superficie jams. Antes de retirarse H junta la hierba seca y prende fuego a las
ruinas. El aire se impregna de olor frmico, arrastra cuerpos, fragmentos,
cenizas. Ha transcurrido una hora y media. H alcanza las montaas que dominan
la ciudad. Antes que la corriente negra lo devore, en un segundo, de pie sobre el
acantilado puede ver la confusin, las llamas que todo lo destruyen, los muros
incendiados, el fuego que baja del cielo, el hongo de humo y escombros que se
levanta hacia el sol fijo en el espacio73.
Posteriormente a este trabajo publicado en la Revista Interamericana de
Bibliografa, en el prlogo de su antologa La otra mirada. Antologa del microrrelato
hispnico, Lagmanovich aade un cuarto tipo de microrrelato que denomina el
discurso mimtico, que se refiere a los textos que intentan imitar el habla cotidiana
acercndose a la otra vertiente: el discurso popular.
Por ejemplo, la comicidad del siguiente texto de Orlando Enrique Van Bredam
recae en la pronunciacin con seseo caracterstica de Argentina en particular y de todo
el espaol de Amrica en general:
URDIMBRE
Tu marido es celoso? pregunt l.
S. Mi marido es el oso que viene ah -respondi ella.
73
65
En este otro texto de Anderson Imbert se imita el lenguaje popular, pero con una
pretensin de verosimilitud:
ALAS
Yo ejerca entonces la medicina en Humahuaca.
Una tarde me trajeron a un nio descalabrado; se haba cado por el
precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quit el poncho vi dos alas. Las
examin: estaban sanas. Apenas el nio pudo hablar le pregunt:
Por qu no volaste, mhijo, al sentirte caer?
Volar? me dijo. Volar, para que la gente se ra de m?74
Sita la historia en un lugar concreto y la pronunciacin relajada de mhijo
tambin contribuye a dotar al texto de una gran verosimilitud.
4.2
74
66
75
67
tambin tienen cabida en la forma del microrrelato como los manuales de instrucciones
en el Historias de cronopios y de famas de Julio Cortzar:
INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA
Nadie habr dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de
manera tal que una parte sube en ngulo recto con el plano del suelo, y luego la
parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva
perpendicular, conducta que se repite en espiral o en lnea quebrada hasta alturas
sumamente variables. Agachndose y poniendo la mano izquierda en una de las
partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se est en
posesin momentnea de un peldao o escaln. Cada uno de estos peldaos,
formados como se ve por dos elementos, se sita un tanto ms arriba y adelante
que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra
combinacin producir formas quiz ms bellas o pintorescas, pero incapaces de
trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrs o de costado resultan
particularmente incmodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los
brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos
dejen de ver los peldaos inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando
lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte
del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza,
y que salvo excepciones cabe exactamente en el escaln. Puesta en el primer
peldao dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte
equivalente de la izquierda (tambin llamada pie, pero que no ha de confundirse
con el pie antes citado), y llevndola a la altura del pie, se le hace seguir hasta
colocarla en el segundo peldao, con lo cual en ste descansar el pie, y en el
primero descansar el pie. (Los primeros peldaos son siempre los ms difciles,
hasta adquirir la coordinacin necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie
y el pie hace difcil la explicacin. Cudese especialmente de no levantar al
mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldao, basta repetir alternadamente
los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella
fcilmente, con un ligero golpe de taln que la fija en su sitio, del que no se
mover hasta el momento del descenso78.
Siguiendo a Noguerol, habamos enunciado como tercera caracterstica
posmoderna la demolicin del principio de unidad. Esto puede comprobarse en la
desaparicin del sujeto tradicional, un protagonista claro, muchas veces sustituido por
decticos que nos permiten contextualizar el microrrelato en cualquier tiempo, espacio o
personaje que se nos ocurra. Podemos verlo en el famoso texto El dinosaurio, plagado
78
68
69
80
70
82
EPPLE, Juan Armando: Brevsima relacin. Nueva antologa del microcuento hispanoamericano, p.
70.
71
83
84
72
CARACTERSTICAS
Con respecto a sus caractersticas, hay un mayor consenso entre los crticos que
85
73
86
74
Ibd., p. 90.
Ibd., p. 56.
75
91
La exposicin que sigue est inspirada en el captulo Convencin y naturalizacin de La potica estructuralista
de J. Culler.
76
77
Intensidad
LA BREVEDAD
Me convenzo ahora de que la brevedad es una entelequia
cuando leo una lnea y me parece ms larga que
mi propia vida, y cuando despus leo una novela
y me parece ms breve que la muerte.
Gabriel Jimnez Emn
Los 1.001 cuentos de una lnea
78
98
79
5.2
Narratividad
Consideramos microrrelatos tan slo los textos que cumplan con los principios
de la narratividad, es decir, que traten sobre uno o varios personajes que realizan unas
acciones en un lugar y un espacio determinados. De todas formas, no podemos olvidar
que debido a que la caracterstica indiscutible de este tipo de textos es la brevedad, en
muchos casos alguno de estos elementos de la narracin puede estar elidido.
Tal y como apuntan Irene Andrs-Surez y Antonio Rivas en el prlogo al libro
La era de la brevedad. El microrrelato hispnico: No hay microrrelato sin una
historia, sin una trama, sin una accin, sustentada en un conflicto y en un cambio de
situacin y de tiempo, aunque sean mnimos100.
La narrativa se caracteriza por diferentes rasgos. Uno de ellos es que, de forma
implcita o explcita, se pide al lector que no se interese por la veracidad de los hechos
contados; el criterio para juzgarlos es la verosimilitud; es decir, que sean crebles, no
que sucedieran de verdad. Por supuesto, tambin hacen falta unos personajes (con o sin
nombre propio; en los microrrelatos abundan los que tan slo se identifican con un
pronombre personal) que llevan a cabo unas acciones localizadas espaciotemporalmente
cuya secuencia llega a su fin: el estado inicial se modifica.
De esta manera, eliminamos del corpus todo tipo de textos aforsticos, ensayos,
poemas, etc. para centrarnos en los ficcionales. Esta misma idea es confirmada por uno
de los mayores expertos en microrrelato, David Lagmanovich: Cuando un microtexto
es ficcional, y cuando la consiguiente minificcin es esencialmente narrativa, estamos
en la presencia de un microrrelato101.
100
80
5.3
Carcter proteico
En la Odisea Proteo es un dios del mar que se encarga de apacentar los rebaos
81
103
82
83
otro lado de las cosas o para dejar un ritmo resonando en nuestra cabeza. Y el hecho de
retomar moldes del pasado o extraliterarios tambin plantea un problema de lenguaje:
LOTIFORME
Mi diccionario y yo estamos enamorados. Mi amor es razonable pero el
suyo es brutal y arbitrario. A cualquier hora abre sus piernas y me obliga a
sacarle una palabra. A veces las palabras son preciosas y yo compongo poemas
ligeros y dulces. Pero a veces usa trminos absurdos, y me veo obligado a
decirle frases como "lotiforme?, no se puede hacer nada con esa palabra, qu
pretendes de m?, no soy mago". Entonces llora y se desdibuja, y las palabras
empiezan a escurrrsele, a chorrear por las patas de la mesa. En ese momento
debo acariciarlo y escribir cualquier cosa, y todo vuelve a la normalidad105.
El cuarto valor que resalta Calvino es la visibilidad en el sentido de la capacidad
de recrear imgenes en nuestro cerebro a partir de lo que leemos; busca la unin de la
generacin espontnea de imgenes con la intencionalidad del pensamiento discursivo.
Este valor no nos parece exclusivo del microrrelato, sino propio de la literatura, que
deja lugar a la imaginacin y a la reflexin, cosa que los medios audiovisuales no hacen.
As desembocamos en la quinta y ltima propuesta de Calvino: la
multiplicidad (la muerte se llev una sexta prevista, la consistencia). Aunque a
primera vista el valor de lo mltiple parece ajeno a un gnero cuya principal
caracterstica es la produccin de una situacin narrativa nica (Epple, 18), no
hay que olvidar el amplio repertorio de conexiones que activa cada microcuento,
siempre en tensin con las ms diversas formas de la tradicin literaria clsica y
moderna, as como con cdigos discursivos no literarios como el periodismo, la
filosofa y la ancdota106.
Enrique Anderson Imbert nos proporciona un ejemplo de multiplicidad en La
paloma de Kant, texto que no puede ser plenamente comprendido por el lector si
desconoce al filsofo:
LA PALOMA DE KANT
105
84
El ttulo
Nadie puede negar que los ttulos poseen unas reglas gramticas particulares
adems del hecho de que los elementos paratextuales y formales tales como el tipo de
letra elegido y el diseo grfico lo condicionan ms que al texto en s.
En los ltimos aos los estudios sobre el ttulo han dejado atrs la prescripcin
para centrarse en el aspecto meramente descriptivo. El ttulo es lo primero que percibe
el receptor a la hora de acercarse al texto, pero para comprender ste necesita de los dos.
En el caso de los microrrelatos Basilio Pujante destaca la predominancia del
estilo elptico en sus ttulos. Adems, la presencia de la elipsis provoca a su vez que el
estilo nominal sea el ms empleado a la hora de titular108.
Podemos comprobar el estilo nominal en libros como Microrrelatos de Ana
Mara Mopty de Kiorcheff donde no encontramos un solo ttulo que contenga un verbo.
107
85
109
Citado por YEPES, Enrique: El microcuento hispanoamericano ante el prximo milenio en Revista
Interamericana de Bibliografa. XLVI, 1-4, [On-line]: http://www.educoas.org/portal/bdigital/contenido/
rib/rib_1996/index.aspx?culture=es& navid=201 (Consulta: 26 de septiembre de 2012).
86
110
87
UN GNERO POSMODERNO
No es novedad que existe una relacin entre la posmodernidad y el microrrelato.
Por ello, hemos decidido remontarnos a los orgenes y revisar el libro de Lyotard
titulado La condicin posmoderna, ya que fue uno de los pioneros en analizar este
concepto.
Esta obra trata de las modificaciones en la forma de percibir la cultura, inducidos
por los cambios tecnolgicos, que no solamente responden a problemas tcnicos, sino
que adems alteran la estructura profunda del mensaje y de los receptores. Darse cuenta
de estos cambios, que en distintos campos reciben diferentes denominaciones:
globalizacin, sociedad de la informacin y posmodernidad; es situarse en una realidad
actual. Los paradigmas anteriores como la Ilustracin, la ciencia, son cuestionados
desde distintas disciplinas del conocimiento precisamente porque no pueden explicar de
forma satisfactoria las nuevas realidades.
El concepto de posmodernidad se refiere segn Lyotard a el estado de la cultura
despus de las transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de
la literatura y de las artes a partir del siglo XIX111.
La posmodernidad cuestiona el valor universal del discurso cientfico construido
a partir de la Ilustracin debido al fracaso de los sistemas propuestos para lograr la
mayora de edad del hombre que han puesto de manifiesto acontecimientos histricos
como las dos guerras mundiales. En suma, la posmodernidad es ese intento, por un lado,
de recoger las partes que han quedado de la destruccin de los grandes sistemas y
funcionar con parmetros de la diversidad y, por otro, el pensamiento terico que
intenta comprender los nuevos espacios que propone la tecnologa.
111
88
112
Ibd., p. 10.
Ibd., p. 16.
114
CALABRESE, Omar: La era neobarroca, p. 12.
113
89
RUEDA, Ana: Los permetros del cuento hispanoamericano actual en Pupo-Walker, Enrique, El
cuento hispanoamericano, p. 561.
90
Las tcnicas clsicas se rompen debido a la innovacin, se experimenta con los distintos
puntos de vista del o de los narradores, los gneros ya no son algo inamovible y hay
libertad en el fondo y en la forma. La literatura acaba acercndose cada vez ms al cine
y el fragmentarismo se impone como nica verdad posible llegando al punto de que los
propios escritores dudan incluso de la entidad de su acto de escritura como Ana Mara
Shua en Zafarrancho de naufragio, citado ms adelante en este trabajo.
Lagmanovich piensa que el microrrelato es otra manifestacin de la
posmodernidad, tal como son la msica dodecafnica (Schnberg, Berg, Webern) o la
arquitectura de la Bauhaus. Quiz los ejemplos no estn muy bien elegidos porque esas
manifestaciones (tanto la musical como la arquitectnica) todava estn cercanas al
orden y las categoras propios del espritu ilustrado. Adems, tienen lugar a principios
del siglo XX y el microrrelato ha sido cultivado con ms profusin en las ltimas
dcadas de ese siglo y tambin en el presente. La msica electrnica, por ejemplo, s
podramos considerarla posmoderna porque no se basa en una tradicin, sino en las
leyes del mercado y en una tecnologa que posibilita su difusin.
Guillermo Siles nos llama la atencin sobre la significacin poltica que pueden
tener estos textos transgresores y disidentes:
La dimensin poltica de los textos se asienta en la capacidad de discutir
la hegemona de los discursos legitimadores y en la marcada irrupcin de las
disidencias en la escritura. Desde el punto de vista de la textualidad, las rupturas
se traducen en trminos de fragmentacin, de autorreferencialidad, de deriva y
nomadismo, de dispersin de sentidos y de los diferentes usos de la voz que
organizan los relatos, que se proponen, en gran medida, desbaratar y cuestionar
las convenciones social e histricamente establecidas116.
En definitiva, muchos crticos consideran los microrrelatos como un gnero
caracterstico del siglo XXI, pues estn muy cercanos a la fragmentariedad que implican
116
91
los hipertextos, que a su vez marcan una nueva forma de buscar informacin en Internet
que nos lleva de un texto breve a otro de forma prcticamente infinita. Enrique Yepes
tambin lo corrobora:
El microcuento es, como cualquier otra literatura, un gnero
problemtico y mvil. Sin embargo, puede afirmarse que su prctica y consumo
crecientes no son casuales ni obedecen a un mero culto por la novedad, sino que
indican la actual carencia de paradigmas artsticos (como sociales)
universalmente consistentes, la continua bsqueda y descarte de referentes de
legitimidad, las intersecciones de las prcticas culturales contemporneas, y el
valor de la levedad y rapidez, de lo imaginativo y lo mltiple para la esttica del
prximo milenio []. La oposicin entre los grandes relatos, esas
protonarrativas centralizadas que homogeneizan la Historia y llevan a cabo una
nomenclatura unvoca de la realidad, y la pequea historia de tentativas
aleatorias que ofrecen perspectivas parciales y contrahegemnicas de la
experiencia (anti-narrativas), caracterizadas por la fragmentacin y el carcter
efmero de lo narrado, es desarrollada por Lyotard desde sus primeras
teorizaciones sobre la posmodernidad117.
Aunque pueden alarmar algunos aspectos de estos cambios que se han llamando
la era de Internet o la aldea global, encontramos que a lo largo de la historia los
hallazgos tcnicos han solucionado problemas a la vez que han ido abriendo otros.
Lyotard pretende revisar los campos de conocimiento, plantea una hiptesis
extensiva, no intensiva. La pretensin no es tanto reformular los distintos campos del
saber, como detectar tendencias generales.
Vemos, pues, sin muchas dificultades cmo encontramos constantes cambios de
paradigmas, todos ellos con la pretensin de ser los verdaderos y absolutos a la vez que
los elementos tcnicos han ido desarrollndose. Y esto se ha producido en campos tan
diversos como lo son todas las distintas facetas del hombre y su entorno.
Y de este punto parte la crtica posmoderna al sistema de verdades lgicomatemtico con el que venimos de la Ilustracin. Nos adentramos en una dinmica de
117
92
discursos y relatos lingsticos sobre el mundo que no se pueden justificar a priori por
ningn marco absoluto.
De hecho, Francisca Noguerol comparte nuestra opinin sobre los puntos de
unin entre el microrrelato y la posmodernidad:
Cada vez que quera explicar una caracterstica de esta modalidad textual,
deba recurrir a teoras literarias (deconstruccin, esttica de la recepcin,
postestructuralismo) desarrolladas en el marco del pensamiento posmoderno. Por
otra parte, era obvio que la minificcin, aunque ha contado con prestigiosos
antecedentes en la historia de la literatura, se categoriza como nueva forma
literaria en los aos sesenta, cobrando especial auge en los setenta y ochenta
para llegar a nuestros das con enorme vitalidad. El establecimiento del canon
del micro-relato es paralelo, por consiguiente, a la formalizacin de la esttica
posmoderna118.
Es ms, establece una serie de caractersticas posmodernas que pueden aplicarse
al microrrelato, tal y como hemos comentado en el epgrafe correspondiente:
escepticismo radical, textos ex-cntricos, golpe al principio de unidad, obras abiertas,
virtuosismo intertextual y recurso frecuente al humor y la irona.
Lauro Zavala analiza las caractersticas de los diferentes tipos de cuentos en
Cartografas del cuento y la minificcin, estudio en el que distingue entre cuentos
clsicos, modernos y posmodernos y en este ltimo incluye tambin los cuentos
ultracortos, lo que nosotros estamos llamando microrrelato y lo analiza aportando ideas
interesantes como stas:
El cuento posmoderno es rizomtico (porque en su interior se superponen
distintas estrategias de epifanas genricas), intertextual (porque est construido
con la superposicin de textos que podrn ser reconocidos o proyectados sobre
la pgina por el lector), itinerante (porque oscila entre lo pardico, lo
metaficcional y lo convencional) y es anti-representacional (porque en lugar de
tener como supuesto la posibilidad de representar la realidad o de cuestionar las
convenciones de la representacin genrica, se apoya en el presupuesto de que
118
93
119
94
LECTOR ACTIVO
La fragmentariedad no es slo una forma de escribir,
sino tambin y sobre todo una forma de leer.
Lauro Zavala120.
Uno de los fenmenos que ha marcado el cambio en cuanto a la literatura en el
siglo XX es el papel del lector. Ya no basta con ese lector de novelas decimonnicas
que segua la evolucin de una trama lineal y cronolgica con grandes flashbacks que
servan para contextualizar las historias. Despus de novelas como Ulises de Joyce o,
ms tarde, Rayuela de Cortzar, el lector no puede limitarse a leer, sino que debe llevar
a cabo un papel ms activo para comprender la totalidad de la obra. El lector es el que
tiene que interpretar, que unir significativamente entre los huecos que nos dejan las
palabras:
El cuentista est frente a su tema, frente a ese embrin que ya es vida,
pero que no ha adquirido todava su forma definitiva. Para l ese tema tiene
sentido, tiene significacin. Pero si todo se redujera a eso, de poco servira;
ahora, como ltimo trmino del proceso, como juez implacable, est esperando
al lector, el eslabn final del proceso creador, el cumplimiento o fracaso del
ciclo. Y es entonces que el cuento tiene que nacer puente, tiene que nacer pasaje,
tiene que dar el salto que proyecte la significacin inicial, descubierta por el
autor, a ese extremo ms pasivo y menos vigilante y muchas veces hasta
indiferente que se llama lector121.
Sera lo que el propio Cortzar denomin lector macho (activo) frente al lector
hembra (ms aptico, pasivo), expresiones de las que posteriormente se arrepentira:
Pido perdn a las mujeres del mundo por haber utilizado una expresin
tan machista y tan de subdesarrollo latinoamericano, y eso deberas ponerlo con
todas las letras de la entrevista. Lo hice con toda ingenuidad y no tengo ninguna
disculpa, pero cuando empec a escuchar las opiniones de mis amigas lectoras
que me insultaban cordialmente, me di cuenta de que haba hecho una tontera.
Yo deb poner lector pasivo y no lector hembra, porque la hembra no tiene
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Ibd., p. 96.
CALABRESE, Omar: La era neobarroca, pp. 11-12.
130
OMIL, Alba: El microrrelato, p. 21.
129
99
que tenerlo en cuenta) y, por otro, no existe todava una brjula que nos gue para
navegar eficazmente por la world wide web.
Zavala califica los cibertextos como textos ergdicos:
El trmino proviene de ergon (trabajo) y hodos (camino), y se refiere a la
naturaleza de esta escritura, que exige una participacin activa por parte del
lector. El lector de textos ergdicos, como el de la minificcin, no slo reconoce
el texto, sino que interviene en su estructura. Lo que podramos llamar cuentos
compactos o cuentos ergdicos estn formados por una escritura fragmentaria
que genera sus propios lectores virtuales, cada uno de los cuales se concretiza en
cada acto de intervencin frente al texto131.
De hecho, Zavala opina que quiz ms que textos posmodernos lo que hay son
lecturas posmodernas de textos que posibilitan que desde nuestra ptica encontremos
rasgos posmodernos en textos de hace siglos, modernos o clsicos.
La crtica cada vez concede una mayor importancia a la figura del receptor de la
obra literaria. Y esto tiene an ms trascendencia en un gnero proteico, saprfito u
omnvoro (como elijamos llamarlo) tal como el microrrelato.
Rosario Alonso y Mara Vega de la Pea del Barco comparten con el resto de
crticos la importancia del lector, pero, adems, aaden la interesante idea de que el
microrrelato tiene tres dimensiones en cuanto a su interpretacin se refiere:
[] unidimensional para el profano que no capta la intertextualidad
contenida en el texto pero que goza de la lectura y comprende su significado;
bidimensional para el conocedor del hipertexto, el denominado lector letrado
capaz de relacionar el elemento tradicional que recrea el autor; y por ltimo,
tridimensional para el investigador, para el estudioso capaz de hacer un ejercicio
de evocacin que vincule la minificcin a todo tipo de texto breve que en la
historia de la escritura ha sido. Las tres lecturas son recprocas, pues se necesitan
unas a otras para comprender la maestra de este gnero en su totalidad (). Los
personajes sin definir, los inicios in medias res, la falta de elementos descriptivos
mnimos, as como la ausencia de un marco introductor y la fusin en un solo
elemento de planteamiento, nudo y desenlace, hacen de la minificcin una
manifestacin sorprendente que nace y se renueva en cada manifestacin, en
cada lector que la actualiza. El autor nos la presenta, sugiere, insina, pero es
131
100
ALONSO, Rosario y VEGA DE LA PEA DEL BARCO, Mara: Sugerente textura, el texto breve y
el haik. Tradicin y modernidad en NOGUEROL JIMNEZ, Francisca (Ed.): Escritos disconformes.
Nuevos modelos de lectura, p. 105.
133
DELAFOSSE, milie: Entrevista a Ral Brasca: Dentro de la microficcin se da un solapamiento de
gneros en El Cuento en Red, N22: Otoo, 2010 [On-line]. http://cuentoenred.xoc.uam.mx. (Consulta: 1
de febrero de 2011).
101
caractre provient de la nature systmatique du langage, qui pour tre achev, n'a
besoin que d'tre valide, et non d'tre vrai).
Mais en mme temps, crire (au sens curieusement intransitif du terme),
crire est un acte qui dpasse l'uvre; crire, c'est prcisment accepter de voir
le monde transformer en discours dogmatique une parole qu'on a pourtant voulue
(si l'on est crivain) dpositaire d'un sens offert; crire, c'est remettre aux autres
de fermer eux-mmes votre propre parole, et l'criture n'est qu'une proposition
dont on ne connat jamais la rponse. On crit pour tre aim, on est lu sans
pouvoir l'tre, c'est sans doute cette distance qui constitue l'crivain134.
134
BARTHES, Roland: Littrature et signification en Essais critiques. [On-line]. http://aelib.org.ua/texts/barthes__essais_critiques__fr.htm#22. (Consulta: 26 de septiembre de 2012).
102
SEGUNDA PARTE:
MINIHISTORIA DEL
MICRORRELATO EN ARGENTINA
103
104
Modernismo y termina en las vanguardias. En ella encontramos textos que cumplen las
caractersticas que hemos estudiado como constitutivas del microrrelato. Tenemos que
tener en cuenta que todos estos escritores escriben antes de que se haya hecho ninguna
formulacin terica acerca del gnero y, no obstante, se adelantan a los postulados
crticos sobre el gnero que sern redactados bastantes aos despus.
En este epgrafe estudiaremos a los siguientes autores: ngel de Estrada y
Leopoldo Lugones en el perodo modernista y Roberto Arlt, Macedonio Fernndez,
Oliverio Girondo y Ricardo Giraldes en el vanguardista.
1.1.1 Modernismo
ngel de Estrada (1872-1923) cultiv todos los gneros y, aunque fue ms
ledo como prosista, tambin destac como poeta con Ensayos (1889).
105
106
107
existencia del hombre para que ninguno de los dos exista ms. Mr. Bergeret propone
la teora de que la idea de Dios proviene de la invencin del espejo. Jess y el ateo: el
Maestro bendice a un ateo que respeta el derecho de los dems para creer lo que les
plazca para escndalo de sus discpulos. La muerte del diablo propone la muerte de
Dios y del diablo mientras los telogos debaten en 1563 en Trento.
Sus cuentos ms propiamente modernistas son El pjaro azul, deudor de
Rubn Daro y que habla de un joven quimrico que intenta ver un pjaro que nadie
poda ver y varios textos que tratan de flores: de cmo el orculo nace de la margarita,
de la simbologa de las flores, de una rosa que desea convertirse en espina (La rosa y la
espina.
Para Lagmanovich los textos ms valiosos son sus reescrituras de la tradicin
evanglica porque muchas veces se aleja de la ortodoxia para reinterpretar nuestra
cultura. Exploracin de una suerte de evangelio apcrifo, reescritura laica de
motivos sacros, estos textos pueden leerse uno por uno y tambin formando parte de una
serie o conjunto mayor, tendiente a constituir el libro ntegro como objeto de
consideracin esttica138. Algunos de sus ttulos son: Jess y la samaritana, El libre
albedro, El antiguo racionalismo, La dicha de vivir, El dueo de la pollina oEl
reino de los cielos:
LA DICHA DE VIVIR
Poco antes de la oracin en el huerto, un hombre tristsimo que haba ido
para ver a Jess, conversaba con Felipe, mientras conclua de orar el Maestro.
-Yo soy el resucitado de Nam dijo el hombre-. Antes de mi muerte me
regocijaba con el vino, holgaba con las mujeres, festejaba con mis amigos,
prodigaba joyas y me recreaba en la msica. Hijo nico, la fortuna de mi madre
viuda era ma tan solo. Ahora nada de esto puedo; mi vida es un pramo. A qu
debo atribuirlo?
138
108
-Es que cuando el maestro resucita a alguno, asume todos sus pecados
respondi el apstol-. Es como si aqul volviese a nacer en la pureza del
prvulo.
-As lo crea y por eso vengo.
-Qu podras pedirle, habindote devuelto la vida?
-Que me devuelva mis pecados139.
En La culpa suprema Jess es condenado al suplicio por no haber jams
comprado ni vendido acusado por un escriba concesionario de una pescadera del lago
Genezaret, donde Jess haba multiplicado los peces y en El espritu nuevo se
cuestiona la espiritualidad del amor de la Magdalena hacia Jess, concluyendo que es
un amor divino puesto que lo ama sin esperanza.
Los escritores vanguardistas podran considerarse iniciadores del gnero, ya que
unen la preocupacin lingstica que podamos observar en los modernistas con la
experimentacin.
La ciudad, siguiendo la estela marcada por Baudelaire, se convierte en el
referente por excelencia de la vanguardia, que se empea en cuestionar y recuperar al
mismo tiempo los temas y formas literarios del pasado aunque parezca contradictorio.
Adems, la literatura sufre el influjo de los nuevos de comunicacin. El cine, por
ejemplo, influye con sus procesos de montaje en la manera de presentar las obras que
tienen los escritores.
1.1.2 Vanguardias
En este perodo no podemos olvidarnos de Roberto Arlt (1900-1942) que
public en la revista El Mundo de 1928 a 1933 unas cuantas crnicas periodsticas que
despus daran lugar al libro Aguafuertes porteas (1950) en el que contesta a cartas de
lectores, reflexiona sobre diferentes temas como la crueldad con los animales, la
gimnasia, la soltera o la censura.
139
109
MI PRIMER AMOR
Era pecosa y bizca, pero yo la crea ms hermosa que la luna; y por eso le
escrib esta carta:
Seorita: Escapmonos al mar. Vestido de terciopelo negro la voy a
llevar a mi barco pirata. Juro por el cadver de mi padre ahorcado que la amo.
Suyo hasta la muerte: Roberto Godofredo, caballero de Ventimiglia, seor de
Rocabruna, capitn del ballenero El Taciturno.
Todos estos nombres los haba tomado de la novela de Salgari. Pues,
creern ustedes?, la madre de esta pelandusquita, habiendo secuestrado la carta,
casi me hace procesar por corruptor de menores140.
140
141
110
145
146
Ibd., p. 73.
Ibd., p. 39.
111
Total Cine: toda persona paga un impuesto por cada da que no vaya al
Total Standarizacin: no hay gustos personales147.
Hemos elegido este texto porque en l se resumen varias de sus obsesiones como
la idea de que en su poca se piden diplomas para todo, que el periodismo es el que
marca la realidad y que la urbanizacin acaba con la naturaleza, entre otras. Como
vemos, el mundo no ha cambiado tanto desde 1913 y, de hecho, el anlisis de
Macedonio podra aplicarse a nuestra actualidad sin problemas.
Epple, por su parte, piensa que la principal contribucin de Macedonio a la
historia del microrrelato estriba en su clebre antinovela Museo de la Novela de la
Eterna (1967), fragmentaria al igual que otras novelas de la misma poca como Rayuela
o Tres tristes tigres. En cualquier caso:
Su propuesta genrica ilumina zonas transversales de la escritura,
mientras sta se desentiende de los gneros convencionales, los parodia en modo
burlesco, invoca sus nombres en ttulos irnicos (Gneros del cuento) o
paradjicos (Cuento de literatura no literaria)148.
Macedonio reivindica lo que l llama el lector inseguido o lector salteado,
un lector activo que sea capaz de construir las situaciones narrativas. Llena su novela de
147
112
113
Al lector de Vidriera
Dos personajes desechados
Prlogo primero de la novela para el lector corto
A los no peritos en metafsica
Descripcin de la Eterna
El fantasismo esencial del mundo
Prlogo de indecisin
Otro prlogo
Esta es la novela que principi perdiendo su personaje cocinero Nicolasa,
renunciante por motivos elevadsimos
Novela de las cosas clausuradas, de las mudeces, de los secretos, de las
fragancias guardadas, de las palabras que no suenan porque confan a un mohn
o sonrisa de los labios que hablen y esa sonrisa
Prlogo del personaje prestado
Al autor (de la novela) no le sucede nada?
Prlogo de desesperanza de autor
Quizagenio se lamenta de su nombre
A los personajes de mi novela
Prlogo al que se debe lectura recompensando a un autor que no deja entrar al
muchacho en la novela
Qu queris: debo seguir prlogos
Lo que me sucede
Prlogo que se siente novela
Prlogo de la pavita y el roperito
Carta genial que yo quisiera que uno de mis personajes, el Presidente, escribiera
a Ricardo Nardal
Basta con ir antes para ser prlogo?
El prlogo modelo
Prlogo cudruple?
El Presidente y la muerte
Al Lector Salteado
Imprecacin para el Lector Seguido
Prlogo que entre prlogos se empina para ver dnde, all lejos empieza la
novela
1 Nota de posprlogo; y 2 observaciones de antelibro
Estos fueron prlogos? y sta ser novela?
Despierta
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MSICA NOCHERA
Quieres? Vamos a divertirnos?
Accedi y fueron al caf
Gente, ruido, baile y msica. Para trasnochadores; msica de hotel
internacional o de boite, que era lo que buscaban.
Parado en una silla, sobre una mesa, peroraba el poeta ebrio, con ojos de
amplia pupila, vaga, de cocana o de ajenjo.
Ritmos pseudo-alegres de desenvolvimiento fatal. Cosas para bailar o
cantarse a coro. Hay que divertirse! Oh, brevedad humana, saltar, gritar; la vida
es breve, rer se debe... a troche-moche, cantando cosas macabras y huyentes,
bailando pasos internacionales; y tomar vino. Tomar vino, o champagne, o
alcohol, que da fuego al hombre y a las lmparas.
Cuestin de quemar!
Orquesta estrepitosa, tapujo de tristezas, despertadora de melancolas
dormidas e intiles. Cada pieza es una pieza menos (y en esto es como en todo).
Apurar signos vitales, para intensificarlos. Barajar en plena alma, la
exacerbacin de todo dolor ajeno, chillado en las pobres cuerdas, vctimas
llorosas, como hilachas del alma arrancadas del ovillo.
l estrechaba a su compaera, que se vende para vivir y sufre, y era, de
los que viven para comprar y sufren.
Un malestar los torturaba.
El ebrio segua su discurso.
Vamos!-, dijo.
Vamos.
Un automvil corri.
Llvanos lejos, lejos! Donde t quieras...
No dejaban nada tras ellos, eran libres y sin embargo rean, porque
escapaban, as, de divertirse.
Buscando, cada uno, el calor del alma amiga; iban recostados; ella, la
cabeza en su hombro.
Por delante, el camino largo a recorrer, las sorpresas del vendr.
Y eso es todo.
Una nueva aventura, que comienza.
Oh, destino terrestre, esclavitud centrpeta! No poder emigrar, en
grandes elipses sidreas, por los astros de los astros...156
156
119
157
120
invocacin a la Musa con la que comienza: Canta, oh diosa la clera del Pelida
Aquileo158.
Y ni siquiera es dueo del resultado, lo ser el lector. La obra perdura si alguien
la lee, pero cada lectura la transforma. Y de esta teora suya proviene el famoso cuento
Pierre Menard, autor del Quijote.
De hecho, no nos acercamos inocentemente a los clsicos, estamos
condicionados por las lecturas que de ellos se han hecho: una misma obra va teniendo
diferentes valoraciones a lo largo del tiempo y ni siquiera nosotros somos los mismos.
Ya deca Benedetto Croce que un libro dice ms sobre la poca en que se lee, que sobre
la poca en que se escribe.
De Borges hay que destacar su libro El hacedor (1960) donde podemos
encontrar la mayora de sus microrrelatos, entre ellos el clebre Borges y yo. El autor
se est quedando ciego desde fines de la dcada de 1950 as que este libro es producto
del dictado ms que de la escritura y ya en el primer relato alude a Homero:
EL HACEDOR
Nunca se haba demorado en los goces de la memoria. Las impresiones
resbalaban por l, momentneas y vvidas; el bermelln de un alfarero, la bveda
cargada de estrellas que tambin eran dioses, la luna, de la que haba cado un
len, la lisura del mrmol bajo las lentas yemas sensibles, el calor de la carne de
jabal, que le gustaba desgarrar con dentelladas blancas y bruscas, una palabra
fenicia, la sombra negra que una lanza proyecta sobre la arena amarilla, la
cercana del mar o de las mujeres, el pesado vino cuya aspereza mitigaba la miel,
podan abarcar por entero el mbito de su alma. Conoca el terror pero tambin
la clera y el coraje, y una vez fue el primero en escalar el muro enemigo.
vido, curioso, casual, sin otra ley que la fruicin y la indiferencia inmediata,
anduvo por la variada tierra y mir, en una u otra margen del mar, las ciudades
de los hombres y sus palacios. En los mercados populosos o al pie de una
montaa de cumbre incierta, en la bien poda haber stiros, haba escuchado
complicadas historias, que recibi como reciba la realidad, sin indagar si eran
verdaderas o falsas.
Gradualmente, el hermoso universo fue abandonndolo; una terca neblina
le borr las lneas de la mano, la noche se despobl de estrellas, la tierra era
158
121
insegura bajo sus pies. Todo se alejaba y se confunda. Cuando supo que se
estaba quedando ciego, grit; el pudor estoico no haba sido an inventado y
Hctor poda huir sin desmedro. Ya no ver (sinti) ni el cielo lleno de pavor
mitolgico, ni esta cara que los aos transformarn. Das y noches pasaron sobre
esa desesperacin de su carne, pero una maana se despert, mir (ya sin
asombro) las borrosas cosas que lo rodeaban e inexplicablemente sinti, como
quien reconoce una msica o una voz, que ya le haba ocurrido todo eso y que lo
haba encarado con temor, pero tambin con jbilo, esperanza y curiosidad.
Entonces descendi a su memoria, que le pareci interminable, y logr sacar de
aquel vrtigo el recuerdo perdido que reluci como una moneda bajo la lluvia,
acaso porque nunca lo haba mirado, salvo quiz, en un sueo.
El recuerdo era as. Lo haba injuriado otro muchacho y l haba acudido
a su padre y le haba contado la historia. ste lo dej hablar como si no
escuchara o no comprendiera y descolg de la pared un pual de bronce, bello y
cargado de poder, que el chico haba codiciado furtivamente. Ahora lo tena en
las manos y la sorpresa de la posesin anul la injuria padecida, pero la voz del
padre estaba diciendo: Que alguien sepa que eres un hombre, y haba una orden
en la voz. La noche cegaba los caminos; abrazado al pual, en el que presenta
una fuerza mgica, descendi la brusca ladera que rodeaba la casa y corri a la
orilla del mar, sondose yax y Perseo y poblando de heridas y de batallas la
oscuridad salobre. El sabor preciso de aquel momento ero lo que ahora buscaba;
no le importaba lo dems: las afrentas del desafo, el torpe combate, el regreso
con la hoja sangrienta.
Otro recuerdo, en el que tambin haba una noche y con inminencia de
aventura, brot de aqul. Una mujer, la primera que le depararon los dioses, lo
haba esperado en la sombra de un hipogeo, y l la busc por galeras que eran
como redes de piedra y por declives que se hundan en la sombra. Por qu le
llegaban esas memorias y por qu le llegaban sin amargura, como una mera
prefiguracin del presente?
Con grave asombro comprendi. En esta noche de sus ojos mortales, a la
que ahora descenda, lo aguardaban tambin el amor y el riesgo. Ares y Afrodita,
porque ya adivinaba (porque ya lo cercaba) un rumor de gloria y de hexmetros,
un rumor de hombres que defienden un templo que los dioses no salvarn y de
bajeles negros que buscan por el mar una isla querida, el rumor de las Odiseas e
Iladas que era su destino cantar y dejar resonando cncavamente en la memoria
humana. Sabemos estas cosas, pero no las que sinti al descender a la ltima
sombra159.
El texto es clave por la identificacin del autor con Homero, ciego y destinado a
contar historias igual que Borges y lo ms sorprendente es que el narrador se sumerge
en los pensamientos y sentimientos de su personaje en un acto de total omnisciencia
para, en la ltima oracin, retroceder de alguna manera, renunciar a su omnisciencia y
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123
124
125
Para terminar con este gran escritor, leamos un texto que destaca por su extrema
brevedad y su final abierto y que provoca en el lector cierta inquietud debido a la
paradoja en la que se basa:
EL ADIVINO
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le
pregunta si ser reprobado o si pasar. El candidato responde que ser
reprobado...165
Julio Cortzar (1914-1984) va a ser otro gran renovador de las letras
universales. No slo con sus cuentos en los que lo fantstico se instala en la
cotidianeidad de una forma inquietante o con su imprescindible novela Rayuela, sino
tambin con libros en los que la fragmentariedad va a ser la protagonista: Historias de
cronopios y de famas (1962), La vuelta al da en ochenta mundos (1967), Un tal Lucas
(1979) y ltimo round (1969).
Historias de cronopios y de famas se divide en varias partes que articulan los
diferentes textos fragmentarios: Manual de instrucciones, Ocupaciones raras,
Material plstico e Historias de cronopios y de famas aunque no necesariamente los
textos estn colocados de la forma que esperaramos segn el ttulo; por ejemplo,
Material plstico, que posiblemente aluda a sus propiedades cambiantes, comienza
con un microrrelato titulado Instrucciones para cantar que debera estar incluido en el
epgrafe Manual de instrucciones. Los textos que integran este libro son microrrelatos
y la ltima parte, Historias de cronopios y de famas, es la ms uniforme ya que los
personajes que pululan por los textos son cronopios, famas o esperanzas.
EUGENESIA
165
126
Pasa que los cronopios no quieren tener hijos, porque lo primero que
hace un cronopio recin nacido es insultar groseramente a su padre, en quien
oscuramente ve la acumulacin de desdichas que un da sern las suyas.
Dadas estas razones, los cronopios acuden a los famas para que fecunden
a sus mujeres, cosa que los famas estn siempre dispuestos a hacer por tratarse
de seres libidinosos. Creen adems que en sta forma irn minando la
superioridad de los cronopios, pero se equivocan torpemente pues los cronopios
educan a sus hijos a su manera, y en pocas semanas les quitan toda semejanza
con los famas166.
En Un tal Lucas el nexo de unin de los textos es el personaje y se limita a
dividir el libro en tres partes sin ponerles ttulo. Sin embargo, en la segunda parte, la
central, los textos no se articulan en torno a Lucas y varan desde unas pocas lneas a
varias pginas. Citamos uno que extrema la bsqueda de la brevedad:
AMOR 77
Y despus de hacer todo lo que hacen se levantan, se baan, se entalcan,
se perfuman, se visten, y as progresivamente van volviendo a ser lo que no
son167.
El peculiar sentido del humor de Cortzar puede detectarse en las pequeas
variaciones de los ttulos, comienza por Lucas, su patriotismo, sigue por Lucas, su
patrioterismo y culmina con Lucas, su patiotismo. Lucas es un personaje del que no
conocemos su descripcin ni su forma de vida, bsicamente sus reflexiones en torno a
los temas ms dispares siempre precedidos por un determinante posesivo de tercera
persona: desde Lucas, su arte nuevo de pronunciar conferencias, hasta Lucas, sus
pudores, pasando por Lucas, sus sonetos.
LUCAS, SUS INTRAPOLACIONES
En una pelcula documental y yugoslava se ve cmo el instinto del pulpo
hembra entra en juego para proteger por todos los medios a sus huevos, y entre
otras medidas de defensa organiza su propio camuflaje amontonando algas y
disimulndose tras ellas para no ser atacado por las murenas durante los dos
meses que dura la incubacin.
166
167
127
Ibd., p. 236.
CORTZAR, Julio: ltimo round, p. 228.
128
autores posteriores: Enrique Anderson Imbert, Adolfo Bioy Casares y Marco Denevi.
Continuaremos analizndolos por orden alfabtico.
Enrique Anderson Imbert (1910-2000), comparte las funciones de crtico
literario profesor y escritor de ficciones. l mismo denomina sus textos breves casos
y los primeros los publica en Las pruebas del caos (1946) como el siguiente:
TAB
El ngel de la guarda le susurr a Fabin, por detrs del hombro:
Cuidado, Fabin! Est dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la
palabra zangolotino.
Zangolotino? pregunta Fabin, azorado.
Y muere170.
En su libro de cuentos El grimorio (1961) tambin podemos encontrar cuentos
brevsimos; bajo el ttulo Ms casos, lo que los emparenta con los que haba escrito en
Las pruebas del caos llamndolos Casos.
EL PRNCIPE
Cuando naci el prncipe se hizo una gran fiesta nacional. Bailes, fuegos
artificiales, revuelos de campanas, disparos de can
Con tanto estrpito el recin nacido se muri171.
Pero quiz su obra ms relevante con respecto a la microficcin sea El gato de
Cheshire (1965). En el prlogo explica que sus miniaturas, como las llama en este
caso, fueron escritas entre 1926 y 1964 y que se caracterizan por la libertad y por
aprovechar material tradicional que pellizca para lograr una figura distinta.
LA MONTAA
El nio empez a treparse por el corpachn de su padre, que estaba
amodorrado en la butaca, en medio de la gran siesta en medio del gran patio. Al
sentirlo, el padre, sin abrir los ojos y sotorrindose, se puso todo duro para
ofrecer al juego del hijo una solidez de montaa. Y el nio lo fue escalando: se
170
171
129
apoyaba en las estribaciones de las piernas, en el talud del pecho, en los brazos,
en los hombres, inmviles como rocas. Cuando lleg a la cima nevada de la
cabeza, el nio no vio a nadie.
Pap, pap! llam a punto de llorar.
Un viento fro soplaba all en lo alto, y el nio, hundido en la nieve,
quera caminar y no poda.
Pap, pap!
El nio se ech a llorar solo sobre el desolado pico de la montaa172.
EL SOL
El Demiurgo los invent para jugar con ellos un ratito pero cometi un
primer error al inventarlos con una conciencia por los adentros. Con esa
conciencia los homnculos, a su vez, se inventaron un mundo propio. Cuando el
Demiurgo, cansado del juego, quiso cancelarlos, ya existan y se aferraban con
firmeza a su mundo propio. Si se distrajeran todos al mismo tiempo!, pens.
Dormidos, sera fcil desprenderles la telita de vida que les quedaba.
Ah, era demasiado tarde. El Demiurgo haba cometido un segundo error:
inventarlos en un planeta redondo que giraba entre los faroles del cielo. Un farol,
por lo menos, salvaba a los homnculos. Siempre en el lado que daba al sol,
haba hermanos que montaban la guardia, en riguroso turno: si unos mitigaban
en el sueo su poder, otros, en la vigilia, lo acrecentaban. A fuerza de filosofar,
convirtieron al mismo Demiurgo en un servidor de los homnculos173.
LA CUEVA DE PLATN
El smil de la cueva, en Platn (Repblica, VII), podra contarse de otra
manera.
Esos hombres han vivido encerrados en una cueva subterrnea, de
espaldas a una fogata, creyendo que las sombras que vean moverse sobre el
muro de enfrente eran las nicas cosas existentes. Cuando conversaban no se
ponan de acuerdo sobre el nombre y sentido de cada sombra. De sbito, no uno,
sino todos los caverncolas se libran de sus cadenas, se ponen de pie, giran la
cabeza, descubren la fogata, siguen, suben, salen al sol. Despus de un rato
alguien los aprisiona y vuelve a sujetar en la posicin de antes. Ahora,
desdeosos de las sombras, que saben irreales, conversan sobre la esplndida
realidad que acaban de ver: tampoco se ponen de acuerdo en sus recuerdos de la
luz174.
Incorpora en este libro una serie de microrrelatos ms breves que sus casos y
sin ttulo:
172
130
Ibd., p. 407.
131
132
133
180
134
suelen ser falsas, los escritores inexistentes o reales con nombre cambiado en forma de
anagrama (Omar Denice, Ramn Cived). Denevi reclama diferentes papeles para s
mismo: traductor, autor, anotador, antlogo y se atreve incluso a incluir una
Declaracin en la que los diferentes escritores de varias pocas denuncian todos
juntos la falsedad de las atribuciones.
DECLARACIN
Los abajo firmantes, personas todas de intachable reputacin y
vastamente conocidas en el mundo de las letras, declaramos que las obras que la
presente antologa nos atribuye no nos pertenecen. Sospechamos, pues, que este
libro es totalmente apcrifo. Nos preguntamos cules han podido ser los
propsitos de su autor. Un alarde de estril, de falsa erudicin? El placer del
juego? Un exceso de orgullo o, quin sabe, de modestia? Seremos indulgentes.
Quizs el responsable de esta superchera le tenga ojeriza a la literatura con
(temblamos al estampar la palabra) mensaje. Quizs haya experimentado, sin
embargo, la necesidad de transmitirnos su (volvemos a temblar) mensaje.
Quizs, en la encrucijada, opt por el nico camino accesible a un hombre de su
especie: esconder el carozo cido, o amargo, o inspido (segn sea el paladar de
quien lo saboree) dentro de la pulpa de la ficcin literaria y, todava, hacernos
creer que esos frutos haban sido cosechados por otros a lo largo del tiempo. Si
as fuese, desde aqu le concedemos gustosamente nuestro perdn.
Jordi Liost, N. N., Lu-Chang, Kafka, Omar Denice, Karol Szewski, Ch.Ph. Garma, Pablo de Medina, Ascanio Baielli, Ambroise LHermite, Alfonso
Sayarte Muoz, Alessandro Pocci, Omar-ben-Budur, Nizn Al-Din Fiaz, Sacha
Evtiujova, Leopoldo Garnerius, Thomas Liscott, Idarciclo Poli, Ramn Cived,
Michle Pourrat, Pavel Vodnik, Girolamo delle Colombe, Ecumenio de Tracia,
Penco Zavov, Jernimo de Ziga, Cecil Barrow, Daro Vekmen, Rab Ishaq
ibn Ezra, Mao Chen, Hong-Shu, Gaspar Pfefferkorn, Robert Sands, Un lector,
Gartenaere, Alexis Karavoikiris, Marqus da Casa Branca, Gottfried Wacht,
Federico Nietzsche, Nicetas Patriarca, Mn-ibn-Nyam, Gaspar de Fbregas,
Romero do Bom Sossgo, Humberto Menvielle, Sahwamy Rao, Matas Abelln,
Wei-Pao, Pat Kilkee, Maurice Arne, Romn Mguez de la Sierra, Ludovico
Strozzi, Georges Cahoon, Paulo Dicono, Marco Denevi, Aglaofn, Bertrand
Huguet, Carlos Ros Puga, Izumi No-Izumo, Paul van der Geest, Joaqun Tolosa,
Charles Leve, Ivn Dorcme, Nikolai Krakochenko, Ren Vico183.
183
135
136
duermen. Alguno quiz ronque, otro tal vez murmure en sueos. Parecern las
vctimas de una repentina peste. Pero t te mantendrs en vela. Uno de los
borrachos finge. Y cuando crea que nadie puede orlo se incorporar y dir la
palabra que ests esperando185.
En El jardn de las delicias. Mitos erticos Denevi nos cuenta que las historias
que podemos leer en su libro no han sido imaginadas por l, sino que ya estaban
inventadas y les ha dado una vuelta de tuerca, ha aadido un poco de picante para
cambiarlas. La mitologa es una de sus fuentes principales y sus protagonistas Pasifae,
Circe, Jasn, centauros, sirenas, stiros, etc.
EROSIN
Narra Filoctetes que, pasendose por los caminos de Tracia, pas proclive
a la lujuria, observ que las estatuas del dios Prapo estaban mutiladas en sus
parles pudendas. Pregunt a los hombres por qu haban cometido esa terrible
profanacin, que poda acarrearles algn castigo del dios. Los hombres
respondieron: Al contrario, nos colma con sus bendiciones. En otros tiempos
las estatuas lucan un falo colosal, adornado con flores y con frutos. Pero la
devocin de nuestras mujeres poco a poco fue haciendo desaparecer esos
formidables cipotes. Filoctetes apunta, como al descuido, que las estatuas eran
de bronce, de mrmol o de piedra grantica186.
INGENUIDAD
Tespio tena cincuenta hijos gemelos, tan parecidos entre s que no haba
manera de identificarlos. El mayor, Clstenes, viaj a la gran ciudad de Tebas,
ah conoci a una joven llamada Filis, se enamor perdidamente de ella y la
pidi a sus padres en matrimonio. Los padres consintieron, no sin advertirle a
Clstenes que Filis haba sido educada en los rigores de la castidad y que nada
saba de las prcticas amorosas. Deber tenerle un poco de paciencia aadi
la madre, pero con el tiempo aprender.
Para alardear de su potencia viril y, de paso, apresurar la educacin de
aquella inexperta, Clstenes ide un plan: la noche de bodas satisfizo por siete
veces consecutivas el dbito conyugal y despus abandon la alcoba con el
pretexto de ir a beber un vaso de agua. Entonces sus cuarenta y nueve hermanos
fueron reemplazndolo, uno por vez, en las funciones de marido. Filis crey que
era siempre Clstenes el que entraba y sala, de modo que a todos los acogi con
entusiasmo.
Al amanecer, Clstenes se dispuso a dormir. Filis rezong malhumorada:
Vaya, te duermes. Si en la noche de bodas te muestras tan remoln, lindo
185
186
137
El microrrelato contemporneo
La nmina de escritores contemporneos es larga, lo cual demuestra la vitalidad
de un gnero que se cultiva cada vez ms en el siglo XXI. Hemos observado que se da
muy frecuentemente el tndem crtico-escritor de microrrelatos. Puede ser que la
explicacin est en que los autores de microrrelatos suelen tener un gran bagaje literario
debido a la intertextualidad que comporta el gnero. Dentro de este grupo destacaramos
algunos nombres vinculados a la Universidad de Tucumn: Alba Omil, Ana Mara
Mopty de Kiorcheff y David Lagmanovich, que desarrollaremos ms adelante.
En esta relacin de autores hemos continuado usando el orden alfabtico, el ms
sencillo para localizar a los escritores si no conocemos su fecha de nacimiento o el
momento concreto en el que escribieron.
187
188
Ibd., p. 42-43.
Ibd., p. 54.
138
Hemos dedicado un estudio ms amplio a los autores que escriben libros enteros
de microrrelatos como Ana Mara Shua o Luisa Valenzuela, cuya labor ha sido
profusamente analizada por la crtica como nos confirma Guillermo Siles:
Los textos de Luisa Valenzuela y Ana Mara Shua merecen un estudio
pormenorizado, por varias razones. En primera instancia, porque continan en la
literatura argentina una tradicin iniciada por otros escritores pensamos en las
races modernistas y vanguardistas de las formas breves, y en los nombres de
Leopoldo Lugones, Macedonio Fernndez, Jorge Luis Borges, Julio Cortzar,
entre otros-. Sus producciones coinciden con el momento de mayor auge en la
historia del gnero en Latinoamrica, el de su ms intensa propagacin y el de la
indiscutible autonoma con relacin a otros sistemas y subsistemas. Es la etapa
signada por el mximo grado de conciencia genrica (del lado de los productores
y de los receptores), lo cual implicara la estabilizacin del gnero y su apoteosis
debido a la existencia de un mercado editorial que demanda la publicacin de
textos breves189.
Otro factor que no debemos olvidar a la hora de analizar este fenmeno es que
las grandes editoriales se organizan, dentro del contexto globalizado imperante, por
zonas lingsticas; de tal forma, que se acenta la dependencia del mercado editorial
argentino con respecto a Espaa, pas donde se toman las decisiones que implican a las
publicaciones en espaol de Latinoamrica. Esto explicara la gran cantidad de
antologas en las que los autores se eligen por compartir la misma lengua.
La nmina de autores es muy amplia y se podra hablar incluso de boom
editorial. En Argentina las ltimas antologas se agotaron rpido y algunas fueron
reeditadas. Repasemos los nombres de los escritores en cuestin.
Csar Antonio Alurralde (1930) es salteo y llama a sus microrrelatos cuentos
enanos o bonsis. Piensa que sus textos estn muy cercanos a la poesa breve en prosa,
aunque le cuesta diferenciarlos. Compara a sus bonsis con las fotos digitales: sus
efectos pueden comprobarse instantneamente cuando se los lee a un auditorio.
189
139
190
140
La reina
sino la mendiga
fabulaba
y la infancia
La primera historia
141
194
142
De pronto record la vez que, siendo un nio, romp el jarrn chino que
flanqueaba el divn. El enojo de mi padre al saber del accidente me haba
parecido desproporcionado. Ahora poda entenderlo. Poda incluso imaginarlo al
da siguiente, destruyendo a conciencia el jarrn igual, slo para conservar la
simetra con su otro hogar196.
Algunos de sus textos estn emparentados con el periodismo como Caso del
director, Caso del cerrajero, Caso del nio y del mago y La vida imposible, que
trata de dos nios de trece aos de Reykiavik que acuerdan intercambiar sus familias y
amenzan a los padres con hacerles la vida imposible si no acceden.
Homenajea Pierre Menard, autor del Quijote con Bovary en el que cuenta la
labor de dos antiguos profesores de literatura de Lyon que tardan catorce aos en
confeccionar gracias a una computadora una novela con todas las palabras de Madame
Bovary de Flaubert en diferente orden.
Los animales forman parte del universo de sus microrrelatos. En Maternidad
las mujeres de una aldea rusa dan a luz animales mamferos, en Vueltos bestias la
prima del narrador va al zoolgico para llamar por su nombre genrico a los animales
con la creencia de que los que reaccionen han sido previamente seres humanos, en Mi
padre vuelto perro encuentra a un perro vagabundo con la cara de su padre que lo gua
hasta la casa donde haba nacido este ltimo.
Una de sus obsesiones es la repeticin, que a veces desemboca en el conocido
tema del doble. Lo encontramos en Doble vida, ya citado, El hombre igual, El bis
Alguien igual, Amantes idnticas. En Eduardo Berti nos cuenta cmo cada vez
que llega a una ciudad nueva busca en la gua telefnica hombres llamados igual que l
y quedan para verse. En el encuentro con un homnimo italiano acuerdan poner a sus
196
143
hijos el mismo nombre y se imaginan a esos hijos haciendo el mismo pacto entre ellos.
Contina en la misma lnea en La repeticin, citado ms adelante.
Berti tiene un blog titulado Bertigo haciendo un juego entre la palabra vrtigo y
su propio apellido, Berti, en el que escribe reflexiones, recomienda autores o cita textos
de otros escritores.
Isidoro Blaisten (1933-2004) escribe exclusivamente libros de cuentos menos
una novela que aparece de forma pstuma. Algunos de sus ttulos son: La felicidad
(1969), que contiene textos breves pero demasiado largos para considerarlos
microrrelatos, La salvacin (1972) y El mago (1977).
El mago consta de varias partes. La primera tituladda Ludo real contiene
microrrelatos y cuentos como mximo de tres pginas. La segunda, Cuentos cortitos
as conta de textos brevsimos como el que da ttulo al libro:
EL MAGO
-Nada por aqu, nada por all Pero quin fue el degenerado que me lo
cambi de lugar!197.
La tercera parte se denomina Rosebud y el autor nos indica que en ella agrupa
los cuentos que tratan sobre el pasado y la infancia. A ella pertenece el ejemplo que
aportamos, un texto que nos deja un regusto amargo:
TAL VEZ MAANA
En El bandido de Oklahoma, tampoco; en El ro de la muerte, menos.
Quizs en Dos cadveres para Bongo, pero no, no era.
En Al este de Arizona pens que tal vez algo. No.
Un dlar muerto la vio como si nada. Tampoco en Al este de Veracruz.
Texanos a caballo, nada.
Luis par los dos proyectores y dijo:
197
144
198
199
Ibd., p. 103.
Ibd., p. 149.
145
publicado Todo tiempo futuro fue peor, compilacin de sus propios microrrelatos, en el
que juega con el pasado y el futuro tal y como indica el ttulo:
TODO TIEMPO FUTURO FUE PEOR
Anoche se sobrepuso a las balas que lo acribillaron y huy de la polica
entre la multitud.
Se escondi en la copa de un rbol, se le rompi la rama y termin
ensartado en una verja de hierro. Se desprendi del hierro, se durmi en un
basural y lo aprision una pala mecnica. La pala lo liber, cay sobre una cinta
transportadora y lo aplastaron toneladas de basura. La cinta lo enfrent a un
horno, l no quiso entrar y empez a retroceder.
Dej la cinta y pas a la pala, dej la pala y fue al basural, dej el basural
y se ensart en la verja, dej la verja y se escondi en el rbol, dej el rbol y
busc a la polica.
Anoche puso el pecho a las balas que lo acribillaron y se derrumb como
cualquiera cuando lo llenan de plomo: completamente muerto200.
Resulta destacable el hecho de que el libro est compuesto exclusivamente por
microrrelatos y que la mayora de estos tengan una extensin de media pgina. La
literatura est muy presente en estos textos y muchos de los ttulos se componen de una
sola palabra: Felinos, Houdini, Culpa, Longevidad, Solipsismo, Ella, etc.
Aportamos otro texto en el que la oposicin no es entre presente y pasado, sino
que se establece entre dos hermanos que, para evitar que les comparen ya lo dice la
frase hecha: las comparaciones son odiosas se proponen no coincidir en las mismas
actividades hasta llegar al absurdo:
HERMANOS
Cuando la coexistencia se les hizo insostenible, dos hermanos muy
competitivos llegaron a un acuerdo tcito pero inquebrantable: aquello en lo que
uno de ellos triunfara quedara vedado para el otro; eso evitara toda
comparacin entre ambos. Ms que un alivio, el pacto result una condena. En la
carrera por apropiarse de los triunfos ms gratificantes y las privaciones menos
penosas, el que mostr primero ser ms inteligente, releg al otro a la estolidez y
los trabajos rudos. Consecuentemente, cuando el bruto aunque apuesto gan con
las mujeres, el intelectual tuvo que inclinarse por los hombres. Pero replic
hacindose muy rico, con lo que oblig al hermano a equivocarse en los
200
146
negocios y arruinarse. No previ que tanta miseria hara que su rival deseara
morir hasta lograrlo y que con ello le escamoteara el triunfo. Achacoso y
cubierto de aos, soporta an la ruina de su cuerpo mientras clama por una
muerte prohibida201.
Patricia Calvelo (1970) investiga en la Universidad Nacional de Jujuy y ha
publicado volmenes de poesa, estudios sobre la lengua y en cuanto al tema que nos
concierne Relatos de bolsillo (2006). El microrrelato elegido nos recuerda por su
temtica a La sueera de Shua:
NO TE DUERMAS
Se ha despertado transpirada y temblando y por unos minutos le cuesta
entender que est de este lado del sueo, que ha sido slo una pesadilla. Algo
abominable la persegua por tneles oscuros y hmedos, tratando de engullirla
con sus enormes fauces malolientes, hasta que pudo llegar hasta una puerta y, al
cruzarla, despert. Ms calmada, se dispone a dormir nuevamente. Pero antes de
apagar la luz, slo para reconfirmar que ha sido un sueo, se mira el brazo y
entonces ve la huella, ntida y profunda, de los enormes dientes de ese ser que la
est esperando, del otro lado, hambriento202.
Rosalba Campra actualmente vive en Italia, donde ensea Literatura
hispanoamericana. Diversos libros de narrativa suyos son: Formas de la memoria
(1989), Los aos del arcngel (1998) y Herencias (2002). Veamos uno de sus
microrrelatos en el que, con un ttulo que remite al arte moderno, equipara el
rinoceronte al mtico unicornio en una especie de mundo al revs:
PROYECTO DE TRAMPA PARA RINOCERONTE N 1
El rinoceronte es un animal probablemente mitolgico que las leyendas
sitan en las tierras bajas de Elbor. Segn las descripciones de los viajeros, su
talla corresponde ms o menos a la de nuestro unicornio domstico, pero a
diferencia de ste su cuerpo est cubierto de placas escamosas y su cuerno
carece de propiedades mgicas, as que no se comprende por cules razones
habra que armar trampas para cazarlo203.
201
Ibd., p. 69.
POLLASTRI, Laura: El lmite de la palabra. Antologa del microrrelato argentino contemporneo, p.
208.
203
Ibd., p. 109.
202
147
En Ella contaba cuentos chinos (2008) dice que escribi un libro que tal vez
pueda pensarse de la China. Juega con las frases hechas que incluyen algo relacionado
con China: est en China, naranjas de la China, tortura china. El libro se numera
con caracteres chinos como el siguiente:
RECONCILIACIONES
Sola regresar cada tanto a su pueblo. La calle principal, que llevaba a su
casa, segua sin asfaltar, y sombreada por las mismas moreras de la infancia.
En lentas conversaciones con su padre iba por fin limando la distancia
que siempre los haba separado.
Despus se despertaba204.
Nlida Caas (1949) es profesora de literatura, ha coordinado talleres de
escritura y dictado cursos y conferencias. Ha publicado textos en antologas y algunos
de sus ttulos son: Cifras del misterio (1988), Sitial del vuelo (1991), De este lado del
mundo (1996), Animal de lo desconocido (1997), Jauras del Alba (1998), Dibujo de
Mujer (1999), El Agua y la Greda (2001) y Una palmera en el fondo del cielo (2004).
Veamos un par de textos suyos que destacan por su brevedad y lirismo extremos:
EFMERA
Mi mano dibuja una mujer que se borra a s misma. Las palabras no
saben contar su propio relato.
INEFABLE
Cmo se no nombra a eso de la vida que habiendo estado ah, deja de
estar un da?205
Antonio Jess Cruz (1951) es mdico, pero tambin narrador y poeta. Ha
publicado los siguientes libros: Catarsis (1998), Simbiosis (1999) Ashpa Smaj (2003)
Canto a mi pueblo (2003), Aires del noroeste (2005) Poesa cotidiana (2005), To Elas
204
205
148
y otros cuentos (2006) y Desde el exilio hacia Hiroshima (2006). Tambin pueden
leerse
sus
cuentos
en
antologas.
Su
blog
se
llama
En
los
esteros
206
149
libros Mundo animal (1953) y microrrelatos en Cuentos del exilio (1983), del que
provienen los siguientes ejemplos:
OSCURECIMIENTO
El suicida se cuelga del cuello con el cable telefnico. La ciudad queda a
obscuras208.
LA FIDELIDAD
Quin podr fiarse de las afirmaciones femeninas?
La sombra me promete: Te soy fiel. Y en cuanto no hay sol me
abandona209.
Los textos ms breves como los anteriores estn englobados en el epgrafe que
llama Espejismos y que incluye microrrelatos de unas tres lneas de media, incluso de
una sola:
LIGADOS
El espejo ebrio a la fea: Nos odiamos210.
En el prlogo del libro explica que sus cuentos fueron escritos en la poca de
exilio, pero que no tienen un carcter poltico ni de crnica. Simplemente coinciden con
ese momento vital suyo y reivindica la importancia del silencio como forma de protesta.
De Mundo animal hemos elegido este texto:
VOLAMOS
Como puesta ante un apacible e inofensivo misterio, que puede serlo, con
ganas de hablar, que a m me faltan, me cuenta de su gato.
Es, s. Claro que es; pero... Ante todo, como es hurfano, recogido por
compasin, se ignora su ascendencia. Es gato y le agrada el agua. De las
acequias no prefiere los albaales, sino la corriente barrosa. Se lanza acezante,
pisa fuerte y salpica: hunde las fauces y hace que toma, pero no toma, porque es
de puro goloso que lo hace. Puede pensarse que no es un gato, que es un perro.
Tambin por su actitud indiferente en presencia de los dems gatos. Pero es que
asimismo se limita a observar desde lejos a los perros y ni siquiera se enardece
208
150
151
152
matrona antigua que no cede a ninguna frivolidad. Por favor: no haga ruido! El
estrpito espanta al paisaje. Usted no se da cuenta porque ni siquiera lo ve. El
paisaje huye de su lado, convertido por la velocidad en una pasta visual rayada y
spera. Pero yo vivo en l. Y en l educo mi sensibilidad, que no es roma como
la suya De donde saca esa sed morbosa que absorbe las distancias? Para qu
se dopa de vrtigos? Usted serviliza la vida con apremios en vez de ganarla en
intensidad. Vamos: deje quieta la bocina! El tiempo y el espacio no se dominan
con msculos de acero y latn. La rapidez es un engao: hace llegar antes a la
certeza de la propia impotencia. El smbolo de toda cultura esta en la medulosa
lentitud de lo inconsciente, que inconscientemente logra su destino. El suyo,
nia, ya lo s: estrellarse en la materia despus de haberse estrellado en el
materialismo. Bien. No se enfade! Me retiro. Identifique otra vez sus nervios al
vibreo de los cables. Anime de nuevo, con explosiones de gas, el motor y su
cerebro. Ya est libre el camino. Adis! Que se conserve bien
El auto arranc barbotando insulto de odio y nafta.
Parsimoniosamente, relamindose, la vaca extendi una mirada acuosa y
larga. Y, despus, un mugido irnico y largo que acompa al auto hasta doblar
la lnea del horizonte213
Luis Foti (1940) cultiva el periodismo, la crtica literaria y la escritura. Ha
publicado libros de cuentos como El innacido (1964) y Animal lcido (1980).
Permanece indito su ttulo Mnica y el devenir. Hemos elegido un texto con el que
consigue crear al lector cierta inquietud acerca de una mquina misteriosa que no
sabemos cmo es, pero s que guarda ciertas similitudes con los seres vivos y, de alguna
manera, los reemplazan para el narrador:
LA MQUINA
No alcanzo a comprender los mecanismos de esta mquina. He ledo con
detenimiento todas las instrucciones. Hay ingenieros que me han asesorado con
amplitud durante largo tiempo. No entiendo el origen del mecanismo. Me
desanima que este mecanismo provoque siempre las mismas acciones. Los
ingenieros me han dicho una y otra vez- que no puede pedirse ms de una
mquina. En definitiva, una maquinaria eficaz es la que cumple bien las
instrucciones con que ha sido programada. Tal vez yo exijo de la mquina algo
imposible para ella? Y, sin embargo, a pesar de las instrucciones, de los
manuales de uso, de los consejos de los ingenieros, noto que no slo la mquina
podra cumplir ms eficazmente con sus funciones sino que hasta podra realizar
otras tareas que en cierta forma- se hallan implcitas en su mecanismo. De
todos modos, cuando la pongo en funcionamiento, la mquina realiza
torpemente slo una octava parte de sus posibilidades. Los tcnicos me
213
153
usa
otros
blogs
como
Fracasador
ilustrado
fracasadorilustrado.blogspot.com/2009/01/razn-de-los-cuentos.html) o
(http://
Despelotario.
214
154
216
155
217
LAGMANOVICH, David: Otros microrrelatos argentinos: Lastra, Van Bredam, Garca Reig en
Dialnet. [On-line]: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2047493&orden=74318&info=link.
(Consulta: 31 de octubre de 2012).
218
POLLASTRI, Laura: El lmite de la palabra. Antologa del microrrelato argentino contemporneo, p.
134.
219
POLLASTRI, Laura: Ibd., p. 137.
220
GOLOBOFF, Mario: Ficcin mnima. [On-line]: http://ficcionminima. blogspot.com/2009/06/mariogoloboff.html. (Consulta: 22 de diciembre de 2012).
156
157
Nombres de mujer (1988), Malas malsimas (1998) y Diez fantasmas de Buenos Aires
(1998). Incluso existe un concurso nacional en argentina con su nombre y su pgina
web es http://www.gudino.com.ar/.
ALGUNA VEZ
Los rboles mayores, que se erguan casi hasta tocar el cielo con sus
copas agudas, hablaban con el rbol pequeo que creca entre ellos.
Alguna vez decan; alguna vez sers alto como nosotros y como
nosotros podrs ver el lago all abajo, engarzado como una joya verde o azul
entre las montaas verdes o azules. Alguna vez, alguna vez...
El viento, cuando descenda hasta la altura del rbol pequeo, tambin
hablaba con l.
Vengo de todas partes y lo s todo... Conozco los bosques, las
montaas, los campos, las ciudades de los hombres... Alguna vez, cuando te
eleves tanto como los otros rboles, te contar cosas... Alguna vez, alguna vez...
Al llegar la primavera, cuando los pjaros venan en busca de calor y de
alimento, el rbol pequeo tena ms noticias del mundo que an no alcanzaba a
ver. Los pjaros piaban:
Hay sitios donde todo es arena, hay sitios donde todo es nieve, hay
sitios donde todo es agua... Alguna vez, cuando seas ms alto y ms slido,
haremos nuestros nidos en tus ramas y te contaremos todo lo que sabemos...
Alguna vez, alguna vez...
Y el pequeo rbol segua inmvil, repitiendo con todas sus hojas tiernas
esas palabras excitantes y promisorias. Alguna vez, alguna vez... Pero ese
alguna vez era lento, lentsimo. Porque los rboles no crecen tan rpidamente
como los seres humanos. Lo que para nosotros es un ao, para ellos es un siglo.
Lo que para nosotros es una vida para ellos es apenas un suspiro. El pequeo
rbol se impacientaba. Y preguntaba cosas a la lluvia, al granizo, a la nieve;
preguntaba cosas a las bandadas de aves que pasaban volando por el cielo;
preguntaba cosas a las nubes, a los rayos del sol, a los insectos que trepaban por
su corteza... Todos saban cosas y cosas, todos conocan el mundo, todos
parecan sabios y aventureros, todos terminaban dicindole: Alguna vez, alguna
vez...
Una tarde, por fin, sucedi algo. Pas junto al pequeo rbol un hombre
de barba oscura y ojos tristes conduciendo de la brida a un asno gris. Montada en
el asno iba una mujer muy hermosa, muy plida, muy dulce.
Se detuvieron y el hombre dijo:
Esto es lo que necesito. Perdname, pequeo rbol, pero debo cortarte.
Y un hacha hizo la primera herida en la madera joven. El rbol suspir y sangr
un poco de savia. El dolor era intenso, el hacha penetraba cada vez ms en su
carne vegetal; se senta dbil, indefenso, solo. Y no lamentaba tanto su
sufrimiento fsico, como ese alguna vez que perda para siempre. Despus el
hombre cort el rbol en trozos de escaso tamao, y los acomod en el morral.
158
En cada trozo el rbol segua viviendo. Llegaron a un lugar donde haba un buey
y otros animales. All el hombre tom los trozos, los cepill, los puli, los
ensambl. Y el rbol qued trasformado en una cunita rstica. Una cunita que al
mecerse pareca gemir alguna vez, alguna vez.... Todava no haba
comprendido su destino. Pero esa noche, justamente a las doce, sinti un dbil
vagido. Una extraa msica y una extraa luz envolvieron inmediatamente el
lugar; se escuchaba un sedoso revoloteo de ngeles y el llanto del nio que
acababa de nacer pareca ms bien un canto. El rbol hecho cuna sinti que
depositaban entre sus maderas cubiertas de heno tibio, el cuerpecillo de la
criatura. Y la sinti moverse suavemente en su interior. Y de pronto supo que
alguna vez haba llegado. Que ni los rboles altsimos, ni el viento, ni los
pjaros, ni las nubes, haban experimentado nunca la gloria de ese momento que
l gozaba cuando ya no era rbol sino cuna, cuando al fin de su vida vegetal
marcaba el principio de una vida humana223.
Sylvia Iparraguirre (1947) es profesora en Letras Modernas en la Universidad
de Buenos Aires (UBA). Est especializada en estudio de la sociolingustica y de la obra
del ruso Mijal Bajtn. Ha publicado dos libros de cuentos: En el invierno de las
ciudades (1988), Primer Premio Municipal de Literatura, y Probables lluvias por la
noche (1993), y una novela El Parque (1996). Est casada con el escritor Abelardo
Castillo.
POMPEYA
Haba viajado largamente en barco; haba viajado una noche interminable
en un tren ceniciento y por fin, hacia la madrugada, haba viajado en un
cabeceante coche de alquiler. Ahora estaba en Pompeya. Cuando pis las gradas,
su cuerpo tembl. Recorri las calles donde el pasto y la maleza crecan entre las
piedras abandonadas. El sol, implacable, arrancaba destellos nveos de los
fragmentos de columnas y de los trozos de mrmol dispersos en los senderos. Se
quit los zapatos y corri hasta lastimarse los pies. Pegada al muro, sin aliento,
esper. El aire ardiente dibuj el llamado de las trtolas. Al atardecer, ctaras y
risas ondularon arriba, entre los cipreses. Sin abrir los ojos, la mujer elev una
arcaica plegaria de agradecimiento. Se solt el pelo y dej caer el vestido junto
al muro. Se apresur. Los comensales haban llegado y el banquete estaba por
comenzar. En el crculo de peces y delfines que dibujaban los mosaicos, dos
adolescentes desnudos esperaban la seal del dueo de casa para trabarse en una
lucha que era juego. La mujer alz la mirada radiante y se busc en el fresco
hasta encontrarse. All era donde perteneca224.
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LAGMANOVICH, David: Otros microrrelatos argentinos: Lastra, Van Bredam, Garca Reig en
Dialnet. [On-line]: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2047493&orden=74318&info=link.
(Consulta: 31 de octubre de 2012).
161
No recurre a la tradicin para recrearla, sino que inventa nuevas situaciones para sus
textos.
ME EXTRAA
A veces te extrao, me dice eso. A veces te extrao y a veces te entrao,
me dice y me mete dentro de s, por esa abertura que por eso tiene all mismo
donde los seres humanos tienen el ombligo. Te entrao, y eso emite
prolongaciones que me permiten entrar mientras yo me presento inerte, todo
blanco y sin forma. Adentro, les aseguro, no hay miedo. El miedo es cuando
estoy afuera y eso me dice: A veces te extrao228. (P.69)
Mara Rosa Lojo (1954), poeta y doctora en Letras. Colabora en el suplemento
literario de La Nacin y es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones
Cientficas y Tcnicas. Ha publicado numerosos libros, tres de ellos compuestos por lo
que ella denomina poesa/microficcin: Visiones (1984), Forma oculta del mundo
(1991) y Esperan la maana verde (1998). En Visiones incluye Textos muy poco
narrativos, en realidad ms prosa potica que microrrelatos.
Es el tiempo quien gira en haces complejos, tu futuro que se construye
sobre el recuerdo modificado, impulsndolo como una rueda de molino.
Cernidora de harina, gozars alguna vez del pan? Todas las noches se perpetra
un crimen incruento; sus consecuencias te conciernen solo a ti. Mientras olvidas
has matado; no puedes recuperar. Mientras recuerdas persiste lo nuevo en su
inexplorada soledad, en su deshabitado palomar sin formas, sin ala ninguna229.
Sin embargo, Laura Pollastri en su antologa escoge un ejemplo con un mayor
componente narrativo: El ttere.
EL TTERE
Se mueve para complacer a los otros, como todos los desamparados.
Har cualquier papel menos el propio. Ser la abuela rezando junto a la ventana
un rosario hecho con bolitas de ojos que vieron al Seor; ser el padre que muri
con rebelda, esperando que cambiasen para l las leyes de la tierra; ser la
madre que antes de envejecer se dobl como un traje de fiesta y se guard en un
cajn, para que no la sacasen a vivir.
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163
MANDRINI, Eugenio: La nave de los locos. [On-line]: http://nalocos.blogspot.com/2008/11/eugeniomandrini.html. (Consulta: 22 de noviembre de 2012).
235
POLLASTRI, Laura: El lmite de la palabra. Antologa del microrrelato argentino contemporneo, p.
163.
164
MODERN, Rodolfo en La extrema brevedad: microrrelatos de una y dos lneas en Espculo. Revista
de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. [On-line]:
http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/exbreve.html. (Consulta: 31 de octubre de 2012).
237
MOPTY DE KIORCHEFF, Ana Mara: Microrrelatos, p. 9.
238
MOPTY DE KIORCHEFF, Ana Mara: Letrarte 2006. [On-line]:
http://letrarte2006.blogspot.com/2007/02/ana-mara-mopty-de-kiorcheff-tucumn.html. (Consulta: 22 de
noviembre de 2012).
165
Abren el vientre del charco los vehculos que pasan por la esquina. Sin
proponrselo, cada uno se lleva: consuelo de perros vagabundos, noche
resguardada, estrellas, roco239.
Ildiko Valeria Nassr (1976) ha publicado libros de poesa como Reunidos al
azar (1999) y uno de cuentos: Vida de perros (1998). Sus microrrelatos han aparecido
en antologas. La direccin de su blog es la siguiente: http://ildikotxt.blogspot.com/.
POSTALES QUE NUNCA FUERON ENVIADAS
i. m. Anyu
Mi abuela muri con el deseo de visitar aquellos lugares que la vieron
crecer- nos enteramos despus de su muerte, cuando desocupamos su casa para
venderla. En el cajn de su mesita de luz, un montn de fotos y postales que
nunca fueron enviadas, escritas y con destinatarios; amarillas, despintadas, sin
fecha. Todas recrean su lugar de infancia, Miskolc. Su patria, sin embargo ella
se cans de repetirlo-, siempre fue sta, donde nacieron sus hijos, sus nietas y la
pena por el regreso240.
ESE CHICO TIENE PROBLEMAS EN SU CASA
Esta maana, en clase, un alumno se transform en perro. Siempre me
pierdo la accin en mi afn de copiarles la teora en la pizarra.
Despus de la confusin, les pregunt a sus compaeros, disimulando mi
curiosidad. Ninguno supo precisar el momento exacto en que ocurri la
transformacin. No fue paulatina, sino sorpresiva.
Los adolescentes, en general, no dejan de sorprenderme. Sin embargo, en
todos estos aos de docencia, jams haba estado tan cerca del alumno-perro. Se
transform descaradamente en mi clase y me lo perd.
No un cancerbero, ni siquiera un perro negro. Un perro lanudo, comn,
despeinado, que no llamara la atencin si no supiera que es Lpez, el del tercer
banco a la izquierda. No recuerdo su nombre de pila. Slo su pelo desteido y
despeinado, como si nunca se lo hubiera lavado o peinado. Un chico comn, con
mirada perdida, como drogado. Un perro comn, con mirada de perro, como
hambriento.
Habl con la psicloga del colegio y me dijo:
-No puedo creer hasta qu extremos est dispuesta a llegar la gente para
llamar la atencin. Ese chico tiene problemas en su casa.
Vaya si los tiene, pens.
239
166
-Su padre los abandon cuando l naci, porque era diferente a lo que
esperaba. No s qu quera este tipo, si lo vieras. Creo que se parece al chico,
cuando se transforma. Una cara de perro impresionante.
Despus de la transformacin, el perro escap del aula y sus compaeros
tuvieron que buscarlo. Hasta que volvieron mi hora haba terminado.
Definitivamente, siempre me pierdo la accin241.
Alba Omil, por su parte, es profesora universitaria en Tucumn. Resulta curiosa
la dificultad para encontrar su ao de nacimiento; no aparece en ninguna antologa de
las que hemos consultado. Tiene un blog llamado La letra profunda que se encuentra en
http://albaomil.blogspot.com/. Destacamos su libro Con ritmo de jazz (1998), al que
pertenecen los siguientes textos, fronterizos con la poesa:
POEMA, I
De nuevo lo golpe la realidad, con saa. Quiso aislarse del mundo.
Borrarlo. Reconstruirlo. Y escribi el poema242.
OBSESIONES
So que me besaban: era slo el latido de tu nombre que esa noche se
durmi entre mis labios243.
Pedro Orgambide (1929-2003) dej una vasta obra compuesta de narrativa,
teatro, ensayo y biografas que se extiende en ms de cuarenta volmenes. Sus
microrrelatos podemos encontrarlos en Historias con tangos y corridos (1976) y en
Cuentos con tangos (1998). Aportamos un ejemplo que pertenece al libro de relatos La
Buena gente (1970):
LA INTRUSA
"Un pueblo que lee
es un pueblo culto."
241
167
Ella tuvo la culpa, seor Juez. Hasta entonces, hasta el da que lleg,
nadie se quej de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el
primero en llegar a la oficina y el ltimo en irme. Mi escritorio era el ms limpio
de todos. Jams me olvid de cubrir la mquina de calcular, por ejemplo, o de
planchar con mis propias manos el papel carbnico.
El ao pasado, sin ir muy lejos, recib una medalla del mismo gerente. En
cuanto a sa, me pareci sospechosa desde el primer momento. Vino con tantas
nfulas a la oficina. Adems qu exageracin! recibirla con un discurso, como si
fuera una princesa. Yo segu trabajando como si nada pasara. Los otros se
deshacan en elogios. Alguno deslumbrado, se atreva a rozarla con la mano.
Cree usted que yo me inmut por eso, Seor Juez? No. Tengo mis principios y
no los voy a cambiar de un da para el otro. Pero hay cosas que colman la
medida. La intrusa, poco a poco, me fue invadiendo. Comenc a perder el
apetito. Mi mujer me compr un tnico, pero sin resultado. Si hasta se me caa
el pelo, seor, y soaba con ella! Todo lo soport, todo. Menos lo de ayer.
"Gonzlez - me dijo el Gerente - lamento decirle que la empresa ha decidido
prescindir de sus servicios". Veinte aos, Seor Juez, veinte aos tirados a la
basura. Supe que ella fue con la alcahuetera. Y yo, que nunca dije una mala
palabra, la insult. S, confieso que la insult, seor Juez, y que le pegu con
todas mis fuerzas. Fui yo quien le dio con el fierro. Le gritaba y estaba como
loco. Ella tuvo la culpa. Arruin mi carrera, la vida de un hombre honrado,
seor. Me perd por una extranjera, por una miserable computadora, por un
pedazo de lata, como quien dice244.
Diego Paszkowski (1966) trabaja como profesor en la Universidad Nacional de
Buenos Aires y coordina talleres literarios. Ha escrito varias novelas como Alrededor de
Lorena (1996) y sus microrrelatos se han publicado en suplementos literarios y
peridicos. Otra de sus aficiones es la msica, toca el clarinete y ha tocado con Chucho
Valds e incluso escrito letras en el disco de Alejandro Devries: Andanzas cotidianas.
LA VOZ QUE HACE QUE TODAS LAS COSAS VUELVAN A SU
LUGAR
Mi da no fue nada del otro lunes. El mundo pasado tambin me haba
levantado distinto, pero era temprano. Haba, en clima, un casa lleno de
explicarlo. No s cmo posibilidades, era como si cualquier cosa pudiera ocurrir
a empezar. Mir el telfono y son. Era el mensaje que esperaba, el que siempre
lograba tranquilizarme, hacerme perder el saben que, como todos bien
nerviosismo, siempre me afecta al despertar. Pero el llamado fue breve,
demasiado breve dira, la voz clida de Yaco, el lder de nuestro templo, nuestro
gua, nuestra paz, su dulcsima voz grabada esta vez dijo apenas cuatro palabras,
buenos das hermano Juan yo soy el hermano Juan- y el telfono enmudeci,
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RESTAURANTE
Por qu tena que ser de seda, pregunta l apenas se sientan a la mesa que
el matre les ha asignado, pero ella no contesta y sonre cuando el mismo matre
le corre la silla, y por eso l debe esperar a que se retire para mirarla a los ojos y
volver a preguntar por qu de seda, eh, por qu, vos no sabs que la seda pica,
que es resbalosa, que no estoy acostumbrado, y entonces ella s debe responder,
y responde s, que s, que es incmodo, y qu, mejor acostumbrate, no vas a ser
pobre toda la vida, y sonre otra vez porque un camarero les ha alcanzado las
cartas, impresas en un finsimo papel transparente, con letras repletas de
arabescos y casi todos nombres en francs, l le dice sonres una vez ms y te
parto la cara, ella dice no seas bestia que me levanto y me voy y l le dice no s
qu elegir, ella dice qu te parece crpes de espinacas rellenas de blanco de ave,
champignones, jamn en salsa de tomates y gratin de dos quesos, no, dice l, o
las crpes rellenas de centollas, finas hierbas, salsa ligera de limn y pimienta
verde, dice ella, bueno, dice l, pero dej de sonrerle a todo el mundo que te
reviento, si quers nos vamos, dice ella mientras mira cmo l se revuelve en el
asiento, cmo muestra lo incmodo que se siente en ese traje de seda, y est
segura de que l en cualquier momento puede hacer algo para que todos se den
cuenta, que se den cuenta y los echen, no es lugar para ellos, los cuadros de las
paredes parecen de verdad, ella nunca vio cuadros de verdad, siempre eran
lminas, pero en el cuadro que est en la pared, justo sobre ella, se ve que salen
los pedacitos de pintura para afuera, qu lindo, dice ella, mir, mir el cuadro,
mir cmo lo alumbra la vela y se ve la pintura, le dice, pens que es el nico
cuadro as que hay en el mundo, que no es una copia, que este es el que pint el
pintor, dice ella, y l dice y a m qu, mejor pidamos la comida, que venga el
mozo de una buena vez, y no tiene ms que decirlo que el mozo aparece con su
uniforme negro, con sus modales femeninos, a ofrecerles una copa de
champagne, invitacin de la casa, y una degustacin de finos pats, algunos
trufados y otros perfumados con hierbas, espero que estn cmodos y que
disfruten de una velada agradable, dice el mozo y cuando se retira l dice velada
tens la foto, y se re y ella se re tambin, ambos terminan sus copas y l dice
mejor no comamos nada y entonces los dos sacan sus revlveres, l de un
bolsillo del saco, ella de su cartera de cuero, y asaltan el restaurante247.
Manuel Peyrou (1902-1974), abogado, escritor y periodista, public
microrrelatos en el peridico La Prensa y cultiv una amistad literariamente fructfera
con Borges. Veamos uno de sus textos:
LA CONFESIN
En la primavera de 1232, cerca de Avin, el caballero Gontran
D'Orville mat por la espalda al odiado conde Geoffroy, seor del lugar.
Inmediatamente confes que haba vengado una ofensa, pues su mujer lo
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Ruedamares. En ella public en 2003 sus microrrelatos bajo el ttulo La secreta slaba
del beso. Su pgina web es: http://www.mariacristinaramos.com.ar/. Citamos dos
microrrelatos suyos de corta extensin.
PERSONAJE
El actor deja la escena, deja al pblico, deja el decorado, se desprende del
teatro y camina por las calles, desnudo de toda apariencia.
Entra en su casa. Entonces, lo invade el personaje que ms conoce. El
que desde hace tanto lo enajena250.
LEY DE LA SELVA
Cae un avin en la selva. Sobrevivientes. Felino voraz al acecho. Peligro.
Cacera. Felino al asador con salsa de hongos251.
Juan Romagnoli (1962) ha cultivado sobre todo los gneros del cuento y del
microrrelato. La direccin de su web es http://cablemodem.fibertel.com.ar/jromagnoli/,
donde se confiesa entusiasta investigador de la Onirologa (ciencia de los sueos). La
considera como un brevsimo e-libro y anuncia que cambia los textos peridicamente.
Sus microrrelatos han aparecido en diversas antologas y revistas y ha publicado el libro
Universos nfimos en 2009. Este libro se divide en diferentes partes: Microficciones
crepusculares acerca de los ancianos, Microenigmas con textos inquietantes,
Minicuentos onricos centrados en el tema de los sueos, etc.
MUNDO ILUSORIO
Chuang-Tz, con la picarda propia de un anciano sabio, sonre cada vez
que sus discpulos lo consultan sobre el significado de su famoso e insoluble
sueo con la mariposa. l sabe que, en este mundo ilusorio, la aparente paradoja
no es tal, pero prefiere que ellos reflexionen por s mismos sobre el asunto. Esa
sonrisa es, adems, un modo de despedirse: su edad es avanzada, y bien sabe que
de un momento a otro la mariposa despertar252.
250
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ASCENSO
Por las maanas, al levantarse, se siente un desecho humano. Se sabe
impotente, desvalido, est deprimido y no encuentra fuerzas. Apenas junta algo
de coraje, se dirige al bao y se higieniza. Su aspecto es ahora algo ms
decoroso, pero sabe que no engaa a nadie. Sin embargo, siente que comienza a
remontarse a s mismo no bien se pone y abrocha la camisa. Con el pantaln
gana en hombra, con los gemelos en los puos obtiene ese aire ejecutivo, y el
broche de oro, aqul detalle que lo iguala con un hroe mitolgico, es el pulcro
nudo de la corbata. Una ltima mirada frente al espejo, y un guio. Cuando sale,
luciendo el virtuoso traje, ya ha recuperado la dignidad que le es propia253.
Orlando Romano (1972) escribe en el diario La Nacin de Buenos Aires y ha
publicado un solo libro de microficciones: Cuentos de un minuto (1999) y tiene otro
indito, Cpsulas mnimas, cuyos textos se han incluido en diversas antologas.
Podemos leer sus microrrelatos en el blog: http://orlandoromano.blogspot.com/.
DEL DICCIONARIO DE MI ABUELA
AMOR: Juego incomprensible donde una persona adora la forma de ser
de otra a la que trata por todos los medios de cambiar.
SEDUCCIN: Suma de las partes de una mujer actuando de una manera
tal que ningn ser sobre la tierra es capaz de resistir254.
EL SABIO IGNORANTE
Aquella maana, tan pronto como despert, el muchacho empez a rer y
a vaciarse de ideas. Vivi, envejeci y muri jocosamente, sin recobrar la
lucidez. Los sabios del lugar le llamaban maestro255.
Ana Mara Shua (1951) practica todos los gneros; de hecho, su primer libro
fue de poesa, pero en el que se siente ms cmoda es en el microrrelato: yo escriba un
gnero al que quiero mucho y que quizs sea mi preferido: el cuento brevsimo []. En
cuanto escrib el primero, sent que se era mi terreno, mi hbitat natural, lo que ms
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de monja, buscan la caricia perfecta que slo puede dar una mano de ocho dedos (es
decir, una araa), eligen a La Que No Est y, como su ausencia es innegociable, acaban
aceptando a cualquier otra prostituta en su lugar. La imposibilidad de la realizacin de
los deseos culmina con La insaciable:
LA INSACIABLE
A otra mujer la llaman La Insaciable, como si alguien, alguna vez,
saciara algn deseo260.
Guillermo Siles concluye de la siguiente manera:
Las mltiples composiciones del libro intentan desenmascarar la
convencionalidad del lenguaje, valindose de especulaciones y observaciones
custicas, ambiguas, muchas de ellas caracterizadas por el humor absurdo, los
giros picarescos, el doble sentido y las escansiones de un erotismo extico y
desopilante261.
En cuanto a Botnica del caos, su ttulo es bastante esclarecedor. La autora se
propone hacer una clasificacin (botnica) de lo inclasificable: el caos. El libro tiene
once secciones, algunos de los ttulos de stas tienen relacin directa con el nombre que
compila los microrrelatos (Botnica del caos) como Ejemplares raros, Acerca del
tiempo o Caos y otros semnticamente ms alejados como Noches rabes,
Sueos o Literarias.
Shua reconoce en la entrevista que le concedi a Rhonda Buchanan que las
secciones en que divide su libro no son inamovibles, podran hacerse agrupaciones
distintas:
En cuanto a relacin entre las minificciones de Botnica del caos, desde
el punto de vista temtico no hay ninguna. Como siempre, todas las
clasificaciones son posibles y todas son arbitrarias. De hecho, los textos estn
agrupados en doce secciones en las que s hay unidad temtica. Creo que el
conjunto apunta a configurar una imagen de este mundo extrao en el que
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En Acerca del tiempo, la segunda parte del libro, la autora toma una proverbial
ancdota sobre la puntualidad paranoica de Kant y con ella demuestra la relatividad del
tiempo, que para ella es totalmente subjetivo:
PUNTUALIDAD DE LOS FILSOFOS I
El profesor Kant es tan regular en sus costumbres que cada da
esperamos su paso para poner en hora nuestros relojes. Cruza la calle siempre
por esta esquina a las cuatro en punto de la tarde. El resto del universo, en
cambio, es irregular, confuso, impredecible. A las cuatro en punto de la tarde a
veces brilla un sol violento y a veces es de noche. Hay das en que recin
acabamos de cenar y otros en que las cuatro de la tarde llegan inmediatamente
despus del desayuno. Los peores son esos das de infierno en que las cuatro en
punto vuelven una y otra vez, casi a cada momento. Imagnese usted en qu
horrible caos viviramos si no nos informara el profesor Kant, con su paso
regular y confiable, cuando estn empezando a ser otra vez esas veleidosas
cuatro de la tarde264.
La subjetividad temporal se mezcla con poesa en Puntualidad de los filsofos
V, que acaba as: Desde que Kant ha muerto, toda certeza es precaria, a cada instante
todas las horas son posibles. Y ms de una vez se concentran simultneamente varias en
un solo momento vertiginoso y eterno del que salimos maltrechos, con los relojes
mustios, desvados (38).
La reflexin sobre el tiempo lleva a Shua a relatar la historia de un relojero que
roba piezas de los relojes que arregla para vivir ms tiempo (Lo que faltaba, 41) y a
condenar a Kant al paraso donde el tiempo no existe, donde a nadie le importa qu
hora es, donde el concepto mismo de las horas ha sido abolido porque nadie desea,
porque nadie espera nada (Puntualidad de los filsofos VI, 40), revirtiendo con ello
la convencin de que lo malo es el infierno y lo bueno el paraso.
La idea de Paraso sigue siendo cuestionada en la tercera parte De dioses y
demonios: puede que alguien est all sin saberlo mientras ve su programa de
televisin favorito (El da del juicio final, 46) o, todo lo contrario, puede que estemos
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en el infierno: nadie ha logrado probar que el Infierno no sea aqu y ahora, en este
mundo (Samael y el hombre, 51).
En Diagnsticos juega con la memoria, las enfermedades y habla de una
pandemia cuyo desenlace siempre es fatal: la vida (As es la vida, 66). Apela
directamente al lector en Avances de la ciruga moderna (70) dicindole no puede
imaginar lo que era antes el libro que tiene en las manos y lleva al extremo el tpico de
intercambiar enfermedades en una sala de espera en la que los pacientes lo hacen
literalmente (Informacin til, 84).
En Sueos vuelve a tratar el tema que dio nombre a su primer libro de
microrrelatos La sueera, aunque muchos de sus sueos son ms pesadillas que otra
cosa y la mayora tratan de la muerte: Te dije que leyeras el Libro Tibetano de los
Muertos antes de morir, no antes de dormir (A causa de tu error, 135).
Ms interesante es la seccin de Literarias en la que habla de Boccaccio,
Apollinaire, Borges, la persona en la que se narra, la verosimilitud de las historias en
La ardilla verosmil, que termina as: Usted no se sorprender en absoluto si le
cuento que el amigo de la ardilla se enriquece rpidamente con sus inversiones. Pero yo
s estoy sorprendida. No dejo de preguntarme por qu usted est tan dispuesto a creer,
sin un instante de duda, que una ardilla pueda entender conversaciones claves acerca de
las oscilaciones de la Bolsa265.
En Artesana de la magia retoma otras de sus constantes como la muerte y el
infierno. Esto puede comprobarse en el final de El insuperable arte de Ma Liang:
Para superar el arte de Ma Liang, Occidente invent la fotografa y
despus el cine, donde sobreviven los muertos repitiendo una y otra vez los
mismos actos, como en cualquier otro infierno. (195)
Ral Brasca resalta las fuentes de los microcuentos de Botnica del caos:
265
179
266
BRASCA, Ral: Este mundo, que tambin es el otro: acerca de Botnica del caos de Ana Mara
Shua
en
Portal
Educativo
las
Amricas
[On-line]:
http://www.educoea.org/Portal/bdigital/contenido/interamer/interamer_70/ens5_5/caos.aspx (Consulta:
26 de septiembre de 2012).
267
BRASCA, Ral: Ibd.
268
SILES, Guillermo: El microrrelato hispanoamericano. La formacin de un gnero en el siglo XX, p
269.
180
diferentes culturas (Otros pueblos, otros mitos), los sueos (Dormir, soar), el caos
(El desorden sobrenatural de las cosas), etc.
Algunos de los cuentos ya haban sido publicados en Botnica del Caos, todos
los que aparecen en el ndice seguidos de una B entre parntesis, lo cual refuerza la tesis
de que sus intereses temticos se mantienen constantes.
En la seccin titulada En pareja habla sobre diferentes tipos de relaciones
haciendo uso de su habitual sentido del humor. Por ejemplo, en Tringulo amoroso
(17) convierte la situacin A ama a B que ama a C en un problema de matemticas y
en Elefantes marinos (12) estos animales se ren de los cientficos que los observan
copular porque los hombres no tienen hueso peneal.
En Capricho divino hay varias versiones de Creacin en las que Shua
especula sobre cmo fue creado el mundo: una maqueta con la que se enga a los
inversores (Creacin I: La construccin del universo, 49) un trabajo conjunto de los
diferentes dioses (Creacin III: Trabajo en equipo, 55) o el juego de un nio-dios
(Creacin V: Lo que ha hecho el nio, 61).
En suma, nuestra autora contina en Temporada de fantasmas con las mismas
inquietudes que la movieron a escribir sus primeros libros de cuentos brevsimos y que
pueden notarse si los analizamos temticamente.
La autora reivindica la esttica del intersticio, la capacidad de sus cuentos para
evocar ms que crear y, al mismo tiempo, nos advierte de que, al igual que no todo el
mundo es capaz de ver a los fantasmas, no todos los lectores sern capaces de penetrar
en sus microficciones, cuyo significado a veces es difcil de percibir porque estn
inmersas en un mundo que sobrepasa las leyes de la lgica.
As habla el crtico Lagmanovich de Ana Mara Shua:
La palabra intertextualidad, una de sus claves, es insuficiente para
referirnos a la riqueza casi inagotable de lecturas que pueden encontrarse en
181
estos textos, que estn entre los mejores que se hayan compuesto en lengua
castellana269.
Pablo Urbanyi (1939) ana su obra de ficcin a los trabajos de periodista y
profesor. Naci en Hungra, pero desde pequeo fue argentino de adopcin. Algunos de
sus ttulos son: Silver (1994) y Un hroe de nuestro tiempo (2004). Su pgina web es:
http://gema.com.ar/urbanyi/. Leamos un microrrelato de su cosecha:
LA PAZ
Por fin, luego de aos de practicar yoga, de comer slo vegetales o
comida macrobitica, de estudiar budismo y sufismo, psicoanalizarse durante
una dcada, la paz infinita que anhel durante toda su vida descendi sobre l;
sin embargo, nunca se enterara ni lo disfrutara270.
Luisa Valenzuela (1938), hija de la genial escritora Luisa Mercedes Levinson
que lleg a escribir un cuento con Borges, reparte los textos breves por toda su obra; en
este sentido, destacaramos dos libros suyos: Aqu pasan cosas raras (1975) y Libro que
no muerde (1980).
Aqu pasan cosas raras fue escrito en un mes fruto de una apuesta con su hija y
se gest en los cafs de Buenos Aires en una poca de censura y miedo; de ah que el
ambiente del libro sea angustioso y que los textos traten de mendigos que recuperan los
zapatos de los muertos porque las ropas estn inservibles despus de las torturas, de
nias que conjugan el verbo matar de una forma inquietante o de carteristas que actan
en el autobs. Este ltimo argumento es el de "Visin de reojo", que pone en entredicho
los papeles de acosador-acosada y ladrn-ladrona, recordndonos al microrrelato de
Cortzar titulado Cortsimo metraje:
VISIN DE REOJO
La verd, la verd, me plant la mano en el culo y yo estaba ya a punto
de pegarle cuatro gritos cuando el colectivo pas frente a una iglesia y lo vi
269
270
182
Ibd., p. 220.
183
184
y basta que dos miradas s crucen para que el puente sea tendido y los abismos
franqueados.
Haba un mundo de gente pero ella descubri esos ojos azules que quiz
con un poco de suerte- se detenan en ella. Ojos radiantes, ojos como alfileres
que la clavaron contra la pared y la hicieron objeto objeto de palabras abusivas,
objeto del comentario crtico de los otros que notaron la velocidad con la que
acept al desconocido-. Fue ella un objeto que no objet para nada, hay que
reconocerlo, hasta el punto que pocas horas ms tarde estaba en la horizontal
permitiendo que la metfora se hiciera carne en ella. Carne dentro de su carne, lo
de siempre.
La cosa empez a funcionar con el movimiento de vaivn del sujeto que
era de lo ms proclive. El objeto asumi de inmediato casi
instantneamente la inobjetable actitud mal llamada pasiva que resulta ser de
lo ms activa, recibiente. Deslizamiento de sujeto y objeto en el mismo sentido,
confundidos si se nos permite la paradoja275.
Orlando Enrique Van Bredam (l952) tiene a su cargo las ctedras de Teora
Literaria y Literatura Iberoamericana en la Universidad Nacional de Formosa. Ha
abordado el cuento, la poesa, la novela breve, el ensayo y el teatro. Sus obras de
narrativa breve son: Fabulaciones (cuentos, l989), Simulacros (cuentos, 1991), La vida
te cambia los planes (minificciones, l994), Las armas que carga el diablo
(minificciones,
l996).
Su
blog
se
llama
Colgado
de
los
tobillos
(http://colgadodelostobillos.blogspot.com/).
El siguiente texto, de La vida te cambia los planes, adopta el esquema de la
fbula para ironizar el papel de los crticos hacia los artistas que logran hacer algo
diferente y es rematado con un final sorpresivo:
FBULA DE ARTISTAS
Lo cierto es que el gato, con mucha paciencia, aprendi a ladrar. Ladraba
con fuerza, con eficacia de perro adulto. Tanto ladr que se olvid de sus
maullidos. Entonces, las opiniones se dividieron entre quienes sostenan que se
trataba de un gato falso y quienes, por el contrario, aseguraban que era un perro
apcrifo. Nadie tena en cuenta su virtuosismo, el estudiado empeo que exhiba
cada vez que quera soltar un ladrido. Lo peor, sobrevino cuando los dems
gatos lo tildaron de traidor, cobarde, obsecuente, cipayo, etc. El mismo rechazo
275
EPPLE, Juan Armando: Brevsima relacin. Nueva antologa del microcuento hispanoamericano, p.
86.
185
276
186
187
tierra de los desorientados (2008). Podemos leer textos suyos en el blog De las aves
que vuelan me gusta el chancho: http://delasavesquevuelan.blogspot.com/.
comparte
las
preocupaciones
de
los
escritores
latinoamericanos
contemporneos.
EL NGEL
El ngel Elzevar est desocupado, lo nico que sabe hacer es llevar
mensajes pero ya no hay ms mensajes que llevar, y entonces el ngel da vueltas
revisando en la basura del gran basurero municipal en busca de restos de comida
y sobras de fruta: algo tiene que comer. De noche, hizo la prueba de recorrer la
orilla del ro en calidad de prostituto todo servicio, y de hecho sabe hacer
muchas cosas y su condicin anglica lo exime de cualquier escrpulo moral;
pero la mayora de las veces el encuentro termina mal, por ejemplo cuando el
280
VIQUE, Fabin: La nave de los locos. [On-line]: http://nalocos.blogspot.com/2008/11/fabinvique.html. (Consulta: 22 de noviembre de 2012).
188
cliente, antes o despus, descubre que Elzevar no tiene sexo: por lo que parece,
en ciertas ocupaciones el sexo es particularmente requerido, e incluso
indispensable. Para aplacar al desilusionado cliente, Elzevar le muestra un poco
cmo vuela, primero a la derecha, despus a la izquierda, despus le pasa sobre
la cabeza y le desordena los cabellos como una brisa ligera; pero los clientes de
la orilla del ro exigen algo ms concreto que una normal exhibicin de
levitacin; uno le mordi el tobillo en pleno vuelo, otro calvo con peluca lo
llam sodomita y un tercero lo denunci a la polica, basndose en un artculo
del Cdigo Penal que prohbe exaltar la seduccin y otros dos artculos del
Cdigo de Navegacin Area relativos al vuelo urbano sin documentos. Despus
de lo cual Elzevar tuvo que mudarse a otro recodo del ro, peligrosamente
frecuentado por familias y pescadores con caas, incluso de noche.
Estos inconvenientes, natural consecuencia de su desocupacin
temporaria, no pueden realmente preocupar a un ngel. Para comenzar los
ngeles son inmortales, y son pocos los mortales que pueden decir lo mismo. En
cuanto a la falta de mensajes, un da u otro tendr que terminar. Nuevos
emisores se estn alistando, y los potenciales receptores por cierto no escasean.
Ya en el pasado le sucedi estar sin trabajo por perodos ms o menos largos, sin
hacer nada. Basura de comer nunca le ha faltado; es verdad que la prostitucin
anglica ya no es lo que era, pero de cualquier forma, hasta que est listo el
nuevo mensaje, hay que seguir en contacto con los hombres. Mientras tanto
Elzevar siempre puede encontrar trabajo en un circo, en tanto lamentablemente
muchas cosas cambiaron desde que existe la televisin. Si el Gran Silencio
durase mucho, otros caminos interesantes y poco recorridos se le abren: por
ejemplo el cine underground, la aplicacin de antiparasitarios, la manutencin de
computadoras, la limpieza de ascensores y los desfiles masculinos de moda281.
Sal Yurkievich (1931-2005) fue un poeta y adems un gran crtico literario. Su
primer poemario Volanda Linde Lumbre (1961), ya daba idea de su calidad como
creador, que se vera reconfirmada en Ciruela la loculita (1965), Cuerpos (1965),
Berenjenal y merodeo (1966), Fricciones (1969), Retener sin detener (1973), Riobomba
(1978), Acaso acoso (1982), El trasver (1988), Vaivn (1988) y El sentimiento del
sentido (2000). En el campo del microrrelato escribi un solo volumen titulado
Trampantojos (1985) dedicado a Julio Cortzar en el que tambin escribe textos ms
largos.
Sus microrrelatos son frecuentemente casi reflexiones muy cercanas a la poesa
(mujeres que observan un atardecer en Vspera, un hombre con la cara desnuda
281
189
rodeado por individuos con mscara en Mascarada) o juegos (un texto que el lector
debe leer con los pulmones llenos y de corrido en Sin puntuacin u otro con
hiprbatos que dificultan su comprensin en No es el nico).
Citamos aqu un microrrelato que nos remite a la metfora de la vida como un
juego y que linda con el aforismo ya que no sabemos nada del personaje y a pesar de
que est narrado est en primera persona, todos nos podemos sentir identificados:
ME OBLIGAN A JUGAR
Me obligan a jugar. No s las reglas. Tiro la carta ms alta.
Todo consiste en prolongar la partida. Siempre se pierde282.
INSENSATEZ
Y le dice que si es as no hay vlgame dios. Ese vlgame no vale; valen
otros; vlgame pez y vlgame remolacha. Lo que a l le parece extremo no llega
a tal. Recurramos entonces a trminos medios. Este zutano no entiende razones.
Apela al diablo, quien viene con gusto y lo infatua. Para qu dios o sus santos
secuaces? T mismo te bastas. Valga yo, valga yo, clama el incauto. Y lo parte
un rayo283.
Olga Zamboni (1938) es profesora de Castellano, Literatura y Latn. Ha
publicado libros de poemas, por ejemplo Latitudes (1980) y cuentos cortos como
Tintacuentos (1988). Hemos elegido un texto inspirado en el famoso cuento de Cortzar
que se titula igual que este microrrelato:
LEJANA
Alina junt a sus Reyes y se fue con ellos a Budapest.
En un puente sobre el Danubio se reconoci en la anciana mendiga.
Lejana, tuvo fro.
Y justo all la encontr Cortzar, en un cuento284.
282
190
TERCERA PARTE:
INTERTEXTUALIDAD Y
METALITERATURA
191
como gnero del microrrelato, que l llama minificcin: La minificcin nace como una
forma de relectura de los dems gneros. Su estructura es siempre hbrida, y tiende a la
metaficcin y a una intertextualidad galopante285.
El crtico David Roas seala la intertextualidad como caracterstica del
microrrelato aunque sostiene que tambin resulta frecuentemente usada en el cuento, ya
que en los dos cumple una misma funcin:
La intertextualidad tiene la misma funcin estructural y temtica en el
cuento y en el microrrelato: ahorra espacio textual (el lector ya conoce ciertos
elementos que no hay que narrar) y, al mismo tiempo, plantea una
desacralizacin pardica del pasado, un efecto vlido tambin para otras
reelaboraciones modernas y posmodernas de formas narrativas hiperbreves
tradicionales como la fbula y el bestiario286.
Al hablar de las relaciones entre textos resulta inevitable recordar a Genette, que
en su libro Palimpsestos, estudia lo que primero llama paratextualidad y despus
transtextualidad, que le parece ms adecuado puesto que alude a la transcendencia y
que define como todo lo que pone al texto en relacin, manifiesta o secreta, con otros
textos287.
285
192
288
193
satrico
serio
relacin
transformacin
PARODIA
TRAVESTIMIENTO TRANSPOSICIN
imitacin
PASTICHE
IMITACIN
SATRICA
IMITACIN
SERIA
291
194
con parodia, que para Genette ha de tener una funcin ldica. Slo un lector que
reconozca la contextualizacin habitual de la expresin pan y circo puede entender el
siguiente texto del argentino Eugenio Mandrini:
FIESTA COMPLETA
Y llovieron panes sobre el circo294.
El propio Genette nos explica cmo funciona la segunda de sus categoras, el
travestimiento burlesco: reescribe un texto noble conservando su accin, es decir, a la
vez su contenido fundamental y su movimiento (en trminos retricos, su invencin y su
disposicin), pero imponindole una elocucin muy diferente, es decir, otro estilo295.
Veamos un ejemplo de Marco Denevi:
ESCENAS SIN PBLICO
Nadie oye, porque las novelas terminan demasiado pronto o porque los
telones se apresuran a descender, nadie oye los gritos de Emma Bovary a su
marido:
No te des esos aires de mrtir, de alma honrada, de esposo sacrificado.
Si yo no me hubiese hecho la loca yndome por ah con otros hombres, no
habras tenido la menor oportunidad de mostrarte abnegado. Habran salido a
relucir tus propias infidelidades. Tu buena reputacin depende de mi mala
reputacin. Entonces basta de poner conmigo esa cara de buena persona! Me la
debes a m296.
Genette considera que el travestimiento implica al pastiche, ya que supone un
cambio de estilo en cuanto al texto original, pero no todo pastiche conlleva algn tipo
de travestimiento. La obra de Raymond Queneau Exercises de style sera una
conjugacin de pastiche (utiliza diferentes estilos) y parodia (variaciones sobre un
tema). El libro ofrece varias versiones sobre un asunto cotidiano como un viaje en
autobs y lo interesante de l son las diferentes maneras de contarlo.
294
195
196
298
299
197
saprfito para resaltar su capacidad para tomar textos del pasado y alimentarse de ellos.
Fernando Valls, por su parte, nos recuerda que es un gnero omnvoro, para explicar el
hecho de que el microrrelato use los procedimientos de los otros gneros en su propio
beneficio. Incluso se lo ha calificado de hbrido.
En cualquier caso, todos los autores coinciden en que aprovecha los residuos de
otros gneros y formas literarias y les da nueva vida as que podramos afirmar que lleva
a cabo una labor de reciclaje.
Por su parte, Lauro Zavala resalta que la intertextualidad est ligada al tipo de
lectura posmoderna que ha de hacerse de este tipo de textos, con lo cual depender de
los conocimientos de dicho lector: La lectura posmoderna de un texto cultural es
responsabilidad de las asociaciones intertextuales que el lector proyecta sobre ese
texto300.
Zavala distingue entre la intertextualidad posmoderna, que supondra la
recuperacin de la historia (por ejemplo una parodia de un texto instructivo) y la
intertextualidad moderna, que consistira en el reciclaje de un texto particular (el mito
de las sirenas, tomemos por caso) y, por tanto, un rechazo de la historia.
En nuestro estudio de la intertextualidad no podemos olvidar el tema
fundamental de la metaficcin, ya que las dos estn ligadas. En esta primera
distinguimos dos tipos siguiendo a Zavala: narrativa autoconsciente (donde se ponen
en evidencia los mecanismos de la escritura) y narrativa auto-referencial (donde se
ponen en evidencia los mecanismos de la lectura)301.
De hecho, el crtico mexicano nos ofrece una definicin de la metatextualidad
con la que estamos plenamente de acuerdo: es una intertextualidad cuyo pre-texto (el
300
301
198
texto al que cita, plagia, etc.) es el mismo texto que se est leyendo302. Y, ms
adelante, aade: Entiendo aqu por metaficcin la escritura narrativa cuyo inters
central consiste en poner en evidencia, de manera ldica, las convenciones del lenguaje
y de la literatura303. Pero nosotros iramos ms all aadiendo que la metaficcin
implica romper el pacto de ficcionalidad entre escritor y lector, haciendo a ste
consciente de su acto de lectura y, de esa manera, obligndole a analizar sta de una
forma crtica. El lector de metaficcin no puede limitarse a creer la historias que lee,
sino que inevitablemente acaba cuestionndolas y, con ellas, los lmites entre la realidad
y la ficcin.
La metaficcin es un ejercicio ldico de duda permanente, es una
escritura que reconoce que cada lector (y cada autor) har una interpretacin
distinta del texto. Y el texto metaficcional se adelanta a los lectores y empieza a
des-construirse, a cuestionarse, a suspender sus condiciones de posibilidad, a
proponer al lector volverse cmplice de la escritura. La metaficcin muestra sus
condiciones de posibilidad como una forma de sealar sus lmites, como una
forma de leerse a s mismo. La metaficcin, entonces, est ligada a la
intertextualidad porque reconoce que ninguna verdad surge de la nada, y mucho
menos a partir de la escritura misma, sino que surge de un contexto histrico
especfico, y que las condiciones que la produjeron pueden cambiar con la
historia, con cada lectura (desde otro contexto) y con cada re-escritura, y con
ellas cambiarn tambin las condiciones de sentido que la hicieron posible304.
La metaficcin nos obliga a reconstruir nuestra nocin de la literatura, del acto
de leer y del de escribir a la par que nos hace conscientes de la multifuncionalidad del
lenguaje. Tal y como reconoce Zavala: Cada texto metaficcional construye su propia
propuesta acerca de las posibilidades y los lmites del lenguaje, y muy especialmente
acerca de lo que significan el acto de escribir y el acto de leer textos literarios305.
En el captulo Una tipologa para el estudio de la metaficcin (pp. 184-202) de
su libro Cartografas del cuento y la minificcin, Zavala propone una clasificacin que
302
199
nos resulta til, lo que l llama un modelo meta-taxonmico constituido por tres formas
diferentes de metaficcin. Analicmoslas.
La primera sera la metaficcin metonmica que consiste en la iteracin
(repeticin con diferencias) de distintos fragmentos a lo largo de la narracin para
ayudar a comprender esta, para darle sentido. Pueden distinguirse varios mecanismos
metaficcionales metonmicos:
-Iteracin circular (Final como Inicio): la trama consiste en narrar la propia
historia como ocurre en el conocido cuento de Cortzar Las babas del diablo, o en el
microrrelato Borges y yo, este ltimo con un matiz ms irnico ya que al final duda
de la identidad del propio narrador porque no sabe cul de los dos es el que escribe.
-Iteracin diferida (Reciclaje de Nudos): las repeticiones en este caso
constituyen versiones (imaginadas, soadas o inexistentes en ocasiones) contradictorias
o parciales de una historia. Zavala nos presta el ejemplo de Leopoldo (sus trabajos),
cuento de Augusto Monterroso en el que un escritor se recrea tanto en la documentacin
de cada detalle del cuento que piensa escribir, que el proceso se eterniza y el relato
acaba sin que lo escriba.
-Iteracin con variantes (Re-enmarcacin): se trata en esta ocasin de un
enmarcamiento repetitivo que parte de un modelo inicial, que en la escritura resulta una
enmarcacin irnica. Esto ocurre en La vida literaria de la ecuatoriana Gilda Holst,
cuya protagonista reescribe muchas versiones de su minificcin.
-Iteracin narrativa (Narrador Explcito): el narrador externo observador
conoce el final de la trama pero mantiene el suspenso. Por ejemplo, la mexicana
Guadalupe Dueas comenta con irona en Carta a un aprendiz de cuentos las dudas de
un escritor a la hora de enfrentarse a su tarea.
200
201
306
202
nombrar las cosas como querramos. La obra ms realista para l no sera la que copia
de la realidad sino la que explora la realidad irreal del lenguaje.
Bien loin dtre une copie analogique du rel, la littrature est au
contraire la conscience mme de lirel du langage : la littrature la plus
vrai , cest celle qui se sait la plus irel dans la mesure o elle se sait
essentiellement langage, cest celle recherche dun tat intermediare aux choses
et aux mots, cest cette tension dune conscience qui est la fois porte et
limite par les mots, qui dispose travers eux dun pouvoir la fois absolu et
improbable. Le ralisme ici ce ne peut donc tre la copie des choses mais la
conaissance du langage ; louevre, la plus raliste ne sera pas celle qui
peint la ralit, mais qui, se servant du monde comme contenu explorera le
plus profondement possible la ralit irelle du langage308.
Por su parte, Linda Hutcheon en su clsico estudio Narcissistic narrative: the
metafictional paradox pone de manifiesto que narrar en la actualidad se convierte en un
acto dentro de la narracin como cualquier otro, un reflejo en menor escala de esta
narracin (en clara referencia a la mise en abyme). El contenido se ha expandido hasta
incluir la diresis o el proceso de la narracin en s misma.
Actually what happens in this case is that the narrating becomes an act
like any other within the fiction, a mirroring on a minor scale of the epic
narration. The content has expanded to include diegesis or the process of
narration itself309.
Y ahora, antes de pasar a analizar la clasificacin de textos, nos gustara recalcar
el hecho de que somos conscientes de que a veces rastrear motivos tan intrincados en
nuestra cultura resulta difcil porque han sido utilizados en tantas ocasiones que a
menudo han perdido el matiz que tenan en su texto original. Sin embargo, nos interesa
para este trabajo ver qu textos han resultado ms productivos y mediante qu
procedimientos se transforman las historias originales en microrrelatos.
308
BARTHES, Roland: La littrature aujourdhui en Essais critiques. [On-line]: http://aelib.org.ua/texts/barthes__essais_critiques__fr.htm#22. (Consulta: 26 de septiembre de 2012).
309
HUTCHEON, Linda: Narcissistic narrative: the metafictional paradox, p. 40.
203
Graciela Tomassini y Stella Maris Colombo resaltan que nos encontramos ante
versiones de versiones.
Por lo general, no es un texto original el que subyace bajo la superficie
verbal del microtexto, sino ms bien un material degradado, reiteradamente
usado, filtrado por sucesivas interpretaciones, tergiversado, simplificado,
reducido, traducido, asimilado a la dinmica y polimorfa red de la cultura
massmeditica. Si se define el hipertexto (una de las operaciones transtextuales
posibles) como transformacin de un hipotexto determinado, singular y
original, lo que encontramos con ms frecuencia en el brevsimo es, ms bien,
una hiper-hipertextualidad: transformaciones de transformaciones, versiones de
versiones, en una serie de imposible reconstruccin. Si existe en algn punto
algo as como un texto original, ste se ha disgregado en una maraa de
interpretaciones y usos310.
310
204
TAXONOMA PROPUESTA
Solo es posible crear a partir de lo que ya se conoce.
Ana Mara Shua
Consideramos en este trabajo que un tema es literario en un doble sentido:
cuando ha sido utilizado en una obra que todos consideraramos literaria (vase novela,
cuento, etc.) o cuando la historia de la literatura lo ha incorporado como tpico a pesar
de que su origen no sea especficamente literario, como podra ser el caso de las
historias bblicas que forman parte de la historia del arte occidental: Adn y Eva, Can y
Abel, el arca de No o, por supuesto, los tan utilizados mitos griegos.
Lo que ms nos interesa es comparar cmo han sido usados estos tpicos por
parte de los escritores de microrrelatos analizando, por un lado, qu temas han escogido
de entre todos los posibles y, por otro qu elementos de la historia original han
cambiado, suprimido o resaltado. Debido a esto, hemos realizado una doble
clasificacin: una temtica y otra que atiende a los recursos utilizados para transformar
los mitos e historias que todos conocemos.
Sin embargo, en la mayora de los casos los autores no se sustentan en una
historia original claramente delimitada a pesar de que en este trabajo intentemos
estudiar las transformaciones que sufren esos textos originales en relacin a los nuevos.
Muchas veces diferentes mitos forman parte de nuestro imaginario cultural y los
conocemos sin necesidad de haber ledo ningn hipotexto. Mediante obras literarias,
pelculas, series, dibujos animados, etc. manejamos imgenes e ideas en torno a las
historias que forman la base de nuestra cultura.
Llamaremos hipotextos a las historias base, de las que parten los diferentes
hipertextos que podran encuadrarse dentro del mismo conjunto temtico. No podemos
205
olvidar que el prefijo hipo significa debajo de y consideramos que los textos
originales estaran en las ramas descendentes de una especie de rbol genealgico en
cuya parte ms alta se encontraran los textos de partida, que en nuestro caso son los
microrrelatos: los hipertextos.
En este trabajo vamos a intentar establecer la relacin entre texto e hipertexto y
estudiar en qu mecanismos se basa la transformacin llevada a cabo.
2.1 CLASIFICACIN TEMTICA
2.1.1 Literatura universal
Hay numerosos asuntos de la literatura universal que han interesado a los autores
de microrrelatos, por ello hemos decidido colocarlos en orden cronolgico. La tradicin
occidental es la ms reivindicada por nuestros autores aunque tampoco renuncian a
otras influencias ms exticas como puede ser la de las Mil y una noches.
2.1.1.1 Mitologa grecorromana
La mitologa griega es uno de los temas ms recurrentes debido a la cantidad de
posibilidades que ofrece ya desde su propia concepcin, ya que muchas de las historias
mitolgicas tienen versiones distintas. Las fuentes escritas clsicas de la mitologa son
Hesodo con su Teogona y Virgilio con la Metamorfosis.
La mitologa romana se cultiva menos aunque, como todos sabemos, en realidad
se basa en la recreacin de las mismas historias adaptando los nombres.
2.1.1.1.1 La Odisea
Numerosos textos beben en las fuentes de La Odisea, una de las epopeyas
griegas ms importantes que narra las aventuras de Ulises (Odiseo) a su regreso a taca
despus de haber luchado en la guerra de Troya.
206
207
208
atreve a afirmar que si los embarazos no durasen nueve meses podra haber tenido ms
hijos todava. Denevi, en lugar de contarle al lector la respuesta de Drmaco, recurre a la
literatura y cuenta que el poeta Calistgoras recogi este mito aadiendo que las malas
lenguas decan que la esposa infiel podra haber parido siete mil hijos si los embarazos
no durasen nueve meses.
En este otro texto titulado La historia viene de lejos, Denevi justifica la
misoginia con un discurso que pronuncia Polifemo a Ulises en el que defiende el
onanismo frente a las complicaciones que traen las relaciones con el otro sexo. No
olvidemos que Polifemo es un cclope, es decir, tiene un solo ojo. Eso nos podra hacer
pensar que su visin de las cosas es parcial o, por lo menos, incompleta. Adems,
defiende como atractivo el sexo que supone algn tipo de peligro para el que lo practica:
prostitucin, adulterio, homosexualidad Cualquier tipo de relacin que se aleje de las
convencionales representa inconvenientes, de ah que prefiera la masturbacin con
ambas manos.
Quiz los personajes mitolgicos ms productivos de La Odisea sean las sirenas.
Aparecen en el canto XII y eran mitad mujeres, mitad aves y grandes msicas. Con su
canto atraan a los navegantes hasta que los barcos zozobraban, lo que les permita
devorar a los marinos. Una de las historias ms famosas relacionadas con ellas es la de
Ulises, que, por consejo de Circe, mand a sus hombres que se taponasen los odos con
cera mientras l permaneca amarrado al mstil para poder escuchar el canto de las
sirenas sin tirarse al agua.
Marco Denevi, en Silencio de las sirenas y haciendo gala de un gran alarde
humorstico que consite en la inversin de la historia original, nos dice que en verdad
las sirenas no cantaron porque para ellas era una ofensa que los hombres de Ulises se
tapasen los odos. De alguna manera, esos hombres renuncian al placer de lo prohibido
209
al taponar sus odos y, con ello, abandonan su hombra por miedo a caer en la tentacin.
De ah que las sirenas adopten una actitud vengativa: se niegan a cantar ante un pblico
tan poco agradecido.
Shua toma el mismo mito y busca una explicacin original al hecho de que los
hombres se tiren al agua al escuchar el canto de las sirenas: en realidad stas desafinan.
Tanto Denevi como Shua nos presentan a unas sirenas malas. En el primer caso, su
maldad es premeditada, una venganza y, en el segundo, no la pueden evitar: su canto es
un chirrido.
Lo cierto es que las sirenas desafinan. Es posible tolerar el montono
chirrido de una de ellas, pero cuando cantan a coro el efecto es tan desagradable
que los hombres se arrojan al agua para perecer ahogados con tal de no tener que
soportar esa horrible discordancia. Esto les sucede, sobre todo, a los amantes de
la buena msica313.
En Alimentos del mar, ya muy alejado de la fuente griega, Shua nos presenta a
un personaje contemporneo que se jacta de comer cualquier alimento proveniente del
mar, pero que vomita cuando se entera de que ha comido una rodaja de sirena en lata.
La autora argentina juega con la ambigedad puesto que la sirena es un hbrido entre un
animal y un ser humano y el protagonista del microrrelato, a pesar de atreverse a comer
todo alimento extico que caiga en sus manos, se siente antropfago al enterarse de que
se ha comido una sirena. La caracterstica irona de Shua se hace patente en el
comentario de narradora omnisciente que aade entre parntesis: (ojal no lo hubiera
sabido).
Los textos de Ana Mara Mopty suelen ser bastante breves y con un matiz
potico. En Regreso el narrador protagonista es Ulises que confiesa que se sinti
atrado por las sirenas aunque le sorprendi que el olor a redes le recordase a Penlope,
313
210
en una posible alusin al olor a pescado del sexo femenino puesto que lo califica como
recuerdo de Penlope entre almohadas. Es decir, Ulises renuncia a la relacin sexual
sin complicaciones que podran haberle proporcionado las sirenas a causa del recuerdo
del amor de su vida: Penlope.
En La cueva el protagonista y narrador tambin es Ulises y conocemos su
identidad slo al final en los dos textos de Ana Mara Mopty. En este caso, el
microrrelato se divide en dos prrafos. En el primero tenemos la noche, el momento en
el que Ulises suea con Penelope refugiado en su cueva y en el segundo, al llegar el da,
el espacio restringido de la cueva se abre hacia uno totalmente abierto: el mar, que
representa el camino que el hroe tiene que seguir para reencontrar a su amor.
Anderson Imbert tambin utiliza a estos personajes para recrearlos en una
historia situada en la actualidad que nos remite a un dilogo entre Odiseo y Penlope
con el que comienza el microrrelato en Cuerno y marfil. Ella le dice a su marido que
hay dos puertas para los sueos. Las personas que salen por la de marfil engaan,
mientras que las que salen por la de cuerno dicen la verdad. En el tercer prrafo del
microrrelato Anderson Imbert nos hace viajar hasta la actualidad al contarnos que en el
peridico de ese da aparece la noticia de que un arquelogo las ha encontrado y expresa
su horror al pensar en el tamao de los rinocerontes y elefantes de esa poca al ver un
gran cuerno y un gran colmillo. En realidad, podemos interpretar que el cientfico est
interesado en el origen irracional de los sueos expresado en el tamao enorme de esos
animales.
2.1.1.1.2 Parejas mitolgicas
Numerosos hipertextos tratan el tema de los amores entre parejas mitolgicas
como Orfeo y Eurdice o Eco y Narciso.
211
314
212
Orfeo descendi al Hades para visitar a los muertos. Era un lugar grande,
con el cielo lleno de astros, con mares, montaas, bosques, llanuras, ciudades,
jardines y cementerios. Habl con los muertos. Nunca lo consideraron un
visitante. Ni siquiera saban que estaban muertos315.
Otra pareja mitolgica clebre es la formada por Psique y Eros. Psique era una
joven bellsima que por curiosidad encendi una lmpara para ver a su amado a pesar de
que ste le haba advertido de que si lo haca desaparecera para siempre. Comprob que
era un bello adolescente (Eros, Amor), pero a ste le cay una gota de aceite de la
lmpara que le despert y huy. Esta parte de la historia Lugones presupone que la
conocemos y en La lmpara de Psiquis nos cuenta lo que pas despus, cuando Amor
y Psique se reconcilian. Ella apaga la lmpara y Eros, para adivinando que comenzaba
la desilusin en su amor, se marcha. El dios pone de manifiesto que prefiere un amor
apasionado antes que el amor cotidiano y sabemos que busca su libertad cuando se
libera de la cadena de rosas de los brazos queridos.
Denevi trata el mismo mito en El falo mgico pero lo deconstruye
presentndonos a un Heros anciano e impotente que se ve obligado a llevar con la
cabeza alta una paternidad ms que dudosa. Los amantes tienen sus encuentros
amorosos a oscuras y as Heros puede utilizar su falo mgico sin que Psique se d
cuenta. Lo curioso de esta versin es que Heros (el amor) est impotente mientras que
Psique (la mente) sea insaciable. Al quedar ella embarazada Calipigia aprovecha para
cobrarle ms dinero a Heros con la excusa de que ha sido su magia la que lo ha
provocado. El narrador utiliza la ambigedad (Heros recobr o hizo como que
recobraba el buen nimo) pero el final nos demuestra que todo ha sido un ardid, que la
magia no existe y que Heros ha preferido asumir la mentira para que su vida sea
315
213
tolerable: Tan mgico era aquel falo que Psique tuvo siete hijos: dos morenos, dos
rubios y tres pelirrojos.
Denevi en Martirio de Pasifae toma el mito de Pasifae, que copula con un toro
disfrazndose de ternera gracias a un invento del ingenioso Ddalo y lo cambia:
convierte a este animal en un hombre apodado El Toro muy bien dotado. De alguna
manera, la muerte est presente en el texto cada vez que Pasifae se dirige a El Toro;
exclama: No me toques, monstruo. Con semejante espada me matars, para terminar
dicindole: Sigue, sigue, asesino, no te detengas, que total ya estoy muerta. El autor
argentino juega con la idea de la muerte simblica de Pasifae en manos de un hombre
con grandes atributos para hacer referencia al orgasmo, lo que los franceses llaman la
petite morte. Adems, no olvidemos que el toro ha simbolizado la virilidad a lo largo de
la historia del arte.
En El adulterio delatado, tambin de Marco Denevi, los amores de Venus y
Adonis son percibidos por Vulcano por la actitud violenta de ella cuando oye hablar de
Adonis. Lo que los clsicos formulaban como Disculpatio non petita, acusatio
manifesta. Obviamente, Vulcano (feo y cojo) sabe que en algn momento ser vctima
del adulterio de Venus, diosa de la belleza y del amor puesto que forman una pareja
desigual.
La pareja formada por Leda y el cisne ha inspirado a numerosos pintores, al
igual que a los autores de microrrelatos. En la historia mitolgica Zeus se transforma en
cisne para unirse a Leda. Ana Mara Shua se pregunta en Por nica vez qu pas
despus cuando Leda intent volver a vivir un instante de goce divino que puede
disfrutarse una nica vez en la vida. En su texto subyace la idea de la idealizacin de los
recuerdos y la imposibilidad de recrear un instante perfecto: Leda asfixia a varios cisnes
en su intento.
214
316
215
s de las nias. Siembra la duda acerca de la intencin que albergaba Ariadna a la hora
de darle a Teseo el ovillo para que fuese capaz de salir del laberinto. Deseaba casarse
con Teseo y as cumplir con su destino como mujer o, quizs, ansiaba probar la pasin
desenfrenada con el Minotauro? La lujuria se contrapone al matrimonio en este texto en
el que triunfarn las buenas costumbres: Entonces Ariadna se casa con Teseo y, de
esa forma, obtiene la seguridad del matrimonio con el hroe. Sin embargo, el narrador
plantea una irnica duda sobre a cul de los dos (Teseo o Minotauro) prefera la
protagonista: Ariadna, que es una mujer honesta, tampoco lo sabe.
Ana Mara Mopty de Kiorcheff en el ambiguo Juegos nos presenta a un
Minotauro que juega mientras Ariadna y Teseo conspiran contra l. Podra interpretarse
como que Ariadna acta como cebo para entretener al animal en juegos para darle la
oportunidad a Teseo de matarle.
Borges lleva el mito de Teseo ms all de la relacin con Ariadna y el laberinto
y recuerda otra parte de su historia: cuando Medea, para proteger la herencia de su hijo,
intenta envenenar sin xito a Teseo. Mediante el motivo del hilo este autor recorre las
hazaas de Teseo llegando a la contemporaneidad: Ahora ni siquiera sabemos si nos
rodea un laberinto y habla de la bsqueda del hilo como metfora de la bsqueda de la
felicidad que todos llevamos a cabo en nuestra vida utilizando la primera persona del
plural para que el lector se sienta interpelado: Nunca daremos con el hilo; acaso lo
encontramos y lo perdemos en un acto de fe, en una cadencia, en el sueo, en las
palabras que se llaman filosofa o en la mera y sencilla felicidad.
2.1.1.1.3 Edipo
Pierre Grimmal reconoce en su Diccionario de Mitologa griega y romana que
la leyenda de Edipo es una de las ms famosas de la literatura griega y que se sabe que
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218
contradice una constante que siempre se repite en el mito de Narciso y que justifica el
significado del narcisismo: es tan bello que solo es capaz de enamorarse de s mismo.
Algunos fragmentos del texto nos indican que es posible que Narciso ya se haya
ahogado porque ya no puede percibir su rostro: Fue como si se le hubiera cado al
fondo de la fuente y, como est muerto, ahora es capaz de percibir a los otros, forma
parte del agua, es puro espejo, de ah que cuando la joven besa su reflejo en la fuente,
Narciso se qued temblando, temblando como el agua cuando la tocan.
En la segunda versin de Anderson Imbert, Eco es para l un espejo sonoro al
que ignora y que ni siquiera tiene su propia voz. Narciso no se molesta ni en despedirse
de ella: igual que slo se ve a s mismo, slo se habla a s mismo.
La ninfa Eco escuchaba amorosamente al bello Narciso y despus repeta
sus ltimas palabras. Narciso, oyndose en la voz de Eco, gozaba tanto como
cuando se contemplaba en el estanque.
Eco tard en advertir que, en realidad, Narciso la ignoraba y ella era para
l apenas un espejo sonoro. Cay en la cuenta solamente cuando Narciso dijo
adis, adis contest Eco, creyendo que era de ella de quien se despeda y
comprendi que de quien se despeda Narciso era de s mismo porque iba ya a
morir318.
Denevi cambia el mito de Narciso y, en lugar de verse reflejado en el agua,
utiliza fragmentos de espejo para que el joven se enamore de su propia imagen
multiplicada (varios jvenes de extraordinaria hermosura lo miraban), hasta el punto
de excitarse mientras se contempla a s mismo (todos mostraron la misma inflamacin
del sexo) y corre hacia su reflejo de tal manera que choca contra los fragmentos de
espejo provocndose la muerte: todos, tambin l, desaparecieron. Narciso intenta
llevar a cabo una accin condenada desde el principio al fracaso: poseerse a s mismo.
Y cuando consigue hasta cierto punto una unin, el choque contra el espejo, eso le
cuesta la muerte.
318
219
Eduardo Gudio Kieffer tambin nos presenta su propia versin, casi aforstica,
sobre el mito de Narciso en la que reflexiona sobre la identidad y el otro. Nos indica que
todos, al vernos reflejados en alguna superficie, sea agua o un espejo, en realidad somos
algo distinto de nosotros mismos. Nos convertimos en una imagen que podemos
percibir mediante nuestros ojos, pero el que nos mira desde ese reflejo en realidad es
otro, aunque nos recuerda de forma inquietante a nosotros mismos.
NARCISO
Si el que te mira sos vos, vos sos el otro319.
2.1.1.1.5 Centauros
Alba Omil en Medio bestia y Juan Romagnoli en Rastros recrean el tema de
los centauros. Ya sabemos que son unos seres con cuatro patas de caballo y brazos de
hombre, que viven en el monte, comen carne cruda y tienen costumbres brutales.
En el texto de Omil se invierte el tpico de que la mujer piensa en el amor y el
hombre en el sexo. Se trata de un centauro que busca el amor de manera platnica ms
all de brutales apetencias. Sin embargo, el personaje femenino lo incita a una relacin
sexual que tiene lugar dentro de una cueva. La ltima oracin del texto justifica estos
deseos irrefrenables: Ella tambin era un centauro.
Juan Romagnoli sita su microrrelato en la actualidad y nos cuenta lo difcil que
resulta perseguir centauros puesto que ya nadie cree en ellos. No utiliza un personaje
concreto, sino oraciones impersonales para acentuar la indeterminacin de lo que
cuenta: se debe preguntar con sutileza. En los dos ltimos prrafos, en cambio, la
persona verbal elegida es la primera de plural para incluir al lector en esta bsqueda de
un mito, de algo imposible. Vemoslo:
319
220
RASTRO
No es fcil perseguir centauros. Como ya nadie cree en ellos, se debe
preguntar con sutileza, en forma indirecta:
Ha visto usted pasar por aqu a una hermosa yegua negra con manchas
blancas?
O bien:
Ha visto usted pasar por aqu a una hermosa muchacha de cabellos
dorados y rosados pechos al viento?
La respuesta nunca ser un s rotundo y, las ms de las veces, ser
negativa.
Sin embargo, muy de tanto en tanto, cuando estbamos a punto de
abandonar la bsqueda y, desilusionados, emprender el retorno, el interlocutor
ocasional en algn pueblito poco frecuentado se quedar en silencio frente a
nosotros, con la mirada iluminada y distante, definitivamente enamorado, con
una gota de roco a modo de beso en la mejilla e incapaz de pronunciar palabra
alguna.
Entonces sabremos que vamos por el camino correcto320.
2.1.1.1.6 Otros mitos
En su libro El gato de Cheshire Anderson Imbert incluye varios microrrelatos en
los que cambia las historias mitolgicas bajo el epgrafe Mitologas. Como veremos
en los siguientes ejemplos, intenta desmitificar varios mitos como el de Ssifo o el del
laberinto del Minotauro. En el primero tenemos a un Ssifo que, en lugar de lamentarse
por su castigo, afirma con una sonrisa bonachona que en realidad est jugando. No se
sabe si para disimular una debilidad (actitud muy humana, por otra parte) o porque
realmente lo cree as.
Alguien compadece a Ssifo al ver que con ambas manos empuja una
enorme piedra hacia la cumbre y luego la piedra vuelve a caer, y otra vez la
levanta, y otra vez rueda al fondo.
Pobre! exclama el compasivo.
Pero si estoy jugando! contesta l con una sonrisa de gigante atleta321.
320
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322
222
(recupera a su mujer) y obtiene la serenidad que le faltaba antes (con su nuevo fsico es
poco probable que Helena caiga nuevamente en el adulterio).
Es cierto que segn la mitologa Menelao y Helena vuelven a estar juntos
aunque todo sucede despus de la muerte de Paris. Sin embargo, Denevi se imagina el
castigo que le propinara Menelao a Paris por haber raptado a su mujer en Los amores
digitales en una clara alusin a que el placer sexual mayor que obtena Helena de Paris
no vena de sus rganos sexuales, sino de sus dedos.
Antonio Jess Cruz tambin nos da una versin de la historia entre Helena y
Paris valindose de un texto epistolar con un ttulo muy poco concreto: Carta. Utiliza
un tono muy actual y su carta es ms bien un telegrama. Menelao contesta a Paris
negndose a aceptar que ste le devuelva a su mujer Helena y le advierte de que van a ir
a la guerra para recuperar su prestigio. Por ltimo, en la postdata, nos recuerda que la
historia la escriben los que ganan las guerras y alude a Homero, autor de la Ilada: Mis
escribas, coordinados por el ciego que t conoces, trabajan ya en un poema en el cual se
demuestra la existencia de un rapto y te atribuyen toda la culpa. Este microrrelato
desmonta el mito y nos demuestra que la literatura frecuentemente manipula la historia.
En los siguientes ejemplos, Denevi no modifica las historias, simplemente le
sirven como excusa para llevar a cabo una reflexin. En Vindicacin de Fedra, este
personaje femenino reivindica que amar a su hijastro sera una gran tentacin para
cualquier mujer ya que une el deseo de maternidad con el deseo sexual. En la segunda
(Todo amor es unilateral), Selene, enamorada del bello pastor Endimin, envejece
mientras este permanece siempre joven, dormido en un suelo eterno que le concede
Zeus. Selene es un astro que muere y nace todas las noches mientras que Endimin, a
pesar de ser hombre, no envejece debido a la gracia que le ha concedido Zeus, as que lo
223
suyo es un amor imposible y Denevi lo resalta mediante el uso de la anttesis: amaindiferente, vela-duerme y envejece-siempre joven.
VINDICACIN DE FEDRA
Un hijo a quien pueda amar sin incurrir en incesto es una tentacin a la
que ninguna mujer se resiste323.
TODO AMOR ES UNILATERAL
Selene ama, vela y envejece. Endimin duerme, indiferente y siempre
joven .
324
Circe busca una solucin para tener sus propios stiros a pesar de que stos ya
no existan en el microrrelato ertico de Marco Denevi irnicamente titulado Stiros
caseros. A falta de un ser con miembro bfido, recurre a dos hombres.
Patricia Calvelo nos cuenta la tragedia de Medea y se hace eco de la idea de que
fue Eurpides el primero que afirm que fue capaz de matar a sus propios hijos. En La
terrible Medea se rompe la barrera entre la ficcin y la realidad: la protagonista le pide
al dramaturgo que no escriba el asesinato y ste no le hace caso, as que sale como una
autmata (como un ttere desgarrado y sin fuerzas ) a hacer realidad su destino.
Medea es un personaje que se rebela contra su autor porque la obliga a hacer algo que
va en contra de su naturaleza de madre. Sin embargo, Calvelo recalca que, al igual que
Medea, nadie puede ir en contra de su propio destino.
Denevi escribi en sus Falsificaciones de 1966 un texto llamado La cada de
los hroes que le sirvi de base para, en posteriores versiones, independizar algunos de
los microrrelatos que contiene y que ya hemos analizado en este trabajo. El nexo de
unin de todos ellos es la desmitificacin de algunas de las historias que todos
conocemos: Ulises y las Sirenas, Perseo y la Gorgona, etc.
323
324
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230
resultado. De esta forma, el mundo actual sera un precario equilibrio entre las distintas
culturas, que son las que han imaginado a todos esos dioses.
El creador del mundo en Creacin IV: Pecados de juventud es un ser con una
percepcin del tiempo diferente de la nuestra que sopla para apagar la estrellas y as
termina la historia del universo. Shua juega con la ambigedad entre el ser divino capaz
de apagar estrellas y el humano que celebra su cumpleaos, quiz un nio, y en realidad
apaga las velas para que no se derritan sobre la torta y deja que sea el lector quien
asigne referentes en este breve texto tan abierto.
Creacin V: Lo que ha hecho el nio se divide en dos prrafos. En el primero
se nos cuenta la historia de un nio que ha llevado a cabo una creacin de la que sus
padres se muestran orgullosos y el narrador afirma con irona que no se ve mal
(considerando su edad). Sin embargo, en el segundo prrafo ese narrador se dirige
directamente a Dios identificndolo con el nio del primero y le pide que mejore el
mundo ahora que ya ha madurado: Pero han pasado ya muchos aos, y a sus
habitantes, Seor, nos sigue pareciendo un capricho infantil, tan elemental, tan precario,
recurdanos ahora que has crecido.
Creacin VI: El cuempleaos es un metamicrorrelato. En l, Shua utiliza un
juego de palabras en el ttulo quiz para que el lector est atento a la ambigedad que
late por todo el texto. Comienza con un dilogo en forma directa en el que un personaje
se queja de su edad (le tiemblan las manos) y dice que en la actualidad le hubiese
costado mucho ms que seis das llevarlo a cabo. Se nos va insinuando que quiz sea la
creacin del mundo porque tambin habla de lo bellsimas que son sus criaturas. En el
segundo prrafo leemos al narrador que es el que introduce la duda acerca de la
identidad del hombre al situarlo en un ambiente contemporneo rodeado de muchachos
que admiten quererlo y le invitan a vino para que siga hablando. El tercer prrafo
231
consiste nuevamente en el casi soliloquio del personaje que contina contando acciones
bblicas (el diluvio, la lluvia de azufre) y al final, en el ltimo prrafo se remata la
ambigedad presente en todo el texto y queda sin resolver puesto que el narrador hace
que el lector tome conciencia de que es l el que lo est contando y que no piensa
decantarse hacia ninguna de las dos opciones sugeridas; no nos dice si el hombre es
Dios o simplemente un hombre normal: Los muchachos sonren, le palmean la espalda,
le piden al mozo otra vuelta de ans El Mono, son casi tan viejos como l, o quizs
como l, el narrador no tiene opinin propia en este caso.
232
tornars (Gnesis 3:19). A la mujer le dijo: "Tantas har tus fatigas cuantos sean tus
embarazos: con dolor parirs los hijos. Hacia tu marido ir tu apetencia, y l te
dominar (Gnesis 3:16). Estos hechos son conocidos como el Pecado original.
Ral Brasca mezcla dos temas aparentemente contradictorios: la expulsin de
Adn del Paraso y la teora de la evolucin segn la cual el hombre viene del mono. El
ttulo (Adnico) nos remite a Adn; sin embargo, en el microrrelato el personaje es un
mono que al ser consciente de que come una manzana es expulsado del Jardn del Edn;
es decir, pierde la inocencia. Con el mito bblico se nos recuerda el proceso de
hominizacin: el hombre comprende (se dio cuenta) e inventa a Dios (con sagrado
asombro).
El mismo autor, Brasca, nos proporciona un ejemplo de multiplicidad en el
ingenioso Polimorfismo, que nos remite al Gnesis y presupone nuestro conocimiento
sobre Adn, Eva, la manzana y la serpiente. De hecho, en el texto bblico la serpiente
era en realidad el diablo, igual que en su hipertexto podra serlo el pequeo gusano. El
diablo tiene la capacidad de cambiar de forma y en ello incide el ttulo. Subyace la idea
de que explicar las realidades basndose en la religin hoy en da nos parece infantil e
ingenuo.
POLIMORFISMO
Sentado en la rama del rbol vecino, el chico miraba con codicia la
manzana ms madura. Tendi la mano para arrancarla y en el mismo momento
record el pecado original que acababan de ensearle en catecismo. Retir la
mano indeciso y busc la serpiente enroscada en el tronco. No estaba. Son puras
mentiras, se dijo y, como tantas otras veces, arranc la manzana, la lustr
frotndola contra la camisa y la mordi. Mientras masticaba, mir
distradamente la fruta mordida. Se paraliz. Escupi espantado lo que tena en
la boca y arroj lejos el trozo que le quedaba. Haba visto un pequeo gusano
que emerga de la pulpa. Con el diablo nunca se sabe, pens326.
326
233
Shua, por su parte, recrea el mito de Adn y Eva pasndolo por el tamiz de uno
de sus temas favoritos: el del sueo. Para ella, la expulsin del paraso supone
despertarse. Nos presenta un Dios implacable que no da segundas oportunidades.
Habis desobedecido mi orden, dijo el Seor a Adn y Eva. Y sin darles
otra oportunidad, los despert de golpe327.
Ana Mara Mopty en Entre nosotros tiene como referencia a la Biblia en este
ejemplo en el que el paratexto completa la ltima oracin: Y la palabra se hizo carne y
habit entre nosotros. Comienza diciendo que Lo primero fue la palabra en
referencia a la innegable relacin entre pensamiento y lenguaje y, en lugar de relatar las
historias que todos conocemos, utiliza una enumeracin de sustantivos: tentacin,
inocencia, pecado, el cosmos, que nos sugieren todas las historias del comienzo del
Gnesis.
Igualmente, en La Biblia Mopty se acuerda de la Biblia en un hipertexto de
escasa narratividad en el que lo mximo que ocurre es que el narrador protagonista se
come una manzana. La reflexin del principio acerca de la alegra es ambigua: puede
que se refiera al deseo sexual ya que la manzana simboliza la tentacin (el pecado) y el
narrador, al comrsela, sucumbe a la tentacin.
David Lagmanovich da voz a la serpiente (el diablo), que intenta lavar sus
culpas en Literal. Reclama que no es ms que un animal que les sugiri a Adn y Eva
que probaran una fruta en sentido literal. Echa la culpa al sentido metafrico (de nuevo
el pecado como en el texto de Mopty), que es lo que hace que el dueo del Jardn (Dios)
se irrite.
En Los caminantes Lagmanovich se refugia en la referencialidad inconcreta de
los pronombres para revelar solo al final del texto, en el que sus personajes caminan
327
234
cansados y con miedo por lo que les deparar el futuro, que estos son Adn y Eva. Al
abandonar el paraso, ella llora y Adn la reconforta dicindole que siempre estarn
juntos, que podra ser una alusin a la idea de que ahora son una pareja tambin el
sentido sexual. La expulsin del paraso conlleva la mortalidad y, con ella, la necesidad
de reproducirse para repoblar el mundo.
Denevi en Origen de la risa segn Nietzsche atribuye a Nietzsche la historia
sobre cmo se origina la risa. El filsofo pensaba que es Adn el primero que se re al
ver a Eva mirndolo desnuda con curiosidad. El texto se divide en dos prrafos. En el
primero, Adn se encuentra solo y siente temor cada vez que oye que Dios le llama y,
en el segundo, duerme y despierta para conocer a Eva y al verla desnuda se re por
primera vez en la historia. Puede que haga referencia a la tpica risa que sirve para
aliviar la tensin a la que se alude en la primera parte.
2.1.1.2.3 Can y Abel
La muerte de Abel en manos de su hermano Can a causa de la envidia de este
ltimo tambin se revela como un mito muy productivo. Can y Abel son hijos de Adn
y Eva. El primero era agricultor y el segundo pastor de ovejas. Los dos ofrecan
oblaciones a Dios, pero ste prefera las de Abel hasta que un da su hermano Can lo
mat. Yahveh dijo a Can: "Dnde est tu hermano Abel? Contest: "No s. Soy yo
acaso el guarda de mi hermano?" (Gnesis 4: 9). Dios, que sabe lo que ha ocurrido, le
condena a vagar por el mundo y al final acaba asentndose en el pas de Nod.
En este primer ejemplo que aportamos, Anderson Imbert se pregunta si en el
fondo la muerte de Abel no fue ms que un sacrificio ofrecido a Dios por parte de Can.
No cambia la historia, pero s la motivacin del personaje. Can le ofreca frutas
mientras que Abel sacrificios sangrientos de animales, as que Can le ofreci la sangre
del ser ms preciado para l: su hermano. El ltimo prrafo consiste en una disyuntiva:
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
235
328
329
236
este texto Can mata en defensa propia, as que la ira de Dios ser injusta: l slo ha sido
ms fuerte que su hermano en la pelea.
Borges retoma el mito en Leyenda y, dndole un tinte sobrenatural, sita a los
dos hermanos comiendo despus del asesinato. El texto resulta ambiguo, no queda claro
si Can tambin est muerto. Abel perdona a Can y los dos reivindican el olvido como
nica forma verdadera de perdn. Lo interesante de la idea borgeana es que cualquiera
de los dos personajes podra haber matado al otro as que los dos tienen que hacerse
perdonar.
En cambio, en Juan Lpez y John Ward, Can y Abel no son personajes del
microrrelato. Los protagonistas son Juan Lpez y John Ward, un argentino y un ingls,
admiradores cada uno de la cultura del otro, que van a hacer de Can y de Abel
(depende de la perspectiva del lector) en la guerra de las Malvinas. Borges utiliza la
tcnica del extraamiento, habla de un tiempo que parece lejano, aunque se trate de algo
tan cercano al lector como el siglo XX: El planeta haba sido parcelado en distintos
pases, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda
heroico, de derechos, de agravios, de una mitologa peculiar, de prceres de bronce, de
aniversarios, de demagogos y de smbolos. Esa divisin, cara a los cartgrafos,
auspiciaba las guerras [].El hecho que refiero pas en un tiempo que no podemos
entender. En cualquier caso, los dos personajes se matan por cuestiones nacionalistas y
el lector se da cuenta de que su poca en realidad no le resulta tan lejana ni extraa y su
muerte no tiene ningn sentido.
Shua, con su caracterstica mirada diferente, en Despus de Can se pone en el
lugar de los padres, Adn y Eva, despus del asesinato de uno de sus hijos en manos del
otro y piensa que en realidad intentaran no tener ms hijos, que si los tuvieron fue por
la intervencin de los ncubos y los scubos. Sus personajes son muy humanos,
237
engendrar siempre conlleva el miedo a la incertidumbre, a que pueda pasar algo a los
hijos. Lo irracional (los demonios) se impone a lo racional (el deseo de no tener ms
hijos para que estos no provoquen ningn mal). De ah la frase final, desesperanzadora,
que afirma que el mal es innato al hombre: llevan en s la semilla de la maldad
humana, que no es inocente.
2.1.1.2.4 No y el arca
Cuando la humanidad ya se ha multiplicado en la tierra Dios se arrepiente de
haberla creado: Viendo Yahveh que la maldad del hombre cunda en la tierra, y que
todos los pensamientos que ideaba su corazn eran puro mal de continuo, le pes a
Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indign en su corazn. Y dijo
Yahveh: "Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado, - desde
el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo - porque me pesa
haberlos hecho." (Gnesis 6:5).
Dios le da a No, el nico hombre justo, instrucciones para construir un arca en
la que se salvarn los nicos seres vivos que quedarn en la tierra cuando l enve un
diluvio que durar cuarenta das y cuarenta noches: Yahveh dijo a No: "Entra en el
arca t y toda tu casa, porque t eres el nico justo que he visto en esta generacin. De
todos los animales puros tomars para ti siete parejas, el macho con su hembra, y de
todos los animales que no son puros, una pareja, el macho con su hembra (Gnesis
7:1).
No y su familia permanecieron en el arca hasta que comprobaron que el agua se
haba evaporado soltando a una paloma: La paloma vino al atardecer, y he aqu que
traa en el pico un ramo verde de olivo, por donde conoci No que haban disminuido
las aguas de encima de la tierra (Gnesis 8:11).
238
Sergio Francisci en Sueos apcrifos nos da una nueva versin del arca de
No, en la que este personaje ser el arca que lleve a unos seres vivos muy particulares:
los virus. En los dos primeros prrafos vemos a No preocupado acerca de cmo
construir el arca rodeado por una naturaleza agreste y agresiva (camina por una llanura
desierta, el cielo se desgarra, nubarrones lo acosan) hasta que en el ltimo se resuelve
la cuestin: Cuando llegan hasta l los primeros virus comprende cules sern las
especies sobrevivientes a este diluvio y quin el arca que las contenga. Desde la
posicin de ombligo del mundo otorgada a No, percibimos su incertidumbre. A pesar
de que ser el salvador de la humanidad no sabe lo que tiene que hacer y ah est su
perdicin.
Orlando Van Bredam inventa un nuevo diluvio en el que un padre justifica a su
hijo la situacin en la que se encuentran, escapando nuevamente de las inundaciones. El
sino de la humanidad es escapar de las fuerzas implacables de la naturaleza: No ha
pasado a convertirse en un prototipo de hombre que se salva de una catstrofe para
conseguir que se perpete la especie.
EL DILUVIO ETERNO
Cmo explicarte, hijo? En aquellos tiempos los hombres eran muy pero
muy malos, tan malos que Dios hizo llover durante cuarenta das y cuarenta
noches. Tan malos que No y la familia de No fue elegida por el Seor para
salvarse. No construy un arca en la que reuni una pareja de animales de cada
especie. Cmo era el arca? Cmo explicarte, hijo? Enorme pero pequea sobre
las aguas del diluvio. Pequea como aquella cscara de nuez arrastrada por la
corriente en la que huye un puado de hormigas; como esta canoa, hijo, en la
que escapamos otra vez de las inundaciones330.
En Los animales en el arca Denevi nos da su propia versin de lo acontecido
en el arca de No dejndonos con la duda de lo que pudo suceder en el interior del arca
aadiendo el motivo de que los animales que all perecieron tuvieron que ser los ms
330
239
bellos. Este autor aplica las leyes darwinianas a una historia mtica procedente de la
Biblia.
Graciela Tomassini y Stella Maris Colombo llevan a cabo una reflexin
interesante acerca de este texto resaltando que combina dos tipos de logos distintos y
con este trmino publicitario se refieren a lo que queda de piezas narrativas de nuestra
cultura despus de usarlas varias veces de tal manera que las historias originales se van
transformando debido a los diferentes usos que se han hecho de ellas.
En Los animales del Arca, de Denevi, el hipotexto se transforma por
remotivacin realista desde el momento en que el logo de procedencia bblica
(Arca) es interpretado por un logo de extraccin tericocientfica (seleccin
natural); el cambio temtico producido por la mutua renarrativizacin de los
elementos narrativos previos (degradacin del mundo por oblacin de los
hermosos a los poderosos) no es previsible ni derivable de ninguno de aqullos
por separado (Logo 1: Arca: regeneracin del mundo tras la purificacin; Logo
2: supervivencia del ms apto: mejoramiento de las especies).
Esta transformacin implica una reescritura de una forma de
narrativizacin en funcin de otra: cada una de estas formas atae a contextos
histricoculturales sumamente alejados entre s, y por tanto a modelos
interpretativos divergentes. Esta incompatibilidad, puesta de manifiesto por un
discurso dialgico (segn la terminologa de Bajtn, del tipo polmica interna)
supone una paradjica versin racionalistacientificista del mito bblico del
diluvio y al mismo tiempo una suerte de parodia, no ya del hipotexto bblico sino
ms bien de sus metadiscursos. Este procedimiento es muy frecuente en las
Falsificaciones (casi diramos que es una de sus operaciones constructivas ms
relevantes)331.
2.1.1.2.5 Job
Job era un ganadero muy rico que amaba a Dios, pero el diablo, con el
consentimiento divino, le causa todo tipo de desgracias para ver si en la adversidad
sigue amando igualmente a Dios. Job supera la prueba porque a pesar de haberlo
perdido todo (su salud, su riqueza, su familia) contina amando a Dios.
331
240
Bioy Casares en un texto dividido en dos titulado Job reflexiona sobre este
personaje bblico. En la primera parte nos cuenta lo que le sucedi cambiando el final
(lo sita en el infierno) y en la segunda se pregunta qu hacer para evitar ser elegidos
por Dios igual que le pas a Job. Es decir, en este caso la trama que se cuenta en la
Biblia le da pie para una reflexin metafsica en la que ofrece tres actitudes diferentes
del personaje (aunque le da igual: su destino est escrito y, en cualquier caso, la muerte
es inexorable) y termina hablando de una de sus grandes preocupaciones: la literatura.
En la parte I lleva a cabo lo que critica en la parte II: O que nos hunda, como un
escritor apresurado despachara su personaje, para dar al cuento un final aceptable. O
sea, lo que l mismo ha hecho: mandar a Job al infierno, cuando en la Biblia se salva.
Dios es el creador de Job y hace que se salve, mientras que l, Bioy Casares, es un
escritor que cambia la historia bblica as que podra afirmarse que existe una
correlacin entre los dos creadores: Dios y el escritor.
Denevi, en cambio, realiza una parodia de inversin: piensa que es Job el que
pone a prueba la paciencia de Dios en esa especie de proyecto (in nuce). En realidad,
esta reflexin supone ver en el mito de Job un vencedor y un vencido: Job tiene el poder
por su resistencia pasiva digna de un Gandhi bblico.
JOB IN NUCE
No es que Dios haya enviado una calamidad tras otra contra Job para
ponerlo a prueba. Es Job quien soporta todas las calamidades sin quejarse para
poner a prueba a Dios. Dios, finalmente, debe darse por vencido332.
2.1.1.2.6 Salomn
Segn el Antiguo Testamento la annima reina de la tierra de Saba va a Israel
porque haba odo hablar de la gran sabidura del rey Salomn, y le lleva regalos
(especias, oro y piedras preciosas). La reina qued tan impresionada por la sabidura y
332
241
333
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Shua utiliza dos pocas distintas en Tres piernas: la de Salomn y el siglo XX.
En las dos habla de un hombre con tres piernas, pero en el tercer y ltimo prrafo rompe
la expectativas del lector diciendo que no hay ninguna relacin entre las dos
narraciones: Se equivoca el que intente descubrir alguna conexin entre estas dos
historias. En realidad hay una relacin entre los dos: poseen tres piernas aunque uno
sea un demonio y el otro un personaje supuestamente real. La escritora asume el papel
de narrador omnisciente y cierra cualquier posible conexin entre los dos porque
asumimos que es el narrador el que sabe ms que nosotros, simples lectores.
2.1.1.2.7 Paraso y/o. infierno
En la Biblia la palabra paraso designa originalmente el vergel donde Dios
coloca a Adn tras crearlo (Gnesis 2). Esta nocin tambin puede hacer referencia a un
lugar ideal en la tierra o utopa, que recuerde al jardn del Edn y al lugar de salvacin:
el cielo que en algunas religiones aguarda a los que son buenos, se arrepienten o son
elegidos.
Son varias las referencias e imgenes existentes en la Biblia acerca del infierno
de las que muchos deducen que se trata de un lugar de sufrimiento. Aportamos una del
Apocalipsis: Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o
en su mano, l tambin beber del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el
cliz de su clera. Ser atormentado con fuego y azufre delante de los santos ngeles y
del Cordero; y el humo de su tormento se elevar por los siglos de los siglos. Y no habr
reposo, ni de da ni de noche (Apocalipsis 14:9-11).
Los conceptos de paraso y de infierno que manejamos hoy en da parten de la
Biblia pero han ido ms all. Todos consideramos el paraso como un lugar donde nos
gustara estar, un premio para los mejores, y el infierno como el castigo por nuestros
pecados. Sin embargo, nuestros autores pueden sorprendernos con sus aportaciones.
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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245
Denevi, utilizando el ttulo de la obra de Dante Divina comedia, nos dice que
el infierno no existe, en realidad es el purgatorio y a lo que antes se llamaba purgatorio
ahora se le conoce como paraso puesto que el verdadero paraso estaba siempre vaco.
Dios, convertido en un personaje gracioso, una ranita, dialoga con un telogo y decide
perdonar a los que estn en el infierno y llamarlo purgatorio: Desde entonces el
infierno se llama purgatorio, porque ahora lo habita la esperanza, y el anterior
purgatorio, libre de la vecindad del infierno, se llama paraso. En cuanto al primitivo
paraso, fue definitivamente clausurado: se lo vea siempre tan desierto!.
Denevi viene a decirnos que es el hombre el que necesita la divisin tripartita de
paraso, purgatorio e infierno. Estos tres lugares son demasiado humanos para proceder
de Dios. Los han inventado los que estudian e intentan entender a Dios: los telogos.
2.1.1.2.8 Apocalipsis
La palabra griega apocalipsis significa revelacin. El libro fue escrito para
consolar a los cristianos cuando empezaron a sufrir las persecuciones por parte del
Imperio romano. Se utilizan en l recursos de ndole variada: visiones de ngeles
portadores de mensajes, fenmenos csmicos que sirven para premiar a los buenos y
castigar a los malos, simbolismo de los nmeros, etc.
Las ideas contenidas en este libro que ms preocupan a nuestros autores son la
del fin del mundo y el juicio final.
Denevi nos describe en Apocalipsis la rebelin de los objetos contra los
hombres. El fin del mundo no ser culpa de Dios, sino del hombre: las cosas que este
ltimo ha creado, es decir, los objetos, terminarn con l. En un prrafo cuya larga
longitud contribuye a crear angustia en el lector, comienza negando lo escrito por San
Juan (Ni ngeles con trompetas, ni monstruos, ni batallas en el cielo y en la tierra)
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vivos cada vez se parecen ms: se comunican aunque estn separados en el espacio (a
travs del telfono), pueden verse aunque estn distanciados (mediante la televisin).
Parece decirnos que el progreso de la ciencia termina con la necesidad de la religin en
buena medida, pero tambin ese mismo progreso posibilita el juicio final como obra
humana, sin necesidad de ninguna intervencin divina.
Filloy en su Periplo recuerda diferentes ctricos que vio en su viaje y le parecen
tan apetecibles que piensa que en realidad fueron plantados por Dios para lo ngeles que
tocaran las trompetas del Juicio Final. En este texto con escasa narratividad el narrador
en primera persona se dirige a las Naranjas (a las que personifica por medio del uso de
las maysculas) que constituiran su narratario. Nos habla de los griegos, los fenicios,
los rabes y los judos por medio de los lugares de procedencia de las frutas, todo en
torno al Mediterrneo, el Mare Nostrum, y la naranja es el hilo conductor que une estas
ciudades tan antiguas. La ciudad ms arcana que menciona es Jeric y dice que Dios
plant all las naranjas para los ngeles del juicio Final, consiguiendo de esta manera
cerrar el crculo. Adems, recordemos que desde el Creciente Frtil es desde donde se
extiende el cristianismo y tambin la agricultura hacia el resto del mundo.
Os evoco porque fuisteis, ms que frescura, blsamo: Naranjas de Sicilia,
pequeas y jugosas; Naranjas de Sydon, cuya pulpa recuerda la sangre crdena
de la gacela; Mandarinas de Tnger, concrecin de las sedas del desierto;
Naranjas de Jeric, prvidas, de suculencia bblica, tal vez plantadas por Jehov
para humedecer la boca de los ngeles que toquen las cornetas del Juicio
Final337.
2.1.1.2.9 ngeles y/o demonios
Los ngeles son seres inmateriales al servicio de Dios que frecuentemente actan
como sus mensajeros y que tambin ayudan al hombre. De hecho, el diablo en realidad
constituye un ngel expulsado del paraso por desobediencia: el ngel cado.
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es inexorable, a no ser que alguien quiera utilizarla, por ejemplo, para contar una
historia.
Sergio Francisci toma a Dios como personaje que se suea a s mismo en este
microrrelato un tanto bizantino ya que juega con la sutileza del concepto de Dios y de la
naturaleza de los ngeles. Si Dios suea es humanizado y, adems, crea a los ngeles en
un sueo tambin. Todo lo que existe en un sueo no necesariamente existe en la
realidad, de ah la paradoja. Los otros elementos (ngeles, infierno, etc.) carecen de
importancia ante la primera oracin que es la que posee la clave: Suea Dios que
existe.
SUEA DIOS
Suea Dios que existe. Presiente sombras bajo la forma de un cielo.
Dibuja ngeles con su mano izquierda y los increpa. Despierta y no recuerda el
sueo. Los ngeles aprovechan la ocasin para crear un infierno que los ampare.
Y nunca jams hablarn de sueos ni de dioses. Queda en pie la infinita paradoja
de ese soador338.
Eduardo Gudio en ngel guardin elige como protagonista a un ngel
guardin en busca de clientela porque los hombres no le necesitan. Dicho ngel dialoga
en estilo directo con Dios hasta que este le busca un nuevo cliente: el propio Dios. La
divinidad a pesar de haber creado a tantas criaturas y de todos sus poderes, est
condenada a la soledad, por eso se ofrece al ngel Guardin como cliente.
2.1.1.2.10 Jess
Jess de Nazaret (Jess, Cristo o Jesucristo), es la figura central del cristianismo.
Para la mayora de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensin, la
encarnacin de Dios mismo que con su muerte y posterior resurreccin redimi al
gnero humano.
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250
Jess de Nazaret fue un predicador judo que vivi a comienzos del siglo I en las
regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusaln alrededor del ao 30 segn
la opinin mayormente aceptada, aunque tambin hay estudiosos que afirman que nunca
existi.
Lo que se conoce de Jess depende de la tradicin cristiana, especialmente de la
utilizada para la composicin de los Evangelios Sinpticos (Mateo, Marcos, Lucas y
Juan), redactados, segn opinin mayoritaria, en torno a 40 aos despus de su muerte.
Uno de los temas ms repetidos en relacin con Jess en los microrrelatos
argentinos es la traicin de Judas, uno de los apstoles que lo entrega al sanedrn a
cambio de dinero (Marcos 14: 43).
Juan Filloy en Periplo, libro de viajes escrito durante la visita de diversos
lugares mediterrneos, incluy varios textos sobre este personaje. En El precio nos
hace reflexionar mediante un dilogo entre dos personajes sin identificar sobre lo barato
que vendi Judas a Jess y equipara las treinta monedas al precio de un fongrafo. Este
instrumento no est elegido al azar: Jess viene a la tierra a reproducir las palabras de
Dios; lo mismo que hace un fongrafo. Y, no solo eso, los judos comercian con l
reducindolo al valor de un objeto de saldo.
Filloy en Encuesta hace referencia al episodio de la mujer adltera (Jn 8: 1-11)
en el que Jess es puesto a prueba porque la ley de Moiss mandaba apedrear a las
infieles, pero l les responde: El que entre vosotros est sin pecado, sea el primero en
tirar una piedra contra ella, lo que hace que todo el mundo se retire sin lastimarla. El
narrador en primera persona elegido por Filloy expresa su deseo de ser un personaje
bblico de su invencin al que califica como un fariseo de exquisito dandismo puesto
que, a pesar de no haber pecado, no tir la primera piedra en aquella ocasin.
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que tenga lugar la resurreccin de Cristo, que ser la que le consagre como hijo de Dios.
Sin embargo, Judas carece de la fe necesaria para creer en dicha resurreccin.
Por otra parte, Mateo nos cuenta que unos magos llegaron de Oriente tras el
nacimiento de Jess que haban visto una estrella e iban a adorar al rey de los judos
(Mateo 2: 1-12). Herodes, preocupado, les encarga que le informen acerca del nio y
ellos, despus de haberle ofrecido presentes (oro, incienso y mirra), regresaron a su
tierra por otro camino para evitar a Herodes.
Y de ah viene la matanza de los inocentes. Denevi utiliza una cita bblica para
culpar a los Reyes Magos de la matanza de Herodes e inventa una muerte para ellos
causada por los remordimientos. A pesar de que el culpable sea Herodes, la gente no se
atreve a recriminarle ya que es el poderoso; en cambio, a los magos no hay problema
para atacarlos.
DESASTROSO FIN DE LOS TRES REYES MAGOS
Herodes, vindose burlado por los Magos se irrit sobremanera y mand
matar a todos los nios de Beln (Mateo, 2, 16).
Camino de regreso a sus tierras, los tres Reyes Magos oyeron a sus
espaldas el clamor de la Degollacin. Ms de una madre corri tras ellos, los
alcanz y los maldijo. De todos modos la noticia se propag velozmente.
Marcharon entre puos crispados y sordas recriminaciones de hombres y
mujeres. En una encrucijada vieron a Jos y a Mara que huan a Egipto con el
Nio. Cuando llegaron a sus respectivos pases los mat el remordimiento339.
2.1.1.2.11 Otros temas bblicos
En Alguna bestia Shua nos remite al Dios terrible del Antiguo Testamento que
advierte a los hombres sobre el pecado con animales y despus entre parntesis da una
explicacin hablndole de forma ms cercana al lector, cambiando el tono con relacin
al primer prrafo: (Porque algo tendr esa oveja, esa gallina, esa camella impa y
339
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lbrica, para tentar as a un varn del pueblo elegido.). En realidad nos habla de la
moral juda basada en el castigo y en la culpa que proviene de la satisfaccin sexual y
esa culpa es lo que conduce a los hombres a mantener relaciones con bestias que no
pueden delatarlos y que culmina con el asesinato de animales radicalmente inocentes.
La lepra de las casas, tambin de Shua, comienza con un relato que parece
realista, pero personifica a las casas, que protagonizan una rebelin en contra de lo que
les impone Dios y sus seguidores Moiss y Aarn dndole un tinte fantstico. Las casas
podran estar simbolizando diferentes territorios por los que el cristianismo se va
extendiendo a base de someter y aniquilar las religiones anteriores con justificaciones
balades como pueden ser esas manchas que salen a las casas.
Juan Filloy en su viaje por los lugares bblicos se acuerda de un personaje de
Marcel Proust al que califica de evadido de Sodoma y Gomorra (ttulo tambin del
microrrelato) refirindose a su homosexualidad y la novela del mismo nombre del autor
francs perteneciente a la serie En busca del tiempo perdido. En realidad, en la Biblia
no se precisa qu tipo de vicio practicaban los habitantes de estas ciudades: Los
habitantes de Sodoma eran muy malos y pecadores contra Yahveh (Gnesis 13: 13).
Lo que s se dice es que intentaron abusar de los ngeles que se alojaban en casa de Lot:
Llamaron a voces a Lot y le dijeron: "Dnde estn los hombres que han venido donde
ti esta noche? Scalos, para que abusemos de ellos." (Gnesis 19: 5). En cualquier
caso, Sodoma ha quedado asociada a la homosexualidad en nuestra cultura como
demuestra el microrrelato titulado Sodoma y Gomorra. Filloy se burla de la religin
porque sabe que no va a encontrar el castigo divino, as que merece la pena bucear en el
vicio, bordear la muerte ya que el vicio colinda con ella. Sodoma y Gomorra siguen
existiendo y Dios no consigui su propsito de aniquilar a todos los viciosos, ya que al
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tiempo se dilata. El texto acaba con una cita de la crnica que afirma que el caballero
olvid que buscaba el pas de los longevos o que, en cualquier caso, le dio lo mismo.
En realidad, hace referencia a la teora de la relatividad de Einstein: el tiempo es
maleable y cambia segn quien lo aprecie. La vida del caballero Guingamor es
brevsima en comparacin con los longevos y tiene una vida casi eterna en comparacin
con los efmeros. Encuentra lo que buscaba sin haberlo encontrado: no la fuente de la
eterna juventud, pero llega a un lugar en el que la vida es tan efmera que se siente
eterno.
Shua, por su parte, utiliza los cdigos de la novela de caballeras (en este caso, el
encantamiento) desde unas coordenadas temporales actuales y nos presenta a una mujer
que no desencanta a un caballero porque le parece demasiado viejo para ella haciendo
un autntico alarde de frivolidad femenina. El caballero est en manos de la dama al
igual que en las novelas de caballeras, ya que se somete a ella y Shua lo lleva al
extremo dicindonos que el caballero est encantado.
Desde el hueco de un rbol, me llama un caballero. Slveme, seorita,
me ruega. Hace ya varios siglos que me encuentro encantado, esperando a la
doncella que venga a liberarme. Yo no soy seorita, maleducado, soy seora, le
contesto ofendida. (Un caballero de varios siglos es demasiado viejo para m)341.
2.1.1.4 Cuento oriental
La tradicin oriental influye en los autores de microrrelatos con la aparicin de
Al, de ambientes exticos, etc. Especialmente destaca Las mil y una noches de la que
se toma con frecuencia a Sherezade (Shahrazad o Sherezada) como personaje. Resulta
muy interesante para lo que nos ocupa, puesto que se dedica a contar historias.
341
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Este libro trata de que el sultn Shahriar desposaba una virgen cada da, y
despus mandaba decapitar a la esposa del da anterior. La causa de su comportamiento
es que deseaba vengarse de su primera mujer, que lo haba traicionado.
Cuando el rey Schahriar lleg a su palacio, hizo decapitar a su esposa, a
sus esclavos y esclavas. Despus orden a su visir que cada noche trajese a su
palacio una joven virgen. Y cada noche arrebataba a una joven doncella su
virginidad. Y transcurrida la noche, hacala matar342.
Scheherezada decidi casarse con el rey para intentar salvar a las otras doncellas.
Le suplic al sultn el poder dar un ltimo adis a su amada hermana, Doniazada, que le
pide que le cuente una historia. Como el rey padeca insomnio acept y Scheherezada le
comenz a narrar un cuento durante toda la noche.
Cuando lleg el amanecer Scheherezada dijo que tal vez el rey estara fatigado y
que continuara su historia la noche siguiente y el rey consiente: Por Al, no la matar
hasta que conozca completamente el final de esta interesante historia343.
Y as el rey conserv a Scheherezada viva mientras ella continuaba contndole
historias, hasta que, despus de mil y una noches de diversas aventuras, y ya con tres
hijos, el rey haba sido entretenido y tambin educado por Scheherazada, que entonces
se convirti en su reina.
Lagmanovich da la oportunidad al rey, a Shahriyar, de contarnos su versin de la
historia, en la que confiesa que lo nico que hace bien Shahrazad es leer historias de
unos pergaminos que encontr en su aldea en Habla Shahriyar. Dndole un giro de
180 grados a la trama original, el rey se confiesa aburrido de escuchar una y otra vez las
mismas historias que ya se sabe de memoria. El rey, en lugar de ser cruel y sanguinario,
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muestra una gran paciencia ya que piensa envejecer al lado de Shahrazad a pesar de que
ella no cuente historias, sino que se limite a leerlas.
Uno de los textos ms famosos de Borges es Los dos reyes y los dos laberintos
en el que recrea un cuento digno de Las mil y una noches con deliberados anacronismos
y arcasmos en el que gua al lector a un final subrayado por la utilizacin de un
segundo prrafo sin digresiones, logrando as la unidad de efecto tan alabada por los
preceptistas del cuento: Luego le desat las ligaduras y lo abandon en la mitad del
desierto, donde muri de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere.
Este magnfico texto lo hemos clasificado en este apartado, pero podra estar en
muchos otros ya que encontramos en l tanto la imitacin pardica del lenguaje, del
tono aleccionador, los motivos y la estructura tanto del cuento oriental en sarta, de
intencin didctica, cuanto de los innumerables pasajes de la Biblia referidos a la
sucesin de reyes y reinados344.
Imita el lenguaje de Las mil y una noches mediante las frmulas, como las del
comienzo: Se cuenta (pero Al es ms sabio, ms juicioso, ms poderoso y bienhechor)
que en el tiempo ya huido y lejano de las edades hubo un rey345.
En su versin se salva el rey que tiene fe: gracias a su creencia consigue salir del
laberinto, que adems es una creacin que ofende a Dios porque intenta competir con l.
La trama se basa en la venganza de Dios porque l es el que tiene derecho a jugar con la
confusin y con la maravilla.
En Problemas en la noche 369, Shua recrea una historia inspirada en Las Mil y
una Noches, pero que no utiliza los mismos personajes presentes en el cuento de la
noche 369, que es la Historia del bello adolescente triste que se lamenta por la muerte
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trasplanta lo pico al da a da, con lo cual pierde su sentido. Aunque podra ser
interpretado a la inversa: la mitificacin de la cotidianeidad mediante el juego.
En El caballo volador la autora argentina analiza diferentes versiones de ese
cuento rastreando los tpicos (La princesa es siempre bellsima, Un prncipe es el
hroe) y aade la idea de que su inventor deseara ser valiente y bello y tener el amor
de la princesa, como le ocurre al autor del cuento. Este ltimo, al igual que cualquier
autor literario, a menudo crea mundos en los que le hubiera gustado haber vivido o
personajes como los que le hubiera gustado ser. Shua nos dice que esos deseos de ser
otro los tiene el escritor y tambin el lector en el fondo. Todos podemos identificarnos
con ese anhelo.
Anderson Imbert en los dos textos siguientes juega con el tpico de que los
unicornios se arrodillan ante las doncellas (en Unicornio el unicornio se disfraza de
toro pero al ser reconocido se arrodilla) y con el de que mucha gente duda de su
existencia en El cuerno del unicornio. En el primero, Unicornio, al hablar del
cuerno en sentido metafrico podra referirse al sexo del animal. No queda muy claro.
El unicornio acaba arrodillndose ya que la doncella sabe cmo aplacar el deseo y no
tiene ningn miedo del unicornio.
En El cuerno del unicornio vemos cmo la realidad (representada por Rogelia)
se enfrenta a la idealizacin (representada por Carla, que ve un unicornio y al mismo
tiempo es capaz de amar). Se contrapone el cuerno del unicornio (lo sobrenatural, lo
lrico, la poesa, el mundo de las hadas) a un cuchillo con forma de cuerno (lo soez, lo
fcil, lo real, lo tangible). Es el lector el que tiene que optar por una de las dos
explicaciones que, hasta cierto punto, le retratan.
Shua nos ofrece sus propias versiones en torno al tema Doncella y unicornio.
En la primera juega con expresiones hechas y frases coloquiales, poco adecuadas para
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tratar la materia legendaria. Juega con las expectativas del lector para romperlas con un
final sorprendente en el que ningn lector se pregunta cmo es posible que un caballo
hable porque el texto le envuelve, le seduce y no le deja pensar con claridad.
En la segunda nos habla un personaje que aora a las doncellas y confiesa tener
un cuerno en la frente. El unicornio se habra mezclado entre los hombres (estos
tambin desean a las doncellas). Al final del texto, en primera persona, el narrador nos
confiesa que no sabe cmo disimular su cuerno, es decir, este narrador juega con el
mundo de la imaginacin.
Quiz es ms ingeniosa la tercera, en la que las doncellas consiguen que los
unicornios hagan pblica su virginidad sin riesgo de perderla. Algo tan prosaico como
la supuesta cualidad de ser doncella o no a lo que se le da tanto valor, que se figura algo
tan complicado como un caballo con un cuerno en la frente que se arrodilla para
demostrar esa cualidad. Se inventa algo inverosmil para demostrar la importancia que
se le da al hecho de que una joven no tenga relaciones sexuales: la lrica est al servicio
de la moral en Doncella y unicornio III.
Doncella y unicornio IV trata de una doncella que recupera su virginidad
despus de perderla una y otra vez. Parece ms extraa la renovacin de la doncellez de
las hijas de los efrits que el hecho de que existan los unicornios, cuando ninguna de las
dos cosas son reales.
En la quinta son los unicornios los que cabalgan a las doncellas. Shua desarrolla
la misma idea: que el unicornio sea un animal delicado no quiere decir que no desee
consumar con dichas doncellas as como en ningn sitio se nos dice que las doncellas
quieran seguir sindolo. Lleva el mito del unicornio y la doncella al absurdo y este mito
desarrollado hasta sus ltimas consecuencias acaba con l mismo, se autofagocita.
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Con su mirada irnica, Shua juega con la diferente perspectiva de las cosas
dependiendo de la visin que elijamos tener en el caso de las princesas que besan sapos
en busca de prncipes en este texto dialctico. Tanto el personaje femenino como el
masculino tienen tanto de prncipe y princesa como de sapo y rana. Parece que solo
pueden encontrarse en el momento del beso porque despus no tiene porqu prevalecer
una de las dos circunstancias. Nos narra un desencuentro en las sucesivas metamorfosis
de los personajes. En los cuentos de hadas solo se habla del momento de la magia, pero
no de la vida cotidiana que tiene lugar despus.
Este es el cuento de un prncipe convertido en sapo reconvertido en
prncipe por el beso de una princesa con la que comete matrimonio solo para
descubrir que ella tiene sorpresas y dulzuras de la convivencia la costumbre
extraa de atrapar mosquitos con su larga lengua, o el cuento de una rana
convertida en princesa reconvertida en rana por el abandono de un indignado
desagradecido prncipe, todo depende, en fin, de qu lado se lo mire349.
De la misma manera, la autora argentina nos presenta en este caso una
Caperucita muy poco convencional que espera impaciente al lobo mientras contempla
plantas con nombres no muy comunes. Convierte a una nia en un botnico por las
palabras especializadas que maneja. Adems, la pregunta final tampoco es propia de
una nia, est llena de malicia. Con todo esto desmonta el cuento de Caperucita.
Con petiverias, pervincas y espinacardos me entretengo en el bosque. Las
petiverias son olorosas, las pervincas son azules, los espinacardos parecen
valerianas. Pero pasan las horas y el lobo no viene. Qu tendr mi abuelita que
a m me falte?350
La peste de Anderson Imbert lo incluimos en este epgrafe y no en el de ttulos
de obras literarias puesto que no hace referencia a la obra de Camus aunque se llame
igual. En dos prrafos trata el tema de la mortalidad de las hadas cuando stas sufren la
peste. El mundo de las hadas va cayendo en desuso y todo lo que implica imaginacin,
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la ingenuidad infantil deja de tener razn de ser, ni siquiera los sueos son lo que eran
antes.
En Fairy song Eduardo Gudio Kieffer hace un repaso por los tipos de hadas
diferentes aunque slo utilice el nombre de fairy (hada) en ingls. Pero el hada que
ms le interesa es la rebelde que se arranc las alas traslcidas y con el tiempo se
encarn en un cuerpo de mujer, lo que le da pie para imaginar qu sentira un hada
siendo mujer. Utiliza el tpico del ser inmortal que opta por la mortalidad para vivir
como un ser humano con todas sus limitaciones y ventajas: Se sumergi en arduos
textos metafsicos, busc a Dios en la religin y en la ciencia, descendi a la peor
abyeccin y trep a la sublimidad ms excelsa. Lo contrario, convertirse en un ser
inmortal, no requerira tantas explicaciones como las que necesita esta opcin para que
la trama sea verosmil.
2.1.1.6 Personajes de la literatura universal
Algunos personajes pasan a la historia de la literatura con mucha entidad y son
rescatados por los autores de microrrelatos para, de esa forma, ahorrarse
caracterizaciones y poder ir al nudo del texto de forma directa. Cuando el personaje es
conocido por el lector, no hace falta explicarle cmo es fsica o psicolgicamente ni
cules son sus motivaciones. Todo esto redunda en una innegable economa narrativa.
Shakespeare es un autor al que recurren muchos microrrelatistas. Una de las
obras de Shakespeare, Romeo y Julieta, es puesta en solfa por Marco Denevi. Como
sabemos, el hipotexto del ingls es una tragedia en la que dos jvenes enamorados
acaban suicidndose debido al enfrentamiento entre sus dos familias y a diferentes
casualidades del destino. El hipertexto del argentino, con ttulo en ingls (The female
animal) y atribuido a un supuesto contemporneo de Shakespeare (Robert Sands),
retrata la decepcin de Julieta al ver que Romeo prefera luchar con Teobaldo que
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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268
poesa; sin embargo, se comunican a travs de una aparato. A pesar de ese mensaje
potico, no han conseguido comunicarse puesto que el amor no puede ser solo palabras.
Obviamente, el final no puede ser feliz: Ofelia se hunde en un lecho de hojas. Hamlet
se sume en la negrura.
Tenemos el ejemplo de Shylock, el judo prestamista de El mercader de Venecia
de Shakespeare que pretende cobrar su deuda aunque esto suponga la muerte del
deudor. En Un altruista, Denevi da una vuelta de tuerca a una conducta que a primera
vista pueda parecer negativa para justificar a dicho personaje y afirma que en realidad la
usura que practica Shylock es un favor que hace a sus clientes porque la deuda de la
gratitud puede hacerse ms pesada que la monetaria. Nadie tendr nunca nada que
agradecerle.
El extrao caso del doctor Jekyll y el seor Hyde (1886) es una novela escrita
por Robert Louis Stevenson, que trata acerca de un abogado llamado Gabriel John
Utterson, que investiga la extraa relacin entre su viejo amigo, el doctor Henry Jekyll
y Edward Hyde. Fue un xito inmediato y uno de los ms vendidos de Stevenson. La
novela es conocida por ser una representacin de la psicopatologa correspondiente a la
doble personalidad ya que el doctor Jeckyll se toma una pcima que le transforma en un
ser sin restricciones: Mr. Hyde.
Roberto Perinelli nos presenta un Mr. Hyde muy peculiar, al que la esposa
prefiere en lugar del malhumorado Doctor Jeckyll del que quiere divorciarse en Mr.
Hyde llevando a cabo lo que denominamos en este trabajo una parodia de inversin.
Aplica la doble naturaleza del personaje al plano ntimo, del que no se suele hablar en
este tipo de novelas.
Madame Bovary es una novela escrita por Gustave Flaubert. Se public por
entregas en La Revue de Paris desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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matarla a ella, sino a un cachalote azul. Modern utiliza el tpico del personaje que se
rebela contra su autor.
El mismo escritor nos ofrece una segunda versin mucho ms potica y
descriptiva sobre el mismo tema titulada Moby Dick. Juega con los mismos
elementos: la blancura de la ballena, la obsesin de Ahab, su pierna de marfil pero el
tono familiar del primer microrrelato se ha perdido para dar paso a un texto de escasa
narratividad y mayor grandilocuencia: La duracin del viaje es como una plancha de
acero en la que el capitn Ahab va grabando su furia y ansiedades. Los cielos se
sacuden con cada imprecacin, y de las nubes descienden los relmpagos cargados con
la maldicin casi definitiva. Nos cuenta el naufragio y lo nico que pervive es el mar:
Ahab y Moby Dick desaparecen, as como el barco. El mar, en cambio, permanece.
Fausto ha pasado a la historia de la literatura por hacer un pacto con el diablo.
Hay diferentes versiones de este personaje: la de Spies, la de Christopher Marlowe
pero, sin duda, la ms conocida es la de Goethe. En ella, Fausto es un hombre
insatisfecho por la limitacin de su conocimiento e incapaz de ser feliz. Mefistfeles se
le aparece para ofrecerle los placeres de la vida y realiza con l un pacto. Fausto accede
a venderle al Diablo su alma a cambio de juventud hasta que muera. Algunos de sus
temas fundamentales son la juventud eterna, la libertad, la salvacin a travs del eterno
femenino (representado sobre todo por Margarita al final de la obra), las relaciones
entre el bien y el mal, la moral, los lmites de la naturaleza humana, etc.
Sin embargo, Ral Brasca en Fausto imagina a un Fausto que firma con el
diablo no en busca de conocimiento, sino de placer. Y le aade un tema metaliterario: el
de la escritura. Fausto debe imaginar y escribir todos los placeres que desee vivir.
Aunque, como todo escritor, debe enfrentarse con la pgina en blanco que va a
271
significar su muerte. Brasca nos pone en guardia ante el peligro de que se cumplan
nuestros deseos.
Por otro lado, el judo errante es una figura legendaria. La leyenda cuenta que un
personaje judo neg un poco de agua a Jess durante el camino hacia la Crucifixin,
por lo que este lo conden a errar hasta su retorno. Por eso, el personaje debe vagar
por la Tierra hasta la vuelta del Mesas.
Anderson Imbert se centra en su cortsimo texto en la idea de que el Judo
Errante no muere partiendo de la leyenda de este personaje al que se supone que Jess
le conden a errar por el mundo hasta la Parusa por haberle negado agua en el camino
hacia la Crucifixin. Coloca a los dos personajes en una situacin digna de enamorados:
la muerte odia al judo Errante porque no puede poseerle.
Te odio le dijo la Muerte, con un gesto de impotencia.
Ya lo s contest el Judo Errante351.
Las fbulas son una gran fuente de inspiracin para los escritores de
microrrelatos, aunque quiz ms para los autores de otros pases como Monterroso que
para los argentinos.
La fbula es un texto didctico en prosa o en verso que contiene una moraleja o
enseanza final y en la que animales y objetos son personificados.
Denevi toma una fbula muy conocida: La cigarra y la hormiga, que nos
contaba cmo la cigarra pasaba hambre en el invierno porque se dedicaba a cantar en
verano mientras que las hormigas, que eran previsoras, guardaban comida para tener en
pocas de escasez. En este caso titulado La cigarra en el hormiguero, el autor cambia
el espacio y sita a la cigarra dentro del hormiguero, lo que tiene horribles
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Montesinos tambin se juega con la idea del sueo: Don Quijote suea con un alczar
transparente y con un anciano llamado Montesinos que cada vez que va a hablarle se
despierta. Es al descender a una cueva cuando ve los dos elementos de su sueo y
Montesinos le acusa de desvanecerse cada vez que va a invitarle a entrar a la cueva. En
el caso de Anderson Imbert el protagonista no suea en la cueva como en el de
Cervantes, sino que sus sueos son premonitorios de lo que ms tarde encontrar.
Don Quijote es un gran soador: intenta transformar la realidad a la medida de
sus sueos y cuando duda de esos sueos (busca el retiro en Sierra Morena) no puede
salir de ellos, se ve atrapado. No es capaz de deslindar el sueo de la realidad: ha creado
un universo paralelo del que no puede salir.
Curiosamente, el narrador de El Quijote, que empieza hablando de algo sucedido
no ha mucho tiempo, nos sorprende cuando integra a otros "autores" lo que, por una
parte, alejara en cronolgicamente lo narrado y por otra, crea la posibilidad cierta de
que puedan existir otros autores. Mediante este recurso el lmite entre la realidad
contingente y la ficcin narrativa, se hace tenue y relativo, sobre todo cuando introduce
nombre de uno de esos posibles autores, de Cide Hamete Benengeli, el traductor de un
texto rabe del que el propio narrador omnisciente nos hace desconfiar afirmando que
los rabes son mentirosos.
Borges recurre a este narrador, Cide Hamete Benengeli, y se imagina que cuenta
que don Quijote ha dado muerte a un hombre, lo que da lugar a tres posibilidades que l
mismo nos explica en Un problema. Utiliza la misma estratagema que Cervantes: el
hroe (aunque puede que fuese ms especfico decir antihroe) lee su propia historia
escrita por Cide Hamete Benengeli y eso le da la oportunidad a Borges para imaginar,
en pleno ejercicio de su capacidad literaria, varias posibilidades que podran haber sido
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escritas y que se resumiran en tres opciones: que no pase nada, que la muerte despierte
al personaje de su locura o que siga sumido en ella toda su vida.
Borges disecciona el Quijote pero todo lo que dice podra ser aplicado a la obra
de Cervantes sin contradecirla ni cuestionarla; en la historia Alonso Quijano se vuelve
loco y tambin recobra su cordura antes de morir. El autor argentino no nos plantea
nuevos retos en el fondo.
En Parbola de Cervantes y de Quijote Borges juega con la idea de que la
literatura acaba idealizando, mitificando los personajes aunque estos sean antihroes
y los paisajes a pesar de que no tengan nada de especial y, adems, pone al mismo nivel
narrativo al autor y al personaje. Laura Pollastri lo resalta: Cervantes queda a la altura
de su Quijote en una prctica desplazada del intertexto que lee como literatura las
peripecias vitales del autor. Si mucho hay de juego irnico tambin lo hay de uso
impertinente de la doble herencia: Cervantes, el nombre propio monumentalizado por el
canon y la tradicin, la moderna locura del Quijote353. Cervantes no poda suponer que
el libro que escriba creara un mito universal. De un lugar tan aparentemente
insustancial como es la Mancha y de un mundo tan mezquino y vulgar como es el de las
gentes de esa poca puede surgir un mito que Cervantes construye sin proponrselo.
En otra aportacin en torno al tema cervantino (El acto del libro), Borges
fantasea con el Cervantes soldado que compra un libro proftico. Despus el cura y el
barbero (personajes de El Quijote) quemarn ese libro tal y como queman otros en el
captulo sexto de dicha obra. Es decir, personajes literarios y autor interaccionan en la
fantasa borgeana que culmina con una reflexin acerca de lo inverosmil de los
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postulados de dos de las religiones mayoritarias. De esta manera, pone al mismo nivel la
literatura (El Quijote) y la religin (la Biblia y el Corn).
Borges lleva el Quijote desde el terreno del choque de la fantasa con la realidad
a otros dos territorios tambin cotidianos como son la magia y la religin. Si es creble
el estrafalario personaje de Cervantes, por qu nos resulta menos creble la existencia
de un libro mgico como origen de toda la novela? Y por qu ya ni siquiera nos
planteamos que el origen de todo -lo real y lo imaginario- est en dios (sea cual sea ese
Dios)? Curiosamente, en la poca en la que Cervantes escribe el pueblo es infinitamente
ms religioso que ahora.
El cuento de Borges Pierre Menard, autor del Quijote, perteneciente a
Ficciones, reivindica lo que llama la obra inconclusa de Pierre Menard despus de la
muerte de este, que consiste en los captulos noveno y trigsimo octavo de la primera
parte de El Quijote y un fragmento del nmero veintids. Menard se propone escribir El
Quijote nuevamente y su resultado es igual que el que logr Cervantes en su momento.
Y as se cumple una de las teoras borgeanas, la que aplica a la Antologa de la
literatura fantstica:
He reflexionado que es lcito ver en El Quijote final una especie de
palimpsesto, en el que deben traslucirse los rastros tenues pero no
indescifrables de la previa escritura de nuestro amigo. Desgraciadamente,
slo un segundo Pierre Menard, invirtiendo el trabajo del anterior, podra
exhumar y resucitar esas Troyas [] Menard (acaso sin quererlo) ha
enriquecido mediante una tcnica nueva el arte detenido y rudimentario de la
lectura: la tcnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones errneas354.
Shua en Mquina del tiempo invierte los hechos y nos dice que dado que
existe una rudimentaria mquina del tiempo, es posible que fuese Cervantes el que viaj
al futuro y conociera la obra de Pierre Menard, lo que le sirvi para escribir El Quijote.
354
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Shua establece un bucle: si Cervantes, segn ella, copia a Menard y Menard dice que
quiere escribir como Cervantes, los dos estaran copiando de forma constante. Con su
artificio, la autora crea un flujo absolutamente falso basndose en el artificio previo de
Borges y, al mismo tiempo, homenajea a este argentino universal.
Lagmanovich, en un texto escrito con gran maestra, da voz a Aldonza Lorenzo
que niega ser Dulcinea del Toboso sino que se reivindica como la amante del hidalgo
Alonso Quijano en Habla Aldonza. Al igual que hace Cervantes, desmitifica a la
amada idealizada y desarrolla su personalidad de aldeana apegada a la realidad. Se
establece un dilogo entre dos yos: el quimrico (Dulcinea) y el real (Aldonza). A partir
de este dilogo que en realidad es un monlogo, el personaje que Lagmanovich toma
prestado de Cervantes, discurre por la senda de lo verosmil; es decir, lo que en la poca
hubiera sido la relacin entre un hidalgo y una campesina analfabeta: Don Quijote hace
de ella lo que quiere (como los hombres suelen) y Aldonza se resigna humilde y se
refugia en el temor de Dios. El fruto de esa historia verosmil no sera una inmortal
novela de caballeras, sino un hijo compartido que en la poca hubiera tenido una baja
esperanza de vida.
El mismo autor se plantea una posible continuacin de las hazaas quijotescas
en Pensaba Sancho por parte del escudero que no ve obstculos a tal empresa hasta el
final del texto, en el que reconoce la dificultad de adelgazar. En este microrrelato
Lagmanovich explota la idea de la simplicidad de Sancho y su pragmatismo que
contrasta con la idealizacin del Quijote.
Siguiendo con el mismo tema, Lagmanovich elige como personaje a Cervantes
en el momento de comenzar a escribir su obra ms clebre, tanto, que el lector entiende
a qu se refiere sin necesidad de ttulo ni de autor leyendo las clebres primeras palabras
de El Quijote: En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme.
282
Nos habla del proceso de creacin, se recrea en el instante en que Cervantes comenz a
escribir el Quijote sin ser consciente de su trascendencia.
Juan Romagnoli nos ofrece varias versiones tituladas Quijotescas en su libro
Universos nfimos. En las dos primeras variaciones reivindica la figura de Sancho con la
misma afirmacin, que hace hincapi en el contrapunto que supone Sancho (pragmtico
y avaricioso), que es el que pone en valor a un personaje idealista como Don Quijote.
Los adjetivos llevan el peso de la trama: Rocinante es dbil, Don Quijote est distrado
y Sancho un fiel escudero; sin embargo, al final es calificado como el siempre
interesado Sancho. Comprobamos que para que exista un personaje idealista tiene que
haber un contrapunto.
De hecho, en Quijotescas II dice: lo que nos remite a la ltima frase del texto
anterior creando una dependencia de la segunda versin con respecto de la primera. Lo
nico material que tiene Don Quijote es su escudero, por eso se lo ofrece al caballero
que lo derrota.
En Quijotescas III Romagnoli aplica al terreno onrico la teora unamuniana de
la sanchificacin de Don Quijote y la quijotizacin de Sancho, lo que le sirve a este
ltimo para soportar con paciencia al hidalgo: Al despertar, el distrado Quijote no
recuerda el incidente nocturno. El escudero, en cambio, ha renovado su paciencia. El
Quijote no puede desear la condicin de Sancho, mientras que este s que envidia la
condicin de su seor aunque a veces haga burla de ella. Adems, Don Quijote no
necesita recordar sus sueos: su vida es un desvaro. En cambio, Sancho solo suea
cuando est dormido.
Quijotescas IV y Quijotescas V nos presentan a un Don Quijote sensato. En
la versin IV le dice a Sancho que no puede luchar contra los gigantes porque su
escudero cree que son molinos aplicando una parodia de inversin. Nos conduce a
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
283
284
de Don Quijote, pero ella ni siquiera en sueos puede imaginar al Quijote porque sus
ideas son muy simples y eso contrasta con los atributos que el hidalgo le pone.
ALDONZA
Finalmente se invent un galn de espada, capa y caballo, reverente ante
ella, princesa; sacudi la cabeza y prosigui ahechando trigo rabin, para los
puercos355.
No slo Dulcinea suscita los hipertextos de los autores de microrrelatos. Un
personaje secundario como Maritornes, que aparece en el captulo decimosexto de la
primera parte: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Esta asturiana que
serva en una posada donde Don Quijote y Sancho duermen y el primero la confunde
con una alta seora llena de joyas, se convierte en la protagonista para Eduardo Gudio
Kieffer en La nochebuena de Maritornes en la que sta se siente bella gracias a la
locura de Don Quijote. Maritornes es un personaje pattico y, sin embargo, la locura del
Quijote la ayuda a evadirse de una realidad desesperanzadora, como si un personaje
simple y pragmtico como ella se hubiera contagiado de una locura que le proporciona
un autoengao momentneo y, hasta cierto punto, la felicidad. El texto es muy lrico y
juega con el contraste: ella es un ser abyecto con sfilis, humor acuoso en los ojos, es
simple y mansa; sin embargo, el estudiante es bello, culto, joven y atractivo. Maritornes
planea meterse en su cama a oscuras, para que no vea su fealdad. El segundo nivel de
contraste sera su cordura que se enfrenta a la locura del Quijote, que es el nico que le
ha proporcionado autoestima.
2.1.2.4 Don Juan Tenorio
Finalmente tenemos al otro personaje de la Literatura espaola que da origen a
un adjetivo: donjun, que sirve para calificar al hombre mujeriego, igual que lazarillo
355
285
qued para denominar al que gua a un ciego y celestina para el que hace de mediador
entre dos enamorados.
La historia de Don Juan puede tener su origen en un modelo vivo. Por ejemplo,
el libertino Miguel de Maara, que en su juventud fue un seductor pero encontr la paz
en el matrimonio y a la muerte de su mujer se dedic al servicio de los pobres, o don
Juan de Tassis, conde de Villamediana, un conquistador que mantena relaciones con
Isabel de Borbn, esposa de Felipe IV, y al que Tirso de Molina, autor de El burlador
de Sevilla o el convidado de piedra, conoci de cerca. Se supone que la historia de
Miguel de Maara, con su posterior redencin, influy ms en la versin de Zorrilla,
plenamente romntica: Don Juan Tenorio. Este Don Juan romntico es el que ha
quedado mitificado como modelo de textos posteriores.
Denevi toma a este personaje y realiza doce variaciones en forma de reflexin o
de relato sobre l que en algunos casos, como en la primera, estn cercanas al aforismo:
El libertinaje hace proslitos: cualquier mujer, si don Juan no se empea en seducirla,
cree que vale menos que las otras. Es decir, las culpables son las mujeres que rivalizan
por los hombres ms deseables. La mujer no tiene menos apetito sexual que el hombre,
solo que es ms selectiva y competitiva, as que habra que dilucidar quin seduce a
quin, si las que rivalizan con los dems o el que rivaliza consigo mismo.
La segunda variacin se basa en la idea de que ninguna mujer merece ser
abandonada, por eso no se compromete con ninguna de ellas, ya que no hay mujer
mejor que las dems.
En la tercera, lejos de buscar alguna patologa en Don Juan como hacan
mdicos y psiquiatras recientemente, lo que el autor observa en el galn clsico es un
comportamiento refinado. Las jvenes a las que seduce carecen de otro inters aparte
del derivado de la propia seduccin: de qu hablar con ellas?
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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2.1.2.5 El dinosaurio
EL DINOSAURIO
Cuando despert, el dinosaurio todava estaba all.
Augusto Monterroso357
Un subtipo especfico de microrrelato ha surgido como reescritura de este
clebre texto. El famoso microrrelato de Monterroso, que ha sido conocido como el
cuento ms corto del mundo, aunque eso no sea cierto, ha dado lugar a toda una serie de
textos que lo parodian acercndose a los metamicrorrelatos. Por un lado, si
diferenciamos el microrrelato como un gnero distinto del cuento no podemos
considerarlo como tal y, por otro, hay textos todava ms cortos. Violeta Rojo propone
el siguiente de Monterroso:
PARTIR DE 0
0358
Monterroso, haciendo uso de su peculiar irona, dice que gracias a tijeras y goma
de borrar consigui componer un libro de cuentos en el que incluy su novela El
dinosaurio que logr hacer pasar por cuento. De esta forma, se burla de las
convenciones genricas y las pone en cuestin. Guillermo Siles nos habla de este autor:
El humor cultivado por Monterroso proviene de una concepcin
escptica acerca de la conducta humana y del funcionamiento de la sociedad,
situacin que se registra principalmente en La Oveja Negra y dems fbulas
(1969). El pesimismo impregna la escritura y se condensa en la desesperanza
respecto al futuro, en la condena del comportamiento social, basado en el
inmovilismo y la inversin de valores. Los valores distorsionados anulan la
posibilidad de que la sociedad llegue a transformarse, pues funciona a imagen y
semejanza de los seres humanos.
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290
FERNNDEZ FERRER, Antonio: La mano de la hormiga. Los cuentos ms breves del mundo y de
las literaturas hispnicas, pp. 8 y 9.
360
LAGMANOVICH, David: El microrrelato. Teora e historia, p. 77.
361
Ibd., p. 58.
291
EL DESCARADO
Cuando plagi, el copyright todava estaba all.
Jaime Muoz Vargas363
Por supuesto, los autores argentinos tambin se han inspirado en el microrrelato
ms clsico para elaborar nuevas versiones. Hemos encontrado textos de Brasca,
Urbanyi, Berti, Shua, Valenzuela o Lagmanovich.
En Los dinosaurios, el dinosaurio Brasca resalta la excepcionalidad del cuento
de Monterroso diciendo que es un caso nico porque normalmente no coinciden
soadores y dinosaurios debido a la impaciencia de ambos. A Brasca no le asombra que
Monterroso eligiese un dinosaurio, sino que utiliza un artificio para sorprendernos.
Construye una metfora a partir de la metfora de Monterroso y la generaliza.
Pablo Urbanyi en un texto con escasa originalidad en el que hasta el ttulo es el
mismo que el de Monterroso simplemente cuenta lo contrario: cuando el soador
despierta se siente reconfortado al ver que el dinosaurio ya no est. Convierte la
metfora del tiempo que inventa Monterroso en una metfora de la pesadilla.
Berti identifica a los dos personajes en uno en Otro dinosaurio: el dinosaurio
es el que despierta y ve a los dioses creando el mundo; una bella metfora de la
productividad del texto de Monterroso. Este caso no es una variacin juguetona, trata de
explicar el microrrelato de Monterroso. Cuando se recupera la consciencia despus del
sueo, casi inmediatamente despus estamos en posesin de todo nuestro bagaje
intelectual. De todo lo que conocemos sobre el mundo y lo que ha sido este. Un bagaje
que se ha ido acumulando a lo largo de la historia. Desde que se crearon los dioses o
362
363
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bien, desde que los dioses inventaron la creacin. Cualquiera de las dos opciones resulta
imposible de demostrar, en cualquier caso.
Shua en El tamao importa se retrotrae a los orgenes y nos cuenta la vida del
dinosaurio antes de que lo soara Monterroso diciendo que haba un elefante ms
famoso que l en el circo. Toma como excusa la historia que todos conocemos de
Monterroso y pone a trabajar su imaginacin para narrar otra historia: nos dice que la
nica habilidad del dinosaurio era la de bailar habaneras, lo que lo hace creble. Shua
nos indica que a veces no comprendemos lo que nos rodea y dejamos escapar lo que de
verdad merece la pena. Nadie hace caso al dinosaurio por su tamao, mientras que el
elefante llama ms la atencin.
Ni David Lagmanovich ni Luisa Valenzuela se resisten tampoco a hacer sus
peculiares homenajes a El dinosaurio. Lagmanovich en Hiprbole se dirige
directamente a Monterroso llamndole con el apelativo carioso de Tito y a travs de un
personaje que da ttulo a uno de sus libros -la hormiga-, le acusa de exagerar inventando
un dinosaurio. Nos dice que no hace falta recurrir a personajes imaginarios porque
siguen existiendo seres de ese tiempo prehistrico. Sin embargo, la literatura se basa en
el uso de figuras retricas como la hiprbole.
En cambio, Valenzuela en Tito utiliza el texto completo de El dinosaurio y
lo conecta con unos dinosaurios de actualidad: los de la pelcula Parque Jursico de
Steven Spielberg. Utiliza el ingenio como bistur para diseccionar la literatura de
Monterroso como quien hace la radiografa de un cuadro para comprobar las veladuras
que ha utilizado el pintor.
A continuacin analizamos dos textos de Mara Elena Lorenzn. En el primer
microrrelato Desaurios, un tanto surrealista, descompone la palabra dinosaurio en
di no, Saurio y compara a los hombres espaoles con el macho criollo. Estos ltimos
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
293
no obedecen a la mujer tanto como los espaoles y por eso pueden encontrarse
decinosaurios en la Patagonia. Se basa en un juego de palabras que lleva el amanecer de
Monterroso a un amanecer en compaa o sin compaa real: convierte el dinosaurio en
una metfora de las relaciones de pareja. Habla de la tensin sexual.
En Asuntos pendientes, Lorenzn toma la estructura del dinosaurio de
Monterroso y como personaje a Sherezade. Identifica los cuentos con Sherezade porque
ella es la noche y, por lo tanto, el dinosaurio solo podra ser un recuerdo de Sherezade:
representa la cara opuesta. En el fondo, tiene un matiz semejante a Caldern en cuanto a
la oposicin entre el sueo y la vigilia, entre quien escribe el cuento y quien lo
protagoniza.
ASUNTOS PENDIENTES
Cuando Sherezade despert, el rey ya no estaba all. Tambin haban
muerto Monterroso y otros tantos le acompaaran. Se pregunt cmo iba a
seguir con su oficio de encadenadora de cuentos364.
364
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bestsellers con la esencia efmera del artculo periodstico. Ambos tienen un carcter
absolutamente popular por definicin: tienen que llegar a todo el mundo. Por lo tanto,
para una persona refinada con cierta formacin intelectual, carecen de inters.
Veamos ahora un texto de Ral Brasca dividido en dos partes: Jaula. En la
primera figura la microficcin (as la llama su autor) y en la segunda, titulada
exgesis, lo analiza bajo diferentes puntos de vista crticos dndole varias opciones al
lector para que escoja la que ms le convenza. Convierte la interpretacin misma en una
metfora: consigue que sea creble la redecilla interior del meln porque si fuera
incierto el asunto no merecera tantas interpretaciones, pero tambin prosigue el relato
con las propias interpretaciones. En realidad, crea una estructura que convierte el meln
con el que se inicia en una especie de mueca rusa y cada una de esas capas es cada una
de las interpretaciones.
Brasca hace un pequeo homenaje a los autores que han escrito microrrelatos
sobre los sueos, un tema muy recurrente en los textos que estamos estudiando en
Soadoras. Nombra a ChiangTzu, a Borges, a Piera, a Di Benedetto, a Anderson
Imbert, a Shua, a Arango... y, de esa manera, nos remite a sus textos para comprender el
que escribe Brasca. Identifica el sueo con la literatura, dialoga con ella, lo cual podra
ser calificado de pretencioso. Intenta dar con la clave de la creacin literaria y la sita
en el territorio de lo onrico.
Anderson Imbert se imagina la destruccin del mundo en la que un solo
elemento perdura, metfora de la preponderancia de la literatura: un verso. Lo nico que
trasciende al hombre es el arte, lo nico que lo hace un ser diferente al resto de animales
es su capacidad para crear, lo nico que el ser humano toma prestado de los dioses es su
capacidad artstica y con lo nico que el hombre puede hacer frente a la muerte,
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El ltimo ejemplo que aportamos Polifemo & Ca. fantasea con la idea de que
los personajes feos (como Polifemo) no son amados a causa de su fealdad; sin embargo,
paradjicamente, en el pasado se volvieron feos como consecuencia de no ser amados.
Siempre se ha dicho que el amor embellece. Por lo tanto, al igual que mens sana in
corpore sano, el aspecto bello corresponde a una persona enamorada porque el espritu
asoma a la superficie de todo el mundo. Y, adems, sin Polifemos no habra personas
bellas o no seramos capaces de reconocerlas.
En Texturologas Cortzar nos da su peculiar visin exegtica acerca de un
libro de poemas llamado Jarabe de pato en la que encontramos una clara stira de la
vacuidad de ciertos crticos a la hora de analizar la literatura y en la que destaca el
neologismo parametainfracrtica. Nos muestra que en el fondo la obra no importa,
como si la crtica estuviera por encima de ella, como si en la naturaleza fuese ms
importante el parsito que el hospedador. En general, las crticas no aportan nada, los
crticos desean llamar la atencin y a veces se contradicen entre s. Quiz el ms
interesante sea el ltimo: el nico que cita al poeta con un pareado. Tienen una serie de
frases rimbombantes para ocultar la vacuidad de su mensaje. Se esconden tras las
palabras esdrjulas.
Mara Elena Lorenzn escribe un texto significativamente titulado Resea en
el que describe los elementos que considera ms reseables de Botnica del caos de
Shua. Es decir, un microrrelato que trata de un libro de microrrelatos, una especie de
podramos llamarla microcrtica? Se lleva la economa del lenguaje tambin a la crtica
literaria. El juego de palabras de (des)ordenadamente hace referencia al posible orden
o desorden del libro, segn cmo se vea.
A propsito de Ana Mara Shua, aportamos un texto suyo (Discurso doble) en
el que reflexiona sobre el truco literario de cambio de punto de vista, que en este caso
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no es tal puesto que se trata de caracoles y estos son hermafroditas. Hace hincapi en el
distinto carcter de los hombres y las mujeres y en el hecho de que a veces en la
literatura se les intente igualar, ponerles a la misma altura, los dos hablan en primera
persona y no hay puntuacin que los diferencie. El resultado sera la incomprensin. En
el mundo del que habla Shua el que conocemos todos- est claro que hay una
dicotoma entre lo masculino y lo femenino y eso agiliza el mundo, le da inters. El
resto son caracoles hermafroditas: lentos, asexuados y huecos por dentro.
Otro autor que utiliza frecuentemente este tipo de reflexiones breves es Adolfo
Bioy Casares en Guirnalda con amores con una preocupacin que se impone sobre las
dems: la literatura.
En Proust y las metforas hace exactamente lo que sugiere el ttulo: analizar
las metforas utilizadas por el autor francs. Le parece que las bancarias no son
interesantes, mientras que las mecnicas se quedan obsoletas muy rpido puesto que las
mquinas y la tecnologa estn en constante cambio. Habra que preguntarse si lo que
envejece son solo sus metforas o tambin la literatura de Proust en general. Acaso
insina Bioy que la escritura de Proust es mecnica? Y es ms, se le sigue leyendo hoy
en da?
Msica y literatura consiste en la confesin de que ninguna pgina literaria
puede alcanzar la belleza de determinados momentos musicales asumiendo la
superioridad de la msica sobre la literatura para provocar emociones. Establece una
odiosa comparacin de melmano entre realidades tan distintas. Adems, no olvidemos
que la mayor parte de la supuestamente derrotada literatura no busca la belleza, mientras
que la msica sin eso no es nada (dejando aparte movimientos elitistas como el
dodecafonismo, por ejemplo).
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ESCRIBIR NO ES FCIL
Odo a un viejo escritor: El sentimentalismo, el clima, la expectativa, la
violencia, la muerte, el amor, el inters: indicios de mala calidad literaria367.
Ral Brasca en Clase de literatura nos relata cmo han cambiado las
percepciones que nos posibilitan nuestros sentidos a lo largo de la historia y eso incide
en la verosimilitud de ciertas descripciones de escritores realistas como Balzac o Zola.
Cada sociedad ha tenido su literatura y su arte y el tiempo determina que la percepcin
ante una obra antigua sea casi siempre muy distinta a la que se tuvo en el momento en
que se cre. Esto no quiere decir que la obra sea mejor o peor ahora en las diferentes
pocas, sino que los ojos que la perciben viven en mundos radicalmente distintos. No
obstante, hay que reconocer que nos resulta muy difcil comprender las obras antiguas,
por eso Brasca habla de su obsolescencia. Es el tiempo el que mueve la pluma del
escritor y el que nos impide comprender un texto muy a menudo.
2.2.1.2 Cuestionamiento del lenguaje
En algunos textos el artista reflexiona de forma directa o indirecta sobre el
lenguaje y, de esa forma, lo cuestiona. Aportamos microrrelatos que tratan de los signos
de puntuacin, otros que personifican las palabras o las letras, otros basados en frases
hechas o en juegos lingsticos.
Proponemos en primer lugar un ejemplo de uno de los clsicos del microrrelato:
Julio Cortzar, que lleva al extremo en Por escrito gallina una, de su libro La vuelta al
da en ochenta mundos, el hiprbaton para narrar una historia absurda en la que importa
ms la forma que el fondo. Este autor puede que contextualice el microrrelato en el
marco de la guerra fra y, por medio del humor nos ofrece la literatura mutante de unas
gallinas que han aprendido a escribir.
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una ciudad repleta de rascacielos. El tema es el poder del lenguaje puesto que Asterin
va borrando las letras de la palabra laberinto y hasta dejar la n y la o: no y con
eso consigue la negacin de s mismo que todo laberinto contiene. Convierte el
laberinto en una abstraccin, como son la mayor parte de los laberintos; de tal modo,
que la clave del laberinto son las letras y lo destruye deconstruyendo la palabra. Fuera
del laberinto, cuando desaparece, hay laberintos reales, no ficticios: la inmensidad de la
naturaleza (la pampa) o el ajedrezado vertical de los rascacielos. Por tanto, en la
naturaleza y en las ciudades es donde estn los autnticos laberintos.
Eduardo Gudio Kieffer consigue en Maysculas, minsculas poner en
entredicho la religin utilizando el lenguaje, las palabras que se escriben con
maysculas y minsculas para acabar con un toque humorstico: el pecado que se
escribe con minscula es considerado venial. La religin est hecha sobre todo de
palabras: el bien y el mal tambin son palabras, Dios y el Diablo comparten letras, como
Jess y quien lo traiciona. El humor se aplica a la palabra pecado y el carcter que tiene.
Ana Mara Shua escoge un texto llamado Introduccin al circo para hablarnos
de su escritura en Fenmenos de circo y, a pesar del ttulo, no lo coloca al comienzo del
libro, sino en la mitad. En l utiliza la metfora de un espectculo circense para expresar
su lucha como escritora con las palabras y acaba con una apelacin al lector El pblico
es usted, el espectculo es unipersonal y pide que no cuente nada a los que estn fuera,
es decir, los que an no han ledo el libro. Cuenta con la colaboracin de dicho lector.
Con la imagen del circo habla del enorme esfuerzo que supone el oficio de escribir, el
redactar y nos hace preguntarnos hasta qu punto el escritor escribe para cada uno de los
que leen (unipersonal) o se dirige a todos los lectores pero hablando de forma
individual a cada uno de ellos.
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la hora de escribir pero confiesa que con estilo y buen gusto pueden pulirse hasta
convertirse en una parte culminante del texto, por ejemplo: crear aliteraciones con ellas,
de ah que se refiera a los recursos literarios, que es nombre que reciben las figuras
retricas.
Yo a las redundancias no les temo. Me quito los zapatos claveteados,
intiles en terrenos pedregosos, y con zapatillas de goma las pateo hasta
reducirlas a meras aliteraciones redondas, goleadoras. Son recursos que una
tiene: recursos literarios370.
Otra manera diferente de cuestionar el lenguaje es jugar con las frases hechas y
refranes, yendo ms all del significado convencional que les atribuimos,
desmontndolos. Es lo que hace Shua con el refrn En casa de herrero cuchillo de
palo. Trabaja con dos refranes que tienen en comn la palabra casa: con uno empieza
y con el otro termina. En medio tiene cuatro lneas en las que los colores se van
degradando hasta que se llega a otro color como si de un tornasol se tratase: el segundo
refrn.
Incluimos en este apartado las reflexiones sobre el lenguaje de Macedonio
Fernndez, que pertenecen a su libro miscelneo Cuadernos de todo y nada en las que
reivindica las erratas y se queja de la preponderancia de las Palabras. Nos hace
reflexionar acerca de hasta qu punto la palabra es pensamiento y hasta qu punto
pensamos con palabras y qu categora tiene lo inefable, qu territorio ocupa y si este
tiene algo que ver con la intuicin.
Qu pasa con la privanza profesional, en Literatura, de las Palabras?
Parece o que sin ellas no se pudiera efectuar ninguna de las supercheras, o que
sin ellas no hubiera ms camino que Pensar, tener ideas, poseer verdad, saber;
habra que resignarse a pensar y a juzgar con seriedad y expresar con sencilla
eficacia371.
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algo individual. El problema es que esto deja de lado la base del lenguaje: la
comunicacin.
Eduardo Santos escoge como protagonistas de su microrrelato
Mutacin
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manera que acaban contndonos justo lo contrario o, por lo menos, algo que la
contradice.
Denevi utiliza este mismo esquema en su recreacin de la historia de El diablo
diciendo que en realidad el ngel rebelde es Dios y no l. Es un texto provocador e
irreverente. En otro tiempo habra sido calificado de hertico y blasfemo y quiz lo que
sorprende es el poco peso que tiene hoy en da un argumento de este tipo, que ya est
gastado. Ahora bien, hay que reconocer el ingenio y que hace falta una reflexin acerca
de qu es ms difcil: hacer el bien o el mal. Por eso el rebelde no es diablo, sino Dios:
la rebelda consiste en hacer el bien.
De igual forma, Denevi en La verdad sobre Medusa Gorgona utiliza la parodia
de inversin sobre el mito de Medusa, de la que afirma que en realidad era muy bella y
sus hermanas, comportndose como las hermanastras de Cenicienta, no le permiten salir
a la calle y difunden la mentira de que petrificaba a los hombres cuando los miraba.
Juega con el carcter perverso de la informacin, que puede ser manipulada. Esta
manipulacin puede llegar desde lo poltico a lo cotidiano (sera este el caso). Hace
referencia a la Cenicienta as que podra haber sido colocado en el apartado de parodia
de contaminacin, pero a nuestro entender prima la idea de inversin: un personaje feo
es convertido aqu en bello.
Shua se inspira en Las mil una noches para decirnos que en realidad los cuentos
fueron creados por la hermana de Sherezade o que al sultn no le gustaban, que prefera
sus propios sueos en los que l es siempre el protagonista en sendos textos sin ttulo.
En el primero tergiversa la historia desde el punto ms importante, va al ncleo
de Las mil y una noches: si ella sobrevive en la historia original es porque sus historias
son interesantes, mientras que aqu es el elemento invertido y, a pesar de eso, Shua
311
consigue que su versin sea verosmil. Eso la obliga a introducir otro personaje que
narre las historias: Dunyasad.
El verdadero valor de los cuentos de Sherezada no resida en su atractivo
sino, por el contrario, en su hipntica monotona. Gracias a sus aburridsimas
historias fue la nica entre las mltiples esposas del sultn que logr hacerlo
dormir todas las noches. Protegido de las torturas del insomnio, el sultn
recompens a Sherezada con el mejor de los premios: su propia vida. Los
cuentos que componen la coleccin que se conoce como Las mil una noches y
que, en verdad, no carecen totalmente de inters fueron creados muchos aos
despus por la bella Dunyasad, hermana menor de la sultana, para entretener a
sus reales sobrinos373.
El segundo texto complementa de forma magistral al anterior (el sultn desea
dormir) e identifica el relato con el sueo.
Mientras Sherezada cuenta, el sultn se queda dormido. Por un momento,
el relato y el sueo se confunden. Despus, cada uno toma su propio camino.
Dunyasad, la hermana menor de Sherezada, escucha fascinada la historia hecha
de palabras. El sultn prefiere los sueos: historias vestidas de imagen, ilgicas y
extraas, distintas cada noche, en las que l y solo l es siempre el personaje
principal374.
El famoso personaje de La vida es sueo, Segismundo, se plantea la frase que da
ttulo a la obra de Caldern, pero Shua resalta el hecho de que en realidad, por su
experiencia, l debera desconfiar de ello ya que lo engaaron para que dudase entre lo
real y lo ilusorio. Segismundo ha vivido ms que el comn de los mortales: prueba el
poder, la guerra, el amor visita la vida en todos sus extremos. En buena medida, es un
vividor en su vigilia porque Caldern no nos habla de sus sueos.
La vida es sueo, reflexiona el engaado Segismundo. Como si no
tuviera, precisamente l, suficientes pruebas de lo contrario375.
Basndose en la fbula de la liebre y la tortuga, esta misma autora argentina
cambia el final haciendo que gane la liebre (la opcin ms lgica) y que la fbula
373
312
original no sea ms que una pesadilla de la liebre. Es decir, toma la opcin que nos dicta
la razn: cmo una tortuga va a ganar una carrera a una liebre?
Mientras duerme la liebre desaprensiva, llega a la meta la tortuga
constante. Absurda pesadilla, dice la liebre, despertndose de mal humor. Se
despereza, se levanta, y en tres saltos gana la carrera376.
2.2.2.2 Parodia subversiva
Otro procedimiento para cambiar las historias consiste en que el lector ponga en
cuestin lo que se le cuenta en la trama original. Los autores siembran dudas acerca de
lo que se dice en el texto del que parten ofrecindole una nueva perspectiva sobre el
hipertexto a su lector, tal y como intentaba hacer el cubismo en pintura.
Denevi se pregunta por qu nadie dio de comer al rey Midas, ya que todo lo que
tocaba se converta en oro y acusa a sus amigos de esconderse para despus de su
muerte apoderarse del oro en Los amigos de Midas. En realidad se refiere a la soledad
que conlleva el poder, habra que preguntarse si un rey tiene amigos y, aunque los
tuviera, no estara bien visto que mostrara signos de debilidad como pedir que le den de
comer. De ah que Midas est condenado de antemano.
Anderson Imbert reflexiona sobre el mito del arca de No y transcribe la queja
de los peces, los nicos animales que no fueron salvados del diluvio dejando as en
evidencia un error imperdonable de la Biblia: los peces no necesitaban a No para
salvarse en el Diluvio universal. De hecho, el muchacho protagonista se pregunta qu
sucedi con el Arca y nos da las dos posibilidades: una un tanto absurda (que No
construyera el arca en la cima de una montaa y que no hubiera diluvio) y otra ms
lgica (que el arca se quedase encallada arriba despus del diluvio). En cualquier caso,
376
313
resalta ese fleco suelto bblico: no todas las criaturas fueron salvadas del agua porque
algunas, como los peces, no lo necesitaban.
Un muchacho subi por una montaa de Armenia y vio el Arca de No.
Ah, entonces es verdad que existi el Arca de No! se dijo. La
inundacin, al bajar, la dej encallada entre estos picos. A menos que No la
construyera aqu, tan alto sobre el nivel del mar, confiando en que las aguas,
despus de cuarenta das y cuarenta noches de lluvia subiran hasta ella y la
haran flotar, pero nunca hubo tal Diluvio. En este caso tendran razn los peces,
que no creyeron una palabra cuando les contaron que No haba salvado del
agua a todas las criaturas del reino animal. A nosotros, dijeron, nadie nos
salv del agua377.
Shua juega nuevamente con el cambiante lmite entre el sueo y la realidad
aplicndolo a la obra de Shakespeare en la que Lady Macbeth incita a su marido a llevar
a cabo el asesinato del rey de Escocia para ocupar su puesto.
Lady Macbeth confiesa en sueos el crimen cometido en la vigilia. O al
revs .
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consentidor con su mujer (la que parece no importarle mucho) y no entiende nada ni
pone inters por enterarse de algo que sucede alrededor; hasta el punto que considera
que la llegada del mesas es una cuestin poltica, algo que los judos siempre tuvieron
presente porque pensaban que les salvara de la invasin de los romanos.
2.2.2.3 Parodia de sobremotivacin
Consiste en la adicin de motivos. En estos textos nuestros autores demuestran
que la misma historia pudo contarse de otro modo, o que los hechos relatados se deben a
causas diferentes de las que conocemos. Es decir, adornan la historia original con
variaciones que confluyen finalmente en la misma trama que todos conocemos, no
modifican el resultado final.
Shua adereza el mito de las sirenas en Huevos de sirena con la adicin del
motivo de los huevos que afirma que ponen, considerndolas mamferas y ovparas al
mismo tiempo. Partiendo de algo que todos conocemos el canto de las sirenas- la
autora entra en un espacio que desconocemos: el sexo de las sirenas; sexo que lleva a
un territorio imposible para el ser humano: el de todo aquello que escapa a nuestra
percepcin sensorial. Inventa como smbolo de fertilidad mitolgica el carcter ovparo
de las sirenas recordemos que en la mitologa originariamente eran aves- y contrapone
la fertilidad del relato mitolgico (los tritones, fecundos e inmortales) con el mundo que
conocemos, el de los humanos eminentemente mortales (ahogados y estriles). Solo
percibimos al parecer que cantan sin cesar y en eso Shua respeta el mito original.
En el caso de Sansn y Dalila, en lugar de perder su fuerza a causa del corte de
pelo que le hace esta mientras duerme, Sansn se ve aliviado porque no est calvo tal y
como nos lo cuenta Ana Mara Shua, lo cual le reconforta y provoca la sonrisa en el
lector. Sansn ha sido engaado, traicionado mientras dorma, ha perdido su poder, su
fuerza, pero sonre porque sabe que la recuperar cuando le crezca el pelo.
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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Pars, hijo de rey, no elige por lo que se le ofrece segn el mito original (las diosas
intentan sobornarlo), al fin y al cabo es un hombre: elige simplemente a la mujer que
ms le gusta: se limita a hacer exactamente lo que se le pide. Zeus, el rey de los dioses,
por lo tanto, no se ha equivocado a la hora de elegir al juez de la disputa. Todo esto le
hace ms inocente respecto a generar la guerra de Troya.
Como vemos, Denevi utiliza frecuentemente las parodias de sobremotivacin.
En El maestro traicionado aade una ancdota a la ltima cena: Jess le pregunta a los
discpulos quin va a traicionarle y gritan a coro nombres distintos. Al ver ese ambiente
en el que todos desconfan de todos, Judas no siente remordimientos a la hora de llevar
a cabo la traicin al maestro. Los discpulos lo nico que tienen en comn es el maestro:
la adoracin y el respeto que sienten por l. Todos desconfan de los dems, quizs
porque cada uno de ellos est mirando en la misma direccin: si todos estn pendientes
de la figura de Jess no pueden vigilar lo que hacen sus compaeros: eso regala a Judas
la impunidad.
El mito de Tiresias se basa en que ste cambi de sexo al observar a dos
serpientes copulando en dos ocasiones distintas, por eso fue consultado por Zeus y Hera
en su disputa sobre quin disfrutaba ms de los placeres carnales: el hombre o la mujer.
Tiresias dijo que si el goce se compusiera de diez partes, la mujer se quedara con nueve
y el hombre con una. Hera se enfureci porque se desvelase ese secreto y lo priv de la
vista y Zeus, para compensar, le concedi el don proftico.
Denevi ampla este don en Ventajas de la bisexualidad: Tiresias puede
cambiar cuando quiera de sexo y es un/una amante muy codiciado/a. Divide el texto en
tres partes: en la primera, que sirve como introduccin, se explica el don de Tiresias y
en las otras dos conocemos al personaje encarnado en los dos gneros. Solo el que
participa de los dos sexos supera el enfrentamiento entre hombres y mujeres porque
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cada vez que se transforma piensa y siente como hombre o como mujer: sabe lo que
espera el otro.
Otro mito muy presente en los microrrelatos es el de Orfeo y Eurdice, como ya
vimos en la clasificacin temtica. Esta muere a causa de la picadura de una serpiente y
su marido conmueve a las divinidades infernales con sus cantos para que le permitan
llevrsela de vuelta al mundo de los vivos con la condicin que no la mire antes de salir
a la luz del sol. Obviamente, Orfeo no es capaz de esperar, se vuelve y Eurdice es
arrastrada de vuelta al Hades. En Orfeo y Eurdice, Anderson Imbert interpreta esa
mirada como una estratagema consciente de Orfeo para librarse de ella porque no puede
amar a una sola mujer durante toda la vida. No tiene mucho sentido que Orfeo vaya a
buscarla al infierno y luego se d cuenta de que no la quiere. A no ser que Eurdice haya
cambiado en el infierno.
Ddalo y su hijo caro huyen del laberinto del Minotauro gracias a las alas
fabricadas con cera y el joven se acerca tanto al sol que se le derriten y cae al mar. Para
Anderson Imbert en caro esta cada se debe al hecho de que caro ya no quera imitar
a los pjaros y preferira probar a ser un pez. Da una nueva perspectiva a la personalidad
de caro, de tal modo que su cada no se debe a algo ajeno a l, sino a su propia
voluntad. Tambin hace referencia a la eterna falta de entendimiento entre padres e
hijos, ya que Ddalo no comprende el comportamiento de caro.
El personaje de la Esfinge aparece ya en la Teogona de Hesodo. Es un
monstruo femenino con rostro de mujer, pecho, patas y cola de len y alas como ave de
rapia. Se estableci en una montaa al oeste de Tebas y planteaba a los viajeros
enigmas irresolubles para despus matarlos. Anderson Imbert nos dice que los que
confesaban su ignorancia salan ilesos. No hay nada que garantice mejor la impunidad
e incluso la felicidad- que la ignorancia y el desconocimiento.
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pueblo con otra cultura y en un momento histrico radicalmente distinto. Todo esto
culmina en cuestionar su validez como libro en general.
LAS CARNES PERMITIDAS
En mi ejemplar de la Biblia, el Levtico menciona al onocrtalo y el
calamn, al heriodn y caradrin entre las especies inmundas. Se puede comer,
en cambio, el brugo y los de su casta y el ataco y el ofimaco, convenientemente
aderezados con grasa fresca de traductor383.
2.2.2.5 Parodia de transcontextualizacin
En este apartado incluimos los microrrelatos que se basan en el cambio del
contexto. Normalmente los autores suelen modernizar historias de todos conocidas que
brillan con nuevos aires al situarlas en unas coordenadas espaciotemporales diferentes
de las originales.
En Fenmenos de circo Shua lo lleva a cabo con varios mitos griegos. En
Perseo y la cabeza de Medusa nos presenta un personaje llamado Perseo llevando a
cabo una especie de casting. Va a protagonizar un espectculo y recibe las indicaciones
de su jefe. La desmitificacin no slo la proporciona la transcontextualizacin, sino
tambin el tono en el que se dirige al hroe el entrevistador. El texto acaba con un guio
al mito de la Gorgona y su capacidad de convertir en piedra a todo el que la contemple:
Le propongo intentarlo en una de las funciones para ver cmo sale, no vamos a tener
problemas. Crame, en el fondo, el pblico es de piedra, amigo Perseo. En el mundo
actual no interesa el hroe clsico (armado, que vuela, que vence el peligro), lo nico
que interesa es ganar dinero an a costa de que los mitos pierdan su esencia.
Lleva a cabo una estrategia parecida en Prometeo de circo. Shua ve el mito
con la perspectiva actual y lo reduce a las disyuntivas actuales: reflexiona sobre el
tpico de distinguir el arte del entretenimiento. El espectculo consiste en observar a
383
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Prometeo, al que un buitre le come el hgado. En caso de que sea cierto lo que se
muestra en escena, hablaramos de arte, aunque Shua cultiva la ambigedad: Por
supuesto, hay quien opina precisamente lo contrario. Y el microrrelato queda abierto.
El narrador nos recuerda que hay una funcin todos los das ante la imposibilidad de
resolver el dilema. No puede resolverse esta disyuntiva: Prometeo no es ms que un
espectculo o quizs arte, de esta forma se establece de forma involuntaria una parodia
acerca de este mito.
El nio terco de Shua se divide en dos partes. En la primera nos cuenta una
leyenda recogida por los hermanos Grimm y en la segunda se sita en el presente del
narrador que confiesa haber pasado por el cementerio para acabar con esa vuelta de
tuerca tan tpica de esta autora: el brazo hace gestos obscenos y los fillogos piensan
que son para los hermanos Grimm. En algunos casos los cuentos infantiles son crueles y
rozan lo que hoy llamaramos malos tratos; quiz por eso nos dice que sus gestos son
curiosamente modernos: desde nuestra perspectiva actual no entendemos que un nio
sea azotado o que se le castigue con la muerte por ser terco. Desde nuestra concepcin
de la infancia a da de hoy, no se entiende la crueldad de los hermanos Grimm.
Sara Gallardo en un peculiar texto de ttulo Un camalote y situado en la
actualidad, nos presenta a un personaje que construye un castillo inspirado en Walter
Scott frente al ro Paran y una planta acutica llamada camalote trae a un tigre que
mata a su familia. Su personaje recuerda al Quijote: lee a Walter Scott y eso le hace
abandonar la perspectiva de este mundo. Construye un castillo en un lugar en el que no
viene a cuento y muere su familia en sentido literal o metafrico, no lo sabemos. En
cualquier caso, la lectura arruina su vida.
Anderson Imbert traslada el cuento La verdad sobre el caso del seor
Valdemar de Edgar Allan Poe a la actualidad y a otro tipo de personaje: un boxeador.
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un rico consiga entrar en el reino de los cielos y eso no le sucedera en este caso ya que
sufre de insomnio.
Resulta conocido que Robinson Crusoe (1779), novela de Daniel Defoe, es la
autobiografa ficticia de un nufrago ingls que pasa casi veinte aos en una isla y
ensea todo lo que sabe a un nativo al que llama Viernes. Estos son los personajes
que elige Lagmanovich en su Robinson. Juega con la ambigedad puesto que el
escenario que recrea parece igual que en el texto de Defoe. Tan solo al llegar al final de
este microrrelato descubrimos que este Robinson est condenado a participar en un
reality show y que el director es Viernes as que sus papeles de amo y esclavo han
sufrido un giro de 180 grados. Lo que en el relato clsico se trata de supervivencia en el
mundo actual se transforma en espectculo. La historia que estaba basada en la soledad,
el sufrimiento y el silencio acaba siendo transformada en sonrisas destinadas a millones
de personas. El gran traidor es Viernes.
Mara Elena Lorenzn en El sueo de Mara escoge a la Virgen Mara como
personaje, pero la sita en la actualidad buscando su nombre en un diccionario e incluso
utilizando internet, lo que provoca la sonrisa del lector ante la desmitificacin del
personaje. Nuestra cultura occidental se ha separado del cristianismo y eso puede
comprobarse en este texto. Por eso, la gente corriente no entiende su significado; la
Virgen Mara se transforma en una ejecutiva amenazante, lo cual es lo opuesto a lo que
suele representar en la religin cristiana.
EL SUEO DE MARA
Aburrida de tanta paz celestial, la Virgen Mara coge el nuevo
Diccionario Salamanca de la Lengua Espaola. Lo abre en la letra M. All
encuentra:
Mara s.f. 1. COLOQUIAL; PEYORATIVO. Mujer sencilla, de poco
nivel cultural: El mercado estaba lleno de maras. SIN. Maruja 2.
COLOQUIAL; PEYORATIVO. Asignatura que tiene poca importancia o que es
fcil de aprobar: Este ao no tengo ninguna mara, as que tendr que estudiar
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para evitar a los pretendientes y que le permitan prolongar su espera, la pasajera teje
para olvidar que no tiene a nadie a quien esperar.
Teje un echarpe interminable la pasajera del camarote de lujo. Teje con la
beatitud de un alma obesa. De vez en cuando suspira como un fuelle; y teje que
teje Hace diez aos la abandon el esposo. No tiene pretendientes Se trata
de un caso de penelopismo puramente amateur385
Lagmanovich en Otra sirena fantasea con la idea de una bella sirena detenida
en la ciudad que suscita la admiracin de todos los hombres hasta que se disuelve en la
lluvia; de alguna manera, la lluvia disuelve la ficcin. Parece que las sirenas no han
perdido facultades en la actualidad porque siguen volviendo locos a los hombres; su
atractivo se mantiene inalterado. Lo que ha cambiado son los hombres: ahora son tan
simples que no necesitan ni que la sirena cante. Por otra parte, no hay nada ms sencillo
que un poco de lluvia para devolver a la sirena al mundo de la imaginacin y dejar la
ciudad en el estado en que la conocemos.
La idea de las sirenas en las ciudades actuales le resulta sugerente a
Lagmanovich, puesto que le ha inspirado ms de un texto. En Sirenas emigrantes
juega con la polisemia de la palabra sirena y su acepcin relacionada con las
ambulancias. La desmitificacin se produce al atribuirles actos cotidianos: Las
verdaderas sirenas, que en pro de la convivencia entre minoras ya haban eliminado sus
colas de pez, quisieron evitar ser delatadas por su canto. Desde entonces se mantienen
silenciosas, viven en casas de departamentos y aportan a la Seguridad Social. El mito
ya no tiene sentido en la actualidad: nuestro mundo es tan inmisericorde que ha
devorado hasta sus races mitolgicas. Los cancerberos son porteros de ftbol y las
sirenas el sonido de las ambulancias y coches de polica.
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inventa l mismo: un personaje que tiene dos narices y, al perder una, recupera su
humanidad. El microrrelato se titula La nariz de Gogol. Se basa en la inocencia del
nio y ese es la excusa que utiliza para reescribir el cuento. El nio le permite
reivindicar la idea de asombro y de curiosidad por las cosas: La condicin de
extranjero dentro de mi propio idioma. Se sirve del plural narices para que el nio
invente una nueva historia con varias narices.
Por otro lado, en un alarde eminentemente potico titulado Martn Fierro,
Jorge Luis Borges reflexiona sobre cmo la creacin de una obra literaria que una vez
estuvo en el cerebro de un solo hombre pasa al final a formar parte del imaginario de
todos. Piensa que los grandes acontecimientos y los grandes perodos se olvidan en la
memoria colectiva: la gran batalla que signific la emancipacin de Iberoamrica
(Ayacucho) es como si no hubiese ocurrido. Habla de las tiranas que se van diluyendo.
Despus se refiere a los exploradores del continente americano, que tambin han
quedado en el olvido y, sin embargo, lo que todo argentino sabe y conoce es que hay un
gaucho imaginario, un personaje de ficcin que peleaba a cuchillo y se llamaba Martn
Fierro.
MARTN FIERRO
De esta ciudad salieron ejrcitos que parecan grandes y que despus lo
fueron por la magnificacin de la gloria. Al cabo de los aos alguno de los
soldados volvi y, con un dejo forastero, refiri historias que le haban ocurrido
en lugares llamados Ituzaing o Ayacucho. Estas cosas, ahora, son como si no
hubieran sido.
Dos tiranas hubo aqu. Durante la primera, unos hombres desde el
pescante de un carro que sala del mercado del Plata pregonaron duraznos
blancos y amarillos; un chico levant una punta de la lona que los cubra y vio
cabezas unitarias con la barba sangrienta. La segunda fue para muchos crcel y
muerte; para todos un malestar, un sabor de oprobio en los actos de cada da, una
humillacin incesante. Estas cosas, ahora, son como si no hubieran sido.
Un hombre que saba todas las palabras mir con minucioso amor las
plantas y los pjaros de esta tierra y los defini, tal vez para siempre, y escribi
con metforas de metales la vasta crnica de los tumultuosos ponientes y de las
formas de la luna. Estas cosas, ahora, son como si no hubieran sido.
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La misma autora, Ana Mara Shua, se vale de la manzana como motivo para
juntar a diferentes personajes famosos por su relacin con ella: Guillermo Tell, Newton,
Adn y Eva Toma tres historias absolutamente alejadas entre s para construir un
texto magistral: un personaje medieval (Tell), un cientfico (Newton) y dos personajes
mticos (Adn y Eva). De las tres historias la nica que no se cumple es la de la ciencia,
la que inexorablemente se debera llevar a cabo porque nadie pone en cuestin la ley de
la gravedad.
La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos
la manzana que est a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una
mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es as como
nunca llega a formularse la ley de la gravedad388.
Y con el nexo de que los dos son puestos en cajas de cristal, Shua elige unir dos
personajes muy diferentes: una protagonista de un cuento de hadas (Blancanieves) y un
revolucionario ruso que realmente existi (Lenin) que crean sendas colas de prncipes
azules y de turistas, respectivamente, para verlos. A primera vista, parece que Shua
pone al mismo nivel a un personaje de un cuento de hadas (Blancanieves) y al creador
del Partido Comunista Ruso; sobre todo en una poca como la actual en la que el
comunismo est tan desacreditado. A los dos, en los tiempos que corren, les falta algo
esencial: a Lenin le rodean turistas, pero ya no se le considera el padre del estado; no
est en vigor el sistema poltico que l cre y ya no es un objeto de culto y eso nos lo
hace entender sutilmente diciendo que a Blancanieves le faltan los enanitos (la parte
prctica de la historia: los que le daban de comer y la ayudaban).
Ana Mara Mopty en Los contemporneos recurre a uno de los Buenda, la
familia que viva en el Macondo de Cien aos de soledad de Gabriel Garca Mrquez y
lo relaciona con un estudiante de fsica que inventa una mquina del tiempo. Todo lo
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332
que tiene de magia la novela del Garca Mrquez, Mopty lo convierte en ciencia ficcin,
contrapone el realismo mgico (lrico) con la ciencia (pragmtica). Todo es falso, pero
parecen falsedades opuestas.
La eleccin de esta novela no es casual puesto que ya comienza con algo
novedoso para la poca: el coronel Aureliano Buenda recuerda una tarde en que su
padre lo llev a conocer el hielo. Adems, Macondo es un espacio mtico, un
microcosmos donde todo es posible y donde se transgreden las leyes cientficas (como
Comala de Juan Rulfo o Yoknapatawpha de Faulkner) donde es normal que sucedan
hechos sobrenaturales tales como levitar as que, por qu no imaginar a uno de sus
personajes viajando en el tiempo?
Bajo el ttulo Alguien soar Borges nos propone diferentes opciones de
cambiar el futuro que recaen en la imaginacin del hombre, en sus sueos. En ellas
mezcla diferentes personajes clsicos de la historia de la literatura como don Quijote o
Ulises con escritores de la talla de Milton o Novalis haciendo alarde de su proverbial
cultura enciclopdica. Al hablarnos del futuro el tiempo verbal predominante en el texto
es el futuro imperfecto o simple concentrado en el mismo verbo que se repite como una
letana: Soar. Solo en la ltima oracin que es una cita de Novalis se utiliza el
presente de indicativo: La vida no es un sueo pero puede llegar a ser un sueo, escribe
Novalis. Se pregunta si llegar un futuro en el que seremos mente, en el que sea
nuestra mente la que construya la realidad y no la que se adapte a ella, en el que el
cuerpo no ser necesario por lo tanto, en el que no habr que hacer, sino tan solo
imaginar porque lo imaginado ser lo real: el mundo ser lo que soemos (una utopa,
quizs) o al menos eso es lo que se pregunta.
Eduardo Gudio Kieffer en su texto La sirena en el arca mezcla dos mitos de
origen muy distinto: se pregunta qu hubiera ocurrido si No hubiese encontrado a una
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334
protagonistas del texto: en esa isla no todo est permitido, sino al contrario; es un
mundo que vive con una restriccin capital y la aparente permisividad en realidad es
todo lo contrario.
En Poesa eres t, Shua nos sorprende con una mezcla imposible entre
Bcquer, Neruda y la violencia, sugiriendo que el famoso verso me gustas cuando
callas porque ests como ausente podra referirse en este caso a un asesinato de alguien
cansado de escuchar constantemente a otra persona. Toma dos de los poemas de amor
ms bellos del castellano para intentar distorsionar la idea del amor. Se sirve de un ttulo
de Bcquer al principio, un verso de Neruda al final y en el centro su propio texto.
Utiliza la comparacin del buzo que siente las atmsferas que le presionan para
desmontar tpicos sobre la idea del amor.
2.2.2.8 Parodia de discurso
En estos casos la parodia no se concentra en el contenido, sino en la forma. Los
textos que presentamos como ejemplo se basan en la imitacin del estilo de los
escritores.
Ana Mara Shua toma la famosa rima de Bcquer que se suele utilizar en las
clases de literatura como ejemplo de hiprbaton y la prosifica sorprendindonos al final
porque todos esperamos la palabra arpa y, sin embargo, la escritora opta porque el
sujeto sea una ta lejana, cambio de sujeto que provoca la comicidad del verso.
Pensemos que el arpa es un instrumento que ha cado en desuso y Shua nos demuestra
que el verso de Bcquer sigue siendo maravillosamente sonoro y da igual a lo que haga
referencia. El poeta romntico lo construye para situar un objeto, el arpa, y la autora
argentina nos demuestra que ni siquiera es necesario, que casi da igual de lo que hable.
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2.2.3 Apcrifos
Otro procedimiento muy productivo para crear textos nuevos es continuar
historias de todos conocidas, preguntarse qu pas despus. En estos casos no se
modifica la trama original, solo se alarga.
La palabra apcrifo tiene varias acepciones, por ejemplo, se dice de una obra que
no ha sido excluida de un canon, especialmente a la tradicin cristiana y, por extensin,
a todo texto falsamente atribuido a un autor; pero, en nuestro caso, se emplea para
calificar una continuacin ilcita, no autorizada. En esta ltima acepcin se enfatiza la
no originalidad de los materiales narrativos. Los crticos actuales, en general, lejos de
condenar la nooriginalidad de los textos en cuestin, los consideran muestras de
intertextualidad.
Bonifacio Lastra narra en Herodas y el fantasma del Bautista lo que le ocurri
a esta mujer despus de haber pedido la cabeza de San Juan Bautista en una bandeja (Mt
14: 8). En una especie de justicia potica, a Herodas, esposa y sobrina de Herodes
Antipas, le ocurre lo mismo que al santo y su cabeza es cercenada. Traslada la Biblia al
otro extremo del Mediterrneo (a Espaa) y en lugar de traer al apstol Santiago como
cuenta la tradicin, se trata de uno de los villanos del Antiguo Testamento: el temible
Herodes que ordena asesinar a todos los nios. El responsable de muertes tan atroces
tiene un papel secundario y la que tiene una mala conciencia por la decapitacin del
Bautista es Herodas, su esposa. El autor aade su propio final a esta historia cuando el
elemento que ha dado sentido al Bautista, que vesta con una piel de camello, en otro
punto totalmente alejado termina del nico modo que puede hacerlo con aquella que
instig su muerte: San Juan adquiere notoriedad bautizando con el agua del Jordn y
ser el agua helada de un lago de Lrida la que cercene el cuello de su asesina.
337
Con su ingenio habitual, Denevi titula el texto en La aciaga noche 1.002 por
Las mil y una noches aadindole una la del portazo y nos ofrece un compendio de
portazos para continuar diferentes historias amorosas: Teseo y Ariadna, Minos y
Pasifae, don Juan y doa Ins. Nos habla de la noche en la que se acaban las historias y
se burla del fin de la pasin en las parejas supuestamente perfectas que tenemos en el
imaginario colectivo. Ariadna pide a Teseo una nueva proeza, Pasifae busca el deseo en
un semental, mientras que Doa Ins aspira a la seguridad material. Son seis personajes,
tres parejas que constituyen prototipos y tienen algo en comn: la insatisfecha, la que
siempre pide ms es la mujer y, adems, encierra el tpico de lo que tiene que ser un
hombre: un hroe, un semental y aportar seguridad material.
El mismo Denevi ya se haba preguntado en sus Falsificaciones de 1966 qu le
pasara a Schehrasad despus de casarse con el rey atribuyndole el texto a un tal Mnibn-Nyam en un microrrelato de ttulo Schehrasad en la noche 1.002. El autor
argentino nos describe la ruina fsica de la protagonista que de da imaginaba los
cuentos para contarlos de noche as que no dorma. En cambio, su hermana Dunyasad
segua hermosa, tanto que el rey Schariar abandona a Schehrasad por dicha hermana.
Nos habla del trabajo del escritor, del suplicio de la hoja en blanco y del sufrimiento que
puede implicar la escritura, sino que tambin nos dice que eso puede llevarnos a un
alejamiento del mundo, a perderse la vida. Esta idea es extrapolable al trabajo
intelectual. Y, en el fondo, el tpico: triunfa la mujer bella y poco inteligente. O quiz
Schehrasad se ha empeado en convertir lo que quiere el rey una relacin sexual- en
un relato continuo y lo nico que consigue es retrasar su sentencia de muerte. Lo que no
sabemos es si el rey, siguiendo su vieja costumbre, amar a Dunyasad para despus
mandarla matar.
338
En el prximo caso, Marco Denevi se pregunta cul sera el discurso del nuevo
Zaratustra inspirndose en la obra de Nietzsche As habl Zarathustra, un libro que se
balancea en constante equilibrio entre el poema en prosa y la filosofa. En ella,
Zarathustra propone que el hombre acepte la muerte de Dios para que recupere su
orgullo y aprenda a gozar nuevamente del sentido de la tierra, llegando as al
superhombre. Denevi se refiere al concepto moderno de poder: la razn de estado y la
idea de poltica propia del siglo XX con los partidos de masas, la manipulacin de la
opinin pblica y la enorme capacidad que tienen los gobiernos para subvertir el
sistema democrtico. La idea principal es que se puede imponer la versin de la realidad
reinante desde el poder.
AS HABLA EL NUEVO ZARATUSTRA
Que nuestras tcnicas para la toma del poder sean la calumnia, la
extorsin, el robo y el asesinato. Una vez en el poder, nuestra moral quedar
automticamente restaurada390.
Como todos conocemos los famosos doce trabajos de Hrcules (Heracles en la
tradicin griega), Denevi se inventa un decimotercero que para el hroe sera el ms
arduo de todos los suyos: desflorar a una joven que en realidad fueron cincuenta en El
trabajo n 13 de Hrcules. En nuestra sociedad los Hrcules vuelven a estar de moda:
se buscan los cuerpos perfectos y los hombres musculosos hasta tal punto que un padre,
fuera de la moral tradicional, es capaz de acostar a todas sus hijas con l para que su
descendencia sea mejorada. Ms que un padre parece un tratante de ganado que intenta
mejorar la raza de sus animales. La animalizacin alcanza tambin a Hrcules que no se
da cuenta de la estrategia. Por otro lado, nadie se pregunta si las cincuenta hijas de
Tespio estaban de acuerdo en acostarse con Hrcules por su belleza; es decir, se les
presupone una gran superficialidad.
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Aladino es un personaje de las Mil y una noches que resulta engaado por un
mago para que le consiga una lmpara maravillosa encerrada en una cueva. Aladino la
consigue y descubre que encierra un genio que debe cumplir sus deseos. Shua se
pregunta qu pas con la lmpara de Aladino mientras l dorma y juega con la
ambigedad sexual en este texto en el que es la mujer de Aladino la que frota la
lmpara. La escritora argentina inventa un personaje: la mujer de Aladino y la convierte
en adltera. Le engaa con el genio, la parte ms atractiva de Aladino. El ser que puede
colmar todos sus deseos obviamente es el genio.
Mientras Aladino duerme, su mujer frota dulcemente su lmpara
maravillosa. En esas condiciones, qu genio podra resistrsele?391
En Los instrumentos de la historia Denevi se pregunta si Salom se arrepentir
en la vejez de no haber pedido a Herodes algo ms valioso que la cabeza de San Juan
Bautista, es decir, pone al lector en la situacin de preguntarse qu pas despus.
Vuelve al tpico de la mujer materialista y reflexiona sobre la edad y sobre cmo en la
vejez se vive en el mundo de los recuerdos y se aora lo que no se ha vivido. Por otra
parte, ni siquiera en la vejez hay garanta de que uno comprenda lo que ha vivido.
Salom no tiene ni idea de la trascendencia del personaje que pidi que fuera
decapitado. Aparte de materialista, es superficial y tonta: la vida del Bautista o de
cualquiera se puede equiparar a unas perlas o un abrigo de piel?
2.2.4 Citas o alusiones literarias
La gnesis de algunos textos est en la cita de una frase pronunciada o escrita
por un autor consagrado, que normalmente revierte en microrrelato con una narratividad
escasa. En ocasiones podemos encontrar tambin atribuciones falsas a algn escritor,
procedimiento frecuente en Borges o en Denevi.
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Borges utiliza como excusa una supuesta cita de Coleridge para narrar un sueo
que tuvo una noche en el que unos dioses venidos a menos de diversas tradiciones
(Thoth, Jano, etc.) aparecan en la Facultad de Filosofa y Letras y eran disparados por
los estudiantes. El ttulo Ragnark es muy significativo ya que Ragnark hace
referencia segn la mitologa nrdica a una batalla del fin del mundo en la que los
dioses estn destinados a combatir. El mensaje es que los dioses de la antigedad solo
perviven en las personas cultas, se ha convertido en una especie de esnobismo. Los sita
en la Facultad de Filosofa y Letras. Estn demasiado lejos y nuestra sociedad es
demasiado distinta a las sociedades en las que dichos dioses surgieron. Borges los
describe como seres embrutecidos, que dejan entrever cierta miseria moral y fsica.
Resultan decepcionantes. De ah que acabe con ellos, lo cual es lo ms contradictorio de
la historia: los dioses por definicin son inmortales. Y esto podra hacerse extensivo a la
cultura clsica y egipcia: solo presentan inters para una lite muy concreta. Si hoy en
da pensamos que el dios que sepult a los dioses clsicos ha muerto, qu quedar de
ellos?
Eduardo Berti en un texto escasamente narrativo llamado Laringe se pregunta
si ser cierto que uno no puede pensar notas que no sera capaz de cantar porque eso
supone un lmite a nuestra imaginacin. De hecho, los deseos que podemos concebir
van ms all de nuestros lmites corporales aunque las insatisfacciones seran menos,
tal vez nulas, de tener laringe nuestros anhelos ms extremados. Pero no se trata de que
nosotros solo pensemos las notas que somos capaces de cantar, tampoco podemos
pensar una letra que no conozcamos: la clave est en la combinacin de esas notas, esa
es la va de los anhelos de la que habla al final. Podemos crear msica con unas notas
limitadas, ideas con las palabras que conocemos; por lo tanto, tenemos combinaciones
342
infinitas. Tambin hay infinidad de cosas que desear y que no desear y eso nos
convierte en ilimitados.
La idea de la metamorfosis entre seres humanos y animales es llevada al lmite
por Berti en Vueltos bestias que, con la excusa de una cita indirecta de Apuleyo, narra
la historia de una prima suya que buscaba animales que previamente haban sido
humanos con el mtodo de llamarlos por su nombre genrico a ver si reaccionaban. En
realidad se trata de que hay demasiadas personas embrutecidas a nuestro alrededor, no
hace falta ir al zoolgico, sino recordarles a determinados individuos su cualidad de
personas y despertarlos de su embrutecimiento. Para ello, la mejor herramienta es la
palabra.
Lagmanovich para escribir Empezar se basa en una cita de Pascal, que le
recuerda al ttulo de un libro de Roland Barthes y habla de la complejidad que
encuentran los escritores a la hora de elegir el comienzo de sus historias, sobre todo en
el caso de las minificciones que al ser tan cortas no puede hablarse de su comienzo,
mitad o fin. Hace referencia al tpico del escritor con pnico ante la hoja en blanco,
pero al adornarlo con pascal parece menos vulgar. El autor argentino acenta esa
dificultad al hablarnos de los microrrelatos debido a su brevedad.
Roberto Perinelli en Estrategia elige un narrador protagonista que recurre a las
palabras de Goethe que recomienda la adulacin para paliar la falta de amor y, de esa
manera, librarse de una mujer que no le interesa. Nos habla de lo difcil que es la
comunicacin, sobre todo cuando se trata de expresar sentimientos. Cuando no se sabe
cmo decir algo se recurre a los gestos (cigarrillos, caramelos) o bien a las palabras de
otros. Cuando la comunicacin de los sentimientos fracasa, lo nico que debera quedar
es la cortesa y es lo que sucede en el texto.
343
Almas de Ral Brasca est basado en las citas consecutivas de escritores que
vivieron a principios del siglo XX. Comienza con el mexicano modernista Amado
Nervo, pasa por el italiano Alberto Moravia y acaba con el uruguayo Felisberto
Hernndez. El ttulo es la clave temtica que une todas las citas. Hace referencia a la
metempsicosis o transmigracin de las almas, de la que ya habla Platn y en la que han
credo distintas culturas y autores a lo largo de la historia. Lo curioso del microrrelato es
que el autor no dedica su pensamiento a la cuestin de si existe o no la transmigracin
de las almas, sino a intentar indagar a travs de otros el dnde y cmo estn esas almas.
Lo hace de tal forma que nadie niega el hecho de la metempsicosis.
344
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teniendo en cuenta que su vida entera gira en torno a ella. Todos sabemos que era
admirador de Lugones y comienza el libro con una dedicatoriamicrorrelato titulada A
Leopoldo Lugones en la que suea un encuentro suyo con el poeta argentino, tambin
autor de microrrelatos que tiene lugar en un espacio que adopta tintes mgicos para un
lector empedernido como Borges y cuya importancia queda resaltada por las
maysculas que utiliza para referirse a l: la Biblioteca. Reflexiona sobre el tiempo ms
que sobre los sueos y reconoce que es su vanidad la que ha creado esa escena
imposible, en la que habla con un muerto; de ah que cite la Eneida: van entre las
sombras porque Lugones est muerto y Borges es un an no muerto as que llegar el
instante en que ese dilogo tenga lugar si se cree en el ms all. De hecho, lo que
perdurar es el libro, la Biblioteca es el tiempo disecado y conservado mgicamente.
A continuacin proponemos dos ejemplos en los que Borges escribe desde la
primera persona como un narrador personaje secundario, ya que se dirige a su amigo
muerto Abramowicz y, como siempre, no puede evitar hacer referencias literarias. Entre
sus palabras asoman nombres de escritores como Laforgue y Baudelaire y de personajes
como Raskolnikov (protagonista de Crimen y castigo de Dostoievski), el prncipe
Hamlet que protagoniza la tragedia de Shakespeare o Yorick, el bufn con el que
Hamlet jugaba cuando era nio.
En Elega Borges utiliza un narrador en primera persona, pero se dirige a
Abramowicz utilizando la segunda y recuerda momentos que vivieron juntos en los que
la literatura juega un papel fundamental. El segundo texto, aunque se titula
Abramowicz es tambin una elega en la que recuerda a su amigo muerto una noche
acompaado de otras personas que le conocieron. Los dos textos estn ms cercanos a la
epstola que a la narracin puesto que estn construidos en torno a una apelacin a su
narratario: Abramowicz, el amigo que ha pasado a mejor vida.
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reunirse con ellos. Esta idea nos lleva a pensar en la cantidad de cosas que caben en una
misma palabra: un mismo nombre puede contener vidas totalmente distintas. Adems,
caben hasta generaciones porque se ponen de acuerdo para poner a sus hijos el mismo
nombre.
Lagmanovich reflexiona sobre el acto de escritura en Escribir desde su propia
identidad pues nos confiesa que ya no es joven, que est cerca de la muerte. En unas
cinco lneas este crtico nos expone un ciclo vital que va desde el nimo de la juventud y
el afn de permanencia hasta la serenidad y la sabidura de la persona anciana que ya no
tiene nada que anhelar. La escritura es la excusa para resumir una vida, no el motivo del
texto.
ESCRIBIR
Cuando era joven, escriba para llegar a ser. Hoy, ya cerca de la muerte,
escribo para no ser. Mi meta es la inexistencia. Cada prrafo es un logro ms en
la bsqueda de la negrura a la que aspiro. Y el ltimo prrafo, ese que quedar
para siempre inconcluso, ser tambin mi ltimo triunfo, la definitiva ausencia
de m mismo393.
2.3.1.1.2 Borges
Jorge Luis Borges es un personaje recurrente, no solo en sus propios textos, sino
tambin en los de los dems, unas veces como protagonista y otras como personaje
secundario.
Roberto Modern en Historia de Juan Guillermo Borges nos habla de un
supuesto primo del escritor y deja a Jorge Luis en un segundo plano en este microrrelato
en el que el apellido Borges tiene una gran importancia. Algunos poemas atribuidos a
Borges en realidad habran sido escritos por su infortunado primo. Se construye un alter
ego al que dota de entidad fsica (aunque sea un personaje), le da nombre y apellidos y,
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gracias a ello, avanza un paso ms en la senda que el propio maestro abri con Borges
y yo, consiguiendo as un texto claramente borgeano. Por otro lado, observamos una
alusin a los errores de los crticos y a su falta de comprensin en algunas ocasiones
porque en el fondo no pueden entender lo que desean expresar plenamente ya que a
nadie puede conocrsele solo por sus escritos y mucho menos a un escritor tan complejo
como Borges.
El fragmento que analizamos a continuacin es una curiosa miscelnea de
Anderson Imbert titulada Ao 557 en la que al principio nos confiesa que recurre a
una cita de un libro y otra de un peridico para que el lector comprenda la ancdota, en
la que Borges es uno de los personajes principales. El ttulo responde a la poca de los
versos que se citan al final, de la poetisa Safo, conocida por vivir en la isla de Lesbos y
por sus relaciones homosexuales con otras mujeres. Tanto la novela como la pelcula
analizadas en el texto son reales.
En este microrrelato se crean varios relatos como un poliedro con diferentes
caras que, al unirlas, crean una forma. En cada una de las caras aparecen unos
protagonistas distintos, se refiere a situaciones diferentes y a momentos temporales
dispares. Los dos primeros estn prximos entre s: 1931-1932, mientras que el tercero
dista cuarenta aos. Lo que tienen en comn los tres el pegamento que nos sirve para
unir ese poliedro- es algo figurado: una novela, despus una pelcula y en el tercero una
conversacin sobre la pelcula. Es decir, Anderson Imbert parte de la realidad la crisis
del 29-, esta le lleva a un autor que escribe una novela, que determina una pelcula y, al
cabo de los aos, tanto la novela como la pelcula determinan reflexiones, entre ellas la
de Borges.
El texto termina con unos versos de Safo, que nos remiten al ttulo (557 A.C.).
Juega con tres momentos temporales que en realidad sirven para comprender el poema
349
de Safo, escrito antes de Cristo. Nos quiere decir que a pesar del paso del tiempo y de
que sigamos estudiando, los clsicos siguen vigentes y nunca terminaremos de
entenderlos del todo.
Lagmanovich en Borges por Borges con una sola oracin nos transmite la
maestra de Borges que lleva al lmite el lenguaje y la realidad en su literatura. Todo lo
que multiplicas por cero lleva a la nada, la profundidad. Consigue un efecto parecido al
que transmite Borges con su literatura: pesimismo y profundidad. Se fija en el carcter
depresivo de Borges, parece que est autolimitndose. Sus textos son muy reflexionados
y se ve que corrige mucho: Borges llevado al extremo sera la inaccin creativa, la nada.
BORGES POR BORGES
Como multiplicar por cero: te espera la nada394.
David Lagmanovich tambin nos habla de un error relativo a Borges en
Equvoco. Juega con la ambigedad al presentarnos a un personaje ciego caminando
por una de las calles ms emblemticas de Buenos Aires para despus deshacer el
equvoco: no era Borges. El autor nos habla del Borges ntimo contenido en el texto
de Borges y yo, un Borges independiente de la fama, el yo fsico del autor, con sus
miserias y debilidades.
En el texto de Mara Elena Lorenzn (Fallas) Borges aparece en el sueo de su
protagonista que, sorprendentemente, es una mujer. Cita a Morfeo, uno de los mil hijos
de Hipno (Sueo) en la mitologa griega, que se caracteriza por adoptar forma humana y
aparecrsele en sueos a las personas dormidas. El personaje que suea no pone en
cuestin que en sueos sea otra persona, pero s se sorprende del cambio de gnero: no
entiende que se convierta en un hombre mientras duerme.
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2.3.1.1.3 Coleridge
What if you slept? And what if, in your sleep, you went to heaven and
there plucked a strange and beautiful flower? And what if, when you awoke, you
had the flower in your hand? Ah, what then?395
El poeta romntico ingls Samuel Taylor Coleridge, uno de los fundadores del
romanticismo ingls junto a William Wordsworth con sus Lyrical ballads, es utilizado
como personaje especialmente en relacin a la temtica onrica en la lnea del
microrrelato de la mariposa y Chuang Tzu inspirndose en el que acabamos de citar
aqu y que Borges traduce de la siguiente manera: Si un hombre atravesara el paraso
en un sueo y le dieran una flor como prueba de que haba estado all y si al despertar
encontrase esa flor en su mano... entonces qu?396.
Denevi utiliza como personaje en sus Falsificaciones a Coleridge y su famoso
poema Kubla Khan terminado en 1797 y publicado gracias a Lord Byron en Christabel,
Kubla Khan, y Los dolores del sueo en 1816.
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noche, fatiga la vista hace referencia a que ha creado un universo tan propio, tan
personal, que ya no sale de l.
2.3.1.1.5 Otros autores
Normalmente cuando los escritores son los protagonistas del microrrelato o
simplemente personajes que aparecen en l, se cuenta alguna ancdota relacionada con
su vida y a veces con su obra pero sobre todo con la primera. Aportamos varios
ejemplos en los que se incide en detalles biogrficos de los autores como la
homosexualidad de Verlaine y Rimbaud o la de Oscar Wilde, este ltimo texto adems
utiliza el ttulo de la novela de Choderlos de Laclos.
Denevi resalta en La contemporaneidad y la posteridad el contraste entre lo
contemporneo y la ptina con que lo maquilla el paso del tiempo. La relacin entre
Verlaine y Rimbaud fue bastante controvertida. El segundo se muda con Verlaine y su
mujer en 1871, ya que deseaba vivir en Pars y dedicarse a la literatura. Al poco tiempo
ambos se hacen amantes y Verlaine se va con el joven poeta a Londres y luego Blgica.
Dos aos despus, siguiendo el consejo de su madre, Rimbaud decide terminar su
relacin amorosa con Verlaine, pero ste fuera de s hiere de un tiro a Rimbaud y es
condenado a dos aos de prisin.
En el texto de Denevi, el mismo acadmico que se escandaliza por la relacin
sexual entre hombres, escribir una tesis laudatoria sobre la poesa de esos dos hombres.
Parece que los estudiosos de la literatura o no entienden o no comparten lo que leen.
Separa dos mundos: la realidad y la cultura. Una cosa es lo que estudiamos y otra muy
distinta lo que es la vida: gris, convencional, burguesa El estudioso observa e intenta
comprender, pero lo hace desde un punto de vista racional, es decir, pierde parte del
mensaje literario y se nos presenta como alguien censurable: un delator. Parece que
busca las faltas, los defectos, lo reprobable. Sin embargo, el final es genial: nos dice que
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
356
en el bolsillo de Verlaine hay un poema que se titula Vers pour etre calomni, por lo
tanto el crtico est haciendo lo que se le pide.
Por otra parte, en Amistades peligrosas, Marco Denevi hace bromas acerca de
cmo vivieron los amigos de Oscar Wilde la acusacin de sodoma del escritor y, en
concreto, cita a Aubrey Beardsley, famoso ilustrador ingls del crculo de Wilde que
muri con tan slo veinticinco aos aunque de tuberculosis, no de satiriasis como
irnicamente afirma Denevi. Habla del poder de la literatura: hasta dnde alcanza el
poder de la palabra y si esta puede matar. Los amigos tienen miedo por si Oscar Wilde
los saca a relucir en el proceso en el que se juzga su homosexualidad: si aparecen
mencionados como testigos sus carreras corren peligro. Puede que se refiera a que sus
amigos exageraron sus relaciones sexuales con mujeres (satiriasis) para no ser acusados
de sodoma.
Lagmanovich en El narrador utiliza un narrador personaje secundario para
hablar de un gran contador de historias, el nico hombre blanco de todos ellos que les
hablaba de viajes, de amor, de todo un poco, y en la ltima palabra del texto nos
descubre su identidad: Robert Louis Stevenson, el novelista britnico autor de La isla
del tesoro entre muchas otras obras. El texto est basado en su biografa. De hecho,
Stevenson muri en Samoa y all los aborgenes lo haban bautizado como tusitala: el
que cuenta historias. Puede que un lugar apartado como Samoa se entienda mejor que
en otros sitios el valor de la palabra: la narracin originalmente es oral y all se practica.
Solo hay narradores, no escritores. Y durante miles de aos ha sido as. En la raz de las
culturas estn las tradiciones orales: todos ramos hermanos en la infinita msica de su
palabra y eso por encima de las razas. No olvidemos que la cultura de un pueblo se
basa tambin en relatos. Tambin dice: como si los dioses vinieran a nuestra
357
compaa, es decir, la mitologa est basada en historias y los narradores tienen algo de
demiurgo ya que crean mundos con la palabra.
Anderson Imbert en Sadismo y masoquismo plantea un original encuentro en
el infierno entre dos famosos libertinos: el marqus de Sade y SacherMasoch, en el que
cada uno hace gala de su sadismo (en el sentido de crueldad refinada) y su masoquismo
(perversin sexual del que goza con verse humillado o maltratado por otra persona)
respectivamente. El personaje del marqus de Sade cobra sentido contrapuesto a la
religin catlica: hace lo mismo que dice Sor Juana Ins de la Cruz en la cita y lo sita
en el infierno. Segn las representaciones tradicionales del infierno, este es un cuarto de
juegos de puro sadismo: el infierno es sufrimiento y si pensamos qu hacen los msticos,
descubrimos que son masoquistas (se someten a torturas, no comen) y, en el fondo,
todo es un juego de palabras: tanto el masoquista como el sdico juegan.
Anderson Imbert en un texto titulado En la pedana toma a dos personajes que
realmente existieron como protagonistas: Macedonio Fernndez (escritor que hemos
analizado en la Minihistoria del microrrelato argentino) y Alejandro Korn (intelectual,
psiquiatra, filsofo y esgrimista) y los sita en una pedana en plena discusin filosfica
acerca de la existencia o no del otro. Nos recuerdan a los sofistas que basaban su
supuesto conocimiento en la argumentacin y a menudo eran despreciados por el resto
de filsofos porque pensaban que no saban filosofa, que lo suyo se quedaba en
palabras. Adems, los nombres de los dos protagonistas son griegos: Macedonio y
Alejandro y practican la esgrima dialctica hasta el punto de que dudan de su existencia
real y por lo nico que existen es por la esgrima en s misma (la esgrima literal en el
relato, smbolo de la esgrima dialctica) hasta tal punto que pueden desaparecer y lo
nico que queda de ellos es el debate.
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y contempla la Francia de su momento a vista de pjaro con una lucidez que supera la
de cualquier otro, con una amplitud de miras reservada a muy pocos. Y, desde la altura,
fija la atencin en un lugar que despierta su inters. En ese momento interviene la
suntuosa pluma que constituye su angelical atributo. La realidad en la que se ha fijado
no cambia; sin embargo, el escritor se convierte en una figura brillante. Balzac no
cambia la realidad que nos describe, en una alusin al movimiento literario que cultiv:
el realismo; el que se eleva, brilla y deslumbra es l mismo en su oficio de novelista.
Shua en Catulo: plegarias atendidas hace burla del discurso amoroso de
Catulo, un poeta latino que escribi uno de los corpora de lrica amorosa ms intensos
de todos los tiempos a su amada Lesbia probablemente inspirndose en el poema II:
Pajarillo, cosita de mi amada,/ con quien juega, al que resguarda en el seno,/ al que
suele dar la yema del dedo/ y le incita agudos picotazos. Shua, desde el poder que le
confiere su cualidad de escritora, concede a Catulo su deseo ntimo convirtindole en
pjaro. Trastoca as la tradicin: en lugar de una rana, un pjaro; en lugar de un
prncipe, un poeta. Con un final que desazona, que parece querer advertirnos del peligro
que supone que se cumplan nuestros deseos.
CATULO: PLEGARIAS ATENDIDAS
Quin fuera el pajarillo de mi Lesbia, dice el falso Catulo, satisfecho,
para disimular su identidad de ave, mientras el verdadero poeta se desespera
piando, tratando de volver a pronunciar las palabras mgicas que ahora le estn
vedadas a su pico, a su lengua de pjaro402.
2.3.1.2 El escritor como artificio literario
En numerosos casos encontramos que los microrrelatos tratan de escritores
inventados aunque en algunas ocasiones los autores de microrrelatos se inventan una
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constante, algo que parece imprescindible para un escritor) y esta hormiga escribe
poemas cuentos, microrrelatos con lo cual parece representar la realidad. Adems,
entre el escritor y el pblico en muchos casos se encuentra alguien que ejerce un criterio
arbitrario, que se atribuye en representante de todo el pblico buscando lo que piensa
que puede gustarle, con un papel de anticreador que censura y limita. La cualidad del
escritor ha de ser la perseverancia hasta dar con un texto susceptible de ser publicado.
2.3.1.2.2 Arquetipos de autores
De igual modo, encontramos microrrelatos en los que aparece un escritor en
abstracto, una especie de arquetipo del escritor al que no se le atribuye ningn nombre.
Cuando el narrador utiliza la primera persona hay cierta tendencia a identificarlo con el
autor del texto, aunque no debemos olvidar que el narrador es uno de los elementos de
la narracin, un punto de vista que elige el autor para contarnos la trama desde la
limitacin que ste le impone y que no tiene nada que ver con la figura del autor
excepto en la autobiografa.
Lagmanovich insiste en Ttulos con la idea de la hormiga escritora, aunque en
este caso no se trata del personaje, sino del ttulo del libro de un amigo suyo escritor que
utiliza nombres de animales para sus ttulos y el editor, suponemos que harto, le
propone un ttulo que arranca la sonrisa del lector: El zologo ignorante. El texto
constituye una burla acerca de la mala literatura. Se re de los malos escritores que
apenas alcanzan a su crculo ms prximo de familia y amistades a base de textos
pretenciosos y absurdos. Habla de que es gratuito y eso afecta a las ventas y se burla de
la literatura cuando se queda en un juego del autor sin llegar a alcanzar al pblico.
En este otro ejemplo Faltaba la sal, David Lagmanovich utiliza trminos
culinarios para referirse a lo que la protagonista va agregndole a su novela: sal,
pimienta, condimentos criollos Como suele hacer, solo al final del texto se desvela
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
365
que no se refiere a nada comestible: Espero que usted, como editor, me diga si esta
novela tiene ingredientes atractivos para el pblico, que est cada da ms exigente en
estas cosas del sabor. Se trata de ver cmo el autor en realidad cocina una historia. Hay
cuestiones de aderezo de estilo- que resulta imprescindible usar con mesura y oficio y
se corresponden en el microrrelato con la sal, la pimienta, la paprika o el vino blanco en
la cocina, pero resulta imprescindible tener algo sobre lo que escribir: los ingredientes
principales del plato para cocinar y, en este caso, se refiere a cuentos antiguos. Una vez
que el plato est terminado, es decir, la novela escrita, an tiene que superar una ltima
prueba: el paladar del editor. En definitiva, sera el estilo el asunto que constituye la
novela en s y adems la edicin que parece otro gran obstculo a salvar.
Ildiko Valeria Nassr elige un narrador interno protagonista femenino que
podemos identificar con ella misma en Palabras. Pensemos que las palabras son lo
ms parecido al pensamiento y no dependen de nuestra voluntad. Cuando los
pensamientos constituyen una crcel para la persona el escritor bordea la locura.
No obstante, opta por la impersonalidad de los infinitivos en Plan de escritura,
que se basa en el procedimiento de la anfora del verbo escribir para redactar una lista
de cosas pendientes relacionadas con su vocacin de escritora. Nos describe el camino
que hay que seguir para llegar a ser escritor. Parece que se trata de algo laborioso,
cansado, que se basa en la perseverancia. Sobre qu se escriba al final resulta menos
importante ya que la propia escritura conduce a territorios desconocidos. En todo caso,
se aconseja hacer versiones, homenajear, resumir e incluso entrar en lo irreal.
Javier Villafae en El viejo escritor elige a un literato de avanzada edad como
protagonista para este texto en el que ocurren hechos fantsticos. Mariposas, araas y
golondrinas comen partes de su cuerpo y dejan las manos para el final, as le permiten
terminar el cuento. Nos dice que lo que sobrevive al escritor son sus historias, lo nico
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que sobrevive a la persona es lo que esta deja escrito. Lo ltimo que vive del escritor
son sus manos trabajando en el teclado y, a su vez, lo que le sobrevive es la materia con
la que ha hecho sus escritos: golondrinas, mariposas, las mujeres que ha amado Y son
sus escritos y lo que de l perdurar lo que a su vez le devora. Es el cuento que escribe
el que termina con el escritor de carne y hueso como si el texto lo fagocitara.
El mismo autor en El viejo poeta retrata a un poeta extremadamente
minimalista que no consigue publicar a pesar de que su texto sintetiza toda su vida y es
un punto. Nos hace reflexionar acerca de hasta qu punto se puede condensar en unas
palabras una biografa, la del autor. Siempre habr que seleccionar situaciones,
personajes, desechar momentos En realidad se trata de escoger fotogramas para con
ellos formar una pelcula. Si esta seleccin la exageramos como podra haber hecho
Borges, llegamos al rasgo ms simple de toda la escritura, que es el punto. Nadie puede
decir que el viejo poeta no hay escrito, simplemente ha sido muy selectivo.
Shua, con su temtica onrica caracterstica, escribe sobre varios personajes que
suean, entre ellos el autor, que envidia la inocencia de los personajes frente a la
responsabilidad que supone ser autor o incluso soador. Buena parte de lo que el
escritor cuenta forma parte de su biografa: crea personajes que tambin pueden crear
otros personajes y todo esto determina una responsabilidad y, en cierto modo, puede que
aore ser el personaje segn el texto, pero no olvidemos que los escritores
frecuentemente vuelcan en los personajes sus propios anhelos.
El autor suea a un hombre que suea a otro hombre y es a su vez soado
por un tercero que es quiz el mismo autor. Frente a la responsabilidad del
soador, el autor parece aorar la inocencia final del personaje405.
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propia biografa del escritor, en lugar de preocuparse por cmo influye la obra en el
pblico, que suele ser la pregunta ms corriente.
Lagmanovich nos sita en un ambiente de tribu en el que un contador de cuentos
(relacionado con la oralidad, una de las primeras formas de literatura) que es derrotado
por la oposicin como si se tratase de poltica por repetir siempre Haba una vez
(ttulo del microrrelato) para comenzar los cuentos. Sin embargo, al llegar al poder, el
nuevo contador de cuentos tambin utiliza un recurso de enmarcacin: rase una vez.
Entre parntesis Lagmanovich aade una informacin que contrasta con el tono de la
historia: (a diferencia de su antecesor, l haba ledo a los estructuralistas). Hace
referencia a que la escritura o el relato en realidad siempre ha sido el mismo desde que
comenzaron a contarse historias hace miles de aos, desde la invencin de la escritura,
que ya desde el comienzo contaba historias anteriores a ella. La materia prima de las
narraciones siempre ha sido y ser la misma: la vida. Solo han cambiado cuestiones
estilsticas y contextuales: Haba una vez frente a rase una vez, por ejemplo.
Como vemos, David Lagmanovich en Los cuatro elementos utiliza
frecuentemente ese arquetipo de escritor como protagonista en unos textos que se
deducen producto de la reflexin acerca de su propia actividad como escritor y cuya
escasa narratividad es notable. De hecho, los recoge en un epgrafe del libro titulado
Perplejidades. Veamos varios ejemplos: Escritores, Fin del libro, Tentativas
Escritores trata de la hipocresa de algunos literatos ante los periodistas y sus
envidias con respecto a las jvenes generaciones. Se trata de que para escribir hay que
copiar, tomar modelos, leer la obra de los escritores consagrados. De hecho, no hay
alabanza ms sincera que la imitacin y eso lo sabe el escritor consagrado y se
vanagloria de ello, por eso lo acepta ante el periodista. Sin embargo, ntimamente, sabe
que al escritor novel le falta mucho todava ya que lo tiene que usar a l como personaje
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sonoridad al texto y son ms o menos oportunas, todo eso no solo determina la calidad,
sino que constituye el material con el que trabaja el escritor.
Tambin se burla del engreimiento de algunos autores en Vanidad de escritor,
donde nos describe a un escritor enojado porque no ha sido incluido en la lista de
grandes plagiarios del siglo. En realidad, podramos decir que todos los escritores son
vanidosos. Sin vanidad no se puede tener la osada de publicar, da igual el gnero del
que hablemos. Adems, todos los escritores han plagiado en mayor o menor medida,
sobre todo en sus comienzos. Todos los escritores plagian y son vanidosos.
En un texto fantstico de Eduardo Berti titulado Este libro no existe un
hombre se convierte en escritor tras haber soado que escriba un libro melodramtico.
Era tan malo que siente la necesidad de resarcirse en la vida real. Quiz Berti plantea
alternativas de sueo y vigilia que van complicando la trama en exceso para justificar el
inicio de la escritura, el proceso de sentarse a escribir. En el fondo quiere comunicarnos
que el texto surge de lo que los clsicos llaman inspiracin, pero, en todo caso, plantea
que las ideas que el escritor plasma vienen de algo muy profundo, de un estado del que
el escritor ni siquiera es consciente del todo.
Orlando Van Bredam identifica las tertulias literarias con una secta en la que
sacrifican metafricamente a los poetas que triunfan en su texto Secta literaria. Sin
embargo, sus sacrificios no tienen xito porque, a pesar de que los escritores hunden sus
cuchillos en los poemas ajenos, los autores de esos poemas les sonren desde los
suplementos literarios. Identifica a los poetas con una secta porque son un grupo
reducido de personas que comparten fuentes, lecturas, sitios de reunin Por otra parte,
si hay algo que caracteriza a los escritores en general y a los poetas en particular es,
como acabamos de decir, que son vanidosos y que, como lo que buscan siempre es el
aplauso del pblico y el reconocimiento literario, son envidiosos entre ellos. Y como
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saben de qu est hecho un poema mejor que nadie, tambin saben desnudar los versos
y deshacer un poema, a eso se refiere cuando habla de sacrificar a algn poeta. Utilizan
cuchilladas literarias que no significan el fin del poeta sacrificado, eso va con el oficio y
por eso se sigue publicando.
Eugenio Mandrini en No todo es desierto en el desierto lleva a la literalidad la
idea de que los poetas son capaces de inventar nuevos mundos con la historia del poeta
que se convierte en espejismo. La poesa en realidad es espejismo, se hace a base de
irrealidad, por lo tanto, aunque se hable de ello, las palabras son solo palabras: en el
poema no hay hambre, fro o dolor de verdad, son solo palabras. Se trata de imgenes, y
eso determina que la muerte no pueda alcanzar al poema porque no puede alcanzar algo
que no existe. De ah que el poeta pueda morir, pero jams el poema. El espacio elegido
por Mandrini es tambin un acierto porque un poeta en el desierto no obtiene el
reconocimiento de los otros poetas, ni siquiera lectores.
Ral Brasca en un dilogo entre dos personajes titulado Artes y oficios resalta
la capacidad de mentir de los escritores y los compara con los estafadores. No sabemos
si se trata de una charla entre una pareja o quiz entre amigas, pero cada vez que uno
elogia un oficio el otro le pregunta si se ha acostado con el hombre en cuestin. Hace
referencia a que todo escritor tiene algo de charlatn, que es alguien que te embauca con
lo que dice, que te engaa con palabras, que te convence para ir a la cama, para venderte
algo, que te estafa y por eso la literatura tiene bastante de mentira, de charlatanera. El
secreto quizs es que no se note que es literatura: que no se dice nada y que adems se
trata de mentiras. El escritor ha de saber engaar bien al lector, es decir, llevrselo a la
cama.
Anderson Imbert presenta la paradoja del tintero cerrado en El escritor y su
tintero, que constituye un mundo lleno de posibilidades para el escritor, pero si lo abre
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todo lo que se puede hablar (mujeres, amigos, estrellas fugaces, poesa). Son poetas
porque hablan. Desgraciadamente, lo que dicen los poetas no est al alcance de todo el
mundo. Su afn de trascender, su lenguaje especial, su intencin, sus imgenes solo son
comprendidas por unos pocos que incluso a veces no son poetas.
Anderson Imbert en su texto La fama personifica a la fama que le promete a
un poeta que estar ah cuando un periodista inicie un estudio sobre su obra, pero se
refiere a una fama pstuma. Lo que persigue el escritor siempre es el reconocimiento: se
escribe para conseguir la inmortalidad, para ser recordado. Y a eso consagra su vida. En
muchos casos el poeta no llegar a ser reconocido en vida. La fama, ese personaje
esquivo y caprichoso, solo se fija en alguien despus de su muerte en este texto. Aunque
no olvidemos que dicha fama constituye un antdoto contra la muerte. Est por encima
del autor y es ajena a su voluntad; no importa lo que este haga, puede que la alcance o
no.
Los libros por venir de Eduardo Berti cabra tambin en otro apartado de
nuestra clasificacin: en el de citas o alusiones literarias, puesto que acaba con una cita
literal de Valry, pero lo hemos incluido aqu porque trata de una poetisa. En cualquier
caso, mediante un sueo, la amiga poetisa y el narrador llegan a la conclusin de que
muchos libros tratan de lo mismo aunque sean muy diferentes. Al igual que una
maqueta es solo la idea para construir un edificio o un boceto sirve para iniciar un
cuadro, una idea argumental apenas sirve para intuir lo que ser la obra final. Es ms,
hay ideas que serviran para infinidad de libros perfectamente diferenciables (unos
amenos, otros aburridos, largos, cortos, buenos, malos) cuyo resumen podra ser casi
idntico. Berti se refiere a que la escritura o el arte en general no se entiende sin los
materiales, sin los colores, sin las palabras, sin los matices.
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Berti en Esqueleto vuelve a utilizar la frmula (aunque antes era una amiga
poetisa): un amigo escritor para comenzar el microrrelato. Este amigo ha utilizado
una estructura de lenguaje como base para sus doce cuentos que consiste en la
utilizacin de conectores concretos en determinadas partes del relato a la que llaman
esqueleto y que ha suscitado entusiasmos por parte de lectores y editor. Nos
demuestra que una misma estructura del relato soporta infinidad de combinaciones. De
hecho, las formas poticas constrien el lenguaje y hay que ajustar las palabras a una
estructura formal. Sin embargo, nadie duda de la variedad de sonetos que pueden
conseguirse, por ejemplo. Propone ejercicios de estilo que pueden ayudar a escribir, es
una manera de vencer la hoja en blanco.
Juan Sabia nos presenta en ltimas palabras a un escritor que duda acerca de
las ltimas palabras que va a pronunciar su personaje antes de morir y se dedica a
investigar empricamente las palabras de los moribundos hasta que le llega su propia
muerte. Pensemos que el autor siempre se identifica con sus personajes en mayor o
menor medida y cuando un personaje crece demasiado parece que sobrepasa al autor y
que no es capaz de terminar con l. Sin embargo, los personajes, al ser entes de ficcin,
siempre sobreviven a su autor. Los personajes resucitan siempre que un lector toma el
libro.
Ana Mara Mopty en Arte potica nos retrata el oficio de escritor como una
constante eleccin. Las historias siempre participan de otras historias, son fruto de
alternativas desde que se conciben y surgen de las elecciones del autor de distintas
palabras y opciones. Escribir, al igual que la vida, es elegir. En la vida elegimos
acciones y en la escritura palabras. En eso consiste el oficio de escritor: en escoger
palabras.
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Ana Mara Shua, como no poda ser de otra forma, tambin nos proporciona
unos cuantos ejemplos de microrrelatos sobre escritores.
En el primero, El autor y el lector, la argentina analiza la obsesin de ciertos
autores con el lector, que aunque no quieran escriben para l y, sin embargo, deben
decir que los verdaderos artistas piensan slo en su obra. Juega desde un punto de vista
platnico con la Idea de lector. El lector tiene el poder, acta por capricho, conoce
muchas las lenguas y todas las sensibilidades son suyas. Tiraniza, por lo tanto, al autor
porque es el nico camino a la gloria, es quien tiene la llave que abre la puerta de la
fama. Ahora bien, como todo autor es vanidoso, prefiere aparentar que est por encima
del reconocimiento, que le importa poco.
En Poetas juega con la ambigedad, hace creer al lector que el personaje es un
viajero o marinero pero, sin embargo, tanto el ttulo como el final nos remiten a gente
que se dedica a la literatura, concretamente los poetas. Los poetas son seres especiales,
bichos raros. Son minora y estn condenados a las minoras. Por encima de los idiomas
utilizan un lenguaje especial que parece al alcance de muy pocos, casi solo los otros
poetas. Son esclavos del lenguaje y ese lenguaje les aleja de la inmensa mayora de las
personas, lo que les convierte en nufragos. Les asla su forma de comunicarse.
A mi manera nos presenta un narrador que accede a firmar un cuento escrito
en su estilo por otro escritor anterior a l (Conrado Nal Roxlo). Pero, cmo va a
escribir en su estilo un escritor ya muerto? Trata sobre la erupcin de un volcn y
afirma que da igual quin firme el cuento porque de todas maneras todos van a morir
quemados, es decir, va a ser plagiado tambin. Nos quiere decir que, en buena medida,
todos los escritores plagian.
Otro problema al que se enfrentan los escritores es la disyuntiva acerca de contar
a los dems lo que estn escribiendo o no hacerlo. Shua opta por la segunda opcin en
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
378
Nunca contarlo antes. Parece poco prudente contar la idea de un relato cuando ests
con otros escritores. Al fin y al cabo, una idea es la imagen que utiliza: humo y el humo
solo dura un instante. Que el texto llegue a realizarse depende de circunstancias que
parecen ajenas al escritor, no solo de su esfuerzo. Shua dice que los dioses rechazan las
ofrendas no puras: el autor tiene la intuicin de que hay algo ajeno a l que propicia o
no la obra.
Denevi, por su parte, condensa en dos frases la problemtica que se crea entre la
escritura y la publicacin. El crtico ms honesto que realmente conoce en profundidad
una obra y todo lo que ella tiene de impostura es el propio autor porque ante l mismo
no puede disimular. Conoce todo lo que no ha sido capaz de llevar al papel y, al
contrario, todo lo que es prescindible.
Lo s deca el escritor honrado. He escrito la mitad de lo que quera
escribir y publicado el doble de lo que deb publicar408.
Bioy Casares tiene tambin textos muy breves sobre este tema. El primero,
Gran final, es ms narrativo y nos hace caer en la cuenta de que la literatura en el
fondo consiste en un afn de perdurabilidad al igual que la sexualidad: un viejo literato
pide un favor sexual a una joven para recordar ese momento antes de morir. Aunque el
personaje es viejo, al ser un escritor, la palabra le permite sentir la lujuria, disfrutar de la
muchacha hasta el momento en que muera.
El segundo, Escribir se caracteriza por su matiz aforstico y por resaltar el
carcter dialctico de la escritura. Cada frase ha ser construida y cada idea expresada;
cada lnea del texto exige un trabajo, cada prrafo requiere una toma de decisiones y
todo ello son problemas que hay que resolver. Por lo tanto, una obra siempre es un
conjunto de problemas resueltos con mayor o menor fortuna.
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PESADILLA DE ESCRITOR409
409
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Anderson Imbert en Cnyuges nos cuenta una historia de intriga acerca de una
pareja de ancianos que se parecen muchos y a los que nunca puede verse juntos hasta
que en el ltimo prrafo se anticipa a lo que calcula que estar pensando el lector y se le
habla directamente: Ya s. No me lo digan. Yo tambin he ledo cuentos as: una
sepultura secreta en el jardn de atrs no?.
Ftbol y microficcin de Juan Romagnoli es uno de esos textos que podra ser
clasificado
en
diferentes
puntos
de
nuestra
taxonoma
(architextualidad,
382
que un libro tiene que ser un conjunto de hojas de papel: ya los libros no se escriben con
plumas de ganso. Ni siquiera los gneros literarios son lo que eran.
En El orden de las personas Shua juega con la deixis de los pronombres
personales y le recuerda al lector que l es siempre la segunda persona puesto que la
primera slo puede ser el escritor: no sos ms que la segunda persona porque para que
lo vayas sabiendo, la primera soy solamente yo. El autor es el demiurgo, el que tiene
poder de vida y muerte sobre sus personajes, el que articula las situaciones. Cuando el
escritor escribe en primera persona parece el protagonista, como si fuera autobiogrfico
y en tercera cuenta hechos ajenos a l.
La autora argentina cuestiona en Las recetas de Apollinaire la inteligencia de
lo que llama el avisado lector que no hace caso de determinadas recetas que
supuestamente le propona Apollinaire en uno de sus libros porque se cree irnico e
inteligente y lo que le sugiere el escritor francs suena absurdo, pero Shua nos deja con
la duda: y si tena sentido? Pensamos que la comunicacin entre el lector y el escritor
es algo exitoso y aqu nos resalta que no siempre sucede as. De hecho, los lectores no
entienden lo mismo ante un mensaje idntico. En realidad, eso forma parte de la riqueza
de los textos: que tengan distintas lecturas e interpretaciones.
Con un paratexto que resume perfectamente el objetivo de este microrrelato (La
ardilla verosmil, Ana Mara Shua afirma sorprenderse de que su lector crea que una
ardilla puede comprender conversaciones acerca de la Bolsa colocando, de esa manera,
en guardia ante cualquier cosa que le cuente el narrador y reivindicando un lector
desconfiado. El oficio del escritor consiste en hacer que lo que cuenta parezca creble
aunque se trate de una ardilla que hable y que entienda de economa.
En El Dios Viejo del Fuego Shua nos va dando pequeas pistas para que
anticipemos lo que debera de ocurrir. Se ha construido una iglesia con las piedras de un
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
383
antiguo templo destinado al Dios del Fuego, la iglesia est llena y las puertas cerradas.
El Dios del Fuego enciende un cigarro y, cuando el lector espera que incendie la iglesia,
el texto da un giro inesperado: No va a molestarse en incendiar la iglesia slo para
darle el gusto al lector rompiendo as todas las expectativas creadas. En cierto modo,
convierte al lector en escritor. Considera que la historia tiene un desarrollo previsible y
consigue la complicidad del lector con ese guio: recordndole que l ha anticipado un
final para la historia.
Houdini, el escapista resalta el contraste entre las proezas de Houdini, capaz
de escapar de cualquier lugar por difcil que eso pareciera y, sin embargo, el narrador de
Shua lo atrapa en un libro para nosotros, los lectores. El texto puede congelar el
instante, tiene esa capacidad de hacer perdurar todo lo que contiene. Dentro del libro el
instante se recrea eternamente cada vez que un lector se enfrente a ello y, en ese sentido,
nadie puede salir de esa jaula construida entre escritor y lector.
En El circo fantasma Shua nos habla de un circo muy poco convencional en el
que el pblico es transparente con una excepcin: usted, es decir, el lector. Puede que se
refiera a todos aquellos proyectos que se quedan en la idea y no llegan a cuajar: es un
circo al que le falta lo que le caracteriza como circo: animales, pblico El libro puede
ser lo mismo: un libro sin personajes, sin accin, sin pblico, se queda sin nada. A no
ser que quien lee el texto en ese mismo momento, intervenga: si hay lector y escritor ya
hay una obra; en ese caso, habra comunicacin.
Este ltimo ejemplo de Shua titulado La hazaa de Philippe Petit compara la
hazaa de un funambulista con la de unos extraterrestres que llegan caminando a la
tierra y que suscitan un gran aplauso que nosotros, lectores y terrcolas, llamaramos
maremoto. Se refiere a que el hombre siempre ha intentado vencer a la naturaleza. En el
caso del funambulista, est sorteando la ley de la gravedad, pero el escritor tiene mucha
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2.3.3 Architextual
Hemos incluido en este apartado los textos en los que en su ttulo o en el cuerpo
del microrrelato hay una preocupacin genrica. Se intenta clasificarlos dentro de los
gneros cannicos (narrativo, lrico, dramtico) o estos mismos se ponen en cuestin as
como los distintos subgneros.
Por ejemplo, Bioy Casares en su Diccionario del argentino exquisito recoge la
entrada De novela que remite al lector a leer tambin la de De pelcula. A pesar de
que no es de naturaleza narrativa al uso, podemos encontrar la referencia a un gnero
literario as como un texto que identifica las novelas con algo extraordinario. En una
suerte de diccionario de uso del castellano relaciona la novela con aquello que sale de lo
cotidiano. De hecho, se utiliza el adjetivo novelesco para hablar de algo inusual.
Despus nos cita un prrafo en el que aparecera en este sentido e iguala la novela con la
accin, con la aventura. Pensemos que la novela de aventuras es un tipo de novela casi
por antonomasia, nadie pone en cuestin su pertenencia al gnero. Nos remite al final a
la entrada de pelcula, expresin que se usa tambin para referirse a hechos fuera de lo
normal. Sin explicitarla, nos sugiere la comparacin entre novela y pelcula, quizs esta
ltima pueda considerarse como una novela en imgenes.
Anderson Imbert en Epistolografa en dieciocho cuentos nos ofrece dieciocho
versiones de la relacin epistolar entre un hombre y una mujer resueltas por diferentes
escritores britnicos y al final nos da la suya propia: en realidad se trataba del
matrimonio francs Colette y Willy, que estuvieron unidos por la escritura (de hecho,
ella escriba y l firmaba sus obras en la serie Claudine). En dicha epistolografa
reflexiona sobre la importancia del autor en el texto. Lo que Anderson Imbert plantea es
algo semejante a lo que se hace en msica: dieciocho variaciones sobre un mismo tema.
Dado que el argumento es el mismo, lo que obviamente diferencia los resultados es la
386
387
y a veces la trasciende. Esa huida de la realidad est determinada porque esta resulta
cruel y desagradable con frecuencia. Adems, la poesa busca la belleza, la elegancia,
por eso dice que tiene algo de aristocrtica: siempre ha sido asunto de minoras y exige
una preparacin cultural. No olvidemos que implica el cultivo de una sensibilidad que
nos aleja de todo lo desagradable del mundo, que se intenta tapar con la belleza; por eso
la imagen del cisne es perfecta, sobre todo si atendemos a su origen mitolgico. La
poesa implica un doble alejamiento: aleja tanto de la realidad como de la mayora, de la
masa.
Ral Brasca utiliza en Anisotropa un trmino propio de la fsica para
explicarnos cmo la decisin de narrar de forma cronolgica o por medio de analepsis
transforma la trama de tal forma que el personaje decide al final olvidar la idea de
escribir memorias para optar por la novela. Este texto de tintes reflexivos consigue
captar la atencin del lector y tiene un aire de sinceridad. El personaje reflexiona sobre
el tiempo aparentemente, pero en realidad piensa sobre el papel del narrador y plantea
que su papel es tan importante que ni l mismo a veces es consciente de cmo su
lenguaje, la forma de presentar los hechos, etc. Varan sustancialmente el resultado
final. Unas memorias son un intento de escribir la historia personal, pero no existe la
historia objetiva porque solamente con seleccionar unos hechos y dejar atrs otros ya
hay una intervencin subjetiva.
Este texto aforstico de Macedonio Fernndez reflexiona sobre las diferencias
entre la prosa y el verso. A los dos los considera nobles, pero resalta el ritmo del verso
al hablar del tambor. La prosa es calificada de noble por la sinceridad, pero la poesa ha
de basarse en la musicalidad: los temas pueden ser los mismos que en prosa, pero con
una atencin a la forma marcada por la bsqueda de dicha musicalidad.
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389
variando. Esa mayor libertad conlleva una carga, ya que ante tantas posibilidades puede
resultar complicado elegir.
Shua en El respeto por los gneros nos ofrece una reflexin acerca de las
convenciones de los subgneros narrativos en este microrrelato en el que el personaje se
desespera por encontrar su gnero ya que si no puede quedar indito. A partir de una
situacin plantea distintas alternativas segn el enfoque que se elija. El peor castigo
para un escritor es permanecer indito, el silencio: que la obra quede en el vaco.
Resulta ms doloroso que una crtica negativa. Lo importante para que la obra sea
publicada es el editor: la literatura es un negocio y hay que adecuarse a ciertos
parmetros. El texto no debe ser demasiado raro; resulta conveniente que sea
clasificable dentro de algn gnero.
A pesar de que el ttulo ya nos despierta ciertas expectativas relacionadas con
hacer el bien y ser buenas personas, Cuento de Navidad trata sobre un personaje que
podra ser Jess en la actualidad: un solitario hippy de cincuenta y tantos que se esconde
el da de Nochebuena porque en lugar de crucificarlo sabe que los muchachos del barrio
van a intentar celebrar su cumpleaos. La autora explota la ambigedad para que sea el
lector el que elija la accin que le parezca ms acertada: se trata de un viejo o de
Jesucristo en la actualidad, a gusto del consumidor. Para jugar con esa ambigedad
utiliza el aspecto (el cristo siriaco, el modelo oriental), la fecha de cumpleaos, habla en
arameo En el fondo, nos quiere transmitir la idea de que es difcil permanecer como
alguien admirable si vives mucho tiempo; resulta mucho ms sencillo parecer un hroe
al morir joven.
Tambin encontramos reflexin architextual en El cuento de los tres deseos en
el que Shua pone al descubierto el esquema que siguen este tipo de cuentos como por
ejemplo La pata de mono de W. W. Jacobs, incluido en la Antologa de la literatura
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Un detalle anecdtico fcilmente constatable hace que algo inverosmil pase inadvertido
y resulte ms creble: la fruta de la canasta convertida en fantasma, por ejemplo.
Lagmanovich en La novela nos habla de las relaciones cine-literatura en un
texto que podra hacer referencia a la novela A sangre fra de Truman Capote que narra
la masacre de una familia en Kansas, aunque de esta novela slo se hizo una versin
cinematogrfica en 1967. En cualquier caso, el autor argentino exagera la escalada de
los hechos y a cada nueva pelcula le atribuye un mayor horror. Si la realidad fuera
suficiente, no tendra que existir la ficcin. Si la novela fuera suficiente, no tendra que
existir el cine. Si alguien escribiera o filmara la obra definitiva, nadie volvera a abordar
ese mismo tema. Lo que plantea Lagmanovich es que a partir de la realidad (ya
sobradamente dura) surge una ficcin, la novela, que distorsiona y exagera. A esa
novela se le pasa por una lente y se convierte en una pelcula que exagera an ms el
asunto original y esto sucede incluso dos veces ms en el cine (aplicndose a la realidad
otros dos aumentos). En definitiva, conseguir el inters del pblico condiciona todo el
proceso creativo.
Lagmanovich en Servimos micros, al igual que en el microrrelato Faltaba la
sal, utiliza la metfora gastronmica para tratar el tema de los micros, sobre los que
sugiere que no son fciles de apreciar por los lectores, que su gusto es adquirido. De
alguna manera, relaciona los microrrelatos con los platos que se sirven en la cocina
creativa: pensados, muy elaborados y, sobre todo, pequeos. Considera los
microrrelatos como exquisiteces. Siguiendo con la metfora, se trata de pequeos
bocados (lo cual ya nos hace pensar en manjares) que estn a la altura de los paladares
ms refinados. El acompaamiento, las salsas, etc. Solo insisten en la idea de que da
igual con qu lo comas. Su equivalente gastronmico sera el marisco: una comida no
habitual y de alto precio.
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Cortzar ofrece pistas para que el lector descifre la clave del microrrelato. Por
ejemplo, que el personaje se site de espaldas a la puerta para leer, como si lo hubiera
molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, nos sugiere que podra haber
intrusos en algn momento de la narracin.
Las pistas se constituyen en piezas que encajan a la perfeccin en el puzzle de la
trama. El narrador toma el punto de vista del asesino y recorre la casa. Cuando entra en
el saln donde se encuentra su vctima, vuelven a aparecer los ventanales, el estudio y el
sof de terciopelo verde que ya haban formado parte de la descripcin en las primeras
lneas del relato: la narracin regresa al principio, y as se completa la metalepsis; el
marco ontolgico de la novela penetra trgicamente en el del lector y acaba con toda
interpretacin lgica posible. Por tanto, en esta metalepsis Cortzar yuxtapone el plano
ficcional (la novela) y el plano referencial (el hombre que lee en su silln), disolviendo
as las fronteras ficcionales.
Cortzar convierte al lector en protagonista. La accin que desarrolla es la
misma que llevamos nosotros a cabo y as consigue que nos impliquemos ms en el
relato. Nosotros somos tambin, al menos en parte, el protagonista de lo que estamos
leyendo. Por eso, cuando en el inesperado desenlace aparece la amenaza de un cuchillo,
podemos sentirnos amenazados por l porque tambin somos lectores.
Lagmanovich en Escribir un cuento utiliza la tcnica de la puesta en abismo:
las mismas palabras con las que comienza el microrrelato son las que usa el personaje
para escribir su propio microrrelato dentro de ste crendose as una estructura circular.
Esta repeticin es resaltada por el uso de la letra cursiva en la repeticin que hace al
final: Encerrado en esta celda, considero la atroz disyuntiva a que se me ha sometido:
escribir un cuento antes de la cada del sol o ser ejecutado. En este texto el cuento es
el protagonista del microrrelato ya que, aunque tenemos un personaje condenado a
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muerte, el asunto fundamental es escribir el cuento. Al igual que al autor figurado del
cuento le va la vida en la prueba, la existencia del cuento depende de que ste sea
escrito. Nos habla de la cada del sol: cada da empieza y termina con el sol, otro ciclo
en el que se basa la vida; eso reitera el hecho de que el relato acabe y empiece con las
mismas palabras. Lo nico que puede vencer a la muerte, que tiene como imagen desde
los egipcios el declive del sol, es el texto escrito: lo que sobrevive al autor.
Romagnoli tambin se vale de la puesta en abismo en Al teclado, solo que
apretando la tecla deshacer el escritor es capaz de cambiar los hechos violentos (robo
y asesinato) por una tranquila tarde escribiendo con lo cual el texto entra en el
subgnero fantstico. El escritor tiene la potestad de actuar prcticamente como si fuera
un dios: puede volver atrs y cambiar los hechos. Adems, en este caso se trata de un
escritor profesional capaz de modificar la trama, no como en el anterior en el que el
condenado a muerte escribe como intento de supervivencia.
Anderson Imbert juega en El dormido con las diferentes posibilidades que
ofrece un argumento como el de un hombre dormido y, al darnos las diferentes
opciones, ya no hace falta escribir el cuento (aunque en realidad ya est escrito al
revisar todas las opciones que proporciona ese tema). De alguna manera, concede al
lector la ventaja de observar la escritura desde la mente del escritor. En este caso el
autor deja de ser tal porque no llega a escribir el texto. Ni siquiera sabemos cul de las
historias es la que hubiera escrito porque a partir de una frase se esbozan variaciones, tal
y como haca en Epistolografa en dieciocho cuentos. La duda es cul de estas
contiene la idea que iba a desarrollar el escritor o bien, esa cantidad de argumentos que
enumera la muchacha, que apabullan al escritor y esto le conduce a desistir de la idea de
comenzar un relato.
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una novela que va tomando cuerpo y que termina siendo algo distinto de lo que fue la
idea originaria de esta.
En El cuento es este Anderson Imbert pone en marcha una mise en abyme:
utiliza el fantasma de una mujer que se ha suicidado que va guiando a su marido a la
hora de escribir un cuento que es el mismo que estamos leyendo. De hecho, a los
lectores ms avezados ya se lo ha advertido en el ttulo con el pronombre este
consiguiendo as rizar el rizo en una especie de metametamicrorrelato. La
protagonista y narradora es un fantasma que sabe ms que el escritor (su marido viudo)
y participa de dos mundos: el de los vivos y el de los muertos. Protagoniza igualmente
el texto del escritor-personaje: la protagonista del microrrelato lo es tambin de la elega
que despus se convierte en prosa dentro del microrrelato y tiene el poder de hacer que
el escritor cambie de gnero hasta que acabe con uno ficcional: el cuento.
Ral Brasca en Bricolaje nos ensea los entresijos de una historia digna de
cualquier microrrelato al uso, lo que l llama una microficcin estndar y explora las
diferentes posibilidades narrativas que ofrece la situacin imaginada por l. El autor
teoriza sobre el microrrelato: interviene en l y lo utiliza para establecer frmulas en las
que se suelen basar buena parte de este tipo de textos.
Sin embargo, en Microbiografa del narrador demiurgo Brasca se inspira en la
filosofa para hablarnos de un narrador al que compara con el demiurgo platnico que
decide contar su vida en este texto para que no se le olviden las ideas que ms le han
interesado cuando sea viejo. De esa forma, la escritura del texto est justificada en el
texto mismo al que Ral brasca denomina microbiografa. El microrrelato desde el
ttulo nos est advirtiendo de su carcter biogrfico, es decir, deja atrs la ficcin para
entrar en el terreno de lo real. Esa microbiografa tiene su clave en el ttulo: se
autodenomina narrador demiurgo. No se trata de una biografa que cuente lo que ha
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semidestruido por una explosin. Lo que no queda claro es si se refiere al hecho de que
atravesar las Puertas (con maysculas) implique entrar o salir de la caverna. Platn dice
que los que salen quedan deslumbrados por la luz y no lograrn percibir el mundo de las
Ideas. Adems, la autora indica que, a pesar de la antigedad de este mito, sigue en
vigor y despierta nuestro inters (Ni una sola partcula de polvo ha perdurado en el aire
hermtico de la caverna) y, rompiendo la ficcin creada por sus propias palabras,
vuelca su metafrico cubo de autoconciencia sobre el lector que no se haba sentido
aludido hasta ese momento: Tome sus precauciones antes de dar vuelta esta pgina.
Como siempre, Shua nos hace partcipes del relato, crea desasosiego con la oracin final
porque juega con la ambigedad: a qu lado del marco est el lector realmente?
Sin embargo, en su microrrelato titulado En la mitad del mar nos presenta a
una narradora que se confiesa desnuda en la mitad del mar mientras lucha por articular
palabras en el agua espesa usando su lengua de madera (remo) para intentar atrapar el
hilo de la vida o el del relato. Es decir, nos presenta a la escritora perdida en busca de la
palabra necesaria para que sus textos tengan sentido. El texto tiene un carcter onrico y
surrealista: intenta hablar, salir del sueo, articular palabras, pero eso es imposible.
Hasta que no se recupere la vigilia, toda vivencia carece de sentido desde el punto de
vista de que no se puede escribir, por eso la lengua es de madera: no puede transmitirse
el hilo de la vida o el del relato.
En Pista falsa nos habla de seguir un reguero manchas como si se refiriese a
manchas de sangre, pero en el parntesis nos aclara que se refiere a un texto literario
porque las manchas son de tinta y no pueden llevarte ms lejos que de la palabra fin.
En tres lneas escasas Shua crea una trama con dos sustantivos (cadver y asesino),
marca un itinerario con otro sustantivo (pista) y nos devuelve a nuestra situacin de
lector recordando que esto solo es un microrrelato y dando por terminado el juego por
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medio de la palabra fin. En definitiva, lo nico fsico, que existe, es la tinta. Todo lo
dems est en nuestra imaginacin estimulada por el escritor.
En Robinson desafortunado Shua utiliza la misma estrategia. Nos habla de
Robinson como arquetipo del nufrago y diferentes pistas nos conducen hacia ese tipo
de trama hasta que se refiere a trminos literarios: novela, prrafos, metfora todo lo
que le lleva a un naufragio literario. El escritor sin el pblico no tiene sentido. Para
construir un relato necesita pblico, que aparece simbolizado en objetos que han sido
creados por el hombre (navaja, plvora, clavos...). Si Robinson est solo en medio de la
naturaleza, para quin escribe? El autor que no obtiene reconocimiento o la obra no
leda son claros naufragios literarios, suponen el aislamiento.
Shua, en una muestra de su caracterstico final anticlimtico titulada El mapa
del tesoro, pone en cuestin las expectativas del lector, ya que en la literatura
tradicional los buenos son recompensados y los malos castigados. Sin embargo, en este
caso, los cdigos tradicionales se rompen. Nos habla de que en la literatura actual ms
que el estilo, lo que ha variado en gran medida son los cdigos: antes los buenos eran
recompensados mientras que los malos obtenan su merecido castigo. Un destino
implacable haca justicia. El mundo actual, mucho ms cnico, se burla de los ingenuos
o considera a los idealistas directamente tontos. Hasta el amor es radicalmente
sustituido por el inters y ni siquiera la pareja sobrevive: acaban siendo tres. Muestra
una mayor indulgencia hacia los estafadores y resulta despiadado con todo aquel que no
se adapta al nivel de cinismo reinante.
Las relaciones entre autores y personajes son motivo de reflexin para Ana
Mara Shua en esta breve muestra. Algunos autores que han tenido demasiado xito con
uno de sus personajes se quejan de que han sido fagocitados por l, por eso dice que
solo una excesiva vanidad lo justifica (es decir, el escritor de xito). Es semejante al
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actor que obtiene tanta fama con un personaje que se le identifica con l y encuentra
dificultades para conseguir trabajo haciendo de un personaje distinto. Son casos de
personaje apoderndose de su autor o actor.
Son frecuentes casi un tpico literario las situaciones en que uno o ms
personajes enjuician a su autor acusndolo de homicidio, de insensibilidad, de
mutilaciones fsicas o espirituales. En cambio, solo una excesiva vanidad hace
que ciertos autores se quejen de los vergonzosos extremos a los que han sido
arrastrados por sus propios personajes412.
Shua crea un texto de apariencia fantstica en el que nos habla sobre los
cazadores de nombres y sus costumbres para terminar con una mise en abyme: habla de
un personaje que ha cambiado varias veces de nombre y que en realidad es la furtiva
escritora de esta historia. Habla del proceso de escritura, que es laborioso y se
fundamenta en las palabras, en saber combinarlas y elegirlas entre las posibilidades que
nos ofrece el idioma, adornarlo de una u otra manera y establecer trampas sutiles a
partir de todos los recursos que ofrece la literatura. En ese sentido, el escritor es un
bolgrafo (birome en Argentina), el artesano de la tinta: alguien que tiene la capacidad
de escribir.
Los cazadores de nombres no son altos. Usan bolsas pequeas que
cuelgan, fingindose aros y a veces lbulos, de sus orejas. En cada una de ellas
caben hasta siete nombres propios y dos comunes. Los nombres disecados,
clavados con alfileres, adornan las paredes de sus madrigueras: es inexacto que
les sirvan para aderezar sus alimentos, cazan nicamente por placer, por
vanidad. Suelen despojar de sus nombres a los objetos ms frecuentados por los
hombres para convertirlos en trampas. A veces, las trampas que atrapan un
nombre logran huir con l antes de la llegada de los cazadores. He conocido a un
Silvestre, por ejemplo, que antes fue maceta y a una Isolina, ne birome, furtiva
escritora de esta historia413.
Esta narradora en primera persona resulta ser en realidad una narradora
omnisciente denunciada por las palomas y una anciana ante un guardin en una plaza.
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por ejemplo. Hay cierto peligro de que los simulacros sean tomados como realidad; por
si acaso esto sucede, la autora se identifica y nos hace conscientes de que este mismo
microrrelato tambin es un simulacro, un fingimiento que a su vez narra un zafarrancho
de naufragio.
En Enanismo habla de tcnicas de reduccin y utiliza la apelacin al lector
junto con la puesta en abismo: este microrrelato que est usted leyendo fue hasta ayer
mismo una novela de seiscientas veintiocho pginas. El texto le sirve para hacernos
pensar sobre la esencia del microrrelato: la brevedad. Adems, para que este texto
resulte interesante tiene que tener la capacidad de condensar en muy poco espacio un
mensaje que en principio requerira muchas ms palabras.
Usa de nuevo esa narradora en primera persona Shua en Al Bab en el que
intenta trasladarnos la preocupacin lingstica propia de los escritores. Comienza
recordando la historia de Al Bab con sus palabras mgicas (brete ssamo) y en el
segundo prrafo se retrata en el mismo acto de escritura buscando la palabra exacta: Y
aqu estoy, tantos aos despus, en peligro yo misma, tipeando desesperadamente en el
tablero de mi computadora. Nos habla del proceso de creacin literaria en sus dos
vertientes: exige un esfuerzo, pero tambin tiene algo de mgico. Al escritor le va
naciendo un texto, le llegan palabras e ideas de un modo difcil de racionalizar.
Igualmente, el famoso bloqueo del escritor, la interrupcin de ese fluido mgico es
ajeno a la voluntad del autor.
Acabamos nuestra muestra de metamicrorrelatos con uno del clsico por
excelencia: Borges, de ttulo Un sueo. Utiliza una mise en abyme ya que sale alguien
parecido a l que escribe en una torre circular en una referencialidad infinita y que nos
recuerda a Borges y yo: (un hombre que se parece a m escribe en caracteres que no
comprendo). El escritor vive preso de su proceso creativo y el que no cierra el crculo
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CONCLUSIONES
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CONCLUSIONES
SER NADIE COMO ULISES
Como Ulises, todos los hombres intentamos ser Nadie ante el cclope
final: Nadie escribe estas lneas, Nadie las lee, Nadie morir416.
Este magnfico texto de Ana Mara Shua condensa lo que hemos intentado hacer
en este trabajo. Por un lado, demuestra que el microrrelato es deudor de la tradicin: sin
conocer la Odisea no podemos sacarle todo su jugo a este breve espcimen; es decir,
nadie (nunca mejor dicho) podra negar su intertextualidad y, por otro lado, despierta al
lector hacindole consciente del dilogo entre el narrador y el lector, del acto de
comunicacin que supone que un emisor escriba un texto (Nadie escribe estas lneas),
que un lector las lea (Nadie las lee) y de que, de todas formas, los dos van a morir
(Nadie morir).
Hemos visto que los microrrelatos parasitan historias previas: personajes que
conocemos, argumentos sabidos, tramas de la historia de la literatura Su tcnica
consiste, en la mayora de los casos, en trastocar narraciones conocidas; de ah su
carcter subversivo. Cuestionan la tradicin, la alteran o la discuten y as corroen
nuestras races culturales. Tienen un espritu como el gnero, joven, por eso son crticos
con la cultura que heredan y tambin irreverentes, subversivos, intensos y, en muchos
casos, humorsticos.
Se establece una complicidad con el lector, infrecuente en otros gneros
literarios, que adems ayuda a mejorar su economa narrativa. Es el propio lector, con
sus conocimientos enciclopdicos y contextuales, el que completa un mensaje que a
primera vista puede parecer inconcluso. En cierto modo, participa de un concepto tan en
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boga en nuestros das como la interactividad porque estos textos demandan una
participacin por parte del lector.
El carcter fugaz del microrrelato hace que el escritor cuide especialmente el
lenguaje. Hay una clara conciencia de que cada palabra es significativa y ha de ser
seleccionada dentro del conjunto de las que nos ofrece nuestro idioma con un exquisito
cuidado para que cumpla su funcin estrictamente y no desentone con el tono buscado
por el escritor, la historia que desea contar y el efecto que pretende provocar en el
lector. Salvo la lrica, nos atreveramos a decir que ningn otro gnero literario
selecciona y pule tanto el material que utiliza las palabras- como el microrrelato. El
estilo, por la misma razn, constituye uno de los pilares del gnero.
En cierto modo, estos textos podran ser calificados como los estilos literarios
tpicos del mejor Barroco: el Conceptismo y el Culteranismo. El Conceptismo se basa
en la asociacin ingeniosa entre palabras e ideas y busca que el lector ejercite el ingenio.
El Culteranismo, por su parte, consiste en dificultar conscientemente el entendimiento
de la obra literaria mediante la complicacin formal. Hay microrrelatos culteranistas en
el sentido de su consciente juego con el lenguaje en los que prima el inters por la forma
como los que hemos englobado en el apartado de cuestionamiento del lenguaje:
Cortsimo metraje o La inmiscusin terrupta de Cortzar podran ser ejemplos de
microrrelatos culteranistas.
Los hay tambin conceptistas, en los que prima el ingenio y la bsqueda de la
sorpresa del lector. Seran los textos con final sorprendente como La ardilla verosmil
de Shua en el que la narradora se sorprende de que el lector pueda creer que una ardilla
entiende conversaciones acerca de la bolsa o Avances de la ciruga moderna en el que
el lector descubre que el libro que tiene entre las manos era otra cosa modificada por
medio de la ciruga.
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A pesar de que los crticos sigan gastando tinta y saliva en torno a la disyuntiva
de si el microrrelato constituye un gnero en s mismo o debe ser incluido en el piconarrativo como un relato extremadamente breve, en este trabajo nos decantamos por la
primera opcin. En definitiva, qu diferencia a un relato breve de un microrrelato?
Vemoslo.
En primer lugar, la estructura. El cuento suele constar de presentacin, nudo y
desenlace, mientras que los microrrelatos eliden alguna de estas partes de la trama y a
veces varias o incluso todas en algunos casos.
En segundo lugar, la intensidad. No est de ms recordar a uno de los maestros
del relato breve. Edgar Allan Poe, en su teora acerca del cuento, en lugar de fijarse en
la brevedad, nos hablaba de la unidad de efecto que consiste en que el escritor tenga
presente el efecto que pretende crear en su lector desde el comienzo y que, para ello,
mantenga cierta tensin entre la expansin y la concisin. Si nos fijamos en el
microrrelato, esa unidad de efecto es todava mucho ms fuerte, por eso la llamamos
intensidad en este trabajo. No cabe la concepcin de que un microrrelato no sea
percibido en su conjunto, de una sola vez, en una nica sesin por parte del lector. En
cambio, los relatos breves s podran leerse en varias veces aunque eso no sea lo que nos
aconseja este gran cuentista norteamericano.
Consecuencia de esa intensidad y quiz tambin causa- es el cuidado extremo
del lenguaje elegido. Al ser pocas las palabras que lo componen, cada una de las que
aparece en un microrrelato ha de haber sido reflexionada como si de un poema se
tratase. Nos recuerda a Benvenuto Cellini, escultor, grabador y escritor florentino, que
se convirti en uno de los orfebres ms importantes del Manierismo italiano. Debido a
su gran talento como escultor, crea monedas, joyas y adornos exquisitos. A causa del
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alto coste de los materiales que componen las joyas, su tamao es pequeo y, por ello,
el trabajo que les dedica Cellini ha de ser impecable.
Cellini no solo se manifiesta como un escultor de gran talento, sino que trabaja
como orfebre para las mejores cortes europeas. Su Perseo de la Piazza della Signoria
en Florencia sera el equivalente a una novela y su salero de Francisco I de Francia, una
de las mejores joyas de todos los tiempos, podra considerarse similar a un microrrelato:
el trabajo de esta ltima obra ha tenido que ser extremadamente minucioso y delicado.
El Perseo se encuentra en un espacio pblico para impresionar a todos los florentinos.
El salero, en cambio, que forma parte de la coleccin de artes decorativas del
Kunsthistorisches de Viena, solo servir para el disfrute de una lite. La sal que
contena estaba destinada a paladares muy selectos. Recordemos que hasta el propio
Lagmanovich utiliza la metfora de la sal para hablarnos del microrrelato en textos
como Faltaba la sal.
En tercer lugar, la forma. Ya hemos resaltado que los microrrelatos son tan
breves que recuerdan a la poesa. Sin embargo, tienen una pretensin narrativa en el
sentido de que podemos localizar en ellos un narrador que nos cuenta una historia que
sucede en un espacio y un tiempo determinados, aunque ya hemos comentado que con
frecuencia los escritores eliden alguno de los elementos narrativos debido a la
parquedad que se autoimponen.
Todo esto demanda al lector un nivel de concentracin tambin parecido al que
se necesita para el gnero lrico. Los textos pigmeos requieren muy a menudo una
segunda lectura para comprenderlos plenamente. Son un material para paladares
selectos, no estn destinados al pblico que se deja envolver por el argumento y los
personajes de la novela.
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las sociedades a travs del tiempo y del espacio y cambian. Los microrrelatos, al
cuestionar diversos mitos y formas tradicionales, los actualizan. Tal y como puntualiz
Hauser417, tanto el arte como la literatura son producto de la sociedad humana, por eso
varan con ella. El microrrelato tiene intencin renovadora: revisa la tradicin, cuestiona
los estereotipos. Al usar personajes, historias y situaciones conocidas involuntariamente
las est renovando aunque cambie el sentido. En definitiva, actualiza la literatura
aunque solo sea a pinceladas. No se trata de hacer un manifiesto, ni movimientos
literarios o escuelas, sino que esculpen poco a poco la nueva literatura haciendo que esta
se modernice y se adapte a los tiempos como la gota que perfora la piedra al cabo de
siglos de caer en el mismo sitio.
Se da una relacin paradjica entre la subversin y el homenaje: para cuestionar
la tradicin tienen que conocerla tanto escritores como lectores y ese cuestionamiento la
revitaliza. Como deca Charles Caleb Colton, la imitacin es la forma ms sincera de la
adulacin. Obviamente, ningn escritor se planteara modificar un mito o una obra
literaria si no sintiese inters por ella. Adems, a veces se consigue derivar al lector al
conocimiento del mito; por lo tanto, sirve para que este se cultive acudiendo a la fuente.
Todos estos aspectos han sido estudiados de una manera u otra por diversos
crticos de Espaa e Hispanoamrica. La tarea pendiente con respecto al estudio del
microrrelato era el establecimiento de sus subgneros, de las distintas estrategias que
siguen los escritores para confeccionarlos y eso es lo que hemos intentado llevar a cabo
en este trabajo: una sistematizacin del microrrelato.
Despus de haber ledo numerosos ejemplares hemos confeccionado una
antologa de textos que van insertndose en las diferentes categoras propuestas.
Aportamos 358 microrrelatos en esta antologa, que se dividen en tres grandes epgrafes
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segn el tema del que traten, la estrategia discursiva usada por su autor o el hecho de
que sean o no metaliterarios. Podramos decir que tenemos casi un microrrelato para
cada da del ao.
Los textos ms numerosos son los inspirados en la Biblia, en segundo lugar los
que se nutren de la mitologa grecorromana y, en tercer puesto, los que beben de las
fuentes de los cuentos de hadas.
En la clasificacin temtica, hemos constatado que los mitos ms antiguos son
los ms productivos a la hora de crear nuevas versiones. Tanto la mitologa
grecorromana como los mitos bblicos se encuentran en los hipertextos de la mayora de
los autores y podramos decir que los de mayor xito son los ms conocidos como los
de Ulises, las sirenas, Can y Abel o Adn y Eva; probablemente debido al hecho de que
son los mitos ms presentes en nuestras sociedades. Tengamos en cuenta que el
segmento de pblico se abre o crece a medida que el mito sobre el que se construye es
ms popular.
Los mitos griegos poseen un carcter profundamente humano: sus dioses son
antropomorfos y tienen comportamientos con los que los hombres podemos empatizar
sin dificultad y que se encuentran motivados por sentimientos tan humanos como los
celos, la envidia, la lujuria La comprensin de las pasiones est a la altura de
cualquier lector. Por debajo del mito sobre el que se construye se encuentra la raz del
ser humano: detrs del mito est el hombre como materia prima.
Los mitos bblicos, por su parte, son la base de nuestra cultura occidental y en
mayor o menor medida resultan conocidos. Aunque la Iglesia catlica ya no tenga el
papel preponderante en nuestras sociedades que ha ostentado a lo largo de la historia,
para comprender el arte en Occidente hay que conocer indefectiblemente la Biblia. No
se puede escapar al ojo del escritor de este tipo de textos ya que cumplen todos los
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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menos narrativos, pero nos demuestran que el microrrelato est ligado a la historia del
arte y la literatura. Adems, sin duda, despiertan ecos de otras obras en el lector.
La metaliteratura no nos remite a obras literarias anteriores (eso sera
intertextualidad), sino que trata de la literatura en s: del escritor, del lector y de las
convenciones que ambos dan por hechas para que se establezca una relacin entre ellas.
Dentro del tercer epgrafe (microrrelatos metaliterarios) hemos distinguido diferentes
subcategoras. La primera es la del escritor como personaje, en la que aportamos ms de
60 textos. Los literatos son elegidos de forma frecuente como protagonistas de los
textos, tanto los que existieron realmente (sobre todo Borges y Kafka, autores a su vez
de microrrelatos) como otros inventados. En muchos de ellos se acude a un arquetipo
para no inventar una identidad al personaje y se habla en este orden segn el nmero
de textos- de escritores, poetas, cuentistas, autores o literatos.
La segunda est compuesta por los textos en los que se apela al lector, de los que
hemos encontrado ejemplos que comienzan con Macedonio Fernndez, continan con
Fabin Vique y pasan por la siempre excelente Ana Mara Shua. La apelaciones al
lector suponen una llamada de atencin a este para que salga del estado hipntico que
supone el pacto entre narrador y lector y que tome conciencia de su condicin y de los
juegos a los que el escritor le somete. Vemos que estas estrategias las han utilizado
desde los precursores del microrrelato hasta los autores ms modernos y sirven para
hacer explcita la necesidad esencial de los textos breves de encontrar la complicidad
del lector, de que este complete los significados, comprenda las alusiones y entienda las
metforas utilizadas. En suma, tiene lugar un dilogo entre autor y lector.
El microrrelato, gnero moderno por excelencia, cuestiona la misma base en la
que se asienta la literatura: los roles del escritor y del lector. Como decamos, el autor
busca la complicidad del lector ponindose a su lado como si fuera un lector ms frente
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tipo. El resto de escritores que lo practican estn vivos como Juan Romagnoli, Ral
Brasca, Eduardo Berti y, sobre todo, Ana Mara Shua.
Hallamos textos como El cuento es este (con ttulo architextual) de Anderson
Imbert en el que el lector tiene el privilegio de acceder a la mente del autor segn va
fraguando el microrrelato y, para terminar de comprenderlo, tiene que regresar al ttulo,
que contiene la pista principal: el cuento del que se habla es el mismo que est leyendo.
Ana Mara Shua es la autora que cultiva el metamicrorrelato con mayor
genialidad. En algunos casos los utiliza como texto introductorio para sus libros de
microrrelatos (El reclutamiento, Temporada de fantasmas) y, muy frecuentemente,
se vale de la metfora del naufragio para hablarnos de sus miedos y frustraciones como
escritora (Zafarrancho de naufragio, En la mitad del mar, Robinson
desafortunado).
Como hemos visto, en la tradicin argentina abundan los microcuentos
intertextuales. Aportamos casi dos centenas en nuestra antologa sin contar todos los
ejemplos que hemos ido emplazando a lo largo de la exposicin terica de la tesis.
Adems de esto, hemos demostrado que la metaliteratura tiene mucho peso en el
microrrelato de este pas. La preocupacin constante por la escritura hace que muchos
de los personajes que aparecen sean escritores y que los gneros literarios estn en
cuestin, as como las fronteras entre el escritor y el lector, la escritura y la realidad.
Antes de terminar, nos gustara confesar que la lectura de microrrelatos a la que
nos obligaba la realizacin de este estudio ha resultado estimulante y un placer
innegable. Leer textos que, en su mayora pueden abarcarse de un solo vistazo debido a
su brevedad y en los que, paradjicamente, resuenan ecos de la Historia de la Literatura,
es un reto y un acicate para cualquiera interesado en esta ltima.
423
Leer las obras mnimas nos ha permitido escribir este texto que ahora concluye y
que probablemente se sita en las antpodas del asunto tratado por extensin, estilo e
intencin: largo, acadmico y categorizador; este estudio parte de textos poco conocidos
que han sido recopilados por una sola autora que ni siquiera es argentina.
424
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446
THE
ARGENTINEAN
MICROSTORY:
INTERTEXTUALITY
AND
METALITERATURE
INTRODUCTION
1
us to a subject that can tempt us enough as to spend years of work and research which
involves writing a PhD thesis.
The microstory has been present in our lives for many years but it was named so
only a few years ago, especially if we consider canonical texts as Cortazars "Continuity
of Parks" or Borges "Borges and I". Then, during the Spanish-American Microstory
course (there is still no specific microstory, but let's give it some time)we read a
selection of Ana Mara Shuas microstories and the idea was already there. The three
writers (two worldwide known and the third of some renown in Argentina) were from
the same country.
The next step was reading some anthologies. It was easy to realize that the
Argentine microstory went much further. Studying these three authors was not enough.
Some names like Marco Denevi, Enrique Anderson Imbert, Ana Maria Mopty de
Kiorcheff or Eduardo Gudino Kieffer began to appear frequently.
It didnt take us long to realize that nobody has done a systematic study of the
Argentine microstory and that's what we tried to accomplish in this work that has
required some years of research.
447
Methodology
How to conduct an Argentinean literature search from Spain? We have found all
kinds of difficulties at the beginning of this study. First, because of our geographical
location. To find certain Argentine books from here has not been easy. Whats more:
some of these books are almost impossible to achieve because the publishers have not
reprinted them.
Secondly, and with the exception of the few works dedicated exclusively to the
microstory as Shuas and few more, to locate these texts we have had to search in
storybooks, poetry and prose. For example, in the case of Borges great books
containing microstories (The Maker, The figure, The conspirators), they have been
published in his Collected Poems.
In any case, the Internet has been a great help especially to locate data and
author interviews but sometimes the amount of information in the network can be
overwhelming, especially if we realize the fact that this genre is constantly boiling and
constantly finding new books and texts as demonstrated in the following section:
"Dissemination of microstories".
Once we located a corpus of both, authors and texts, we began to write the first
two parts of this work: the theory of the microstory and the "minihistory" of its kind in
Argentina, which helped us realize the importance of knowing the history of literature
and literary conventions to understand these texts. We try to study what topics are the
favorites of our authors and how they modify the original texts to offer their own
version. A third possibility is added: the metaliterature, the microstories which discuss
literature itself and, often, make the subject aware of its status as a reader.
448
the reader can understand it better. In our study we aim to accommodate the different
positions held by critics who have studied this controversial genre and also provide our
own view on the matter.
In the first part, "Theory on the microstory" we begin by explaining the name we
have chosen, "microstory", and then their characteristics, history and typology.
Afterwards, we stop to consider the concept of postmodernism that often arises
when discussing microstory and study the new role of the reader who is facing these
texts.
Furthermore, in the second part, we offer a "minihistory" of the Argentinean
microstory. "Minihistory" because without overextending accommodates precursors,
established and new authors in an unprecedented attempt since the investigations so far
have focused on specific periods, but has not been fully analyzed the evolution of this
449
genre in Argentina. As might be expected, we stopped over at the writers who have
cultivated this genre often and passed more quickly for those who have simply flirted
with it.
We decided to cite all the texts we talk about to prevent the reader a subsequent
literature search. The essence of this genre is the brevity, so we can analyze them in
depth with the text in front. A whole novel could not be cited in an academic paper,
whereas pygmy texts allow us for a closure that helps the reader to understand them in
their entirety and in a short lapse of time. Having read a huge amount of critical studies
for this work, we consider that it is frustrating for the reader to read analysis and
commentary on literary texts (often hard to find) without having access to such texts
and, for that reason, we have decided to include all the texts to which we refer within
the critical analysis or grouped in an anthology.
We conclude this study with a taxonomy of Argentinean microstory (part 3:
intertextuality and metaliterature) in which we emphasize the metamicrostories, ie the
micro-stories that speak of self-referential literary process breaking the fictional pact
between author and reader.
Most of the texts to which we refer in the analysis are attached in the same order
in which we have analyzed them.
The classification may be carried out differently. And therein lies the wealth of
intellectual study: each of us has a particular way of seeing reality that is reflected in the
way we choose to perceive and, in this case, crate categories from it.
We have decided to study literary intertextuality, classifying the microstories in
the thematic and discursive strategies. Intertextuality always implies two texts: hypotext
and hypertext. The hypotext is the original text, the story base, which Genette would
450
call "text A" on Palimpsestos, as explained below. Hypertext would result in the
transformation of the original, the new version.
However, sometimes we cannot trace a specific source at the origin of the
microstory, but there are certain subjects or topics that are part of our culture and have
been repeated in various artistic fields such as literature, cinema, pictorial, etc., so that
very often we find versions of versions, which make it extremely difficult to find the
hypotext if this existed.
OBJECTIVES
The theoretical study that goes in the first and second parts of this work serves as
a basis for carrying out the third: the taxonomy. We intend to lay a theoretical
foundation about the name of the microstory and its genre, or the kind of reader that it
needs.
The use of the word microstory implies that we are talking about narrative with
characters who develop an action in a certain space and time, so that we can believe the
stories. However, due to its brevity, often one or more of these elements may be elided
in the microstories. In any case, they are always fictional texts. Irene Andres-Surez
agrees with this aspect: "When we talk about microstory we mean a condition narrative
prose fiction-which refers to the condition of the universe represented imaginarysupported in the narrative"418.
We favor the most widespread name in the Hispanic: the microstory, like David
Lagmanovich, Irene Andres-Surez, Fernando Valls and Dolores M. Koch.
Also we must keep in mind the idea of autonomy: we consider that the
microstory is born independent minded. Otherwise, we would fall into relativism: many
418
451
texts could be considered microstories when we isolate them, as Borges, Bioy Casares
and Silvina Ocampo did in the Anthology of Fantastic Literature with a fragment of
Zorrillas Don Juan Tenorio, for example. We will put this limit in our analysis.
One of the main concerns of critics is whether the microstory is a genre of
narrative or ought to be studied independently. Lagmanovich concludes that its
differenciation from other genders is in clear consolidation because there are books that
contain only microstories and there could be a classification of these texts beyond their
subject. To all this we must add that the microstory could be considered as a hybrid
because it uses mechanisms of other genres and has an unquestionable modernity.
In short, the critics do not agree on this issue. In the microstory all is Protean
(from Proteus, the early sea-god In Greek mythology, known as the god of "elusive sea
change," which suggests the constantly changing nature of the sea or the liquid quality
of water in general): from the name or the gender until its structure.
With respect to their characteristics, there is a greater consensus among critics
that the name or gender of the microstory. Brevity is the most mentioned and they also
highlight the humor and intertextuality.
The use of the irony prevents literal reading of the microstory and encourages
the reader to suspicion, to try to uncover meanings beyond the obvious.
When perceiving the irony, the figure of the reader become relevant again and
confronts us with the dichotomy between interpretation (Eco's terminology) in the sense
of decoding by the reader what the author intended to say (intentio auctoris) and the
intentio lectoris: it leaves behind the author and the text to the reader's view prevails.
452
Instead of just the usual brevity, we prefer to emphasize the idea of intensity. It
does not make sense to set an extension immovable for such texts its extension is
subordinated to narrative needs and also conditioned by the print format.
As we have previously highlighted, we consider only as microstories the texts
that comply with the principles of narrative. They must have one or more characters that
perform some actions in a certain place and space. Anyway, we cannot forget that
because of the undisputed feature of such texts is brevity, in many cases some of these
elements may be elided.
As Irene Andres-Surez and Antonio Rivas point out in the foreword to the book
The Age of brevity. The Hispanic microstory: "There is no microstory without a story,
without a plot, no action, based on a conflict and a change of status and time, although
minimal"419.
The narrative is characterized by different features. One is that, implicitly or
explicitly, the reader is asked not to be interested in the truth of the events narrated, the
criterion for judging it is the plausibility. Of course, we also need some characters
conducting a spatiotemporally localized action whose sequence comes to an end: the
initial state is modified.
In this way, we eliminate the corpus of all kinds of aphoristic texts, essays,
poems, etc. to focus on the fictional. This same idea is confirmed by one of the foremost
experts on microstory, David Lagmanovich: "When a micro text is fictional, and when
the resulting minifiction is essentially narrative, we are in the presence of a
microstory420."
419
453
CONCLUSIONS
BE NOBODY AS ULYSSES
Like Ulysses, all men try to be Nobody before Cyclops at the end: Nobody
writes these lines, Nobody reads them, Nobody will die.
Ana Mara Shua
This magnificent text by Ana Maria Shua condenses what we have attempted in
this paper. On the one hand, it shows that the microstory is indebted to the tradition:
without knowing the Odyssey we can not get all the juice to this short specimen.
Nobody could deny its intertextuality and on the other hand, it makes readers be aware
421
454
of the dialogue between the narrator and the reader. The act of communication involves
a sender typing a text ("Nobody writes these lines"), a reader's read ("Nobody reads")
and the two of them will die anyway ("Nobody will die").
We have seen in this paper that microstories parasitize previous stories:
characters we know, known arguments, plots the history of literature... Its technique is,
in most cases, to disrupt known stories, hence its subversive character. Questioned
tradition, alter or corrode discussed so our cultural roots. They have a spirit as gender,
young, so they are critical of the culture they have inherited, irreverent, subversive,
intense and, in many cases, humorous.
It establishes a complicity with the reader, uncommon in other literary genres,
which also helps to improve the narrative economy. It is the reader himself, with his
encyclopaedic and contextual knowledge, who completes a message that at first glance
may seem unfinished. These texts require participation of the reader.
The nature of the microstory forces the writer to have a special care of the
language. The authors know that every word is significant and it must be selected
knowing the story they want to narrate. Except the poetry, we dare to say that no other
literary genre selects and polishes both the material used (the words) like microstory
does. Style, for the same reason, is one of the pillars of the genre.
In a way, these texts could be classified as typical literary styles of the best
Baroque. There are culteranists microstories (they have conscious formal complication)
and there are also conceptists, which look for the surprise of the reader.
Although critics keep spending ink and saliva around the dilemma of whether
the microstory is a genre in itself, or should be included in the epic narrative as a story
455
extremely short, in this work we have chosen the first option . Finally, what
distinguishes a microstory from a short story? Let's see.
First, the structure. The short story usually consists of introduction, middle and
end, while microrrelatos elide some of these parts of the plot and sometimes several or
even all in some cases.
Secondly, the intensity. It is worth remembering one of the masters of the short
story. Edgar Allan Poe, in his theory about the story, instead of focusing on brevity,
spoke about the effect of unit from the beginning: the writer has in mind the effect that
aims to create in the reader and that keeps some tension between expansion and
conciseness in the text. If you look at the microstory, that unity of effect is even
stronger, so we call it "intensity" in this work. The microstory is always perceived as a
whole, at one time, in a single session by the reader. In contrast, other short stories
could be read in several times althought that is not what this great American storyteller
recommends.
Consequence of that intensity-and perhaps cause- language is extremely cared
for. Each of the few words that compose a microstory must have been thought out as if
it were a poem. It reminds us of Benvenuto Cellini, sculptor, printmaker and writer in
Florence, who became one of the most important goldsmiths in the Italian Mannerism.
Due to his great talent as a sculptor, he created coins, jewels and exquisite
embellishments. Because of the high cost of the materials composing the jewels, its size
is small and, therefore, the work devotes Cellini must be impeccable.
Cellini manifests himself not only as a sculptor of great talent, but works as a
goldsmith for the best European courts. His Perseus of "Piazza della Signoria" in
Florence would be the equivalent of a novel and his salt shaker of Francis I of France,
one of the best jewelry of all time, could be considered similar to a microstory: the work
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
456
of the latter has had to be extremely careful and delicate. The Perseus is in a public
space to impress all the Florentines. The salt, however, part of the decorative arts
collection of the Kunsthistorisches of Vienna, will only serve for the benefit of an elite.
Even writers like Lagmanovich uses the metaphor of salt to speak of the microstory in
texts such as "Salt was missing."
Third, form. We have already highlighted that microstories are so brief that they
resemble poetry. However, they are narrative in the sense that we can find in them a
narrator who tells a story that happens in a certain space and time, although we have
said that writers often elided some of the narrative elements because that self-imposed
frugality.
All this demands on the reader a level of concentration similar to what is needed
for the lyric. These texts often require a second reading to fully understand them. It is a
material for gourmands, not to the public who is left involved in the plot and characters
of the novel.
The microstory has to get a great strength in no time and space, looking to
impress with few words. This gender is a deeply contemporary in a world where the
emphasis is on agility, in which the information is fragmented and in which tradition is
controversial. The short stories fit the new model of information management and
communication, determined primarily by new technologies.
At present access to information is much more agile. This fits the format of
microstories and its irreverent character: all the culture that precedes us is at a mouse
stroke at our disposal. We just need a searcher and Internet access.
The access to information nowadays is fragmentary, agile and increasingly
democratic. The paradigm is the Internet. In this sense, the microstory is the literary
457
review (irreverent, subversive) in the world today. This literature engages with a world
full of text messages, e-mails, tweets and social networks.
The microstory, based on an elitist knowledge by the writer, may involve a
democratization: the reader can approach to classic characters and myths. Something as
modern as the microstory actually takes substance from the most classic of our culture:
Greece, the Bible, the Baroque ... in an attempt our understanding of Current world;
increasingly dynamic and incomprehensible. It uses the classics to try to understand the
reality: the world in which we live, who we are, what we face every day.
Nothing escapes the microstory: Above the advances in technology, computer
science or electronics, which still prevails is the root of human beings and their passions
(love, hate, hatred, envy, fear), which always are interesting for the reader.
The microstory is a literature in small doses, a story in which the beginning and
the end are very close. It is similar to the "tapa", a moment of culinary creation in a
world characterized by speed. It asks the reader time and dedication, it suggests an idea,
it takes a moment to read the suggestions but then it awakens to endure in the people
who has read it.
On the other hand, we all seek information on the Internet and we often turn to
sites like Wikipedia or the like, in which we are not sure that the information they
contain is accurate. The microstory is in this line: it promotes questioning versions and
it is therefore considered a postmodern genre. Theres no one truth, all are possible: "Se
non vero, ben trovato".
These such short texts demand a new way of reading that has many similarities
with hypertext: it moves from one topic to another, different windows open on the
computer screen and takes you to the next issue. Cortzar had anticipated it in
458
Hopscotch. The microstory books do not require a particular order in the reading -all are
possible- and sometimes take the reader to consult other books to fully understand what
he has read.
No one can deny that in this type of literature writers use a previous text as a tool
to win in concreteness. Actually it matters little whether varying the background or
shape, of what it is to establish variations as in music.
It resembles the demystification of Baroque painters: Ribera painted Heraclitus
as a beggar or Caravaggio chose a drowned woman to represent the Virgin, so that
myths are subjected to a process of humanization as it occurs in the postmodernism.
The microstory goes around to the above so that we sometimes see the opposite
of what we would expect in other classic literature less subversive. What it smells in our
world moralizing it sounds suspicious, while the irreverent acts like a magnet: the
characters constantly boast of misconduct (remember Shuas microstory "Treasure
map" where the bad guys get their way and the fool complains about the breaking of the
traditional codes). At present the exemplary causes laughter: we live in a society of
relativism and certainties are suspect: morality, relationships ... everything can be
questioned.
On the other hand, when addressing the issue of metafiction Zavala distinguishes
two types: one that exposes the mechanisms of writing and another that brings out the
mechanisms of reading. In the first case we have a disarticulation of the artifice:
disassembling the literature racket like a toy a child removed, exposing all their gear. In
the second, somehow the reader is made aware of his own nakedness.
Metafiction blurs the boundaries between writer and reader and it make us
believe that we participate in the writing process. The basic binomial that gives meaning
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to literature (every writer needs a reader and vice versa) is here used for the
microstories interest.
Meanwhile, intertextuality is not a mere reproduction, but it is characterized by
reinterpretation. The microstory is itself a contextualization of the literature that may be
called classic, an update of what knowledge has been accumulated over the centuries. In
addition, this type of text, in a style that is usually not pretentious, is taking its toll on
the established, the known, the canonical.
When we speak of tradition in literature we do not refer just to the past but to a
past made present. The narrative forms vary with societies and are readjusting to their
various developments; the narrations accompany societies through time and space and
change. As Hauser pointed, both art and literature are the product of human society, so
they change with it. The microstory intends renewing: reviews the tradition, questions
the stereotypes. By using characters, stories and known situations they are renewing
their meaning. It is not about making a manifesto, or literary movements or schools, but
the microstories gradually sculpt new literature causing it to modernize and adapt to the
times as the straw that pierces the stone after centuries of falling into the same site.
We find a paradoxical relationship between subversion and homage: to question
tradition both writers and readers must know such tradition and their questioning
revitalizes it. As Charles Caleb Colton said, "Imitation is the sincerest form of flattery".
Obviously, any writer would consider modifying a myth or a literary work if he doesnt
feel interest for it.
All these aspects have been studied in one way or another by various critics in
Spain and Latin America. The task at hand which regards to the study of the microstory
was the establishment of its subgenres, the different strategies followed by writers to
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manufacture them and that's what we tried to accomplish in this work: a systematization
of the microstory.
After reading numerous specimens we prepared an anthology of texts that are
inserted into the various categories proposed. We provide 358 microstories in this
anthology, we divided them into three sections according to the theme, the discursive
strategy used by the author or the use of metaliterature. We could say that we have
almost a microstory for every day of the year.
The most numerous are the texts inspired by the Bible, secondly the ones that
were used by the Greco-Roman mythology and in third place, those who drink from the
fountain of fairy tales.
In the subject classification, we found that the oldest myths are more productive
for creating new versions. Both Greek and Roman mythology, as biblical myths, are
found in most hypertext authors and we could say that the most successful are the best
known, as Ulysses, the Sirens, Cain and Abel or Adam and Eve, probably due to the
fact that myths are still present in our societies. We should keep in mind that the public
segment opens or grows as the myth, on which it is built, is more popular.
Greek myths have a deeply human character: their gods are anthropomorphic
and have behaviors which men can empathize without difficulty. They are motivated by
human sentiments as jealousy, envy, lust ... Understanding the passions is up to any
reader. Below the myth on which is built the root of the human being behind the myth is
the man as feedstock.
Bible myths, meanwhile, are the basis of our Western culture. Although the
Catholic Church has no longer the dominant role in our society which has held
throughout history, to understand art in the West inevitably we have to know the Bible.
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Such texts meet all the requirements: they are known issues, understandable, interesting
and, above all, updatable.
Literature as such is a constant concern for Argentine writers. We have found
examples of texts based on literary characters, like Monterrosos dinosaur and Don
Quixote, and other of Shakespeare or fairy tales. As Don Quixote, its one of the roots
of literature in Castilian, perhaps the quintessential character, and we have found 22
versions. On the other hand, the equivalent of Cervantes in Anglo-Saxon culture is
Shakespeare and we have some texts about Hamlet, Romeo and Juliet, etc. Furthermore,
fairy tales are perfectly suitable for being versioned.
The most important literary figures of the Spanish literature ("Don Quixote", "La
Celestina", Don Juan) are already part of a panhispanic tradition. However, we have
noticed, on the large body of Argentinean texts studied, the absence of versions of
another classic of the golden Ages: Lazarillo de Tormes. We do not understand why that
rogue, who survives in spite of his masters, has not inspired the authors of microstories
as well as those just mentioned.
Both Don Juan and La Celestina are recreated by authors who we have put on
the "Argentine classic microstory" Marco Denevi and Enrique Anderson Imbert.
Instead, Don Quixote inspires veteran authors, like Borges, to those who are still alive
in the XXI century: Shua, Romagnoli, Gudino, Mopty of Kiorcheff ... Maybe if Denevi
or Anderson Imbert had retaken the rogue character, we would have some version of the
Lazarillo as a microstory.
There is another feature that fits with the modern character of the microstory and
is determined by the global world in which we live: its cosmopolitanism. Foreign
language authors like Shakespeare or Flaubert are part of the literary imagination of
writers and readers as elitist as those who write and read microstories. The authors of
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
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this genre are educated people who feel a desire for universality. These texts are
understood anywhere. Moreover, in most cases, these authors try to avoid the typical
language turns of Argentina to move in the cult level, the most homogenized Castilian
speakers from different parts of the world.
The texts with the issue of universal literature triple those that are limited to
Hispanic literature. It is logical since the universal literature offers more possibilities
because it is broader than the one written in Castilian: it contains a greater number of
languages, mythologies, writers and characters.
As for its discursive strategies, as already noted, in the microstory we can see the
apparent paradox that by parodying tradition, is still present in the newest literature and,
to some extent, revitalized.
The discursive strategy more used is parody. We distinguish different ways of
carrying it out in hypertext: opposition (having the opposite of what is said in the
hypotext), subversion (the story does not change, but there is a new and different
version of some of its parts), the overmotivation (to decorate the hypotext with new
motives), revolution (hypertext amending changes including the end of the plot), the
transcontextualization (changing the context of a story to another, which usually
consists of a transfer of the facts to the contemporary period), which uses the title of
another literary work and crossbreed (mixture of several hypotexts).
The most used is the transcontextualization. We found numerous microstories in
which the contexts and situations are transferred to the current world. Authors like
Lagmanovich imagine sirens in our cities and Mara Elena Lorenzn presented the
Virgin Mary consulting a dictionary on-line. This time and spaces similar to the ones in
which the contemporary reader lives, derive in a demystification of the characters: they
seem more human.
El microrrelato argentino: intertextualidad y metaliteratura
463
The other two types of parody more used are overmotivation and crossbreed, for
they have easy humorous effects. Remember the famous Shuas "Tarzan" in which the
character with the skull in his hand unknowingly recited Hamlet's soliloquy.
We have located these strategies in Argentine writers of different times and
moments. They know they belong to a group of authors of microstory and subversive
claims are clear, especially writers like Shua, who plays with humor and makes us
constantly aware of our role as readers.
Similarly, we have a group of hypertexts that continue hypotexts (called in this
paper apocryphal) and those that reflect on the aesthetic or literary texts cited. They are
less narrative, but we show that the microstory is tied to the history of art and literature.
In the metaliterature we dont refer to previous literary works (that would be
intertextuality), the subject it is literature itself: the writer, the reader and conventions
that both take for granted in order to establish a relationship between them.
In the third section (metaliterary microstories) we have distinguished different
subcategories. The first is the writer as a character, with more than 60 texts. Writers are
frequently chosen as protagonists of the texts, whether they really existed (especially
Borges and Kafka) and other invented. In many of them we find an archetype of writers,
poets, storytellers or authors.
The second consists of the texts in which the writer appeals to the reader, we
have found examples that begin with Macedonio Fernndez, continue with Fabian
Vique and pass by the always excellent Ana Maria Shua. The appeals to the reader
makes him or her aware of his/her condition of reader and of the games that the writer
submits. We see that these strategies have been used since the precursors of the
microstory to modern authors and serve to make explicit the essential need of short texts
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to find the complicity of the reader that completes meanings, understands the allusions
and the metaphors used. In short, a dialogue takes place between author and reader.
The microstory, modern genre par excellence, questions the very basis on which
rests literature: the role of the writer and the reader. As mentioned, the author seeks the
complicity of the reader. It would be like overcoming the imaginary line of fiction so
that the reader could come and work with the writer.
We also consider metaliterary microstories the ones that talk about their own
subgenre as architextuals. In them there is a concern for literature and its genres. In the
examples given the authors speak on various sub-genres: novels, short stories, poetry,
microstory, film script or story, and we often find these words in the titles ("The next
story", "Novel backwards", "A Christmas Carol") thus creating an expectation in the
reader.
Finally, we considered metamicrostories two types of texts: those that use the
mise en abyme, ie, the micro-stories that refer to themselves, and those which use the
metalepsis or transgression of the diegetic levels .
Interestingly, we find more examples of metamicrostories in more recent writers
but one of the classics of the genre is Cortzars "Continuity of Parks". We have texts of
Borges, Anderson Imbert or Lagmanovich of this type. Other alive writers who practice
it are Juan Romagnoli, Ral Brasca, Eduardo Berti and, above all, Ana Mara Shua.
We find texts like Anderson Imberts "The story is this" (with architextual title)
in which the reader has the privilege of access to the author's mind while he creates the
microstory. To understand it, the reader has to return to the title, containing the main
track: the story we talk about is the same to the one we are reading.
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Ana Maria Shua is the best author of metamicrorrelato. In some cases, she uses
them as an introductory text for her books of microstories ("Recruitment", "Season of
Ghosts") and she very often uses the metaphor of the shipwreck to talk about her fears
and frustrations as a writer ("All Boats shipwreck ","In the middle of the
sea","Robinson unfortunate").
We provide almost two hundred of intertextual texts in our anthology. In
addition, we have shown that metaliterature has an important role in the microstory of
Argentina. The constant concern for writing makes that many of the characters featured
are writers and literary genres that are in question as well as the borders between the
writer and the reader, writing and reality.
Before ending, we would like to confess that the reading of microstories to carry
out this study has proved challenging and undeniable pleasure. Reading texts, most of
them can be covered at a glance due to its brevity and in which, ironically, resound
echoes of the history of literature, is a challenge and an encouragement to anyone
interested in the latter.
Reading minimum work has enabled us to write this text that now concludes and
probably is at the antipodes of the issue for length, style and intention: long, academic
and categorizer, this study of microstories that has been compiled by one author that is
not even Argentinean.
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